dominicos seglares (orden de predicadores) …

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Fue muy activo y eficaz y se le atribuye la fundación de 204 conventos y la capta- ción de un millar de vocaciones. Promovió eficazmente la canonización de santo Domingo y estuvo presente en la apertura de la tumba la noche entre el 23 y 24 de mayo del 1233 en Bolonia. Cuando estando en Estrasburgo supo que el Papa hab- ía promulgado en Rieti la bula de canonización de santo Domingo el 3 de julio de 1234, escribe, lleno de incontenible entusiasmo, una carta a toda la Orden. Aparte de su epistolario a las monjas del monasterio de Santa Inés de Bolonia y otros es- critos doctrinales, sobre todo nos ha dejado la mejor biografía de santo Domingo en su obra sobre los Orígenes de la Orden, escrita entre 1233-1234. Visitó con asi- duidad las provincias de la Orden; redactó sus segundas constituciones y en sus quince años de trabajo fue modelo de vida equilibrada, de gran previsión, de con- cisión, de exactitud y de piedad. Al beato Jordán se debe el canto de la Salve al final de Completas, uso que de la Orden se extendería a toda la Iglesia y es un in- dicio claro de su piedad mariana. Ha sintetizado el ideal dominicano, como él lo vivió, en estas cualidades: «vivir modestamente, estudiar y enseñar. Cuando fue a visitar la provincia de Tierra Santa encontró la muerte en un naufragio cuando volvía del viaje el 13 de febrero de 1237. Su cuerpo, recuperado del mar, fue ente- rrado en San Juan de Acre. Celebrado su culto por los frailes y los fieles fue con- firmado por León XII el 10 de mayo de 1826. El capítulo general de 1955 lo de- claró patrón de la obra de las vocaciones dominicanas. 8 TRIDUO A SANTA CATALINA LOS DÍAS 27, 28 Y 29 DE ABRIL Todos los hermanos/as, estamos invitados y convocados a los cultos en con- memoración de nuestra madre Santa Catalina, patrona de Europa, y que fue dominica Seglar como nosotros. Catalina es nuestro referente especial para los Seglares Dominicos en el amor a Cristo. Ella tuvo un trato con el Señor realmente hermoso y traduci- do en la valentía de aconsejar y animar al mismo Papa a volver a Roma desde su exilio de Avignon en Francia. Os espero a todos/as para rendir culto a Sata Catalina y poder saludaros. Como en años anteriores pido la colaboración de todos para adornar con flo- res a nuestra Madre, con tal ocasión, a lo largo de la mañana del lunes día 27, podemos llevar una flor o unas flores ante la imagen de Santa Catalina, y con las que uno de nuestros hermanos frailes adornará de la mejor forma posible. Estoy segura que Santa Catalina os lo premiará con su intercesión ante el Señor. Un saludo de vuestra Presidenta y Feliz y Santo Triduo de Santa Catalina. María Jesús Álvarez Diez. BOLETÍN DE FORMACIÓN BOLETÍN DE FORMACIÓN BOLETÍN DE FORMACIÓN BOLETÍN DE FORMACIÓN 114 DOMINICOS SEGLARES (ORDEN DE PREDICADORES) FRATERNIDAD DE SAN PABLO APÓSTOL PALENCIA ABRIL—2015 RINCON ORANTE DOMINGO DEL BUEN PASTOR DOMINGO DEL BUEN PASTOR DOMINGO DEL BUEN PASTOR DOMINGO DEL BUEN PASTOR Señor Jesús, tu Palabra hoy nos afianza en tu Amor y nos da confianza y seguridad. Gracias, porque Tú nos conoces. Todos nece- sitamos para poder crecer en libertad interior, para madurar como personas, alguien que nos conozca, que, desde fuera de nosotros mis- mos, nos ayude a descubrir las cualidades ¡y también los defectos! que tenemos y que no- sotros no sabemos ver. Alguien que nos ame y nos ayude a comprender que no somos tan malos como nosotros mismos nos creemos, ni tan buenos como los otros, a veces, nos ven. Sólo Tú nos conoces porque ves en lo profundo de nosotros mismos. Porque tu conocimiento es Amor y nos hace vivir. Tú sabes, mejor que nadie, que en nuestra tierra hay una buena cosecha de trigo, aunque también un tanto por ciento de ciza- ña. Que nuestros corazones son blandos y mansos como las ovejas, pero que a ve- ces, surgen en ellos también sentimientos de lobo… Llevamos impresa en nuestro ser tu bondad, pero el mal del mundo nos acecha. Podemos decir con San Pablo: “no hago el bien que quiero sino el mal que no quiero”, pero sabemos también que “aunque nos condene nuestra conciencia, tú, Señor, eres mayor que nuestra conciencia y conoces todo”. Somos tus ovejas, escuchamos tu voz, tú nos conoces… y este conocimiento tuyo de nosotros nos hace conocerte a Ti en nosotros y a nosotros mismos en Ti… y te seguimos. Porque los seres humanos –tus ovejas- sólo podemos vivir de la Verdad y del Amor. De sabernos y experimentarnos amados por la Verdad, que eres Tú. Es el Amor lo que nos hace ser una sola cosa Contigo. Igual que el Padre te cono- ce y Tú conoces al Padre; el Padre nos ha dado a Ti para que Tú nos conozcas, y nosotros te conozcamos, y, en Ti, le conozcamos a Él. “…Y Tú nos das la vida eterna”, porque, “esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo” 1

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Fue muy activo y eficaz y se le atribuye la fundación de 204 conventos y la capta-ción de un millar de vocaciones. Promovió eficazmente la canonización de santo Domingo y estuvo presente en la apertura de la tumba la noche entre el 23 y 24 de mayo del 1233 en Bolonia. Cuando estando en Estrasburgo supo que el Papa hab-ía promulgado en Rieti la bula de canonización de santo Domingo el 3 de julio de 1234, escribe, lleno de incontenible entusiasmo, una carta a toda la Orden. Aparte de su epistolario a las monjas del monasterio de Santa Inés de Bolonia y otros es-critos doctrinales, sobre todo nos ha dejado la mejor biografía de santo Domingo en su obra sobre los Orígenes de la Orden, escrita entre 1233-1234. Visitó con asi-duidad las provincias de la Orden; redactó sus segundas constituciones y en sus quince años de trabajo fue modelo de vida equilibrada, de gran previsión, de con-cisión, de exactitud y de piedad. Al beato Jordán se debe el canto de la Salve al final de Completas, uso que de la Orden se extendería a toda la Iglesia y es un in-dicio claro de su piedad mariana. Ha sintetizado el ideal dominicano, como él lo vivió, en estas cualidades: «vivir modestamente, estudiar y enseñar. Cuando fue a visitar la provincia de Tierra Santa encontró la muerte en un naufragio cuando volvía del viaje el 13 de febrero de 1237. Su cuerpo, recuperado del mar, fue ente-rrado en San Juan de Acre. Celebrado su culto por los frailes y los fieles fue con-firmado por León XII el 10 de mayo de 1826. El capítulo general de 1955 lo de-claró patrón de la obra de las vocaciones dominicanas.

8

TRIDUO A SANTA CATALINA LOS DÍAS 27, 28 Y 29 DE ABRIL

Todos los hermanos/as, estamos invitados y convocados a los cultos en con-memoración de nuestra madre Santa Catalina, patrona de Europa, y que fue dominica Seglar como nosotros. Catalina es nuestro referente especial para los Seglares Dominicos en el amor a Cristo. Ella tuvo un trato con el Señor realmente hermoso y traduci-do en la valentía de aconsejar y animar al mismo Papa a volver a Roma desde su exilio de Avignon en Francia. Os espero a todos/as para rendir culto a Sata Catalina y poder saludaros. Como en años anteriores pido la colaboración de todos para adornar con flo-res a nuestra Madre, con tal ocasión, a lo largo de la mañana del lunes día 27, podemos llevar una flor o unas flores ante la imagen de Santa Catalina, y con las que uno de nuestros hermanos frailes adornará de la mejor forma posible. Estoy segura que Santa Catalina os lo premiará con su intercesión ante el Señor. Un saludo de vuestra Presidenta y Feliz y Santo Triduo de Santa Catalina. María Jesús Álvarez Diez.

BOLETÍN DE FORMACIÓNBOLETÍN DE FORMACIÓNBOLETÍN DE FORMACIÓNBOLETÍN DE FORMACIÓN

Nº 114

DOMINICOS SEGLARES (ORDEN DE PREDICADORES)

FRATERNIDAD DE SAN PABLO APÓSTOL PALENCIA

ABRIL—2015

RINCON ORANTE

DOMINGO DEL BUEN PASTORDOMINGO DEL BUEN PASTORDOMINGO DEL BUEN PASTORDOMINGO DEL BUEN PASTOR

Señor Jesús, tu Palabra hoy nos afianza en tu Amor y nos da confianza y seguridad. Gracias, porque Tú nos conoces. Todos nece-sitamos para poder crecer en libertad interior, para madurar como personas, alguien que nos conozca, que, desde fuera de nosotros mis-mos, nos ayude a descubrir las cualidades ¡y también los defectos! que tenemos y que no-

sotros no sabemos ver. Alguien que nos ame y nos ayude a comprender que no somos tan malos como nosotros mismos nos creemos, ni tan buenos como los otros, a veces, nos ven. Sólo Tú nos conoces porque ves en lo profundo de nosotros mismos. Porque tu conocimiento es Amor y nos hace vivir. Tú sabes, mejor que nadie, que en nuestra tierra hay una buena cosecha de trigo, aunque también un tanto por ciento de ciza-ña. Que nuestros corazones son blandos y mansos como las ovejas, pero que a ve-ces, surgen en ellos también sentimientos de lobo… Llevamos impresa en nuestro ser tu bondad, pero el mal del mundo nos acecha. Podemos decir con San Pablo: “no hago el bien que quiero sino el mal que no quiero”, pero sabemos también que “aunque nos condene nuestra conciencia, tú, Señor, eres mayor que nuestra conciencia y conoces todo”. Somos tus ovejas, escuchamos tu voz, tú nos conoces… y este conocimiento tuyo de nosotros nos hace conocerte a Ti en nosotros y a nosotros mismos en Ti… y te seguimos. Porque los seres humanos –tus ovejas- sólo podemos vivir de la Verdad y del Amor. De sabernos y experimentarnos amados por la Verdad, que eres Tú. Es el Amor lo que nos hace ser una sola cosa Contigo. Igual que el Padre te cono-ce y Tú conoces al Padre; el Padre nos ha dado a Ti para que Tú nos conozcas, y nosotros te conozcamos, y, en Ti, le conozcamos a Él. “…Y Tú nos das la vida eterna”, porque, “esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo”

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REFLEXIÓN PARA LOS ENFERMOS CRISTO DIO A MI SUFRIMIENTO, UN VALOR INFINITO

Cristo con su Pasión, no ha explicado, ni quitado mi sufrimiento. Simplemente lo ha transformado haciéndolo sagrado. Le ha conferido un valor infinito y ha pasado a ser instrumento de Reden-ción. Cristo no ha sufrido para que yo no su-fra, sino para que mis sufrimientos puedan pa-recerse a los suyos, y ser “redentores”.

Con la Pasión de Cristo, mi sufrimiento ha quedado transfigurado. No se trata del proble-ma de mi dolor, sino del misterio de los sufri-mientos de Cristo y de mi participación en

ellos. Yo que soy persona bautizada, y, por lo mismo, “persona incorporada a Cristo”, nunca debo hablar de resignación ante mi sufrimiento, sino más bien de una entrega en los trabajos del Salvador.

Mis sufrimientos han sido padecidos por Cristo durante su vida y Pasión. Por parte de Cristo, mis sufrimientos ya están aceptados con amor y son redentivos. Por mi parte, mis sufrimientos sólo serán redentivos, cuando los considere, desde mi fe, como instrumento de Redención y santificación.

El valor de mi sufrimiento me hace “testigo de Dios y camino de amor e ima-gen transparente de Cristo”.

2 Tú, buen pastor nos das la vida eterna para que no perezcamos; nos haces recostar en verdes praderas, nos conduces hacia fuentes tranquilas, reparas nuestras fuerzas. Nos llevas hacia los pastos de los elegidos, que no son otra cosa más que “la visión del rostro de Dios, con cuya contemplación nos saciaremos eternamente” Y nadie nos arrebatará de tu mano de buen pastor, porque nadie puede arrebatarnos de la mano de tu –nuestro- Padre. Porque Tú y el Padre sois uno. Con esta afirmación rotunda, con estas breves palabras, das la respuesta firme, so-lemne a los que te acosaban –te acosamos- preguntándote: “¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Mesías dínoslo francamente”: “Yo y el Padre somos uno”. Gracias, Señor, porque en estos días de gozo pascual, tus palabras firmes, rotundas, son la roca segura donde afianzar nuestra inseguridad y donde poder abandonarnos confiadamente. Gracias, buen Pastor.

Monasterio Sancti Spíritus - TORO

Urbano VI exhortándole a dominar su temperamento, causa de la división. El Papa pide a Catalina que vaya a Roma para que le ayude a persuadir a los que se habían separado. Trabajando en esa misión, en Roma, la Santa se puso enferma. En el lecho de muerte, rodeada de sus fieles discípulos, hizo esta oración “Dios eterno, recibe el sacrificio de mi vida a favor del Cuerpo Místico de la Santa Iglesia. No tengo otra cosa que darte si no es lo que tú me has dado a mí. Toma mi corazón y estrújalo sobre la faz de esta esposa”. “En sus obras aparece la sabiduría infusa, es decir, la luminosa, profunda y ex-traña asimilación de las verdades divinas y de los misterios de la fe contenidos en los Libros Sagrados” Es un carisma místico el don de sabiduría, don que es para provecho de todo el Cuerpo de la Iglesia. El 1 de Octubre de 1999, el Papa Juan Pablo II declaró a Santa Catalina de Sie-na Copatrona de Europa.

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Santa Catalina de Siena murió, de un ataque de apoplejía, el 29 de Abril de 1380, a la edad de treinta y tres años. Fue enterrada en Roma y canonizada por el papa Pio II, que era también de Siena, el 29 de Junio de 1461 En 1970 fue declarada doctora de la Iglesia por el papa Pablo VI, quien de-cía:

MAESTROS DE LA ORDEN DE PREDICADORES BEATO JORDÁN DE SAJONIA O.P (1176-1237)

SEGUNDO MAESTRO DE LA ORDEN

Nacido a finales del siglo XII en Burgberg, cerca de Dassel, en la región alemana de Westfalia (Prusia) de la familia de los Eberstein. Estudió teología y enseñó más tarde en la universidad de París. En el verano del 1219 tuvo su primer encuentro con santo Domingo que le contó la curación mila-grosa de Reginaldo y lo conquistó para su ideal de pobreza y apostolado. Domingo le propone recibir el diaconado y entró en la Orden, el 12 de febrero del 1220, miércoles de ceniza, y en el convento de Santiago en París, participa en el capítulo general de 1220 y en el de 1221 ya fue nombrado provincial de Lombardía. Es ele-gido Maestro de la Orden al año siguiente. Ningún otro como él comparte con Do-mingo la gloria de la difusión y consolidación de la Orden.

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de consultar con un sacerdote dominico sobre su voto de castidad y para defen-derse de esas amenazas, se cortó el pelo. Era un signo de haber “cortado” con el mundo. Sus padres la pusieron a trabajar a toda hora y la trataban como la sirviente de la familia. Catalina aceptó humildemente este rechazo de su familia y actuaba como si estuviese en la casa de Nazaret. Tomaba a María como su madre y se la figuraba trabajando junto a ella. Su padre, al ver un día cómo una paloma se posaba en la cabeza de Catalina, mientras oraba, se convenció de la sincera vocación de su hija. La defendió ante todos y les persuadió que la dejaran actuar libremente. Durante un cierto tiempo se vistió de gala, para complacer a sus hermanas y amistades que la insistían a que participara en sus diversiones y vanidades. Pronto se arrepintió y le dolió mucho, pues lo consideraba como una gran infi-delidad a su esposo del cielo. Con la humildad, obediencia y caridad para con su familia, les conquistó y la permitieron ser miembro de la tercera orden de santo Domingo, hoy Dominicos Seglares, y tener un cuarto privado. Así comenzó a hacer actos heroicos de mor-tificación. También asistía a pobres y enfermos. Siempre sometiéndose a la voluntad del Señor. En la noche antes de su profesión, tuvo grandes tentaciones, presentándose el demonio como un caballero elegante. Catalina tuvo que gritar ante el Crucifijo: “Mi único, mi amado esposo, Tu sa-bes que jamás he deseado a nadie más que a ti. Ven en mi ayuda, mi amado Sal-vador” De pronto vio allí a la Madre de Dios, que había venido para consolarla. Por fin, en 1365, a los 18 años, recibió el hábito de la tercera orden de Santo Domingo. Durante tres años después de recibir el hábito, Catalina vivió en la soledad de su pequeño cuarto y en su capilla favorita. Fue creciendo en Santidad y fue desarrollando su trato personal con Jesús y con su Madre. Con nadie más hablaba que con su confesor. Cuando pasó lo peor, le visitó el Señor. Ella le dijo: “¿Dónde estabas, mi divino Esposo, mientras estaba abandonada?”. Jesús le contestó: “Estaba contigo… No hubieras podido vencer sin mi presencia”. Un día en que Catalina había orado todo el día con extraordinaria fe, se le apa-reció Jesús y le dijo: “Ya que por amor a mi has renunciado a todos los goces terrenales y deseas go-zarte sólo en mi, he resuelto solemnemente celebrar mi esposorio contigo y to-

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-marte como mi esposa en la fe”. Mientras Jesús hablaba, aparecieron muchos Ángeles, San Juan, San Pablo y Santo Domingo de Guzmán. Y mientras el rey David tocaba el arpa, la Virgen María tomó la mano de Ca-talina y la puso en la mano de su Hijo. Entonces Jesús puso un anillo de oro en el dedo de Catalina, y dijo: “Yo, tu Creador y Salvador, te acepto como esposa y te concedo una fe firme que nunca te fallará. Nada temas. Te he puesto el escudo de la fe y prevale-cerás sobre todos tus enemigos”. Sintió una voz interior que la decía saliese ya de su retiro para dedicarse al apostolado Con la fortaleza recibida del Señor, comenzó su apostolado en Siena, Pisa, Florencia. Y después en Avignón y Roma. Y fue atrayendo un grupo de devo-tos amigos. Y comenzó a escribir cartas a personas importantes para buscar la paz. Comenzaba todas sus cartas con estas palabras: “En el nombre de Jesucristo crucificado y de la dulce María”. Y manifestaba su gran corazón y espíritu. A través de Catalina varios papas y numerosos prelados y religiosos sintieron los mensajes divinos. El factor principal fueron las oraciones y sacrificios de esta joven esposa de Cristo. Nannes era un poderoso personaje apartado de Dios. Le llevaron ante Catali-na; pero nada de lo que ella decía parecía hacerle efecto. Entonces Catalina hizo una pausa para concentrarse en la oración. En ese momento el joven co-menzó a llorar arrepentido. Una casa ofrecida por Nannes, le sirvió a Catalina para poner un convento. Si siempre les atendía con esmero, tuvo que esforzarse más durante la peste de 1374. Curaba los cuerpos y buscaba la salud del alma, acompañando a otros en la muerte. Les servía como si se tratase del mismo Jesús. Como Catalina dedicaba toda su vida al servicio del Crucificado y de su dulce Madre, ésta venía a menudo en su auxilio. Cuando Catalina tenía entre sus manos la conversión de un endurecido peca-dor, se dirigía con confianza a la Madre de la Misericordia. Y pronto notaba los efectos benéficos. Un sábado, “día de María” dice ella, lo comenzó a escribir. Propiamente no lo escribía, sino que lo dictaba. Solía tener varios secretarios, entre sus discípu-los, pues dictaba algo rápido. Trata sobre la vida espiritual en general y su título es: “Diálogo de la Divina

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Providencia”. La santa había orado mucho tiempo para poder tener un buen confesor y direc-tor espiritual, y estando Catalina en la iglesia de los dominicos en Florencia vio a la Virgen a su lado que le indicaba un sacerdote para que fuese su guía: Fray Raimundo de Capua. Fue al mismo tiempo padre e hijo o discípulo, pues aprendía de ella, de modo que llegó a ser beatificado. A él le dictaba la santa sus principales páginas. El 1 de Abril de 1375, estando en Pisa, recibió Santa Catalina los estigmas invi-sibles. Sentía el dolor, pero las llagas no eran visibles externamente. El papa residía en Avignón (Francia) desde que en 1314 fue elegido el francés Juan XXII. Creían que era un lugar más seguro que Roma. En 1376 era papa Gregorio XI cuyos estados estaban en guerra con Florencia. Pidieron a Santa Catalina que fuese mediadora. Y se fue a Avignón. El papa se reunió con Santa Catalina. Y se quedó admirado de su prudencia y santidad. Gregorio XI había hecho un voto secreto para regresar a Roma, pero no se decidía, al notar la resistencia de la corte. El papa lo consultó con Catali-na. Y ésta decididamente le dijo: “Cumpla lo que le ha prometido a Dios”. El papa quedó sorprendido de que supiese lo del voto, pues no se lo había manifes-tado a nadie. Así decidió volver, haciéndolo ese mismo año de 1376. Con mucho trabajo logró Santa Catalina la reconciliación de Florencia con el Papa. Después volvió a Siena para continuar su vida de oración intensa y solita-ria. Vivía en abstinencia rigurosa, alimentándose prácticamente sólo de la Euca-ristía. En una visión, le presentó el Señor dos coronas, una de oro y otra de espi-nas, invitándola a escoger una. Ella respondió: “Yo deseo, ,oh Señor, vivir aquí siempre conformada a tu pasión y a tu dolor, encontrando en el dolor y el sufri-miento mi respuesta y deleite”.

Entonces, con decisión tomó la corona de espinas y la presionó con fuerza sobre su cabeza. Una noche de Navidad vio a la Virgen María con el Divino Niño. Catalina pidió humildemente el poder tomar al Niño en sus brazos. Así lo besó y le dijo cosas hermosas. En 1378 ocurre el gran cisma de la Iglesia. Al morir Gregorio XI es elegido Urbano VI. Varios cardena-les, especialmente franceses no estaban contentos con la elección y eligieron otro, poniendo su sede en Avignón. Santa Catalina escribe a cardenales y príncipes de países procurando evitar el cisma. También al papa

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Oración Haz de mí sufrimiento, hermano Jesús, un instrumento acertado para que pue-das aplicar hoy, la Redención, que con tanto amor, realizaste. Tú muriendo en la cruz, me diste la mayor prueba de amor. Toma el valor divino de mi sufri-miento, y aplícalo para que tus seguidores seamos evangelios vivientes ante el laicis-mo actual. Que descubra el inmenso valor de mi sufrimiento y, con amor, te lo ofrezca. Dame la gracia para que pueda ofrecerte mi sufrimiento diario, co-mo prueba sincera de mi amor a Ti. Que así sea

P. Richard

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NUESTRA MADRE SANTA CATALINA DE SIENA

Santa Catalina nació en Siena (Italia) el 25 de Marzo de 1347. Era la penúltima hija, entre 25, de Jacobo Benincasa, tintorero de pieles, y de Lapa Piacenti, quien, a pesar de haber tenido 25 hijos, vivió hasta los 90 años, después de haber visto a su hija Catalina en los altares. Catalina heredo de su padre, la bondad de corazón y la caridad para con los po-bres. De su madre, el amor al trabajo y la admirable energía para emprender labores difíciles y vencer dificultades. Desde niña fue devota del Señor, que sería el centro de sus experiencias místi-cas. Pero desde muy niña comenzó a tener una muy tierna, amorosa y confiada rela-ción con la Virgen Santísima. Oraba especialmente a la “Reina de Siena” y sol-ía bajar las escaleras de su casa rezando el avemaría. A los 6 años tuvo una experiencia mística. Caminaba por las calles de Siena con un hermano y sobre el techo de una iglesia vio a Jesús como rey de reyes. Estaba en un trono, vestido como el papa con la tiara o corona papal. Jesús miró con ternura a Catalina y la bendijo haciendo tres veces la señal de la cruz sobre ella. Desde ese momento Catalina quedó como enamorada de su amado Salvador. Y su empeño era vivir imitando a los ermitaños. Y en un escondrijo del huerto de su casa jugaba a ser ermitaña: rezando, ayu-nando y flagelándose. Al año siguiente, ante un cuadro de la Virgen, se ofreció al Señor que la había bendecido. Y oró a la Virgen diciendo: “Santísima Virgen, no mires mi debilidad, sino dame la gracia de tener como esposo a aquel a quien yo amo con toda mi alma, tu santísimo Hijo, Nuestro Único Señor, Jesucristo. Le prometo a Él y a ti, que nunca tendré otro esposo”. A los 12 años, su familia quería obligarla a contraer matrimonio. Ella, después