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Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez” Facultad de Farmacia y Bioquímica Universidad de Buenos Aires ISSN 1669-6859 Dominguezia Vol. 27(2) - Diciembre de 2011 - Buenos Aires - República Argentina Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae–

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Museo de Farmacobotánica“Juan A. Domínguez”

Facultad de Farmacia y BioquímicaUniversidad de Buenos Aires

ISSN 1669-6859

Dominguezia Vol. 27(2) - Diciembre de 2011 - Buenos Aires - República Argentina

Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae–

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Junín 956 - 1er. piso (1113) Buenos Aires, República Argentina. Tel.-Fax: 54 11 4964-8235http://www.dominguezia.org.ar - Correo electrónico: [email protected]

ISSN 1669-6859

Facultad de Farmacia y BioquímicaUniversidad de Buenos Aires

PropietarioMuseo de Farmacobotánica

“Juan Aníbal Domínguez”

Director Responsable:

Dr. Alberto Ángel Gurni

Comisión Redactora:

Farm. Carlos AgostoDr. Arnaldo L. BandoniDr. Gustavo C. GibertiDr. Alberto A. GurniDr. Marcelo L. Wagner

Comisión Científica Asesora:

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Comisión Científica Honoraria:

Dr. Ramón A. de Torres (Universidad de Buenos Aires, Argentina)Dr. Eloy Mandrile (Universidad Nacional de La Plata, Argentina)Dra. Marta Nájera (Universidad Nacional de La Plata, Argentina)Dr. Rubén V. Rondina (Universidad de Buenos Aires, Argentina)Dr. Otmaro Rosés (Universidad de Buenos Aires, Argentina)

Editores Científicos:

Dr. José María Prieto-GarcíaDra. Catalina M. van BarenDr. Marcelo Luis Wagner

Editora Asociada:

María Cristina Ratto de Sala

Secretaría, Edición electrónica y websmaster:

Fernando Gabriel Ranea

Vol. 27(2) - 2011

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Edición patrocinada por la Secretaría de Extensión Universitariade la Facultad de Farmacia y Bioquímica (UBA)

y financiada por la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires

Dominguezia se distribuye por canje con otras publicaciones dedicadas a temas afines.

This publication is sent to individuals or institutions by exchange with similar ones,devoted to Pharmacobotany or related subjects.

Lámina de Tapa:Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae–

Lámina extraída deFlora Argentina. Plantas vasculares de la República Argentina

(http://www.floraargentina.edu.ar).

Incluida en el Directorio de LATINDEXpor el Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICYT - CONICET)

con el número de Folio 2787 Dominguezia,y en Electronic Sites of Leading Botany, Plant Biology and Science Journals.

Providing links to the world’s electronic journals.

Registro de la Propiedad Intelectual N° 611947.

Se terminó de editar en diciembre de 2011.

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Índice de contenido

Etnobotánica médica de las “ligas” (Loranthaceae sensu lato) entre indígenas y criollosde Argentina .......................................................................................................................................... 05Gustavo F. Scarpa y María C. Montani

Caracterización de harinas de chía (Salvia hispanica L.) comercializadas en Rosario(Santa Fe, Argentina) ............................................................................................................................ 21Carlos Périgo, Marcos Cases, Mirian Bueno, Osvaldo Di Sapio, Héctor Busilacchi y Cecilia Severin

Smilax campestris Griseb. –Smilacaceae–: variaciones en la producción de polifenoles en hojassanas y atacadas por la oruga de la mariposa Agraulis vanillae L. –Heliconidae– ....................... 27Ana Z. Rugna, Rafael A. Ricco, Alberto A. Gurni y Marcelo L. Wagner

Evaluación farmacopeica de la calidad de drogas vegetales y productos relacionados.Estado actual en las farmacopeas argentina y brasilera .................................................................. 35Arnaldo L. Bandoni

Herbario de plantas usuales del Paraguay y nordeste argentino atribuido a Domingo Parodiconservadas en el Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez” ........................................... 57Gustavo C. Giberti

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Index

Medical ethnobotany of “ligas” (Loranthaceae sensu lato) among indigenousand criollo people of Argentina ........................................................................................................... 05Gustavo F. Scarpa y María C. Montani

Caracterization of “chia”´s flour (Salvia hispanica L.) commercialized in Rosario (Santa Fe) ..... 21Carlos Périgo, Marcos Cases, Mirian Bueno, Osvaldo Di Sapio, Héctor Busilacchi y Cecilia Severin

Smilax campestris Griseb. –Smilacaceae–: variations in the polyphenols production in healthyand wounded leaves attacked by the caterpillar of the Agraulis vanillae L. –Heliconidae–butterfly .................................................................................................................................................. 27Ana Z. Rugna, Rafael A. Ricco, Alberto A. Gurni y Marcelo L. Wagner

Pharmacopoeial assesment of the quality of herbal drugs and related products.Current status in Argentinian and Brazilian Pharmacopeias ........................................................... 35Arnaldo L. Bandoni

Common herbal plants of Paraguay and northeastern Argentina attributed to Domingo Parodipreserved in the Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez” .............................................. 57Gustavo C. Giberti

Vol. 27(2) - 2011

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011Fecha de recepción: 15 de agosto de 2011Fecha de aceptación: 19 de septiembre de 2011

Etnobotánica médica de las “ligas” (Loranthaceae sensu lato)entre indígenas y criollos de Argentina

Gustavo F. Scarpa1* y María C. Montani2

1 Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (CONICET), Paraguay 2155 piso 16º (1121) Ciudad Autónoma deBuenos Aires. República Argentina.

2 Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Universidad Nacional de San Juan, Ignacio de la Roza 590 (O)(J5402DCS), Rivadavia, San Juan. República Argentina.

* Autor a quien dirigir la correspondencia. Correo electrónico: [email protected].

Resumen

Los usos medicinales de las “ligas” (Loranthaceae sensu lato) entre la población argentina se hallan pocodifundidos y se encuentran dispersos en publicaciones de diversa índole, a pesar de la importanciafarmacológica y fitoquímica de este grupo vegetal. El objetivo de esta contribución es efectuar una compila-ción exhaustiva de las aplicaciones medicinales de las “ligas” por parte de 14 grupos humanos argentinoscon una comparación intercultural entre los usos criollos e indígenas. La información proviene de 7 gruposcriollos y 7 indígenas e incluye tanto datos originales inéditos, como bibliográfícos. Se registró un total de93 datos (17 de ellos inéditos) sobre la etnobotánica médica de 8 especies de Loranthaceae sensu lato, lascuales son empleadas para el tratamiento de 37 tipos de trastornos en total. Se indican sus nombres científi-cos y vulgares, aplicaciones medicinales específicas, formas de uso, grupos humanos de referencia y lafuente de cada dato. Estas plantas se emplean principalmente como oxitócicas, abortivas, hipotensoras,emenagogas y cardiotónicas. La mayor diversidad de usos y citas registradas corresponde a Struthanthusuraguensis, Tripodanthus acutifolius, Phoradendron bathyoryctum y Ligaria cuneifolia. La comparaciónintercultural evidencia coincidencias generales en las categorías mayores de uso medicinal (sistemas corpo-rales) y también diferencias marcadas en las aplicaciones medicinales específicas entre criollos e indígenas.Se sugiere el emprendimiento de estudios farmacobotánicos sobre S. uraguensis.

Medical ethnobotany of “ligas” (Loranthaceae sensu lato)among indigenous and criollo people of Argentina

Summary

Medicinal uses of wild mistletoes (Loranthaceae sensu lato) among Argentinean people are little known and theyare scattered in publications of various kinds, in spite of their pharmacological and phytochemical importancethey have. The aim of this contribution is to make a comprehensive review of medicinal applications of wildmistletoe species by 14 human groups of Argentina, and to compare between folk and indigenous uses. Informa-tion comes from 7 folk groups and 7 indigenous groups, and involves both unpublished as bibliographical data.

Palabras clave: Etnomedicina - hemiparásitas - Viscaceae - Loranthaceae - Argentina.Key words: Ethnomedicine - hemiparasitic - Viscaceae - Loranthaceae - Argentina.

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Scarpa y Montani

A total of 93 data (17 of them from unpublished data) on the medical ethnobotany of 8 species of Loranthaceaesensu lato, were recorded. These are used for the treatment of 37 types of health disorders. Scientific and vernacu-lar names, specific medicinal applications, modes of use, human groups who use them and the sources of eachdata, are mentioned. These plants are mainly used as oxitocic, abortive, emmenagogic, cardiotonic, and to nor-malize blood pressure. Most uses and quotations recorded are about Struthanthus uraguensis, Tripodanthusacutifolius, Phoradendron bathyoryctum, and Ligaria cuneifolia. Intercultural comparison shows some coinci-dences at the major medicinal categories level (body systems), but marked differences at the level of specificmedicinal applications. It is suggested to carry out pharmacobotanical studies on S. uraguensis.

Introducción

Las especies pertenecientes a la familia Loranthaceaesensu lato (incluidas las actuales Viscaceae yEremolepidaceae) del Viejo Mundo han sido exten-samente estudiadas en su composición química y suspropiedades farmacológicas, especialmente Viscumalbum L., sobre la cual se han identificado propieda-des inmunomoduladoras y antitumorales (Hajto,1986; Portalupi, 1987; Jurin y col., 1993).

Respecto a las especies que crecen en la Argenti-na se han hallado efectos hipotensores e hipertensoresen Ligaria cuneifolia (Ruiz y Pav.) Tiegh. según elárbol hospedante (Varela y col., 2000; Varela y col.,2004), de la misma manera que en ciertas especiesdel género Phoradendron Nutt. que han sido emplea-das contra afecciones cardíacas (Cáceres, 1996; Pöll,2006). También se han registrado propiedades desin-fectantes en Tripodanthus acutifolius (Ruiz y Pav.)Tiegh. (Daud y col., 2005; Daud y col., 2006) y ac-ciones citostáticas e inmunomoduladoras en Ligariacuneifolia (Varela y col., 2000; Fusco y col., 2004).En esta última especie y en T. acutifolius se ha regis-trado además acción antiinflamatoria y propiedadesantibacterianas (Soberón y col., 2006); acciónantiinflamatoria, diurética, analgésica y antipiréticaen T. acutifolius y efectos antiespasmódicos en Ph.piperoides (Kunth) Trel. (Dias y col., 2007).

Según Varela y col. (2004), los estudiosfitoquímicos e inmunoquímicos en torno a Ph. liga(Gillies ex Hook. & Arn.) Eichler indican que exis-ten altas posibilidades de emplearse de manera com-plementaria y alternativa contra ciertos tipos de cán-cer, tal cual se utiliza en la actualidad Viscum album.Los hallazgos hasta aquí mencionados, si bienpromisorios, han sido registrados solo para 6 de las24 especies de “ligas” que crecen silvestres en laArgentina según el catálogo de la Flora del ConoSur (Zuloaga y col., 2009).

La amplia difusión del empleo terapéutico de es-tas plantas en la medicina popular, como sus autoresse ocupan de señalar, fue lo que en parte ha motivadoe inspirado muchas de estas investigacionesfitoquímicas y farmacológicas. En efecto, esos usosse remontan a miles de años atrás cuando griegos,romanos, druidas, germanos y chinos –entre otros–los incluían en sus farmacopeas como lo registranDioscórides y Plinio hacia el siglo I de nuestra erapara Europa (Font Quer, 1962; Frazer, 1994) y ShenNong Bec Cao Jing (Zee Cheng, 1997) para Asia. Seempleaban mayormente contra la epilepsia, para fa-vorecer la concepción, como antiulcerosos y comovivificantes en general, y llegaron a ser consideradoscomo verdaderas panaceas entre los druidas y losactuales ainos del Japón (Frazer, 1994).

Respecto a la medicina folk latinoamericana, se des-taca el empleo de especies de los géneros PsittacanthusMart., Struthanthus Mart. y Phoradendron comoantiinflamatorios, contra trastornos varios del sistemarespiratorio y contra el reumatismo en distintas zonasde Brasil (Hashimoto, 2002); el uso como hipotensorde varias especies de la familia Viscaceae para Guate-mala (Cáceres, 1996; Pöll, 2006) y como emenagogo,abortivo, diurético, purgante, vulnerario e hipotensorpara las Lorantáceas de Colombia (Dueñas-Gómez yFranco-Roselli, 2001), entre otros. En cuanto a la Ar-gentina, trabajos fitoquímicos y farmacobotánicos(Hieronymus, 1882; Domínguez, 1928; Ratera y Ra-tera, 1980; Toursarkissian, 1980; Sorarú y Bandoni,1986; Varela y Gurni, 1998, 2003; Fusco y col., 2004;Lahitte y col., 2004; Barboza y col. 2006) mencionanalgunos usos en “medicina popular” sin especificar elgrupo cultural ni la región donde fueron tomadas lasinformaciones. La mayoría de ellos –a excepción deltrabajo de Barboza y col. (2006)–, aluden principal-mente a los usos como hipotensores y contra fracturasde L. cuneifolia, Tripodanthus acutifolius, T. flagellarisy Psittacanthus cordatus (Hoffmanns. ex Schult. f.)

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011

Blume. En líneas generales, estas obras coinciden enafirmar el escaso conocimiento y la utilización de lasespecies sobre las que realizan sus estudios –e inclusosobre las “ligas” argentinas en general– en la medicinapopular del país (Varela y col., 2000; Alonso yDesmarchelier, 2005).

Por otra parte, estos datos tienen escaso valordesde el punto de vista etnobotánico por su falta decontextualización cultural, lo cual, además de igno-rar la contribución relativa de cada grupo étnico, nopermiten comprender ni interpretar cabalmente lafinalidad última para la que se utiliza determinadoremedio vegetal.

Sin embargo, una rápida ojeada a datos etno-botánicos inéditos o publicados recientemente so-bre estas especies, indica una situación completa-mente diferente a la señalada. Estos datos revelaronla presencia de un número significativamente ma-yor de especies de Loranthaceae (sensu lato) a losque pueden adjudicarse un número también supe-rior de aplicaciones medicinales que las considera-das hasta el momento (Arenas 1981, 1983, 1987;Filipov, 1994; Scarpa, 2000, 2004a).

Por lo expuesto, el objetivo de esta contribuciónes compilar y aportar datos originales inéditos acer-ca de las aplicaciones medicinales de las especiesde “ligas”; analizar las particularidades culturalesde su uso en términos generales y de manera com-parativa entre criollos e indígenas de la Argentina,así como demostrar la subutilización y la importan-cia potencial del conocimiento popular sobre estasplantas para futuros estudios farmacobotánicos.

Las especies argentinas de Loranthaceae sensu lato

Las plantas conocidas en territorio argentino como“ligas” pertenecen actualmente a tres familias delorden Santalales: Loranthaceae sensu stricto,Viscaceae y Eremolepidaceae (Zuloaga y col.,2009). Dado que anteriormente estas familias fue-ron consideradas como subfamilias de lasLoranthaceae sensu lato (Loranthoidae, Viscoidaey Eremolepidoideae), a lo largo del trabajo semantiene esta clasificación solo con finesexpositivos. En la Argentina estas plantas estánrepresentadas por 7 géneros y 24 especies, de lascuales aquí se presenta información etnobotánicamédica acerca de 8 especies correspondientes a 5géneros.

Estas plantas se distribuyen preferentemente enla zona templado-cálida, subordinándose a ambien-tes con presencia arbórea del centro y norte del país.Se caracterizan por ser hemiparásitas fotosin-tetizadoras, generalmente semiarbustivas, así comopor desarrollarse sobre vástagos leñosos (dependendel hospedante para vivir) desde donde obtienen elagua y los nutrientes minerales mediante raíces es-pecializadas llamadas haustorios (Abbiatti, 1943).

Tanto los criollos como los indígenas valoran aestas plantas principalmente por sus aplicacionesmedicinales, aunque lo hacen de manera diferen-ciada debido a las características distintivas de susacervos etnomédicos. Mientras los criollos practi-can una medicina de corte principalmente natu-ralístico, de raigambre humoral y que presenta nu-merosos elementos de la medicina popular medie-val española (Scarpa, 2004b), los indígenas practi-can otra de tipo básicamente chamánico con menorgravitación de la farmacopea vegetal (Arenas, 2000),aunque esto último pueda variar según el grado deadquisiciones recientes que tengan de la herbolariacriolla (Scarpa, 2009). Entre los criollos estas espe-cies también son consideradas como forrajes de granvalor para los ganados vacuno y caprino (las cualesrecolectan o “liguean”) y se emplean además en ve-terinaria para los mismos fines que en humanos.

Materiales y métodos

En esta comunicación se incluyen informacionesetnobotánicas correspondientes a 14 grupos hu-manos de la Argentina. Estos datos fueron obte-nidos de la bibliografía como también de infor-maciones registradas de primera mano que fue-ron recopiladas a lo largo de trabajos de campocon grupos indígenas y criollos. Estos últimosinvolucran aborígenes qom-ñachilamole’ek(“toba-pilagá”) de la provincia de Formosa,tapiete y chorote de la provincia de Salta y a crio-llos de la provincia de San Juan.

Con respecto a los datos recopilados a partirde la bibliografía se procuró que las fuentes fue-ran confiables, tanto desde el punto de vista de lainformación botánica como de su contex-tualización etnomédica. En total se refiere infor-mación sobre 7 grupos criollos y 7 aborígenes,cuya localización geográfica se puede observaren el mapa (Figura 1).

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Scarpa y Montani

A excepción de los mbyá, los demás grupos in-dígenas son pueblos típicamente chaquenses; losdatos correspondientes a la nación qom o “toba” sedistinguen según las respectivas parcialidadesdialectales de donde provienen. Se considera “crio-llo” al típico mestizo latinoamericano cuya confor-mación cultural se remonta a la mixtura de colonosespañoles e indígenas durante los siglos XVI, XVIIy XVIII, los cuales tienen ciertos rasgos culturalesdiferenciales según el lugar del país donde habitan(Palavecino, 1959; Scarpa, 2000). En cuanto a lospueblos indígenas entrevistados todos habitan en elextremo norte del país, son descendientes de anti-guos cazadores-recolectores-pescadores, y su len-gua y ciertas instituciones clave de sus culturas(como el chamanismo) tienen un alto grado de vi-gencia, aunque actualmente se hallan en proceso deasimilación cultural, respecto a los criollos vecinos.

Dado que este trabajo se enmarca en la etno-botánica, se consideran como datos individualescada una de las aplicaciones medicinales específi-cas que realiza cada grupo humano determinado. Eneste sentido la descripción de las particularidadesculturales de los usos de las “ligas” incluyen apli-caciones medicinales y veterinarias específicas decada grupo, las partes utilizadas, las formas de ad-ministración y la influencia del hospedante. Estasinformaciones se presentan en forma de tabla y grá-ficos por medio de estadística descriptiva.

Las comparaciones entre los usos criollos e in-dígenas se efectúa: en primer lugar, en un nivel ge-neral de sistemas corporales de aplicación medici-nal mediante estadística descriptiva gráfica; y ensegundo lugar, en el nivel de las aplicaciones medi-cinales específicas mediante la técnica de ordena-miento de Cluster (sobre la base del algoritmo ave-rage linkage y el índice de distancia euclideana),calculado sobre una matriz de presencia-ausenciade 37 x 2. Esta última matriz resulta de considerarlas 37 aplicaciones medicinales totales que fueronidentificadas entre las 2 categorías de grupos hu-manos aquí considerados (indígenas y criollos).

Resultados

Nomenclatura criolla e indígena

Los nombres vernáculos más difundidos entre crio-llos argentinos corresponden a los términos genéri-cos de “liga” y, en menor medida, “corpo”. Segúnlos datos disponibles la voz “liga” aludiría a la per-cepción háptica de la condición pegajosa de las sus-tancias gomosas de sus frutos, que los criollos aso-ciarían, según la doctrina de la signatura, con suscapacidades de “ligar” o “unir” los huesos en casosde fracturas, trastornos contra los cuales sonprescriptas estas plantas (Hieronymus, 1882;Villafuerte, 1961; Montani, inédito). La voz “corpo”,en cambio, tiene una connotación religiosa ya quealude a la época de floración de la especie con flo-res más vistosas (T. acutifolius), que coincide conla fecha de la celebración cristiana del CorpusChristi (en junio) ocasión en la que sus flores sonempleadas para adornar cruces y calvarios (al igualque en Semana Santa).

Estudios etnobotánicos realizados a principio delsiglo XXI han registrado nombres vernáculos espe-cíficos para cada una de las especies, los cuales seconforman añadiendo a los genéricos mencionadosun epíteto específico que consiste en el nombre vul-gar del árbol donde crecen (i.e. “liga del mistol” enalusión a Ziziphus mistol Griseb., o “corpo del palosanto” con referencia a Bulnesia sarmientoi Lorentzex Griseb.), tal como se puede observar en la tabla 1.Esto significa que algunos grupos criollos suelendistinguir, en general, las particularidades morfo-lógicas macroscópicas de las distintas especies deLorantáceas.

Figura 1.- Localización de grupos aborígenes y criollosconsiderados

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Tabla 1. Aplicaciones medicinales de las especie de Loranthaceae sensu lato

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Tabla 1. (cont.)

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011

Los nombres asignados por indígenas de Salta yFormosa en sus respectivas lenguas están asociadosmayormente a la observación del consumo de susfrutos por ciertos pájaros (su significado es “comi-da del pájaro X”), a quienes también aluden comolos responsables de su diseminación. Debido a quelos espíritus de estas especies de pájaros suelen serayudantes o auxiliares de sus chamanes –en formade anunciadores–, consideran que estas plantas tam-bién tienen un espíritu con el cual ellos se comuni-can a través de “cantos” o invocaciones específicas(al menos entre indígenas chorote). Estos gruposemplean además, el mucílago viscoso de sus frutospara cazar pájaros (Scarpa, inédito).

Aplicaciones medicinales

Se registra un total de 93 datos (17 de ellos inédi-tos) sobre la etnobotánica médica de 8 especies deLoranthaceae sensu lato, empleadas por 14 gruposhumanos para el tratamiento de 37 tipos de trastor-nos en total. En la tabla 1 se enumeran para cadaespecie sus nombres vernáculos, aplicaciones me-dicinales, formas de preparación y administración,grupo étnico y fuente del dato respectivo. Del totalde datos compilados, 47 se obtuvieron entre gruposcriollos (en su mayoría, del Chaco noroccidental deFormosa y Salta) y 46, entre representantes de gru-pos indígenas (principalmente chorote, toba-pilagáy pilagá).

En la figura 2 se grafica la participación porcen-tual de los usos por cada especie. El mayor númerode aplicaciones medicinales se registra paraStruthanthus uraguensis (Hook. & Arn.) G. Don (27usos), y en menor medida, para Tripodanthusacutifolius (17 usos); Phoradendron bathyoryctumEichler (15); L. cuneifolia (13); Ph. liga (11);Tripodanthus flagellaris (5); Ph. argentinum Urb.(2) y Tristerix verticillatus (Ruiz et Pav.) Barlow etWiens (1 uso). El género botánico con mayor canti-dad de aplicaciones totales fue Phoradendron con28 usos.

En la figura 3 se grafica la participación porcen-tual de los datos ordenados por categorías mayoresde uso medicinal (sistemas corporales) en las quese agrupan las aplicaciones medicinales específicas.Bajo la categoría “otros” se incluyen todas las apli-caciones contra trastornos o síntomas que no afec-tan a un sistema corporal en especial, como fiebre,

insolación, hipotermia, gripes, tumores y el “sobre-parto” (diversos trastornos puerpéricos).

Se destacan las aplicaciones de las “ligas” sobreel aparato reproductor con casi la mitad de los usostotales registrados, contra trastornos del sistema cir-culatorio, contra los que no afectan a ningún sistemacorporal en especial y contra afecciones de la piel.

En la figura 4 se grafican las principales apli-caciones medicinales específicas de las “ligas” se-gún el número de datos compilados para cada uso.

Figura 2.- Número de datos de uso medicinal por especie

Figura 3.- Aplicaciones medicinales totales por aparatoo sistema corporal

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Scarpa y Montani

Figura 4.- Número de datos por aplicación medicinalespecífica

Figura 6.- Comparación intercultural respecto a lasformas de administración

En función de lo expresado se destaca su uso comooxitócico (para tratar la atonía uterina humana y ani-mal), hipotensor, como emenagogo y abortivo.

En la figura 5 se comparan gráficamente las ca-tegorías mayores de uso medicinal de las “ligas”entre criollos y aborígenes. En términos generalesse observan coincidencias cualitativas en relacióncon las categorías de uso consideradas, a excepciónde las correspondientes a la “piel” y a las “enferme-dades infecciosas” (usos exclusivamente indígenas)y al sistema circulatorio y reproductor, en veterina-ria (usos casi exclusivamente referidos por criollos).

Como se aprecia en la figura 6 los usos criollostambién se distinguen de los indígenas por una pro-porción sustantivamente mayor de aplicaciones in-ternas con respecto a las externas.

En el dendrograma de la figura 7, obtenido de lacomparación de las aplicaciones medicinales espe-cíficas entre criollos y aborígenes según la técnicade Cluster, se identifican tres conjuntos de aplica-ciones medicinales, dos de los cuales representanusos exclusivos de cada uno de estos grupos huma-nos, mientras que el restante corresponde a usoscompartidos o mixtos.

En términos cuantitativos se puede apreciar queel número total de aplicaciones medicinales exclu-sivas de ambos grupos (28) superan holgadamentea las de carácter mixto (9). La mayoría de las últi-mas (6) afectan a los sistemas reproductivo y circu-latorio.

Los informantes entrevistados a campo indicanque existe un hospedante “ideal” para que cada espe-cie rinda todo su potencial curativo. Para L. cuneifoliay especies de Phoradendron se registró un importan-te consenso entre informantes criollos acerca de unamayor efectividad –como normalizadores de la pre-sión sanguínea– de las plantas que crecían sobreGeoffraea decorticans (Gillies ex Hook. & Arn.)Burkart en relación con las que lo hacían sobre otrohuésped. Representantes de etnias indígenas –qom–coincidieron con esta misma observación, aunqueseñalaron como hospedantes ideales a Prosopis albaGriseb. y a P. nigra (Griseb.) Hieron.

Discusión y conclusiones

Merecen destacarse las similitudes halladas enesta compilación respecto a las cantidades tota-les de usos medicinales registrados (47 y 46) y a

Figura 5.- Comparación intercultural de categorías deuso medicinal

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011

Figura 7.- Dendrograma resultante de comparar los usos medicinales específicos criollos con los indígenas

los tipos de aplicaciones médicas de las Loran-táceas sensu lato (21 y 25) entre criollos e indí-genas respectivamente. También resultaron simi-lares en términos cualitativos las categorías ma-yores de uso medicinal registradas. Sin embargo,estas coincidencias serían claramente aparentesy fruto del azar ya que los resultados de la com-paración intercultural de las aplicaciones medi-cinales específicas evidencian que los usos crio-llos son marcadamente diferentes a los indígenas;solo resultan coincidentes en el 24% de los ca-

sos: 9 trastornos (Figura 7). Gran parte de estosusos (7), a su vez, corresponden a categorías deuso medicinal (aparatos reproductor, circulatorioy digestivo) para las cuales se ha comprobado lamayor proporción de préstamos culturales que ungrupo indígena habría adquirido de los criollos,según los resultados de análisis comparativos de-tallados de la etnobotánica médica de ambos gru-pos (Scarpa, 2009), por lo que se podría hipo-tetizar que la mayoría de los usos “mixtos” iden-tificados serían de origen criollo.

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16

Scarpa y Montani

Otra razón que sustenta esta última hipótesis esque, acorde con la menor importancia relativa deremedios vegetales en la etnomedicina tradicionalaborigen respecto de la criolla (Arenas, 2000;Scarpa, 2009), hubiera sido de esperar una menorcantidad de aplicaciones medicinales específicasindígenas. Acorde con lo expuesto, se ha registradoexclusividad indígena con respecto a los usos me-dicinales agrupados en las cateogrías “trastornos dela piel” e “infecciones cutáneas”, que corresponde-rían al acervo ancestral propio de estos grupos.

Como era también de esperar, de acuerdo conlas características generales de su etnomedicina, losusos criollos se distinguen de los indígenas además,por una mayor proporción de aplicaciones internascon respecto a las externas.

En cuanto a las plantas hospedantes se concluyeque los grupos criollos aquí estudiados –y al menoslos qom de la provincia de Formosa–, repetirían entodos los casos la misma concepción registrada enel Viejo Mundo en cuanto a relacionar la efectivi-dad de la acción terapéutica folk de estas plantascon un árbol o arbusto huésped ideal sobre las quecrecen (especies de Salix y Quercus para esta últi-ma región) (Frazer, 1994).

Incluso, esta observación empírica ha sido de-mostrada experimentalmente para L. cuneifolia(Varela y col., 2000), lo cual constituye otra valida-ción farmacológica más para informaciones proce-dentes de fuentes de carácter etnobotánico. De estamanera, se revela la importancia adaptativa que losnombres vulgares de estas plantas tendría para sususuarios en tanto incorporan el del huésped especí-fico que le otorga su efectividad medicinal (i.e. “ligadel chañar”, a pesar de que la especie así denomina-da suela crecer también sobre otro huésped).

Al comparar la información farmacobotánica ymédico-farmacológica citada sobre las Lorantáceascon los datos aquí presentados, se evidencia unaclara subutilización de la información etnobotánicadisponible. El caso más destacado al respecto loconstituye la gran diferencia evidenciada entre lavariedad de aplicaciones medicinales registradapara S. uraguensis –27– (máximo número regis-trado entre todas las especies analizadas) y la nulainformación farmacobotánica hallada para esta es-pecie, situación que justificaría ampliamente elemprendimiento de estudios farmacobotánicos so-bre S. uraguensis.

Desde el punto de vista estrictamente etnobo-

tánico merecen especial mención los usos medici-nales registrados para T. acutifolius (“corpo”). Sibien esta planta constituye la segunda especie delas Lorantáceas en importancia según el númerode aplicaciones medicinales registradas (17), sususos medicinales tienen una significación culturalsustancialmente superior a todas las demás paralos criollos del país. Ello se debe a que el “corpo”tiene variadas connotaciones religiosas dada la con-junción de características vinculadas con su flora-ción (como se expresó, la aparición de sus floresvistosas con perfume penetrante ocurre alrededorde la fecha de la celebración del Corpus Christi) ycon la condición de efectividad casi sobrenatural–asociada a su nombre vernáculo– que reviste suhospedante exclusivo: el “palo santo” –Bulnesiasarmientoi– (no solo desde el punto de vista tera-péutico sino también por la imputrescibilidad desu leño con el que se confeccionan las cruces aña-didas a las tumbas). Dada la íntima relación de-mostrada entre los aspectos religiosos y terapéuti-cos en la etnomedicina criolla, los fenómenos se-ñalados son interpretados como “reforzadores” dela efectividad terapéutica de esta planta o como“adjunción de potencia” según las categorías de laantropología médica (Laplantine, 1999).

Consideramos que el manejo de estos datos nosolo permitirá abrir nuevas líneas de trabajo tendien-tes a testear experimentalmente aspectos fito-químicos y farmacobotánicos de especies deLorantáceas que no han sido analizadas, sino tam-bién de nuevas aplicaciones de plantas ya estudia-das, y así, acortar a la vez los tiempos y recursosque suelen demandar estas investigaciones. En vir-tud de esto último, se destaca la necesidad de reali-zar estudios etnobotánicos exhaustivos que inclu-yan entre sus objetivos el registro de usos medici-nales asignados a las restantes 16 especies deLorantáceas que no han sido incluidas en este tra-bajo, así como también entre los grupos humanosque no han sido considerados aquí.

Agradecimientos

En primer lugar agradecemos a los criollos e indí-genas de las diferentes comunidades donde se hatrabajado, quienes proveyeron parte de los datos aquíutilizados. A Pastor Arenas y Mariángeles Gaviornopor su aporte de datos inéditos; a Gustavo Martínez

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por acercarnos sus datos publicados, a Ula Karlinpor corregir el manuscrito y al Consejo Nacional deInvestigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)por proveer la beca de investigación y el marcoinstitucional en el cual realizar nuestro trabajo.

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011Fecha de recepción: 18 de octubre de 2011Fecha de aceptación: 14 de noviembre de 2011

Caracterización de harinas de “chía” (Salvia hispanica L.)comercializadas en Rosario (Santa Fe, Argentina)

Carlos Périgo1, Marcos Cases2, Mirian Bueno3, Osvaldo Di Sapio4,Héctor Busilacchi3 y Cecilia Severin2*

1 Química Orgánica, Consejo de Investigaciones. Universidad Nacional Rosario (CIUNR).

2 Fisiología Vegetal, Consejo de Investigaciones. Universidad Nacional Rosario (CIUNR).

3 Biología. Facultad Ciencias Agrarias, CC 14, (S2125ZAA) Zavalla, Santa Fe, República Argentina.

4Área Biología Vegetal. Facultad Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, Suipacha 531 (S2002LRK) Rosario, SantaFe, República Argentina.

*Autor a quien dirigir la correspondencia. Correo electrónico: [email protected].

Resumen

Salvia hispanica L. (Lamiaceae) -conocida como “chía”- es una especie de interés dietario-medicinal, fuentede ácidos grasos omega-6 y omega-3, proteínas, antioxidantes y fibras solubles e insolubles. Con el objetivode caracterizar harinas de S. hispanica que se comercializan en la ciudad de Rosario, se analizaron muestrasadquiridas en diferentes comercios. Se realizó la caracterización botánica y se determinó: fibras brutas tota-les, humedad, cenizas, proteínas y ácidos grasos. Las muestras comercializadas como harina corresponden,en realidad, a semillas de “chía” molidas. Se comprobó que existen a la venta lotes de harina de “chía” de losque se desconoce su procedencia y procesamiento, algunos adulterados con semillas de otras especies. Losresultados de humedad y de proteínas obtenidos estuvieron dentro de los valores estipulados por el CódigoAlimentario Argentino 2009 pero ciertos valores de fibra bruta total y ceniza fueron inferiores. Con esterelevamiento se comprobó que lo comercializado como harina de “chía” en la ciudad de Rosario es semillamolida, donde se observa una alta variación en la calidad, pues se dispone en el mercado desde productos dealta pureza hasta otros, totalmente adulterados.

Caracterization of “chia”’s flour (Salvia hispanica L.)commercialized in Rosario (Santa Fe)

Summary

Salvia hispanica L. (Lamiaceae), commonly known as “chia”, is a species of dietary and medicinal value. Itis a source of Omega-6 and Omega-3 fatty acids, proteins, antioxidants and soluble and insoluble fibers.Samples bought from different shops were analyzed with the aim of characterizing S. hispanica flours soldin Rosario city. The botanical characterization was performed, and total crude fiber, humidity, ash, proteinand fatty acid contents were determined. The flour samples marketed are, in fact, ground “chia” seeds. The“chia” flour on sale in different shops was found to have unknown origin and processing, and some were

Palabras clave: Salvia hispanica L. - harina de “chía” - medicinal.Key words: Salvia hispanica L. - flour of “chia” - medicinal.

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mixed with seeds of other species. Protein and humidity results met the requirements set by the ArgentineFood Code (2009). Certain values of total crude fiber, humidity and ash were lower than those in the ArgentineFood Code. It was concluded that the “chia” flour sold in Rosario is ground seed with a high variation inquality, since there are both high purity and completely adulterated products in the market.

Introducción

Salvia hispanica L. (Lamiaceae), conocida tradicio-nalmente como “chía”, es una especie de interés die-tario-medicinal, ya que además de ser una buenafuente de ácidos grasos omega-6 y omega-3, proteí-nas y antioxidantes, es rica en fibras solubles e in-solubles (Ayerza, 1995). Se consumen las semillasenteras, la harina parcialmente desgrasada y la fi-bra. En el caso de la semilla entera, convieneingerirla molida, para permitir su correcta metabo-lización. Los requerimientos diarios de omega-3 sepueden cubrir con apenas 5 g de semilla molida.

Según se expresa en el Código Alimentario Ar-gentino (2009) (CAA), art. 1407 bis (Res. Conj. 86/2009 SPReI y 711/2009 SAGPyA): “con la deno-minación harina de ‘chía’ (S. hispanica), se entien-de el producto proveniente de la molienda de la se-milla de ‘chía’, debiendo presentar esta última, ca-racterísticas de semillas sanas, limpias y bien con-servadas, que han sido sometidas a prensado por laremoción parcial o prácticamente total del aceite quecontiene”.

No obstante, en la ciudad de Rosario (Santa Fe),se encuentran a la venta lotes de semillas de “chía”adulterados con semillas de otras especies (Buenoy col., 2010; Severin y col., 2010) y existe escasainformación sobre la calidad de los subproductosque se comercializan a partir de esta especie (hari-nas, aceites, etcétera). Los comerciantes consulta-dos acerca de la distribución de semillas y harinasde “chía” manifestaron desconocer cuántos y quié-nes son los proveedores primarios en la ciudad y dequé zonas del país proviene el material vegetal.

La falta de control de los procesos en cuanto aseguridad alimentaria (inocuidad) ocasiona en elmundo distintas situaciones de peligro. La micros-copía cualitativa y cuantitativa constituye un medioefectivo para evaluar los ingredientes; proporcionainformación que complementa a la que suministranlos análisis químicos. Asimismo, proporciona unaidea general de la calidad del ingrediente o alimen-to terminado, con una rapidez superior a la que se

obtiene con los análisis químicos. La adulteraciónde un alimento se puede definir como la modifica-ción intencional de una materia prima con el objeti-vo de su comercialización; por su parte, la contami-nación accidental se puede producir por un mal pro-cesamiento (Suárez, 2009).

De acuerdo con lo expuesto, se podría inferir quealgunos de los subproductos de “chía” que se co-mercializan pueden estar adulterados, por esa razón,se planteó como objetivo caracterizar las harinas deS. hispanica que se comercializan en la ciudad deRosario (Santa Fe).

Figura 1.- Mapa de la ciudad de Rosario

Comercios donde se pudieron adquirir harinas de S.hispanica L.

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Materiales

Se analizaron 15 muestras de harina de “chía” com-pradas en diferentes comercios de la ciudad de Ro-sario. Diez muestras de la misma marca comercialpresentaban: identificación de lote, fecha de venci-miento y algunas especificaciones, como: harinaparcialmente desgrasada. Las cinco muestras res-tantes (muestras: 2, 3, 5, 6 y 7) no se hallaban rotu-ladas, por lo tanto, se consideraron de origen des-conocido. La muestra número 16, por tratarse desemillas molidas en la Facultad de Ciencias Agra-rias de la Universidad Nacional de Rosario (UNR),es decir, de procedencia reconocida, se considerócomo testigo.

Métodos

En el Laboratorio de Fisiología Vegetal de la Facul-tad de Ciencias Agrarias (UNR), se realizó la carac-terización botánica de las harinas. Se observaronbajo microscopio estereoscópico marca Nikon(400x) y se fotografiaron con cámara digital Sony.Se determinó así la presencia de semillas de otrasespecies e impurezas.

En el laboratorio de la Bolsa de Comercio deRosario, se determinaron los ácidos grasos presen-tes en la muestra testigo, una muestra era de proce-dencia conocida y otra, sin identificación. La ex-tracción de la materia grasa se realizó por el métodoButt (Norma ISO 659, 2009). Se determinó la aci-dez según Norma ISO 660 (2009). Se realizó la pre-paración de los ésteres metílicos de ácidos grasossegún Norma ISO 5509 (2000) para su determina-ción por cromatografía en fase gaseosa según Nor-ma ISO 5508 (1990).

Las determinaciones de fibras brutas totales, hu-medad, cenizas y proteínas se realizaron en el La-boratorio de Calidad de Alimentos de la Facultadde Ciencias Agrarias de la UNR.

Determinación de fibra bruta total

Debido a la gran cantidad de mucílago que presen-tan las harinas al hidratarse forman una masa queimpide la filtración normal, por ello, no se pudo uti-lizar el método tradicional de Van Soest (1963) paradeterminar fibras, ya que los tratamientos condetergentes no alcanzan a atacar convenientemente

los mucílagos; en conseecuencia, se decidió aplicarel método de Fibra Bruta Total (FBT) (NormaCOPANT:7:9-008,1981) con modificaciones.

Las modificaciones introducidas al métodomencionado fueron: uso de tubos de digestión (200mm x 35 mm), empleo de menor cantidad de mues-tra (0,35 g), empleo de un volumen menor dereactivos (35 cm3) y supresión del paso de filtra-ción intermedio (por el inconveniente ya expues-to) que ahorra tiempo y minimiza los requerimien-tos instrumentales.

Determinación de humedad

Para la determinación de humedad se aplicaron lasNormas IRAM 15850 (1990) para granos (métodode la estufa).

Determinación de cenizas

En la determinación de cenizas se aplicaron lasNormas IRAM 15851 (1991) para cereales, harinasy subproductos (método de la mufla).

Determinación de proteínas

La determinación de nitrógeno total se realizó conel equipo LECO FP-528, mediante el método deDumas (American Society of Brewing Chemists,1992; Dumas, 1831; Sweeney, 1989), factor de con-versión de proteínas recomendado por FAO/OMS(2001): 6,25.

Resultados y discusión

De las observaciones realizadas bajo lupa, se des-prende que las muestras comercializadas como ha-rina, corresponden a semillas de “chía” trituradas omolidas con diferente granulometría, entre 0,5 y 1mm (Foto 1).

De la misma manera que se comercializan semi-llas de S. hispanica adulteradas (Severin y col., 2010),en este trabajo se comprobó que existen a la ventaharinas de “chía”, de las que se desconoce su proce-dencia, su procesamiento y, en algunos casos, estánadulteradas con otras semillas molidas o inertes. Delas cinco muestras sin identificación dos estaban com-pletamente adulteradas; una, compuesta por Trifoliumspp. (Foto 2) y la otra, por Trifolium spp., Plantago

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lanceolata L, Ammi visnaga L. y Amaranthusquitensis K. (Foto 3). De las muestras restantes, doseran de “chía” de alta pureza, aunque en una de ellasse observó la presencia de escasas semillas deAmaranthus quitensis K.

Las muestras con identificación de origen corres-pondieron a “chía” pura y solo una presentó algu-nas semillas de Amaranthus quitensis K.

En algunas de las muestras se determinó la pre-sencia de material inerte.

La harina de “chía” puede ser total o parcialmentedesgrasada mediante la utilización de solventes(Capitani y col., 2009) o por vía seca (Vázquez-Ovando y col., 2007). El CAA 2009 establece comoharinas, las semillas que han sido sometidas a pren-sado para la remoción parcial o prácticamente totaldel aceite. En este trabajo el contenido de ácidosgrasos coincidió con las investigaciones de Ayerza(2009) y Bueno y col. (2010) para semilla entera.

Foto 1.- Harina de S. hispanica con distintos tamaños demolienda

En consecuencia, se puede inferir que el materialque se comercializa no está, parcial ni totalmente,desgrasado (Tabla 1), sino que se trata de semillamolida sin otro tratamiento.

Por medio de análisis químicos se determinó quelos valores de FBT se encontraron dentro de losparámetros de tolerancia fijados por el CAA, a ex-cepción de las muestras 1, 2, 4 y 9 que fueron infe-riores (Tablas 2 y 3).

Los resultados de humedad y de proteínas estu-vieron dentro de los valores estipulados por el CAA(Tablas 2 y 3).

En el caso de las cenizas, las muestras 2, 3 y 5presentaron valores inferiores a los fijados por leypara la harina de “chía” (Tablas 2 y 3).

Foto 2.- Harina de S. hispanica adulterada con Trifoliumspp.

Foto 3.- Harina de S. hispanica adulterada con semillasde otras especies y elementos inertes

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Ácidos grasos (%) Con identificación Sin identificación Testigo Mirístico Palmítico Palmitoleico Margárico Esteárico Oleico Linoleico Linolénico Nonadecanoico Araquídico Gadoleico Behénico

0,00 7,90 0,10 0,10 2,90 7,40

21,90 58,90 0,20 0,20 0,30 0,10

0,00 7,90 0,10 0,10 3,00 7,40 22,40 58,40 0,00 0,20 0,30 0,10

0,00 6,10 0,10 0,00 2,80 7,20 20,30 62,70 0,20 0,10 0,30 0,00

Nº muestra FBT (%) Humedad (%) Cenizas (%) Proteínas (%) 1 33,91 6,80 4,98 19,77 2* 16,99 9,00 2,99 26,62 3* 36,74 4,80 2,50 19,18 4 34,23 7,00 4,48 20,24 5* 43,53 6,27 3,96 20,47 6* 39,89 6,99 5,48 24,88 7* 36,88 6,97 5,46 26,95 8 36,56 6,10 4,93 25,13 9 31,21 6,40 5,42 25,69 10 36,85 6,78 5,43 27,68 11 39,74 6,39 4,98 27,42 12 44,41 6,79 5,46 25,49 13 36,97 6,45 4,48 22,92 14 42,31 6,89 5,48 25,93 15 42,72 6,87 5,47 27,30 16 35,51 8,00 4,70 22,51

* Sin identificación.

Tabla 1. Composición de ácidos grasos de muestras de harina de S. hispanica L.

Tabla 3. Porcentajes de fibras brutas totales, humedad, cenizas y proteínas en muestras de harina de S. hispanica

Porcentaje (%) Parcialmente desgrasada Desgrasada Fibras brutas totales 35 52 Humedad 9 5 Cenizas 5 6 Proteínas 20 29

Tabla 2. Características de las harinas de S. hispanica L. según el Código Alimentario Argentino (2009)

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Périgo y col.

Conclusiones

De acuerdo con los resultados obtenidos en este tra-bajo se comprueba que el material que se comercia-liza como “harina de chía” en la ciudad de Rosario,es semilla molida, donde se observa una alta varia-ción en la calidad, ya que se encuentran en el mer-cado desde productos con alta pureza hasta otros,totalmente adulterados.

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011Fecha de recepción: 25 de octubre de 2011Fecha de aceptación: 21 de diciembre de 2011

Smilax campestris Griseb. –Smilacaceae–: variaciones en la producciónde polifenoles en hojas sanas y atacadas por la oruga de la mariposa

Agraulis vanillae L. –Heliconidae–

Ana Z. Rugna*, Rafael A. Ricco, Alberto A. Gurni y Marcelo L. Wagner

Cátedra de Farmacobotánica. Facultad de Farmacia y Bioquímica. Universidad de Buenos Aires. Junín 954 (1113)Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.

* Autor a quien dirigir la correspondencia: [email protected]

Resumen

Smilax campestris Griseb. –Smilacaceae– es una especie empleada en la medicina popular. Sus hojas seutilizan en infusiones para la elaboración de bebidas tónicas, amargas y digestivas. El objetivo de este traba-jo es la comparación de las variaciones cuali-cuantitativas en el contenido de los polifenoles de las hojas deS. campestris sanas con las atacadas por la oruga de la mariposa Agraulis vanillae L. –Heliconidae–. En lashojas atacadas se determinaron mayores concentraciones de los derivados de quercetina, canferol eisoramnetina con respecto a las hojas sanas. Además, se producen nuevas glicosidaciones que no estánpresentes en las hojas sanas. La concentración de fenoles totales es de 3,46 ± 0,62 mg de ácido tánico/gramode material fresco en hojas sanas y de 12,96 ± 2,06 mg de ácido tánico/gramo de material fresco en hojasatacadas. Estos resultados concuerdan con estudios realizados en otras especies vegetales, donde la acciónde los herbívoros genera aumento en los niveles de polifenoles. Por lo tanto, se deduce que las hojas de S.campestris modifican el metabolismo de los polifenoles como mecanismo de defensa contra predadores.

Smilax campestris Griseb. –Smilacaceae–: variations in the polyphenolsproduction in healthy and wounded leaves attacked by the caterpillar

of the Agraulis vanillae L. –Heliconidae– butterfly

Summary

Smilax campestris Griseb. (Smilacaceae) is a species used in folk medicine. Their leaves are used in infusionas bitter for the elaboration of tonic and digestive drinks. The aim of this work was to compare the variationsin the polyphenol content and composition of healthy leaves of S. campestris with wounded leaves attackedby Agraulis vanillae L. –Heliconidae–. High concentrations of quercetin, kaempferol and isorhamnetinderivatives were determined in affected leaves with respect to the healthy ones. In addition, new glycosidations,not present in the healthy leaves, were detected.. The total phenols concentration was 3.46 ± 0.62 mg oftannic acid/g of fresh material in healthy leaves, and 12.96 ± 2.06 mg of tannic acid/g of fresh material inwounded leaves. These results are in agreement with studies performed in other l species, where the action ofthe herbivores generated an increase in the polyphenol levels. Therefore, we conclude that S. campestrismodifies the polyphenol´s metabolism in leaves as a mechanism of defense against predators.

Palabras clave: polifenoles - Smilax campestris - flavonoles - Agraulis vanillae - herbívoros.Key words: polyphenols - Smilax campestris - flavonols - Agraulis vanillae - herbivores.

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Rugna y col.

Introducción

Smilax campestris Griseb. –Smilacaceae– es una es-pecie dioica, rizomatosa, empleada en medicina po-pular. Sus hojas y los tallos tiernos se utilizan eninfusiones al 10% para la elaboración de bebidas tóni-cas, refrescantes y digestivas. Sus raíces y rizomas sonusados como diuréticos, diaforéticos, antirreumáticos,para el tratamiento de la sífilis y, en forma de ungüen-tos, en ciertas afecciones de la piel como en el trata-miento de la psoriasis (Mandrile y Bongiorno de Pfirter,1991). Además, en estudios previos, se determinó enlos extractos provenientes de los rizomas de esta espe-cie actividad antioxidante (Rugna y col., 2003), comotambién actividad antimicótica (Battista y col., 2007).

En la Argentina está ampliamente distribuida por lasprovincias norteñas y se extiende hasta el Delta del Pla-ta, dado que es una planta que crece en climas templa-dos a cálidos (Guaglianone y Gattuso, 1991). Esta am-plia distribución se relaciona con la capacidad de adap-tación de la planta a los diversos hábitats (Andreata,1997). Su floración es invernal y ocurre durante el mesde agosto (Guaglianone y Gattuso, 1991).

Como se expresó en trabajos anteriores (Rugna,2006; Rugna y col., 2007; 2008), existen factores tan-to bióticos como abióticos que generan situaciones deestrés en las plantas, como el ataque de herbívoros, laexposición a la radiación solar o la falta de agua. Encada una de estas situaciones existe un comportamientometabólico diferente que condiciona la producción yla variabilidad de los metabolitos secundarios(Harborne, 1994a). Dentro de estos metabolitos loscompuestos fenólicos desempeñan un papel prepon-derante en casi todas las interacciones de la planta consu entorno (Waterman y Mole, 1994) y se destaca lafunción que cumplen como mediadores en lainteracción planta-insecto (Matsuki, 1996; Watermany Mole, 1994; Simmonds, 2001; 2003). En esta de-fensa están involucrados las proantocianidinas y otrosflavonoides de menor peso molecular, como losflavonoles, las flavonas y las isoflavonas (Harborne yWilliams, 2000).

En la Argentina la “mariposa espejito” (Agraulisvanillae L. –Heliconidae–) (Núñez Bustos, 2010) ha-bita en los arbustales, los bordes de bosques y selvas,principalmente en las porciones medias y bajas delas cuencas. Aparece también en pastizales durantelas floraciones estivales, siempre cerca de sectoreshúmedos y vuelan largas distancias expuestas al sol.En la Argentina se la encuentra en el Norte y centro

del país, hasta Río Negro (BMJ, 2011). Existen re-gistros de su presencia en la provincia de Entre Ríos,en Gualeguaychú (La Grotteria y col., 2011).

Este estudio tiene como objetivo determinar lasvariaciones en el contenido de los polifenoles de S.campestris cuando es agredida por un herbívorocomo la oruga de la “mariposa espejito” (Agraulisvanillae L. –Heliconidae–).

Materiales

Se utilizaron las hojas de ejemplares femeninos deSmilax campestris Griseb. –Smilacaceae– (n = 8), pro-venientes de Gualeguaychú, Balneario Ñandubaysal(coordenadas: 33° 1’ 15” S, 58° 30’ 38” O), que sedesarrollan en una selva en galería, en un terreno ane-gado, densamente poblado por diferentes especies ve-getales, al margen de un arroyo y al abrigo de la luz(Figura 1).

Figura 1.- Mapa de la Argentina. Indica la zona de lainvestigación

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011

Los ejemplares colectados (por uno de los au-tores) tenían hojas sanas y también otras atacadaspor la oruga de la “mariposa espejito” (Agraulisvanillae L. –Heliconidae–) frecuente en esa región(Figura 2).

Los ejemplares utilizados estaban en idénticoestado fenológico. El material de referencia se en-cuentra depositado en el Herbario de la Cátedra deFarmacobotánica de la Facultad de Farmacia yBioquímica, Universidad de Buenos Aires.

Métodos

Obtención del extracto original metanólico

Se pesó 1 g de las hojas sanas y 1 g de las ataca-das de cada ejemplar y se efectuó la extraccióncon 10 ml de metanol 80%, sobre el material tri-turado, durante 24 horas a temperatura ambiente.Se obtuvo así el extracto original metanólico(EOM) que fue empleado en el análisis de fenolestotales, taninos totales y proantocianidinas(Waterman y Mole, 1994).

Estudio de los flavonoides

Con cada uno de los extractos se realizaroncromatografías bidimensionales en TBA (ter butanol- ácido acético - agua, 3:1:1) como primera dimen-sión y AcH 15% como segunda dimensión (Mabryy col., 1970), empleando cromatofolios de celulo-sa. Luego de realizadas las cromatografías y seca-das fueron observadas a la luz UV (365 nm) antes y

después de ser expuestos a vapores de amoníaco yrevelados con el reactivo de productos naturales (PN:difenil-boril-oxietilamina al 1% en metanol)(Markham, 1982).

Por otra parte, se tomaron 2 ml de cada extractoy se realizaron hidrolizados con una solución acuo-sa de HCl 2 N; luego se procedió a la extraccióncon acetato de etilo, fracción empleada para la de-terminación de los aglicones provenientes de losglicósidos.

El aislamiento y la purificación de los compues-tos se llevó a cabo mediante cromatografía en TLCy HPTLC de celulosa empleando distintos sistemasde solventes (Mabry y col. 1970; Markham, 1982;Hansen, 1975).

La determinación estructural de los flavonolesse realizó de acuerdo con la metodología estándarde Mabry y col. (1970) y Markham (1982). Se rea-lizó la interpretación de los espectros y se comparócon registros de la literatura (Mabry y Markham,1975; Rugna, 2006; Rugna y col., 1999; 2001; 2007;2008) y con compuestos de referencia.

Determinación de taninos condensados (método dela proantocianidina)

Se empleó la técnica descripta en Waterman y Mole(1994). Se colocaron 7 ml de reactivo (que se pre-paró agregando 0,7 g de sulfato ferroso heptahi-dratado a 50 ml de ácido clorhídrico concentrado yse llevó a 1 litro con butanol) a 500 µl del EOM(1:10) en un tubo de ensayo con tapa a rosca, y sellevó a ebullición en baño de agua durante 40 min.Una vez frío, se midió la absorbancia a 550 nm(Waterman y Mole, 1994). Todas las determinacio-nes se realizaron por triplicado.

Estudio de fenoles totales

Esta determinación se realizó de acuerdo con latécnica de Price y Butler descripta en Watermany Mole (1994). Se colocaron 25 ml de agua en unerlenmeyer de 50 ml. Se agregaron 250 µl delEOM (dilución 1:10) y 3 ml de cloruro férrico0,1 M. Luego de 3 min se agregaron 3 ml deferricianuro de potasio 8 mM y se mezcló. Des-pués de 15 min se leyó la absorbancia a 720 nm.Se confeccionó una curva de calibración utilizan-do ácido tánico. Todas las determinaciones se rea-lizaron por triplicado.

Figura 2.- Mariposa Agraulis vanillae y hoja sana yatacada de Smilax campestris

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Rugna y col.

Material Fenoles totales (mg equivalente ácido tánico/

g material fresco ± SD)

Taninos totales (mg equivalente ácido tánico/

g material fresco)

Proantocianidinas (D.O. 550 nm)

Hojas sanas 3,46 ± 0,62 No detectado No detectado

Hojas atacadas 12,96 ± 2,06 No detectado No detectado

Tabla 2. Cuantificación de los fenoles totales, taninos totales y proantocianidinas en las hojas sanas y atacadas deSmilax campestris

Referencia: D.O.: densidad óptica.

Determinación de taninos totales

Esta determinación se efectuó utilizando una modi-ficación de la técnica descripta en Waterman y Mole(1994), para lo cual se agregaron 250 µl del EOM(1:10) a 1 ml de solución de seroalbúmina bovina(buffer acetato 0,2 M, pH 5,0; cloruro de sodio 0,17M y 1,0 mg/ml de seroalbúmina bovina fracción V).Se mezcló y se dejó a temperatura ambiente duran-te 15 min. Se centrifugó a 5.000 g y se descartó elsobrenadante. Se lavó el precipitado con bufferacetato 0,2 M, pH 5,0, se agregó 1 ml de soluciónacuosa al 1% p/v de dodecilsulfato de sodio (SDS)y se resuspendió el precipitado. Luego se colocaron24 ml de agua en un erlenmeyer de 50 ml, se agrególa solución de SDS (que contiene resuspendido elprecipitado) y 3 ml de cloruro férrico 0,1 M. Luegode 3 min se agregaron 3 ml de ferricianuro de potasio8 mM y se mezcló. Después de 15 min se leyó laabsorbancia a 720 nm. Esta técnica permite la com-paración directa de los resultados obtenidos con losresultados provenientes de la determinación defenoles totales (Ricco y col., 2003). Todas las deter-minaciones se realizaron por triplicado.

Estudio histoquímico

Con el objetivo de determinar la localización de losfenoles se efectuaron cortes del material en estudiocon micrótomo de desplazamiento. Posteriormentese realizaron las reacciones de determinación defenoles con cloruro férrico 0,1 M sobre los cortes.A los 3 minutos se agregó ferricianuro de potasio8 mM. Después de 15 minutos se observaron lostranscortes al microscopio óptico en 100 aumentos(Rugna y col., 2010).

Análisis estadístico

Los resultados se expresan como mg equivalentede ácido tánico/g de material fresco (± SD) y comoD.O. (densidad óptica) a 550 nm (± SD). Para elanálisis estadístico se empleó el programa GraphPad Prism®.

En todas las determinaciones cuantitativas se uti-lizó un espectrofotómetro UV-visible con arreglode diodos Hewlet Packard 8452A.

Resultados

Del análisis de los extractos se determinó la presen-cia de quercetina, isoramnetina, canferol tanto enlas hojas sanas como en las atacadas, aunque se pudoobservar que en los ejemplares atacados existenmayores concentraciones relativas de estos com-puestos que en los ejemplares sanos (Tabla 1).

Tabla 1. Compuestos determinados en las hojas sanas yatacadas de Smilax campestris

Referencias: +: presencia; ++: alta concentración; -: nodetectado. Hidrolizado: aglicones provenientes de lahidrólisis ácida. Q: quercetina; I: isoramnetina; K:canferol.

Material Q I K

Hojas sanas + + +

Hojas atacadas ++ ++ ++

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Los resultados correspondientes a los estudiosde fenoles totales, taninos totales y proantocianidinasse detallan en la tabla 2. Los fenoles totales de lashojas atacadas triplican aproximadamente la con-centración detectada en las hojas sanas. En ningúncaso se detectó la presencia de taninos totales ni deproantocianidinas.

El estudio histoquímico permitió determinar lapresencia de una alta concentración de compuestosfenólicos en el parénquima clorofílico de las hojasdel ejemplar atacado, que se manifiesta en la mayorintensidad de la coloración con respecto a las hojasdel ejemplar sano (Figura 3).

Discusión y conclusiones

El análisis de los aglicones obtenidos de loshidrolizados, tanto en las hojas de ejemplares sanoscomo atacados, demostró la presencia de quercetina,isoramnetina y canferol (Tabla 1). En las cromato-grafías bidimensionales se observó que existe unincremento cualitativo de los compuestos en lashojas atacadas al compararlas con las hojas sanas(Figura 4). Este incremento correspondería al au-mento en el grado de glicosidación de los flavonoles.

Este cambio metabólico ocurre en otras especiesvegetales en que se producen aumentos en las con-centraciones de los flavonoides, e incluso incremen-tos en sus grados de glicosidación tanto para la de-fensa de la planta (Hattas y col., 2011), o como di-suasorio de la oviposición (Harborne, 2001).

Figura 3.- Estudio histoquímico de los fenoles en hojasatacadas y sanas de Smilax campestris

Hoja atacada Hoja sana

100X

Cuando se analizan los fenoles totales, las ho-jas de los ejemplares atacados de S. campestris pre-sentaban niveles que aproximadamente triplican loshallados para las hojas de los ejemplares sanos(12,96 ± 2,06 mg equivalente ácido tánico/g mate-rial fresco y 3,46 ± 0,62 mg equivalente ácidotánico/g material fresco, respectivamente). Segúnlos mapeos cromatográficos analizados (Figura 3)estos resultados serían concordantes con los valo-res de fenoles totales y darían indicio de que laconcentración de los polifenoles aumentaría a ex-pensas de los flavonoles.

Como se expresó, los compuestos fenólicos de-sempeñan un papel importante en la interacciónplanta-insecto. Es así que estos compuestos se en-cuentran involucrados en los procesos de poliniza-ción, selección de alimento (actuando comoestimuladores o deterrentes), como también afectanla oviposición y el desarrollo larval, entre otros efec-tos (Harborne, 1994b; 2001). En lo que respecta alos mecanismos de defensa mediados por fenoles,dado que estos compuestos constituyen normalmen-te defensas cuantitativas, se observó como resulta-do de la interacción planta-insecto el aumento en laconcentración de los metabolitos ya presentes, ytambién la síntesis de nuevos compuestos. En el casoaquí analizado ambas circunstancias se ponen de ma-nifiesto con la consiguiente modificación cuali-cuan-titativa del perfil de los flavonoides.

Por lo tanto, el ataque por herbívoros activaríaun mecanismo de defensa en S. campestris. Estemecanismo se basa en el aumento de la concentra-ción de los fenoles y la diversificación de laglicosidación de los flavonoles. Es decir, que esta

Figura 4.- Cromatogramas bidimensionales de las hojasatacadas y sanas de Smilax campestris

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Rugna y col.

interacción planta-insecto produciría no solo dife-rencias cuantitativas sino también cualitativas conrespecto a los ejemplares sanos (Waterman y Mole,1994; Simmonds, 2003).

Por otro lado, en ambos materiales, tanto sanoscomo atacados, no se detecta la presencia deproantocianidinas (Tablas 1 y 2) ni de fenoles quese comporten como taninos (Tabla 2), compuestosfrecuentemente involucrados en los mecanismos dedefensa contra herbívoros (Bernays y Bastrop-Spohr, 2008).

Por lo expuesto, el ataque por la oruga de la “ma-riposa espejito” en los ejemplares de S. campestrisse traduciría en un incremento en la concentraciónde los flavonoides presentes y en la síntesis de nue-vos compuestos. Como resultado de esta interacciónse produciría una modificación cuali-cuantitativa enel perfil de los polifenoles.

Esta interacción es interesante desde el punto devista relacionado con el control de calidad de dro-gas vegetales, porque aportan un dato que se debetener en cuenta cuando se utiliza esta planta comomedicamento fitoterápico, pues frente al ataque deun herbívoro se producen cambios cuali y cuantita-tivos que alteran, en consecuencia, los parámetrosfitoquímicos utilizados para el control, y estas alte-raciones fitoquímicas podrían modificar su activi-dad farmacológica.

Agradecimientos

A la Universidad de Buenos Aires que hizo posibleeste trabajo con subsidio UBA B120.

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011Fecha de recepción: 17 de octubre de 2011Fecha de aceptación: 27 de diciembre de 2011

Evaluación farmacopeica de la calidad de drogas vegetalesy productos relacionados. Estado actual en las farmacopeas

argentina y brasilera

Arnaldo L. Bandoni

Cátedra de Farmacognosia, Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires, Junín 956, 2º piso,(C1113AAD) Buenos Aires, Argentina.

Correo electrónico: [email protected]

Resumen

El control de calidad de drogas vegetales y de productos relacionados admite algunos criterios que suelen sermuy distintos de los habitualmente usados en cualquier labor analítica aplicada a productos puros. Losfactores que más influyen en estas diferencias son la calidad de natural de estos materiales y la consecuentecomplejidad y variabilidad de sus composiciones químicas. Las farmacopeas, como textos de referenciaineludibles y de aplicación obligatoria, deben considerar y evaluar estas diferencias para poder aportar espe-cificaciones de calidad acordes con las necesidades tanto de la industria farmacéutica como de la sociedadinvolucrada. Se analizan algunos ejemplos tomados de las farmacopeas de Brasil y la Argentina para anali-zar esta problemática. Además, se señala cómo la elección de algunas de las drogas vegetales registradasdefine en gran parte el carácter regional de estos códigos. Para estas tareas se emplean los que se definen eneste texto como criterios de inclusión y de evaluación, que deben quedar permanentemente supeditados algran avance de las investigaciones con productos naturales detectado en los últimos años.

Pharmacopoeial assesment of the quality of herbal drugs and related products.Current status in Argentinian and Brazilian Pharmacopeias

Summary

The quality control of herbal drugs and related products support some criteria that differ from those commonlyused in the analytical methods applied to pure products. The features that influence these differences arebasically the condition of “natural” of these materials and the consequent complexity and variability of theirchemical composition. As references and mandatory norms, the Pharmacopoeias should consider and evaluatethese differences in order to provide quality specifications in accordance to the needs of both the pharmaceuticalindustry and the society involved. Some examples from the Brazilian and Argentinian Pharmacopoeias areanalyzed to discuss this issue. Besides, it is shown how the choice of some largely registered plant drugs,define the regional character of these codes. For these tasks some inclusion and evaluation criteria are used,which must permanently be subjected to revision in accordance to the continuous advances in the research ofnatural products.

Palabras clave: drogas vegetales - farmacopeas - control de calidad - Mercosur.Key words: herbal drugs - pharmacopeias - quality control - Mercosur.

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Bandoni

Introducción

Definimos para este artículo como droga vegetal(DV) todo material de origen vegetal (planta, alga,hongo, resina o goma) o sus partes, fresco o deseca-do, entero o fraccionado (partido, picado o molido)o purificado (descascarado, descortezado, des-palillado, clasificado, etc.), apto para su uso con fi-nes medicinales. Se incluyen también los prepara-dos de drogas vegetales (PR) como los obtenidos apartir de drogas vegetales mediante procedimientosindustriales (raspado, expresión, extracción, desti-lación, purificación, fermentación, etc.); se exclu-yen específicamente los productos aislados y puros(morfina, mentol, apigenina, etc.).

Definimos, además, las farmacopeas como unconjunto de normas mínimas de calidad, de aplica-ción obligatoria, que garantizan la calidad einocuidad de las drogas, preparados y elementos quese usan en la elaboración de medicamentos y pro-ductos medicinales relacionados y, entre ellos, lasDV-PR. Las farmacopeas son textos que definen,caracterizan, califican, regulan; son un seguro decalidad e inocuidad, no de eficacia; son digestos demétodos normalizadores aplicados al control de dro-gas, medicamentos y productos relacionados. Se tra-ta de una reglamentación perfectible e incompleta,por su necesidad de continua actualización. Defi-nen una pureza farmacéutica y no química. Se pue-den encontrar en la bibliografía varios textos deno-minados “farmacopeas”, aunque en realidad, debie-ran denominarse así solamente las que han sido oson de aplicación obligatoria dentro de una legisla-ción nacional.

Las farmacopeas son consideradas como los tex-tos más apropiados para la inclusión de una normapara una DV-PR. Las razones de este reconocimientoson varias, pero la más importante es que lasfarmacopeas tienen fuerza de ley. Existen tambiénfarmacopeas regionales, y si bien la OMS redactala Farmacopea Internacional, cada país eligesoberanamente cuál o cuáles farmacopeas aceptadentro de su legislación nacional.

Algunas farmacopeas, como la Europea y la de losEE. UU., son aceptadas por numerosos países. Estereconocimiento se debe a la fecunda, dilatada ymultidisciplinaria gestión desarrollada por un nutridogrupo de expertos, además de los cuantiosos fondosinvertidos para su realización. La mayoría de los paí-ses no tienen la posibilidad de poder no emular, sino

por lo menos, imitar esa gestión y, en consecuencia,no tienen otra alternativa que adoptar esos códigos.No obstante, existen varias otras farmacopeas, y cabepreguntarse por qué.

Si se considera solamente Sudamérica, los paísesque redactaron una farmacopea nacional fueron Pa-raguay (1939), Chile (4 ediciones: 1889, 1905, 1933y 1942), Venezuela (2 ediciones: 1856 y 1942), Bra-sil (5 ediciones: 1929, 1959, 1976, 1988-2005 y 2010)y Argentina (7 ediciones: 1898, 1921, 1943, 1956,1966, 1978 y 2003), aunque las de los últimos dospaíses son las únicas vigentes (Imbessi, 1964).

El primer argumento que justifica una farmacopeapropia es la determinación de no depender de nor-mas ajenas a la legislación nacional, pues la adop-ción de una farmacopea foránea induce a tener queaceptar exigencias analíticas que pueden no ser vali-dadas o aplicadas en un tercer país. La existencia deuna industria farmacéutica y farmoquímica nacionalarraigada y eficiente también ejerce una fuerte in-fluencia para una propuesta de redacción local. Porúltimo, una tercera condición se refiere a la idiosin-crasia de cada nación, ya que algunas drogas tienendistintos usos, formas de uso o relevancia según elpaís o la región. Estos argumentos son signi-ficativamente válidos en el empleo de las DV-PR,cuya trascendencia cultural está generalmenteenraizada en las medicinas tradicionales locales; ade-más, se pretende reconocer su valor medicinal, en lamedida que haya sido convalidado por conclusionescientíficas. La elección de qué especie botánica in-cluir en una farmacopea no puede, por lo tanto, seruniversal: es necesario seleccionar cuáles son lasurgidas de una norma de calidad en cada país.

Existen entonces dos criterios que deben consi-derarse por separado: a) los que justifican normali-zar una DV-PR a través de una norma farmacopeica,o criterios de inclusión; b) los que determinan laspautas utilizadas para la redacción de una norma deeste tipo, o criterios de evaluación.

Criterios de inclusión

Los principales justificativos que se deben contem-plar en la elección de una DV-PR para ser incluidaen una farmacopea son:

a. Que sea de uso amplio y justificado.b. Que se haya demostrado científicamente su

identidad y sus bioactividades.

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011

c. Que esté disponible en calidad y cantidad ade-cuadas.

d. Que presente problemas en su identidad o ca-lidad, en particular, con variedades o especies afi-nes o similares que puedan ser peligrosas o que sig-nifiquen un alto riesgo farmacológico.

e. Que pueda tener diversos orígenes; por ejem-plo, que sea colectada de material silvestre, cultiva-da bajo distintas prácticas o distinto materialgenético, importada o procesada por más de unafuente.

Todos estos conceptos no son absolutos y, por lotanto, requieren de una evaluación criteriosa, avaladapor un análisis complejo, multidisciplinario, dondedeben converger conclusiones de expertos en botá-nica, farmacología, farmacognosia, fitoquímica ytoxicología entre otras disciplinas. En varios casosresulta indudable la elección, fundamentalmente conlas DV-PR que ya tienen un uso universalmenteaceptado y, por lo tanto, se pueden denominar comodrogas cosmopolitas: boldo, belladona, menta,ginseng, aloe, clavo, etc. Pero la situación es muydistinta cuando se evalúan las especies autóctonas,como pueden ser en nuestro caso: carqueja, marcela,cedrón, peperina, lapacho, sarandí blanco, yerbamate o yerba del pollo.

En cada uno de estos casos cabe preguntarse:aun cuando es ampliamente sabido que son espe-cies de extendido uso en la población de la Argen-tina, ¿se sabe qué especie o especies son las usa-das bajo el nombre de carqueja, marcela o lapacho?,¿se sabe qué parte de la marcela o ambay es la másadecuada para normalizar?, ¿se conocen realmen-te las bioactividades de la yerba del pollo o sarandíblanco, y la relación efecto/riesgo que pueden pre-sentar?, ¿se conoce la variabilidad química depeperina y cedrón y su relación con la bioactividadpregonada?

En el conjunto de estos planteos se escondenpor un lado, infinidad de imprecisiones científicasy por el otro, un enorme desafío para la investiga-ción. Desde estas circunstancias es que se debeoptar y pautar o no, el criterio de la inclusión deuna norma farmacopeica para una especie autóc-tona; el elemento que parece orientar mejor la de-cisión es la ecuación efectividad o beneficio ver-sus riesgo toxicológico; pero siempre teniendo encuenta que el uso tradicional es insensible a reglasarbitrarias; lo único que se puede esperar es mejo-rar la dispensación controlada de estos productos

hacia materiales más seguros, como una manerade supeditar los beneficios esperables a la mejorcalidad del producto.

En contraposición, la inclusión de una especieautóctona en una farmacopea puede aumentarsustancialmente su demanda y, por lo tanto, amena-zar su sustentabilidad si no es cultivada con crite-rios farmacéuticos.

Las farmacopeas del Mercosur

En el ámbito de este mercado común, es interesanteanalizar esta problemática desde los antecedentesde las dos farmacopeas vigentes, la brasilera y laargentina (Tabla 1).

En primer lugar debe considerarse la inmensadiferencia que existe entre la biodiversidad florísticade ambos países. Brasil tiene una de las dos reser-vas biológicas más grandes del mundo, y esa virtudconvierte a este país en una valiosa fuente de nue-vos productos con impredecibles influencias en laindustria farmacéutica. Puede verse por ejemplo, enla tabla 1, la cantidad de especies nativas de Brasily citadas en las primeras ediciones de la farmacopealocal, de las que poco se conocen en la Argentina.Solamente el buen criterio demostrado por los ex-pertos que redactan su farmacopea ha actuado comofreno a una potencial explosión de monografías ba-sadas en la flora medicinal local.

También se observa en ambas farmacopeas cómose ha restringido sensiblemente la cantidad demonografías de DV en las últimas ediciones, debi-do fundamentalmente a la carencia de informacióncientífica que avale su uso o especifique una cali-dad adecuada. En la Farmacopea Argentina (FA) seincorporaron nuevas especies autóctonas a partir dela V edición, pero aún con muy bajo perfil analíticoy solamente justificado por el uso extendido que sedio a esas drogas.

La última edición publicada de la FA (VII) noincluye monografías, y por esta razón se usa en latabla hasta la VI edición con fines comparativos,aunque tiene más de 25 años de vigencia y, por lotanto, tiene una obsolescencia lógica. La Farma-copea Brasileira (FB) incorporó proporcionalmenteuna mayor cantidad de especies nativas, comoMaytenus ilicifolia, Eugenia uniflora, Phyllanthusspp., Passiflora spp. y Echinodorus spp., entreotras especies.

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Bandoni

Tabla 1. Drogas vegetales incluidas en la Farmacopea Argentina y en la Farmacopea Brasilera

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Tabla 1. (cont.)

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Tabla 1. (cont.)

FA

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Tabla 1. (cont.)

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ndin

acea

x

x

Con

dura

ngo

Mar

sden

ia c

undu

rang

o M

. rei

nche

nbac

hii

x x

x

Man

zani

lla

com

ún

Mat

rica

ria

cham

omil

la

M. r

ecut

ita

x x

x x

x x

x x

Mel

isa

Mel

issa

off

icin

alis

x x

x x

x

x

Men

ta

Men

tha

pipe

rita

M

. arv

ensi

s x

x x

x x

x

x

x

Pepe

rina

M

inth

osta

chys

mol

lis

x

x

Jala

pa

Mir

abil

is ja

lapa

O

perc

ulin

a m

acro

carp

a

x x

x x

x

x

Tas

i M

orre

nia

brac

hyst

epha

na

x

Bál

sam

o de

Per

ú M

yrox

ylon

bal

sam

um v

ar. p

erey

rae

x

x

x

x

x

x

x

x

Bál

sam

o de

Tol

ú M

yrox

ylon

bal

sam

um

M. b

alsa

mum

var

. per

eira

e x

x

x

x

x

x

x

x

Tab

aco

Nic

otia

na ta

bacu

m

x

x

Am

apol

a P

apav

er r

hoea

s

x x

x x

x x

x

Ado

rmid

era

Pap

aver

som

nife

rum

x x

x x

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Sara

ndí b

lanc

o P

hyll

anth

us s

ello

wia

nus

x

Pez

de B

orgo

ña

Pic

ea e

xcel

sa

x x

x

Jabo

rand

i P

iloc

arpu

s ja

bora

ndi

P. m

icro

phyl

lus,

P. s

pp.

x x

x x

Aní

s P

impi

nell

a an

isum

x x

x x

x x

x

x x

Page 44: Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae ...app.ffyb.uba.ar/doc/Dominguezia27_2.pdf · con el número de Folio 2787 Dominguezia, y en Electronic Sites of Leading Botany,

42

Bandoni

Tabla 1. (cont.)

FA

FB

N

ombr

e of

icia

l D

enom

inac

ión

botá

nica

em

plea

da

Otr

as d

enom

inac

ione

s us

adas

po

r F

B

VI

V

IV

III

II

I

V

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Ant

Mat

ico

Pip

er a

ngus

tifol

ium

x x

x

Cub

eba

Pip

er c

ubeb

a

x

x x

x

Lla

ntén

P

lant

ago

maj

or

x x

x

Podo

filin

a P

odop

hyllu

m p

elta

tum

x x

x x

x

x

Políg

ala

Pol

ygal

a se

nega

x x

x x

x x

x

x

Agá

rico

bla

nco

Pol

ypor

us o

ffici

nalis

x

x x

x

Lau

rel c

erez

o P

runu

s la

urus

cer

asus

x x

x x

x x

Gra

nado

P

unic

a gr

anat

um

x

x

Cua

ssia

am

arga

Q

uass

ia a

mar

a P

icra

ena

exce

lsa

x x

x x

x

Qui

llay

Qui

llaja

sap

onar

ia

x

x x

x

x

x

Esp

ino

cerv

al

Rha

mnu

s ca

thar

tica

x x

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Cás

cara

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rada

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ham

nus

purs

hian

a

x x

x x

x x

x x

Rui

barb

o R

heum

offi

cina

le, R

h. p

alm

atum

x x

x x

x x

x

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Ros

a R

osa

galli

ca

x

x x

x x

x

x

Fram

bues

a R

ubus

idae

us

x x

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Zar

zapa

rrill

a Sm

ilax

med

ica,

S. o

rnat

o, S

. of

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alis

S.

pap

yrac

ea, S

. syp

hilit

ica

x

x x

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Yer

ba m

ora

Sola

num

nig

rum

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Est

rofa

nto

Stro

phan

thus

kom

be, S

. his

pidu

s S.

gra

tus

x

x x

x x

x

Hab

as

de S

an I

gnac

io

Stry

chno

s ig

natii

x x

x x

Nue

z vó

mic

a St

rych

nos

nux

vom

ica

x

x x

x x

x

x

Tam

arin

do

Tam

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dus

indi

ca

x x

x

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Tom

illo

Thym

us v

ulga

ris

x

x x

x

x

Tilo

Ti

lia c

orda

ta, T

ilia

plat

yphy

llos

x

x x

x x

x

x

Esc

ila

Urg

inea

sci

lla

x

x x

x x

x

x

Page 45: Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae ...app.ffyb.uba.ar/doc/Dominguezia27_2.pdf · con el número de Folio 2787 Dominguezia, y en Electronic Sites of Leading Botany,

43

Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011

Tabla 1. (cont.)

FA

FB

N

ombr

e of

icia

l D

enom

inac

ión

botá

nica

em

plea

da

Otr

as d

enom

inac

ione

s us

adas

po

r F

B

VI

V

IV

III

II

I

V

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Ant

Val

eria

na

Val

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na o

ffici

nalis

x x

x x

x x

x x

Vai

nilla

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anill

a pl

anifo

lia

x

x

x

x

Vib

urno

V

ibur

num

pru

nifo

lium

V

. len

tago

x x

x

x

Vio

leta

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iola

odo

rata

x x

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Maí

z Ze

a m

ays

x

x x

x

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Jeng

ibre

Zi

ngib

er o

ffici

nalis

x

x x

x

Cál

amo

A

coru

s ca

lam

us

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Caj

ueir

o

Ana

card

ium

occ

iden

tale

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Arv

oeir

o

Abr

us p

reca

tori

us

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Mac

ela

A

chyr

oclin

e sa

ture

ioid

es

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Ave

nca

A

dian

tum

cap

illus

ven

eris

, A

. ped

atum

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Ado

nis

A

doni

s ve

rnal

is

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Cas

tanh

a da

Ind

ia

A

escu

lus

hipp

ocas

tanu

m

x

x x

Gra

ma

A

grop

yron

rep

ens

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Gal

anga

Alp

inia

offi

cina

lis

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Cip

ó su

ma

A

nchi

etea

sal

utar

is

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Puls

atill

a

Ane

mon

e pr

aten

sis,

A. p

ulsa

tilla

x

Cat

uaba

Ane

mop

aegm

a m

iran

dum

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End

ro

A

neth

um g

rave

olen

s

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Cip

o az

ougu

e

Apo

dant

hera

sm

ilaci

folia

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Ang

elic

a

Arc

hang

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a of

ficin

alis

x

Bar

dana

Arc

tium

lapp

a

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Cip

ó m

il ho

men

s

Ari

stol

ochi

a cy

mbi

fera

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Serp

enta

ria

A

rist

oloc

hia

retic

ulat

a, A

. se

rpen

tari

a

x

Page 46: Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae ...app.ffyb.uba.ar/doc/Dominguezia27_2.pdf · con el número de Folio 2787 Dominguezia, y en Electronic Sites of Leading Botany,

44

Bandoni

Tabla 1. (cont.)

FA

FB

N

ombr

e of

icia

l D

enom

inac

ión

botá

nica

em

plea

da

Otr

as d

enom

inac

ione

s us

adas

po

r F

B

VI

V

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I

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Ant

Abs

inth

io

A

rtem

isia

abs

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ium

x

Sem

en c

ontr

a

Art

emis

ia c

ina

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Per

oba

A

spid

ospe

rma

pero

ba

x

Her

va to

stao

Boe

rhav

ia r

epen

s

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Sucu

pira

Bow

dich

ia v

irgi

lioi

des

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Man

acá

B

runf

elsi

a ho

pean

a

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Bar

basc

o

Bud

dlei

a br

asil

iens

is

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Can

gera

na

C

abra

lea

cang

eran

a

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Cal

éndu

la

C

alen

dula

off

icin

alis

x x

Mam

oeir

o

Car

ica

papa

ya

x

Her

va d

e bu

gre

C

asea

ria

sylv

estr

s

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Fede

goso

Cas

sia

occi

dent

alis

x

Esp

elin

a

Cay

apon

ia e

spel

ina

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Tay

uiá

C

ayap

onia

tayu

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Cen

tella

Cen

tell

a as

iatic

a

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rana

Ces

trum

laev

igat

um

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Her

ba

de S

anct

a M

aria

Che

nopo

dium

am

bros

ioid

es

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Cai

nca

C

hioc

occa

bra

chia

ta

x

Abú

tua

C

hond

oden

dron

pla

typh

yllu

m

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Mon

ésia

Chr

ysop

hyll

um g

lycy

phae

lum

x

Chi

cori

a

Cic

hori

um in

tybu

s

x

Cim

icif

uga

C

imic

ifug

a ra

cem

osa

x

Can

ela

do C

eila

o

Cin

nam

omum

ver

um

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Mae

boa

Cis

sus

alat

a

x

Rab

ano

rust

ico

C

ochl

eari

a ar

mor

acia

, C. o

ffic

inal

is

x

Page 47: Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae ...app.ffyb.uba.ar/doc/Dominguezia27_2.pdf · con el número de Folio 2787 Dominguezia, y en Electronic Sites of Leading Botany,

45

Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011

Tabla 1. (cont.)

FA

FB

N

ombr

e of

icia

l D

enom

inac

ión

botá

nica

em

plea

da

Otr

as d

enom

inac

ione

s us

adas

po

r F

B

VI

V

IV

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II

I

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Ant

Cic

uta

C

oniu

m m

acul

atum

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Car

naúb

a

Cop

erni

cia

ceri

fera

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Coe

ntro

Cor

iand

rum

sat

ivum

x

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Jetiq

uibá

Cou

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ri le

galis

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Cra

tego

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taeg

us o

xyac

anth

a, C

. spp

.

x

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Poej

o

Cun

ila m

icro

ceph

ala

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Cúr

cum

a

Cur

cum

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mes

tica,

C. l

onga

x

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Zed

oari

a

Cur

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doar

ia

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Cip

ó ch

umbo

Cus

cuta

um

bella

ta

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Ang

ustu

ra

C

uspa

ria

febr

ifuga

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Cap

im li

mao

Cym

bopo

gon

citr

atus

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Tro

mbe

teri

ra

D

atur

a ar

bore

a

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Cip

ó ca

bocl

o

Dav

illa

rugo

sa

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Can

nela

cra

vo

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icyp

elliu

m c

aryo

phyl

latu

m

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Car

apiá

Dor

sten

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ultif

orm

is

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Cas

ca d

'ant

a

Dry

mis

win

teri

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Cha

peu

de c

ouro

Ech

inod

orus

mac

roph

yllu

s,

E. g

rand

iflor

us

x

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Cen

taur

ea m

enor

Ery

ngiu

m c

enta

uriu

m

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Mul

ungu

Ery

thri

na m

ulun

gu

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Cra

vo d

a In

dia

E

ugen

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phyl

lata

/ Sy

zygi

um

arom

atic

um

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Pita

nga

E

ugen

ia u

niflo

ra

x

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Aya

pana

Eup

ator

ium

trip

liner

ve

x

Nha

ndir

oba

F

evill

ea tr

iloba

ta

x

Fum

aria

Fum

aria

offi

cina

lis

x

Page 48: Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae ...app.ffyb.uba.ar/doc/Dominguezia27_2.pdf · con el número de Folio 2787 Dominguezia, y en Electronic Sites of Leading Botany,

46

Bandoni

Tabla 1. (cont.)

FA

FB

N

ombr

e of

icia

l D

enom

inac

ión

botá

nica

em

plea

da

Otr

as d

enom

inac

ione

s us

adas

po

r F

B

VI

V

IV

III

II

I

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Ant

Pau

pere

ira

G

eiss

ospe

rmum

vel

losi

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Man

gero

na

G

lech

on s

path

ulat

a

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Her

ba c

apita

o

Hyd

roco

tyle

um

bella

ta v

ar.

bona

rien

sis

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Ale

crim

bra

vo

H

yper

icum

laxi

uscu

lum

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Sapé

Impe

rata

exa

ltata

x

Car

oba

Ja

cara

nda

caro

ba

x

Zim

bro

Ju

nipe

rus

com

mun

is

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Cam

ará

La

ntan

a ca

mar

a

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Lou

reir

o

Laur

us n

obili

s

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Alf

azem

a

Lava

ndul

a an

gust

ifolia

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Cor

dao

de f

rade

Leon

otis

nep

etae

folia

x

Her

ba m

acac

Le

onur

us s

ibir

icus

x

Chá

de

pede

stre

Lipp

ia p

seud

o-th

ea

x

Tim

bó b

otic

ario

Lonc

hoca

rpus

pec

kolti

x

Mon

esia

Lucu

ma

glyc

iphl

oea

x

Con

goro

sa /

Esp

inhe

ra s

anta

May

tenu

s ili

cifo

lia

x

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Gua

co

M

ikan

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lom

erat

a, M

. hir

sutis

sim

a

x

Am

ora

M

orus

nig

ra

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Agr

iao

N

astu

rtiu

m o

ffici

nale

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Can

ela

pret

a

Nec

tand

ra p

uber

ula

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Her

a te

rres

tre

N

epet

a gl

echo

ma

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Alf

avac

a

Oci

mum

bas

ilicu

m, O

. can

um

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Can

nela

sas

safr

az

O

cote

a sa

ssaf

ras

x

Mar

acuj

á do

ce

P

assi

flora

ala

ta

x

x

Page 49: Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae ...app.ffyb.uba.ar/doc/Dominguezia27_2.pdf · con el número de Folio 2787 Dominguezia, y en Electronic Sites of Leading Botany,

47

Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011

Tabla 1. (cont.)

FA

FB

N

ombr

e of

icia

l D

enom

inac

ión

botá

nica

em

plea

da

Otr

as d

enom

inac

ione

s us

adas

po

r F

B

VI

V

IV

III

II

I

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Ant

Mar

acuj

á az

edo

P

assi

flora

edu

lis

x

Gua

raná

Pau

llini

a cu

pana

x x

x

Para

cary

Pel

todo

n ra

dica

ns

x

Aba

cate

iro

P

erse

a am

eric

ana

x

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Pip

i

Pet

iver

ia te

tran

dra

x

Que

bra

pedr

a

Phy

llant

hus

niru

ri, P

h. te

nellu

s

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Fava

de

Cal

abar

Phy

sost

igm

a ve

neno

sum

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Pari

paro

ba

P

iper

um

bell

atum

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Ang

ico

P

ipta

deni

a co

lum

brin

a

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Ago

niad

a

Plu

mer

ia la

ncifo

lia

x

Bis

tort

a

Pol

ygon

um b

isto

rta

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Gua

yaba

Psi

dium

gua

yaba

x

x

Qui

no

P

tero

carp

us m

arup

ium

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Mui

rapu

ama

P

tych

opet

alum

ola

coid

es

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Rau

volf

ia

R

auvo

lfia

ser

pent

ina

x

Qui

na m

inei

ra

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emiji

a fe

rrug

inea

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Paco

R

enea

lmia

exa

ltata

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Frán

gula

Rha

mnu

s fr

angu

la

x

Arr

uda

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uta

grav

eole

ns

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Salg

ueir

o br

anco

Sali

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Sabu

guei

ro /

S. d

o B

rasi

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Sam

bucu

s au

stra

lis, S

. nig

ra

x

x

Sass

afra

z

Sass

afra

s of

ficin

ale

x

Aro

eira

Schi

nus

tere

bint

hifo

lius

x

Tas

neir

inha

Sene

cio

bras

ilien

sis

x

Sim

arub

a

Sim

arub

a am

ara

x

Page 50: Ligaria cuneifolia (Ruiz & Pav.) Tiegh. –Loranthaceae ...app.ffyb.uba.ar/doc/Dominguezia27_2.pdf · con el número de Folio 2787 Dominguezia, y en Electronic Sites of Leading Botany,

48

Bandoni

Las e

spec

ies n

ombr

adas

en

las e

dici

ones

ant

erio

res d

e la

FB

cor

resp

onde

n a

las c

itada

s por

Imbe

ssi (

1964

) y B

rand

ao y

col

. (20

09);

por l

o ta

nto

podr

ía se

r un

lista

doin

com

plet

o. L

as D

V e

stán

ord

enad

as a

lfabé

ticam

ente

de

acue

rdo

con

el n

ombr

e ci

entíf

ico

usad

o en

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A. A

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e el

list

ado

por o

rden

alfa

bétic

o de

las

espe

cies

que

se e

ncue

ntra

n e

n la

FB

sin

corr

elat

o en

la F

A.

FA

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N

ombr

e of

icia

l D

enom

inac

ión

botá

nica

em

plea

da

Otr

as d

enom

inac

ione

s us

adas

po

r F

B

VI

V

IV

III

II

I

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Ant

Lim

oeir

o br

avo

Si

paru

na a

pios

yce

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Jape

cang

a

Smil

ax ja

pica

nga

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Dul

cam

ara

So

lanu

m d

ulca

mar

a

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Juru

beba

Sola

num

pan

icul

atum

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Arn

ica

silv

estr

e

Solid

ago

mic

rogl

osa

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Sabu

guei

rinh

o do

ca

mpo

Spem

acoc

e ce

ntra

thoi

des

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Agr

iao

do P

ará

Sp

ilant

hes

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ella

x

Ger

vao

St

achy

tarp

heta

dic

hoto

ma

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Gua

ycur

ú

Stat

ice

bras

ilien

sis

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Est

evia

Stev

ia r

ebau

dian

a

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H

erva

de

pass

arin

ho

St

ruth

anth

us m

argi

natu

s

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Qui

na d

o ca

mpo

Stry

chno

s ps

eudo

qui

na

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Ben

joim

Styr

ax b

enzo

in, S

. par

alle

lone

urus

x

Bar

batim

ao

St

ryph

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Tabla 1. (cont.)

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Los diferentes criterios utilizados por ambos có-digos se justifican no solamente por las distintas épo-cas en que fueron redactadas, sino fundamentalmen-te por la idiosincrasia de cada país y otras conside-raciones relacionadas, como se puede comprobaranalizando la información resumida en la tabla 1.

La inclusión de cáñano indiano (Cannabis sativa),tasi (Morrenia brachystephana), pez de Borgoña (Pi-cea excelsa), ajenjo (Artemisia absinthium), kousso(Hagenia abyssinica), colombo (Jateorhiza palmata),cólquico (Colchicum autunnale), cornezuelo de cen-teno (Claviceps purpurea), trombeteria (Daturaarborea), frambuesa (Rubus idaeus), serpentaria ycipó mil homens (Aristolochia spp.), angico(Piptadenia columbrina), sasafrás (Ocotea sassafras),etc., son ejemplos de drogas que alguna vez tuvieronimportancia farmacológica, pero hoy se han dejadode usar.

La FB cita a Simaruba amara y la FA a la espe-cie sucedánea Quassia amara; sin embargo, actual-mente ninguna de estas especies han sido actualiza-das en ambas farmacopeas, a pesar del extendidouso de estas DV en la región.

La carqueja es Baccharis trimera según la FB, yB. articulata o B. crispa para la FA, aun cuando esuna especie ampliamente conocida y utilizada de lamisma forma en ambos países. El boldo está defini-do con dos nombres distintos (Boldea boldus oPeumus boldus) según el país, y lo mismo ocurrecon varias otras drogas (Tabla 1). En la FB existendos monografías de canela, la de China y la deCeylán, mientras que solo hay una en la FA.

Entre las especies nativas incluidas por la FB enlas últimas ediciones están el guaraná y la estevia,de amplio uso también en la Argentina, pero en ge-neral no empleadas con fines medicinales.

Con respecto al maracuyá o Passiflora, si seincluyera en la FA habría que determinar si real-mente se usan las especies oficiales en Brasil o,por el contrario, se emplea P. caerulea, mucho máscomún en la Argentina. Además, se debería eva-luar si son similares o no, en cuanto a eficacia yseguridad. En la FA no hay una monografía delclavo de olor, a pesar de su extendido uso, así tam-bién como el castaño de India y la centella, todasmonografiadas en la FB.

En el caso de Centella asiatica debería evaluar-se su similitud con Hydrocotyle bonariensis, comoposible sucedáneo o adulterante. Curiosamente, estaúltima especie americana ya había sido incluida

(“herba capitao”) en las primeras ediciones de laFB, aunque muy probablemente con fundamento enatributos farmacológicos (ansiolítico) distintos a losactualmente preconizados.

Ni la FB ni la FA tienen una monografía actua-lizada para ambay (Cecropia adenopus, C.pachystachya); a pesar de ser una DV ampliamen-te usada en ambos territorios; y lo mismo ocurrecon otras especies autóctonas incluidas en la FA,como yerba del pollo, poleo o sarandí.

Para el bálsamo de Perú y el de Tolú la FB inclu-ye un mismo origen botánico: Myroxylon balsamumvar. pereirae; mientras que para estandarizar al saucoutiliza dos monografías, una para Sambucus nigra(de origen europeo) y otra para S. australis (de ori-gen americano).

Es evidente la trascendencia que tiene la tradi-ción herbaria de cada país en la elección de estoscriterios de inclusión de DV en sus farmacopeas, ysi se pueden observar tantas diferencias entre Brasily la Argentina, países limítrofes aunque con muydiversa cultura herbolaria, qué gran desafío se de-bería plantear Paraguay si quisiera redactar la suya,al amparo de su sólida y secular tradición herbaria.

La farmacopea herbaria de China (Chinese Ma-teria Medica Pharmacopoeia, 2006), la de India(Indian Herbal Pharmacopoeia, 2002) o la caribeña(TRAMIL, 2005) fueron mucho más allá, al cata-logar la mayor parte de las DV que la medicinatradicional de sus territorios avala durante siglosde uso. Recopilan mucha información sobre la for-ma de uso y las propiedades, pero en muchos ca-sos en detrimento de una normativa analítica com-pleta, o de una evaluación farmacológica integral.

Se puede resumir entonces diciendo que lasdos principales tendencias que existen en el mun-do están representadas por: a) textos titulados“farmacopeas”, pero que son en realidad un con-junto de monografías en las que se registra en for-ma de compendio o vademécum la tradiciónherbaria de una región, acompañada de la eviden-cia científica disponible, sin evaluar si esta evi-dencia es exhaustiva o responde a cánones de ido-neidad o validez analítica; b) verdaderas farma-copeas, donde prima el criterio de evaluación ana-lít ico y legal sobre la tarea compiladora,adecuando al máximo los criterios normativos alos propios de cualquier otra droga de síntesis.En los próximos puntos se expone por qué se diceadecuando y no transponiendo.

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Criterios de evaluación

La problemática inherente al control de calidad delas drogas vegetales y productos relacionados (DV-PR) representa frecuentemente un verdadero enig-ma para un analista acostumbrado al control de ca-lidad de sustancias puras. Es un desafío a sus nor-mas y procedimientos, inculcados y soportados porel desarrollo de metodologías y procedimientos muyestrictos y precisos, donde la ambigüedad o la arbi-trariedad son elementos casi despreciables, o por lomenos imposibles de considerar. En su filosofía detrabajo se manejan axiomas y valores como la pre-cisión y la certeza, resultados paramétricos puntua-les y ni siquiera se sospecha o se plantean dudassobre la coherencia entre sus resultados y la ponde-ración de la calidad del producto analizado.

Esta lógica analítica, si bien es absolutamenteloable, trastabilla en el ámbito de las DV-PR por-que se nutre del planteo epistemológico que preten-de homologar la naturaleza con la química de loscompuestos puros. Una sustancia químicamente puratiene un conjunto de propiedades fisicoquímicas ybiológicas que están directamente relacionadas consu estructura química, su injerencia sobre otras sus-tancias y las variables comprendidas en estainterrelación (temperatura, tiempo, distancia o con-formación espacial, pH, concentración, presencia deotras sustancias, etc.).

Cada sustancia química en estado puro se puededefinir y calificar perfectamente desde el punto devista fisicoquímico, hecho que permite asegurar quesu presencia en condiciones específicas garantizarásu bioactividad. Por lo tanto, los productos de ori-gen natural, como son las DV-PR, deberían cumplirlas mismas reglas, si se parte del principio lógico deque no pueden existir medicamentos de primera yde segunda, asegurándose que todos sean controla-dos con el mismo rigor técnico, y así deberían tenerlas mismas exigencias mínimas de calidad,inocuidad y efectividad.

Esa lógica analítica supone entonces la existen-cia de leyes absolutas en la naturaleza, y su conoci-miento permitiría caracterizar unívocamente cadaproducto natural. Una planta es un conjunto de com-puestos químicamente definibles contenidos en unaproporción precisa, razón por la cual al relacionarestos parámetros con sus bioactividades nos lleva-ría con absoluta precisión a la identificación de unaentidad o calidad farmacológica típica; es en este

falso silogismo donde se empieza a vislumbrar ladisyuntiva analítica.

Está ampliamente comprobado que no siempreun compuesto aislado de una planta tiene la mismabioactividad que una cantidad proporcionalmenteigual del mismo compuesto en un extracto de la plan-ta. La complejidad química de los extractos permiteesperar la presencia de compuestos coadyuvantes,agonistas, antagonistas y sinergistas de determina-da bioactividad, que resulta en una muy variable y,hasta a veces inesperada expresión farmacológica.Si no fuera así, bastaría con aislar el producto acti-vo para usarlo como tal, evitando toda la proble-mática que implica el uso de una mezcla hetero-génea, y en algunos casos impredecible desde elpunto de vista de su bioactividad como son las DV-PR. Es lo que se ha hecho, por ejemplo, con artemisi-nina, esteviósido, ergometrina, papaína y tantos otroscompuestos; pero en muchos casos no es factibleesta opción (Ginkgo biloba, Panax ginseng,Valeriana officinalis, Cynara scolimus, etc.).

Por otro lado, la variabilidad natural es una cons-tante en los seres vivos. Se puede expresar de muydiversas maneras: en la individualidad genética oen su heterogénea adecuación al medio o en su des-igual plasticidad para aceptar distintos biomas. Esmuy claro el ejemplo del llamado muérdago criollo(Ligaria cuneifolia) en la medicina tradicional ar-gentina, dado su efecto hipotensor o hipertensor,según el hospedante del que se obtenga el material(Varela y col., 2001).

Estas características son fundamentales para te-ner en cuenta en la valoración de los productos na-turales, y no suponen un descrédito para su uso enla medicina actual, sino que solamente implicanuna adecuación de las metodologías de control yde las normas a un modelo de analito distinto altípico. Un analito que introduce nuevos desafíos,mayores variables y, por sobre todo, distintos cri-terios de calidad.

Existen numerosos textos que explican y deta-llan las metodologías más adecuadas para el con-trol de DV-PR; entre otros autores, Harborne, 1984;Cañigueral y col., 1998; Wagner y Bladt, 2001;Evans, 2002. También están muy difundidas lasnormas existentes; las que están incluidas en lasfarmacopeas son las más comunes y estimadas. Paraahondar en esos aspectos existe abundante biblio-grafía especializada. Se pretende en esta seccióninterpretar y sistematizar las pautas utilizadas en la

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imposición de una metodología farmacopeica paraestas DV-PR y su validez analítica.

A pesar de la obligatoriedad del uso de lasfarmacopeas, en todos los países se acepta inscribirun medicamento aunque uno o más de sus princi-pios activos no estén oficialmente incluidos en lasfarmacopeas legales. En estos casos se exige la pre-sentación de una monografía específica donde, ade-más de indicar las especificaciones analíticas parael control de calidad e inocuidad, se debe demostrarla eficacia de los activos. Algunos textos estánespecíficamente orientados hacia esta necesidad,como son las monografías de plantas medicinalesde la OMS (OMS, 1999-2009, 2010) o las de laESCOP (ESCOP, 2003-2009).

Quien elabore estas monografías debe realizarla misma tarea que cumplen las comisiones técni-cas de las farmacopeas en lo referente a la puntuali-zación de los requisitos mínimos necesarios para ga-rantizar identidad, calidad farmacéutica, homoge-neidad y estabilidad del producto. Estas pautas pue-den encasillarse, de la misma manera que se haceen una monografía farmacopeica, en los llamadosensayos de identidad y pureza, de valoración y deestabilidad.

Ensayos de identidad y pureza

El concepto de identidad y pureza con referencia aun producto de origen vegetal difiere ostensiblemen-te del concepto de un producto químicamente puro.La identidad botánica es la prueba definitoria cuan-do se trata de una DV, que se expresa por medio dela denominación botánica y la descripción macros-cópica (y, si corresponde, microscópica) de la parteusada. Para este objetivo es muy útil disponer de lasfiguras que exhiban los elementos que caracterizana la DV, tal como lo incluye la Farmacopea Brasileraen sus últimas ediciones.

Existen casos donde el material vegetal puedeprovenir de más de una especie (tilo, carqueja, eu-calipto, badiana), y en esa ocasión deberán indicar-se las limitaciones de la definición: qué especies seaceptan y cuáles no. Este problema aparentementese evitaría, dado que la nomenclatura binomial delas plantas resolvería con precisión la identidad bo-tánica, de la misma manera que un patrón primariodefine al producto químico puro. Sin embargo, enla realidad son habituales los casos donde las reglas

taxonómicas generan controversias o han sidotrastocadas en el tiempo, o simplemente se han ter-giversado (manzanilla, ipecacuana, ambay).

Cabe entonces pensar en un recurso referencialprimario: la necesidad de disponer de una exsicattao ejemplar de herbario tipo, que sirva como “patrónprimario” de la DV-PR. El criterio de identidad sedefine entonces no tanto por su identidad taxo-nómica sino directamente por la comparación conun material correctamente resguardado. Merecedestacarse que este modelo de trabajo fue ya pre-visto a fines de la década de 1960 por el profesorJosé L. Amorín, quien creó con este objetivo el Her-bario y Museo de Farmacobotánica del entonces lla-mado Instituto Nacional de Farmacología yBromatología, organismo que hoy forma parte de laAdministración Nacional de Medicamentos, Ali-mentos y Tecnología Médica (ANMAT). La colec-ción forma parte actualmente del Museo de Botáni-ca “Juan A. Domínguez”, en la Facultad de Farma-cia y Bioquímica (UBA).

En cuanto a la pureza de una DV, se especificala cantidad máxima aceptable de materia orgánicaextraña y de otras partes de la planta en cuestión,elementos que no deben encontrarse (característi-cos de la presencia de algún adulterante) y el por-centaje de humedad residual admitido. En algunoscasos puede ser útil definir otros requisitos, comoporcentaje máximo aceptado de material necrosadoo de distinto color. La búsqueda de impurezas desíntesis es acá reemplazada por la de impurezas dela matriz de origen. El origen botánico del mate-rial, por ejemplo, presupone la presencia de otroscompuestos presentes en el material original y nodeseables en el producto final. También es impor-tante evaluar la presencia de compuestos que pue-den caracterizar una adulteración o sustitución.

Cuando se trata de un PR nuevamente se debenconsiderar criterios distintos a los tradicionales dela química de síntesis, y dos ejemplos pueden ex-plicar mejor esta situación. Algunos extractos -comoel aceite esencial de eucalipto o el extracto de tilo-se pueden obtener a partir de varias especies de plan-tas, y lógicamente al analizar el producto final sepueden encontrar diferencias mínimas debido a ladiversidad del material de origen, sin perjuicio desu calidad farmacéutica.

En otros casos, la diferencia se establece en elproceso extractivo empleado: por ejemplo, aceitede rosa mosqueta obtenido por expresión y también

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obtenido por extracción con fluidos supercríticos.La elevada sensibilidad de las modernas técnicasanalíticas a veces puede ser mayor que lo necesariopara caracterizar un producto natural, y solamenteel criterio experimental puede decidir si una dife-rencia analítica influye sobre la calidad del produc-to en estudio.

El proceso más elemental de identificación esimitar al proceso de la identidad botánica, es decirdisponer de un patrón de referencia del PR, los lla-mados materiales de referencia botánica. Pero eneste caso la solución no es tan sencilla, porque siese material no fue producido por un experto o unaautoridad sanitaria en la materia, qué seguridad sepuede tener de que se haya procesado a partir de unproducto correctamente definido. Se observa enton-ces que esta solución se asemeja más a un patrónsecundario que a uno primario.

Normalmente la identidad y la pureza de los PRse confirman mediante la descripción de los llama-dos perfiles cromatográficos y/o espectrales. Con-sisten en el resultado de un desarrollo croma-tográfico (TLC, GC o HPLC) o de un análisis porUV-visible, IR, NMR o MS, o la complementaciónde metodologías acopladas. Los materiales de refe-rencia botánica deberían estar acompañados siem-pre de más de un perfil para poder dar más seguri-dad a la identidad del producto. Deberían, además,provenir de técnicas diferenciales entre sí para ca-racterizar distintos componentes en cada caso.

Es común que estos perfiles no den una respues-ta absoluta, como sí ocurre, por ejemplo, con un es-pectro IR de un producto puro, donde cualquier cam-bio de perfil es suficiente para rechazar su calidad.En el caso de los perfiles de DV-PR los gráficos quese ofrecen suelen ser solamente orientativos, confuerte validez desde el punto de vista cualitativo,pero con sensible variabilidad cuantitativa (salvo enlos extractos de referencia cuantitativos donde estáexplícitamente determinado el contenido de algúnactivo). Por este motivo algunas farmacopeas, des-afortunadamente, prefieren no incluir estos gráfi-cos en sus textos, sino solamente describir los re-sultados esperados. Un ejemplo más de manejo dis-crecional, soportado solamente por un criterio ex-perimentalmente concebido.

Aunque esta condición parece expresar unadisyuntiva o ambigüedad en el resultado, el buenuso de este análisis, y esencialmente el criterio parala elección del o de los mejores perfiles, son funda-

mentales para la correcta caracterización de la DV-PR. ¿Cuáles son las bases de un buen criterio deselección? Deben conocerse dos aspectos:

1. Qué compuestos caracterizan a la DV-PR y lodiferencian de sus posibles sustitutos o adulterantes.

2. Hasta dónde se puede relacionar la bio-actividad de la DV-PR con su composición quími-ca; en este punto pueden existir cinco casos:

a. Es un solo compuesto de la DV-PR que le otor-ga la actividad (la boldina en el boldo).

b. Es un grupo de compuestos, pero con estruc-tura química similar (las antraquinonas en la cásca-ra sagrada).

c. Son más de un compuesto, pero con estructu-ras disímiles (la apigenina y el bisabolol en la man-zanilla, usada como antiinflamatorio).

d. La DV-PR tiene más de una bioactividad; condependencia de qué compuesto se trate (castaño deIndias).

e. La DV-PR puede ser peligrosa o tóxica por lapresencia de algún compuesto, expresado con lími-tes cualitativos (el anthecotulide en la manzanilla)o cuantitativos (los isómeros de tuyona en ajenjo).

f. Se conoce la composición química de la DV-PR, pero no cuál o cuáles son los compuestosbioactivos (Echinacea).

g. Se desconoce la composición química en de-talle, pero se sabe que la DV-PR es activa (Lepidiummeyenii).

Con estos antecedentes es posible entonces di-señar un estudio cromatográfico y/o espectral quepermita detectar la mayor cantidad de compuestosde la DV-PR cumpliendo los criterios 1) y 2), y, eneste último, que permita discernir calidades para elcaso 2-d) y 2-e).

En el caso 2-f) se puede optar por dos solucio-nes: utilizar un ensayo biológico para determinar laefectividad del material sin invocar activo alguno,o emplear un compuesto típico del material parausarlo como un identificador de la presencia de laDV-PR.

Cuando se caracteriza un caso del tipo 2-g) de-bería tenerse extremo cuidado de usar ese material,y solamente se justificaría si la bioactividad fuerasocialmente importante, si hubiera suficientes ante-cedentes como para avalar la seguridad de su uso, ysi la relación riesgo/efectividad fuera suficientemen-te baja como para justificar el producto.

Cuando comentamos el caso 2-f) dejamos explí-cita la necesidad de contar con un compuesto que

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identifique la DV-PR. Este es el concepto básico delo que se denomina marcador, pero existen otrostipos de marcadores. Desde el punto de vista cuali-tativo se puede, por ejemplo, distinguir la presenciade adulterantes mediante la búsqueda de los llama-dos marcadores negativos, o compuestos que no de-berían aparecer en un perfil de calidad. También sonmuy útiles los llamados marcadores externos, o sus-tancias que no forman parte de la composición de laDV-PR en estudio, pero sirven de punto de compa-ración para los perfiles cromatográficos (determi-nación de tiempos de retención o Rf relativos a esecompuesto).

Entre los ensayos de pureza para las DV-PR tam-bién existen criterios peculiares, independientementede los clásicos para cualquier otro producto. El ori-gen natural de las DV presupone una lógica cargamicrobiana y además, una contaminación muy fácildurante su conservación o almacenamiento. Estacomplicación subsistirá aún después de la elabora-ción de cualquier PR, aunque en distinta cuantíadependiendo no solamente del proceso utilizado,sino también de la forma farmacéutica en que seráutilizado. Por este motivo todas las farmacopeasincluyen en los ensayos generales determinacionesespecíficas, básicamente para el control microbio-lógico y determinación del contenido de mico-toxinas, pesticidas y metales pesados. Especificanademás, los límites microbiológicos máximos acep-tables de acuerdo con el uso final al que esté desti-nado el producto.

Otro criterio particular que es frecuente en la eva-luación de DV-PR se refiere a cómo discriminarentre las calidades de natural o sintético de un mis-mo compuesto químico. Productos, como lavainillina, el mentol o el aceite esencial de romero,pueden ser de origen natural o sintético. Y la dife-rencia entre ambas calidades no es tanto químicasino más bien comercial, y por lo tanto, económica.El mercado puede exigir una certificación de la con-dición de natural de un producto, por ejemplo paraser usado en productos con certificación orgánica,o bajo ciertas reglas religiosas. Se comercializantambién aceites esenciales denominados “idénticosal natural”, que tienen la misma composición quí-mica y propiedades fisicoquímicas básicas que unaceite esencial natural; pero como se intuye en ladenominación, el producto “no es natural”.

En otros casos, como en el (-)-alfa-bisabolol, elproducto sintético que se ofrece suele ser la forma

racémica, cuando en realidad la forma bioactiva essolamente el isómero levo. De esta manera el pro-ducto racémico tiene la mitad de la actividad bioló-gica correspondiente al natural. La solución a estosplanteos es muy dependiente de cada caso, peronormalmente la disyuntiva se resuelve mediante téc-nicas espectroscópicas complejas, como la determi-nación de la pureza isotópica (Walton y col., 2003).Sin embargo, si el distinto origen (natural o sintéti-co) no influye en la calidad farmacéutica de la DV-PR, las farmacopeas omiten la inclusión de ensayospara este fin.

Ensayos de valoración

Históricamente era común encontrar monografíasfarmacopeicas de DV-PR que contenían solamentelos requisitos mínimos de identidad, pero sin regis-trar las técnicas de valoración. El desarrollo de lastécnicas cromatográficas fue imprescindible parageneralizar una evaluación de la calidad de estasdrogas más ajustada, que aportaban como valor mássignificativo el control de su potencia o eficacia.En un compuesto puro la determinación de purezaes ya una aproximación muy buena a su condiciónde eficaz, pero por los motivos expresados, en elcaso de las DV-PR el concepto de pureza es muydistinto del de eficacia, y por esta razón adquiereimportancia estratégica de valorar estas drogas.

Cuando se pretende valorar una sustancia purano queda duda de la identidad del analito. Pero cuan-do se intenta valorar una DV-PR ¿cuál es el analito?;más aún, ¿es solo uno el analito? Es evidente queen la mayoría de los casos no es unívoco, y debedecidirse qué y cuáles analizar.

Una clasificación de las DV-PR similar a la mos-trada para los ensayos de identificación y purezapermite orientar la selección del o de los analitosque se van a controlar, y también la técnica más co-rrecta para su cuantificación.

Los principios activos vegetales pueden presen-tarse puros o no, y en este caso formar parte de unamezcla o matriz más o menos compleja. Cuando sonsustancias químicamente puras (morfina, capsaicina,rutina), se valoran como cualquier producto quími-co de síntesis (y por este motivo los hemos separa-do de los llamados PR). Pero cuando los principiosactivos que se quieren valorar están incluidos en unamezcla o matriz (que puede ser la planta de origen o

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su extracto, es decir, dentro de las DV-PR), se ob-servan casos muy distintos, por ejemplo:

a. Una mezcla de productos con estructuras quí-micas similares (citroflavonoides). En función dela similitud de estructuras y actividades puede sermuy útil y económicamente adecuada una valora-ción espectrométrica al UV-visible, que da un valorglobal del contenido de todos los flavonoides, queson los activos.

b. Es un activo o una mezcla de productos conestructura química similar, pero acompañada de otrassustancias, inertes o no (antraquinonas en cáscarasagrada, heterósidos cardiotónicos en digital). Sepuede efectuar una purificación inicial y utilizar untratamiento como en el caso anterior, o realizar unaseparación (purificación) cromatográfica y cuanti-ficar la sumatoria de las respuestas del grupo deactivos. Para la cuantificación se pueden usarestándares internos o externos, y en los casos dondela sustancia que se va a valorar es inaccesible co-mercialmente, se utilizan compuestos de estructurasimilar y con una respuesta analítica cercana a lasustancia en estudio y libre de superposiciones enel perfil cromatográfico.

c. Es una mezcla de productos con estructurasquímicas disímiles, pero con una misma bio-actividad (extracto de alcachofa). Se puede tra-bajar como en el caso anterior, pero al sumar elcontenido de distintos activos debiera considerar-se la repuesta distinta a la detección de cada nú-cleo químico controlado.

d. Es una mezcla de productos con estructurasquímicas disímiles y con diversas bioactividades (ro-mero, extracto de castaño de Indias). Se deben utili-zar distintas técnicas para determinar el contenidode activos para cada uso en particular.

e. Es una mezcla de productos con estructurasquímicas similares o disímiles, pero con bioac-tividades sinérgicas (extracto seco de valeriana, acei-te esencial de romero, esteviósidos). Se puede ele-gir un marcador (el de mayor actividad conocida, oel de mayor concentración en el material) para usarlocomo determinante de la calidad, y trabajar comoen los casos anteriores. En el caso específico de losaceites esenciales se recurre al perfil de croma-tografía en fase gaseosa, porque normalmente tienemás importancia la proporción existente entre susconstituyentes que el contenido absoluto de algunode ellos. Si el último fuera el caso, se cuantifica comoen los puntos anteriores, pero también por GC.

f. Es una mezcla de productos con bioactividadpero sin un activo con estructura definida o conoci-da (tilo, ortiga). Debiera utilizarse una valoraciónbiológica, siempre que la relación costo/beneficiolo justifique. De lo contrario, solo puede hacerseuna evaluación semicuantitativa, utilizando un mar-cador lo más característico posible del material.

Existen casos con mayor complejidad analítica,como algunas resinas, los mucílagos o el gel de áloe,cuya valoración está aún en estudio y siguen gene-rando nuevos desarrollos analíticos tendientes aperfeccionar su control.

Una última diferencia con los productos sintéti-cos, y que es importante resaltar, es la diferente pon-deración que se hace de las distintas variables y eva-luaciones analíticas aplicadas a un producto de ori-gen natural. En un producto químicamente puro lonormal es que tenga valores constantes de susparámetros fisicoquímicos (punto de fusión o deebullición, índice de refracción, poder rotatorio, es-pectros perfectamente definidos, etc.), y cualquiervariación en los productos dará una señal de impu-reza o baja calidad.

En los PR la situación es absolutamente distin-ta, pues se emplean intervalos de variación paraacotar una buena calidad, se expresan contenidosmínimos y en algunos casos, máximos (cuando ladosis efectiva está cercana a la dosis tóxica) en lascuantificaciones, y como se expresó, se dan perfi-les orientativos, pero no obligatorios o absolutosen su respuesta.

Otra peculiaridad es que es común mezclar PRde igual naturaleza pero con distintos tenores de ac-tivos para lograr una combinación final con un con-tenido específico de activos. Toda esta problemáti-ca conlleva la aceptación de un rango donde puedevariar el resultado; es decir, presupone la inexacti-tud de la evaluación. El cómo determinar esos ran-gos forma parte de lo que llamamos criterio analíti-co, especulación fundamentada en el conocimientodel material, y a la que quedará supeditado el juiciofinal del analista que aplique la norma.

Ese conocimiento del material -en el caso de unproducto químico puro- suele ser muy limitado, yaque lo único que podría variar el resultado sería unavía sintética distinta a la tradicional o un problemade estabilidad. Pero en las DV-PR implica una ex-tensa tarea de recopilación de información, basadaen los distintos orígenes del material vegetal, lasdistintas partes de la planta, las distintas épocas de

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colecta, los lugares de cultivo, los tratamientosagronómicos, los tratamientos poscosecha, los pro-cesos extractivos, los procesos de purificación, etc.También se tienen que evaluar los posiblessustituyentes y adulterantes para encontrar los ele-mentos diferenciales.

Por último, también implica determinar cuál pue-de ser un número lógico de muestras para cada unade las variables analizadas. Una vez logrado estecompendio de información, queda aún por determi-nar cuáles son los rangos más representativos de unabuena calidad, y si se ajustan a la realidad, porquees indispensable pensar en la factibilidad técnica yeconómica de producir ese material con esas exi-gencias de calidad: muchos de estos productos sonempleados en la elaboración de fitoterápicos, quesuelen ser medicamentos de bajo costo, y no es ló-gico exigir requisitos de calidad o técnicas analíti-cas onerosas que pueden resultar improcedentes paraestos casos.

Como se puede observar hay factores que influ-yen en la calidad de las DV-PR no inherentes a sunaturaleza sino al entorno social y económico dedonde proceden. Este aspecto abre una nueva alter-nativa de generar distintas normas de calidad paraun mismo producto originado en distintos lugares:un justificativo más para la redacción de farma-copeas nacionales. Pero también es la causa de queel desarrollo de estas metodologías no suelagenerarse en la industria farmacéutica, como ocu-rre con los productos de síntesis, sino de la investi-gación y el desarrollo del sector académico. Debeprevalecer la trascendencia social sobre la inversióneconómica y de recursos humanos y tecnológicosnecesarios y, a su vez, estos factores sobre los bene-ficios comerciales esperables. Es por esa razón queraramente la actividad privada invierte en estos de-sarrollos. Es altamente deseable, entonces, ya quees casi una obligación social de los organismos deI + D estatales, priorizar, o por lo menos respaldar,los emprendimientos que cubran estas falencias.

Conclusiones

La etimología misma del término criterio (krités: engriego: juez, árbitro) nos proporciona la noción deelección, deliberación, discernir, preferir una alter-nativa al ser conciente de que hay más de una. Con-cepto que evidentemente no existe en la analítica de

compuestos puros: en estos casos se da una norma,se la aplica a un producto, y se tiene como resultadouna conclusión neta, el cumplimiento de esa nor-ma, o no. Como se expuso, esto no siempre ocurrecon las DV-PR.

La variabilidad intrínseca de los productos natu-rales requiere de una experimentación adecuada paraencontrar un justo equilibrio entre la respuesta mássensible de un método de control y la ponderaciónde su resultado. Es una evaluación crítica, que sig-nifica que el criterio debe predominar sobre la táci-ta respuesta analítica. Las mismas normas tienen encuenta esta noción de inexactitud, es decir, dediscrecionalidad, al asumir intervalos de variacióny valores mínimos o máximos, pero muy pocas ve-ces valores absolutos e inamovibles. Esta caracte-rística no está en detrimento de las buenas prácticasanalíticas, sino que enfoca el problema del controlde DV-PR con una visión distinta, más adecuada alanalito en cuestión, y con absoluta validez. Implicasí mayor esfuerzo, permanente y multidisciplinario,para actualizar sus criterios acordes con los avan-ces de la ciencia. Esta mayor exigencia revela quesomos espectadores de una época trascendente paramejorar el conocimiento y el aprovechamiento deestos recursos naturales.

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Dominguezia - Vol. 27(2) - 2011Fecha de recepción: 28 de noviembre de 2011Fecha de aceptación: 28 de diciembre de 2011

Herbario de plantas usuales del Paraguay y nordeste argentinoatribuido a Domingo Parodi conservadas

en el Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez”

Gustavo C. Giberti

Curador del herbario del Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez”, Facultad de Farmacia y Bioquímica(UBA). Junín 956, 1113-Buenos Aires. Carrera del Investigador Científico del CONICET en el IQUIMEFA.

Correo electrónico: [email protected]

Resumen

El farmacéutico italiano, doctor. Domingo Parodi (1823-1889) tuvo una destacada actividad profesionalen Uruguay, Paraguay y la Argentina. Quince años después de su muerte, su hijo, el doctor. Enrique D.Parodi, donó la biblioteca y los herbarios de su padre al Museo de Farmacología, que actualmente es elMuseo de Farmacobotánica “Juan Aníbal Domínguez” de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de laUniversidad de Buenos Aires. Este legado comprende las importantes colecciones de Weicker (la mayo-ría de origen centroeuropeo que, además, incluyen herbarios chilenos y argentinos de Philippi, de Balansa(Paraguay) y de Uruguay (herbario Gibert), además de algunas colecciones argentinas y paraguayaspersonales de Domingo Parodi. Entre estas últimas, se mantienen separadas algunas herborizacionesatribuidas erróneamente a Parodi (o a Eberhard Munck af Rosenschöld), que supuestamente constituiríanlas colecciones de referencia de los datos que Parodi publicó en las dos ediciones de sus “Notas sobrealgunas plantas usuales del Paraguay, de Corrientes y de Misiones” (1877-78 y 1886), que merecen aquíun comentario crítico. No obstante, a pesar de la polémica existente sobre el dudoso origen de esascolecciones y de los cuestionados conocimientos botánicos que, según Hassler y Malme efectivamentepudo tener Domingo Parodi, existen tempranas evidencias, publicadas en la Revista Farmacéutica, desus aportes a la “ciencia amable”, que ha recogido su autoría de descripciones específicas y, consecuen-temente, llevan su sigla (D. Parodi).

Common herbal plants of Paraguay and northeastern Argentinaattributed to Domingo Parodi preserved

in the Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez”

Summary

The Italian pharmacist Dr. Domingo Parodi (1823-1889) has had a relevant professional activity inUruguay, Paraguay and Argentina. Fifteen years after his death, Dr. Enrique D. Parodi bestowed hisfather´s personal library and herbaria to the Museo de Farmacología, which nowadays is the Museo deFarmacobotánica “Juan Aníbal Domínguez” at the Facultad de Farmacia y Bioquímica. These herbariainclude the important collections formerly belonging to Weicker (mostly Centroeuropean, but also

Palabras clave: Domingo Parodi - herbario plantas usuales - Paraguay, Corrientes, Misiones.Key words: Domingo Parodi - useful plants herbarium - Paraguay, Corrientes, Misiones.

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Giberti

includes the Chilean and Argentinean materials collected by Philippi), those of Balansa (Paraguay)and Uruguay (Gibert´s herbarium). Additionally, Domingo Parodi´s own collections from Paraguayand Argentina were included in this gift. Among these last collections, still a separate set of specimensis kept, the –erroneously called– D. Parodi´s voucher herbarium sheets for the two editions of hispublication “Notas sobre algunas plantas usuales del Paraguay, de Corrientes y de Misiones” (Parodi,1877-78; Parodi, 1886), deserve some commentaries in the present paper. However, in spite of thepolemical facts shown by Hassler and Malme, which challenge Parodi´s own knowledges in Botanyand his apparent misconduct regarding the origin of such collections and his relationships with EberhardMunck af Rosenschöld, some earlier evidences of Domingo Parodi´s pure botanical contributions werepublished in the Revista Farmacéutica, and few plant descriptions still bear his abbreviation, thusrecognizing his authorship.

Domingo Parodi

Síntesis biográfica

El farmacéutico italiano Domingo Parodi nació enGénova en 1823. A temprana edad, su familia setrasladó a vivir a Montevideo, lugar donde hizo susprimeros estudios en Farmacia y ejerció la profe-sión hasta 1855, año en que emigró al Paraguay.

Sus primeras publicaciones datan de la décadade 1850 (Toursarkissian, 1971). Parodi fue, desde1859 a 1862, un colaborador asiduo de la RevistaFarmacéutica, publicada inicialmente por la Aso-ciación Farmacéutica de Buenos Aires, que en 1861lo premió por su cooperación (Parodi, 1859a; 1859b;1859c; 1862).

Si bien permaneció en el Paraguay, con destaca-da actuación profesional y actividades políticas hastael final de la Guerra de la Triple Alianza, no dejó deser corresponsal de la Sociedad de Farmacia de Ar-gentina en la capital paraguaya; la Revista Farma-céutica, luego de la caída de Asunción en 1869,publicó la noticia que Parodi, por entonces en esaciudad, se establecería nuevamente en nuestras lati-tudes (Anónimo, 1869).

Al finalizar el conflicto se radicó nuevamenteen Montevideo y algunos años más tarde se estable-ció en Buenos Aires. En esta última etapa de su vidaretomó su práctica profesional y académica, y me-joró su situación económica. Fue designado Acadé-mico de la Facultad de Ciencias Médicas en 1876, yen 1881 se doctoró en Farmacia, bajo la direccióndel doctor. Augusto Montes de Oca.

A partir de 1884 se desempeñó como profesorde Química Farmacéutica. Además, donó una im-

portante suma de dinero a la Universidad de Bue-nos Aires destinada al Premio Félix de Azara al mejortrabajo sobre la flora y la fauna argentinas, y susaplicaciones a la medicina y a la industria (Amorín,1996). Publicó alrededor de 35 trabajos, de los cua-les aproximadamente seis son botánicos (Kurtz,1913; Toursarkissian, 1971). Falleció de cáncer enParís en 1889.

Herbarios y colecciones

Los herbarios de Parodi se conservan en el Museode Farmacobotánica “Juan A. Domínguez”.

A comienzos del año 1904, su hijo, el científicoy hombre de letras paraguayo Enrique DomingoParodi, donó al Museo de Farmacología de la en-tonces denominada Facultad de Ciencias Médicas –actualmente Museo de Farmacobotánica “JuanAníbal Domínguez” de la Facultad de Farmacia yBioquímica de la Universidad de Buenos Aires– losvaliosos herbarios y la biblioteca botánica que fue-ran propiedad de su padre.

Por nota del 30 de junio de 1904 el doctor JuanAníbal Domínguez, director del Museo de Farma-cología, notificó oficialmente de la donación deEnrique Parodi al entonces Decano de la Facultadde Ciencias Médicas de la Universidad de BuenosAires, Dr. Eufemio Uballes, a la par de solicitarlefondos para su acondicionamiento.

Las valiosas colecciones entonces donadas in-cluyen:

• un herbario centroeuropeo de W. Weicker yotros colectores, que son principalmente herbori-zaciones de las décadas de 1820 a 1850;

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• los herbarios chilenos de Rodolfo AmandoPhilippi, abundantes en material típico de ese país,pero también de Cuyo y la Patagonia argentina;

• los herbarios de Ernesto Gibert, de Uruguay,las primeras colecciones de ese país hermano quese publicaron en una flora (Gibert, 1873);

• los herbarios de Benedicto Balansa, únicas co-lecciones que quedan en América del naturalistafrancés, primer botánico que recolectó en Paraguaydespués de la penosa guerra terminada en 1870;

• además, muy dispersas colecciones personalesde Parodi en territorio argentino (Domínguez, 1944).

Adicionalmente a todos estos materiales, hoymontados en cartulinas (y ora distribuidos en losherbarios sistemáticos o colección de tipos delBAF, ora bien todavía separados, como las colec-ciones particulares de Balansa y Gibert), el MuseoDomínguez tiene en cuatro pequeñas cajas fabri-cadas ad hoc los herbarios “del Paraguay, de Co-rrientes y de Misiones” atribuidos erróneamente aParodi (Giberti, 2007), determinados posteriormen-te por Emilio Hassler, y que fueron objeto de di-versos estudios.

También sus trabajos conocidos como “Contri-buciones a la Flora del Paraguay…” (Parodi, 1877a;1878a; 1879) que originaron una polémica (Hassler,1908-1909; Malme, 1909). Estos autores, cuestio-naron los conocimientos botánicos que realmenteposeía Domingo Parodi (Hassler, 1905) y sugirie-ron adicionalmente que los materiales de herbariosobre las plantas usuales y las anotaciones sobre suempleo realmente pertenecieron al naturalista sue-co Eberhard Munck af Rosenschöld (1811-1869),radicado en Paraguay desde los primeros tiemposde la presidencia de Carlos Antonio López, muertoen la Guerra de la Triple Alianza (Hassler, 1908-1909; Malme, 1909; Stafleu y Cowan, 1983).

Pero al margen de los errores botánicos en que in-curriera Parodi en sus publicaciones, del supuesto robode los manuscritos del malogrado Eberhard Munck afRosenschöld y de ciertas repeticiones de informaciónsobre plantas medicinales que ya publicaran Martius(1843) y Hieronymus (1882), las colecciones denomi-nadas “Plantas Usuales del Paraguay, etc. de D. Parodi”conservadas en el BAF están complementadas por unaserie de notas manuscritas que señalan que habrían sidocoleccionadas para el herbario de Domingo Parodi porJoseph Balet (o Balés) en Areguá, Paraguay, en octu-bre de 1878 (Figura 1). Vale decir que lo de las “Plan-tas Usuales del Paraguay, etc.” del Herbario del Mu-

seo de Farmacobotánica “Juan Aníbal Domínguez” se-rían colecciones reunidas por un tercero para Domin-go Parodi después del inicio de la publicación de laprimera edición de las “Notas sobre plantas usuales deParaguay, de Corrientes y de Misiones” (Parodi, 1877b-1878b).

Además, la información manuscrita reunida porBalet sobre los nombres vulgares y las propiedadesatribuidas a cada uno de sus ejemplares de herba-rio, no siempre coincide con lo publicado por Parodien sus “Notas…”, tanto para la primera edición deltrabajo (Parodi, 1877b-1878b), como para su segun-da edición (Parodi, 1886). Según Stafleu y Cowan(1983), estos materiales conservados en BAF y suaparente contrapartida –los 171 ejemplares supues-tamente duplicados de las mismas colecciones deParaguay que Parodi envió entre 1883 y 1886 alRoyal Botanic Gardens, de Kew, Inglaterra (segúnJackson, 1901)– podrían ser originariamente losmateriales de Eberhard Munck.

De todas maneras, las colecciones de DomingoParodi en el Royal Botanic Gardens, Kew, desde unprincipio fueron distribuidas separadamente por or-den sistemático en ese gran herbario y no se conoceque sean idénticas al material del BAF.

Ahora bien, aun cuando efectivamente los mate-riales del BAF asociados a las “Notas sobre algunasplantas usuales del Paraguay…” se trataran efecti-vamente de herborizaciones del desventuradoEberhard Munck obtenidas por Parodi tras la trági-ca muerte del naturalista sueco en la guerra, comolo postulan Hassler (1908-1909) y Malme (1909),existen evidencias de la actuación de DomingoParodi como botánico, anteriores a la guerra, de 1865a 1870 (y por supuesto, también previas a las publi-caciones de 1877-1878 y 1886a de sus cuestiona-das “Notas sobre algunas plantas usuales…”).

Algunos de estos trabajos (Parodi, 1859b; 1862,entre otros.) pudieron ser resultado de una colabo-ración no documentada entre Parodi y Munck afRosenschöld o algún otro botánico contemporáneo,pero la realidad es que las obras de botánica pura oaplicada de ese período de la vida del farmacéuticoitaliano previo a la etapa cuestionada (anteriores a1865), deben reconocerse, a efectos nomencla-turales, con la autoría única de Domingo Parodi (porejemplo, la primera descripción científica publica-da para el “guayacán” –Caesalpinia paraguariensis(D. Parodi) Burkart–, descrito por Parodi (Parodi,1862) como Acacia paraguariensis (Burkart, 1952.

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Giberti

Figura 1.- Parte de la página inicial de las notas manuscritas que acompañan al herbario de “Plantas Usuales delParaguay, etc.” perteneciente a Domingo Parodi conservado en BAF.

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Aun con las reservas enunciadas por Hassler(1908-1909) y Malme (1909), algunos otrostaxones también siguen llevando la sigla deidentificación D. Parodi (por ejemplo, Rumexparaguayensis D. Parodi (Parodi, 1878a)). Elholotipo de esta especie, tal como lo publica-ran Cialdella y Brandbyge (2001), no está enBAF, ya que era esperable que no se lo encon-trara entre las plantas de Areguá de 1878, puesla fecha de colección que indicó Parodi (1878a)es anterior.

Conclusión

Independientemente del origen de la colección“Plantas Usuales del Paraguay…” mantenida es-pecialmente separada en BAF y de las accionesde Domingo Parodi interpretadas por Hassler yMalme como plagios o robos de informacioneso de muestras, se puede decir que Parodi desa-rrolló una actividad botánica propia o presumi-blemente compartida por sus relaciones con al-gún naturalista, tal vez E. Munck af Rosen-schöld. Ciertamente, la autoría de descripcionesbotánicas válidas y efectivamente publicadas quellevan su nombre, tuvo lugar años antes del co-mienzo, en 1865, de la Guerra de la Triple Alian-za, según lo exhiben los trabajos aparecidos enla Revista Farmacéutica de esa época. De acuer-do con la información disponible en el Museode Farmacobotánica “Juan A. Domínguez” –herbarios, biblioteca y materiales de archivo–,no existen elementos adicionales que nos per-mitan opinar a favor o en contra sobre la actua-ción de Domingo Parodi con relación a E. Munckaf Rosenschöld en el sentido de las denunciasque presentaron Hassler y Malme. Por otro lado,las actividades políticas de Parodi, confusascomo la historia misma del período de la Guerrade la Triple Alianza, contribuyen a mantener sinresolver el tema de sus relaciones con el natura-lista sueco. El herbario de “Plantas Usuales…”de Parodi mantenido en BAF fue aparentementereunido años después de finalizada la guerra yno siempre se corresponde exactamente con loque publicó sobre esas especies. De todos mo-dos no cabe duda sobre la evidencia de su actua-ción en botánica en años previos a la Guerra dela Triple Alianza.

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Índice acumulado

Dominguezia 26(1) 2010

Picrasma crenata Vell.: su acción por contacto, ingesta y como regulador de crecimiento sobre plagas degranos almacenados (SILVIA M. RODRÍGUEZ, PAOLA I. CARRIZO, MARISA REGONAT, PAULINA HENDRICH,GUILLERMO HEIT, ADOLFO M. MARQUEZ, MARCELO L. WAGNER Y ALBERTO GURNI)

El aceite esencial de Hedeoma multiflora Benth. (Lamiaceae) de poblaciones naturales en la provincia deSan Luis, Argentina. Estudio comparativo (CATALINA M. VAN BAREN, SOFÍA SANGUINETTI, PAOLA DI LEO LIRA,ARNALDO L. BANDONI, MIGUEL A. JUÁREZ, MIGUEL A. ELECHOSA, ANA M. MOLINA, ELDA A. FERNÁNDEZ Y EDUARDO

MARTÍNEZ)

Actividad analgésica de dos especies de Urtica con usos etnomédicos en la República Argentina (CARLA

MARRASSINI, SUSANA GORZALCZANY Y GRACIELA FERRARO)

Argentine Medicinal Plants with Potential Antifungal Activity (RUBÉN V.D. RONDINA, ARNALDO L. BANDONI Y

JORGE D. COUSSIO)

Preparación y envío de imágenes digitales a una publicación científica (RICARDO A. DORR)

Dominguezia 26(2) 2010

Aspectos anatómicos de la corteza de "espino cerval" (Rhamnus cathartica L.). Perfil fitoquímico decorteza y frutos (KARINA A. BORRI, ALBERTO A. GURNI Y BEATRIZ G. VARELA)

Flora de interés etnobotánico usada por los pueblos originarios: Aónikenk, Selk´nam, Kawésqar, Yagan yHaush en la Patagonia Austral (ERWIN DOMÍNGUEZ DÍAZ)

Producción de polifenoles en ejemplares de Smilax campestris Griseb. (Smilacaceae) que crecen encondiciones controladas de cultivo (ANA Z. RUGNA, OSCAR ROMERO, MARIO MAZZEO, JUAN M. SANTAMARÍA,ALBERTO A. GURNI Y MARCELO L. WAGNER)

II Congreso de Química de Productos Naturales Argentino-Chileno-Hispano. La Diversidad Química yBiológica de Organismos de la Región Patagónica. Resúmenes

Dominguezia 27(1) 2011

Anatomía foliar de arbustos y árboles medicinales de la región chaqueña semiárida de la Argentina (ANA

M. ARAMBARRI, MARÍA C. NOVOA, NÉSTOR D. BAYÓN, MARCELO P. HERNÁNDEZ, MARTA N. COLARES Y CLAUDIA

MONTI)

Digestión ruminal in vitro y análisis micrográfico de la planta tóxica Wedelia glauca (Ort.) Hoffm. exHicken (Asteraceae) (PEDRO A. ZEINSTEGER, ALBERTO A. GURNI Y ALEJANDRO PALACIOS)

El aceite esencial de tallos y hojas de Schinus patagonicus (Phil.) Johnst. en el ecotono de la Patagonia,Argentina (SILVIA B. GONZÁLEZ, PEDRO E. GUERRA, CATALINA M. VAN BAREN, PAOLA DI LEO LIRA Y ARNALDO L.BANDONI)

A garrafada na medicina popular: uma revisão historiográfica (MARIA THEREZA LEMOS DE ARRUDA CAMARGO)

Bell, Stephen (2010). Life in shadow. Aimé Bonpland in Southern South America, 1817-1858 (GUSTAVO C.GIBERTI)