modelos económicos en méxico y movimientos sociales

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SECRETARIA DE EDUCACION PÚBLICA SUBSECRETARIA DE EDUCACION SUPERIOR DIRECCION GENERAL DEL BACHILLERATO ESCUELA PREPARATORIA FEDERAL POR COOPERACION “FRANCISCO VILLA” CLAVE EMS 2 – 17 C.C.T.13SBC2175A *Modelos Económicos, anteriores a 1970 y Movimientos Sociales de Misma Época* MATERIA Estructuras Socioeconómicas de México COORDINADOR Lic. Martin Vega Zamora INTEGRANTES DEL EqUIPO Fabiola Maritza Canales Mojica Francisco Antonio Hernández Juan Martin Zavala Velázquez Rosaura Esteban San Juan Juan Carlos Tamariz Solares Eleazar SEMESTRE: 3. GRUPO: “A” Carretera Atlapexco- Tianguistengo km. 2 Tecolotitla, Atlapexco, Hidalgo.

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SECRETARIA DE EDUCACION PÚBLICASUBSECRETARIA DE EDUCACION SUPERIORDIRECCION GENERAL DEL BACHILLERATO

ESCUELA PREPARATORIA FEDERAL POR COOPERACION“FRANCISCO VILLA”

CLAVE EMS 2 – 17 C.C.T.13SBC2175A

*Modelos Económicos, anteriores a 1970 y Movimientos Sociales de Misma Época*

MATERIA

Estructuras Socioeconómicas de México

COORDINADOR

Lic. Martin Vega Zamora

INTEGRANTES DEL EqUIPO

Fabiola Maritza Canales Mojica

Francisco Antonio Hernández

Juan Martin Zavala Velázquez

Rosaura Esteban San Juan

Juan Carlos Tamariz Solares

Eleazar

SEMESTRE: 3. GRUPO: “A”

Carretera Atlapexco- Tianguistengo km. 2 Tecolotitla, Atlapexco, Hidalgo.

INTRODUCCIóN

C

Modelos Económicos en México y sus impactos en el crecimiento económico

Se puede decir que México se unió al capitalismo a principios del siglo XX donde hubo grandes avances en cuestiones de comercio exterior con capital extranjero y un inicio al desarrollo industrial. En la época del Porfiriato que va de 1876 a 1910 se caracterizó por una expansión económica al tener sobretodo tanto capital nacional como extranjero en la creación de ferrocarriles, puertos marítimos, minas, bancos y una buena política proteccionista. Además se definió principalmente por llevar una política agroexportadora que consistía en el desarrollo y explotación de la agricultura para ser destinada a la exportación.

A este modelo económico que está basado sobre todo en la producción, se le conoce como “Modelo de Crecimiento hacia afuera” u “Orientado a la exportación”. Varios autores mencionan que durante esta época existió un crecimiento económico en México, sin embargo no existió desarrollo pues no toda la población se vio beneficiada. El crecimiento económico de 1900 a 1910 fue del 3.3% anual.

Más tarde, debido a la revolución mexicana y a los conflictos armados desde 1910 y hasta 1935 existió un periodo sin crecimiento económico sostenido. Primeramente se incorporaron demasiadas personas a los movimientos armados que disminuyeron notablemente las actividades económicas. Después, a partir de 1920 al haber mayor estabilidad política y un ambiente de paz se reiniciaron las actividades industriales. Asimismo estas se vieron perjudicadas en las exportaciones por la crisis de 1929 donde se redujeron las actividades mineras, los transportes y en especial el petróleo que años más tarde se fueron recuperando lentamente. El PIB creció en promedio un 2.03 durante esos años.

PERIODO CARDENISTA

Después de pasar la gran crisis, el Presidente Lázaro Cárdenas empezó a desarrollar un modelo nacionalista donde pretendía aumentar el capital mexicano. Los objetivos se lograron y se nacionalizaron las industrias del petróleo y de los ferrocarriles primordialmente. Esto situó al gobierno como un sujeto que promovió el desarrollo económico al tratar de distribuir la producción y el ingreso entre la población mexicana y estimular al sector privado. No obstante, hubo inflación y una pequeña devaluación por elevarse los precios de las importaciones.

EL MODELO DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES

A partir de 1940 se toma punto de referencia, como el año en que México con una economía cerrada y bajo el modelo de sustitución de importaciones, tuvo tasas de crecimiento económico y un desarrollo industrial muy elevados hasta finales de los años sesentas. El crecimiento se dio conjuntamente con el desarrollo de la siderurgia, de los metales, de productos químicos, de alimentos y bebidas, así como de maquiladoras de ropa y calzado. Dicho crecimiento se debió primariamente a la gran depresión de 1929 donde se vieron en la necesidad de impulsar las industrias de transformación y desarrollar el mercado local.

De la misma manera, la segunda guerra mundial fue otro factor que demandaba bienes mexicanos por parte de países devastados. Esto ocasionó que se aumentaran las tasas de empleo al tratar de satisfacer también la demanda local y ante la imposibilidad de importar bienes de los Estados Unidos, propició que México reorientara su producción hacia adentro. Así, el país vio llegar mayor tecnología y maquinarias gracias las ganancias generadas. A esta época (1952-1970) se le conoce como el “milagro mexicano” donde la inversión extranjera estuvo muy regulada, ya que se protegía demasiado al capital mexicano.

Lo antes expuesto conforma la primera fase del Modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (1940-1955). Como ya lo mencionaba consistió en una política económica orientada a promover la diversificación y desarrollo industrial en México. Como consecuencias negativas para México podemos citar las fluctuaciones de la moneda y el tipo de cambio, la inflación y un déficit en las finanzas públicas.

EL DESARROLLO ESTABILIZADOR (1955 – 1970)

El modelo del Desarrollo Estabilizador que se utilizó en el periodo de 1955 a 1970 aproximadamente, tenía por objeto tratar de reducir la inflación y hacerse de tecnología de punta para maximizar el desarrollo industrial. Esta etapa se caracterizó por el endeudamiento con el exterior para financiar el gasto público, así como detener los aumentos salariales. Los resultados no fueron del todo mal, ya que siguió el crecimiento sostenido y una inflación menor al 5%. Además poseía una estabilidad cambiaria con la misma política comercial anterior que era “la protección arancelaria, subsidios, exenciones de impuestos, control oficial de las organizaciones obreras, entre otras”.

Durante el periodo del desarrollo con estabilidad la actividad petrolera se convertiría en uno de los proyectos a futuro para el desarrollo industrial más importante para el país. Esto significó que las exportaciones otorgarían una gran fuente de recursos financieros a México. Igualmente con la autonomía del Estado, para años posteriores México sería otro; porque se desarrollarían más áreas estratégicas como la electricidad, el mismo petróleo, el acero, la química, la petroquímica, y los fertilizantes que proveerían de mayores riquezas. El objetivo era incrementar la productividad y lograr competir internacionalmente al disponer de mayor tecnología. Hubo un crecimiento económico del 6.5% anual hasta 1970.

Las exportaciones durante estos periodos se vieron beneficiadas por lo antes expuesto, en tanto que las importaciones disminuyeron en consecuencia. Estos resultados se debieron a las coyunturas favorables que coincidieron con el modelo nacionalista de

desarrollo de Cárdenas. Como resultado se dio origen al modelo de sustitución de importaciones que fomentó el desarrollo industrial iniciado por Ávila Camacho en 1940 y se continuó con el desarrollo estabilizador hasta 1970.

El crecimiento industrial de 1940 a 1970 mantuvo un ritmo de crecimiento sostenido, aunque fundamentado en un mercado sumiso que le proporcionaba la política proteccionista establecida por el gobierno. Esta situación trajo como consecuencia el desarrollo de empresas ineficaces, sin ventajas competitivas con el exterior, y que les impidió establecerse a través de la exportación hacia mercados extranjeros; condición que impidió la creación de una verdadera industrialización moderna e independiente que contribuyera el desarrollo social del México postrevolucionario.

EL DESARROLLO COMPARTIDO

Durante el gobierno del presidente Luis Echeverría (1970-1976) se hicieron fuertes críticas al Modelo del Desarrollo Estabilizador y se planteó el Modelo del Desarrollo Compartido. Si bien los objetivos de este modelo se basaron en lo que Cárdenas perseguía, el tratar de satisfacer las demandas minúsculas de los trabajadores siempre y cuando no afectaran los intereses financieros de las empresas establecidas.

Durante este sexenio la crisis se fue haciendo más notoria, debido a los déficits económicos que se venían arrastrando de administraciones pasadas. Los altos niveles de gasto público, la excesiva oferta monetaria, el endeudamiento externo y las balanzas de pagos negativas, crearon una de las peores crisis de la historia de México. El crecimiento económico fue de -6% en promedio anual.

Para este periodo creció en gran medida la inflación debido los elevados precios del petróleo que para entonces se importaba, las industrias se paralizaron al no recibir apoyos, el desempleo aumentó, se devaluó el peso, se hicieron aumentos salariales y se adquirieron empresas en quiebra, todo esto vía deuda externa. En el comercio internacional las importaciones superaron a las exportaciones sobre todo por el abasto de alimentos y originados por el mal desarrollo del sector agropecuario y la creciente población, había fuga de capitales y se exageró en la emisión monetaria.

MODELO DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO ACELERADO (1976-1982)

Con Echeverría, el Estado se había convertido en un auténtico seguro del fracaso de los negocios privados, ya que para evitar cierre de empresas las asumía el gobierno. Con el tiempo, acumuló un gran número de empresas quebradas e ineficientes, que contribuían al crecimiento del déficit público. Ante la resistencia y presión empresariales, encontró que la única salida era el endeudamiento público externo, ruta que después magnificó López Portillo. Sin embargo, nunca mejoró la distribución del ingreso; más bien empeoró. Finalmente, la inflación y la inestabilidad de la balanza de pagos provocaron la primera devaluación en 22 años, situación en la cual asumió la presidencia López Portillo.

Ya como presidente, su primera tarea era atender y controlar la crisis que se había desatado por la devaluación y los desequilibrios tanto de la balanza de pagos y el presupuesto público. Se llegó a un acuerdo con el FMI para instrumentar un programa de estabilización. Propuso dividir su sexenio en dos años de recuperación, dos de consolidación y dos de crecimiento más acelerado. Sin embargo, se encontró con

reservas crecientes de petróleo justo cuando escaseaba en el mundo. Por lo mismo, en vez de resolver los desequilibrios existentes, se apostó a un precio elevado permanente en el petróleo.

El aumento exagerado del precio del petróleo llevó a una acumulación descomunal de dólares por parte de los países árabes, que a su vez se depositaban en los bancos norteamericanos. Este exceso de liquidez los llevó a incrementar sus préstamos también en forma acelerada. Ante las promesas de abundancia en México, el gobierno cayó víctima de un sobreendeudamiento que en pocos lugares se había visto. López Portillo jugó con el bienestar mexicano un albur de que el precio del petróleo permanecería por encima de 40 dólares por muchos años.

EL MODELO NEOLIBERAL

A partir de los años ochenta la economía mexicana se ha caracterizado por presentar tasas de crecimiento económico menores y más volátiles que en las pasadas décadas. Se encontró óptimo reducir los impuestos durante el auge para reducir la cantidad de recursos disponibles de modo que el sector público no se pudiera exceder en el gasto, conduciendo a superávit menores durante los auges y a ajustes durante las recesiones.

El modelo neoliberal se estableció a partir de 1982 con Miguel de la Madrid hasta hoy en día, el cual pretendía la reducción del gasto público, bajar las tasas de inflación, lograr una estabilidad financiera y fortalecer el ahorro interno (no gastar lo que no se tiene hasta tener una fuente de recursos sana). Se propuso reemplazar al Estado y sustituirlo por uno fuerte y eficiente. De ahí en adelante, las empresas nacionales serían las encargadas de reactivar e impulsar la economía. De esta manera, sin mucha intervención del estado, se fue eliminando barreras al comercio exterior al disminuir el proteccionismo.

Entre 1985 y 1994 se llevó a cabo una buena desprotección de la industria, el cual afectó a las ramas que habían sido esenciales en la política anterior. Los mercados internacionales eran más flexibles y abiertos, la privatización del sector público continuaba ampliándose y se daba prioridad a las actividades generadoras de divisas. El grado de industrialización era inferior al de las décadas anteriores a 1980 y sólo experimentaron un apogeo, inclusive en los años de la crisis más aguda, las empresas que se reubicaron pronto hacia las exportaciones. Finalmente el cambio más significativo fue el auge exportador de las manufacturas y el crecimiento de las maquiladoras, el cual daba indicios de estar utilizando un modelo económico de Dualismo.

La reorientación económica consolidó la posición del Gobierno para una primordial apertura comercial incorporándose al GATT, hoy OMC, y la firma del tratado de integración económica con los Estados Unidos y Canadá (TLCAN) en 1994 y diversos acuerdos con Centroamérica y Sudamérica mejorando considerablemente las exportaciones e importaciones. Sin embargo, esto no resolvió ningún problema en México, ya que por no quitar en su totalidad el proteccionismo, se crearon fuertes monopolios, que no eran ni competitivos, ni productivos y mucho menos eficientes ante el comercio internacional, es decir, no se contaba con una oferta suficiente para exportar, además de tener a las industrias con tecnologías obsoletas, y la competitividad estaba basada en las modificaciones que se dieran en el mercado de divisas.

Un dato importante es que, a pesar de sus problemas, la industria mexicana, es y seguirá siendo uno de los sectores más dinámicos de la economía, la que paga los salarios más elevados y la que aporta la mayor parte de los recursos externos (sobretodo PEMEX). Aunque los servicios juegan ahora un rol cada vez más importante y los índices de industrialización ya no van en tanto en ascenso, es indudable que el rol del sector seguirá siendo concluyente para el crecimiento económico del país. Es por eso que el modelo neoliberal debe ser reformado ya que es fuertemente criticado porque presenta buenas perspectivas macroeconómicas, pero es fatal a niveles microeconómicos y a pesar de las aperturas comerciales y acuerdos de integración económicos, las importaciones han superado a las exportaciones desde 1980 hasta el 2005, es indudable que el modelo neoliberal necesita cambios urgentes y una nueva reorientación.

El presidente Vicente Fox, ha dado continuidad y al mismo tiempo reforzado a la iniciativa privada, como un motor para el impulso del desarrollo y crecimiento económico. En cuestión de Comercio Internacional se ha estado promoviendo las exportaciones cada vez más, con organismos dedicados al apoyo de PyMES (PYMEXPORTA, BANCOMEXT) para lograr mayor competitividad, productividad, y la eficiencia en la industria nacional. En conjunto con la continuidad de una política restrictiva y de control a la inflación.

En datos, el PIB de México se incrementó en los rangos del 6,5% anual durante los años de 1965 a 1980, pero sólo aumentó en un 0,5% anual de 1980 a 1988. En los años 1990-1997 este incremento tuvo el 2,19%. Los bajos precios del petróleo, así como el incremento de la inflación, la deuda externa creciente y el deterioro del déficit presupuestario agravaron los problemas económicos del país a mediados de los ochentas; no obstante, el cuadro económico mejoró ligeramente al inicio de los noventas. En 1997 el PIB se estimó en aprox. 402.964 millones de dólares, lo que suponía un ingreso per cápita 4.270 dólares y hasta hoy día (2006) el ingreso asciende a aprox. 8.500 dólares (según datos del Banco Mundial).

MOVIMIENTO MAGISTERIAL EN MÉXICO (1958)

El Movimiento magisterial de 1958 en México fueron una serie de huelgas y un movimiento social en la que participaron maestros, intelectuales, obreros y profesionistas y que fue reprimido por el gobierno mexicano. En el mes de abril de 1958 el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) salió de nuevo a las calles; pues ya en 1956 el Frente Sindical Magisterial encabezado por Othón Salazar había organizado la lucha de la sección novena del SNTE con el fin de pedir mejoras salariales. Contagiados por la lucha de otros sindicatos, como el de los telegrafistas, el de los ferrocarrileros y el de los médicos. Es así que en pleno periodo electoral, los maestros de primaria emplazaron a la Secretaría de Educación Pública el 14% de aumento salarial o en su defecto, irse a la huelga. Hace ya 20 años que los maestros se habían entregado al ideario cardenista, sin embargo, nunca llegó la continuación del cardenismo, pues el sistema de educación pública se deterioró bastante y el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines congeló su salario, pidiendo compresión y paciencia a un magisterio que engrosaba los índices de pauperización y pobreza nacional.El 12 de abril de 1958 se desbordó ese descontento, pues los maestros de primaria invadieron el Zócalo. La respuesta de las autoridades no se hizo esperar, habiendo varios muertos y decenas de heridos. Lejos de resolver el movimiento, la política de intolerancia gubernista le dio un nuevo sesgo.El 19 de abril el MRM organizó una marcha del monumento a la revolución hasta la Plaza de la Constitución, exigiendo, además de su aumento salarial, castigo a las autoridades culpables. Ese mismo día, los maestros de la sección novena suspendieron labores y los dirigentes del MRM desconocieron a los líderes sindicales y entregaron el pliego petitorio a la SEP que intentó evadir el conflicto y cerrar las puertas. La respuesta de la SEP, fue simple, una provocación, ya que decían que la solución magisterial tendría que hacerse por conducto del sindicato, pues no se podían resolver los problemas con movimientos ilegales.A pesar de la evasión de las autoridades, el movimiento magisterial no se desalentó. El 30 de abril, el MRM decidió tomar los patios de las oficinas de la SEP, hasta no ver una solución al conflicto. La ocupación de la SEP por los othonistas fue durante casi un mes, más de 1,500 maestros realizaron dos mítines diarios en los patios del edificio de las calles.

MOVIMIENTO FERROCARRILERO (1958- 1959)

El movimiento ferrocarrilero, primero por mejoras salariales, e inmediatamente después por democracia sindical, se inició el 2 de mayo de 1958 con la formación de la Gran Comisión Pro Aumento de Salarios, y se consolidó con la proclamación del Plan del Sureste el 12 de junio y el estallido de paros a partir del 26 de ese mes. El 28 de junio su primera gran manifestación en el Distrito Federal (DF) es reprimida al terminar por la policía y los bomberos.El ejército ocupó el mismo día todos los locales sindicales.Ante la persistencia y ampliación de la lucha, las autoridades laborales tuvieron que aceptar que hubiera elecciones sindicales, mismas que gana por abrumadora mayoría Demetrio Vallejo (militante del POCM), quien toma posesión como secretario general el 27 de agosto de 1958.

El 25 de febrero de 1959 estalla la huelga en los Ferrocarriles Nacionales por la revisión contractual y se logra un acuerdo de aumento salarial. El 25 marzo estalla la huelga en el Ferrocarril del Pacífico y en el Ferrocarril Mexicano demandando un aumento similar, que es declarada inexistente, y un paro de solidaridad de media hora en los Ferrocarriles Nacionales. Al día siguiente el sindicato propone al gobierno levantar los paros a cambio del cese a las violaciones al contrato colectivo, pero el 27 comenzaron los despidos y, cuando aún continuaban las pláticas con el gobierno, se procedió a la detención de Vallejo y los demás líderes sindicales.

El ejército ocupó todos los locales sindicales e instalaciones ferrocarrileras, aprehendió a casi 10 mil trabajadores y luego fueron despedidos casi 9 mil. El 3 de abril se reprimió en el DF una manifestación popular en apoyo a los ferrocarrileros y se detuvo a más de 300 personas.

El paro siguió desorganizadamente hasta el 12 de abril, pero el día 15 el gobierno logró instalar una directiva sindical “charra”. La represión prosiguió con el asesinato en Monterrey del ferrocarrilero comunista Román Guerra Montemayor y la detención, el 17 de mayo de 1960, del líder del POCM Valentín Campa. Se mantuvo varios años en prisión a 800 ferrocarrileros, 150 de ellos acusados de comunistas, incluido Demetrio Vallejo.

MOVIMIENTOS DE LOS MEDICOS (1964)

El movimiento médico comenzó en noviembre de 1964, cuando los residentes e internos del hospital 20 de noviembre del ISSSTE reclamaron el pago de aguinaldos atrasados y 206 de ellos fueron despedidos. En respuesta a los despidos se formó la Asociación Mexicana de Médicos Residentes e Internos (AMMRI) que comenzó a organizar paros que para el día 26 de ese mes ya abarcaban a 40 hospitales del ISSSTE, Seguro Social y Ferrocarriles. El 10 de diciembre el presidente Gustavo Díaz Ordaz, recién entrado en funciones, prometió estudiar sus peticiones de aumento de sueldos y participación en la elaboración de planes de estudios, con lo que el 15 se levantó el paro.

El 20 de marzo la AMMAC llamó a separarse de los sindicatos controlados por la FSTSE y el 25 propuso la creación de un sindicato de trabajadores de la salud. El 19 de abril estalló otro paro que se mantuvo hasta el 3 de junio y se celebró otra reunión con Díaz Ordaz, que sólo resolvió un aumento mínimo de sueldos pero ninguna otra demanda. Ante ello, los médicos realizaron una manifestación el 20 de abril que fue atacada por grupos de choque de la FSTSE. El 14 de agosto se inicia un paro de residentes y el 23 uno de médicos titulados.

El 26 de agosto hay otra gran manifestación, pero esa noche la policía tomó los hospitales 20 de Noviembre, Rubén Leñero y Colonia, sustituyendo a los paristas con médicos militares. Al día siguiente las enfermeras del 20 de Noviembre fueron secuestradas por los grupos de choque de la FSTSE. Cientos de médicos, los más activos en el movimiento, fueron despedidos y sus líderes encarcelados.

MOVIMIENTO ESTUDIANTIL (1968)

Ambiente en México. La revolución mexicana había consolidado logros como una buena cantidad de reparto agrario y la amplia cobertura del seguro social y la educación pública. Mientras tanto, el gobierno mantenía una imagen justificada de solidario con revolucionarios de otros países, tolerante pero apartado del clero, y de origen --al menos en su ejército y burocracia-- popular. El aparato oficial de dominación era apabullante: las organizaciones sindicales y campesinas, los medios de comunicación, las elecciones y en parte también, los sectores académicos e intelectuales, estaban controlados casi en su totalidad por el gobierno. El partido oficial tenía la capacidad de ganar cada elección en todo el país, casi todas legítimamente y en forma fraudulenta las restantes. De igual manera, a los líderes disidentes se les atraía al sistema o se les coaccionaba, pero en caso necesario se usaba la fuerza hasta donde fuera necesario. El poder legislativo y el judicial recibían instrucciones del presidente sin atreverse a discrepar en lo mínimo. La oposición era en todos los casos muy débiles, había partidos simulados y el Partido Comunista era clandestino. Un control férreo, pero con un discurso de democracia y modernidad.

Toda esa ambigüedad y simulación dificultaban que la inconformidad existente se precisara con claridad. La crítica era mantenida a raya, y quien se atrevía a evadir el control y decir una opinión que no halagara al gobierno, era tratado simplemente como enemigo de este. Para el ciudadano común, no era fácil distinguir si cada situación injusta era determinada estructuralmente, o estaba en espera de su turno para solucionarse, como afirmaba (y afirma) el discurso gubernamental. La ubicuidad agobiante de los instrumentos del poder en cada aspecto de la vida lograba el objetivo de mantener el control de la población, pero no evitaba la presencia de una semilla de sentimiento antiautoritario latente en las mentes de la gente. Para que esa dura semilla germinara, ayudó la personalidad excepcionalmente repulsiva del presidente Días Ordaz, que aumentaba la percepción de lejanía del gobierno que sentía el pueblo.

Los estudiantes resultaron ser el segmento de la población en que reventó la presión provocada por la estructura de control del gobierno. El contacto que tienen con las grandes obras del pensamiento, su carencia de dependientes económicos y la brevedad de la trayectoria que apenas han dado a su vida, son algunas de las circunstancias que hacen más rebeldes a los jóvenes dedicados al estudio.

El movimiento. Hay crónicas y cronologías suficientes de los sucesos que se conmemoran. Estos son los hechos resumidos: juego de futbol entre dos escuelas preparatorias que termina en pleito, intervención violenta del cuerpo de granaderos, protesta de estudiantes solidarios, que exacerba el ánimo de la marcha conmemorativa del asalto al cuartel Moncada en Cuba. Escalada de represión y protestas, que escapa al control de las autoridades, que además estaban divididas por la ambición de la sucesión presidencial. El liderazgo estudiantil se formaliza en el Consejo Nacional de Huelga (CNH). Cierre de las universidades, tomas y liberaciones de estas por el ejército, el rector de la UNAM encabeza una de las mayores manifestaciones. Desdén por "la mano tendida" del presidente y envío de negociadores del gobierno hasta el mismo 2 de octubre. Se aproxima la inauguración de la olimpiada, que atraerá la atención y los medios de comunicación mundiales, y en el gobierno crece la desesperación. Alguien planea la aprehensión de los líderes en una manifestación que precedería a una marcha. Francotiradores, batallón Olimpia y el ejército actúan simultáneamente, en una acción tan torpe que termina con el ejército disparando a estudiantes inermes. Después, la represión, simple y llana. El lema de la olimpiada: "Todo es posible en la paz".

Los propósitos del movimiento no se entenderían con solo revisar el pliego petitorio del CNH -supresión del cuerpo de granaderos, destituir a los jefes policiacos, derogar el delito de sedición, salida del ejército de las universidades, libertad a presos políticos--. Se perseguían anhelos que no se expresan explícitamente, pero se perciben en la espontaneidad del apoyo al movimiento, en el éxito de marchas multitudinarias, tomas del zócalo, en las guardias, asambleas, pintas y mítines. Ese propósito tiene que ver con la sensación primitiva de desafío al prepotente, la percepción de alterar el destino, y el triunfo interno de cumplir con el dictado de la conciencia. Sin duda pudieron haber líderes con propósitos mezquinos, pero no alteraron la esencia libertaria del "68" mexicano.

CONSECUENCIAS: El lento viraje de la historia

El presidente asumió la responsabilidad de las acciones gubernamentales en 1968. No hacía falta hacerlo, en un régimen de las características del que presidió. En cuanta oportunidad tuvo, expresó su orgullo por haber salvado al país de siniestros conspiradores internacionales y nacionales, ajenos a la historia y anhelos nacionales. A quien tuvo la posibilidad de culpar lo hizo su sucesor, pues tal poder tenía. No cambiaría el país en los dos años restantes de ese sexenio.

El secretario de Gobernación de Días Ordaz, Luis Echeverría, fue el siguiente presidente. Pronto tuvo la oportunidad de mostrar su vocación represiva. Aunque nadie esperaría que tolerara las guerrillas y la subversión que nacieron entonces, en gran parte nutridas por el "68" y la represión consecuente, su gobierno fue más notorio en el trabajo para remediar los conflictos que en su prevención. Se ampliaron, sin embargo, los espacios educativos

superiores y se hizo una difusa "apertura democrática". Tan lamentable era la situación de la política nacional que el siguiente presidente se eligió sin ningún contrincante registrado.

A partir de los 70's tuvimos reformas políticas para incluir a partidos marginados, lento crecimiento de la oposición, que llega a tener triunfos que cuando eran importantes no se reconocían. Un candidato presidencial contrario al oficial fue despojado del triunfo, y el presidente usurpador se ve obligado a ofrecer un cambio democrático, lo cual cumple forzadamente y en lo mínimo posible. A tirones se le obliga a profundizar las reformas, llegan los primeros gobernadores de oposición, y aunque el siguiente candidato presidencial oficial gana con amplio margen y en forma más aceptable que los anteriores, llega de nuevo ofreciendo otra reforma electoral y política. A partir de ella empieza a ser frecuente el triunfo de partidos opositores. Nadie en México está satisfecho con el país como es ahora, pero es muy distinto al de 1968.

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