la rosa negra

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ROSA NEGRA Marzo de 2011. El mundo se me viene encima, no puedo seguir adelante, la vida no tiene sentido sin mi hijo, es como si una parte de mí hubiese muerto. Apenas pude sentir el latido de su corazón en esa ingenua semana de rosas. En el día más feliz de mi vida, comenzó la pesadilla. Pocas horas después del parto recibí la primera rosa blanca. Yo, ni siquiera sospeché la parte oscura de esa rosa anónima. Durante aquella semana que mi hijo se estuvo debatiendo entre la vida y la muerte en la incubadora, esos detalles no cesaban. Las rosas seguían llegando a mi habitación de forma misteriosa. El séptimo día, al abrir la puerta, no me encontré otra rosa blanca sino negra. Tuve un mal presentimiento, mi corazón empezó a latir más deprisa; fui corriendo hacia la sala de las incubadoras, entré y me encontré la imagen más repetida de todas mis peores pesadillas: delante de mí estaba el cuerpo de un bebe inerte, de rostro pálido; sí, ese era mi bebé. Mientras una lágrima resbalaba por mi rostro, mi visión se iba debilitando, hasta que me desmayé. Hoy hace una semana que murió mi hijo. No he parado de investigar desde entonces. Al cabo de dos días recibí el resultado de la autopsia y en ella indicaba que su muerte no fue por causas naturales, pero no me dijeron nada más, las circunstancias se desconocían. Pero lo más extraño fue que mi caso no fue el único, sino que hubo otros seis. Había dos puntos en común que unían esas grandes tragedias: las rosas y el médico que atendió el parto. Ya que no me dejaban acceder al historial del médico, pedí ayuda a mis contactos y poco después tenía mucha información en mis manos pero no demasiado tiempo para enlazar todas las pistas. Después de días leyendo nombres de bebés y padres, de casos rutinarios, encontré algo sospechoso. Abril de 2010 Ya han pasado dos semanas, y lo único que me dicen es que no conseguiré nada, que en la vida ocurren cosas que simplemente hay que aceptar. Pero eso está en contra de mis principios, jamás tiraré la toalla y, si hace falta, me tomaré la justicia por mi mano. Esto no quedará así, como que me llamo Sandra Rodríguez Escudero.

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Page 1: La Rosa Negra

ROSA NEGRA

Marzo de 2011.

El mundo se me viene encima, no puedo seguir adelante, la vida no tiene sentido sin mihijo, es como si una parte de mí hubiese muerto. Apenas pude sentir el latido de sucorazón en esa ingenua semana de rosas.

En el día más feliz de mi vida, comenzó la pesadilla. Pocas horas después del partorecibí la primera rosa blanca. Yo, ni siquiera sospeché la parte oscura de esa rosaanónima.

Durante aquella semana que mi hijo se estuvo debatiendo entre la vida y la muerte en laincubadora, esos detalles no cesaban. Las rosas seguían llegando a mi habitación deforma misteriosa.

El séptimo día, al abrir la puerta, no me encontré otra rosa blanca sino negra.

Tuve un mal presentimiento, mi corazón empezó a latir más deprisa; fui corriendo haciala sala de las incubadoras, entré y me encontré la imagen más repetida de todas mispeores pesadillas: delante de mí estaba el cuerpo de un bebe inerte, de rostro pálido; sí,ese era mi bebé.

Mientras una lágrima resbalaba por mi rostro, mi visión se iba debilitando, hasta que medesmayé.

Hoy hace una semana que murió mi hijo. No he parado de investigar desde entonces. Alcabo de dos días recibí el resultado de la autopsia y en ella indicaba que su muerte nofue por causas naturales, pero no me dijeron nada más, las circunstancias sedesconocían.

Pero lo más extraño fue que mi caso no fue el único, sino que hubo otros seis. Había dospuntos en común que unían esas grandes tragedias: las rosas y el médico que atendió elparto.

Ya que no me dejaban acceder al historial del médico, pedí ayuda a mis contactos ypoco después tenía mucha información en mis manos pero no demasiado tiempo paraenlazar todas las pistas.

Después de días leyendo nombres de bebés y padres, de casos rutinarios, encontré algosospechoso.

Abril de 2010

Ya han pasado dos semanas, y lo único que me dicen es que no conseguiré nada, que enla vida ocurren cosas que simplemente hay que aceptar. Pero eso está en contra de misprincipios, jamás tiraré la toalla y, si hace falta, me tomaré la justicia por mi mano. Estono quedará así, como que me llamo Sandra Rodríguez Escudero.

Page 2: La Rosa Negra

Marzo de 2011.

En un informe se mostraba un caso donde un niño murió pocas horas después de nacer,al parecer en circunstancias normales (según el informe, un fallo en las víasrespiratorias). Pero yo intuía que había algo más que no se había escrito.

Busqué nombres, datos, teléfonos, algo que pudiera servirme, y al final encontré unnombre, dos apellidos y un teléfono que podía llevarme al centro de la cuestión.

Sandra Rodríguez Escudero.

Llamé al número de teléfono que aparecía debajo de su nombre.

A la segunda señal, la mujer me cogió el teléfono pero apenas pude hablar con ella puesen cuanto le conté mi caso, no me dio tiempo ni a preguntar por su difunto hijo porqueel intermitente pitido dio por finalizada la conversación.

Sospeché que esa mujer ocultaba algo ya que esa forma tan brusca de terminar lallamada no era normal.

Como el informe decía que era una trabajadora del hospital donde yo di a luz, decidídirigirme hasta allí para comprobar si seguía trabajando en el mismo puesto.

En Información me lo confirmaron, así que decidí dar un paso en mi investigación y ahurtadillas entré en el cuarto de la limpieza.

En una de las estanterías vi algo que me paralizó: un jarrón con rosas blancas y negras.

Ahora todas las piezas del puzzle encajaban. Sandra había matado a todos esos bebéspor venganza hacia el doctor que con un error hizo que su vida se desmoronara y así lodeclaraba una confesión escrita por ella, que encontré en el interior del jarrón.

“Hoy hace un año que murió mi hijo.

Voy a vengarme.

Estas rosas serán una muestra de esa venganza.

Os aseguro que ese doctor pagará su error.

Aunque sufran justos por pecadores.”

Yo también quiero vengar a mi hijo, pero no de esta manera. Esta historia saldrá a laluz, para que todo el mundo sepa lo que hizo esta madre para vengar a su hijo y cómoestropeó la vida de siete familias pagando a su vez con la pérdida de sus hijos.

Page 3: La Rosa Negra

Sofía Parra Rodriguez

Elisa Serna Crespo

Paula Valiente Gómez

María Bodoque Olmos

Alba Bermejo Checa

Irene González Martínez

Sara Guijarro Martínez