inmigrantes ¿invasores o ciudadanos?

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INMIGRANTES: ¿INVASORES O CIUDADANOS? Tópicos y realidades sobre la inmigración Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) - España INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 1. TÓPICOS Y REALIDADES SOBRE INMIGRACIÓN .................................................... Se dice... 1. que la avalancha de inmigrantes es imparable... ....................................................... 2. que vamos a “escoger” el tipo de inmigrantes que necesitamos... ............................. 3. que hay que acabar con los procesos extraordinarios de regularización... .................. 4. que la población inmigrante tiene necesidades de intervención social específica... .... 5. que tenemos que acabar con la migración clandestina... ........................................... 6. que los inmigrantes no nos han quitado puestos de trabajo... .................................... 7. que la mano de obra y el empresariado inmigrante hacen competencia desleal ... ...... 8. que los inmigrantes están copando los servicios sanitarios... .................................... 9. que el alumnado inmigrante se concentra en la escuela pública... ............................. 10. que con la inmigración ha aumentado la delincuencia... ........................................... 11. que la inmigración es la primera amenaza contra la identidad nacional... .................. 12. que hay formas religiosas incompatibles con nuestro sistema de valores... ................ 13. que el desarrollo de los pueblos del Sur es responsabilidad de los inmigrantes... ....... 14. que el co-desarrollo tiene que ver con el retorno de la población inmigrante... .......... CONCLUSIÓN ..................................................................................................................... 5 7 9 10 12 14 16 18 20 22 23 25 28 29 31 5 3

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Una breve descripción de la concepción de los inmigrantes

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INMIGRANTES: ¿INVASORES O CIUDADANOS?Tópicos y realidades sobre la inmigración

Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) - España

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................

1. TÓPICOS Y REALIDADES SOBRE INMIGRACIÓN ....................................................

Se dice...1. que la avalancha de inmigrantes es imparable... .......................................................2. que vamos a “escoger” el tipo de inmigrantes que necesitamos... .............................3. que hay que acabar con los procesos extraordinarios de regularización... ..................4. que la población inmigrante tiene necesidades de intervención social específica... ....5. que tenemos que acabar con la migración clandestina... ...........................................6. que los inmigrantes no nos han quitado puestos de trabajo... ....................................7. que la mano de obra y el empresariado inmigrante hacen competencia desleal ... ......8. que los inmigrantes están copando los servicios sanitarios... ....................................9. que el alumnado inmigrante se concentra en la escuela pública... .............................10. que con la inmigración ha aumentado la delincuencia... ...........................................11. que la inmigración es la primera amenaza contra la identidad nacional... ..................12. que hay formas religiosas incompatibles con nuestro sistema de valores... ................13. que el desarrollo de los pueblos del Sur es responsabilidad de los inmigrantes... .......14. que el co-desarrollo tiene que ver con el retorno de la población inmigrante... ..........

CONCLUSIÓN .....................................................................................................................

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INTERNET: www.fespinal.com • Dibujo de la portada: Roger Torres • Edita CRISTIANISME IJUSTÍCIA • R. de Llúria, 13 - 08010 Barcelona • tel: 93 317 23 38 • fax: 93 317 10 94 •[email protected] • Imprime: Edicions Rondas S.L. • ISSN: 0214-6509 • Depósito legal: B-7490-07 • ISBN: 84-9730-184-6 • Depósito legal: B-44.555-08. Febrero 2008. La Fundación Lluís Espinal le comunica que sus datos proceden de nuestro archivo histórico perteneciente a nues-tro fichero de nombre BDGACIJ inscrito con el código 2061280639. Para ejercitar los derechos de acceso, rectifica-ción, cancelación y oposición pueden dirigirse a la calle Roger de Llúria, 13 de Barcelona.

Con la colaboración del Ajuntament de Barcelona- Area d’Acció Social i Ciutadania

El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de España es el nombre de unared de entidades de la Compañía de Jesús cuyo objetivo es acompañar

procesos de personas o familias migrantes, de asociaciones de inmigran-tes y de otros colectivos sociales. Implica también el estudio de las trans-formaciones sociales, la reflexión sobre nuestra acción, la sensibilizacióny la defensa legal. La red incluye tanto a jesuitas como a otras personas

que comparten el mismo objetivo y asocia de un modo particular a lasComunidades de Vida Cristiana (CVX).

El ámbito territorial del SJM es España, pero está en conexión con elresto de países de Europa, América del sur y norte de África, donde tam-bién se relaciona con el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR). Esta confi-guración en red viene exigida por dos características de nuestro tiempo:

a) en sociedades que cambian rápidamente, las categorías de autóctonoy migrante se relativizan, sin anularse; b) en un mundo globalizado, sólo

se pueden pensar los procesos sociales combinando la perspectivatransnacional con la local.

Nuestra reflexión ha sido elaborada conjuntamente por la FundaciónSocial Ignacio Ellacuría (Bilbao), la Fundación Migra Studium

(Barcelona), la Fundación San Juan del Castillo (Madrid, Burgos yValladolid) y dentro de ella el Centro Pueblos Unidos (Madrid-La Ventilla),el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad

Pontificia Comillas (Madrid), el Centro de Estudios para la IntegraciónSocial y Formación de Inmigrantes-Fundación de la Comunidad

Valenciana (CeiMigra) y Apostolado Social de Andalucía y Canarias.También han participado las Comunidades de Vida Cristiana (CVX).

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INTRODUCCIÓN

Partimos de un prejuicio generali-zado: existe una “sociedad de acogida”y una “población inmigrante”, perfec-tamente distintas y diferenciadas.

Esta distinción tiene cada día menossentido, en beneficio de una noción deciudadanía común. Y sin embargo,cuando se acercan unas elecciones ge-nerales, la separación entre nacionales yextranjeros/as recobra su vigencia y sufuerza. Lo que preocupa a la poblacióncon derecho a voto, para elegir diputa-dos y senadores a Cortes Generales, nocoincide con lo que angustia a la pobla-ción inmigrante en vías de regulariza-ción, o a la que tiene pendiente el logrode la autorización de residencia perma-nente, o la nacionalidad española. Pero,conforme pasa el tiempo, cada vez máspersonas que emigraron en su día haciaEspaña se están incorporando al censociudadano, con plenos derechos políti-cos.

Queremos, pues, entablar un diálo-go con ese sector de la ciudadanía conderecho a voto, para hacernos cargo delo que les preocupa y discernir así las

cuestiones legítimas de los tópicos con-sagrados por el uso y la propaganda.Queremos acertar en las preguntas yayudar a encontrar respuestas. Quere-mos aportar razones y argumentos paraofrecerlos a quienes lean este cuadernoy demás personas con quienes nuestroslectores puedan compartir su reflexión.

Se dice… puede ser la expresión másapropiada para indicar el tópico, el lu-gar común. Ideas gastadas por el uso,asumidas con apresuramiento, sin exa-men atento. Ideas contaminadas o ma-nipuladas por la propaganda, por el usoideológico, impregnadas de temores ymiedos. Ideas que, en ocasiones, res-ponden a preocupaciones legítimas y,por eso, necesitan ser discernidas. Ideasque fijan y reducen la comprensión dela realidad y necesitan ampliar horizon-tes o añadir perspectivas.

Hemos seleccionado catorce tópicosde donde se siguen otras tantas cuestio-nes. Trataremos de responderlas con labrevedad necesaria para que nos ayudena pensar y hacer el tránsito de la pro-paganda a la realidad.

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Algunos medios de comunicación yalgunos responsables políticos han idoconstruyendo la imagen de la inmigra-ción como una “invasión no deseada”de personas procedentes de otros países.En consecuencia, se imponen unas po-líticas muy rígidas que podrían expre-sarse así:

– Si la causa de su llegada dependede la mera voluntad de las personas mi-grantes, actuales o potenciales, su acep-tación debe ser tratada exclusivamente“de fronteras hacia adentro”, esto es, porel impacto real o supuesto que tienen enlas sociedades receptoras.

– Los países receptores han de evi-tar el “efecto llamada”, vinculado ex-clusivamente a las políticas de regulari-zación administrativa de las personasmigrantes.

– Las políticas “de inmigración” de-ben centrarse en el control de fronteras,en las medidas “disuasorias” (legisla-ción restrictiva en el acceso a la regula-

ridad y lesiva de los derechos del inmi-grante), y en fomentar políticas de re-torno.

– Las políticas “de integración” seplantean exclusivamente para las perso-nas migrantes que se encuentran en si-tuación administrativa regular. Deberánexigir “asimilación”; y estar condicio-nadas a la “normalidad” social y econó-mica, a la “buena convivencia” y a la au-sencia de todo acto “delictivo”.

– La no aceptación de este “contra-to” justificaría las políticas de expulsióno repatriación, los Centros de Interna-miento para Extranjeros, y la “crimina-lización” de las personas migrantes in-documentadas, cuya única falta –no“delito”– es carecer de un permiso deresidencia en vigor.

Pero todo este razonamiento resultauna visión simplificada y errónea de unarealidad mucho más compleja y positi-va. La cuestión de las migraciones con-cretas y de los movimientos migratorios

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1. TÓPICOS Y REALIDADES SOBRE INMIGRACIÓN

1. Se dice que la avalancha de inmigrantes es imparable, y se dice tam-bién que necesitamos cientos de miles de inmigrantes para sostenernuestro sistema económico y social. ¿A qué debemos atenernos?

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actuales se puede resumir del siguientemodo:

– Los emigrantes se van de sus paí-ses porque no tienen alternativa y vie-nen a los países desarrollados porqueaquí les necesitamos.

– Las sociedades receptoras necesi-tamos que sigan viniendo y, además,que vengan para quedarse.

– Supuesto este doble “efecto ex-pulsión” (push) y “efecto llamada”(pull), hay una necesidad urgente desustituir las políticas basadas, sólo oprincipalmente, en el control de flujos,por otras políticas de integración; y hayotra necesidad de construir un proyectode sociedad común e incluyente.

La clave para comprender adecua-damente en qué consisten el “efecto ex-pulsión” y el “efecto llamada”, y sucomplementariedad, es la enorme des-igualdad internacional. Las condicionesde vida reales y cotidianas de la mayorparte de la humanidad todavía no per-miten un desarrollo humano ni siquieramínimamente aceptable. El subdesarro-llo tiene causas concretas cuyo origenhay que buscar, en muchas ocasiones, sino en todas, en los países enriquecidosy empobrecedores del Norte desarrolla-do. En este sentido, nuestros “paísesdesarrollados” son los auténticos cau-santes del efecto expulsión que da lugara los actuales movimientos migratorios.Al empobrecimiento del Sur correspon-de el enriquecimiento del Norte, y esteabismo de la desigualdad –o dos carasde una sola realidad– configura el esce-nario en el que las migraciones surgencomo estrategia de desarrollo personaly familiar. La mera cuestión del naci-miento (familia, ubicación geográfica,

etc.) no puede justificar por sí sola el ac-ceso-exclusión al desarrollo humano decada persona concreta.

Dada la insuficiencia de una coope-ración para el desarrollo y la negativa delos países del Norte a promover eficaz-mente el desarrollo del Sur, los movi-mientos migratorios se convierten así enuna restitución que tiene su origen enuna rebelión silenciosa y pacífica antela desigualdad y el subdesarrollo im-puestos.

El auténtico “efecto llamada” no loprovocan unas regularizaciones admi-nistrativas, sino los elementos de bien-estar que caracterizan las condicionesde vida reales de una parte de la pobla-ción de los países desarrollados. Inclusoaunque la desigualdad internacionalfuera menor, los países desarrollados se-guirían necesitando de la llegada de per-sonas extranjeras debido al envejeci-miento, estancamiento e inclusodisminución de su población autóctona.La entrada de personas extranjeras es yauna condición de posibilidad para man-tener y aumentar los niveles de bienes-tar alcanzados en las sociedades des-arrolladas. Sin estas personasextranjeras, hombres y mujeres, nuestrobienestar no es posible. De esta forma,y por una necesidad primero demográ-fica, pero también económica y social,habremos de pasar de las restriccionespara la entrada a la competencia entrelos diversos países desarrollados paracaptar “nuevos ciudadanos”.

En resumen, los discursos que susci-tan temor a flujos migratorios impara-bles y que justifican la necesidad socioeconómica de la inmigración son com-

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patibles, y nacen de una raíz común: elinterés unilateral de los países desarro-llados. Los factores de expulsión y atrac-ción que fundan los movimientos migra-torios sólo se pueden comprenderteniendo en cuenta las desigualdades in-

ternacionales. Y las políticas migrato-rias, desde ahí, tienen que concebirsecomo compensación de las desigualda-des y gestión de beneficios socio econó-micos y culturales conjuntos para las so-ciedades de origen y de destino.

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En la sociedad española, como enlos demás países ricos, se plantea la in-migración simultáneamente como nece-sidad y como problema. Hace quinceaños se la suponía problemática para elmercado de trabajo. Hoy –al menos has-ta que surgió la amenaza, aún no clara,de crisis económica– se da por sentadasu necesidad para cubrir puestos de tra-bajo en sectores laborales con poca de-manda, para aumentar una capacidadcontributiva y consumidora afectadapor la baja natalidad, etc. Pero sigueplanteándose como problema social porla prensa, los responsables políticos…incluso por quienes elaboran las en-cuestas de opinión. Se está lejos de con-siderar el derecho a la movilidad de per-sonas que toman la durísima decisión dedejar a su familia y su tierra, forzadospor las condiciones de vida, para podertener un trabajo con el que vivir digna-mente.

Planteada la inmigración como ne-cesidad y problema, las institucionespolíticas tienden a diseñar políticas de

inmigración selectivas. En este sentido,llama la atención la propuesta delComisario europeo Marco Frattiniquien, en octubre de 2007, propuso fa-cilitar la inmigración de profesionalescualificados. Se trata de cubrir nuestracarencia de médicos, enfermeras, maes-tros, investigadores, ingenieros, etc. Aellos, en su propuesta del pasado mes deoctubre, les anima a abandonar sus paí-ses, otorgándoles derechos que se lesniega a los demás emigrantes, como laobtención de autorización de trabajo –lallamada “tarjeta azul”– en tan sólo 30días, concesión automática de permisode trabajo también para su consorte,sueldos garantizados y el libre despla-zamiento por todos los países europe-os.

Es decir, quienes vivimos en paísesricos y necesitamos profesionales cuali-ficados –que no hemos sabido o podidoformar aquí– para seguir aumentandonuestra opulencia, escogemos en elmercado globalizado de personas a losque más nos interesan (como se hacía en

2. Se dice que vamos a “escoger” el tipo de inmigrantes que necesita-mos, para no “sufrir” llegadas de personas de cualquier tipo de cualifi-cación ¿Es esta una buena política? ¿No perjudica a nadie?

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el pasado en el mercado de esclavos).Aunque ello sea a costa de aumentar lamiseria de los países pobres, dado queles quitamos personas a las que han for-mado dedicando un elevado porcentajede los pocos recursos de que disponen,y con ellos se van de sus países las es-peranzas de un futuro mejor para sus ha-bitantes.

Esta actitud es hipócrita. Nos la-mentamos de lo mal que están “esos po-bres” del Tercer Mundo, incapaces porsí solos de salir adelante, y por eso lesmandamos algo de dinero y cooperan-tes para cubrir sus necesidades. Pero lesqueremos pagar poco por sus productos,les exigimos altos intereses por lo queles prestamos y, encima ahora, les que-remos quitar sus recursos humanos máspreparados. Lo más grave es que se de-ja a las sociedades con menos recursosla carga económica y social de formar asus profesionales, y aprovechamos elproducto final sin compensación algunapara ellas. Y encima pagamos a los pro-fesionales foráneos unos salarios másbajos que a los autóctonos (los médicosy enfermeras procedentes de Ghana hanahorrado a los británicos 103 millonesde libras, por ejemplo).

Esta política constituye un verdade-ro expolio. Con la propuesta de “tarjetaazul” aumentaría la sangría que ya seviene produciendo. Según la OCDE el34,6 % de los emigrantes tiene estudiossuperiores. La situación de África es es-pecialmente sangrante, dado que en elconjunto de su población sólo hay un3% de licenciados, pero de éstos emigrael 42%. Según Intermón-Oxfam, se hanido de Ghana el 60 % de sus médicos.

La Organización Internacional deMigraciones pone de manifiesto unatendencia negativa: si en el período1975-1984 se fueron de África 40.000cualificados, a partir de los años 90 sevan 20.000 cada año. Según el BancoMundial, de países como Cabo Verde,Gambia o Sierra Leona han emigrado el50 % de sus licenciados; en Malawi, se-gún la Organización Mundial de laSalud, sólo quedan el 5 % de los médi-cos que necesitan.

Estas consideraciones previas plan-tean un dilema. No podemos ni debe-mos impedir a los licenciados de estospaíses su libertad de movimiento (comoa ninguna otra persona), pero sí pode-mos dejar de incentivar que personascualificadas abandonen su país. Másbien hemos de hacer lo contrario: llevara cabo proyectos de cooperación inter-nacional para que estas personas alta-mente cualificadas tengan sueldos yoportunidades adecuados para quedarseallí y, además, por cada uno de ellos quefinalmente emigre, compensar a sus pa-íses económicamente. En todo caso, de-bemos oponernos a la propuesta delComisario europeo, pendiente aún deser refrendada por todos los Estadosmiembros de la UE.

Un artículo del periódico L´Obser-vateur, (“Plaga de Burkina Faso”) de-cía: “el continente negro ve partir almismo tiempo a sus brazos válidos enbarcas de alto riesgo, y a sus hijos másvaliosos a causa de leyes que les incitana emigrar. Para África, que está en la co-la, son combatientes valerosos perdidospara el desarrollo. Y no sabe cómo pa-rar esta hemorragia devastadora”.

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En resumen, las políticas migrato-rias basadas en la selección de mi-grantes cualificados perjudican a lospaíses que han soportado la carga dela educación y que se verán privadosde la aportación social de profesiona-les competentes. Unas políticas migra-torias selectivas, para ser justas, de-

ben compensar esos gastos de educa-ción y fomentar la aportación de losprofesionales migrantes a sus paísesde origen. Y requieren el complementode políticas de cooperación que fo-menten el ejercicio profesional de lapoblación cualificada en sus propiospaíses.

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Las regularizaciones extraordinariasde inmigrantes son herramientas políti-cas que los Estados utilizan de maneradiscrecional para reordenar los flujosmigratorios, dentro de sus fronteras. Elcaso de España ha sido especialmentesignificativo respecto al resto de los pa-íses que tradicionalmente han sido re-ceptores de inmigración en Europa de-bido a la frecuencia con que se ha abiertoeste tipo de procesos en los últimos cin-co años.1 Hay otra vía de regularización,gradual y personalizada, que obedece almismo fin: el arraigo. Hoy se ha con-vertido en la vía principal de regulariza-ción para los extranjeros que puedan de-mostrar un mínimo de 3 años deresidencia continuada en España.

Ambas vías de regularización sonacusadas, en numerosas ocasiones, deconstituir “coladeros” que impiden uncontrol razonable del proceso inmigra-torio y se convierten en un estímulo ala inmigración ilegal. Y las fuerzas po-

líticas con mayor respaldo prometen ex-cluir su aplicación en el futuro. Se llegaincluso a proponer la supresión de losmecanismos individuales de acceso alestatuto legal, como es el arraigo social.2

Las consecuencias de estos proce-sos pueden analizarse desde dos pers-pectivas: una cuantitativa, y otra cuali-tativa:

a) Desde un punto de vista cuantita-tivo, es muy importante que miles de per-sonas puedan acceder al mercado laboralen condiciones de legalidad y de visibi-lidad (se calcula que aproximadamente800.000 trabajadores extranjeros se be-neficiaron del último proceso de regula-rización). Esto vale tanto para laAdministración como para el sector em-presarial, que pueden contar así con ma-no de obra (en ocasiones cualificada omuy cualificada) para el desarrollo de ta-reas en sectores donde los trabajadoresnacionales no son demandantes de em-pleo.

3. Se dice que hay que acabar con los procesos extraordinarios de regu-larización, e incluso con los procesos personalizados de regularizaciónpor arraigo. ¿Qué consecuencias tienen estos procesos? ¿Qué pasaríasi prescindiéramos totalmente de ellos?

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b) Por otra parte, y desde un puntode vista cualitativo, el acceso en condi-ciones de legalidad al mercado laboralpermite generar contratos laboralesajustados a la normativa que protege altrabajador en España. Al mismo tiempo,dota de seguridad jurídica a la empresay empresarios que contratan a estos tra-bajadores, generando un flujo de rique-za social, que tal y como apuntan las ci-fras, contribuye a la elevación del PIBespañol, y en consecuencia, al fomentode la riqueza social en todo el mercadoeuropeo.

Los argumentos expuestos anterior-mente avalan la necesidad de regularadecuadamente los flujos migratorios,en función de los intereses económicosprivados y estatales. La necesidad de ce-lebrar procesos extraordinarios de regu-larización, o de contar con mecanismospersonalizados por vía de arraigo reve-la, de hecho, que la normativa de ex-tranjería y su aplicación administrativason rígidas e inadecuadas para ordenarflujos migratorios intensos y necesarios,

desde el punto de vista económico. Lacrítica del “efecto llamada”, utilizado enel discurso político de la oposición, essimplemente falsa. El “efecto llamada”surge de un sistema económico y socialque ofrece oportunidades a los inmi-grantes porque ofrece oportunidades ala sociedad que depende de la inmigra-ción –aunque diga temerla y no querer-la.

En resumen, es deseable que des-aparezcan los mecanismos de regulari-zación extraordinaria de personas quehan inmigrado al margen de las previ-siones legales y de los procedimientosadministrativos vigentes. Pero la condi-ción indispensable es la adopción deuna legislación y una política que flexi-bilicen y ordenen los flujos migratoriosregulares. Entre tanto, los procedimien-tos personalizados de regularizaciónpor arraigo dignifican la vida de per-sonas que soportan condiciones de ex-trema dureza, y benefician al sistemaeconómico privado y público.

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Las necesidades de intervención so-cial específicas provienen de la existen-cia de diferentes tipos de situacionesque requieren intervenciones diferen-ciadas. El principio básico de una polí-tica social equilibrada es que los recur-

sos y prestaciones se apliquen según lasnecesidades específicas, lo cual exigeun análisis y detección de necesidades.En el caso de la inmigración, se plante-an fases distintas, con necesidades dis-tintas y recursos específicos.

4. Se dice que la población inmigrante tiene necesidades de intervenciónsocial específica y, a la vez, que es necesario llegar a la normalizaciónde los servicios sociales para evitar toda discriminación positiva.¿Cómo se pueden elaborar políticas sociales equilibradas?

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a. En la fase de llegada, las perso-nas inmigrantes recién venidas no co-nocen el entorno y cuentan con escasasredes sociales de apoyo. Siempre hayque prever las necesidades que generaneste tipo de situaciones. Hay personasque se encuentran con carencias seve-ras en el momento de su llegada.Precisan desde acogida y alimentacióntemporal, hasta una previsible atenciónsanitaria. Tienen un conocimiento muylimitado de los derechos y prestacionesque se les reconocen. De ahí las políti-cas de información y orientación sobresus derechos, y los trámites necesariospara disfrutarlos: empadronamiento,tarjeta sanitaria, escolarización de losmenores, etc. Entre los recién llegados,es preciso tener en cuenta a quienes ca-recen de autorización de residencia, in-cluso de entrada. También a personasindocumentadas e interceptadas por lasautoridades a su llegada, que se ven in-cursas en procedimientos de devolu-ción o expulsión aunque no siempre se-rán cumplimentados. Personas, porconsiguiente, con necesidad de defen-sa legal y con derecho a ella. En cual-quier caso, ya desde su llegada, es ne-cesario informarles sobre sus derechosy deberes y facilitar el aprendizaje delcastellano a quienes lo desconocen.

b. En la fase de asentamiento e in-tegración: conforme corre el tiempo,se logra garantizar el sustento, y se vantejiendo redes sociales de apoyo.Como regla general, el acceso a lasprestaciones sociales debe plantearse

en igualdad de condiciones para todala población, cualquiera que sea su na-cionalidad o el tiempo de residencia enuna localidad determinada. Convieneevitar la creación de servicios socialesespecíficos para los inmigrantes, siem-pre y cuando la población inmigrantellegue en igualdad de condiciones a lainformación sobre los recursos y acce-da a ellos. Con todo, es necesario re-conocer algunas políticas específicas:las que dan a conocer el funciona-miento básico del sistema político,económico, social y cultural; o las quebuscan consolidar el aprendizaje delidioma. En cuanto al acceso de los ex-tranjeros al mercado laboral, las polí-ticas tendrían que encaminarse no só-lo a dar respuesta a necesidades deformación concretas para un puesto detrabajo y/o reciclaje profesional, sinoa otras más genéricas, como por ejem-plo, normas de seguridad e higiene enel trabajo.

En resumen, es importante salvar elprincipio general de normalización deunos servicios sociales accesibles pa-ra toda la población. No obstante, espreciso tener en cuenta algunas nece-sidades específicas de la población in-migrante, que deben traducirse en ser-vicios sociales apropiados: parabrindar acogida y documentación enla fase de llegada, y para facilitar elconocimiento de los idiomas, cultura ycondiciones de acceso a los distintosrecursos y servicios sociales.

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La migración clandestina se definecomo la entrada en un país eludiendo lasmedidas de control de fronteras, bienentrando por lugares indebidos (ej. en-trada por la costa sin control portuario)bien usando medios de ocultación (ej.esconderse en la carga o bajos de un ve-hículo).

Cabe preguntarse qué mueve a unapersona que ejercita un derecho univer-sal como “el derecho a circular libre-mente” (art.13.1 de la DeclaraciónUniversal de los DD. HH.), y “el derechoa salir de cualquier país, incluso el pro-pio” (art.13.2, ibídem) a eludir el controlfronterizo y poner en riesgo su propia vi-da. La respuesta es fácil. Hay “factoresde expulsión” con poder suficiente comopara poner en riesgo la propia vida. Laconstatación de la pobreza, de la violen-cia, de la falta de horizontes de desarro-llo personal… pesan más que los riesgoseconómicos, e incluso físicos, del viaje.Yhay factores de atracción con poder su-ficiente como para hacer deseable la en-trada en un territorio desarrollado y polí-ticamente organizado, más allá de lasbarreras jurídicas y físicas con las quetrate de controlar la entrada. La UniónEuropea cumple con esos factores de de-seabilidad. YEspaña, que entra dentro deestos factores de estabilidad política,prosperidad económica y desarrollo so-cio-cultural propios de la UniónEuropea, linda con el continenteAfricano y tiene territorio africano.

En España, da la impresión de quetodas las entradas por vías indebidas seproducen por la llamada Frontera Sur,que delimita el paso del continente afri-cano a Europa y que constituye la ma-yor frontera natural de desigualdad eco-nómica. Y sin embargo, tan sólo un 4%de la población migrante en España esde origen subsahariano. En el periodoque va, más o menos, desde el 2000 has-ta la entrada de Rumania y Bulgaria enla UE, el 1 de enero de 2007, la fronte-ra pirenaica fue la que recibió el mayortránsito de personas sin autorización ad-ministrativa para la entrada. La diferen-cia entre la frontera “europea” y la afri-cana, se encuentra en las condicionestrágicas de acceso en ésta última: por lascondiciones de la migración trans-saha-riana, de la travesía marítima, y –en elcaso de Ceuta y Melilla– por las carac-terísticas de las vallas recientementeelevadas. Frontera que cobra un alto tri-buto en vidas. Frontera que atrae la aten-ción mediática.

Hasta el año 2004, siendo frecuenteel cruce del Estrecho en las llamadas“pateras”, la migración clandestina noconstituía por sí misma un motivo de de-bate de la magnitud alcanzada en los úl-timos años, cuando tras la puesta en fun-cionamiento del sistema de cierre defronteras terrestres en Ceuta y Melilla yel SIVE (Sistema Integrado deVigilancia Exterior, establecido en lascostas) se ha limitado drásticamente el

5. Se dice que tenemos que acabar con la migración clandestina, con lamigración de delincuentes, contra las mafias que controlan las migra-ciones clandestinas y con el tráfico de personas. ¿En qué consiste laclandestinidad y cuáles son sus causas?

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flujo migratorio por estas vías, recondu-ciéndolo hacia las costas canarias: ellosupone obligar a seguir rutas aún máslargas y peligrosas3 y provocar una ca-tástrofe de dimensiones humanitarias encuanto al número de pérdidas humanas.

La migración clandestina se debe ala regulación de las condiciones de en-trada. Por eso, no era clandestina la en-trada de numerosos turistas desde paí-ses sudamericanos mientras no se lesexigía el visado. La clandestinidad em-pezaba con su permanencia más allá delos tres meses. Comparadas las entradaspor la frontera sur, la frontera pirenaicay los aeropuertos, tenemos que recono-cer que la inmigración ha llegado aEspaña principalmente en avión, o cru-zando los Pirineos. Otra cosa es la visi-bilidad de la frontera sur, dada la aten-ción mediática que producen naufragiosy muertes.

La necesidad de entrar clandestina-mente en un territorio activa la organi-zación de redes que lo facilitan. Así su-cede, por ejemplo, en España con lasredes de senegaleses y ghaneses, esta-blecidas desde hace más de veinte años.Dentro de la categoría genérica de redesde ayuda a la emigración, es precisodestacar las mafias que facilitan la sali-da, el viaje y la entrada, a cambio decondiciones económicas onerosas y deun gran desprecio por la dignidad hu-mana. Y dentro de las redes mafiosasque se lucran con los procesos migrato-rios, tenemos que distinguir las que sededican al tráfico de personas para suexplotación sexual, o para la realizaciónde actividades delictivas.

Cada uno de estos tres órdenes declandestinidad merece una respuesta

política distinta. El Derecho penal pre-vé sanciones diferenciadas para las ma-fias que se lucran con las migracionesclandestinas y para las mafias que trafi-can con personas para su explotaciónsexual o para obligarlas a realizar acti-vidades delictivas. En cualquier caso, sehace precisa una acción policial nacio-nal e internacional. Ahí tienen sentidolos sistemas de vigilancia más avanza-dos, y las fórmulas de cooperación po-licial entre países de origen, tránsito ydestino de movimientos humanos.

La clandestinidad derivada de la re-gulación de las condiciones de entradaen un país requiere una respuesta másvaliente que el mero control de fronte-ras. Implica hacerse cargo del poder delos factores de expulsión (push) y de losfactores de atracción (pull), para canali-zar dignamente los movimientos migra-torios. Implica la acción coordinada delas corporaciones locales, ComunidadesAutónomas y de la AdministraciónCentral presidida por el Gobierno deEspaña. Implica, sobre todo, reforzar lacoherencia en la política migratoria den-tro de la Unión Europea.

La Comisión Europea ha propuestoalgunas medidas para la canalización delos flujos migratorios:

– Creación de centros específicos demigración en los países socios que po-drían también desempeñar un buen pa-pel para facilitar la gestión de los tem-poreros, intercambios de estudiantes einvestigadores y otras formas de des-plazamiento legal de las personas.

– Apoyo a actividades tales como elrefuerzo de los servicios administrati-vos de los terceros países responsablesde la gestión laboral de la migración, el

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desarrollo de las capacidades de los ser-vicios de empleo nacionales en tercerospaíses y la creación de centros de me-diación, así como la aplicación de pla-nes de pre-inmigración en los países deorigen.

– Acuerdos de movilidad con terce-ros países interesados que permitan quesus ciudadanos tengan mejor acceso almercado español, una vez se hayancumplido ciertas condiciones, por ejem-plo, la cooperación en materia de mi-gración ilegal y la firma de acuerdos dereadmisión.4

Sin embargo, la política migratoriasigue poniendo su acento en el controly cierre de fronteras y en el estableci-miento de límites a los cauces de entra-da legal en España, con la supuesta fi-nalidad de frenar un flujo migratorioimparable5 que, consciente de los ries-gos y dificultades, se organiza o emplearedes transnacionales para lograr su ob-jetivo: la justa búsqueda de una mejorcalidad de vida y un futuro posible. Esa

política, so capa de combatir la clan-destinidad, la acrecienta. Dolorosa pa-radoja.

En resumen, es importante distin-guir tres órdenes de clandestinidad, pa-ra darles respuestas políticas ajustadas.La clandestinidad derivada de la elu-sión de los controles fronterizos y de laemigración al margen de los procedi-mientos administrativos, requiere unaagilización de las vías de migración re-gular. La clandestinidad derivada deactividades lucrativas que canalizan lamigración al margen de los controlesadministrativos, requiere la imposiciónde sanciones proporcionadas. Y la clan-destinidad propia de la trata de perso-nas en los flujos migratorios descritos,exige sanciones penales estrictas. Encualquier caso, las políticas de luchacontra la migración clandestina debenbasarse en una comprensión de las au-ténticas causas de las migraciones, y enuna humanización del proceso.

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Hace quince años era frecuente oírun tópico que ha quedado en desuso:que los inmigrantes quitaban empleos alos trabajadores y trabajadoras españo-les. Entonces se consideraba el trabajocomo un bien escaso, dada la elevada ta-

sa de desempleo. Y se pensaba que elaumento de la mano de obra, en un mer-cado laboral en el que se había destrui-do mucho empleo, tendría consecuen-cias perjudiciales. Con el correr de losaños, se ha hecho patente:

6. Se dice que los inmigrantes no nos han quitado puestos de trabajo,sino que han creado empleo y están sosteniendo las arcas de laSeguridad Social. Pero, ¿qué pasará si entramos en un periodo de cri-sis?

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– que la mano de obra inmigranteha sustituido a la española en sectoreslaborales menos apetecibles por su du-reza, con lo cual ha fomentado la movi-lidad social

– que ha salvado sectores económi-cos “amenazados” por el crecimiento delos salarios

– que ha favorecido la incorpora-ción de la mujer al mercado laboral alcubrir el sector de servicios domésticosy de cuidados personales

– que ha ayudado al crecimiento delsector de la construcción, clave en elcrecimiento económico de la última dé-cada

– y que ha aumentado otras activi-dades económicas por vía de la reacti-vación del consumo.

Esta activación del mercado laboralha sido posible gracias a la llegada deuna población inmigrante procedente depaíses con rentas más bajas, mayorita-riamente joven (entre 30 y 35 años), conun importante porcentaje de mujeres in-corporadas al mercado de trabajo, sinolvidar la importancia de una economíasumergida capaz de asumir fácilmenteuna mano de obra sin autorización ad-ministrativa. La gestión política de la in-migración ha combinado la rigidez pa-ra la concesión de autorizaciones detrabajo, con una cierta laxitud para tole-rar la presencia y actividad en la econo-mía sumergida, fuera de ley.

Todo ello es cierto. Pero, ¿qué po-demos prever en un futuro inmediato ya medio plazo? Si tenemos en cuenta elenfriamiento del sector de la construc-ción, es previsible un repunte del des-empleo. Además, con el proceso de re-agrupación familiar, es previsible

también una menor incorporación demujeres inmigrantes al mercado de tra-bajo para dedicar más tiempo al cuida-do familiar. Al mismo tiempo, el enve-jecimiento de la población inmigrantereducirá la facilidad para cambiar de tra-bajo o de sector laboral. En cualquiercaso, es previsible que la creación deempleo se produzca en el sector tercia-rio, que se impulsen proyectos empre-sariales o de autoempleo y se consolideun modelo de ocupación temporal. Setrata de un ejercicio de previsión que to-ma en consideración una serie de varia-bles que van más allá de las apuntadas.

De momento, se habla de un ciertoenfriamiento de la economía y de un cre-cimiento menos acelerado. Pero ¿quésucederá si entramos en una crisis eco-nómica que repercuta en la destrucciónde puestos de trabajo, tanto para espa-ñoles como para residentes extranjeros?

En primer lugar, tenemos que pensaren el sistema de cobertura social del des-empleo. Tienen derecho a la mismaquienes han cotizado a la SeguridadSocial, cualquiera que sea su nacionali-dad. Es importante mantener esta pers-pectiva de justicia, y no introducir nin-guna pretensión de preferencianacional, o nacional de origen (frente ala población naturalizada), como pro-mueven los movimientos de extremaderecha y populistas. Es necesario in-vertir recursos en la educación y sensi-bilización social, en el acompañamien-to de personas en situación devulnerabilidad social, para prevenir asílos movimientos xenófobos. Y es im-portante también garantizar un pactopolítico que no convierta a la poblacióninmigrante (irregular, residente o natu-

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ralizada) en chivo expiatorio frente almalestar social.

En segundo lugar, hay que reforzarlas medidas que aseguren la cotizacióna la Seguridad Social y el cumplimien-to de las obligaciones tributarias, paratodo el mundo: empresarios y trabaja-dores, nacionales y residentes. Ello im-plica la lucha contra la economía su-mergida, pero también la lucha contratodo fraude tributario y en la percepciónde prestaciones sociales.

En resumen, la inmigración reacti-vó el empleo en España, cuando la opi-

nión común temía que elevase la tasa dedesempleo. Es preciso estudiar los cam-bios sociales y culturales de la pobla-ción inmigrada, para prever su reper-cusión en el mercado laboral. Y si se daun repunte del desempleo, es menestersalvar el principio de igualdad entre es-pañoles y extranjeros, tanto en la coti-zación como en la percepción de pres-taciones. Y a la vez, será necesaria unapolítica de sensibilización social queevite convertir a la población inmigra-da en chivo expiatorio del malestar so-cial.

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En realidad, (ver punto anterior) lainmigración ha producido un fenómenode ascenso social entre la población tra-bajadora española y ha facilitado unamovilidad laboral evidente hacia cate-gorías superiores, dejando los trabajospoco cualificados a los inmigrantes.

Al evaluar el impacto de la inmigra-ción sobre las oportunidades de empleode los trabajadores autóctonos, no po-demos decir que hayan disminuido: másbien la inmigración abre nuevas opor-tunidades de empleo a la población au-tóctona. El total de afiliados activos a la

Seguridad Social ha pasado, en los últi-mos diez años, de 13 millones a más de19 millones. La inmigración extranjeratiene su mayor crecimiento en los añosque llevamos del siglo XXI, precisa-mente cuando comienza a agotarse laposibilidad de que la población autóc-tona satisfaga la demanda de trabajo, acausa del déficit demográfico.

Otro prejuicio hace ver a los inmi-grantes como una amenaza para deter-minadas conquistas sociales. Los estu-dios más serios lo desmienten, y ponende manifiesto que el aporte de los inmi-

7. Se dice que la mano de obra y el empresariado inmigrante hacen com-petencia desleal a los trabajadores y empresarios españoles. ¿Es ciertoque perjudican las conquistas sociales alcanzadas con tanto esfuerzo?

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grantes ha resultado una baza importan-te para afianzar e incrementar para todala población algunas conquistas socia-les relevantes. La mano de obra inmi-grante ha cargado con la atención a lapoblación dependiente en España, en uncontexto de envejecimiento de la pobla-ción y de incorporación de la mujer almercado de trabajo. Por otra parte, losextranjeros en activo, afiliados a laSeguridad Social (10'5% del total de afi-liados el 30.11.2007), han resultado de-terminantes en el paso del crónico défi-cit del sistema a un superávit que se haconsolidado a lo largo de varios años.

Sin embargo, se insiste en que lafuerza de trabajo inmigrante incide ne-gativamente sobre los salarios de lostrabajadores autóctonos. Las estadísti-cas muestran, por el contrario, que lossectores de la construcción, hostelería,comercio y servicio doméstico, en losque se concentra un importante porcen-taje de mano de obra inmigrante, son losque ofrecen los salarios más bajos.Quizás, podemos afirmar que la presen-cia masiva de inmigrantes en el sectorservicios ha podido repercutir a la bajaen las condiciones salariales de los tra-bajadores autóctonos de su misma cate-goría, pero esta situación es una excep-ción a la dinámica general caracterizadapor una movilidad ascendente de lostrabajadores autóctonos que los pro-pios flujos migratorios han facilitado,con las subidas salariales correspon-dientes.

También se achaca a la mano de obrainmigrante el crecimiento del trabajo nocontratado (irregular). Y es cierto que lapoblación establecida en España, caren-te de autorización de trabajo y con ne-

cesidad de trabajar, facilita la perpetua-ción de relaciones laborales irregulares.Pero, también debemos reconocer quela proporción considerable de economíairregular que caracteriza a la economíaespañola, y la de otros países meridio-nales europeos, es anterior a la llegadade la población extranjera. Se trata de undefecto estructural que incide a su vezen la configuración de los movimientosmigratorios. En otras palabras, un tra-bajo sin protección social vale más queotras formas de pobreza.

La competencia laboral plantea tam-bién importantes cuestiones de futuro.Entre ellas, la de posibilitar la movili-dad social ascendente para los hijos ynietos de los inmigrantes extranjeros.Esto resulta clave para el éxito, no sólode los procesos migratorios iniciadospor sus padres y abuelos, sino para lamisma cohesión social de la sociedadespañola. De lo contrario, bloquear a es-ta población el ascenso a categorías máselevadas a causa de sus orígenes, seríafuente de graves frustraciones persona-les y conflictividad social, además deuna disfunción en la evolución econó-mica, y constituiría una competenciadesleal. El juego limpio tiene que aten-der a la capacidad real de cada cual pa-ra la oferta de trabajo en cuestión, sin fa-voritismos ni privilegios. Aquí tiene lasociedad española un auténtico desafíoy una real oportunidad para avanzareconómica y socialmente.

Si los recelos sobre los trabajadoresinmigrantes se centraban, primero, en elsector del trabajo por cuenta ajena, alcompetir (falsamente) con los españolesen los empleos de baja cualificación(EBC), el trabajo por cuenta propia se

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fomentaba en la medida en que impli-cara creación de riqueza y de empleo.En la práctica, se denegaba el permisopor cuenta propia para dedicarse a laventa ambulante, y se concedía cuandose presentaba un proyecto empresarial.En un segundo momento, el crecimien-to de población extranjera deseosa demantener unas pautas culturales y culi-narias propias, favoreció la creación deun tejido micro-empresarial “étnico” locual constituye una oportunidad, desdeel punto de vista económico, pues res-ponde a una demanda social, activa elconsumo, crea trabajo y aumenta la con-tribución tributaria. Sin embargo, laconcentración de empresariado “étnico”en determinadas calles o barrios ha cre-ado movimientos de rechazo vecinal.Los motivos de queja han sido diversos:falta de respeto de las normas de ocu-pación de espacios públicos o de utili-zación de servicios comunes, incumpli-

miento de horarios comerciales y de-preciación del mercado inmobiliariopor la degradación de inmuebles o porla concentración de tipos de población“indeseables”.

En resumen, los trabajadores inmi-grantes no han competido por los emple-os menos cualificados y peor retribuidoscon la mano de obra española, puestoque ésta ha ascendido hacia categoríaslaborales y niveles de retribución supe-riores. Tampoco son responsables de laexistencia de una economía sumergidaque es crónica en España. Y su partici-pación en el comercio responde a necesi-dades sociales nuevas, ligadas a la po-blación inmigrada, crea trabajo ycontribuye a los gastos sociales. En cual-quier caso, las políticas laborales y co-merciales deben velar por el juego limpioy la igualdad de oportunidades.

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Existe una opinión muy extendidaque culpa a las personas inmigrantes dela saturación de los diferentes recursossanitarios, lo cual redunda en una pér-dida de la calidad de los servicios quereciben los españoles. Se acusa a los in-migrantes de abusar de las prestacionessanitarias, de hacer un uso fraudulentodel sistema sanitario, de colapsar los

servicios públicos… También se lesacusa de ser portadores de enfermeda-des importadas que amenazan la saludpública.

Sin embargo, la realidad es bien di-ferente. Se ha demostrado que las per-sonas inmigrantes aportan a las arcas dela sanidad pública más de lo que reci-ben, dado que la mayor parte de ellos es-

8. Se dice que los inmigrantes están copando los servicios sanitarios yque sus costumbres hacen difícil el trato por parte de los profesionales.¿Cómo se tienen que adaptar tanto inmigrantes como servicios sanita-rios?

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tán dados de alta en la Seguridad Socialy son personas jóvenes y sanas con po-cos problemas importantes de salud. Laincidencia de enfermedades entre laspersonas migrantes está más relaciona-da con las condiciones de precariedadque sufren en nuestra sociedad que conpatologías asociadas a sus países de ori-gen. Así, el X Informe de ExclusiónSocial de Médicos del Mundo señalaque una gran parte de las enfermedadesque padecen las personas inmigrantestienen carácter psico-social y se origi-nan por las condiciones de exclusión enlas que éstas se encuentran.

Es cierto que la incorporación de al-rededor de 4 millones de personas ex-tranjeras al Estado Español, en los últi-mos 10 años, conlleva un incremento dela demanda de servicios sanitarios. Esteincremento se produce por el simple he-cho de que el sistema debe atender lasnecesidades de una población mayor,independientemente de que sea o no deorigen extranjero. El sistema sanitariopúblico debe adaptarse a este incremen-to de población aumentando sus recur-sos materiales y humanos de forma quese garantice la calidad del derecho a lasalud de todos los ciudadanos.

Si bien España es uno de los Estadoseuropeos donde más garantizado está elderecho a la salud para la población in-migrante en situación administrativairregular, se ha constatado la existenciade diferentes obstáculos que impiden aesta población el acceso al sistema pú-blico de salud. Un reciente informe eu-ropeo sobre el acceso de las personas“indocumentadas” a los recursos sanita-rios, ha mostrado cómo alrededor de un

20% de las personas indocumentadasque realizan los trámites para la obten-ción de una tarjeta sanitaria ven dene-gada su solicitud.

Otra de las cuestiones que suelen se-ñalarse se refiere a las dificultades deadaptación de las personas inmigrantesa nuestro sistema de salud. Sin embar-go, parece que esta dificultad provienemás bien del desconocimiento del idio-ma que de las diferencias culturales. Elsistema sanitario atiende hoy a una po-blación culturalmente más heterogénea,incluso sin contar con las personas in-migradas, lo cual requiere una adapta-ción constante de los recursos a la nue-va realidad multicultural. Las diferentesformas de concebir la salud, la enfer-medad y la curación deben ser conside-radas en aras de garantizar una asisten-cia sanitaria de calidad, también para laspersonas extranjeras.

En resumen, la incorporación al sis-tema sanitario de cuatro millones depersonas en diez años es la causa realde desajustes, y el reto de adaptación alque se enfrenta el sistema. La poblacióninmigrada es contribuyente neta, y porconsiguiente sostén del sistema de saludpública. Sus enfermedades respondenmás a la precariedad de sus condicio-nes de vida que a cuadros infecciososportados desde sus países. Hay una ne-cesidad de adaptación mutua de la po-blación general, la inmigrada, y el per-sonal sanitario que toca al acceso a lasprestaciones del sistema, a la comuni-cación lingüística, y a la comunicaciónde claves culturales sobre la salud-en-fermedad y su tratamiento.

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Es cierto que el alumnado extranje-ro acude mayoritariamente a centros pú-blicos. La proporción varía entreComunidades Autónomas. Pero, si to-mamos el conjunto de España, en el cur-so 2005-2006 un 82 % de extranjerosestaban escolarizados en centros de ti-tularidad pública. Esto plantea cuestio-nes sobre la relación entre la enseñanzaconcertada y la privada con la poblacióninmigrante. La concertada, al recibirfondos públicos, está obligada a univer-salizar su oferta educativa. La privada,en cambio, puede limitarse a las capassociales con elevados niveles de renta,con lo cual se excluye a la inmensa ma-yoría de la población en España, inmi-grante o autóctona.

No podemos afirmar sin más que laconcentración de alumnado inmigranteen la enseñanza pública responde a unaelección expresa de los padres a la horade escolarizar a sus hijos. Y ante la sos-pecha de que la enseñanza concertadarechaza o evita la matriculación dealumnos inmigrantes, debemos pregun-tarnos objetivamente sobre las causasdel desequilibrio que se produce.

En unos casos, los menores recién es-tablecidos son derivados a centros públi-cos por los servicios sociales municipa-les consultados por sus padres y madres.En otros casos, influye la dotación esco-lar de cada barrio en una ciudad grandeo mediana y, por supuesto, en una loca-lidad pequeña, donde siempre hay una

escuela pública y no siempre una con-certada. La proximidad geográfica, y elnúmero de centros públicos son factoresdecisivos a la hora de acoger un mayornúmero de alumnos inmigrantes.

Además, las familias inmigranteseligen barrios donde los alquileres sonmás asequibles, en zonas más deprimi-das de las grandes ciudades, donde esmenor el porcentaje de centros educati-vos concertados, respecto las zonas declase media y alta.

A menudo, en los centros concerta-dos, la demanda de plazas es superior ala oferta en determinados cursos y, aun-que los padres y madres inmigrantesdeseen matricular a sus hijos e hijas, nopueden al no tener plaza disponible se-gún el régimen de asignación de plazasestablecido en los conciertos.

Por último, debemos tener en cuen-ta los condicionantes económicos, in-cluso de centros concertados en los quela enseñanza está sostenida con fondospúblicos, que implican unos gastos su-plementarios que pueden no ser priori-tarios para inmigrantes los cuales debendedicar un elevado porcentaje de suahorro a las necesidades de sus familia-res y a la inversión en el país de origen.

Por todo ello, no hay medidas de po-lítica educativa que aseguren un equili-brio perfecto entre la escuela pública y laconcertada. En última instancia, la genteelige determinados centros públicos porrazones diversas y complejas: por cos-

9. Se dice que el alumnado inmigrante se concentra en la escuela públi-ca mientras que la escuela concertada los evita. ¿Qué políticas públicaspueden ir orientadas hacia una distribución equilibrada entre todos loscentros sostenidos con fondos públicos?

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tumbre, aconsejados por sus redes socia-les, porque les queda cerca, porque lagratuidad está asegurada, porque tienenmás posibilidades de acceder a ayudas decomedor, de libros, o porque allí van losamigos de sus hijos, sus vecinos…

Con todo, urgen políticas educativasnuevas y adecuadas, con una visión másglobal de esta complejidad y que mirenmás allá del hoy. Estas políticas son res-ponsabilidad del Ministerio y de lasConsejerías competentes, de losAyuntamientos, de las comunidadeseducativas de los centros y de la socie-dad en general. Y deberían ir en las si-guientes direcciones:

– Fomentar y/o reforzar el nivel edu-cativo de los centros. Esto implica laasignación de recursos suficientes, aten-diendo al crecimiento de población enedad escolar y a las necesidades educa-tivas propias de la población inmigran-te. Así, se avanza hacia una enseñanzapersonalizada como la mejor opción pa-ra trabajar los diferentes niveles educa-cionales del alumnado, con resultadospositivos. La personalización comienzabrindando una acogida a todo nuevoalumno y grupo familiar donde, ademásde informar sobre requisitos de escola-rización y normas del centro, se incluyaa todos en la propuesta educativa delmismo: profesores, alumnos, tutores,madres y padres. Para ello, se requierela formación permanente como estímu-lo profesional de los docentes.

– En segundo lugar, es preciso com-batir dos estereotipos: que en un centrocon muchos inmigrantes sea imposiblellevar adelante el desarrollo de los cu-rrículos de enseñanza en los distintos ni-veles, y que la convivencia resulte con-

flictiva. Esta política concierne a las co-munidades educativas en su conjunto,dentro de sus entornos sociales. Y nece-sita tanto un proyecto como mecanis-mos de aplicación y de difusión. Se tra-ta, pues, de elaborar y difundir unproyecto educativo con la participaciónde todos los actores; sensibilizar a las fa-milias autóctonas e inmigrantes para lo-grar todo tipo de colaboraciones del en-torno inmediato; aplicar un plan deconvivencia en colaboración con losagentes sociales del entorno para que se-an sobre todo los propios alumnos yalumnas quienes difundan los logros delcentro educativo.

– En tercer lugar, hay que promoveruna respuesta pro-activa de los equiposeducativos de los centros concertados ha-cia la escolarización de alumnado inmi-grante.

En resumen, constatado el desequili-brio de escolarización de inmigrantesentre la enseñanza pública y la concer-tada, es preciso analizar todos los facto-res que lo provocan. Las políticas edu-cativas, en lo que respecta a laincorporación de alumnado inmigrante,deben ir en tres direcciones: personali-zar la enseñanza para reforzar el niveleducativo de los centros, activar proyec-tos de educativos que fomenten la acogi-da de inmigrantes y la convivencia, ypromover la respuesta pro-activa de loscentros concertados hacia la escolariza-ción de alumnado inmigrante. Este últi-mo punto supone dar facilidades econó-micas accesibles a la poblacióninmigrante, así como favorecer la crea-ción de centros concertados en barrioscon densidad de población inmigrante.

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La inmigración tiende a formar bi-nomios falsos en el imaginario de la so-ciedad con conceptos que se asimilan alo diferente, peligroso, amenazador…Así sucede con el binomio inmigración-delincuencia, hasta el punto que en lasencuestas, tantas veces difundidas e ins-trumentalizadas por los medios de co-municación, el 61% de la población es-pañola considera que la inmigraciónilegal es el principal factor de aumentode la delincuencia en España.6 ¿Es esocierto?

Es cierto que la población extranje-ra en España crece cada día, y en algu-nos colectivos de modo vertiginoso.Véase el dato de 192.000 rumanos quellegaron a España durante los primerosseis meses de 2007, o el crecimiento in-gente de la población boliviana hastaabril de 2007, cuando se les impuso elvisado de entrada como turistas. Pero elaumento de población no supone sinmás un aumento de personas que come-ten actos delictivos. ¿Hay datos que lodemuestren?

Analicemos datos sobre delincuen-cia en los últimos años. En el periodo2003-2006, que coincide con un impor-tante aumento de población inmigrante,descendió ligeramente el índice de de-lincuencia.7 La tasa de homicidios des-cendió en ese mismo período (con laúnica excepción de los vinculados a ac-tos de violencia de género o violenciafamiliar); las elevadas tasas de deten-ciones de personas extranjeras no se co-

rresponden con un aumento de senten-cias condenatorias.8 El colectivo extran-jero con un mayor porcentaje de pobla-ción reclusa es el argelino, según datosdel Anuario Estadístico del Ministeriodel Interior 2007, (de junio de ese mis-mo año). El total de internos argelinosen las cárceles españolas representa só-lo el 2,7% del colectivo argelino que vi-ve en este país. Además, un elevado por-centaje de los mismos cumplen prisiónpreventiva, una medida cautelar que losjueces aplican con más facilidad a ex-tranjeros que a nacionales, y más si seencuentran en situación administrativairregular. Incluso, cuando consideramosla relación entre inmigración y delin-cuencia, olvidamos el peso de las per-sonas reclusas, procedentes de países dela Unión Europea, no considerados a losojos del imaginario público como “in-migrantes”.

Poner de manifiesto las contradic-ciones entre realidad e imaginario no su-pone negar la veracidad de los datos, pe-ro sí incorporar otros argumentos alanálisis de la problemática de la delin-cuencia, como son:

– A mayor integración, menos de-lincuencia. Sin duda, una sociedad inte-grada es una sociedad más pacífica ycon mayor capacidad para resolver susconflictos. Por tanto, en la medida enque la sociedad tenga capacidad inte-gradora, capacidad para acoger lo dife-rente en condiciones de igualdad y deenriquecimiento, menor será la conflic-

10. Se dice que con la inmigración ha aumentado la delincuencia, y bastaver la cantidad de mafias y de mujeres maltratadas y asesinadas entre lapoblación extranjera. ¿Qué relación hay entre inmigración y delincuencia?

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tividad y la frustración de las personasmigradas, al tiempo que se reducirá esasensación de inseguridad que lleva alimaginario social a vincular extraño-ex-tranjero-peligroso-delincuente.

– A menor vulnerabilidad, menorcomisión de hechos delictivos. A menu-do, las personas inmigrantes viven encondiciones de precariedad, asumiendouna situación de especial vulnerabilidadfamiliar, económica o personal, lo cualles coloca en mayor situación de riesgoy de emplear medios delictivos para cu-brir sus necesidades o para lograr suspropósitos.

– A mejor información, menor asi-milación inmigrante-delincuente. Eladecuado tratamiento de esta realidad esresponsabilidad de los medios de co-municación. Al informar, deben evitarlos mensajes o medias verdades queahondan en una visión excluyente y ne-gativa de la inmigración.

– A mejor comprensión de la reali-dad migratoria, menos violencia sobrela mujer. La complejidad del trata-miento de esta realidad aumenta en elcaso de la población inmigrante, ya queel aislamiento de las mujeres, la faltade un entorno familiar de apoyo, la rup-

tura de los roles habituales en las cul-turas de origen, la frustración de las re-laciones, la dependencia afectiva e ins-trumental, la falta de conocimiento dela legislación española y de los recur-sos disponibles frente a la violencia degénero, se convierten en elementos quedificultan el análisis en profundidad deesta realidad y la adopción de medidasadecuadas para la prevención de la vio-lencia.

En resumen, la tasa de delincuenciaha subido por debajo del incremento depoblación debido al flujo migratorio.Un porcentaje sensible de población ex-tranjera en los establecimientos peni-tenciarios se encuentra en prisión pre-ventiva: medida que se aplica a losextranjeros más que a los españoles.Más allá de las políticas contra la de-lincuencia, se necesitan políticas socia-les que reduzcan los niveles de preca-riedad, que aumenten la integraciónsocial, que sensibilicen a la poblaciónpara que no identifique indebidamenteinmigración y delincuencia, y que ata-quen las causas específicas de la vio-lencia doméstica entre la población in-migrante.

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Hay personas que, al observar la pre-sencia creciente de inmigrantes en nues-tra sociedad, sentencian que “de seguirlas cosas así, en diez años no quedarán

‘españoles puros’”. Esto nos lleva a re-visar el proceso histórico en el que seforja la identidad como pueblo y sus ca-racterísticas culturales. Veamos.

11. Se dice que la inmigración es la primera amenaza contra la identidadnacional y cultural de nuestra sociedad.

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A lo largo de la historia de España,reconocemos el legado de numerosospueblos que nos han hecho ser lo que so-mos: íberos, celtas, griegos, fenicios,cartagineses, romanos, bizantinos, ára-bes, bereberes, eslavos, francos, y otrospaíses europeos a partir de la EdadModerna. Desde el principio de nuestrahistoria, nos han caracterizado el mesti-zaje, la hibridación y los préstamos cul-turales. Nuestras lenguas, nuestrosnombres y los de nuestros pueblos y pai-sajes, como nuestra sangre, contienenelementos adquiridos de muy diversasculturas. Apesar de las relaciones de do-minación y violencia que sin duda hanexistido y existen, las personas residen-tes en la península ibérica han convivi-do mezclándose con los diferentes, in-cluso entre los enfrentados. Por lo tanto,nada hay de nuevo en la realidad actualque deba suscitar temor.

España constituye su unidad políti-ca a partir de una dinámica de conflic-tos y pactos parecida a la que dio lugara la mayoría de Estados europeos.Como tantos otros Estados, España tam-bién quiso forjar una identidad comúnmediante políticas de homogeneizaciónreligiosa, lingüística y cultural. Y a pe-sar de todo, la diversidad de los pueblosy naciones que configuran España con-tinúa siendo visible en el terreno de lalengua, el Derecho y la cultura. Por tan-to, la diversidad cultural no es fruto dela inmigración; sino que es característi-ca original de la identidad española. Nohay una sola manera de ser español, poreso es muy importante no confundir el“estatus legal de nacionalidad” conotros elementos de carácter cultural oidentitario.

El reconocimiento de la pluralidadlingüística y cultural debe ser compati-ble con la adopción de políticas integra-doras por parte del Estado y de lasComunidades Autónomas. Hay elemen-tos de integración cultural que son posi-tivos y han de cuidarse para evitar so-ciedades poco cohesionadas. Un paísdemocrático necesita que estos elemen-tos culturales comunes sean conocidos,aceptados y asimilados por todos paraasegurar también una igualdad de opor-tunidades. En este sentido, el conoci-miento del castellano como lengua ofi-cial, y de las lenguas oficiales endiferentes territorios, resulta indispen-sable.

Es preciso también discernir las for-mas de rechazo a la diversidad cultural.Algunas se revelan como posturas desubordinación y dominación con funda-mento socio-económico. Otras se pasanen silencio, como la escasa voluntad deintegración cultural y lingüística de lascolonias –turistas o residentes– británi-ca, alemana y de otros países europeos.Se alaba la facilidad de la población eu-ropea del Este para una integración lin-güística, mientras se condena la falta deintegración de la población marroquí.Está en juego asumir una identidadcompleja, plural, y cohesionada.

En resumen, el reto que se nos plan-tea es la necesidad de construir juntosuna sociedad común e incluyente paratodas las personas que formamos yauna misma y única sociedad, desde elrespeto a los derechos humanos y des-de unos mínimos compartidos de li-bertad, de justicia y de igualdad. Apartir de esta voluntad de convivencia,

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con un fundamento valorativo y nor-mativo suficiente, cabe gestionar lapluralidad cultural y lingüística; caberespetar la configuración de identida-des comunitarias diversas, cabe en-contrar herramientas de comunicación

y mediación, de construcción y puestaa punto de la identidad común. Parajuzgar del éxito de esta empresa nece-sitamos observar cómo funciona y seregula la sociedad a lo largo del tiem-po.

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Hay minorías religiosas con tan po-co peso demográfico, que apenas fija-mos la atención en ellas. Cuando se tra-ta de las Iglesias evangélicas, se asumeque participan de los valores comunes ala civilización occidental. Cuando setrata de las Iglesias Ortodoxas, entende-mos que las diferencias entre las tradi-ciones europeas occidental (latina y ger-mánica) y oriental (griega y eslava),siendo importantes, no son insalvables.

La sociedad se plantea cuestionesrespecto del Islam porque:

– es una minoría religiosa que hacrecido mucho con la inmigración

– hay personas musulmanas de na-cionalidad española

– hay un contexto internacional mar-cado por conflictos, con auge del terro-rismo

– contamos con pocos modelos desociedades democráticas avanzadas conmayorías musulmanas.

Si centramos la mirada en la inmi-gración, conviene que nos planteemosen primer lugar qué hacen las comuni-dades y centros islámicos por la cohe-

sión social, por la integración social ycultural de inmigrantes y autóctonosmusulmanes, por la integración en unasociedad en la que la mayoría no es mu-sulmana.

Ante todo, tengamos en cuenta dosconsecuencias que supone el cambio desociedad para muchas de las personasinmigradas, especialmente musulma-nas:

– Desorientación e inseguridad físi-ca: cubrir las necesidades básicas, en-contrar trabajo, regularizar su situaciónadministrativa…

– Desorientación e inseguridad mo-ral: sus valores y creencias religiosasquedan problematizadas y cuestionadasen el nuevo contexto.

En consecuencia, hemos de com-prender la búsqueda de seguridad enpersonas con carencias de comunica-ción (dificultad para aprender las len-guas utilizadas en el lugar), con proble-mas de documentación y acceso altrabajo, con referencias culturales ysimbólicas que tienen significados y va-lores distintos.

12. Se dice que hay formas religiosas incompatibles con nuestro sistemade valores y de normas de convivencia democráticas. ¿Qué hacen lasconfesiones religiosas por la cohesión social?

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Podemos preguntar, también, si loslugares de culto, las comunidades, cen-tros sociales y culturales religiosos, sonfuente de seguridad y estabilidad, siayudan a la integración social. De he-cho, refuerzan a las personas, al dotar-las de un entorno comunitario, de refe-rencias personales cercanas, de redes deayuda y apoyo. Pero podría suceder quelas aislaran de la sociedad, que impidie-ran el acercamiento a la cultura autóc-tona. Por todo ello, los centros de cultotienen que abrirse a la realidad de los ba-rrios donde se ubican y establecer rela-ciones o proyectos de colaboración conotras entidades. El éxito de la integra-ción social de sus miembros dependerá,en gran medida, de esta apertura. Portanto, los centros de culto tienen una im-portante función de cohesión de la vidasocial –no solo religiosa– de los miem-bros de la comunidad. Diversos estu-dios muestran cómo estos espacios de-vienen un factor de seguridad al cultivarla organización social y un sentido deorden.

Es importante, pues, que existancentros de culto, de lo cual se derivantres exigencias políticas:

1. Regulación positiva de las condi-ciones para erigir centros de culto y evi-tar así una dudosa clandestinidad.

2. Adecuada planificación de las do-taciones y equipamientos en los barriosque incluyan espacios para el culto y laacción socio-cultural de las distintas re-ligiones para evitar su segregación so-cio-espacial.

3. Fomento de proyectos inter-con-fesionales y de relación entre las diver-sas comunidades religiosas para refor-zar la cohesión social desde el respeto

al pluralismo religioso. No olvidemosque el artículo 16 de la ConstituciónEspañola, que garantiza la libertad reli-giosa y de culto, se enmarca en el obje-tivo último de esta cohesión social y te-rritorial.

Las comunidades religiosas debenfomentar la cohesión social que no seráposible sin la sensibilización adecuadade toda la sociedad. La población inmi-grante tiene que pensarse en una socie-dad distinta a aquella de la que procede.Los creyentes de unas y otras religionestendrán que aprender a vivir con fideli-dad a su fe, en contextos distintos ycambiantes. Y la población tendrá queasumir que la España del futuro no seráni la española tradicional, ni la musul-mana de un sector de inmigrantes.

No podemos pensar ya más en unaminoría que diluya su identidad para serabsorbida por la mayoría. La políticaasimilacionista, en la que el inmigrantepierde toda su identidad, está condena-da al fracaso y será germen de conflic-tividad en el futuro (véanse los sucesosde Francia de 2005, en los barrios peri-féricos). Asimismo, tampoco podemospensar en una minoría que rehúse su in-tegración social, sus canales de comu-nicación, su participación en un proyec-to común con creyentes de otrasreligiones y con no creyentes, con per-sonas procedentes de países muy diver-sos, y con otras que cuentan por gene-raciones su arraigo en España.

La cohesión social no es una cues-tión abstracta. Es necesaria la apertura aun conocimiento y aprecio por las tra-diciones culturales locales. Uno de losindicadores de una sociedad integradaes que se dé algún modo de participa-

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ción de los inmigrantes en las formascelebrativas tradicionales que expresanel alma de un país determinado. Y a suvez, la población inmigrada debe poderaportar sus formas celebrativas propiasal patrimonio cultural del país de acogi-da. No se trata de poner un mero “acen-to” en las formas tradicionales. En lamedida que un musulmán felicite laNavidad a su vecino cristiano y, éste, asu vez, le felicite el Ramadán, podemosdecir que vamos avanzando en estosprocesos de integración social.

Se dice también que hay formas re-ligiosas incompatibles con nuestro sis-tema de valores y de normas de convi-vencia democrática, para acusar alIslam. Pero hemos de matizar y afinareste prejuicio. Para ello, es preciso teneren cuenta que en el seno de cada reli-gión hay corrientes diversas. Unas soncompatibles y otras incompatibles conel sistema democrático. Algunas tradi-ciones religiosas tendrán que hacer unaverdadera “revolución” respecto a sumanera histórica de concebir la socie-dad, la política y sus relaciones con loreligioso, pero en todas existen hoy co-rrientes que marchan en esta dirección.Es cierto también que para alcanzar unasociedad cohesionada, es necesaria laaceptación de aquellos valores funda-

mentales de nuestra sociedad que, almenos aquí, tienen pleno sentido huma-nizador. Los valores democráticos, la li-bertad religiosa, la igualdad entre hom-bres y mujeres, por ejemplo,constituyen elementos irrenunciables ennuestra sociedad occidental.

En resumen, la asunción del sistemade valores y normas democráticas esasunto de cada persona, ciudadano ociudadana, y a la vez el resultado de unlargo proceso de diálogo social. De ahíla importancia de que los centros deculto y las comunidades religiosas fo-menten esta asunción y transmisión delsistema de valores democrático. Paraello, se requiere un cierto liderazgo in-telectual que ayude a integrar el siste-ma de valores democrático en su tradi-ción religiosa viva, para enriquecersemutuamente.

Los discursos que elaboran las co-munidades islámicas, hacia fuera ytambién hacia dentro, mostrarán si em-pieza a configurarse un liderazgo inte-lectual. Es importante, en este sentido,cómo se plantean la formación de losque tienen la responsabilidad de orien-tar ética y religiosamente al conjunto demusulmanes.

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Las migraciones son, en buena me-dida, una de las consecuencias del bajonivel de desarrollo económico de los pa-íses emisores de migración. El bajo des-arrollo económico unido la falta deoportunidades y garantías de estos paí-ses son los factores principales que “ex-pulsan” a muchos de sus ciudadanos. Ysi las personas migrantes no son los res-ponsables del subdesarrollo de sus paí-ses, sino víctimas del mismo, no es “jus-to” hacerles responsables del desarrollode sus países.

Además, el subdesarrollo económi-co de los países emisores de migraciónobedece a un conjunto de causas políti-cas, económicas y sociales complejas,tanto internas como externas. Por con-siguiente, si se quiere revertir la situa-ción de subdesarrollo, hay que actuarsobre estas causas.

Al co-desarrollo hay que darle, portanto, la importancia que tiene, en sujusta medida: ni sobreestimarlo, comose hace desde determinados ámbitos, nisubestimarlo sin valorar las oportuni-dades que la migración aporta en rela-ción al desarrollo.

El co-desarrollo se refiere a la con-tribución de los inmigrantes en el des-arrollo económico, político y social desus países de origen, a través del ejerci-cio de una ciudadanía trasnacional. Seha de considerar, por tanto como unacontribución, no como el motor princi-pal del desarrollo de estos países que co-rresponde a sus propios gobiernos. Elobjetivo del co-desarrollo es crear y fa-

cilitar las condiciones para que las opor-tunidades de desarrollo que representanlas migraciones se materialicen de laforma más óptima, aminorando tam-bién, en la medida de lo posible, las con-secuencias negativas que todo procesomigratorio conlleva. No podemos portanto confundir oportunidad con res-ponsabilidad.

Veamos el ejemplo de las “reme-sas” o las cantidades de dinero que en-vían los inmigrantes a sus países deorigen.9 Se dice que los inmigranteshan de invertir las remesas en proyec-tos que generen empleo y riqueza, y nodestinarlos exclusivamente al consu-mo privado. ¿Por qué le pedimos al in-migrante lo que no hacemos los au-tóctonos? ¿Qué pensaríamos sialguien nos dijera lo mismo? Más aún,si tenemos en cuenta la situación devulnerabilidad en que se encuentra elinmigrante y su familia en el país deorigen. El objetivo del co-desarrollo escrear las condiciones técnicas, fisca-les, administrativas, crediticias, de se-guridad y confianza necesarias paraestimular al inmigrante que tenga vo-luntad, y esté en condiciones para ello,a invertir sus ahorros en actividadesproductivas que generen riqueza en elpaís de origen.

En resumen, no demos al co-des-arrollo más importancia de la que tie-ne, ni hagamos de él el eje principal delas políticas de cooperación, pues ental caso nos equivocamos en el enfoque

13. Se dice que el desarrollo de los pueblos del Sur es responsabilidad delos inmigrantes. ¿Es eso el co-desarrollo?

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global del problema del subdesarrolloy desviamos la atención de las princi-pales causas del mismo y de sus solu-ciones. Y por otra parte, no carguemos

en exceso sobre las espaldas del inmi-grante responsabilidades que concier-nen en mayor medida a los gobiernosy sus administraciones.

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Las migraciones pueden tener rela-ción con el desarrollo. No podemos im-poner que deban tener relación con elmismo. De hecho, existen cuatro posi-bles puntos de vista que pueden expre-sar la interacción existente entre migra-ciones y desarrollo:

– A más migración, más desarrollo(vía remesas, por ejemplo).Normalmente esta tesis la mantienen lospaíses emisores de inmigrantes, cuandopiensan en los flujos de remesas.

– A más migración, menos desarro-llo. También defendida por los paísesemisores, que ven la principal desven-taja de la inmigración en la pérdida decapital humano. Aquí entra de lleno lacuestión de la fuga de cerebros.

– A más desarrollo, menos migra-ción. Esta idea es sostenida por los paí-ses receptores, pues suelen considerarque desarrollando los lugares de origen,se frenará la amenazadora avalanchamigratoria. El fomento del retorno, des-de los países receptores, entra en esteapartado.

– A más desarrollo, más migración.Tesis que también defienden los países

receptores. Como las migraciones ge-neran desarrollo, las opciones de movi-lidad serán cada vez mayores.Argumento utilizado como excusa parajustificar el cierre de fronteras.

Esta cuestión dista mucho de estarresuelta. De hecho, existen abundantesestudios que avalan cualquiera de lascuatro hipótesis. En cualquier caso, loque sí resulta evidente es que las migra-ciones, tal y como se presentan en la erade la globalización, pueden tener un pa-pel importante en el despegue económi-co y no sólo de las economías de desti-no.

Esta es la visión que ofrece el co-desarrollo, entendido como el conjuntode acciones que vinculan el vivir tras-nacional con procesos de desarrollo hu-mano y local, a partir de una red am-pliada de actores en la que los grupos demigrantes tienen un papel protagonistapara promover el beneficio mutuo.

Deberíamos destacar, de esta defini-ción, la idea del beneficio mutuo, perodesde el protagonismo de los migrantes.Lo cual implica claramente que el co-desarrollo en ningún caso debe tomarse

14. Se dice que el co-desarrollo tiene que ver con el retorno de la pobla-ción inmigrante a sus países y con la detención de la fuga de cerebros.¿Qué relación deben tener las migraciones con el desarrollo?

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como excusa para frenar la migración,ni para acrecentar el colonialismo eco-nómico, pues no caben a priori las posi-ciones asimétricas.

Otra cuestión importante es la redampliada de actores. Se trata de involu-crar al mayor número de participantesposibles: estados, migrantes, ONGs,...lo cual resulta lógico, en tanto en cuan-to el fenómeno de las migraciones in-ternacionales ha alcanzado tintes globa-les. Un papel importantísimo en esteelenco de actores lo pueden desempeñarlos estados, tanto de origen como deemisión, pues de ambos depende unaimportante parte de la gestión de los flu-jos y de sus consecuencias.10

En cuanto a las posibles prácticasde co-desarrollo, se pueden clasificarde la siguiente manera: económicas(remesas, empresas), ideológicas (for-

mación de líderes, incidencia política),culturales (fomento del folklore, lite-ratura, arte), de conocimiento (forma-ción, intercambio, recuperación de ce-rebros).

En resumen, la relación entre las mi-graciones y el desarrollo no es unívoca,y depende de cómo se orienten las polí-ticas. En las políticas de co-desarrollodeben pesar tanto una idea del benefi-cio mutuo de las migraciones para lassociedades de destino y de acogida, co-mo el respeto al protagonismo de los in-migrantes y sus organizaciones. No haypolíticas de codesarrollo sin potenciarredes ampliadas de actores que inter-vengan en iniciativas de desarrollo. Ylas prácticas de co-desarrollo puedenser de diversos órdenes: económico,ideológico, cultural o de conocimiento.

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Aquí termina este ejercicio de refle-xión del SJM-España que hemos queri-do compartir. Sin embargo, esta argu-mentación no cierra el debate. A lo más,aporta con sencillez algunas pistas paracontinuar profundizando sobre la inmi-gración extranjera en España y sobre lasociedad que entre todos estamos cons-truyendo. Tal ha sido nuestra pretensióny nuestro deseo. Por ello, al llegar al fi-nal de estas páginas, nos gustaría invi-tar a la sociedad y a nuestros lectores aseguir preguntando, seguir argumentan-do y seguir respondiendo. Seguir dialo-gando, en definitiva.

Evidentemente, en este Cuaderno nohemos pretendido abordar todas lascuestiones que surgen en torno a las mi-graciones, ni tampoco agotar todos losposibles enfoques. Por ejemplo, es po-sible que algún lector eche de menos untratamiento más detallado de las segun-das y terceras generaciones, de los di-versos modelos de integración, de lasproblemáticas asociadas al acceso a lavivienda o de asuntos directamente re-feridos a la familia migrante trasnacio-nal. La limitación de espacio explica ta-les ausencias, pero esperamos que lodicho en estas páginas ayude a iluminaresos y otros aspectos relacionados conlas migraciones contemporáneas.

Sí nos parece importante cerrarnuestra reflexión aludiendo a otra limi-tación propia del enfoque adoptado. Alresponder a los tópicos y cuestionesplanteadas, hemos situado nuestro ejer-cicio de argumentación dentro de lo quepodríamos llamar el “discurso de la ca-lle”. Al hacerlo así, somos conscientesde haber aceptado los enfoques domi-nantes, que subordinan el tratamientodel fenómeno migratorio a la situaciónnacional de empleo y, en definitiva, a lalógica del Estado-nación. Sin embargo,hubiera sido posible adoptar un enfoquealternativo que subrayase la irrupciónde la ciudadanía global como reclaman,por ejemplo, el Foro Social Mundial delas Migraciones y la Doctrina Social dela Iglesia. En palabras de Juan Pablo II“la pertenencia a la familia humanaotorga a cada persona una especie deciudadanía mundial, haciéndola titularde derechos y deberes”.11 No es el mo-mento de analizar cómo se puede arti-cular esta ciudadanía mundial en unmarco jurídico concreto, pero sí de afir-mar la inviolable dignidad de cada per-sona, de recordar el doble derecho fun-damental a emigrar y a no tener queemigrar, y de animar al compromiso pa-ra que dicha ciudadanía y dichos dere-chos sean realmente efectivos.

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CONCLUSIÓN

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1. En los últimos 35 años se han producido 26 pro-cesos de esta naturaleza en Europa(http://www.20minutos.es/noticia/4866/0/regularizacion/inmigrantes/criticas/).

2. En estos momentos se encuentra “congelada”, ainstancias del PSOE; una propuesta de LeyOrgánica cuyo texto aparece en el BoletínOficial de las Cortes Generales, de 28-09-2007.

3. En el Informe Derechos Humanos en la FronteraSur 2006 (APDHA, 2007) se estima en 7000personas el número de desaparecidos en elcruce de dicha frontera, habiendo sido halla-dos 1167 muertos, 118 personas en la rutaandaluza y 1049 personas en la ruta canaria.

4. http://europa.eu/scadplus/leg/es/lvb/l14542.htm5. En el año 2006 se triplicó el número de deten-

ciones, sin embargo según datos delMinisterio del Interior en el primer semestredel 2007 han descendido un 55%, con 6306entradas por cayucos.

6. Sondeo El Mundo-Sigma Dos, periódico ElMundo, 10/01/2007.

7. Según datos del INE en el intervalo 2003-2006la población extranjera residente legalmenteen España ha ascendido del 4,7% al 9,9% deltotal, estimándose en torno a un millón de per-

sonas más el número de extranjeros en situa-ción irregular en el Estado español.

8. Según datos del Ministerio del Interior en el año2006 el 66% de los detenidos eran españoles -65,3% en el año 2005-, 4,6% de la UniónEuropea y 29,3% de terceros países -29,6% enel año 2005.

9. Según informe del Banco de España, la cifra deremesas enviadas desde España a otros paísesascendió a 6.250 millones de Euros en 2006.

10. Pensar, por ejemplo, que los estados emisoresfavorezcan e incentiven la entrada de reme-sas; o en que existan acuerdos entre estadospara la contratación temporal de trabajadoresregulares; o en que existan programas de for-mación de líderes en países receptores, vin-culados a programas de recuperación decerebros….

11. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada por laPaz de 2005: “No te dejes vencer por el mal.Antes bien, vence al mal con el bien”, n. 6.Para estas y otras cuestiones, se leerá con pro-vecho el libro de Julio L. MARTÍNEZ, SJ,Ciudadanía, migraciones y religión. Un diálo-go ético desde la fe cristiana, San Pablo/Universidad Pontificia Comillas, Madrid2007.

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NOTAS