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MIÉRCOLES 10 DE FEBRERO DE 2016 NACIONAL 04 juventud rebelde por LISANDRA GÓMEZ GUERRA [email protected] fotos TOMADAS DEL PERIÓDICO ARGENTINO EL TIEMPO SANCTI SPÍRITUS.— Crescencio Galañena y Jesús Cejas, custo- dios de la Embajada cubana en Argentina, caminaban por el cruce de las calles Arribeños y La Pam- pa, en el barrio de Barrancas de Belgrano, en esa nación latinoa- mericana, con la prisa propia de la juventud. Los frenazos en seco de varios carros y los estruendos de las puertas de los vehículos aler- taron a quienes circulaban por la zona de que algo malo ocurría en la esquina. Sin darles tiempo para nada, varios hombres vestidos de civil se abalanzaron sobre los dos cubanos, quienes ofrecieron resis- tencia. Tras varios golpes fueron introducidos de cabeza dentro de uno de los automóviles y traslada- dos a Automotores Orletti, en ese entonces, centro clandestino de detención, tortura y exterminio, gestado por el Plan Cóndor duran- te la última dictadura argentina (1976- 1983). De ellos, poco se supo des- pués. Con mentiras de una supuesta deserción intentaron manchar la historia de ambos jóvenes. Testimonios anónimos aseguraron que fueron interroga- dos y torturados en Orletti. Pasa- dos 36 años del 9 de agosto de 1976 una parte de la verdad aflo- ró al mundo: se confirmó que los restos óseos encontrados dentro de un barril oxidado y con cemen- to en su interior, en un descampa- do frente al aeródromo de San Fer- nando, en las afueras de Buenos Aires, correspondían al yaguaya- jense Crescencio Nicomedes Galañena Hernández, asesinado a poco más de un mes de cumplir sus 27 primaveras. Con lo que significó ese hallaz- go —ocurrido por casualidad por un grupo de infantes que jugaban en la zona— para el movimiento argentino que busca a las perso- nas aún desaparecidas durante esa época, comienza el docu- mental Tramas del Plan Cóndor. Hallazgos de Automotores Orletti , del cineasta bonaerense Federico Palazzo, quien junto a su compa- ñera Lucila Fliess, visitó Cuba para dar a conocer la memoria, la justicia y la verdad, una especie de lema que dirige su trabajo. MÁS ALLÁ DE UN CORTO El material audiovisual, de 53 minutos de duración, producido por Revelarte TV, narra y recons- truye el proceso de investigación sobre los crímenes perpetrados en Automotores Orletti. Primeros y segundos planos desnudan tes- timonios de investigadores impli- cados en la búsqueda de los cuerpos, así como las historias de Macarena, hija del matrimo- nio de Marcelo Gelman y María Claudia García, víctimas, y de José Luis Bretazo, sobreviviente del lugar. Cuando se conoció de la apari- ción de los restos de Crescencio, explica Palazzo aún emocionado a JR, encauzamos una minuciosa búsqueda en un área de alrededor de nueve hectáreas, a fin de encontrar otros restos. «Su hallazgo impulsó el reinicio de las pesquisas, a pesar de ser un camino lleno de oscuridad. Crescencio nos provocó para que siguiéramos en la búsqueda, y hacia esa dirección va este docu- mental. Nos corresponde reparar a las familias para que no sigan esperando, sin conocer la verdad», expresó en predios espirituanos el director del material. Tras ese hallazgo accidental, se suscitaron inmediatamente dos más, los cuales revelaron la identidad de María Rosa Clemen- te, argentina, quien laboraba tam- bién en la Embajada cubana, y su compatriota, Ricardo Manuel González. El equipo del producto comunica- tivo, realizado por Pedro Nadal Gar- cía, nieto restituido 79 de las Abuelas de Plaza de Mayo, y quien aún desconoce lo sucedido a su madre, protagonizó una búsqueda incesante hacia un pasado que duele, no solo en Argentina, sino en los países afectados por el Plan Cóndor, coordinación represi- va de las dictaduras del Cono Sur y Estados Unidos, con el auspi- cio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). EN BUSCA DE LA LUZ Cada uno de los criterios recogi- dos y entrelazados por las técnicas cinematográficas le revela al es- pectador el complejo contexto de Argentina tras el golpe militar auto- denominado Proceso de Reor- ganización Nacional. Durante esa época se sucedieron sistemáticos secuestros y torturas. Por ello, hubo muchas personas desapare- cidas de diferentes países, al pun- to de que hoy se desconoce la cifra real. Ejemplo de esa triste realidad, relata el material, se evidenció en el propio año 1976, cuando ocho barriles similares a los otros halla- dos en el 2012, flotaron en el canal de San Fernando. Los res- tos encontrados fueron sepulta- dos en una fosa común. Luego del fin de la dictadura, se impulsaron las investigaciones pa- ra reconocer las identidades, en- tre las que afloró la de Marcelo Gelman, hijo del poeta Juan Gel- man, premio Cervantes 2007. Al encontrar al yaguayajense Ga- lañena, «el Negro», como todos le nombraban desde pequeño, se co- rroboró tras varios análisis que el introducir cadáveres en tanques de 55 galones repletos de cemen- to y sellados herméticamente, era una práctica sistemática y exclusi- va de los represores que operaban en Orletti, un «supuesto e inocente taller», ubicado en la calle Venancio Flores, Buenos Aires, muy cerca de una escuela y del paso de la línea férrea. En Orletti, según documentos encontrados y publicados en el cortometraje, estuvieron más de 120 personas prisioneras y de ellas cerca de 67 fueron asesina- das y desaparecidas. Hasta allí lle- gó la cámara, acompañada, por vez primera, de Macarena Gel- man, quien no desiste de encon- trar a su madre, ausente desde los 19 años. Ella ayuda con su historia a recorrer las paredes mugrosas, con las huellas del dolor por la tor- tura, que esconden el triste pasa- do, aunque no encubren el sonido vecino de los infantes durante el receso, y el pito del tren. Ambos, los únicos signos de vida para quienes permanecieron prisione- ros allí, según cuenta Bretazo, uno de los sobrevivientes, y quien por vez primera, decide presentarse frente a una cámara. Con palabras que se mueven al compás del miedo que aún siente cuando recuerda sus 45 días en el centro, relata que procuraron que cada uno conociera de la exis- tencia del otro, para si alguien sobrevivía, pudiera declarar. Asegura, en una de las esce- nas más intimistas del corto, que sí supo de la presencia allí de dos cubanos porque expresaban cons- tantemente la palabra «caballero», un término no utilizado en el voca- bulario bonaerense. Paralelo a esas historias, se regresa una y otra vez a Crescen- cio y Cejas, «Chuchi», un pinareño, quien en el momento del secues- tro tenía 22 años. En todo momento, el documental anuncia que el último barril encontrado hasta ahora en San Fernando, tras el movimiento de tierra protagoni- zado por varios organismos como un equipo argentino de Antropolo- gía Forense, podía ser donde escondieron los restos del segun- do cubano. Ambos, de acuerdo con una reciente publicación firmada por la agencia estatal Infojus, fue- ron interrogados y torturados por los agentes de la CIA Michael Townley y Guillermo Novo Sampoll, terrorista de ori- gen cubano. De esa manera, sus casos forman parte de la larga lista de atrocidades come- tidas contra Cuba después del triunfo de la Revolución. Minutos antes de concluir el documental, se demuestra todo el proceso de identificación realiza- do, que reveló la identidad de Cejas, en abril de 2013. Unos meses después, sus restos regre- saron a la patria, tal y como suce- dió un año antes con Galañena. Con el segundo hallazgo se desmintió también lo publicado por la Associated Press, en 1976, al recibir un sobre sellado con las identificaciones de los cubanos secuestrados y un docu- mento manuscrito, donde supues- tamente explicaban que ambos decidían desertar de la misión «para gozar de la libertad del mun- do occidental». REGRESO A LOS ORÍGENES En Sancti Spíritus, Federico Pallazzo aseguró que el verdadero final de su documental llegó cuan- do pudo entregárselo a los fami- liares de Galañena y Cejas. «Al chocar con los ojos de ellos, entendí el porqué de esta profe- sión», confesó quien pretende ins- cribir el material en la próxima edi- ción del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, en La Habana, a fin de que se conozca mucho más la memoria de gran parte de un continente. Porque Tramas del Plan Cón- dor. Hallazgos de Automotores Orletti , como él mismo resume, desnuda que la inhumanidad no reconoció fronteras, y que se man- tiene vivo el anhelo por conocer el destino de todas las desapareci- das y los desaparecidos, y que se haga justicia. Crimen en Automotores Orletti Un documental argentino devela pasajes de la historia de Crescencio Galañena y Jesús Cejas, dos cubanos asesinados como parte del Plan Cóndor Crescencio (derecha) y Jesús (izquierda) laboraban al servicio exterior en la Embajada de Cuba, en Argentina. Los cineastas argentinos Federico Palazzo y Lucila Fliess coinciden en que el verdadero final del documental resultó el contacto con las familias de los jóvenes cubanos.

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MIÉRCOLES 10 DE FEBRERO DE 2016NACIONAL04 juventud rebelde

por LLIISSAANNDDRRAA GGÓÓMMEEZZ [email protected] TTOOMMAADDAASS DDEELL PPEERRIIÓÓDDIICCOOAARRGGEENNTTIINNOO EELL TTIIEEMMPPOO

SANCTI SPÍRITUS.— CrescencioGalañena y Jesús Cejas, custo-dios de la Embajada cubana enArgentina, caminaban por el crucede las calles Arribeños y La Pam-pa, en el barrio de Barrancas deBelgrano, en esa nación latinoa-mericana, con la prisa propia de lajuventud. Los frenazos en seco devarios carros y los estruendos delas puertas de los vehículos aler-taron a quienes circulaban por lazona de que algo malo ocurría enla esquina.

Sin darles tiempo para nada,varios hombres vestidos de civilse abalanzaron sobre los doscubanos, quienes ofrecieron resis-tencia. Tras varios golpes fueronintroducidos de cabeza dentro deuno de los automóviles y traslada-dos a Automotores Orletti, en eseentonces, centro clandestino dedetención, tortura y exterminio,gestado por el Plan Cóndor duran-te la última dictadura argentina(1976- 1983).

De ellos, poco se supo des-pués. Con mentiras de unasupuesta deserción intentaronmanchar la historia de ambosjóvenes. Testimonios anónimosaseguraron que fueron interroga-dos y torturados en Orletti. Pasa-dos 36 años del 9 de agosto de1976 una parte de la verdad aflo-ró al mundo: se confirmó que losrestos óseos encontrados dentrode un barril oxidado y con cemen-to en su interior, en un descampa-do frente al aeródromo de San Fer-nando, en las afueras de BuenosAires, correspondían al yaguaya-jense Crescencio NicomedesGalañena Hernández,asesinado apoco más de un mes de cumplirsus 27 primaveras.

Con lo que significó ese hallaz-go —ocurrido por casualidad porun grupo de infantes que jugabanen la zona— para el movimientoargentino que busca a las perso-nas aún desaparecidas duranteesa época, comienza el docu-mental Tramas del Plan Cóndor.Hallazgos de Automotores Orletti,del cineasta bonaerense FedericoPalazzo, quien junto a su compa-ñera Lucila Fliess, visitó Cubapara dar a conocer la memoria, lajusticia y la verdad, una especiede lema que dirige su trabajo.

MÁS ALLÁ DE UN CORTO El material audiovisual, de 53

minutos de duración, producidopor Revelarte TV, narra y recons-truye el proceso de investigaciónsobre los crímenes perpetradosen Automotores Orletti. Primeros y

segundos planos desnudan tes-timonios de investigadores impli-cados en la búsqueda de loscuerpos, así como las historiasde Macarena, hija del matrimo-nio de Marcelo Gelman y MaríaClaudia García, víctimas, y deJosé Luis Bretazo, sobrevivientedel lugar.

Cuando se conoció de la apari-ción de los restos de Crescencio,explica Palazzo aún emocionado aJR, encauzamos una minuciosabúsqueda en un área de alrededorde nueve hectáreas, a fin deencontrar otros restos.

«Su hallazgo impulsó el reiniciode las pesquisas, a pesar de serun camino lleno de oscuridad.Crescencio nos provocó para quesiguiéramos en la búsqueda, yhacia esa dirección va este docu-mental. Nos corresponde reparar alas familias para que no siganesperando, sin conocer la verdad»,expresó en predios espirituanos eldirector del material.

Tras ese hallazgo accidental,se suscitaron inmediatamentedos más, los cuales revelaron laidentidad de María Rosa Clemen-te, argentina, quien laboraba tam-bién en la Embajada cubana, y sucompatriota, Ricardo ManuelGonzález.

El equipo del producto comunica-tivo, realizado por Pedro Nadal Gar-cía, nieto restituido 79 de lasAbuelas de Plaza de Mayo, y quienaún desconoce lo sucedido a sumadre, protagonizó una búsquedaincesante hacia un pasado queduele, no solo en Argentina, sinoen los países afectados por elPlan Cóndor, coordinación represi-va de las dictaduras del Cono Sury Estados Unidos, con el auspi-cio de la Agencia Central deInteligencia (CIA).

EN BUSCA DE LA LUZCada uno de los criterios recogi-

dos y entrelazados por las técnicas

cinematográficas le revela al es-pectador el complejo contexto deArgentina tras el golpe militar auto-denominado Proceso de Reor-ganización Nacional. Durante esaépoca se sucedieron sistemáticossecuestros y torturas. Por ello,hubo muchas personas desapare-cidas de diferentes países, al pun-to de que hoy se desconoce lacifra real.

Ejemplo de esa triste realidad,relata el material, se evidenció enel propio año 1976, cuando ochobarriles similares a los otros halla-dos en el 2012, flotaron en elcanal de San Fernando. Los res-tos encontrados fueron sepulta-dos en una fosa común.

Luego del fin de la dictadura,seimpulsaron las investigaciones pa-ra reconocer las identidades, en-tre las que afloró la de MarceloGelman, hijo del poeta Juan Gel-man, premio Cervantes 2007.

Al encontrar al yaguayajense Ga-lañena, «el Negro», como todos lenombraban desde pequeño, se co-rroboró tras varios análisis que elintroducir cadáveres en tanquesde 55 galones repletos de cemen-to y sellados herméticamente, erauna práctica sistemática y exclusi-va de los represores que operabanen Orletti, un «supuesto e inocentetaller»,ubicado en la calle VenancioFlores,Buenos Aires,muy cerca deuna escuela y del paso de la líneaférrea.

En Orletti, según documentosencontrados y publicados en elcortometraje, estuvieron más de120 personas prisioneras y deellas cerca de 67 fueron asesina-das y desaparecidas. Hasta allí lle-gó la cámara, acompañada, porvez primera, de Macarena Gel-man, quien no desiste de encon-trar a su madre, ausente desdelos 19 años.

Ella ayuda con su historia arecorrer las paredes mugrosas,con las huellas del dolor por la tor-tura, que esconden el triste pasa-do, aunque no encubren el sonidovecino de los infantes durante elreceso, y el pito del tren. Ambos,los únicos signos de vida paraquienes permanecieron prisione-ros allí, según cuenta Bretazo, unode los sobrevivientes, y quien porvez primera, decide presentarsefrente a una cámara.

Con palabras que se mueven alcompás del miedo que aún sientecuando recuerda sus 45 días enel centro, relata que procuraronque cada uno conociera de la exis-tencia del otro, para si alguiensobrevivía, pudiera declarar.

Asegura, en una de las esce-nas más intimistas del corto, que

sí supo de la presencia allí de doscubanos porque expresaban cons-tantemente la palabra «caballero»,un término no utilizado en el voca-bulario bonaerense.

Paralelo a esas historias, seregresa una y otra vez a Crescen-cio y Cejas, «Chuchi», un pinareño,quien en el momento del secues-tro tenía 22 años. En todomomento, el documental anunciaque el último barril encontradohasta ahora en San Fernando, trasel movimiento de tierra protagoni-zado por varios organismos comoun equipo argentino de Antropolo-gía Forense, podía ser dondeescondieron los restos del segun-do cubano.

Ambos, de acuerdo con unareciente publicación firmada porla agencia estatal Infojus, fue-ron interrogados y torturadospor los agentes de la CIAMichael Townley y GuillermoNovo Sampoll, terrorista de ori-gen cubano. De esa manera,sus casos forman parte de lalarga lista de atrocidades come-tidas contra Cuba después deltriunfo de la Revolución.

Minutos antes de concluir eldocumental, se demuestra todo elproceso de identificación realiza-do, que reveló la identidad deCejas, en abril de 2013. Unosmeses después, sus restos regre-saron a la patria, tal y como suce-dió un año antes con Galañena.

Con el segundo hallazgo sedesmintió también lo publicadopor la Associated Press, en1976, al recibir un sobre selladocon las identificaciones de loscubanos secuestrados y un docu-mento manuscrito, donde supues-tamente explicaban que ambosdecidían desertar de la misión«para gozar de la libertad del mun-do occidental».

REGRESO A LOS ORÍGENESEn Sancti Spíritus, Federico

Pallazzo aseguró que el verdaderofinal de su documental llegó cuan-do pudo entregárselo a los fami-liares de Galañena y Cejas.

«Al chocar con los ojos de ellos,entendí el porqué de esta profe-sión», confesó quien pretende ins-cribir el material en la próxima edi-ción del Festival del Nuevo CineLatinoamericano, en La Habana, afin de que se conozca mucho másla memoria de gran parte de uncontinente.

Porque Tramas del Plan Cón-dor. Hallazgos de AutomotoresOrletti, como él mismo resume,desnuda que la inhumanidad noreconoció fronteras, y que se man-tiene vivo el anhelo por conocer eldestino de todas las desapareci-das y los desaparecidos, y que sehaga justicia.

Crimen en Automotores OrlettiUn documental argentino devela pasajes de la historia de Crescencio Galañena y Jesús Cejas,

dos cubanos asesinados como parte del Plan Cóndor

Crescencio (derecha) y Jesús (izquierda) laboraban al servicio exterior enla Embajada de Cuba, en Argentina.

Los cineastas argentinos Federico Palazzo y Lucila Fliess coinciden en queel verdadero final del documental resultó el contacto con las familias delos jóvenes cubanos.

NACIONAL 05juventud rebelde MIÉRCOLES 10 DE FEBRERO DE 2016

por HHAAYYDDÉÉEE LLEEÓÓNN [email protected] LLOORREENNZZOO CCRREESSPPOO SSIILLVVEEIIRRAA

ELLOS no tienen nada que ver con las torpe-zas e infortunios de Pedro y Pablo,pero la gen-te les llama Los Picapiedra, como a los prota-gonistas de la serie animada homónima.

Hace tres años Eduardo Hernández y ElierBatista se dedican precisamente a triturarroca caliza en un molino que es fruto de lapersistencia de uno, la bondad del otro y elespíritu innovador y de trabajo que los empu-ja a ambos.

Poco antes de llegar al poblado guantana-mero de Jamaica,se encuentra uno el caminoque atesora las escasas rocas que no hanpasado por el molino que ellos inventaron. Jus-to al final del sendero y detrás de una casitaque no es de piedras,busca otra dimensión laidea de dos que soñaron despiertos.

GÉNESIS La historia comenzó en la finca La Loma,

cerca del municipio de Manuel Tames,dondenació Eduardo y adonde un día llegó Elier,pro-cedente de Holguín, con un motor eléctrico acuestas y la idea de instalarse en Jamaica, lacuna de su esposa.

Nadie le dijo al forastero que el guantana-mero estaba interesado en su proyecto, perosí le comentaron que le gustaba inventar, quede paso por Maisí, en el extremo oriente de laIsla, para hacer su servicio social, dejó allí lainventiva de una losa sanitaria que 20 añosdespués sigue en uso; que había creado unaserradero cuando el huracán George no dejócasi ningún árbol en pie por aquellos lares…

Tampoco nadie se lo decía a ellos, peromuchos pensaron que se trataba de un parde locos que con un trozo de acero, angu-lares, raíles de línea y un motor eléctrico de15 caballos de fuerza, pretendían montaruna industria productora de materiales dela construcción.

En verdad no era tanta la pretensión.Creían, eso sí, que podían dar un aporteimportante en esa producción en un momen-to de gran demanda.

Se instalaron en el traspatio de la casa deEduardo y comenzaron a concretar su idea. Laexperiencia como médico veterinario a

muchos les parecía que no aportaba a Eduar-do los necesarios conocimientos de mecánicay electricidad para el proyecto, y tampoco aElier su profesión de ingeniero agrónomo. Loque la gente no sabía era que el «oficio» máspracticado por ambos era la voluntad de hacer.

«Cacharrearon» día y noche y al mes yatenían listo su molino de áridos.

Al principio, cuenta Elier, producíamosentre 10 y 12 metros cúbicos de arena arti-ficial y grava, simultáneamente. En ocasio-nes se nos acumulaban algunos materiales,no se vendían. Estábamos preocupados,pero no perdimos el impulso hasta que logra-mos una demanda que incluso nos ha obli-gado a diversificar los surtidos.

Cuando comenzaron el negocio se habla-ba de unas pocas familias del poblado deJamaica y comunidades aledañas que sebeneficiaban con sus producciones. Hoy hanperdido las estadísticas en ese sentido, por-que apegados a los mismos hierros viejos,se mantienen consagrados al redivivo idealde la utilidad de su trabajo.

«El principal cliente siempre ha sido lapoblación de Jamaica, San Vicente y otrascomunidades cercanas, pero en el último año

se han sumado organismos como Educación,la Gastronomía y la CTC. Eso nos ha impues-to un ritmo de producción diaria de 20 metroscúbicos de arena y grava de diferentes dimen-siones», agrega Eduardo, quien es el jefe dela tropa que de tres en los inicios hoy cuentacon una veintena de integrantes, en su mayo-ría jóvenes que no tenían empleo.

Respondiendo también a las deman-das de una población cuyo más cercanorastro está ubicado a unos diez kilómetrosde Jamaica, ensamblaron una máquinacriolla acoplada al molino, con la cualobtienen una arena que es muy solicitadapara repello de superficies y para la fabri-cación de mosaicos.

LOS BUSCAPIEDRAEn todo, la única materia prima que

emplean es la roca caliza, un recurso que yano encuentran si no a distancias que rondanlos 15 kilómetros.

Precisamente,el acopio de ese recurso na-tural, tarea en la cual emplean dos brigadascuyos integrantes se han ganado el mote deLos Buscapiedra, tiene un positivo impacto enlas labores agrícolas de la zona.

«Cerca de aquí está la cooperativa 4 deAbril, donde todo el corte de la caña era obli-gado hacerlo con macheteros, porque loscampos eran pedregales. Hoy allí todo el cor-te es mecanizado», ejemplifica Eduardo.

Se refiere también a los organopónicos, alas fincas particulares y estatales donde nosurcaban ni los bueyes y hoy están sembrados.

«En un momento llegamos a tener tantademanda de materiales por parte de la po-blación, como de nuestra presencia en coo-perativas y fincas para recoger piedras»,comenta.

CALIDAD Y PRECIOSAvalada por pruebas de laboratorio reali-

zadas en Santiago de Cuba, las cuales arro-jaron que cada centímetros cúbico del mate-rial resiste una presión de entre 70 y 75 kilo-gramos de peso, la calidad de la arena y lagrava que fabrican estos trabajadores porcuenta propia es una de las razones por lascuales crece la demanda.

Pero la gente también compara. GliceriaCasanova, por ejemplo, está reconstruyendosu casa en las inmediaciones de San Vicen-te y ha sacado sus cuentas:

«Si compro un metro cúbico de arena enel rastro me cuesta 200 pesos y tengo quepagar casi ese precio para que me lo traigana la casa, si encuentras quien te lo quieratransportar.

«Los Picapiedra te lo llevan hasta tu casapor ese mismo precio, y también te dan otrasopciones. Si llevas tu propio carretón,te dan elmetro a 150 y rebajan más si uno mismo locarga. Y encima de eso son gentes muy edu-cadas,que a uno le da gusto ir a comprar allí»,agrega.

Es precisamente por el precio que paraellos tiene la satisfacción del cliente, queElier y Eduardo, quien es además obrero deuna cooperativa agropecuaria en el pobladode Honduras, mantienen un negocio que lesda la cuenta, aunque no es todo lo rentableque desearan. Se le encarece la producciónpor el alto consumo de electricidad y por elpago de alquiler del transporte para el acopiode piedras.

Pero ellos no se quejan, todo lo contrario.Dan los pasos para constituir una cooperati-va con todas las de la ley y ya tienen casi lis-to otro molino, de más capacidad, en el po-blado de Jamaica. Y dicen que tienen ya todolo que necesitan para dos más…

Aunque no tengan nada que ver conPedro y Pablo, ojalá que haya Picapiedrapara rato.

Los PicapiedraA tres años de haber puesto en funcionamiento un molino de áridos,

dos jóvenes trabajadores por cuenta propia, en el poblado guantanamerode Jamaica, amplían sus horizontes y aportan soluciones

Las cuadrillas de «buscapiedra» garantizan la materia prima que actualmente acopian en zonas distantes del molino.

Elier y Eduardo asisten a un joven operario, quien asegura que el viejo molino a veces tienesus «achaques», pero es muy productivo.

Una veintena de jóvenes de Jamaica y San Vicente sehan incorporado a la cuadrilla de picapiedras. La-boran duro, desde las 6:30 de la mañana hasta las6:00 de la tarde, con descansos para desayuno,almuerzo y merienda.