acuña perci - urbanismo la ciudad en la edad moderna

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    URBANISMO LA CIUDAD EN LA EDAD MODERNA

    Percy Acua Vigil

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    UNI/FAUA Percy Acua Vigil Urbanismo 1 A La Ciudad en el Renacimiento

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    LA CIUDAD EN LA EPOCA MODERNA

    CONTENIDO

    LA CIUDAD EN LA EPOCA MODERNA 4

    EL RENACIMIENTO. 6

    ASPECTOS DEL RENACIMIENTO QUE INFLUYERON EN LA CONSTRUCCIN DE LA CIUDAD MODERNA 6

    1. INTRODUCCION. 6 2. CONCEPTO, ORIGENES Y CAUSAS DEL RENACIMIENTO 7

    2.1. HUMANISMO EN EL RENACIMIENTO 7 2.2. QUE FUE EL RENACIMIENTO 8 2.3. ORGENES DEL RENACIMIENTO 8 2.4. LA EXTENSIN DE LA CULTURA 8

    2.4.1. Renacimiento y humanismo. 9 2.4.2. La ruptura de la cristiandad. 11 2.4.3. Lutero y la reforma 13 2.4.4. Reformas post luteranas. 15 2.4.5. El anglicanismo 15 2.4.6. Juan Calvino. 16

    2.5. LA PINTURA EN ITALIA Y SUS AUTORES 18 2.5.1. El renacimiento italiano 18

    2.5.1.1. Siglos XIII-XIV. El Trecento 19 LA ESCUELA FLORENTINA 19 Giotto. 19 LA ESCUELA SIENESA 20

    2.5.1.2. Siglo XV. El cuattrocento 21 LA ESCUELA FLORENTINA 21 Andrea Pisano. 21 Alessio Baldovinetti 22 Sandro Botticelli. 22 Giorgio Vasari. 23 LA ESCUELA DE PERUSA 23 LA ESCUELA VENECIANA 23 La ESCUELA DE PADUA 23

    2.5.1.3. Siglo XVI. El cinquecento. 24 Miguel ngel 24 La escuela Milanesa 24 Leonardo da Vinci. 25 La escuela Romana 26 Miguel ngel. 27 La Capilla Sixtina. 28

    2.5.4. LA PINTURA EN OTROS PAISES EUROPEOS. 29 2.5.5. LA ESCULTURA 30

    3. ARQUITECTURA RENACENTISTA EN ITALIA 31 Filippo Brunelleschi. 32 Donato Bramante 35

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    Leon Battista Alberti 38 Luciano Laurana. 47 Galera de los Uffizi. 47 Alejandro VI. 48 La Reforma de la iglesia: 48

    4. LA CIUDAD DEL RENACIMIENTO: 50 La plaza de San Marcos en Venecia 63 La plaza del Campidoglio. 64 La Plaza de Espaa. Pietro da cortona 69 La plaza Farnese en Roma. 69 Las plazas de Nancy 60 El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. 71 La catedral de Valladolid 71 La Catedral de Toledo 73 La Plaza Mayor de Salamanca 73

    4. CONCLUSIN 74 5. BIBLIOGRAFA SELECCIONADA. 75

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    LA CIUDAD EN LA EDAD MODERNA1.

    istricamente la edad moderna2 se conoce como una de las etapas en la que se divide tradicio-nalmente la historia, extendindose desde la toma de Constantinopla por los turcos en el ao 1453 hasta el inicio de la Revolucin Francesa en el ao 1789. Otros historiadores fijan como

    fecha de inicio el descubrimiento de Amrica en1492, o el inicio de la Reforma Protestante en 15173. En este periodo destacan la invencin de la imprenta, los grandes descubrimientos geogrficos como el descubrimiento de Amrica, el Renacimiento, la Reforma Protestante, la Contrarreforma Poltica etc. Conforme transcurran los aos, las ciudades fueron creciendo, y es as como durante el perodo medieval, ya en el siglo XV, Europa presentaba un gran desarrollo urbano. Tambin con el crecimiento de las ciudades se produjo un cambio en el sistema econmico: la eco-noma feudal dio paso a los primeros indicios del sistema capitalista. El desarrollo comercial del Mediterrneo y el crecimiento de la actividad industrial fueron aprovechados por la burguesa, la clase social que estaba creciendo junto con las ciudades. Respectivamente toda esta actividad condujo a la necesidad de buscar nuevas tierras donde conse-guir las materias primas, necesarias para fabricar los productos. Adems, signific la apertura de nuevos mercados donde venderlos. Durante esta poca, el comercio mediterrneo estaba bloqueado por los turcos, y todos los progresos logrados con las tcnicas de navegacin, impulsaron a los hombres del siglo XV a las exploraciones de ultramar. Espaa y Portugal Desde principios del siglo XV, Portugal explor las costas africanas para buscar una ruta hacia India, pero slo en 1487 Bartolom Daz descubri el cabo de Buena Esperanza, y en 1498 la ex-pedicin de Vasco de Gama lleg a la ciudad de Calicut. Estos hitos van a consolidar la presencia portuguesa en el Ocano Indico y van a transformar a Lisboa en centro de comercio de las especies. Espaa, por su parte, obtuvo un gran xito cuando la primera expedicin de Cristbal Coln descu-bri Amrica. Este triunfo se debi al esfuerzo personal de Coln, y al apoyo oficial de los Reyes Catlicos. La idea de Coln era llegar a las costas orientales de Asia, pero estaba equivocado en el

    1 Este escrito se ha preparado como complemento de lectura a mi libro Fundamentos de Planeamiento Urba-no para uso de los alumnos de las asignaturas de Urbanismo que dicto en la FAUA de la UNI y en concor-dancia con lo dispuesto por la legislacin sobre derechos de autor. Ley 13714. Se proporciona bibliografa especializada en la poca a fin de que sirva de consulta para los lectores 2 Alberola Rom, A. y otros. Diez aos de historiografa modernista. Barcelona: Universidad Autnoma de Barcelona, 1997. Obra singular que se centra en el balance de los distintos discursos historiogrficos sobre la modernidad. Muy aconsejable su lectura para comprender la evolucin y creacin de la disciplina de la histo-ria. 3 En cambio, en la historiografa anglosajona el trmino moderno hace referencia a un periodo ms prolon-gado y mvil. En consecuencia, la duracin de los tiempos modernos tradicionalmente se ha situado tras el renacimiento, hacia el ao 1600, y su final tiende a prolongarse en el tiempo hasta el siglo XX. La delimita-cin de su ocaso puede variar segn las diferentes historiografas, en virtud del propio ritmo histrico de cada pueblo: por ejemplo, en 1848, en las naciones de Europa central; o en 1917 para Rusia.

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    clculo de la distancia que separaba a Europa de estas tierras, razn por la cual pens que era India el territorio al que haba llegado, cuando realmente era Amrica4. Nuevas tierras a la vista Desde el descubrimiento de Amrica en 1492, hasta la primera vuelta al mundo en 1522, los cono-cimientos geogrficos sobre la Tierra avanzaron muchsimo. - Cerca del ao 1500 se descubri el golfo del Darien, la costa de Venezuela, las Antillas y las cos-tas de Brasil. - En el ao 1500, con la expedicin portuguesa de Pedro Alvares Cabral al Brasil, se consider este territorio como propiedad de la corona de Portugal. - En 1513, Vasco Nez de Balboa descubri el Mar del Sur, Oceno Pacfico, confirmndose que Amrica era un nuevo continente. - Entre los aos 1519 - 1522 se realiza la primera vuelta al mundo, realizada por Hernando de Ma-gallanes, y que finaliza Sebastin Elcano, debido a la muerte del primero. Con este viaje se confir-ma la redondez de la Tierra y se descubre el paso que une el Ocano Atlntico y el Pacfico en Amrica del Sur, llamado, posteriormente, Estrecho de Magallanes. Consecuencias... El impacto que el descubrimiento de Amrica signific para el mundo fue grande: las consecuen-cias demogrficas, econmicas y culturales se dejaron sentir inmediatamente: - Demogrficas: la emigracin o traslado de poblacin europea hacia las colonias americanas, la mezcla entre la raza nativa y la europea (mestizaje racial), el trfico de esclavos negros y el inter-cambio continental de epidemias que hizo disminuir la poblacin indgena americana. -Econmicas: se desplaz la actividad econmica desde el Mediterrneo hacia el Atlntico. El hallazgo de numerosos yacimientos de metales preciosos en Amrica, foment la tendencia al ate-soramiento de oro. El intercambio de productos entre los dos continentes provoc que en Amrica se conocieran el trigo, el caf, la caa de azcar y el olivo, Europa recibi de Amrica el cultivo del maz, el cacao y la papa. -Culturales: los pueblos europeos trajeron a Amrica su forma de pensar, valores, idioma, religin, arte y sentido del derecho, entre otros aspectos. Formacin del Estado Moderno El perodo conocido como poca Moderna signific para Europa importantes cambios en su orde-namiento poltico. El fenmeno ms destacado fue el surgimiento del Estado Moderno: un territorio con fronteras determinadas, un gobierno comn y un sentimiento de identificacin cultural y nacio-nal de sus habitantes. Los reyes fueron quienes iniciaron este proceso a lo largo de los siglos XIV y XV. Interesados en concentrar el poder en su persona, debieron negociar con los seores feudales, quienes cedieron sus derechos individuales sobre sus feudos, a cambio de una serie de privilegios. Los que no estuvieron dispuestos a transar, fueron sometidos a travs de violentas guerras. Para stas, los reyes contaron con el apoyo de los burgueses, a quienes les interesaba dejar de depender del seor feudal. De este modo, el concepto feudal de lealtad fue reemplazado por los de autoridad y obediencia, propios de un Estado con poder centralizado. En el siglo XVII, el poder poltico de los monarcas se fortaleci hasta eliminar cualquier represen-tatividad, dando lugar a las monarquas absolutas. La monarqua constituy un estado moderno sobre la base de una direccin fuerte, contando con los medios para sostenerla. Con esto, el rey consigui la resignacin de la sociedad, a cambio de un cierto orden y progreso. 4 El da 3 de agosto de 1492, Coln parti del puerto de Palos con tres carabelas: la Pinta, la Nia y la Santa Mara. Realiz una escala en las islas Canarias para aprovisionarse de agua y alimentos, y despus de mucho navegar lleg, el da 12 de octubre, a la isla de Guanahani, que bautiz como San Salvador.

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    Uno de los ms claros ejemplos del absolutismo fue Francia. Durante el siglo XVII, este pas se convirti en la mayor potencia europea, despus de consolidar sus fronteras, gracias a innumerables guerras con los pases vecinos. El rey Lus XIV (1643-1715) fue la mejor personificacin de la imagen del monarca absoluto. A l se atribuye la frase: "El Estado soy yo".

    EL RENACIMIENTO. ASPECTOS DEL RENACIMIENTO QUE INFLUYERON EN LA CONSTRUCCIN DE LA CIUDAD MODERNA Percy Acua Vigil Este documento sirve de complemento al libro Fundamentos de Planeamiento Urbano, base para los conversatorios sobre la construccin de la ciudad moderna. La bibliografa proporcionada se recomienda para ampliar los conocimientos sobre la construccin de la ciudad en esta poca.

    1. INTRODUCCION. El Renacimiento Comprende todo el siglo XVI aunque sus precedentes se encuentran en los siglos XIV y XV y sus influencias se dejan notar en el XVII5. Se inici en Italia y se extendi por toda Europa favorecido por el invento de la imprenta. El Renacimiento es el periodo de la historia euro-pea caracterizado por un renovado inters por el pasado grecorromano clsico y especialmente por su arte. El renacimiento comenz en Italia en el siglo XIV y se difundi por el resto de Europa durante los siglos XV y XVI. En este periodo, la fragmentaria sociedad feudal de la edad media, caracterizada por una economa bsicamente agrcola y una vida cultural e intelectual dominada por la Iglesia, se transform en una sociedad dominada progresivamente por instituciones polticas centralizadas, con una economa urbana y mercantil, en la que se desarroll el mecenazgo de la educacin, de las artes y de la msica6. El trmino renacimiento lo utiliz por vez primera en 1855 el historiador francs Jules Michelet para referirse al descubrimiento del mundo y del hombre en el siglo XVI. El historiador suizo Jakob Burckhardt ampli este concepto en su obra La civilizacin del renacimiento italiano (1860), en la que delimit el renacimiento al situarlo en el periodo comprendido entre el respectivo desa-rrollo artstico de los pintores Giotto y Miguel ngel, y defini a esta poca como el nacimiento de la humanidad y de la conciencia modernas tras un largo periodo de decadencia. Los escritores del renacimiento adoptaron como modelos que deban ser imitados a los escritores de la antigedad clsica, y a los grandes italianos del siglo XIV Dante, Petrarca, y Boccacio .Este movimiento fue influido por los humanistas que estudiaron la cultura de Grecia y Roma , entre los que destacan Erasmo de Rotterdam, Antonio de Nebrija y Juan Lus Vives. Durante la Edad Media el arte es un medio para honrar a Dios. En el Renacimiento el centro del mundo es el hombre, los poetas cantan al amor humano, la naturaleza, los hechos guerreros, y tambin tratan temas filosfi-cos y polticos7. 5 Bennassar Vicens, Bartolom. La Europa del Renacimiento. Madrid: Grupo Anaya, 4 ed., 1995. Exce-lente obra de divulgacin sobre el periodo renacentista. Burke, Peter. El Renacimiento. Barcelona: Editorial Grijalbo, 1993. Excelente aporte al conocimiento del periodo. En la historia del urbanismo el renacimiento se extiende hasta fines del XVIII. A.E.J. Morris: Historia de la forma urbana. 6 Consultar tambin: Microsoft Encarta 2006. 1993-2005 Microsoft Corporation. 7 Ver como referencia: http://www.euskalnet.net/tz/Renacimiento.htm http://www.monografias.com/trabajos/renacim/renacim.shtml

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    Hasta llegar el siglo XVI las diferentes civilizaciones artsticas de Occidente se haban sucedido sin sobresalto. En el siglo XV, el gtico y Renacimiento haban vivido uno al lado del otro, en buena forma. Pero, a partir de del siglo XVI, el arte occidental se dividir en fuerzas contradictorias que esconden ideologas diferentes. Dos figuras vienen a encarnar las ideologas opuestas: Erasmo y Lutero, el humanista y el profeta, el conciliador y el revolucionario. Erasmo suea con hacer entrar el Panten en el Paraso. No viendo sino lo que las cosas tienen de comn, lo intenta todo por salvar la unidad espiritual de Europa. Lutero el hombre sediento de Dios, resucita del viejo fondo de la Edad Media la imagen del hombre dbil, el hombre gimiente bajo el destino pecador que le impone un Dios terrible. Italia se encontraba dividida por estas dos fuerzas. Sobre una base intelectual en Roma y sensible en Venecia, Rafael y Tiziano definen las leyes del clasicismo, que subordina el conjunto de la obra al equilibrio de todas sus partes entre s, lo que hace que se atenen los rasgos y la expresin, nace de esta ruptura de equilibrio una desesperacin que atormenta los cuerpos y ensombrece los rostros. Tales exigencias de la expresin, sabr mantenerlas Miguel ngel dentro de los limites de la belle-za, y ah radica su milagro. De la confusa mezcla del clasicismo con el barroquismo, nace en Italia una crisis conocida bajo el nombre de "manierismo". Salvo la escuela veneciana, las dems escuelas quedaran afectadas por esta crisis, conduce a los artistas a la extravagancia en los gestos y las expresiones, al alargamiento desmesurado de las proporciones y a las contorciones en las actitudes. Sin embargo el prestigio de Roma impuso el Renacimiento, y Europa se hallaba en un dilema, que era esquivar los modelos de Miguel ngel, Rafael o Leonardo ya que se estaba imponiendo el ita-lianismo, de modo que con el manierismo se estaba desplazando al gtico flamgero. Esta crisis favoreci a la proliferacin del manierismo en gran parte de Europa. Apenas asimilado el Renacimiento, Europa en una revisin general de los valores, hallara una ma-durez definitiva que, tras una nueva crisis de crecimiento, permitir que el siglo XVII, se pueda convertir en el siglo de oro europeo. Este movimiento que tiende a crear un nuevo humanismo cris-tiano, pertenece precisamente al siglo XVI, durante este extraordinario siglo se incubo un mundo de ideas, de formas y de sentimientos contradictorios.

    2. CONCEPTO, ORIGENES Y CAUSAS DEL RENACIMIENTO Se denomina Renacimiento al periodo de la historia europea, caracterizada por un renovado inters por el pasado grecorromano clsico y especialmente por su arte. Con el Renacimiento, el hombre centra toda su actividad, en el hombre como tal, es decir despus del aletargamiento medieval el hombre piensa ahora con una libertad de espritu, que le conducir a la libertad de pensamiento, el culto a la vida y el amor a la naturaleza son otros aspectos importantes, adems el Renacimiento estableci como fuentes de inspiracin el equilibrio y la serenidad. Pero lo ms caracterstico de esta poca es la separacin entre lo cvico y lo religioso.

    2.1. HUMANISMO EN EL RENACIMIENTO Es la manifestacin ideolgica y literaria del Renacimiento. Los hombres del Renacimiento trabaja-ron con mucho entusiasmo en estudiar metdicamente las obras de la antigedad, explorando rui-nas, exhumando manuscritos y salvando de su destruccin valiosos documentos. Para ello recibie-ron la proteccin de prncipes y Pontfices, que les estimularon en sus investigaciones. Primeramente se sinti inters tan solo por los autores y el arte latina, pero pronto se llego a su fuente, o sea al arte y la cultura griega. As se desarrollo una mentalidad erudita, critica y apasiona-

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    da por las ciencias y las artes, que se centro en el hombre y sobrestimo los valores humanos, de ah el nombre de Humanismo. La sobrestimacin de estos valores y los descubrimientos geogrficos y tcnicos, crearon el orgullo y el individualismo del hombre renacentista. El Humanismo, tuvo sobre todo un carcter literario donde Dante y Boccaccio son considerados como precursores del mismo. Petrarca es considerado como el primer humanista.

    2.2. QUE FUE EL RENACIMIENTO Se denomina Renacimiento al movimiento cultural que surge en Europa el siglo XIV, y que se muestra como caracterstica esencial su admiracin por la antigedad grecorromana. Este entu-siasmo, que considera las culturas clsicas como la realizacin suprema de un ideal de perfeccin, se propone la limitacin en todos los ordenes, lo que explica el calificativo de Renacimiento, pues en verdad, se trataba de un renacer, de un volver a dar vida a los ideales que haban inspirado aque-llos pueblos. El Renacimiento, desde luego no fue una simple exhumacin de las artes antiguas. El inters por el arte grecorromano fue una consecuencia. En principio, se aspiro a una renovacin en todas las par-celas de la cultura humana, filosofa, tica, moral, ciencia, etc... encaminada a la hechura de un hombre que fuera comprendido y resumen de todas las perfecciones fsicas e intelectuales. El hombre integral, el genio mltiple, en el que se concilian todas las ramas del saber en una actitud fecunda, fue la gran creacin del Renacimiento que cristalizo en figuras que mantienen viva la ad-miracin a travs de los tiempos, como un Leonardo da Vinci, un Miguel ngel, un Rafael.

    2.3. ORGENES DEL RENACIMIENTO El renacimiento tuvo su origen en Italia en los siglos XIV y XV, llegando a su apogeo al iniciarse el siglo XVI. De Italia se extiende lentamente por Europa excepto Rusia. A lo largo de los cincuen-ta aos que van desde 1520 a 1570, discurre la madura plenitud del Renacimiento y tambin se percibe su ocaso. Toda la Europa de Occidente toma parte ahora en el movimiento de las artes y de las letras. La recepcin de los gustos italianos se generaliza, los grandes maestros surgen ya no solo en Italia, sino en todo el mbito de las monarquas occidentales. Pero el desarrollo normal de la cultura renacentista se ve afectada por el hecho simultneo de las luchas religiosas derivadas de la revolucin protestante. As, en Alemania, se corto el brote rena-centista, al igual que en Francia con las guerras civiles de la segunda mitad de quinientos. Adems en los pases adheridos a las confesiones protestantes, el credo iconoclasta de los nuevos evangelios suprimi la ocasin de ejercitar el mecenazgo eclesistico y, al menos en la pintura y la escultura, suprimi la temtica abundante de los motivos iconogrficos, con la rara salvedad de los temas bblicos.

    2.4. LA EXTENSIN DE LA CULTURA Gracias a la creacin de universidades, escuelas y a medida que nos adentramos en el quinientos, la arquitectura Italiana y la estatuaria se abren camino en diferentes pases europeos: en Inglaterra muy lentamente, pues el crisma religioso alejara de ah a los artistas italianos que haban sido lla-mados a trabajar en el pas y eran los mas capacitados propagadores de la renovacin artstica; en los piases escandinavos se daban tambin algunas muestras espordicas, debido al mecenazgo de los reyes; hasta en Polonia y en la Rusia, Ivan III se recoga las ondas del arte italiano. En Francia se hace ms extensa la recepcin del arte y la cultura italiana. Durante poca de Fran-cisco I continua la construccin de suntuosas edificaciones. De entonces data el castillo real de

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    Chambord, el palacio preferido del rey para sus caceras, pues aquellos castillos no tenan ningn fin militar. En 1546 comienza Pedro Lescot la construccin del Louvre, que seria el monumento triunfal de la arquitectura renacentista francesa, y poco despus Delorme levantara las Tullerias. En Espaa es donde, fuera de Italia, el arte del bajo Renacimiento ha hecho ms considerables pro-gresos. Teniendo ya el gusto italiano durante el reinado de los Reyes Catlicos, mas o menos com-binando con un estilo local, la arquitectura contina ah por los mismos cauces bajo Carlos V. Du-rante el reinado de Felipe II se depura mucho el gusto, se impone la sobriedad ornamental. El arte oficial de Felipe II favorece esta tendencia, Pedro de Toledo y Juan de Herrera son los grandes arquitectos de El Escorial, su obra cumbre.

    2.4.1. RENACIMIENTO Y HUMANISMO. Entre 1350 y 1550 la sociedad europea occidental conoci y vivi una autntica revolucin espiri-tual, una crisis de perfiles muy ntidos en todos los rdenes de la vida; una profunda transformacin del conjunto de los valores econmicos, polticos, sociales, filosficos, religiosos y estticos que haban constituido la vieja civilizacin medieval, aquella que haba sido definida, con un cierto desprecio, como la edad de las tinieblas8. La imagen que historiogrficamente poseemos de aquel perodo que denominamos Renacimiento es, por consiguiente, la de una poca cuyo comn denominador fue la transformacin, la renova-cin y la creacin de nuevos cdigos de conducta. Son precisamente stos los trminos ms utilizados por Burckhardt9 para caracterizarla: el Renaci-miento es una poca de ruptura con el oscurantismo medieval, un perodo de renovacin del arte y de las letras, de recuperacin y de acercamiento a los clsicos, de restauracin de la Antigedad, de un uso novedoso de la razn en todos los campos del saber. Asimismo, el perodo se caracteriza por la aparicin de un fuerte proceso de secularizacin de la vida poltica y por la presencia de una escuela de pensamiento nueva, el Humanismo. El trmino Renacimiento adquiri su sentido actual hacia 1860 cuando J. Burckhardt public "La civilizacin del Renacimiento en Italia". Es cierto que otros historiadores haban empleado la pala-bra ms o menos en idntico sentido, pero slo gracias a Burckhardt el vocablo pas a definir un perodo concreto, con sus propias y peculiares caractersticas y acab convirtindose en un concep-to histrico. Con todo, el trmino implica una nocin comparativa. Por consiguiente, para conocer su contenido originario ser necesario acudir a las obras de aquellos que crearon el trmino para denominar su propia poca. De ese modo, el punto de partida en la bsqueda del concepto reside en los trabajos de los primeros humanistas. Villani, en su "Crnica Florentina" de la primera mitad del siglo XIV, presenta la novedad de entender el fin del Imperio Romano, no como el comienzo del fin sino como el prlogo de una nueva era10. Fue Petrarca, sin embargo, quien ofreci la primera distincin neta entre Historia Antigua, anterior al Cristianismo, y Moderna, hasta sus das, caracterizando a esta ltima por la barbarie y oscuridad. Petrarca no acepta que el Imperio Romano pueda perpetuarse, ya que era el producto de la proyec-cin de la "virtus" romana. Pero esta "virtus", aunque degenerada, ha permanecido en el pueblo

    8 http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/contextos/1848.htm 9Jacob Burckhardt. The civilization of the renaissance in Italy. Translated by S.G.C. Middlemore, 1878. HTTP://WWW.IDBSU.EDU/COURSES/HY309/DOCS/BURCKHARDT/1-1.HTML. Si de alguna obra es posible decir que se ha ganado la condicin de clsico innegable en la historiografa contempornea sobre el Renacimiento italiano y el paso de lo medieval a lo moderno, sa es, sin lugar a du-das, "La cultura del Renacimiento en Italia". La fuerza de su exposicin y la importancia de sus aportaciones al debate acerca de la caracterizacin histrica del Renacimiento, el Medievo y la Edad Moderna son tan grandes, que la convierten en referencia imprescindible para cualquier nuevo estudio sobre estas polmicas cuestiones. La cultura del renacimiento en italia (2 ed.) de Burckhardt, jacob. ediciones akal, s.a. 10 Villani, Giovanni; Historiador de la vida medieval florentina. Ref: http://www.liberliber.it/biblioteca/v/villani/

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    italiano y existe as la posibilidad de un renacer. Las obras de Leonardo Bruni, Flavio Biondo y Maquiavelo siguen el mismo esquema. Igualmente encontramos el vocablo renacer en los escritos de Vasari. En su "Vida de grandes pintores, escultores y arquitectos" (1550), habla ya de progresos del Renacimiento de las artes desde el siglo XIII, cuando los artistas toscanos comenzaron a imitar obras de la Antigedad clsica grecorromana. Todos los autores citados utilizan el trmino renacer, pero qu entendan realmente por renaci-miento, renovacin o resurreccin? "Renovatio", en concreto, era un trmino en uso con sentido claramente religioso y cristiano. La Biblia habla en muchas ocasiones del hombre nuevo, renacido. Cristo, Juan el Evangelista y san Pablo emplearon estas expresiones, como ya lo haba hecho Isaas. No es de extraar, por tanto, que los telogos medievales hiciesen constantemente uso de los mis-mos conceptos, de tal manera que su empleo por los humanistas, que se hallaban dentro de la tradi-cin cristiana, no constituyera ninguna novedad. No obstante, es importante destacar que los huma-nistas y los artistas de los siglos XIV al XVI, cuando empleaban esa terminologa, fueron conscien-tes de poseer por vez primera un moderno sentido de la periodicidad histrica, esto es, tomaron conciencia de que entre la Antigedad clsica y su propio tiempo hubo una larga etapa de decaden-cia de la literatura y el arte. En su tiempo, sin embargo, las letras y las artes haban recuperado el brillo de la Antigedad, es decir, se haba producido un fenmeno de restauracin, de refloracin, de vuelta a la luz. Tenan la certeza de que, pese a imitar a los antiguos, eran los primeros en des-cubrir que se hallaban ante algo nuevo. En definitiva, estaban viviendo un Renacimiento. Poste-riormente, en el siglo XVII, los escritores que admiraron o se ocuparon del estudio de los doscien-tos aos precedentes, llegaron a pensar que se trataba de un perodo intermedio entre la Edad Me-dia y lo moderno. Era una forma ms de aludir a la recuperacin cultural que haba representado aquella poca. Pierre Bayle en su "Diccionario histrico crtico" (1695) asociar la labor de los humanistas italianos con el renacimiento de las letras11. Historiadores de aquel tiempo darn precisin al concepto de Edad Media al que harn correspon-der cronolgicamente con el perodo que se encuentra entre el Imperio de Constantino y la cada de Constantinopla en 1453. Es un concepto cuyo contenido es peyorativo: poca oscura, tenebrosa y brbara. De esa manera ya se podan contrastar con precisin una Edad Antigua brillante, una Edad Media oscura en la que las letras haban sido relegadas al silencio y una poca nueva en la que renacan. Por el contrario, los escritores romnticos del siglo XIX, defensores de un medievalismo idealista, prestaron escasa atencin al Renacimiento, considerndolo adems como una poca pa-gana y materialista, aunque para algunos historiadores como Michelet no pasara inadvertido el carcter extravagante y original de aquel perodo de la cultura y de la historia de Italia, a la que l mismo concedi el nombre de Renacimiento en el volumen VII de su "Historia de Francia", antes que Jacobo Burckhardt, en la segunda mitad del siglo XIX, acuara definitivamente el trmino y elaborara la primera gran sntesis acerca del Renacimiento. La obra de J. Burckhardt, "La Cultura del Renacimiento en Italia" (1860), viene a sostener que el Renacimiento fue una tumultuosa revuelta en la cultura de los siglos XIV y XV, provocada por el genio del espritu nacional italiano. El Renacimiento se distingua, segn Burckhardt, por presentar las siguientes manifestaciones: por el nacimiento del Estado como una obra de arte, como una crea-cin calculada y consciente que busca su propio inters; por el descubrimiento del arte, de la litera-tura, de la filosofa de la Antigedad; por el descubrimiento del mundo y del hombre, por el hallaz-go del individualismo, por la esttica de la naturaleza; por el pleno desarrollo de la personalidad, de la libertad individual y de la autonoma moral basada en un alto concepto de la dignidad humana.

    11 Bayle, Pierre, 1697 (2nd ed. 1702) Dictionnaire historique et critique, Rotterdam: Leers., 1734 (2nd ed.), The Dictionary Historical and Critical of Mr Peter Bayle, trans. P.Desmaizeaux, London: Knapton et al. Reimpresion en 1984 de New York: Garland Publishing. http://plato.stanford.edu/entries/bayle/#Bib

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    La historiografa posterior, profundizando en lo dicho por Burckhardt, no hizo ms que completar el concepto. Aceptadas sus tesis, las discusiones en torno a esa poca se dirigieron hacia la fijacin de sus lmites cronolgicos y del contenido mismo del perodo. El historiador alemn haba mante-nido las fronteras iniciales del Renacimiento en los siglos XIV y XV. Por el contrario, otros histo-riadores creyeron encontrar elementos reveladores de un renacimiento en el movimiento de san Francisco de Ass y en el arte emanado de su culto. Igualmente aparecieron teoras sobre otros re-nacimientos, como el de Carlomagno y el de Otn I. Por otra parte, los historiadores no italianos subrayaron las aportaciones de sus propios pases a la formacin del Renacimiento, atenuando de esa manera el carcter exclusivamente italiano que se le pudiera atribuir tras las tesis de Burc-khardt. Justo en el marco particular de Italia, ciertos historiadores como Sapori haban estimado que el verdadero Renacimiento haba comenzado hacia mediados del siglo XII, cuando en las ciu-dades italianas se colocan las bases del primer capitalismo, tan ligado al espritu de lucro y al indi-vidualismo que caracterizan la moral renacentista. Pese a la disparidad de las interpretaciones, podra aceptarse, finalmente, la sugerida por R. Mous-nier12 que sita los lmites temporales del Renacimiento entre los inicios del siglo XIV y la segunda mitad del siglo XVI. Ahora bien, qu fue el Renacimiento con respecto al tiempo que le precedi, a la Edad Media?, una revolucin o una mera quiebra? Edad Media y Renacimiento no pueden ser considerados como tiempos contrarios y estancos, pues slo se oponen, tal como seala Mousnier, en tanto que constituyen equilibrios del mismo gnero resultantes de la composicin de fuerzas complejas. As pues, ciertos elementos son comunes a ambos perodos y el paso de un equilibrio a otro se hizo de forma continua. La Edad Media prepar su aparicin, consistiendo el Renacimiento en una prodigiosa expansin de la vida en todas sus formas. Esta inmensa transformacin se produjo inicialmente en Italia desde el siglo XIV y en Eu-ropa a partir de la primera mitad del siglo XV, y conoce su apogeo durante el siglo XVI. A finales de esta centuria dejar paso a la aparicin de valores culturales nuevos. El Renacimiento se distingua por presentar las siguientes manifestaciones: por el nacimiento del Estado como una obra de arte, como una creacin calculada y consciente que busca su propio inte-rs; por el descubrimiento del arte, de la literatura, de la filosofa de la Antigedad; por el descu-brimiento del mundo y del hombre, por el hallazgo del individualismo, por la esttica de la natura-leza; por el pleno desarrollo de la personalidad, de la libertad individual y de la autonoma moral basada en un alto concepto de la dignidad humana.

    2.4.2. LA RUPTURA DE LA CRISTIANDAD. El humanista Vives, como Erasmo y Moro eran espritus profundamente religiosos. Todos los que integraban este mundo de intelectuales, eruditos, filsofos, latinistas, constituan tambin un uni-verso de hombres preocupados por la renovacin de las relaciones entre Dios y el hombre. Como premisa de partida es necesario afirmar que el Dios de los humanistas es ante todo amor, de tal manera que era preciso abandonar la imagen que el cristiano tena de un Dios airado y terrible, divulgada desde los plpitos medievales. Para lograrlo los humanistas pensaron que haba que cambiar las ideas y las palabras. La primera consecuencia fue la preocupacin, aparentemente eru-dita, por revisar las versiones oficiales de las Sagradas Escrituras. Las nuevas ediciones modifica-ban notablemente los textos medievales. Una vez conseguido, era preciso dirigir las crticas hacia los que oscurecan las palabras: hacia los telogos, "hierba pestilente" en palabras de Erasmo, ms empeados en los debates sobre los misterios divinos y sobre los dogmas que en acercar a Dios a los hombres. Frente a sus "sutilezas sutilsimas" los humanistas propusieron una teologa, una fe y unos ritos sencillos. Bastaran unos pocos dogmas; establecida la libertad del hombre, la religin sera una cuestin individual ajena a normas; la Iglesia sera una institucin que servira slo para ayudar a los hombres en su camino de salvacin; lo verdaderamente importante sera vivir segn el

    12 Mousnier, R., Los siglos XVI y XVII, Barcelona, Destino, 1974, p. 275-291 - Mousnier, R., Los siglos XVI y XVII, Barcelona, Destino, 1974, p. 347-365

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    mensaje evanglico, liberado de las formas y frmulas eclesisticas, tal como lo haban hecho los apstoles y los primeros cristianos. La religin resultante era tan eclctica, individualista y subjeti-va que se reduca a un moralismo basado en el seguimiento del mensaje evanglico de Cristo, de-jando la salvacin a merced slo de la fe que vive del amor. Esta inquietud religiosa de los huma-nistas no era ajena a los ambientes menos intelectualizados. Constitua una nota ms del clima que preludi la Reforma. Pero en modo alguno puede atribursele causalidad en las conmociones reli-giosas y espirituales que vivi Europa a comienzos del siglo XVI. Se suele asociar la Reforma a un hombre, Lutero, y a una fecha, el 31 de octubre de 1517, cuando el fraile agustino public las 95 tesis sobre las indulgencias. Pero antes de que eso sucediera se propagaron ideas, como las humanistas, y se despertaron sentimientos religiosos, como los de la "devotio moderna", que fomentaron, provocaron e hicieron posible un clima de escisin de la Igle-sia catlica, apenas deseada ni siquiera por los que exigan reformas. Es decir, antes de Lutero exis-ta ambiente de reforma. Antes de Lutero existan crticas (la de Wyclif, la de Huss, la de Erasmo) sobre los modos de vivir la religin en el seno de la Iglesia. A partir de Lutero y gracias a l se discute la doctrina, la religin misma. En el origen de todo ese proceso, que conduce desde la mera crtica hasta la elaboracin por parte de los reformadores de una nueva doctrina, se encuentran tres causas. En primer lugar, en el origen de la reforma protestante est la disolucin del orden medieval, es decir, la ruptura de la unidad poltica, espiritual y religiosa que lo caracterizaban: la Iglesia, una en la Cristiandad, repre-sentada en la unidad de "sacerdotium e imperium". Los cismas medievales y la aparicin del siste-ma de iglesias nacionales dependientes de los poderes seculares representan el preludio de esa quiebra. Al mismo tiempo, el orden medieval favoreci socialmente el clericalismo fundamentado sobre privilegios estamentales y sobre el monopolio cultural de los clrigos, lo cual les confera una superioridad subjetiva sobre los laicos. Cuando el monopolio y la superioridad se rompieron, por la aparicin de los crculos humanistas ajenos al clero, se cre una atmsfera anti escolstica y anticlerical que favoreci, como hemos dicho en el epgrafe anterior, el desarrollo de las ideas reformistas. En segundo lugar, en el origen de la Reforma estn los abusos morales de algunos Pontfices y del clero. Por abusos se entiende: la negligencia en el cumplimiento de los deberes apostlicos, el afn de placer y la mundanizacin en las conductas clericales, la excesiva fiscalidad sobre los fieles cuyo nico fin era precisamente cos-tear la vida ociosa de los clrigos, el sentido patrimonialista que gran parte del clero tena de la iglesia, hasta el punto de que muchos clrigos no se sentan como titulares de un oficio, sino como propietarios de una prebenda, en el sentido del derecho feudal, al que iban ligadas algunas obliga-ciones, no siempre bien observadas. Y por ltimo, estaba muy extendida la concentracin de cargos eclesisticos (obispados, curatos, capellanas que llevaban aparejada la cura de almas) en una sola mano. Este conjunto de abusos produjo un extenso descontento contra la Iglesia mucho tiempo antes de que estallase la Reforma, pero constituy un arma eficaz, empleada por los reformadores del siglo XVI, para conquistar las adhesiones populares contra Roma. En tercer lugar, en el origen de la Reforma estaban tambin algunos factores netamente religiosos, entre los cuales cabe destacar: la falta general de claridad dogmtica que afectaba no slo al pueblo sino a los propios eclesisticos y la extremada sensibilidad religiosa del creyente que haca angustiosa la tarea de asegurarse la sal-vacin eterna, ms valorada incluso que la existencia terrena. Toda la vida del hombre, desde su nacimiento a su muerte, desde la maana a la noche, estaba do-minada por percepciones y referencias sagradas: aquellos hombres apenas podan definir la frontera entre lo natural y lo sobrenatural, tendan a asegurarse la salvacin mediante un sistema abigarrado de protecciones, de abogados celestiales, mediadores de todo tipo y para todas las circunstancias, tan criticado por los humanistas, por supersticioso. La salvacin eterna era un asunto tan primordial que el cristiano viva preparndose cotidianamente para morir, de tal manera que la vida constitua

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    un valor subordinado a la forma de morir. Dicho de otro modo, la vida tendra sentido si se conse-gua una buena muerte. En aquel ambiente la comunicacin entre vivos y difuntos era continua. Los que vivan lo hacan pendientes de generar recursos salvadores. Los difuntos que no hubiesen obtenido la gracia del cielo directamente se beneficiaban de las misas y sufragios encargados por los vivos, que les ayu-daran a abreviar la cita previa al cielo, el purgatorio. Las indulgencias, que conceda la Iglesia, eran para quien las consegua y las acumulaba una manera de remisin de penas en el purgatorio. Eso explica la demanda (espiritual y material) de ese tesoro administrado por el Papa, quien lo explotaba a travs de las rdenes religiosas, los prrocos, etc., pues las indulgencias las compraba el cristiano. Se facilitaban ganancias de indulgencias a cambio de un donativo. Eso gener la avi-dez de algunos, ms atentos en financiar sus lujos, y la obsesin de otros, empeados en acumular das, meses o aos de perdn para asegurarse el trnsito hacia el cielo. La Curia romana, insaciable en obtener dinero para la hacienda pontificia, se atrajo con este sistema la antipata y el odio hacia el Papado, un factor nada despreciable si deseamos explicar el clima reformista de principios del siglo XVI. Este desprestigio del Pontfice de Roma se haba ido fraguando con el tiempo. A lo largo de la Baja Edad Media hubo momentos en los cuales los cristianos asistan atnitos y perplejos a la presencia simultnea al frente de la Iglesia de dos Papas (uno en Roma, otro en Avin) lo que produca un desconcierto sobre la legitimidad, la autoridad y la infalibilidad de uno o de otro, al mismo tiempo que las pona en entredicho. Su consecuencia fue el fortalecimiento de la teologa conciliar y de las opiniones conciliaristas, la conviccin de que la interpretacin de la verdad, la emisin de las nor-mas y la capacidad suprema de decisin correspondan a los concilios generales, verdaderos repre-sentantes de la Iglesia y capacitados para juzgar al Pontfice falible. Slo el Concilio V de Letrn (1512-1517) someti tales teoras, pero no cabe duda de que stas contribuyeran decisivamente a la ruptura de la Cristiandad. El ambiente en el que triunf la Reforma estaba dominado de un fuerte sentimiento apocalptico. Todos en Alemania y en gran parte de Europa estaban convencidos de que el fin de los tiempos estaba inmediato. El fin del mundo vendra acompaado de la visin del Anticristo y de su breve reinado, del triunfo de Cristo y del juicio final. El conjunto se convirti en arma de combate y en instrumento de propaganda eficaz de los predicadores y reformadores, para quienes el Anticristo estaba encarnado en el Papado y reinaba en Roma. Lutero y los alemanes se sintieron dominados por la obsesin del ltimo da, por la obsesin de la necesidad de instauracin de una Iglesia nueva. Para obtener la certidumbre necesaria haba que dirigirse a la suprema fuente de revelacin, la Sa-grada Escritura, evitando intrpretes falibles y poco autorizados. La imprenta, los humanistas, los predicadores y los catequistas del pueblo analfabeto multiplicaron la necesidad de recurrir a la Bi-blia, inspiradora de todos los reformadores.

    2.4.3. LUTERO Y LA REFORMA El protagonista principal de la Reforma protestante fue Lutero (1483-1546). No es necesario deba-tir ahora si la Reforma habra triunfado con o sin l. Tampoco es el momento de presentar las dis-tintas opiniones que la historiografa catlica, protestante y marxista han ofrecido sobre su figura. Lutero, naci en Eisleben. Su educacin en la familia y en la escuela fue rigurosa y rgida. Estudi artes y filosofa en la universidad de Erfurt e ingres a los veintin aos en los agustinos. Poco despus fue ordenado sacerdote (1507). Estudi y se doctor en teologa (1512) en la universidad de Wuttemberg, de cuyo claustro sera profesor de "Lectura in Biblia" poco despus de haber reali-zado un viaje a Roma (1510-1511) por orden de sus superiores. La certidumbre de que Dios no nos juzga por el balance de obras buenas y malas, sino que nos justifica a causa de nuestra fe, a causa de los mritos de Cristo, sin que dejemos de ser pecadores, proporcionara a Lutero la raz funda-mental de su pensamiento. La exteriorizacin de esa afirmacin se producira con ocasin de la disputa sobre las indulgencias.

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    Durante esta epoca se venia realizando crticas al Papado sobre la pinge explotacin de las indul-gencias por parte de la Curia romana y sobre el poder que tenan de concederla los seores tempo-rales en sus territorios. Lutero conoca las quejas y lamentaba el espectculo nada edificante de las predicaciones de indulgencias especiales, como las que se desarrollaron en los arzobispados de Maguncia y Magdeburgo. La indulgencia especial concedida por Len X al recin nombrado arzo-bispo Alberto de Brandeburgo tena por objeto la financiacin de la construccin de la baslica de San Pedro. Por su parte, el joven arzobispo tena que pagar al Papado determinados derechos por la posesin del obispado. Los beneficios de la predicacin se repartiran entre ambos. Contra todo ello se pronunci Lutero en sus 95 tesis. En sus lecciones sobre los salmos y la carta a los romanos ya se haba ocupado crticamente de las indulgencias y poco despus expuso sus ideas en el tratado "De indulgentiis". El ataque de Lutero parta de posiciones teolgicas, de su concepto de la justificacin por la fe, que negaba la teora de la reversibilidad de los mritos y de la comunin de los santos. Denunciaba asimismo Lutero las falsas seguridades de salvacin ofrecidas por Roma a los compradores de in-dulgencias y la patrimonializacin de un poder, el de conceder el perdn y administrar las indul-gencias, que slo perteneca a Dios. En realidad, la disputa se redujo, en principio, a los mbitos universitarios. No fue Lutero quien divulg sus tesis, sino sus amigos y partidarios. La imprenta multiplic en escasas semanas los efectos de un texto que no pretenda remover los cimientos de la Iglesia. El mismo Lutero escribi a raz de su difusin y de su impacto que no deseaba que disputas acadmicas pusieran en duda su sumisin a la Iglesia de Roma y rechaz, de camino, que se le tachase de hereje. Pero Roma tom partido por las tesis dominicas y tomistas opuestas al agustino y acept la acusacin de hereja remitida a Roma (marzo 1518). En otoo Lutero fue convocado a una entrevista con el cardenal legado Cayetano para que se retractara, no ya de sus tesis sobre las indulgencias (que no constituan el verdadero problema), sino de sus ideas acerca del valor de los mritos de Cristo para la salvacin, sobre la certidumbre que la fe otorgaba para la justificacin y sobre la eliminacin consiguiente de las mediaciones, es decir, de la comunin de los santos. La entrevista fracas, Lutero no se desdijo y comenz el desafo entre Roma y el fraile, entre los parti-darios del fraile y los telogos papales. En una disputa pblica y acadmica posterior con Juan Eck, en Leipzig (1519), Lutero rechaza la primaca romana y la autoridad de los concilios, afirma el valor nico de las Sagradas Escrituras como contenido de la fe, niega utilidad a la tradicin dogmtica y la existencia del purgatorio. Todo eso equivala a proclamarse hereje y a romper con Roma, que le conden, sin derecho a defenderse, con una bula. Pero Lutero no estaba solo. Paralelamente se produjo un debate similar en la sociedad alemana entre papistas, representados por las universidades de Lovaina y Colonia, y partidarios de Lutero, entre los que se encontraban algunos humanistas y profesores universitarios. El 3 de enero de 1521 Roma expidi otra bula excomulgatoria, contra el hereje Lutero, a quien se converta en un proscrito religioso, social y poltico. En esos aos (1520 y 1521) se fue configurando el pensamien-to de Lutero. Excomulgado, Lutero fue confinado en el castillo de Wartburg. All medit y escribi. Tradujo al alemn el "Nuevo Testamento", que gracias a la imprenta conoci ms de 350 ediciones durante su vida, y escribi un tratado que cambiara la vida de los conventos alemanes, "Sobre los votos mo-nsticos". Lutero no slo rompi con la Iglesia, tambin lo hizo con el Humanismo. Cierto es que la Reforma en sus comienzos fue deudora del Humanismo en su crtica radical de la escolstica, en su censura de las estructuras curiales y de la vida y la moral de los frailes, en su recurso a las fuen-tes clsicas. Pero Lutero rechazaba radicalmente las posiciones humanistas sobre la libertad huma-na. Mientras stos, con Erasmo como portavoz, creen en la bondad natural del hombre, en el valor de sus actos positivos y en su posibilidad de cooperar con la obra divina, la antropologa luterana, pesimista, maniquea y Agustina, afirma, en cambio, la incapacidad del hombre, corrupto, indigno e inclinado slo al mal, para colaborar en la obra de la salvacin.

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    2.4.4. REFORMAS POST LUTERANAS. La teologa y el pensamiento de Lutero triunfantes en Alemania fueron el fermento de reformas posteriores en otras regiones de Europa. Todas hicieron suya la teora de la justificacin por la fe, el recurso a la Sagrada Escritura como norma y como nica fuente de revelacin y de autoridad y, por ltimo, la ruptura con el Papado. Sin embargo, las corrientes post luteranas llegaron a corregir, a matizar y, en ocasiones, a modificar las ideas originales. Precisamente, un modelo de reforma ms humanista y ms radical que la de Lutero fue la que se desarroll en los cantones suizos, en Alsacia y en Ginebra. Uldrych Zwinglio (1484-1531), coetneo de Lutero, hizo la reforma en el cantn de Zurich. Estudi latinidad en la escuela del humanista Wlffin y complet su formacin en Viena y Basilea. Ordenado sacerdote muy joven, fue prroco de Glaris y de Einsideln. En 1518 es llamado a Zurich como den y predicador principal de su colegiata. Ya por entonces, y gracias, al conocimiento de la obra de Erasmo, se siente atrado por la idea propagada por aqul de la necesidad de una Iglesia evanglica, primitiva, despojada de ritos y de mediaciones. A partir de 1521 comienza su ruptura con Roma. Primero, defendiendo la trasgresin de la abstinencia cua-resmal y atacando el celibato sacerdotal. Su matrimonio y la negativa de su obispo a aceptar la libertad de matrimonio de los sacerdotes le condujeron a afirmar que la Sagrada Escritura era la nica referencia de la fe y de las normas de comportamiento. El Consejo de la ciudad le apoy adoptando sus tesis y propuestas reformistas: supresin de procesiones y de sacramentos, que no eran ms que meros smbolos. Supresin de la misa y de los cnticos de la liturgia, eliminacin de las imgenes y secularizacin de los conventos. Las innovaciones religiosas y eclesiales triunfaron a partir de 1526 en los cantones de Zurich, Ber-na, Constanza, Saint-Gall y Basilea, lo que divide a Suiza en dos bloques antagnicos. En 1531 la confrontacin militar en Kappel dio el triunfo a los cantones que permanecan fieles al catolicismo. Zwinglio morira como un soldado ms en el campo de batalla, pero la Reforma no se detuvo, aun-que tampoco se complet como l deseaba. Al margen de los grandes reformadores aparecieron bajo la denominacin de anabaptistas ciertas tendencias y movimientos espirituales de caractersticas muy dispares, pero todos declarados hete-rodoxos por catlicos y protestantes, lo cual era lgico pues el anabaptismo negaba cualquier forma de Iglesia, de Estado e incluso de sociedad civil. Sus races hay que buscarlas en el iluminismo medieval. Sobre la base terica de que el Espritu Santo lo inspira todo, los anabaptistas se sentan elegidos y posedos por l. Esta eleccin tena que ser proclamada en el rito simblico del bautismo adulto, confirmador de la eleccin de los justos y predestinados. Al margen de ello, el anabaptismo constituy una forma de vida basada en un iguali-tarismo y un anarquismo de carcter mstico y mesinico que implicaba un aborrecimiento de los poderes mundanos, un pacifismo enemigo del uso de las armas y un rechazo de todo deber ciuda-dano y cualquier obediencia fiscal o poltica a las autoridades. Aunque de raz suiza, geogrfica-mente hubo muchos y muy dispersos grupos anabaptistas

    2.4.5. EL ANGLICANISMO La aspiracin a una reforma de la iglesia en Inglaterra era tan sentida como en el Continente. Los factores que la propiciaron eran similares: la misma piedad popular llena de supersticiones y de mediaciones, los mismos abusos del clero (excesos morales, absentismo pastoral) y las mismas crticas y exigencias de los medios intelectuales humanistas representados por Linacre, Colet y Moro. Incluso en Inglaterra, como en el centro de Europa, existan precedentes recientes de convul-siones religiosas o espirituales no olvidadas, como la que abander John Wycliff (1328-1384) a fines del siglo XIV. Por otra parte, ese ambiente facilita la acogida de las ideas de Lutero, que tie-nen en la universidad de Cambridge partidarios influyentes (T. Cranmer, Tyndale, Latimer), aun-que Enrique VIII sea un convencido antiluterano. No obstante, fue un episodio ajeno a toda pro-puesta reformadora de la Iglesia, una peticin de anulacin matrimonial y un divorcio por razones de Estado, lo que produjo la ruptura con Roma.

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    El papa Clemente VII neg la anulacin matrimonial, necesaria a ojos de Enrique VIII para la consolidacin de la dinasta Tudor, pues con un nuevo matrimonio se conseguira el heredero mas-culino tan deseado. Para desenredar la situacin, Enrique VIII consigui que la Cmara de los Lo-res aprobara el nombramiento del rey como jefe supremo de la iglesia de Inglaterra "en cuanto lo permita la ley de Cristo". Fue el primer paso para constituir una Iglesia nacional sin romper defini-tivamente con Roma. La independencia judicial y fiscal vendran a corroborar ese proceso y a for-zar tambin las negociaciones con el Papado para conseguir la nulidad. En mayo de 1533 el arzo-bispo de Canterbury invalida el matrimonio regio y legaliza la nueva unin del monarca con Ana Bolena. El Papa excomulga a Enrique VIII. La respuesta real es votar y aprobar en el Parlamento, en noviembre de 1534, el "Acta de Supremaca", que, sin la clusula que la condicionaba a la ley de Cristo, otorga al rey amplios poderes religiosos y eclesiales: gobierno de la Iglesia de Inglaterra, derecho de excomunin y de persecucin y castigo de las herejas. La ruptura se haba consumado polticamente. Se admita sin ms la superioridad real sobre el Papa. En adelante, segn el "Acta", aquella Iglesia se llamara "Anglicana Ecclesia". John Fisher, obispo de Rochester, y el que fuera canciller sir Thomas Moro, fueron procesados, condenados y decapitados en 1535 por no plegarse a la voluntad regia. Para organizar la nueva Iglesia Enrique VIII nombra a Thomas Cranmer y a Thomas Cromell, luteranos ambos, que llevan a cabo la confiscacin y venta de las tierras del clero, la exclaustracin de los monasterios y la supresin de las rdenes religiosas. Desde el punto de vista meramente doctrinal los obispos fieles al rey redactan una confesin de fe, los "Diez artculos" (1536), segn los cuales se reducen a tres los sacramentos (bautismo, penitencia y comunin), se admite que las obras inspiradas por la caridad ayudan a la justificacin del creyente y se rechazan las mediaciones de los santos aunque no su devocin. As pues, la ruptura no es tan tajante como exigan los evan-gelistas y luteranos. Enrique VIII, adems, a partir de 1538 frena toda novedad, destituye a sus consejeros luteranos y restablece la ortodoxia. A la muerte del soberano en 1547 el anglicanismo ingls es un catolicismo independiente de Roma, pero doctrinalmente idntico. No existe hereja, sino cisma. Slo despus de la muerte de la reina Mara Tudor, durante el reinado de Isabel I (1558-1603), se formula y se afianza el anglicanismo con aportaciones protestantes. Isabel I recupera la supremaca sobre la Iglesia con la "Ley de supremaca" de abril de 1559. La confesin de fe fue redactada por los obispos adeptos a la reina: los "Treinta y nueve artculos" (1563) constituiran en adelante el signo de identidad de la Iglesia oficial anglicana y combinan elementos doctrinales protestantes y catlicos. De los primeros conservaban la afirmacin de que la Sagrada Escritura es norma suprema, la justificacin por la fe, los dos sacramentos (bautismo y eucarista), el rechazo de mediaciones y sufragios y el uso de la lengua inglesa en la liturgia. De los elementos catlicos, se habla del valor de las obras, no se rechazan los otros sacramentos, se man-tendra la estructura eclesistica sobre la base de los episcopados, aunque la jefatura correspondera al monarca. Los descontentos fueron muchos, pero el anglicanismo terminara imponindose y se convertira en elemento sustancial de la identidad nacional inglesa.

    2.4.6. JUAN CALVINO. Jean Cauvin (Noyon, 1509-1564) forma parte de la segunda generacin de reformadores y es su principal representante. Estudi en el Collge de la Marche y despus en el Montaigu de tradicin anti luterana y escasamente afn al erasmismo. En 1528 se gradu en artes y posteriormente en derecho en Orlans y Bourges, obteniendo la licenciatura en 1532. A su vuelta a Pars cultiva estu-dios humansticos y comenta el "De Clementia" de Sneca. Sus contactos con ambientes reformis-tas datan de esos aos. Tuvo que abandonar Francia e instalarse en Basilea por sospechoso de la difusin de carteles subversivos contra la misa y otros dogmas catlicos. En el verano de 1535 tena concluida en latn su "Institucin de la religin cristiana", tratado teolgico que naci como catecismo y como tratado de defensa de los protestantes franceses perseguidos13.

    13 http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Calvino#Bibliograf.C3.ADa

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    La "Institutio", que conoci muchas revisiones y cuya influencia en la Reforma fue decisiva, fue fruto del estudio y de su sosegada estancia en Basilea. La lectura de la Biblia, de los escritos de Lutero y de la teologa de Zwinglio ocup tambin gran parte de su tiempo. El texto apareci, ade-ms, en un momento en el que la expansin de las ideas evanglicas y del luteranismo sufra un importante retroceso, mientras sus adeptos procedan a escindirse. Calvino ofreca a los creyentes, confusos o desconcertados por una religin reformada pero demasiado intelectualizada, una doctri-na clara, lgica y accesible a todos. En Estrasburgo actu como pastor de los inmigrados franceses y como profesor de Biblia. Escribi sus "Comentarios a la carta a los romanos" y madur su sistema teolgico y su fuerte organizacin eclesial, tan distinta de las imprevisiones de Lutero. Los ginebrinos le vuelven a llamar en 1541, aceptando las condiciones que Calvino en las "Ordenanzas eclesisticas de la iglesia de Ginebra" impona para el establecimiento de la Iglesia: la ordenacin del culto y la estructura de cuatro ofi-cios (predicadores, maestros, presbteros y diconos). Ginebra, la ciudad-iglesia, se convierte de ese modo en la nueva Roma, en el ideal de la nueva Je-rusaln. A los pastores les correspondera predicar la palabra y administrar los sacramentos. Los doctores daran lecciones sobre Sagrada Escritura y prepararan a los nuevos prrocos. Los presb-teros o ancianos vigilaran la conducta de los miembros de la comunidad. Y, por ltimo, los dico-nos se ocuparan de la asistencia social de pobres y enfermos. Sobre los ministerios estaba Calvino, que posea el carisma personal del profeta, del reformador. Un instrumento regulador de la vida de los ginebrinos integrado por pastores y delegados del gobierno a modo de Inquisicin catlica, el Consistorio, asegurara finalmente la disciplina en el seno de la iglesia. Se impuso el rigor y el fun-damentalismo, se censuraron y prohibieron las lecturas profanas y se controlaron las sagradas, se vigil la conducta y el estudio de los jvenes, a los que se les negaba la diversin, el baile, las fies-tas o los cantos que no fuesen religiosos. Todo estaba monopolizado por catequesis, por servicios religiosos, por la palabra de Dios, y adems no caban las dudas o las desobediencias que pudieran quebrar la solidez dogmtica ni la disciplina. Miguel Servet fue encarcelado y condenado por los ginebrinos a morir en la hoguera como hereje notorio el 27 de octubre de 1553. El castigo ayud a la consolidacin de la obra de Calvino antes de su muerte, ocurrida en mayo de 1564, aunque es bien cierto que las bases de su xito fueron su doctrina y su teologa. Contra la creencia renacentista en el hado o fortuna, Calvino sostiene con fuerza su creencia en la Providencia divina. El curso de las cosas no lo determina el hado sino Dios, seor del mundo, que lo dirige todo a un fin, aunque la providencia de Dios no libera al hombre de su responsabilidad. Sus ideas eclesiales, algunas de las cuales ya han sido expuestas en prrafos anteriores, son con-tundentes: Dios ha escogido la Iglesia por morada. Dios quiere la Iglesia, los sacramentos (slo admite el bautismo y la comunin), el culto y las oraciones para ayudar al hombre a vivir mejor su fe, para consolarlo y para darle la confianza en su eleccin. La teologa elaborada por Calvino no estaba pensada exclusivamente para los ginebrinos. Tanto Calvino como sus discpulos pusieron en marcha un activo, planificado y militante proselitismo. En Francia y los Pases Bajos la propaga-cin del calvinismo fue rpida y triunfante a pesar de las persecuciones.

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    2.5. LA PINTURA EN ITALIA Y SUS AUTORES

    2.5.1. EL RENACIMIENTO ITALIANO14 Con la llegada del Renacimiento apareci una nueva e influyente clase social constituida por los humanistas. Hasta entonces, la Iglesia haba condicionado toda la vida cultural, pero ahora la ciencia llegaba directamente al ciudadano, gracias al aristotelismo, en boga durante los comienzos del Renacimiento. sta filosofa fue cediendo terreno al platonismo y el arte empez a basarse so-bre la propia ciencia. La geometra y otras ramas de las matemticas ocuparon un lugar esencial en la nueva concepcin de la cultura, se desecho el arte puramente lineal y se busco con ahnco la forma tridimensional15. La pintura italiana de los comienzos del siglo XV es todava narrativa y escoge los muros de las Iglesias. La tcnica, en especial con el fresco, es de gran sencillez. Sin embargo, con la pintura al leo, el artista abandona la limitada temtica religiosa y se complace en mostrar el esplendor de la forma, la luz y el espacio infinito. La pennsula italiana nunca se haba visto implicada ntimamente con la corriente internacional del Gtico. Sus manifestaciones gticas tienen un carcter muy particular, siempre ms ligado a su propia tradicin romnica y clsica que a las evoluciones estilsticas de Francia, el gran eje rector del estilo gtico. Durante el Trecento la inquietud diferenciadora haba ido planteando las bases de una renovacin del arte que conmocion sus cimientos hasta llegar a preguntarse por la esencia misma de este arte y de sus artfices, en especial por el papel de los pintores como agentes intelec-tuales que deseaban ser incluidos en la lite de la cultura y la alta sociedad. La ruptura, pues, no llega de la nada, sino que hunde sus races en la elaboracin terica de personajes como Francisco de Ass, los frescos de Giotto y las esculturas de los Pisano. Los grandes pilares de la ruptura, o de la renovacin si se quiere, son varios. El eje ms llamativo es el Humanismo como nuevo enfoque de la visin teocrtica de la sociedad y el cosmos hacia el papel central del hombre y sus actos. La anatoma del hombre fue objeto de cuidadoso estudio por parte de cientficos, que dibujan uno a uno sus descubrimientos. La maestra necesaria para estos dibujos confundi con frecuencia el papel del cientfico con el del pintor, que adquiere por eso una relevancia inusitada hasta ese momento. Un pintor, adems, deba de tener hondos conocimientos de mitologa, historia y teologa para estar capacitado en la representacin decorosa de las historias que haba de narrar. Este volver a centrarse en lo humano no significa en absoluto un abandono de lo divino; bien al contrario, lo divino es revisado desde la perspectiva humana para dotarlo de una mayor significacin: Dios trata de hacerse inteligible a la razn humana, en vez de limitarlo a la emocin de la fe. El mecanismo de la recuperacin de la Razn tuvo sus apoyos en la reintroduc-cin de la sabidura clsica: los textos de la Antigedad que se conservaban se traducen. La cada de Constantinopla en manos sarracenas provoc un xodo masivo de artistas e intelectua-les bizantinos, que se instalan en Italia y llevan con ellos nuevos manuscritos clsicos, conservados por los rabes, la sabidura helenstica, los conocimientos de cbala y astrologa oriental, etc. Del helenismo proviene la enorme influencia de las Escuelas neoplatnicas, filtradas por el Cristianis-mo, que proponen una adaptacin del demiurgo y el orden cosmolgico platnico y aristotlico, equiparndolo a la figura de Dios y Jesucristo. El peso de la tradicin clsica indujo a denominar la pintura de este estilo como pintura alla antiqua, puesto que la modernidad, entendida como avance y desarrollo de los presupuestos gticos, se centra en la pintura flamenca, la pintura alla moderna. El patrocinio de la Iglesia sobre las artes sigue siendo mayoritario pero abandona el monopolio; as, las florecientes repblicas mercantiles se llenan de familias de comerciantes que establecen autnti-

    14 Fechas: 1.380 - 1.560

    15 http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/genios/estilos/1.htm

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    cas dinastas, como los Mdicis, que apoyan su poder en la Banca internacional, el control de las rutas martimas y el prestigio que les otorga ser mecenas de artistas y cientficos. Gracias a esta entrada en escena de un nuevo mecenazgo se produjo un aumento de los gneros, que hasta ese momento se haban limitado a la pintura religiosa. Se inicia con fuerza el esplendor del retrato, puesto que los mismos que pagan el arte desean contemplarse en l. Se introducen mitologas, fre-cuentemente con trasfondos religiosos, incluso mistricos, de difcil interpretacin excepto para crculos restringidos: es el caso de la sofisticada obra de Botticelli el Triunfo de la Primavera. El Renacimiento es adems uno de los primeros movimientos en tener consciencia de poca, es decir, sus integrantes se autodenominan como hombres del Renacimiento, como inauguradores de una nueva Edad, la Edad Moderna, por oposicin a la que identifican ya como Edad Media, nexo de transicin entre el esplendor de la Antigedad clsica y el nuevo esplendor de su propia poca. Es en este perodo cuando los artistas empiezan a firmar sus obras, sus datos biogrficos son reco-gidos por los especialistas en arte, sus teoras pictricas componen tratados de gran elaboracin intelectual... el mito del genio moderno inicia su proceso en estos aos, con destellos como Rafael o Leonardo. El Renacimiento se organiza tradicionalmente en dos hemisferios, el Quattrocento o siglo XV y el Cinquecento o siglo XVI. La delimitacin no es exacta, de manera que los rasgos de uno pueden estar presentes en otro y viceversa. Sin embargo, s es posible agrupar por semejanza de intenciones a los autores de uno y otro siglo. Aparte de su propio esplendor, Italia fecund los Renacimientos de otros pases, como fueron Espaa o Francia. 2.5.1.1. SIGLOS XIII-XIV. EL TRECENTO

    LA ESCUELA FLORENTINA El primer pintor de quien se tiene datos es Cimabue, del que se conservan dos tablas con igual mo-tivo: Una Virgen, en asiento de marfil, con el nio en brazos y rodeada de ngeles. Hay evidentes vestigios bizantinos, tanto en la simetra de la composicin como la expresin asombrada de los rostros, y el oro profuso del fondo. Giotto de Bondone, se le debe el estudio directo de la naturaleza. Sus figuras poseen emocin y movimiento. Sus obras ms importantes son los veintio-cho frescos que tiene la Iglesia San Francisco de Ass.

    GIOTTO. (c. 1266-1337), pintor italiano, el ms importante del siglo XIV. Su concepcin de la figura huma-na, que represent con lnea amplia y redondeada, en lugar de la representacin plana y bidimen-sional de los estilos gtico y bizantino, indica una preocupacin por el naturalismo que signific un punto de inflexin en la evolucin de la pintura occidental. Toda su obra es de temtica religio-sa. Una de sus primeras obras famosas es el gran conjunto de frescos que ilustra las vidas de la Virgen y de Cristo en la capilla de la Arena, de Padua, acabado posiblemente en 1305 o 1306. Sus escenas se alejan de la rgida estilizacin medieval para presentar la figura humana con formas amplias y redondeadas, que parecen basarse ms en modelos que en arquetipos idealizados. Se opuso a los colores vivos y brillantes y a las lneas largas y elegantes propias del estilo bizantino y prefiri trabajar con una representacin ms serena y realista. Se centra en lo humano y en lo real ms que en lo divino y lo ideal, planteamiento revolucionario en una poca dominada por la religin. Los escenarios (tanto en esta serie como en las dems obras) son fondos poco profundos, como cajas arquitectnicas, un poco ms abiertos que los fondos totalmente planos de las pinturas bizantina y gtica pero sin llegar todava al pleno desarrollo de la perspectiva que se lleva a cabo en la pintura renacentista posterior. Se cree que la Virgen y el nio entronizados (c. 1310, Uffizi, Florencia) pertenece al mismo perio-do que los frescos de Arena y es la nica tabla atribuible a Giotto. En ella se nota la influencia del pintor florentino Cimabue en la composicin y en el estilo, pero es nica en cuanto a la humaniza-

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    cin del rostro de la Virgen. Existen dos ciclos de frescos en la baslica de Santa Croce de Floren-cia, que representan la vida de san Francisco y las vidas de san Juan Bautista y san Juan Evangelis-ta, que se le atribuyen como obras posteriores. Aunque estn restauradas en gran parte, representan el estadio ms avanzado de su estilo, en el que las figuras humanas aparecen agrupadas en posturas dinmicas, que reflejan movimiento. Su obra se adelant a su tiempo. La mayor parte de sus seguidores pintaron en una lnea menos realista y ms abiertamente decorativa. Habra de ser Masaccio, un siglo despus, quien difundiera el estilo de Giotto, cuyo ejemplo fue crucial para el desarrollo de la pintura florentina posterior, y cuyo inters por la representacin de la figura humana y del mundo visible se convirti en una pre-ocupacin predominante durante el renacimiento florentino. La Catedral de Florencia, templo gtico consagrado al culto de santa Maria del Fiore, la patrona de Florencia. La catedral est recubierta de mrmol blanco, verde y rojo. Se edific en el terreno que ocup una antigua iglesia paleocristiana del siglo VI o VII. La construccin comenz en 1294 y se acab en 1436. En el proyecto trabajaron reconocidos artistas, como Arnolfo di Cambio, Giotto, Andrea Orcagna y, sobre todo, Filippo Brunelleschi, que se encarg de proyectar la cpula, considerada la ms importante muestra de ingeniera del renacimiento y uno de los rasgos distintivos de la ciudad.

    El campanile de la catedral de Florencia El campanile (o campanario) de la catedral de Florencia, la capital de la regin de Toscana, fue proyectado y comenzado por Giotto en 1334, y terminado varios aos despus de su muerte por Andrea Pisano y Francesco Talenti. Constituye una elegante estructura gtica, de planta cuadrada, que alcanza los 85 m de altura, deco-rada con mrmoles de colores y bajorrelieves realizados por grandes artistas italianos, como el propio Giotto, Andrea Pisano, Luca della Robbia o Donatello. La decoracin de la catedral se prolong a lo largo de los aos. Esculturas y mosaicos se dispusieron, como ornamentacin, en el exterior del templo, por Donatello, Nanni di Bianco y Ghirlandaio, entre otros. En los muros hay vidrieras de Lorenzo Ghi-berti, y el interior contiene esculturas y pinturas al fresco de otros maestros italianos.

    El campanile se encuentra a la derecha de la entrada al templo. Giotto empez su edificacin y se termin segn sus dibujos en 1539, despus de su muerte. Tiene una altura de 85 m y est decorado con el mismo tipo de mrmoles que la catedral, con relieves de Andrea Pisano y Luca della Robbia, y esculturas de Donatello y otros. El Campanile de Florencia, proyectado por Giotto segn una planta cuadrada, es una elegante estructura gtica que alcanza una altura de siete pisos y cuya fa-chada est decorada con mrmoles de colores y relieves del propio Giotto, Andrea Pisano y Luca della Robbia. Frente a la iglesia y el campanile, est San Giovanni, un edificio consagrado en el siglo V como iglesia y convertido en baptisterio a mediados del siglo XI, en el que destacan sus puertas de bronce realizadas por Andrea Pisano y Lorenzo Ghiberti.

    LA ESCUELA SIENESA

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    Duccio di Buonisegna, es el primer pintor sienes importante. Su obra capital es la Madona para la catedral, en la que trata de introducir alguna expresin y realismo, aunque siga muy apegado a la rigidez icnica del arte bizantino. Su discpulo mas celebre fue Simone Martini, sabe dar a sus figuras ms gracia y soltura, como lo revela la encantadora Anunciacin, del museo de los Oficios. 2.5.1.2. SIGLO XV. EL CUATTROCENTO Durante el siglo XV, la Florencia de los Mdicis vivi un momento culminante de la pintura. Fra Anglico represento los primeros esbozos del Renacimiento, de su maestro Fray Lorenzo de Mnaco asimilo el brillante colorido. Toda la temtica es religiosa y lo ms notable de las obras, frescos y retablos, se encuentran en el convento de San Marcos, en Florencia. Masaccio represento mucho en la conquista de valores tctiles. Gran parte de sus obras se han per-dido, pero aun se pueden admirar los frescos que realizo en la Iglesia del Carmen de Florencia. Fra Filippo Luppi realizo bellsimas Madonas. A Andrea del Castagno se le deben los frescos del convento de Santa Apolonia, los ms monumentales del arte Florentino. En ste artista se nota la influencia del escultor Donatello y del pintor Masaccio.

    LA ESCUELA FLORENTINA Los artistas Gentile da Fabriano, Paolo Ucello y Andrea del Castagno aportaron nuevos conoci-mientos y tcnicas, y se plantean problemas de representacin visual, como el de la perspectiva, que fue una preocupacin dominante entre los pintores de la poca. Sin embargo, el arranque de toda la pintura moderna es la obra de Masaccio, pintor que en su fugaz existencia dejo ver las posi-bilidades de su talento en unos frescos que pinto en la capilla Brancarrio de la Iglesia del Carmen, en Florencia. Muchas son las cualidades que hacen de esta pintura un hito: El estudio directo de la naturaleza, la fuerza de la pincelada, el impresionismo de efectos, la ilusin de luz, la expresin humana de los gesto. Por primera vez en la pintura el aire envuelve a los cuerpos y se siente una atmsfera real. Masaccio observa la degradacin de los colores por la distancia y se nota la influen-cia que la calidad de la tela tiene en la estructura de los pliegues. Interesado en hacer una pintura slida, Masaccio rechaza los colores brillantes y emplea blancos y negros para modelar los cuerpos. De Masaccio parte la lnea realista que, accidentalmente seguir la pintura italiana al alejarse del idealismo. Los ltimos grandes artistas del siglo se resienten en la sensualidad del ambiente y buscan inspira-cin en los temas mitolgicos paganos que caracterizan el Renacimiento. Los mismos temas piado-sos pasan a ser un pretexto para mostrar el fausto de la alta burguesa florentina. Sus paisajes son muy a menudo las amenazas campias toscanas, los de brillante corte de los Medicis, y sus escena-rios urbanos, los asuntos palacios de la poca.

    ANDREA PISANO. (c. 1290-c. 1349), escultor italiano considerado el fundador de la escuela florentina de escultura. Su obra ms famosa son los relieves de las puertas de bronce del baptisterio de Florencia (1330-1336), en cuyos paneles emplea un estilo naturalista y narrativo que hace suponer la influencia de los ciclos de frescos de Giotto, a la vez que supone un nuevo acercamiento al clasicismo de la antigedad, que le ser reconocido por los primeros escultores del renacimiento florentino. Primero como ayudante de Giotto, y desde 1340 como su sucesor al frente de las obras de la catedral de Florencia, pisano realiz una serie de paneles hexagonales de piedra con relieves para el cuerpo inferior del campanile (campanario) proyectado por el propio Giotto. En 1347 se convirti en maestro de obras de la catedral de Orvieto.

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    ALESSIO BALDOVINETTI La Anunciacin, de Baldovinetti Colaborador primero de Domenico Veneciano y ms tarde de Andrea del Castagno y Piero della Francesca, Alessio Baldovinetti qued profunda-mente influido por las novedades estilsticas de las mayores personalidades del renacimiento florenti-no. En la anunciacin, conservada en la galera de los Uffizi, esas sugerencias se reconocen en el esquema espacial, rigurosamente organizado en base a las reglas de la perspectiva.

    SANDRO BOTTICELLI. Naci en Florencia en 1445 como Alessandro di Mariano Fillipepi, (1445-1510). Fue tambin pro-tegido de los Medicis, pinto alegoras de refinada sensualidad en las que reflejaba el gusto paralizan-te de sus mecenas. Botticelli mantiene un estilo cortado, ceido, que se basa naturalmente en un dibujo firme, que asla la figura con todo rigor. Los cuerpos, deformados por una estilizacin que busca mas que nada el ritmo plstico, tiene sin embargo, una gracia particular que encuentra su razn de ser en le apariencia de ingravidez. Las figuras de Botticelli carecen de peso y dan la im-presin de moverse flotando sin tocar el suelo. Realiz tambin unos frescos en la capilla Sixtina y una serie de ochenta dibujos para ilustrar la divina comedia.

    Fue uno de los pintores ms destacados del rena-cimiento florentino. Des-arroll un estilo personal-simo, caracterizado por la elegancia de su trazo, su carcter melanclico y la fuerza expresiva de sus lneas. Dedic casi toda su vida a trabajar para las grandes familias florentinas, espe-cialmente los Medici, para los que pint retratos, entre los que destaca su Retrato de Giuliano de Medici

    (1475-1476, Galera Nacional de Arte, Washington, D.C.). La adoracin de los Magos (1476-1477, Galera de los Uffizi, Florencia) no fue encargo de los Medici pero en l pint a los personajes con rasgos muy parecidos a los de dicha familia. El nacimiento de Venus Lorenzo de Medici encarg en 1482 a Sandro Botticelli este cuadro conocido como El nacimiento de Venus. La imagen combina los temas astrolgicos y la mitologa clsica con ciertos elementos cristianos. Su estilo lineal y areo ayuda a conseguir el efecto delicado y sutil de la composicin. Como integrante del brillante crculo intelectual y artstico de la corte de Lorenzo de Medici, Botti-celli recibi la influencia del neoplatonismo cristiano de ese crculo, que pretenda conciliar las ideas cristianas con las clsicas. En la dcada de 1490, cuando los Medici fueron expulsados de Florencia y el monje dominico Girolamo Savonarola predicaba la austeridad y la reforma, Botticelli

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    sufri una crisis religiosa, aunque no abandon la ciudad, donde morira el 17 de mayo de 1510.

    GIORGIO VASARI. (1511-1574), escritor, pintor y arquitecto italiano, conocido especialmente por su obra sobre la vida de los ms importantes artistas del renacimiento italiano. Vasari naci en 1511, en Arezzo. Dedicado al arte desde nio, se traslad a Florencia, donde trabaj en el estudio de Andrea del Sar-to y pas a ser protegido de la familia Medici. Entre las pinturas que se han conservado de Vasari destacan los frescos del Palazzo Vecchio (o palacio de la Seora) de Florencia y los del Vaticano, en Roma. Como arquitecto fue seguidor de su brillante coetneo Miguel ngel Buonarroti. Entre las muchas iglesias y palacios que construy en Toscana, sobre todo en Pisa, Arezzo y Florencia, destaca la actual galera de los Uffizi que en su momento alberg las oficinas de las principales magistraturas del Estado de Florencia. Vasari dispuso una galera o pasillo volado que comunicaba este edificio con el palacio de la Seora, con el fin de que los magistrados de la ciudad pudieran pasar de un lugar a otro sin salir a la calle. Sin embargo, debe su fama a la literatura particularmente por su Vidas de los mejores pintores, arquitectos y escultores italianos (1550, revisado en 1568), uno de los primeros estudios sobre arte escritos por un artista eminente, y que constituye una fuente de informacin de primera mano sobre los artistas del renacimiento italiano. La edicin revisada in-cluye su autobiografa junto a las biografas de Miguel ngel Buonarroti y otros destacados pinto-res de su tiempo. Este libro ofrece el punto de vista personal del autor a la hora de evaluar las obras de estos artistas, as como disertaciones sobre la situacin de las artes en un periodo tan crucial como el que le toc vivir. Su estilo de escritura, natural y desenvuelto, ha hecho de esta obra una de las ms perdurables historias del arte que se hayan confeccionado jams.

    LA ESCUELA DE PERUSA A la elegancia un poco dura de Florencia, aparece Piero de la Francesa, su principal representante, se intereso mucho por los problemas del claroscuro y perspectiva; en particular le apasionaron los luminosos, pero no tanto por el efecto de la luz sobre las cosas, como por la naturaleza de las mis-mas. Sus ensayos en este sentido llegan a dar la sensacin de que sus figuras estn modeladas en material dotada de luz propia, intima, radiante. Los frescos como la Leyenda de la Santa Cruz, en el bside de la Iglesia de San Francisco, en Arezzo, son una obra de arte en luminosidad. Su discpulo Melozzo de Forli es celebre por sus ngeles msicos. Otro gran pintor de la escuela es Pedro Vanuci, llamado el Perugino, artista que en su tiempo gozo de larga fama. La dulzura de la luz general del cuadro, el dibujo irreprochable de la figura y la poesa de sus paisajes de fondo, justifican el nombre de Perugino, que hubiera podido lograr ms duraderos laureles si no se hubiese dejado llevar por un sentimentalismo que hace amanerada su pintura. Sus obras ms importantes son los frescos de la Capilla Sitian y los de la sala de Cambio, en Perusa, su patria.

    LA ESCUELA VENECIANA sta escuela que empez tardamente sobrevive a las de Florencia y Roma, agotadas en el siglo XVI. En siglo XVII aun nos sorprende con un narrador esplndido, como Tiepolo, gran colorista y con Guardi y Canaleto, que nos retratan la vida pintoresca de la Venecia dieciochesca. El apogeo artstico de Venecia corresponde al siglo XVI, pero ya en este destacan Gentil Bellini y su hermano Gian Bellini, que combinan las ganas encendidas de Ticiano con un difuminado a lo Leonardo. Un pintor siciliano establecido en Venecia, Antonello de Mesina sobresale por el fuerte realismo de sus retratos, mientras que Capaccio, autor de la Leyenda de Santa Ursula, se distingue en la realizacin de vastas composiciones de genero.

    LA ESCUELA DE PADUA

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    El nombre de Andrs Mantegna sirve por si solo para dar prestigio a esta escuela. Interesado en las cuestiones de la representacin visual del objeto, Mantegna presenta con frecuencia en sus cuadros una dificultad perspectiva, que resuelve con elegancia. Sus impecables escenarios arquitectnicos, tomados de la antigedad, ofrecen puntos de fuga muy a ras del suelo, huidas de lnea hacia el cen-tro del cuadro en prodigiosa ilusin de profundidad. Los escorzos de sus figuras son, por el mismo motivo, violentos y de complicada resolucin dibujistica, como el extraordinario Cristo Muerto. 2.5.1.3. SIGLO XVI. EL CINQUECENTO. El siglo XVI, seala el apogeo de la pintura renacentista italiana y constituye una de las pocas ms brillantes del arte universal. No poda ser de otra manera con la coincidencia en el tiempo y en el espacio de maestros de la talla de Leonardo da Vinci, Miguel ngel, Rafael y Corregio. As como Florencia ejerci la homognea artstica en la centuria anterior, ahora es Roma la que irradia al mundo entero el poderoso influjo de estos artistas. Los pintores posteriores se limitaron a seguir las normas trazadas por los grandes maestros. Solamente Venecia mantuvo un estilo original, basado en el intenso cromatismo y en una pincelada ancha decidida que buscaba llegar a una especie de vibracin luminosa de colores. Hasta cierto punto esta ciudad permaneci al margen de la creacin artstica de los grandes maestros romanos.

    MIGUEL NGEL La obra pictrica de Miguel ngel responde tambin a esa tendencia a lo grandioso, a lo dramtico y exasperado que hemos visto en sus esculturas. Miguel ngel transplanta al campo de la pintura los medios expresivos de la estatuaria. La mxima ilusin de relieve, el ademn esforzado, el gesto pattico, caracteriza el estilo pictrico de Miguel ngel. Su obra maestra, el techo de la Capilla Sixtina, es una majestuosa interpretacin del Gnesis, en el que se agitan ms de trescientas figuras de tamao mucho mayor que el natural. Aos ms tarde, en la pared frontal de la misma Capilla, pinto su tremendo Juicio Final.

    LA ESCUELA MILANESA Cuenta con un solo nombre, Leonardo da Vinci, no fue solo pintor, dejo escritos interesantes sobre ingeniera, qumica, y otras ciencias; escultor, m-sico, escritor. La suavidad de las formas, la delica-deza del color, el esmero en el detalle, el exquisito difuminado, el famoso esfumado Leonardesco, la conjuncin de sensualidad, la expresin lejana de sus ojos de gruesos prpados, y la de las manos, elegantes y finas, son notas inconfundibles de su estilo. Los problemas tcnicos torturaron a Leonardo toda su vida. Por eso sus obras son escasas, y algunas a punto de perderse por el deterioro de los materiales de empleo. Pocas pinturas habrn suscitado ms comentarios que la celebre Gioconda, de su corta produccin se puede citar Santa Ana, La Virgen de las Rocas y La Ultima Cena pintada para el refecto-rio del convento de Santa Mara de las Gracias en Miln.

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    LEONARDO DA VINCI. (1452-1519), artista florentino y uno de los grandes maestros del renacimiento, famoso como pin-tor, escultor, arquitecto, ingeniero y cientfico. su profundo amor por el conocimiento y la investi-gacin fue la clave tanto de su comportamiento artstico como cientfico. Sus innovaciones en el campo de la pintura determinaron la evolucin del arte italiano durante ms de un siglo despus de su muerte; sus investigaciones cientficas sobre todo en las reas de anatoma, ptica e hidruli-ca anticiparon muchos de los avances de la ciencia moderna.16 Cuatro caricaturas Leonardo da Vinci senta gran fascinacin por los rostros, de los que realiz innumerables dibujos, desde ajados ancianos hasta nios angelicales. Estas cuatro caricaturas en tinta sepia revelan su maestra en el dibujo. En 1478 Leonardo alcanz la maestra. su primer encargo, un retablo para la capilla del palazzo vecchio, sede del ayuntamiento florentino, no lleg a ejecutarse. su primera gran obra, adoracin de los magos (uffizi), que dej inacabada, se la encargaron los monjes de