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M .I s e e I l'
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de obligar a la palabra a que implique másde lo que quizá pueda soportar. Su motivo real para hacerlo así, supongo, es encontrar una expresión precisa a su contenido; se halla empeñado en un juegopuramente personal, que involucra a todoaquel que lo lee; pero su victoria no es ciertamente una victoria del lenguaje, sino unavictoria por el lenguaje. "Formular las palabras propiciatorias -como escribe JuIieta Campos en sú participación - y poner las cosas en su lugar : entoncessabemos, por fin, que todo lo que crete
mas real es imaginario y todo lo que habramas supuesto imaginario es lo verdaderamente real."
El frecuentemente citado Jorge LuisBorges, quien con el lenguaje responde auna de sus inquietudes constantes, el problema de la identidad, también es reasumido por Monterroso en su obra. Borges,como fuera su costumbre, relacionó elmundo del relato con su propia vida 'por- o
que "al fin y al cabo -escribió-, al re-o ccrdarse en la literatura, no hay personaque no se encuentre consigo misma".
Franz Kafka, la otra piedra de toquemonterroseana, en vida sólo publicó algu
.nos pequeños volúmenes en los que se recogran relatos cortos de gran originalidadtemática y perfección Iingüfstica, por loque el autor fue apreciado y elogiadocomo maestro del formato breve y creador de fantásticos arabescos; igualmentela obra de Monterroso constituye en suconjunto un tesoro único e inapreciable enel que cada palabra es como un regalo valioso y sorprendente, para aquel que lIega a vislumbrar el secreto de dicha obra,porque lo mismo que toda obra de arteauténtica los' libros de Monterroso, comolos de Kafka, se han de interpretar no auryJ sino a varios niveles.
Monterroso no se ha dejado arrastrarpor lo descriptivo. De aqur la necesidad in-
trada de inteligencia y talento ganada para
la literatura.Efectivamente, como escribe Marco A .
Campos en la introducción del libro, Monterroso es un "artfflce de la línea y de laentrelínea". tiene ese"algo que permitea la frase decir siempre algo nuevo al serlerda". Es un estilista cuya esencia cualitativa consiste en añadir a un pensarnlento dado (en cuento, fábula , biogratra, ensayo o entrevista) todas las circunstanciascalculadas para crear de lleno el efecto queeste pensamiento debe producir. Estilocon Augusto Monterroso significa esa individualidad de expresión gracias a la cuallo podemos reconocer a pesar de la cantidad de elementos que intervienen en sustextos. En él hay esa peculiaridad personal, la técnica de exposición y la aplica ción de todo ello entendido como la másalta conquista de la literatura: la sugestiónplástica y emotiva de las palabras reducida al mrnimo.
Sabemos que con este escritor, comolo confirma Agustrn Monsreal dentro dellibro , siempre debemos esperar el "verbo o
incanjeable, el adverbio justo", y que porlo mismo a Monterroso " no se le puedeconocer y menos leer impunemente" .Para los efectos de contraste entre lo imaginativo y la realidad, entre la afectacióny la humorada que hace Monterroso ensus textos se requiere de la exactituden el lenguaje, y una de sus cualidades reside precisamente en la exactitud con queexpresa las percepciones referidas: ambasse dan simultáneamente en cualquiera desus libros; de Obras completas a Movimiento perpetuó, de La oveja negra a Lodemás es silencio o Viaje al centró de lafábula.
Una gran obra literaria, como la deAugusto Monterroso, no es tanto un triunfo del lenguaje, como una victoria sobreel lenguaje. Elescritor trata continuamente
Augusto Monterroso
De un ponedro que no sabIa si era ilusiónóptica
Libros
Sergio Mansalva
,ARTIFICEDE LA ,ENTRELINEA
Una vez que fue dibujado en el cartoncilla y su Jrnea de puntos bien defin ida, lastijeras comenza ron a recort ar al poliedrolentamente, tri s, tras, tr is, tras, como sesupone que recortan las tijera s, tris, tras,tris, tras.
Pegado con harina y agua caliente, osea engrudo, sint ió, de pronto, una fuer te comezón en la espalda y trató de aliviar la mediante los rasquidos de quien lo hiciera para exhib irlo al mundo, pero éstenunca supo exact amente en cuál de suslados se encontraba la columna vertebral .
Una pequeña fábula para ilustrar lo quesucede con la litera tura de Augusto Monterroso. Quien lo lee siempre le anexaráuna nueva cara, una nueva dimensión,pero jamás acertará a descubrir en él alverdadero Mon terroso que en el géneropor el cual se mueva parecerá contar conel rarlsirno don de la efecti va ubicuidad literaria.
En La literatura de Augusto Monterroso, el libro , se reúnen los comentarios yanálisis de críticos. autores y disdpulos delescritor. Éste es vist o desde diversos ángulos: como el maestro, el erudito, elescritor lúdico, el amigo, el observador de lanaturaleza humana , el humorista, el imaginativo, el literato sorpresivo, etcétera.Todo un caleidoscopio que habla de unsolo hombre y los distintos reflejos queproduce en los otros, en quienes lo rodeany lo leen. El Tito Monterroso de cada unose plasma en tantos conceptos y adjetivos que enlistarlos llevarla más cuartillasque las que él mismo ha escrito. La conclusión tan solo puede ser una: Monterroso es la auténtica personalidad compene-
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Salman Rushdie
OS VERSíCULOSTÁNICOS
Empieza a amanecer sobre el Canalde laMancha . Es invierno y las costas británicas están cubiertas de nieve. Escuchamoslos moto res de un avión secuestrado quese aproxima en la penumbra. No se le permite aterrizar en parte alguna, asl que lajefa del grupo terrorista que se apoderódéél tom a una decis ión desesperada: hacerlo estallar. Hacia el mar descienden fragmentos de cuerpos, de bebidas, butacasy recuerdos . Allá van también, en carda libre, dos actores , dos máscaras, dos personajes: Gibreel Farishta, estrella de lapantall a cuya especialidad es representardioses hindúes y héroes musulmanes (yque ha dejado atrás a una suicida), y Saoladin Chamcha, el hombre de las mil y unavoces, casado con una inglesa y adoradorde Inglaterra (y que viene huyendo de unamujer que lo tortura y lo ama). Caen losdos, agarrado uno al otr o, y los gritos queemiten se conv iert en en salmos y contrasalmos, en una rivalidad que los une y loshace diferentes y que se convert iré en lafuerza motora de esta novela. Milagrosamente, Gibreel y Saladin llegan vivos almar, y el mar los deposita en la playa. Perose trata de un milagro de dos filos, pues
Jorge Ruiz Esparza
UNA MIRADA ALO INVISIBLE
La literatura de Augusto Monterroso. Variosautores, México, No.48 delaColilcción decultura universitaria, Universidad Autónoma Metropolitana, 1988, 175 pp.
saciable de expresión, de aquí la interminable interpretación de circunstancias ni"mias y de incidentes banales que, pese atodo, cobran siempre formato de narraciónauténticamente poét ica, pues en sus obrasnuestro mundo se extingue para alumbraruna soslayada significación. Este "realismo llevado hasta sus últimas consecuencias", como bien lo apunta en el mismolibro Jorge van Ziegler, "goza de otra ver tiente no menos celebrada: esa suerte desátira donde Monterroso se ref iere a situaciones conocidas no sin encubrirlas conilusiones y alegres aleqorras" .
El sentimiento de indignación es funda mental en el satírlco Monterroso y no hayrazón para que esta perturbación de su seremotivo no se exprese en forma poética.Ciertamente, si la palabra es expresión natural de los más violentos modos de emo ción personal, es seguro el vehículo natural de la indignación. Pero la indignaciónpersonal de esta clase contra la humanidad misma, aunque sea la base de la sátira, no basta para la verdadera act itudsatírica, La sátira no es cuestión de resentimiento personal, sino de condenaciónimpersonal.
Al satírlco verdadero como Monterroso, le está vedado el arrebato del pasqu inero o del predicador fulminante, porquea lo que se dirige es a la parte racional delhombre, y su finalidad es disponer los hechos de tal manera que sus lectores, a pesar de sí, se vean obligados a referirlos asr mismos. Tal efecto es propio de la naturaleza monterroseana y depende de unaabsoluta economta de exposición, de talmodo que provoque el uso de la razón brin
dando placer estético.Desde sus Obras completas y otros
cuentos, publicadas hace 30 años, Augusto Monterroso ha construido un humor frfoy crftlco que, sustentado en una literatura de riqursima manufactura, se ha mantenido en el más alto nivel y sigue tan
campante.'De todo ello nos habla el libro La liters
tura de Augusto Monterroso, un libro quereúne las opiniones de variados autores entorno a un escritor del qUF! conocemos diversas caras, pero al cual cada lector reciente le descubrirá una nueva Y no menos insospechada. Augusto Monterrosoda para eso y más. O
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EL SIGLODE LUISXIV
LéonBloyEL ALMADE NAPOLEÓN
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A200 ANOSDE LA
REVOLUCIÓNFRANCESA
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