ecuador siglos xix y xx. república, 'construcción' del indio e imágenes contestadas

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Recibido 27 julio 2012 | Aceptado 8 octubre 2012 | Publicado 2013-03 0 0 Gazeta de Antropología, 2013, 29 (1), artículo 03 · http://hdl.handle.net/10481/24586 Versión HTML · Versión PDF Ecuador siglos XIX y XX. República, 'construcción' del indio e imágenes contestadas Ecuador nineteenth and twentieth centuries. Republic, 'construction' answered the Indian and images Luis Fernando Botero Villegas Doctor en antropología social. Diócesis de Riobamba, Ecuador. [email protected] RESUMEN El artículo presenta la manera como, mediante diferentes tecnologías discursivas (ensayos, fotografías, artículos periodísticos, proverbios…), se fueron construyendo y reafirmando ciertas imágenes sobre el indio ecuatoriano durante los siglos XIX y XX, las cuales sirvieron para elaborar políticas públicas y privadas orientadas a una paradójica práctica de exclusión e integración. ABSTRACT The article shows how, using different technologies, discursive essays, photographs, and newspaper articles certain images on the Ecuadorian Indians were established and reaffirmed during the 19th and 20th centuries, images that were used to develop a set of public and private policies and intended for the paradoxical practice of exclusion and integration. PALABRAS CLAVE tecnologías discursivas I blanqueamiento I resistencia I interculturalidad KEYWORDS discursive technologies I whitening I resistance I multiculturalism Introducción Con el advenimiento de la República, la imagen que sobre “el indio” se tenía en la época colonial cambió pero no para mejorar. Las elites criollas afincadas en el poder, con una visión de nación que excluía a un importante número de habitantes, se dedicaron a buscar la manera de construir el tipo ideal del “ecuatoriano” cuyo molde seguía siendo fijado según las ideas en boga. Compartiendo los “sueños patrios” de otras naciones americanas cuyos referentes estaban al otro lado del mar, los dignatarios de las jóvenes repúblicas se propusieron formular aquellos estándares que debían orientar el futuro. Esos estándares, pensados e implementados por Europa -concretamente Francia con sus ideas todavía no suficientemente arraigadas y comprobadas de libertad, igualdad y fraternidad, e Inglaterra con su revolución industrial y su paradigma de civilización que arrojaba al abismo del salvajismo y la barbarie a la mayor parte de los habitantes del planeta-, fueron adoptados y adaptados por la nueva nobleza criolla que veía en el “blanqueamiento” (1) , y en la ilustración, los botes salvavidas para evitar que sus jóvenes naciones naufragaran en el mar tormentoso del atraso y la ignorancia. Novelistas, periodistas, pensadores, poetas y educadores se dedicaron a exaltar las virtudes de los blanco-mestizos que podían y debían llegar a ser el componente fundamental de las repúblicas nacientes utilizando, asimismo, sus plumas y su verbo, para describir al indio desde sus carencias sin dejar ningún aspecto negativo por resaltar para, de este modo, llegar a la conclusión irrebatible: hay que salvar al indio de sí mismo, hay que hacerlo humano -y cristiano por supuesto-, hay que integrarlo al presente, hay que subirlo en el carro de la historia trazada por los fundadores de la patria y por quienes la construían. El presente artículo nos acerca a la manera como, herederos por una parte de esa mirada colonial sobre los indios de Ecuador -concretamente los de la sierra- y, por otra, ofreciendo su “propia mirada”, los hombres de los siglos XIX y XX construyeron o se imaginaron al indio -porque eran ellos los que pensaban y escribían- para negarlo después e intentar redimirlo con el blanqueamiento y otras políticas

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historia ecuador siglos XIX y XX

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  • Recibido 27 julio 2012 | Aceptado 8 octubre 2012 | Publicado 2013-03 0 0

    Gazeta de Antropologa, 2013, 29 (1), artculo 03 http://hdl.handle.net/10481/24586 Versin HTML Versin PDF

    Ecuador siglos XIX y XX. Repblica, 'construccin' del indio eimgenes contestadasEcuador nineteenth and twentieth centuries. Republic, 'construction' answered the Indian and images

    Luis Fernando Botero VillegasDoctor en antropologa social. Dicesis de Riobamba, [email protected]

    RESUMENEl artculo presenta la manera como, mediante diferentes tecnologas discursivas (ensayos, fotografas, artculos periodsticos,proverbios), se fueron construyendo y reafirmando ciertas imgenes sobre el indio ecuatoriano durante los siglos XIX y XX, lascuales sirvieron para elaborar polticas pblicas y privadas orientadas a una paradjica prctica de exclusin e integracin.

    ABSTRACTThe article shows how, using different technologies, discursive essays, photographs, and newspaper articles certain images onthe Ecuadorian Indians were established and reaffirmed during the 19th and 20th centuries, images that were used to develop aset of public and private policies and intended for the paradoxical practice of exclusion and integration.

    PALABRAS CLAVEtecnologas discursivas I blanqueamiento I resistencia I interculturalidadKEYWORDSdiscursive technologies I whitening I resistance I multiculturalism

    Introduccin

    Con el advenimiento de la Repblica, la imagen que sobre el indio se tena en la poca colonial cambipero no para mejorar. Las elites criollas afincadas en el poder, con una visin de nacin que exclua a unimportante nmero de habitantes, se dedicaron a buscar la manera de construir el tipo ideal delecuatoriano cuyo molde segua siendo fijado segn las ideas en boga. Compartiendo los sueospatrios de otras naciones americanas cuyos referentes estaban al otro lado del mar, los dignatarios delas jvenes repblicas se propusieron formular aquellos estndares que deban orientar el futuro. Esosestndares, pensados e implementados por Europa -concretamente Francia con sus ideas todava nosuficientemente arraigadas y comprobadas de libertad, igualdad y fraternidad, e Inglaterra con surevolucin industrial y su paradigma de civilizacin que arrojaba al abismo del salvajismo y la barbarie ala mayor parte de los habitantes del planeta-, fueron adoptados y adaptados por la nueva nobleza criollaque vea en el blanqueamiento (1), y en la ilustracin, los botes salvavidas para evitar que sus jvenesnaciones naufragaran en el mar tormentoso del atraso y la ignorancia. Novelistas, periodistas,pensadores, poetas y educadores se dedicaron a exaltar las virtudes de los blanco-mestizos que podany deban llegar a ser el componente fundamental de las repblicas nacientes utilizando, asimismo, susplumas y su verbo, para describir al indio desde sus carencias sin dejar ningn aspecto negativo porresaltar para, de este modo, llegar a la conclusin irrebatible: hay que salvar al indio de s mismo, hayque hacerlo humano -y cristiano por supuesto-, hay que integrarlo al presente, hay que subirlo en el carrode la historia trazada por los fundadores de la patria y por quienes la construan.

    El presente artculo nos acerca a la manera como, herederos por una parte de esa mirada colonial sobrelos indios de Ecuador -concretamente los de la sierra- y, por otra, ofreciendo su propia mirada, loshombres de los siglos XIX y XX construyeron o se imaginaron al indio -porque eran ellos los quepensaban y escriban- para negarlo despus e intentar redimirlo con el blanqueamiento y otras polticas

  • discriminatorias. Lo de la propia mirada lo coloco entre comillas por cuanto no deja de ser relativa esamanera de percibir, de ver y de representar, mirada que tiene como trasfondo la ilustracin con suantropologa especfica cuyo paradigma es el hombre europeo civilizado, alejado ya de los brbaros y delos salvajes. La ilustracin criolla, que hered y bebi a su manera de las luces que deban iluminar lastinieblas de la ignorancia y el error presentes de una manera tan profusa en tierras americanas, notuvieron ningn problema en asumir la imagen de los indios construida en lejanas tierras, y en libros,revistas y peridicos dieron origen al indio, ese indio cuya imagen, precisamente por ser construidadesde tantos intereses, no poda ser ms contradictoria: desde el buen salvaje hasta el obstculo paratodo progreso y, adems, un peligro y vergenza para occidente y todo lo que ste representaba.

    Muestro en este trabajo cmo la mirada occidentalizada de un buen nmero de ecuatorianos se imagin,represent y construy a los indgenas, construccin que sirvi como base para adelantar polticaspblicas de diferentes gobiernos, polticas cuyos efectos se siguen presentando hoy cuando pensamosque todo vestigio de racismo y colonizacin ha terminado y que, por fin se ha llegado a un alto grado decivilizacin, segn ese evolucionismo cultural o darwinismo social, que nos habla de la casi la totaldesaparicin de brbaros y salvajes en Ecuador.

    Exploro las tecnologas discursivas contenidas en novelas, fotografas, ilustraciones, escritos, noticias,etc. que fueron utilizadas para construir ese imaginario sobre el indio que influy no solamente en lamanera como se manej el asunto en los siglos XIX y XX, sino el modo como se continan llevando acabo polticas pblicas y privadas en la actualidad.

    Independencia, Repblica y la cuestin del indio

    Quines y con qu intereses construyeron esa imagen estereotipada del indio? Qu tecnologasfueron utilizadas para construir ese tipo ideal de indio -y, por contraposicin, por supuesto, de blancomestizo-, que despert el rechazo cuando no la conmiseracin de blancos y mestizos? Qu prcticasfueron puestas en escena para lograr que los mismos indgenas llegaran a representarse a s mismos deuna manera tan distorsionada y negativa?

    Los criollos ecuatorianos, despus de las luchas independentistas, estaban muy lejos de ser un conjuntohomogneo; de hecho, diversos grupos representaban ideas tradicionales a diferencia de otros queabanderaban posturas ms modernas. Revolucionarios en las palabras y conservadores en lasacciones (Rodrguez Gonzlez 1992: 155). Es as como, para elaborar un proyecto nacional, mientras sebusca la consolidacin de un Estado apenas incipiente, se recurre a la religin, considerndola como unpoderoso aglutinador de todas las tendencias sociales y polticas que se presentaban en ese entonces.

    Si bien es cierto que en los albores de la historia republicana del Ecuador algunas ideas modernistastrataban de abrirse paso en medio de conglomerados que buscaban mantener lazos estrechos con elpasado colonial, el racismo, la influencia preponderante de la ideologa religiosa eclesistica, as como lamarginacin de la mujer y otros lastres propios de pocas pasadas, seguan hacindose sentir.

    Ecuador, una vez independizado de Espaa, se present al mundo como un pas no slo dividido enregiones -litoral, sierra y oriente- sino tambin con propuestas sociales, polticas e ideolgicas diferentes.De hecho, la regin costea, adems de ofrecer una fuerte tendencia agrcola, expresndose a travs delas grandes plantaciones de cacao y de caa de azcar, comenz igualmente un moderado proceso deindustrializacin. Cosa que no sucedi en la sierra por cuanto el latifundio y la poblacin indgena ligadaa la hacienda, marcaron profundamente el desarrollo de las sociedades que en esta regin ecuatorianase fueron conformando.

    Debido a la debilidad administrativa propia de los jvenes repblicas recin independizadas de Espaa,los terratenientes, apoyados por la Iglesia catlica, por lo menos en la regin andina, se fueronimponiendo llegando a convertirse en autoridades a nivel nacional por un largo tiempo. Los latifundistas,que haban logrado apropiarse de grandes extensiones de tierra para el cultivo y la ganadera, gracias a

  • figuras coloniales como la encomienda y el concertaje, comenzaron a estructurar la incipiente nacinecuatoriana segn sus ideologas, aspiraciones e intereses (vase Botero 2008). La hacienda serrana seconvirti en el modelo y en el lugar en donde se dispona no slo de las actividades cotidianas para lapropia hacienda, sino tambin desde donde se pensaban las formas de gobernar la Repblica.

    El proyecto nacional, entonces, fue un proyecto elaborado e impuesto por un grupo que representaba losintereses del rgimen hacendario en Ecuador, apoyado y legitimado por la institucin eclesistica y, atodas luces, excluyente. La inmensa mayora de la nacin se vio marginada de lo que en ese entoncesse consideraba la patria ecuatoriana. Fue entonces, poco a poco, dndose la consolidacin de unaruptura tanto poltica como social y cultural entre los grupos dominantes asentados en Guayaquil y enQuito y el resto de la poblacin: La independencia fue para el Ecuador un gran cambio poltico, sinembargo subsistieron despus de sta caractersticas que se mantuvieron a lo largo de la pocaRepublicana del Ecuador, as como: el racismo, la exclusin de la mujer en la poltica y el poder poltico eideolgico de la Iglesia que intervena en el Estado (Acurio 2003). Fue un cambio de amos, las cosassiguieron bien para unos y mal para otros: ltimo da del despotismo y primero de lo mismo, rezaba ungrafiti de esa poca en Quito (2).

    Es mi intencin profundizar sobre los aspectos mencionados, es decir, sobre las contradicciones quetanto el Estado como la intelectualidad criolla pusieron en marcha para abordar la cuestin india.

    Despus de que los intelectuales criollos intentaran colocar al indio en el centro de las reflexiones sobrela cultura nacional, y de que sus preferencias ideolgicas se desplazaran hacia las bondades delmestizaje para promover el blanqueamiento, los pensamientos posteriores se sustentaron en aquellaidea de que la cultura nacional debera obviar la figura del indio tal y como se presentaba en la realidadpara relegarlo a un elemento folclrico y turstico pero completamente al margen de la construccin de lanacin por cuanto las ideas de construir naciones homogneas culturalmente seguan apoyando elindigenismo en Ecuador y en Amrica Latina.

    Una vez obtenida la independencia poltica en la mayora de las jvenes repblicas, si bien los indgenasconsiguieron tener un lugar para sus libertades y derechos, fueron asimismo objeto de normas yreglamentos especiales que los mantuvieron tanto al margen como en una relacin de inferioridad conrespecto a los blanco-mestizos. Ahora bien, aunque muchas comunidades indgenas haban podidomantener sus propiedades gracias a la legislacin tutelar de la colonia, fueron muy pronto despojadas deellas.

    En las nuevas sociedades republicanas la situacin de los indgenas se defini por el lugar que ocuparondentro de la estructura econmica pero, asimismo, por la manera como fueron vistos y construidos porlas clases dominantes de las cuales formaban parte no slo los criollos que haban asumido el poder enestas repblicas nacientes, sino tambin de los intelectuales. En otras palabras, dentro de la ideologa dela nacin y del estado no haba lugar para los indgenas o al decir de Stavenhagen:

    La situacin de los indios en las nuevas sociedades republicanas fue definida por su posicin en laestructura econmica, pero tambin por la concepcin que de ellos tenan las lites gobernantes ysus intelectuales, y que se plasm en la ideologa de la nacin y del Estado. En efecto, elcomportamiento de las lites latinoamericanas respecto a la poblacin indgena, una vez obtenida laindependencia poltica, fue ms bien circunstancial y episdico. En el conjunto de problemas queestas lites se disponan a resolver, la problemtica indgena desempeaba un papel secundario(Stavenhagen 1986).

    En las naciones que haban sido colonias de Espaa y que haban logrado su independencia relativa, laselites intelectuales se dividan generalmente, de una parte, en grupos que se aferraban a un conjunto detradiciones cuyos componentes podemos rastrear en las formas aristocrticas heredadas de la colonia,en donde el componente catlico conservador era muy fuerte; y, de otra, por aquellos grupos quebuscaban, segn ellos, modernizar la sociedad y buscar el progreso incorporando ideas provenientes deFrancia, Inglaterra y Estados Unidos.

  • De la misma manera como haba sucedido durante la colonia, quienes llevaron la peor parte de losdestinos nacionales orientados y regidos por la clase terrateniente, fueron los indios. Si bien es ciertoque:

    Despus de la independencia poltica, en la mayora de las repblicas latinoamericanas losindgenas adquirieron las libertades y los derechos de los dems sectores de la poblacin () enmuchos casos fueron tambin objeto de leyes y reglamentos especiales que los mantuvieron ensituacin de marginalidad e inferioridad con respecto a la poblacin mestiza y blanca. Aunque se lesconceda la igualdad jurdica, de hecho las comunidades indias no podan disfrutar de las mismaslibertades polticas y cvicas debido a la situacin de inferioridad econmica, discriminacin ysubordinacin poltica que las caracterizaba (Stavenhagen 1986).

    De hecho, los indios ocuparon el lugar propio que les fue asignado por las clases dominantes, enparticular la terrateniente, segn la estructura econmica pero, as mismo, segn la ideologa apoyada enun claro darwinismo social que colocaba las sociedades indgenas en un estamento inferior lo cualjustificaba un trato apropiado para quienes no eran iguales a aquellos que haban sido destinados aregir los destinos de la naciente Repblica.

    Los intelectuales de todas las tendencias lidiaron en la arena para tratar de imponer cada uno su propiavisin sobre lo que debera ser la posicin y situacin del indio en la recin independizada nacin. Losdiscursos acerca del tema no pudieron ser ms diversos, preocupantes y extremos. Desde la idealizacindel indio, cuyo soporte intelectual era ofrecido por la imagen rousseauniana del buen salvaje, hasta ladel indio pernicioso obstculo para el desarrollo del pas.

    Desde un primer momento, en los primeros pasos de la independencia, los intelectuales se encontrabanformando bandos que trataban cada uno de ellos de clavar su bandera en lo que consideraban deberaser el modelo de nacin. Por un lado, los representantes de las ideas tradicionales y conservadoras deuna colonia todava presente en estructuras jurdicas, sociales, polticas, ideolgicas y culturales y, por elotro, quienes se alzaban como voceros de grupos que consideraban que Ecuador debera estar a laaltura de otros pases no slo de Amrica Latina sino tambin de Europa; es decir, el joven pas debera,de alguna manera, tener en cuenta a la Francia ilustrada, a la Inglaterra racionalista y liberal, y a losEstados Unidos en su pragmatismo ejemplar.

    Con el tiempo, tendencias al interior de esas mismas elites intelectuales empezaron a poner en tela dejuicio las ideas provenientes de fuera y pensaron que ya era hora de hacer un giro importante en cuantoa la manera de concebir y abordar las problemticas propias de las sociedades que vivan al interior deesta repblica latinoamericana. Es as como algunos intelectuales comienzan a desarrollar ideastomando como punto de partida no las propuestas europeas que buscaban responder a las necesidadesy expectativas de las diferentes situaciones de ultramar, sino abordar de una manera honesta lasrealidades propias del lugar en el que ellos se encontraban. Fue un mirar hacia adentro y desde dentro,para poder as responder a los grandes desafos que se presentaban para el nuevo pas en el conciertode otras naciones latinoamericanas que ya haban no slo comenzado sino consolidado modelossocietales propios desprendindose, de alguna manera, de los moldes coloniales espaoles y de laspropuestas europeas y norteamericanas.

    Algunos sectores polticos y sociales, como respuesta a las polticas homogeneizadoras de aquellos quepretendan ver a la naciente repblica como un modelo reproductor de tendencias forneas, pensaronque si algn componente importante debera ser tomado en cuenta como punto de partida para laidentidad nacional, debera ser el indio; sin embargo, tambin lo veremos en seguida, el indio imaginadopor estos intelectuales distaba mucho de ser el indio que, bajo la dominacin criolla, construa caminos,empedraba calles y trabajaba en condiciones infrahumanas en las haciendas (vase Schroder 1984).Hacindose eco de ideas provenientes de otras latitudes, la intelectualidad ecuatoriana asumi, a vecesde manera poco crtica, prcticas que en la vida real poca o ninguna influencia tuvieron para transformaro mejorar en algo las condiciones en las cuales vivan aquellos que, segn ellos, era el ingredientefundamental de la nueva nacin ecuatoriana.

  • Y es que la figura del indio presentaba muchos problemas en cuanto a la manera de definirlo, porquechocaba con las ideas de progreso y cultura que, de una u otra manera, se resistan a abandonar lasmentes de esos intelectuales y de aquellos que queran convertir a Ecuador en una nacin pujanteeconmicamente. El indio era un problema que para muchos debera desaparecer, y la mejor manera dehacerlo era convirtindolo en un sujeto a imagen y semejanza de los criollos, es decir, haba queblanquearlo para incorporarlo as al progreso y desarrollo del pas. El indio fue, entonces, objeto de unproceso de transformacin ordenado y ejecutado desde las clases dominantes para engancharlo al carrodel progreso. Entre otras cosas, lo que se buscaba era convertir al indio en un consumidor de bienes yservicios producidos por esas mismas clases dominantes. Para la poca:

    La divisin de clases era tambin una divisin cultural. Las poblaciones indgenas subordinadashaban sido incorporadas a la economa colonial como mano de obra servil, y un rgido sistema deestratificacin y segregacin las mantena efectivamente fuera del proceso poltico. Si bien es ciertoque el mestizaje se desarroll rpidamente, no es correcto afirmar que no hubo racismo. En el fondo,la evolucin cultural de los siglos XIX y XX estuvo caracterizada por una fuerte corriente depensamiento racista, que contribuy a formar un perfil cultural, esgrimido con eficacia por las clasesdirigentes, del cual estaban prcticamente excluidos los pueblos indgenas subordinados (con susidiomas, costumbres y tradiciones, cosmovisin y organizacin social, as como su produccinartstica) (Stavenhagen 1986).

    Si en un primer momento, la intelectualidad criolla, tanto para defenderlo como para atacarlo, hababuscado, basndose en una imagen idealizada y estereotipada del indio, elaborar diferentes discursossobre l, tiempo despus, esos mismos intelectuales no tardaron mucho en descubrir las hastaentonces desconocidas virtudes de los mestizos. A diferencia de lo que sola creerse anteriormente, deque el mestizaje resultaba a todas luces negativo, ahora se consideraba que los mestizos habanincorporado en una sola raza lo mejor de las dos que intervinieron en su factura. Los mestizos setransformaron pronto en el soporte del nuevo concepto de nacionalidad, que implicaba el fortalecimientodel Estado nacional (Stavenhagen 1986).

    Numerosas fueron las imgenes que se conformaron alrededor del indio de acuerdo a los intereses dediversos grupos durante los siglos XIX y XX. Desde 1830, cuando se fund la repblica ecuatoriana yan rega la obligacin fiscal del tributo para los indgenas, estos se encontraban incluidos dentro de unalegislacin sobre tierras, autoridades propias y obligaciones ante el Estado. Cuando se suprime el tributoen 1857, a los indgenas serranos, quienes se encontraban en haciendas, poblados y dentro de lasllamadas comunidades libres, se les coloca dentro de una normatividad que los reconoca comociudadanos pero que, en realidad, los exclua de cualquier participacin poltica debido, entre otrascosas, a su imposibilidad de acceder al voto en razn de su analfabetismo.

    Durante el mismo siglo XIX la definicin del indio por parte no slo del Estado sino de diversosestamentos sociales no iba ms all de la divulgacin de una serie de rasgos generales que seconvertiran en un estereotipo y caracterizaran de manera negativa tanto a indios como a mestizos paradiferenciarlos, en una clasificacin por lo dems arbitraria, de los blancos, quienes eran vistos como losportadores autnticos del progreso, de la cultura y de los ideales ms altos de nacin (vase Ibarra2003).

    Con la publicacin de El indio ecuatoriano, un libro escrito por Po Jaramillo Alvarado en 1922, seinstaura una nueva manera de ver al indio ecuatoriano, que es por as decirlo, el fundamento sobre elcual se construir el indigenismo en su versin ecuatoriana a la manera de los indigenismos de Mxico yPer. Ese indigenismo, definido como una corriente intelectual que busc la revalorizacin de lo tnicocomo fuente de identidad nacional ya que su influencia abarcaba aspectos literarios sociales y artsticos,tiene su origen en una corriente poltica intelectual sustentada en las clases medias e incluso personajesterratenientes humanitarios. Los indigenistas, reivindican al indio como el sustento de la nacionalidadecuatoriana, conceban al indio con ciertos rasgos fsicos, vestido, lengua y una cultura materialidentificada en la alimentacin y la vivienda; se asuma que el hbitat natural eran las zonas ms altas dela Sierra (Ibarra 2003).

  • Del mismo modo, los promotores del indigenismo ecuatoriano vean en la educacin un factorfundamental para integrar a los indgenas a la nacin ecuatoriana; pero, adems de esto, introdujeron eltema de la necesaria redistribucin de la tierra.

    El ensayista peruano Jos Carlos Maritegui se haba dado cuenta de que el discurso sobre los indiosera producido por los mestizos y, por eso mismo, estaba muy lejos de ser una apreciacin verdadera delindio ya que lo idealizaba. En otras palabras, era un discurso indigenista pero no indgena y, ese discursoindgena, si deba venir, vendra a su tiempo (vase Ibarra 2003).

    Con la aparicin de la Ley de Comunas en 1937, se establece una nueva manera de ver a los indgenasy su entorno, al ser concebidos como personas que necesitan proteccin para evitar su desintegracincomunitaria. Solamente en los aos 90, a raz entre otras cosas del levantamiento de 1990, se intentarromper esa proteccin al percibrseles de otro modo (vase Endara 1998).

    El indio como problema, es pensado durante las dcadas de los 30 a los 60 cuando se pone en debatesu falta de integracin a la sociedad nacional. Pasada la dcada de los 60 se le concibe ms bien comoun problema que tiene relacin con la tenencia de la tierra es por eso que los gobiernos militares de 1964y de 1973, en un intento por legitimarse, expiden las respectivas leyes de reforma agraria para afectar lasgrandes extensiones improductivas y entregar a los indgenas los huasipungos (vase Botero 2001).

    Con la aparicin de FODERUMA (3) en 1978, del Plan Nacional de Alfabetizacin en 1979 y, en esemismo ao, la eliminacin de la restriccin del voto a los analfabetos, se percibe una nueva imagen delos indgenas como sujetos de derechos polticos y sociales. Estas polticas gubernamentales buscabanpromover las condiciones y los espacios para el desarrollo de las organizaciones indgenas. En efecto,en los aos 80 aparece una nueva definicin del indio, porque es l mismo quien busca definirse deacuerdo a una etnicidad que incorpora la lengua, la tradicin, la participacin y, sobre todo, demandassobre la redistribucin equitativa de las tierras.

    De hecho, en el levantamiento indgena de 1990, hay una proclamacin explcita que busca latransformacin tanto del Estado como de la sociedad.

    Esta revalorizacin de lo tnico, llev a una manera de ver a la comunidad indgena como sujeto dedesarrollo para el campo, revaloracin que tuvo que ver con la intervencin de las organizaciones nogubernamentales, la Iglesia en provincias como la de Chimborazo, y las mismas organizacionesindgenas.

    A esta imagen de comunidad se corresponda tambin la imagen de un indio que, a pesar de las diversassituaciones vividas durante su historia, haba logrado resistir y mantener aquellos componentesfundamentales que le permitieron reproducirse como sociedad y como grupo tnico (vase Ramn 1987y 1991).

    Diferentes actores sociales, incluidos socilogos y antroplogos, empezaron a ver al indio como unagente transformador importante creando una corriente neoindigenista que sale a la luz en debatespblicos y que va a reflejarse, asimismo, en una gran cantidad de literatura especializada sobre temasagrarios, culturales, polticos e ideolgicos (vase Ibarra 2003).

    Ahora bien, las relaciones entre criollos e indgenas en los primeros tiempos de la Repblica ecuatorianano pudieron ser ms confusas porque en su afn de definir al indio, los mismos criollos tenan laobligacin de definirse a s mismos para aparecer como diferentes. Durante la colonia, los criollos eranlos espaoles llegados a Amrica; en el siglo XVII se refera a los hijos de espaoles nacidos enAmrica; en el siglo posterior, el criollo fue definido como alguien descontento y resentido; para fines delsiglo XIX y comienzos del XX, criollo significaba lo nacional; y, para el resto del siglo XX, la palabra fuesinnimo de lo opuesto, lo extranjerizante, lo forneo, lo alienado, especialmente en los pases de mayordensidad poblacional indgena o mestiza (Gonzales 1996).

    Los criollos desarrollaron una conciencia opuesta y diferente con respecto a todo aquello que lo indio

  • supone. En otras palabras, lo moderno en oposicin a lo arcaico. Lo tradicional de los indgenas es vistocomo una cosa del pasado que no debe tener ninguna relacin con el presente.

    La bsqueda del blanqueamiento por parte de los criollos se convierte en un imperativo para superar, deuna vez por todas, ese pasado que muchos consideraban ominoso. La inmigracin, entonces, en lasegunda mitad del siglo XIX, se propone como nica salida para buscar la mejora de la raza y lograr deesta manera instaurar un nuevo proyecto de nacin y, dentro de ella, los indgenas cumpliendo sus rolesestablecidos, es decir, las razas y las clases superiores arriba en los puestos de conduccin; las razas yclases inferiores abajo, en los lugares de obediencia (Gonzales 1996).

    Los intelectuales criollos perciben al indio como parte de la naturaleza, pero tambin como un nio al quees preciso no slo proteger sino, asimismo, decirle lo que deba ser y hacer. Se idealiz el pasadoindgena para criticar el presente que fue visto como decadente. Los ancestros de los actuales indgenasfueron vistos como capaces de crear grandes civilizaciones; por el contrario, los indgenas actuales slopueden ser caracterizados como perezosos, sucios, borrachos, incivilizados e iletrados (4). Losintelectuales criollos elaboraron una imagen del indio con el propsito de proveerse de una tradicin (elglorioso pasado incaico) como para otorgarse legitimidad (sea para la separacin de la metrpoliespaola, sea para consolidarse como directores del progreso nacional) (Gozales 1996).

    Tecnologas discursivas y construccin del indio

    Siguiendo con el tema de la construccin del imaginario sobre el indio en los primeros tiempos de larepblica y el siglo XX, pero abordndolo desde otra perspectiva, muchas de las formas de hablar de losecuatorianos en la actualidad son representaciones lingsticas de un racismo que est muy lejos deacabarse, un racismo cuyo alumbramiento se vio en la colonia sigue vivo en la actualidad. Por eso,algunas pruebas lingsticas sirven, entre otras cosas, para determinar si se trata de una reproduccin ouna transformacin del racismo colonial (Fletcher 2003).

    El racismo practicado en la colonia buscaba lograr ciertos objetivos, siendo uno de ellos el de legitimar ladominacin presentando al indio como un ser inferior. Posteriormente, esa ideologa que se basaba enpretendidas explicaciones cientficas, fue utilizada para mantener una jerarqua racial y estamental y,mediante ella, conseguir la estabilidad social de la colonia, dando siempre ventaja a los espaoles(Fletcher 2003). Utilizando la retrica de la limpieza de sangre, los espaoles se exaltaron a s mismoscomo la raza ms pura, lo cual se objetiv en la manera como fuera organizada la sociedad incluyendola distribucin de la riqueza y la divisin del trabajo (Fletcher 2003). El proceso de mestizaje ocurridoentre espaoles, indgenas y negros produjo un sistema de castas o de estamentos que, de una maneraridcula enocasiones, trataba de compartimentar las sociedades y los grupos que habitaban el territorioque posteriormente sera llamado Ecuador (5). El drama consiste en que como toda ideologadominante, el racismo colonial no slo fue portado por los colonizadores sino fue interiorizado y aceptadocomo verdadero por los grupos colonizados (6).

    La clase terrateniente utiliz esas ideologas racistas para asegurar el control sobre las sociedadesindgenas y, de este modo, imponer una forma de sociedad a nivel nacional. Pese a los cambios habidosdespus de la independencia y con el advenimiento de la Repblica, es muy dudoso que esas ideologasracistas hayan desaparecido, por eso, la jerarqua racial en nuestros das conserva muchas de aquellascaractersticas propias de la colonia.

    Como una de las evidencias lingsticas, que a su vez son representaciones raciales, los trminos choloy longo, continan utilizndose, trmino ste ltimo que se refiere a los indgenas. Frases como se mesali lo indio o se me nota lo indio no slo son frecuentes, sino que evidencian un intento pordesconocer y rechazar el pasado. En efecto, el trmino indio como adjetivo, tiene la siguiente definicinen el Ecuador: por extensin, sujeto ordinario, inculto, grosero. En lugar de pensar que haydiscriminacin contra lo mestizo en vez de una discriminacin contra lo indio, las pruebas lingsticas

  • indican que hay discriminacin contra lo mestizo debido a lo indio; es decir, al mestizo se le discriminaporque tena en algn momento en su linaje algn antepasado indgena, creando una contaminacinindgena que no permite la pureza de sangre, ideas arraigadas en el racismo colonial (Fletcher 2003).El motivo del racismo contra los mestizos, lo hallamos en el racismo contra los indgenas.

    Si las formas lingsticas siguen actualizando y reproduciendo un estereotipo y un imaginario sobre elindio que viene desde la colonia y se ha mantenido hasta nuestros das, los discursos de ciertosintelectuales durante las primeras dcadas del siglo pasado, caracterizaban a los indios de la Sierra encontraposicin con los pobladores mestizos dominantes. En la mayora de los escritos de esas elitesintelectuales se ponen en evidencia no slo las reflexiones de antroplogos y socilogos sino tambin deabogados, mdicos y literatos. Antes del censo de 1950, del cual me ocupar luego, se pensaba que losindios constituan el 50% de la poblacin nacional y que, adems, era el ms importante referente para laconstruccin ideolgica de la identidad de la sociedad dominante (vase Clark 1999).

    Estos intelectuales y profesionales estaban realmente preocupados por los problemas de los indgenas,por lo cual trataban de buscar el contexto histrico para comprender el por qu se haba llegado a lasituacin que vivan en ese entonces. Lo que se encuentra es algo bastante paradjico, al hacer nfasisen la cuantificacin de la diferencia, los indigenistas contribuyeron a una nocin racial de los indios, esdecir a una visin de los indios como un colectivo separado, con unas caractersticas innatas heredadasbiolgicamente. A diferencia de quienes vean los indgenas como una raza degenerada y decadente, losindigenistas fueron a las comunidades para hacer estudios cientficos detallados sobre las condicionesbiolgicas, de nutricin, higiene y salud. Tales estudios buscaban impugnar los estereotipos acerca de losindios pero, de manera paradjica, lo que hicieron fue reforzar la idea de los indios como un grupo racialseparado (Clark 1999).

    Los indigenistas en la primera mitad del siglo XX, entonces, se referan a los indios como un grupo racialcuyas caractersticas eran heredadas por transmisin biolgica, en vez de ser el producto de laenculturacin (7).

    Ahora bien, aquellos indigenistas colocaron a los indios en la palestra para que sus problemas fuerandebatidos y tomados en cuenta con el fin de que la sociedad nacional dictara unas polticas dirigidas aincorporar a los indios a la nacin ecuatoriana. Uno de los principales estereotipos que los indigenistastrataron de refutar fue el de los indios como un peso muerto en el desarrollo nacional; se lesconsideraba como miembros pasivos de la nacin viviendo una existencia vegetativa. Por lo general, alos indios se les comparaba con otros grupos que eran percibidos como activos en contraste con lapasividad indgena. Industriales y comerciantes eran vistos como las fuerzas vivas del pas, en cambiolos indios no aportaban nada a la vida nacional por cuanto ni siquiera eran buenos consumidores. Losindigenistas intentan contrarrestar esta visin del indio diciendo que su actitud pasiva y, en alguna formavegetativa, es producto de una historia de opresin. Si se quitaban esas condiciones de opresin, losindigenistas aseguraban que los indgenas dejaran de ser pasivos. Pero, en ese afn por abrir paso a lanocin de que los indios podran ser productivos dentro de la nacin ecuatoriana, lo que hicieron losindigenistas fue, como se dijo, crear la imagen de unos indios separados con caractersticas distintas,esencializando su identidad, la cual era transmitida no por va social y cultural sino biolgicamente.Adems, ayudaron a construir un imaginario que reforz las representaciones dominantes de los indioscomo pasivos y totalmente incapaces de reflexin intelectual y de participacin poltica.

    Pese a sus intentos por cambiar las representaciones que la sociedad ecuatoriana tena sobre los indiosen la primera mitad del siglo XX, los indigenistas fallaron precisamente por las relaciones de poder quese encontraban en la base de sus reflexiones ya que, cuando, por ejemplo, hicieron las mediciones delmetabolismo basal de los indgenas para demostrar su igualdad con respecto a la poblacin mestiza, losindgenas mostraron un estado emocional muy prximo al temor debido a la mquina o artefacto quemeda su metabolismo. Adems, esas relaciones de poder se pudieron evidenciar al presentarse demanera pblica fotografas de indgenas total o parcialmente desnudos con el fin de indicar, de una formailustrativa, algunas partes de su cuerpo (vase Clark 1999).

  • El censo del ao 50 es un material utilizado asimismo para desentraar el discurso indigenista que hayen su interior. En efecto, dicho censo lo que hizo fue identificar como un problema cultural y noestructural o social la falta de educacin de los indgenas. El diagnstico producido por el censo generuna serie de propuestas que, supuestamente, deban solucionar ese problema:

    Por un lado, el censo parece definir a la poblacin nacional sin referencia a diferencias tnicas; porotro lado, el censo define a la poblacin nacional en oposicin a las imgenes hegemnicas de cmoeran los indios. Estas ambigedades estaban asociadas a la ideologa nacional del mestizaje y eldeseo de representar la diversidad cultural ecuatoriana como poblacin nacional unificada (Clark2008: 150-151).

    Durante las dcadas de 1930 y 1940, Ecuador vivi un periodo en el cual se dio un procesovertiginoso de urbanizacin; adems, debido a la crisis econmica mundial que fue igualmentepercibida como una crisis poltica y social, las clases dominantes pensaron que para hacerle frente aesta crisis deban contar con una estadstica que les ayudara a conocer la magnitud del problema. Elcenso de 1950 buscaba, precisamente, saber quines eran los verdaderos miembros de la nacin(Clark 2008: 150-151).

    Pero el primer censo no slo fue un deseo por parte del Estado para conocer la realidad de la nacinecuatoriana sino, asimismo, el producto de un acuerdo suscrito por Ecuador para participar en el Censode las Amricas, iniciativa que vena desde Estados Unidos. Este censo, entonces, fue visto como partede un esfuerzo de Ecuador por incorporarse a las llamadas naciones modernas.

    Uno de los principales objetivos del censo fue la educacin o culturizacin de las clases trabajadorassegn se hizo saber oficialmente: el Censo es una estadstica que interesa a todos: al comerciante parasus negocios, al agricultor para sus cultivos, al industrial para su produccin, al obrero para suculturizacin y al campesino para su mejoramiento (8). El censo quera saber, asimismo, cunta gentetil hay en la Repblica [...]. Con qu nmero de ciudadanos cuenta la Repblica y con qu nmero degente pasiva, que ni se interesa ni le importa lo que ocurre en la Repblica, porque sus facultadesculturales son completamente deficientes (9). Por eso, la meta del gobierno era incorporar a obreros ycampesinos, ya fueran mestizos o indgenas, a la nacin ecuatoriana de una manera plena, para lo cualesa poblacin debera estar completamente alfabetizada ya que los analfabetos no podan ejercer suderecho al voto. Sabiendo el nmero de personas iletradas por medio del censo, se poda saber tambinel nmero de escuelas que era necesario construir, sobre todo en el campo.

    Acerca de las categoras sociales que se incluyeron en el censo de 1950:

    Un censo no es solamente una relacin de los habitantes de una zona: su meta es enumerar yclasificar a la poblacin. Por eso es importante examinar no solamente las variables que fueronempleadas, sino tambin aquello que no fue incluido en el censo. Hubo preguntas sobre edad, sexo,estado civil, ocupacin y nivel de educacin. Aunque la raza haba sido una variable importante entodos los proyectos de censos anteriores, en 1950 no hubo ninguna pregunta sobre raza o etnicidadtampoco la hubo en censo posterior alguno (Clark 2008: 157).

    Los organizadores del censo deseaban que la Federacin Ecuatoriana de Indios lo apoyara utilizandouna serie de argumentos contradictorios. Cuando se celebraba la inauguracin del Congreso de la FEI, eldirector del censo comenz diciendo que el Ecuador era un pas de origen indgena y que todos losecuatorianos tenan sangre indgena en sus venas. Sin embargo, dijo tambin:

    Por desgracia para el Ecuador, el indio sin cultura forma la mayora y est esperando que el Estadollegue hacia l a darle oportunidad de mejorar su nivel cultural como medio de mejorar su nivel devida. Pero, para que el Estado y la sociedad puedan cumplir con este deber humano, de incorporar alindio dentro de las relaciones econmicas y sociales, tratndole igual que a todos, es necesario quelo descubra en su consistencia numrica y en su distribucin en el territorio. Esto trata de hacer elCenso. El Censo slo va a contar a los habitantes todos del Ecuador. No averiguar ms, ni siquiera

  • la raza, porque comprendemos que no es el color de la piel que hace mejores o peores a loshombres, sino su nivel cultural que el Estado est obligado a levantar en bien de todos (10).

    Por su parte, el presidente Galo Plaza, refirindose casi en los mismos trminos, y para desecharcualquier recelo o suspicacia, seal: El Censo no es para mandar hombres a la guerra ni para quitar losanimales; es para saber especialmente cuntos son los indgenas en el pas y en cada parcialidad, paraproporcionarles ms tierras, atenderles en cualquier enfermedad y mejorar sus condiciones de vidaactuales (11).

    As, tanto los organizadores del censo como el presidente, trataron de convencer a los indgenas sobrelas bondades del censo como un instrumento necesario para adoptar a las poblaciones rurales connuevos servicios pblicos de salud y educacin, e incluso con mayor acceso a la tierra (Clark 2008:158). Pero, cuando los organizadores dijeron que en el censo no iba a haber preguntas sobre la raza, losresultados arrojados posteriormente manifestaron un completo vaco en cuanto al verdadero nmero deindgenas en Ecuador.

    Esta falta de informacin sobre la raza puede ser asimilada a la ideologa del mestizaje, segn la cual, laeducacin ayudara a cambiar la manera de ser de los indios, y as, todos los ecuatorianos seraniguales. El censo, hizo nfasis en la cultura pero dej de lado la cuestin de la raza.

    El demgrafo estadounidense Saunders, al analizar los resultados del primer censo ecuatoriano se diocuenta de que el mayor problema que tuvo el empadronamiento fue precisamente no brindar informacinespecfica sobre la poblacin indgena. Al intentar calcular el nmero de indios a partir de la informacinsobre el idioma, la vivienda, el vestido, el calzado y los muebles, encontr datos contradictorios que no lepermitieron hacer ningn clculo certero. Su premisa fue que eran indios quienes hablaban quichua,vivan en chozas, no utilizaban zapatos sino sandalias (llamadas oshotas) y dorman en el suelo (Clark2008: 158-159), reforzando el estereotipo y la imagen que se tena sobre ellos. Adems, la forma declasificar las zonas urbanas, suburbanas y rurales dio como resultado un clculo inexacto sobre lapoblacin rural del Ecuador. El censo, segn Saunders, ayudo a percibir al Ecuador como un pas msblanco y ms urbano de lo que realmente era (Clark 2008: 160).

    A eliminar del censo la cuestin racial, lo que hizo fue reproducir una ideologa oficial segn la cual elproblema indgena se solucionara si se cambiaban las condiciones de educacin e higiene. Por eso lasapreciaciones de Saunders quien afirmaba que los datos censales estaban ms de acuerdo con el nivelsocioeconmico que con la raza; pero, se tuvo la idea de que el problema econmico y la pobreza de losindgenas no se deban a una situacin estructural sino que estaba relacionado con factores sociales ymorales. Pero de hecho,

    algunos de los problemas econmicos de los campesinos en la sierra ecuatoriana durante lasdcadas de 1930 y 1940 eran raciales. Los terratenientes se resistan a incrementar sus salariosagrcolas porque pensaban que, como indios, su trabajo no vala una mayor paga. De manerasimilar, como indios, encontraron serias dificultades en la obtencin de ttulos legales de tierras. Elresultado fue la creciente migracin indgena a reas urbanas o a las reas rurales de la costa, enbusca de salarios que les permitieran vivir mejor (Clark 2008: 160).

    El censo, a pesar de lo que se pretenda con su realizacin, lo que hizo fue ocultar el nmero real deindgenas trayendo como consecuencia unas polticas equivocadas por parte del gobierno. Aldesaparecer del censo, los indgenas fueron identificados como un problema al asociarse analfabetismo,ignorancia e indianidad. Es por eso que para el Ecuador de mediados del siglo XX, la falta de cultura yde educacin explicaba la aparicin y permanencia de los problemas sociales. La construccin deciudadanos nacionales pasaba por la educacin; por eso, para ejercer plenamente la ciudadana,aspecto que se manifestaba explcitamente en el voto, las poblaciones rurales deberan seralfabetizadas. Con esta manera de ver las cosas, la Unin Nacional de Periodistas realiza a partir de1944 una campaa de alfabetizacin, al trmino de la cual, entreg certificados y diplomas de graduacinque acreditaban tanto su condicin de alfabetizados como de ciudadanos. Pero, para ser ciudadanos, los

  • indgenas deban aprender a leer y a escribir en castellano, el idioma nacional. Al trmino de sualfabetizacin, los indgenas se convertiran en verdaderos ecuatorianos y se identificaran plenamentecon la cultura nacional. Si la educacin automticamente haca mestizos, por definicin los indios eranignorantes Se supona que el indio que aprendiera castellano, dejara su poncho y se trasladara a laciudad, para pasar a formar parte de la cultura nacional como mestizo (Clark 2008: 162).

    En el fondo, el censo buscaba legitimar las pretensiones de las clases dominantes de educar a los indiospara hacerlos ms modernos y racionales, es decir, convertir las poblaciones indgenas en unacomunidad de consumidores. La poblacin indgena no estaba integrada al mercado, es decir, no eranconsumidores, como lo advierte un escrito annimo de 1936:

    Nuestra miseria econmica, nuestra desorganizacin, la falta de desarrollo de nuestra industria,todo eso se debe, sin duda, al hecho de que el indio representa un factor negativo en la economanacional. Cmo podra nuestra economa ser vigorosa, cmo podra haber organizacin en el pas,si la mayora de la poblacin sigue siendo cultural y econmicamente marginal a la nacin, formandoun mundo aparte, cuya posicin es diametralmente opuesta a la civilizacin occidental? En elmercado nacional el consumo es mnimo, la produccin es insignificante, si somos totalmentesinceros, la economa del pas es dbil porque el indio no consume (Clark 2008: 164).

    Esta misma idea, pero dicha en otras palabras, fue presentada un ao antes en el Primer Congreso deIndustriales, cuando un participante afirmaba:

    El indio produce, produce, produce, pero no consume, no tiene necesidades porque no se le haenseado a tomar ventaja de la civilizacin y a consumir para que aumente tambin su produccin, ysalga de ser mquina que no consume sino que sea hombre. El da que veamos a las indias conzapatos de charol, con medias de seda, vestidos y sombreros elegantes, pasendose por las callesde Ambato, del brazo de un indio bien vestido, ese da ser para la historia de la economa nacionaluna bendicin, porque ganaramos para nuestra industria un milln y medio o dos millones denuevos consumidores y daran a nosotros y a ellos nueva forma de trabajo y de vida (Clark 2008:164).

    Las intenciones, entonces, de hacer un censo para mejorar las condiciones de los indgenas eran, en elfondo, hacer ciudadanos, pero sobre todo, convertirlos en consumidores.

    La fotografa, como tecnologa discursiva, ayud tambin, a su manera, a construir la imagen del indiodurante el siglo XIX. Con el supuesto de que la fotografa reflejaba la realidad, muchas personas seacercaban a ese medio para conocer la realidad propia y ajena. La fotografa consigui acercarse a esarealidad de los indgenas latinoamericanos. Las pocas fotos sobre indgenas en el siglo XIXcorresponden a retratos donde los sujetos indgenas esconden su esencia, quiz como una forma deresistirse a ser revelados. En otras palabras, los indgenas de las fotografas son como maniques vacosde identidad: Para fines del siglo pasado, el indio se convertir en objeto folklrico de una fotografa quebuscar vender hacia afuera una cierta imagen del hombre de los trpicos. Por tanto, la relacin del indiocon la primigenia fotografa latinoamericana, se resumir en un ciclo caracterizado por una ausencia derasgos que nos hablen de la identidad de estos pueblos (Chiriboga y Caparrini 1992).

    En la segunda mitad del siglo XIX, sern los cientficos, y en particular los extranjeros, quienes seinteresarn por fotografiar las poblaciones indgenas. La antropologa tambin se servir de la fotografapara realizar la descripcin de algunos grupos tnicos; en ese entonces, los indgenas eran fotografiadosde frente y de perfil, de la misma manera eran fotografiados los negros. En el caso de los blancos, sloeran fotografiados de esta manera cuando aparecan en avisos de personas buscadas por la justicia, aexcepcin de una fotografa realizada hacia 1880 en donde se muestra a un grupo de indgenastrabajando en un telar, que probablemente sea un ex-obraje. Esta fotografa, atribuida al fotgrafo Ponce,es quiz el ms temprano documento histrico social que muestran las condiciones de trabajo a lascuales fueron sometidos los indgenas.

  • En las postrimeras del siglo XIX se utilizan con bastante frecuencia los estilos o tipos mediante loscuales la fotografa representa algunos oficios, profesiones roles, etc., que a su vez, simbolizan un ciertolugar en la sociedad, es decir, un estatus. All, en estas fotografas estaran tambin, por supuesto, losindgenas quienes para los fotgrafos nacionales significaban un elemento folclrico de exportacin. Losrasgos fundamentales o caractersticas para las fotografas de indios eran solamente la etnia a la quepertenecan y el oficio que desempeaban.

    Tan es as, que los indgenas fueron llevados al estudio fotogrfico para que, en un ambientecompletamente descontextualizado, se pudiera eliminar cualquier rasgo que no fuera lo consideradocomo tpico.

    Para comienzos del siglo XX se introduce un nuevo formato: la tarjeta postal; pero el tratamiento del temaindgena no cambia, el indgena sigue siendo visto no slo de una manera extica sino tambin esttica ycarente de identidad. Ms adelante, para las primeras dcadas del siglo XX la fotografa ser asumidapor aquellos que quieren introducir la corriente indigenista en Ecuador.

    Ahora bien, en un interesante estudio sobre la exoticidad de la fotografa, Corbey (1988) nos habla decmo la imagen del otro -no cualquier otro, por supuesto, sino el otro considerado no slo comodiferente sino como inferior- siempre es vista como algo natural, es decir, como alguien que pertenece ala naturaleza. La serie de fotografas y de postales que utiliza para ilustrar su libro, muestra a las mujeresy a los hombres africanos desnudos, cosa que, segn l, no se atreveran a hacer las revistas operidicos europeos, mostrar a sus propias mujeres desnudas. Pero para Corbey, el otro extico esvisto casi como un animal; de hecho algunas anotaciones o pie fotos de los fotgrafos europeos en fricaconsideraban a las mujeres iguales a las vacas, ya que aparecen, como el mismo lo dice, des-sexualizadas y des-erotizadas (12). Hace algunos aos, en Colombia, se public un calendario con lasfotografas de las candidatas a un reinado de belleza. En la fotografa que corresponda a la candidatadel departamento del Amazonas, a su lado apareca una indgena desnuda lo cual no causaba ningunaextraeza ni escndalo porque era considerada como parte del entorno natural igual que un rbol o unro. De esta manera, la imagen del indio desaparece como persona para dar paso a una imagen vaca.

    En este sentido, son emblemticas las imgenes de mujeres peruanas que crearon dos artistas europeosde principios del siglo XIX: Lonce Angrand y Johann Moritz Rugendas, por cuanto, durante las primerasdcadas de la independencia latinoamericana las mujeres proporcionaron un vehculo a travs del cuallos artistas y viajeros europeos comenzaron a trazar los tipos raciales distintivos que daran forma atodos los imaginarios europeos del futuro sobre las repblicas andinas, sus economas y sus pueblos.Dichas ilustraciones tienen un sesgo, puesto que las mujeres blancas o de las clases altas aparecentapadas cubiertas con mantos o velos y mostrando slo una parte del rostro como corresponda alestatus propio de esta clase de mujeres, representando as la discrecin, la virtud y el recato, peroadems, para escapar a la vigilancia de sus familias y esposos (cfr. Poole 1988). Por su parte, es muycomn encontrar en ilustraciones de la misma poca a mujeres indgenas o mulatas sin ningn manto enla cabeza y, de alguna manera, mostrando la exuberancia de sus atributos fsicos (vase Poole 1997).

    La exclusin social que se opera a travs del discurso tiene caminos muy complejos. La llamadaeconoma visual -espacio, imgenes, tecnologas para la reproduccin industrial de la imagen, sobretodo las litografas y las fotografas-, crearon un circuito de produccin, distribucin, intercambio yconsumo de imgenes que construyeron un modelo, una imagen del mundo de los indgenas andinosorientando la mirada y construyendo formas concretas de ver la realidad (Poole 1997).

    Siguiendo con la tecnologa discursiva de la imagen utilizada para la construccin del otro, BlancaMuratorio (2008) rese un libro que nos ayuda a entender mucho mejor aquellas polticas derepresentacin que en el Ecuador ayudaron a la construccin de un imaginario sobre el indio. En efecto,el libro Imgenes en disputa. Representaciones de mujeres indgenas ecuatorianas de Andrea Pequeo(2007): a diferencia del uso ms comn en las ciencias sociales de imgenes visuales para ilustrar unargumento, la originalidad del trabajo de Andrea Pequeo radica en partir de una imagen aparentementeinocente -una mueca Barbie blanca, vestida de indgena otavalea- tornarla al final del libro en un

  • smbolo preado de significados y de utilitarios paradjicos y contradictorios (Muratorio 2008: 164).

    Los imaginados, por supuesto, son los indgenas y de manera particular las mujeres indgenas, y quienlos imagina, es decir el imaginero, es la sociedad mestiza y dominante, gracias al peridico El Comercioen el perodo de 1999 a 2004. Muratorio encuentra que uno de los principales aportes del libro queresea es el anlisis minucioso de las estrategias de individuos y organizaciones indgenas utilizadaspara aceptar, resistir, resignificar o imponer las cambiantes representaciones de nacin (Muratorio2008). Ms adelante veremos cmo Rothenberg (1990) nos ayuda a profundizar sobre este tema.

    A diferencia de las imgenes del siglo XIX y comienzos del siglo XX que, como veamos ms arriba,mostraban un indgena vaco de identidad, esencializado y homogneo, las nuevas representacionesmuestran formas nuevas de acuerdo a los contextos sociopolticos en que aparece. Adems, losindgenas se transforman de objetos de representacin en sujetos.

    Ahora bien, en el mapa del CODENPE (Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y PueblosIndgenas del Ecuador) Pequeo ve que a las mujeres indgenas se les muestra con sus vestidos tpicosapareciendo as como las representantes especializadas y autnticas de un determinado grupo social. Enotras palabras, a las mujeres que se visten de esa manera se les considera ms indias, ms rurales ypor lo tanto ms guardianas de su cultura, mientras que los hombres supuestamente se handesindigenizado por su mayor contacto con la ciudad (Muratorio 2008: 165). Las mujeres indgenas,entonces, son consideradas iconos de autenticidad. Pero, argumenta asimismo Pequeo, segn laresea de Muratorio, que los indgenas asumen sin contestar las representaciones dominantes. Tanto losindgenas como los mestizos, desean vender la imagen de una nacin indgena y extica con finestursticos. Dicho de otra manera, estas imgenes de representacin no tienen un sentido de protesta o deresistencia.

    Para el caso de las mujeres indgenas, a diferencia de los hombres, la autora deja ver que aquellas noson meramente objetos pasivos de esas representaciones dominantes sean estas producidas por losblancos-mestizos o por los imagineros indgenas (Muratorio 2008: 165), sino que son sujetosempeados en negociar sus propias imgenes. Al lograr acceder a la educacin formal, las mujeresindgenas han tenido la oportunidad de tener un pensamiento ms independiente acerca de su identidada nivel social y poltico y, de igual manera, la capacidad de construir una imagen distinta. Esta imagenmuestra de una manera consciente algunos componentes propios de la tradicin que tienen relacin conla identidad para darles otro significado, dando a la identidad un valor positivo, es decir, sujetopolticamente activo con conciencia y orgullo tnico, poniendo en cuestin el estereotipo de una mujerindgena paradigma o modelo de lo rural y del analfabetismo, iniciando, por el contrario, un proceso deindianizacin, o como prefiere llamarlo Muratorio, de reindigenizacin que se vincula a un proyectotanto poltico como ideolgico.

    Para Muratorio, Pequeo muestra que hay ms de una manera de ver la identidad indgena; en efecto, elexamen que realiza de diversos rostros y escenarios evita la explicacin esencialista ms comn de quela nica y exclusiva forma de representar lo autnticamente tnico es incluyendo un pasado y presentede explotacin (Muratorio 2008: 166) lo cual le impide caer en la equivocacin de considerar al indgena,como en la mayora de los casos, slo como vctima.

    En este mismo sentido, la construccin de la diferencia por parte de las clases dominantes, utilizandorecursos tanto textuales como visuales ha sido fundamental para el racismo, el sexismo, y otras formasde ideologas opresoras. Los tericos liberales profundizaron en su filosofa poltica sobre una metafsicaque acepta como naturales las diferencias entre las mujeres y los hombres, o de los hombres entre s(Rothenberg 1990).

    La construccin de la diferencia, ha sido expresada de diferentes formas por diversas ideologas. Puedendistinguirse tres categoras fundamentales en las cuales la raza y el gnero han sido vistas comodiferencia natural, diferencia en cuanto a la sensibilidad moral, y diferencia en cuanto a cultura y/ovalores.

  • La diferencia en cuanto a la naturaleza ha sido la ms utilizada en diferentes formas. A veces ha sidoatribuida a la biologa, a la gentica, y a otras disciplinas parecidas. La diferencia en cuanto a lasensibilidad moral ha sido tratada como innata y como adquirida, y la de la cultura o valores ha tenido untratamiento similar. A veces se utilizan estas tres categoras combinndolas.

    Son los europeos blancos, machos, heterosexuales de clase media quienes crean los criterios deracionalidad y moralidad, y lo diferente o diverso aparece como algo deficiente y desviado (vase Arditi1988). Adems, la manera de pensar la diferencia llega a penetrar el lenguaje de la academia y, muy amenudo, traspasa las fronteras de las ciencias naturales y sociales y se termina aceptando unesencialismo metafsico. Incluso, a menudo se llega a pensar en que la diferencia es observable: medidadel crneo, peso, estructura familiar. Estas formas empricas de razonar han sido refutadas pero no hahabido cambios en cuanto a la manera de pensar de quienes se mantienen y buscan mantener este tipode diferencias (vase Rothenberg 1990: 42-43).

    Los paradigmas de la diferencia de raza y gnero establecidos sobre la base natural o biolgicacomenzaron a ser cuestionados durante los aos 70, cuando se dio un proceso de deconstruccin alsuscitarse cambios en concreto a las prioridades de la ayuda poltica, social y econmica de la mayorade las naciones.

    A pesar de que se trat durante ms de dos dcadas de deconstruir la diferencia que en cuanto a la razay al gnero se haba hecho, esas formas haban permeado la cultura popular y la comunicacinubicndose en el llamado sentido comn y los paradigmas de la diferencia natural se fueron reforzandoconstantemente en la interaccin permanente entre las personas de piel blanca y piel oscura, entrehombres y mujeres, percibindose unas diferencias fsicas obvias; por eso la gente encuentra difcilentender las diferencias entre raza y gnero como categoras polticas y sociales (vase Rothenberg1990: 54) (13).

    La deconstruccin de la construccin de la diferencia se orienta a mostrar que las diferencias de raza ygnero han sido construidas en orden a justificar el racismo y el sexismo, al mismo tiempo queenseamos a otros y a nosotros mismos a homologar unas diferencias que ayudan a ver la diversidad yla multiculturalidad en orden a intereses humanos y de la humanidad, no a los intereses de una clase ogrupo (vase Rothenberg 1990: 55).

    Muchas de estas razones, sin nosotros saberlo, forman parte de una retrica que invade laspercepciones hacindolas naturales e incuestionables. La diferencia natural es tan obvia que no admitecontestacin, pero a eso se le aade la cuestin ideolgica que busca encontrar en la diferencia lainferioridad o la desviacin. Colores, refranes, proverbios, chistes, imgenes son tecnologasdiscursivas utilizadas como una manera de reforzar estereotipos y promover la desigualdad y percibir lodiferente como algo amenazante o potencialmente daino. Los chistes o proverbios sobre individuos ogrupos negros o indgenas evidencian esto. Asimismo, los chistes o los proverbios de gnero,comenzando con los de algunos filsofos (14), han instaurado una manera arbitraria de ver las cosas queest lejos de acabar.

    Las clases dominantes criollas con sus ideologas racistas y etnicistas, justificaban su dominio sobre losindgenas construyendo un discurso acerca de su inferioridad biolgica, por eso los indios no formaronparte de la construccin de la nacin. Con las tecnologas de reproduccin de la imagen, las clasesdominantes se sirvieron para mostrar, mediante una manera que objetivaba al indio, la verdaderarealidad. El discurso de los dominadores, utilizando desde el siglo XIX la fotografa y en nuestros das elcine, sigue construyendo la imagen de un indio que debe desaparecer, ocultarlo o mimetizarlo.

    La fascinacin cientfica y voyeurstica de los grabados, y en especial de las fotografas de gente ylugares no-europeos que circul en la Europa del siglo XIX, estaba relacionada en parte con lasformas en las cuales su naturaleza material de objetos visuales dio soporte a la -emergente- idea deraza como un hecho material, histrico y biolgico. La teora racial construy sus clasificacionescomparando a unos individuos con otros y luego clasificndolos. Al interior de cada raza, se

  • consideraba que algunos eran equivalentes a otros en tanto representantes de su tipo (Poole 1997:12).

    La fotografa ha servido entonces como una tecnologa discursiva para la construccin del otro, para suobjetivacin y, por lo mismo, para su reificacin, lo cual ha derivado en la creacin de una serie deestereotipos que son reproducidos no slo en la imagen sino tambin en la retrica, como pudimosapreciar en prrafos anteriores cuando nos referamos al censo de 1950.

    Ahora bien, los discursos raciales, como hemos estado viendo, contenidos en las retricas que seexpresan a travs de la imagen o del texto, sustentaron los proyectos liberales del siglo XIX y XX, ascomo las identidades tnicas y el indigenismo. En efecto, la raza se constituy en un factor primordial deinteraccin social entre indgenas y criollos prolongando, stos ltimos, en su manera de entender yproceder, la visin colonial durante la repblica (vase Echeverry 2004).

    El liberalismo, en su versin ecuatoriana, no tuvo la fuerza demostrada en otros pases. Desde que laGran Colombia se desintegrara, los criollos ecuatorianos, es decir las clases dominantes que seapropiaron del poder despus de las luchas independentistas, buscaron implementar una polticaclaramente neocolonial, principalmente frente a la poblacin indgena que habitaba el pas.

    Un aspecto relevante en esta poca es el del tributo que se vuelve especialmente interesante, pues suabolicin haba sido uno de los principales smbolos de descolonizacin, pero desde 1820 Ecuador loreinstaur sin darle a los indios la proteccin jurdica que en la colonia acompa a esta institucineconmica. Es decir que deban pagar tributo pero les fueron negados los derechos a la tierra comunal oa sus cacicazgos hereditarios. El tributo se termin oficialmente en 1857, y dentro de la misma poltica seintent borrar el nombre indio de los censos. Este fenmeno habla claramente del inters de losgobiernos criollos de campesinizar a las poblaciones indgenas, lo que no tuvo resultados absolutos(Echeverry 2004: 305).

    Adems, el caso ecuatoriano es el ms opresivo. En efecto, durante el gobierno de Garca Moreno lasprcticas coloniales del trabajo forzado se siguieron utilizando encomendando su evangelizacin a losjesuitas. Esto coloc a los indios fuera de la esfera pblica nacional y desat la migracin interna porcuanto los indios escaparon de las obligaciones laborales que el Estado les impona, repitiendo as unaprctica muy comn en la colonia (vase Powers 1994).

    Ante las escasas movilizaciones en el siglo XIX que evidencian una resistencia de los indgenas a lasclases dominantes que los mantenan sometidos sobre todo dentro del sistema hacendario, losotavaleos son famosos aun hoy por sus industrias textiles y por el mantenimiento de su identidadtnica. Este caso de lucha tnica y adaptacin parece haber sido poco valorado en un principio enEcuador, hasta la Feria Mundial en 1892 cuando se les eligi como imagen de las culturas exticas delpas, siendo uno de los primeros proyectos indigenistas oficiales que estereotip a los indios al ponerlosal servicio de la construccin nacional (Echeverry 2004: 305).

    Los criollos, quienes se apoyaban abiertamente en ideologas racistas de carcter pretendidamentecientfico, buscaban perpetuarse en el poder. Es el caso de los liberales, por ejemplo, quienes, segncierta historiografa, actuaron de una manera emancipadora para las clases populares; pero, cuando serevisa la historia, se encuentra que en realidad actuaron motivados por otros intereses ms relacionadoscon el capital que con un pretendido humanismo.

    Las prcticas y las tecnologas discursivas utilizadas durante los siglos XIX y XX por parte de los criollospara permanecer en el poder y legitimarse frente a otros grupos sociales considerados como inferiores eincultos, siguen manifestndose en nuestros das a travs de las retricas de los medios decomunicacin y en muchos de los contenidos de proyectos y programas tanto estatales como noestatales. En otras palabras la visin y divisin del mundo por parte de las clases dominantes y sutaxonoma oficial buscan crear un consenso en cuanto al modelo societal que debe imponerse y aparecercomo deseable (vase Bourdieu 1994); modelo que, por supuesto, sigue excluyendo a un nmero

  • importante de sectores de la nacin ecuatoriana.

    Los indios contestan

    Ahora bien, qu imagen del indio ayud a construir y mantener una organizacin como la FederacinEcuatoriana de Indios (FEI) en la primera mitad del siglo pasado? (15). Muchas cosas se han dicho alrespecto, entre otras, la idea de que esta Federacin fue organizada por no-indios. Pero hay quienesargumentan que al pensar as, lo que se pone en evidencia es, no slo una falta general deconocimiento de la historia y trayectoria de las organizaciones indgenas en el Ecuador, sino que tambindeja ver que algunas suposiciones que estn debajo (Becker 2006), como aquella de que los indgenasson incapaces de organizarse por s mismos y que, por lo tanto, tampoco pueden representarse sino quenecesitan ser representados. Segn esta manera de ver las cosas, los indgenas slo fueron capaces deorganizarse y de crear sus propios lderes en las ltimas dcadas. Pero estas argumentaciones puedenrebatirse por cuanto sus organizaciones ya haban nacido y crecido dentro de las mismascomunidades indgenas (Becker 2006: 136). De igual manera, la Federacin tena caractersticas muydistintas a aquellas que se le atribuan de ser una organizacin indigenista, cuando realmente esascaractersticas eran propias del Instituto Indigenista Ecuatoriano que haba salido del mundo blanco-mestizo, en concreto, por un grupo prominente de mdicos, economistas, socilogos y abogados(Becker 2006: 136).

    La iniciativa para crear en Ecuador un Instituto con estos rasgos, surgi durante el Congreso IndigenistaInteramericano que Lzaro Crdenas haba convocado en la poblacin mexicana de Ptzcuaro en 1940.Segn el ambiente racista de aquel entonces, cuando se vea a los indgenas simplemente como manode obra servil y no como seres humanos, los indigenistas lograron aportes de verdadera trascendenciacomo, por ejemplo, la abolicin del concertaje. Su apoyo a favor de los derechos indgenas fueigualmente un gran logro.

    Pero las clases dominantes, en lugar de reconocer el valor de las culturas indgenas y la fuerza de ladiversidad, perciban a los indgenas como algo que obstaculizaba la unidad nacional y difera eldesarrollo econmico del pas. Por eso: El indigenismo pas a ser el idioma para formular la integracinde los indios y para resolver las tensiones entre igualdad y exclusin de los indios de la vida civilizadacomo consecuencia de su inferioridad (16).

    Los indigenistas, no queran borrar a los indgenas, simplemente deseaban su incorporacin a unEstado-nacin que se presentaba y buscaba representarse de manera explcita como mestizo y unitario,sin tomar en cuenta los intereses de las poblaciones indgenas.

    En este sentido, la Alianza Democrtica Ecuatoriana (ADE), que lanzara la candidatura presidencial deJos Mara Velasco Ibarra, dio a conocer en abril de 1944, una declaracin en donde se proclamaba laincorporacin del indio y del montubio a la vida nacional, haciendo gala de una verdadera fanescaideolgica (Becker 2006: 137) (17) que utilizaba discursos tanto de la derecha como de la izquierda, ypresentando un programa de unidad nacional con reformas morales y sociales.

    El discurso velasquista ech en un mismo saco a los indgenas de la Sierra y a los montubios de laCosta, que constituan el 75% de la poblacin, sealndolos como uno de los desafos ms importantesa los cuales tena que enfrentarse el pas. Los miembros de esta poblacin mayoritaria, como ya lovimos, no eran considerados ciudadanos por cuanto eran analfabetos; pero lo ms preocupante an,segn el velasquismo, era aquello de que no compartan ni queran incorporarse a la visin que el mundooccidental tena sobre la nacin: Necesitan vivir como hombres, en casas y no en chozas; dormir encamas; comer alimentos de verdad; usar herramientas que pueden proporcionar el adelanto tcnico denuestro siglo; beneficiarse de las ventajas de la medicina y de la higiene; vestirse como hombres denuestro tiempo y de nuestra cultura necesitan ayuda para extirpar definitivamente lo negativo que en lofisiolgico, espiritual, social, econmico y poltico han sedimentado, en el transcurso de siglos de

  • opresin, en sus personalidades (18).

    Este comentario que se hace pasar por el problema del indio, es un comentario saturado de racismo ypaternalismo que deja ver una gran irona. De una parte, la ADE proclamaba la voluntad de escuchar lasvoces de las mayoras para ayudarlas a alcanzar sus objetivos; por eso critic duramente a quienestrataban a esas mayoras -indgenas, montubios y mestizos rurales- como sujetos pasivos; anunciigualmente, que tanto indgenas como montubios deberan organizar sus sociedades cooperativas, ligasagrarias, comunidades, sindicatos, grupos culturales, etc. para pronunciar, con sus propios labios, susreclamos y demandas (19). Pero, de otra parte, la agrupacin velasquista ya tena pensado cmoresolver ese problema del campesino, que no era otra cosa que la asimilacin de los indgenas a lasociedad mestiza dominante.

    Los miembros del Partido Comunista Ecuatoriano, de igual manera que los velasquistas, queran launidad nacional y la libertad poltica en vez de realizar una sociedad pluricultural (Becker 2006: 138). Enla Constitucin de 1945 se nota claramente cmo no se reconoce la importancia de una sociedadpluricultural porque los diputados, todos hombres blancos, favorecieron e impusieron una culturaoccidental hegemnica que buscaba la homogeneizacin de la sociedad. As las cosas, no haba lugarpara los indgenas y peor para las mujeres indgenas. A la FEI se le acusaba de que no era dirigida porindgenas sino por blancos-mestizos cuyos intereses eran ajenos a los de los indgenas. Talesacusaciones son equivocadas y ms bien, deberan ser dirigidas al Instituto Indigenista Ecuatoriano, delcual formaba parte la oligarqua liberal del siglo XIX.

    De hecho, la FEI, por otro lado, se origin de una manera distinta y al margen del gobierno proclamandouna agenda mucho ms radical ya que tuvo como base a los huasipungueros quienes luchaban por lastierras, centrando su atencin en las haciendas estatales de la Junta Central de Asistencia Pblica enprovincias como Chimborazo, Cotopaxi y Pichincha. La FEI, entonces, desde un primer momento, buscla participacin activa de los indgenas. Pese a la idea que se ha tenido de que el Partido Comunista, aligual que otros partidos de la poca, era algo exclusivo de las elites urbanas, sin embargo, los indgenastenan una presencia importante en dicho partido.

    Asimismo, a pesar de que la FEI asumi el discurso de la ADE sobre la unidad nacional en ningnmomento quiso reemplazar lo tnico por una cultura mestiza homognea; por el contrario, vea laimportancia de mantener las culturas indgenas. Pese a que las ideologas indigenistas liberalesbuscaban la incorporacin de los indgenas a la nacin concebida de una manera nica, la FEI estabasegura de que, en modo alguno, lo tnico se opona al desarrollo econmico. Si bien la FEI, promovidapor el Partido Comunista Ecuatoriano, propona una lucha de clases, esto no le impidi ver el problemadel racismo ni tampoco la importancia de elementos tnicos en la lucha de campesinos e indgenas(vase Becker 2006: 141).

    Haba otras suposiciones, como aquella de que la FEI no tena demandas tnicas, suposicin que fuecontestada al afirmar que, tanto las ideologas de clase, etnicidad y nacionalidad, estaban presentes enla fundacin de la FEI con aquellos activistas que ponan nfasis en distintos aspectos.

    Aunque el Instituto Indigenista Ecuatoriano y la Federacin Ecuatoriana de Indios hicieron su aparicin almismo tiempo y se enfrentaron a problemas similares, ocuparon, sin embargo, espacios totalmentedistintos. En las publicaciones que ambos organismos produjeron en ningn momento se refirieron el unoal otro, as como tampoco nadie lleg a pertenecer a ambas instituciones.

    De hecho, el activismo y liderazgo indgena dentro de la Federacin distaba mucho de las ideaspaternalistas de los indigenistas fundadores del Instituto.

    Al final, las propuestas de los indigenistas, en cuanto a la organizacin indgena, en vez de fortalecerdebilitaron las organizaciones populares que apenas comenzaban, lo cual facilit un espacioaprovechado por los lderes indgenas para su organizacin. A diferencia de aquellas propuestasindigenistas que no iban ms all de lo folclrico y que glorificaban un pasado indgena con una retrica

  • que lo que hizo fue reificar u objetivar al indio como el otro, los movimientos comunistas indgenasdieron nfasis a un anlisis estructural especfico y concreto de la sociedad. En el contexto de un dbilmovimiento indigenista liberal, surgi un movimiento indgena izquierdista fuerte en el Ecuador (Becker2006: 143).

    Frente a la tendencia comn de que sean otros los que construyan la manera como deben ser percibidosy vistos los indgenas, hay quienes piensan que los nuevos referentes para ver y construir la identidaddeben partir de los mismos indgenas (Colloredo-Mansfeld 2008). Por lo general, se ha identificado alindgena con el espacio agrario, pero y el indgena urbano? Tiene que ver con la representacin o laautorrepresentacin, pero, asimismo, primero quin representa a quin? y segundo qu vidassociales, lenguas y conocimientos deben ser representados ante s mismos y ante otros?. En Ecuador laconstruccin del lugar y la historia de los grupos serranos modernos revela esta doble faz. Con supoder, los nuevos representantes polticos indgenas han reinscrito un referente cultural restringido: elagrarismo como la identidad personal y social dominante de los indios (Colloredo-Mansfeld 2008: 348).

    Es preciso llegar a saber si con el crecimiento de las culturas urbanas, tambin en la ciudad, comosucede con el campo, la llamada poltica del lugar puede ayudar a crear una nueva poltica kichwaurbana. Es decir, si el referente tradicional e histrico del campo como el contexto habitual del indgena,tambin puede ser compartido con ese nuevo referente que es la ciudad.

    Esto tiene que ver, a mi modo de ver, con una discusin de vieja data sobre la autenticidad del indio, a lacual me refera ms arriba al hablar de las imgenes estereotipadas del indio en ilustraciones, fotos yvideos; algo as como el indio es agrario o no es indio, que de alguna manera comparte ese carcterestereotpico con los popularizados adagios que operan como tecnologas discursivas: indio que no robano es indio, indio que no roba a la entrada roba a la salida o indio comido indio ido. Pero hay otrasformas de entender al indio hoy y, a partir de ese nuevo referente urbano, los indgenas tambin puedenllegar mostrar o encontrar otras formas de negociar y construir su identidad, desligarse del campo comonica forma de vivir lo tnico para ubicarse en un nuevo contexto debido, sobre todo, a que, a diferenciade otras ciudades latinoamericanas, el crecimiento urbano ecuatoriano no se produjo por migracionescampesinas a la ciudad, por cuanto, mucho antes de que comenzaran a crearse las condiciones para laaparicin del movimiento indgena, durante los aos 1962 a 1982, mestizos e indgenas, en un nmerosuperior a un milln, migraron a las ciudades; es decir, antes y despus de las reformas agrarias de 1964y 1973. Tales reformas agrarias, segn eso, no fueron significativas para lograr que la gente pudieraquedarse en el campo, por el contrario, debieron transitar los caminos hacia las ciudades para lograrencontrar recursos alternativos que significaban el regreso de ingresos familiares para incrementar losrecursos agrcolas. Con mayor escolaridad que sus vecinos no migrantes, mejor castellano y mayorexperiencia urbana que las mujeres de sus comunidades, con el regreso de estos la movilidad social y lamovilidad geogrfica coincidan. Respondiendo a demandas agrcolas estacionales, a oportunidades detrabajo en haciendas comerciales, a salarios en obras de construccin y a posibilidades educativas parasus hijos, las familias se extendan entre ciudad y campo en itinerarios prolongados (Colloredo-Mansfeld208: 349-350).

    La identidad indgena, con los nuevos referentes urbanos, encontr la manera de desligarse de losestereotipos creados por otros como la nica manera de ver y entender al indio autntico. El indio congorra en vez del sombrero, lentes oscuros, chompa en lugar del poncho y botas o zapatos en vez de lospies descalzos, que hasta no hace mucho eran signos inequvocos de amestizacin (20), inautenticidado prdida de identidad y cultura, hicieron derivar los medios de produccin cultural e identitarios haciaotros elementos o componentes. La vivencia continua de la interculturalidad remite a otras categoras yestrategias identitarias alejndose del esencialismo creado y promulgado por el indigenismo y elneoindigenismo que, apoyndose en visiones coloniales, tratan de imponer, mediante sus tecnologasdiscursivas, cmo debe ser el otro, sin dar lugar a las autorrepresentaciones, es decir, a la maneracomo los antiguos representados desean presentarse o representarse a s mismos. Las ideas que vienenen seguida pueden ayudarnos a entender mejor lo que trato de decir.

    El conocimiento occidental, con su racionalidad especfica, su modo de ver el mundo y al hombre dentro

  • de l, ha tenido, la intencin de minimizar la presencia milenaria de nuestros pueblos y de ocultar suprotagonismo en la protohistoria e historia humana, dando inicio de esta manera a una colonizacinmental que an perdura con diferentes disfraces hasta la actualidad (Cachiguango 2008).

    Todo lo que no es occidental, es despreciado, a pesar de que constantemente se habla de respeto a ladiversidad y a lo alternativo. El sistema educativo actual, por ejemplo, segn algunos autores, se vale decentros de adoctrinamiento oficiales donde se contina impartiendo una educacin que constituye unainstruccin y amaestramiento dentro de los cdigos mentales de la ciencia occidental estipulados enpalabras, trminos tcnicos y antropolgicos, que en pleno siglo XXI continan colonizando a los pueblosen los cdigos culturales de occidente (Cachiguango 2008).

    Pese a esto, seala Cachiguango, los pueblos originarios han logrado preservar, al menos en parte,una herencia cultural manifestada en el uso de las lenguas propias, y el uso de la vivencia y prcticacotidiana de los valores materiales y espirituales de la cultura complementada con los mitos.

    Las principales formas de coloniaje que persisten y que deben ser contestadas desde los saberes yprcticas de los indgenas y sus organizaciones son el social, el poltico y el cultural.

    El coloniaje poltico se caracteriza por una dependencia primero de los espaoles y luego de losgobiernos extranjeros actuales. Adems, los gobiernos locales son incapaces de tomar en cuenta losvalores propios para fundamentar una poltica libre de intervenciones forneas. Lo que se ve es un afnpor imitar, copiar y reproducir sistemas inspirados en la revolucin francesa, las Naciones Unidas, laOEA, entre otros, dice este autor. Esto hace que las naciones latinoamericanas sean dependientes delsistema poltico mundial.

    Europa primero y luego los mestizos europeizados son los que han manejado y manipulado la poltica deAmrica Latina, olvidndose por completo de una poltica propia como aquella que funciona en lascomunidades, polticas que siempre buscan el bienestar de los comuneros. El movimiento indgenaecuatoriano, hasta el momento, no ha sido capaz de poner en marcha un sistema poltico propio y haoptado simplemente por insertarse en el esquema poltico existente.

    Con respecto al coloniaje cultural, en Amrica, concretamente la sociedad criolla y mestiza, afirmaCachiguango, se dedic a repetir, imitar o reproducir la cultura del Viejo Mundo, lo que produjo unproceso de transformaciones culturales forzadas, mientras se deslegitimaba los saberes nativosconsiderados como brujera, fetichismo, supersticin, inferioridad, infantilismo. En este sentido, Europase dedic a la evangelizacin de los pueblos originarios, entendindose evangelizacin como un procesopara civilizar a los indios salvajes. Esta situacin, lejos de terminar, contina hoy con una enajenacincultural quiz ms sofisticada y ms humana, pero, en fin, an contina su proceso destructor en losmbitos religiosos, polticos, educativos y del desarrollo. Pese a esto, el caudal de respuesta deorganizaciones y del movimiento indgena todava no se ha agotado y sigue, a travs de sus propiosmedios, contestando aquello que en las ideas y en las prcticas se contina tratando de imponer como lanica salida y solucin al problema ya centenario del indio ecuatoriano.

    Notas

    1. Se le denomina blanqueamiento a ese proceso de aculturacin o reclutamiento de grupos e individuosindgenas a la sociedad nacionalizada (Espinosa 2003: 10) y blanquizacin al esfuerzo por cambiar laidentidad tnica mediante el aprendizaje del idioma y de la adquisicin de la cultura dominante (Ramos yZubieta s/f; vase tambin Kingman 2002 y Novillo 2011).

    2. Si la Independencia en lo externo fue lograda en el Ecuador en 1822, y los espaoles en

  • consecuencia expulsados del pas; en cambio, en la interno, las cosas no haban cambiado, en lugar deespaoles se quedaron en el Poder los hijos de los encomenderos; cosa que el pueblo llam: el ltimoda del despotismo y primero de lo mismo.http://www.egmv.net/casona/montalvo/El Pensamiento Social de Juan Montalvo.htm

    3. El Fondo de Desarrollo Rural Marginado fue un programa del Banco Central del Ecuador que por cercade quince aos apoy las comunidades campesinas marginales.

    4. Esta visin, tomando la distancia pertinente, es todava compartida en la actualidad por algunasinstituciones del Estado y por algunas agencias nacionales e internacionales de cooperacin (vaseBotero 2011).

    5. Sobre esto, vase Gutirrez 1982 y Botero 2005.

    6. Manrique s/f, en Fletcher 2003.

    7. Enculturacin. De en- y cultura. Proceso por el cual una persona adquiere los usos, creencias,tradiciones, etc., de la sociedad en que vive (DRAE).

    8. Diario El Comercio, cit. por Clark 2008: 157.

    9. Diario El Comercio, cit. por Clark 2008: 157 (las cursivas son mas las cursivas).

    10. Diario El Comercio, cit. por Clark 2008: 158.

    11. Diario El Comercio, cit. por Clark 2008: 158.

    12. Oh!, pero estas negritas son verdaderamente dulces, y no son nada tmidas, rezaba un comentarioa pie de foto de una fotografa de unas jvenes negras desnudas (Corbey 1988: 76; traduccin ma).

    13. Vase tambin en Bourdieu 1994 y 2000 cmo desde las clases dominantes se promueve la opinincomn o doxa para obtener el consenso sobre la manera como esas clases clasifican el mundo -visin ydivisin del mundo- en una taxonoma donde el arbitrario es invitado de honor.

    14. Nietzsche: Los hombres deben ser adiestrados para la guerra y las mujeres para el recreo de losguerreros. Toda otra cosa es tontera; Vas con una mujer? No olvides tu ltigo. Schopenhauer: Lamujer es un animal de cabellos largos e ideas cortas.

    15. La FEI se constituy en agosto de 1944.

    16. Prieto 2004: 185-86, cit. por Becker 2006: 137.

    17. La fanesca es un plato tpico ecuatoriano que se prepara el Jueves Santo. Consiste en una sopa condiversos granos y pescado seco.

    18. ADE 1944: 53- 55, cit. por Becker 2006: 137.

    19. ADE 1944: 54, cit. por Becker 2006: 137.

    20. Amestizacin y aprovechamiento de la estructura social. El trasfondo de este mecanismo es muysimple: tras l est el fenmeno de una sociedad indgena piramidal en que una parte de la noblezaindgena provincial pudo sobrevivir al impacto de la invasin europea y quizs como consecuencia de ellose amestiz con mucha mayor rapidez que el resto de la poblacin autctona (Mellafe 1986: 66). Vasetambin Rodrguez Mrquez 2008 y Gmez-Muller 1997.

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