forum 4 - crime society (spanish)

8/14/2019 Forum 4 - Crime Society (Spanish)

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Volumen 4, nmeros 1 y 2, diciembre 2004

Terrorismo y delincuencia organizada

La economa del terrorismo

La nueva economa del terrorEstadsticas sobre el terrorismo

Deteccin temprana de campaas terroristas

Actividades antiterroristas de la ONUDD

El Comit contra el Terrorismo y la Resolucin 1373

(2001) del Consejo de Seguridad

Haciendo frente a las amenazas terroristas

contra acontecimientos importantes

SOBRE EL DELITO Y LA SOCIEDAD


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OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS

CONTRA LA DROGA Y EL DELITO

FORO SOBRE EL DELITO Y LA SOCIEDAD

Volumen 4, nmeros 1 y 2, diciembre de 2004

Editor invitado

ALEX P. SCHMID

Terrorismo y delincuencia organizada

Aspectos econmicos del terrorismo

La nueva economa del terror.

Estadsticas sobre el terrorismo

Deteccin temprana de campaas terroristas

Examen de las actividades de lucha contra el el terrorismo de la ONUDDEl Comit contra el Terrorismo y la Resolucin 1373 (2001) del Consejo de Seguridad

Haciendo frente a las amenazas terroristas contra acontecimientos importantes

NACIONES UNIDAS

Nueva York, 2006


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PUBLICACIN DE LAS NACIONES UNIDAS

Nmero de venta: S.05.IV.8

ISBN 92-1-330194-4

ISSN 1020-9263

Las opiniones expresadas en los artculos que se publican en el Foro son de los autoresy no reflejan necesariamente las de la Secretara de las Naciones Unidas. Las designa-ciones utilizadas y la presentacin del material en esta publicacin no implican la expre-sin de ninguna opinin por la Secretara de las Naciones Unidas acerca del estatuto jurdico de cualquier pas, territorio, ciudad o zona, o de sus autoridades, ni acerca dela delimitacin de sus fronteras o lmites.


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NOTA DE LA JUNTA EDITORIAL

ElForo sobre el Delito y la Sociedades una publicacin de venta de las Naciones Unidaseditada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que estbasada en Viena. Aparece en los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas, que sonel rabe, el chino, el espaol, el francs, el ingls y el ruso.

El presente nmero del Foro est consagrado al tema del terrorismo. Es el quintonmero del Foro que se va a publicar y que se distribuir ampliamente entre lectoresmuy diversos. El primer nmero (volumen 1, nmero 1, febrero de 2001) se dedicabaal resultado del Dcimo Congreso de las Naciones Unidas sobre la Prevencin delDelito y Justicia Penal, que tuvo lugar en Viena del 10 al 17 de abril de 2000. Elsegundo nmero (volumen 1, nmero 2, diciembre de 2001) se dedic al tema de ladelincuencia organizada. El tercer nmero (volumen 2, nmero 1, diciembre de 2002)trataba de la corrupcin, mientras que el cuarto (volumen 3, nmeros 1 y 2, diciembrede 2003) se centraba en las tendencias del delito.

La revista Foro est disponible en ingls en el espacio Web de la ONUDD:(http://www.unodc.org/unodc/crime_cicp_publications_forum.html).

DIRECTRICES PARA LA PRESENTACIN DE ARTCULOS

La Junta editorial invita a acadmicos y expertos de todo el mundo a contribuir al Forocon artculos sobre cuestiones criminolgicas y sociojurdicas. Los artculos presenta-dos para su publicacin tienen que ser originales, es decir, no se han publicado en

ningn otro lugar. La longitud de los manuscritos que se tendrn en cuenta para supublicacin como artculos en la primera seccin de Foro no debe exceder de 6.000palabras. Los artculos ms cortos y los comentarios que se presentan para aparecer enla segunda seccin del Foro, bajo el epgrafe Notas y accin, no deben exceder de2.500 palabras. Los manuscritos deben presentarse en papel y, con preferencia, tambinen formato electrnico, y deben ir acompaados del currculum vitae del autor y deun resumen analtico.

Los manuscritos deben atenerse al sistema Harvard de referencias, segn el cual elnombre del autor y el ao de publicacin de un trabajo aparecen en el texto y los

detalles completos de dicho trabajo se proporcionan en una lista de referencias. Todoslos manuscritos, revisiones y correspondencia deben dirigirse a la Editora Gerente deForo, Antoinette Al-Mulla, sea por correo dirigido a la Oficina de las Naciones Unidascontra la Droga y el Delito, Centro Internacional de Viena, Wagramerstrasse 5,apartado de correos 500, 1400 Viena (Austria), o por correo electrnico([email protected]) o fax (+(43-1)26060-5298).

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PREFACIO

Por su propia naturaleza, el terrorismo constituye un ataque contra los principios fundamentales del derecho, el orden, los derechos humanos y la solucin pacficade controversias, que son los cimientos en que se asientan las Naciones Unidas.

Secretario General de las Naciones Unidas, Koffi Annan, 4 de octubre de 2002

En octubre de 2001, el Secretario General estableci el Grupo de Trabajo Normativosobre las Naciones Unidas y el Terrorismo a fin de identificar las implicaciones y lasamplias dimensiones normativas del terrorismo para las Naciones Unidas. En el informeque dirigi al Secretario General en 2002 (A/57/273-S/2002/875, anexo), el Grupo deTrabajo declar lo siguiente:

Sin querer con ello formular una definicin de amplio mbito del terrorismo, sera

conveniente delinear algunas de las caractersticas generales del fenmeno. El terroris-mo, en la mayor parte de los casos, constituye esencialmente un acto poltico. Sufinalidad es infligir lesiones dramticas y letales a personas civiles y crear una atms-fera de terror, generalmente con miras polticas o ideolgicas (sean seculares o religio-sas). El terrorismo es un acto criminal, pero es algo ms que un sencillo acto criminal.Para superar el problema del terrorismo es necesario comprender su naturaleza polticaas como su psicologa y criminalidad bsicas. Las Naciones Unidas tienen que tratarcon ambos lados de esa ecuacin.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que radica en Viena,

se ocupa principalmente de los aspectos de justicia penal del terrorismo. Por consi-guiente, los artculos de este nmero del Foro se centran predominantemente en losaspectos financieros y penales del terrorismo, pero tambin abordan algunas otras cues-tiones relacionadas con su prevencin.

De inters especial son los vnculos entre el terrorismo y otras formas de delito, espe-cialmente la produccin y el trfico de drogas ilcitas. Esa preocupacin ha sido reco-nocida tambin por el Consejo de Seguridad en su resolucin 1373 (2001) del 28 deseptiembre de 2001. Frank Bovenkerk y Bashir Abou Chakra tratan de la cuestin delos vnculos entre el terrorismo y la delincuencia organizada en un nivel conceptual, y

presentan una serie de cuestiones encaminadas a orientar el anlisis del tema.

La discrepancia entre lo poco que cuesta un ataque terrorista y lo onerosas que sonsus consecuencias es un tema que aborda Richard Ward en su anlisis de la economadel terrorismo, centrndose principalmente en el costo de las repercusiones de losataques del 11 de septiembre de 2001.


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Mucho se ha dicho acerca de la necesidad de suprimir la financiacin del terrorismo,pero a menudo no se han obtenido datos empricos sobre la recaudacin de fondosterroristas. Loretta Napoleoni, que es la autora de un reciente e importante estudio

sobre el particular, ofrece nuevos puntos de vista sobre lo que denomina la nuevaeconoma del terror.

El artculo de Alex Schmid titulado Estadsticas sobre el terrorismo: dificultades de ladeterminacin de tendencias globales del terrorismo trata de la obtencin de datos enla esfera de los estudios sobre el terrorismo y sobre la forma en que esos datos nospermite descubrir tendencias emergentes acerca de los perfiles y los mtodos de losgrupos terroristas.

Un requisito previo para la prevencin del terrorismo es la capacidad de anticipar las

campaas terroristas. Ahora bien, se puede prever la emergencia de amenazas terro-ristas? El artculo de Matenia P. Sirseloudi sobre deteccin temprana de campaasterroristas elabora un marco conceptual y propone diversos indicadores prometedorespara la evaluacin de riesgos, respecto de los cuales no se han finalizado an las pruebasestadsticas empricas necesarias.

Los cinco artculos van seguidos por tres notas. En la primera, Jean-Paul Laborde yBrigitte Strobel-Shaw ofrecen un examen de las actividades antiterroristas de la Oficinade las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, y formulan recomendaciones sobrela accin futura, describiendo la labor de la Subdivisin de Prevencin del Terrorismo

de la ONUDD en Viena. A continuacin figura una contribucin de Walter Gher, queanteriormente era portavoz del Grupo de expertos del Comit contra el Terrorismo,sobre el Comit contra el Terrorismo y la Resolucin 1373 (2001) del Consejo deSeguridad. El ltimo artculo de la lista de contribuciones es de Francesco Capp yStefano Betti, y trata de una iniciativa adoptada por el Instituto Interregional de lasNaciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI) conmiras a reforzar la seguridad en acontecimientos como los Juegos Olmpicos, que ten-drn lugar en Turn en 2006, y se titula Haciendo frente a las amenazas terroristascontra acontecimientos importantes: resultado de los cursos prcticos del UNICRI.

Todos los artculos para el presente nmero del Foro sobre cuestiones relacionadas conel terrorismo han sido escritos por los autores a ttulo personal y no representan lospuntos de vista ni las posiciones oficiales de las Naciones Unidas. Los autores son losnicos responsables de sus textos.

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PRIMERA PARTE

Artculos


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*Frank Bovenkerk es professor de Criminologa en el Willen Pompe Institute for CriminalLaw and Criminology de la Universidad de Utrecht (Pases Bajos).

**Bashir Abou Chakra es abogado en activo, miembro del Colegio de Abogados del Lbano,especializado en los aspectos internacionales del delito y la justicia penal.

TERRORISMO Y DELINCUENCIA ORGANIZADA

Por Frank Bovenkerk* y Bashir Abou Chakra**

Resumen analticoAunque desde hace mucho tiempo diferentes comunidades investigadoras efec-

tan anlisis relativos al terrorismo y la delincuencia organizada, hasta el decenio

de 1980 no se descubri que la produccin y el trfico de drogas ilcitas se uti-

lizaban para financiar campaas terroristas; a partir de entonces los investiga-

dores empezaron a asociar simultneamente ambos fenmenos. Ahora bien, la

naturaleza de la relacin entre los dos fenmenos ha sido tema de controver-sia. Mientras algunos autores estiman que entre uno y otro fenmeno no sola-

mente hay vnculos estrechos sino que son convergentes, otros son ms

escpticos, destacando el hecho de que constantemente se hace referencia a

un nmero relativamente pequeo de grupos que hasta ahora han sido objeto

de pocas investigaciones a fondo. Los autores estiman que la controversia debe

zanjarse mediante investigaciones empricas muy detalladas. Para resolver esa

cuestin, han formulado diez preguntas fundamentales que deben explorarse

en esa investigacin.

INTRODUCCIN

A la delincuencia organizada y al terrorismo se les considera por lo gene-ral como dos formas diferentes de delito. Se suele estimar que la delin-cuencia organizada tiene por principal finalidad la obtencin de unbeneficio econmico y la adquisicin de una proporcin lo mayor posible

del mercado ilegal, mientras que del terrorismo se dice que est princi-palmente motivado por objetivos ideolgicos y por el deseo de conseguirun cambio poltico. El trmino terrorismo no se menciona en absolutoen el manual de Abadinsky sobre delincuencia organizada [1], mientras quePaul Wilkinson declara en Terrorismo poltico: excluiremos de nuestra topo-loga el terrorismo criminal, que puede ser definido como la utilizacinsistemtica de actos de terror a fin de alcanzar objetivos de gananciamaterial privada[2]. Como resultado de esa distincin entre delincuencia


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4 Foro sobre el Delito y la Sociedad, vol. 4, nms. 1 y 2, diciembre 2004

organizada y terrorismo, han surgido dos cuerpos separados de literaturacriminolgica. Las investigaciones sobre cada uno de ellos se basa enprogramas diferentes y la informacin acerca de cada uno se proporciona

en cursos diversos. Sea lo que fuere, lo que han descubierto los especia-listas de la investigacin penal que han analizado ambos fenmenos tiendea mantenerse con carcter confidencial y sus conocimientos y puntos devista no se difunden ampliamente.

Una hiptesis de convergencia

En los dos ltimos decenios se ha sugerido que quiz haya algunos vnculosentre los dos fenmenos, comenzando con el uso de la expresin narco-terrorismo en el decenio de 1980, cuando se descubri que el trfico dedrogas se utilizaba tambin para promover los objetivos polticos de algunosGobiernos y de algunas organizaciones terroristas. Los terroristas aprove-chaban con placer toda oportunidad de decir que lo que estaban hacien-do era algo poltico, escribe Rachel Ehrenfeld, mientras que a los traficantesde drogas se les ha considerado siempre como pura y sencillamentecriminales: cuando los dos fenmenos se combinan, las organizaciones

terroristas obtienen beneficios del comercio de drogas sin prdida decondicin social, y los traficantes de drogas que han forjado una alianzacon terroristas resultan ser ms formidables y ganan en contenidopoltico[3]. Esa nocin ha sido adoptada ahora por diversos autores.Aunque se trata de fenmenos distintos que no deberamos confundir,escribe Alex Schmid en un artculo sobre el particular, hay vnculos yhay cierto denominador comn[4:40-82].

En algunos libros sobre esos dos fenmenos se hace tambin referencia a

otras formas de delito. En Organized Crime, Michael Lyman y Gary Potterdedicaron un captulo especial al terrorismo y pusieron de relieve que losprogramas polticos y la motivacin econmica pueden ser variables con-currentes en muchos actos de terrorismo[5]. En The New Terrorism, WalterLaqueur incluy todo un captulo acerca de la colaboracin entre los dosfenmenos porque en algunos casos se ha producido una simbiosis entreterrorismo y delincuencia organizada que antes no exista[6].

El 28 de septiembre de 2001, menos de tres semanas despus de los

dramticos acontecimientos del 11 de septiembre en Nueva York yWashington, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adopt unaresolucin de amplio mbito sobre la lucha contra el terrorismo (resolu-cin 1373 del Consejo de Seguridad, del 28 de septiembre de 2001) en lacual mencion con inquietud la estrecha relacin entre terrorismo


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internacional y delincuencia organizada transnacional, drogas ilcitas, blan-queo de dinero, trfico de armas ilegales y desplazamientos ilegales de mate-riales nucleares, qumicos, biolgicos y otros materiales que pueden ser

letales. A pesar de ello sigue siendo poco claro en qu consista exacta-mente esa estrecha relacin y es preciso seguir estudiando la cuestin.En un documento de conferencia, Alex Schmid sugiere que quiz hayarelaciones que revisten la forma de asociaciones, alianzas, cooperacin, con-fluencia, convergencia o simbiosis [7: 191]. Algunos analistas incluso hansugerido la posibilidad terica de que, en determinados casos, el terroris-mo se pueda transformar en delincuencia organizada y viceversa [8, 9, 10].Otros consideran incluso la posibilidad de que el terrorismo y la delin-cuencia organizada pueden converger ntegramente y convertirse en unasola cosa [11: 22-24]. Tamara Makarenko ha desarrollado un interesanteesfuerzo de clasificacin y ha colocado diversos tipos de convergencia a lolargo de una lnea continua, con la delincuencia organizada en un extre-mo y el terrorismo en el otro [12]. Eso suscita la siguiente pregunta: dequ forma una organizacin clandestina especfica se convierte de un tipoen el otro?

Los autores mencionan a menudo repetidamente los mismos ejemplos,

como el de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), elSendero Luminoso del Per, los guerrilleros de Chechenia, el Grupo deAbu Sayaf en Filipinas y el Movimiento Islmico de Uzbekistn. Essorprendente que la mayor parte de los autores no hayan podido propor-cionar un anlisis emprico a fondo de cualquiera de esos casos, y que laspruebas citadas nunca van mucho ms all que un buen artculo de losmedios informativos. Esto no se dice con la intencin de subestimar albuen periodismo, pero lo cierto es que incluso los buenos periodistas aveces no plantean las cuestiones analticas adecuadas por falta de un marco

analtico adecuado.

Algunos especialistas de la delincuencia organizada o del terrorismo dudande que existan realmente claras relaciones entre una y otro. Mark Galeottiha hecho observar que hasta ahora, los temores de que haya alianzas inter-nacionales entre terroristas y delincuentes han resultado ser exagerados yLouise Shelley sugiere que los vnculos entre terroristas y delincuentesorganizados son mucho menos frecuentes que los vnculos entre los delin-cuentes organizados y los polticos [7: 203, 197]. Robin Naylor encontr

algunos ejemplos de alianzas oportunistas entre los dos [13: 56-57]. Enrealidad, algunas organizaciones de guerrilleros o algunos de sus militan-tes no son otra cosa que sencillos delincuentes. Un anlisis ms detalladolleva a la conclusin de que algunas alianzas supuestas a menudo resultanser solamente efmeras o, segn ha dicho Naylor, al final de su cooperacin

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los dos grupos suelen acabar en lados opuestos de las barricadas. Essorprendente que la mayor parte de los autores no puedan presentar anlisisde fundamento emprico para demostrar su caso. Lo que hacen no es

mucho ms que formular adivinanzas bien presentadas.

Quin tiene razn? En el presente artculo se procura en primer lugar estu-diar las consideraciones tericas presentadas por los militantes de las tesisde confluencia o convergencia (son los que siempre creen ver vnculos msestrechos entre los dos fenmenos o incluso una transformacin del unoen el otro, una metamorfosis). No basta con demostrar, como se suelehacer por lo general, que hay analogas estructurales entre los dos tipos dedelitos. Tambin es necesario comprender los mecanismos que les permi-ten trabajar en consonancia. En segundo lugar, los argumentos de losautores que niegan la existencia de cualquier tipo de relacin (nexo) o queno estiman que, si lo hay, sea importante, se estudiarn tambin. Esto noslleva a la cuestin si esos vnculos o fusiones existen de determinarcul de los dos fenmenos emerger ms probablemente a la larga comotipo dominante. Cuando de lo que se trata es de luchar contra ese nuevofenmeno, la respuesta a esa pregunta reviste importancia primordial. Enuna corta seccin final, se formulan diversas preguntas centrales que deben

desempear un papel en la investigacin emprica.

Por qu tiene que haber vnculos o incluso metamorfosis?

Algunos hechos polticos y econmicos han impulsado al terrorismo y a ladelincuencia organizada, al territorio del otro. Hay tambin cierto nmerode claras analogas estructurales que parecen indicar que la colaboracinsera beneficiosa para los dos. Adems, los dos tipos de organizacin cabe

suponer que atraen al gnero de tipos de personalidad que reconcilian losdos tipos de actividad criminal. A continuacin se tratar brevemente deesos tres grupos de factores.

En primer lugar est la cuestin de la globalizacin. En esta era de inter-accin global acelerada, la delincuencia organizada transnacional y el terro-rismo internacional estn floreciendo. Hay millares de organizacionescriminales y centenares de organizaciones terroristas en el mundo. HennerHess, que ha efectuado investigaciones sobre el terrorismo y sobre la Mafia,ha hecho observar: Cuando pienso ahora en los tiempos de las BrigadasRojas, de la Banda de Baader-Meinhof, de los Weathermen, en toda lagama de fenmenos que estudiamos como terrorismo hace 20 aos, nopuedo evitar un sentimiento de nostalgia: la mayor parte del terrorismo eraentonces un movimiento provinciano [14]. Phil Williams y Roy Godson,


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en un artculo sobre la delincuencia organizada en nuestros das y compa-rndola con la situacin de otros tiempos, concluyeron que haba alcan-zado niveles en el mundo posterior a la Guerra Fra que han sorprendido

incluso a los observadores ms cautelosos [9: 311]. El mundo se haabierto, las fronteras casi se han borrado o no estn ya tan bien guardadas,el mercado est globalizado, las fusiones financieras y comerciales y la des-regulacin de la intervencin estatal brindan nuevas oportunidades, latecnologa de las comunicaciones ofrece nuevas posibilidades tecnolgicasque no caba prever, y la migracin en gran escala a travs del mundo hacreado nuevas comunidades de emigrantes y de refugiados que puedenservir de bases de reclutamiento y de lugares de escondite [11: 22-24].

Autores como Makarenko y Thamm, que son partidarios de la tesis de laconvergencia, encuentran una analoga entre la persona que comete undelito y la persona que hace explotar una bomba. Las dos tienen unenemigo comn: el Estado en general, y sus organismos de represin legalen particular. Los dos tipos de criminales tienden a operar de formaclandestina, desde la esfera del hampa, y pueden utilizar infraestructurasiguales o similares para sus actividades y a menudo las mismas redes decorrupcin y de delito de guante blanco. Los dos pueden utilizar el mismo

tipo de tctica: se dedican al contrabando transfronterizo, al blanqueo dedinero, a las falsificaciones, a los secuestros, a la extorsin y a diversostipos de violencia.

Sus caminos se cruzan y les ayudan o someten uno al otro, lo que haceque cada uno de ellos dependa del otro. La delincuencia organizada trans-nacional puede utilizar los instrumentos de poder de la delincuencia polticapara crear el contexto social y econmico que hace factibles sus activida-des beneficiosas. Por otra parte, los terroristas necesitan financiacin para

llevar a cabo sus propios programas. Cuando los grupos terroristas sontodava pequeos, no requieren muchos recursos, pero cuando crecen y seconvierten en grupos insurgentes o de guerrilleros que aspiran a controlaruna regin de mayor superficie, entonces sus necesidades aumentan [13].

El final de la Guerra Fra, la existencia de Estados dbiles o que inclusohan fracasado, el aumento del nmero de Estados nuevos fantasmas o queobran por delegacin, no son ms que unos cuantos de los cambios polticosque ofrecen nuevas oportunidades para las organizaciones del mundo del

hampa. El final de la Guerra Fra signific en muchos casos el final delpatrocinio de las organizaciones terroristas por Estados a travs de agentesde uno de los dos bloques de poder. Algunas organizaciones no tuvieronms remedio que buscar nuevas fuentes de financiacin, lo que, en muchoscasos, significaba sea participar ellas mismas en actividades de delincuencia


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organizada, sea recurrir a la extorsin para obtener dinero de organizacionesdelictivas o de negocios perfectamente legtimos por conducto del impues-to revolucionario [4: 69].

Los Estados considerados como dbiles se caracterizan por un controlestatal limitado, y caen fcilmente en manos de la delincuencia organizada Colombia y Sicilia son dos buenos ejemplos pero tambin puedenser objetivo de los terroristas. Los Estados de frica que no han tenidoxito (Liberia, Sierra Leona, Somalia) o los de Asia (Afganistn) hanhecho posible que la delincuencia organizada trabaje con cleptcratasnacionales o con seores de la guerra locales que despojaron a sus pases

de diamantes, oro, maderas preciosas tropicales, especies exticas deanimales, etc. La diferencia entre terrorismo y delincuencia organizada seoscurece an ms cuando los seores de la guerra utilizan tambinmtodos terroristas.

Estn surgiendo nuevas formaciones econmicas que apenas prestanatencin a las fronteras nacionales. Siguen su propia lgica de desarrolloterritorial en forma de Estados fantasmas. Un autor los denominasoberanos por delegacin [15], mientras que otro habla de ellos como

Estados caparazn [16]. Por lo general se mantienen al margen de todapublicidad y proporcionan armas, mercenarios y productos de lujo a algunasde las economas ms inestables del mundo y a regiones polticas margi-nales. Ese tipo de configuraciones colabora con empresarios polticosambiciosos que aspiran al poder econmico y al control poltico.

Algunas de las analogas estructurales entre los grupos de la delincuenciaorganizada y los grupos terroristas son verdaderamente sorprendentes. Los

investigadores de la delincuencia organizada recalcan a menudo que pocosgrupos organizados clsicos, con estructura burocrtica y piramidal en granescala, existen todava en el mundo del hampa actual. Los estudios sobreel terrorismo destacan que las redes y estructuras celulares, ms bien quelas organizaciones de gran magnitud, estn convirtindose poco a poco enla norma.

A pesar de ello las expresiones delincuencia organizada y terrorismose refieren a una gama de actividades delictivas y de violencia poltica muydiversas. Por una parte, hay grupos que organizan el delito por mediode la violencia privada o de la amenaza de la violencia privada, cuyo delitoconsiste principalmente en extorsiones organizadas. Su papel es proporcionarun ambiente seguro para firmar contratos de negocios, a fin de asegurarsede que los acuerdos se respetan y que las controversias entre asociados


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comerciales se zanjan. Desempean ese papel en lugares en los que elEstado ha dejado parcial o enteramente de garantizar los contratos, comoSicilia [17] o la Federacin de Rusia posterior a 1989 [18, 19]. Tambin

participan activamente en esferas en las que el Estado de facto ha retira-do su propia influencia (la venta de alcohol, drogas o pornografa y el sumi-nistro de locales para la prostitucin o el juego). Ese tipo de delincuenciaorganizada domina todas las actividades ilegales y algunas de las activida-des legales en un territorio determinado, trtese de un pas, una regin ouna zona vecina, y tiende a establecer una posesin monopolstica [20].Tambin, como sucede con algunas actividades de la Federacin de Rusia,reviste la forma de organizacin jerrquica.

Tambin hay un tipo diferente de delincuencia que est vinculado a la pro-duccin, el contrabando y la venta de servicios y productos ilegales; eltrfico de drogas o de armas, el contrabando de personas, el trfico deseres humanos, especialmente mujeres, los prstamos en condiciones deusura aguda, el comercio de especies exticas de animales y de maderastropicales, el vertimiento de desechos txicos, etc. Las organizaciones queparticipan en esas actividades carecen de aspiraciones territoriales y tienenmotivos suficientes para no cruzarse en su camino con las autoridades y

sus instituciones de represin legal. Esas organizaciones comerciales delic-tivas son mucho ms numerosas que las ramas de la Mafia, las tradas oel Yakuza (que son predominantemente ejemplos de la primera categora).Ahora bien, no son empresas estables y organizadas burocrticamente. Msbien consisten en redes de grupos pequeos y flexibles de delincuentes ode clulas. Esa forma flexible de hacer negocios ilegales es funcional en elmundo competitivo y cambiante de la ilegalidad, y hace que sus miembrosresulten menos visibles para las instituciones encargadas de hacer cumplirla ley [21].

Como son tan numerosas las categoras de organizaciones terroristas, huelgadecir que es difcil formular declaraciones generales sobre ellas. Aunque esevidentemente cierto que todos los grupos terroristas tienden a asustar ala gente recurriendo a la violencia extrema en sus esfuerzos por influir enla evolucin poltica, los estudios de grupos terroristas especficos y de susactividades tienden a confirmar la nocin de que las diferencias entre esosgrupos son mayores que las analogas [22]. Los terroristas aspiran a alcanzarobjetivos polticos de extrema izquierda o de extrema derecha, promuevenla causa de las minoras oprimidas, poseen motivaciones religiosas o seesfuerzan por conseguir objetivos singulares (por ejemplo, el Frente parala Liberacin de los Animales y las campaas encaminadas a clausurar lasclnicas que practican abortos).


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Es muy probable que el tipo de terrorismo determine en parte cmo estorganizado y si hay o no hay colaboracin con la delincuencia organizada.Las posibilidades de cooperar con la delincuencia organizada parecen ser

mayores en el caso de organizaciones terroristas de motivacin poltica que,por ejemplo, en el caso de grupos locos. Hay clulas terroristas queoperan en completa independencia, pero tambin que son, o han sido,apoyadas, o incluso totalmente organizadas por Gobiernos (extranjeros).Una hiptesis podra ser que la delincuencia organizada y la labor terro-rista funcionan juntas ms fcilmente si y cuando cuentan con el apoyo,el estmulo o la ayuda de algn tipo de un Gobierno o de partes de unGobierno, como por ejemplo las agencias de inteligencia.

Una caracterstica que las organizaciones terroristas tienen en comn conlos grupos de delincuentes organizados del tipo de organizacin decontrabando antes mencionado, es que no siempre tienen dependenciasestables y bien organizadas; es mucho ms probable que consistan enunidades o conjuntos de unidades autnomas. Autores como V. Tishkovestiman que ese tipo de terroristas resistentes sin jerarqua son un para-digma para el futuro [23]. La mayora de los grupos terroristas nunca supe-ran la fase formativa: la necesidad de estar mejor organizados slo se plantea

si se convierten en grupos insurgentes o en ejrcitos de guerrilleros.

Es evidente que tiene que haber diferencias en la forma de colaboracinentre esas variedades de delincuencia organizada y de terrorismo; unopuede dar por supuesto que es ms provechoso para los terroristas cola-borar con organizaciones de produccin, contrabando y venta que condelincuentes organizados del tipo que organiza el mundo del hampa en suconjunto. Y viceversa: es ms ventajoso para la delincuencia organizadatrabajar con organizaciones sustanciales que realmente ejercen una influen-

cia poltica que con los fanticos solitarios que atacan inesperadamente yque solamente generan un pnico temporal.

Hasta cierto punto, tambin hay cierta analoga en el tipo de persona queparticipa en los dos tipos de delito. Ambos tipos de organizacin tiendena reclutar la mayora de sus miembros en el mismo vvero: segmentos mar-ginales de la poblacin, vctimas de una frustracin social, cultural o pol-tica (teora de la tensin). Ambos tipos de organizacin consisten enpersonas que estn dispuestas a correr riesgos, a disfrutar de las emocio-

nes y la agitacin, y a pasar por alto las normas de una sociedad regular.Puede haber una diferencia desde el punto de vista del trabajo involucrado:los grupos terroristas pueden crear lderes y el mundo de la Mafia puedeproducir personas que posean las necesarias aptitudes operacionales y desupervivencia.


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Adems, los dos grupos poseen en comn un importante impulso: el ansiadel poder. En el primer caso, no parece que eso sea un factor importantede motivacin. La imagen que prevalece del terrorista es la de un fantico

que est dispuesto a sacrificar su vida por un ideal poltico. Si los terroris-tas intervienen en misiones suicidas, descartan las posibilidades de ejercerpoder en este mundo, al menos por lo que se refiere a ellos mismos (perono al grupo). El elemento de poder a menudo no se manifiesta directa-mente en las obras que tratan de las causas profundas del terrorismo. Ahorabien, muchos terroristas, naturalmente, siguen viviendo y no arriesgan inne-cesariamente sus propias vidas. Sus perfiles personales a menudo revelan lomucho que disfrutan de la fama y el poder [24]. No faltan motivos paraque tantos movimientos terroristas hayan sido nombrados segn su ldercarismtico. Michael Ignatieff suscit la cuestin de cmo los terroristaspueden explicar el hecho de que, en nombre de ideales ms altos, violenderechos humanos fundamentales como el derecho a la vida y el derecho ala libertad [25]. A aquellos cuya verdadera motivacin est orientada al pro-vecho y al poder les llama nihilistas oportunistas*. La historia de las vidasde terroristas contemporneos prominentes como Osama Bin Laden o RamziYousef indica que muchos de ellos pertenecen a esa categora, como tam-bin algunos de los lderes de las FARC colombianas, del Ejrcito

Republicano Irlands y de Abu Sayyaf [26]. Tambin es sorprendente quemuchos agentes polticos de nuestros das que viven en Lbano, donde ini-ciaron su carrera como milicianos, se hayan beneficiado tambin del cultivode drogas; es evidente que as han reforzado sus posiciones polticas [3].

El verdadero valor del tema del poder no se ha evaluado todava en laesfera de la delincuencia organizada. Al examinar por qu una persona seadhiere a la Mafia, la primera doctrina que se cita suele ser el deseo dehacerse rica. Sin embargo, despus de estudiar los testimonios de los arre-

pentidos italianos, Letizia Paoli llega a la conclusin de que el ansia depoder, especialmente de poder local, es probablemente siempre un impulsoms importante que el mero deseo de riqueza [27]. Los dirigentes de ladelincuencia organizada pretenden que operan siempre en secreto y queobedecen a su propia regla, que es guardar silencio; sin embargo, un buennmero de memorias autobiogrficas de gangsters revelan lo mucho queellos disfrutaban tambin de la fama y el poder [28].

Esas analogas, hacen ms fcil comprender las conexiones y posibles

simbiosis? Cmo puede explicarse el fenmeno de que el terrorismose convierta en delincuencia organizada y viceversa? Cundo y cmo se

*La expresin original pertenece a Hermann Rauschning, que la utiliz en sus Gesprche mitHitler (Ttulo ingls: The Voices of Destruction (Nueva York, Europa Verlag, 1940)).


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convierten los rebeldes en criminales? O los criminales en rebeldes? Todasesas cuestiones deben abordarse en estudios monogrficos detallados, peroen el presente artculo se sugiere una serie de posibilidades:

a) En los movimientos terroristas y de la delincuencia organizada, loslderes suelen ser personas muy conocidas; en realidad, como bien se hamencionado, los grupos llevan a menudo el nombre de su lder. Qusucede si el lder fallece o es encarcelado? Es posible que la organizacinterrorista degenere en banda de ladrones? Eso parece ser lo que sucedicon el grupo que acaudillaba el lder rebelde uzbeco Juma Namangani, quese cree que falleci en 2001, despus de lo cual su banda se dedic asecuestrar personas para exigir un rescate;

b) Qu sucede cuando los terroristas y sus gentes pierden la raznde ser de su existencia debido a que las autoridades han resuelto elproblema poltico que lo cre? Es posible que se hayan acostumbrado tantoa cierto modo de vivir que ya no pueden renunciar a l. Quiz haya acabadopor gustarles mucho ejercer el tipo de violencia que caracteriza al terroris-mo. Eso parece ser uno de los obstculos ms graves con que se enfren-tan los presidentes colombianos que se esfuerzan por encontrar unasolucin pacfica al problema del terrorismo. Ejrcitos rebeldes como las

FARC y el Ejrcito de Liberacin Nacional se han construido una vidabasada en el dinero que extorsionan por la proteccin de los barones dela droga y por el pago de rescates en caso de secuestro. Algunas seccio-nes de esos ejrcitos quiz se hayan convertido en organizaciones dedica-das al trfico de drogas;

c) Qu sucede con una familia mafiosa que se encuentra en unasituacin muy apurada debido a que las autoridades han tenido xito ensu lucha contra la delincuencia organizada? El barn de la droga PabloEscobar no tena escrpulos para asesinar a polticos, jueces, policas, eincluso a periodistas o en intimidarlos con tcnicas extradas del reperto-rio de los terroristas. La Mafia italiana tambin ha intentado intimidar alas autoridades y prevenir la promulgacin de leyes contra la Mafia hacien-do explotar bombas transportadas en automviles en edificios pblicoscomo la Galera de los Uffizi en Florencia. Algunos criminlogos sugierenque la creacin de un estado general de miedo al terrorismo promueve eldesarrollo de la delincuencia organizada. Eso suena a plausible, pero esverdaderamente cierto?;

d) Tambin existe la posibilidad de que haya una degeneracin gene-ralizada en caso de conflicto armado de larga duracin. Una guerra civilpuede crear una generacin cuyas nicas aptitudes, en los aos que debe-ran marcar la cumbre de su productividad, sean militares; eso es causa deque muy fcilmente se dediquen a actividades criminales para sobrevivir,


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poner la propia persona en candelero por la utilizacin de una violenciadesproporcionada? Las oportunidades que se ofrecen a la delincuenciaorganizada se basan principalmente en la idea de explotar las imperfeccio-

nes existentes en el sistema econmico y moral del Estado (la prohibicinde ciertas sustancias como las drogas, la escasez de personal jurdico malrenumerado, el alto costo del procesamiento de desechos, etc.). Vista desdeesa perspectiva, la delincuencia organizada tiene carcter conservador.Dedicndose a resolver problemas sociales y polticos perdera las oportu-nidades de ganar dinero.

A menudo resulta sorprendente lo fcil que las diferencias ideolgicas sepueden zanjar en el mundo del hampa. Los Turcos Ultranacionalistas, uni-dos con el grupo de los Lobos Grises y los activistas curdos que unieronsus fuerzas con el Partido Obrero del Kurdistn hacan pblicamente galade ser enemigos crueles unos de otros en Turqua, as como en las dis-poras europea y americana. Sin embargo, cuando se presenta la oportuni-dad de pasar de contrabando herona o personas, el mundo del hampa sesiente sumamente dichoso de poder trabajar en unin [30]. En el Lbano,todos los rivales polticos, tanto si son cristianos como si son sunitas, chitas,musulmanes o drusos, han sacado partido del comercio de drogas. Como

quien dice, la guerra entre ideologas diferentes se interrumpe dondecomienzan los campos de cannabis y de adormidera. Hay muchos msejemplos de ese tipo, y lo mismo cabe decir de los lderes de unos y otros.Quiz procedan de sectores sociales diferentes, pero el deseo comn dehacerse con el poder y de apropiarse de la riqueza personal conexa puedenmuy fcilmente dirigir la colaboracin en direccin de la delincuencia orga-nizada predominantemente.

Una minuciosa investigacin emprica podra desempear la funcin de

rbitro decisivo de las cuestiones que aqu se examinan. Despus de sopesarlos argumentos a favor y en contra de la hiptesis de la convergencia, losautores del presente artculo tienden a decantarse a favor de la primeraactitud, a la que consideran ms convincente. Si uno tuviera que especu-lar cul de los dos tipos de organizacin clandestina es probable que des-empee el papel dominante y sobreviva a la otra, una opinin bienfundamentada sera que es menos probable que los seores de la Mafia seconviertan al terrorismo que la posibilidad de que los terroristas decidanllevar la buena vida de los verdaderos criminales. Cuando se trata de saber

cmo reaccionara uno que estuviese expuesto a la tentacin, en el casoque nos ocupa la codicia tiende a ser ms fuerte que la ideologa a la larga.El nuevo grupo hbrido que surgira, un grupo de terroristas criminalesorganizados es probable que sea un grupo de personas que patrocinan,ayudan y/o contribuyen activamente a la actividad terrorista a fin de


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promover sus propios intereses personales, luchando por adquirir ms podery ms riqueza. Desde ese punto de vista, la delincuencia organizada serael resultado de cualquier fusin o unin que pudiera tener lugar. El deter-

minar si esa tesis especulativa queda demostrada por la evolucin presentey futura es cosa que debera ser tema de investigacin.

Un programa de investigaciones

En el presente artculo los autores han recalcado la necesidad de llevar acabo investigaciones empricas acerca de los posibles vnculos entre terro-

ristas y delincuentes, de acuerdo con George Andreopoulos que preconi-zaba que ms que una serie de hiptesis abstractas, el estudio de casosindividuales puede constituir realmente el cimiento de la formacin de unateora [31]. En opinin de los autores, en todos los casos en que se sabeo se supone que hay colaboracin entre terroristas y delincuentes organi-zados, las diez preguntas que figuran a continuacin, basadas en el anlisispreliminar que se acaba de efectuar, podran ser de utilidad como direc-trices para seguir las investigaciones:

1. En qu constelaciones polticas surgen esas formas de colaboracin?2. Qu tipos de delincuencia organizada pueden funcionar fcilmente con

qu variantes del terrorismo? Y qu otros tipos son menos compatibles?

3. Hay pruebas de la intervencin de autoridades nacionales o extranje-ras en lo que se refiere a la promocin de un proceso de colaboracin?

4. Qu caractersticas estructurales de esas organizaciones apuntan haciala convergencia?

5. Qu tipos de alianza y de convergencia se presentan ms frecuentemente?

6. En qu se basa exactamente su colaboracin? Qu es lo que cada unade las dos organizaciones explota en la otra?

7. Cmo se resuelven las diferencias en cuanto a orientaciones respectode valores y antecedentes sociales de los terroristas y los delincuentesconvencionales?

8. Puede demostrarse que hay una analoga clara en cuanto a la formaen que luchan por conseguir el poder?

9. Toda la delincuencia organizada est centrada estrictamente en tornoa la consecucin de beneficios o hay excepciones en las que determi-nadas actividades sirven para adquirir ganancias o botines polticos?


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10. Qu elemento resulta ser dominante a la larga: la motivacin ideol-gica poltica o la motivacin material delictiva?

Referencias

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2. Paul Wilkinson, Political Terrorism (Nueva York, Wiley, 1974), pg. 33.

3. Rachel Ehrenfeld,Narco-Terrorism (Nueva York, Basic Books, 1990), pg. xix.

4. Alex P. Schmid, The links between transnational organized crime andterrorist crimes, Transnational Organized Crime, vol. 2, No. 4 (1996).

5. Michael D. Lyman y Gary Potter, Organized Crime (Nueva York, PrenticeHall, 1997), pg. 307.

6. Walter Laqueur, The New Terrorism: Fanaticism and the Arms of MassDestruction (Londres, Phoenix Press, 1999), p. 211.

7. Alex P. Schmid, Links Between Terrorist and Organized Crime Networks:Emerging Patterns and Trends (Miln, Consejo Consultivo Internacional

Cientfico y Profesional, 2004), pg. 191.

8. Phil Williams y E. U. Savona, editores; The United Nations and transna-tional organized crime, Transnational Organized Crime, vol. 1, 1995, pg. 3.

9. Phil Williams y Roy Godson, Anticipating organized and transnational crime,Crime, Law and Social Change, vol. 37, No. 4 (2002), pg. 320.

10. Glenn E. Schweitzer, Super Terrorism: Assassins, Mobsters and Weapons of MassDestruction (Nueva York y Londres, Plenum Trade, 2002), pg. 288.

11. Tamara Makarenko, Transnational crime and its evolving links to terrorismand instability, Janes Intelligence Review, noviembre de 2001.

12. Tamara Makarenko, The ties that bind: uncovering the relationship betweenorganized crime and terrorism, en H. G. van de Bunt, D. Siegel y D. Zaitch,eds., Global Organized Crime: Trends and Developments (La Haya, Kluwer LawInternational, 2003).

13. Robin Thomas Naylor, Wages of Crime: Black Markets, Illegal Finance, and theUnderworld Economy (Ithaca, Nueva York, Cornell University Press, 2002),

pgs. 56 y 57.14. Henner Hess, Like Zealots and Romans: terrorism and empire in the 21st

century, Crime, Law and Social Change, vol. 39, No. 4 (2003), pg. 345.

15. Carolyn Nordstrom, Shadows and sovereigns, Theory, Culture and Society,vol. 17, No. 4 (2000), pgs. 35 a 54.


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16. Loretta Napoleoni,Modern Jihad: Tracing the Dollars Behind the Terror Networks(Londres, Pluto Press, 2003).

17. Diego Gambetta, The Sicilian Mafia: The Business of Private Protection(Cambridge, Massachusetts, Harvard University Press, 1993).

18. Frederico Varese, The Russian Mafia: Private Protection in a New MarketEconomy (Oxford, Oxford University Press, 2001).

19. Vadim Volkov, Violent Entrepreneurs: The Use of Force in the Making of RussianCapitalism (Ithaca, Nueva York, Cornell University Press, 2002).

20. Thomas Schelling, Choice and Consequence (Cambridge, Massachusetts,Harvard University Press, 1984).

21. Peter Reuter, Disorganized Crime: Illegal Markets and the Mafia (Cambridge,Massachusetts, Massachusetts Institute of Technology Press, 1983).

22. Isaac Cronin, Confronting Fear: A History of Terrorism (Nueva York, ThundersMouth Press, 2002).

23. Valery Tishkov, Roots of terror, manuscrito no publicado (noviembre de 2002).

24. Bruce Hoffman, Inside Terrorism (Nueva York, Columbia University Press,1998), pgs. 169 a 180.

25. Michael Ignatieff, Human rights, the laws of war, and terrorism, SocialResearch, vol. 69, No. 4 (2002).

26. Simon Reeve, The New Jackals: Ramzi Yousef, Osama Bin Laden and the Futureof Terrorism (Boston, Northeastern University Press, 1999).

27. Letizia Paoli, Mafia Brotherhoods: Organized Crime, Italian Style (Oxford,Oxford University Press, 2003), pgs. 151 a 154.

28. Thomas A. Firestone, Mafia memoirs: what they tell us about organizedcrime, Journal of Contemporary Criminal Law, vol. 9, 1993, pgs. 197 a 220.

29. Testimonio de Frank J. Cilluffo, Cmara de Representantes de los EstadosUnidos, Audiencias ante el Subcomit sobre el Delito, Comit de la Cmarasobre la Judicatura, The Threat Posed by the Convergence of Organized Crime,Drug Trafficking, and Terrorism, 107 Congreso, 1 reunin (2000)(www.house.gov/judiciary/cill1213.htm).

30. Frank Bovenkerk y Ycel Yesilgz, De Maffia van Turkije (Amsterdam,Meulenhoff, 1998).

31. George Andreopoulos, Studying American grand strategy: facets in an excep-

tionist tradition, Diplomacy and Statecraft, vol. 2, No. 2 (1991), pg. 226.


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ASPECTOS ECONMICOS DEL TERRORISMO

por Richard H. Ward*

Resumen analticoLas consecuencias de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra los

Estados Unidos de Amrica han repercutido en toda la economa mundial. Los

costos del terrorismo a travs del mundo ascienden a centenares de miles de

millones de dlares, que incluyen desde la prdida de familiares que aportaban

sus ganancias al presupuesto del hogar y prdidas econmicas debidas al des-

empleo hasta los gastos monumentales de los requisitos de la seguridad, la rea-signacin de fondos gubernamentales y las prdidas sufridas por las empresas

comerciales privadas. Los costos no se miden nicamente en trminos financie-

ros, sino tambin por sus consecuencias para los sectores gubernamental y pri-

vado de los pases de todo el mundo.

INTRODUCCIN

Los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las torres del WorldTrade Center y el Pentgono de los Estados Unidos de Amrica sirvieronpara poner de relieve ante el mundo los costos humanos y econmicos aso-ciados con los actos terroristas de violencia. Es verdad que el terrorismono es un fenmeno nuevo, pero la gravedad de los ataques del 11 deseptiembre de 2001 ilustra claramente las consecuencias del terrorismo parala economa mundial. El presente artculo trata de las consecuenciaseconmicas en diversas esferas.

Los costos no se miden nicamente en trminos financieros y de sufri-mientos humanos, sino tambin por sus consecuencias para los sectoresgubernamental y privado de los pases de todo el mundo. El presente art-culo se centra en los costos asociados con el ataque contra las torres delWorld Trade Center ms bien que en los costos del ataque contra el

*Richard H. Ward es actualmente decano y director del Criminal Justice Center en SamHouston State University de Huntsville, Texas (Estados Unidos de Amrica). Tambin acta comodirector ejecutivo de la Office of International Criminal Justice, Inc., corporacin no lucrativaregistrada en el Estado de Illinois (Estados Unidos). Actualmente el Sr. Ward est llevando a cabodos proyectos de investigacin contra el terrorismo que gozan de financiacin federal. El autordesea dar las gracias a Sean Hill, Cindy Moors, Daniel Mabrey, Tyler Carter y Nathan Moranpor la asistencia que han prestado a las investigaciones para la redaccin del presente artculo.


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Pentgono porque estos ltimos costos no se conocan todava cuando seprepar el informe.

Los ataques violentos radicales pueden atribuirse a individuos y grupos depersonas cuyos objetivos son tan diversos como los pases que han sufridolos ataques. A menudo se achaca el terrorismo a las diferencias religiosasy culturales. Muchas personas de los pases occidentales consideran al Islamcomo un patrocinador de violencia; muchos musulmanes consideran a lospases occidentales, y especialmente a los Estados Unidos, como la causafundamental de muchos de los problemas mundiales. Una y otra son con-cepciones lamentables. Las diferencias culturales y las creencias religiosasextremistas pueden, es verdad, ser factores que motivan a algunos terro-ristas; las diferentes convicciones polticas e ideolgicas pueden motivar aotros. No hay una causa nica que motive los ataques.

Por muchas y muy diversas razones, el terrorismo se ha convertido en elmtodo elegido por personas ignoradas o privadas de derechos polticosfundamentales que recurriran a la violencia para conseguir un objetivo pol-tico o social. En lo histrico, los movimientos extremistas han tenido pocoxito en la mayor parte de los pases, aunque las vidas perdidas directa o

indirectamente por obra del terrorismo se elevan a cientos de millares.Desgraciadamente, como el mundo ha evolucionado hacia una economamundial en los cincuenta ltimos aos y como los mtodos del terrorismose han modernizado cada vez ms, y van desde los asesinatos masivos y laamenaza del empleo de armas de destruccin masiva hasta el denomina-do ciberterrorismo, no hay ningn pas que sea inmune a la amenaza y lasconsecuencias de esa forma de violencia poltica.

Se puede discutir acerca de las causas y las injusticias que han hecho que

algunos grupos recurran a la bomba como medio de rectificar sus quejas,muchas de las cuales son legtimas. Ahora bien, a fin de cuentas, los quems probablemente sufrirn como resultado del terrorismo son ciudadanosinocentes y funcionarios de la administracin pblica; la inmensa mayorade la poblacin mundial no quiere sino vivir en paz y luchar por conse-guir objetivos relacionados con su plena realizacin y con una mejor vidapara ellos mismos y sus familias.

Los costos del terrorismo en todo el mundo ascienden a miles de millo-

nes en diversas monedas, prdidas que van desde la prdida de familiaresque buscan empleo remunerado y las prdidas econmicas resultantes deldesempleo hasta los gastos monumentales de los requisitos en materia deseguridad, la reasignacin gubernamental de fondos y las prdidas paraempresas comerciales privadas.


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Aspectos econmicos del terrorismo 21

En vista de la escalada de la amenaza del terrorismo en todo el mundo,cules son las consecuencias econmicas con que tenemos que enfrentar-nos en el contexto de una economa mundial?

mbito del problema

Las definiciones del terrorismo varan, pero la mayor parte de los exper-tos coinciden en que involucra la utilizacin de la fuerza o el temor a lafuerza a fin de conseguir un objetivo poltico. A lo largo de los cincuentaltimos aos, el terrorismo ha sido un problema que se manifestaba enmuchos pases, incluidos los Estados Unidos. En la primera parte de eseperodo, las actividades terroristas eran por lo general de mbito nacionale incluan a un solo pas, o como mximo a dos pases. A partir del dece-nio de 1980 y durante todo el decenio de 1990, el terrorismo pas a con-vertirse cada vez ms en un fenmeno internacional, y aunque los asesinatosy el uso de bombas siguieron siendo tcticas primordiales de los gruposterroristas, la violencia y la prdida de vidas en ataques individuales aumen-taron, siendo la poblacin civil su principal objetivo.

El siglo XX ha sido el siglo ms dinmico de la historia de la humanidad;ms cosas han cambiado respecto de la vida cotidiana en esos cien aosque en cualquier siglo precedente de la existencia humana. Nada ms quelos cambios en las comunicaciones fueron fenomenales; en 1900 la mayorparte de la poblacin se comunicaba de preferencia mediante conversacio-nes frente a frente o por escrito. Un centenar de aos despus, en muchospases incluso los nios poseen telfonos celulares y utilizan Internet a ttulocotidiano. En nuestros das, las televisiones se pueden llevar en la mano yhay radios potentes que caben en un bolsillo. En materia de transporte, el

caballo y el tren han sido sustituidos por el automvil, que puede viajarpor casi todas las superficies duras. En pocas horas la poblacin puedevolar a lugares que hace un siglo hubieran requerido semanas. Las armasson ultramodernas, son cosa comn y pueden causar daos horripilantes.Los ataques contra las torres del World Trade Center y el Pentgono sonejemplos ominosos de la forma en que los terroristas pueden convertircualquier objeto de uso corriente en medios de llevar a cabo un ataqueterrorista [1].

En los Estados Unidos, el terrorismo nacional est relacionado principal-mente con grupos individuales que centran su actividad en movimientosmonodireccionales como los que se refieren a la proteccin de animales, ala ecologa y al medio ambiente, al aborto y a la oposicin al gobierno.El mayor ataque perpetrado en el pas tuvo lugar en 1995, cuando


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168 personas fallecieron en el ataque con bombas contra el Edificio FederalMurrah en Oklahoma City.

Las actividades del terrorismo internacional contra los Estados Unidos hanincluido principalmente ataques contra edificios o locales y empresas delos Estados Unidos en otros pases. Aunque algunos ataques de mbitointernacional han tenido lugar sobre el territorio de los Estados Unidos,en los cuales individuos o grupos de otros pases fueron vctimas del terro-rismo, el ataque con bombas contra el World Trade Center en Nueva Yorken 1993 fue el primer ataque terrorista internacional de importancia contraciudadanos americanos en suelo americano.

Durante el decenio de 1990, la violencia aument en todo el mundo y unnmero mayor de grupos terroristas comenzaron a operar a travs de lasfronteras. En 1999 hubo ms de 150 ataques terroristas internacionales [2].El mundo musulmn no escap a los ataques terroristas. Durante el dece-nio de 1990 los conflictos de Egipto, el Irak, la Federacin Rusa(Chechenia) y la ex Yugoslavia (Bosnia y Herzegovina, Kosovo y Sandzak)dieron como resultado crecientes problemas econmicos y el desplaza-miento de centenares de millares de personas. Durante ese perodo el con-

flicto israel-palestino sigui suscitando la atencin internacional. En fricay Europa tambin aument el terrorismo, teniendo la mayor parte de losconflictos motivos separatistas, tnicos o religiosos. India y Sri Lanka fueronteatro de un nmero cada vez mayor de incidentes terroristas. En Amricadel Sur el terrorismo estaba alimentado por el trfico de drogas, lo queorigin el empleo del trmino narcoterrorismo.

Los costos del terrorismo para las diversas industrias han estado aumen-tando con los aos y pueden ser extraordinarios: incluyen las prdidas

econmicas directas debidas a la destruccin de bienes muebles einmuebles, los pagos originados por la extorsin, el robo y el sabotaje.Adems, los costos aumentaron tambin como consecuencia de las primasde seguros ms altas, el empleo de personal adicional de seguridad, elrefuerzo de las instalaciones y la contratacin de consultores en materia deseguridad [3:227].

Hoy en da nos encontramos con un mundo enredado en la violencia y laamenaza del empleo de armas de destruccin en masa en ciernes. Los

ataques del 11 de septiembre de 2001 aumentaron an ms la amenaza,ilustrando la vulnerabilidad no solamente de los Estados Unidos sino decualquier otro pas moderno. La utilizacin de aeronaves como armassecuestradas sin ms ayuda que cizallas y material para desembalar bultosbrind un nuevo guin para los terroristas. Adems, el episodio del ntrax


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que sigui a los ataques de septiembre de 2001, aunque no caus la muertems que a media docena de personas, demostr la vulnerabilidad de lassociedades abiertas.

Desde principios del decenio de 1980 muchos miembros de la comunidadcientfica han manifestado su inquietud por la amenaza de un ataque conarmas biolgicas. El Gobierno de los Estados Unidos ha gastado centena-res de millones de dlares en la evaluacin de diversas amenazas y estra-tegias de inmunizacin para hacerlas frente. El costo de la vacunacin delpersonal militar de los Estados Unidos y del de sus aliados es alto, perotras los ataques con ntrax del 11 de septiembre de 2001, la vulnerabili-dad de los ciudadanos pas a primera lnea de la atencin. Las investiga-ciones y la produccin de vacunas en volumen suficiente para hacer frentesolamente a las amenazas causadas por el uso de ntrax y de viruela (enfer-medad que haba quedado prcticamente suprimida en los ltimos aosdel decenio de 1970) ha costado centenares de millones de dlares. En1999, el Presidente Clinton presupuest 10.000 millones de dlares paradefender a los Estados Unidos contra el terrorismo y esa asignacin haaumentado considerablemente en el ambiente actual [4].

Las consecuencias del terrorismo para otros pases son tambin considera-bles. El costo total para el mundo es difcil de calcular, pero probablementeasciende a varios centenares de miles de millones de dlares; la prdida devidas como consecuencia directa e indirecta del terrorismo alcanza tambincifras considerables. El costo del terrorismo para las fuerzas de seguridad ylas empresas privadas apenas est empezando a ser objeto de clculo.

La dimensin econmica

La economa mundial llega actualmente hasta prcticamente todos losrincones del planeta. La mayor parte de lo que comemos, bebemos,vestimos, conducimos, fumamos, y contemplamos es producto de empre-sas de mbito actualmente mundial en sus operaciones [5:1]. Los princi-pales artculos que son objeto de comercio transfronterizo incluyen losautomviles y las piezas de repuesto, camiones, productos del petrleo,textiles, calzado y ropa (vase la figura I).

Adems, las actividades relacionadas con servicios como el turismo, lascomunicaciones, el apoyo informtico, la publicidad, y los servicios jurdi-cos y las diversiones constituyen una parte importante del ambienteeconmico mundial [5:13-14].


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Segn un estudio publicado por la New York City Partnership [6], las pr-didas para la economa neoyorkina derivadas de los ataques del 11 deseptiembre de 2001 podran rebasar la cifra de 83.000 millones de dlares.Incluso despus del pago de las demandas hechas al seguro, las prdidasrestantes podran muy bien exceder los 16.000 millones de dlares y po-dran ser incluso mucho ms elevadas, segn funcione la economa globalde los Estados Unidos. Solamente en la ciudad de Nueva York, en el cuartotrimestre de 2001 se perdieron 125.000 puestos de trabajo y por lo menos

58.000 de ellos se supona que seguiran perdidos hasta el final de 2003.La zona del Bajo Manhattan perdi el 30% de sus locales de oficina,poniendo en peligro los restantes 270.000 puestos de trabajo de la zona.El estudio indica que los sectores que ms sufrieron fueron los servicios alpor menor y financieros y el turismo, y las consecuencias son tremendas.Por no citar ms que un ejemplo de los costos de los ataques efectuadosen los Estados Unidos, el costo para la industria marisquera de RhodeIsland es de unos 100 millones de dlares [7].

Incluso hoy en da sigue habiendo incertidumbre en la industria del segurosobre la cuestin del seguro contra el terrorismo. Las estimaciones de lasdemandas pagadas por los aseguradores como resultado de los ataques con-tra los torres del World Trade Center ascienden a unos 50.000 millonesde dlares, de los cuales se supone que los reaseguradores acabarn

Figura I. Porcentaje de artculos objeto de comercioen los mercados mundiales

Fuente: Sarah Anderson, John Cavanagh y Thea Lee, Field Guide to the Global Economy (Nueva York, NewPress, 2000).

Textiles, calzadosy ropa7,2%

Otros artculos77,3%

Automviles, piezas derecambio y camiones

8,6%

Productos del petrleo

6,9%


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pagando aproximadamente las dos terceras partes. Otro suceso terroristade magnitud similar podra tener incluso consecuencias econmicas msgraves, como por ejemplo un mayor nmero de quiebras, de despidos labo-

rales y de prstamos incumplidos [8]. La Lloyds de Londres estima quepuede que tenga que hacer frente a un desembolso de 2.700 millones dedlares, un 45% ms de lo que se haba calculado inicialmente. Para com-pensar ese costo, el Presidente de la Lloyds dijo que el precio de las primasaumentara en un 40% [9].

Para determinar los costos del terrorismo no pueden confinarse los clcu-los a las consideraciones financieras, pero a los efectos del presente art-culo se har hincapi en los costos monetarios*. La lista de costosfinancieros derivados de un ataque terrorista es muy larga. Algunos de esoscostos se enumeran en el cuadro.

Los costos econmicos del terrorismo son globales. Un estudio de los costoseconmicos del terrorismo para las lneas areas y el turismo para una seriede pases en 1985 y 1986, hecho por el economista Harvey J. Iglarsh,comprob que los ataques terroristas en las zonas de la cuenca mediterr-nea haban provocado las siguientes prdidas [10:46-47]:

a) Grecia perdi una cantidad en concepto de ingresos del turismoestimada en 100 millones de dlares en 1985.

b) Italia comunic que las prdidas de ingresos en concepto comer-cial se estimaban en 800 millones de dlares en 1986;

c) Egipto comunic una prdida para el turismo estimada en500 millones de dlares en 1986.

Un estudio longitudinal de las consecuencias del terrorismo para el turismoen Espaa de 1970 a 1988 comprob que un ataque terrorista podraespantar a 140.000 turistas si se acumulan todas las consecuenciasmensuales**.

*Los costos en trminos de sufrimiento humano, prdida de vidas, consecuencias para lafamilia y las amistades, oportunidades perdidas debido a la modificacin de las prioridades, efectospsicolgicos y sociolgicos a largo plazo para sociedades enteras, consecuencias para las decisio-nes gubernamentales y sobrecargas impuestas a las fuerzas pblicas de seguridad no se puedendeterminar con exactitud.

**Esos gastos se basan en estimaciones comunicadas por fuentes informativas internaciona-les, organizaciones y gobiernos y son de carcter ilustrativo. La determinacin de los gastos realesllevar probablemente muchos aos [11].


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A corto plazo, algunos de los que ms sufren como consecuencia de unacontraccin global sern, como siempre, los que menos pueden permitr-selo. Los pases a los que se acusa de apoyar al terrorismo figuran a menudo

entre los pases ms pobres del mundo. Gran parte del problema deAfganistn radica en que no participa en la economa mundial y en quesus antiguos gobernantes talibanes hicieron que el pas retrocedieraintelectual y econmicamente hasta lo que era en la Alta Edad Media.Aunque otros pases pobres han disfrutado de cierto crecimiento econ-mico gracias a su creciente participacin en la economa mundial, una gravedisminucin no solamente perjudicara sus perspectivas econmicas sinoque tambin pondra en peligro su estabilidad poltica [12].

La tragedia del 11 de septiembre de 2001 es quiz la mejor ilustracin delos costos econmicos mundiales, porque ha recibido en todo el mundouna cobertura a fondo de los medios informativos, pero el terrorismotambin se cobra una considerable cuota econmica en otros lugares.

Los ataques terroristas en pases que no son los Estados Unidos no hanprovocado generalmente una investigacin comparable de las causas y lasconsecuencias. El costo para las lneas areas de todo el mundo despus

del 11 de septiembre de 2001 fue extraordinario: un total de 3.000 emple-ados de compaas areas perdieron sus puestos de trabajo en el Canad,y lneas areas de Blgica, Canad y Suiza tuvieron que declararse en quie-bra [13]. Un empleado ejecutivo de un aeropuerto estim que los aero-puertos se calculaba que iban a perder ms de 2.000 millones de dlaresen ingresos y tendran que hacer frente a gastos de ms de 1.000 millonesde dlares en concepto de seguridad adicional en los doce meses que siguie-ron a los ataques [14]. El Gobierno de la provincia canadiense de Manitobatuvo que establecer un consejo asesor para coordinar la comercializacin

entre el pblico y los sectores privados en una diversidad de intereses turs-ticos a fin de evitar que las prdidas de la industria escapase de todo control[15]. En los Estados Unidos, la tasa de desempleo alcanz su punto mselevado en 20 aos. Se estimaba que 9 millones de trabajadores y emple-ados de hoteles y servicios tursticos perderan sus puestos de trabajo, segnotro informe [16]. La Organizacin Internacional del Trabajo estimaba que24 millones de personas de todo el mundo podran ser despedidas [17].Un estudio de mbito nacional llevado a cabo por el Instituto Milken vin-culaba los ataques del 11 de septiembre con los 1.800.000 puestos de

trabajo suprimidos para el final de 2000 [18].

El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, estimaba que decenasde millares de nios pereceran y que unos 10 millones de personas que-daran obligadas a vivir en condiciones por debajo de la lnea de pobreza


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con un dlar diario [de los Estados Unidos] [19]. Ms cerca del OrienteMedio, la Organizacin de Pases Exportadores de Petrleo (OPEP) hareducido considerablemente su produccin de petrleo y se vio obligada a

disminuir el precio del barril en los dos primeros meses que siguieron alos ataques del 11 de septiembre de 2001, en gran parte como consecuenciade la reduccin del consumo de carburante a raz de las restricciones intro-ducidas por las lneas areas [20]. Miembros de la OPEP previnieron dela amenaza de una guerra de precios entre los exportadores mundialesde petrleo si no podan llegar a un acuerdo sobre cuotas de produccin*.Adase a ello el costo posible de un ataque contra las redes mundialesde comunicacin. La creciente inquietud en los Estados Unidos y en otrospases acerca de la posibilidad de que haya ataques informativos contra lasestructuras de informacin de importancia fundamental ha de tenerse encuenta a la luz tanto de la experiencia anterior como de las nuevas con-diciones [22]. Ms de un billn de dlares al da se desplaza electrni-camente a travs de instituciones financieras de todo el mundo [23].

Financiacin del terrorismo

Cuando los dirigentes econmicos mundiales se pusieron en movimientopara enfrentarse con la recesin econmica mundial, alimentada en granparte por los ataques del 11 de septiembre de 2001, los dirigentes guber-namentales y las organizaciones de mbito mundial resolvieron lucharcontra la financiacin de los grupos terroristas. El Consejo de Seguridadde los Naciones Unidas, el Equipo de Accin Financiera sobre el Blanqueode Dinero, de la Organizacin para la Cooperacin y el DesarrolloEconmicos y el Fondo Monetario Internacional desempean un impor-

tante papel en la cuestin [24].

La financiacin del terrorismo reviste muchas y muy diversas formas yrepresenta una estructura econmica que posee muchas de las mismascaractersticas que la delincuencia organizada internacional. A pesar de quealgunos pases promulgaron nueva legislacin contra el blanqueo de dine-ro, la capacidad de investigar esas transacciones es, en el mejor de loscasos, limitada. Las actividades terroristas y de la delincuencia organizadarepresentan un porcentaje diminuto y, por lo tanto, difcil de descubrir

de los billones de dlares que mueven los sistemas bancarios mundiales.

*Al final, la crisis de Irak mantuvo los precios a un nivel elevado [21].


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El costo de mantener una red terrorista y, en particular, el costo de llevara cabo un ataque terrorista, son relativamente pequeos. Cierto es que ungrupo bien organizado y financiado puede gastar millones de dlares, pero

incluso eso es insignificante en comparacin con el costo de la lucha contrael terrorismo. Ahora bien, una preocupacin fundamental es la amenazaque plantea el uso de armas de destruccin masiva, que generalmente impli-ca costos ms elevados de desarrollo y de adiestramiento. A ese respecto,la participacin de un terrorismo patrocinado o apoyado por Estados esuna consideracin de importancia.

Las principales fuentes de ingresos para los grupos terroristas son la delin-cuencia organizada y el trfico de armas y de drogas. Las Naciones Unidas

estiman que el trfico de drogas representa una cantidad de 400.000millones de dlares al ao, y que el trfico de armas ligeras ha aumenta-do considerablemente a raz del final de la Guerra Fra [5:14]. Los gruposterroristas de Colombia y Per, por ejemplo, estn financiados en partepor el trfico de drogas, y el trfico de drogas apoya la actividad de gruposen el Oriente Medio y en Extremo Oriente.

Cuando un grupo terrorista llega a la fase en la que sus finanzas son nece-sarias para cubrir gastos muy superiores al apoyo de un pequeo grupo de

personas generalmente voluntarios que pueden desempear actividadesregulares y ha tenido cierto xito en la realizacin de ataques, la nece-sidad de financiacin aumenta [5:130]. Las organizaciones tienen querecaudar fondos para adquirir materiales o armas necesarios para desarro-llar actividades innovadoras y para obtener acceso a los conocimientos nece-sarios para poner en servicio y utilizar esos materiales. Como resultado deello, los grupos terroristas que poseen una financiacin segura tienen unaclara ventaja [25].

Para la mayora de los grupos, la financiacin provendr de una o ms delas fuentes relacionadas por lo general con:

a) Patrocinio estatal;

b) Recaudacin de fondos en el mbito mundial;

c) Empresas comerciales legtimas;

d) Trfico de drogas;

e) Recaudacin de fondos en el plano local;f) Actividades delictivas comunes (robo, estafas).

Excepcin hecha de la recaudacin de fondos en el plano local y de lasactividades delictivas comunes, la utilizacin de bancos para blanquear y


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transferir fondos no es cosa poco corriente. Un caso clsico es el del EjrcitoRepublicano Irlands Provisional, que, especialmente en el decenio de1970, obtuvo gran parte de sus fondos mediante donativos efectuados en

los Estados Unidos, generalmente por conducto de grupos que servan defachada. Cuando el Gobierno y la presin pblica consiguieron restringiresa financiacin, la organizacin pas a ocuparse de actividades criminalesde menor monta como el contrabando, la proteccin, la extorsin y elfraude. Amenazando a las compaas de taxis y de autobuses, los terroris-tas irlandeses consiguieron establecer y operar sus propias compaas detaxmetros y de autobuses, recaudando as millones de dlares [26].

A lo largo del decenio pasado, los grupos terroristas han estado aumen-tando sin cesar su participacin en el trfico de drogas para financiar susoperaciones. As ha sucedido en el caso del Per con el Sendero Luminoso,en Colombia con el Movimiento 19 de Abril (M-19) y con las FuerzasArmadas Revolucionarias de Colombia (FARC); en Myanmar con la UninNacional Karen, y en Sri Lanka con los Tigres de la Liberacin de TamilEelam. Tambin se ha alegado que grupos de Afganistn, que es el prin-cipal pas productor de opio del mundo, y de Bosnia Herzegovina, parti-cipaban en el trfico de drogas. Dishman dice que la mayor parte de esos

grupos no estn afiliados a entidades de delincuencia organizada, sino quedesarrollan sus propias redes delictivas [26] (vase la figura II).

La financiacin estatal de organizaciones terroristas reviste generalmenteuna de las dos formas siguientes: establecimiento de una organizacin, oun acuerdo para prestar apoyo a un movimiento ya existente por un Estadosin escrpulos. En cada uno de los casos, el Estado patrocinador est encondiciones de prestar financiacin, as como recursos tcnicos, adiestra-miento y armas modernas. Desde el final de la guerra fra, el patrocinio

estatal de actividades terroristas ha pasado de Europa a varios pases defrica y del Oriente Medio. A pesar de esa disminucin del patrocinioestatal del terrorismo, un nmero cada vez mayor de personas y de grupospoco coherentes que se oponen a la mundializacin han pasado a conver-tirse en fuente de preocupaciones profundas.

La declaracin de una guerra contra el terrorismo por el presidente delos Estados Unidos, George Walter Bush, a raz de los ataques del 11 deseptiembre de 2001 marc tambin el comienzo de un importante cambio

en la poltica exterior de numerosos otros gobiernos por lo que se refiere ala amenaza del terrorismo. Aunque actualmente el objetivo principal es lared Al-Qaeda, las campaas internacionales y nacionales tienen una ampli-tud mucho mayor y forman parte ya de un esfuerzo cooperativo de mayorvolumen desarrollado por otros pases con miras a luchar contra todas las


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formas del terrorismo. En el marco de esas campaas, uno de los objetivosprincipales son los mecanismos de financiacin de grupos terroristas.

Resumen y conclusiones

Los sucesos del 11 de septiembre de 2001 pueden ser considerados comoel agente catalizador de un esfuerzo mundial encaminado a luchar contrael terrorismo en sus numerosas formas. Un documento del Gobierno delReino Unido calcul los costos econmicos de esos sucesos en 500.000millones de dlares [27]. Ahora bien, los costos econmicos no son msque uno de los factores; es imposible medir el costo psicolgico y emoti-

vo o las consecuencias del terrorismo en la estabilidad poltica de muchospases.

Los costos econmicos no se limitan a un solo pas, sino que afectan tantoa pases en desarrollo como a pases desarrollados. Los costos del terro-rismo no se pueden medir directamente como resultado de una sola accino de la actividad de un solo grupo, y los costos ms importantes puedenmuy bien ser los efectos indirectos y duraderos para las vidas de los ciu-dadanos corrientes que han perdido familiares y puestos de trabajo o quehan visto reducida la calidad de su vida.

Aunque el terrorismo no es un fenmeno nuevo, la utilizacin de nuevasarmas, nuevas tcticas y objetivos diferentes ha incrementado y agravadola amenaza. Ningn pas puede organizar por s solo un esfuerzo de lucha

Figura II. Evolucin de la financiacin terrorista internacional

Grupos a nivelcomunitario

Voluntarios yfinanciacin local

Delitos depoca monta

Trfico de drogas

Delincuenciaorganizada

Reclutamiento deseguidores

Negocioslegtimos

Patrocinio estatalEntidadesbancariasinternacionales

Creacin decelulas

Recaudacin defondos a nivelmundial

Redesmundiales


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contra el terrorismo, pues actualmente vivimos en una comunidad mun-dial interdependiente. A fin de cuentas, la nica esperanza de xito en lareduccin del terrorismo estriba en la cooperacin entre pases y organi-

zaciones internacionales que participan en dicha lucha.

Referencias

1. William Dyson, Terrorism, presentacin en Internet para la Commissionon Law Enforcement Officer Standards y Education de Texas (Estados Unidos

de Amrica, 2001).2. John P. Holms y Tom Burke, Terrorism: Todays Biggest Threat to Freedom,

rev. ed. (Nueva York, Pinnacle Books, 2001).

3. Harvey J. Iglarsh, Terrorism and corporate costs, en Terrorism: AnInternational Journal, vol. 10, No. 3 (1987).

4. Judith Miller, Stephen Engelberg y William Broad, Germs: Biological Weaponsand Americas Secret War (Nueva York, Simon y Schuster, 2001).

5. Sarah Anderson, John Cavanagh y Thea Lee,Field Guide to the Global Economy

(Nueva York, New Press, 2000).

6. New York City Partnership, Economic Impact Analysis of the September 11thAttack on New York, resumen ejecutivo (Nueva York, 2001).

7. Cable News Network, Morning News, 26 de diciembre de 2001.

8. R. J. Hillman, Terrorism insurance: rising uninsured exposure to attacksheightens potential economic vulnerabilities, testimonio prestado ante elComit de Servicios Financieros. Subcomit sobre vigilancia e investigacin,de la Cmara de Representantes de los Estados Unidos, Washington, D.C.,27 de febrero de 2002.

9. Andrew Cave, Lloyds terror bill rises 45 per cent to 1.9 billion, DailyTelegraph, 7 de diciembre de 2001.

10. Harvey J. Iglarsh, Fear of flying: its economic costs, Terrorism: AnInternational Journal, vol. 10, No. 1 (1987).

11. Walter Enders y Todd Sandler, Causality between transnational terrorismand tourism: the case of Spain, Terrorism: An International Journal, vol. 14,

No. 1 (1991), pg. 57.12. B. Singleton-Green, The costs of terror, Financial Times, 31 de octubre de

2001.

13. George Robertson, Black day for airline industry imperiled by New Yorkplane crash, Calgary Herald, 13 de noviembre de 2001.


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14. D. Marchini, Airports struggle along with airline industry, Cable NewsNetwork, transcripcin no. 112104cb.102, 21 de noviembre de 2001.

15. S. Soccoccio, Sept. 11th aftermath: the tourism industry, CBC News,octubre de 2001.

16. Hamisah Hamid, Jobs threat for 9m in worlds hotels, tourism industry, New Straits Times Press (Malasia), 23 de noviembre de 2001.

17. Business Day, South Africa: attacks lead to massive job losses, 9 denoviembre de 2001.

18. Chicago Tribune, Attacks tied to 1,8 million job cuts: 03 rebound seen,11 de enero de 2002.

19. Ghanaian Chronicle, Africa, America and the terrorist menace, 8 denoviembre de 2001.

20. B. Lewis, Oil prices dive on plane crash news, Toronto Star, 13 de noviembrede 2001, pg. C03.

21. B. Stanley, OPEC members admonish non-OPEC producers to share bur-den of cutting oil output to steady prices, Associated Press, 14 de noviembrede 2001.

22. Gregory J. Rattray, Strategic Warfare in Cyberspace (Massachusetts Institute of

Technology Press, Cambridge, Massachusetts, 2001).

23. Kurt M. Campbell y Michle A. Flournoy, To Prevail: An American Strategy for the Campaign Against Terrorism (Center for Strategic and InternationalStudies Press, Washington, D.C., 2001), pg. 130.

24. Stephen Fidler, IMF mulls approach on terrorist funding, Financial Times,12 de noviembre de 2001.

25. B. A. Jackson, Technology acquisition by terrorist groups, Studies in Conflictand Terrorism, vol. 24, No. 3 (2001), pg. 201.

26. Chris Dishman, Terrorism, crime and transformation, Studies in Conflict andTerrorism, vol. 24, No. 1 (2001), pg. 48.

27. Der Spiegel, No. 48, 24 de noviembre de 2003, pg. 133.


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LA NUEVA ECONOMA DEL TERROR: CMOSE FINANCIA EL TERRORISMO

por Loretta Napoleoni*

RESUMEN ANALTICOA lo largo de los 50 aos pasados, grupos insurgentes armados han consegui-

do edificar su propia economa, la nueva economa del terror. Este sistema eco-

nmico naci durante los aos de la Guerra Fra, cuando la guerra por

delegacin, por poder, prolifer en toda la periferia de los dos bloques, y se

increment considerablemente durante la privatizacin del terrorismo, cuando

los grupos armados desarrollaron estrategias de autofinanciacin. En los ltimos

aos, la globalizacin de la economa ha proporcionado un nuevo impulso: los

grupos de terror modernos pueden financiarse por s mismos gracias a una

amplia gama de actividades comerciales legales e ilegales. La fusin de la nueva

economa del terror con la economa mundial criminal e ilegal ha creado un

gigante econmico de rpida expansin, con un volumen anual de negocios

que asciende a algo as como 1,5 billones de dlares de los Estados Unidos, o

sea el doble del producto interno bruto del Reino Unido de Gran Bretaa eIrlanda del Norte. Esta enorme masa de dinero sucio se recicla principalmente

dentro de las economas occidentales y representa una amenaza constante para

la seguridad y estabilidad del sistema econmico occidental. Una operacin vital

en la guerra contra el terror ser cortar las interdependencias entre la nueva

economa del terror y las economas mundiales legtimas y tradicionales.

INTRODUCCIN

A los grupos insurgentes armados se les compara a menudo con organiza-ciones comerciales criminales. Al Qaeda, por ejemplo, ha sido descritocomo empresa transnacional del terror. Desde el 11 de septiembre de2001, las academias y los investigadores han recurrido frecuentemente aluso de un modelo de delito organizado para estudiar la estructura y el fun-cionamiento de los grupos terroristas islamistas [1]. Aunque este enfoque

*Loretta Napoleoni es una economista con un doctorado en economa de la Universidad deRoma y ttulos de mster en relaciones internacionales del Instituto Johns Hopkins de EstudiosInternacionales Avanzados, y en gobernanza con una tesina sobre terrorismo, de la Escuela deEconoma de Londres. Napoleoni ha publicado varios artculos, y ha editado y traducido obrassobre el terrorismo. Es la autora de Modern Jihad. Tracing the Dollars Behind the Terror Network,obra publicada por Pluto Press en septiembre de 2003.


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haya obtenido amplia aceptacin, lo cierto es que limita el estudio de laviolencia poltica. Del anlisis de la economa del terrorismo se infiere quelos grupos armados tienen por lo general una motivacin diferente de la

que tienen los grupos de organizaciones delictivas. En efecto, tienden ainteractuar entre s como lo hacen los Estados. Por lo menos en la esferade la economa, su forma de actuar se parece ms a la de un Estado quea la de los grupos delictivos organizados. Prueba de esa afirmacin es que,a lo largo de los 20 aos pasados, las organizaciones armadas han conse-guido crear vnculos econmicos duraderos que a su vez se han converti-do en el cimiento de un sistema econmico de mayor amplitud: la nuevaeconoma del terror*. Esta economa peculiar la arteria monetaria vitaldel terrorismo moderno crea un puente entre la economa internacionallegal y la ilegal.

En el presente artculo se estudian los principales componentes del sistemaeconmico edificado por interaccin de las organizaciones terroristas o entorno a esa interaccin, entre ellas y con organizaciones delictivas ilegti-mas o Estados, analizando en primer lugar las diversas fuentes de ingresosa disposicin de los grupos terroristas, y centrndose despus en el fun-cionamiento y las dimensiones de la economa ilegal internacional, de la

cual la nueva economa del terror forma parte integrante.

Organizaciones delictivas y organizaciones terroristas

Las diferencia crucial entre la delicuencia organizada comn y corriente yel terrorismo poltico proviene de la diferente motivacin de cada uno delos fenmenos que encauza la forma de explotar sus respectivos negocios.La codicia es el motor del delito y la acumulacin es su principal norma

contable. O sea que las organizaciones delictivas operan de forma muyparecida a las de las sociedades privadas legtimas, pues en ambos casos elobjetivo final es el beneficio y la acumulacin. Sus corrientes monetarias,por lo tanto, se administran a travs de un sistema contable regulado porhojas de balance, como sociedades annimas. Ahora bien, los grupos terro-ristas tienen una motivacin poltica. Eso quiere decir que su verdaderafinalidad no es monetaria sino poltica: sustituir una forma de gobierno por

*Este sistema econmico es el resultado de la evolucin de la violencia poltica durante los50 ltimos aos: desde el terrorismo de patrocinio estatal hasta la privatizacin del terror y elnacimiento de Estados caparazn. La moderna Yihad es la principal mquina de la nuevaeconoma del terror. La utilizacin del trmino terror en vez de terrorismo sirve aqu paradistinguir entre el anlisis poltico y el anlisis econmico de ese fenmeno.


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La nueva economa del terror: Cmo se financia el terrorismo 37

otra, por ejemplo, reemplazar el rgimen de Al Saud en Arabia Sauditacon el nuevo califato de Osama Bin Laden, o defender un rgimen exis-tente, como sucedi con los talibanes de Afganistn hasta que las fuerzas

de coalicin invadieron el pas.

forum 4 - crime society (spanish)

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