felipe martínez marzoa - el decir griego (2006)

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A lo argo de . a hisoria· d e · Ia Greca arcaic y cásica se seeóando ua paabra para desigar aquldecit u preci- samee e sus codkiDes es señaJad,o o ;ceeM:, esa seec c recae sore ua pbra de uso r frecuee,   a saber qu sigica i mái Íos «hace> e eid de <pro ducir» poieín, eo p'ecsa.mene de maeta é o)eo direco (o <hechoQ �prodo> _o es aqueo qe osoros Haamos «a oba e poema o ag así sio que es Osa A J� M a had o rL 1 b os

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A lo argo de . a hisoria·de · Ia Greca arcaic y cásica se

seeóando ua paabra para desigar aquldecit u preci-samee e sus codkiDes es señaJad,o o ;ceeM:, esa seecc recae sore ua pbra de usor frecuee,  a saber

qu sigica i mái Íos «hace> e eid de <producir» poieín, eo p'ecsa.mene de maeta é o)eodireco (o <hechoQ �prodo> _o es aqueo qe osorosHaamos «a oba e poema o ag así sio que es Osa

AJ� M a�hadorL 1bos

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e e La aa d a Mda:

5. Dsconocda raz común43 Cáulo s Aproxmacón a bnz

50 D Kant a Hldr/n

8 Hldr/n la lógca hglana 44 El sabr d la comda 

e Lgüíca Cc:

26 Lngua  tmpo3 ngüstca fnomnológca 

Flp Mz Mz

El decir griego

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L b Mu 5

Coeccón drgda porValerano Bozal

© epe Marínez Marzoa, 2006© de a presene edcón, A Machado Lbros, SA, 2006C/ Labradores, s/n P I Prado del Espno

28660 Boadla de Monte Madrd)edtora@machadobroscom

ISBN: 84-77746788Depósto lega M397582006

Visor Foocomposcónmpreso en España - Prntd n San

Top Prnte PlusMstoes (Madrd)

Índice

Próogo   •

De os mtes de a ntepretacón I  

2 De os lmes de la nerpreacón, I .

3 Agnas precsones  

4 El desgno «de» Zes   

5 Rea 

6 E ntercambo  

7 Decr el delo   

8 El hst otros

9 En orno al dálogo

10 De «ago de ago» al enncado 

11 Gramátca  

12 Sobre e prncpo alfabéco H

Noa bbográca 

1

3

23

29

31

41

5

57

69

75

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03

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Próogo

En m ro El sabr d la cmdia se esozaa una comprensón del muy especco carácter o de la especal conss tenca ue en lo referente a la Greca antgua tene la cuestón de los «géneros poétcos la vsta está ue lo allpuesto de manesto hace de esa cuestón algo muy dstntode «mera teora de la «lteratura o «poetologa o «estétca amén está a la vsta la ustcacón ue all tena aaundante presenca de consderacones sore aspectos uehatualmente se desgnan como de «forma en un sentdorestrctvo all msmo se ve cuán nadecuada es esa restrccón. En todo caso una vez ue el arranue en una determnada dreccón se ha epuesto y ustcado es út esozar la ndcacón de ue e camno emprenddo dsta muchode separar yo prvlegar auellos aspectos ue certamentees precso revndcar y estudar para poder entrar en é No

cae esperar ue e propo autor efectúe aunue sólo fuesepara una parte sustanca del materal todos los desarrolosue seran necesaros para documentar en concreto la potenca del modo de proceder prmero porue n suera esello lo más deseale pero tamén porue la vda no es tanarga Uno no sae a dónde llegará y es eso lo ue puedehacer út dear por de pronto esozada la orentacón deconunto medante una seleccón de alusones a puntos dversos dentro del posle materal a tratar

or otra parte el arranue al ue acao de hacer alusón

stúa la prolemátca en evdente coneón con cuestones

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de esructura ingüística. Sobre a  legitimidad de esta  cone-xión no tiene sentido discutir en abstracto habando en ge-neral de los «campos» en sí mismos una vez delimitados és-tos por costumbre Sólo habiendo entrado en la cosa se sabede qué se  está hablando  Inevitablemene, pues aunque sólo en discreta medida, aquí  se  invitará también a  seguir 

cultivando esa conexión.

Barcelona enero de 2006

1

De los límites de la interpretacón, I

Cualquier occidental culo de hoy (salvo quizá algunosespecialmente cultos) cree saber que hay cierto texto hebreode bastantes siglos antes de la era cristiana cuyas primeras

palabras dicen algo así como que en e comienzo dios creóel cieo y la tierra. Incluso ocurre que as referencias a esepresunto signicado sirvan para caracterizar a ciertos indivi-duos humanos como «creyentes» o «incrédulos» Con elosin embargo cierta credulidad probablemente mayor quecuaquier otra se está suponiendo común a creyentes e incrédulos (y es a veces incluso más pronunciada en algunosde estos últimos) a saber, aquella que consiste en dar porbueno que, en efecto un texto en las coordenadas históricasmencionadas podría decir algo que al menos remotamentese pareciese a eso de que en el comienzo dios creó el cieo yla tierra Esta que pudiéramos lamar «fe del carbonero her-menéutica» es en efecto la más ingenuamente crédula Através de qué vericuetos el aludido significado (o cualquiercosa que tenga ago que ver con él) llegó a estar asociadocon aquel texto o con sus arreglos es cosa que habría dediscuirse en concreto; pero atribuir esa asociación a fechapróxima al origen de la base material del texto digamos: acualquier fecha anterior al Helenismo) es una posura a

cuyo lado los más absurdos dogmas de fe pueden pasar por

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tesis ilustradas. Es incluso no otra cosa que la isma insal-vabilidad de la distancia que encionaos lo que puedehacer aparecer nuestra tesis, para el experto como super-ua, pues, se nos dirá, señalamos un «defecto» que no po-dría arreglarse, por ejeplo eorando la traducción, ni si-quiera en el caso de que ésta sea, en efecto, susceptible de

ejoras, con lo cual nos estamos quedando puede decírse-nos en la mera y uy general constatación e una insalVa-ble distancia. Ahora bien, vale la pena quizá prestar ateA-ción a la distancia misma (aunque esto no la salve), en vezde simplemente acoodarnos a su condición de insalvable.

Aun la última constatación hecha, sin embargo, debedejarnos algo insatisfechos, pues es un argumento ya clásicoen nuestros días el de que la nota de traducibilidad es inse-parable del concepto ismo de lo lingüístico y del fenóe-

no lengua Si dejaos en pie una intraducibilidad, entonces(se nos dice y vereos que no del todo sin razón) eso a loque nos estamos reriendo no es lengua ni es fenómeno al-guno perteneciente al ábito lengua lo intraducible no esl�ngst�co. El

arguento puede quizá resumirse en que a lo

lgstco es herente una seántica y que ésta no puedeente�derse sino coo una referibilidad de las expresionesdel sstea a algo que no son exresiones del sistea, aalgo, pues, que, dadas las inconsistencias en las que incurri-ría la noción de un extralingüístico en térinos absolutos,dicilmente puede pensarse de otra anera que coo exresiones de otra lengua. No rechazaremos este arguento;solaente elimitaremos su alcance; y, en todo caso, de en-trada lo aceptamos, al menos etódicaente, para poner-nos a ver algunas de sus consecuencias.

A lo que acabamos de llegar es a nada menos que un pos-tulado e intertraducibiliad entre lenguas Tratemos e for-

ular ese pstulado de una manera más sistemática y explí-cta: postula que entre el conjunto e las secuencias

relevanteente distintas unas de otras en la lengua A y el e

4

as secuencias relevanteente istintas unas e otras en lalngua B hay alguna corresondencia biunívoca tal que,aa cuaquier relación relevante en uno de los os conjun-tos, hay en el otro ua relación relevante tal que la relaciónen uno e los dos se da entre eleentos e él si y sólo si larelación en el otro se a entre aquellos elementos que según

a mencionada corresponencia biunívoca les corresponden •Ahora bien, esto es la denicón nomina el fenómeno quexpresaos diciendo que entre los dos conjuntos hay un isoorso que abarca toas las relaciones relevantes, o, loque es lo mismo, que los dos conuntos son realizaciones deuna misma estructura Lo cual, recordando el uso de las no-ciones «estructura» y «realización de una estructura» en lateoría lingüística, nos lleva por de pronto a pensar que laoperación el postulado e intertraducibilida en nuestroargumento ha convertido lo que en principio había apareci-do coo dos lenguas en eraente dos hablas de la misalengua, siendo aquí «lengua» y «habla» los ya clásicos téri-nos langue yparole, introducidos en su día por Saussure. A-guien se sentirá, sin uda, inclinado a objetaos que elconcepto de estructura vlido en la lingüística no necesaria-ente es el mismo que el que, básicamente tomado de lateoría de conjuntos, se ha emleado aquí. Lo cierto, sin em-bargo, es que solaente no es el miso en el sentido de quesu posible aplcación a la lingüística exige quizá ulerioes

complicaciones, más allá de la fórmula básica y abreviadaque hemos eleao, pero ello ha de ser sin que se sacri-que la distinción que aquí (y en general en la lingüstica) im-porta, a saber, la que se establece entre la estructura y cual-quier «realidad», y ello siempre de modo que la lengua sea

1 Nótese qe en efecto esta fórmua iclue sólo la tertraucibilia, o, e cambio, otras cosas como la posibilia de a taducció <<mecáica>; para esto útimo habra de cumplirse aemás otas condi-

cones, e cyo etae o es cosa e entrar aí.

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precsente estructur por o cu jo u u otr for siepe cros teiendo ue hross con gún rguento de tpo de ue cos de esuetr.in es posie ue se os ojete ue o tod ingüstic o no todo ttieto de engus se s en e conceptode estructur; pero o cierto es ue y e ero reconocie

to de entddes ingüstcs (por ejepo foes un secuenci de eos idetidd de un iso fone en vrosputos de secuenc etceter) ser ipose si ue dener ás o enos oscur suyciese e criteio estructur pues identdd de s entddes güstcs unc esdene en trinos «scos o «rees

Estos pues en ue e postudo de itertrduciiidd e cu h sdo sudo precsente pr hcerjustici hecho de ue o igüstco reuere un seán

tc por o tnto un refereci regur de s epresionesde siste go ue no son epresioes de siste eseiso postudo cosecuenteete picdo ev cosiderr o egus diferetes sino difeetes hs de us engu co o cu reproduce por ue pretend eiinr pues con voveos estr dentro de uengu y por o tnto o en un trduciidd ni en unseántic.

por en ue nos veos prece según todo o dicho iherete oció is de egu y de o ingüs

tico coo u diensió o áto especfico digos eáito de o estudie por grátic Por eso uizá teng intes tor en cosiderción ue oció de ese áito o secuenci no es go ue siepre hy funcondoincuso ue e vre hc es nocó es por de proto e histori ue conduce osotros no tn tguo coo uáguen teder pesr Con e n de poder tocr con gún rigor este punto itroducireos prierente guscosiderciones cuy reció co o ue cos de decir

se perciirá un poco ás dente.

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Cudo e e curso de un dáogo de Ptón uo de ossoes rec de oto e sentiieto o e diseso coecto o ue e preguntnte h dicho es uy free cert sitció en ue nuestrs trducciones noden evtr un distorsió s cu sipeente no po her trduccón; dicen en efecto go de tipo de

«igo go certdo? y teneos ue ceptro s uueeos perfectente ue e teto griego no dice eso snorete «igo go? (lég ti) ste uso es por otrte especiente cosistete pues pr decrcióne constituir respuest egtiv encond pregu no se epe «o ue dices o es cierto o cos precido senciente «No dices d (uden légis) Forueos pues provisionete este fenóeno con un tr de grátic escor e «ojeto directo de vero «de

no es un «dicho ue pudese concertr o no con cs sio ue es cos is Pr isistir e ue no set de un fenóeno sdo y de pso precisr gunosceptos ñdos o siguiente: o go de histoi Greci rcic y cásic se v seeccondo un p pr designr ue decr ue precsente en su codión de decir es señdo o eceente y es seección recere un pr de uso uy frecuente ser ue sigfic ás n enos ue «hcer en e sentido de «produir pin, y eo precisete de er ue e «ojeto

recto (o «hecho o «producido) no es ueo ue osotos os « or (e «poe o go s) so ue es cos; de nuevo u se pnten nuestr ctividd tructor proes isoues y recurrios por ejepo eci ue e «poet «poeti esto o ueo (este o ueontendo o cos) porue nuestro dscurso (odero) sóocpt referir e «producir «or esto es «poe;ero o ue e grego dice de piés es ue pi  cos«produce cos Y por otr prte o ue de ner gene

en griego se ecion co piín no es odo guo

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patula de atiidad ue po ejemplo fuese e ota-posió a otos espeíamete podutio» sio ue esel eteoctum de ue uo siempe ya se las ha o las o-sas auue estectum o es tomado auí de ualue ma-ea sio peisamete e ateió a ue l es a la ez lapeseia de todo pesete el se (se lo ue ada uo es) de

todo auello ue es e el setido e ue el zapato es zapatosólo e uato ue uo amia seguo mietas ue eamio el zapato esulta tematizad solamete uado poua u ota azó uo ha dejado de pode amia seguo.No hay e todo esto efeeia a tato alguo espeía-mete podutio» o las osas suiea e el setidode ue po ejemplo e el aso del zapato estuiese espe-ialmete impliado el ue hae zapatos po el otaioes el ue los pota uie popamete etiede de» zapa-

tos mietas ue uie hae zapatos etiede de ueo y destumetos de ota y po eso se llama skttms (el ueota el ueo) y así es tami e la egesis losófia»todaía e Plató e iluso la jaió aistotlia de latékhn matiee paa sta el aáte de oomieto polo tato de pesea (s) de la osa e su detemaiópopia si ie es ieto ue e stóteles hay ya ua po-lemáta espeía del podui

aamos pues de asomaos a ua situaió e laue pimeo el dei» (lgin) tee omo ojeto dieto»la osa y eso mismo oue segudo o el piín del pités de maea ue el pits pií (es dei podue) opoema» alguo sio las osas y teeo el pités o essio el diete (légn) señalado o eelete esto es auelue mejo de y todo ello de maea ue piín o es sioauello a sae el ue uo siempe ya se las ha o las o-sas e lo ual ada osa es lo ue ella es odo esto jutoaputa a ue el dei del ue au se tata o es esfea algu-a detemada po eemplo la de lo lgüístio e el seti-

do de lo estudiale po la gamátia las palaas fases y

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oes el dei (légin) es po el otaio auella ati-ó e la ual el ue esto sea esto es lo mismo ue el auello sea auello auella atulaió pues ue tie- luga uado u zapato es peisamete u zapato a sa-br e uato ue uo siempe ya se las ha o las osasD heho gua de las oas» de la poesía» giega hasta

al de la poa lása es e sí misma u teto e el se-o de ua seueia de palaas fases y oaoes igu-no de los autoes» peteeietes a ese tamo es algue ompoga» u teto Cuado u giego llama lgs aa tagedia o omedia o a ua oda de Pídao o se e-e a ue allí haya ua seueia de palaas y oaioes alo ue e ese aso es llamado lgs peteee isepaale-ete ua melodía u itmo gestos moimietos i- giego hasta el al de la poa lásia tampoo pues

Plató a istóteles podía ouísele pee ue uizágua ez alguie ompodía u teto paa ue oto leusiese la melodía y el itmo uizá iluso u teeo aña-iese los moimietos del oo etetea. Estos aspetoslo paa osotos sepaales uos de otos peteee i-paalemete uos a otos e la udad lgs tal u-ad es de imediato la oa uidad del haselas siempe o las osas peo ua diesidad de aspetos y momeos ue osotos (oseadoes modeos) sepaamos omoo ejemplo melodía itmo gesto moimieto sugá aati de la polemátia de u légin ue ha de se señala-o o eelete peisamete omo légin de u légin ueiedo el de uie mejo légi, ha de se uidado e todosos aspetos y mometos. Cieto ue los diálogos de Platóo teía jaió de la melodía i del moimieto i tam-oo tmo ostate y ue está e eta maea destia-os a ue o los lea paa sí así omo ue e geeal losimeos testimoios de lo ue osotos llamamos lee» (aae lee paa uo msmo) so apomadamete otem-

oáeos de la juetud de Plató Peo tampoo los diálo

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gs de Plató so teto e el setdo de la euea de palaras, frases y oraoes; pues se euetra e el tadoel ero de eleetos oo eloda, rto gesto y ometo e u oeto e el ue presaete ese elero era lo releate, de aera ue el estar e l o osttuye ua oedad (oo etre osotros o luso e el He

lesmo), so ua opó deterada Heródoto retaapúlaete su hstora, y, uado Tuddes de ue oprorza la ejeuó, de algo e dstto de ue sta opueda o o dea teer lugar

Por uy portates ue sea estas ostataoes, ypor uy portate ue sea e geeral el heho de uegua «ora» grega hasta el al de la poa lása esteto e el setdo de seuea e la desó espeade palaras, frases y oraoes s eargo más portate

aú es uzá el ue todas esas oras ha llegado a osotrossólo oo tetos (e el setdo dho) y ue ya desde elHeleso sólo de esta aera ha sdo trastdas Hasta tal puto es as ue luso saete todo lo deás(todo lo ue o perteee a la desó dha) se ha perddo De la eloda, los oetos del oro y slares,saeos astates osas teresates aera de óo e geeral era elo, luso o dfereas etre geros, pero oposeeos a oreta seuea referete a trao o frageto alguo o al eos o e etesó mportate To

daa ás sgato es lo ue ha ourrdo o el rto,presaete porue e este aso ua separaó estrta o respeto al teto es posle; el rto, e efeto, operao agtudes ue perteee a la langue e el setdo deSaussure, por lo tato o eleetos ue o puede ser elados s ue el teto deje de poder leerse; pues e, loue de heho ourre o el rto es ue podeos e prpo ostatao estruturalete, pero s ue podaosdar realzaó algua a esa estrutura es der, s ue po

daos orlo; o alulaos, pero o o oos, sera

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'Undo leemos griego en voz alta; la estructura opera conmentos que entre nosotros no pertenecen a lo lingüísti-co, con elementos, pues, que nuestra conducta lngüísticano efectúa Por otra parte, tampoco los elementos de nues-s lenguas con los que algunas veces se ha querido dar al-na correspondencia al ritmo griego son ni siquiera iso-

orfos con los del griego, por o cual no pueden ni siquierar otra realización de la misma estructura.

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2l

De los límes de la nerreacón, II

En cierto tpico «A es B» dicho en lengua moderna tan A como B son descripciones de cosa y así el ue el tráno es decir el enunciado mismo en cuestión tenga algún

ntenido (y por lo tanto el ue tenga sentido formuarlo)upone ue B es de aguna manera una descripción más vá-da ue A s bien ambas describen la cosa lo cual a su veupone ue está operando un cierto criterio referente a ué eige como descripción válida de una cosa criterio ueermite calicar una descripción como mejor ue otra hayues de alguna manera la eigencia de llevar a presencia de cosa a algún tipo predeterminado de elemento o de espaio o de enguaje. El ejemplo más obvio de esto es auel en ue el lugar de A lo ocupan ciertas evidencias sensoriaesnmediatas por ejemplo los colores y en el de B están lasorrespondientes versiones o «eplcaciones» sicomatemá-icas. ues bien si a toda costa nos empeñásemos en decirso en griego antiguo y en decrlo cuidadosamente esto esin saltar por encma de la dferencia ue pudiese haber ene ese «es» y un «es» griego (arcaico o clásico) pobableente no diramos ue A es B sino más bien ue A no es yue en ve de A lo ue en verdad «es» es B ue o ue dentrada aparece como A resulta no ser sino B y ue por lo

tanto A no es es B. El motivo de ue nos resistamos a em

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Jmado la irredctibilidad» y coherentemente con elloKant arma e ahí no se trata de cosa sino de gra o re-presentación en efecto en esa sitación e es » no seconsma y el e esto ocrra precisamente en la sitaciónen la e se encentra irredctibilidad concerda con eestamos en el es» moderno el ca comporta a redctibili-

dad ya mencionada Así la con todo esto adida nociónkantiana de lo bello sería dentro del pensamiento moder-no a la ve lo más próimo y lo más ejano a la cosa y el ds griegos lo más próimo pore en efecto el anáisiskantiano de o bello describe aello e en griego es acosa la cal es cosa pore a ella pertenece (o ella está regi-da por) n ds; lo más lejano pore eso e en modernoes distancia frente a la condición misma de ente o de cosaes en cambio en griego lo e se entiende por ente (la cosa)

y por ser (el dsEn coneión con la epresión kantiana de la problemáti-ca a la e acabamos de referirnos aparece agna ve enKant la palabra Gst (e todavía no es el espírit» savoe por espírit» entendamos lo e también a veces de-signamos en castellano diciendo e algo tiene o no tieneángel» o dende») empleada de manera tal e s referen-cia o es a eso e aí acabamos de mencionar como airredctibilidad el continado fracaso en encontrar la regae prodce etcetera Esto no tendría mayor importancia

aí si no fese pore el mismo carácter de ser» griego ale reiteradamente hemos hecho referencia con ese recrsoconceptal nestro de la irredctibilidad» de cada cosa estambién lo e se epresa en las tan conocidas y reiteradasfórmlas griegas en las e se nos dice e en todo (en cadacosa) hay dioses La irredctibiidad de cada cosa es s di-vinidad» a ca coincide con s belea» Un decir rele

Ktk de Utlska Aademieausgae V 33 f. m Dsn

da aíz mún Ma 98 899.

26

v:1nte  en su carácter de decir (cfr. aquí capítuo 1) es aquelqu' s capaz de hacer comparecer cada cosa en su irreducti-bilda, por o tanto aque en el que cada cosa es bella, y los  son aquelas guras que forman parte de ese decir uanto son las guras implicadas en a posibilidad de

i · cada cosa en su irreducibilidad; por eso  el «teólogo» 

t'S cisamente ese dicente relevante del que hemos habla-do, y por eso e respeto a los dioses no es sino aque respeto\1 las  cosas que está implicado en el verdadero motivo por elq en griego (hasta el na de la época clásica) todas las pa-as para signicar conocimiento signican  capacidad derselascon, destreza o pericia, a saber: que el griego en-de el andarcon y habérselascon, el manejar, operar yeirsede, como reconocimiento de ser propio de la cosa,cmo dejarser (recuérdese lo dicho del zapato y el pisar se-o en el capítulo anterior) , de manera que, por ejemplo,

·tar es reconocer como inherente a la cosa misma una crta división en partes, y propiamente sólo corta el queabe por donde cortar», no el que corta «por donde quiere» por cualquier parte»; esto es relevante porque irremedia-emente nosotros, modernos, entendemos en  cambio elerar y manejar de manera que tanto más se maneja uera (digamos tanto más se «puede») cuanto más se puede acer de cualquier cosa cuaquier otra, cuanto menos limi-ado se está por un ser propio de  a cosa, cuanto más se

uede hacer «o que se quiera» irremediablemente y  conerdad, pues no es sólo que lo «entendamos» así, sino quen moderno s en efecto así

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Agunas precisiones

n el conjunto que hemos elegido como «corpus» parastra presente averiguación lo más antiguo es «Homero» n el sentido de que lo más antiguo sea la fjación de

uno o ambos grandes poemas unitarios que quizá no lo seao en el de que lo es aquel momento sin prejuzgar en abuto sobre cómo haya que representárselo materialmente·n el que llega a estar constituida cierta inconfndib le mar-ca poética momento que es el que hemos decidido designar· la palabra «Homero» sin importarnos mucho el queest paabra se considere o no entonces como un mero térno técnico de nuestra propia exposición con signifcadobitrariamente decidido en ella Esa marca poética es endo caso la que a nosotros llega a través de la Ilíada y laOdisea y con ella se relacionan otos episodios documentaes en particular cieta pintura sobre vasos «geométrica»

Como el otro extremo es decir lo más reciente adoptaos el momento al que pertenece Aristóteles.

Podemos razonablemente asumir que todo el materialcluido entre esos dos extremos está en «la misma lengua»cluso en un sentido estricto (estructural) esto es que lasriantes aun cuando sean no sólo de muy diverso conteni-o, sino también pertenecientes a muy divesas dimensio-

es de vaiación pueden en todo caso conceptuarse como

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de hb y no de eng Esto serí bstnte ás probeático si n dentro de o hbitente do griego» (eincso de eo e en efecto pede tener ciert tii-dd r sí) etendiéseos considerbeente dicroní Es nor y no dej de tener gn rón de ser en e no entrreos hor e cndo se hb de n

eng» (por o tnto enos ipícitente de s- eng») en térinos dicrónicos se epeen criteriosde dentidd go iprecisos (por ejepo: e occiónhistori de eng grieg» se reer go e v desdeicens hst Bincio cndo no hst nestros dís)hst e pnto de e csi no se reconoc otro íite infrnebe e e cso de e evoción dicrónic registre n bifrcción o ricción e sincrónicenteen s oento se de dos o ás engs En cbio ecrácter y objetivos de presente estdio consejn ceñirse pnto de vist estrctr por o c sireos eciertente os diectos y s hbs de género de sépocs rcic y cásic son odos de ognición de v-rintes de hb dentro de n is eng c sinebrgo dej de ser progresivente o rgo de Hee-niso eng vigente y por otr prte e teri perte-neciente griego de segndo ienio» o icénico» sibien es ás e sciente pr e deb hbrse de is eng» en cier sentido dicrónicente úti

no o es en cbio pr resover cestión en térinos rigrosente estrctres

f. mi ngístca fnmnlgca Madid 200 , catuo 9.

30

l desgo de» Zeus

Lo e heos dicho sobre o divino» y os dioses» so- decir eceente e eperto en decir (digos: e cn) erite iá e no nos reste de todo grtito e

¡ cnto coience poniéndose é iso bjo n ciert de dios» (Cnt dios » verso ; en todo  breos de vover sobre este pnto ientrs e y

h o dicho nos perite entender e e conteciiento do» hy de ser go de (os) dioses» (¿é dios »(� de os dioses » verso 8) ; por ser t o cnt e cn iá ejor dicho se o cnt en cnto e se es c-z e deciro de ner e coprec en s divinidd y s o iso e deciro eceenteente

conteciiento e se cnt es ir de Aies» y

tr�s prece y innecesrio insistir en e trdc de mnis por ir» o por cier otr cos e prtros se n estdo de ánio o cos precid responde n robe de crcterístics generes de os tecdos éi odernos en griego nnc se trt básicente de est- de ánio o estdos de ente (ni siier cndo te-os e trducir por coss coo iedo» ásti»

' o veo a o que emitmo en ete catuo o, i o e dce

otra coa de canto imeo A) de a ada.

3 1

 

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etceter) Algo si embrgo y precisete e l ismdirecci debemos ñdir hor epresete: el e ose estdo de áimo sigic tmbié e o es due e ocrr precismete Auiles msmo A ie ocrre o ue e el cto ocrre es y el cto lo dice «losueos éstos so por s decr l cos l cl le cotece

eso e ecotrmos desigdo como «l ir de AulesDespés de hber cido e proimdmete tres

versos (del l 5) lo ue e cotecimieto ue se ctcomport pr los ueos el cto ñde lgo ue podr-mos á trducir como «y se cmpi el desigio deeus (verso 5) si bie co elo est sitis os hobigdo determir vocmete relcioes e el tetogriego ás prtáctico o determi y ue e efecto debier permecer e my precis ideci s-

ber: e «de es se el complemeto cyo úcleo es «eldesigio de mer ue todo ello to se úicomiembro de orci o e otrs pbrs e co ivoci-dd el desigo se lgo «de Zes lo ue l grmátic escolr ll «geitivo de sujeto El e esto o ed deter-mido s como e crácter más prtáctico de lcostrcci comprd co uestr recepci de l mism ed de releve tmbié e los probems co los eos ecotrmos l segr leyedo: «desde e l comeose distciro e dispt (verso 6) dode osotros te-emos e seguir y segir discutiedo sobre si ese «desde compleme «el desigio (eus hbr cocebido esepl «desde e ) o «se cumpli (e cmpiieto deldesigio hbr empedo co ) o l epes de des-grci e cotece los eos (ést empezr cdo )

Permítaseme que evite expcita de nuevo aquí e comentaio apykhaí, Hades y «eos msmos> que ya he fomuado reeadamente enoas pates (po ejempo en Se y álogo Madd 996 p p . 1 1 1 1 8 y  

e Hstoa e !looa antgua Madd 1995, pp 26-2732

Í ·lus  qiz «Ct dios de comeo (el ctor� ' pnda tr desde ) lo cul tiee evidee rel-r! '>n n a sti referee de dde o de é de¡u  n ie el «desigio

S a como fere (y sobre ello volveremos ue o ;l cer ls ideicioes) o slo el ue el episodio

do implic el recoocimieto detldo de su c- ·r io coo y hmos dicho sio ue clso el i·i n ue pog e mrch el episodio hbrá de ser

(in :i l) irupci de lo divio eso es u pérdid del de trivl de lo e pricipio trivi U cutv e

� ll 'I s slo u ctiv más hst e mometo e ue ito precismete de es cutiv prece e esce o lgue e tiee u especil relci co lo divioLn qé cosiste est especil relci es cesti ue ued

d por tpicci brt cudo lo ue hce- tducir empledo térmios procedetes de l esfe- igi o se percbe etoces los rsgos e l o- Crises ribye el cto Es go situdo tmbién el propio ocio del ctor e el ábito de deciru   reevte como t (ará es decir soeme mrcdomo t por ello iá tmbié peligroso) y o debemos

r o y dicho de e o estmos te ámbito espe-·i ue ser el del decir o de lo ligüstico sio e lo

odo u como «dcir brc el etero drco

érselsco cos e os remite todo lo e y he-o dcho de pn y de l relci co lo ue u modero o bello (l destriviici el Gst ktio y ele<»); e efecto Crises por eemplo h «techdo u re-c nt» pr el dios e es pr e dos iere decir ue e (e el teer lugr de ese recto) comprece de mercil el dos y y sbemos lgo de o ue esto tiee ev T o lo e e modero dice dciedo ue elo (el eci-) «es bello De hecho el recito es clicdo por Crises

m khars (verso 3), esto es e tiee khá dode l33 

 

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reacin de con el Gt kdente Ahora bien a propsito d e

onado con el citado Gt he

u n ne r lica-

s :n ) q aya u 'S, la pcin os s siempre

· u so r parte o inio

igt om dka l zn ; ue

1 i l e,  y anto e n ucó de algo o alguien

determinad , on unilerdd ello mismo es la

 e adka En 1 a qu comentamos la presenciaa la e s fs comporta en efecto na singlari x p lidad del caso as generado (el deCise   y l uvida e no puede ser to ruie st presa común en marcha st , pAgam. lo sin embargo la adka s  x luy · opara s d a un niel más profundo p s l m ;1 nes una paición ocasional, externa y en rn pi ·lia-ble si ue es el propio Agamenn ui   n u

singular lo común La positiidad ms lk-.·

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misma ya no la dk, sino la adka a ese armarse en apresencia habrá de pertenecer n substraerse y esto ya nopodrá ser Agamenn. La primera aparicin de Auiles dentro de la marcha concreta del relato consiste en e es éluien ahora llama a la agré (y esta palabra como légnsignica renir) Ailes es por de pronto el personaje

marcado especcamente por a inminencia de la muerte estambién algien e por s genealoga conecta con algodistinto del reino de eus por lo tanto con algo distinto dela presencia y conecta precisamente con algo ue tiene ue

 er con las profndidades: cando Tetis a madre de Aui-es uiere algo ciertamente lo pide de es pero tiene lacapacidad de ehibiendo ciertos ttulos reclamar respetode eus mismo capacidad ue no tiene Hera la gura sinembargo más prima a eus dentro del propio dominio

de éste ucho más habrá ue añadir aún a esta caracteria-cin de Auiles. En todo caso la agré tiene en efecto la irtud de hacer patente la profundiacin de problema; ahoraya no será una gura eterna como a de Crises sino ue esCalcante alguien imprescindible dentro de la propia em-presa aea uien representa la irrpcin de lo diino Cal-cante es el mánt Arriba nos ocpábamos de íd y de cáles la referencia del «er» ah implicado; la forma estatia deese erbo «er» es lo ue solemos traducir por «saber» y loue ahora se atrbye a Calcante es precisamente ese «saber»

(erso 0) el «objeto directo» ue sigue no es una especicacin sino una epeegesis ¿ué sabe auel ue por as de-cir simplemente sabe? una e más estamos ante la grarepresentada implcitamente en el propio cantor y más omenos eplcitamente en personajes e an en esa direc-cin (ocasionalmente Crises y no ocasionalmente Calcante de uien es eperto no en esto o aell sino en ciertojuego ue siempre ya se está jugando y en el cual el e estosea esto es a la e el ue auelo sea auelo en relacin

con ue ni esto es reductible a aello ni auello a esto ni35

 

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ninguno de ambos a aguna otra cosa El «objeto directo»para ese saer es una expresión que aqu aparece para el sa-er de Calcante, pero que en a Teogonía de Hesíodo es re-ferida una vez, algo areviada, al saer del cantor mismo yotra vez, competa, al de las musas6 una traducción conven-cional sería algo parecido a «lo que es, lo que será y lo que

antes fue», pero lo que hay en el texto grego es el «partici-pio» de vero «se>, a propósito de lo cual cae recordardiscusiones en curso en otros contextos sbre interpreta-ción que ha de darse a la libertad de «bstización» de

 verbo cópula, a la conexión que con este meno iene elibre uso de formas como e particip ont- y al hecho deque todo ello no enga en griego caráct lguno de «sosti-cación», sino que aparezca por eje uí, es decr, enaquel poeta que es en cierta mane digma de lo

«naiv»7•Nadie, y Agamenón tan poco c tro dis-cute que el dictamen de Calcante r cdo Conello el mismo problema ya plante que larelevancia de lo común ha de ser v i a 1 bsraer-se mismo, o el de que la positiv sa rele-  vancia es la pérdida de lo que ha r -'ve se ex-presa en una nueva y aguda man ol a seida,pecisamene Agamenón se que a q u le toca»,sin su gras; con esto se hace tr J ho I qu quien

representa lo común es a la ve ado uso elmás mportante), e cual tiene n a p t ( . s rtan-te); Agamenón, en efecto, rec q 1 s bsi-tuida y que sea otro quien se q n p · Y de-sempeña ahora un doble pape rv , bo ctosde su condición de gur d bsra s o • ca

6 Hesíodo, Teogoní, versos 3 -2 y . 8 r p l i v ' l ·.

7 Cfr. mi Lenguay tiempo, Md 19) n •s ¡ · ' : ( í 4, y de

nevo aqí mismo, capítulo 1 .

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por un lado es él quien nega que la condicón de pimerode Agamenón, condición que no discute, comporte tam-ién una mayor garantía en cuanto a la particular parte y,por otro ado, corresponde que en denitiva sea Aquiles,como aernativa frente a Agamenón, quien se quede sinparte Ahora ben, más importante aún que esto es cómo se

desarrola el enfrentamiento Se deja notar que Aquies po-dría tomar armas contra Agamenón, mpedr que éste lequitase nada e incluso simpemente mataro aí mismo, y, ala vez, se deja claro que, sin embargo, no puede hacer nadade eso Aquiles no puede, frente a Agamenón, erigirse eninstancia positiva, no puede ser él la presencia Llega a ini-ciar el movmiento de desenvainar su espada, y es entoncescuando entra en juego un dios, Atena, para recordarle loque él es o, más bien, noes El dios o hemos visto ya es

la gura en la que relevantemente comparece la irreductibi-lidad ésta es lo que, con recursos en parte tomados espe-ciamente de Patón, pero haando del modo griego de en-ender el «es », identicábamos (como irreductilidad dela cosa) con la no onticidad del eídos, su no carácter de cosa,su escaparse; por eso también el damon de Sócrates es la -gura que aparece cada vez que sin él Sócrates se habría deja-do evar a una pasmacón positiva de la norma. Aquí laaparición de la diosa, visle sólo para Aquies, inhie cual-quier posile pretensión de éste de ponerse como presencia

frente a Agamenón la espada vuelve a su ugar y Aquiles nisiquiera impedrá que Agamenón le quite su parte Aquiesresponderá con lo que es l o suyo: la ausencia y, cuando in-sulta a Agamenón, lo hace echándole en cara incapacdadesque precisamente relaciona con a de asumir la kér (la muer-te)

Que a ausencia sea, sn embargo, presencia, que Aquilesrlle, enga un reconocimento, eso será lo más dicil, pues¿cómo puede comparecer el sustraerse mismo? Paa eso

hará fata el más sabo, y aun deerá quedar en el aire si él

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lo consge o no Él es Zes y el plan de consegr presenca de la aseca recoocmeto en el sbstraerse es «eldesgno de Zes. Vsto así ¿hasta é pnto es «de Zes?

S hemos empleado la palabra «sabo para referrnos ale es capa de hacer algo es (lo hemos dcho hablando depor é en grego «saber es sempre destrea o perca) por

e en el conteto al e nos estamos reredo todo verdadero hacer (todo lo e e verdad sea hacer) se etedecomo el reconocmento del ser de la cosa y el reconocerconsste en dejar e la cosa sea lo e es o dcho de otramanera: decdr (cfr. cadr «cortar y lo dcho de cortaren el capítlo ) es dscernr (jntarseparar légn Todoello o es pes la epresón de n «ator («sjeto) soe el «ator (el ptés, con todo lo ya dcho y lo por decral respecto) lo es sólo e el setdo de e «e esto es«sabe o sea: está mplcado de a señalada maera en

aello a lo e prmaramete se reere ocones talescomo dscermeto jtarseparar légn, a saber en esoe nombramos cado decmos e el e esto sea esto eslo msmo e el e aello sea aello y e precsamete por ello no es esto lo msmo e aello aello lomsmo e esto so e son rredctblemete esto aello

es be ¿é es eso e a lo smo Zes y á n sera él sabe o sabehacer?

Los doses son las gras e las cales se epresa la rredctbldad de cada cosa por lo tanto tambén la (o)comparececa (el carácter no óntco) de eso e en estraeposcón ha aparecdo representado por la nocón deds ae o sólo por ella. Consstentemete co esto alos doses en s cojnto es herete sbstraerse «e sempre ya certa dmensón haya eda trás poreso los doses vgentes e nvocados costty el renoe sn embargo cosste en habe deja trá a gene-racón precedente cyas gras so ct a s ve

38

1

doses pero o está postvamete ncldas en la normalnvocacón de los doses Zes msmo es la ndad del ámbto de los doses y e caldad de tal es e rea por haber derrbado y matener aherrojado a s padre En cantoe él es la dad de los doses él y ade más es la coeón co el «sempre ya haber edado atrás y lo es e la

peclar manera e ha edado sgerda. or eso s al-ge pede reconocer presenca al sbstraerse msmo seráél y no es claro e él peda hacerlo.

mportante es aí o sólo el e todo esto se ecentree el s so també el e a la ve allí msmo no seecetre en otras palabras: el e todo aello e comporta alsón al «sempre ya haber edado atrás porejemplo a lo dvno atecedente a las obscras raíces delreo de Zes esté sn estar nca postvamente dcho yprecsamente por ello sempre sbyacete. clso todo loreferente a la menca de la merte de Ales mateeeste carácter como tambén Ales msmo está presentebáscamente e el modo de la aseca El modo de (no)presentacó de todo aello e el éps respode a la (no)presenca de lo e se pretende (no) presentar E el éps sedcen solamete cosas el detalle de las cosas el fondo es solamee fodo o hay nombre algno ( sera trastoro) para lo sempre ya spesto y la constaca de ese fodo es lo e da sedo al recrearse e el detalle de las cosas.

o ajeo a la estrctra e se acaba de mecoar esnclso el modo de costrccón rítmca característco deléps sempre el msmo metro prodcendo sempre el ms-mo período consttye como fondo constate a la ve labase para e medante las varas posbldades de realacón del msmo metro la bcacó de las cesras etceterase prodca a dversdad de gras.

8 Cf. mi El sabe de la meda, Mdid 2005 pci cpt

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5Re

De nuevo comenamos con Homero ahora reriéndonos al enmeno generalmente conocido como «símil homérco» Cierta stuacin típca o ue de algún otro modo

se supone conocida es sin embargo descrita con certo de-talle con el n epreso de emplearla como término de com-paracin para ue mediante esa comparacin uede des-crita otra stuacin ésta puntual y pertenecente al relatomismo ue se está eectuando de manera ue de la propiasituacin actualmente a describir en sí misma se eectúaslo el mínimo de descripcin necesario para ue uede de-inido ué es eactamente lo ue se compara con auellootro típico o ya conocido Así pues la situacin típica o yaconocida ha de ser sin embargo descrita con el n de ue

en ella uede destacada una cierta pluralidad de elementosy relaciones entre ellos algo pues susceptible de ue enello se aprece una estructura la cual en eecto se aprecapor el hecho msmo por el ue el síml resulta descriptiva-mente eca a saber porue el papel de otro conjunto m-prescindble para ue pueda encontrarse un isomorsmo ypor lo tanto una estructura es desempeñado por la situa-cin puntual actuamente a describir

Lo ue ocurre en el enmeno al ue acabamos de seña-

lar es ue cierta estructura es lo ue e n el ondo hay precisa4

 

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mente en la medida en ue no es mencionada en s msmasino ue está por e hecho de ue para describir e detalle deuna situación se emplee e detale de otra Es evidente a coneión de esto con cosas ue ya emos dcho de éps. Comentaremos ahora cierto comieno de otro género a saberel de la séptima oda olmpica de ndaro el cua esboa de

entrada la fórmula de un smil ue por el modo de presentación del primer término pudiera en principio ser comolos homéricos nteresa ver en ué sentido ese esboo serompe al iniciarse e segundo término el ue en Homerosera la situación actualmente a describir) lo ue ahora entra en ese lugar es la referencia al propio ocio del cantoralgo pues completamente distinto de cuauier situación adescribir algo incluso ue en Homero sólo se mencionabaen epresiones hudiamente introductorias como el citado«Canta diosa » y para pasar de inmediato a decir lo único ue en el éps se dice a saber cosas Lo siempre ya supuesto e juego ue siempre ya se está jugando decamos suena en e éps precisamente porue n es dichocomo corresponde a su carácter de auello ue siempre yaha uedado atrás A eso corresponda e ue los dos términos de smil fuesen cosas y pluraldades de detalle de as cosas aunue de dferente carácter y con papeles n intercambiables As el ue el propio oco del cantor sólo de laindicada manera huidia sea mencionado en e éps se co

rresponde con o ue ya hemos dicho de ue la peculiaridadde oficio del cantor tiene ue ver con la relevancia del légn mismo como tal por lo tanto con la problemáticacomparecencia del juego ue siempre ya se está ugandocomparecencia ue en el éps, según hemos dicho puede tener otro carácter ue precisamente el de n uncamencionado ni ser nunca auello a lo cual s ña. spues lo ue en el aludido comieno pindár vi n segundo término en el ugar ue en Homero a la s

tuación actualmente a descrbir) rom i n ente42

auella posible esperana de encontrarnos con un smil deltipo homérico Ahora no se pasa de una particular puraidad de detalle de cosas a otra sino de una a algo ue ya noes pluralidad particular alguna de detale de cosas a algoue en cambio tiene ue ver con ese «lo msmo» ue mencionábamos cuando decamos ue el ue esto sea esto es lo

mismo ue el ue auelo sea auello precisamente porueni esto es auello ni auello es esto ni ninguno de ellos esreductibe a alguna otra cosa

Según esto lo ue en el éps siempre ya uedaba atrás ysóo as de algún modo compareca es en cambio en el comieno pindárico citado e «a dónde» de agún tipo de referencia o encaminamiento Las cosas el detale de ellas sonahora auello en lo ue ya se está nstalado y en lo cual setiene apoyo para de ello arrancarse en dirección a o uesempre ya haba estado en el fondo y a lo cua a referenciaes sumamente problemática De hecho esta secuencia ueencontramos en los aproimadamente die primeros versosde a séptima ompica sirve además de introducción parastuarse por o ue se reere a la oda en su conjunto en elpunto de partida de la trayectoria ue acabamos de diseñarpartiendo de a instalación en las cosas señalar acia losiempre ya supuesto) pues esos versos conducen en denitiva a ue e cantor ahora anecdóticamente canta lo uetoca cantar a saber la victoria de Diágoras y esto sirve de

punto desde el ue se arranca El ue la ubicación en esepunto se introduca medante el aparato ue hemos descrito anticipa a función de ese punto anecdótico en e conjunto de poema pues esa manera de mencionar el acontecimiento anecdótico leva a ue éste o su mención sea asu ve e desencadenante de una sucesión de crcuos de radio creciente o si se prefiere decirlo as a ue auella relativamente rápida espral acia adentro señaar el acontecimiento anecdótico desde el esboo de una referencia a un

crculo inmensamente ampio) sea e empujón ue haga sal43

 

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tar una gran espiral hacia afuera, a cua constituirá e nervo de todo el canto Tal nervio es, en eecto, en la séptmaolímpica una secuencia de tres historias, de las que cada unaes más englobante y «anterior» con respecto a aquela que aprecede en la oda. Las dos primeras historias haban demortaes e inmortaes, si bien colocando el acento de distn

ta manera a una que a otra; en la primera son los mortaleslos que actúan bajo la mirada de los dioses; en la segundaactúan los inmortaes mirando a los mortaes. La tercerahstoria, por su parte, se sitúa ya en algo a lo que os diosesmismos, Zeus mismo, se someten, en una especie de reparto originario en e que Zeus no decde, sino que reconoce yguarda (o, si se preere decrlo así, «decide» en el sentido enque esta palabra ha sido empleada alguna vez en nuestro capítulo 4 en relacón con discernir y cadr).

Las dos primeras hstorias tienen que ver respectivamente

con dos aspectos, que en nuestra propa actual exposicón yahan sdo mencionados, de a reevanca del juego que siempre ya se está jugando y de cuán problemática es esa relevancia La prmera historia (versos 033) stúa el undamentode lapóls en algo en cuyo fondo hay transgresión y desarraigo Lo hay por cuanto e proyecto póls es el de que el nóms(e reparto, el «o mismo» de ya reiteradamente ormulado«el que esto sea esto es lo mismo que e que aquelo seaaquello etcetera») sea relevante, sea expresamente reconoc

do, por lo tanto es la relevanca de lo siempre ya supuesto,de aquello a o que pertenece siempre ya haber quedadoatrás, y esto último no puede signicar que eo no se hagareevante en absoluto, o cual equivaldría a que eo simplemente no tuviese ugar o no o hubiese, sino que ha de signicar que su reevancia es transgresión, hjrs, no con respecto a aguna ley superior, sino en sí misma. La segundahistoria (versos 3453) tiene que ver con otro aspecto de laprobemática reevancia de lo siempre ya supuesto, a saber,con el problema de un decir (con todo lo que según nuestros

44

capítulos precedentes entra en esta noción) que sería señalado o exceente en su misma condición de tal, por lo tanto deun sabo que lo sería no en este o en aquel ámbito, sino enaquelo que siempre ya está teniendo lugar (siempre ya, estoes, sea lo que uere lo que en particular está teniendo lugar).Los rodios, hijos del sol, están destinados, por sabio conseode su padre inmortal con ocasón del nacimiento de Atea, aser los primeros en reconocer lo dvino (y esto, como ya hemos visto, quiere decir: reconocer en cada cosa su irreductibiidad, siendo esto o mismo que el que en la presencia decada cosa esté supuesto lo siempre ya supuesto); eo conllevaque algo se les escapa, algo olvidan. Y e resutado de todoello es que, en eecto, la diosa les concede un saber que esciertamente «todo saber», pero que (o quizá: y que por elomismo) tene el peculiar carácter de que en él el érgn (estoes: lo que llega a presencia, o que se hace aparecer) es «se

mejante a » Sin duda se trata de genuino saber; «pero . .»;e «pero ... » concerta con el precedente «obra semejante a . .», pues a continuación se nos dce que debe haber un saber«mayor», e cual «no comporta engaño» En efecto: la pretensión de relevanca de certo «lo mismo», que hay en lapretensión de un légn reevante como tal, el cual, según yahemos visto, no es distinguible de un pn relevante comota, comporta algo así como a constitución de ese «lo mismo» en cosa por o tanto ago así como «una soa cosa», locual dado que no es posibe suprimir a dierencia irreductible sn suprimir precisamente el ser, esboza a constituciónde cierto ámbito uno, en cuyo tener lugar tiene lugar cuantotene lugar y que a la vez, puesto que la diferencia irreductibe entre as cosas no puede ser suprimida, sería aquel ámbito en el que tiene ugar un «esto» que sin embargo no es enverdad esto y un «aquelo» que sn embargo no es en verdadaquelo; algo que quzá acabe lamándose mmss o inclusoproduciendo otras nociones de ámbitos en los que está cadacosa sin que al esté en ela msma.

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Comienza entonces la tercera historia, cuyo ámbito dereferencia ya hemos caracterizado. La exégesis de esa tercerahistoria desborda nuestro presente propósito. En vez de talexégesis, nos permitiremos traer aquí una referencia a algunos versos de otra oda olímpica de Píndaro, la segunda. Eltrayecto de la primera mitad de la oda segunda olímpica haconducido hasta una alabanza de algo cuya denominaciónpodemos convencionalmente traducir como «la riquezaadornada por excelencias» (verso 53 y siguientes), y, con lareserva de que quizá volvamos sobre estos conceptos, con-tentémonos de momento con que «la riqueza» sean las cosasen la medida en que se tiende a considerarlas como suma deellas y con que las «excelencias» «adornan» la «riqueza» encuanto que ellas son aquello por lo cual esa reducción asuma, de todos modos, no puede cumplirse. El que a continuación (verso 56) se introduzca lo que gramaticalmente es

la prótasis de un período condicional («si ... ») nos pone, habida cuenta de que no habrá una ulterior apódosis, una vezmás en la posibilidad de tres o cuatro análisis gramaticales,alternativos entre sí para nuestra necesidad (desde luegoineludible) de emplear la gramática, pero quizá no para elcanto mismo. Ya sea que el «si . » despliegue lo indicado en«adornada con excelencias», ya añada una condición en lamisma línea, ya simplemente exprese en general una rele-vante «excelencia» lo que en todo caso se añade y se con-templa ahora como la posibilidad o cuaicación introduci-da por el «si .. » es un cierto saber, en el cual se sabe to

méllon. Esta expresión9, que ciertamente se reere a lamuerte, no signica algo que viene o está por venir. Gramaticalmente cabe asumir aquí la conocida posibilidad de usodel «neutro singular» de un adjetivo sin que quepa atribuir

9 Gramaicalmee e «euo singlar> (co «artícuo) de «paric-pio presee acio de u erbo (mélein) que sigifca «esar e vasde, «ea por llega eceera.

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le substantivo alguno de referencia (ni siquiera implícito oindeterminado) y signicando el carácter o la condiciónde . . . (a saber: de lo que diga el adjetivo). Esta posibilidadquizá sea en este caso la que permita desde la gramática � n-tender el texto, ya que el mismo, precisamente por refersea la muerte, no podría signicar algo que viene, es decir,

algo que en tal o cual momento ocurrirá. Nuestra (modernay en cierto modo ya heenística) manera de mencionar lamuerte hace de ela algo que acontece en algún momento,es decir, algo que de suyo sería ahora, sería presente, sóloque en otro ahora que el ahora de ahora mismo ello res-ponde a la obviedad que tiene para nosotros la noción delahora, y ello signica a la vez la imposibilidad de asumir loque, sin embargo, la más elemental fenomenología nosobliga a admitir en lo que se reere a la muerte, a saber, queela es precisamente aquello que nunca podría ser presente,que no es pensable como ahora Por «la muerte» no cabeentender ningún posible ahora; por lo tanto, cualquier cosaque digamos a propósito de a muerte no la decimos acercade algo que alguna vez vaya a ocurrir, sino acerca de lamuerte como fenómeno en el asumir o reconocer la muerte y lo que al respecto estamos en efecto diciendo es quetodo ello, todo lo referente a la muerte, no es sino la ruptu-ra de la obviedad del ahora, el punto en el que se reconoceque el pensar en términos de ahora no funciona; eso que

ahí emerge es, pues, la no reductibilidad del advenir a aho-ra, su carácter irreductiblemente distinto del de ahora, porlo tanto el carácter o la condición del advenir como tal, lairreductibilidad del méllein, y eso es lo que literalmente diceto méon. Lo que, por el contrario, acabamos de describircomo la obviedad moderna o helenísticomoderna, eso, dealguna manera, aparece también en Grecia, pero no comola obviedad para entender de qué modo alí aparece, introducimos la consideración que ahora seguirá Ciertamenteser es presencia (y esto tiene algo que ver con el ahora) y lo

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ente es lo presente, y ser y presenca es permanenca y es,por lo tanto, nsstr en la presenca; a la vez, el nsstr en lapresenca se opone a la presenca y al ser, porque ser y pre-senca es límte, es dencón y por lo tanto es termnar; loque acabamos de desgnar como el nsstr en la presenca esel predomno, el desqucameno, la unlateraldad, la ad

ka Desde este punto de vsta, lo que hemos llamado laconcepcón helenístcomoderna puede quzá descrbrsecomo el resultado de que la adka abandonada a sí msmallega a no ser ya n squera adka, pues ha dejado de tenerun contraro y, por lo tanto, sencllamente ha dejado de te-ner lugar. En grego, en cambo, la adka sgue sendo adka porque el ondo de la cuestón sgue sendo la dk, estoes, porque a la exclusvdad de la presenca le sgue sendonherente romperse, o, en otras palabras, porque sgue operando la rreductbldad a presenca, esto es, sgue operan-

do to méllnQue la nsstenca en la presenca es contrara a la pre

senca msma y que la adka abandonada a sí msma ya nsquera es adka, todo lo cual acabamos de decr, puedeambén decrse as en el contnuo nderencado de la exclusvdad del ahora (ahora y ahora y ahora) no hay presen-ca, porque no hay límte, todo es reductble (y, por lo anto, todo está reducdo) a una espece de pasta común Estoya no sería Greca la presenca en sentdo grego es la rre-

ductbldad Ello quere decr que sólo hay presenca porcuanto to mén no ha dejado del todo de ser operante apresenca, certamente, no otra cosa que la presenca, peroésta en sentdo grego, es sgncada en el canto de Píndarocon el nombre de Zeus El reconocmento de to ménqueda entonces ya sgncado por el hecho msmo de quese delmte un «reno de Zeus (verso 58) y un camno deZeus (verso 70) pues esa delmtacón sgnca reconocerque hay algún otro lado a asuncón de to méln noconsste en pasar al otro lado, sno en ser capaz de soportar

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la relacón de ambos, por lo tanto da y vuelta o que hemos dcho de que la presenca, a la vez que es nsstenca y,por lo tano, abandono de to mén sólo sgue sendo pre-senca en cuano que se apoya en to mélln eso se dce en elcanto como la relacón de Zeus con Crono Quen ha sdocapaz de aquella da y vuelta ha asumdo esa relacón No

ha pasado de Zeus a Crono, smplemene ha asumdo la dependenca; no está Crono por encma de Zeus, n éste porencma de aquél, sno que algo o alguen está por encma deambos algo o alguen que, coherentemente, no es sno lamedacón que remte de cada uno de ellos al otro, aquellamedante la cual Crono es padre de Zeus y que es, en eec-to, la msma medante la cual Zeus arrojó del poder a Crono, a saber, Rea, «la que tene el más alto trono de todo(verso 77).

Entre lo que en el presente capítulo hemos encontrado

sguendo cantos de Píndaro y lo que en el capítulo anteror(y aun en los comenzos del actual) habíamos puesto demanesto en cantos de Homero hay una derenca másmportante que todas las que en el contendo puderan ad-vertrse; es una derenca reerene no a que ceros conte-ndos estén o no estén, sno al modo en el que están o noestán A propósto de Homero había quedado claro quennguno de los contendos báscos a los que apuntábamosestá en el sentdo de que uese constaable un esuerzo del

cantor y de su canto por señalar en tal dreccón; en el épsdecíamos sólo se dcen cosas; nuestro análss, allí, noapuntó a nada que en el canto se ntentase nombrar o a locual se ntentase señalar; smplemente deectábamos unondo relevantemente dejado atrás. En cambo, sguendo elcanto de Píndaro, es un nervo consttutvo del propo canto, es su propo señalar haca algo, lo que creemos poner demanesto cuando apuntamos a lo msmo a lo que, de laotra manera, apuntábamos desde Homero Nosotros nten-tamos reerrnos a lo msmo, y con ello detectamos una d

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ferencia esencial en cuanto al modo en que eso mismo estáo no está en el poema. En Píndaro el habitar cabe las cosases la base desde la cual se pretende señalar a aquello que enHomero sólo por nuestra parte era un «a qué» de la referencia, mientras que en el poema mismo era sólo la latencia ala que nosotros (no el poema) señalábamos como el fondo

que da sentido al poético recrearse en las cosas. La relevan-cia de esta constatación queda subrayada por el hecho deque también el modo de construcción rítmica del canto coral presenta, con respecto al del épos una diferencia corr�spondiente a la que se acaba de señalar. En el canto coral cluso rítmicamente no se parte de un «siempre lo mismo»de la repetición de un elemento básico, sino que la adiciónde elementos diferentes (períodos diferentes que pueden asu vez constar cada uno de ellos de metros diferentes) cons-tituye nalmente algo que, ello sí, se repite.

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El intercambio

La insistencia en nuestros capítulos precedentes, enciertas fórmulas como la del carácter problemático de la re-levancia de aquello que siempre ya está teniendo lugar, la decómo al juego que siempre ya se está jugando le es inheren

te pasar inadvertido, la de cómo esto sin embargo no puede querer decir que tal juego simplemente no se haga relevante en absoluto sino sólo que su relevancia tiene elcarácer de hjbris, todo ello e incluso el que reiteradamentehaamos empleado para hacer referencia a aquel juego laconsideración del «lo mismo» que se menciona al decir queprecisamente la irreductibilidad de cada cosa exige que elque esto sea esto sea lo mismo que el que aquello sea aquello, más aún: nuestra insistencia en un sentido de «decir»

cuya referencia no es otra que la de poieín, en un saber quees destreza o pericia porque el operar se entiende como re-conocimiento etcetera todo ello junto o todo ello comouna sola cosa, necesita, para ser entendido, que su identidadcon otras constataciones sea explicitada.

Ciertas construcciones teóricas de la Modernidad se ba-san en el concepto designable con la palabra «mercancía»,de la cosa como disponible para su cambio por otra(s)cosa(s) por otras en general esto es por en principio cua-lesquiera otras de manera que (y ello está en la base de la

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comunidad y hay intercambio de cosas tiene sentdo preguntar si el intercambio de cosas es básicamente entre comu-nidades o en el interior de la comunidad y al preguntar ashemos dado con lo ue fuentes griegas de la época ue esobjeto de nuestro estudio por ejemplo Heródoto mencionan como la diferencia entre la comunidad griega y la bárba-

ra Todo ntercambio escenica una distancia (un «Ú tú yoyo» y «esto esto auello auello») ahora ben admtido uehay comunidad la distancia entre comunidades es obvia tri-vial y externa mientras ue la distancia en el interior de lacomunidad es en efecto auella distancia en la ue el ueesto sea esto es lo mismo ue el ue auello sea auello elue tú seas tú es o mismo ue el ue yo sea yo. As pues lacomunidad en la ue es básico el intercambio dentro de ellamisma es a la vez la comunidad ue está embarcada en laaventura de reconocer expresamente el nóms, y por eso lacomundad griega es lapóls

Acabamos de establecer la sinonimia entre ue el inter-cambio de cosas sea cenralmente interno a la comunidad yue ésta esté comprometida en el proyecto de reconocimiento del nóms (es decir ue sea una póls1• Debemosahora ratar de expresar en esta nueva clave lo ya introducido acerca del carácter de hjrs ue la pretensión póls tiene

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I 53 Cf. m cmnt st sj n tcu Etado pls n: M Cuz cm.) Ls ósfs tc Mdd-Méxc 999 ), s cm tmn n m ngístca nomenolgca Mdd2001) , 35

" S n cmms qu ns fms c vcs n nm stg cn xsns cm «qu s s s scn»,d cs mns qu s s» st cntxt n udns s qu d un , squ s qu d u ds, sn qu msmn cu vtud s ncus ds s ds Cnd ccm gnt (oetés cuéds dc s st ncón) un mmu s un ds, tn sntd d hc nt xtdn

mnt dc cmmtd d t

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y de su por lo tanto más ue sospechable endencia nterna a la propia ruina Por de pronto e reconocimiento delnóms es e de algo ue habra de ser lo mismo para todos ypara todos los casos es por lo tanto la constitucón de unespacio uniforme y en un espacio uniforme los lmites sonaccidenales por lo tanto no hay ya nada ue llegue desde

au hasta au auelo mismo cuyo estatuto se uera hacer reevante se ha esfumado precisamente como consecuencia de esa relevancia ya no hay comunidad y por lotano tampoco hay póls Puesto ue la comunidad en laue es centra el intercambio interno y la comunidad com-prometda en el reconocimiento del nóms son dos nombresde la misma cosa lo ue acabamos de formular mencionando e espacio uniforme y la accidentalidad de los lmespuede también decirse del siguiente modo el intercambiointerno produce una tendencia a la descualcación de las

cosas esto es a la consideracón de las mismas en el modode suma de ellas tendencia ue sn embargo no puedecumplirse precisamente porue la mercanca está excluiday ue por lo tanto sólo puede actuar como elemento depérdida y ruina Todo esto es lo mismo ue se expresa también dicendo ue la relevancia de un «lo msmo» dado uela relevancia hace de ello algún tipo de «cosa» produce unaespecie de cosa en la ue todo sería uno lo cual sin embar-go no puede ocurrr sino como pérdida y ruina porue eser no es sino la irreductibilidad de la diferencia Ello es incluso lo msmo ue esto otro la relevancia de un «de a » de una distancia o inervalo o vuelco da a esa distanciael carácter de lo (por de pronto internamente) uniformeconsiguientemente también el de algo en lo ue los lmites(por lo tano en denitva ambién el «de ué» y el «a ué»)son indiferenes volviéndose as en cierto modo básica lanoción de o ilimitado la cual sin embargo no puede serbásica pues si lo fuese nada habra ya ue ser es límite

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Decr el duelo

Según lo que hemos expuesto en capítulos anteriores,pudiera parecer que cierto camino, diseñado aquí a propósito de índaro, pero que por nuestras referencas a cosascomo el ritmo debe ser de un modo u otro e de todo loque lamamos méls, se orienta a algo que, en cambo, en eléps aparece como lo que siempre ya ha quedado atrás A lavez se ha vsto ambin cómo y por qu a la autencdad deesa orientación pertenece e que a misma, por así decir, seasu propia ruina Lo que siempre ya ha quedado atrás debe,en efecto, siempre ya haber quedado atrás o hay unotodo óntico El arrancarse frente a las cosas es, como sunombre indica, ruptura con a onticidad misma Ello, segúntodo lo que hemos expuesto, significa que la pólis perece,

no en el sentido trivia en el que «todo pasa», pues lo otro,lo que quedará, en e fondo no puede entenderse si no espor referencia a ella por ejemplo el espacio ilimitado esciertamente lo que para nosotros hay pero la fenomenología del mismo conlleva que no puede ser lo prmario, puesno es entendible sino como la ya sugerida explosión de ladistancia o, dcho de otra manera, partendo del espacio ilimitado no sería posible entender que haya en general cosa ocosas (o smplemene que «haya»), pues ser es límite uestoque, según todo lo dicho, el perecer de la póls orma parte

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de su misma consistencia, tene sentido preguntar cómo lapóls misma se las ha con ese su carácter de ser su proparuna; donde acabamos de decir «se las ha con» cabría tam-bién decir «dice» o «sabe», entendidos estos verbos en elmarco de lo que ya tantas veces hemos dicho sobre la refe-rencia de «decr» y el «saber» griegos Se trata, pues, de

dónde y cómo tene lugar relevantemente el que el retornomélico no puede alcanzar el punto de partida, el que los dosmovimientos no se complementan, digamos: dónde y cómose hace presente la ausencia de síntess; Arstóteles empleócon insistencia a palabra khrs («por separado) para carac-terzar el modo en que dos principios generales de construc-ción rítmica (cuya dualidad divide el conjunto del decir re-levante griego y precisamente de manera que el éps está deun lado y el méls del otro) se encuentran ambos en la tragedia, a saber, exhibéndose la ausencia de cualquier síntesis

de ambos Cabe, pues, esperar que también en cuanto a la«trama» y la secuencia de guras o contenidos la tragediasea eso que hemos llamado la noonticdad. S es así, enton-ces la tragedia será en el fondo la póls sin que haga ningu-na falta que «se ocupe de» lapóls y será incluso muy discutible que, por ejemplo, alguna tragedia sea especialmente«política» por el hecho de que precisamente en esa tragediacreamos ver particulares alusiones a instituciones o conic-tos dentro de la hstora de lapóls

Es normal que en la tragedia, como en otras formas deldecir relevante griego, los personajes sean guras que se danpor conocidas Esto no puede querer decir que deba darsepor supuesto un tejido «mítico» («el mto», «la mitología»)de relatos entrelazados unos con oros componiendo unaespecie de «historia sagrada» que estaría ahí a modo de «creenca» o similar Tal tejido narrativo se constituye a partirde comenzos del Helenismo mediante la complacón y sis

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Potia, 1449b

tematización de los contendos de decires relevantes griegos,y sólo desde entonces exste «el mito» y a mtología» desuyo a palabra grega que hay detrás de «mito» no es sinouna de las palabras gregas para sgnicar el decir y no presenta con respecto a lógs diferencas de signicado que noestén vinculadas a la aparición en contextos determnados;

no hay «el mito y el logos» antes del HelensmoHemos dcho esto porque vamos a tener que asumir queen determinada situacón es ya conocida la gura de Aga-menón, y debemos dejar claro que lo es porque está en cier-tos decires relevantes anteriores, no porque pertenezca auna cosa lamada «el mito» De hecho con alguno de esosdecires anteriores nos hemos encontrado ya (cfr. capítulo4) Una de las cosas que allí ocurrían es que en Agamenóncreíamos percibir alienidad con respecto a la muerte; entretanto se habrá aclarado algo (capítulo 5) qué es lo que semenciona al mencionar la muerte, y quizá ahora podamosentender que precisamente esa alienidad no es nada ajeno ala condición propia de la muerte misma En todo caso, contal alienidad parecen tener algo que ver algunos aspectos dela manera en que Agamenón es personaje en la trageda deEsquilo que conocemos por su nombre, primera de las tresque constituyen la Orestea Por una parte, ciertamente,Agamenón muere en la tragedia sin, por así decir, verse enel trance de encarar la muerte; en certo modo no muere,

Cada na d as ts tagdias n stin s na tagdia, intas a Osta no s na tagdia, sino na tiogía. Cito dtío d tagdias po ga abían d opar d ana sgida(ás, n ato ga, na piza on sátios) Esio, a difnia d osotos gands tágios, aostba a a tabién una ontinidad agnta o d taa; aora bin, si sto nos vas a onsida aOsta oo na tagdia, ntons onnt abíaos d taa oo fagnos otas tagdias d Esio d as sabos oaban pat d tiogas no onsvadas, osa on azn no ao.

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sino que es muerto llega y se deja conducir sin saber nadaa la muerte Ahora ben lo que en la Ilíada era una consecuencia polémca de la contraposicn a Aquiles ahora forma parte quizá de una profundzacn en la auncn de lamuerte msma en cuanto que ésta es en efecto nada Lamuerte es ahora el cumplmento del hecho de que Agame

nn sea y haya sdo lo que él mismo en la Ilíada estaba siendo a saber la gura de lo que ya en la líada era la empresacomún y que ahora al contemplarse en su completudcomo empresa reazada conlleva que lo común es la muerte es decr que el encamnarse a lo mismo» se encamna ala noontcidad La vaciedad de la gura de Agamenn dentro de la tragedia es la otra cara de ese carácter de muerte dela empresa que él representa El canto coral que sigue inmediatamente a la entrada del coro (versos 10457) relatando los comienzos de la empresa conduce enseguda hastaun omen que el mánts (Calcante) percibe como la gura dela empresa en su conjunto y no hace falta entonces historiaalguna adiconal para eplcar por qué un dos ha de rrumpr para egr algo es la propa gura en cuestn el quées» de la empresa lo que comportará la eigencia por partede un dos de que los smbla, es decr las correspondencas entre la gura vsta (el omen) y la empresa en marchase cumplan consecuentemente A través de la lectura quedel omen hace el mánts la empresa se revela como a la vez

la muerte y un dos ege que en efecto las consecuencasde ello sean asumdas El dios no eige que se sacrque aIgena slo dce que s la empresa ha de tener lugar habrá de ser así en vrtud de la consstenca de la estructurarevelada en aquella correspondenca (smbln, porque laempresa no podrá tener lugar sno como muerte y nocomo alguna muerte ncidental sino como aquella que enefecto disuelve los vínculos y los contendos ncluso el quela casa de los Atrdas sea adecuada para dirigr la empresano es ajeno a la cadena de monstruosdades ue a lo largo

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de la trageda se irán descubriendo como constitutivas de lastuacn presente Así en el relato que hace el coro Agamenn se veá en la stuacn en la que todo tanto lo unocomo lo otro es kér Se ponen en boca de Agamenn laspalabras en las que se dce cmo no puede hacer lo uno ycmo no puede hacer lo otro y ninguna palabra en cam

bo en la que se artcule la aceptacin del sacricio de Igenia\ como tampoco aparecen palabras en las que el mántstransmita en concreto esa eigencia el sacrcio mismo encambo se relata con toda brutalidad Antes entre la lectura del omen por el ánts y la efectiva neludblidad de lakér un par estrofaantistrofa epone desde la perspectvaproducida por la evidenca de que lo común (la dk emerge en la (no)gura de la muerte cuál es entonces el modode referenca a lo siempre ya supuesto Certamente ello losiempre ya supuesto no es lsa y llanamente Zeus peroZeus es la única manera posble de referrse a ello porque alo divino antecedente la única referencia posible es la no referencia Es esta sobriedad lo que pone a los mortales en elcamno del comprender del conducrse sabamente Zeus seidentca así con el prncipio páth máths (versos 177178y de nuevo verso 50) esto es que el saber tiene lugar porel soportar aguantar sobrellevar que lo orginaro no esotra cosa que precisamente el substraerse que la donacinlo es de la ausenca En esta línea debemos entender tam

bién el estribillo que suena al nal de la estrofa y antstrofaprmeras y del epodo correspondiente y que podemos traducir apromadamente así: d el duelo el duelo y que(así) se mponga el bien» esto es: el bien consste en que sesea capaz de decir el duelo

Por lo que se refere a la composicin y contraposcinde las trayectorias que habíamos considerado épica y mélica

Segimos a edición de Wes ciada en a noa iogca, o

ca, paa agno de o deae qe eñaamo, e eeane

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respectivamente, la tragedia signica a evidencia de que laquizá esperada complementariedad no ocurre Esto no esrecticación alguna, ni a Homero ni a Píndaro; sólo es recticación a una posible asunción trivial de ambos Pues enlo que consiste el acontecer trágico es en que lo que siempreya queda atrás, en efecto, queda en todo caso ya atrás y

nunca es punto de llegada (conrmación del modelo homérico) y, lo que es lo mismo, en que el «a dónde» de la referencia del modelo pindárico revela ser a nada tal como debía ocurrir para conrmación del propio modelo pindárico,el cual es arrancarse a partir de lo ente, de las cosas, por lotanto no arrancar en dirección a ente aguno (tampoco,pues, y eso menos que nada, a lo ente «total» o «uno»), demanera que el arrancarse ha de ser quedar en ninguna parte, encontrar nada

Puesto que lo divino antecedente significa aquel «en

todo caso ya haber quedado atrás», o que ahora se está haciendo valer es ese categórico «haber quedado atrás», no ser,y, por lo tanto, la exclusividad del principio Zeus, a saber,eus como la nica referencia que queda en pie, lo cual nodeja de ser una manera de reconocer lo otro, pero de reconocerlo precisamente como otro; Zeus es incluso la nicaposibe referencia a eso otro La tragedia ha de representaresto; para ello ha de poner de algn modo en escena lo uno«y» lo otro y el que lo otro quede abarcado en a referencia a

lo uno; ha de escenicar, pues, algo que escénicamente tendrá de alguna manera el aspecto de una conciliación e integración Es un malentendido con el que el poeta ha de lidiar También «as euménides» (tercera tragedia de laOrestea) tiene por contenido la nosíntesis El punto de vista integrador aparece al comienzo de «Las euménides» en eldiscurso de la Pitia de os versos 1 a 35, discurso que es inmediata y violentamente desautorizado por o que, segn lapropia Pitia descubre y atestigua, está ocurriendo El conicto en la esfera de lo divino es conducido a que sea un tri

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bunal mortal quien decida En efecto, el que el substraersesea la muerte hace que la limitación de los dioses en cuantoque siempre ya queda algo atrás sea a la vez su limitaciónfrente a lo mortal, su incapacidad para la muerte; por esoalguien que de alguna manera prolonga la generación dejada atrás, a saber, Prometeo, pasa por próximo a los mortaes, siendo él mismo un dios Ahora bien, en «Las euménides», constituido el tribunal mortal, la propia escena trágicahace uso de los medios pertinentes para hacer notar que la«solución» «integradora» en verdad no se logra, sino que esemodo de presentación se alcanza sólo mediante una trampao golpe de mano; ello sería cierto incluso si debiese leerseque Atea «deshace el empate», pero es que, además, muyprobablemente no es así, sino que el propio empate es debido a que la diosa (en todo caso parte en el conicto, ya quees uno de los dioses vigentes) añade su voto•

Volvamos por un momento a la caracterización generaldel acontecer trágico, esto es, de lo que tiene lugar en la celebración trágica A propósito de légn y pn, ya desde elcapítulo 1 hemos insistido en cierto «habérselas con» y «andar con» en el cual cada cosa es lo que es, el cual por lo tanto lleva a cabo la cosa; el zapato se cumple en el pisar seguro(que precisamente no presta atención al zapato); ese llevar acabo y cumplir se dice en griego prann La póls es quizáun asunto substanciamente más complejo y problemáticoque un zapato, porque es la relevancia de lo siempre ya supuesto en cuanto que esa relevancia es a la vez su propiapérdida (cfr capítulo 6); la relevancia en cuestión, segn dijimos, no es algo que pueda simplemente no ocurrir en absoluto; ella tiene el carácter de a desmesura, de la hbrs; es,segn todo lo que hemos expuesto, no cualquier desmesura,ni una desmesura entre otras, sino precisamente la desmesura que hay en que sea la medida isma lo que comparez

Cf m El sabe de la cmeda ya ctado, 7 inluendo nota.

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ca por lo tanto a purgación (kátharss, no en el sentidode que la medida se restaure sino en el de que la comparecencia de la medida misma como tal es desmesura y poro tanto sólo como desmesura sólo comportando su propiapérdida sólo en e duelo tiene lugar la comparecencia dela medida. Con esto que es a póls, es deci algo quizá másescurridizo que un zapato la propia póls se las ha (es decirpran eso) en a celebración trágica

En la tragedia de Esquilo conocida como Siete contaTebas (anterior a la Orestea y que seguamente formabapate de una trilogía para nosotros perdida) se representa deentrada una situación que el coo en su entrada pareceasumir como de disolución y hundimiento Paece por eltexto que las mujeres que componen el coo hacen entreotros movimientos ago parecido a abrazarse a as estatuasde los dioses No es la nica ocasión en la que el decir gie

go representa en mujees aquel carácter de de todos modos substaerse que hay en la comparecencia de lo comúny siempre ya supuesto• Y la búsqueda del contacto directocon los dioses de la abolición de la distancia signica queel espacio abierto de la póls se cierra. La actitud de suplicante a la que el gesto al que se acaba de aludir es próximo expresa el econocimiento del no tener ya morada poreso e suplicante es desde el punto de vista de la póls misma alguien en cierta manera sagrado. En la tragedia queahora estamos comentando Eteocles se opone enérgicamente a esa actitud de mujeres de su popia comundadmantiene el principio nóms y por o tanto a distancia y lamedida. Coincidentemente con esto la amenaza de disolu

16 E so pasaje de a Poéca de Asóees que heos cado apopóso de ho es abé e ue dce qe a ageda peaíne athass E coa de ecuas hauaes e pasaje o dce ada de es-ados de áo esados de a ee; c. a especo El sae e lacomea capíuo l

7 C El sabe e la comea capuo 1 O

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cn el ataque aparentemente externo es representada deentrada como un recital de desmesura una secuencia demonstuos desafiadores de los dioses Esto va modicándose en el avance de la presentación de los atacantes a la vezque en ese mismo avance Eteocles va revelando su propiavedadera naturaeza. Los dos últimos de os siete atacantesson pecuiares. E sexto es un mánts, el cua en efecto echaen cara a los otros seis su sinrazón pero a suposición deque el mánts no tomará las armas se revela falaz en a medida en que va poniéndose también de manifiesto que lomonstruoso no viene de fuera sino que está en la propiasubstancia. Finalmente e séptimo es Polinices el hermanode Eteoces y por más que Polinices sea el otro y el excluido en vano se buscará la disimetría Eteocles que ha asignado un contario a cada uno de los otros seis eige ser élmismo quien se enfrente a su hermano ambos están dis

puestos a matar a oto y notablemente ninguno de los dosda señaes de que pevea sobrevivir al otro En el fondo Polinices no es sino e propio Eteoces Se matan el uno al otrode manera simutánea poque la operación del uno es la delotro La muerte hace quizá posible lo común pero no porque lo ibere de un linaje maldito sino poque no habríapóls sin eso madito y la corespondiente muerte Lo común es a muerte del doble héoe.

Los vesos transmitidos como los útimos de Siete con

tra Tebas a patir del 1004 son muy pobabemente unaadició posterior como lo son también aquellos elementosde versos precedentes que comportarían la presencia de Antígona e smena en esta tragedia no están en absoluto y lasque uego se añaden ciertamente no son las de Sófocles Encambio a Antígona de Sófocles sí representa una continuación del probema esquíleo en una tragedia distinta Para lapersistencia de lo común es preciso que Eteocles pueda serdistinguido de Polinices y en elo se empeña Creonte comorepesetante de lo común con elo él mismo cae en a rui

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l l llí d f l d A

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na nerente a la relevancia de lo comn La ruina de Creonte no es ónticamente la muerte y quzá por ello es másauténticamente la muerte Creonte queda nstalado (es decir noinstalado) en aquel limtado uno y otro y otro alque emos aluddo como a resultado de la relevancia de ladistancia (cfr. nal del capítulo 6) y sore el que todavía volveremos. Otro caso es el de quien se a enfrentado a Crente revindicando el gual dereco de la otra cara (esto es dela cara «otra») su posición avisa del «sempre ya aer quedado atrás» inseparale del proyecto de la relevancia del nóms una vez más se trata de una muer y con lo ya dico alrespecto rma el que esa condición la capacte para constituir(no)referencia a aquello a lo que no puede aer referencaaquí la muerte no es ni squiera el resultado de signcar laesfera comn porque de Antígona no puede decrse sn másque signique eso más ien avisa del «siempre ya aer que

dado atrás» avisa del retirarse el sustraerse la ausencia encalidad de presenca de la ausencia muere Cuando Antígona ace referencia a las leyes «de» los doses ese «de» estáafectado por la misma precisa amigüedad que aíamosdestacado a propósto del designio «de» Zeus en la líada yde eco Antígona dice que no es dios alguno el autor delmandato que ella a seguido• Tal negación se reere tamién a los dioses que lo son en el sentido de lo divino antecedente ya emos vsto (capítulo 5) cómo no está Crono porencma de Zeus ni éste por encma de aquél y tamién allíapareció para eso un nomre femenino.

Es aora el momento de que volvamos sore la tragedia«Agamenón» para completar nuestra anterior referenca aleco de que Agamenón no tenga que encaarse con supropia muerte En la economía de la trageda esto es posile entre otras razones porque ay otro personaje que encamo no ace allí otra cosa que encarar su propia muer

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Versos 450-452 Cf. mi E sabe e a mea, pp 1 O 1 - 02

te la cual allí msmo se identfca con la muerte de Agamenón. Para poder tener deidamente en cuenta los rasgosde tal situación emos de dar un rodeo.

En correspondencia con la ya tantas veces comentada ausencia de delmitación de una esfera del «decr» distnta de ladel conducirse y aérselas certa gura que en nuestro recorrido por algunas partes del canto primero de la Ilíada encontráamos como forma del prolema de un légn excelente en cuanto tal no dejaa fuera ni siquiera algo del tipode lo que cuando sea deado fuera serán las artes «plásticas» Crises aía «tecado un recnto» etcetera Posteriormente tuvimos ocasión de ver cómo la sospeca que recaesore la pretensón de un saer que no lo sería de ámitopartcular alguno se expresa con ayuda de esa distinción asíen momento en que la sospeca se expresa en el canto aquelsore el cual recae la misma puede ser descrto más en con

los rasgos del artista plástico de eco los rodios de la séptima olímpica de Píndaro (cfr capítulo 5) aparecen más iencon este carácter Aun así eso que parece ser una raíz comnde amos modos de saer ará que no deemos fuera deconsderación el eco de que la gura dvina del sao(diestro ál) tomada en la direccón del artsta plástcoesto es Hefesto es la de alguien contraeco que no puedemoverse sin suscitar la risa de los demás dioses. El tema defondo constante a lo largo de la storia de la Grecia arcacay clásica llega asta la comedia y Platón el ptés no puede ser él mismo ello o recordando que nuestros términosdel ámito «elleza» resultaron ser un recurso para no perderde vista algo que ay en la noción griega (y no en la nuestra)de «ser» digámoslo así el saer a secas ese prolemático saer al que venimos acendo referencia implica una pérdidade entidad o de ser precsamente la referenca al ser comotal comporta distanca con respecto al ser pérdida de ser.

Cr E sabe e a mea e espea apuos 9 y 1 0

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V l h í A Ó E i d í

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Volvamos, ahora sí, a AgamenÓn. En prncpio podríano ser imprescindible ue uien e la muere de Agamenón haya de hacer eso viendo su propia muere. Pongamos ue sea un mántis; pero eso, sn más, sería demasiadofácil; e l poema rágico nunca se perme meramene resoverun problema sin ue elo sea a la vez una profundizacióndel msmo. De hecho, el personaje en cuesión es en cieramanera un mántis, pero en auella manera ue es a la vez lamanera más drásica de no serlo. or de prono es alguienue vene ya de arás con ciero carácer ue acabamos deenconrar incompaibe con el del saber a secas del ue venimos hablando; Casandra, en efeco, es ella misma bella;no sóo es ya desde Homero mencionada como reevanemene bella, sino ue además es ahora, en esa msma ragedia, la moral por la ue precisamene Apolo, enamorado,ha luchado; ela ha conseguido incuso engañar al dios, ob

eniendo de l su mejor don, la mánica, a cambio de unapromesa de enrega amorosa ue uego ella se ha negado acumplr, por lo cual su mánica ene la sngulardad (o, sise preere, el noser) consisene en ue nunca nadie e harácaso. En la (no)mánica de Casandra esá ceramene elproblema de si iene lugar (y en u puede consisir) un saber ue no puede en absoluo ejercerse, y ya eso por sí soloendría ue ver con la problemáica de un saber ue lo seríasn ámbio deerminado. Pero hay auí inclus ucho más

esa problemáica se inroduce en reación con la cuesión dea prdida de enidad (de la no belleza) vinculada al reconocimieno de lo común, cuesión en virud de a cual lapersona bella sóo podrá ser en verdad mántis (eso es acerar manifiesamene, alcanzar incluso e reconocmieno)muriendo ella misma. Dado ue eso es la renuncia a la presencia, incluso las marcas visibles de la relación con Apolo(de la mánica), ue Casandra lleva sobre sí, las bandas y elcero, dejan de ener senido, y Casandra las rompe y arrojade sí anes de enrar en el palaco.

6

8

El hí y otros 

Se ha insisido en la imporancia de eviar ue, auncuando fuese sólo implíciamene, esuviese operando ennuesra lecura una asunción de los gneros (con su denicón en rminos de conjuno de varianes de habla, modode consruccón rímica, melodía, geso, movimieno)como aparamienos frene a alguna especie de decir ceroo decir plano o decir desligado. ncluso puede verse unaconexión enre eso y la adverencia hecha en el capíulo 1sobre el carácer relavamene ardío de la noción misma delengua y de lo lingísico como un ámbio especíco, pueshemos asociado la consisencia ue en Grecia (arcaica y clásica) iene la cuesión de los gneros con la imposibilidad deconsderar por separado lo ue, sin embargo, para nosoros

son diferenes aspecos de lo abarcado en la referencia de laspalabras gregas ue sgnican decr. Con odo eso hauedado ya desde hace rao sugerido ue, por una pare,auel decir cero o decir plano o decir desligado y, porla ora pare, el problema de o lingísico enendido comoun ámbio especíco son dos maneras de mencionar la misma cosa. Si es así, enonces ambin resula de odo lo yadicho ue esa misma cosa no es cosa aguna ue en Grecia (arcaca y cásica) esuviese operando, ni siuera comomero puno de referencia. or de prono, no debe confun

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signa por su condición de ta en vez de que eo ocurra por íneas empea hasta tres veces (una de eas poniéndoa en

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signa por su condición de ta en vez de que eo ocurra pora mención de agún ámbito en e que é sería experto o perito y también aquí esto introduce a posibe referencia auna reevancia de juego que siempre ya se está jugandocon o que eo comporta de interrupción de juego y dedistancia•

Tucídides empea a paabra (es decir aguien que escribe decires) sin mencionar a nadie en concreto pero aparentemente con un ámbito de referencia bastante próximo a de a como noción de un género ocuasigénero a misma paabra se usaba también para designar a personajes que en especia en Atenas en torno a naes de sigo V, redactan (y escriben) discursos que en genera aunque no necesariamente serán pronunciados porotros con ocasión de itigios a referencia a este útimouso además de que también en é desempeñe un pape a

distancia y e desarraigo subraya que también en reacióncon a es signicativo e que a paabra contenga mención expresa de eemento «escritura» Siguesin ser a escritura e eemento en e que e decir tiene ugar;sigue sin ser «texto para eer»; sigue teniendo como su ugarpropio una ejecución o recitación y se o «ee» para ejecutaro o recitaro Que a escritura tenga sin embargo unanueva importancia concuerda con e hecho ya expuesto deque no haya una jación de ritmo meodía etcetera res

pondiendo pues ambas cosas a a connotación de distancia desarraigo y abstracción que y hemos vincuado cone concepto A entender esta connotación puedeayudarnos también una expresión que Heródoto en pocas

L coeó ophté so y lzd desde ese puo e st e m E aber de a comeda, po lo cu o me eedeé quí eseespeco.

I 21 4 I 2930

2

íneas empea hasta tres veces (una de eas poniéndoa enboca de Creso) para signicar en cierto modo e motivo yen cierto modo e pretexto de peregrinaje de Soón a quienpor cierto da en e mismo pasaje e tratamiento de a expresión repetida es e substantivo es decir Soón peregrina como y esta es a paabra en cuya diversidad de usos e eemento semántico común es que aguien toma parte en un juego viniendo de fuera esto esestando a a vez fuera de é no en parte otra aguna sinopor así decir en a distancia misma

a secuencia de e y a tragedia es a reevancia de aqueo que a hacerse reevante se pierde Eso mismoes e acontecimiento . a distancia es a a vez por unaparte a distancia inherente a que ago comparezca a distancia inherente a un comprender y por otra parte a distancia de a pérdida; e juego se vueve reevante porque se

suspende y se suspende porque se vueve reevante a (y quizá otras formas de «ogograa») habita esa distancia o desarraigo a secuencia básica de os géneros tragedia es (como es a ) e desarraigo mismo adistancia misma; a habita a distancia habita ese espacio e cua por su origen en e desarraigo es espacio deperegrinaje

Por su parte a comedia no se imita a habitar en esadistancia o desaraigo sino que evanta acta de ea; a co

media está expresamente constituida por a distancia o esea misma e desarraigo o a distancia (eso o es tragedia) pero tampoco simpemente «habita en» sino quetoma nota y deja constancia a se ha expuesto en otras partes y por eso no procede detaaro aquí cómo a comediaes eso en toda su forma gura o es en a situaciónde haba en e manejo de ritmo en e pecuiar sentido dea escena y de o dramático en a trama Cuaquier tragediaescenica e desarraigo pero sóo una comedia como «asaves» escenica e desarraigo como ta caracterizándoo

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como tal trayendo a colación expresamente el morar en a

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como tal trayendo a colación expresamente el morar en anomorada habitar el aire amurallar el are y lo hace ordenando too (habla tratamiento del ritmo sentdo de la escena) a ese presentar la ruptura o a lejana (la cual no es estar en parte otra alguna sino meramente la leana) eidenticando todo ello de manera expresa con el problemapólis.

Según esto la dstancia que se hace expresa en la comedia puesto que lo es con respecto al juego que siempre ya seestá jugando se expresará como distanca frente a aquelloen lo cual comparece ese juego (que es por cierto aquellomismo en lo cual se pierde pérdda de la que precisamentela comeda levanta acta); lo que en la comeda represente eltérmino expreso de la distancia el de qué» o frente a qué»del distancarse serán pues los géneros msmos ép-méltragedia; y en efecto as se vio en las consideraciones a que

ahora acabamos de aludir en relación con habla ritmo escena drama personajes trama etcetera.

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En torno al diálogo

En momentos anterores hubimos de emplear un conocido argumento con el cual partendo de la obva posiblidad de contraponer en cada situacón particular las nociones de parecer» y ser» mostrábamos la imposibilidad de

mantener esta misma contraposición reréndola a esas mismas dos nociones tomadas en general. En efecto cuandodecimos parece pero no es» lo que en verdad estamos diciendo es que en denitiva también deja de parecer» s aultranza pareciese» entoces por defnción sera» loque invalida un parecer no es sino otro parecer más fuerteque el primero y más fuerte» quiere decir que en dentiva excluya al otro incluso de la esfera del parecer por lo tanto más fuerte como parecer y dentro de esa msma esfera.

El razonamento que acabamos de formular es desdeluego <nuestro» es decir moderno pero no por la conclusión a la que llega sno más ben por el orden en el queaparecen las constatacones o sea cuá es la que aparececomo obviedad inical y cuál como resultado del argumento. El griego a diferenca de nosotros habita básicamenteen cierta nocón de presencia o aparecer que es lo mismoque la nocón de ser y llega mediante algún vuelco problematzante a la cuestión de cómo es entonces posble un parecer engañoso.

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Fenómeno similar al que acabamos de regisrar a propó lo mismo que ser, decir(se) como en principio lo mismo

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Fenómeno similar al que acabamos de regisrar a propósio de parecer y ser, o quizá el mismo fenómeno, simplemene ilusrado con oras referencias lxicas, enconramosen lo que se reere a decir(se)» y ser» Tambin aquí nuesra obviedad de que puede decirse» lo que no es» se concrea en el reconocimieno de que un decir puede ser desle

giimado como decir por oro decir más fuere que l (másfuere, por lo ano, como decir) Y ambin en ese punolo que en nosoros es el puno de llegada del argumeno esen el griego la dimensión básica en la que se habia (recurdense al respeco los lg ti; y uden lgis de nuesro capíulo 1) mienras que sólo mediane desarrollos problemaizanes llega el griego a la cuesión de cómo es posible undecir que, sin embargo, no compore que ello es»

Será ineresane raar de formuar de manera generalcómo o por qu ha de llegar el griego a planearse el proble

ma de un parecer que no es ser o, lo que quizá es lo mismo,de un decir(se) que no es ser Esamos con ello de nuevo enla cuesión de la relevancia de aquello que siempre ya esáeniendo lugar En efeco, el que se vuelva relevane la presencia misma como al (no unas u oras cosas presenes,sino la presencia misma) compora que haya para la presencia un conrario, por lo ano que haya e subsraerse, escaparse, que, por supueso, e virud de la idenidad básica ala que hemos hecho referencia, será designable ambin

como no ser» gualmene, la relevancia del lgin comoal, como en principio idnico co el que haya en generalcosas, compora la posibilidad de algo así como un no lgin» en ciera manera inerno al lgin mismo, un lginque se frusra

En odo caso, mienras sigamos denro de Grecia (con elsignicado que para eso hemos asumido, es decir hasaArisóeles inclusive), la cuesión se sigue raando denrode lo que acabamos de denir como la dimensión que engriego es la de parida, a saber presencia como en principio

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q , ( ) p pque ser Por lo ano, no se confrona la presencia con unser disino de ella, ni e decir(se) con un ser disino de l,sino que una presencia refua ora presencia, un decir(se)refua oro decir(se)

Siendo eso así, y aun anes de que pueda pregunarseen qu senido o senidos una presencia puede ser, como

presencia, más fuere que ora e incompaibe con ella, hayun puno previo que exige ser reconocido Para que unapresencia refue a ora, además de que sean dos, eso es, deque sean disinas, es preciso que sean de» lo mismo Igualmene, para que un decir refue a oro, es preciso que, siendo dos, a la vez sean de» (eso es acerca de) lo mismo Coneso se ha reconocido ciera ariculación, a saber, qu» yde qu», algo de algo», algo acerca de algo», algo por loque se reere a algo», como inherene a que pueda haber

apariencia engaosa o decir equivocado, por lo ano comogenerada en principio en la propia reevancia de la presenciaen cuano al o del decir en cuano al En vez de las expresiones del ipo algo de algo» que hemos empleado, podríamos ambin con el mismo signicado habernos servido dealgo como algo» (algo aparece como al o cual, algo es dicho o es designado como al o cual o es llamado al o cual),bien enendido que el primer algo» de las expresiones conde» es el segundo de as con como» y el segundo de aqullas es el primero de sas

Ciero, pues, que la ariculación dual que acabamos dereconocer es 10 que hace posible una apariencia falaz, y quesin esa ariculación habría sólo el aparecer y el no aparecer,o lo que aparece y lo que no aparece, pero nunca un parecerfalso E igualmene ciero, por lo mismo, que sin la ariculación dual en cuesión habría cieramene el decir y el nodecir, o lo que se dice y o que no se dice, pero no la posibilidad de un decir erróneo Ahora bien, mienras esemos enGrecia (en el senido dicho), la ariculación dual permanece

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po competo dento de las condiciones que antes hemos con» y habéselas con» (e zapato es zapato en e pisa segu

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p p qdescito exponiendo que e objeto diecto de vebo deci»es a cosa (y no un dicho» que poda concoda o no conla cosa) condciones que ilustamos aludiendo a aqueloslég ti; y uden légis, como también sigue siendo plenamente cieto que la pesencia de a que habamos es el teneluga de la cosa misma (y no una epesentación» en algúnoto ámbio) En otas paabas: sigue valiendo a identidadbásica de paece con se y de deci(se) con se o hay paanada en absouto ámbito oto alguno en el que tuviesen luga a epesentación o el deci; no hay nada más que el sede la cosa y es ahí donde se stúa el poblema a puebatextua más contundente de elo no es pasaje aguno deteminado sno el hecho de conjunto de que la constataciónde la aticulación dual es en Platón y Aistóteles no otacosa que pecisamente el aanque de la aveiguación onto

ógca, y o es tanto en e sentido de que es el punto desde elque se fundamenta la nocón misma de ontoogía y de loontológico que podemos extae de uno y oto de esos autoes como también en e sentido de que e econocimientode la aiculación dual es lo básico en oden a a obtenciónde os contenidos de a ontología

El que siga valendo la identidad básica de deci(se) conse y de pesencia con se el que e objeto diecto de dec»siga siendo la cosa misma, etcetea y todo elo básicamenteen el mismo sentdo y con las mismas connotacones que lehemos vendo dando desde el comienzo está vnculado aque siguen vaiendo también aquelos otos elementos quehemos encontado como e nsepaabe contexto de lo queahoa acabamos de menciona sgue valiendo en efectopo de ponto lo siguiente: el deci no es una esfea especalcomo lo seá a del lenguaje, o lingístico la secuencia depalabas y oacones sino que siendo el deci la aicuación en la cual el que esto sea esto es lo mismo que el queaquello sea aquelo esa aticuacón o es del enteo anda

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y ( p p p go etcetea) la pesencia» de la que habamos es la que tiene uga en ese enteo anda con» y habéselas con» etcetea Signica todo esto que también a aticulación dual, ladistinción y unidad del de qué» y e qué», ha de entendese en el teeno de enteo anda con» y habéselas con»po ejempo si e de qué» es esa tiza que quizá estoy a puno de coge paa escibi ago sobe el enceado entonces el

qué» es el que de o que se tate sea de cogela paa escibicon ella en el enceado y no po ejemplo de ntenta comela o bien: si he confunddo a tiza con un pastel lo queesto quee deci es que estoy en acttud de quizá poneme acomela, lo cual s efectivamente hago a pueba iustaátanto e que paa un apaece falaz (e paece pastel» deeso) hace falta una aticulación dua en la pesencia misma(pues e ya no paece pastel» ha de se de» el mismo

eso» donde de» quiee deci conceniente a») como elque seguimos dento de la identidad básica de se con apaece, pues no es sno un apaece el que expulsa del apaece mismo a oto apaece e igualmente dento de a dentidad básica de se con deci(se) pues donde popiamene seama a eso paste es en e poyecto de comelo (ningún inconveniente en que de ese poyecto fome pate lo que nosotos llamamos palabas, efectivamente ponunciadas ono) y la fustación de ese poyecto es la compaecenca deotas posibilidades de anda con» y habéseas con» eso»(el msmo eso» y sn embago dstinto como qué»)

Si ahoa pus, paa designa a jación del de qué» encada deci(se) o sea en cada apaece eso es la jación desegundo algo» de ago de algo» o del pime algo de algocomo algo», adoptamos a palaba ónma entonces deacueo con todo lo que acabamos de deci o mencionadocon esa palaba seá insepaablemente todo aquello que foma pae de la jación de cuál es la cosa a a que uno se estáeiendo (nótese bien: de cuál es no de qué es o como qué

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se la está tomando que esto es el otro elemento de la arti gundo que con este sentido fuerte la articulación dual está

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qculación dual el «qué o «cómo qué), o, dicho de otra ma-nera la jación de qué es lo que (en e sentdo de cuál es lacosa que) aparece a distnguir de cómo qué (esto es, conqué rasgos o caracteres) aparece Ambos momentos se dstnguen como los dos momentos inseparabes del verdaderofenómeno a eaminar, que no es sino la artculación misma;en efecto, referirse a ago es sempre ya trataro de una uotra manera «andar con ello o «habérselas con ello de unau otra manera (en el ejemplo de antes estar dspuesto a escrbir con ello en e encerado o estar dspuesto a comerlo),«tomarlo como esto o aquello (como tza o pastel); o, d-cho de otra manera, todo aparecer es tener unos u otros rasgos o caracteres

Así las cosas podemos ahora atrbur un sentido másprofundo a lo que ya en el capítulo dijimos acerca del «A

es B grego a diferencia del moderno Resulta ahora claroque la fórmula «A es B, en este conteto y por de prontopor lo que se reere al sentido griego de ella, no es sino unamanera abrevada de representar en un teto eso de la art-culacón dual de o que ahora estamos hablando La articu-lación tiene la figura de un rhma que ocurre «sobre o«acerca de o «concerniendo a algo y, por lo tanto com-portando la fijación de o la referencia a algo, por lo tantocomportando un ónma En la fórmula A representa elónma, «es signica el que haya de haber en todo caso algún rhma, esto es lo que empleando etemporáneamenteuna terminología kantiana lamaríamos la forma de rhma oel rhma puro mientras que B representa la especcacóndel rhma del caso Según todo esto, o que en el capítulo se estabeció al estabecerse la dferencia entre un «A es Bgriego y uno moderno es n más ni menos que lo sguiente:prmero que a constatación de la articulación dual consta-ta no sólo que haya dos térmnos, sino también y especalmente la rreductible dferenca de estatuto entre e llos y, se

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gundo, que, con este sentido fuerte la articulación dual estáen el «A es B grego y no en e moderno

ás aun después de todo lo visto entre aquella prmeramencón (capítulo ) de la problemátca de «A es B y elpresente momento de nuestra eposición, después de vistocómo el que cierto juego se haga relevante signca a la vez

que se detenga o se pierda, después de señalado de diversasmaneras (en diversos capítulos) qué es lo que se pierde ycómo y por qué estamos quzá en condiciones de reconocercómo el señalar a la artculacón dua, esto es a eso que hayen el sentido especícamente griego de «A es B constitu-ye una estrategia para pese a todo, reconocer eso que se estáperdendo reconocerlo como aquello que se está perdendoy, de esta manera, desde luego no frenar su pérdida pero síhacer que ésta no sea trvial

Lo que en la fórmula «A es B está en el lugar de A es,

como la propa fórmula dice lo ente, la cosa; por o tantola articulación dual en su sentido fuerte (griego) signicaque B no tiene a su vez el carácter de ente o de cosa El queB no tenga a su vez el carácter de cosa defiende a no reductbilidad (es decir la entidad) de A; por el contraro s Bfuese a su vez descripción de cosa, entonces A sería reductible y, por lo tanto, no se podría en sentdo griego estrictodecr de A que «es Decíamos tambén que esta connota-cón de irreductibildad es lo que hace que en as epreso

nes griegas de ser haya sempre una componente semánticaque para un moderno es algo como belleza (en griego encambio, es ser, y no hay allí una esfera de lo «estético) yque comporta que en cada cosa hay «dos(es); esto por loque se refiere a la cosa, es decir a A En cuanto al «tro es-tatuto, del que ya epusimos (capítulo ) por qué se lo puede designar con la paabra íds, la cuestón es la de cómo sepuede hacer referencia a aquello que no tiene la condiciónde «de qué; parece en efecto, que el hacer referencia a ellolo converte ya en cosa, pues hace de ello aquello «de o

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que» se raa Sin embargo manener la diferencia de los hay el problema de disinguir enre un a verdadera división

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q g dos esauos compora hacer referencia a lo uno y a lo oro¿cómo es posible la (no)referencia al íds?

Volvamos por un momeno a la referencia normal, esoes, referencia a cosa. La referencia a algo es siempre a la vezomar ese algo como al o cual Y en el omar algo por al ocual (digamos por B, como anes por iza o por pasel) enel efecuar a propósio de ago un « e s B» subyace el queesé deerminado un «qué es ser B». Por lo ano es legíimafrene a alguien que efecúa un « es B», la preguna «¿quées ser B» A la vez sin embargo, ese pregunar comporaalgo inquieane pueso que reclama una respuesa de laforma «ser B es .. », es decr una ransgresión de la irreduc-ible diferencia enre los esauos del «de qué» y el «qué» delos que hablábamos anes ya que el signicado de «ser B es .» es precisamene hacer del «qué» un «de qué», digamos

poner el íds en el siio de la cosa. La ransgresión es reconocimieno (y es quizá el único modo posible de reconoci-mieno) si y sólo si se produce como la desmesura necesariapara que resplandezca la medida eso es si el ineno semaniene en el senido de que sempre de nuevo fracasa yprecisamene por ello sigue en pie

El fracaso iene una deerminada esrucura. Por deprono, pariendo de un B cualquiera aparenemene rivial a la preguna «¿qué es ser B» cabe responder relacio-

nando B con oras deerminaciones mediane la figura llamada dihsis: a ciero género se añade una diferenciaque lo divide en especies Eso más que decir qué es ser B,'lo que hace es rasladar el problema de B a oras deerminaciones esa remisión a oro iene, sin embargo, cierosopes Por una pare, en efeco, la dihsis no es nuesradivisión lógicoformal sino que es fenomenología es decir no se divide por cualquier pare sino que cada génerocompora unas diferencias relevanes (cfr. lo dicho sobre«corar» al nal de capíulo 2) y eso quiere decir que

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y p gy una pseudodivisión, e problema de reconocer verdaderas pares problema como el que en oro orden de cosases el de disinguir enre, por una pare una cosa y porora pare un rozo de cosa o agregado de cosas. Quiereeso decir que odo el proceder de a dihsis esá regidopor cieras deerminaciones, cieros represenados enese momeno de nuesro discurso por esos «qué es seruno» «qué es ser varios», en efeco supuesos en la cues-ión de qué es una verdadera pare o por dónde hay quecorar. Las deerminaciones supuesas a las que acabamosde hacer referencia deerminan por dónde hay que corarpara obener precisamene un ds y no la mera delimia-ción accidenal de un erriorio disinguen, pues el ídscomo al Quizá ora manera de expresar lo mismo (asaber, que la dihsis supone implíciamene cieras de

erminaciones) sea la siguiene la dihsis arranca decieros géneros para los que no parece haber un «anes» o«más arriba» en el orden de la dihsis misma así, ladihsis que conduce a «pescador de caña» iene su puno de arranque más alo en tkhts eso es aquel que posee una téh y esa palabra signica el «saber», eso es,la presencia misma (íds) en cuano que iene lugar en el«andar con» y «habérselas con»; la dihsis deja de enerun «más arás» allí donde se encuenra ya un íds que ex

presa la condición misma de ídsDonde pues, el mencionado fracaso relevane se escenica es all donde el B a propósio del cual se preguna quées ser B es un ds que expresa el propio carácer de ídsSegún odo lo que ya sabemos, eo debe querer decirun íds que es la gura de la presencia misma como al,por lo ano la del saber, lo cual, eniendo en cuena lo quesabemos acerca de la noción griega de saber debe quererdecir el ser capaz, apo, gthós la condición o carácer degthós o sea la té

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Así especicado el conducir a partir de que alguien eje- hecho de que se provocan posiciones cuya verdadera subs-i l h d

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p p q g jcuta un « . es B» a través de la pregunta «¿qué es ser B» aintentos de respuesta del tipo «ser B es .. » de modo quecomparezca el interno hundimiento de uno y otro y otro detales intentos eso tal como se acaba de esbozar es en efectola base mínima para un diálogo de Platón. Ello nos permiteadelantar ya en términos provisionales alguna característi-cas del diálogo como forma. Por de pronto el diálogo estáconstituido por una distancia con respecto a lo que en élmismo se dice. Se provocan y despliegan intentos cuya ver-dadera substancia está en que fracasan Con ello tiene quever la permanencia de la distancia dialógica entendiendopor tal por de pronto el hecho de que ni una sola palabrahay que no sea puesta en boca de alguien lo que pudiéra-mos llamar también distancia escénica autor y lector estánde algún modo era En la tragedia la atribución a perso-

najes o a un coro forma parte del hecho de que el decir ten-ga lugar en una ejecución en e diálogo en cambio no hayesta referencia por lo tanto si la distancia escénica y dialó-gica del diálogo pone a éste en conexión con algún decir es-cénico y dramático no será con la tragedia sino con aqueldecir en el que no sólo hay escena porque el decir se ejecu-ta sino que la condición de escena de la escena adquiere re-levancia por sí misma y ya hemos expuesto en otras partesque es en la comedia donde esto ocurre Ahora bien tam-bién hemos expuesto (esto aquí mismo capítulo 8) cómo y

por qué en la comedia el «de qué» o «con respecto a qué» dela distancia es el propio decir de los géneros primarios (-tragedia) mientras que ahora a propósito del diálo-go acabamos de ver que en el diálogo mismo se constituyeaquello frente a lo cua el diálogo es distancia por así decir:aquí la distancia misma determina su propio «frente a qué»si es cierto que la distancia dialógica se corresponde con el

5 Cf m El abe de la cmeda y cado, apíuo 2

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tancia se revela en que se hunden.A eso que hemos llamado el interno y continuado fraca-

so es inherente no ormularse como tal sino meramente se-guir teniendo lugar en intentos cada vez más serios por locual el fracaso es cada vez más relevante. «Llegar a la conclusión» de que «se fracasa» ya no sería fracaso sino éxito

Por lo tanto eso que en el diálogo ocurre no puede en prin-cipio decirse en el diálogo mismo pero por otra parte sien algún lugar puede decirse ha de ser precisamente allípuesto que ese es el contexto en el que ocurre y se lo ve.Quiere esto decir que debe haber sobre la base de la distan-cia dialógica algún tipo de «sobredistanciamientos» que ha-gan posible lo «metadialógico» (esto es el decir de algunamanera lo que en la base misma del diálogo no se dice sinoque sencillamente ocurre) evitando que la irrupción de lo

metadialógico liquide el diálogo Esto ciertamente com-porta tanto recursos que enmarquen la expresión de lo me-tadialógico produciendo un distanciamiento sobreañadidoa la permanente distancia dialógica como también que loasí enmarcado tenga modos de expresión especiales distin-tos del que pertenece a la base dialógica la expresión es enefecto en esos momentos necesariamente inadecuadapues si se trata de lo que en el diálogo mismo acontece en-tonces se trata ni más ni menos que del íds como tal estoes del estatuto de íds en su irreductibilidad al de cosacuando tautológicamente de lo que se trata es siempre decosa (cosa es en efecto aquello «de lo que» se trata) poreso en tales tramos e ha detectado típicamente el modo dedecir llamado «topológico» esto es que trata de aquello delo que trata como si tratase de cosas lugares de cosas y mo-vimientos de unos lugares a otros la inadecuación de estemodo de decir se salva mediante el hecho de que se la exhi-be como tal inadecuación y son en efecto los propios me-canismos de sobredistanciamiento los que tienen este efec

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to Así, pues, también en este nuevo orden de distancias te-nemos un modo de decir que se genera a una con y por exposiciones topológicas, las cuaes, en la misma línea, se

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nemos un modo de decir que se genera a una con y pormor de cierta distancia con respecto a él (en este caso unadistancia sobreañadida dentro del diálogo)26•

Lo que ahora mismo más nos interesa de a distanciadialógica y de los sobredistanciamientos a que acabamos dereferirnos es e que en ambos fenómenos a una con e l hecho

mismo de la distancia se genera, como el «frente a qué» deesa distancia, algo que sería un nuevo peculiar modo de de-cir si tuviese (que no tiene) independencia frente al diálogo,si fuese (que no es) algo distinto del pael que deseme�aen el diálogo, esto es: si, por lo que se reere a la bse dalogica y a la distancia dialógica, cada ser B

es .. » tuv�se (que

no tiene) en sí mismo el valor de una te que algen sos-tuviese y que otro (por ejemplo mediante hábiles pegu-tas) refutase para quizá en e fondo defender su propa teIsacerca de «qué es ser B», y si, por lo que toca a los sobreds-tanciamientos y a lo metadialógico, os relatos y las opolo-gías fuesen (que no son) algo que tuviese sentido disutir ensí mismo No estamos ante un nuevo modo de dec, porque esas condiciones no se cumplen or bien, estamosdefendiendo que no se cumplen en el sendo de que unaectura del diálogo de Platón bao esas condiciones es ana-crónica, es decir, no es sino la recepción de Platón cada vezmás dominante desde comienzos de Helenismo y que hadado lugar al posterior signicado de a palabra «Platón»

Lo que hace esa recepción es, en efecto, tomar cada «ser Bes » como cierta tesis, que generalmente resulta refutada apartir de lo que se supone que será a tesis de ot o  

(frecu�n-temente Sócrates), si bien es cierto que con qza excesvafrecuencia la tesis de este otro sóo conjeturamente puedeestabecerse a partir del texto del diálogo; como espaciopara lo positivo quedan en cambio con mayor frecuencia as

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26 Cf. mi Sery diálogo. Leer a Platón, Madrid, 1996.

p p g , , ,interpretan como doctrinas, si bien no es en general posibledar este papel a exposición alguna tal como está, sino que sehace necesario eliminar extravagancias excesivas, no sólopara hacer concertar en lo posible unas exposiciones conotras o para hacerlas ago entendibles como tesis, sino tam

bién porque, en efecto, la extravagancia forma parte delaparato de sobredistanciamiento Estamos, por primera vez,reconociendo en algo el carácter de prosa tética, pero esealgo no es parte alguna del diálogo de Platón

El fenómeno «distancia» al que nos hemos referido apropósito del diálogo es, como se desprende del conjuntode nuestra exposición, el mismo fenómeno que designábamos como «distancia» también alí donde lo considerába-mos como la substancia de la comedia Lo que no es lo mis-mo en un caso y en e otro es cómo se constituye un «frente

a qué» o «con respecto a qué» para esa distancia. En el casode la comedia era el propio decir relevante griego, el decirde los géneros primarios, lo que desempeñaba el papel del«con respecto a qué» El diálogo, en cambio, produce supropio «con respecto a qué»; éste, pues, no es nada que ten-ga consistencia alguna por s mismo, nada que tuviese ugartambién al margen del diálogo; no es, pues, la prosa tética,pero quizá sí aquello que, si lega a ser considerado en símismo o ual, desde luego, sóo podrá hacerse violetando su modo de presencia en el diálogo), será la prosa tética

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De «algo de algo» al enunciado

Reiteradamente hemos percibido cómo a relevancia dealgo en todo caso ya supuesto, al reconocer algo que sería lomismo para todo y para todos los casos genera un espaciouniforme en el cual por e hecho de la uniformidad los lí

mites son arbitrarios de manera que aquella relevancia parece suprimir lo que en ela misma habría de ser relevante, odicho lo mismo de otra manera la referencia a un siempreya supuesto, puesto que todo referirse a algo hace de elocosa pone de alguna manera una cosa única, lo cual equivale a pensar una abolición de la irreductibilidad de la diferencia y con ello una abolición de ser; incluso habíamos indicado cómo no otra cosa que esto es a problemática historiadel proyecto óli; etcetera El reconocimento de «A es Bque se registró en el capítulo con referencia al capítulo 2con todo o resultante de que B no pueda ser a su vez descripción de cosa etcetera era alí mismo lo vimos proyecto de preservación de la irreductibilidad de A (es decir decada cosa) en cuanto proyecto de preservación del carácterespecíco (no óntico) de la referencia al otro término El«es de «A es B no transita de A a B; más bien, lo que ocurre es un «esB un «serB, un «ser en el modo B porqueB dijimos especica e modo de ser; as pues, serB es eacontecimiento que tiene ugar por lo que se reere a A

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Aristótees identica «er>> o «e» con lo que en nuestro caí l h ll d ( h d d i i l

nuada reiteración del puto el «uno y otro y otro» e l «ahora

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pítulo hemos llamado (echando mano de ciea terminología kantiana) «el rhma puro» o «la forma de rhma, esto ese que haya de haber algún rhma; y a eso a saber e rhmaen cuanto tal (independientemente de que sea uno u otro)que hemos designado con las citadas expresiones kantianasel propio Aistóteles en el mismo texto le atribuye una semántica dice en efecto que el rhma como tal además deser en cada caso uno u otro comporta en todo caso (meramente por ser rhma el signicado de khróns. Es la palabraque generalmente traducimos po «tiempo» pero ni el signicado de la palabra en griego en general ni el texto al quenos estamos reriendo autorizan a tener por mencionadoaquí el tiempo como horizonte uniforme y por lo tanto ilimitado la palabra signica en principio el intervalo el trecho esto es el «de a » y lo que está implicado en la ar

mación de que el rhma en cuanto ta comporta la

signicación de «tiempo» es que e « es B » es interpretadoen el modo que acabamos de sugei diciendo que esB oserB es e acontecimiento o si se peere decirlo así que el«se> es interpretado como un cierto «llegar a» como unvuelco Otra cosa es que lo que ya tantas veces hemos dichoacerca de as consecuencias de la relevancia de lo siempre yasupuesto deba expresarse ahora de la siguiente manera: elque el «de a » el «entre» la distancia se vuelva relevante

compota que lo sea precisamente como distancia entre trminos que ya no son sino los trminos de esa distancia poro tanto como distancia descualicada y por lo tanto uniforme o cual implica tambin que los límites ya no lo seanpasando así a ocupar la posición básica lo ilimitado la conti

7 Peri hermeneías, 1-3 . C. m Comentaro a Arstóteles «De nterpre-tatone» -3 en e omen oeto En torno a Arstóteles. Homenaje alrofsor Perre Aubenque Sanago de Composela 1998 , y amién mLngütca fnomenológa Madd 20 0l .

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y ahora y ahora » con o que la distancia habrá pasado entretanto a ser delimitación meramente advenida sobrela base de lo iimitado La prioridad del punto y a prioridadde lo ilimitado son sólo dos maneras de llamar a la mismacosa la cual substituye a la prioridad de la distancia o de

«entre» por e hecho mismo de la elevancia del «entre» EnAristótees este vueco foma parte de la propia sistemáticade la obra de pensador o sea es un vuelco que se reconoceo cual quiee decir que allí mismo en Aristótees todavía lobásico sigue siendo el «entre» Pero es ya el último momenten el que esto ocurre

E que se llegue a la situación que acabamos de describircomo de prioridad de lo ilimitado (situación de la que hemos negado que sea la de Aistóteles) es decir el que se legue a una situación en la que ya sí (a diferencia de lo que

todavía ocure en Aristóteles) la distancia es delimitaciónadvenida sobre a base de lo ilimitado no es sino el mismofenómeno que ya de muy diversas maneas (en especial apropósito de perecer popio de a póls hemos descritocomo la prdida nherente a que se vuelva relevante e juegoque siempre ya se está jugando o que en este momento denuestra exposición nos inteesa especiamente es lo siguiente: una vez alcanzada esa situación esto es cuando lo quehay ya no es Grecia en sentido estricto sino el Helenismo

qu ecepción es entonces posible de aquelo que hemospresenado como la úlima posición griega la basada en elanálisis que hemos hecho del «A es B» del «algo de algo» o«algo como algo» de la consiguiente ireductible diferenciaentre los estatutos de cosa y de íds posición representadapor latón y Aistóteles que en efecto epesentan o útimo de Grecia en sentido estricto

Una vez que la base es el punto el ahora y po lo tantolo ilimitado entonces el «algo de algo» ya no puede se elacontecimiento o vuelco e «de algo algo» ya no es «de ago

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a algo sino que es meramente algo de algo en el puntol h b í h b h h

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en el ahora a saber ora sí y ahora no o b ien ahora y ahora o ni ahora ni ahora Con el hecho de que ya no tenga elcarácter de llegar a va pues inseparablemente unido elque sea ago que o bien es el caso o bien no e s el caso Ya noes el propio tener lugar la cosa sino algo de lo que ademásde que tenga lugar en sí mismo cabe también preguntar sies el caso o no por lo tanto algo que o concieta o no concierta con y ahora la cosa es lo que viene tras ese conEn este nuevo sentido y sólo en é el algo de algo es elenunciado. El enunciado es aquello que es o verdadero ofalso

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1 1

Gramátca

El fenómeno occidental llamado gramática arranca delmomento del que arranca también el fenómeno occidentalllamado cultura del cual la gramática es un aspecto o parte Cultura signica que ciertos vínculos han de ser objeto

de un especial cultivo lo cual quizá implique que ellos mismos ya no vinculan

A nal de nuestro captulo 1 O hemos llegado por n aalgo que pudiera ser una esfera del decir o de lo dichocomo algo distnto del ser mismo de la cosa. Por lo tantoquizá se dé ya la base para que uno se ocupe de una esferaespecíca del lenguaje o de lo lingístico y consguientemente dentro de los vínculos a cultivar a los que acabamosde eferirnos quepa considerar el vínculo lingístico demodo que esta sería la esfera particular de la gramática dentro de o que acabamos de llamar cultura De hecho al naldel capítulo O hemos asociado la emergencia de una esferaespecíca del decir con el enunciado y en efecto la gramática occidental es en cierto modo idéntica con el desarrollo del fenómeno que llamamos enunciado

Según esto la gramática es un fenómeno helenístico ytiene que ver con el cuidado por conservar e vínculo ingístco esto es la lengua griega lo cual a su vez comportaque ese vínculo ya no es obvio Se asume que se sigue ha

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cada caso un miembro de cada dimensión El ue hayamás de una dimensión es importante para la uestión ue

" 1se hubiese producido independientemente Por de prontoel ue haya el cruce signica como ya hemos dicho el efec

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nos ocupa pues se trata de morfemas ue a la vez definen eltipo de trecho al ue afectan y para ue la constatación deun trecho sea relevante es preciso ue varias dimensiones(por lo tanto en cada caso varios morfemas) coincidan endelimitar el mismo trecho El trecho es como ya ha ueda

do adelantado la «oración» ue auí puede valer como unnombre más para lo mismo ue «enunciado» y las dimensiones morfemáticas aludidas pueden provisionalmenteconsiderarse como las ue tradicionalmente se llaman«tiempo» y «modo» Se habla de dos dimensiones porue en

· efecto hay un «cruce» entre ellas es decir hay lo ue se representa escribiendo los miembros de una de las dimensiones como segmentos sucesivos de una recta horizontal y losmiembros de la otra como segmentos sucesivos de una rectavertical de manera ue la supercie uede dividida en casi

llas de las cuales estén llenas de hecho las sufcientes paraue ese montaje no sea substituible por una descripciónmás sencilla Esta aruitectura del cruce en efecto se ideópor la gramática a lo largo del Helenismo para la descripción de la lengua griega y de ahí puesto ue ahí se originóen general el fenómeno occidental «gramática» esa mismaaruitectura pasó a la descripción gramatical de otras situaciones lingísticas no siendo nada claro si precisamenteuna aruitectura de este tipo (dos dimensiones es decir

cruce de ellas) se hubiera generado en una descripción deesas situaciones lingísticas (incluidas las occidentales) ue

8 De eso no se sgue que en oda oan ubese de habe un erbo pues no se ha do que a en sea e úno modo posbe de epesn de esos moemas.

9 De eo en aguna ermnoogía de sgo X se os ama moemas eensos> po e eo de que aean a un amo que abaa aossnagmas (un neo en a msma emnoogía que es on agunosmaes o que aqí esamos amando una oan).

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tivo reconocimiento del papel de esos morfemas en la constitución del enunciado u oración hora bien no es menoscierto ue el cruce se encuentra en la gramática de una manera deformada como vamos a ver a continuación

Por de pronto una de las dos dimensiones contiene en

tre otros miembros un «presente» un «imperfecto» un«perfecto» y un «pluscuamperfecto» siendo evidente ue elpluscuamperfecto es al perfecto lo mismo ue el imperfectoal presente proporcionalidad ue sin embargo no tiene reejo alguno en el casillero os veríamos entonces inclinados a establecer una tercera dimensión con dos miembros(digamos: «nopretérito» y «pretérito») en la ue al presentese opusiese el imperfecto y al perfecto el pluscuamperfectosi no fuese porue entonces esta nueva dimensión no ten

dría cruce con la ue hasta ahora no hemos mencionado lade modo» pues la dualidad de nopretérito y pretérito sólose da en el llamado «modo indicativo» Quiere esto decirue lo de nopretérito y pretérito no es una nueva dimensión sino una escisión del modo indicativo; éste desaparecey los modos pasan a ser los dos ue acabamos de citar máslos otros ue ya había en el modelo. odo ello sin perjuiciode ue hubiese ue reisar también otros aspectos de éste•

o ue acaba de esboarse a propósito de iertos mofemas verbales es una aplicación del llamado «rasero de Oc

cam» al cual damos auí el siguiente signicado si uno introduce «más entes de los necesarios» para describir ciertoestado de cosas lo hace en virtud de alguna exigencia ueno es la de describir el estado de cosas. Veamos ahora cuálpodía ser esta exigencia por parte de la gramática

° ms Lua empo Madd 1999 Lüsa omola (adid 21 )

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diferente en referencia a diferentes situaciones ingístcasincuso dentro de aquellas en las que en principio los mor-

que en principio es su correspondiente en las lenguas mo-dernas diferencias relevantes Anotemos por de pronto que

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q q p pfemas del tipo en cuestión se epresan mediante la eiónverbal. En todo caso, la conjunción del papel peculiar deesos morfemas con su epresión mediante la eión de cier-to tipo o conjunto de eionables puede hacer que si elcontenido léico de cierta oración no requiere la presencia

de ninguno de tales eionables la epresión de los morfe-mas en cuestión requiera introducr un eionable de esetipo el cual, consiguientemente tenderá a no tener otropapel que el de que por su eión se epresen esos morfe-mas es decir, tenderá a ser lo que quizá debamos llamar «lé-icamente vacío» (lo cual por supuesto, no deja de ser uncontenido léico) así llegamos al peculiar papel del verbo«er» o si se quiere del verbo cópula pero entendiendopor tal sólo aquel que, en efecto presente eso que hemos

llamado vaciedad léca no otros verbos que teniendo lamisma sintais, tienen sin embargo contenidos léicos pro-pos (como en castellano «estar, «parecer», «quedar», «re-sultar», cada uno de ellos en determnados usos).

En lo que acabamos de decir se percibe que no es el ver-bo cópula el fenómeno relevante, sino que él es meramenteun resultado (y ni squera uno que fuese a prior necesario)de la conuencia de cierto fenómeno estructural (este sí re-levante en sí mismo) a saber el peculiar papel de ciertosmorfemas en lo que respecta a la constitución de oración,

con el que el procedimiento de epresión de esos morfemassea la eión de determinados eionables. El sgnicadodel verbo cópula no es ningn otro que el de que, en efecto,se encuentran los morfemas en cuestión Aun así, o precisa-mente por eso y en relación con lo que se ha apuntado dela diferencia entre la situación en el vuelco miso que daorigen a la gramática y la posterior continuidad de ésta hayentre el estatuto del verbo que normalmente en griego antigu desempeña el papel de verbo cópula ni) y el de lo

1

1

l 1

11

dernas, diferencias relevantes. Anotemos por de pronto queen griego son de pleno uso ciertos sintagmas gramatical-mente generados desde ese verbo y cuya ausencia en situaciones lingísticas posteriores (de hecho ya en latín) asícoo su presencia en griego, tiene que ver con los proble

mas que hay en atribuir un valor a esos sintagmas a partirde la función de cópula; ejempo de ello es e que ont- fun-cione en griego con todas las posibilidades de cualquier«participio» y de cualquier «adjetivo», uso que tanta guerradio a la hora de «traducir» al latín hasta la espectacular ca-pitulación consistente en forzar en latín un presunto equi-valente puramente articial el cual, al pasar a funcionardentro de las estructuras del latn da lugar a fenómenos sinhomología alguna con los del griego y no en cambio a losque sí tuviesen tal homología, con lo cual la pretendida

«traducción» es en verdad un fasco. En la misma línea, y aveces incluso como dicilmente diferenciable de lo que aca-bamos de ci tar se encuentra también el que el uso del verbocópula en manera «absoluta» (esto es, sn «predicado nomi-n, simpleente «A es») tiene lugar en griego antiguo congran libertad en cualquier tipo o nivel de habla y en boca decualquer tipo de hablantes; evidentemente el que hayaun «A es» forma parte del mismo fenómeno que el que n-cione con toda uidez el «particpio» ont. o se trata en

absoluto de que en griego el verbo en cuestión fuese «toda-vía» algo más que «mera» cópula; no hace ninguna falta sa-lir del fenómeno msmo del verbo cópula para entenderesas diferencias, las cuales se entienden a partir de lo uehemos dicho acerca de la diferencia entre, po una parte elsentido del «algo de algo» y por lo tanto del «hm puro»

' f cap 4. eempo a encnad mesa iecamenea conexión ene a pse asote>> d veo en cesón y e bes de s <paticipo>>

 

tal como suenan todavía en Platón y Aristóteles y por laotra parte la articulación básica de la gramática Una vez

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otra parte la articulación básica de la gramática Una vezmás: el signicado del verbo cópula no es nada dierente delque hay en el hecho de que estén los moremas del peculiartipo a que venimos haciendo alusión; lo que ocurre es queese mismo signicado está aectado por la dierencia queacabamos de recordar entre el algo de algo» griego y eenunciado o a gramática o si se preere entre el vueco yel punto o lo ilimitado.

1 2

1 2

Sobre el prncpo alfabéco

Hasta aquí ha tenido cierta presencia en nuestra exposición la cuestión de la escritura» Vamos ahora a introduciruna precisión de la que veremos que no puede carecer deimportancia El trecho histórico que hemos denido (capí

tulo 3) como directamente concernido por la presente exposición es a a vez en coincidencia demasiado consistentey precisa para ser casual el del uso original de lo que vamosa lamar el principio alabético. Antes de ese trecho inclusocuando se trata de situación lingística que con las matizaciones indicadas en el capítulo 3 debe considerarse comogriego la escritura no es alabética; y después del trecho loque hay ya no es la historia del uso origina del principio alabético sino a de a transmisión y adaptación de alabeto

Ciertamente y como ya dijimos en el capítuo , todatoma en consideración de entidades lingísticas (y por lotanto toda escritura que se reiera a una lengua) comportaalgún nivel de análisis del tipo que nosotros sólo podemosentender a través de a noción de estructura. Por ejemplo:una escritura que representa síabas implica el reconocimiento de a misma» síaba en momentos dierentes de lasecuencia y ya sabemos que esa identidad es de tipo quenosotros asumimos mediante la reerencia (generalmenteimpícita) a una estructura (en otros términos: no es una

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dendad que enga una dencón «sca») Ahora ben ene caso de una escrura afabéca en la que os sgnos represenan fonemas e carácer esrucural del análss ene

de oros en a secuenca s no es en la msma operaón enla ue se denca un msmo fonema en dfeenes punos

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presenan fonemas e carácer esrucural del análss eneun alcance subsancalmene más profundo que envuelveno sóo la dencacón de una endad en punos dferenes de la secuenca sno ncuso la segmenacón msma Con ndependenca de que una vez esabecdo el nvena

ro de fonemas en é se den reacones (por ejemplosecuencas posbles e mposbles) cuya defncón generaambén un concepo esrucural e lme de sílaba esambén cero que una preva segenacón en slabas seaproxma mucho a carácer de observacón «sca Noocurre así con los fonemas que no uedan sepaados unos

32 No pocede aega ue no on ecamente onema poue no eaa de ecua écnicamene onoógca o onemátca, pue o ue e

amo dcendo o djmo a en e capíuo y acaamo de em aeo) e ue odo aná en endade ingüíica e, e manea má omeno depuada eucua, ya ue n eo n uea eía poedenca endade o e áido a meno po o ue e eee a uoogna de pncpio aaéco oa coa e a ueo anmón adaptación de un aaeo ya ogado aguna ez Deno de mmo oden de cueone, añadamo ue ampoco cae dec con go ueceo ema de ecua epeentan onema, óo ue «no odo oonema», no, po eempo, óo o cononane>, poue, ndependenemene de ue eo no ea n uea maeamene po compeoexaco aceca de o ema de ecua de o ue ee dece, en

odo cao ocue ue cononane e ahí n concepto ue óo puededae oe a ae de anái en onema y de nenao de éo, cono cua eua edene ue, con ea manea de aa, a iuacón eeá deciendo dede a decpcón d oa en oa paaa: noepeena a meno en pncpio odo o onema, e ue epeenaen genea oa coa ue onema; una uena puea adcona de eo eue e po de decicón addo e aum ue ea ecua epeena onema aunue no odo) ee acompañado de a necedad deaad oe a ectua en cuetión ign o ue compeen a epeenación de o onema po eempo o gno de oca adíamene añadido oe exo eeo y aameo)

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la ue se denca un msmo fonema en dfeenes punosde la secuenca y se esabece e nvenao de fonemas de alengua en cuesón operacón que envuelve necesaramenea refeenca a conjuno de las secuencas reevanemenedsnas uns de oras en dcha lengua (envuelve en efecopo ejemplo cuesones de po de s es posbe en generaen al engua el que .) .

a especal mpoanca que o ahora dcho ene en epresene conexo se eacona con el pape que en é ha desempeñado el reconocmeno de opeacones que envueven una referenca a lo que no es ámbo parcuar agunosno aquelo en lo que cada cosa es lo que es Por su mplcacón de un po de análss que no es posble sno reréndose al conjuno de as secuencas posbes (reevanemenedsnas unas de oas) en a engua e uso orgna de

prncpo alfabéco e proceso de consucón de alfabeoene en efeco el po de referenca que hemos desacado yen ese sendo es como oa caa de o msmo que e poyeco pós, que e decr relevane en cuano al eceera Aese especo debe desde uego dsngurse enre e ejercco orgna de prncpo alfabéco eso es a hsora en aque se genera el afabeo en su condcón de al y por orapare la ulero recepcón ncuyendo en su caso adapacón a suacones ngüíscas dfeenes de alfabeo yaconsudo; esa segunda pare no ene a efeenca que

nos ha neresado de a prmera

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Nota bibiogrfca

. La lectura de cualuiera de los tetos griegos invoca-dos se asa en el conjunto de las ediciones crticas recientesNos permitimos a continuación sólo para los autores másinsistentemente manejados en este liro destacar para cada

uno de elos una edición en particularHmrus !s, hrsg v M. L West Biiotheca Teuneriana Stuttgart/Leipzig/München 998/2000

Pnd cmn cum fgmnts, edd. B Snel l HMaehler Biliotheca Teuneriana pars Leipzig 1987pars I Leipzig 1 989

Ashyus gd, ed M L West Biliotheca Teuneriana StuttgartLeipzig 998

2 Dando por supuestas las oras generales de carácter

lingüstico lológico o histórico cuyo uso en relación conla presente investigación es ovio citamos a continuaciónsólo algunos iros ue tienen relación especca con aspectos determinados de este mismo traao

Hutchinson G O. (edición y comentario) AshyusSvn Agnst Thbs Oford 1985

Latacz J (Hrsg) Hms Is Gsmtkmmnt,München/Leipzig 2000 y siguientes

Reinhardt K. Shks (4.a ed) 196

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El mismo Aischys as Rgissu und Thg Ben949

Shadewaldt W D Auau ds indaischn Epinikin

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Shadewaldt W D Auau ds indaischn Epinikin(2 ed.) Tüingen 1966

Snell B Gichisch Mik (4. ed) Gttingen 19 82Sommestein A H (ediión omentaio) Aschyus

Eumnids Camidge 1989

West M L Gk Mt Ood 1982El mismo Ancint Gk Music Ofod 99 Willok M M (ediión ometaio) Pinda Victy

Ods Camidge 1995.

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