organización del área destinada a lavandería y … · de lavado comienza en las habitaciones del...
TRANSCRIPT
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 45
ORGANIZACIÓN DEL ÁREA DESTINADA A LAVANDERÍA Y LENC ERÍA
BLOQUE 3
SISTEMAS, PROCESOS Y MÉTODOS DE LAVADO DE ROPA DEL HOTEL
De nuevo aparecen las tres grandes definiciones relacionadas con el “saber hacer”
necesario para llevar a cabo las funciones encomendadas en un área determinada de
un establecimiento hotelero. En este caso, los sistemas, procesos y métodos de
lavado de ropa del hotel.
Conviene recordar que cuando se habla de sistema , se trata de las reglas que deben
cumplirse para desarrollar correctamente el proceso de lavado de ropa .
Realmente, el sistema de lavado de ropa está relacionado con la técnica que se
emplea. En cambio, el método es una forma de actuar o proceder , lo que puede
estar condicionado por los hábitos o por las instrucciones recibidas. Por último, el
proceso de lavado es el conjunto de fases sucesivas que deben desarrollarse
para efectuar las funciones asignadas.
Como también se indicó con anterioridad, existen dos sistemas de lavado aplicables
en la industria hotelera: el sistema discontinuo , también conocido como
convencional, y que es el más habitual en la empresa hotelera, o el sistema continuo ,
basado en la implantación del túnel de lavado. En ambos casos, cada sistema está
gestionado a partir de una serie de reglas, derivadas de su organización, que permite
el correcto desarrollo de los trabajos.
El sistema convencional se basa en la carga y descarga individual de las unidades de
maquinaria dispuestas para su uso. En su diseño se han tenido en cuenta las fases de
ejecución de los procesos, produciéndose una separación entre las mismas, a lo que
debe la denominación de sistema discontinuo . En cambio, el sistema discontinuo
se basa en la disposición de unidades de lavado continuo en las que las diferentes
fases se producen en ámbitos relacionados entre sí en el interior de un único elemento
construído a modo de túnel.
En cambio, si se valoran los sistemas en función del funcionamiento o de las técnicas
empleadas, se valora la existencia de tres sistemas de lavado:
• Sistema americano , de carga superior y movimientos de vaivén para provocar el
choque de la ropa.
• Sistema asiático , mediante turbina central que gira en ambos sentidos.
• Sistema europeo , con un tambor que gira con movimientos en sentidos inversos y
arrastra la ropa para depositarla sobre agua jabonosa en breves pausas. Estas
Emilio Alonso Alvarez 46
pausas tienen como objetivo permitir la acción del jabón sobre la suciedad antes
del inicio de las operaciones en sentido inverso para permitir la acción mecánica.
1. Aplicación de equipos y materiales.
La organización de las instalaciones de la lavandería, unido a la disposición y dotación
de elementos necesarios para el desarrollo de los procesos, junto con el nivel de
cualificación o formación de los operarios que los gestionan o ejecutan persiguen la
correcta aplicación de todo ello para alcanzar resultados satisfactorios:
La dimensión de los espacios y su maquinaria debe ser adecuada a las necesidades
de procesado de ropa. De nada sirve disponer de grandes espacios si la producción
necesaria no precisa una superficie muy amplia.
La maquinaria empleada debe ser suficiente para que los procesos diferentes puedan
ser realizados con la garantía necesaria y para no existan interrupciones ni tiempos
muertos. Tampoco resulta aconsejable el uso de grandes prestaciones tecnológicas,
que pueden suponer elevadas inversiones, si las necesidades no lo aconsejan así.
Los productos empleados deben adecuarse a las características de las prendas que
se procesan, el estado de las mismas, los objetivos que se persiguen y las condiciones
particulares del agua.
Las operaciones deben ser ejecutadas con profesionalidad , mostrando el debido
respeto por el trabajo y manteniendo vigentes los objetivos perseguidos en cada
momento.
Esta situación debe mantenerse desde el inicio del proceso de tratamiento de las
prendas de ropa hasta su finalización, pero debe mantenerse presente que el proceso
de lavado comienza en las habitaciones del hotel, con la recogida de las prendas y su
traslado a la lavandería, hasta que éstas son reubicadas de nuevo en sus centros de
almacenamiento.
2. La clasificación de la ropa.
Como ya se indicó, este proceso se desarrolla previamente al lavado y tiene lugar en
un área destinada a tal efecto, conocida como área de sucio, cuyo objetivo consiste en
llevar a cabo la adecuada recepción y clasificación de las prendas.
Esta zona estará separada, especialmente en las lavanderías donde exista riesgo de
contaminación, del resto de la lavandería. Incluso, siempre pensando en instalaciones
de especial riesgo, las personas que trabajen en áreas de esta naturaleza, no
deberían tener acceso a otras zonas de la lavandería.
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 47
Las acciones a llevar a cabo en esta parte de la lavandería o proceso previo al lavado
son:
• Recepción de la ropa sucia.
• Registro documental de entrega de prendas a lavadero.
• Clasificación de las prendas recibidas para agruparlas según los criterios
establecidos de suciedad, tejido y tratamiento. Se puede incorporar como criterio
de clasificación el departamento de procedencia o cualquier otro relacionado con
su origen.
• Disposición de los lotes óptimos de lavado y carga de las lavadoras.
• Disposición de los productos de lavado.
• Realización de tratamientos especiales como las actuaciones relativas a
situaciones específicas previas al lavado en máquina.
• Adecuación y selección de los programas de lavado.
• Vigilancia del lavado.
La lavandería estará debidamente dotada de una barrera sanitaria que permita separar
los procesos de recepción, clasificación y lavado del resto de los procesos que se
desarrollan en la lavandería. Esta barrera sanitaria se consigue dotando a las
instalaciones de máquinas lavadoras con zonas diferenciadas para la carga y
descarga. De no se posible, lo más aconsejable será dotar las instalaciones de una
doble barrera, situando las lavadoras entre ambas.
En las instalaciones de gran capacidad, existe la posibilidad de disponer de modernas
instalaciones de conteo automático de prendas y sistemas de traslado de la ropa por
sacos o cintas. Incluso, existe la posibilidad de instalar equipos de detección de
metales, aunque su uso está más extendido en los hospitales o las lavanderías
industriales que en los hoteles.
Emilio Alonso Alvarez 48
3. El lavado de la ropa.
Lavar significa limpiar algo con agua u otro líquido . Sin embargo, debe entenderse
como un proceso, lo que quiere decir que existe un conjunto de fases que lo
conforman.
El lavado de ropa es un proceso que tiene como objetivo devolver las prendas a su
aspecto inicial. Para ello es necesario:
• Eliminar las manchas fijadas
• Desinfectar las prendas dentro de unos noveles aceptables de tolerancia.
• Preservar la calidad de las fibras y los colores.
• Restablecer la suavidad de los tejidos.
El éxito del proceso de lavado será conseguido si existe un buen conocimiento de
los recursos disponibles , ya se trate de maquinaria o productos de lavado , y si los
métodos de trabajo son apropiados a las características del agua , la naturaleza de
la suciedad y las características de los tejidos .
Como proceso, está conformado en fases que, a su vez, se ejecutan en ciclos de
objetivos diferentes.
3.1. Humectación.
Consiste en humedecer la ropa a base de proceder a su enjuagado para permitir la
eliminación de aquellas manchas solubles en agua. Se realiza en agua fría para evitar
que se fijen manchas capaces de hacerlo con el calor. En esta fase puede
incorporarse algún detergente con capacidad humectante y de carácter tensioactivo,
para reducir la tensión superficial del agua y permitir la penetración de la solución
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 49
jabonosa en las fibras que componen el tejido sobre el que se actúa. Esto se consigue
porque el agente humectante produce un hinchado de las fibras, aumentando la
penetración del agua y facilitando así el desprendimiento de las manchas.
3.2. Prelavado.
Es, como su nombre indica, la fase previa al lavado. Hasta este momento, las prendas
dispuestas para el lavado están humedecidas para disolver las manchas solubles en
agua. Ahora, se inicia su tratamiento de lavado.
Los objetivos del prelavado son eliminar la mayor cantidad de suciedad posible ,
neutralizar la suciedad ácida , facilitar el resto de operaciones y disminuir la
dosificación de productos químicos en la fase de lavado.
Se realiza a partir de tres pequeños ciclos:
El primer ciclo comprende la carga de agua y la dosificación del detergente. La carga
será completada en el segundo ciclo. A esta carga le sucede la acción mecánica de la
lavadora para facilitar el impregnado de las prendas con el detergente.
En el segundo ciclo de prelavado se completa la carga de agua de manera que toda
la ropa quede cubierta. Este ciclo es más largo que el anterior y se acciona el
termostato de la máquina para calentar el agua a la temperatura seleccionada.
Durante este ciclo, la acción mecánica se realiza con movimientos en ambos sentidos.
El tercer ciclo comprende la expulsión del agua y el agitado leve del tambor mediante
un centrifugado ligero que permite extraer el agua retenida entre los tejidos, junto con
los restos de detergente, antes de proceder a la fase de lavado.
3.3. Lavado.
La fase de lavado propiamente dicha es la más larga y donde se tienen que dar la
totalidad de acciones dirigidas a realizar un proceso eficaz. Esta fase, como la anterior
del prelavado, se realiza a partir de tres ciclos, siendo el tiempo diferente y la
combinación de los cuatro factores de Sinner fundamentales para alcanzar la eficacia
adecuada. Los ciclos son:
El primer ciclo de lavado carga el agua hasta la mitad del tambor e incorpora la
dosificación adecuada de detergente y blanqueante. En cuanto al tiempo, su duración
es corta, como leve es la acción mecánica de balanceo ligero. Para completar el
círculo, el lavado se realiza ya a la temperatura seleccionada.
A continuación, el segundo ciclo de lavado, es la parte más larga de la fase y, al igual
que en el prelavado, se inicia con la carga total de capacidad de agua hasta cubrir
Emilio Alonso Alvarez 50
plenamente la ropa, para realizar movimientos del tambor, pero ahora de forma
constante y continuada, hacia uno y otro lado. Este ciclo finaliza con la expulsión del
agua, apoyándose para ello en un centrifugado corto.
La fase de lavado finaliza en el tercer ciclo . Este ciclo se caracteriza por una
alternancia entre aclarados y centrifugados. Antes de que se inicie el último aclarado
se incorporarán el suavizante y los neutralizantes. La fase finaliza con la salida de
agua y centrifugado largo con el fin de conseguir que la mayor cantidad posible de
humedad sea extraída de los tejidos.
El aclarado precisa de una duración de tres minutos, tiempo en el cual se obtiene su
mayor rendimiento, al considerarse el tiempo de difusión de los productos de lavado
de la fibra en el agua. De hecho, los aclarados tienen como principio eliminar los
productos de lavado que han sido utilizados hasta e se momento , y su número
estará en función de la cantidad de producto de lavado empleado previamente y la
dureza del agua.
El primer aclarado se realiza a una temperatura de 70 ºC, sí las características de los
tejidos lo permiten, para evitar así que las grasas presentes en el agua en ese
momento se precipiten y se alojen de nuevo sobre las prendas. El anteúltimo aclarado
será el que se destine al uso de neutralizantes y el último para el suavizante.
3.4. Centrifugado.
Su existencia ha sido mencionada a lo largo de fases anteriores, y siempre con el
propósito de reducir la presencia de agua en los tejidos sobre los que actúa el lavado.
De hecho, existe un centrifugado siempre tras cada uno de los aclarados, aunque su
intensidad sea diferente. La técnica se basa en una elevada acción mecánica de giro a
gran velocidad. El resultado es la acción de la fuerza centrífuga que permite que el
agua sea desalojada del tambor.
3.5. Otros aspectos del lavado.
Tienen que ver con intervenciones diversas que se producen a lo largo del proceso y
relacionadas con diferentes fases. El primero de ellos, el blanqueado, al que se ha
hecho alusión en el proceso de lavado, por su eficacia para blanquear y desinfectar la
ropa tratada. No obstante, puede realizarse en el prelavado, con la ventaja de que no
debe emplearse neutralizador, pero con una notable pérdida de eficacia. Por el
contrario, el blanqueado tras la fase de lavado es muy eficaz, pero precisa de la
intervención del neutralizante.
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 51
Una fase de neutralizado significa incorporar un producto capaz de neutralizar el cloro
en la parte final del proceso para evitar que éste se deposite entre los tejidos.
4. Simbología del lavado.
Conviene recordar la importancia de conocer y disponer de la información suficiente y
necesaria para adaptar los procesos a cada situación concreta. Como posteriormente
será objeto de estudio, las diferentes fibras textiles precisan de tratamientos diferentes,
adaptados a sus características específicas e individuales.
A continuación se indican los diferentes símbolos a tener en cuenta en el caso del
lavado, como se irá indicando en cada uno de los procesos que integran las
actividades de la lavandería del hotel.
En el supuesto del tipo de lavado, generalmente relacionado con la aplicación del
factor mecánico:
En cuanto a la aplicación del factor temperatura, conviene considerar la importancia de
adecuarla a las características de las prendas para evitar daños. Los símbolos más
empleados son:
También, en este proceso de lavado, resulta importante conocer la importancia de
incorporar o no blanqueadores que contribuyan a la fijación y mantenimiento del color
blanco de las prendas hoteleras y a su correcta desinfección. La simbología empleada
sería la siguiente, teniendo en cuenta que el relativo a la prohibición de uso de
blanqueadores puede aparecer sobre fondo blanco. También, en otros casos puede
aparecer la expresión “CL” en el símbolo que indica la posibilidad de aplicar
blanqueadores para informar que es posible hacerlo con clorados, como la lejía:
Emilio Alonso Alvarez 52
En otros casos, algunas prendas no deben ser sometidas a tratamientos acuosos y la
intervención de limpieza debe ser efectuada en seco. La simbología más empleada
para indicar esa posibilidad o recomendación será:
También, en este caso de la limpieza en seco, pueden existir ciertas restricciones o
posibilidad de uso de materiales que refuercen la limpieza mediante la aplicación de
factor químico. Son los siguientes:
5. Tipos de agua.
Éste es un concepto que modifica las propiedades del agua. En consecuencia, altera
la calidad del agua.
La dureza del agua viene determinada por el nivel de minerales, en particular sales de
magnesio y calcio, que contenga disueltas. El grado de dureza del agua será
directamente proporcional a la cantidad de minerales en suspensión.
Su medición se realiza en grados franceses (ºHF) o en miligramos de carbonato
cálcico por litro. Un grado francés equivale a 10 miligramos por litro. La escala de
dureza es la siguiente:
• Aguas blandas . Concentración de menos 5 grados franceses.
• Aguas ligeramente duras . Concentración entre 5 y 10 grados franceses.
• Aguas moderadamente duras . Concentración entre 10 y 20 grados franceses.
• Aguas muy duras . Concentración de más de 20 grados franceses.
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 53
El agua dura no es perjudicial para la salud, sin embargo ocasiona numerosas
molestias, ya que los iones de calcio y magnesio, a temperatura de ebullición,
precipitan formando una dura costra que se adhiere a tuberías y maquinaria que
entran en contacto con el agua. También precipitan en contacto con detergentes
alcalinos, provocando la existencia de residuos.
En contacto con aguas duras, el jabón no produce espuma y pierde eficacia ya que
parte del detergente se ve anulado por la presencia de la cal.
5.1. Medidas correctivas.
Para prevenir los efectos de la dureza del agua se utilizan dos tipos de
procedimientos.
• Físicos . Se trata de la instalación de filtros o descalcificadores, basados en la
presencia de sal, para transformar las aguas duras en aguas blandas.
• Químicos . Se trata de la presencia de “secuestrantes”, generalmente incluídos en
la formulación de los productos químicos, para que actúen neutralizando la cal.
Este procedimiento devuelve al detergente su eficacia pero no elimina los residuos
que genera la dureza.
6. Tipos de suciedad.
Se denomina suciedad a cualquier tipo de polvo, mancha o grasa que ensucia , lo
que aplicado a las prendas textiles, implica cualquier tipo de cuerpo extraño y no
deseado que se deposita entre sus fibras.
La suciedad está formada por componentes diferentes, lo cual, en función de sus
propiedades y las características de los textiles y su empleo, pueden precisar de
tratamientos específicos. Esta suciedad es identificada como manchas. Una mancha
es cualquier señal que un cuerpo produce en una prenda , ensuciándola,
modificando parcialmente su aspecto o el color, o e chándola a perder .
Las manchas se pueden clasificar según su forma de eliminación. Son las siguientes:
• Por solubilidad en agua.
• Por saponificación.
• Por emulsión.
• Por eliminación física.
• Por decoloración.
Emilio Alonso Alvarez 54
6.1. Manchas solubles en agua.
Su característica es que las sustancias que las producen se fijan sobre la ropa
solamente por simple adherencia. Al tratarse manchas solubles en agua, su
eliminación se consigue mediante el enjuague. No obstante, conviene recordar la
facilidad que algunas de estas manchas tienen para fijarse por la acción térmica, por lo
que su tratamiento debe realizarse con agua fría.
Entre este tipo de manchas se encuentran las producidas por los azúcares, colorantes
diversos, zumos de fruta o la sangre.
6.2. Manchas saponificables.
En principio, para que una mancha sea saponificable, es imprescindible la existencia
de una grasa, ya sea de origen animal o vegetal. Estas manchas aparecen fijadas a
las fibras por adherencia física y química.
Para su tratamiento se precisa la acción de la temperatura junto con la química de los
detergentes alcalinos sobre las grasas, a las que saponifican mediante la agitación
mecánica. Por ello, la suciedad es mantenida en suspensión durante el proceso de
lavado o prelavado, por lo que se produce sucesivas descargas del agua.
6.3. Manchas emulsionables.
Emulsionar viene a significar la posibilidad de dispersar un líquido en otro en el que no
se puede mezclar. Realmente, es una acción que consiste en despegar las manchas a
partir de detergentes tensioactivos.
La mayoría de las grasas son emulsionables, incluidas, en este caso, las grasas
minerales.
6.4. Manchas eliminadas de forma física.
Son manchas de sencilla eliminación por la acción mecánica del prelavado. Su fijación
a las prendas es física y, por tanto, así sucede su eliminación gracias al poder
humectante del agua y algunos productos químicos. Son manchas producidas por
arenas, polvo,…
Los polvos gruesos se fijan en los tejidos, concretamente, entre los hilos de la
urdimbre y la trama. Por ello, su eliminación es sencilla mediante la acción mecánica.
Sin embargo, a medida que su tamaño disminuye, aumenta su facilidad para penetrar
en las fibras, lo que dificulta notablemente su eliminación. Para ello, es preciso hinchar
la fibra para facilitar su extracción, para lo que se procede a la humectación de los
tejidos.
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 55
6.5. Manchas eliminadas por decoloración.
Son manchas que han generado un tintado de la fibra en que se alojan. Estas
manchas no pueden eliminarse, exclusivamente, por las propiedades de los
detergentes tensioactivos, ya que precisan ser decoloradas. Por ello, solamente es
posible eliminarlas por la acción de un producto oxidante, para lo cual se emplea un
blanqueante.
Las manchas más características de este tipo son las de vino, té o café, entre otros.
6.6. Métodos de eliminación de diferentes tipos de suciedad.
Para reconocer la suciedad se procede a clasificarla en siete grupos diferentes:
Primer grupo , el polvo grueso, como por ejemplo, la arena.
Segundo grupo , materias minerales coagulables, como por ejemplo el barro.
Tercer grupo , las materias orgánicas coagulables, como por ejemplo, la sangre.
Cuarto grupo , las materias grasas, como los aceites, la mantequilla,…
Quinto grupo , el polvo fino, como es el polvo en suspensión, el polvo de humo,…
Sexto grupo , los colorantes minerales, como algunos pigmentos, mohos,...
Séptimo grupo , Los colorantes orgánicos, como el vino, el zumo natural o el café.
En ocasiones, las manchas producidas por estas suciedades resultan más complejas,
al combinarse suciedad procedente de más de un grupo, como por ejemplo el rojo de
labios, que combina los grupos cuarto, sexto y séptimo.
Por tanto, se procede al estudio individual de cada grupo en función la forma de
eliminación lógica a emplear en función de los elementos del diagrama de Sinner y las
condiciones del medio.
6.6.1. Eliminación de polvos gruesos.
Las manchas de este tipo de polvo se presentan como una sencilla adherencia a las
prendas, con lo que no se precisa de una acción química importante y, la intervención
de la acción mecánica suele ser suficiente. Las condiciones del lavado son las
siguientes:
Acción química : se reduce al agua, generalmente.
Acción mecánica : agitación importante que consigue liberar las partículas de polvo
con rapidez.
Acción de la temperatura : la de agua es suficiente. Temperatura ambiente.
Emilio Alonso Alvarez 56
Acción del tiempo : reducido.
Estas actuaciones se pueden realizar de manera indiferente al pH.
6.6.2. Eliminación de materias minerales coagulable s.
Como materia coagulable, efecto que sucede a partir de 40º C, conviene dispersar
estos barros en un medio emulsionante y dispersante carente de temperatura. Las
condiciones del lavado son las siguientes:
Acción química : se emplean detergentes con propiedades humectantes,
emulsionantes y dispersantes.
Acción mecánica : poco importante. Solamente la necesaria para hacer emulsionar la
suciedad.
Acción de la temperatura : la necesaria para evitar la coagulación, es decir, del orden
de los 40º C.
Acción del tiempo : reducido. Podría situarse alrededor de los cinco minutos.
Estas actuaciones se pueden realizar de manera indiferente al pH.
6.6.3. Eliminación de materias orgánicas coagulable s.
La característica de las manchas generadas por este tipo de suciedad reside en el
hecho de que coagulan de manera irreversible por la acción de la temperatura. Por
tanto, necesitan de un tratamiento de eliminación a partir de bajas temperaturas y
agentes de emulsión capacitados para actuar a estas temperaturas. Las condiciones
del lavado son las siguientes:
Acción química : se emplean detergentes con propiedades humectantes y
emulsionantes, pero con capacidad a baja temperatura.
Acción mecánica : solamente la necesaria para hacer emulsionar la suciedad.
Acción de la temperatura : la necesaria para evitar la coagulación, es decir, del orden
de los 40º C.
Acción del tiempo : reducido. Podría situarse alrededor de los cinco minutos, tiempo
suficiente para hacer emulsionar esta suciedad.
6.6.4. Eliminación de materias grasas.
La característica principal del proceso viene determinada por la temperatura necesaria
para emulsionar la suciedad provocada por la materia grasa. Las condiciones del
lavado son las siguientes:
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 57
Acción química : se emplean detergentes de naturaleza alcalina con propiedades
emulsionantes y dispersantes a altas temperaturas.
Acción mecánica : debe ser muy importante.
Acción de la temperatura : según los agentes utilizados, entre 75 y 90 º C.
Acción del tiempo : se sitúa en un máximo de 20 minutos.
6.6.5. Eliminación de polvos finos.
Habitualmente, este tipo de suciedad aparece combinada con otros tipos y se elimina
en el transcurso del tratamiento que se ejerce sobre estas otras, por lo que no se
identifica ningún tratamiento específico.
6.6.6. Eliminación de colorantes minerales.
Es el tipo de manchas que requiere una acción química más importante que el resto.
Las condiciones del lavado son las siguientes:
Acción química : se emplean detergentes ácidos o una sal ácida combinada con la
temperatura con propiedades emulsionantes y dispersantes a altas temperaturas.
Acción mecánica : es prácticamente nula.
Acción de la temperatura : elevada.
Acción del tiempo : se sitúa en un máximo de 5 minutos.
6.6.7. Eliminación de colorantes orgánicos.
El tratamiento de este tipo de suciedad precisa de la intervención de agentes
blanqueantes, utilizados a baja o alta temperatura, en función de las condiciones del
medio y del tipo de tejido. Las condiciones del lavado son las siguientes:
Acción química : se emplean productos con poder blanqueantes, sean clorados u
oxigenados.
Acción mecánica : es prácticamente nula.
Acción de la temperatura : la adecuada al tipo de tejido. En el caso de agentes
oxigenados se pueden alcanzar hasta 90 ºC, y en el caso de los clorados 25 ºC.
Acción del tiempo : se sitúa en un máximo de 7 a 10 minutos.
De lo anterior se deduce que no se puede realizar la eliminación de los siete tipos de
manchas en una sola operación, aunque es posible adaptar las condiciones del lavado
para agrupar varios tipos de manchas en un solo proceso de lavado.
Emilio Alonso Alvarez 58
Los tipos de suciedad más característicos de la ropa de un hotel, y sus tratamientos
posibles son:
FASE EN QUE SE ELIMINAN SUCIEDAD SOLUBLE EN
AGUA FASE DE
PREDISOLUCIÓN PRELAVADO LAVADO
Grasas y aceites NO X
Saponificación X
Emulsión
Aceites minerales NO X
Emulsión
Polvo SI/NO X X Saponificación
X Emulsión
Sudor NO X Saponificación
Orina NO X Blanqueado
Sangre SI X X X Blanqueado
Huevos SI X X X Blanqueado
Té - café NO X Blanqueado
Vino – zumo natural NO X
Blanqueado
7. La ropa de clientes.
Su tratamiento comprende una serie de fases que se describen a continuación.
7.1. Entrega de las prendas.
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 59
ENTREGA A LAVANDERÍA
NOMBRE Name
HABITACIÓN Room
FECHA DE ENTREGA Collection date
A DEVOLVER EL To be refurned on
LAVADO Y PLANCHADO Washing and ironing
SOLO PLANCHAR Ironing only
ARTÍCULOS ARTICLES
Piezas Precios Piezas Precios TOTAL Sujetador Brassiere
Braga Panty
Pijama Pyjama
Bata Dressing-gown
Pañuelo Handdkerchief
Vestido Dress
Vestido de noche Cocktail dress
Traje de chaqueta Suit
Pantalón Trousers
Falda Skirt
Falda plisada Pleated skirt
Jersey Pullover
Blusa o polo Blouse
Blusa de seda Silk blouse
Pañuelo cuello Scarf
Abrigo o gabardina Coat-Raincoat
SEÑORAS - LADIE
S
Calzoncillo Drawe
Camiseta Undershit
Calcetines Socks
Pijama Pyjama
Pañuelo Handdkerchief
Camisa o polo Shirt
Corbata Tie
Jersey Pullover
Pañuelo cuello Scarf
Pantalón Trousers
Americana Jacket
Chaleco Waistcoat
Traje completo Suit (2 pieces)
Smoking Smoking
Abrigo o gabardina Coat-Raincoat
CABALL
EROS - GENTLE
MEN
Toquilla Pinner
Jersey Pullover
Vestido Dress
Pantalón Prousers
Leotardos Panties
Braguitas Panty
Pijama Pyjama
NIÑ
OS - CHIL
DREN
FIRMA DEL CLIENTE Client signature
OBSERVACIONES:
TOTAL
Emilio Alonso Alvarez 60
En la habitación, el cliente encontrará una bolsa donde podrá depositar todas aquellas
prendas que desee que la camarera retire para su envío a la lavandería. Junto con la
bolsa, dispondrá de un impreso donde anotará las prendas y su cantidad. Este
impreso podrá ser el elemento válido para publicitar los precios, aunque no resulta lo
más aconsejable ante la posibilidad de que éstos se modifiquen de un ejercicio
económico a otro. También indicará las fechas de entrega y devolución y la
denominación de las piezas, preferiblemente en dos idiomas.
El modelo de documento que aparece con el nombre de ENTREGA A LAVANDERÍA
representa el que será el impreso de control. Resulta muy importante que se devuelva
en papel autocopiativo al cliente y valorado para que pueda realizar la comprobación
de precios respecto a los que tendrá a su disposición en la habitación.
7.2. Traslado a lavadero.
Normalmente, se aconseja que la ropa se vaya guardando con la lencería que se retira
para envío a la lavandería. Sin embargo, esta opción puede ser perjudicial para el
servicio si, en algún momento, la clasificación de ropa se ve retrasada por cualquier
situación no controlable.
Conviene que se dé traslado lo antes posible para que la lavandería pueda adoptar las
medidas correctoras respecto al plan de trabajo con el ánimo de cumplir con las
necesidades del cliente.
7.3. Clasificación.
No deja de ser un momento crítico. Una vez comprobado que la relación de piezas que
aparecen en el impreso de control coincide con las piezas recibidas debe procederse
al marcado de las mismas para su posterior identificación.
La ropa se clasifica de acuerdo con los criterios que se establezcan como algodón,
lana, sintéticas, prendas que pueden desteñir o encoger,…
7.4. Marcado.
Si entran muchas piezas de cliente en la lavandería, esta actuación resultará
imprescindible.
El marcado se puede hacer a mano, mediante marcas de costura, con cinta adhesiva,
lo cual es arriesgado por la posibilidad de que se desprenda o por medio de alicate o
grapadora, de grapas inoxidables, que es la forma más barata y rápida de ejecutar
esta operación.
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 61
7.5. Distribución, presentación y devolución de las prendas.
Una vez limpia la ropa de los clientes debe procederse a al planchado. Generalmente,
este proceso será totalmente manual, al no existir muchas posibilidades de uso de
calandras o rodillos. Una vez se realiza el planchado de las prendas, se devuelve a los
casilleros donde se reunirán los lotes completos de cada cliente y éstos puedan ser
enviados a las habitaciones. Para esta operación se preparan lotes completos en
bandejas y una percha para las prendas que deban ser colgadas. Para su traslado, la
bandeja debe ser cubierta por un paño.
El lote completo de ropa se devuelve a la habitación del cliente, planchado y doblado,
depositándose sobre la cama, a excepción de prendas como pantalones o chaquetas,
que se dejarán sobre una silla, de forma que no se arruguen. No debe cometerse el
error de depositar estas prendas en el interior del armario.
8. Proceso de secado de ropa.
Cualquier proceso de secado dependerá de la calidad del centrifugado y del
tratamiento posterior de las prendas sobre las que se interviene. Secar consiste en
extraer la humedad de un textil, o hacer que se eva pore, mediante la aplicación
de aire o calor .
El clasificado de la ropa, previa al lavado, debe tener consideración sobre el secado
igualmente. La intención debe ser que no existan interrupciones en los diferentes
procesos del área. Así, se debe tener en cuenta, el grado de humedad y el tratamiento
posterior, como realmente sucede en el caso de los procesos completamente
mecanizados o los túneles u otras líneas de sistema continuo.
En el caso de la ropa del hotel la intervención se produce:
Emilio Alonso Alvarez 62
La ropa de cama se trata en conjunto. Se consigue pleno secado para su planchado y
posterior plegado.
La ropa de restaurante se agrupa por colores y calidad. En cuanto a su secado se
finaliza con resultados parciales para que su planchado se realice con humedad para
mejorar su apresto.
La felpa de baño se seca totalmente antes de pasar a plegado, ya que no pasa por la
fase de planchado. Por ello, la toalla debe pasar por lavado y secado en último lugar.
Como el lavado, las operaciones, de secado suponen de la simbología cuyo
significado debe ser correctamente interpretado.
En relación a si las prendas pueden ser tratadas de forma mecánica en el proceso de
secado, los símbolos más representativos son:
En cambio, existen otros símbolos relacionados con la conveniencia o no de someter
las prendas a determinados usos y tratamientos de secado. Son los siguientes:
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 63
9. Almacenamiento y distribución de ropa lavada.
Lo habitual es que la ropa deba ser objeto de un tratamiento de planchado que finaliza
en el plegado, embolsado y, si se considera oportuno, etiquetado. No siempre, el
tratamiento de la ropa finaliza de esta manera. En el caso de las toallas, al no incluir el
proceso de planchado, tras el secado, se procede a su plegado, a lo que hay que
añadir la conveniencia de situar estas prendas en la parte final del proceso y permitir
que las tareas de plancha se desarrollen mientras las toallas pasan por lavado y
secado.
Una vez que se extraen de la secadora se desarrolla su plegado o se mantienen en
reserva, si existe acumulación de tareas. De hecho, cuando esta acumulación no
permite abordar este apartado del trabajo se asigna a la camarera que realice el
servicio de la tarde.
Para su plegado deben considerarse dos cuestiones: las posibilidades de
almacenamiento y el modelo de presentación.
Respecto a las posibilidades de almacenamiento, vienen delimitadas por las
condiciones del local destinado a tale efecto y las características de las estanterías, ya
sea de los almacenes generales de lencería o de los armarios disponibles en los
offices. Para ello, se procurará realizar pliegues y lotes acomodados a estas
posibilidades de almacenamiento y transporte, facilitando también su recuento.
Por otro lado, resulta importante racionalizar los pliegues de acuerdo con el modo de
presentación en las habitaciones, para facilitar el trabajo en planta y estandarizar la
presentación de las mismas.
La distribución de la ropa lavada se realiza a partir de carros perfectamente limpios.
Una vez que las prendas son retiradas del secado, si precisan de planchado, se sitúan
en contenedores para su traslado a plancha, donde serán tratados. La clasificación
previa elimina las necesidades de clasificación en planchado, donde el tamaño de las
prendas resulta muy importante, sobre todo si se completa con un proceso de plegado
automatizado. Si, por el contrario, se trata de prendas sin tratamiento de plancha, se
procede a su plegado, y embolsado si se considera, y se disponen para su traslado al
almacén general de lencería o a las diferentes plantas, aunque será la organización
general del trabajo lo que determine esta posibilidad o la forma y el momento de
ejecutar este traslado.
Emilio Alonso Alvarez 64
10. Procedimientos de baja y descartes.
La lencería hotelera forma parte del servicio que se presta al cliente y, en
consecuencia, es parte de la imagen del establecimiento, y su estado debe ser
impecable.
La falta de calidad en los resultados de limpieza puede provocar el descarte para el
uso, en lo que se conoce habitualmente como rechazo. Esta situación no impide el uso
posterior de las prendas, pero sí las inhabilita temporalmente para ello hasta que no
reciban el tratamiento adecuado para gozar de las cualidades adecuadas.
La lencería es un conjunto de artículos que forman parte del activo no corriente del
establecimiento y, en consecuencia, tiene la consideración de inventariable. Como
consecuencia de ello, cualquier obsolescencia, rotura u otro deterioro que impida o
desaconseje su uso habitual debe ser considerado de forma que quede reflejado en
estos términos. En los casos de bajas, la jefatura del departamento procede a su
consideración administrativa, al tiempo que se procede al despiece o preparación para
usos alternativos de las partes útiles, pudiendo precisarse la intervención de costura
para convertir una sábana en una funda de almohada, por ejemplo.
Las obsolescencias suelen estar previstas y son entendidas desde el punto de vista,
ya no solamente del envejecimiento, sino en una práctica caída en desuso,
generalmente por no reunir las condiciones determinadas.
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 65
En el caso del deterioro que desaconseje su uso, éste suele ser observado después
de los procesos de lavado de las prendas y como consecuencia de un análisis de las
mismas, basado en la observación rutinaria. Las bajas y descartes se producen por los
deterioros observados, a partir de las siguientes causas:
• Decoloración o coloración.
• Formación de manchas.
• Encogido.
• Roturas y rasgados por desgaste.
10.1. Decoloración o coloración.
El uso de ropa blanca, como regla general, no solamente pretende ofrecer la imagen
de higiene y limpieza, sino que sirve para evitar la imagen inadecuada que la
decoloración de las piezas ofrece al público, además de la posibilidad de emplear
blanqueantes para evitar la presencia de coloraciones cuando se trata de ropa blanca.
Las decoloraciones de la ropa, poco habituales en las prendas de lencería hotelera,
suelen venir determinadas por la inadecuada combinación de los factores del lavado
presentes en el diagrama de Sinner, que debe venir determinado por el programa de
lavado. De hecho, un exceso de acción mecánica puede originar esa decoloración,
como también puede hacerlo la presencia de las prendas en un medio líquido sin
agitación, como los lavados en predisolución.
En el caso de las coloraciones, éstas se producen al existir una migración de los
colorantes de un tejido hacia otro en el mismo medio.
10.2. Formación de manchas.
Durante el proceso de lavado, la ropa puede sufrir deterioros capaces de provocar su
baja o eliminación para el servicio. Generalmente, en la lavandería, aparecen manchas
de moho provocadas por el excesivo mantenimiento de prendas húmedas, por
existencia de procesos interrumpidos o esperas por falta de capacidad de producción
en algunas fases como el secado.
Además de las anteriores, y de forma más común, pueden aparecer otras manchas
cuyo aspecto es pardo y amarillento. Generalmente, estas manchas que pueden
provocar los descartes y bajas están provocadas por la existencia de hierro o materias
orgánicas en el agua, aguas alcalinas o defectos en los aclarados.
10.3. Encogido.
Emilio Alonso Alvarez 66
Las causas que pueden provocarlo son diversas y pueden estar relacionadas
directamente con la calidad de los tejidos. Entre los factores determinantes del
encogido aparecen la acción mecánica excesiva como también la elevada temperatura
de lavado o el empleo de productos de alta alcalinidad.
10.4. Roturas y rasgados por desgaste.
Se producen por la acción química o la acción mecánica sobre las prendas a lo largo
del proceso de lavado.
La acción química excesiva se produce por la acción de productos ácidos o alcalinos
en circunstancias determinadas, por la de los blanqueantes o por la acción de metales
depositados en la maquinaria en lavados anteriores.
La acción mecánica puede intervenir en este deterioro si se desarrolla con una
violencia excesiva, pudiendo provocar los rasgados, el desgaste por abrasión o
incluso, agujeros.
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 67
ORGANIZACIÓN DEL ÁREA DESTINADA A LAVANDERÍA Y LENC ERÍA
BLOQUE 4
PROCESOS Y MÉTODOS DE PLANCHADO DE ROPA DEL HOTEL
La plancha es, sin lugar a dudas, el más ingrato de los procesos desarrollados en el
ámbito de la lavandería y, en consecuencia, donde más avances se han producido en
cuanto a tecnología capaz de reducir la intervención del factor humano. De hecho, la
aplicación de sistemas tradicionales con rodillo, muy extendidos no obstante, implica la
obligación de soportar elevadas temperaturas de trabajo a un ritmo continuado y como
último proceso a ejecutar de cuantos se desarrollan en esta área.
Cuando se habla de procesos de planchado en la industria hotelera no debe perderse
de vista que se trata de un planchado que puede considerarse como industrial.
Ciertamente, en algunos casos, como la ropa de clientes o los uniformes del personal,
en los que se empleará un sistema de planchado a mano, lo habitual es que el
planchado se realice con elementos de carácter industrial, como es el caso de los
rodillos, cuya efectividad y producción dependerá del grado de mecanización y
automatismo de que se dote.
En los procesos de planchado van a influir diferentes factores, algunos de ellos,
carentes de toda observación en muchos casos, pero cuya valoración puede facilitar
unos resultados muy positivos. De hecho, el primer aspecto a valorar para realizar un
buen planchado es que la ropa sobre la que se interviene haya sido sometida a un
lavado adecuado y que los aclarados hayan sido suficientes, tanto en número como en
capacidad, para eliminar totalmente los restos de los productos químicos, ya sean
detergentes, suavizantes o blanqueantes, pues la existencia de residuos puede
provocar que el planchado, por la acción de la temperatura, produzca manchas
amarillentas con motivo de su fijación en las prendas.
1. Métodos de planchado.
Cómo métodos de planchado se hará mención a dos, principalmente: el planchado a
mano y el planchado industrial o planchado a máquina, ya sea por calandra con
vapor o mediante rodillo mecánico.
1.1. Planchado a mano.
Generalmente, los equipos de carácter industrial no pueden ser empleados o no
compensa su uso en pequeñas piezas. Por tanto, se hace uso de planchas
tradicionales o herramientas planchadoras de accionamiento manual que permite
realizar algunas actividades.
Emilio Alonso Alvarez 68
La plancha manual suele emplearse en las prendas de cliente o para algunas prendas
del tipo de uniformes, para fijar dobladillos, planchar cuellos o puños de camisas o
acceder a ángulos de las prendas. Para ello, es necesario disponer de una superficie
adecuada sobre la que sostener las piezas, como las tablas de planchado, con los
accesorios correspondientes.
Conviene conocer perfectamente las características del tejido a intervenir y las
condiciones de temperatura y vapor que pueden emplearse. Para ello, debe prestarse
atención a la simbología propia del proceso de planchado y al estudio pormenorizado
de que serán objetos los diferentes tipos de tejidos.
1.2. Planchado industrial.
El planchado industrial es aquel desarrollado a partir de técnicas profesional es de
trabajo basadas en un elevado grado de tecnificació n que permiten desarrollar
una elevada producción en relación al factor humano empleado .
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 69
El planchado industrial se configura en función de las características del propio
proceso en sí mismo, lo que lo delimita. Estas características serán:
El grado de automatización que se emplee en los procesos definirá los espacios y
delimitará la circulación de las prendas en la totalizada de los procesos, al tiempo que
condiciona la segunda de sus características: el número de personas empleadas
necesarias para llevar a cabo los procesos.
Las características y variedad de las piezas a intervenir son fundamentales a la hora
de configurar los procesos y los cambios en los modelos de intervención a la hora de
entrada de las unidades en las máquinas.
Por último, al ubicarse el proceso de planchado al final de los anteriores, será
necesario conocer el grado de humedad de las prendas a la hora de la llegada a la
planchadora. Se podrán configurar procesos sin secado previo que provocan la
llegada de las prendas a la planchadora con unos niveles de humedad elevados que
deben ser tenidos en cuenta.
El planchado industrial se realizará a partir de dos modelos de maquinaria diferentes,
que condiciona la configuración de los procesos: la máquina plana o de prensado, con
vapor, conocida como calandra , o el planchado a partir de un cilindro rotativo,
conocido como rodillo .
Emilio Alonso Alvarez 70
La combinación de ambas tecnologías ha conseguido que los procesos de planchado,
y el consecuente plegado, se desarrollen en maquinaria conocida como calandra
multifunción, dotada de cintas para trasladar las prendas estiradas en su interior, y
rodillos para su estirado, planchado y plegado. Estas unidades pueden ser
configuradas para servicios manuales sencillos, como los descritos a modo tradicional,
capaces de desarrollar un planchado controlado, o para realizar la introducción de las
prendas y proceder a su recogida trasera, ya dispuesto s para su traslado, distribución
y almacenamiento.
Según el modelo de que se trate, la mayoría de las máquinas de planchado
multifunción pueden tener unas dimensiones, calculadas en la anchura de la entrada,
que van desde 190 a 340 centímetros. Sus posibilidades de calentamiento se
desarrollan a partir de vapor, eléctrico o a gas.
Los sistemas dotados capacitados para el doblado automático permiten a una o dos
personas secar, planchar y doblar las sábanas en el sentido longitudinal, siendo
factible la incorporación de un sistema mecánico, que facilita la salida de la ropa por la
parte trasera de la máquina.
La velocidad de planchado es posible regularla para adaptarla a las necesidades de
cada proceso según la densidad (peso/m2) de la ropa y de su humedad, para
conseguir un buen estirado de las prendas, lo que facilita el plegado.
Habitualmente, se pueden disponer las unidades en funcionamiento manual o
automático, pudiendo seleccionarse desde un planchado sencillo como única
operación, a un proceso de planchado con secado y plegado, incluso, como se indica
anteriormente, con dispositivo de salida trasera.
Una vez dispuesta la configuración del proceso se disponen los dos grandes
parámetros sobre los que descansa el planchado: la temperatura y la velocidad .
La temperatura puede ser ajustada de acuerdo con la configuración prevista por el
fabricante, de manera que permita sencillas variaciones, para lo cual emplea
pequeñas horquillas de variación de unos 5 ó 10 grados centígrados. La velocidad
puede ser ajustada para adaptarse a la humedad de las piezas, reduciéndola si la
prenda dispone de humedad excesiva.
2. Factores que inciden en la calidad del planchado .
Para realizar un planchado eficaz es necesario realizar una correcta combinación de
diferentes factores que le afectan de forma positiva o negativa en función del uso que
se haga de los mismos. Son los siguientes:
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 71
• Factor térmico.
• Factor mecánico.
• Factor químico.
• Factor de humedad.
• Factor de presión.
• Factor de vacío.
Cada uno de estos factores será objeto de estudio para su conocimiento y
comprensión y para su aplicación en un planchado eficaz.
2.1. El factor térmico.
El calor de planchado se genera en la cubeta de la máquina y es transmitido a las
prendas durante el planchado. En ocasiones, el uso de la temperatura se realiza
también con el apoyo del vapor, para facilitar la fricción.
Para que el calor pueda ser transmitido a las prendas, se genera una diferencia
gradual entre la cubeta y las superficies de contacto, en ocasiones protegidas por
medios físicos como los muletones que protegen los rodillos, para evitar que la
temperatura de contacto sea excesiva y perjudicial para las prendas.
Para que el calor de planchado sea el adecuado debe tenerse en cuenta que hay
algunos factores que determinan su grado, como por ejemplo, la calidad del tejido , su
estado y su gramaje, expresado en la relación gramos / m2, la humedad , ya sea de la
ropa o del vapor, condicionado éste por la temperatura de la cubeta y el depósito de
sales que exista en la misma.
2.2. El factor mecánico.
Se produce con motivo del contacto entre el rodillo y las prendas, y la fricción que
pueda producirse al paso entre rodillo y teja. Se denomina fricción a la resistencia al
movimiento de una superficie sobre otra , o a la fuerza opuesta al inicio de un
movimiento . Asociado a ello, y como parte de este factor mecánico, la velocidad del
rodillo incide también en la calidad final del planchado. Por tanto, la incidencia del
factor mecánico, vendrá delimitada por las causas siguientes:
• La alineación del eje y el rodillo es inadecuada y provoca una circunferencia de
giro del rodillo diferente en las distintas superficies del rodillo.
• La elasticidad del muletón es inadecuada y no es capaz de equilibrar el grosor de
las diferentes piezas planchadas.
• Existen restos de cal o almidón sobre la superficie de la teja, lo que provoca
rozamiento en el planchado.
Emilio Alonso Alvarez 72
• La distancia entre el rodillo y la teja no es uniforme.
El factor mecánico derivado de la velocidad se tendrá en cuenta en función de dos
variables: el grosor de los tejidos y el tamaño de las prendas. A medida que aumenta
el grosor de los tejidos, la velocidad debe ser inferior para poder absorber la humedad
presente en los mismos, o aumentar el número de pasadas por el rodillo. Lo mismo
sucede cuando aumenta el tamaño de las piezas o éstas deben ser dobladas en el
planchado, para lo cual también debe reducirse su velocidad de planchado para
conseguir resultados óptimos de liso y seco.
2.3. Factor químico.
Normalmente, el factor químico que incide sobre el planchado tiene como
consecuencia un irregular funcionamiento de los factores de origen mecánico. No
vienen determinados por el uso de productos químicos de planchado, a excepción del
empleo de almidones de origen sintético con el fin de mejorar el apresto de algunas
prendas como la mantelería, lo que se conoce como aprestos.
Los aprestos se emplean para dotar de cierto cuerpo a algunas prendas de difícil
planchado o que no son capaces de obtener el aspecto adecuado sin medios
excepcionales. Existen muchos tipos de aprestos. Los más utilizados son los
sintéticos, que se obtienen en formatos comerciales y son distribuidos por las
empresas especializadas. Su misión es facilitar el planchado y endurecer el tejido.
Antiguamente, para conseguir estos efectos se empleaban almidones naturales, como
los elaborados a partir de agua de arroz.
Por tanto, el factor químico que incide en el proceso de planchado vendrá delimitado
por las alcalinidad del agua o el aclarado de las prendas, cuyo desarrollo irregular
puede provocar la presencia de sales y residuos entre las fibras que, por acción de la
temperatura, pueden cristalizar en la teja de la plancha, como también puede suceder
en el caso de una humedad residual de las prendas muy elevada. Esta cristalización
dificulta la acción mecánica de la plancha, aumentando su rozamiento y pudiendo
provocar rasgados de las prendas planchadas.
2.4. Factor de humedad.
La humedad es agua impregnada en un cuerpo o mezclada con el aire en forma de
vapor. En el caso de los procesos relacionados con el planchado de ropa, la humedad
a considerar es aquella generada con motivo de la condensación en forma de vapor, lo
que dificulta el normal desarrollo del planchado, o la humedad residual presente en las
prendas que son objeto de tratamiento.
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 73
2.4.1. Humedad residual de la ropa.
Algunos elementos de planchado, como algunas calandras, se emplean para secar y
planchar al mismo tiempo. En otros casos, la presencia de humedad en las prendas
durante el planchado resulta aconsejable para mejorar su apresto. Sin embargo, la
realidad viene a demostrar que la humedad reduce el rendimiento de las unidades
destinadas al secado, ante la necesidad de evaporar la humedad. Lógicamente,
cuanto mayor sea la humedad a evacuar, menor será el rendimiento de la maquinaria
empleada.
Para calcular la humedad relativa de las prendas, aunque realmente sólo se realicen
estimaciones, puede calcularse de la siguiente forma:
Peso en mojado – Peso en seco Humedad residual =
100 x Peso en seco
Así, un conjunto de prendas que pasan a planchado con un peso total de 90
kilogramos, cuando la estimación de peso que poseen, aunque se realice por recuento
de unidades, es de 78 Kilogramos, su estimación de humedad residual será:
90 – 78 Humedad residual =
100 x 78
Lo que indica que estas prendas llegan a la maquinaria de planchado con una
humedad relativa del 9,36 %. Esta situación indica que la maquinaria empleada para el
planchado desarrollará sus funciones con una disminución en cuanto a su rendimiento.
Para su cálculo, debe conocerse, a unas determinadas condiciones de calor y presión,
cuál es la capacidad de producción de las calandras o planchas de rodillos.
Así, si un rodillo es capaz de producir 80 kilogramos de ropa a la hora en unas
condiciones de humedad mínimas, sería capaz de producir 72,5 kilogramos a la
humedad estimada en el ejemplo anterior. Por tanto, si en una hora es capaz de
producir 72,5 kilogramos de ropa con una humedad relativa del 9,36 %, para planchar,
para producir los 90 kilogramos que recibe precisará de una hora y catorce minutos:
60 minutos ………………………………. 72,5 Kg.
X minutos ………………………………. 90 Kg.
Esta situación tiene diversas consecuencias. La primera de ellas es que modifica las
condiciones laborales de los empleados, aumentando la presencia de vapor en los
procesos. Al mismo tiempo, provoca un mayor grado de deterioro de la maquinaria,
Emilio Alonso Alvarez 74
aumentando sus horas de uso, destruyendo los muletones y aumentando las
necesidades de mantenimiento. En cuanto a las prendas se refiere, estos procesos
contribuyen a la incrustación entre las fibras de los tejidos y a la pérdida de brillo y
frescor de sus colores.
2.4.2. Humedad del vapor.
Es un problema bastante común y causante de problemas que originan defectos de
planchado, pudiendo influir de forma negativa en el rendimiento de la maquinaria y la
calidad de los resultados, cuya consecuencia puede ser, incluso, el rasgado de las
piezas. La presencia de vapor puede generar una temperatura relativamente baja que
provoque esta situación de falta de calidad, precisamente, por temperaturas de
planchado inadecuadas, algo más propio de las calandras que de los rodillos.
2.5. Factor de presión.
La presión se ejerce sobre las prendas por la acción mecánica y por la acción del
vacío que se genera para llevar a cabo el planchado. La presión de la acción mecánica
permite realizar un correcto estirado de las piezas hasta conformar un planchado
óptimo, capaz de cubrir la totalidad de la pieza, llegando a cada uno de sus extremos.
Las máquinas de tipo calandra en las que resulta importante la generación de vapor, la
presión es un nuevo componente, relacionado en este caso con la efectividad de
algunos procesos en los que el vapor resulta imprescindible. La presión se convierte
en un componente del planchado, referido ésta a la existente en la cubeta o calderón
donde se genera mediante la adecuada combinación de temperatura y agua.
2.6. Factor de vacío.
La existencia de vacío en la cubeta o calderón condiciona la cantidad de presión capaz
de generar, lo que a su vez determina la calidad y cantidad de vapor que puede
generarse. Por tanto, el vacío capaz de producir resultará determinante para la
vaporización que pueda ejercerse, en cantidad y duración y, por tanto, la velocidad de
penetración del calor en las fibras para secarlas y darles el aspecto esperado.
Para conseguir el vacío es necesario combinar la temperatura y la presión. El aumento
de la temperatura y la disminución de la presión condicionan y activan el proceso de
vacío. Normalmente, este tipo de unidades de trabajo para planchado trabajan a
niveles de vacío intermedios en los que la presión no supera 0,5 mbar.
3. Problemas ocasionados con motivo de un planchado inadecuado.
Combinados los aspectos anteriores, especialmente los factores térmico, mecánico y
de humedad, relacionados todos ellos con la capacidad de presión, los resultados
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 75
obtenidos pueden diferir de los esperados, ofreciendo síntomas para determinar
errores y soluciones a los mismos. Para ello, la automatización y la intervención de
medios tecnológicamente avanzados, que reducen a su vez la necesidad de
intervención humana, permite delimitar claramente las consecuencias que provocan la
aparición de resultados no conformes y la incorporación de medidas técnicas que
permitan salvaguardar los resultados de antemano.
Los resultados no satisfactorios suelen manifestarse en forma de brillos en las
prendas, impresiones o coloraciones en la ropa.
3.1. Brillo en las prendas.
Se produce por un exceso de temperatura en el momento de la aplicación de los
factores mecánicos que ejercen presión sobre las prendas durante el planchado.
Para solucionar esta problemática, debe procederse a una reducción de la
temperatura de planchado y de la presión ejercida, lo que puede hacerse de acuerdo
con las posibilidades técnicas que ofrece la maquinaria o disminuyendo la superficie
de contacto de la prenda con el calor, mediante el uso de paños protectores húmedos.
3.2. Impresiones.
Se producen siempre con motivo de una presión inadecuada y, generalmente, son
debidas a una irregularidad en su ejecución, ya sea en planchados manuales, por
defectos ocasionados por una presión o vacío inadecuados en calandras, o incluso,
por acojinamiento por interposición del émbolo y la tapa del cilindro en prensas o
rodillos, generando diferencias en cuanto a la presión que ejerce la maquinaria en
cada parte de su superficie de planchado, y generando estos defectos.
Para solucionar estos defectos convienen reducir la presión de la cabeza de
planchado hasta estabilizarla en todos los puntos.
3.3. Coloración de la ropa.
En ocasiones, las prendas, tras el planchado muestras coloraciones diferentes a sus
propiedades.
Si las prendas aparecen con un color marrón, éste proviene de los residuos de los
detergentes y desaparecerá durante la próxima colada. En cambio, si el color es
debido a una temperatura excesiva no se quita. Por tanto, en este caso, conviene
reducir la temperatura y la velocidad, lo que resulta adecuado en los casos de
humedad excesiva.
Algunas coloraciones que se producen al planchado se deben a la calidad del agua y
las incrustaciones que con el calor del proceso se generan, por tanto, realizar un buen
Emilio Alonso Alvarez 76
mantenimiento de la maquinaria para mantener limpios los cilindros será
imprescindible para garantizar la calidad de los resultados. Además, la ropa debe estar
bien aclarada para evitar se adquiera una tonalidad amarillenta y se ensucie el cilindro.
4. El proceso de plegado de ropa.
Ya se ha aludido anteriormente a la importancia del proceso de plegado y su presencia
como integrante y conclusión del planchado.
Las máquinas plegadoras disponen de la posibilidad de elegir manualmente los
pliegues a realizar. Generalmente, el mayor grado de aplicación tiene lugar con las
sábanas. Para ello, debe establecerse el número de pliegues a realizar, siempre de
número par y con un mínimo de cuatro, en función de las dimensiones de la pieza.
Generalmente, la maquinaria industrial permite ajustar el primer pliegue, que siempre
permanece en el interior en el momento de la presentación de las prendas, de forma
que recoja los déficits de las prendas, presentándose de una dimensión inferior. Este
pliegue interior recoge el denominado retroceso .
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 77
Ejemplo:
Se desea plegar sábanas de 265 cm empleando 8 pliegues.
Corresponden pliegues de 35 cm, con lo que se realizarán 7 más el pliegue inicial con un
retroceso de 15 cm, hasta alcanzar los 265 cm.
Sin embargo, también se pueden practicar 5 pliegues de 45 cm, para presentar 6 pliegues,
teniendo el primero un retroceso de 5 cm.
El tamaño de los pliegues estará establecido entre un mínimo de 20 cm y un máximo
de 48 cm. Es por ello que, en el ejemplo anterior, no se plantea la posibilidad de
realizar pliegues de 50 ó 60 cm.
A continuación se incluye una guía de cómo planificar los pliegues, sabiendo que
habrá uno de ellos, el primero, que acogerá el retroceso.
Pliegues Pliegues Pliegues Prenda cm 4 6 8
Prenda cm 6 8 10 12
Prenda cm 8 10 12
90 25 185 33 24 280 36 29 24
95 26 190 33 25 285 37 30 25
100 28 195 34 26 21 290 38 30 25
105 29 200 35 26 21 295 38 31 25
110 30 205 36 27 22 300 39 31 26
115 31 21 210 37 28 22 305 39 32 26
120 33 22 215 38 28 23 310 40 32 27
125 34 23 220 38 29 23 315 41 33 27
030 35 23 225 39 29 24 320 41 33 28
135 36 24 230 40 30 24 325 42 34 28
140 38 25 235 41 31 25 20 330 43 34 28
145 39 26 240 42 31 25 21 335 43 35 29
150 40 27 245 43 32 26 21 340 44 35 29
155 41 28 21 250 43 33 26 22 345 44 36 30
160 43 28 21 255 44 33 27 22 350 45 36 30
165 44 29 22 260 45 34 27 23
170 45 30 23 265 46 34 28 23
175 46 31 23 270 47 35 28 24
180 48 32 24 275 48 36 29 24
Emilio Alonso Alvarez 78
Así, una sábana de 270 cm podrá plegarse en 6, de manera que dispondrá de 5
pliegues de 47 cm y un pliegue inicial de 35 cm, concediendo un retroceso en este
primero de 12 cm.
5. Presentación de las prendas.
Lógicamente, la presentación de las prendas se realizará debidamente plegada y, si
reconsidera, embolsada y etiquetada. En la actualidad, como se puede comprobar, los
procesos de plegado se han automatizado de forma notable, aunque la inversión
exigible solamente se convierte en rentable si la producción necesaria es también
importante.
En cuanto al plegado de sábanas para su presentación, si se realiza a partir de medios
mecanizados, conviene seguir las directrices del cuadro anterior. En cambio, si el
proceso se realiza de modo manual, o la boca de entrada a la planchadora exige un
pliegue previo, el plegado completo se irá distribuyendo por mitades hasta adaptar las
prendas, generalmente referido a las sábanas, a las posibilidades de almacenamiento
o las instrucciones recibidas en piezas menores como fundas de almohada o unidades
de mantelería como cubres, servilletas o manteles.
6. Simbología del planchado.
Nuevamente, conviene recordar la importancia de conocer y disponer de la
información suficiente y necesaria para adaptar los procesos a cada situación
concreta. Como posteriormente será objeto de estudio, las diferentes fibras textiles
precisan de tratamientos diferentes, adaptados a sus características específicas e
individuales.
A continuación se indican los diferentes símbolos a tener en cuenta en el caso del
planchado, como se viene indicando en cada uno de los procesos que integran las
actividades de la lavandería del hotel.
Inicialmente, deben conocerse los símbolos relacionados con la posibilidad real de que
una prenda pueda recibir o no el tratamiento del planchado. Los símbolos que se
emplean para dar a conocer si una prenda puede ser objeto de planchado son:
Organización del área destinada a Lavandería y lencería 79
Como posteriormente se estudiará, las características de los diferentes tejidos
condicionan el planchado, su metodología y temperatura de ejecución. Estos son los
símbolos que les afectan: