la ciudad impura

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Salud Colectiva Universidad Nacional de Lanús [email protected] ISSN (Versión impresa): 1669-2381 ARGENTINA 2007 Diego Armus UN MÉDICO HIGIENISTA BUSCANDO ORDENAR EL MUNDO URBANO ARGENTINO DE COMIENZOS DEL SIGLO XX Salud Colectiva, enero-abril, año/vol. 3, número 001 Universidad Nacional de Lanús Buenos Aires, Argentina pp. 71-80 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México http://redalyc.uaemex.mx

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artículo de la ciudad impura sobre Emilio Coni

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  • Salud ColectivaUniversidad Nacional de [email protected] ISSN (Versin impresa): 1669-2381ARGENTINA

    2007 Diego Armus

    UN MDICO HIGIENISTA BUSCANDO ORDENAR EL MUNDO URBANO ARGENTINO DE COMIENZOS DEL SIGLO XX

    Salud Colectiva, enero-abril, ao/vol. 3, nmero 001 Universidad Nacional de Lans

    Buenos Aires, Argentina pp. 71-80

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

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    bril,2007 71RESEA HISTRICA / HISTORIC REVIEWS

    RESUMEN Aferrndose a las altas expectativas generadas por el discurso del progreso ylas promesas de la ciencia, la higiene fue una suerte de gran consejera, de experta en elarte de observar, corregir, mejorar o tratar de cambiar radicalmente la salud del cuerposocial en su conjunto. En ese contexto lleg incluso a imaginar ciudades alternativas outpicas. Emilio Coni, probablemente el higienista argentino ms destacado de fines delsiglo XIX y comienzos del XX, imagin una de esas ciudades. Las notas que siguen con-textualizan su "Ciudad argentina ideal o del porvenir", cuyo texto original publicadopor primera vez el 3 de abril de 1919 en La Semana Mdica se reproduce. PALABRAS CLAVE Historia; Salud Pblica; Saneamiento.

    ABSTRACT As part of the discourse of progress and the promises of science, hygiene asa discipline has been playing the role of a great advisor, a sort of expert in the art ofobserving, correcting, improving and trying to change the health of the social body andthe modern nation. In that context hygiene even imagined alternative or utopian cities.Emilio Coni, perhaps the most distinguished Argentine hygienist of the end of the 19thcentury and the beginnings of the 20th, imagined one of such cities. The following notesaim at contextualizing his "Argentine ideal city". The original version of Coni's text,published in La Semana Mdica on April 3, 1919, is also included.KEY WORDS History; Public Health; Sanitation.

    Un Mdico Higienista Buscando Ordenar el Mundo Urbano

    Argentino de Comienzos del Siglo XX (a)

    A Hygienist DoctorTrying to Bring Some Order to the Early 20th Century Argentine Urban World

    Diego Armus1

    1Doctor en Historia por laUniversidad de California,Berkeley. Profesor deHistoria Latinoamericana.Swarthmore College, [email protected]

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    Progreso, multitud, orden, y bienestarfueron algunos de los elementos constitutivos deuna ideologa urbana que desde el ltimo terciodel siglo XIX marc a la reflexin sociolgicaargentina. En ese contexto, donde eran inoculta-bles los desafos de un porvenir crecientementeasociado a los problemas de la metrpolismoderna y en menor medida del mundo indus-trial, se incubaron los discursos de la degenera-cin y la regeneracin, de la reforma y el cambiosocial profundo. La higiene estuvo en el centromismo de esos discursos, como forma de ejerci-tacin del poder, como tcnica preventiva aten-ta a los problemas colectivos del ambiente urba-no y de su administracin y gestin, como pol-tica social vinculada a la generacin de tecnolo-gas utilizables en muy variados campos deaccin, de la casa al barrio y la ciudad, de laescuela a la fbrica y el taller. Aferrndose met-dicamente a las altas expectativas generadas porel discurso del progreso y las promesas de laciencia, fue una suerte de gran consejera, deexperta en el arte de observar, corregir, mejoraro cambiar radicalmente la salud del cuerposocial en su conjunto. Lleg incluso a imaginarciudades alternativas o utpicas.

    En la Argentina esos ejercicios de imagi-nacin no han sido muy prolficos. Dispersas entextos periodsticos y ensayos acadmicos apare-cen ideas y visiones que revelan una cierta volun-tad de imaginar el futuro o, incluso, tratar demodelarlo. La ciudad argentina ideal o del porve-nir (b) es un ejemplo acabado de esa voluntad.Escrita por Emilio Coni, uno de los ms distingui-dos mdicos higienistas argentinos y publicadaen La Semana Mdica en 1919, esta ciudad ima-ginada expresa de modo sinttico la vocacin dereforma que perme no slo la prolfica produc-cin acadmica y de difusin de su autor, sinotambin, y ms en general, la del reformismohiginico de fines del siglo XIX y comienzos delXX, obsesionado en ordenar un convulsionado ycada vez ms cosmopolita mundo urbano.

    En la ciudad de Coni son evidentes lasinfluencias de la Hygeia. A city of health, que elingls Benjamin Richardson public en 1876 yque la Revista Mdico Quirrgica reprodujo enespaol ese mismo ao, cuando Coni se desem-peaba como su director. Pero La ciudad argenti-na ideal o del porvenir condensa una trama de

    preocupaciones que slo en parte coincidan conlas de la ciudad concebida por Richardson o laagenda higienista de Coni de fines del siglo XIX.En efecto, en Hygeia los problemas sociales delcrecimiento urbano e industrial han sido reduci-dos a problemas sanitarios; all, al igual que enlos trabajos de Coni de la dcada del ochenta,como Progres de l'hygiene dans la RpubliqueArgentine, la percepcin de lo colectivo estabamarcada por las impaciencias higinicas yambientales (1,2).

    Hacia 1920, sin embargo, el mundourbano que intenta reformar Coni tiene otrasurgencias. De algn modo la distancia que mediaentre 1880 y 1920 es la distancia entre una pr-dica bsicamente centrada en la salubridad y elequipamiento sanitario y otra que, reconociendosu importancia, ya ha incorporado y jerarquizadola dimensin del asistencialismo. La trayectoriaprofesional de Coni da cuenta de esos cambios:en 1880 era un obstinado promotor de la expan-sin de redes de agua potable y en 1920 unincansable organizador de instituciones de asis-tencia, prevencin, moralizacin y bonificacinsocial (2,3). As, La ciudad argentina ideal o delporvenir puede ser leda como el resultado deuna visin que apuntaba a contener y acomodarlos embates de la cuestin social y los problemasurbanos incubados en el marco de la expansineconmica agroexportadora. Su prioridad fueasistir y moralizar a los sectores populares urba-nos que el aluvin inmigratorio haba hecho cre-cer sin precedentes.

    La ciudad imaginada de Coni es local,en el sentido que ofrece propuestas marcadasms o menos directamente por la Buenos Airesreal en que viva Coni, sin aventurarse a espe-cular con cierto detalle sobre una nueva socie-dad y el lugar que en ella tendr el individuo,la familia, la mujer, la produccin, el tiempolibre o el uso del territorio. Tal como ocurricon la mayora de los reformadores sociales dela poca la cuestin de la vivienda estaba en elcentro del proyecto de regeneracin social queConi estaba ofreciendo. Su ciudad no tenaconventillos, ni pensiones ruinosas, ni ranchos,y los poderes pblicos y las empresas se hacancargo de la construccin de casas y barriosdonde "la contaminacin fsica y moral en lasviviendas de los trabajadores era un dato del

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    bril,2007 73UN MEDICO HIGIENISTA A COMIENZOS DEL SIGLO XX

    pasado y la profilaxis de las enfermedades conta-giosas haba alcanzado su apogeo". Apostando ala educacin de las masas populares en una ope-racin de la que se obtendra "ptimos resulta-dos, el obrero estar atrado por su viviendahiginica y sonriente, y sus hijos no entrarn enla escuela del vicio desde sus primeros aos. Laraza ser mejorada fsica y moralmente y la habi-tacin colectiva no quedar en la historia sinocomo un recuerdo vergonzoso."

    La ciudad de Coni luce como un barrioobrero modelo, donde la vivienda higinica,decente y moderna se realiza en una idea de ciu-dad reformada donde se asoman influencias muyvariadas, tanto de la tradicin del city beautifulmovement como del pintoresquismo del barriojardn, donde no se cuestiona la cuadrcula exis-tente y en donde una cierta monotona en la edi-ficacin parece querer condensar una fuertevocacin igualitarista. Es un mundo urbano habi-tado por casapropistas que haban asumido comopropios los ritos de la higiene, la veneracin dela vida hogarea, las ventajas de un huerto-jardnque suavizara el ajuste de una poblacin de ori-gen rural y ultramarino en un improvisadomundo urbano. No se trata de un mundo radical-mente utpico. En esos aos muchos otros discu-tieron el casapropismo que se expanda al ritmode la expansin de la cuadrcula urbana. El socia-lismo mir con reservas esa migracin de inquili-nos hacia una periferia carente de servicios bsi-cos e infraestructura y propugnaba construir gran-des casas colectivas de renta y ms de un visitan-te extranjero en tiempos del Centenario repudila cuadrcula como una evidencia casi retrgraday totalmente incapaz de incorporar las noveda-des de la arquitectura pintoresquista entonces demoda. Pero para el reformismo pblico, encarna-do desde comienzos del siglo XX en las figuras detcnicos municipales como Domingo Selva,Francisco Cibils, Benito Carrasco y otros, el mer-cado estaba convirtiendo a los trabajadores enpropietarios. Con esa interpretacin sintonizabanbien el registro literario y periodstico de ManuelGlvez y Enrique Gonzlez Tun y tambin elreformismo higinico, del que la imaginada ciu-dad de Emilio Coni es un acabado ejemplo.Todos ellos encontraron en el casapropismo laalternativa "privada" que permita descomprimirlos abigarrados modos de habitar de los sectores

    populares en el centro y facilitar su integracincomo ciudadanos desde sus casitas en losbarrios (4-8). No debe sorprender entonces quela ciudad de Coni sea un reflejo bastante verazsi no de toda la ciudad real, s de los barrios queestaban emergiendo al comps de la expansinurbana, esto es, barrios de origen inmigratorio ycriollo formados por sectores medios bajos, tra-bajadores, artesanos, comerciantes, empleadosestatales, donde las funciones residencialesestaban punteadas por unas pocas industriasgrandes y medianas, una multitud de tallerespequeos con bajo nivel de maquinizacin ypequeos negocios.

    Pero el tema central y la peculiaridadde La ciudad argentina ideal o del porvenir es elasistencialismo. Se trata no slo de un discursoque entenda la vida en la ciudad solamente encondiciones materiales mnimamente aceptablessino tambin de una red compacta de institucio-nes profilcticas y teraputicas dirigidas y coordi-nadas por mdicos, arquitectos e ingenieros sani-tarios, todos ellos profesionales a quienes el pro-pio proceso modernizador vena a legitimar ensus saberes especficos. As, segn Coni, el podermunicipal deba controlar la accin filantrpicatanto en su versin asistencial "proteccin yasistencia del nio, el enfermo, el anciano, elalienado, el desvalido, etc." como en la de lahigiene pblica, la "profilaxis general, desinfec-cin, bromatologa, inspeccin veterinaria, etc."

    La ciudad de Coni trabajaba sobre unaexhaustiva clasificacin de la accin teraputicay asistencial segn la edad, el sexo y las enfer-medades. La proteccin de la infancia era unaprioridad; nio y madre reciban el apoyo denumerosas instituciones estatales que no deja-ban detalle sin atender. Para las mujeres embara-zadas Coni mencionaba maternidades con asis-tencia de partos a domicilio, consultorios gine-colgicos y cantinas maternales. En el caso delas madres solteras se indicaban asilos, donde lasmujeres podan criar a sus hijos ganando almismo tiempo un jornal. Para la niez se conta-ba con dispensarios de lactantes, casas-cunabarriales, consultorios mdico-preventivos, colo-nias de vacaciones, escuelas que ofrecan lacopa de leche y el almuerzo, asilos maternalespara hurfanos, indigentes o abandonados, colo-nias agrcolas y colonias permanentes para nios

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    dbiles. Para los trabajadores no faltaban losconsultorios mdicos y farmacias en las fbricas,las escuelas industriales y las escuelas profesiona-les de artes y oficios. Y para los indigentes ocasio-nales los asilos nocturnos, y para los vagos y ato-rrantes los asilos-talleres con trabajo obligatorio.

    A travs del asistencialismo, Coni redu-ca la ciudad a una unidad sanitaria donde reina-ba la prevencin, la vigilancia y las justas com-pensaciones al esfuerzo individual. La ciudadargentina ideal o del porvenir era una ciudadmoderna donde se haba logrado controlar lavelocidad metropolitana, donde el ritmo de lavida barrial defina el ritmo de la vida urbana engeneral. Era una ciudad donde los tpicos de lareproduccin y el consumo contaban ms quelos de la produccin. El nfasis estaba en loslugares de la residencia; all se palpaba un bien-estar, modesto y saludable, al que acceda todala poblacin. Y para aquellos que por algnmotivo necesitaban ser asistidos, una red de ins-tituciones facilitaba las compensaciones y ayu-das necesarias.

    La ciudad de Coni presenta una explci-ta aspiracin a construir un espacio sano. El cen-tro de sus preocupaciones estaba puesto entomar las riendas de un mundo urbano que cre-ca a ritmos asombrosos. Para lograrlo se tratabade hacer cumplir las recomendaciones de lahigiene, adecuar el sistema alimentario, organi-zar los impulsos, hacer de la poblacin pobre unnio limpio. Coni no imaginaba un mundo sinenfermedad y su ciudad parece haber aprendidoa convivir con la tuberculosis y en menor medi-da con las enfermedades infectocontagiosas, enun equilibrio biolgico y social garantizado porel asistencialismo. Su ciudad advierte sobre laexistencia de un higienismo realista, no se sabe sicomo resultado de la coyuntural impotenciamdica frente a ciertos males o como muestra dela aceptacin que la enfermedad era parte de laexperiencia humana.

    La ciudad argentina ideal o del porvenires regeneracionista. Es un modelo que no apuntaa una completa reformulacin de la sociedad yque, en cambio, enfatiza en la prevencin, laprofilaxis y una suerte de filantropa de Estado.

    Coni se colocaba as en una posicin intermediaentre el pragmtico y el utopista. Aceptaba laenfermedad y la locura, enfrentaba el problemade la multitud con la estrategia de segregar a losdegenerados y a los enfermos agudos y protegery asistir a quienes garantizaban que la sociedadpuediera seguir funcionando. Por eso ms que alas condiciones de reproduccin de la fuerza detrabajo, su mirada estaba dirigida a las poblacio-nes y la ciudad. Su ciudad es, ante todo, una redinstitucional que debe asegurar salud y bienestar.

    Coni ofrece un tutelaje humanitario,superador de los ms clsicos criterios represi-vos y reclusorios con los que se haba maneja-do la enfermedad, la anormalidad, la indigen-cia, la criminalidad. Sus hospitales y asilosdeban dejar de ser lugares de exilio y la cari-dad deba ser reemplazada por la filantropa.Interviniendo en la escena pblica y la privadacon sensibilidad social, paternalismo y nopocas veces rigor, el Estado devena en el granactor no slo de la lucha por la salud sino tam-bin del esfuerzo por evitar el deterioro fsico ymoral de la poblacin. Los ingenieros sociales,y los mdicos higienistas en primer lugar, eranla representacin misma de ese Estado, los res-ponsables de gobernar y manejar los conflictosy dificultades del ajuste de una multitud aluvio-nal, inestable y por momentos peligrosa. Enesto la ciudad de Coni parece retomar las clsi-cas figuras de los guardianes del orden enPlatn o la lite de cientficos y tcnicos quetodo lo controlan, como ocurre en FrancisBacon, Marie Jean Condorcet, Herbert GeorgeWells y, muy en particular, en la Freiland deTheodor Hertzka con sus mdicos funcionariosde Estado (9,10). As, La ciudad argentina idealo del porvenir expresa la fuerza del reformismopblico encarnado en profesionales y tcnicosbien posicionados en la burocracia estatal ymunicipal que impulsan iniciativas filantrpi-cas y asistencialistas destinadas a gestionar unaprosperidad urbana garante de una cierta armo-na social, transformar las costumbres en laescala hogarea y facilitar la ampliacin de laciudadana social y la emergencia de nuevosactores sociales.

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    NOTAS FINALES

    a. Estas notas son parte de un libro de prximaaparicin titulado La ciudad impura. Salud,tuberculosis y cultura en Buenos Aires, 1870-1950. Buenos Aires: Edhasa; 2007.

    b. Dado que es un texto de difcil acceso, sereproduce a continuacin del presente artculo,un fragmento de la portada de La Semana Mdicay el texto completo de La ciudad argentina idealo del porvenir de Emilio R. Coni.

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

    1. Richardson B. Hygeia, la ciudad de la salud.Revista Mdico Quirrgica, publicacinQuincenal. rgano de los Intereses MdicosArgentinos. 1876;(12):113-186.

    2. Coni E. Progres de l'Hygiene dans laRpublique Argentine. Pars: Bailliere; 1887.

    3. Coni E. Memorias de un mdico higienista(Contribucin a la historia de la higiene pblica ysocial). Buenos Aires: A. Flaiban; 1918.

    4. Glvez M. Historia de arrabal. Buenos Aires:Agencia General de Librera y Publicaciones; 1922.

    5. Gonzlez Tun E. Parque Patricios. Caras yCaretas. 1925. (N 1419).

    5. Selva D. La habitacin higinica para el obrero.Revista Municipal. 1904;5(12):1-3.

    6. Carrasco B. La ciudad del porvenir. Caras yCaretas. 1908. (N 490).

    7. Cibilis FR. La descentralizacin urbana de la ciu-dad de Buenos Aires. Boletn del DepartamentoNacional del Trabajo. 1911;(16):610-616.

    8. Munford L. The story of utopias, ideal common-wealths and social myths. New York: Knopf; 1922.

    9. Manuel FE, Manuel FP. Utopian thought in theWestern World. Cambridge (Mass): Belknap; 1979.

    Recibido el 2 de Febrero de 2007

    Versin final presentada el 8 de marzo de 2007

    Aprobado el 20 de marzo de 2007

    FORMA DE CITAR

    Armus D. Un mdico higienista buscando ordenar el mundo urbano argentino de comienzos del siglo XX.

    2007;3(1):71-80.

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    Figura 1. FRAGMENTO DE LA PORTADA DE LA SEMANA MDICA. AO 1919.

    Fuente: La Semana Mdica. 1919;XXVI(14):331.

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    Figura 2. ARTCULO ORIGINAL DE EMILIO R. CONI, PUBLICADO EN LA SEMANA MDICA. AO 1919.

    Fuente: La Semana Mdica. 1919;XXVI(14):342-345.

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    Fuente: La Semana Mdica. 1919;XXVI(14):342-345.

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    Figura 2. Continuacin

    Fuente: La Semana Mdica. 1919;XXVI(14):342-345.

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    Figura 2. Continuacin

    Fuente: La Semana Mdica. 1919;XXVI(14):342-345.