la en h1exico los - unam

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"LA SCiPl{Eh1.4 CORTE EN h1EXICO Y F,\ LOS ESTI\I)OS UNID(~)S" " Por e1 Dr. ntoiiio Canr,ii.r.o FI.«I<ES Ex Direi,titr <Ic la Fnrsilta<l di. Deirelti> <di, la L.N. IiI. .4piailpai.o a nii niiiipi \\illiüni Iioy Vallancr i,i ol>uituriiilad r~uv IIIC Iia dado para TPUII~TIIIP t.1 día IIC lioy con mis colc.gas los abogados de la 13arra del Distrito <Ir Coliirnbia. Hc ~>ciisado que hallándorios en esta gran ciudail capital nada seria rnis aliropiado que hablar a ustedrs, así sea cii fornia I>rcvcl acerca de Iai tarias qur la Suprema Corte cum[~lr en mi país. \léxico, contrastindolas de IJam ron las que aquí tiirir a su cargo la Iioiiornl~leSuprema Corte de los Estado- Unidos. I'orq~w liny ~ i i t r e:iniLas riilis d i 1111 TUCFO coxníln, PI~PI~Z;LLL~~ por su IIOIIILI~P mismo que la iiurstra; al ser criada Iior los Cuiitituycntcs dr 1821. tornb de la nortrani~ricaiia; circuiistaiicia que csl>lica por qué entre todos niirsiro. cuerpos judiciali,~ la Su~ircnia Corte es la úiiicü que no llcva coriforriic, a la tradiciúii española. el aprlaii\,o dr '-ti-ibiiiial". Ahora que exarriirinndo con niis roidaclo eitc ~w<!ueño aqiinto <IPI iioiiibrp sr d~srul~re qw !a nutlitra 110 <,S SLIIIIC~I~ C~rtv B silcüs (,o~no la de Wa~liingtuii,sino " Sul>rema Cortc dc Justicia". Lo ~LIP 11111 hacc rzcoidür uiia ani.rdota atrihiiida al Magistrado Holmes cuando iinr~acieiitecon uri iiovrl ahogado que iii\~ocabaen forma imprecisa coiisideraciones de equidad, le amonest6 con estas palaliras: "Kecuerde usted. joven. que esta iio es una S u j ~ r ~ m a Corte dc Justicia sino una C:ortr dc Dercclio". Entre riowtros rl Magis- trado Holmrs no habría porli<lo decir lo mismo: nuestra <:anitito<.ión quie- re que la Corte Rlcxicaiia e a tina Corte dr Jiisticia y no solamente <!c Dercrho. De todos modoc hay uiia iridudshlc similitud eti los iiomtircc. pcro no sólo en los iioiiiLres. l.:~~~wicióa Ii~rlia por ri Eminujed<ir de México r~i Washingtor,. A!itonio Carrillo Flurcs, ,,"te la Secriiin lntrr~imericann dc la Rurra de .4l>opados del Distrito ile Co- Iiirnl>ia. CI día 21 de novic!?il,re de 1959. www.derecho.unam.mx

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Page 1: LA EN h1EXICO LOS - UNAM

"LA SCiPl{Eh1.4 CORTE EN h1EXICO Y F,\ LOS ESTI\I)OS UNID(~)S" "

Por e1 Dr. n t o i i i o Canr,ii.r.o FI.«I<ES Ex Direi,titr <Ic la Fnrsilta<l di. Deirelti> <di, la L.N. I i I .

.4piailpai.o a nii n i i i i p i \\illiüni Iioy Vallancr i,i ol>uituriiilad r ~ u v IIIC

Iia dado para T P U I I ~ T I I I P t.1 día IIC lioy con mis colc.gas los abogados de la 13arra del Distrito <Ir Coliirnbia. Hc ~>ciisado que hallándorios en esta gran ciudail capital nada seria rnis aliropiado que hablar a ustedrs, así sea cii

fornia I>rcvcl acerca de Iai tar ias qur la Suprema Corte cum[~l r en mi país. \léxico, contrastindolas de IJam ron las que aquí tiirir a su cargo la Iioiiornl~le Suprema Corte de los Estado- Unidos.

I'orq~w liny ~ i i t r e :iniLas riilis d i 1111 TUCFO coxníln, P I ~ P I ~ Z ; L L L ~ ~ por su I I O I I I L I ~ P mismo que la iiurstra; al ser criada Iior los Cuiitituycntcs d r 1821. tornb de la nortrani~ricaiia; circuiistaiicia que csl>lica por qué entre todos niirsiro. cuerpos judiciali,~ la Su~ircnia Corte es la úiiicü que no llcva coriforriic, a la tradiciúii española. el aprlaii\,o dr '-ti-ibiiiial". Ahora que exarriirinndo con niis roidaclo eitc ~w<!ueño aqiinto <IPI iioiiibrp sr d ~ s r u l ~ r e q w !a nutlitra 110 <,S S L I I I I C ~ I ~ C ~ r t v B silcüs ( , o~no la de Wa~liingtuii, sino " Sul>rema Cortc dc Justicia". Lo ~ L I P 11111 hacc rzcoidür uiia ani.rdota atrihiiida al Magistrado Holmes cuando iinr~acieiite con uri iiovrl ahogado que iii\~ocaba en forma imprecisa coiisideraciones de equidad, le amonest6 con estas palaliras: "Kecuerde usted. joven. que esta iio es una S u j ~ r ~ m a Corte dc Justicia sino una C:ortr dc Dercclio". Entre riowtros rl Magis- trado Holmrs no habría porli<lo decir lo mismo: nuestra <:anitito<.ión quie- re que la Corte Rlcxicaiia e a tina Corte d r Jiisticia y no solamente <!c

Dercrho. De todos modoc hay uiia iridudshlc similitud eti los iiomtircc. pcro no sólo en los iioiiiLres.

l . : ~ ~ ~ w i c i ó a I i~r l ia por ri Eminujed<ir de México r ~ i Washingtor,. A!itonio Carrillo Flurcs, ,,"te la Secriiin lnt r r~imericann dc la Rurra de .4l>opados del Distrito ile Co- Iiirnl>ia. C I día 21 de novic!?il,re de 1959.

www.derecho.unam.mx

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140 ANTONIO CARRILLO FLORES

Nuestra Suprema Corte, como la de ustedes, es el más alto dc los tri- bunales federales y, en tal carictcr, tiene el poder de decir la última pa- labra en la definición d r "la ley de la tierra" cada vez q ~ l e conocc de un "caso" o de una "controvirsia". Si al fallar ciinlquiera de ellos la Corte estima que es necesario dejar de aplicar una ley federal o local porque sea incompatible con la Constitución, tiene e1 podrr para proceder así. A difpreniia de lo que aquí ocurre, en donde semejante p d e r no está cspe- cificamente concedido a la Suprema Corte excepto cuando se trata de definir la supremacía del derecho federal, en hl&xico nuestra Suprema Corte tiene la potestad expresa de ordenar que una ley federal o local no sea obedecida cuando viola las garantías iiidividiialcs que la Constitución consagra.

YO diría de manera general qiie nuestro poder judicial fedrral tiene todas las facultades que el artículo 111 de la Constitución Norteamericana otorga al de ustedes. Y al igual que la Suprema Corte de Estados Unidos, la mexicana ejerce su jurisdicción actuando en riertos casos en forma ori- ginal o de única instancia y en otros revisando decisiones de tribunales inferiores; si bien, como más adelante explicaré, nu~s t ro sistema se ha desarrollado en forma por completo diferente al norteamericano en lo que toca a las materias sobre las cuales se ejercita In jurisdicción no original u revisora de nuestra Suprema Corte.

Es intere-sante anotar PI hecho de que textos legalrs quc en sil origen fueron si no idénticos muy similares, en mi país han dado lugar a inter- pretacionrs enteramente distintas de las norteamrricanas; y lo que quizás es aún más digno de mención es que tales difer~ncias no fueron ~l resnl- tado del esfuerzo o las disquisiciones de nuestros juristas sino más bien de la diaria presión popular.

La explicación de este fenómeno reclama que tome tinos minutos para hablarles de una institución de la que los mexicanos hemos estado siempre orgullosos, de nuestro amparo. Acaso en una traducción literal al inglés podría yo llamarlo "writ of protection", aunque creo que "amparo" es en español una palabra mucho más bella y significativa qiie "protección" en

inglés. Mis compatriotas por casi un siglo han visto en esti amado recurso

el bastión de sus derechos fundamentales como individuos en contra de cualquier acto o procedimiento de cualquier autoridad, alta o modesta, fc- deral o local, legislativa, administrativa o judicial.

Del "amparo" habla el prestigiado diccionario de derecho de Black pero en términos tales que obviamente llevan a concluir que se ocupa de

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una iiistitiicii>n drl Ilainado derpcho "liir~~anoamericano" quc rige en algu- iios Eatndu?. giic <.S por coniplrto distinta de la nuestra. ' Prol>ahlernente 13 lorrna ni is srniilla de t.xplirar a iistectps lo que el amparo es Fn I\.léxi<:o, es repetir el artículo XVIII de la Declaración Americana d e los Derechos y I le leres del liotnbre, aprobada cri Boy«t5. ColoiiiLia, cii 19'18 por la 1X Coiiferriicia liitiraiiiericaiili. Dice así: "Toíla Iiprsona ~ i u e d e ocurrir a los tril>uiialrs para hacrr v a l ~ r 'us derechos. Ahimismo debr dislioiier de un procc<liriiierito sericillo y I i r e ~ e por el cual la justicia 10 a:rlpare contra actos <]t. la autoridad i lur rinlrii. rii incrjiiicio .silyo, ulguiiu <Ic los d<,rcchoi i~iiirlüirieritale> <:oiivai:radi>s ~ o n s t i t u c i o n a l n i i ~ ~ ~ t c ~ ~ .

t:s iiri heclio hicii conoiidri quc hIéxict> jugS un l>al~el importaiite eti la rc<iaccii>ii dc ?>te texto. Esa cr III raziiii por la cual sigue tiiuy de ccrcü la tcoria dii lo que sus crcadort .~ Iiretcndieroii que el amliar<i fiicse cii

ini país. j>rirricro ? t i su apariciiiii en r l acta d e refortnas <le 1847 y desputs, yii cuil i n i ) ~ ~ . claii<!a,l. i , i i i iucstii ;ron Coiistituci6n Liberal del 5 dc fe- birru dc 1>5T

El tCrriiino espaiiol "3iiiparo" biciic itidudablenicritc d r iiucisLi-a tradi. ciSri colonial; pcio la idcn coitci-cta dt, Iiaccr del Poder Judicial i < ~ I e r a l vi óuardiái, d e los derirlioi r«iiitituciotiale; del individri:~, S P iils1)irli - a l iiieiius 131 CE mi ~onvi~ciÓri . ]>ties ac,,rca de este ~ U L L ~ O no est~iinos dc acucr(lo todos los abogados inrxics~ii).- - eii la er[~osicióii que .4ltjo dc Tocqucvillr: hizo dr las iiistitucionr~s politicas nortraniiricstiai mi su cClcbi-r libro pu- L>lica<io rri lo . treintas di. niil oclioci<~iitos.

I'arecr. c ~ t r a ñ o y siii eml~argo es conil>iciiiihle cn cl ambi<,iite cultural de inc,iiados di4 si:lo XlX, que nuestro.- juristas cstuiliai-aii las institu- cioiiri olíti tic as y jurí<!iciii <Ic itstedes r n 'Tocqucville in5s hieri que en los rscritos r l ~ Ha~niltori, Illi~liiori. Jay O del gran Justicia hlayor Marsliall. ,4611 nliu!a cl sistrnia li,;üI xiglo-saji>n, especialniente en sus datos técnico.:. tio ti> rriuy conocido rii 3lrxico, .si bieti la situaciím va cambiando; con iiiay<ii L ~ Z I > I I hacr 100 siius, cuari<lo el intcrcatiibio ~u l iu i i i l dirrcto eiitrr iiurslrob <los l>aises Ira I,iicticnrnt.ntc iricxistrritr.

l 'iio cualquiera que zca la causa. el hecho cierto es q u r los fundadorcs d e nuestro amparo quisieroit d a r a iiucstro Poder Judicial Federal cii esta

. 1 1.a edición de 19.51, ¡>ajo el riiliro ":4rn1i~io" de rsia deliniciiiii: e n el derecha

Iiisr,arioainrricano, docuiiirntu ex!imiido a quien rcclarna una ~iur<:iÓn ilc tierra corno uiiu protecrión entretanto qiie sr ordena un ileslindr y se expide el titiilo <ir posesión pur un comisionado cori iuturidail suiicienti'.

3 En uli ui-tirulo qiir i v t i t i i l i i -'.\iejo ,ir 'Yui,,lui:rillc. 3iaiinriu Otero y rl arniin-

ro", pul>licado cri El Urii\ciial rn li>s prirncin: iiias <!e aiiril <Ir cstv año, fundó nlirriiaciún.

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142 ANTONIO CARRILLO FI.0RES

materia las funciones que Tocquevillc había explicado en su "La Demo- cracia en América" que tenía en los Estados Unidos y para eso imaginaron un procedimiento legal sui gcneris que combina elementos similares a los que en el derecho anglo-sajóii tienen el habras Corpus, i.1 mandamus y la injuction del derecho de ~qu idad . Incluso está regulado lo que corresponde a la injunction provisional o temporal de ustedes y quc perniite a los jueces conceder a la parte quejosa una protección de ~ m ~ r g e n c i a suspendi~ndo la acción de la autoridad entre tanto que la sentencia final decide la con- troversia.

Donde nuestro sistema se ha desenvuelto en una forma por completo distinta a la de ustedes es cn la amplitud de las funciones que nuestras cortes federales cumplen en relación con el capítulo de garantías indivi- duales de nuestra Constitución, de lo que ustedes en inglés llamarían nues- tro "Bill of Rights". Aludo en especial al artículo 14, de nuestra ley de leyes que en opinión de uno de nuestros más eminentes juiistas de principios de este siglo, don Emilio Rabasa, s r inspiró ?n la cláusula del "debido proceso legal" de la enmienda V de la Constitiición norteamericana. La verdad es que nuestro artículo 14., como todos los demás incluídos entre los que definen las garantías del individuo, incluye en sus disposicioiies lo qur corresponde también a la enmienda XIV de nstrdes; en otras palabras, en México, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, las mismas normas establecen la protección de los individuos en contra de la autori- dad federal y de los gobiernos estatales.

Debido a circunstancias históricas que no puedo detenerme a analizar, los tribuiiales federales desde el principio de la vida del sistema se rieron sometidos a la constante presión del pueblo de los distintos Estados para examinar a través de nncstra propia y peculiar cláusula del "debido proceso legal", esto es de nuestro artículo 14, si la ley había sido bien aplicada o no por cualquiera de las autoridades del país en e1 caso origen de la queja o reclamación del particular.

El resultado, desde el último cuarto del siglo pasado, es que con muy pocas excepciones cada vez que un particular acude al amparo por un agravio real o supuesto del Gobierno o de sus agcntes, ya sean ellos fede- rales o locales o aún municipales, puede llegarse hasta la Suprema Corte, que de esa manera se ve obligada a decir la última palabra en práctica- mente todas los controversias judiciales, inclusive aquellas (cosa que no ocurre en Estados Unidos) que no plantean ninguna cuestión específica de áerecho federal.

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En los últimos arios i c han proliiiesto Y adopta~lo algunos rciuedios

para corregir una sitiiaci6ri como la anotada que puede .significar para la Siiprcma Corte lo qiic el mismo Kabasa llamó "una t a r a impo.~itilc". Eii l"28. por ~ j ~ m p l o . sc la divi<lib en salas. primero pri t tcs: para üiiriitu-

prnalri. a<liiiiriietrativos y civilr.. E n 1935 sr creó uiia sala m i s para los

a.ii~iiui d ~ 1 trabajo. E n 1951 otra irnportariti, rpforrria CI. I i i ~ « d~itido auto.

ri<laJ iiiial en cirrios ~a . -os (negocio? nienorr; de ordvri ciiil y p<.iial, así romo amparos n<imiiiistrati~-o; roritra ai~~oi.i<lades localesi a las decisiones

d<, t i ibunalrs Ec<lcralcs <le al>rlacii>ii rrcados al eIecto 1 rstablccicndo la

~a<liicidacl en los nrgot:ios civiles o administrativos cuuii<lo los i i i t r r~sados

iio renitcveii de tiempo r n tiempo stt instancia.

Los reniedios al parecer no han sido rulicieritcs. Miles y riiiles dv peti.

rioiics Ilcgaii cada año n la Suprema Corir reclamando uiia soluci6n que

humanam~i i te nucstro m5ximu Trihunal no p u r d i dar sicrnprc can la opor.

tiinidad que todos drscaríun.

El Congreso de mi patria ertudia ahora uiia i rz m i s t.sta \ ie ja 1- diiicil

cuestióii, explorando por diversos caminos y a través de varias propuesta;.

i i i ic\~is solucion~s para e1 Iirol>lcma.

Clii r~cu l tado indircrio dc la discitsii,ri qiic c > l i tcriiciidu lugar i.- VI i .riciint< intrr& <le los nbogados m ~ x i c a n o s para conocer ni;is en dptall~.

r l iistrnia iiortcnmcricano y la forma coinc funciona. Así, la ~ : o ~ t v ~ r i i e l ~ c i a

de adoptar algiinos de los principios di: l a ley judicial iiorteamcricaiia di. 1923 que dio a la Suprema Cortc de este país amplia facultad discrtvioiial

] ,ara decidir si ro i i s id~ra que un caso r s d e s u f i c i ~ i i t ~ intrrés público para

o c u l x ~ r w <Ir él u no, rs a h o r ; ~ iin t rma qut: se discuie en la priiisa. rn la<

riuiiiurii,.. de ahogados y en las <,átedrai. :' -

:i El eirtcma csti rxl>lirarlo Iircvrrniiitr en in i lil>ro L a Uelcrisa Jiiridica de. la* iiarticulares Irente a la .Administración r!i hlerico". 1939, piginas 169 a l i l , de aciirrdu <<si In faniosa carta dirigi<ln por p l jiicticia niayijr Huulirs al epnoilrnr Klit~i.1i.r rl 21 <II. iriiirro <Ic 1<J3;, que +irtic siciido la r ~ ~ ~ o s i r i ó n rlásiio rti csla ~iiareiiii. I'iii.d? vdcrnis corisultaisr f.1 rrr.i:lcntr tratado ilt: llart y lVt.<:hsler. Tlia Fcdrrill ( k i i i - t i ancl I b e Federal S>:trm. 1953, pÚginas 1344 a 1422. El rasgo más saliriiti. c i qiie riiiitio iil inler~oi d~ los nur \c riin~istra<li>s dehcti roi>sid<.rar qiic lii pctición iilaritca i i i i pro- LiIt.ma ile iiit<,ris iirriei:il , i i i n q u < : no ri<:it:s~riaiiii,iitr dc ordrn constiturioiial para qiic si: a<lniitii rl wiir of rrrtiorari. que C I ~rri irso u t raes di4 cual s i cjviriiu vri la gran ninyorin de los casos la jurisdirciúii dr alirloción dc la Sii:irrme Ci~rtt,. Uc lus pt,iir.iones se da ti-iniitc siiroximadaiiiziitt. el lSr,2, y sc rrclaaia 4 resto. .\si 3,: cxl>licn qtic 1s Stil,rrriia C:ortt, no tinga qiir dictar sino 120 rjeciitoriiis <cada aiio. .i prsar di. eso su ini1urnci;t no se lia merrnailu cunio cl órgano que rigr la .ida juridica del i~iiis.

El rrcicnte vas<i d~ la htlelga úcl B C ~ T O 10 dcm~urstia: a ~~rincil>ios d~ O I ~ L U I ~ I ~ cl 1'rrs:iIciiii. Eisrriliu\rir inst:uyii al I'rociirador General para que promoviera una 'ir,-

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No se cuál pueda ser el resultado final del debate que tiene ahora lugar en México, aunque si estoy seguro de una cosa: no traerá consigo restric- ción alguna a los derechos de la persona humana ni limitación a la eficacia protectora de nuestro amado recurso de amparo.

Al contrario si, como espero, se alivia a la Suprema Corte Mexicana de parte de la apremiante carga que sobre ella pesa, probablemente estará en una posiciSn mejor de cumplir esa delicadísima función que la verie- rable Suprema Corte de Estados Unidos cumplr cada día: acotar callada pero constantemente, a través de la decisión de los casos concretos, la fron- tera entre las garantías del individuo y los derechos de la comunidad; entre la seguridad jurídica que se logra a través del mantenimiento del orden existente y la persecución de la justicia que a veces pide cambios en la estructura social y económica.

Sabemos que en una sociedad moderna la ley no es todo, que hay en ella muchas cosas más; pero sin la salvaguardia de la ley para la dignidad humana, todas esas otras cosas están destinadas a llevar una vida precaria. cualesquiera que sean sus realizaciones en el mundo espectacular de la téc- nica y de la ciencia.

Learned Hand, acaso el Magistrado norteamericano que muerto Holmes ha gozado del mayor respeto en este país, a pesar de que nunca formara parte de la Suprema Corte, escribió ha poco un bello y breve libro, Tlir Bill of Rights, recogiendo conferencias que dictó en Harvard. (Harvard Uuiversity Pres., 1958.) En él explica algo que los estudiosos de este pro- blema saben bien, que la Constitución Norteamericana no concedr a los jueces -cuando menos de modo expreso- la facultad de calificar la cons- titucionalidad de las leyes federales.

junction" en contra de las enipresas y del sindicato que levantara durante 80 dias 1s prolongada suspensión de labores que dañaba ya "la salud y la seguridad de la nación". El sindicato objetó la constitueionalidad de la ley en qup el gobierno fundó su ins. taneia y subsidiariamente que estuviesen eornprol>ados los supuestos para el otorga- miento de la "injunetion". Antes de que concluyera octubre habían dictado sus fallos el Juez de Distrito de Pittsburgh, el Tribunal de Apelariones y la Suprema Corte ha- bía dado entrada y habia resuelto en cuanto al fondo el eerciarari.

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L o - . tiil,iinali'- fpd<iraivr. diw. I r ¡ : ti>ilos sus pod<-ri= del purh!o <!i: los Estados Ilnidos.. . y- riitrc I i v con<v4idas a clloi no i<. i.r>weiitr.i potestad alguna para juzgar zicercn <le la xi i l id~z d i la; ~1i.risioiii~s ni 5olii-i. ia ampliiuil de los p o d e r e (1,. ~,iialquier otro 'drliartani-.rito'. \ I i< aún. t.1

prc>pi>sito claro fui. har:ri- a lo- t1.v~ *<,parados t. iguale- cada uno coi, r<.--

11,:cto (1,> la$ deuiJs <.amo i l r i r i e..lii.cic <ic, ~iiiiiriaria. leil~iiixiana.-' miraiir1.1 rada dspartami:iito al Cirlo dpl Electoradi:. ~ i c , r : > iiii de~ier id~~iicia rr.ci1,ror.i a l a , . "T.a cloctriria <ir !ü suiirrma<:ia judicial tainl)<iio piivd; al!<'- ynrsc cri la cliu.;ula clr la ~iilirrrnacía i (Ic1 di,rrciiii federal, iiiiini.:.i> 2. a!-- iiciilo V I ) que si a1;riria cosa prueha e i mi* !>ivii !a tr.-is &, que inaiiiio si. i1itrrit6 conceder a lo- tribiiiialrs la iarultnd de (Irclarar ~iiilas la.< ir!t,- que csturicsen en <:oiiflirto coii la CoiistituciSii, se coiisidcr6 ii<vxsario otor- gxr <.sn facultad d e una m a n i r 3 er l~reca". . . "1.:- ohri , ,~ quv la <.l5u>ula ,,.taba dirigida exclusivarniritr rii ronti-a di. los E~- t~<los . 1,::i-ü i n i p ~ d i r qiic inva<li<rsi!ii los poderes quc habían dcligatlo i a la Fidcrür.iúiii >- q i ~ ~Iv ja - ran i!c acüiar las limitaci<inrs qitr ellos Iinhían aceli!ailo r n sus liropio. ;>odi~rrs , Ko piiecie r r t rndr rsc srrnt.jaiitp aiitoridad haetn rorii-,.rtiilii rzi un:,

<!i: orden general para decidir oiros r-ul~ur>tos <!e Icyrs c ~ i conllicto coi, la CoristiiuciOti: antes debrríiimo; iri, orar iü !!iíixiina I. x 11 r e S s i o 11 ri i o u 5 .

r x c l u S i o a l t e r i ~i S, y contiiiir quv i.1 r:.coiii~i~i~nii~iito exprcho ci,, di. clia autoridad liara iin raso iir.muc~stra rii~e iio rxistr de niarirra g ~ i i ~ i - a l " . (1'5giiias ': a 6.)

liaiid cita iiiia opini6ii i,niitida por AIarchall niioi aiitrs d r Ilcgnr 3 13 (:orii: y dc adoptai c,ii <4la las idras q u r Hamiltoii había cxl>ui,sto pii VI iiiin;cro 18 d r El Fvderülista. Como abo-ado e11 1.1 ~ i l r i to R'are b5. Hvltoii ( J Dallas 13'1. 211) cl Jirsticia Rlayor IiaLiia dicho qui, "la autoridad j u d - cinl no tif.ni el derecho iir <liscutir la viilidt,r i l~ una Ic); a merios qii*. crmrjante jurisdicciún 1 i Iiiiya sido <loda t.zlii-c'amrntr ~ i o r la Coiistitii- cibii"; a iio scr; rcfl<,xionaha rrrordari<lo tiil \r.z a Cokc. que "la lcgislaturri 1i:iiiit.s~ vio!ado <,ridrritrmt.iite a lp ina d e 1;i.- leyes de Dio;''.

i l -o anti,i-ior significa qiie I~.carri<~l Haiid rr i t iqur !<>S priticiliiu- q,s+ la Suprcma Corte scritú en 1803 y quc han i ido dcsdc cntoiicis la has? (le In doctrina de la rer i i ión jii<licinl d e la.: ir?-rs? 50. Q t i i v r ~ drcir taii súlo quci para L ~ a r n c < l Hand ecos ~tr incipias no fiii.roii iiicorpora<loi a la t ~ t r u c t u r : ~ politira di! Estados Unidos por los Conitiiuyi~iitc; d e Filadelfia qiw iin tii-

ricron oportuiiidad (Ir votar <,TI pro o cn cootrü d e ellos. s in<> por lo; lidt.ri.; del Partido Frderalista qur rirrisat.oti, coii i i-iiin i-\traor.!iriaria. confirma-

d a por la histor.ia, ~ U P r l a ~l<.<.<.sllli~ 110tür :, :III *',r~dno. 18 Suprema Corti.. iri<lepcn~liriitc s~i!wrior a los Estados irjiii. r i i niilclioc \>uiitoi r-tahari di-

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146 ANTONIO CARRILLO FLORES

vididos por intereses distintas cuando no contradictorios). drl poder dc establecer normas, con o sin la uoluntad del Congreso Federal, que fuesen el marco o cauce para PI desarrollo de Estados Unidos como una nacióii económicamente unitaria a pesar de su descentralización politica. Sabían, o presentínii, que sin unidad económica iio podía haber industria, ni sin industria, riqueza.

Fue notable la sagacidad ion que Marshall, cuando su grupo acababa de ser vencido eligiera, para hacer prevalecer las tesis de Hamilton, un caso -el famoso de Marbury Y?. Madison- en que se pedía a la Suprema Corte, con apoyo en una Ipy categórica, que obligara a actuar a un miembro del gabinete de Jefferson. Declarando la ley inconstitucional, se arrogaba el tribunal supremo un poder inmenso sin colocarse FII una posición de con- flicto de hecho con el nuevo régimrn. ;Vaya forma de hacer politica!

Hamilton no era demócrata, todo lo contrario. Creyó hasta su muerte que el destino de gandeza que esperaba a su país, reclamaba conceder muy escasa participación rn rl Gobierno al puebla. Su única iritervención en el Constituyente tuvo lugar en la sesión de 18 de junio en que presentó un plan que entre otras cosas proponía que la presidencia de la República fuera ?rácticamente vitaliria, el Senado compuesto de mienibros que ocu- paran sus escaños por tiempo indefinido y el Jefe del Ejeciitivo tuvipsr uii veto absoluto sobre las leyes del Congreso. "De haber encontrado Hamilton la coyuntura propicia, sin duda hubiese recomendado la abolición dc los Estados", dice el último y más distinguido de sus biógrafos [Alexander Hamilton, por John C. Miller, 1959, página 161).

Expuestas con tan brutal franqueza sus ideas no pudieron triunfar. Fue entonces cuando en los articulos de El Federalista pensó que los amplios poderes que las tradiciones judiciales de la colonia rrconocian a los jueces, podrían servir los propósitos que lo animaban. "Dp esta ro~~viccióu brotó uno de los actos más audaces y significativos de la carrrra de Hamiltoii: el intento de hacer a la Suprema Corte de Estados Unidos la expositora dr: una Iry superior que restringiese por igual a las mayorías populares y n los Estados impidiéndoles rebasar sus poderes coiistitucionales". (John (:. Miller, obra citada, página 201).

Es innegable la profunda relación que mrdia entr? PI sistema del com. mon law anglo.sajón y la versión norteamericana del control judicial de lii

constitucionalidad de las leyes. En el número correspondiente a diciembre de 1958 del boletín de la Escuela de Derecho de Harvard, Koscoe Pound, cuya autoridad en el campo académico cs cquivalriitc a la de L~arncd Haiid

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le ju<licaiura, l~i:blii.í, iiii precioso artiriilo iiititiiladi> !T 11) 1.alv Da!'! en quv figura este piírraio:

"1.a s e ~ i i n d a initituta dr Cokr~. con -11 c«rririitario ~ o l i r r la Carta 31airi y los viejos casos rspositiios dr l iomnlori law. fur iiada menos qii:, I I I I . :

ljihlia parn los a b a p d o s d<. la época dc la rci-oluciGn ainrrir.aiin ! <!<.l ciglo -isiiiciitr y fijú csta dortrinn ( l a <l<, (:rikri <,ii niicsLra "li:al ~iolity'. iCi,rno traducir " l r ~ a l polity"? T)r Litvnrrnir ii la di,liiiicii,n <I< . Kr11str.i- yo dir ía " t ~ i lo; ~>riiiripios I < . e a l ~ s iii. niir,sira Coiistitiición"l.

El postulaclo que Cokr writí, cii i l <.a,-o dri (lortor Ilonliam. rrsiiilto 1010. !- <pie ( : o r ~ i n considrra qiic t.: i i j cu i~v i i i> r i a l~ l~~mrr~ i i~ "Foris et origo" del sisti.niil nortcr.m~ricnno. dir.c: ' ' 1 rornmori v . r.oi)lrola 13.; IF>-PS d,.! Parinrncrito aleiiiins rrrr. rrsuvl\r. quv .ori rn:iramcnti niilas ronio eori- t rar iai a1 coinmon riclit y a I i rii::iii<'. . s i ronio i.1 rornmon I a v alud? n

10 q u r llamamo- dc,rrr.!io ohjctii-o. ol>iiornimt<> la <~xl>rr,sií>ii "comnrrin rigli~. ' tiene qiir vpr con 10' < I P T F C ~ < > S sut,jrti\<>v clc 101; niivmhros <lf . In coin~ini:lail Lrithiiicn. tal como los iha <Irfiri;<~ri<lo la prudencia dc lo- j~1c.s al,o?-iiidos<. vri ocasicine.. i,n las i - i r j a ~ cristumhrr.c y r,n otras i i c ~ i d o las srntenciab ni¡-- mas la fiirntr de la normn y <onsi : i i i i~~t~mente d1.l dcrccho. (Corno rri c l plcito drl ciortoi. Raiiliani roiitln i.1 (:olrgi<i di, ni6diio.: de, l.oridres, qi iv iiu

lo clt,jaha rivrcpr su ~irofrviiiri. rii qu< Cohr cvtimí, riiila j i ~ <Ieeisik~ q ~ w in~iltabn 21 qi ie i~l lai i t<~ parqicr la corporaciúii sin<:ioriailura pnrticipal>a i .11

(4 Lviicficio. lo q u ~ lit t.rc,gía <m jurz !- pattc. iituaci6n co:iiraria a la raziiii. n pe.snr <!t. qcie estiii.ie5:. alioíada rn uii ar to di.1 Pnrlamr,rito I n g l b s ~ .

Las id ias di, Cokr no tuvicrori gran significariiiii cii Iiiglatrrra. F'i!i,

cn Eqiado. Unidos <lori<lc. la alranzaríaii m"!- grandt~. La causa la rxplirii Poiiiid con rii habitual ericillcx: '.En Inglntvi-ra, d d r 1688 rl Par!amrci:<> a1:ciizó !a autoridad a!:soluta qiic los wyrs mtuardos Iinliían I>uxa<li> par., e l i ~ s . En F:stados Uiiiilos c<iiiforrne al sistrmir i i~ol i tyi dr nurutrns criii-ti- tiicioiies escritas tanto r ~ t ü t a l t ~ s como frdrral. t.1 legislativo2 r.1 c~jicoiii-o ! VI judicial I,or igual, han (ic oiiior dc ai,i,ri-do con 1.7 le>- d<- la t i r r ra ; r ~ i

i i i i i~ima ~ ~ a r t ~ rrs idr un liorlrr ilimitn<io. al>sr>liito. salro rl d r l purLlo -:,~ I ) C ~ ~ I I C I C I I : I I I ~ Ü acLíla dt. la manr ra prrscri:a por la- r,iirnitmda d<: la corib-

siit~icii , :~. . . Dr t irmpo cii ticrnpo las Ii.:is!at~iras h l i i ~)rvtrvidido que ron,.) rr!,r~,-cntm"i<.' rsp~~cial<ls < I < 4 Iiur~li!o sii ~pi>iicii,n roiri.sl>oii<iv a la drl i'ar- 1an;rnto cri lii Gran Urrlaiia. pt,ro iiiivstro i i ~ i c m a ipolit>-) sc asemeja ni<- a1 <Ir 1iiglatrr:n a n t ~ s de 1688 que al qilr r i g ~ ahora cti la (;raii R r ~ i ; i ñ i i . . , ipsi-to a hacrr une cita final dcl antiguo d ~ r a i i o d~ Harrnrd: "l.i

raibii. di jo Cokr. rl oriculo d r nii<.siro coininon lair. !o vida iIp 1;i li.?': no. e1 romrnon laii mismo tia r s otra cos;i que la rai;>ri. \ o diría q:;,. i.1

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118 ANTOXIO CARRII.I.0 FLORES

d~recho, y corisiguientem~~it~ el coiiimon law como un sisienia de derecho, e* la experiencia desarrolla~la por la raziiri y la razíiii sometida a la prueba de la experiencia".

Conceptos paralelos iIesarroll;r ~l v~ncrable Holmes en su clásico tratado "The Commoii Law": "Las consideraciones que los jueces casi nunca men- c i o n a ~ ~ - o pidiendo excusas cuando lo hacen- son precisamente las raíces - r c : ~ l i i s dt. duiidr: la ley extrae todos los jugos de la vida.. . La ley cs administrada por hombres aptos y experimentados que saben drrnasiado para sacrificar el sentido común a uii silogismo". "La vida del d ~ r e c h o no es la lógica sino la experirricia". (Págiiias 36 y 1.)

Si hemos de creer, pues, a Pouiid y a Holmes, cuando Coke afirmii que la potestad lcgislativa estaba subordinada al respeto de los derechos subjetivos y de la razón, no estaba refiriéndose ni a los unos ni a In otra como entidades abstractas. Hay una cita suya en que aclara qur 61 no se refirió a la r a z h natural, sino a una razbii "artificial", entranablen~cnte iiiiida al oficio del juzsador. No hablaba de la razón como lo hace un filó- sofo o como un lógico, sino como un Magistrado que venía de la política y que estaba batallando para limitar la prerrogativa del Rey y los furros de los tribunales eclesiásticos.

¿Hasta qué punto el ejercicio adecuado del poder judicial de revisión de las leyes reclama esa utilería, esa inmersión del Magistrado en las tra- diciones y costumbrt.~ del pueblo, en sus luchas y en sus conflictos? ¿No será acaso eso lo que le ha faltado siempre o casi siempre a la Soprcma Corte Mexicana para que entre nosotros el control judicial de las leyes alcanzara desde el punto de vista social y político la significación quc ha ienido en Norteamérica? ¿Si el common law fue "fons et origo" del con- trol de la constitucionalidad y son todavía hoy sus concepciones capitales -principalmente la idea de "lo razonable"- las que lo iiutreii y le dan d a , con qué ingrediente; puede sustituirse el vacío en un sistema como el nuestro? Creo que esa es la cuestión capital que los estudiosos del de- ri.clio mexicano tcnemos que plantearnos cada vez que intentemos recon- siderar el problema de la función que toca cumplir a nuestra Suprema Corte al examinar la constitucionalidad de las leyes.

Porque una cosa es indudable: quien piense que cuando un tril~unal aborda el examen de la constitucionalidad de la ley actúa en un campo de pura lógica jurídica manejando los elernentos que le dan los textos en conflicto, está haciendo en la mayoría de los casos un planteamiento muy reet:ingido. Es claro que puede acontecer que ahí donde el texto consti- tucional diga quc la autoridad tiene 72 horas para dictar iina resnlución

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\r.iiFa una ley seciindaria a tratar de i i jar iin plazo <li>iiriii,. Pero rsos

(.aE"s -on los inpno? cii i iúrn~ io 3 los de m i s p e q u ~ ñ n iiiiliorinriria. Si a eso se r e r l u j ~ r a cl coritrol judicial dr. las l e y c no hahria tpiiido en nin,ouri;i [ ,ar i i triicc~~ridcncia alguna. 1.a irriportanria real di: los prohlrmas de rons- titocionalida(1 o coiititiicional d<: 1.1s 1pyt.s. es que cii la g ran mayoría (le los casos ~ i o son de li,gica jurídica. Lo qur iiornialmente provocan, y ilr alii su iravt~<lad. cs In confroni;wii;n dr po~ic ionrs diferentes con rripi,cto a

~~rul,lt .rna> d c or<!rri snciai o I:olitico. a vcres ligados ;i concrl~<.iori<-- iníi-

o nicno? ahsiractns <Ir jii5ticin o d~ pqiiidad, "u oirac con temas mi; roii-

rrr tos Iiero que dc to<lri.: r:iodos rccihrn r l impacto <Ir roritrovrrsi;~i l i t . 3 ~

i lup rc t ia~ai i ~1 campo jurícliio. Cuairclo i<rs j u i c ~ s coii<lrniin iiiin Ir! conni ii~roric-tiiiiciona! ;i.iiernini~ritv no 1.5 I ) O T ~ , I P e1i.~d<- iin punto d1, vista l i > ~ i r i , a cid^ irir.omp:!iiL*li. con iin trxto constitucional, piiis &tos c:t.iii rr<iariadoc eii forma tal manpra :ihftrarta qiic rrsii:tvn múltiplrs ,- rnrin-

<lo- intrrpretüeione?, sino porquv optan r n favor elt. la postura qiw c : - i ~ i

mi.ior a w r c a de la curstiilii d ~ h n t i d n y en ronira <ic :iqiiclla r n qii.. .sr.

apoy6 !a ley ,le q u r í.stán juzgai~lo.

!';ira csta opini6ii toniiin r n curnta mui:has vircunsiancias. ini.lo;i~,: IOE v n m l ~ i o ~ o c ~ ~ r ~ i d o s <.n la mtriictura social. rm r1 pro:r?co dc la c i ~ n c i a O

i-ii In opini6ri. Así. pa:a citar solamrntr PI caso m:ls c ~ I P I , ~ ~ d i los últin~o- tii:iii~iou. l a rjeciitoria Braxrn Y<. Iloard of T:iliication o€ 'rolirka. q t i ~ r.:i 19% 5;1<leclar<i inronsiii~irioiial 1.1 discriniirincii>n rarial cn Ins c~sciirla; 1ií1- hlirac <Ic loi Estaelos. ~ a r i a n d o iin yri,ccdrntr d r fines rlrl siglo XIX. 9,.

ap«!ii capitalrncntc r n r j ~ i c 13s rit.niias ~ o c i a l ~ i . ts~ircialmcrite Ins r'e 13

i han <leino.~ira<lo quc Z ~ I ~ ~ I I P IO<IOS 10s servirios ticniras -<,:i!!

i ~ i i a l ~ ~ u . los niños dc color .;iifri,n con !:u apurtairiir.nto i inn r l rprc~i6n !>-ir,>. I,:ii<.n i luv l~ impidr sii ricsarrol!~ normal.

Hai:i ;ii;iiiius inwcs -coiirri,t;iii:cixiI. c.1 ' 0 1 : - la SL>I,~V;II 'I ( .«; i r dc Jii-ticin norti.ami,ricana (lici0 uiin :rmtciici3 i llai-tkilc vi. E!lin<.:.. . <ir lo < ~ ( L v f igura r l si:iiirntr. coiiprpto <!VI \In,oiitra<l<i F'raiikfurtcr: .'¡ > ~ -

d<~cii ionrs dictadas ron apoyo r n la clii: ,~iila dpl dvhiilo lirocrio exig<,ii uii escrutinio i,ruiiindo e íntimo dc 1i:q principios fonilami.nialr,s di. iiiircti:i

:oridacl. El sistpma jorídirn aii:!nam-ricaiio no rhi5 I>asado eri rii-rlnci+ nps tracci~ii<lrntalcs sino vii Iii coiii:>r«l>arií)ii qiic los irihiinnlcs purdaii h.1- ver <Ir la mejor inaiipra ~iosibl i <Ir riii l (,S 13 c o ~ ~ c k r ~ c i a social. Esia coiii- prohnci in dehr h a c r r s ~ 11-ando totla la iiisciplii;:i rid(l:~irida por lo.< t r i h ~ i - ~ l i i l e ~ Itiira rsta tarva y ha d r r::tar roiliwla por Ins n:i,jorcs salvagiiardin:

en ciianie~ U drsiiitrrés o n irnpnrria!i<laif'. O dirhii C I I otras palabras. la Cortr corifir,c:i qiir en rsta mntrrin lo- jut,ri.. :xi:fi-n c<.iiio \o:?ros < 1 i In PO!]-

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150 ANTONIO CARRII.LO FI.ORES

cieiicia genrral; por eso su funcióii, eii talrs casos, es mucho más política que jurídica.

Ha habido épocas en que, sin duda con gran fidelidad a lo más profundo del pensamiento de Hamilton, la Suprema Corte de Estados Unido- usS su inmenso poder para anular leyes en que los cuerpos legislativos cinpezaban a rpcoger las inquietudes y las inconformidades en contra de los raszos mái l~rutalrs de lo que fue en sil comi~nro "la revolución industrial". Era i-poca pasó ya deliriitivamente. Ahora mis bien la que hace que se hable en ella de un grupo liberal y de un grupo conservador, es la distinta actitud de sus compoiientes al definir hasta dónde los derechos personales pueden res- tringirse por lo que d~ nlia manera muy lata si: Ilan~arian conridcracioiies clr s cp r idad o de orden.

El tema es <Ir un interés extraordinario pero no es mi intpnto abordarlo. Simp!ement~ h r querido insistir -pues el punto está dc sobra explorado ivi

la literatura- acPrca de que lo verdad~ramente significativo rri las tareas de la Suprema Corte Americana PII cuanto órgano de conirol de la consii- tucionalidad dr las leyes, no rstá cn la aplicación de priricil~ios ,ir lógicz jnridica, esto es, no est j Fn lo jnrisdiccional en sentido estricto. sino rii la funci6n política que con tanto valor puntualizó el Magistrado Frankfurier eii el párrafo transcrito de la sentencia Bartkus vs. Illinois. Y que ciinrido los mexicanos nos hemos planteado el mismo problema a veccs no nos Iicnios detenido lo suficiente a pregiiiitariios: ¿,De verdad quereicos quc la Suprema Corte mexicana cumpla la misión que Hamilton prcvió para ella? ;,En caso de que quisiéramos darle esas fnncioiies la Suprema Corte Iiodria cumplirlas? ¿,Cuáles serían las normas o directrices superiores dc la acci6ri I>olítica que así despmpeíiaria? La íiltima interrogación es a nii jiiicio la rnss difícil de contrstar, ~iortic~ilarmente en un país en proceso de traiifor. mación social.

Xo trato de negar, porque sería simplemente desconocer los hechos di, nuectra realidad. que la Suprema Corte Mexicana examina a t r a v é d r dis. tintos procedimientos la coiistitucionalidad de las leyes tanto federales como locales. Mis aún. como lo he dicho ante los abogados de csta ciudad, sus facultades son inclusive más claras que las concedidas a la norteamericana. Lo que sugiero, y espero poder abordar en trabajo más amplio, es que, desvinculada de las tradiciones del common law y de las circuiistaiicias históricas tan I>eculiares que explican el sistema norteamericaiio, nuestra Corte en general ha abordado los problentas de con.stitucionalidad simple- nrente como cuestwnes de lógica juridica. Más aún, el eminente Rabasa la alentó a ello cuaiido escrihiú: "El Juicio coiistitucional, venido 11 México

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SIIPREMA COKTE EK >1EXI(33 Y E. C. 151

i i i i siitccrdviit~~;. no t~.rljo corisigo la? I , T I ~ I I C U ~ I ~ V ~ ~ ~ P S (Ir1 criterio forniaiio 1 , una <Ioctri,,;: i r . So oli.ctaritv la I,ol,rcc;i dv riuvsira prácticti.

l ~ ~ . d r ya iiqi.giirur-r ni> iiiriirrii.5 la Corti: r:i r.1 r r ror de fiiiirlar r r i

~ ~ ~ i i i i ; l > i o - :nirrali.s7 i ~ i d i ~ i ~ n i í i r i i t i s de los ~iri .c<ytos l ~ o u i t i ~ n s di. la Coti.ti. . .

:lii:iii. s ~ i - fallos contra Ini liy<,s ni coritra los aclijs <Ir g~iliirrlii,. Aúii ( 1 r i i i - a~üiiaai lo d~ li>c drsacirrtiw Iia-ta lioy ioi:ii.tidoa tla doctri113 dt. Iii

¡ t i , o,iil>\t<viciü <Ir «ri;,,ri i. 11r~[<irldiO fiindarsr r ~ i V I t n t o <Ic 1:i Coliititiicic'tri. Ido s~ i l~rcmacía judicial i,<iilria. ~t i ic i . <lp:rritol\i,s-<. vri Zli.xi<i~ tnii amplia. i : i i v i r i , corno r.1 rt:;inii.li lo ri,:j~iiri-c sir1 ~ i r . l i ~ r < ~ <I<, caer In rlrrcri<,r,ici<;ri i í ~ ~ t , ~n lo? E?indo.- Iliii<los S,. ii, :i<:liacn ciiaririo si. i l i r i qiie cl ~nl>irrr io ai?ii.- i ic;iii<i cs uria i,li;ürijtiia vjvi-ri<l.i j'i'i un : I I I ~ O (1'. t o ~ d o - " .

1.0 capital dcl si-t:,m;i le ha sido. l ~ o r - . a j ~ r ~ o y acaso ,,;a 5i.n iitia <!. lo; sa,orii,s, aur~qu , , 110 la iliiica. I I r,xl~liqueii qiir I;i S u l > w n ~ a C o l l . r:iii,slrii haya zi<al,.~<lo !mi- 5t.r ci i la abrumadora mayoría d<. l o . ra.wi i i i i

ti-ikiiiniil. ii niejor iliclio i ~ i i prupo dc tri1~iiii;iii.s dc rcvisión ilr Ii,~alida<l y ;~l) t l r la~ <,ti \ i t~acioii, ,s I T I ~ I ? i ~ x r i ~ l ) ( . i o r i a !~ i t ~ : i t i ~ iin autéiilico trihuiial con-ii.

i~!cioiinl. 1,:s I,<>~il,lc. oilri<)iit~ yo iio 10 { x ' L I ~ ~ a-i. que cl pri,c<.-o r io sea ya r ~ v r r s i i , l ~ . i i n cii C-I , . >~iliiic+tii. pi,drin 11<.11:+ar>c C.TI > i < t ~ r n a i niSs li>gico- ?tic, 10s actiialrs para qiie VI ~)iietil<i nii\ii .aiir~ ii . t ip iiiia jii.sticia ixlirdit.i coriio lo marida cl articiilo 17 d r la Coristitiición.

Diclia C I I P S ~ ~ Ó L L . (le i l l n l ~ ~ l l o i r~trrés 1)íiblico; ci llnr <.01111>1~10 distinttt ,Ir In C ~ U , . h~ abordado rii csia; v11aitillas y hallri. d~ dejarla ¡,ara otra ol,ortunidad.