escatología (notas de clase)

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Escatología 1 PARUSÍA, FIN DEL MUNDO Y CONSUMACIÓN DEL MUNDO En el credo confesamos que “desde allí HA DE VENIR a juzgar a vivos y a muertos”. Las primeras comunidades confiesan a Jesús como Mesías, como el Hijo del Hombre venidero: “¡mará natha!”. Pero, ¿cómo debemos entender esta venida y su relación con el fin del mundo? 1.1 PARUSÍA, DÍA DEL SEÑOR, EPIFANÍA, APOCALIPSIS 1 Para designar el mismo acontecimiento en el NT se utilizan diversos términos: 1.1.1 Parusía El término griego significa “estar presente, llegar”. Durante el helenismo designa el descenso o la manifestación de personajes divinos en la tierra; más tarde, la visita de reyes a las ciudades sometidas. En el NT aparece 24 veces, y designa la venida futura del Señor, su adviento: 1 Ts 4,13-18 “Pero no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como lo hacen los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con Él a los que durmieron en Jesús. Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre. Por tanto, confortaos unos a otros con estas palabras.” Es el texto con más lujo de detalles. Mateo 24. Discurso apocalíptico 1 RUIZ DE LA PEÑA, Juan L.: La otra dimensión: Escatología cristiana. Santander, 1994, Sal Terrae (153ss.) 1

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Page 1: Escatología (notas de clase)

Escatología

1 PARUSÍA, FIN DEL MUNDO Y CONSUMACIÓN DEL MUNDO

En el credo confesamos que “desde allí HA DE VENIR a juzgar a vivos y a muertos”. Las primeras comunidades confiesan a Jesús como Mesías, como el Hijo del Hombre venidero: “¡mará natha!”. Pero, ¿cómo debemos entender esta venida y su relación con el fin del mundo?

1.1 PARUSÍA, DÍA DEL SEÑOR, EPIFANÍA, APOCALIPSIS1

Para designar el mismo acontecimiento en el NT se utilizan diversos términos:

1.1.1 Parusía

El término griego significa “estar presente, llegar”. Durante el helenismo designa el descenso o la manifestación de personajes divinos en la tierra; más tarde, la visita de reyes a las ciudades sometidas.

En el NT aparece 24 veces, y designa la venida futura del Señor, su adviento:

1 Ts 4,13-18 “Pero no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como lo hacen los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con Él a los que durmieron en Jesús. Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre. Por tanto, confortaos unos a otros con estas palabras.” Es el texto con más lujo de detalles.

Mateo 24. Discurso apocalíptico

1.1.2 Día del Señor

Es la trasposición cristológica del “día de Yavé” del AT.

1 Ts 5,2 “Pues vosotros mismos sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como un ladrón en la noche;”

1.1.3 Epifanía

En el helenismo es sinónimo de “parusía”. En las pastorales, el término se emplea para designar la última venida del Señor...

1 Ti 6,14 que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo,...pero también de la primera aparición de Jesús. En Apoc. es sinónimo de “parusía”.

Alguna vez se utiliza también apocalipsis como sinónimo de epifanía.

1 RUIZ DE LA PEÑA, Juan L.: La otra dimensión: Escatología cristiana. Santander, 1994, Sal Terrae (153ss.)

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¿Qué esperamos? Después de la noche, esperamos el día, que Dios sea Señor. Más allá de la apariencia, esperamos la manifestación, la revelación de la auténtica estructura de nuestro ser y de la realidad.

1.2 OLVIDO TEMPRANO DE LA PARUSÍA

I. La idea de la venida gloriosa de Cristo está presente en los Santos Padres y en todos los símbolos de la fe, pero el término “parusía” no es frecuente, a pesar de que aparece muy a menudo en el NT:

Como término técnico (“venida definitiva de Cristo”), “parusía” se emplea en la Epístola a Diogneto, el Pastor de Hermas, y en Justino.

Justino también lo emplea como término técnico (“venida definitiva de Cristo”), pero en ocasiones emplea “parusía” aplicado a la venida histórica de Jesús.

Ignacio de Antioquía utiliza el término en el sentido de “encarnación”, de la venida histórica de Jesús.

II. Según RUIZ DE LA PEÑA, “el pensamiento de la “parusía” ha sufrido una progresiva neutralización de la Patrística a la teología Medieval, y de ésta hasta nuestros días”. Esto queda sugerido por el enrarecimiento del término: bastaría decir que desde la Edad Media hasta el Vaticano II sólo aparece dos veces en documentos del Magisterio: en el IV Concilio de Letrán y en la profesión de fe del emperador Miguel Paleólogo (y en ambos casos se trata de expresiones muy rutinarias).

III. Hay que esperar al Vaticano II para volvernos a encontrar con que la parusía tiene una presencia significativa. El texto, por ejemplo de GS 392, es de singular belleza, conjuga la necesidad de trabajar en este mundo y preparar aquí el cielo nuevo y la tierra nueva que esperamos.

MOLTMANN, en El camino de Jesucristo, comenta que la pérdida de la espera en la parusía fue el precio que se pagó por la integración de los cristianos en el imperio romano. Moltmann insiste también en que este olvido no se ha dado sólo en el pasado, sino que se da también hoy en la Teología (se refiere a Barth, Bultmann y otros, los cuales se refieren al presente y se olvidan del horizonte de la parusía como esperanza anticipadora).

1.3 RETORNO, SEGUNDA VENIDA, UN APUNTE A UN POSIBLE EQUÍVOCO

2 Cf. pg. 92 de los apuntes.

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¿Es correcto entender la parusía como segunda venida o retorno de Cristo? No, además no corresponde a la manera de hablar del NT. No se puede hablar de que Cristo viene o vuelve. La parusía ¿no consiste más bien en que la realidad va a Cristo, o retorna a Cristo (Dios), al misterioso y permanente origen de su ser? La Historia camina hacia Cristo (Dios) acompañada por Cristo permanentemente. El NT no habla de retorno de Cristo. En todo caso, no debemos pensar que Cristo se ha marchado para volver más tarde.

Las corrientes apocalípticas comparten una idea de fondo: Dios ha llevado consigo a Jesús (ascensión), pero lo volverá a enviar para marcar el momento decisivo, el final. Por eso se le invoca con “Ven Señor” (mará natha).

La parusía no es una segunda venida, porque no se ha ido, sino que es la realización cumplida de la venida, o la venida plenamente realizada. No es tanto que Cristo viene al mundo, como que EL MUNDO CAMINA HACIA CRISTO, o con Cristo hacia Dios (o hacia la plena estatura de Cristo mismo). Cuando el mundo llegue del todo a Cristo, entonces también Cristo habrá venido del todo.

De ahí el libro de MOLTMANN, en el que quiere significar que Cristo está viniendo constantemente y nosotros vamos en camino con Él hacia la meta de la Historia y de la realidad. Entonces será Cristo del todo, entonces Dios será del todo Dios (1Cor 15, 28: “cuando sea Dios en todas las cosas”). Cuando Dios habite plenamente en su creación, Cristo habrá venido del todo. Todo lo que sucede forma parte de ese camino del hombre hacia Dios.

Se trata de que toda la realidad camina, va accediendo a Cristo. Por eso RAHNER afirma que Jesucristo retorna en la medida en que todos acceden a él.

1.4 LA PARUSÍA ¿ES UN HECHO HISTÓRICO?

Depende de lo que entendamos por hecho histórico. Al igual que la protología bíblica no nos ilustra acerca de cómo sucedieron las cosas en el comienzo, la escatología tampoco tiene esa pretensión respecto a las cosas que tendrán lugar en el final. El lenguaje de la fe no trata de describir hechos de nuestro mundo. En la medida en que afecta a la Historia es histórico, pero no se trata de un suceso empíricamente constatable y tratado con metodología historiográfica. La parusía no es un hecho histórico en el sentido de “históricamente observable”, pero sí afecta a la Historia.

¿Es un hecho objetivo? Si objetivo significa no imaginario, sí lo es. Pero no es objetivo en el sentido de un hecho objetivable con métodos positivos. La parusía es un hecho real y pleno, aunque su realidad no es un hecho histórico y objetivo. La realidad es algo más amplio que lo histórico y objetivo.

1.5 LA PARUSÍA ¿CONLLEVA UN TÉRMINO DEL TIEMPO?

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Asociamos la parusía al fin del mundo y al fin de la Historia, pero la cuestión del tiempo es compleja. San AGUSTÍN, en las Confesiones, cuando habla de esto dice “lo entendía hasta que empecé a pensar”.

¿Qué significa la expresión “fin del mundo”? Tiene una doble acepción: término y finalidad3.

ARREGUI tiende a asociar parusía con finalidad y no tanto con término o fin físico.

GRESHAKE, LOHFINK, KEHL y otros abogan por no identificar parusía con un acontecimiento final de la Historia que pondría fin a todos los procesos mundanos. No es el the end del universo y de la Historia. Lo identifican más con la finalidad de todo lo que es, de todo lo que transcurre. La finalidad es la parusía: el ser plenamente con Cristo en Dios.

En contra, RUIZ DE LA PEÑA dice que la fe en la creación presupone un comienzo del tiempo y la fe en la parusía conlleva un final.

ARREGUI: la fe en la creación no nos dice que ha tenido que haber un big bang, no nos enseña nada de lo que ha tenido que haber. El creyente como tal, en nombre de la fe, no puede postular nada ni del cómo ni del cuándo del principio, ni del cómo ni cuándo del fin. Hablar del fin del mundo a nosotros no nos da ningún dato de lo que vaya a ocurrir con el tiempo y el espacio. En el límite sería posible que el tiempo tuviese una duración indefinida y el espacio también.

1.6 UN PLANETA EN PELIGRO DE MUERTE

Lo cierto es que crece la sensación de que habitamos un pequeño planeta amenazado, y amenazado por la propia especie humana (y esto sí es nuevo). El poder inhumano que posee la especie humana para provocar un final catastrófico de la vida es una posibilidad terrible que está ahí.

Pero también debemos reconocer que la capacidad de reencontrar equilibrios y resolver las crisis del planeta tierra es increíble y asombrosa. El planeta ha pasado por muchas fases y siempre inventa nuevas soluciones. Hay que desconfiar de afirmaciones sensacionalistas. La peor amenaza es la codicia humana. Ese es el origen de todas las amenazas de la tierra.

Hay quien se pregunta si no debería desaparecer la especie humana para que perviva el planeta. Leonardo BOFF se hace esta pregunta y sugiere que la especie humana tiene que sufrir un gran descalabro para que el planeta pueda seguir viviendo en armonía. No somos ni el centro, ni la corona de la creación. Debemos relativizar la idea de que el fin del mundo se identifica con el fin del planeta tierra.

La fe en la parusía estaba ligada al fin del mundo ya desde la apocalíptica. pero las ciencias actuales plantean lo referente al futuro del universo en un futuro lejano, no en términos apocalípticos. Debemos tener esto en cuenta para no mezclar la fe en la parusía con perspectivas espacio- temporales propias de la ciencia.

1.7 PERSPECTIVAS CIENTÍFICAS SOBRE EL FIN DEL MUNDO

3 Cf. artículo de MOLTMANN: “Al final, Dios”, en Concilium 245 (1998)

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La ciencia demuestra que el universo está en expansión (véase la teoría del big bang). A la pregunta de hasta cuándo durará esta expansión se ofrecen dos hipótesis4:

1. La fuerza de gravitación será más fuerte que la fuerza de expansión, con lo cual el universo empezaría a contraerse hasta que la materia se concentrase de nuevo en una masa cada vez más pequeña de masa cada vez mayor (el big crunch). Una variante afirma que esa masa volvería a producir un “big bang”, y seguiría el proceso de forma cíclica; el universo sería así como un gran corazón.

2. La expansión seguirá indefinidamente. La energía de las estrellas se irá consumiendo y éstos se convertirán en enanas blancas o en agujeros negros. La energía se quemaría hasta quedar reducida a “cenizas”, y se impondría el frío, el silencio, la oscuridad.

Se está imponiendo esta segunda hipótesis de un universo “abierto” o “inflacionario” que se expande indefinidamente, por lo que no se puede hablar de un “fin”.

Se trata de hipótesis inseguras, porque para conocer el futuro habría que conocer cuatro fenómenos interrelacionados:

1. La evolución estelar2. La constitución de la materia3. La estabilidad de la materia4. La fuerza de gravedad, en relación a la formación y mengua de los agujeros negros

¿Hay otras dimensiones? ¿puede la expansión alterar las propiedades de la materia?... La ciencia es cautelosa y modesta. Y si los científicos son cautelosos, cuánto más hemos de serlo nosotros con los aspectos relacionados con el marco de cosmovisión científica. Nuestro discurso se sitúa en otro nivel.

1.8 EL FIN COMO CONSUMACIÓN

En este punto volvemos a la perspectiva teológica. Comenzamos el capítulo recordando que en el credo confesamos que “DESDE ALLÍ ha de venir a juzgar a vivos y a muertos”. Este “desde allí”, el cielo, lo entiende Moltmann como vocación y posibilidad última de la realidad creada: el cielo es lo que la tierra y la realidad en su conjunto está llamada a ser; es su consumación o realización plena.

La parusía no es la esperanza de la destrucción del mundo, sino la esperanza de su plena realización, de su CONSUMACIÓN EN CRISTO. Esperar en la parusía significa confesar que estamos hechos para la dicha, para la vida plena en plena comunión:

“El «fin del mundo» no es la noche, el invierno nuclear, las tinieblas del infierno, el eterno mundo tenebroso de la muerte. El «fin del mundo» es el primer día de la vida eterna. Al igual que la primera creación, la nueva

4 ALBRECHT, Andreas y ISHAM, Christopher J.: “El futuro del universo”, en ¿El fin del mundo es para mañana? Concilium, 277 (sepbre 1998), pp. 97-108

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creación de todas las cosas comienza con la luz que expulsa a las tinieblas. Es el «alba de la eternidad». No es la eternidad absoluta de Dios, sino el tiempo nuevo de una nueva creación, la eterna primavera de la vida, en la cual brota lo seco y lo muerto es vivificado. «He aquí que hago nuevas todas las cosas» se trata de una creación que permanece y no perece, de un «principio sin fin».

“¿A quién ve Juan? Ve al Dios interminablemente eterno que viene a sus criaturas finitas y a esta tierra vulnerable. Dios viene a morar con sus criaturas temporales sobre esta tierra y a descansar en su creación como lo hizo antaño ese primer sábado. Dios no desea hacer su morada en templos, basílicas o catedrales, sino en su creación entera: «El cielo es mi trono y la tierra estrado de mis pies» (Is 66,1-2; Hch 7,48s). El cosmos es su templo, el caos su enemigo. Por eso, la hermosura de la nueva creación expulsará el caos de la nueva creación. El cielo y la tierra esperan para llegar a ser morada de Dios, pues todas las criaturas han sido creadas para el amor. El Espíritu divino está en todos ellos y los abre al futuro de Dios. Dios no puede encontrar la paz hasta que todas sus criaturas —al igual que el hijo pródigo de la parábola— hayan vuelto a su seno.

“Por eso Dios sigue estando inquieto en la historia hasta que el mundo llegue a ser su santuario y pueda hospedarse con todas sus criaturas, encontrando allí su morada. La nueva creación significa que «morará con ellos, y ellos serán su pueblo». El Creador ya no se enfrentará con su creación desde lejos, sino que se mudará al lugar donde esté su creación. Entonces su eterna vitalidad se transformará en la fuerza vitalicia de sus criaturas y los seres humanos encontrarán espacio para vivir en su presencia, espacio para desenvolverse libremente y espacio para el amor. Su luz eterna iluminará la creación y brindará calor a todas las formas de vida, llenándolas de energías divinas. Su eterna presencia unificará a lo que ha sido separado por la muerte. Cuando esto ocurra, desaparecerán de la creación la muerte, las tinieblas, el frío y el caos. Cuando se nos acerque así el Dios viviente, los muertos cobrarán vida y la muerte ya no será más. Cuando sea revelada su gloria, entonces su hermosura redimirá al mundo, como dijo Dostoievski. Cuando Dios se nos acerque tanto, desaparecerá la lejanía de Dios que sentimos al llorar en un entierro. Dios encuentra su patria con los seres humanos, y los seres humanos encuentran su patria en Dios. Los seres humanos y los animales, las criaturas terrenales y celestiales llegan a ser vecinos y compañeros de casa en el hogar común de Dios. Esto es lo que vislumbra Juan en Patmos: el futuro en Dios de este mundo fatigado y recargado y el futuro de Dios en el mundo nuevo, liberado y feliz.”

MOLTMANN, J.: Cristo para nosotros, hoy. Madrid, 1997, Trotta, pg. 109-110

1.9 ESPERAR LA PARUSÍA Y ANTICIPAR LA PARUSÍA

La esperanza es anticipadora. Según MOLTMANN, la escatología no es la extrapolación del presente hacia el futuro, sino LA ANTICIPACIÓN DEL FUTURO: la esperanza es el presente del futuro. La esperanza es anticipadora en dos sentidos:

1. VISLUMBRA EN EL PRESENTE LAS SEÑALES DEL FUTURO.2. TRANSFORMA EL PRESENTE SEGÚN LA PROMESA DE FUTURO.

Cita de MOLTMANN: “en nuestra esperanza anticipamos la dicha venidera”.

Pero no es meramente la esperanza de algo que va a suceder, sino que la esperanza del cumplimiento es de lo que ya está inscrito en la Pascua de Jesús, en su vida y resurrección. En él se concentraron las esperanzas de Israel, y con él irrumpen la imágenes decisivas de la esperanza en la historia de la humanidad.

Cita de MOLTMANN: El camino de Jesucristo. La parusía es la consumación del camino de Jesús. la esperanza en la parusía es la anticipación de dicha consumación. El ser humano no vive sólo de tradiciones, sino también de anticipaciones. La Iglesia debe ir creando el futuro.

¿Vivimos del pasado, o lo transformamos desde el futuro y para el futuro? No a los legitimismos; no podemos vivir instalados en la realidad.

Cita de RUIZ DE LA PEÑA.

2 CIELO, VIDA ETERNA, NUEVA CREACIÓN

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Escatología

Apoc 21,1-7 ... 22-23 Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva -porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él, Dios-con-ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado.» Entonces dijo el que está sentado en el trono: «Mira que hago nuevas todas las cosas.» Y añadió: «Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas.» Me dijo también: «Hecho está; yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin; al que tenga sed, yo le daré del manantial del agua de la vida gratis. Esta será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él, y él será hijo para mí. (...) Pero no vi Santuario alguno en ella; porque el Señor, el Dios Todopoderoso, y el Cordero, es su Santuario. La ciudad no necesita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero.

2.1 LA CRÍTICA DEL CIELO

El antiguo Catecismo decía: Estamos en la tierra para conocer a Dios, amarle, servirle y así llegar un día al cielo.”

La crítica del cielo ha sido realizada por Feuerbach, Marx, Freud, Nietzsche:

Según FEUERBACH, el cielo es una proyección, un más acá liberado del mal.

MARX afirma que “la tarea es... establecer la verdad del más acá”. Busca construir el cielo en la tierra, como posibilidad histórica de los seres humanos.

NIETZSCHE pide fidelidad a la tierra.

Sigue en pie la utopía de construir en esta tierra, al menos, el anticipo del paraíso. Urge construir una patria, no solamente para esta tierra, sino también para el más allá, precisamente para que sea de esta tierra.

2.2 ESPERAR EL CIELO POR FIDELIDAD A LA TIERRA

Cita de KÜNG. Amor a la vida antes de la muerte, y después de la muerte.

2.3 ESPERANZA PARA EL MUNDO, Y MÁS ALLÁ

Israel tiene esperanza para este mundo: tierra, descendencia y protección de Dios. Por su parte, la apocalíptica y el cristianismo se escatologizaron, sobre todo a partir de Constantino. El cristianismo se desliga de la tarea histórica y se proyecta más allá. Es preciso recuperar la dimensión intramundana e intrahistórica de la esperanza. Véase:

NIETZSCHE pide “sed fieles a la tierra”.

La teología de la esperanza de MOLTMANN.

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La teología política, de METZ.

La teología de la liberación.

El concepto de ANTICIPACIÓN nos sirve para expresar esta dimensión histórica, intramundana de la esperanza. Este concepto tiene su origen en BLOCH y es desarrollado por MOLTMANN.

SCHILLEBEECKX. El Reino de Dios es la “reparación llevada a cumplimiento de este nuestro mundo desquiciado”. “La esperanza que no se anticipa en la tarea del mundo no es esperanza” “No esperamos un mundo diferente (...), sino este nuestro mundo terrenal redimido de su dislocación...”.

2.4 EL CIELO COMO TAREA: PROGRESO HISTÓRICO Y ESPERANZA ESCATOLÓGICA

“Ignoramos el tiempo en que se llevará a cabo la consumación de la tierra y de la humanidad, ni conocemos el modo como se transformará el universo. Pasa, desde luego, la figura de este mundo deformada por el pecado, pero Dios nos enseña que nos prepara una nueva morada y una nueva tierra donde habita la justicia, y cuya bienaventuranza será capaz de saciar y hacer rebosar todos los anhelos de paz que brotan del corazón humano. Entonces, vencida la muerte, los hijos de Dios resucitarán en Cristo, y lo que fue sembrado en enfermedad y corrupción, se revestirá de incorruptibilidad y, permaneciendo la caridad y sus obras, se verán libres de la servidumbre de la vanidad todas las criaturas, que Dios creó pensando en el hombre.

Se nos advierte que de nada le sirve al hombre ganar todo el mundo si se pierde a sí mismo. No obstante, la esperanza de una tierra nueva no debe amortiguar, sino más bien avivar, la preocupación por perfeccionar esta tierra, donde se desarrolla el cuerpo de la nueva familia humana que puede de alguna manera ofrecer un esbozo del siglo nuevo. Por tanto, aunque hay que distinguir cuidadosamente progreso temporal y crecimiento del reino de Cristo, sin embargo, el primero, en cuanto puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida al Reino de Dios.

Pues los bienes de la dignidad humana, de la unión fraterna y de la libertad, a saber, todos los bienes que son fruto de la naturaleza y de nuestro trabajo, después de haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor, según su mandato, volveremos a encontrarlos limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados, cuando Cristo entregue al Padre «el reino eterno y universal, reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz» Este reino está ya misteriosamente presente en nuestra tierra; con la venida del Señor se consumará su perfección.”

GS 39

RAHNER concibe la venida del Reino de Dios como la autotrascendencia de la historia.

La consumación de la historia se anticipa y prepara en la historia, pero la historia ha de abrirse al don de la consumación: la historia es un “sistema abierto”, en palabras de MOLTMANN. Significa abierto a la consumación desde arriba (desde Dios), y que se abre paso desde abajo (desde dentro de la realidad misma). Esta perspectiva, según la cual creemos que es Dios quien garantiza la consumación:

Libera de la presión del éxito. Ayuda a asimilar experiencias decepcionantes. Nos urge y a la vez nos libera de la excesiva urgencia, de la precipitación o de la neurosis.

En términos de KÜNG, “ni premura, ni resignación o cinismo”.

2.5 LENGUAJE DEL SUEÑO

¿Cómo hablar del cielo? A través del lenguaje del sueño y de la fe:

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Escatología

1. Los grandes deseos humanos.

2. Las imágenes bíblicas:

Las bodas: la fiesta, el placer del amor. El banquete: el goce y la alegría de compartir, la abundancia. El paraíso: la abundancia, la fertilidad, la paz, el árbol de la vida. La nueva Jerusalén: la morada segura, el lugar de encuentro de todos los pueblos. La visión de Dios: gozar de Dios; como dice S. Agustín, “disfrutar de Dios”.

2.6 EL CIELO DE TODA LA CREACIÓN Y DE TODAS LAS CRIATURAS

La escatología cristiana se ha olvidado del cosmos, ha sido demasiado antropocéntrica. El creyente tiene el derecho y el deber de abrir su esperanza al cosmos5. MOLTMANN exige este horizonte cósmico y ecológico en El futuro de la creación.

2.7 ¿ES RAZONABLE ESPERAR?

La alternativa es: ¿vale más la confianza, o la desconfianza? El creyente tiene indicios, además de anhelos, de que puede ser razonable confiar en que hay un fundamento y una meta de la vida del ser humano y del proceso total del mundo, de que todo no sea una aventura ciega6.

2.8 EL DESCANSO DEL SÁBADO

“No obstante, existe en medio de los tiempos históricos una anticipación inequívoca de la era mesiánica: el sábado. En el sábado semanal está presente la fiesta de la creación en el «descanso de Dios», en el cual los seres humanos y los animales también han de encontrar un sosiego. El sábado se acerca como una reina a los acosados y extenuados y los alienta. Así, el sábado anticipa la era mesiánica. Los cantos de la «tercera comida» del sábado por la tarde están, como afirma Franz Rosenzweig, «enteramente embriagados del embelesamiento de saber que se acerca el futuro del Mesías». En la presencia del sábado se festejan simultáneamente la fiesta de la creación, la fiesta de la liberación y la fiesta de la redención. En la órbita de la salvación, el sábado puede ser denominado «una sesentava parte del mundo venidero». El sábado representa el anticipo de la era mesiánica e, inversamente, la época mesiánica venidera es representada como «el sábado sin fin». Se dice que «cuando todo Israel guarde el sábado, llegará el Mesías». Eso significa que guardar el sábado en conjunto y en verdad constituye la era mesiánica, y viceversa. Pero también implica que cada festejo genuino del sábado representa una pequeña puerta al presente por el cual ingresa el Mesías, quien, junto con el sábado, que es visto como una reina, se hospeda con su gente. El sábado semanal apunta más allá de sí hacia el año sabático, el año sabático apunta más allá de sí hacia el jubileo; el jubileo apunta al sábado de la era mesiánica, y el sábado de la era mesiánica apunta al sábado eterno de Dios. El sábado es una especie de intermezzo mesiánico dentro del tiempo histórico; el festejo del sábado es una especie de «sacramento mesiánico del tiempo». Por medio de los días sábados y de los años sabáticos que llegan con regularidad, en cierto modo «El que viene» logra que el tiempo se acomode a los ritmos y vibraciones de la esperanza mesiánica. El sábado no tiene un lugar en la línea continua del tiempo de trabajo, sino que constituye su interrupción, pues en él descansan los se res humanos y la naturaleza. Así, el sábado abre al hombre y a la naturaleza a la llegada de un tiempo mesiánico cualitativamente distinto al actual. Los prepara para la llegada del Mesías en medio de lo transitorio. Contrariamente al mesianismo ruidoso del apocalipticismo catastrófico y al mesianismo salvaje del utopismo revolucionario, el sábado es un mesianismo suave pero tenaz, y por ende duradero. Llega en medio de lo cotidiano y trae el sueño de la redención a los rincones menos vistosos de la vida diaria.”

5 Cf. pg. 5,74 de los apuntes.6 Cf. cap. 3 de los apuntes, pp. 15ss.

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MOLTMANN: Cristo para nosotros, hoy. pp. 98-99

En La ciudad de Dios, S. AGUSTÍN afirma que la historia camina hacia el descanso de Dios.

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