la filosofía benjamín franklin

5
La filosofía Benjamín Franklin: una semana, un propósito por Javier Echeburúa | publicado en: Recursos Humanos | 2 Fuente: Wikipedia Hace unos días mi mujer, periodista y curiosa como ninguna, estaba leyendo en Internet la biografía de Benjamin Franklin y me empezó a hablar de su “bagaje espiritual” y de cómo, de una u otra manera, seríamos personas más completas si siguiéramos ciertas disciplinas como las que postulaba este gran personaje. Su filosofía de vida consistía en cultivar su carácter mediante un plan de trece virtudes (templanza, silencio, orden, determinación, frugalidad, diligencia, sinceridad, justicia, moderación, limpieza, tranquilidad, castidad y humildad). Es evidente que cada uno de nosotros tenemos nuestra escala de valores, creencias, principios y, si me apuráis, prioridades, por lo que entra dentro del ámbito más personal plantearse unos u otros propósitos (si es que nos los planteamos, claro). En cualquier caso, el mensaje con el que nos quedamos en aquel momento al comentar este aspecto de la vida de B. Franklin, y que hemos empezado a aplicar en primera persona, es que no trataba de trabajar al mismo tiempo en todas las virtudes que quería cultivar, trabajaba en una cada vez, centrándose en ella una semana, “dejando todas las demás a su suerte ordinaria” (esta frase tampoco hay que seguirla al pie de la letra). Como el propio Franklin reconoció, a pesar de sus propósitos, no vivió completamente según sus virtudes y, según él mismo admitía, incumplió sus preceptos muchas veces, creía que intentarlo lo hizo una mejor persona y contribuyó enormemente a su éxito y felicidad. Esto, en ocasiones, es como quien dice, “lo importante no es ganar si no participar”. Si lo intentamos realmente estamos consiguiendo mucho.

Upload: jonathan-alejandro-zambrano

Post on 14-Feb-2016

217 views

Category:

Documents


4 download

DESCRIPTION

La Filosofía Benjamín Franklin

TRANSCRIPT

Page 1: La Filosofía Benjamín Franklin

La filosofía Benjamín Franklin: una semana, un propósitopor Javier Echeburúa | publicado en: Recursos Humanos | 2

Fuente: WikipediaHace unos días mi mujer, periodista y curiosa como ninguna, estaba leyendo en Internet la biografía de Benjamin Frankliny me empezó a hablar de su “bagaje espiritual” y de cómo, de una u otra manera, seríamos personas más completas si siguiéramos ciertas disciplinas como las que postulaba este gran personaje. Su filosofía de vida consistía en cultivar su carácter mediante un plan de trece virtudes (templanza, silencio, orden, determinación, frugalidad, diligencia, sinceridad, justicia, moderación, limpieza, tranquilidad, castidad y humildad). Es evidente que cada uno de nosotros tenemos nuestra escala de valores, creencias, principios y, si me apuráis, prioridades, por lo que entra dentro del ámbito más personal plantearse unos u otros propósitos (si es que nos los planteamos, claro). En cualquier caso, el mensaje con el que nos quedamos en aquel momento al comentar este aspecto de la vida de B. Franklin, y que hemos empezado a aplicar en primera persona, es que no trataba de trabajar al mismo tiempo en todas las virtudes que quería cultivar, trabajaba en una cada vez, centrándose en ella una semana, “dejando todas las demás a su suerte ordinaria” (esta frase tampoco hay que seguirla al pie de la letra).  Como el propio Franklin reconoció, a pesar de sus propósitos, no vivió completamente según sus virtudes y, según él mismo admitía, incumplió sus preceptos muchas veces, creía que intentarlo lo hizo una mejor persona y contribuyó enormemente a su éxito y felicidad. Esto, en ocasiones, es como quien dice, “lo importante no es ganar si no participar”. Si lo intentamos realmente estamos consiguiendo mucho. Todo lo anterior, lo reflexiono tanto en mi faceta personal como en la profesional. No hace falta ponerse grandes logros imposibles, tipo los que nos solemos marcan en el comienzo de cada año y que, por lo general, se cumplen los primeros quince días. Se trata más bien de pequeñas metas semanales que si las alcanzamos y nos satisfacen, es muy probable que, sin darnos especial cuenta y suponer grandes sacrificios, las incorporemos a nuestra rutina diaria, mejorando aspectos de nuestra vida. Sirvan de ejemplo mis primeros propósitos: adoptar buenas posturas en mi puesto de trabajo (no veáis como lo nota mi espalda) y leer media hora diaria boletines de actualidad laboral, al margen de linkedin, twitter… Ambos los he cumplido, y reconozco que este sistema me está gustando.  Pensad qué resultados tan positivos podríamos obtener en nuestro día a día en la gestión de nuestros cometidos profesionales/en la búsqueda de empleo y en la organización de nuestro tiempo libre y familiar. Me parece que este método es aplicable a todo tipo de situaciones y de personas, así que ya sabéis, una semana, un propósito. Feliz fin de semana y aprovechad para pensar en vuestro propósito de la semana que viene…, como siempre, buenas prácticas laborales.

Page 2: La Filosofía Benjamín Franklin

Estas son sus Claves del Éxito:

1. Templanza. No comer hasta la saciedad, no beber hasta la exaltación. ¿Cuántos trabajadores no asisten a un día laboral por el San Lunes (de cruda)? Comer demasiado provoca, comprobado, sueño. Hay que estar alerta. Y beber demasiado hace que se pierda el juicio.

2. Silencio. Habla sólo lo que pueda beneficiar a los otros y a ti mismo. Evita las conversaciones fútiles. Ejemplo: existe una gran cantidad de proyectos de los que se entera la competencia, debido a una plática de amigos. Esto se reduce al secreto profesional.

3. Orden. Que cada cosa ocupe su lugar; que cada parte del negocio tenga su tiempo. Ejemplo: para esto sirve la administración de recursos humanos: que un abogado no haga la parte de comunicación; cada profesional en su área.

4. Determinación. Resolver llevar a cabo lo que se debe; actuar sin dejar de hacer lo que se determine. Ejemplo: es la administración efectiva del tiempo. Tan explotada y tan de moda. Cada cosa tiene un tiempo específico; lo demás estorba.

5. Frugalidad. No gastar más de lo que es bueno para los otros o para sí mismos; esto es, no derrochar nada. Ejemplo: administrar los recursos para que cada peso retorne con algún beneficio.

6. Industria. No perder tiempo; estar siempre ocupado en algo útil; suprimir todas las actividades innecesarias. Ejemplo: hay que planear los días y llevar a cabo los planes. Cada hora puede significar alguna ganancia o un nuevo proyecto.

7. Sinceridad. No usar engaños; pensar inocente y justamente; si se habla, hacerlo como se debe. Ejemplo: esta es la base de la lealtad de los clientes. Si un cliente se siente defraudado, con toda seguridad no volverá.

8. Justicia. No causar perjuicio a nadie haciendo daños u omitiendo los beneficios que se deben. Ejemplo: las letras chiquitas. Un acuerdo claro ofrece más rendimientos.

9. Moderación. Evitar los extremos; resiente los daños en la medida que creas merecerlos. Ejemplo: una gran cantidad de ejecutivos y emprendedores se achacan la culpa de todo; hay cosas, como las crisis, que están fuera de su alcance; lo externo no es culpa suya; la no planeación, sí que lo es. Hay que aprender a delegar responsabilidades.

10. Limpieza. No tolerar la suciedad en el cuerpo, vestidos, habitación o empresa. Ejemplo: una empresa limpia, un empresario limpio; quien atiende y el entorno limpios, provocan confianza. Piensa en un hospital o en un médico sucio... ¿Te daría confianza? ¿Y un restaurantero? Hay empresas que manejan políticas muy estrictas de limpieza, y les ha funcionado.

 

Page 3: La Filosofía Benjamín Franklin

Las 13 Virtudes de Benjamin Franklin

Benjamin Franklin buscaba cultivar su carácter mediante un plan de trece virtudes que desarrolló cuando tenía 20 años (en 1726) y que continuó practicando de una forma u otra por el resto de su vida. En su autobiografía lista sus trece virtudes como:

1. Templanza: No comas hasta el hastío, nunca bebas hasta la exaltación. 2. Silencio: Sólo habla lo que pueda beneficiar a otros o a ti mismo, evita las

conversaciones insignificantes. 3. Orden: Que todas tus cosas tengan su sitio, que todos tus asuntos tengan su

momento. 4. Determinación: Resuélvete a realizar lo que deberías hacer, realiza sin fallas lo que

resolviste. 5. Frugalidad: Sólo gasta en lo que traiga un bien para otros o para ti; Ej.: no desperdicies

nada. 6. Diligencia: No pierdas tiempo, ocúpate siempre en algo útil, corta todas las acciones

innecesarias. 7. Sinceridad: No uses engaños que puedan lastimar, piensa inocente y justamente, y, si

hablas, habla en concordancia. 8. Justicia: No lastimes a nadie con injurias u omitiendo entregar los beneficios que son

tu deber. 9. Moderación: Evita los extremos; abstente de injurias por resentimiento tanto como

creas que las merecen. 10. Limpieza: No toleres la falta de limpieza en el cuerpo, vestido o habitación. 11. Tranquilidad: No te molestes por nimiedades o por accidentes comunes o inevitables. 12. Castidad: Frecuenta raramente el placer sexual, sólo hazlo por salud o descendencia,

nunca por hastío, debilidad o para injuriar la paz o reputación propia o de otra persona.

13. Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates.

Franklin no trataba de trabajar en todas ellas al mismo tiempo. En lugar de esto, él trabajaba en una y sólo una cada semana, "dejando todas las demás a su suerte ordinaria".

Aunque Franklin no vivió completamente según sus virtudes y, según el mismo admitía, incumplió sus preceptos muchas veces, él creía que el intentarlo lo hizo una mejor persona y contribuyó enormemente a su éxito y felicidad, por lo cual en su autobiografía (La vida privada de Benjamin Franklin), dedicó más páginas a este plan que a cualquier otro punto.

Allí escribió: "Yo espero, por lo tanto, que alguno de mis descendientes pueda seguir el ejemplo y cosechar el beneficio".

Más artículos sobre ÉXITO en este enlace.