los motivos de marrero-muñoz

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  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    1/27

    Revista de

    Filosofa

    N 26 27 1997 2 3 165 191

    L os m o tivo s d e Marre ro .

    Re fo rmas f i losficas o universi tarias?

    Marreros ' s

    Motivat ion.

    Philosophical or University Reforms?

    i

    ngel Muoz Garca

    Universidad del

    Zulia

    Maracaibo

    -

    Venezuela

    R e s um e n

    Dentro del proyecto de trazar la Historia de la Filosofa en Venezuela,este tra

    bajo estudia los motivos aducidos en el juicio contra Baltasar de los Reyes Marrero,

    cuando ste introduce en s Ctedra las lneas de la Filosofa Moderna. Se plantean

    igualmente

    los

    motivos

    de

    Marrero,

    concluyendo conelloquela finalidad desteno

    slo era

    renovar

    la Filosofa, sino la Universidad completa.

    Palabras

    clave: FilosofaModerna

    Venezolana,

    Marrero, Universidad Colonial.

    Abs t r a c t

    As a part of the

    project

    to

    trace

    the history of

    philosophy

    in

    Venezuela,

    this

    work

    studies the adduced motivation behind the lawsuit brought against Baltasar de

    los

    Reyes Marrero

    when

    he

    introduced

    lines

    of

    modern philosophy

    inhis

    teachings.

    The motives of Marrero are adduced as well, concluding that his objective was not

    only to renewphilosophy, but thewholeuniversity structureas well.

    Keywords:

    Venezuelan Modern Philosophy, Marrero, Colonial

    University.

    Recibido: 02-06-97 Aceptado: 23-06-97

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    2/27

    166 Muoz Garca, A., Revista de Filosofa, N26-27,1997

    -

    2-3, pp.165-191

    Caracciolo Parra Len es quiz el nico historiador de la Filosofa Colonial

    Venezolana; al menos explcitamente. Su obra sigue siendo bsica, a pesar de los

    ms de sesenta aos que han transcurrido desde su aparicin . De entonces a hoy es

    mucho lo que los

    estudios histricos

    han ido

    aportando al tema.

    Sobre

    todo gracias a

    Ildefonso Leal, empeado febrilmente en proporcionar instrumentos de trabajo para

    ulteriores investigaciones. Se descubre en su obra la obsesin por la bsqueda de da

    tos que ofrecer; datos que ilustren los distintos aspectos que, a lo largo del tiempo,

    influyeron en los cambios culturales del Pas. Y, entre esos datos, un especial inters

    por los de la antigua Universidad de Caracas. De aqu a historiar el devenir de la Fi-

    losofa en

    nuestro Pas

    no

    hay

    ms que un paso, al que parece invitarnos

    constante-

    mente, indicando que su intencin eslade prestar una

    valiosa

    ayuda a una mejor

    comprensin de la evolucin de la cultura en nuestropas

    ; la de

    poner en manos

    e

    los estudiosos los viejos infolios que recogen enforma detallada la historiade la

    Universidad^; lade

    permitir

    a

    los investigadores

    disponer

    de un valioso instrumento

    de trabajo . [

    Una invitacin insinuada encontramos asimismo en Leal en referencia a la fi- [

    gura de Baltasar

    Marrero,

    instaurador de la Filosofa Moderna en Caracas en 1789:

    lo dolorosoes que el

    nombre

    de este

    inmortal maestro

    anpermanece desconocido

    para muchos , De hecho ha sido Leal quien ms datos ciertos ha aportado sobre el

    renovador. Queremos recoger aqu en parte esta invitacin, y revisar a la vez algu

    nos hechos que tuvieron que ver con la evolucin de la Filosofa en Venezuela. En

    concreto, nos ocuparemos del juicio abierto contra Marrero por quienes aparente

    mente

    se oponan a sus innovaciones. Un hecho repetidamente recordado en nues

    tros das por quienes se empean en descalificara priori a nuestra primera Filosofa

    y Universidad como recalcitrantes reductos del antiprogreso.

    1 PARRA LEN,

    C,

    Filosofa Universitaria Venezolana. 1788-1821, Caracas, 1989 (en

    adelante cit.

    como PARRA

    Filosofa).

    2

    LEAL,I.,

    La

    Universidad

    de

    Caracas

    enlosaosde

    Bolvar I,

    Caracas, 1983,

    p. 19 (en

    adelante cit. como

    LEAL

    Bolvar).

    3 LEAL, I., El

    Claustro

    de la Universidady suHistoria I, Caracas, 1970,p. 7 (en adelante

    cit. como LEAL Historia).

    4 LEAL, I.,

    Documentos

    para la Historia de la

    Educacin

    en Venezuela Caracas,

    1968, p.

    x

    5 LEAL, I.,

    Expediente

    deljuicio entre don Baltasar Marrero y don Cayetano Montene-

    gro

    sobre la expulsin de

    su hijo don Jos

    CayetanoMontenegro de la clase de

    Filoso-

    que regenta el primero en la Real y Pontificia Universidad de Caracas. Ao 1790,

    Boletn del ArchivoHistrico , n. 2,Universidad CentraldeVenezuela,

    1984,

    p. 17 (en

    adelante cit. como

    Expedient).

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    que el Catedrtico de Filosofa en el primer ao lea Smulas y Lgica, en el segun

    do los ocho libros de Fsica, de Coelo et Mundo, y de Genratione, y en el tercero

    ao leer de Anima y Metafsica

    . Pero la normativa de los

    Estatutos

    vigentes no

    pareci preocupar al Catedrtico. No queremos con esto calificarlo de anrquico o

    de quererse marginar de ella. Marrero conoca sin duda el proyecto existente en la

    Universidad

    de formar

    nuevos Estatutos, as

    como el

    ambiente favorable

    en la Corte

    hacia los autores modernos; hay repetidas alusiones a ambos aspectos en l Expe

    dient

    tanto

    por su

    parte como

    por la del

    Rector

    .

    Las cosas caminaron con normalidad hasta comienzos de mayo. Durante esos

    cuatro meses Marrero, animado por el ambiente de apertura que crea descubrir en la

    ciudad y en la Universidad , y con el permiso del Rector, se haba dado prisa en

    terminar los tratados

    lgicos.

    As,

    a principios de

    enero

    siguiente, iniciaba a sus

    \

    alumnos en temas de aritmtica y lgebra. Esto tuvo que saberse inevitablemente

    fuera de los lmites de su aula; pero nadie pareci escandalizarse. Al nico al que no

    termin gustando fue a Cayetano Montenegro, padre de Jos Cayetano Montenegro,

    uno

    d e lo s alumnos d e

    Artes.

    Por

    Estatutos,

    cada dos meses el Rector y el Catedrtico de Teologa de Prima

    deban realizar las Visitas de Ctedras, para comprobar que todo funcionaba en or

    den. La Visita iniciada el 8 de febrero constata que se est explicando aritmtica y

    en la del 21 de abril ni se pregunta sobre el asunto. Resultado: que en ninguna de las

    Visitas Marrero result multado ni apercibido. Era lgico: la Visita de febrero estu

    vo a cargo del Rector De la Torre y del Doctor Jos Ignacio Moreno (Rector salien

    te). Como Rectores, ambos estaban de acuerdo con las innovaciones y haban dado

    permiso para ellas a Marrero. La Visita, que indag sobre el asunto, sirvi para que

    pudieran comprobar cmo iban las cosas. En la Visita de abril no se toca el tema; o

    ya no lo consideraron necesario, o juzgaron mejor no complicar ms las cosas, si es

    que ya haban comenzado los rumores de disgusto. En definitiva, ninguna Visita

    anot irregularidades,viendo el asuntoo normal o con simpata .

    Comenzando mayo; a menos de quince das de la ltima Visita de Ctedra, el

    alumno Montenegro, por orden de su padre, se niega a llevar aprendida la leccin de

    aritmtica. Esto ocasiona que Marrero no lo admita en su clase y que el padre del

    expulso

    iniciara

    acciones legales contra el Catedrtico, acusndole ante el Cancla

    10

    Ttulo IX,

    Constitucin

    8.

    11

    Expediente,

    pp. 78, 103, 124, entre otras.

    12

    MUOZ GARCA

    Ambiente.

    13

    Expediente,

    pp. 86, 136.

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    MuozGarca,A., Revistade Filosofa, N26-27, 1997 - 2-3, pp. 165-191

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    rio de la Universidad. Este apoyar a Montenegro y Marrero se ver respaldado por

    el Rector. As se plantea la situacin, al menos tal como se ha presentado hasta aho

    ra; aunque una lectura detenida del

    Expediente

    del juicio quiz nos haga modificar

    la opinin sobre cules fueron los verdaderos motivos del juicio.

    Hemos hablado, en primer lugar, de expulsin.Como tal entendi el Dr. Mon

    tenegro la situacin y en base a ello introduce el pleito ante el Cancelario.

    Expul

    sin, haber expelido, despojo

    (de derecho), son expresiones que encabezan la mayo

    ra de los autos y que dieron nombre al juicio; excepto un extrao e inexplicable

    error del propio Apoderado de Montenegro, el Dr. Juan de Aramayona, quien en su

    primera intervencin de 10 de febrero del 91 habla de los autos

    sobre

    extincin de

    una Ctedra de Teologa .

    Por la parte de Marrero, al principio se utiliz en ocasiones la palabra expul

    sin.

    Pero, al ver el giro que tomaban las cosas, se tuvo buen cuidado, ya desde la

    inicial declaracin de Marrero al Cancelario, de presentarla como una

    qutoexclusin

    de,Montenegro: era ste quien retiraba a su hijo, por no aceptar las directrices del

    Catedrtico autorizadopor el Rector:

    quele significasea supadre...

    -dijo Marrero al

    alumno-

    que le hiciesefavor de

    retirarlo... Si el alumno noquera aprender lo que se

    le enseaba, lo lgico era que no entrase a la clase: el declarante (Marrero) se con

    tent con decirlequeno quera admitirlo... que lo despeda . Yeso, segnel Cate

    drtico

    y el

    Rector,

    fue

    todo:

    ...nada

    ms,

    ni

    entonces,

    ni en

    otro

    da-ten

    que

    dicho

    doctor(Montenegro)

    calumniosamente

    dicequelo arroj . En repetidas ocasiones

    posteriores, Marrero insiste en que la expulsin fue suposicin -ingenua o

    malicio

    sa- de Montenegro: Suponiendo

    falsamente que lo he

    expulsado . Al igual que el

    Rector De la Torre:

    la expulsin quese le

    atribuye

    ...la

    voluntaria

    salidade su hijo,

    y no

    forzada como

    se

    supone ...esto

    le contest el

    maestro

    (y

    con razn): que

    ental

    caso no volviese; ...pues nadie lo expuls con ignominia .

    Incluso se habla de una doble expulsin; porque, segn Montenegro, la situa

    cin se dio en dos ocasiones: el sbado 9 y el mircoles 13 de mayo

    }.

    Aunque en

    las declaraciones de los estudiantes no se dice esto explcitamente, as debieron ex

    presarlo o interpretrselo, a juzgar por el auto de resumende los hechos: que

    era

    14 ID., p. 54.

    15

    Despido

    es tambin la

    expresin

    que utilizan ensu

    declaracin

    los

    estudiantes

    interpela

    dos: cfr. ID., p. 83s.

    16

    Declaracin

    de Marrero, del 19-5-89: ID., p. 79.

    17 ID., pp., 153, 170,172, 175,177.

    18 ID., pp. 99 y 102; y p. 125.

    19 ID.,p.73.

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    MuozGarca,A., Revistade Filosofa,N26-27,1997 - 2-3, pp.165-191

    20

    cierto... el haber expelido de su Ctedra a Montenegro dos veces

    . Marrero s ha

    bla

    de

    dos

    ocasiones

    (slo

    una

    en la clase),

    pero

    dadas

    en un

    mismo

    da;

    esto

    le pa

    rece suficiente refutacin, en su declaracin dada a los cinco das, pues no vuelve a

    menci ona r e l

    asunto:

    ...ltimamente me dijo el sbado expresado qu quera que hiciera si no

    queran que las estudiase... Entonces el Catedrtico le dijo que le signifi

    case a su padre... que le hiciese

    favor

    de retirarlo; a la tarde se le hizo

    encontradizo el nio en el Palacio Episcopal... el declarante se content

    con decirle que no queraadmitirlo... que lo despeda... nadamos, ni en

    tonces, ni en otro da... pues justamente la tarde que se dice ni estudio

    hubo, por las exequias reales de los militares... ni en la Ctedrade Filo

    sofa, ni en otra alguna; ni e[ declarante sali para la clase esa

    tarde,

    sno que se qued en su casa..

    21

    De modo que, en la fecha que Montenegro sealaba como segunda expulsin

    no hubo actividad docente, debido a los funerales

    que

    los militares haban ordenado

    hacer en

    memoria del

    Rey. Efectivamente, el 14 de

    diciembre

    anterior

    haba muerto

    en Espaa el Rey Carlos III. La Cdula -de 24 de diciembre- que comunicaba el he

    cho se haba

    ledo

    en el

    Claustro Universitario

    el 28 de

    febrero,

    y

    en

    el mismo se ha-

    22

    ba aprobado la celebracin de funerales a nombre de la Universidad . Igualmente,

    en el Cabildo eclesistico de 30 de marzo, el Obispo anunciaba que las exequias re

    ales en Caracas se celebraran el 21 y 22 de abril. Pero el 7 de mayo el mismo Cabil

    do es enterado de que

    el cuerpo de militares intentaba hacer unas exequias

    por

    Su

    Majestad... que las haran dos o tres das despus de las funciones antecedentemen

    te anunciadas, las cuales no se haban de ejecutar hasta los das 11 y 12 del co

    rriente

    .

    Montenegro alegaba, pues, la expulsin de su hijo

    como

    motivo de su quere

    lla. Una expulsin debida -segn el demandante- a que su hijo se negaba a estudiar

    aritmticay lgebra . Era, al

    menos,

    el motivo

    oficial.

    Obviamente Marreronegaba

    tal motivo oficial: nofue lafalta en lleccin de lgebra, que otros no llevan. Y se

    alaba lo que a su entender era el verdadero motivo:

    sinoporque... supadre le haba

    dicho que no perdiese tiempo... no queran que las estudiase; ...que su padre se lo

    20 ID., pp. 82-85 y 135.

    21 ID., pp. 78s.

    22 LEAL Bolvar I, p. 306.

    23 PREZ VILA, M.,

    Actas del CabildoEclesistico de Caracas

    II, pp. 171s.

    24 As lo expresa el Cancelarioel 9-3-90:

    queno llevaba

    aprendida

    la leccin diaria: Expe

    diente,

    p. 28.

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    haba prohibido

    ; en lo que insista el Rector . Por parte de Marrero (y del Rec

    tor), el motivo es claro: estaba en

    juego

    su autoridad. Cuando el primero nombra

    Apoderado en el juicio, lo hace especficamente para que

    a su

    nombre

    se quejede

    los insultos, agravios, vejaciones que s le han causado e injurias que se le han he

    cho;

    y

    lo que en definitiva pediral juez de la causa

    es

    satisfaccin

    plenadel

    honor

    vulnerado y

    que se eliminen de los autos todas las expresiones ofensivas. El pri

    mero de tales agravios fue no slo la actitud de Montenegro padre,

    que quiso meter

    se a gobernary dirigir hasta lo ms interiorde los estudios

    , sino tambin el modo

    en que se hizo la negativa -en pblica clase- a aprender las lecciones: como dice el

    Apoderado de Marrero, el justo enojo que debi causarle un insulto de tal naturale

    za . En definitiva -alegaba el Rector-, si a Montenegro no le satisfaca el mtodo y

    la sustancia, con retirara su hijo excusa mezclarse en lo queno le corresponde

    .

    Pero es que, en materia de insultos e indocilidad, el alumno Montenegro tena

    un largoprontuario; tantocomopara que ya anteriormente la Universidad se hubiera

    planteado su expulsin. As se expresa Marrero, bajo juramento, en su declaracin

    inicial del juicio:

    el hijo del doctor don Cayetano Montenegro ha dado sobradosmotivos

    por donde sea castigadopor su mucha inquietudy juego en la clase, por

    sudesprecio a las

    amonestaciones

    del

    Catedrtico,

    porsu

    inmoderacin,

    especialmente en las conferencias que no se podan

    entender,

    por el bu

    llicio, arrojadizas depeloticas de queno eximaal mismodeclarante, so

    bresaliendo entre los inquietos el referido Montenegro, de modo que no

    siendo bastantes sus represiones para contenerlos, ni las exhortaciones

    del seor Rector doctor don Jos Ignacio Moreno y del seor Rectorpre

    sente, ltimamente el Bachiller Tarifa, uno de los pasantes, insultadopor

    varias ocasiones, abochorn al declarante

    (a Marrero)

    en la clase con

    echarle en cara la desatencin de los estudiantes y no tuvo otro recurso

    quedecirle Sequejaseal seor Vicerrector MaestrodonJuanLuisEsca

    lona y participar inmediatamente a los padres de los inquietos que ms

    sobresalan, entre quienesfue uno al doctorMontenegro, a que no mere

    ci contestacin el Catedrtico, antes se le ha significado que recibi con

    desprecio la

    insinuacin

    atenta del

    declarante,

    queno quisoproceder a

    expulsarlos,

    como expresamente

    se lo

    mand

    el seor

    Vicerrector,

    dere

    sultasde la queja del Bachiller Tarifa... los

    mismos padres,

    queles inspi-

    25

    26

    27

    28

    29

    30

    ID., pp. 78s.

    ID., pp. 102 y 125.

    ID., p. 38.

    ID.,p.71.

    ID., p. 44.

    ID., p. 102.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    8/27

    172 MuozGarca,A.,Revista de Filosofa,N26-27, 1997 - 2-3, pp.165-191

    raban una especie de sublevacin a sus hijos, minorando y desautorizan

    do los

    maestros,

    hasta haberproferidoel citadodoctorMontenegro (se- \

    gn se le ha

    informado)

    que

    aguardaba

    que le tocasen a su niopara \

    presentarse criminalmente ante el seor Gobernador con desprecio de

    los jefes de la Universidad .

    El propio Rector confirma esa opinin:

    y ms habiendo precedidonopocas quejassuyaspor la inquietud y desa

    cato de algunos estudiantes, y con especialidad del hijodel doctorMon

    tenegro, que con su inquietudperturbaba a los dems, sindole preciso a

    Su Seora (el Rector) presentarse personalmente en la clase para conte

    nerlosy hacerlesver las

    ltimas

    resultas que

    experimentaran

    si no guar

    daban el debido respetoy decoro al Catedrticoy lugar donde se halla

    ban, porque el estudiante incorregible corrompe a los dems, y el mejor

    remedio es

    lanzarlo

    de los

    estudios.

    ...y ms cuando el expulsado es inquieto y perturba el silencio de la clase,

    como lo es don Jos Montenegro, segn las quejas que de antemanoha

    ba dado el Catedrtico a Su Seora, y con todo se le toleraba y toler

    32

    con esperanza de enmienda .

    El espritu revoltoso del alumno era tan manifiesto, que el propio Cancelario,

    en su primera providencia y a pesar de la connivencia con Montenegro, se vio obli

    gado a ordenar al escolar que

    guarde la

    compostura,

    moderaciny respetodebidoa

    su maestro y

    ala

    clase .

    La opinin del padre del estudiante -que transcribimos a continuacin- era un

    tanto diferente: todo lo que se acaba de resear no era sino querer hacer

    imputacio

    nes a este nio inocente e irreprensible :

    Este lo ven que no cuenta trece aos,jams fue castigado en los estudios

    de

    Latinidad

    ni en la escuelani aundel

    mismo

    doctor

    Marrero

    con

    quien

    aprendiprosodia y retrica. No ha tenido otra ocupacin que su casa,

    31 ID.,p.76.

    32 ID., pp. 102 y 125.

    33 ID., p. 89.

    34 ID., pp. 106, 97.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    9/27

    MuozGarca,A., Revista de Filosofa, N26-27,1997 - 2-3, pp. 165-191 173

    estudioy la iglesia, no se le habrodo unapalabradescomedida ni de

    satenta,jams hafaltado al estudio,por el contrarioha sido castigado

    cuando en alguna ocasin por motivosjustos se le haprohibido ir a cla

    se. No se le habr visto en la calle ni de paseo ni aun en las casas de sus

    propiosparientes, a excepcinde la ida y venidaal

    estudio,

    paso o igle

    sia, su genio

    dcil,

    trato

    honesto

    y

    recatado

    lo han hecho

    estimado

    y su

    pusilanimidad y

    temor

    le hacen

    incapaz

    de los excesos,

    insultos

    quese le

    35

    atribuye .

    El lector

    juzgar por

    s mismo.

    Pero cules fueron los verdaderos motivos que subyacan en los alegatos de

    Montenegroy, en definitiva, en toda su decisinpara solicitar un juicio? Fueron ex

    presados por l mismo en sus distintas intervenciones.

    El primermotivoest referidoa los estudiantes: Los alumnos (o ms bien el

    propio Montenegro padre?) no queran estudiar las materias nuevas: Montenegro

    alega que Marrero estaba

    precisando

    a los estudiantes a que la aprendiesen

    contra

    su voluntad1 .

    Pero las declaraciones del Catedrtico parece han de entenderse como que -al

    principio delos

    acontecimientos-

    tales explicaciones no eranobligatorias: el tratado

    de

    aritmtica

    es

    muy corto

    y no se llevde

    memoria...

    los

    motivos

    de

    haber expulsa

    do a su

    nio

    nofue lafalta en la leccin de

    lgebra,

    que

    otros

    no

    llevan

    .

    Pero

    slo al principio de los acontecimientos; posteriormente el

    mismo

    desarrollo del

    pleito radicalizar

    a

    Marrero,

    o el

    propio Rector

    lo

    exigi,

    y se

    insistir

    enla

    obliga

    toriedad. A

    poco, Marrero

    solicita al Cancelario que se

    compruebe

    cmo los estu

    diantes quenose aplicaban alos

    nuevos

    tratados, en realidad lo hacan por insinua

    cin

    de

    sus famil ias

    .

    Hagamos aqu un breve parntesis sobre un dato curioso dela declaracin de

    Marrero al respecto. Al hablarde las insinuaciones de las familias de losestudiantes,

    el Catedrtico menciona a los alumnos Jos Cayetano Montenegro, Andrs Surez

    de

    Urbina

    y Jos

    Vicente

    Escorihuela,

    lostresque

    -junto

    con

    Pablo

    Echezura-

    ha

    ban sido interrogados por el Cancelario sobre los

    asuntos

    de autos, a solicituddel

    Dr.Montenegro. Marrero pide que s averige si sus

    padres

    y to apoyaban a los

    alumnos ensu negativa a aceptar las materias

    nuevas.

    No est claro a qu to sere-

    35 ID., p. 110.

    36 ID., p. 73.

    37 ID., pp. 77s.

    38 ID., pp. 92s.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    10/27

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    11/27

    MuozGarca,A., Revistade Filosofa, N26-27,1997 - 2-3, pp. 165-191

    75

    alumnos que, sobre las horas de clase, acudan a su casa a ampliarlos temas:

    el

    agrado con que recibo a los aplicados, y explico sus dudas, hasta convidarles a que

    concurran a casa o a estudiar en mis libros, o a proponerme sus dificultades .

    De

    modo que su Apoderado Jos Ignacio de Jover poda escribir en Madrid: slo Mon

    tenegro, entre tantospadres que haban enviado sus hijos a la Universidad ha le

    vantado el grito; ningnotro se ha quejado, porque a todos les hizofuerza la ra-

    / 45 >

    z o n .

    Como

    decamos, y como era lgico, la parte de la defensa terminara insistien

    do en la obligatoriedad de las explicaciones que el Catedrtico juzgara oportunas.

    Marrero estaba empeado en ello; sa era su meta. Es quiz en este punto donde ms

    se pueden descubrir motivos ideolgicos en el juicio; pero de parte de Marrero, ms

    que

    de Montenegro.

    Ante la primera providencia del Cancelario prohibindole ensear Matemti

    cas,Marrero respondeque la decisin es

    impedicin

    delosmejores progresos de la

    Filosofa, de cuya enseanza estoy encargado y que medito adelantar. Posterior

    mente insistir en ello, solicitando al Cancelario que se sirva declarar: lo primero si

    se meprohibeo no la leccinde tales

    materias;

    lo

    segundo

    si, en caso de

    continuar

    la

    lectura,

    estno no obligados los

    estudiantes

    a escribiry

    tomar

    instruccin;

    y lo

    tercerosi, en el eventode no ser obligadosa ello, ganan cursopara los grados .

    Montenegro reaccionade inmediato exigiendo al Cancelario

    que

    ninguno

    de

    los estudiantespueda con legitimidad ganar cursos ni graduarse, siempreque estu

    dienlos

    tratados

    queno se previenen en las constituciones. Posteriormente, viendo

    el cariz que tomaban los acontecimientos y que su hijo -por el crecidonmero de

    inasistencias que se le iban acumulando- estabaen trancede perdersu derechoa cla

    ses, llegara aceptarque su hijo aprendiera Matemticas, con tal que se le admitiese

    a clase . PeroMarrero pona comocondicinque estuviese necesitado

    paraganar

    curso

    a aprender lo que se le

    enseare, como

    lo hacen sus

    condiscpulos

    ; ya que

    en caso contrario,de aceptarlo sin ms, podra entenderseque renunciaba a ensear

    las. Lo mismoopinabael Rector, para quien

    dejar

    en

    arbitrio

    (de) los estudiantes el

    43 ID., pp. 82ss.

    44 ID., p. 93.

    45 ID., p. 52.

    46 ID., pp. 90 y 149.

    47 ID., pp. 163 y 170.

    48 ID., p. 154.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    12/27

    176 Muoz Garca, A., Revista de Filosofa, N26-27,

    1997

    - 2-3, pp.165-191

    aprender o no aprender lo que l Catedrtico les ensee en este particular, es de

    sautorizar a lajurisdiccin rectorar

    . Y el Apoderado, en estilo ms forense:

    podra unmaestropermitir la asistencia de undiscpulo a su aula que

    dando en su arbitrio aprender o no lo que ensea? Se consentira acaso

    en ninguna Universidad de Racionales dejar al arbitrio de los estu

    diantes, como lo dej el Cancelario de la de Caracas, el estudiar o no es

    tudiar las materias y tratados que unhbil Catedrticoexplica y ensea

    con esmero y que un celoso Rector aprueba?... en breve tiempo se hubie

    ra visto que los dems estudiantes seguan su ejemplo y despreciabanla

    enseanza... pudo con sobrado fundamento obligar a los estudiantes a

    aprenderlas, y de otramanerasera intilcualquier trabajoque se dirige

    a la mayorinstruccin de la

    juventud,

    y apenas habra

    Catedrtico

    que

    se dedicase a las penosasfatigas de la enseanza .

    El

    segundo motivo gira

    en

    torno

    al rechazo a las

    nuevas

    materias.

    Rechazo

    quesedeba, segn el

    demandante,

    aquenoseentendan:

    porno

    comprenderla este

    \

    nio,

    alegaba Montenegro. Segn ste, tales

    sustracciones y precisiones

    slo eran

    apropiadas para los matemticos y los entendimientos ms claros y cultivados .

    Nada tena de extrao as, para Montenegro, que ningn alumno supiera Matemti

    cas: los

    ms

    ni saben lgebra, pero ni

    aun

    la

    han

    escrito, ylospocos restantes tam- \

    poco

    la saben... les aumenta el trabajo en estudiar

    por

    libros y autores de cuya inte- f

    ligencia carecen, porquefaltndoles la vozvivadel

    maestro...; as que su hijo se ve J

    excluido del

    aulaporque no tena quien se la explicase . t

    A

    este respecto,

    la versin de Marrero es

    diferente,

    puesto

    que,

    para l f

    el tratadode aritmticaes muycortoy no se llev dememoria, quepor lo

    [

    regular bastaba la explicacinanticipada del Catedrtico para saber la i.

    leccin, como suceda con los que

    entendan

    la explicacin...; el deca- t

    rante tiene

    la

    paciencia

    de explicrsela y hacrsela

    comprender; sobre

    todo

    si se atiende al estudio extraordinario que ha dado de ms de las ho- \

    ras de obligacin, detenindose en tomar repeticiones, de modo que

    f

    siempre sale de la clase forzado y porque los estudiantes empiezana dis-

    i

    gustarse. ^

    Siempre estoy pronto a fomentar el aprovechamiento de los estudiantes

    con mis amonestaciones,y el agrado con que reciboa los aplicados, y ex-

    49 ID., p. 105.

    50 ID., pp. 46, 48.

    51 ID., pp. 73 y 96; en otro lugar las llama materias de tanprofunda penetracin: ID., p.

    109 .

    52 ID., pp. 96 y 119.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    13/27

    MuozGarca,A., Revistade Filosofa, N26-27,1997 - 2-3, pp. 165-191

    177

    plico sus

    dudas,

    hastaconvidarles a queconcurran a casa o a estudiaren

    mis libros, o a proponermesus dificultades

    53

    El caso es que, a fuerza de querer presentarse como preocupado por la educa

    cin de su hijo -dedicndome a ensearlos -, hemos de concluir que aquellas

    complicadas materiasMontenegro hijo no las entenda;pero tampoco Montenegro

    padre... Vase si no cmo solicita al Cancelario que se tome declaracin a Marrero:

    S es cierto que

    les ha escrito un tratadocompleto de Matemtica, y les exige conti

    nuando

    otro de lgebra, diciendopblicamente que concluida la lgebra les va a

    escribirgeografa

    ( ) . (Y an hay otro momento en que Montenegro habla de la

    aritmtica, lgebra y geometra botnica ). Es decir: o identificaba aritmtica con

    Matemtica, o el lgebra era para l algo as como una metamatemtica; y nada di

    ramos de la geografa, que vendra resultando la quintaesencia de la ultrametamate-

    mtica. No deja de adivinarse un toque de irona en la respectiva respuesta de Ma

    rrero (subrayada, por cierto, en el propio original manuscrito):que tienedispuesto...

    seguircon la geometra y no con lageografa, comodice el doctor

    Montenegro

    .

    Para la parte acusadora, no es que su hijo era desaplicado o torpe; y el que los

    alumnos no entendieran delecuaciones no deba revestir mayor importancia. Lo ver

    daderamentegrave era que* por querer abarcar tanto, los conocimientos de los alum

    nos (no slo de su hijo) no'se referan a las materias previstas en los

    Estatutos.

    Con

    loque tenemosenMontenegro un nuevomotivoparaproducirsu queja.

    El tercer motivo expone que los alumnos ni siquiera entendan an la Lgica:

    queanno

    entiende

    ni algunosotros de sus

    condiscpulos;

    apenashabrseis que

    hasta

    ahora

    hayan llegado

    a

    instruirse

    enlaforma silogstica; no era

    tan

    fcil po

    derse

    instruir

    los muchachos en las

    mximas,

    principios y reglas logicales, llenn

    dolos de ideas extraas . De todos modos, en este punto no insisti mucho Monte

    negro; porque mientras

    afirmaba esto, sostena -leinteresaba hacerlo- quesuhijoera

    aplicado y saba sus lecciones. Ms an, exige que sea interrogado ante el Cancela

    rio

    acerca de si ha sido asistente a la clase llevando sabidas sus lecciones y repet-

    dones de

    Smulas

    y

    Lgica

    completamente

    .

    Su hijodeclaraen esa ocasinque

    ha

    repetido los

    cuadernos

    de

    Smulas

    y Lgica

    que

    se le ha

    ledo,

    los hasabido y

    tiene

    53 ID., pp. 77s. y 93

    54 ID., p. 96.

    55 ID., pp. 74 y 179.

    56

    ID.,p.77.

    57 ID., pp. 73, 96 y 146.

    58 ID., p. 74.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    14/27

    178 Muoz Garca, A., Revista de Filosofa, N26-27,

    1997

    - 2-3, pp.165-191

    inteligencia de ello...

    con

    suficiente inteligencia. Lo

    mismo

    aseveraron sus tres con

    discpulos interrogados .

    Sin embargo Montenegro

    insista en

    que

    la

    enseanza deba

    centrarse en el es

    tudio de Smulas y Lgica, nicas capaces de desarrollar la capacidad razonadora.

    Insistencia que le da

    pie para

    esgrimir un nuevo argumento.

    Este nuevo argumento o motivo apunta a que las matemticas eran materias

    intiles. As lo repeta , y as lo recoga el Apoderado de Marrero: en toda la causa

    no hizo otra cosa que llamar estudios y materias intiles . Ms an: hasta lleg a

    decir Montenegro, segn atestigua el propio Marrero en su declaracin, que lo que

    se enseaba era porquera, y otras especies de esa naturaleza

    .

    Estamos

    aqu

    de nuevo ante un motivo

    que

    pudiera parecer verdaderamente

    ideolgico para el juicio. La utilidad era uno de los grandes argumentos que esgri

    ma

    la Ilustracin para, por ejemplo, promover la educacin artesanal de las escuelas

    patriticas . As, por una parte, las invectivas de Montenegro sobre la inutilidad de

    las Matemticas constituye una prueba ms para pensar en la aceptacin en Caracas

    de las ideas ilustradas. Por otra, sostener que Montenegro se opona realmente por

    motivos ideolgicos, implica que su oposicin estaba causada porque no conside

    raba las ideas de Marrero lo suficientemente puestas al da. As que o bien Montene

    gro esgrima los argumentos a conveniencia de su apasionamiento, o bien l no ha

    ba entendido demasiado eso que llamaban Ilustracin.

    El caso es que, por fuerza del ambiente o porque el paso del tiempo sin resolu

    cin judicial iba haciendo perder el Curso a su hijo, convencido o no, Montenegro

    termina reconociendo la utilidad de las Matemticas. Su necesidad de seguir mante

    niendo su buen nombre le hace modificar sus argumentos e intentar convencer de

    que siempre quiso que se estudiaran, aunque en otro momento; y, sobre todo, que lo

    que buscaba era salvar la legalidad:

    En Salamanca habr mandado

    (el Rey)

    leer

    esos tratados; si lo mandare aqu, ser muyjusto que se le obedezca, pero hasta

    tanto tambines muyjusto que no se le desobedezca variando el mtodo estableci

    do

    . Lo que debi convencer al Fiscal, quien en su informe al tribunal le recomen

    daba desentenderse

    de cuanto con menos oportunidadse ha alegado en orden a la

    59 ID. , pp.

    82s.

    60

    P. ej.,ID.,p. 95.

    61 ID., p. 50.

    62

    ID., p. 76.

    63

    Al

    respecto,

    cfr.

    MUOZ GARCA Ambiente,

    p

    64 Expediente,

    p. 108.

    58.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    15/27

    MuozGarca,A., Revista de Filosofa, N26-27, 1997 - 2-3, pp. 165-191

    79

    conducenciade dichos

    tratados,

    que no se ha

    querido

    disputarsi son tilespara el

    estudio de la Filosofa65.

    El

    Apoderado

    de

    Montenegro abundaba en laargumenta

    cin

    de ste,

    con

    un

    razonamiento

    un tanto peregrino:

    no se duda tenganuna influenciaesencial sobre todas las partes de la F

    sica y contribuyan a la inteligenciadel mecanismo y accin de los cuer

    pos sobrenosotrosy entres, maspor lo mismo ( ) no debimezclarel

    doctor Marrerosu enseanza al tiempo de instruir a los jvenes en el arte

    de silogizar: siendomspropio su reservapara el segundoao... jams

    neg el doctorMontenegrola utilidadde las citadas ciencias, pero repro

    babael tiempo y el modode ensearlas .

    Lo que provocauna buena cargade ironaen el Apoderado deMarrero, al referirsea

    la decisin del Cancelario y al cambio de opinin de Montenegro:

    lleg el caso, despusde confesarqueel estudiod las materias que en

    seaba era tilsimo, declararse que... queran decir que se abstuviese

    de leer Matemticas, hasta que con licencia de SuMajestadse estable

    ciese Ctedra de ella... Rara determinacin, por cierto. Pues vindose

    en la necesidad de confesary reconocer la utilidadde las Matemticas

    queexplicaba el

    Catedrtico,

    estono obstante...se le

    prohibe.

    Extraa

    contradiccin, y sbitamudanza dignadel

    ingenio

    de unDoc

    tor En toda la causa no hizo otra cosa que llamar estudios y materias

    intiles

    las que

    enseaba

    el

    Catedrtico,

    que

    contravena

    las

    constitucio-

    r

    nes,

    y que no

    quera

    que su hijo las estudiase

    porque

    no

    aprendiese

    en

    tan

    tierna

    edada

    quebrantar

    los estatutos dela

    Universidad

    que tena ju

    rados...

    y

    despus

    de todoeste

    cmulo

    de

    inconvenientes...

    yapor

    ltimo

    se allana a que vuelva a la

    clase,

    y lasdiga y aprenda... a no serque le

    hagamos

    lfavorde creer que su

    entendimiento

    algn

    tanto

    ms

    ilustra

    do conoci lo til, o tuvoalgunasecretadispensapara ir contralas cons-

    67

    t i tuc iones .

    En el quintomotivo,en definitiva, de todo elloMontenegro concluay arga

    queel estudio delasMatemticas

    era

    prdida

    de

    tiempo. Poresohabaprohibido su

    estudio a su

    hijo, dando

    lugar a la

    argumentacin

    deMarrero: que si pierdeel tiem

    po,no

    vuelva

    a la

    Ctedra

    . El

    motivo aparece incesantemente

    a lo

    largo

    de todo el

    65 ID., p. 64.

    66 ID., p. 60.

    67 ID., pp. 49s.

    68 ID., p. 44.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    16/27

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    17/27

    MuozGarca,A., Revista de Filosofa, N26-27, 1997 - 2-3, pp. 165-191

    181

    (nica ocasin en que alude a filsofos modernos) de que no ensea la filosofa de

    Aristteles sino la moderna doctrina de Newton, Paracelso, de Sigaud, del Padre

    Antonio Almeida ,

    el Rector alega que la Universidad de Caracas no haca sino se

    guir el mismo camino que;la de Salamanca; que el propio Rey, haba juzgado los

    tratados que enseaba Marrero como indispensables para la verdadera inteligencia

    de la Fsica; que nada tenan de heterodoxos, sino ms bien haban sido recomenda

    dos por el Papa Clemente XIV, quien estima

    a la Filosofa sin geometra lo

    mismo

    quea la medicina sin la qumica; queel

    mayor

    nmero de losfilsofos nodesbarra

    ra en sus raciocinios si fuesen gemetras.

    Que Santo Toms, Verney y Jacquier

    proponan las Matemticas como preliminares a la Fsica . Marrero puntualizaba

    que las Matemticasno eran sino unaLgicaparticularpara la Fsica. Y a los auto

    res que citaba el Rector, aada a Campomanes, Villalpando, Rollin y Altieri .

    Estos no parecan argumentos para Montenegro: Caracas -deca- tiene sus

    constituciones y Salamanca las suyas... Clemente XIVnopresta autoridadal caso:

    quien manda es el Rey, que para eso est el Patronato; a Santo Toms el Rector lo

    cita

    paraslo

    adorno, pues segnel Anglico

    la

    Lgica ensea

    y

    demuestra toda

    la

    Filosofa*0.

    En

    lamisma

    lnea

    hemos visto

    que se

    colocaba

    su

    Apoderado, con

    el

    pintoresco argumento de que no dudaba de la influencia de las Matemticas sobre la

    Fsica,

    maspor lo

    mismo Marrero no debi mezclarlas con la Lgica . Tampoco

    Oimedilla, Asesor

    del

    Cancelario,

    quiso

    quedar

    sin

    terciar

    en el

    asunto,

    demostrar

    sus conocimientos y formar su propio argumento:

    Es cierto que las

    Matemticas

    son tilsimas y queAristteles

    trata

    de

    ellas; comoqueestudi

    quince

    aosen la escueladePlatnque

    tanto

    las

    recomienda;

    pero tambin es verdad queni hay clase de Matemticas en

    el Real

    Seminario

    Colegio, ni en l se lee todo lo quesupoy escribiel

    Filsofo... que

    aunque

    sean tan importantes y hubiese escrito de ellas

    82

    Aristteles, nopor eso se hande incluiren el cursoFilosfico

    El

    Apoderado

    de

    Marrero

    no sale de su

    asombro: despus

    de que sostuvieron

    y argumentaron la inutilidad y perniciosidad de esasmaterias,

    terminan

    por confesar

    que

    el

    estudio

    deellasera

    tilsimo, y como consecuencia de ello terminan orde-

    76 ID., p. 105.

    77 ID., p. 178.

    78 ID., pp.

    103s

    79

    ID., pp.

    77y 162.

    8 ID.,

    p. 108

    81

    ID.,

    p.

    60.

    82 ID., pp. 158s.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    18/27

    82 MuozGarca,A., Revistade Filosofa,N26-27, 1997

    -

    2-3, pp.165-191

    nando a Marrero que se abstuviese de leer Matemticas... Rara determinacin,

    por

    cierto, dice. Pues vindose en la necesidad de confesar y reconocer la utilidad de

    las Matemticas que explicaba el Catedrtico, esto no obstante,... se le prohibe .

    Y es que, con el desarrollo

    del

    proceso, Montenegro y el Cancelario debieron

    haberse dado cuenta de lo improcedente de argumentar en base a esa pretendida inu

    tilidad

    {teniendo ahora

    por

    bueno

    -observaba Marrero-

    lo que antes graduaba de

    intil

    ). As es que lleg momento enque se vieronforzados a decir,por paradoja,

    que era cierta la influencia esencial que tenan la aritmtica, lgebra y

    geometra sobre todas las partes de la Fsica, pero quepor lo mismo ( )

    deba el doctor Marrerohaber reservado su enseanza para el segundo

    curso, en que leyndose la Fsica, podra conducir algn tanto aquellas

    materias. i

    Esto es lo que se ha insinuadopor m al seor Rector y al doctorMarre

    ro, esto es, que les ensease primero Lgica, y concluida sta materia...

    les instruyeseen lo dems.Esto es lo que le manddecirpor mediode mi

    nio .

    Lo mismo el Cancelario:

    ...materias... que aunqueconstantemente tiles,

    requieren

    para su enseanza otro teatroy mtodomuydiferente .

    De todas estas acusaciones, Montenegro deduce, como conclusin general, un

    nuevo motivo para su demanda, referido ahora a que la expulsin fue sin causa, fa

    cultad ni fundamento; sin

    mrito

    y facultades algunas . Y, bien visto y tal como

    sucedieron las cosas, no le faltaba razn: el Rector -con una expresin no exenta de

    irona- la llama

    Voluntaria expulsin

    .

    Pero, indudablemente, la negativa de Montenegro a que.su hijo estudiara arit

    mtica fue la coyuntura propicia para esa voluntaria expulsin', o, al menos, vino a

    terminar con la paciencia de Marrero y del Rector.

    Nadie lo expuls con ignominia

    ni sin causa dadapor l

    mismo

    -deca ste desmintiendo al Regidor-,puestoquese

    insinu en los mismos generales con las insultantes expresiones .

    Es decir: la ex

    clusin no fue sin causa; y sta fue la actitud insultante. Hemos visto que el compor

    tamientodel nio Montenegro no era precisamente el de un alumnomodeloy haba

    83 ID., p. 49.

    84 ID., p. 171.

    85 ID., pp. 147 y 109.

    ID.,p.31.

    ID., pp. 56 y 156; y

    ID., p. 125.

    IB IDEM.

    86

    87

    88

    89

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    19/27

    MuozGarca,A., Revista de Filosofa, N26-27, 1997 - 2-3, pp. 165-191

    83

    dado motivos suficientes d expulsin. El Rector lo consideraba incorregible y pen

    saba

    que

    el

    mejor

    remedio es lanzarlo delos

    estudios;

    ycon todo se letoleraba y to

    ler, con esperanza de enmienda

    .

    Ya anteriormente Marrero no quiso proceder a expulsarlo, como expresamen

    te se lo mand el seor Vicerrector, Juan

    Luis

    de

    Escalona

    .

    Posiblemente

    se

    pens

    que expulsarlopor comportamientono era oportuno, dada la situacin: influyente de

    su padre en la ciudad; quiz falt carcter para ello en Marrero . O s estaba espe

    rando mejor ocasin, en que poder alegar una razn ms claramentejustificativa de

    ello -ms acadmica, ms estatutaria- no

    solamente

    ante el padre, sino ante toda la

    opinin pblica. La negativa a aceptar las directrices acadmicas del Catedrtico

    pudo ser el momento oportuno.Pero, a pesar de todo, se choc con la influyentere

    sistencia del padre del alumno, quien movi los hilos del poder para impedir una tal

    medida. Si los Montenegro no se hubieran opuesto a las nuevas enseanzas, muy

    posiblemente la nueva Filosofa se hubiera instaurado en nuestra Universidad sin

    mayores

    problemas, dadoel ambiente

    favorable

    a stasque

    pensamos

    habaenCa

    racas y hasta en su Universidad .

    O habr que decir que el Cancelario y Montenegro s tenan razn para soste

    ner que todoellofue sinmotivo. Porque el Expediente -qui nimis probat

    nihil

    pro-

    bat- abunda enotras

    mltiples

    acusaciones d

    Montenegro,

    que ni

    venan

    al

    caso

    ni

    pudieron

    sostenerse:

    que

    Marrero faltaba

    a

    clase,

    que

    asista

    a ella sin la

    adecuada

    indumentaria,

    que contravena los Estatutos, que -puesto quehabajuradoobservar-

    Iost era un perjuro, que se'arrogaba la autoridad de legisladorpara formarplan de

    estudios,

    que -por tapto- era traidor al Rey, que ibamovido por inters pecuniario,

    que en los exmenes de Latinidad para ingresar a estudiar Filosofa reprobaba alos

    queprovenan dela

    escuela pblica,

    quenohaba

    estudiado Matemticas...

    Hasta aqu los motivos del juicio, vistos desde la parte acusadora. Pero la ex

    posicin de tales motivos quedara incompleta si no se aludiera a los que tuvo el

    propio Marrero.

    Eneste

    sentido,

    y

    antes

    de

    nada,

    es

    oportuno hacer notar

    aqu

    que,

    a

    pesar de sus pretensiones renovadoras, Marrero en ningn momento desecha ni a

    90

    91

    92

    93

    ID.,pp.

    102 y 125.

    v

    ID., p. 76.

    ElRector dicequeusde

    tanta

    moderacin (ID., p.

    125);

    pero incluso la expulsin orde

    nada porEscalona fuea raz de incidentes noconMarrero,

    sino

    consupasante elBachi

    llerTarifa

    (ID.,

    p.76);los

    dems

    Catedrticos estaban tambin muy disgustados con es

    tos hechos

    (ID., p. 125).

    Al respecto, cfr.MUOZ GARCA Ambiente.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    20/27

    184 Muoz Garca, A., Revista de Filosofa, N26-27,

    1997

    - 2-3, pp.165-191

    Aristteles ni a

    Santo Toms. Cuando los cita

    enelExpediente, sepuede

    apreciar

    no J

    slo que conoce bien su obra, sino que se

    declara

    seguidor de lalnea aristotlica: '

    Aristteles... trata del nmero o cantidad discreta, que es el objeto de la

    aritmtica, hablade la lneay de la superficie, de los ngulosrectosy b- *

    tusos, de los internos y externos, de las figuras cuadrilteras, de las se- i

    mejantes, de la cuadraturade la superficieplana, del crculo, sus propie- *

    dades y

    cuadratura,

    delas

    lneas

    racionales e irracionales, dela

    pirmi-

    de,

    del cilindro,,de la

    elipse,

    de la raz cuadrada y

    cbica.

    Hace y

    de-

    \

    muestra

    muchos teoremas geomtricos, como aquel dela diagonal

    incon-

    1

    '; mensurable, del costado cuadrado, estableciendo los principios de todos

    *

    los ms ramosde las Matemticas comode la esttica, hidronutica, p- i

    tica

    catptrica,

    perspectiva,

    astronoma

    y

    geometra

    . \

    Por eso la pretensin de Marrero era

    que huyande las eternas disputas de nombresy ,

    ridiculeces

    con

    que se

    ha

    hecho

    despreciable

    el

    Perpato, purificando

    en

    parte

    a \

    Aristteles de los errores que sus sectarios apadrinan con su autoridaa . %

    Pero,

    ms

    que

    destacar el aristotelismo de Marrero, creemos necesario insistir i

    en otro aspecto sobre el que -a nuestro entender- el Expediente no deja lugar a duda.

    Hemos afirmado en anterior ocasin que el ambiente intelectual de Caracas y su

    Universidad estaban preparados para la nueva filosofa . Nos hemos esforzado en

    las pginas precedentes en demostrar que los motivos del demandantedel juicio fue

    ron muy poco acadmicos o ideolgicos. En consecuencia, alguien podra acusarnos

    de querer desprestigiar a Marrero y restarle mritos. Pero si cuanto hemos afirmado

    puede destruir el mito delMarrero vctima de sus ideas, seguimos reclamandopara

    l el mrito de renovador de la Filosofa en Venezuela. Ms an: pensamos incluso

    que no se ha hecho todava plena justicia a Marrero, y que no se le reconoce el ver

    dadero valor de su accin. Porque estamos convencidos de que el mrito de su inten

    cin y su logro fue mucho ms all de las tesis filosficas: hasta la

    renovacin

    de la

    Universidad misma. Si en nuestros das la Enseanza Secundaria es requisito para

    entrar a las Facultades Universitarias, en el Siglo XVIII la Filosofa,.adems de ser

    ya una Carrera, una Facultad, era el requisito indispensable para las dems Carreras

    y Facultades (para todas), que se llamaban por eso Facultades Mayores: Teologa,

    Derecho Cannico y Civil, y hasta Medicina. Ciertamente Marrero introduce las

    Matemticas justificando su accin con el argumento de que stas eran propeduti

    cas a la Fsica filosfica; era el argumento que el momento y las circunstancias le

    L

    i

    94 Expediente, p. 153. t

    95

    ID.,p.93.

    f

    96 MUOZ GARCA

    Ambiente.

    \

    f

    I

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    21/27

    Muoz Garca, A, Revista de Filosofa, N 26-27, 1997 - 2-3, pp.

    165-191

    85

    exigan.

    Pero

    su

    reforma estaba

    innovando

    tambin

    las bases

    mismas

    de

    toda

    la en

    seanza universitaria. Y del Expedientese desprende que tal era la intencin de Ma

    rrero.

    Los

    principales actuantes en el

    juicio dan muestras

    de

    haber entendido

    perfec

    tamente esa intencin de renovar la Universidad entera. En primer lugar -y princi

    palmente, por supuesto- el propio Marrero. El viernes 5-6-89, en ocasin en que el

    Notario se presenta a su Ctedra con la orden de dejar reinstalado al joven Montene

    gro, Marrero lo rechaza y alega que

    Esta providencia y procedimiento... es gravoso

    e injuriosoa mi Dios e impedicinde los mejoresprogresos de la Filosofa, de cuya

    enseanza estoy encargado,

    y que

    medito adelantar, y por consiguiente de los de

    ms estudios de que son preliminares los de Filosofa .

    Tal afirmacin de Marrero viene asimismo corroborada por su compaero en

    aquella lucha, el Rector De la Torre. En los autos del juicio, el rector sostena que

    del aprovechamiento de stas (se refiere a las Ctedras de Latinidad y Filosofa) de

    pende el buen xito de la facultad de los mayores , y que el asunto que se ventilaba

    era negocio tangrave en que se interesa toda la causa de estudios .

    En su escrito al Vicecancelario Bartolom Vargas, de 7 de noviembre del mis

    mo ao,

    Marrero

    insiste en la

    conveniencia

    de las materias

    que introduca

    como indispensablesy necesariaspara la verdaderainteligenciade la F

    sica y aun de la mismasagrada

    Teologa

    segn lo siente elAnglicodoc

    tor santo

    Toms,

    como tambin el mismo Aristteles... Esta providencia y

    las dems que hasta ahora se han librado en el particular han sido y

    son... perjudicilsima a la causa d los estudiosy opuestas enteramente

    a las doctrinas que debemos seguir del Anglico Maestroy del propioFi

    lsofo...

    Todo

    lo que demuestra que nuestras constituciones lejos de pro

    hibir estas materias las consiente abierta y claramente, supuesto quepre

    fine por puntopreciso que se observe en un todo la doctrinaque segui

    mos y debemos seguir del ngel de las escuelas

    99

    Tambin el Cancelario, quien no parece reducirse slo a los estudios de Filo

    sofa, sino a toda la Universidad, cuando se manifiesta deseoso

    de conservar los es

    tudios

    en estadofloreciente y dequeno se

    introduzcan

    novedades queje puedenser

    perniciosas... en conformidad con las Constituciones con que se gobierna esta Uni

    versidad

    conprogresos conocidosy muy ventajosos a los estudiantes

    ; mientras

    97

    Expediente,

    p. 90 (el subrayado es nuestro).

    98 ID., p. 105.

    99 ID., p. 153 (el subrayado es nuestro).

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    22/27

    186

    MuozGarca,A., Revista de Filosofa,N26-27, 1997 - 2-3, pp.165-191

    que las tales novedades estn vinculadas, segn l, a

    perjuicios irreparables que

    trae consigo a la causa publica de estudio .

    Por lo que el Apoderado de Marrero,

    refirindose precisamente a la actitud de los Cancelarios, dice de stos que con la ac

    cin de Marrero creen que se trastornan las bases y columnas de la Universidady

    de la enseanza pblica . Y hasta el propio Montenegro, que juzga las materias

    introducidas por Marrero como cuestiones y materias intilespara las ciencias ma

    yores de Teologa, Cnones y Leyes, y contrarias a los progresos que se desean en

    la

    carrera l iteraria

    .

    Un fragmento ms de Marrero, dirigido tambin al Vicecancelario seis das

    ms

    tarde, confirma

    esta intencin:

    raro catedrtico es el que no ha introducido esta o aquella noticia sobre

    saliente para que los estudios vayan en aumento... me acuerdo muy bien

    que aquel clebre Rector de la Sorbona, y tan celebrado en todas las Uni

    versidades (hablo de M.Rollin) dijo: que al primer catedrtico de Filoso

    fa que en aquella famosa Universidad comenz a dar a luz de tan impor

    tantes materias deban y deben estarlo los sorbonenses en un verdaderoy

    perpetuo agradecimiento, porque aquellosfueron origen de infinitas utili

    104

    dades a todo

    e l

    Estado

    Parece claro: Marrero no es el primero que maneja los autores modernos. Lo

    hace, s, y en el

    expediente

    se citan varios; pero stos ya se manejaban de algn

    modo

    en

    la Universidad. Y l aduce e l ca so de , al menos, e l Padre Crdenas como

    i nt roduc to r de nuevas ideas en Artes.

    Ciertamente Marre ro lo

    hace de un modo ms

    manifiesto y hasta oficial ; en el Curso de Artes que l inicia, se defienden por pri

    mera vez

    conclusiones

    que

    tienen

    que ver con

    autores y teoras modernas.

    Y es

    que

    l tiene otra visin. La de Artes era el camino preparatorio

    para

    las

    Facultades Mayores. De

    ah que

    veamos a Marrero plantearse los progresos de la

    Filosofa, s; pero mediante sta y

    por

    consiguiente, de los dems estudios: a la mis

    ma Teologa, y la causa de los estudios; que los estudios vayan en aumento:

    esto es,

    la Universidad entera. No slo introduce aritmtica y lgebra, como introductorios a

    la Fsica. Luego vendra geometra (repetidamente anunciada en el

    Expediente

    ), y

    ID p 31

    101

    ID., p.

    89.

    2 ID.,

    p.

    44.

    103 K> p 95

    104

    ID.,

    p.

    162

    el

    subrayado

    es

    nuestro .

    105 Cfr. p. ej ID., pp. 78y

    82.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    23/27

    Muoz Garca, A., RevistadeFilosofa,N26-27,1997 - 2-3, pp. 165-191

    87

    otras ms (lo hemos visto afirmar que

    meditabaadelantar

    en la introduccin de no

    vedades), que serviran inclusocomoprecedentes de nuevasFacultades: esto ltimo

    subyace de continuo en el

    Expediente.

    Por su parte, el Rector solicitar Ctedra de

    Matemticas a raz de los acontecimientos del juicio.

    Marreropusoen el intento todo su empeo; de nadavalieronpara desanimarle

    las amenazasde quitarle su Ctedra (que al fin habr de abandonar) y ;aunde some

    terlo a prisin.Lo nico que solicital Tribunalfue que se borrarandel Expediente

    los insultos quele dirigaMontenegro. Slopareca interesarle la instauracin de sus

    reformas.Y para ello, y a pesar de que la prolongacin del pleito aumentaba los gas

    tos hasta tener que invertiren lmuchoms de lo que su sueldocomoCatedrtico le

    proporcionaba, Marrero

    no

    dud

    en utilizar los recursos dilatorios a su alcance. En

    efecto, el 11-1-90, avanzado ya el juicio, a dos meses de retirarse a La Guaira, Ma

    rrerodiriga al Cancelario un escritoen el que, entreotras cosas,deca;

    Permtaseme decir con la mayormodestiaque nopuedo menos que ex-

    '

    traar

    el

    mtodo,

    formay

    modo

    con quese ha

    querido

    llevarun

    asunto

    que pudo haberse concluido enveinticuatro

    horas,

    con dospliegos depa

    pel,

    si se

    hubiese abrazado

    el partido

    que

    abri el

    Rector

    a sus

    oficios

    que pasa este

    tribunal

    paraque nosemolestase y grbase con crecidos

    costos en una materia como la del estudio, quepor su naturalezafue ce

    lebrada

    de

    todas formalidades,

    y ya llevo gastado toda la renta de un

    ao,

    y se

    consumir

    mucho

    ms

    de

    cuanto

    pueda utilizar

    enlos

    tres

    aos

    deFilosofa. Por estofue queel seor

    Rector propuso...

    quese

    examina

    senporel

    Claustro,

    opor

    una

    Junta de

    Catedrticos, para

    no

    divertirme

    el tiempoy para evitar unos-costos que no sufran las rentas de la Cate-

    dra

    .

    Ciertamente,

    si la parte

    demandante

    no hubiese recurrido al

    Cancelario

    sinoal

    Rector

    (loque, a

    primera

    vistapareca ms

    lgico),

    las

    cosas

    no hubieran

    llegado

    al

    extremo

    que

    llegaron.

    Pero,

    dado

    que s

    dieron

    as,

    Marrero

    jugel

    juego

    quele

    presentaban y sac elmejor partido

    que

    pudo. Seali con el tiempo, aunque lere

    sultara

    oneroso.

    Se las ingeni para que el litigio fuera

    alargndose

    hasta prctica

    mente terminar su trienio, 'dando oportunidad as para que su reforma tomara cuer

    po. Nole import queen ello

    tuviera

    que invertir mucho

    ms

    deloqueloshonora

    riosdesuCtedra le proporcionaron enlos tres aos (deacuerdo conla sentencia fi

    nal, Marrero

    tuvo

    que

    correr

    conlas costas de

    todo

    el juicio). Le interesaba ms el

    dejar

    instaurados los

    nuevos

    estudios que su propio

    bien personal.

    Todo lo dio

    por

    bien empleado, con tal de conseguir su propsito.

    106 ID., pp. 172s.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    24/27

    188 MuozGarca,A.,Revista deFilosofa,N26-27, 1997 - 2-3, pp.165-191

    Finalizando el curs 88-89, el 9 de junio Marrero habla de

    los tratados de

    aritmtica que est concluido y el de lgebra qu est concluyndose en la ltima

    materia que

    comprehende,

    queson las ecuaciones...

    Por de pronto haba logrado

    su intento de explicar Matemticas como introduccin a la Fsica. Pero no pensaba

    terminar

    ah.

    Por eso

    el Rector, diez das

    ms

    tarde,

    conmina

    al Vicecancelario a so

    breseer el caso. El 1 de julio siguientese desestima tal conminacin; y cuandose le

    va a comunicar al Rector por el Notario (das 4

    y.

    7 del mismo mes), De la Torre no

    se

    encuentra

    en Caracas,

    sino

    en Petare,

    donde

    viva;

    slo

    el 13

    del mismo mes pue-

    108

    de

    tener

    lugar dicha comunicacin

    . Las tcticas dilatorias estaban en

    funciona

    miento .

    Marreroestabainteresado en ellas, a fin de realizarsu intencin de continuary

    finalizar con la enseanza de las matemticas. De hecho el 22 de octubre, iniciado

    ya otro ao acadmico, habla de de

    continuar leyendo las materias de aritmtica,

    l

    gebray geometra .

    Y ya que el Cancelario haba ordenadoel 4 de junio anterior

    que se resituyera al alumno Montenegro a la clase de Artes sin obligacin de dar

    leccin de lgebra, aritmtica y dems materias, Marrero le solicita ahora se sirva

    declarar: loprimero siseme

    prohibe

    onola leccin de

    tales

    materias, lo segundo

    si en caso de continuar la lectura estn o no obligados los estudiantes a escribir y

    tomar

    instruccin,

    y lo tercero sien elevento de no ser obligados a ello,

    ganan

    cur \

    so

    para

    los

    grados

    .

    La

    orden

    del

    Cancelario estaba clara;

    pero Marrero

    se

    las in-

    \

    genia para ir prolongando el pleito. \

    Pero sobre todo el juicio se prolongapor medio de las apelaciones y recursos 5

    de fuerza que Marrero, abogado al fin, supo utilizar hbilmente. Hemos

    dicho

    que el

    4-6-89 el Cancelario haba ordenado reintegrar a Montenegro a clase. En virtud de i

    ello, al da siguiente el

    Notario

    se presenta al aula deMarrero a cumplir la

    orden.

    \

    Este la rechaza y manifiesta

    que

    apelara alRey.

    Siendo

    aqul,

    al fin y al cabo, un |

    acto oficial del tribunal, Marrero

    poda haber

    apelado yaen

    aquel

    momento. Pero, f

    movido por la idea de ganar tiempo, as fueran das, slo anuncia de momento la *

    apelacin, que no har sino cuatrodas depus, el 9 de junio. La apelacin se deses- I

    tima el 1 de julio. Y comienza el peregrinaje del

    Notario

    con el joven

    Montenegro

    intentando la restitucin de ste a la clase, para encontrarse con el rechazo deMarre

    ro. En la segunda ocasin Marrero anuncia que se valdr del auxilio de fuerza. De

    sestimado

    ste, y ante

    nueva intimacin,

    Marrero manifiesta (11 de julio) que no

    ' ' I

    107 ID.,p. 92. t

    108

    ID.,pp. 105, 114s., 122.

    \

    109

    ID.,

    p.

    149.

    }

    110 ID., pp. 89 y 149.

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    25/27

    Muoz Garca,

    A.,Revistade Filosofa, N 26-27,1997- 2-3, pp. 165-191 189

    aceptar al alumno hastaque la RealAudiencia no decidiera acerca del

    auxilio

    bajo

    el que sehabaamparado. Y

    aunque

    el

    Vicecancelario

    sostiene quenohabalugaral

    auxilio de fuerza, ordena suspender todo procedimiento hasta que la Audiencia no

    resolviese.

    As se llegahastael 8 de

    octubre (iniciado

    puesel

    tercer

    aodelcursofilos

    fico), fecha en que la Audiencia devuelve la soHcitud por defecto de formalidad: el

    apoderado deMarrero no haba

    firmado

    el escrito .

    Olvido

    planificado? Conni

    vencia de la Real Audiencia? No lo sabremos; el propio Cancelario sugiere que se

    trataba de una actuacin de Marrero para postergar el procedimiento, al sostener que

    la

    respuesta

    delaAudiencia

    dio

    motivo

    a

    que

    elmencionado Catedrtico

    procurase

    instruir mejor

    su

    recurso112. El caso es

    que,

    tras

    dos

    meses de solicitado el

    recurso,

    la respuesta volva a posponer las cosas.

    El Vicecancelario se vio en la necesidad de asistirse por un Asesor, nombran

    do para ello a Francisco Olmedilla. Esteopinaquela apelacin tieneslo efecto en

    devolutivo, por lo que de nuevo se

    ordena

    restituir a Montenegro al aula.

    Marrero

    vuelve

    a negarse (por

    cuarta

    vez, 6-11-89) por

    cuanto tena

    introducido un

    auxilio

    de fuerza del que todava no sabala respuesta. Y al da siguiente solicita al Vice

    cancelario que, de aceptar enla clase al estudiante Montenegro, ste est necesitado

    para

    ganar curso

    a

    aprender

    lo que sele

    enseare, como

    lo

    hacen sus condiscpu

    los11.

    Y,

    en

    caso

    de

    no

    atenderse

    a

    esa

    solicitud, interpone

    de

    nuevo apelacin

    al

    Rey

    y recurso de fuerza. Esto da lugar a dos nuevos intentos

    -igualmente fallidos

    -

    de reinstalar a

    Montenegro

    en clase. Hastaque el 19de diciembre la Audiencia de

    claraque el Vicecancelario hacefuerza enno otorgar

    libremente; otorgue

    y repon

    ga115. El

    Vicecancelario

    ha de

    aceptar

    la resolucin de laAudiencia

    y,

    en conse

    cuenciaconcede a Marreroun ao para su apelacin. Con esto el Catedrtico poda

    darse por

    satisfecho;

    las

    vacaciones

    de

    Navidad

    duraran

    estatutariamente

    desde el

    24 de diciembre al 6 de enero de 1890. As que, pasado un ao, a su Curso de Filo

    sofaslole faltaran dos meses para terminar, ya que el trienio concluira el 6-3-

    91116,

    para

    dar tiempo

    a

    los exmenes

    de

    Grados

    y

    Oposiciones

    a

    Ctedras.

    Podra,

    pues, cumplir su deseo innovador.

    111

    Marrero

    alegar endescargo

    que,

    siendo

    Licenciado

    en

    Derecho,

    poda representarse a s

    mismo.

    112 ID., p. 30.

    113 ID., p. 154.

    114 Incluso el ltimo -el sexto ya- slo tiene

    lugar

    al tercer intento (el23-11), pues los das

    20y

    21

    (el22fue

    domingo)

    Marrero

    no

    asisti

    a

    clase

    por

    encontrarse

    enfermo.

    115 ID., p. 167

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    26/27

    190 Muoz

    Garca,

    A.,

    Revista

    deFilosofa,W26-27,1997 - 2-3,pp.165-191

    Sin embargo,Marrero no par ah. A pesar de la apelacin interpuesta, quera

    evitar que sta se tomara slo con carcter devolutivo. As que su obsesin por ase

    gurar

    la

    culminacin

    de su enseanza, le

    hizo

    an recurrir

    durante ese ao 1790

    a

    nuevas posposiciones. Le dio pie a ello el nombramiento de los Asesores del Vice

    cancelario. Hemos visto que ste haba nombrado al Doctor Francisco de Olmedilla

    como su Asesor, el 26 de octubre anterior. Por cuanto considera asunto muy vergon-

    zosoque la Cancelara se dejeguiaren un todo porel

    dictamen

    de un

    Asesor

    que,al

    noserdel Claustro, desconoce el asunto, el 11 deenero del 90Marrero lo recusa117.

    Para sustituirlo, el 13 del mismo mes se nombra a Miguel Sanz. Al nombrarlo,

    el Vicecancelario se refiere a l como el

    Doctor don Miguel

    Sanz; Marrero le llama

    BachillerdonMiguel

    Sanz. Se trataba del famoso Licenciado Miguel Jos Sanz?

    No lo sabemos. Inducira a pensar que s la relevanciade las distintas personas que

    iban interviniendo en el proceso. El caso es que, a la semana, Marrero recusa tam

    bin a Sanz, por odiosoy sospechoso, por la estrecha amistadqueprofesaa micon

    trario.

    El Vicecancelario Herrera nombra entonces como Asesor a Jos Domingo

    Blanco118.

    Cuando

    el 22-1-90 el Notario va a casa de Blanco a notificarle su nombra

    miento,

    aunque toqu las puertas principales de ella en su solicitud

    -dice el Nota

    rio-,no

    encontr

    quien me

    respondiera.

    Lo mismo sucediuna semanams

    tarde:

    y

    habiendopreguntado a un criado suyo si se hallaba en ella, o en esta

    ciudad,

    me

    contest que parabaen los llanos, y que no regresaba a

    dicha

    sucasahastafines de

    marzo. Conesto, se ha de nombrarotro Asesor, esta vez en la personade Francisco

    Herrera; es ya el 1 de febrero . Marrero recusa tambin al nuevo Asesorpor odio

    so y sospechoso, por causas que a este tribunal nopueden ocultrseles, en ocasin

    que el enunciado era Catedrtico Sustitutode Menores de Latinidad en esta Univer

    sidadpor el doctor don Jos

    Francisco

    de Ibarra . Con lo que, finalmente, se

    116 PARRA,

    Filosofa,

    p. 260.

    117

    Expediente,^.

    173.

    118

    ID.,pp.

    174s.

    119 ID., p. 176.

    120

    Era el8-2-90: ID., p.

    177.-

    Una firma

    con

    este nombre aparece, por

    nica

    vez, enel

    Acta \

    del Claustro d 15-2-66: Mtro. Francisco Ignacio

    Herrera

    (LEAL, I.,

    Claustro

    II p. '

    186 . Debe tratarse, sin embargo, de un

    error

    de transcripcin, pues las dems Actas de [

    esa poca

    van

    firmadas por el

    Mtro.

    Miguel

    IgnacioHerrera.

    ElActa del

    Claustro de 23-

    2-85 dice que el Dr. Jos FranciscoIbarra y Galindo,quien desde el ao 82 era Ctedra- ;

    tico de Latinidad de

    Menores

    (noha de confundrsele conel Dr.Francisco Ibarra, futuro

    primer Arzobispo de Caracas en 1804) viajaraprximamentea la Corte,

    con retencin i

    de su

    Ctedra

    que en el

    entretanto

    se regentar por

    sustituto

    (LEAL,

    I.,

    Bolvar

    I,

    p. f

  • 7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz

    27/27

    Muoz Garca, A.,Revistade Filosofa, N26-27, 1997 - 2-3, pp. 165-191 191

    nombra

    como

    Asesor al Licenciado Jos Mara Muros. Era ya el 8 de febrero de

    1790121.

    El

    4 de

    marzo

    el

    Notario

    visita

    a

    Marrero

    no

    en

    la

    clase,

    sino

    en su casa. El lu

    nes 8 Francisco Antonio Pimentel est ya regentando interinamente la Ctedra de

    Marrero

    por

    voluntaria

    disposicin

    de ste . Marrero se iba a su nuevo curato de

    La Guaira. Pero ya vimos que, para la fecha, poco quedabaya hasta la finalizacin

    del segundoao del trienio filosfico; y en el tercero quedabanpor explicar la Meta

    fsica y el

    De

    Anima,

    por otra parte a cargo de Pimentel, persona de la confianzade

    Marrero.Este poda irse satisfecho.En definitiva, haba logrado su intento .

    La intencin de Marrero no fue la de prescindir de Aristteles. Su inters era

    remozar

    la

    enseanza

    total universitaria. Ciertamente,

    como

    en la disputa de

    San

    Ja-

    vier-Valverde en 1770, el mal no estaba ni en Aristteles ni en Santo Toms. Lo que

    suceda, ms bien, -como apunta Ildefonso Leal - era que

    lafilosofa, que tanro

    busta haba crecido al lado de Santo Toms, se haba vuelto endmica a causa de

    estriles sutilizaciones.

    216).

    Enenerodel90 Ibarra y Galindo se encontraba anenMadrid (ID., p. 311). Segn

    Leal

    (Historia,

    p. 404) el

    Sustituto

    enla Ctedra fueel

    Mtro.

    Marcos

    Rivas.

    Sin

    embar

    go, en septiembre del88 Francisco Herrera rega como Sustituto laCtedra deLatinidad

    de Menores. En esa ocasin correspondi a Marrero,quien finalizaba su Ctedra de Elo

    cuencia,

    realizarlos

    exmenes

    de suficiencia en Latinidad a los alumnos que pretendan

    ingresar a estudiar Artes. Del

    Expediente

    se deduce queMarrero

    reprob

    una

    buena

    parte

    delosalumnos provenientes dela Ctedra pblica deGramtica, loqueprovoc lapro

    testa de stos. De acuerdo con los

    Estatutos (Ttulo XIV),

    el Rector nombra entonces

    como examinador al Catedrtico de Menores Francisco Herrera. Aludiendo a este inci

    dente, Montenegro afirma enel Expediente queMarrero, en venganza, reprob todos

    los

    estudiantes de afuera (de la Escuela Pblica), receloso de que habran

    sido

    los de las

    quejas,

    y se cometi el examen al

    Catedrtico

    deMenores doctor don Francisco Herre

    raa

    quien sin pudor

    confes la

    reprobacin

    por

    haberse divulgado que

    eldoctor

    Marre

    roslo

    condenaba

    como a msy como

    todos

    (7-11-89,

    Expediente,

    p. 155).

    121 ID., p. 177.- En verdad, a partir deahel

    Expediente

    no refleja

    ninguna

    actuacin nide

    Muros nideAsesor

    alguno.

    Laltima

    haba

    sido deOlmedilla, el 17-11-89 (ID., p.

    165).

    122 ID., p. 185.

    123 La sentencia no se comunicara, en Madrid, sino hasta el 11 de agosto de 1791 (ID., p.

    70).

    124 ID.,p.22.