economÍa, sociedad y polÍtica

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VALENTINA AYROLO, Economía, sociedad y política - La economía, la política y la cultura se dan cita en este libro destinado a ofrecer avances sobre algunos de los temas que preocupan a los historiadores del siglo XIX. Jueces, comerciantes y publicistas se encuentran en estas páginas dando vida a los problemas que los atraviesan y preocupan: ¿qué lugar les corresponde en los estados de la pos-independencia? ¿Qué acciones se realizaron para hacer confiable el Orden Feliz de la experiencia rivadaviana? ¿Cómo era ese espacio del que hablamos? ¿Cómo acercarnos a la economía del siglo XIX entendiéndola como parte de una experiencia social? ¿Estabilidad y confiabilidad con la confederación argentina? Economía, Sociedad y Política en el Río de la Plata del siglo XIX propone éstas y otras preguntas pretendiendo inspirar nuevos interrogantes. Valentina Ayrolo es Doctora en Historia por la Universidad de Paris I, Panthéon-Sorbonne, (Francia), es Investigadora del CONICET y docente del Área Historia Argentina de la Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. Ha publicado diversos trabajos referidos a la historia política del siglo XIX, en especial en temas vinculados con la Iglesia y el clero.

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Valentina Ayrolocompiladora

Economía, Sociedad y Políticaen el Río de la Plata del siglo XIX

Problemas y debates

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Economía, Sociedad y Políticaen el Río de la Plata del siglo XIX

Problemas y debates

Valentina Ayrolocompiladora

Rosario, 2010

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Economía, Sociedad y Política en el Río de la Plata del siglo XIX / dirigido porValentina Ayrolo. - 1a ed. - Rosario : Prohistoria Ediciones, 2010.144 p. ; 23x16 cm. - (Actas / M. Paula Polimene y Carolina Piazzi; 11)

ISBN 978-987-1304-49-3

1. Historia Argentina. 2. Economía. 3. Política. I. Ayrolo, Valentina, dir.CDD 320.982

Fecha de catalogación: 30/12/2009

Composición y diseño: estudio·milanoEdición: Prohistoria EdicionesDiseño de Tapa: Bieler

Este libro recibió evaluación académica y su publicación ha sido recomendada por reco-nocidos especialistas que asesoran a esta editorial en la selección de los materiales.

TODOS LOS DERECHOS REGISTRADOSHECHO EL DEPÓSITO QUE MARCA LA LEY 11723© Valentina Ayrolo© de esta ediciónTucumán 2253, (S2002JVA) – Rosario, ArgentinaProhibida la reproducción total o parcial de esta obra, incluido su diseño tipográfico y deportada, en cualquier formato y por cualquier medio, mecánico o electrónico, sin expresaautorización del editor.Este libro se terminó de imprimir en ART - talleres gráficos, Rosario, en el mes de enero2010.Tirada: 500 ejemplares.Impreso en la ArgentinaISBN 978-987-1304-49-3

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Índice

INTRODUCCIÓNProblemas y debates del siglo XIX ..................................................................... 9Valentina Ayrolo

PRIMERA PARTEEconomía ............................................................................................................ 13

PresentaciónGuillermo Banzato.............................................................................................. 15

Comerciantes, conductas y contribuciones.Los pulperos de la campaña de Buenos Aires durantela Revolución de IndependenciaAndrea Rosas Principi ........................................................................................ 19

La Reforma eclesiástica de Rivadavia y la política de tierras públicas.El ejido rural porteño en la década de 1820María Valeria Ciliberto ....................................................................................... 41

Proveedores, comerciantes y clientes.Dilemas del crédito mercantil en la campaña bonaerense, 1820-1870Diana Duart y Matías Wibaux ............................................................................ 65

SEGUNDA PARTEPolítica................................................................................................................ 81

PresentaciónHistoria, poder y significado en la primera mitad del siglo XIXJaime Peire.......................................................................................................... 83

Francisco Castañeda y el imaginario del orden.Sobre los inicios de ¿la feliz experiencia de Buenos Aires?Fabián Herrero .................................................................................................... 87

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8 Economía, Sociedad y Política

Nosotros/Los otrosRosalía Baltar ..................................................................................................... 109

La conformación de una dirigencia nacional.Notas sobre la dinámica política en el Congreso de Paraná (1854-1861)Ana Laura Lanteri .............................................................................................. 125

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INTRODUCCIÓN

Problemas y debates del siglo XIX

VALENTINAAYROLO

“…cada sociedad se piensa ‘históricamente’con los instrumentos que le son propios”

Michel de Certeau

El siglo XIX es un siglo apasionante. Qué más podría decir alguien que –comoyo– lo eligió como periodo de estudio. Fue un siglo de contrastes y en el espa-cio del país que hoy tenemos, y que no existía por aquel entonces, significó la

materialización de muchos de los cambios impulsados en épocas anteriores. Concreta-mente fue el siglo de la ideación y construcción de un país que se llamaría Argentina.1Pero además es un siglo de revoluciones que traerían aparejadas como resultado laconformación de Estados Nacionales con las características que habían imaginado losfilósofos y juristas europeos, uno y hasta dos siglos antes. Es el siglo de la instaura-ción de una nueva lógica económica, de la aparición de nuevas ideologías productode la acumulación de cambios económicos y sociales, en fin, un siglo intenso, cierta-mente como muchos otros.

Mirando ese siglo está el historiador que intenta entenderlo y ensayar una expli-cación. Como bien sabemos, la historia es una ciencia joven desde el punto de vistade su adecuación a las reglas del campo científico. Hace unas cuantas décadas que hacomenzado a adquirir algunos de los parámetros que, a la larga, podrían permitirnosser reconocidos y considerados finalmente como una ciencia. Así, ser historiador yvivir de la historia es para nosotros un logro bastante reciente. Los textos que fueronescritos durante los primeros cincuenta años del siglo XX son, en general, el resulta-do de largas investigaciones amateurs de abogados, economistas u otros profesiona-

1 Nadie mostró esta situación de forma tan clara como Tulio Halperin Donghi quien en “Una Naciónpara el desierto argentino”, explicaba cómo la excepcionalidad argentina consistió en este debate decasi un siglo donde, las elites locales pensaron, discutieron y presentaron las ideas que en algunoscasos encarnarían, finalmente, en el Estado nacional argentino. Cfr. HALPERIN DONGHI, Tulio“Estudio Preliminar”, en Proyecto y construcción de una nación: Argentina, 1846-1880, Ariel, Bue-nos Aires, 1995 [1980].

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2 DEVOTO, Fernando –compilador– La historiografía argentina en el siglo XX, CEAL, Buenos Aires,1993, 2 tomos.

3 DEVOTO, Fernando y PAGANO, Nora La historiografía académica y la historiografía militante,Biblos, Buenos Aires, 2004.; BRAGONI, Beatriz –editora– Microanálisis. Ensayos de historiografíaargentina, Prometeo, Buenos Aires, 2004.

4 DE CERTEAU, Michel La escritura de la historia, Universidad Iberoamericana, México, 2006 [1975],p. 68.

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les liberales. Hay excepciones, claro, pero si miramos las historias provinciales, porejemplo, las excepciones a esta regla son escasas. Esta situación marcó un estilo deaproximación a los sucesos históricos, la elección de los temas de investigación, untipo de explicación sobre los acontecimientos donde la causa y el efecto eran funda-mentales. También caracterizó una forma de escribir y de relatar la historia, en fin,todo un paradigma historiográfico.2 A este modelo, siguió el de una historia más com-prometida, en todo sentido, y unos historiadores que no querían dejar de involucrar-se, de ser protagonistas de la Historia.3

Hoy estamos en una nueva etapa en que las viejas formas de hacer historia per-viven y el compromiso social no ha sido abandonado pero, es una etapa que favore-ce la consolidación del campo disciplinar con herramientas (como becas, subsidios,etc.) que propenden a que los historiadores puedan concretar “la operación histórica[que] se refiere a la combinación de un lugar social, de prácticas ‘científicas’ y deuna escritura”,4 como fue señalado por De Certeau.

Por ello, el verdadero desafío del historiador de hoy es pensar y replantear lostemas de interés historiográfico como supuestos abiertos a los que vamos incorporan-do –a la luz del aumento de trabajos realizados y en proceso de elaboración– nuevosconocimientos (actores, abordajes, espacios geográficos, elementos metodológicos)sobre el pasado. Creo, que los historiadores del siglo XXI tenemos el compromiso debuscar explicaciones más completas de los procesos históricos. Y claramente esto esposible si nos acercamos a nuestros temas de investigación como problemas científi-cos. Las preguntas nuevas que nos vamos haciendo se corresponden a una nuevamanera de concebir nuestro trabajo, pero además a formas diferentes de realizarlo. Laintegración de áreas y esferas de conocimiento para entender un suceso es parte deesta novedad. Así, la antropología, la sociología, el arte, las letras y la lingüística,entre muchas otras disciplinas, se incluyen con más naturalidad en las explicacionesque los historiadores intentamos dar de los fenómenos del pasado. El resultado se tra-duce en conclusiones provisionales, pero multicausales y complejas, por ende, máscompletas.

Esta nueva modalidad, no obstante, debería integrar a la vieja historiografía porsu valor heurístico y por sus aportes en términos de información, conocimiento ymanejo de fuentes enriqueciendo los nuevos planteos, complejizando los problemas,mirándolos desde distintos ángulos, ahora sí sin miedo de salirse de la historia.

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Introducción 11

5 Los cuatro trabajos sobre Justicia saldrán publicados como dossier, con una introducción del modera-dor del bloque Darío Barriera, en la revista electrónica Nuevo Mundo Mundos Nuevos, durante este año.

6 Entre ellas las eclesiásticas ocuparon tres trabajos, uno de la mesa de economía y dos en la de política.7 Dos trabajos discutieron la efectividad de las reformas y el alcance de la denominación de “feliz expe-riencia”, para el gobierno de Martín Rodríguez.

De allí, la importancia que tiene saber qué pasa en otros lugares, cómo se pien-san los mismos acontecimientos, pero también por qué ocurrieron otros tan diferen-tes. Incluir otras miradas nos permite reflexionar e imaginar ante un mismo hecho his-tórico, que otros resultados hubiesen sido posibles y, al mismo tiempo, ponderar elpeso real de cada uno de los elementos que definen o definieron una situación dada,una relación de fuerza, un acuerdo, un desacuerdo, el perfil de un actor social, de unafacción política, etc.

Por todo lo antedicho, las Jornadas sobre los problemas y los debates del sigloXIX pretenden constituirse en un espacio abierto a la reflexión, al análisis y a la ima-ginación de los historiadores a quienes nos gusta pensar el siglo XIX. Saber qué estánpreguntándose y respondiéndose, qué entienden y qué debate el resto de los colegasinteresados, apasionados por este siglo, motiva que cada dos años el grupo de inves-tigación “Problemas y Debates del siglo XIX” convoque a un encuentro para el diá-logo e intercambio entre todos aquellos que se interesan por los distintos aspectos deesa realidad decimonónica.

El presente libro trae al lector una parte de ese debate que se dio en el mes deabril de 2009 en Mar del Plata, donde estuvimos reunidos durante dos días para inter-cambiar nuestras miradas sobre la economía, la justicia5 y la política del siglo XIX.

Además de haber participado catorce investigadores en calidad de ponentes, tresde nuestros colegas nos acompañaron realizando los comentarios de cada uno de losbloques, incorporando preguntas y preocupaciones a los trabajos que se presentaron.

Curiosamente, y sin que hubiese sido previamente acordado hubo acuerdos temá-ticos y de intereses. El periodo de las autonomías provinciales y las reformas,6 que sedieron como parte de una planificación más o menos exitosa,7 por parte de los gobier-nos de Buenos Aires, Cuyo y Córdoba, fue uno de los ejes. El mismo periodo tam-bién fue abordado considerando el tema de las continuidades y de las modificacionesen las relaciones entre los poderes locales y los nuevos ciudadanos, incorporando alas discusiones que nos reunieron, la arista de la justicia, un campo en expansióndesde el punto de vista historiográfico. Se avanzó sobre sus diversas lógicas con tra-bajos que, historizando los sistemas judiciales, arrojaron luz sobre el proceso másamplio de formación de la política nacional.

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8 Dos trabajos se ocuparon de este asunto y uno de los de justicia llamó la atención sobre el disciplina-miento social a través de los mediadores, mostrando nuevamente una arista interesante para pensar alos otros.

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Por otro lado, también fue sujeto de debate la construcción del “otro”, desde ladiferencia: el enemigo de la Revolución, el español, el salvaje unitario, el otro queponía en entredichos la propia definición.8

Por último, el resto de los trabajos plantearon algunos aspectos relativos al nuevoorden que se construía desde mediados del siglo XIX, intercalando toda una escala deactores sociales que van desde el pulpero –pequeño comerciante– de la campañabonaerense y su comercio en pequeña escala, hasta los diputados de la ConfederaciónArgentina, jugando con los diversos niveles de esa sociedad cuya complejidad, encrecimiento, muestran muy bien estos trabajos.

La experiencia de algunos años de intercambio académico en ámbitos de Congre-sos y Jornadas me convence cada vez más de que lo que necesitamos, sobre todo, esencontrarnos más seguido en grupos más pequeños y con mucho tiempo para discu-tir, analizar y pensar nuestros problemas y nuestros abordajes. Necesitamos encon-trarnos, porque la tarea del historiador es en gran parte solitaria. Necesitamos de lavoz y de la opinión del otro porque nos despierta, nos alerta, nos moviliza, nos advier-te pero también porque nos alienta y nos sostiene en la tarea que elegimos.

Mar del Plata, octubre de 2009

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PRIMERA PARTE

Economía

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Presentación

GUILLERMO BANZATO

Los trabajos que comentamos forman parte de un esfuerzo colectivo de los equi-pos de investigación de la Universidad Nacional de Mar del Plata, que desdehace años vienen aportando a la renovación de los estudios históricos de la pro-

vincia de Buenos Aires desde perspectivas locales, con una notable labor heurística.El minucioso análisis de las fuentes que realiza Andrea Rosas Principi le permi-

te vincular las esferas de la política, la economía y la sociedad en la campaña bonae-rense hacia 1816. Mediante el seguimiento de una disputa entre un alcalde de herman-dad que acusó a un grupo de comerciantes de conspiración, detalla el impacto de loscambios políticos y de la penuria económica de los gobiernos posrevolucionarios enuna pequeña comunidad rural, pero también se ocupa del ejercicio arbitrario del podery los condicionantes para sobrevivir con un negocio en la campaña en los primerosaños de la revolución. Si bien desde otras perspectivas vamos conociendo que lariqueza y la pobreza podían llegar a tener un peso relativo según la abigarrada tramade vinculaciones sociales y coyuntura económica, resulta notable en este trabajo queun carpintero oriundo de las provincias del interior, investido de las atribuciones dealcalde de la hermandad, pudiera acusar sin demasiadas pruebas a un conjunto depequeños comerciantes españoles. Lamentablemente sabemos mucho más de lossegundos y se nos escapan las redes que sostenían al primero. Evidentemente su pro-fesión le habría permitido cierta acumulación, pues vivían con su familia una esclavanegra y cuatro agregados, pero no conocemos qué otros vínculos tendría.

En cuanto al ejercicio arbitrario del poder, la pregunta que surge del relato de laautora es si nos encontramos ante un caso de excesivo celo por parte de un funciona-rio que pretendía congraciarse con las autoridades, y en ese camino era capaz de unaacusación falsa con tal de apoyar la recaudación del fisco. Otra vez: sabemos más delos intentos de los acusados por sacarse de encima el problema que de las motivacio-nes e intereses del acusador. En ese sentido, a pesar del cuidado metodológico de laautora, todo el trabajo pone el foco en los acusados dado que el objetivo consistía endesentrañar los vínculos de los pulperos. Efectivamente, estos desplegaron ante lasautoridades las relaciones que habían conformado, mostrándonos cómo los migran-tes, tanto del interior como de ultramar, se iban integrando en la sociedad local a tra-vés de sus actividades y del matrimonio; cómo sus hijos formaron parte de las mili-cias y el ejército. Justamente, estos vínculos les ayudaron a impedir que la acusaciónprosperara. Y, entonces, nuevamente, el ejercicio discrecional del poder los obligó aaportar a la revolución, tal vez nada más que porque alguien los marcó como posibles

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víctimas, porque podemos pensar que efectivamente los acusados estaban conspiran-do, aunque nada nos obliga a creerle al funcionario local.

Estas reflexiones pueden hacerse gracias al minucioso trabajo que se tomóAndrea Rosas Principi para armar la trama de este episodio y analizarla en el contex-to socioeconómico de la época. En ese sentido, podemos destacar los siguientesaspectos que vinculan a éste con los otros trabajos: en primer lugar, el activo tráficomercantil de la campaña del norte bonaerense reflejado en la presencia de una impor-tante cantidad de pulperos en un pueblo que estaba en el camino hacia las provinciasdel interior; luego, la confirmación de que aún con un giro de capital modesto sepodía sobrevivir en la campaña mientras la voracidad del fisco, que debía sosteneruna situación de guerra, no los ahogara; por último, la rápida incorporación de losrecién llegados en las sociedades locales, lo suficientemente permeables para queciertos pequeños y medianos comerciantes pudieran articular una red social.

En estas dinámicas interacciones, según Diana Duart y Matías Wibaux, el crédi-to cumplía una función social. En un trabajo que exprime al máximo posible unasfuentes parcas y de difícil manejo, los autores, que se encuentran entre los pionerosen el abordaje de estos temas, analizan las pequeñas operaciones de fiado entre 1820y 1870, un periodo caracterizado por la inflación y, sobre todo hasta los años 1860,por las interrupciones al comercio debido a las guerras y conflictos políticos.

La perdurabilidad de los pequeños montos a lo largo del periodo da cuenta de laposición relevante del pulpero en la vida cotidiana de la campaña, al adelantar mer-caderías y esperar que el deudor pudiera hacerse de unos pesos para cumplir con elcompromiso tomado, un papel que no se resumía en el aspecto económico, tal comodesde otro punto de vista lo detalló Rosas Principi, y en este caso se expresa con elconocimiento de los clientes que muestran las descripciones de sus deudores en lasanotaciones de los pulperos. Los autores demuestran que los pequeños comerciantesde los años 1820 y 1830 tomaron un riesgo mayor, prestando ínfimas cantidades, quelos de periodos posteriores que poseían un giro superior. Por otro lado, la relaciónentre los montos adeudados por los pulperos y el giro de su comercio es ilustrativa dela importancia de los grandes comerciantes de Buenos Aires y su estrecha relacióncon la miríada de pequeños y medianos negociantes de la campaña.

En la continuidad de estas indagaciones podría pensarse en intentar distinguir conmayor precisión aquellos pulperos para quienes el negocio era una parte del capitaltotal (el resto, y a veces superior, podía integrarse con propiedades en Buenos Aires,estancias, otras pulperías, tal como los dos casos que presentan Duart yWibaux), puesla estrategias desplegadas por estos necesariamente serán distintas a las de aquellospara quienes la pulpería era todo su capital. Por supuesto que para ello, y coincidoplenamente con los autores, falta cotejar la información de que disponen con lo queya sabemos, con las bases de datos que todos hemos armado para nuestras tesis–sobre las que deberíamos hacer un esfuerzo para divulgarlas y compartirlas. Sinduda este tipo de estudios se potenciarían con los datos que podríamos proporcionar-

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les quienes hemos estado estudiando la propiedad de la tierra, la producción agrope-cuaria, la familia y los novísimos estudios sobre la política en la campaña bonaeren-se. Porque una cosa es que encontremos al pulpero en las testamentarias, donde tene-mos una idea bastante completa del conjunto de su capital y otra es que lo encontre-mos en un pleito, donde sus otros bienes no siempre van a aparecer. Seguro que lainformación desplegada por otros trabajos nos permitirá un mayor acercamiento altotal de sus propiedades, o de sus relaciones, para entender mejor sus estrategias.

Finalmente, si bien la muestra es importante, una vez que el análisis profundiceen mayor cantidad de casos por periodo, será posible detectar los cambios y continui-dades en las estrategias, según las coyunturas económicas y políticas tan cambiantesentre los convulsionados años de la revolución y el impacto de la vinculación al capi-talismo en la región, que se profundiza a partir de mediados del siglo XIX.

El original trabajo de Valeria Ciliberto reúne dos problemas que hasta ahora nohabían sido abordados conjuntamente por la historiografía, como son las reformaseclesiásticas en el marco de las políticas de tierras del gobierno de Martín Rodríguez.La autora enmarca la política de venta de bienes eclesiásticos en la dinámica de laocupación y uso de las quintas y chacras de los suburbios de Buenos Aires en un mer-cado de tierras periurbano que pasaba por una coyuntura de estancamiento. Una vezmás el grupo marplatense demuestra su pericia en el afinado trabajo con las fuentes,combinando la información de las ventas con filiaciones de los sectores de la elitecomercial y política que sacó la mejor tajada en el negocio.

Valeria Ciliberto describe con precisión las operaciones realizadas, se esfuerzapor indicar su ubicación y las formas de pago, relacionando estos ingresos para el era-rio con el conjunto de los recursos obtenidos por ventas de tierras en la época. Des-taca la presión de los compradores para que se redujeran los precios del remate y lamayor utilización de billetes del fondo público en las operaciones por montos másaltos, realizada por un reducido grupo de ex militares, eclesiásticos con participaciónpolítica, algunos de los más fuertes comerciantes de la plaza de Buenos Aires acree-dores del Estado y a la vez miembros de la Legislatura.

Si la autora destaca bien a los principales beneficiados de la política rivadaviana,no menores son las evidencias que presenta sobre el considerable grupo que tambiénsabe aprovechar la coyuntura del periodo aunque en escala más reducida, y que talvez merezca una nueva mirada, para intentar filiaciones que permitan un acercamien-to a otros actores sociales y políticos de la época, pues los tres trabajos que comenta-mos tienen la particularidad de continuar con la renovación historiográfica que estáprofundizando en la complejidad de la estructura política y social del Río de la Plataindependiente. Parece que entre la elite y la plebe, vamos encontrando un dinámicoconjunto de pequeños y medianos comerciantes y propietarios rurales que están espe-rando salir del anonimato.

Presentación 17

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SEGUNDA PARTE

Política

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Presentación

Historia, poder y significadoen la primera mitad del siglo XIX

JAIME PEIRE

Como bien sabe el lector, la breve reflexión que aquí comienza versa acerca trestrabajos presentados en las Jornadas de discusión sobre el siglo XIX desarro-lladas en abril de 2009, en Mar del Plata. Pero debo comenzar diciendo que

en ellas –especialmente en el simposio del que fui relator, pero en general en todas–detecté una rara empatía entre estudios de distinta índole, que dio lugar a un intere-sante debate que se materializó en las Jornadas. El presente comentario no es sino elintento de desvelar esa corriente subterránea que parece convertir a estos trabajos envasos comunicantes.

El de Fabián Herrero –basado en una investigación muy interesante y estratégi-camente elegida– cuestiona alguna historiografía reciente sobre la “feliz experien-cia”. El estudio de fray Francisco Castañeda parece demostrar que no fue ni tan feliz,ni tan una. Sólo un deseo de establecer en el imaginario social y en la representacióndel poder esa felicidad y esa experiencia de unidad. Pero parecía haber una tensiónentre esa imagen de fuerza del “poder” y la realidad de la obligada negociación, quefray Cayetano Rodríguez no aceptaba. No había posibilidad de reconciliación. Sóloamigos y enemigos. El “orden” –y el futuro pacífico que eso conllevaría– para él, noestaba garantizado, como parecía estarlo para los demás, después de la revolución deoctubre de 1820.

La investigación de Rosalía Baltar pone de manifiesto la irreconciabilidad del“Nosotros” y “Los otros” durante el periodo rosista, a partir del estudio sistemáticodel discurso comparado de ambos bandos, tomando para ellos importantes casos tes-tigo, explorando la sensibilidad en los textos, a partir del aserto de Geertz de la impor-tancia del otro, en la construcción del yo. Esto quiere decir que parte fundamental dela construcción del rosismo fueron –precisamente– los “salvajes” unitarios, y de losantirrosistas, el mismo Rosas, que fue tomado también por salvaje. Lo que en unoconstituía una virtud, en el otro era el defecto descalificante, y viceversa. Sin embar-go, ni uno ni otro discurso existiría –en el análisis de Baltar– sin la centralidad absor-bente de la figura de Rosas.

Ana Laura Lanteri, por su parte, parece clausurar un triángulo. Estudia la relaciónentre el poder ejecutivo y el poder legislativo en la época de la Confederación cuan-do BuenosAires no formaba parte de ella. Su trabajo responde a esta pregunta: ¿Hubo

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1 ROSANVALLON, Pierre Por una historia conceptual de lo político, FCE, Buenos Aires, 2002, p. 18.

equilibrio entre ellos, como se suponía que debía haberlo? Esta pregunta tiene senti-do en el marco del problema por la caracterización del poder en el sistema políticoconfederal. Basada en un amplio arco de fuentes –desde las legislativas hasta cartaspersonales– y contando con un amplio relevo bibliográfico, su trabajo cuenta los tra-bajos y las penas –a veces con éxito, a veces sin él– del poder legislativo por marcarun espacio de poder real frente al ejecutivo, y al mismo tiempo, del poder central porconstruir un espacio nacional frente a lo que hasta entonces eran espacios provincia-les. Este esfuerzo, al parecer, fue más exitoso que el primero, dentro del nuevo rea-comodamiento de las elites.

Mirados los tres trabajos en perspectiva, se observa en todos ellos la inclusión deldesencuentro como un tema central. O, si se quiere, la incapacidad de las elites parasortear no conflictos, sino un conflicto que terminará mal, o al menos “el” conflictodonde alguna de las partes descalifique o destituya a la otra, o al menos lo intente. Estose ve con más claridad en el trabajo de Fabián Herrero y directamente es emblemáti-co en el de Rosalía Baltar, que trata directamente de “ellos y “nosotros”. Ana LauraLanteri nos muestra un panorama donde el conflicto no parece tan extremo.Acaso por-que no se discute quién “tiene” el poder sino relativamente hasta dónde y dentro dequé términos. Pero todos, de una manera u otra, nos hablan de la construcción de un“orden” –palabra clave– político, más o menos ficcionalmente “democrático”, dondehay una disputa por este poder político. O para decirlo de una manera casi pornográ-fica, quién es el o los que “dominan”, y cómo el/ellos manifiestan esa dominación apa-rentemente no tan simbólica como podría creer un historiador posmoderno.

Siguiendo a Pierre Rosanvallon, podríamos decir que estos tres trabajos al hablarde lo político, del poder político y de su ejercicio, pueden inscribirse en la historia dela construcción de la democracia en la Argentina. En efecto, siguiendo una línea tem-poral, se observan las dificultades que tienen las elites para negociar el poder despuésdel derrumbe imperial español hasta la presidencia de Derqui. Podría objetarse: nosólo Argentina tuvo estos problemas en la construcción de su democracia. Es verdad.Pero la especificidad del caso argentino –y debemos decir de muchos países latinoa-mericanos– consiste en sus constantes tropiezos en conseguirlo, hasta el último terciodel siglo XX, y a un precio muy elevado, quizás excediendo en esto a la mayoría deaquellos países.

“La crisis que atraviesa hoy un país como la Argentina [dice Rosan-vallon refiriéndose a la crisis del 2001] no puede interpretarse sim-plemente a partir de factores económicos y financieros que son sucausa inmediata. No tiene sentido a menos que se la sitúe en la his-toria prolongada de una declinación ligada a la dificultad recurrenteen hacer existir una nación fundada en el reconocimiento de las obli-gaciones compartidas”.1

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En definitiva, pienso que estas tres investigaciones pueden ayudarnos a comprenderesa larga declinación en la dificultad recurrente no ya de unas obligaciones comparti-das, sino en el liso y llano reconocimiento del otro en tanto que otro. Si como es dedominio común un “yo” se construye con la mirada del otro o se transforma en narci-sista –y un yo colectivo no resulta una excepción– entonces lo que observo en los tra-bajos puede articularse en un relato de cómo desde la “feliz experiencia”, que no lohabría sido tanto, se pasó a unas divergencias graves que no fueron saldadas por unanegociación política, sino por la imposición del ejecutivo o de las circunstancias.

Los trabajos de las últimas tres décadas, habiendo superado tanto la historiogra-fía clásica y su aborrecimiento por Rosas, como el ensalzamiento revisionista, hanvisto a éste como más propenso a manejar las cosas con habilidad y legitimidad polí-tica, estudiando los meandros de –si se me permite la expresión– su aparato políticoe incluso están divisando momentos en los que su soliloquio en ese poder no lo fuetanto. Pero trabajos como el de Baltar confirman que ni del lado de Rosas ni del delos unitarios parece haber existido una capacidad de negociación política. Algo pare-cido –aunque más matizado– es el panorama que nos presenta Lanteri. Pero en estaocasión, o bien el ejecutivo, o bien la incapacidad de Derqui para controlar a Urqui-za, o la de Mitre para negociar provocaron el derrumbe del precario equilibrio que tra-bajosamente se había conseguido.

El siglo XIX nos presenta en la pluma de estos tres autores –desde la óptica deRosanvallon– el panorama de la construcción de una democracia cuya paz social esdifícil, entre otras cosas porque –como ha dicho Hilda Sabato– la violencia es un ele-mento más del sistema político. Evidentemente la profundización que de él hacen tra-bajos como los que comentamos nos conducirá a entender este siglo problemático quecomenzó con los bombos y platillos de los héroes neoclásicos que nos dotaban de unalibertad que, sin embargo, se ha tomado su tiempo.

Presentación 85

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ValentinaAyrolo es Doctora en Historia por la Universidad de Paris I, Panthéon-Sor-bonne. Investigadora del CONICET, docente de la carrera de Historia de la Universi-dad Nacional de Mar del Plata y coordinadora del grupo de investigación “Problemasy debates del siglo XIX”. Es autora de Funcionarios de Dios y de la República. Cleroy política en las autonomías provinciales (Biblos, Buenos Aires, 2007) y compilado-ra de Estudios sobre el clero latinoamericano entre la independencia y el Estado-Nación (EDUNSA, Salta, 2006). También publicó capítulos de libros y numerososartículos en revistas especializadas del país y del [email protected]

Rosalía Baltar es Profesora, Licenciada en Letras y Magíster en Letras Hispánicaspor la Universidad Nacional de Mar del Plata. Trabaja en el departamento de Letras,en las cátedras de Teoría y Crítica Literarias y Lingüística. Ha escrito numerosos artí-culos en revistas nacionales e internacionales relativos a la literatura del siglo XIX,sus debates y sus problemas. Es co-editora de dos libros recientes, Escenas interrum-pidas de la literatura argentina (Ediciones Suárez y Universidad Nacional de Mar delPlata, 2006) y Figuraciones del siglo XIX: libros, escenarios y miradas (EdicionesFinisterre y Universidad Nacional de Mar del Plata, 2007)[email protected]

Guillermo Banzato es Profesor, Licenciado y Doctor en Historia por la UniversidadNacional de La Plata. Es Profesor Adjunto por concurso en la cátedra Historia Argen-tina General de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación e Investiga-dor Asistente del CONICET en el Centro de Estudios Histórico Rurales, Instituto deInvestigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET). Es editorresponsable de la revista electrónica Mundo Agrario y Director de la revista Traba-jos y Comunicaciones. Autor del libro Ocupantes y propietarios en la frontera bonae-rense, 1780-1880 (Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, 2005) y compiladorjunto a Graciela Blanco de La cuestión de la tierra en Argentina (Prohistoria, Rosa-rio, 2009). Publicó artículos en libros y revistas especializadas en Argentina, Brasil,México y Españ[email protected]

María Valeria Ciliberto es Doctora en Historia por la École des Hautes Études enSciences Sociales (París), Investigadora Asistente del CONICET y docente regulardel Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de la UniversidadNacional de Mar del Plata. Integrante del grupo de investigación “Problemas y deba-tes del siglo XIX”, co-dirige el proyecto “La relación ciudad-campaña analizada a tra-vés de la dinámica del abasto: condiciones de producción y comercialización rural”.Es autora de Aspectos sociodemográficos del crecimiento periurbano. San José deFlores, 1815-1869 (Universidad Nacional de Mar del Plata/GIHRR, 2004) y ha publi-

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cado artículos en revistas sobre la sociedad y la economía rural de la primera mitaddel siglo XIX y participado en congresos nacionales e internacionales como [email protected]

Diana Duart es Licenciada en Historia por la Universidad Nacional de Mar del Platay docente en el Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades en dichaUniversidad. Es miembro del grupo de investigación “Problemas y debates del sigloXIX” y Sociedad y Estado “Prof. Ángela M. Fernández”. Se especializa en temasrelacionados con la historia social y económica rioplatense de los siglos XVIII y [email protected]

Fabián Herrero es Doctor en Historia por la Universidad Nacional de Buenos Aires.Es miembro de la Carrera de Investigador del CONICET y Docente regular de laUNLA en la carrera de Ciencia Política y Gobierno. Ha publicado Monteagudo.Revolución, independencia, confederacionismo (Ediciones Cooperativas, BuenosAires, 2005; 2ª edición, Grupo Editor Universitario, 2006); Constitución y federalis-mo. Una opción de los unitarios convertidos al federalismo durante el primer gobier-no de Juan Manuel de Rosas (Ediciones Cooperativas, Buenos Aires, 2006); Movi-mientos de Pueblo. La política en Buenos Aires, 1810-1820 (Ediciones Cooperativas,Buenos Aires, 2007); Federalistas de Buenos Aires. Sobre los orígenes de la políticarevolucionaria (Ediciones de la UNLA, 2009). Ha compilado los volúmenes Ensayossobre las protestas sociales en la Argentina. Piquetes y cacerolazos en el marco de lacaída del gobierno de Fernando de La Rúa (Ediciones de la Universidad Nacional deLanús, 2002) y Revolución. Política e ideas en el Río de la Plata durante la décadade 1810 (Ediciones Cooperativas, Buenos Aires, 2004); y en colaboración con Ale-jandro Herrero Las ideas y sus historiadores. Un fragmento del clima intelectualargentino en los años noventa (Editorial de la Universidad Nacional del Litoral,1996); La cocina del historiador. Reflexiones sobre la historia de la cultura europea,Ediciones de la Unla, 2002 (2ª edición, Ediciones de la UNLA, 2006)[email protected]

Ana Laura Lanteri es Profesora y Licenciada en Historia por la Universidad Nacio-nal de Mar del Plata, y actualmente Doctoranda del Programa de la Facultad de Cien-cias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de BuenosAires.Su tesis doctoral en curso, “Política y poder en tiempos de la ‘Confederación’ (1852-1862)”, es dirigida por la Dra. Valentina Ayrolo y realizada en el marco de una Becade Postgrado Tipo II otorgada por el CONICET, bajo la dirección del Dr. EduardoMíguez. Es integrante del Grupo de Investigación “Problemas y Debates del sigloXIX” de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Ha publicado trabajos en revistasnacionales e internaciones como Territórios e Fronteiras (ICHS/UFMT, Brasil),Quinto Sol. Revista de Historia Regional (UNLPam, Argentina), Andes (UNSA,

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Argentina), Clío y asociados. La Historia Enseñada (UNL, Argentina), EstudiosSociales (UNL, Argentina) y Nexos (UNMDP, Argentina) y ha participado en calidadde ponente en diversos encuentros académicos [email protected]

Jaime Peire es Profesor en Historia por la Universidad Nacional de la Plata y Doc-tor en Filosofía y Letras por la Universidad de Navarra. Fue Profesor Adjunto de His-toria de América I en la Universidad de Luján entre 1988 y 1998 y Asociado Ordina-rio hasta 2004. Es Investigador del CONICET, Profesor Titular Ordinario de HistoriaCultural e Historiografía en la Universidad Nacional de Tres de Febrero desde 1999y de Problemas de Historia Cultural en la Maestría en Historia de esa Universidad. Esautor del El taller de los espejos. Iglesia e imaginario. (1767-1815) (Claridad, Bue-nos Aires, 2000) y compilador de Actores, representaciones e imaginarios. Homena-je a François-Xavier Guerra (EDUNTREF, Buenos Aires, 2007), además de nume-rosos artículos especializados en revistas nacionales e [email protected]

Andrea Rosas Principi es Licenciada en Historia por la Universidad Nacional deMar del Plata y Maestranda en la Maestría en Investigación Histórica de la Universi-dad de San Andrés. Es docente en el Departamento de Historia de la Facultad deHumanidades en la Universidad Nacional de Mar del Plata y miembro del grupo deinvestigación “Problemas y debates del Siglo XIX”. Es coautora de varios artículosrelacionados con la historia rural rioplatense de la primera mitad del siglo XIX publi-cados en revistas de Venezuela y [email protected]

Matías Wibaux es Licenciado en Historia por la Universidad Nacional de Mar delPlata y becario Doctoral de CONICET. Es miembro del grupo de investigación “Pro-blemas y debates del siglo XIX” y Sociedad y Estado “Prof. Ángela M. Fernández”.Se especializa en temas relacionados con la historia social y económica rioplatensede los siglos XVIII y [email protected]

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