estilo de vida del cristiano

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ESTILO DE VIDA DEL LAICO CISTERCIENSE DE MXICO

PARA COMENZAR...

Escucha hijo, hija, la enseanza del Maestro y con su gracia, abre bien el odo de tu corazn. Acoge con amor, esta invitacin que te hace tu Padre entraable y con su gracia, ponla en prctica, para que a semejanza de Cristo obediente, vuelvas a Aqul de quien te apartas por dejarte seducir por tu egosmo, por tu soberbia, por tu superficialidad, por no querer orar.

Quienquiera que seas, que renunciando a tu voluntad, es decir, a ti que quieres pertenecer slo a Cristo y a nadie ms que a Cristo, a ti, que te sabes necesitado de vivir en la voluntad del Seor, te dirijo mi invitacin a tomar las armas de la fe, la esperanza, el amor, la obediencia, la humildad, la paciencia y la perseverancia en el silencio y la soledad de tu celda interior para permanecer da y noche fiel al nico Seor y verdadero Rey.

Ante todo, al empezar cualquier obra buena -porque l ya antes te ha dado la gracia de hacerla-, pdele a l con insistente oracin, que la lleve a trmino. Cuida los dones que ha puesto en ti, no para decir al final del da o al final de tu vida: he hecho tantas obras buenas; no, sino para reconocer, como San Pablo que quien obra el bien, es Otro: Ya no soy yo quien vive en mi, sino Cristo quien vive en mi. Entonces, le dars gloria al Padre que est en lo profundo de tu corazn. Lo hars no por la recompensa, pues quin puede merecer?...slo Jess! Y Jess, se te da diario, misericordiosamente sin t merecer, nada.

Levntate pues, de una vez, no lo pienses ms!, as como ests, tentado (a), desanimado (a), triste, vaco (a): La Sagrada Escritura te despierta dicindote: Ya es hora de despertar. Dejemos las obras de la oscuridad y revistmonos de la luz, como un soldado se reviste de su armadura. S, Despierta!!!. Jess te ama y vale la pena seguir adelante, viviendo con su gracia- como Jess vivi: perdonando, amando, comprendiendo, teniendo misericordia (ese amor que lo disculpa todo, lo cree todo, amor que extiende sus brazos para morir en la cruz), ayudando, aliviando, consolando, orando. Y abiertos tus ojos por la luz de la fe adulta, esa que se apoya en la fidelidad del que todo lo puede. Escucha su voz que te dice: Ojal escuches hoy su voz. No endurezcas tu corazn, a pesar de experimentar tu impotencia para amar, para acoger a los dems as como son, a pesar de tu impotencia para aceptarte as como eres. A pesar de todo dile: Jess, dame tu corazn, grande, inmenso, para amar, mi Seor.

Si tienes odos interiores, oye lo que el Espritu dice a las Iglesias, es decir a ti, que lees y que por el don de la fe, el Seor te ha dado la capacidad de escuchar su voz divina. Y qu dice el Espritu? Vengan hijos escchenme que les instruir en el temor del Seor es decir: te instruir y te ensear mi ley y obedecindome sabrs darme gloria y sers inmensamente feliz en mi, porque habrs experimentado mi amor, mi misericordia.

Corre mientras tengas la luz de la vida, antes que te sorprendan las tinieblas de la muerte. No dejes que tu egosmo tu flojera, tu indecisin, tu indolencia, tu no fe, tu desesperanza te atrapen.

Hoy, el Seor te dice: Amas la vida y deseas prosperidad verdadera? y si t le respondes que s, El te dir: Si quieres tener una vida feliz y eterna, guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad. Aprtate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. Rompe con mi gracia, las cadenas del desamor, del odio, de la violencia que hay en ti y desata los nudos que aprietan el cuello es decir, el corazn de los dems con tus crticas; deja libre a los que oprimes con tus malos tratos, palabras hirientes, indiferencia, golpes; acaba con lo que te convierte en tirano para ti y para quienes te rodean: djate amar por mi: Ven a mi para que puedas ser libre del egosmo que no te deja vivir; dame tus planes y entrgame tu pasado que te martiriza y se feliz en mi, en el instante del presente. (No arrastres cadveres, pensamientos que te frustran y te dejan deprimido, deprimida; comparte tu pan (lo que tienes y eres), con el que est hambriento no solo de comida, sino de comprensin, de cario, de perdn, de amor, de paz, de una mirada de aceptacin; viste al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes pues Yo quiero Misericordia. Ama, ama, ama como Yo tu Dios, te amo a ti!, entonces me encontrars y te dar agua abundante en el desierto y t sers un ro de paz para quienes te encuentres en el camino.

Si el egosmo, la soberbia, tu orgullo te insina que abandones la humildad, la obediencia, el amor de Cristo en ti, si el demonio que anda como len rugiente buscando devorarte te sugiere que todo esto es una farsa, que no tiene sentido, que para qu todo, que abandones tus momentos fuertes de intimidad con el Seor, toma todos esos pensamientos y sentimientos negativos y estrllalos en la Cruz de Cristo e invoca a Mara la llena de Gracia. Invoca a tu Madre, Maestra y Amiga. Invoca el nombre de Jess y entre ms fuerte sea el grito de la tentacin, ms, pero ms suplica al Seor: Jess Hijo de Dios, ten misericordia de mi pecador, pecadora.

Nunca te engras por tus buenas obras, pues Qu tienes de bueno que no lo hayas recibido de lo Alto?, al contrario, di como el profeta: No a nosotros Seor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria.

Cuando alguien te diga: qu bien haces esto y esto otro!, etc, responde que el Seor es quien acta en ti, y que gracias a su gracia eres lo que eres. San Pablo te invita a Gloriarte en el Seor. A El es toda la gloria, la honra y el poder.

El Seor en el Evangelio te dice: Si escuchas estas palabras mas y las pones en prctica, te parecers a aqul hombre prudente que edific su casa sobre roca. Cay la lluvia, se salieron los ros, soplaron los vientos y descargaron contra la casa, pero no se hundi porque estaba cimentada sobre roca.Y tu Roca, es Jess.

Esta vida, se te ha dado para que corrijas tus vicios es decir tus malos hbitos, tu carcter, tu voluntad mal educada, pero no lo podrs solo, sola, sino que retirndote a orar en la Lectio Divina y alimentndote de la Eucarista y de la lectura espiritual de los padres cistercienses o de los padres del desierto, la gracia del Seor y tu querer que tambin es gracia, la bondad del Seor Dios te ir empujando a la conversin, a desear con todo el corazn pensar y actuar en todo momento, como Jess.

S. El Seor quiere que te conviertas y vivas para El, con El y en El.

Habrs pues de disponer tu corazn y todo tu ser, alma y cuerpo para militar en la santa obediencia de su Amor, de su ley que te ensea a amar, que te ensea a abrirte a su amor incondicional y gratuito.

Ruega al Seor que te de la ayuda de su gracia para que superes lo que sobrepase a tu frgil naturaleza.

El Seor te ha trado a la escuela del amor ponindote al servicio suyo. No encontrars nada duro ni penoso, pero cuando sea conveniente recibirs alguna correccin, un consejo para tu bien y el bien comn. Sabes? No corras, no te asustes, no abandones el camino de la salvacin pues recuerda que la puerta para entrar al Reino de Dios es decir, a su paz, a su alegra verdadera, a su luz, a su vida, a su amor, es estrecha y requiere de un gran, pero gran abandono en las manos del Seor, haciendo t, lo que est de tu parte para querer ser como Jess.

En el nombre del Seor, puedes estar seguro, segura que si perseveras hasta el ltimo instante de tu vida, fiado, fiada en el Seor, en fe adulta, probars la delicia del amor maduro cimentado en Cristo, amor que camina dirigido por la ley del Seor, y la ley del Seor se resume en Amar al Seor con todo el corazn, con todas tus fuerzas, con toda tu mente, con toda el alma y a quienes te rodean como el Seor te ama a ti.

Persevera pues, pacientemente, abrazado, abrazada a la cruz de Cristo, entonces El te dar la gracia de resucitar con El a la vida verdadera. Amn.

LA OBEDIENCIA

San Benito nos ensea que el primer grado de la humildad es una obediencia sin tardanza y es la que corresponde a quienes nada aman ms que a Cristo. Estos, motivados por la profesin de amor que han hecho, en cuanto el (la) asesor (a) o el (la) responsable o coordinador (a) les manda algo para el bien comn, como si fuera un mandato divino, lo hacen iluminados por la fe meditando en su corazn Qu haras t Jess en mi lugar!.

De estos dice el Seor: En cuanto me oy, me obedeci , as que dejando tu querer, lo que t crees que sera mejor, tu orgullo, tu forma mundana, superficial y vaca de ver las cosas, los acontecimientos, las personas, en una palabra, dejando lo tuyo, y abandonando tu voluntad propia,

con la gracia del Seor- y por amor a El y buscando siempre el bien de tus hermanos y hermanas-, pon por obra lo mandado, obedeciendo al pie de la letra, feliz de tener una oportunidad de crecer en la docilidad y en el no apego a tus caprichos, a tus gustos, a tu egosmo.

El Seor en el Evangelio dice: Qu estrecha es la puerta y qu angosto es el camino que lleva a la vida! Y para no vivir a tu antojo ni obedecer a tus caprichos y deseos, te sometes a un asesor, a un responsable, a un coordinador, y estos, sin duda habrn de imitar al Seor diciendo: He venido no para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me ha enviado.

San Benito nos ensea a obedecer sin murmurar y nos dice: Esta obediencia slo dar gloria al Seor y slo dar fruto en tu alma y ser dulce para los dems, si lo que te mandan, lo haces sin miedo, sin tardanza, sin frialdad, sin murmurar ni en tu mente, sin protestar, pues la obediencia que se da a quienes tienen la responsabilidad sobre nosotros, se la da a Dios mismo.

No des de mala gana ni murmurando, menos dividas con tus comentarios, con tu desobediencia, el corazn de los dems pues obrando as, no madurars seguirs siendo infantil, caprichoso, infeliz.

Aqu no estamos hablando de una obediencia ciega pues la obediencia evanglica que nos propone San Benito es una respuesta responsable, plenamente consciente y libre, pero si t, te llegaras a experimentar incapaz de hacer lo que se te pide, buscars entonces un momento apropiado para explicar con calma y pacientemente al asesor, o responsable o coordinador, las razones por las que no puedes cumplir lo que se te encomienda.

Si a pesar de haber explicado tus razones, tus encargados mantienen para el bien comn lo que te encomendaron, dice San Benito: Pon tu confianza en el Seor Dios y obedece por amor, es decir, que el amor, ha de ser el motorde tu vida. El amor a Cristo ha de ser tu razn de existir, de hablar, de callar, de obrar, de ser, entonces la obediencia terminar siendo una respuesta natural que brota desde tu corazn purificado por su gracia, entonces habrs encontrado el sentido profundo de entregarle tu voluntad mal educada, al Seor abandonndote libremente, en actitud humilde.

No obedecers si no oras diariamente en la Lectio, en la Eucarista, en tu corazn, pues slo quien vive en las entraas de Cristo y slo quien no vive una vida superficial, mundana, llena de pensamientos influenciados por criterios meramente humanos y soberbios, slo quien vive desde la fe adulta, esa que se apoya en la fidelidad del Seor, (y la fe crece y se fortalece en la oracin callada y amorosa), slo ese, esa, no se dejar llevar de su vacilacin, de su racionalizacin, el clculo, las comparaciones, la indolencia, el rechazo, entonces habrs comenzado a amar, a correr por el camino de Sus mandamientos, entonces habrs comenzado a vivir la apertura del corazn ms all de toda justificacin, la estabilidad en Cristo, la dulzura, la compasin (esa capacidad de ponerte en los zapatos del otro), habrs comenzado a vivir la verdadera obediencia que te hace libre, libre para Dios y para los dems.

Seor, t me esperas pacientemente y sin cansarte hasta que me abro a ti, en la fe desnuda, fe que se apoya slo en ti.

Aydame a escuchar en fe tu voz, cuando estoy frente a tu Palabra y penetra cada fibra de mi ser para que pueda abrirme siempre a tu voluntad.

Mi Seor, derriba en mi las altas murallas que he levantado por mi egosmo, orgullo y vanidad. Aleja de mi corazn la envidia que destruye y obstruye la unidad. Calma mis impulsos agresivos. Purifcame y djame tu sentir, tu amor, tu paz; que no piense ya nada a mi manera, sino que tu amor lo determine todo. Amn.

CONSEJOS:

Amar a Dios y al prjimo. Ante todo, amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y al prjimo como el Seor te ama a ti, y El, te ama infinitamente, incondicionalmente y te acepta as como eres.

No matars, ni con tus miradas, ni con tu lengua es decir, no criticars, no cometers adulterio ni en el pensamiento es decir, valorars la pureza de vida que el Seor ha depositado en ti. No robars, ni atencin, ni nada, es decir, sers honrado, honrada, honesto, honesta, contigo mismo, (a), entonces no codiciars, no envidiars ni mentirs. Para qu?. Honra, no solamente a tus padres sino a cada ser humano que el Seor ponga en tu camino. No hagas a otro, lo que no quieres que te hagan a ti.

LA HUMILDAD.

La humildad, es el FUNDAMENTO DE TODO. Sin humildad, no hay vida con Dios ni con los hombres. Y EL GRAN HUMILDE ES JESS. Y el Laico cisterciense, como Jess....humilde.

Ningn hombre puede servir a dos seores: o vida mundana e idlatra o vida espiritual, vida interior, vida verdaderamente humana y divina en Jess y con Jess. Y Jess nos dice: El que pierda su vida por mi, la salvar.

Al abrirnos al mundo sobrenatural, al mundo de la Gracia, ya no podemos vivir para nosotros mismo (el abrirse ya es Gracia) y entonces en su INFINITA MISERICORDIA, Dios nos baa de su Gracia para que nosotros, pequeitos y pobres, podamos vivir la DIMENSION DE SU AMOR que lo transforma todo.

La vida espiritual es VIDA, no en s misma, sino por Dios y en Dios. No es algo para conocer y estudiar. El centro de la vida del espritu es Dios y muchas veces, ste Centro est opacado por dolos que toman el lugar de Dios (afectos, cosas, uno mismo) y entonces nuestra vida interior enferma y hasta muere como cuando a un pez lo sacamos de su centro: del agua.

La vida divina en nuestra naturaleza, hace de nuestro ser: UNO, alma y cuerpo, carne y espritu, pues LA GRACIA DE Dios UNIFICA AL SER HUMANO Y LO SANTIFICA EN CONJUNTO POR LA ACCIN DEL ESPRITU SANTO.

La vida espiritual no es solamente para quienes viven ya la dimensin eterna como los seres que mueren en GRACIA y entran a vivir eternamente en la profundidad de Dios, en su Amor, no. La vida espiritual se comienza a vivir desde nuestra realidad terrena y ser espiritual no es tener alas o aureola, no.

Ser espiritual es vivir nuestra realidad de espritus encarnados desde Cristo. Es vivir como hombres y mujeres que buscan a Dios. Quien ms espiritual es, es ms humano, como Jess en su Encarnacin: Dios se hace hombre, para mostrarnos su infinito Amor y ensearnos el verdadero camino: Yo soy el camino, la verdad y la vida y nos dice: Aprendan de mi que soy manso y humilde de corazn y encontrarn descanso.

Jess me descubre, te descubre que la humildad y la total dependencia de Dios (lo que Sta Teresita del Nio Jess llama INFANCIA ESPIRITUAL), ES LO QUE HAR QUE VIVAMOS la vida espiritual, pues slo quien se sabe pequeito en las manos del Padre, puede aceptar con alegra y paciencia una observacin. Slo quien es pequeito y se deja guiar por la Palabra del Seor, acepta personar y an ms: hecha el manto de la misericordia del Padre, a todo ser humano, pues slo quien habita en las entraas de Cristo, puede poner la otra mejilla, dar el manto y caminar en los zapatos del otro siempre.

Tienes pues, amado Laico Cisterciense, un Dios humilde, con unos padres, San Jos y Mara Santsima, humildes, desaparecidos. De San Jos no se dice nada ms que era un hombre bueno y santo y que fue obediente a la voz de Dios.

De Mara de Nazareth, no se dice que hablara para sobresalir. De ella misma escuchamos esta frase: HAGAN LO QUE EL LES DIGA, y es como si dijera: De mi misma no les dir NADA, pero como el Seor ha hecho en mi maravillas, como El me ha preservado del egosmo, quiero que ustedes sean libres y felices en la humildad de mi Jess, por eso: HAGAN LO QUE EL LES DIGA.

Y....qu es la humildad?. La humildad es un don, un regalo de Dios, pero que no se nos da por magia, sino que hay que querer con buena voluntad dejar que Jess obre en mi, en ti.

Slo por gracia de El, podrs reconocer que Dios es Dios, que slo El es perfecto, que TODO LO PUEDE, porque es dueo y Seor de todo lo creado.

Humildad es reconocer que eres ser humano y por naturaleza eres limitado, caduco, eres UN SER NECESITADO DE DIOS. El reconocer tu limitacin, tu ser contingente y quebradizo, frgil, no ser para llenarte de complejos o inseguridades, AL CONTRARIO, ser para que al fin seas libre de tu autosuficiencia, de querer tomar el lugar de Dios. Ser librarte de tu vanidad y soberbia que te esclaviza y no te deja ser como Jess, humildes, suave, bondadoso, paciente, bueno, misericordioso. S, ser como la familia de Nazareth. Vaca de si misma.

El laico cisterciense, hombre o mujer, reconoce que es pecador, pecadora. Por ello, NO TE CREAS BUENO sino reconoce que lo que tienes de bueno como actitudes de amor, de servicio, de entrega a los dems, la inteligencia, la fortaleza, la paciencia, la pureza, etc, no es tuyo sino de Dios que es infinitamente bueno, el nico bueno.

El humilde acepta sus cadas, pero no se queda tirado, sino que se levanta con mayor fuerza y humildad que le da la gracia de Dios

El hombre o mujer orgulloso, reclama lo que cree merecer, El hombre o mujer humilde, NO RECLAMA NADA, porque sabe que no merece nada, y sin embargo, en la infinita misericordia de Dios lo recibe TODO.

Sean mansos y humildes como Yo y encontrarn descanso dice Jess. El es tu modelo a seguir. Modelo de humildad y nos dice por experiencia que el odio y la violencia no liberan nunca, sino que nos esclavizan, por ello es necesario REVESTIRNOS DE Cristo (Glatas 3,27), HUMILDE, para as, unidos a El, renovar todas las cosas y CREAR UN MUNDO NUEVO.

El humilde, no quiere aparecer, el humilde, busca la paz. Y San Bernardo de Claraval nos dice que la humildad es la UNICA VIRTUD QUE CURA EL AMOR HERIDO Y QUE LA HUMILDAD ES EL CAMINO DE LA VERDAD. El humilde recibe en su corazn la ley Divina del Amor y la obedece.

La verdadera humildad, no es andar encogidos o bajar la mirada externa al suelo o hablar con determinado tono o modo de voz, o sentarse o caminar de alguna forma especial. NO. NO CONFUNDAMOS!.

Tampoco la humildad es vivir con sentimiento de culpa; esa palabra culpa, ya desterrmosla de nuestra vida, pues si se falla o se falta es por alguna causa. Adems, no vivamos, no vivas preocupado, preocupada de si eres humildes o no.

La humildad es una actitud interior que brota del estar con Jess, a sus pies. Es un Don de Dios, para que se acepte a s misma con todo lo que la persona es. EL HUMILDE NO ETIQUETA A NADIE, porque sabe que nadie escogi ser como es y sabe que Dios, a cada ser humano lo ama infinitamente as como es.

El humilde se hace nio en las manos de su Dios que es Padre. Hacerse nio, en el sentido de tener la capacidad de recibir el Reino de Dios con el ser abierto y con una confianza sin lmites, es HUMILDAD.

La humildad es servir hasta dar la vida como Jess. (Ver Juan 8,50 y Juan 13,14).

El que es humilde, sirve porque la humildad, habrs de orientarla hacia el servicio comunitario en la familia, en el trabajo, en la escuela, en la parroquia, en la comunidad, en la calle donde vayas.

Ser como Jess, humilde que se humill o sea, se anonad, pues siendo Dios se hizo hombre, hasta morir en la cruz por nuestra salvacin. (Ver Filipenses 2,6 y Marcos 10,45).

La humildad te llevar atener un verdadero encuentro con Dios. Poco a poco, en la medida que te dejes (porque l te respeta), te ir desnudando de ti mismo, de ti misma, de tu querer y te ir revistiendo de la voluntad de El.

Quien es humilde como Jess, es pobre de espritu, vaco de intereses personales. La pobreza de Jess consisti en que el dependa total y libremente de la voluntad del Padre, y era pobre porque era humilde, y era humilde porque era pobre. Su inters principal, nico y que fundament toda su existencia fue: CUMPLIR LA VOLUNTAD DEL PADRE hasta las ltimas consecuencias.

T, Laico cisterciense, ser un esposo, esposa, un joven, una joven, un adulto, un anciano humilde...pobre...vaco de s mismo, de s misma, dependiendo nicamente del querer de Dios, iluminado, iluminada por su Palabra Divina, siendo fiel, responsable, carioso, tierno, delicado, detallista, paciente, no mundano, mundana, trabajador, en una palabra, porque te dejas amar por Dios, por eso amas en la humildad de Cristo. Si haces esto con la gracia de El, esto se reflejar en la sociedad, entonces este mundo habr comenzado a cambiar.

T: Laico Cisterciense, sers feliz en medio de la lucha propia de la vida, respondiendo a todo con mansedumbre, con suavidad (a pesar de experimentar un torbellino dentro). La humildad ir limpiando los ojos del corazn y lo dejar puro, libre, feliz, en paz.

Casiano, nos da este consejo para vencer el demoniode la soberbia, del orgullo y te dice:

Acurdate de tu vida pasada. Cmo eras, cmo te tena esclavizado el pecado, cmo te dominaban las pasiones y cmo por la misericordia de Dios, te ves libre de todo lo que te haca mal.

Piensa quin es el que te protege en el desierto y quin mantiene lejos a los demonios que crujen los dientes contra ti. Esto te ayudar a dejar brillar la humildad de Jess en ti y cerrar la puerta al demonio del orgullo, la vanidad y la soberbia.

Y te sigue diciendo: El demonio del orgullo conduce al hombre a la cada ms grave. Convence al alma de que no crea que Dios es el que le ayuda. Le impulsa a creer que es ella misma la que es bondadosa y que ella est ms alta que todos, an ms alta que Dios mismo. Al orgullo le sigue la ira y el alma queda envuelta en las llamas del infierno.

La soberbia, el orgullo, es el ms peligroso de los vicios, pues hace que te consideres como dios y te saca de la realidad, te hincha y te entrega a una guerra interior descomunal.

Mira: Los impulsos, tienen una funcin positiva, as que no se trata de anularlos, sino de transformarlos, de ordenarlos, de integrarlos, de educarlos por la fe, por la inteligencia, por la voluntad.

La humildad es el alma de la vida cisterciense, as que en el nombre de Jess, cada vez, habrs de renunciar a toda suficiencia y a toda sed de poder y de aparecer, para dejar resplandecer a Jesucristo, como el cristal limpio deja pasar los rayos del sol, ntidamente, sin mancha, como Mara de Nazareth.

La humildad, te llevar a obedecer la voz de Dios, manifestada en tu asesora, en tu responsable, en tu coordinador (a), an en el ms pequeo, pequea de la comunidad.

San Pablo te recuerda en Romanos 7,18: Recuerda que de ti nada bueno tienes en tus bajos instintos pues quieres hacer lo excelente, pero el realizarlo no est en ti. Reconoce que el Tesoro lo llevas en un vaso de barro que eres t, para que se vea que esa fuerza tan extraordinaria para hacer el bien, no viene de ti, sino de Dios.

La humildad te llevar a la conversin sincera. Los desprecios de quien menos lo esperas, te servirn de remedio para vencer la soberbia que hay en ti, si los aceptas con alegra y como permitidos por Dios. Cuando experimentes alegra por los rechazos, entonces Jess comenzar a resplandecer en ti.

Si te echan flores o te dicen: Qu bien lo hiciste!, en tu corazn permanece en la humildad de Jess, reconociendo que Dios ha obrado por medio tuyo y que gracias a l tienes inteligencia, creatividad, dones. Con tu boca sinceramente di: Es Jess, a El sea la gloria pues yo no he hecho ms que lo que tena qu hacer.

Aqu tienes unas seales para que reconozcas la verdadera humildad:

Si obras siempre con recta intencin bajo la mirada de Dios.

Si tomas decisiones a la luz de la Palabra de Dios y las realizas con humildad.

Si adems de no injuriar a nadie, no te entristeces ni te afliges cuando alguien te injuria.

Si respetas y obedeces lo que se te dice por el bien comn.

Si crees en el fondo de tu corazn ser el ltimo de todos.

Si refrenas tu lengua y no hablas acaloradamente.

Si te consideras un servidor, servidora y no haces ms que lo que tienes qu hacer.

Si no amas tu voluntad ms que la voluntad de Dios revelada en su Palabra y en los acontecimientos.

Si abrazas con paciencia las dificultades, pruebas, tribulaciones, an las tentaciones sin echarte para atrs.

Si repites sin cesar: Que todo sea para tu mayor gloria, Seor!

Puedes hacer Lectio Divina, del texto de Eclesistico 3, 17-29:

Hijo mo: s humilde en todo lo que hagas. Cunto ms grande seas, ms debers humillarte, as me agradars. No busques lo que es demasiado elevado para ti, ni quieras saber lo que es demasiado difcil. Procura entender lo que te mando y no te preocupes de lo que est en secreto. NO TE INQUIETES POR LO QUE TE SOBREPASA.

Muchos se han dejado engaar por sus propias ideas, y falsos pensamientos han desequilibrado su mente. Al que es terco, al fin le ir mal y el que ama el peligro en l perecer. Al terco le esperan muchos sufrimientos. La desgracia del orgulloso no tiene remedio, en cambio el sabio entiende los proverbios sabios; el que escucha atentamente se alegra en mi que soy la Sabidura.

San Benito en su Regla nos da 12 consejos para dejar que la humildad de Jess sea una realidad en cada uno de nosotros, escucha:

1.-Tener siempre presente el temor de Dios es decir, ten presente siempre cunto te ama el Seor y cunto lo amas porque El te ha amado primero. No hagas tu propia voluntad, refrena tus deseos, pues hay caminos que parecen rectos a los ojos de los hombres y terminan en lo profundo del infierno. Dios te mira con ternura, pues que sea esa ternura la que te lleve a obrar en humildad.

2.-El segundo grado de la humildad es no amar la propia voluntad.

3.-Se obediente hasta la muerte como Jess que se rebaj hasta someterse incluso a la muerte, sometindote a tus responsables.

4.-rmate de paciencia. Este es el cuarto grado de humildad: cuando al obedecer se te presenten situaciones difciles e ingratas o incluso hirientes, soporta con paciencia, no te canses ni desistas pues dice el Seor en san Mateo 10,22: El que persevere hasta el final se salvar y tambin: Ten nimo, confa en el Seor (Salmo 26,14).

Debes soportarlo todo por el Seor, en nombre de los que sufren: Por tu causa nos degellan cada da, nos tratan como a ovejas de matanza. Seguro en la esperanza y puestos los ojos fijos en Jess, prosigue diciendo: En todo esto vencer fcilmente por aqul que me ha amado (Rom 8,37), pues el Seor nos refina como refinan a la plata. Cumple con serenidad lo mandado, y en medio de las adversidades y desaires, presenta la otra mejilla y da tambin el manto caminando no uno sino dos kilmetros ms, bendiciendo siempre a todos.

5.-Confiesa humildemente tus faltas. No descuides la confesin. Sabes? Si tienes alguna lucha que te est estorbando interiormente, no la ocultes a tu responsable Expnsela humildemente pues puede ser que algo que comenz como una pequea bola de nieve, pueda convertirse en una avalancha que haga que te desanimes y desistas de tu vocacin, pues recuerda que tu antiguo enemigo anda como len rugiente buscando devorarte. As que Pon tu vida en las manos del Seor; confa en l y l vendr en tu ayuda Salmo 37 (36),5. Entonces dars gracias al Seor, porque su amor, es eterno. Salmo 106 (105).

6.-Contntate con lo peor. El sexto grado de humildad, consiste en contentarse con lo despreciable y lo ltimo, en considerarse mal obrero e indigno de cuanto se le encomienda diciendo con el salmista: Yo era un necio y un ignorante, yo era un animal ante ti, pero Seor, siempre estar contigo. Salmo 73 (71), 22.23

7.-Considrate el ltimo. El sptimo grado de humildad consiste en saberse el ltimo y peor de todos, no slo de palabra sino en lo ms profundo de su corazn. Es decir, reconocer humildemente que sin el Seor, nada eres ms que egosmo y soberbia. Con l, todo lo puedes, pues con El, se muestra la maravilla de Dios en ti.

8.-No obres por tu cuenta. El octavo grado de la humildad consiste en hacer lo que te pide tu hermana asistente, o responsable o coordinador, teniendo siempre en cuenta el Evangelio del Seor, los estatutos, la regla de san Benito y el ejemplo de los mayores en la comunidad.

9.-No hables. El noveno grado de humildad consiste en que no dejes hablar a tu lengua nada ms porque s. Guarda silencio tanto en tu mente y corazn sobre todo cuando quieras criticar, maldecir, o sencillamente cuando quieras perder el tiempo o para callar tu vaco existencial. Hablando mucho no se evita el pecado Proverbios 10, 19 Y el deslenguado no se afirma en la tierra Salmo 140 (139).

10.-Que tu risa sea modesta, no a carcajadas. El dcimo grado de humildad ser ofrecer una sonrisa humilde, llena de la dulzura de Cristo, sobre todo en situaciones en donde hay tensin, acaloramiento. La dulzura lo vence todo. El necio re a carcajadas. (Casiano).

11.-Habla con sencillez. El onceavo grado de humildad consiste en que al hablar hazlo suavemente sin acaloramientos, sin gritar, sino humildemente. Exponer el problema -si lo hay- con sencillez, con humildad. Habla poco pues al sabio se le conoce por sus pocas palabras. (Sexto Enchiridion 145).

12.-Se humilde tambin exteriormente. El doceavo grado de la humildad consiste en que no slo seas humilde interiormente sino tambin manifiesta esa humildad en tu porte externo, es decir, que tu mirada exterior, est puesta siempre en el que habita en tu corazn: Cristo. Que tu mirada no sea altiva, sino humilde, tanto que puedas decir como el salmista: Seor, mi corazn no es ambicioso, ni mis ojos altaneros. No pretendo grandezas que superan mi capacidad, sino que acallo y modero mis deseos como un nio en brazos de su madre. Espere Israel en el seor, ahora y por siempre. Salmo 131 (130).

Por ltimo, quien es humilde, es pobre y quien es pobre es humilde: Dichosos los pobres de espritu porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los humildes, porque ellos poseern la tierra. Puedes hacer Lectio Divina, del texto de Eclesistico 3, 17-29.

S, quien es humilde, es pobre y quien es pobre es humilde. Para qu los apegos?. Para qu esclavizar tu corazn con lo que no es Dios?. Tu pobreza consistir en usar inteligentemente de los bienes tanto espirituales como materiales que te ha dado el Seor. Tus bienes, ponlos al servicio del Reino de Dios. Pues la verdadera pobreza es aquella en la que Dios es el centro de la vida. Y slo el humilde, el que se reconoce necesitado de Dios, es pobre y porque es pobre ama desde Dios, y vive para Dios, trabajando en su peregrinar por esta tierra, con honestidad, puntualidad, responsabilidad, creatividad, alegra, sencillez.

Quien es dulce, es humilde, y pobre, y es humilde y pobre porque es dulce. La dulzura es ese don que llevamos muy en lo profundo del ser; don que si lo pones en prctica, te har cada instante ms como Jess, manso, suave, humilde, pobre, es decir, vaco de s mismo, abierto y entregado cada instante de la vida, a la accin creadora y transformante del Padre.

Oh Jess: T sabes que muchas veces me domina esa sed insaciable de orgullo, de soberbia, esa necesidad de ser querido, querida, estimado, estimada. Necesito de tu redencin. Ten compasin de mi Jess.

Muchas veces no quiero perdonar, el rencor me quema, las crticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan, las dificultades me quiebran.

Mi corazn es soberbio. Por ello te suplico Jess, dame la gracia de ser humilde como t que eres tan dulce, tan tierno, tan delicado, tan suave, tan bueno.

Seguro que del fondo de mi inconsciente me vienen esos locos deseos de imponer mi voluntad y de eliminar a quien creo miopemente que es mi rival dando rienda suelta a la venganza, a la indiferencia, o a la huida. Jess, hago lo que no quiero y dejo de hacer el bien que quiero, aydame!, ten piedad.

Hoy me siento ante ti y digo: Quin romper las cadenas de mi soberbia, de mi orgullo, de mi cobarda de no querer amar?, T gracia mis Seor, Tu gracia!. Dame la gracia de la humildad, de la dulzura. La gracia de perdonar de corazn. La gracia de aceptar la crtica y l a contradiccin o al menos, la gracia de hacer tranquilamente la autocrtica es decir, que pueda reconocer humilde y serenamente mis errores, mis equivocaciones, mis fallas.

Dame la gracia de mantenerme sereno, serena ante los desprecios, olvidos e indiferencias. Que verdaderamente me sienta feliz en el anonimato sin sentirme vctima de nadie pues ah estars t conmigo, siempre presente, siempre fiel, amndome, apoyndome, confrontndome.

Deja en mi interior, un corazn desprendido, vaco como el tuyo. Corazn manso, paciente, humilde, en silencio, lleno de ti, lleno de amor, Amn.

EL SILENCIO.

No hables nada ms porque s. En el salmo 39,1. (38) leemos: Yo haba prometido cuidar mi conducta, y no pecar con mi lengua y ponerle freno a mis labios mientras hubiera malvados delante de mi.

Tienes enemigos, sobre todo interiores: tu no fe, tu desconfianza en el Seor, tus miedos infundados, tus fantasmas mentales como este o esta seguro que estn criticndome o aquellos seguro que estn tramando en contra de mi...paranoias, mentira engendrada por tu mente.

Slo una mente, y un corazn callado por el amor verdadero, ser libre de todas las ataduras del egosmo, del infantilismo, de la inmadurez.

Santiago en el captulo 3, 1-12 nos habla de la lengua y dice: Si alguien no comete ningn error en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz tambin de controlar todo su cuerpo. La lengua, es una parte muy pequea del cuerpo, pero se cree capaz de grandes cosas. La lengua es un fuego. Es un mundo de maldad puesto en nuestro cuerpo que contamina a toda la persona. Est encendida por el infierno mismo y a su vez, hace arder todo el curso de la vida. Nadie ha podido dominar la lengua. Es un mal que no se deja dominar y que est lleno de veneno mortal. Con la lengua, lo mismo bendecimos a nuestro Dios y Padre, que maldecimos a los hombres creados por Dios a su propia imagen. De la misma boca salen bendiciones y maldiciones y esto no debe ser as.

San Benito nos dice en su regla, que si por amor al silencio, se deben evitar incluso conversaciones buenas, con cunta ms razn debemos abstenernos de hablar mal de los dems, de criticarlos.

T como hermano, hermana Laico, Laica Cisterciense, por necesidad, por agradecimiento habrs de valorar el silencio, sobre todo el silencio interior, aunque habrs de fomentar en la medida de lo posible, el silencio exterior, sobre todo en los das de retiro en el monasterio, en el da eremtico, en las reuniones, siempre para respetar la obra de Dios en los dems y en ti.

Guardar silencio interior, no es estar con la boca cerrada porque me dicen que lo haga y por dentro estar lleno, llena de crticas hacia los dems, murmuraciones, o desasosiegos y preocupaciones por lo que dej pendiente o por lo que tengo qu hacer despus, no.

El verdadero silencio, es interior y el Gran Silencio de Dios es Cristo, es decir que estars en verdadero silencio, cuando todas tus facultades mentales, todo tu, te dejes poseer del que es el verdadero amor: DIOIS, y para ello, los padres del desierto te aconsejan mantener la presencia del Seor da y noche, mediante la invocacin, de da y de noche: Jess, hijo de Dios, ten misericordia de mi.

Nunca la olvides ni dejes de practicarla, pues la invocacin: Jess, hijo de Dios, ten misericordia de mi, te har comprender, y sobre todo te har habitar en el verdadero silencio.

Si cuando ests en el da eremtico o en das de retiro y alguien te saluda, hazlo con mucha sencillez, con alegra desde el silencio amoroso de Dios, pues no pienses que por saludar, o por sonrer dulcemente, habrs roto el silencio, no.

El silencio lo rompemos cuando criticamos, cuando ofendemos, cuando te dejas llevar del rencor, cuando no te amas ni amas a los dems como El te ha amado a ti desde toda la eternidad y te ama y te amar para siempre.

En Proverbios 10,19 hoy te dice el Seor: Hablando mucho, no evitars el pecado. La mayor necesidad pues, que t tengas, ser la de aprender a callar ante ese gran Dios, con toda tu mente, tu ser entero con la lengua, sabiendo que el lenguaje que El ms oye, es el callado amor.

El hablar nada ms por hablar, sobre todo cuando tu interior est vaco por descuido tuyo, te divide, te distrae de tu verdadero centro, en cambio el callar con tu mente y corazn, el callar muchas veces con tus labios, te recoger interiormente y te dar fuerza en el espritu. Calla pues, en los sinsabores y disgustos, acordndote de Cristo crucificado, dejando el espritu puro con sosiego sabroso, ese que se comunica con Dios.

Uno de los apotegmas o enseanzas de los padres del desierto, aconseja tener cerrada la puerta del sauna de nuestro corazn y nos dicen que an las alegras o las grandes experiencias de Dios en su amor, las guardemos, para que no se nos escapen por el descuido de abrir la boca.

Mejor, todo lo maravilloso que el Seor deposite en tu corazn de su amor, de su paz, tradcelo en obras llenas de compasin, de ternura, de dulzura, de responsabilidad ante la vida, de valenta en las pruebas, de amor con los ms pobres.

La madre teresa de Calcuta dice que pobre es aqul que carece de amor y tal vez se encuentra en tu misma casa, en tu trabajo, en la comunidad, en la Iglesia, en la calle, donde vayas

Recuerda siempre que callar a tiempo es de sabios. Los labios del que busca sinceramente a Dios (es decir del justo), instruyen a muchos, pero el necio muere por su imprudencia (Proverbios 10,21). Es de sabios hablar poco y de inteligentes mantener la calma.

Hablar y ensear corresponder al maestro y callar y escuchar le toca al discpulo. Por eso si tienes algo que pedir al superior, pdeselo con toda humildad y respetuosa sumisin. Y en cuanto a la burla y a la conversacin intil y las bufonadas dice San Benito, las prohibimos siempre y en todo lugar y no permitimos que el discpulo abra la boca para tales expresiones. (Regla captulo 6,6-8).

SER ALEGRES Y ACOGEDORES.

La fuente verdadera de la alegra, es el Seor. Por eso el salmista nos invita constantemente a contemplarlo en su palabra: Felices los que se conducen sin tacha y siguen la enseanza del Seor. Felices los que atienden a sus mandatos y le buscan de todo corazn, los que no hacen nada malo, los que siguen el camino del Seor. Salmo 119,1-3 (118).

En el versculo 24 leemos: Yo me alegro con tus mandatos; ellos son mis consejeros. Tus leyes han sido mis canciones en esta tierra donde soy un extranjero, versculo 54.

El Seor Jess, en el evangelio de San Juan 15,1-17 nos ha dejado lo siguiente para que como hermanos, no desfallezcamos ante las luchas y ocupaciones de esta vida, sabiendo que como seres humanos dbiles y superficiales por el egosmo y la soberbia nos alejamos fcilmente de l y nos dice:

Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el que la cultiva. Si una de mis ramas no da uvas, la corta; pero si da uvas, la poda y la limpia, para que de ms. Ustedes no pueden dar fruto si no permanecen unidos a mi. Sin mi no pueden ustedes hacer nada. Mi Padre recibe honor cuando ustedes dan mucho fruto y llegan a ser verdaderos discpulos mos. Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a m; permanezcan pues, en el amor que les tengo. Les hablo as para que se alegren y su alegra sea completa.

Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. El amor ms grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo. LOS LLAMO AMIGOS, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Esto es lo que les mando: que se amen unos a otros.

Como Laico, Laica Cisterciense, como ser humano que se ha sabido llamado por el Seor a vivir el amor y la alegra verdadera, no confundirs la alegra con la risa vaca y con entretenerte mundanamente para estar alegre, no.

La alegra es El reinando en tu corazn. La alegra es vivir esta vida en la que eres solamente peregrino, peregrina, como la vivi Jess.

Y Jess fue acogedor. El nunca rechaz a nadie. Y Jess muri extendiendo sus brazos en la cruz, para acogernos, perdonarnos y abrazarnos con el fuego de su Espritu. Y t, como El.

San Benito nos ensea a recibir, a acoger a los dems como recibiras a Cristo Da el cario y la dulzura de Cristo, la atencin adecuada a cada ser humano que el Seor ponga en tu camino. San Benito pide que el saludo que se de, sea hecho con la mayor humildad, adorando a Cristo en la persona que tienes frente a ti. (Puedes leer el captulo 53 de la Regla).

Y San Pablo pide a Filemn que reciba a Onsimo como si se tratar de Pablo mismo es decir que Pablo tena muy marcada en sus entraas la Palabra del Seor: Haz a otros lo que quieras que hagan contigo. Y en otra parte nos dice que muchos hospedaron a ngeles, -sin saberlo-.

A pesar de que por naturaleza, por temperamento, alguien te caiga mal, en ti, Laico, Laica Cisterciense, no puedes permitir que los ojos de la carne te traicionen. Pon tu mirada fija en Jess, y comienza a mirar con los ojos del Espritu, desde la fe adulta, y acoge, acoge siempre, como el Seor te acoge cada da, all en el corazn.

EL RESPONSABLE Y LOS COORDINADORES

El responsable, har las veces de Cristo, por ello, el o la responsable y el coordinador o coordinadora no ha de ensear, establecer o mandar nada que se aparte de lo mandado por el Seor dice San Basilio- sino que sus mandatos y doctrina deben derramarse en el corazn de sus discpulos como la levadura de la santidad (justicia) divina. (Regla San Benito 2,5).

T como responsable o coordinador, ten siempre presente en todo momento: Qu haras t Jess en mi lugar!. Ensea con la gracia del Seor- con el ejemplo, es decir: todas las cosas buenas y santas, ensalas antes que nada, con el ejemplo. Demuestra con tu conducta lo que se debe de hacer y lo que no se debe de hacer, no sea que despus de predicar a los dems, te descalifiquen a ti. (Puedes hacer Lectio Divina de 1 Corintios 9,1-27).

Y un da por pecador le diga Dios: Por qu recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, t que detestas mi enseanza y te hechas a la espalda mis mandatos?. Salmo 50 (49). Y Por qu te fijas en paja que tiene tu hermano en el ojo y no miras el tronco que t tienes en el tuyo? (Mateo 7, 1-5).

No hagas distincin de personas. No ames ms a uno que a otro. Toma el ejemplo del Seor que ama igual al hijo que siempre est con l y obedece sus mandatos que al que se ha perdido por su desobediencia. Quin de ustedes si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla?. Y cuando la encuentra, contento la pone sobre sus hombros y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos y les dice: Felictenme porque ya encontr la oveja perdida que se me haba perdido.

El Seor es claro en su Palabra con quienes tienen la responsabilidad: El ms grande entre ustedes, debe servir a los dems. Porque el que a s mismo se engrandece ser humillado; y el que se humilla ser engrandecido. Ay de ustedes que cierran la puerta del reino de Dios para que otros no entren. Y ni ustedes mismo entran, ni dejan entrar a los que quieren hacerlo. (Mateo 23, 11-13).

Se exigente pero amable, dulce y firme a la vez. Corrige como el Seor te ha corregido a ti: con amor. Ten misericordia ante los temperamentos tan variados y las formas de ser de cada uno de tus hermanos y hermanas. Ruega al Seor para que l te de la capacidad de adaptarte a todos, segn el modo de ser o inteligencia de cada uno, no slo para no perjudicar al rebao que te ha sido encomendado sino para que de verdad puedas alegrarte al verlo crecer en santidad. (Regla S.B.2,32).

Nunca descuides la salvacin de las almas que te han sido encomendadas por estar ocupado (a) en cosas pasajeras, mundanas, terrenas sino recuerda siempre que has recibido hermanos, hermanas que guiar de las que tendrs que rendir cuentas, por eso, busca sobre todo el reino de Dios y su justicia. Lo dems se te dar por aadidura.

No te apropies nunca de nada ni de nadie. (Puede ser alguna idea, o persona o xito o cargo, o proyecto, nombre, imagen de ti mismo (a). Y hacer tuyo a algo o a alguien es utilizarle para tu propio provecho o satisfaccin. Esto te puede llevar a vivir esclavo (a), triste, en desasosiego interior.

Slo los humildes son libres felices en Dios. Tu servicio como responsable, es sagrado. No puedes usarlo para obtener estima o simpata de los dems, elogios, para que te vean que t las puedes, para que se fijen en ti, o como pasatiempo para llenar tu libreta de actividades, o para quedar bien buscando que te reconozcan o te agradezcan, no. Todo lo que hagas, hazlo en el nombre del Seor Jess, en su amor, para la mayor gloria del Padre y para el bien de tus hermanos y hermanas.

Es seal de que hay apropiacin cuando un responsable o coordinador no acta ni permite que los dems acten o cuando a los hermanos los hace incondicionales a su persona, dependientes y dominados, organizando muy sutilmente (sin notarse) la comunidad adicta a su persona para la defensa de sus intereses.

T, responsable, no puedes ser arbitrario, (abusar de tu posicin en la comunidad), pues el responsable ha de ser como una madre, por ello no puedes dar decisiones caprichosas e injustas ya que si lo haces es que te ests buscando a ti mismo, a ti misma..

Tampoco te sientas vctima ni mendigues autocompasin ni te dejes llevar por complejos de inferioridad o por manas persecutorias que enredan, intrigan, forman bandos en la comunidad.

El enemigo nmero uno en las comunidades es el apropiarse. Y para no dejar anidar en el corazn la apropiacin damos los siguientes puntos:

Ante todo, lo primero que hagas en el da, al despertar, sea: buscar al Seor en el silencio y la soledad en su Palabra.

Al salir de ah, hagas lo que hagas, mantn por la invocacin: Jess hijo de Dios, ten misericordia de mi, la presencia vivificante y transformante del Seor.

Alimntate de la Eucarista. Participa activa y contemplativamente en ella.

Ten conciencia que sin El, nada puedes.

Vive tu da, tus instantes, el presente, como si fuera el ltimo da de tu vida.

A cada situacin pregntale al Seor: Qu haras t en mi lugar, Jess?.

No descuides la intimidad con la Llena de Gracia, Mara, tu Madre. Ella ya te ha enseado a servir: Haz lo que El te diga.

Escucha antes de hablar. Guarda los secretos de tus hermanos. Se prudente.

El Cardenal Merry del Val en el siglo XIX, dej a quienes servan esta letana que hoy ponemos a tu alcance para que la aprendas y la rumies en tu ser, da y noche:

Jess manso y humilde de corazn, escchame.

Del deseo de ser estimado, lbrame Jess.

Del deseo de ser ensalzado, lbrame Jess.

Del deseo de ser honrado y alabado, lbrame Jess.

Del deseo de ser preferido a otros, lbrame Jess.

Del deseo de ser aceptado por todos, lbrame Jess.

Del miedo de ser despreciado, lbrame Jess.

Del miedo de ser olvidado, lbrame Jess.

Del miedo de fracasar, lbrame Jess.

Del miedo de ser humillado, lbrame Jess.

Del miedo de no ser aceptado, lbrame Jess.

Que los dems puedan tener ms xito que yo, dame la gracia de aceptarlo con paz, Jess.

Que los dems puedan ser mejor aceptados que yo, dame la gracia de aceptarlo con paz, Jess.

Que los dems puedan ser ms amados que yo, dame la gracia de aceptarlo con paz, Jess.

Que los dems puedan ser preferidos a mi, dame la gracia de aceptarlo con paz, Jess. Amn.

LA ORACIN

La oracin es el alma de quien busca pertenecer enteramente a Dios, La oracin es Cristo mismo orando en tu corazn. Algunas personas hablan de salir de la oracin y de entraren ella. Nosotros hablamos de lo que nos ensea la Sagrada Escritura: Ora sin cesar (sin parar).

El lema de San Benito es Ora et labora que traducido quiere decir: Ora y trabaja nos invita a hacer de la oracin vida y de la vida, oracin.

Esta oracin ininterrumpida, hagas lo que hagas, se alimenta de la rumia de la Palabra de Dios en la Lectio Divina, y no se trata de entrar a la oracin y de salir de ella sino de permanecer por la gracia de Dios, en Cristo quien es la oracin misma.

Pero tambin se trata de ser fieles, con la gracia de Dios a esos tiempos fuertes de Lectio Divina, hasta el ltimo da de tu vida. Por qu? Porque para ti y para todo el que busca al que es la Vida Verdadera, es una necesidad vital, como lo es el oxigeno para la vida humana. S, la oracin, el dejarse amar por Dios, el escucharlo en su Palabra por medio de la Lectio Divina, es vital. Y el demonio que anda como len rugiente, sabe que en la oracin se te infunden todos los bienes: fe adulta, fortaleza, sabidura, paciencia, amor, esperanza, alegra, dominio de s, y el mayor de los bienes que es Dios mismo, por eso hace todo cuanto puede, por impedirla, y entonces a la hora que vas a orar sucede todo: una llamada qu hacer, cosas qu comprar, hablar con alguien, leer un libro, escribir una carta. Por eso es necesario que salves tus tiempos fuerte a la hora fija que tu elijas y creas que es la hora mejor.

Por nada del mundo pospongas tus tiempos fuertes pues cuanto menos ores menos ganas tendrs de orar y cuanto menos ganas de orar, menos orars y cuando menos se ora, Dios comienza como a alejarse y no es que Dios se aleje, sino que eres t quien ha decidido no tener intimidad con el Seor.

Y muchas veces se decide no tener intimidad con el Seor por no saber que en la vida no hemos de regirnos por lo que sentimos sino por criterios de fe adulta, esa que confa en la fidelidad del Seor.

As que aunque no tengas ganas de orar y aunque no sientas nada, aunque estuvieses como un tmpano de hielo, se fiel con la gracia del Seor, pues de otra manera, si vas a la oracin para buscar consuelo, o para experimentar la alegra que sentiste en ese o aqul da de retiro, estars encontrndote con tu yo egosta, pues permanecer en la aridez, ser correr el riesgo de la conversin, pero para eso necesitas perseverar, perseverar, perseverar, y convertirte ser ser, como Jess. Y Jess am hasta el extremo. A eso el Seor te ha llamado. Y Jess se retiraba a los lugares solitarios para estar con el padre, as t, dars preferencia, por encima de los dems quehaceres a los Tiempos Fuertes, DIARIOS.

Alimento para tu vida monstica como Laico, Laica cisterciense, es el Oficio Monstico. Sabes su valor. Medita pues como conviene estar en la presencia divina y la de sus ngeles y presta tal atencin a la salmodia que tu mente concuerde con tu voz Los salmos, son pan en el desierto. No lo olvides.

PARA TIEMPOS DE DESNIMO Y TENTACIN

Seor: t eres mi Dios, yo te alabo y bendigo tu nombre porque has realizado tus planes admirables, fieles y seguros desde tiempos antiguos. T has destruido siempre que te invoco a mis enemigos interiores. T eres

un refugio para el pobre, un protector para el necesitado en su afliccin, refugio contra la tempestad, sombra contra el calor. En ti confo, me alegro y me gozo. T eres el Dios que me ha salvado.

Seor: t conservas en paz a los de carcter firme porque confan en ti. Por eso digo a mi alma hoy, aqu y ahora: Confa siempre en el Seor porque El es refugio eterno.

Dios mo: Mi corazn lo que desea es pensar en ti y de todo corazn suspiro por ti en la noche; por pura misericordia tuya, desde lo profundo de mi ser te busco. Se mi apoyo todas las maanas, nuestra salvacin en tiempos de dificultad. Aydame a proceder rectamente diciendo siempre la verdad, entonces vivir seguro, segura, tendr mi refugio en ti, Roca ma. Dame cada da de ese Pan y de esa Agua para que pueda caminar por el desierto mientras llego a ti , Oh mi Amado!.

No quiero volver a decir: El Seor no se da cuenta de mi situacin; Dios no se interesa por mi, pues se que los que confan en ti, tienen siempre nuevas fuerzas y pueden volar como las guilas, pueden correr sin cansarse y caminar sin fatigarse.

Hblame Seor que sin ti no puedo ms: Oh mi pequeo, mi pequea: yo te saqu del extremo de la tierra, te llam desde el rincn ms alejado. Yo te eleg y no te he rechazado. No tengas miedo, pues yo estoy contigo. No temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa. Los que te hacen la guerra (tu miedo, tu no fe, tu mente, tus pensamientos negativos) sern como si no existieran porque yo, el Seor tu Dios te he tomado de la mano; Yo te he dicho: No tengas miedo, yo te ayudo.

Por pequeo y dbil que seas, no tengas miedo; yo te ayudo. Yo, el Dios Santo de Israel, soy tu salvador. Har de ti un instrumento de trillar, nuevo y con buenos dientes. Har de ti, un instrumento mo. Instrumento de amor.

Israel, no temas que yo te he libertado; te he llamado por tu nombre, t eres mo, ma. Si tienes que pasar por el agua, yo estar contigo. Si tienes que cruzar ros, no te ahogars. Si tienes que pasar por fuego, no te quemars, las llamas no ardern en ti. Eres de gran valor para mi y yo te amo!. Ya no recuerdes el ayer, no pienses ms en cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo. Voy a abrir un camino en el desierto y ros en la tierra estril.

Yo por ser tu Dios, borro tus crmenes y no me acordar ms de tus pecados. Israel, no te olvides de mi, Yo he hecho desaparecer tus faltas y pecados. Yo te he preparado para la lucha sin que t me conocieras para que sepan que fuera de mi no hay ningn otros.

El barro no dice al que lo trabaja: Qu ests haciendo?, ni el objeto hecho por l le dice: T no sabes trabajar. Lo que estoy haciendo ahora t no lo entiendes, lo entenders despus. Mis planes se realizarn. Yo har todo lo que me propongo. Mis caminos no son tus caminos ni mis pensamientos los tuyos..Tampoco mis acciones son como las tuyas.

Puede acaso una madre olvidar a su propio hijo o dejar de amarlo?. Pues aunque ella lo olvide, Yo no te olvidar pues te llevo grabado, grabada en mis manos. A quin tienes miedo? A los hombres?. A los mortales que no son ms que hierba?. Despierta!, Despierta!. rmate de fuerza.

Ocpate en amar como yo te amo a ti, lo dems, tus preocupaciones, lo que te inquieta, djalo en mis manos.

Seor, dame esa paz para aceptar las cosas que no pueda cambiar. Tu gracia, tu fortaleza para cambiar aquellas que s puedo y sabidura para conocer la diferencia. Gracias mi Dios por tanto amor. Amn.

AL DESPERTAR

Al despertar, sciame de tu semblante Seor. En este da que nace, vengo a pedirte paz, sabidura y fuerza. Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor; ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.

Ver detrs de las apariencias a tus hijos mis hermanos- como los ves tu mismo para as, poder apreciar la bondad de cada uno.

Cierra mis odos a toda murmuracin. Guarda mi lengua de toda maledicencia, que slo los pensamientos que bendigan permanezcan en mi. Quiero ser tan bien intencionado y santo que todos los que se acerquen a mi, sientan tu presencia. Revsteme de tu bondad, Seor, y haz que durante este da, yo te refleje. Amn.

AL ANOCHECER

Padre mo, ahora que las voces se silenciaron y los clamores se apagaron, aqu al pie de la cama mi alma se eleva hasta Ti para decirte: creo en Ti, espero en Ti, te amo con todas mis fuerza.

Deposito en tus manos la fatiga y la lucha, las alegras y desencantos de este da que qued atrs.

Si los nervios me traicionaron, si los impulsos egostas me dominaron, si di entrada al rencor o a la tristeza, perdn, Seor!. No quiero esta noche entregarme al sueo sin vivir sobre mi alma la seguridad de tu misericordia, tu dulce misericordia enteramente gratuita, Seor.

Te doy gracias Padre mo, porque has sido la sombra fresca que me ha cobijado durante todo este da. Te doy gracias porque invisible, carioso, envolvente- me has cuidado como una madre, a lo largo de estas horas.

Seor, a mi derredor ya todo es silencio y calma. Enva el ngel de la Paz a esta casa. Relaja mis nervios, sosiega mi espritu, suelta mis tensiones, inunda mi ser de silencio y serenidad.

Vela sobre mi, Padre querido, mientras me entrego confiado al sueo, como un nio que duerme feliz en tus brazos.

En tu nombre, Seor, descansar tranquilo. As sea.

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