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CRTICA DE LA RAZN (MODERNA, OCCIDENTAL) IMPURAA CRITIQUE OF IMPURE (MODERN, WESTERN) REASONCRTICA DA RAZO (MODERNA OCIDENTAL) IMPURASANJAY SETH1*University ofLondon, [email protected]: 07 de febrero de 2011 Aceptado: 12 de abril de 2011Resumen:Este artculo plantea una serie de preguntas muy directas, cuando no simples. Cmo y por qu asumimos que el conocimiento moderno es universal, pese a su genealoga europea y su procedencia histrica reciente? Qu justifcacin tenemos para considerar tal cosa superior a los conocimientos premodernos de Occidente, y a los conocimientos autctonos del no Occidente? Tenemos, en resumen, motivos para suponer que el conocimiento occidental modernotrasciendelascircunstanciasdesusurgimientohistricoygeogrfcoydeese modo que las ciencias sociales son verdaderas para cada quien, aun cuando hacerlo sea privilegiar lo moderno y lo occidental, sobre lo premoderno y lo no occidental?Palabras clave: teora postcolonial, epistemologa, modernidad.Abstract:This paper asks a series ofvery direct, ifnot simple, questions. How and why is it that we assume that modern knowledge is universal, despite its European genealogy and its historically recent provenance? What warrant do we have for considering this superior to the pre-modern knowledges ofthe West, and the autochthonous knowledges ofthe non-West? Are we, in short, right to assume that modern Western knowledge transcends the circumstances ofits historical and geographical emergence and thus that the social sciences are true for everyone- even though to do so is to privilege the modern and the western, over the pre-modern and the non-Western?Keywords: postcolonial theory; epistemology; modernityResumo: Este estudo indaga sobre uma srie de bem diretas, se no simples, questes: como e por que consideramos o conhecimento moderno universal, a despeito da genealogia europia edahistoricamenterecenteprovenincia?Quegarantiahemconsider-losuperior aosconhecimentospr-modernosdoocidenteeaosconhecimentosautctonesdos no ocidentais? Estamos, em resumo, certos em admitir que o conhecimento moderno ocidentaltranscendeascircunstnciasdeseuaparecimentohistricoegeogrfcoe, portanto , que as cincias sociais so vlidas para todos, ainda que signifque privilegiar o moderno e o ocidental em detrimento do pr-moderno e do no ocidental?Palavras chave: Teoria pscolonial, epistemologia, modernidade.1 PhD. Profesor de Ciencias Polticas, Goldsmiths.Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489CORREDORFotografa de Martha Cabrera33TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489Permtasemecomenzarconunahistoriadefantasmas.EnsulibroGhosts of WarinVietnam,HeonikKwondescribeunaregindeVietnamenlaque abundanlosfantasmasdequienessufrieronmuertesviolentaslejosdecasa. Loshumanosquecompartensumundoconestosfantasmas-ytambincon diosesyotrasdeidades,yconlosespritusdesusancestrosmuertos-hacen partedeunasociedademinentementemoderna,caracterizadaporrelaciones de mercado de gran alcance, y muchos de las dems dependencias y smbolos delamodernidad;ylosfantasmasmismosnosonremanentesdeuntiempo muy lejano, porque un gran nmero de ellos son los fantasmas de los muertos de guerra, tanto estadounidenses como vietnamitas. Esos fantasmas requieren las mismas cosas que los vivos piden, y por tal razn se les ofrendan alimento y bebida, dinero votivo, ropa y, en ocasiones, hasta una bicicleta o una Honda. Existen en Vietnam quienes -y eso incluye a muchos, aunque de manera alguna atodos,delosmiembrosdelpartidocomunistadominante-desaprueban talesofrendas,yconsideranestocomopensamientoilusorio,peroson, nos lo asegura Kwon, superados en gran nmero por quienes al contrario lo consideran parte de la naturaleza de ser y devenir en el mundo, es decir, como preguntaontolgica(Kwon,2008:16).Losritualesylasofrendasquehacen losvivosson,escribeKwon,partedeunaconstantenegociacinsobreel espacio social y ecolgico con este grupo de seres socialmente distintos, pero ontolgicamente dados (Kwon, 2008:18)2.Sihayquienesconfundenalosfantasmasconhombres,tambinhayquienes confunden la naturaleza con la sociedad. Segn Philippe Descola, los achuar de la cabecera del Amazonas no... comparten nuestra antinomia entre dos mundos cerrados e irremediablemente opuestos, el mundo cultural de la sociedad humana y el mundo natural de la sociedad animal (Descola, 1994:324). Solo tienen una sociedad,queincluyeaanimales,espritusyplantas;ensuopinin,todoslos seresdelanaturalezatienenalgunas caractersticasencomnconlaraza humana, y las leyes por las que se rigen son ms o menos las mismas que las que gobiernanlasociedadcivil(Descola, 1994:93).Losachuar,escribeDescola, conferen los atributos de la vida social aplantasyanimales,considerndolos sujetosmsqueobjetos(Descola, 1996:405-406)3.Cuandonosotroscomoacadmicosdelascienciashumanasbuscamosexplicar ycomprendertalesfenmenos,porlogeneralnosembarcamosenunaforma detraduccinconceptual.Confrontadosporquienescreenenfantasmas, diosesyespritus,tratamostaleseventoscomomanifestacionesdealgnotro 2 Elcasovietnamita,dondelamodernidadno parece haber reducido la supersticin, est lejos de ser nico, por supuesto. La modernidad en frica, comoloobservabanJeanyJohnComaroffenun ensayo que le ha picado la espuela a una literatura fascinantesobrelamodernidaddelabrujera, hageneradounaeflorescenciadelabrujerayla magia- (Comaroff y Comaroff, 1993: xiv).3 Ver tambin Eduardo Viveiros de Castro, Cosmological Deixis and Amerindian Perspectivism, The Journal of the Royal Anthropological Institute, 4:3, septiembre de 1998.SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura34Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489fenmeno inteligible. Entonces explicamos tales creencias: como formas de auto-extraamiento,sisomosmarxistas,ocomoenciertaformanecesariosparala representacin de unidad social, si somos seguidores de Durkheim, o en trminos dealgnrequerimientofuncional,sisomosfuncionalistas.Hacemostalcosa pesealhechodequelosfantasmas,espritusyancestrosmuertos,paraquienes buscamos entender, son fenmenos ontolgicos, no alegricos ni metafricos; su existencia (como la de las brujas que siguen causando ansiedad a muchos africanos) nodependedesisecreeonoenellos.4Cuandoconfrontamosaquienesno diferencian la naturaleza de la sociedad, sonremos con indulgencia, pues sabemos queestamosenpresenciadeaquellos paraquieneselmundoannoha sidodesencantado,paraquienes-de manera cautivadora aunque errnea- el mundo como un todo, y eso incluye la naturaleza,estpreadodesentidoy propsito. Y por lo general intentamos hallarunaexplicacinsocio-culturala sus confusiones, una explicacin que las hiciera comprensibles; o, si somos sociobilogos, buscamos una explicacin natural en forma de limitaciones ambientales o genticas. En cualquier caso, el modo de nuestra explicacin presupone una diferencia entre la naturaleza y la sociedad -la diferenciacinmismaquenopuedenconcebirninegarlossujetosdenuestro estudio-. En los casos de los achuar y los vietnamitas, las nociones que las ciencias humanas ponen a nuestra disposicin, por variadas que puedan ser, se basan todas enlatraduccindelasexplicacionesyopinionespropiasdequienessonobjeto denuestroescrutinio,ennuestrospropiostrminos.Nosolotraduciendo,sino tambin pasando por encima de ellas, pues asumimos que nuestras descripciones y explicaciones ofrecen una comprensin superior a la suya.Claro est, a menudo se ve como signo de rigor de las explicaciones socio-cientfcas quevayandetrsopordebajodelconocimientodesmismosquetienen los agentes sobre causas y condiciones fuera del alcance de los actores sociales. Pero ntese que cuando aplicamos las ciencias sociales a nuestras concepciones, cuando invocamos causas veladas o subyacentes para explicar rasgos de nuestra cultura,todoelloformapartedenuestromundoconceptual.Podemos,por ejemplo, aseverar o negar si se nos dijera que nuestras relaciones erticas estn ligadas a los mecanismos de nuestro inconsciente, pero reconocemos esta suerte de explicacin, porque, en general, el Inconsciente hace parte de nuestro mundo. El tipo de explicaciones que ofrecemos en los casos anteriores, sin embargo, no hace parte del mundo de ellos siempre y absolutamente. Es como si los achuar de la Amazonia y los vietnamitas de Cam Re quisieran explicarnos que el desatender 4 Denuevo,seaplicalomismoalasbrujasde frica.Enreferenciaalaliteraturaenciencias socialesquehaintentadoexplicarelauge deacusacionesdebrujeraylaansiedadcomo expresindelconflicto,ascomounamanera demanejarconflictos,AdamAshforthobserva quepadecedelsingulardefectodetratar lasafirmacionesquelosafricanosclaramente entiendencomoliterales,ofactuales,comosi tuvieranunsignificadometafricoofigurativo- (Asforth, 2005:114).35TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489lasnecesidadesdelosfantasmas,ylaadoracinanuestromalignodios,el Inconsciente, nos condenar a una tortuosa vida ertica. El problema, en otras palabras, no es si tenemos que tomar los conocimientos de s mismos que tienen nuestros sujetos en su valor nominal -claramente no tenemos que hacerlo, y las cosmologas de otros pueblos tambin apelan por lo regular a factores velados comoexplicaciones-,sinomsbiensilascategorasalasqueseapelaenlas explicaciones de las ciencias sociales son superiores a las categoras que traducen.Dedndeprocedennuestrascategoras?Comotodoslosconocimientos, tienenorigenenuntiempoyunlugarparticulares.EllugaresEuropa.El tiempoeslosiniciosdelamodernidad,cuandotuvolugarunarevolucin conceptual y epistmica que colind con la formacin de las prcticas polticas y tecnolgicas que hemos llegado a asociar con el mundo de la modernidad (WittrockyMagnusson,1998:2)5. Conformesurgaelconocimiento moderno y se defna a travs de una crtica de los conocimientos escolsticos, otrosconocimientosmedievalesydelRenacimiento,todosloscualesfueron condenadosporconfundiraloshumanosconsumundo,poratribuirleun sentidoyunfnalmundo,elcualdehechonospertenece,yelcualhemos proyectadoenl.Unodelosrasgosquedefneelconocimientomoderno, entonces,eraquesuponaunadistincinmarcadaentreelsujetoyelobjeto, elconocedoryloconocido.Ademsasumaqueelmundosedividaentre unanaturalezadesencantada,quedebaentenderseentrminosdeleyesy regularidades, y un objeto recin descubierto llamado sociedad, que era un reino de sentidos, propsitos y fnes. Tambin inverta el orden entre el(los) dios(es) y los hombres, presumiendo que deba explicarse los dioses en trminos de los hombres, antes que los hombres en trminos de los dioses.Estas presuposiciones o decisiones a priori sobre la manera como entendemos la constitucindelmundosocial(Somers,1996:71),fueronalgunaveznovedosas, yfueroncontestadas.Perodesdehacemuchotiempoyasehannaturalizado,y han llegado a concebirse no como las presunciones necesarias para un modo de pensamientoparticular,sinosimpleyllanamentecomonecesariasparapensar. Msan,esteconocimientoesglobal-nosolohasustituidolosconocimientos premodernos de Europa, sino tambin los conocimientos autctonos del mundo nooccidental-.Puesaunsisomosconcientesdequelascienciassocialeshacen parte de los procesos sociales y econmicos que llamamos modernidad, originados enOccidente,lapretensinquesehacedeellosesquesonaplicablesapocas premodernas y no modernas, y al mundo no occidental, as como al occidental. Max Weber escribi alguna vez que una prueba sistemticamente correcta en las ciencias sociales, si quieren lograr su propsito, debe ser admitida como correcta incluso por 5 Ver tambin Johan Heilbron (1995) y Peter (2001).SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura36Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489un chino (Weber, 1949:58)6, hoy en da, suelen serlo, pues el nico conocimiento quetienevalorcomoconocimiento respetable,yaseaqueseproduzca enLondres,Bogot,PeknoDelhi, eselconocimientoproducidodentro delascienciashumanasmodernas. Algunaveznovedosoyengarzadoen unabatallaconotrosconocimientos,esteconocimientohoyhaarrastradotodo loqueseleatravesaba.Otrosconocimientoshansidodevaluadosysobreviven, donde lo hacen -como en el caso de los ejemplos con los que comenzamos- en la cotidianidad, donde a menudo se ven sometidos a crticas desaprobadoras del estado postcolonial que fustiga a sus ciudadanos por sus visiones atrasadas.Mispreguntasenesteartculosonmuydirectas,sinosimples:cmoypor qu asumimos que el conocimiento moderno es universal, pese a su genealoga europea y a su reciente origen histrico? Y, qu garanta tenemos para considerarlo superior a los conocimientos premodernos de Occidente, y a los conocimientos autctonosdeloquenoesOccidente?Yqufundamentotenemospara considerar este conocimiento como superior a los conocimientos pre-modernos deOccidenteylosconocimientosautnomosnoOccidentales?Estamos,en pocas palabras, en lo correcto al asumir que el conocimiento moderno occidental trasciende las circunstancias de su origen histrico y geogrfco y por ende que las ciencias sociales son vlidas para todos, aun cuando hacer tal cosa suponga privilegiar lo moderno y lo occidental, sobre lo premoderno y lo no occidental?Al igual que Robert Pippin, Jrgen Habermas y otros, creo que las respuestas afrmativas ms slidas las dio el Idealismo flosfco alemn. La primera parte deesteartculoofreceentoncesunbreverecuentodelamaneracomoKant yHegelafrmaronlaverdadylauniversalidaddelconocimientomoderno, mediante el argumento trascendental y una historizacin de dicho argumento (respectivamente)queligabaelprivilegioepistmicoacordealconocimiento moderno a un privilegio acorde a la modernidad. Procede luego a sealar que estosargumentosysusrectifcacionescontemporneashandejadodeser convincentes,siesquealgunavezlofueron.Sinduda,unreconocimiento delahistoricidaddenuestroconocimiento(algoqueledebemos,enparte, aHegel),unavezdesligadodelateleologaprogresivistadeHegel,nosdeja con el reconocimiento de que nuestras categoras intelectuales son histrica y culturalmenteproducidas,perosinunaraznconvincenteparaconsiderarlas superiores a las que se derivan de una historia diferente.Esta conclusin debe adoptarse, no solo, como lo demuestro en la segunda y tercera partes del texto, en cuanto explica porqu las categoras de anlisis de las ciencias sociales son tan a menudo inadecuadas cuando se emplean para entender lo que no 6 Losconceptosbsicosdelateorasociolgica debenseraplicablesatodaslassociedades.Con laayudadetalesconceptos,debemossercapaces deformularproposicionespropiasdeloshombres en virtud del hecho de que han sido miembros de grupos sociales en todo lugar y en todo momento (Reinhart Bendix citado en Habermas, 1988:39).37TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489es Occidente. El secularismo de las ciencias sociales -la presuncin de que solo los humanos, y nunca los dioses o los espritus, son fuentes de accin, sentido y fn; y la creacin de la categora maestra de sociedad, constituida mediante su separacin defnitiva de la naturaleza- no son rasgos defnitorios de la realidad fnalmente develada por las ciencias sociales modernas, sino ms bien rasgos del mundo tal y como ha llegado a constituirse en tiempos recientes. Donde no se ha constituido de ese modo, o no del todo en esa forma -y sostengo que eso es as no solo para loquenoesOccidente,sinotambinparaaspectosdelavidayelpensamiento de Occidente- las ciencias sociales son solo una gua parcial, necesaria pero nunca sufciente para comprender eso que han ayudado a fabricar.Alguna vez estuvimos ciegos: ahora podemos ver?Kant fue sin duda un flsofo de la Ilustracin, la cual defni de manera tan clebre como la llegada a la madurez de la especie humana por el ejercicio de su razn. Pero si la nocin premoderna de un universo intencionado y con orden moral haba sido, en la frase posterior de Weber, desencantada; si la tradicin y la costumbre ya no parecan ser la fuente de la Razn, o de hecho, siquiera razonables; y si el desafo escptico de Hume plante la posibilidad de tantas razones como personas existen (yporsupuesto,luegoprocediasocavarlanocinmismadeunserunifcado); entonces,quRazneraesa?,ydequin?SiRaznnoestabaallafueraenel mundo, entonces deba estar en la mente; pero dado que haba muchas mentes, y las personas consideradas razonables variaban de un individuo a otro, de un periodo a otro, y de una cultura a otra, lo que se necesitaba era un descubrimiento y una defensa de la razn que evitara el solipsismo, el perspectivismo y el relativismo. La tarea que la Ilustracin se impuso fue hallar y defnir principios de justifcacin racional que, en palabras de Alasdair MacIntyre, fueran independientes de todas esas particularidades sociales y culturales que los pensadores ilustrados consideraron una mera vestimenta accidental de la razn en pocas y lugares particulares (MacIntyre, 1988:6).Kantofreciunasolucinpotenteyperdurableaesteenigma,elpoderdelcual radica, sobre todo lo dems, en el argumento que Kant llam trascendental. En lugar de aseverar en forma dogmtica que ciertas proposiciones eran verdaderas, obiendebuscaridentifcar,confundamentosempricos,unaseriedeprincipios racionales comunes a todos los hombres -un ejercicio que Kant reconoci como indefectiblementecondenadoalfracaso-ensulugarKantpreguntqutipode seresdebamosserparatenercognicionesypercepcionesenprimerlugar.Enla descripcindeHenryAllison,Kantindagybuscestablecer,lascondiciones epistmicas de todos y cada uno de los conocimientos (Allison, 1985). La pregunta trascendental le permiti a Kant deducir categoras universales de Razn que no se derivaban de la experiencia humana, la cual es variada, sino que eran la base para que tuviramos cualquier experiencia en primer lugar. Kant logr elaborar un potente SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura38Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489argumento para una Razn que era universal, pues pese a la inmensa variedad de la experiencia humana, las moralidades y las nociones de belleza, era la precondicin para que los humanos tuvieran cualquier tipo de experiencia, moralidad o concepcin debelleza.Elconocimientomoderno,comoloelaborydefendiKant,poda ahorareclamarelderechodehabersevalidadoodemostrado,revelandoasque todos los conocimientos anteriores haban sido especulacin o dogma.Testimonio de la vitalidad de la lnea argumental iniciada por Kant es que muchos de los intentos contemporneos ms sofsticados por rescatar o recobrar la idea de una Razn singular y universal, aun reconociendo que la Razn es de este mundo, lo hacen volviendo a Kant. Es por lo general un Kant despojado de mucho de la metafsica, pero una versin u otra de un argumento trascendental se hallan en el ncleo de tales intentos. La tica discursiva de Karl-Otto Apel, el realismo interno deHilaryPutnam,ylateoradelajusticiadeJohnRawlssontodosejemplos contemporneos de teoras que reconocen que la Razn es impura, que est ligada de manera inseparable a intereses, a la cultura y al poder, pero eso se basa en Kant parasustentartambinquelosestndarestransubjetivosytransculturalesdela justifcacin racional y del conocimiento siguen siendo posibles.La crtica que puede igualarse a tales argumentos, como cabe esperar, es similar alacrticadirigidaaKantporsuscontemporneosysucesoresinmediatos -a saber, que tales pruebas presuponen lo que debe demostrarse-. El ejemplo del flsofo poltico John Rawls es especialmente intructivo. En su Teora de la justicia,RawlsintentpartirdeKantparadesarrollarunateoradelajusticia que se fundara en unos pocos principios racionalmente defendibles que seran reconocidos casi por cualquier persona. En obras posteriores, reconoce que su teora de la justicia, y su defensa del liberalismo, ya presuponen cierta especie deculturapolticapblica,modeladaporlasguerrasreligiosasenEuropa, por la posterior separacin de la poltica y la religin, y as sucesivamente. El propsito de esta ltima teora es por tanto ya no elaborar una concepcin moral queforzarasuatencinsobretodoslosseresracionales,antesbien,escribe Rawlsformarunavisincoherentedelosvalorespolticosyaaceptados einsertadosenlaculturapolticapblicadeunrgimenconstitucional [liberal]yaceptableparasusconviccionesmsfrmes(Rawls,1985:299). Lejos de intentar ofrecer una defensa flosfca del liberalismo, racionalmente convincente, el liberalismo poltico, como lo ha defnido ahora, diferenciando esto del liberalismo metafsico, requiere en su lugar que evitemos preguntas controvertidasflosfcas...moralesyreligiosas(Rawls,1985:230).Ysiesta concepcindejusticia,apoyndoseenlareservacompartidadenocionese intuicionesqueRawlscreesehallanenlosregmenesliberales,estambin aplicable a diferentes tipos de sociedades que existen en diferentes condiciones sociales e histricas, es una pregunta que Rawls deja abierta.39TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489El reconocimiento que hace Rawls del hecho de que no hay una defensa ms o menos trascendental de la justicia liberal, solo -en el mejor de los casos- una defensa pragmtica y procedimental, provoca la ira de otro neokantiano contemporneo, KarlOttoApel,quienlereprochaaRawlsporsucumbiralacreenciaerrnea dequetodaslasdoctrinasmorales,metafsicasyteolgicasdependendela cultura7.Apelreconocequelasconcepcionesmoralesseconfguranhistrica yculturalmente,perosostieneque estanecesidadnocompromete,en smisma,suuniversalidad.Latica discursivadeApelaspiraentoncesa unatransformacin(trascendental-pragmtica)delaticakantiana,una transformacinquepuedeteneren cuenta argumentos sobre la historicidad yladependenciaculturaldelamoralidad,sinabandonarlosuniversalismos morales de procedencia kantiana (Apel, 2001:50). No debemos renunciar a esto, segn Apel, porque cada vez que nos enfrascamos en una discusin y aseveracin ineludiblemente planteamos una idea regulativa de cultura -verdad independiente- ynegarestehechoseraautocontradictorio.Sinembargo,comomuchoslo hansealado,loqueApelconsiderarasgosdepensamientoineludiblesy autoevidenteslosonnicamenteparaquienesyafuncionandentrodeesta tradicin, moderna y occidental. Barbara Herrnstein Smith escribe,ideas como presuposicin ineludible no son ni universales ni ineludibles; tales conceptos y el sentido de sus signifcados inherentes y su profunda interconexinson,msbienlosproductosyefectosdeunarigurosa instruccinyunaparticipacinrutinariaenunatradicinconceptual particularysusidiomasdeinstruccinrelacionados.Laformacinen alguna otra tradicin conceptual, y la familiaridad con su idioma, les dara paso a otras concepciones y descripciones de la naturaleza fundamental del pensamiento mismo (Smith, 1997:80; MacIntyre, 1999).En resumen, Apel, como otros descendientes de Kant, presupone la validez de la tradicin de conocimiento que intenta defender.Si nuestra defensa de la tica y el conocimiento modernos siempre resultan ser defensasmodernas,quepresuponenloquepretendenfundamentar,entonces ningunadefensaefectivaqueseleshagadebetomaresoencuenta-encuyo casodebedefenderlamodernidadmisma-.EsloquehaceHegel.Trabajando con la tradicin iniciada por Kant, la estrategia de Hegel para superar la apora deKantes,paradjicamente,reconocerlainescapablehistoricidaddetodas lascategoras.Nohayargumentotrascendentalcontundentequeestablezcala verdadde ciertas categoras de una vez portodas; slo de categoras mediante 7 SostienelquelaltimaobradeRawlsmarca unrepliegue,reemplaz[ando]lateoradela justiciamoral-filosficainspiradaporKantcon unaconcepcindepragmatismopoltico[como] cada tipo de filosofa moral, as como de metafsica yteologa,debenperteneceralascompletas doctrinas de lo bueno dependientes de la cultura y por consiguiente no pueden ser interculturalmente neutrales, o sea, imparciales (Apel, 1999:156). SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura40Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489las cuales las comunidades histricas conocen su mundo y organizan su lugar en l. Pero eso no lleva a Hegel al relativismo; aunque los estndares de la moderna moralidadsonespecfcosdelamodernidad,lamodernidadesensmisma unaexpresin,yundesarrollosuperior,deunaracionalidadinmanenteenlas institucionessociales,elcontenidomsbsicodelascualeseslaautonomay lalibredeterminacin.Lavidacolectivasiemprereposasobreconcepciones compartidas de lo que constituye y legitima las instituciones de la sociedad. Estas concepcionescompartidas-demostracionesdequelavidasocialesproducto delpensamientohumano(colectivo)-demanerainvariable,sinembargo,se presentancomosupuestos,comonormasyconcepcionesquesonunlmite a, ms que productos de, la creacin humana. Las instituciones y las formas de vidasocialentranencrisisosedestruyenporqueentranenconfictoconlos presupuestos que las apuntalan y las avalan, y la resolucin de esta crisis avanza a la siguiente etapa lgica/histrica. Hay teleologa o progreso en todo esto, en cuantocadadestruccinyreconstitucinprogresahaciaunnivelsuperior, donde la autonoma de la subjetividad/el espritu es ms plenamente (aun cuando solo en parte) reconocido, y llega a ser la base de instituciones y prcticas sociales. La modernidad realiza o vive e instancia la autonoma que presupone toda vida colectiva, y el entendimiento de s misma de la modernidad es la conciencia de s de este hecho, y es por ende superior a otras formas de conocimiento.Este argumento trata la modernidad como momento histrico y sitio privilegiados, un sitio donde los hechos y los procesos que siempre han gobernado la historia humanasehicieronfnalmentediscernibles,yrevelanloquesiemprehasido cierto pero no poda comprenderse completamente hasta ahora. La razn y su descubrimiento se historizan aqu, y la razn, aunque universal, solo surge con el advenimiento de lo moderno. Este relato tiene un origen ms amplio que Hegel y aquellos bajo su infuencia directa. Cuando en el siglo XIX Jacob Burckhardt escribi que el velo que hizo al hombre consciente de s mismo slo como miembro de una raza, un pueblo, un partido o una corporacin al que fnalmente se le dio impulso en la Italia del Renacimiento, permitiendo que el hombre se reconociera como individuo espiritual (Burckhardt, 1960:121), estaba contribuyendo a ese recuento. Cuando a comienzos del siglo XX, Weber escribi que el desencanto era lo que le haba permitido al hombre reconocer el melanclico hecho de que el mundo nunca haba estado imbuido de propsito y sentido, sino que todos los sentidos y signifcados all afuera eran los que habamos puesto all8, tambin estaba aclarando que solo en cierto punto de la historia de la humanidad podan fnalmente discernirse ciertas verdades, verdadesque,noobstante,tenan validezretrospectiva.Marxhacala misma afrmacin en el Grundrisse cuando escribi, La sociedad burguesa es la organizacin histrica de produccin ms desarrollada y compleja. Las categoras 8 VaseespecialmenteObjectivityinSocial Science and Social Policy.41TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489que expresan sus relaciones, la comprensin de su estructura, por consiguiente permite tambin conocimientos de la estructura y de las relaciones de produccin de todas las formaciones sociales extinta La anatoma humana contiene as la clave para la anatoma del simio (Marx, 1973:105).LadeHegelfuelaprimeraversinylamsimportantedeunargumento/narrativa que, con enmiendas, podra ser y fue forzada al servicio de diferentes fnes.Quesomossereslibres;oqueelserdeterminalaconciencia,yla produccin determina el ser; o que los valores y los propsitos son productos humanosmsquecaractersticasdelcosmos:stas,segnlasdiferentes recensionesdeestanarrativa,sonverdadesuniversalesquesolocobran visibilidad plena en la era moderna. Pero en todas las versiones de este relato, la modernidad es privilegiada, y el conocimiento moderno, la conciencia de s misma de la modernidad, es por ende tambin privilegiado. Sea cual sea la forma queasumalanarrativa,lasculturaspremodernasotradicionales-incluyendo lasdeOccidente-sepresentancomobajodeldominiodeencantamientosy cosmologas, mientras que los modernos hemos llegado (o hemos sido obligados) a asimilar las verdades fundamentales que estaban oscurecidas por estas falsas ideas9. Aqu, los presupuestos bsicos delconocimientomodernoan nosonotraseriedepresupuestos provincianosconpretensiones devalidezuniversal,comouna religinproselitista,sinomsbien estninsertosenunrelatoque intentaexplicarporqualgunavez loshumanosestuvimossujetosaentendermallascosasycmofueposible entenderlas bien. A eso es a lo que le llamo la narrativa de alguna vez estuve ciego, pero ahora puedo ver.Lareformulacincontemporneamsslidadeesteargumentolaemprendi JrgenHabermas.AligualqueApel,Habermasveciertospresupuestos universales de la razn prctica en el hecho de la comunicacin, y de nuevo como Apel, desea abogar por un conocimiento que, aunque situado histricamente, se elevesobrelascircunstanciasdesuproduccinparaalcanzarunavalidezms general. Pero Habermas, al contrario de Apel, desea mostrar que el conocimiento moderno, occidental se aproxima ms al verdadero conocimiento no a pesar de su especifcidad histrica y cultural, sino por eso mismo. Habermas ofrecer as tantounargumentosobreporquelconocimientomodernoesmejorcomo unareconstruccinhistricaenlaqueaparezcacomolaculminacindeun proceso de desarrollo histrico, como la cuasi-realizacin de una potencialidad inmanente en la especie humana, que da sus frutos en la tradicin occidental, con 9 EnpalabrasdeBrunoLatour,losmodernos nosconsideramoslosnicosqueestablecen unadiferenciaabsolutaentrelaNaturalezayla Cultura,entrelaCienciaylaSociedad,mientras que a nuestros ojos todos los dems -sean chinos o amerindios, azandes o barouyas- no pueden separar realmenteloqueesconocimientodeloquees Sociedad, lo que es signo de lo que es cosa, lo que proviene de la Naturaleza como lo que proviene de lo que sus culturas requieren (Latour, 1993: 98-99).SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura42Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489el surgimiento de lo moderno. Su objetivo es hacer una defensa del conocimiento moderno que es tambin una defensa de la modernidad, y una que busca conectar de manera muy explcita una pretensin de universalidad con nuestra idea occidental del mundo10 (Habermas, 1984:44. nfasis en el original).En Teora de la accin comunicativa, Habermas vuelve sobre los debates de racionalidad yrelativismodeladcadade1970 parahaceruncontrasteentrelavisin delmundomticadelosnomodernos (especfcamente,lossalvajes estudiadosporlosantroplogos)yel conocimiento moderno. La superioridad deesteltimoquedademostrada porque -Habermas toma esto de Popper yRobinHorton-esabiertomsque cerrado, y es capaz de refexionar sobre sus propios supuestos y corregirlos (en lugar de asumirlos como predeterminados) (Habermas, 1984:52-53). Ahora bien, si hay algn argumento tras la reiteracin de stos por diferenciaciones de la Ilustracin ahora algo gastadas -su falta de refexividad frente a nuestra apertura, el tomar como determinado de ellos lo que nosotros reconocemos como producido por nosotros y por lo tanto sujeto a la crtica- se basa en la idea de que el pensamiento mtico no establecediferenciasesencialesoestablecediferenciaserrneas.Elpensamiento moderno, segn Habermas, es capaz de diferenciar entre el mundo de los estados de cosas existentes, las normas vlidas y las experiencias subjetivas expresables (Habermas,1984:71).Estadiferenciacinesimportanteporquealcontrariode lasdiferenciacionesarbitrariasquereducanapolvoelpensamientoprimitivo -como entre lo crudo y lo cocido, o lo sagrado y lo profano- ellas corresponden alasdiferenciacionesdelaaccinendiferentesdominiososubsistemas caractersticos de la modernidad: a saber, entre el mundo externo, el dominio de la moralidad, y la subjetividad interna11. Por el contrario, el pensamiento salvaje (y de manera ms general, se presume, el pensamiento no moderno) confunde la naturaleza con la cultura, y ms an, no distingue la cultura de la naturaleza interna o del mundo subjetivo.Estas diferenciaciones entre el mundo externo (el dominio de la razn terica), lamoralyelmundopoltico(eldominiodelamoralidadylapoltica)yla interioridad subjetiva (el dominio del arte) solo se vuelven posibles en su forma de pleno desarrollo con la modernidad. Pero una vez surgen, un conocimiento basado en estas divisiones, y solo ese conocimiento, puede contar como racional. 10 Enestecontexto,Habermascitaenforma aprobadorayalavezamonestaaWeber.Es clebrelafrasedeWeberdequecualquier productodelacivilizacineuropeamoderna est obligado a preguntarse, y eso es lo correcto, aqucombinacindecircunstanciasdebe atribuirseelhechodequeenlacivilizacin occidental,ysoloenlacivilizacinoccidental, hanaparecidofenmenosculturalesque(al menosesloquenosgustapensar)reposanen unalneadedesarrolloderelevanciayvalidez universales.Habermasdetectaenlacalificacin almenosesloquenosgustapensaruna desafortunada concesin al relativismo!11 La creciente descentracin de la conciencia en lapocamodernanospermiteadoptardiferentes actitudesbsicas-objetivantes,noconformativas yexpresivas-frentealoselementosdemundos diferentes(formalmenteconcebidos)-objetivos, sociales y subjetivos (McCarthy, 1985:177).43TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489Diferentes sociedades pueden variar en sus contenidos culturales, pero para contarcomoracionalesdeben,compartirciertaspropiedadesformalesdela nocin moderna del mundounas cuantas propiedades estructurales necesarias de la vida moderna como tal (Habermas, 1984:180) -y por supuesto, incluyen lasdiferenciacionesentretresdominiossociolgicosylascorrespondientes diferenciaciones en el pensamiento-.Losproblemasconesteargumentosonmuchos,elprincipaldeellosesque sevalede,enlugardeestablecer,lanaturalezanecesariaeineliminabledelas diferenciacionesmodernasentrelosdominiosdeverdad,moralidad/justiciay gusto del objeto. Existe una circularidad absoluta en la que funciona la divisin de la razn en tres esferas como evidencia de la superioridad de la modernidad que dio lugar a esta divisin, y el hecho de que estas diferenciaciones se inserten socialmente con la llegada de la modernidad funciona como prueba de su necesidad, y como evidenciadeporquesnecesariohacerdiferenciacionescorrespondientesenel conocimiento12. En cualquier caso, debe presumirse uno de los dos trminos -eso esporquelamodernidadessuperior atodoloquelaprecedi,yla modernidadsecaracterizaporuna diferenciacinentreelconocimiento objetivo,lamoralidadyelarte,quela razndebediferenciarsetambinde manera similar; o bien es porque tales diferenciaciones de la razn son superiores, ysolosurgenplenamenteconlallegadadelomoderno,quedebeconsiderarse lamodernidadsuperiorapocasanteriores.Losdosargumentossindudase aluden mutuamente, pero no se fundamentan entre s, y el intento de reconciliar la diversidad histrica y cultural con una reivindicacin de la verdad solo funciona en cuanto la historia invocada presuponga, incluso en las palabras de un interlocutor muy comprensivo como Apel, una flosofa teleolgica de la historia postulada de manera dogmtica (Apel, 1992:147). Sin duda, la introduccin de la historicidad signifca que si el argumento no persuade, los resultados son los contrarios de los esperados.Puesunavezhemosperdidolafeenlaideadequelastransiciones entre las visiones del mundo son teleolgicas -en otras palabras, que representan algunaespeciedeprogreso-,sinoqueretienenelnfasishistoricistadequelos presupuestos del pensamiento tienen relacin fundamentalmente con el tiempo y la cultura- entonces, en palabras de Robert Pippin, porqu no simplemente optar por algn esquema conceptual o marco o relativismo de paradigmas popular en la actualidadPor qu no debera ser ese el legado de la radicalizacin histrica que hizo Hegel del modernismo kantiano? (Pippin, 1996:172).Ese, dira yo, es exactamente el legado del historicismo hegeliano, que, junto con el argumentotrascendentaldeKant,eselintentomssofsticadodeestablecerla superioridaddelconocimientomodernoysuspresupuestoscentrales.Laescena 12Podrasimplementevrselastambincomo juegosdellenguajediferentes,paraevaluaren trminosdelnmerodemovidasqueposibilitan, msquecomoreflexionesenelpensamientode diferencias sociales que caracterizan la modernidad, y demuestran la superioridad de aquella (Ver Jean-Franois Lyotard, 1984).SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura44Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489intelectual contempornea, lo sugiero, se caracteriza por una aguda conciencia de la historicidad de nuestro conocimiento, pero ahora sin el acompaamiento de algn argumentoconvincentedesusuperioridadsobreotrosconocimientos.Unavez estuvimos seguros, en palabras de David Kolb, de que el conocimiento moderno eranosolounomsenunasecuenciadeconstruccioneshistricas,sinoque era ms bien la revelacin de lo que ha estado en la raz de estas construcciones (Kolb, 1986:9-10). Hoy, lo propongo, estamos llegando a darnos cuenta de manera tardadequelamodernidadyelconocimientomodernopodran,dehecho,ser solo unos ms en una secuencia de construcciones histricas.Esto no tiene que hundirnos en la desesperanza ni en algn abismo relativista. Hay muchas razones para seguir trabajando con y dentro de lo que he llamado laraznmoderna,occidental,lamsconvincentedelascualesesqueest estrechamente ligada a una modernidad que ahora es global, y abarca todos los pueblos, aunque en formas diversas. Pero eso signifca que nuestro conocimiento notiene justifcacintrascendental niteleolgica. Reconoceresto me llevaala siguientepartedeestetexto:alquenoshaestadomirandoalacaradurante mucho tiempo pero que no ha sido explicado, como es la incompetencia de tantas de las ciencias sociales cuando se usan para entender el mundo no occidental. La sociedad sin dioses ni naturalezaReconocemos que las ciencias sociales tienen profundas genealogas europeas, pero esperamos que con ajustes y rectifcaciones ocasionales, sirvan para entender lo que no es Occidente, porque presumimos que pese a esta genealoga occidental, estas categoras son universales. Una vez reconocemos que no son la verdad revelada, sino uno ms en una secuencia de construcciones histricas, podemos empezar a entender y enfrontar el hecho de que a menudo son inadecuados para sus objetos no occidentales, y que pueden inhibir, ms que avanzar, la comprensin.El concepto de sociedad es un ejemplo particularmente importante y revelador en este aspecto. El descubrimiento de lo social es uno de los pilares del pensamiento moderno y las ciencias sociales modernas; donde otros explican cosas con referencia a dioses y fuerzas csmicas, los modernos no solo desestimamos estas explicaciones, sino que tambin por lo general las evadimos dando cuenta de dichas explicaciones comosituvieranorigen,yfueranatribuiblesa,causassociales.Paranosotros,la sociedadesdirectamentelacausayelescenariodelaexplicacin,tantoquien tomalainiciativacomolasustancia13. SiguiendoelejemplodeCastoriadis, LaclauyMouffe,Latour,Baudrillard, PatrickJoyceyotros,propongoquela sociedadnoesalgoquedescubrimos, 13 Los ecos teolgicos son deliberados. La sociedad, segnKeithBaker,seinventenLaIlustracin yporella,yfuncioncomosustitutodeDios, reemplaz[ando]lareligincomoelfundamento absolutodelorden,elmarcoontolgicodela existencia humana (Baker, 1994:113).45TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489sino algo que creamos. Keith Michael Baker, historiador de la Revolucin Francesa, lo plantea con mayor fuerza y sin ambages: La sociedad es una invencin no un descubrimiento.Esunarepresentacindelmundoinstituidoenlaprctica,no simplemente un hecho objetivo bruto (Bake, 1994:114; ver tambin Joyce, 2002; 2004; Castoriadis, 1987; Baudrillard, 1983; Laclau y Mouffe, 1985; Wagner, 2000; Latour,2005yGane,2004).Representadoeinstituidonosignifca,comolo explicar en breve, imaginario o fcticio, sino que signifca, no descubierto.Si por un momento, contemplamos la posibilidad de que la sociedad no es ms que unaformaparticulardeconstruireinterpretarlainterdependenciahumana,ms que un supuesto ontolgico, tan slido e inmutable como la tierra, entonces surge lapreguntadecmollegaconstruirse.Enlajergacontempornea,culesel afuera constitutivo de la sociedad -que debe excluirse para construir este concepto-realidad-? La respuesta es por supuesto compleja, pero sealo dos elementos que sobresalen, elementos que nos remiten a los dos ejemplos con los que comenc este ensayo -la exclusin/expulsin de dios (o los dioses), y de la naturaleza.Laexpulsindelosdiosesylosespritussedaalinscribirlosenlacategora dereligin,unacategoraqueasumelaformadeungnerodivididoen diferentes especies (cristianismo, islam, budismo, etc.). Pero entender a los dioses y a los espritus de esa manera es en s producto de una historia, y una historia especfcamenteeuropeaycristiana,comohanllegadoareconocerloalgunos eruditos de la religin. Peter Harrison afrma que en Inglaterra en el transcurso delossiglosXVIIyXVIII,seconstrualareliginesencialmenteenlneas racionalistas,pueshabasidocreadaaimagenysemejanzadelosmtodosde investigacin racionalistas predominantesla pesquisa de la religin de un pueblo devinoenunacuestindepreguntarenqusecrea (Harrison,1990:2;ver tambinAsad,1993;Byrne,1989;Pailin,1984;Smith,1982;Masuzawa,2005). Religin y creencia surgieron as como categoras mutuamente constitutivas, loquehizoposibleinventarlacategorareligin,comognerodelcuallas diferentes creencias religiosas son la especie. De ese modo, la nocin misma de religin es en s, como la describe un erudito, una categora teolgica cristiana (King,1999:40),ocomolacaracterizaotro,unainvencinmodernaque Occidente ha exportado al resto del mundo, durante los ltimos doscientos aos o ms (Hick, 1991:vii). Como muchos productos de exportacin occidentales, nosiempre,sinembargo,esalgotil -puedeproducirmalentendidosy comparacionesestrilescuandoselo aplica a religiones que no han pasado por la misma historia que las convirti ensistemasdecreencias(Muller, 1892:155)14. El uso de esta categora de 14 Podemosnotarquefueelfundadordelos estudiosdereligionescomparadasenelsigloXIX, MaxMuller,quieninformconciertaperplejidad quecuandointerrogsobresureliginalos indgenas que arribaron a Oxford, tuvieron muchas dificultadesencomprenderloquequeradecir conreligin,ysepreguntaronporquMullerse interesabatantoenunsimpledogma,ocomolo expresaron, haca tanto ruido con la religin.SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura46Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489por s exorciza el mundo de los dioses y los fantasmas; han sido trasladados del mundoanuestrasmentes,deserrealidadesontolgicasaproductossociales. Usarloesyarestarimportanciaalasnocionespropiasdelosvietnamitasque compartensumundoconlosfantasmas,odeloshindesquecompartensu mundo con sus numerosos dioses.Relacionada, e igualmente importante, la sociedad se constituy escindindola de la naturaleza. Ya sabemos por el trabajo de Descola y otros que esa diferenciacin no es, sin embargo, hecha por todos los pueblos. Bruno Latour alega -con cierta hiprbole-Ningunaculturaoccidentalnuncasehainteresadoporlanaturaleza; nuncalahanadoptadocomocategora;nuncahanhalladounusoparaella Fueronlosoccidentalesquienesconvirtieronlanaturalezaenlagrancosa (Latour, 2004:43). Sin duda, ni siquiera los occidentales hacen siempre tan gran cosadeella:lahistoriadoradelacienciaLorraineDastonnosrecuerdaqueel periodomedievalnofuncioncondoscategoras,lanaturalylasocial,sino conunainfnidaddecategoras,incluyendolosupernatural,lopreternatural, loartifcialyloantinatural,yquelascategorasdelanaturalezaylacultura, concebidas en una complementariedad yin-yang, tienen un origen relativamente reciente(Daston,1998:154).Vienendelperiodomodernotemprano,cuando Descartes,Boyle,Hobbes,yotroscomenzaronaburlarsedelaideadequela invocacindelpropsitoyelsentidopudierajugarunrolcualquieraenla comprensin de un campo de la realidad que ahora se ve como caracterizado por sus regularidades impersonales y semejantes a leyes naturales15.Lainvencindelasociedadimplicasunaredistribucindecategoras,de manera que los dioses y los fantasmas yanopodansertratadoscomoseres ontolgicos,sinoquesereubicaban enlamentehumanayenestenuevo objeto, la sociedad; y la naturaleza, por el contrario, fue expulsada de este nuevo objeto. Es por eso que cuando nos topamos con los fantasmas vietnamitas, y con los sujetos animales y vegetales de los Achuar, nos vemos obligados a traducir. No podemos tomar en serio sus explicaciones porque nuestras categoras surgieron de la negacin de las suyas: algunos vietnamitas podran tratar a sus fantasmas como seres ontolgicos, empricos, pero los tratamos como una signifcacin de la creencia, que es ms probable que tenga races sociales, y que puede leerse enbuscadeevidenciadelaspreocupacionesyansiedadesdesusociedad.Si losAchuarinvocanlanaturalezacomollenadesentidoypropsito,tratamos estos sentidos y propsitos como lo que la sociedad achuar ha proyectado en la naturaleza. Siguiendo la parte anterior de mi argumento, planteo que no tenemos razn convincente para privilegiar nuestra categora de sociedad; que este no es 15 Ver,porejemplo,elburlnrechazodeRobert Boylealaideadequelanaturalezaaborreceun vaco,(discutidoenShapin,1996:151).Comolo sealaPeterDear,paralosprimerosforjadores modernosdelarevolucincientfica,las explicacionesdelosescolsticosyotrosnoeran errneas simplemente, sino ms bien ininteligibles.47TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489un descubrimiento de lo que siempre ha estado ah, desde un principio, sino ms bien una elaboracin en su mayor parte peculiar a nosotros los modernos. Y fnalmente, porque es una elaboracin, sugiero adems que a menudo no sirve bien para entender mundos con elaboraciones diferentes.Refejar y hacerAlusarverboscomoconstituiryelaborarparaanalizarelconocimiento, buscocuestionarloqueesquizselpresupuestomsfundamentaldel conocimientooccidentalmoderno,queelconocimientoesenesenciapasivo, queelconocimientoesunactodeunsujetoquerefejaorepresentaobjetos. Usarestaparteconclusivademiartculoparaafrmarqueelconocimiento no es solo cuestin de cognocer un mundo que est afuera, sino que permite constituirelmundoqueseaquetengamos;queelconocimientomodernono essimplementelaauto-aprehensindelamodernidad,sinoquehajugadoun papel fundamental en su constitucin. Por supuesto, tal aseveracin provoca la acusacindeidealismo;peroeso,meparece,essoloporquehemosestado demasiado tiempo atrapados en una metafsica que divide el mundo en realidad y representacin, lo real y lo ideal, lo material y lo ideacional. Estos binarios no sonrasgosdelmundocomotal,sinolasconsecuenciasdeciertasprcticasy formas de organizacin. Cuando digo que nuestras categoras son elaboradas o fabricadas, no estoy diciendo que son fcticias o ilusorias, son mera invencin y no existen realmente, o que pensar diferente har que desaparezcan la sociedad, la naturaleza y la religin.Permtasemeexplicarloquequierodecirmediantealgunosejemplos.Timothy Mitchell afrma que la diferenciacin entre lo real y la representacin, centrales en las formas modernas occidentales de aprehensin y organizacin del mundo, notenanmuchosentidoparaelpueblodeEgipto,quenipensabadeesa maneranihabitabaunmundoorganizadoentornoaesadiferenciacin.No obstante,dadoquelasinstitucionesyprcticasdelaadministracincolonial, delamercantilizacinydenuevasformasdepoderyrepresentacinejercidas en Egipto, el conocimiento y las ciencias sociales modernos se convirtieron en herramientas ms adecuadas para representar ese escenario cambiado (Mitchell, 1998). De manera similar, he sostenido que muchas de las ansiedades y quejas que llegaronagravitarentornoalaintroduccindelconocimientooccidentalen laIndiacolonial-quelosestudiantesindiosabsorbanelnuevoconocimiento alaantiguamanera,pormemorizacin,oquelosindioseducadosestabanen medio de una crisis moral, desgarrados entre sus creencias tradicionales y las nuevas ideas a las que estaban expuestos en la escuela y en la universidad- debe leersemenoscomotestimoniodeproblemasreales,ymscomoindicadorde queciertossupuestosfundacionalesdelconocimientomodernonopodan,en SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura48Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489realidad,asumirseenIndia.Leo estas quejas y controversiascomoindicadores de que los supuestos fundacionales (o, para citar de nuevo a Margaret Somers, las decisiones a priori sobre cmo entendemos que se constituye el mundo social) que subyacen a ellas -que el conocimiento es una relacin entre un sujeto dador designifcadoyunmundodeobjetosdesencantados(queeslaraznporla cual el conocimiento debe apropiarse, y el aprendizaje memorstico es un error delconocimientomsqueunadesusformas),yquelamoralidadescuestin de creencias que se sostienen en algo llamado la mente (de ah la razn por la que se asuma que los indios occidentales-educados sufran una crisis moral, auncuandolamayoradeellosparecanventurosamenteinconscientesdetal hecho) no tuvo asidero en la India. Sin embargo, como la relacin sujeto/objeto lleg a reforzar no solo la pedagoga sino tambin la disposicin espacial de la ciudad y las prcticas de la corte y los despachos, algunos indios se convirtieron en sujetos que experimentaban la moralidad y la religin como creencias, y eran ahora capaces de desgarrarse por el conficto entre diferentes creencias; y algunos indios se hicieron sujetos expresivos en confrontacin con un mundo de objetos, y por ende se hicieron capaces de considerar (y deplorar) la memorizacin como un error del conocimiento, ms que como una de sus formas (Seth, 2007).En otras palabras, al punto en que conceptos centrales de las ciencias sociales, como la naturaleza, la sociedad, la religin y similares llegaron a confgurar las instituciones y prcticas, conceptos que anteriormente pertenecan a la historia de otros eran ahora una buena gua, si bien parcial, para entender a Egipto y la India. Estas categoras se han hecho parte a menudo de la vida cotidiana no solo en las partes del mundo en que se originaban y han funcionado por siglos, sino tambin en el mundo no occidental. As, James Ferguson halla en su estudio del cinturn de cobre zambiano que no slo categoras y formas de explicacin modernas se han vuelto parte de la comprensin cotidiana de muchos zambianos, sino ms especfcamente, que los dualismos de la teora de la modernizacin se han convertido en el lente categrico medianteelcualmuchoszambianosentiendenycaracterizansusituacin,yde esemodoqueseancualesseanlaslimitacionesdetalescategorasdualistasque seconsiderancomoteorasocial,debenatendersecomodatoetnogrfco (Ferguson, 1999:84). De manera similar,Akhil Gupta, estudiando los desarrollos agrarios en la India moderna, halla que la representacin de s de la modernidad es un hecho social en las poblaciones del norte de la India, y no simplemente una opcin analtica al alcance del erudito (Gupta, 1998:38). Como estos y otros acadmicos lo afrman, y como muchos de nosotros sabemos por experiencia, el mundonooccidentalsehareconstituidoyreelaboradofundamentalmente,en parte precisamente por los conocimientos que buscan comprenderlo.Perosipensamosenconstituir,elaboraroconstruirenestesentido,de inmediatoseharevidentequetaleselaboracionesnofuncionanenmaterial inerte, en una tabula rasa. Encuentran otras formas de constituir y comprender 49TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489elmundo,alasqueengradosvariablesreemplazan,desplazanyreconfguran. Ciertascosassetachan,desaparecen.Otrassereorganizan-lareligin,por ejemplo,nodesaparece,sinoquesereconfguracomoalgoquesucededentro de los corazones y las mentes de los hombres (creencia), y se reubica en la esfera privada.Los mapas y otras tecnologas hacen posible ver cosas que antes no podan verse, pero no desplazan necesariamente otras relaciones con la tierra y el paisaje. Nuevas elaboraciones se sitan en ocasiones junto a otras formas de ver y hacer. As, aunque Akhil Gupta observa que sus informantes de la poblacin que l llama Alipur se sienten perfectamente cmodos con las categoras de la modernidad, y usan la tecnologa moderna en sus sembrados, tambin observa que su vocabulario de la agricultura se asemejaba poco al discurso cientfco quehabadadoorigenalastecnologasqueempleabanenlaagriculturalas explicaciones cientfcas constituan solo una parte de la charla y las prcticas agrcolas.Lamayoradeloquelosagricultorestienenparadecirseexpresaba enundiscursodiferentequecomprendaunaagronomahumoral(Gupta, 1998:155),unacaractersticanotabledelacualeralasemejanzaentrelos trminos empleados para entender la salud de las plantas y el suelo y la salud de los humanos (Gupta, 1998:234).Ensuma,lamodernidadysusconocimientosnoreconstruyenporcompleto el mundo, y en la medida en que no lo hacen, el conocimiento moderno sigue siendo inadecuado para representar y entender dichos mundos. Es decir, aunque elconocimientomodernohayaconstituidonuestramodernidadglobal,nunca es homlogo con el mundo entero; o para decirlo de otro modo, el mundo que elconocimientomodernocreasigueasentndosejuntoaotrosmundos.Esto, hequeridomostrarlo,esdeunaobviedaddeslumbrante-paraquienesquieren ver- en muchas partes del no Occidente, donde las categoras de anlisis de las ciencias humanas no se corresponden de manera completa y ntida todo el espacio social. Aqu, muchas y variadas formas de solidaridad y pertenencia humanas no lehandadopasoporcompletoalaciudadana,nihansidosubsumidaspor ella; escenarios pblicos ms antiguos y sus rituales y prcticas de identidad no han sido borrados completamente por los rituales del estado; y las suposiciones seculares de las ciencias sociales nose hanconvertido en el sentido comn de todos. Por esta razn, parte de la refexin ms sostenida sobre el carcter y la idoneidad del conocimiento moderno se ha originado en trabajos del mundo no occidental, algunos de ellos bajo el signo de la teora postcolonial; obras que muestran que las presuposiciones del conocimiento occidental moderno no son universales, sino tambin que su empleo sistemtico tiene efectos reales16.Pero esto es tambin cierto en el corazn de la modernidad. Incluso aqu, donde lamodernidadysusconocimientos 16 Lasobrasalasquemerefieroincluyen: Chakrabarty, 2000; Mignolo, 2003; Mitchell, 2002 y Pollock, 2006. SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura50Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489son productos autctonos, y llevan muchos siglos en su labor de transformacin, deben coexistir con otras formas de entender y estar en el mundo. Que asuman la forma de la popularidad de las columnas astrolgicas que afiga a Theodor Adorno (1994)17, o de prcticas que siguen tratando el mundo como encantado, dan fe delaexistenciadeesferasdeprctica y,enocasiones,deinstitucionesque nosonpremodernas,ysinembargo nosiemprehacenparteplenadela modernidaddelmundoestablecida. Aveces,puedenincorporarsealos circuitos de acumulacin de capital -la astrologa es un ejemplo, la acupuntura, una ciencia rigurosa en s, es un ejemplo muy distinto-. Incluso los mdicos alpatas en determinadas ocasiones remitirn a sus pacientes a un acupunturista (aunque a menudo lo hagan con la perplejidad de que un tratamiento basado en una imagen del cuerpo como un campo de fuerza porelquefuyechi,parezcafuncionarenocasiones).Laacupunturahadejado de ser premoderna en cualquier forma signifcativa; ahora se ensea y certifca, incluso en instituciones educativas occidentales, y se comercializa, pero sigue siendo la prctica de un conocimiento que est en pero no es de la modernidad.Esto que afrmo puede aclararse con una analoga. En El capital I, y especialmente en el Apndice, Marx establece una diferencia importante entre la subsuncin real yformalalcapital.EnAlmargendeEuropaDipeshChakrabarty,enunalectura que hace de Marx algo a contracorriente, sugiere que para el pensador alemn, una vezsehadesarrolladoplenamenteelcapital,ciertastransformacioneshistricas (comolaseparacindelamanodeobradelatierra)aparecen,enretrospectiva, comopresupuestoslgicosdelcapital.Esdecir,unavezsehaaprehendidola estructura del capital (lo que solo puede hacerse de manera retrospectiva, cuando el capital triunfa y su estructura est clara), puede verse que ciertos eventos y procesos histricos son parte necesaria de su surgimiento, son planteados por el capital como condiciones de su surgimiento (es decir, puede verse que las condiciones lgicamente necesariasparaelsurgimientodelcapitalismotambinocurrieronenunplano histrico). Pero hay otros elementos del pasado, que el capitalismo encuentra tambin como antecedentes suyos, pero -Chakrabarty cita a Marx- no como antecedentes establecidosporsmismosnicomoformasdesuprocesovital(Chakrabarty, 2000:63).. Estos son pasados que no estn fuera del capital, pero tampoco son las precondiciones lgicas para l, elementos necesarios en la historia del capital. En otras palabras, Marx acepta, segn Chakrabarty, que el universo total de pasados que el capital encuentra es ms grande que la suma de aquellos en que se desarrollan los presupuestos lgicos del capital (Chakrabarty, 2000:64). Esos otros pasados pueden hacerpartedelpasadopremodernodeunasociedad,perotambinpuedenno hacer parte de l, y consistir (por ejemplo) de comportamientos, ritmos corporales 17 Adorno,porsupuesto,noleylaastrologa comounsobrevivienteounretrocesoaestados anterioresdelametafsica,sinomsbiencomo unfenmenoquehacapartefundamentaldelo modernoyestrechamenteligadoalaindustria cultural,participandoenlatransformacinde unmundodecosasenpoderescuasi-metafsicos (Adorno, 1994:116).51TABULA RASA No.14, enero-junio de 2011Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489yestructurasdeafectoquecoexistenconlamodernidadglobalcapitalista,pero nocomopartedelmundoqueaquellaplantea.Esdecir,mltiplesformasdeser humanos -que no hacen parte de las estructuras lgicas y de los procesos histricos del capitalismo globalizante, y la modernidad global que este ayuda a producir- siguen siendo inherentes a l, aun donde la modernidad global ha ejercido su funcin ms exhaustivamente. La vida moderna puede confgurarse y animarse por la lgica de la modernidad capitalista, pero no es un todo coherente o singular, pues esa lgica no ha reconfgurado y reconstruido todo. La diferencia -la que no est subsumida por esta lgica- sigue existiendo, aunque la diferencia, en este recuento, no es algo externo al capital. Tampoco est subsumida en el capital. Vive en relaciones ntimas y plurales con el capital, que van desde la oposicin hasta la neutralidad (Chakrabarty, 2000:66).Enlamismalnea,sugieroquehayesferasdeconocimientoyvidaen el mundo occidental, as como en el mundo no occidental, que hacen parte de lo moderno -no son sobrevivientes de la premodernidad eventualmente destinados aserarrastrados-,sinoquenihansidopasadosporlascategorasdelasciencias sociales ni estn del todo a nuestro alcance a travs de ellas.La genealoga del conocimiento moderno, como lo he sealado, es innegablemente occidental;surgicomopartede,ycomounintentodeexplicaryentender, lahistoriarecientedeEuropa.Peroeseconocimientoesahoraglobal,y,con diferenciasdegrado,eselpatrimoniodelamayoradelaspersonas.Llega la India, la parte del mundo de la que tengo algn modesto conocimiento, por medio de la agencia coercitiva del colonialismo, y comenz su carrera formal all siguiendolaMinutade1835deThomasBabingtonMacaulay,quedeclarlos conocimientosindgenasdelsubcontinentecomosupersticiosos,mticosyde manera general infundiosos; o como los caracteriza Macaulay, doctrinas mdicas que avergonzaran a un herrador ingls, astronoma que hara rer a las nias de un internado ingls, historia llena de reyes de nueve metros de altura y reinados detreintamilaosdeduracin,msunageografaconstituidapormaresde melazaymantequilla18.Estejuicioeraignoranteyarrogante,peroapesarde ello,elconocimientoquepropugn Macaulaysehavueltoglobal.Nohay lugarcompletamenteafueradel desde el cual pueda enfrascarse en una crtica, ni manera de enfrascarse en ella de otra manera que trabajando en ella y a travs de ella. Hablo, entonces, como uno de los descendientes bastardos de Macaulay, y en caso de que hubiera duda, permtaseme aclarar que mi ensayo no ha sido un argumento contra el conocimiento y las ciencias sociales modernos. Global, sin embargo, no es lo mismo que universal. No es que este conocimiento se haya sobrepuesto a las circunstancias de su produccin y revelado que es verdad paratodos-porelcontrario,elfracasodelosintentosporcimentarlarazn 18 MinutaregistradaporMacaulay,miembro delconsejodelGobernadorGeneral,del2de febrerode1835,reimpresoenLynnZastoupil yMartinMoir(ed.),TheGreatIndianEducation Debate: Documents Relating to the Orientalist-Anglicist Controversy, 1781-1843, Richmond, Surrey: Curzon Press 1999: 166.SANJAY SETHCrtica de la razn (moderna, Occidental) impura52Tabula Rasa. Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011ISSN 1794-2489moderna, lo he sostenido, son ms evidentes hoy que nunca antes. En lugar de ello, este conocimiento y los procesos histricos a los que est estrechamente asociado han transformado, para bien o para mal, el mundo. Aunque han servido el propsito de constituir un mundo en comn -nuestra modernidad global- este mundo sigue reposando junto a otros, mundos para los que las ciencias sociales son solo una gua limitada. Y as concluyo con la afrmacin de que el conocimiento moderno, y las ciencias sociales que lo formalizan, han constituido nuestra modernidad, y son al mismo tiempo indispensables -pero tambin inadecuadas- para entenderla.BibliografaAdorno, Theodor. 1994. The Stars Down to Earth and other Essays on the irrational in culture. Londres, Routledge AlasdairMacIntyre.1988.WhoseJustice?WhichRationality?NotreDame:UniversityofNotre Dame Press.Apel, Karl Otto. 2001. The Response ofDiscourse Ethics. Leuven: Peeters.Apel, Karl Otto. 1999. 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Bogot - Colombia, No.14: 31-54, enero-junio 2011 ISSN 1794-2489Comaroff,JeanyJohnComaroff (eds.).1993.ModernityanditsMalcontents.Chicago University ofChicago Press.Cornelius Castoriadis. 1987. The Imaginary Institution ofSociety. Cambridge: Polity Press.Daston, Lorraine. 1998. The Nature ofNature in Early Modern Europe. Confgurations. (6) 2: 149-172.Descola, Philippe. 1996. The Spears ofTwilight: Life and Death in the Amazon Jungle. Nueva York: New Press.Descola, Philippe. 1994. In the Society ofNature: A Native Ecology in Amazonia. Cambridge: Cambridge University Press.Ferguson, James. 1999. Expectations ofModernity: Myths and Meanings ofUrban Life on the Zambian Copperbelt. Berkeley:University ofCalifornia Press.Habermas, Jrgen. 1988. On the Logic ofthe Social Sciences. Cambridge: Polity Press.Habermas, Jrgen. 1984. Theory ofCommunicative Action. 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