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norteamericanos con vistas a un presente ya hecho y que debía ser conservado, y entre los iberoamericanos con vistas a un futuro que tenía que ser ,. lea dice que es esta la problematIca ha originado la pugna entre las dos Amen· caso la América ibera ve a los Estados Unidos como el modelo que hay que imi· tar, y los Estados Unidos ven a la América Latina como la otra parte de su ser. Esto puede observarse en la primera etapa de las ideas en Iberoamérica. En la época de la constitución de sus naciones, una vez que se han emancipado de España y Portugal, Norteamérica se presenta como el futuro que ha de ser realizado, mientras España -y con ella toda su herencia cultu- ral- se presenta como lo que tiene que ser rechazado, lo que ha de negarse como si jamás hubiese sido lo propio. Tal la actitud que alienta a los grandes emanCIpa- dores mentales de la América ibera, como Sarmiento Bello, Bilbao, Lastarria, José María Mora, Alberdi y otros muchos. Tratan de vencer la herencia española como el obstáculo que impide a Latinoamérica unirse a la modernidad de la cual los Estados Unidos son la mayor expresión, lo que origina movimientos como el positivis- ta, por medio del cual Iberoamérica trata de sajonizarse. Tales contradicciones, por basarse en va· lores contrapuestos, han hecho meditar tan- o to a pensadores de la América ibera como de la anglosajona en busca de solución. Coinciden así opiniones como las del filóso- fo norteamericano Filmer S.C. Northrop, para quien hace falta un intercambio de valores entre las dos Américas, ya que la América sajona necesita de los valores esté· ticos y religiosos de igual modo que la América ibera necesita de los científicos y técnicos. En otros términos, fue lo que hizo decir a nuestro filósofo mexicano José Vasconcelos, que en América se daría el hombre cósmico y universal, ya que aquí surgía como confluencia de los dos mun- dos, del Oriente y Occidente, y por medio de la sangre se diluirían las diferencias raciales, surgiendo la América Ibera como una síntesis en la que la comunidad de intereses obtendrían una fisonomía cultu- ral. Encuentra lea que lo que explica el fenómeno de las dictaduras y el caudillismo en América es precisamente, este afán por liberarnos del primitivismo y la barbarie, lo que provoca respuestas que mucho tienen de ese primitivismo que nos aqueja. De allí se explica -agrega- que la liber- tad se imponga como una obligación al querer hacer de los iberoamericanos libera- les y demócratas a cualquier precio, inclu· yendo la más ruda de las violencias; lo que encuentra expresión en el espíritu paterna- lista que se hace patente en los gobiernos latinoamericanos, por liberales y democráti- cas que sean las doctrinas que éstos susten- tan. Esta mecánica de violencia opera como instrumento autotransformador, ya que la decisión de hacer una América ibera liberal recae en la voluntad de los grupos democrá- tico-liberales que se han propuesto esta meta como tarea. Se revela paradójicamente esa tragedia americana que usa la violencia para desprenderse de su pasado y ponerse acorde con el progreso y adelanto de las naciones modernas. lea dice que en el plano de la educación fue el positivismo el mayor intento por imitar el tipo de valores que guían la cultura norteamericana, a partir de la idea de que sólo los pueblos aptos para la técnica son los que logran situarse a la altura del progreso; por lo que el móvil del movimiento positivista en América fue des- de sus inicios formar hombres prácticos, los técnicos que harían la grandeza de los pueblos de la América ibera, como ya lo habían logrado los pueblos de la América sajona. Pero fracasó ya que sólo operó como un nuevo modo de justificar el pre· dominio social de un grupo sobre otro. El mejor ejemplo lo hallamos en la época del porfirismo en México, que sucedió a la época liberal en la que se trató de formar a las nuevas generaciones en una perspectiva distinta a la que había sido característica de la época colonial. Por último, lea aborda el pensamiento social y político de Latinoamérica en el presente siglo XX, en el que a juicio suyo las clases medias surgidas en la base econó' mica del capitalismo, habiendo sido despla- zadas por las oligarquías latinoamericanas y sometidas por las dictaduras en las que éstas se apoyan, reaccionan nuevamente y originan revoluciones como la mexicana de 1910, cuya meta es, una vez más, hacer de los pueblos iberoamericanos naciones seme· jantes a los grandes modelos occidentales y a los Estados Unidos, su máxima expresión. Se nota el afán por dar una nueva fisono- mía a la estructura social y política de América latina, en la que ya no persistan feudos y latifundios, como típicos de socie- dad anacrónica. La Reforma Agraria es la bandera que rompe con el viejo orden social de tipo colonialista y abre las posibi- lidades para la nueva sociedad liberal e industrializada soñada por los hacedores de la nueva revolución. Esta cuestión que se expresa asimismo en el antiimperialismo surgido del naciona- lismo económico latinoamericano, que ani- ma la ideología de los diversos partidos políticos iberoamericanos de nuestro tiem- po, tales como el PRI mexicano, el APRA y Acción Popular Peruanos, Acción Demo- crática en Venezuela, el Movimiento Nacio- nal Revolucionario en Bolivia y otros. En fin, es éste un libro que formará parte de la bibliografía clásica americana, de lectura obligatoria para todos aquellos estudiosos que se ocupan de la historia social y política de América Latina. / o Materl'altslDO histórico •••••••••••••••• ••••••••••••••••• Althusser Investigador del marxlslDO por Miguel Bautista Asistimos en nuestros días a un renacimien· to y vigorización del marxismo que como un corpus teórico, como teoría científica de la sociedad y de la lústoria exige un desarrollo permanente. Un ejemplo de este desarrollo creador del marxismo Id tenemos en los trabajos del teórico francés Louis Althusser, quien, partiendo del estructura· lismo ha replanteado la doctrina de Marx, a la que ha llamado "una revolución teórica sin precedentes en la historia del conoci- miento humano" (La filosofía corrv arma de la revolución, p. 13). Grosso modo ¿cuál es la aportación de Marx? A1thusser responde: "Marx fundó una ciencia nueva: la ciencia de la lústoria. Voy a usar una imagen. Las ciencias que conocemos operan sobre algunos grandes 'continentes'. Antes de Marx habían sido abiertos al conoci- miento científico dos de esos continentes: el continente de la Matemática y el de la Física. El primero fue abierto por los grie- gos (Tales) y el segundo por Galileo. Marx abrió al conocimiento científico un tercer continente: el de la Historia" (Idem, p. 13). La posibilidad de explicitar científica· mente la Historia abriendo así un camino a la práctica política fue "el mayor escándalo teórico de la historia contemporánea". Sin sólo los militantes obreros recono· cieron esa perspectiva revolucionaria. "Por el contrario, los intelectuales en su conjun- to, a pesar de ser éste su 'oficio' (especialis- tas en ciencias humanas, filósofos) no reco- nocieron verdaderamente o se negaron a reconocer la perspectiva inaudita del descu- brimiento científico de Marx, al que conde- naron y despreciaron, al que desfiguran cuando se refieren a él" (Idem, p. 14). Si Althusser se convierte en filósofo marxista ello obedece a ciertas condiciones. A los treinta años -en 1948- es profesor de filosofía y militante marxista. Tiempo atrás la experiencia de la guerra y de los años de cautiverio le hicieron convivir con obreros y campesinos, conocer su "instinto, inteligencia y coraje de clase" y finalmente comprender el verdadero sentido de la ftlo- sofía: ser arma para la liberación. Se con- virtió en militante marxista. De allí su tesis: la filosofía es fundamentalmente polí· tica. Por. otra parte manifiesta: "Lo que me interesaba en la ftlosofía era el materialis· mo y su función crítica en pro del cono- cimiento científico y contra todas las mis- tificaciones del 'conocimiento' ideológico; contra la denuncia simplemente moral de

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Page 1: o Materl'altslDO re~izado · y Acción Popular Peruanos, Acción Demo crática en Venezuela, el Movimiento Nacio nal Revolucionario en Bolivia y otros. En fin, es éste un libro

norteamericanos con vistas a un presente yahecho y que debía ser conservado, y entrelos iberoamericanos con vistas a un futuroque tenía que ser re~izado. , .

lea dice que es esta la problematIca ~u~

ha originado la pugna entre las dos Amen·caso la América ibera ve a los EstadosUnidos como el modelo que hay que imi·tar, y los Estados Unidos ven a la AméricaLatina como la otra parte de su ser.

Esto puede observarse en la primeraetapa de las ideas en Iberoamérica. En laépoca de la constitución de sus naciones,una vez que se han emancipado de Españay Portugal, Norteamérica se presenta comoel futuro que ha de ser realizado, mientrasEspaña -y con ella toda su herencia cultu­ral- se presenta como lo que tiene que serrechazado, lo que ha de negarse como sijamás hubiese sido lo propio. Tal e~ laactitud que alienta a los grandes emanCIpa­dores mentales de la América ibera, comoSarmiento Bello, Bilbao, Lastarria, JoséMaría Lu~ Mora, Alberdi y otros muchos.Tratan de vencer la herencia española comoel obstáculo que impide a Latinoaméricaunirse a la modernidad de la cual losEstados Unidos son la mayor expresión, loque origina movimientos como el positivis­ta, por medio del cual Iberoamérica tratade sajonizarse.

Tales contradicciones, por basarse en va·lores contrapuestos, han hecho meditar tan-

o to a pensadores de la América ibera comode la anglosajona en busca de solución.Coinciden así opiniones como las del filóso­fo norteamericano Filmer S.C. Northrop,para quien hace falta un intercambio devalores entre las dos Américas, ya que laAmérica sajona necesita de los valores esté·ticos y religiosos de igual modo que laAmérica ibera necesita de los científicos ytécnicos. En otros términos, fue lo quehizo decir a nuestro filósofo mexicano JoséVasconcelos, que en América se daría elhombre cósmico y universal, ya que aquísurgía como confluencia de los dos mun­dos, del Oriente y Occidente, y por mediode la sangre se diluirían las diferenciasraciales, surgiendo la América Ibera comouna síntesis en la que la comunidad deintereses obtendrían una fisonomía cultu­ral.

Encuentra lea que lo que explica elfenómeno de las dictaduras y el caudillismoen América es precisamente, este afán porliberarnos del primitivismo y la barbarie, loque provoca respuestas que mucho tienende ese primitivismo que nos aqueja.

De allí se explica -agrega- que la liber­tad se imponga como una obligación alquerer hacer de los iberoamericanos libera­les y demócratas a cualquier precio, inclu·yendo la más ruda de las violencias; lo queencuentra expresión en el espíritu paterna­lista que se hace patente en los gobiernoslatinoamericanos, por liberales y democráti­cas que sean las doctrinas que éstos susten­tan. Esta mecánica de violencia opera comoinstrumento autotransformador, ya que ladecisión de hacer una América ibera liberalrecae en la voluntad de los grupos democrá­tico-liberales que se han propuesto estameta como tarea. Se revela paradójicamenteesa tragedia americana que usa la violencia

para desprenderse de su pasado y ponerseacorde con el progreso y adelanto de lasnaciones modernas.

lea dice que en el plano de la educaciónfue el positivismo el mayor intento porimitar el tipo de valores que guían lacultura norteamericana, a partir de la ideade que sólo los pueblos aptos para latécnica son los que logran situarse a laaltura del progreso; por lo que el móvil delmovimiento positivista en América fue des­de sus inicios formar hombres prácticos, lostécnicos que harían la grandeza de lospueblos de la América ibera, como ya lohabían logrado los pueblos de la Américasajona. Pero fracasó ya que sólo operócomo un nuevo modo de justificar el pre·dominio social de un grupo sobre otro. Elmejor ejemplo lo hallamos en la época delporfirismo en México, que sucedió a laépoca liberal en la que se trató de formar alas nuevas generaciones en una perspectivadistinta a la que había sido característicade la época colonial.

Por último, lea aborda el pensamientosocial y político de Latinoamérica en elpresente siglo XX, en el que a juicio suyolas clases medias surgidas en la base econó'mica del capitalismo, habiendo sido despla­zadas por las oligarquías latinoamericanas ysometidas por las dictaduras en las queéstas se apoyan, reaccionan nuevamente yoriginan revoluciones como la mexicana de1910, cuya meta es, una vez más, hacer delos pueblos iberoamericanos naciones seme·jantes a los grandes modelos occidentales ya los Estados Unidos, su máxima expresión.Se nota el afán por dar una nueva fisono­mía a la estructura social y política deAmérica latina, en la que ya no persistanfeudos y latifundios, como típicos de socie­dad anacrónica. La Reforma Agraria es labandera que rompe con el viejo ordensocial de tipo colonialista y abre las posibi­lidades para la nueva sociedad liberal eindustrializada soñada por los hacedores dela nueva revolución.

Esta cuestión que se expresa asimismoen el antiimperialismo surgido del naciona­lismo económico latinoamericano, que ani­ma la ideología de los diversos partidospolíticos iberoamericanos de nuestro tiem­po, tales como el PRI mexicano, el APRAy Acción Popular Peruanos, Acción Demo­crática en Venezuela, el Movimiento Nacio­nal Revolucionario en Bolivia y otros.

En fin, es éste un libro que formaráparte de la bibliografía clásica americana,de lectura obligatoria para todos aquellosestudiosos que se ocupan de la historiasocial y política de América Latina.

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Materl'altslDOhistórico••••••••••••••••••••••••••••••••••AlthusserInvestigador delmarxlslDO

por Miguel Bautista

Asistimos en nuestros días a un renacimien·to y vigorización del marxismo que comoun corpus teórico, como teoría científicade la sociedad y de la lústoria exige undesarrollo permanente. Un ejemplo de estedesarrollo creador del marxismo Id tenemosen los trabajos del teórico francés LouisAlthusser, quien, partiendo del estructura·lismo ha replanteado la doctrina de Marx, ala que ha llamado "una revolución teóricasin precedentes en la historia del conoci­miento humano" (La filosofía corrv armade la revolución, p. 13). Grosso modo¿cuál es la aportación de Marx? A1thusserresponde: "Marx fundó una ciencia nueva:la ciencia de la lústoria. Voy a usar unaimagen. Las ciencias que conocemos operansobre algunos grandes 'continentes'. Antesde Marx habían sido abiertos al conoci­miento científico dos de esos continentes:el continente de la Matemática y el de laFísica. El primero fue abierto por los grie­gos (Tales) y el segundo por Galileo. Marxabrió al conocimiento científico un tercercontinente: el de la Historia" (Idem, p.13). La posibilidad de explicitar científica·mente la Historia abriendo así un camino ala práctica política fue "el mayor escándaloteórico de la historia contemporánea". Sinemb~rgo sólo los militantes obreros recono·cieron esa perspectiva revolucionaria. "Porel contrario, los intelectuales en su conjun­to, a pesar de ser éste su 'oficio' (especialis­tas en ciencias humanas, filósofos) no reco­nocieron verdaderamente o se negaron areconocer la perspectiva inaudita del descu­brimiento científico de Marx, al que conde­naron y despreciaron, al que desfigurancuando se refieren a él" (Idem, p. 14).

Si Althusser se convierte en filósofomarxista ello obedece a ciertas condiciones.A los treinta años -en 1948- es profesorde filosofía y militante marxista. Tiempoatrás la experiencia de la guerra y de losaños de cautiverio le hicieron convivir conobreros y campesinos, conocer su "instinto,inteligencia y coraje de clase" y finalmentecomprender el verdadero sentido de la ftlo­sofía: ser arma para la liberación. Se con­virtió en militante marxista. De allí sutesis: la filosofía es fundamentalmente polí·tica. Por. otra parte manifiesta: "Lo que meinteresaba en la ftlosofía era el materialis·mo y su función crítica en pro del cono­cimiento científico y contra todas las mis­tificaciones del 'conocimiento' ideológico;contra la denuncia simplemente moral de

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los mitos y engaftos, y por su crítica racio-nal y rigurosa" (Idem p. 9). . .

Althusser representa una comente mves­tigadora del marxismo que implica su desa­rrollo en el plano de la teoría. Comoveremos significa también un revisionismode tendencia cientista o neopositivísta (co­mo le llama A. Sánchez Vázquez) sobreciertos conceptos básicos y establecidos delmarxismo. la aportación de Marx -diceAlthusser- se significa por la introducciónde nuevos conceptos en la ciencia social ypor la sustitución de una problemáticaideológica, falsa o ilusoria por una proble­mática científica que posibilita y funda laciencia social. Estos descubrimientos sonlos conceptos de estructura económica, elde praxis en sus diferentes modalidades y elde ideología o falsa conciencia, (aparte lariqueza teórica toda de El Capital). lasociedad es una totalidad compleja estruc­turada. la sociedad la constituyen las ac­ciones y las relaciones que los hombrescontraen para producir su vida material,para realizar su intercambio con la naturale­za. la consideración de la estructura econó­llÚca como la base real del desarrollo de laspraxis humanas, abrió el camino para lacomprensión del movimiento de la socie­dad, para ta explicitación de "las relacionesde la estructura y las superestructuras: esta­do, política, arte, ideología, filosofía, etcé­tera. El modo de producción condiciona enúltima instancia las otras formas de praxisy es condicionado por ellas. La evoluciónsocial es el resultado de las contradiccionesen el seno de una formación social (luchade clases), en el seno de una de las super­estructuras (política, ideología), y entre dosformaciones sociales diferentes (por ejem·plo la lucha capitalismo-socialismo).

Althusser estudia, pues, los conceptosclave del materialismo histórico y aclara sucontenido y sus relaciones. Pero a cambiode el/o pone en duda otros conceptos de ladoctrina de Marx. Así Althusser consideraque la práctica no es el criterio de verdadde los conocimientos (tesis 11 de Marxsobre Feuerbach), sino la verdad el criteriode la práctica. Considera que las categoríasde la dialéctica deben ser "recreadas" elimi­nando la formulación y las mismas catego­rías recibidas de Hegel y su filosofía. Ytambién considera que el concepto delhombre y el problema del humanismo sonconceptos ideológicos que no tienen unpuesto en el pensamiento marxista.

Así pues, este autor pone a discusióntesis que por lo menos hasta hoy se tuvie­ron por objetivas, inobjetables y que perte­necen a la esencia del marxismo. Esto sobretodo por lo que hace a la praxis comocriterio de verdad, tesis que engloba un

problema más amplio: el de la definicióndel marxismo. Althusser ve la revoluciónteórica de Marx en un cambio de concerrtos, por eso le llama revolución teórica, ydescuida el carácter del marxismo comoftlosofía de la praxis que vino a rompercon toda la tradición idealista de la filoso­fía conv mera interpretación del mundo;tampoco ve, al menos no 10 subraya, sucarácter de ideología en el sentido de con­cepción del mundo que nació ligada a lasexigencias de la lucha política del proleta­riado. Es que Althusser ve a la doctrina deMarx como teórico y se mueve en el planodel conocimiento, oponiendo éste a la con­cepción del mundo, lo que ha valido-creemos que justamente- la calificaciónde cientista por parte del escritor marxistaSemprun (ver Polémica sobre marxismo yhumanismo). Pero el conocimiento cientí­fico objetivo no puede invalidar la necesi­dad de la práctica como criterio de verdad,ni el carácter de ese conocimiento comoinstrumento de la práctica. En este puntoes en el que el autor francés se aparta delmarxismo clásico.

Sin embargo Althusser considera tareaesencial del marxismo y los marxistas librarla lucha ideológica, esto es, librar a laideología existente (obrera) de la influenciade la ideología burguesa dominante. Ehalucha se da en el plano de la ideología sobrela base de la formación teórica.

Por otra parte Althusser considera que elproblema del humanismo pertenece a laideología. Aclara que al tratar de humanis­mo se olvida una realidad: que los hombresestán agrupados en clases antagónicas. Ylleva en esto razón, pero esto mismo noinvalida la validez de una Antropologíaftlosófica, de una investigación del concep­to del hombre y de las cuestiones delhumanismo científico. No debemos olvidarque son los hombres mismos los que hacenla historia y son ellos los que reclaman lasarmas teóricas para construir una nuevasociedad y orientar su vida, aunque sea laclase obrera la clase llamada a orientar esoscambios. Por otra parte son los mismoshombres los que han formado con su ac­ción a través de las generaciones las estruc­turas económicas que constituyen el objetode la Economía.

Hay que señalar que el análisis de Al­thusser de los conceptos básicos del Mate·rialismo Histórico y su delimitación de unaproblemática como científica son muy va­liosos, aunque en el campo de la Filosofíaapuntemos las discrepancias básicas señala­das; y abre perspectivas para desarrollar elmarxismo y aplicarlo a las condiciones con­cretas de cada país, en nuestro caso deMéxico.

Poesía••••••••••••••••••••••••••••••••••Visiónúltima

por Enrique González Casanova F.

Peter Finch, joven poeta galés, ha publica­do su primer libro de poesía: The end ofthe vision, que recopila varios poemas su­yos aparecidos en diversas publicaciones deGales, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá,Holanda y España .Y algunos inéditos. Esuna pequeña colección que consta de trein­ta y cinco poemas y sesenta y tres páginas.

Finch es un visionario. Su poesía partedel presente proyectándose siempre hacia elfuturo; su poesía es un interminable viajecontra reloj; lo transporta a través de lasconstelaciones, donde habita desafiando uninfinito abierto y abstracto; lo hace soñaren las praderas con la luna. Su poesía seencuentra con la música, se enfrenta a lasoledad, teme ante la perpetuación de unpasado, quizá resultando a veces pesimista.Finch escribe una poesía clara, sincera,algunas veces fuerte en su expresión, yotras serena, pero en todas las ocasion~s

bien fundamentada.The end of the vision tiene poemas

como Strange Lave, con estrofas que dicen:"1 lie under / the stars / a child of / themilky way / alone." El viaje del poetaparte muchas veces del sueño y termina enél. Finch va solo, haciendo accesible loabstracto, jugando él mismo en los laberin·tos del universo, meditando y amando cadamomento, cada instante de su poesía.

La presencia del tiempo en casi todo ellibro es uno de los principales problemasque Finch se plantea. Una poesía que tratade desechar el pasado, construir en el pre­sente y alcanzar el futuro, tiene problemascon un pasado que subsiste y persiste sinque se haga siquiera un poco por aca?arcon él, no porque aquel pasado haya SIdomalo, sino porque el presente lo es. PeterFinch escribe:

Only the old revolutionsare left now,bedraggled throughyears of unbounded anarchy,their excitement cooled,their followers tiredand becoming clinical with age.

El poeta se lamenta del apatismo y de ladeserción; su canto, en este caso desespera­do, busca una respuesta. The Lost Cause ofthe total Revolution es un poema de bata·lla una llamada a hacer acto de presencia,un' poema que señala un hueco en el pre·sente, una incógnita total en el futuro. 3'

The end of the vision tiene poemas