la mujer indígena como el otro del conquistador español

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1 La mujer indígena como el otro del conquistador español: relaciones de poder en Malinche de Laura Esquivel Grethe Ruud Matthews Masteroppgave i spanskspråklig litteratur SPA 4390 Institutt for litteratur, områdestudier og europeiske språk Det humanistiske fakultet UNIVERSITETET I OSLO Vår 2018 Veileder: Nelson González Ortega

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La mujer indígena como el otro del conquistador español:

relaciones de poder en

Malinche de Laura Esquivel

Grethe Ruud Matthews

Masteroppgave i spanskspråklig litteratur – SPA 4390

Institutt for litteratur, områdestudier og europeiske språk

Det humanistiske fakultet

UNIVERSITETET I OSLO

Vår 2018

Veileder: Nelson González Ortega

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Agradecimientos

Quiero agradecer a mi director de tesis, Nelson Gonzáles Ortega, por sus consejos y sus

conocimientos sobre la teoría decolonial, gracias a ellos me he introducido en el mundo de

esta teoría. También quiero agradecer a mis compañeros de estudio, con quienes he discutido

y aprendido durante este proceso. Y por supuesto, a mi familia, gracias por su paciencia y

comprensión.

Grethe Ruud Matthews

Oslo, 9 de mayo, 2018

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Resumen

En este estudio se analizan las relaciones de poder en la novela Malinche de Laura Esquivel.

El análisis se hace bajo la perspectiva de la teoría decolonial, tomando como referencia los

análisis realizados por Eduardo Restrepo y Axel Rojas. El enfoque está en la protagonista

Malinche, una indígena que fue esclavizada y tuvo que trabajar como intérprete para Hernán

Cortés, el colonizador español que llegó a México durante la época de Moctezuma y de los

aztecas. Esta princesa indígena tuvo un hijo con Hernán Cortés, al cual llamaron Martín y

fue conocido como el primer mestizo. La novela de Esquivel es una mezcla de ficción y

realidad, donde los eventos históricos son reales, pero dado el lapso de tiempo transcurrido

entre las acciones descritas en la novela y la actualidad, la escritora utiliza la ficción para

reconstruir las acciones y los diálogos de la narración. Las relaciones de poder que se

estudian en la tesis se presentan entre el conquistador español (el otro imperial) y la mujer

indígena (la otra colonizada). Son relaciones de poder etno-cultural (la colonialidad del

poder), relaciones de poder lingüístico (la colonialidad del saber) y relaciones de poder

erótico (la colonialidad del ser). Además del análisis de representaciones de poder, también

se estudia el concepto del “otro”, que es un elemento clave para el análisis. Los hallazgos y

resultados del análisis muestran que hay desigualdades en las relaciones de poder, y que en

general, Malinche es desvalorizada en comparación con Cortés. Sin embargo, ella tiene unas

capacidades lingüísticas que Cortés no posee, y a través de la palabra ella tiene un poder

importante.

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ÍNDICE

CAPÍTULO 1.

Malinche de Laura Esquivel en su contexto histórico, literario y

cultural..................................................................................................................................7

1.1. Introducción y panorama de la tesis............................................................................7

1.2. La novela Malinche de Laura Esquivel………………………………………………7

1.3. Historia de México: pre-colonial, colonial y del siglo XX…………………………..8

1.4. Malinche ante la crítica historiográfica, literaria, cultural, religiosa e internacional

……………………………………………………………………………………………..11

1.5. Hipótesis: cuestiones a investigar................................................................................16

1.6.Teoría y metodología. Nociones generales de la «Inflexión

Decolonial» .........................................................................................................................17

1.7.

Disposición………………………………………………………………………………..19

CAPÍTULO 2.

2.1. Presentación literaria de Malinche de Laura Esquivel............................................20

2.1.1. La voz femenina y la literatura mundial…………………………………………22

2.1.2. Unos personajes y dioses importantes……………………………………………24

2.1.3. Una persona verdadera……………………………………………………………30

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6

2.2. Representaciones de poder entre el conquistador español (el otro imperial) y la

mujer indígena (la otra colonizada) …………………………………………………......38

CAPÍTULO 3.

Relaciones de poder etno-cultural en la novela Malinche (la colonialidad del poder) ...47

CAPÍTULO 4.

Relaciones de poder lingüístico en la novela Malinche (la colonialidad del saber)…..58

4.1. La colonialidad del saber……………………………………………………………58

4.2. El poder lingüístico y la palabra……………………………………………………60

4.3. La religión como un ejemplo del poder lingüístico ………………………………..64

CAPÍTULO 5.

Relaciones de poder erótico en la novela Malinche (la colonialidad del ser)…………76

5.1. ¿Una relación forzada?...............................................................................................77

5.2. Malinche no era la única…………………………………………………………….79

5.3. El erotismo como un poder………………………………………………………….80

5.4. La colonialidad del ser……………………………………………………………….81

CONCLUSIONES………………………………………………………………………..83

Bibliografía………………………………………………………………………………..86

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7

CAPÍTULO 1.

Malinche de Laura Esquivel en su contexto histórico, literario y cultural

1.1. Introducción y panorama de la tesis

La novela Malinche (2008) de Laura Esquivel es un ejemplo de la literatura latinoamericana

de tema colonial. En esta tesis, esta novela será analizada a la luz de la teoría decolonial, la

cual abarca conceptos del marxismo, la filosofía de liberación, la pedagogía de la liberación,

el feminismo, los estudios culturales y el post-colonialismo, entre otros. Estos conceptos

centrales de la teoría decolonial se explicarán y se aplicarán a la novela de Esquivel,

reflexionando sobre sus alcances analíticos.

Este trabajo nace del deseo de evaluar la situación de la mujer, en un mundo todavía

muy definido por los hombres. Al mismo tiempo, se propone averiguar cómo una mujer

indígena ha podido destacarse en la historia y en el mundo hasta la actualidad. El trasfondo

histórico de la vida de Malinche y de su existencia, parecen escenas de un teatro verdadero

porque presenta muchas intrigas. Pero a la vez, tiene un valor importante para la humanidad,

porque llevan consigo la historia del encuentro entre mundos diferentes. La teoría decolonial

es una buena opción para el análisis del libro de Esquivel en este contexto, debido a que

tiene elementos críticos hacia la manera en que fue tratado un personaje histórico como

Malinche. Esta crítica es necesaria en la época moderna en que vivimos, en particular,

cuando se quiere mirar hacia el pasado y reflexionar sobre el tiempo colonial.

1.2. La novela Malinche de Laura Esquivel

Laura Esquivel es una escritora que nació en la Ciudad de México en el año 1950. Alcanzó

la fama con su libro Como agua para chocolate (1989), que fue su primera novela con la

que obtuvo un éxito mundial. Dicha novela fue filmada y la película destaca las relaciones

eróticas hetero sexuales entre los protagonistas y la presencia de la cocina mexicana de

origen maya y azteca en la vida diaria de la protagonista. La novela Malinche que

«permaneció por más de un año en la lista de bestsellers del New York Times, ha sido

traducida a más de treinta idiomas» (Esquivel 2008: en la parte posterior del libro). La autora

empezó a escribir un ensayo sobre la tradición ancestral indígena – una combinación entre

la realidad histórica y la ficción, pero terminó escribiendo la novela Malinche, que muestra

la mezcla cultural que todavía existe en México, entre la cultura europea de España y la

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cultura indígena mexicana. El resultado final fue una novela sobre la princesa indígena

Malinche, la cual es totalmente diferente a su primera novela Como agua para chocolate,

aunque hay elementos similares en las dos obras, como lo es la presencia del erotismo. En

Malinche, el erotismo se representa sobre todo entre los protagonistas Malinche y Hernán

Cortés, el conquistador español. La trama de la novela describe la infancia de Malinche y

sus relaciones cercanas con su abuela, quién la quiere mucho y vive con ella. Malinche

aprende mucho de su abuela, sobre todo, como respetar y practicar la religión católica. Sin

embargo, la adolescente princesa azteca, es vendida a los españoles quienes se la llevan y la

ponen en manos de Cortés, uno de los conquistadores, quién desarrolla un contacto muy

profundo con ella. Aunque el conquistador tiene su esposa en España, Malinche y él

conviven como pareja y tienen un hijo llamado Martín. Malinche se convierte en la

traductora de Cortés y lo ayuda a negociar con los indígenas la “conquista” de otros

territorios de América.

La acción ocurre durante la Colonia, y los personajes son indígenas y españoles. El

contexto histórico y el espacio literario de la novela es América – con la presencia

permanente de Europa y la antigua cultura indígena. En esta simbiosis de tradiciones y

culturas, tiene lugar una interacción erótica, política y religiosa que tiene consecuencias

económicas, políticas, sociales y culturales en la formación e independencia de América.

1.3. Historia de México: pre-colonial, colonial y del siglo XX

La novela Malinche se desarrolla en el espacio histórico-geográfico de México, durante la

Colonia. Sin embargo, cabe mencionar como era la vida en México antes de la llegada de

los europeos. Los aztecas eran una gran civilización, con sus leyes y su visión del mundo.

La manera indígena de pensar y la filosofía de su religión estaban muy relacionadas con la

naturaleza. Según Tzvetan Todorov, en la tradición de esta cultura, un individuo no era tan

importante como el grupo de seres humanos:

no one`s life is ever an open and indeterminate field, to be shaped by an individual free will, but rather

the realization of an order always preordained (even if the possibility of inflecting one`s own fate is

not altogether excluded.) The individual`s future is ruled by the collective past; the individual does

not construct his future” (Todorov 1999:69.)

Esto significa también que el destino es de importancia en el mundo azteca. La sociedad no

es tan individualista, porque hay que quedarse con el grupo – y no hay tanta libertad, en el

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sentido que muchas acciones no se pueden elegir de verdad, porque son predestinadas.

Entonces resulta que hay que interpretar lo que pasa en este sentido, y hay que tomar este

hecho en consideración antes de cualquier decisión o acción: “And the interpretation of the

event occurs less in terms of its concrete, individual, and unique content than of the

preestablished order of universal harmony, which is to be reestablished” (Todorov 1999:69).

En esta manera de considerar el mundo, el individuo no tiene tanta importancia, porque su

verdadero papel es ser parte de una unidad dentro de una comunidad. Todorov añade: “In

Indian society of the period, the individual himself does not represent a social totality but is

merely the constitutive element of that other totality, the collectivity” (Todorov 1999:67).

Como parte del grupo, el individuo no tiene mucho significado, y no necesita tampoco tener

una opinión personal muy destacada: “Certainly personal opinión and individual initiative

are not what the Aztecs most prize” (Todorov 1999:67). Por lo tanto, el individuo azteca

tiene que relacionarse con la familia, el mundo, el universo, y la religión, simultáneamente

– y al final tiene que tener en cuenta y relacionarse con el otro: “We have an additional proof

of this preeminence of the social over the individual in the role taken by the family: parents

are cherished, children adored” (Todorov 1999:67).

Los aztecas tienen una relación interesante con la muerte. Según Todorov, la muerte

individual no parece tan fuerte dentro de la perspectiva colectiva: “Indeed, death is a

catastrophe only in a narrowly individual perspective, whereas, from the social point of view,

the benefit derived from submission to group rule counts for more than the loss of an

individual” (Todorov 1999:68). Todorov explica que los aztecas aceptan su destino, incluso,

si el destino es morir y ser sacrificado. Igualmente, los soldados deben aceptar morir en el

campo de lucha, porque su sangre es importante para la comunidad (Todorov 1999:68).

Or more precisely, this is the image the Aztec people wants to have of itself, though it is not certain

that all the persons constituting that people accept the arrangement: in order to keep prisoners from

despairing on the eve of their sacrifice (a bad omen, as we have seen), they are given drugs (Todorov

1999:68.)

Entonces, los soldados toman drogas para poder aceptar la situación de sacrificados en donde

se encuentran antes de morir. De todas maneras, no hay otra opción según esta forma de

vida, hay que aceptar el destino y adaptarse a la vida predestinada: “The world is from the

start posited as overdetermined; men handle this situation by scrupulously regulating their

social life” (Todorov 1999:66). En esta estructura predestinada, no hay remedios. Cada uno

tiene que aceptar su futuro: “Everything is foreseeable, hence everything is foreseen, and the

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key word of Mesoamerican society is order” (Todorov 1999:66).

Se trata de una teoría de destino muy destacada, en donde la aceptación de la vida

planificada desde el principio tiene un papel importante. En esta teoría se puede analizar el

papel de Malinche e igualmente el papel de Moctezuma, y sus roles sociales se pueden

comprender mejor, porque esto explica sus acciones y sus pensamientos de manera

adecuada. También se puede comprender porque estas dos personas tienen una tolerancia

enorme hacia sus posiciones y sus situaciones, y al mismo tiempo, aceptan ser parte del

drama histórico, cada uno a su manera, y de una manera relativamente fija.

Dentro de la cultura indígena se acepta que ellos reciben mensajes para saber algo

sobre el futuro, sobre cómo prepararse para sus destinos y para vivir sus vidas. La cuestión

es aceptar su destino sin protestar, en lugar de decidir totalmente cómo vivir sus vidas.

Según Carlos Fuentes, la llegada de los europeos implicó una ruptura en la vida y

visión del mundo de los aztecas – al final, una ruptura permanente:

Cuando Moctezuma y su Imperio se hundieron en las aguas sangrientas de la laguna, el tiempo original

del mundo indígena desapareció para siempre, sus ídolos rotos y sus tesoros olvidados, enterrados

todos, al cabo, bajo las iglesias barrocas cristianas y los palacios virreinales. Pero por encima de este

drama siempre se puede escuchar, como un murmullo en la historia, las voces de los conquistados y

de los conquistadores (Fuentes 2001:160).

Las tradiciones aztecas se acabaron, y se trataba de tradiciones muy antiguas y poderosas.

Los rituales no podían quedarse y preservarse como se solía, porque la ruptura entre las

culturas y los sistemas culturales impidieron poder seguir de la manera habitual: “El rey

azteca sabía bien que el poder no se compartía con los dioses. Moctezuma y sus predecesores

se habían sentado solos en la cima de la pirámide de México durante 200 años” (Fuentes

2001:160). Ahora, llega el cambio. Fuentes critica este cambio a su manera, y no lo encuentra

muy positivo: “Todas las sociedades de las Américas, a pesar de sus múltiples fallas, eran

civilizaciones jóvenes y creativas. La Conquista española detuvo su movimiento,

interrumpiendo su crecimiento y las dejó con un legado de tristeza” (Fuentes 2001:160). Una

manera de estructurar una civilización es el cambio con otra, donde un poder se va y deja su

espacio a otro: “El tiempo del Quinto Sol había terminado. Acaso los propios conquistadores

podían hacerse eco de estas palabras, pues lo que primero admirado, enseguida habían

destruido” (Fuentes 2001:161). Los conquistadores habían destruido la cultura azteca. De

hecho, la colonización implicó también destrucciones en muchos lugares – y no solamente

destrucciones físicas, también destrucciones teóricas, lo que significa destrucciones de ideas,

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y de maneras de pensar. En algunos casos de culturas enteras y en otros de forma parcial.

1.4. Malinche ante la crítica historiográfica, literaria, cultural, religiosa e internacional

La Malinche es una persona enigmática de la cultura literaria e histórica hispanoamericana

e internacional. Ella realmente existió e históricamente se reconoce su papel como la

principal intérprete de Cortés. Se ha confirmado que ella era “la madre” de México, mientras

Cortés era “el padre”. Diversos autores han tratado de analizar el enigma de la Malinche, si

fue una traidora o no, por ayudar a los enemigos. Existen lecturas feministas y eurocentristas

al respecto. Por ejemplo, Margo Glantz ha escrito un libro titulado: La Malinche, sus padres

y sus hijos (2013), Sandra Messinger Cypress también ha escrito en inglés una obra sobre el

tema: La Malinche in Mexican Literature: From History to Myth (1991). Lo interesante en

este contexto, es que hay una mayoría de perspectivas feministas. Luis Barjau ha escrito

también un libro titulado La conquista de la Malinche. La verdad acerca de la mujer que

fundó el mestizaje en México (2009). Cabe mencionar también el libro La Malinche:Raíz de

México, escrito por Juan Mirailles sobre la mujer esclavizada, presentada en este libro como

una persona inteligente y valiente (2004). En suma, existe relativamente mucha literatura

crítica sobre la Malinche.

Es interesante estudiar cómo otros críticos han analizado la novela de Esquivel. Por

ejemplo, Ernesto Valdez Aguilar comenta que Malinche o Malinalli fue "una persona que

significaría mucho para el futuro de Mesoamérica, aquella que, sin intenciones de conquista,

la propició” (Valdez Aguilar 2013:4-5). El crítico centra sus estudios en lo negativo de la

historia sobre Malinche, y explica que no hay consenso sobre sus acciones y que su actitud

hacia el mundo “al paso del tiempo propiciaron grandes frutos como la decadencia del

Imperio Azteca y la evangelización en la población indígena” (Valdez Aguilar 2013:5). Estos

hechos explican cómo los cambios socioculturales fueron muy importantes, en la época de

Malinche. Ella sobrevivió a la caída de los aztecas, y también a este cambio de religión.

Según Valdez Aguilar, estos acontecimientos han sido discutidos desde entonces:

“Acontecimientos, que hoy en día tienen controversia por las consecuencias catastróficas

posteriores” (Valdez Aguilar 2013:5). Valdez Aguilar indica también que Malinche fue una

personalidad muy importante en la historia de México.

Valdez Aguilar destaca igualmente la religión como un tema que sobresale en la

historia sobre Malinche: “La religión se hace presente, ya que todo giró en torno a profecías

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que los aztecas y la mayoría de las culturas precolombinas tenían” (Valdez Aguilar 2013:8).

La religión se representa constantemente en la novela de Esquivel. Por ejemplo, la profecía

del regreso del dios Quetzalcóatl – venerado y esperado por los aztecas – y Malinalli creía

también que, “en especial Hernán Cortés era la reencarnación del dios Quetzalcóatl” (Valdez

Aguilar 2013:9). Hay muchas reflexiones religiosas por parte de Malinche donde se compara

el cristianismo monoteísta y la religión maya y azteca politeísta.

Mónica Andrea Jaramillo Taba ha dedicado su trabajo sobre Malinche al sol. Ella

toma como punto de partida una nueva perspectiva, o sea “la nueva novela histórica.”

(Jaramillo Taba 2012:6). Jaramillo Taba explica como Esquivel con su novela Malinche ha

roto con la tradición: “La propuesta de Esquivel consiste en la reivindicación de una figura

que jugó un papel clave en la conquista española de México, pero que ha sido completamente

denostada dentro de su propio país” (Jaramillo Taba 2012:6). Políticamente, la historia de

Malinche ha tomado un giro más bien negativo que positivo en el alma de los mexicanos

que la han criticado por haber maltratado su cultura y su país natal: “El nombre Malinche es

considerado como el prototipo de la ingratitud, de la mujer que da la espalda a su pueblo y

se posiciona del lado de los conquistadores” (Jaramillo Taba 2012:6). Esto significa que el

nombre de Malinche no suena bien a los oídos de los mexicanos. Según Jaramillo Taba,

Esquivel con su novela Malinche, ha tratado de cambiar la mala reputación del personaje

histórico Malinche: “el desagrado que su persona provoca en los mexicanos llega hasta el

día de hoy, en que la palabra “Malinche” sigue siendo utilizada para referirse a una persona

hipócrita y traidora” (Jaramillo Taba 2012:6).

El significado de Malinche puede expresar la rabia que algunos sienten todavía hacia

ella – lo que representa una desgracia también para otras mujeres – porque el valor de la

mujer se desvaloriza de esta manera. Jaramillo Taba comenta que el enfoque de Laura

Esquivel se puede encontrar en su representación del papel femenino en sus libros: “En sus

obras rescata la dura condición femenina” (Jaramillo Taba 2012:6-7). Esquivel ha

investigado el papel de la mujer, desde su perspectiva, y ha descubierto los problemas que

tienen las mujeres en comparación con los hombres. Según Jaramillo Taba, Esquivel muestra

a Malinche “desde un punto de vista más humano y narra en tercera persona su vida”

(Jaramillo Taba 2012:8). La elaboración literaria de Esquivel se puede comprender como un

avance en la comprensión del personaje histórico de Malinche, ya que ella es representada

como humana y muestra que la narración histórica puede ser más compleja de que lo que se

creía antes.

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En este contexto, cabe mencionar también la expresión el "malinchismo", o sea "el

rasgo psico-sociológico como componente negativo del carácter de los mexicanos: "En los

textos históricos que hemos leído en México, hay una ausencia palpable, la de la Malinche"

(Nuñez 1992:51). Sin embargo, aunque Malinche no aparece tanto en los textos, existe en

otras formas: "Resulta interesante que la mayoría de los estudios hayan dejado de lado una

investigación profunda sobre esta mujer y en vez, la utilicen como una figura discursiva

retórica y ambigua" (Nuñez 1992:51). Resulta que la imagen de la niña indígena tiene un

valor negativo en lugar de positivo, porque las referencias vinculadas a Malinche estaban en

muchos casos ausentes o se expresan de una manera negativa.

La revista National Geographic España, en su artículo “Malinche, la indígena que

abrió México a Cortés” comenta la vida de Malinche e indica que esta mujer tenía una

función clave en este contexto, o sea "la de interprete con las poblaciones indias" (National

Geographic, España 2012). El título del articulo indica la importancia de: "Malinche, la

indígena que abrió México a Cortés." (National Geographic, España 2012). Este título da

mucha responsabilidad a la niña indígena, porque la muestra como la persona más

importante entorno a Cortés, y sin ella, no se sabe si el conquistador hubiera sido tan

importante: "El conquistador español no imaginó en ese momento que una de esas jóvenes,

llamada Malinalli o Malinche, doña Marina para los españoles, sería una colaboradora

decisiva en sus operaciones contra los aztecas" (National Geographic, España 2012).

En su trabajo, La voz recuperada de La Malinche – un estudio de la novela Malinche

(2006) de Laura Esquivel, Sara Olsson describe Malinche como una "heroína literaria": "La

Malinche es un personaje que, con el paso del tiempo y a través de los eventos históricos y

políticos en México, se ha convertido en una heroína literaria" (Olsson 2007:5). Sus actos

heroicos se explican en el hecho que Malinche es muy conocida en México, pese a que no

es normal que los personajes históricos sean populares: "Los indígenas y las mujeres han

sido figuras marginadas en la narración de la historia de la Conquista y, La Malinche, en

función de mujer e indígena, fue víctima de esa doble marginación" (Olsson 2007:5). Olsson

sigue explicando, que el papel de Malinche como "traductora entre los españoles y los

aztecas" es la razón de su popularidad (Olsson 2007:5). Esta crítica se centra en estudiar el

contraste entre la mujer pasiva y violada.

Matthew Restall declara que esta niña indígena “tenía un título propio de una noble

española” (Restall 2010:127): “Doña Marina era Malinche, o la Malinche, una noble nahua

originaria del extremo oriental de México central, una zona de habla nahuatl. De niña fue

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raptada por traficantes de esclavos o quizá vendida como esclava” (Restall 2010:127). No es

muy obvio el papel de Malinche como esclava: hay dudas sobre el tema y la crítica presenta

explicaciones diferentes.

Las vidas de Malinche y Cortés se entremezclan mucho, porque los eventos históricos

más famosos suceden alrededor de estos dos personajes centrales. Carlos Fuentes, en su libro

El espejo enterrado (2001) también hace una descripción de la noble princesa indígena.

“Descrita por el cronista de la expedición, Bernal Díaz del Castillo, como mujer de “buen

parecer y entremetida y desenvuelta”, el nombre indígena de esta mujer era Malintzin,

indicativo de que había nacido bajo signos de contienda y desventura” (Fuentes 2001:154).

En este texto, Malinche aparece como “traidora”, aunque sus acciones no fueron

necesariamente voluntarias porque ella fue vendida como esclava cuando era niña. Suena

absurdo llamarla traidora, ya que ella no tenía la posibilidad de elegir su camino de otra

manera: “Sus padres la vendieron como esclava; los españoles la llamaron doña Marina, pero

su pueblo la llamó la Malinche, la mujer del conquistador, la traidora a los indios” (Fuentes

2001:154). Fuentes describe como la trató Cortés, el español que tenía el control en casi todo

lo que hizo: “Cortés la hizo su intérprete y amante” (Fuentes 2001:154). No se sabe si ella

participó voluntariamente en esta relación. Fuentes comenta también cómo Cortés descubre

a Moctezuma a través de Malinche: “Gracias a la Malinche, Cortés descubrió que un gran

rey llamado Moctezuma vivía en una magnífica ciudad en la montaña” (Fuentes 2001:155).

Rebecca Kay, en su libro Malinche, Pocahontas y Sacagawea – Indian Women as

Cultural Intermediaries and National Symbols describe Malinche de manera positiva:

“Malinche was a woman of consequence; intelligent and persuasive, she was a woman who

warranted respect on both sides of the cultural divide” (Jager 2015:54). ¿Por qué era

inteligente? Se puede valorizar la mujer como inteligente, por sus conocimientos

lingüísticos, porque sabía hablar varios idiomas. Jager también la caracteriza positivamente

por su capacidad de actuar como la profesora de Cortés: “She served as his interpreter and

cultural adviser, educating Cortés on the multiethnic landscape and the far-reaching tentacles

of Aztec dominance” (Jager 2015). En esta oración se encuentra también una crítica, hacia

el imperio azteca, en la palabra “tentacles”, que tiene un significado más bien negativo.

Cortés llegó para acabar con el poder de los aztecas que dominaban el territorio y obtener su

poder en lugar de ellos. Según Jager, Malinche tuvo un papel relativamente activo en este

contexto y a nivel de la religión de los españoles, ya que ella también abrazó la religión de

ellos: “She was also an effective evangelist who instructed indigenous listeners to open their

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hearts and minds to a loving Christian god that offered eternal salvation” (Jager 2015). En

otros textos, no hay la misma opinión sobre las ideas y los pensamientos de la niña indígena.

En el texto de Esquivel, por ejemplo, (2008) Malinche parece más interesada en practicar su

propia religión indígena.

Cordelia Candelaria hace un análisis del feminismo vinculado a Malinche: “La

Malinche remains one of the few indigenous figures in the Conquest of Mexico to be viewed

with contempt” (Candelaria 1980:1). Esta investigadora piensa que muchos de los relatos

sobre Malinche no son suficientemente completos en sus estudios. Según ella, en muchos

textos falta mucho sobre Malinche: “To some extent each interpretation, though emphasizing

one approach, has blurred its particular treatment by incorporating elements of the others,

sometimes in random fashion” (Candelaria 1980:1). Aunque estas narrativas son fascinantes,

según Candelaria falta algo: “These treatments provide fascinating reading and insight into

La Malinche, the Conquest, and the concept of New World multiculturalism called mestizaje

(Candelaria 1980:1). Sin embargo, la autora piensa que se necesita una complejidad más

destacada, y que hay que tomar en cuenta también otros aspectos como su historia y su

biografía, y especialmente el aspecto cultural: “Moreover, to comprehend La Malinche`s

impact on, and continuing significance to her culture and cultural descendants, a third phase

is suggested: the analysis and interpretation of La Malinche as a cultural symbol”

(Candelaria 1980:1). Se infiere una comprensión de Malinche como una mujer todavía

importante para su propia cultura, aunque murió hace 5 siglos. Se puede vislumbrar un tipo

de consenso sobre el hecho de que la Malinche tiene un papel importante aún hoy, porque

era diferente, y por consiguiente, no se le olvida tan fácilmente.

Cabe mencionar también la dimensión histórica internacional de Malinche en otros

idiomas. Un texto en francés presenta a la niña indígena como una persona que tenía un

papel muy controversial: “Au fil des siècles, beaucoup l`ont détesté et jugé comme une

traitresse á la patrie bien que paradoxalement á l`époque, il n´existait pas de patrie”

(Lepetitjournal.com.).

Por ser Malinche una protagonista histórica famosa, que perteneció a la época

de la Colonia, los textos históricos sobre Malinche se destacan como internacionales e

importantes para un público más amplio que los habitantes del país de origen. Por

consiguiente, esta crítica internacional debería suscitar interés en muchos lugares. Se puede

argumentar que los cuentos y los textos sobre Malinche pertenecen a la literatura mundial,

ya que se trata de una persona famosa y conocida históricamente en su país y a la vez en el

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mundo en general. La expresión “literaria mundial” se deriva del alemán Goethe, según

Albert Guérard: “The supreme exponent of German culture, he was able to look beyond the

political and linguistic boundaries of his tribe. Nothing human was alien to him. He

considered the treasure house of mankind as his legitimate heritage” (Guérard 2013:51).

Goethe igualmente valorisaba la literatura de otras culturas: “he enjoyed the masterpieces of

ancient Greece and Rome, and those of modern France, Italy, Spain and England as well; he

even sought to bridge the gulf between Oriental and Occidental cultures” (Guérard 2013:51).

Goethe figura en este contexto como un constructor de fuentes entre culturas, lo que tiene

semejanzas con la manera de actuar de la Malinche.

1.5. Hipótesis: cuestiones a investigar

A la luz de la teoría decolonial (Quisano, Dussel, Mignolo, Walsh – Restrepo y Rojas 2010)

se propone investigar cómo se representa la visión del otro el conquistador español y del otro

colonizado en la novela Malinche de Laura Esquivel y las principales relaciones de poder

representadas en dicha obra. Estas son las hipótesis:

1. ¿Cómo se representa la visión del otro el conquistador español y el otro colonizado en

Malinche?

2. ¿Cuáles son las principales relaciones de poder entre la cultura hispanoamericana

dominante y la cultura indígena ancestral dominada?

3. ¿Cómo influye la interpretación y traducción del castellano en la transformación de la

cosmovisión indígena por los españoles y su cultura?

¿Cómo se representa el poder lingüístico en la novela de Esquivel a nivel de la palabra

indígena (la Malinche y la oralidad ancestral de los indígenas) y la escritura imperial (Cortés

y los demás conquistadores)?

4. ¿Cómo se representa literariamente en Malinche la visión erótica del otro conquistador y

de la otra conquistada?

Page 17: La mujer indígena como el otro del conquistador español

17

1.6. Teoría y metodología

Históricamente, la teoría decolonial fue fundada por Enrique Dussel, Aníbal Quijano y

Walter Mignolo (Restrepo y Rojas 2010). La propuesta teórica era tener una perspectiva

diferente y nueva hacia el otro no-europeo, o sea una perspectiva no eurocéntrica. El

concepto de poder tiene mucha importancia en esta teoría, y las preconcepciones, los

prejuicios y la estigmatización sobre el otro no europeo y sobre lo desconocido, son también

factores esenciales de dicha teoría. Los autores del libro Inflexión decolonial, mencionan que

hay "Distinción entre colonialismo y colonialidad" (Restrepo y Rojas 2010:15), lo que

significa que hay que definir los dos conceptos respectivos. "El colonialismo refiere al

proceso y los aparatos de dominio político y militar que se despliegan para garantizar la

explotación del trabajo y las riquezas de las colonias en beneficio del colonizador" (Restrepo

y Rojas 2010:15). Mientras "colonialidad" tiene una definición diferente, lo que se puede

expresar como: "un fenómeno histórico mucho más complejo que se extiende hasta nuestro

presente" (Restrepo y Rojas 2010:15). Este fenómeno está vinculado al poder, de manera

que "se refiere a un patrón de poder que opera a través de la naturalización de jerarquías

territoriales, raciales, culturales y epistémicas, posibilitando la re-producción de relaciones

de dominación" (Restrepo y Rojas 2010:15).

Los decolonialistas debaten al mismo tiempo sobre la modernidad e indican también

que "la colonialidad es el lado oscuro de la modernidad" (…) "la inflexión decolonial llama

la atención sobre su cara menos visible (incluso oculta), que es la colonialidad" (Restrepo y

Rojas 2010:15,17). Asimismo, advierten sobre la "Problematización de los discursos euro-

centrados e intra-modernos de la modernidad" (Restrepo y Rojas 2010:18). Se comprende

con claridad que el tiempo histórico de que se trata, es la “modernidad”. A la vez, el

eurocentrismo tiene importancia en los pensamientos decoloniales: «de un lado suponen que

la modernidad se origina en Europa y que de allí es exportada o se difunde, con mayor o

menor éxito, a otros lugares del mundo» (Restrepo y Rojas 2010:18). Esto significa que

Europa se considera el centro de mundo (“eurocentrismo”). Sin embargo, hay otras maneras

de verlo:

"En contraposición a este supuesto, la inflexión decolonial argumenta que hay que entender

a Europa desde una perspectiva de sistema-mundo, en la que Europa misma es también

resultante de este sistema geopolítico" (Restrepo y Rojas 2010:18). En esta última

perspectiva, Europa pierde su auto declarada centralidad: «Pensar en términos de sistema

mundializado de poder» (Restrepo y Rojas 2010:19). Se trata de poder y de poderes, de

Page 18: La mujer indígena como el otro del conquistador español

18

hecho, también de la falta de poder en unos casos. Según los autores, esto también concierne

a la hegemonía europea.

La perspectiva del sistema mundializado de poder es clave para entender cómo se produce la

modernidad, expandiendo a escala planetaria las formas políticas y económicas imaginadas como

propias de la experiencia europea y sus repercusiones en todos los ámbitos de la vida hasta el presente

(Restrepo y Rojas 2010:19).

Europa tuvo un papel hegemónico durante el “colonialismo” y la “colonialidad” de otros

territorios mundiales, aunque hoy la teoría decolonial relativiza su papel “hegemónico”.

Según Césaire, el colonialismo tiene un costo: “En una palabra, el colonialismo implica la

cosificación del colonizado y, más profundo aún, el mismo colonizador se bestializa, se

deshumaniza y su civilización deviene en salvaje” (Césaire en Restrepo y Rojas 2010:45).

La negatividad del concepto se destaca aquí: “Pero el colonialismo no sólo transforma al

colonizador, sino que hace de la civilización europea misma un acto de barbarie” (Césaire

en Restrepo y Rojas 2010:45). Fanon describe las implicaciones de la cultura respectiva: “La

cultura del pueblo sometido está esclerosada, agonizante” (Fanon en Restrepo y Rojas

2010:46). Ambos piensan que “el colonialismo es la matriz en la que emerge y opera el

racismo” (Césaire y Fanon en Restrepo y Rojas 2010:46). Igualmente, para ambos, el

colonialismo es “la dominación física de unas poblaciones y geografías” y también “los

discursos de inferiorización de los colonizados” (Césaire y Fanon en Restrepo y Rojas

2010:47). La “colonialidad” se puede definir como: “una ideología que genera un

conocimiento propio que le sobrevive, capaz de generar un conocimiento propio, unas

relaciones de poder específicas y unas diferencias entre individuos” (Garrido Ramos:70).

Más concretizada, se define como una ideología “capaz de generar un conocimiento propio,

unas relaciones de poder específicas y unas diferencias entre individuos” (Garrido

Ramos:70).

Los críticos decoloniales buscan: «cuestionar los criterios epistémicos de producción

del conocimiento académico articulados al eurocentrismo y a la modernidad» (Restrepo y

Rojas 2010:20). Es decir, quieren reflexionar sobre las ideas en el contexto de dominación

militar, política y socioeconómica hasta ahora, y ver si probablemente se puede cambiar esta

relación asimétrica entre “The West and the Rest”. Se trata de la creación de otro paradigma

– lo que significa otra manera de ver y considerar la relación de poder entre pueblos y

culturas: «En este sentido la inflexión decolonial refiere a una ética y una política de la

pluriversalidad» (Restrepo y Rojas 2010:21). Estos críticos explican su definición de la

Page 19: La mujer indígena como el otro del conquistador español

19

pluriversalidad en este sentido: «la pluriversalidad constituye una apuesta por visibilizar y

hacer viables la multiplicidad de conocimientos, formas de ser y de aspiraciones sobre el

mundo» (Restrepo y Rojas 2010:21). Se deduce que el eurocentrismo no es adecuado para

el análisis de las relaciones mundiales, ya que no hay solamente una manera de ver el mundo,

sino diversas. Es evidente que la crítica se opone al concepto de eurocentrismo.

La teoría decolonial se relaciona al concepto de “el otro”. En este contexto, surgen

varios tipos de colonialidad que se examinarán en esta tesis: la colonialidad del poder, del

saber y del ser.

En esta tesis, la colonialidad del poder contribuirá a entender la representación

literaria de las relaciones de poder en la novela Malinche. La colonialidad del saber

contribuirá a entender la representación literaria del poder lingüístico entre el castellano

(lengua de origen europeo) y el maya y sus variantes (lenguas de origen amerindio), y la

colonialidad del ser contribuirá a entender las relaciones de poder étnico y erótico en la

novela de Esquivel.

1.7. Disposición

En este primer capítulo se ha presentado el contexto literario, historiográfico,

socioeconómico e internacional de la novela Malinche de Laura Esquivel, así como las

hipótesis y el marco teórico de los Estudios decoloniales que se usarán en esta tesis. En el

segundo capítulo se hará un análisis literario de Malinche y se estudiarán las

representaciones de poder entre el conquistador español (el otro imperial) y la mujer indígena

(la otra colonizada). En el tercer capítulo se estudiarán las relaciones de poder etno-cultural

en la novela a la luz del concepto teórico de la colonialidad del poder. En capítulo cuatro se

estudiarán las relaciones de poder lingüístico en la novela en relación a la colonialidad del

saber. El quinto capítulo se centrará en el análisis en las relaciones de poder erótico en la

novela Malinche, aplicando el concepto de la colonialidad del ser. Al final se presentará la

conclusión de la tesis.

Page 20: La mujer indígena como el otro del conquistador español

20

CAPÍTULO 2

2.1. Presentación literaria de Malinche de Laura Esquivel

Esta novela empieza en medias res, con el nacimiento de Malinche. La historia es contada

por un narrador omnisciente que nos dice lo que pasa sin estar presente en la novela. Ese es

el punto de vista narrativo. Este narrador se expresa en tercera persona y nos relata también

los pensamientos de los personajes de la novela. Evelyn Picon Garfield y Ivan A. Schulman

discuten la perspectiva del narrador: “En la novela y el cuento, la perspectiva del narrador

no es tan obviamente íntima como en la poesía lírica” (Garfield y Schulman 1991:32).

Gérard Genette discute las maneras diferentes del narrador de presentar un texto, en

Figuras III (1972): “Así pues, distinguiremos aquí dos tipos de relatos: uno de narrador

ausente de la historia que cuenta (ejemplo: Homero en la Ilíada o Flaubert en La educación

sentimental)” (Genette 1972:299). Este modo de presentar el texto, es el modo que se usa en

Malinche. Hay también otro modo: “de narrador presente como personaje en la historia que

cuenta (ejemplo: Gil Blas o Wuthering Heights)(Genette 1972:299). Genette presenta

nombres a estos conceptos diferentes: “Llamo al primer tipo, por razones evidentes,

heterodiegético, y al segundo homodiegético” (Genette 1972:299). Se puede deducir de esto,

que Malinche es un relato heterodiegético. En esta manera de contemplar el relato, Genette

explica que “La ausencia es absoluta, pero la presencia tiene grados” (Genette 1972:299).

Gérard Genette discute también lo que es un relato, porque no le parece claro:

“Corrientemente empleamos la palabra relato sin preocuparnos por su ambigüedad, a veces

sin percibirla, y ciertas dificultades de la narratología se deben precisamente a esa confusión”

(Genette 1972:81).

El orden y el tiempo del relato es también de interés en un análisis literario:

“La dualidad temporal, tan vivamente acentuada aquí, y que los teóricos alemanes designan

mediante la oposición entre erzählte Zeit (tiempo de la historia) y Erzählzeit (tiempo del

relato)” (Genette 1972:89). En este relato, la narración salta, de manera que no es siempre

cronológica. Aunque en general lo es, a veces de repente cuenta del pasado.

Justo antes del nacimiento de esta princesa indígena, o sea la protagonista Malinche,

el narrador explica cómo está el tiempo, lo que se puede interpretar como un cambio de la

situación porque algo va a pasar: «Primero fue el viento. Más tarde, como un relámpago,

como una lengua de plata en el cielo, fue anunciado en el Valle del Anáhuac la tormenta que

lavaríala sangre de la piedra» (Esquivel 2008:1). Se presenta aquí el lugar geográfico de las

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21

acciones, o sea el Valle del Anáhuac, que es un lugar que existe en México. De esta manera,

el lector tiene clara la ubicación del nacimiento, y se puede saber cómo está el escenario en

ese momento. Esto facilita la lectura, porque el lector puede imaginar el sitio en donde las

acciones van a tener lugar. Se sitúa entonces la lectura, y el contexto parece más claro para

el lector. Igualmente, se puede contextualizar históricamente en qué periodo temporal nos

encontramos, porque los sacerdotes y el Dios Tláloc son mencionados (Esquivel 2008:1).

Aunque no hay ninguna cifra como referencia al tiempo o al año, nos podemos situar en una

época en donde los dioses de los indígenas estaban muy presentes y eran fuertes, o sea antes

de la llegada de los cristianos y de los europeos a este lugar específico. Sin embargo, el lugar

del nacimiento de la niña no es el mismo en donde están los sacerdotes – tenemos que

mudarnos, para llegar al lugar en donde nació Malinche: «Ese día, lejos del Valle del

Anáhuac, en la región de Painala, una mujer luchaba por dar luz a su primogénito» (Esquivel

2008:1-2). La narración se sitúa de todas maneras en un lugar histórico, y este lugar cambia

según la trama de la narración.

La protagonista se llama Malinche, pero lo interesante es que es llamada Malinalli

durante toda la narración. Dado el nombre del título, esto puede parecer extraño. Otro

personaje que se destaca es Hernán Cortés, el español que tiene tanto poder en el «nuevo

mundo». La abuela de Malinche tiene igualmente un papel importante en la novela, no

solamente antes de morir, sino también después de su muerte. Muchas de las reflexiones de

Malinche tienen una conexión fuerte con los pensamientos de la abuela, que había

influenciado a esta niña en mayor grado, especialmente en el nivel espiritual. Los personajes

de la novela son personas que existieron en la vida real, pero algunas de sus acciones,

palabras y pensamientos pueden ser ficción, porque no se puede saber exactamente todos los

detalles sobre algo que tuvo lugar en un tiempo histórico tan lejos del tiempo en que vivimos.

De hecho, tiene lugar una mezcla entre la verdad y la ficción, que es difícil de distinguir. Sin

embargo, no es difícil de suponer que los discursos de Malinche en la novela tienen que ser

ficción, por lo menos la mayoría, ya que en las fuentes escritas históricas no existen discursos

de Malinche. Sus palabras propias no tenían interés en la época, solamente lo que ella tradujo

de parte de otras personas es lo que se tuvo en cuenta. Esquivel ha dotado su protagonista

con reflexiones y pensamientos, con la capacidad de hablar y expresarse en la interacción

con otras personas en su alrededor. Los hechos históricos de la narrativa pertenecen a la

realidad de la novela, basándose en los datos históricos existentes. Gérard Genette describe

como “la teoría de los “géneros” y, más en general aún, la teoría del discurso se remontan,

Page 22: La mujer indígena como el otro del conquistador español

22

como todo el mundo sabe a la más lejana antigüedad” (Genette 1972:10). Estas teorías se

han quedado durante mucho tiempo: “desde Aristóteles hasta la Harpe, se han mantenido en

el pensamiento literario de Occidente hasta el advenimiento del romanticismo” (Genette

1972:10). Antonio Garrido Domínguez menciona en su libro El texto narrativo las teorías

de Genette y pone el enfoque en los trabajos de este autor:

“La doctrina sobre la visión o punto de vista alcanza su madurez en la obra de Gérard Genette

– punto de referencia obligado para los trabajos que con posterioridad se han dedicado a este

asunto” (Garrido Dominguez 2007:134).

Los personajes de la novela no son muchos, pero son personas reales que han vivido

en la época histórica de la Malinche. Se trata de la familia de la protagonista, junto con los

personajes alrededor de Cortés. Otro personaje histórico de importancia es Moctezuma, el

rey de los aztecas que tiene que confrontar a Cortés como el representante de los españoles

y de los europeos. Por supuesto, no es el único español que se encuentra, ya que Cortés no

anda solo, tiene sus soldados a su lado. Consigo tiene también la princesa indígena,

Malinche. El encuentro entre los tres representa un punto culminante en la narrativa de la

novela.

2.1.1. La voz femenina y la literatura mundial

Esta novela fue escrita por una “voz femenina”, como describe Rodney T. Rodríguez. En la

actualidad, hay varias voces femeninas en la literatura latinoamericana, pero antes no habían

muchas voces presentes: “no se podría decir que las mujeres han estado al frente de los

grandes movimientos literarios; sólo han participado al margen de ellos” (Rodríguez

2004:958). Aunque se menciona unas voces femeninas muy famosas, no era la normalidad

que se escucharan las mujeres en la literatura del pasado: “Sor Juana Inés de la Cruz y Santa

Teresa de Ávila eran figuras consagradas de las letras hispánicas mucho antes de que el

feminismo empezara a rescatar escritoras olvidadas del pasado” (Rodríguez 2004:958).

Esquivel ha recibido fama con su contribución en esta categoría de escritoras femeninas. El

trabajo de Esquivel es considerado como “éxitos internacionales” por Felipe B. Pedraza

Jiménez y Milagros Rodríguez Cáceres

(2008:717).

Se puede comprender que Malinche funcionó como una mujer más destacada que las

mujeres ordinarias de su época. Esta persona todavía existe en la historia mexicana. Olsson

Page 23: La mujer indígena como el otro del conquistador español

23

explica la ausencia de la voz de Malinche de la manera que no solían dar la voz a los

indígenas, ni a las mujeres – y aunque se trataba de una mujer importante e impresionante

en el contexto de la conquista, las palabras de Malinche no se escuchan en realidad. Olsson

describe la situación literaria como modelo explicativo:

"la voz de La Malinche, siendo la intérprete de Cortes, fue silenciada en el mundo literario,

lo cual tiene su explicación, dado que la historia no se ha escrito desde la perspectiva de los

colonizados, los perdedores y los marginados” (Olsson 2007:6). Es obvio, que las mujeres

no tenían los mismos derechos históricamente como hoy – y que fueron dejadas al lado, de

esta manera.

Richard Green Moulton presenta la literatura mundial como una expresión de la

civilización: “World Literature is autobiography in the sense that it is the presentation of

civilization in its own best products, in its most significant moments emphasized as they

appear illuminated with the highest literary setting” (Moulton 2013:35). En este sentido, la

literatura sobre Malinche entra directamente en la clasificación de literatura mundial, porque

se trata de mostrar la civilización de la región de ella - de su época y contexto – y se trata de

grandes momentos excepcionales de la historia mundial. Moulton describe también la

comprensión cultural e histórica: “In the study of world literature we get developed the

comparative habit of mind, which acts as a lens to bring together resemblances and contrasts

from all parts of the complex civilization” (Moulton 2013:34). Podemos analizar la novela

Malinche en esta perspectiva. La línea entre la literatura mundial y la civilización será

comentada por Moulton, como un paso dentro de la comprensión de la cultura de otras

personas: “It is the function of history to lead us by philosophical analysis to the

understanding of civilization and culture: world literature is civilization presented by itself”

(Moulton 2013:34-35).

Se puede comprender este extracto de texto como tematizando la comparación entre

culturas a nivel mundial a través de la literatura existente. Al mismo tiempo, los textos se

pueden cambiar en mayor o menor grado, cuando se presentan en un contexto cultural

diferente. Esto ocurre, porque los textos se pueden leer con otros lentes, en una cultura nueva.

Además, en una cultura nueva el fondo ha cambiado, y en consecuencia, el texto puede

constituir unos análisis profundos y reconfortantes.

Page 24: La mujer indígena como el otro del conquistador español

24

2.1.2. Unos personajes y dioses importantes

La abuela tiene un papel clave en la narrativa sobre Malinche. Está presente desde el

nacimiento de la niña, y la quiere sinceramente: “La recién nacida, hija del Tlatoani de

Painala, fue recibida por los brazos de su abuela paterna” (Esquivel 2008:3). Se puede notar

en este contexto, que el nombre del padre de Malinche aparece. Este nombre es real. La

abuela, sin embargo, reflexiona sobre su papel: “También comprendió que al estar ayudando

a su nuera a dar a luz, se había convertido en un eslabón de la cadena femenina formada por

generaciones de mujeres que se daban luz unas a otras” (Esquivel 2008:4). Tan temprano

aparece el elemento feminista en la novela. La abuela se siente cercana a las otras mujeres

de su familia que habían tenido papeles importantes en la vida, saludando a la vida nueva –

y sus reflexiones se presentan, tan pronto como la niña nace. Un tema importante de la novela

nace de esta manera con la niña, o sea el tema del papel de la mujer. Su hijo tiene también

unas experiencias nuevas alrededor del nacimiento de su hija: “en lugar de continuar con las

tradicionales palabras de bienvenida, su lengua habló con otro canto” (Esquivel 2008:6). De

repente, el padre habla de palabras: “Tu palabra será el fuego que transforma todas las cosas.

Tu palabra estará en el agua y será espejo de la lengua” (Esquivel 2008:6-7). Se destaca aquí

el camino que va a tomar la vida de la Malinche. La palabra será útil e importante en su vida,

y todo está planificado a través de los signos pequeños que aparecen tan temprano.

Naturalmente, el discurso del padre es pura ficción, pero queda bien con lo que viene más

tarde en la novela.

El año del nacimiento se reafirma con la información dada en la novela: “Ese año de

1504, cuando el joven Hernán Cortés pisó la isla de La Española (isla que actualmente

comprende República Dominicana y Haití)” (Esquivel 2008:7). Por lo tanto, el lector sabe

orientarse en el tiempo y sabe cuándo nació la Malinche. Se describe el protagonista Hernán

Cortés como un “ganador”, de manera que recibe lo que quiere: “en cuanto deseaba algo, de

inmediato se lo apropiaba” (Esquivel 2008:7). Se puede preguntar si Cortés es un héroe o un

villano, porque es un ganador verdadero, pero el éxito de él cuesta también mucho. Los

conceptos de la espada, la cruz y la pluma son conceptos bien conocidos en la cultura

española – y Esquivel hace su variante de estos tres conceptos, cuando describe las

posibilidades del futuro del joven Cortés: “le quedaban tres opciones: ser paje en la corte del

rey, ser cura o estudiar una buena profesión” (Esquivel 2008:8). La alusión es clara.

En cuanto a la protagonista Malinche, le tratan como un objeto según Esquivel:

“Cuando el sol saliera, nuevamente la iban a regalar” (Esquivel 2008:13). La inseguridad le

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25

parece insoportable. Tiene una relación cercana con los dioses: “De pronto pensó en

Ciuácoatl, la mujer serpiente” (Esquivel 2008:13). Esta diosa era la “madre del género

humano, quien por las noches recorría los canales de la gran Tenochtitlan llorando por sus

hijos” (Esquivel 2008:14). Lo desconocido le esperaba – y Malinche tiene que aparecer

pronto como “La de afuera” porque era “la recién llegada” (Esquivel 2008:14). Esto

significaba que era la otra. Está esperando otro cambio importante en su vida: “La muerte

de la abuela había marcado su primer cambio” (Esquivel 2008:14). Pero la cultivación de la

religión indígena de naturaleza le ayudó en su ansiedad: “buscó en el cielo a la Estrella de la

Mañana. A su Quetzalcóatl querido” (Esquivel 2008:15). Malinche considera a Quetzalcóatl

como su “gran protector” (Esquivel 2008:15). Por lo tanto, es comprensible que espere su

“regreso” (Esquivel 2008:15) y que ella se equivoque con Cortés al tomarlo por

Quetzalcóatl. Malinche quería vivir en la tranquilidad, y por esa razón quería el regreso de

este dios: “Sabia que la época más gloriosa de sus antepasados se había dado en el tiempo

del señor Quetzalcóatl y por eso mismo anhelaba tanto su retorno” (Esquivel 2008:16). Otra

razón, eran los sacrificios humanos, costumbre que ella quería eliminar gracias a este dios

“Quetzalcóatl – principal opositor de los sacrificios humanos” (Esquivel 2008:16). Al final,

Malinche piensa que tiene que ser así – “los extranjeros venían de parte de los dioses”

(Esquivel 2008:17). Esta manera de pensar y reflexionar puede explicar el encuentro entre

Cortés y Moctezuma.

Sin embargo, Malinche sigue reflexionando, y piensa en los “hijos del maíz” – y ella

piensa que parecen como ella – aunque llegan desde lejos: “Definitivamente esos hombres

extranjeros y ellos, los indígenas, eran lo mismo” (Esquivel 2008:18). Esto quiere decir todos

eran iguales. Los extranjeros llegaban desde lejos: “la llegada de los hombres que cruzaron

el mar” (Esquivel 2008:18) – pero a lo mejor podrían hacer algo bueno, si “ellos venían a

instaurar de nuevo la época de gloria de sus antepasados” (Esquivel 2008:18).

Otro personaje importante en este drama literario es Moctezuma – el dueño de los

aztecas. Sin embargo, no se queda en el trono por mucho tiempo después de la llegada de

los europeos: “Era un miedo que se escapaba del palacio de Moctezuma” (Esquivel

2008:20). Los presagios de Moctezuma eran correctos, tuvo razón con su miedo:

Todos los augurios pronosticaban la caída del Imperio. El primero de ellos fue une espiga de fuego

que apareció en la noche y que parecía estar dejando caer gotas de fuego sobre la tierra. El segundo

presagio fue el incendio que destruyó el templo de Huitzilopochtli, el dios de la guerra, sin ninguna

explicación, sin que nadie hubiese encendido el fuego y sin que nadie lo pudiese apagar (Esquivel

2008:20-21).

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26

Los europeos han llevado los cambios al imperio azteca.

La experiencia de Malinche con la inseguridad muchas veces en su vida, ha podido

ayudarla para ser cada vez más fuerte: “recordó el día en que la habían regalada por primera

vez. Era sólo una niña de cinco años” (Esquivel 2008: 22). Los recuerdos que tiene se quedan

en ella y el narrador más bien omnisciente cuenta sobre los antecedentes en oraciones

descriptivas: “Su madre la condujo hasta la salida del pueblo” (Esquivel 2008:22). Esta

información se puede considerar como un símbolo – Malinche será una de afuera, una que

no más pertenecía al pueblo. “Malinalli, con su cargamento a cuestas, se aferraba a la mano

de su madre, como queriendo hacerse una con ella” (Esquivel 2008:22). Era tan pequeña que

necesitaba todavía mucho a su madre, pero la vida no fue así. “Como si ella misma – una

frágil niña – fuese el propio Quetzalcóatl, luchando por fundirse con el sol para gobernar al

mundo”. La religión está presente, y Quetzalcóatl es de importancia en la vida de Malinche,

como será luego Cortés. Volvió con Cortés después de unos años: “Dejó regadas sus lágrimas

por las veredas que recorría como si fuera marcando el camino que años más tarde habría de

seguir de regreso, esta vez, en compañía de Cortés” (Esquivel 2008:23). Aunque era la

“normalidad” en esta sociedad que una niña tenía que irse de su familia, nos podemos

imaginar que esta experiencia ha marcado a la pequeña Malinche.

En la novela, una narrativa positiva y llena de felicidad es la relación entre nieta y

abuela. Aunque la abuela tiene algunos retos en su vida, porque “con los años se había ido

quedando ciega” (Esquivel 2008:23-24). Malinche aprende mucho de su abuela, lo que le

ayudará también más tarde: “A los cuatro años, Malinalli ya era capaz de expresar dudas y

conceptos complicados sin el menor problema. El mérito era de la abuela” (Esquivel

2008:27). Malinche necesita sus capacidades lingüísticas como intérprete, para poder

comunicar bien con los extranjeros de Europa. Es claro, que el análisis de la autora

relacionado a la abuela es ficcional, debido a que no se puede saber exactamente lo que ha

pasado ni como la niña aprendió sus conocimientos lingüísticos.

El escenario de la novela cambia, por supuesto, pero al principio se establece una

infancia relativamente buena viviendo junto con la abuela. Esta base será utilizada más

adelante por la niña, como algo interno que ella lleva consigo, dando fuerza cuando más lo

necesita.

El día en que Malinche empieza su nueva vida, tiene que despedirse de alguna manera

de la vieja: “Cubrió con tierra las cenizas que quedaban de lo que para ella era su fuego viejo

y partió, con sus quince años a cuestas y la compañía de su abuela y Quetzalcóatl en las

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27

entrañas” (Esquivel 2008:30-31). El mismo día se cuenta lo que está pasando con Cortés. Se

trata aquí de una técnica literaria de acciones simultaneas: “Aquel día, Cortés se había

levantado de madrugada. No podía dormir” (Esquivel 2008:31). La anticipación de lo que

viene está presente. Algo va a pasar pronto. Los protagonistas se van a encontrar por primera

vez.

Una parte de la anticipación es la idea de Quetzalcóatl. Malinche piensa mucho en él

y Moctezuma tiene sueños sobre este dios que volverá según sus profecías: “La noche que

había precedido al nuevo día había llenado de pesadillas la mente de Moctezuma” (Esquivel

2008:34). Los pensamientos de Malinche y Moctezuma son similares: “Moctezuma estaba

seguro que la llegada de los españoles se debía a que Quetzalcóatl estaba de regreso y venía

a pedirle cuentas” (Esquivel 2008:34-35). La explicación del por qué no hace nada viene

también: “El terror al castigo del dios, paralizó su enorme capacidad guerrera. De otra forma,

habría aniquilado a los extranjeros en un solo día” (Esquivel 2008:35). De esta manera, se

explica el comportamiento de Moctezuma con causas religiosas. Sin embargo, ella será

bautizada por los europeos: “Cuando la ceremonia terminó, Malinalli se acercó a Aguilar, el

fraile, para preguntarle que cuál era el significado de Marina, el nombre que le acababan de

poner” (Esquivel 2008:42). La protagonista se decepciona con esto: “El fraile le respondió

que Marina era la que provenía del mar. - ¿Sólo eso? – preguntó Malinalli” (Esquivel

2008:42). Se comprende también que el sincretismo religioso está presente: “A los ojos de

Malinalli ese dios misericordioso no podía ser otro que el señor Quetzalcóatl que con ropajes

nuevos regresaba a estas tierras” (Esquivel 2008:44). Malinche busca de esta manera una

solución que le ayude a practicar las dos religiones. Malinche piensa que Quetzalcóatl

regresaba “para reinstaurar su reino de armonía con el cosmos. Le urgía darle la bienvenida,

hablar con él” (Esquivel 2008:44). Igualmente, busca una solución respectiva a la madre de

Cristo: “¡Era una madre! La madre de todos ellos, debía entonces ser la señora Tonantzin”

(Esquivel 2008:45). Aquí, del mismo modo se trata de sincretismo, de comprender las

religiones como parecidas para facilitar la visión y la comprensión del mundo. Al mismo

tiempo, Cortés practica la evangelización, para “salvar” a los indígenas: “tal vez ésa era su

verdadera misión, salvar de las tinieblas a todos los indios, ponerlos en contacto con la

religión verdadera, acabar con la idolatría” (Esquivel 2008:47). Hay también referencias al

libro sagrado de los mayas: “Decía el Popol Vuh – el libro sagrado de sus mayores – que

cuando todo estaba en silencio, en completa calma, en la oscuridad de la noche, en la

oscuridad de la luz, es que surgía la creación” (Esquivel 2008:59).

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28

Aparte de la religión, la relación entre Malinche y Cortés es un tema en la novela.

Juntos tienen también un hijo llamado Martín, pero al principio, hay distracciones en la

práctica religiosa: “Cortés desvió la mirada. La fe lo elevaba, pero los ojos de Malinalli lo

devolvían a la realidad” (Esquivel 2008:48). Malinche experimenta más o menos lo mismo,

ella también se siente incómoda y cómoda a la vez, en la compañía de Cortés: “los ojos de

Cortés la desconcertaban: por un lado la atraían y por el otro le daban desconfianza”

(Esquivel 2008:51).

Frente a lo desconocido, Malinche tuvo miedo – era un ser humano, como

Moctezuma: “Los miedos y las culpas de Malinalli eran iguales o más poderosos que las de

Moctezuma, quien, lleno de temor, llorando, y temblando esperaba el castigo de los dioses”

(Esquivel 2008:65). Moctezuma pensó que habían hecho lo incorrecto en el pasado: “porque

los mexicas, tiempo atrás habían destruido Tula y en ese sitio sagrado, dedicado a

Quetzalcóatl, habían practicado sacrificios humanos” (Esquivel 2008:65). Es verdad que la

práctica de sacrificios humanos es una costumbre muy criticada por las sociedades

modernas, pero no es seguro que la Malinche verdadera reflexionara de esta manera, porque

en su época, las costumbres eran diferentes de la actualidad. De todas maneras, la

protagonista de Esquivel piensa así, y la llegada de los europeos será el final de esta

costumbre. Asimismo, hasta los dioses hacen tonterías en la mitología, y se narra en la novela

sobre las tonterías de Quetzalcóatl - un dios de una importancia enorme: “Quetzalcóatl se

puso tan borracho que hasta fornicó con su propia hermana” (Esquivel 2008:69). Esto causó

la huida de Quetzalcóatl: “Avergonzado, al día siguiente abandonó Tula para reencontrarse,

para recuperar su luz, prometiendo regresar algún día” (Esquivel 2008:69). Se puede

observar aquí la alusión literaria en una acción prohibida que no era aceptada, de manera

que el dios tuvo que irse y de hecho, no era capaz de proteger su gente como lo debería haber

hecho. Malinche explica a Cortés el significado del nombre de su dios: “Quetzal: ave, vuelo,

pluma y Coatl: serpiente. Serpiente emplumada significa Quetzalcóatl” (Esquivel 2008:87).

Como se trata de una religión de la naturaleza, el significado alude a los animales. Se

menciona mucho sobre la leyenda de Quetzalcóatl, lo que ilustra la importancia de la religión

en la novela, así como en la vida de Malinche.

Un punto culminante de la novela es cuando Cortés se da cuenta de que Malinche es

de una importancia enorme en su vida – y que la unión entre los dos va más allá del amor:

“Cortés y Malinalli, dentro del agua, uno frente al otro, se miraron a los ojos y descubrieron

su destino y su unión inevitable. Cortés comprendió que Malinalli era su verdadera

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conquista” (Esquivel 2008:74). Esta oración puede representar una alusión a la conquista en

América. Se trata de muchas conquistas a la vez, la conquista de América, la conquista de la

cultura y también de la mujer, Malinche.

Hay una tradición mexicana de escribir sobre los acontecimientos históricos del país:

"El drama histórico sobre temas mexicanos es un género popular entre los escritores de este

país que se preocuparon por el problema de la "mexicanidad" (Franco 2006:376). Se puede

comprender esta tradición literaria como una búsqueda de las raíces de los mexicanos, o tal

vez de los latinoamericanos. Esto se puede entender como un elemento para comprender la

propia identidad y nacionalidad de la gente de este territorio. La cultura respectiva se puede

también ver expresada dentro de la religión. Paz describe como la introducción de una nueva

religión en el continente tiene como consecuencia una mezcla de religiones, o el hecho de

que la vieja religión se esconda en la nueva, con elementos adaptados a la nueva cultura:

"los jesuitas mexicanizaron al catolicismo mientras que los franciscanos querían cristianizar

a los indios" (Paz 1997:323). Fundamentalmente, se trata de adaptar lo nuevo a lo que existe.

El nombre de Malinche es interesante, porque fue el nombre que han dado a Cortés.

Esto se demuestra en una traducción dada por Malinche, en donde quería traducir las

palabras de Cortés: “Habló en nombre de Malinche, apodo que le habían adjudicado a

Hernán Cortés, por estar siempre a su lado. Malinche de algún modo significaba “el amo de

Malinalli”” (Esquivel 2008:91).

Las religiones respectivas se encuentran frente a frente, lo que resulta en una guerra

de dioses: “Era impresionante el odio con el que asesinaba a hombres, mujeres y niños. El

templo de Huitzilopochtli, el dios que enfatizaba el dominio mexica, fue incendiado”

(Esquivel 2008:92-93). Otras veces, la religión se usa para reflexionar: “Malinalli dejó su

cuerpo y se convirtió en pensamiento, en idea, en sueño” (Esquivel 2008:113). La

protagonista se pone como en una transición para pensar de manera reflexiva sobre la

religión. Al mismo tiempo, parece que hay una conexión entre Malinche y el rey de los

aztecas: “Moctezuma también reflexionaba respecto al tiempo, a su tiempo, al ciclo que

terminaba. Él, al igual que Malinalli, tampoco podía dormir” (Esquivel 2008:115).

Moctezuma se veía desapareciendo, después de la llegada de los españoles. Igualmente,

Malinche se siente culpable, según la novela, porque los europeos ganan influencia: “Lo que

nunca esperó fue que Moctezuma depusiera su trono a favor de Cortés y que ella, por ser la

traductora fuera quién prácticamente le hubiera dado el reino a Cortés” (Esquivel 2008:118).

Nosotros no debemos olvidar que, para Malinche, Moctezuma era un hombre importante, y

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30

lo más valioso que ella hizo en su trabajo y papel como intérprete, fue traducir el discurso

de él: “Al traducir el discurso de Moctezuma. Malinalli también experimentó una

transformación espiritual y actuó como verdadera mediadora entre éste y el otro mundo”

(Esquivel 2008:119). Hay que tener en cuenta la influencia religiosa en la vida de los

protagonistas de la novela. La sociedad en qué vivían era transfigurada de lo mítico, de la

religión y la espiritualidad, aunque las tradiciones respectivas eran diferentes en Europa y

en América antes de la llegada de los europeos.

Los protagonistas y los personajes tienen ideas el uno del otro, pero a veces la idea

se cambia, como en el caso de Malinche: “Ella nunca podría volver a ser la misma. La

Malinalli de ahora era otra, el rio era otro, Cholula era otra, Cortés era otro. Malinalli recordó

las manos de Cortés” (Esquivel 2008:94). Cuando Malinche comprende que Cortés tiene

muchas caras y figuras, generan un cambio en ella también: “Ella había visto la crueldad en

las manos de Cortés. Había visto como esas manos que el día anterior la habían acariciado,

eran capaces de matar con firmeza” (Esquivel 2008:94). En una persona se podían descubrir

diferentes caras.

La historia es otro tema presente en la novela. Se menciona Bernal Díaz del Castillo,

un hombre famoso con sus escritos sobre este periodo histórico. La manera de mencionarlo

es casual: “Con los ojos cerrados y acurrucada bajo una manta que Bernal Diaz del Castillo

le había prestado, se veía pequeña, vulnerable, pero nada más alejado de la verdad” (Esquivel

2008:110). Malinche crece – y ella quiere ser independiente como mujer, y no

responsabilidad de otras personas: “Definitivamente, ser protegida por Cortés representaba

ser una mujer débil e ignorante” (Esquivel 2008:110).

2.1.3. Una persona verdadera

Jaramillo Taba habla de manera positiva sobre el trabajo literario de Esquivel: “Las obras de

Laura Esquivel son conocidas por su creatividad e innovación para hacer que la lectura sea

cada vez más factible y agradable” (Jaramillo Taba 2012:15). En esta tradición, se encuentra

también la novela Malinche: “una historia que nos habla de una mujer legendaria que fue la

clave del mestizaje en México” (Jaramillo Taba 2012:15). Según Jaramillo Taba, por la

manera de escribir que tiene Esquivel, esta obra literaria se puede comprender por todos:

“sus temas coinciden con las problemáticas que tocan a todos ante las costumbres y las

tradiciones” (Jaramillo Taba 2012:15). Esto significa que la manera de afectar al público y

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31

al lector parece impresionar a Jaramillo Taba.

Jaramillo Taba se enfoca en “la nueva novela histórica” (Jaramillo Taba 2012:23). Es

la teoría que presenta relacionada a la interpretación de la novela. Afirma el por qué, en sus

explicaciones sobre el tema: “Las novelas históricas han estado presentes desde el momento

en que se ha querido dar respuesta a acontecimientos y personajes controversiales de la

historia” (Jaramillo Taba 2012:23). Según la perspectiva que uno elige, se presenta la novela

de diferentes maneras. Jaramillo Taba menciona como no solamente los héroes de la historia

son de interés, sino también las otras personas de los periodos respectivos:

“no sólo en los héroes y villanos que todos conocen a través de la historia, sino en seres

humanos de carne y hueso que hacían parte de este mundo, como seres corrientes que

lograron obtener reconocimiento por su carácter de liderazgo” (Jaramillo Taba 2012:23). De

hecho, Malinche se destaca de repente como una mujer héroe, más que villana, lo que fue la

imagen que tenía desde antes. Se trata según Jaramillo Taba de reformular la historia, y de

hacerlo en una manera adecuada y convincente: “Las creencias masivas son muy fuertes y

depende de la habilidad del autor de novelas históricas ganarse el respeto de sus lectores para

que se pueda cumplir el ideal planteado en la reescritura de la historia” (Jaramillo Taba

2012:27). Esto es un cambio en la visión que uno tiene de la protagonista. Sin embargo, no

se trata de pintar una imagen de una Malinche idealizada según Jaramillo Taba: "El intento

de Esquivel no pasa por idealizar a una Malinalli que ha sido denostada por la historia, sino

el de presentar a un personaje humano, una mujer con sus defectos y sus virtudes" (Jaramillo

Taba 2012:41).

Se necesita crear un mundo ficcional adecuado, según Jaramillo Taba: “El narrador

es responsable de crear un mundo ficcional parecido al de la época que está evocando”

(Jaramillo Taba 2012:31). Se puede apreciar, que esto se hizo en el caso de Malinche. Según

Jaramillo Taba, la novela Malinche es considerada como una “nueva novela histórica

latinoamericana” (Jaramillo Taba 2012:33). La narración se trata de “un personaje

controversial en la historia de México” (Jaramillo Taba 2012:33). Malinche es la traductora

de Cortés. Jaramillo Taba comenta como Malinche “constituye una reivindicación de un

personaje por parte de una escritora mexicana” (Jaramillo Taba 2012:33), lo que quiere decir

que la escritora viene del mismo país como la protagonista. Normalmente esta acción se hace

por otras personas, conforme a Jaramillo Taba.

Como Jaramillo Taba indica, "Malinalli es una combinación de ficción y realidad"

(Jaramillo Taba 2012:34). Esto implica que el texto en sí, también tiene esta combinación

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dualística. La autora menciona también la función que tiene la mujer indígena frente a la

cultura que no es suya: "Su función era la de ser traductora e intérprete de los españoles "

(Jaramillo Taba 2012:34). Por lo tanto, la interpreta como una mujer que transmite

"conceptos de una cultura a otra" (Jaramillo Taba 2012:34). En este sentido, la protagonista

tiene un papel importante, en el contexto bicultural, durante la época colonial en América.

Jaramillo Taba explica como Esquivel hace una mezcla de lo real y de lo histórico en la

novela:

la escritora reconstruye contextos cotidianos debidamente objetivos, algunos podrían confundir esto

con la novela histórica tradicional; pero a diferencia de aquella los pensamientos y actos de los

personajes son subjetivos, característica primordial de la nueva novela histórica (Jaramillo Taba

2012:35-36).

Con esto indica que Esquivel valoriza los pensamientos de la protagonista y de los otros

personajes de la novela. No se trata solamente de describir las acciones, sino que también,

de atribuir de alguna manera actitudes e ideas mentales a los diversos personajes. Jaramillo

Taba igualmente explica como la autora usa instrumentos literarios y técnicos que los

historiadores no pueden usar: "la autora se apoya en las fechas históricas en los espacios

reales, pero su imaginación la llevan a conjeturar situaciones de los personajes. Privilegio al

que no puede aspirar un historiador" (Jaramillo Taba 2012:37). Jaramillo Taba se enfoca

mucho en esta mezcla, en este cambio entre lo real y la ficción, lo que define según ella la

novela – y que crea "una novela en que lo real y lo imaginario se cruzan" (Jaramillo Taba

2012:38). Esto es primordial en esta novela, según Jaramillo Taba. Ella quiere decir que

Esquivel se basa en algunos conceptos y hechos históricos para dar luz a una ficción sobre

el resto de las acciones y de los acontecimientos que narra en la novela. A veces, el lector

casi no se da cuenta de estos cambios ni de las fronteras entre ellos.

Jaramillo Taba concluye con unas reflexiones sobre la complejidad de Malinche

como figura:

Malinalli es una figura histórica femenina, que causó polémica y despertó interés desde sus

contemporáneos del siglo XVI hasta el siglo XXI en diferentes ramas como la literatura, la pintura, el

teatro, el folclor, la psicología y la filosofía; estudios que van desde lo académico hasta lo social,

político y económico (Jaramillo Taba 2012:75).

De esta manera, se puede considerar esta mujer como una figura importante en muchos

campos de intereses de la sociedad. Al mismo tiempo, la descripción de Malinche por

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Esquivel es de una mujer verdadera – y no de una figura mala o buena, sino que se trata de

"una mujer de piel y carne, que por su condición femenina solo se pudo limitar a traducir e

interpretar" (Jaramillo Taba 2012:76). Es una imagen diferente que Esquivel pinta de la

mujer indígena, según Jaramillo Taba. Igualmente, Jaramillo Taba menciona la importancia

que tiene la novela en la acción de educar a los jóvenes sobre el pasado:

"Es importante que las nuevas generaciones latinoamericanas se enteren de su pasado, de

cómo fueron conquistados y colonizados los antepasados y por lo tanto hacemos parte de

una diversidad cultural" (Jaramillo Taba 2012:76). Se puede comprender entonces, que se

trata de una diversidad de culturas y de personas en América Latina que uno no puede olvidar

cuando se hace un análisis de la sociedad latinoamericana del pasado y de la actualidad.

En la novela, Malinche aparece como una mujer inteligente y vigilante. Ella conoce

la sociedad y comprende mejor, y antes que Cortés lo que pasa. Un ejemplo es la llegada de

“Pánfilo de Narváez” (Esquivel 2008:128). Malinche sabe que viene antes de que Cortés se

entere, y él tendrá que combatir a este hombre y a sus soldados: “Antes de irse a combatir a

Narváez, Cortés dejó a Pedro de Alvarado a cargo de la ciudad” (Esquivel 2008:128-129).

Sin embargo, Pedro de Alvarado mató “a los mejores guerreros y los nobles más destacados

que participarían en la celebración” (Esquivel 2008:136). En total, esto resultó también en

la muerte de Moctezuma. Primariamente fue una insurrección por la matanza,

secundariamente “Cortés le pidió a Moctezuma que le hablara a su pueblo desde la azotea

del palacio para que se apaciguara” (Esquivel 2008:136). Sin embargo, “no fue bien

recibido” y “recibió tres pedradas” (Esquivel 2008:137). Se dice que murió por las pedradas,

pero “según los testimonios de los indígenas, fue asesinado por los propios españoles”

(Esquivel 2008:137). De todas maneras se terminó la vida de Moctezuma. Era La noche

Triste.

Hay reacciones en los alrededores de Moctezuma: “Y la consigna de Cuauhtemoc se

pasaba de boca en boca con murmullos: - Hoy nuestro sol se ha ocultado, nuestro sol se ha

escondido y nos ha dejado en la más completa oscuridad” (Esquivel 2008:140). El sol como

símbolo se destaca en la religión indígena de naturaleza. La gran cultura mexicana se

encuentra en una situación problemática:

Ocultemos nuestros Teocaltin (templos), nuestros Calmecameh (escuelas de altos estudios), nuestros

Tlachcohuan (juegos de pelota), nuestros Telpochcaltin (escuelas para jóvenes) y nuestros Cuicacaltin

(casas de canto) y dejemos las calles desiertas para encerrarnos en nuestros hogares (Esquivel

2008:141).

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La autora utiliza palabras de náhuatl para representar la cultura azteca de manera propia.

Esto es una técnica que ayuda en la identificación de una cultura que sufre frente a la cultura

dominante. Tomar en cuenta la cultura de los indígenas de esta manera, significa una

tolerancia hacia esta cultura – así que una ruptura marcada con la llegada de los europeos.

Había una cultura existente, lingüísticamente y en muchas otras maneras – pero se perdió

parcialmente, porque fue influenciada por otra cultura más fuerte en la época.

El papel de Quetzalcóatl se destaca en la novela. Su función se trata de un cambio

positivo, según el narrador omnisciente que opera a través de los pensamientos de Malinche:

“Quetzalcóatl había venido a este mundo a afirmar que los dioses no se alimentaban de la

sangre de los sacrificados sino de sus intenciones y sus pensamientos” (Esquivel 2008:142).

Las reflexiones de los seres humanos se podían observar en los sueños, elemento importante

en esta narración: “el sueño de los hombres era el aprendizaje de los dioses y que el

aprendizaje de los hombres era el pensamiento eterno de los dioses” (Esquivel 2008:142).

El sueño se puede considerar como un instrumento que tiene una función en el análisis de la

mitología. A través del sueño, se puede comprender la naturaleza de los pensamientos de los

hombres.

In medias res se utiliza como instrumento literario para narrar sobre el nacimiento

del hijo de Malinche y Cortés: “Malinalli bordaba plumas a una capa que había elaborado

para su hijo” (Esquivel 2008:144). De repente, el niño está allí – y las plumas tienen un

significado especial – vienen del Palacio de Moctezuma.

El narrador omnipresente informa también sobre los pensamientos de Cortés, que son

más bien arrepentimientos: “No sabía si había sido lo correcto derruir tanta pirámide, quemar

tantos códices” (Esquivel 2008:144). Busca una razón: “Su justificación era que no le había

quedado de otra, que lo había hecho defendiendo la vida, pero a veces se preguntaba para

qué” (Esquivel 2008:144).

Malinche reflexiona sobre su hijo y sobre la mezcla de razas que se encuentra en él

– reflexionando también sobre la raza de los indígenas: “La sangre de moros y cristianos,

con aquella de los indios, con esa raza pura, sin mezcla” (Esquivel 2008:145). En este

testimonio se considera la raza indígena como no mezclada, mientras que la raza de los

europeos si tiene elementos de otras razas.

Frente a Cortés, Malinche tiene sentimientos encontrados. De esta manera, la

protagonista se destaca como una mujer reflexiva, llena de empatía: “Sintió lástima por él y

por primera vez tuvo compasión de este hombre obsesivo y terrible. Sintió pena de que no

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pudiera estar en paz” (Esquivel 2008:147). Cortés no se contentó con nada, parecía tenía que

seguir para adelante en todos los contextos. Malinche se siente también asustada con las

relaciones familiares que tiene ahora con este hombre: ““¡Qué castigo más espantoso!”,

concluyó “porque este hombre es el padre de mi hijo”” (Esquivel 2008:147). El carácter de

Cortés y su personalidad se pueden analizar como complicados y con mucha energía:

“Iban en camino a las Hibueras, en plan de conquista y Malinalli temió que si lo lograba, su

deseo de conquista crecería y su mente volvería a enloquecer deseando más y más” (Esquivel

2008:147). Malinche piensa que su pareja puede estar obsesionada con ganar más terreno

todavía, sin terminar nunca. Los sentimientos que ella tiene hacia Cortés son muchas veces

complicados: “Sintió odio por si misma, desprecio en su corazón y odio, un infinito odio por

Cortés” (Esquivel 2008:151). A veces se pueden caracterizar como sentimientos muy

negativos: “Asco, vacío, ansiedad, amargura. Una obsesión incontrolable de apedrear el

rostro de Cortés de destruir su imagen, de incendiar su pensamiento, de deshacerlo, de

desbaratarlo, verlo hecho pedazos en el viento” (Esquivel 2008:151-152). Cortés exige

mucho de Malinche, y ella tiene que dejar su hijo para venir con él en sus viajes. Además,

ella se siente como un objeto: “Para ti, yo no tengo alma ni corazón, soy un objeto parlante

que usas sin sentimiento alguno para tus conquistas” (Esquivel 2008:152). Malinche se

siente usada por este hombre, y no está contenta. Él contesta utilizando estrategias de poder,

en un tono directo con ella: “Vuelve a la razón, Marina. No permitas que tus sentimientos

envenenen el sentido de nuestras vidas y acepta que tu misión es simplemente ser mi lengua”

(Esquivel 2008:153). La manera de hablar que muestra Cortés nos indica que quiere ser el

dueño, porque utiliza el idioma y la manera de hablar como un instrumento para ganarse el

respeto en este contexto: “No vuelvas a interrumpir mis pensamientos con tus necedades.

No se te ocurra repetir la estupidez de tus lamentos. No distraigas mi tiempo” (Esquivel

2008:153). Aquí Cortes aparece como un hombre importante que trata Malinche como una

mujer inferior. El uso del imperativo subraya como piensa: “Dedícate a obedecer y agradece

lo que he hecho por ti, ¡porque es más grande que tu vida!” (Esquivel 2008:153). Decir que

algo es más grande que la vida de alguien significa que la vida de esta persona no tiene tanto

valor. Cortés sigue marcándose como un hombre poderoso, en necesidad de personas fieles

a su alrededor. También quiere que Malinche haga parte de este equipo. Cortés sigue

haciéndose poderoso frente a la mujer indígena, utilizando su discurso y las palabras como

arma:

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- Nadie, ¡escúchenlo bien!, nadie podrá traicionarme jamás. Ninguno de mis hombres podrá estar en

mi contra, nadie intrigará sobre mi persona porque el que lo haga, el que se atreva, morirá de una

manera cruel y vergonzosa (Esquivel 2008:154).

Esta manera de hablar puede parecer al absolutismo. Cortés tiene el control, quiere tener el

control y sabe cómo puede actuar pare seguir siendo el rey de esta leyenda: “Nadie podrá

estar en contra de mis pensamientos, de mi voluntad. Nadie podrá nunca contradecir mis

ideas ni desviar jamás mis intuiciones” (Esquivel 2008:154). En este universo Cortés es la

única estrella del cielo, mientras que las otras personas no tienen ningún valor. Hay que

mostrar una lealtad destacada frente a este hombre: “Los seres que están cerca de mí, los que

me conocen, tienen que ser una sombra de mi persona, sólo así podré llevar a cabo todos mis

ideales, sólo así, el poder infinito de mis emociones podrá llegar a un destino feliz” (Esquivel

2008:154). A Malinche no le gusta su comportamiento, ni sus palabras, y el narrador

omnipresente presenta de repente los pensamientos de ella como una respuesta al discurso

de Cortés: “en esos momentos daba miedo; se mostraba como un ser irrefrenable, frenético.

Parecía que su mente se incendiaba con cada trago de alcohol que bebía” (Esquivel

2008:154).

La relación amorosa entre Cortés y Malinche se termina y ella se casa con Jaramillo,

según la idea de Cortés: “Durante años, meses y días Marina ha aparecido en tus sueños. Ya

eres su esposo desde que piensas insistentemente en ella” (Esquivel 2008:156). Cortés quiere

asegurar la protección de su hijo: “Eres mi amigo y te regalo su deseo a cambio de que le

des a Marina un nombre, un estatus y le brindes protección a mi hijo” (Esquivel 2008:156).

De esta manera se acaba la relación íntima entre los dos protagonistas. Las palabras que ha

elegido entonces la autora hacen de este cambio un evento importante: “Jaramillo, ayúdame

a hacer Historia” (Esquivel 2008:156). Esta oración que Cortés dice, expresa la grandeza de

la misión que quiere dar a Jaramillo. Después de este cambio en la novela, Malinche no tiene

el mismo odio cuando piensa en Cortés como antes: “Es más, sintió ternura por Hernán, por

ese pequeño hombre que quería ser tan inmenso como el mar” (Esquivel 2008:159). A lo

largo de la novela, la protagonista cambia sus sentimientos muchas veces, según la trama de

la novela – y especialmente frente a Cortés.

Otra vez Malinche encuentra a su hijo, después de mucho tiempo. El encuentro no es

como pensaba: “En todos los meses en que ella había estado alejada de su hijo e

imposibilitada para verlo, lo había podido imaginar mucho mejor que ahora que lo observaba

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detenidamente” (Esquivel 2008:165). La relación con Cortés cansa a Malinche: “Estaba

cansada, extremadamente cansada de Cortés y sus estrategias. Estaba cansada de tolerarlo,

de obedecerlo, pero más que nada, estaba cansada de ser su reflejo” (Esquivel 2008:175).

Cabe nombrar como se menciona en la novela los “espejos” o “tus malditos espejos”

(Esquivel 2008:175). Se puede fácilmente pensar en el libro: El espejo enterrado (2002),

libro que se usa aquí en el análisis.

Malinche también tiene un discurso hablando a Cortés, pero en la realidad se habla

ella sola. Él no lo escucha. La princesa indígena toma en cuenta la religión de la naturaleza

en su discurso: “En el aire estamos, en la palabra. Cuando pronunciamos el nombre de

nuestros dioses, pronunciaron el nuestro. Ellos nos crearon con su palabra y nosotros los

recreamos con la nuestra” (Esquivel 2008:176). En este discurso, Malinche compara los

dioses con los hombres, diciendo que no hay diferencias en la realidad: “Los dioses y los

hombres somos lo mismo. El hijo del sol, el hijo del agua, el hijo del aire, el hijo del maíz,

nacen del vientre de la madre tierra” (Esquivel 2008:176). El enfoque en los elementos de la

naturaleza como esenciales, presenta la religión como parte de la cultura de Malinche.

“Cuando uno encuentra el sol, el fuego en movimiento, el agua, el río escondido, el aire, el

canto sagrado, la tierra, la carne de maíz, dentro de sí mismo, se convierte en dios” (Esquivel

2008:176). Esto se puede analizar como un respecto profundo hacia la naturaleza, como

elemento figurante entre los dioses y los seres humanos. Los hombres de maíz son

igualmente un tema en este discurso, o sea los hombres hechos de maíz, como una

construcción clave. Igualmente, la protagonista habla de “la madre tierra” – y efectivamente

quiere ver a esta deidad: “Malinalli quería ver a Tonantzin, a la deidad femenina, a La

Madre” (Esquivel 2008:177). La importancia de la mujer en la creación del mundo, de la

madre como símbolo, se destaca en la novela Malinche. En sus oraciones, Malinche quiere

una vida mejorada a su alrededor: “Aparécete en sus sueños para que impidas que se instale

en su cabeza el sueño de la guerra, ese sueño de locura colectiva, ese doloroso infierno”

(Esquivel 2008:180). Habla de los sueños otra vez, elemento importante de la novela. Es un

elemento que vuelve muchas veces. Malinche habla en un tono directo a la deidad, utilizando

el “tu”, lo que puede significar que se siente cerca a la deidad: “Eso es lo que te pido, Gran

Señora” (Esquivel 2008:180). Otro cambio va a pasar, otra transformación, la transformación

de la vida en la muerte de la protagonista de esta narración, porque se termina con la muerte.

Hasta Cortés había cambiado: “Cortés estaba dejando de ser el conquistador para convertirse

en el Marqués del Valle de Oaxaca” (Esquivel 2008:181). El final de la novela se despliega

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en una escena de tranquilidad, de serenidad, describiendo las acciones de la protagonista:

“El silencio era total. Aspiró el aroma de los nardos, metió sus pies en el agua, caminó por

el medio de los canales y llegó al centro del patio” (Esquivel 2008:182). Una forma del

sincretismo está presente, porque de repente hay una cruz al mismo tiempo: “Ahí, en el

centro de la Cruz de Quetzalcóatl, en el centro de la encrucijada de caminos” (Esquivel

2008:182). La cruz es el símbolo de los cristianos, pero ahora se presenta alrededor de

Quetzalcóatl, el dios de la religión azteca. En la novela, Malinche muere con una dignidad

verdadera, en una serenidad avanzada:

En ese momento, un relámpago, una lengua de plata se dibujó en el cielo y anticipó una tormenta. Su

luz iluminó la inmovilidad del cuerpo de Malinalli quién había muerto segundos antes. Sus ojos,

fueron absorbidos por las estrellas, que de inmediato supieron todo lo que ella había visto en la tierra

(Esquivel 2008:183).

Se acaba la vida de Malinche. Se acaba la narración sobre Malinche.

Cabe mencionar aquí unas palabras sobre la crítica literaria escritas por Gérard

Genette: “Una crítica puede ser puramente empírica, ingenua, inconsciente, “salvaje”: en

cambio, una metacrítica lleva aparejada siempre “cierta idea” de la literatura y ese elemento

implícito no puede tardar demasiado en explicitarse” (Genette 1972:9).

2.2. Representaciones de poder entre el conquistador español (el otro imperial) y la

mujer indígena (la otra colonizada).

Se menciona en este contexto el concepto del “otro” - que es un concepto clave en la teoría

decolonial: “se proponga el concepto de “diferencia colonial” para referirse a ese Ser-otro

de la modernidad producido por la colonialidad del poder, marcado y subalternizado en sus

modalidades de conocimiento y vida social” (Restrepo y Rojas 2010:133). Es como una

crítica hacia este otro, que será casi automáticamente considerado como inferior, en esta

manera de diferenciar las personas que se encuentran en este territorio colonial específico.

Para profundizar de qué se trata: “La diferencia colonial se refiere a los otros subalternizados

de la modernidad, a quienes y a lo que queda como exterioridad constitutiva (a ese “ellos”)

de quienes y de lo que se considera moderno (al “nosotros”)” (Restrepo y Rojas 2010:133).

Relacionado al concepto del otro, se trata de hecho de la diferencia entre el uno y el otro:

“La diferencia colonial estaría entonces del lado de ese ser-otro, de la alteridad” (Restrepo y

Rojas 2010:133). Sin embargo, según los autores, es importante no hacer de las diferencias

Page 39: La mujer indígena como el otro del conquistador español

39

coloniales solamente unas diferencias culturales: “la diferencia colonial no es una categoría

culturalista que reduce la diferencia a simples diferencias culturales” (Restrepo y Rojas

2010:133).

Con el otro conquistador se puede comprender a Cortés, pero se puede también referir

a los españoles en general, o sea al poder extraño e imperialista llegando de otro territorio

muy lejos de la tierra de la Malinche. En el contexto de la novela Malinche, es más

interesante considerar Cortés sobre todo como el otro, frente a Malinche. Se trata de un

hombre versus una mujer – y al mismo tiempo de un español versus una indígena. Se trata

de diferencias en muchos niveles. Igualmente, se puede tener en cuenta el sistema de valor,

aunque no es muy ético hablar de valor en este sentido - porque el valor de un ser humano

tiene que ser igual, pero en los pensamientos y las reflexiones de la época y de las sociedades

implicadas, los valores eran diferentes. Esto significa que una mujer valía mucho menos que

un hombre, lo que se manifiesta en la manera de tratar a Malinche como esclava. Igualmente,

los indígenas no tenían el valor que los españoles, por lo menos no en las consideraciones

de los europeos. Esto significa que la Malinche era considerada inferior de muchas maneras,

por lo menos se trata de una doble inferioridad, frente a Cortés. El desequilibrio y la injusticia

del poder entre las dos personas protagonistas de la novela Malinche, tienen un significado

importante, y las consecuencias por Malinche existen, sin ninguna duda. Dado su carácter

como mujer e indígena, la estigmatización de la protagonista se presentó en muchas

ocasiones. Las relaciones de poder entre los protagonistas tienen una desigualdad, en favor

de Cortés, el hombre que viene de la cultura conquistadora. Malinche se encuentra

colonizada de varias maneras, pero sobre todo como indígena y mujer. El territorio en donde

se encuentra Malinche está de repente controlado por los colonizadores. El cuerpo de

Malinche será igualmente controlado por un colonizador. Hasta los pensamientos y el

lenguaje de ella será controlado por los otros – de una cierta manera, porque ella tiene que

traducir los pensamientos del poder colonizador.

Irse a un continente nuevo y robar el poder sobre la tierra nueva – esto es lo que pasa

dentro del imperialismo. Los españoles y otros europeos se fueron a la tierra de los aztecas

y a otros territorios indígenas, para apoderarse de tierras nuevas y extrañas, que pertenecían

a otras personas con otra cultura y con una vida diferente. Lo mismo ocurrió en muchas otras

áreas del mundo. Los nuevos que llegaron, llevándose con ellos su cultura y su influencia,

ayudaron a cambiar la cultura de origen del nuevo país. A menudo se trataba de la utilización

de la fuerza. En el caso de América Latina, el rey y la reina de España estaban muy

Page 40: La mujer indígena como el otro del conquistador español

40

involucrados en las acciones del nuevo continente, aunque indirectamente.

Cortés es un hombre poderoso, que quiere recibir más poder: “No podía renunciar a

ser el más grande de todos los hombres.” (Esquivel 2008:153). Aunque hay muchos hombres

poderosos en la tierra de México ahora, o sea muchos conquistadores con poder. Cortés

quiere ser el ganador y el más poderoso de estos españoles y europeos. Quiere ser más

poderoso que los indígenas también, y el poder es como una obsesión en su vida: “El más

poderoso, el más inmenso, a cambio de una ciudad y una mujer ya conquistadas” (Esquivel

2008:153). De los pensamientos de Cortés y de su actitud, se puede analizar que este hombre

español es sobre todo un conquistador, un hombre que quiere conquistar grandes partes del

mundo entero, y no solamente a una mujer indígena y su ciudad. La conquista es la razón de

su llegada al nuevo continente, y su manera de actuar la lleva en la sangre, por lo que no

puede dejar de hacerlo.

Cuando Cortés comunica a Malinche sobre estos temas, lo hace de una manera fuerte.

Su modo de hablar provoca las ideas de machismo o un papel patriarcal: “No distraigas mi

tiempo. Dedícate a obedecer” (Esquivel 2008:153). El discurso de Cortés parece el discurso

de alguien que habla a su hija – pero hay que considerar, que el papel de las mujeres en aquel

periodo no era muy destacado. Dependían mucho de los hombres alrededor de ellas –

primero de los padres, y luego de los maridos. Malinche trata de liberarse de este vínculo de

dependencia, pero no es fácil. Ser la lengua de Cortés significa que esta mujer indígena no

tiene su libertad. Ella tiene que seguir trabajando para este hombre porque él no puede

aprender los idiomas, y por consiguiente, necesita de la ayuda de ella para poder avanzar

como conquistador. Parece entonces como su “amor” vale más como un objeto, como otro,

que como una persona verdadera con corazón y pensamientos. Lo que significa es que

Malinche sigue siendo una esclava. Esto quiere decir que su alma no es libre. Ella quiere

abandonar la vida de viajes y no a su hijo, pero no lo puede, porque Cortés decide sobre ella.

El conquistador ejerce su poder sobre la conquistada. Se puede ver este hecho en contexto

con los papeles de los géneros, y analizar de esta manera que el hombre decide sobre la vida

de la mujer – una mujer que puede considerar como suya, o como su objeto. En la tradición

moderna, esto no parece muy interesante para las mujeres activas e independientes – y

Malinche trata de protestar también, ante un sistema que le parece injusto. En la tradición

patriarcal, Malinche tiene que estar al lado de su hombre – si él lo decide y necesita. Si ella

tiene una vida profesional en esa época, su vida y su carrera profesional se encuentran y se

forman dentro del espíritu del marido o del hombre que decide por ella. Este hombre tiene

Page 41: La mujer indígena como el otro del conquistador español

41

la responsabilidad de su vida y de sus acciones, y por esto, ella tiene que obedecer a sus

decisiones. Las decisiones del hombre conquistador son siempre más fuertes que las

decisiones eventuales de la mujer conquistada.

Cuando Malinche protesta porque no quiere ser una esclava, Cortés se enfada. El

conquistador español ya no acepta la actitud de la Malinche, y afirma su posición como

dueño – no quiere que una niña indígena le trate como ella quiere, y por eso protesta de

manera fuerte, porque este conquistador quiere que la gente le obedezca. Se puede analizar

a Cortés como un hombre muy poderoso, pero a la vez muy egoísta. Es como si se hace rey

para celebrar su famosa persona. De hecho, no puede aceptar una Malinche que no le sirve

de la manera aceptada, según sus propios deseos: “Malinalli sintió miedo y la invadió una

sensación de desconsuelo. El alcohol era mal compañero del hombre y los dioses” (Esquivel

2008:154). Al mismo tiempo, Malinche tiene miedo por Cortés. El hombre ha cambiado, y

no es como antes. Se porta de otra manera, lo que no le gusta a ella. Cortés era influenciado

y borracho por el poder – y por el alcohol. Malinche se da cuenta del peligro. Cortés, de su

lado, empieza con su discurso pequeño sobre la sangre: “Querías dejar de ser esclava,

¿verdad? Pues te voy a dar gusto, te voy a convertir en señora, pero no a mi señora. Estarás

cerca de mí, pero no estaremos juntos” (Esquivel 2008:155). Es claro que el conquistador

tiene el control y el poder en esta situación, y que quiere seguir controlando lo que pasa y

pasará. Aunque otorga a Malinche otra manera de vivir, viene de él, sus decisiones controlan

como será esta vida: “Tu sangre y mi sangre crearon una sangre nueva que nos pertenece a

ambos, pero ahora tu sangre se mezclará con otro. Yo seguiré siendo tu señor, pero tu nunca

serás mi señora” (Esquivel 2008:155). Este discurso se puede analizar como una disertación

sobre las relaciones entre las personas de diferentes continentes, de personajes con

diferencias culturales desde antes de que se junten. De esta sangre será creada una nueva

sangre, o sea la sangre del mestizo, que es el primer resultado de la mezcla de sangre y de

personas con diferentes puntos de partidas, llegadas de diferentes lugares y territorios

geográficos. Esto se trata de intercambios culturales. De esta manera, el capitán y

conquistador Cortés puede avanzar la posición social de Malinche, porque cuando ella se

casa con un español, será automáticamente una señora en la sociedad del colonialismo. Se

lo puede comprender como si los europeos “valen” más que los indígenas, lo que es favorecer

a una raza y no a la otra. De hecho, se organiza una boda con el soldado Jaramillo. Otra vez,

Malinche es tratada como un objeto, como un regalo de una persona a otra. Cortés le trata

como quiere, porque él decide otra vez sobre su vida, sobre su destino y futuro. Esta mujer

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no es un ser verdadero, es tratada como esclava otra vez, para que otro hombre decida sobre

su vida. Malinche no tiene una vida libre. Con su lenguaje corporal, Cortés sigue tratando a

Malinche con desprecio tomando la mano de Jaramillo: “Cortés le tomó la mano y la colocó

a la altura del corazón de Malinalli” (Esquivel 2008:155). Cortés hace lo que quiere con

todas las personas alrededor de él, es el dueño y el líder de todos, y como dijo, nadie puede

protestar con él. Si hay protestas, estas son inútiles, como en el caso de Malinche, porque

luego él sigue decidiendo como quiere. No se trata de una democracia verdadera en este caso

y contexto, sino de un caudillo que tiene la autonomía del poder. De esta manera es limitado

lo que puede decidir Malinche, solo debe tener en cuenta los deseos y las decisiones de

Cortés. Las relaciones de poder entre el conquistador y la colonizada funcionan de manera

que el poder se concentra más bien alrededor del hombre Cortés. Aunque Cortés ahora va a

ofrecer a Malinche una vida diferente, no es seguro que es lo que ella quiere. En realidad, no

le pregunta a ella, porque como siempre, él toma las decisiones. Igualmente, le parece como

una opción buena: “Quería atar a Malinalli con Jaramillo por dos razones: para atar a

Jaramillo a su voluntad y para tratar a Malinalli desde una distancia más racional, menos

emotiva” (Esquivel 2008:155). Cortés ha comprendido que Malinche no es como cualquier

objeto, se ha dado cuenta de que ella tiene capacidades diferentes de las demás mujeres – o

de los hombres – a su alrededor. De hecho, hace todo lo que puede para guardarla como este

tesoro: “De tal manera podría sacar el mejor provecho de aquella mujer sorprendentemente

inteligente e imprescindible para sus planes” (Esquivel 2008:155). Malinche se destaca

como una mujer inteligente – y por esto, su nombre se ha podido quedar dentro de la historia

del mundo. En todo lo que hace, el Cortés de Esquivel planifica como seguir con su

conquista, esto parecía lo más importante en su vida. Era como si tuviera que hacerlo, tenía

que seguir adelante en sus avances de conquista. Era como si la fuerza de su vida estuviera

en no dejar nunca de ganar victorias sobre otras personas y otros terrenos. Por consiguiente,

Malinche no parece ser el amor verdadero de su vida, porque es la conquista la que tiene un

valor excepcional en la vida de este español. Se fue de España para conquistar, y no

simplemente para conquistar a un solo corazón. No era suficiente para él.

Cuando le habla a Jaramillo, le explica porque lo ha elegido a él. Cortés sabe que

Jaramillo está pensando en Malinche desde mucho tiempo atrás: “Eres mi amigo y te regalo

tu deseo a cambio de que tu le des a Marina un nombre, un estatus y le brindes protección a

mi hijo” (Esquivel 2008:156). Lo que piensa ella, no tiene valor, en este sentido. Son los

deseos de los hombres, los que valen. Malinche es tratada como un regalo. Esta acción se

Page 43: La mujer indígena como el otro del conquistador español

43

puede comparar con las costumbres de muchos países donde los padres eligen las parejas de

sus hijos, en especial las de sus hijas. En Europa, hace algunos años, esta manera de decidir

sobre los hijos era la normalidad – entonces se puede ver una cierta manifestación patriarcal

de parte de Cortés, en casi todo lo que este hombre hace. Significa que la manifestación de

su poder está bien representada en la novela. El conquistador funciona como un cacique o

un dios sin mucha intervención en sus acciones, por lo menos de la parte de los suyos –

porque las decisiones pertenecen a él. En la novela de Esquivel, también se usa una oración

muy fuerte: “Jaramillo, ayúdame a hacer Historia” (Esquivel 2008:156). En esta oración, la

palabra “Historia” se escribe con una H mayúscula, para ilustrar el poder de que se trata. Es

la Historia mundial, la Historia de los tiempos, que se menciona. Es una Historia importante

que no se puede olvidar, porque sabe que su hijo, el primer mestizo, es un símbolo esencial

de lo que va a pasar con el encuentro de diferentes mundos.

Sin embargo, Malinche no está contenta. Ella no quiere que siguen haciendo cambios

en su vida sin preguntarle a ella lo que quiere o prefiere. Su respeto hacia Cortés ya se cambió

en sentimientos negativos – y en miedos: “Anhelaba dejar de ser ella misma, volar, ser parte

de todo y de nada, no ver, no oír, no sentir, no saber, pero, sobre todo, no recordar. Se sentía

humillada, triste, sola” (Esquivel 2008:157). Malinche se puede caracterizar como una mujer

decepcionada – y no por primera vez. Varias veces durante su vida ha sido tratada como una

persona non grate, sin verdaderos derechos humanos. Su personalidad sufre por este

tratamiento alrededor de su persona. No la toman en serio, y su aviso no parece importante.

Sus papeles como mujer y colonizada a la vez, no han facilitado esta posición que Malinche

tiene en la sociedad. Malinche fue regalada como esclava cuando era niña. En esa época, las

mujeres no tenían tanto valor como los hombres. Maria Emma Mannarelli describe la

tradición en qué nacieron las mujeres en su libro Pecados Públicos – La ilegitimidad en

Lima, siglo XVII: “Las mujeres, incluso la de los sectores aristocráticos, eran identificadas

normalmente de una manera semejante a la de aquellos individuos pertenecientes a las clases

subordinadas” (Mannarelli 2004: 197). La inferioridad de las mujeres parece evidente. De

hecho, el hombre era el dueño: “Puede decirse que las mujeres, más allá de su pertenencia

social, compartían una identidad común” (Mannarelli 2004:197). En la vida de Malinche,

parecía que el hombre verdadero era Cortés, con liderazgo también en otras situaciones y

dominando de esta manera a la niña indígena.

El cuerpo de la mujer efectivamente no pertenecía a ella: “El marido tenía derecho

sobre el cuerpo de su esposa como señor y cabeza de ella” (Mannarelli 2004:198). En esta

Page 44: La mujer indígena como el otro del conquistador español

44

cultura la mujer tenía que aceptar su posición inferior al hombre, sin poder protestar

demasiado. Así era la normalidad de la sociedad colonial, y tratar de cambiarlo sería difícil.

Octavio Paz describe la imagen de la mujer de su manera: “La mujer vive presa en la imagen

que la sociedad masculina le impone; por lo tanto, solo puede elegir rompiendo consigo

misma” (Paz 1997:231).

Las mujeres de esa época tenían que estar al lado de sus hombres, si lo necesitaban

los hombres. Como ejemplo se puede describir la situación de Potosí, donde muchos

hombres tenían que ir a trabajar en las minas. Barbara Potthast describe la situación de estas

mujeres: “¿Qué hicieron estas mujeres entonces en Potosí y cómo aliviaron el “exilio” a sus

hombres? Trabajaban en lo de siempre: lavar, planchar, cocinar, etc. Además, trabajaban en

la producción de la plata, aunque esto estuviese prohibido legalmente” (Potthast 2006:114).

Según Potthast, la migración era normal – y las mujeres tenían que irse de sus pueblos sin

protestar, aunque la vida podía cambiar de manera dura: “La forma más extrema de este

sistema de trabajo forzado fue la mita de Potosí, introducida por el virrey Toledo a fines del

siglo XVI para poder extraer los minerales del Cerro Rico” (Potthast 2006:114). El acceso

de la mita era problemático: “Éste se encontraba en una zona inhóspita, a más de 4.000

metros de altura y escasamente poblada” (Potthast 2006:114). Esta migración forzada se

puede comparar a la vida de Malinche, que tuvo que dejar los suyos también, para ir con los

españoles en sus diferentes viajes. Ella tampoco podía decidir quedarse en su pueblo, la

mujer era propiedad de los hombres y no tenía sus propios derechos en este sistema colonial.

Había mucha movilidad dentro del continente: “Migraciones relacionadas con el trabajo

forzado de las indígenas se dieron en todas las regiones de América Latina y trajeron consigo

una movilidad mucho mayor de lo que nos imaginábamos” (Potthast 2006:115).

Cuzco era una ciudad muy importante en la época, y según Potthast se produjo allí

en la población indígena “un excedente femenino general” entre los migrantes de la ciudad.

O sea que muchas mujeres se trasladaron de un lugar a otro: “Como queda patente en los

datos del Cuzco, la mita y la encomienda, así como las guerras de la conquista, produjeron

un excedente de mujeres en varios pueblos” (Potthast 2006:116). Tantas mujeres en un lugar

tenían que hacer algo para ganarse la vida: “muchas de ellas migraron a su vez a otros

pueblos o a las ciudades, donde siempre había necesidad de mano de obra doméstica y

abastecedora” (Potthast 2006:116).

Malinche era una mujer diferente, porque su profesión era intérprete. Ella hizo un

trabajo como intermediaria entre culturas. Se destaca entonces como una mujer

Page 45: La mujer indígena como el otro del conquistador español

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extraordinaria especializada en idiomas y traducciones, mientras la mayoría de las mujeres

de la época tenían otros tipos de empleos. Algunas mujeres se fueron también a Europa, pero

Malinche se quedó siempre en América, como la mayoría de las mujeres del sistema colonial:

“Existía alguna migración transatlántica de mujeres indígenas, sobre todo a principios de la

época colonial, pero eran casos excepcionales” (Potthast 2006:113).

El tratamiento de la mujer había cambiado a través de la influencia de la cultura y las

acciones de los españoles. Burkholder y Johnson describen como el papel de la mujer era

diferente ante de la llegada de los europeos:

Another change involved the relationship between Indian men and women. Spanisch judicial practice

and social expectations combined to strenghten the authority of fathers and husbands (Burkholder y

Johnson 2008:215).

La vida en la Colonia significaba un cambio para las mujeres: “In central Mexico and the

Andean región, preconquest practice had provided men and women with what some scholars

call parallel and complementary roles” (Burkholder y Johnson 2008:215). Las mujeres

tenían de hecho más independencia antes de la llegada de los conquistadores: “In the colonial

period, a more rigid and hierarchical relationship developed with women more clearly

subordinated to men” (Burkholder y Johnson 2008:215). Cabe mencionar en este contexto

el machismo,y el sistema patriarcal, dos conceptos claves para comprender la vida de las

mujeres. Las mujeres tenían un papel inferior a los hombres. Burkholder y Johson tienen

más explicaciones sobre el estatuto del individuo que se diferencia según el género: “Within

the parametres established by race and social standing, gender played the most important

role in determining an individual`s place in colonial Latin America” (Burkholder y Johnson

2008:240). Esto significa que Malinche perdió desde el principio, porque el papel de Cortés

era superior, en nivel de las relaciones de poder entre ella como la otra mujer colonizada y

el conquistador: “Colonial society was patriarcal, and the activities of men and women, and

thus husbands and wives, reflected a differentiation of roles that, while it varied by región,

could be traced back to both the Iberian and indigenoous heritages” (Burkholder y Johnson

2008:240). Esto quiere decir que el sistema de tratar las mujeres como inferiores y diferentes,

podía venir de las dos culturas – y no solamente del machismo español. Sin embargo, algunas

mujeres tenían papeles importantes y avanzados en la sociedad: “Elite women, notably

widows, managed vast and complex holdings of mines, agricultural properties, and real

estate” (Burkholder y Johnson 2008:241). Algunas eran esclavas y otras necesitaban ayudar

Page 46: La mujer indígena como el otro del conquistador español

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con el trabajo en periodos: “Many women worked outside the home. Brazil`s sugar estates

and smaller cane farms depended on the labour of women both slave and free throughout the

production cycle, but especially during the harvest” (Burkholder y Johnson 2008:241). Esto

significa que hay mujeres libres y a la vez esclavas trabajando juntas a veces – pero en

general, los hombres son los dueños.

Page 47: La mujer indígena como el otro del conquistador español

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CAPÍTULO 3.

Relaciones de poder etno-cultural en la novela Malinche (la colonialidad del poder)

En el mundo real como en el mundo ficcional representado en la novela Malinche, hay

diferentes tipos de relaciones de poder entre los personajes. Estas relaciones de supremacía

y subyugación se estudiarán aquí empleando conceptos de la Inflexión Decolonial, tales

como la realidad del poder, del saber y del ser.

“Según Quijano, las formas de operación de la colonialidad cultural implican, al

comienzo, la represión sistemática de los patrones de expresión, de conocimiento y

significación de los dominados” (Quijano en Restrepo y Rojas 2010: 94). En esta manera de

comprender el mundo, hay diferentes niveles de poder. Quijano describe las relaciones del

poder: “Su manera de pensar la modernidad sí contempla el hecho de que ésta emerge en un

sistema de dominación global donde Europa es el centro, lo que no es sorprendente, dada su

relación con la teoría de la dependencia” (Quijano en Restrepo y Rojas 2010: 92). Esta teoría

indica que otros países no-europeos dependen de Europa en una relación, en donde Europa

es el centro y los países no europeos la periferia. Se discute también la modernidad, pero

Quijano no piensa que la modernidad solamente tiene lugar en Europa: “

plantea que la modernidad es un proceso paralelo en Europa y lo que hoy es América Latina, lo que

hace que no se deba pensar la modernidad como algo que se trae después desde Europa” (Restrepo y

Rojas 2010: 92).

Teniendo en cuenta esta visión tradicional europea del mundo, hace algunos años que se

clasificaron los países latinoamericanos como “tercer mundo”, relegándolos a la categoría

de dominados por el “primer mundo”. Actualmente, el concepto “tercer mundo” no se usa

mucho, pero tiene un significado claro sobre la manera de clasificar y considerar los países

y continentes respectivos.

Restrepo y Rojas mencionan un punto muy interesante relacionado con Quijano: “lo

que es crucial para la inflexión decolonial es cómo Quijano conecta esta elaboración con la

emergencia de las ideas de “occidente” y “Europa” (Restrepo y Rojas 2010: 97). Realizando

una “jerarquización naturalizada donde las otras “culturas”, distintas de la europea, solo

pueden ser “objetos” en tanto no son sujetos de la “razón” (Restrepo y Rojas 2010: 97). Esta

manera de pensar sobre el poder, donde los países latinoamericanos y otros países no-

europeos son considerados como pasivos, es lo que se conoce como eurocentrismo. “La

noción de clasificación social es otro elemento central en la elaboración de Quijano sobre la

colonialidad del poder” (Restrepo y Rojas 2010: 109). Las relaciones de poder en referencia

Page 48: La mujer indígena como el otro del conquistador español

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a las clases sociales se llaman socio-centrismo. Sin embargo, no se puede considerar las

estructuras sociales como constantes que no se pueden cambiar: “las clasificaciones sociales

no pueden ser pensadas como entidades discretas, dadas de una vez y para siempre”

(Restrepo y Rojas 2010: 111). Se trata de poderes y relaciones – de lucha: “La clasificación

social es una relación de lucha, de disputa frente al patrón de poder” (Restrepo y Rojas 2010:

112-113). De hecho, hay que tener en cuenta la importancia de las contribuciones de Quijano

en este contexto. “Propuesta por Quijano, la colonialidad del poder es entendida como un

patrón de poder global de relaciones de dominación/explotación/confrontación en torno al

trabajo, la naturaleza, el sexo, la subjetividad y la autoridad” (Restrepo y Rojas 2010: 131.

Los autores Restrepo y Rojas lo definen también como “un patrón de poder global de

relaciones de dominación, explotación y conflicto en torno al trabajo, la naturaleza, el sexo,

la subjetividad y la autoridad al seno del surgimiento y reproducción del sistema capitalista”

(Restrepo y Rojas 2010: 155). No es difícil comprender que se trata de un vasto sistema de

control sobre otras personas, en este sentido.

La etnia se puede definir como una característica que es inherente a la persona y no

necesita corresponder a la nacionalidad de las mismas. En una nación, hay muchas etnias –

pero a veces, unas etnias se presentan como subordinadas a la “etnia principal” de la nación.

En América existían varias etnias antes de la llegada de los hispano-europeos, pero después

de la Conquista, los grupos indígenas fueron subordinados por los españoles y europeos.

Para los hispano-europeos era importante obtener el control territorial, para plantear el poder

y asegurarse las riquezas del nuevo país. Mark A. Burkholder y Lyman L. Johnson explican

la necesidad del control así: “The conquest of Mexico gave substance to the Spaniard`s

dreams of finding great wealth in the New World and initiated a frenzy of later expeditions

anxious to emulate this remarkable success” (Burkholder y Johnson 2008:52). En Malinche,

este fenómeno se puede observar en el papel de la protagonista, y de los indígenas – es como

si la cultura mayor absorbiera a la cultura de las etnias menores.

En la novela Malinche, hay relaciones de poder etno-cultural en el nivel macro, en el

sentido que los españoles tienen más poder que los indígenas. En el nivel micro, se trata de

las relaciones de poder entre la indígena Malinche y el español Cortés. ¿Pero cómo funcionan

estas relaciones de poder? “Según Quijano, las formas de operación de la colonialidad

cultural implican, al comienzo, la represión sistemática de los patrones de expresión, de

conocimiento y significación de los dominados” (Quijano en Restrepo y Rojas 2010: 94). Al

considerar la manera de sacar a Moctezuma de su territorio, Cortés y los conquistadores

Page 49: La mujer indígena como el otro del conquistador español

49

españoles figuraban como los campeones en la batalla del poder etno-cultural entre el dueño

azteca y el dueño español. El poder pasa de una mano a otra, porque de repente, el nuevo

grupo étnico tiene prioridad. Hay un cambio en las relaciones de poder etno-cultural, lo que

significa una nueva realidad para los personajes implicados. Malinche tiene un poder etno-

cultural en su capacidad de interpretar y traducir lo que tanto indígenas como españoles

dicen: “Ella, a quien varias veces habían regalado, ella, de la que tantas veces se habían

deshecho, ahora era necesitada, valorada, igual que o más que una cuenta de cacao”

(Esquivel 2008: 64). Moctezuma por el contrario, pierde su posición elevada – y Cortés se

gana una posición nueva de importancia: “La enorme culpa que Moctezuma cargaba sobre

sus espaldas lo hacía no solo creer que había llegado la hora de pagar sus deudas sino que la

llegada de los españoles marcaba el fin de su imperio” (Esquivel 2008: 65-66). Cortés

también quería el oro: “Desde el momento en qué se había dado el primer contacto con los

emisarios de Moctezuma, Cortés mostró su interés desmedido por el oro” (Esquivel 2008:

71). Para los españoles, el oro tenía un valor diferente en comparación con los indígenas:

“tanto totonacas como mexicas venían a ofrecerle a Cortés objetos de oro que él

intercambiaba a través de sus sirvientes por cuentas de vidrio, espejos, alfileres y tijeras”

(Esquivel 2008:72).

Con tradiciones y practicas diferentes, a veces no se sabe si puede tener confianza

con personas que pertenecen a otras etnias. Es una pena, pero es muy típico de los seres

humanos. Malinche tuvo el mismo problema: “Lo que más la atormentaba, aparte del ruido

exterior, era el ruido interno, las voces en su cerebro que le decían que callara, que no

hablara, que no le confiara a los españoles ninguna información valiosa” (Esquviel 2008:67).

El sentimiento de no saber la verdad sobre las personas de etnias diferentes existe aún hoy,

y puede complicar la comunicación entre las personas de diferentes etnias. Así funcionan las

relaciones de poder etno-cultural.

Otro punto afectado, puede ser la religión de cada grupo. La religión del grupo

subordinado no parece tener tanto valor como la religión del otro grupo. Esto puede

contribuir a practicar la religión de manera escondida – como en el sincretismo. Se trata

también de relaciones de poder etno-cultural, en determinado contexto: “the Spaniards

believed they were inherently superior to the natives and that their Christian God would lead

them to victory” (Burkholder y Johnson 2008: 53). Igualmente, los españoles sabían cómo

ganar terreno en las negociaciones con los otros grupos étnicos e insistían hasta el final, para

obtener sus objetivos:

Page 50: La mujer indígena como el otro del conquistador español

50

“Cortés and many of his men had participated in earlier conquests in the Caribbean, an

experience that gave them the confidence to compromise and temporize with native leaders

until the opportunity arose to impose their will” (Burkholder y Johnson 2008: 53). Esto

significa que los españoles tenían las medidas necesarias para obtener la victoria en el nivel

etno-cultural. Sin embargo, los indígenas sabían cómo “sobrevivir” en el aspecto religioso:

“Lo que no sabía era que para los indígenas cambiar el nombre o la forma de sus dioses no

representaba ningún problema” (Esquivel 2008:47). Aunque tenían que “olvidar” sus dioses,

no lo hicieron: “Cada dios era conocido con dos o más nombres y se le representaba de

diferentes maneras” (Esquivel 2008: 47). Pero los españoles, no siempre eran capaces de

comprender la religión de los que tenían otra etnia y cultura, por lo tanto, no le daban valor:

“Cortés, quien de niño había sido acólito, nunca había sentido tanta fe reunida. Y pensó que

si estos indios, en vez de dedicar su fe a un dios equivocado la encaminaran con el mismo

empeño al dios verdadero” (Esquivel 2008: 47).

En su papel como madre, Malinche también tiene un hijo, Martín. Jaramillo Taba lo

menciona, al describirlo como importante por el fenómeno cultural que existe desde el

encuentro entre los mundos diversos:

"Este hijo tendrá una significación especial, pues se convierte en una especie de símbolo de

lo que es el encuentro entre dos mundos y lo que será el futuro de México; en él se funden

dos sangres, dos pueblos, dos historias" (Jaramillo Taba 2012:63), Se trata por consiguiente

de una mezcla que tiene lugar en el hijo de diversas culturas. Se puede pensar que nace una

etnia nueva con este niño, el mestizo Martin. De hecho, empieza una nueva tradición etno-

cultural en México. La novela Malinche comunica con lectores a través de diferentes etnias

y culturas, lo que promueve la comprensión internacional de la novela. Sin embargo, la

novela en sí tiene muchos elementos en donde las relaciones de poder etno-cultural se pueden

observar. Cortés, por ejemplo, avanza con sus expediciones dejando vestigios en todos los

lugares nuevos que encuentra – dejando de lado lo existente previamente en estos lugares:

“¡Si su madre pudiera verlo! Conquistando nuevas tierras, descubriendo nuevos lugares,

nombrando nuevas cosas. La sensación de poder que sentía cuando le ponía un nuevo

nombre a algo o a alguien” (Esquivel 2008:46). Estas oraciones indican bien que la

distribución de poder etno-cultural esta desigual. Los españoles hacen mayoritariamente lo

que quieren y prefieren, dejando aparte la existencia antigua de “las tierras nuevas”. Para los

indígenas, estas tierras no son nuevas. Existen desde muchos años atrás.

Relacionado a las representaciones de poder etno-cultural se encuentra el

Page 51: La mujer indígena como el otro del conquistador español

51

concepto “nación”. Jaramillo Taba toma en cuenta un punto interesante, es que la nación no

existía como hoy en el territorio mexicano:

Malinalli fue representada como el modelo de la traición, ejemplo para el mexicano de lo indigno que

era traicionar a la patria, pero lo que no tuvieron presente es que en esa época de la historia no existía

una nación" (Jaramillo Taba 2012:47).

De hecho, no se puede comparar directamente con una persona de la actualidad, porque el

concepto de la nación no figuraba como un método de reunificación en la época. En efecto,

había diferentes grupos de personas que se habían congregado en la sociedad de Malinche:

"los mexicas eran los que gobernaban y diversos pueblos estaban sometidos a ellos"

(Jaramillo Taba 2012:55). Esto significa que los mexicas tenían el poder y eran los

representantes del poder etno-cultural cuando los españoles aparecieron.

Malinche también se había destacado como una persona y protagonista de

importancia en el contexto de relaciones humanas – porque figura como un contacto y un

enlace entre culturas totalmente diferentes, culturas en necesidad de buscar una solución para

encontrarse y comprenderse de manera mejor. Esta niña es talentosa en los idiomas – y como

consecuencia, ella logra construir y establecer una relación necesaria entre los pueblos de

las dos partes del mundo.

Un ejemplo más de la desigualdad de las relaciones de poder etno-cultural en la

novela Malinche, es el hecho de que las indígenas eran usadas como regalos y en este proceso

recibían nuevos nombres: “Lo mismo pasó con los nombres que eligió para las indias que

les acababan de regalar. Eligió los nombres más comunes, sin esforzarse mucho” (Esquivel

2008: 47). Tratar a las personas como regalos, significa que la cultura mayor o la del

liderazgo decide sobre la otra cultura o grupo étnico. Dar otro nombre a la persona que ha

sido regalada – como fue con el caso de Malinche, significa un poder elevado en

comparación con el poder o más bien, la falta del poder de la persona regalada. En tal

contexto, hay una injusticia importante en el nivel del poder en las relaciones de poder etno-

cultural. Una persona usa a otra como esclava. La esclavitud se presenta como una forma de

poder en este sentido. Es un buen ejemplo, porque la esclavitud se trata de dominar al otro

grupo étnico de una manera importante. La esclavitud es un arma muy fuerte para desarmar

a otras personas.

En este contexto, el concepto del “otro” es un concepto clave en la teoría decolonial

(Restrepo y Rojas 2010:133). La diferencia imperial es otro concepto – y se puede explicar

Page 52: La mujer indígena como el otro del conquistador español

52

relacionado a Europa:

diferencias atribuidas a otros imperios existentes en el comienzo del sistema mundo moderno cuando

Europa era todavía marginal y su arrogancia eurocéntrica y no podía desconocer los alcances de las

civilizaciones de imperios no cristianos (Restrepo y Rojas 2010: 134).

Sin embargo, este concepto tiene que tener en cuenta el concepto del eurocentrismo – lo que

se necesita explicar con más profundidad y que se puede definir como “la combinación del

etnocentrismo y el sociocentrismo europeos que se ha pretendido imponer como paradigma

universal de la historia, el conocimiento, la política, la estética y la forma de existencia”

(Restrepo y Rojas 2010: 135). El eurocentrismo se puede considerar como un tipo de

egoísmo europeo, es decir, que Europa se considera superior, más importante y más poderosa

que otros territorios mundiales. Esta manera de pensar indica que el modo europeo es

dominante sobre los otros modos existentes. Dado que muchos europeos se fueron a otros

continentes para imponer sus ideas y culturas a otros, esta concentración o centralización de

lo europeo se puede presentar como más importante y fuerte que el centrismo de otras

regiones. El eurocentrismo tiene igualmente elementos del egoísmo: “El etnocentrismo es

cuando se considera que los modos de vida y concepciones asociados a la formación cultural

propia son intrínsecamente superiores a los de otras formaciones culturales” (Restrepo y

Rojas 2010: 135). Hay explicaciones sobre la existencia del eurocentrismo que pueden decir

algo sobre porque es tan extendido: “El eurocentrismo se ha posicionado no sólo por la

fuerza de las armas, sino también por dispositivos más sutiles como la interpelación

ideológica” (Restrepo y Rojas 2010: 135).

Una teoría de Walsh, indica que “el canon eurocéntrico occidental”

predomina en América Latina: “en las ciencias sociales/culturales en América Latina, los

pensamientos y conocimientos que no responden a este canon y sus supuestos tienden a ser

invisibilizados y subalternizados” (Restrepo y Rojas 2010:143). Según esta teoría, se puede

pensar que las ideas latinoamericanas tienen menos valor y son inferiores a las ideas

europeas. Castro-Gomez indica que la transdisciplinariedad y la transculturalidad son de

importancia: “La transdisciplinariedad porque pone en cuestionamiento el pensamiento

disciplinar” (Restrepo y Rojas 2010: 144).

Cortés no acepta tan fácilmente la etnia y la cultura de los demás: “Había destruido

todo para crearlo todo” (Esquivel 2008: 144). Se crea algo nuevo a partir de las culturas

existentes – y el hijo de Cortés y Malinche constituye el símbolo de este algo: “en su vientre

latía el corazón de un ser que iba a unir dos mundos. La sangre de moros y cristianos, con

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53

aquella de los indios” (Esquivel 2008: 145). Esto nuevo es también un temario en el discurso

de Malinche a su madre. La Malinche no está contenta por la manera como fue tratado

cuando era niña. Echando la culpa a su madre por no dejarla vivir con ella: “Tu te quedaste

en lo viejo, en el polvo, en lo que ya no existe. Yo, en cambio, soy la nueva ciudad, la nueva

creencia, la nueva cultura; yo invente el mundo en él que ahora estás parada” (Esquivel

2008:150). Una nueva etnia se hizo en México, o sea una nueva cultura.

“Todo camino nos transforma” (Esquivel 2008:151), según el narrador en Malinche.

Se trata de una transformación de etnias y de culturas en esta novela, y también de una

transformación de las relaciones de poder etno-cultural. Al principio, los aztecas tienen el

control – son un grupo poderoso en esta sección histórico-geográfica. Luego, con la llegada

de los españoles y europeos, Cortés y su grupo tienen el poder etno-cultural de la región. Sin

embargo, viene la época de los mestizos, después del encuentro de las dos etno-culturas. Los

europeos todavía tienen mucho poder etno-cultural, pero los mestizos serán muchos con el

tiempo, y reciben una gran parte del poder también. Resulta que los indígenas se encuentran

con el menor poder etno-cultural, perdiendo una gran parte de sus costumbres y sus rasgos

culturales, porque la cultura principal será ganadora en la sociedad.

Durante la Colonia, había diferentes grupos, en la sociedad, según la riqueza y etnia:

“Colonial elites were heterogenous and often interlocking mixes of ranchers, planters,

miners, merchants, high-ranking churchmen and bureaucrats constantly renewed through

intermarriage” (Burkholder y Johnson 2008: 197). Este grupo elitario tenia poder:

“For all members of the elites, wealth was power. Military victory over indigenous people

placed European-born Spaniards (peninsulars) and Portuguese (reinóis) at the top of the

colonial social hierarchy” (Burkholder y Johnson 2008: 197). La sociedad historiográfica

tenía una división entre diferentes etnias en una cierta manera, y esto se mantuvo por

generaciones: “Their American-born descendants called creoles in Spanish America and

mazombos in Brazil also assumed this rank” (Burkholder y Johnson 2008: 197). Sin

embargo, las familias de origen europeas en general no tenían tanta fama, ni riqueza antes

de llegar a América. La nueva posición etno-cultural de este grupo, en comparación con los

otros grupos, como los indígenas o los africanos, ayudó en la transformación de su poder

etno-cultural. De esta manera, ganaron más posibilidades en América en comparación con

Europa. Una posibilidad era a través del militarismo: “They often assumed, however, that

participation in military campaigns had elevated their social status” (Burkholder y Johnson

2008:197). Y la etnicidad fue de importancia – los europeos siguieron siendo “europeos” a

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su manera:

Starting with the second and third generations born in the New World, their heirs displayed no

reticence in using these terms of honor, claiming that their ancestors had been ennobled through

participation in the conquest and settlement (Burkholder y Johnson 2008:198).

Las relaciones del poder etno-cultural se destacan en este contexto:

“a de facto noble status (hidalgo in Spanish or fidalgo in Portuguese) reflected the harsh

colonial realities where Europeans saw themselves as superior to Indians, African slaves,

and racially mixed persons of illegitimate birth” (Burkholder y Johnson 2008: 198). La

“superioridad” de una etnicidad se presenta en esta sociedad historio-geográfica. Sin

embargo, la nobleza indígena representada en la novela de Esquivel con la familia de

Malinche, tenían muchas veces algunas tareas especiales en esta sociedad: “use of the title

don came into general use among members of the Indian nobility as well, as colonial

authorities came to rely on this class to collect taxes and organize labor drafts” (Burkholder

y Johnson 2008:198). De esta manera, la “élite” de esta sociedad historio-geográfica tenían

la posibilidad de usar la “élite” del grupo étnico inferior ahora, para ayudarse en su control

sobre los que eran ahora “sus inferiores” – o sea los grupos étnicos indígenas. Usaron una

repartición del poder, para hacer este control sobre la sociedad actual. Pero las relaciones del

poder etno-culturales funcionaron de modo que la élite española y europea se impusieron

como superiores a los demás:

“The wealthiest and most powerful colonistst in Spanish America and Brazil imitated the

culture of the Iberian nobility, demanding deference from inferiors, living in great houses”

(Burkholder y Johnson 2008:198). Imitando así la vida de los europeos, la diferencia en las

relaciones de poder etno-cultural se mantiene. Hasta las culturas y las tradiciones europeas

son importantes para este grupo étnico en América durante la Colonia: “whenever possible,

following the fashions and styles of Europe” (Burkholder y Johnson 2008:198). El ideal

europeo se queda también en la sociedad nueva durante la Colonia, muy lejos en distancia

geográfica de Europa, pero en la realidad, Europa no es olvida tan fácilmente porque la

proximidad etno-cultural está presente también en América. Los títulos no eran tan presentes

como en España, pero existían: “The Spanish Crown bestowed the title of marquis on both

Cortés and Pizarro as a reward for the conquests of Mexico and Peru” (Burkholder y Johnson

2008:198).

La teoría decolonial toma en cuenta el concepto del “oprimido”: “El propósito de esta

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55

pedagogía es recuperar la humanidad de los oprimidos; el “hombre” es deshumanizado por

el “hombre” (oprimido / opresor)” (Freire en Restrepo y Rojas 2010:56). Se puede traducir

el concepto del “oprimido” a la Colonia, cuando las personas que pertenecen a la élite tratan

a las otras personas como oprimidos u oprimidas. En Malinche, la protagonista femenina

puede recibir la característica de una persona “oprimida”. Sin embargo, hay soluciones, para

arreglar el desequilibrio de las relaciones de poder etno-cultural: “El compromiso de los

oprimidos con su liberación se hace posible a partir de la reflexión y está adquiere sentido

en la praxis, que implica ir más allá del verbalismo y el activismo” (Freire en Restrepo y

Rojas 2010:56). Freire discute el tema de la revolución como un modo posible para evitar

ser oprimido: “para Freire la revolución tiene un carácter eminentemente pedagógico: la

pedagogía es política. La pedagogía de la liberación es la pedagogía de quienes luchan por

liberarse” (Freire en Restrepo y Rojas 2010:57).

Los encuentros mundiales tienen relación a las relaciones de poder etno-cultural. Aún

hoy, hay problemas culturales en el mundo moderno. Aunque las sociedades de hoy tienen

la multiculturalidad como una característica importante, hay confrontaciones cuando las

culturas se encuentran. Geert Hofstede und Gert Jan Hofstede describen este fenómeno:

“Globalisierung durch multinationale Konzerne und supranationale Institutionen wie die

Weltbank stößt auf heftigen lokalen Wiederstand, da es keine kulturunabhängigen

Wirtschaftssysteme gibt (Hofstede und Hofstede 2009:25). Esto quiere decir que incluso en

la economía hay desacuerdos, porque hay culturas diferentes, lo que tiene como

consecuencia que hay diferentes maneras de pensar entre los participantes.

En la novela Malinche, hay una descripción de “mundos”, lo que puede transfigurar

el fenómeno del encuentro de mundos diferentes y poderes etno-culturales, durante la

Colonia: “Al meter la cabeza por el orificio del huipil, uno transitaba entre el mundo de

sueños que está reflejado en el bordado hacia la vida que aparece en cuanto uno saca la

cabeza” (Esquivel 2008:39).

La diferencia etno-cultural y las relaciones de poder etno-cultural se reflejan

igualmente en la lectura sagrada de cada grupo religioso, como el Popol Vuh y la Biblia:

(Esquivel 2008:59). El valor respectivo de cada libro significa algo importante en esta

sociedad, y el libro más importante de la región mexicana se sustituye con el libro más

importante de los europeos.

La manera europea de ver América conduce a relaciones de poder etno-cultural

desiguales, porque los europeos se consideran superiores: “En este nuevo mundo recién

Page 56: La mujer indígena como el otro del conquistador español

56

descubierto, Cortés sabía que tenía en sus manos la oportunidad de su vida” (Esquivel

2008:33). El hecho de llamar a la tierra americana un “mundo recién descubierto”, indica

que los europeos no dan caso a los habitantes de esta tierra, aunque han vivido allí desde

hace muchos años. Esta manera de pensar por parte de los europeos, indica un modo de

pensamiento que no toma en cuenta los indígenas como individuos con importancia en esta

región.

Malinche se pregunta sobre su papel: ¿Para qué había nacido? ¿Para ayudar a los

españoles a destruir su mundo, sus ciudades, sus creencias, sus dioses? Se negaba a

aceptarlo” (Esquivel 2008:98). Las relaciones de poder etno-cultural son desiguales, porque

el grupo étnico dominante arruina a la cultura y al sistema del otro grupo étnico. De hecho,

Malinche trata de buscar un sentido en este caos: “Tenía que haber otra razón. Necesitaba

encontrar un nuevo sentido a su vida. Ver el mundo de diferente manera” (Esquivel 2008:98).

Como una consecuencia, la protagonista Malinche tiene que cambiar, porque el mundo

alrededor de ella ha cambiado, porque las relaciones de poder etno-cultural no son

balanceadas, de repente que no hay equilibrio. La protagonista necesita ajustarse al nuevo

mundo para poder funcionar: “Tenía que ver las cosas a la manera de los españoles. Su vida

dependía de ello” (Esquivel 2008:98). Esto significa que Malinche tiene que integrarse en el

grupo étnico de los europeos, para no ser absorbida en el conflicto de las relaciones de poder

etno-cultural. Cuando el mundo alrededor de la persona cambia, el individuo y el grupo

étnico necesitan también hacer algo, para que las diferencias no sean demasiadas grandes

entre los dos grupos. Sin embargo, esto vale también para el grupo dominante, las culturas

tienen que acercarse y asimilarse, para poder seguir viviendo en una misma región y en un

mismo sistema. Es lo que pasa cada vez que dos culturas chocan y cada cultura recibe

entonces, elementos culturales de la otra cultura respectiva. Como resultado de esta

asimilación, las culturas están siempre en movimiento, cambiándose cada día un poco, más

o menos, según la influencia de otras culturas. Lo que se puede considerar como injusto, es

el grado de la influencia en cada cultura. Este grado tiene que ver con las relaciones de poder

etno-cultural. Si una cultura domina demasiado a la otra, la segunda será casi absorbida por

la primera.

En la novela Malinche, Cortés trata de tranquilizar a Moctezuma: “- Dile a

Moctezuma que se consuele, que no tema. Que lo quiero mucho y todos los que conmigo

vienen también. De nadie recibirá daño” (Esquivel 2008:120). En esta oración, Cortés habla

también de su grupo etno-cultural. Dice “los que conmigo vienen” (Esquivel 2008:120).

Page 57: La mujer indígena como el otro del conquistador español

57

Aunque dice que nadie va a dañar a Moctezuma, este hombre muere después de la llegada

de los españoles. El cambio en las relaciones de poder etno-cultural causa directa o

indirectamente su muerte.

Hasta en la religión se encuentran las relaciones de poder etno-cultural. A través de

la protagonista Malinche, se comprende la lucha de poder entre los dioses de cada religión:

“Ella en verdad había creído que el dios de los españoles era el dios verdadero y que éste no

era otro que una nueva manifestación de Quetzalcóatl” (Esquivel 2008:95). Sin embargo,

Malinche se decepciona con los nuevos llegados: “Pero la manera en que había visto actuar

a los españoles la dejaba desolada, desamparada, desilusionada y, más que nada,

aterrorizada” (Esquivel 2008: 96). Malinche comprende que la religión de los españoles no

va a reunir los dos grupos étnicos, sino por el contrario va a tratar al grupo de ella como

inferior, incluso en el nivel religioso, lo que significa otra vez un desequilibrio en las

relaciones de poder etno-cultural.

Este cambio en la sociedad ha transformado también al individuo que era la

protagonista Malinche: “Tenia nuevo nombre, nueva identidad, nuevos dioses” (Esquivel

2008: 96).

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CAPÍTULO 4.

Relaciones de poder lingüístico en la novela Malinche (la colonialidad del saber)

4.1. La colonialidad del saber

Junto con la colonialidad del poder y de la raza, la colonialidad del saber es una noción

central dentro de la inflexión decolonial. Según los autores, la colonialidad del saber es

“derivada de la colonialidad del poder” (Restrepo y Rojas 2010:131). En esta tesis, la

colonialidad del saber se relacionará al concepto de los idiomas empleados por los

protagonistas y personajes de la novela. En este contexto, es interesante reflexionar sobre el

tema de cómo se puede usar el idioma como un tipo de poder para controlar las acciones o

el poder de las personas a su alrededor. Este tema será más desarrollado en este capítulo.

Mignolo elabora el concepto de la colonialidad: “Para Mignolo existen dos tipos de

diferencias fundamentales constituidas por el sistema mundo moderno / colonial: La

diferencia imperial y la diferencia colonial” (Mignolo en Restrepo y Rojas 2010:132). Una

definición será la siguiente: “la diferencia colonial alude al lugar y a las experiencias de

quienes han sido objeto de inferiorización por parte de aquellos que, en medio de la empresa

colonial, se consideran como superiores” (Mignolo en Restrepo y Rojas 2010:132). Se trata

entonces de relaciones entre personas y de relaciones de poder no equivalentes, lo que puede

resultar en desigualdades y en situaciones injustas. Según las explicaciones de los

investigadores, hay situaciones típicas y contextos especiales, en donde se puede generar

esta diferencia colonial:“Los conocimientos, seres, territorios y poblaciones colonizados (o

que son colonizables, cabría agregar) son epistémica, ontológica y socialmente

inferiorizados por la mirada colonista” (Restrepo y Rojas 2010:132). En este contexto, cabe

dar énfasis a la palabra clave “conocimientos” – que se relaciona a la palabra “saber”.

Un análisis rápido de este tema puede ser importante aquí: La colonización en si,

ofrece la posibilidad de tratar a otras personas como inferiores, porque cuando personas

extrañas entran en el territorio de otras personas, para luego acomodarse en este territorio a

su manera – esto normalmente no pasa sin problemas o conflictos – y resulta en muchos

casos en la inferioridad de uno de los grupos implicados: “la diferencia colonial no es la

constatación de un hecho preexistente, sino la elaboración de un sistema y jerarquización

que clasifica poblaciones por sus faltas o excesos así como una serie de tecnologías para su

gobierno” (Restrepo y Rojas 2010:133).

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59

Los autores consideran la colonialidad del saber como muy relacionada a la

colonialidad del poder: “Así, pues, la colonialidad del saber se puede considerar como la

dimensión epistémica de la colonialidad del poder y, por tanto, es un aspecto constitutivo

(no derivativo o accidental) de la colonialidad” (Restrepo y Rojas 2010:136). Aunque hay

muchas maneras de explicar cómo se define la colonialidad del saber, parece claro, que se

trata de un concepto que tiene importancia en la teoría decolonial:

La colonialidad del saber supondría una especie de arrogancia epistémica por quienes se imaginan

modernos y consideran poseedores de los medios más adecuados (o incluso los únicos) de acceso a la

verdad (sea está teológica o secularizada) (Restrepo y Rojas 2010:137).

Este tipo de poder también otorga posibilidades a los que lo tienen: “por tanto, suponen que

pueden manipular el mundo natural o social según sus propios intereses” (Restrepo y Rojas

2010:137). Otra vez, el concepto del egoísmo parece racional en este contexto. Esto significa

que unas personas quieren y pueden actuar según sus propios intereses, sin pensar demasiado

en las consecuencias que estos actos pueden implicar para las otras personas. Las

manipulaciones que se usan para obtener sus deseos pueden tener resultados negativos para

los que son afectados por estas motivaciones de las personas que controlan el poder.

Según los autores, la colonialidad del saber tiene relaciones con el eurocentrismo:

Así, la colonialidad del saber opera dentro del eurocentrismo ya que considera las modalidades de

conocimiento teológico, filosófico y científico no solo como propiamente europeas, sino como

superiores epistémicamente o incluso como las únicas validas” (Restrepo y Rojas 2010:137).

Según estas ideas, la colonialidad del saber se conecta al eurocentrismo, lo que significa que

los valores y las ideas europeas son consideradas como mejores que las generadas en otras

partes d el mundo. Sino se trata del liderazgo: “el núcleo de la colonialidad del saber consiste

el gobierno de los otros” (Restrepo y Rojas 2010:137). Se trata del dominio de otros, lo que

significa una versión del poder – un poder que toma en cuenta el saber – y de un cierto saber.

Este dominio tiene como consecuencia un mundo dividido: “explotación de las poblaciones

y regiones de la periferia colonial y postcolonial” (Restrepo y Rojas 2010:137). El concepto

de la “geo-política” se menciona también en la discusión sobre la teoría colonial: “La geo-

política del conocimiento insiste en que el conocimiento está marcado geo-históricamente”

(Restrepo y Rojas 2010:141). Este fenómeno se explica según un orden mundial: “la relación

entre conocimiento y política pasa por inscripciones en los cuerpos y la geografía del sistema

mundo moderno / colonial” (Restrepo y Rojas 2010:142).

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60

Castro-Gómez opina que se necesita “apelar seriamente a la transdisciplinariedad y

a la transculturalidad”, porque “la transculturalidad remite a un real “dialogo de saberes”

(Castro-Gómez en Restrepo y Rojas 2010:144). Esto significa que no hay una cultura

superior que la otra, y de hecho, Europa no puede ser más importante que los otros territorios.

La existencia de las universidades es también parte del tema, y como instituciones del saber,

son verdaderos representantes del poder en cuestión.

4.2. El poder lingüístico y la palabra

En este sentido, el poder es considerado como lingüístico y cabe mencionar en qué manera

el español se ha convertido en el idioma preferido y dominante durante la Colonia. El

español, teniendo elementos del árabe y del español-judío, entra a América con los

colonizadores: “La invasión islámica del 711 tuvo enormes consecuencias lingüísticas”

(Penny 2014:31). La invasión de los árabes a España “provocó el contacto entre el latín

hispánico y sus descendientes con el idioma de otra cultura” (Penny 2014:31). Lo mismo ha

pasado unos cientos de años más tarde con el español y los lenguajes indígenas – pero la

lengua española ha ganado terreno de otra manera. Al mismo tiempo, el árabe ha cambiado

el español de otra manera, porque la situación nueva de la cohabitación entre los árabes y

los españoles “creó además las condiciones para la aparición de un número importante de

préstamos léxicos y semánticos procedentes del árabe” (Penny 2014:31). El idioma se fue

hasta el continente americano, y esto provocó más cambios interesantes en el idioma: “Los

efectos lingüísticos de la conquista fueron más profundos todavía, ya que transformó

completamente el mapa dialectal de España e hizo cobrar importancia a unas variedades

romances” (Penny 2014:32). En este sentido, el español tuvo una gran importancia, y fue

influenciado igualmente en España, en América y en otros lugares del mundo por los viajes

y los encuentros culturales:

Durante los siglos XV y XVI, soldados, colonos, sacerdotes, funcionarios, etc. llevaron el español a

diferentes lugares fuera de la Península. Las áreas principales de expansión fueron las Canarias,

América, las Filipinas, el Mediterráneo, y los Balcanes (Penny 2014:37).

En América, pensaban algunos que el español era diferente del español en otros lugares:

“El movimiento de emancipación lingüística pensaba que el español en América, debido al

cruce étnico, había adquirido una modalidad propia, diferente de la peninsular, y por tanto,

Page 61: La mujer indígena como el otro del conquistador español

61

esa modalidad era la que había que defender, no la peninsular” (Quesada Pacheco 2010:28).

De todas maneras, el español de América se hizo importante en la vida diaria de los

habitantes allí – y esto ha influenciado también al personaje histórico Malinche, de manera

que ella uso también el español como un instrumento de comprensión en sus actividades

como interprete. Fue claro, entonces, que el español tenía mucho valor, aunque no todos

sabían hablar este idioma en la época de Malinche, dado la necesidad de interpretarlo en

varias situaciones.

Teniendo en cuenta este punto de partida, el español tenía un papel favorecido frente

a los otros idiomas porque funcionó como el lenguaje de orientación y de administración en

la Colonia. De hecho, desde el principio de la llegada de los españoles a la tierra americana,

no eran muy balanceados los papeles de los indígenas en comparación con los que eran de

origen hispanohablantes: “Lo cierto es que durante los siglos XVI y XVII se produjo una

enorme ampliación de los dominios de la lengua española” (Moreno Fernández 2014:24).

Se puede hablar de un español mundial, porque la influencia del idioma español era fuerte

en muchos lugares: “El español se convirtió en la lengua del territorio nazarí, se instaló en

enclaves del Norte de África, puso las bases de su asentamiento en las Islas Canarias, por no

hablar de su traslado al continente americano” (Moreno Fernández 2014:24).

El idioma es un tema central en la novela Malinche. La niña sabe hablar tres idiomas:

náhuatl, maya y español. Malinche puede estar en su función como intérprete por sus

conocimientos lingüísticos. De hecho, ejerce un poder al usar estos conocimientos.

Comparada con Cortés y otras personas de su época, ella tiene la ventaja de dominar varios

idiomas.

Se presenta la palabra como una fuerza importante en el discurso de Malinche en la

novela de Esquivel: “Pronto aprendió que aquel que maneja la información, los significados,

adquiere poder y descubrió que al traducir, ella dominaba la situación” (Esquivel 2006:63).

Malinche se siente poderosa y valiente: “la palabra podía ser un arma. La mejor de las armas”

(Esquivel 2006:63). Esta metáfora ilustra bien el contexto en que nos encontramos, porque

Cortés también es un guerrero, pero Malinche con sus palabras puede confrontar la fuerza

que tiene este hombre, gracias a sus capacidades lingüísticas. En este contexto, el

eurocentrismo en la teoría decolonial se presenta no solo como un arma, sino también a

través de otros elementos: “El eurocentrismo se ha posicionado no sólo por la fuerza de las

armas, sino también por dispositivos más sutiles, como la interpelación ideológica, la

producción de subjetividades y deseos” (Restrepo y Rojas 2010:135).

Page 62: La mujer indígena como el otro del conquistador español

62

La importancia de la palabra parece clara en Malinche: “Ser “la Lengua” implicaba

un gran compromiso espiritual, era poner todo su ser al servicio de los dioses para que su

lengua fuera parte del aparato sonoro de la divinidad” (Esquivel 2008:62-63). La mezcla

entre la religiosidad y el idioma se presenta aquí, la religiosidad enfatiza el valor del lenguaje

y acentúa el poder que este último tiene.

El saber en sí puede significar un poder. Pero hay que tener en cuenta las ideas

existentes en una región, como por ejemplo América Latina en este contexto. Esa es la región

en donde se encuentra Malinche: “Las Indias Occidentales o América emerge como el nuevo

continente en el imaginario europeo años después de que Colón desembarcara por vez

primera en el Caribe insular en 1492” (Restrepo y Rojas 2010:150). En este sentido, se puede

discutir si la “geo-política” tiene relación al tema de poder: “La geo-política del

conocimiento insiste en que el conocimiento está marcado geo-históricamente, esto es,

marcado por el locus de enunciación desde el cual es producido” (Mignolo, en Walsh en

Restrepo y Rojas 2010:141). Sin embargo, el dominio europeo es un ejemplo de un poder

enunciado de un lugar específico. Este poder se define según el predominio de potencia

europea: “Así, la colonialidad del saber opera dentro del eurocentrismo” (Restrepo y Rojas

2010:137).

¿Y de qué modo funciona? Es que “considera las modalidades de conocimiento

teológico, filosófico y científico no sólo como propiamente europeas, sino como superiores

epistémicamente o incluso como las únicas válidas” (Restrepo y Rojas 2010:137). Si vamos

a relacionar esta manera teórica de pensar con la novela Malinche, hay que considerar que

los españoles que llegaron a América eran europeos. Ellos llevaban consigo su cultura, sus

ideas, y sus conocimientos – en forma del lenguaje español, tenían la posibilidad de

influenciar a las personas que vivían en el otro continente. Esto significa que se han

favorecido estos saberes en comparación con los saberes que existían en este continente antes

de la llegada de los colonizadores europeos: “La superioridad asumida de estas modalidades

de conocimiento ha estado estrechamente ligada a la dominación europea de otras

poblaciones y regiones” (Restrepo y Rojas 2010:137). La colonización de otros grupos de

seres humanos se trata de esta superioridad – y el tema se demuestra también en la novela

Malinche: “Cortés, entonces, le pidió a Malinalli que lo ayudara a traducir y a cambio le

daría su libertad” (Esquivel 2008:70). Al analizar este ejemplo, se puede comprender que se

trata de relaciones de poder lingüístico, y que la libertad no se otorga a todos en esa época.

No se puede olvidar tampoco, que Malinche era la esclava de Cortés. Se usa la palabra

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63

“libertad” aquí, pero en realidad se trata de una libertad limitada, ya que Malinche tenía que

hacer el trabajo de todas maneras, pero el trabajo que hace le gusta probablemente más que

los otros trabajos posibles en esa época. Si Malinche era la esclava de Cortés, se encuentra

allí la prueba de unos seres humanos dominados por otros seres humanos, como ya se ha

descrito antes. Se trata de una situación dominada por los europeos, en mayor medida. Se

puede distinguir el eurocentrismo dentro de este ejemplo específico, sin embargo, lo

interesante en esta conexión, es que Malinche tiene un cierto poder, porque ella es la dueña

del conocimiento de los idiomas, entonces ella tiene un poder lingüístico a su manera, aún

más destacado que el poder lingüístico que tiene Cortés en ciertos casos. En este sentido, las

relaciones de poder lingüísticos se presentan como un punto de contrastes interesantes en la

novela.

La frustración de Cortés se puede notar en la novela de Esquivel. Ya que al ser un

hombre que no habla otros idiomas diferentes al castellano, es muy dependiente de los

demás: “No entender el idioma de los indígenas, era lo mismo que navegar sobre un mar

negro” (Esquivel 2008:31). Aquí se presenta la insuficiencia de Cortés. De hecho, su

capacidad lingüística no es muy importante, pero en la novela, Cortés presenta sus

estimaciones sobre otros idiomas de manera repugnante: “Para él, el maya era igual de

misterioso que el lado oscuro de la Luna. Sus ininteligibles voces lo hacían sentirse inseguro,

vulnerable” (Esquivel 2008:31). Al usar la palabra “ininteligibles”, se refiere de una manera

peyorativa al idioma indígena, lo que demuestra su falta de respeto hacia los indígenas. Se

puede notar entonces, que Cortés en la novela está usando las relaciones de poder lingüísticas

de modo peyorativo. Esto se puede analizar dentro del contexto de la colonialidad del saber,

y se puede presentar como un ejemplo de esta forma de ejercer el poder: “Otras formas de

conocimiento, generalmente asociadas a poblaciones no europeas, son descartadas como

ignorancia, menospreciadas, inferiorizadas” (Restrepo y Rojas 2010:137).

En la misma parte de la novela, Cortés que no se siente capaz de comprender otros

idiomas, reflexiona sobre su falta de poder, y no tiene confianza en el intérprete, aunque es

español y se llama Aguilar: “no confiaba del todo en su traductor. No sabía hasta dónde el

fraile Jerónimo de Aguilar era fiel a sus palabras o era capaz de traicionarlas” (Esquivel

2008:31). Aunque el intérprete tiene el poder de la palabra en este ejemplo, Cortés es su

dueño. Es una relación de poder lingüística interesante en este sentido. Eso quiere decir que

Cortés, está dependiendo de alguien para ayudarle con el idioma, y esta persona tiene un

cierto poder al hacer el trabajo como traductor. Efectivamente, Malinche tiene unas

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64

capacidades lingüísticas desde que era niña: “Gracias a las largas pláticas que la abuela y su

nieta sostenían, desde los dos años el lenguaje de la niña era preciso, amplio y ordenado. A

los cuatros años, Malinalli ya era capaz de expresar dudas y conceptos complicados”

(Esquivel 2008:27). Estas capacidades le ayudaron más tarde, durante su vida, de manera

que podía tocar un poco las relaciones de poder lingüístico. Esquivel indica quién ayudó a

Malinche en este contexto: “El mérito era de la abuela” (Esquivel 2008:27).

Sin embargo, en el encuentro con los españoles, ella no es capaz de comprender el

idioma al principio: “Todos estos pensamientos la acompañaron mientras ofrecía la misa el

sacerdote español y hablaba en una lengua que ella no entendía pero que imaginaba”

(Esquivel 2008:45). En este ejemplo, también se presenta la incapacidad frente a sonidos

desconocidos, lo que tiene como resultado un desequilibro en las relaciones de poder

lingüístico. Otro ejemplo es, la incapacidad que Malinche tiene cuando trata de pronunciar

los sonidos desconocidos: “con un mismo aparato bucal, los seres humanos fuesen capaces

de emitir infinidad de sonidos diferentes y ella, que se consideraba una muy buena imitadora,

no entendía por qué no podía con la erre” (Esquivel 2008:43). El sentimiento de no lograr,

de sentirse fuera y diferente, tiene muchas veces que ver con las relaciones de poder del

saber – cuando alguién no sabe algo, la gente no le trata bien. Las relaciones de poder

lingüístico funcionan entonces de manera que, muchas veces, hay personas que tratan a otras

como menos inteligentes debido a que estos últimos carecen del poder lingüístico.

4.3. La religión como un ejemplo del poder lingüístico

Otro punto interesante en este contexto es la religión, que también aparece como una manera

de ejercer el poder, porque una religión es más favorecida que la otra en la sociedad de la

Colonia: “se puede afirmar que el núcleo de la colonialidad del saber consiste en el gobierno

de los otros” (Restrepo y Rojas 2010:137). Este poder se ejerce de una manera decidida a

través del idioma usado: “de la verdad producida por el saber experto (del teólogo, filósofo,

gramático o científico)” (Restrepo y Rojas 2010:137). Cuando los europeos llegaron a

América, llevaron consigo la religión del cristianismo. Esto quiere decir que las religiones

existentes en el continente estaban perdiendo su valor de alguna manera, porque antes eran

las religiones principales, pero con la llegada de los españoles todo cambio. Sin embargo, en

la novela Malinche, se discute mucho el tema de la religión, especialmente entre Cortés y

Malinche. De hecho, en la novela, Malinche está contenta por algunos de los cambios que

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65

tienen lugar en su sociedad: “Lo que más la atraía era que Cortés había prohibido los

sacrificios humanos durante la celebración, así que no habría espectáculos de sangre”

(Esquivel 2010:127). Esta costumbre de los sacrificios se presenta como algo que no le gusta

a Malinche. Respecto a esto, se puede distinguir la critica que ella tiene hacia el sistema

existente, pero en general, ella quiere mucho su religión. De todas maneras, este ejemplo

demuestra el poder europeo que ejerce Cortés, al prohibir los sacrificios humanos. Se trata

otra vez de la colonialidad del saber, porque el saber religioso europeo domina en este caso.

Se puede comprender mejor, esta manera de pensar, al relacionarla a la tendencia

histórica de la península ibérica: “In the iberian world, limpieza de sangre, or limpeca de

sangue, the concept of blood purity, was central to Christian identity in general and elite

identity in particular” (Burkholder y Johnson 2008:198). De allí se puede constatar una

tendencia hacia la reflexión sobre el valor de la sangre de cada person. Esta tendencia se ha

llegado también a la Colonia, pero en forma diferente: “Limited in Europe to the absence of

any Jewish or Muslim antecedents, this racial concept expanded in the colonies to include

lineage unconnected to African or Indian blood lines” (Burkholder y Johnson 2008:198). De

esto se puede deducir, que la sangre de los indígenas como Malinche, no tenía el mismo

valor que la de los españoles de descendencia europea. Sin embargo, Cortés acabó con la

costumbre del sacrificio de sangre porque no le parecía adecuado como costumbre. Según

Burkholder y Johnson, la misma tendencia con la sangre tuvo lugar: “In Brazil the terms

“infected blood” or “defect of blood” were used to identify someone with Jewish or African

antecedents” (Burkholder y Johnson 2008:198). La exclusión social de algunos grupos de la

sociedad fue el resultado de tal modo de pensar, porque tuvo como consecuencia una

“exclusion from elite organizations or marriages into elite families” (Burkholder y Johnson

2008:198). Las estructuras organizadas en la sociedad de la Colonia estaban complicando

las cosas para las personas que no pertenecían a las élites, y viceversa: “Clearly the offspring

of two Spanish or Portuguese parents entered life with advantages denied other children”

(Burkholder y Johnson 2008:198). Esto se puede comprender como una consecuencia de las

relaciones de poder en cuestión.

En la novela Malinche, la protagonista se pregunta sobre las palabras de los españoles

y como se explica la religión, según ellos: “No, para nada entendía el concepto que los

españoles tenían de dios y del mal” (Esquivel 2008:97). Malinche tiene dudas en este

concepto, y se puede distinguir una crítica y una falta de comprensión de la parte de ella en

este sentido. Aunque Malinche está contenta del cambio en los sacrificios humanos, no

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66

comprende todo lo que le parece diferente en la religión que será la más poderosa con el

tiempo, como consecuencia de las relaciones de poder lingüístico.

En el nivel de la religión, Cortés está también influenciado por su propia cultura:

“En el camino, Cortés tuvo que probar que era no sólo un conquistador militar, sino un

cristiano que extendería la fe en Cristo y destruiría la abominable idolatría de los indios

paganos” (Fuentes 2002:156). Esto se refleja también en la novela Malinche. La fe cristiana

era importante en la Europa de la época, y no había tolerancia hacia la fe de los indígenas.

En este punto se puede distinguir el poder del saber. Hay también un mensaje interesante

según Fuentes – o sea que “Marina le había informado que los sacerdotes paganos de la

Cholula conspiraban para asesinar a los españoles” (Fuentes 2002:156). Es en cierto modo

una guerra religiosa en donde hay que tratar de sobrevivir. Sin embargo, no hay balance en

esta guerra, porque según Fuentes, los europeos tenían muchos ayudantes entre los

indígenas, en la lucha más importante: “La Conquista de México fue algo más que el

asombroso éxito de una banda de menos de 600 soldados europeos frente a un Imperio

teocrático. Fue la victoria de los otros indios en contra del soberano azteca” (Fuentes

2002:159). De nuevo, se puede apreciar aquí, la supremacía de los europeos logrando recibir

ayuda de otros grupos indígenas para luchar contra sus enemigos, los aztecas: “Fue la

victoria del mundo indígena contra sí mismo, puesto que los resultados de la Conquista

significaron para la mayor parte de los indígenas, exterminio y esclavitud” (Fuentes

2002:159). El papel de Cortés es interesante en este contexto, porque según Fuentes, era un

hombre muy preocupado por la religión. La madre de Cortés fue descrita como “honesta,

religiosa, recia y escasa” (Fuentes 2002:153). Cortés pareció siempre muy interesado en su

religión, tal vez debido a su madre, pero de todas maneras se trata de ejercer el poder

lingüístico frente al otro, porque el saber religioso de un grupo de personas como los

españoles, fué concebido como más importante que el saber religioso del otro grupo, o sea

los indígenas.

En la novela Malinche, a veces el poder se ejerce también de manera fuerte:

“Sin embargo, Cortés no tuvo tiempo para celebrar la victoria pues le llegaron informes de

que los mexicas se habían sublevado a Tenochtitlán, debido a que Pedro de Alvarado había

llevado a cabo una masacre en templo mayor” (Esquivel 2008:130). Se puede imaginar las

provocaciones que puede suscitar una masacre, que es un ataque significativo al saber de los

indígenas. El cristianismo tuvo cierto poder en la época:

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67

“Este Nuevo Mundo, el cuarto continente, se inscribe en la imaginación geográfica de la

época que supone una jerarquización de los continentes a partir de hermenéutica teológica

cristiana” (Restrepo y Rojas 2010:150). Naturalmente, la tolerancia hacia otras religiones no

era muy grande.

En este contexto, cabe mencionar como eran hechos los mapas en general durante

esa época: “la orientación convencional de la gran mayoría de los mapas que colocan el norte

arriba y el sur abajo” (Restrepo y Rojas 2010:149). Este hecho se relaciona con la visión del

mundo, también de manera abstracta – y del poder lingüístico y de la colonialidad del saber.

Es verdad, que la tierra es un globo, de manera que no se sabe exactamente en cual dimensión

tenemos que mirarla, pero ahora el concepto general es que el mapa queda como lo

conocemos. Sin embargo, a veces se puede encontrar un mapa diferente: “Esto produce el

efecto de que se piense que el “mapa está al revés”” (Restrepo y Rojas 2010:149). En algunos

lugares, este mapa es el mapa tradicional: “En la región del Pacífico colombiano las

poblaciones afrodescendientes consideran que el abajo es hacia el norte y el arriba hacia el

sur” (Restrepo y Rojas 2010:149) Sin embargo, con la preponderancia de la visión más bien

“europea” del mundo como globo, en la época de Malinche, los mapas se hicieron en general

de manera convencional. Esto significa que Malinche vivía en un mundo europeizado, donde

ella también recibía esta influencia. Aunque el contexto era inspirado por la europeización,

la Malinche literaria de Esquivel guarda mucho de su cultura religiosa propia: “Pero ella no

creía necesario que fuese a través de la muerte física, sino por medio de la palabra” (Esquivel

2010:142). El enfoque de Malinche a la palabra es sintomático por esta novela – y en este

sentido, la relación con el poder lingüístico es de interés. La supremacía de la protagonista

en el nivel de las palabras es interesante, dado que los españoles en general tenían el control

lingüístico sobre este territorio desde su llegada al continente americano.

En este contexto, cabe mencionar como el simbolismo del nombre también ha podido

influenciar al poder lingüístico en este territorio específico: “la latinidad es un designio

global imaginado e implementado fundamentalmente por Francia que logra interpretar

profundamente a las elites criollas de las excolonias españolas y portuguesas” (Restrepo y

Rojas 2010:152). La intención era influenciar a la manera europea este territorio: “Un

proyecto político de las elites criollas en el poder que reclama una especificidad de la

latinidad mirando a Francia como referente civilizacional” (Restrepo y Rojas 2010:152). El

objetivo era evitar una influencia demasiado grande de otra parte europea – para

“contrarrestar la creciente influencia de los Estados Unidos y sus afanes imperiales en el

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68

continente” (Restrepo y Rojas 2010:152). Sin embargo, en la novela Malinche es muy

temprano para hablar de los Estados Unidos, aunque los europeos comenzaron a llegar a

todo continente por igual, pero el nombre “latino” puede también indicar la herencia

lingüística de unas culturas, que se han orientado y evolucionado desde el latín. Entre estas

culturas lingüísticas encontramos el español, el portugués y el francés. En este sentido, se

puede ver también una influencia lingüística común, un poder lingüístico importante,

compartido por este territorio actual en América.

El saber religioso de los indígenas en Malinche se presenta a través de la abuela de

Malinche: “– Dios está en el centro. Ahí donde no hay forma alguna, ni sonido, ni

movimiento, Cuando te encuentras mareada, siéntate, deja de moverte, quédate en silencio

y encontrarás al Señor Nuestro ahí, en tu centro invisible, el que te une a él” (Esquivel

2008:111).

Sin embargo, en el universo de Malinche, el dominio del eurocentrismo influencia

también a la niña y luego a la mujer que será:

El eurocentrismo es la combinación del etnocentrismo y el sociocentrismo europeos que se

ha pretendido imponer como paradigma universal de la historia, el conocimiento, la política,

la estética y la forma de existencia (Restrepo y Rojas 2010:135).

En las áreas importantes de la vida y de la sociedad, la influencia europea se presenta. Parece

claro entonces, que este eurocentrismo afecta la vida diaria en la Colonia, aunque se trata de

la influencia y la cultura de otro continente. De hecho, las relaciones del poder del saber son

desiguales, cuando se trata de los grupos sociales diferentes en América. Cuando hay una

desigualdad en las relaciones de poder, la persona que se encuentra “abajo” en la relación,

será eventualmente tratada de manera diferente – y viceversa. La falta de respeto hacia el

otro se puede presentar y puede facilitar un tratamiento más bien negativo de la persona que

se encuentra “abajo” en la relación de poder. Estas estructuras se pueden constatar también

dentro de una sociedad cualquiera, por ejemplo, en un hospital, en donde el médico se

encuentra en una posición más elevada que la enfermera o el paciente. Bajo este precepto,

hay una desigualdad presente desde el principio, dado el caso de que estas personas entraran

en una discusión el uno con el otro.

Las consecuencias de estas relaciones desigualdades se pueden observar también en

la novela de Esquivel: ¿Qué significa unas relaciones de poder tan desiguales? Pueden

resultar en arrogancia: En comparación con los demás, se sienten eventualmente superiores,

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lo que puede indicar un tratamiento no adecuado hacia las otras personas: “suponen que

pueden manipular el mundo natural o social según sus propios intereses” (Restrepo y Rojas

2010:137).

La sociedad de Malinche fue invadida por la religión católica cuando llegaron los

europeos con sus costumbres y saberes religiosos. Ya que los residentes del continente tenían

desde antes sus ideas religiosas, era quizás menos complicado para los conquistadores el

persuadir a los indígenas, aunque las religiones eran distintas. Eran tan distintas que los

europeos se preguntaban si los indígenas tenían alma o no. ¿Pero se puede preguntar si

realmente eran tan distintas? Es claro que en esta época no era tan fácil migrar o viajar como

hoy en día. Puede ser también la explicación del por qué la gente tenía tantos problemas para

comprender y aceptar la manera de actuar del otro, o su manera de practicar la religión. Sin

embargo, aun hoy, muchas veces hay problemas para comprender totalmente la cultura o la

religión de otra gente, porque puede parecer extraño y diferente. Lo que uno no conoce,

puede provocar sentimientos y acciones hostiles. Todorov explica como Colón prefería

cambiar la mentalidad de los indígenas:

Columbus wants the Indians to be like himself, and like the Spaniards. He is an assimilationist in an

unconscious and naive fashion; his sympathy for the Indians is “naturally” translated into the desire

to see them adopt his own customs (Todorov 1999:43).

Esta manera de tratar de cambiar a los indígenas, empezó con Colón y seguía siendo la

normalidad durante la época de Malinche y de Cortes. Las mujeres eran según Todorov

siempre interesantes para los españoles: “The human side of the Spaniards is their thirst for

earthly possessions: gold, from the beginning, as we have seen; and, soon after, women”

(Todorov 1999:42). De modo que las mujeres y la religión eran para ellos áreas interesantes

que pronto estuvieron bajo la dominación española.

El proyecto era siempre el de hacer convertir a los indígenas: “In general, this project

of assimilation is identified with the desire to convert the Indians, to propagate the Gospel”

(Todorov 1999:43). La razón para convertir a los indígenas se puede comprender en el

contexto de las relaciones de poder del lingüístico y del saber. Los planes eran claros: “We

know that this intention is fundamental to Columbus`s initial project, even if the idea is

somewhat abstract at the start (no priest accompanies the first expedition) (Todorov

1999:43). O sea, que la religión era un factor importante y esencial en el mundo colonial de

América. Cuando Moctezuma encontró a Cortés, los templos cayeron. Octavio Paz describe

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las consecuencias del encuentro: “Los españoles derriban las estatuas de los dioses,

destruyen los templos, queman los códices y aniquilan a la casta sacerdotal. Es como si

hubiesen quitado los ojos, los oídos, el alma y la memoria al pueblo indígena” (Paz

1997:321-322). El respeto hacia la cultura y la religión del otro, parecía ausente en este

contexto, y los indígenas tenían que adaptarse a los recién llegados. Se trataba de poder, pero

de una manera desigual e injusta, lo que resultó en la victoria de la religión y la cultura de

los españoles.

Paz explica como los seres humanos pueden aceptar un orden nuevo en sus vidas:

“El hombre colabora activamente a la defensa del orden universal, sin cezar amenazado por

lo informe. Y cuando éste se derrumba, debe crear uno nuevo, esta vez suyo” (Paz 1997:48).

Esto es lo que hicieron Cortés y los españoles en el nuevo mundo, y es lo que hicieron

también Malinche y los otros indígenas para sobrevivir en una nueva realidad en el

continente americano después de la llegada de los europeos a sus tierras. Tenían que aceptar

otras maneras de pensar debido a la influencia más o menos forzada de la cultura española.

Se puede discutir qué es religión y qué es cultura, pero es claro que hay mucha religión

dentro de una cultura, y mucha cultura dentro de una religión. Sin embargo, según Paz, la

religión de los indígenas fue mezclada desde el encuentro con el catolicismo: “Resulta

innecesario añadir que la religión de los indios, como la de casi todo el pueblo mexicano,

era una mezcla de la nuevas y las antiguas creencias” (Paz 1997:129). Se trata aquí del

sincretismo, un fenómeno de religiones mezcladas muy común en América Latina. Paz

explica de manera detallada como: “No por simple devoción o servilismo los indios llamaban

“tatas” a los misioneros y “madre” a la Virgen de Guadalupe” (Paz 1997:129). La virgen de

Guadalupe es una figura muy importante en México, que es el país de la Malinche también.

¿Pero hay una relación entre Malinche y la virgen de Guadalupe?

En su tesis, Patricia Elise Nelson discute el papel de la mujer famosa en muchas

culturas: “In many cultures, women, far more than men, serve as archetypes. The idea of

“woman” is simultaneously idealized and vilified; both processes serve to reduce the idea of

woman to symbol, rather than acknowledging real women`s complexity” (Nelson 2008:1).

Conforme a esta manera de pensar, la mujer figura como un símbolo y no como una persona

verdadera. En su tesis, Nelson discute justamente sobre los personajes de Malinche y la

virgen de Guadalupe: “As previously mentioned, many historians consider Guadalupe an

incarnation of the Aztec goddess Tonantzin, adapted to the mythology of the Catholic

Church in order to survive after the Spanish Conquest (Nelson 2008:18). Es el sincretismo

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otra vez que se presenta de esta manera, y la diosa mexicana se manifiesta en su cultura. Se

puede pensar igual de Malinche, que era un personaje trascendental en su contexto y además

en la historia, que ella también era un símbolo. Paz explica como las religiones respectivas

de dos continentes se entremezclan: “Al mismo tiempo, el catolicismo les da una visión del

mundo y del trasmundo; les da un estatuto y les ofrece un cielo; los bautiza, es decir les abre

las puertas de un orden distinto” (Paz 1997:322). En esto, se puede ver como las relaciones

de poder actúan de manera que la religión de los españoles se hace la religión preferida y

más fuerte – y la única, según creen los españoles. Pero según Paz, la religión en la Colonia

no fue tan “pura” o no tenía tanta pureza: “El catolicismo fue un refugio porque era una

religión sincretista: al bautizar a los indios, bautizó a sus creencias y dioses” (Paz 1997:322).

De hecho, se encuentra aquí una explicación del grado del poder lingüístico en forma de la

religión, en el área de la colonialidad del saber. Esto se puede transmitir a la novela

Malinche, porque la protagonista sigue mostrando que ella todavía lleva consigo su propia

religión, o sea la religión de los indígenas.

Es obvio que la religión tiene un papel dominante en esta época histórica, y que ha

influenciado también la sociedad y los seres humanos de la región. Todorov discute también

el hecho que los cristianos querían cambiar a los indígenas de América, para que sean más

como ellos mismos: “Las Casas loves the Indians. And is a Christian. For him, these two

traits are linked: he loves the Indians precisely because he is a Christian, and his love

illustrates his faith” (Todorov 1999:168). Sin embargo, el concepto que tiene Las Casas de

los indígenas es de importancia, en este contexto: “precisely because he was a Christian, his

perception of the Indians was poor. Can we really know someone if we know little or nothing

of his identity; if we see, in place of that identity, a projection of ourselves or of our ideals?

(Todorov 1999:168). Es justo de lo qué se tratan las relaciones de poder lingüístico y de la

colonialidad del saber, porque los ideales y las verdades no vienen de las dos culturas, sino

solamente de una de ellas. Todorov se pregunta lo que pasa en las confrontaciones culturales,

y sobre cómo funciona cuando dos culturas diferentes bruscamente se encuentran: “Doesn`t

one culture risk trying to transform the other in its own name, and therefore risk subjugating

it as well?” (Todorov 1999:168). Esto es justamente el problema que tiene lugar en el

contexto de las relaciones de poder lingüístico y la colonialidad del saber. Considerando la

religión como cultura, se puede efectivamente cambiar la palabra “cultura” con “religión”,

en la cita arriba. Todorov se pregunta si este tipo de amor tiene valor. Es lo que ha pasado

durante la colonización de América: La religión de los europeos prevaleció después de un

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cierto tiempo, dejando al lado la religión natural de los indígenas. Esto significa que de

repente, esta religión tradicional era inferior, porque el pueblo fue colonizado por los

europeos. Aunque había también una mezcla de religiones y de culturas, la cultura

predominante en la época eran los valores importados por los europeos. Según Todorov, lo

mismo pasó con Colón, porque él también ha considerado los indígenas como inferiores:

“Or else he starts from the difference, but the latter is immediately translated into terms of

superiority and inferiority (in his case, obviously, it is the Indians who are inferior)”

(Todorov 1999:42).

De esta manera, la religión y la cultura de los colonizadores no controlan solamente

a las mujeres, sino que también a los hombres indígenas, cuando estas dos culturas diferentes

chocan. Sin embargo, se puede pensar en general, que las mujeres fueron aún más

controladas que los hombres porque en esta sociedad, la posición de las mujeres era inferior

a la de los hombres.

Es interesante ver como la religión fue un asunto principal también en la

interpretación de Moctezuma. Nigel Davies discute el tema: “Hay que conceder que

Moctezuma parece haber tenido a Cortés, en ciertos momentos, por une especie de deidad,

aunque no demos una interpretación muy literal a su discurso de bienvenida” (Davies

1977:216).

No se sabe cómo consideró la Malinche el hombre Cortés desde el comienzo, antes

de conocerlo. Lo que sabemos es que ella tenía un papel importante dentro de la relación de

estos dos hombres, porque ha figurado como interprete. Davies discute el tema, analizando

que la verdad era más compleja de lo que puede parecer: “La leyenda de Quetzalcóatl es,

por lo tanto, inadecuada para explicar la actitud aparentemente pusilánime de Moctezuma, y

se deben buscar motivos adicionales” (Davies 1977:217). El miedo es un motivo posible,

según Davies: “Ya fueran humanos o divinos, sin duda alguna temía a los españoles y puede

haber actuado como lo hizo en parte por simple miedo” (Davies 1977:217). Según Davies,

el encuentro de culturas resultó en un miedo hacia el otro, al menos desde la posición de los

aztecas. Se puede ver este miedo como un resultado de las relaciones de poder lingüístico en

la tradición de la colonialidad del saber. Sin embargo, en la época había también muchas

guerras en el continente y en la región, lo que causó muchas veces un miedo general en la

sociedad hacia las personas extranjeras y desconocidas.

Nigel Davies igualmente se pregunta cómo hubieran reaccionado los españoles si la

situación hubiese sido al revés: “Vale la pena considerar lo que podía haber ocurrido si la

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73

situación hubiera sido al revés y España se hubiese visto invadida en esa época por seres

humanos totalmente diferentes que usaran armas desconocidas” (Davies 1977:217). Al

mencionar esto, parece que Davies justifica los sentimientos de miedo o incluso horror de

parte de los indígenas cuando se ven invadidos por los españoles. Este horror, puede quizás

explicar la parálisis de Moctezuma ante los colonizadores.

Las intervenciones en el continente americano tienen tradiciones antiguas. En

muchas ocasiones, el imperialismo ha sido una alternativa normal, en este contexto. Este

fenómeno empezó de verdad con la llegada de Colón al continente, pero sigue durante la

modernidad de los tiempos y hasta nuestros días. Se trata de una manera de controlar a las

personas y a los países que pertenecen a América Latina, porque Los Estados Unidos han

seguido lo que empezó España durante el periodo colonial. Carlos Fuentes explica como el

caso de Cuba puede ilustrar y ejemplificar este fenómeno: “Pero en ninguna parte fue más

rampante el intervencionismo norteamericano que en el Caribe. Puerto Rico, liberado del

dominio español, se convirtió y permaneció como una colonia de facto de los Estados

Unidos” (Fuentes 2002:484).

Se puede constatar en el imperialismo las relaciones de poder lingüístico y la

colonialidad del saber: “A Cuba se le otorgó una independencia formal, pero limitada por la

Emnienda Platt que concedía a los Estados Unidos el derecho de intervención en los asuntos

internos de la isla” (Fuentes 2002:484). Es obvio que el continente americano desde 1492 ha

sido un lugar donde se han encontrado varias culturas, y donde algunas culturas han sido

más fuertes que otras. Una explicación puede ser la colonialidad del saber. En un contexto

religioso, esto puede resultar en una imagen del otro y de su religión como menos valioso

que la religión de los ganadores culturales. Religión y cultura tienen mucho en común, y se

influencian mutuamente.

En Malinche, se puede notar estas estructuras de poder, y como los europeos estaban

ganando terreno:

Malinalli palpó la inconformidad de los orgullosos tenochas que no entendían, que no se explicaban

cómo era posible que el emperador Moctezuma, el gran señor, no pudiera controlar la enfermedad del

oro que aquejaba a los extranjeros (Esquivel 2008:125-126).

El oro tiene un significado importante por los españoles, porque tiene un valor económico,

y no solamente un valor simbólico. Se puede observar el cambio del valor de un concepto

como el oro y el liderazgo religioso de los indígenas. Moctezuma no era capaz de detener

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este cambio de un contexto cultural al otro. Las relaciones de poder se han cambiado – y el

saber de los españoles predomina de repente, o sea que este es un ejemplo de la colonialidad

del saber y de las relaciones de poder lingüístico.

Sin embargo, el poder de la palabra tiene un significado importante en la novela de

Esquivel: “La lengua era la culpable de todo. Malinalli había destruido el imperio de

Moctezuma con su lengua. Gracias a sus palabras, Cortés se había hecho de aliados que

aseguraron su conquista” (Esquivel 2008:157). Otra vez se puede apreciar que las relaciones

de poder lingüístico son un hecho desde el punto de vista de más partes en la Colonia,

especialmente, porque Malinche tiene un papel organizado e importante dentro de este

sistema estructural de la sociedad.

A propósito del sincretismo, Carlos Fuentes explica este fenómeno como parte del

contacto entre América y Europa: “El sincretismo religioso, el barroco afroamericano, la

poesía europamericana de Sor Juana, fueron todas manifestaciones de lo que la historiadora

Peggy Liss llama “el intercambio atlántico”” (Fuentes 2002:294). Este intercambio se puede

considerar como “la red de comercio, cultura y política que inmediatamente vinculó a

Europa y a las Américas después de 1492” (Fuentes 2002:294).

Este intercambio de culturas significa un aumento de fenómenos entremezclados en

los dos continentes que limitan el Océano atlántico. Muchos de estos fenómenos y huellas

quedan hasta en nuestros días. Fuentes discute cómo parece la relación entre España y

América Latina en los tiempos más modernos: “Muchos hispanoamericanos acusaron a

España de todos nuestros males. La madre patria había privado a sus colonias de todo lo que

la Europa había llegado a representar” (Fuentes 2002:411). Y lo que Europa representó, era

la cultura predominante suya, “desde la libertad religiosa hasta la riqueza económica y la

democracia política” (Fuentes 2002:411). Las diferencias culturales entre los dos territorios

respectivos se pueden distinguir en este contexto. Antes de la Colonia, las diferencias eran

aún más importantes que en la actualidad.

Según Octavio Paz, los españoles se han equivocado a propósito de la cultura con

respecto a las construcciones de Tenochtitlán. Paz utiliza Bernal Diaz del Castillo como un

ejemplo en este sentido: “Bernal Diaz del Castillo, al ver los templos de Tenochtitlán, habla

de “mezquitas”. Para él, como para Cortes, los indios eran “los otros” y los otros eran, por

antonomasia los musulmanes” (Paz 1997:321). Significa que no sabían mucho de la cultura

que encontraron, ni de la religión de los habitantes de la nueva tierra. Los españoles llevaban

consigo los conocimientos desde su país e interpretaban lo nuevo en relación con la sabiduría

Page 75: La mujer indígena como el otro del conquistador español

75

que tenían desde antes. Esto es en relación con las discusiones de la teoría de la colonialidad

del saber y de las relaciones de poder lingüístico. Sin embargo, este hecho ilustra la tendencia

de llevar consigo sus valores propios en el encuentro cultural, lo que complica la

comprensión del otro y de su modo de vida.

Lo interesante en este contexto, es como Paz explica que el sincretismo existía ya

desde antes que la llegada de los conquistadores españoles al territorio de los aztecas:

“Hay que partir de un hecho: el sincretismo. Cuando los españoles llegaron a México, se

encontraron con la sociedad azteca. En el templo mayor de México se levantaba la imagen

de Huitzilopochtli, que era el dios tribal azteca” (Paz 1997:321). Al mismo tiempo había

también otras imágenes como “la imagen de Tláloc, el dios de la lluvia. Este dios no era

azteca, era un dios anterior” (Paz 1997:321).

Daniel Defoe también describe la situación del encuentro entre culturas y las ideas

que cada grupo tiene al frente del otro. Aunque el libro Robinson Crusoe de Daniel Defoe

es ficción, se puede ver semejanzas con la realidad y lo que pasó cuando llegaron los

europeos al continente americano: “I could not tell what Part of the World this might be,

otherwise than that I know that I know it must be Part of America, and as I concluded by all

my Observations, must be near the Spanish Dominions, and perhaps was all Inhabited by

Savages” (Defoe 2008:93). Los sentimientos que el protagonista Robinson Crusoe tiene

frente a los salvajes, ilustran el miedo y el respeto subyacente en los pensamientos del

protagonista. Hacia un mundo desconocido se siente incierto y cuidadoso, y no quiere tomar

riesgos innecesarios. Para controlar la situación y su miedo, se vuelve a la providencia para

buscar soporte. Lo mismo hicieron los europeos que llegaron a las “nuevas” zonas del

mundo. Obviamente estas zonas eran antiguas para los indígenas, pero para los españoles

eran nuevas.

A través de la intertextualidad, se pueden comparar diferentes textos. En Robinson

Crusoe, aparece el mismo tema que existe en los textos sobre Malinche; se trata de

encuentros de mundos diferentes en ambos casos: “Los aztecas eran un pueblo nómada que

dejo de serlo cuando se estableció en Tula. El fundador mítico de Tula fue Quetzalcóatl”

(Esquivel 2008:34). Los aztecas creen que los españoles vuelven con Quetzalcóatl. No saben

mucho los unos de los otros y por eso, algunas veces se equivocan.

Page 76: La mujer indígena como el otro del conquistador español

76

Capítulo 5.

Relaciones de poder erótico en la novela Malinche (la colonialidad del ser)

La novela Malinche de Laura Esquivel contiene muchos elementos eróticos, los cuales se

presentan a través de la relación romántica o de amor entre los protagonistas, Hernán Cortés

y Malinche – o sea entre un hombre y una mujer. Este hecho ocasiona muchos momentos

eróticos en la novela. En este capítulo, se analiza el poder erótico. Para ayudar con el análisis,

se usa la colonialidad del ser de la Inflexión colonial. Una definición o explicación de este

concepto, puede ser: “Al igual que la categoría de colonialidad del saber, la de colonialidad

del ser es una elaboración de las implicaciones en una dimensión concreta de la categoría de

la colonialidad del poder” (Restrepo y Rojas 2010:156). El poder es importante en todas las

relaciones, y las relaciones de poder entre los seres humanos de la novela Malinche se

presentan también en el contexto personal.

Cortés tiene un papel importante y destacado durante su estancia en América en la

Colonia: “Cortés estaba dejando de ser el conquistador para convertirse en el Marqués del

Valle de Oaxaca” (Esquivel 2008:181). Su relación de poder frente a Malinche era fuerte,

aunque ella también era de una familia importante de la nobleza indígena, donde era

considerada una princesa. El colonizador español era un representante típico del poder,

mientras que ella era una esclava en la sociedad americana de la época colonial.

La entrada en escena de Cortés, ilustra sus ambiciones en el nivel mundial y también

sexual: “Ese año de 1504, cuando el joven Hernán Cortés pisó la isla de la Española (isla

que actualmente comprende República Dominicana y Haití) y se dio cuenta de que había un

mundo que no era el suyo, su imaginación se llenó de deseos” (Esquivel 2008:7). Que este

hombre sabía lo que quería, pareció claro: “en cuanto deseaba algo, de inmediato se lo

apropiaba” (Esquivel 2008:7). Aquí se pueden comprender las relaciones de poder erótico

en el contexto de la pareja Cortés y Malinche. Cortés tomó lo que quería, y lo hizo también

en la novela de Esquivel, cuando se trató de Malinche. De hecho, había también “una

mezcla” de los nombres de las dos personas protagonistas, la cual se simbolizaba con la

palabra Malinche, lo cual es explicado por Esquivel: “Malinche es el nombre que los

indígenas dieron a Cortés, debido a su cercanía a Malinalli, el verdadero nombre de la

Malinche” (Esquivel 2008 en “Una conversación con Laura Esquivel”). Esta situación

produce una comprensión confusa del nombre de la protagonista – pero puede también

indicar un tipo de simbiosis entre Malinche y Cortés: “No entiendo en qué momento

Malinalli pasó a ser Malinche y Cortés dejó de ser llamado Malinche” (Esquivel 2008 en

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77

“Una conversación con Laura Esquivel”).

De todas maneras, estas dos personas operan juntadas en la novela de Esquivel. Sus

vidas se entremezclan de muchas maneras, figuran como pareja, como colegas en el trabajo

de comprender las palabras y como padres. Esta manera de pensar, se refleja también en las

reflexiones de Malinche. Como lectores, recibimos mucha información a través de sus

pensamientos y reflexiones: “Definitivamente esos hombres extranjeros y ellos, los

indígenas eran lo mismo” (Esquivel 2008:18). La semejanza de los seres humanos, sean de

Europa o de América, se presenta como un deseo en Malinche – ella quiere tener una relación

basada en la semejanza con los recién llegados. Sin embargo, si había “otra explicación a la

llegada de los hombres que cruzaron el mar, no deseaba saberla. Sólo si ellos venían a

instaurar de nuevo la época de gloria de sus antepasados” (Esquivel 2008:18). Con este punto

de partida, Malinche y Cortés se conocen. A través de la novela la relación evoluciona y

culmina con un embarazo. La pareja tiene un hijo, Martín, como resultado de la relación

erótica. No obstante, Cortés está casado desde antes, y tiene una esposa en España. Cortés

regala a Malinche a su amigo, Jaramillo: “Eres mi amigo y te regalo tu deseo a cambio de

que le des a Marina un nombre, un estatus y le brindes protección a mi hijo” (Esquivel

2008:156). Las relaciones de poder se pueden distinguir en esta acción. Cortés decide como

tratar a Malinche, otra vez la mujer es considerada como un objeto o un paquete que se

entrega. Lo mismo pasa con su hijo, aunque Cortés está buscando asegurar su protección.

En la novela se habla con palabras mayores: “Jaramillo, ayúdame a hacer Historia” (Esquivel

2008:156).

5.1. ¿Una relación forzada?

En el principio de la relación entre Malinche y Cortés, los dos parecen entrar y participar en

un juego, en donde se encuentran y se contemplan con curiosidad recíproca. Ambos piensan

que el otro es diferente, lo que despierta el interés del uno por el otro.

No es fácil saber si se trata de una relación voluntaria, especialmente de parte de

Malinche. De todas formas es una relación erótica, forzada o no. La sociedad en donde estos

personajes se encuentran, es una sociedad en donde existe la esclavitud, y Malinche fue

vendida como esclava a Cortés. Sin embargo, como protagonista en el libro de Esquivel no

parece recibir un mal trato. A veces, la mujer es presentada como viviendo una historia de

amor romántica durante la Colonia.

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78

Sabemos también que la sociedad en donde viven es dirigida por el patriarcalismo o

el machismo. Las mujeres no tienen el mismo valor que los hombres – están en una categoría

inferior y tienen que aceptar lo que otros deciden. En esto se pueden ver las relaciones de

poder. Estas relaciones se encuentran también en las estructuras de la sociedad colonial, de

manera que no es fácil transformarlas. Se necesita tiempo para poder cambiar una sociedad.

En este contexto es importante tener en cuenta que Malinche es mujer, al igual que

la autora, Laura Esquivel. La diferencia es el lapso de tiempo entre las dos – pero la

protagonista confiesa a través de sus palabras, qué papel ella tiene en esta sociedad: “A ella

le habían educado para servir. En su calidad de esclava, ella no había hecho otra cosa que

servir a sus amos” (Esquivel 2008:95). Esto significa una vida forzada, de relaciones

forzadas, sin mucha libertad. Sin embargo, en la novela Malinche, la protagonista obtiene

algo más de libertad para su vida al encontrarse con Cortés, pero es claro que tiene que

aceptar vivir en el mundo de él, para conseguir esta libertad.

La sociedad de la época es una sociedad con diferencias importantes entre los grupos

sociales. Burkholder y Johnson explican cómo esa sociedad usaba los esclavos para trabajar

en los hogares de la élite: “All elite households required female domestics to cook, clean and

serve as wet nurses. Few of these women were free. Early in the colonial era nearly all female

servants were Indians compelled to serve a Spanish master” (Burkholder y Johnson

2008:242). En esta tradición se pueden observar las relaciones de poder entre hombres y

mujeres, porque las mujeres son las que tienen que trabajar en las casas de los españoles. De

hecho, aunque no se trata siempre de relaciones eróticas en estos casos, hay una diferencia

entre los géneros que implica una desigualdad entre mujeres y hombres en la sociedad,

porque la mujer, - que en general es una indígena - aparece como inferior en este papel. El

resultado en general, es que no hay muchas de estas mujeres indígenas que se puedan

considerar como personas libres en la sociedad de esa época, dado que eran consideradas

como inferiores a las demás personas que vivían a su alrededor. Malinche de Esquivel es

parte de esta sociedad y tiene que aceptar su papel y su destino, porque hay reglas definidas.

Cuando Cortés decide terminar con ella para entregarla a su soldado, ella tiene que aceptarlo.

Es una sociedad patriarcal, controlada por los hombres de sangre española.

Sin embargo, en su situación actual, Malinche no está entre las más desfavorecidas.

Tiene la protección de Cortés, y desde luego tiene una dependencia hacia ese hombre, que

es necesaria para seguir tiendo esa protección. Cortés es un hombre poderoso en esa

sociedad, y este papel es también interesante, cuando se trata de las relaciones de poder

Page 79: La mujer indígena como el otro del conquistador español

79

erótico. El fenómeno de ser poderoso en un lugar, puede influenciar también la manera de

ejercer su poder en otro lugar.

5.2. Malinche no era la única

Cortés tenía alrededor de él varias mujeres – y Malinche estaba entre ellas. Matthew Restall

describe la relación entre Cortés y Malinche a su manera, y ella no parece importante:

“Cortés no atribuía mucho valor a Marina. La menciona sólo dos veces en sus cartas: en

1520 como su intérprete, que es una mujer india, y en 1529 como Marina, que viaja siempre

en su compañía desde que se la regalaron (Restall 201:129). Aunque no la menciona mucho,

parece que están pasando mucho tiempo juntos. Según Restall, casi no la deja:

“Los nahuas apodaron también a Cortés con el nombre de Malinche, como si el capitán y su

intérprete fueran una sola persona. De hecho, Cortés no perdía nunca de vista a Malinche,

según la crónica de Diaz” (Restall 2010:129). Se puede deducir de esta actitud de la parte

de Cortés, que Malinche era una mujer importante para él – que la necesitaba a su lado

aunque no la mencione mucho en sus textos escritos. Sin embargo, otras personas alrededor

de los dos, han podido analizar también su relación, como por ejemplo Bernal Díaz del

Castillo.

Restall discute también la relación sexual entre los dos protagonistas, y piensa que

Malinche era importante como intérprete, sobre todo antes de la guerra:

“También parece probable que Cortés no la utilizase como amante durante la expedición a

Tenochtitlán y en la posterior guerra hispana-mexica; era demasiado valiosa para Cortés

como para correr el riesgo de dejarla embarazada” (Restall 2010:129-130). Sabemos que su

relación sexual tiene resultados concretos: “Es significativo que ella le diese un hijo diez

meses después de la caída de Tenochtitlán, pues indica que su relación pasó a ser sexual en

cuanto su papel de intérprete dejó de ser esencial para el éxito de la campaña española”

(Restall 2010:130). Este hecho se puede interpretar como una estrategia de la parte de Cortés,

y se puede comprender como una estrategia en las relaciones de poder también. Vemos que

Cortés es el dueño del destino de Malinche en muchas apariciones.

Cortés estaba en América para ganar terreno, para ser victorioso y afortunado. El hijo

de Cortés y Malinche era un vínculo entre los dos, y también entre los dos continentes. Este

niño fue llamado Martín: “Cortés bautizó al hijo con el nombre de su propio padre, Martín,

lo legitimó y al parecer lo favoreció” (Restall 2010:130). Al parecer, Cortés quería a su hijo

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80

– quizás lo vio como una prueba de triunfo. Al contrario de Malinche, el nombre de Cortés

aparece mucho en la literatura sobre el tema colonial. Esto no significa que el papel de este

hombre era mucho más importante que el papel de Malinche en la narración de su encuentro,

pero en esa época, él era significativamente más poderoso en su calidad de varón, y es

esencial destacar que él pertenecía a los colonizadores, mientras que ella hizo parte de los

indígenas, o sea del pueblo colonizado.

Parece también que Cortés quería a Malinche, según Restall, porque la tenía siempre

muy cerca de él: “Durante el resto de la corta vida de Malinche (que murió en 1527 o 1528,

cuando no había cumplido todavía 30 años), parece que Cortés nunca la abandonó.” (Restall

2010:130). Malinche estaba protegida, pero no era la única:

Ella vivía en la casa de Cortés en Ciudad de México (aunque con otras mujeres, incluida, durante un

breve periodo, su esposa española y tres hijas de Moctezuma, una de las cuales tuvo también un hijo

de Cortés) (Restall 2010:130).

En este sentido Cortés parecía como una estrella del pop moderno, rodeado de muchas

mujeres sin saber a cuál elegir. Sin embargo, Malinche tiene importancia en la historia

mundial – dado que, sin ella, el contacto entre los dos mundos culturalmente diferentes, no

hubiese sido tan extendido. Es excepcional que Cortés tuviera las hijas de Moctezuma en su

casa, y que hubiese concebido un hijo con una de ellas también. Esto significa que

Moctezuma en realidad era el abuelo de este hijo, pero no lo vio nunca porque murió. En la

casa de Cortés en México, existía por lo tanto un mundo mezclado en miniatura que consistía

en los españoles Cortés y su esposa, las indígenas como Malinche y las tres hijas de

Moctezuma y la nueva generación, los hijos de Cortés – como representantes del futuro país

mezclado.

5.3. El erotismo como un poder

Esquivel pinta la relación entre sus dos personajes principales de una manera directa para

ilustrar los sentimientos eróticos presentes. No se sabe mucho en realidad de los sentimientos

de Cortés y Malinche, y de hecho se trata de ficción en este contexto. Cortés quiere bañarse

en el rio y Malinche está de repente allí: “Se había despojado de su hermoso huipil para

bañarse. Cortés observó su cuerpo desnudo. Miró su espalda, sus caderas, sus muslos, su

cabello y se excitó como nunca antes” (Esquivel 2008:74). En esta escena se puede analizar

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a Cortés como un hombre, mirando a una mujer. Se puede comprender como un poder varón,

erótico – y dado el papel que Cortés tiene como un hombre poderoso, se puede comprender

la situación de esta manera. Sin embargo, se puede también tratar de una relación más igual,

si la protagonista Malinche también tiene los mismos sentimientos eróticos. Se usa la palabra

“poseerla” al describir los sentimientos de Cortés, o sea que él la quiere poseer – “pero no

debía” (Esquivel 2008:74). Se trata del deseo de utilizar su poder – porque la palabra

“poseer” es una palabra fuerte en este sentido. Tiene un valor excesivo, lo que hace aludir a

relaciones de poder desiguales en el nivel erótico también, porque significa dominación.

Este análisis será más fuerte al tomar en cuenta los pensamientos de Malinche en la misma

página de la lectura: “Definitivamente, ser protegida por Cortés representaba ser una mujer

débil e ignorante” (Esquivel 2008:110). En esta oración, se nota el deseo de la parte de la

protagonista de ser dueña de su vida y de guardar el control sobre su situación. No quiere ser

dominada por otro. Su voz femenina se entiende en sus pensamientos, quiere la libertad

como mujer.

5.4. La colonialidad del ser

La colonialidad del ser fue elaborado por Nelson Maldonado-Torres, “filósofo

puertorriqueño, formado y radicado en los Estados Unidos” (Restrepo y Rojas 2010:155).

Sin embargo, inicialmente, fue Walter Mignolo que presentó y empezó con “las primeras

puntadas” (Restrepo y Rojas 2010:156) de este concepto. La colonialidad del ser está

también vinculada con el poder, como las demás colonialidades descritas en esta tesis: “El

elemento de poder es esencial en este concepto, al igual que los otros conceptos descritos en

los otros capítulos. Aquí también es significado de un poder relacionado a los seres humanos.

Walter Mignolo indica que “el Ser aparece encarnado por el “Hombre blanco, europeo y

postrenacentista” (Restrepo y Rojas 2010:157). En este último personaje se puede presentar

Cortés, contrastando con Malinche en la novela de Esquivel. Ella no es europea, ni hombre,

ni blanca. En este contexto, se puede presentar las relaciones del poder erótico.

Restrepo y Rojas han llamado su capítulo sobre la colonialidad del ser: “La

colonialidad del ser y la interculturalidad” (Restrepo y Rojas 2010:155). El elemento de

interculturalidad está absolutamente presente en la novela Malinche y constituye el fondo de

la narración. Los dos personajes principales tienen cada uno su propia cultura – y se

encuentran en una interculturalidad en donde hay posibilidades de ejercer el poder dentro de

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una relación íntima o no. En el caso de Malinche y Cortés, se trata más bien de una relación

íntima – y como una consecuencia de las relaciones del poder erótico.

La colonialidad del ser puede parecer compleja, pero tiene en nuestro caso relación

a la colonialidad: “Como punto de partida podemos argumentar que la colonialidad del ser

refiere a los efectos de la colonialidad en la experiencia vivida de los subalternos coloniales,

pero también en los sectores dominantes” (Restrepo y Rojas 2010:158). Según esta manera

de pensar, no solamente el uno será afectado por esta colonialidad del ser, sino también el

otro, lo que significa que afecta a los dos, Malinche y Cortés. Entonces es válida en

Malinche: “La colonialidad del ser no sólo afecta a quienes son inferiorizados,

deshumanizados, sino también a quienes se imaginan a sí mismos como superiores y

encarnando el paradigma de humanidad” (Restrepo y Rojas 2010:158). En su análisis,

Restrepo y Rojas van lejos, y caracterizan una situación como esta como “deshumanización”

en unas condiciones: “Así, podemos afirmar que la inferiorización del subalternizado

colonial, que en su punto extremo aparece como deshumanización, es una de las

características de la colonialidad del ser” (Restrepo y Rojas 2010:158). Esta idea tiene valor

en nuestro caso, porque Malinche tiene un papel como esclava, lo que es un papel

deshumanizado. Ser esclava, significa ser el objeto de otra persona o de otras personas, lo

que rompe con los derechos humanos de hoy. El dominio del cuerpo de otra persona significa

que la otra persona no tiene su libertad – y este dominio se puede también caracterizar como

un dominio erótico. En el caso de Malinche, las dos maneras aparecen – el dominio de su

persona y de su cuerpo en general, así como también el dominio erótico, dado su papel como

mujer en una relación entre hombre y mujer.

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83

CONCLUSIONES

El objetivo de esta tesis era analizar las relaciones de poder en la novela Malinche de Laura

Esquivel, bajo la perspectiva de la teoría decolonial. Es interesante ver cómo las relaciones

de poder pueden influenciar las actitudes, las acciones y los pensamientos de los diversos

personajes de la novela. Lo más fácil fue analizar a los personajes principales, debido a que

Malinche y Hernán Cortés tienen una relación muy influenciada por el poder.

El análisis ha contribuido al encuentro de algunos hallazgos que indican que en

muchas ocasiones hay desigualdades en las relaciones de poder, al respecto, se puede tomar

como punto de partida el género y la etnia de los personajes implicados. Cuando los

españoles y los otros europeos se fueron a América para colonizar a los habitantes de este

continente, llevaron consigo unas ideas de supremacía y estigmatización hacia las personas

que eran diferentes a ellos. Estas ideas se pueden concebir como relaciones de poder

desiguales, lo que se discute también en el texto de Restrepo y Rojas.

En la novela Malinche, se puede notar una desigualdad en las relaciones de poder

relacionadas con el área de la palabra, o sea de manera lingüística, en donde el español se

presenta como el idioma utilizado en general, destacándose como el idioma más aceptado

en esta sociedad de la colonia. Sin embargo, a veces la protagonista Malinche se presenta

como una ganadora porque puede hablar varios idiomas, y de esta manera, cuenta con un

poder que no posee Cortés. Malinche usa la oralidad en sus traducciones como interprete –

Cortés también usa la palabra oral en sus discursos y ordenes, por supuesto, pero también

tiene la palabra escrita como referencia – porque existen textos de la Colonia que describen

los encuentros entre los grupos europeos y amerindios. Los indígenas tenían una tradición

más bien oral, en sus transmisiones de cuentos religiosos y de los eventos de otro tipo.

Hay también una desigualdad en las relaciones de poder en el dominio de la

intimidad. El cuerpo de la mujer será en este caso aceptado como una propiedad,

especialmente porque la mujer aparece como una esclava que es comprada por el hombre,

lo que sucede en el caso de Malinche y Cortés. El simbolismo fuerte del cuerpo, como un

objeto que se puede conseguir con el poder necesario existe, y esto contribuye a la

desvalorización de la mujer y reivindica su posición de inferioridad en relación con el

hombre.

Malinche hace también parte de su grupo y normalmente está habituada a aceptar su

destino según su tradición indígena. De hecho, representando esta mezcla entre hacer parte

de su tradición indígena y hacer parte de la sociedad colonial, ella no se debería destacar

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demasiado como una mujer en el aspecto individual. Sin embargo, ella tiene una voz a través

de la palabra, pero se trata más bien de una voz tranquila.

Las relaciones de poder existen entre la protagonista Malinche, y el otro personaje

principal de la novela, Hernán Cortés. Existen en su relación erótica, porque Malinche es

una mujer y Cortés un hombre de la época colonial, también existen en su relació,n porque

es una protagonista indígena y él un español de Europa. Existen, porque son de dos culturas

diferentes, en donde la una es una cultura indígena que es absorbida por la otra que es la

cultura española y europea. Existen, porque las culturas existentes en dos continentes se

chocan, América y Europa – y en este encuentro, elementos de la cultura “menor”

desaparecen en la cultura “mayor”. Existen, porque hay sistemas de la sociedad que las dejan

existir y seguir existiendo. Estas relaciones de poder se presentan en el nivel del saber, en lo

relacionado con el área lingüística y religiosa, así como alrededor de los seres humanos, en

el nivel del ser y en el nivel erótico.

En esta tesis se han discutido las relaciones de poder en Malinche. En el capítulo 1

se ha presentado la tesis con sus objetivos y la novela en su contexto histórico, literario y

cultural. En el capítulo 2 se hizo una presentación literaria de Malinche de Laura Esquivel,

presentando y analizando también a la protagonista y los personajes principales de la novela.

Se hizo un análisis de las representaciones de poder entre el conquistador español (el otro

imperial) y la mujer indígena (la otra colonizada), en donde se encontraron desigualdades.

El concepto del otro es un concepto clave en la teoría decolonial. Lo interesante es, que

cuando dos personas se encuentran, como la protagonista Malinche y Cortés, hay otredad en

las dos direcciones, o sea que hay una otredad recíproca. Además, los dos son influenciados

por la cultura en donde viven, lo que significa que la Colonia influencia a los dos personajes

literarios- y desde antes, estos personajes son el resultado de sus respectivas culturas,

Malinche de la cultura indígena y Cortés de la cultura española. En el encuentro de los

personajes literarios en un mundo colonial, se puede constatar una mezcla de culturas, en

donde algunos elementos de cada cultura persisten o se cambian para ajustarse a la sociedad.

En el capítulo 3 fueron discutidas las Relaciones de poder etno-cultural en la novela

Malinche (la colonialidad del poder), mientras que en el capítulo 4, fueron discutidas las

Relaciones de poder lingüístico en la novela Malinche (la colonialidad del saber). En este

sentido fue discutido el poder lingüístico y el poder de la palabra – un área en donde

Malinche tenía ciertas ventajas. Igualmente fue tratada la religión como un ejemplo del poder

lingüístico, mostrando que la religión dominante de la época era la religión de los cristianos,

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85

o sea la de los colonizadores europeos. En el capítulo 5, fueron discutidas las Relaciones de

poder erótico en la novela Malinche (la colonialidad del ser), y en este sentido el erotismo

como un poder – especialmente en la relación entre Cortés y Malinche. Siendo una mujer e

indígena esclavizada, en general, Malinche es tratada con inferioridad.

Los encuentros y resultados del análisis muestran que hay desigualdades en las

relaciones de poder, y que en general, Malinche es desvalorizada en comparación con Cortés.

Sin embargo, ella tiene unas capacidades lingüísticas que Cortés no posee, y a través de la

palabra, ella tiene un poder importante.

Page 86: La mujer indígena como el otro del conquistador español

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