EL LIBRO

La Iglesia de Dios de la Fé de Jesús Tomo: IX, No. 424 La Biblia es “EL LIBRO” por antonomasia (por Excelencia) y sobre su decir se han escrito muchísimos libros y toda clase de escritos, este es uno de ellos. En ella vemos lo que no se puede ver en ningún otro libro, porque es la misma voz de Dios, y su ciencia abarca todos los aspectos de la vida humana. Su poder crea, trasforma, hace crecer, alimenta, satisface, limpia, resucita, salva, consuela, produce fe, dignifica, santifica, protege, sana, corrige, enseña, Juzga, redarguye, capacita, hace sabio, y enriquece, etc, etc. Esto la hace única y la eleva sobre todos los valores humanos. De ella podemos decir muchas cosas, pero sin duda preferimos que nos lo diga ella misma.

SU PROPIO DECIR Su pureza y perfección nos la muestra diciendo: “Las palabras de Jehová, palabras limpias, plata afinada en horno de fuego, purificada siete veces.” (Salmos 12:6) Palabra siempre viva digna de ser aceptada por todas las bendiciones que ofrece: “Palabra fiel y digna de ser recibida de todos.” (1 Timoteo 1:15 y 4:9) Confiable y sin engaño, es la mejor opción probatoria. “Porque recta es la palabra de Jehová y toda su obra con verdad hecha.” (Salmos 33:4) La Escritura está impregnada de la verdad divina, de su justicia, su poder liberador y santificador. “Tú justicia es justicia eterna y tu ley la verdad…santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad; y conoceréis la verdad y la verdad os libertará.” (Salmos 119:142; Juan 17:17 y 8:32)

SU EFECTO EN QUIEN LA AMA

La palabra es la base de nuestra fe porque de ella nace y se sustenta. “La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17) Con la palabra de su inconmensurable poder, fue creado el universo y hasta hoy lo sostiene. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca… Porque él dijo y fue hecho, él mandó y existió...y sustentando todas las cosas con la

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palabra de su potencia…” (Salmos 33:6,9; Hebreos 1:3) Cuando el corazón se abre para recibir la palabra, ella puede penetrar hasta lo más íntimo del ser, conmoviéndolo, transformándolo y cambiando su mentalidad. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz y más penetrante que toda espada de dos filos, que alcanza hasta partir el alma, y aún el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12) El hombre nuevo nace de la palabra de Dios. “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino incorruptible por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (1 Pedro 1:23)

SUS BENEFICIOS

Ella es el alimento del alma, “No con sólo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de Dios.” “Halláronse tus palabras y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón.” (Mateo 4:4; Jeremías 15:16) Felices y dichosos los que oyen la palabra y la guardan porque al hacerlo se promete evitar el juicio, vida eterna y ser librados de la muerte en que viven todos los hombres. “Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan… El que oye mi palabra y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna, no vendrá a Juicio y pasó de muerte a Vida.” (Lucas 11:28 y Juan 5:24) Cuando la palabra de Dios se oye con gusto y se guarda con amor el creyente se convierte en morada de Dios. “El que me ama mi palabra guardara y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos con él morada.” (Juan 14:23) La inmortalidad se logra con guardar la santa palabra como lo prometió el Señor diciendo: “De cierto de cierto os digo: El que guardare mi palabra no verá muerte para siempre.” o como también se traduce: “No morirá Jamás.” (Juan 8:51) Pone en evidencia a los que no son de Dios e identifica a sus Hijos según Jesucristo lo dijo: “El que es de Dios las palabras de Dios oye. Por eso no las oís vosotros, porque no sois de Dios.” “Si ustedes permanecen en mi palabra, serán mis verdaderos discípulos.” (Juan 8: 31,47)

NOS LIMPIA DE LA CONTAMINACIÓN

“Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” “Ya vosotros sois limpios con la palabra que os he hablado.” “Con que limpiara el joven su camino; con guardar tu palabra.” (Salmos 119:105; Juan 15:3 y

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119:9) SU ETERNIDAD

“Sécasela hierba, cáese la flor, más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.” “La palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.” “El cielo y la tierra pasarán más palabras no pasarán.” (Isaías 40:8; 1 Pedro 1:23; Mateo 24:35) Si la palabra de Dios hubiese faltado, el universo entero habría desaparecido, Pero gracias a su divino amor y su infinito poder podemos ver salir el sol todos los días.

SU JUICIO Y ADVERTENCIA

Los que esperan el Juicio Final, no saben, no entienden, ni siquiera imaginan que ya están bajo el juicio de Dios que su palabra describe. “El que me desecha y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado ella le juzgará en el día postrero.” (Juan 12:48) El día postrero es hoy.

La era cristiana. Porque “…los muertos serían Juzgados en su manifestación y en su reino”. (2 Timoteo 4:1) su manifestación fue cuando dijo: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.” (Juan 12:31) Ese ahora de Jesús ha sido despreciado y la palabra les ha de juzgar por que dice: “Y los libros fueron abiertos y los muertos fueron juzgado por las cosas que estaban escritas en los libros según sus obras.” (Apocalipsis 20:12) Estos libros son los de la Biblia, “La palabra que os he hablado.” O como dijo Daniel: “El juez se sentó y los libros se abrieron.” (Daniel 7:10)

LA ADVERTENCIA DESOIDA

“Toda palabra de Dios es limpia, es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras porque no te reprenda y seas hallado mentiroso...” (Proverbios 30:6) “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella.” (Deuteronomio 4:2) “Yo protesto a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro; si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las cosas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía. Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro”. (Revelación 22:18,19) Por desgracia son los propios traductores, los primeros en quitar y agregar a la recta palabra de Dios, cosas que apoyen la tradición religiosa, aunque contradigan lo que el Señor a dicho como lo hemos denunciado en esta gaceta. La correcta traducción de necesidad debe estar de

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acuerdo con lo que dijo el Señor sin contradecir sus palabras.

EL SIGNIFICADO DE PROFECÍA “Porque todos los profetas y la ley hasta Juan profetizaron.” (Mateo 11:13) De manera que, si la profecía terminó con el Bautista, entonces lo que de allí en adelante se mencione como profecía debe ser otra cosa, como veremos. Las profecías terminan al cumplirse, Pablo dijo: “Las profecías se han de acabar.” (1 Corintios 13:8) Pero Pedro dijo: “Tenemos también la palabra profética más permanente.” (2 Pedro 1:19) No hay contradicción si consideramos que Pedro se refiere a toda la palabra de Dios “que vive y permanece para siempre.” (1 Pedro 1:23) Esto nos da la pauta para entender que profecía en el Nuevo Testamento no es predicción sino predicación. Pablo dice a los Corintios, “Seguid el amor; y procurad lo espiritual, más sobre todo que profeticéis… porque el que profetiza, habla a los hombres para edificación, y exhortación y consolación...Así que quisiera que todos ustedes hablaran lenguas, pero más que profeticen.” No les está pidiendo hacer predicciones, sino que edifiquen, exhorten y consuelen con su predicación, lo que es obvio. Así que el Apocalipsis como su nombre lo indica no es predicción sino revelación. Por tanto (Apocalipsis 22:18,19) no se refiere solo a la profecía como tal, sino a toda palabra del LIBRO de Dios según vimos en (Proverbios 30:5,6 y Deuteronomio 4:2). Tenemos más pruebas, pero por hoy se nos acabó el espacio.