mariam budia - biblioteca virtual miguel de cervantes
TRANSCRIPT
AL SOSLAYO
Mariam Budia
PERSONAJES: RETENIDA 1.ª RETENIDA 2.ª
HOMBRE ELEGANTE PASEANTES: hombres, sombras, sonidos...
Primer Acto
(Parece una celda, una celda-parque. Parece un parque solitario de noche,
sólo parece. Luz de estrellas y luciérnagas. Césped. Verde. Moho. Musgo.
Hay una fuente-lavabo en el centro de la escena; una ventana, una puerta,
un camastro, un baúl, un banco... Dos mujeres forcejean.)
RETENIDA 1.ª.- Bebe.
RETENIDA 2.ª.- No quiero.
RETENIDA 1.ª.- He dicho que bebas.
RETENIDA 2.ª.- No tengo sed.
RETENIDA 1.ª.- ¡Bebe!
RETENIDA 2.ª.- Por favor, déjeme.
RETENIDA 1.ª.- Debes mantenerte con vida.
RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué me hace esto?
RETENIDA 1.ª.- Porque tengo frío.
RETENIDA 2.ª.- ¡Suélteme!
RETENIDA 1.ª.- ¡Obedece!
RETENIDA 2.ª.- ¡Me hace daño!
RETENIDA 1.ª.- Lo siento.
(Las mujeres se dirigen hacia el banco.)
RETENIDA 2.ª.- Hace calor.
RETENIDA 1.ª.- Tonterías.
RETENIDA 2.ª.- Hace calor. Tengo calor.
RETENIDA 1.ª.- Hace frío.
RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué se quita la chaqueta?
RETENIDA 1.ª.- Póntela.
RETENIDA 2.ª.- Tengo calor, además...
Al soslayo
2
RETENIDA 1.ª.- Las madres debemos cuidar de nuestras hijas.
RETENIDA 2.ª.- Gracias, pero no la necesito.
RETENIDA 1.ª.- Toda la vida sacrificándome por ti... por tu futuro... ¡y no quieres
obedecerme! ¿Dónde está el respeto que me debes? (Gimoteando.) Eres
una ingrata. Me voy. (No se mueve.)
RETENIDA 2.ª.- ¿Cuántos pasos?
RETENIDA 1.ª.- Cinco... quince... quizás veinte.
RETENIDA 2.ª.- (Extendiendo el brazo.) Su chaqueta.
(RETENIDA 2.ª se pone la chaqueta que le ofrece RETENIDA 1.ª. Se escu-
cha el rumor de unas voces masculinas.)
RETENIDA 1.ª.- Si atravieso el sendero...
RETENIDA 2.ª.- Se caerá.
RETENIDA 1.ª.- Tomarás mi mano...
RETENIDA 2.ª.- Cogeré su mano..., la besaré..., y después me reiré.
RETENIDA 1.ª.- No puedes hacerlo, no sabes.
RETENIDA 2.ª.- (Riendo.) ¿Ve? Es como rasgar una telaraña.
RETENIDA 1.ª.- Cállate. No te he enseñado a reír. ¡Cállate!
(Acaba el juego. Vuelve la realidad. Tristeza.)
¿Por qué estás aquí? Nunca me lo has dicho.
RETENIDA 2.ª.- ¿Hace falta un motivo?
RETENIDA 1.ª.- Me ayudaría a comprender.
RETENIDA 2.ª.- No te lo aconsejo. La gente se trastorna por intentar comprender.
RETENIDA 1.ª.- (En tono cínico.) Sobre todo cuando nadie responde.
(Pausa.)
Mariam Budia
3
RETENIDA 2.ª.- (Dubitativa.) Pasaba por la calle... (Pausa.) Supongo que me tocó
a mí. Tal vez no les gustó mi cara, el color de mi pelo o mi falda. (Pausa.)
Nunca dicen nada. ¿Y tú?
RETENIDA 1.ª.- A los paseantes no les gusta nadie. Todos somos objetivos.
RETENIDA 2.ª.- (Susurrando.) Te oirán.
RETENIDA 1.ª.- (En tono irónico.) Será la primera vez...
RETENIDA 2.ª.- Mejor que no escuchen que hablamos de ellos.
(Ambas miran a la pequeña ventana cubierta de orín. Se vislumbra el rostro
de un hombre, un paseante. Las mujeres susurran.)
RETENIDA 1.ª.- Están vacíos.
RETENIDA 2.ª.- Sí... sus ojos están vacíos.
RETENIDA 1.ª.- No sólo sus ojos, también sus mentes, sus corazones...
RETENIDA 2.ª.- Taxidermistas...
RETENIDA 1.ª.- No pueden moverse. Observan y observan sin decir nada... Unas
horas más tarde, aquí te encuentras. (Pausa.) Apestan a sudor.
(Un paseante golpea los barrotes de la ventana con una navaja.)
RETENIDA 2.ª.- ¿Qué hora es?
RETENIDA 1.ª.- Las once de la mañana.
RETENIDA 2.ª.- Pero... ya ha oscurecido.
RETENIDA 1.ª.- Por eso.
RETENIDA 2.ª.- ¿Por eso?
RETENIDA 1.ª.- Sí.
RETENIDA 2.ª.- Estás loca.
(Se levantan y retoman el juego de la fuente-lavabo.)
RETENIDA 1.ª.- Bebe, bebe, bebe, bebe...
Al soslayo
4
RETENIDA 2.ª.- Sabe a hierro. (Se quita la chaqueta.)
RETENIDA 1.ª.- No puede saber a otra cosa.
RETENIDA 2.ª.- Cloro.
RETENIDA 1.ª.- Tonta, el cloro no existe.
RETENIDA 2.ª.- (En tono de burla.) «El cloro no existe.»
RETENIDA 1.ª.- El cloro es un invento de los americanos.
(Pausa. El juego termina.)
¿Qué te hacían?
RETENIDA 2.ª.- Nada. (Pausa.) Me tocaban...
RETENIDA 1.ª.- ¿Los pechos?
RETENIDA 2.ª.- El pubis.
RETENIDA 1.ª.- ¿Y tú?
RETENIDA 2.ª.- ¿Yo?
RETENIDA 1.ª.- Sí, qué hacías... ¿decías?
RETENIDA 2.ª.- Ponía los ojos en blanco.
RETENIDA 1.ª.- Mentira.
RETENIDA 2.ª.- Es verdad, te lo juro. (Resignadamente.) La dura costumbre...
RETENIDA 1.ª.- Tampoco te lo he enseñado.
RETENIDA 2.ª.- Me lo enseñó él.
RETENIDA 1.ª.- Cállate. (Molesta.) ¿Quién?
RETENIDA 2.ª.- Lo sabes perfectamente.
RETENIDA 1.ª.- ¡Qué asco!
RETENIDA 2.ª.- ¿Cinco, quince, quizás veinte?
RETENIDA 1.ª.- Adiós. (No se mueve.)
(Pausa.)
RETENIDA 2.ª.- ¿Tu marido no te hacía poner los ojos en blanco?
Mariam Budia
5
RETENIDA 1.ª.- ¿Él? Sólo hablaba, hablaba y hablaba... (Rememorando un tiem-
po pasado.) Recuerdo que levantaba mis ojos hacia la oscuridad adormecida
de la noche, hacia las entrañas del abismo nacarado y... (Súbitamente enfa-
dada.) Él continuaba hablando y hablando sin cesar, diciendo: «Cinco puntos,
cinco puntos más y nos arruinaremos. ¡Dichosos japoneses! ¡Con esos ojos
rasgados nunca sabes si te miran bien... mal... si compran... si venden...!»
(Pausa.) Así día tras día. Era insoportable. (Se dirige hacia el camastro.) Su
tacto era pegajoso, viscoso. Me hacía daño. (Tumbándose.) Al principio tenía
fuerzas para fingir, pero después, cada vez que lo hacía mi cara se llenaba
de humedad. ¡Pobre necio! Quedaba tan agotado que casi se dormía dentro
de mí. Yo me iba al cuarto de baño, me duchaba, metía el cepillo de dientes
lo más profundo que podía en mi garganta y vomitaba. (Pausa.) Después mo-
ría lentamente, (melodramática) y la luna lloraba peces de amianto. (Pausa.)
Él roncaba.
(Pausa larga.)
RETENIDA 2.ª.- (Acercándose al camastro.) Siento deseo.
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué?
RETENIDA 2.ª.- Sexo.
RETENIDA 1.ª.- Estúpida.
RETENIDA 2.ª.- Él es muy atractivo.
RETENIDA 1.ª.- Yo deseo, tú deseas, ella desea, nosotras deseamos, vosotras
deseáis, ellas desean. Presente de indicativo del verbo matar.
RETENIDA 2.ª.- Me gustaría desearte.
RETENIDA 1.ª.- No puedes desearme.
RETENIDA 2.ª.- No puedo, pero quiero.
RETENIDA 1.ª.- Para qué.
RETENIDA 2.ª.- (Sin dejar de sonreír.) Para revocar todo tu poder, para devolverte
el daño que me estás haciendo. (Pausa.) Para verte prisionera de ti misma,
de tu curiosidad. (Pausa.) Me gustaría verte llorar de terror. Ver tu cara trans-
Al soslayo
6
formada en un amasijo de alambres retorcidos. Ver tu temblor, tu repulsión...
No sabes cuán feliz sería viéndote deseada. (Pausa.) Tendré que aprender.
(Pausa.) ¿Me enseñarás?
RETENIDA 1.ª.- No te enseñaré.
RETENIDA 2.ª.- Entonces, lo hará él.
RETENIDA 1.ª.- ¿Te desea?
RETENIDA 2.ª.- Sí. Jadea.
RETENIDA 1.ª.- ¡Calla!
(Ambas escuchan. Ruidos. HOMBRE ELEGANTE abre la puerta. Entra, las
mira y se acerca. No dice nada. Permanecen mirándose los tres. Ninguno
pestañea. HOMBRE ELEGANTE abre la chaqueta de su impoluto traje de-
jando visible una Beretta 9 mm. Continúan las miradas. HOMBRE
ELEGANTE se acerca a la puerta, escupe y sale.)
RETENIDA 2.ª.- Se ha equivocado.
RETENIDA 1.ª.- Aún no es la hora del desayuno.
RETENIDA 2.ª.- Querrás decir de la cena.
RETENIDA 1.ª.- Cinco... quince... quizás veinte. (Pausa.) No me atrevo.
RETENIDA 2.ª.- Eres cobarde. Crees que no porque yo lo soy más que tú.
RETENIDA 1.ª.- (Ofendida.) Igual que él, eres igual que él. (Pausa.) No, eres peor.
Tú siempre estás ahí, pase lo que pase, permaneces erguida, a mi lado, de-
jándome hacer...
(Pausa larga.)
RETENIDA 2.ª.- No, no me parezco a ti. Yo quiero vivir.
RETENIDA 1.ª.- Nuestra vida no depende de nosotras.
RETENIDA 2.ª.- Soy hermosa y joven, tú estás arrugada. ¡Mírate! Hueles a con-
formismo, a saliva de borracho.
RETENIDA 1.ª.- Conoces a muchos, ¿verdad?
Mariam Budia
7
RETENIDA 2.ª.- Te conozco a ti.
RETENIDA 1.ª.- ¿Tú crees?
RETENIDA 2.ª.- No.
RETENIDA 1.ª.- No podemos vivir.
(Se sientan en el banco, de manera automática, como repitiendo un ritual. No
se miran. No se tocan. Permanecen inertes en sus posiciones hasta que co-
mienzan a hablar.)
RETENIDA 2.ª.- Me aburro.
RETENIDA 1.ª.- Hace frío.
RETENIDA 2.ª.- Estoy sudando.
RETENIDA 1.ª.- Límpiate la nariz, tienes mocos.
RETENIDA 2.ª.- Arréglate el pelo.
RETENIDA 1.ª.- Esa falda es demasiado corta.
RETENIDA 2.ª.- La medida justa.
RETENIDA 1.ª.- ¿Para qué?
RETENIDA 2.ª.- No seas necia. (Pausa.) Se ha levantado viento.
RETENIDA 1.ª.- Para qué.
RETENIDA 2.ª.- Para que me la metan...
RETENIDA 1.ª.- Tienes razón. No te pareces a mí.
RETENIDA 2.ª.- Sí me parezco.
RETENIDA 1.ª.- No.
RETENIDA 2.ª.- La agonía.
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué dices?
RETENIDA 2.ª.- Estamos muertas.
RETENIDA 1.ª.- Yo respiro.
RETENIDA 2.ª.- Te ahogas.
RETENIDA 1.ª.- Un pequeño aliento.
RETENIDA 2.ª.- Mal olor.
RETENIDA 1.ª.- No pareces mi hija.
Al soslayo
8
RETENIDA 2.ª.- Tú no eres mi madre.
(Pausa. Retoman el juego.)
RETENIDA 1.ª.- ¿Desde cuándo lo sabes?
RETENIDA 2.ª.- Lo supongo. (Juega sin muchas ganas.) Debieron cambiarme en
el hospital. Mire mis ojos, mi pelo... No puedo ser su hija.
RETENIDA 1.ª.- Bien, bien, sigue jugando...
RETENIDA 2.ª.- No me apetece.
RETENIDA 1.ª.- Por favor...
(RETENIDA 2.ª no contesta, pero asiente con su silencio.)
El parto fue tranquilo. Sufrir, sudar, empujar... ¡Ay! Tu carita... (Pausa.) ¡Eras
horrible! Morada, hinchada, arañada, monstruosa... No querías venir a este
mundo, te aferrabas a mi útero intentando permanecer allí el mayor tiempo
posible.
RETENIDA 2.ª.- Necesito su ayuda.
RETENIDA 1.ª.- Hace frío.
RETENIDA 2.ª.- La necesito.
RETENIDA 1.ª.- Nos necesitamos.
(Las mujeres han permanecido inmóviles en el banco. Ahora comienzan a
caminar muy deprisa a través de la escena.)
RETENIDA 2.ª.- (Pensativa.) ¿Por qué aún no la he abandonado? Estúpida, estú-
pida, estúpida...
RETENIDA 1.ª.- ¿Quién te ha enseñado a hablar así? Cada vez que abres la boca
sale una porquería de ella.
RETENIDA 2.ª.- Madre, es usted quien no sabe hablar.
Mariam Budia
9
RETENIDA 1.ª.- Cuando yo era joven gané varios concursos de poesía, y eso no
sabe hacerlo cualquiera.
RETENIDA 2.ª.- ¿Ganar concursos o escribir poesía?
RETENIDA 1.ª.- Las dos cosas.
RETENIDA 2.ª.- Está bien. Imagine una margarita. ¿Recuerda? Una margarita.
Tiene que definirla de la manera más poética posible.
RETENIDA 1.ª.- ¿Y el premio?
RETENIDA 2.ª.- (Poniendo voz de hombre y adoptando maneras masculinas.) «En
las presentes circunstancias no habrá premio, sólo un accésit.»
RETENIDA 1.ª.- Pero... ¡yo quiero un premio!
RETENIDA 2.ª.- (Voz masculina.) «Añadimos un premio al accésit y todos conten-
tos». (Hablando normalmente.) La ganadora recibirá un bofetón como galar-
dón. Como es la caricia más suave que recibimos aquí, estamos acostum-
bradas. Entregará el premio la derrotada.
RETENIDA 1.ª.- De acuerdo. ¡Tambor! (RETENIDA 2.ª imita el redoble del tam-
bor.) ¡Oh, tú! Planta herbácea. Hermosa composición de flores terminales.
Centro amarillo, blanca corola. «Dime, dime Margarita, ¿adónde vas, tú, tan
bonita? A la era verdadera. Pim, pom, fuera.»
RETENIDA 2.ª.- (Aplaudiendo.) No ha estado nada mal. No conocía esa faceta
suya, querida madre.
RETENIDA 1.ª.- Ya te he dicho que... bueno... tampoco quiero pecar de inmodes-
ta. Hubo gente interesante también, pero insignificante comparada conmigo.
(Pausa.) ¡Hala! Ahora te toca a ti. No sé si podrás superarme.
RETENIDA 2.ª.- (Poniéndose muy cursi.) La tristeza desapareció el día que la vi.
Fue como si de pronto el horizonte se tornara violeta tras despertar de una
larga agonía. Ahí estaba ella, temprana, abierta, respirando claridad. Una au-
reola de cálidos colores rodeaba su elegante y tersa figura. (Ahora más seria,
hablando de sí misma.) La posé suavemente en el camino y pude observar
una lágrima. Me di cuenta entonces, no debí cogerla. Su belleza efímera se
transformó, aniquilada por las temblorosas e incautas manos que deseaban
amarla, destruida por el ardor de un beso, en la nada. (Pausa.) No puedo jus-
Al soslayo
10
tificar mi derrota. No puedo. (Pausa.) Nunca volveré a respirar su fragancia,
su candor. (Volviendo a la cursilería.) Mis manos aplastaron su pudor mien-
tras las yemas de mis dedos estrujaban su inocencia. (Pausa.) En este cami-
no a cada paso me acuerdo de ella, y siento fluir mi sangre a través de los
brazos y las piernas, perdiéndose en dos zancadas, asomándose a las uñas
de mis desdichados pies.
RETENIDA 1.ª.- Eso es el mayor sinsentido que he oído en mi vida. He ganado.
RETENIDA 2.ª.- Debo reconocer que usted lo ha hecho mejor. (Aplaude e imita el
sonido de una multitud.) «Bravo, bravo, ha estado usted sublime.» (Carras-
pea antes de hablar. Voz masculina.) «Le daré su recompensa.» (RETENIDA
2.ª pega a RETENIDA 1.ª un suave cachete en la mejilla.)
RETENIDA 1.ª.- Este premio no sirve. Pégame más fuerte.
RETENIDA 2.ª.- No.
RETENIDA 1.ª.- Por favor, te lo ruego, pégame más fuerte.
RETENIDA 2.ª.- No, madre. (Voz de hombre.) «El jurado ha decidido, de manera
unánime, modificar el premio. Como portavoz del mismo, declaro públicamen-
te que: (imitando a un pregonero) el nuevo premio para la ganadora, en este
caso usted, mi amante señora, será de una suave y tierna caricia.»
RETENIDA 1.ª.- Me retiro del concurso.
RETENIDA 2.ª.- No puede hacerlo, ya es demasiado tarde. ¿Qué dirían sus admi-
radores si supieran que renuncia a tan alto galardón? Se morirían de risa,
¿recuerda? (Vocaliza exageradamente.) Risa. (Susurrando.) ¿Ha olvidado
que ellos saben reír?
RETENIDA 1.ª.- Está bien, pero sólo una.
(RETENIDA 2.ª acaricia a RETENIDA 1.ª. Ofendida, RETENIDA 1ª se dirige
hacia el baúl, saca una baraja española y se sienta en el banco.)
Ven aquí.
RETENIDA 2.ª.- Tranquilícese, madre.
RETENIDA 1.ª.- ¡He dicho que vengas!
Mariam Budia
11
RETENIDA 2.ª.- ¿Qué hace con eso?
RETENIDA 1.ª.- Para qué preguntas si ya lo sabes. Vamos a jugar a mi juego pre-
ferido.
RETENIDA 2.ª.- Ese juego no me gusta. Sabe que lo detesto.
RETENIDA 1.ª.- ¿Sí?
RETENIDA 2.ª.- Sí.
RETENIDA 1.ª.- ¡Vaya con la niña!
RETENIDA 2.ª.- ¡Vaya con la madre!
RETENIDA 1.ª.- Siéntate aquí. Cariñito. Bonita mía. (Pausa.) No lo voy a repetir.
¡Siéntate!
(RETENIDA 2.ª se sienta junto a RETENIDA 1.ª. Ambas escupen en sus ma-
nos y las juntan a modo de pulso. RETENIDA 2.ª pierde.)
Te toca repartir.
RETENIDA 2.ª.- (Repartiendo cartas.) Es la última vez que juego a esto. Sabe que
voy a perder. Siempre pierdo. Tiene ventaja.
RETENIDA 1.ª.- Lo sé y por eso me gusta.
RETENIDA 2.ª.- Habla.
RETENIDA 1.ª.- Paso.
RETENIDA 2.ª.- Paso.
RETENIDA 1.ª.- Paso.
RETENIDA 2.ª.- Paso.
RETENIDA 1.ª.- Sí.
RETENIDA 2.ª.- Sí.
RETENIDA 1.ª.- Quince, muñeca.
RETENIDA 2.ª.- Eso es un farol.
RETENIDA 1.ª.- Nena, voy de mano.
RETENIDA 2.ª.- ¡Yo voy de mano!
RETENIDA 1.ª.- Siempre voy de mano.
Al soslayo
12
RETENIDA 2.ª.- La conozco perfectamente. Ha comenzado a temblar su ceja iz-
quierda.
RETENIDA 1.ª.- Calla y juega.
RETENIDA 2.ª.- De acuerdo. (Muestran las cartas.)
RETENIDA 1.ª.- Perdiste.
RETENIDA 2.ª.- (Fingiendo sorpresa.) ¡No puede ser! Su ceja...
RETENIDA 1.ª.- Nenita, sé cómo engañarte con o sin ceja.
RETENIDA 2.ª.- Bueno, bueno.
RETENIDA 1.ª.- Te mandaré algo sencillito. (Con nerviosismo, afectada.) Cosas
que sabes hacer. No te las he enseñado yo, pero como he podido comprobar
que tienes grandes amigos que te instruyen correctamente, imaginaré que
soy tu amigo. «¿Almejita mía, vidita, amorcito, foquita? Tu amiguito está tris-
te. Tu amiguito ya no se divierte contigo. La última vez que me hiciste gozar
fue... ¿Cuándo? No lo recuerdo. »
RETENIDA 2.ª.- (Intentando detener el juego.) Por favor, no quiero seguir jugando.
¿No crees que tenemos suficiente con lo que pasamos aquí? ¿Por qué nos
hemos vuelto como ellos? Por favor, no es agradable... déjalo... por favor...
RETENIDA 1.ª.- «La última vez fue... Da lo mismo, no tiene importancia. ¡Te mere-
ces un castigo! (En tono seductor.) Si haces lo que voy a pedirte, tu amiguito
volverá a ser feliz, y tú, la agradable pelandusca que siempre quisiste ser.»
RETENIDA 2.ª.- (A punto de llorar.) Es suficiente.
RETENIDA 1.ª.- «Capullito, no es necesario que llores. Ponte a gatas.»
RETENIDA 2.ª.- (De rodillas.) Por favor.
RETENIDA 1.ª.- «¡A gatas! ¿No me oyes? ¡He dicho que a gatas!» (Pausa larga.)
¡Levántate! Ahora quieres hacerte la víctima, ¿no? (Se dirige hacia la puerta
y la golpea con violencia.) ¡Dejadme salir! ¡Quiero salir! (Llora.) ¡Quiero salir!
(RETENIDA 2.ª se ha levantado. Queda vertical en el extremo derecho del
escenario. RETENIDA 1.ª la observa, evidentemente arrepentida. Se dirige al
extremo opuesto. No se miran. Hablan alternativamente, bien audible, pero
no se escuchan.)
Mariam Budia
13
RETENIDA 2.ª.- Nunca olvidaré aquella noche de tormenta...
RETENIDA 1.ª.- Jamás quise hacerle daño, pero mi hija se alejaba de mí...
RETENIDA 2.ª.- De tormenta, de fuego que penetra en la sangre y te hace enmu-
decer de dulce hielo...
RETENIDA 1.ª.- Su sonrisa era tan frágil que cautivaba todas las miradas. No era
justo, ninguna para mí. Sólo desprecio y humillación...
RETENIDA 2.ª.- Noche de mentira, de miedo, de falsas promesas, de anulación.
La mano que parecía sincera, se deslizaba sobre mi cuello como una sangui-
juela, lentamente...
RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué poseía toda esa felicidad, todo ese amor, mientras yo
me pudría en mi rincón consumida por el tedio y el desasosiego?
RETENIDA 2.ª.- Sólo recuerdo la oscuridad, sus ojos cerrados, su presión... Decía
que había llegado a amarme, que me deseaba, que me dejaría libre, que me
ayudaría a escapar... pero sólo me asesinaba. Quería tomar, con mi sumisión
y anhelo, lo que ya había tomado cientos de veces por la fuerza.
RETENIDA 1.ª.- Conocí a un hombre atractivo e interesante. Entonces vi la solu-
ción. Conseguiría que mi hija aborreciese lo que más deseaba, que se trans-
formara en un ser como yo.
RETENIDA 2.ª.- Una bombilla. Una cama sucia y vieja. Cuerdas, golpes, insultos...
RETENIDA 1.ª.- Conquistaría a mi hija, le prometería el infinito y la dicha... Des-
pués pisotearía sus anhelos. (Pausa.) Ella seguiría conmigo, nunca me deja-
ría. Sumisa.
RETENIDA 2.ª.- Las cuerdas en las manos, las manos en los hierros, los hierros
en mi vida... Dolor, frialdad, aislamiento, represión... Su cara... el terror... el
desgarro... Mi cuerpo se rompía en pedazos. Su piel... molusco que se ad-
hería a mi piel... Babas, dolor. Latidos, dolor. Caricias, dolor, dolor, almohada.
RETENIDA 1.ª.- ¿Sumisa? Uno, dos, tres, hasta llegar a mil. Nunca tenía suficien-
te. Nunca saciada.
RETENIDA 2.ª.- Me daba tanto asco que llegué a flotar entre las sombras. (Respi-
ra un soplo de felicidad.) Comenzó a ser amable. Ya no quería tomarme con
Al soslayo
14
violencia, no, y pensé que tal vez comenzaba a amarme, que tal vez me ayu-
daría, que me dejaría libre, libre, libre...
RETENIDA 1.ª.- Se marchó. (Lamentándose.) Quizá esté pagando por lo que hice.
Quizá esté aquí por eso, por nada, por todo.
(Comienzan a escucharse sin muchas ganas. Inercia. No hay solución.)
Me equivoqué con mi hija.
RETENIDA 2.ª.- Lo sé.
RETENIDA 1.ª.- Perdóname, tú no eres ella. (Llevándose las manos a la cabeza.)
Me va a estallar, va a estallarme.
RETENIDA 2.ª.- A ti lo que más te duele es el pasado, a mí el presente.
RETENIDA 1.ª.- Pasado y presente.
(Pausa.)
RETENIDA 2.ª.- Nunca nos dejarán salir de aquí.
RETENIDA 1.ª.- No es verdad.
RETENIDA 2.ª.- Continuemos con la mentira.
RETENIDA 1.ª.- ¿Hasta cuándo?
RETENIDA 2.ª.- Quizá la muerte.
RETENIDA 1.ª.- La certeza de la negación.
RETENIDA 2.ª.- La certeza de la hipocresía.
RETENIDA 1.ª.- La certeza.
RETENIDA 2.ª.- La certeza.
RETENIDA 1.ª.- Soledad.
RETENIDA 2.ª.- Soledad.
RETENIDA 1.ª.- Por una vez estamos de acuerdo.
RETENIDA 2.ª.- No.
RETENIDA 1.ª.- ¿Entonces?
RETENIDA 2.ª.- Todo recto, sin detenernos, firmes, como siempre...
Mariam Budia
15
RETENIDA 1.ª.- Firmes, como siempre...
RETENIDA 2.ª.- ¿Te duele mucho?
RETENIDA 1.ª.- Siempre quise a mi hija.
RETENIDA 2.ª.- Me refiero a tu cabeza.
RETENIDA 1.ª.- Menos que el pasado.
(HOMBRE ELEGANTE entra y observa. Sale. Ellas esperan en silencio.
HOMBRE ELEGANTE entra de nuevo portando una bandeja con comida. Se
detiene frente a ellas y deja la bandeja en el suelo. Mira a RETENIDA 1.ª.
Ríe. Mira a RETENIDA 2.ª. Se acerca. Acaricia su pubis, su pecho, roza con
sus dedos los labios abiertos. Acaricia su pelo. La besa y desaparece.)
¿Qué has sentido?
RETENIDA 2.ª.- Es difícil de explicar.
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué has sentido?
RETENIDA 2.ª.- Es difícil de explicar.
(Pausa.)
RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué hemos repetido esto?
RETENIDA 2.ª.- Seguimos el guión.
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué guión?
RETENIDA 2.ª.- El nuestro, supongo. El de nuestra vida.
RETENIDA 1.ª.- ¿Quién es el impertinente que ha escrito nuestra vida sin pedirnos
permiso? ¿Quién nos ha puesto en este lugar?
RETENIDA 2.ª.- Las impertinentes somos nosotras. (Observa la bandeja.) Ellos
nos han puesto aquí, pero nosotras escribimos nuestros interminables días
en esta monotonía. Revivimos y revivimos lo que más daño nos hizo, lo que
más daño nos hace. (Inmóvil.) Hemos perdido la esperanza porque nos han
abandonado, porque hemos aprendido a hacer daño de verdad, porque aun-
que tarde o temprano nos asesinen estos miserables, ya estamos muertas.
Al soslayo
16
(Se acercan a la bandeja. Miran su contenido, se sientan en el suelo y obser-
van. Sólo observan, ninguna come.)
RETENIDA 1.ª.- Tenemos que encontrar un mecanismo.
RETENIDA 2.ª.- ¿Un mecanismo?
RETENIDA 1.ª.- Conseguir superar el miedo.
RETENIDA 2.ª.- Convertirlo en una situación agradable de terminación. (Pausa.)
Paseo por un camino calizo, entre grandes vegetaciones grises, de nuevo li-
bre... Observo las cristalinas aguas marinas mientras una lechuza de hielo se
posa en mi cálido brazo. Peces de extraños colores bailan al ritmo de las
aguas indicándome la dirección...
RETENIDA 1.ª.- El final.
RETENIDA 2.ª.- Siento que es el comienzo.
RETENIDA 1.ª.- La antítesis.
RETENIDA 2.ª.- En la antítesis está la unidad.
RETENIDA 1.ª.- La unidad de la dispersión.
RETENIDA 2.ª.- La dispersión de las entidades.
RETENIDA 1.ª.- Profusiones.
RETENIDA 2.ª.- Contusiones.
RETENIDA 1.ª.- Me aburro.
RETENIDA 2.ª.- Yo también. (Pausa.) No hacemos nada, nada. ¿No lo ves? Sólo
decimos y decimos palabras ininteligibles, sin nexos, sin coherencia. Automa-
tismos, soliloquios, tonterías...
RETENIDA 1.ª.- La palabra es lo único que nos queda.
RETENIDA 2.ª.- Será a ti...
(Pausa larga.)
RETENIDA 1.ª.- Cuéntame algo agradable.
RETENIDA 2.ª.- Agradable para quién.
Mariam Budia
17
RETENIDA 1.ª.- Para ti.
RETENIDA 2.ª.- ¿Hombres?
RETENIDA 1.ª.- No me importa. Creo que podré soportarlo.
RETENIDA 2.ª.- Comienzas a comportarte como si fueras mi verdadera madre.
RETENIDA 1.ª.- (Mostrando satisfacción.) No te pases de lista...
RETENIDA 2.ª.- Paula y yo fuimos al teatro. Estaba lleno de gente y nos sentamos
en la última fila. La representación había comenzado. No sabíamos qué íba-
mos a ver pero no nos importaba. (Pausa.) El escenario se llenó de personas
que se movían de un lado a otro sin demasiado orden...
RETENIDA 1.ª.- ¿El escenario se movía?
RETENIDA 2.ª.- ¡Los actores se movían! Bailaban, cantaban, recitaban... Fue muy
pesado. (Pausa.) Los actores saltaron desde el escenario y se dirigieron hacia
nosotras. Recuerdo que se aproximó un joven actor, apuesto, interesante... Nos
miramos, percibió mi excitación y preguntó quedamente en mi oído: «¿En tu
casa o en la mía?». Le dije que en la suya. (Pausa.) Me despedí de Paula a
la salida del teatro. Aquel joven sin nombre estaba esperándome. (Pausa.)
No me llevó a su casa. Fuimos a un hotel extraño, un hotel sin nombre. El
suelo era de losa y había piedras enormes por todas partes, por las paredes,
techo... Aquel lugar fantástico, inimaginable, parecía salido de un cuento
oriental. (Pausa.) La recepcionista nos enseñó una máquina. Debíamos in-
sertar dinero por la ranura plateada del aparato y echar suertes. (Adecentan-
do su maltrecha figura.) Perdimos. De nuevo la misma operación con las mo-
nedas. (Pausa.) De repente, cinco luces rojas se encendieron y una voz me-
cánica surgió de la máquina: «Felicidades, les ha correspondido la suite prin-
cipal». (Pausa.) Entramos en el ascensor y el joven sin nombre comenzó a
besarme... (Rememorando.) Su saliva... mulso elixir disuelto en mi boca... sus
manos violentas bajo mi falda... mis temblorosos muslos... «Estás tensa » me
dijo Robert Redford. Contesté que no. (Pausa.) Llegamos a la habitación y...
RETENIDA 1.ª.- (Excitada.) Es suficiente. No me cuentes más.
RETENIDA 2.ª.- Lamento haberte aburrido.
RETENIDA 1.ª.- Te aseguro que no me has aburrido.
Al soslayo
18
RETENIDA 2.ª.- Sí, te he aburrido.
RETENIDA 1.ª.- Está bien. No quiero discutir, ahora no. Me has aburrido muchísi-
mo.
RETENIDA 2.ª.- Tampoco hace falta que exageres...
RETENIDA 1.ª.- Sólo he dicho lo que tú querías escuchar.
RETENIDA 2.ª.- Si tú lo dices...
(RETENIDA 2.ª comienza a comer. RETENIDA 1.ª observa. Lentamente, sin
muchas ganas y con excesivo miedo, intenta probar la comida.)
Está un poco quemada.
RETENIDA 1.ª.- ¿Nos estarán drogando? ¿No estaremos formando parte de un
experimento? (Pausa.) Cualquier día nos envenenan... (Pausa.) No, no, no...
Les gusta más usar la pistola. (Pausa.) ¡No saben cocinar! ¿Nadie en este
destartalado mundo sabe cocinar? (Pausa.) Cuando yo era niña, lo que más
deseaba era que llegase la hora de la comida. (Pausa.) Mi abuela vivía con
nosotros. Una mujer con unas manos para las cazuelas... ¿cómo te diría?...
no sé... ¡las anheladas por los mejores gastrónomos del mundo! Aquellos pa-
vos dorados... crujientes... calentitos...
RETENIDA 2.ª.- Una uña.
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué?
RETENIDA 2.ª.- En el pollo. He encontrado una uña.
RETENIDA 1.ª.- Apártala.
RETENIDA 2.ª.- (Lamiendo la uña.) Quizá sea de él.
RETENIDA 1.ª.- ¿De Robert Redford?
RETENIDA 2.ª.- (Negando con la cabeza.) ¡Uh, uh, uh!
RETENIDA 1.ª.- ¡Calla, cochina!
RETENIDA 2.ª.- Quizá sea lo único que puedo tener de él, aunque, últimamente,
siento que se interesa mucho por mí... (Pausa.) Algún día me sacará de aquí
y nos iremos a aquel hotel sin nombre para vivir eternamente juntos, sin na-
die más.
Mariam Budia
19
RETENIDA 1.ª.- Sabes que nunca podrás marcharte de aquí. Nunca te dejarán
salir. Además, ¿qué harías sin mí? Estás demasiado acostumbrada a mí, a
mis juegos, a mis mezquindades... a ti misma. (Pausa.) Siempre estarás
conmigo.
RETENIDA 2.ª.- No estés tan segura de eso. Es verdad que me he acostumbrado
a ti, a estas cuatro paredes... Llevamos aquí demasiado tiempo, pero mi pa-
ciencia tiene una raya y está casi en el límite.
RETENIDA 1.ª.- Esa frase... ¿no será al revés?
RETENIDA 2.ª.- No lo recuerdo.
(Pausa.)
RETENIDA 1.ª.- ¿Va a sacarte de aquí?
RETENIDA 2.ª.- Sí, me lo ha dicho varias veces.
RETENIDA 1.ª.- Te ha mentido. Siempre mienten. Él está tan prisionero como no-
sotras. Puede caminar, salir, entrar... pero continúa estando encerrado, en-
cerrado en su locura, en su abismo, en su lucha, en su odio... No sólo es nues-
tro carcelero, es su propio celador. (Pausa.) A las otras les habrá dicho lo
mismo. ¿Te crees que eres la primera? No seas necia. Es su estrategia.
(Pausa.) No tiene sentido.
RETENIDA 2.ª.- Para ti nada tiene sentido.
RETENIDA 1.ª.- Niñerías...
RETENIDA 2.ª.- Él no miente, a mí no.
RETENIDA 1.ª.- Utiliza palabras... sentimientos falseados... una manera de poner
nombre a algo que no se posee... una forma impura de decir lo que no se
siente... de enumerar lo indefinible...
RETENIDA 2.ª.- ¿Nosotras somos impuras?
RETENIDA 1.ª.- Depende del sentido del término.
RETENIDA 2.ª.- Precisamente por eso, por la ausencia de sentido. Somos pala-
bras, falsas palabras que pronunciamos para confortar nuestra inconsistente
Al soslayo
20
existencia. (Pausa.) ¿Crees que si dejamos de hablar moriremos? ¿Piensas
que es nuestro enrarecido diálogo el que nos mantiene con vida?
RETENIDA 1.ª.- Dijiste antes que estábamos muertas.
RETENIDA 2.ª.- ¡Antes, antes! Volvemos a lo mismo. Palabras.
RETENIDA 1.ª.- No te entiendo.
(Pausa larga.)
¿Por qué no estamos discutiendo ahora? ¿Estaremos perdiendo nuestra
identidad?
RETENIDA 2.ª.- Sí, discutimos. (Pausa.) Nunca hemos tenido identidad.
RETENIDA 1.ª.- Poseemos documentos.
RETENIDA 2.ª.- Será lo único...
RETENIDA 1.ª.- (Busca entre las cosas desperdigadas por el suelo.) Mira, tus do-
cumentos.
RETENIDA 2.ª.- DNI.
RETENIDA 1.ª.- Sí, tu DNI, aquí estás tú, eres tú, mira, ¿no te acuerdas?
RETENIDA 2.ª.- DNI, documento de negación del individuo.
RETENIDA 1.ª.- Me estás engañando. Te aprovechas de mi mala memoria.
RETENIDA 2.ª.- NIF, número de identificación del fósil.
RETENIDA 1.ª.- Ahora te estás pasando...
RETENIDA 2.ª.- ¡Qué importa su significado! Tú y yo somos fósiles, nacimos hace
millones de años. (Triste.) Y fuera nos han olvidado. (Pausa.) ¿En qué siglo
naciste tú?
RETENIDA 1.ª.- No lo recuerdo. Hace demasiado tiempo.
RETENIDA 2.ª.- ¿En qué siglo nací yo?
RETENIDA 1.ª.- No lo sé.
RETENIDA 2.ª.- En el fondo sé que me quieres.
RETENIDA 1.ª.- En el fondo sé que te quiero.
RETENIDA 2.ª.- Creo que yo también te quiero.
RETENIDA 1.ª.- Creo que tú también me quieres.
Mariam Budia
21
(Pausa larga.)
RETENIDA 2.ª.- Me cuesta reconocerlo.
RETENIDA 1.ª.- Nunca me querrás como yo te quiero a ti. Soy tu madre.
RETENIDA 2.ª.- No empieces con eso de nuevo, al final terminarás creyéndotelo...
Nunca nos habíamos visto antes, ni en un encuentro en el supermercado, ni
en un paseo por el parque, ni en las oficinas de empleo... nunca hasta nues-
tro secuestro.
RETENIDA 1.ª.- Quizá no pidieron rescate, tal vez para nuestro Gobierno no éra-
mos importantes, tal vez no lo somos. (Pausa.) Nunca lo seremos. (Intenta
cambiar de tema.) ¿Qué hora es?
RETENIDA 2.ª.- ¿Te apetece intentar un nuevo juego? Hace mucho tiempo que no
realizamos algo diferente...
RETENIDA 1.ª.- Por ejemplo...
RETENIDA 2.ª.- Ahora yo haré de madre y tú de hija.
RETENIDA 1.ª.- Puede resultar muy aburrido. Yo soy madre e hija a la vez, pero tú
sólo eres hija. No sabrás cómo comportarte. Será inútil.
RETENIDA 2.ª.- Vamos, anímate, ¡juguemos!, sólo hay que ponerle una pizca de
imaginación. Sólo es un juego, un divertimento absurdo. (Jugando.) Todavía
estaremos aquí muchos años, ¿verdad, hija mía? Debemos intentar hacer
más soportables las horas que nos quedan. (Intentando convencer a
RETENIDA 1.ª.) Además, no pretendo crear un tratado científico sobre el
comportamiento materno.
RETENIDA 1.ª.- Puede que tengas razón...
RETENIDA 2.ª.- Ponte de pie.
RETENIDA 1.ª.- ¿Así?
RETENIDA 2.ª.- Así. Delante de mí, casi rozándome.
RETENIDA 1.ª.- ¿Tengo legañas?
RETENIDA 2.ª.- Camina cinco pasos de espaldas.
RETENIDA 1.ª.- Parece un duelo.
Al soslayo
22
RETENIDA 2.ª.- Quizá lo sea.
RETENIDA 1.ª.- ¡No empecemos otra vez!
RETENIDA 2.ª.- Siéntate en el suelo.
RETENIDA 1.ª.- Esto es ridículo.
RETENIDA 2.ª.- ¡Siéntate en el suelo, mujercita rebelde!
(HOMBRE ELEGANTE aparece de nuevo en escena. Mira a RETENIDA 1.ª.
Vuelve a reírse. Mira a RETENIDA 2.ª. Seriedad. Recoge la bandeja.)
HOMBRE ELEGANTE.- Pobres. (Sale riendo.)
RETENIDA 1.ª.- Es la primera vez que le escucho hablar.
RETENIDA 2.ª.- No.
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué habrá querido decir?
RETENIDA 2.ª.- Simplemente lo que ha dicho.
RETENIDA 1.ª.- Seguro que en el interior de esa palabra se oculta alguna perver-
sa intención.
RETENIDA 2.ª.- No, te equivocas.
RETENIDA 1.ª.- No me gusta su expresión... Debería haberme acostumbrado,
pero no puedo. Cada día siento más temor. (Pausa.) Es terrible vivir con mie-
do.
RETENIDA 2.ª.- No tiene cara, sus músculos están atrofiados.
RETENIDA 1.ª.- Me asusta. En su aliento respiro el dolor, la ira... Lo huelo en su
boca. Sé que quiere hacerme daño. Si es verdad que te hace promesas, no
creas nada. Lleva la falsedad escrita en el rostro.
RETENIDA 2.ª.- No tiene rostro.
RETENIDA 1.ª.- Igual que todos.
RETENIDA 2.ª.- ¿Todos?
RETENIDA 1.ª.- Sí, todos.
RETENIDA 2.ª.- ¿Los paseantes?
RETENIDA 1.ª.- Sí.
Mariam Budia
23
(Miran hacia la ventana. Un paseante muestra su mano entre los barrotes: un
puño con el dedo pulgar hacia abajo.)
RETENIDA 2.ª.- No pienso como tú. Este hombre es sincero conmigo. (Pausa.)
Dices que hueles el odio en su boca, pero nunca has estado tan cerca de él,
siempre habéis mantenido una distancia... (Titubea un instante.) De no ser
que tú... y él... a mis espaldas... (Gesto obsceno.)
RETENIDA 1.ª.- Me ofendes. ¿Cómo se te ha podido pasar por la cabeza seme-
jante atrocidad?
RETENIDA 2.ª.- ¿Crees que soy inhumana?
RETENIDA 1.ª.- Lo dice mi intuición.
RETENIDA 2.ª.- No quiero oír más.
RETENIDA 1.ª.- Pues tendrás que escucharlo.
RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué?
RETENIDA 1.ª.- Porque así lo quiero.
RETENIDA 2.ª.- Amén.
RETENIDA 1.ª.- No vuelvas a levantarme la voz.
RETENIDA 2.ª.- (Sorprendida.) ¿Qué?
(RETENIDA 1.ª coge la baraja y comienza a hacer un solitario.)
RETENIDA 1.ª.- Es un mentiroso, como todos. ¿Por qué me mira enmascarando
su vileza con la risa?
RETENIDA 2.ª.- Su risa no enmascara nada. Es franco. Le pareces ridícula y se
ríe de ti. (Coge del suelo una vieja armónica que ha aprendido a tocar duran-
te su cautiverio y comienza a emitir sonidos con ella.)
RETENIDA 1.ª.- (Justificándose.) No se ríe de mí. Seguramente le parecerá gra-
ciosa nuestra situación y por eso se ríe, lo cual no es de muy buena educa-
ción por su parte...
RETENIDA 2.ª.- Educación a estas alturas...
Al soslayo
24
(Las mujeres quedan congeladas en el tiempo, estáticas. Surgen sonidos de
gente que habla, gente que compra cosas, señoritas que anuncian las reba-
jas en unos grandes almacenes... La vida continúa en algún remoto lugar. Al
cesar el ruido se retomará la actividad.)
Se nos está olvidando jugar. Necesitamos jugar.
RETENIDA 1.ª.- Pues juguemos.
RETENIDA 2.ª.- Tenemos un juego pendiente.
RETENIDA 1.ª.- ¿Un juego?
RETENIDA 2.ª.- Sí, un juego.
RETENIDA 1.ª.- Te refieres...
RETENIDA 2.ª.- Me refiero.
RETENIDA 1.ª.- Yo estaba sentada en el suelo.
RETENIDA 2.ª.- Yo estaba frente a ti.
RETENIDA 1.ª.- Te miraba.
RETENIDA 2.ª.- También te miraba. (Pausa.) Casi nunca nos miramos...
RETENIDA 1.ª.- Casi nunca. (Pausa.) ¿Qué hago?
RETENIDA 2.ª.- Sólo observa, ahora mando yo. (Va hacia el baúl y saca una vieja
americana con la que se viste.)
RETENIDA 1.ª.- No sé qué pretendes, pero creo que este juego no va a resultar
agradable. ¡No quiero que te metas con tu padre! Aunque fuese un cochino
incorregible, está muerto. ¡A los muertos hay que dejarlos descansar en paz!
Son los únicos que no pueden defenderse. Además, me traerá recuerdos que
intento borrar desde hace mucho tiempo. (Pausa.) ¿Por qué te la pones? Es-
tás ridícula. ¡Ni que fuera tu talla! Pareces una mariquita frustrada. (Jugando.)
¡Mariquita, mariquita, mariquita, mariquita...! (Retomando su faceta maternal.)
Y ese pelo... ese pelo no va nada bien con la americana. ¡Mira los botones!
Están sucios, puedo verlos desde aquí. No, no, no, no, esa solapa no está
bien colocada. (Levantándose.) Espera...
Mariam Budia
25
RETENIDA 2.ª.- ¡Quieta! No puedes moverte de tu sitio. Recuerda que ahora tú
eres mi hija y debes obedecerme, así que no hables de tu marido. ¡Y deja de
llamarme hija! Terminarás volviéndote loca.
RETENIDA 1.ª.- Bueno, habrá que aguantar, la niña me salió respondona.
RETENIDA 2.ª.- ¡Ya no soy la niña! ¡En este juego no!
RETENIDA 1.ª.- Usted perdone. Quise decir que mi madre es un tanto déspota.
RETENIDA 2.ª.- (Adoptando una arquetípica postura autoritaria.) ¡Un poco de res-
peto hacia mi persona! Niña estúpida, ¿es que nunca vas a aprender lo que
soy y represento? ¡No estoy aquí para escuchar tonterías infantiles! (Pausa.)
Creo que mi amor por «la causa» me ha obligado a relegar mis deberes hacia
ti. (Pausa.) Tendré que continuar con una educación intensiva para poder
salvarte de la corrupción que campa a sus anchas en estos lúgubres parajes.
RETENIDA 1.ª.- Quién eres... ¿mi padre?, ¿mi madre?
RETENIDA 2.ª.- Pídeme permiso antes de hablar y no olvides llamarme señor o
señora, es indiferente. «La causa» es asexuada. Sólo existen el deber y el
honor. Vamos a ver... Tengo que educarte, ¿verdad?, te educaré.
RETENIDA 1.ª.- Sí, señor barra a.
RETENIDA 2.ª.- ¿Qué hora es?
RETENIDA 1.ª.- No lo sé, señor barra a. Usted no me ha regalado nunca un reloj.
RETENIDA 2.ª.- Inventa, inventa, ¡inventa!
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué tengo que inventar?
RETENIDA 2.ª.- Qué tengo que inventar, señor barra a.
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué tengo que inventar, señor barra a?
RETENIDA 2.ª.- Todo, tienes que inventarlo todo.
RETENIDA 1.ª.- Sí, señor barra a.
RETENIDA 2.ª.- ¿Qué hora es?
RETENIDA 1.ª.- Las 17:30, señor barra a.
RETENIDA 2.ª.- Muy bien, señorita. Observo que te enseñaron algo en el colegio
de Niza. Sabes la hora aun cuando el tiempo no existe y el reloj es un espe-
jismo. ¡Perfecto!
RETENIDA 1.ª.- Gracias, señor barra a.
Al soslayo
26
RETENIDA 2.ª.- De nada. (Pausa.) ¿Por qué, señorita?
RETENIDA 1.ª.- No lo sé, por... decir algo.
RETENIDA 2.ª.- Decir algo, señor barra a.
RETENIDA 1.ª.- Por decir algo, señor barra a.
RETENIDA 2.ª.- Nunca hay que decir algo por decir, siempre hay que decir lo que
se piensa, aunque a veces no se piense lo que se dice. (Pausa.) Bien pensa-
do, si digo lo que pienso me expulsan de «la causa», y si pienso lo que digo
me mantengo, pero si al pensar digo lo que no he pensado, ya no sé qué
pienso, pues la falta de pensamiento conlleva la ausencia del dicendi, y sin el
dicendi el pensandi no tiene sentidi... ¡Ya me has liado, niña!
RETENIDA 1.ª.- ¡Realmente es usted una caca pensante!
RETENIDA 2.ª.- Gracias.
RETENIDA 1.ª.- De nada.
RETENIDA 2.ª.- ¿Qué has dicho?
RETENIDA 1.ª.- Cuándo.
RETENIDA 2.ª.- Antes, hace tres segundos.
RETENIDA 1.ª.- De nada.
RETENIDA 2.ª.- Antes, antes, hace aproximadamente siete segundos.
RETENIDA 1.ª.- Nada.
RETENIDA 2.ª.- Mentira, mentira, y repite, señor barra a.
RETENIDA 1.ª.- Nada, señor barra a.
RETENIDA 2.ª.- Te lo repito, ¿qué has dicho?
RETENIDA 1.ª.- ¿Cuándo?
RETENIDA 2.ª.- ¡No me toques los...! ¿Qué dijiste?
RETENIDA 1.ª.- Nada, señor barra a.
RETENIDA 2.ª.- ¡Cómo que nada!
RETENIDA 1.ª.- No, señor barra a. Le he contestado a su pregunta: nada, señor
barra a.
RETENIDA 2.ª.- No me torees. ¡Antes!
RETENIDA 1.ª.- ¿De qué?
RETENIDA 2.ª.- Antes de antes.
Mariam Budia
27
RETENIDA 1.ª.- De nada.
RETENIDA 2.ª.- (Intentando controlarse.) Muy bien. Tranquilidad. Ante todo tran-
quilidad. Mira, mi niña, olvida todo lo que has dicho después del primer nada...
¡eh!... del primer... ¡haz memoria! ¿Qué has dicho? ¡Bonita! ¿Qué le has lla-
mado a tu señor barra a? ¡Una moto puedes ganar si me lo dices! ¡Guapa!
Recuerda...
RETENIDA 1.ª.- ¡Un ordenador!
RETENIDA 2.ª.- ¡No es cierto!
RETENIDA 1.ª.- Quiero decir que una moto, no, que prefiero un ordenador.
RETENIDA 2.ª.- ¡Un ordenador para la nena!
RETENIDA 1.ª.- Dije: realmente es usted un coco pensante.
RETENIDA 2.ª.- ¿De verdad?
RETENIDA 1.ª.- Dije: usted es muy inteligente. (Pausa.) ¿Por qué se altera tanto?
No es nada malo, aunque... si es la primera vez que alguien se lo dice, com-
prendo su incontrolable entusiasmo, señor barra a.
RETENIDA 2.ª.- Claro, claro, te entiendo perfectamente.
RETENIDA 1.ª.- Me alegro, señor barra a.
RETENIDA 2.ª.- (Dibujando en la pared.) ¿Preparada para el test psicológico?
RETENIDA 1.ª.- (Dirigiéndose hacia el camastro.) No lo soporto más.
RETENIDA 2.ª.- ¿No juegas más?
RETENIDA 1.ª.- No está bien jugar a estas cosas... Con los que tienen en sus ma-
nos nuestras vidas no se hace el tonto. Descansemos un rato. No quiero te-
ner pesadillas con tu padre.
RETENIDA 2.ª.- Es mi juego y quiero continuar. Tú no me hubieras permitido pa-
rar.
RETENIDA 1.ª.- Por supuesto que no.
RETENIDA 2.ª.- No es justo.
RETENIDA 1.ª.- Quizá no lo sea, pero no me importa. Debes obedecerme, sólo así
continuaremos con vida.
RETENIDA 2.ª.- No pienso obedecerte más.
RETENIDA 1.ª.- Me obedecerás.
Al soslayo
28
RETENIDA 2.ª.- No voy a dejar de jugar.
RETENIDA 1.ª.- (Amenazante.) Harás lo que yo te diga.
RETENIDA 2.ª.- No.
RETENIDA 1.ª.- Si no lo haces te...
RETENIDA 2.ª.- No me das miedo. (Gritando.) Y ellos tampoco. (Pausa.) Ya no.
(Pausa. Miran hacia la ventana. Nadie se asoma. Vuelven al banco.)
RETENIDA 1.ª.- Me voy.
RETENIDA 2.ª.- ¿Cuántos pasos?
RETENIDA 1.ª.- Cinco... quince... quizás veinte.
RETENIDA 2.ª.- ¿No sabes contestar otra cosa?
RETENIDA 1.ª.- Cambia de pregunta.
(Pausa larga.)
RETENIDA 2.ª.- Dime algo.
RETENIDA 1.ª.- Algo.
RETENIDA 2.ª.- ¡Dime algo!
RETENIDA 1.ª.- Algo ya es algo.
RETENIDA 2.ª.- Entonces otra cosa.
RETENIDA 1.ª.- Queda.
RETENIDA 2.ª.- ¿Algo? ¿Queda?
RETENIDA 1.ª.- Te amo.
RETENIDA 2.ª.- Me produces ardores.
RETENIDA 1.ª.- Es verdad.
RETENIDA 2.ª.- Lo sé.
RETENIDA 1.ª.- Es verdad que te amo.
RETENIDA 2.ª.- Es verdad que me produces ardores.
RETENIDA 1.ª.- Nunca has sido cariñosa conmigo.
RETENIDA 2.ª.- ¡Me cuesta creer lo que estoy escuchando!
Mariam Budia
29
RETENIDA 1.ª.- Ni una caricia...
RETENIDA 2.ª.- Nunca te han gustado las caricias.
RETENIDA 1.ª.- Ni un beso...
RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué esta farsa?
RETENIDA 1.ª.- Ni una palabra de aliento...
RETENIDA 2.ª.- Resultas patética.
RETENIDA 1.ª.- Ni una sonrisa...
RETENIDA 2.ª.- Cállate.
RETENIDA 1.ª.- Ni unos «buenos días, mamá.»
RETENIDA 2.ª.- No conseguirás que me sienta culpable. No soy tu hija. (Pausa.)
Siempre con tus juegos, siempre intentando revivir tus miserias, tus errores
con tu hija... Ya hemos tenido bastante. (Suplicante.) Todos estos años, en
vez de intentar sobrevivir junto a mí, has convertido nuestro encierro en una
tortura infinitamente más dolorosa. (Pausa.) Desde el principio intenté que
nuestra convivencia fuese tranquila, que nos ayudara a luchar, a continuar
hacia delante... Intenté ofrecerte mi cariño, no sólo por ti, también por mí,
egoístamente, para no ahogarme entre estas paredes...
RETENIDA 1.ª.- Podríamos intentarlo de nuevo.
RETENIDA 2.ª.- Qué.
RETENIDA 1.ª.- Comportarnos como madre e hija.
RETENIDA 2.ª.- ¿Cómo se supone que deben comportarse madre e hija según tu
enferma cabecita?
RETENIDA 1.ª.- Como...
RETENIDA 2.ª.- No lo sabes.
RETENIDA 1.ª.- Aprenderé.
RETENIDA 2.ª.- ¿Quién va a enseñarte?
RETENIDA 1.ª.- Tú.
RETENIDA 2.ª.- ¿Y a mí?
RETENIDA 1.ª.- Yo.
RETENIDA 2.ª.- Es absurdo.
RETENIDA 1.ª.- Eres más inteligente que yo.
Al soslayo
30
RETENIDA 2.ª.- No puedo hacerlo.
RETENIDA 1.ª.- No quieres hacerlo.
RETENIDA 2.ª.- No quiero ni puedo.
RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué?
RETENIDA 2.ª.- Prefiero la situación tal cual se encuentra.
RETENIDA 1.ª.- Perdóname.
RETENIDA 2.ª.- Hace tiempo.
RETENIDA 1.ª.- ¿Rencor? (Pausa.) Vamos a retroceder en el tiempo. Quiero que
recordemos.
RETENIDA 2.ª.- ¿Recordar?
RETENIDA 1.ª.- Hace diez años.
RETENIDA 2.ª.- ¿Diez años?
RETENIDA 1.ª.- ¿No lo recuerdas?
RETENIDA 2.ª.- ¡Diez años!
RETENIDA 1.ª.- La excursión al campo...
RETENIDA 2.ª.- ¿Qué es el campo?
RETENIDA 1.ª.- El campo...
RETENIDA 2.ª.- No sé qué es, nunca he estado allí.
RETENIDA 1.ª.- Sí, recuerda, una vez hace doce años.
RETENIDA 2.ª.- ¿No eran diez?
RETENIDA 1.ª.- Sí, eran quince.
RETENIDA 2.ª.- No puedo acordarme.
RETENIDA 1.ª.- Tu padre, tú y yo, hace treinta años, fuimos una vez al campo.
Fue maravilloso. Por un día pudimos apartarnos del asfalto, de la contamina-
ción, de las aglomeraciones, del bullicio...
RETENIDA 2.ª.- Sí, de eso me acuerdo, pero... ¿y el campo?, ¿cómo era?
RETENIDA 1.ª.- Siéntate en mis rodillas y te lo explicaré.
(RETENIDA 2.ª se sienta.)
Una mañana, el sol entraba por la ventana y...
Mariam Budia
31
RETENIDA 2.ª.- El sol...
RETENIDA 1.ª.- Sí, fue cuando atacaron aquellos grandes edificios de oficinas,
¿no te acuerdas? Fue horrible.
RETENIDA 2.ª.- No lo recuerdo.
RETENIDA 1.ª.- Inténtalo, sí... ¿recuerdas que hubo un fraude fiscal en un hospi-
tal? ¿Sí? ¿Recuerdas que pasó a ser una casa de máquinas tragaperras diri-
gida por el ministro de hacienda y...?
RETENIDA 2.ª.- ¿Aquel señor vestido de rojo, de pelo blanco, con muchos jugue-
tes, que decía constantemente «Oh, Oh, Oh»?
RETENIDA 1.ª.- No... oh, oh, oh, era ministro de educación. (Pausa.) Aquel día
pudimos ver el sol. Tu padre cogió el coche y fuimos al campo. Buscamos un
sitio en el que no hubiese nadie y dejamos las cosas: la mesa, las sillas, las
flores... Tuvimos que llevar flores artificiales ya que en el campo no quedaba
ninguna. ¡Qué tranquilidad! No había árboles que enturbiasen la calma con el
ruido de sus ramas zarandeadas por el viento, ni insectos ni hierba, nada...
sólo arena y paz.
RETENIDA 2.ª.- (Fingiendo.) Lo recuerdo todo.
RETENIDA 1.ª.- (Ilusionada.) Podemos intentar revivir esas imágenes como si es-
tuviesen ocurriendo ahora.
RETENIDA 2.ª.- Rememoremos.
RETENIDA 1.ª.- ¡Qué día tan agradable!
RETENIDA 2.ª.- Sí, es un día estupendo.
RETENIDA 1.ª.- No, hija, te confundes, no puedes decir estupendo ya que te pare-
ció un día horrible. Nunca te gustó el campo.
RETENIDA 2.ª.- Tienes razón, mamá, nunca me gustó. ¡Un día horrible! No sé
cómo puedes decir que es un día agradable.
RETENIDA 1.ª.- Desde luego... hija mía, no se puede ir contigo a ningún sitio. Na-
da te gusta, todo te parece ridículo o aburrido. ¿Hay algo que te guste real-
mente?
RETENIDA 2.ª.- Mi casa, me gusta mi casa. Quiero ir a mi casa, a mi casa, a mi
casa, a mi casa... (Paulatinamente, comienza a sentir angustia, eleva el vo-
Al soslayo
32
lumen de su voz y grita. Grita a las paredes, a la ventana, a RETENIDA 1.ª, a
los paseantes... Ha dejado de jugar.) Mi casa, quiero irme, quiero irme de
aquí, no puedo más, por favor, quiero irme, dejadme salir, quiero irme, por fa-
vor, dejadme salir, no puedo más, no puedo más, ¡dejadme salir! (Cae.)
RETENIDA 1.ª.- (Se acerca a RETENIDA 2.ª y acaricia su pelo intentando apaci-
guarla. No quiere dejar de jugar, no puede, pese a la tristeza que invade su
voz, su corazón.) Y nos fuimos a casa porque no te pudimos calmar. ¡No nos
dio tiempo ni a respirar! (Bromeando.) Eras una pesada de armas tomar, pero
el día, mejor dicho, el breve espacio de tiempo, resultó agradable.
(Pausa larga.)
RETENIDA 2.ª.- Ahora puedes explicármelo, estoy preparada.
RETENIDA 1.ª.- ¿Explicarte?
RETENIDA 2.ª.- Sí.
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué?
RETENIDA 2.ª.- La forma...
RETENIDA 1.ª.- No te entiendo.
RETENIDA 2.ª.- De verdad que estoy preparada.
RETENIDA 1.ª.- Sigo sin entenderte.
RETENIDA 2.ª.- Dijiste antes que no había comprendido todavía la forma en que
me amas.
RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué quieres saberlo?
RETENIDA 2.ª.- Sólo quiero comprender.
RETENIDA 1.ª.- Si no recuerdo mal tú creíste comprender hace mucho lo...
RETENIDA 2.ª.- Quizá me equivoqué. (Pausa.) Tengo derecho a equivocarme,
¿no?
RETENIDA 1.ª.- No estás preparada.
RETENIDA 2.ª.- ¿Para equivocarme o para comprender?
RETENIDA 1.ª.- Para ambas cosas.
Mariam Budia
33
RETENIDA 2.ª.- Quiero saberlo. (Cariñosa.) Es un buen momento para que inten-
temos comportarnos como madre e hija.
RETENIDA 1.ª.- He cambiado de opinión. No quiero comportarme como una ma-
dre. (Pausa.) No sé, pero tampoco quiero saber.
RETENIDA 2.ª.- Entonces, lo que dijiste antes...
RETENIDA 1.ª.- ¿Antes? Nunca he hablado contigo.
RETENIDA 2.ª.- ¿Y pretendes ser mi madre? De nuevo tu comportamiento es tan
estúpido como de costumbre. ¡Bienvenida al mundo de los necios! (De pie,
vuelve a jugar sin muchas ganas. La situación es insoportable, el autoengaño
ha dejado de funcionar, la desesperación se adueña de todo.) ¡Señora, hacía
mucho tiempo que no la veía! Gracias por regresar a nuestro hospicio. Ha
llegado a tiempo. Con usted se reunirá más tarde la flor y nata de la socie-
dad, nuestros mayores y queridos dirigentes: cretinos, mezquinos, gorrinos,
palominos y cominos. Hablando de cominos... Le prepararemos un menú es-
pecial para que se atiborre de comida y reviente de una vez. Nos sobra y no
sabemos qué hacer con ella. Podemos empezar con acelgas pencas bien
cociditas, en el tiempo exacto, ni más ni menos. Cocineros y demás personal
de nuestra empresa sincronizarán sus relojes. Seguiremos con coliflor en flo-
retes, por si usted es una amante de la esgrima, y terminaremos con cordero
al horno con ajo y perejil. Si usted tiene problemas de digestión, de postre le
ofreceremos pastel de ciruela; ahora bien, no se preocupe por nosotros. Aquí
somos ciegos, sordos y mudos. Podrá soltar a su libre albedrío el esfínter
anal. ¡Perdón! ¡Qué olvido el mío! Antes de comenzar a comer le brindare-
mos unas setas y hongos con sustancias tóxicas, para ver si surten el efecto
deseado y logramos, de un plumazo, desembarazarnos del bochornoso es-
pectáculo que ofrece su presencia en este país de esmoquin y maletín. (Se
introduce en el baúl y cierra la tapa.)
RETENIDA 1.ª.- Hija, hija, hija... A veces no me explico cómo puedo enfadarme
contigo. A pesar de todo, en algunas ocasiones resultas graciosa. ¡Qué sería
de nosotras sin estos momentos! ¡No podríamos continuar!
RETENIDA 2.ª.- (Habla desde el interior del baúl.) No continuamos.
Al soslayo
34
RETENIDA 1.ª.- Siempre se sigue un camino.
RETENIDA 2.ª.- No es cierto.
RETENIDA 1.ª.- Lo estático no permanece.
RETENIDA 2.ª.- Eso es lo único que por suerte o por desgracia se mantiene firme.
RETENIDA 1.ª.- Sólo se avanza caminando.
RETENIDA 2.ª.- El camino conlleva cansancio.
RETENIDA 1.ª.- Mientras caminas, contigo llevas la esperanza de la salida.
RETENIDA 2.ª.- ¿Y el cruce?
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué cruce?
RETENIDA 2.ª.- ¿Si en vez de encontrarnos en medio del camino nos encontrá-
semos justo en el cruce?
RETENIDA 1.ª.- Elegir.
RETENIDA 2.ª.- ¿Elegir?
RETENIDA 1.ª.- Habrá que descubrir hacia dónde continuar.
RETENIDA 2.ª.- Es imposible.
RETENIDA 1.ª.- Es la única posibilidad imposible.
RETENIDA 2.ª.- En el cruce está lo estático, lo firme, lo perenne, la muerte, la úni-
ca imposibilidad posible...
(Pausa.)
RETENIDA 1.ª.- Siempre has sido muy guapa.
RETENIDA 2.ª.- (Abre la tapa del baúl y se asoma.) Gracias.
RETENIDA 1.ª.- De nada. (Pausa.) Tu pelo es muy bonito.
RETENIDA 2.ª.- Gracias.
RETENIDA 1.ª.- De nada. (Pausa.) Tus ojos también son bonitos.
RETENIDA 2.ª.- Gracias.
RETENIDA 1.ª.- De nada. (Pausa.) Y tus labios...
RETENIDA 2.ª.- De nuevo gracias.
RETENIDA 1.ª.- De nuevo de nada.
Mariam Budia
35
(Pausa.)
RETENIDA 2.ª.- Tú tampoco estás mal.
RETENIDA 1.ª.- Gracias.
RETENIDA 2.ª.- De nada. (Pausa.) Sé que me amas.
(Se escucha «In den Kasernen», interpretada por Marlene Dietrich. Las muje-
res comienzan a bailar como si fuesen dos amantes. Miradas, tensas mira-
das. Al finalizar la canción, RETENIDA 1.ª se dirigirá hacia el banco y se sen-
tará. RETENIDA 2.ª también en el banco, apoya la cabeza sobre el regazo de
RETENIDA 1.ª.)
¿Por qué?
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué?
RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué me amas?
RETENIDA 1.ª.- Soy tu madre.
RETENIDA 2.ª.- No empieces otra vez con eso. Quizá vuelvas a ser madre algún
día, lejos de aquí, con una hija verdadera. No te atormentes más y no me
mortifiques.
RETENIDA 1.ª.- Puede ser.
RETENIDA 2.ª.- Tiene que ser.
RETENIDA 1.ª.- No lo es. (Se besan.)
FIN DE ACTO PRIMERO
Al soslayo
36
Segundo Acto
(La misma celda-parque, sin embargo, todo parece limpio, recién pintado y
ordenado. La ventana es ahora mayor, con hermosas cortinas. Sobre el baúl
duerme HOMBRE ELEGANTE. Las mujeres, en el suelo, duermen también.
Los tres están en ropa interior. HOMBRE ELEGANTE se despierta. Mira a las
mujeres. Ríe. Mira a RETENIDA 2.ª con seriedad. Se acerca a ella. Acaricia
su pelo. Mira de nuevo. Recoge su ropa y sale. RETENIDA 1.ª se despierta.)
RETENIDA 1.ª.- Hacía tiempo que no dormía tan plácidamente. ¡La verdad es que
no recuerdo cuándo fue la última vez que dormí! Debió ser hace mucho... (In-
tentando recordar.) No, no puedo recordarlo. Cada día mi cabeza funciona
peor. Quizá debería ejercitar la memoria. (Pausa.) ¿Ejercitar la memoria? Pa-
ra qué. Tal como están las cosas, creo que no me hace falta recordar. La
memoria es positiva cuando se tiene futuro, pero yo... Nazco y muero en ca-
da segundo, minuto, día... ¡Qué más da! No sé el tiempo que llevo viva ni el
tiempo que he estado muerta. (Pausa.) Viva, muerta... Cuando pienso en la
vida, creo que solamente es un espejismo del espíritu de mi muerte, como un
nuevo engaño de mi conciencia. (Mira a RETENIDA 2.ª.) Eres hermosa.
Cuando yo era como tú, desperdicié mi tiempo y no podré recuperarlo jamás.
Sé que te he hecho daño en algunas ocasiones... Lo lamento. (Pausa.) Ni
marido ni hija tengo. Pero ahora estoy aquí contigo... y creo que me amas.
(Imagina.) Tus labios abrasaban y tu piel palpitaba como si tu corazón pre-
senciara cada momento en el que mis labios rozaban tu piel. No decías nada.
Sólo me mirabas y te ofrecías. Como si... (Recuerda la presencia de
HOMBRE ELEGANTE y se agita.) Él estuvo aquí, puedo percibir su asquero-
so olor. Estuvo aquí. (Pausa.) Debí soñarlo, debí soñarlo, no puede ser cier-
to... (Vuelve a imaginar su mundo.) Sí... te acariciaba... tú me sonreías, y yo...
yo... (Agitada de nuevo.) No puede ser. Ha sido un mal sueño. Sólo estába-
Mariam Budia
37
mos tú y yo, él no ha intervenido. (Despertando a RETENIDA 2.ª.) Despierta,
despierta, por favor. Despierta.
RETENIDA 2.ª.- Qué ocurre. Buenos días, tardes, noches, querida mamaíta.
RETENIDA 1.ª.- No, ahora no quiero jugar. ¿Qué ha sucedido?
RETENIDA 2.ª.- De qué hablas.
RETENIDA 1.ª.- Hace unos instantes, antes de dormirnos.
RETENIDA 2.ª.- No puedo contestarte. Llevo durmiendo toda la eternidad.
RETENIDA 1.ª.- No empieces con tus historias, no es el momento.
RETENIDA 2.ª.- ¿Dónde está mi ropa?
RETENIDA 1.ª.- (Con nerviosismo.) Olvídate de tu ropa.
RETENIDA 2.ª.- Estamos horribles... me duele la cabeza... Es como si hubiese
tomado algo... como si...
RETENIDA 1.ª.- Otra vez los paseantes... Han estado aquí, seguro. (Mira hacia la
ventana. Un paseante, anciano y sonriente, observa la escena.) ¿Qué ha pa-
sado? ¿Recuerdas algo? ¿Ha estado él aquí? Dime, ¿recuerdas algo?
RETENIDA 2.ª.- ¿Él? ¿Hombre Elegante?
RETENIDA 1.ª.- Hombre Elegante.
RETENIDA 2.ª.- Él siempre está con nosotras.
RETENIDA 1.ª.- No te evadas.
RETENIDA 2.ª.- ¿Evadirme? Eso quisiera. (Vuelve a recostarse.) Déjame dormir.
(Hablando entre dientes.) Evadirme, evadirme, evadirme... (Se yergue enfa-
dada.) Sólo contesto a tus preguntas... Y cállate. Me aburres con tu interés.
¡Déjame en paz! No cambiarás nunca. Preguntas, preguntas y más pregun-
tas. Cuando yo interrogo, tus repuestas no conducen a ninguna parte, ancia-
na decrépita. (Vuelve a tumbarse.) ¡Déjame dormir!
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué estás diciendo? Antes me besaste, lo sé. Eso no he podido
imaginarlo. Era demasiado real.
RETENIDA 2.ª.- (Continúa tumbada.) Ahora sí que estás totalmente loca.
RETENIDA 1.ª.- No estoy loca. Me amas, me amas, me lo has demostrado...
RETENIDA 2.ª.- No te amo, a él sí. (Tranquilizándose.) Va a ayudarme.
RETENIDA 1.ª.- Mientes.
Al soslayo
38
RETENIDA 2.ª.- No.
RETENIDA 1.ª.- Quieres hacerme sufrir.
RETENIDA 2.ª.- Sólo un poco.
RETENIDA 1.ª.- Yo creía...
RETENIDA 2.ª.- Tú no crees nada. Siempre me has odiado porque te recordaba a
tu hija, pero no soy ella.
RETENIDA 1.ª.- Pensaba que tú...
RETENIDA 2.ª.- (Se levanta.) No te amo. ¿Te lo repito? No te amo.
RETENIDA 1.ª.- ¿Y él? ¿También forma parte de esto? Él estaba con nosotras, lo
recuerdo perfectamente.
RETENIDA 2.ª.- Estaba conmigo.
RETENIDA 1.ª.- ¿Por qué no reaccioné? Lo permití, no supe responder, lo permití.
RETENIDA 2.ª.- Me hizo el amor.
RETENIDA 1.ª.- (Displicente.) El amor.
RETENIDA 2.ª.- No estás entendiendo nada. (Reconciliadora.) Creíste conseguir-
me, pero no pasó nada, sólo crees que pasó, pero no fue así.
RETENIDA 1.ª.- Creía que después de todo lo que hemos pasado juntas llegarías
a amarme como yo te amo. (Pausa.) Todo lo he hecho pensando en ti. Todo
por ti, todo por ti, por ti. Eres lo único que tengo...
RETENIDA 2.ª.- No sigas, no puedo creerte.
RETENIDA 1.ª.- Creí que podríamos aprender a vivir juntas, la una con la otra, sin
necesidad de nadie más. Tú y yo por siempre, desde siempre y para siempre.
RETENIDA 2.ª.- Si pretendes conmoverme...
RETENIDA 1.ª.- (Vistiéndose.) ¿Por qué a ese hombre le permites amarte y a mí
no? Él nos retiene aquí, te utiliza, quiere manipularte... Yo sólo quiero la parte
de ti que me pertenece, esa parte de mí que perdí y que sólo puedo recupe-
rar a tu lado.
RETENIDA 2.ª.- Estás mucho más trastornada de lo que pensaba...
RETENIDA 1.ª.- Sólo te tengo a ti. Tú eres la única persona a quien puedo dar
todo mi amor. (Comienza a llorar.)
Mariam Budia
39
RETENIDA 2.ª.- Jamás te amaré. (Pausa.) Un día nos encontramos aquí porque la
estúpida casualidad quiso que estos criminales se cebaran con nosotras. Na-
da más, no sé quién eres, no sé quiénes fueron ni tu marido ni tu hija, y lo
cierto es que me importa un bledo. (Pausa.) Seguro que te abandonaron por-
que no podían soportarte. (Llora.) No te soporto, no te quiero, me das asco,
¿me oyes? Lo único que anhelo es dejar de ver tu estúpida cara lo antes po-
sible.
RETENIDA 1.ª.- Tenemos mucho tiempo.
RETENIDA 2.ª.- Nuestro tiempo no ha existido nunca.
RETENIDA 1.ª.- No digas eso.
RETENIDA 2.ª.- Nunca.
(HOMBRE ELEGANTE aparece portando mesas pequeñas y plegables de
campamento, dos sillas, dos velas, dos folios, dos plumas y dos tinteros. Coloca
las cosas para que las mujeres escriban.)
RETENIDA 1.ª.- Cuando las alas crecen es mejor que intentemos utilizarlas, pues
quedarán atrofiadas siendo pasto de los instigadores buitres que vuelan so-
bre nuestras grasientas cabezas.
RETENIDA 2.ª.- No pretendo rectificar nada de lo que fue mi vida, sólo quiero ex-
presar lo que siento cuando miro hacia atrás, cuando mi nariz observa el
horizonte...
RETENIDA 1.ª.- Mirando el curso de los milenios percibo la derrota escrita en mi
frente con letras rojas, bien marcadas, claras...
RETENIDA 2.ª.- El horizonte que se aproxima no describe mi esperanza. Plasma
la ilusión del vuelo sobre las irregularidades de mi entorno. No intentaré sa-
ber más. Conozco lo suficiente para regresar al pasado desde otra perspecti-
va.
RETENIDA 1.ª.- Claras sombras que me explican lo indeciso de mi naturaleza, de
mi condición. El equívoco se mueve paso a paso en la plenitud de mi figura
consternada.
Al soslayo
40
RETENIDA 2.ª.- El amor es un gran junco abatido, derrotado antes de luchar. Una
fuerza equiparable a la contradicción humana de la noche. La sombra de la
energía hecha fuego...
RETENIDA 1.ª.- Quisiera morir y no sé cómo hacerlo. Intento retorcer mi alma para
sangrar mi espíritu, pero no sale nada... sólo humo y aliento.
RETENIDA 2.ª.- ¿Cómo hablar de sus manos si apenas puedo escribir con las
mías? Sólo los retazos de mis uñas pueden arañar el viento que sopla seco
en mi garganta.
RETENIDA 1.ª.- ¿Cómo exigir perdón si no puedo perdonarme a mí misma? Ni el
rezo le sirve a mi cansada espalda arqueada.
RETENIDA 2.ª.- Mi lecho apesta como tumba de almohada.
RETENIDA 1.ª.- Mi cama está helada de calor de cuerpo.
RETENIDA 2.ª.- Mis ojos arden de pasión cuando lo veo. ¿Cómo evitar semejante
desviación?
RETENIDA 1.ª.- Mis fríos ojos se hunden en sus cuencas vacías de ocio.
RETENIDA 2.ª.- Mi pecho palpita en su boca como un animal enfermo que muere
sin resuello.
RETENIDA 1.ª.- Cuelga mi pecho como un ampuloso reloj descompasado frente a
la arruga escrita en el agua.
RETENIDA 2.ª.- Hace calor, mucho calor.
RETENIDA 1.ª.- Hace frío, mucho frío.
RETENIDA 2.ª.- Él es mi única esperanza.
RETENIDA 1.ª.- No me atrevo.
RETENIDA 2.ª.- Nunca saldrá de aquí.
RETENIDA 1.ª.- Miente, miente, a ella también.
RETENIDA 2.ª.- Las cuerdas no sujetarán jamás mis manos.
RETENIDA 1.ª.- Todos mienten.
RETENIDA 2.ª.- De nuevo la libertad, como cuando no existía.
RETENIDA 1.ª.- (Preguntando a RETENIDA 2.ª.) ¿La libertad?
RETENIDA 2.ª.- No, yo.
Mariam Budia
41
(Continúan escribiendo, de nuevo sin prestarse atención.)
RETENIDA 1.ª.- La tormenta. Todo borrado por una nube azul de terciopelo redu-
cida a manchas. Manchas como las de mi vida, como las de mi memoria... de
mi juventud, de mi infancia... Manchas y errores. Manchas y errores.
RETENIDA 2.ª.- La muerte es la única vida posible. Siento que mi tiempo se acer-
ca. Voy a conocer lo que significa la hora... Nada será tan certero como la de-
función y el descanso sobre la tierra. No sufriré. Descansaré tranquila. Sólo
los gusanos recitarán mi nombre, pero tendrán que acostumbrarse a su sole-
dad... no pienso hacerles compañía.
RETENIDA 1.ª.- No sé cómo encontrar la solución, pero tarde o temprano apare-
cerá.
(HOMBRE ELEGANTE entra en escena sacando lustre a su Beretta 9 mm.
Se coloca de espaldas al público, entre las dos mujeres.)
HOMBRE ELEGANTE.- ¿Habéis terminado?
(HOMBRE ELEGANTE recoge los papeles, tinteros y plumas. El resto queda
en escena. Desaparece. Entra una vez más con dos pañuelos negros y cubre
los ojos de las mujeres con ellos. Observa. Las mujeres están de pie con los
ojos vendados. Las mujeres bailan juntas, de nuevo, esta vez sin música,
evidentemente asustadas. A partir de ahora, el miedo será patente incluso en
los juegos. HOMBRE ELEGANTE recoge los pañuelos y sale.)
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué hora será?
RETENIDA 2.ª.- No lo sé.
RETENIDA 1.ª.- Es imposible no saberlo.
RETENIDA 2.ª.- No tengo que saberlo, no me importa.
RETENIDA 1.ª.- Adivina el momento.
RETENIDA 2.ª.- Es la hora de ser felices.
Al soslayo
42
RETENIDA 1.ª.- ¿Tan tarde?
RETENIDA 2.ª.- Tan pronto.
RETENIDA 1.ª.- Tengo los pies metidos en agua.
RETENIDA 2.ª.- Yo en chocolate.
RETENIDA 1.ª.- Alrededor de tus pies hay churros.
RETENIDA 2.ª.- ¿Dónde?
RETENIDA 1.ª.- En el chocolate, a ambos lados de tus pies.
RETENIDA 2.ª.- Es verdad... ¡Son de preciosos colores! No voy a poder comerlos.
RETENIDA 1.ª.- Son para ti.
RETENIDA 2.ª.- No los alcanzo. Están muy profundos. El chocolate está tan espe-
so que me resulta difícil verlos. (Pausa.) Mira, creo que se acercan a ti.
RETENIDA 1.ª.- Se acercan a mí, pero ya no son churros. Son peces de variados
colores. Se mueven alrededor de mis pies, me hacen cosquillas.
RETENIDA 2.ª.- Mira, se parece a tu marido. (Riendo.) Seguro que ha vuelto del
mundo de los muertos para saludarte. No puede vivir sin ti.
RETENIDA 1.ª.- No, este pez es mucho más guapo, mucho más guapo. La de co-
lor verde es su mujer, y sus hijos están detrás de él.
RETENIDA 2.ª.- Estoy cansada.
RETENIDA 1.ª.- Nosotras siempre estamos cansadas.
RETENIDA 2.ª.- Esta vez es diferente.
RETENIDA 1.ª.- El padre se está comiendo a las crías...
RETENIDA 2.ª.- Estoy cansada de verdad.
RETENIDA 1.ª.- No ha dejado ni las espinas...
RETENIDA 2.ª.- Por fin cansada.
RETENIDA 1.ª.- Este pez también está cansado.
RETENIDA 2.ª.- Estoy cansada, no tengo fuerzas para continuar.
RETENIDA 1.ª.- Son muchas las cosas que nos han ocurrido. Hemos jugado de-
masiado y es hora de descansar. (Pausa.) No te preocupes, descansa, yo es-
taré contigo todo el tiempo. No voy a dejarte sola. No volveré a hacerte daño,
ya has sufrido bastante...
RETENIDA 2.ª.- Por fin entiendes.
Mariam Budia
43
RETENIDA 1.ª.- Te comprendo. (Pausa.) Has estado con él, pero comienzas a
descubrir que me amas. (Parece enajenada.) Por eso quiero que te relajes.
Dentro de unos años, cuando despiertes de tu sueño, descubrirás lo que sig-
nifico para ti. Mientras tanto, duerme. (Coge a RETENIDA 2.ª del brazo y la
recuesta en el camastro.)
RETENIDA 2.ª.- Estoy tan agotada que no voy a poder pelear contigo. Descansa-
ré, pero no voy a dormir. No quiero darte la oportunidad de sangrar mis pen-
samientos.
RETENIDA 1.ª.- Siempre piensas cosas negativas de mí. (Pausa.) Quiero que me
conozcas de verdad.
RETENIDA 2.ª.- No puedo conocerte porque no existes y jamás existirás.
RETENIDA 1.ª.- Cariño, estás cansada y no puedes pensar correctamente. Ya
hablaremos en otro momento.
RETENIDA 2.ª.- No habrá otro momento.
(Pausa larga.)
RETENIDA 1.ª.- (Susurrando.) Descansa.
RETENIDA 2.ª.- No puedo descansar.
RETENIDA 1.ª.- Te contaré un cuento...
RETENIDA 2.ª.- No quiero que digas nada.
RETENIDA 1.ª.- Érase una vez...
RETENIDA 2.ª.- Quiero escuchar.
RETENIDA 1.ª.- Hablaré...
RETENIDA 2.ª.- A ti, no.
RETENIDA 1.ª.- ¿Entonces?
RETENIDA 2.ª.- Quiero escuchar silencio.
RETENIDA 1.ª.- El silencio no puede escucharse.
RETENIDA 2.ª.- El silencio posee su melodía particular. Una melodía que varía
según la clase de silencio que reine.
RETENIDA 1.ª.- ¿Qué clase de melodioso silencio quieres escuchar?
Al soslayo
44
RETENIDA 2.ª.- El silencio de su amor.
RETENIDA 1.ª.- Érase una vez un, un, un, un, una, dos, aunque bien pensado tres
es un buen número.
RETENIDA 2.ª.- Éranse una vez...
RETENIDA 1.ª.- Sí.
RETENIDA 2.ª.- Éranse una vez un camello y un ciempiés.
RETENIDA 1.ª.- Éranse una vez un camello y un ciempiés, sí.
RETENIDA 2.ª.- Un camello y un ciempiés caminando sobre un olivo...
RETENIDA 1.ª.- No se puede caminar sobre un olivo.
RETENIDA 2.ª.- Caminaban sobre un olivo cubierto de espinas...
RETENIDA 1.ª.- No es posible. Pueden caminar por el desierto, por las rocas...
RETENIDA 2.ª.- Sobre un olivo cubierto de espinas que observaba sus pasos...
RETENIDA 1.ª.- Debes descansar.
RETENIDA 2.ª.- Eran examinados cuidadosamente mientras caminaban, mientras
respiraban, mientras soñaban... Solos, creyéndose solos.
RETENIDA 1.ª.- (No quiere escuchar.) Jugaré a las cartas.
RETENIDA 2.ª.- Sus pies fueron atacados por las espinas. Comenzaron a sangrar,
a debilitarse, pero intentaban continuar, cada vez más débiles... Poco a poco,
la sangre teñía el olivo de un fuerte color amargo...
RETENIDA 1.ª.- (Buscando las cartas.) ¿Has visto mi baraja?
RETENIDA 2.ª.- Y la sangre iba espesando como el chocolate de mi vida, de la
misma manera, con el mismo olor...
RETENIDA 1.ª.- ¿No me escuchas?
RETENIDA 2.ª.- Un olor profundo y somnoliento...
RETENIDA 1.ª.- ¿La has cogido?
RETENIDA 2.ª.- Se quedaron dormidos. ¿Qué podían hacer? De pronto, las espi-
nas comenzaron a crecer. Tomaron sus formas, sus pensamientos, sus ilu-
siones y sus amargas frustraciones...
RETENIDA 1.ª.- Necesito jugar a las cartas.
RETENIDA 2.ª.- Las espinas fueron creciendo, acumulando la sabiduría de los
desapercibidos animales a los que aniquilaron...
Mariam Budia
45
RETENIDA 1.ª.- Necesito jugar a las cartas.
RETENIDA 2.ª.- Pero cayeron en su propia trampa...
RETENIDA 1.ª.- Necesito jugar a las cartas. ¡Necesito jugar a las cartas! No pararé
de hablar hasta que me des las cartas. Dame las cartas.
RETENIDA 2.ª.- (Gritando.) No tengo tus malditas cartas. (Pausa.) Crecieron y
dieron paso a otras espinas que al igual que ellas comenzaron a formarse
con su imagen.
RETENIDA 1.ª.- No mientas. ¿Dónde diablos las has puesto?
RETENIDA 2.ª.- (Rindiéndose.) No las he puesto en ningún sitio.
RETENIDA 1.ª.- Se las habrá llevado el viento, ¿verdad?
RETENIDA 2.ª.- No, se las habrá llevado él.
RETENIDA 1.ª.- Sí, tu queridísimo.
RETENIDA 2.ª.- Sí, mi queridísimo.
RETENIDA 1.ª.- Llama a tu amiguito y dile que te dé la baraja.
RETENIDA 2.ª.- No puedo llamarle. Vendrá cuando crea conveniente.
RETENIDA 1.ª.- Si tanto te quiere vendrá si le llamas.
RETENIDA 2.ª.- Acudirá cuando deba.
RETENIDA 1.ª.- Tienes miedo. No le llamas porque sabes que no vendrá.
RETENIDA 2.ª.- (Pausa.) Él haría cualquier cosa por mí.
RETENIDA 1.ª.- Entonces llama bien fuerte, seguro que ni te escucha.
RETENIDA 2.ª.- (Tras pensarlo detenidamente, encuentra el valor necesario para
decir su nombre.) Hombre Elegante, quiero que vengas, ¡ven! (Asustada, ro-
gando.) Ven, por favor, ven, ven.
(Pausa tensa.)
RETENIDA 1.ª.- No viene. (Pausa.) No vendrá.
RETENIDA 2.ª.- (Muy asustada.) Vendrá. (Rogando en voz baja.) Por favor, por
favor, por favor...
(HOMBRE ELEGANTE aparece en escena. Besa a RETENIDA 2.ª.)
Al soslayo
46
RETENIDA 2.ª.- Pregunta por sus cartas. (Con temor.) Piensa que las tienes tú.
RETENIDA 1.ª.- (A RETENIDA 2.ª, susurrando.) Pídeselas, por favor.
HOMBRE ELEGANTE.- No tengo tus cartas. Se las habrán llevado los otros. (Be-
sa de nuevo a RETENIDA 2.ª y sale.)
RETENIDA 1.ª.- Mentiroso, mentiroso...
RETENIDA 2.ª.- Ha venido, le he llamado y ha venido... (Pausa.) Me ama, me
ayudará... (Hacia RETENIDA 1.ª, con aire de suficiencia.) ¿Y a ti quién te
ama?
RETENIDA 1.ª.- No quieres reconocerlo pero me amas. Eres más testaruda que tu
padre. ¡Dime que me amas!
RETENIDA 2.ª.- Otra vez con el jueguito...
RETENIDA 1.ª.- Dímelo.
RETENIDA 2.ª.- No.
RETENIDA 1.ª.- Dímelo.
RETENIDA 2.ª.- No.
RETENIDA 1.ª.- Dímelo, dímelo.
RETENIDA 2.ª.- He dicho que no.
RETENIDA 1.ª.- Necesito que me lo digas.
RETENIDA 2.ª.- No, no, no, no, no, no, no, y no.
RETENIDA 1.ª.- Me lo vas a decir.
RETENIDA 2.ª.- Ya no puedes hacerme daño.
RETENIDA 1.ª.- Puedo.
RETENIDA 2.ª.- No, porque no siento nada por ti.
RETENIDA 1.ª.- No quiero verte más.
RETENIDA 2.ª.- Me marcharé cinco pasos... quince... quizás veinte. ¿Recuerdas?
RETENIDA 1.ª.- Recuerdo.
RETENIDA 2.ª.- Me alegro, puedo comprobar que tu cabeza aún funciona media-
namente bien.
(Pausa larga.)
Mariam Budia
47
RETENIDA 1.ª.- Está lloviendo.
RETENIDA 2.ª.- Llueve.
RETENIDA 1.ª.- Nos estamos mojando.
RETENIDA 2.ª.- Es un buen presagio.
RETENIDA 1.ª.- De qué.
RETENIDA 2.ª.- De mi final.
RETENIDA 1.ª.- Ni tú ni yo tendremos nunca final.
RETENIDA 2.ª.- Tú tal vez, yo, seguro.
RETENIDA 1.ª.- Nosotras, como todo el mundo, estamos condenadas a padecer
continuamente. No existe nuestro final.
RETENIDA 2.ª.- (Tranquila y feliz.) Antes también pensaba que estábamos conde-
nadas a padecer, pero he podido ver muy claro que existe una forma de evi-
tarlo.
RETENIDA 1.ª.- No seas necia.
RETENIDA 2.ª.- Por primera vez en mi vida, no lo soy.
RETENIDA 1.ª.- ¿Cuál es la fórmula mágica que yo desconozco?
RETENIDA 2.ª.- No puedo explicártelo, no lo comprenderías.
RETENIDA 1.ª.- No estés tan segura.
RETENIDA 2.ª.- No quiero que pienses que esto lo decidí hace mucho tiempo y
que no he querido decírtelo. Antes estaba tan condenada como tú, pero he
visto la salida.
RETENIDA 1.ª.- Si de verdad has encontrado una salida, ayúdame.
RETENIDA 2.ª.- La muerte.
RETENIDA 1.ª.- Pero ya estamos muertas.
RETENIDA 2.ª.- Lo estamos y lo estaremos. Muertas en vida, sin poder decidir,
porque los paseantes nos colocaron aquí para permanecer eternas.
RETENIDA 1.ª.- ¿Eternas?
RETENIDA 2.ª.- Él me dará la vida.
RETENIDA 1.ª.- Cómo.
RETENIDA 2.ª.- Con la muerte.
Al soslayo
48
RETENIDA 1.ª.- No te comprendo.
RETENIDA 2.ª.- Renaceré, en cambio tú morirás con la vida, perteneciéndoles
eternamente con tu sufrimiento.
RETENIDA 1.ª.- ¿A ellos?
RETENIDA 2.ª.- A ellos. (Mira hacia la ventana. Dos paseantes observan. Parece
no temer nada, ya no susurra, grita hacia los paseantes.) ¡Se sentirán supe-
riores mientras duren sus mezquinas vidas! (Pausa.) Ahora soy tan mediocre
como tú, tú como yo... pero él me ayudará... porque... a su manera... a su
manera, me quiere. (Pausa.) Si hubieras sido valiente...
RETENIDA 1.ª.- Mi ruina.
RETENIDA 2.ª.- Ahora comienzas a entender.
RETENIDA 1.ª.- Sí.
(HOMBRE ELEGANTE aparece con una bandeja que deposita sobre el baúl.
Acaricia a RETENIDA 2.ª, mira a RETENIDA 1.ª, pero no se ríe. Desaparece.
Las mujeres comienzan a comer. RETENIDA 2.ª tiene apetito.)
A tu padre tuvieron que ayudarlo.
RETENIDA 2.ª.- Sí.
RETENIDA 1.ª.- ¿Quién pudo hacer semejante cosa?
RETENIDA 2.ª.- Una mujer elegante.
RETENIDA 1.ª.- Es difícil de creer.
RETENIDA 2.ª.- Sí.
RETENIDA 1.ª.- ¿Cuánto nos queda?
RETENIDA 2.ª.- Depende.
RETENIDA 1.ª.- ¿De qué?
RETENIDA 2.ª.- Depende de él.
RETENIDA 1.ª.- ¿También dependo de él?
RETENIDA 2.ª.- Tú dependes de ti misma, igual que yo, pero no quieres darte
cuenta.
RETENIDA 1.ª.- ¿Entonces?
Mariam Budia
49
RETENIDA 2.ª.- Te queda toda la eternidad.
RETENIDA 1.ª.- ¿Y a ti?
RETENIDA 2.ª.- Muy poco.
(Pausa larga.)
RETENIDA 1.ª.- No tengo hambre.
RETENIDA 2.ª.- Me comeré tu parte.
RETENIDA 1.ª.- Perderás tu figura.
RETENIDA 2.ª.- Nunca tuve figura.
RETENIDA 1.ª.- Estás muy extraña. No pareces la misma.
RETENIDA 2.ª.- Es la felicidad.
RETENIDA 1.ª.- ¿Desde cuándo conoces la felicidad?
RETENIDA 2.ª.- Desde el momento en que acudió a mi llamada.
RETENIDA 1.ª.- Me gustaría conocerla...
RETENIDA 2.ª.- Tuviste tu oportunidad. Ahora es tarde. No te dejará.
RETENIDA 1.ª.- Quién.
RETENIDA 2.ª.- A veces pienso que te conozco mucho menos de lo que...
RETENIDA 1.ª.- Yo casi nunca te entiendo.
RETENIDA 2.ª.- Nunca nos hemos entendido.
RETENIDA 1.ª.- ¿Quién no me dejará?
RETENIDA 2.ª.- Hombre Elegante.
RETENIDA 1.ª.- Me lo figuraba.
RETENIDA 2.ª.- Pero no sólo él.
RETENIDA 1.ª.- Nadie más puede impedirlo. Estamos solas.
RETENIDA 2.ª.- Te olvidas de algo muy importante...
RETENIDA 1.ª.- ¿Algo muy importante?
RETENIDA 2.ª.- Muy importante... No es una persona, son varias.
RETENIDA 1.ª.- Sí, son muchísimas.
RETENIDA 2.ª.- Ellos.
RETENIDA 1.ª.- Los paseantes.
Al soslayo
50
RETENIDA 2.ª.- A ti no te dejarán, hace tiempo que conmigo no se meten.
RETENIDA 1.ª.- Me da igual que se metan contigo o conmigo, el caso es meterse
con alguien. (Pausa.) No pueden vivir de otra forma. Necesitan vernos inferio-
res, reírse de nosotras... Es la única manera de poseer su efímera y repug-
nante existencia. Necesitan mirarnos, aniquilarnos y borrar nuestro recuerdo
para así comer tranquilos.
RETENIDA 2.ª.- No tenemos capacidad de pensamiento ni posibilidad de opinión.
(Por la comida.) ¡Está rica! (Pausa.) No tenemos ningún poder y ellos lo tie-
nen todo. Nadie vino a ayudarnos, nadie vendrá.
RETENIDA 1.ª.- Al rostro de una hermosa mujer le han salido pecas, máculas co-
mo nosotras. Ellos maquillarán su faz perfilando el olvido. (Pausa.) Y nos de-
jan aquí, porque sólo somos dos mujeres frente a millones de habitantes que
ya se han olvidado. (Pausa.) La prensa no dirá nada, sólo los allegados nos
recordarán de vez en cuando, lo suficiente para sentirse más humanos.
(Pausa.) Y si algún periódico nos dedica un pequeño artículo, contrarrestarán
con otro que hable de la boda de algún famosillo mediocre. (Pausa.) Nos
hemos convertido en la lacra dolorosa que quieren olvidar. ¡Y vaya si olvidan!
(Pausa.) Seguiremos en este rincón mientras los paseantes esbozan su ca-
mino delante de nosotras, al soslayo.
(Pausa larga.)
RETENIDA 2.ª.- Te quiero.
RETENIDA 1.ª.- Quédate conmigo.
RETENIDA 2.ª.- Es demasiado tarde.
RETENIDA 1.ª.- No es demasiado tarde. Podemos comenzar a vivir otra vida.
RETENIDA 2.ª.- Lo he pensado mucho...
RETENIDA 1.ª.- Cambiaré, te lo prometo, seré distinta a partir de ahora. Te lo de-
mostraré si te quedas conmigo.
RETENIDA 2.ª.- No tienes que demostrarme nada. Eres una mujer excelente so-
metida a una tensión extrema. (Pausa.) No debes cambiar.
Mariam Budia
51
(Pausa larga.)
RETENIDA 1.ª.- ¿Cómo vas a hacerlo?
RETENIDA 2.ª.- Dejándolo todo.
RETENIDA 1.ª.- ¿Cuándo te vas?
RETENIDA 2.ª.- ¿El momento exacto? Él lo decidirá por mí.
RETENIDA 1.ª.- Quiere ayudarte.
RETENIDA 2.ª.- Quiere ayudarme porque le importo, pero no puede cambiar lo
que es... Ha encontrado el término medio.
RETENIDA 1.ª.- ¿Lo crees de verdad?
RETENIDA 2.ª.- No.
(Pausa larga.)
RETENIDA 1.ª.- Tal vez te quiera.
RETENIDA 2.ª.- Tal vez un poco.
RETENIDA 1.ª.- ¿Y tú?
RETENIDA 2.ª.- Me enamoré de él cuando prometió ayudarme.
RETENIDA 1.ª.- ¿De verdad?
RETENIDA 2.ª.- No.
(Pausa larga.)
RETENIDA 1.ª.- Te envidio.
RETENIDA 2.ª.- No sé el porqué.
RETENIDA 1.ª.- Debo hacerlo.
(HOMBRE ELEGANTE aparece para llevarse la bandeja.)
HOMBRE ELEGANTE.- Volveré pronto y podrás descansar. (Sale sonriendo.)
Al soslayo
52
RETENIDA 1.ª.- Llévame contigo.
RETENIDA 2.ª.- No puede ser.
RETENIDA 1.ª.- Por favor.
RETENIDA 2.ª.- No tendrías valor.
RETENIDA 1.ª.- Moriré sin ti.
RETENIDA 2.ª.- Vivirás.
RETENIDA 1.ª.- No tengo fuerzas, no me importa lo que suceda después.
(Pausa larga.)
¿Soñamos por última vez? No niegues la última voluntad de una arrepentida
solitaria.
(Ambas comienzan el último y más triste de los juegos.)
RETENIDA 2.ª.- Por última vez.
RETENIDA 1.ª.- Hoy es el día de tu comunión y debes estar muy guapa. Arréglate
el cabello. Toda la familia ha venido a verte... (susurrando), con muchos rega-
los.
RETENIDA 2.ª.- No recuerdo mi primera comunión.
RETENIDA 1.ª.- Parecías una novia.
RETENIDA 2.ª.- Creo que no recibí la comunión.
RETENIDA 1.ª.- ¡No seas tonta! Comulgaste, y ¡bien guapa que estabas aquel día!
RETENIDA 2.ª.- Bueno, sí, comulgué.
RETENIDA 1.ª.- Ahora que has decidido dejarme, podrías hacerme este favor...
RETENIDA 2.ª.- Qué ridículo.
RETENIDA 1.ª.- Voy a darte la comunión para que cuando te vayas, puedas des-
cansar en paz junto a tu padre.
RETENIDA 2.ª.- Quiero descansar en paz, así que espero no encontrarme con tu
marido. Seguro que me pregunta por ti. ¡Qué fastidio!
Mariam Budia
53
RETENIDA 1.ª.- (Buscando en el suelo restos de comida. Encuentra un pequeño
trozo de pan.) Colócate delante de mí.
RETENIDA 2.ª.- Puedes comenzar.
RETENIDA 1.ª.- Espera, debes estar de rodillas.
RETENIDA 2.ª.- ¡Siempre arrodillada! Bueno, si la gran sacerdotisa así lo quiere,
no contrariaré su voluntad. Así sea, señora entre las señoras. (La impotencia
invade a las mujeres. Utilizan el juego como despedida, extremaunción.)
RETENIDA 1.ª.- Tomad y comed todas de ella, porque es mi carne, carne que será
entregada por vosotras y por todas las mujeres, para el perdón de los peca-
dos. Haced esto en conmemoración mía.
RETENIDA 2.ª.- Amén.
RETENIDA 1.ª.- Eso no se dice ahora.
RETENIDA 2.ª.- Perdón, es todo lo que sé decir.
RETENIDA 1.ª.- (Poniendo en la mano de RETENIDA 2.ª el trozo de pan.) En
conmemoración mía...
RETENIDA 2.ª.- Amén.
RETENIDA 1.ª.- (Elevando el volumen de su voz.) En conmemoración mía...
RETENIDA 2.ª.- Amén, amén, ¡amén!
RETENIDA 1.ª.- ¡Come!
RETENIDA 2.ª.- ¿Por qué no lo has dicho antes?
RETENIDA 1.ª.- Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y dándote gra-
cias, señora, lo pasó a sus discípulas diciendo: tomad y bebed todas de ella,
porque es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derrama-
da por todas vosotras para el perdón de los pecados. Haced esto en conme-
moración mía.
RETENIDA 2.ª.- Amén.
RETENIDA 1.ª.- ¡Bébete la sangre!
RETENIDA 2.ª.- ¿Qué sangre?
RETENIDA 1.ª.- (Señalando hacia la fuente-lavabo.) Ve y bebe.
RETENIDA 2.ª.- Pero sin peleas, ¿vale? (Bebe.)
Al soslayo
54
RETENIDA 1.ª.- Nunca nos hemos peleado, siempre jugábamos.
RETENIDA 2.ª.- ¡Bonitos juegos realizas tú!
RETENIDA 1.ª.- (Dubitativa.) Es... es... el sacramento de nuestra fe.
RETENIDA 2.ª.- Amén.
RETENIDA 1.ª.- Di las palabras.
RETENIDA 2.ª.- ¿Las palabras?
RETENIDA 1.ª.- Sí, ahora es el momento.
RETENIDA 2.ª.- ¿Las palabras mágicas?
RETENIDA 1.ª.- Las palabras sagradas.
RETENIDA 2.ª.- Abracadabra, pata de cabra.
RETENIDA 1.ª.- ¡No seas sacrílega!
RETENIDA 2.ª.- ¿Qué significa sacrílega?
RETENIDA 1.ª.- Hija, significa hija.
RETENIDA 2.ª.- Palabras sagradas.
RETENIDA 1.ª.- Dirás: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven,
señora».
RETENIDA 2.ª.- Anunciamos tu resurrección, proclamamos tu muerte...
RETENIDA 1.ª.- Las has dicho al revés. Anunciamos tu muerte... repite conmigo.
RETENIDA 2.ª.- Anunciamos tu muerte...
RETENIDA 1.ª.- Proclamamos tu resurrección...
RETENIDA 2.ª.- Proclamamos tu resurrección...
RETENIDA 1.ª.- Ven, señora.
RETENIDA 2.ª.- Ven, señora.
RETENIDA 1.ª.- Muy bien, muy bien. Ahora lo haremos correctamente. Cuando
oigas que yo digo nuestra fe, entonces tú respondes lo que te he enseñado.
RETENIDA 2.ª.- ¿Después me dejarás en paz?
RETENIDA 1.ª.- Sí.
RETENIDA 2.ª.- ¿Ya no tendré que responderte?
RETENIDA 1.ª.- No tendrás que hacerlo. (Pausa.) Atención.
RETENIDA 2.ª.- Atenta estoy.
RETENIDA 1.ª.- El sacramento de nuestra fe...
Mariam Budia
55
RETENIDA 2.ª.- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven, seño-
ra... ¿Cuál era el nombre?
RETENIDA 1.ª.- No he dicho ningún nombre.
RETENIDA 2.ª.- ¿No?
RETENIDA 1.ª.- No.
RETENIDA 2.ª.- Amén.
(Ahora que el juego ha terminado, las mujeres respiran tranquilas.)
RETENIDA 1.ª.- Ahora estás preparada.
RETENIDA 2.ª.- (Con impaciencia.) No puedo esperar más.
RETENIDA 1.ª.- Siempre has estado esperando.
RETENIDA 2.ª.- Tú también.
RETENIDA 1.ª.- Todos esperamos.
RETENIDA 2.ª.- Pero sólo unos pocos lo saben.
RETENIDA 1.ª.- Sólo unos pocos creen saberlo.
(Pausa tensa. HOMBRE ELEGANTE entra con su pistola en la mano.)
HOMBRE ELEGANTE.- Vamos... no tengo todo el día.
RETENIDA 1.ª.- Quiero que me des tu perdón.
RETENIDA 2.ª.- No tengo nada que perdonar, pero si va a hacer que te sientas
mejor...
RETENIDA 1.ª.- Sin embargo... te vas.
HOMBRE ELEGANTE.- ¡Vamos!
RETENIDA 2.ª.- Después de tantos años... nunca te he dicho mi nombre. Me llamo
Marta, como tu hija, y he aprendido a quererte. (Pausa.) ¿No vas a decirme el
tuyo?
RETENIDA 1.ª.- No lo recuerdo. Mi nombre... Creo que era... creo que es... Espe-
ranza.
RETENIDA 2.ª.- Esperanza... Bonito nombre. No vuelvas a olvidarlo.
Al soslayo
56
(HOMBRE ELEGANTE y RETENIDA 2.ª salen. Ambos son sombras chines-
cas que pueden observarse entre brumas. Se escucha un disparo y una
sombra cae al suelo.)
RETENIDA 1.ª.- Escapó. (Riendo, muy feliz.) ¡Escapó! ¡Escapó!
FIN
Mariam Budia
57