ensayo de la importancia de la educacion moral en las empresas
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Ensayo de la
importancia de
la educación
moral
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INTRODUCCION
EDUCACION MORAL UNA REALIDAD PROGRESIVA
Desde mi punto de vista La educación moral es uno de los aspectos los que más se han insistido en los últimos
textos legales y uno de los temas que sé está cuidando especialmente durante el desarrollo de la reforma del sistema educativo, cuyo objetivo es conseguir que la formación moral tenga un papel relevante en el conjunto de actividades educativas en nuestras escuelas. Aunque la educación moral no es una preocupación reciente, si lo es la voluntad actual de convertida en uno de los pilares de la educación. También son, en buena parte, novedosos los instrumentos, pedagógicos que se proponen para hacer posible el tratamiento de las cuestiones de valor. Tales innovaciones parten de un espíritu educativo abierto a las cuestiones valorativas, y que los decretos que establecen el curriculum de la educación primaria y de la educación secundaria obligatoria, concretan cuando afirma que la necesidad de asegurar el desarrollo integral de los alumnos en esta etapa y las propias expectativas de la sociedad coinciden en demandar un curriculum que no se limite a la adquisición de conceptos y conocimientos de académicos vinculados a la enseñanza más tradicional, sino que incluya otros aspectos que contribuyan al
desarrollo de las personas, como son las habilidades practicas las actividades y los valores. La educación social y la educación moral constituyen el fundamento elemental del desenvolvimiento educativo que a de permitir responsabilidades en la sociedad actual y del futuro, una sociedad pluralista, en la que las propias creencias valoraciones y opciones han de convivir en el respeto a las creencias y valores de los demás. Voy a presentar alguna de las representaciones teóricas y presentar algunos instrumentos prácticos que contribuyan a hacer mas practico el desenvolvimiento de la practica escolar de estas propuestas de educación moral, en gran sentido expondré a grandes rasgos pequeños fragmentos en los que me voy a basar para mi desarrollo.
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Desarrollo de la tesis
Debemos definir ¿qué es educación moral? “es un proceso de
aprendizaje que permite a los estudiantes y adultos comprender, practicar e interesarse por los valores éticos
fundamentales tales como: el respeto, la justicia, la virtud
cívica, la ciudadanía y la responsabilidad por sí mismo y
.” por el prójimo
Adela Cortina, una filósofa de renombre, muy intelectual,
nos hace reflexionar sobre de la enseñanza y aprendizaje de
la moral en la sociedad, exponiéndonos como es que las constituciones de los países latinoamericanos están
elaboradas en base a una teoría de la justicia de Rawls,
(John Rawls profesor de filosofía en Harvard y kantiano).
Las personas encargadas de escribir la constitución, que es donde están establecidos los principios de convivencia
ciudadana, de hecho no están familiarizados con la realidad
de la sociedad y piensan de que la sociedad Latina es igual
que la sociedad Norteamericana, así mismo la sociedad
peruana en especial es una realidad global , con eso definimos que no somos diferentes ante la sociedad mundial
algo que pienso que es falso, porque, pues líneas más abajo
analizaremos un poco sobre la realidad de la sociedad
peruana. Todo ser humano tiene un acto que puede ser bueno o malo, el ser humano es muy inteligente, es un ser
pensante que puede razonar, analizar, , no somos como los
animales que solo tiene dos opciones atacar o huir, pero de
donde nace esa moral?, donde se forma?, porque cuando somos adultos ya tenemos una cultura moral definida?, que
está formada con derechos como: Los dos componentes
básicos, fundamentales de la educación moral de una
persona son la familia y la escuela pero personalmente
considero la eficiencia del desarrollo donde más es influenciado por la realidad diaria de las convivencias y las
interrelaciones , la familia porque es donde empieza toda la
enseñanza moral,..
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En la universidad continental muy por consideración y desarrollo social hemos influenciado en la sociedad de
cada alumno en su entorno a lo que llamamos el medio
geográfico donde se desarrolla, el grupo de estudiantes
de la modalidad virtual son personas que en su mayoría
están desarrollando sus habilidades en un ambiente sea productivo , socio-económico político y cultural y son
personas al mismo tiempo cada uno
de ellos están sujetos a las necesidades básicas es
decir la familia y el trabajo es donde con frecuencia la completamos la importancia real de la educación moral
con las interrelaciones entre la parte interesada las
empresas las interrelaciones entre los jefes y los
operadores, mediante las auditorias las capacitaciones .
así mismo esta investigación considero que se debe evaluar
una realidad de nuestros tiempos , información científica
relacionada a la importancia de la educación moral data
información con anterioridad se considera conceptos teóricos
y los tiempos avanzan y las interrelaciones son claves de la
eficiencia y el desarrollo óptimo en todas las organizaciones
con fines y sin fines de lucro , después de una educación como
objetivo principal o mejor como logro es importante la
persona moral se preocupa por hacer bien las cosas de acuerdo
a los patrones de conducta , para que su accionar sea bien
visto en la sociedad , el sujeto moral elige libremente el
comportamiento que desea adoptar teniendo siempre presente
que ello no debe afectar a otras personas . el sujeto moral
analiza y decide su accionar asumiendo la responsabilidad plena
de sus actos y las consecuencias de los mismos .como
resultado de un desarrollo de la educación moral es la
consecuencia como decir que aquel que cumple de manera
positiva con los deberes morales para que su comportamiento
sea aprobado.
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Estrategias de enseñanza y aprendizaje con
tecnología
Las estrategias con tecnología en las que me basaré son aquellas
que permiten la interactividad, es decir, aquella que permite la
retroalimentación, el diálogo entre dos o varios, sin importar el
espacio o tiempo. Tomado en cuenta lo que nos dice Peñalosa
(2013) las tecnologías digitales en la educación promueven: las funciones cognitivas como: contextualización, representación,
reestructura cognitiva, conocimiento, información y pensamiento
generativo.
Interactividad con: materiales, profesores y compañeros
Atributos del estudiante como: conocimiento previo y autorregulación, este último incluye; estrategias de planeación,
estrategias colaborativas y estrategias cognitivas y meta
cognitivas. Estrategias efectivas de enseñanza, que se traduce en
un diseño instruccional sólido, el cual incluye: retos, activación, construcción y reflexión.
Los medios permiten la interactividad, los jóvenes la utilizan en su
día a día, la forma de comprender el mundo ha cambiado, y lo anterior se tiene que ver reflejado en las estrategias que utilizan
los docentes; ya que como nos dice Peñalosa Castro (2013): “El
uso de las herramientas tecnológicas ayuda en el aprendizaje
auténtico, ya que permite amplificar, extender o incluso reorganizar la cognición, con lo cual es posible construir
realidades y resolver tareas desafiantes”.
Las plataformas hoy en día son muchas, Moodle por
ejemplo, el cual “se traga de un sistema de administración
de cursos que es libre y abierto” .sin embargo se puede lograr un ambiente de enseñanza-aprendizaje a través de
un Grupo de Facebook, el cual como menciona sus
realizadores es para compartir información, con un reducido
grupo de personas (y en este caso es el grupo de alumnos con el docente), la privacidad es diferente ya que puede ser
secreta, es decir, solo los miembros ven en la Comunicación
e información, y se puede decidir quién publica y quién no,
(Facebook, 2013) el compartir información, significa que también se pueden compartir documentos. Evidentemente
un espacio creado para la enseñanza, con un espacio creado
para la convivencia tienen sus grandes diferencias, desde
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mi punto de vista, la diferencia más importante es que en el Grupo de Facebook, no se pueden controlar los tiempos de
las actividades, ya que las publicaciones y las actividades
están publicadas para todos los miembros sin importar el
tiempo. Con las tecnologías de la información y
comunicación se puede lograr lo siguiente. Establecimiento de contextos o situaciones para el
aprendizaje: No todo tiene que suceder dentro del aula, en
los espacios virtuales se pueden generar espacios de
trabajo o de discusión. Consumo y transmisión de la información: Tomado en cuenta
que justo para eso fue creada este tipo de tecnología, nos deja el
reto de llevar el conocimiento de los libros a mucho más allá.
Estructuración del conocimiento del conocimiento: estas herramientas nos permiten generar mapas conceptuales,
los cuales es necesario compartir y analizar entre todo el
grupo, o con el docente a través de la plataforma.
Representación, ensayo y solución de problemas: “Permiten
formular preguntas, esquematizar información, resumir textos y hacer una integración intertextual” .
Configuración de la interactividad: las tecnologías de la
información y la comunicación, permiten, la comunicación
bidireccional entre un alumno y un docente, entre un alumno y el contenido, o bien entre un alumno y sus
compañeros. Respecto a las estrategias en específico, desde
mi punto de vista hay que llevar aquellas mencionadas en
punto cuatro del presente artículo, al área digital, no podemos perder de Septiembre 2014 vista, que lo que se
busca al final del camino, es lograr que el alumno tenga un
aprendizaje significativo.
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Marco referencial y conceptual de la importancia y el porque a
desarrollar la educación moral
persona humana con valores
la moral esta muy relacionada con la etica efectiva asi mismo las otras disciplinas estan
ligadas.
inicia en el hogar , responsable padres, medio ambiente , medio geografico , social
la educacion moral 2da fase en el colegio y luego en la estapa preparatoria
la etica y la moral tienen por finalidad especificar , orientar
y ayudar la °autentica realizacion del hombre total°
el hombre se desenvuelve y se realiza en una sociedad y la libertad es parte
de su desarrollo y esta sujeto a exigencias y normas que emanan de la
vida social
la moral de la persona , como desarrollo en la ciencia
empresarial se pone en practica que interactua y complementa a
la etica
conjunto de normas aceptadas y vividas
conciente y libremente
que regula la conducta individual y social del
hombre
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Antítesis y una mirada amplia con antedentes históricos.
Desarrollo
La categoría moral designa un conjunto de normas, principios,
cualidades, ideales que forman parte de la vida espiritual y social de los hombres, la misma está referida al acto, a la acción, es
decir, al proceder del individuo, mientras que la categoría ética se
refiere a la valoración del acto, al pensamiento, al razonamiento
sobre el acto moral. La moral existió desde la comunidad primitiva, se desarrolló en
las condiciones de una lucha brutal del hombre con
la naturaleza; el trabajo colectivo y la lucha por la subsistencia
crearon las bases y fortalecieron en los hombres primitivos la solidaridad, como un principio moral, cuando el desarrollo de las
fuerzas productivas provocó la división social del trabajo y los
hombres comenzaron a tener actividades diferentes, dejando
atrás el individuo su actitud como miembro de manada, se inicia
la formación de una personalidad con intereses individuales. La aparición de diferentes intereses individuales dentro de un
mismo colectivo hacen surgir la moral como resultado de una
necesidad histórica para regular la conducta del hombre a partir
de que los intereses individuales se supeditaran a los intereses sociales, sobre lo que Carlos Marx expresó: "...Si el interés bien
entendido es el principio de toda moral, lo que importa es que el
interés privado del hombre coincida con el interés humano."
Las frases de este color identifican las antítesis
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La dialéctica materialista creada por Carlos Marx, Federico Engels y continuada por Vladimir I. Lenin entiende la moral como "un
fenómeno social que forma parte de la vida espiritual e ideológica
y del mundo interno de los individuos por lo que se da en la
relación de lo social (plano objetivo) y lo individual (plano
subjetivo), en lo interno y lo externo en una relación dialéctica". Lo anterior implica que la conducta moral depende de las variadas
interrelaciones entre los individuos y que esta está en
correspondencia con un sistema de normas que regulan la
regulan, tanto en la vida personal como social, por ello la conducta moral de los escolares desde la Educación elemental no
puede verse coaccionada sino que debe responder a la
interiorización de los principios por los que se deben guiar sus
actos y por la libre elección de la postura adoptada. La conducta moral del escolar de la Educación Primaria se
enfrenta a disyuntivas entre el bien y el mal, hasta que logra
asumir la opción adecuada, mediante la orientación del maestro.
Es válido destacar que esto depende en gran medida de las
condiciones histórico-concretas del desarrollo de estos Pues ocurre que los escolares primarios no manifiestan en su conducta
cotidiana preceptos morales universales como cumplir el deber,
respetar a las personas, ayudar a sus semejantes y mantenerse
fiel al amor y a la amistad. Esto es explicable pues como planteara F. Engels "Una moral realmente humana, (…), será
factible solamente al llegar la sociedad a un grado de desarrollo
en que no sólo se haya superado el antagonismo de clase, sino
que se haya olvidado en las prácticas de la vida" realidad que aún no se manifiesta a plenitud en el proceso de construcción de la
sociedad socialista cubana en el que existen contradicciones entre
los principios morales y las aspiraciones de algunos individuos.
Lo expresado implica que es tarea de los maestros lograr que los principios y normas de la sociedad cubana se
conviertan en estímulos morales efectivos
del comportamiento de los escolares para que estos los
asuman como patrimonio personal a través de la
orientación hacia el alcance de ese ideal y el esfuerzo diario por su realización.
Lo anterior no reduce la importancia de la responsabilidad moral
que debe desarrollar el escolar, ya que en la medida en que con
mayor claridad y precisión orienten su comportamiento hacia los
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demás mediante normas y principios morales realmente válidos, mayor será el grado de asunción de sus actos.
No obstante, con independencia del grado de conciencia que
posea el escolar, siempre en un acto moral este asume una
determinada responsabilidad, pues su conducta no tiene que ver
únicamente consigo mismo, sino que de una u otra manera, más o menos directa, la misma repercute y se entrelaza con el resto
de los escolares y sus maestros.
Es puntual reconocer la dependencia existente entre la
responsabilidad moral y la libertad, pues el escolar es responsable por sus actos en la medida de la libertad de elección y acción que
posea, sobre este aparte el especialista del tema Gerardo Ramos
Serpa expresó, "Sobre la base de la libertad moral, entendida
como la posibilidad de elección de variadas decisiones y actos con diferente orientación y significado social en determinadas
condiciones objetivas y en correspondencia con la valoración
realizada por el sujeto, es que se puede entonces delimitar la
responsabilidad moral en la conducta".
Las diferentes asignaturas que recibe el escolar de la Educación
Primaria le proporcionan a este una representación acerca del
sentido de la vida que le permiten el esclarecimiento de su actitud
ante los principios y normas morales, y le confieren a su vida escolar y social una orientación, al cumplir la función de patrón o
guía en la regulación moral.
Con el fin de lograr la educación moral de los escolares, se hace
necesaria la planificación consciente de las asignaturas de su currículo de estudios pues como expresara V. I. Lenin
señalaba: "La moralidad sirve para que la sociedad humana se
eleve a mayor altura… ".
Para los maestros contribuir a la educación moral de sus escolares no significa enseñar conocimientos, sino educar en el
cumplimiento de las normas y principios a la conducta,
convirtiéndolos en convicción. De igual forma, el resto de los
subsistemas de educación de la sociedad debe orientarse a
continuar inculcando la moral de la sociedad en cada uno de sus educandos.
La magnitud de la importancia de este tema se resume en el
criterio del Comandante Fidel Castro al expresar "los que no
entienden que en una revolución la moral es el factor fundamental, están perdidos y están fracasados; son los valores,
es la moral lo que arma espiritualmente al hombre".
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Educación moral que se logra no sólo a través de la influencia que de los maestros reciben los escolares, sino también, mediante la
autoeducación moral de su conducta, entendida en este trabajo
como exigencia de la personalidad para consigo misma, donde se
transforma la educación moral en objeto de la voluntad y la
conciencia propia, incluyendo la valoración crítica por parte del individuo de su quehacer.
En esta misma dirección se destaca la enorme fuerza moral del
ejemplo del maestro y su función educativa, al mostrar la unidad de la palabra y la acción e influir así decididamente también en la
esfera emocional y sentimental del comportamiento de los
escolares.
La educación moral de los escolares se logra además, con la inserción activa de estos en las actividades escolares y
extraescolares, pues ello promueve el cambio y su
perfeccionamiento haciéndolos crecerse y exigirse más a sí
mismos, lo cual también contribuye innegablemente
al conocimiento de las normas y preceptos morales de la sociedad cubana.
La asignatura Lengua Española es una de las más abarcadoras y
flexibles dentro del currículo de la Educación Primaria, ya que
tiene un carácter integrador, favorece la interrelación entre todos sus objetivos y contenidos a partir de la creatividad del maestro;
contribuye a la adquisición de habilidades comunicativas básicas
que posibilita a los escolares expresarse y exponer sus ideas e
impresiones libremente sobre un tema determinado, aporta a los escolares un sistema de conocimientos y habilidades que
propician un pensamiento lógico, reflexivo, crítico e independiente
no solo en esta asignatura, sino en todo el accionar práctico e
intelectual. Para educar en la dignidad, en la firmeza del carácter, en la
intrepidez precisa preparar las condiciones en la que se
pueda llevar a cabo actos dignos, firmes, valerosos. A partir
del análisis de la propia obra de José Martí se asumen como
rasgos de las concepciones morales martianas, los aspectos que se mencionan a continuación:
La consecuencia entre pensamiento y acción: distinguida por la
estrecha unidad entre lo ético y lo político identificó el
pensamiento ético martiano La unidad indisoluble que debe existir entre pensamiento y acción debe constituir uno de los rasgos
fundamentales de un escolar moralmente educado que debe ser
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ejemplo de revolucionario, fiel a los principios socialistas, lo que presupone la formación de una conducta acorde con la establecida
en la sociedad cubana.
Nunca pensó o planteó algo Martí, que no hubiera llevado a
la práctica o al menos que no hubiera pensado como
hacerlo y en esto radica su alcance, en que fue ejemplo vivo de la estrecha relación que debe existir entre el pensar, el
decir y el hacer en el ámbito de la moralidad.
El humanismo revolucionario de Martí llama a la lucha con
el propósito de crear un mundo nuevo, ansiedad y útil empleo del hombre interesado en el bien humano, Esto
implica la conciencia plena de la realización del necesario
proyecto de justicia, equidad, dignidad y decoro, de
solidaridad humana, de un humanismo que permitiera que junto a la idea del bien y lo bello en el hombre alcanzar los
más altos peldaños del ideal moral.
Esta aspiración martiana vista en la educación moral del escolar
se traduce en un escolar que respete a sus maestros por lo que le enseñan, que ame a su patria y a la causa del socialismo.
La negación del individualismo del egoísmo del ser humano
derecho a hombre capaz de morir por la Patria. Para el
Apóstol cubano el bien de la patria debía estar por encima del interés individual de cada cubano y no en el
individualismo excesivo. Para un escolar esta máxima
martiana se convierte en el colectivismo en sus relaciones
con sus compañeros de estudio y los padres. La vida humana como lucha en función de los intereses de
los demás la demostró Martí con su generosidad y el
desprendimiento de su propia vida y la entrega de ella a la
causa revolucionaria y trasformadora donde la ausencia de todos los vicios y el amor ferviente y la práctica austera de
todas las virtudes no bastan a lograr la paz del alma, ni ha
dejar tras de sí- por el placer inmenso de hacer bien (...) –
una huella visible y duradera. Abogaba por que el ser
humano de su época se entregara a la causa de todos que para él era la causa de la independencia.
Sobre el Cumplimiento del deber social disímiles juicios emite
Martí: "La gloria y el triunfo no son más que un estímulo al
cumplimiento del deber. En la vida práctica de las ideas, el poder no es más que el respeto a todas las manifestaciones de
la justicia, la voluntad firme ante todos los consejos de la
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crueldad o del orgullo. Y cuando el acatamiento a la justicia desaparece, y el cumplimiento del deber se desconoce, infamia
envuelve el triunfo y la gloria. Para el Héroe Nacional "…el deber
cumplido es el gobierno mejor.
El decoro del hombre que exaltaba Martí, incluye la honestidad,
honradez, modestia, sencillez, altruismo, desinterés, desprendimiento, que complementan las virtudes que deben
adornar a los hombres, al respecto escribió: "Quien ha sabido
preservar su decoro sabe lo que vale el ajeno, y lo respeta", en
tanto sobre lo opuesto al criterio anterior en otro de sus apuntes dejó claro que "... el que intenta rebajar el decoro de otro
hombre, lo que rebaja es el propio suyo".
Esta idea requiere de un escolar sea honesto, honrado, modesto,
sencillo, generoso, desinteresado, desprendido. El respeto a la dignidad humana fue destacado mucho por
Martí en sus vivencias reflejadas en "El presidio político
en Cuba". en el que revela que el verdadero hombre debe
sentir en sí mismo los abusos, sufrimientos y martirios de
los demás como algo propio, pues para Martí lo primero que tiene que hacer el hombre es ser hombre.
El perfeccionamiento humano para Martí, para ser alcanzado no puede ser de otro modo que mediante la educación permanente
en la vida del hombre. Visto así la educación debe conducir a la
felicidad (este es un concepto ético martiano en el cual se funden
educación, instrucción y libertad). Para Martí la renovación en educación está ligada a la renovación moral de toda la sociedad.
Debe convertirse en virtud en tanto enseñaría al hombre a estar
en función de los demás: "Todo hombre tiene derecho a que se le
eduque y después en pago contribuir a la educación de los demás".
La utilidad de la virtud, fundamentada en que Martí relacionaba la
bondad con la inteligencia y con la felicidad y la maldad con la
torpeza y con la estupidez. Esto tiene un enorme valor educativo,
entendido como que no hay felicidad mayor que la de hacer un bien a los demás, en los juicios de José Martí sobre esta cualidad
moral constaba el criterio de que: "¡La virtud es un hada
benéfica: ilumina los corazones por donde pasa: da a la mente las
fuerzas del genio!"
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En todos sean cuales fuesen los asuntos Martí reafirma su concepción anticolonialista, popular antirracista, racionalista,
subrayando la igualdad profunda de los hombres a pesar de sus
diferencias externas.
Mirta Aguirre en un trabajo seminal La Edad de Oro y las ideas
martianas sobre educación infantil expresó: La Edad de Oro fue para Martí otro campo de batalla donde sostener y difundir con la
hermosura superior que caracterizó todas sus creaciones, ideas
fundamentales que hacen de él un orientador capital, y de la obra
una de las auténticamente clásicas .en todo los sentidos de la palabra, que nuestra América ofrece al mundo.
Difícilmente hay en la Edad de Oro línea que no propicie un
aprovechamiento actual, ideológico y literario al mismo tiempo
porque lo que para aprender a pensar vale ese libro lo vale también para los que aspiran bellamente extrayendo al español el
más rico zumo aprendan a escribir.
Esto se cumple en la utilización de textos de la Edad de Oro para
el trabajo de los otros componentes y para la realización de
lecturas orientadas en el programa. La Lengua Española ocupa un lugar destacado en el conjunto de
asignaturas de la Educación Primaria, y en particular, en el primer
ciclo. Su objeto de estudio es el propio idioma: nuestra lengua
materna fundamental medio de comunicación y elemento esencial de la nacionalidad. El alumno ha de emplear el idioma muy
directamente vinculado con el pensamiento, como instrumento
cotidiano de trabajo ya que lo necesita para expresarse cada vez
mejor, para participar activamente en el mundo que le rodea, para entender y estudiar los contenidos de las asignaturas
del plan de estudio. Por eso es imprescindible que aprenda a
utilizar bien su lengua.
En tercer grado se inicia el trabajo con la lectura en silencio que tiene como antecedente la preparación realizada en segundo
grado .En cuarto el desarrollo de la expresión oral es un objetivo
básico de la asignatura. Se atiende la producción verbal del niño,
considerando lo que dice y cómo lo dice.
Esto se logra desarrollando gradualmente sus habilidades de expresión mediante actividades relacionadas con la conversación,
la memorización y la recitación.
En el cuarto grado concluye el primer ciclo de la Educación
Primaria, es por ello, que el trabajo de la asignatura está dirigido al desarrollo intensivo de las habilidades relacionadas con el
idioma, es decir que lean en forma correcta, con la fluidez y la
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expresividad adecuadas, evidenciando la comprensión de la lectura, que se expresen tanto en forma oral como escrita con
coherencia, claridad y con un vocabulario cada vez más amplio
Al trabajar los contenidos relacionados con La Edad de Oro
orientados en el programa se debe hacer énfasis en los patrones
morales presente en la obr: A los niños que lean La Edad de Oro destacar el deseo de Martí de
que sean estudiosos, caballerosos, sinceros, trabajadores,
honestos.
En la lectura Tres héroes destacar el valor, el heroísmo, el desinterés y el patriotismo de los que luchan por hacer a los
pueblos libres.
En los dos ruiseñores se hará énfasis en la miseria de lo
mecánico, artificioso e inerte frente a lo vivo que logra con su gracia ahuyentar a la muerte.
Meñique, en esta obra conocen que el saber vale más que la
fuerza y esta será utilizada solo como defensa ante los poderosos
cuando nos quieran oprimir. Se conoce cómo se compensa la
pequeñez física con las dotes del espíritu que hacen la verdadera grandeza del hombre.
En los zapaticos de rosa, la muñeca negra, y Bebé y el señor Don
Pomposo destacar la solidaridad, el compañerismo y compartir lo
que tenemos con los demás.
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Síntesis de la educación moral
La Educación Moral como clarificación de valores
Cuando entran en crisis los modelos educativos basados en criterios seguros de valor, suelen imponerse posturas que de una
forma u otra apelan a concepciones relativistas de los valores3.
Estos modelos suponen que los conflictos de valor sólo pueden encararse acudiendo a algún tipo de decisión subjetiva del
individuo implicado en ellos. Se acepta la existencia de conflictos
de valor, pero no la posibilidad de hallar soluciones generalizables
a los problemas morales. Sin embargo, asumir la existencia de
conflictos de valor reales y reconocer la imposibilidad de encontrar soluciones universalmente aceptables no significa
adoptar una postura de pasividad ante las controversias morales,
sino sólo que los conflictos morales deben resolverse mediante
decisiones individuales, más o menos ilustradas, de los sujetos afectados. La educación moral se convierte en una clarificación de
los valores que se aprecian y que permiten resolver las
controversias en que cada sujeto se halle inmerso.
La educación moral como clarificación parte del supuesto de que
los valores son una realidad del todo personal y que, por tanto,
no se trata de enseñar un determinado sistema de valores sino de facilitar procesos personales de valoración. Cada individuo debe
discernir los valores que quiere hacer suyos mediante un proceso
eminentemente individual. Y, si le es posible, debe hacerlo
intentando superar los límites, los condicionamientos y las presiones sociales impuestas. En una sociedad plural son
múltiples los valores que coexisten, y es difícil definir una opción
de valor preferible en sí misma a las demás. Los criterios
subjetivos y las preferencias personales serán los que decidan en
cada circunstancia qué opción es más correcta.
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Pedagógicamente, este modelo tiende a limitar el papel de la educación moral. En realidad no hay nada que enseñar, salvo la
habilidad y la claridad para decidir en cada situación lo más
conveniente. Dado que la decisión es individual y los motivos no
siempre fáciles de explicitar y compartir, la tarea de educar
moralmente queda limitada a un proceso de esclarecimiento personal. En consecuencia, se trata de usar diversos métodos de
autoanálisis que sensibilicen a los educandos sobre sus propios
valores. Un proyecto de educación moral de estas características,
aunque defienda una cierta concepción de la autonomía personal, conduce de modo casi inevitable a una aceptación poco crítica de
los valores sociales imperantes.
En síntesis, la educación moral como clarificación de
valores pretende un reconocimiento o toma de conciencia de los
valores que el sujeto posee ya como de antemano. Tal reconocimiento es lo que permitirá guiar la conducta personal de
modo más ajustado a los propios deseos y valoraciones.
Transparencia y coherencia son sus objetivos y, en opinión de los
representantes de este paradigma, son también la base de la felicidad personal. Sin duda esta tendencia aporta el
reconocimiento de una cierta imagen de la autonomía moral. Pero
se trata de una autonomía individualista y electiva. Los problemas
morales son colectivos, pero al menos en teoría sólo se escucha la voz aislada de cada sujeto moral. Por otra parte, esa voz no sirve
para dialogar, no tiene con quien hacerlo, sino únicamente sirve
para elegir el valor que considere más idóneo. Mas idoneidad es
aquí sólo deseabilidad personal; no hay de forma explícita ningún
otro criterio de orientación moral. Reconocer ese momento tan personal que deben tener los procesos de reflexión y construcción
moral no significa quedar anclados en él. La educación moral no
puede olvidar sus elementos históricos, culturales y sociales, ni
tampoco pasar por alto la tarea constructiva que de modo interpsicológico y dialógico deben llevar a cabo todos los
afectados por los problemas o controversias morales.
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La Educación Moral como desarrollo
Distanciándose de la educación moral como socialización y de la educación moral como clarificación de valores, se ha ido
formulando en etapas sucesivas una propuesta de educación
moral cognitiva y evolutiva basada en el desarrollo del juicio
moral. Desde esta perspectiva, se entiende que el dominio progresivo de las formas del pensamiento es en sí mismo un valor
deseable que, a su turno, nos acerca a juicios cada vez más
óptimos y valiosos. Los representantes más destacados de esta
tendencia son Dewey, Piaget y Kohlberg.
Podríamos decir que las aportaciones de estos autores parten de
tres principios básicos y comunes. El primero considera la educación moral como un proceso de desarrollo que se basa en la
estimulación del pensamiento sobre cuestiones morales, y cuya
finalidad es facilitar la evolución de la persona a través de
distintas etapas. El segundo supuesto, derivado del anterior, defiende la posibilidad de formular fases o estadios en el
desarrollo del juicio moral por los que va pasando el individuo. El
tercer principio, común a los tres autores, consiste en afirmar que
los estadios o fases superiores son, desde el punto de vista moral,
mejor y más deseable que los anteriores. Si bien estos principios o consideraciones son comunes en la teoría de Dewey, Piaget y
Kohlberg, cada uno de ellos insiste o explicita más ampliamente
un aspecto concreto u otro.
Respecto a la concepción de la educación moral como desarrollo,
Dewey fue el primero en formular de manera clara las tesis básicas del enfoque cognitivo-evolutivo. Lo hizo, por ejemplo, con
afirmaciones como las siguientes: "el objetivo de la educación es
el crecimiento o desarrollo, tanto intelectual como moral. Los
principios éticos y psicológicos pueden ayudar a la escuela en la
más grande de todas las construcciones: la edificación de un carácter libre y fuerte. Sólo el conocimiento del orden y la relación
que existe entre los estadios del desarrollo psicológico puede
asegurar esto. La educación consiste en proporcionar las
condiciones que permitirán madurar a las funciones psicológicas del modo más completo y libre" .Más completa, sin embargo, fue
la aportación de Piaget. En su opinión la educación moral tiene
como objetivo prioritario construir personalidades autónomas. Es
por ello que la intervención educativa debe centrarse en el paso
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de la moral heterónoma a la moral autónoma. Para conseguirlo se deben proporcionar experiencias que favorezcan el abandono de
la moral autoritaria y que, por el contrario, inviten a valorar y
adoptar la moral del respeto mutuo y la autonomía5. Por su
parte, Kohlberg coincide con Dewey y Piaget al considerar que la
finalidad básica de la educación moral es facilitar al alumno aquellas condiciones que estimulen el desarrollo del juicio moral6,
que entiende como progresión continua de las formas de
razonamiento moral; progresión de cáracter universal y no
condicionada por los valores concretos de las distintas culturas.
A partir de la idea de educación moral entendida como desarrollo, cada autor formula una propuesta concreta en torno a la
trayectoria que el sujeto debe recorrer para alcanzar dicho
desarrollo moral. Podemos decir, en este sentido, que la teoría
iniciada por Dewey sobre el desarrollo moral culmina en la
definición de los seis estadios del desarrollo del juicio moral que
formula Kohlberg.
Dewey estableció tres niveles de desarrollo moral: el nivel pre
moral o pre convencional, el nivel convencional y el nivel
autónomo. El primer nivel se caracterizaría por una conducta
guiada por impulsos sociales y biológicos. En el segundo nivel se incluirían las personas cuya conducta está determinada por los
modelos establecidos en el grupo al que pertenecen. Además, los
sujetos aceptan sumisamente la norma sin someterla a un
proceso de reflexión crítica. En el último o nivel autónomo, el
individuo actúa de acuerdo a su pensamiento y establece juicios
en relación con los modelos establecidos7.
Piaget considera un primer nivel pre moral, en el que no existe
sentido de obligación respecto de las reglas; un segundo,
heterónomo, que se define por la obediencia a la norma y por una
relación de obligación respecto de la autoridad; y un tercero, autónomo, en el que se tiene en cuenta el papel y las
consecuencias de las normas o leyes, pero en el que la obligación
se basa en relaciones de reciprocidad. En la propuesta de Piaget
los niveles propiamente morales serían los dos últimos: el
heterónomo y el autónomo. Entre ambos se da una relación de sucesión por la cual el niño pasa de la moral heterónoma a la
autónoma.
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Kohlberg inicia sus investigaciones en el ámbito del desarrollo moral redefiniendo los niveles y estadios establecidos por Dewey
y Piaget a través de estudios longitudinales y transculturales. En
su formulación final, establece seis estadios en el desarrollo del
juicio moral, que se agrupan en tres niveles distintos: el pre
convencional, el convencional y el pos convencional. La aportación más interesante de Kohlberg ha sido posiblemente la
secuenciación y definición minuciosa de los seis estadios, así
como la reflexión hecha en torno a la conveniencia de impulsar a
los sujetos hacia los estadios superiores.
Indicábamos al inicio de este apartado que el tercer aspecto común a los tres autores era considerar los últimos niveles o
estadios como más deseables moralmente que los primeros. Si
bien es una idea que se desprende de las tres aportaciones, fue
Kohlberg quien la tematizó de forma más amplia. Para él los
estadios superiores son más maduros que los inferiores, por cuanto suponen un crecimiento y un mayor equilibrio en la
estructura formal del razonamiento de cada individuo. Este
crecimiento es doble: por un lado, se da el «crecimiento de la
diferenciación», que consiste en un aumento de la sensibilidad respecto a la diferencia entre el criterio que prima y el que
debería ser tenido en cuenta. Mientras que la moral heterónoma
únicamente percibe lo que «es», la autónoma percibe lo que «es»
y lo que «debería ser». Por otra parte, también hay un «crecimiento de universalidad o integración», que se refiere a la
medida en que el criterio moral utilizado sirve para cualquier
tiempo, persona o situación. Los criterios empleados en los
estadios superiores son más universales que los utilizados en los
estadios inferiores.
A pesar de que las teorías que entienden la educación moral como desarrollo han contribuido en gran medida a fundamentar y
operatividad un modo de comprenderla coherente con los
supuestos de las sociedades plurales y democráticas,. Sin entrar
en su explicación detallada, veamos algunas de las objeciones que se han hecho a las aportaciones de Piaget y de Kohlberg. En
primer lugar, cabe señalar las críticas dirigidas al excesivo énfasis
dado a los factores cognitivos en detrimento de los motivacionales
y conductuales; o los reparos lanzados contra la omisión de los
efectos positivos que puede producir la enseñanza explícita y
directa de la moral en el criterio ético de los alumnos;
20
o bien la escasa atención que se presta a las diferencias individuales en el ritmo del desarrollo moral. Asimismo, se les ha
criticado el limitado reconocimiento del papel educativo de las
formas sociales y de los productos culturales que la humanidad ha
ido acumulando. En la misma dirección se ha hablado de la
imposibilidad de entender la complejidad de las situaciones reales desde la perspectiva cognitivo-evolutiva. El sujeto enjuicia
moralmente desde una situación «de laboratorio», muy alejado de
las realidades contextuales sobre las que pretende pensar.
La Educación Moral como formación de hábitos virtuosos
Bajo este epígrafe incluimos un conjunto de propuestas de
educación moral de larga tradición, ya que se remontan al menos a Aristóteles, pero que hoy se están revitalizando. Impulsadas por
factores sociales, culturales y filosóficos de muy distinta índole, y
manteniendo un diálogo crítico con las posiciones cognitivo-
evolutivas del desarrollo moral, tales posturas han tomado un renovado protagonismo en los debates sobre educación moral.
Nos referimos a propuestas de educación moral que la entienden
como adquisición de virtudes, como formación del carácter o
como construcción de hábitos. Estas posiciones tienen numerosos
puntos en común que les dan cierta unidad10.
Aquello que mejor caracteriza este paradigma moral es la convicción de que una persona no es moral si sólo conoce
intelectualmente la virtud. Para considerar moral a un sujeto es
preciso que mantenga una línea de conducta honrada: que realice
actos virtuosos y que los haga habitualmente. Sin la formación de hábitos y sin la configuración del carácter no hay personalidad
moral, pero tampoco la habrá si dichos hábitos no son virtuosos,
es decir, si no apuntan en dirección al bien y a la felicidad para la
que cada hombre está dispuesto y que cada colectividad necesita
para reproducir sus tradiciones. Implícita o explícitamente en esta postura hay una clara orientación finalista o teleológica, lo que
supone la existencia de algo que permite establecer desde
siempre aquello que es virtuoso o bueno para cada sujeto. En
unos casos, se habla de una ley universal propia de la naturaleza humana, que cada sujeto puede conocer de modo casi inmediato
y de acuerdo a la cual debe regular su conducta. En otros casos,
la moralidad que debe impregnar a cada sujeto se define de
acuerdo a las normas y valores culturales e institucionales.
21
Bajo esta perspectiva, una persona moral es aquella que se ha adherido a las tradiciones y valores sociales y los ha convertido
en un conjunto de virtudes personales.
Se trata de una perspectiva moral que concede mayor énfasis a la
cultura y a las tradiciones de la comunidad, y ello en la medida
que tales formas sociales expresan y facilitan el acercamiento al
bien común. La convicción de que la civilización ha acumulado un amplio conjunto de formas que deben conservarse y transmitirse
vigorosamente a las jóvenes generaciones, es lo que ha dado una
gran trascendencia al papel de la escuela y de los educadores.
La actividad educativa que infunde forma humana y moral a los
educandos se lleva a cabo en dos fases: la primera se destina a
reconocer los principios morales esenciales y a derivar de ellos sus concreciones; en la segunda se trata ya de activar las
posibilidades de cada sujeto para que realice repetidamente actos
que vayan configurando los hábitos morales y el carácter
personal, de acuerdo a los principios y valores morales previamente reconocidos. Culminar estas dos etapas de manera
exitosa requiere una fuerte presencia y un compromiso por parte
del educador; en la exhortación o persuasión de los educandos en
favor de determinadas formas morales; en la exigencia, el control y la evaluación; en el diseño de entornos institucionales densos
en prácticas virtuosas, de manera que impregnen a todas las
personas que los frecuenten; y en la consideración del valor de
las experiencias sociales de toda índole. La educación ya no es un
proceso de desarrollo sino una actividad artística mediante la cual
un escultor da forma a una materia dúctil.
La educación moral como formación de hábitos virtuosos se
orienta prioritaria, aunque no exclusivamente, hacia las vertientes
comportamentales de lo moral. Se trata de propiciar la
adquisición de disposiciones conductuales que puedan ser consideradas como virtuosas, es decir, que expresen valores
socialmente arraigados y propios de una comunidad humana, o
bien que expresen los valores que conducen hacia la felicidad que
puede esperar cada ser humano. Es, por tanto, un paradigma
receloso de la educación moral como clarificación y como desarrollo, y ello en la medida que esas posturas no intentan
transmitir formas morales valiosas en sí mismas, ni convertirlas
en conductas. Es en esta dirección en la que hace sus mejores
22
aportaciones: ver lo moral como algo fundamentalmente relacionado con hábitos virtuosos, con formas de ser y de
comportarse. Sin embargo, entendemos que ofrece sus puntos
más débiles al dar por establecidos y claros los contenidos de
tales hábitos virtuosos. Esos contenidos son difíciles de fijar
cuando nos encontramos en sociedades plurales, en las que conviven proyectos de vida distintos. En esos casos el contenido
de los hábitos no puede estar prefijado, sino que debe construirse
en relación a las propias expectativas personales, a las
situaciones de vida con las que cada cual se encuentra, y a la
gama de problemas que cada sujeto debe solucionar.
La Educación Moral como construcción de la personalidad moral
Si buscamos algún punto en común entre los distintos paradigmas de educación moral, quizás podamos decir que todos la entienden
como una tarea de enseñar a vivir en relación a personas que
tienen necesidades, deseos, puntos de vista y ansias de felicidad
diferentes. Se trata de enseñar a vivir juntos y de hacerlo en el seno de una comunidad que ha de ser viable en su conjunto y
convivencia para todos los que la forman. Para conseguir esta
finalidad básica se han defendido diversos modelos de educación
moral, como acabamos de ver, que a veces la han entendido como un proceso de socialización o de adaptación a las normas
sociales vigentes. Otras veces se la ha visto como un proceso de
clarificación personal que debe facilitar el reconocimiento de los
propios valores, de manera que cada cual pueda guiarse a sí mismo de acuerdo a lo que prefiere. También se ha concebido la
educación moral como un proceso de desarrollo de las
capacidades de juicio, que de una manera natural y casi necesaria
se encaminan en dirección a razonamientos más justos y
correctos. Finalmente, la educación moral se ha trabajado como formación del carácter o del conjunto de hábitos virtuosos que
una colectividad considera como propios. Pensamos que estas
posturas focalizan acertadamente diversos aspectos de la
educación moral, pero no dan una visión suficiente de ella.
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La educación moral supone una tarea constructiva. Como ha recordado José Rubio Carracedo, la ética no se descubre sino que
se construye11. En la medida que la moral no sea una imposición
heterónoma, una deducción lógica realizada desde posiciones
teóricas establecidas, un hallazgo más o menos azaroso o una
decisión casi del todo espontánea, podemos decir que sólo nos cabe una alternativa: entenderla como una tarea de construcción
o reconstrucción personal y colectiva de formas morales valiosas.
La moral ni está dada de antemano ni tampoco se descubre o
elige casualmente, sino que exige un trabajo de elaboración personal, social y cultural. Por consiguiente, no se trata de una
construcción en solitario ni tampoco desprovista de pasado y al
margen de todo contexto histórico. Todo lo contrario: es una
tarea influida socialmente que, además, cuenta con precedentes y con elementos culturales de valor que sin duda contribuyen a
configurar sus resultados. Pero en cualquier caso, es una
construcción que depende de cada sujeto.
La educación moral como construcción de la personalidad quiere reconocer y entrelazar aquellos aspectos de las anteriores posturas que considera positivos, aunque en cualquier caso lo quiere hacer priorizando los elementos que valora como claves. Por tanto, la construcción de la personalidad moral supone elaborar y encajar los elementos o componentes que a continuación enumeramos:
La construcción de la personalidad moral parte de un doble proceso de adaptación a la sociedad y a sí mismo. Por eso, en un primer momento
vemos la educación moral como socialización o como adquisición de las pautas sociales básicas de convivencia, y la vemos también como un proceso de adaptación a sí mismo o de reconocimiento de aquellos puntos de vista, de deseos, de posiciones o de criterios que personalmente se valoran. Pese a la importancia de estos aspectos, la construcción de la personalidad moral no puede tener en las pautas sociales establecidas y en las preferencias personales su último
horizonte normativo. El segundo momento de la construcción de la personalidad moral se
caracteriza por la transmisión de aquellos elementos culturales y de valor que, pese a no estar completamente enraizados en la trama social, consideramos que son horizontes normativos deseables. En este sentido nadie -o casi nadie- quiere prescindir de una guía de valores como la justicia, la libertad, la igualdad o la solidaridad, ni tampoco quiere abandonar el espíritu y las formas democráticas con las que desea organizar la convivencia; asimismo nos resistimos a olvidar propuestas morales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Elementos culturales de esta naturaleza son la base de creencias y hábitos morales deseables que recogemos en el segundo momento de la educación moral.
24
Sin embargo, la construcción de la personalidad moral no puede quedar sin un conjunto de adquisiciones procedimentales: su tercer momento. Nos referimos a la formación de aquellas capacidades personales de juicio, comprensión y autorregulación que han de permitir enfrentarse autónomamente a los conflictos de valor y a las controversias no resueltas que atraviesan la vida de las personas y de los grupos en las sociedades abiertas, plurales y democráticas. Se trata, pues, de formar la conciencia moral autónoma de cada sujeto, y de hacerlo en tanto que espacio de sensibilidad moral, de racionalidad y de diálogo para que sea realmente el último criterio de la vida moral.
Por último, la edificación de la personalidad moral concluye con la construcción de la propia biografía en tanto que cristalización dinámica de valores, y de espacio de diferenciación y creatividad moral. Estamos en el momento de la multiplicidad de opciones morales legítimas que resultan del esfuerzo de cada sujeto por elaborar formas de vida satisfactorias. En definitiva, se trata de edificar una vida que merezca la pena de ser vivida y que produzca felicidad a quien la vive. Estamos,
pues, en el nivel más concreto e individual de la construcción de la personalidad moral.
Experiencias, instrumentos y guías de valor en la construcción
de la personalidad moral
La educación moral como construcción pretende trabajar con los pequeños y grandes problemas morales que nos plantea la
experiencia, y quiere hacerlo entrando en ellos mediante las
herramientas de deliberación y de dirección moral que cada
individuo va adquiriendo a lo largo de su desarrollo. Pero pretende entrar en ellos orientado por guías que señalan
horizontes de valor que ayudan a considerar los conflictos,
aunque no aporten soluciones acabadas. Analizar personal y
colectivamente los problemas morales nos ayuda a entenderlos mejor y, a veces, a controlarlos o resolverlos. Pero además, es
ese mismo trabajo el que forma los procedimientos de
deliberación y dirección moral, y el que reconstruye para cada
individuo y cada comunidad el sentido de los valores. Veámoslo
paso a paso.
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Experiencias de problematización moral
La construcción de la personalidad moral depende del tipo de
experiencias que el medio es capaz de proporcionar. En primer lugar, el entorno sociocultural suministra a cada sujeto unos
contenidos que, de manera informal y escasamente consciente,
van troquelando su personalidad, la van socializando. Las formas
de vida, los hábitos sociales y los valores morales implícitos son sus principales contenidos. Pero junto a esos elementos de
adaptación social, los individuos suelen plantearse también
problemas en relación a su contenido. Son capaces de romper la
adaptación que logran los mecanismos socializadores: usan, pues, sus capacidades críticas. En estos casos estamos ante
experiencias de problematización moral que son precisamente las
que desencadenan procesos conscientes, voluntarios y autónomos
de construcción de la personalidad moral. Por lo tanto, un paso
esencial en la construcción de la personalidad moral es contar con situaciones de controversia o de conflicto moral. Respecto a este
primer elemento del proceso de construcción de la personalidad
moral, las capacidades críticas se expresan percibiendo un
problema moral genuino donde antes no se veía. La crítica se manifiesta aquí como capacidad para tematizar (percibir y
reconocer) un conflicto de valores que con anterioridad no era
normal advertir pese a que ya existía. En el ámbito de la moral y
en otros muchos se da este proceso de problematizar un aspecto de la realidad que los puntos de vista imperantes no entienden
todavía como un problema digno de ser considerado. Es evidente
que la construcción de la personalidad moral precisa de esta
disposición crítica, a saber: sensibilidad, clarividencia y valentía
para ver una situación controvertida o injusta allí donde tal
situación todavía es considerada como no problemática.
Manifestar esta capacidad crítica depende de algunos factores
que, a grandes rasgos, vamos a intentar analizar. Dicho de otra
forma, la percepción de una problemática moral depende
fundamentalmente de los siguientes factores: la experiencia, la sensibilidad y el diálogo (en tanto que intercambio de vivencias y
argumentos). La capacidad para tematizar un problema moral
está en función, ante todo, de la experiencia o intervención
directa en relación a la situación problematizada. En realidad, con
eso queremos expresar una idea muy común: se comprende mejor aquello que se ve con los propios ojos, se comprende mejor
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cuando se participa directamente, se comprende todavía mejor cuando se vive en persona aquello que se problematiza. A
menudo una situación o realidad que encierra un problema o una
injusticia evidente no se desvela como tal a los ojos de un sujeto
o de un grupo social, porque no tiene experiencia mínimamente
directa de tal situación. En segundo lugar, tematizar un hecho o una situación como conflictiva o injusta depende, en gran medida,
de la sensibilidad moral del sujeto que la observa. La apertura
emotiva, el sentirse concernido o el no sentirse personalmente
atacado por la situación observada, es otra de las condiciones claves para detectar un nuevo problema. La capacidad de sentir
sin racionalizar, de captar el dolor sin culpar o sin auto
justificarse, son condiciones claves en la construcción de la
personalidad moral. Respecto a este punto merecen especial atención los trabajos sobre el desarrollo moral femenino, en tanto
que línea mejor dispuesta para reconocer los problemas por la vía
de la sensibilidad y para tratarlos por la vía del cuidado.
Finalmente, la tematización moral depende también de la calidad
del diálogo que se es capaz de establecer con los implicados. Se trata, por encima de todo, de descubrirse, de explorarse, de ver
las razones que hacen aceptable la perspectiva de los demás y de
dudar de las propias razones; en definitiva, a través del diálogo
se percibe de verdad a los demás y se duda de las propias
perspectivas.
Instrumentos de la conciencia moral
La educación moral como construcción entiende que el primer elemento en la formación de la identidad moral son los problemas
o conflictos con que se enfrenta cada sujeto a lo largo de su vida.
Sin embargo, la mera existencia de dilemas de valor no garantiza
en absoluto ningún proceso formativo. Pensamos que las controversias morales precisan de algún tipo de instrumento
personal que permita entenderlas, analizarlas y modificarlas, es
decir, trabajar con los problemas para construir mejores formas
de vida moral. Es en este sentido que puede decirse que la construcción de la personalidad moral parte de situaciones y de
hechos conflictivos, pero que para ser realmente constructiva de
modos de vida más óptimos es necesario que se desarrollen y se
usen instrumentos morales que garanticen la confrontación
constructiva con los dilemas de valor que plantea la realidad.
27
Queda así establecido que los problemas morales exigen que se entre en ellos mediante instrumentos que permitan trabajarlos.
De manera semejante a como antes hicimos con los conflictos
morales, veamos ahora qué entendemos por instrumentos
morales. Los instrumentos de la conciencia moral son un conjunto
de procedimientos o disposiciones que permiten la deliberación y la dirección moral en situaciones de conflicto. Son ante todo
herramientas, es decir, algo que permite trabajar sobre realidades
controvertidas. Son tan sólo instrumentos procedimentales para
enfrentarse correctamente a los problemas morales, pero ni se puede asegurar un uso siempre correcto y acertado de tales
instrumentos, ni suponiendo siempre el mejor de los usos posibles
se puede asegurar tampoco que se alcanzarán por parte de todos
los sujetos resultados óptimos y semejantes. Los instrumentos de la conciencia moral son herramientas de trabajo moral que
permiten usos y resultados muy diversos. Pese a la apertura con
que pueden emplearse las herramientas de deliberación y acción
moral, su uso correcto apunta a ciertos valores y marca una línea
de conducta valiosa, sin por ello conducir a ningún tipo de
dogmatismo moral.
De modo concreto, pensamos que el espacio de la conciencia
moral está constituido por instrumentos procedimentales como el
juicio moral, la comprensión y la autorregulación. Gracias a ellos
es posible enfrentarse a los conflictos de valor: deliberar y dirigirse moralmente en situaciones controvertidas. Esto es
posible en la medida que el desarrollo del juicio moral capacita al
sujeto para expresar opiniones razonadas sobre lo que debe
ser13. Es decir, mediante los juicios morales aportamos razones
que permiten justificar la corrección o incorrección de opiniones y
conductas morales relacionadas con situaciones de conflicto.
Si el juicio moral aporta la forma universal e incondicionada de la
reflexión moral, la comprensión resalta la dependencia de la
reflexión moral respecto de las particularidades de las situaciones
concretas y contextuales14. La comprensión actúa en tanto que esfuerzo por conocer las peculiaridades de las situaciones
concretas y en tanto que esfuerzo para encontrar medios
correctos de aplicar los criterios y valores generales a las
situaciones particulares. Para conseguirlo, la comprensión apela a
la razón y al diálogo, pero también al sentimiento y a las
emociones, así como a la benevolencia y al amor.
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Juicio y comprensión resultan en cierto modo mutuamente
complementarios.
A diferencia del juicio y la comprensión, que tienen un carácter esencialmente reflexivo, la autorregulación se define mejor
atendiendo a las dimensiones conductuales15, aunque no por ello
está exenta de componentes cognitivos y reflexivos. Un trabajo
de autodirección en situaciones de conflicto ha de permitir un alto nivel de coherencia entre el juicio y la acción moral, así como la
progresiva construcción de un modo de ser realmente deseado.
Todo ello se logra intensificando la relación consigo mismo, hasta
que cada individuo se convierte en sujeto de sus propios actos y es capaz de planificar su conducta de acuerdo a puntos de vista
propios.
La capacidad crítica se expresa en relación a este momento de la
construcción de la personalidad moral en tanto que capacidad y
valentía para usar de modo correcto las herramientas morales.
Aquí la crítica tiene que ver con la rectitud en el uso de los instrumentos de reflexión y de acción moral, y también con la
voluntad de usarlos de modo realmente correcto: con la voluntad
de rectitud. Es sabido que el mero dominio en el uso no asegura
su empleo correcto, ni que durante su aplicación no se debilite el empuje por seguir sin desfallecimientos la conciencia moral. Se
trata de formarlos adecuadamente y de usarlos correcta y
apasionadamente.
Guías de valor en los procesos de construcción moral
Tal como hemos visto, en los procesos de construcción de la personalidad moral se parte de problemas que se trabajan con
instrumentos de reflexión y de dirección moral. Este trabajo de
construcción moral cuenta con ciertas guías de valor que, sin fijar de antemano sus resultados, puede orientar o conducir el proceso
de elaboración moral de las situaciones conflictivas y de las
controversias que plantea la realidad. Las guías de valor pautan el
trabajo de elaboración moral al modo de líneas de fuga u horizontes valorativos que no marcan con precisión cómo deben
ser las cosas, pero, en cambio, nos dicen en qué dirección han de
encaminarse los procesos de dilucidación y dirección moral.
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Las indicaciones de valor nos distancian de la metáfora constructiva y no deben entenderse ni como planos ni como
esbozos del resultado que debiera producir el proceso
constructivo. La formación de la personalidad moral avanza
apoyándose en una idea clara pero inconcreta de las demandas
que debe satisfacer dicha tarea de construcción moral. En tal sentido, solemos decir que la sociedad debe organizarse de
acuerdo a criterios de justicia y solidaridad; que es positivo tomar
ejemplo aunque no copiar la actitud de ciertas personas que han
contribuido con su comportamiento a humanizar a los hombres; o que tanto el proceso de construcción moral como sus resultados
deben respetar los Derechos Humanos. En todos estos casos
estamos ante guías de valor que únicamente orientan los
procesos de construcción moral, y no ante propuestas fijas o proyectos acabados que establezcan cómo debiera ser en el
futuro la realidad conflictiva sobre la cual ejercemos un trabajo de
elaboración moral16.
Las capacidades críticas se expresan respecto a las guías de valor
en dos direcciones: primero, como aplicación de los valores a las
realidades controvertidas para aclarar su significado y para orientar la intervención en ellas; y, segundo, como reformulación
del mismo sentido de los valores a la luz de los problemas que
plantean las nuevas controversias morales. La crítica tiene que
ver aquí con la habilidad para iluminar las controversias, para orientar su transformación a la luz de los valores y, al fin, para
reformular en cierto modo el sentido de los valores. Por
consiguiente, la crítica es tanto la aceptación de la utilidad de la
tradición (sería en cierto modo una crítica a la omnipotencia con
que a veces se puede mirar la construcción de la personalidad moral), como la valoración del contenido de dicha tradición (sería
el reconocimiento de que la tradición, por importante que sea, no
es la última palabra sobre las formas de vida moral). Por último, y
como ya se ha dicho, la crítica tiene que ver también con el uso de las guías de valor que nos ha legado la tradición para enjuiciar
los aspectos controvertidos de la realidad.
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Diálogo y apertura emocional en la construcción de la
personalidad moral
La crítica como tematización de problemas, como uso recto de los instrumentos morales y como aplicación y reformulación de
pautas de valor, se basa en la distinta aplicación de unos medios y dinamismos comunes: el diálogo y el impulso emotivo que
otorga la sensibilidad. Entendemos que en cierto modo la
percepción de nuevos problemas morales, el uso de los
instrumentos morales (juicio, comprensión y autorregulación) y la dirección que otorgan las guías de valor, dependen del diálogo y
de la sensibilidad. Ambos factores son el nervio de los procesos
de construcción crítica de la personalidad moral.
La crítica es una capacidad intersubjetiva. Nunca se es crítico
solo, sino que se logra serlo con la ayuda de los demás,
dialogando con los demás. Incluso cuando pensamos en una situación de aislamiento estamos dialogando con las voces
sociales que ha incorporado nuestra mente. Pero la crítica es
también una capacidad que depende del tono emocional. Nunca
se es crítico tan sólo razonando: se es crítico razonando y sintiendo. La crítica no es sólo una destreza cognitiva, es también
una destreza que implica directamente la sensibilidad.
Hemos visto cómo la construcción crítica de la personalidad moral
supone dialogar con la realidad, con los implicados y con la
tradición. Y ello se logra suponiendo un diálogo en condiciones
ideales (juicio moral), en situaciones contextuales (comprensión)
y un diálogo consigo mismo (autorregulación).
Si el diálogo constituye el componente esencial de los
procedimientos morales, las emociones y sentimientos no son
únicamente su motor sino también una de las condiciones
constitutivas del juicio, la comprensión y la autorregulación. El
mundo de las emociones y de los sentimientos podría ser considerado con toda justicia como la herramienta de todas las
herramientas morales. Su presencia e intervención es, a la vez,
anterior y simultánea a todos los esfuerzos de reflexión y acción
moral17. La en apariencia inmediata y simple percepción de una situación como moralmente conflictiva depende de una capacidad
emocional que permite sentir que otra persona u otra colectividad
están amenazadas o están sufriendo una injusticia. Los
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sentimientos son aquí la base de la percepción de algo como moral. La incapacidad para apreciar el dolor ajeno y para
tematizar moralmente un hecho es, ante todo, una limitación
emocional, es una falta de simpatía y de compasión. Sin
embargo, el papel de las emociones no termina aquí, sino que se
expresa de modo específico en cada uno de los instrumentos de la conciencia moral. Difícilmente encontraremos un juicio moral bien
formado sin un desarrollo paralelo de las capacidades empáticas.
La habilidad que permite ponerse en la situación de otra persona,
salvando las distancias de experiencia personal y cultural, y de lograr así un reconocimiento de sus circunstancias vitales, de su
percepción de los problemas, de sus formas de reaccionar y de
sentir, constituye una de las condiciones emocionales de la
asunción ideal del rol, condición a su vez del juicio moral. Pero si los sentimientos tienen un papel en la constitución del juicio
moral, su contribución es fundamental en los procesos de
comprensión de las situaciones singulares moralmente relevantes.
En tales circunstancias, los sentimientos son el detonante de
nuestros primeros juicios intuitivos sobre los hechos que nos ocurren o que simplemente percibimos. El dolor, la culpa, la
indignación o la humillación son algunos de estos sentimientos,
que están en la base de los procesos de comprensión. Pero los
sentimientos juegan también otro papel importante en la resolución de los problemas morales concretos y contextualizados
con que se enfrentan los sujetos. Nos referimos al cuidado, a la
atención, a la piedad, a la benevolencia, a la solidaridad, o al
amor. Todos estos sentimientos intervienen, junto a criterios de justicia y equidad, cuando se intentan solventar conflictos
morales18. Finalmente, en la autorregulación actúan, junto a
sentimientos que han aparecido y que son comunes a todo
comportamiento moral, fuertes tendencias motivacionales basadas en sentimientos de vergüenza y de autor respeto. La
autorregulación tiene una vertiente externa que recae en todos
aquellos que reciben los beneficios o perjuicios de nuestra
conducta. Ahí intervienen los sentimientos anteriormente
mencionados, pero la autorregulación tiene también una cara interna que enfrenta a cada sujeto consigo mismo, y que
desencadena los sentimientos de rechazo o de aprecio de la
propia imagen y conducta. Mantener un comportamiento deseado
es una fuente constante de autor reconocimiento y de bienestar
consigo mismo, que actúa como elemento motivador clave.
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En síntesis, pensamos que en la construcción de la personalidad moral la crítica se expresa en la tematización de situaciones
injustas o moralmente controvertidas, en el uso correcto y eficaz
del juicio moral, en la comprensión crítica y la autorregulación, y
en el aprovechamiento de las guías de valor que la tradición ha
ido cristalizando. Por otra parte, las destrezas morales críticas dependen de los dinamismos que pone en juego el diálogo y del
efecto motivador y esclarecedor que produce una sensibilidad
emocional fina.
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Conclusiones
La educación moral es uno de los aspectos en los que más se ha insistido en los últimos textos legales y uno de los temas que sé está cuidando
especialmente durante el desarrollo de la reforma del sistema educativo. En relación con estas cuestiones se han introducido importantes novedades, cuyo objetivo es conseguir que la formación moral tenga un papel relevante en el conjunto de actividades educativas en nuestras escuelas. Aunque la educación moral no es una preocupación reciente, si lo es la voluntad actual de convertida en uno de los pilares de la educación. También son, en buena parte, novedosos los instrumentos, pedagógicos que se proponen para hacer posible el tratamiento de las cuestiones de valor. Tales innovaciones parten de un espíritu educativo abierto a las cuestiones valorativas, y que los decretos que establecen el curriculum de la educación primaria y de la educación secundaria obligatoria, concretan cuando afirma que la necesidad de asegurar el desarrollo integral de los alumnos en esta etapa y las propias expectativas de la sociedad coinciden en demandar un curriculum que no se limite a la adquisición de conceptos y conocimientos de académicos vinculados a la enseñanza más tradicional, sino que incluya otros aspectos que contribuyan al desarrollo de las personas, como son las habilidades practicas las actividades y los valores. La educación social y la educación moral constituyen el fundamento elemental del desenvolvimiento educativo que a de permitir responsabilidades en la sociedad actual y del futuro, una sociedad pluralista, en la que las propias creencias valoraciones y opciones han de convivir en el respeto a las creencias y valores de los demás.
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Informe final de la elaboración de la tesis de la importancia de la educación moral
Al: profesora del curso de ETICA PROFESIONAL
Desde el inicio de la investigación el tema a investigar del tema a tratar
IMPORTANCIA DE LA EDUCACION MORAL , si bien se sabe hoy en día existe muchos métodos
de la búsqueda de la información precisa y para asegurar la fiabilidad de la información se
accedió a fuentes reconocidas como slideshare, google y los buscadores en español , el
desarrollo del trabajo está en un orden de acuerdo a la información y las opiniones ´personales
que ayudan a completar las ideas ya existentes , es normal encontrar ideas o teorías
incompletas el detalle es eso la intención de la perfección de una idea para un bien común , en
el futuro o para las partes interesadas que sea viable y aplicable la información expuesta y los
casos encontrados en algunos casos la manera más cercana a la perfección cada mención en
orden a la exposición , asimismo el estilo de la letra es lo que pienso que sea atractiva la
información el fondo de las caracterizaciones , nuestro presente y el futuro se vive en un mundo
dinámico donde el buen uso de los colores sea más atractivo para un buen entendimiento, en
conclusión el tema es de un amplio base selectiva de ideas y este trabajo es un resumen de lo
que adelantamos las ideas o teorías que sean completadas con el avance de la biología y la
psicología un desarrollo óptimo para entenderla mejor.
Lima 13 de setiembre 2015
Cristian catalán Mendoza
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