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La formación en interpretación del patrimonio en las comunidades del Qhapaq Ñan (Gran Camino Inca), Perú

Training in heritage interpretation in the Qhapaq Ñam’s local communities (Great IncaTrail), Peru.

Resumen: en este artículo hablamos de la experiencia de los talleres realizados con varias

comunidades que atraviesa el Qhapac Ñan, camino Inca, en el tramo Vilcashuaman-Pisco,

Perú. Estos han tenido como objetivo contribuir al fortalecimiento de los conocimientos e

identidad de la población local con respecto a su patrimonio. La capacitación para la

utilización de la herramienta de la interpretación del patrimonio ha pretendido generar

actitudes de custodia y ofrecer alternativas para la autogestión de sus recursos patrimoniales.

Palabras clave: Interpretación del patrimonio, comunidades andinas

Abstract: we will discuss in our paper the experience of the workshops with various

communities living around the great Inca Trail, specifically in the section Vilcashuaman-Pisco,

Peru. It’s were made with the goal of contributing to capacity-building of local people in respect

of cultural heritage. The aim of teaching heritage interpretation is promote stewardship

attitudes towards the cultural heritage and provide alternative ways for the self-management

of their heritage resources.

Keywords: heritage, interpretation, Andean communities.

Contexto y planteamientos del proyecto

El Qhapaq Ñan, que en quechua significa Gran Camino Inca, está constituido por una

compleja red de caminos preincaicos e incaicos que durante el siglo XV fue unificado y

construido como parte de un gran proyecto político, militar, ideológico y administrativo que se

conoció como Tawantinsuyu. Este sistema vial permitió comunicar temporal y espacialmente

la gran diversidad histórica, natural y cultural de un vasto territorio que hoy forma parte de los

países de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. El Ministerio de Cultura de Perú,

a través del Proyecto Qhapaq Ñan, recupera y preserva la red de caminos y yacimientos

arqueológicos del mismo. Da a conocer la importancia del camino como obra económica,

social, cultural y su vinculación con los diversos pueblos del espacio andino prehispánico, con

objeto de contribuir al desarrollo de los pueblos vinculados al mismo, desde la puesta en valor

del patrimonio, del manejo organizado de los territorios por los que atraviesa y de la

participación comunitaria y ciudadana en los procesos de gestión (MARCONE y RUIZ, 2014).

CarmenPérezMaestro Punku, centro de investigación andina. Perú

[email protected]

Recibido: 20/1/2017

Aprobado: 25/1/2017

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Uno de los objetivos principales del proyecto es por tanto impulsar la apropiación del

patrimonio tangible e intangible asociado al camino por parte de la población local,

fomentando su participación activa en la gestión. Las acciones propuestas por los técnicos y

técnicas del proyecto se comparten con los miembros de las comunidades conformando así

un proceso participativo en la planificación y ejecución de las mismas (MARCONE, 2015).

El proyecto, que geográficamente hablando abarca la casi totalidad del país, está dividido en

varios sub-proyectos, integrales y de tramo1, lo que permite un mejor manejo en su gestión.

El tramo Vilcashuamán- Pisco2, que es donde nosotras trabajamos, inició la ejecución de sus

actividades en el año 2014. Discurre casi de manera perpendicular a la costa del Pacífico,

tiene más de 260 km de largo y recorre varios pisos ecológicos, yendo desde una altura de

3800 msnm hasta 340 msnm.

El equipo responsable de este tramo, bajo la dirección del arqueólogo Mario Advíncula viene

incentivando una serie de estrategias donde la participación y el empoderamiento de la

población local son los vehículos para el mejoramiento de las condiciones de vida de las

comunidades aledañas al camino (ESPINOZA y GILDEMEISTER, en prensa). Dichas

comunidades han sido históricamente excluidas por las administraciones públicas en los

procesos de “patrimonialización”, manejo y gestión de sus recursos culturales (yacimientos

arqueológicos, paisajes, danzas, tecnologías ancestrales etc.).

Las poblaciones del territorio que nos ocupa y sobre todo de las actuales regiones de

Ayacucho y Huancavelica tienen además características especiales. Están marcadas por el

desarraigo, las migraciones forzadas, el destierro, la violencia y la marginación, producto del

conflicto armado interno que vivió el país entre los años 1980 y 2000 (GILDEMEISTER, 2015).

En este sentido, el fortalecimiento de las identidades y la recuperación del tejido social se

hacen necesarios a través en este caso de la reapropiación social del patrimonio cultural,

siendo éste un medio para mejorar sus condiciones sociales, educativas, económicas y

ambientales. Una puesta en uso social que “más que centralizar las capacidades de gestión

en un profesional, se encarga de fortalecerlas en aquellas que no han podido acceder a ellas”

(ESPINOZA y GILDEMEISTER, en prensa).

Entre las acciones que se promueven, está la ejecución de un plan de capacitación para

formar intérpretes del patrimonio en las poblaciones que atraviesa el camino, fomentado así

la futura autogestión de las y los habitantes locales a la hora de enseñar, promover y

conservar sus recursos patrimoniales.

1 Para conocer más acerca del proyecto visitar la página. 2 A partir de julio del 2016 el Proyecto de Tramo amplió su cobertura hasta el sitio arqueológico La Centinela, en la localidad de Chincha (Ica), cambiando su denominación a Proyecto de Tramo Vilcashuaman-La Centinela (ADVÍNCULA y CUADRADO, en prensa).

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Cómo funcionan los “talleres de interpretación del patrimonio”

Realizamos estos talleres partiendo de la consideración de que la interpretación del

patrimonio constituye una de las herramientas más eficaces para comunicar significados

tangibles, intangibles o conceptos universales a quienes visitan lugares con elementos

patrimoniales, además de fomentar actitudes de custodia para con los mismos (FERNÁNDEZ,

LÓPEZ y PÉREZ, 2015). Son intergeneracionales, las personas que participan tienen un rango

de edad de entre 13 y 70 años, lo cual enriquece considerablemente la actividad y se

desarrollan en varias sesiones a lo largo de dos o cuatro días, dependiendo de las

necesidades específicas de cada comunidad.

Para comenzar realizamos una encuesta de diagnóstico a las personas participantes en la que

se hacen dos tipos de preguntas. Las cerradas, que nos permiten hacer análisis cuantitativos

y realizar un tratamiento estadístico de cuestiones como sexo, edad, ocupación y uso del

ordenador y las abiertas, con objeto de saber sus conocimientos acerca del patrimonio local

así como de sus intereses acerca del taller. Los datos cualitativos de las encuestas nos

ayudan a identificar como formadoras por ejemplo las siguientes necesidades:

Necesidad del conocimiento-histórico arqueológico: a pesar de que la mayoría conoce el

nombre de los lugares patrimoniales que se encuentran en su localidad y alrededores,

desconocen la información arqueológica e histórica de dichos recursos.

Necesidad de identificación de los significados tangibles e intangibles asociados tanto a los

recursos culturales como naturales del entorno.

Necesidad de aprendizaje de los mecanismos de comunicación con un público visitante al

que poder mostrar los recursos.

Tras una serie de dinámicas para conocernos, comenzamos con la materia hablando sobre los

conceptos de patrimonio y sus categorías, dadas por diferentes instituciones nacionales e

internacionales según el tipo de elemento y de acuerdo a sus diferentes niveles de protección.

Después de esta introducción conceptual, lo que realmente nos interesa es saber que es

considerado como patrimonio por la comunidad. Para ello realizamos un taller de “mapeo

colectivo” (ARES y RISLER, 2014) denominado “re-conociendo mi patrimonio”. Este es un

trabajo participativo y horizontal que busca generar instancias de diálogo y reflexión donde se

construyan conocimientos colectivos por medio del intercambio de experiencias y saberes

acerca del patrimonio local. Con esta actividad se pretende además afianzar los vínculos entre

población y patrimonio cultural, así como iniciar el fortalecimiento de las habilidades y

capacidades de comunicación.

La tarea se hace por equipos. Cada uno recibe una fotografía aérea gigante del territorio

donde vive y una serie de etiquetas con iconos que tendrán que pegar en su mapa (sitios

arqueológicos, talleres de artesanas, personas que cuenten historias, patrimonio en peligro

etc…). Cada grupo expone su mapa al tiempo que se van elaborando unos listados con todos

los recursos de la localidad identificados por sus habitantes (figura 1). La dinámica termina

con un debate acerca los recursos en peligro y la propuesta de soluciones conjuntas al

respecto.

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Fig. 1. Taller de mapeo colectivo en Huaytará

Con objeto de consolidar los aprendizajes se realizan otras actividades como: identificación de

imágenes (con ejemplos del patrimonio natural y cultural de la localidad para ser identificados

por la audiencia), ubicación en el casillero correcto (se recogen previamente, en pequeñas

tarjetas, los nombres del patrimonio natural y cultural mencionados por cada uno de los

grupos durante la presentación de los mapas y se entregan a las y los participantes de

manera que puedan ubicarlos en casillas de acuerdo a su clasificación) (figura 2) y se realiza

una ficha individual de recursos.

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Fig. 2. Clasificación del patrimonio de Huaytará

Continuamos el taller aprendiendo a distinguir cuáles son los significados tangibles,

intangibles y conceptos universales asociados a los recursos patrimoniales (BAZÁN, 2014).

Por ejemplo, tenemos una vasija prehispánica con ajíes pintados en su superficie. Sus

significados tangibles están en relación con las características físicas de la pieza (forma,

color…), los intangibles con los modos de hacer (tecnología cerámica), con el ritual (por su

utilización en depósitos funerarios), con la biotecnología (cultivos del ají, importancia de las

semillas…) o incluso con el papel que cumple el ají en la gastronomía actual (lo que nos

permite unir el pasado con el presente) y por último con los conceptos universales como son

el culto a los ancestros, la alimentación, la estética o la identidad, conceptos que tenemos

comunes con nuestras antepasadas. Cada participante realiza después una práctica al

respecto con el recurso que más le guste.

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Finalmente queda por aprender cómo se enseña o se muestra al público la riqueza cultural de

espacio en el que vivimos, conociendo y aplicando las herramientas de comunicación en

interpretación del patrimonio. Mostramos como es el proceso de planificación de cualquier

actividad interpretativa (tener claros nuestros objetivos, conocimiento del recurso y del público

objetivo, cuáles son los recursos humanos y materiales con los que contamos y de qué

manera lo queremos hacer). Y por último, damos las pautas para realizar un guiado

interpretativo, que hacer o no hacer antes, durante y después de un guiado, recursos

comunicativos a utilizar, técnicas para interpretar el recurso etc. La práctica es realizada

después por los y las participantes en uno de los sitios arqueológicos de la localidad (figura 3).

Fig. 3. Práctica de guía interpretativa en el sitio arqueológico Tambo Colorado

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En cuanto a la actividad formativa nos queda por hablar de los instrumentos utilizados que

nos permiten evaluar diferentes aspectos del proceso relacionados con:

El conocimiento: por ejemplo, han aprendido cuáles son los diferentes elementos

patrimoniales de su localidad así como a clasificarlos según su categoría.

Las emociones: por ejemplo, se siente satisfechas con lo aprendido. La formación ha

aumentado su autoestima y ha reforzado su identidad.

Los comportamientos: por ejemplo, han aprendido que el trabajo en equipo, interdisciplinar

e intergeneracional es fundamental en los procesos de conocimiento de los recursos

patrimoniales.

La evaluación formativa mide a corto plazo las reacciones, conocimientos y nivel de

comprensión adquiridos respecto a los temas vistos en el taller y así asegurar su buen

funcionamiento. Utilizamos como herramienta la dinámica de “que aprendimos hoy” en la que

al finalizar cada sesión diaria cada participante ha expuesto sus opiniones en un papelógrafo.

Para la evaluación final utilizamos dos dinámicas “los manteles” y “la diana”3 que como

formadoras nos ayudan a mejorar o transformar futuros talleres (figura 4).

Fig. 4. Evaluación final del taller de Humay

3 https://sites.google.com/site/123dinamizaotravez/2-7-dinamicas-de-evaluacion.

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Quiero terminar este artículo nombrando a mis compañeras y compañeros Marlene

Gildemeister, Maritza Tovar, Rosana Mendoza, Oscar Espinosa y Mario Advíncula, cuyo cariño,

profesionalidad y dedicación son imprescindibles para la realización conjunta de estos

talleres, y por supuesto a Giancarlo Marcone por aceptar incondicionalmente nuestras

propuestas. Por otro lado, mi infinito agradecimiento a las personas de Huaytará, Humay y

Pisco de las que tanto he aprendido.

Referencias bibliográficas

Advíncula, M. y Cuadrao C. (en prensa). Problemáticas y alternativas en la gestión de un tramo

de camino inca: el caso del tramo Vilcashuaman-Pisco, del Qhapaq Ñan, Perú, Estudios sobre

conservación, restauración y museología, vol. IV. Lima.

Ares, P. y Risler, J. (2014). Talleres de mapeo. Recursos lúdicos y visuales para la construcción

de conocimiento colectivo, Ecología política, núm. 48. México:28-32.

Bazán, H. (2014). La Interpretación del Patrimonio como estrategia para la educación y

socialización del patrimonio en el medio rural, Tejuelo: Didáctica de la Lengua y la Literatura.

Educación. Extra 9. Mérida:21-40.

Espinoza, O. y Gildemeister, M. (en prensa). Tejiendo nuevos modos de gestión del patrimonio

cultural: El caso del proceso de saneamiento físico–legal de la ciudad inca de Vilcas Huaman,

Perú, Estudios sobre conservación, restauración y museología, vol. IV. Lima.

Fernández, J.; López, P. y Pérez, C. (2015). La interpretación del patrimonio como herramienta

para la comunicación e innovación social en la gestión del arte rupestre, ARKEOS 37, XIX

Congreso internacional de arte rupestre IFRAO 2015. Cáceres:1811-1825.

Gildemeister, M. (2015). Re-conociendo el patrimonio cultural en lo cotidiano: el caso del

tramo Vilcashuaman-Pisco (Perú), Cuadiernu, núm. 3. La Ponte ecomuseu. Villanueva de

Santo Adriano:59-71.

Marcone, G. (2015). Qhapaq Ñan: a medio camino entre la gente, el territorio y su historia, Via

Imperialis. Antonio Raimondi en la ruta del Qhapaq Ñan. Lima:106-133.

Marcone, G. y Ruiz, R. (2014). Qhapaq Ñan: el reto del uso social del Patrimonio Cultural,

Quehacer, 195. Lima:114- 121.

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