el corazón del tiempo vol.1 (saga bellenuit), / nowevolution

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  • 8/2/2019 El corazn del tiempo vol.1 (Saga Bellenuit), / Nowevolution

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    .nowevolution.E D I T O R I A L

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    Tulo: El corazn del tiempoSaga: Bellenuit (ol.1)

    2011 Juanjo de Goya

    Dseo Grco: nowevolutionColeccn:Volution

    Prmera Edcn Mayo 2012Derechos eclusos de la edcn. nowevolution 2012

    ISBN: 978-84-938690-6-9Dposo Legal: GU-71-2012

    Prned n Span (Impreso en Espaa)

    Esa obra no podr ser reproducda, n oal n parcalmene ennngn medo o sopore, ya sea mpreso o dgal, sn la epresanocacn por escro del edor. Todos los derechos reserados.

    Ms informacin:

    www.noweoluon.ne / [email protected] / Correonoweoluon.blogspo.com / Blog@noweoluon / TwitterNoweoluon Edoral / Facebook

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    A cada una de tus mariposas

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    NOTA DE AUTOR

    Querdo lecor, no esen sucenes palabras en nuesro rqusmodoma para epresar lo agradecdo que e esoy por haber escogdo eselbro enre los mles que esen a u dsposcn. Espero que, una ez loermnes, penses que la eperenca ha merecdo la pena. Cono en quee deras ano leyndolo como he hecho yo menras lo escrba. S esas, sabr que he consegudo uno de los objeos que me propona. Encualquer caso, e no a hacerme llegar us mpresones a ras de mpgna web (www.juanjodegoya.com) o de las redes socales. Para m sera

    un aunco prlego poder conocer u opnn.Como magno que ya sabes, el 10% del beneco de ese lbro

    (concreamene la candad que me corresponde como auor) se desnaa proyecos de desarrollo en Cosa de Marl.Bellenuitme ha dado muchosn egr nada a cambo, y hace empo decd que el oal de los posbles

    benecos que me uese a reporar el lbro deban serr para hacer sonrery soar a oros. Gracas de corazn.Has de saber que, aunque ahora engas ese lbro enre us manos y noe haya supueso mucho esuerzo hacere con l, el camno no ha sdocoro n sencllo. Hace ya ms de un ao, en ebrero de 2011, op pororecer m obra negra y grauamene a ras de la red (aproechola ocasn para nare a sar la pgna web ocal de la saga: www.

    bellenusaga.com). El prncpo ue arduo y descorazonador, muchaspueras esaban cerradas y se negaban a abrrse, pero, res meses despus,gracas a la nesmable colaboracn en la dusn del lbro de porales y

    comundades onlne (y obamene gracas a los lecores que se areerona darme una oporundad), con ms de dez ml descargas, la edoralque ahora pone a u dsposcn El corazn del tiempo, Noweoluon, seneres y me orec un conrao de edcn.

    Por m pare, es de accn oblgada car y agradecer a numerosas per-sonas su ayuda, pero sera nermnable y agoador hacerlo nombre pornombre, as que pdo perdn s alguen cree que debera aparecer en esaslneas y no lo hace. Jams oldar uesro apoyo. Me cer a las pgnas ya desacar los nombres de aquellos que han hecho que eso sea posble. Enprmer lugar quero agradecer eusamene el aumeno de las descargasa las comundades Vagos.es, eXagos.es, Audosyebooks.com, Papyref2.ne, Lecoreselecrncos.com y Ebooksgras.eu.

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    Y ampoco quero oldarme del blog leraro Lbrosdeensueno.com.Sn esas pgnas y comundades, El corazn del tiempo nunca hubesesuperado la decena de descargas. Adems, gracas a ellas he conocdo apersonas abulosas, apasonadas por la leraura y desneresadas, sn las

    que hubese sdo mposble conar con derenes ormaos, ecelenesconersones y marallosos lecores.

    Parcularmene me gusara nombrar, aunque lameno no poderhacerlo en odos los casos por nombre y apelldo, a Ardor, Joseera,Snaa, Jaleb, blanca_luz, Shayazgz, Vampy, Nacho, Nura Fore y

    Ja de Ros. Ellos saben qunes son, y los que recuenan las cadascomundades ambn. Gracas, de erdad. Muchsmas gracas.

    Tampoco puedo dejarme en el nero a Pablo Lpez, un gran amgoal que debo la esenca de la pgna web (htp://www.bellenusaga.com/). S no uese por l,Bellenuitjams hubese llegado a esar en la red.Gracas por esar ah. Y por supueso, m eerna graud, aunque ya enem corazn, a Tanya.BellenuitesBellenuitpor ella.

    Anes de ermnar, querdo lecor, debo sealar que, aunque el lbroque ess a puno de comenzar es escro en espaol, la accn noranscurre en erroro hspanohablane, por lo que e enconrars con

    nombres eranjeros. Sendo as, por ejemplo, la proagonsa se llamaAlex y no lex (con lde en la a). Pero no por ello se debe pronuncarcomo s se escrbeseAlx.Fnalmene, permeme oler a agradecere una ez ms la oporundadque me brndas, lecor.Prono descubrrs que hay cosas neables.

    Juanjo de Goya8 de marzo de 2012

    Web oficial saga: hp://www.bellenusaga.comWeb oficial del autor: hp://www.juanjodegoya.com/Twitter autor: @jjdegoya

    Facebook Saga: hp://www.acebook.com/bellenusaga

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    PRLOGO

    Solo ue un nsane, pero cuando el desello ces ya erademasado arde.

    El slenco ahog el murmullo del agua, y la emperauradescend. El are dej de crcular, al empo que sus corazo-

    nes dejaron de lar, y ya no se escuch palabra alguna. Nadase moa.

    Sn oler la sa ars, se march. Ahora ellos tenan elcontrol.

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    Enuela en una oalla, Ale recorr el coro pasllo que separabael bao de su habacn, en el segundo pso del nmero cuarena yses de Mllas Road. Era una maana aca, ms que de cosumbre.El desperador haba sonado punualmene a las ocho, al y comohaca cada da, pero Ale se conced ora meda hora de ensueo yahora esaba pagando las consecuencas.

    Pudo escuchar el mbre del elono y a su madre respondendoen el pso de abajo. Desper en su habacn, pensando en lo ardeque era y en lo dcl que sera llegar a empo.

    Su madre, Charloe, y ella an solas al nal de aquella calle

    de Doer. Su padre haba muero anes de que Ale nacera y jamsueron la oporundad de conocerse. A eces es mejor no recordarlo rse que se puede llegar a esar, y nunca hablaban de l.

    Charloe era rancesa, pero ras la muere de Vkor haba aban-donado Calas en un erry con desno al lugar de nacmeno de

    Aleandra: Doures, nombre rancs por el que se conoce a Doer.La cudad era amosa en el mundo enero por sus acanlados Blan-

    cos, sbles desde el oro lado del canal de la Mancha; una marallade la nauraleza que haba nsprado poemas y cancones. No eran grande n pequea, un puero mporane que sera de pueneenre Reno Undo y el reso de Europa. Lugar de paso para marne-ros y ursas, segunda resdenca para un puado de londnenses,recuerdo para algunos y prsn para oros. Ese era el lugar donde

    Ale haba crecdo.

    Frene al armaro, esuo a puno de oldar que deba ponerse elunorme, pero resulaba mposble no er colgada la alda escocesade ablas en onos blanco, negro y grs, era pare del unorme delcolego.

    Un da ms djo, susprando.

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    Fue a su mesa, cog el reloj de pulsera, adrendo que queda-ban unos encnco mnuos para las nuee, y a ras de la ena-na, suada sobre el mueble, comprob que esa maana normal demayo ba a ser clda y soleada; aunque el empo en Doer era m-predecble. En unas horas podra empezar a lloer sn preo aso.

    Termn de esrse cambando la oalla hmeda por el reso delunorme: camsa blanca de manga larga, calzas negras y chaleco ne-gro, con cuello de pco, con el emblema bordado: una pared escar-pada e rregular, de un blanco mpoluo, que quera represenar losncomparables acanlados que daban nombre al colego, y ambna Gran Breaa en empos del Impero Romano, Albn.

    Compleando su rual daro, se coloc rene al espejo de cuer-po enero que colgaba de una de las paredes. Al oro lado del crsalhaba una chca joen y delgada, con un rosro oalado en el quedesacaban las promnenes mejllas y unos ojos erdes cauado-res. Los carnosos labos de su boca enreabera (debdo a que enael labo superor leemene eleado), dejaban er unos ncsos su-

    perores blanqusmos. El pelo negro, ahora mojado, le llegaba hasala barblla.Se esaba colocando la alda a un palmo por encma de la rodlla

    cuando escuch a su madre grar en ngls, con un noable acenorancs. Deba de segur al elono.

    Ahora e preocupa? La semana pasada no pareca mporare.Pareca alerada. Tena mucho carcer, pero pocas eces se en-

    adaba.Ale resopl, echando la cabeza haca ars. Si vuelvo a llegar tar-de me mata, djo para s msma, recordando cmo su amga Dakna lequso ensear, con su Phone, unas oos que acaba de colgar en superl de Facebook, y que, por eso, llegaron arde a clase de hsora.Ese da, la proesora Jones llam a su madre al rabajo, algo que nohaba ocurrdo nunca anes, y Charloe se lle un suso de muere.

    Era docora en el hospal de Doer, y para ella una llamada uera dela normaldad sgncaba urgenca y problemas.

    Escuch un golpe sordo. Su madre haba colgado el elonobruscamene.

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    Agarr la mochla de la escuela, que esaba sobre la slla del escr-oro, eacamene en el msmo lugar donde la haba dejado la ardedel da aneror al llegar a casa con ganas de escuchar msca. Salde la habacn y mr el reloj; quedaban ene mnuos.

    Descend la escalera menras obseraba a su madre. Esaba de-enda juno a la puera prncpal, con una mano sobre el elonode la mesa de la enrada. Charloe ena el pelo largo, por debajode los hombros, rzado y de un color enre negro y casao. Su caraera lgeramene redonda, con las mejllas pronuncadas y eleadas,gual que las de Ale. Sus ojos enan un ono erde oscuro, y ahorade perl o la respngona narz de su madre. Era una mujer muyaraca.

    El roe de Ale la sac del rance. Mr a su hja y despus al relojde su mueca. Cruz los brazos, lade la cabeza y sonr. Ale sesonroj y agach la cabeza anes de llegar al lmo escaln.

    Me he dormdo arm Ale en un cudado rancs.Enre ellas sempre hablaban en rancs. Aunque Ale nacera en

    Inglaerra, hablarlo era naural para ella; se sena cmoda hacn-dolo. Era una de esas cosas especales que las una. Muchas eces,ncluso, el rancs apareca de manera nolunara cuando charlabaen ngls o, smplemene, pensaba.

    De erdad? cones su madre, rendo. Chrie, ee a lacocna y coge la bolsa con el almuerzo que e he preparado para quedesayunes en el colego. S e enreenes ms, llegars arde. Y no

    querrs que una de us proesoras me llame ora ez. Charloesempre la llamaba chrie, un apelao rancs caroso.Lean la mrada hasa enconrar los ojos de su madre y le de-

    ol la sonrsa.Gracas, mam djo menras le ceda la mochla para que

    se la sujease.Se gr, ya lberada del peso de los lbros y cruz el saln, desde

    donde se acceda a la cocna. Sobre la sla (una encmera en el cen-ro de la esanca que ulzaban para preparar la comda, y muchas

    eces para desayunar) haba una bolsa de papel marrn. Se asom ydescubr un sndwch de jamn, queso y omae y un par de man-

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    zanas. Puede que no uese un men de cnco enedores, pero Alese alegr. Le praban las manzanas y ese sndwch era su aoro.

    Vol a la enrada al msmo empo que su madre sala del cuar-o ropero (donde guardaban los abrgos y los zapaos) con la moch-la en una mano y un par de zapaos planos negros en la ora. A Char-loe no le gusaba que se anduera por casa con el msmo calzadocon el que se psaba la calle.

    Eacamene los que yo ba a coger! eclam Ale, m-rando los zapaos que le enregaba su madre para que se calzara.Gracas.

    El calzado era la nca prenda con la que enan cera lberaden el colego, aunque era muy relaa. No podan llear n aconesn plaaormas n boas n deporas. Y ampoco mprosar con uncolor que no uese el negro. Sn embargo, Ale conaba con deren-es opcones.

    No me lo hubera magnado cones Charloe sn perderla sonrsa.

    Ale se puso los zapaos y mr su reloj. Quedaban decss m-nuos. Tom la mochla de la mano de su madre y se la colg delhombro.

    Ess ben, mam? Te o grar a alguen al elono pre-gun menras corra la cremallera y mea la bolsa marrn con elalmuerzo en la mochla.

    Perecamene, chrie. Hzo una pausa desando la mrada

    de los ojos erdes de Ale. Cosas del rabajo. Mrchae ya o nollegars. Hoy engo urno de arde, as que nos emos para cenar.Do un beso en la mejlla a su madre y sal a oda prsa saben-

    do que le ba a ocar correr s quera llegar a empo. El colego noesaba muy lejos, pero s lo sucene como para necesar ms dequnce mnuos camnando.

    Mllas Road era una calle de adosados de dos planas, dncos.

    Cada uno ena una pequea parcela de unos meros cuadrados querelejaba la personaldad de los nqulnos. La de Charloe y Ale,salo por los cuaro pasos en lnea reca que separaban la pueraprncpal de la pequea alla roja, esaba cubera por enormes rosa-

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    les. A esas aluras del ao rebosaban alegra y color. Predomnabanlas rosas rojas, pero ambn haba blancas, rosas y anaranjadas.

    El nmero cuarena y ses era el lmo adosado; ranqulo y snapenas rudo. Mllas Road era una calle sn salda. La enrada esabaen el oro eremo.

    Ale se acomod la mochla en los dos hombros y ech un s-azo al reloj: caorce mnuos. Recorr la calle roando y omBeaconseld para r por el camno ms rpdo y dreco. A daro ca-mnaba por calles secundaras para ear la a prncpal de Doer,pero hoy no ena empo para escoger la rua ursca local.

    Pas correndo juno al par de mesas sobre la acera de Jermans,donde unos ecnos del barro desayunaban plcdamene, dsru-ando del sol de la maana.

    Ads, Ale! escuch menras araesaba el cruce conLeghon Road.

    Todos en Mllas Road y alrededores conocan a sus ecnas ran-cesas. Saban perecamene que Ale haba nacdo all, pero la con-

    sderaban rancesa. Y ella no dscua. Es ms, dsruaba. Era algoque le derencaba del reso de sus amgos y compaeros.Au revoir! cones grando sn mrar ars y agando el

    brazo.Sempre se despeda en su doma maerno. Esa epresn en

    parcular era su aora.Al nal de la calle esperaba la arera prncpal de Doer, London

    Road. Cruzaba la cudad de nore a sur por el cenro, y desde ella sepoda llegar prccamene a cualquer pare. Era cas mposble nopsar London Road mondose por Doer.

    En la nerseccn con Beaconseld, rene a rene, haba unaglesa a la zquerda y un laadero de coches a mano a la derecha.

    Ale cruz a la acera donde esaba la glesa para segur haca el surpor London Road. Pero, al hacerlo, no perd de sa al hombre

    que laaba un coche rojo con el orso desnudo. Sus pecorales y ab-domnales esaban ben dendos. Sonr para s.A Dak le encanta-ra, pens. Cuando su amga ba a su casa, sempre sugera que ue-sen por London Road para pasar juno al laadero con la esperanzade er eacamene eso msmo.

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    Sn perder el rmo, Ale corra calle abajo. A esas horas haba co-ches que ban y enan, ploados por rosros adormlados, rumbo alrabajo. La acera era esrecha, apenas caban res personas en para-lelo. Pero, por suere, con la mayora de las endas an cerradas, nohaba mucha gene por all. Sn embargo, ms de una ez uo quesalrse a la calzada para ear derrbar a alguen. Era una zona de co-mercos pequeos: endas de auajes, de arjeas de sa, de ro-eos, de regalos, de comesbles. Ella roaba juno a los escaparaes.

    Al llegar al cruce con Brdge Sree se deuo en el semoro.Tom are. Poda senr su corazn bombeando sangre para soocarel esuerzo. Mr el reloj. Quedaban ocho mnuos para las nuee.

    London Road se desaba y se conera en Hgh Sree, el cora-zn de la cudad. Araes el paso de peaones camnando, cuandola luz del semoro se lo perm, descansando las pernas. Y cuan-do lleg al oro lado, ol a correr. Apenas se jaba en las mradasuras de aquellos con los que se cruzaba. Su nco pensamenoera llegar a empo.

    Por la acera oese de Hgh Sree, pas delane de casas parcu-lares, de un resaurane chno, de un supermercado, de un bar urco,de una enda de muebles de ocasn y de una peluquera. Vademeda cudad ranqueando doeranos. Y lo ms sorprendene esque no se choc con nnguno durane odo el rayeco.

    Fnalmene lleg a Whes, una amosa enda de cornas, en laesquna de Hgh Sree con Engham Crescen, rene a Mason

    Deu, un edco medeal con nombre rancs que albergaba unacoleccn de armas, armaduras y derenes pnuras. Era una de laspcas oograas que se lleaban los ursas que saban Doer,pero que los auconos no aloraban. Para ellos era un lugar de re-erenca para carse.

    Ya solo ena que recorrer los escasos ochena meros deEngham, cruzar la puera eeror del colego, y recorrer la n-

    mensdad erde de los jardnes nerores hasa el edco prncpal,donde ena clase a prmera hora, a las nuee en puno. Cas podapalpar su pupre, dsando en la dsanca el majesuoso edcoras los rboles que acompaaban a la muralla de Albn.

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    Se lle la mueca derecha a la cara y comprob el empo queena. Quedaban dos mnuos. Con la respracn acelerada y el co-razn laendo desbocado, suspr preocupada.

    Merde! Es mposble djo derroada.Pero sn pararse, ech a correr de nueo. No ea a nngn chco

    rezagado, por lo que supuso que esaran odos en clase. Tampoconnguna madre que hubera acompaado a su hjo al colego. Lo queera an ms erao. Era recuene er grupos de madres que, rasdejar a sus hjos en el colego, ban a omar un ca.

    La erja negra con el escudo de la escuela esaba abera, y no seea al guards. La araes alegrndose por no ener que dar epl-cacones y lleg a psar el jardn. Mr el reloj: un mnuo.

    Inen r ms rpdo. Ya cas esaba all. Al oro lado del asojardn cenral se ergua el edco prncpal. La achada era grs, re-plea de enanas recangulares. Una descomunal consruccn decuaro planas y ejado a dos aguas, con una doble puera de crsalen arco como acceso. Lo lleaba endo desde que ena cnco aos,

    cuando empez en la escuela de prmara, pero hasa los once nohaba enrado nunca. Ese edco esaba reserado para los alumnosde secundara. El de los alumnos de prmara se leanaba en el oroeremo del jardn, alejado de los esudanes ms mayores. Juno alde secundara se alzaban las resdencas para los nernos, cada unacon su escudo propo dbujado en la achada, el mponene y andesconocdo edco de los superdotados, y oro ms para la drec-

    cn y el cuerpo docene.Ale ena rece aos. Cumplra caorce en unos meses. Esabaen el ercer curso de secundara, en su noeno ao. Haba araesa-do muchas eces, anas que ya no las recordaba, el jardn por el queahora corra, an grande como dos campos de bol, con rbolesdspersos aqu y all, cuya sombra se dsruaba sempre que el em-po lo permera.

    Cuando nalmene se enconr rene a la puera acrsalada enarco, se deuo un nsane para que el are olese a sus pulmones.Crey que el corazn se le ba a escapar del pecho. Mr el reloj.Quedaban cuarena mnuos para las nuee.

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    No enenda nada. Esaba ana. Una y ora ez mraba su reloj depulsera con ncreduldad. Lo golpe con el dedo, pero el segunderomarcaba el empo con acero. Aparenemene, no esaba esropea-do. El nco problema es que no eran las nuee, sno que an eranlas ocho y ene, y ella esaba segura de que haca solo un momenoeran las nuee.

    Ya me eraaba que durase ano.La semana pasada se haba oldado qurselo anes de duchar-

    se y el reloj se do un bao nesperado. S hubese sdo sumergble,quz lo hubera dsruado, pero no era el caso.

    Sn presar ms aencn, abr la doble puera de crsal. Nohaba nade. El esbulo era una ampla sala que se erebraba enderenes pasllos y escaleras. En el cenro haba una uene de rocacalza blanca, una reproduccn a escala de los acanlados Blancos.El agua dscurra por aros neles a ras de pequeas cascadas.En lo alo, un reloj ncrusado sealaba que alaban cuarena mnu-os para las nuee.

    Pero se qued con la boca abera.No puede ser, pens.Esaba pasmada. Se negaba a creer que el reloj de pulsera le hu-

    bera jugado una mala pasada. Jurara que, al abrr los ojos esa ma-ana, el desperador dgal ndcaba que eran las ocho y meda. Deoro modo no se hubese leanado cas de un salo n hubera docorrendo a la ducha. Y ampoco se habra marchado de casa sn de-

    sayunar, como ena por cosumbre, en la cocna. Su madre le habapreparado un sndwch porque era arde. Charloe saba pereca-mene a qu hora ena Ale clase. Precsamene la noche anerorlo haban comenado.

    Traaba de eocar la lnea de aconecmenos de lo que lleaba

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    de da, desde que se haba desperado, cuando una mano se pos ensu hombro. Se gr sobresalada con un chlldo.

    El hombre se ech a rer.Perdona, Ale, no quera asusare.Era alo, orondo y con el pelo coro. Tena la cara redonda y un

    bgoe negro que le cubra el labo superor. Rea con la boca aberay al hacerlo, nas arrugas surcaban el conorno de sus ojos. Aquelera el cose que deba pagar por rer gran pare de cada da desdehaca un monn de aos.

    Hola, proesor Wllams. Pens que esaba sola conesella.

    Desde luego nade e podr decr que no eres punual. Nadams y nada menos que cuarena mnuos anes de que comencenlas clases. N squera los nernos llegan an emprano. Vol arer. Todo ben?

    Ale mr de reojo el reloj del esbulo. Denamene la horaera correca.

    Oh, s. Es que Derenes respuesas acuderon en suayuda cuando haca rao que haba descarado la erdad. He que-dado con Dakna para ayudarla con un rabajo de hsora.

    El hombre sonr y se despd ponendo rumbo a la sala de pro-esores del edco, que esaba en la plana baja.

    Ale se sorprend de lo ben que haba mendo. Jams habasdo su puno uere: enseguda se sonrojaba. Pero cualquer res-

    puesa era mejor que eplcar que no saba mrar ben la hora en unreloj. Lo cual era absurdo hasa para un no de ses aos. Y ella nosolo se haba conunddo una ez, sno dos.

    Ahora que esaba en el colego no ba a oler a casa. As que,como haca un buen da, y el esuerzo sco de la carrera ya no me-

    llaba sus lados n su respracn, decd salr uera y esperar enel csped juno al rbol bajo el que pasaban las horas mueras y losperodos enre clases Dakna y ella: un gganesco sauce llorn dems de ocho meros de alura.

    Se sen apoyando la espalda sobre su ronco y abr la moch-

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    la. No ena hambre, por lo que releg la bolsa del almuerzo a unsegundo plano, aparndola para ms arde. Hund la mano hasael ondo, donde ena la cosumbre de ocularse su querdo Pod,el el amgo que la acompaaba all donde uese. Dsruaba escu-chando msca y poda pasarse horas y horas hacndolo. Se sabade memora odas las leras de las cancones de Amel Ben, CoraleClmen, Keren Ann o Vanessa Parads, sus cananes aoras.

    Reol enre los lbros y sus dedos oparon con algo nespera-do. Lo arap con curosdad; ena aco suae, delcado. Comenza anearlo con nrga. Pareca ser de ercopelo, pero no acerabaa saber qu era. Lo agarr y lo sac. Era una bolsa de ela negra,como un saco dmnuo, cerrada con cordn blanco. En su nerorguardaba algo, un objeo, pero no se haca una dea de qu poda ser.

    Danel djo, sn poder ear una sonrsa.Danel era un chco muy mdo de su clase que esaba prendado

    de ella. Haca unas semanas, le haba regalado un pequeo cerdode peluche juno a una noa que deca: El oro da, en clase de

    bologa, e escuch decr a Dakna que los cerdos e parecan ado-rables.La haba rmado y juno al peluche, la me en la mochla de

    Ale sn que ella se dese cuena hasa llegar a casa ese msmo da.No eran noos, n squera haban saldo junos. A ella no le gus-

    aba, aunque le resulaba dulce su mdez. Sn embargo, no querahacerle dao y ya le haba aclarado lo que pensaba. A lo que l haba

    conesado cando a su padre, quen deca que la perseeranca erala acud ms mporane que un hombre poda cular.Sol el nudo que proega el conendo de la bolsa y la abr. La

    ole sobre la palma de la mano y cay una pulsera. Era ncreble-mene lgera y precosa.

    Ouah! eclam asombrada con los ojos aberos como pla-os.

    Cuaro cordones de cuero negro araesaban aras eseras yesas n se ocaban n esaban alneadas. En oal, see eseras que

    brllaban con el ono mealzado de la plaa. Aunque para Ale eradcl decr s lo era en realdad.

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    S la ha comprado, ene que aler muchsmo.Ser plata?. Acarc con delcadeza la esera ms grande. Su su-

    perce era lsa y ra.Lo nco que ena de plaa para comparar eran unos pendenes

    que le haba regalado su madre, pero solo los ulzaba en ocasonesespecales y ahora no los lleaba. Lo endra que hacer al llegar acasa.

    Subndose las mangas de la camsa, deslz la pulsera por sumueca zquerda. Al ser zurda, no le gusaba llear nada en esa mu-eca, pero hara una ecepcn. Gr el brazo aras eces: le queda-

    ba pereca. Lo sucenemene suela como para que le balase snescaparse.

    Esperaba con ansa que llegase Dakna para ensersela.

    El reloj de su mueca derecha deca que pasaban cuarena m-nuos de las ocho. De los edcos de los nernos surgan chcos y

    chcas dspuesos a dsruar del poco empo que quedaba anes dela prmera clase. Algunos daban paadas a un baln para aproecharel rao y oros se umbaban. Haba esado an ensmsmada con lapulsera que n los haba so.

    Poco a poco ban llegando odos los dems. Los ms aoruna-dos y endados aparcaban sus moos en el parkng neror. Tam-

    bn haba quen ena en bcclea. No obsane, la mayora lo haca

    camnando. Y a los ms pequeos los acompaaban sus madres opadres hasa la puera prncpal. Qunce mnuos anes de la prme-ra clase era posble er a los ms de ml doscenos alumnos queena el colego al msmo empo.

    Se dspona a buscar por segunda ez el Pod en la mochla cuan-do ds a Dakna. Camnaba haca el sauce agando los brazos.

    Ale le deol el saludo para darle a enender que la haba so.

    Era una chca delgada, ruba con el pelo coro, cas de chco,unos labos nos, los ojos de color almendra y dos hoyuelos muycaracerscos. Vesa el unorme de la escuela.

    No me lo puedo creer murmur Ale.

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    El da aneror, Dakna ena una larga melena ruba que le cubracas oda la espalda. Y haca una semana haba dcho que no se cor-ara el pelo por nada del mundo.

    Hola, Ale! djo dndole un beso en la mejlla y senndo-se a su lado.

    Hola, Dak! cones ella cas al msmo empo.Te gusa? Qu e parece? pregun Dakna ladeando la ca-

    beza a un lado y al oro. Para Rober sempre llamaba por sunombre a su padre es demasado coro, pero m madre dce queme queda ansco. Te lo puedes creer?

    Ale no saba s le gusaba o no. Esaba demasado acosumbradaa erla con su larga melena. Dakna era una chca muy mpulsa y a

    eces, haca las cosas sn releonar.Ess muy dsna replc menras pensaba qu decr.Ya esaba cansada del pelo largo. El erano pasado ue horrble

    por el calor.Te queda ben, pero engo que acosumbrarme al cambo.

    Ambas reron.Qu haces aqu an prono? Sempre me oca a m esperar por. Jams e haba so llegar anes que yo. Y esa pulsera? Guau! Essuperbona.

    Dakna hablaba mucho y muy rpdo. Charloe deca que no ha-ba orma de hacerla callar. Incluso que hablara hasa debajo delagua.

    Agarr la mano zquerda de Ale y la lean para poder er lapulsera desde derenes ngulos. Ale aproech el momeno paraconesar.

    No e lo as a creer. La enconr ahora msmo denro de lamochla. Creo que es oro regalo de Danel.

    Dakna runc el ceo y esud la mueca de cerca.Eso es plaa? djo. Al nal ese rollo de la perseeranca

    y odo eso a a serre para ener muchas cosas nueas.Dakna r, pero Ale se sn un poco culpable. No quera apro-

    echarse de Danel.Ojal Jona me enase a m algn regalo an bono. A lo ms

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    que ha llegado es a regalarme una camsea que, encma, era de suhermana.

    Jona era el noo de Dakna. Lleaban junos aros aos, perodesde que se march a Londres, por culpa del rabajo de su padre,no se ean. Su relacn acual se undamenaba en hablar cada a-ros das a ras de nerne.

    Dakna orc el labo a un lado y mr haca arrba. Era la ormaque ena de manesar su rusracn. Y Ale r.

    Cmo se dce suere en rancs?Chance djo ella.Su mejor amga esudaba rancs, pero los domas se le daban

    aal y no le ba demasado ben. Aunque le encanaba como sonaba.Endaba cmo Ale era capaz de pronuncar en rancs de manerapereca y los sules maces en las erres que rasgaban su ngls. Ha-

    blando con ella nade dra que era rancesa, pero quen la conocase jaba en esos pequeos dealles.

    Enonces enes mucha chance de que un chco, que no es u

    noo squera, e regale cosas an chulas.A medda que pasaba el empo, el jardn se llenaba de ms y msesudanes apurando los lmos mnuos preos a la prmera cla-se. Ale mr su reloj. En see mnuos seran las nuee. De prono,record lo que le haba ocurrdo con los relojes haca solo un rao.

    No e magnas lo que me ha empez a decr.Mra qun a por all la nerrump Dakna.

    Seal con el dedo a un par de chcos que camnaban en drec-cn al edco de secundara, a ras del jardn. Uno de ellos eraDanel. Escuchaba con aencn al chco moreno que esaba a su z-querda gesculando de manera eagerada. Vesan la ersn mas-culna del unorme: panaln grs, camsa blanca, chaleco negro ycorbaa. Aunque, normalmene, juso anes del erano les dejabanr sn corbaa.

    Ale sgu la dreccn que ndcaba su amga. Danel era msalo que su acompaane. Tena el pelo rapado y era basane del-gaducho.

    Debera darle las gracas.

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    Eso. Que crea que ene oporundades para que aparezcanms regalos en la mochla djo Dakna, sonrendo con malca.

    No seas cruel. Tene que pasarlo aal.Se sena aergonzada.Danel y su amgo esaban ya cas en la doble puera de crsal.Vamos! djo Dakna de prono.Cog a Ale de la mano y r de ella.Espera! La mochla.

    Ale se gr y lean la mochla, que descansaba juno al rbol.Yo me lleo al amgo para que hables con Danel a solas. Era

    Ahron, erdad? Va conmgo a clase de maemcas.

    Sn solar a Ale de la mano, y ras haber recorrdo odo el jardnesquando alumnos, abr la puera de crsal y ambas accederonal neror.

    Danel esaba hablando con su amgo delane de la uene del

    reloj. Era el puno donde odos se deenan a ermnar una coner-sacn anes de omar derenes pasllos o escaleras para r a clase.Hola, chcos! salud Dakna, acercndose a ellos.Los dos se callaron y se graron smulneamene. Anes de que

    puderan responder, Dakna lber la mano de Ale y se encaram albrazo de Ahron.

    Me ayudas con los deberes de maemcas anes de que co-

    mence la prmera clase? Cuando se empezan a mezclar leras y n-meros me perdo. No soy capaz de resoler una sola ecuacn. Y a se e dan an ben, Ahron. Sempre sacas buenas noas.

    Ahora? pregun, comprobando que quedaban apenascuaro mnuos para las nuee.

    Claro, cundo s no? cones Dakna con una sonrsa en-canadora.

    Vale, amos.Dakna haba nacdo para el earo, una aunca rena del drama.

    Se alejaba cogda del brazo de Ahron, rando de l, y gu un ojoa Ale.

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    Menras, Danel mraba dsmuladamene a Ale. Era, con d-erenca, ms alo que ella. No obsane, l esaba por encma dela meda masculna de su edad y Ale, ms ben, por debajo de laemenna.

    Hablamos luego, Dan! gr Ahron, encdo.Las mradas de Ale y Danel se enconraron. Sonreron.Hola, Danel.Tu amga es muy Hzo una mueca como dudando qu

    decr.S, es muy.Los dos eploaron en rsas.Es como un huracn. Vaya donde aya arrasa con odo lo que

    es en su camno. Sempre consgue lo que se propone.Danel sonr.De qu enes clase ahora? pregun l, cambado de ema.Francs.Pu, yo losoa. Me la cambas? djo orcendo el geso.

    Ale neg con la cabeza.N loca! respond olendo a rer.Danel era del msmo curso que Ale. Tenan aras clases en co-

    mn, por lo que se enconraban con recuenca.Me ha gusado mucho la pul La rase qued ncomplea.El mbre, que asaba del nco de las clases dos mnuos anes

    de las nuee, chll con uerza. La punualdad era algo que el cole-

    go se omaba muy en sero.Danel se gr alarmado haca el reloj de la uene.Me oy! djo apresurado y con urgenca en la oz . S

    uelo a llegar arde a la clase de la proesora Smh esar casgadolo que queda de curso y pare del ao que ene. Nos emosdespus!

    Corra haca las escaleras del prmer pso, dando la espalda

    a Ale, cuando, de repene, algo ocurr. Todo ba mucho msacelerado de lo normal. Deenda rene al reloj de los acanlados,

    ea alumnos pasando a su lado an rpdo que no poda dsngurms que sus sombras. Era como s esuese denro de una pelcula

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    y alguen mulplcase la elocdad para pasar una escena aburrdao los ulos de crdo. No se dsnguan los derenes sondos yodo esaba dsorsonado.

    Cuando odos enraron en sus respecas clases se qued sola yel slenco se apoder del esbulo. Ale gr la cabeza haca el reloj.La aguja grande graba condenadamene rpdo. Lo nco que pudohacer ella ue conemplarla. Se enconraba absora; ncapaz de mo-

    er un solo msculo, con la mrada ja en la aguja. Do una uelacomplea y cuando cruz el nmero cncuena y cnco, las puerasde las aulas se abreron. Enonces, las sombras de los alumnos ol-

    eron a correr a su lado en odas dreccones. Era el cambo de clasey cada uno buscaba su nueo desno. Transaban muy cerca de ella,raudos e mpercepbles, pero nnguno la oc. Poda senr comocas la rozaban pero nada ms.

    El reloj segua correndo y odo ol a quedarse en slenco encuano se cerraron las pueras. Sn embargo, la aguja no cesaba surmo.

    La ansedad esaba a puno de desbordar a Ale. Sn medo.Lo que ocurra escapaba a su comprensn. Se le aceler el pulso yun sudor ro recorr su rene.

    El mnuero aanz hasa las once menos dez y se ol a es-cuchar el mbre. Ahora, chcos y chcas salan de derenes clasescamnando por los pasllos como s nada especal hubese ocurrdo.

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    Perdda y desorenada, las pernas le emblaban. Todo era normal.Mrase donde mrase, lo nco que se enconraba era la escena ru-nara del colego: alumnos cambando de clase, conersando. Todosparecan ajenos a lo que ella haba do. Qu ha pasado?. Su res-pracn an resonaba agada en el pecho.

    Tras un grupo de chcos aparec Dakna. Camnaba haca ella,pregunando con la mrada dnde se haba medo.

    Dnde has esado las dos prmeras horas, Ale? Una chs-pa de nensa curosdad brllaba en sus ojos. V a Danel a se-gunda, en clase de bologa, pero no saba nada de desde prmera

    hora.Las palabras queran salr, pero se esancaron en la lengua de Ale.No enconraba orma de eplcar que haba esado all msmo. Sequed con la boca abera, nenando hablar, pero sn consegurlo.

    Wllams pregun por . Djo que e haba so por la maana.Le segu el rollo cuando me pregun por un rabajo de hsora y nosupe qu decrle. S habla congo, esabas en la enermera. Sac

    la lengua y r. Fue lo nco que se me ocurr.Gracas, Dak.Ess un poco plda. Te encuenras ben? pregun su

    amga, colocando el dorso de su mano en la rene de Ale.Ella asn, an en esado de shock.Despus me cuenas dnde esuse. Como no nos moa-

    mos rpdo llegaremos arde a hsora, y esa ez nos casgarn.

    Ale asb de reojo el reloj ncrusado en la roca blanca. Nosupo eplcar por qu, pero su corazn se encog. Se lle la manoal pecho menras camnaba ras Dakna, como un anasma, haca laescalera de mrmol blanco que conduca a las aulas del prmer pso,donde enan clase de hsora con la proesora Jones.

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    No e magnas lo que le pas a Rachel en clase de qumca.Esaba mezclando dos susancas, se le desbord el compueso, yahora ene una mano azul le con a carcajada endda menrassuba escalones.

    Ale la escuchaba sn hacerlo. Lo nco que ocupaba su meneera el mnuero del reloj de la uene.

    Ale Dakna se deuo en el lmo escaln y se do la uel-a. Ale, me escuchas? Ess da del odo. Seguro que e en-cuenras ben? De erdad que enes la cara blanca.

    Ella sacud la cabeza y mr a su amga ruba.Esoy ben. Es solo que engo hambre. No desayun esa ma-

    ana djo, rondose el esmago.Una meda erdad no es lo msmo que una menra.Luego comemos algo. Ahora oca dsruar de la dulce sonr-

    sa, y apasonane clase, de Jones.Ale sonr. El buen humor de Dakna era conagoso.

    Enraron junas en el aula. La proesora odaa no haba llegadoy sus compaeros reoloeaban enre los pupres. Los suyos esa-ban suados en medo de la ercera la.

    Bono penado, Dakna djo una oz con desdn, marcandolas slabas del nombre pronuncado.

    A medo camno enre la puera y sus pupres, esaba Clare

    rodeada por su grupo de amgas. Larga melena ruba, ojos claros,cuerpo de balarna y mucha soberba. En esa descrpcn huberaencajado cualquera de esas chcas; muecas clncas con deren-es nombres. Pero Clare era su mmo eponene: la ms popular,a la que odas queran mar y por la que babeaban los chcos. S ellarea, odas lo hacan. Ahora mraban a Dakna, porrendose.

    Aunque es una lsma que ahora e parezcas ms a un chco.

    Por aor, qu cure djo ora.El grupo se burl y r en armona. Eran como henas.Sgue nenndolo. Puede que un da consgas ener noa

    djo Clare con desare.

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    Busc las caras de sus amgas esperando que le sgueran la moa.Se ronchaban. No marrzaban a Dakna por nada en parcular.Smplemene, les pareca derdo. Un da le ocaba a ella y al s-guene se burlaban de oro. Crean esar por encma de los dems.

    Y por eso Ale las odaba.N caso le susurr a su amga al odo. Lo mejor es gno-

    rarlas.Dakna se sen en slenco y con la cabeza gacha. Su alegra des-

    bordane haba desaparecdo por culpa de Clare y sus maroneas.Quso anmarla, pero en ese momeno enr la proesora Jones yla clase enmudec. Cada uno buscaba su pupre raando de nollamar la aencn.

    Ale gu sus ojos al esplnddo da que la enana dejaba nur.De pe, nml, ras su escroro, y juno a la eraordnara pzarraque cubra cas oda la pared rene a los alumnos, Coralne Jonesoje a odos sus alumnos. Tena unos cuarena aos. Posea un ros-ro en orma de pera, con la barblla grande y la rene esrecha. Sus

    ojos eran ros, de ono grsceo, e nescruables. Dbujaba un gesosero. Ao ras ao, haba apuesas por erla sonrer, pero nade ha-ba ganado nunca. Vesa una alda bes hasa la rodlla y una blusade seda roja de manga larga. No se poda decr que uese delgada,pero ampoco lo conraro.

    Es dsruando de las marallosas sas de nuesra querdaclase, seora Bellenu?

    La oaldad de los ojos del aula se posaron en Ale. Ella sesobresal al percaarse de que era el cenro de aencn. Mr a laproesora, que manena un ademn mpasble, y se sn azorada.

    Dra que es used plda Las accones de Coralne serelajaron. Incluso pareca que se preocupaba. Quere hacer una

    sa a Sandra?Sandra era la enermera de la escuela, una mujer querda por o-

    dos por su carcer aable y sus buenas maneras.Ale escuch cuchcheos a su espalda. No se enconraba mal en

    realdad, pero la proesora Jones le haba pueso en bandeja la ecu-sa pereca para marcharse. Asn.

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    Se lo agradezco, proesora Jones djo. Esoy un poco ma-reada.

    Coralne la n a leanarse con un geso de la mano menrasse lleaba el dedo ndce delane de los labos para slencar los mur-mullos que comenzaban a hacerse audbles. Los cuales, nmedaa-mene, cesaron.

    Adelane.Ale se lean con el peso de la aena mrada de sus compaeros.

    En muchos poda leer enda. Cog la mochla y sn decr palabra,arculando con los labos, ransm a Dakna que la era despus.Ella lo enend y asn con un amago de sonrsa. Pareca que las

    burlas de Clare y sus amgas ya no eran ms que una ancdoa.Sal del aula y Coralne reom la clase. Su oz raspas la

    puera.Seoras, caballeros, hoy an a sar el ecane mundo de

    la economa nglesa en el sglo xvii.Un gmoeo global son en respuesa.

    De buena me he lbrado djo Ale, susprando.El pasllo esaba desero, una escena poco correne. Acosum-brada a erlo con gene de un lado a oro, el aco era mayor. Tena lasensacn de que alaba algo. Enseguda, el reloj del esbulo ol-

    a abordar sus pensamenos y un escaloro le sobreno. Mrel suyo.Eran las once en punto. Recordaba con ndez lo que habasuceddo, uese lo que uese.Su cabeza le haba jugado una mala

    pasada? Su madre nssa con recuenca en la mporanca de de-sayunar, pero aquello no poda ser produco del ayuno. Quiz no seauna idea descabellada bajar a la enfermera.

    Descend con precaucn la escalnaa agarrando rmemeneel pasamanos. Esaba nquea; aunque, por suere, no ena queacercarse a la uene. El pasllo al que se drga esaba a mano z-querda. La enermera ocupaba una sala en la plana baja del ed-

    co. Cuando do la espalda al reloj se sn ms ranqula. Paso apaso se relajaba.

    De la puera con una cruz roja recn pnada sal un chco dequno o seo grado, al que no conoca, con mala cara. Todos los

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    esudanes de secundara haban pasado por aquella sala al menosuna ez. Asprnas para el dolor de cabeza, esgunces y conusonesen clase de gmnasa, esmagos reuelos; Sandra se haca cargo,sempre dspuesa con una sonrsa, aunque ngeran para esca-quearse de alguna clase aburrda.

    Se om unos segundos para llamar y golpe la puera con losnudllos. Al no recbr una respuesa nmedaa, gr el pcapore yempuj. Pero lo que se enconr hzo que el corazn le dese un

    uelco. Sandra colocaba un lbro en la esanera del ondo mon-dose muy despaco, como a cmara lena. Ale ro la cabeza hacael hall. El chco con el que acaba de cruzarse camnaba con la ms-ma parsmona con la que Sandra se moa. Al ondo, dsngu elperl de la uene, el conorno de la reproduccn a escala de losacanlados Blancos. Vol la mrada al neror de la enermera yadr que el segundero del reloj que presda la sala en lo alo dela pared no cumpla con su uncn.

    Al borde de las lgrmas, cerr los ojos y se ap la cara con las

    manos. Quera salr correndo, pero sus msculos se lo mpedan. Ellado de su corazn se a y el medo om el conrol.Qu ocurre, celo? era una oz dulce, cercana y clda.Percb pasos y cmo unas manos se posaron en sus hombros.

    Separ las suyas de la cara y abr los ojos. Sandra la mraba cons-ernada, mpacene por saber qu ocurra. Ale emblaba. Con lamrada drosa o como el chco del pasllo se alejaba. Todo era

    normal de nueo. Se abraz a Sandra y apoy la cabeza en su pecho.En su segurdad, las lgrmas broaron.Tranqula, caro, no pasa nada djo la enermera, acar-

    cando su pelo.Cas un mnuo despus, sn que nnguna djese nada, Ale se

    calm. Sandra sac un pauelo de su baa blanca.Ten.

    Se son la narz y se sec las lgrmas con la palma de la mano.Despus de llorar, el color de sus ojos era de un erde pldo, crs-alno.

    Pasa. Te dar algo para que e relajes, ale?

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    La acompa hasa la camlla, juno a la enana, y la ayud asenarse sobre ella, dejando la mochla en el suelo.

    Te preparar una la, y ya ers cmo enseguda e encuenrasmucho mejor.

    Ale se coloc el pelo ras la oreja y ech un sazo a la enerme-ra. Era una habacn grande, pnada en blanco, con dos enana-les y muchas esaneras y armaros, donde predomnaban lbros yderenes medcamenos. Frene a ella, Sandra llenaba de agua uncalenador elcrco. La enermera no aparenaba ms de cuarenaaos, aunque en realdad ya rondaba el medo sglo. Tena el pelocobrzo, recogdo en una pequea colea, con un largo lequllosobre unos ojos casaos con orma de almendra. La baa cedadejaba enreer su pronuncada cadera, su esrecha cnura, y su o-lumnoso pecho.

    Ale agradec los mnuos de slenco que le oorg para reor-ganzar sus deas. Qu demonios est pasando? Me estoy volviendoloca?

    Sandra se gr y le enreg una aza humeane.Bebe despaco, celo. Es calene.Ale do un sorbo pequeo y aunque quemaba, le sen ben.Muchas gracas, Sandra djo, sujeando la aza con las dos

    manos.Ess ben? Te duele algo?

    Ale releon un nsane. Ojal me dolese algo. Al menos po-

    dra eplcar lo que pasa sn emor a que me encerren en un ps-qurco.No. Es que se mord el labo neror . Los emenes

    me ponen nerosa. Todos los rmesres gual.Eando el conaco dreco con los ojos de Sandra, agach la

    cabeza. La enermera sonr y pos sus manos en los brazos de Ale.Sabes? Cuando yo ena u edad me ocurra algo parecdo.

    Ms padres eran muy esrcos y queran que sempre uese las me-jores noas. No era sucene con que uesen buenas: enan que serlas mejores. Cada ez que se acercaban los emenes, era un manojode neros.

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    Menras hablaba, Sandra se sen juno a ella en la camlla y elladaba pequeos sorbos a la la.

    Para calmarme, me acon a las nusones. Sempre me hanayudado a relajarme concluy sonrendo.

    Ale la mr. Era una mujer encanadora. Su delcado ono deoz era reconorane.

    Hagamos una cosa. Qu e parece s e doy el reso del dalbre para que e ayas a casa a dare un bao de agua calene? Nohay nada que no cure una baera hasa arrba de agua y espuma.

    El rosro de Ale se lumn. Con lo que esaba pasando no enaganas de esar en el colego.

    Pero ene que ser un secreo djo Sandra llendose eldedo ndce a los labos. Dremos que e dola el esmago y que

    yo e en a casa, de acuerdo?Ale asn y Sandra se lean.Queres que llame a alguen para que e enga a buscar?Pens en Charloe, pero no quera preocuparla.

    No hace ala, puedo r sola a casa. Vo cerca.Es ben, e acompaar a la enrada.Ale recog su mochla, se lean de la camlla y dej sobre ella

    la aza aca. La enermera le pas un brazo por la espalda y camnjuno a ella.

    Vers cmo sacas unas noas alsmas, no e preocupes.Ale sonr.

    Gracas, Sandra. De erdad.No hay de qu, celo. Sempre que neceses algo, ya sabesdnde esoy.

    Al araesar el esbulo, Ale e mrar al reloj de la uene,desando la sa. En cuano saleron del edco se sn muchomejor. El da era maralloso: n una sola nube en el celo n en elhorzone.

    No endrs problemas en la puera: esos das no es Mchael.Su mujer do a luz ayer eplc Sandra.

    Mchael era el guards del colego. Ale se acord de cmo esamsma maana haba cruzado la erja correndo y no haba so aMchael.

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    Recuerda lo del bao djo Sandra sonrendo. Maanaen a erme anes de las clases, ale?

    Gracas ora ez, Sandra respond Ale asnendo.Se despderon y la enermera ol a enrar en el edco. Al

    quedarse sola, sus preocupacones regresaron, pero, con paso dec-ddo, cruz el jardn y abandon el colego. La cudad, al conrarode lo que Ale crea que ocurra a esas horas de la maana, parecaun enjambre de abejas ocupadas. Haba ancanos paseando, muje-res cargadas con bolsas de la compra o cochecos de bebs, geneesperando al auobs, coches, moos, bccleas, perros y dueos,rabajadores que salan a omarse un descanso y umar un cgarro.No mporaba el camno que omase, haba gene aareada all don-de mrase.

    En Hgh Sree, Ale enr en un quosco a comprar unos chclesde resa y anes de llegar al cruce donde la gran a de Doer se con-

    era en London Road, se me por Peer Sree, una esrecha calleque eaba el bullco de la gran arera. Unas cuanas esqunas y

    calles ms y ya esara en Mllas Road, rene a la puera de su casa.Durane el rayeco haba llegado a un acuerdo consgo msma:oldarse de odo lo acaecdo esa maana. Camnar por aquellascalles poco ransadas por las que sempre ola del colego le habasenado ben. Decd que esa arde ra hasa el puero a resprar lacauadora raganca del mar.Ahora el da pareca normal, o casi.

    Se descolg la mochla en la esquna de Brdge Sree con

    Granlle Sree, rene a Halords, un supermercado, para recuperarsu Pod. Tena una necesdad mperosa de escuchar msca. Lobuscaba enre los lbros con su mano zquerda cuando un slencosepulcral se hzo uere, apagando el rudo de la calle. Ale se paren seco, domnada por el pnco, sn areerse a leanar la sa yconemplar lo que le rodeaba. Poda er su relejo en el escaparaede la enda de recambos de ehculos rene a la que esaba.

    Por segunda ez odo marchaba acelerado. Pero, en esa ocasn,mucho ms rpdo que en el colego. Ale se peg a la achada de laenda. Un ro de sombras araesaba las pueras del Halords. Loscoches salan y enraban del aparcameno con al preseza que no

  • 8/2/2019 El corazn del tiempo vol.1 (Saga Bellenuit), / Nowevolution

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    eran ms que un esbozo. Y la calzada esaba cubera por la eselade ms auomles. De prono, odo se oscurec. Ale lean lacabeza haca el celo. El sol se oculaba y apareca la luna rando delas esrellas. El mano de la noche cubr el rmameno, pero ugaz-mene. La luna segua su curso y an rpdo como lleg, se ue em-pujada por un sol enre nubes que deola la luz naural a la calle.

    Ale se aerr a su mochla, con un brazo an denro, y em ungro ahogado. Esaba aerrorzada. Cerr los ojos, se agach, dejla mochla en el suelo y se ap los odos. Sus labos emblaban, cla-mando ayuda. El medo la desbordaba.