lección 9 el día de jehová (sofonías) - presentación

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Lección 9 para el 1 de junio de 2013

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Lección 9 para el 1 de junio de 2013

El profeta Sofonías era tataranieto del rey Ezequías y, por tanto,

perteneciente a la familia real.

Su predicación, junto a la de otros profetas, como Jeremías, ayudó a

la reforma religiosa de Josías.

Su mensaje era claro: Dios va a juzgar y destruir a Jerusalén por

sus graves pecados. Aquellos que quieran librarse de la destrucción,

deben entregarse al Señor y cambiar de conducta.

Además de su cumplimiento inmediato en el tiempo de

Sofonías, esta profecía se aplica al fin del tiempo, cuando Jesús

regrese “para recompensar a cada uno según sea su obra”

(Apocalipsis 22:12)

“Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento” (Sofonías 1:14-15)

Como creyentes, estamos acostumbrados a pensar en el “día grande de Jehová” como un día de alegría, cuando nos encontraremos con nuestro Señor y Dios. Pero Sofonías nos advierte que ese día será de tinieblas y oscuridad.

Afectará a toda la Creación (Sofonías 1:2-3) y será un día de destrucción para dos grupos especiales de personas:

1. Para el pueblo de Dios, representado aquí por Judá y Jerusalén (Sofonías 1:4-18)

2. Para los no creyentes, representados aquí por Filistea, Moab, Amón, Etiopía, y Asiria (Sofonías 2:4-15) Nadie podrá librase en aquel día por sus

obras, su dinero o su posición (Sofonías 1:18)

¿Por qué este día es de oscuridad para el pueblo de Dios?

“¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora! No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios” (Sofonías 3:1-2)

Esto nos enseña que pertenecer al pueblo de Dios no nos da seguridad ante el Juicio divino.

La salvación está ligada a nuestra relación personal con Jesús.

A pesar de la luz que había recibido, el pueblo de Judá no confió en Dios y se apartó de Él.

“Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová” (Sofonías 2:3)

Para los humildes que son fieles, la posibilidad de sobrevivir se expresa por medio de la palabra quizás. La supervivencia depende de la gracia divina, y la gracia es algo que no debe darse por sentado. Frente a la ruina inminente, hay esperanza para el futuro, pues Dios es misericordioso.

Sofonías aclara que el juicio de Dios no es solo punitivo sino también correctivo. Dios extiende una promesa de proteger a quienes lo buscan. El día de Jehová es más que el fin del mundo. Es el comienzo del futuro establecimiento del gobierno de Dios, que durará para siempre.

“Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos” (Sofonías 3:17)

¿Te has imaginado alguna vez a Dios

cantando de alegría porque has

aceptado su salvación?

El gran Rey, el divino Guerrero, protegerá y vindicará a su pueblo. Le otorgará todos los beneficios de su victoria, la que ganó por nosotros en la cruz. Él exaltará a los humildes y transformará la desgracia, el sufrimiento y la alienación en una experiencia de honor, de bendiciones, y estará con ellos.

“Me dirijo al pueblo de Dios que hoy retiene firme su confianza, que no se apartará de la fe que ha sido una vez dada a los santos, que está de pie en medio de las tinieblas morales de estos días de corrupción. La palabra del Señor a vosotros es ésta: “Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo”. ¿No podemos ver aquí el amor paternal de Dios expresado hacia aquellos que se mantienen aferrados a la fe en la justicia? Existe la más estrecha relación entre Dios y su pueblo. No solamente somos objeto de su misericordia llena de gracia, de su amor perdonador; somos más que esto. El Señor se regocija sobre su pueblo. Él se deleita en sus hijos. Él es su seguridad. Hermoseará a todos los que le sirven con corazón íntegro con el espíritu de santidad. Los reviste de justicia. Ama a los que hacen su voluntad, los que expresan su imagen. Todos los que son fieles y veraces se conforman a la imagen de su Hijo. En su boca no ha sido hallado engaño, porqueson sin falta delante del trono de Dios””

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“He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo” (Nahum 1:15)

“Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” (Nahum 1:7)

“¿Qué pensáis contra Jehová? El hará consumación; no tomará venganza dos veces de sus enemigos” (Nahum 1:9)

Aunque la justicia de Dios

parezca lenta, al fin nada la detendrá.