no. 18 dimenciones de la crisis

20
17 de marzo de 2009 • Número 18 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de Suplemento informativo de La Jornada La Jornada DIMENSIONES DE LA CRISIS TEMA DEL MES

Upload: la-jornada-del-campo

Post on 10-Mar-2016

288 views

Category:

Documents


5 download

DESCRIPTION

El arribo de un negro a la Casa Blanca es un hecho de enorme trascendencia histórica para su país y para el mundo. Es verdad que la biografía de Obama es excepcional para un afroestadounidense: mientras en Harlem y Watts estallaban disturbios raciales y el Black Power se extendía de costa a costa, el joven Barack estudiaba en los mejores colegios de Hawai y de Indonesia

TRANSCRIPT

Page 1: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 2009 • Número 18

Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver

Suplemento informativo de La Jornada

Directora General: Carmen Lira SaadeDirector Fundador: Carlos Payán Velver

Suplemento informativo deSuplemento informativo de La JornadaLa Jornada

DIMENSIONES DE LA CRISIS

TEMA DEL MES

Page 2: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 20092

Te invitamos a que nos envíes tus opiniones, comentarios y dudas a [email protected]

La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Me-dios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300.Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 5355-6702. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo en trámite. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores.

Suplemento informativo de La Jornada 17 de marzo de 2009 • Número 18 • Año II

Se refería, se decíaque así hubo ya antes cuatro vidas

y que esta era la quinta edad.Anales de Cuauhtitlán

Dicen los viejos que Conacatacuhtli y Tona-cíhuatl crearon el mundo. Pero en el principio el sol estaba quieto y no había tiempo. Entonces, Tezcatlipoca se volvió sol y se empezaron a contar los años. Ese fue el primer sol, el Sol de Tierra, que tuvo por fecha Nahui Ocelotl. Los hombres de entonces eran gigantes y comían bellotas y raíces. Pero los devoró un jaguar y se apagó el sol. Entonces los dioses crearon el segundo sol, el Sol de Viento, Nahui Ehecatl. A los hombres de aquel tiempo, que comían acocentli, los arrastró el vendaval. Crearon, entonces, el tercer sol, el Sol de Fuego, Nahui Quiahuitl. Los hombres ese tiempo comían acecentli, pero cayeron llamas del cielo y fueron destruidos. Crearon entonces el cuarto sol, el Sol de Agua, Nahui Atl. Los hombres de ese tiempo comían teocentli, y se ahogaron en un gran diluvio. Crearon entonces el quinto sol, el Sol de Movimiento, Nahui Ollín. Los hombres del Quin-to Sol hacemos milpa, comemos maíz –nuestro sustento–, bebemos pulque. Somos los macehua-les. Y es bueno recordar que estamos aquí porque cuando otros dioses pomposos se acobardaban, el oscuro Nanahuatzin un dios feo y con bubas, un dios pobre, silencioso y humilde, el más pequeño e insignificante de los dioses no tuvo miedo de saltar al fuego y volverse el quinto sol, Nahui Ollín.

Los que concibieron ésta cosmogonía hu-bieran entendido fácilmente que las llu-vias torrenciales, los vientos huracanados,

las sequías, los calores agobiantes, los incendios incontrolables, la expansión de los desiertos, la pérdida de los bosques, el deshielo de los glacia-res, la merma de los polos, la crecida de los ma-res, la extinción de las especies, las estampidas poblacionales, las pandemias, las guerras, el nar-cotráfico global, las hambrunas, la carestía, las quiebras, los despidos, la desolación, la desespe-ranza... son señales de que un sol está terminan-do; inequívocos indicios de que vivimos un fin de época y debemos prepararnos para encender un nuevo sol y crear una nueva humanidad. Hay que ir buscando a los Nanahuatzin del tercer milenio –dirían los viejos–: a los hombres calla-dos, modestos, invisibles, lacerados pero capaces de arder por un propósito, capaces de consumir-se en las llamas de la utopía.

En cambio a nosotros –los modernos– como que no nos cae el veinte, como que nos cuesta trabajo percatarnos de la enormidad del desa-fío. Y es que las viejas culturas concebían a la historia como cambiante pero cíclica –para los campesinos la historia es como la huella que dejan las ruedas de una carreta, ha dicho John Berger– mientras que para nosotros la historia es una flecha volando hacia el futuro.

El mito del progreso: el devenir concebido como ineluctable marcha en ancas del desa-rrollo científico-tecnológico hacia un orden de abundancia total y certeza plena, y su comple-mento: negación del pasado y fetichización del porvenir, son axiomas firmemente remachados en el imaginario del capitalismo; paradigmas que en la presente circunstancia devienen iner-cias intelectuales que oscurecen los estentóreos signos de que vivimos un fin de época.

En tiempos borrascosos, los pueblos premoder-nos sabían leer las señales de que se avecinaba el recambio de un transcurrir humano que imagi-naban recurrente, en cambio a nosotros la pro-

verbial saeta de un tiempo presuntamente lineal y abierto nos dificulta admitir la evidencia de que los síntomas ominosos devinieron síndrome, de que en el horizonte se va perfilando una tormen-ta perfecta: una crisis civilizatoria inédita por sus múltiples dimensiones y su radical globalidad.

***Paradójicamente, el tsunami financiero que

nos sacude desde hace apenas algunos meses está ocultando la magnitud de la catástrofe generaliza-da que tiene años de maduración. El desbarajuste actual es hidra de mil cabezas, pero en las sema-nas recientes la palabra crisis ha sido secuestrada por los analistas económicos, como si no hubiera otra cosa más que astringencia crediticia, caída de las bolsas, quiebra de los consorcios financieros, baja de las ventas, devaluación de algunas mone-das. Y no es para menos, los coletazos de un siste-ma que, no conforme con sangrar al hombre y a la naturaleza, periódicamente tiene que sangrarse a sí mismo autodestruyendo parte de su capacidad productiva, nos tienen en vilo. Pero esto no es una reedición de la “Crisis del 29”. Esto es otra cosa.

¿Ya se nos olvidó que hace dos años los 200 expertos del Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático, de la Organización de las Na-ciones Unidas anunciaron que son nuestras emi-siones las principales causantes del calentamiento global y que si éste rebasa los dos grados centígra-dos la vida humana tal como la conocemos se ter-minará? ¿Se nos traspapeló el dato de que en las dos décadas pasadas consumimos más energía que en toda la historia anterior y que los combustibles fósiles se acaban? ¿No nos acordamos ya de que en lo que va del siglo los alimentos subieron entre 30 y 50 por ciento, por lo que millones de personas su-fren hambre y otras tantas empobrecieron? ¿Dejó de preocuparnos que por el éxodo económico, so-cial y político 200 millones vivan hoy fuera de sus países, estampida a la que pronto se incorporarán 200 millones de ecorrefugiados? Y todo esto –que, por cierto, no ocurría hace 80 años en el arranque de la Gran Depresión– empezó antes de que se de-rrumbaran las hipotecas inmobiliarias estadouni-denses y se desatara la debacle económica.

En apenas un lustro una serie de pústulas con meses, años o décadas de silenciosa maduración estallaron esparciendo por el globo sus humo-res malignos: calentamiento global, progresivo agotamiento del petróleo, encarecimiento de los alimentos, éxodos socioeconómicos crecientes y ahora debacle financiera que arranca en el ám-bito hipotecario se extiende luego a la “economía real” y finalmente barre con el patrimonio y las esperanzas de las personas.

No se trata de la concurrencia accidental de cinco crisis diferentes, ni siquiera de que al entre-verarse se retroalimenten. Estamos ante una frac-tura mayor, un desorden generalizado del sistema

mundo, un desajuste multidimensional en sus ex-presiones pero unitario por su origen. Nos enfren-tamos a una crisis si no terminal cuando menos civilizatoria, pues lo que está en juego es un orden histórico de larga duración y alcance planetario.

Los cinco flagelos: desorden climático, petró-leo caro, hambruna, éxodo y depresión econó-mica remiten a la fractura profunda, ontológica, del modo capitalista de producir; al pecado ori-ginal del absolutismo librecambista consistente en que, como un Midas del código de barras, todo lo transforma en mercancía, incluso al hombre y la naturaleza –que proverbialmente no lo son– pero también al dinero, que es un medio de cambio y no un producto entre otros.

Al lucrar con el hombre y la naturaleza, el capitalismo provoca devastación en los ecosiste-mas y los sociosistemas. Pero así como erosiona al medio natural-social, el gran dinero se ero-siona a sí mismo al engendrar un desmesurado sistema financiero que supliendo a la economía real con especulación, ofrece una salida falsa y efímera a los recurrentes problemas de realiza-ción que plantea el subconsumo.

El problema es de fondo y no se resuelve inter-viniendo temporalmente el mercado hasta que sane. El sistema capitalista es un librecambismo absoluto sustentado en la autorregulación comer-cial y acotarla es poner en cuestión sus funda-mentos. Si, como dijo Dominique Strauss Kahn, del Fondo Monetario Internacional, hoy por hoy “el mercado no sana al mercado”, es tiempo de ir buscando la salida porque esto se acabó.

***La que inauguró el tercer milenio no es una cri-

sis económica más, es un fin de fiesta, un cambio de época que se origina en estructuras profundas y de larga duración, una conmoción sistémica de múltiples y convergentes dimensiones por la que entramos en un período de inestabilidad y tur-bulencia presumiblemente prolongado. Porque los que se desfondaron no son sólo el entramado financiero, la producción y el mercado, también están exhaustos el modo de relacionarse con la na-turaleza, los patrones de consumo y de urbaniza-ción, el modelo científico-tecnológico, el imagina-rio colectivo, la socialidad, la política, el Estado... Se esfuma igualmente el paradigma del progreso y con él la negación del pasado y la fetichización del porvenir que por un par de centurias nos tuvieron trabajando para la historia como quien trabaja en una fábrica. En un suspiro cósmico se consumió hasta la raíz nuestro modo de ser-en-el-mundo.

Todo indica que llegamos a un fin de capítulo en la gran narrativa histórica. Entre zapatazos y abucheos concluyó una de las fases más desmeca-tadas del capitalismo, y el mercantilismo absoluto está exhausto. La gran pregunta es quién pagará los platos rotos. Quién recogerá el tiradero dejado por un orden torpe y atrabancado que en su corta vida hizo incontables destrozos sociales y ambientales. Si el malcriado la libra con un zape, el costo co-rrerá por nuestra cuenta y lo más probable es que vuelva a las andadas. En cambio, si se nos ocurre pronto un modo de producir que no se le hinque a las ganancias y nos animamos a ensayarlo, segura-mente el precio será menor y el futuro más soleado.

Los antiguos estaban en lo cierto: la historia tiene capítulos y el nuestro terminó. En cambio andaban errados al confiar a los dioses la autoría de la novela. El sexto sol está a las puertas, a nosotros nos toca ponerle nombre y comenzarlo a escribir.

PORT

ADA:

Her

nán

Gar

cía C

resp

o, c

on b

ase

en la

fi gu

ra d

e Xi

peto

tec

COMITÉ EDITORIAL

Armando Bartra Coordinador

Luciano Concheiro Subcoordinador

Enrique Pérez S.Lourdes E. RudiñoHernán García Crespo

CONSEJO EDITORIAL

Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavallotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuellar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal.

Publicidad 56 88 7591 / 56 88 7913

Diseño Hernán García Crespo

BUZÓN DEL CAMPO

SEXTO SOL

Page 3: No. 18 Dimenciones de la crisis

¿Catastrofi smo? ¿Pesimismo mataempleos y espantacapitales? ¿Malos pronósticos sin fundamento?

Héctor Larios, Javier Lozano, Alberto Cárdenas, Carlos Slim, Felipe Calderón y Alejandro Werner

Hace un mes, en el foro “México ante la crisis. ¿Qué hacer para crecer?”, organizado por el Senado, el

más rico de los mexicanos presentó una ponencia que escandalizó al gobierno y sus corifeos. El moti vo apa-rente de la alharaca fue el pronósti co, la real incomo-didad provino del diagnósti co y la prescripción.

Pero el ruido mediáti co ofi cialista logró su cometi -do. El airado rechazo a las tres o cuatro frases con que Slim describió los previsibles saldos de la debacle en curso desvió la atención de las partes sustanti vas del discurso en las que se criti caba el modelo económico

neoliberal coincidente con el llamado Consenso de Washington, y donde se proponían paradigmas alter-nos orientados a la recuperación del mercado interno y el empleo, mediante políti cas de Estado comprome-ti das con la reanimación de la agricultura, la pequeña y mediana industria y la construcción de infraestructura.

Es válido criti car el origen y desempeño empresarial del dueño de Telmex, y hasta la incongruencia entre lo que dice y lo que hace. No lo es escamotear el con-tenido de un discurso que molesta a la administración no sólo por quién lo dice y porque se desmarca del

insostenible opti mismo calderonista, sino también y sobre todo porque criti ca los dogmas de una políti -ca neoliberal antes dominante y ahora de capa caída, que hasta gobiernos abiertamente derechistas, como el de Sarkozy en Francia, y pilares del capitalismo glo-bal, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, están desertando, mientras que para el ultraconservador y ti morato gobierno mexicano si-guen siendo tablas de la ley.

A un mes de que habló en el Senado, veamos lo que verdaderamente dijo Slim:

* Las palabras de Carlos Slim Helú fueron editadas por nosotros con base en la versión íntegra que envió a la prensa la gerencia de Comunicación Corporativa de Teléfonos de México.

Diagnóstico

La gran crisis (...) es por los excesos en las políticas neoliberales (...), la falta de regulación (...), la especulación con el petróleo, la especulación con los alimentos.

Hay que tener una visión de largo plazo hacia delante, pero hay que saber lo que ha (ocurri-do) en el pasado.

Con varios fi nes, entre ellos cobrar (la deuda externa), vino el (...) Consenso de Washington, modelo (...) cuyos defectos hemos sufrido durante tantos años (...) y que por supuesto los

países en desarrollo no contemplaron.En estos abusos, (el) Fondo Monetario Internacional, (...) los tecnócratas, los académicos, los

dogmáticos, los ideólogos (...) brillaron por su ausencia.Todos estos modelos y estas ideologías, estos dogmatismos y doctrinas que estuvimos vivien-

do desde 1983, pero sobre todo cuando el Consenso de Washington comienza a aplicarse con más fi rmeza en nuestros países, nos han mantenido con crecimiento cero.

Apena que desde 1982 (...) hayamos crecido cero, en términos per cápita. Lo que no es me-diocre, es mucho peor que mediocre, sobre todo si tomamos en cuenta la población que he-mos expulsado (...) Además, en (...) estos últimos años hemos hecho chica a la clase media.Creo que, como hicimos (durante la depresión de los 30s), hay que (reconsiderar) nuestras

decisiones, ver qué modelo vamos a generar para salir de la crisis.Me dio mucho gusto (que aquí se hable de) una revisión estructural del modelo. Los cambios

estructurales (...) son fundamentales en la situación que estamos viviendo.Me llama la atención que todavía sigan los dogmas, después de 26 años de fracasos.

Prescripción

Que no se usen los monopolios del Estado para recaudar (...) Que no se (emplee para eso) la energía, como se ha estado haciendo

(...) Que no se use la gasolina para recaudación fi scal.Hay que (...) buscar medidas que protejan el empleo y el ingreso familiar, (...) hay que cuidar la masa salarial. (Y para esto) es muy importante atender la economía interna, (...) volcarnos a la econo-

mía interna.(En esta tarea) la banca de desarrollo es fundamental, (pero) la

teníamos olvidada. Hay capacidad en México de dar empleo intensivo con poco

dinero (...) Se impulsa mucho el empleo a través de las pequeñas y medianas empresas, pero también hay que atender nuestro sector agropecuario que (está) descuidado, y por supuesto la

infraestructura.(Algunos piensan que) la inversión extranjera es maravillosa,

parece que fuera donativo. (Pero) no es un donativo, la inversión extranjera viene porque estamos ofreciendo buenas utilidades.

Las empresas modernas son como los viejos ejércitos (que) conquistaban territorios y cobraban tributos (Ahora) las empresas

conquistan mercados y cobran dividendos, regalías.Está empezando a haber nacionalismo económico(...) Estados

Unidos dice “Compra América” (“Buy America”), el ministro de la Industria española dice: “Hay que apostar por España”(...). Ojalá y

nosotros (no digamos) “Vendamos México” (“Sale México”).*

Pronóstico

No quiero ser catastro-fi sta, pero hay que (...) prever (...) Va a haber mucho desempleo (...) Van a quebrar empre-sas (:..) Van a cerrar comercios (...) El PIB

va a ser negativo por la caída del petróleo y las

exportaciones.

No es tiempo de demeritar.

¡Exagerado!

¡Que la boca se

le haga chicharrón!

¡Cuidado con lo

que dice, ingeniero!

¡Cínico!

Page 4: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 20094

Alejandro Nadal

La política económica de los 20 años pa-sados no sólo dio la espalda al campo mexicano. También le declaró la gue-

rra. La ironía es que ahora que ha estallado la peor crisis financiera y económica desde 1929, con repercusiones desastrosas para México, el sector agropecuario podría ser una platafor-ma para mitigar algunos de sus efectos más negativos. Sin embargo, para que el agro pueda ayudar a revertir la crisis es necesario transformar la estrategia macroeconómica que han seguido los gobiernos neoliberales.

Bajo el modelo neoliberal la economía mexicana fue sometida y organizada como un espacio de rentabilidad para premiar al capital financiero. Por eso la política ma-croeconómica ha estado basada en la idea de que promover el crecimiento y la generación de empleo es desestabilizador y provoca in-flación. Bajo el neoliberalismo, el objetivo de la política monetaria es mantener la infla-ción bajo control. La política fiscal tiene por objeto generar y desviar recursos para el ser-vicio de la deuda y las cargas financieras del régimen (en especial, los rescates bancarios y otros). El esquema neoliberal niega la posibi-lidad de desarrollar políticas que favorezcan el pleno empleo y por eso cierra la puerta a

las políticas sectoriales, ya sea en la industria o en el campo.

En este esquema, el crecimiento sólo pue-de favorecerse por medio del fomento de las exportaciones y de la inversión extranjera directa (IED). Por eso la apertura comercial fue el camino que siguieron los gobiernos neoliberales. El proceso culminó con el Tra-tado de Libre Comercio de América del Nor-te (TLCAN), en el que se hicieron todas las concesiones posibles a la IED.

La liberalización comercial reservó una triste suerte para el sector agropecuario. Los neoliberales siempre vieron al campo como devorador de recursos fiscales que podrían ser mejor usados para pagar las cargas financieras del modelo. Los subsidios al campo debían ser eliminados: el mejor pretexto fue la su-puesta incompatibilidad con la apertura de mercados. Pero el Acuerdo sobre Agricultura de la Organización Mundial de Comercio, con todo lo malo que tiene, sólo prohíbe los subsidios que considera “distorsionantes” de precios, mismos que pueden ser remplazados por apoyos directos al ingreso.

El modelo neoliberal mexicano fue más lejos y recortó casi todos los apoyos al cam-po. Las obras de infraestructura de todo tipo se desplomaron, el crédito agrícola sufrió un colapso mortal y los apoyos al ingreso (Pro-campo) perdieron su valor en términos reales

mientras el número de beneficiarios se redujo significativamente. Todo esto se produjo en el contexto de una fuerte caída en los precios de los productos agrícolas. La pérdida en el ingreso de los productores ha sido notable en estos años.

Al mismo tiempo, la infraestructura de transporte y almacenamiento fueron entrega-das a las grandes corporaciones que dominan el comercio de productos agropecuarios. Por eso es importante observar que cuando los precios de algunos productos experimenta-ron alzas (como en 2008), los beneficiarios no fueron los productores directos.

En el modelo neoliberal el campo tenía asignada una doble misión. Por un lado, te-nía que seguir proveyendo la mano de obra barata que permite deprimir la norma salarial del sistema. Por otro lado, se suponía que la apertura comercial llevaría aparejada un fuer-te incremento en las exportaciones de ciertos cultivos (algunas frutas y hortalizas). Estas exportaciones no han podido contrarrestar ni de lejos el déficit crónico en la balanza comercial.

Hoy el modelo neoliberal en México su-fre el colapso provocado por la crisis global y es necesario aprovechar esta coyuntura para reemplazarlo. El campo mexicano puede ser la clave para revertir la crisis por ser un fuerte generador de empleo que permite ob-

tener fuertes ganancias de productividad en el corto plazo. Además, es clave para aumen-tar la oferta de alimentos y materias primas para la industria, y para mejorar el saldo de la balanza comercial. El apoyo al campesinado mexicano debe fortalecer la vía de la agricul-tura sustentable.

Pero no es posible apoyar el campo si no se redefinen los objetivos de la política moneta-ria y se regula la actividad bancaria. Tampoco será posible si no se reorganizan las priorida-des de la política fiscal y se acepta la nece-sidad y la urgencia de una política sectorial bien diseñada y aplicada. Hay que entenderlo, la verdadera batalla se ganará sólo si se cambia el rumbo de la política macroeconómica.

EL CAMPO DE BATALLA

FOTO

: Enr

ique

Pér

ez S

. / A

nec

CRISIS

Agenda Legislativa URGENTEpara la reactivación del campo y la recuperación de la soberanía alimentariaA la LX Legislatura del H. Congreso de la Unión: ante la recesión económica, el fracaso de las políticas de dependencia alimentaria y de “libre mercado” y la indolencia gubernamental, URGE que legislen a favor de los campesinos, el empleo, la producción de alimentos y la preservación de los recursos naturales. ¡No más puntos de acuerdo, no más foros, no más comparecencias! Les demandamos que LEGISLEN, no CONGELEN, y dejen a un lado la PASIVIDAD y COMPLICIDAD con el gobierno anticampesino y las grandes corporaciones agroalimentarias. ¡Esta es su última oportunidad!

Minuta o Iniciativa de Ley Descripción Demanda

Minuta de Ley de Planeación para la Soberanía y la Seguridad Agroalimentaria y Nutricional

Una política de Estado con visión de largo plazo con la participación de la sociedad civil orga-nizada, para lograr y mantener la Soberanía y Seguridad Agroalimentaria y Nutricional de la Nación, que garantice el derecho humano a la alimentación y la adecuada nutrición de todos los mexicanos de manera sustentable.

URGE SU APROBACIÓN POR EL SENADO

Minuta de Ley de Desarrollo Integral y Sustentable de la Cafeticultura.

Tiene por objeto establecer un marco normativo e institucional para el desarrollo de la Cafeticultura Nacional. Plantea medidas específi cas para dar mayores pagos por mejor cali-dad, no utilización de cafés dañados y evitar excesivas mezclas con azúcar y otros productos que contribuirían a mejorar la comercialización y el consumo de café.

URGE SU APROBACIÓN POR EL SENADO

Iniciativa de Reformas a la Ley de Ahorro y Crédito Popular que incluye un Capítulo Rural, presentada el 13 de noviembre del 2008

Introduce un Capítulo específi co sobre Intermediarios Financieros Rurales, reconociendo la naturaleza del fi nanciamiento rural y la creación de nuevas formas de organización fi nanciera para comunidades y pequeños productores.

URGE SU APROBACIÓN POR EL SENADO

Minuta que adiciona un párrafo tercero al artículo 4 y un segundo párrafo a la fracción XX del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Minuta por la cual se eleva a rango constitucional el DERECHO A LA ALIMENTACIÓN.URGE SU APROBACIÓN POR LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Iniciativa de Ley de Rendición de Cuentas del TLCAN

En cumplimiento del Artículo 76 Constitucional, Inciso I, párrafo segundo, el Senado tiene la facultad de terminar, denunciar, suspender, modifi car, enmendar, retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre los Tratados Internacionales, y en este caso, ordenar al Ejecutivo Federal la renegociación del capituló agropecuario del TLCAN.

URGE QUE EL SENADO DE LA REPÚBLICA ELABORE Y APRUEBE UNA INICIATIVA DE ESTA NATURALEZA

ATENTAMENTE¡ E l c a m p o n o a g u a n t a m á s !

¡ S a l v e m o s a l c a m p o p a r a s a l v a r a M é x i c o !¡ A l i m e n t o s c a m p e s i n o s p a r a M é x i c o !

Page 5: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 20095

Fernando Celis Callejas

En diversos ámbitos se escucha la idea de que “a los productores de café le está yendo muy bien con la devalua-

ción del peso”. Veamos qué tan cierto es eso.La cafeticultura nacional atravesó una cri-

sis brutal de 2000 a 2004 debido a una caída de los precios internacionales de 55 por cien-to, a la sobrevaluación del peso en relación al dólar de 30 por ciento promedio en el periodo y a la reducción de la producción de 5.2 mi-llones de sacos (de 60 kilos) como promedio en el último quinquenio de los 90s a 3.5 mi-llones en el ciclo 2004-05.

En el ciclo 2002-2003, los ingresos de los productores por la venta de su café se redu-jeron en no menos de 75 por ciento. Fue cuando se desencadenó una migración sin precedentes y la mayoría de las familias ca-fetaleras decidieron ya no depender tanto del grano y diversificar sus ingresos sin abandonar sus cafetales.

Para los ciclos del 2004-05 al 2007-08, los precios internacionales mejoraron al elevarse sobre 120 dólares las cien libras, pero persistió el problema de la sobrevaluación del peso, por lo que no fue remunerativa la producción para la gran mayoría de los cafeticultores.

En los años recientes los precios reales de venta han representado casi 50 por ciento de los observados en los 70s y 80s. Aun así, los ca-fetaleros han aumentado en 40 por ciento su producción, de 3.5 millones de sacos del ciclo 2004-05 a cerca de cinco millones en la ac-tual cosecha 2008-09. El consumo interno ha crecido en 30 por ciento en este periodo, por lo cual las exportaciones no han aumentado significativamente, suman unos 2.5 millones de sacos y unos 400 millones de dólares en promedio anual.

Actualmente se tienen ya casi los mismos niveles de producción que en periodos ante-riores de mayores precios.

Para la actual cosecha 2008-09, que inició en octubre pasado, las perspectivas eran que los precios en la Bolsa del Café de Nueva York pasarían de 135 dólares las cien libras a unos 130 dólares en el transcurso de 2009, como resultado de una mayor cosecha mundial, de alrededor de 138 millones de sacos contra un consumo de unos 130.5 millones.

Precios volátiles. Pero la realidad muestra algo diferente. Los precios en 2008 fueron influidos por la crisis económica en Estados Unidos. A fines de febrero se elevaron hasta 170 dólares las cien libras en un periodo muy corto y luego descendieron. Mucha tinta se gastó en análisis de que los precios de los pro-ductos agrícolas estaban en ascenso y ya no disminuirían, pero el aumento en las bolsas fue coyuntural debido a una participación masiva de fondos especulativos que no tenían ganancias en los mercados inmobiliarios y bancos. En abril-julio de 2008 los precios del café se movieron alrededor de 135 dólares. Para julio un nuevo embate especulativo ele-vó fuertemente las cotizaciones del petróleo y otras materias primas y el café llegó a un pico

poco duradero de 155 dólares. En octubre ini-ció el derrumbe de los mercados accionarios, que arrastró también a las bolsas de productos agrícolas y para diciembre el aromático cayó a sus niveles más bajos de 103 dólares por cien libras; en los meses posteriores se ha movido alrededor de 114 dólares.

Si a partir de las condiciones del mercado del café se calculaban originalmente precios de 130 dólares por cien libras para 2009 y se ha tenido un promedio de 115 dólares el quintal (101.41 libras), el impacto negativo de la crisis económica es de 12 por ciento.

Así, los precios del café en comparación con los del petróleo y de otras materias primas han des-cendido en menor medida. ¿Por qué? Varios fac-tores del mercado del café explican esta situación.1. Escasos inventarios de café en los países

productores; son los más bajos en muchas décadas; al inicio del ciclo 2008-09 el Depar-tamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) calculaba 12.6 millones de sacos y los estimados por la Organización Internacional del Café (OIC) no rebasan los siete millones.

2. El fuerte aumento del consumo mundial en los cuatro años recientes, con creci-mientos anuales de 2.5 por ciento; aun cuando se han tenido cosechas récord, han sido absorbidas por la mayor demanda.

3. El exceso de lluvias en Colombia, los paí-ses de Centroamérica, la India y otros dis-minuirían la producción este ciclo, aun cuando los estimados son de una cosecha histórica de 138 millones de sacos.

4. La cosecha de 2009-10 se estima menor de unos 127 millones de sacos como resultado del ciclo de cosecha baja en Brasil.Devaluación positiva. El impacto de los

menores precios en la bolsa de Nueva York en la cosecha mexicana seria el siguiente.

Considerando el precio internacional de 115 dólares el quintal, si el tipo de cambio hubiera permanecido en 10 pesos por dólar, los compradores internos hubieran tomado un promedio de 35 dólares por quintal para gastos de comercialización y utilidades (entre 27 y 50 dólares, según la región), y el pago al productor hubiera sido de 80 dólares, esto es 800 pesos por un quintal de café pergamino, muy debajo de mil 450 (25 pesos por kilo) que se requieren como precio remunerativo.

La diferencia la hace la devaluación del peso.Si calculamos un tipo de cambio promedio

para la cosecha de 14.30 pesos por dólar, los costos de comercialización y utilidades del comprador se reducen a un promedio nacio-nal de 25 dólares por quintal (de 20 hasta 40 dólares, según la región), y el pago al produc-tor sería de 90 dólares, esto es mil 290 pesos por quintal.

Esto significa que un buen número de pro-ductores sí ha recibido un precio remunerati-vo, principalmente en las regiones de precios más altos, como Tapachula y Jaltenango en

Chiapas, Pluma Hidalgo en Oaxaca y el cen-tro de Veracruz, así como los que venden café orgánico en el llamado Comercio Justo.

Como promedio nacional calculamos que se tendría cerca de 90 por ciento de un precio remunerativo que permita recuperar la inver-sión realizada en el cultivo.

Mucho se debate en México si la devalua-ción es negativa, cuando lo más perjudicial para el país ha sido la fuerte sobrevaluación del peso durante los años pasados que favore-ció importaciones indiscriminadas.

El tipo de cambio normal de acuerdo con la inflación interna según el Banco de México debería estar en unos 14.70 pesos por dólar.

Oportunidad de mejora. Un peso no so-brevaluado es benéfico para la cafeticultura nacional y los niveles actuales de precios internos deben llevar a un mayor esfuerzo de reactivación de la actividad; es necesario sostener el aumento de la producción ligado a un crecimiento equivalente del consumo nacional y debe impulsarse que se venda me-jor el café mexicano en el extranjero. Actual-mente Colombia vende su café arábigo lava-do (pergaminizado) a 152 dólares el quintal y Guatemala y Costa Rica a más de 135 dólares, pero el de nuestro país no rebasa los 120 dóla-res por quintal.

Vender mejor implicaría romper el oligo-polio en la comercialización del café mexica-no que tienen cuatro grandes compañías que se caracterizan por no pagar a los productores mayores precios por los cafés de mejor cali-dad y poco hacen para prestigiar el aromático nacional. Asesor de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC)

NUESTRA CAFETICULTURA ANTE LA CRISIS ECONÓMICA GLOBAL

RAMAS PRODUCTIVASCRISIS

Precios en la bolsa del café de Nueva York y el

tipo de cambio peso - dólar 2 de marzo de 2009

El pasado viernes 6 de marzo de 2009 el gobierno federal publicó en el Diario Oficial

una serie de reformas al reglamento de la Ley de Bioseguridad de Organismos

Genéticamente Modificados

DESCANSE EN PAZ

Page 6: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 20096

RIESGOS Y OPORTUNIDADESLourdes Edith Rudiño

El escenario de crisis económica es común para el sector agroalimentario –devaluación del peso, en-carecimiento de insumos de importación, contracción de los mercados, desajustes o manipulación de precios y ganancias por parte de algún eslabón de la cadena productiva, y quiebras–, pero cada

rama expresa sus peculiaridades. En entrevista con representantes de organizaciones de productores, se ha-cen evidentes riesgos y oportunidades, por ejemplo, el peligro –ya en marcha— de importaciones de cerdo o fórmulas lácteas de cuestionable calidad alimenticia y sanidad, y la oportunidad que brinda la condición del peso frente al dólar de impulsar la producción de granos básicos para sustituir importaciones o de que por fin México se apropie de una parte del mercado azucarero en Estados Unidos.

Bovinos

Sobreoferta; precios bajos al productor, altos al consumidorAndrés Piedra Ibarra, director de Estudios Económicos de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG).

La crisis energética y alimentaria nos ha afectado desde hace dos años, sobre todo en los costos del maíz para ali-mento animal, que se elevaron agudamente debido al consumo de este grano para elaborar etanol en Estados Unidos (EU), para enfrentar sus problemas de abasto energético. Y por la crisis financiera y económica de ese país, estamos viendo una caída en la exportación de gana-do en pie a EU. En 2008 les vendimos sólo 700 mil cabe-zas, en comparación con 1.2 millones promedio de 2006

y 2007, y además con un precio muy castigado de 80-90 centavos la libra, contra 1.30 dólares de los años previos.

Entonces los becerros que han dejado de exportarse em-pezaron a colocarse en corrales de engorda del centro y norte del país, y esto repercutió en un desplazamiento de animales del sur-sureste que tradicionalmente llegan a esas engordas. La saturación de animales provocó en enero una caída sin precedente de precios nacionales del becerro en pie de 20-21 pesos por kilo a 15 o 16, aunque hoy están re-puntando un poco. El precio de la carne en los mercados y supermercados, sin embargo, no ha bajado; incluso se ha encarecido. Siempre hemos expresado la preocupación de por qué si hay castigos al precio del becerro esto no favorece al consumidor. La respuesta es que alguien está ampliando su margen de utilidad, pero nadie en la cadena lo va a decir (después del ganadero, está el engordador, luego el introductor y por último el comercializador).

Por otra parte, tarde o temprano tendrá que repercutir la devaluación del peso en el precio de la carne impor-tada, en prácticamente 50 por ciento, pues traíamos un dólar de 10.20 o 10.50 pesos y ahora está arriba de 15. Es un hecho que tendrá que caer el consumo, no sé si ya está pasando, y que habrán de quebrar ganaderos, pues los costos, altamente atados al dólar, se han elevado tre-mendamente: hablamos no sólo de maíz, sorgo y todo lo que es alimento animal, sino medicinas, biológicos, productos veterinarios y ganado reproductivo, todo de importación.

Porcicultura

Riesgo de que México se convierta en vertedero de desechos

Enrique Domínguez Lucero, director de la Confederación de Porcicultores Mexicanos.

El primer problema que enfrentamos es el de abasteci-miento de insumos, principalmente de granos y pasta de soya, cuyos precios están dolarizados y constituyen poco más de 85 por ciento del costo directo de produc-ción de carne de cerdo. Ello está comprometiendo la viabilidad de esta rama, pues es imposible pensar que se pueda transferir ese aumento de costos al consumidor final. Hay otros insumos de importación encarecidos por la devaluación, como son los productos veterinarios y las fórmulas iniciadoras de los cerdos. Los apoyos del presupuesto federal 2009 podrían mitigar parcialmente el conflicto, pero el escenario es muy incierto.

Abrigamos la esperanza de que haya un cambio de política económica respecto de lo que ha ocurrido en los 20 años recientes; necesitamos una mayor oferta na-cional de los insumos para la porcicultura (granos bási-cos fundamentalmente). Debemos fortalecer la planta productiva en función de los intereses de la producción nacional y crear empleos en México, no en Estados Uni-dos. Que el campo sea visto realmente como un activo de desarrollo.

Por otro lado, hay evidencia de saturación de carne importada. Estamos evaluando la pérdida de produc-ción nacional que tuvimos durante finales de 2007 y todo 2008, estimada en 15 o 20 por ciento, como con-secuencia de dificultades de comercialización, de caída de precios del cerdo, de importaciones y del encareci-miento de los insumos del alimento animal.

No obstante la devaluación del peso, en los tres me-ses recientes hemos visto incrementos de importaciones muy fuertes, luego de que en 2008 éstas crecieron en 28 por ciento respecto de 2007 (pasaron de 326 mil to-neladas a 420 mil). No sabemos si fueron compras he-chas con coberturas (con lo cual no habría impactado el dólar más caro), y además vemos una importación in-usitada de combos donde viene carne que hemos cues-tionado, de muy dudosa calidad, carne de segunda, de animales que tienen un castigo de precio en el mercado estadounidense porque son livianos (lo que indica que estuvieron enfermos). El riesgo de la devaluación es que las importaciones continúen pero con carne de baja ca-lidad; estamos trabajando con la Secretaría de Agricul-tura para que México no se vea como un vertedero de desechos de otros países, abusando de que no tenemos normas de calidad obligatorias.

En cuanto a la exportación, vemos una contracción de nuestro principal mercado, el japonés, aunque por el posicionamiento que tiene nuestra carne, aspiramos a que no haya deterioro, además de que estamos avan-zando muy fuerte para vender a China, pero todavía falta contar con el protocolo sanitario que pide el país. Ojalá podamos exportar desde zonas no tradicionales, pues ahora estas ventas están concentrada en Sonora en 90 por ciento y el resto en la península de Yucatán. Estamos viendo en todo mundo una contracción (de importaciones) y un reposicionamiento para favorecer su estructura y su planta productiva nacional. Aquí se piensa al contrario. Ojalá cambie eso.

Leche

Por carestía, creciente preferencia por fórmulas lácteasÁlvaro González Muñoz, presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche de El Barzón.

Con la crisis económica, el desempleo y caída de in-gresos, se ha contraído en 1.4 por ciento el consumo de leche en los seis meses recientes. También, por razones de precio, hay una tendencia de los consumidores a comprar fórmulas lácteas baratas en lugar de leche. Estas fórmulas –que se encuentran en los supermercados con marcas propias como Aurrerá y Chedraui a precios de unos diez pesos por litro al menudeo– son sueros con bajos niveles de proteína y en ningún país más que en México se consumen en sustitución de la leche.

Esto repercute en la nutrición sin que el consumidor lo sepa porque aunque el empaque dice “fórmula láctea”, las tiendas estratégicamente colocan estos productos en el anaquel de las leches. Y si parecen leche, saben a le-che, huelen a leche y tienen el color de la leche, pues la gente no se da cuenta de que le dan gato por liebre. Hace seis o siete años ese producto prácticamente no se vendía en México, pero a partir de que en 2003 salió la norma oficial mexicana 155 para fórmulas lácteas en el país se venden más de cinco millones de litros diarios. La cada vez mayor comercialización de estas fórmulas, aunada a las importaciones de leche en polvo que crecieron de 140 mil toneladas en 2007 a más de 200 mil en 2008, provo-can una inundación del mercado hoy –que no se frena a pesar de la devaluación del peso— y ello propicia una caída del precio que se paga al ganadero lechero: hace seis o siete meses la industria pasteurizadora estaba pa-gando la leche a 5.50 pesos por litro y ahora a sólo cuatro o 4.50 y en algunos lugares, como lo estamos viendo en Jalisco, a sólo dos pesos, y en cambio la ha encarecido al consumidor final a 12 o 13 pesos el litro. Quien gana con la crisis es el oligopolio de la leche. A los ganaderos nos cuesta 5.20 pesos producir cada litro de leche en prome-dio nacional; la situación hoy está poniendo en riesgo de quiebra a 150 mil productores. Urgen medidas guberna-mentales para frenar el daño a los ganaderos.

RAMAS PRODUCTIVASCRISIS

Page 7: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 20097

Granos básicos

Posible, tomar ventaja de la crisis y sustituir importaciones

Víctor Suárez, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).

La crisis económica y la devaluación del peso frente al dólar colo-can a México ante una oportunidad invaluable para replantear radi-calmente la política errónea de dependencia de las importaciones para el abasto del mercado interno, en particular de granos básicos. En 2008 importamos casi tres mil millones de dólares en maíz, fri-jol, trigo, sorgo, arroz y cebada. La devaluación nos debe llevar a sustituir en 50 por ciento estas compras en los próximos años y reac-tivar la producción interna, por medio de incorporar dos millones de hectáreas al cultivo, duplicar el monto de créditos que hoy dispo-nen los productores de granos, disminuir en 50 por ciento las tasas de interés y alinear los apoyos gubernamentales. Y también por la vía de mayor productividad y de mayores fuentes de empleo rurales.

Sin embargo se requiere una decisión política que hoy no ob-servamos en el gobierno federal ni en los estatales, además de que encontramos una posición pasiva del Congreso de la Unión.

Con la devaluación, los precios de importación de los granos se han elevado. Por eso tenemos un incentivo. En el caso del maíz, el princi-pal básico, el precio internacional ha caído en los mercados internacio-nales en los meses recientes, de seis a cuatro dólares por bushel, pero el peso ha pasado de 10 a 15 dólares, y hay que agregar los costos asociados de la importación, también dolarizados, de manejo y transporte.

Los precios de la oferta nacional resultan más competitivos. El maíz blanco está hoy en el orden de dos mil 650 pesos por tonelada, un precio inferior a dos mil 850 o dos mil 900 que sería el precio de indiferencia de importar maíz blanco o es el que podría obtenerse si se exporta a Centro y Sudamérica o África. Entonces está siendo castigado el precio del maíz blanco, pero esa es una oportunidad frente a las importaciones caras procedentes de EU y ello hace pre-visible la caída de importaciones. Ya en 2008 México importó ocho millones de toneladas de maíz frente a 10-11 millones del año ante-rior y se calcula que en 2009 serán 6.5 o siete millones de toneladas.

Pero hay una contraparte negativa de la devaluación, que encare-ce los insumos de los que dependemos, como fertilizantes, semillas, maquinaria y equipo y refacciones. Es indispensable entonces relan-zar un programa de producción nacional de fertilizantes, de quími-cos, de biofertilizantes y abonos orgánicos, así como el desarrollo de producción nacional de semillas a bajo costo y de alta calidad. Es un conjunto de acciones que en el corto y mediano plazos generarían mayor oferta interna y tendríamos una canasta alimentaria de más bajo precio y de más fácil acceso para los consumidores.

Por otra parte, tenemos problemas estructurales. Grandes com-pradores como Maseca arguyen problemas de liquidez y están re-trasando el pago de las cosechas, lo cual es una presión de carácter especulativo. Estas compañías ejercen su poder de compra mono-pólico. Suspenden sus pagos a efecto de que los precios al productor caigan y propician incertidumbre en los agricultores, y el gobierno está pasmado, además de que también le conviene que se abatan los precios al productor para acotar las presiones inflacionarias. Eso es justamente lo contrario de lo que se debe realizar en una recesión económica profunda, pues es necesario que haya precios justos para el agricultor, para que incremente su producción. Por ello hay que crear reservas estratégicas alimentarias en México para evitar cual-quier presión especulativa interna o internacional.

Hay que decir que la relación costo-beneficio resulta positiva para un grupo de productores medios y altos de granos básicos y no es renta-ble para un sector de pequeños productores, porque no tienen acceso a créditos, a subsidios, inversiones; su productividad es muy baja y sus costos muy altos. En ellos debemos enfocar los apoyos y el crédito.

Pesca

Mercados internacionales contraídos

Rafael Ruiz, presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Acuícola y Pesquera (Canainpesca).

La restricción del financiamiento a escala interna-cional afecta severamente a la pesca mexicana en sus mercados del exterior. En el estadounidense, que para nosotros es el más importante, los com-pradores están adquiriendo menos volúmenes por la falta de liquidez (lo que los lleva a reducir sus volúmenes de almacenamiento) y porque no cuentan con suficiente demanda. Esto se ve muy claramente en el camarón cuyas compras por lo general repuntaban en noviembre-diciembre. En 2008 no ocurrió eso. Así, la devaluación del peso no nos está ayudando a mejorar nuestra posición en el extranjero. En el mercado interno se ha reducido la demanda en general de los productos pesqueros, y más que una caída de los precios, no estamos viendo el alza que tradicionalmente se observa en la cuaresma. En el caso del camarón, que tiene su precio atado al dólar, vemos un precio interno que no se ha movido en dos años; la devaluación de más de 40 por ciento del dólar no se ha visto reflejada.

Sabemos que la duración de las crisis depende en gran medida de lo que hagan los gobiernos y las expectativas más benévolas o menos duras so-bre la recuperación de la economía de Estados Unidos –que es de la que dependemos—son para 2010, por ello pensamos que obtendremos el re-bote para el segundo trimestre de ese año. Habrá algunas ramas productivas que no aguantarán y otras que aun con pérdidas puedan sostenerse. En la actividad pesquera, lo más grave es que se siga deteniendo la actividad por falta de ventas o por incosteabilidad para tener los barcos activos; eso genera desempleo directo e indirecto. Nos preocu-pa que estamos teniendo una acumulación fuerte de inventarios. En cuanto a costos, somos altos consumidores de diesel marino, que representa hasta 60 por ciento de nuestros costos y sabemos que va a incrementarse cinco centavos mensua-les; con la reducción de 75 por ciento en las alzas mensuales determinada por el presidente Calde-rón, nos disminuye el efecto de carestía. Pero hay que ver que otros costos siguen al alza, como ca-denas, redes y mallas. Podemos hacer poco para controlar eso, lo más que podemos hacer es tener mayores volúmenes de captura, lo cual será facti-ble si se concreta el acuerdo que firmamos con el gobierno federal, el cual implica ordenamiento, inspección y vigilancia.

Azúcar

Gran oportunidad de exportación a EUCarlos Blackaller Ayala, presidente de la Unión Nacional de Cañeros de la Confederación Nacional de Productores Rurales (CNPR).

El tipo de cambio peso-dólar genera una gran opor-tunidad para que México se posicione en el merca-do de Estados Unidos; los precios de exportación resultan muy atractivos respecto de los que privan en el mercado nacional. No tengo cifras precisas,

pero en este año 2008-09 (septiembre-agosto) se está considerando que las ventas al mercado esta-dounidense y las empresas IMEX (que importan materia prima para reexportar procesado) sumarán unas 800 mil toneladas, esto es 550 mil de exceden-tes propios de la zafra actual y casi 300 mil de in-ventarios anteriores. El año pasado esta colocación fue de 600 mil toneladas, una cifra ya importante.

La ventaja es que ya el Tratado de Libre Comer-cio de América del Norte (TLCAN), con una des-gravación total, permite el acceso libre de azúcar de México a EU, y siendo nuestro país superavita-rio y EU deficitario, esas ventas están ocurriendo. Somos un proveedor natural. Estamos en una eta-pa en que ingenios y campo cañero debemos acre-centar la inversión productiva para lograr más efi-ciencia, productividad, competitividad y calidad.

Este año 2009 Estados Unidos realizará impor-taciones por dos millones de toneladas de azúcar; considerando que la cuota de importación que tie-ne comprometida (por mecanismos políticos) con varios países es de 1.2 o 1.3 millones, hay suficiente espacio para la colocación de azúcar mexicana.

Antes de 2008 (previo a la eliminación de aran-celes del TLCAN) hubo manejos o malentendidos o desavenencias entre México y EU en materia de azúcar, relacionados con la interpretación de las reglas del tratado, que provocaron una sobreoferta del mercado nacional, la caída de precios, la preca-riedad de flujos económicas en los ingenios, pero el propio TLCAN y la situación deficitaria del mer-cado de EU genera hoy la posibilidad de que colo-quemos nuestros excedentes allá, y la expectativa de aquí al año 2012 es exportarles cada vez más.

RAMAS PRODUCTIVASCRISIS

Page 8: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 20098

Lourdes Edith Rudiño

Entre 2000 y 2006 unos 600 mil connacionales emi-graron anualmente a Estados Unidos (EU) y en 2007 lo hicieron otros 650 mil, la mayoría con la intención

de quedarse en aquel país de forma definitiva y no regre-sar a México más que por sus familiares, porque –como lo advirtió en noviembre la Federación del Sur de Zacatecas, que integra a más de 60 clubes de migrantes—“aquí no hay garantías de empleo, bienestar y ni siquiera de integridad física” dada la violencia galopante.

Pero hoy surge una gran pregunta: ¿adónde van a ir o qué va a pasar con los migrantes potenciales? Por la grave crisis económica y financiera que sufre, la Unión Americana no está en condición de absorber esos 650 mil mexicanos por año, y en México no se están generando empleos –en 2007 sólo se crearon 150 mil nuevos puestos de trabajo–, comentó Rodolfo García Zamora, académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

Señaló que el modelo económico aperturista que se aplica en México desde diciembre de 1982 –y que privilegia los servi-cios al gran capital y desatiende sus obligaciones de bienestar y progreso de la población—tuvo como válvula de escape una creciente emigración hacia EU, que se agudizó siempre en los años de crisis (1982, 1994) de tal forma que los diez esta-dos del centro y occidente de la República presentan hoy un 56 por ciento de despoblamiento, y en el caso particular de Zacatecas, que es el caso extremo, un 75 por ciento. En esta entidad ha influido de manera definitiva la ausencia de renta-bilidad de su principal cultivo agrícola, el frijol.

Éxodo por miedo. La emigración ha ocurrido no obstante el endurecimiento de la frontera norte desde hace 20 años y aho-ra mismo en las comunidades la gente sigue “votando con los pies”: buscan emigrar aprovechando sus redes sociales y familia-res trasnacionales, y ya no sólo por los conflictos de desempleo y económicos, también por el miedo, el pánico y la violencia. “Hace tres años era desconocido que hubiera esas migraciones por miedo desde Zacatecas, Durango, Jalisco, Michoacán, Guanajuato... y ahora hay un éxodo de cientos de familias que han sido objeto de secuestro, extorsiones, robos y asesinatos”.

Entrevistado en el marco del seminario “La crisis económica en Estados Unidos y México. Implicaciones para los migran-tes”, organizado por Iniciativa Ciudadana para la Promoción de la Cultura del Diálogo, García Zamora dijo que en la UAZ hicieron un estudio en noviembre y diciembre pasados sobre 29 comunidades de Zacatecas para observar los fenómenos de la migración en medio de la crisis económica. Los resultados más importantes fueron: a) Hay una caída en las remesas a una tasa de más del doble respecto de la caída nacional; b) las remesas llegan más espaciadas, debido, dicen los familiares a que hay menos trabajo en EU y los migrantes ya no tienen dos trabajos, y en algunos casos se quedaron desempleados; c) los emigrados no piensan regresar mientras puedan sobrevivir en EU. El retorno será la última opción pues ven que sería impo-sible regresar después a ese país en las condiciones actuales.

Urgen empleos. El entrevistado, docente del doctorado de Estudio del Desarrollo de la UAZ, consideró urgente una reorientación del modelo económico de México y como primer paso aplicar una “economía de guerra” para generar empleos, por lo menos 1.2 millones anuales –lo cual debe-ría ocurrir incluso por coherencia, pues Felipe Calderón se

promovió en campaña como “presidente del empleo”—; de otra manera ocurrirá una desintegración económica, social y política del país. “El empleo debió ser la prioridad cuando el Congreso aprobó el presupuesto federal”.

Recordó que, según varios analistas, este año la crisis econó-mica en México podría arrastrar a 10 millones de mexicanos a la pobreza, con lo cual sumarán 65 millones en esa condición.

Hasta hoy el Ejecutivo y el Congreso se han mostrado autistas; “tal parece que están esperando estallidos sociales para que tengan que asumir la gravedad de la crisis social, económica, política, de legitimidad y de confianza; parece que quisieran llevar al país al extremo de la colombianiza-ción y la pobreza para darse cuenta de que no pueden se-guir gobernando de espaldas a la realidad y al bienestar del pueblo. Y eso explica los temores no sólo del Congreso de EU, sino también de los órganos de seguridad y del propio ejército del país.

“(...) Hay un gran cinismo de la clase política mexicana. Están preparando el proceso electoral de 2009 como si no hubiera crisis, y la estimación de que van a derrochar cerca de 18 mil millones de pesos en las elecciones demuestra una actitud criminal, porque con 50 por ciento de eso podrían generarse fondos regionales de desarrollo y fondos emergen-tes de empleo. Con abstencionismo en las votaciones, la so-ciedad va a sancionar la incompetencia y mezquindad de la clase política que padecemos”.

Caída del PIB. Sobre Zacatecas particularmente comen-tó que las remesas que llegaron al estado en los ocho años recientes rebasaron los 600 millones de dólares anuales; en el momento en que caen, se da una recesión; es previsible una caída de 1.5 puntos en el Producto Interno Bruto estatal. “Al margen del presupuesto federal, las remesas son nuestra principal fuente de ingresos propios, la segunda es la agricul-tura, que está en crisis, con el frijol sin precio. Vemos una tendencia hacia el estancamiento crónico de Zacatecas”.

Óscar A. Chacón

El creciente desempleo que afecta a la sociedad estadounidense en su con-junto y cuya tasa oficial alcanzó 7.6

por ciento en enero, de acuerdo con el Buró de Estadísticas Laborales, afecta de manera más intensa, con una tasa de 9.7 por ciento a fines de ese mismo mes, a la población de origen latinoamericano.

Es importante aclarar que la tasa oficial de desempleo es una medida imprecisa del grado real del fenómeno, ya que sólo mide el número de personas que están activamente buscando empleo y se basa en el número de casos de seguro de desempleo o cesantía in-voluntaria abiertos. No toma en cuenta a los trabajadores inmigrantes indocumentados, quienes debido a su condición no pueden solicitar seguro de desempleo, ni tampoco considera a las personas que han agotado los beneficios de dicho seguro.

Observadores aseguran que la tasa general real de desempleo en Estados Unidos es de 12 por ciento. Esto sugeriría que la tasa real del segmento de origen latinoamericano se-guramente andaba cerca de 14 por ciento a finales de enero. Algunos de los sectores del mercado laboral que más se han encogido en los seis-nueve meses recientes, como el de la construcción, son espacios en los cuales cien-

tos de miles de trabajadores mexicanos, y en general latinoamericanos, se han empleado en las dos décadas pasadas.

¿Hay regreso o no? Estas cifras y estima-ciones ilustran que miles y miles de trabaja-dores inmigrantes en Estados Unidos, par-ticularmente los de origen mexicano, han visto un deterioro en su situación laboral en sólo un año. Ello ha generado mucha espe-culación en torno al posible retorno masivo de migrantes a sus lugares de origen. No hay datos duros; sin embargo, las historias ane-cdóticas que se escuchan a lo largo y ancho de la Unión Americana sugieren que al me-nos por ahora los migrantes han optado por otras medidas para bregar con la crisis, antes de considerar seriamente la posibilidad de un retorno.

En primer lugar, el deterioro laboral de muchos migrantes no necesariamente signi-fica haberse quedado sin empleo. En muchos casos quiere decir que de haber tenido hasta dos empleos, ahora sólo se conserva uno. En otros casos, que han tenido que cambiar su área de desempeño, por ejemplo, alguien que perdió su empleo en la industria de la cons-trucción, ahora tiene uno en un restaurante, ya que el migrante es muy flexible en cuanto a su campo de ocupación. En ambos casos, cambios de este tipo han afectado los ingresos semanales y/o mensuales.

Si se toma en cuenta la dedicación al traba-jo que tienen los migrantes, y el hecho de que con frecuencia devengan salarios inferiores a las que se pagarían a no migrantes, particular-mente sin son de raza blanca o negra, los mi-grantes no son necesariamente un grupo en la primera línea de personas a despedir cuan-do un patrón determinado está considerando maneras de reducir sus costos de operación.

Estrategias ante la crisis. En todo caso, el deterioro laboral ha derivado en reducción de los gastos de funcionamiento de las personas y/o familias migrantes, en una vida más auste-ra en Estados Unidos. Algunas de las medidas que están tomando son: (a) compartir vivien-da con familiares y amigos, lo cual además de reducir el gasto en arrendamiento mensual, genera ahorro en servicios como gas propano y electricidad; (b) eliminación de gastos su-perfluos, como comidas en restaurantes, telé-fono móvil y otros gastos de entretenimiento; (c) una revisión cuidadosa de los gastos se-manales en el supermercado, para eliminar de la dieta todo lo que sea prescindible, y (d) reducción de gastos de ropa, calzado y otras áreas de compras no urgentes.

La realidad es que la idea de regresar, espe-cialmente para los migrantes sin papeles, es una decisión sumamente delicada. Además de sopesar cuidadosamente la condición social y económica a la cual se tendría que regresar, la esperanza de que pueda haber un cambio en la política de inmigración de Estados Unidos que les beneficie hace que muchas personas mi-grantes indocumentadas resistan fuertemente la idea de regresar al país de origen como la primera acción a tomar en respuesta a la crisis.

La ausencia de una condición de vida que ofrezca verdaderas oportunidades de segu-

ridad personal, bienestar y progreso para la mayoría de personas en México o en el resto de América Latina, es decir la falta de con-diciones óptimas de desarrollo económico y social, pesa mucho a la hora de considerar la idea de regresar. La pregunta que muchos se hacen es: ¿A qué voy a regresarme a Méxi-co? Mientras no haya respuestas positivas, concretas y responsables a esta pregunta, no sólo será improbable que migrantes mexica-nos quieran voluntariamente regresar, sino que muchas más personas seguirán viendo en la migración la única manera de alcanzar una mejor condición de vida para ellos y sus familias, aun en el marco de una crisis eco-nómica global. Director ejecutivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latino Americanas y Caribeñas (NALACC)www.nalacc.org

ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA

650 mil mexicanos ven cerrar válvula de escape

MIGRANTESCRISIS

FOTO

: Enr

ique

Pér

ez S

. / A

nec

Page 9: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 20099

Víctor Orlando Magaña Rueda y Leticia Gómez Mendoza

El término “desarrollo soste-nible” debería evocarnos un balance entre los aspectos

sociales, económicos y ambienta-les. En México, sin embargo, tal balance no existe en la práctica ya que se da prioridad a la macroeco-nomía sobre los programas de apo-yo a grupos sociales menos favore-cidos y en último lugar se trabaja en materia ambiental; se pierde de vista el enorme valor que tienen los ecosistemas a la hora de evaluar nuestra calidad de vida. No sor-prende entonces que para la mayor parte de la sociedad sea desconoci-do el valor de los ecosistemas, más allá de lo puramente estético.

En 1968, un grupo de 35 cientí-ficos, políticos e investigadores de diversos países se reunieron para analizar los cambios que ocurrían

en el planeta a causa de las activi-dades humanas, dando origen a lo que se conoce como el Club de Roma. Esencialmente, sus estudios –así como los de miles de científi-cos y de organizaciones preocupa-das por el ambiente– han mostrado que existen límites al “crecimiento” del planeta y que bajo los patrones dominantes de producción y con-sumo, los problemas ambientales pondrían en peligro la existencia misma de los seres humanos.

Problemas como la contamina-ción, la destrucción de los ecosiste-mas y el consumo desmedido han generado pérdida de calidad de vida al resultar en nuevas enfermedades, extinción de especies, desertización, hambrunas, contaminación del agua, destrucción del patrimonio cultural, agotamiento de los recur-sos y cambios en el clima, cuyas consecuencias han sido examinadas en diversos cuerpos colegiados inter-nacionales. Estos grupos científicos establecen que una de las mayores

preocupaciones es la velocidad con la que la calidad del ambiente se ha deteriorado en las décadas recientes.

La globalización ha contribui-do a debilitar economías regio-nales y desaparecer tradiciones de consumo menos agresivas con el medio ambiente, al imponer patrones de favorecen la cultura de “lo desechable” y privilegiar el lucro a toda costa. El beneficio para unos cuantos se refleja en la enorme pobreza de muchos en países en desarrollo. Esto conlleva a que la protección al ambiente no sea considerada una prioridad. Paradójicamente, son las comuni-dades humanas más pobres las que habitan algunas de las regiones de mayor biodiversidad, donde con frecuencia los ecosistemas generan muchos de los beneficios que se disfrutan en las grandes ciudades. Por ello, la “conciencia ambien-tal” debe involucrar tanto a los que aprovechan localmente los servi-cios ecosistémicos de bosques, sel-

vas, mares o desiertos, como a quie-nes los consumen en otros lugares.

Quizá el mayor ejemplo de la crisis ambiental sea el cambio climático. Dado que el clima no distingue fronteras, los incrementos de temperatura o los cambios en el ciclo hidrológico ocurrirán en prácticamente todo el mundo. Las actividades humanas que involu-cran un alto consumo de combus-tibles fósiles, así como un cambio en el uso de suelo, han llevado a alterar la composición química de la atmósfera, principalmente en el siglo reciente, de forma tal que se ha producido un incremento en la temperatura global de casi un grado centígrado, el cual continuará por lo menos durante el presente siglo.

Si la humanidad continúa emi-tiendo desmedidamente gases de efecto invernadero y el uso del agua prosigue de forma irresponsable, ha-cia el año 2050 podrían extinguirse hasta 30 por ciento de las especies animales y vegetales, la sequía y el deshielo de los glaciares dejarán sin agua dulce a más de mil millones de personas, mientras que otras regiones sufrirán mayores y quizá más frecuen-tes desastres como huracanes e inun-daciones, así como conflictos interna-cionales por el acceso a los recursos.

Además, los ecosistemas y los ser-vicios que prestan están amenazados tanto por su destrucción por cam-bios en el uso de suelo, como por el cambio climático. Aunque la prime-ra amenaza parece más directa y rá-pida, el cambio del clima está adqui-riendo dimensiones que afectarán la biodiversidad, al alterar los patrones de tolerancia ambiental de plantas y animales, especialmente los que es-tán en riesgo de extinción. La magni-tud de los cambios del clima depen-derá en gran medida de las acciones que se tomen desde ahora. Todos los países deben reaccionar con la mi-tigación, esto es la disminución de las emisiones de gases de efecto in-vernadero y deben adoptar medidas para la recuperación de ecosistemas, lo que es en sí una forma de reduc-ción de la vulnerabilidad.

Quizá el mayor reto de México y del mundo para enfrentar la crisis ambiental actual será relacionado con la cultura en todos los sectores de la sociedad, que lleven a la población a buscar y exigir esquemas de desarro-llo sostenibles, pues el modelo actual ha mostrado ya grandes limitaciones para que lo económico, lo social y lo ambiental tengan el mismo peso. Investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera, UNAM

MODELO INSOSTENIBLE AMENAZA A LA HUMANIDAD

MEDIO AMBIENTECRISIS

Page 10: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200910

Víctor M. Toledo

Primero fue la crisis social la que generó conciencias, re-acciones, iniciativas diversas,

protestas. Después se agregó la cri-sis ecológica y en íntima relación la energética. Hoy ha hecho su apari-ción la crisis financiera, convertida ya en debacle económica de escala global, y los defensores de la situa-ción se quedan sin baldes para sacar el agua del buque que se hunde.

¿Son estas crisis fenómenos aisla-dos o por lo contrario no son sino las expresiones de una sola crisis? Aquí de nuevo es la perspectiva histórica la que nos permite responder a la pregunta, pero no la de cualquier historia, sino la de aquella que logra articular la historia de la sociedad con la historia de la naturaleza.

Estamos en un “fin de época”, entrando a la fase terminal de la ci-vilización industrial, tecnocrática y capitalista, en la que las contradic-ciones sociales y ecológicas se agudi-zan y la norma es cada vez más los escenarios sorpresivos, inesperados e impredecibles. Dos fenómenos en-cabezaban esta crisis de civilización: el calentamiento global y el fin de la era del petróleo. Ahora debemos agregar la crisis provocada, y larga-mente anunciada, por la voracidad insaciable del capital. Todas son la expresión de un intrincado conjunto de procesos cuyo devenir ha tomado varias décadas, es decir que confor-man una inercia de largo aliento.

La gran aceleración: el siglo XX. El ser humano ha estado presente en el planeta desde hace 200 mil años, un suspiro en la larga, casi eterna, historia de la Tierra. Du-rante la mayor parte de ese lapso, el hábitat planetario ha sufrido una creciente presión por parte de la especie humana. Sin embargo nada es comparable con lo ocurri-do en los cien años recientes, un periodo que equivale solamente al 0.05 por ciento en la historia de la humanidad. Hoy pueden identifi-carse un conjunto de fenómenos sin precedente en la historia (Mc Neill, J. 2002. Something new un-der the Sun: an ecological history of twenty century. Penguin Books). La población humana, por ejemplo, se incrementó más de cuatro veces entre 1900 y 2000, al pasar de 1.6 mil millones a más de 6 mil millones. Ello supone la llegada cada año al planeta de 77 millones de nuevos seres humanos. A esta velocidad el reloj demográfico es, y será cada vez más, una bomba de tiempo que ha dejado en el siglo XX a la quinta parte de todos los miembros, vivos o muertos, que han existido a lo largo de la historia.

Los datos demográficos, sin em-bargo, palidecen frente a los de la economía mundial. Medida en dólares de 1990, ésta se incremen-tó 14 veces entre 1900 y 2000, de tal suerte que la economía global de 1950 ha sido superada ya por la economía estadounidense de hoy, y la economía global de 1900 es equi-valente a la economía japonesa ac-tual (McNeill, 2000).

El uso de la energía, medido en toneladas métricas de barriles de petróleo, es el tercer gran acelera-miento del siglo pasado: creció 16 veces. La energía utilizada en el siglo XX ha sido mayor que la utili-zada a lo largo de toda la historia de la especie, y diez veces mayor a la usada en los mil años previos (Mc-Neill, 2000). En comparación con los datos anteriores, el uso del agua se elevó nueve veces; el incremento del bióxido de carbono (CO2), el principal contaminante atmosfé-rico, fue de 13 veces, y las emisio-nes industriales de ¡40 veces! De la misma manera, la extracción y el consumo de metales (cobre, zinc, manganeso, cromo, níquel, magne-sio, estaño, molibdeno y mercurio) han tenido un crecimiento especta-cular en los cien años recientes. La extracción de estos metales conlleva a su vez el uso de sustancias tóxicas, el uso y contaminación del agua y el movimiento masivo de materiales. Otros crecimientos vertiginosos son el de los vehículos automotores y el de las reses o cabezas de ganado, así como el de las poblaciones de la fauna que acompaña al ser humano (moscas, ratas, cucarachas, etcé-

tera) y, en las décadas recientes, el de la información manejada global-mente por medio de los sistemas de cómputo y las telecomunicaciones.

Los autos y las reses se pueden considerar dos de los principales ico-nos del siglo XX. Por cada dos seres humanos que nacen al año se cons-truye un auto, de tal suerte que para 2010 el parque vehicular alcanzará los mil millones. El auto produce 15 por ciento de los gases que conta-minan la atmósfera, su construcción produce entre 15 y 20 toneladas de residuos, y cada año los accidentes automovilísticos matan a un millón de seres humanos y dejan heridos entre 25 y 35 millones (Toledo, V. M., 2006. Ecología, espiritualidad, naturaleza. Jitanjáfora Ediciones). Por otro lado, puestas en una balan-za, todas las reses del mundo pesan más que todos los seres humanos juntos, y en varios países como Uru-guay, Costa Rica o Australia, existen más vacas que humanos. Hacia 2001, las reses habían alcanzado los mil 530 millones, cada una de las cuales eructa metano y óxido nitroso, gases que inducen el calentamiento glo-bal. La expansión de la ganadería va-cuna ha sido la causa principal de la

destrucción de millones de hectáreas de selvas tropicales. Con poblaciones cercanas a las de los seres humanos, los autos y las reses, los dos principa-les engendros de la invención huma-na del siglo pasado, compiten ya con sus creadores por los alimentos. En países como Brasil o Estados Unidos, cada parcela agrícola puede ser de-dicada a alimentar a los autos (agro-combustibles), a las reses (pastizales) o a los humanos (cereales, hortalizas, legumbres, etcétera).

El gran evento más reciente que ha acompañado a todo lo anterior ha sido el de la producción de dese-chos: la excreción de materiales, sus-tancias, agua utilizada, radiaciones, genomas alterados y basura. Los vo-lúmenes de generación de desechos han roto toda predicción. Hoy pode-mos afirmar que el planeta es cada vez más un espacio irremediable-mente contaminado de una gama casi infinita de basuras y desechos. Tan sólo en Europa, posiblemente la región con las leyes más estrictas, existen unos 30 mil productos quí-micos sin control, es decir, de los cuales no se sabe nada acerca de sus efectos sobre la salud humana y el ambiente (El País, 25/9/2005,

página 21). Es muy probable que el notable incremento de las alergias, el asma, el cáncer, las disfunciones hormonales y la infertilidad esté li-gado con el uso incontrolado de esas sustancias. Dentro del panorama anterior, no debe dejar de citarse la producción de máquinas y aparatos inservibles. Por ejemplo, hoy existen 2 mil 100 millones de celulares en el mundo, casi uno por cada tres personas, y dado que el tiempo de uso promedio de cada aparato es de 14 meses, la cantidad de celulares que se desechan como “chatarra electrónica” es descomunal: sólo en Estados Unidos hay 500 millones de celulares desechados.

Los impactos de un “experi-mento sin control”. Si el uso pací-fico o bélico de la energía nuclear ya había sacudido las conciencias de los miembros más lúcidos de la especie humana, hacia media-dos del siglo pasado comenzaron a surgir las primeras llamadas de atención acerca de los impactos de la modernidad industrial sobre la trama de la vida y los balances eco-lógicos del planeta. Durante los re-cientes cien años, la especie huma-na ha modificado y/o afectado los ecosistemas del planeta Tierra de forma más extensa y rápida que en ningún otro periodo de la historia humana. Dos fenómenos destacan: el mayor poder de transformación adquirido por los seres humanos a partir del uso de los combustibles fósiles (incluyendo la energía nu-clear) y la lógica o racionalidad que ha dominado y que hoy alcanza su máxima expresión, la cual está ba-sada en una voracidad insaciable: la de la acumulación, concentración y centralización de capital. El “ex-perimento incontrolable” que ca-racteriza al metabolismo industrial se explica entonces por los meca-nismos insaciables de un mercado dominado por el capital que echa mano de un gigantesco poder de transformación, cada vez más acre-centado por la innovación científi-ca y tecnológica. Y es esta espiral que crece y crece la que se debe detener, única manera de finalizar una etapa y de comenzar otra.

La huella ecológica y la inercia de la era industrial. La cantidad de alimentos, energía, agua, materia-les de construcción y desechos que cada individuo utiliza y expide a lo largo de un año puede ser calcu-lada mediante un índice conocido como la “huella ecológica” creado por M. Wackernagel y J. Rees, en 1996. Este índice es de carácter trans-escalar, pues puede aplicar-se a individuos, familias, barrios, comunidades, ciudades, países y a la humanidad entera, así como compararse al paso del tiempo, y se mide en el número de hectá-reas necesitadas para satisfacer lo consumido.

Desde 1985 los seres humanos traspasaron, en conjunto, la capa-cidad del planeta para proveer esos satisfactores. Esta presión humana sobre el equilibrio de la Tierra debe sin embargo ser matizada, pues son los países y sectores opulen-

OTRO MUNDO ¿eS REALMENTE POSIBLE?

TEMA DEL MES ILUS

TRAC

IÓN

: Infe

rnal

pun

ishm

ent f

or th

e Se

ven

Dead

ly S

ins /

Le

gran

t kal

endr

er e

t com

post

des

Ber

gier

s / 14

96

Page 11: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200911

tos los que mayores impac-tos producen, de tal suerte que medida por países, la huella ecoló-gica resulta de la combinación del número de habitantes y de su nivel de consumo. Si todos viviéramos como la población promedio en los países ricos, el planeta sólo podría soportar mil 800 millones de perso-nas, y no los seis mil 700 millones que viven en la actualidad.

Contrariamente a lo esperado, la huella ecológica sigue aumen-tando dado que el consumo tanto de los países ricos como la de los llamados emergentes (China, In-dia, los de Europa del este, Brasil, Sudáfrica) se incrementa día a día. En 2006, el comercio y el consu-mo globales aumentaron a niveles récord en todo el mundo. Las pro-ducciones de acero (mil millones de toneladas), aluminio (31 millo-nes de toneladas) y automóviles (45.6 millones de unidades), por ejemplo, superaron todas las mar-cas anteriores.

Utilizando el parámetro de la huella ecológica por un lado, y el índice de bienestar humano de la Organización de las Naciones Unidas, un grupo de investigado-res confeccionaron un método para cuantificar el nivel de susten-tabilidad de los países, definido como aquel que alcanza un míni-mo grado de bienestar social y un nivel de consumo que no excede la capacidad de renovación de la biosfera (bio-capacidad) (Moran, et al, 2008, Ecological economics). La aplicación de ese índice a 93 paí-ses, entre 1975 y 2003, reveló que no obstante los conocimientos acu-mulados y las medidas adoptadas durante ese periodo, la sociedad humana se ha vuelto menos, no más sustentable, con excepción de un país, Cuba (véase: http://www.footprintnetwork.org/hdief.html). Los resultados también ubicaron a Latinoamérica como la región “menos insustentable” del globo.

El análisis anterior cobra es-pecial importancia porque viene a corroborar, a escala global, la existencia de un proceso largamen-te intuido o sospechado pero no demostrado con cifras o datos: la inercia aparentemente imparable del metabolismo industrial y su carácter esencialmente depredador de los recursos del planeta. Este análisis encuentra su correlato en los más recientes reportes sobre el cambio climático. De acuerdo con los trabajos presentados por varios expertos, varios de ellos miembros del IPCC, durante la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), ce-lebrada en Chicago en febrero del 2009, el cambio climático será más rápido y más intenso de lo previsto en el más reciente informe de los científicos de Naciones Unidas (el IPCC), presentado a principios de 2007, el cual fue demasiado pru-dente o conservador.

¿Otro mundo es realmente po-sible? El metabolismo industrial se ha convertido ya en un irrefre-nable movimiento expansivo, en

un permanente creador de entro-pía o desorden, ha generado in-numerables nuevas articulaciones entre los fenómenos sociales y na-turales, ha impulsado nuevos efec-tos de carácter multi-escalar (de lo local a lo global y viceversa), y ha terminado por convertir al mun-do moderno en un complicado e incomprensible calidoscopio de crisis cada vez más concatenadas y amplificadas.

Con la consolidación del capi-talismo industrial, cuyo pináculo estamos viviendo, el hábitat pla-netario ha entrado en una fase crítica de aceleración y descontrol. Los fenómenos globales inducidos por la civilización industrial, han traído un sinfín de ventajas y nue-vas e inimaginables posibilidades, pero también han hecho del hábi-tat planetario un espacio cada vez más inseguro, incierto y peligroso. La destrucción de la variedad de la vida (biodiversidad), el agua cada vez más cara y escasa, el aire y los mares contaminados, los alimentos insanos, las substancias y las tec-nologías peligrosas, así como los cambios climáticos inesperados y catastróficos, se combinan ya con los quiebres de empresas y corpora-ciones, las recesiones económicas y la devaluación de las monedas.

La crisis múltiple que sufre el mundo contemporáneo obliga a replantear innumerables aspectos del entramado social y de sus rela-

ciones con el mundo natural, y ello vuelve anacrónicas a buena parte de las propuestas teóricas y prácti-cas de los sectores anti-sistémicos. Toda solución parcial o unidimen-sional es ya una interpretación re-duccionista, limitada e inútil. La crisis de civilización que hoy vive la especie humana es antes que todo una “crisis metabólica”, en tanto que atañe al entramado de innumerables dimensiones. No hay pues solución económica, tecnoló-gica, energética, social, política, institucional, epistemológica o am-biental. Si hay fuerzas que enarbo-lan el lema de que “otro mundo es posible”, es decir que las crisis son superables, entonces ese mundo visualizado debe construirse sobre la justicia social, el respeto a la na-turaleza, la re-configuración de los sistemas financieros, el cambio de fuentes energéticas, la autogestión local y regional, la creación de nue-vas tecnologías y sistemas de cono-cimientos, etcétera.

Hoy se requieren cambios en todas esas dimensiones de la rea-lidad, orquestados por un nuevo paradigma político, que deje atrás los atavismos que aún dominan los movimientos anti-sistémicos y el pensamiento crítico. Este nuevo paradigma político debe basarse en una concepción que contemple tanto la explotación entre los seres humanos como entre aquellos y la naturaleza. Frente a las múltiples

crisis, un proyecto alternativo o, si se prefiere, una modernidad alter-nativa, está obligado a dos cosas: en primer término a organizar la resistencia ciudadana, y en segun-do lugar a construir el poder social. Ambos se encuentran indisoluble-mente ligados.

El poder social se construye po-niendo en juego tres elementos: la solidaridad, la organización y el conocimiento científico y tecnoló-gico, en proyectos concretos. Cada uno de ellos es necesario pero no suficiente. Ello implica gestar mo-dos alternativos de vida basados en la autogestión, la autosuficiencia, la diversidad, la democracia participa-tiva y la equidad, por medio de los cuales los individuos, las familias, las comunidades recuperan el con-trol sobre los procesos que les afec-tan, es decir, disminuyen el riesgo al que los ha condenado a vivir la sociedad dominada por el capital.

La “micropolítica doméstica”. La construcción del poder social comienza en la familia, en la edifi-cación de un hogar autosuficiente, seguro y sano, que comparte con muchos otros hogares una misma “micropolítica doméstica”. Ello se logra mediante acciones en la ali-mentación, la salud, la vivienda, el agua, la energía y el ahorro y el cré-dito, todo lo cual surge, a su vez, de la toma de conciencia, ecológica y social, de los miembros de la fami-lia, de un cambio de actitudes, y en

fin de la adopción de una nueva fi-losofía por y para la vida. En el caso de la alimentación se trata de que el hogar alcance, donde le sea posi-ble, el auto-abasto de alimentos sa-nos, nutritivos y producidos bajo es-quemas ecológicamente adecuados (agricultura orgánica o sustentable) y/o la obtención de aquellos de redes y mercados solidarios, justos y orgánicos. El hogar debe buscar también la autosuficiencia en agua y energía, lo cual implica la adop-ción de tecnologías adecuadas, lim-pias, baratas y seguras. La vivienda debe estar construida con materia-les locales, no tóxicos y producidos bajo fórmulas ecológicamente co-rrectas. Finalmente, la salud se al-canza mediante la acción conjunta del consumo de alimentos sanos, materiales no tóxicos, agua limpia, adecuados dispositivos sanitarios, y el empleo no de una sino de varias tradiciones médicas (desde la acu-puntura, digitopuntura, homeopa-tía y herbolaria hasta las diferentes medicinas industriales).

Los hogares autosuficientes, sanos y seguros conforman las cé-lulas últimas del poder social, y sólo alcanzan a realizarse cuando forman parte de redes, asociacio-nes, cooperativas o comunidades de territorios bien definidos. Estos últimos representan un segundo ni-vel de organización social y surgen de la agregación solidaria de los primeros. Un tercer nivel puede al-canzarse cuando se logra la articu-lación a escala de barrios urbanos, ciudades pequeñas, municipios y micro-regiones, y así sucesivamen-te. Todas estas formas de organiza-ción se alcanzan más fácilmente cuando existe la participación de “agentes técnicos”: investigadores, promotores y animadores. Sin la construcción del poder social, el poder político (que corre en para-lelo) se ve limitado en sus acciones reivindicadoras, incluso se torna inocuo o disfuncional al ser domi-nado o controlado por las fuerzas antisociales (como los mercados dominados por el capital).

En suma, la crisis de civilización que hoy vive el mundo contemporá-neo y cuya dinámica opera en ritmos mucho más lentos al de los procesos políticos y sociales habituales, sólo será superable bajo esquemas teó-ricos renovados y mediante accio-nes políticas de nuevo cuño. Ya no bastan las fórmulas convencionales que aún dominan los movimientos anti-sistémicos, incluyendo las de los sectores considerados como los más avanzados (como el neo-zapatismo). Si “otro mundo es posible” éste será el de una “democracia solar” partici-pativa e incluyente, una tecnología que imite los pulsos de la naturaleza, un conocimiento holístico donde pensar y sentir sean las dos caras de la misma esfera, un sentido de equi-dad que incluya al resto de los seres vivos y, en fin, una sociedad susten-table dominada por formas de vida orgánicas. Estamos ante una tarea descomunal y urgente. Ese es el ta-maño del reto. [email protected]

ILUS

TRAC

IÓN

: Infe

rnal

pun

ishm

ent f

or th

e Se

ven

Dead

ly S

ins /

Le

gran

t kal

endr

er e

t com

post

des

Ber

gier

s / 14

96

Page 12: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200912

Page 13: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200913

LOS ACTORES SOCIALES ANTE LA CRISIS

IMÁGENES DE AQUELLA CRISISLe fue dado apreciar, a través de los libros de economía, la gran realidad moderna: que en la paz se viven horrores no menos profundos que los de la guerra.

Marten Cumberland / La punta del cuchillo

Organizaciones campesinas, de agricultores, de industriales agroalimentarios y de funciona-rios del agro estatales coinciden en que la crisis financiera y económica coloca a México en una condición altamente vulnerable en el sensible renglón del abasto de alimentos, dados

los volátiles precios internacionales de los productos agrícolas y la alta dependencia del exterior que en 2008 significó un déficit en la balanza comercial agroalimentaria de cuatro mil millones de dóla-res con importaciones récord por 23 mil millones de dólares.

También están de acuerdo en que el campo representa un elemento de oportunidad para en-frentar la crisis, pues genera empleo –necesario ante el freno que experimentarán quienes quieren migrar a Estados Unidos– y tiene potencial para elevar la producción nacional, siempre y cuando haya estímulo vía políticas públicas. (LER)

CNA Consejo Nacional Agropecuario

Al CNA le preocupa el efecto de los precios internacionales de los alimen-tos –que alcanzaron picos en junio de 2008, afectados por el uso de granos para objetivos diferentes a la alimenta-ción, por problemas climáticos y por un mayor consumo en países como China e India— en la balanza comer-cial agroalimentaria, que pasó de dos mil 150 millones de dólares a más de cuatro mil millones en 2007 y 2008.

Y expresa inquietud particularmente porque México depende del exterior en 70 por ciento del millón 200 mil toneladas que consumimos al año de arroz, en 58 por ciento de los siete mi-llones de toneladas de consumo de tri-go, en 40 por ciento de los 8.3 millones de sorgo, en casi 25 por ciento de los 31.3 millones de maíz y en 15 por ciento de la leche que consume México.

La inquietud estriba en que los países excedentarios enfocan sus principales baterías al abasto interno, y nuestro principal oferente, Estados Unidos, tiende a una reducción en su oferta exportable, como en el caso del maíz, que bajará en 21 por ciento en-tre 2007-08 y 2008-09 (de 69.9 a 55 mi-llones de toneladas) al tiempo que los inventarios de ese país también caen.

Para el CNA, la caída en las remesas (de 10 por ciento en 2008, a dos mil 500 millones de dólares) propiciado por la crisis financiera en Estados Unidos es un factor crítico para la economía ru-ral, pues los campesinos de pequeña escala dependen hasta en 20 por cien-to de ellas para su ingreso familiar.

Afirma que tanto en la crisis global alimentaria como en la financiera-económica, el campo tiene un “pa-pel fundamental: requerimos generar producción de alimentos y también empleo y actividad económica”.

Fortalecer el empleo en el medio rural es un reto prioritario, pues la actividad agropecuaria impacta signi-ficativamente en dos tercios de los es-tados de la República. En Zacatecas, por ejemplo, el agro representa 25 por ciento del PIB y en Sinaloa más del 20, y algo similar ocurre en el empleo; la participación del agro en el merca-do laboral de estados como Zacatecas, Guerrero, Oaxaca y Chiapas supera el 30 por ciento. En el caso extremo de Zacatecas llega casi a 40 por ciento.

CONOCConsejo Nacional de Organizaciones Campesinas

El CONOC hizo público ya su “Plan anticrisis en defensa de la econo-mía campesina, la autosuficiencia alimentaria, la creación de empleos rurales, la restauración de los recursos naturales y el acceso de alimentos para todos a precios controlados”. En él expresa inquietudes por el des-plome del empleo en Estados Unidos, el cual, augura, “provocará un retorno de miles de trabajadores mexicanos que no tendrán alternativas de ocupación tampoco en nuestro país”; también destaca el hecho de que la devaluación del peso frente al dólar, de más de 30 por ciento en los dos meses recientes, ha encarecido el costo de las importaciones de alimentos, fertilizantes, maquinaria y equipo agrícola, lo cual hace más costosa la producción agrícola y la canasta alimentaria básica.

Entre otras cosas, el CONOC, que busca el impulso de la producción agroalimentaria, propone que se amplíe el financiamiento al campo por me-dio de la banca de desarrollo, para dar acceso a por lo menos 50 por ciento de los productores (antes de la crisis el crédito no llegaba a 15 por ciento, dice) y bajar las tasas de interés a la mitad. Asimismo, que se establezca un sistema de precios-ingresos mínimos garantizados para los cultivos básicos y estratégicos para la seguridad y soberanía alimentarias. Y que se establezca un programa multianual de inversiones estructurales para el desarrollo productivo susten-table del sector rural, con una asignación de 25 mil millones de pesos anuales,

considerando que en los 25 años pasados no hubo inversiones de este tipo, se desmanteló la capacidad productiva del agro y se sometió a los campesinos y productores agrícolas a una competencia feroz con el Tratado de Libre Co-mercio de América del Norte (TLCAN) que inició desgravaciones en 1994.

El CONOC plantea reconocer el carácter de emergencia que presen-ta el sector agroalimentario, y esto implica dar luz verde a una serie de leyes que impulsen la producción, entre otras, la Ley de Planeación para la Soberanía Alimentaria y Nutricional (que tiene detenida el Senado) y una serie de disposiciones que manejen de manera inteligente y sus-tentada los diversos fondos de garantía gubernamentales y sociales, que permitan duplicar al menos para este año de cien mil a 200 mil millones de pesos los montos de crédito a los productores de granos básicos, prin-cipalmente a los de bajos ingresos.

También plantea que deben reforzarse los programas de subsidio a los alimentos para los consumidores de sectores y regiones más vulnerables del país. “No podemos al mismo tiempo resolver el dilema de los precios altos para los productores con precios bajos para los consumidores, sin la intervención del Estado”, dice el CONOC. El mercado libre lo que hace es castigar a los dos polos de la cadena, a los productores con pre-cios bajos y a los consumidores con precios altos.

El CONOC también reitera como una demanda urgente, la renegocia-ción del TLCAN, para impedir la competencia desigual de las importaciones.

CNCConfederación Nacional Campesina

La Confederación Nacional Campesina ha expresado recurrentemente su molestia por el subejercicio del presupuesto para el cam-po, lo cual, dice, es inaceptable en el marco de la crisis financiera-económica y alimenta-ria, que se ha venido desenvolviendo ya des-de los años pasados con un saldo de por lo menos ocho millones de pobres nuevos en lo que va del gobierno de Felipe Calderón.

La CNC considera que los campesinos y pequeños productores son “gran parte de la solución para México en medio de la crisis financiera” por su aportación a la soberanía y seguridad alimentaria. Aunque también –advirtió ante la prensa Cruz López, pre-sidente de la CNC—los campesinos son un factor de resistencia e ingobernabilidad ante gobiernos que no sean sensibles a la pobreza, migración y falta de empleos.

Por medio de sus legisladores, como Heladio Ramírez en el Senado, la CNC está promoviendo la sustitución de impor-taciones por producción nacional, como en el caso de la leche, donde ha hecho un exhorto a la paraestatal Liconsa para que adquiera “por lo menos el 70 por ciento de la producción nacional” a fin de atender la demanda de los ganaderos de un pago de 5.50 pesos el litro, y que la actividad sea remunerativa y no caigan de quiebra más de 200 mil productores, lo cual resultaría dramático en los actuales momentos de pérdida de empleos en el país.

AMSDAAsociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario

Los secretarios de Desarrollo Agropecuario destacan algunos efectos que México sufrirá por efecto de la crisis financiera de Estados Unidos. “Es predecible, dice, la reducción del flujo de remesas, la disminución del tu-rismo hacia México, un impacto en el flujo de las exportaciones hacia Estados Unidos. Habrá impactos por la caída del empleo rural en Estados Unidos y un menor crecimiento económico”.

Igual que las demás agrupaciones, la AMSDA está preocupada por la dependencia alimentaria. Señala que en 2005 la producción nacional de gra-nos y oleaginosas sumó 29 millones 959 mil tone-ladas y el consumo fue de 47 millones 661 mil (lo cual implicó un 37 por ciento de dependencia del exterior), y para 2010 la producción estimada será de 30 millones 512 mil toneladas, contra un con-sumo de 51 millones 465 mil (41 por ciento de de-

pendencia), además de que para 2020 el grado de dependencia será de un estimado de 47 por ciento.

A ello se agregan los conflictos de los pro-ductores para realizar su actividad. Los costos se han encarecido: entre abril de 2007 y el mis-mo mes de 2008 el precio del fertilizante creció en 65 por ciento, el de combustibles en 43, se-millas 30, alimento para ganado 27, maquinaria siete por ciento y químicos cuatro por ciento.

La AMSDA propone generar una “alianza para el desarrollo rural sustentable”, que impli-caría fortalecer el mercado interno y disminuir la dependencia alimentaria, así como generar fondos para el desarrollo regional. También, en el marco de la crisis, la AMSDA propone evaluar los programas e instrumentos actuales que inci-den en el campo para determinar si su efecto es alto, medio o bajo y legislar sobre la temporalidad de los programas, además de identificar con pre-cisión a quienes van dirigidos y sus ciclos de eje-cución, y vincular los programas con el financia-miento, para hacer más eficiente el gasto público.

FOTO

: Tin

a M

odot

ti / 1

927

FOTO

: Mar

gare

t Bou

rke

Whi

te /

1937

FOTO

: Walk

er E

vans

/ Da

Cap

o Pr

ess /

1936

OSCURIDAD AL INICIO DEL TÚNEL

Page 14: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200914

Lourdes Edith Rudiño

Billings, Estados Unidos. Con el concepto de “comercio jus-to” a cambio de “libre comercio”, productores pecuarios de México, Canadá y Estados Unidos coincidieron en impulsar nuevas formas de intercambio en América del Norte que fre-nen y desmantelen el poder de los monopolios de la carne y establezcan equidad en normas de sanidad, calidad y etique-tado en la región, a fin de permitir la sobrevivencia de los pro-ductores y una mejoría en la oferta al consumidor.

El 12 y 13 de febrero se reunieron en la ciudad de Billings, en el norteño estado de Montana, organizaciones pecuarias, sociales, de abogados y de consumidores como la Confederación de Por-cicultores Mexicanos y el Frente Democrático de Chihuahua, de México; la National Farmers Union de Canadá (NFU), y el Farmers Legal Action, R-CALF USA y Western Organization of Resources Councils (WORC), de Estados Unidos (EU).

Su conclusión contundente fue que es necesario renego-ciar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TL-CAN), porque los 15 años de vigencia han generado sí mayo-res exportaciones, particularmente de EU y Canadá, pero en manos de pocas empresas que dominan en esos países todas las fases de la cadena productiva y comercial, y los ganade-ros sobrevivientes padecen precios bajos y tratos desleales de parte de los corporativos. Convinieron hacer cabildeo con los

tomadores de decisiones en los tres países, y avanzar con más reuniones para captar adeptos, aprovechando el arribo de Ba-rack Obama a la Presidencia estadounidense; él ha expresado públicamente su preocupación por remover la capacidad de manipulación de precios.

En la reunión, Darrin Qualman y Fred Tait, representantes de la NFU, señalaron que el libre comercio ha generado una destrucción masiva de la agricultura y la ganadería en su país, pues a partir de 1989 se observa una disminución significativa de productores, al tiempo que la actividad se concentra en po-cas grandes empresas. Los ingresos de los productores de res se han estancado o incluso han bajado, pues en 1989 cambió la estructura de precios debido precisamente al oligopolio. Los precios pagados por los empacadores a los ganaderos cayó a la mitad o menos respecto del periodo 1942-89 (entonces el pro-medio fue de 167 dólares por libra contra 89 dólares en 2008).

Gilles Tockton, de WORC, y Bill Bullard, de R-Calf USA coincidieron con los canadienses en el diagnóstico. Tockton dijo que desde 1975 los empacadores de cerdo y res entraron a un pe-riodo de rápida concentración e integración vertical, con nuevas plantas modernas en áreas rurales cerca de los ranchos de engor-da. Y ejercen lo que se denomina “oferta cautiva”, que implica el poder monopólico de la oferta en las engordas y los rastros; mueven grandes cantidades de animales de tal forma que hacen caer los precios del ganado de los productores independientes.

Alta concentración. Según Bill Bullard, tan sólo cuatro em-pacadores propietarios de sacrificios manejan 88 por ciento de todo el ganado bovino de EU (Tyson, Excel, JBS y National Beef Packing), esto es 34.3 millones de cabezas en 2007, inclu-yendo entre un millón y dos millones de importaciones. Esta alta concentración afecta los ingresos y capacidad competitiva de los 967 mil productores de ganado de EU.

“Lo que hacen los cuatro empacadores líderes es poseer y alimen-tar sus propios animales, y establecen además tratos con ganaderos independientes sin definir precios por los animales antes de remo-verlos del mercado; como consecuencia, la competencia está dismi-nuida y esos empresarios están en condición de comprar ganado por debajo del costo de producción y vender la carne a los consumidores a altos precios. Están explotando a los productores y a los consumi-dores, y pueden hacerlo porque el gobierno no ha reforzado sus le-yes antimonopolio. Pero ahora confiamos en que Obama promueva cambios”. Comentó que la situación ha propiciado que el número de ganaderos bovinos en EU haya caído de 1.6 millones en 1998 a 967 mil en 2007 y muchos de ellos operan con escasas utilidades.

Bullard expresó temor por las intenciones de la brasileña JBS –hoy la tercera empacadora más grande de EU— de adquirir al cuarto empacador, National Beef Packing y al quinto, Simith-field Foods, así como al más grande rancho de engorda del país (Five Rivers). Si concretara esto, JBS se convertiría en el mayor empacador mundial y el más grande engordador de EU. El año pasado JBS compró engordas en Texas, Kansas, Idaho y Colo-rado, y manejó al mismo tiempo 800 mil cabezas de ganado.

Gilles Stockton, hizo un llamado: “presidente Obama, renego-cie el TLCAN ahora (...) No debe permitirse a JBS comprar más infraestructura de empaque. Detenga esas compras ahora”.

Lourdes Edith Rudiño

Billings, Estados Unidos. Para la porcicul-tura mexicana, la competencia en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido desleal desde que entró en vigor, más bien desde antes de que se firma-ra, porque diferencias estructurales entre los países socios, detectadas y señaladas entonces por los productores, fueron ignoradas por el gobierno federal.

Así lo consignó Alejandro Ramírez Gon-zález, director de Estudios Económicos de la Confederación de Porcicultores Mexicanos (CPM). Tales diferencias son de tipo legal, fi-nanciero, económico y de normas de calidad y prevalecen a la fecha. “Mientras en Estados Unidos (EU) la tasa crediticia que pagan los productores es de menos de uno por ciento, nosotros pagamos 17 por ciento; asimismo, a ellos les cuestan los granos 40 dólares por tonelada menos que en México; mientras nuestro país concibe al TLCAN como un tra-tado incluso sobre la Constitución, en EU se considera sólo un acuerdo, y a diferencia de EU, cuyas leyes agrícolas son multianuales, de siete años, en México cada año se definen presupuestos y las políticas son cambiantes, lo cual genera incertidumbre”.

Asimismo, hay normas de calidad y otras que tienen que ver con el reetiquetado, no permitido en EU, pero sí para exportar, que propicia el envío masivo a México de carne en una doble franja, una formal y otra infor-mal, en su mayoría a granel, en grandes com-bos, en parte con productos de poca calidad,

y el resultado es que el TLCAN ha propicia-do un comercio de un solo sentido.

Los porcicultores mexicanos no pueden exportar a Estados Unidos –no obstante que la calidad de su producto está más que afama-da en el mercado más exigente del mundo, el japonés– y en cambio estamos importando cada vez más de nuestro vecino del norte, y el consumo interno está cubierto en alrededor de 50 por ciento por compras hechas en el exterior, sobre todo EU.

Precisó: entre 1995 y 2008 las importaciones realizadas por nuestro país de productos por-cinos desde todos los orígenes se elevaron de 30 mil a 420 mil toneladas, esto es en mil 300 por ciento, y en particular las de piernas de cerdo, que crecieron en tres mil 380 por cien-to, al pasar de ocho mil a 279 mil toneladas.

Tales importaciones, provenientes de EU en su gran mayoría, generan costos sociales muy grandes (las 420 mil toneladas registradas en 2008 equivalen al desplazamiento de cinco mi-llones 600 mil cerdos, 350 mil vientres, y 38 mil 400 empleos directos y 153 mil 600 indirectos).

Ello, además de que en México se da ca-bida a productos inaceptables para el consu-mo humano en EU, como pastas y trozos de ave para la elaboración de embutidos.

Para esta agrupación de porcicultores, la experiencia legal, de solicitudes de investi-gación antidumping ante la Secretaría de Economía, y de búsqueda de salvaguardas bajo el Acuerdo de Agricultura de la Organi-zación Mundial de Comercio, han sido tan desgastantes, “que hemos llegado al punto de que realmente se necesita la renegociación

del TLCAN. Tal vez cambiemos el término, por modificar, adecuar el TLCAN, pero en esencia necesitamos cambiar las reglas que tenemos actualmente”.

Un factor que genera conflicto comercial para los porcicultores mexicanos es la diferen-te estructura de mercado de México respecto de Estados Unidos, que también contribuye al desbalance comercial. En EU la produc-ción de cerdo recupera su costo principal-mente con la venta del lomo y el tocino, que representan el 65 por ciento del valor del ani-mal; en cambio en México esos cortes cubren sólo 39 por ciento del valor. Así, los empaca-dores estadounidenses están en condición de exportar a México piernas, espaldillas, cabeza de lomo y otros a precios ínfimos, y con ello desplazan del mercado producción nacional.

El problema en leche. Víctor Quintana, asesor del Frente Democrático Campesino

de Chihuahua (FDCCh), comentó por su parte la situación de la rama lechera. Méxi-co, dijo, es el primer importador de leche en polvo en el mundo y ésta –subsidiada y procedente principalmente de EU—llega a competir con un precio de 3.05 pesos por litro (ya rehidratada), mientras que el costo de producción en el país es de 5.20 por litro. Consideró necesario renegociar el TLCAN para establecer que la leche importada sólo sea autorizada en las temporadas cuando en México hay déficit de este alimento, de otra forma unos 200 mil productores caerán en bancarrota.

Señaló que la solución para los pequeños productores de leche en México sería ven-der a la paraestatal Liconsa, pero ésta tiene limitaciones y no puede comprar a todos los ganaderos, por ello no hay alternativa a la re-negociación del TLCAN.

GANADEROS TRINACIONALES: CAMBIEMOS “LIBRE COMERCIO” POR “COMERCIO JUSTO”

PORCICULTURA MEXICANA, PERDEDORA EN EL TRATADO• 50% del consumo interno de cerdo es importado

TLCANCRISIS

FOTO

: Mar

k Ro

bins

on

Page 15: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200915

Como efecto de la crisis alimen-taria mundial, con precios que ascendieron vertiginosamente

durante los dos años pasados, en 2007 el número de personas con hambre en el planeta aumentó en 75 millones res-pecto de 2003-05, en lugar de disminuir en 43 millones –como se esperaba para atender el compromiso de la Cumbre Mundial de Alimentación de 1996— y se estima que en 2008 otros 40 millones engrosaron las filas del hambre, lo cual significa que en total hay 963 millones de malnutridos, de una población total de 6 mil 500 millones de personas. Esto es, casi uno por cada seis.

Así lo consignó Jacques Diouf, direc-tor de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Ali-mentación (FAO) y vicepresidente del Equipo de Tareas de Alto Nivel sobre la Crisis Mundial de la Seguridad Alimen-taria, en la reunión “Seguridad alimen-taria para todos”, celebrada en Madrid.

Allí advirtió que la situación interna-cional actual, “marcada por una grave crisis del sistema financiero”, limita el reto de realizar inversiones en la agri-cultura, particularmente de los países pobres, lo cual es preocupante pues, si bien los precios globales de los produc-tos agrícolas han descendido desde ju-lio de 2008, “ello no debe interpretarse como el final de la crisis alimentaria. Esta crisis no sólo sigue estando pre-sente, sino que puede aun agravarse”.

Riesgo de más carestía. Explicó: la contracción de los precios agrícolas, la incertidumbre económica y la limita-ción del financiamiento podrían des-alentar a los agricultores. La siembra del próximo ciclo 2009/10 podría redu-cirse y caer la oferta con un consecuen-te aumento brusco de los precios, “que podría ser más fuerte que el de 2007 y 2008”, a menos que se amortigüe por la recesión económica (por caída de con-sumo). Además, la demanda creciente de productos agrícolas para el sector de la bioenergía apunta a agudizar los riesgos de la inseguridad alimentaria en los países en desarrollo, donde la malnutrición afecta particularmente a niños, mujeres e indígenas.

La FAO ofreció en esa reunión datos que son “prueba abrumadora” del bajo nivel de inversión agrícola en los países pobres: en 2008 la producción mundial de cereales (maíz, trigo, sorgo, canola, centeno, cebada) se estima en dos mil 245 millones de toneladas. Esta es una cifra récord que se debe a un incre-mento de 11 por ciento en las cosechas de los países industrializados; en las naciones en desarrollo tan sólo hubo un alza de 1.1 por ciento, y de hecho, si se aíslan las producciones de China, India y Brasil, el resto del mundo en desarrollo disminuyó en 0.8 por ciento.

También las cifras revelan la cre-ciente dependencia de los países en desarrollo. En el año 2007-08 las im-portaciones que hicieron de cereales sumaron 78 mil millones de dólares, 127 por ciento más que los 34 mil mi-llones de 2005-06.

Inventarios escasos. Un elemento que muestra la vulnerabilidad de la oferta ali-mentaria y el riesgo de nuevos encareci-mientos es que las reservas de cereales en el mundo son de apenas 431 millones de toneladas y su relación respecto al con-sumo es de 19.6 por ciento, su nivel más bajo de 30 años, según la FAO.

Un reporte de la FAO sobre el “Pa-norama del hambre en América Latina y el Caribe” indica que “la región con-tinúa siendo vulnerable a los shocks ex-ternos y se encuentra en una situación expectante dado el nuevo escenario de crisis económica mundial.” Dice que el subcontinente logró avances impor-tantes en la reducción del número de hambrientos entre 1990-92 y 2003-05. Pero esos logros, y en general los regis-trados en los 15 años recientes, “prácti-camente se perdieron entre 2005 y 2008

por la escalada de precios de los ali-mentos”, y se espera que la situación se agrave en 2009 debido a los efectos de la crisis financiera y desaceleración de la economía mundial, y al menor acce-so a alimentos y otros bienes por causa del desempleo y reducción de ingresos de remesas en los hogares pobres.

Según la FAO, en América Latina y el Caribe las personas malnutridas en 1990-92 sumaban 52.6 millones, esto es 12 por ciento de la población total, y para 2003-05 la cifra bajó a 45.2 millo-nes, ocho por ciento de la población. En el caso específico de México, en el primer período los malnutridos fueron 3.8 millones y en el segundo bajaron a 3.4 millones. La FAO no define cifras específicas para los años recientes.

Nuevos embates. Las inquietudes de la FAO son compartidas por otras instan-cias que siguen de cerca el tema de la crisis alimentaria. En la misma reunión de la FAO en Madrid, Carlos Galian, experto de Oxfam Internacional en po-lítica agrícola, alertó que aun cuando los precios de los alimentos han bajado des-de julio de 2008, “no han regresado a sus niveles anteriores y es probable que au-menten significativamente en el futuro”.

Para Oxfam, lo que hoy vivimos es producto de “décadas de inversiones paupérrimas en agricultura, sumadas a la creciente amenaza del cambio climá-tico”. Y el aumento precipitado de gente malnutrida obedece también a la escasez de agua y energía y a la inestabilidad polí-tica y conflictos armados en varios países.

En enero la organización, junto con Chatham House (grupo de expertos del Reino Unido), publicó los informes “Mil millones de personas hambrientas” y “Ali-mentar a nueve mil millones”, donde au-guran que para 2050 la población global sumará nueve mil 200 millones de per-sonas y el número de malnutridos podría crecer hasta en 170 millones. En los docu-mentos se hace un llamado a una acción conjunta de políticos y empresas privadas para enfrentar el reto del hambre.

Los textos también plantean que “los países en desarrollo deben incrementar sus medidas de protección social para los más desfavorecidos, incluyendo pa-gos en efectivo y planes de creación de empleo para los que estén en riesgo de padecer hambre. Los países ricos deben asegurar un financiamiento predecible a largo plazo para que los países en de-sarrollo puedan invertir en agricultura y adaptación al cambio climático”.

En la reunión de Madrid, Galian dijo que “las instituciones internacionales y los donantes deben modificar la tenden-cia de décadas de inversiones mínimas en agricultura y descartar abiertamente políticas tergiversantes como las refe-rentes a biocombustibles, que no hacen más que empeorar todo”. (LER)

FAO y Oxfam

CONTINÚA LA DEBACLE ALIMENTARIA• Anulados hoy, los esfuerzos de 15 años de abatimiento del hambre en AL• En dos años crecen 120 por ciento las importaciones de granos de países pobres

INTERNACIONAL

Susana Gauster

El 2008 se caracterizó por múltiples crisis que salie-ron a luz conforme avanzó el año. Inició con la crisis alimentaria y la energética, que se manifes-

taron con mayor fuerza en el primer semestre del año, y siguió con la financiera, lo cual completó la crisis del modelo económico en el segundo semestre. Al final se hizo evidente que todas las crisis tenían una misma causa: el total descontrol de los mercados en cuya capacidad de autorregulación habían confiado ciegamente las doctrinas neoliberales.

Los precios de los alimentos se incrementaron de forma imparable desde finales de 2007, con un pico en los de maíz, trigo y arroz entre marzo y junio de 2008. El petró-leo llegó a su precio más alto en julio y cayó después a niveles no vistos en años: en sólo cinco meses se desplomó a una cuarta parte del pico de julio (de 132.5 dólares el barril a 41).

Mientras la canasta básica alimentaria (CBA) y vital en Guatemala participó de lleno en la subida precios, no sucedió lo mismo cuando los precios internacionales caye-ron. En lugar de bajar, se estabilizaron y se han mantenido en niveles superiores a los internacionales.

Salarios insuficientes. Todo esto ha dañado gravemente la capacidad de la población para adquirir alimentos, bie-nes y servicios. El salario mínimo agrícola, que en 2006 servía para adquirir más de 90 por ciento del costo de la CBA, cubrió sólo 74 por ciento en julio de 2008. En no-viembre se dispuso un aumento del salario mínimo de 10.63 por ciento pero aún así apenas se logró cubrir el 78 por ciento de esta canasta en enero de 2009. A eso se suma que los trabajadores rurales siguen reportando salarios rea-les que están entre 15 y 40 por ciento debajo del salario mínimo agrícola.

Por otro lado, los productores rurales que todavía tienen suficiente tierra para cultivarla están sufriendo los efectos del alza en los costos de producción. Ello, debido al incre-mento internacional de los precios de los fertilizantes. Sin embargo, de nuevo, cuando los precios de los fertilizantes en los mercados globales empezaron a bajar, no sucedió lo mismo en el país. Hoy en día en Guatemala se cobra casi el doble por algunos fertilizantes respecto del merca-do internacional. La concentración del negocio en pocas empresas que definen los precios de manera cartelizada es evidente.

Por haberse hecho dependientes de estos paquetes agro-químicos, hoy muy encarecidos, muchos productores de-jaron de producir parte de su tierra. Sólo cultivan lo que el capital disponible les permite. Si al costo de producción se suma el de arrendamiento (para quienes no poseen tie-rra), la actividad se hace insostenible pues los precios que los productores obtienen no han aumentado en la misma medida que los costos. Se estima que todo ello afectará la producción maicera del año agrícola 2008-09, y ahondará la dependencia alimentaria del país.

Sustentabilidad. Los menos afectados de la crisis han mostrado ser las comunidades que poseen tierra y aplican modelos productivos agro-ecológicos. No han sufrido el aumento en los costos de producción y, por aplicar siste-mas agroforestales, producen una diversidad de productos (alimenticios –maíz, frijol, haba, frutas– y energéticos como la leña) que les permite hacerse mucho menos vul-nerables frente a choques externos.

Todo esto manifiesta lo falaz de los postulados de las instituciones financieras internacionales, que han venido reduciendo la actividad agrícola a un simple aspecto de “competitividad”, y lo verídico de los postulados de la so-beranía alimentaria. Coordinadora del Instituto de Estudios Agrarios y Rurales de CONGCOOP, Guatemala

Guatemala

El estrangulamiento económico y su impacto en el campo

CRISIS

Cifras de la crisis alimentaria

• Uno de cada seis habitantes del planeta pasa hambre, casi mil mi-llones de personas

• 13 millones de niños nacen cada año con problemas de crecimien-to a nivel intrauterino, lo que sig-nifica atrofias incluso antes de na-cer debido al hambre que sufren sus madres.

• Entre 50 y 60 por ciento de la mor-talidad infantil en los países en de-sarrollo se debe al hambre.

• El riesgo de muerte es 2.5 veces su-perior para los niños con una leve desnutrición que para aquellos bien alimentados.

• La proporción de asistencia al de-sarrollo internacional dedicada a la agricultura ha descendido des-de un 5 por ciento en 1980 a 3 por ciento en la actualidad.

• Los pobres son particularmente vulnerables a los cambios en los precios de los alimentos, debiendo gastar hasta 80 por ciento de sus ingresos en alimentación.

Antes de la crisis reciente:• Más de 24 mil personas ya morían

de hambre cada día.• Cinco millones de niños meno-

res de cinco años de edad morían cada año por causas relacionadas con el hambre.

• Unos 16 mil niños morían cada día por causas relacionadas con el ham-bre: uno cada cinco segundos.

FUENTE: Oxfam Internacional.

Page 16: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200916

Lorena Paz Paredes

1.- La economía campesina tiene hoy más que nunca alma y cuerpo de mujer. No sola-mente porque ella es pilar de la reproducción familiar, sino por su aportación como produc-tora de alimentos en el traspatio, la milpa y la huerta, y como protagonista de alternativas sociales a la crisis alimentaria, económica y ambiental que padece el agro. Aporte que no se reconoce, no se ve y no se paga ni en el hogar, ni en la comunidad, pues no apare-ce como tal ni en el mercado de productos y servicios ni en el de trabajo, y que tampo-co es debidamente valorado en las políticas públicas, cuyo sesgo patriarcal ha provocado que se subestime a las mujeres en lo tocante a recursos y programas productivos.

Desde hace más de una década el campo se ha feminizado por la migración de los adul-tos varones. Y eso significa que ha crecido el peso de las responsabilidades económicas, productivas y domésticas para las mujeres que se quedan. Sólo que las quedadas están en desventaja: por ser mujeres tienen limita-do acceso a la propiedad de la tierra –en el censo agropecuario de 2007 se registra una mujer con derechos agrarios por cada cinco ejidatarios y comuneros– y a otros recursos naturales como el agua. Además, hay progra-mas públicos con cuota para mujeres, pero pocos tienen realmente enfoque de género. Oportunidades, por ejemplo, que reciben 12.1 millones de beneficiarias, condiciona la en-trega de cheques a tareas que remachan roles presuntamente femeninos, como barrer las calles de la comunidad.

¿Qué están haciendo las campesinas ante la carestía de alimentos, ante la falta de in-gresos, ante la crisis que a todos nos alcanza? Muchas cosas, pero quizá la más importante

es que se esfuerzan por producir comida en vez de compararla y lo hacen de la mejor ma-nera posible: aprovechan los recursos natura-les, laborales y económicos de que disponen. De por sí, ellas son las principales proveedo-ras del hogar: las encargadas de aportar los in-gredientes y preparar diariamente la comida; responsables de poner el nixtamal, tortear, cuidar la hortaliza, maicear a los animales del traspatio, juntar leña para el fogón, aca-rrear agua, lavar, tender, remendar, cuidar a los niños, enjarrar la casa… Pero también de trabajar en la parcela cuando se llega el tiempo de voltear la tierra, sembrar, deshier-bar, doblar o pizcar maíz. En los huertos de traspatio, experimentan variados cultivos de verdura y hierbas, y por lo general emplean compostas y establecen cercos vivos. Con frecuencia hacen conservas, dulces, pan, tra-bajos de costura y otras artesanías. Y todo el tiempo intercambian cosas con los vecinos por medio del comercio y del trueque. Pero a veces, por puro gusto y si no falta en la mesa propia, regalan parte de lo que prepararon o guisaron. También son ahorradoras y pagado-ras proverbialmente cumplidas en instancias financieras comunitarias que frecuentemente ellas promueven.

2.- Desde hace más de siete años nació en Guerrero la Organización de Mujeres Ecolo-gistas de la Sierra de Petatlán (OMESP), una organización empeñada en mejorar la vida de las familias y las comunidades campesinas. Se trata de mujeres tanto jóvenes como maduras que luchan por un medio ambiente limpio y saludable, para lo que hacen campañas de limpieza, separan basura, producen planta y reforestan. Y para asegurase la comida, siem-bran hortalizas y crían animales en sus traspa-tios intercambiando saberes y semillas, apren-diendo juntas a preparar conservas y abonos

orgánicos, a mantener operando una caja de ahorro y préstamo. Pero también se ocupan en defender sus derechos y en luchar contra el machismo y la discriminación.

Las familias de la sierra petatleca se de-dican a la agricultura de autoconsumo, principalmente de maíz y frijol. Pero gracias a la iniciativa de las ecologistas organizadas están volviendo a sembrar arroz, cultivo que se había perdido. Engordan también algunos animales que son un ahorro que las saca de apuros cuando se presenta una urgencia. Casi la mitad de las familias tiene por lo me-nos un pariente en Estados Unidos, aunque pocas reciben remesas regularmente. En esta región se migra por lo mismo que en todas las demás: porque no hay trabajo, ni ingresos y campea la pobreza; porque faltan escuelas, clínicas, luz, agua potable… y porque en temporal los caminos se vuelven imposibles y quedan aislados. Pero también porque en la Costa Grande, como en todo Guerrero y en el país, impera la violencia del narco. Hay, pues, muchas razones para que los jóvenes lleguen a la conclusión de que en la tierra donde nacieron no tienen futuro.

Y no es que falten terrenos de labor. Sobran. Pero es monte, ladera con mucha pendiente y suelo erosionado. No todos tienen “traba-jaderos” propios, hay ejidatarios que cultivan en su parcela y que prestan tierra o la dan a “medias” a los avecindados sin derechos agra-rios, a cambio de que éstos tumben y quemen monte. Entonces, si el avecindado quiere mil-pa, cada ciclo tiene que desmontar. Para las faenas más pesadas y laboriosas, como la tum-ba, roza y quema de acahuales, las familias se prestan mano de obra, o “ganan peón”, con lo que se ahorran el pago de jornales. Tam-bién acostumbran el trueque, por ejemplo de maíz por queso o de verduras por grano, un intercambio solidario renaciente que en estos tiempos de crisis se fortalece. Pero siempre se necesita dinero y muchos trabajan por tem-poradas fuera de sus comunidades o venden en pequeño para sacar algo de dinero. Pero la principal fuente de ingresos monetarios son los subsidios gubernamentales de Oportuni-dades y Procampo, que en algunas economías domésticas representa 70 por ciento de los in-gresos anuales de la familia.

3.- Aquí, como en cualquier región rural, las mujeres son permanentemente los “peo-nes ganados” del hogar campesino: trabajan mucho, pero a diferencia de los peones con-tratados a ellas no se les retribuye su esfuerzo. Veamos como ejemplo la jornada de una so-cia de la OMESP:

María se levanta a las seis de la mañana para hacer atole, chocolate o harina batida con azúcar; a las siete, lava trastes, prepara la masa y tortea; a esa hora su hija se va a la escuela. Después barre y más tarde lava ropa. Cada tercer día “enjarra” las paredes con ayu-da de su hijo, que acarrea el lodo. A la una o dos de la tarde prepara la comida: siempre frijoles parados, a veces pollo, hace un caje-te de salsa de chile y otra vez echa tortillas. También acomoda el nido de las gallinas y recoge los huevos en la tarde. Cuando su ma-rido anda en el trabajadero, ella le lleva el al-muerzo: arroz a la morisqueta, frijol y si mató pollo, un guisadito. Cuando hay labor, ella va al arranque de arroz y de frijol, o ayudada por el niño abona la milpa. Antes de cenar, cose ropa o repara canastos. Luego muele nixta-mal y remoja la masa, tortea otra vez, calienta frijoles que los niños y el marido meriendan acompañados de un poco de queso. Se acues-ta a las 10 de la noche. Y si los hijos o el ma-rido se enferman, les da remedios y consuelo. Al día siguiente, vuelta a lo mismo.

Y aunque no es posible calcular en pesos y centavos lo que aportan, un estudio sobre economía familiar de socias de la OMESP, revela que gracias a la siembra de hortalizas en el traspatio, las mujeres abastecen a la familia de carne de pollo y huevos práctica-mente durante todo el año, y de verduras y hierbas comestibles que son de temporada, para el equivalente de cinco meses. Con esto diversifican su ingesta y realizan un ahorro en gasto monetario de más de dos mil pesos anuales.

Apoyar la economía familiar y mejorar la nutrición diversificando organizadamente el trabajo doméstico de las mujeres, es bue-no para la familia, pero puede resultar muy desgastante para ellas. Por eso, en la OMESP el impulso a estas labores corre parejo con la defensa de sus derechos como mujeres y con la lucha por un cambio positivo de las relaciones de género. No se trata de que las mujeres abandonen las prácticas de autoabas-to de bienes y servicios que históricamente han desarrollado, y que en tiempos de crisis se hacen visibles y cobran una importancia vital como parte sustantiva de lo que podría-mos llamar la dimensión familiar de la sobe-ranía alimentaria. De lo que se trata es de que los hombres compartan con las mujeres las labores domésticas, como ellas lo hacen con los trabajos agrícolas. De lo que se trata es de lograr una división del trabajo más equitativa, pero también el reconocimiento y valoración de un trajín secularmente desvalorizado.

ECONOMÍA CAMPESINA CON ENFOQUE DE GÉNERO• La mujer rural: ¿soporte de la familia o “peón ganado”?

MUJERES

FOTO

: Lor

ena

Paz P

ared

es /

Inst

ituto

May

a

FOTO

: Lor

ena

Paz P

ared

es /

Inst

ituto

May

a

Page 17: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200917

Esta es una historia de David contra Go-liat, aunque todavía la piedra que golpeó la frente del gigante es muy pequeña.

Hace dos años Percy Schmeiser, un agri-cultor que cultiva hoy sólo 64 hectáreas en la provincia de Saskatchewan, Canadá, demandó judicialmente a la trasnacional Monsanto que pagara por la “limpieza” de sus campos porque habían sido contaminados con canola transgé-nica patentada por esa compañía. Polen trans-génico de campos vecinos habían llegado por viento o por insectos a las tierras de Percy.

Previamente tanto Schmeiser como su esposa habían entrado en contacto con la compañía y ésta misma había hecho pruebas para confirmar que efectivamente las tierras estaban contamina-das. “Monsanto no dijo que aceptaban realizar la ‘descontaminación’, pero antes de que hicieran

la limpieza nos mandaron un formato de libe-ración de responsabilidades para que lo firmá-ramos. Tenía dos condiciones inaceptables: que mi esposa, cualquier miembro de mi familia y yo jamás en la vida volveríamos a demandar a Mon-santo por contaminación, y que nos comprome-tíamos a mantener en silencio los términos del acuerdo. Por supuesto rechazamos el convenio”.

La victoria. Fue entonces que Schmeiser de-cidió contratar las labores de limpieza y envió la cuenta a Monsanto, pero la corporación se rehusó a pagar y dijo que sólo lo haría si el agricultor fir-maba el acuerdo de liberación de responsabilidad.

Ya en la corte, en marzo de 2008 el juez orde-nó a Monsanto a pagar la descontaminación “y no tuvimos que firmar ningún formato”. El pago fue por 640 dólares canadienses, “y ya puede uno imaginar la pena que le dio a una multinacional de ese tamaño pagar esa cuenta. Muchos de nues-tros periódicos en Canadá preguntaron qué está pasando con los empresarios que necesitan ser lle-vados a juicio para cubrir facturas tan pequeñas”.

El resultado de esta experiencia fue “una gran victoria no sólo para mi familia, sino para todos los agricultores, pues establece un precedente de que Monsanto y cualquier otra compañía tiene que limpiar por la contamina-ción de transgénicos. Esto es importante pues entramos en el área de las responsabilidades, es decir, tú eres responsable si entras a destruir el trabajo o el campo de alguien más. A Monsan-to le gusta llegar a acuerdos antes de que sus conflictos entren a la corte, pero en este caso no se pudo zafar”.

Patentes y derechos. Como se sabe, el con-flicto entre estas dos partes viene de antes: en 1998 Monsanto demandó a Schmeiser por “apropiación indebida”, esto es por tener en sus campos semillas transgénicas patentadas por la empresa, sin que hubiera pagado rega-lías por ellas. La realidad es que para Percy era indeseables tal tecnología, pero le llegó por contaminación genética. El fallo de este juicio fue: “la corte me dijo que no tendría que pagar un solo centavo, pues Monsanto me exigía más o menos un millón de dólares canadienses. Si hubiera perdido el caso, yo no estaría aquí”.

La parte negativa del fallo fue que la corte deci-dió que Monsanto sí era propietaria de la patente de la canola. “Lo triste es que si ese gen patenta-do pasa a cualquier otra forma de vida, esa forma de vida pasará a ser de Monsanto también”.

Pero la corte también pidió al Parlamento de Canadá que cree nuevas leyes y reglamentos res-pecto de quién tiene derecho a patentar una for-ma de vida, y eso está ahora en proceso de discu-sión. “Nosotros sabemos ahora que para el futuro de nuestras semillas, de nuestros alimentos, se tie-ne que proteger los derechos de los agricultores de usar y desarrollar sus propias semillas, y es un dere-cho que no se debe perder en ningún momento”.

En su enfrentamiento con Monsanto, a lo lar-go de diez años Percy Schmeiser gastó medio mi-llón de dólares canadienses. “Afortunadamente tuvimos mucha ayuda de mucha gente en todo el mundo y pudimos pagar estos costos. Lo que digo es que ningún agricultor está en condición de enfrentar este tipo de juicios contra multina-cionales, y por eso para el caso de México, la re-comendación es cerrar absolutamente la puerta al maíz transgénico”, por los efectos negativos ambientales y de salud que implica, pero tam-bién por los riesgos judiciales previsibles entre los productores y las trasnacionales de semillas, particularmente Monsanto, que tiene demanda-dos a muchos productores en Estados Unidos por supuesta apropiación ilegal de la tecnolo-gía”. (Lourdes Edith Rudiño)

UNA DE CAL

CAMPESINO CANADIENSE GANA JUICIO A MONSANTO• La trasnacional busca acuerdos que limitan derechos de demanda y de expresión

Francisco Hidalgo Flor

En el Ecuador, la Comisión Legislativa, el actual parlamento en la fase de transición, acaba de aprobar la Ley de Soberanía Alimentaria, que ahora pasa a la Presidencia de la República para que en un plazo de 30 días dé su pronunciamiento.

El texto aprobado tiene aspectos importantes que recuperan de-mandas campesinas, como los temas de tierra, comercialización y crédito, pero también limitaciones en el enfrentamiento al modelo agroempresarial, como los asuntos de semillas, agroquímicos o las condiciones laborales; se posterga para las leyes secundarias los articu-lados de mayor impacto económico y político.

La tensión más fuerte giró alrededor de la continuidad o no del texto de la ley, respecto de los contenidos de la nueva Constitución. La Constitución de 2008 coloca el tema de soberanía alimentaria en dos capítulos: por un lado, cuando señala los derechos de la población y la perspectiva del bien vivir o sumak kawsay, y por otro lado, cuando de-termina los elementos de un régimen de desarrollo social y solidario.

Las disposiciones transitorias de la Constitución establecieron el plazo de 120 días para la expedición de una serie de leyes consideradas fundamentales para dar cuerpo a la nueva situación jurídica, y entre ellas marcó la de soberanía alimentaria.

El principal peligro era que la nueva ley, en lugar de consolidar y ampliar los preceptos constitucionales sobre soberanía alimentaria, los limitara, acotara, o incluso cambiara de sentido.

De hecho, el primer borrador que empezó a circular en los pasillos del Ejecutivo, el proyecto del 17 de noviembre, claramente expresaba una línea agroempresarial y de subordinación de las agriculturas cam-pesinas. Pero dicha pretensión abortó.

Varios factores lo permitieron: el desgaste del gobierno en la ley mi-nera por el rechazo indígena, las resistencias dentro del propio Ejecu-

tivo, la oposición de las organizaciones campesinas aliadas al gobierno y la inminencia del proceso electoral.

Pros y contras. Esto dio paso a un segundo borrador, ahora surgi-do desde la bancada parlamentaria del partido de gobierno (Alianza País), bajo el formato de una ley muy general y breve denominada Ley Orgánica del Régimen de Soberanía Alimentaria, que recoge ciertas reivindicaciones campesinas, pero también hace concesiones al mo-delo de producción imperante.

Recupera el tema de tierra dentro de la soberanía alimentaria; afirma los temas de función social y ambiental de la tierra, y manda a establecer lími-tes máximos sobre la tenencia, abriendo la puerta a procesos limitados de redistribución. Determina roles del Estado de protección a los pequeños y medianos productores en la comercialización y afirma un seguro agrícola. Constituye la Conferencia Nacional de Soberanía Alimentaria y un Con-sejo con presencia mayoritaria de las organizaciones populares rurales.

No enfrenta el debate respecto del modelo productivo implantado en las últimas décadas de monocultivo, uso intensivo de agroquímicos y dependencia en semillas; deja intocados los monopolios trasnaciona-les, y es laxa respecto del control de transgénicos y biotecnología. Eso sí, determina límites claros a la expansión de los agrocombustibles.

Finalmente, establece el plazo de un año para aprobar las siguien-tes leyes: i) regulación de la banca pública; ii) de tierras, territorios y comunas; iii) agro-biodiversidad y semillas; iv) desarrollo agrario; v) agroindustria y empleo agrícola, y vi) sanidad animal y vegetal.

Las organizaciones campesinas e indígenas, las instituciones com-prometidas con la democratización de las relaciones sociales y pro-ductivas en el campo, tienen en el Ecuador dos instrumentos valiosos: en primer lugar la Constitución del 2008 y luego, con limitaciones, la Ley de Soberanía Alimentaria. Ahora la tarea fundamental es cons-truir propuestas comunes y capacidad de presión en torno a las seis leyes secundarias.

Ecuador

Ley de Soberanía Alimentaria, logros y límites

Evento: Foro y 12ª Feria del Maíz y Otras Semillas Nativas. Organizan: el Proyecto de Desarrollo Rural Integral Vicente Guerrero, AC y el Programa de Intercambio, Diálogo y Asesoría en Agricultura Sostenible y Soberanía Alimentaría (PIDAASSA). Lugar: Auditorio de la comunidad de Vicente Guerrero del municipio de Españita, Tlaxcala, México. Fecha: sábado 14 de marzo de 2009 a las 10:00 horas. Informes: Pánfi lo Hernández o Alicia Sarmiento, 01 (246) 46-701-38; Rogelio Sánchez o Clara Sánchez, 045 (248)130-76-72 [email protected]

Evento: Primera Feria de Alimentos. En defensa de la economía, la cultura y la nutrición familiar, por la memoria del obispo monseñor Romero. Organizan: Rectoría de la Resurrección y la Campaña Sin maíz no hay País del Valle de México. Lugar: Iglesia de la Resurrección: Av. Aztecas esquina Ixtlixochitl, col Ajusco, Coyoacán. Fecha: domingo 29 de marzo. De 10:00 a 16:00 horas. Informes: [email protected]

Evento: Festival Chontal por el Renacimiento de la Tierra y el Mar. Organizan: pueblos chontales, ikoots, mixes y zapotecos del Tianguis Indígena. Lugar: Playa Cangrejo, Morro Mazatán, Oaxaca. Fecha: 21 de marzo de 2009. A partir de las 14:00 horas. Informes: [email protected] / 01-971-72-88-747 / Tzinnia Carranza, al celular 951 5006419 / [email protected]

Evento: Foro Derechos Sociales en México y la Ciudad. Organiza: Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria”, Centro Universitario Cultural y Campaña Nacional Sin maíz no hay País. Lugar: sala 22 del Centro Universitario Cultural, Odontología 35, col. Copilco Universidad. Fecha: 17 de marzo 2009. 10:00 a las 14:00 horas. Informes: Lorena Peralta al 56-59-67-97 ext. 227 / [email protected]

Evento: IV Cumbre de los Pueblos. Organizan: diversas organizaciones. Lugar: Trinidad y Tobago. Fecha: Abril 2009. Informes: www.cumbredelospueblos.org / [email protected] / [email protected]

Documento: “El origen y la diversidad del maíz en el continente americano”. Autores: Dr. José Antonio Serratos Hernández, investigador, coordinador, académico de la Universidad Autónoma de

la Ciudad de México, para Greenpeace México. Editorial: Greenpeace MéxicoEl maíz es el cereal de los pueblos y culturas del continente americano. Las más antiguas civilizaciones de América –desde los Olmecas y teotihuacanos en Mesoamérica, hasta los incas y quechuas en la región andina de Sudamérica– estuvieron acompañadas en su desarrollo por esta planta. Esta asociación entre cultura y agricultura del maíz ha motivado a científi cos y humanistas a preguntarse: ¿cuál es el origen de este cereal? ¿Cómo fue su evolución, una vez que los diferentes grupos humanos lo adoptaron y cultivaron para su provecho? Estas preguntas los han llevado a explorar el pasado y en la actualidad, junto al desarrollo científi co y tecnológico, han podido descifrar varios de los enigmas que rodean la domesticación de este cultivo. Informes: www.greenpeace.org.mx

FOTO

: Enr

ique

Pér

ez S

. / A

nec

Page 18: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200918

Subsidios millonarios fortalecen a Maseca• Secon apoya los precios de la harina, pero la torti lla se encarece

Hace unos días el Grupo Maseca, propiedad del banquero Roberto González Barrera, anunció que en 2008 su uti lidad de operación alcanzó un récord histórico de tres mil 270 millones de pesos, 74 por ciento más que en 2007, y además, entre otros resultados po-siti vos, reportó que en el cuarto trimestre de 2008 sus ventas netas aumentaron 31 por ciento, y el acumulado del año implicó un alza de 25 por ciento para totalizar 44 mil 793 millones de pesos.

Buenas noti cias en medio de la crisis económica que golpea a la población, y después de que los precios de la torti lla han crecido de seis pesos el kilo hasta 10 o 12 entre fi nes de 2006 y hoy día.

Pero la casualidad no existe, la causalidad sí. Hay información pú-blica de la Secretaría de Economía (Secon) y de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) que muestran cómo Maseca es una consenti da de los subsidios públicos. En el caso de Aserca, que es una agencia de la Secretaría de Agricultura, Maseca obtuvo apoyos para coberturas de precios (en los mercados inter-nacionales), cabotajes y/o fl ete y para exportación de maíz por más de 498 millones de pesos entre 2004 y 2008.

Es cierto que otras grandes corporaciones también obti enen este ti po de subsidios (con variados conceptos, por ejemplo pignoración, acceso a granos y convenios de concertación, además de los men-cionados antes), pero nadie tanto como esa harinera. Bachoco reci-

bió de Aserca más de 149 millones en el mismo periodo; Cargill de México, casi 89 millones; Minsa, 75.5 millones, y las productoras de fructosa de maíz (susti tuto de azúcar) Almidones Mexicanos y CP In-gredientes, 92 millones y 129.8 millones de pesos, respecti vamente.

En el caso de la Secon, y derivado de un decreto publicado en el Diario Ofi cial del 21 de octubre de 2008 –que determina nuevos subsidios para la harina de maíz, con el objeti vo de mantener esta-bles los precios de la torti lla–, Maseca ha recibido dos entregas, una para apoyarla en junio-septi embre de 2008 por poco más de 703 millones de pesos y otra para octubre-diciembre por un monto no específi co (se mencionan 783 millones para Maseca, Minsa, Moli-nos Anáhuac, Harimasa y Productos Manuel José).

En total esta nueva subvención sumó mil 767.5 millones en 2008, benefi ciando a Maseca y demás empresas mencionadas, además de Cargill de México.

¿Cuánto de estos subsidios parti cipa en las uti lidades boyantes de Maseca? ¿Por qué el gobierno federal decidió apoyos dirigidos a la harina de maíz para controlar el precio de la torti lla, y no im-plicó también a los molineros nixtamaleros, generando así discri-minación y tendencia de harinización de la torti lla? ¿Se justi fi can esos subsidios, si los precios internacionales del maíz comenzaron a declinar desde junio de 2008? Cuando alcanzaron un pico de siete y hasta 7.8 dólares por bushel, contra 2.50 en junio de 2006 (hoy se ubican alrededor de 3.6 dólares por bushel). La devalua-ción del peso contra el dólar (que encarece los precios internacio-nales del maíz) no puede ser argumento pues todavía no iniciaba a en octubre, fecha del decreto.

¿Por qué el objeti vo de precios controlados de la torti lla no se cumple? En enero de 2007 el gobierno federal fi rmó un pacto con Maseca y otros industriales de la torti lla para ofi cializar el 40 por ciento de encarecimiento que ya se había dado y que ubicaba al alimento en 8.50 pesos por kilo. Ahora el precio que predomina en el país es de 10 pesos pero en algunos lugares llega a 12.

Una nota publicada por Susana González en La Jornada el 15 de febrero dice que el subsidio de Secon cubre mil 450 pesos por to-

nelada de harina y la condición es que las harineras mantengan sin cambio los precios de su producto, pero éste se ha encarecido en el mes reciente, según la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Torti lla (UNIMT).

Los subsidios que da la Secon, denominados “Programa de apo-yo a la industria harinera de maíz (Proharina)” son producto “de una de dos”: la inocencia e ignorancia de los funcionarios de la Se-con respecto del pasado en los subsidios a la cadena maíz-torti lla, o simple corrupción, comentó en entrevista Valentí n Solís, asesor de la UNIMT.

Perversiones. “Apenas en el sexenio pasado, y no obstante lo nefasto que fue en general, el entonces secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, tomó una decisión correcta respecto de los subsi-dios a la comercialización agropecuaria, que se concentraban en los industriales compradores y comercializadores: los otorgó direc-tamente a los agricultores. El decreto de octubre vuelve a perverti r el concepto de los subsidios a maíz-torti lla, máxime cuando son evi-dentemente discriminatorios, pues dejan al margen al importante grupo de pequeños industriales que producen torti lla directamente de sus compras de maíz, conocidos en el medio como molineros tradicionales; éstos son muy numerosos y generan más de 150 mil empleos directos e indirectos”.

Jesús Fonseca, presidente de la Coalición Nacional de Producto-res de Masa y Torti lla, afi rmó desde diciembre que en principio es-tos subsidios son discriminatorios, pero “ya estamos en pláti cas con Economía para que también nos den el apoyo a nosotros”. Si sólo quedaran los apoyos para los harineros, sería perverso, pues ello re-viviría la llamada “harinización” de la torti lla, que ocurrió en el sali-nismo, cuando la torti lla tenía un precio pacto y los industriales sólo podían ser rentables consumiendo harina (y no maíz nixtamaliza-do), pues era sólo por medio de la harina que se accedía al subsidio.

Por lo pronto, mientras se da tal negociación entre molineros y la Secon (las pláti cas conti núan), ya los subsidios dieron una gran venta-ja a los harineros, en parti cular a Maseca que hoy, con sus uti lidades, celebra los saldos de la crisis. ¿Cuál crisis? (Lourdes Edith Rudiño)

Lourdes Edith Rudiño

El titular de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), Abelardo Escobar Prie-to, rechazó la percepción de que los

recursos públicos que maneja se orienten a fa-vorecer al partido en el poder, Acción Nacio-nal; más bien, dijo, la mayoría de proyectos productivos que apoya la dependencia corres-ponden a grupos avalados por organizaciones del PRI o incluso del PRD, porque estos par-tidos tienen más presencia en el medio rural.

“No hay preeminencia de proyectos apoya-dos por la SRA que pertenezcan al PAN; de hecho, hay quejas de actores políticos panis-tas de que financiamos con más liberalidad a las organizaciones del PRI o del PRD”, co-mentó aunque declinó precisar quienes son los inconformes.

En entrevista, a propósito de la información que La Jornada del Campo publicó en su sec-ción La Letrina sobre el acceso a recursos del Programa de Fomento al Desarrollo Agrario (Formar) de la SRA de parte de organizacio-nes aparentemente aliadas del gobierno fede-ral, el funcionario afirmó que los programas de la secretaría “no tienen colores políticos, y yo tengo la obligación de registrar a todos y apoyar aquellos que cumplen con los requisi-tos” de las reglas de operación o lineamientos.

–Cuando dice usted que organizaciones del PRI y del PRD tienen más acceso a los recursos de la SRA, ¿significa que ya la SRA ha hecho una clasificación de cómo se entregan, según la filiación partidista?

–No. Lo que pasa es que la Confederación Nacional Campesina (CNC) o la Confedera-ción Campesina Independiente (CCI), afines al PRI, tienen mayor experiencia en el acceso a los programas públicos. No les puedo negar que entren y lo mismo a los del PRD. Y los del PAN entran los que se organizan; pueden tener acceso igual a los otros.

–Pero se observa una multiplicación muy rápida de organizaciones en los años recientes, muchas del PAN.

–No puedo negar apoyos a una organización porque es reciente, pues estaría bloqueando sus derechos a asociarse y acceder a programas públicos si cumplen los requisitos y estaríamos propiciando que sólo las (agrupaciones) muy viejas sean beneficiarias. Sería injusto (...) es-tamos apoyando a organizaciones de todos los partidos y algunas que son independientes.

La misma reflexión hizo cuando se le co-mentó que hay muchas organizaciones don-

de ex funcionarios (como Nuria Costa, quien trabajó para la Secretaría de Agricultura en el zedillismo) están al frente de dos o más membretes, y que hay ex funcionarios, ex le-gisladores y parientes de políticos manejando agrupaciones nuevas.

–Hay versiones de que la Secretaría de Gobernación palomea los proyectos para su aprobación.

–No, la aprobación ocurre en la SRA. Cual-quier intervención externa la estoy rechazando (...) Tengo dada la orden de que toda lista de apoyos tiene que ser revisada por mí o por el sub-secretario José Luis Novales para evitar influen-cias externas, que no son legales ni aceptables.

Comentó que, luego de observar que téc-nicos registrados en la SRA, y a la vez inte-grantes en estructuras partidarias (panistas del DF), estaban participando en proyectos productivos financiados por la dependencia (como lo denunciaron varios medios), en las reglas del 2009 se estableció la restricción para técnicos con tal perfil partidista, y los que estaban en el registro fueron excluidos.

Consultado por qué en 2008 Formar apoyó al Consejo Nacional Agropecuario (CNA) –instan-cia conformada en gran parte por multinaciona-les— y en cambio agrupaciones de cafetaleros indígenas recibieron una negativa a su proyecto, Escobar Prieto dijo que la SRA decidió apoyar a 300 jóvenes indígenas con microempresas para que participaran en el Foro Global Alimentario del CNA, a fin de buscar un proyección de sus negocios más allá del ámbito local.

El Formar tiene el objetivo de apoyar la ca-pacitación y la formación de capital humano de las organizaciones.

El funcionario dijo que la SRA está en diálogo con el CNA para inducir a que los jóvenes rurales se integren a cadenas produc-tivas, pues ocurre muchas veces que éstos son cooptados por intermediarios que les pagan precios ínfimos por su producción.

Además de Formar, el funcionario habló del Fondo para el Apoyo a Proyectos Productivos en Núcleos Agrarios (Fappa) y del Programa de la Mujer en el Sector Agrario (Promusag).

Comentó que en 2008 se hizo una evaluación de la operación en 2007 y se observó que de los proyectos aprobados, 23 por ciento de mil 343 de Fappa y 22 por ciento de tres mil 732 en Promusag no estaban operando. Esto es, el dinero aplicado prácticamente se perdió. Y una razón era que los participantes entraban en conflicto y deshacían su asociación.

Ambos programas aplican a grupos que no ha tenido apoyos de la SRA en cinco años pre-vios y pueden o no ser parte de organizaciones campesinas. Los resultados de la evaluación propiciaron que la SRA modificara sus reglas para 2009. Antes el Fappa apoyaba a grupos de entre seis y 17 personas con 30 mil pesos para cada quien y ahora deben ser de cinco a ocho personas, y el Promusag que atendía a grupos de hasta nueve mujeres ahora aplica sobre grupos de dos a cinco, con apoyos de 25 mil pesos para cada quien.

Esto, además de reducir el riesgo de con-flictos internos, permite a la SRA atender ma-yor número de grupos, y eso es bueno, consi-derando que la demanda supera por mucho la oferta de apoyos de la dependencia: en 2008 las solicitudes de apoyo recibidas para Fappa sumaron ocho mil 309 y se apoyaron sólo mil 479 (18 por ciento del total) y en Promusag las peticiones fueron de 28 mil 500 grupos y se apoyaron cinco mil 720 (20 por ciento). El recurso total para estos dos programas fue de mil 585 millones de pesos, y 68 mil 366 perso-nas y sus familias se vieron beneficiadas.

En el caso de Formar, los proyectos aproba-dos fueron 319 y los no apoyados fueron 280 (47 por ciento del total). La inversión sumó 336.8 millones de pesos.

El funcionario subrayó que los proyectos –cuyas reglas y lineamientos se han venido haciendo más estrictas desde 2006 para su vi-gilancia y control– han derivado en miles de experiencias exitosas, como es el caso de mu-jeres de Sinaloa que venden hoy sus escobas en mercados internacionales o el de 16 jóve-nes de Acatlán, Guerrero, que fueron apoya-dos con un invernadero para jitomate, y hoy tienen cuatro y generan 62 empleos.

Entrevista con Abelardo Escobar Prieto

RECHAZA SRA QUE SUBSIDIOS SE ORIENTEN A FAVORECER AL PAN

FOTO

: Lou

rdes

E. R

udiñ

o

Page 19: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200919

Page 20: No. 18 Dimenciones de la crisis

17 de marzo de 200920

César Carrillo Trueba

El Zócalo es uno de los lugares de memoria social más relevantes del país. Así, pensan-do un día en alguna acción impactante

para manifestar el rechazo a la liberación de va-riedades de maíz transgénico en México, me vino a la mente la idea de cubrir el Zócalo con granos de maíz, formando una imagen alusiva, que fuera contundente. Me imaginé contingentes proceden-tes de todos los rincones del territorio aportando granos de diferentes colores, efectuando algunos de los rituales que se hacen durante su ciclo de cultivo, uniendo esfuerzos con los habitantes de la ciudad en una jornada inolvidable.

Elena Álvarez-Buylla planteó la idea a varias or-ganizaciones de la sociedad civil preocupadas por los efectos de los transgénicos en el maíz nativo, como una manifestación ante la Reunión del Pro-tocolo de Cartagena que se llevaría a cabo en la Ciudad de México. Semillas de Vida la asumió y se dio a la tarea de promoverla, obteniendo el apo-yo de la Campaña Sin Maíz No Hay País.

Varios pensamos en Mauricio Gómez-Morín para realizar el diseño, quien con gran arte se afanó y di-rigió la acción. La Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC) proporcionó 35 toneladas de grano de maíz. Se devolvieron 34.5.

Comenzamos a las siete de la noche, delimitan-do el perímetro donde se dibujaría un mapa de México y parte de Centroamérica –área de origen y diversificación del maíz– con textura de mazor-ca. Sumamos alrededor de 300 mujeres y hombres de diversas edades y ocupaciones, y sólo algunos integrantes de organizaciones, los que participa-mos con entusiasmo, numerando, trazando y es-parciendo el maíz.

A las cuatro de la mañana, desde lo alto de un edificio admirábamos cómo la textura del grano, nuestra misma carne y piel, delineaba un magnífi-co mapa acompañado de las leyendas: NO al maíz transgénico, Sin maíz no hay país. Una acción digna del mejor arte efímero, que enaltece como siempre a la sociedad en movimiento y nos impul-sa a continuar la defensa de nuestro maíz. Facultad de Ciencias de la UNAM

ARTE EFÍMERO Y SOCIEDAD CIVIL EN DEFENSA DEL MAÍZ

Urge una respuesta popular frente a la crisisNotas sobre el Movimiento en Defensa de la Economía

Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional

Jesús Ramírez Cuevas

La crisis financiera y económica está dejando sentir sus efectos en nuestro país y nadie sabe cuándo va a terminar. Los cálculos más optimistas consideran que el retroceso de la economía durará por lo menos un año.

“Es un gran tsunami económico” que nos golpeará fuerte, dijo el secretario de Hacienda, Agustín Carstens.

Según algunos analistas, la crisis global va a desencadenar cambios profun-dos en México, de consecuencias incalculables. Incluso los empresarios ha-blan de colapso económico, de “Estado fallido”, de ingobernabilidad, hambre y violencia desbordadas.

A lo largo de 2009 la recesión se profundizará, impulsada por la baja de los precios del petróleo y del envío de remesas; la devaluación del peso; la quiebra de grandes empresas, y la caída de la industria, el comercio y el campo. El consumo se derrumba y ya suman más de 600 mil los trabajadores despedidos.

El destino de México no está escrito de antemano y el futuro dependerá de lo que hagamos o dejemos de hacer el Estado y los ciudadanos. Por ello es urgente construir una respuesta popular para evitar la destrucción del país. Hay que im-pedirle al gobierno de la derecha que continúe entregando la riqueza nacional a extranjeros y siga utilizando el presupuesto público para rescatar a especuladores y empresas. Es impostergable actuar para dar fin a este castigo al pueblo que le imponen la falta de oportunidades y derechos sociales; los bajos salarios, y la es-calada de precios de los artículos de primera necesidad, combustibles y servicios.

En plena desintegración moral y pérdida de poder, el gobierno federal se em-peña en seguir las políticas del Fondo Monetario Internacional, las mismas que han provocado esta crisis mundial. Con ello arrastrará a la ruina a toda la clase política. Es el país mismo el que está en juego, esto vuelve urgente organizar una respuesta democrática y popular para recuperar las instituciones políticas a favor del pueblo. Hay que construir las bases de una nueva república para todos, incluyente, en la que el Estado asuma su responsabilidad social y provea de edu-cación, salud, trabajo, cultura y bienestar a toda la población.

Considerando las dimensiones de esta tarea y la pluralidad requerida para conformar un proyecto nacional, es indispensable establecer una gran alianza de organizaciones populares, ciudadanas y políticas con el objetivo de terminar con la política económica neoliberal y sentar las bases de una transformación profunda de México. Esto implica la movilización y la organización ciudada-na, acompañadas de una amplia discusión sobre los problemas del país y de la gente, sobre las alternativas posibles.

Con estas premisas, el Movimiento en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional, como espacio amplio y ciudadano, está convocando a todos los mexicanos a organizarse para cambiar el modelo neo-liberal. En lo inmediato, a movilizarse para proteger la economía familiar y el empleo, exigir aumento de salarios y la reducción de los precios de los produc-tos básicos, de las gasolinas, del diesel y de las tarifas eléctricas; así como defen-derse de los abusos y demandar la disminución de comisiones e intereses por créditos hipotecarios y bancarios. Se trata de organizarse para exigir el respeto a nuestros derechos y el bienestar de todos.

Con este propósito, la Asamblea Nacional del 25 de enero pasado en el Zó-calo capitalino, a propuesta de Andrés Manuel López Obrador, acordó instalar Casas del Movimiento en las 32 entidades federativas del país, en todos los mu-nicipios y ciudades, donde se pudiera. Estas casas serán el referente territorial y el centro de operaciones de nuestro movimiento. Serán lugares de encuentro y de trabajo para defender la economía popular y promover la ayuda mutua, fomentando la vida y el desarrollo comunitarios. Serán espacios de acción ciu-dadana y de solidaridad con otros movimientos sociales del país.

En la primera etapa se informará sobre los objetivos y propuestas del movi-miento; se promoverá la organización de usuarios y deudores, y se atenderán las denuncias ciudadanas por cobros excesivos de luz, de cartera vencida de bancos y créditos hipotecarios, así como las quejas por las comisiones e intereses desme-surados en tarjetas de crédito.

Por medio de esta red de casas se convocará a la movilización popular de protesta y a organizar acciones autogestivas en defensa de la economía familiar en materia de salud, consumo y abasto de productos básicos, junto con activi-dades artísticas, culturales y de educación política.

Se busca que las casas sean verdaderos espacios de participación ciudadana, sin control de ningún partido, aunque sus integrantes pertenezcan a alguno, ahí podrán participar organizaciones sociales, instituciones civiles y académicas.

Estas casas son el primer paso para crear una red nacional para la transfor-mación democrática del país. Son el embrión de una fuerza nacional con ca-pacidad de acción local, que impedirá que la oligarquía nacional y los grandes capitales destruyan México.

Se trata de un paso concreto para hacer real la aspiración de miles de mexi-canos de vivir en una sociedad basada en la justicia, la libertad, la democracia y la soberanía. FO

TO: E

nriq

ue P

érez

S. /

Ane

c

FOTO

: Mar

ía Fe

rnan

da C

obos

/ Se

milla

s de

vida

FOTO

: Mar

ía Fe

rnan

da C

obos

/ Se

milla

s de

vida