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1 El Mundo Urbano en la Edad Media Ramón Cruz Alcázar Grado en Historia Curso: 3º Grupo 1 Profesor: Antonio González

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El Mundo Urbano

en la Edad Media

Ramón Cruz Alcázar Grado en Historia Curso: 3º Grupo 1

Profesor: Antonio González

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LA CIUDAD EN LA EDAD MEDIA

INTRODUCCIÓN

Conviene plantear después de la aproximación bibliográfica, preguntarse qué es

la ciudad. Veremos que nos tan simple como cabría esperar responder a esta pregunta.

Antes de responder, se constata que el mundo urbano sigue siendo atrayente para

nuestra sociedad, y por eso, vamos a proceder a la lectura de dos artículos de “El País”,

del pasado domingo (11-11-12). La ciudad sigue siendo un centro de interés económico

y que genera riqueza, algo que empieza en la Edad Media y no se ha detenido; esto es

un rasgo fundamental del mundo urbano. Lo mismo que vemos en el artículo: “Las

empresas apuestan por la urbe inteligente”, es lo que pasó en la Edad Media, pues era

un mundo donde circuló la mercancía y la riqueza monetaria, algo, que se convirtió en

un cáncer para el feudalismo, la nobleza, todo ese mundo feudal, pues se crearon unos

nuevos valores que terminaron chocando con el orden conservador establecido. Aquí en

el artículo, tenernos una prueba de lo apetitoso que es, el hecho, de que las firmas

tecnológicas hagan de las ciudades contemporáneas ciudades inteligentes. El siguiente

artículo que tenemos, se llama: “Una ciudad andaluza en China”; y dice el titular: “Un

equipo de arquitectos de Andalucía gana un concurso para crear una nueva urbe para

400.000 habitantes en el país asiático”. Esto puede parecer muy moderno, pero resulta,

que cuando estudiemos la Ciudad Medieval, ya existe una planificación, a pesar de que

la Edad Media se presenta como una época atrasada u oscura, vemos sin embargo, que

el mundo occidental ya ha tenido experiencia sobre este comportamiento. Ciudades que

se empiezan desde 0, como ésta de China, es un fenómeno de larga tradición, pero claro,

cambia el volumen, la proporcionalidad. Hoy, la ciudad ha alcanzado un desarrollo tan

impresionante, que en muchos aspectos se ha desvinculado de la Edad Media, a pesar de

estos dos artículos. Desvinculado en algunos matices, y el más espectacular, descansa

en el número de habitantes. En la época Medieval no existen metrópolis (como Nueva

York, París, Shanghái…) pero hoy además, se ha traspasado la barrera de la metrópolis

y existe ya una megalópolis, y resulta, que las ciudades conectan unas con otras, como

el eje Boston-Washington, o el de Tokio-Osaka. Esto dice que la ciudad es un ser que

sigue evolucionando, y hay que entender que se despega en las Ciudades Medievales.

La ciudad más populosa hoy es Tokio, con 34 millones de habitantes; la segunda,

Nueva York, tiene 20 millones de habitantes; en Europa la primera será París con 10

millones de habitantes. Estas ciudades, consiguen que nos preguntarnos con más interés

si cabe qué es una ciudad. La respuesta, es dificultosa, y todos los historiadores, para

definir a la Ciudad Medieval, antes, tienden a analizar la Ciudad Antigua, y, la Ciudad

Contemporánea. Las metrópolis, las megalópolis, todas las ciudades actuales son

herederas de la Ciudad Medieval, y hay que decir que no tienen una relación tan directa

con el Mundo Antiguo. Por este tipo de matices, para aclarar lo que era la Ciudad

Medieval, hay que contraponerla con la ciudad Antigua y Contemporánea. La Ciudad

Antigua, la griega y la romana, comprendía dos elementos: el primer elemento era una

ciudadela natural, y en esa ciudadela de superficie reducida, se levantaban los santuarios

dedicados a los dioses, y se levantaba una muralla que también prestaba una función

defensiva. Ese lugar acotado, reducido, donde se dan culto a los dioses y se levantan los

templos, y es, donde se te protege de los peligros, ese lugar, se llama en Grecia la

Acrópolis, y en Roma el Capitolio. Todo esto son cuestiones que hay que tener en

cuenta, pero hay un segundo elemento, difuso e indeterminado, que consiste en que a

los pies de la Acrópolis y el Capitolio, se erigen distintos elementos públicos, como

teatros o termas, y también, se levantan casas, de tal manera que el límite de la ciudad

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no está precisado, aunque se puede definir en torno a las murallas de la Acrópolis. En

conclusión, la Ciudad Antigua no tenía límites precisos. La condición urbana, viene

dada por el estatuto jurídico del ciudadano, se era miembro de la polis, o de la urbs o

civitas romana, porque se era un vecino que ejercía sus derechos ciudadanos,

participaba en la administración, o votaba en la asamblea. Esto quiere decir que la

Ciudad Clásica, era menos una entidad material, y era sobre todo una entidad moral y

jurídica: se definía menos por su materialidad que por sus valores morales y jurídicos.

El valor moral, supone que la ciudad del Bajo Imperio presenta un estilo de vida

impuesto por las élites, las élites que prefieren vivir en la ciudad, algo propio de su

rango social. Vivir en el campo es de esclavos, de personas poco civilizadas, y lo propio

es tener residencia en la polis. Allí, ser educado, ir a la escuela, tener conocimiento para

entrar en la administración civil o militar, era lo digno, lo prestigioso; y con un gran

patrimonio histórico, esta Ciudad Antigua le da el tono adecuado a la ciudad, la estética,

estas élites, pagan la construcción de las obras públicas; como los acueductos, el circo,

las termas, el alcantarillado, las vías, el empedrado… el Estado gasta poco dinero, y

todo esto es un ejercicio de las élites, y es así como aparece el elemento mecenazgo. El

mecenas tenía una oportunidad de embellecimiento, de sentimiento, algo que era

compartido por toda la población, pues todos estaban satisfechos de su ciudad, y todos

estaban de acuerdo con los gustos de su mecenas. No sólo gastaba el dinero en la

construcción, sino que eran benefactores sociales, “pan y circo”, todos los gastos de

entretenimiento del pueblo eran pagados por el patrimonio de estos nobles, y también

repartían el pan entre todos los habitantes. Estaban muy contentos con ese estilo de vida

urbana, los pudientes gastaban su dinero, y el Estado se lo ahorraba. La contrapartida es

el respeto que la población menos rica siente por estos mecenas, supra-hombres, que

están por encima de la población, son idolatrados, y este fue el modelo de vida de

Grecia y de Roma hasta la aparición de los bárbaros. Ese era el valor moral, y el valor

jurídico era ese desempeño en la administración en los cargos públicos. La Ciudad

Antigua, por tanto, no se podía definir por la topografía, no tiene límites, está llena de

estatuas, de templos, de arcos triunfales… pero topográficamente hablando no sabemos

dónde acaba. Tampoco se puede definir por la actividad de sus habitantes, pues en la

Ciudad Antigua, constatamos la presencia de campesinos que trabajan los campos

circundantes. Pero también viven artesanos, mercaderes, grandes propietarios de tierra,

por lo que hay una heterogeneidad; no hay nada compacto. Tampoco se puede definir la

Ciudad Antigua por el número de habitantes, pues hay ciudades enormes como Roma,

con 1 millón de habitantes, y pueden existir ciudades minúsculas. Sin embargo, sí que

podemos sacar una doble conclusión del análisis de la Ciudad Antigua:

-Que se caracteriza en primer término, porque sus habitantes son personas

cultivadas, miembros de la polis, que se contraponen al salvaje, al campesino.

Todos los ciudadanos están encuadrados en una organización sociopolítica, una

organización que se considera perfecta, que asegura la convivencia, que asegura

la subsistencia de todos sus habitantes. Esta dualidad ya aparece en el Mundo

Antiguo, y se va a traspasar a la Edad Media, y es algo que todavía continúa.

Algo que vemos en el Quijote, Sancho Panza, al ser campesino se describe como

atrasado respecto al hombre urbano.

-La segunda conclusión es que todos los habitantes de la Ciudad Antigua se

sienten formando parte de una misma comunidad, con los mismos valores

educativos, estéticos, religiosos… se crean entre ellos lazos de afecto, y esos

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lazos, de una ciudad de organización perfecta, les granjea el orgullo, la sensación

de que se ennoblecen cada día más de vivir en la ciudad en la que han tenido la

suerte de estar. Ese sentimiento de gloria, de creerse por encima de otras

ciudades, es un patriotismo urbano que va a ser trasmitido a la Ciudad Medieval

y a la Moderna. En la época Moderna, afloran multitud de cronistas, y los títulos

que dan a sus crónicas son de grandeza, de triunfo, nobleza, con ese sentimiento

de satisfacción, de orgullo por vivir en una ciudad que consideran la más

importante.

Estos son los elementos más significativos de la Ciudad Antigua, y en

contraposición, tenemos a la Ciudad Contemporánea, que va desde el siglo XIX hasta la

actualidad. La Ciudad Contemporánea es una aglomeración urbana, que tienen el

calificativo de urbana porque desarrollan una o más funciones económicas, y es el

desempeño de esas funciones económicas el requisito fundamental para convertirse en

ciudad. Estas ciudades urbanas no tienen función agrícola, y vamos a señalar las seis

funciones clarificadoras que le dan el estatus de Ciudad:

1. Función militar, hay ciudades que son de defensa, y que pueden tener puertos

de guerra

2. Función mercantil, ésta es la más extendida, y tiene las grandes factorías.

3. La procedente de la Industria, ciudades mineras, de fábricas,

manufactureras…

4. Función terapéutica o de turismo, lo que llamamos ciudades de curación o de

placer.

5. La función intelectual y religiosa, hay ciudades universitarias, y hay ciudades

de peregrinación.

6. La función administrativa, sobre todo, en las capitales de los Estados.

Las Ciudades Contemporáneas pueden tener una de estas funciones o varias, y se

han convertido en metrópolis, y ahora incluso en megalópolis. En la época

Contemporánea, surgió por primera vez la necesidad de decir qué era aglomeración

urbana y qué no lo era. En el año 1817, se celebró un congreso internacional de

estadística donde los estadísticos o los geógrafos, llegaron a un acuerdo: “toda

población que tuviera más de 2.000 habitantes, tendrían la designación de Ciudad”. A

finales del siglo XIX, esa cifra era incoherente, ya no tenía valor ninguno, pues resulta

que en el siglo XIX hay aglomeraciones de 10.000, 20.000, ó, 30.000 habitantes que no

son ciudades, son pueblos. Por ejemplo, localidades de Sicilia, o en la propia Andalucía,

con aglomeraciones como Écija o Carmona, que no se pueden llamar ciudad por estar

dedicadas al mundo agrario, y por supuesto, no se puede decir que fueran ciudades del

siglo XIX como Barcelona o Milán, y en la Edad Media menos, y sin embargo, hay

ciudades de menos de 2.000 habitantes que sí eran auténticas ciudades. Entonces, dadas

estas vicisitudes, los geógrafos buscaron un segundo elemento, y echaron mano del

elemento topográfico. En el Mundo Antiguo no era un requisito que se cumpliera, pero

ahora sí, aunque resulta que tampoco es válido, pues las aglomeraciones

contemporáneas nuestras, son muy grandes, como puede ser el caso de la aglomeración

londinense. Finalmente, queda otra cuestión importante, y digamos como ejemplo, que

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el habitante de Saint-Denis no se considera parisino, es un elemento artificial, luego

entonces, acuden y se preguntan si la Ciudad Contemporánea se puede contabilizar con

un componente afectivo, si se sienten identificados con esa aglomeración, y resulta que

la contestación es negativa, como así sería el caso de París o Londres, o el caso

sevillano de que aquellos que viven en Triana, se sienten más trianeros que sevillanos.

Los parisinos, no tienen un centro para celebrar fiestas públicas o manifestaciones, las

grandes avenidas son inmensas e impersonales, son deshumanizadas, y por tanto, no ha

cuajado como un centro público para reunión, para actos colectivos. También se aprecia

que no hay lazos afectivos con la ciudad, y se ve que en las representaciones deportivas

no hay un club que represente a la ciudad, representan a los barrios, y por tanto, las

ciudades actuales han retrocedido a la Edad Media. El individuo tiene un microcosmos

que es el barrio, y con este sentido se retrocede al pasado. Las Ciudades

Contemporáneas se califican de tristes, desintegradas, donde no hay una vida en común

excepto en los barrios. Ya estamos en disposición, pues, de decir: ¿Qué es una ciudad

medieval?.

-El cliché del burgués civilizado y el campesino rudo, es algo que se ha mantenido

desde el principio de la Edad Media.

La Ciudad Medieval

La definición de ciudad Medieval no es sencilla. Vimos lo que era la Ciudad

Antigua y la Ciudad Contemporánea, y la ciudad medieval se define por cuatro

elementos:

1. Primero son las Murallas. Desde el punto de vista físico es una aglomeración de

personas y edificios envuelto en un muro defensivo, que, para su comunicación exterior

estará perforado por distintas puertas. Para reforzar su seguridad, la muralla cada cierto

trecho presenta torres elevadas. Era tan normal que tuviera murallas la ciudad medieval

que en muchos casos se ha constituido como escudo heráldico. En muchas ciudades el

símbolo es una mujer, la ciudad es femenina, y sostiene una puerta o la muralla, como la

ciudad de la Concordia en París. Por tanto, la ciudad medieval comienza con la

construcción de su primera muralla y cesa cuando estas murallas son destruidas. Las

primeras murallas se construyeron en el siglo III, en el mundo tardorromano, con las

penetraciones de bárbaros, mauritanos y francos, en las que las poblaciones necesitaban

protegerse en una época ya lejana de la pax romana. En el siglo XIX, con la Revolución

Industrial, las murallas dejan de tener sentido. En París la ultima muralla se construye

en 1840. El siglo XX comporta el derribo de estas antiguas construcciones, y sólo

quedan para la memoria topográfica. San Isidoro de Sevilla decía que una ciudad

medieval no son sólo sus murallas, sino la voluntad de los habitantes, la voluntad de ser

un hogar. Por lo que además de un cuerpo, la ciudad tiene que tener una vida propia.

2. El segundo factor es la existencia siempre de una autoridad, de un jefe; esa

aglomeración de personas tiene que ser regulada por un jefe. Ese jefe reside en la

ciudad, y vive tanto en los tiempos difíciles como en los de bonanza. La autoridad

puede ser tanto laica como eclesiástica, aunque en la Alta Edad Media la autoridad es

generalmente eclesiástica. Todas las estructuras del Imperio romano desaparecieron,

pero permanece una: la Iglesia, el obispo no se exilia, no huye, no escapa de la ciudad,

sino que permanece en ella, y por tanto, amplía sus facultades, y no sólo será entonces

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el jefe espiritual, sino que se convierte en el jefe político de la ciudad. Se convierte en el

defensor civitatis; es el encardo de cuidar del pueblo, de las construcciones, de firmar

pases, tratados con los invasores bárbaros; aunque también, en la Alta Edad Media,

habrá jefes bárbaros en la ciudad representantes de un Rey bárbaro: un dux

fundamentalmente. Para la permanencia de la vida urbana, fue fundamental la

continuidad de estos jefes.

3. El tercer factor, es que cuenta con unos habitantes que ejercen actividades diversas:

actividades económicas. En la ciudad altomedieval van a vivir grandes propietarios,

pero también artesanos, u encargados de otros oficios, los soldados que protegen a los

grandes señores, o los religiosos. En la Plena Edad Media este abanico de profesiones se

amplía, hay una gran variedad en materias económicas, y hay ciudades que se

especializan, por ejemplo, en la materia textil, en el trabajo del cuero, las pieles, las

cerámicas… por tanto, esta diferenciación es una nota distintiva de la ciudad medieval.

La propia población es heterogénea, está jerarquizada, y existen desde mercaderes y

artesanos, hasta vagabundos desocupados; toda una gama, y todos ellos conviven en el

mismo espacio urbano.

4. La ciudad no solamente son los muros, como decía San Isidoro, y esto quiere decir

que la ciudad es un estado de ánimo. Ese estado de ánimo es el que mantiene vivo el

completo espíritu de superioridad de los habitantes de una ciudad. Los habitantes de una

ciudad se sienten orgullosos de pertenecer a ella. Rivalizan con las demás ciudades en

ser más fuerte, dinámica, mejor provista de monumentos; los vecinos quieren elevar su

ciudad sobre el conjunto de las demás. Sienten un “patriotismo” muy acentuado, y así lo

vemos, como en el ejemplo del poeta italiano Dante, que fue obligado a exiliarse, y él,

en sus escritos, siempre dice con orgullo: “Florentinus natione”, es decir, de nación

florentina. De ahí, que cuando vecinos de una ciudad como Florencia o Génova, se

marchen al extranjero para realizar negocios o empresas comerciales, siempre buscarán

los barrios con una parroquia de su Santo Patrón. Estos inmigrantes siempre están

anhelantes de regresar a su tierra de origen, quieren ser ancianos retirados en su ciudad,

desempeñar cargos políticos, y ser enterrados en su barrio. Están unidos a sus

antepasados, a sus muertos, a su glorioso pasado.

Con estos cuatro ingredientes:

1. Muralla

2. Autoridad

3. Habitantes heterogéneos

4. Y, ese estado de ánimo de orgullo de la ciudad natal

Ya se nos da la posibilidad de formular una definición de ciudad medieval:

“Una ciudad medieval es una aglomeración cerrada por murallas donde viven

hombres y mujeres que pertenecen a familias diferentes y que se dedican a

actividades diversas viven de forma continua recogidos en numerosas casas

construidas alrededor de una Iglesia parroquial. Por último, constituyen una

comunidad particular, singular, que tiene conciencia de su originalidad, porque se

otorgan un estatuto jurídico propio. Y terminan ejerciendo esa autoridad fuera

incluso del recinto amurallado combinando los ejercicios económicos con el campo”.

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TEMA 1. LA DESAPARICIÓN DEL IMPERIO ROMANO

La ciudad que procede de la crisis del Imperio romano, y va, hacia la Alta Edad

Media; ha venido siendo valorada, de formas muy diferentes, a lo largo de un siglo (más

o menos) de investigación. Todo comenzó con una publicación de Henri Pirenne, un

historiador belga, que publicó su obra: Las ciudades de la Edad Media, a principios de

los años 20 del siglo pasado. Pirenne, se percató de la importancia del fenómeno urbano

en la Historia de Occidente, y se apremió a entregar unas conclusiones. Henri Pirenne,

llegó a afirmar que las ciudades romanas en la Alta Edad Media habían desaparecido, y

por lo tanto, estaban constituidas por un desierto urbano, y que había que esperar al

siglo XI para que volviera la ciudad; hay pues, un alargado paréntesis.

No obstante, huelga decir que en los años 60 y 70 del siglo pasado, otra serie de

investigaciones demostraron que si en el mundo cristiano no existían las ciudades, todo

era un yermo urbano, no era así como ocurría en el mundo musulmán, pues éstos vivían

en un suelo exquisitamente urbano. Así pues, Se reunieron en varios congresos en la

ciudad italiana de Spoleto para abordar si esas dos realidades (cristiana y musulmana)

eran tan antagónicas. Ahí empezó la primera tendencia, la hipótesis de que los

planteamientos de Pirenne eran muy radicales, y había que profundizar en la cuestión.

La arqueología medieval despegaba en aquella época, ha sido muy reveladora, pues se

ha profundizado en amplios conocimientos de la Alta Edad Media, algo que empezó a

minar la tesis de Pirenne. Ahora, la posición, ya con más trabajos documentales y

arqueológicos, es que no existió eclipse en la ciudad de la Alta Edad Media; se puede

hablar de crisis, pero no se puede hablar de desaparición total de las ciudades. Dutour,

el historiador francés Heers y Le Goff, han llegado al mismo punto de coincidencia, que

no existió un eclipse, aunque sí una crisis, y esa crisis transformó a las ciudades, las

hizo evolucionar en otro sentido, pero no desaparecieron del todo. Dutour dice que sí

existieron ciudades altomedievales, pero son ciudades distintas.

La decadencia de las ciudades

Habrá que analizar, no obstante, cuáles son los factores que procuraron una degradación

del sistema urbano, y lo veremos a continuación en una serie de cuatro puntos:

1. El primer aspecto es la crisis del sistema urbano romano. La ciudad romana gozaba

de una centralidad magnifica, y esa centralidad venia fundamentada porque la ciudad

desempeñaba un papel político administrativo. La ciudad romana era un mundo cerrado,

y desde la perspectiva político-administrativa, la ciudad recaudaba todos los impuestos

del campo, y esos impuestos acababan siempre en la ciudad. Pero no sólo se encargaban

de reunir los impuestos en su seno, sino que además, era el lugar donde habitaban las

clases pudientes, los grandes terratenientes, que vivían en la ciudad romana, y las rentas

procedentes del campo eran consumidas en la ciudad. Para satisfacer a esta clase

poderosa, existen artesanos que trabajan para ellos, y existen también soldados al

servicio de los terratenientes. La ciudad romana no busca riqueza, sino que se limita al

contento de su clientela urbana. El campesinado urbano, se limita a pagar su renta, pero

no llevan sus productos a vender a la ciudad, no tienen capacidad de transporte para eso.

Así funcionó la ciudad romana desde el siglo I de nuestra era. Los grandes propietarios

se sentían bien en la ciudad, hacían curriculum político, patrimonio, y sus actividades de

placer. En el siglo III, no obstante, cambiaremos, pues llegan las invasiones, y con

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motivo de la inseguridad, esta ciudad que había venido funcionando inalterablemente

desde el siglo I, comienza a degradarse. La degradación de la Ciudad Antigua, comenzó

incluso antes de la llegada de los bárbaros, y es que, el mundo comenzó a ruralizarse, y

cada vez iba siendo mayor la distancia entre el campo y la ciudad. Digamos que lo que

precipita esa degradación es la llegada de los bárbaros, que repercutieron muy

negativamente, ya que saquearon y asaltaron las ciudades. Los vecinos reaccionaron

levantando a toda prisa murallas, la pax romana, se pensaba que iba a ser eterna, y al ser

tan rápidos en construir la muralla, son murallas pequeñas. La cuestión de la rapidez a la

hora de levantar una muralla, viene dada por la premura con que eran atacados, y no es

lo mismo cerrar 100 Ha de ciudad que 200 Ha. Claro que también es cierto, que al haber

habido una disminución de la población, tampoco era necesario abarcar un margen

mayor de la necesidad de aquellos a cuantos se tenía que proteger.

2. El segundo elemento de la degradación es el Estado creado por Diocleciano y

Constantino. Ese Estado ya no funciona, no se pagan los tributos, y es algo que incide

negativamente en la ciudad. Muchos de los terratenientes huyeron al campo, y quieren

vivir autárquicamente en el campo, por lo que esas rentas que antes llegaban a la ciudad

ahora se quedan en dicho campo. La degradación termina en decadencia, es el efecto de

la crisis, y esa decadencia se manifiesta en los aspectos subsiguientes:

-La despoblación, que obedece no solamente a las guerras, a los saqueos, a los

pillajes, sino también a la huida, los poderosos, los grandes terratenientes, la nobleza

romana, se sienten más seguros en el campo, rodeados de su ejército particular,

controlando la producción agrícola para subsistir. Pero la huida de los cuerpos

profesionales más cualificados hace que la ciudad pierda en el siglo IV, la centralidad.

Hablar de despoblación es hablar de empobrecimiento de la ciudad, pero a pesar de la

dureza de los tiempos, la ciudad no desapareció, y en esto, estamos muy lejos de

Pirenne, aunque él tenga el mérito de ser el primero en ahondar en esto. Las ciudades no

desaparecieron: Roma, Marsella, Tarragona, Barcelona, Tréveris, Londres… no

desaparecieron, y los bárbaros respetaron e incluso aprovecharon las ciudades. Ellos no

conocían la vida urbana, y ante la contemplación de la ciudad, estos bárbaros actuaron

de dos maneras: una de asombro, de alucinación, aquello para ellos debió ser como ver

vida en otra galaxia, y por eso, los germanos nunca quisieron acabar con la cultura

romana, sino que quisieron incorporarla. Por otro lado, como minoría que eran,

sintieron peligro de ser absorbidos por la cultura romana que estaba representada por

una mayoría de población romana (se habla de 24 millones de romanos, frente a los 2

millones de los germanos que mandaban políticamente). Ambos sentimientos no fueron

opuestos, pues los reyes bárbaros mantuvieron las ciudades y las promocionaron. La

pregunta es por qué, por qué esa promoción de la ciudad; y la respuesta es que veían un

símbolo en las dichas ciudades, un símbolo de su poder, del territorio que controlan, y

por tanto, un rey bárbaro, tiene que tener una capital política que le proporcione una

legitimación a ese poder suyo. Clodoveo, por citar unos ejemplos, elige París, y los

visigodos, después de Toulouse, eligieron Toledo… una ciudad como capital da

prestigio al rey ante sus súbditos, y ese prestigio se celebra y promociona en los actos

oficiales. Tenemos dos casos como los ostrogodos y visigodos. En el caso de los

visigodos, Leovigildo fundó una ciudad desde cero, Recópolis, en la provincia de

Guadalajara, y fue llamada así en honor de su hijo Recaredo. Recópolis fue una ciudad

que no tuvo éxito después, en la época musulmana, y por eso ha desaparecido, pero esto

nos da el dato de que los bárbaros promocionaron y crearon ciudades. Lo mismo,

ocurrió con el rey Teodorico de los Ostrogodos.

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TEXTO DE TEODORICO (AÑO 526):

“La construcción de una ciudad, objeto de preocupación de un rey, es una obra

noble, porque la reconstrucción de las ciudades antiguas constituye un ornato para los

tiempos de paz, y una protección necesaria en caso de guerra. Así, preparamos el

porvenir ordenando a todos los que encuentren en sus campos piedras de todo tipo,

útiles para la construcción de murallas, que las entreguen sin dilación a la ciudad”.

Teodorico tiene en su cabeza dos metas: la ciudad ennoblece, da prestigio, y

aumenta la legitimidad del jefe germano. Por otro lado, la ciudad protege, por lo que se

convierte en un ente de seguridad. En la ciudad de época de Teodorico, los monumentos

dejan de tener utilidad, pues las ciudades son más grandes de lo que se necesita, por eso,

lo de coger las piedras que se encuentren, para reforzar la ciudad.

TEXTO DE CASIODORO –CARTA A LA CIUDA DE CATANIA–

“Vuestra defensa es al mismo tiempo nuestra fuerza, y todo lo que os protege contra el

peligro sirve a la defensa de nuestra gloria. Así, las piedras del anfiteatro, que decís

que se han caído por efecto del paso del tiempo, que ya no sirven al ornato de la

ciudad, sino que ofrecen el espectáculo de ruinas deshonrosas, os permitimos hacer de

ellas un uso público, para que con estas piedras se levante un muro. Que si quedasen

en el suelo, no serían de utilidad alguna. Aportadnos pues fielmente todo lo que pueda

servir a la defensa, o a la decoración de la ciudad. Y sabed que os estaremos

reconocidos por todo lo que hagáis por vuestra ciudad”.

Este es el mismo sentido, la defensa, se reutilizan edificios que quedan en

desuso, y un italorromano todavía puede comprender que la ciudad tiene que estar

ornamentada, pero la defensa es lo primordial.

3. Tras la caída de Roma, otra manifestación de la decadencia de la ciudad, luego de la

despoblación y la pérdida de centralidad; es, la pérdida progresiva de los símbolos de la

ciudad. El cristianismo convierte en obsoleto algunos monumentos, y la jerarquía

eclesiástica condenó el uso de las termas, los teatros, los anfiteatros y los circos. Esta es

una constante de la moral cristiana, siempre vio con desagrado la reunión de personas

que se dejaban llevar por las pasiones. Veían en ello un pretexto para el pecado, y por

eso lo consideraron ilícito. Teatros, termas, circos, etc., quedaron por tanto sin

funcionamiento. La Iglesia es la primera que condenó las corridas taurinas, y han

intentado varias veces la abolición precisamente por este desatamiento impulsivo de

pasiones. Estos monumentos, por tanto, ya no son usados, y solamente se salvan

algunos que son transformados. Hemos visto en el texto cómo sirven estos lugares para

construir los muros de la ciudad, sirven para la construcción de murallas, como en

Verona, o en Spoleto; pero también, las piedras de esos anfiteatros y demás, pueden ser

trasformadas en casas de vecinos, para residencia de personas, como en Florencia, como

en Arlés; o en Tarragona, que ocurrió que fueron reutilizados los templos religiosos, es

decir, en Tarragona, un templo pagano fue reutilizado como santuario de un mártir.

La ciudad romana, se salva siempre que ocurre una circunstancia. Puede haber

invasiones, desaparición del Estado, pérdida de la centralidad y de los símbolos

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constructivos; pero, hay una circunstancia que garantiza la supervivencia de la ciudad, y

es: que un obispo elija esa ciudad como su residencia. La ciudad francesa de Autumn

era sede de un obispo, pero fue saqueada dicha ciudad por las invasiones, y entonces,

decidió el obispo marcharse a Dijon, por lo que Autumn, desaparece, y la que tiene

continuidad urbana es la ciudad de Dijon. Lieja (Bélgica), sostiene su permanencia

cuando Tongres (Bélgica), se ve arruinada y el obispo se marcha a Lieja. Podemos decir

que el éxito urbano de Dijon y de Lieja se debe a un obispo. Pero no todas tuvieron la

misma fortuna, y por tanto, hay una reestructuración del mapa heredado del mundo

romano. Por ejemplo, las vías romanas, algunas de ellas desaparecen. En Italia, como

consecuencia de la llegada de los bárbaros, las poblaciones buscan la defensa

marchándose a la costa, y se marchan a la costa por dos razones: las zonas pantanosas,

en la que los bárbaros tienen dificultad de llegar; así nace Venecia, que es un lugar poco

atractivo, una zona de pantanos, de malaria, pero es un refugio seguro contra los

lombardos. Pero también buscan la costa en busca de la flota bizantina, que garantiza

seguridad. Lo mismo pasó en Cataluña, pero al revés, pues allí las ciudades eran

costeras, como en Ampurias, pero la inseguridad hizo que las ciudades se trasladaran al

interior.

4. Por último, la cuarta manifestación de la decadencia de las ciudades es el

distanciamiento, la lejanía, el divorcio cada vez más grande entre urbs/territorium,

entre la urbe y el campo. En el mundo romano, la ciudad dominaba totalmente al

campo, era una absorción continua de toda la renta, era un consumo en la ciudad de todo

lo que producía el campo; consumo en juegos, en monumentos, todo se consumía, pero

con la crisis de la Edad Media, se separa esta asociación y cambiaron las tornas, pues la

ciudad quedó aislada del mundo rural. En la Alta Edad Media, no triunfa la urbs como

en el Mundo Antiguo, triunfa el territorium, que tiene vida propia. Hay dos formas de

vida que triunfan en el territorium y que certifican este éxito:

-Las construcciones de monasterios, hay monasterios que nacen en las periferias

al principio de la ciudad, pero pronto, se marchan al campo y viven autárquicamente en

una célula de autoabastecimiento, con sus artesanos y sus infraestructuras en el interior.

También aparecen autoridades que recaen sobre el campo, sobre el territorio, de tal

manera que ya la ciudad no ejerce competencia en ese territorio, pues éste, se ha

independizado por completo. No obstante, en la Alta Edad media, las afirmaciones

contundentes no pueden darse, pues existen matizaciones, no todo es extensible a todo

el continente europeo, pues hay ciudades donde se mantienen la hegemonía de la ciudad

sobre el campo. Hay tres áreas fundamentales: Italia, donde no se perdió la memoria de

la tradición urbana, las ciudades italianas de la Alta Edad Media, tiene cónsules o duces,

que siguen teniendo prerrogativas, siguen teniendo privilegios, siguen escribiendo

dando fe de los contratos, dan fe, y transmiten conocimientos. Igual ocurre en el sur de

Francia, la Francia meridional es una zona muy romanizada, y las ciudades conservaron

estas competencias. También ocurrió en Hispania, pero aquí se cortó esta evolución por

la llegada de los árabes, cuya incursión cambió el rumbo de esta evolución.

-El segundo punto son las trasformaciones urbanísticas ocurridas en la Alta

Edad Media. Todos los cambios tuvieron incidencias en el espacio urbano, alterando

más o menos la ciudad romana. La primera consecuencia fue la contracción, algo que ya

hemos mencionado, por falta de población, por amenaza de invasiones; las superficies

de las ciudades se restringen. París dejó fuera de la muralla todo lo que hoy es el barrio

latino. Solamente, se salvan ciudades que eran capitales políticas, las diócesis del

Page 11: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

11

imperio, que podían tener entre 30-40 Ha, no más (lo normal eran entre 10-12 Ha). Esta

contracción, también se dio con la llegada de los segundas invasiones bárbaras, que

repercutió en las ciudades del norte de Europa y también en Inglaterra.

-La tercera consecuencia es la degradación de los espacios urbanos, no hay

alcantarillado, no hay suministro de agua, hemos visto que los monumentos son pasto

del tiempo, y también se pierde la centralidad, es decir, ya no es necesaria la existencia

del foro, con lo que se destruye en muchas ocasiones la trama urbana. Esto lo vamos a

apreciar en los documentos que tenemos (fotocopias repartidas en clase). Sin embargo, a

pesar del deterioro no se pierde la planimetría octogonal, y cuando pasan las tormentas

se tira de planos octogonales. En estas transformaciones ha tenido mucha importancia la

Iglesia, tuvo culpa de la destrucción de monumentos, pero al mismo tiempo moldea una

nueva ciudad. Es lo que Jean Hubert llama el nacimiento de la “Ciudad Santa”, algo que

consiste en que, el triunfo de la Iglesia, será que levanta nuevos edificios: la catedral, el

baptisterio, los monasterios, los santuarios… son muy numerosos, y la ciudad de

Tréveris, por ejemplo tenía 32 edificios religiosos, y Lyon tenía 18. La catedral es

imprescindible, pues todavía no estaba desarrollada la red parroquial, y los cristianos

tenían que acudir a la catedral. Para el bautismo es fundamental el baptisterio, y además

existen monasterios que recogen las reliquias de algún santo y se originan movimientos

de peregrinación para adorar a estos santos. Este conjunto de edificios eclesiásticos,

forman una segunda muralla, pero a diferencia de la primera, esta muralla es espiritual.

Un obispo bendice e inaugura dos iglesias en la ciudad, y en su sermón, afirma, que está

muy orgulloso de esas construcciones porque sirven para la salvación del pueblo y, la

defensa de la ciudad. Aquí vemos los dos muros, el físico y el de la espiritualidad. Lo

mismo dice Gregorio de Tours, el galorromano que realiza una procesión, pues hay una

peste en la ciudad de Reims, y para proteger a sus habitantes organiza una procesión al

sepulcro del patrón de la ciudad, y dice, textualmente: “para añadir a los muros que

protegían a Reims de una muralla más eficaz”. Sin embargo, las catedrales van a

transformar la red viaria, se construían en la periferia de la ciudad, pues según la ley

romana, como albergaban sepultura tenían que situarse en el extrarradio de la ciudad; no

se permitía la inhumación dentro de la población amurallada. Las catedrales se

consolidaron, y se creó el cuerpo de canónigos en época carolingia, y hacía que los

canónigos tuvieran a su servicio a comerciales y artesanos, por lo que consolida la

población urbana. Para concluir, el éxito de la Iglesia en la urbanidad hizo que en la

ciudad existieran dos polos, que hubiera una dualidad urbanística, y junto al viejo

núcleo romano, aparece ahora el nuevo apartado formado que tiene la catedral, el

baptisterio, iglesias, etc.

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-MAPA de WINCHESTER-

El mapa (parte izquierda) refleja la ciudad en el siglo VII, y viene con el número

1 señalado el forum; con el número 2 aparece un antiguo monasterio, y con el número 3

el palacio real. Por tanto, aquí hay dos elementos nuevos que perturban la trama viaria

de la antigua ciudad romana, pues el antiguo forum se ha roto en alguna calle por el

palacio real, y lo mismo ocurre con el monasterio, que se coloca donde antes había una

calle. El plano de la ciudad es totalmente octogonal, típicamente romano, pero la

presencia de la Iglesia y también de los reyes bárbaros, está degradando el tejido

urbano. Ahora veremos la misma ciudad (parte derecha), sólo que pasa del siglo VII al

año 1000, al final de la Alta Edad Media. Resulta que podemos observar bien cómo se

ha deteriorado la trama viaria, pues casi la mitad de la ciudad, está ocupada ahora por un

nuevo monasterio, que se ha ampliado sobre el viejo, y esto ha roto todas las calles,

podemos decir que ha expropiado también hogares. Además se ha creado otro nuevo

monasterio, y se ha creado también un palacio episcopal. Por tanto, vemos en esta

comparativa como se ha deteriorado el tejido urbano por la aparición de la Iglesia, que

con sus construcciones deteriora la trama viaria original y cambia la visión de la antigua

ciudad.

Page 13: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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-MAPA DE LA CIUDA SANTA DE SOISSON–

La ciudad romana es aquí un rectángulo que ha sido desbordado por las

construcciones religiosas, sobre todo a orillas del río, donde hay una gran cantidad de

iglesias, de santuarios. También, vemos la catedral, que está al otro lado de la muralla.

Veremos a continuación lo que dice el historiador Heers: “La corona de los santuarios

en el Bajo Imperio, alrededor de la antigua civitas, se ha enriquecido

considerablemente por numerosas construcciones de iglesias, de abadías, de hospitales,

de tumbas de reyes y de obispos. Sin embargo, la identidad se intensifica cuando nos

acercamos a los antiguos muros, muy particularmente en las orillas del río. Intramuros

se han levantado dos conjuntos de edificios religiosos, tanto en la parte sur de la

civitas: imponen una radical transformación del tejido urbano”.

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-MAPAS DE LAS CIUDADES PÉRIGUEUX Y AVENCHES-

En el caso de Perigueux, la cité, aparece ahí señalada en negrita, es la muralla

que rápidamente y a toda prisa han tenido que levantar. Hay que fijarse en la

contracción de la ciudad, pues vemos una ciudad romana con sus calles octogonales, en

ángulo recto, y ha quedado reducida a la mínima expresión, ese es el fenómeno de la

contracción. El centro de la ciudad romana es lo que vemos con el número 1, era el foro,

el centro político-administrativo. En torno al foro, estaba una basílica, y después, ya

más en la periferia de ese centro, con el número 2, se encontraba un templo pagano.

Aprovechando una parte del anfiteatro la ciudad que corre peligro, se ha reforzado para

resistir mejor militarmente.

Lo mismo tenemos en el caso de Avenches, donde el foro es el número 2,

encontrándose al lado del foro un templo pagano (1), y a otro lado el teatro (3), estando

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el anfiteatro más alejado (4). La ciudad romana es toda la línea discontinua, y ahí se

pueden apreciar las calles octogonales. Pues bien, todo eso quedó reducido al burgo (5),

pues el burgo es la contracción defensiva realizada por los hombres de la Alta Edad

Media. El comentario en francés sobre estos planos (Perigueux y Avenches) dice lo

siguiente: “Dos ejemplos manifiestos de abandono de los perímetros amurallados de las

antiguas fortificaciones romanas: el tejido cuadrangular que fue completamente

abandonado por posiciones excéntricas, en los dos casos, cerca del anfiteatro. La cité

en el caso de Perigueux, o el burgo en el de Avenches (este burgo de Avenches fue

ocupado sin ninguna extensión hasta 1070) son fortificaciones, áreas muy pequeñas de

asentamiento, con apenas una red de calles”

-En el examen puede entrar un texto y un plano como este.

-MAPA DE LA CIUDAD DE TRÉVERIS-

Aquí hay una comparativa de la Tréveris entre los siglos VI y VII, y la Tréveris

del año 1000. A la izquierda tenemos la Alta Edad Media, y al lado los inicios de la

Plena Edad Media. Hay que fijarse en que se han perdido todas las calles, todo el

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trazado viario de la ciudad romana. Se ha construido la catedral (con el número 8 a la

izquierda, y con el 1 a la derecha), en una zona excéntrica, cerca de una puerta romana

que se sigue conservando en la actualidad, y que se llama la “Puerta Negra”. Cerca de la

catedral vemos cómo se ha creado un mercado (número 13 a la derecha), y hay que

fijarse como se ha reducido la ciudad. Las murallas romanas las vemos señaladas con un

trazo discontinuo que comprende hasta el río. En la época Altomedieval, la catedral, el

burgo, y el mercado, se han reducido, como vemos en la línea gruesa que encierra líneas

diagonales, y que señala el número 1 (a la derecha). Habrá que esperar al siglo XIII para

que se recupere la ciudad, aunque con cruces griegas que delimitan el perímetro de

dicha ciudad, vemos que es una ciudad todavía más pequeña que la romana. Hay por

tanto una contracción de la ciudad, y una alteración magnifica de la trama urbana.

Tréveris es una ciudad alemana, y es una ciudad que conserva perfectamente el trazado

medieval. Es una ciudad que se ha conservado de casualidad, pues se sitúa en una zona

muy castigada por la 2ª Guerra Mundial, aunque afortunadamente los bombardeos no

impactaron allí. Se conservan varias puertas romanas, la basílica romana, y es una

ciudad que constituye un tesoro para la comprensión evolutiva de la ciudad en la Alta

Edad Media. Tréveris es una además una ciudad famosa por otras circunstancias

distintas, pues es conocida por el vino que llevaron allí los romanos, y allí, también es

donde nación Carl Marx.

-MAPA DE BOLOGNE-

Page 17: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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En el caso de Bolonia, los lombardos también trastocan el tejido urbano. La

ciudad romana era un cuadrado, están ahí las murallas, y la ciudad bárbara es la

representada nada más por la letra “A”, por tanto, es como la mitad, el 50% de la

ciudad. En una zona excéntrica levantan la Catedral de San Pedro, y los lombardos

intervienen aumentando la extensión de la ciudad, contrayendo esa muralla con la plaza

de la Puerta Ravenna, y que está en una zona radial. Hay que esperar al siglo XII para

que la ciudad amplíe su población romana, que es el recinto que aparece en la imagen

con línea continua. Traduciremos ahora un texto de Heers sobre Bolonia:

“Bolonia: contracción, después expansión.

Antes de nada en una cuadricula que ocupa la mitad de la antigua civitas, se ha

levantado en la frontera norte un palacio episcopal (una catedral), a lo largo de la

muralla. Aparte de esto, hay una zona devastada que ha quedado al abandono, pues

mal drenada resulta insalubre. En esta primera “ciudad bárbara” (con la letra A), los

lombardos añaden un campo militar más tarde urbanizado (letra B), cuyo diseño

semicircular y los ejes impuestos, siguen la expansión del área en la parte este de la

ciudad, que se adjunta al final del siglo XII (letra C)”.

-MAPA DE LA CIUDAD DE YORK EN INGLATERRA-

Figura 9. York en el año 1100: colonización bárbara y expansión urbana

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El dibujo corresponde al año 1100, es decir, el siglo XII, pero nos ilustra sobre la

colonización bárbara llevada a cabo por los vikingos. Tanto anglosajones como

vikingos colonizan la ciudad situada entre los ríos Ouse y Foss, pero lo asombroso del

caso es que se mantiene el tejido octogonal, el ángulo recto de la ciudad. Dice Heers:

"Los establecimientos anglosajones y daneses no ocupan más que una parte de

la antigua ciudad romana. Se han desarrollado sobre todo dos sectores distintos, en el

este, en dirección del río Foss, y más allá de los límites de las tierras inundadas,

también hacia el suroeste, sobre la orilla derecha del río Ouse. El tejido urbano se

presenta perfectamente geométrico, resultado de una ocupación planificada”.

Otra vez no encontramos que los reyes bárbaros conocían la planificación.

Hemos citado el caso de Recópolis en el reino visigodo, y aquí chocamos con el caso de

York, una ciudad romana que fue muy importante. Está situada al norte de Inglaterra,

cerca del muro de Adriano, y esta centralidad hace que permanezca y continúe su vida

urbana a lo largo de la Edad Media.

-MAPA DE LA VILLA DE SPLIT EN CROACIA-

Una visita a Split (Croacia) puede ser tan sugerente como realizarla a Tréveris.

Estamos ante el palacio de Diocleciano. Diocleciano era natural de aquella zona, y en su

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tiempo de euforia y felicidad, por haber salvado el Estado romano con su reforma; él

decidió construir un palacio donde retirarse en su vejez. Él pudo ver cómo funcionaba

su obra (la tetrarquía), pero le preocupaba el problema de la sucesión, algo que no pudo

resolver. Pero al fin y al cabo, Diocleciano se instaló allí y vivió en este magnífico

palacio que es una pequeña ciudad en sí mismo, y según el gusto romano se levanta

como vemos en el dibujo de la izquierda, donde tenemos:

1. Triclinium (salas de banquetas)

2. Habitaciones privadas

3. Habitaciones de los huéspedes

4. Archivos

5. Biblioteca

6. Exedra (una construcción clásica)

7. Baños

Esta es la enumeración de la parte inferior del palacio, pero si seguimos

subiendo nos encontramos en la zona central el mausoleo, y a la izquierda un santuario

pagano. Subiendo a la parte de arriba nos encontramos la zona donde viven los

soldados, la guardia de Diocleciano, y también almacenes. En la zona de la derecha

viven los artesanos y es donde están las mercancías y los mercaderes. El palacio tiene

tres puertas, y podemos denotar en la planta como se transluce una especie de

microciudad, totalmente octogonal. En la imagen de la derecha, lo que vemos es cómo

se deterioró esta microciudad. Hoy sigue existiendo, pero es una zona de viviendas

particulares.

En resumen, a la izquierda tenemos el palacio de Diocleciano, y vemos como en

la Alta Edad Media se ha degradado, tergiversando el tejido urbano de una parte del

palacio, y vemos como la catedral (1), el baptisterio (2), y los monasterios (3), también

han trastocado el orden octogonal. Lo mismo pasa en el barrio de los artesano, los

comerciantes y los almacenes. Dice Heers: “Los establecimientos religiosos (la catedral

y el imponente baptisterio), ocupan los emplazamientos de los templos y del mausoleo

romanos. Las tres grandes líneas del plano cuadrangular se han conservado en líneas

generales, pero en concreto y en detalle, el tejido de las calles se encuentra totalmente

desarticulado por toda clase de acaparamientos: calles estrechas, callejones sin salida,

y patios interiores privados”

Efectivamente, aquí en el palacio de Diocleciano también se observa la nueva

trama viaria.

Las Estructuras Socioeconómicas de la Ciudad en la Alta Edad Media

Uno de los rasgos que identifica a la ciudad es su función de centralidad. En los

siglos V al X esa centralidad se ve mermada, pues aumenta la economía rural. La

economía de subsistencia de la Alta Edad Media, establece como centro de producción

el campo, pero también es un centro de distribución de las cosechas. El papel

económico de las ciudades también se disminuye, ya no funcionan como en época

romana, y por eso se vio afectada la estructura de la ciudad que surge en la Alta Edad

Media. Tanto la sociedad como la economía, experimentan cambios evidentes. Hay

rupturas, emergencia de nuevos elementos, pero también, hay procesos que continúan,

Page 20: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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hay una continuidad, y tenemos que analizar tanto las facetas continuistas como las

novedades:

1. La primera continuidad que observamos es la referida a la vertiente estratégica de la

ciudad, su ocupación defensiva. Esto es algo estable, y se transmite a la Edad Media

como algo que pervive en la ciudad; es una seguridad ante el peligro, y se trasmite este

elemento que ya era propio de las ciudades romanas del siglo III al V. Un ejemplo de

esta pervivencia es Nápoles, que siguió siendo una ciudad portuaria del Mar Tirreno.

Los bizantinos continuaron con la misma política de mantenimiento de la ciudad de

Nápoles, y gracias a eso, fue la ciudad más populosa durante la Alta Edad Media,

llegando a contar con 30.000 habitantes, y superando a la propia Roma de aquel tiempo.

2. Un segundo factor que se mantiene, que viene del mundo romano, fue el comercio.

No solamente el comercio, sino también otras profesiones como ciertos artesanos, pues

no todos desaparecieron. En la Italia del valle del Po, las ciudades registran entre sus

habitantes a mercaderes o comerciantes; también registran a monederos, los que acuñan

moneda, y también artesanos que viven establemente en esas ciudades del valle del Po.

Incluso en Nápoles, los jaboneros están agrupados en una corporación propia, por lo que

no se eclipsó el comercio y cierta producción de artesanía en las ciudades. El proceso no

se limita al valle del Po, en las ciudades del sur de la Galia, como Arlés y Marsella, hay

agrupaciones de mercaderes, de comerciantes, que llegan allí desde Bizancio, desde el

Mediterráneo Oriental, desde Siria o Egipto; y también en la Hispania visigoda se

identifican estas actividades. Por tanto, tenemos tres zonas donde el comercio no se

volatilizó. También existió en la Galia del Norte, y es un comercio internacional donde

acuden los mercaderes extranjeros. Una quinta zona fue en el valle del Mosela y del

Rin, en Colonia hay una colonia de mercaderes, y es la arqueología la que ratifica la

existencia de este comercio. En Bélgica, aparecerán vidrios, zancos, cerámica del Rin;

por tanto, hay una producción artesanal para el comercio. Incluso en algunos

documentos se hace mención de artesanos itinerantes, es decir, artesanos nómadas; y

son citados albañiles italianos que se han desplazado hasta Tréveris, y trabajan en la

construcción de la ciudad. También sabemos de artesanos francos que han ido a

Inglaterra a fabricar vidrios en el siglo VII, y vemos también movimiento en los

monederos, los que fabrican las monedas. Como vemos, tenemos un montón de indicios

que indican un movimiento cierto.

El número de estos especialistas en verdad ha decrecido, pero este artesanado

que se traslada existe, y eso se ve en la demanda, aunque se ha perdido la cualificación,

y por eso hay que acudir a los francos en vidrio, por ejemplo, u a otros en yesería

buscando un artesanado de calidad. La ciudad es el lugar donde se desarrolla el

comercio, y este comercio es internacional, un comercio de larga distancia. El

Mediterráneo sigue siendo un mar libre para el comercio, hay distintas rutas y todas

ellas son visitadas por los comerciantes. Hay un contacto entre el norte de África con

Hispania en primer lugar, y que se extiende con la Galia. El norte de África proporciona

trigo, y proporciona aceite. Pero la ruta más importante es la oriental, la que procede de

Siria, el Líbano, Israel y de Egipto. Estos mercaderes son llamados sirios generalmente,

siendo sirio un término genérico. También en este comercio internacional intervienen

los judíos, pero además del Mediterráneo, hay otra ruta, la Atlántica, que pone en

contacto el Mediterráneo con la región de Frisia, y también con Suecia. Hasta allí

llegaron los artículos, las mercancías hispanogodas, y hasta allí llegaron monedas de

épocas de Leovigildo. Este comercio enriqueció al reino hispanogodo de Toledo. Hay

Page 21: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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varias ciudades, Málaga, Sevilla y Mérida, que eran muy importantes para estas

transacciones. Después, se encuentran otras ciudades como Cartagena o Lisboa, y

siempre hay en las mismas una comunidad judía que anima al comercio. Éstas, eran

rutas marítimas, pero el comercio era tan vivaz que también se abrieron rutas terrestres.

Desde época romana existían caminos abiertos a través de los Andes, que llegaban a

toda la cuenca del sur, y que terminaban en Gran Bretaña. Estas vías se siguen

utilizando, y hay intercambios mercantiles entre el sur y el norte. Un cambio sustancial,

es que en la época romana el comercio tenía un solo eje: el este-oeste, el eje horizontal;

desde el siglo VII en la Alta Edad Media observaremos como ese eje comienza a variar,

y se hace más importante y decisivo el eje comercial sur-norte, norte-sur; y esa es una

gran diferencia. Ese comercio vertical empieza a subir en los siglos VIII y IX, pero

tendrá un parón en época vikinga, para, posteriormente no dejar de crecer.

Cuando la primera oleada de pueblos bárbaros se asienta, y hay una época de

tranquilidad, como consecuencia de ese comercio en el norte, aparece un fenómeno que

podemos calificar de urbano, y que es más exacto llamar “fenómeno pre-urbano”. Es la

formación de emporios comerciales. Esos emporios comerciales son llamados en los

textos como portus, un término latino que significa puerta, un puerto, un lugar de paso,

un lugar de transacción mercantil. Hay otro término de origen germano que significa los

mismo: wik, y que se pone en relación con la transacción y el comercio.

Los emporios comerciales llamados wik o portus, en primer lugar aparecen en la

costa del mar Báltico, del norte, son emporios costeros, pero el auge es tan

impresionante que la ruta proseguirá ramificándose por los ríos; donde se fundaron

emporios fluviales.

Relación de emporios preurbanos: portus y wiks

-En el Sena: Ruán

-En el Somme: Amiens

-En el Mosa (antes de los vikingos): Dinant y Huy, posteriores Maastricht,

Namur y Verdún.

-En el Escalda: Cambrai, Valenciennes antes de los vikingos

-En el delta del Rin: Dorestad y Duurstede

-En la boca del Canche: Quentovic

-En Inglaterra: Ipswich, Hamwith en el siglo X reemplazado por Southampton

De esta relación hay que subrayar los dos enclaves más importantes Dorestad y

Duurstede. El primero intercambia los productos del Rin con el Báltico y el mar del

Norte, y Quentovic intercambiaba los productos con las islas británicas. De cara al

Báltico: Haithabu (Alemania), que pasó de 10 ha en el 900 a 24 ha en el siglo X; decae

en el siglo XI y es reemplazado por Schleswig y Birka, cerca de Estocolmo. Tuvo 12 ha

el puerto en el siglo X, fue reemplazado por Sigtamu.

Los vikingos son clientes de este comercio y compran esclavos, venden hierro y

ámbar, pero al lado de este tipo de productos, hay que decir que también los hay de

subsistencia. No obstante, más que los productos, lo que nos interesa es el fenómeno del

emporio, del portus, del wik. Los comerciantes eran los nativos de la zona, eslavos,

frisones, y estos mercadores crean el portus y el wik como lugar de embarque y

almacenamiento de las mercancías. Simplemente, son factorías que sirven de depósito

Page 22: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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para que los mercaderes puedan desplazarse, pero nunca terminan siendo auténticas

ciudades, pues jamás se fundan Iglesias. Hemos visto anteriormente la importancia de la

presencia de un Obispo, y en estos emporios jamás se consagran edificios religiosos;

pero tampoco hay palacios que representen la autoridad de un conde o de un rey. Por

tanto, cuando llegan los vikingos, la mayoría de estos emporios son destruidos,

arrasados por el pillaje, y desaparecen hasta que el comercio se recupera en el siglo X.

Existía comercio incluso en aquellas tierras llenas de bárbaros, y ese comercio comportó

un proceso de creación de ciudades que se interrumpe por la irrupción de las segundas

oleadas bárbaras.

-La moneda no desapareció, quedó reducida, todo se contrae pero no se eclipsa.

Hay continuidades, pero una continuidad reducida, deteriorada, entonces la

centralidad de las ciudades no desapareció del todo. Alguna función política,

económica, administrativa, militar o religiosa, mantiene algo de llama dentro de la

ciudad. Hay dos ciudades en Italia que aumentaron esa llama de la centralidad: Bolonia

y Florencia. Pero dejando al margen esta excepcionalidad, la disminución de la

centralidad de la ciudad también influyó en la composición social.

3. La composición social sigue siendo compleja, y esto es un tercer rasgo de la

continuidad. Toda sociedad urbana es compleja, y está constituida por distintos grupos

sociales. En la Alta Edad Media esa complejidad permanece. Por ejemplo, siguen

avecindadas familias senatoriales, familias que eran nobles por gozar de un enorme

patrimonio económico, pero, al lado de familias nobles, también viven en las ciudades

grandes funcionarios, y también, hay comerciantes de gran patrimonio por su actividad

mercantil. Muchos de los nobles, de los funcionarios, se hacen grandes terratenientes,

con grandes propiedades de tierras, y muchas ciudades, siguen manteniendo en la

ciudad a esos grandes propietarios de tierras, ricos comerciantes.

Al lado de esta élite, también sigue existiendo una plebe, son los grupos

inferiores urbanos, y esos grupos inferiores están representados por esos artesanos que

antes hemos mencionado: canteros, albañiles, gente del vidrio, de la cerámica. Claro

que, dentro de la continuación, aparecen en el terreno social dos novedades. La primera

novedad es que hay artesanos que se han quedado sin clientela, y terminan perdiendo la

memoria de su oficio; son artesanos no cualificados. Hay junto a la nobleza, la élite,

obreros no cualificados, y al lado de ellos, hay campesinos que arruinados en el campo

marchan a la ciudad. Son campesinos refugiados, pero también son refugiados esclavos

que se han tomado la libertad por su mano; todo este conjunto de gente no cualificada,

constituye una multitud que son calificados en los tiempos contemporáneos como los

ociosos. Por tanto, por parte del obispo y los eclesiásticos, comienza una política de

caridad dirigida a este conjunto de pobres. La pobreza es un invento descubierto por el

cristianismo. El cristiano tiene que socorrer con su misericordia tanto al pobre como al

pecador. Esta política de asistencia, de caridad, de construir hospitales, es obra del

obispo, y es algo que no existía en el mundo romano. La segunda innovación es la

formación de clientelas familiares, una forma de protegerse, de ser socorrido, es ponerse

al servicio de una familia, ponerse como cliente de una familia. Esta clientela se

convierte en una especie de grupo armado que protege a estos nobles, y no sólo los

protege contra la inseguridad exterior, sino que protegen a los nobles de otros nobles; se

crean grupos antagonistas, y se crea la rivalidad entre los clanes urbanos, entre las

familias aristocráticas, algo que quedó consagrado en Romeo y Julieta: los Montesco y

los Capuleto eran dos familias clientelares.

Page 23: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

23

4. El último apartado habla de los nuevos dirigentes. Evidentemente, la consecuencia

más importante es que se trastoca el orden social de la antigua sociedad romana, y

aparece una nueva sociedad. Esa nueva sociedad tiene a su frente una clase dirigente

nueva, y esa clase dirigente está integrada por los clérigos en primer término.

Anteriormente, vimos la importancia que tenía la permanencia de un obispo en la

ciudad, que además de ser un jefe pastoral y espiritual, es un jefe político, jurídico, el

que cobra impuestos, y se encarga de la seguridad de la ciudad, de las murallas. Hay que

tener en cuenta que han desaparecido el ayuntamiento romano, las autoridades romanas,

y ese vacío lo ocupa el obispo, el defensor civitatis. Alcanzó tal influencia que cuando

los reinos bárbaros se afianzan, los reyes designan a los obispos como administradores

de los territorios. En algún caso los reyes también designan un dux o comes civitatis de

la ciudad como representante de la autoridad laica, civil, pero siempre, el mayor

prestigio y hegemonía permanece al obispo; de modo que cuando un duque levanta un

palacio, está próximo al palacio del obispo. Estas funciones administrativas relanzaron

el papel de los clérigos en las ciudades, ya que el obispo se tenía que rodear de

canónigos, establecer sacerdotes en su ámbito. Hemos dicho que esto es una innovación,

pero no es una innovación rotunda, pues un obispo venía de las familias senatoriales

romanas, eran romanos de pies a cabeza, por su ascendencia social y por su educación.

Por tanto, hay una continuidad sociológica. Además de los clérigos, aparecen en las

ciudades los militares, el obispo cuenta con sus soldados y quieren asentarlos en la

ciudad. También hacen lo mismo los duques bárbaros, y entonces, comienzan a convivir

junto con los clérigos estos militares, que son designados en los textos en latín como

milites, lo que significa el arranque de la caballería: son los futuros caballeros. Se van

convirtiendo en una élite porque además de tener la fuerza bruta, la profesión de las

armas empieza a ser muy considerada, muy estimada, es una profesión de nobles, no de

plebeyos, y por eso se convierten también en dirigentes de la ciudad.

5. Por último tenemos los ministeriales, que sí son completamente originales,

rompedores, y aparecen como grupo ahora, a partir del siglo VI. Los ministeriales son

los individuos que desempeñan unos trabajos relevantes en los señoríos, en las grandes

propiedades, son los administradores, los que gestionan la gran propiedad, y de ahí

pasaron a ayudar al obispo a la administración de la ciudad. Pero de la administración

económica terminan pasando a la administración judicial, y terminan constituyendo un

cuerpo de jueces llamados escabinos. Cuando llegue el momento del boom, de las

ciudades medievales por antonomasia, va a resultar que siempre nos encontramos con la

presencia de ministeriales, por lo que jugaron un papel decisivo en la elaboración de las

ciudades. Hay dos elementos humanos que contribuyeron activamente a la constitución

de las ciudades: primero los ministeriales, y luego los comerciantes que constituyeron

los portus-wik, pues esos mercatores se asociaron en la gildas*, que eran asociaciones

cuyo objetivo era perseguir la paz del mercado, que no hubiera robos y violencia en el

mercado, que pudieran moverse por las vías sin peligros, es una unión de solidaridad en

pro de los interese propios. Entre ellos, además se protegen en caso de necesidad

económica, de enfermedad, en los enterramientos… y este espíritu de unión fue

fundamental también para la eclosión de la ciudad.

-Gilda: Asociación o agrupación de individuos que se reunían con un propósito común,

establecían una fraternidad mediante un juramento, y ponían en evidencia los lazos

existentes entre ellos mediante la celebración de banquetes rituales.

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-PLANO DEL EMPORIO DE HAITHABU-

-Se ve como el comercio es muy activo, y una prueba sustancial es observar en el dibujo

como creció este wik.

Visión de la Ciudad en la Alta Edad Media según sus Propios Contemporáneos

TEXTO de Gregorio de Tours (538-94)

“Por esta época, el bienaventurado Gregorio residía en la ciudad de Langres.

Era un gran obispo de Dios, célebre por sus milagros y sus virtudes. Y ya que hacemos

alusión a este pontífice (que es el bisabuelo materno del autor y fue obispo de Langres

desde el año 506 hasta el año 538), he pensado que se me perdonará el hecho de

Page 25: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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insertar en este capítulo una descripción de la localidad de Dijon donde residía con

frecuencia. Es una plaza fuerte dotada de murallas muy robustas en medio de una

llanura muy agradable; las tierras son fértiles y fecundas hasta el punto de que tras

haber pasado el arado una sola vez se arroja la simiente y se obtiene una grande y

opulenta cosecha. Al mediodía está el río Ouche, muy rico en peces; por la parte norte

penetra otro pequeño río que tras entrar por un portillo y pasar bajo un puente sale por

otro portillo; tras haber regado todo el contorno del recinto con su cauce tranquilo,

mueve los molinos con prodigiosa velocidad. Se han hecho cuatro puertas a los cuatro

vientos y treinta y tres torres adornan todo el recinto; la muralla de este recinto se ha

edificado en piedra de sillería hasta una altura de veinte pies, y por encima de

mampostería; tiene treinta pies de altura y quince de ancho. No sé por qué esta

localidad no tiene la calificación de ciudad. En tomo a ella hay fuentes preciosas. Por

el occidente hay colinas muy fértiles llenas de viñedos que proporcionan a los

habitantes un falerno tan noble que desdeñan el vino de Ascalón. Los ancianos cuentan

que la ciudad fue edificada por el emperador Aureliano”.

En principio esto es un juicio, una valoración de la ciudad que tiene Gregorio de

Tours. En esta anécdota que cuenta está lo que para él era una auténtica ciudad.

Tenemos la figura de un obispo, pues aparece un dirigente de la ciudad Alto Medieval.

El obispo vive en Langres, pero viaja con frecuencia a un castrum, Dijon, y hay que

fijarse como Gregorio de Tours dice en el quinto renglón como Dijon no tiene la

calificación de ciudad, sino la de castrum. No es ciudad porque no vive el obispo, que

es quien le concede la categoría de urbs. Para hacerlo más retórico, nos preguntamos

cómo una ciudad con una fortaleza y murallas tan impresionante, no puede llegar a ser

ciudad. Además, es un edén, pues el arado besa el suelo y crece el cultivo, y tiene vino,

por tanto, es el colmo de que no sea calificada como ciudad; no obstante, no será

llamada así hasta que se traslade allí el obispo. Una ciudad es considerada urbana

cuando vive el obispo, cuando es la sede de Dios. El modelo ideal de vida urbana

romana, tranquila de la ciudad, ese modelo continúa, y este es un modelo no bárbaro,

viene de Roma.

TEXTO de Gregorio Magno (ca. 540-604)

“¿Queda alguna cosa en este mundo capaz de alegrarnos? Todo son lamentos y dolor;

se destruyen las ciudades, se arrasan los castillos, se devastan los campos y la tierra ya

no es más que un desierto. Ya no quedan labradores en el campo ni habitantes en la

ciudad. Y los pocos que quedan se ven zarandeados por toda clase de desgracias [...].

Hemos visto a muchos hombres convertirse en esclavos y a otros sufrir la mutilación o

la muerte. Está bien claro hasta qué punto Roma, la antigua reina del mundo, ha

venido a menos: oprimida por un gran dolor, queda despoblada de sus ciudadanos,

atacada por el enemigo, no es más que un montón de ruinas [...]. ¿Dónde está el

Senado? ¿Dónde está el pueblo? [...] El esplendor de las dignidades civiles se ha

extinguido. La multitud de los ciudadanos ha desaparecido y nosotros, los que

sobrevivimos, nos vemos desgarrados día y noche por un sinnúmero de tribulaciones”.

En el texto del papa Gregorio Magno, vemos como lanza una homilía en el año

592, porque hay un rey lombardo que tiene acongojados a los romanos. ¿Dónde está el

Senado? ¿Dónde está el pueblo? Estas dos preguntas son el nudo central del texto. Los

intelectuales creían que el Imperio romano estaba tocado por el dedo de Dios, y de

pronto llegan los invasores bárbaros y se preguntan cómo Dios permite eso. ¿Dónde

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está el Senado? El obispo de Roma tiene que pactar con el enemigo, él sabe que el

Senado no existe, es un cinismo brutal, una retórica, y después, podría haber dicho:

¿Dónde están las familias senatoriales? Pues él es un romano, de una familia senatorial,

y allí hay más familias senatoriales, pero no le interesa para nada mencionarlas.

Después, pregunta dónde está el pueblo; el pueblo está allí, existe, pero no nos da

noticia sobre la composición social de ese pueblo, pues lo que le interesa es que él sea la

autoridad máxima de la ciudad, y que el resto del pueblo está unido por la fe; la

supervivencia del obispo depende de esa comunión de fe entre los fieles y los pueblos.

Toda esta retórica es una utilización que hace el Papa para legitimar su poder. Ha

cambiado la visión de la ciudad, y ahora es una comunión de creyentes, unidos en la fe,

la fe es la vacuna que salvará a los romanos. El modelo de la ciudad romana era de

placeres, de banquetes, y ahora, todo eso ha desaparecido y es un Ciudad Santa, donde

no existe la paz y el miedo siempre está presente.

TEXTO: La ciudad, modelo de la vida civil (del libro de Dutour)

Un ejemplo entre tantos otros puede ilustrar el peso duradero de tales

representaciones. En la Cataluña del tiempo de Ramón Berenguer I (1035-1076), hay

juramentos de fidelidad de grandes personajes que se hacen al príncipe y que se

conservan por escrito; se pueden contar aún cerca de doscientos. Según el estudio que

de ellos ha hecho Michel Zimmermann, esos juramentos comienzan por una promesa de

fidelidad y enumeran los elementos de los que esa promesa será objeto, sobre todo la

autoridad del conde. Ésta es objeto de un <<inventario geográfico y a la vez

tipológico>> que <<tiene como objetivo describir de manera ordenada el territorio

gobernado por el conde barcelonés que, desde finales del siglo IX, ejerce su autoridad

indivisa sobre los tres condados de Barcelona, Gerona y Vic/Ausona>>. Ahora bien, se

deduce de los textos estudiados que el marco fundamental de la descripción, y por lo

tanto de la identificación y de la localización de los lugares y espacios mencionados es

<<un condado organizado en torno y a partir de la ciudad (civitas) que le da su

nombre>>; <<es la ciudad la que denomina y organiza el espacio político>>. Para M.

Zimmermann ésta es la prueba del <<vigor de la herencia romana en Cataluña>>. Y así

es realmente. Pero ¿cómo se ha transmitido? No hay nada que imponga por la fuerza

esta herencia. La futura Cataluña fue romano-goda en tiempos del reino visigodo de

España, musulmana desde la década de los años 720, franca desde su conquista por los

ejércitos de Carlomagno entre 780 y 803, y si sus élites reivindican una herencia, ésta

es la de los godos: el conde Borrell de Barcelona (947-992) utiliza el título de dux

Gothiae. Según esto, salvo creyendo sinceramente en las virtudes propias de una

herencia romana que se impone por sí misma, hay que pensar que la conquista de los

francos es un episodio decisivo; en este momento es cuando <<las ciudades dan

inmediatamente origen a condados herederos de su nombre>>. La ciudad de origen

romano, lugar por excelencia de la inserción de lo sagrado en rituales y en

construcciones, lugar de organización de un espacio político, no es un modelo, sino el

modelo único tanto de la vida urbana como, más ampliamente, de la vida social. Las

observaciones que acabamos de hacer aquí sobre Cataluña valdrían de la misma forma

para la Germania, convertida poco a poco al cristianismo y al mundo franco entre los

siglos VII y IX.

A fin de cuentas, el mundo carolingio, podríamos decir aunque la afirmación

sea evidentemente paradójica, no es rural sino profundamente urbano –a su manera–.

Sus ciudades corroboran el hecho de que, como decía Joseph Comblin, <<si los

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hombres construyen ciudades, no es sólo para habitar en ellas, es porque se sienten

movidos por una idea, por un sueño>>.

-CONDADO organizado (territorium)

-Entorno a partir de la ciudad (Civitas, Urbs)

-Herencia hispanogoda (rebeldes y mozárabes)

-Franca o carolingia

Dutour habla aquí de los condados catalanes, pues el feudalismo irrumpe a partir

del siglo X como un nuevo modelo sociopolítico, algo que entraña la secesión, la

fragmentación de Estados independientes. En la Península Ibérica tenemos dos grandes

ejemplos en Castilla y Cataluña. Castilla se independiza del reino asturleonés. El

feudalismo hace que esto sea hereditario, y que se hagan juramentos de fidelidad. Esos

juramentos de fidelidad se hacen en una ciudad, no se hacen en el campo, o en el

castillo, se hacen en una ciudad y en este caso es en Barcelona. En el renglón 16 (del

texto sobre papel entregado en clase) aparece escrito el condado que está organizado en

torno o, a partir de la ciudad, el territorium sigue girando alrededor de la ciudad. Ese

autor dice que no hay desaparición de la ciudad, ha habido una evolución, y la ciudad

del siglo X tiene unos cambios, unos elementos distintos, pero la teoría del colapso hoy

día no se mantiene. El caso de Cataluña es un territorio muy organizado, y por eso, más

adelante, dice que todo es producto del vigor de la herencia romana en Cataluña; pero

podemos discrepar, pues dice que hay una herencia hispanogoda, pero también fue

ocupada por los francos. Los más romanizados son los habitantes de la Tarraconense, y

los mozárabes están embriagados de la ciudad musulmana, algo que no tiene en cuenta

Dutour, y le da más importancia a la aportación franca, aunque pensamos que es más

fuerte la herencia hispanogoda. Termina la página con la frase: “Si los hombre

construyen ciudades no es sólo para habitar en ellas, es porque se sienten movidos por

una idea, por un sueño”. Efectivamente la ciudad no es sólo una entidad física, es una

entidad espiritual.

TEXTO. Disposiciones sobre los judíos en Hispania (693) (Liber iudicum, 12, 2, 18)

“Los restantes judíos que perseverando en la perfidia del corazón no quisiesen

convertirse a la fe católica [...] en adelante no se atrevan a ir al cátaplo para

comerciar con los de ultramar, ni hacer cualquier negocio con cristianos; sin embargo,

tengan licencia para comerciar entre sí. […]. Y tanto los esclavos como los edificios,

tierras, viñas, y aun olivares, y otras cualesquiera cosas inmuebles que se sepa que han

recibido de los cristianos por causa de venta o de cualquier otro modo [...] todo ha de

incorporarse con fuerza al fisco. [...] Y si cualquiera de estos mismos judíos que

permanecen en la infidelidad pretendiesen ir al cátaplo, o tener comercio con cualquier

cristiano, aprehendido con todas sus cosas, será hecho servidor del fisco a

perpetuidad”.

Esto está recogido en el Liber iudicum, y vamos a leer algunas disposiciones

legales de este libro jurídico. Vamos a utilizar los textos para extraer conclusiones de la

ciudad. De este documento nos interesa lo que nos dice de la historia urbana. Un cátaplo

era una lonja, donde se comerciaba. Le ponen límite a los judíos en el comercio, por lo

que sigue practicándose, es un continuidad, está vivo y es dinámico, por tanto, lo

importante de este texto es que el comercio no ha desaparecido, y hay unos

especialistas. Podemos deducir que los judíos son ricos propietarios de bienes que

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pueden tener esclavos, viñas, tierras, y que viven en las ciudades. A estos comerciantes

se les obliga a convertirse al catolicismo, y en el caso de que no cumplan las

condiciones, serán hechos siervos del fisco del Estado. Son presiones muy graves e

importantes.

TEXTO. Élite de Verona en el siglo X según el obispo Raterio

“Los ricos de la ciudad son poseedores de “campos, esclavos y esclavas,

caballos, bueyes, ovejas, utensilios, trigo, vino y aceite”, lo cual es pernicioso para la

salvación. Se deleitan con perros y halcones. Poseen abundantes vestidos.

...tu, cualquiera que seas, que te vanaglorias de pertenecer a una estirpe

gloriosa, tu origen es similar al de muchos otros. Estáis hechos de la misma materia.

Así, por ejemplo, el hijo de un conde, cuyo abuelo era jurista, el bisabuelo era un

modesto funcionario al frente de una circunscripción rural, el tatarabuelo un vasallo de

humilde condición, pero el padre de ese vasallo ¿qué era? ¿un juglar o un panadero?

¿uno de aquellos que curaban la enfermedad con los emplastes de hierba, o un

pajarero, un curtidor o un alfarero, un sastre o un siervo adscrito al gallinero, un

arriero o un holgazán? En resumen, ¿un- caballero noble o un villano, un siervo o un

libre?”.

En este caso es una fuente narrativa, pues el obispo Raterio da su visión sobre la

clase dirigente de Verona. Una de las notas características de los poderosos es tener

cuantiosos bienes, como señala el texto, y llevan un tren de vida romano; se deleitan con

las cacerías, con el lujo de los vestidos, y hay una crítica de moral cristiana que es la

vanidad. Dice que no pueden presumir de linaje por sus raíces comunes a los de otro

cualquiera. Esto señala una jerarquía social compleja, donde hay profesiones muy

diferentes, y ahí aparecen curtidores, pajareros, gente de muy diversa procedencia.

TEMA 2. EL NACIMIENTO DE LAS CIUDADES Y EL MOVIMIENTO

COMUNAL

El desarrollo de las ciudades está muy ligado a dos procesos de expansión

durante la Edad Media. El primer proceso de expansión es el boom de la agricultura, y

el segundo es el de la población: la demografía. Sin esos dos fenómenos expansivos, no

hubiera sido posible el desarrollo urbano en la Plena Edad Media. La revolución

agrícola se basó en el descubrimiento y en la puesta en práctica de procesos técnicos. Se

mejoró el tiro de los animales, el empleo de los arados, la introducción del caballo en las

labores agrícolas… todas estas innovaciones mejoraron los cultivos y, por consiguiente,

incrementaron el volumen de las cosechas. Pero, este aumento de la producción no sólo

procede de las mejoras técnicas, sino también de una presión fiscal. Los señores

feudales exigen a sus campesino dependientes el pago de rentas, de impuestos, que

tienen como consecuencia el esfuerzo de los campesinos por multiplicar los

rendimientos agrarios. Claro que, al lado de la Revolución Agrícola, tenemos que

comentar que como secuela de esa revolución, los precios aumentaron, aunque sobre

todo aumentó la comercialización de los artículos. Esta comercialización permitió a los

campesinos tener más disponibilidad de dinero, de ahorro, para comprar nuevos

artículos artesanales, y esto constituye una gran novedad, pues ya no se necesitan a los

artesanos locales que trabajaban con poca especialización, pues ahora pueden obtener

esos productos en el mercado urbano. Las ciudades además se desarrollaron por una

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revolución demográfica, que aumentó en primer término porque hay más cosecha, más

trigo, más comida. Se cultivan nuevos suelos, pero ni siquiera esos nuevos suelos

pueden acoger el excedente demográfico, y entonces se manifiesta un fenómeno que es

el de la inmigración. Muchos campesinos buscaran nuevas metas, nuevas fortunas en las

ciudades que están apareciendo, por lo que las ciudades se refuerzan con este capital

humano que está llegando. Se van a dedicar a tres actividades principalmente:

1. Artesanado

2. Comercio

3. Servicios

Con la llegada de estos inmigrantes y sus dedicaciones, se va construyendo la

complementariedad entre el mundo urbano y el mundo rural. El artesanado que aparece

ahora, a partir del siglo XI, es diferente del que existía en los señoríos rurales en la Alta

Edad Media, pues este artesanado de ahora es libre, no depende de los señoríos, y

además, se especializa influyendo en la calidad del producto final. Ese artículo

manufacturado busca la salida en la comercialización, y ese comercio no es sólo local,

sino que se hace regional e internacional. El comercio es cada vez más dinámico, cada

vez más intenso, y este comercio no es de lujo (característica principal del comercio

altomedieval), sino de materias primas, aunque también, de artículos artesanales, lo que

explica el éxito de los portus y los wiks. El comercio se consolida y pasa de temporal a

permanente, y todos los estratos sociales fomentan la existencia de este mercado.

El comercio será bien recibido por los monasterios, los señores feudales, o los

reyes. Este comercio es bien visto por todos, y es aplaudido por los señores feudales,

pues circula el dinero, la moneda, y se afianza el hecho de que los campesinos paguen

no en especie, sino en dinero. De tal manera que la ciudad, además de centro

administrativo y cultural, en la Plena Edad Media, se va a transformar en un centro

económico. La ciudad tendrá una centralidad económica y se convertirá en el centro de

gravedad más importante de ese comercio. Es el motor que genera la riqueza de las

poblaciones urbanas, el mercado es el motor generador de toda la riqueza. Lo que

genera riqueza atrae la atención de los poderes públicos y privados, y consigue que

empiecen a interesarse por las ciudades. Este, no es un interés altruista, sino que

descansa en la oportunidad de que las ciudades redunden en su beneficio. Dado que las

ciudades generan riqueza, como contrapartida, los señores feudales intentaran controlar

la ciudad, pero ese control comporta la potenciación de las poblaciones urbanas. Las

potencian otorgándole privilegios, aunque no solamente otorgando privilegios, sino

también creando mercados en esas ciudades y concediendo estatutos: la nueva situación

jurídica de la ciudad y del nuevo mundo existente. El estatuto que es concedido, refleja

las conciencias de las peculiaridades de sus habitantes. Refleja que los habitantes de la

ciudad no son campesinos, no son clérigos, no son caballeros, tampoco son nobles;

luego entonces, ¿qué son?: Son burgueses. Esto es revolucionario, y rompe con el orden

establecido hasta entonces, y al mismo tiempo refleja el poder que se está obteniendo.

Los estatutos no son uniformes, hay unos que tienen más autodeterminación que otros,

pero reflejan una misma realidad en todos los casos.

Las ciudades son auspiciadas por los poderes, pero esto conlleva una

contrapartida, pues las ciudades se hacen agresivas, salen fuera de sus murallas,

conquistan y terminan gobernando el territorio. Tienen la preocupación del dominio de

ese territorio para asegurar la supervivencia de esa ciudad. Esta parte de la agresividad,

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30

de la apropiación del territorio circundante, nos lleva a una segundo aspecto: el de la

ciudad y el feudalismo. En el siglo XIX, aparecieron dos metodologías que dieron una

visión de la ciudad contrapuestas con el feudalismo. Esas corrientes fueron la de los

historiadores románticos y la de los historiadores de la escuela marxista. Para los

románticos, la ciudad era el germen de la libertad contra la opresión feudal, y piensan

que a partir de las ciudades se le da el golpe de muerte al feudalismo. Para los marxistas

del siglo XIX, también las ciudades comportaron el fin del feudalismo con la nueva

mentalidad económica, una mentalidad que hará aflorar al capitalismo, y este mismo

capitalismo será el que pone punto y final al feudalismo. El discurso de ambas dice que

la ciudad era la antagonista del feudalismo, aunque ya desde finales del siglo XIX, se

cuestiona esta postura tan radical. Parece que hay ciertas relaciones entre la ciudad y el

feudalismo. El primer historiador que pone esto sobre la mesa, es el francés Agustín

Thierry, francés, pues plantea que hay lazos entre la ciudad y el feudalismo. Después,

otro historiador francés, Duby, llega a la conclusión de que la ciudad es análoga a los

centros feudales, y como son análogos, se establecen lazos jurídicos y mentales entre la

burguesía y la monarquía; son relaciones entre señor y vasallo. Últimamente se ha

dejado de lado todo esto, y se dice que en un primer momento no existieron

contradicciones. Hilton, un historiador neo-marxista, con la obra Las ciudades

medievales, y otro historiador italiano, Antonio Marongiu, defienden, que en los inicios

no hubo contradicción, y que las ciudades beben del feudalismo. Marongiu va mucho

más lejos, y afirma que tanto la ciudad como los señoríos tenían la misma naturaleza, la

naturaleza feudal. Una posición intermedia, presenta José María Molsalvo Antón. Para

este hombre, las ciudades surgen en el feudalismo y buscan acomodo; parece que las

ciudades existían antes, y lo que hacen es adaptarse a esa nueva realidad. No es un tema

cerrado, es un tema dialéctico, pero hoy, la mayoría de los historiadores no ven la

ciudad como un fenómeno opuesto a la naturaleza feudal, aunque a la larga, en Época

Moderna, sí que hará desaparecer al dicho régimen feudal. Las ciudades en la Edad

Media han nacido dentro de la lógica feudal, y se pueden esgrimir hasta seis

características totalmente feudales que aparecen en las ciudades, que emanan del

feudalismo y que se arraigan a las ciudades:

1. La producción feudal se basa en la cédula básica que es la familia. Es una familia

nuclear, los feudos se trabajan a través de unidades familiares. En la ciudad es el taller

familiar, los artesanos tienen talleres, y es una unidad de producción básica propia del

feudalismo. No existen grandes empresas con ciento de empleados.

2. Los nobles se identifican con la ciudad, no la ven con malos ojos, no rechazan la

ciudad, ven que es un motor que genera riqueza, y por tanto, la auspician, la promueven,

e incluso ellos mismos hacen fundaciones de ciudades.

3. Las ciudades se comportan como señoríos colectivos, un señor feudal es un señor

físico, particular, privado… sin embargo, la ciudad es un señorío colectivo que exigen el

vasallaje de sus aldeas. En las ciudades de la Picardía Francesa, las ciudades tienen

cartas de libertad y estatuto, pero sus aldeas no. En Burgos y Zaragoza hay una

constelación de aldeas, y se dirigen al consejo de Burgos y Zaragoza como vasallos de

ese señorío.

4. Las ciudades actúan como los nobles en las guerras, y toman partido según sus

intereses, al igual que lo hacen los reyes o los nobles. Así, de este modo, intervendrán

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en la guerra del Imperio contra el Papado. Por tanto, se intoxican de los valores

feudales.

5. Las ciudades están fragmentadas. En la ciudad hay dos poderes, el poder del conde y

el poder del obispo. Este dualismo es muy propio de la mentalidad feudal, el conde

representa la autoridad laica, y el obispo la autoridad eclesiástica. Después llegaran los

burgueses y entraran en competencia con el conde y el obispo, y todavía se fragmentará

más la ciudad. Otra fragmentación son los barrios, que son como si fueran lotes de

tierra, se protegen con muros, con murallas, con palacios, y en esos barrios tienen la

residencia las grandes familias nobles de la ciudad, los mismos que controlan a los

habitantes de cada barrio. Esta fragmentación es un síntoma de naturaleza feudal.

6. El deber de consejo, de aconsejar, los vasallos tenían la obligación de ayudar a su

señor cuando este le pedía opinión, le pedía consejo, asesoramiento. Las ciudades como

señoríos colectivos y vasallos del rey prestan consejo al monarca, y ha quedado patente

en los Parlamentos, el origen de estas asambleas está en las ciudades de la Edad Media

como cumplimiento del consejo a tu rey.

Las ciudades también emplean vocabulario, actitudes, ceremonias, típicamente

medievales. Para ver como se aplican términos a las ciudades, podemos citar el ejemplo

de Felipe Augusto de Francia, que a comienzos del siglo XIII, escribe una lista donde

aparecen sus vasallos, después los abades, después los condes, y así, toda una serie de

cargos civiles; llega un momento que incluye ciudades, y esto quiere decir que eran tan

vasallas como el abad, el conde, etc. Los cónsules de las ciudades, de Francia por

ejemplo, prestan juramento de fidelidad al señor, cada vez que cambian de mandato.

Esta vinculación institucional o personal con el señor noble de la ciudad, es también una

prueba de la influencia de la mentalidad feudal. Cuando en el año 1183 se firma la paz

de Constanza, las ciudades italianas que han ganado la guerra al emperador, sin

embargo, juran fidelidad al emperador. En contrapartida, cuando una ciudad, en Italia,

conquista un territorio que se llama “contado”, cuando conquista un contado, actúa la

Iglesia, y exige a los caballeros de las aldeas que presten juramentos de fidelidad a los

cónsules. Otro caso: los vecinos de la ciudad de Urbino, tenían que prestar servicio

militar a la ciudad de Rímini, y ese servicio militar consistía en que durante una semana,

dos veces al año, se prestaba el dicho servicio militar; y si Rímini tenía que prolongar

ese servicio militar, tenían que pagar un dinero por los servicios. Esto también se vio en

Castilla y Aragón. En Castilla, Segovia, Toledo, o la propia Sevilla, tienen un contado,

pero aquí no se llama contado, sino alfoz, o término municipal. Las aldeas se califican

vasallas de Sevilla, de Toledo, o de Ávila. Pero este último aspecto, el uso de vocablos,

no es un término muy seguro para establecer una relación entre feudalismo y ciudades,

pues puede tratarse de realidades distintas. Lo que ocurre es que en aquella época no

habían podido acuñar términos distintos, y utilizan términos similares para señalar

realidades distintas del feudalismo.

El movimiento comunal

En el desarrollo de las ciudades hay un aspecto que sobresale, y es el

movimiento comunal. El término movimiento comunal fue acuñado por Henri Pirenne,

este pionero de la historia urbana limitó y explicó todo el origen de las ciudades,

achacando toda la puesta en marcha de las mismas a la existencia de las comunas. En

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efecto, las ciudades medievales europeas nacieron por la voluntad de sus habitantes.

Ellos tienen el deseo, la meta, de convertir esas aglomeraciones donde viven, en centros

de progreso y de expansión, en centros de libertad, en centros donde los restantes

cuerpos sociales se distingan. Evidentemente, no todos los componentes de las

aglomeraciones comunicarían con esto; pero los colectivos fueron muy dinámicos y sus

derechos fueron reconocidos, pero el reconocimiento de esos privilegios, según Pirenne,

no fue pacifico. Fue por un lado producto de los mercaderes, que tenían sus gildas, y los

intereses de sus empresas comerciales se desligan, y no son intereses para toda la

ciudad. Pero en algunos casos los intereses de los mercaderes choca contra un sector de

la ciudad (sobre todo con los obispos de los estamentos eclesiásticos, pues chocará

menos con los señores feudales). La concepción de Pirenne hoy día está obsoleta. La

ciudad, también surgió por la presencia de los ministeriales nombrados anteriormente, y

también, debido a la inmigración campesina. La acción de ministeriales, de inmigrantes

del campo, y de comerciales, en la mayoría de los casos consiguen el reconocimiento de

sus derechos por vías de diálogo, de acuerdos, por vía pacífica. La razón es muy

evidente, y es que ya hemos dicho que los señores se dieron cuenta de que las ciudades

eran centros de riqueza, de poder, y están deseosos de sancionar jurídicamente el

estatuto de los recién llegados. Pero, ¿cómo son llamados aquellos que no son clérigos,

nobles, milites, o caballeros? En las fuentes son llamados homini novi, hombres nuevos,

pues no tienen estado jurídico, serán los burgueses, y por vía pacífica obtienen sus

peticiones. Esas peticiones se llaman cartas de franquicia, o, carta comunal. En estas

cartas, que no son todas iguales, siempre aparecen los motivos principales de

reclamación a los señores, y se reclama para que los homini novi sean objeto de esos

derechos.

Derechos que reclaman los Homini Novi:

1. Lo que preocupaba a estos hombres es la justicia monopolizada por el señor, y

querían independizarse en el sentido de tener ellos mismos sus propios jueces o

tribunales, su propia justicia.

2. Tener libertad de movimiento tanto personal como de mercancías. Libertad de viajar

y de comercializar.

3. La tercera gran reclamación es propia de los mercaderes, que haya orden y paz en la

ciudad, pues el orden y la paz favorece a los negocios.

4. Por último, los impuestos, que los impuestos no sean arbitrarios, y que estén

recogidos por escrito esos impuestos a pagar al señor, y además con el montante, cuánto

hay que pagar.

Los señores salen ganando a pesar de las concesiones, pues se hacen un sitio en

la ciudad, y se hacen legales a partir de estas cartas de libertad. Las cartas de franquicia

o comunales, de las que tenemos un listado:

-Saint-Omer (Países Bajos)

-Beauvais (Francia)

-Friburgo (Alemania)

-Fueros (Castilla o Aragón)

-Cartas Forays (Portugal)

Page 33: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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Se van copiando estos estatutos, y en el 95% de los casos se llega a un acuerdo.

Otras veces, ese acuerdo se compra, pero hay un 5% que va a obtener el estatuto

utilizando la lucha, la violencia. Por tanto, hay luchas de los homini novi que se realizan

para poder disfrutar de estas cartas. Serán la Iglesia, los obispos, los que ofrecerán

resistencia a la petición de los burgueses. La explicación descansa en el tipo de sociedad

que los propios contemporáneos se habían dado: esa sociedad trinitaria, la basada en tres

órdenes, una sociedad sagrada producto de la presencia divina y dividida en tres grupos:

1. Oratores, el clero, los más importantes, los intermediarios de dios que rezan para

proteger a los otros dos

2. Bellatores, que son los que combaten, los caballeros, los que protegen con sus armas.

3. Laboratores, que son los campesinos, pero campesinos acomodados, los llamados

labradores.

Esta sociedad se basa en la armonía de los tres órdenes, y cada uno con su

actuación favorece a los demás. Esta es la concepción, pero ahora aparecen los homini

novi, que no pertenecen a ninguno de los tres grupos anteriores. Hay obispos radicales

que rechazan la aceptación de este grupo, no le quieren dar carta de aprobación, y unas

20 ciudades situadas entre el Loira y el Rin, se levantaron contra el clero con las armas.

Algunos ejemplos de ciudades que lucharon por las cartas de aprobación:

-En el año 1074 se originó una insurrección en Colonia contra el obispo.

-En el año 1077, el obispo es expulsado de Cambrai al negarse a la aprobación

del estatuto.

-En el año 1112, el obispo de la ciudad de Laon fue asesinado por los mismos

burgueses, los mismos habitantes de la ciudad.

En todos los casos, al final tuvieron que ceder, y los estatutos fueron aprobados.

En Castilla hay dos ciudades que tuvieron luchas comunales: Sahagún y Santiago de

Compostela, pero al final, consiguen el estatuto. Pero: ¿Qué importancia tiene el

estatuto? Tiene una relevancia extraordinaria, pues, en primer lugar, le va a dar a la

ciudad un reconocimiento, y además de los tres órdenes establecidos, aparece ahora el

de los ciudadanos, el de la gente de las ciudades. Para Occidente, tiene una importancia

vital, pues en China o en tierras musulmanas, se cree que las ciudades son productos

naturales, algo que no ocurre nunca, pues son producto de la voluntad humana, y el

estatuto, es la manifestación de esa voluntad. El estatuto le da categoría urbana a sus

habitantes, los distingue de los campesinos, y eso jamás se ha dado en otra civilización

salvo en la Occidental. El estatuto es reconocido y empieza un proceso de elaboración

teórica de la ciudad, es decir, se tiende a la definición de una ciudad ideal, a la búsqueda

del idealismo de esa ciudad. La ciudad ideal que buscan los hombres de la Edad Media,

no parte de cero, no surge de la nada, hay una tradición romana que busca la

simplificación, el esquematismo. Éste, es el ideal de la ciudad romana, y esa idea de

esquematismo y simplificación pasará a la Edad Media. Pero los hombres vivían

además de la obra cristiana, y tenemos a San Agustín, con la Ciudad de Dios, y

describía su concepto de ciudad terrenal (pecado) y de ciudad celeste (ideal). La ciudad

celeste es a la que llegaran todos los hombres que se salven, y terminará confundiéndose

con la Jerusalén celeste. Esta búsqueda de la ciudad ideal se enriquece con la aportación

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34

del descubrimiento de Aristóteles, el aristotelismo, que se redescubre cuando la

burguesía está triunfando y en sus ínfulas, recoge este pensamiento ideológico. El

aristotelismo o la escolástica, producen una racionalidad paralela a la necesidad de los

negocios. Además, se ven identificados con el Platonismo, los símbolos sugieren una

verdad eterna, ideal; pero sobre todo y también, elucubraran según la propia experiencia

que les da su propio empirismo. En definitiva, los hombres de la Edad Media tienden a

la creación de una forma urbana que sea regular, simétrica, proporcionada, armónica.

Esa armonía es el espejo del cuerpo social de la ciudad. Esa unidad, es sinónimo de vida

colectiva, de convivencia pacífica, de perfección. De ahí, que el plano de las ciudades

medievales tienda a ser siempre o cuadrangular o circular. El modelo cuadrangular

procede del mundo romano, y por este se inscribe o una cruz latina, o en una cruz

griega. El modelo circular es la representación de la Jerusalén celeste. Hay que esperar

al siglo XV, con los arquitectos del Renacimiento italiano, para obtener una nueva

planificación que incluye ciudades en hexágono. Los hombres de la Edad Media

recurren al empirismo, a la experiencia, pues no tienen grandes medios para hacer

construcciones. Un monasterio, un palacio de un rey, es como una micro-ciudad donde

se ensayan formas, aprovechamiento de espacios, los materiales, etc.; y todo eso se

aplicará luego al tamaño real de ciudad. Claro que es más fuerte en la Edad Media el

idealismo, a ese empirismo del que hablamos. Este modelo ideal es por tanto, tan fuerte,

que las ciudades no se adaptan a la topografía, se hace abstracción de la topografía, y

por ejemplo, se implantan ciudades octogonales sin tener presente las condiciones del

terreno. Es decir, se hace el plano en damero o octogonal, porque la simplificación y la

regularidad es síntoma de percepción, y por eso, se llegan a extremos radicales. Esto

hace que en la Edad Media la planificación sea una realidad. Así se planifican todas las

ciudades del sudoeste de Francia, las bastidas; y se levantan nuevas poblaciones en

Italia, o en Castilla. Pero la imagen no se desarrolla al mismo tiempo que la

construcción, la morfología, la forma, los hombres de la Edad Media no se sintieron

atraídos por la simplicidad, con la especificidad de cada ciudad, son ciudades abstractas,

que se contentan con castillos o con campanarios que son aplicables a cualquier ciudad.

Hay que esperar al siglo XV para que haya catastros, inventarios, descripciones

pormenorizadas de la ciudad. Hay un fresco, una pintura, un mural que está realizado

por Lorenzetti y situado en el ayuntamiento de Siena (1340 aprox.). La ciudad que

aparece ahí de Siena, cree que el puente, el mal gobierno, no es un retrato

individualizado, es una abstracción de la ciudad, con murallas volumétricas y con

paisajes que no rebelan ningún detalle de la ciudad. Sin embargo, aunque hay que

esperar al siglo XV para que aparezcan ya, retratos específicos, sí que aparecen en el

siglo XIV, los laudes civitatis, es decir, los cantos de la excelencia, la glorificación de

las maravillas de cada ciudad. Aquí sí se produce una individualización, y el ideario de

este género literario, es un cronista florentino llamado Giovanni Villani, que escribió

una crónica de la Historia de Venecia en 12 libros, donde exalta las glorias, las

maravillas, las fastuosidades de su ciudad. Este género tuvo tanto éxito, que a partir de

Villani, hay una constelación de escritores que se difunden por Europa y que escribirán

sobre la exaltación urbana.

Page 35: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

35

TEXTO de Rupert de Deutz (Año 1128)

“(Cap. 8) Permítaseme ahora decir por qué el incendio triunfante se apoderó

con tal rapidez de las torres de este odioso castillo [...]. Tened, bien en cuenta, queridos

amigos, [...] que lo que yo odio intensamente no son las piedras o las murallas, sino la

injusticia que habita en ellas [...] ¿Quién ignora que la posesión de este castillo [...] fue

consagrada a Dios? Las tradiciones sobre la construcción del castillo varían; unos

piensan que fue obra de Julio César [...]. Este castillo, notable por su belleza y su

poderío, subsistió hasta el emperador Otón I. El hermano de éste, Bruno, arzobispo de

Colonia, [...] lo mandó demoler […]. San Heriberto [...] consagró a Dios el lugar del

castillo, completamente en ruinas; utilizó las ruinas para la edificación de un

monasterio [...] y purificó el lugar de cualquier habitación secular, instalando en la

parte externa de la muralla a aquellos a quienes había expulsado […]. (Cap. 9) Pero

con el tiempo, la enorme negligencia de nuestros predecesores, demasiado

acomodaticia para con los hombres del siglo, ha alentado el desenfreno […]. Éstos han

ocupado el castillo. Y no son sólo las torres y las murallas lo que han vuelto a levantar,

para albergar en ellas a personas decentes según el mundo; han alquilado a gente de

vida dudosa, de condición desconocida, sin reputación, los subterráneos llamados

bodegas, similares a cavernas oscuras y a recovecos casi invisibles. Por eso las

personas serias de nuestro entorno consideran esos locales negocios inmundos [...].

Precisamente, aunque el incendio tuviera otras causas, yo diría que ésa es la causa

mayor y que se trata de un juicio de Dios. Así es como yo, en sueños, había visto el

incendio antes de que se produjera […]. (Cap. 10) Fue Caín primero que construyó una

ciudad [...]. (Cap. 12) Abraham, Isaac y Jacob no construyeron ciudades ni castillos, al

contrario, huyeron de las ciudades para habitar en tiendas y construyeron lo más

opuesto a las ciudades y a los castillos en honor a Dios…”.

Es una fuente documental, una carta de Rupert de Deutz, y es muy importante

pues la escribe un clérigo que toma partido en contra de los homini novi, unos hombres

que son pecadores, que se dedican al comercio, y alquilan bodegas para la compra-venta

del vino. El contexto general es la consideración de las nuevas concepciones urbanas, y

es un sentimiento de repulsa. El incendio en una ciudad, no es casual, es un castigo, un

juicio de Dios hacia estos burgueses, además, Rupert de Deutz dice haberlo visto

comunicado previamente en una visión. No se siente afligido por el incendio, pues tiene

mucho odio hacia los burgueses, la ciudad la hizo Caín, y la ciudad se levantó a la

sombra de un monasterio. Esta es una ciudad que está a la otra orilla de Colonia, y a la

sombra del monasterio y de las ruinas del castillo se va formando un burgo, de gente

que se dedica al comercio. Los calificativos que emplea para estos burgueses son

tremendos. Dice: “han alquilado a gente de vida dudosa, de condición desconocida, sin

reputación, los subterráneos llamados bodegas, similares a cavernas oscuras y a

recovecos casi invisibles. Por eso las personas serias de nuestro entorno consideran

esos locales negocios inmundos”. Por tanto, hay un rechazo total a la ciudad, por lo que

una parte de los contemporáneos no aplaudía el éxito de las ciudades, y mucho tiene que

ver el hecho de esa concepción trinitaria que ahora se iba a romper.

Page 36: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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TEXTO. Otto de Freising (ca.1114-58), tío de Federico Barbarroja

“Aman la libertad de tal forma que rechazan cualquier exceso de poder y

prefieren, para dirigirlos, a cónsules más bien que a jefes. Entre ellos hay tres órdenes,

el de los capitanes, el de los valvasores y el del pueblo. Para evitar cualquier

insolencia, eligen sus cónsules no en un solo orden, sino en los tres, y para impedir que

cedan a la sed de poder, se cambian todos los años. De ahí viene el que, al estar casi

toda la tierra dividida entre las ciudades (tota fIla terra inter civitates ferme divisa),

cada una obliga a los habitantes de su territorio a permanecer con ella, de tal forma

que sería muy difícil encontrar un noble o un grande tan ambicioso como para no

someterse a las órdenes de su ciudad. De acuerdo con ese poder de reunir a los

hombres, a sus diferentes territorios los llaman comitatus (contado). Y, para no

privarse de medios de oprimir a sus vecinos, no juzgan indigno de ellos el dejar que los

jóvenes de baja condición, incluso artesanos que ejercen despreciables oficios

mecánicos, ciñan el talabarte de caballeros y accedan a las más altas funciones

(mientras que los demás pueblos los alejan como a la peste de los empleos más

honorables y más libres). De este modo, sobrepasan en riqueza y en poderío a las

demás ciudades del mundo. A esto contribuye, como hemos visto, no sólo su actividad,

sino también la ausencia de sus príncipes que, de ordinario, se hallan en los países

ultramontanos […]. Casi nunca reciben con respeto a su príncipe, a quien por propia

iniciativa deberían mostrar una respetuosa obediencia, y no prestan obediencia alguna

a sus decisiones tomadas con el máximo respeto a las leyes si él no les hace sentir su

autoridad con la ayuda de un poderoso ejército […]

Ideas principales:

-Libertad (cónsules)

-Capitanes, valvasores, pueblo

-Nobles “contado”

-Riqueza-poder

Está hablando de la ciudad de Milán, y también su análisis es negativo sobre la

ciudad, pero ya no es tan negativo como el de Rupert de Deutz. Este análisis afina más

en las cuestiones y es mucho más preciso. Hace una autopsia muy buena de la ciudad, se

da cuenta de los elementos nuevos y originales, y también advierte donde está el peligro

para los emperadores. Dice al principio, aman la libertad, y esto es lo que confunde a

los románticos del XIX para que piensen en las ciudades como centros de igualdad, que

no lo son, aunque ahí este el germen. Como amor a esa libertad tienen su autogobierno,

y nos informa de tres órdenes, los capitanes, los valvasores, y el pueblo. La

magistratura de estos cónsules se reparte entre los tres órdenes de manera temporal. El

poder no es personal por tanto, es colectivo, y se ha hecho en contados, de tal manera

que los nobles están sometidos a la ciudad. La ciudad es un centro que genera riqueza, y

como son muy ricos adquieren mucho poder e incluso se atreven a no obedecer al

emperador. Otón de Freising está poniendo sobre aviso del peligro que puede suponer la

ciudad para el emperador en un futuro, y por tanto, es una visión muy acertada.

Page 37: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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TEXTO de 1175. Guy de Bazoches (+ ca. 1203)

“Estoy en París, en esa ciudad real que retiene por la tranquilidad y la

abundancia de sus dones naturales no sólo a quienes habitan en ella, sino que atrae a

quienes se hallan lejos e invita a quienes están ausentes. Lo mismo que la Luna, que

por la majestad y el mayor brillo de su espejo eclipsa la claridad de los demás, así esta

ciudad levanta por encima de las otras su cabeza altiva, ceñida con la diadema de la

dignidad real. Está situada en un valle delicioso que corona un círculo de montañas,

engalanado por las atenciones fecundas de Ceres y de Baco. El Sena, que está muy

lejos de ser despreciable entre la cohorte de los ríos y se enorgullece de su cauce, llega

al oriente y forma una isla, rodeando con sus dos brazos la cabeza, el corazón, la

médula de toda la ciudad. A derecha e izquierda se extienden dos arrabales, de los que

el menor suscita la envidia de las ciudades envidiosas. Uno y otro tienden hacia la isla

dos puentes de piedra; a uno y otro se les conoce por su tamaño; porque el puente

grande es aquel cuya cara mira al aquilón y a la mar inglesa; y, en la parte opuesta, al

que se abre en dirección al Loira, se le llama el puente pequeño. El puente llamado

grande, ancho, rico comerciante, hierve, exhala, abunda en barcos, en riquezas, en

mercancías sin número, hierve de barcos, exhala riquezas, abunda en mercancías. He

ahí un lugar que no tiene parangón. En cuanto al puente pequeño, está dedicado a los

“filósofos” que pasan por allí, se pasean o discuten. De dentro de esta isla se eleva

dominante el palacio real [...]. Desde hace mucho tiempo la filosofía ha instalado en

esta isla un trono real, ella que es la única que al aceptar el estudio como sola

compañía y poseyendo la ciudadela perenne de la luz y de la inmortalidad, holla con

pie victorioso la flor árida de un mundo desde antaño senescente. En esta isla las siete

hermanas han creado un imperio perpetuo y, entonando la trompeta de la más noble

elocuencia, aquí se dictan los decretos y las leyes [...].

Ideas principales:

1. Centralidad Administrativa

-Centralidad económica (comercial)

-Centralidad cultural

Aquí cambia por completo la concepción. En esta ocasión Guy de Bazoches es

otro canónigo de París, pero ya la valoración de la ciudad ha cambiado por completo.

París no es Babilonia, sino que es una ciudad estupenda, y se le aplican magníficos

adjetivos. El texto resalta la centralidad de la ciudad, es la corte del rey, el centro

político, administrativo. Después, será centralidad económica, dice que hay un puente

grande de piedra, y en ese puente grande, ancho, rico, comerciante, exhala y abundan

los barcos… es decir, es un emporio comercial. Después, en la isla de la Cité está el

puente pequeño. Además, París es la centralidad de las bellas artes, las 7 hermanas que

se mencionan son las 7 bellas artes. La segunda parte es el orgullo de ser parisino

respecto a otras ciudades, dice que no tiene parangón, en definitiva, la valoración de la

ciudad está hecha con otra mirada, y está será la que se imponga, pues la ciudad acabará

dominando toda la Europa occidental.

Page 38: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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TEXTO. La Comuna de Laon (1112).

“El clero, así como los archidiáconos y los grandes que esperaban la ocasión de

extorsionar del dinero de la gente, le ofrecieron por intermediarios la facultad de tener

permiso de crear una comuna mediante un precio justo.

La comuna, palabra nueva y detestable, consistía en que todos los que eran

sujetos a un censo personal pagarían una vez al año a sus señores la dicha costumbre

servil y que si cometían un delito, lo redimirían mediante una multa fijada legalmente.

Las otras rentas que se acostumbraba imponer a los siervos serían completamente

suprimidas. El pueblo halló así la ocasión de eximirse y aportó dinero para calmar la

codicia de tantos hombres ávidos. Estos, más calmados entonces, se comprometieron

por juramento a respetar la convención.

El juramento colectivo de ayuda mutua acababa de ser prestado por el clero, los

grandes y el pueblo cuando el obispo volvió de Inglaterra con mucho dinero. Irritado

contra los autores de la nueva situación, estuvo durante algún tiempo fuera de la

ciudad (…).

La violación de las cláusulas de la dicha comuna causó tal furor, tal estupor en

los corazones de los burgueses que todos los oficiales desertaron de sus oficios, las

tiendas de los zapateros cerraron, en las tabernas y mesones se dejó de vender

cualquier mercancía, porque se sabía que no quedarían nada de ellas, tal como los

señores saqueaban por todas partes (…).

Al día siguiente (sábado santo), como el obispo seguía a su clero en la

procesión, ordenó a sus gentes y a todos los caballeros marchar detrás de él llevando

espadas bajo sus vestidos. En el curso de esta procesión, mientras se comenzaba a

producir un poco de desorden, como pasa en las turbamultas, uno de los burgueses

salió de un sótano y, creyendo que había comenzado una especie de crimen organizado,

se puso a gritar repetidamente: “¡Comuna!, ¡Comuna!” (…).

El obispo, que no conseguía rehuir los asaltos temerarios de la plebe, se puso

los ropajes de uno de sus siervos y se refugió en el cillero de la Iglesia, oculto en una

pequeña bodega. Dado que un servidor fiel obstruyó la entrada, una vez él se hubo

ocultado, se creyó bien escondido. Como las gentes corrían en todas las direcciones

preguntando a altos gritos dónde estaba, no el obispo, sino el verdugo, secuestran a

uno de sus siervos, pero no obtiene de este hombre fiel lo que querían. Toman a otro y,

gracias a una señal de este traidor, consiguen saber dónde está el que buscaban.

Penetran en el cillero y, buscando por todas partes, acaban por encontrarlo.

Como se le buscaba en cada tonel, un tal Teudegaud se paró ante uno que

ocultaba al personaje y, quitando la tapadera, le preguntó repetidas veces quién era, y

le golpeó. El obispo movía apenas sus labios helados de miedo: “¡un chetif!”,

murmuró. El obispo tenía la costumbre de llamar por burla de este modo a Isengrin,

por su figura de lobo. Es, en efecto, el nombre que algunos daban a los lobos. El

agresor dijo, pues, al obispo: “¡Ah!, es el señor Isengrin quien está aquí escondido”

Gaudri, que, aunque pecador, era sin embargo el ungido del Señor, fue sacando

brutalmente del tonel y arrastrado por el cabello, recibió muchos golpes y fue llevado a

morir a una callejuela (…). Teudegaud, viendo el anillo en el dedo del difunto y no

pudiendo sacarlo fácilmente, cortó el dedo del muerto y se apropió del anillo”.

Guibert de Nogent, Historia de sua vita,

Traducción francesa de R. Latouche

(sacado de Historie de la France urbaine.

La ville medieval, pp. 168-169)

Page 39: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

39

El obispo se opuso a la concesión del estatuto. Le da unos adjetivos a la comuna

que se han hecho universales, aparecen en todos los libros de historia. Dice: “la

comuna, palabra nueva y detestable…”. Como vemos, la proclamación de una revuelta

comunal en Laon, llevó a la muerte al obispo. Las comunas se forman para obtener el

reconocimiento, y estos juran un lazo de solidaridad, y ponen la mano en las sagradas

escritura, que es la conjuratio, que ratifica esa unión entre todos los homini novi. En la

comuna de Laon no consiguieron por la vía del diálogo el reconocimiento de su

estatuto. En esta lectura tenemos un caso excepcional, cuando hablamos de comuna

pensamos que es todo el colectivo de los homini novi los que participan en dicho

colectivo, pero no son todos los que están, son los mejor situados económicamente, no

creamos que, automáticamente una comuna es un bloque que participa de esta actividad.

TEXTO. La carta del consulado de Arles (1142-1155)

“En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Yo, Raimundo, arzobispo de Arles,

con el consejo de caballeros y prudhommes que queremos tener con nos, con el

consentimiento y asentimiento de otros, en honor de Dios y de la gloriosa Virgen

María, su madre, así como de San Trófimo y su Iglesia, establecemos y ordenamos

fundar en la ciudad (cité) y burgo (bourg) de Arles un consulado, válido, legal y

conveniente, quedando a salvo el dominio y el derecho de los señores mayores y

menores que han participado en el presente consulado o que en él participarán en el

futuro.

Que cada uno, en verdad, en este consulado, tenga su derecho, obtenga justicia

por mano de los cónsules y haga justicia, quedando a salvo los estatutos y buenas

costumbres.

Habrá doce cónsules: cuatro caballeros, cuatro tomados entre los habitantes del

burgo, dos escogidos entre los del Mercado y dos entre los del (barrio de) Borrianum;

por ellos todos los que pertenecen al consulado serán regidos y gobernados. Y, siendo

aceptado el gobierno del consulado, ellos tendrán el poder de juzgar y ejecutar los

juicios, tanto lo referente a heredades como lo relativo a injurias y todos los otros

delitos.

Quienes sean elegidos para elegir a su vez a los cónsules jurarán que, sin temor

ni preferencias, elegirán para el gobierno de la ciudad a los que ellos estimaron más

aptos, según su alma y conciencia y siguiendo el consejo del arzobispo. El cónsul

elegido prestará el juramento siguiente: “yo, un tal, elegido cónsul, juro que por todos

los medios, en mi conocimiento, regiré y gobernaré a los que pertenecen conmigo al

consulado, junto con el Consejo, el mayor y el menor, de los que forman parte del

consulado. Y que no dejaré de ejercer mi función de cónsul hasta que otro sea elegido.

Y si alguna discordia surgiera entre nosotros, los cónsules, yo la intentaré poner fin

con el consejo del arzobispo y de los mejores del consulado y yo procuraré que sea así.

Y para discutir un asunto no recibiré ni promesa ni dinero de nadie. Y ninguno, durante

mi mandato, será citado a la justicia si no pertenece al consulado o no ha aportado

seguridades de rigor. Así Dios me ayudará y sus Santos Evangelios”.

Los que vinieran al consulado harán el juramento siguiente: “yo, un tal, juro

este consulado por cincuenta años y buena fe, inteligencia y sumisión a los cónsules. Y,

si yo soy elegido cónsul, no rehusaré. Y así Dios me ayudará y los Santos Evangelios”

(…). Que ningún extranjero sea recibido en el consulado sin el consentimiento y la

voluntad del arzobispo y de todos los cónsules”.” Editado por C. Giraud, Essai sur l’histoire du droit français,

t. 2, París, 1846, en Histoire de la France urbaine.

La ville medieval, p. 170.

Page 40: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

40

Ideas principales:

-Arzobispo

-Consejo caballeros

-Prudhommes

-Consulado formado por:

12

(4) + (4) + (2) + (2)

El tipo de fuente es documental, y es la carta de concesión del consulado a los

habitantes de Arlés. En este caso ha habido negociaciones, acuerdos, y el arzobispo

aprueba y concede el consulado. Pero en esa ciudad no sólo viven burgueses, aquí junto

al obispo hay nobles, la ciudad no nace del aire, sino que surge en un territorio que es de

alguien, y en este caso es del arzobispo Raimundo de Arlés, y en ese caso los nobles no

han abandonado la ciudad, por tanto, el consulado, la nueva institución de la ciudad, es

de coexistencia entre estos burgueses y los nobles. Aquí la ciudad es dual, pues dice la

cité, y el burgo, que se crearía en la Plena Edad Media.

Se establece entonces el consulado, regido por un consejo de 12 cónsules, de los

que 4 son caballeros, es decir, cuatro nobles están presentes en el consejo de la ciudad,

con 4 habitantes del burgo, es decir, burgueses de pura cepa, y además, se conservan 2

mercaderes para cónsules, y un barrio también tendrá 2 cónsules; por lo que 8 de estos

cónsules serán habitantes del burgo. Vemos las funciones que tiene, funciones

judiciales, la justicia escapa del propio señor, está en manos de los ciudadanos, se regula

el sistema de elección, y tienen que tener buenas relaciones con ese consejo de nobles.

Al final se pone especial hincapié en la honestidad, en la honradez de estos cónsules,

pues dice: “no recibirá ni promesa ni dinero de nadie”. Después aparece el juramento, y

este carácter religioso que ratifica el lazo de seguridad. Hay que ver como es una

comuna cerrada, donde nadie puede entrar libremente, pues dice: “ningún

extranjero….” Desde el primer instante el acceso a la ciudad está tipificado, y aquí

vemos un caso concreto que es un prototipo de gobierno muy dado en Francia, y en el

norte de Italia.

La Ciudad Ideal

Nos detuvimos en el prototipo de ciudad ideal, la imagen, sus cantos elogiosos, y

todo ello, inmediatamente está recogido en la aparición de las ordenanzas, de

normativas urbanísticas. El triunfo de la comuna supone la puesta en marcha de

órdenes, de decretos, en definitiva, de ordenanzas. Esas órdenes emanadas por las

comunas evidencian el ideal de construir una ciudad pensada, reflexionada, quieren

trasplantar la idea de ciudad a la realidad física. Al principio, leímos un texto del

ostrogodo Teodorico que hablaba de urbanismo. También Carlomagno tiene leyes

excepcionales, y habla de la ciudad, la conservación de las calles, la limpieza en las

plazas, el tipo de pavimento, como deben hacerse las construcciones de agua, que altura

tienen los edificios, el tipo de fachada, e incluso hay normativas de expropiaciones

cuando se realizan la creación de templos.

Page 41: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

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La realidad morfológica y las estructuras urbanas de las ciudades en la Plena Edad

Media

La estructura y la forma respondieron a 4 factores:

1. Viene dado por el resultado de la voluntad de los hombres, voluntad de vivir en

aglomeraciones, conjuntamente.

2. El resultado de las necesidades que intentan cubrir.

3. El condicionamiento topográfico en el que está la ciudad.

4. Las propias concepciones urbanísticas de los habitantes.

La ciudad desde la Plena Edad Media es un organismo vivo. Un organismo que

evoluciona, por ejemplo, hemos visto que Arlés es una ciudad de época romana que ha

evolucionado y se convierte en medieval, pero tienen un pasado, y ese pasado no se

puede borrar. Sin embargo, hay ciudades que se construyen de nueva planta, desde cero,

o que desde antiguo parcialmente son recreadas. Las ciudades surgen en la Plena Edad

Media, en torno a un castrum o castillo, a una Iglesia o monasterio, pero no solamente,

también pueden surgir en un cruce de caminos, en una bahía, en la confluencia de dos

ríos. La mayoría de las ciudades de la Plena Edad Media, surgen en un dualismo

topográfico, aparece una aglomeración, un suburbium, en torno al castillo, monasterio,

y se produce la aglomeración del castrum, y el nuevo poblamiento. También el

dualismo se dan en las ciudades del Antiguo Imperio Romano, la cité, la antigua

ciudadela y el nuevo establecimiento. En otros casos varias aldeas se unen en una

ciudad, o la antigua ciudad romana que queda absorbida por el desarrollo urbano de la

ciudad medieval. También hay casos en que la ciudad es la unión de dos

aglomeraciones, como el caso de Arlés, que están a ambas orillas de un río, y un puente

une a la ciudad en una única población. El plano, la forma más frecuente de ciudades

medievales, es la rectangular, en el rectángulo se inscribe una cruz, pero además del

plano rectangular, se inscribe el plano radio-concéntrico, que por una elevación del

terreno, la zona más elevada es un castillo o una Iglesia, y según se desciende la ladera

se construyen casas y calles. Los planos rectangulares son producto de concepciones

urbanísticas previas. Además, existe otro tercer tipo de plano, el de la ciudad itinerante

o de camino, que se forma siguiendo el eje de una vía de comunicación, como Santo

Domingo de la Calzada. En otros casos, las experiencias urbanísticas se realizan en los

barrios, tanto nuevos, como, barrios que se re-urbanizan. Las formas de las ciudades se

vertebran a través de unos elementos directores, y podemos decir que hay cinco

elementos directores fundamentales en las ciudades medievales. Estos elementos

terminan conformando la trama urbana de la ciudad, y son los cinco siguientes:

1. La muralla. La muralla es de vital importancia; puede ser de piedra, pero en los

primeros momentos es de tierra apisonada. En el siglo XI se generalizó el uso de la

piedra para las fortificaciones. Construir una muralla era una empresa carísima, pero

gracias a la expansión económica y a los burgueses, a lo largo de la Plena Edad Media

se pudieron levantar dos y tres recintos amurallados. A veces, en la construcción

intervenían reyes y señores feudales. La muralla tiene dos funciones, por eso es un

elemento vertebrador importantísimo:

Page 42: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

42

-La función militar, protegerse de peligros exteriores, aunque esos peligros

pueden ser de dos naturalezas: pueden ser bélicos, pero también de enfermedades, pues

en caso de peste las puertas se cierran, y se controla a todo aquel que entra. Por tanto, la

muralla podía ser un elemento de control de enfermedades.

-Tiene también una función jurídica, el muro, distingue a los burgueses de los

campesinos, diferencia totalmente el ámbito rural del urbano, y los que están

intramuros, dentro de la ciudad, gozan de un estatuto que no tienen los campesinos. Por

tanto, el mundo rural y el urbano son dos mundos separados. Pero hay un punto de

encuentro en la muralla de esas dos esferas: las puertas de las fortificaciones de esas

murallas. La puerta sirve para controlar a los inmigrantes, a todas las personas que

entran y salen de la ciudad, pero también sirve para controlar las mercancías, y aquí hay

otro aspecto importante de las puertas, que actúan como aduanas, es decir, la puerta es

una herramienta fiscal, pues se vigila, se controlan todos los artículos que entran y salen

de la ciudad, y se tienen que pagar los impuestos de aduanas correspondientes. En

definitiva, las puertas tienen un valor simbólico impresionante. La puerta es el lugar

más delicado de las murallas, el menos protegido, por eso, se le rodea de torres, y estas

con su altura sobresaliente le dan una importancia extraordinaria; y, para subrayar su

importancia simbólica las puertas se decoran, es el único lugar de la fortificación a la

que se le ponen escudos, estatuas, banderas, y todo, por ese valor jurídico que tienen.

Claro que, siempre las murallas tienen un inconveniente, y es que además de ser

caras de construir, también lo son de mantener. Las comunas acudieron a varios

sistemas para mantener su vinculación. En Italia se constituían asociaciones de vecinos

que tenían que mantener la conservación de la puerta. En Cataluña, eran los vecinos que

tenían un tramo de la calle, a los que les correspondía esa conservación.

2. La Iglesia. Desde la Alta Edad Media, la Iglesia tiene una importancia extraordinaria,

y este valor no se trastoca. Ahora se dispara el número de parroquias, la red parroquial,

y además aparecen los conventos urbanos, algo que no aparecía antes en las ciudades.

Para evangelizar a los burgueses, se crearon órdenes específicamente urbanas, cuya

presencia no estaba en el campo, como los agustinos o los franciscanos. Las órdenes

mendicantes, una de sus funciones es estar presente en medio del mundo de la ciudad.

El mundo tan rico hace que estos elementos se construyan en medio de grandes lujos, y

hace que otras órdenes que antes vivían en el campo se vayan a la ciudad, o muy cerca

de ella, como los cartujos. Esto alcanzó cifras voluminosas en las construcciones de este

tipo, podía haber hasta una treintena de conventos en una ciudad. El más emblemático

de estos edificios era la catedral. Muchas veces, la catedral no ocupa un sitio céntrico,

pues en la legislación romana los cementerios no se podían construir dentro de la

población. Sea o no excéntrica la catedral, en el siglo XII y XIII terminan

convirtiéndose en piedra, y queda inscrita dentro del arte románico y gótico. Las

catedrales góticas tienen una obsesión: construir torres y cimborrios cada vez más

elevados, algo que rompe la verticalidad de la ciudad. Pero para construir estos edificios

se expropian casas, rompen el callejero, y por un lado comporta destrucción, pero por

otro, se remodela el tramo urbano.

La parroquia ocupa el centro del barrio, pues las ciudades se organizan en

barrios. Pero la catedral y la Iglesia no son sólo centros religiosos, cumplen la función

de encuentro, la gente se ve, se saluda, y son por tanto, también lugares de reunión.

Reuniones políticas, profesionales, y también tienen otra función: la defensiva. En caso

Page 43: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

43

de una ataque estas iglesias brindan protección. Por último, es el lugar donde residen los

antepasados, ahí están enterrados, y se produce una solidaridad entre los vecinos que

están desarrollando una vida en torno a estos edificios, cuya comunión se une al

vecindario

3. Los edificios singulares. También hay otros edificios laicos tan importantes como los

eclesiásticos. En la Alta Edad Media veíamos que quedaban en pie basílicas, circos, o

teatros que quedaban convertidos en casas. Pero en la Plena Edad Media aparecen

edificios específicamente laicos en la ciudad: aparece el palacio del gobierno, que en

castilla lleva el nombre de ayuntamiento. Aunque no sólo aparecen los palacios del

gobierno urbano, aparecen también sedes de los gremios, de los oficios. En Holanda, en

Alemania, aparecen edificios suntuosos que constituyen hoy una de las atracciones

turísticas. También en Italia, las revueltas urbanas hacen que aparezcan palacios del

pueblo, que se construyan graneros, lonjas…

“Or San Michel en Florencia. En 1336 se construyó como mercado de

granos. En 1380 y 1404 se transformó en iglesia y capilla de los oficios de artesanos y

comerciantes. En la Planta Baja aparecen los arcos del siglo XIII con 14 esculturas que

son los patronos de las 14 artes mayores y menores cuya autoría corresponden a

Donatello, Ghiberti, Verrochio, etc. En la Planta Primera están los oficios y en la

Segunda el granero municipal”.

4. La plaza. Con la plaza pasa igual que con la catedral, en la mayoría de los casos es

céntrica, pero en otros casos es excéntrica, y está al lado de las puertas de la ciudad,

donde se ubicaron los mercados, que arrastra la plaza a la zona de la muralla. La plaza

de la ciudad no sólo tiene la función importante de mercado, de lugar de compra-venta;

la plaza también tiene un sentido simbólico, es el lugar de reunión, de sociabilidad de

los vecinos; donde se reúnen para celebrar las fiestas públicas, o para realizar

competiciones deportivas. En la plaza también se celebran procesiones, cívicas o

religiosas, y es donde también se hacen reclamaciones, o, se hacen los ajusticiamientos

públicos (en la plaza de San Francisco –Sevilla– se celebraban ejecuciones). Todo esto

proporciona a la plaza un carácter de teatralidad, y se va a embellecer con fuentes, con

picotas (donde el reo es expuesto a la vergüenza de la población por sus delitos), se

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decora con cruces, y sobre todo albergaba dos edificios señeros: el palacio del gobierno

y la catedral. La perspectiva puede ser diversa, pero siempre ocupan estos edificios

lugares preferentes. También en muchas plazas existen el halles, una especie de lonja,

de lugares de venta.

5. El trazado viario, las calles. Las puertas de las murallas buscan la conexión con el

centro, son las calles principales, pero también hay calles secundarias que unen los

barrios entre sí. Las calles con 5 m de anchura es la que predomina en las ordenanzas,

pero también las hay de 1 y 2 m de anchura, calles estrechas, pero en honor de aquellos

hombres, debemos decir que estaban lejos de imaginarse que en el futuro iban a existir

coches, así que hay que entender que no fueran partidarios de calles anchas. Otra

característica es que las calles son sinuosas, singulares, un mapeado intrincado, por lo

que hay un paralelismo con las ciudades islámicas, que tiene ese trazo laberintico. Al

hacer el paralelismo, parece que los seres humanos tenemos esa tendencia natural de lo

intrincado, pero no es por la condición humana, sino por la acumulación de tres

factores, al menos en Occidente:

-El clima. El frío en latitudes de la Europa del norte, se ceba con mucho rigor.

En el norte de Inglaterra, una calle ancha deja pasar el viento por todas partes, lo que es

muy poco atractivo, y construyen calles estrechas y sinuosas para paliar ese efecto

gélido. En el sur, se produce el efecto contrario, y las calles angostas protegen al

caminante del calor.

-Función defensiva. Se construyen así en proceso, a priori se construyen de

manera laberíntica, y lo hacen por una función defensiva. El invasor que se encuentra en

estas calles tiene dudas de por dónde ir, se pierde, piensa, y esos instantes, son vitales

para el ciudadano que lo aprovecha como una ventaja.

-Función estética. Por último, una ciudad estrecha es más estética, es más

agradable para los ciudadanos, y esto lo dice León Bautista Alberti, que un arquitecto

partidario de la simplicidad, de la línea recta, de los planos de damero; claro que, eso no

quiere decir que no valore otros tipos de ciudad.

TEXTO. León Bautista Alberti (De re edificatoria)

“En el corazón de la ciudad quedará más elegante que no sean rectas, sino que

den vueltas en diversos sentidos, hacia delante y hacia atrás, como el curso de un río.

Pues así, no sólo por resultar mucho más largas, con lo que contribuirán a la idea de la

grandeza de la ciudad, constituirán igualmente una gran seguridad contra todos los

accidentes y emergencias. Por otra parte, esta sinuosidad de las calles hará que el

peatón descubra a cada paso una nueva estructura, y la puerta principal de cada casa

estará directamente al frente del medio de la calle; y en tanto que en las ciudades más

grandes una anchura excesiva resulta poco elegante y malsana, en una ciudad más

pequeña resultará por igual saludable y placentero contar con tal vista abierta desde

cada casa por medio de los recodos de la calle”.

Este texto es muy elocuente, y vemos la función de embellecimiento de las

calles como una manifestación de la belleza. Hemos hecho referencia a las calles

principales, pero también hay calles secundarias, que son las que ponen en contacto al

barrio. Tanto en calles secundarias como principales (aunque sobre todo en las

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principales, en las más importantes), aparecen unos fenómenos que terminan

apropiándose la calle: son los soportales. Ante la fachada de una casa, el dueño, pone

unos pilares, y sobre ellos y la fachada pone una techumbre de madera, o de paja, y que

cubre la zona que ha ocupado de la calle o de la plaza. Con el tiempo, se adelanta la

fachada y se ha apropiado de la calle. Este fenómeno está totalmente prohibido, pero no

obstante, se realiza. En otros casos, los soportales se realizan para que los transeúntes

puedan ver mejor las mercancías, protegiéndolas de los efectos del sol, de las lluvias, de

los fríos; aunque también sirven para que la gente vean desde la calle al artesano cómo

trabaja en el taller. En otros casos la expropiación no son soportales, sino por voladizos,

que es un balcón puesto sobre la calle, y que es capaz de unirse con el balcón de la

vivienda de enfrente. Esto fue también prohibido pues obstaculizaba la entrada de la luz,

era antihigiénica, no ayudaba al mal estado de higiene de las calles, y en España, quien

prohibió los voladizos fueron los Reyes Católicos. Sólo había una región en España que

los habían permitido, y son las islas Canarias, pero en el resto de Europa fueron

totalmente abolidos por la consecuente normativa urbana. También veremos cómo

aparecieron escaleras exteriores.

-La Infraestructura Urbana. Las Particularidades del Hogar

Las calles, en la mayoría de los casos no están pavimentadas, son de tierra o de

cascotes apisonados. Solamente las principales puede que estén pavimentadas, pero es

muy raro que en la Plena Edad Media haya calles con pavimento. En París, en el siglo

XIII, o en la Toscana sí se encuentran casos donde se pavimentaron. Otro problema de

las ciudades, es que esa aglomeración de personas tienen que consumir agua,

abastecerse de agua, y este es un problema capital. Este abastecimiento, se llevó a cabo

de la siguiente forma:

1. Construyendo pozos, abriendo pozos que podían ser privados o públicos.

2. Construir cisternas o aljibes, que se llenaban con el agua de lluvia.

3. Construyendo fuentes públicas. Las fuentes públicas manaban agua

procedente de pozos o de manantiales naturales. Si los manantiales estaban

próximos había una conducción de tuberías.

4. Las ciudades con ríos podían aprovechar este recurso fluvial cercano.

Igual que con las murallas el abastecimiento de agua tiene un problema en la

conservación y por eso, hay una normativa. Los vecinos tenían que acudir a los aljibes,

o cisternas para ir al agua. Otro problema es la eliminación de los residuos sólidos y de

las aguas residuales. En las ciudades medievales no se construyen sistemas de

evacuación de aguas residuales, las obras públicas romanas estaban totalmente

olvidadas, y solamente en Paris, se reutilizaron las cloacas de época romana. Este

problema higiénico lo resolvían construyendo los llamados pozos negros, donde se

vierten en estos agujeros todas las aguas residuales, y una vez se colmatan, son

cerrados. Un segundo método es hacer canalizaciones a cielo abierto. Aprovechan la

pendiente y a la vista de todos discurren esos residuos. Pero, a pesar de tanta normativa,

la gente recurría al sistema de abrir la ventana y decir: “Agua va”. Para completar este

cuadro, si hay una canaleta central con los residuos, resulta que en las calles, hay un

animalito muy apreciado por todos los habitantes de la Edad Media, los cerdos, que

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campaban por las calles a sus anchas, con lo que se multiplicaban los hedores y la falta

de higiene. En conclusión, podemos afirmar que las ciudades medievales eran

antihigiénicas por excelencia, y se estaba a años luz del sistema de evacuación de

residuos del sistema romano.

-Los muladares, era otro sistema para deshacerse de los desperdicios, situados cerca del

muro, en el exterior, la gente iba allí y tiraban todo despreocupadamente.

Otro aspecto de la infraestructura es la periferia, hasta ahora hemos estado

dentro de las murallas, pero no se limita a ellas, extramuros levantan una serie de

edificios de muebles, como son los batanes, las herrerías, las curtidurías o tintes para las

prendas… y se levantan fuera de la ciudad por dos razones (aunque esto no significa

que no los hubiera dentro) pero la tendencia es situarlos fuera, pues producen una

alteración acústica y olfativa. Sobre todo las curtidurías, no hay nada que huela peor que

arrancar la piel de un animal y prepararla. Pero estos edificios aprovechan la fuerza del

río, y por eso, también se trasladan a la periferia. Otros muebles son los conventos, que

prefieren la ciudad pero, escapando del ruido de la misma para, tener un punto de

aislamiento para la oración. La construcción de conventos, y de estos inmuebles

industriales, hace que muchos mercaderes lleven sus mercancías, y hace que muchos

mesones y ventas se levanten aquí también, atendiendo a los trabajadores, al mercader, a

los religiosos. Se puede terminar la periferia con un embellecimiento, pues se

construyen huertas y jardines como una especie de cinturón en torno a la ciudad.

Para concluir, la ciudad es una aglomeración de personas, pero también es una

aglomeración de viviendas, y la gente vive en dos tipos de casas: en la casa particular o

privada, y en la casa colectiva o, casa de vecinos. Para la construcción de las casas se

utilizaran materiales distintos según estén ubicadas en el norte o en el sur. En el norte

las casas se construían de madera y de adobe, mientras que en el sur se construyen de

piedra y de ladrillo. La tradición romana hace que en el sur continúe la técnica

constructiva de la piedra y el ladrillo. Hay que tener en cuenta, que hay una jerarquía

social, y esto establece una separación en la utilización del material, pues la corte, la

nobleza, y la Iglesia, tienen sus construcciones en piedra. Los artesanos, los caballeros,

tienen las residencia en madera, y los campesinos tienen chozas de tierra. Lo mismo

ocurre en las construcciones medievales. Con el desarrollo económico, las ciudades

introducen materiales más nobles, como el ladrillo, la piedra, pero, la madera sigue

siendo en la Europa del norte y del centro el material más frecuente, y como las calles

eran angostas y hacía mucho frío, existían en las casas hogueras. La techumbre era de

madera o paja, y cualquier chispa era motivo de incendio. Las ciudades medievales

conocían incendios con mucha asiduidad. De ahí que el gobierno de las ciudades

prohibiera la construcción de chimeneas, aunque da el permiso para materiales

ignífugos, materiales que no arden. Otra medida para evitar los incendios fue la

sustitución de la techumbre de paja o madera, por una piedra llamada pizarra. También

se utilizaba madera para la construcción de voladizos, o para las escaleras exteriores.

Roma tenía hasta cuatro plantas o cinco, y se accedía por escaleras exteriores de

madera. Las casas eran unifamiliares, pero en la Edad Media hay un diferencia en la

altura, la vivienda romana tiene una planta, la planta baja; en la Edad Media va a tener

dos plantas, la baja para el negocio del artesano, y la segunda, que es la planta noble,

donde está el hogar. En la planta baja se pueden encontrar las cocinas, los establos, las

bodegas…

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Otro tipo de planta medieval es la casa-torre, donde habitan los nobles de la

ciudad, y son frecuentes en el sur de Francia y en el norte de Italia. Viven en casas-torre

por la defensa, es un lugar seguro, luego viven también por prestigio, pues una casa-

torre es el solar de un jefe de una facción humana que interviene en los asuntos del

gobierno. También rivalizan en poder, mientras más altura, más poder se demuestra y

más rica se es. En la Alta Edad Media ya se había dado esta identificación de prestigio

con el uso de las construcciones de la nobleza romana. Viven en el teatro Marcelo, la

tumba de Augusto, y así, justifican unos orígenes prestigiosos. Sin embargo, los

documentos son escasos en el ámbito de la vida. Durante toda la Plena Edad Media, la

vida se desarrolla en la sala, que es el hogar donde está la chimenea y tiene múltiples

usos. Es el centro de la vida familiar, en ella se cocina, una vez preparados los alimentos

se consumen allí, cuando no hay que cocinar ni es el momento de la comida, la sala es

una zona de trabajo, las mujeres hilan, tejen, preparan los trajes, los vestidos. También,

en la sala los niños juegan, las niñas aprenden los oficios mal llamados femeninos, el

bordado, el hilo, el trabajo textil. Por último, como centro del hogar, la sala es el lugar

de reunión, allí comparten los acontecimientos del día, donde se refuerza la unión

familiar. Allí se encuentra el momento de librarse de sus emociones. A finales del siglo

XIII, la sala, se amplía con otras dependencias y aparece la cocina, y aparece el

dormitorio principal, pues la sala también era el lugar de descanso, donde se dormía.

Por tanto, se va produciendo una especialización de la vivienda, pero eso no se culmina

hasta el siglo XV, aunque será algo que irá surgiendo paulatinamente en el XIII y el

XIV. En toda la Plena Edad Media no existió el sentido de privacidad en el hogar, todo

se compartía, y por ejemplo, hemos dicho que la sala se convierte en dormitorio, se

come en la sala, y cuando aparecen habitaciones como el dormitorio particular, los

escritores de la época, que no son nobles y no puede permitirse esa especialización del

hogar, critican duramente ese comportamiento de los nobles. Hay un escritor inglés

Langland, que tiene una obra, un poema, cuyo título es Piers Plowman, Pedro el

Labrador. Langland vive a mediados del siglo XIV, y en ese poema cuenta la siguiente

anécdota: estaban en la casa común de sus señores, y en un determinado momento el

señor toca las palmas y dice el señor que se retira a comer, pero sólo los señores, pues

los demás no pueden entrar allí donde se irán a comer. La crítica se hace porque para

ellos lo normal es compartir la comida, y por supuesto, el descanso. Estos dormitorios

comunes existían también en los monasterios. Miguel Ángel, el escultor del siglo XVI,

dormía en el mismo dormitorio con todos sus ayudantes, pues no existía ningún tipo de

privatización. Lo mismo ocurre en esos mesones de las periferias de la ciudad, y en los

hospitales, las camas son colectivas, nada es individual.

Cuando se han investigado a fondo estos bienes, ha surgido un dato muy

especifico, una sorpresa, y es que las instituciones eclesiásticas eran grandes

propietarias de inmuebles urbanos, incluidos solares. Esto se explica por dos hechos:

1. El primero, es que la ciudad nace en la mayoría de los casos en núcleos con

aglomeraciones que eran eclesiásticas; eran la sede de un obispo o la sede de un

monasterio. Por tanto, de antiguo, desde la Alta Edad Media, los terrenos tenían un

propietario que era la Iglesia.

2. Hay, no obstante, una segunda cuestión que son las donaciones. Hay que tener en

cuenta la presión de la ideología cristiana, pues los fieles, para asegurarse la salvación,

donaban sus bienes, y mientras más donaciones hacían, más tranquilos se sentían a la

hora de lograr la Salvación.

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Estas dos cuestiones, hicieron que la Iglesia tuviera un gran patrimonio. La

catedral de Sevilla, sin ir más lejos, contaba con 700 viviendas urbanas al terminar la

Edad Media. Pero, también otros grupos sociales eran grandes propietarios de casas.

Después de la Iglesia nos encontramos a la nobleza, pero en este caso hay muchas

diferencias, y no es un comportamiento homogéneo. En la Italia del Norte, la

aristocracia no siente pudor en invertir en la compra de viviendas, sin embargo, la

aristocracia castellana es menos solícita en invertir en capital para la compra de

viviendas. El tercer grupo que podía acceder a cierto patrimonio es la propia burguesía,

aunque en una proporción menor, también invierten en la compra de inmuebles. Claro

que, la documentación se percata claramente de que la Iglesia era con diferencia la que

más tierras y patrimonio tenía.

-La propiedad y el uso de la casa

Propiedad

Casa

Uso

Sin embargo, en la Edad Media y en la Edad Moderna, se da la distinción entre

la propiedad y el uso, algo que hace que los contratos sean curiosos, pues se hace

distinción entre la propiedad del suelo y la propiedad del edificio. La del suelo es la

inminente, y la del edificio es en usufructo, el derecho de uso. Señalaremos por tanto,

dos ejemplos antagónicos:

1. En la ciudad del sur de Italia de Salerno, un propietario si firma un contrato con un

inquilino, es sobre un suelo, un solar, y le permite que en ese solar construya la

edificación que estime pertinente. El contrato puede durar 8 ó 9 años; es temporal, pero

cuando se finaliza, si no se renueva, el inquilino tiene que tirar toda la construcción que

hiciese en el solar, y tiene que entregar el sitio como lo encontró, afrontando todo el

gasto correspondiente.

2. En Roma ocurrirá todo lo contrario, cuando termina el contrato no puede derribar la

casa, tiene que entregarla como está, tal y como se encuentre en el momento de dejar el

solar, y el inquilino no recibe ninguna compensación económica por dejar la

construcción en planta.

Estos contratos fueron muy frecuentes en Italia, en toda Europa, pero mucho

más abundantes que los contratos de arrendamiento, fueron otro tipo de contratos que se

parecen a los del mundo rural. Son los censos enfitéuticos, es decir, se entrega la

vivienda a cambio de la vida del inquilino, toda su vida, o dos vidas, dos generaciones,

la del inquilino y la de su hijo, y podían llegar a ser incluso tres generaciones y a

perpetuidad. La explotación de los inmuebles urbanos, generalmente, se hace por censo

enfitéutico, es abrumador, y uno se hace la pregunta de por qué se generaliza tanto. Hay

dos explicaciones fiables que explica la imposición de este medio de residencia en la

vivienda. El primero es que la Iglesia tienen tanto parque de inmuebles, es tan

voluminoso, que si la Iglesia se hace responsable del mantenimiento y de la

conservación de todos ellos, puede suponer su arruina, y esto, la obliga a realizar

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censos, pues son los inquilinos los que se van a encargar del mantenimiento de ese

parque inmueble, quitándole el cargo de esos gastos a los eclesiásticos. La segunda

explicación es que a la Iglesia le interesa conocer los ingresos de esos censos a

perpetuidad, pues así, saben la rentabilidad que le proporciona ese parque de viviendas.

Sin embargo, este tipo de censos, a la larga es rentable para el censitario, pues la

inflación hace que estas rentas acaben siendo asequibles y bajas para los propios

censitarios.

-La particularidad interna del hogar

Dentro de esas casas está lo que llamamos ajuar, un mobiliario, y por supuesto,

comprobaremos como en dicho ajuar hay una desigualdad social. En las casas grandes,

que tienen un solar, una superficie grande, en la parte trasera hay un patio o corral, y en

ese espacio trasero, se construyen dependencias para determinados servicios, por

ejemplo, la cocina, o también, la letrina. En las casas de la Edad Media, incluso a finales

del siglo XV, era excepcional la constatación de un cuarto de baño, como dijimos, la

evacuación de las aguas residuales se realizaba a través de pozos negros o también se

vertían a la calle, y no existían canalizaciones públicas, salvo el caso de París, y sólo en

la zona colindante con el rio Sena, donde había una cloaca romana que se siguió

utilizando (huelga decir que en los barrios colindantes no existían estas conducciones).

Las casas contaban también con suministros de agua, para ello, disponían de pozos o

aljibes. Muchas veces, un pozo o aljibe era aprovechado por varias familias que

compartían su utilización. Las casas que no contaban con pozo o aljibe tenían que

acudir a las fuentes públicas. La ciudad con más fuentes públicas era Venecia, que

contaba con 2.700 cisternas o depósitos, que se llenaban de agua procedente del río y de

la lluvia, en proporción de que las cisternas de agua fluviales representaba el 20%; y las

de lluvia el 80%. En el caso de Sevilla, la aristocracia disponía de una obra almohade y

distribuía el agua a través de los Caños de Carmona hasta el interior de la ciudad. Una

tercera cuestión, es que las casas, de noche, tenían que contar con iluminación, y la sala

principal era iluminada por el fuego, que servía para otros usos, como calentar o cocinar

alimentos. No obstante, en las habitaciones de las casas, no había fuego, por lo que se

recurrían a tres métodos para la iluminación:

1. Se empleaban las lámparas de aceite, que era el sistema intermedio entre lo barato y

lo caro.

2. Lo más barato eran las bolas de sebo, que daban mucha luz, pero producían un humo

muy desagradable

3. La más cara y de mayor calidad eran las velas de cera, los cirios, pero eran más

costosos como decimos.

Un día de frío, se protegían de la bajada de temperaturas, normalmente, para

protegerse del frío y también del viento, lo que hacían es tapar los vanos o huecos

aplicando telas enceradas o aceitadas. También se usaban tapices, que tenían otra

función además de preservar del frío y la humedad, y era compartimentar el espacio.

Estamos hablando de huecos, de vanos en las paredes, pero también produce frío la

humedad en el suelo de la vivienda. Los suelos de la vivienda generalmente son de

barro, de tierras hechas con un tipo de argamasa. En los países mediterráneos se aplica

también el ladrillo, y se cubre la argamasa o el ladrillo con esteras o alfombras. Pero el

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ajuar demuestra las desigualdades sociales, y lo mismo que el uso de la iluminación la

cera era los más caro, el tapiz y la alfombra, sólo eran para las clases pudientes. La

gente común acude a materiales más pobres como la paja, pero la paja tenía dos

peligros: uno era la suciedad, era antihigiénica, y el segundo, era el incendio, pues era

fácil que ardiera. Por último hablaremos del mobiliario. En los testamentos, es donde

aparece recogido el ajuar de las viviendas, de las familias, y en estos testamentos resulta

que el mobiliario de la casa, normalmente, está constituido por tres enseres:

1. Bancos

2. Mesas

3. Arca

Esta es la trilogía del mobiliario en las casas medievales. Mucho menos

extendido estaba el escritorio, los aparadores, y el anaquel (los anaqueles eran una

hornacina con estanterías). De todos los muebles, los más extendidos eran el banco y el

arca. El arca era el mueble rey, lo más difundido en el continente europeo, pues servía

para guardar cualquier tipo de cosas (mantas, chatarrería, etc.). Después del arca se

encuentra el banco, que tiene un gran éxito porque es multiusos. Durante el día se

sientan los miembros de la familia, pueden comer en él, y de noche, los bancos se unen

y constituyen camas, lechos para dormir. Los más acomodados utilizaban el mueble

cama, algo que se compartimentaba, se aislaba de la curiosidad de los demás mediante

doseles, pues las cortinas y doseles aislaban del resto familiar. Cuando el progreso

económico se extiende en el siglo XV, los comerciantes y los intelectuales amplían el

mobiliario, pues éstos necesitan un escritorio para su trabajo. Los mercaderes para la

contabilidad, los libros de registro, etc.; y los intelectuales para su trabajo literario.

Además, necesitan estantes o anaqueles para guardar los libros, los documentos, y

demás.

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Comentario de Planos, Mapas y Textos:

-PLANOS DE LIMOGES (arriba) Y DE REMIS (abajo)-

Estamos ante un plano muy característico de la Plena Edad Media. Es un plano

dual, tiene dualismo, pues estamos ante un mapa de la Alta Edad Media que se integra

al burgo posterior para constituir una ciudad. Con el numero 1 vemos que tiene señalada

su catedral, y vemos la fortificación hecha de prisa y corriendo, pero esto, se queda

obsoleto, y aparece el numero 2, donde observamos un desarrollo irregular, con calles

laberínticas, y terminan uniéndose y constituyendo la ciudad de Limoges. Reims es

igual, con el número 1 aparece la catedral y la cité, y con el número 2 aparece el nuevo

burgo, la abadía de Saint Remis, y al final, se terminan fusionando. Es un plano dual,

por lo que no hay planificación a priori, sólo empirismo, el empirismo que resulta de ir

desarrollando una ciudad que es la reunión de una más antigua, la altomedieval, y de la

nueva concepción pleno-medieval.

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-PLANO DE ARRAS-

Aquí tenemos el mismo caso, con la cité, vemos la protección amurallada y, la

nueva protección en torno a la abadía de Arras, que ha tenido más éxito y termina

fusionándose con la antigua cité.

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-PLANO DE FLORENCIA Y ABAJO EL DE GÉNOVA-

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Viendo el plano de Florencia (hay que observar la leyenda que tiene), nos

preguntamos si es una ciudad dual, y en este caso la respuesta es no. Es una ciudad

radioconcéntrica. En este caso la ciudad romana ha ido creciendo, y podemos ver lo que

corresponde al primer recinto, lo remarcado con las líneas en negrita que constituyen un

cuadrado, y donde se aprecian los dos ejes fundamentales. Pero la ciudad aumenta en el

siglo XII, y se construye el trazo cursivo en negrita. Y en el siglo XIV, se hace una

tercera ampliación que es enorme y atraviesa el río completamente. El centro sigue

siendo la ciudad romana, el Arzobispado, el Baptisterio, el Palacio de la Señoría… y

todas las calles tienden a converger al centro, no hay dualismo, es un continuación de la

ciudad romana, y desde todas las puertas se llega al centro.

En Génova, en la parte inferior aparece castrum, el castillo, la ciudad encogida

para defenderse. Pero en el siglo XII se ha creado un burgo en torno a una abadía, a un

monasterio, por lo que volvemos a encontrarnos en una ciudad dual de nuevo. Entonces,

toda la ciudad queda compactada por un recinto fortificado que se levanta a mediados

del siglo XII. Si aparece una ciudad dual tenemos que decir qué significaba la muralla,

el palacio de la murallas, los monasterios, el castrum… todo lo que podamos aportar.

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-MAPA CON CUATRO EJEMPLOS SOBRE FUNDACIÓN DE CIUDADES-

Aquí vemos ciudades fundadas en un papel, en un proyecto urbanístico antes que

en el propio terreno. No sólo crecen las antiguas, pues también nacen nuevas ciudades,

y hay un movimiento de refundación urbana que permite llevar a la realidad el ideal

tangible urbano. Aquí vemos los ensayos de lo que sería una construcción ideal. Estas

ciudades se llaman bastidas, fundadas, y hay que decir que la mayoría de las bastidas

están en el sureste de Francia (tres de los ejemplos aportados son de esta zona). El

primer caso que observamos es el de Revel. Aquí el plano no es dual ni

radioconcéntrico: es poligonal, y dentro de ese polígono, hay islotes irregulares donde

se construyen las casas y las calles, y se ha dejado un islote sin construir, libre, que es la

plaza, y está señalada porque en los cuatro lados que la perfilan, están señalados en el

mapa más en negrita. Han buscado la centralidad, el orden se busca porque es la

armonía, la perfección, y por eso la plaza ocupa ese sitio central. Aquí hay mucha

centralidad, pero cuando vemos el interior de los islotes vemos que no hay centralidad,

se construyen patios traseros, callejones sin salida, la abigarrada realidad no se

corresponde con lo señalado en el plano. Hay que tener en cuenta que esto son tanteos,

se hacen experimentos, y cada vez se va adquiriendo más destreza.

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-Se tiende al triunfo de lo cuadrado, de lo octogonal, y se desechan las calles

laberínticas cada vez más.

Saint-Foy-la-Grade es otra bastida que se levanta en el año 1050. El plano es un

rectángulo, y las calles son octogonales, esto no es una cosa plantada, está planeada,

pero la plaza, al igual que el caso anterior, no busca el centro de la ubicación, no es

céntrica, pero es preciosa, pues se embellece con soportales, los puntitos indican que

está porticada, y es una plaza dedicada al comercio. Próxima a esta plaza, se encuentra

la Iglesia principal. La plaza no ocupa el centro, es excéntrica, aunque estemos ante un

plano octogonal, es un caso peculiar, pero observamos la evolución respecto al caso

anterior.

Otra bastida que podemos observar, es el caso de Neubrandenburg. Esta bastida,

no está en Francia, sino en Prusia, y fue fundada en 1248. El plano nos sorprende, pues

ya no es regular, no es un cuadrado o un rectángulo, sino que es circular; claro que esta

forma circular también es muy apetecida por los urbanistas de la Edad Media. Además,

le han construido por razones defensivas, un foso que rodea totalmente a la población,

rodea al círculo, y en este caso de Neubrandenburg, no se contentan con una sola plaza,

sino que se han construido dos plazas, y se ve ahí en sendos rectángulos.

Por último, tenemos el caso de Sauveterre de Rouergue, que es una forma

totalmente regular, una bastida dividida en islotes totalmente rectangulares; con una

plaza en todo el centro de la población, y cerca, señalada con una cruz está la iglesia

parroquial. También en este caso, la regularidad se combina con irregularidades, pues

esta iglesia está apartada, no en el centro, y lo mismo ocurre en la parte suroeste, donde

los islotes no son regulares, tiene calles laberínticas, y tanto la Iglesia parroquial como

la manzana del dicho ángulo suroeste, tienen esa regularidad, y esto nos llama la

atención.

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-PLANO DE COLONIA (según el Atlas Westermann)-

El plano de Colonia es una ciudad cohesionada, concéntrica, y la muralla última,

ofrece esa sensación de cohesión, y proporciona la percepción concéntrica del plano.

-PLANO DE CRACOVIA A MEDIADOS DEL SIGLO XII-

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En este caso el plano es dual. Con puntitos vemos la ciudad alemana, y con

líneas la eslava, por tanto, se aprecian dos ciudades. La eslava son calles irregulares, de

trazo anárquico, pero, en la ciudad alemana, ya tenemos el idealismo, la búsqueda de

una ciudad perfecta. Es un ejemplo muy claro de ciudad dual, y toda ella, está protegida

con un castillo que defiende a la población desde una posición elevada.

-PLANO DE LÜBECK (a partir del Atlas Westerman)-

La leyenda marca una idea de lo que podemos comentar. La zona más antigua es

la que tiene puntitos menos unidos, y después, se observa la refundación de la ciudad

por el duque Enrique de León, con puntitos más pequeñitos, muy unidos. En el año

1143, un noble alemán marcha hacia el este y repuebla esos espacios geográficos, y es

la propia nobleza la que propicia la creación de una ciudad, es este conde Adolf el que

anima a que los repobladores lleguen. La ciudad tienen varias catástrofes, y por eso hará

falta refundarla, y en el año 1157, la refunda pues Enrique el León. La función

comercial es lo que debe el éxito a esta refundación. La parte nueva tiende a la

regularidad también, de manera que se fusiona, y se construye la muralla que engloba

una zona y otra. Tenemos los elementos directorios de la ciudad: muralla, iglesia,

hospitales, calles… todo lo que se pueda comentar.

Page 59: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

59

-PLANO DE NEW SALISBURY, fundada en el año 1219. En el registro de 1327 se

recogían numeradas las 20 manzanas de casas (según M. Beresford, New Towns…).

Si esto aparece en el examen práctico, tenemos que decir que es una ciudad

pensada, una representación ideal. Fue fundada por un obispo, que por problemas

fiscales con un noble, decidió trasladar la población tres kilómetros al este.

TEXTO. La Jerusalén celestial en el Apocalipsis de S. Juan

“Y vino uno de los siete ángeles... y me llevó en espíritu sobre un monte grande

Y sublime, Y me hizo ver la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo y venía de

Dios,... y tenía un muro de circunvalación grande y alto, con doce puertas, y a las

puertas había doce ángeles, y estaban escritos los nombres, que son los nombres de las

doce tribus de los hijos de Israel. A oriente tres puertas, a septentrión tres puertas, a

mediodía tres puertas, a occidente tres puertas. y. el muro de la ciudad tenía doce

cimientos, y en ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. Y aquel que

hablaba conmigo, tenía una caña de oro para medir, para tomar la medida de la

ciudad, de la puerta y del muro. Y la ciudad tiene planta cuadrada, y su longitud es

igual a su anchura, y midió la ciudad con la caña de oro en doce mil estadios, Y son

iguales su anchura, altura y longitud. Y midió el muro en 144 (12x12) codos, a la

medida del hombre, que es la del Cordero.

Page 60: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

60

Y la estructura del muro era de jaspe, más la ciudad era de un oro puro tan

transparente que se parecía a un vidrio o cristal sin mota. Y los fundamentos del muro

de la ciudad estaban adornados con toda suerte de piedras preciosas. El primer

fundamento era de jaspe, el segundo de zafiro, el tercero de calcedonia o rubí, el cuarto

de esmeralda, el quinto de sardónica, el sexto de sardio, el séptimo de crisólito, el

octavo de berilio, el nono de topacio, el décimo de crisoprasa, el undécimo de jacinto,

el duodécimo de amatista. Y las doce puertas son doce perlas, y cada puerta estaba

hecha de una de estas perlas. Y el pavimento de la ciudad oro puro y transparente como

el cristal”.

En este texto leemos: “…Y la ciudad tiene planta cuadrada, y su longitud es

igual a su anchura, y midió la ciudad con la caña de oro en doce mil estadios, Y son

iguales su anchura, altura y longitud…”. La planta cuadrada es el símbolo del paraíso,

por lo que no es un referente sólo romano, sino cristiano también pues es la

construcción de dios sobre la tierra. Después, esta ciudad está llena de materiales

preciosos, todo brillante, de ahí que las ciudades se quieran embellecer, buscan la

belleza, y todo arranca de las mismas fuentes cristianas.

TEXTO. La forma urbana según F. Eiximenis (S. XIV)

La composición de la ciudad requiere una forma y una figura bella, y bello

tamaño y proporción. La ciudad material bien ordenada en el mundo, es imagen, figura

de la ciudad celestial, y aquella se nos representa en esta vida a manera de un hermoso

espejo. Sobre la forma de la ciudad se han dado diversas opiniones: porque han

hablado los filósofos griegos hasta que después han ajustado (?) algo los sabios

cristianos, y han dicho, sumariamente, en esta materia que toda ciudad debía ser

cuadrada, porque queda así más bella Y más ordenada. En el centro de cada lado debe

existir una puerta principal, que esté a la misma distancia de cada ángulo del muro

unos 500 pasos, de forma que todo el muro tenga en tomo cuatro mil pasos. Y desde la

puerta oriental a la puerta de poniente pase una calle grande y amplia, atravesando

toda la ciudad de parte a parte; de igual manera sea de la puerta que mira a mediodía

hasta la otra principal que mira a tramontana. De cada una de estas puertas

principales hasta los dos ángulos que están a sus lados haya otras dos puertas menos

principales. Una a la parte derecha y la otra a la izquierda; y que así como dicho es,

viniesen calles derechas desde la puerta oriental a la puerta de poniente, y de aquella

de poniente (sic) a la de tramontana. Así, viniesen calles rectas y bellas desde cada una

de las puertas menos principales a las otras puertas contrarias, y, por consiguiente, la

ciudad tendría cuatro barrios (“cuartons”) principales; esto es, cuatro partes. Y cada

parte podría tener plaza grande y bella, Y en cada parte podría estar alguna gente

especial”.

(Dotzé del Crestiá; S. Vila: “La ciudad de Eiximenis: un proyecto teórico de urbanismo

en el siglo XIV”.

Teniendo una ciudad equilibrada, ordenada; se emula a la ciudad celeste, la de

Jerusalén, y aquí se defiende que el ideal por antonomasia es el cuadrado. Dice que es

de tradición romana, pero la han perfeccionado más los cristianos, por lo que estás

reflexiones históricas influyeron. Los cristianos de la Edad Media en Sevilla, levantaron

el barrio de San Vicente totalmente octogonal. Vimos un texto de León Bautista Alberti,

Page 61: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

61

que decía que también era bella la ciudad laberíntica. Esto es la teoría, pero vemos

como tuvo incidencia en la práctica.

El punto de vista demográfico

Estas ciudades que estamos viendo, consiguen su estatuto, su consolidación,

poniendo en marcha una política poblacional. El éxito de la ciudad es de tal calibre que

despertó el interés migratorio de amplias capas de la sociedad de la época. Es un centro

que trae excedentes demográficos del campo, del medio rural. Llega cada vez más gente

sin cualificación, que busca mejorar su suerte personal, con las posibilidades que le

ofrecían las ciudades y su nuevo marco jurídico. Las ciudades se llenan de niños

aprendices que llegan del campo, pero que ahora se interesan por aprender un oficio.

Quieren ejercer una profesión, y por eso, hay niños dentro de las casas talleres de los

artesanos, aprendiendo, las distintas profesiones. También hay un número considerable

de niñas que se dedican al servicio domestico en las casas de los burgueses; y también

llega un número considerable de especialistas, que en algunos casos vienen del mundo

rural, y en otros, proceden de otras ciudades. Para este último tipo de casas, veremos el

ejemplo, de que si se observa que una ciudad portuaria tiene éxito, atraerá a gente que se

dedica al trabajo de transportista, de marinero, etc.; oficios dedicados al transporte que

requiere dicha ciudad. En Sevilla hubo un barrio entero lleno de genoveses especialistas

y dedicados al transporte. Sevilla era un centro exportador de vinos, y como hacía falta

una infraestructura, como aquella que permitiera la construcción de toneles; muchos

vascos especialistas en las construcción de estos toneles llegaron a Sevilla a los largo de

los siglo XIV-XV. Lo mismo ocurrió con las construcción de la catedral, pues llegó una

enorme cantidad de canteros vascos, especialistas que se ofrecían para realizar el trabajo

de la cantería. La pregunta que viene a continuación, es, si: ¿Este movimiento era libre o

los poderes públicos lo encauzaban en determinada dirección? Generalmente es poco

espontáneo, no era blanco o negro, pero la política migratoria en las ciudades siempre

estuvo controlada, dirigida por ciertos poderes, pues nos encontramos una migración

estratégica. Al principio, las puertas de la ciudad se abren, no hay filtro, pero a partir del

siglo XII, la llegada de personas ya no es contemplada de la misma manera, y se

decidirá a aquellos que vayan a permanecer de forma más selectiva. Por ejemplo, se

abre las puertas a los artesanados preparados, como los tejedores flamencos, pues son

necesario, y en Francia y en Inglaterra también, son muy bien recibidos. En otros casos,

las puertas se cierran, por lo que la espontaneidad es muy relativa. Esta política

migratoria obedece más a cuestiones económicas que demográficas, se busca el

beneficio económico, y no un aumento demográfico. De todas manera, la emigración en

los siglo XII y XIII, fue un fenómeno extraordinario, y hay que tener en cuenta, que el

crecimiento poblacional en las ciudades, se dio más por los movimientos migratorios,

que por el crecimiento vegetativo de las mismas. La inmigración tiene un radio variable,

lo más normal es que la gente que emigra proceda de entre 10 y 40 km de distancia de la

ciudad de llegada, aunque en otros casos se puede ampliar hasta 50 km. Las ciudades se

llenan de inmigrantes, sin embargo, llega un momento en que las autoridades urbanas

ponen freno a esa inmigración. La primera razón de ese freno es el interés económico, y

como hemos visto, entonces se produce una selección de los que entran. Esto se frena de

la siguiente manera: si no se quiere un oficio determinado, como curtidor, por ejemplo,

se les exige un determinado número de cosas, como, que venga con toda la familia, o

que resida un número determinado de años, y cuando pasen esos años, las autoridades

de la ciudad ya decidirán si le otorga el título de ciudadano, la ciudadana. También las

Page 62: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

62

autoridades pusieron límite porque estaba en juego la propia supervivencia de la ciudad,

tenía que existir un equilibrio entre lo que se producía y lo que se podía mantener, pues,

si el campo no subsistía de manera adecuada se podría haber derivado en catástrofe. Ese

equilibrio se consigue a finales del siglo XII; pero a mediados del XIV, se produce la

Peste Negra que diezmó a las ciudades. Por lo que en ese siglo volvieron a abrirse las

puertas, para, que se volvieran a cerrar en el siglo XV.

No obstante, las autoridades urbanas no sólo tienen esta política de inmigración,

ya que hay otra manifestación de política demográfica. Una política demográfica

totalmente poblacional, que es el fomento del matrimonio. Esta política sí es totalmente

demográfica, pero la política que regula la inmigración, se realiza fundamentalmente

por motivos económicos. Pero: ¿Por qué las poblaciones urbanas tienen esta política en

el siglo XII de animar a la gente a casarse? Se dio en la ciudad la constitución de la

dote, una mujer no podía casarse sin dote. Era algo impropio para un ciudadano llevar a

su hija sin una dote bajo el brazo, y mientras más voluminosa era dicha dote, el

matrimonio era más provechoso e interesante para la familia. Luego entonces, la dote se

constituyó como un elemento negativo para contraer el matrimonio, pues se tenía que

esperar mucho tiempo para que una familia consiguiera la dote suficiente como para

llevar a cabo el matrimonio. Esto era un problema social en las ciudades. En Florencia o

en Génova (en las ciudades italianas en general), se llegó a constituir un seguro

financiero. Los padres compraban deuda pública de los bancos florentinos o genoveses

para que al cabo de un determinado tiempo, la hija contara con una dote. En otros casos,

como ocurría en las ciudades de la península Ibérica y en otros lugares de Europa, se

crearon fundaciones piadosas. Estas fundaciones piadosas tenían una finalidad, la

limosna, las donaciones, eran bienes que se entregaban a las mujeres pobres, a las

huérfanas, para que tuvieran alguna dote y pudieran contraer matrimonio legítimo. Estas

fundaciones piadosas, tenían también otro objetivo: el objetivo de que estas mujeres

pobres o huérfanas no cayeran en la prostitución. Durante toda la Edad Media este fue

un problema irresoluble; la dote era un freno para las celebraciones matrimoniales. Los

padres para celebrar la boda de sus hijas tenían que contar con una buena dote, algo que

llevaba su tiempo constituir. Se intentó paliar con las fundaciones piadosas, sobre todo,

y con los seguros financieros.

Otra política poblacional era presionar a los jóvenes para que contrajeran

matrimonio. La segunda política demográfica, era animar a los jóvenes para que se

casaran, culminar el sacramento del matrimonio. Por ejemplo, en la ciudad de Siena, y

de Luca, en Italia, se publicó una ley por la que los jóvenes mayores de 27 años que no

estuvieran casados, se les prohibía acceder a determinados cargos públicos del gobierno

urbano. Mediatores nunciaptorum: Esta institución consistía en unos intermediarios

que ponían en contacto a una familia con otra, para, que suscribiesen el contrato del

matrimonio, algo que se extendió por la Toscana, y cobraban un porcentaje por el

matrimonio que se constituía. También, se creó en la ciudad de Siena la constitución de

los cuatro ciudadanos, que consistía en llevar un libro, un censo, en el que estuvieran

inscritos todos los jóvenes solteros de la ciudad. Una vez establecido el censo, esta

asociación se interesaba porque los jóvenes contrajeran matrimonio.

Page 63: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

63

TEXTO. Acuerdo del concejo de Siena (años 1462): “Considerando cuanto nuestra

ciudad ha disminuido de pueblo, y como hay muchísimos jóvenes que teniendo entre

veinte y cuarenta años sin mujer aptos para tener hijos, y como hay muchísimos jóvenes

que están para casarse, y por la negligencia de los “mezani” se tarda, incluso no se

realizan muchos matrimonios, y la juventud suelta (sciolta) y sin mujer”

Esta comisión estuvo funcionando, lo que no tenemos es el resultado, no

sabemos si fue positivo o negativo. Esta política también tiene una finalidad social, pues

estos jóvenes que no contraen matrimonio forman bandas en las ciudades constituyendo

focos de violencia. Estos jóvenes que no han conseguido matrimonio alteran a las

familias, causan robos, violaciones; y es un motivo de preocupación, de desorden, de

inestabilidad en la ciudad. También por esta razón, se creyó conveniente crear esta

comisión de los cuatro ciudadanos.

Desde el punto de vista demográfico, en las ciudades medievales, durante la

Plena Edad Media se dieron tres hechos característicos:

1. Hay en las ciudades más solteros que en el campo. El número de solteros en

las ciudades fue abrumador respecto al campo, y esto, ha echado por tierra alguna de las

hipótesis, que era, que como el campesino tenía que esperar la herencia para poder crear

una familia, había más solteros en el campo que en las ciudades. Lo que se ha

demostrado es todo lo contrario, y en el mundo urbano los solteros son más numerosos

que en el mundo rural. Esto, parece ser que está relacionado, no sólo con la dote, sino

también con la dificultad de encontrar un oficio, la dificultad de encontrar una profesión

de forma continuada. Esto pues, también hace que la soltería sea un hecho

característico.

2. El segundo hecho característico, es que debido a la soltería, hay muchos

hogares en los que sólo vive una persona. En la ciudad de Florencia, en un censo que

hay del año 1427, hay un 11% de hogares formados por un solo individuo.

3. Por último, decir que en las ciudades de la Plena Edad Media hay más

hombres que mujeres. Por ejemplo, en Valencia, en las ciudades de la Toscana, hay

130 hombres por cada 100 mujeres. Esta desproporción, se debe, fundamentalmente, a

razones higiénicas, sanitarias, pues las mujeres tras el parto están muy expuestas, y los

desenlaces son trágicos, y esto parece que incidió en esta desproporción. Sin embargo, a

partir del siglo XIV, la cosa cambió por completo, y en la Baja Edad Media el panorama

se invierte, pues el número de mujeres va a ser superior al de los hombres. Será superior

porque hay mas progreso higiénico, no hay epidemias, y sobre todo, porque los hombres

contraen matrimonio a una edad tardía, por tanto, mueren antes, y hay más viudas, por

lo que la población femenina supera a la masculina, claramente, a partir del siglo XV.

Para terminar, en las ciudades el modelo familiar que predomina es la familia

nuclear o conyugal. Pero también hay un 12% de hogares en que la familia conyugal

acepta a otros parientes; como los abuelos, o los hermanos, y los tíos, que en ocasiones

excepcionales también conviven con la familia conyugal. El número de personas (antes

de la Peste Negra) de la familia conyugal, supera con creces el 4, tenían entre 5 y 5’5

miembros. Claro que este no es un número uniforme, la aristocracia, los nobles que

viven en la ciudad, o y los ricos comerciantes, tienen una familia más amplia:

generalmente de 8 miembros como término medio. Esto es así porque tienen más

Page 64: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

64

calidad de vida, más prácticas higiénicas, su tasa de natalidad es más fuerte, pero

también, porque dentro de esa familia conyugal noble o acomodada, hay agregados que

no tienen parentesco sanguíneo con los progenitores: son criados, clientes, que se ponen

bajo la defensa, el amparo, la protección de estas familias nobles acomodadas. Con la

Peste Negra el número descendió, y hay una recuperación a finales del siglo XV. En la

siguiente gráfica, veremos el número de componentes tras la Peste Negra, y veremos,

como poco a poco las familias se van recuperando, aumentando el número de habitantes

de la ciudad:

Año Nº Fam. Conyugal Año Nº Fam. Conyugal Año / Nº F. C.

Ypres: 1412 3’4-3’2 1437 3’7-3’6 (dos barrios) 1491 / 4’3

Siena: 1395 4’3 1453 4’28

Lucca: 1411 3’91

Año Nº por Familia Conyugal

Reims: 1422 6’6 (S. Pedro) 3’8 (S. Hilario)

Florencia: 1427 3’8 (en el campo 4’4)

Carpentras: 1473 5’1

Vemos en primer término la ciudad de Ypres, como se pasa de una familia

conyugal con un promedio de 3’4 en el año 1412, al 4’3 en el año 1491. En este año

1491, ya nos vamos acercando más al número 5 que había antes de la Peste Negra. Lo

mismo ocurre en Siena, que aunque no haya un aumento, sí que podemos observar

como se ha estabilizado la situación. Aquí pues, vemos en este cuadro la composición

aproximada de cómo se constituye una familia nuclear.

En la documentación también aparecen otros rasgos, la gran diferencia de edad

en el matrimonio, entre el cónyuge masculino y femenino. Generalmente, el marido

contrae matrimonio casi a los 30-35 años, mientras que las esposas contraen matrimonio

a la edad de 18-20 años. De todas maneras, las edades varían mucho de unas ciudades a

otras. Lo más común es que las mujeres se puedan casar a una edad temprana. En Siena

se podían casar a los 12 años, pero en otras ciudades era los 14 años, y en otros lugares,

se normalizaba el casamiento a los 20 años. En el código civil actual, está regulado que

para contraer matrimonio se tienen que tener como mínimo 14 años, y siempre, a esa

edad, con autorización judicial.

Las mujeres con una dote estaban en una condición extraordinaria para contraer

matrimonio. Este era un tema tan serio que no intervenía ni siquiera la Iglesia, eran las

familias las que realizaban el acuerdo, y cuando la boda está constituida, la boda se

celebraba fulminantemente, con gran rapidez, y esto se debe a dos razones: la dote no es

un tarea sencilla, por eso, una vez constituida, se produce una celeridad por realizar el

enlace. Pero además, hay otra cuestión, pues el matrimonio permite la salida de un

miembro del hogar, una boca menos que alimentar, y esto es algo a tener en cuenta. En

los matrimonios se produce un cambio: son más las viudas que los viudos, pues el

matrimonio está más descompensado, ya que los cónyuges masculinos son mayores, y

la mortandad viene antes. El papel de una mujer será cambiante en la ciudad. Si una

mujer tiene que reunir la dote, no puede contraer matrimonio cuando ella quiere, pero al

Page 65: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

65

ser viuda, la cosa cambia por completo, ya que se queda con el patrimonio del marido, y

esto causa desorden en las ciudades, y produce la protesta social del vecindario, pues las

mujeres eligen a hombres más jóvenes, y esto causa revuelo. El matrimonio está

concertado por las familias de los contrayentes, y es la autoridad paterna la que se

impone, y ni siquiera la iglesia consigue imponerse sobre el padre de familia. Las

relaciones entre los jóvenes son a escondidas, y se hacen sin la “mirada” de los adultos,

y si se produce un enamoramiento, lo normal es que acabe en rapto o concubinato. La

población fue creciendo por las políticas matrimoniales a lo largo de la Edad Media (no

todo era el aumento de la cosecha).

Tenemos una fuente cuantitativa para calibrar ese crecimiento. Esa fuente es el

Domesday Book (libro del juicio final), ese título parece aludir a algo religioso, pero es

un inventario, un censo de la población del año 1086, mandado realizar por Guillermo el

Conquistador, y nos da una cifra en Inglaterra de 1.300.000 habitantes. En el año 1377,

se hace otro inventario para cobrar un impuesto: el poll-tax. Esa fecha de 1377,

corresponde con el final de la Peste Negra, en el siglo XIV, y la población arroja una

cifra de 3.300.000 habitantes, que podemos elevar a 3.700.000 descontando la muerte

por la Peste Negra. Es decir, la población de Inglaterra se triplicó, por lo que en todo el

continente existió un boom demográfico, y en ese boom nos interesa señalar que las

ciudades crecieron al compás de dicho boom. Las ciudades no quedaron al margen, y lo

sabemos por dos datos: por la proliferación de ciudades, y porque se levantan distintos

anillos defensivos, por lo que hay distintas oleadas de crecimiento. Los barrios se

quedan pequeños y tienen que ser abrazados por nuevas murallas.

Cálculos estimativos de habitantes por ciudad:

Año Población Año Población Año Población Año Población

Milán 1288 150.000 1463-94 100/120.000

Génova 1155 47.500 1462-63 85.000 1480 80/100.000

Pavía 1254 17/20.000 1460-80 10/16.000

Venecia 1338 110/120000 1422 85.000

Padua 1281 27/30.000 1411 18.000 1435 18.000 1490 19.000

Bolonia 1294 50.000 1323 43.000 1371 32.000 1480 40/50.000

Florencia 1300-38 100/120000 1os

s. XV 40.000

En este cuadro vemos como se crece en todos estos países, hay una evolución

hasta el año 1350, año de desarrollo de la Peste Negra, y en el que las poblaciones se

truncan, hay un retroceso, hay una contracción de habitantes. Esto es algo que se conoce

como la crisis general del siglo XIV, una crisis que fue triple, y las ciudades se vieron

afectadas por tres factores de crisis simultáneos:

1. Las hambrunas. El campo, en el siglo XIV tocó techo con el método de su técnica

productiva; no podía producir más, y no consiguieron descubrir nuevos métodos

revolucionarios en el trabajo del campo. El clima también cambio, se hizo húmedo y

frío, y por tanto, si no había medios técnicos y el cambio climático fue perjudicial, lo

que se produce es un cortocircuito. Desde 1315 a 1317, se vio un aumento de las malas

cosechas. En muchas ciudades de Flandes murieron más de 3.000 personas por ciudad;

los estragos demográficos fueron terribles. Los habitantes de las ciudades vieron como

el abastecimiento disminuía, por tanto, la comida, los víveres, eran menores en las

Page 66: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

66

ciudades, y se produce una subalimentación urbana. Pero eso no solo se debe a los

escasos alimentos, sino que al ser escasos, son más caros, y los menos pudientes no

pueden acceder a dichos alimentos. Sin embargo, uno podía pensar que la ciudad con su

desarrollo económico podía mitigar las hambrunas mejor que el campo, pues con el

comercio podían traer trigo de donde hubiera. Las ciudades estaban mejor situadas,

pero, no obstante, cuando llegó el momento de la respuesta, los permisos o licencias de

aduanas, preparar los transportes, toda la infraestructura comportó que esa traída de

cereales fuera muy lenta, y no resolviera la papeleta con la gradualidad esperada. Pero

además, los campesinos se iban a las ciudades en busca de alimentos, con lo que la

ciudad no pudo reaccionar efectivamente ante esta carestía, por lo que quedó tocada por

las hambrunas.

2. El segundo factor fue la guerra. Afectó más al campo que a la ciudad, pues se

incendiaban las cosechas, rompían las líneas de comunicación, los mercenarios

asesinaban y violaban, pero la ciudad tampoco se salvó totalmente, pues algunas fueron

cercadas, y el desorden impidió el comercio habitual. Aunque este, fue un factor menos

lesivo para la población urbana que para la rural.

3. El tercer factor fueron las epidemias. El caldo de cultivo estaba preparado, y

empiezan a aparecer determinadas enfermedades infecciosas, como la disentería, la

tuberculosis, y por último la malaria. Además, en el año 1350, se extiende por toda

Europa la famosa Peste Negra, traída de la península de Crimea. No se sabe si es un

virus, una bacteria, pero es una enfermedad muy infecciosa que en menos de 10 días

dejaba al enfermo inerte y muerto. Con vómitos de sangre, las póstulas, todo eso,

producía auténticos terrores en las ciudades. Las muertes están en torno al 30% de la

población, pero hay ciudades que llegaron al 50 y al 60 %, como en Hamburgo. La

reacción fue recurrir a lo único que podían comprender: entrar en los templos y pedir la

protección divina, lo que hizo que la peste se extendiera más todavía, pues al reunirse la

gente la infección se propagaba con más facilidad.

Pasado el año 1370 las epidemias empiezan a retroceder. Sólo Hungría se salvó

de la Peste Negra, aunque no se sabe bien el porqué. A partir de 1370 algunas ciudades

se van recuperando y se recuperaron más rápidamente en el norte, como en Flandes. En

otras zonas, como la Toscana, la recuperación fue más pausada.

Page 67: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

67

Conclusiones sobre la Demografía

Para concluir la demografía, una vez pasado el efecto de las hambrunas, de las

epidemias, o de las guerras: terminarán por consolidarse los sistemas urbanos, pues el

sistema urbano tendrá que crear una jerarquización. La población europea y su

urbanización al final de la Edad Media, estaba en números relativos de entre el 5 y el

10% de la población. No podría haberse aumentado más, estaban en el máximo, pues se

necesitaba del mundo rural para subsistir, y si se reproducían se venía un colapso. Esto

también es dependiendo de las regiones, pues hay poblaciones que pasan al 30 y 32 %

de gente que vive en la ciudad, como el caso de los Países Bajos.

-TABLA DE TAMAÑOS DE LAS CIUDADES EUROPEAS HASTA EL AÑO 1300-

Page 68: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

68

Tenemos este gráfico, que es muy revelador de la distribución urbana en Europa. El

cuadro hay que empezarlo a ver de abajo hacia arriba, es decir, de las ciudades más

pequeñas a las más grandes. El profesor Monsalvo hace una clasificación. Resulta que

las ciudades en Italia no se consideran ciudades, pues se considera mundo rural. En

Francia hay muchas ciudades con ese espíritu de vida urbano. En Inglaterra hay 500

muy pequeñas, y menos cantidad de medianas. En el número V vemos “las pequeñas y

muy pequeñas”, y en el tipo IV vemos las “medias”. Si vemos el cuadro, vemos que la

mayoría de las ciudades son muy pequeñas, pequeñas, y medianas, y los restantes

epígrafes se reducen en número, pero son más brillantes. Vemos la relación de ciudades

“grandes”: en Francia, un elenco amplio en Italia, pero no se dan tanto en Inglaterra, ni

en el Imperio Romano Germánico. En el caso de Francia son 26. En el caso del Imperio

Romano Germánico son 33. Pasamos al segundo tipo (II), las ciudades “gigantes”, y en

Italia vemos entre 11 y 12; en Francia hay 6, en el Imperio hay entre 1 y 3, y en

Inglaterra sólo Londres. Por último, las ciudades calificadas como “Metrópolis”. En

Italia 4, y solamente fuera de Italia hay 1, que es París. Aquí no está la península

Ibérica, Sevilla y Barcelona estarían en el tercer epígrafe, y hay que esperar al final de la

Edad Media para que se conviertan en gigantes, con más de 40.000 habitantes.

Finalmente, las ciudades acaban por constituirse en sistemas urbanos o

jerárquicos. La ciudad es un gran centro, y lo demás son poblaciones satélites. Sevilla

es un centro, y todas las demás de alrededor dependen de ella: Cádiz, Jerez, Carmona,

Écija…. Pero al lado de este sistema, hay otro sistema de jerarquización: los sistemas de

redes urbanas. En Castilla se dieron estas dos modalidades: el sistema urbano (una gran

ciudad como centro) y el de redes urbanas (varias ciudades equilibradas entre sí). El

caso de Sevilla, de Barcelona, de Valencia, son ejemplos de sistemas urbanos, que

entran en contacto entre ellos y se crea una red interregional, e internacional. Pero en la

Meseta no hay sistemas urbanos, hay sistemas de redes, pues todas las ciudades están

equilibradas, Segovia, Palencia, Salamanca, Ávila.. evidentemente cada sistema urbano

tiene de particular y mira por su paisaje, por su producción, por su economía, tienen

peculiaridades regionales. En las ciudades flamencas se dedican a la industria y al

negocio, no hay ninguna ciudad romana, todo son fundaciones medievales. En cambio,

la Bretaña francesa es un región diferente, no tienen tanto desarrollo urbano, pero

combina ciudades galorromanas con ciudades medievales, y tiene dos grandes centros

neurálgicos: la ciudad de Nantes y de Rennes.

TEMA 3. CONFORMACIÓN DE LOS GOBIERNOS, DE LAS SOCIEDADES Y

DE LAS ECONOMÍA URBANAS

El gobierno urbano es un experimento que llevan a cabo los hombres nuevos

(homini novi), los burgueses, y la ciudad, era un campo de experimentación. La

comunidad que vive en la ciudad tiene que administrarse, gobernarse, y poner en

marcha autogobiernos, que van, de la total autonomía, hasta la tutela del rey o de los

señores; aunque las ciudades siempre tienen parcelas de autogobierno. Ese gobierno

urbano recibe distintos nombres en Europa, pero es una única realidad: el más conocido

es la comuna, pero en otros lugares se llama consulado, y en otros lugares se llama

universitas (palabra en latín). Es la misma realidad, y esta realidad siempre manifiesta

tres características propias de los habitantes urbanos:

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1. La conciencia de grupo

2. El sentido de defensa conjunta, de defensa colectiva de la comunidad

3. Manifiesta que esa institución ha sido reconocido por la Iglesia, el rey o los

señores, por el poder en definitiva

Los precedentes, de esta conciencia colectiva son dos:

1. Instituciones eclesiásticas, pues miraron una costumbre puesta en marcha por

los obispos, que era la Tregua de Dios, o la Paz de Dios; y consistía que la Iglesia veía

intolerable la violencia feudal. En momentos determinados de la semana, estaba la

tregua de Dios, que se utilizaba en el mercado, en los intercambios como método para

prohibir la violencia. La Iglesia promulga la paz.

2. El segundo punto lo establecen los mercaderes, que necesitan esa paz para no

ser asaltados, y en el mercado lo mismo, pues no quieren robos ni violencia. Crean las

asociaciones llamadas gildas, y en las gildas, uno de los puntos es la defensa de sus

intereses.

Parece que la ciudad se fijó en estos dos modelos, y el autogobierno, entonces,

obedece a dos constantes:

1. La primera, el deseo de paz, la comuna lo que quiere es proporcionar

tranquilidad y orden frente al desorden y la inseguridad, frente la arbitrariedad. El

desorden lo representaban los señores feudales, pues un señor feudal exige impuestos

arbitrariamente, impuestos que no están tipificados, y de los que cambian las cifras

exigidas, la fecha de cobrarlos. Todo es caprichoso y arbitrario, y el estatuto pretende

eliminar esa arbitrariedad dentro de las poblaciones urbanas. En este sentido, los

burgueses quieren lo mismo que los peregrinos, que quieren llegar a los lugares de culto

pacíficamente, sin agresiones en el camino.

2. La segunda cuestión que aparece en estos gobiernos es el deseo de libertad. La

libertad en los estatutos, en las cartas de comuna. La libertad medieval no tiene el

sentido actual, pues para los burgueses, la libertad es estar al margen del derecho feudal,

tener una nueva ley, una ley que no esté supeditada al antiguo código feudal. Una carta,

es un privilegio ante un legislación obsoleta e incompatible con los burgueses

Estos son por tanto, los dos conceptos fundamentales que rigen los

autogobiernos de las ciudades. En Siena, en una pared se mando pintar a Lorenzetti: El

Buen y el Mal gobierno Urbano. El buen gobierno está presidido por la paz, sin

sobresaltos, sin robos, también es donde la ciudad está abastecida, no hay hambre, y el

mural el buen gobierno está representado por un ángel. Todo esto, escrito en latín

representa la securitas, la seguridad, y este artista supo plasmar el ideal de los estatutos

del autogobierno. La libertad es tener un derecho nuevo, y está recogido en los fueros, o

cartas de comuna, o en cartas de franquicia. Esta plasmación por escrito que son los

estatutos, no se hace en un momento determinado y se cierra, sino que según las

necesidades se van escribiendo las clausulas de ese derecho que se precisa. Al principio,

este derecho surge desde el suelo, del nivel inferior, de los propios burgueses; pero en la

Plena Edad Media, en los siglo XII y XIII, son los nobles y los reyes, es el poder central

el que se entromete y ya concede los fueros, las cartas otorgadas; pero anteriormente el

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modelo fue de abajo arriba . Este nuevo derecho busca dar seguridad, inviolabilidad,

una justicia imparcial, que no se cometan abusos.

TEXTOS

-S. Omer (1127): “Sobre todos los mercados de Flandes, si los burgueses son objeto

de una querella, serán sometidos a la justicia de los escabinos, sin duelo, y en el futuro,

en efecto, quedan liberados de duelo”.

Una práctica del derecho feudal, el duelo, es suprimido, queda algo retrógrado, y

los burgueses detestan esa práctica que consideran primitiva. Por lo que consiguen que

los comerciantes sean sometidos al tribunal de justicia pero sin duelo, por lo que el

ejercicio judicial se perfecciona.

-“Los hombres de la condesa no serán admitidos. Pero los hombres libres pueden

formar parte de la comuna al igual que los del señor. Una vez entrado, el nuevo

“burgués” sea libre de su cuerpo y de sus bienes y conserve sin ser inquietado todo lo

que haya aportado con él. El burgués sea libre de toda manomuerta, pero, una vez

miembro de la comuna, deberá residir, salvo cuando los negocios lo reclamen fuera”.

Tienen seguridad en todos sus bienes y sus personas, cuando se convierten en

miembros de la comuna. Para esto, debe residir en S. Omer, si no, pierde la condición de

ciudadano. Aquí se entra en otro ámbito, y el mundo que separa lo rural de lo urbano, se

traspasa una vez se atraviesa la muralla.

-Laon (1128): “nadie, libre o siervo, puede prender a alguien por delito alguno sin

intervención de la justicia”.

Ningún señor feudal puede meter en la cárcel a alguien salvo que intervengan los

tribunales urbanos de justicia.

-Cortes de León (1188): “que ni yo ni nadie de mi reino destruiremos o invadiremos

casa ajena, ni cortaremos viñedos o árboles de otros”.

No se puede hacer daño sobre los bienes de los demás, la comuna tiene autoridad

sobre los territorios de la ciudad, y autogobierna.

-Carta de San Quintín (1195): “es cosa sagrada y costumbre en nuestra comuna que

ni la justicia del conde ni la justicia del alcalde pueda penetrar, por un delito, en la

cámara de un burgués o de un jurado, ni podrá de ninguna manera romper sobre él la

puerta si está cerrada”.

Inviolabilidad de la persona, del domicilio, es lo que expresan estos dos

documentos últimos que hemos leído.

-“y si su señor hubiera retenido indebidamente sus cosas y no le quisiera reconocer su

derecho, nosotros haremos justicia; y averiguaremos según nuestro poder todas las

cosas que les fueron quitadas y tomaremos garantía por las cosas perdidas. Y para ir y

venir ante su señor, nosotros los conduciremos por salvoconducto allí donde tenga

derecho a se convocado”.

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La propia comuna defiende a su colectivo, y van a intervenir en la defensa de sus

vecinos. Todo es una obsesión por la seguridad.

-Laon (1128): establece el pago de una talla, pero añade “y no pague ninguna otra

talla, a menos que poseyera fuera de los términos de la paz alguna tierra por la que

debiera talla, y entonces den talla por ella, según valor”

El señor exige aquí en Laon la talla, los burgueses no logran eliminar ese

impuesto, pero ya que no pueden eliminar la talla, consiguen que sí sea tipificada; que

se marque la periodización, pues quieren saber cuándo y cuánto la tienen que pagar

-Abbeville (1184): “debían pagar Felipe Augusto sólo tres ayudas: por rescate del rey,

por matrimonio de su hija, por armar caballero a su hijo”.

Sólo por estas tres ayudas, exclusivamente: por cautiverio del rey, por

matrimonio de la hija, o por armar caballero a su hijo, tendrían que pagar en Abbeville,

por lo demás temas en absoluto.

Buscan la seguridad, la inviolabilidad, y siempre: que los impuestos no sean

abusivos ni arbitrarios.

Por último, aparecen también derechos militares y fiscales. Los derechos

militares, son del tipo de que si el señor exige esos servicios militares, tiene que

especificar de cuánto tiempo al año se van a componer, el numero de burgueses que

tendrían que ir, o el tiempo de campaña militar en su caso. Se va regulando, por lo que

se refleja la conciencia de grupo, una conciencia distinta a la del mundo feudal. Esta

conciencia de grupo, precisa un dinero, la exigencia de pagar impuestos, y entonces se

crea una hacienda urbana, que nace en primer término de las necesidades de defensa:

hay que establecer una muralla, y se crean impuestos, pero no feudales, sino urbanos, y

así se va creando una hacienda urbana. La ciudad se convierte, por fin, en un

autogobierno, es celosa de su fuerza, de su privilegio y de sus libertades, por eso, tiene

siempre en la cabeza un sustantivo: intromisión, recela de cualquier intromisión en su

ámbito, y sobre todo, recela de la intromisión señorial. Era muy difícil que las ciudades

dejaran pasar por su territorio a destacamentos militares del emperador o del papado, era

una violación de su autogobierno, lo que demuestra una sensibilidad interna en su

ámbito de soberanía.

En unos casos vicinus, es el nombre que tenían estos elementos de la comuna; de

esta palabra derivará el español “vecino”, y en francés “voisin”. En otros casos aparece

cives, y también jurado, pues estos ciudadanos tenían que prestar un juramento, y por

eso le decían jurado, porque había hecho un juramento. En Inglaterra los habitantes de

la ciudad fueron llamados freemen, ciudadanos, burgués… todas las calificaciones son

para personas que han sido recibidos como miembros de un gobierno urbano. Pero

normalmente, hay que cumplir dos requisitos:

1. Residencia permanente en la ciudad

2. O, la posesión de una casa o una tierra

La posesión de una propiedad es exigida sobre todo para garantizar en caso de

pleito judicial el pago de un fianza. También, por supuesto, es un elemento que asegura

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la permanencia de ese vecino en la comuna. El otro requisito es el de residencia, no se

puede ser miembro de la comuna al día siguiente de entrar en la ciudad, se consigue una

vez ha pasado un tiempo determinado, y esto se hace para llevar a cabo una política de

control migratorio. Había individuos que tenían que esperar 30 años, pero se redujo, y lo

normal se quedó en 1 año y un día. Pero en momentos de control demográfico podía

elevarse. En el caso de Sevilla, los extranjeros tenían que alcanzar los 10 años para

lograr la calidad de vecinos, pero a los habitantes de Castilla se les exigía era 1 año y un

día.

Estos aspectos los tenemos regulados en las cartas de Franquicia:

-Laon (1128): “Cualquiera que sea recibido en esta paz edifique una casa para sí, o

compre viñas, o lleve a la ciudad toda su riqueza mueble, todo en el término de un año,

para que el oficial de justicia pueda cumplir en ellas, si fuere necesario, sus

sentencias”.

El vecino tiene que acudir a la comuna con una casa, con propiedades de viñedo,

o bienes muebles, para garantizar el pago de una fianza en caso de disputa.

-Rouen (fines s. XIII): “nadie debe permanecer más de un año y un día en la ciudad si

no es jurado de la comuna. Durante ese tiempo, y antes de haber jurado, no podrá

gozar de ninguna de las libertades de la ciudad”

Es decir, tienen que cumplir un año y un día para ser sujeto de derecho, de

libertades.

-Arrás (1194): Si un forastero reside en la ciudad “después de permanecer libremente y

sin oposición durante un año y un día, será burgués y tendrá la ley de la ciudad”.

Otra vez nos encontramos el topo de 1 año y un día

-Lincoln (1160): El rey declara que “si alguien hubiese permanecido en la ciudad de

Lincoln durante un año y un día, sin ser reclamado por parte de ningún reclamante, y

hubiese adoptado las costumbres, y fuera capaz de demostrar por medio de las leyes y

costumbres de la ciudad, que el reclamante hubiese estado en tierra inglesa sin

reclamarlo, en el futuro permanecerá como en el pasado en paz,… como mi ciudadano”

El rey es el que da esta carta de franquicia.

-San Quintín (1195): “cualquiera que lo desee y de cualquier parte que venga, salvo

que sea ladrón nocturno o diurno, podrá vivir en la comuna; y desde el momento en

que haya entrado en la ciudad nadie podrá apresarlo ni tratarlo violentamente, si no es

por la justicia común de los escabinos”.

Volvemos de nuevo a la cuestión del amparo

En definitiva, la comuna, desde el punto de vista jurídico se diferencia del

concepto feudal preexistente. Con el tiempo se hace selectiva la aprobación de los

nuevos vecinos, y se rechaza a nuevos vecinos cuando no se quiere más población en la

ciudad, y por ejemplo, se establecen tasas económicas elevadas, por lo que la gente

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humilde no puede pagar esas tasas. En las ciudades inglesas ocurre mucho. En York, o

en Bristol, se exigen estas tasas. En otras ocasiones se exige una cualificación laboral

para poder ser vecino. Por tanto, las actas de las comunas, de los gobiernos urbanos,

registran a la gente que pide ser vecino de esa ciudad, y se puede seguir el movimiento

de aceptación de vecinos. Los que adquieren la condición de vecinos, no tienen que

renovarla, pues por costumbre feudal, se transmite de manera hereditaria, y pasa de

padres a hijos. Con la inmigración se crean dos realidades, la de los vecinos de a pie, el

sujeto de derecho, y luego, hay inmigrantes que no son vecinos en la ciudad, y entonces,

dentro de esas gentes que no son vecinos aparecen dos nuevas realidades urbanas:

-Moradores

-Estantes

-El Morador es el inmigrante que está en la espera de…, de que el gobierno urbano le

apruebe los requisitos para convertirse en vecino, y en este periodo transitorio, no es

vecino, pero tampoco extranjero, es morador, y como tal paga algunos impuestos. Los

moradores no tienen obligaciones absolutas, pero algunas obligaciones sí que tienen.

-El Estante es el que no tiene voluntad de permanencia, está de paso, es un transeúnte,

es un vagabundo, un peregrino, un transportista, y por eso, tiene la condición de estante,

pues está un tiempo determinado nadas más.

Pero aparte del morador y el estante aparecen otras dos calificaciones jurídicas:

el extranjero, el viajero que aparece sin esperarlo, el foráneo. En la Baja Edad Media, el

foráneo es mal visto, pues se confunde con un posible ladrón o espía. La otra categoría

es la del marginado. Próximamente veremos cómo se encuadran estos vecinos. El

primer encuadre es la comuna, pero la comuna se amplía de manera que hacen falta

otros encuadramientos más pequeños (como los barrios urbanos y las parroquias).

Vittorio Carpaccio, Milagro de la reliquia de la Cruz (detalle), 1494. Bajo su graciosa

corola, la expansión de las chimeneas venecianas (hasta 8 por inmueble). Se sabe luchar

victoriosamente contra el frío a orillas de la laguna. (Venecia, Academia).

Esta pintura representa a Venecia al final de la Edad Media, se pierde el sentido

de la ciudad ideal, algo impensable en un pintor del siglo XII o XIII, pues es una

representación esquemática: murallas, torres, campanarios… el realismo del

renacimiento singulariza a las ciudades, y aquí tenemos el particularismo de Venecia.

Veíamos como las salas de los hogares se calientan con chimeneas, y ahí vemos la

proliferación de chimeneas, y se regula para que se construyan con materiales ignífugos.

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-El propio arte nos informa sobre las viviendas.

Simone Martini, El bienaventurado Agostino Novello, <<Milagros de Santo>> (detalle),

políptico, 1328. Hacia 1330, en las ciudades superpobladas, hay numerosos añadidos

ligeros (aquí, de madera que invaden en voladizo las calles). Los municipios luchan

contra semejante proliferación anárquica, antiestética y peligrosa (incendios o

accidentes). (Siena, iglesia de San Agustín).

Vemos sobre las calles ese voladizo, y una mujer se asoma por un hueco del

voladizo para ver el estado de la calle. Estos voladizos en Castilla fueron

terminantemente prohibidos por los Reyes Católicos, que aplicaron un decreto por el

que sólo se podían realizar en Canarias. El material que se aplica es la madera, y por

tanto, también tiene el problema del incendio.

- PALACIO GONDI-

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Palacio Gondi (1490-1501), en Florencia. Ejemplo célebre –debido a Giuliano da San

Gallo– de aquellos palacios de nuevo estilo a los que distinguía su decoración (Rucellai)

o su concepción general. De una impresionante monumentalidad, victoriosamente

plantados en el tejido urbano, magníficamente decorados en sus fachadas, intimidantes

como recintos fortificados y sacros, estos palacios macizos combinan la fuerza gloriosa

del castillo y el apacible recogimiento del convento. Marcos , admirables para una

existencia privada, burguesa, dichosa y segura, y, en ocasiones para su ostentación

pública.

Es un palacio de una familia patricia, una clase acomodada, el palacio Gondi de

a finales de la Edad Media.

En el mediterráneo las construcciones son de piedra, y la última planta es de

ladrillo o mampostería. Se construye varias plantas: la inferior se dedica a los negocios,

la primera para la vivienda, y la planta segunda para deposito de alimentos, para la

servidumbre, los criados, y aparece el gusto estético de León Bautista Alberti, se busca

sorprender al caminante con la belleza de esta fachada. El friso de la parte principal es

distinta, para cambiar el ritmo, ninguna planta tiene el mismo esquema, y esto le da

movimiento, le da variedad. Predomina la forma regular, el orden, el equilibrio, la

belleza, algo que se percibe no sólo en el plano urbano, sino también en la propia

vivienda.

-Tacuinum sanitatis (pater familias)-

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Tacuinum sanitatis, Pavía o Milán, 1390-1400. Sentado en su cátedra, el pater familias

acaba de gustar con la cuchara el caldo que le ofrece su esposa inquieta. Está satisfecho.

Y la satisfacción del amo reconforta a las dos mujeres. (París, Bibl. Nac., ms. na. lat.

1673. fol. 50 v. º)

-Es un grabado de un manual de medicina, el Tacuinum sanitatis, el más difundido de la

Edad Media.

Esta ilustración nos presenta la sala de la casa como el lugar fundamental de la

vivienda. En esta sala existe el fuego, para preparar los alimentos, para calentarse, y esta

sala es un lugar de reunión, del fuego, del tipo de trabajo femenino (como bordar). El

padre prueba si la comida está lista para servir.

-Masaccio, Caridad de san Nicolás-

Masaccio, Caridad de san Nicolás (detalle), fragmento de la predela del políptico de

Pisa (desmembrado), 1426. Lo exiguo del lecho hace que se le reserve al padre. Las

hijas duermen sentadas, recostadas sobre el arcón. (Berlín, Saatliche Museen

Preussischer Kulturbesitz).

En este fragmento, vemos a un anciano en posición horizontal descansando

sobre un lecho, y tres mujeres aparecen reclinadas sobre ese lecho, y un transeúnte está

observando la escena a través del vano, la ventana. El lecho es un banco estrecho, no

tienen más cabida, y las hijas tienen que reclinarse sobre él, Se ha utilizado un arca. Este

grabado demuestra que todavía no hay privacidad, y toda la familia al igual que la

comida, comparten el descanso.

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-Pietro Lorenzetti, Caridad de san Nicolás de Bari (detalle)-

Pietro Lorenzetti, Caridad de san Nicolás de Bari (detalle), h. 1330-1340. Los pobres no

siempre tienen acceso, en su vida privada, a una verdadera intimidad personal. Tres

hermanas comparten en este caso el lecho doméstico; su padre dormita sobre el cofre

junto a ella. (París, Louvre).

Vemos en el lecho a tres hermanas, y como no hay sitio, en este caso es al padre

al que le toca reclinarse, pero sin derecho a la intimidad.

-Vittore Carpaccio, Leyenda de Santa Úrsula-

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Vittore Carpaccio, Leyenda de santa Úrsula, <<Sueño de la santa>>, 1495. Alcoba

artesonada, clara (con anchas ventanas, parcialmente vidriadas) y refinada de una

princesa y mujer cultivada del Renacimiento: fijarse en el espacio, en la decoración

avanzada de los muebles usuales, en los nuevos testimonios de una cultura femenina

profana (libros, objetos, esculturas). La alcoba de finales del siglo XV refleja más que

antes los gustos de su huésped. Pintarla equivale a hacer de él un retrato imprevisto,

pero penetrante y nuevo (Venecia, Academia).

Ya es un dormitorio aparte, la vivienda se ha hecho más compleja, y aparte de la

sala y la cocina, hay un dormitorio individual, privado, que pertenece a una rica familia

de la ciudad. Bien decorado, tiene ventanales cubiertos con cristales, es una

privilegiada. También dice que hay libros, textos que denotan su cultivo intelectual.

Pozo doméstico florentino (siglo XIV): con accesos en cada planta. Pozo excavado bajo

el edificio mismo. Su conducto sube hasta el nivel más alto del inmueble. Una polea

particular permite a las sirvientas sacar directamente el agua en cada piso: dos puertas

de doble batiente dan acceso a él desde dos habitaciones diferentes.

-Es un pozo, con las puertas abiertas, y otras puertas interiores cerradas.

Es la política de abastecimiento de agua, se ha construido un pozo y surte a toda

la planta de las familias que habitan en el inmueble.

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-PINTURA DE ANTONELLO DE MESINA, SAN JERÓNIMO EN SU CUARTO DE

TRABAJO-

Antonello de Messina, San Jerónimo en su cuarto de trabajo, 1475. Un modelo para los

hombres de estudio: biblioteca, studio tranquilo, vastos espacios de experiencia y

pensamiento, todo cuanto los mercaderes humanistas tratan a su vez de conseguir con

sus lecturas, sus estudios, la redacción de sus Memorias y su correspondencia. (Londres

National Gallery).

Lo mismo que aparece un dormitorio, la complejidad económica, hace que

aparezcan comerciantes que ya no son itinerantes; y estos comerciantes demandan un

habitáculo distinto en la vivienda: es el estudio, y el mercador lo usa para llevar su

contabilidad, sus reflexiones, el control de sus empresas. Vemos las estanterías o

anaqueles para cobijar los libros, y todos los instrumentos necesarios. El texto dice que

redactaban sus memorias, es una costumbre también medieval. Estas memorias reflejan

la sensibilidad de estos hombres, son como nosotros, están llenos de afecto, de cariño,

de ternuras.

-TEXTO A: Giovanni Morelli no ha podido borrar nunca de sus ojos, de su corazón, de

su imaginación, los momentos atroces de la última enfermedad de su hijo Alberto. Un

lunes por la mañana, al pobre niño (tenía diez años) le sobrevino cuando estaba en la

escuela una hemorragia nasal acompañada de náuseas y cólicos. Después la fiebre no le

abandonó más. Al cabo de dos días, en medio de vómitos, sintió un vivo dolor en la

ingle. Su estado empeoró de día en día. El dolor era tan agudo, tan torturador, sin una

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sola hora de pausa en dieciséis días, que el chiquillo no cesaba de gemir y de gritar.

Todos los que se hallaban a su alrededor, por curtidos que estuviesen, se sintieron

trastornados.

Esto es una memoria, un diario que nos refiere una familia.

-TEXTO B: Consejos moralistas: <<Casa a tu hija en tu propio ambiente, con la dote

requerida>>. Alberti: <<Tomar mujer es lo mismo que buscar belleza, parentesco,

riqueza. Aseguraos del parecer de todos vuestros mayores. Ellos conocen por menudo

las familias, incluidas las abuelas, de todos los candidatos>>.

La importancia de la dote es algo que observamos aquí, si no hay dote lo que hay

es un agravio. La boda era un asunto de familia, no era espontanea ni libre, la pareja no

tenía libertad para elegir a su propio cónyuge.

Encuadramientos sociales dentro de la ciudad

Durante los primeros momentos la comunidad era la única forma de

encuadramiento, pero con el tiempo la comuna se desarrolla, se amplía, y aparecen otros

encuadramientos menores, como la parroquia y el barrio.

El barrio es un espacio donde sus habitantes manifiestan una solidaridad que va

mucho más allá del simple lazo vecinal, es una solidaridad casi de parentesco, casi de

lazos familiares. Esta relación pues, que se puede asimilar a la de un lazo familiar, hará

que en algunas ciudades italianas como Génova aparezca el albergo, que es un

encuadramiento clientelar. La formación de los barrios se puede deber a razones

espontaneas, pero también a razones impuestas. Una razón impuesta es que la parroquia,

la Iglesia parroquial sea el centro, el aglutinante de ese encuadramiento, y formará el

centro del barrio. Cuando la Iglesia se convierte en el eje vertebrador de un barrio,

recibe en la península Ibérica el nombre de collación. Los barrios tienen como centro

una parroquia, y en Sevilla está la collación de San Isidoro, o la collación de San Pedro.

Por tanto, una primera forma de encuadramiento es la parroquia. El vecino parroquiano

pertenecía a su Iglesia, y la Iglesia estaba presente en todos los momentos de su vida,

por ejemplo, un momento para el vecino es estrenar su casa, su hogar, y allí estará el

presbítero para bendecir el hogar, por lo que hay una vinculación muy estrecha desde el

primer momento entre el parroquiano y su parroquia. La parroquia, es un elemento que

cohesiona a los habitantes del barrio, de la collación, cohesiona a los parroquianos, y

vamos a establecer las causas por las que se establece esta cohesión:

1. La primera causa de esta cohesión parroquial, es que la gente llega desde

distintas partes, son inmigrantes, y generalmente, eligen una parroquia que tiene

miembros de aquellos que descienden del mismo sitio, del mismo pueblo, y esto es una

forma de encontrar protección, de encontrar defensa. El inmigrante concibe la ciudad

como algo hostil, y por eso, elige una parroquia donde hay paisanos. Ese acto de

cohesión, además, se consolida porque participan en actos litúrgicos, en las fiestas de

los patronos, de los gremios, de las cofradías; pero no hay que olvidar que es la

búsqueda de protección lo que les hace ir a parroquias donde hay gente conocida, de

una misma procedencia y que les ha precedido.

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2. La segunda causa es de tipo geográfica, los hijos nacen de los padres que han

llegado, luego contraen matrimonio en esa parroquia, reciben las exequias de familiares

en esa parroquia, por lo que se relacionan momentos importantísimos de sus vidas con

esa Iglesia parroquial, y cuando se celebran bautizos y bodas, son momentos de

prestigio social, y se aprovecha la circunstancia para agasajar y aumentar el prestigio, y

todo, determinado con la relación entre un miembro y una determinada parroquia.

3. En tercer lugar, el parroquiano tiene otro compromiso, y es la conservación en

buenas condiciones del templo, de la parroquia. Se encargan de la administración, de los

ingresos y gastos del templo, y eso se llama la administración de la fábrica del templo,

y contempla todos los gasto de conservación, de mantenimiento. Los parroquianos en

principio, llevaban las cuentas, llevaban los beneficios, pero en el siglo XIV le sustraen

a los parroquianos de esta labor los burgueses de la ciudad, y por supuesto: la propia

Iglesia

4. Como cuarta consecuencia se utilizan las iglesias para actos laicos, y si no hay

ayuntamiento, en la parroquia, se reúnen los miembros del gobierno local; y si no hay

un palacio de justicia ahí se celebran los juicios, y las reuniones gremiales; es decir, se

emplea también para reuniones, por lo que tiene una función laica que también es causa

de cohesión.

5. Por último, la quinta causa de cohesión es que el templo se convierte en

refugio, un refugio de dos maneras: de asilo, que no siempre es una garantía de

seguridad; se refiere al tipo de asilo porque se es perseguido injustamente por la justicia

del señor, o de la comuna, la Iglesia sería como una jurisdicción. Otra opción de refugio

era en caso de que la ciudad fuera atacada, invadida, y no solo era refugio de las

personas, sino también de los bienes: se trataría de un refugio físico. Además, la

parroquia también tenía otra modalidad de función, pues servía como granero, es decir,

se mantenía allí un lugar para depósito del grano, del trigo.

Durante el siglo XI y XII la parroquia no tuvo rival, no tuvo competencia en la

ciudad, y era el centro religioso por antonomasia. No surgieron órdenes religiosas al

tiempo que la comuna, pero con el éxito de la comuna, se habrían de constituir órdenes

mendicantes, pensadas para desarrollar una labor en la ciudad. Aparecen en el siglo

XIII, y algunas se hicieron muy importantes, como los franciscanos y los dominicos,

que rompieron el monopolio de las parroquias, y se constituyeron en barrios diferentes.

El segundo encuadramiento, aparte de la parroquia, será el barrio. El barrio

como encuadramiento apareció muy pronto. Hemos visto un castrum, una civitas, y

luego el burgo, que es un barrio habitado por mercaderes o artesanos, mientras el

castrum lo habitaban los clérigos o los señores: se da una dualidad. Después se forman

asociaciones de puertas, que se encargan del mantenimiento de las murallas, por lo que

estas asociaciones formaran barrios a lo largo de las murallas, como se observa en el

norte de Italia. Se dan circunstancias, pero no obstante, los barrios se constituyeron a

través de las parroquias, como la unidad fiscal de las parroquias, y al final, termina esta

fiscalidad constituyendo un barrio; claro que, aparece también la unificación militar,

que se reparte en barrios o collaciones. Además, los barrios tienen la obligación de

participar en cargos políticos de la ciudad.

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Estos barrios no son permanentes, y habrá modificaciones a lo largo de los

siglos XII al XV. En Génova, en el siglo XII hay ocho compañías, ocho barrios que

desaparecieron en el siglo XIV. Pero sean permanentes o haya cambios, estas

collaciones son encuadramientos públicos; aunque hay también encuadramientos

totalmente privados, particulares, y el primero es el caso de algunas ciudades italianas,

como en Génova, se llama albergo, que es una familia, un clientelismo y un patronazgo.

El albergo está formado por un linaje, una familia importante, burguesa, patricia, que es

el patrón, y los familiares y parientes se ponen bajo el manto protector de ese patrón.

Pero no solo es un relación de patronazgo, también se da el clientelismo, pues toda una

serie de vecinos pobres, de vagabundos, se enrolan bajo la protección de ese patrón. Es

una forma de bando, como un partido político, pero un partido comercial que alberga

patricios, clase media, y finalmente, también clase marginal. Los Montesco y los

Capuleto, en Romeo y Julieta, reflejan la realidad de dos albergo, y cada familia está

encuadrada en su propio albergo. También, otro encuadramiento privado, es lo que se

llama vicinia, y tenemos un ejemplo que ocurre también en Génova, con la vicinia de S.

Donato. Esta asociación es personal, estaban integrada por unos cien vecinos, cien

familias, y pertenecían a la parroquia de San Donato. Quien se marchaba del barrio

dejaba de ser miembro de esta vicinia. La función primordial de esta asociación era dar

ejemplo de moralidad en la ciudad. La vicinia tenía un consejo formado por mujeres, y

tenían la responsabilidad de esa moralidad. La vicinia se formaba porque eran

inmigrantes, procedían de una localidad y era una forma de defensa, de protección. Esto

se dio también en la península Ibérica, en Castilla, en Portugal o Aragón, sólo que se

encuadran en barrios étnicos, no son vicinias, y tenemos en Sevilla la calle de los

Navarros o la calle de los Catalanes, siendo esto, un fenómeno que se dio en todas las

ciudades. Otros encuadramiento privado son los oficios, los gremios, que tienden a

emplazarse en sitios determinados. En cambio, el patriciado, la aristocracia romana,

nunca eligió un barrio, sino que se dispersa por todos ellos. Otros grupos confesionales,

sin embargo, también se dedican a agruparse. Es el caso de las juderías, o de las

morerías. Siempre encontraremos pues, encuadramientos en barrios o parroquias, y,

tanto públicos como privados.

Las Aspiraciones del Gobierno Urbano

Todas las ciudades estaban formadas por un gobierno, y todas las ciudades que

surgen en la Edad Media tienen una aspiración, y era la de tomar por ellos mismos las

decisiones políticas de su propia ciudad; aunque esa aspiración no siempre es total, y si

alguna vez se alcanza el 100%, en ciudades-Estado como Venecia, Génova o Milán… el

resto de las ciudades, alcanzaron sólo un grado relativo de autogobierno, de

independencia, y hay una escala de más a menos. La economía político-administrativa

no fue total, pero el deseo de autogobierno queda plasmado en cinco elementos

constantes que se repiten en las ciudades medievales:

1. El sello, el primer elemento es el sello de la ciudad, que es lo que autentifica

el documento emanado de la comuna, del gobierno, lo que le da validez. Esto es algo

que sigue ocurriendo hoy.

2. El segundo elemento es el escudo.

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3. La bandera o la enseña, el pendón en el caso de Castilla. Si hay un escudo,

bandera o pendón, es por una razón práctica, pues la inmensa mayoría de la población

era analfabeta, e igual que los símbolos de conducción que conoce todo el mundo, sepa

o no leer (como la señal de dirección prohibida); se sabía a qué ciudad se pertenecía, y

se iba a la guerra con este escudo, pues era una referencia, una cuestión práctica.

4. La propia muralla, el límite que separa lo urbano de lo rural.

5. El palacio del gobierno, el edificio concejil, el ayuntamiento.

Las ciudades que tuvieron más autonomía administrativa fueron las del norte de

Italia, los Países Bajos e Alemania. El resto, estuvieron sometidas a los señores, y aquí

en la península Ibérica, las ciudades estaban sometidas a la autoridad del monarca,

aunque gozaban también de autonomía. Posteriormente, el gobierno de las ciudades

estará mediatizado por otros poderes. En origen, coincidiendo con el inicio de las

comunas, la ciudad tiene que compartir el poder con el obispo o con el conde. Pero

después, con el éxito de los gremios, tienen que compartir el poder con los oficios, es

decir, con las corporaciones de oficios, y los maestros de los gremios acceden en

muchas ciudades al gobierno de la ciudad. También aparecerá lo que se llaman los

bandos, o las parcialidades, o los partidos políticos medievales, algo que ya veremos en

qué consistían, pero que es algo que mediatiza en el gobierno de la ciudad. Este

gobierno urbano gozaba de la triple división que todos sabemos, es decir, había un

poder ejecutivo, había un poder judicial, y un poder legislativo; pero, en la ciudad

medieval no existe no existe esa división, y el poder legislativo, en algunos casos, es

ejercido por el gobierno, pero en otros asuntos está regido por obispo, por el conde, por

el rey, que dicta las órdenes, las leyes. El poder judicial, por otro lado, es el más

fragmentado, pues hay distintas competencias judiciales, y por ejemplo, hay tribunales

de la propia ciudad, tribunales burgueses, y la Iglesia tendrá en la ciudad sus propios

tribunales de justicia. Además, están los tribunales aristocráticos, de nobleza; hay

tribunales gremiales… por lo que no existió, en las ciudades medievales, la división

tripartita de los poderes.

El gobierno municipal evoluciona en distintas etapas. La primera forma de

gobierno es la ejercida por los poderes feudales, por el obispo y por el conde. Y el poder

del conde y el obispo es ejercido por unos agentes intermediarios que se llaman milites,

y en otros casos se llaman ministeriales. Pero las comunas triunfaron, obtuvieron su

estatuto, sus cartas de franquicia, fueros, y a través de estas prerrogativas, gestionaron

su autogobierno, algo que recibe un distinto nombre según dónde estén las ciudades,

pero definiendo una misma realidad: la de Asamblea de Vecinos, aunque el nombre más

común es: la comuna. El concejo, sería la comuna en el caso de la península Ibérica, y

es el concejo abierto. En Italia arengo, y en Alemania rat, que son asambleas de todos

los miembros de la comuna. De ahí, emanan una serie de cargos oficiales con poderes

ejecutivos. Durante varios años, funciona este consejo abierto, pero con el tiempo se

hace más compleja la administración, y con la complejidad del gobierno empiezan las

complicaciones, pues determinadas capas sociales, querrán monopolizar el gobierno de

la ciudad. Por lo que empieza un proceso de oligarquizase. Al final, el concejo abierto

desaparece y quedará cerrado en manos de unas cuantas familias importantes. A partir

de entonces se llamará cabildo, ayuntamiento…

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A partir del siglo XIII, fundamentalmente, desaparecen las comunas abiertas, los

concejos abiertos, y el gobierno es monopolizado por la familia más poderosa de la

ciudad, y aparecen pues los bandos que luchan entre ellos por alcanzar el ejercicio del

poder. En Italia, esta lucha de bandos, creará un cargo que se llama podestá, y este

cargo entrañará la figura de un árbitro, alguien que intermedia entre los distintos

conflictos de los distintos bandos. Se crea para dar estabilidad a la ciudad, para que no

haya tanta violencia, pero se complica porque esta situación no es satisfactoria. Hay

otros grupos medianos que quieren acceder al poder, pero no pueden por el monopolio

de las familias poderosas, por eso, a mediados del siglo XIII, se producen unas revueltas

en las ciudades, hablamos de la aparición de las revueltas del popolo. Estos grupos

medianos movilizan a la plebe para la conquista del poder. El popolo se dio para romper

el monopolio de las grandes familias. En la Baja Edad Media, los conflictos urbanos

terminan con el éxito del podestá, y lo que en principio era un árbitro, se convierte en la

autoridad suprema, se transforma en un poder personal, creándose dinastías que se

mantienen de generación en generación; como los Gonzaga, dueños del gobierno de

Mantua en Italia; o los Visconti en Milán. Esto dará a la creación de verdaderos Estados

en el siglo XV, como los Medici en Venecia, o los Sforza en Milán. De un gobierno

democrático en una segunda fase, se pasó en muchos casos a un gobierno personal.

Hubo una ciudad que salió airosa de esta situación, Venecia, que siempre fue una

República cuyo gobierno siempre estuvo en manos de una oligarquía, de los

mercaderes. La máxima autoridad del gobierno, llamado dogo, era una figura que no

concentraba todo el poder en su mano; pero quitando Venecia, la mayoría de las

ciudades italianas, terminaron como decimos en gobiernos personales.

La fiscalidad en el Gobierno de la Ciudad

El gobierno urbano de la ciudad, para que pusiera en práctica los objetivos de

los burgueses, tenía que contar con un sistema fiscal, contar con una fiscalidad, pues sin

fiscalidad no había gobierno y no había comuna. ¿Qué sistema fiscal existió en las

ciudades? Lo que existió fue la alianza entre la monarquía y las ciudades, se necesitaban

mutuamente, la ciudad necesitaba al rey para que aprobase los impuestos necesarios, y

el rey necesitaba a la ciudad para poder cobrar una serie de impuestos. Los

administradores de la ciudad, se percataron de que era imprescindible afrontar tres

capítulos de gastos en las poblaciones urbanas para que funcionaran adecuadamente:

1. El primer capítulo era la administración, todos los cargos de la comuna,

conllevaban unos gastos, por lo que era imprescindible pagar a las autoridades, a los

jueces, pagar los pleitos, los desplazamientos.

2. El segundo capítulo eran las demandas que los señores presentaban contra la

ciudad, lo que ocasionaba una cantidad de pleitos que tenían que ser resueltos y era un

gasto.

3. Por último, las obras públicas: cimentación, murallas, edificios…

Para afrontar estos gastos se crearon las haciendas concejiles, comunales. El

gobierno de la ciudad necesita sus propios impuestos, por lo que hay impuestos que

necesitan ser aprobados por la monarquía y otros que no. La monarquía eligió a las

ciudades como centro de recaudación. Hay que tener en cuenta que los reyes

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necesitaban dinero para las continuas guerras (Francia contra Inglaterra, Castilla contra

Aragón, etc.), por lo que se produce una alianza completa entre la ciudad y la

monarquía.

Habrá dos tipos de impuestos urbanos: los directos y los indirectos.

Los impuestos directos podían ser de dos clases, como en época romana, estaba

la capitación, que era una cuota indiferenciada, se ponía una cifra y se pagaba por

cabeza. También había otra modalidad de impuesto (como un IRPF), según los niveles

de riqueza de cada ciudadano. Este impuesto directo, tenía sin embargo un defecto, y es

que cuando se pasaba un máximo de cuantía patrimonial siempre se pagaba lo mismo, y

por abajo, cuando no se tenía suficiente dinero no se pagaba. Por lo que eran los grupos

intermedios los que sufragaban los gastos (este impuesto es por familia). Después

estaban los impuestos indirectos o tasas, y las tasas recaían sobre todo lo imaginable, el

uso de bienes públicos, alimentos, compra-venta… de tal manera, que el capítulo más

importante de los impuestos era el de los indirectos, cuyo montante era más atractivo

que el procurado por el impuesto directo. Esto se debe a la mentalidad feudal, a las

dificultades contables de la época. Siempre la hacienda urbana era deficitaria, sobre

todo en la Baja Edad Media con la crisis del siglo XIV, y ese déficit es solventado con

la emisión de deuda pública, algo que se generaliza en el siglo XV, y estaban tan

endeudadas las ciudades que el porcentaje de intereses constituía el 54% del

presupuesto.

TEXTOS

“Todos los vezinos de Sevilla labran ya las casas a la calle, lo qual da mucho lustre a

la ciudad. Porque en tiempos pasados todo el edificar era dentro del cuerpo de las

casas, sin curar de lo exterior, según que hallaron a Sevilla de tiempo de moros. Más

ya en este hazen entretenimiento de autoridad, tanto ventanaje con rejas, y gelosías de

mil maneras, que salen a la calle, por infinitas damas nobles y castas que las honran y

autorizan con su graciosa presencia.

Es muy más saludable la bivienda de Sevilla en estos nuestros tiempos, como

quiera que se han alçado algún tanto las calles con más cuydado en su limpieza, y

enpedrado, y mejores corrientes a sus desaguaderos. Aviendo también quitado los

saledizos, que antiguamente las hazían más húmedas y sombrías, y por el consiguiente

más enfermas. Y así con esto, y con las muchas plaças, alegran y desenfadan mucho

toda la ciudad, sin que se vea ya en toda ella alguna laguna o pantano que no se aya

dispuesto a saludable vivienda”. (A. Morgado: Historia de Sevilla, Sevilla, 1587, f. 47

v.-48).

Alonso Morgado, autor del texto, se identifica perfectamente con el pasado y la

deferencia de su ciudad, se siente orgulloso de ella. Si se es rico, no hay que

manifestarlo hacia el exterior, no resultaba demasiado moral, y por eso, todo el motivo

decorativo se vierte en el interior. Estaba mal visto que las mujeres fuesen curiosas, y

salieran a la calle sin motivo. Vemos la infraestructura de la ciudad, y como un cronista

canta la excelencia de la política urbanística.

“El concejo compra en 1480 la lonja de los placentinos y milaneses, frente a la

Catedral, para derribarla. Lo justifica “porque segund el logar do ella está, se

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alargaua la plaça de las dichas Gradas, de forma que se ennobleçían las dichas Gradas

e plaça della, e la dicha calle”.

En 1480, por motivo de la nueva estética renacentista, se está transformando el

plano urbano.

Se intenta adecentar las ciudades, con una política urbanística organizada por el

gobierno.

El gobierno dice ordenar y mandar, pero también son mandados por el rey, por

lo que el gobierno es autónomo pero hasta cierto punto. Manda cambiar de lugar a los

cambiadores, a los que saben el valor de las monedas.

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Aquí se recoge el autogobierno, y como no se tiene una autonomía total. Dice el

capítulo “a”, que cien ciudadanos, eligen una terna, una lista con tres candidatos a

alcalde, y el rey es el que elige de los tres candidatos al alcalde. El alcalde que en este

caso es el juez supremo de la ciudad, no es elegido por los ciudadanos, ni por los 100 de

una forma directa, sino que el rey se reserva un derecho.

-Escabinos: son ayudantes del alcalde en la justicia.

El punto “c”, dice que si matan a un ciudadano y huye, su casa será destruida, y

si es apresado quedará bajo la justicia real, no la urbana. En el punto “f” aparecen dos

cargos señoriales, el preboste y el vizconde del rey, que vemos cómo intervienen en la

ciudad. El punto “g” amplía el anterior, y habla también del vizconde.

Las necesidades irán haciendo estas leyes, y no hay una auténtica autonomía

salvo excepciones, la política urbana está mediatizada por el rey.

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Aquí estamos ante un ejemplo de presencia feudal, el conde de Flandes, el

gobierno no es totalmente autónomo, pero sí existe autonomía, pues se habla de

escabinos o de comunidad.

-El consejo con “s”, es consejo del rey o gobernador de la ciudad, pero concejo con “j”,

es gobierno urbano, y hay que tener cuidado con esto.

Hay un carácter aristocrático del gobierno, de los más importantes, los

mercaderes, y se desprecia el trabajo de aquellos que trabajan con las manos, como los

tintoreros que se ensucian las manos de tinte, o los peleteros que huelen mal al trabajar

con pieles.

Está escrito por un francés funcionario de la corte real. Escribe estas leyes de

Beauvaisis, y nos ofrece esta apreciación escrita en el siglo XIII.

-Primates graso

Común popolo mediano

-Primores minuto

Este texto es un anticipo de lo que vamos a analizar, que es la sociedad urbana.

Hasta ahora hemos visto aspectos jurídicos, fiscales, del gobierno, pero no de la

sociedad urbana. Las sociedades urbanas, al principio, presentan una visión dual, donde

están una minoría selecta, los poderosos, donde están los primates urbi, los primeros de

la ciudad, conocidos también como primores; luego, el contrario son los pobres, pero no

tiene éxito la palabra pobre, y aparece un término político, que es el común; después

aparece un término económico y social: el popolo (el pueblo, el común). Al principio es

una división dual, pero la influencia de la filosofía escolástica, hace que ésta sea

sustituida por una división tripartita de la sociedad urbana. Aparecen, en latín, los

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maiores; aparecen en segundo lugar los mediocres, y por último los minores. Aparecen

los ciudadanos, en latín cives maiores, cives mediocres, y cives minores; y eso se

traduce fácilmente como ciudadanos medianos, mayores, y menudos. En el siglo XIII,

ya con el popolo, se llaman: popolo graso, mediano, o minuto (el común), el popolo

más extendido. Por esta razón, con esta división tripartita, Felipe de Beaumanoir,

cuando describe su ciudad y las de su entorno, dice que hay pobres y medios, y que los

minores y los medianos, no tienen parte alguna en el gobierno, pues éste, está acaparado

por los ricos, es decir, por los primates, los primores, y por el popolo graso (el común

teme al popolo graso por su hacienda y por su linaje). Entonces, el gobierno urbano que

estaba en un principio abierto a todos los ciudadanos, ahora se ha hecho oligárquico, se

ha monopolizado por parte de los burgueses, el sector del popolo graso. Dice el texto,

que si acontece que alguno de ellos, es durante un año alcalde o recaudador, el año

siguiente coloca en el puesto a su hermano, a su sobrino, etc., en definitiva a los

parientes de los más ricos, de modo que en unos años, los ricos consiguen el control de

toda la administración. Está hablando de una sociedad que desde el punto de vista

escolástico, está dividida en tres estamentos, en tres niveles, y el primero es el

patriciado, el que abordaremos a continuación. Tiene la denominación en los libros de

historia, o en los manuales, de: patriciado urbano, aunque nunca aparece con este

nombre en la documentación medieval, es un término acuñado desde Pirenne hasta la

actualidad, y designa a este grupo de privilegiados de la ciudad que veremos a

continuación.

PATRICIOS

OLIGARQUÍA – GRASSI

MEDIOCRES

POPOLO COMÚN MINORES

Hemos empezado el estudio de la oligarquía urbana los ricos, los grassi, según

los testimonios de la época. Se impone por la filosofía escolástica una división tripartita,

los ricos, los poderosos, y después los pobres, los mediocres y minores, que para

incluirlos se utilizaba el vocablo de popolo o común.

Vamos a empezar el estudio de la sociedad por la oligarquía, la élite poderosa,

los grassi. El término patriciado no es usado por los contemporáneos de la época

medieval, sino por los historiadores del siglo XX, y con ello se alude a esta capa social

urbana. Esta élite poderosa no presenta uniformidad, no es uniforme ni por su origen ni

por su procedencia social, ni tampoco es uniforme por las bases económicas que le

permiten integrarse en esa élite, en esa oligarquía. En esa oligarquía nos encontramos

hasta cinco tipos de personas que formaran el patriciado, cinco caminos que habrían de

seguir:

1. El primer camino deriva de la nobleza, son una segunda nobleza o caballeros. Esta

segunda nobleza o caballeros, habían vivido en la ciudad desde la Alta Edad Media, y

en muchos casos habían permanecido allí viviendo; en otras ciudades llegan atraídos por

el éxito de la población urbana, e incluso desde el campo llega esta nobleza debido al

éxito de la ciudades. Esta segunda nobleza está muy unida a la ciudad, pues conviven en

ella desde la Alta Edad Media. Siempre la riqueza de esta nobleza segundona descansa

en la tierra, aunque hay una segunda nobleza que combina la propiedad del suelo con

los negocios, algo que ocurre en la península Ibérica, no son incompatibles, pues se

complementan ambas formas de riqueza. La que está ausente de la ciudad es la gran

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nobleza, solamente a finales del siglo XV, cambia su residencia, por tanto, hay un

contingente de oligarcas, de patricios que proceden de esta nobleza secundaria.

2. El segundo camino se nutre de los grandes propietarios de tierra. Estos propietarios

son patricios más o menos poderosos según la cantidad de tierra que tienen en posesión,

y un ejemplo sobresaliente de patricios cuyo poder descansa en la propiedad de la tierra,

son los patricios de las ciudades del valle del Duero, y también de la Mancha.

3. Una tercera vía son los ministeriales, los agentes que administran los señoríos

feudales. El estar al frente de la administración, esto le da ingresos, escalan posiciones,

se convierten en funcionarios del rey… y todo desemboca en un enriquecimiento de

estos ministeriales que al final se instalan en las ciudades.

4. También conforman la oligarquía los mercaderes, que tienen una jerarquización, y no

es lo mismo un mercader que abastece a la ciudad de pan, que uno que hace préstamos,

pues es más rico el mercader que se dedica al negocio de la economía, como banqueros,

recaudadores de impuestos, y son los que están a la cabeza de este patriciado urbano.

También, dentro de este círculo de mercaderes podemos incluir a los empresarios, que

entran los últimos en esa oligarquía patricia. Su presencia obedece al éxito de la

producción artesanal en algunas ciudades, sobre todo en los Países Bajos. Un

empresario que entra a formar parte de esa oligarquía son los cerveceros alemanes, pues

tienen mucho éxito y se enriquecen.

5. Por último, glosan esta oligarquía los funcionarios. Junto a los empresarios entran los

últimos en esa oligarquía de la sociedad. Los funcionarios son cada vez más

imprescindibles, debido a la complejidad que se está logrando en los gobiernos del siglo

XV. Hacían falta juristas, letrados, notarios… y este ejército de juristas, letrados y

notarios, constituyeron la cota más elevada del funcionariado; y conciben por su

actuación privilegios, concesiones; de la ciudad, del rey, y terminan acuñando fortuna y

comprando títulos para sus descendientes.

El Patriciado Urbano (nombre dado desde Pirenne a una realidad medieval)

Según el tipo de ciudad existe un patriciado donde predomina, por ejemplo, el

grupo social de los mercaderes, pudiendo dominar en otra ciudad otro de estos grupos

superiores. Muchas veces, se funden con otros grupos sociales, y en una ciudad

normalmente, no existe un solo grupo, sino la combinación de varios, y es una

característica de esta élite del patriciado urbano. Sin embargo, a finales del siglo XV, se

produce la fusión de todos ellos, algo que los lleva a tener el mismo estilo de vida, y

unas pautas de comportamiento. Esas pautas de comportamiento o estilo de vida, los

rasgos característicos del patriciado es algo que intentaremos detallar, aunque ese estilo

de vida es difícil de precisar, pues lo mismo que la ciudad tiene un estatuto, el patriciado

carece de ese estatuto, no hay ley que establezca unas pautas de comportamiento, y sólo

hubo un acuerdo tácito, pero no escrito, de las conductas propias que debían tener los de

la élite, los del patriciado. Señalaremos cuatro de esos rasgos propios y típicos del

patriciado medieval:

1. El ejercicio del poder. Lo propio de un patricio era desempeñar cargos públicos en el

gobierno de la ciudad. Lo primero era el ejercicio del poder, pero termina

monopolizando el poder, y deja al resto de la población sin poder acceder a los puestos.

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De tal manera se identifica con la ciudad, que los intereses de la ciudad son los intereses

del patricio. Esta confusión de intereses ha sido magníficamente estudiada por Yves

Barel, y por Bernard Chevalier. Ejercer el poder, para estos patricios es una prueba de

su estado, de su situación privilegiada, es propio de su código de honor, de su fama.

Ejercer el poder se convierte en un signo visible de la elite ciudadana. Había muchos

burgueses, un conjunto amplio, pero la barrera que había entre un burgués normal y un

patricio selecto, era ejercer el poder. Como señala Barel y Chevalier, estos patricios

tienen una estrategia, y es que tienen que estar presentes en todas las estancias del

poder, tiene que copar el poder, y no se limitan a ocupar la comuna o el concejo, sino

que además están presentes en las cofradías, en las asociaciones militares, en los

gremios, en las sociedades comerciales; es decir, se ramifican por toda la ciudad,

controlan y vigilan todo lo que es poder, todos los puntos vitales. Por último, este

ejercicio del poder tiene una coincidencia con la lógica feudal, un punto de contacto.

Los señores feudales se pueden dedicar a la guerra, a extorsionar a los campesinos, a

mantener el poder en su feudo utilizando la fuerza, y utiliza esos medio porque tienen

todo el tiempo libre para entrenarse, para educarse en el poder. Estos patricios también

tienen todo el tiempo libre del mundo, y por eso están en todos los ámbitos del poder.

En este ejercicio del poder, mantienen su nivel patrimonial, mantienen su riqueza, y no

sólo eso, sino que la aumentan, pues como veíamos en un texto: no pagaban impuestos

y se burlaban de las leyes. Los cargos no tenían retribución económica, algo que

podemos decir en su favor, y si la tenía era muy simbólica.

2. El segundo rasgo es la riqueza, no se concibe un patricio pobre, desheredado,

arruinado. Todos ellos tienen un gran patrimonio, otra barrera que separa a los

burgueses, y es por tanto, una fracción de la burguesía, la más poderosa y la que más

bienes de todo tipo tiene la que ocupa el poder.

3. El tercer rasgo del patriciado, es que no se contenta solo con el ejercicio del poder y

tener grandes fortunas, sino que quieren más elementos que los distinga del resto de la

sociedad, son elementos diferenciales. Por ejemplo, cuando hablábamos de la vivienda,

esta élite no está dispuesta a vivir en una simple casa, se construye una casa-torre, que

demuestra el poderío que se tiene como patricio. En otros casos exigen un tratamiento

específico, y nos sonará mucho el de honorable, poner delante de su nombre el

honorable, y eso es un título de prestigio social. También se vanaglorian de que su

fortuna no tiene contacto con el trabajo manual, y vimos en un texto como esto, el oficio

manual, se podía tener por un oficio vil.

4. El cuarto punto hace referencia a llevar un estilo de vida nobiliario, hablamos de la

apariencia, de una apariencia aristocrática. En el siglo XV podemos decir que la gente

urbana se ruraliza, mucho más de lo que la gente rural se urbaniza. Con este galimatías

lingüístico, lo que queremos decir es que esta élite, los patricios, para distinguirse del

común, del pueblo, dirigen la mirada hacia la alta nobleza, la nobleza rural, y se

incorporan muchos valores propios de esa élite rural. Se identifican con la aristocracia

antigua. Los nobles tenían el título de domine, y en los burgueses aparece entonces el

título de monseñor, o el título de sire. Los comerciantes cerveceros alemanes, quieren

también ennoblecerse, y se hacen un escudo heráldico, algo impropio de la burguesía, y

más propio de la aristocracia. Por último, vuelven a resucitar el orden de la caballería, se

hacen caballeros, y entran en el ámbito del vasallaje. Compran incluso tierras y feudos,

y se pone de moda que los patricios deben tener su propia cosecha. Es un orgullo invitar

a sus congéneres sociales y presumir que el vino de la mesa procede de los viñedos de

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su propia tierra, o también la fruta y otros alimentos. En el siglo XV incluso se

construyen una segunda residencia, y pasan largos periodos en el campo, por lo que

decíamos que el patriciado se ruraliza, algo que no pasó tanto del campo a la ciudad.

TEXTOS

“Nuestra ciudad, gracias a Dios, sobrepasa a las demás en fuerza, riqueza y

agradables cualidades. Si, por tanto, queremos conservar la fama, la nobleza y la paz, y

destruir, además, a nuestros hostiles vecinos, sería discreto y muy útil comenzar a crear

caballeros nacidos en nuestra ciudad”. (Caffaro; exposición de cónsules genoveses en

1179).

Un patricio llamado Caffaro, es quien dice esto. Se observa como la orden de la

caballería renace.

“para que no les falten los medios de avasallar a sus vecinos, no desdeñan conceder el

cinto de caballero o los grados de esta distinción a jóvenes de estado inferior, o incluso

a algunos que trabajan en los más bajos oficios mecánicos, a los que otros pueblos

excluyen como la paste de las más respetadas y honorables actividades”. (Otto de

Freising, siglo XII).

Otto de Freising señala que la orden de caballería no les pertenece a ellos, a los

burgueses, y se alarma de que gente que realiza trabajos manuales sean nombrados

caballeros.

Siguiendo la obra de los dos autores antes nombrados, resulta que estos patricios

para mantener el monopolio del poder se constituyen en unas asociaciones como el

albergho, la consortería, pariagl, o la casa. Sea cual sea el nombre, es la misma

realidad, y la realidad descansa en el linaje, también de influencia nobiliaria, la

importancia de una familia. El linaje, es el elemento vertebrador de un albergho, de una

consortería, pariagl o casa. La familias patricias reproducen el mismo fenómeno que la

aristocracia, y el primogénito hereda la mayor parte del patrimonio, hereda el honor de

la familia, y es el depositario de su fama, de su prestigio, y tiene que defender ese honor

y prestigio de cualquier mancha o agresión. No obstante, el primogénito puede tener

hermanos segundones, y estos segundones tienen que emigrar, salir de ese linaje y hacer

fortuna por otros caminos. Pueden hacer fortuna casándose con un descendiente de la

nobleza, o con alguna mujer rica, o pueden entrar a hacer fortuna por el estamento

eclesiástico. El primogénito es la cabeza del linaje, y es el encargado de proteger el

buen nombre, y éste es también el encargado de la venganza. Pero el primogénito no

sólo tiene la obligación de defender el apellido, el buen nombre, la fama o el honor de la

familia; sino que tiene que garantizar la supervivencia de los miembros de su familia

menos pudientes. Este cabeza de familia termina exaltando su apellido, y apellidos de

renombre son Spínola, Centurión, Sopranis… son apellidos ilustres de las Repúblicas

italianas. Además del apellido, estos linajes inventan su escudo, y para ratificar su rango

social tienen, como hemos dicho antes, una casa palacio, donde viven los familiares del

cabeza de linaje. Pero no sólo los familiares, pueden cohabitar en el mismo palacio otros

parientes más lejanos, por ese objetivo de defensa de los más débiles. Estos palacios son

hoy motivo de visita, como el palacio de los Doria en Génova. También tienen una

capilla de enterramiento. Lo más sorprendente es que para garantizarse el monopolio del

poder, estas casas terminan formando los bandos, parcialidades, o: “partidos políticos”.

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El funcionamiento de estos bandos, de estas parcialidades, ha sido estudiado sobre todo

por Jacques Heers, quien en los años 80 escribió un libro llamado Los partidos políticos

y la vida política en la Edad Media (libro en francés, no está traducido), y analiza muy

bien el funcionamiento de los bandos. Para empezar, afirma Heers, que estos partidos

políticos son anteriores al nacimiento de la ciudad, existían partidos de ámbito nacional,

como era el partido de los güelfos o de los gibelinos. Los güelfos eran partidarios del

poder del papa, y los gibelinos eran los partidarios del poder del emperador, pero no fue

el único escenario de partidos nacionales. En Francia, estaba el partido de los

Borgoñones, y de los Armagnacs. En Inglaterra, estaba el partido de las dos rosas. Pero

en las ciudades, estos bandos no tienen carácter nacional, tienen carácter casi

exclusivamente local. Otra cosa es que aprovecharan su poder para desarrollarse, pero el

tema era urbano. Estos bandos tienen tres características singulares:

1. Son de naturaleza estrictamente local, solamente les interesa organizar un

bando o partido para controlar el poder, es un instrumento para la conquista del poder.

Esto se ve en Italia cuando la guerra entre el papa y el emperador ha pasado.

2. Vayamos donde vayamos siempre encontraremos dos bandos; vamos a

Génova, y encontramos dos bandos, vamos a Florencia y encontramos dos bandos, nos

vamos a las ciudades de la Península Ibérica, y hay dos bandos. No hay ni tres, ni

cuatro, ni cinco, siempre hay dos, y nos preguntamos si esto es una casualidad, pero esto

no es casual, es una estrategia. Lo mismo que están presentes los patricios en la

asociaciones o gremios, controlan los bando o “partidos políticos” estableciendo que lo

ideal era, que estratégicamente, nunca fueran más de dos bandos para mantener con

mayor comodidad el monopolio del poder. Si solamente hay un partido, si gobiernan

mal, si se equivocan o cometen errores, la ciudadanía iría en contra de ese partido, y

sería rápidamente sustituido por una oposición, por lo tanto, establecer un solo partido

conllevaba el riesgo de perder el monopolio del poder. También era peligroso que

hubiera más de dos partidos, pues podrían venir de otras fracciones, y así no solamente

de los patricios, y tendrían que llegar a pactos, a compromisos. Por lo tanto, lo ideal es

que haya dos, y así se produce una apariencia, y se confunde la realidad. Una facción

ostenta el poder, y la otra queda fuera del poder premeditadamente, como una reserva,

como el jugador suplente, y en caso de que los que gobiernen lo hagan mal, cometan

errores, entonces son sustituidos por los que están en el banquillo, por la otra facción de

patricios. Eso produce una ilusión, la ilusión de que todo el mundo participa del poder,

algo falso, pues aquí no hay democracia, sólo monopolio y presencia constante de

patricios en las más altas esferas del poder. En algunos casos, esta alternancia del poder

es pacífica, pero en otros no tanto. Cuando no es pacífica se produce el destierro, es lo

que le ocurrió a un gran poeta, a Dante Alighieri, que pertenecía al patriciado, a uno de

los grupos que resulta que pierde el poder, siendo todos ellos desterrados, pero ese

trauma nunca los superó Dante, que siempre tiene la nostalgia de volver a su Patria, a su

nación florentina. En otros casos el sistema de alternancia es no violento, y por ejemplo

se exilian, se marchan para poder luego regresar, y esto es algo que le da más

credibilidad al sistema; pues da la impresión de que es un exilio involuntario, y lo que

hacen en realidad, es pasar a la reserva, y en caso de cambio, se cambian y vuelven,

para que todo el poder se mantenga igual, y siempre mandan los mismos. Este sistema

estratégico, ha tenido mucha influencia en la historia, y todavía hay países en los que

sigue funcionando.

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3. No tienen ideología, esta sería la tercera característica, y aquí empieza a

diferenciarse y a distinguirse el porqué no son auténticos partidos políticos a la

moderna. Sólo se mueven por el interés de pertenecer al poder, quieren el poder,

mantenerlo, no tienen un programa político, carecen de programa político, ellos no

tienen como referencia a la comunidad, al bien público, sólo les mueve el juego del

poder local, el control del poder municipal. Esa carencia de programa, esa carencia de

ideología, se manifiesta en el propio nombre que tienen estos grupos, como dice Heers,

pues por ejemplo, se llaman los blancos y los negros, como es el caso de Génova. Lo

mismo ocurre en Barcelona, en uno está la busca y en el otro la vida, son nombres

neutros que no comprometen a nada, y que pertenecen a dos grupos oligárquicos, sin

ideología. Otro nombre son los del Barrio Viejo y los del Barrio Nuevo, una alusión

geográfica. En Sevilla está la casa de los Medina Sidonia y los Ponce de León. Como

vemos no hay significación ideológica. Podemos preguntarnos entonces si tenían

afinidad sociológica, y la respuesta es que tampoco, pues estos dos bandos están

agrupados verticalmente. El cuerpo está formado por el cabeza de linaje, después sus

parientes, y después sus amigos o clientes. Es decir, está formado por tres círculos, el

primero es el cabeza de familia y los suyos, los más cercanos; el segundo círculo son los

parientes; y el tercer círculo es el de la clase popular, y todos ellos están relacionados

con lazos de clientelismo que los atan al cabeza de linaje.

Para terminar, cuando desaparecen los motivos de venganza personal, o de lucha

de poder por el cargo de una ciudad, ese partido, ese bando desaparece, se volatiza, y

esta desaparición temporal del bando, indica también que no eran partidos políticos

como los entendemos en la actualidad, pues carecen de contenido político.

-Heers explica sobre los bandos: “se trata de formaciones espontáneas, nacidas en la

mayor parte de los casos de la lenta maduración de profundos conflictos insertos en la

sociedad, pero que ven la luz bruscamente por una cuestión o querella fortuita, se

organizan, pues, en el tumulto de la acción, al azar de las circunstancias y de precarios

equilibrios, sin ningún afán de rigor; son conjuntos heteróclitos de hombres de toda

condición, de señores y de clientes, de ciudadanos y de rurales, con horizontes e

interese muy diferentes, lanzados a la misma aventura política o guerrera con

ambiciones inmediatas muy diversas”.

Estos bandos, estas parcialidades aprovechaban las fiestas de la ciudad, los

juegos de la ciudad, para dar rienda suelta a la salida de sus venganzas, de sus tensiones

no resueltas, y alteraban, muchas veces el orden urbano.

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TEXTOS

-Uberti

-Gibelinos-güelfos

-Señorío de la ciudad

-Primo popolo Ideas a remarcar

-Popolo vecchio - podestá

-Palazzo Bargello

El tipo de fuente es narrativa, de un cronista que nos habla de unas revueltas

urbanas en el año 1250 en la ciudad de Florencia. Lo que nos describe aquí el cronista

es que hay un gobierno que está en manos de los patricios, y que gobiernan bajo la

sombra de dos partidos. A los gibelinos y los güelfos, lo que menos les interesa es quién

gobierne, si el papa o el emperador, lo que les interesa es quien tenga el monopolio de la

ciudad. Dice que querían el señorío de la ciudad, y aquí está la relación con el

feudalismo, y lo ejercen de una forma tiránica, haciendo una política abusiva. Están en

contra los partidarios güelfos, y han sido expulsados de la ciudad, que no están en la

ciudad, sino en el contado, en los castillos feudales. Los Uberti, es un linaje, el principal

de todos ellos, aunque había otros linajes. Cometen abusos de poder, tiranizan al pueblo,

y descubre el pueblo que los gibelinos ostentan el poder, y como los güelfos no hacen

nada, se deciden a dar un golpe, y es que los medianos y los menores, el popolo, se va a

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encargar de participar en el poder, de romper la estrategia patricia. Los patricios, habían

intentado asegurarse el monopolio con la figura del podestá, otra ilusión, aunque se

elige a un patricio que tiene fama de neutro, de honrado, y que se encarga de aunar a las

dos facciones del bando. En 1250 los menores dijeron: “hasta aquí hemos llegado”, y

entonces toman el poder, y lo hacen a través de un personaje que se convierte en el

director de la revuelta, el capitán del pueblo, Uberto de Lucca, que será asesorado por

un consejo de doce ancianos del pueblo. Una vez conquistado el poder se suprime la

señoría, y se crea un consejo, y después aparecen otros cargos que son militares. La

conquista de este poder se tenía que remarcar con la construcción de una sede nueva, un

palacio nuevo, que se mantiene en la actualidad en Florencia, el Palazzo Bargello, que

hoy es un museo. Aquí asistimos a una transgresión de la lógica de los bandos. Esta

revuelta se llama del primo popolo, del primer pueblo, o del popolo vecchio, del pueblo

viejo. Este gobierno duró diez años, pues en 1260 los patricios vuelven a recuperar el

poder. Como epílogo, una de las medidas que toman es derribar las torres de estos

linajes, pues con ellas ostentaban el poder de la ciudad.

turbas de malhechores que la infestaban, reconociese cuán incapaz era el duque don Enrique, para

salir a la defensa de los oprimidos, que era lo que se proponía el rey y el maestre, diestro artífice de

discordias. (Alonso de Palencia: Décadas I-244, II-4).

Es una crónica de Alonso de Palencia que cuenta el reinado de Enrique IV de

Castilla y de León. Es una fuente narrativa, en un contexto de guerra civil, y aquí en

Sevilla se ven estructurados dos bandos. Aquí, con Alonso de Palencia, vemos como es

la organización de una bando, y lo llama partido también, no es algo que inventa Heers,

como vemos, son vocablos que se emplean. Aquí hay dos bandos y cada uno de ellos

está organizado por un nombre, por un linaje de prestigio. El cronista unas veces lo

pone como Conde de Arcos, y otras como Marqués de Cádiz, se trataba de Don Rodrigo

Ponce de León. Por tanto, ya tenemos un bando, el organizado por Ponce de León. El

segundo estaba organizado por el Duque de Medina-Sidonia, Don Enrique de Guzmán.

Aquí observamos que la Alta Nobleza en Castilla ya vive en las ciudades, es urbana, y

cada uno de los linajes tienen su residencia, en concreto en Sevilla: en un barrio. Ponce

de León controlaría varios barrios, iglesias parroquiales o collaciones; pero sobre todo,

la más cerca de su residencia, que es San Pedro, es decir, el palacio de los Ponce de

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León es lo que hoy es la sede de EMASESA, la empresa de aguas de Sevilla, y por eso

se llama la plaza que hay allí Ponce de León. Enrique de Guzmán controlaba el barrio

de San Miguel, esa Iglesia que existe hoy, y que estaba cerca de la plaza del Duque. Lo

que hoy es El Corte Inglés, era la zona del palacio antiguo de los duques de Medina-

Sidonia. Luego, si ya tenemos las dos cabezas de los bandos, observamos que estos

partidos se extienden y quieren controlar la ciudad, cada uno tiene su espacio

determinado, y observamos, como decíamos, que las iglesias parroquiales tienen

muchas funciones, y aquí tienen la de defensa, la gente se protegía en las torres de la

iglesia, y en el templo de la iglesia. Estuvo a punto de estallar el conflicto bélico, de

llegarse a las manos, aunque parece que en todo quedó en una tensión, aunque el riesgo

de confrontación era tremendo.

Vemos como los enfrentamientos son por cuestiones individuales, no de otra

naturaleza, aquí no hay ideología, ni hay una actividad sociológica. La cabeza son estos

altos nobles, pero vamos bajando en los círculos, y el segundo círculo serían Fernando

Arias de Saavedra, el comendador Gonzalo, y el último círculo sería el común, y esos

elementos inferiores aparecen ahí: homicidas, sicarios, vándalos, y su finalidad era

causar temor y pánico en la población. El comentario del texto en el examen, sería todo

lo que sabemos sobre el patriciado y los bandos (TENER COMO IMPORTANTE EL

TEXTO 22). Este hecho demuestra que la historia de la península Ibérica está totalmente

integrada en el contexto de la Europa Occidental, y que tenemos las mismas pautas

evolutivas que el resto del continente.

El común o el popolo

El común, pueblo, o popolo, albergaban en su seno dos categorías, una

intermedia entre los patricios y los desheredados: eran los medianos; y después de los

medianos, ya estaban los grupos inferiores.

Los medianos eran dos grupos: los mercaderes y los profesionales de la

inteligencia. Se pertenecía a este rango intermedio de medianos por un nivel de riqueza,

y también, por una consideración social. La consideración social tiene mucho peso. La

presión de la consideración social hace que incluso los gremios estén jerarquizados. Los

gremios en muchas ciudades italianas se llamaban artes, y hay artes mayores y artes

menores; hay oficios más loables y oficios menos atractivos; de ahí que a nivel también

personal, se juntan grupos de medianos, y grupos sociales inferiores. Dentro de este

grupo de medianos, hay un conjunto de profesionales que son los mercaderes, pues los

mercaderes, fundamentalmente, pertenecen a este rango de medianos. Solamente pasan

de esta burguesía mercantil al patriciado, a la élite oligarca, aquellos que son capaces de

ejercer un cargo público, de ejercer poder en el gobierno de la ciudad, y esa era, junto a

la riqueza: la separación. Por tanto, dentro de esos medianos burgueses, nos

encontramos tres clases diferentes de mercaderes:

-Existen grandes mercaderes, pero también existen mercaderes que se dedican

exclusivamente al abastecimiento, al pequeño abastecimiento de la población. ¿Quiénes

eran los grandes mercaderes? Los grandes mercaderes eran los comerciantes que tienen

negocios mercantiles de larga distancia, participan en el comercio internacional. Estos

negocios cada vez son más prósperos, pues aumenta el número de ciudades, y éstas, son

demandantes de productos, y este comercio no hace más que crecer. Pero no todos los

grandes mercaderes son patricios, sólo aquellos que consiguen ejercer un cargo público.

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También forman parte de los grandes mercaderes, no solamente los comerciantes de

larga distancia, sino los cerveceros alemanes, que hemos dicho son muy prestigiosos.

Al lado, se encuentran los mercaderes que abastecen a la ciudad. Un pequeño

comerciante, un mercader de abastecimiento en París, era Etienne Marcel, que comenzó

como trapero, vendiendo y confeccionando telas de mala calidad, y llegó a convertirse

en el jefe de los mercaderes en París. Resulta pues, que como no lo dejaron participar en

el poder, organizó un levantamiento para cambiar la situación. Otro ejemplo de

mercaderes de abastecimiento son los carniceros. Si los cerveceros estaban encuadrados

en el grupo de los grandes mercaderes, no pasaba así con los carniceros. Los carniceros

tenían un tabú que procedía de la Alta Edad Media, y ese tabú les daba poca valoración

social; era el contacto con los animales muertos, manipular reses que los manchaba de

sangre y otras sustancias, les hacía impuros en la sociedad medieval, y a pesar de que

tenían cierta riqueza no eran aceptados socialmente. En un plano intermedio entre los

grandes mercaderes y los mercaderes de abastecimiento, están los mercaderes

financieros, es decir, aquellos que especulan con el dinero; son los prestamistas, los

cambiadores, los arrendatarios de impuestos; aunque algunos de estos mercaderes

financieros se convierten en grandes comerciantes, son los banqueros que se codean con

los mercaderes internacionales, con los grandes jefes de negocio. La figura del mercader

va evolucionando a lo largo de la Plena Edad Media, el mercader arranca, inicia su

carrera al unísono de los carniceros, de los verdugos, tienen muy mala prensa, y sobre

todo la Iglesia, en la Alta Edad Media, criticó el uso del préstamo abusivo, la usura, y de

la especulación, los carolingios fueron perseguidores contumaces, de tal manera que

siempre se enarbolaban los pasajes del evangelio donde se criticaba el préstamo y la

usura. Pero esta valoración cambia a lo largo de la Edad Media, cambia a partir del éxito

de las ciudades, y si por ejemplo una ciudad tiene una hambruna, la situación es más

llevadera gracias a los comerciantes, ya que pueden subsanar el hambre con su oficio.

Se va conociendo que los mercaderes contribuyen al bien público, y la llegada de la

filosofía escolástica fue magnífica para estos mercaderes. Decían que con su trabajo

aumentaba la calidad de la vida, mitigan las catástrofes, sin embargo, a pesar de que la

escolástica mejoró mucho la valoración de los mercaderes en la Edad Media, los

mercaderes siempre tuvieron problemas de conciencia, y siempre que un mercader abre

su libro de contabilidad, lo hace invocando el nombre de Dios. Francisco de Asís,

representa el desprecio, la línea tradicional de la Iglesia, el desprecio a todo tipo de

riqueza o negocio.

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Escrito por Benedetto Cotrugli es el primer escritor de contabilidad de Europa, y

su manual de contabilidad está escrito en italiano, y trata sobre la mercancía, la

actividad mercantil y el perfecto comerciante. Este texto está escrito en el año 1458, y el

autor, siendo natural de una República independiente de Venecia, después se fue a vivir

a Nápoles, y allí murió. Este personajes fue consejero del rey Fernando I de Aragón.

El texto cuenta como hasta los grandes intelectuales van buscando a los

mercaderes, también la gente del poder, la gente importante en general, pues ningún

hombre de oficio, dice, no ha sabido manejar el dinero como lo hace un mercader

honrado. Se le da honradez a los mercaderes.

-Estos grupos son movibles, son fluctuantes, no son rígidos, y si se arruinan pasan al

rango de los menores, pero si vuelven a enriquecerse pasan de nuevo a ser medianos.

Hay impermeabilidad social, no son cuerpos estancos totalmente sellados.

-Estamos hablando de la plebe, el común, el pueblo, que se divide en los

medianos y en los inferiores. Anteriormente hemos descrito a los medianos, el primer

grupo eran los mercaderes y empresarios, pero el segundo grupo y último son los

profesionales de la inteligencia. Este conjunto de personas se caracterizan porque

poseen una formación intelectual, han aprendido un oficio en la Universidad o en la

escuela; o también han aprendido el oficio de un notario, de un cirujano, de un barbero,

o un contable, etc. Los profesionales de la inteligencia aumentan en número a lo largo

de los siglos XIII, XIV, XV; esto se debe a que aumenta la demanda de los servicios,

tanto en el ámbito privado como en el público. Estos profesionales constituyen social y

económicamente un grupo intermedio, una clase media en la sociedad urbana, claro que,

alguno de ellos traspasaron estos límites y escalaron socialmente. Por ejemplo, un

aumento de este ascenso social son los juristas, los abogados, y los médicos, como en

París en el siglo XIII, donde se les permite a los médicos y a los letrados, que puedan

vestir trajes de telas ricas, y esta revelación denota ese ascenso social, ya que el común

no podía vestir con ricas túnicas como los pobres. En Génova, las gildas o artes de los

maestros de gramática gozaban de un estatuto superior a las demás gildas o artes.

Grupos relevantes de estos profesionales de la inteligencia, como hemos dicho, son los

médicos, que no son muy numerosos, que empezaron a escalar en relevancia social. En

la segunda mitad del siglo XIII, dos ciudades italianas como eran Verona o Milán,

contaban con 5 médicos por cada mil habitantes; e incluso otras ciudades italianas, sus

gobiernos respectivos, contratan a médicos que atiendan las necesidades de salud de los

más desfavorecidos. Por ejemplo, la ciudad de Venecia, en el año 1334, tenía

contratados 13 médicos para cubrir esta necesidad de los más desfavorecidos. También

a partir del siglo XIV, se desarrolla la administración, la burocracia administrativa, y

con ese desarrollo también se desarrolla la cultura del documento escrito, la extensión

del documento escrito, por tanto, revitaliza y asciende a dos actividades de la profesión

de la inteligencia: a los funcionarios, y sobre todo a los funcionarios juristas, los del

derecho, y también a los notarios y escribanos públicos. El documento escrito también

se beneficia de la expansión de las actividades económicas, el boom económico

coincide con el administrativo, y entonces se necesita un profesional que de fe de la

veracidad de todas las operaciones, tanto administrativas como económicas. Es

necesario, por ejemplo, constituir las sociedades comerciales ante notario, la compra-

venta se hace ante notario, el reconocimiento de deuda, los testamentos, las dotes, los

contratos de trabajo; como vemos, es cada vez más imprescindible el trabajo de estos

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notarios públicos. Cipolla ha estudiado el ascenso de esta profesión y ha dado datos

concretos. En Polonia, en el año 1283, afirma que había 212 escribanos públicos y de

notarios por cada mil habitantes. A los notarios se les suma estos funcionarios juristas, y

entre notarios y funcionarios juristas, las ciudades alcanzan un 12% de estos

profesionales. Por ejemplo, en Milán, existían 1.500, las ciudades italianas tienen unas

tasas entre el 10 y el 12 %, pero fuera de Italia las cifras se reducen a un centena

aproximadamente. Relacionado a lo jurista, está la justicia, otro servicio demandado en

las ciudades, y este ámbito, hace que aparezcan unos profesionales de la inteligencia

vinculados a esta actividad: jueces, procuradores, abogados o letrados, los asesores

oficiales de los jueces… todo un conjunto de especialistas. Este tipo, en las ciudades

italianas se nutren con los miembros de familias nobles, en cambio, en el sur de Francia,

como en Lyon, no son familias nobles, sino que son inmigrados, personas que se han

trasladado a las ciudades desde el campo, por lo que la presencia en estos quehaceres

variopinta. Por todo esto, médicos, notarios, jueces, habían alcanzado una relevancia

social, pero entre ellos mismos, tenían que marcar una diferenciación social, en el

mismo seno o cuerpo de profesionales de la inteligencia. Esto se consigue a través del

aprendizaje, la enseñanza de los conocimientos de sus oficios; ése será el elemento

diferenciador, por ejemplo, los abogados y juristas, estaban por encima de los notarios,

pues los juristas y abogados habían aprendido su profesión en las aulas universitarias;

por el contrario, un notario aprende su oficio de otro notario, en un ámbito particular,

lejos del ambiente universitario. Igual ocurría con los médicos y cirujanos; los médicos

tenían mayor valoración social, pues aprendieron en la Universidad, mientras los

cirujanos aprendieron su profesión parcialmente como bachilleres, y sobre todo, por la

experiencia de otros cirujanos. Los médicos y los cirujanos se diferenciaban también de

los barberos, que además del corte de cabello, actuaba como dentistas o sangradores, es

decir, ejercían ciertos conocimientos médicos que eran empíricos. La enseñanza, fue

totalmente mimada por los gobiernos de las ciudades, y vamos a leer un tipo de

enseñanza privada y particular.

Esto es un manual de enseñanza dirigido a los mercaderes, para que sepan tener

al día sus negocios. Habla de la pluma, lo que quiere decir que el mercader tiene que

saber leer y escribir como requisito fundamental. Todavía no tiene la sensación de que

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101

sus negocios sean lícitos, por eso, los negocios en el Libro Mayor deben realizarse

procurando el favor de la divinidad. El libro es pedagógico, docente, como manual de

enseñanza para los mercaderes, para los profesionales de la inteligencia.

Giovanni Villani, en el siglo XIV escribe lo siguiente:

“encontramos que muchachos y muchachas que están leyendo, son 8.000 en las

escuelas de Florencia”.

-Los profesionales de la inteligencia se consolidan como grupo mediano, y dentro de

ellos, la consideración social se basa en el modo de aprendizaje, siendo preeminente la

Universidad.

Los Grupos Inferiores

Es el sector más numeroso de la población urbana, y dentro de ellos se

diferencian por el tipo de actividad y los ingresos económicos. Hay una gran diversidad,

calificada según los dos tipos vistos, y pertenecen básicamente a tres sectores: el

primario, secundario y terciario. El Sector Primario: es la actividad agraria, en las

ciudades medievales, hemos visto como la actividad agraria casi desaparece, pero no

por completo. En las ciudades grandes, el porcentaje de la población dedicada a la vida

agraria, es insignificante, y Florencia, sólo tiene un 0,4% de campesinos, pero en las

ciudades medianas y pequeñas está entre el 8 y el 12%, como en las ciudades de Pisa o

Sevilla. En las ciudades pequeñas aumenta ese porcentaje hasta el 65-69%.

Tenemos aquí el grupo de la población activa de los minores, y vamos a empezar

por ejemplo en la ciudad de Toulouse, donde en 1398, donde vemos que el porcentaje

de la agricultura, en la última cifra, es un 11’2, por lo que es una ciudad de tipo medio,

como Sevilla. En cambio la ciudad de Florencia tiene el 0’4%, siendo muy significativa

la diferencia con una ciudad grande, industrial. La ciudad de Sevilla es de tipo medio

también, y llega al 19’9, porque se le añade la gente dedicada al mar, a las labores

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marítimas. En contraposición tenemos el caso de Carmona, como ciudad pequeña, que

tiene un 69’3%. En cambio, el sector secundario, es el segundo en importancia, y hay

que fijarse en la ciudad de Toulouse, donde el 28’6% es textil, el 16’3% la alimentación,

el 13’1% la industria de la piel y el cuero, el metal el 8’6, el comercio el 11’4. En

Verona tenemos el textil al 37%, la alimentación en el 23%, la piel y el cuero el 10%, la

construcción el 7%. Lo mismo tenemos en Frankfurt, en Florencia, y en Sevilla; lo que

quiere decir que las actividades secundarias, el artesanado, es el segundo grupo más

importante. Este cuadro de actividades, lo vemos aumentado a continuación:

Aquí vemos como la tendencia siempre es la misma, pero, aparte de esta visión

cuantitativa, veremos una condición cualitativa en el documento número 28.

En este documento tenemos las partes o gildas divididas en artes mayores (que

tienen una mayor consideración social), en artes medias, y en artes menores. Los

oficios más valorados eran los que se pueden observar ahí: jueces, notarios, médicos,

cambistas, peleteros; es decir, toda la industria textil y los profesionales de la

inteligencia, ocupan los primeros puestos de la tabla. Las artes medias son otros oficios:

carniceros, zapateros, herreros, carpinteros, etc. Por último, los menores serían los

cerrajeros, los zurradores, panaderos, etc.

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Oficios más representados en diversas ciudades

En Florencia en el año 1427, tenemos que el oficio más realizado es el de

notario, y luego los funcionarios de la administración, los tejedores, los zapateros, los

laneros, etc. Tenemos pues, una relación que siempre incluye la industria del cuero,

textiles, y los funcionarios de la inteligencia, como los que ocupan los primeros puestos.

Los mismo ejemplos tenemos en Hamburgo, y San Geminiano. Sólo queda observar la

gráfica con atención, y veremos cómo los grupos menores o inferiores, tienen una

representación escasa en el sector primario, pues el mundo rural no es propio de las

grandes ciudades, y esta tendencia continúa hasta la actualidad, de tal manera que hoy

un Estado en el que el mundo agrario o primario sea el más importante, indica, que es

un país atrasado, un país subdesarrollado. Dentro de estos grupos menores o inferiores

se encuentra el artesanado, que no es un bloque homogéneo, hay una gran diversidad de

profesiones, tanto por los oficios distintos, como por la característica de cada ciudad,

pues cada una puede representar una cierta forma de economía, como especializarse en

el sector del cuero, etc. La gran variedad está en el interior de cada profesión, los oficios

se realizaron en gremios, y cada gremio se estructuraba en:

-maestros

-obreros

-aprendices

La situación de los maestros de gremio no es idéntica, y se podían dar tres

situaciones diferentes: el maestro como empresario, que llevaba la gestión de su

empresa. Este maestro autónomo empresario, independiente, es el maestro empresario

que trabaja para el abastecimiento local de ciudades de tipo medio como eran Nantes, o

Ávila. Pero cuando se pasa a otro nivel de ciudad, de tipo grande, como Milán, resulta

que ya no es empresario el maestro, sino que es el dueño del taller, y el empresario es un

mercader que lo contrata, le proporciona un encargo, tiene que producir una

determinada cantidad de objetos manufacturados, y en esta circunstancia, el maestro es

simplemente dueño del taller que trabaja para un empresario mercader. Él recibe la

materia prima del mercader, y cuando termina la producción se la entrega por el precio

estipulado al mercader-empresario. La tercera situación, es que el maestro no es

siquiera ni el dueño del taller. Se dan las tres circunstancias pues, dueño y empresario,

dueño sin empresa, y ni siquiera dueño de un taller.

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Hay un listado de profesiones artesanales que tienen más prestigio que otras, los

oficios aquí se llaman artes, y por supuesto, hay profesiones más cotizadas: las artes

mayores. Pero hay también artes viles, que son los oficios menores. Esta mentalidad de

los oficios procede de la ideología proporcionada en la Alta Edad Media por la Iglesia,

aunque hay una tradición que procede del mundo romano y del germano. Hay algunos

oficios que son tabúes, que producen impureza, arrojan infamia sobre el honor, la

consideración social. Los romanos eran todo contra el trabajo manual, y también por

tradición germana aparecen una serie de oficio ilícitos, viles, que contaminan, que

producen manchas. Todo ello se rodea en la Alta Edad Media de una imagen del trabajo

negativa, el trabajo es la prueba del pecado original, una losa sobre los hombres por el

pecado de Eva y Adán: “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Era algo peyorativo,

pero en cambio, con el desarrollo económico de las ciudades, tiene que cambiarse esta

ideología, y la calidad de vida es innegable en la ciudad, por lo que se entra en

contradicción con esa ideología, y el trabajo no tiene que verse como una carga, sino

como algo inherente a todos los seres humanos, que con el trabajo contribuyen al

progreso. La escolástica surge en el siglo XII, y el mercader pasa de realizar una

profesión ilícita a todo lo contrario. Este contable que leíamos, aconseja que el libro de

cuentas sea iniciado con advocación a Dios. Los mercaderes, además siempre donan a

las iglesias obras de arte parar hacerse perdonar. Muchas profesiones, por la ideología

escolástica, pasaron de ser ilícita a ser aceptadas, pero siempre con una jerarquización.

Todos los oficios eran necesarios para la sociedad, el trabajo dignifica, y a partir del

siglo XII, aquellos que no se integran en el sistema, se le aplica una política represiva, y

los vagabundos son considerados parásitos de la sociedad, es el contravalor de los

artesanos, y tanto se enfatiza el trabajo que incluso hay una profesión cuestionada que

se intentó poner al nivel de las artes: la prostitución. Se estaba levantando la catedral de

Notre Dame de París, y cada oficio estaba deseoso de donar unas vidrieras en la

Catedral, por lo que luchaban los oficios por tener un ventanal, y las prostitutas de París

no querían ser menos, y presentaron una solicitud que produjo escándalo. Claro que los

escritos, las opiniones, no eran todas fervientes del rechazo, pues hubo canónigos que

pensaron que podía ser factible que las prostitutas donaran una vidriera, claro que,

finalmente, se declinó la posibilidad.

Los artesanos, sabiéndose responsables del bienestar de las poblaciones, eran

muy celosos de su prestigio social. Sobre todo, donde manifestaban su éxito económico

o social, era en las fiestas, en celebraciones como en el Corpus. En París, en el año

1431, Enrique VI como nuevo Rey entra en la capital francesa, y al entrar, tiene que ser

recibido bajo palio por distintos oficios de la ciudad. Se levanta un pleito porque

protestaban los que habían quedado fuera de llevar las varas del palio. Siete oficios de

París tuvieron el honor de portar los varales del palio desde las puertas de la ciudad

hasta la catedral; dichos oficios fueron los siguientes:

-Los notarios

-Los pañeros

-Los cambiadores o banqueros

-Los orfebres

-Los mercaderes de las especies

-Los peleteros

-Los carniceros

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En todas las ciudades de la Edad Media existe una suspicacia, un control, un

mantenimiento de lo que manifiesta la gloria de un oficio sobre otro. Si los maestros

luchaban entre ellos en los pleitos ceremoniales, ¿qué pasaba con los trabajadores

ordinarios, los obreros y aprendices? Las fuentes no son muy informativas, pero

obviamente, también había recelos, ellos no eran menos, y el gran estudiosos de este

mundo de trabajadores, de oficiales y aprendices, ha sido, el historiador polaco

Bronislaw Beremek. Este hombre es un gran historiador, estuvo estudiando en la

Sorbona de París, y de su estancia en Francia surgieron trabajos magníficos sobre el

artesanado. Sobre este tema, llegó a la siguiente conclusión: los asalariados y los

aprendices también se reunían, y eran celosos de su reconocimiento social, pero eran

celosos no frente a los maestros, sino frente a los intrusos, a los inmigrantes. Concluye

Beremek, que los gremios, por tanto, nunca constituyeron un instrumento por parte de

los asalariados y de los aprendices de mejora social, sino que fueron y se contentaron

con ver los gremios como un instrumento de integración; es decir, los inmigrantes

llegaban a la ciudad, y lo que querían era pertenecer a un gremio, para asegurarse su

vecindad en la ciudad. El gremio era visto como una plataforma de aceptación social, y

de garantizar la paz urbana dentro de la ciudad. Beremek dice que la gran mano de obra,

no eran los asalariados o aprendices, eran los inmigrantes, los que no habían aprendido

un oficio, y será esta masa de trabajadores sin cualificación los que lleven a cabo las

grandes revueltas urbanas de la Baja Edad Media, como la de los Ciompí florentinos, en

el año 1378. Los ciompí eran contratados como mano de obra barata para teñir los

tejidos, por eso se llamaban ciompí o uñas azules, por el destiñe. Los trabajadores, a

secas, los hay en todas las ciudades castellanas, y se alquilan yendo a determinados

lugares de la ciudad, la plaza pública o la puerta, allí son contratado, y se dice que el

80% de trabajadores era gente contratada no cualificada.

Dentro de esta mano de obra, de este mundo artesanal, hay trabajadoras, mano

de obra femenina, y en algunos casos de forma muy destacada. Las mujeres trabajan en

las ciudades. El primer lugar de trabajo de las mujeres es su propio hogar, su propia

casa, allí preparan pan, confeccionan vestidos, colaboran con su marido en los negocios,

en las empresas; pero sobre todo, trabajan como hilanderas o cargadoras. Son

mercaderes los que contratan esta manos de obra femenina como cargadora o hilandera.

El segundo lugar de trabajo son los talleres gremiales, por ejemplo, en Colonia, las

mujeres terminaron organizando gremios, corporaciones de oficios. Hay tres gremios

femeninos como mínimo entre los siglo XIV y XV. En Colonia, están los gremios de las

hiladoras, las tiradoras, y las tejedoras de seda. Pero Colonia no es el único caso,

aparecen peleteras en las ciudad de Frankfurt, en Ratisbona, y hay otros oficios

realizados por mujeres en la ciudad de Tours; y en el año 1436 también hay sombrereras

y colcheras. Parece que las mujeres sólo ocupaban los oficios textiles, pero también

sabemos por otras fuentes que las mujeres realizaban trabajos pesados, que hoy día nos

pueden chocar. En Sevilla, había trabajadoras dedicadas a la fabricación y reparación de

las redes que se utilizaban en la pesca, eran las rederas, y este era un oficio

fundamentalmente femenino. También en Sevilla hay mujeres dedicadas a la

construcción, y otras son transportistas de materiales. Igual ocurre en la ciudad francesa

de Toulouse, que aparecen mujeres dedicadas al ámbito de la obra. Otra renovación de

la ciudad, es que la mujer adquirirá una serie de derechos que paliará la imagen negativa

y nefasta que la mujer había adquirido hasta esa fecha.

El Sector Terciario: después del artesanal, es el sector más numeroso en la

ciudad, y es también muy diverso, pues está compuesto por un elenco de actividades

Page 106: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

106

diferentes: son los transportistas, los comerciantes, los que se dedican al abastecimiento

de la ciudad, el servicio doméstico… hay muchos escalones en el sector terciario, y

veremos los más importantes. El primero es el de la alimentación, que obviamente, está

presente en todas las ciudades. Hay que garantizar el suministro de artículos

alimenticios, y en torno a este mundo del abastecimiento, aparecen modestos

comerciantes como los tenderos. En la Edad Media, este oficio de suministro de víveres

está en manos de unas personas llamados regatón, o regatones, eran hombre y mujeres

dedicados a la venta de productos alimenticios. También, los funcionarios modestos

pertenecen a este sector, y hay algunos oficios muy descollantes, como el caso de los

hoteles, de la hostelería, del hospedaje… El gran estudioso del mundo de la hostelería

es Philippe Wolff, que ha estudiado sobre todo la ciudad de Toulouse, que contaba en el

siglo XV con unos cincuenta hoteles o albergues. Toulouse era una ciudad de rutas de

diversidad de caminos, y contaban con 50 albergues que ascendiendo a 70 a finales de la

Edad Media. Estos albergues contaba cada uno con 5 o 6 camas. Se terminan levantando

15 más, con una capacidad de 190 camas. Según sus cálculos, entre 1.000 y 1.500 eran

las personas que podían pernoctar en Toulouse a mediados del siglo XV, contando con

una población de 25.000 personas.

Otro sector, también terciario muy importante, es el del transporte: hay trasporte

terrestre, fluvial, y marítimo. La flota veneciana era impresionante, y Sevilla tampoco se

quedaba atrás con más de 180 propietarios de barco. Enrique Otte, hispanista alemán, ha

estudiado muy bien esta población terciaria en nuestra ciudad. Otra profesión terciaria

muy sobresaliente era el servicio doméstico. Bajo el calificativo de criado o criada, se

esconden muchas realidades. Las nodrizas eran llamadas criadas, muchos esclavos

también eran llamados criados, un ayudante de cámara también es llamado criado.

Muchas veces residen en la casa del amo, del casero, pero otros tienen su propio

domicilio. Casi la mitad de las casas urbanas tienen criados, la mayoría, disponen de un

sólo criado o criada, y solo un 10% posee más de tres criados. Los criados o criadas que

viven en su propia casa representan, en la Baja Edad Media, entre el 10 y 15%. Una

práctica es que los padres situaban a sus hijas desde niñas en el trabajo de criadas, se

convertían en sirvientas, y la explicación reside en que así se quitaba una boca que

alimentar, algo costoso en los hogares pobres, y por eso, la niña entraba en una casa en

torno a los 5 ó 6 años, aunque lo normal era en torno a los 10 años. Entraban siendo

niñas, y cuando salían de la casa era para casarse, en torno a los 18 años, y

generalmente, la dote había sido sufragada por su amo. Los amos más generosos

sufragaban los gastos del entierro de estas mujeres u hombres cuando fallecían.

También muchos contratos de criados o criadas, se realizaban para pagar las deudas que

hubiera contraído el padre. Estas criadas o criados, una gran parte, proceden de los

inmigrantes rurales. En Génova, los criados son jóvenes mozalbetes que llegan de las

montañas. En Venecia, los criados proceden de las Islas Griegas del Mediterráneo. Los

criados y criadas de Córdoba, también proceden fundamentalmente del medio rural. Los

amos, los cabeza de hogar de la familia, contratan esta mano de obra servil, más por

cuestión de imagen, de prestigio social, que por cualquier otra razón. Llevar un criado

acompañado en el paseo, es una demostración de riqueza, refuerza la posición social del

amo, y evidentemente, la presencia femenina es más numerosa en este mundo de la

servidumbre, pues los varones son los menos. Hay tres formas de pagar el trabajo de la

sirvienta:

1. Una primera forma es en especie, no se le da salario, se le da alojamiento,

comida y vestido.

Page 107: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

107

2. En otros casos, durante un tiempo, se le paga en especie, y después con

salario.

3. Por último está el pago únicamente en salario, la forma más habitual de pago

en el siglo XV.

Hay que decir, que en las grandes ciudades, en el siglo XV, incluso se crearon

agencias de colocación, que fijaban las tarifas que habían de pagar las propietarias por

el servicio doméstico, y a cambio, estas agencias procuran certificados de buena

conducta. Ésta, es una sociedad de pobres, las ciudades medievales presentan unos

niveles de riqueza desalentadores, y entre el 25 y el 50 % de la población está dentro del

estatus de la pobreza. Los niveles de riqueza, son muy diferentes, la pobreza, sobre todo

se agudizó en la Baja Edad Media, y tras la Peste Negra, se conoció un recrudecimiento

de los pobres. La pobreza ha sido estudiada por dos grandes historiadores: Chevalier y

Mollat.

Vemos la definición del historiador Bernard Chevalier:

No tienen capacidad de mantener un depósito económico de reserva, sólo

cuentan con su fuerza de trabajo. Mollat, dice del pobre:

La pobreza tiene una gradación, pues Mollat, dice que puede ser transitoria o

permanente, pues si se carece de salud, es entrar en la pobreza, tanto como no tener

dinero, todo incide en el tipo de pobreza. En la Edad Media, la pobreza, más que un

concepto económico, era un concepto social, se considera pobre a aquel que es

desgraciado, tiene una limitación, y puede ser porque ha perdido la salud, o porque ha

nacido con una limitación de nacimiento para la acción de trabajar. También existe otra

perspectiva, por ejemplo, un noble, que tiene que llevar un tren de vida, pero si se ha

empobrecido, sin poder rodearse de criados, si no puede cazar o participar en los

torneos, es considerado un pobre, aunque eso no quiere decir que económicamente sea

pobre, sólo que ha perdido capacidad. Lo mismo ocurre con un trabajador de un gremio,

que ha perdido el trabajo, y es considerado pobre en el sentido social. Paralelamente a la

consideración social, está también la material, y dentro de la material, sobre todo son las

mujeres el elemento social más desheredado, decir viuda es decir pobre de solemnidad;

y las esposas de maestros de taller entraban en la más profunda de las miserias al

enviudar. También los huérfanos, pero la miseria, la pobreza, no es compacta, tiene

muchas gradaciones, y no es lo mismo una familia que tenga muchos miembros, que

otra que cuente con un hijo o dos hijos nada más. Siempre se estaba al borde de la

miseria, y también hay que tener en cuenta las necesidades tales como la conformación

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108

de la dote, algo que arruinaba a las familias. También el bautizo, una boda, podían

suponer entrar en la miseria.

Este texto es una estrofa de la obra del escritor francés Chretien de Troyes, a

quien se le considera el padre de la novela europea, y tiene esta poesía donde relata muy

bien el nivel de pobreza de las tejedoras, que presentan un cuadro verdaderamente

lastimoso. Aquí se ve la pobreza económica, pero también social, la escasez de medios

es evidente, y se ve cómo trabajan duramente sin obtener mejora ninguna. Es un

ejemplo de mano de obra femenina de pobreza y de miseria, los grupos más lamentables

de la población urbana. La fuente es una fuente narrativa, una creación poética que

refleja muy bien ese ambiente social.

25.- Abusos de los empresarios oligarcas.- María de Lices declara bajo juramento que

su madre, la difunta Sara de Lices, sirvió al señor Jean Boinebroke fabricando tejidos

durante doce años o más, y cuando ella hizo sus cuentas con el señor Jean, tuvo que

tomar géneros en especie por más de lo que valían, por miedo a perder la clientela del

dicho Jean, y sus ganancias. Esto lo estima en más de 48 libras de París, la cuales

reclama (G. Espinas: Les origines du capitalisme, Lille, 1933).

-Jean Boinebroke

-Empresario (mercader)

-Tejedora: casa: lugar de trabajo

-Sara de Lices / María de Lices

Es una fuente documental, pues es un reclamación judicial, donde la demandante

es María de Lices, que declara que ella ha heredado de su madre el oficio de tejedora, y

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109

trabaja por contrato, por encargo de un mercader empresario que se llama Jean

Boinebroke. A la muerte de su madre realiza unas cuentas, y éste, le había exigido a la

madre por materias primas, un precio mucho más elevado respecto al mercado; la madre

tiene que pagar en especie por los productos que había tejido, y tiene que pagar más por

miedo a perder la clientela, los encargos del trabajo del mercader, y la hija calcula lo

que ha pagado su madre de más, por lo que reclama por vía judicial este abuso del

mercader. Los hilos de este mercader se los ha cobrado más caros, y ella reclama que el

precio por saldar la cuenta, es mucho mayor de lo que hay en el mercado.

Marco de Sociabilidad. Cofradías y gremios.

Hemos visto la sociedad urbana constituida grupos superiores, una clase media,

y por los grupos inferiores; este último conjunto social, el de los pobres, se caracteriza

por tres notas distintivas:

1. Hay una jerarquización, una diferenciación social, no es un grupo, una

sociedad igualitaria, sino que está fuertemente jerarquizada

2. En los escalones inferiores, hay un gran igualitarismo, que procede y descansa

en la escasez de recursos materiales.

3. Por último, esta sociedad está atravesada por una gran corriente espiritual.

Por estas tres razones: jerarquización, espiritualidad, e igualitarismo debido a la

estrechez económica, esa acusada diferenciación social, hace fácil la comprensión de un

fenómeno de sociabilidad muy propio de la Edad media en las ciudades: ese fenómeno

son las cofradías. El historiador Bernard Chevalier afirma que las cofradías fueron una

institución clave del sistema urbano, y afirma que las cofradías fueron clave porque a

través de ellas se operó la sociabilización, o lo que es lo mismo, la integración de los

individuos en el mundo urbano. Las cofradías fueron los vehículos, los instrumentos,

que integraron a los vecinos en la ciudad con un sistema de ideas, de valores, y de

pautas.

Veremos con más detenimiento lo que son las cofradías. No surgieron de forma

espontánea, sino que tuvieron unos orígenes. Hay algunos historiadores que relacionan

estas cofradías urbanas con unas celebraciones, rituales de la tradición germana, que

practicaban cada cierto tiempo en comunidad, una reunión donde la comida y la bebida

eran los elementos fundamentales de dichas asambleas. Generalmente, esas reuniones

terminaban en borracheras, en escándalos, y de ahí que los clérigos en época Carolingia

las prohibiesen, empezaran una política de oposición a esas comilonas que acaban en

escándalo, en orgías, etc. Por ejemplo, el obispo de la ciudad de Reims, Hincmaro, es

uno de los religiosos más señalados en esta política de eliminación de la tradición

germana. Sin embargo, en el siglo XI, las cofradías vuelven a aparecer, tenemos

constancia de su existencia en ciudades italianas y también inglesas. Estas cofradías

inglesas, también flamencas o italianas, están relacionadas con las gildas de los

mercaderes, por lo que también tienen un vínculo con las asociaciones de comerciantes.

En el siglo XII se extendieron por toda Europa, parecía un fenómeno imparable, pero el

siglo XIII fue un siglo de dificultades, pues fue un siglo otra vez de limitaciones, de

intento de frenar la eclosión de las cofradías, y según historiadores como Beremek, se

Page 110: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

110

explica este intento de parálisis de las cofradías porque eran instituciones donde

predominaba el elemento social más pobre de la ciudad, y también predominaban

aspectos igualitarios, y esta reivindicación igualitaria, de que fueran pobres y

desheredados los que se apuntasen a las cofradías, hizo recelar y desconfiar a las

autoridades, y por eso, el siglo XIII fue un siglo de contención. Pero a partir de la Peste

Negra (1348), en el siglo XIV, de nuevo, las cofradías se extendieron de forma

irreversible por toda Europa. Una ciudad de 10.000 habitantes podía tener entre 100 y

150 cofradías, lo que puede darnos una idea del éxito de las cofradías al final de la Edad

Media.

Rasgos característicos de las cofradías:

1. Las cofradías tendrán un carácter maleable, pues aparecen, desaparecen, se fusionan

unas con otras; no tienen una gran estabilidad.

2. En segundo lugar, la composición de las cofradías son de diverso tipo. Las cofradías

son asociaciones en las que pueden participar todos los vecinos de la ciudad: hombres,

mujeres, ricos, pobres, esclavos…

Podemos distinguir hasta cuatro tipos de cofradía en la Ciudad Medieval:

1. La cofradía vecinal, una cofradía de barrio, o de parroquia, por tanto, el barrio

o la parroquia es el elemento aglutinador.

2. Las cofradías de oficio, son aquellas en las que la mayoría de sus

componentes tienen una misma profesión: panaderos, zapateros, etc.

3. El tercer tipo son las cofradías sociales: nobiliarias, de trabajadores, de un

mismo grupo de inmigrantes.

4. Por último, están las cofradías generales, que son las cofradías propiamente

dichas, no tienen ningún tipo de requisito o limitación para formar parte de ellas,

y pueden pertenecer tanto ricos como pobres, laicos como eclesiásticos, etc.

Sin embargo, el carácter igualitario, estos tipos de cofradía que en principio son

igualitarias, observamos en su funcionamiento que son los más ricos, los más

poderosos, los maestros de gremio y de taller, los que se convierten en las autoridades

de estas cofradías. Visto el origen y la composición de las cofradías veremos el tercer

aspecto.

3. La cofradía es una asociación religiosa, no confundir con los gremios, y se constituye

con dos objetivos:

3.1. Realizar determinados actos de piedad, dar salida a un perfeccionamiento

religioso de sus miembros, pero tienen un segundo objetivo que es la ayuda mutua, el

socorro, la ayuda de sus componentes.

3.2. El primer objetivo de las cofradías es el culto: las cofradías siempre se

colocan bajo la advocación de un Santo Patrón, o de la Virgen, o del Espiritu Santo.

Hay cofradías cuyo patrón es San Roque o San Sebastián, y son santos taumaturgos, que

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111

protegen de las enfermedades. Hay otras cofradías que tiene de Santo Patrón a San

Cristóbal, que protege de la muerte súbita; según la creencia popular todo el que viera a

San Cristóbal, tenía la certeza de que ese día no iba a morir. Hay otros santos que

coinciden con la actividad de ciertos gremios, San Eloy está relacionado con los

orfebres, o San José con los carpinteros. Estos santos, realizan sus cultos según la

potencialidad económica; si tienen mucho dinero tienen su capilla en una parroquia o

iglesia. Si tienen menos disponen de un altar, y si tampoco se pueden permitir el altar,

se contentan con realizar sus oficios en el Altar Mayor. Las cofradías más pudientes

tienen un capellán propio, se independizan del presbítero. Desde el punto de vista

cultual, la fiesta más apetecida es la del patrón o patrona, y se convierte en el pretexto

para exhibirse públicamente, se organiza la procesión, es un espectáculo, pues todo el

fasto, la pompa de los miembros de esa cofradía, se expone en las calles para

demostración ante los demás vecinos; los trajes, todo queda exhibido. Algunas cofradías

complementan la procesión con la exposición de los misterios, las escenas de la pasión,

de la vida de la virgen, como si de un drama se tratara, por lo que representa un origen

del teatro, siendo un espectáculo admirado y aplaudido por toda la vecindad. Este día

del patrón, se culmina con el acto más solicitado, la comida colectiva, es el exponente

de sociabilidad más sobresaliente, tiene tanto valor como la propia liturgia de la

procesión, o de los misterios y milagros. La comida colectiva demuestra la cohesión de

los cofrades, la homogeneidad de todo el grupo. Estas comidas colectivas son

banquetes, y pueden durar todo el día. Esos banquetes van acompañados de bailes, de

bebidas y de consumo de alimentos. Esas comidas colectivas requieren el pago de los

gastos, por tanto, la cofradía tiene una caja o depósito donde se va reuniendo el dinero

necesario a lo largo de un año para la dicha celebración. Claro que la cofradía tienen un

sentido religioso que se recoge hacia los pobres por sus cofrades. Algunas cofradías

sientan en sus mesas a un número determinado de pobres. El estatuto de la cofradía de

San Pablo, en París, marca un número de gente pobre que se admite en la mesa de la

cofradía. En otras cofradías se reparte pan, o un porcentaje de alimentos. En otras

cofradías se reparte un porcentaje del gasto, y en otras, se reparten las sobras de la

comida ritual, de esta comida colectiva.

Esta religiosidad practicada en las cofradías, es una religiosidad ritual, es el

rasgo dominante de cómo se entiende la religión en las ciudades medievales, no es una

religión reflexiva, mística, sino totalmente ritualista. Hay que participar de la

celebración, ir a la misa de los difuntos, pero luego, no ninguna otra demanda de

espiritualidad., hasta que a finales del siglo XIII aparece otra nueva manifestación de

piedad religiosa: las cofradías de los disciplinantes. Son cofrades que imitan a Jesús en

la Pasión, y para obtener el perdón, en el momento de la Pasión salen por las calles

azotándose, flagelándose. Esta modalidad religiosa está muy relacionada con los

franciscanos, que introducen el culto de la Veracruz, de la verdadera cruz de Cristo.

Esto influyó mucho también en las ciudades, y a lo largo de la Baja Edad Media va a

tener una gran difusión. En Sevilla, las cofradías disciplinantes, fueron las asociaciones

que desarrollaron la Semana Santa, que está relacionada con este mundo espiritual y

religioso. Pero en la piedad religiosa de las cofradías, mucho más que asistir a la misa

del difunto, de la fiesta del santo Patrón, el culto más importante eran las candelas,

tener siempre encendidas las velas del Altar ante la imagen del patrón o patrona, existe

una verdadera obsesión porque estén encendidas las velas que iluminan la capilla. De tal

manera, que en Inglaterra o los Países Bajos, la candela, es un sinónimo de cofradía. En

Inglaterra las cofradías que tienen fondos económicos contratan a un empleado para que

día y noche las velas estén encendidas, y se crea un oficio que es el de cuidador de las

velas, y que aparece con el nombre de ligthman.

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112

3.1. (Prolongación): Hay otra finalidad de la cofradía que es la ayuda mutua, el

socorro; que tenía dos vertientes: una, es la ayuda al pobre propiamente dicha, el

alimento y los cuidados; la otra, es que la cofradía ofrecía a los habitantes de las

ciudades remedios sobrenaturales contra las adversidades de la vida, era un seguro

contra ciertas calamidades, pero también, era un seguro de Salvación, del más allá, del

ultramundo. La ayuda mutua se dirige más al tema de la Salvación que a otra cosa, es la

obsesión por el más allá, por la vida eterna, y es por esto por lo que tuvo tanto éxito el

mundo de las cofradías. Cuando un cofrade moría sabía que sus compañeros no se

olvidarían de su alma, y que se celebrarían misas para su salvación. Las cofradías tiene

una deleitación en todo el proceso de las pompas fúnebres, por darle una buena

sepultura a sus miembros, y en el estatuto se describe todo el protocolo. El estudioso de

las cofradías medievales, Vauchez, afirma que la ayuda espiritual se buscaba más que la

ayuda para la propia vida. Se prefería prosperar en la muerte antes que en la vida. No

obstante, las cofradías dentro de esta finalidad de la ayuda mutua, también

contemplaban la ayuda material, aunque subordinada a la muerte. Esto consistían en dar

de comer, alojamiento a un cofrade que estuviera en mala situación económica, podían

ser tres días, o una semana, eso dependiendo. También se le podía ayudar en caso de

enfermedad, se le acompañaba si salía fuera de la ciudad para protegerlo; también

recibía ayuda en caso de pleitos judiciales, e incluso hay cofradías que dan créditos,

ayudas, a algunos componentes que pasen por un mal momento profesional. Estas

ayudas mutuas, incluso van más allá del círculo de las cofradías, no se limita a sus

miembros, y como labor de misericordia se ayuda a pobres, enfermos, y muchas

cofradías levantan hospitales; que no es como hoy, un centro sanitario, que también,

pero era un lugar de acogida, donde poder pasar la noche, tenía asistencia religiosa y se

les daba alimentos.

En conclusión, las cofradías en las ciudades medievales fueron mucho más que

simples asociaciones religiosas. Las cofradías se convirtieron en las ciudades

medievales en instancias que respondían a necesidades que no encontraban otro cauce

de manifestación. A través de las cofradías, se expresan sentimientos o reclamaciones,

que no se podían realizar en otra organización, y así por ejemplo, aparecen cofradías

sociales, como hemos dicho. En la ciudad inglesa de Lincoln, se creó una cofradía

llamada de Santa Ana, que se crea en el año 1300, y en esta cofradía sólo pueden ser

miembros los patricios, los grandes mercaderes. Como reacción, contra la hegemonía o

preeminencia de esta élite, se crea una cofradía rival, la del Corpus Cristi, una cofradía

que se dice del común, y de la gente mediana, por lo que hay aquí una exclusión social,

un enfrentamiento evidente que se encauza a través de las cofradías. Igual sucede en

otra ciudad inglesa, en Coventry, e igual pasa en Castilla, donde se crean cofradías de

caballeros, por lo que se identifica esa cofradía con una élite social. Sabemos que las

cofradías eran mucho más que asociaciones religiosas, no sólo por la rivalidad, sino por

la propia intervención de la autoridad, de los poderes públicos, que recelan, manifiestan

cierta hostilidad hacia las cofradías, y es porque temen que las cofradías modifiquen

determinadas situaciones urbanas. El famoso Simon de Montfort, suprimió todas las

cofradías en el sur de Francia. En el año 1307 el rey de Francia suprimió todas las

cofradías de París. Lo mismo ocurre en Castilla en tiempos de Fernando III y Alfonso

X, que hablan de las malas cofradías, por lo que se explica que eran mucho más que

asociaciones religiosas. Incluso, las autoridades gremiales, se oponen a las cofradías,

porque se crean cofradías de oficiales y aprendices, y si se unen estos es por un deseo de

reclamación, de mejora social, y observamos como las cofradías son un instrumento de

ciertas contestaciones sociales. Este recelo descansa también en la conducta de los

Page 113: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

113

cofrades, los cofrades tienen un estatuto que es jurado, aparece la conjuratio, y esto le

da a las cofradías un aire de asociación secreta, opaca y peligrosa. Sea como fuere, las

cofradías se extendieron por todas las ciudades medievales, y fueron un instrumento

magnífico de sociabilidad, los vecinos se integraban en la ciudad generalmente a través

de estas cofradías. Este es un tema que todavía no está cerrado, hay que seguir

investigando la temática de estas cofradías, y no sólo lo relacionado con los poderes

públicos, sino desde el punto de vista cultual, pues recibían críticas por su falta de

concepción religiosa. Futuras investigaciones seguirán alumbrando estas cuestiones.

TEXTOS

Caridad y cofradía son los mismo. Aquí veremos algunas clausulas de sus

estatutos, se regían por el derecho canónigo, y por lo tanto, tenían un gobierno. Aquí

vemos ya la preocupación por las velas, y vemos como esta cofradía dispone de un altar

para su patrón San Pedro. También vemos la otra finalidad cultual más importante: el

enterramiento de sus miembros. Aquí se establece el diezmo, un porcentaje, y el diez

por ciento de lo que se coma se tiene que dar a los pobres. La quinta cláusula nos

muestra también como hay un gobierno regido por doce hermanos. La última cláusula,

es el precio por entrar en la cofradía, algo que no es gratuito, aunque está abierta a todo

el mundo. Estos estatutos están sancionados por el derecho canónigo, por lo que se

piensa que las cofradías fueron más que cofradías, eran instancias de protesta social,

desde las que se podía actuar en la ciudad.

Alfonso X, acuerda estas propuestas para las cofradías. Es totalmente opuesto,

tiene un recelo y una hostilidad contra las cofradías, pues no se limitan al culto ritual,

sino que van mucho más allá, y a veces son vistas como un fenómeno peligroso, algo,

que se extendió por toda Europa.

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114

La sociabilidad urbana se manifiesta, como hemos visto por las cofradías, pero

hay una segunda institución que son los gremios. La palabra gremio nunca existió en la

Edad Media, es un contexto que se adquiere desde la Edad Moderna, en el siglo XVII o

XVIII. En la Edad Media, los gremios son llamados corporaciones de oficios; pero, no

hay un solo nombre para designar a esta institución laboral. Aparece el término

corporaciones de oficios, pero también existe el término cofradías para albergar esta

realidad. También en latín se conoce como ministerium, el oficio, las gildas, la hansa,

las artes… todas estas, son nombres y formas para aludir al gremio. La corporación de

oficios es una asociación totalmente medieval, nacen en la Edad Media, se consolida en

los siglos medievales, y se prolonga hasta la Revolución Industrial. Pero además de ser

una institución totalmente medieval, es también una institución urbana.

¿Por que aparecieron las corporaciones de oficios, los gremios? Según algunos

historiadores, son secuela del éxito de las cofradías, que tienen ese carácter de

agrupamiento, de juramento, de solidaridad, y por tanto, todo esto sirvió de modelo, de

preámbulo para la formación de los gremios. Otros historiadores piensan que los

gremios son una contestación a la necesidad, la economía urbana se dispara, cada vez es

más compleja, y para adecuarse a esta económica comercial, cada vez más capitalista, es

fundamental agruparse en oficios, en gremios. La agrupación en gremios puede venir

dada desde la base, o desde los poderes públicos. Es decir, los gremios se constituyen

por los propios especialistas para defender sus intereses profesionales, y luchan en

contra de la injerencia de los poderes públicos, o de la competencia de los inmigrantes,

por lo que desde la base los gremios se constituyen como una autodefensa de sus

miembros. Pero también, los gremios son creados desde los poderes políticos, y esto se

debe a una cuestión de orden público, hay que asegurar la paz, los productos deben estar

constituidos con calidad para preservar el honor de la ciudad, del poder. Por tanto, los

poderes públicos intervienen creando gremios. Históricamente, hay algunos precedentes

de los gremios en la Alta Edad Media. En la Italia Bizantina, existen unas agrupaciones

laborales llamadas scholae, a finales del siglo VI, como la de los jaboneros, que ya

practicaban un juramento de ingreso en la sociedad. Pero es a finales del siglo X, con las

gildas de los mercaderes, cuando comienza el desarrollo de los gremios. A finales del

siglo XI y principios del XII, el movimiento gremial se instaló por toda Europa. Pero

fue un proceso lento, largo, y hay ciudades que nunca se organizaron gremialmente, por

ejemplo, la ciudad francesa de Lyon, que reuniendo todos los requisitos para contar con

gremios, ya que realizaban sedas fantásticas, de una calidad textil importante, nunca se

instalaron dichos gremios en Lyon. Lo mismo pasó en la ciudad alemana de Núremberg.

En otros casos, los gremios son aparentes, instituciones controladas por los grandes

mercaderes, vimos las artes mayores, y estos son los que controlan la vida laboral de la

ciudad. Esto quiere decir que los gremios no fueron iguales en todas partes, hay matices,

y sea como fuere, los gremios contaban con ordenanzas. Las ordenanzas tenían dos

finalidades: la primera la autodefensa de la profesión, y la segunda era mantener el

orden social, la paz social. La preocupación principal de los mercaderes era la paz, el

orden, y los gremios vienen a reforzar ese orden.

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115

Las ordenanzas de los gremios tienen 3 objetivos principales:

1. Proteger al consumidor, asegurarle un precio justo, la filosofía escolástica.

2. Asegurar a los productores, a los maestros de taller, a los trabajadores, que

siempre contarían con materia prima y con la protección de las autoridades.

3. El tercer objetivo era garantizar la calidad de los artículos, que no se produjera

fraude, ya que manchaba la fama del gremio y de la ciudad

Con estas ordenanzas se promueve una economía moral, y aquí hay que definir

el espíritu económico de los gremios, que no tiene un ideal capitalista, tratan de evitar la

competencia fundamentalmente, por eso, se reparte la materia prima de forma equitativa

en la ciudad, y no hay un acaparamiento de materia prima de un maestro de taller sobre

otro. La obra tienen que estar bien terminada, bien hecha, siguiendo un protocolo que

los gremios establecen. Compran las herramientas de manera colectiva, ya que son caras

y se comparten. El gremio, por tanto, carece del espíritu capitalista, pero esto no

significa que no haya cierta concurrencia y competencia, es una economía que busca

sobre todo la calidad del producto, que los productores hayan aprendido muy bien el

oficio, y que todo esté muy bien hecho; algo que no es propio de la economía

capitalista. Por eso, cuando estalla la Revolución Industrial, todo va encaminado a la

eliminación de los gremios, que se veían como fósiles contra el desarrollo del

industrialismo capital.

Las ordenanzas se transmitían oralmente, luego fueron redactadas por los

componentes de un oficio, o del poder público. Todas las ordenanzas gremiales de París

fueron concedidas por el rey de Francia en el siglo XIII, y estas ordenanzas, siempre en

todos los casos, recogían 7 aspectos fundamentales:

1. El acceso al oficio, cómo se entraba al gremio de los toneleros, por ejemplo, o

de los orfebres, por lo que se estipulaba el sistema de aprendizaje, si había que

pagar una cuota, etc.

2. El segundo aspecto tratado en casi todas las ordenanzas era la relación

laboral, las condiciones de trabajo entre maestro, aprendiz y oficial

3. La materia prima, como se compraba la materia prima y la calidad de esa

materia prima, su retribución entre los maestros

4. El precio de los artículos, se trataba de un precio justo, no existía la ganancia

actual.

5. Normas que protegían al oficio del intrusismo, que no se pudiera trabajar

fuera del gremio, no estaba permitido.

6. Las autoridades del gremio, el organigrama de control.

7. La labor existencial y de culto de los gremios.

Page 116: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

116

En estos estatuto aparecen las categorías laborales, muy conocidas: la del

maestro, el oficial o trabajador, y el aprendiz. Los trabajos realizados en este mundo,

han demostrado que no es un mundo tan cerrado, y hay trabajadores fuera de los

gremios, y trabajadores que tienen dos o tres oficios. Luego también se trabaja fuera de

los gremios, aunque éstos llevaran la voz cantante. La trilogía es lo más importante: el

maestro de taller es el elemento capitalista del gremio, es el que invierte el capital, en

una casa, en el taller, en tener las herramientas, en comprar las materias primas; y si el

negocio sale mal pierde su inversión. Este maestro de taller es el dueño de los medios de

producción. Pero, el maestro de taller, muchas veces no es autosuficiente, autónomo,

pues trabaja para un gran mercader, y veíamos los abusos de estos mercaderes sobre los

artesanos. En algunos casos, estos maestros de taller no tienen ni taller, porque se hayan

arruinado, o porque tenga problemas familiares, por lo que se contratan como mano de

obra asalariada. El aprendiz, es un niño que entra por un contrato hecho ante notario en

el taller para aprender el oficio. Generalmente el aprendiz no recibe salario ninguno,

aunque es alojado gratuitamente en la casa del maestro, y es vestido y alimentado por el

maestro. El aprendiz además de ir adquiriendo conocimientos del oficio, actúa como

criado de la familia del maestro de taller. Generalmente se entra como aprendiz a los 8 ó

9 años, y está un periodo de unos 8 años aprendiendo el oficio. Una vez que ha

adquirido los conocimientos suficientes se convierte en oficial. En castellano se conoce

como oficial o trabajador; en francés todavía es más clara la evolución, al principio se

conoce valet (criado), y en el siglo XIII dejó de llamarse valet para llamarse compagnon

(obrero). Un maestro, podía tener varios aprendices, como máximo 4, pero en algunas

ciudades, por ley, sólo podían tener 1. El aprendiz es una mano de obra barata que

simultanea la producción en el taller con tareas de servicio doméstico. En el gremio la

figura menos definida es la del obrero o trabajador. Al principio, cualquier trabajador

puede convertirse en maestro de taller, pero los gremios se cerraron, y en el siglo XIII,

los maestros de taller exigen un examen para tener el título de maestro. Es el examen de

la obra bien hecha, y hay que pagar una tasa, por lo que se restringe el acceso de los

trabajadores al grado de maestría. Cada gremio cuenta con un concejo o cabildo, y elige

generalmente a dos maestros de taller para que se conviertan en autoridades del gremio

y hagan cumplir el estatuto. Estos dos representantes, estas dos autoridades del gremio,

reciben también nombres diferentes: en Francia se llaman jurados, porque juran el

estatuto. En otros casos son llamados síndicos, cónsules, o alcaldes como en castilla.

Estos alcaldes, jurados, o síndicos, inspeccionan todos los talleres, vigilan que se

cumplan las normas de producción, que no se cometan fraudes; y delegan en otros

maestros de taller que son llamados encargados, y que son los que examinan a los

oficiales que quieren obtener el grado de maestría. Con el tiempo los gremios también

tienen la competencia existencial o de culto, o bien se agregan a una cofradía o crean su

propia cofradía, y aparece otro cargo, el de administrador de la cofradía que se llama

prioste. El gremio tiene una serie de ingresos: las multas, las cuotas, las fianzas, las

tasas de examen; y este dinero sirve fundamentalmente para la labor existencial, para

socorrer a los trabajadores enfermos, o a los que se quedan sin trabajo. Según la ley de

los gremios, cuando un maestro de taller fallece, su esposa, puede seguir dirigiendo el

taller, con la condición estricta de que no vuelva a casarse. Lo mismo ocurre al

contrario, pues si una maestra de Colonia que dirige un taller de textil fallece, el marido

puede seguir dirigiendo el taller si no se casa. Con los gremios ocurre lo mismo que con

las cofradías, hay ciudades que auspician las creación de los gremios, y sin embargo,

habrá otras que recelen de estos gremios. La hostilidad hacia los gremios tenía más

fundamento que hacia las cofradías, pues en las ciudades donde los gremios se

constituyeron como asociaciones importantes, terminaron los gremios constituyendo

Page 117: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

117

parte del gobierno de la ciudad, como en Lisboa. Los patricios, los grandes propietarios

o mercaderes, reaccionaron, como estudia Barel, apuntándose a los gremios, y estos

mismos patricios se ponen a la cabeza de los gremios. En otras ciudades, sin embargo,

se intenta prohibirlos.

El autor de este texto no nos es conocido. Este patricio, que vive en torno al

1250, escribe su opinión sobre el movimiento gremial. Es una opinión negativa, sobre el

peligro de los gremios, que se confabulen para alterar el precio de los productos, algo

que altera la paz en la ciudad, y se pide que intervenga el poder público, y que los

responsables sean encarcelados.

De Etienne Boileau, este texto recoge los estatutos de más de un centenar de

oficios que están reseñados por orden del rey en un libro: El Libro de los Oficios. Este

libro fue redactado en París por este funcionario real, Etienne Boileau, y en este caso

concreto nos refiere los estatutos, las ordenanzas, del oficio de los olleros en París.

Page 118: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

118

Tenemos, por tanto, una selección de estos estatutos, y el primero, regula el acceso a la

profesión, dejándolo libre, pero con el requisito de hacer una obra bien hecha, un

examen, así, se convierte en maestro, y no tiene limitación ni del número de aprendices

ni de oficiales. Aquí, si saliera este texto en el examen, podríamos hablar de lo que era

un maestro, un aprendiz, y un oficial. Si pasamos al punto segundo, se establece la

normativa laboral, por la que se puede trabajar todos los días, menos los de fiesta,

tampoco de noche, y todo, para que el artículo fabricado no tenga deficiencias, pues la

noche poco iluminada, podría inducir al error. Los artesanos, trabajaban todos los días

del año de sol a sol, pero los días de fiesta eran muchos en el calendario, había tantas

celebraciones religiosas que quizás el calendario estaba más equilibrado de lo que pueda

parecer. La tercera cláusula, es sobre la obra bien hecha, y el primer perjudicado es el

maestro, luego el gremio, y por último, la propia ciudad: París. Hay que cumplir todas

las normas del protocolo. Otra clausula habla de la organización del gremio, y aquí, en

vez de cónsules o alcaldes, se habla de prohombres. La autoridad, se incluye en el

gremio, con el preboste, un miembro de alto rango de la administración francesa. En el

último punto se regula la fiscalidad, donde se ve que tienen que pagar la talla y otros

impuestos, no tienen exención fiscal, y tienen que pagar como todos los ciudadanos.

Page 119: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

119

Profesiones del Sector Terciario más Importantes:

-Alimentación

-Funcionarios Modestos

-Transporte

-Servicio Doméstico

EL ESTAMENTO ECLESIÁTICO

Los eclesiásticos, los clérigos, tenían un estatuto jurídico propio; y ese estatuto

jurídico propio los distinguía y diferenciaba del resto de la población urbana: es un

grupo social autónomo. Este grupo social autónomo que son los eclesiásticos,

constituyen un colectivo importante y complejo. Es importante en dos niveles: por el

número de clérigos que existían en las poblaciones urbanas, y es también importante por

su influencia. La influencia procede de que son vistos como los intermediarios entre la

divinidad, Dios, y los hombres de este mundo. La Edad Media es un periodo

absolutamente religioso, por tanto, los clérigos se aprovecharon de esta situación, y se

convirtieron en los creadores y depositarios de la construcción ideológica de la

sociedad. Dicho de otra manera más breve: el orden social establecido era justificado

por la Iglesia, lo que les daba una gran influencia en todos los niveles sociales.

El número de estos clérigos puede variar si contamos también con los clérigos

rurales. Todo el conjunto de clérigos, tanto rurales como urbanos, suponían el 1’5% de

la población, siendo este un número bajo. Claro que si solamente tenemos en cuenta los

clérigos urbanos, la situación es diferente, pues en las ciudades oscilan entre el 2’5 y el

4 %, siendo por tanto, el número de clérigos en la ciudad, más importante que en el

campo. Hemos dicho que la clerecía es un mundo complejo, pues se trata de un

aglomerado de hombres y de mujeres; son personas que entienden la práctica de la

religión de una manera determinada, tienen un entusiasmo espiritual diferente, se

relacionan o no entre ellos, y se relacionan o no entre el resto de la sociedad, lo que hace

que la dicha complejidad sea acusada. El número de clérigos en las ciudades urbanas

durante la Plena y la Baja Edad Media no dejó de crecer, y hay un incremento de los

clérigos al mismo tiempo que el demográfico. Las causas de este éxito, las causas de

esta concentración cada vez más numerosa de clérigos en las ciudades, podemos

justificarlo por 7 razones. Una de las dichas razones, la vamos a dejar aparte, pues sería

la vocación. Aparte pues, de la vocación, señalaremos las otras 7 razones:

1. En primer lugar, tenemos un entusiasmo espiritual, pues hay un deseo de

perfeccionamiento espiritual, y ejemplos de este deseo de perfeccionamiento, es

la aparición de las órdenes mendicantes (los dominicos, los franciscanos, etc.).

Éstas, son órdenes que nacen en las ciudades como nuevas fórmulas de

Page 120: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

120

religiosidad; a la que debemos añadir lo que son las beguinas, que es el

movimiento homónimo dado en las mujeres.

2. Una segunda razón es el aumento demográfico en las ciudades. Hay más

fieles, y hay que atender a los fieles, por tanto, esta demanda obliga a

incrementar el número de clérigos.

3. Una tercera explicación, es que la clerecía era un camino para salir de la

pobreza; se hacen clérigos personas que tiene pocos medios de subsistencia, y

ven una posibilidad aquí, de escapar de la pobreza.

4. En cuarto lugar, abrazan también la clerecía aquellas personas que quieren

cultivarse culturalmente, pues los centros educativos estaban en la Iglesia.

5. En quinto lugar, tenemos también que ponderar una estrategia del patriciado.

El patriciado no quiere dividir el patrimonio económico de la familia, y entonces

ingresa a sus hijos segundones en el orden clerical. Es decir, los ponen al margen

del control de la herencia, evitando la fragmentación del patrimonio, que pasaría

a pertenecer tan sólo al primogénito.

6. También explicaría el éxito de los clérigos, de los monjes, el hecho de que

determinadas familias poderosas ingresen a sus hijas en los conventos, así no

tendrían que pagar dote, pues la dote de un convento es siempre menor que la

dote de un matrimonio. El convento, además es un lugar de refugio, de

protección, y en este caso es un lugar de defensa para las mujeres que son

viudas, más pobres o humildes.

7. Por último, formar parte de la clerecía era gozar de privilegios fiscales y

judiciales. Los clérigos pagaban impuestos canónigos, pero estaban libres de

otros muchos impuestos municipales y estatales. Además, gozaban de otro

privilegio: estaban exentos de la jurisdicción civil.

En definitiva, lo que más sobresale es la complejidad, pues al lado de los

clérigos existen frailes, beguinas… toda una serie de religiosos que habitan en la ciudad.

El Clero Secular

El concepto de clérigo es ambiguo, pues cuando hablamos de clérigos, no

significa que todos sean sacerdotes, sino que hay que distinguir entre clérigos de

órdenes menores, y clérigos de órdenes mayores. Los clérigos de órdenes menores no

estaban tonsurados, no eran clérigos, no tenían ningún compromiso con la Iglesia, y

estaban, digamos, en una fase de preparación.

Las órdenes menores eran cinco: El monaguillo, el acólito, es un clérigo de

orden menor, y también está el subdiácono. Se podría equiparar la situación de un

clérigo de orden menor a la de un estudiante en la Edad Media. Gozaban de gran

libertad, gozaban de un estatuto jurídico propio, pero no estaban vinculados por un lazo

obligatorio con la Iglesia. Sabemos el dato de algunas diócesis, el porcentaje en número

de clérigos menores que terminaron siendo sacerdotes, pasando a la clerecía mayor: el

número relativo oscila entre el 20 y el 25%.

Page 121: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

121

-Ostiario, el encargado de las ostias, o el exorcista, pertenecían también a las órdenes

menores, pero no incidiremos en ellos.

Las órdenes mayores son tres: el diácono, el presbítero o sacerdote, y el obispo.

Las órdenes mayores tenían la responsabilidad del cuidado de las almas, estaban al

servicio de los fieles, y aquí, nos vamos a centrar en los clérigos de órdenes mayores: en

los sacerdotes, en los presbíteros. El clero de órdenes mayores, los presbíteros,

constituyen un cuerpo también muy diverso, complejo, pues dentro de su seno hay

grandes desigualdades sociales. Por ejemplo, no es lo mismo un sacerdote rural que un

canónigo, la diferencia económica y de status social es tremenda. Pero entre los dos

polos, hay un grupo intermedio que son los sacerdotes urbanos, los clérigos de las

parroquias, los curas parroquiales, que podían tener más o menos ingresos económicos.

Es decir, en el interior del cuerpo clerical, por tanto, hay una gran jerarquización; desde

modestos clérigos de la vida rural, a grupos intermedios en las ciudades, y por supuesto

también, una aristocracia clerical. De todas manera, el clero, el presbítero, gozaba de

una gran influencia en las ciudades, pues era el portavoz de los artesanos, de los

inferiores, o de los medianos frente al poder. Otra diferencia entre el clero rural y el

urbano, es que el urbano estaba más preparado, más ilustrado, pero esto no significa que

en el clero urbano todos fueran grandes intelectuales, pues también hay deficiencias

culturales, éticas y morales entre los presbíteros de las ciudades.

¿De qué vivían los clérigos en las ciudades? En la ciudades, los clérigos vivían

de la entrega de un beneficio. Cada parroquia, podía contar con un número de entre uno

a cuatro o cinco beneficios. El beneficio era una participación en los impuestos

recaudados por la Iglesia. Pero hemos dicho, que el número de clérigos aumenta

paulatinamente desde el siglo XII hasta finales de la Edad media; sin embargo, el

número de los beneficios, paralelamente no se incrementó, llegándose a una

contradicción, pues había menos beneficios, o se habían estancado cuando, había

crecido mucho el número de clérigos, de tal manera que se crea un proletariado clerical,

que busca la obtención de un beneficio. La situación resultaba inviable, los beneficios

no se incrementaron, y estos clérigos tenían que buscarse la vida de otra manera, por

otro vericueto, y en la Baja Edad Media aparecen dos modalidades de ingresos para la

supervivencia de los clérigos:

-La primera modalidad fue las capellanías; que es el resultado de una forma de

entender la religión. Los patricios fundan una capilla o un altar en una Iglesia

parroquial, y esas capillas o altares sirven de enterramiento, y en ella se

realizaran servicios religiosos en recuerdo para la salvación de los difuntos de

ese linaje patricio. Estas fundaciones de capellanías se difundieron

prácticamente por toda Europa, y el fundador de la capellanía daba una renta

para que hubiera un capellán, encargado de ese servicio religioso por la memoria

de los difuntos familiares; por lo que los clérigos encuentran aquí una

alternativa, y si no hay beneficio se hacen capellanes.

-La segunda modalidad es el absentismo clerical. ¿En qué consiste? Como los

beneficios se han estancado, se produce un fenómeno que es la acumulación de

beneficios, es decir: la mitad de un beneficio, un tercio de beneficio, van

sumando una parte, y van acumulando porcentajes de estos beneficios. Resulta

que no siempre el titular de esos beneficios puede estar presente en un acto

Page 122: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

122

litúrgico, y entonces se buscan un sustituto para que lo reemplace, dándole una

parte del estipendio.

En el siglo XV se ha constituido una autentica aristocracia y proletariado

clerical; siendo el proletariado clerical aquel que tiene unas pocas capellanías, sin

grandes beneficios, y en cambio, existe también esa aristocracia clerical que goza de

grandes beneficios, que se hacen canónigos. Esos aristócratas clericales son los

segundones de la aristocracia urbana, de los patricios. Son los mejor preparados, pues

tienen dinero para estudiar. La mayoría de estos segundones tienen títulos

universitarios, y así, se cierra una estrategia de los patricios: los primogénitos controlan

el poder político, y los segundones controlan el poder religioso. Por tanto, el poder

político y religioso de la ciudad, está en manos, absolutamente, a través de estas

fórmulas, del patriciado. Claro que hay que entender que hay muchos clérigos, y no

todos tienen un refinamiento cultural extremo. Muchos buscan simplemente

acomodarse materialmente en las sociedades urbanas, sin un entusiasmo espiritual

grande, y carentes de ese entusiasmo espiritual, caen en dos lacras, en dos

comportamientos que distan mucho del ideal moral del clero:

El primer comportamiento anómalo es la práctica del concubinato, es decir, no

respetar el voto de castidad y vivir amancebado, con una mujer que recibe la

denominación de barragana. La sociedad rechaza a las barraganas, es un tipo de mujer

criticado en todos los manuales religiosos, pero, a pesar de las críticas, en algunas

regiones europeas, la práctica del concubinato en el clero fue espectacular. Es el caso de

Sicilia, que conocemos porque se ha conservado la documentación. Todos los hijos no

legítimos, o sea, bastardos, nacidos en el siglo XV en Sicilia, entre el 32-35% de esos

bastardos, son fruto de la relación entre las barraganas y esos presbíteros amorales. El

pueblo, la sociedad urbana, veía con asombro esta desviación moral, que iba siempre

unida al apetito de los presbíteros por acuñarse un buen patrimonio económico (segundo

comportamiento anómalo), obteniendo capellanías, beneficios, etc. Ante este clima de

relajación moral, las sociedades urbanas, contestaron a este comportamiento mediante

dos movimientos:

1. La crítica a la Iglesia oficial por su alianza con la riqueza, los bienes

materiales, y ahí empieza esta imagen popular de búsqueda de una vida apostólica, de

una vida que sea todo lo contrario a la de los presbíteros, los obispos, que están

rodeados de todo tipo de lujos. Se critica a la jerarquía eclesiástica, se critica a la vida

lujosa. El siguiente paso, es, por tanto, poner en práctica un práctica religiosa

contrapuesta a ésa, y esa práctica religiosa son las herejías: la herejía de los cátaros, la

herejía de los libres de espíritu… todas las herejías tienen como denominador común el

rechazo de la riqueza y a la jerarquía eclesiástica. Los cátaros dividen el mundo en lo

puro y lo impuro, en el bien y el mal. El bien es lo puro, lo puro es lo inmaterial, lo

espiritual; y lo malo es lo impuro, y lo impuro es la riqueza, el dinero, el bien material,

y por tanto, lo impuro es la jerarquía eclesiástica, Roma, y los puros, los espirituales,

son ellos, los cátaros. Esto se va a dar en todas las herejías de la Edad Media a partir del

siglo XIII.

2. Otro movimiento, no de herejía, es la reforma religiosa, representada por la

eclosión de las órdenes mendicantes. Por tanto, hemos visto la primera desviación del

comportamiento anómalo que no se atiene a la moral cristiana; el segundo

comportamiento, es que se despreocupan de su ministerio, que es la salvación de las

Page 123: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

123

almas. Se dedican a las actividades económicas como si fueran comerciantes, por

ejemplo, a la compra-venta de objetos, e incluso a finales del siglo XV, emiten,

compran deuda pública de los ayuntamientos del gobierno de las ciudades, al rey, a la

Iglesia, a la nobleza. Toda esa actividad se aleja de la actividad pastoral. Luego

entonces, aparte del clero, también en las ciudades están las órdenes mendicantes.

Todos los historiadores de la Edad Media están de acuerdo con una frase de Le Goff,

cuando dice que: “no hay ciudad sin frailes, y no hay frailes sin ciudades”. Los pilares

de las órdenes mendicantes, son, la predicación y la pobreza. Los mendicantes se

instalan en las ciudades por tres razones principalmente, pero hay que advertir que no es

una instalación caprichosa y casual, es una instalación meditada y pensada:

1. Eligen la ciudad por una acción pastoral; uno de los pilares es la predicación,

y la ciudad es el escenario. La ciudad la identifican con predicación porque ahí vive una

aglomeración humana donde la promiscuidad favorece a la desviación moral, las

tentaciones, los pecados… es el reino de Satanás, y por eso, los mendicantes (agustinos,

dominicos, franciscanos, etc.) ponen el ojo en la ciudad como campo de una nueva

evangelización. Estas órdenes mendicantes se especializan en la formación de

misioneros, y estos misioneros van de una ciudad a otra predicando, y arengan con gran

éxito en las plazas a las muchedumbres urbanas.

2. El segundo pilar después de la predicación es la pobreza. Ellos critican a la

Iglesia romana, y por tanto pretenden reformarla, reconducirla; y el método principal es

no contar con patrimonio, como las antiguas órdenes, sino vivir de la caridad, vivir de

las donaciones individuales, vivir de la limosna. Al principio tienen un gran éxito, pero

posteriormente, este principio se va olvidando cuando los creyentes, los fieles, den

donativos. Esto es algo que creará una gran controversia entre los franciscanos, que

terminan aceptando las donaciones, y nacen los franciscanos conventuales, lo que

consigue que surja una rama opositora dentro del franciscanismo que son los

franciscanos observantes, y que rechazan en la Baja Edad Media, la constitución de

estos patrimonio, pues quieren seguir a rajatabla las pautas de su fundador Francisco de

Asís. Pero vivir de la limosna significa implantarse en las ciudades, pues en las ciudades

es donde hay más riqueza, ahí es donde habitan los patricios, los banqueros, los

comerciantes; que son los que pueden contribuir económicamente al mantenimiento de

estas comunidades de frailes.

-San Francisco de Asís había negado por completo lo que era la acumulación de bienes,

y sólo debían de vivir con las donaciones de los creyentes. Con el tiempo, las

donaciones de casas por parte de los creyentes, conseguirá el triunfo oficial de la línea

de los conventuales. Claro que habrá una minoría de franciscanos que no está de

acuerdo con eso, otra rama del franciscanismo: los observantes.

3. Por último, eligen la ciudad por una centralidad urbana, controlando la ciudad

se controla también el campo, y por lo tanto, no sólo se evangeliza a la población

urbana, sino que desde ella se evangeliza también a la población rural.

Decir órdenes mendicantes, es decir por tanto: frailes que siempre viven en la

ciudad. Han surgido dentro del movimiento urbano, y forman parte de la identidad

urbana. Cuando los mendicantes eligen una ciudad, realizan lo que hoy llamamos un

estudio de mercado: valoraban la riqueza de los ciudadanos, veían si había otras órdenes

mendicantes, valoraban las cualidades económicas de la población, etc. Hacían tal y

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124

como hoy realiza cualquier empresa, un estudio de mercado, y esto es algo que veremos

muy bien en los siguientes textos:

TEXTOS

Aquí vemos la crónica de la fundación de un convento en Guerande, y se

justifica por qué se ha elegido dicha ciudad:

Fundación comunidad de Guerande (a 14 leguas de Nantes): “porque dicha

ciudad está situada en una región populosa, fértil y abundante, y cerca del mar, y a ella

acceden continuamente muchos mercaderes y extraños, tanto por mar como por tierra,

de diversas partes del mundo; porque en ella hay más de 30.000 habitantes”.

Aquí tenemos un ejemplo de estudio de mercado, y no es casualidad que en otra

ciudad, por ejemplo en Douai, se funde allí según dice la crónica: “en comparación con

otras ciudades próximas en las que existen conventos de la orden, abundan en nobleza,

mercaderes y ricos”. Allí en Douai no hay conventos mendicantes, y encima, disponen

de una nobleza importante y mercaderes, por lo que se obedece a un criterio muy

selectivo.

Los dominicos elegían las grandes ciudades, las más ricas, y dejan a un lado las

ciudades medianas y pequeñas. Los franciscanos eligen todo tipo de ciudades, sean

ricas, medianas o pequeñas; pero hasta ahora, el criterio de implantación, es un criterio

guiado por la propia comunidad, sin embargo, no siempre sucede así, pues en las

ciudades hay ricos, mercaderes, aristócratas, y muchos de ellos se convierten en

fundadores, ellos desembolsan el dinero, construyen las casas, luego entonces, aquí no

hay ya libre mercado, podríamos decir que esto es un regalo y se aprovecha. No hay una

tendencia preconcebida en el lugar de creación de los conventos, aunque en algunos

momentos, por ejemplo, parece que se impone que estos conventos estén en el centro de

la ciudad, que ocupen un lugar central, y esto ocurre en el caso de Sevilla. El convento

franciscano estaba en todo el centro, en San Francisco el Grande, lo que hoy es la Plaza

Nueva. De ese convento hoy sólo se conserva lo que es una capilla, pues fue

desamortizado y demolido en tiempos de la ocupación napoleónica. Esto se repite en

muchas ciudades, pero no siempre es así. En otros casos, los conventos están en la

periferia, por dos razones: allí están los barrios de los trabajadores, la gente más

necesitada, la que necesita más evangelización. Pero hay que decir, que no solamente

hay una razón religiosa, pues hay una razón económica, y es que los terrenos en la

periferia son más económicos; el m2

vale menos. Por último, en la segunda mitad del

siglo XV, las órdenes mendicantes levantan los conventos en el extrarradio. Ya no es ni

el centro ni la periferia sino el extrarradio, un tanto alejados de la muralla de la ciudad.

Son las órdenes mendicantes que se han reformado, por ejemplo los franciscanos

observantes, aquellos que realizan una reforma que quiere volver a los orígenes. Se

ponen en el extrarradio, primero por una razón económica, allí el suelo es mucho más

barato, pero también se instalan allí siguiendo otra causa: buscan el aislamiento, la

lejanía, llevar una vida de misticismo, de reflexión, quieren sentirse y que no se vea

alterada la vida conventual por el ajetreo y el bullicio de la ciudad. Claro que todo esto,

no quiere decir nada, pues si una patrón funda una casa para formar un convento

mendicante, lo aceptan inmediatamente donde estén (centro, periferia, o extrarradio); en

el lenguaje coloquial diríamos que a este caballo regalado no se le mira el diente. Es por

esto, que no podemos hablar de una circunstancia fija.

Page 125: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

125

Pero… ¿las órdenes mendicantes cómo fueron aceptadas en la ciudad? ¿Fueron

vistas cómo extrañas o mal vistas por el cuerpo social? Tenemos que decir que en

absoluto, pues las órdenes mendicantes fueron aceptadas con gran éxito. Se produjo una

gran sintonía entre las sociedades urbanas y los frailes mendicantes. Los vínculos entre

las ciudades urbanas y los mendicantes, no fueron solamente de naturaleza religiosa,

pues por ejemplo, aparte de los vínculos religiosos, existen vínculos familiares, en las

iglesias de los conventos se dan enterramientos, fundan capellanías; y toda capellanía o

todo enterramiento que esté situado en un convento dominico, agustino, franciscano; el

patricio que se enterraba lo hacía con el hábito de la orden, y este ritual demuestra la

gran acogida, muestra la gran aceptación de las órdenes mendicantes. Era tal el apoyo

dado por los patricios o por los comerciantes, que se crea un conflicto contencioso entre

el clero secular y los frailes, pues un gran número de misas, de predicaciones, de

sacramentos; son impartidos por las órdenes mendicantes. Además, las simpatías por las

órdenes mendicantes eran tan fuertes, que los patricios y artesanos quieren participar de

sus valores, de sus reglas mendicantes; no quieren convertirse en frailes, no pueden

porque están casados, pero quieren compartir y comulgar con los frailes mendicantes

sus creencias espirituales. Las órdenes mendicantes crean entonces lo que se llama las

órdenes terceras, que son reglas mendicantes para laicos, y aparecen pues las órdenes

terceras de los dominicos, de los franciscanos, etc. Otra prueba de estos vínculos, es

como vimos el fomento de las cofradías, y por último, otro vinculo de la ciudad y las

ordenes mendicantes es el fomento de los centros universitarios. Los mendicantes se

dedicaban a la predicación, para ser buenos predicadores tenían que conocer

profundamente la dialéctica, la teología, el derecho, la filosofía… y estos conocimientos

se adquieren en las Universidades. La mayoría de los mendicantes obtienen el diploma

universitario, y algunos de ellos se convierten en profesores universitarios. Se consolida

la universidad gracias a las órdenes mendicantes. La universidad también aparece en la

ciudad, pero es una institución no creada por los burgueses, no es una institución

formada por el gobierno urbano, en la Edad Media nunca una universidad es establecida

por los burgos, sino que son instancias de poderes diferentes: la Iglesia de Roma y el

Rey. La Iglesia de Roma auspicia las universidades para preparar a los clérigos, para

aumentar su nivel moral, para que prediquen y erradiquen las herejías, para que sepan

contestar dialécticamente a los herejes, para que descubran su error, y al Rey; le interesa

también la universidad porque en ella se forman los futuros funcionarios necesarios para

una monarquía autoritaria. Como consecuencia de este gran desarrollo intelectual y

cultural, los mendicantes cambian totalmente la visión del mercader. El mercader busca

el bien público, y por tanto, el dinero deja de ser un tabú, la práctica del crédito empieza

a ser positiva, y todo esto es producto de la aportación de los mendicantes, sobre todo el

concepto de ciudadanía, de grupo urbano, son los creadores de la conciencia de este

cuerpo social: el de los ciudadanos. De tal manera, que muchas reuniones del gobierno

urbano de las ciudades se llevaron a cabo en los conventos mendicantes. Esta sintonía

comportó que los mendicantes tuvieran una gran influencia en la vida política de las

ciudades.

TEXTO

En el siguiente texto vamos a ver la injerencia de los frailes mendicantes en los

asuntos políticos de todo tipo en la ciudad. Este texto es un extracto de la declaración de

un testigo en la canonización de Santo Domingo, fundador de los dominicos. El testigo

se llama Esteban de España, y en el año 1233, manifestaba lo siguiente:

Page 126: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

126

“Además, la mayor parte de las ciudades de Lombardía y de la Marca pusieron en

manos de los frailes la organización de sus asuntos, la reforma de sus estatutos, con

facultad para suprimir, añadir, quitar o modificar como creyesen oportuno. Les

otorgaron su confianza para detener las guerras existentes, para concluir las paces y

restablecerla entre ellos, para hacer restituir los beneficios de los usureros y los bienes

mal adquiridos, para recibir las confesiones, así como por muchos otros buenos oficios

que sería demasiado largo relatar”. El testigo, canonización de Santo Domingo,

Esteban de España, 1233.

En definitiva le ofrecían carta blanca para que dispusieran, era una confianza

ciega, de tal manera que en muchas ciudades, los frailes mendicantes actuaban como

una especio de cascos azules de la ONU; cuando había conflictos entre los bandos, entre

los partidos o parcialidades urbanas, los frailes mendicantes se interponían entre ambas

parcialidades para que no estallara la guerra, y en muchos casos, los propios conventos

eran lugares de refugio y de defensa, y mediante valoraciones juiciosas intentaban evitar

muchos derramamientos de sangre. En el documento que hemos leído del testigo

Esteban de España, vemos que tenían carta blanca, y por supuesto, en todos los

gobiernos de las ciudades, las órdenes mendicantes son atendidas con gran generosidad.

Intervienen en los gobiernos urbanos modificando ordenanzas, interpretando las normas

legales, formando parte de comisiones de investigación; pero además, los mendicantes

intervenía en todas las fiestas de las ciudades. Por ejemplo, si se acercaba la fiesta de la

patrona o el patrón de la ciudad, los mendicantes se encargaban de organizar los

sermones de las predicaciones, lo que era un verdadero espectáculo; la oratoria atraía la

afluencia de vecinos, y enterados de la participación de un famoso predicador, la plaza,

desde el día anterior estaba ya casi ocupada. Había famosos predicadores que

aglomeraban a gente, tal y como hoy día consiguen los espectáculos musicales o

deportivos.

Los mendicantes se hicieron muy populares también por enfatizar el culto a la

Virgen María, que tiene mucho que ver con la imagen de la mujer. Durante la Plena

Edad Media, el papel de la mujer fue muy negativo, y los eclesiástico y clérigos dieron

una imagen triple de la mujer:

-La primera imagen era nefasta: la tentadora.

-La segunda imagen era todo lo contrario: la reina de los cielos.

-La tercera imagen era el ideal de mujer: la pecadora redimida.

De estos tres ideales, los clérigos impulsan el de la Reina de los Cielos, la

Virgen María, la intermediaria entre los hombres y la divinidad. Claro que esto tiene

una trampa, y es que el culto a María proyecta una imagen de la mujer fuera del alcance

femenino, pues la Virgen María no tiene ninguna secuela negativa, es pura, no es

voluble, no es caprichosa, no es charlatana, no es embaucadora; es decir, es una imagen

totalmente irreal. Es por eso que los franciscanos, (por ejemplo, Santo Tomás de

Aquino), los dominicos, y todos los frailes mendicantes están de acuerdo en el dogma

de la Asunción de la Virgen; no se podía permitir que la Virgen como mujer fuera

objeto de descalificación, entonces, la Virgen María, como una mujer excepcional sube

a los cielos directamente en cuerpo y alma. También se realiza el culto a la Virgen como

mujer Inmaculada, y todo esto hizo, que en las sociedades urbanas, se siguieran con

entusiasmo a los predicadores mendicantes.

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127

-Las órdenes mendicantes están entre la ortodoxia y la frontera de la herejía, y en esta

contradicción es donde se mueven. El mito de la Inmaculada y de la Asunción son fruto

de las órdenes mendicantes, pues se trata de una mujer excepcional, la nueva Eva. El

dogma de la Inmaculada no es reconocido por el Vaticano hasta el siglo XIX.

Para los gobiernos de las ciudades, las órdenes mendicantes tenían su

contrapartida, pues tenían que pagar, recompensar económicamente a los mendicantes

por tanta colaboración. Entonces, los gobiernos urbanos, costeaban la ampliación o

reparación de un convento, o pagaban las reuniones de capitulares.

Tanta aceptación, tanta sintonía, terminó en algunos casos en un radicalismo, en

un intervencionismo totalmente nefasto, y por citar el caso más extremo, nombraremos

a Jerónimo Savonarola, que era un fraile mendicante que se hizo con el poder de

Florencia en el año 1495 a 1498, y durante cuatro años fue el jefe político de la ciudad.

Este dominico se convierte en la máxima autoridad, porque Florencia fue atacada por el

Rey de Francia, y derrotada Florencia huye Pedro de Medici, luego, ese vacío de poder

es aprovechado por Jerónimo de Savonarola, que con sus predicaciones era muy

conocido, eran predicaciones populares, que implanta en su programa político. El

programa político era de un radicalismo impresionante, y se basaba sobre todo en la

crítica al Papa Alejandro VI. Utilizaba como instrumento político el sermón, la palabra,

y al principio, los vecinos de Florencia lo seguían de forma entusiasta, pero a partir de

1497, por sus excesos religiosos, aparece un grupo opositor, pues hay un grupo de

patricios que piensan que Savonarola va demasiado lejos. El pretexto fue la crítica

furibunda al Papa, y entonces, el Papa, informado por estos opositores florentinos,

excomulga a Savonarola. Al mismo tiempo, en ese año 1498, se produce una plaga de

peste en Florencia, y esto le hace a Savonarola llegar a una conclusión, que él está en lo

cierto: es el fin del mundo, el mundo es una calamidad y está lleno de defectos, cae en el

movimiento apocalíptico, milenarista, y entonces, Savonarola será tachado de haber

perdido la razón, la cordura, y se dará un golpe de Estado en el que es capturado y

quemado en la hoguera en el año 1498. No obstante, a pesar de estos casos extremos, la

popularidad de los mendicantes fue asombrosa, total, había una sintonía perfecta, y esta

sintonía es vertical, lo mismo existe dentro de los conventos franciscanos o dominicos

gente rica, que gente pobre, pues se despertó el entusiasmo de todas las capas sociales.

Hay unas cifras que son muy reveladoras de este triunfo tan completo: las órdenes

mendicantes aparecieron en torno a 1220, y a finales del siglo XIII, habiendo pasado 80

años, en Europa se contabilizan 600 conventos dominicos, mientras que de franciscanos

llegaron a 400, lo que supone unas cifras abrumadoras, cifras de éxito.

Una Aproximación a la Mujer

En las órdenes mendicantes queda esa contradicción, por un lado quieren

imponer el modelo ideal de mujer, una mujer prototipo irreal, que es el de la Reina de

los Cielos; pero por otro lado abrirán la puerta a las mujeres, le abrirán la puerta a las

prácticas religiosas, las órdenes mendicante toleran y le dan cancha a las mujeres para

que colaboren con ellos, y por tanto van a existir conventos femeninos mendicantes en

la ciudad. Al lado de los franciscanos existirán las clarisas, pues Santa Clara es la

fundadora, y por supuesto, van a existir dominicas, y van a existir agustinas.

La Iglesia católica apartó a la mujer de cualquier protagonismo, es una Iglesia de

varones, de hombres, y sobre todo tienen una imagen pésima de la mujer. No obstante,

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128

esta imagen negativa de la mujer no es ocurrencia de los hombres de la Edad Media,

viene de la Antigüedad, y el Génesis, en la Biblia, dice sobre la esposa: “estará bajo la

potestad de su marido, y él la dominará”. San Pablo recoge en sus cartas la misma

mentalidad, la mentalidad de que la mujer había sido la pecadora, Eva había sido la

responsable del pecado original, y por eso se da esa desconfianza hacia la mujer y tiene

que estar sometida por el hombre. San Pablo recoge esa tradición en una carta a los

Corintios, afirma: “Cristo es la cabeza de todo hombre, como el hombre es la cabeza de

la mujer”. De estas alusiones, los clérigos de la Edad Media representan una imagen

negativa de la mujer. No deja de ser curioso, que sin embargo, en la Alta Edad Media,

esa imagen no es todavía tan negativa, hay una puerta entreabierta, y esa puerta se abre

con la fundación de las órdenes religiosas. La regla de los benedictinos permite que las

mujeres se unan en comunidades de monjes. La reforma religiosa del siglo X, cierra

definitivamente la participación de las mujeres en la vida religiosa. Por supuesto, en la

Iglesia, en la vida secular, esta participación femenina no se daba en absoluto, la única

oportunidad era en la vida regular. Los benedictinos parecían que iban a dar su

oportunidad a la mujer, pero la reforma del siglo X dio al traste con esa posibilidad, los

cluniacenses se negaron totalmente, y desde el siglo X las mujeres tienen vetada la

participación en la vida conventual. Esto se rompe en el siglo XII, con la orden de los

cistercienses, que a regañadientes aceptan las presencia femenina, pero aún así, las

órdenes mendicantes, auspician las asociaciones femeninas.

Hay que hacerse la pregunta de: ¿Cómo era contemplado el convento femenino,

y cómo era vista la mujer en la vida cotidiana? Para los hombres de la Plena y la Baja

Edad Media, los conventos femeninos no eran centros femeninos, eran refugios, era un

lugar de protección, de enclaustramiento, de encerramiento de las mujeres, y esta

imagen de encerramiento, de protección, de refugio, de defensa, coincidía con la visión

de la mujer en aquellos siglos. En la vida cotidiana la mujer era un sujeto frágil que

tenía que ser protegido, que tenía que ser defendido, y la protección, la encontraba en la

familia. Claro que se daba la circunstancia de que había mujeres que no encontraban

protección en la familia, pues existían viudas, mujeres solas, y también mujeres pobres

que no habían podido contraer matrimonio, solteras; y en aquella época, una mujer que

vive sola está expuesta a muchos peligros, es mal considerada y está mal vista. Por

tanto, la mentalidad de la época, decía que la mujer sola tenía que vivir enclaustrada,

vivir en un convento. La sociedad masculina de la Plena Edad Media, entonces empieza

a sustituir la imagen totalmente negativa de la mujer, por una imagen más tolerante, una

imagen más humana. La influencia de la Iglesia sigue siendo tremenda, pero en el

convento, a pesar de que se la aparta de la vida corriente, la mujer puede por un lado

tener protagonismo religioso, puede escribir libros de teología, puede culturizarse, y hay

ejemplos muy notables de mujeres que alcanzaron un gran desarrollo individual. Sobre

todo, se impone un nuevo modelo de mujer, que está intoxicado de cultura eclesiástica,

pero es un modelo de mujer más cercano, no tan inalcanzable como el de la Reina de los

Cielos. Ese modelo que se elabora, es todo lo contrario de los vicios que se le achacaban

a las mujeres. Por ejemplo, se decía que las mujeres eran muy charlatanas, y que tanta

palabrería producía desordenes, y podía producir cambios de opiniones. Las monjas de

estos conventos son parcas en palabras, y por tanto, huyen de la palabrería, de la

charlatanería. Otra mala imagen que se le daba a la mujer, es que era muy activa con los

gestos, era excesivamente gestual, movían los brazos, las manos y la cabeza cuando

hablaban, y la mujer tiene que ser más parca con el movimiento, tener gestos

contenidos. Las monjas, incluso hoy, se ve como son muy equilibradas en la

conservación y son parcas con los gestos. Además de todos estos componentes, había

Page 129: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

129

intereses más específicos para que las mujeres entraran en los conventos mendicantes.

Era una estrategia del patriciado, por ejemplo, para que no heredaran, que no rompieran

la unidad del patrimonio de un linaje. También se animaba la entrada en los conventos a

las mujeres como una reserva demográfica, y en el caso de que se murieran los

herederos, estaban ahí como una suplente para que el linaje no se perdiera. También

existe el convento para esconder a una vástaga, a una heredera que haya cometido un

ultraje al linaje, alguna que hubiese cometido un delito. También ayudaban a las

mujeres a entrar en los conventos, porque era un espacio de “libertad” para ellas. Hay

muchas mujeres, sobre todo del patriciado, que entran a una edad muy temprana. Hay

monjas que entran a la edad de 8 años, e incluso antes. Hildegarda de Bingen, es una de

las figuras más sobresalientes de la mística medieval y religiosa. Era una monja que

vivió en el siglo XII, y sus padres eran ricos patricios que la llevaron al convento con 8

años, donde aprendió a leer, a escribir, adquirió conocimientos de teología, y a través

del misticismo, difunde su protagonismo religioso. En cambio, otra monja, Watton, es

todo lo contrario de Bingen, pues fue llevada a la edad de 11 años, pero ésta no tenía

ninguna vocación religiosa, y llevó una conducta de escándalo en el convento; queda

embarazada, y es expulsada del convento, por lo que tenernos toda clase de ejemplos.

Pero la vida conventual queda reservada a las familias poderosas, tanto Watton como

Bingen son hijas de linajes poderosos, y esto se explica porque para formar parte de la

comunidad de mendicantes tienen que pagar una dote, una dote que es menos gravosa

que la del matrimonio, no muy rígida, pero que deja excluidas a las mujeres pobres.

Claro que, las mujeres en las ciudades, quieren tener su protagonismo también, y el

camino que tienen, si no pueden entrar en un convento, es el de transformarse en

beguinas, es el fenómeno del beguinaje. Es un mundo dominado por el cristianismo,

entonces, las mujeres, están integradas en la sociedad; hay mujeres casadas o

trabajadoras, pero también hay mujeres que quieren dedicarse a la oración, y se supone

que las que quieren dedicarse a la oración son estas monjas que están en los conventos

mendicantes; dominicas, clarisas… pero hay otras mujeres que no tienen bienes para

pagar la dote, con un entusiasmo espiritual muy grande, y entonces se crea un nuevo

movimiento, el de las beguinas: las beguinas son asociaciones de mujeres. Las

beguinas, viven por ejemplo, al lado de los hospitales, de las leprosería, y combinan la

asistencia a los enfermos con obras caritativas. Estas mujeres, se diferencian de las

monjas, en que no pierden el vínculo con el mundo exterior. Las monjas están

enclaustradas, en cambio, las beguinas no, las beguinas no pierden el contacto con la

vida real, pues atienden a los enfermos, a los leprosos en las leprosería, pero en cambio,

siguen trabajando para mantenerse, y los trabajaos son básicamente femeninos: textiles,

trabajos de fabricar pan, etc.; y por tanto, sobreviven de la limosna y de su trabajo. Se

parecen a las monjas en que también llevan una vida de oración, y hacen un voto de

castidad; son mujeres solas, viudas, solteras, pero ese voto de castidad se puede romper,

y pueden dejar libremente la asociación y pueden contraer matrimonio. En unos casos,

las beguinas pueden vivir solitariamente, al lado de hospitales y leprosería, pero

también, pueden reunir varias casas contiguas y formar una comunidad de beguinas.

Las beguinas surgieron en la ciudad de Lieja en el siglo XII, y se extendieron con

enorme éxito por todas partes en el siglo XIII. Un fenómeno de las beguinas son las

emparedadas, y se llaman así porque acentuaron el aislamiento con el mundo exterior, y

sólo viven de la limosna de sus vecinos. Las beguinas dan salida a ese afán de

protagonismo de las mujeres en la ciudad, y contó con el apoyo de obispos y de

canónigos, pero en el siglo XIV, las condiciones cambiaron, y algunas beguinas se

permitieron el lujo de criticar a Roma, por la ostentación de sus riquezas, por la

relajación de sus valores, y algunas beguinas, fueron por tanto vistas como peligrosas.

Page 130: La Ciudad en la Edad Media -Apuntes-.pdf

130

Están utilizando la palabra, como los hombres, y esto hizo que la Iglesia prohibiera el

beguinaje en el dicho siglo XIV. Algunas beguinas fueron ejecutadas por la Inquisición,

aunque los casos de muerte fueron los menos, las beguinas fueron reconducidas a los

conventos, y a finales de la Edad Media, desaparece el beguinaje fundiéndose con las

órdenes conventuales. Hay una anécdota que demuestra el movimiento profundo que

supuso el beguinaje, pues en el año 1520, el pintor alemán Durero, visitó Amberes y

relata, que estando en esta ciudad del norte de Europa, pasó por delante suya una

procesión de beguinas que se dirigían a un hospital que estaba próximo, por lo que a

principios del siglo XVI, existían todavía beguinas en esta ciudad Flamenca. Todavía

hoy en Brujas, existen asociaciones de mujeres que proceden de las antiguas beguinas.

14-01-13

El sistema urbano tiene unos límites, unas fronteras, y hay personas que rechazan

integrarse en el sistema, los marginales, aunque en otros casos, no es el individuo, sino

la misma sociedad la que impone la segregación, por lo que son marginados, no

marginales, hay que tener en cuenta ese doble sentido. No todos los vecinos se

identifican con el sistema, se apartan de sus pautas, de sus valores, por lo que lo propio

del sistema urbano es que no existe unanimidad. Los marginados son un colectivo muy

ambiguo en la ciudad medieval, son ambiguos en relación con la convivencia con la

mayoría de la población, y como hemos dicho, la mayoría de la sociedad los detesta.

Por otro lado, a veces se tiene un sentimiento de miedo o atracción, no es un rechazo

completo, hay una especie de morbo. Por íltimo, esa ambigüedad se basa también en la

necesidad de su existencia. Estas conductas ambiguas, se comprueba como se

manifiestan en la ciudad, por ejemplo, la necesidad de estos mendigos en el sistema

urbano. Esta necesidad sirve para labar las conciencias, para practicar la limosna, o para

evitar desordenes públicos. Por otro lado, también sirve para proyectar sobre ellos las

fustraciones y los miedos de la población, es decir, se emplean como chivos expiatorios.

EN la Baja Edad Media, con las hambrunas y las pestes, este colectivo de marginados,

sirvió para achacarles la culpabilidad; se persiguió a las mujeres sospechosas de práctica

de brujería, pero sobre todo, la persecución cayó en los judíos, una persecución

étnicoreligiosa, de los que dijeron habían envenenado las aguas, que habían echado a

niños matados por ellos, y se declaran los asaltos sobre los judíos desde el siglo XIV.

En el sistema urbano medieval hay 6 causas por las que las personas pueden caer en la

marginacióno:

1. En primer lugar los extranjeros, que no forman parte del encuadramiento social

2. En segundo lugar los económicos, los pobres miserables, los que carecen de bienes

materiales.

3. Los herejes, los judíos, el factor étnico religioso como hemos visto

4. Los factores patológicos, los individuos contraen enfermedades o nacen con carencias

físicas, por lo que no pueden llevar una actividad laboral idónea.

5. Factores morales, la delincuencia, los ladrones, los que cometen asesinatos, o la

prostitución.

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131

6. Por último, tenemos el elemento jurídico, aquellos que carecen de libertad, los

esclavos.

Todos estos factores se pueden combinar.

Dentro de la marginación no religiosa encontramos a los pobres y a los enfermos. El

pobre es aquel que pierde el trabajo por la enfermedad o por el paro, no tiene medios

económicos pero temporalmenet, mientras el miserable solo vive de la caridad. El

conjunto de pobres y miserables es variopinto. Hay capítulos humanos como el de las

viudas, los viejos, los huérfanos, los vagabundos, los inmigrantes campesinos, los

artesanos enfermos, los lisiados verdaderos o falsos, etc. Por algunas fuentes

documentales podemos saber el porcentaje de estos pobres y miserables en la ciudad,

que se situa entre el 25 y el 30% de cada población urbana.

También tenernos que hacer una distinción entre pobres vergonzantes, y falsos pobres.

Los pobres vergonzantes, son aquellos nobles, caballeros, que por enfermedad, o

desocupación, atraviesan una etapa de escasez de dinero, pero intentan fingir, no se

sienten dignificados con la nueva situación de crisis e intentan aparentar. Pero al lado

de los pobres vergonzantes existen pobres que falsifican su situación, lo que sabemos

por archivos documentales de Gran Bretaña, de los tribunales de justicia, por lo que

sabemos que se realizaban contratos entre “pobres”. Una parte es un empresario que

paga a otro pobre a cambio de la recaudación que recoja en las puertas de las Iglessa. En

la ciudad francesa de Estrasburgo, tenemos sociedades de ciegos pobres, son una

compañía. EN otro caso, las sociedades son hermandades entre los pobres que se

asocian para repartirse equitativamente las limosnas recogidas. Pero lo que más abunda

son los pobres de solemnidad, los que quedan apartados del sistema productivo. No

obstante, el concepto de pobre en la Edad Media se asocia con el enfermo, se le atiende

más que por su condición de hombre débil, enfermizo, más que por carecer de dinero.

En el IV Concilio de Letrán, de 1215, se establece la obligación de que en todo hospital

tiene que existir un capellán, pues se dice en el concilio que a veces la enfermedad viene

del pecado, y tienen que confesarse con el capellán para recuperan más pronto la salud.

De ahí que todos estos enfermos formaran parte del cuerpo de los marginados, y hay

enfermedades que marginan a los que sufre. Es el caso de la lepra, la enfermedad por

antonomasia en la Plena Edad Media, que coincide con el desarrollo urbano. La lepra

causaba el pánico, el terror, se intentaba expulsar a los leprosos de la población, pero no

se conseguía, de ahí que los gobiernos urbanos decidieran colocarles campanillas, que

vistieran o vivieran en casas determindas. De ahí que se instalase leproserías. Cuando

un persona entraba en una leprosería, el ritual era parecido al enterramiento, se le hacía

entrar en un foso, y se le leían todas las prohibicviones como volver al domicilio. Pero

el acceso a la leprosería estuvo limitado por todos aquellos que tenían cierto nivel

económico. Pero no se pudo evitar el contacto con la leprosería, algunos reyes se

contagiaron también de la lepra, como el Rey Balduino IV de Jerusalén. Se dieron

cuenta cuando jugaban a la lucha, y el rey no se dolía de las heridas que le hacían, pues

la lepra produce una ----. Balduino reinó como rey no obstante.

otra enfermedad que marginaba era la deficiencia mental. Estaba el psicópata por un

lado, y por otro, el tonto, el idiota. El psicópata no era bien visto, pues se decía que

estaba poseído por el demonio, y producía desconfianza. Al tonto, al idiota, se le

escuchaba, se prestaba atención, pues se creía que muchas de sus conclusiones venían

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132

de la divinidad, del cielo. Se crean hospitales nada más que para este tipo de segunda

deficiencia mental, pero a los locos se les expulsa, son vagabundos que van de una

ciudad a otras. Por último, otra enfermedad que causaba marginación era la ceguera, y

al lado de la ceguera aparecen los lisiados, y hay gran cantidad de lisiados. Los hay de

nacimiento, pero la masa más importante no procede del nacimiento, sino de los

castigos judiciales, que en Europa era durísimo, por el robo te cortaban las manos, y por

tanto, había gran cantidad de personas ajusticiadas que vivían de la mendicidad.

La sociedad urbana da una respuesta a todas estas personas. Al principio es una

respuesta personal, la caridad, la misericordia; pero a partir d el siglo XIII aparece una

respuesta pública, aunque las respuestas siempre son dramáticas, pues se basan en el

aislamiento, en la exclusión, y se tarda mucho tiempo en poner una política de solución

de esos problemas, algo que se intenta a partir del siglo XV.

El uso de las obras de misericordia, era muy frecuente, y esto estaba en consonancia con

el espíritu religioso de la época, un pobre era la representación de cristo, y practicando

la caridad se conseguía la Salvación eterna. Pero se percatan de que solamente la

actuación personal no hace disminuir la pobreza, y entonces se recurre a la intervención

pública, lo que tiene varias representaciones, como que los pobres se inscriban en un

libro, y entonces se socorren a los inscritos en el libro o nómina. Aparte de este registro

también se construyen hospederías para albergar vagabundos, los hospitales, los asilos;

pero esta política pública de mejora social tiene un punto negro, y es que comenzó a

identificarse al pobre con el ocioso, y se toman medidas muy draconianas con los

pobres o con los ociosos, alos que se les obliga a trabajos forzosos o a la expulsión de la

ciudad. A finales de la Edad Media, los hospitales eran tan ineficientes que se

disminuyeron en número, y su actividad pasó a manos de la realeza, pues no se podían

hacer cargo los gobiernos urbanos.

Los gobiernos urbanos tomaron otras cuatro medidas de ayuda social para mitigar la

pobreza:

1. Disponer de un cuerpo de médicos y de abogados que no tenían dinero para afrontar

ese gasto.

2. Crean asociaciones de acogida para los niños abandonados, y también para las

prostitutas. En estos lugares de acogida, se les enseña un oficio con el que puedan vivir.

3. La creación de los montes de piedad, las órdenes mendicantes, se dieron cuenta de

que el préstamo es moralmente preferible a la limosna, y pusieron en práctica estos

montes de piedad, y dignifican al pobre con la concesión de créditos con una baja tasa

de interés. La tasa más baja de interés que se establece es del 5%, teniendo en cuenta

que lo normal era un 30 o 40%. A veces el préstamo era en alimentos.

4. Tenemos la mesa de los pobres, que es como un banco de alimentos, pues los

particulares y las instituciones entregan alimentos para mitigar las afecciones de los más

necesitados.

Para terminar, la marginación no religiosa, no se acaba con los pobres y mendigos, pues

hay otro mundo que es la delincuencia y la prostitución. La delincuencia se formaba por

tres vías:

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133

1. Los desarraigados, eran la primera vía, y son personas que no tienen una residencia

fija, y que van de una población a otra. Estos desarraigados son los bohemios, los

juglares, determinados monjes y clérigos, y también los estudiantes. Esta gente que se

traslada de un punto a otro, de una población a otra, eran mal considerados, y por eso

forman parte de la marginación. Los casos anteriores son desarraigados porque no

tienen vivienda, pero podemos llamar otro sector como los vagabundos involuntarios,

en esa situación por carencia de medios económicos, por cuestiones políticas, los que

huyen de la justicia, son también vagabundo involuntarios; también los expulsados de

una ciudad por ser insolventes. Los desarraigados son mal considerados porque en la

Edad Media todo individuo tenía que estar encuadrado en la sociedad, en una familia, en

un gremio, en una parroquia… y todos aquellos que no estaban encuadrados en este tipo

de instituciones causaban recelo. Cada vez, se critica a todos aquellos que son ociosos,

no se dedican a ningún trabajo.

2. La segunda vía de marginación es la práctica de la violencia. La sociedad medieval es

violenta, las instituciones son agresivas, se impide que los vecinos de noche lleven

armas, que caminen sin luz; son medidas de precaución, y es una sociedad violenta por

la lógica feudal, que descansa en la honra y el honor, y cualquier ofrenta contra el honor

y la honra, es una injuría, y lleva a motivos violentos. Inglaterra en la Baja Edad Media

es el lugar más violento, con la Guerra de los Cien Años, no hay una autoridad

competente, lo que creó ese clima violento.

3. La tercera vía es la delincuencia, pero un delincuente puede ser una persona no

marginada, aunque un marginado puede ser un delincuente. El delincuente es una

persona que aparentemente se identifica con el sistema, está integrado, pero de manera

ilegal, se aprovecha del sistema urbano, pues emplea en su beneficio que una sciudad

sea populosa, vive en el anonimato, y esto le permite maniobrar en el mundo de la

delincuencia. En el mundo rural, existe la violencia, y es sobre todo criminal, por

cuestiones de lindes con las propiedades, de hectáreas, pero también porque las

relaciones son más directas y continúas, y se crean odios, que terminan en asesinatos.

EN las ciudades la criminalidad es menor, y el delito que más abunda es el robo. EN los

tribunales de justicia son enjuiciados como delincuentes los inmigrantes, los que no

encuentran acomodo, una adptación fa´cil, que pasan todo el día en la taberna, o los

burdeles, el hogar de los sin hogar, y esa vida desemboca en la delincuencia, y la

delincuencia en las ciudades medievales son de tres tipos:

Violaciones

Robos

Asesinatos u homicidios

El robo es el delito más común. En segundo lugar los asesinatos u homicidios, que están

vinculados no sólo con la violencia feudal, sino con los mercenarios. En la Baja Eadd

Media aparece este tipo de soldado, pero la guerra acaba, y muchos de estos

mercenarios fijan su residencia en la ciudad, y están acostumbrados a matar, y

desarrollan este tipo de actuaci´pn. La mayoría de los reos tienen relación con el oficio

de mercenario. También con los malechores o rufianes, que son una especie de fuerzas

que actúan en lso bando al servicio del patriciado urbano. Por último, las violaciones,

que se daban también en el medio rural, pero los violadores en el mundo rural proceden

de otro pueblo, no son de la localidad. En la ciudad los violadores son de la misma

población, y proceden de grupos medios o inferiores en la ciudad. La mayoría de los

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134

violadores tienen un vínculo con la violada, y las víctimas de la violación son niñas

menores de 15 años, y la mayoría de ellas son criadas. Por las fuentes de los tribunales

de justicia, sabemos que el lugar donde se comete una violación suele ser la casa,

domicilio de la víctima o del violador. Muy rara vez se produce en el espacio público,

todo lo contrario del mundo rural, donde se producían en los cruces de camino. Una

mujer no encuadrada en un grupo social, era frágil a la violación, y por eso estaban mal

considerada, además entraba en el otro aspecto de la marginación que es la prostitución.

La prostitución está ligada al mundo de la delincuencia, y se entraba a prostituta por c5

circunstancias principalmente:

1. La pobreza

2. La violación

3. La prostituta era una ladrona, robaba a sus clientes y compagina dos delincuencias,

robo y prostitución.

4. Son vagabundas que proceden de otras ciudades, mujeres desarraigadas, lo propio de

la Edad Media. En Florencia a principios del siglo XV el 70% de las prostitutas no son

de la ciudad.

5. Las prostitutas están asociadas a rufianes, a chulos, que montan el negocio de la

prostitución

En las ciudades medievales la prostitución fue considerada un mal menor y necesario, y

el gobierno urbano reglamento los lupanares sexuales. Hubo un intento de prohibir la

prostitución, a Luis IX de Francia en el año 1254, pero la prohibición duró muy poco

tiempo, pues en 1256 las prostitutas regresaron al reino. La reacción que triunfa es la de

la tolerancia, se reglamenta el oficio, se reglamentan los horarios, lso lugares, el

lupanar, y se regula que vistan de una manera distitnta para no ser confundidas con las

damas burgusesas. Tanto las prostitutas como los judíos son impuros, y en las

ordenanzas se establece una multa para toda prostituta o judía que toque un alimento, si

lo toca tiene que comprarlo obligatoriamente. Pero dentro de la prostitución, hay una

jerarquización interna, hay prostitutas ocasionales, por ejemplo, las hiladoras de París,

pues estas trabajadoras a veces eran consideradas mujeres libertinas. Aquellas hijas que

les gustaba estar fuera de su casa, era tachada de prostituta ocasional. También la

mujeres del servicio doméstico y las esclavas, formaban parte de ese mundo esporádico.

Pero también había mujeres que practicaban ese oficio de forma constante, y ocupaban

los lupanares, las manceberías. Algunas mujeres eran independiente que practicaan este

oficio, habían conseguido dinero, joyas, y por eso se les prohíbe vestir como las

burguesas, pues podían. Otras son custodiadas por estos chulos, y en alguna ocasión se

intentó que tuvieran un estatuto como otro oficio cualquiera. EN cambio, en toda la

Eadda Media no existió una política semejante con los alcahuetas o esos chulos. Para

terminar, se mezcla ese mundo con los exclavos, son hombres que carecen de libertad

jurídica, no forman parte del sistema, y el tema fundamental de la esclavitud, es que por

mucho tiempo, los historiadores por un sentido etnocentrico, afirmaron que con la

desaparición del mundo Antiguo la esclavitud quedó eclipsada en le mundo medieval.

Eso hoy no se mantiene, la esclavitud se mantiene hasta el siglo X; desciende hasta el

siglo XIII y acabó casi desapareciendo. Peor no llega a desaparecer del todo,

sobrevivión en anchas regiones del Mediterraneo (Peninsula ibérica, Italia). Pero es

distinta, es una esclavitud sobre todo doméstica, por prestigio social, era de buen tono

saberse acompañados de esclavos, que primero vienen del mundo oriental (la palabra

esclavo viene de eslavo), pero esa vía se interrumpe con la llegada de los turcos, y se

abre la vía de los esclavos africanos. La filosofía escolástica le da justificación a la

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135

presencia de esclavos, Santo Tomás de Aquino, dice permitir la esclavitud en la

sociedad porque es producto del pecado original, que ha hecho que haya hombre

superiores que son los cristianos, y hombres inferiores que son los esclavos, y se

recomienda cristianizar a los esclavos. Por tanto, la escolástica consolidó a los esclavos.

La filosofía de Aristóteles ha tenido dos lacras para la historia de occidente, la

esclavitud, y el feminismo. La esclavitud, en Italia tiene una matización, pues procedían

del Mediterráneo oriental, eran tártaros, griegos, pero cuando no llega esta mano de obra

se sustituye por la que llega de Africa, o son moros o son negros. Los italianos,

rechazan a lso esclavos negros, y son compradores de esclavos musulmanes, con su tez

pálida. En cambio, en Portugal, Castilla o Aragón, lo mismo existen esclavos

musulmanes que esclavos negros. El fenómenos de la esclavitud es un fenómeno del

litoral, se da en las ciudades de las costas, en los puertos. Esto lo vemos en la Península

Ibérica, hay esclavos en Barcelona, en Cádiz, en Sevilla, en Lisboa… pero no vemos

nada en la Meseta Norte o en Cantabria.

FIGURA NÚMERO 12

Aquí tenemos un plano de Santo Domingo de la Calzada un pueblo calle, donde el

camino es el eje. El comentario de Heers dice: Ciudad Calle. Sobre el Camino de

Santiago. Es una ciudad de peregrinaje, la catedral (1) y sus dependencias ocupan

aproximadamente un cuarto del perímetro construido. El camino hacia Galicia atraviesa

el burgo de una parte a otra, y pasa por delante a lo largo de toda la catedral. El camino

se extiende y se amplía formando la plaza central (con el número 3), y en la otra parte

de la plaza está el hospital que alberga a los peregrinos”. Vemos que es una ciudad

camino, y la catedral ocupa el lugar céntrico, el camino pasa por su costado, e incluso el

hospital o albergue para los peregrinos.

-En un comentario práctico hay una jerarquía, aquí lo importante es saber que la

centralidad está compuesta por la catedral, el hospital, y luego ya todo lo demás.

-La ciudad nace o a la sombra de una castillo, o a la sombra de una abadía

La ciudad de Sogeberg, es otro pueblo calle, y las casas aquí aparecen la parcelación,

perpendiculares al eje principal del camino. Heers: pueblo calle desarrolado al pie de un

registro castral, el burgo (1), en a calle se ve la curva de nivel en torno al castillo. El

parcelario es de una manera simétrica, la plaza del mercado está simplemente apoyada o

remitida frente a la puerta del burgo. Lo interesante es que es un pueblo calle.

Figura 2.6

Es una ciudad castral, el plano de la ciudad de Epinal en Francia, entonces, el castrum

antiguo es el número 1, y ese castillo se ha provistod e un recinto fortificado con todas

las torres de defensa. Esa muralla se ha hecho más inexpugnable con la construcción de

un foso, el numero 5. Se ha creado un burgo castral, y ahí está la catedral, con el

número10. Este burgo a pasado la fortificación y se ha construindo un arrabal (12) una

isla entre los dos meandros del río. A la sombra del castillo se ha construido esta ciudad.

Podemos hablar de las calles, del urbanismo en general.

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136

4.8

Una ciudad bastida, creada en Perigó en el año 1284. Tenemos el plano y el alzado, y

observabos que el plano es ortogonal, como cuadros de ajedrez, hay que hablar del

símbolo, de la forma, de donde viene esa originaidad. Tiene una parroquia, y al lado de

la parroquia una plaza para el mercado que cuenta con soportales. Se puede hablar de

todo lo que supuso la planificación, mientras la anterior era espontánea, aquí es una

ciudad que se ha fundado primero sobre un plano, y en el alzado vemos la plaza del

mercado, con esos soportales que aparecen en la parte inferior. Las calles, las casas, la

catedral, en el ángulo superior, hablar del mundo religioso, el mercado, esa institución,

como elemento primordial de la ciudad.

El tribuno Cola di Renzo se adueña de Roma (1347)

En lso siglos XIV – XV, se producen revueltas urbanas, es el intento de los grupos

medianos por alcanzar el poder, que está monopolizado por los patricios. Utilizan los

medianos estas clases populares para conquistar el poder. No son revueltas ocasionadas

por la Peste Negra, por hambrunas o miserias, no hay revueltas contra la miseria, sino

por los grupos intermedios, y aquí vemos el caso específico de Roma. EN 1347, resulta

que en Roma se ha hecho con el poder un notario, un grupo de un oficio acomodado, de

tipo medio, el notario se llamaba Cola di Renzo. Este notario, era un personaje

estrafalario, pues por su oficio era un gran lector de la historia de Roma, de tal manera

que le pasó como a Don Quijote, y de tanto leer sobre Roma, quería parecerse a un

César. También está influido por los sermones, las homilías de los monjes franciscanos.

Cree en el fin de los tiempos, y estas dos mentalidades, la apocalíptica, y la de imitar a

lso magistrados romanos, le lleva a celebrar actos desquiciantes, pompa y fasto, no

comprensibles para los ciudadanos de la época. Se hizo famoso por sus intervenciones

en la plaza de Roma, y criticaban al patriciado romano, pues monopolizaban el poder

junto al papa, imponía muchos impuestos, y agobiaban a las clases menores con tributos

carísimo. Cola di Renzo lucha contra el abuso tributario, y otra crítica era contra el

papa, rodeado de riqueza y de poder, y eso lo critica. Esto cae a gusto del pueblo de

Roma, y por ultimo critica a la nobleza urbana de roma, pues ponen impuestos,

monopolizan el poder. Esto hace que el pueblo se levante contra la oligarquía y se pone

al frente Cola di Renzo. Este personaje pide ayuda militar a las ciudades italianas

vecinas, y un representante suyo va a Siena, y otros lugares, los que envían

destacamentos militares. El pueblo le concede a Cola di Renzo el título de pueblo de

Roma, y de esta forma reinventa este título. Pero no está contento con ser tribuno de

Roma, y también se hace nombrar caballero, la lógica feudal fascina a los habitantes de

las ciudades, de tal manera que este notario se hace nombrar caballero. La ceremonia es

fastuosa, llena de pompa, una maravilla que imita al mundo romano. Este personajes es

fascistoide, un precedente de Mussolini. Además, se rodea de otros títulos, celador de

Italia, amigo del universo… pero al principio el pueblo le sigue porque lleva a cabo la

fortuna tributario, e impone un impuesto directo sobre las grandes familias, y suprimir

un montón de impuestos indirectos. Pero siguió con estas ceremonias, y se corona

tribuno con cinco coronas, todo con muchos gastos de fiesta. El cronista, es partidario

de este gobierno y lo exalta diciendo que administraba Roma con gran equidad. Pero el

gasto excesivo, hace que Roma el pueblo se desligue de Cola di Renzo, y los patricios

desterrados, se reorganizan y pasan a la oposición. Aquí están señalados dos linajes

patricios fundamentales de Roma, los Orsini y Colonna, y consiguen al final, derrotar a

Cola di Renzo, y fue ejecutado, en 1348, la revuelta ya era un recuerdo.

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-Solo algunos gremios consiguieron entrar en el gobierno, pero eran grandes maestros

de taller, también eran patricios, pero aun así, querían regular el poder de los gremios.

-La etapa del Consejo Abierto dura muy poco tiempo.

Lo de Cola Di Renzo es un intento de tener el poder por los grupos medianos.

Ciompí

En esta crónica narrativa es la revuelta más famosa de la Edad Media, los ciompí o uñas

azules, pues eran cargadores de lana o tintoreros, por eso eran conocidos como ciompí o

uñas azules. Leyendo el texto parece que se propone toda una revolución que los

inferiores van a por todas. Pero si sigiueramos leyendo la crónica nos daríamos cuenta

de que no. Los ciompí son utilizados como fuerzas de choque, su descontento es

utilizado, por abuso de impuestos, guerra contra el papado, y de todos los grupos

inferiores, los más utilizado fueron unos que no estaban encuadrados ni siquiera en los

gremios. Estos ciompí son trabajadores sin cualificar, eran en Florencia unos 10.000 o

15.000, pero fueron utilizados por los grupos medianos, por Salvestro de Medici, que se

hace el jefe de la situación, el gonfaloniero, y la situación de los ciompí es

autenticamete revolucionario, se apropian del poder, de la muralla, del gobierno, se

hacen con la ciudad, pero con el tiempo son traicionados, Salvestro de Medici relantiza

la reforma, y se produce un distanciamiento de los ciompí respecto a este cabecilla. Por

ultimo, también se desacredita esta revuelta por Antonio di Ronco, el ala más radical de

los ciompí, que estaba contagiado por el espíritu franciscano, partidario del apocalipsis,

y estas notas desprestigiaron las protestas de los ciompí. Había que prepararse para el

fin del mundo, y todas estas acciones dieron lugar a que los patricios se reorganicen, y

retrocedan la revuelta. Mataron a mas de 200 u´ñas azules, otros fueron exiliados, y no

sirvió para nada. Pero hay este intento, como si hubiera un programa alternativo que

parecía organizado por los ciompí, aunque no era así, pues fue organizado por los

grupos medianos, que intentaron apropiarse del poder, pero todo fue un fracaso.