honor, sexo, fiesta y sociedad s. xvii-xix

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EN BUSCA DE LO COTIDIANO HONOR, SEXO, FIESTA Y SOCIEDAD S. XVII-XIX

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EN BUSCA DE LO COTIDIANO HONOR, SEXO, FIESTA Y SOCIEDAD S. XVII-XIX

Pablo Rodríguez

EN BUSCA DE LO COTIDIANO HONOR, SEXO, FIESTA Y SOCIEDAD S. XVII-X1X

Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas

©Facultad de Ciencias Humanas LIniversidad Nacional de Colombia

JSBN: 8063-11-6

Primera edición: mayo de 2002 Diseño: Nadeyda Suárez M. Diagramación: /Aurora Fandiño C. Montaje, impresión y terminación: Coordinación de Publicaciones Facultad de Ciencias Humanas Edificio de Sociología (205), oficina 222 Telefax:316 5149 Conmutador 316 5000, ext. 16 208 Portada: Jean-Baptistc Debret Acuarela sobre papel, s.f. impreso por. Editora Guadalupe Ltda. Teléfonos: 269 0788, 562 7250

Impreso y hecho en Colombia / Printed and made in Colombia Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propósito, sin autorización escrita de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia

'La vida cotidiana no está fuera de la Historia, es el centro de la Historia".

A. Heller.

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nuevamente.

CONTENIDO

Pág.

Presentación 11

El calor de hogar en la Vieja Villa de la Candelaria de Medellín 17

La sociedad y las formas en la Gobernación de Popayán, siglo XVIII 39

La vi ría cotidiana en la región suroccidental colombiana, siglos XVIII-XX 65

Familia y vida cotidiana en Cartagena de Indias, Siglo XVIII 93

La fiesta de toros en Colombia, siglos XVI-XIX 111

Retratos de familia: Imágenes visuales del entramado social 131

Amor y magia amorosa: Los conjuros de amor

en el Nuevo Reino de Granada 147

La magia amorosa en Brasil y México coloniales 159

Historia de un amor lesbiano en la Colonia 169

Antonia Cabanas: una beata doméstica 175

Hablando del honor:

¿Dónde estaba el de las mujeres coloniales? 185

Las edades de la vida 197

Aspectos del comercio y la vida de los esclavos Popayán 1780-1850 209

PRESENTACIÓN

La historia de la vida cotidiana es una ilusión. Es el sueño, la esperanza, de los historiadores de poder reconstruir los asuntos más ordinarios y corrientes del

pasado. Sin embargo, esa búsqueda muchas veces ha sido incomprendida y censurada como sencilla anécdota. Pero la historia de la vida cotidiana es una indagación significativa, especialmente cuando se la reconoce parte de la historia social y cultural.' Cuando sus obras tratan tanto las situaciones "normales" como los desgarramientos que producen los conflictos y las tensiones de la sociedad. Menos preocupada por la explicación de las convulsiones sociales, la historia de la vida cotidiana gusta describir cómo cambian las costumbres, los comportamientos y los sentimientos de los hombres y las mujeres. Es una historia en la que hechos u objetos, aparentemente sin significación, constituyen la clave de comprensión de la sociedad, de la cultura. En ella, la descripción de una fiesta local o de una ceremonia busca siempre situar el mero evento en el contexto más vasto de una formación cultural. Considerando siempre que las culturas permanecen y cambian constantemente.

Entre las varias revoluciones que esta manera de hacer la historia ha provocado, una muy importante ha sido la de

' Dos reflexiones teóricas importantes sobre la vida cotidiana son: Michel De Certau, La Invención de lo Cotidiano. México: Universidad Iberoamericana, 1996, 2 volúmenes; y Agnes Heller, Sociología de ¡a Vida Cotidiana. Barcelona: Editorial Península, 1977.

En busca de lo cotidiano

redescubrir los sujetos anónimos del pasado, los que viven en la penumbra de nuestra memoria histórica. Más que de poderosos o de héroes, la historia de la vida cotidiana enlaza la existencia de mujeres y hombres de todas las condiciones y edades. Los descubre en los ámbitos del trabajo, de la casa, de la iglesia, de la plaza, de los rincones ocultos. Pero si la historia de la vida cotidiana nombra más y nuevos personajes del pasado: gobernantes, clérigos, comerciantes, artesanos, esclavos, esposas sumisas e insumisas, amantes impenitentes, niños abandonados, místicos y alumbrados, ilusionistas, valientes y temerosos, su mayor virtud es establecer sus relaciones ordinarias. Qué y cómo los une, en unas relaciones siempre cambiantes, jamás sujetas a una única lógica. En este sentido la historia de la vida cotidiana se muestra atenta a observar ciertos rasgos de la dramaturgia presentes en los comportamientos y actitudes públicas: piénsese en los estudios sobre las fiestas de corte, las procesiones, las bienvenidas y los saludos de calle.

La historia de la vida cotidiana advierte una continua fluidez entre la vida pública y la vida privada. Sabe de sus difusos límites. Comprende con qué facilidad las turbulencias de lo público trastornan el aparentemente apacible recinto de lo privado. A su vez, permanece alerta para descubrir la forma como los asuntos privados modelan y definen ias conductas y comportamientos públicos. Historia de antihéroes y antiheroínas, de criaturas ordinarias, la historia de la vida cotidiana es, finalmente, la historia de los pequeños placeres, de los detalles casi invisibles, de los dramas ocultos, de lo banal, de lo insignificante, de las cosas dejadas "de lado".2 Asuntos que son su potencial y su innegable atractivo.

2 Aspectos resaltados por Mary del Priore en "Historia do cotidiano e da vida privada", Dominios da Historia: Ensayos de teoría e metodología. Ciro F. Cardoso y Ronaldo Vainfas (eds.), Rio de Janeiro: Ed. Campus, 1997, pp. 259-274.

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Presentación

Este libro muestra un itinerario de investigación personal. En un inicio mí inclinación hacia los temas de vida cotidiana fue inconsciente, emocional. Luego, esta dimensión del pasado se ha convertido en un propósito. Los ensayos reunidos aquí fueron escritos durante la década de los noventa. Unos fueron escritos para ser leídos en eventos académicos y otros por solicitud de editores amigos. Como resulta comprensible, los estudios de vida cotidiana tienen un marco regional y local, donde se pueden tratar mejor sus personajes y sus asuntos. En este caso, varios ensayos tratan la vida cotidiana en el Valle del Cauca, en Medellín y en Cartagena de Indias. Lugares donde, por cierto, el autor vivió su infancia y su juventud. Otros textos tratan una vida, una relación, un grupo, una edad, una fiesta, un oficio, una práctica, una devoción o una creencia. Unos y otros tienen en común la vida cotidiana colombiana en un período flexible que va del siglo XVII al XIX.

Hoy, no cabe duda, los estudios históricos sobre lo cotidiano en Colombia han tenido una consolidación. Basta observar los títulos de revistas como Historia Crítica, Ciencias Sociales, Historia y Sociedad, Credencial-Historia , el Boletín Cultural del Banco de la República y el Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Su mismo éxito se ha hecho evidente en los temas tratados por las obras ganadoras de los concursos del Ministerio de Cultura. Si el balance historiográfico realizado en La Historia al Final del Milenio (1994) advertía la conveniencia de abordar el estudio de lo social desde la perspectiva de lo cotidiano, un abundante número de tesis de pregrado y posgrado investigaron en los años siguientes aspectos de la cultura y el uso del tiempo libre entre los artesanos y los obreros.3

3 Al respecto ver Mauricio Archila, "Historiografía sobre los movimientos sociales en Colombia, siglo XX", Fabio Zambrano, "Historiografía sobre los movimientos sociales en Colombia, siglo XIX",

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El libro Historia de la vida cotidiana en Colombia, coordinado por Beatriz Castro, elaborado en 1994 y publicado en 1996, constituyó un hito especial en nuestra historiografía. Como obra colectiva tenía el propósito de reunir las exploraciones que distintos autores realizábamos sobre dicha temática, y de suscitar el interés entre los estudiantes y los investigadores. Las bondades del estudio de lo cotidiano se han visto reflejadas también en las distintas obras colectivas sobre Antioquia, Huila y Cauca, como en las biografías de políticos, empresarios y heroínas que se han realizado en los últimos años. En unas y otras, asuntos como la vida familiar, los hábitos, la cultura escolar y las creencias religiosas son asuntos esenciales. Los logros obtenidos hacen que la agenda de investigación siga abierta y, cada vez, en forma más ambiciosa. Ojalá pronto encontremos la inspiración para abordar temas tan inquietantes como la soledad, la amistad, la hermandad, la paternidad o la melancolía.

Las claves del éxito, como las causas de los problemas de la historia de la vida cotidiana, devienen de su imprecisión, de sus vagos contomos y de su escasa teorización. Cuestiones que son comunes a otros campos de la investigación histórica. Lejos de un enfoque que reitera en situarla en el trillado terreno de lo trivial y descriptivo, la historia de la vida cotidiana ha puesto su acento en perspectivas y temas nuevos, que están permitiendo ver nuestro pasado desde otros ángulos. La micro-historia, la historia oral, la del género, la de la familia, la de las representaciones, o más en general la de la "gente corriente",

y Michael Jiménez, "En el taller del historiador; comentario a la historiografía sobre los movimientos sociales en Colombia, siglo XX". Estos tres autores, a su manera, han investigado aspectos de la vida cotidiana de nuestros artesanos, obreros y campesinos. Historia al final del milenio: ensayos de historiografía colombiana y latinoamericana, 2 vols. Bernardo Tovar (editor). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1994.

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Presentación

son algunos de los terrenos en los que se ensaya esta perspectiva, dentro de un amplio abanico temático que algunos prefieren referir como socio-cultural. La historia de la vida cotidiana debe ser considerada como un método, y no como un fin en sí mismo. Es un instrumento que nos permite adentramos en un tipo de planos que corrientemente pasan desapercibidos en las visiones "macro" de la historia. El estudio de lo cotidiano y sus prácticas son un lente a través del cuál podemos descubrir las redes del entramado social; donde lo "obvio", lo "natural", encubren las reglas que rigen los comportamientos y las relaciones sociales.4 Sin embargo, no debería olvidarse que lo cotidiano está poblado de los signos y los símbolos que jerarquizan y reproducen el orden social; como de las resistencias a ese mismo orden.

En la elaboración de estos ensayos he tenido el apoyo afectuoso de muchas personas. De mis compañeros de generación y lides históricas Bernardo Tovar, Margarita Gañido, Beatriz Castro Carvajal, Aída Martínez, Catalina Reyes y Patricia Londoño, he tenido inolvidables manifestaciones de aprecio, además de crítica rigurosa. Mis amigos brasileros Ronaldo Vainfas y Laura de Mello e Souza son fuente permanente de inspiración. Pilar Gonzalbo, del Colmex, Antonio Rubial, de la UNAM, y Rene Salinas, de la Universidad de Santiago de Chile, son auténticos faros latinoamericanos en la investigación sobre lo cotidiano.

Al conformar este libro con textos ya publicados, quiero hacer especial reconocimiento a Camilo Calderón Schrader, editor de la revista Credencial-Historia. Camilo, como buen editor, me animó a estudiar sistemáticamente temas que, en ocasiones, eran

4 Un importante balance sobre la historiografía de la vida cotidiana en Europa y Norteamérica, en Luis Castells (editor), La Historia de la Vida Cotidiana. Madrid: Marcial Pons, edición especial Ayer, 1995.

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En busca de lo eotidiano

sólo una intuición. Antonio Restrepo, historiador enorme y magnífico editor, publicó mis primeros escritos sobre los sentimientos cuando aún no existían los computadores. Antonio falleció lejos de su querido Medellín cuando este libro entraba en prensa, siempre recordaré su intensa inteligencia y su generosa amistad. Para facilitar la lectura de estos textos he obviado muchas citas a pie de página y sólo conservé las absolutamente necesarias.

Finalmente, quiero hacer especial reconocimiento a mis colegas del Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, mi lugar de trabajo. Su estímulo y respeto a la investigación de temas no consolidados en la disciplina fueron definitivos al emprender la escritura de estos ensayos. Abel López Forero, agudo lector y formidable compañero de trabajo, hizo críticas y recomendaciones calificadas para la conformación del libro. Así mismo, Mauricio Archila realizó amables observaciones, parte de las cuales alcancé a incorporar. Con los estudiantes de pre y posgrado tuve la fortuna de poder compartir en un clima de grata convivencia académica los temas tratados en este libro.

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