estafeta jacobea 72 - extraordinario 2003

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DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN NAVARRA. PAMPLONA, OCTUBRE 2003 • AÑO XI Nº 72 • 4,5 EUROS DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN NAVARRA. PAMPLONA, OCTUBRE 2003 • AÑO XI Nº 72 • 4,5 EUROS “Adentrándose en el Camino” (Entre St. Jean Pied de Port y Roncesvalles) Foto: M. Roncal

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Número extraordinario de la revista Estafeta Jacobea, correspondiente al año 2003

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Page 1: Estafeta Jacobea 72 - Extraordinario 2003

DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN NAVARRA. PAMPLONA, OCTUBRE 2003 • AÑO XI Nº 72 • 4,5 EUROSDE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN NAVARRA. PAMPLONA, OCTUBRE 2003 • AÑO XI Nº 72 • 4,5 EUROS

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ESTAFETA JACOBEA N.O 72 3

Estafeta Jacobea, nº 72 • Extraordinario nº 11 • Boletín de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en NavarraPamplona Octubre 2003 • Año XI • 4,5 euros - 4 £ - 4,5 $

Consejo editorial: Junta de Gobierno de la Asociación. Presidente: José Antonio Corriente Córdoba.

Director: Jesús Tanco Lerga.

Comité de Redacción: Ángel Panizo, Maribel Roncal, Adolfo Senosiáin Murugarren, Carlos Mencos.

Colaboradores: Jesús Tanco Lerga, Maribel Roncal, Juana María Lajos, Angel Panizo D., Adolfo Senosiain Murugarren, RicardoOllaquindia, Mariano Castilla Paredes, Roldán Jimeno Aranguren, Luis Ramón Enseñat Calderón, Vicente MontojoMontojo, Ignacio Panizo Santos, María Dolores Martínez Arce, José A. Corriente Córdoba, Julio Donlo, José AngelJiménez, Maite Gastesi Sorbet, Vicente Gaínza Ariztegui, José Miguel Burgui, Mª Elena Arenaz Erburu.

Ilustraciones: E. Rodríguez.

Fotografías: C. Zuza, J. Tanco, Lourdes Burgos, A. Panizo, A. Senosiain, Rafael Ollaquindia, colaboración de Javier Soria,Mariano Castilla Paredes, Marqués de Santa María del Villar, Vicente Montojo Montojo, Foto Galle (Pamplona),Foto Roldán (Pamplona), María Dolores Martínez Arce, Maite Gastesi Sorbet.

Las colaboraciones son gratuitas y de responsabilidad de sus autores.

Correspondencia y Administración: Domicilio social de la Asociación: Dormitalería, 1-31001 Pamplona.Apdo. de Correos 4020 - 3108 Pamplona. Tfno: 948 22 71 00 (secretaría). Fax: 948 26 91 86.

Depósito Legal: NA. 369/1991

PATROCINAN

COLABORAN

auto-recambios

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4 ESTAFETA JACOBEA N.O 72

Vidade la Asociación

Vidade la Asociación

Saluda

El primer Año Jubilar Compostelano del siglo XXI va a ser el próximo2004. Sin duda ocasionará una multiplicación de las actividades de todo tipoen torno al Camino. No faltará quien piense que tanta alharaca y publicidad,que tan grande concurrencia de gentes convoca, lesionan la vivencia íntimade las realidades mistéricas de la marcha hacia Santiago. Puede ser cierto.Tampoco hay que olvidar que el Camino ha sido y es vivido en cada etapahistórica y que él mismo ha sido, en sus diversas etapas, un reflejo de lasociedad de cada momento. Por eso fue válido para los peregrinos del pasadoy sigue siéndolo para los de este tiempo nuestro.

Sabemos que el movimiento de peregrinos viene aumentando progresiva-mente cada año –desde hace varios– en torno a un 10 ó 12 por ciento en rela-ción con el anterior, y que en los años jubilares se produce un incrementoconsiderable, que pone a prueba todos los dispositivos logísticos e infraes-tructuras de servicios al peregrino. No llegaremos, al menos de momento, aaquellos “enjambres de peregrinos” de que hablara el P. Feijoó. Pero sí esta-mos ante un fenómeno humano, espiritual y cultural de una gran importancia,respecto del cual no está muy claro que hayan hecho las debidas apreciacióny valoración quienes ostentan responsabilidades públicas, en los ámbitoscivil y eclesiástico. No todos, ciertamente. A veces hablan del Camino de San-tiago como refiriéndose a algo del pasado histórico, con resabios folclóricos,pero sin noticia ni vivencia próximas a la realidad actual. Saben que pasanperegrinos; consideran que de vez en cuando –años jubilares sobre todo– esoportuno participar en algún acto de exaltación del Camino, hacer algúngesto o discurso de circunstancias. Pero no conocen, con profundidad sufi-ciente, el fenómeno jacobeo. Tal vez las Asociaciones tengamos nuestro tantode culpa por no haber sido capaces de hacerles caer en la cuenta.

Afrontaremos el Año Jacobeo 2004 con esperanzas. La esperanza (es másbien una certeza) de que continúe el paso de peregrinos a la búsqueda de lasclaridades y aclaraciones en que es tan rica la Ruta. La esperanza de quecomo Asociación seamos más capaces de vivir el espíritu jacobeo y atenderexquisitamente a los caminantes. La esperanza de que quienes tienen respon-sabilidades públicas lleven a cabo actuaciones serias para atender, ante todoy sobre todo, a los peregrinos y también, a la conservación física del Camino,sus trazados y los monumentos.

José A. Corriente Córdoba.Presidente

SUMARIOVIDA DE LA ASOCIACIÓN

• Saluda ..................................................................4

• Crónica del 2002 (2ª parte) y 2003 ..............5

• Resumen de la Semana Jacobea 2003 ..........5

• La Música en el Camino ..................................7

• Homenaje a Lourdes Burgos ..........................8

• Semblanza de Lourdes......................................9

• Maya estrena albergue de peregrinos ........10

• En el Baztán, cita jacobea y cultural ..........11

•Visita cultural a la Valdorba............................12

• Peregrinación por la “Vía Podiense” yencuentro europeo de peregrinos enRoncesvalles ....................................................14

• Calendario de marchas 2003-2004 ............16

IMAGENES I

• El Camino de Santiago en Navarra,visto en postales antigüas ..............................17

EXPERIENCIAS

• Hospital de San Antón en Castrojeriz ........18

• Crónica Peregrina: Caminando por la Víade la Plata, II: de Cáceres (Castra Caecilia)a Zamora (Ocelo Duri) ................................20

• Premios Concurso Fotográfico Caminode Santiago 2002 ............................................32

•Yantar en el Camino........................................34

• Se nos ha ido un popular personaje delCamino ..............................................................36

IMAGENES II

• El Camino de Santiago en Navarra, vistoen dibujos..........................................................39

ESTUDIOS

• Origen y evolución del culto al apóstolSantiago en la Navarra medieval ..................40

• Memoria gráfica del Camino de Santiago:la promoción turística estatal 1900-1936......44

• El Camino de Santiago, la Vera Cruz deCaravaca y el Obispado de Cartagena ......47

• ¿Roldán o peregrinos? Una polémicaexcavación arqueológica en Roncesvalles(1934) ..........................................................................50

• Una tumba en una iglesia riojana:Don Pedro Navarro Gareca ........................54

• Un aspecto jurídico-penal del Camino:la peregrinación forzosa como penacanónica y en el derecho secular ................55

• Mitología en Ortzanzurieta ..........................56

• El Camino del Norte de Burgos.Castilla la Vieja..................................................57

• Camino de Santiago. 1ª etapa:Saint Jean de Pied de Port-Roncesvalles ........59

LITERATURA

• El rincón de la poesía ....................................61

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ESTAFETA JACOBEA N.O 72 5

Jesús Tanco Lerga

a decimosexta semana jacobease celebró en la sala de confe-

rencias de Caja Navarra en la plaza dela Paz de la capital pamplonesa conuna asistencia masiva de público a lassesiones que fueron inauguradas elcinco de mayo por el presidente de laAsociación, José Antonio Corriente yJesús Tanco Lerga que presentó al pri-mero de los conferenciantes, el facul-tativo del Archivo Histórico Nacionaly socio, Ignacio Panizo Santos. LaBibliofilia jacobea fue expuesta conabundantes apoyos documentales depiezas singulares en las que estabapresente la peregrinación y sus atribu-tos. Desde libros con herrajes a ilustra-ciones escogidas con rasgos de ingenioo estética, pasando por tratados funda-mentales de las ciencias y artes queinciden en los aspectos de la peregri-nación, desfilaron por las sesión inau-gural de este ciclo que deja atrás quin-ce años de cita anual con socios, sim-patizantes y colaboradores.

Al profesor Angel Martín Duque,presentado por Joaquín Mencos, corres-pondió el desarrollo del tema acerca deSancho el Mayor y su relación con elCamino de Santiago en un momento deenorme interés como es el del preámbu-lo del año del milenario de la subida altrono del gran monarca pamplonés. Elprofesor Martín Duque habló del trazadodel Camino en la época de Sancho Gar-cés I (905-925), con la fijación de lafrontera en las comarcas riojanas. Lasenormes habilidades e influencias delMayor hicieron extender la personalidadde Navarra a los reinos cristianos y ladel Camino de Santiago fuera de lasfronteras pirenaicas. El siglo XI fue unaépoca dorada de la peregrinación por elnúmero y calidad de peregrinos, por elarte románico adosado al camino y porla creación de infraestructuras de lamagnitud del puente de Puente la Reinaen Navarra, promovido por su esposa.

La iconografía de Santiago ecues-tre, es decir con atributo de defensor de

Crónica de 2002(continuación)

Mes de JulioDía 21.- Se inauguran en Obanos lasrepresentaciones de la obra: “El Miste-rio de Obanos”. Hace la presentaciónJoaquín Mencos, ex-presidente de nues-tra Asociación.Día 22.- Asiste a la representación del“Misterio de Obanos” un grupo demiembros de nuestra Asociación y de laAsociación de Amigos del Camino deSantiago de Pirineos Atlánticos (Francia).Día 25.- Se celebra la festividad de San-tiago con una misa en la iglesia de SantoDomingo y un aperitivo para socios yperegrinos.En Izco se inaugura un crucero y enSangüesa se representa el auto sacra-mental “Ruta de las Estrellas”.Días 20 y 27.- Se representa en Puentela Reina y Los Arcos, respectivamente, laobra teatral “Santiago el Mayor”, por elGrupo de Teatro “Mundo Nuevo” deSan Sebastián.

Mes de AgostoDía 15.- Se inaugura y bendice en Uter-ga un monumento a la Virgen Milagrosa,donado por un peregrino murciano.Asis-ten miembros de nuestra Asociación.Día 21.- Muere D. Jesús Arraiza, canóni-go de la catedral pamplonesa, pionero eimpulsor del Camino de Santiago, yCapellán de nuestra Asociación.Día 24.- Se inaugura en Tudela la Muestrade Fotografías del “IX CONCURSOFOTOGRÁFICO. CAMINO DE SAN-TIAGO-2001”, organizado por la Agrupa-ción de la Ribera de nuestra Asociación.Día 31.- Visita Pamplona un grupo demiembros de la Asociación de Amigosdel Camino de Santiago de Amiens(Francia). Miembros de la Comisión deCultura les acompañan en su visita a lacatedral y a la ciudad.

Mes de SeptiembreDía 28.- El Grupo de Teatro de la Aso-ciación “Mundo Nuevo” de San Sebas-tián representa en la iglesia de la Enco-mienda Sanjuanista de Cizur Menor laobra teatral “Santiago el Mayor”.Día 29.- Marcha Marquina-Guernica,por el Camino de Santiago de la Costa.

Mes de OctubreDía 6.- Marcha Guernica-Bilbao, por elCamino de Santiago de la Costa.

Resumen de la Semana Jacobea 2003

L

Mesa Presidencial en la inauguración de la XVI Semana Jacobea. Angel Panizo, BertrandSaint Macary, José A. Corriente (Presidente de la Asociación), Jesús Tanco e Ignacio Panizo(conferenciante). (Foto: C. Zuza).

Vidade la Asociación

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Vidade la Asociación

Día 12.- Marcha Somport-Castiellode Jaca, por el Camino de SantiagoAragonés.Día 20.- Marcha Castiello de Jaca-San-tacilia de Jaca, por el Camino de Santia-go Aragonés.Día 20.- Se fallan los premios del “XConcurso Fotográfico. Camino de San-tiago 2.002”, por el Jurado competente.Día 25.- Una cadena de TV Franco-Ale-mana graba en Pamplona algunos luga-res emblemáticos para un reportaje delCamino de Santiago. Les asesora Mari-bel Roncal, de la Comisión de Cultura.Día 27.- Marcha Santacilia de Jaca-Artieda, por el Camino de Santiago Ara-gonés.Día 28.- Se celebra en la iglesia de laEncomienda de los Sanjuanistas deCizur Menor una misa por D. JesúsArraiza, Capellán que fue de nuestraAsociación.Día 31.- Se inaugura en Logroño el “VICongreso Internacional de la Federa-ción de Asociaciones del Camino deSantiago. Asisten Jesús Tanco, CarlosMencos y Angel Panizo, miembros de laComisión de Cultura y Gerardo Zúñiga,de la Agrupación de Los Arcos de nues-tra Asociación.

Mes de NoviembreDía 3.- Marcha Artieda-Undués de Ler-da, por el Camino de Santiago Aragonés.Día 10.- Marcha Undués de Lerda-Altode Aibar, por el Camino de SantiagoAragonés.Día 11.- Se celebra una misa por Lour-des Burgos, vocal que fue de la Comi-sión de Cultura, en la basílica de SanMartín de Tours de Pamplona.Día 17.- Marcha Alto de Aibar- Monre-al, por el Camino de Santiago Aragonés.Día 20.- Se inaugura en el Planetario dePamplona la Muestra de Fotografíasseleccionadas en el “X CONCURSOFOTOGRÁFICO. CAMINO DE SAN-TIAGO 2002”. En el mismo acto sehace la presentación oficial del NúmeroExtraordinario de “ESTAFETA JACO-BEA”.Día 24.- Marcha Monreal-Eunate, por elCamino de Santiago Aragonés.

Mes de DiciembreDía 1.- Marcha Dancharinea-Elizondo,por el Camino de Santiago del Baztán.Día 8.- Marcha Elizondo-Santa María deVelate, por el Camino de Santiago delBaztán.

la fe centró la disertación de MaríaConcepción García Gaínza, presentadapor Adolfo Senosiáin. Santiago Caba-llero está muy presente en la represen-tación artística del Apóstol a partir dela Baja Edad Media. Aunque el patronode España no es la figura exclusiva deprotector de la fe venciendo a infieles,sí hay una nutrida manifestación deadvocaciones con ese semblante en losribetes del cambio de la mitad delsegundo milenio. En los diferentes esti-los, con materiales diversos y en luga-res bien distantes entre sí, la muestrade los santiagos caballeros es inmensasobre todo en los templos de los que estitular. También hay una amplia mues-tra en latitudes hispanoamericanasdonde abunda la antroponimia santia-guista.

El jueves día ocho de mayo corres-pondió el turno en la de clausura, a laconferencia de Braulio Valdivielso acer-ca de los santos protectores del Caminoque fue presentada por Angel Panizo,presidente de la Comisión de Cultura dela Asociación. Destacó este socio nues-tro y promotor de la Asociación burgale-sa, las figuras de los santos Veremundode Irache, Domingo de la Calzada, Juande Ortega y Lesmes. Estos santos dedi-cados al tajo jacobeo son paradigmas deactuación de quienes nos dedicamos alCamino de Santiago. En su itinerario

principal, el llamado Camino Francés,éstos hombres singulares fundaron hos-pitales, levantaron y repararon calzadasy puentes, consolidaron templos ymonasterios, sirvieron a la caridad de losperegrinos en los caminos de la fe. Surecuerdo ha llegado a nosotros a travésde sus obras, de sus testimonios y de susreferencias bibliográficas, además de porpalabras acreditadas como las de BraulioValdivielso. La sesión de clausura fuecomplementada por la presentación deun libro jacobeo, escrito por un peregri-no singular e intimista, en sesión poste-rior en el mismo local del Ateneo Nava-rro, a cargo de la profesora Mª LuisaDelgado.

El día 10 de mayo, sábado, D. Silve-rio Hualde celebró la misa en el altar dela Virgen del Camino en la parroquia deSan Saturnino, por las almas de los ami-gos y colaboradores difuntos con men-ción especial a D. Jesús Arraiza. A conti-nuación, en la también iglesia santia-guista, de los padres Dominicos hubo unconcierto de órgano a cargo de SilviaOneca con un repertorio variado y bienescogido. La tradicional comida de her-mandad de socios puso fin un año más aesta cita cultural y amistosa que ha con-tado este año con récord de asistentes alas diferentes sesiones.

J. T. L.

Grupo de socios asistentes a la misa en la Iglesia de San Cernin .(Foto: C. Zuza)

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Vidade la Asociación

Día 13.- En la Sala de Conferencias deCaja Navarra, se celebra la AsambleaGeneral de Socios de la Asociación deAmigos del Camino de Santiago enNavarra.Día 22.- Se inaugura en Maya-Amaiur elprimer Albergue de Peregrinos de laRuta del Baztán del Camino de Santiago.Asiste un grupo de miembros de nues-tra Asociación.Día 27.- Se celebra en Puente la Reinauna reunión de hospitaleros voluntariosde los Albergues de Peregrinos delCamino de Santiago.Día 30.- Se celebra en la iglesia de San-to Domingo de Pamplona la misa de laTraslación del cuerpo del Apóstol San-tiago. Se aplica por el alma de ShingoYamasita, peregrino japonés muerto enel Camino.

Crónica de 2003Mes de EneroDía 5.- Reunión social en el Alberguede San Cernin para celebrar la tradicio-nal Fiesta de los Reyes Magos.Día 10.- Reunión extraordinaria de laComisión de Cultura para programaractividades a realizar durante el año2003: Semana Jacobea; visitas cultura-les; edición de Boletín y Revista de“ESTAFETA JACOBEA”; Página Web,etc..

Mes de FebreroDía 20.- Reunión de la Junta deGobierno de la Asociación para recibirinformación acerca de:a) la situación delproyecto de nuevo Albergue de Peregri-nos en el “Molino de Caparroso; b) laestadística de peregrinos que pasaronpor nuestros albergues el pasado año; c)los problemas con la subvención delGobierno de Navarra; d) el programade excursiones culturales; e) el proyec-to de Marcha del Verano.

Mes de MarzoDía 5.- Muere en el Collado de Lepoe-der, entre San Juan de Pie de Puerto yRoncesvalles, el peregrino francésJoseph Barte.Día 21.- Fallece en Loyola el padrejesuita Valeriano Ordóñez, gran valedordel Camino de Santiago y Capellán de laOrden del Santo Sepulcro de Jerusalénen Navarra.

La Música en el Camino

Maribel Roncal

esde hace diez años laAsociación de Amigos

del Camino de Santiago enNavarra y la Sociedad Hispa-no - Alemana del Norte deEspaña organizan un concier-to y una fiesta de hermandaden la iglesia Sanjuanista deCizur-Menor. Cada año el retoes mayor porque queremosque cada año supere al ante-rior en cuanto a la calidad dela música como en la recep-ción despues del Concierto atodos aquellos que quierencompartir unos momentos dealegría y amistad.

Este año hemos contadocon el grupo barroco, “Cáma-ra 4”, formado por dos flautastraveseras: Virginia MartínezPeñuela y Julio Escauriaza,fagot, Jose Javier SánchezOlaso y el arpa, EtíbalizAldecoa Troglia

Todos ellos grandes pro-fesores y estupendos intrepretes, tienenuna larga trayectoria musical y ellosmismos han estudiado con los mejoresmaestros en España y en elExtranjero.

El concierto se celebró el 21 deJunio a las 20 h..

La asistencia ha sido la mas nume-rosa de todos los tiempos, 130 personasque disfrutaron y se emocionaron, entreotras piezas, con el Ave Maria de F.Schubert interpretado con flauta y arpa.

Despues del concierto y durante elaperitivo la música cambió y un grupode folclore peruano “CONTIGO PERÚ”nos soprendió con la belleza y gracia desus bailes

El ambiente era extraordinario, y lamezcla de peregrinos, danzantes, ysociedades organizadoras daban al feste-jo un cosmopolitismo poco habitual.

M. R.

D

Cizur Menor, 21-VI-03. Encomienda de San Miguel. Con-cierto anual de la Asociación y de la Sociedad Hispano Ale-mana del Norte, actuación musical. (Foto: J. Tanco)

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ace un año que nos dejó Lourdes,su recuerdo perdura entre noso-

tros. Vamos a rendirle un sencillo y fami-liar homenaje, en el seno de la Universi-dad de Navarra, donde trabajaba con espí-ritu admirable, con estilo y con vocaciónuniversitaria, desde ese lugar, tan univer-sitario, tan cordial y tan interesante comoes el de la Biblioteca. Ella nació en elCamino, allá en Villarmentero que tantogustaba evocar. Hizo el Camino de unamanera singular, con aquél grupo de tea-tro que en 1971 actuó en un buen númerode ciudades y pueblos, en un recorridolleno de sugerentes interpretaciones. Des-de ese año santo, no dejó el Camino. Suapuesta intelectual a través de investiga-ciones, divulgaciones, publicaciones,continuó hasta el momento de su muerte.Su especialidad hagiográfica, sobre todoen lo referente a Santiago, a San Martín, alos santos del Camino, su colaboraciónactiva con el Centro de Estudios de laUniversidad de Valladolid, capitaneadopor el profesor Millán Bravo Lozano, sucolaboración asidua en Iacobus, en Pere-grino, en Estafeta Jacobea, le hacen acre-edora de un homenaje en las publicacio-nes especializadas. Pero Lourdes estuvo adisposición de todos los colaboradores deésas y todas las revistas o de periódicos,de quienes debían pronunciar unas pala-bras o venían a la Universidad buscandoreferencias temáticas. Hablo ante unaestupenda representación de profesiona-les bibliotecarios y por tanto, de personasque saben mucho de estos aspectos deservicio a la cultura y a la investigación,por tanto enmarcado ello en el quehacerprofesional con una dedicación si se quie-re, más en el ánimo que en la posibilidadmaterial de efectuar los trabajos que ellacreía interesantes. Ahí está su aportación

al Congreso General Jacobeo sobre losfondos jacobeos de la Biblioteca deHumanidades de la Universidad de Nava-rra. Sabía Lourdes comunicar, transmitirese fervor y espíritu jacobeos, esa ilusiónpor lo que creía y hacía. Mujer de profun-da fe. De cuidado de las formas en lo quese refería a liturgia, a relación con losagrado, su vida y su muerte, que preparócon elegancia y finura de alma, fueronuna lección para quienes tuvimos el privi-legio de conocerla, fue sin duda, uno delos dones que nos regala el Camino aquienes andamos a su alrededor. Su hijaLaura como podremos comprobar pronto,también sigue en la misma ruta de sumadre y de su familia. Familia ejemplar,a la que quiero testimoniar en la personade su esposo Pedro Elizalde, el convenci-miento de que el testimonio espiritual,cultural y jacobeo ha hecho y siguehaciendo mucho bien entre la gran fami-lia santiaguista, de la que en sitio dehonor formáis parte. En este aniversario,hemos querido hacer coincidir con elhomenaje, la presentación de un libro, deun libro importante y actual de los quedesde el Pórtico de la Gloria, gustanseguro a Lourdes. Quiero hacer patentemi agradecimiento a quienes han colabo-rado para su realización, la Agrupaciónde Graduados, al vicerrector ManuelCasado, al presidente de la Asociación deAmigos del Camino de Santiago, al direc-tor de Diario de Navarra, a María Merino,que ha querido contribuir al acto con supresencia para hablarnos de su libro, atodos los presentes, que han dejadoaspectos interesantes de su agenda poreste acto universitario, jacobeo y derecuerdo. Gracias.

J. T. L.

Jesús Tanco Lerga

H

Vidade la Asociación

Día 23.- Marcha Roncesvalles-Zubiri,por el “Camino Francés”.Día 29.- Organizada por la Comisiónde Cultura, un grupo de socios realizauna excursión turístico-cultural, conmarcha incluída, al Valle del Baztán.Visi-taron el nuevo Albergue de Peregrinosde Maya-Amaiur.Día 30.- Marcha Zubiri-Pamplona, porel “Camino Francés”.

Mes de AbrilDía 6.- Marcha Pamplona-Puente laReina, por el “Camino Francés”.Día 10.- Se pone la primera piedra dela “Autovía del Camino”, que unirá Pam-plona con Logroño. El Gobierno deNavarra invitó al acto a nuestra Asocia-ción, que fue representada por el Presi-dente y el Vicepresidente.Día 10.- En la Junta de Gobierno de laAsociación se informa del deterioroque está sufriendo el Monumento a losPeregrinos que está en el Alto del Per-dón, debido a los actos vandálicos deque es objeto. Se proponen medidaspara su restauración.Días 12 y 13.- Un grupo de miembrosde la Asociación de Amigos del Caminode Santiago de Pirineos Atlánticos(Francia) viene a Navarra para caminardesde Cirauqui a Estella, por el “CaminoFrancés” y visitar la ciudad del Ega. Lesacompañaron Maribel Roncal y JesúsTanco, de la Comisión de Cultura.Día 13.- Marcha Puente la Reina-Este-lla, por el “Camino Francés”.

Mes de MayoDía 4.- Marcha Los Arcos-Logroño, porel “Camino Francés”.Día 5.- Se inauguran los actos de la “XVISEMANA JACOBEA”. Conferencia de D.Ignacio Panizo Santos, Técnico Superiordel Cuerpo Facultativo de A.B.A. delEstado, sobre:“Bibliofilia Jacobea”.Día 6.- Conferencia del Prof. D. AngelMartín Duque, catedrático honorario deHistoria Medieval de la Universidad deNavarra y Medalla de Oro de Navarra,sobre: “Sancho Mayor y el Camino deSantiago”.Día 7.- Conferencia de la Prof. Dña.Concepción Gainza, catedrática de His-toria del Arte de la Universidad deNavarra y Premio “Príncipe de Viana”,sobre: “Iconografía Jacobea: SantiagoCaballero en la Edad Moderna”.Día 8.- Conferencia de D. Braulio Valdi-vielso Ausín, profesor de Enseñanza

Acto público en la Universidad de Navarra, presidido por D. ManuelCasado, vicerrector de la Universidad; D. José A. Corriente, presidente dela Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Navarra y D. PedroElizalde, esposo de Lourdes.

Homenaje a Lourdes Burgos

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alió deVillarmentero y se dirigía a Santiago... -con vuelta- así es, que sequedó en Pamplona para una temporada, Lourdes aún no sabía que “la

vida es eso que pasa, mientras tú haces otros planes”, ella había hecho muchísi-mos, y los fue cumpliendo, mientras pasaba la vida...

Lourdes fue de lo más granado de la primera promoción de la Escuela deBibliotecarias, estudió, trabajó, pasó con buenísima nota aquello de ¿trabajas oestudias?, es decir, ¡TRABAJAS Y ESTUDIAS!...

...Y fue a Santiago en Carreta y andando.

Y pasó de la Biblioteca de Ciencias a Humanidades, de Catalogación aPublicaciones Periódicas, de la máquina de escribir al ordenador.

Y se casó con Pedro, de aquí de Pamplona.

Y pasamos (ahora Lourdes con nosotras) del “DOBIS al LIBIS del LIBIS alDOBIS”, en fin, dobles saltos mortales sin red -ahora WWW- y luego el Innopac,y todo sin pestañear de la biblio a casa, de la casa a la biblio.

Y vino Ainhoa, y luego Laura, y después Maite, y por fin Pablo, y todas estasvenidas ¡tan bien recibidas! no impidieron que Lourdes se dedicara, además, a algoque le entusiasmaba y hacía requetebien, investigar sobre el Camino de Santiago,que conocía a conciencia desde todos los puntos, de manera muy estudiada, elbibliográfico, algo que le llevó a conocer, y muy bien, a expertos en el tema, a losque ayudó y le ayudaron en sus publicaciones.

Y esta era nuestra Lourdes, de la que nos acordamos todos los días. ¡HolaLourdes!

J. Mª L.

ESTAFETA JACOBEA N.O 72 9

Vidade la Asociación

Secundaria, escritor e investigador,sobre: “Tres santos del Camino: SanVeremundo, Santo Domingo de la Cal-zada, San Juan de Ortega”.Día 10.- Misa en la iglesia de San Cer-nín, aplicada por los fallecidos de la Aso-ciación. Concierto de órgano en la igle-sia de Santo Domingo. Comida de Her-mandad.Día 23.- Se celebra la Fiesta de la Apari-ción de Santiago en la batalla de Clavijo,con misa en la iglesia de Santo Domingo.Día 24.- Organizada por la Comisiónde Cultura se realiza una excursión paravisitar el románico de La Valdorba, concomida en Pueyo.

Mes de JunioDía 3.- En la Universidad de Navarra sededica un homenaje a Lourdes Burgos.En el mismo acto, María Merino hace lapresentación de un libro sobre “ElCamino de Santiago”.Día 15.- Se edita el Díptico con lasBases del “XI CONCURSOFOTOGRÁFICO. CAMINO DE SAN-TIAGO-2003” y comienza su distribu-ción.Día 16.- En la Universidad de Navarra,Jesús Tanco, miembro de la Comisión deCultura, da una conferencia a los profe-sores de la Facultad de Farmacia sobre:“Ciencia y espíritu en el Camino deSantiago”.Día 21.- En la iglesia de la EncomiendaSanjuanista de Cizur Menor se celebrael tradicional Concierto que organizanconjuntamente la Asociación Hispano-Alemana del Norte de España y nuestraAsociación. El acto y el “picnic” poste-rior en los jardines de Maribel Roncalestuvieron muy concurridos.Día 27.- Llega a Pamplona una expedi-ción internacional de la “Orden dePeregrinos del Camino de Santiago”,Asociación de ámbito Europeo, que va arealizar una marcha por etapas entreAire sur l’Adour y Roncesvalles. Lesacompaña en la marcha Angel Panizo, dela Comisión de Cultura. Los días 4 y 5de Julio celebran en Roncesvalles un“Encuentro Europeo de Peregrinos”con Ponencias y Comunicaciones, en elque intervienen miembros de nuestraAsociación.

Semblanza de Lourdes

Juana María Lajos

S

...Y fue a Santiago en Carreta y andando.“A la entrada de los pueblos engalanábamos las carretas y cada uno se ponía su vestimentamedieval”.(Foto y texto entrecomillado de Lourdes Burgos).

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Vidade la Asociación

Maya estrenaalbergue de peregrinos

Angel Panizo D.

a Ruta Jacobea del Baztán es elmás significativo de los Caminos

Menores de Santiago que cruzan el solarnavarro.

Comienza en la señera ciudad deBayona, sede del obispado de la Merin-dad de Ultrapuertos y después, por Uztá-rriz, Souraide, Ainoa, Urdax, Puerto deOchondo, Maya-Amaiur, Elizondo Puer-to de Velate, Olagüe y Sorauren, va aenlazar con el tradicional “Camino Fran-cés” en la ermita de la Trinidad de Arre.

Tuvo su mayor esplendor allá porlos siglo XIV al XVI,pero después fue deca-yendo paulatinamente,hasta casi dejar de utili-zarse en el siglo XIX.

De la mano deAndrés Muñoz, nuestroprimer e inolvidable pre-sidente, y de la de M.Jacques Rouyre, co-fun-dador de la Asociacióndel Camino de Santiagode Pirineos Atlánticos, laRuta del Baztán cobrónueva vida y ellos seocuparon de investigar surecorrido y señalizarla.

Gracias a ellos, sussenderos volvieron a ver-se transitados por los peregrinos. Nota-ble ha sido el empeño de la Asociaciónde Pirineos Atlánticos por promover elinterés de otras Asociaciones por estaRuta peregrina que, además de otrosatractivos, tiene el de ofrecer al peregri-no la belleza sin par de su paisaje. Frutode esta actividad promocional han sidolas marchas conjuntas realizadas por lasAsociaciones de Pirineos Atlánticos y deAmigos del Camino de Santiago enNavarra, entre Dax y Pamplona en1.989; con la Asociación de Suiza, entreBayona y Pamplona en 1.992; con laConfraternity of St. James en 1.994 ycon Asociaciones alemanas en 1.997.

Pero a la Ruta le faltaba dotarse deuna infraestructura mínima para poderser frecuentada con asiduidad y comodi-dad por los peregrinos transeúntes aCompostela. Le faltaban albergues.

Y ahí es donde la joven Asociaciónde Amigos del Camino de Santiago deUrdax-Baztán, impulsada por su presi-dente, D. José Fernández de Arlás, hapuesto todo su empeño, sin olvidar elcuidado de otros aspectos como la lim-pieza del camino, la reseñalización y larestauración de puentes.

Como primicia de su atención asis-tencial al peregrino, la Asociación deUrdax-Baztán inauguraba el 21 dediciembre del pasado año 2.002, elAlbergue de Peregrinos de Maya-Amaiur, en la que fue posada de estebello e histórico pueblo baztanés.

El Albergue, situado en la plaza delpueblo, ocupa todo el edificio de la antiguaposada, una construcción en piedra con elestilo típico del caserío montañés. Constade dos amplias plantas, en la primera de lascuales están la recepción, la cocina y elamplio comedor. En la segunda planta seha dispuesto un gran salón multiusos, dota-do de sencillo pero cómodo mobiliario; y

un acogedor dormitorio para treinta plazasen literas. Completan las instalaciones, losservicios, lavadero y duchas con aguacaliente.

Al acto de inauguración acudió unanutrida representación de nuestra Aso-ciación, que quisimos acompañar anuestros amigos de la Asociación deUrdax-Baztán, algunos también sociosnuestros, en tan entrañable y esperadomomento.

Comenzó el acto con unas palabrasde presentación, exposición del trabajo,

agradecimientos a per-sonas e Instituciones ysentido recuerdo a per-sonas desaparecidas queimpulsaron el proyecto,pronunciadas por el pre-sidente D. José Fernán-dez de Arlás. Despuésde las palabras del presi-dente, bendijo las insta-laciones el párroco de lalocalidad, D. Juan Feli-pe Franchez.

Entre los asistentesrecordamos al alcalde deUrdax, D. Andrés Diha-rassarry; al alcalde-jura-do de Maya-Amaiur, D.

Bernardo Amiano; alteniente alcalde de Baztán, D. MiguelAngel Adín; al concejal de cultura, D.Ignacio Aguerrea y al director del Insti-tuto Navarro de Deporte y Juventud, D.Javier Trigo.

Los asistentes recorrimos despuéslas instalaciones y la exposición jacobeay retrospectiva montada en el salón mul-tiusos y fuimos obsequiados con unabundante aperitivo a base de nutritivosproductos de la tierra y excelentes caldosnavarros.

Gracias por todo a la Asociación deAmigos del Camino de Santiago deUrdax-Baztán.

A. P. D.

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MAYA: bendición del Albergue de Peregrinos. (Foto: A. Panizo)

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ecién estrenada la primavera, eldía 29 de marzo, la Asociación

organizó una salida cultural al vallede Baztán que iniciamos cantando laaurora en el crucero de Maya-Ama-yur. Allí nos esperaban los amigos dela Asociación baztanesa con su presi-dente José Fernández de Arlás, losjurados saliente y entrante de Maya,Luis Mª Ruiz Mendiburu y simpati-zantes de los Amigos del Camino deSantiago.

En un ambiente de afecto y dereconocimiento de su labor, nos mos-traron los locales habilitados paraalbergue de Maya en la antigua posa-da del pueblo que ha supuesto unaldabonazo para el trazado del itine-rario baztanés. A continuación se des-plazó el grupo a la ermita de la Virgendel Pilar recién restaurada en la quede modo espontáneo se cantó unamelodía mariana y pudo comprobarsela colaboración de todos por mante-ner este singular centro de culto a laVirgen en su advocación pilarista.

Para que el día tuviese además uncomponente andarín hubo una etapa apie desde Maya hasta Arizcun pasandopor la ermita de Santiago de Urrasunen Azpilicueta. Pudimos comprobardebajo del altar el escudo a mitad conel emblema baztanés y el de Maya, lasnecesidades de restauración del temploy el magnífico emplazamiento en laencrucijada de caminos del extensotérmino del Valle. En Arizcun, tras lallegada de los viandantes, visitamos laiglesia de las Clarisas, en la que ade-más de admirar este templo barroco deprimer orden, pudimos escuchar el tes-timonio de una joven monja pamplo-nesa que había hecho alguna actividad,antes de profesar, con nuestra Asocia-ción.

A las doce horas en la sala de cul-tura Arizcunenea de Elizondo, elperiodista y publicista Gabriel Imbu-luzqueta impartió una conferenciacompendio sobre las singularidadesdel Baztán con especial hincapié encuestiones etnográficas y folklóricasde las que es especialista. Desde lagastronomía a la danza, pasando porindumentarias o costumbres invetera-das, desfilaron por la disertación ycoloquio posterior una serie de temasinteresantes y atractivos.

El complemento de cultura gas-tronómica en la sidrería de Lecározsituada a tres kilómetros monte arribade este pueblo de sabor capuchino yguerrero, fue el colofón de la visitacultural. Por parte del propietario dela sidrería hubo una referencia al pro-ceso de elaboración de la sidra y a loscomponentes de la mesa que suelenacompañar a tan preciada bebida detanto arraigo en Navarra.

J. T. L.

En el Baztán, cita jacobea y cultural

Jesús Tanco Lerga

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MAYA: grupo de excursionistas junto al Crucero. (Foto: J. Tanco)

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s 24 de mayo. Nueve de la mañana.Pese a las altas expectativas de par-

ticipación que la comisión de cultura habíaprevisto sólo 24 personas dieron su confor-midad. Jesús Tanco estimó, con buen crite-rio, que dicho número no daba de sí comopara contratar los servicios de un autobús.Se piensa que con cinco coches particula-res se puede salir del apuro y dar así res-puesta a los anhelos de los participantespor conocer la zona y visitarla en toda sudimensión tanto histórica, como geográfi-ca, artística y social.

No es un día idílico de primavera en elque los primeros rayos del sol despiertan auna naturaleza deseosa de mostrarse radian-te y exuberante, por el contrario se diría queel invierno quisiera que se le rindiera unúltimo tributo. Hace frío, y las nubes ame-nazan con descargar sus depósitos de unmomento a otro. Es una lástima que esa luzdiáfana que acompaña a la mayor parte delaño a la Valdorba se nos haya negado el díade nuestra salida. Sin embargo todos losexpedicionarios hicieron bueno el dicho de“al mal tiempo buena cara”.

Nuestra primera visita hace que dirija-mos nuestros pasos hacia San Pedro deEchano, hoy ermita y antiguamente Iglesiade Santa María del poblado que fue Echano.Es una iglesia típica del románico ruralnavarro del siglo XII. La arquivolta centralde la portada nos llama poderosamente laatención ya que el autor nos hace ver a loshumanos de hoy lo que el cielo era para losde la Edad Media. Pocas ocasiones de fies-ta, de música, de bailes y grandes banquetesdebían de tener aquellos hombres y mujerespara desear que el cielo fuese el lugar dondese come bien, se baila y los oídos son recre-ados por una música sublime.

La mayor parte de las iglesias de laValdorba pertenecen a este estilo románicotardío de una única nave y bóveda decañón apuntado dividida en tres seccionessustentadas por arcos fajones, que dan

acceso a la zona del presbiterio, semicircu-lar y con bóveda de horno.

El embalse de Mairaga está cerca,incluido también dentro del término muni-cipal de Olóriz y puesto que suministra elagua a la mancomunidad que incluye a lamayor parte de los pueblos del valle, consi-deramos una visita necesaria. Es una obrade ingeniería de no grandes dimensionespero que cumple bien su cometido. Tieneuna capacidad de 2,1 Hm3 que alcanza unaaltura máxima de 37m., una longitud de 247m., y que en su coronación tiene una anchu-ra de 9,25 m., esto hace que los habitantesque dependen de él puedan disponer de esos2100 millones de litros de agua, que, enaños normales, son suficientes para no tenerrestricciones en épocas de estío.

Sin salir a la carretera general que unePamplona con Tudela, y por un accesosecundario, llegamos a Solchaga, nuestratercera etapa. Desde lo alto de la Iglesia ysituándonos en su parte trasera algunospudimos admirar el paisaje que se abría, enesa mañana de primavera gris, sobre la sie-rra de Alaiz y la peña de Unzué. La lluviaempezó a caer con goteo fino y molesto, noestaban nuestros cuerpos preparados paraaguantar ese ambiente desapacible. El pórti-co nos sirvió de refugio mientras nos abríanla iglesia tardo-románica aunque muy refor-mada posteriormente. Es su titular San JuanBautista. También la capilla del palacio decabo de armería, del caserío de Eristain estádedicada al mismo Santo, donde se puedenadmirar las pinturas murales que se conser-van en su interior y que el paso del tiempoha respetado bastante bien.

En Barásoain nos acercamos al palaciode Martín de Azpilicueta que pudimos con-templar un poco de pasada pues la lluvia nocesaba y a la mayoría de los presentes nosapeteció resguardarnos de sus efectos en elbar del pueblo y templar nuestros cuerposcon un café bien caliente antes de continuarnuestro deambular por tierras valdorbesas.

Para hacernos con la llave de la ermitadel Santo Cristo de Catalain pasamos alvecino pueblo de Garinoain. La llave no lalogramos pero de pasada pudimos recrear-nos en la contemplación exterior de susmonumentos: La Iglesia parroquial de SanMartín de Tours, el palacio y la ermita deNuestra Señora de la Blanca. A la ermitadel Santo Cristo de Cataláin, situada a lasafueras del término de Garínoain, nos diri-gimos a continuación.

Esta ermita es un edificio que sigue, ensu edificación, las normas que rigen a lamayor parte de los templo de la comarca;iglesia tardorrománica construida hacia1200 cuya cabecera poligonal está cubiertacon bóveda de horno. Nos entretuvimos enla contemplación de la portada de arco demedio punto con tímpano y crismón ador-nada por dos arquivoltas lisas entre dosmenores decoradas con motivos vegetales ygeométricos; también los capiteles de lasdos parejas de columnas están decorados.La espadaña que corona la portada se perfi-laba, en toda su belleza, en esa mañana grisque nada tenía de primaveral, pues seguía lalluvia como compañera importuna e inopor-tuna. No pudimos contemplar la talla delCrucificado realizada en la primera mitaddel siglo catorce, lo que nos hace deducirque es una talla gótica y por lo que noscomentan la expresión de sufrimiento querefleja la imagen es sereno, majestuoso... Elautor del resumen escrito que se les entregóa los participantes al comienzo de la excur-sión aprovecha para dar unas pautas dereconocimiento de las tallas de Cristo Cru-cificado según las épocas y estilos. En ellateral derecho de la ermita se podían verlas ruinas de lo que fue hospital de peregri-nos que el Prior y el Cabildo de Roncesva-lles construyeron para auxilio de los quecaminaban hacia Santiago.

Vamos, a continuación, a Orísoain,pues considerábamos que merecía la penavisitar la Iglesia parroquial del pueblo,

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Visita cultural a la Valdorba

Adolfo Senosiain Murugarren

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dedicada a San Martín de Tours. No nos esdifícil lograr que nos abran la Iglesia y deesta manera poder contemplar los elemen-tos fundamentales que la adornan: la puer-ta exterior, la cripta, el retablo del altarmayor, la pila bautismal y un hermosoCristo Crucificado del siglo XVI.

La puerta exterior se abre bajo un teja-dillo sostenido por canecillos esculpidos.La portada es abocinada con arquería demedio punto y arquivotas que se apoyan encapiteles tallados con motivos vegetales yanimales. En el tímpano se aprecia un cris-món cuyo estado de conservación deja unpoco que desear.

En el interior tuvimos la oportunidadde contemplar el retablo central, obra delrenacimiento navarro y del taller de losOscáriz que era una fami-lia de pintores pamplone-ses de mediados delS.XVI y que en sus pintu-ras se notaban ciertasinfluencias de los artistasflamencos e italianos dela época. Tres calles com-ponen el retablo, en lainferior están los doceapóstoles en grupos detres y nominados uno auno, en el centro se vene-ra la imagen de NuestraSeñora de los Remedios,en la central y a cada ladode la imagen de San Mar-tín de Tours, escenas desu vida: San Martín par-tiendo su capa, el sueño del Santo, su con-sagración como obispo de Tours y sumuerte. En el tercer piso y a cada lado delCalvario, están San Benito, San Agustín, laVirgen con el Niño y San Fermín.

A continuación, y en grupos reducidos,pasamos a visitar la cripta, situada bajo elpresbiterio y que, entre otras finalidades,permite corregir el desnivel del terrenoexistente entre la cabecera y los pies deltemplo. Ya dentro pudimos observar que labóveda está reforzada con nervios de sec-ción rectangular y que arrancan de peque-ñas columnas con capiteles tallados.

El tiempo se nos echaba en cima yhabía que darse prisa. Dos puntos nos que-daban por visitar, era ya la una del medio-día y nos esperaban en el restaurante “ElMaño” para las dos y media.

Enfilamos los vehículos hacia Irachetapara visitar ese edificio civil prerrománico

tan conocido como es su hórreo. Estásituado junto a la parroquia de San Este-ban, en pleno casco urbano. Su misión erael almacenaje de granos obtenidos delpago de diezmos y primicias a la Iglesia ode impuestos que debían satisfacer loscampesinos a los propietarios de los terre-nos que, en su gran mayoría, pertenecían ala Encomienda de la Orden de San Juan deJerusalén. Nuestros ojos se recrearon en laconstrucción del edificio hecho en piedraapoyado sobre pilares que culminan en unaterminación saliente de la que arrancan losarcos de medio punto con dovelas y sinclave, dos en los lados cortos y tres en loslargos con dos pilares más en el interior.Mientras, nuestra imaginación se desbor-daba y viajaba en el tiempo hasta el siglo

IX, en el que probablemente fue construi-do, para participar de los afanes, trabajos,alegrías y penas de nuestros antepasadosque no disponían de los avances actualesde la técnica pero que seguramente desco-nocían lo que era el estrés, el afán de pose-er, de consumir... y que disfrutaban de losplaceres sencillos que les proporcionaba lavida pacífica de las labores y cosechas delcampo, en un valle donde parece escuchar-se el silencio.

Aún nos quedaba por ver la Iglesia deNuestra Señora de la Asunción de Olletaasí que desandamos el camino andado has-ta Iracheta para salir a la carretera N-121 yvolver a adentrarnos de nuevo en el cora-zón de la Valdorba, junto al restaurante “elMaño”, donde seguramente estarían yapreparándonos la comida. Y allá en elextremo de la carretera, entre montes ybarrancos y tras la última curva de la

sinuosa vereda se nos presentó el pueblo.Sobre el empedrado que conduce a la Igle-sia empiezan los rayos del sol a abrirsecamino entre las nubes espantando el fan-tasma de la lluvia no así el del frío. Des-pués de atravesar el puente románico sobreel río Sansoaín nos topamos con la Iglesiaa la que accedimos por una puerta de arcode medio punto con tímpano y crismón.Nos dicen que la Iglesia estaba decoradacon unas pinturas murales góticas de lossiglos XIV y XV pero que se encuentranen el museo de Navarra.. En su interiorpudimos admirar la original estructura dela cúpula sobre trompas, cuya base octogo-nal se va redondeando hasta concluir enuna pequeña linterna construida con poste-rioridad. El resto del edificio es un ejemplo

más del románico Nava-rro del siglo XII. Otroselementos destacablesque se encuentran en elinterior son su pila bautis-mal, tan antigua como laIglesia, y una Virgen góti-ca con el Niño que proce-de de la Iglesia de Sanso-aín.

Todavía nos queda-ron fuerzas, después decomer, para acceder a laermita de Santiago dePueyo. La caravana seadentró por caminos des-conocidos recorriendo,desde Tafalla, la margenderecha del Cidacos. Allá

en lo alto, y como síntesis de nuestra jor-nada, se nos abrió ante nuestros ojos todala panorámica de la Valdorba con esosjuegos de luces y sombras que, a esemomento del día, proporcionaban losrayos del sol buscando hacerse un huecoentre las nubes.

La vuelta a Pamplona se hace por lavía de urgencia a causa de los distintoscompromisos que los viajeros tienen asu-midos. Antes de despedirnos un deseo sur-ge espontáneo y unánime en todos los asis-tentes: el repetir este tipo de salidas, conmás frecuencia si cabe, y que la asistenciade socios y simpatizantes sea un poco másconcurrida ya que se trata de pasar unosdías de distensión y diálogo en amablecompañía.

A. S. M.

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Vidade la Asociación

IRACHETA: los participantes en la excursión delante de la escalera de acceso alhórreo. (Foto: A. Senosiain)

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a Orden de Peregrinos del Cami-no de Santiago es una Asociación,

heredera del espíritu de las ÓrdenesMilitares, que está formada por miem-bros en activo y veteranos de las FF.AA.de varios países europeos, entre los quedestacan Alemania, Austria, España yFrancia. Su sede institucional se halla enel monasterio burgalés de San Juan deOrtega.

Se fundó en la década de los 80 porel General D. Francisco Castrillo Mace-res, su actual Presidente, en quien con-curre la circunstancia de ser tambiénmiembro de la Asociación de Amigosdel Camino de Santiago en Navarra.

La Orden es una Asociación vivaque desarrolla diversas actividades en elámbito jacobeo: peregrinaciones; ayudaa los peregrinos y manifestaciones cultu-rales variadas.

Con la del presente año lleva reali-zadas diez y siete peregrinaciones inter-nacionales a Compostela por los Cami-nos de Santiago de varios países europe-os. Ha organizado conferencias yencuentros de debate sobre múltiplestemas jacobeos. Ha montado exposicio-nes relacionadas con la peregrinación ylos Caminos de Santiago, como la multi-disciplinar instalada el pasado año en lamadrileña Casa de Galicia. Su actividadasistencial se centra en prestar ayuda alos peregrinos, poniendo a disposiciónde quienes los necesitan los serviciossanitarios y de apoyo de su grupo decaminantes.

Para el presente año 2.003, pórticodel Año Santo Compostelano, la Ordende Peregrinos programó su XVII Pere-grinación Internacional. El programacomprendía una marcha por la “VíaPodiense”, entre los días 28 de junio y 3de julio; comenzando en Aire-sur-l’A-dour para concluir, tras seis jornadas deandadura, en la Real Colegiata de Ron-cesvalles. Complementariamente, los

días 4 y 5 de julio habría en Roncesva-lles un “Encuentro Europeo de Peregri-nos”, con dos temas de reflexión y deba-te: “El peregrino protagonista del Cami-no” y “La espiritualidad del peregrino”.Como colofón, se presentaría el libro “ElPeregrino Europeo en el Camino de San-tiago. La huella militar en las peregrina-ciones”.

La lectura de mis “Crónicas Pere-grinas” en nuestra revista “ESTAFETAJACOBEA”, en las que relataba mi pere-grinación desde Le Puy a Roncesvallesen los años 1.997 y 1.998, incitó alGeneral Castrillo a proponerme que lesacompañara y les sirviera de guía. Losbuenos recuerdos de mi experienciaanterior y la amistad con Castrillo fueron

determinantes para que aceptara la pro-puesta con agrado.

El 27 de junio arriba a Pamplona,procedente de Madrid, la expedición dela Orden de Peregrinos, integrada por 80personas entre españoles y alemanes. El28 me incorporo al grupo y en dos auto-buses salimos, vía Behobia, para Aire-sur-l’Adour, en la “Vía Podiense” a ori-llas del río Adour.

Llegamos a destino sobre el medio-día bajo una fuerte canícula. Visitamosel centro de la ciudad y sólo el exteriorde la antigua catedral, porque a esashoras está cerrada. En el atrio rezamosunas preces y entonamos algunas can-ciones como comienzo de la peregrina-ción. Contra nuestro deseo, no pudimosvisitar la iglesia de Santa Quiteria. Hace-mos una comida campestre en las refres-cantes orillas del Adour, seguida de uncorto descanso.

Por la tarde, ya reconfortados, ini-ciamos la marcha-peregrinación paracubrir un tramo de la etapa de Aire-sur-l’Adour a Arzacq. Llegados a la iglesiarománica de la “bastida” de Pimbo, quevisitamos, nos trasladamos a la históricaciudad de Orthez, en cuyo “Liceo Mon-cade” establecemos nuestra base de ope-raciones.

El día 29, festividad de San Pedro,caminamos entre Arzacq y Arthez deBearne, con parada en la iglesia de laantigua abadía benedictina de Larreulepara oir misa. Casualmente el pueblocelebra su fiesta patronal y las gentes seven sorprendidas por la entrada en eltemplo de tan numerosa tropa de pere-grinos extranjeros. Terminada la solem-ne misa, visitamos el templo, firmamosen el “Libro de Peregrinos”, saludamosa las autoridades municipales, presen-ciamos el homenaje a los “enfants de lapatrie” muertos en las grandes guerras ysomos invitados por el alcalde a parti-cipar en el aperitivo popular con que

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LARREULE: Centro deestudios compostelanos.(Foto: A. Panizo)

Peregrinación por la “Vía Podiense”y encuentro europeo de peregrinos

en RoncesvallesAngel Panizo Delgado

Sello de la Orden de Peregrinos del Caminode Santiago.

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tradicionalmente obsequia el Ayunta-miento a sus vecinos. Confraterniza-mos, pues, con el vecindario del peque-ño pueblo de Larreule, que tiene a susespaldas una larga tradición hospitala-ria enraizada en la asistencia dispensa-da a los peregrinos por los monjes de sudesaparecida abadía benedictina.

Después de numerosos brindis,coloquios y cánticos en alemán, españoly francés nos despedimos de este sim-pático pueblo para continuar nuestrocamino. Finalizada laetapa regresamos anuestro alojamiento enOrthez.

El 30, peregrinamosde Arthez a Navarrens,intercalando dos brevesparadas. La primera,después de Maslacq, enel Alto de Muret. Locorona una verde prade-ra en la que se alza unamoderna capillita dedi-cada a Nuestra Señorade Muret. Sustituye aldesaparecido santuario,el más antiguo del Bear-ne, que fue construidoen el siglo XI al bordedel Camino de Santiago por el obispo deGascuña Raymond le Vieux. Ante laimágen sedente de la Virgen cantamos la“Salve Regina”. La segunda parada, enla abadía cisterciense de Sauvelade, cuyaiglesia, con planta de cruz griega, estábajo la advocación de Santiago elMayor. Aquí, ante la imagen de SantiagoPeregrino, ofrendamos canciones en ale-mán y español.

Llegados a Navarrens, algunos visi-tamos la iglesia, la plaza mayor y unaparte del recinto amurallado de esta for-tificada ciudad bearnesa. Como el tiem-po nos apremia, regresamos de inmedia-to a nuestra base en Orthez, para cumplirpor la tarde un compromiso oficial.

En efecto, a última hora de la tardeteníamos en programa el agasajo que nosofrecía la Municipalidad de Orthez y laOficina de Turismo. Después de unavisita guiada por la ciudad, somos obse-quiados con un pequeño refrigerio en lasede del Sindicato de Actividades Turís-ticas, que ocupa la que fuera casa de Jua-na de Albret, reina de Navarra.

Estamos ya en el día primero dejulio. La mañana, soleada y con brisafresca, invita a caminar. En este díacubrimos la etapa de Navarrens a Osta-bat. Hacemos una primera parada en laiglesita románica de Olhaïby; después enla estela de “Gibraltar”, donde se unenlos Caminos jacobeos de Tours, Vezelayy Le Puy y, más adelante, en lo alto delmonte donde se alza la ermita de Nues-tra Señora de Soyarza. Aquí, después deun descanso, cantamos una “Salve Regi-

na” ante la imagen de la Virgen. Y des-pués de atravesar el sombrío bosque deOstabat, llegamos a la jacobea y hospita-laria villa del mismo nombre, a mediatarde.

El 2 de julio hacemos la etapa deOstabat a Saint Jean-Pied-de-Port. Enesta ocasión tenemos la suerte de quenos hace de guía y cicerone M. BertrandSaint Macary, presidente de la Asocia-ción del Camino de Santiago de PirineosAtlánticos, experto conocedor del tra-yecto. Nos muestra las obras de recons-trucción del molino del Priorato deUtxiat, donde su Asociación quiere ins-talar un refugio para que los peregrinospuedan comer a cubierto. Vemos des-pués el crucero de Galzetaburu, al bordede la antigua calzada romana. Más ade-lante, la iglesia de Saint Jean-le-Vieux,con su crismón en el tímpano y sus capi-teles románicos.

En Saint Jean-Pied-de-Port, M.Saint Macary y la Asociación de Pirine-os Atlánticos nos reciben en el Centro deAcogida de peregrinos que dirige esta

Asociación y nos muestran sus instala-ciones. Después nos obsequian con unrefrescante aperitivo.

Y llega el día 3, el esperado día deremontar el “Summus Pyraeneus”, unade las etapas más duras y temidas por losperegrinos de todos los tiempos. En estaocasión hacemos la subida por la ruta deCarlomagno, remontando el valle de Val-carlos por las orillas del río Luzaide. Ini-ciamos la marcha en Arneguy y hacemosuna parada en Valcarlos. Retomamos la

marcha y, caminando através de hermosos bos-ques de hayas, alcanza-mos el Alto de Ibañeta amediodía. Alborozogeneralizado y fotografí-as junto a la modernaermita de San Salvador,junto al monumento aRoldán y junto a la este-la de la Virgen de Ron-cesvalles. Cubiertasestas aspiraciones foto-gráficas para el recuer-do, descenso hacia laabadía para aposentar-nos en el Albergue Juve-nil. A última hora de latarde asistimos a la misa

vespertina, para recibir la “Bendición delos Peregrinos”, impartida por el canó-nigo D. Javier Navarro de acuerdo conun ritual de tiempo inmemorial.

ENCUENTRO EUROPEO DE PEREGRINOS

Aposentados ya en Roncesvalles, eldía 4 comienzan las jornadas del“Encuentro Europeo de Peregrinos” conuna plática mañanera de D. Jesús Labia-no, Prior del Cabildo de la Real Colegia-ta, en la iglesia colegial.

Después, las sesiones se continúanen el moderno auditorio de la Casa deCultura de Burguete.

Interviene en primer lugar el Sr.Arzobispo de Pamplona, D. FernandoSebastián, que trazó una magnífica sem-blanza del peregrino cristiano, en suconferencia sobre “La espiritualidad delperegrino”.

A continuación, Angel Panizo, en suponencia sobre el “Fomento de la espiri-tualidad en las peregrinaciones de grupo”propuso un programa de actividades y

Vidade la Asociación

OSTABAT: La estela de “Gibraltar”, donde se unen los Caminos de Santiago deTours, Vezelay y Le Puy. (Foto: A. Panizo)

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prácticas religiosas, arealizar comunitariamen-te, con el fin de reataurary vivificar el primitivoespíritu cristiano de laperegrinación.

Cerró la sesión mati-nal José Luís Rodríguez-Villasante, que en suponencia “El Decálogodel peregrino” fue des-granado una serie decompromisos y virtudesque deben constituir elacerbo espiritual del ver-dadero peregrino.

Por la tarde, loscongresistas ocuparon eltiempo en girar una visi-ta guiada a la Colegiata, Claustro yMuseo, participando después en la misavespertina de peregrinos.

El día 5 por la mañana, en la mismaSala de Cultura de Burguete, inicia lasesión M. Bertrand Saint Macary, Presi-dente de la Asociación del Camino deSantiago de Pirineos Atlánticos, quehizo una documentada exposición, ilus-

trada con diapositivas, sobre la “Geogra-fía, Sociología y Estadística de la Prime-ra Etapa del Camino”, referida al trayec-to entre St. Jean-Pied-de-Port y Ronces-valles y a los datos de peregrinosregistrados en el Centro de Acogida deSt. Jean-Pied-de-Port.

A continuación se celebra elCapítulo General de la Orden de Pere-

grinos del Camino deSantiago.

Terminado el Capí-tulo, se reanuda la lectu-ra de ponencias y comu-nicaciones. Participanvarios peregrinos alema-nes, de cuyas interven-ciones hizo traducciónsimultánea Ilona Thies;y algunos españoles, conaportaciones interesan-tes y novedosas.

Finaliza la sesiónmañanera con la presen-tación del libro “ElPeregrino Europeo enel Camino de Santiago.La huella militar en las

peregrinaciones”.Con un almuerzo de clausura y de

hermandad, presidido por autoridades,se cerró brillantemente este “EncuentroEuropeo de Peregrinos”, promovido porla Orden de Peregrinos del Camino deSantiago.

A. P. D.

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Vidade la Asociación

Calendario de marchas 2003-20042003

día 28-9-03 Lecaroz-Aizcolegui-Bertiz Todo el díadía 5-10-03 Somport-Castiello de Jaca Todo el díadía 12-10-03 Ascain-Urdax-Ermita del Pilar Todo el díadía 19-10-03 Urdax-Irurita Todo el díadía 26-10-03 Berroeta-Lanz Mañaneradía 2-11-03 Venta Quemada-Gascue Mañaneradía 9-11-03 Gravalos-Peña Isasa (Rioja) Todo el díadía 16-11-03 Bardenas Reales Todo el díadía 23-11-03 Lumbier-Ermita de la Trinidad-Liédena Mañaneradía 30-11-03 Arellano-Montejurra-Irache Mañaneradía 7-12-03 Salinas de Oro-Guirguillano Mañaneradía 14-12-03 Castillo Nuevo-Leire Mañaneradía 21-12-03 Alto de Errea-Elia Mañaneradía 28-12-03 Undues de Lerda-Alto de Aibar Mañanera

2004día 4-1-04 Alto de Aibar-Monreal Mañaneradía 11-1-04 Monreal-Eunate Mañaneradía 18-1-04 Galdeano-Ancin Todo el díadía 25-1-04 Sos del Rey Católico-Petilla de Aragón Todo el díadía 1-2-04 Nacedero de Arteta-Valle de Ollo Mañanera

día 8-2-04 Venta Quemada-Donamaría Todo el díadía 15-2-04 Goñi-San Donato-Goñi Mañaneradía 22-2-04 Baquedano-Nacedero del Urederra-Zudaire Todo el díadía 29-2-04 Echarri Aranaz-Echarri Aranaz Mañaneradía 7-3-04 1ª Javierada Mañaneradía 13-3-04 2ª Javierada Todo el díadía 21-3-04 Roncesvalles-Zubiri Mañaneradía 28-3-04 Zubiri-Pamplona Mañaneradía 4-4-04 Pamplona-Puente la Reina Mañaneradía 11-4-04 Pamplona-Astrain-Pamplona (sin autobús) Mañaneradía 18-4-04 Puente la Reina-Estella Mañaneradía 25-4-04 Estella-Los Arcos Mañaneradía 2-5-04 Los Arcos-Logroño Todo el díadía 9-5-04 Sierra de Abodi-Musquilda Todo el díadía 16-5-04 Arlegui-Eunate Mañaneradía 23-5-04 Donamaria-Gaztelu Todo el díadía 30-5-04 Castillo Loarre-Los Mallos de Riglos Todo el díadía 6-6-04 Casa forestal-Igaratxa-Lizarrusti Todo el díadía 13-6-04 San Juan de Pie de Port-Roncesvalles Todo el díadía 20-6-04 Túnel de Larrau-Pico de Ori Todo el díadía 27-6-04 Valle de Aisa-(Jaca) Todo el día

VALCARLOS: Subiendo el Pirineo por el Valle de Valcarlos (Ruta de Carlomagno).(Foto: A. Panizo)

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Imágenes

El Camino de Santiago en Navarra,visto en postales antiguas

Colaboración de Javier Soria

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Experiencias

l 18 de enero de 2003 ha sido unafecha histórica para San Antón de

Castrojeriz, más conocido como “Rui-nas de San Antón”. Se celebró una misa,que fue la primera misa en ese lugarsagrado despúes de doscientos años deabandono. Y se abrió una nueva etapa enla vida del centenario hospital antonia-no. Es refugio de peregrinos.

La misa tuvo detalles que se identifi-caban con la circunstancia del lugar. Secelebró junto al muro interior de la anti-gua iglesia, bajo un cobertizo protectorde la lluvia y el frío, ante una paredcubierta con grabados, posters e insigniasde la peregrinación de diversos países.

El celebrante fue don José María, elsacerdote que atiende el albergue de SanJuan de Ortega, conocido por tantísimosperegrinos y recordado tanto por la pala-bra cálida de su buen corazón como porla sopa de ajo, también caliente, que dapara cenar.

Don José María, para celebrar lamisa, se puso sobre el alba una estolaque tenía bordada una Tau, el signo dis-tintivo de los monjes de San Antón, elque recibió ahí mismo Francisco de Asíscuando pasó como peregrino, el quereciben actualmente los caminantes. Laestola fue cedida para la ocasión por lasHermanas del cercano Monasterio deSanta Clara.

Las Clarisas quisieron también estarpresentes de alguna manera en la cele-bración, sin salir de la clausura. Para esolanzaron a vuelo las campanas. Bandea-ron las tres campanas de la espadaña desu convento. Las campanadas llegaron,amortiguadas por la niebla y confundi-das entra ladridos de perros; porque,siendo la misa de San Antón, aunque aldía siguiente de su fiesta, había que ben-decir a los animales. Y fueron bendeci-dos cuatro canes ladradores, un gatoacurrucado en el brazo de su dueña y un

halcón de cetrería posado en el guantede un halconero.

NUEVO ALBERGUE DEPEREGRINOS

Ovidio Campo, empresario burgalésy amigo del Camino, llegó a un acuerdode uso del espacio de las ruinas con sudueño, Eliecer Díez Temiño. Tras variosmeses de trabajo, adecentó el lugar que

se usaba como almacén de aperos y cha-tarra, transformándolo en albergue deperegrinos. Como suele suceder, la bue-na obra se hizo sin subvenciones institu-cionales.

El albergue se abrió el 7 de julio de2002 y permaneció abierto los meses deverano. Los peregrinos pudieron descan-sar en ese lugar misteriosamente sagradoy los turistas, apreciar las huellas del

E

Hito del Camino de Santiago enSan Antón de Castrojeriz con la

concha y la tau del peregrino.(Foto: Rafael Ollaquindia)

Hospital de San Antón en Castrojeriz

Refugio de peregrinos en San Antón de Castrojeriz.(Foto: Rafael Ollaquindia)

Ricardo Ollaquindia

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pasado histórico y artístico; observandoademás las peculiaridades organizativasdel denominado “Hospital de SanAntón” en Castrojeriz.

Con esto se ha limpiado uno de losborrones feos del trazado y se ha recupe-rado uno de los pasos emblemáticos dela peregrinación jacobea.

UN COMENDADOR NAVARROAsistimos a la misa unos cien, con-

tando a los animales domésticos antesmencionados. Había amigos del Caminode Santiago de Burgos, hospitaleros dela zona castellana y devotos de SanAntón en sus varias representaciones.Éramos tres de Pamplona, pero nos sen-timos como en casa. Recordamos concallada satisfacción que fue navarro unode los últimos Comendadores del Hospi-tal Antoniano de Castrojeriz.

Escribió sobre él Luciano HuidobroSerna en “Las peregrinacionesjacobeas”, al tratar del Camino a su pasopor la villa castreña, y publicó en la revis-ta “Príncipe de Viana” nº 7, año 1942, unartículo titulado “Un ilustre navarro. ElComendador mayor don Damián GarcíaOlloqui”. En extracto, decía lo siguiente:

Durante casi toda la primera mitaddel siglo XVIII rigió la casa-hospital deCastrojeriz don Damián García Olloqui,“sujeto distinguido y capaz, natural deNavarra hacia Peralta, quien comocabeza de la provincia y congregaciónde Castilla residía en San Antón y pose-ía las encomiendas dependientes de laCasa en número de veintitrés”, según selee en el Libro de Visita eclesiástica deBurgos de 1711.

Los García de Olloqui se relacionancon el palacio de Cabo de Armería exis-tente en el pueblo de Olloqui, a sietekilómetros de Pamplona y próximo aHuarte. Escribió sobre ellos FlorencioIdoate en “Rincones de la Historia deNavarra”, dedicándoles el capítulo titu-lado “Los palacianos de Olloqui”.

De los personajes históricos que lle-varon el apellido “de Olloqui” o “Gar-cía de Olloqui”, cita a varios que ya des-de el siglo XIV ocuparon cargos deimportancia: Pedro de Olloqui, canónigohospitalario de la catedral de Pamplonaen 1331; Miguel García de Olloqui,

alcaide del castillo de Linguin, cerca deUrroz; Miguel de Olloqui, prior de laOrden de San Juan; Juan de Olloqui,casado con Margarita de Jaso, tía de SanFrancisco Javier; y el personaje de nues-tra historia, don Damián García Olloqui,“que ocupó el importante puesto deComendador del convento de San Anto-nio de la Orden de los Antonianos”.

Sigamos ahora con el relato del cro-nista oficial de Burgos, Luciano Huido-bro: La casa-hospital de Castrojeriz“cuando entró a regirla este Comenda-dor, se hallaba muy decaída y había per-dido algunas de sus haciendas. Pero,gracias a su larga y activa gestión,cobró nueva vida”.

“Mandó reeditar en 1741 el Ritualde la Orden en Madrid, y por él se ve elcelo por el aumento de la religión,esplendor del culto, restauración deltemplo y de sus altos muros y socorro delos pobres, que caracterizaba la gestiónde este Comendador”.

“En su tiempo se construyó el nuevoretablo mayor de pino dorado y pintadoen estilo rococó sobrio y elegante, y deapreciable escultura. Se ignora su autor;pero puede establecerse que es la obramás artística de su época en esta provin-cia. Hoy hace oficio de retablo mayor enla iglesia de San Juan de Castrojeriz”.

En estos pensamientos de pasadasglorias estábamos, cuando la realidadpresente y circundante ponía el contras-te: el cobertizo apenas nos protegía de laintemperie, don José María usaba comovinajera un botellín de plástico, velonesde llamas temblonas hacían de candela-bros. Pero algo nuevo estaba naciendo.

Vuelve la vida interior y el espírituantoniano. Vuelven los peregrinos aentrar en el Hospital de San Antón. Yano pasan de largo. Las ruinas se estreme-cen de gozo. Han mantenido en lo alto elrosetón de las taus. Y lo que está marca-do con la tau no muere.

R. O.

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Ovidio Campo, don José María y amigos, plantando un ciprés para el recuerdo.(Foto: Rafael Ollaquindia)

Misa en San Antónde Castrojeriz.

La Tau en la estoladel celebrante, donJosé María Alonso.

(Foto: Rafael Ollaquindia)

Experiencias

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Experiencias

Crónica Peregrina:

Caminando por la Vía de la Plata, II:de Cáceres (Castra Caecilia) a

Zamora (Ocelo Duri)

DEL YERMO BERROQUEÑO DECASAR DE CÁCERES A LASFÉRTILES VEGAS DE GALISTEO

En el anterior número extraordinariode “ESTAFETA JACOBEA” finalizába-mos el relato de nuestra peregrinaciónpor la Vía de la Plata con la llegada a lamonumental ciudad de Cáceres que,entre otros títulos jacobeos, ostenta el deser cuna de la Orden de Santiago. Fueaquí donde, en el siglo XII, se fundó laComunidad de los “Fratres de Cáceres”,(los Doce de León), que fue la anteceso-ra de la Orden santiaguista.

Pues bien, algunos meses después denuestra primera andadura, en octubre del2002, tres peregrinos retomábamos elCamino Mozárabe de Santiago junto a lacacereña iglesia de Santiago, que se alzaen el centro de la ciudad, sobre la que fueantigua ermita de los Fratres de Cáceres.

Contemplamos la portada gótica conimposta adornada de veneras; decimosadiós al peregrino que, con bordón, cala-baza y sombrero luciendo concha, estárepresentado sobre el arco; y abandona-mos la ciudad.

El Camino sale bordeando la plazade toros y toma la carreterita para Casarde Cáceres, marchando al principio porel arcén asfaltado y luego por camino detierra que va paralelo hasta llegar a estepueblo.

Pasamos bordeando la cerca de laiglesia de Casar, que no podemos ver porestar cerrada, y llegamos junto al Ayun-tamiento, donde tomamos la llamadacalle Larga. Nos conduce a la salida delpueblo y, un poco más adelante, a laermita de Santiago, que no podemosvisitar por la misma razón que la iglesia.

Entramos en un amplio camino detierra, que pasa junto a los pozos delMochuelo y Canario, y salimos a campoabierto. Tenemos una mañana espléndi-da, el sol está radiante, y la temperaturaes agradable. Da gusto caminar.

Subimos un pequeño desnivel y enel alto encontramos un pequeño edificiocon un panel informativo que dice:“Centro de Interpretación de Vías Pecua-

rias”. Seguimos caminando por una pistarecién arreglada, bajo la cual yace laantigua calzada romana y la cañada real.Algo más adelante la pista se estrecha yse ve flanqueada a su izquierda por murode piedra. Llegamos a la entrada del la“Finca La Higuera”, donde nos alcanzantres peregrinos ciclistas, un catalán y dosmallorquines, que se detienen y charla-mos un momento. Siguen ellos su mar-

cha y en este punto nosotros continua-mos nuestro camino, que va por laizquierda, según indican las flechas ama-rillas. Avanzamos más y encontramos ala derecha tres fragmentos de miliariosromanos con restos de su primitiva ins-cripción. Hacemos fotos. Poco despuésllegamos a una portela, con cancelacerrada, que abrimos y pasamos. Inme-diatamente se abren ante nosotros dos

caminos y tomamos el que marcha defrente, señalizado con una flecha borro-sa. Metros más adelante está la flecha deconfirmación bien marcada. Después decaminar largo rato encontramos otra por-tela con la cancela cerrada. En el pilarizquierdo está la flecha. Abrimos, pasa-mos y volvemos a cerrar.

Llegamos al cercado de una granja ynos llevamos un susto. Dos grandes perros

“A medida que se fueron repoblando y asegurando los territorios adyacentes a la Víade la Plata, las peregrinaciones a Santiago de Compostela se apoyan por este nuevoitinerario. En este sentido, Alfonso IX se nos presenta como un significado peregrinoque empleó esta Vía,…”

(La Vía de la Plata: Eugenio Mariñas y Alfonso Ramos de Castro)

Angel Panizo Delgado

CÁCERES: Bajorrelieve representando a un peregrino, en una portada de la iglesia de Santiago.(Foto del Autor)

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se viene hacia nosotros en plan agresivo.La respuesta es echar mano de mi armamágica. Les lanzo un petardo y corren quepierden el rabo a refugiarse en el caserío.A la salida del cercado nos encontramoscon una bifurcación del camino. Una fle-cha sobre una roca nos indica que debe-mos girar a la derecha. Más adelante, otraportela con valla de madera y dos flechasa los lados. Abrimos y pasamos. Nuevaportela con cancela cerrada que abrimos ypasamos. A partir de aquí el camino vaflanqueado en ambos lados por muro depiedra. Volvemos a encontrar otra portela,esta vez sin valla, en cuyos pilotes haysendas flechas. El camino es llano ycómodo y discurre entre lomas de suelogranítico, entre cuyas afloraciones rocosasse extienden prade-ras de hierba raquíti-ca que aprovechanrebaños de ovejas.Ni un árbol, ni unarbusto. La sensa-ción de soledad,caminando por unpaisaje tan pobre ydesnudo, es impre-sionante.

Volvemos aencontrar una por-tela sin cancela y, asu lado, un pilotede hormigón condos flechas amari-llas: una señala defrente; la otra, seña-la a la derecha ydebajo tiene lapalabra “calzada”. Dudamos un momen-to y optamos por seguir de frente. Ense-guida empezamos a divisar la cola delpantano de Alcántara en la que vierte elrío Almonte. Bajando una pendientetopamos a la derecha una curiosa y reciaconstrucción de piedra no muy alta, conventanas a modo de troneras que estáncegadas. ¿Un fortín? ¿Una majada?

Pasamos de largo y nuestro caminosigue ahora zigzagueante entre aflora-ciones berroqueñas y paisaje desolado.Llegamos a una portela con paso cana-diense y sobre su pilar derecho una fle-cha nos señala la dirección a seguir.Inmediatamente entramos en un senderoque discurre entre rocas y los primerosarbustos y encinas que vemos. Se oyeruido de motores lo que nos hace sospe-

char estamos próximos a la N-630. Efec-tivamente, enseguida la senda marchaparalela a la carretera y avistamos laextensa y brillante superficie del panta-no. Bajo una copuda encina hacemos unalto para almorzar contemplando elextraordinario panorama que tenemosdelante.

Después del descanso volvemos acaminar, continuando por la senda y a lavista de la carretera, hasta que salimos ala misma junto al puente sobre el ríoAlmonte.

Cruzamos el puente y abandonamosla carretera para entrar por la izquierdaen un camino de tierra que bordea elpantano, para volver a salir a la N-630en el cruce con la carretera de Hinojal.

Desde este lugar se ve como emerge delas aguas del pantano la esbelta torre dellegendario castillo de Floripes, testigomudo de una leyenda de argumentoamoroso en la que intervienen Carlo-magno, el caballero francés Guido deBorgoña, el adalid moro Fierabrás y suhermana la princesa Floripes. Casi frentea la torre se divisa también el “Apeaderode Río Tajo”.

Es mediodía cuando llegamos alapeadero y hemos de subir desde la víahasta la carretera N-630. Caminamos porésta hasta el “Hostal Miraltajo”, que estácerrado. En este punto cruzamos lacarretera y empezamos a subir por unacañada, siguiendo las flechas amarillas.En sucesivas curvas nos lleva hasta loalto de una meseta, donde en un poste de

tendido eléctrico vemos la flecha. Lacañada marcha ahora por terreno relati-vamente llano, poblado de monte bajo yalgunas encinas. Cuando hemos avanza-do un largo trecho hacemos una parada ala sombra para descansar y tomar algo.Ahora el sol aprieta y el calor empieza amortificarnos.

Tras el descanso reanudamos lamarcha y llegamos a una portela sinvalla y con paso canadiense, donde unaflecha nos indica seguir de frente. Algomás adelante, otra portela con pasocanadiense e inmediatamente el caminose ve flanqueado por dos muros de pie-dra. Seguimos avanzando y encontramosuna corraliza de ladrillo rojo que rebasa-mos. El camino inicia un suave descenso

y, por un terrenosemidesértico, vazigzagueando unlargo trecho, hastaque de lejos divisa-mos ya el caseríode Cañaveral. Alllegar a una bifur-cación vemos unindicador con dostablillas: una tieneescrita en negro lapalabra “Cañave-ral” y una flechaseñalando el cami-no de la izquierda;la otra tiene dosgrandes flechasamarillas que indi-can seguir de fren-te. Por la izquierda

se va directamente al pueblo, tras cruzarun arroyo por el puente medieval de SanBenito. Por la derecha, que seguimos, seva a la estación del ferrocarril, que estáun km. más arriba del pueblo. Entramosen Cañaveral, rendidos de fatiga, cuandoson las seis de la tarde y buscamos el“Hostal Málaga”, donde nos aposenta-mos.

Tras una ducha templada, un cafécalentito y un merecido descanso, nosvamos a curiosear el pueblo. Además delya mencionado puente de S. Benito hayque reseñar la iglesia parroquial, conexcelente portada, ante la que destaca unrecio crucero. Son destacables por sutipismo y originalidad las chimeneas dealgunas casas antiguas, coronadas enalgún caso por nido de cigüeña.

Experiencias

CAÑAVERAL: Chimeneas típicas en casas antiguas. (Foto del Autor)

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Al día siguiente, 6 de octubre, concielo cubierto, abandonamos Cañaveral ypor el arcén de la N-630 llegamos a laermita de San Cristóbal, según reza en elfrontispicio. Aquí entramos en un caminoque va entre la ermita y una fuente y quepronto se ve flanqueado por muros de pie-dra. Salimos a una pista más ancha y gira-mos a la izquierda, según la flecha amari-lla pintada en una caseta blanca próxima auna cantera. Poco más adelante, en unaruina, otra flecha indicadora. Aquí haybifurcación y hay que estar atentos. Lapista se va hacia la izquierda y hemos detomar hacia la derecha una senda que vaen ascenso. Sobre el muro de otra ruinaestá la flecha. La senda asciende por unbosque de oloroso pino, con sotobos-que de jara; pasa junto a los postes deuna línea eléctrica y deja a manoizquierda un montecillo con un repeti-dor. La senda nos saca a una pista asfal-tada en la divisoria y una flecha en unaalcantarilla nos hace girar a derecha.Por la pista vamos en descenso adesembocar en una carretera amplia ybien señalizada. En el cruce, otra flechaamarilla nos dice que hemos de tomarlay ascender por ella, llegando a lo altodel Puerto de los Castaños, cuandohemos recorrido unos cinco km..

En lo alto del puerto hace fresco,pero el cielo se ha despejado y luce elsol. Hay aquí un hostal y se observamucho movimiento de operarios ymáquinas que trabajan en las obras dela autovía.

Junto a una caseta blanca próximaal hostal, hay un mojón con una fle-cha amarilla, indicándonos la direc-ción a seguir. Abrimos y pasamos unacancela metálica y caminamos poruna senda que se interna en un bosquede alcornoques, alguno con la flechaamarilla pintada en su descortezado yrojizo tronco. La senda no tiene pérdida,pues tiene como referencia una alambra-da a la izquierda, sobre alguno de cuyospilotes se ve la flecha amarilla. Vamospor terreno llano, alfombrado de verde,sorteando cauces de regatos secos y con-templando, en una mañana soleada, losretorcidos y fantasmagóricos troncosrojizos de los alcornoques.

Llegamos a una zona de tierrasmovidas, probable nueva carretera, quecruzamos para entrar en un vallecito enel que pasamos junto a una balsa seca.

Poco más adelante, junto a una valla,pasamos sobre unas piedras un regatocon agua. A la derecha, una torre delínea eléctrica. En seguida encontramosotra cancela que abrimos y pasamos yentramos en otra senda, bordeada a dere-cha por muro de piedra y alambrada, queva a salir a un arroyo con agua quehemos de pasar sobre piedras. Algunosmetros más adelante, una tablilla en eltronco de una encina nos indica unadirección: “Grimaldo a 500 m.”. Sinhacer caso, seguimos de frente. Camina-mos por un valle amplio poblado deencinas y vemos a nuestra derecha las

obras de la Autovía de la Plata. Por lasenda vamos a desembocar en la carrete-ra de Helguera. En el cruce, bajo unacorpulenta encina, hacemos descanso.

Reanudamos la marcha cruzando lacarretera. Pasamos dos portelas y toma-mos una senda flanqueada a derecha poruna alambrada de espino. Caminamospor un valle amplio, alfombrado de hier-ba y salpicado de encinas, y hemos decruzar un pequeño barranco; pero ense-guida una alambrada nos cierra el paso.Encontramos una cancela, la abrimos ypasamos. A unos 200 m., otra cancela

con la que hacemos lo mismo. Inmedia-tamente cruzamos una pista de tierra queda acceso a una finca cuyo portón estácerrado. Al otro lado de la pista vemosuna portela con cancela que abrimos.Empezamos a caminar por senda llana yherbosa, teniendo alambrada a nuestraizquierda. La senda está señalada concinta amarilla y a la derecha se ven delejos las obras de la autovía. Llegamos aun tramo en que la senda bordea la cajade la que fue calzada romana, que quedaprotegida al otro lado de la alambrada.Franqueamos una cancela y unos metrosmás adelante llegamos a otra, flanqueada

por dos pilotes blancos, que estácerrada con candado. Junto al pilotede la derecha vemos una senda, seña-lizada con cinta amarilla, que es pordonde debemos ir. Poco más adelantela senda discurre sobre el deterioradoempedrado de la histórica calzadaromana de la Vía de la Plata, que enalguno de sus tramos aún conserva elprimitivo enlosado de los bordes. Des-pués de un largo trecho, una vallametálica cierra el tramo acotado de lacalzada. Hago algunas fotos y confie-so que sentía cierta emoción mientrasiba caminando sobre tan venerablesruinas, recordando a tantos viandantesde todo tipo y condición que hollaronen otros tiempos tan importantísimavía de comunicación.

La senda desciende suavemente yhemos de cruzar un regato seco, paraenseguida llegar a una cancela muyrústica, cuyos pilotes están pintadosde amarillo. Una indicación nos dicegirar a la derecha y, traspasando lacancela vemos flechas amarillas pinta-das sobre unas rocas. Aquí hacemosun alto para almorzar.

Tras el descanso volvemos acaminar por una senda que va por unvalle cubierto de herbazal. A la izquierdadejamos una balsa abrevadero. Llegamosa una portela abierta, seguimos de frente,bordeando un vallado metálico, y llega-mos a otra que abrimos y pasamos. Subi-mos una loma y en lo alto pasamos otraportela. Unos metros más adelante,¡ojo!, tenemos una cancela delante y otraa su izquierda. Debemos pasar ésta paraentrar en una finca donde vemos las fle-chas amarillas sobre unas rocas. La sen-da va flanqueada a la derecha por unmuro de piedra con vallado de alambre.

Experiencias

22 ESTAFETA JACOBEA N.O 72

CARCABOSO: Milario romano que conserva la ins-cripción primitiva. (Foto del Autor)

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Al final de esta senda, unas flechas nosindican pasar otra cancela a la derecha ytomar otra senda llevando el muro a laizquierda. Sobre él se ven algunas flechasamarillas. Tras pasar otra cancela y seguiradelante, el muro gira en ángulo recto a laizquierda y una flecha nos indica quehemos de hacer lo mismo. Iniciamos eldescenso hacia el embalse de Riolobos ypasamos junto a una balsa abrevadero.Encontramos un paso difícil porque lasenda ha sufrido un derrumbe y hemos deagarrarnos a la cerca metálica para pasarcon seguridad. Atravesamos una granpuerta metálica y salimos a un caminocarretil que bordea un riachuelo. Pasamosdescalzos por el vado del mismo y sali-mos a una carretera asfaltada.

Una gran flecha amarilla en un murode hormigón y otraen una alcantarillanos hacen girar aderecha. Camina-mos por el arcén dela carretera y pron-to la abandonamospara tomar a laizquierda la entradaa la “Finca Valpara-íso”. Cruzamos laportela y el pasocanadiense y porcarretil de tierrasubimos a una coli-na, desde la quedivisamos a lo lejosla villa de Galisteo.En el alto hay unabifurcación y nosvamos por la dere-cha, atravesando otro paso canadiense.Ahora el camino, bordeado a derechapor un vallado metálico, va en suavedescenso hasta una vega. Atravesamosotro paso canadiense e inmediatamenteun puente sobre un canal. A la derecha,una cancela sobre cuyos pilotes están lasflechas. Pasamos y caminamos por elborde del canal. A la altura de un puentesobre el canal sale a izquierda un caminoque tomamos, pasamos enseguida unacancela con flechas y entramos en unamajada de ovejas. La atravesamos y sali-mos por otra cancela, avanzando hastallegar a un gran estanque junto al quecrece un corpulento sauce. Su frescasombra, con el sol de mediodía, nos invi-ta a pararnos.

Da gusto ver correr el agua por lasacequias que alimentan las feraces tie-rras de estas vegas, en las que el tabacoha sido el cultivo más significativo,como lo demuestran los muchos secade-ros que se ven por doquier.

Tras el descanso volvemos a cami-nar y llegamos a un riachuelo que cruza-mos por un puente. Giramos a izquierdapara llegar a una amplia pista, por la quesalimos a carretera asfaltada, que cruza-mos, y entramos en la villa de Galisteo,cuando son las tres y media de la tarde.

Etapa endiabladamente complicadapero muy interesante. Con paisaje muycambiante y variopinto disfrutado ensoledad; y con la emocionada experien-cia de haber caminado sobre las históri-cas piedras de un tramo originario de la

calzada romana de la Vía de la Plata, aligual que, otrora, hicieran tantos peregri-nos mozárabes a Santiago.

En Galisteo nos dirigimos al bar“Los Emigrantes”, donde comemos ynos aposentamos, pues dan camas.

Como es domingo, por la tarde acu-dimos a misa en la iglesia parroquial,que tiene un hermoso ábside mudéjar.Después recorremos los rincones típicosde esta villa amurallada, asentada en unaltozano que baña el río Jerte. Desde susmurallas se contempla la dilatada exten-sión de las vegas que riegan el Jerte y elAlagón. En el recorrido vemos la cua-drangular torre del castillo, con su agudochapitel; el rollo de la justicia; la PlazaMayor y el recinto amurallado con sus

tres puertas: de la Villa, de Santa María ydel Rey.

MEMORIA DE ROMA:LAS RUINAS DE CAPERA OCÁPARRA

En la mañana del día 7, con un cielocubierto, abandonamos Galisteo por laPuerta de la Villa. Bajamos por una carre-terita hasta el puente medieval sobre el ríoJerte, pasando junto a un parque donde unpanel turístico nos informa: a) Sobre la“Cañada Real Soriana Occidental”, quepasa por Galisteo; b) Sobre el Valle delAlagón; c) Sobre la Villa de Galisteo.Sobre el pretil derecho del puente se alzaun monumento de piedra; con una estatuaen una hornacina; una lápida fechada en1.546 que hace alusión al conde de Osor-

no, señor del puentey de la fortaleza deGalisteo, y a suesposa Dña. Maríade Luna; y debajode todo, un escudonobiliario labradoen piedra, presumi-blemente de la casacondal.

Pasado el puen-te se contempla unaespléndida panorá-mica de Galisteo.Nosotros seguimosla carretera hastallegar a Aldehueladel Jerte, dondeencontramos des-cansando a unosperegrinos ciclistas.

Les saludamos y seguimos, pasando juntoa varios secaderos de tabaco. Pronto lle-gamos a Carcaboso.

Entramos en el pueblo por la callede la iglesia, dedicada a Santiago, cuyafigura ecuestre, blandiendo espada, sevislumbra en una gran vidriera circular.Empotrados en los ángulos de la portadahay sendos miliarios romanos y vemosotro más, aislado, en un espacio adya-cente ajardinado. Los tres conservan res-tos de inscripción primitiva.

Hacemos parada para tomar un caféen el bar “Las Golondrinas”, cuya due-ña, muy habladora, se empeña en queprobemos las especialidades de la casa,sobre todo la tostada especial que hacepara peregrinos. No aceptamos.

Experiencias

CÁPARRA: Arco y ruinas de la ciudad romana de Capera o Cáparra. (Foto del Autor)

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Volvemos al camino, atravesamos laplaza y por la calle del Pozo salimos aun camino, donde hay un calvario contres cruces. El camino se bifurca y toma-mos a la derecha uno amplio, llano ybordeado por una acequia de riego. A laizquierda se extienden verdes praderasdonde pastan rebaños de vacas. Cruza-mos la acequia por un puentecillo y que-da a nuestra izquierda, mientras a dere-cha tenemos fincas valladas de alambra-da. Volvemos a cruzar la acequia, quevuelve a estar a la derecha y, caminando,llegamos a carretera asfaltada junto a lascompuertas de un gran canal, el del Jer-te, que discurre paralelo a la carretera.

Entramos en la carretera, girando aizquierda y llegamos a la entrada de la“Finca Valverde”. Abrimos la cancela yentramos, pero enseguida salimos saltan-do el muro de piedra, donde está la fle-cha amarilla. Seguimos una senda abrup-ta, que asciende entre rocas, en las quehay algunas flechas, y llegamos a unmuro de piedra, con flecha pintada, y lovamos bordeando teniéndolo a laizquierda. Llegamos a un punto, marca-do, en que hemos de saltar el muro, parasalir a un amplio camino de tierra, con elmuro de piedra a nuestra derecha. Pocomás adelante hemos de saltar el muro,nuevamente para el otro lado, y camina-mos por senda entre encinar, con el refe-rente del muro a nuestra izquierda.Encontramos una cancela metálica queabrimos y caminamos por un vallecitocon pradera jugosa en la que afloranrocas graníticas. La senda nos lleva nue-vamente al muro de piedra y a una can-cela metálica que pasamos. Continua-mos por una senda flanqueada a laizquierda por muro. Sobre él y en eltronco de una encina están las flechas.La senda sale a un camino más amplio yen este cruce, bajo unas copudas enci-nas, hacemos alto para descansar yalmorzar.

Quiero advertir que hay que estarmuy atentos a la señalización, porque enmuchos kilómetros no se encuentra unasola casa habitada y por el campo no seve ni un alma a quien pedir orientaciónen caso de extravío.

Reanudamos la marcha por caminollano y arenoso, llegando a una corralizade ladrillo rojo, que bordeamos, paraseguir por una senda. Cruzamos una cer-ca de piedra, pasamos una balsa abreva-

dero, y por la senda salimos a la carrete-ra de Oliva de Plasencia, a la altura delas casas de “Venta Quemada”. Aquíhacemos una parada más prolongadapara comer, cosa que hacemos al airelibre, con un cielo que amenaza lluvia.

Después del descanso caminamospor la anchurosa “Cañada Real de la Pla-ta”, coincidente con la calzada romana.A nuestra izquierda dejamos una fincaagrícola, con chalet y cancela metálica.Algo más adelante, a la derecha hay

varios chalets. En uno, llamado “Casa-blanca”, vemos un hermoso jardín ador-nado con estatuas antiguas y restosarqueológicos, sin duda procedentes delas vecinas ruinas de Cáparra. Desdeaquí se divisa a lo lejos el arco romanode Cáparra.

La calzada se estrecha y se bordeade arbustos hasta llegar a un gran portónmetálico, a la izquierda, que da entradaal recinto acotado de las ruinas de la ciu-dad romana de Capera o Cáparra. Segui-mos por el camino lateral y unos metrosmás adelante nos encontramos ante elmonumental arco romano, formado porcuatro recios pilares de sillares graníti-cos, que delimitan sus cuatro arcos y

sostienen su bóveda, bajo la que, pareceser, se cruzaban dos calzadas romanas.En este lugar tan emblemático damospor finalizada nuestra etapa.

Descansamos, curioseamos las rui-nas y hacemos fotos. Varios técnicos rea-lizan excavaciones arqueológicas y con-versamos con ellos. Han descubierto untramo de calzada, algún miliario, cimen-taciones de casas, algún hipocausto,vasijas, etc.. En otra parte del recintopudimos ver los restos del foro, de untemplo y del anfiteatro.

Cae la tarde cuando nos trasladamosa la N-630 para alojarnos en el “HostalAsturias”, en el cruce de La Jarilla.

En la mañana del día siguientemadrugamos, pero un fuerte aguaceronos fuerza a retrasar la salida. Al finescampa un poco y echamos a andar,pertrechados para la lluvia. A 100 m.del hostal, dirección Cáceres, sale aderecha una carretera local que toma-mos y a unos 5 km. enlaza con otra másancha y bien señalizada. En este puntoconfluye también la “Cañada Real VÍADE LA PLATA”, procedente de la cer-cana Cáparra. En algunas piedrasvemos las flechas amarillas. Ha cesadola lluvia, pero la cañada esta encharca-da, así que caminamos por la carreteraque va paralela.

La carretera termina bruscamente alllegar al río Ambroz y por una senda nosacercamos a su orilla, justo donde el ríopasa bajo un puente de la N-630. En labóveda del puente, una flecha marca ladirección a seguir. Cruzamos el río porunas piedras y por senda nos acercamosa una cancela que salvamos con dificul-tad. Entramos en un prado con la hierbamojada y lo atravesamos en dirección aun poste de tendido eléctrico, dondevemos la flecha indicadora, que nos diri-ge hacia un muro de piedra, en el quevemos pintadas otras flechas. Saltamosel muro con dificultad y salimos a uncarretil que va por monte de encina yalcornoques con el tronco de vivo colorrojo. Llegamos a una cancela cerradacon candado, que nos cierra el paso, ynuevamente hemos de saltar el muro depiedra. Salimos a un espacio amplio enel que se retoman calzada y cañada, flan-queadas por muro de piedra. Caminamoscon placer, por terreno llano, cielocubierto pero sin lluvia, y temperaturaagradable.

Experiencias

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ALDEANUEVA DEL CAMINO: Panel decerámica donde se representa la Vía de laPlata. (Foto del Autor)

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Llegamos a un edificio curioso, conporche y chimenea, pintado de amarillo.Inmediata hay una cancela abierta quepasamos y, enseguida, un abrevadero.Seguimos por la cañada hasta otra can-cela abierta que cruzamos. Algo másadelante la cañada sube una pequeñapendiente para llegar a una explotaciónganadera, a cuya vera pasamos, y lacañada se acaba en una zona confusa,porque el terreno está removido por lasobras de la autovía y se han perdido lasflechas. Caminamos por el borde delas obras hasta un puente, que sobre-vuela la autovía y sirve a la carreterade Aldeanueva a Hervás. El paso estácortado y un lugareño nos informaque para ir a Aldeanueva hemos depasar por el puente y seguir la carrete-ra hacia la izquierda. Así lo hacemosy entramos en Aldeanueva del Cami-no, una bonita población que se estiraa lo largo de la Vía de la Plata.

Hacemos parada para descansar yalmorzar en el “Café Español”, en laplaza del Ayuntamiento. Hemos vistoa la entrada del pueblo y junto alpuente medieval que salva un barran-co, dos artísticos paneles de cerámica.En el primero se representa la CalzadaRomana, con todas las “mansiones”por las que pasaba bajo el imperioromano. En el segundo está represen-tada la Vía de la Plata con los pueblosy ciudades, por donde pasa actual-mente, con sus monumentos másemblemáticos. Hacemos algunas fotosde los paneles y del pueblo.

Reanudamos nuestro camino porla calle principal, que tiene típicas yfloridas balconadas. Pasamos junto auna fuente y la iglesia parroquial, queestá cerrada. El pueblo contó, en tiem-pos, con albergue de pobres y peregri-nos. Salimos de Aldeanueva para dar enla N-630, por cuyo arcén caminamos.Cruzamos otra carretera a Hervás yseguimos por el arcén de la N-630,aguantado el intenso tráfico de grandescamiones que nos atormentan. Comienzaa llover y el aguacero se va intensifican-do hasta convertirse en fuerte chubasca-da. La lluvia, el suelo mojado y lasrociadas de los camiones hacen el cami-no penosísimo. Durante unos kilómetrohemos de aguantar el suplicio; pero porfin podemos entrar en un camino quesale por la izquierda a la altura de la

ermita del Cristo del Humilladero. Ense-guida el camino se continúa con un tra-mo de la calzada romana reconstruída,de la que hacemos foto. Cuando son lasdos de la tarde, y ya no llueve, entramosen el pueblo de Baños de Montemayor.

En Baños hay muchos hoteles y hos-tales, pero la mayoría sólo abren en tem-porada por el balneario. Al fin podemosaposentarnos en el “Hostal Domingo”,donde también nos dan de comer. Amedia tarde recorremos el pueblo, con

aspecto lugar turístico gracias al balnea-rio, construido sobre unas termas roma-nas. Las casas tienen balconadas típicas yparedes forradas de teja árabe ondulada.La iglesia, renacentista, con excelenteportada y airosa torre. En una plaza, unaestatua de Santa Rosa de Lima, nacida enel lugar. Buen albergue de peregrinos.

POR EL CAMPO CHARRO:ENTRE DEHESAS Y ENCINARES

Durante la noche hemos oído llovercon intensidad, por lo que al levantarnosnos tememos lo peor. Desayunamos ynos disponemos a salir. Afortunadamen-te el cielo está encapotado, pero no llue-

ve. Nos vamos hacia la iglesia y ascen-demos una empinada calle hasta lo altodel pueblo, donde arranca un tramoreconstruido de la primitiva calzadaromana. Pisamos sus graníticas losasmojadas y llegamos a un mirador, en elque se alza recio crucero, y desde el quese contempla abajo el pueblo y, en lalejanía, la tersa superficie de un embalse.Continuamos para llegar a lo alto delPuerto de Béjar, donde una fuente a laderecha arroja potente chorro de agua.

Sobre el muro, una placa de piedrareza así: [“VIA PECUARIA”.”CAÑA-DA REAL ALISTE-ZAMORANA ODE LA PLATA”. “ICONA. AÑO1973”.]. Algo más adelante cruzamos laN-630 y dejamos la Comunidad deExtremadura, para entrar en la de Casti-lla y León.

La autovía se ha llevado pordelante el antiguo camino y hay quedescender por el arcén de la carretera,según indicación de flecha amarillapintada en el asfalto, hasta el pueble-cito de Puerto de Béjar. A la izquierdaencontramos un parque cercado que sellama “Coto Nª. Sª. del Carmen”. Jun-to a él sale un camino amplio, que esla calzada, bien señalizado con flechaamarilla. Va en suave descenso y, enun tocón, una tablilla sujeta con cade-nillas de hierro, nos anuncia: [“CAMINO DE SANTIAGO. VÍA DELA PLATA”. “Sello de credenciales”].Debajo, una flecha señalando al pue-blo y el texto: “Casa Adriano”. Cruza-mos la carretera de Peñacaballera yseguimos en descenso por una calledel pueblo. La señalización es muybuena.

Terminada la calle, seguimos uncamino flanqueado por muros de piedra;pasamos bajo los puentes de la autovía ytomamos a derecha otro camino, junto alque hay una torre de tendido eléctrico yun frondoso castaño. Sigue el caminoentre muros y está muy embarrado. Cru-zamos una pista y seguimos de frente.

Llegamos a la “FUENTE HIERRA-CABALLOS”, que vierte buen chorro deagua de la que bebemos. La calzada,bien señalizada, sigue flanqueada demuros. De pronto, el piso se hace de hor-migón un tramo, para volver a ser de tie-rra. En progresivo descenso, y cuandonos empieza a llover, alcanzamos elpuente de la Magdalena sobre el río

Experiencias

BAÑOS DE MONTEMAYOR: La calzada romana lle-gando a este pueblo, que aún conserva sus termas.(Foto del Autor)

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Cuerpo de Hombre. Lo cruzamos y apoco metros vemos un fragmento demiliario romano conservando parte de suinscripción, bien plantado en la pradera,a partir del cual la calzada se ensancha.

La lluvia arrecia y hemos de refu-giarnos junto a una casa de campo quehay poco más adelante. Me llama laatención el letrero que luce en la facha-da: “Caserío Sinforiano”. El dueño, quenos ha visto, nos invita a entrar paracobijarnos del aguacero. Entramos en elbien cuidado zaguán y entablamosconversación con el propietario. Lecomento mi extrañeza porque unacasa rural salmantina se llame “Case-río”. Nos da la explicación. Emigróal País Vasco y en Guipúzcoa trabajómuchos años, hasta que se jubiló; yallí viven sus hijos y sus nietos. Enrecuerdo, la casa se llama “Caserío”.Delante de la puerta, en un jardinci-llo, hay un fragmento de miliario.

Cesa la lluvia, nos despedimos denuestro anfitrión y continuamos lamarcha por la calzada. Pasamos juntoa un miliario y después, ante la “Colo-nia San Francisco”. La calzada vaflanqueada a la izquierda por unacarretera, a la que va a salir poco másadelante, en un cruce en el que unosindicadores informan: ALDEACI-PRESTE, para la izquierda y MON-TEMAYOR DEL RÍO, también parala izquierda. Salimos a la carretera ygiramos a derecha, en dirección con-traria. A unos 200 m., junto a la “Fin-ca Navarredonda”, encontramos nue-vamente la Calzada Romana y CañadaReal, a mano izquierda, y volvemos acaminar por ella.

Flanqueada en ambos lados pormuros de piedra, la calzada va por terre-no llano hasta el pueblo de Calzada deBéjar, donde entramos pasando ante laermita del Humilladero. El camino reco-rre la calle principal, con típicas balco-nadas de madera cuajadas de flores quele prestan un bonito colorido. Paramospara almorzar.

Salimos del pueblo por carreterabien señalizada con flechas y tomamosuna desviación a la izquierda para entrarnuevamente en la calzada, por cuyo cen-tro va un tendido eléctrico. Extensos pra-dos a uno y otro lado, donde pasta gana-do. Sobre el verde de uno de ellos, aderecha, un miliario enhiesto. Seguimos

y cruzamos un pequeño regato. Pocomás adelante, a izquierda, vemos dosfragmentos de miliario sobre una base depiedra.

La calzada, amplia, llana y con pisode arena granítica, es cómoda para cami-nar. Prados y más prados, cercados demuro y, en la lejanía, colinas pobladas deencinar. No se ve un alma en el campo;se diría que se oye el silencio; el disfrutede la naturaleza es absoluto mientrascaminamos.

Llegamos a una finca con portónmetálico flanqueado por muros blancos.En un pilote de granito está pintada laflecha amarilla. A partir de aquí, la caña-da va flanqueada por alambrada de espi-no, sujeta a pilares de granito. Algo másadelante va a salir a carretera de asfalto ygiramos a derecha para caminar por ella.A unos 200 m. las flechas nos indicantomar una desviación a la izquierda, paraentrar en un camino de tierra que vasubiendo suavemente. Desde el alto sedivisa a lo lejos Valverde de Valdelacasa.Continuamos para llegar a un cruce,donde una flecha en un muro nos indicaseguir de frente. Hacemos una subidita ydescendemos al cauce de un arroyo que

pasamos por un pontón de piedra. Sobreuna roca está la flecha amarilla.

Entramos en Valverde, pasando jun-to a la gran cruz humilladero y llegamosa la iglesia, dedicada a Santiago, en cuyopórtico hacemos alto para descansar ycomer algo.

Caminamos de nuevo y atravesa-mos el pueblo por la calle de la iglesia.Al final, giro a la derecha e inmediata-mente a la izquierda. Salimos a uncamino asfaltado por el que seguimos a

izquierda, pasando junto a la fuente,donde volvemos a girar a izquierda.Vamos por calle asfaltada para ense-guida girar a derecha hasta un estan-que. Bordeamos un edificio conamplios ventanales y, próximo,vemos un gran panel que nos infor-ma: “RUTA DE LA PLATA Y DELAS CAÑADAS REALES”. AquíGiramos a la derecha y salimos a unacarretera local, caminando hasta elcruce con la carretera de Ledrada.Seguimos de frente hasta el pueblode Valdelacasa, que vemos en el alto.A la entrada, en un indicador decarretera se nos informa: “A Guijuelo10 km.”. Sin entrar en el pueblo,tomamos a la izquierda esa direccióne inmediatamente giramos a la dere-cha para tomar la calle “Camino Realde la Plata”. Cruzamos una carreterajunto a la parada del autobús y segui-mos de frente por camino asfaltado,bordeado a la izquierda por muro depiedra. A derecha quedan unos abre-vaderos. El camino se continúa conuna carretera y, algo más adelantellegamos a un cruce donde, en unagran roca, una flecha amarilla señala

un camino de tierra que sale por laizquierda. Justo en el cruce, un granpanel informativo nos explica lo que esla “VÍA DE LA PLATA” y lo que es el“CAMINO MOZÁRABE”.

Tomamos a la izquierda, por el cami-no de tierra, que es amplio y asciendepasando junto a una balsa abrevadero.Seguimos largo trecho por el camino yvemos a la derecha un fragmento de milia-rio reaprovechado y muchas piedras degranito talladas y amontonadas, restos deuna construcción antigua. Más adelantellegamos a un depósito de agua y luegosalimos a carretera asfaltada, por la queentramos en Fuenterroble de Salvatierra,cuando son las cinco y media de la tarde.

Experiencias

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PUERTO DE BÉJAR: Caserío Sinforiano. Junto alpuente de la Magdalena. (Foto del Autor)

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Nos vamos al Albergue de Peregri-nos, que es famoso en la Vía de la Plata.Está abierto, pero D. Blas, que es elpárroco y a la vez alberguero, estáausente. Coincidimos aquí con dos pere-grinos ciclistas que, curiosamente, sonnavarros de Villava. Charlamos con ellosy todos inscribimos nuestro nombre enel “Libro de Paso de Peregrinos” delAlbergue. Nos despedimos de los ciclis-tas porque van a continuar. Nosotrosvamos a un bar próximo, tomamos unrefresco, y pedimos un taxi para ir a dor-mir a Guijuelo, que está a sólo 6 kms.

Amanece la mañana del día 10 conel cielo también cubierto. Desayunamosy nos trasladamos en coche a Fuente-rroble. Paramos en el Albergue y tene-mos la suerte deque está D. Blasen la sala-cocina,de conversacióncon su ayudante ydos jóvenes pere-grinos de Madrid.Saludamos y nospresentamos. Elcura nos dice queya sabía por el“Libro” que había-mos estado el díaanterior. Nos invi-ta a tomar un cafécon galletas, queaceptamos. Mien-tras se hace en elfogón, los allí pre-sentes enhebramosuna amena conver-sación. Confieso que tenía la idea deencontrarme un cura entrado en años,de los que imponen un cierto respeto.Pero no, Blas, como quiere que se lellame a secas, es persona joven, depor-tiva, dinámica y plena de vitalidad, congran facilidad de palabra. Su dinamis-mo le hace poner en práctica enseguidalos muchos proyectos que bullen en sucabeza. Apasionado de la Vía de la Pla-ta, su gran empeño es revitalizar laperegrinación por este Camino Jacobeo.Charlamos ampliamente sobre el asuntoy en su conversación deja traslucir cla-ramente su entusiasmo. Me atrevo aproponerle que, en alguna de nuestrasSemanas Jacobeas, participe como con-ferenciante y nos hable sobre el “Cami-no Mozárabe a Santiago”. Acepta com-

placido la invitación y yo espero quellegará la ocasión de poderle escuchar.

Después de tomar el café, recorre-mos con él el Albergue, el rústico orato-rio y lo que llama “su taller”, dondeguarda varios carros restaurados yrecompone y repara atalajes y tiros deenganche. Todo ello para organizar unaperegrinación a Santiago en carros enga-lanados y tirados por caballerías. Unejemplo más de su talante inquieto einnovador. Nos enseña después la iglesiadel pueblo y el pequeño museo al airelibre que ha organizado en el jardincillo,junto al pórtico, donde vemos un tramode calzada reconstruida, un miliario,lápidas, etc.. Terminamos la visita plas-mando nuestros comentarios en el

“Libro de Peregrinos”. Nos despedimosefusivamente y nos disponemos a iniciarnuestra etapa, ya con cierto retraso.

Salimos por la carretera de Casa-franca y, a un km. y medio, flechas enuna señal de tráfico y en un poste nosindican tomar un camino que sale a laderecha. Vemos una cartela, sobre unavarilla metálica, en la que han plasmadolo siguiente: un miliario romano con lainscripción CIXVIII; la figura de unperegrino caminando, con su bordón ysu calabaza; la estrella jacobea y laleyenda “Camino de Santiago Mozára-be”; debajo, en otra línea, “CalzadaRomana = Vía de la Plata”; y más abajo,“Fuenterroble de Salvatierra”. Seguroque es obra de Blas.

El camino se inicia asfaltado, pero

enseguida se hace de tierra y toma laanchura de la Cañada Real. Un cruce yseguimos de frente (la flecha en unaalcantarilla). La cañada es llana y cómodapara andar. Va flanqueada en ambos ladospor alambrada de espino que la aíslan delas dehesas en las que pastan ganadovacuno manso y toros bravos. En algúntramo, vemos en el centro restos muydeteriorados de la primitiva calzadaromana. Llegamos a un sitio en que lacalzada pierde anchura y se continúa porcamino que se interna en un encinar. Lle-gamos a un cruce de caminos y, en unacancela, las flechas nos indican girar a laizquierda. Poco más adelante, las flechasen una alcantarilla nos invitan a tomar uncamino que sale a la derecha. A unos 50

m., giro nuevamen-te a la izquierda(flechas junto alpilote de una alam-brada) para retomarla cañada en todasu amplitud. A laizquierda llevamosun vallado de espi-no como referencia.Pasamos una balsaabrevadero y llega-mos a una explota-ción ganadera.Algo más adelante,una alambrada noscierra el paso.Vemos un portillo,tipo empalizada, loabrimos y segui-mos de frente, con

vallado de espino a la izquierda. Cruza-mos una vaguada y continuamos de frente(flecha amarilla en una corpulenta enci-na). Pasamos otra balsa y otra explotaciónganadera, que queda a derecha, y ense-guida llegamos a una pista de tierra aptapara vehículos. La cruzamos, según indi-ca una flecha, y seguimos de frente, paracaminar también por otra pista para vehí-culos, con el vallado de espino a laizquierda.

Algo más adelante, ¡ojo!, un puntoconflictivo. Por la izquierda de la pistasale un camino estrecho en el que hayalguna flecha amarilla. Debemos igno-rarlo y continuar por la pista, a cuyaizquierda vemos las ruinas de un antiguomonasterio franciscano. Poco más ade-lante, a la izquierda, sale el verdadero

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FUENTERROBLE DE SALVATIERRA: Albergue de peregrinos. (Foto del Autor)

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camino que hemos de tomar, bien señali-zado con flechas.

Lo tomamos, pasamos junto a laentrada de una dehesa, con cancela y pasocanadiense, junto al que una flecha nosseñala seguir a la izquierda, bordeando elmuro de piedra de la finca, que nos servi-rá de referente. Empezamos a subir porsenda entre encinas y robles y, ya bastantearriba, pasamos junto a una gran cruz demadera que se alza en unas rocas. Pocomás adelante encontramos otra cruz simi-lar y, subiendo más arriba, llegamos a loalto del monte llamado “Pico de la Due-ña”. Sobre una roca se alza un alto mástil,rematado por laCruz de Santiago,queriendo remedara la “Cruz deFerro” del CaminoFrancés. Desde ellugar se contemplauna hermosa pano-rámica de las dehe-sas y encinares sal-mantinos. Hacemosfotos y descansa-mos para almorzar.

Reiniciamos lamarcha y la senda,bien señalizada,comienza a descen-der, llegando a unapradera e inmedia-tamente a una carre-tera asfaltada, juntoal pilón del km. 35. Giramos a derecha ycaminamos por la carretera, pasando pordelante de las entradas de las dehesas “Fin-ca la Dueña” y “Finca Herreros de Salva-tierra”. Por el arcén de la carretera, o porsenda paralela, llegamos a la “Finca Calza-dilla de Mendigos” y junto al caserío de lafinca hacemos un pequeño descanso.

Nuevamente caminamos, ahora poramplia senda que bordea la carretera. Unmojón, rematado por un indicador decarretera en el que se lee “Bernoy”, luceuna hermosa flecha amarilla. Llegamos aun cruce de carreteras y un gran panel dela Junta de Castilla y León dibuja los tra-zados de la “CAÑADA REAL DE LAPLATA”. En el mismo cruce, un indica-dor señala que a 2 kms. a la izquierdaestá San Pedro de Rozados. Seguimosesa dirección y a las tres y media de latarde entramos en el pueblo finalizandola etapa.

Nos llegamos al bar “El Moreno”,donde descansamos, sellamos la creden-cial y comemos. Después la dueña, MaryCarmen, una mujer que derrocha simpa-tía y se desvive por atender a los peregri-nos, nos enseña una casa rural de su pro-piedad, “El Miliario”, que nos pareceacogedora y en ella nos aposentamos.

El pueblo, salvo la iglesia dedicadaa San Pedro, tiene poco que ver. La vidasocial se centra en torno a la barra delbar “El Moreno”, donde se palpa y sevive el ambiente taurino de un pueblodel campo charro. Tanto en la decora-ción de las paredes, plagadas de carteles

taurinos, recortes de periódicos y foto-grafías sobre la vida y la lidia del torobravo, como en las conversaciones de losparroquianos, que giran alrededor de ladehesa y el toro. Nuestro tiempo libretranscurre, pues, en el bar, oyendo a loslugareños y conversando con Mary Car-men y sus hijos. Particularmente nosentretiene el pequeño, un adolescentedespierto y listo, pero poco aficionado alos libros según su madre, que nos cuen-ta sus andanzas en la Escuela Taurina deSalamanca, pues su ilusión es llegar afigura del toreo. Mary Carmen nos ense-ña su “Libro de Peregrinos”, su grantesoro, al que echamos un vistazo decuriosidad. Nos invita a escribir algúncomentario y así lo hacemos. Despuéscenamos y nos vamos a dormir.

Al día siguiente, madrugamos y nosvamos a desayunar al bar. Mary Car-men y su marido están detrás de la

barra atendiendo a algunos parroquia-nos. Nos sirven café con leche y mag-dalenas y mientras despachamos eldesayuno conversamos. Al despedirnosnos invitan a volver a San Pedro para la“Fiesta de la Matanza”, un celebradoacontecimiento folklórico-gastronómi-co, que organiza el pueblo a primerosdel mes de diciembre.

Salimos del pueblo en dirección a lafuente, donde giramos a derecha y pron-to las flechas nos marcan el camino; enseguida se hace pista de tierra y cruza lacarretera de Salamanca. Continuamospor la pista, que va entre prados valla-

dos con alambra-da, en los que pas-ta ganado. Entra-mos en el pueblode Morille cruzán-dolo hacia laizquierda, siguien-do la flecha, paratomar el caminoque va al cemente-rio. Pasamos allado de una lagunay del cementerio ysalimos a una pistaamplia. Llegamosa una gran navemetálica de tejadocurvo, cercada porvalla, en uno decuyos pilotes unaflecha nos indica

seguir de frente. Dejamos varias balsasde agua y subimos a una colina, dondeabrimos y pasamos una cancela. Cami-namos por monte de encinas, bordeandoun muro de piedra en el que se ve algu-na flecha amarilla. En suave descensollegamos a una granja de porcino negro.Atravesamos otra cancela y salimos auna pista de tierra, que cruzamos, parapasar inmediatamente otra cancela.Caminamos ahora entre dos muros y, enseguida, pasamos sucesivamente unacancela y dos portillos tipo empalizada.Giramos a la izquierda y subimos unaladera de encinar. En lo alto llegamos aun camino más amplio y giramos aizquierda, llegando por él a una explota-ción ganadera. Junto a la casa principalgiramos a derecha para tomar un cami-no amplio que va en descenso. Luce elsol y en la lejanía brillan las torres deSalamanca.

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28 ESTAFETA JACOBEA N.O 72

PICO DE LA DUEÑA: Mástil con la Cruz de Santiago, en lo más alto del monte. (Foto del Autor)

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Experiencias

Dejamos a nuestra izquierda lasruinas de una ermita y llegamos al cru-ce de Miranda de Azán, donde para-mos a descansar y almorzar. Ya repues-tos, reanudamos la marcha. Por unpontón cruzamos un arroyo, que lleva-remos a la izquierda, pero pronto lodejamos girando a derecha. Camina-mos entre prados vallados y encontra-mos varios cruces, pero seguimossiempre de frente. El camino varemontando sucesivas lomas de cerealy llegamos a una más alta, de rocasescarpadas, que nos cierra el frente. Enlas rocas vemos flechas marcadas en elescarpe y por la senda que indicansubimos arriba. Nos hallamos en losAltos del Zurguén, una meseta desdela que se divisauna espléndidavista panorámicade Salamanca.

La meseta esun erial rocoso porel que zigzaguea elcamino hacia la N-630, que vemos enlontananza. Cami-namos en esadirección y llega-mos a la confluen-cia. Aquí, el cami-no se desvía a laizquierda y luego ala derecha, paraatravesar una urba-nización e ir a salira una rotonda. Enella giramos a laizquierda y pasamos junto a la iglesia dela Trinidad. Llegamos a un paso de cebraque cruzamos y enfilamos ya la calzadade piedra del famoso puente romanosobre el río Tormes. Dejamos a la dere-cha la iglesia mudéjar de Santiago y elmonumento al “Lazarillo de Tormes” yentramos en la insigne ciudad de Sala-manca cuando son las dos de la tarde.

HELMÁNTICA O SALMANTICESalamanca, asentada a orillas del

Tormes, remonta su origen al tiempo enque poblaban su territorio las tribusvetonas, siendo una de sus ciudades másimportantes. Destruida por Aníbal, fuereconstruida cuando los romanos derro-taron a los cartagineses. Cobró impor-tancia con la construcción de la calzada

romana de la Vía de la Plata al estable-cerse en sus inmediaciones la “mansión“ de Salmantice, de donde tal vez proce-da su nombre. El de Helmantica, conque el historiador griego Polibio la men-ciona, ha sido objeto de polémica y con-jeturas semánticas entre los historiado-res. Jugó un papel importante en laReconquista y, en la Edad Moderna, fueteatro de sangrientas revueltas y banderí-as, apaciguadas por San Juan de Saha-gún. Sufrió ocupaciones extranjeras y,en la francesada fue objeto de saqueos ydestrucciones.

Pero la fama universal de Salamancaesta vinculada a su célebre universidad.Fundada en 1218 por el rey leonésAlfonso IX, la confirmó una Bula del

Papa Alejandro IV en 1255. Junto a lasde París, Bolonia y Oxford, fue una delas más renombradas en Europa, contan-do en los siglos XV y XVI con hasta 70cátedras y más de 12.000 alumnos. Desus aulas salieron insignes varones quebrillaron en las ciencias y en las letras.

A pesar de las destrucciones sufri-das en su azarosa historia, Salamancaconserva una riqueza monumental que lehan hecho acreedora del título de Patri-monio de la Humanidad. No queremosentrar a detallar los muchos monumen-tos que atesora, además de sus dos cate-drales, la universidad y la plaza mayor.

También las peregrinaciones jacobe-as han dejado su huella en la ciudad.Hubo una ermita dedicada a Nª. Sª. deRocamador, de resonancias peregrinas

francesas. También hubo hospitales queatendían a los peregrinos, como el deSanta Ana, el del Amparo y el de SantaMaría la Blanca. Y, por supuesto, elcamino de peregrinación que representala Vía de la Plata o Camino Mozárabe aSantiago que, entrando por el puenteromano, atraviesa la ciudad para salirpor el “Prado de los Panaderos” endirección a Calzada de Valdunciel yZamora.

POR LA TIERRA DEL VINO A ZAMORA

Se sale de Salamanca atravesando laciudad de sur a norte, desde el puenteromano, pasando por la Plaza Mayor yPuerta de Zamora para tomar el llamado

“Camino Viejo deSalamanca”, hoycarretera de Zamo-ra. Bordeándola sellega a Aldeasecade Armuña, aparta-da un poco a laizquierda. Aquípasamos junto a laiglesia, cerrada, yen sus murosvemos la flechaamarilla que nosseñala la dirección.Salimos del pueblopor camino y llega-mos a una bifurca-ción sin señalizar.Optamos por la víade la derecha,carretil amplio y

cómodo. Encontramos una alambrada deespino con cancela de empalizada quecruzamos para entrar en un prado. Salta-mos un arroyo y salimos del prado porotra cancela de empalizada. Atravesa-mos unas fincas de labor y salimos a uncarretil. Por él llegamos a una bifurca-ción y seguimos de frente hacia el pue-blo que vemos de frente, en el que desta-ca el depósito de agua. Junto a una case-ta nueva bifurcación, tomamos elcamino de la izquierda que pasa junto auna nave agrícola y nos lleva a Castella-nos de Villiquera. Luce el sol y calienta.Hacemos breve parada y desayuno.

Reiniciamos la marcha y vemos elexterior de la iglesia, templo llamativopor su pórtico sobre columnas, su portadagótico-plateresca y su recio campanario

SALAMANCA: Entrando por el puente romano. (Foto del Autor)

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cuadrangular. No pudimos ver el interior.Saliendo por la calle Calzada nos llama laatención ver embutidos en el muro de unacasa unos artísticos bajorrelieves en pie-dra, sin duda reutilizados. Representandos angelotes y una flor cuatripétala deindudable factura barroca.

Llegamos a un cruce y seguimos defrente y, algo más adelante, en una bifur-cación, tomamos el camino de la dere-cha siguiendo recto hacia el pueblo cuyatorre divisamos. Cruzamos una carreteraasfaltada y entramos en Calzada de Val-dunciel, dirigiéndonos hacia la iglesia.Por suerte la encontramos abierta. Elsacristán esta barriendo el pórtico y sebrinda amablemente a enseñárnosla. Esnotable la portada, que luce sobre el din-tel una gran conchabarroca. En el inte-rior destaca uncoro sobre arcosescarzanos, susten-tado por cuatrocolumnas remata-das por dos capite-les románicos ydos renacentistas.Podría ser obra deGil de Hontañón,que trabajó por tie-rras salmantinas.En el retablomayor destaca laVirgen de la Mise-ricordia y, másarriba, la imagende Santa Elena,patrona del templo.A la izquierda dela nave hay un impresionante Cristo deestilo gótico; y a la derecha, sobre unaltarcito, vemos una talla de SantiagoPeregrino, con todos sus atributos y ellibro abierto en su mano izquierda. Ter-minamos la visita y el sacristán nos sellala credencial. Nos despedimos y salimosa la plaza.

Cruzamos la plaza y por la calle“Ruta de la Plata”, donde la flecha en unposte nos marca la dirección, salimos auna pista de tierra. Pasamos entre unabáscula a la derecha y una alineación defragmentos de miliarios romanos a laizquierda. Cruzamos un arroyo y cami-namos por pista llana al lado de una bal-sa y viendo a lo lejos varios repetidores

junto a la N-630. Algo más adelante, dela pista salen tres camino y tomamos elde la derecha, que nos lleva a una fincavallada. Bordeamos la alambrada y sali-mos a la N-630. Caminando por el arcénllegamos al cruce de Topas y más ade-lante a una báscula, donde cruzamos lacarretera para entrar en un camino, pri-mero semi-labrado y luego ya carretilcómodo, que va entre la carretera y lavía férrea abandonada.

Llegamos a la moderna cárcel deTopas, con su alta torre de vigilancia queparece un minarete. Pasamos por delantey seguimos hasta cruzar una carreterita.Enseguida hemos de cruzar la N-630para la izquierda y caminar por el arcénsoportando un sol inclemente. Llegamos

al caserío de la “Dehesa Izcala”, quequeda a la izquierda y la N-630 vaascendiendo hasta llegar al límite inter-provincial. Un verde panel informativonos anuncia: “PROVINCIA DE ZAMO-RA”. Entramos en nuevo territorio admi-nistrativo, aunque sin cambiar de paisa-je. Poco más arriba, a la izquierda, otropanel como el visto al llegar a San Pedrode Rozados nos informa de los recorri-dos de la “CAÑADA REAL DE LAPLATA”. Enseguida abandonamos la N-630 y entramos a la izquierda en lacarretera vieja, por la que llegamos alpueblo zamorano de Cubo del Vino a lastres de la tarde. Descansamos en un bar,donde pedimos información sobre aloja-

mientos. Nos dan la dirección de la casade la Sra. Carmen, que ofrece camas,servicios y hasta comidas. Nos parecebien y en ella nos aposentamos.

El Cubo tiene poco que ver, apartela Plaza Mayor, presidida por el Ayunta-miento, y la iglesia parroquial. En su jar-dincillo, la “Fundación Ramos de Cas-tro” ha colocado una placa jacobea en laque se informa al peregrino de la historiadel pueblo. Tiene Albergue parroquial yel cura párroco, el bueno de D. Tomás,nos sella la credencial, aunque nos recri-mina no habernos alojado en el Alber-gue.

El día 13, de madrugada, dejamos ElCubo del Vino, pasando junto a la iglesiapara tomar la carretera vieja. Cruzamos

un puente, en cuyopretil están las fle-chas, y por laizquierda entramosen una pista ampliay llana, paralela ala vía del ferroca-rril. El tiempo esbueno, aunque lasnieblas matinalescubren el cielo yhace fresco.

Llegamos auna bifurcación yvamos por la dere-cha, entrando en unencinar, por el quecaminamos hastallegar a un cruce yseguimos de frente.Se termina la pistay sigue carretil de

piso arenoso. A la izquierda dejamos unacaseta y un poste de línea eléctrica. Enun punto, el camino hace una inflexión aizquierda, bordeando una alambrada y,enseguida, otra inflexión a derecha. Vol-vemos a pista de concentración. A laizquierda dejamos una majada y llega-mos a un cruce, en el que seguimos defrente, caminando entre viñedos paraalcanzar un altozano desde el que se con-templa a la derecha una amplia llanura.Hay una bifurcación y seguimos a dere-cha, dejando a la izquierda un pinar. Des-de aquí se divisa en lontananza Zamora.Algo más adelante, en una bifurcación,seguimos de frente, según nos indica laflecha pintada en una piedra.

Experiencias

30 ESTAFETA JACOBEA N.O 72

CASTELLANOS DE VILLIQUERA: Fragmentos de bajorrelieves tallados en piedra y embuti-dos en la pared de una casa. (Foto del Autor)

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Experiencias

Emprendemos descenso por caminoarenoso y en un cruce seguimos de fren-te hasta una chopera, donde una flechaen una piedra nos invita a seguir de fren-te. Otra bifurcación y giramos a laizquierda, siguiendo las flechas que haysobre unas rocas. Junto a una viña, nue-va bifurcación y seguimos de frente parallegar a un cementerio. Enseguida entra-mos en el pueblo de Villanueva de Cam-peán por la calle de la Calzada. Hacemosalto para descansar y tomamos un caféen el bar Jambrina, cuyo dueño nos ofre-ce sus remedios para las ampollas.

Volvemos al camino y salimos delpueblo por la calle de Santiago. Atrave-samos una carreterita y entramos en unapista de concentración. Se sucedenvarios cruces y bifurcaciones y debemos

seguir siempre de frente por la pista. (Enlos cruces estar atentos a las flechasamarillas. El camino está muy bien seña-lizado). Poco antes de llegar a un pueblo,que vemos al frente, hay un cruce y lasflechas, en una piedra y una alcantarilla,nos indican abandonar la pista y girar aderecha hacia unas choperas, donde hayun arroyo. Pasamos un puentecillo, don-de las flechas nos mandan seguir defrente. Pero pronto en un cruce debemosgirar a izquierda para caminar paralelosal arroyo y la chopera, que van a laizquierda. Pasamos junto al depósito deun pozo y bajo un tendido eléctrico. Lle-gamos a un cruce y nos vamos a laizquierda, para enseguida girar a derecha

hacia un poste de línea eléctrica, en elque está la flecha. La senda se transfor-ma en camino herboso que ascienda auna loma desde la que contemplamos elpueblecito de San Marcial, abajo a laizquierda.

El camino sale a una pista de tierray a derecha queda el pueblo de Perdi-gón con su torre. Giramos a izquierdapara llegar a la carretera de Entrala,que tomamos para la derecha hasta unacurva, donde la abandonamos a indica-ción de la flecha pintada en la señal detráfico. Entramos en carretil herboso,con unas choperas a la izquierda.Vamos hasta la carretera de Tardobis-po, la cruzamos y seguimos de frente.El carretil se hace senda y sigue elcauce de un arroyo poblado de juncos.

Cruzamos un camino transversal yseguimos de frente, pasando junto auna majada, para llegar a una pista detierra. En una alcantarilla con dosdesagües vemos las flechas que seña-lan tomar la pista hacia la izquierda y,en un próximo cruce, giramos a dere-cha, según indican las flechas de unaalcantarilla y una piedra. Llegamos alcauce de un arroyo y en el puente, quecruzamos, las flechas nos mandan tor-cer a derecha por un camino que hacecurva para aproximarse a la vía férrea,que se nos acerca por la derecha. Enun próximo cruce seguimos de frente.Algo más adelante, la vía se va a laderecha para pasar bajo un puente y el

camino se va a la izquierda. Entramosen la carretera de un polígono indus-trial, lo cruzamos y seguimos de frentepor pista de tierra. Bordeamos una bal-sa y salimos a pista que pasa junto auna chopera y entre dos naves ganade-ras. Pasamos por el puente de un arro-yo seco y cruzamos un camino parallegar a una bifurcación junto a lospostes de tendido eléctrico. Una flechaen uno de los postes nos señala seguirpor la izquierda y llegamos a unacarretera que cruzamos. La pista detierra inicia un descenso, con bellapanorámica de Zamora al frente, y porel barrio de San Frontis nos lleva a laiglesia del mismo nombre. De aquí nosvamos a la derecha y enseguida enfila-mos el puente de piedra sobre el ríoDuero para entrar en ZAMORA, laOCELO DURI de los romanos, y diri-girnos hacia la catedral. Llegamos a suatrio con un sol espléndido, cuandoson las tres y media de la tarde. Y eneste punto finalizamos nuestra peregri-nación por este tramo de la Vía de laPlata.

A. P. D.

ZAMORA: El Camino Mozárabe entrando en la ciudad del Duero (Ocelo Duri). (Foto del Autor)

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PREMIOS CONCURSOCAMINO DE SAN

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La puerta de GaliciaJAVIER FALCES MILLÁN

Adentrándose en el camino.(Entre St. Jean Pied Port y Roncesvalles)MARIBEL RONCAL

1 ER P RE M IO COL O R

Ancho río caudalJUAN JOSÉ OLLO PETRI

1 ER PREM IO B/N

PREM IO COLOR SOC IOS

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URSO FOTOGRAFICOSANTIAGO 2002

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369 km. a la espaldaJOSÉ MARÍA PEDEMONTE GONZÁLEZ

2 º PREM IO COLOR

Encuentro milenarioPEDRO MUNUERA SURIÑACH

2 º PREM IO B/N

Páramo castellanoFRANCISCO JAVIER DÍAZ BENITO

PREM IO B/N SOC IOS

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...Son las dos de la tarde cuando rea-nudo la marcha, bajo un justiciero solcastellano, y siguiendo ese monótonoandadero y su hilera de prometedoresárboles; casi una hora y media más tardemis pasos me llevan hasta la entrada deMansilla de las Mulas. Los rayos del solparecen incrementar su vigor mientraspenetro por la Puerta del Castillo en laamurallada población...

...En una tienda de alimentaciónadquiero un litro de zumo de naranjaque, nada más llegar al albergue, mebebo casi de un trago; parece que elcuerpo lo necesitaba con urgencia paraaliviar la deshidratación sufrida durantela jornada...

...el albergue, mientras en el patio yen la cocina, el ajetreo anuncia que paraalgunos peregrinos ha llegado elmomento de preparar la cena. Dejo todopreparado para la hora del reposo, y sal-go del albergue hacia el templo de SantaMaría para participar en la celebraciónde la Misa vespertina...

...¡Demos gracias a Dios!, responde-

mos todos cuando el celebrante, tras dar-nos la bendición, nos anuncia que pode-mos ir en paz...

...nos invita a seguirla hasta su domi-cilio, junto a la iglesia, para ponernos elsello y mientras salimos les pregunto a lasperegrinas por su procedencia: JolandaKramer y Cocky Emming son holandesasde cerca de Utrecht, y han empezado superegrinación en Somport...

...Agradecemos a la hermana de D.Federico su gentileza por estampar elsello parroquial en credenciales y dia-rios, y ya en el exterior me despido demis compañeros de ruta, que regresan alalbergue, mientras yo me encamino callede la Concepción adelante, en busca dela Alberguería del Camino, estableci-miento que Wolf me ha recomendadopara reponer la energía quemada durantela andadura.

Al penetrar en la Alberguería, me dala impresión de haber retrocedido unossiglos y hallarme en aquel escenario enépoca medieval.

“Sean Vuesas Mercedesbienvenidos a esta casa.Gocen de sus acogedoresaposentos.Gusten de sus exquisitasviandas.Disfruten del entorno con queNatura nos regala y de lassingulares muestras delPatrimonio Artístico que, enabundancia, estas tierrasalbergan.Lleguen aquí Sus Mercedes,gocen, gusten y disfruten, quedespués, con sólo recordar,pensarán hasta volver de nuevo.”

Javier Cachán, el alberguero, quetambién es Secretario de la Asociaciónde Amigos del Camino de Santiago deMansilla, me recibe amablemente y meinvita a acceder al Refectorio dondepodré disfrutar de sus “exquisitas vian-das”.

Por lo temprano de la hora, soy elprimer comensal, y gracias a ello puedoelegir y elijo a mi gusto la mesa en laque tomo asiento, y desde la que puedocomprobar que para una mejor ambien-tación, Javier ha decorado las altas yvetustas paredes del refrectorio con ape-ros de labranza, utensilios caseros, yhasta ha incluído en sus muros unas vie-jas ventanas, mudos testigos del discurrirde infinidad de jornadas en la llanuracastellano-leonesa.

Cuando Javier se acerca a mi mesa,hablamos sobre la originalidad de conver-tir el restaurante en museo etnográfico, yme informa de que aún conserva una bue-na cantidad de objetos, dignos de serexpuestos, pero que los que se puedencontemplar le han parecido suficientes.

Le transmito mi deseo de degustarsu “Cena del Peregrino”, y me confirma

Experiencias

Yantar en el Camino

Mariano Castilla Paredes

EL BURGO RANERO (León): El camino es compartir. (Foto del autor)

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que la “Sopa castellana” ocupará el pri-mer lugar; le seguirá un segundo platode “Huevos rotos sobre patatas fritas ymagras de jamón”, todo ello regado conun buen tinto berciano.

Acordado el menú, Javier marchacon la orden hacia la cocina, y yo mededico a contemplar pausadamente todoel entorno, mientras escucho comomúsica ambiental, composicionesmedievales que añaden al escenario, unespecial toque de acercamiento a aque-llos tiempos pretéritos que todo en estaAlberguería desea rememorar.

La botella de vino y el cestillo controzos de pan, son los primeros en ocu-par su lugar sobre el blanco mantel, jun-to las copas, servilleta y cubiertos que enél aguardaban. “Con pan y vino se andael Camino”, dice la sabiduría popular;pero aquí el peregrino los degusta comoaperitivo, primero; y luego más tardecomo acompañamiento de los platos quecompondrán su cena.

Llega a la mesa la Sopa castellana,en cuenco de barro, bien compuesta yrecién hecha; a ella hay que dedicarle eltiempo necesario para que, totalmentemareada, pierda esos grados de calor quela hacen intocable en los momentos desu aparición. Como premio a mi pacien-cia, ayudada por algún que otro sorbodel buen vino, puedo por fin deleitarme,tomándola lentamente, cucharada a

cucharada, hasta dejarla casi exhausta enel fondo de la vasija.

No tengo que esperar mucho pararecibir al segundo de la tarde, y su apari-ción me reporta una doble sorpresa: porun lado el plato no es tal, sino la sarténen la que se han frito las patatas que ocu-pan su fondo, sobre las que se encara-man un par de huevos fritos, y a las quesirven de guarnición dos magras dejamón. Reparo en que los huevos, impre-vistamente, no están rotos, pero de inme-diato llega mi segunda sorpresa cuandoJavier, manejándolo con destreza, golpeasobre ellos con el canto de un plato(recordándome a Cándido con sus asa-dos, o a Lucio con sus empanadas), y loshace trizas, inundando con sus amarillasyemas los crujientes prismas de las pata-tas fritas.

-¡Buen provecho!, me dice.-¡Gracias!, le respondo, mientras,

tras un instante de duda (¿estoy en laEdad Media o en el siglo XXI?), enarbo-lo tenedor y cuchillo, y me dedico conímpetu a ir recogiendo los restos de labatalla, acompañándolos de trozos deljamón que, como mudo espectador, hapresenciado el ataque.

Cuando doy felizmente término ala emprendida labor, de la sartén hadesaparecido todo vestigio de su con-tenido, y mi apetito ha quedado real-mente satisfecho.

Como para el postre, en esta ocasiónun rico pastel relleno de merengue,siempre queda un pequeño hueco, loacepto con gusto, y lo paladeo con delei-te.

No tomo café, pero Javier me ofre-ce, y acepto, un chupito de orujo, con elque doy por terminada la cena. Javier mehace entrega de un ejemplar de la revistaMansilla en el Camino que edita su Aso-ciación, y le prometo que, en el próximoviaje que realice por estas tierras, volve-ré, complacido, a visitar su singularAlberguería.

Ya el día se ha despedido cuandoregreso hacia el albergue y, mientrasrecorro la calle del Puente, me doy cuen-ta de la gran satisfacción que le embargaal peregrino cuando, en cualquier curvadel Surco Jacobeo, encuentra amor juntoa sus gentes; esas personas sencillascomo Laura, Wolf, Javier..., que se lobrindan sin medida, y le acogen como loque realmente es: como su hermano.

Ya todo es silencio en el albergue, yen silencio me dispongo a acomodarmeen mi litera en busca del reparador des-canso.

Mañana, peregrino, otra etapa teaguarda cuando regreses al Camino.¡Ultreia!...

M. C. P.Mansilla de las Mulas, 26 de abril de 2002.

(De mi regreso al Surco Jacobeo)

Experiencias

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n día de la pasada primavera,inesperadamente, me llegó la

noticia desde Carrión. Pablo Payo, elpopular e inolvidable Mesonero deVillalcázar de Sirga, había muerto en supueblo de Carrión de los Condes, en elmes de abril.

Se llenó de pesadumbre mi espíritual pensar que los peregrinos y los aman-tes del Camino, habíamos perdido unentrañable referente histórico, compen-dio de bonhomía yamistosa entrega alservicio de losdemás. Otro esla-bón perdido – pen-sé para mí – de laseñera cadena devisionarios que,décadas atrás,tuvieron la lumino-sa idea de recupe-rar, para las pre-sentes y las futurasgeneraciones, elespíritu jacobeo yla práctica de lasperegrinaciones alsepulcro del Após-tol Santiago enCompostela. Unnombre más queañadir a la larganómina de los que, dejando el Caminode aquí abajo, han sido llamados a pere-grinar por la Ruta de las Estrellas haciala Jerusalén celeste. Se suma así a losElías Valiña, Andrés Muñoz, José GuerraCampos, Francisco Beruete, SantosBeguiristain, René La Coste Messelière,Lourdes Burgos, Mme. Debril y JesúsArraiza, entre otros.

Pablo era una persona sencilla, derecio corte castellano, con profundo ena-moramiento y entrega a todo lo querepresenta la peregrinación y el Camino

de Santiago. Allí donde se hablara, dis-cutiera o tratara de algo relacionado conlo jacobeo, allí estaba él. Fuera Carrión,o Palencia, o Burgos, o Estella,o Jaca, oCompostela, allí estaba él, exponiendosus experiencias y puntos de vista en loscoloquios.

Patriarca de una familia dedicada ala hostelería, dirigía con sabiduría elnegocio familiar y cumplía con esmerosu papel de oficiante mesonero, con lar-

ga tradición a la espalda. Esto, empero,nunca le restó tiempo para echar unamano a los peregrinos; ya fuera para dar-les aposento en el modesto albergue ins-talado en el primer piso del ayuntamien-to; ya fuera para proporcionarles elmenú del pereagrino, si llegaban a lahora del yantar a las puertas de su rústi-co mesón.

¿Qué peregrino que allá por los añosochenta se acercara a ver la iglesia tem-plaria o a rezarle a la Virgen Blanca deVillasirga, la de las Cantigas, dejó de

disfrutar de la hospitalidad que Pablogenerosamente ofrecía en su mesón?.¿Qué caminante llegó a la puerta de sucasa sin ser invitado a tomar gratuita-mente la sopa en escudilla, el huevo fritocon morcilla, amén de la rebanada depan y el vaso de vino?. Claro que enton-ces éramos contados los que transitába-mos por el Camino de Santiago. Algunostuvimos, en más de una ocasión, el privi-legio de gozar de su compañía durante la

comida, pues,cuando las ocupa-ciones se lo permi-tían le gustaba sen-tarse y conversarcon los peregrinos.Su conversaciónera sencilla, since-ra y entretenida,salpicándola conanécdotas, dichospopulares, sucedi-dos a peregrinos ypoemillas de sucosecha.

En una de estasamigables sobreme-sas, sentados manoa mano en la mesamás próxima a lapuerta de la cocinade su mesón (lo

recuerdo perfectamente), entre sorbo y sor-bo de café (éste sí, pagado religiosamentede mi bolsillo), conseguí que Pablo merecitara lentamente, y yo copié puntual-mente, el texto rimado de la famosa saluta-ción con que, en ciertos ágapes sociales osocio-culturales, recibía a sus huéspedesen el acogedor ambiente de su mesón.

He de decir que, para estas ocasio-nes, nuestro buen amigo mesonero serevestía con toda la dignidad que el actorequería y, por mor de la vestimenta, setransformaba en la viva estampa de un

UAngel Panizo Delgado

Se nos ha ido un popular personaje del Camino

Experiencias

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VILLALCÁZAR DE SIRGA: Plaza Mayor: una concha en el mesón, mi sombrero y mi bordón.(Foto del Autor)

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jacobita medieval. Capa de parda esta-meña, con esclavina adornada de con-chas, cayéndole desde los hombros; con-cha y gran medallón colgando del cuellosobre el pecho; sombrero pardo de fiel-tro, de ala ancha, y con lucida concha enla vuelta frontal; y largo bordón en caya-do, rematado con calabaza y concha, fir-memente empuñado con su diestramano. De esta guisa, y subido a un alti-llo de la puerta de entrada, Pablo daba labienvenida a sus huéspedes con lasiguiente sincera y sencilla salutación:

“ Os brindo a todos la paz,la gracia de este mesónoliendo a pan y amistad;en Villasiga el lugarlamiendo un viejo caminomedieval y peregrinoestá mi mesón y hogar.Sencillo en su bienestar,orgullo junto a Carrión,no hallaréis mejor rincóndonde reine la paz,la gracia y la felicidad.”

A más de su oficio de mesonero,Pablo Payo desempeñó largo tiempo latarea de hospitalero, cuidando el alber-gue municipal de Villasirga. Atendíasolícitamente a los peregrinos procurán-doles el mejor acomodo en las modestasinstalaciones. Cuidaba con exquisitomimo el “Libro de Peregrinos”, dondeéstos plasmaban sus impresiones, sus

comentarios y, como no, las alabanzasdel buen trato recibido. Pablo no olvida-ba nunca sellarnos la credencial conaquel descomunal sello redondo, casicomo rueda de molino, en cuyo centrocampea un peregrino en marcha, y en laorla, la leyenda: “Pablo el Mesonero deVillalcázar de Sirga”.

Tan desinteresados y meritorios ser-vicios a los peregrinos y al Camino,pronto hicieron correr la fama de Pablo alo largo de la Ruta Jacobea, haciendo deél un personaje conocido y apreciado porgentes de toda clase y condición, másallá de sus tierras palentinas. No era deextrañar, por ello, que las AsociacionesJacobeas quisieran distinguir su dedica-ción al Camino otorgándole en 1.990, enel Congreso de Estella, el título deMesonero Mayor del Camino de Santia-go, distinción de la que siempre se mos-tró muy orgulloso.

La vida avanza sin cesar, y a Pablolos años le habían relevado un tanto desus compromisos jacobeos. Pero ello nofue óbice para que, aún así, participaraactivamente en los actos del “IV Congre-so Internacional de Asociaciones Jaco-beas”, celebrado en Carrión en 1.996,siendo digna de encomio la cena medie-val que organizó en su mesón.

Su espíritu hospitalario será recorda-do por cuantos le conocieron; y su pérdi-da la sentiremos los muchos peregrinosque tuvimos la fortuna de gozarnos consu amistad.

Uno de estos peregrinos, un navarrobohemio y rapsoda de Viana con el queme encontré varias veces en el Camino,unas veces caminando a pie y otrascabalgando él a lomos de su vieja bici-cleta, dejó escrito en el “Libro de Pere-grinos” de Villalcázar de Sirga, precisa-mente el día de San Fermín del año1.992, un pequeño poema dedicado aPablo Payo, con el que quiero terminaresta remembranza personal.

Con la anuencia, pues, y el agradeci-miento anticipado a Félix Cariñanos,autor del poema, me tomo la libertad detranscribirlo:

“ Pablo Payo, Mesonero:en esta clara mañanade palomar y solana,yo te saludo romero.Sopa, vino y un cantarimpulsan mi caminarpor llanura y por barranca.Pablo Payo, te deseoque en tu Mesón JacobeoTe acoja la Virgen Blanca.”

Pues eso es lo que yo le deseo tam-bién. Que la Virgen Blanca y el SeñorSantiago, en cuyo servicio vivió, lehayan abierto a Pablo, de par en par,como él hacía con su casa, las puertasdel Mesón del Cielo.

A. P. D.

Experiencias

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VILLALCÁZAR DE SIRGA: Pablo Payo en su mesón, con su atuendo de peregrino. (Foto delAutor)

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Imágenes

El Camino de Santiago en Navarra,visto en dibujos

Colaboración de Ernesto Rodríguez

RONCESVALLES (Navarra)Cruz de los Peregrinos

PAMPLONA:Iglesia de San Cernin

MURUZABAL (Navarra):Ermita de Nª Sª de Eunate

TORRES DEL RÍO (Navarra):Iglesia del Santo Sepulcro

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Estudios

40 ESTAFETA JACOBEA N.O 72

Este trabajo es una síntesis de laconferencia impartida en la Decimo-quinta Semana Jacobea de la Asociaciónde Amigos del Camino de Santiago enNavarra, en la que exponía los resulta-dos de una investigación enmarcadadentro de mi tesis doctoral, dedicada alculto a los santos en la Navarra medie-val. En los comienzos de esta tesis sudirector, el Prof. Ángel Martín Duque,me advirtió de la importancia del culto aSantiago para la comprensión del fenó-meno de la implantación y desarrollodel cristianismo en Navarra. Realmente,este culto constituye una de las muestrasmás elocuentes para el estudio de lareligiosidad medieval navarra, tal ycomo ya lo han venido observando dife-rentes autores como Jesús Arraiza Frau-ca, autor de una monografía en torno alas cofradías navarras dedicadas alApóstol1. Esta interesante realidad mellevó a presentar una ponencia tituladaThe Cult of Santiago in His Road: TheKingdom of Navarre, en el InternationalMedieval Congress de la Universidad deLeeds (1999)2. Posteriormente, en lacitada tesis doctoral amplié las conclu-siones allí expuestas3, sometidas en esteartículo a una nueva reflexión.

ORIGEN DEL CULTO ASANTIAGO EN NAVARRA

La tradición navarra ha situado alapóstol Santiago el Mayor visitandoPamplona, Tudela, Fustiñana y Andosillacuando vino a evangelizar las tierras his-panas4. Aunque por todos sabido, con-viene recordar que la historiografía hadesmontado la predicación del hermanode San Juan Evangelista por la Penínsu-la, cuyo culto apenas era conocido conanterioridad a mediados del siglo VIII5.La aparición del supuesto sepulcro deSantiago en el primer tercio del siglo IXpronto se vio acompañada de una fuertedevoción de las elites, traducida progre-sivamente en peregrinaciones populares,desarrolladas a escala continental parafinales del siglo XI, fenómeno que fueaumentando conforme avanzaba la EdadMedia. Esta rápida propagación no erafruto de la casualidad, ya que la devo-ción al Apóstol se sustentaba sobre unatradición de culto a los santos consolida-da desde tiempo atrás6. Desde mediadosdel siglo XI en el reino pamplonés fuehabitual el tránsito de peregrinos7,momento desde el que se rastrean lasprincipales muestras devocionales hacianuestro santo.

Imágen de Santiago en el retablo mayor de laiglesia de Santa María de Viana. (Tomada deun folleto de “Temas de cultura popular”)

––––1 J. ARRAIZA FRAUCA, Cofradías de Santiago en Navarra, Pamplona, 1998.2 Posteriormente la traducción de este trabajo se publicó en R. JIMENO ARANGUREN, “Expresiones del culto a Santiago en los caminos

medievales de Navarra”, en Príncipe de Viana, LXI, 220 (2000), Pamplona: Gobierno de Navarra, p. 351-371.3 R. JIMENO ARANGUREN, Fundamentos de la piedad popular: advocaciones y culto a los santos en la Navarra primordial, Tesis docto-

ral leída en la Universidad de Navarra el 18 de septiembre de 2001, dirigida por A.J. Martín Duque. Parte de los resultados serán publicados en ellibro Culto a los santos e iglesias locales (siglos V-XII). Materiales para un análisis de estratigrafía hagionímica, Pamplona: Gobierno de Nava-rra-Institución Príncipe de Viana, 2002 (en prensa). Para evitar la erudición excesiva en este artículo, obviaré las referencias documentales ybibliográficas de los testimonios históricos, que se pueden encontrar en las obras citadas.

4 A. PÉREZ GOYENA, La Santidad en Navarra, Pamplona, 1947, p. 40-41.5 A. FÁBREGA GRAU, Pasionario Hispánico (siglos X-XI), I, Madrid; Barcelona, 1953, p. 197-199; C. GARCÍA RODRÍGUEZ, El culto de

los santos en la España romana y visigoda, Madrid, 1966, p. 160. Tampoco el culto a Santiago el Menor era muy conocido con anterioridad a esafecha.

6 Cfr. B. ABOU-EL-HAJ, The Medieval cult of saints: formations and transformations, Cambridge, 1994, p. 131-134.7 A.J. MARTÍN DUQUE, El Camino de Santiago y la articulación del espacio histórico navarro, “El Camino de Santiago y la articulación

del espacio hispánico. XX Semana de Estudios Medievales Estella, 26 a 30 de julio de 1993”, Pamplona, 1994, p. 131.

Origen y evolución del culto al apóstol Santiago

en la Navarra medievalRoldán Jimeno Aranguren

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LA CONFUSIÓN ENTRE LOSDOS SANTIAGOS

Durante los siglos X y XI los nava-rros tenían el mismo problema que otrosfieles europeos: resultaba dificultoso dis-tinguir entre los apóstoles Santiago elMayor y Santiago el Menor. Parece serque la confusión se produjo en SanSaturnino de Toulouse, donde se veneróprimero al Menor. Posteriormente exis-tieron algunos hospitales en la ruta jaco-bea con el hermano del Señor porpatrón8. La referencia cultual más anti-gua del reino pamplonés corresponde almonasterio o ecclesia Sancti Iacobi cir-ca villa que vocatur Aibari, donada porRamiro I al monasterio de San Juan de laPeña (1039), localizado a la vera de unade las antiguas vías de peregrinación aCompostela que comunicaba el valle deAibar con Ibargoiti. Este cenobio existíaanteriormente cuando fue donado porSancho Abarca a San Juan de la Peña(986)9. Aquel centro monástico adoptóese titular por su vinculación a la rutajacobea. Al comienzo estaría probable-mente dedicado al apóstol Menor, comoel monasterio de Sancti Iacobi apostolifratris Domini en Laquidáin (Cendea deAnsoáin), citado en 1025. Algo más ade-lante, en la misma vía de romeaje aCompostela que discurría sobre la anti-gua ab Asturica Burdigalam, estuvo elmonasterio de Oskiatea. Dedicado aSantiago el Mayor, no debiera de extra-ñarnos que en su origen estuviera dedi-cado a su homónimo el Menor.

COMPLETAR UNA TUPIDARETÍCULA PARROQUIAL

El citado monasterio de Laquidáinfue igualmente parroquial de este lugardesolado, quizás nacido en torno al esta-blecimiento monástico. Santiago elMayor –en origen confundido probable-

mente con el Menor–, aparece comotitular parroquial en otras localidadessurcadas por algún ramal jacobeo. Sonlos casos de Oricáin, el desolado deBurrin y Olejua, este último relacionadocon el ramal abierto por el valle de Ega-Berrueza a partir del siglo X. Las igle-sias de los despoblados de Galdúroz yMurillo de Urroz pudieran estar vincula-das a una ruta jacobea secundaria. Adiferencia de los monasterios dedicadosa Santiago que surgieron a partir delsiglo X, estos núcleos poblacionalesexistían con anterioridad. El escasonúmero de parroquias dedicadas a San-tiago refleja un proceso residual, a puntode culminar (serían los casos de Garde y,quizás, los lugares desaparecidos deNovar y Andéraz). Estos enclaves pudie-ron estar anteriormente vinculados aiglesias vecinas, hasta que en los siglosX-XI adquirieron una autonomía parro-quial propia con la erección de los tem-plos jacobeos.

SUPLANTACIÓN ADVOCACIONAL

Aunque no era una práctica habitual,algunas parroquias enclavadas en lasvías de romeaje pudieron conocer uncambio advocacional, tal y como ocurrióen Valcarlos/Luzaide en la Edad Moder-na, cuando la iglesia de San Juan deIrauzketa se convirtió en una ermita alerigirse una nueva parroquia dedicada alApóstol10. Esta mutación pudo producir-se con mayor facilidad en el caso de lasermitas de los despoblados (Burrín, Gal-dúroz, Murillo, Novar y Andéraz), cuyoelevado número y desconocimientodocumental del titular medieval así losugiere. Al desaparecer el lugar, la fijezade la advocación perdería fuerza, y eramás fácil cambiarla por Santiago elMayor.

EL SANTIAGO DE LARECONQUISTA

En Navarra apenas poseemos tem-plos dedicados a Santiago vinculados asu condición de patrón de la Reconquis-ta debido, principalmente, a que lamayor parte del territorio fue reconquis-tado en una época en la que este papelcorrespondió a San Miguel y, en menormedida, a San Esteban. La conquista delos musulmanes coincidió con la granexpansión del culto micaélico, por loque el príncipe de la milicia celestialcobró una especial significación en laposterior reconquista del siglo X11, comolo demuestra su papel como protectordel reino o la titularidad de la ermita deSan Miguel de los Navarros en Zarago-za. San Miguel veló la lucha contra elIslam en el reino de Pamplona a travésde las capillas de algunos castillos erigi-dos en el marco del sistema defensivocomo Huarte-Pamplona, Monreal y SanMartín de Unx.

Si San Miguel, como príncipe de lamilicia celestial, fue el protector porantonomasia de la primera Reconquistay a él se le dedicaron diferentes fortale-zas, con San Esteban, sin una carga sim-bólica tan remarcada, ocurrió algo pare-cido. En los reinos hispánicos es fre-cuente encontrar al protomártirvinculado a recintos castrales, como elconocido castro de San Esteban de Gor-maz. En el reino de Pamplona el santoprotomártir dedicaba los castillos deDeyo, Peña y Sos.

A partir de finales del siglo XI estepapel fue desempeñado singularmentepor Santiago, aunque para entonces elproceso de la Reconquista estaba muyavanzado. Por ello, únicamente encon-tramos una iglesia dedicada al Apóstol,la de Funes, documentada el 5 de mayode 1093 como una de las concedidas por

––––8 E. DELARUELLE, La piété populaire au Moyen Âge, Torino, 1975, p. 82-85. Vid. igualmente J.M. LACARRA, Espiritualidad del culto y

de la peregrinación a Santiago antes de la Primera Cruzada, en “Convegni del centro di studi sulla spiritualità medievale, IV. Pellegrinaggi e cul-to dei santi in Europa fino alla Iª Crociata, 8-11 ottobre, 1961”, en, 1963, p. 118.

9 Este monasterio es uno de los primeros templos dedicados al apóstol fuera de Galicia, documentándose un año más tarde la también tempra-na iglesia de Barcelona (E. SÁEZ, Advocaciones religiosas en la Barcelona Altomedieval (siglos IX-XII). Discurso leído (...) en la sesión solemne

dedicada a San Isidoro, Barcelona, 1976, p. 16).10 Como tampoco lo fue en la diócesis ovetense, que de 42 iglesias dedicadas al apóstol, sólo una se impuso sobre un culto anterior (A.

HEVIA BALLINA, Hagiotoponimia de las parroquias de la diócesis de Oviedo, según el ‘Libro Becerro’ de la Catedral (1385). Génesis y proce-

so de implantación de un santoral asturiano, en “Memoria Ecclesiae”, II (1991), p. 105-106).11 J. CARO BAROJA, El culto y la leyenda. San Miguel de Excelsis, “Príncipe de Viana”, LIII, 206 (1995), p. 1080. El monasterio de Pedroso

(Burgos) fue fundado en el año 759.

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Sancho Ramírez al monasterio de Mon-tearagón.

EL SANTIAGO DE LAREPOBLACIÓN SEPTENTRIONAL

Paralela a la de Roncesvalles existíauna ruta por occidente que conducía alos peregrinos procedentes de Bayonahasta Pamplona por Urdax/Urdazubi yBelate12. Su acceso se realizaba por laparte del Labourd, donde, al igual que enSan Juan Pie de Puerto, existía en lalocalidad de Souraide un hospital dedi-cado a Santiago, dependiente en estecaso del monasterio navarro de Urdax.Este cenobio premonstratense debe suorigen a Sancho el Sabio entre 1172 y1182, quien lo fundó con una finalidadhospitalaria y de atención a los peregri-nos. La pérdida de la documentaciónanterior al siglo XVI impide conocerreferencias medievales del hospital deSouraide.

Ya en la vertiente meridional delPirineo y dentro del reino de Navarra,el barrio de Urrasun de la localidad deAzpilkueta13 tiene su iglesia o ermitabajo la advocación de Santiago, algológico si se tiene en cuenta que losdiezmos pertenecían al prior de Belate.Sabemos que en 1670 necesitaba unareparación, que debió consistir en unaprofunda renovación, a tenor de supuerta de arco rebajado con moldurajedel siglo XVIII. Estamos ante un tem-plo tardío, probablemente de épocamoderna, erigido para satisfacer lasnecesidades cultuales de su barrio. Lacapital del valle, Elizondo, tiene suparroquia dedicada al santo. Estapoblación no debía de tener importan-cia en 1268, pues no aparece en elLibro del rediezmo de aquel año, adiferencia de otros núcleos con estable-cimiento parroquial. En todo caso, laagrupación vecinal parece haberse pro-ducido en torno a su iglesia, que bauti-zaba al propio lugar (Elizondo, ‘Junto ala iglesia’), cuya advocación aparecedocumentada en 1330. Cuando haciafinales del siglo XIII se creó Elizondo,la ruta jacobea baztanesa era una reali-dad consolidada, por lo que su parro-quia se puso bajo nuestra advocación.

A la salida de Baztan hacia Pamplonase aprecian las ruinas de la ermita deSantiago en la cima de Belate, mencio-nada ya en 1165, con análogo fin hos-pitalario y emplazamiento que SantaCristina de Somport (Huesca) y SanSalvador de Ibañeta.

LA NUEVA DIMENSIÓNFRANCÍGENA

A partir del siglo XI los nuevosnúcleos francígenas vinculados a la rutajacobea permitieron la construcción denuevos templos y, por lo tanto, la elec-ción de nuevos titulares. Fue el caso deSantiago el Mayor, a quien en el sigloXII se le dedicaron sendas parroquias enSangüesa y Puente la Reina.

La primera, citada en 1144, revistiósu advocación de una importante simbo-logía. Sangüesa la Vieja o Rocaforteposeía como titular a Nuestra Señora. Alcrear el nuevo burgo de Sangüesa laNueva optaron por repetir en una de susparroquias la advocación mariana,dejando para la otra al Apóstol Santiago,protagonista indiscutible del surgimientourbano en torno al camino hacia el FinisTerrae. Levantada junto a la murallapara proteger el rincón sureste del recin-to fortificado, su jurisdicción compren-día la zona sur de la villa. La parroquiade Puente la Reina posee una cronologíasimilar. Al igual que Sangüesa, el nuevonúcleo puentesino se dotó de diferentesiglesias. Bendiciendo la arteria jacobease situó la de Santiago, documentada porprimera vez en 1142.

CULTO A SANTIAGO ENESPACIOS DE PIEDAD MENORES

Las ermitas obedecen a un tipo dereligiosidad complementaria de losvecindarios próximos. Las dedicadas aSantiago son relativamente frecuentes y,en todo caso, constituyen una alternativaal inmovilismo advocacional del temploparroquial. En algún momento de laBaja Edad Media debemos situar algu-nas ermitas y capillas de Santiago a lolargo de la vía. Además del Santiago deItxasperri, encontramos los casos de lacapilla del Apóstol en Roncesvalles(también utilizada como parroquia), la

––––12 Vid. sobre este ramal G. DE PAMPLONA, El camino de peregrinación jacobea Bayona-Urdax-Velate-Pamplona, en “Príncipe de Viana”,

25 (1964), p. 213-223.13 La parroquia de Azpilkueta está dedicada a San Esteban, documentada (sin citar la advocación) en el Rediezmo de 1268.

Imágen de Santiago Peregrino en la iglesiade Santiago de Puente la Reina. (Foto toma-da de “El Arte en el Camino . R&R”)

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ermita y hospital de Larrasoaña, y el ora-torio donde radicó la cofradía de Santia-go de Pamplona. En otras vías encontra-mos ejemplos de posible origen medie-val como la ermita de Pueyo14, la capilladel convento de San Francisco de Olite,y la ermita de Belate (siglo XII). Existenen la ruta otras ermitas de cronologíaincierta, o cuya primera referencia docu-mental es del siglo XVII o posterior15.Cabe relacionar otros testimonios aleja-dos de las rutas jacobeas con la difusióndel culto al santo desde época bajome-dieval y durante los siglos modernos16.

Algunas iglesias y ermitas del cami-no que aparecen bajo la advocación deSantiago, lo mismo que algunas dedica-das a otros santos, servían a su vez dealbergues u hospitales para la atenciónde peregrinos (Valcarlos/Luzaide, Garí-toain, Belate, Larrasoaña, Liédena, San-güesa), que corrían en muchos casos acargo de cofradías de Santiago, si bien lamayor parte de estas últimas son de cre-ación moderna, fundamentalmente delsiglo XVI y XVII, pero no faltan lasmedievales de Pamplona, Estella, Galli-pienzo, Tudela, Itxasperri y Miranda deArga17.

OTRAS MUESTRAS DEL CULTOLas reliquias constituyen otra fuen-

te importante para analizar el culto a lossantos. Santiago, con su cuerpo en lacapital gallega, no tendría que ser objetode circulación de sus reliquias óseas. Sinembargo, en su parroquia de Sangüesaencontramos una del Apóstol de época

moderna, algo que no debe de extrañar-nos si atendemos a que en este mismotemplo guardan parte del cráneo de SanPedro y, en el contiguo de Santa María,ex cuero Beati Bartholomei.

La devoción a los santos se mani-fiesta también a través de las expresio-nes artísticas. Desde el punto de vistadevocional, la iconografía jacobea apare-ce especialmente difundida en las parro-quias por donde discurre el camino.Resulta especialmente ilustrativo obser-var el aspecto artístico en las iglesias queya poseían otros titulares. En estoscasos, una de las formas más sencillaspero a su vez elocuente del nuevo cultoes la dotación de esculturas y pinturasdel santo. Al igual que ocurría con lasermitas, encontramos iconografía jaco-bea desvinculada de las rutas de peregri-nación debido a la difusión del culto anuestro santo.

Expresión de la devoción colectiva aSantiago fue la celebración de su fiesta,cuya vigilia aparece documentada enNavarra desde 1157.

El culto a los santos se potenciabaigualmente desde la hagiografía. EnNavarra contamos con dos leyendas vin-culadas al camino, la bajomedieval deSanta Felicia y San Guillén en Obanos18

y la de San Gregorio Ostiense, cuyo epi-sodio jacobeo no cobró forma hasta1616, en la obra de Constantino Cayeta-no o Gaetani19.

En cuanto a las devociones perso-nales, aparecen expresadas mediantedonaciones a la catedral de Santiago y

peregrinaciones por diversos motivos.Destaca por su significación la devociónprofesada por los monarcas, erigidos enauténticos patrocinadores del camino,aunque en el aspecto específico cultualdel santo apenas poseamos testimoniosde una ferviente devoción personal.

* * *

Mediante esta aproximación al cultojacobeo en Navarra observamos que lamayor parte de las iglesias parroquialesy monasterios dedicados a Santiago elMayor se situaron en diferentes rutas deromeaje que surcaron el territorio. Éstasse establecieron presumiblemente cuan-do el fenómeno jacobeo se hallaba enpleno auge, en algunos casos suplantan-do a una anterior advocación homónima,la del Menor. A su vez, los pobladoresfrancígenas instalados en los núcleosburgueses también dedicaron algunostemplos a Santiago el Mayor. La aproxi-mación al culto jacobeo en Navarra con-cluye que, pese a la aparente importan-cia que debiera haber conocido a travésde las diferentes rutas que surcaban elterritorio, su difusión apenas alcanzóunas pocas titularidades parroquiales,pues éstas ya estaban cubiertas por otrossantos desde siglos atrás, en un procesocomenzado desde la tardoantigüedad,por lo que nuestro santo tuvo que con-formarse con dedicar espacios de piedadmenores o ser representado a través de laiconografía.

R. J. A.

––––14 La advocación de esta ermita, al igual que la iglesia de Santiago de Funes, pudiera estar relacionada con el ideario de reconquista. Esta

construcción tener su origen en la capilla del castillo, enmarcándose en tal caso en la dimensión protectora de la empresa de la reconquista queadquirió el culto a Santiago a partir de la primera Cruzada (1100) (J.M. LACARRA, Espiritualidad del culto, op.cit. p. 115, 143-144).

15 Son los casos de Urrasun (Azpilkueta), Galar, Bézquiz y Gorrontz.16 Se trata de la parroquia de Intza (probablemente del siglo XI), la capilla de Falces (siglo XIII), y las ermitas problablemente modernas de

Aria, Alzuza, Imízcoz, Arteta, Bearin, Ancín, Allo y Arróniz.17 En este caso no parece que la cofradía tuviera una vinculación con el Camino. 18 R. JIMENO ARANGUREN, San Guillén y Santa Felicia, Col. Obanos cruce de caminos, Obanos, 2002. 19 C. GAETANI, Sanctorum trium episcoporum, religionis Benedictinae luminum, Isidori Hispalensis, Ildefonsi Toletani, Gregorii Cardinalis

Ostiensis vitae et actiones, Romae, 1616, p. 151.

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INTRODUCCIÓNCuando surge el Camino

de Santiago en la EdadMedia éste circula por dife-rentes estados o reinos (Ara-gón, Navarra, Castilla,León...) lo que hará muydifícil una acción conjuntapor parte de los poderespúblicos sobre todo el terri-torio de su trazado, ya quedicha acción conjuntadependía de los esfuerzoscomunes y en una mismadirección de los citados rei-nos. Habrá que esperar a losinicios de la Edad Modernapara encontrar un poderpúblico con capacidad paraejercer su autoritas sobretodo su trazado.

Si ya tenemos un únicopoder público sobre todo sutrazado, ahora nos falta unmotivo de actuación de éstepoder sobre el Camino deSantiago. Desde la EdadMedia los esfuerzos públicos se concen-traron en hacer más transitable el itinera-rio, construyendo hospitales, hospederí-as, puentes y albergues que, adicional-mente, acelerarían la política repobladorade los reinos cristianos y estimularían lasactividades comerciales.

Ya en la Edad Contemporánea, elEstado actuará sobre el Camino de San-tiago con otras miras, la atracción deturistas con un objetivo claro: la intro-ducción de divisas en España y la pro-moción de la industria turística. Paraello creará una estructura administrativanueva y específicamente dedicada alturismo, estructura que para atraer a losturistas se valdrá de un nuevo medio: lafotografía. El Estado se fija como una desus misiones la difusión de las riquezas

turísticas españolas por medio de lafotografía, y en consecuencia desdeprincipios del siglo XX conservará unarchivo fotográfico cuya principalmisión será la atracción de turistas pormedio de la imagen.

El citado archivo fotográfico se con-serva en la actualidad en el Archivo Gene-ral de la Administración Civil, en Alcaláde Henares, incluyendo las primeras foto-grafías tomadas sobre la Ruta Jacobeacon intencionalidad turística. Para com-prender qué tipo de fotografías nos vamosa encontrar en el Archivo General de laAdministración tendremos que estudiarpreviamente cuándo se introduce el turis-mo en la administración española, por quése preocupan los poderes públicos de supromoción, cómo se plasma su actuación,

a través de qué organismo y qué mediosse dedican a ello.

Así pues empezaremos el presenteestudio centrándonos en el turismo y elEstado, para pasar después al resultadode su acción: los archivos, y más con-cretamente en el fondo fotográfico, parafinalizar con un estudio de las primerasfotografías de la Ruta Jacobea tomadascon finalidad turística.

1. EL TURISMO Y EL ESTADOEl punto de partida de la interven-

ción son los albores del siglo XX, esdecir, el momento en que el turismocomenzó a ser considerado por la Admi-nistración española como una fuente deriqueza que merecía ser apoyada. Sucontribución se inició oficialmente en

Luis Ramón Enseñat Calderón

SANTO DOMINGO DE LA CALZADA: Torre de laCatedral. (Tomado del libro “Andando por elCamino”, de Millán Clemente de Diego)

RONCESVALLES: Cruz de los Peregrinos (s. XIII).(Tomado del libro “Roncesvalles” de A. MartínezAlegría)

Memoria gráfica del Camino de Santiago: la promoción turística estatal 1900-1936

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1905 al crearse la Comisión Nacional, elprimer organismo específico de la Admi-nistración dedicado al fomento del turis-mo. A lo largo del periodo estudiado lesucedieron la Comisaria Regia(1911/1928) y el Patronato Nacional deTurismo (1928/1936).

La contienda civil hace desaparecerde hecho la actividad normal del orga-nismo, en cierta medida se cambió lapropaganda turística por la propagandade apoyo a la causa republicana, aunquese mantuvo cierta normalidad en las acti-vidades del mismo. En el bando rebeldese había constituido, apoyado por fun-cionarios que habían pertenecido alPatronato Nacional de Turismo monár-quico, un Servicio Nacional del Turismo(1938/1939), denominado posteriormen-te Dirección General de Turismo, depen-diente del Ministerio de la Gobernación,dando el golpe de gracia a la existenciadel Patronato.

2. LA PRODUCCIÓNDOCUMENTAL: LAS SERIESFOTOGRÁFICAS

El comienzo del archivo fotográficodel patronato se vincula con las activida-des iniciales del mismo, en concreto conuna Exposición Fotográfica de carácteritinerante celebrada en 1929. Esta exposi-ción se organizó en colaboración con laSociedad de Amigos del Arte, y recorriónumerosas poblaciones españolas. Para laobtención de las fotografías objeto de lacitada exposición se hizo un llamamientoa todos los fotógrafos, profesionales y afi-cionados, para que enviaran sus trabajos,acudiendo fotógrafos de reconocido pres-tigio como el Marqués de Santa María delVillar. De las casi dos mil fotografías quese recibieron se seleccionaron 891 repre-sentativas de toda la geografía española.Tras la Exposición Fotográfica itinerantese selccionaron aquellas que recogían lasmejores vistas de España para decorar el

Pabellón que el Patronato preparaba parala Exposición Iberoamericana de Sevilla,además de enviarse otros dos grupos a lasexposiciones de Praga y Francfort1.

Al menos en los primeros momentosde la existencia del patronato, las foto-grafías se adquirían directamente de susautores. Profesionales o no, los fotógra-fos enviaban su trabajo para el examen oera el organismo directamente el quesolicitaba sus servicos. A este sistema deobtención de las fotografías hay que aña-dir el trabajo realizado por los propiosfuncionarios del Patronato, que alterna-ban su trabajo administrativo con laobtención y duplicación de fotografías,como son Prast y Lladó2. Entre los fotó-grafos que enviaban sus trabajos alPatronato encontramos a dos navarros,Félix Mena, de Elizondo, y Galle, dePamplona.

El resultado final será la obtenciónde un fondo gráfico de unas 70.000

PONFERRADA: Antigua calle de la Estafeta .(Foto del Marqués de Santa María del Villar)

SANTIAGO DE COMPOSTELA: La Rúa Nueva. (Foto delMarqués de Santa María del Villar)

––––1 MUÑOZ BENAVENTE, María Teresa: “El archivo fotográfico del Patronato Nacional de Turismo (1928-1939). En: Jornades Antoni Vares

(4ª 1996 Girona). La imatge i la recerca histórica: ponències y comunicacions. -Girona: Ajuntament, DL 1996.2 MUÑOZ BENAVENTE, María Teresa...

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fotografías en 334 cajas, fotografíastomadas entre 1928 y 1977, entre lascuales al menos 3.830 fueron tomadasen los 30 primeros años de este siglo.

3. EL FONDO GRÁFICO Y LA RUTA JACOBEA3.1 El reinado de Alfonso XIII

Las fotografías de esta época, comoya dijimos anteriormente, suman un volu-men total de 3.830 imágenes y están des-critas en el instrumento de descripción(03)120 Patronato Nacional de Turismo:Catálogo Monumental de España. De éstevolumen poco más del 10% hace referen-cia al Camino de Santiago, son más de400 fotografías de la Ruta Jacobea.

Entre los temas fotografiados desta-can Monumentos civiles y religiosos,antiguos y modernos (128 fotografías),Arquitectura civil y religiosa, antigua ymoderna (121 fotografías), Aspectosurbanos (38 fotografías) y Escultura,sobre todo religiosa (34). Otros menostratados son los de Jardines y Parques(19 fotografías), Vistas Generales (18fotografías), Vistas Generales (18 foto-grafías) y Puentes (15 fotografías).

En cuanto a las localidades de laRuta Jacobea fotografiadas nos encon-tramos con un total de 26, de las cualesonce son capitales de provincia. Su dis-tribución es la siguiente:

• Camino de Norte: Irún, Bilbao,Castro Urdiales, Santillana delMar, Llanes, Villaviciosa, Oviedoy Lugo.

• Camino Francés: Jaca, Leyre,Pamplona, Estella, Logroño, Bur-gos, León y Ponferrada.

• Camino anterior a la reforma deSancho III el Mayor: Vitoria.

• Camino Inglés: Ferrol, Betanzos yLa Coruña.

• Camino Portugués: Tuy, Redonde-la, Pontevedra y Padrón.

• Vía de la Plata: Orense.• Santiago de Compostela.

Las fotografías referentes a Navarrason, fundamentlamente, del convento deSanta María de Irache en Estella, elMonasterio de Leyre, y de Pamplona laCatedral, los Paseos de Sarasate y de laTaconera, las Puertas de Francia, lasmurallas y fosos de la Ciudadela, la Igle-sia de la Escuela de Cristo, la Avenida deCarlos III, la “Plaza” y diversas vistasparciales de la ciudad.

3.2 La II RepúblicaEl número total de fotografías toma-

das durante la II República y el primerfranquismo de las provincias por las quediscurre la Ruta Jacobea es de 16.677.De este volumen el 40% corresponden a

la II República. Ocupan un volumentotal de 696 sobres.

Los principales temas tratados son,en este orden, Monumentos religiosos(3.134), Paisajes (2.224), Aspectos urba-nos (2.171) y Vistas Generales (1.819).El tema de Camino de Santiago estáincluido dentro del del Paisajes, con unapartado específico, pero es inmediata-mente posterior a la guerra civil y queda,por lo tanto, fuera de este estudio.

Tomemos como ejemplo el caso deNavarra. Sus fotografías, en un volumende 1.160, están ordenadas en 57 sobres,siete de los cuales corresponden a Pam-plona. Cada uno de los sobres tiene sutema correspondiente: Vistas generales,Aspectos urbanos, Monumentos religio-sos, Castillos, Escultura y dos sobres deanimales (equinos y ovinos).

4. CONCLUSIONESLas fotografías más antiguas del

Camino de Santiago tomadas con inten-ción meramente turística se encuentranen la actualidad en el Archivo Generalde la Administración civil, son de accesopúblico, libre y gratuito. Al estar en pro-ceso de digitalización su consulta sefacilita, pues el ordenador permite reali-zar una serie de cambios sobre la imagenque pueden mejorar el aspecto original.

L. R. E. C.

TEMA Nº DE SOBRES Nº DE FOTOGRAFÍAS

01. Vistas generales 58 1.81902. Aspectos urbanos 76 2.17103. Monumentos civiles 27 69704. Monumentos religiosos 127 3.13405. Castillos 23 48806. Playas 18 62407. Paisajes 72 2.22407. Camino de Santiago 6 14508. Carreteras 11 13909. Patios y jardines 15 18810. Pintura 18 20811. Escultura 44 1.02012. Arqueología 13 14113. Hoteles 58 1.69014. Geología 4 2515. Teatros 6 3716. Palacios y casas Señoriales 17 31817. Varios 30 97518. Puentes 15 20419. Exposiciones 1 220. Mosaicos, orfebrería, hierros 15 12721. Mobiliario e interiores 7 7922. Museos y bibliotecas 12 20924. Escenas callejeras 13 526

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elenda est Cartago. Esta frase,conocida por todos, debería aplicar-

se no sólo a la conquista de Cartago deÁfrica por Roma (146 a.C.), 75 años des-pués de la conquista romana de QartHadast (209 a.C.), sino también a la des-trucción de Cartago Nova por Suintila, reyvisigodo de Hispania (622 o 625). La pos-tración de Cartagena (la antigua CartagoNova) duraría un milenio en algunosaspectos, como el eclesiástico, pues Carta-gena perdió el obispado primado de laEspaña romana y visigoda, que pasó aToledo en el III Concilio visigodo celebra-do en esta ciudad (587), y también la cabe-za de la diócesis de Cartagena, que experi-mentó diversos avatares a partir de enton-ces, en los que no nos queremos detener.Un milenio después, la ciudad de Cartage-na fue objeto de constitución de un curato(1622) que hasta entonces no tenía. Medi-da centralizadora del obispo Trejo, pueshasta entonces contaba sólo con 2 sacerdo-tes beneficiados, pero solución a una situa-ción de extrema pobreza en cuanto a dota-ción eclesiástica.

Veinte años antes (1603) don PedroPacheco, Obispo de Armenia, hijo delmurciano don Juan Pacheco, daba a cono-cer en la Corte de Valladolid el contenidode un “Breviario Armenio que el Patriarcade Jerusalén ordenó para aquella Iglesia ynación en el año 1054, en las lecciones delglorioso Santiago a donde se pone el ordende su viaje que hizo por España…: Salió elglorioso apóstol Santiago del puerto deJafa y vino a la isla de Cerdeña, y de allí aEspaña, adonde desembarcó en la ciudadde Cartagena del reino de Murcia, y de allífue a la ciudad de Granada” (Castillo,1608, p. 82).

La antigua diócesis de Cartagena,cuyo primer obispo, según la tradición, fueSan Basilio, discípulo directo del apóstolSantiago el Mayor y uno de los Siete Varo-nes Apostólicos, había entrado así en el

Camino español de Santiago de Composte-la. La ocupación bizantina (552-624) aca-bó con la relación entre la Diócesis y Pro-vincia de Cartagena y el resto de las dióce-sis hispanas, ruptura que consolidó ladestrucción de la ciudad por Suintila.

El avance de la reconquista cristianacastellana por el Sureste hispánico fue, dealguna forma, una recuperación de la anti-gua vinculación del Obispado de Cartage-na al Reino de Toledo y, en menor escala acausa de su lejanía, al de Galicia. El reco-rrido realizado por los castellanos fue pro-tagonizado sobre todo por los caballeros y

mesnadas de la Orden de Santiago, en unitinerario de mar a mar, es decir, desde elMar de Castilla hasta el Mar Mediterráneo.La conquista de las poblaciones de las Sie-rra del Segura por los santiaguistas de Cas-tilla (desde Alcaraz en 1213 hasta Morata-lla en 1242) forzaron a una toma de postu-ra de los musulmanes del dividido Reinomusulmán de Murcia, que derivó en elPacto o Capitulación de Alcaraz, tratadopor el rey y arraeces de dicho reino de taifay el infante Alfonso (1243), pero hubopoblaciones que no lo aceptaron: Mula,Lorca, Cartagena y Alicante, entre otras.

Con la conquista de Cartagena y Ali-cante (1245-46), Fernando III incorporó alReino de Castilla sus primeros puertos enel Mediterráneo, aquellos que permitiríanciertos proyectos militares, como el de laOrden de Santa María de España, cuyo fra-caso hizo que sus bienes pasaran a lasÖrdenes de Santiago y del Temple. Estaúltima era la que, junto con ciertos señoresvalencianos, había avanzado desde la Sie-rra de Enguera hacia el sur, llegando enalgunos casos hasta entrometerse en terri-torio asignado a Castilla.

La de Santiago asumió en 1270 unafunción naval para la que no estaba prepa-rada, aunque sí lo hizo mucho más adelan-te, cuando Carlos I y Felipe II recurrierona ella para que defendiera las costas espa-ñolas (1552-59). Cartagena constituyeahora “la puerta de Castilla”, el principalpuerto castellano en el Levante castellano,y uno de los puertos militares más impor-tantes, tanto para la defensa del litoralmurciano y de parte del Obispado deAlmería, como para la provisión y expedi-ción de tropas a las armadas (galeras deEspaña y de Génova) y a las fronteras (rei-nos de Nápoles y Sicilia, plazas norteafri-canas y Camino Español de Flandes).

La reconquista del Reino de Murcia(1242-1246) por el infante Alfonso y lareinstauración del Obispado de Cartagena(1250) por el rey Fernando III se hicieronbajo el patrocinio de la Virgen María.Bien conocida es la devoción del futuroAlfonso X a Santa María de la Arrixaca,que fue nombrada Patrona de Murcia ycuya historia recogió en una de sus Canti-gas. Gran parte de las nuevas iglesias cris-tianas fueron tituladas con la advocaciónde Santa María o la Asunción de la Vir-gen: así las de Moratalla, Yecla, Chinchi-lla y Lorca (Santa María del Alcázar), olas “iglesias mayores” de Cartagena yMurcia, pues a esta última se trasladó lasede episcopal en 1291.

Estudios

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DVicente Montojo Montojo

El Camino de Santiago, la Vera Cruz de Caravaca y el Obispado de Cartagena

CARAVACA DE LA CRUZ (MURCIA):Relicario de la Vera Cruz de Caravaca.

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La implantación de la Orden deSantiago en el Reino de Murciamarcó también su impronta, de talforma que la devoción de Santiagoel Mayor fue la segunda en difu-sión. Los santiaguistas recibieronnumerosos territorios como enco-miendas para que los defendieran:Segura de la Sierra, Socovos, Letur,Férez, Nerpio, Yeste, Taibilla yMoratalla (1242) de Fernando III;Aledo y su arrabal Totana (1257) yCieza de Alfonso X, el valle deRicote y Lorquí de Sancho IV, Plie-go (1305) de Fernando IV y aúnCaravaca, Cehegín y Canara (1344)de Alfonso XI. Puede así explicarsela extensión de la advocación deSantiago el Mayor como titular deiglesias por todo el Reino de Mur-cia: desde Pliego, Ricote y Totana,dominios de la Orden, hasta Villenay Jumilla, poblaciones señorialesdel marquesado de Villena, primero de losManuel (don Manuel y don Juan Manuel)y después de los Pacheco (don Juan Pache-co y don Diego López Pacheco), pero tam-bién en las ciudades de realengo, comoOrihuela, cabeza de una Gobernaciónsituada en el Reino de Valencia (desde1296), y la misma Murcia. En Jumilla sepuede explicar porque la población fuerecuperada por don Fadrique, Maestre dela Orden de Santiago (1358), en lucha con-tra Pedro IV de Aragón.

En Murcia, una iglesia recibió el nom-bre del Apóstol y de esta forma se dio larestauración del Camino de Santiago en laDiócesis de Cartagena, tanto en Murcia,como en el Puerto de la Losilla y en otrosmuchos puntos de la ruta, pero, a pesar deello, todos los hitos que pudieran marcar elCamino se vieron alterados por numerosasperturbaciones políticas y sociales. Asítanto la rebelión mudéjar (1264-66) y larebelión de la nobleza (1280-83) en el rei-nado de Alfonso X, como la ocupaciónaragonesa de casi todo el reino (1296-1304) durante la minoría de edad del reina-do de Fernando IV, la recuperación dealgunas villas (Abanilla y Jumilla, 1358)retenidas por Jaime II de Aragón tras lostratados de Torrellas-Elche (1304-05) y lascontinuas guerras con el Reino nazarí deGranada, entre Castilla y Aragón y las pro-piamente internas (nobiliarias sobre todo)contribuyeron, con el paso del tiempo, alaislamiento de Murcia y su Reino, hasta el

punto de que el Concejo capitalino pudieradeclarar en 1458: “Esta Ciudad está apar-tada de los Reinos de Castilla, y por ser,como es, en frontera de Aragón y de la mary de tierra de moros (Granada), por la cualrazón esta dicha Ciudad debía, y deben serlos que en ella viven bien armados de bue-nas armas, así caballeros, como peones,ballesteros y lanceros…”.

Se comprende así la importancia de lamilitarización de la pequeña nobleza y delpueblo común. En Murcia la primera seaglutinó en la Cofradía de Santiago, concapilla propia (hc. 1552) aunque su origense haya atribuido al primer padrón dehidalgos (1418), mientras que el segundohubo de servir mediante la caballería decuantía y los alardes.

A mediados del siglo XVI la situaciónestratégica del Reino se vio alterada, aldesaparecer las fronteras granadina yvalenciana, aunque permaneció la maríti-ma. En 1552 la Orden de Santiago sirviócon barcos en el Mediterráneo, entre otrospuertos en Cartagena, que sufría entoncesen especial la ofensiva argelina, mientrasque la hidalga Cofradía de Santiago deMurcia fue capaz entonces de ornamentarsu Ermita.

En Caravaca de la Cruz y en Totanaprosperaron más que nunca en torno a1550 los esfuerzos en pro de las devocio-nes particulares de los santiaguistas (laVera Cruz de Caravaca y la Santa de Tota-na, es decir, la mártir Eulalia de Mérida).

La donación de un relicario para laVera Cruz por el primer Marqués delos Vélez (1536) y la constituciónde censos o rentas a favor de laCofradía de la Vera Cruz, a partir de1539, son los indicios de una nuevaetapa. En la Santa de Totana la deci-sión del Ayuntamiento de construiruna nueva Ermita tuvo lugar en1573. Teniendo en cuenta la exen-ción eclesiástica de las encomien-das santiaguistas, que dio lugar adiversos pleitos, en ambos casos sedaba la mejora de unos lugares par-ticulares de culto que escapaban ala jurisdicción ordinaria diocesana.

El culto a la Vera Cruz de Cara-vaca se documenta a finales delsiglo XIII y mediados del XIV, peroadquirió un gran auge a lo largo delsiglo XVII, pues en él se construyóel actual Santuario (1617-1703), alo que contribuyó grandemente la

concesión por Felipe III de 6000 ducadossobre los bienes confiscados a los moriscosexpulsados del Reino de Murcia (1612). Aprincipios del XVII se difundía más queantes la devoción a la Santa Cruz de Cara-vaca: según el dominico Jaime Bleda “vande muchas partes de España (a Caravaca) aadorar aquella cruz” (1600), y según elfranciscano Melchor de Huélamo (1602)Caravaca era “Pueblo harto manifiesto ynombrado por la Santa Reliquia en todaEuropa”. En 1603 el Concejo de Caravacallegó a una Concordia con la Cofradía dela Santa Vera Cruz, por la que se pretendíareforzar el culto y las festividades de laCruz (la Invención o Hallazgo y la Exalta-ción), a las que el Ayuntamiento añadió ladel Triunfo (1605). A su difusión debieroncontribuir enormemente la publicación dela Historia del Misterioso Aparecimientode la Santísima Cruz de Caravaca por Juande Robles Corbalán (1615) y la concesiónde un jubileo pleno ad perpetuam memo-riam por el papa Gregorio XV (1621), apetición de Antonio de Robles, jesuita resi-dente en el Colegio de Roma, quien laenvió al mayordomo de la Capilla de laVera Cruz a través de Juan de Robles Ruiz,su padre, ambos naturales de Caravaca(1622).

Había intervenido refrendando el bre-ve pontificio don Diego de Guzmán,Patriarca de las Indias, Arzobispo de Tiro,Capellán y Limosnero Mayor de Felipe IV,uno de los representantes de la familia

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MURCIA: cuadro principal del retablo de Santiago el Mayor,pintado en 1552 por Juan de Vitoria para la ermita de Santia-go de Murcia. Se conserva en el Museo de Bellas Artes. (Fotodel Autor)

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Guzmán que se estaba imponiendo en laCorte del Rey Católico, facción que, enseguimiento de una política exterior de“reputación” de España, llevó a ésta a con-tinuas guerras (las de los Treinta Años,Holanda, Monferrato, Francia) y al declivepolítico. Precisamente también en 1622 seinstituía el Curato de Cartagena, al tiempoque esta Ciudad y la Diócesis a la que dabanombre se vio enormemente involucradaen reclutamientos militares y contribucio-nes fiscales, para atender las necesidadesde la Monarquía, exigencias que intervi-nieron en una larga crisis del territorio.

La verdadera recuperación del Cami-no de Santiago en el Reino de Murcia ten-dría lugar un siglo más tarde, en 1744,cuando don Alejo Gutiérrez de Rubalcaba,Intendente General de Marina del Departa-mento Marítimo del Mediterráneo, concapital en Cartagena, hizo levantar unaErmita dedicada al Apóstol Santiago elMayor en Santa Lucía, barrio extramurosde Cartagena, y se puso en ella una lápidacon la leyenda: “Ex hoc loco orta fuit His-paniae lux Evangelica” (Desde este lugar

fue abierta la luz del Evangelio en Hispa-nia), siendo papa Benedicto XIII, rey deEspaña Felipe V, obispo de Cartagena donJuan Mateo López y párroco de Cartagenadon Diego José de la Encina.

La Armada española pudo aún contareste año como glorioso para sus anales,pues don Juan José Navarro hizo frentedecorosa y eficazmente contra la Armada deSu Majestad Británica en Cabo Sicié, Italia,por lo que fue premiado con el título deMarqués de la Victoria. Más difíciles fueronlos años siguientes, pues el Ejército españolfue derrotado en Trebia (1747), casi al mis-mo tiempo que el padre Flórez iniciaba lapublicación de su España sagrada.

V. M. M.

BIBLIOGRAFÍAANTOLÍ FERNÁNDEZ, A. La Iglesia deSantiago de Jumilla. Arquitectura, Jumilla,2000.CÁNOVAS MULERO, J. El Templo Parro-quial de Santiago el Mayor (Totana). Estudio

Histórico-Artístico, Totana, 1997.CASTILLO, D. d. Defensa de la venida ypredicación evangélica de Santiago a España,Zaragoza, 1608.FLÓREZ, E. España sagrada, Madrid, 1747-.GONZÁLEZ, J. (comisario). San Isidoro,Doctor Hispaniae, Sevilla, 2002.JIMÉNEZ ALCÁZAR, J.F. “Entre reyes yseñores: Jumilla en la Baja Edad Media”, enMurgetana, 107 (2002), pp. 27-51.MONTOJO MONTOJO, V. “La Cofradía deSanta Lucía de Cartagena: Otra cofradía deorigen gremial”, en Murgetana, 86 (1993),pp. 65-69.ORTUÑO MOLINA, J. “Asiento y conquistadel Altiplano murciano: Yecla 1240-1350”,en Murgetana, 107 (2002), pp. 9-26.POZO MARTÍNEZ, I./FERNÁNDEZGARCÍA, F./MARÍN RUIZ DE ASSÍN, D.(Ed.). La Santa Vera Cruz de Caravaca. Tex-tos y documentos para su historia, vol. 1,Caravaca, 2000.RUBIO PAREDES, J.M. El Templo de SantaMaría de Gracia de Cartagena, heredero de laCatedral Antigua. Cartagena: Junta de Cofra-días de Semana Santa, 1987.

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ecía Lawrence H. Robbins que“algunos de los mayores descubri-

mientos [arqueológicos] que se hicieron,de hecho pueden ser hallazgos terrenalesdía a día que son hurtados por los arqueó-logos, lo cual generalmente sólo entusias-ma a una audiencia pequeña y son men-cionados en periódicos oscuros que seconvierten en grandes colectores de polvoen las bibliotecas. Estos hallazgos son elauténtico material de construcción de lainformación a través de la cual se hacenlos avances normales en elconocimiento”1. Un ejemplo de esas noti-cias arqueológicas publicadas en periódi-cos y hojas efímeras es la de los hallazgosencontrados casualmente en la ermitaderruida de Ibañeta en agosto de 1934.Dio lugar a una calurosa polémica en losmeses veraniegos, pero ya en octubretodo había pasado. Mucho se escribió enese estío, que luego quedó sepultado en elolvido bajo muchos kilos de pasta depapel de periódico, hoy amarillenta y apunto de desintegrarse. Recuperaremosen este artículo los lances históricos,arqueológicos, antropológicos e ideológi-cos que estallaron hace setenta años.

El advenimiento de la Segunda

República trajo consigo cambios en elpanorama cultural. A nivel institucio-nal, el Patrimonio Histórico había que-dado encomendado desde 1844 a lasComisiones Provinciales de Monumen-tos, dependiendo hasta 1857 de unaComisión Central con sede en Madrid,y posteriormente, bajo la tutela de lasAcademias de la Historia y Bellas

Artes de San Fernando2. Un intento deactualizar y dinamizar lo que entoncesse llamaba tesoro artístico lo firmó Pri-mo de Rivera al nombrar a los Delega-dos Regios de Turismo, pero sin conse-cuencias futuras. La Segunda Repúbli-ca tuvo entre sus filas dirigentes apersonalidades del mundo cultural. Dehecho, era la República de los intelec-tuales, con figuras señeras como Clau-dio Sánchez Albornoz, Fernando de losRíos o Manuel Azaña, que quisieronaprovechar el momento histórico pararemodelar la infraestructura cultural3.Empezaron por la Administración. Anivel local, en Navarra, la Diputaciónse había interesado por el Patrimoniocultural desde el siglo XIX y tambiéncontó entre sus gobernantes e ideólo-gos a historiadores del renombre deYanguas y Miranda, Olóriz o Campión.Así las cosas, en 1931 la vieja Comi-sión de Monumentos fue sustituida porel Consejo de Cultura Navarro, com-puesto por la inteligencia de la época,que ya antes se había sentado en laComisión4. Desde fuera parecía sólo uncambio de nombre, de fachada, pero node personas.

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Estudios

Ignacio Panizo Santos

D

RONCESVALLES: campana que pendía delarco integrado en el monumento levantado a“La Paz de los Pirineos” en el Alto de Iba-ñeta en 1934. (Foto Galle. Pamplona)

––––1 Lawrence H. ROBBINS, Las huellas secretas del pasado, Barcelona : Robinbook, 1993, p. 282.2 Las Comisiones de Monumentos vienen siendo objeto de estudio en monografías y artículos desde hace una década, dado el interés que des-

pierta actualmente la Historiografía y más concretamente la Historia de los Museos, de la Arqueología y del Arte, como por ejemplo Almería(José María Palencia Cerezo, Mª Mar Nicolás y Mª Rosario Torres), Barcelona (Joan Bassegoda Nonell, Jordi Torner i Planell), Gerona (JosephCalzada Oliveras, Joaquín Pla Cargol), Guadalajara (Miguel A. López Trujillo, Riansares Serrano y Antonio Caballero), Córdoba (José MaríaPalencia Cerezo), Écija (Francisca Macías), Málaga (María José Berlanga), Tarragona (Josep M. Grau), León (María Soledad Parrado). ParaNavarra, inició el estudio María Puy HUICI GOÑI, “Las Comisiones de Monumentos históricos y artísticos con especial referencia a la Comisiónde Navarra”, Príncipe de Viana, n. 189, 1990, p. 119-210 y completó Emilio QUINTANILLA MARTÍNEZ, La Comisión de monumentos históri-cos y artísticos de Navarra, Pamplona : Gobierno de Navarra, 1995. Desde entonces, se han publicado artículos concretos sobre la de nuestra tie-rra, como los del propio Emilio QUINTANILLA, “La apreciación del Barroco por parte de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos deNavarra (1844-1940)”, Ondara. Cuadernos de artes plásticas y monumentales, 2000, p. 201-209 ; Ana Carmen LAVÍN BERDONCES, “La laborarqueológica de la Comisión de Monumentos de Navarra”, Príncipe de Navarra, t. 58, 1997, p. 403-411 ; Juan María SÁNCHEZ PRIETO, “Loscorrespondientes navarros en la Real Academia de la Historia”, Príncipe de Viana, 1987, p. 193-226.

3 Mucho se ha trabajado el aspecto cultural de la Segunda República. Como visiones globales pueden señalarse las de Javier TUSELL, Geno-veva G. QUEIPO DE LLANO, Los intelectuales y la República, Madrid : Nerea, 1990 ; Manuel TUÑÓN DE LARA [coord.], Los orígenes cultu-rales de la II República, Madrid : Siglo XXI Editores, 1993.

4 Existe una memoria impresa interesante para la historia de esta institución : Memoria que en virtud del acuerdo adoptado en 13 de enero de1934 se eleva por el Consejo de Cultura de Navarra a la Excma. Diputación Foral y Provincial de Navarra dando cuenta a la misma de la gestióncultural y económica desarrollada desde su fundación en 10 de diciembre de 1931 hasta la fecha, [Pamplona : Imprenta Provincial, 1934].

¿Roldán o peregrinos? Una polémica excavación

arqueológica en Roncesvalles (1934)

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Dos personas imprimieron su selloparticular a esta nueva institución cultu-ral: el médico Victoriano Juaristi y elarchivero José María de Huarte. El prime-ro es un buen representante del médicohumanista, hoy en trance de desaparecerpor el tecnicismo que absorbe las energí-as de estos profesionales. Historiador afi-cionado, estudioso del Arte, investigadorde los esmaltes –él mismo montó su pro-pio taller-, conferenciante, amigo de lamúsica y del trato social, Juaristi entablórelación con lo más granado del panora-ma intelectual español. Se carteaba conMarañón, otro ejemplo de humanismo yde talante liberal, ambos de ideas abiertaspero firmes en sus convicciones, y quesupieron estar a la altura de las circuns-tancias en la vida pública y privada5.Huarte era un hombre discreto, pertene-ciente a una familia sobradamente cono-cida en Pamplona por su dedicación a laenseñanza, a la pintura y a la música.También le gustaban las relaciones socia-les, además de seguir en estrecho contac-to con los estudiosos y profesores univer-sitarios de España y Francia6.

En definitiva, dos personas activísi-mas que en la presidencia y secretaríadel Consejo de Cultura quisieron dina-mizar el panorama cultural. Su métodoconsistió en abrir las ventanas hacia fue-ra, invitando a personalidades que teníanalgo que decir en Europa. Si la Comisiónde Monumentos había desarrollado unaeficaz vida gris, de erudición de gabine-te, Juaristi y Huarte imprimieron unmovimiento no conocido hasta entonces

en el mundillo cultural pamplonés. Ade-más, controlaban todo al estar metidosen la mayoría de las sociedades educati-vas y culturales, por lo que la moviliza-ción de personas e intereses no les resul-tó difícil, amén de contar ahora con losrecursos económicos de la Diputación através del Consejo de Cultura. Todo ello,llevado con una hábil diplomacia, y unameticulosa política de becas, ayudas ysubvenciones, les granjeó las simpatíasde eruditos de la generación anteriorcomo Onofre Larrumbe7 o de las jóvenespromesas8.

En 1933 lanzaron su primer proyec-to de movilización cultural. Tenían unaidea que cristalizará posteriormente ycon singular fortuna. Esta era la de con-siderar el turismo como factor dinamiza-dor de la economía local y propulsor dela conservación del Patrimonio Históri-co. En esto, el Consejo heredaba una lar-ga tradición de viajes artísticos y arqueo-lógicos –especialmente abundantes enNavarra- junto a la contemplación de laNaturaleza, con los Pirineos de trasfon-do. Viene al recuerdo el paralelismo conel espíritu liberal y las excursiones de laInstitución Libre de Enseñanza por laserranía de Guadarrama y su estudiosobre el terreno del arte románico ymozárabe9. Juaristi había declarado que“para nosotros, turismo es peregrinación,vida de relación espiritual a lo largo delos caminos y a través de las comarcas yfronteras”10. El goce estético de la Natu-raleza y el Arte ahora iba unido al patro-cinio económico del turismo, como hizo

ver a principios de siglo el Marqués dela Vega de Inclán11.

Para ello, en 1933 organizaron unsemana cultural arguyendo como pretextoel homenaje del escritor bajonavarro JuanHuarte de San Juan. Bien orquestada laceremonia por Juaristi y Huarte, les per-mitió estrechar lazos de amistad y estudiocon los eruditos franceses, y sagazmentecon las autoridades políticas regionales ymunicipales de las dos vertientes de losPirineos12. El éxito les animó a perseverary buscaron al año siguiente el motivo untanto forzado del centenario del hallazgodel manuscrito 1624 del Cantar de Rol-dán en la Biblioteca Bodleian deOxford13. Ampliaban así su foco a Italia eInglaterra, además de asegurarse la pre-sencia de los franceses del año pasadocomo Elie Lambert14, gracias a que lassedes del evento eran nuevamente Ron-cesvalles y Pamplona.

Sin embargo, el ambiente político seestaba enconando progresivamente. Lasluchas ideológicas habían traspasado elumbral de la política hasta hacer sospe-char que cualquier actividad públicaresultaba tendenciosa para alguna frac-ción contraria, acusando a los organiza-dores de partidistas, aun cuando en elánimo de los promotores no hubiera talintención. Esto le sucedió al Consejo deCultura, que pronto vio con sorpresa quesu manifiesto público para la convocato-ria de 1934 era tachado de sectario porgrupos nacionalistas vascos y españo-les15. El revuelo lo inició el falangistaErnesto Jiménez Caballero16. Si de algo

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––––5 Rosa María CEVALLOS VIZCARRET, Vida y obra del Dr. Victoriano Juaristi, San Sebastián : Instituto Dr. Camino, 1992.6 Juan José MARTINENA RUIZ, s. v. “Huarte y Jáuregui, José María”, Gran Enciclopedia de Navarra, Pamplona : Caja de Ahorros de Nava-

rra, 1992, t. 6, p. 21.7 Gran Enciclopedia de Navarra, t. 6, p. 456 ; María Puy HUICI, “Las Comisiones”, p. 164.8 Por ejemplo, Bernardo ESTORNÉS LASA, Memorias. Recuerdos y andanzas de casi un siglo, San Sebastián : Auñamendi, 1996, p. 113 :

“otras veces, visitaba al archivero provincial don José María Huarte que se mostraba muy campechano y servicial”.9 María del Carmen PENA, Pintura de paisaje e ideología. La Generación del 98, Madrid : Taurus, 1998 ; Javier VARELA, La novela de

España. Los intelectuales y el problema español, Madrid : Taurus, 1999, p. 229-258 ; una visión biográfica, María Elena GÓMEZ MORENO,Manuel Gómez-Moreno, Madrid : Fundación Ramón Areces, 1995.

10 Diario de Navarra, 23-8-1934.11

Vicente TRAVER TOMÁS, El Marqués de la Vega-Inclán, 1er Comisario regio de Turismo y Cultura Artística Popular, Castellón : Direc-ción General de Bellas Artes, Fundaciones Vega-Inclán, 1965 ; Begoña TORRES GONZÁLEZ, “El fundandor del Museo Romántico : el marquésde la Vega-Inclán y el 98”, La España del 98 : política, pensamiento y cultura en el fin de siglo, Madrid : Dykinson, 1999, p. 141-155.

12 Amplia reseña de los actos en la revista Cultura Navarra, n. 4, 1933.13 Léon GAUTIER, Bibliographie des chansons de geste, Paris : H. Welter, 1897, p. 170-171 considera como precursores a Leibnitz (1707),

Rivet (1746), Conybeare (1817), Tyrwhitt (1775) y Monin (1832).14 Elie LAMBERT, “Roncevaux et ses monuments”, Romania, enero 1935, p. 2 [separata].15 Dado a conocer el anuncio del Consejo en el Boletín Oficial de la Provincia de Navarra, 29-8-1934 y en la prensa en el Diario de Navarra,

21-8-1934.16 Diario de Navarra, 1-9-1934, 6-9-1934.

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puede acusarse al Consejo es de ingenui-dad, ya que este tipo de polémicas sehabían venido produciendo años atrás,cuando se tocaban hechos históricos degran calado para la Historia navarra (ori-gen del reino, conquista de Navarra porFernando el Católico, guerras carlistas,supresión de los fueros, etc.). Por ejem-plo, en 1921 la erección del Monumentoa los últimos defensores del bando agra-montés en Maya motivó una feroz discu-sión entre Julio Altadill, promotor de lainiciativa y alma mater de la Comisiónde Monumentos, contra Víctor Pradera,cruzando diatribas y erudición en losperiódicos junto a Joaquín Baleztena,Manuel de Aranzadi, Jesús Etayo y elconde de Rodezno en Diario deNavarra, La Voz de Navarra y El Pensa-miento Navarro17. Ya entonces el nacio-nalismo vasco había “sistematizado” suinterpretación de la Historia vasca ynavarra bajo unos presupuestos metodo-lógicos muy débiles cuyo eje vertebra-dor era el etnicismo18. Los territoriosvascongados habían sido primigenia-mente libres y nunca vencidos ni holla-dos por los enemigos, ya fuesen celtas,romanos, godos, francos, musulmanes,franceses o españoles. En 1934 a ciertospersonajes ligados al nacionalismo vascocomo Manuel de Irujo o Eladio Esparzales parecía escandaloso celebrar un can-tar medieval que vilipendiaba a los abo-rígenes o levantar un monumento a Rol-dán y los doce pares, esos invasores quetan mal se portaron con los vascones alderruir las murallas pamplonesas en 778.Para “Bipimi”, “ese monumento y esehomenaje no son más que una burdaañaganza para engañar al pueblo yhacerle renegar de aquellos ascendientesque con denodado heroísmo supierondefender su independencia”19. 1156 años

más tarde los nacionalistas vascos man-tenían aún los agravios.

Los artículos se sucedieron con rapi-dez en un mes tradicionalmente pacífico.Críticas, desmentidos, opiniones, répli-cas y contrarréplicas ocuparon las pri-meras planas de todos los diarios

locales20. Al final, todo era objeto depolémica : las fechas históricas de lasbatallas de Roncesvalles, la música de lavelada, el estilo de los monumentos con-

memorativos a levantar en el alto de Iba-ñeta21.

Roncesvalles es un lugar de lamemoria, como dirían hoy los historia-dores franceses, donde se dan citan losmuertos a cada paso : los vencidos de labatalla de Roldán, de las escaramuzascontra los condes Eblo y Aznar, los pere-grinos que no llegaron al sepulcro delZebedeo o murieron a su regreso, o losenfermos de los hospitales de Ibañeta yRoncesvalles enterrados en el osario dela Capilla del Santo Espíritu, los delclaustro y de la iglesia, de la Capilla delSummo Portu y del sepulcro de Sanchoel Fuerte.

Cuando el Consejo de Cultura avisóal cabildo de Roncesvalles del eventocultural, le suplicó que acondicionara losrestos semiderruidos de la ermita y lasproximidades del monumento a Roldán.Los trabajos los dirigió Agapito Martí-nez Alegría, por aquel entonces canóni-go bibliotecario. Su figura es hoy muyatractiva, ejemplo de sacerdote interesa-do por los actos culturales. No marca elperfil del eclesiástico erudito como Ari-gita o Pérez Goyena. Era más superfi-cial, más divulgador. Ese mismo año, elConsejo de Cultura había adquirido 75ejemplares de su libro La Batalla deRoncesvalles y el brujo de Bargota paraenviarlo a las bibliotecas navarras22. Fuela ocasión que le permitió entablar rela-ciones más estrechas con José María deHuarte. Él mismo narraba el hallazgo delos restos humanos y su encuentrocasual, si bien parecía que historiadoresfranceses seguían la pista de los restosde Ibañeta23.

Las fechas en las que se produjo elhallazgo –agosto era el mes de vacacio-nes con la gente bien de Pamplona vera-neando en Burguete pudiendo acercarse a

Estudios

––––17 Recopiló la información José María JIMENO JURÍO, Amayur. Símbolo de Navarra, [Pamplona : Imprenta Popular], 1982. Una interpreta-

ción en Ignacio OLÁVARRI, Jesús María SÁNCHEZ PRIETO, “Un ejemplo de Richtungskampf en la historiografía navarra contemporánea. Lapolémica en torno a Amayur (1921-1931)”, Symbolae Ludovico Mitxelena Septuagenario oblatae, Vitoria, 1985, p. 1309-1327.

18 Las interpretaciones más elaboradas y seductoras de la historiografía vasco-navarra son las de Jon JUARISTI, El Linaje de Aitor, Madrid :Taurus, 1998, y Juan María SÁNCHEZ PRIETO, El imaginario vasco. Representaciones de una conciencia histórica, nacional y política en elescenario europeo, 1833-1876, Barcelona : EIUNSA, 1993.

19 La Voz de Navarra, 26-8-1934. Parecidos términos los empleados por Juan del Guardiano en La Voz de Navarra, 25-8-1934 y J. Aguerre enLa Voz de Navarra, 24-8-1934, con réplica de Juaristi en Diario de Navarra, 23-8-1934 y Manuel de Irujo en La Voz de Navarra, 23-8-1934 oGurbino en La Voz de Navarra, 22-8-1934, Jesús Etayo en La Voz de Navarra, 21-8-1934

20 La Voz de Navarra, 31-8-1934, 1-9-1934, 9-9-1934 ; Diario de Navarra, 28-8-1934, 31-8-1934, 1-9-1934, 19-9-193421 Reseña de los actos en Diario de Navarra, 2-9-1934 ; El Pensamiento Navarro, 4-9-1934 ; Diario de Navarra, 4-9-193422 Archivo Administrativo de Navarra, leg. 2141, exp. 44.23 Diario de Navarra, 9-9-1934 ; El Pensamiento Navarro, 7-9-1934.

RONCESVALLES: imagen de Roldán, gra-bada sobre el túmulo integrado en el monu-mento levantado a “La Paz de los Pirineos”en el Alto de Ibañeta en 1934. (Foto Roldán,Pamplona)

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Roncesvalles-, y el revuelo provocadocontribuyeron aún más a popularizar elevento cultural convocado para dentro dedos semanas. Era un buen reclamo publi-citario. Del relato que hizo su descubri-dor se desprende que la localización delos esqueletos fue fortuita, pero su inter-pretación histórica venía condicionada deantemano, ya que el responsable de laexcavación había escrito sobre Ronces-valles y su trascendencia por la célebrebatalla rolandina y mojón jacobeo. Loque más le interesaba era unir este sucesohistórico que cabalgaba entre las fuenteshistóricas y la leyenda literaria, pero sinapoyatura material.

Mantuvo estrecho contacto episto-lar con el archivero de la Diputaciónsobre el descubrimiento y con el permi-so del obispo, decidió dar a conocer suconjetura a la prensa. A partir de enton-ces, como era de esperar, se iniciaronlas réplicas e interpretaciones divergen-tes. ¿Había fundamentos sólidos paraconsiderar que habían dado con loshuesos de Roldán y sus compañeros?,¿y si no lo fueran, podían ser los restoshumanos de alguna batalla medieval?,¿no cabían otras posibilidades, comocadáveres de peregrinos o monjes? Laincertidumbre espoleó a historiadoreslocales y periodistas a rebuscar enarchivos y repasar las vetustas páginasde la Historia navarra de Moret y suscontinuadores24. Las dudas históricasdesembocaron en tergiversaciones ideo-lógicas de lo más partidistas y alejadasdel sentido común. También acabaronen luchas de campanario, rivalizandolas localidades que decían tener los des-pojos de Roldán.

Para encauzar el debate, el Conse-jo de Cultura llamó a especialistas enla materia, en una situación similar a laque se produjo hace pocos años conlos restos de la reina Blanca de Nava-rra en el monasterio segoviano de San-ta María de Nieva. Los estudios antro-pológicos y arqueológicos habían teni-do un espectacular desarrollo en elúltimo tercio del siglo XIX y primerodel XX. Para el ámbito geográfico nor-teño y vasco-navarro, se había logradoel nacimiento y florecimiento pionerosde las investigaciones antropológicas,etnográficas y arqueológicas de lamano de insignes profesores extranje-ros como Breuil, Obermaier o unjovencísimo Teilhard de Chardin queiniciaba sus andaduras prehistóricaspor la cornisa cantábrica cuando Santi-llana y las cuevas santanderinas reci-bieron el placet de la comunidad cien-tífica internacional a partir de 190725.Pero el camino de la ciencia no era porestos parajes neutro, sino apasionado yteñido de escollos por la propia con-cepción que fueristas y nacionalistastenían de su peculiar “weltans-chauung”. Para ellos (Apraiz, Becerrode Bengoa, Ortiz de Zárate, Ansolea-ga...) no cabían restos de celtas, niromanos, ni visigodos, ni francos,todos ellos invasores26. Limitaban arbi-trariamente así sus interpretacionesarqueológicas, especialmente del fenó-meno megalítico y la romanización.Era la fiebre del nacionalismo arqueo-lógico que ya habían pasado años atráslos viejos países europeos occidenta-les, pero que aún sufrirán los másjóvenes como Norteamérica o los des-

colonizados27. Los frutos intelectualesllegaron sólo en los últimos años delXIX y alcanzaron esplendor en el pri-mer tercio del XX con el mitificadotrío Aranzadi, Eguren y Barandiarán28.Franceses ya les habían marcado loscaminos a seguir hacía varias décadas,como el antropólogo Broca. Otro deellos, Raoul Anthony había conocidoaños atrás a José María de Huarte,interesándole en el estudio antropomé-trico de los restos de los reyes deNavarra depositados en la catedral deLescar29. A pesar de las presionesambientales, Anthony aceptó el encar-go de analizar los restos de Rocesva-lles. Las expectativas puestas por loseruditos locales se apagaron rápida-mente. La excavación arqueológica sehizo sin metodología científica, sinconservar la estratigrafía, por lo que seperdió información valiosa. Tambiénes verdad que por entonces el canónigono disponía de modelos asequiblespara hacer su trabajo, dada la escasaentidad que tenía la arqueologíamedieval, centrada en otras cienciasauxiliares como el arte y la arquitectu-ra, la epigrafía o la numismática, perosin haber aplicado la técnica prehistó-rica basada en la estratigrafía a yaci-mientos de otras edades30. Respecto alos huesos, Anthony concluía: “desgra-ciadamente, no creo que se pueda con-tar con nada parecido en lo que con-cierne a los esqueletos de Ibañeta,cuyo misterio no podrá ser reveladosin grandes dificultades”31.

I. P. S.

Estudios

––––24 La Voz de Navarra, 28-8-1934 ; Le Courrier de Bayonne, Biarritz et du Pays Basque, 21-9-1934 art. de Alfred Camdessus ; La Voz de

Navarra, 30-8-1934, art. de José Zalba25 Benito MADARIAGA DE LA CAMPA, Escritos y documentos de Marcelino Sanz de Sautuola, Santander : Institución Cultural de Canta-

bria, 1976 ; Alfonso MOURE ROMANILLO [ed.], “El Hombre Fósil” 80 años después, Santander : Universidad de Cantabria, 1996 (especial-mente los estudios de Alfonso Moure, María del Carmen Márquez, Carmelo Fernández Ibáñez y Ramón Fábregas Valcarce) ; Benito MADARIA-GA DE LA CAMPA, Sanz de Sautuola y el descubrimiento de Altamira, Santander : Fundación Marcelino Botín, 2000, p. 17-87

26 Carlos ORTIZ DE URBINA MONTOYA, El desarrollo de la arqueología en Álava : condicionantes y conquistas (siglos XVIII y XIX),Vitoria : Diputación Foral de Álava, 1996.

27 Bruce G. TRIGGER, Historia del pensamiento arqueológico, Barcelona : Crítica, 1992, p. 144-195 ; Ève GRAN-AYMERICH, Naissancede l’archéologie moderne. 1798-1945, Paris : CNRS, 1998, p. 221-225.

28 Ángel GOICOETXEA MARCAIDA, Telesforo de Aranzadi. Vida y obra, San Sebastián : Sociedad de Ciencias Aranzadi, 1985.29 R. ANTHONY, Identification et étude des ossements des rois de Navarre inhumés dans la Cathédrale de Lescar, Paris : Masson, [1931].30 Un caso analizado, Vicente SALVATIERRA CUENCA, Cien años de arqueología medieval. Perspectivas desde la periferia : Jaén, Grana-

da : Universidad de Granada, 1990.31 Diario de Navarra, 9-9-1934.

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i cuerpo descansa hoy en una bellaiglesia riojana. Una inscripción en

la pared bajo mi escudo de armas recuerdami paso por la vida.

Aquí yace el Señor Don Pedro Gareca,

Caballero de la Orden de Santiago. Del

Consejo de Su Majestad. Auditor

General de las fronteras de Portugal,

Teniente de Madrid, Alcalde de Corte del

Reino de Navarra, Presidente de la Sala

del Crimen y su Oidor de la Chancillería

de Valladolid. Falleció de edad de 55 años

en el de 1.673.

Resulta tan frío resumir en unas pocaslíneas la vida de una persona, una carreraprofesional, toda una época... siete líneasque quieren compendiar tantas cosas...

Desde mi cómodo lugar de descansoveo pasar la vida que anima a esta pequeñacomunidad de agricultores dedicados fun-damentalmente a la viticultura para elaborar–tras complicados procesos como de Alqui-mia– esos caldos inconfundibles concedi-dos por esta tierra rica y próspera que recibecon cariño a forasteros y acoge como pro-pios a todos los que se acercan.

Oigo sus plegarias que se elevan a suSanta Patrona pidiendo agua para sus cam-pos, sol para sus cultivos, una buena cosechaque permita enviar a sus hijos a estudiar fue-ra, o para poder comprar esa máquina quealiviará sus tareas. Veo a las madres dejarflores a la Virgen y pedir por sus maridos ypor sus hijos, y, por qué no, por esa viejacaballería que ya no va al campo, pero queen el pasado ayudó –y mucho– en las faenas.

Periódicamente presencio, en mi condi-ción de mudo espectador, cómo celebransus fiestas patronales y la alegría de la ven-dimia. Sus risas llegan hasta mi morada fil-trándose entre las frescas piedras de estaiglesia milenaria. Escucho pisar la uva yextraer del fruto de la tierra –el primer mos-to– que se ofrendará a la Virgen y que yotambién probé hace ya demasiado tiempo.

No obstante, si me concentro, aún pue-do revivir en mi paladar el sabor dulce yrotundo de sus caldos, esos que eran tan

apreciados en todas las mesas de importan-cia; esos que pugnaban con los de los reinosvecinos como la egregia Navarra y el altivoAragón, por calmar la sed de emperadores yreyes. Puedo sentir su olor penetrante,vibrante, inconfundible y sentir cómorefresca mi garganta seca desde hace tantosaños. ¡Añoro de tal manera mi pasado!

Mi infancia feliz y despreocupada enuna familia noble, famosa en el campo debatalla. Mi paso por la universidad, dondeestudié, peleé, bebí y reí a partes iguales. Misaños militares en las fronteras de Portugaldonde mis antepasados habían dejado su san-gre, sangre que también regó los campos demedia Europa. Mi entrada en la carreraadministrativa y los sucesivos ascensos queme llevaron a la capital del reino, y a Nava-rra, y a Valladolid, y a ocupar finalmente uncargo en el Consejo de Castilla. En todosesos lugares fui feliz. Obtuve premios, grati-ficaciones y la enorme satisfacción de serinvestido caballero de la Orden Militar deSantiago, posiblemente el honor más alto alque podía aspirar alguien de mi época y ofi-cio. Cumplí las expectativas de mis antepasa-dos y di más brillo si cabe a la impecable his-toria familiar. La vida fue dulce conmigo,pero al acercarse el final quise que mis restosdescansaran aquí, en esta tierra inigualable.

Ahora alguien llega hasta mí. Un grupode peregrinos han reparado en mi tumba.

Leen mi lápida con dificultad y comentanmi “cursus honorum”; hacen cábalas sobremi importancia y la nobleza de mis apelli-dos; alaban la belleza del escudo de armasque me adorna y se preguntan cómo llegaríami cuerpo hasta aquí, o si mi mortaja será elhábito de la Orden a la que pertenecí.

Yo sonrío, no puedo contestarles, docu-mentos habrá que resuman mi vida como enlas siete líneas que aparecen en mi lápida yque nada dicen de mis gustos, mis anhelos,mis aficiones. Quizá sea mejor así. Manten-go la sutil distancia de lo desconocido ypermito que la imaginación de los que seacercan evoque campos de batalla, terciosvictoriosos, estandartes ondeando al viento,y no imaginen las tediosas tardes de juiciossimples y aburridos que como jurista tuveque oír.

Yo seguiré aquí, disfrutando de labelleza del entorno, de los cambios de tem-peratura que tantos comentarios despiertanentre la gente, de las risas de los niños, delas Misas de doce en las que oigo el dulcecanto de las guitarras que se eleva al cielojunto a voces juveniles. Continuaré guar-dando celoso las oraciones de los que seacercan, y escucharé curioso lo que comen-tan los que descubren mi presencia entre losmuros de la basílica. Les aseguro que no esun mal modo de pasar la eternidad.

M. D. M. A.

M

Una tumba en una iglesia riojana:Don Pedro Navarro Gareca

María Dolores Martínez Arce

A mis padres y mis abuelos,de quienes mi hermana y yo

hemos heredado sangre riojana.

Sepultura de Don Pedro Navarro Gareca. Basílica de la Virgen de la Vega. Haro (Rioja).(Foto de la Autora)

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os es muy familiar la imagen delperegrino que hace voluntaria-

mente su larga caminata, movido porrazones religiosas, por devoción, a labúsqueda del perdón de sus pecados ymiserias morales, para el logro de lasindulgencias prometidas y reguladaspor la Iglesia.

Pero existió históricamente otrotipo de peregrinaje, el forzoso, impues-to por las normas jurídicas canónicas oseculares, como sanción penal por lacomisión de hechos ilícitos.

El Derecho Antiguo había utiliza-do medidas penales como el ostracis-mo, la relegación a una isla, el destie-rro y otras que eran modos de extrañaro desterrar al responsable de delitosespecialmente graves, de sangre o infa-mantes, para alejarle de la familia de lavíctima, del ambiente social dondehabía delinquido e, incluso, de la ven-ganza privada.

El Derecho Canónico medieval1, enlos llamados “Penitenciales” (normati-vas disciplinares) empezó a utilizar laperegrinación como medida sancionato-ria de determinados y diversos delitoscometidos. Así, por ejemplo, en el Peni-tencial conocido con el “de los 30 Capí-tulos” y otros, se decreta que peregrinetodos los días de su vida el obispo quecomete homicidio, que peregrine por untiempo determinado el clérigo queintencionalmente o por odio lleva acabo un homicidio, los eclesiásticosque violan el secreto de confesión, losque cometen hurto de cosas sagradas,los clérigos simoníacos, etc.

Se condena a peregrinación a losseglares que sustraen dinero pertene-

ciente a la Iglesia, los que cometen deli-tos graves contra sus propios familiareso contra personas sagradas, la fornica-ción cuando media el parentesco espiri-tual que deriva de sacramentos como elbautismo o la confirmación, y, en algúncaso, el adulterio. Cuando concurrendeterminadas circunstancias agravanteso los hechos son especialmente gravesla peregrinación debe hacerse con cier-tos recargos aflictivos, tales como elarrastre de cadenas, o los hombres des-nudos (reproducidos en tallas de algunapuerta de madera del Hospital del Rey,en Burgos) y las mujeres con una vesti-dura blanca, o con un traje de penitente,etc. En ocasiones se condena a peregri-nar sucesivamente a varios santuarios.

Antes del siglo XIII, el poder secu-lar, en los Países Bajos, Francia y Ale-mania, tomó del Derecho Canónico lapena de peregrinación 2.

Su aplicación fue variadísima encuanto al tipo de las conductas que sesancionaron: el homicidio, ciertos gol-pes, lesiones o heridas de determinadagravedad o inferidos en lugar sagrado,el rapto de una mujer, ciertos delitoscontra la propiedad, el impago de rentao alquileres debidos a la ciudad, algu-nas injurias verbales, el caso de los jue-ces o escabinos que se aprovechabanpara comprar bienes o créditos queestaban en litigio, injurias, tumultos eladulterio, en algún supuesto dar aloja-miento a quienes viven públicamente enadulterio, blandir armas de filo contraalguien, algunas infracciones a orde-nanzas municipales, etc.

Variados son también los lugares dedestino de los peregrinos: Roma, Jeru-

salén, Sto. Tomás de Canterbury, San-tiago de Compostela, los Santos ReyesMagos de Colonia, Chipre, Notre Damede Vauvert, Rocamadour, Puy en Velay,Chantres, Bari, Saint-Gilles en Proven-za, Boulogne-sur-Mer, etc.

El poder secular introduce, además,la peregrinación forzosa colectiva omasiva, impuesta a familias enteras o aciertas comunas o poblaciones levantis-cas o rebeldes, después de acuerdos depaz entre ellas y el rey o señor corres-pondiente, lo cual no dejaría de ser unamanera ingeniosa y pseudo-devota deapartarles del territorio al menos duran-te un largo espacio de tiempo. En deter-minados casos, se imponen varias pere-grinaciones consecutivas.

La evolución de las normas e insti-tuciones jurídicas permitirá que seintroduzcan la peregrinación por repre-sentación mediante pago de precio, o lasustitución del condenado por otra per-sona determinada, o por mandas testa-mentarias, el canje de la obligación deperegrinar por el pago de cierta canti-dad de dinero o la realización de obraspías, etc.

La peregrinación-sanción y las for-mas jurídicas de sustitución o desuplencia produjeron, lógicamente,cierta picaresca y situaron en la condi-ción de peregrinos y en las rutas a per-sonas que, en verdad, no tenían motiva-ciones espirituales. No es esta ocasiónde considerar todo el mundo de picares-ca que se creó en torno al Camino.

J. A. C. C.

Un aspecto jurídico-penal del Camino:la peregrinación forzosa como pena

canónica y en el derecho secularJosé A. Corriente Córdoba

N

––––1 Vid., entre otros: SCHMITZ, Die Bussbücher und die Bussdisciplin der Kirche, Maguncia, 1883; VAN CAUWENBERGH, Les pèlegrina-

ges expiatoires et judiciaires dans le Droit commmnual de la Belgique au Moyen-Age, Lovaina, 1922; HOCQUET, Les pèlegrinages expiatoires,Tournai, 1935.

2 Vid. VAZQUEZ DE PARGA, tomo I de la obra ya citada Las peregrinaciones..., págs. 155 a 167.

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l entrar en Navarra, por el viejocamino que sube desde Saint-Jean-

Pied-de-Port, retomamos, una vez más, lafamosa cita contenida en la primera Guía dePeregrinos, el Codex Calixtinus. En el tam-bién llamado Liber Sancti Jacobi se dice deforma un tanto enigmática al abordar estastierras: �a Dios le llaman Urcia, a la Madrede Dios, Andrea Mari; a Santiago, iaonadomne Iacue�. Con el nombre misteriosoUrci de una divinidad celta solar, se recogenlas tres devociones fundamentales, cristiani-zadas ya para el siglo XII por las peregrina-ciones y el arduo empeño de los Reyes dePamplona.

Quizá sea un rescoldo de los diosesancestrales el nombre de la cumbre de Ort-zanzurieta bajo la que se cobija el monasteriode Roncesvalles. Que nos recuerdala voz eúskara ortzi con que llamanen estos valles al trueno. Una recrea-ción en la cumbre de la montaña deldios Siva -que en euskara se haceOrtze- el señor del cielo: dios de losrayos, truenos y tormentas. Del queel Urtzi o Urtzia medieval es uneslabón fonético tardío y pagano,felizmente recogido por la curiosi-dad de Aymeric Picaud.

Aquí está el paso natural de losPirineos por una cota llana a tansólo mil metros de altitud. Por don-de cruzaron los caminos celtas y lascalzadas romanas, que han dejadoel torreón del monte Urkulu -denuevo la referencia toponímica aldios Urcia es obligada- en lo másalto. Que en euskara urkulu y urkuilu seanlo que en nuestro romance llamamos forca-cha no contradice la ilación mitológica queperseguimos.

Forcacha significa horca y puntal: pun-tal del cielo sería justamente esta cumbre yel mismo dios Urcia que le da nombre. Enunas claves indoeuropeas que ya hemostenido ocasión de rastrear en el Moncayo,antiguo Monte Cayo. Pero dejemos aquíconstancia de estos paralelismos entre elPirineo y el Moncayo, entre las cumbres delantiguo solar vascón y la montaña mágicade Celtiberia. En el inmediato Valle deAnsó encontraremos Las Forcas, y lascimas de Peña Forca y Peña Forcala. Signi-ficados gemelos en raíces románicas.

Recordemos, una vez más, el viejocuento de la mitología hindú: cuando el Gan-ges iba a caer sobre la Tierra, el dios Siva lorecogió en su regazo para amortiguar la caíday evitar que la Tierra se hiciera daño. Y esterelato que se escenificaba en el Moncayo dela mano del dios solar Cais, se repite miméti-camente en la cima de Ortzanzurieta, dondese superpone el dios celta Ortze y el sufijoeúskaro zuri de cima blanca, como tambiénal Moncayo se le llamó Caunus por cano.Los montes albos -cimas peladas de nieve ysol- resultan bastante reiterativos en todas lasgeografías y mitologías.

Nuestros primitivos pobladores indo-europeos vieron en el inmenso prisma mon-tañoso del Moncayo el puntal del cielo. Laelevación de la Tierra que toca y sujeta la

bóveda celeste. Encierra todo el simbolismode la unión del cielo y la tierra. Por eso lamontaña es la morada de los dioses. Y comoun inmenso menhir esmeralda y violeta quese eleva sobre el valle, simboliza el diosmasculino Siva del panteón hindú. Así ocu-rre en el Tíbet con el monte Kailas y sutemplo para el Toro de Siva. Y esta divini-dad masculina expresa la fuerza, la fertili-dad y el ritmo del Universo. Pero al mismotiempo es un dios terrible, es el dios des-tructor. En la montaña nacen las aguas queson fuente de vida y se esconde el sol quefija el tiempo de la naturaleza. Pero tambiénorigina tempestades, sequías y aguaduchos.En definitiva, alimenta el ciclo continuo demuerte y renacimiento de la naturaleza.

Y repite en derredor una serie de pica-chos que son todos los picos Cayos de laSerranía Ibérica, que en euskara se hacenurkulu: el monte Urkulu del Valle de Aéz-coa, el collado Urkiaga de Quinto Real y laCrête d`Urculu en Francia. Que en el bajolatín caia significara báculo o cayado -loque en nuestro romance llamamos gayata-redondea los paralelismos entre la denomi-nación divina, la cima de la montaña y elbastón corvo, gemelos en el latín, el españoly el euskara. Que dejará el reguero añadidode los onomásticos Caius, Cayo y Urki, esteúltimo con las variantes Ortzi o Urtzi. Quenos remiten a la lengua latina en el nombrede Orcus que designaba las divinidadesinfernales, los dioses de los truenos y lascentellas.

Traslación de los mismos sig-nificados y los mismos relatosmitológicos desde el Hindu-Kush alMoncayo y al Pirineo. Que ahoraanudamos mutuamente con el nom-bre Urtzi que está en la raíz de lospoblamientos de Urzainqui yUrzante. Uno en el río Esca pirenai-co, el otro en el Queiles, al sur delEbro. Compartiendo el pueblo celtí-bero y el pueblo vascón las mismasetimologías divinas para la identifi-cación del terruño, manifestadas enlas fundaciones urbanas y en lascimas circundantes.

Todavía más, la Madre deDios es Andrea Mari. Andre, conlos significados de señora, madre,esposa y virgen, quizá sea la pervi-

vencia de la diosa madre ancestral. Quedará origen a un onomástico femeninomedieval: Andregoto, etimológicamente lamadre de dios, de sufijación germánicabien patente.

Iaona domne Iacue para designar aSantiago, es decir, �Jauna dominus Jac-ques�, donde el título reverencial eúskarojauna se superpone al latino dominus. Jakuees menos original: como toda la tradiciónsantiaguista nos ha llegado enteramente deFrancia después del primer milenio y alcalor de los peregrinos jacobeos. No deja deser paradójico que, al paso de los siglos, loque fuera el sueño de Carlomagno se hayaconvertido en una esencia hispana.

J. D.

A

Mitología en OrtzanzurietaJulio Donlo

RONCESVALLES: panorámica del monte Ortzanzurieta, con laColegiata de Roncesvalles en el fondo del valle.

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allá en el fondo Villarcayo.Tiene nuestro peregrino un poco de

iconoclasta y llegado a Sotoscueva sereplanteó el itinerario a seguir. La vecinaMerindad de Valdeporres debería ser elcamino natural, el que con comodidad leconduciría a Soncillo, para desde aquí lle-gar por Julióbriga y Cervatos a la no lejanaAguilar de Campoo.

Pero es poderoso el influjo que sobreel caminante ejerce la cercana Merindadde Castilla la Vieja y la proximidad deljoven Ebro. Son poderosos los influjos quela madre tierra y los quehaceres de loshombres ejercen sobre otros hombres, quecuando caminan sienten que los montesson regazos y las llanuras despobladas,caminos al infinito. Y sumido en ese espa-cio intemporal el peregrino responde alinterés del que le ve pasar, por la longitudde su tranco diario o por la premura de sucaminar. Al que, ajeno a estos conceptos leinterrogue sobre sus sentires le invitará ainiciar con él la marcha.

Y allá en el fondo, Villarcayo. Deespalda a unos montes entre los cuales uncamino se extiende hasta un pueblecitoque se llama Puentedey-Puente de Dios,extiende su mirada hacia el luminoso y fér-til llano en el que, a tiro de piedra se yer-gue la vieja Medina de Pomar, al cobijo dela Sierra de La Tesla.

Fue Medina de Pomar la capital de laregión hasta que Felipe II decidió trasladarla capitalidad a Villarcayo, posiblementeno tanto por ser esta villa centro geográfi-co de las Merindades, cuanto por menosca-bar el poder de la familia Velasco, que des-de 1.473, con la concesión del título here-ditario de Condestable de Castilla a PedroFernández de Velasco, ejercía su omnipo-tencia. También ejercía de Conde de Haro,de Señor de Medina de Pomar, de Brivies-ca, de Villadiego, de Belorado, de Salas ysu tierra, de los Valles de Soba y de Rues-ga...

Es la moderna Medina heredera de laantigua Vellica, ciudad que los historiado-res romanos sitúan en territorios de loscántabros. Parece ser que de Vellica proce-de el calificativo Vieja, que se une al nom-bre de Castilla e identifica a la Merindad.

También parece ser que Medina adoptó elnombre antiguo para llamarse posterior-mente Medina de Castilla Veteris.

Desde el Alto de Bocos y hacia elhondón se dirige el peregrino. Se descubrea su vista Torme y su magnífica torre rena-centista adosada a un palacio invadido porla maleza. Allá, en la falda del monte deZozana una límpida luz ilumina a Salazar,

solar de la familia que dio nombre al lugary que fue víctima de sus enemistades conlos Velasco. Se conserva todavía el palaciocon sus recias torres.

Está el caminante en Bocos y despuésde atravesar el puente sobre el Nela, llega,ya en el llano, a Villacomparada de Rueday a la antigua Abadía de Rueda. Era éstaabadía secular a imagen de la que conoci-mos en Vivanco de Mena. Era titular de laAbadía el Conde de Bernos, el cual comobuen abad ejercía su poderosa influenciasobre las vidas y las haciendas de los luga-reños. También sobre su vida espiritual, yaque era competente en el nombramiento delos titulares de las capellanías.

Y viene a la memoria del peregrinouna lejana niñez y la escuela de un pueblo

en la que un sacerdote alertaba a los niñossobre la existencia de tres temibles enemi-gos: Demonio, mundo y carne. Ellos, juntoa un sinfín de amenazas ocultas habíanconformado una tela de araña en la que,pobres niños, era muy fácil caer. Y caersignificaba presentarse un día no ante unJuez justo y misericordioso, sino ante unJuez frío e inplacable. En el recuerdo de laAbadía percibe el reflejo subliminal de unpequeño mundo circunscrito a un ámbitoreducido.

Villarcayo es el centro geográfico,económico y político de las Merindadesburgalesas. Su expansión económica hallevado consigo su expansión física y yapocos vestigios quedan de su pasado.Cuenta Dionisio Ridruejo que en el sigloXIX se conservaba intacta la Torre delMerino, que comprendía las Salas deAudiencia y la Capitular, el Archivo, lacasa del alcalde, la cárcel con sus instru-mentos de tortura, y la estancia del reloj,donde se guardaban las pesas y medidasque hacían ley en el mercado.

Junto a Villarcayo, camino de Puente-dey, está Cigüenza. También Cigüenza estámuy cerca de Fresneda y como en ellaguarda un centenar de tumbas antropomor-fas talladas en la roca. En la Iglesia deSanta María se dice que estaba enterrado elJuez Nuño Rasura.

Los nombres de Santa Cruz de Andi-no, Villalaín, Bisjueces, evocan épocas degestación de convivencia, duras épocas enlas que las vidas de unos hombres se aco-modan a las de otros hombres a manera derompecabezas. Pero aquí el encaje de laspiezas no la realizan los guerreros sino losjueces, y entonces nos encontramos anteun vivir que no es una sucesión de conflic-tos bélicos, sino civiles y penales, y antedos jueces que impartían justicia no enrecintos cerrados sino en plena naturaleza,allí, en la Fuente de Onzapata, hacia laTesla.

Las figuras de Laín Calvo y de NuñoRasura impregnan el ambiente de laMerindad. Villalaín es la villa de Láin Cal-vo y Bisjueces la de Nuño Rasura. Cercade Villalaín se encuentra la Ermita de laTorrentera y se asegura que en ella estuvo

El Camino del Norte de Burgos.Castilla la Vieja

José Angel Jiménez

MEDINA DE POMAR: Arco de la Cadena(tomado de un folleto turístico).

Y¿Hallaste miel? Come lo que te baste, no sea que hastiado de ella lo vomites.

Salomón 25.16

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enterrado Lain Calvo. Fue desenterrado yse comprobó que el cadáver se conservabacompleto, pero que como polvo se deshizoal contacto con el aire. Era al parecer degran estatura y rememora al peregrino lafigura del navarro rey Sancho el Fuerte, alque también se le atribuye gran talla física,hasta el punto de que su sepulcro de Ron-cesvalles es fiel a los 215 cms. del monar-ca. ¿Será que la talla humana que irradianciertas personas hace que su físico seengrandezca hasta adquirir proporcionessoberbias?

Desde Villalaín hasta Bisjueces apenashay dos kilómetros, y es en Bisjueces don-de mejor se guarda la memoria de LaínCalvo y de Nuño Rasura, y nopodía ser de otra forma que pormedio de la piedra. Bajo labóveda magnífica del pórtico yen el hastial del templo dostallas de los jueces, sedentes,flanquean una delicada puertadel Renacimiento. Sobre ella, yen tres hornacinas, hay otrastantas tallas: el Emperador Car-los, San Roque y San Pedro.

Y el peregrino va en buscadel Ebro. Joven, saltarín yembarrancado corre muy cerca,entre sotos silenciosos y escar-pas coronadas por la silueta deláguila. Cuando ya agotado debrincar necesita un reposo, ahíestá el Valle de Valdivielso parafrenar su caracoleo y remansar-lo. Igual ocurre con el ya no tanjoven peregrino. También su ánimo exalta-do se remansa cuando después de atravesarla Garganta de la Hocina se introduce porQuintana de Valdivielso en un espaciomagnífico.

No es Valdivielso un valle frondoso yfresco. Es agreste; en él domina la piedra ysin embargo es idílico y acogedor, magní-fico desde la Mazorra, y también desde LaTesla, sierra en la que se dice se refugiaronlos vencidos cántabros de Vellica.

Por Valdenoceda busca el caminante aEl Almiñé, y al llegar al ramalillo que con-duce al pueblo nota que la temperaturasube de tono y que el ambiente se impreg-na de un aroma de frutas. Al final delcamino hay casas blasonadas, un templodel siglo XII, y silencio. En la parte opues-ta a la que se ha utilizado para llegar hayuna antigua calzada, que algunos llamanromana, y que llega a la Ermita de NuestraSeñora de la Hoz, arriba, ya en el páramo.

Al fondo del valle Hoz de Valdivieso

es una cuchillada que algún dios iracundodescargó sobre la maldad de los hombres.La herida separó a los de Hoz de los deTartalés de los Montes. Población, Quece-do, bajo las cárcavas de Las Teslas... Puen-te Arenas, y en Puente Arenas, San Pedrode Tejada, antes de que el Ebro quede pri-sionero en la presa de Cereceda.

El valle fue hasta el siglo IX unapequeña Tebaida, menor que la tambiénllamada Tebaida del Bierzo, y como enotros también agrestes lugares adoptó laforma mozárabe. Pero nada queda del anti-guo monasterio, de aquel que dependía dela cercana Oña y que en el siglo XV fueocupado por monjes reacios a adoptar la

reforma benedictina promovida desdeValladolid. Con el castillo de Toba, situadofrente a él, era el monasterio centinela delvalle.

Da la sensación de estar el templo enel camino que un constructor siguió por lastierras del norte de Burgos y por el sur deCantabria, al que algunos llaman la rutadel románico erótico de Cantabria, que nosería sino el recurso de etiquetar lo dificil-mente explicable y lanzar un producto a lapalestra de forma sugerente y digerible. Semezcla en San Pedro la talla de aparienciatorpe de alguna arquería ciega con la másfina y delicada de la portada del hastial. Enella vuelve a representarse el Tetramorfosjunto a una esquematizada Última Cena ya un hombre bajo las fauces de un león.

Inevitablemente el visitante va a alzarla mirada hacia los canecillos. Allí estánlos músicos, los ángeles, los hombres conel libro de la sabiduría entre sus manos, elleón en estrecho abrazo con el hombre, no

se sabe si en actitud de lucha o en un actode transmisión de poder. El águila sobera-na, el perro y el caballo, siempre condu-ciendo al hombre; el cerdo, animal inmun-do pero que antes de llegar a serlo compar-tía con el león el apoyo de los sepulcros delos reyes; el asno como símbolo de losoprimidos por el poder y la brutalidad; elsaltimbanqui, en el que reconocemos lascontorsiones que nos obliga a realizar elvivir.

Convive junto a este románico que espuro símbolo y sueño ese románico realis-ta que provoca una sonrisa, confusa einquieta, en el visitante. ¿Por qué esoscanecillos con escenas grotescas y ahora

obscenas, que hacen que la son-risa no sea pícara? ¿Por quéestas manifestaciones seencuentran precisamente enrecintos comunitarios como SanPedro o Cervatos?

La cristianización implicóadoptar y adaptar viejas costum-bres arraigadas desde siglos enel alma de las gentes. Convirtióa antiguos dioses y diosas ennuevos santos y santas y a losanimales de los canecillos enelementales representacionesdel bien y del mal. Se condenael cuerpo del hombre como ele-mento vil, y tal vez en esemomento constructores y cante-ros comienzan a labrar la sen-sualidad, porque la sensualidadera una forma esencial de mirar

la vida.Este concepto obligaría a desechar el

de rebelión contra el “status”, porque esarebelión o habría sido tolerada, a no serque, como ocurre ahora mismo, se reco-nociera y exaltara la obra de vanguardiaaun siendo incomprendida, solo poresnobismo.

O porque en esos recintos, emplaza-dos en lugares angostos, de difícil acceso,aislados pero en comunión con la tierra,las comunidades no aceptaran el anatema yasumieran la representación de las cosashumanas de la forma más real y en ocasio-nes cruda.

Confuso retoma su camino el peregri-no, pero no se alejará. Salió de Castilla laVieja y a ella debe regreser para retomar elCamino y adentrarse en el Valle de Manza-nedo. Hasta ese momento reposará en Val-denoceda, al pie de la Torre de los Velasco,allí donde el valle nace.

J. A. J.

SAN PEDRO DE TEJADA. vista de la iglesia románica del siglo XII(tomado de un folleto turístico).

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Estudios

Maite Gastesi Sorbet

Camino de Santiago1ª etapa: Saint Jean de Pied de Port-

Roncesvalles

l motivo de la publicación de esteartículo es el de concienciar,

informar, señalizar, coordinar y unificarcriterios respecto a esta etapa del cami-no, con el fin de evitar problemas, aler-tando a los peregrinos de su dificultad ypeligros que en ella pueden existir, nor-mas de comportamiento, seguridad e iti-nerarios para llegar a Roncesvalles.Siempre la importancia de la informa-ción.

La información sobre esta etapa seofrecerá a los peregrinos desde SaintJean de Pied de Port en todos los idio-mas, teniendo en cuenta que el alberguede esta localidad pemanece cerrado del 1de diciembre al 15 de marzo, fechas demayores problemas de nieve, por ello lainformación se deberá dar también desdehoteles, oficinas de turismo, paneles ycomienzo de la etapa.

Dedicamos este artículo y nuestroesfuerzo a las personas fallecidas en estetramo, a sus familias y a todos los pere-grinos que a diario cruzan este camino.

También queremos hacer mención alaumento progresivo del número de pere-grinos a su paso por Roncesvalles:

- año 2001: 26.903 personas- año 2002: 29.284 personas- año 2003: a fecha 20 de junio:

10.800 personasSin olvidarnos del 2004, “Año San-

to”, en el que se prevé una afluenciamasiva de peregrinos de todo el mundo.La invasión que don Elías Valiña anun-ció. Reproduzco un hecho real de estepersonaje.

Hace unos años, don Elías Valiña,cura del Cebreiro, andaba por estas tie-rras marcando el camino con flechasamarillas y muy cerca de la frontera conRoncesvalles fue sorprendido por laGuardia Civil, que mosqueada, le dio elalto preguntándole para qué hacía lasflechas. Él contestó “para que la genteque entre de Francia sepa por dónde tie-

ne que entrar, estoy preparando unainvasión”. Ante tal contestación lo lleva-ron al cuartelillo y no lo dejaron tranqui-lo hasta que comprobaron su tarea y bue-na intención.

Para quienes midan la importanciadel camino por la valía de sus monumen-tos artísticos exclusivamente, quizás estaetapa no tenga mucha relevancia, peroreserva sospresas considerables y elobjetivo es que las conozcáis en todassus vertientes y dificultades.

Reproducimos para vuestro interésun artículo publicado en el nº 8 de laRevista SUA de Bomberos de Navarra ala vez que les agradecemos su aporta-ción y gran eficacia demostradas en

todos los rescates y ayuda a víctimas delcamino en este tramo.

SAINT JEAN DE PIED DE PORT-RONCESVALLES

Principal ruta de entrada para losperegrinos es el llamado “Camino Fran-cés” distribuido en la guía del peregrinomedieval en 16 etapas de longitud pare-cida, señalizadas en todo su recorridopor flechas, marcas amarillas, pilares,cruceros, etc...

Esta es la primera etapa, en la queexisten dos ramales:

- 1º, llamado de “las crestas” de 22,7km, por los puertos de Cize. Anti-gua vía Romana.

E

ST. JEAN PIED DE PORT: Rue de laCitadelle. (Foto de la Autora)

RONCESVALLES: monumento a la batalla deOrreaga-Roncesvalles. (Foto de la Autora)

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- 2º, de Valcarlos, de 19,5 km, quetranscurre próximo a la carretera,de menor desnivel y peligro, cami-no de elección en invierno.

1º. También llamado de Napoleón.Es un recorrido muy duro, que se vecompensado por la belleza de los paisa-jes y la cantidad de historia reflejada eneste trayecto. El recorrido consta de 19km. de ascenso desde 181 metros a1.445 metros en Lepoeder, para luegodescender en 3,4 km. a 954 metros enRoncesvalles. Estos desniveles hacende este tramo una dura etapa de monta-ña. Antaño los peregrinos eran atrope-llados por poderosos caballeros que lesexigían tributos para pasar por sus tie-rras.

Bien es cierto que después de subirpor esta cordillera imponente hasta lascumbres dulces y cercanas al cielo, elcansancio te envuelve en una nebulosallena de brumas y encanto donde elagua es tu aliada y no distingues muybien si es sueño o realidad lo que estásviviendo. Una vez terminada la ascen-sión es recomendable soltarse los calza-dos, estirarse los calcetines y volvérse-los a atar. Ya en Lepoeder desciendes allugar de reposo, Roncesvalles, impres-cindible para el auxilio físico y espiri-tual, para sanar los cuerpos y las almasde los fatigados peregrinos. Durante eldescenso sufren las rodillas, las piernasno te siguen por el cansancio; eso y lasganas que tienes de llegar a Roncesva-lles aumentan el riesgo de caídas,sumando a esto la dificultad del rescateen esta zona. Por todo ello, recomenda-mos el descenso por Ibañeta (vermapa).

En el recorrido hay mucho barran-co, que continua sin proteger, a izquier-da y derecha del camino. Eso y lasinclemencias del tiempo, lluvia, nieve,

viento, calor, frío, etc., ocultan las seña-les de pintura y mojones y se pierde elpaisaje, haciendo que este camino sea aveces impracticable, dando preferenciaa la ruta de Valcarlos, que transcurre almargen de la carretera.

El camino tiene dos fuentes de aguapotable. Aún y todo, se recomienda lle-var 3 litros de agua por persona y comi-da suficiente, pues es una ruta sin cilivi-zación en casi la totalidad del recorrido.

En este ramal existe un albergue enUntto a 5,4 km. de San Jean de Pied dePort para 30 personas, y se prevé lahabilitación de otro en Elizalar, a 15km. de San Jean de Pied de Port, dondehoy existe un antiguo corral de ovejas,refugio de pastores y una fuente.

2º. Este camino discurre pegado alrío Nive; con la carretera a la vista, sellega a Arneguy y de aquí a Valcarlos.Este pueblo está localizado a 8 km. deSan Jean de Pied de Port y tiene unalbergue de 8 camas. Hay una duraascensión 3 km. antes de llegar a Ibañe-ta, donde se puede ver la moderna capi-lla de San Salvador de 1965, nombredel primitivo edificio del monasterio deSan Salvador de 1071, del que sólo seconserva la campana, cuyos repiquesservían a los peregrinos de orientaciónen la niebla, evitando perderse. Junto ala ermita un monolito que recuerda lamuerte de Roldán y donde los peregri-nos clavan sus cruces. De aquí se des-ciende a Roncesvalles donde finaliza la1ª etapa del “camino francés”.

En el momento actual ha sido total-

mente necesario definir una vía única, oa lo sumo, con algunos ramales varian-tes, perdiendo a veces tramos de muchointerés histórico, para poderlos dotardel privilegio de un derecho de protec-ción y así salvarlos de la vorágine de lascarreteras, espacios edificados, camposde cultivo, etc.

El decreto foral 290/1988 del 14-12-1988 definió el trazado de la “ruta jaco-bea” como camino oficial: ruta de 3 m.de servidumbre a los dos lados del cami-no, prohibiendo el tráfico rodado devehículos de motor. Hoy el camino estáprotegido por el Gobierno de Navarra.

Con el fin de disminuir la siniestra-lidad y definir una ruta segura y bienseñalizada en esta etapa, se han realiza-do varias reuniones entre asociaciones,Gobierno de Navarra y las propuestasestán pendientes de aprobación de pre-supuestos.

Las mejoras por el momento son lacolocación de un gran cartel en SanJean de Pied de Port, señalizando lospeligros de esta ruta y desviando elcamino por Valcarlos señalizándolo conflechas amarillas de madera, y se haprocedido al desbroce y acondiciona-miento del mismo.

Y con palabras de J. A. Corrienteme despido: “esta ruta guarda sus mis-terios, sus interrogantes y respuestas,sus signos, sus dolores y gozos, sustesoros artísticos, sus dones de amistady el esfuerzo compartidos. Que Santia-go nos ayude. ¡Utreya e suseya!

M. G. S.

RONCESVALLES: Silo de Carlomagno. (Foto de la Autora)

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Literatura

El rincón de la poesía

¡Peregrino pisa el camino!

Oigo al pisar el Camino un grito quecaminasobre el mar sometido.Tantas manos separadas por los discursosal viento.Tanta sonrisa que nunca terminaen carcajada.Un gesto de dolor te retuerce,bien lo sé,pero hay muchas hojas que son verdespara que nadie arranquetu esperanza.Y si te alcanza la dudao sientes deseos mezquinos¡peregrino, pisa el Camino!Las manos blancas, cortinas blancasLas manos negras, cortinas negras.Voy caminando yal escuchar el silenciosiento sobre mi almatodo el peso del Camino:El Camino de Santiago.¡Peregrino, pisa el Camino!

Vicente Gaínza Ariztegui

CANTIGA

¡Virgencita mía!

Virgen de Roncesvalles,brillante y plateada,Reina del Pirineo;ruega e intercede por el romero.

Santa María la Real de Pamplona;Hija de Sión, alégrate.

Virgen del Puy,allí, en Estella;luminaria, espledente.Rocamador, española y francesa.

Reina do Cebreiro,la guapa, la bella,la novia entre tules y nieblas.

Virgen de Sirga de Villarcázar,la de las cantigas, la preñada.

En cada recodo de la senda,la mano cariñosa y maternade Santa María, mi Virgencita.

Virgen del Camino,ruega, sé amparo y sé guía.Virgen peregrinacon manto, vieira y bordón;Apoyo de todo romero.Pilar de fortaleza fuistepara Santiago Apóstol.Fortaleza y Pilarpara el que a Composteladirige sus pasos.

Proclama mi alma tus bondades,se alegra mi espíritu en lo profundoal saber y decirte que eres Madrecariñosa, protectora, alondra,luz, faro y guía en el camino.

Virgencita mía, te quiero.Esta cantiga es para ti,como el Sabio en otro tiempoo Berceo, como otros muchos peregrinos,te canto y te digo:¡Virgencita mía, te quiero!

José Miguel Burgui

Dirección del alma

A Lourdes Burgos, compañera de labiblioteca y amiga, en su primeraniversario.

Somos en el mundoun ser real,en la Vía Lácteaun hálito de vida inicial,en el planeta tierraun proyecto existencial,en el continenteun futuro personal,en el paísun individuo social,en la ciudaduna persona racional,en la casaun corazón singular,en el corazónun alma inmortaly, en la inmortalidad,dando sentido vital:al corazón, a la casa,al país, al planeta,a la Vía Lácteay al mundo total.

Mª Elena Arenaz Erburu

Imagen de Santa María la Blanca de Villasirga (la Virgen de las Cantigas). Foto A. Panizo

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