revista arqueologia pública 2,

102

Upload: unicamp

Post on 28-Feb-2023

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Revista

Arqueologia Pública

Publicação Anual

no 2

2007

ISSN 1981-2477

São Paulo, Brasil

Revista.pmd 26/9/2007, 12:001

2

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Editores

Comissão Editorial

Conselho Editorial

Projeto gráfico

Pedro Paulo Abreu Funari (NEE/UNICAMP)Erika Marion Robrahn-González (NEE/UNICAMP)

Lourdes Dominguez (Oficina del Historiador, Havana, Cuba)

Andrés Zarankin (UFMG)

Gilson Rambelli (NEE/UNICAMP)

Nanci Vieira Oliveira (UERJ)

Ana Pinon (Universidad Complutense de Madrid, Espanha)

Pedro Paulo Abreu Funari (NEE/UNICAMP)

Erika Marion Robrahn-González (NEE/UNICAMP)

Charles Orser (Illinois State University, EUA)

Gilson Martins (UFMS)

José Luiz de Morais (MAE/USP)

Peter Ucko (Institute of Archaeology, UCL)

Laurent Olivier (Université de Paris)

Sian Jones (University of Manchester)

Martin Hall (Cape Town University, South Africa)

Bernd Fahmel Bayer (Universidad Nacional Autónoma de México)

José Luiz de Magalhães Castro Neto

Revista.pmd 26/9/2007, 12:002

3

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

EDITORIAL

Arqueologia Pública na América Latina

Este é o segundo número de Arqueologia Pública. A revista foi lançada na reunião daUISPP, em Lisboa, em setembro de 2006, em um contexto internacional. O foco do primeirovolume foi a divulgação dos estudos e práticas públicas da disciplina por parte de brasileiros.Se no âmbito mundial a Arqueologia Pública já estava a se projetar havia algum tempo, cabiamostrar como também em nosso país a disciplina voltava-se para a interação com as comu-nidades e grupos sociais envolvidos com seu patrimônio cultural. A diversidade como valor eo reconhecimento da importância da ação com a variedade de componentes da sociedadebrasileira visavam explicitar o caráter social da Arqueologia. A acolhida em Lisboa foi muitopositiva.

Este segundo número marca, em primeiro lugar, a consolidação da Arqueologia Públi-ca na Universidade Estadual de Campinas, em particular no Núcleo de Estudos Estratégicos.Cabe reforçar a importância da promoção de políticas públicas em prol da preservação dopatrimônio cultural, assentada nas premissas do desenvolvimento sustentável, da diversida-de e, principalmente, da inclusão social. O valor estratégico da Arqueologia está no avançoda diversidade1, conforme a Emenda Constitucional n. 48, de 10 de agosto de 2005, queexplicita a “valorização da diversidade étnica e regional”2. Este caráter estratégico da Arque-ologia não pode ser subestimado e a Arqueologia Pública mostra-se, pois, essencial3.

Em seguida, convém lembrar o alcance continental dessa Arqueologia Pública, com suascaracterísticas latino-americanas. O IV Encontro de Teoria Arqueológica na América do Sul,realizado em julho de 2007, em Catamarca, Argentina, revelou bem essas preocupaçõespúblicas da disciplina. Isto se reflete neste segundo volume de forma bem clara, com aparticipação dos colegas de outros países latino-americanos. O continente, ainda marcadopor tantas desigualdades sociais, produz uma reflexão original, relevante também para oscentros hegemônicos cuja produção não deve ser, de maneira alguma, ignorada. Trata-se deum só mundo e de uma só Arqueologia. Isto tudo se reflete, de alguma maneira, nestesegundo número da revista, que reitera seu papel de veículo de comunicação em prol dodebate aberto de experiências, perspectivas e aprimoramento das atuações voltadas ao es-tudo, à valorização e proteção do patrimônio cultural.

Pedro Paulo A. FunariErika Robrahn-González

(1) Conforme a Emenda Constitucional n. 48, de 10de agosto de 2005.(2) Sobre a diversidade indígena e a Arqueologia,cf. Érika M. Robrah-González, Diversidade cultu-ral entre os grupos ceramistas do sul-sudeste bra-sileiro: o caso do vale do Ribeira de Iguape.. Pré-História da Terra Brasilis. Rio de Janeiro: In: M.C.

Tenório, 1999.(3) Cf. Pedro Paulo A. Funari, O papel estratégico daArqueologia na delimitação de terras indígenas equilombolas, VII Encontro Nacional de Estudos Estra-tégicos, Brasília, novembro de 2007, patrocinado pelaPresidência da República.

Revista.pmd 26/9/2007, 12:003

4

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Revista.pmd 26/9/2007, 12:004

5

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Sumário

7

23

33

45

57

73

89

Artigos

SITIO ARQUEOLÓGICO CARSA (PUERTO DESEADO, PATAGONIAARGENTINA): REFLEXONES SOBRE LA PRÁCTICA DE UNAARQUEOLOGÍA SOCIAL Y PÚBLICA.

Alicia CastroMiguel Ángel ZubimendiLuciano GrassiPablo AmbrústoloLucia Mazzitelli

“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃOPOPULAR E HERANÇA CULTURAL NO SÉCULO XXI”

Elizabete TamaniniZilma Isabel Peixer

“LIDANDO COM AS COISAS QUEBRADAS DA HISTÓRIA”

José Alberione dos Reis

MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DEHISTORIAS REGIONALES

Mónica BerónMarina Guastavino

NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENASEN CATAMARCA

Marcos QuesadaEnrique MorenoMarcos Gastaldi

DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACIONSOCIOCULTURAL DE POBLACIONES MARGINALES DE LA PROVINCIADE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO

María Carlota SempéSusana Alicia SalcedaSusana Martínez

GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRACOLONIZACIÓN: LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA

Lourdes S. Domínguez

Revista.pmd 26/9/2007, 12:005

6

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Revista.pmd 26/9/2007, 12:006

7

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 7-21.

* Museo de La Plata, Universidad Nacional de La Plata,[email protected]. Paseo del Bosque s/n,La Plata (1900), Buenos Aires, Argentina.** CONICET y Museo de La Plata, UniversidadNacional de La Plata*** Facultad de Periodismo y Comunicación Social,Universidad Nacional de La Plata**** CONICET y Museo de La Plata, UniversidadNacional de La Plata***** Museo de La Plata, Universidad Nacional de La Plata

Introducción

En este trabajo nos proponemos, en unprimer momento, buscar las herramientastransdisciplinarias que permitan dar cuentay analizar las discusiones que se suscitaron

a partir del desarrollo de una experienciallevada a cabo en la ciudad de PuertoDeseado, Provincia de Santa Cruz, entremiembros del equipo de investigación arque-ológica, y adolescentes pertenecientes a uncolegio secundario local.

Entendemos que la práctica arqueológi-ca es una producción de conocimiento sobreel pasado, pero también un compromiso so-cial como investigadores en el presente enque vivimos. Esta concepción nos lleva a en-tender a la Arqueología como un campo dis-ciplinar compartido, donde el saber que sederiva de su práctica, integra a las comuni-dades locales con nuestros intereses comocientíficos, ya que, en definitiva, es lasociedad en su conjunto la que se hace

SITIO ARQUEOLÓGICO CARSA (PUERTO DESEADO, PATAGONIAARGENTINA): REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA DE UNA

ARQUEOLOGÍA SOCIAL Y PÚBLICA.

Alicia Castro*Miguel Ángel Zubimendi**

Luciano Grassi***Pablo Ambrústolo****Lucia Mazzitelli*****

Resumen: Se presenta una experiencia de la práctica arqueológica llevadaa niveles escolares, con alumnos en riesgo de un colegio de la ciudad dePuerto Deseado (Santa Cruz, Patagonia Argentina), con dos objetivos: in-centivar por medio la practica compartida, la incorporación al conocimiento,de la Arqueología, la concepción del resto arqueológico como bien culturaly el valor patrimonial del pasado; y, motivar a grupos escolares en riesgo aadquirir una respuesta áulica positiva. Se discuten las acciones y resultadosy se toma el ejemplo como modelo para una discusión crítica sobre laArqueología pública y social pretendida por el grupo de investigación.

Palabras clave: Arqueología pública y social, practica compartida,comunicación.

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:137

8

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

responsable de los conocimientos que segeneran, su legitimación y su conservación.

En el mismo sentido, nos planteamosllegar un poco más allá de esta idea, propi-ciando una construcción en la cual los sujetosde las comunidades involucradas sean activosen la producción de conocimiento acerca delpasado, a partir de sus propios conocimientosparticulares, formales o no, que aportan a lapercepción e imagen del pasado. Losmiembros de las comunidades no son soloconstructores activos de conocimiento, sinoque también lo son en la elaboración deprincipios relativos a la importancia delpasado, así como en la construcción de laidea de patrimonio y conservación de lamemoria.

Si se consideran de esta manera, losproyectos de extensión universitarios nopodrían ser pensados como una mera etapade transmisión de conocimientos, sino comootra posible etapa de producción de saberesy acciones valorativas significativos dentro delos marcos de la investigación; o bien comouna investigación paralela y complementariaen donde, además de dar cuenta de losdescubrimientos arqueológicos se de cuentade los procesos de comunicación, educación

y producción de identidades colectivas quesurgen de la práctica de extensión con losactuales pobladores de la zona.

En este sentido se desarrolló, en el actualMuseo Municipal Mario Brozoski (fig. 1), unaexperiencia realizada en el año 2000 conalumnos de cuarto año de Polimodal de laEscuela de Comercio de Puerto Deseado.Dicha experiencia, consistió en una actividadde taller de arqueología de campo, cuyo ob-jetivo fue – a través de la praxis compartida– que los alumnos entiendan la práctica dela Arqueología, el valor de los recursos ar-queológicos y el valor patrimonial de nuestropasado indígena. Se trabajó con adolescen-tes que podrían encuadrarse como los deno-minados grupos de riesgo, integrándolos enactividades lúdicas como ejes motivadores amejores respuestas áulicas.

Es sobre esta experiencia que discutire-mos algunas cuestiones que hacen al objeti-vo de este trabajo, tratando de establecer ala misma como actividad ejemplificadota delo que creemos debe ser un encuadre públi-co de la arqueología como un compromisosocial / político del investigador.

En este trabajo, entonces, se introducirásobre la situación del espacio geográfico y

Figura 1. Foto de la entrada del Museo Municipal Mario Brozoski, en la ciudad de Puerto Deseado,institución articuladora de las actividades desarrolladas en dicha ciudad.

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:138

9

Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.

Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli

social de Puerto Deseado, y sobre el trabajoque el equipo de investigación ha desarrolladoallí a través de los años. Luego se abordaránlas memorias de la práctica concreta, losmarcos de interés en que se generaron y losresultados obtenidos, todo encuadrado en lascreencias y principios que hemos nombradoprecedentemente.

Finalmente, a partir del análisis críticode la experiencia y del trabajo realizado porel equipo, se intentará aportar a la discusiónsobre la escisión entre las prácticas deextensión y las de investigación, así comopoder poner en discusión el campo relacionaldado entre el rol social del investigador y laarqueología, como el de los otros actores queintervienen en esta interacción.

Relato sobre Puerto Deseado,estructura geográfica, social ,económica

La localidad de Puerto Deseado se hallaubicada al Noreste de la Provincia de SantaCruz y en el departamento Deseado, del cuales cabecera. La principal característica delterritorio la constituye su situación de bordemarítimo sobre la costa norte de la desem-bocadura de la ría, que en forma de embudose abre hacia el Océano Atlántico.

La c iudad se as ienta a 5 msnm,individualizándose en el sector oeste,pendientes más abruptas que protegen suemplazamiento de los vientos. El clima osci-la entre templado y frío moderado. El exten-so litoral marítimo permite la conformaciónde gradientes que dan lugar a diferenteshábitat que albergan una alta biodiversidadde especies, especialmente marinas.

Desde el siglo XVI la ría de PuertoDeseado fue utilizada como fondeadero deantiguas naves que surcaban los maresaustrales. La idea inicial del desarrollo a tra-vés del puerto, constituyó y constituye el ejetrasversal del municipio; primero para elembarque de la producción lanera del nortede Santa Cruz, y posteriormente en relacióncon la pesca de altura. A partir de la

concreción del puerto en 1928, se inauguróuna etapa que marcaría un rumbo bien de-fin ido. De esta manera los mayoresacontecimientos históricos de PuertoDeseado, así como los diferentes cambioseconómicos, siempre estuvieron sujetos a lasmodificaciones portuarias. Desde el puertose sucedieron períodos de gran movimiento,donde no sólo se importaron materiales parala región, sino que sirvió de apoyo a laganadería y luego, a partir de 1983, a la pesca.

Actualmente, Puerto Deseado tiene unapoblación estimada de trece mil habitantes.Según se denotan en los últimos relevamientosque datan del 20031, es evidente la incidenciaque tiene la actividad portuaria y pesqueraen la economía y generación de trabajo enPuerto Deseado llegando a representar casiel cuarenta por ciento de la ocupación de lazona. La otra actividad de sostén, es elempleo en el sector de la actividad pública,integrado por los organismos nacionales,provinciales y municipales que representaotro cuarenta por ciento del total.

Pero actualmente aunque no poseemoscifras precisas la ciudad enfrenta un procesode empobrecimiento y falta de oportunida-des de trabajo. Las actividades pesquerascomo situaciones oportunistas de trabajo enotros momentos hoy sufren los efectos de laveda pesquera que sume al puerto en largosperiodos de inactividad. Los buques factoríasson otro de los problemas que han reducidoel número de oportunidades de puestos detrabajo y la saturación del aparato burocrá-tico municipal. A esto se suma al aumentopoblacional por nacimientos locales como porefectos de inmigración interna y de paíseslimítrofes, que superan a la emigración.Además la ciudad presenta un carácter deinsularidad producto de su aislamiento conrespecto al eje de comunicación terrestreprincipal, la Ruta Nacional Nº 3, que leacentúa la representación de lejanía. Esto

(1) En los últimos años la población de la ciudad aobservado un notable incremento, aunque se carezcade datos poblacionales más recientes.

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:139

10

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

sume a la población juvenil en una situacióncontradictoria, por un lado la franja de altosrecursos, hijos de padres con buenos empleoso profesionales, cuyas alternativas son aban-donar el pueblo hacia centros universitarioso integrar los comercios familiares. Paraotros, los de menores recursos, la alternati-va es restringir su idea de futuro a laseventuales oportunidades de la pesca,actividad temporaria portuaria o el subempleo.Esto marca una dicotomía muy clara entre lafranja juvenil: los que tienen posibilidades ylos que no.

Sobre el equipo de investigación:experiencias, investigación y extensión

El trabajo de investigación en la CostaNorte de la Provincia de Santa Cruz tiene susinicios en el año 1987 a partir de objetivostendientes a estudiar el comportamiento delos grupos aborígenes cazadores recolectoresen el litoral marino continental en un territorioque, básicamente, había sido estudiado des-de el espacio interior. Un segundo objetivofue establecer los usos litorales desde la pers-pectiva temporal, proyectando diferentesconductas desde el inicio de la ocupaciónhumana en Patagonia hasta el momento decontacto con poblaciones europeas.

En particular, los estudios de la CostaNorte de Santa Cruz y del litoral marítimohabían sido escasos. Solo unos pocostrabajos, previos a los trabajos sistemáticosrealizados por este equipo de investigación,agotan prácticamente la bibliografía especí-fica sobre el tema.

En primera instancia, entonces, se tratóde verificar a través de información espaci-al, qué recursos, marinos o terrestres, fueronlos más importantes para determinar laelección de los asentamientos. Es decir, quéparte del ambiente fue utilizada y con quéintensidad, teniendo como objetivos elreconocimiento del ambiente, la determinacióndel tipo y cantidad de restos arqueológicos,el establecimiento de relaciones causalesentre la densidad de sitios y los recursos

marinos, y la comparación entre esta en lacosta y el interior inmediato.

Los fechados radiocarbónicos han con-firmado la reocupación desde el HolocenoMedio hasta aproximadamente los 900 añosAP (Castro et al. 2007), pero aún noconocemos con certeza los procesos dedespoblamiento – si es que efectivamentesucedieron–, o los procesos sociales-culturales que enmascaran la expresiónaborigen.

Hemos podido discutir algunos aspectosrelativos a la tecnología y éstos como resul-tado, nos plantean nuevas preguntas quedebemos resolver. Los estudios sugieren queel aprovechamiento de recursos, y por endela elección del espacio de ocupación,corresponde a conductas relacionadas a unaestrategia programada por parte de loscazadores recolectores. Esto ha permitidodiscutir los modelos generales de antropodinamiaindígena definidos para la ocupaciónpatagónica (Moreno 2003, Castro et al. 2003y Zubimendi et. al 2004).

Sobre el proyecto de extensión

Este equipo ha considerado que las hoydenominadas actividades de extensión ytransferencia siempre han tenido importan-te relevancia, aun cuando no poseían “pesocurricular”. En la actualidad el enfoque de laacademia ha cambiado y ésta es unaactividad que es un requisito importante paralas Políticas Científicas y Académicas de lasUniversidades Nacionales.

El proyecto de investigación básica incluyeun proyecto de extensión que propone un plande trabajo con diferentes plazos y objetivosa cumplirse por etapas. La planificaciónpropone el trabajo a partir del fortalecimientoy consolidación de los espacios e institucionescon los que se venía trabajando. Es en estesentido que el Museo Municipal MarioBrozoski se encuentra en un lugar vertebrador.

El Museo Brozosky de Puerto Deseado fuecreado hace más de quince años con el finde brindar un espacio para los objetos

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1310

11

Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.

Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli

hallados en el hundimiento de la Goleta Swift,hallada por tres buzos locales2. Hoy continúanlos trabajos de rescate submarino por partede un equipo de arqueólogos subacuáticos(Elkin et al. y 2006).

Luego de la decisión política de transfe-rir los museos provinciales a la administraciónmunicipal en el año 2005, se realizaronacuerdos con el Intendente de PuertoDeseado, Sr. Arturo Rodríguez, para eldesarrollo de un plan de trabajo con lapropuesta de ampliar este Museo, incluyendola historia local aborigen.

El material fundacional de este espacioha sido una colección de material lítico, con-sistente en un conjunto de cinco mil piezasrecolectadas por el Padre J. Molina en laCosta Norte de Santa Cruz. Con este materi-al, que está siendo recatalogado, se hagenerado un archivo y un espacio deexhibición cuya temática es la “Arqueologíade cazadores recolectores costeros”. En estemarco se realizan exhibiciones y conferenci-as estructuradas en tres ejes iniciáticos:¿Que es la Arqueología y como trabaja?, laprehistoria de la Patagonia y el proceso cul-tural en la Costa Norte de Santa Cruz.

Estas tareas mantienen la relación conotros espacios como ONGs y otros “actores”locales, por ejemplo algunos dueños deestancias, tratando de compartir losconocimientos sobre el cuidado, preservacióny conservación de los restos arqueológicos ycontrolar el impacto de los turistas. Esto últi-mo incluye el trabajo con la gestión políticaa fin de hallar las mejores formas de mane-jo de recursos involucrando los dueños de latierra. En otra etapa se planea formalizar eldesarrollo de las actividades en el ámbitoeducacional, considerado éste como unsector estratégico.

Por sobre todas las cosas se busca fo-mentar el desarrollo y cogestión del manejode los recursos culturales, dando lugar a

espacios regulares dentro de las institucioneseducativas, destinados al desarrollo de loscontenidos arqueológicos básicos.

Memorias de la experiencia en el “SitioCarsa”. Lecturas sobre el diagnosticoprevio

La realización de esta experiencia segestó con el objetivo de intentar proyectar eltrabajo profesional hacia un perfi l decompromiso social. Por otro lado, seesperaba fortalecer las relaciones que elequipo de investigación venía desarrollandocon la comunidad de Puerto Deseado y susinstituciones.

El carril por el cual se decidió alcanzarestos objetivos fue por medio de unaactividad de coparticipación, para que lacomunidad alcance una mejor comprensiónde su patrimonio, construya su historia y suidentidad y entienda el significado y valor depreservar los restos arqueológicos.

De esta manera, se decidió realizar undiagnóstico de situación que diera cuenta delas problemát icas generales que seconsideraban del territorio y los intereses delequipo de investigación.

Este relevamiento manifestó varios tópi-cos entre los que se podría destacar comoproblemática social condensadora, laexistencia de un profundo desconocimientoy subvaloración de las comunidades indíge-nas que ocuparon la zona en el pasado.

En el mismo sentido, se constató queen las instituciones educativas las currículay los programas relativos a la Historia quese enseña y aprende en los niveles primariosy secundarios, son la versión institucionalizadade un proceso no contextualizado, quecomienza con la colonización europea dePatagonia y que, de existir información so-bre grupos indígenas, está referida a losmomentos de contacto hispano indígena.

Además, se determinó que derivado deldesconocimiento y subvaloración general,más la falta de políticas públicas que puedanfomentar las actividades arqueológicas y un

(2) Entre ellos Mario Brozoski, joven buzo que falleciópocos años después. El Museo Municipal lleva sunombre en su honor.

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1311

12

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

adecuado gerenciamiento, se incurre en uncontinuo impacto negativo antrópico sobre losrestos arqueológ icos (por e jemploconstrucciones urbanas, sondeos petroleros,mal uso del espacio y turismo descontrola-do). Así es como genera la contradictoriaconducta de recolectar piezas arqueológicas,por sus valores como objetos bellos,atractivos o curiosos, pero con un profundodesconocimiento de su significado. De estaforma, se produce, entonces, un impactonegativo sobre el registro y preservación delpatrimonio arqueológico.

Sobre este diagnóstico se planteó, enprimera instancia, encontrar las vías dellegada a la comunidad para que se pudieranproblematizar varias cuestiones relativas ala práctica arqueológica. Específicamente sebuscaba compartir las formas de trabajo, laimportancia de la preservación de los sitiosy los restos culturales, las técnicas derecolección, etc.; para poder introducir en laenseñanza la Historia más atrás de la llegadade los europeos, en un plano de revalorizaciónde los grupos aborígenes.

Se decidió trabajar con los jóvenes yniños, ya que encierran un importante po-tencial creativo y son buenos agentesmultiplicadores en sus hogares. En definiti-va, nos decidimos por estos grupos porquela idea se centraba en ofrecerles elementosmovilizadores para la construcción delconocimiento y de valores tales como pasado,identidad o patrimonio. Pretendíamos,además, trabajar con aquellos en donde laintroducción de esta práctica podría generarexpectativas novedosas, es decir aquellos demenores recursos.

Sobre la intervención

En ese marco, en el año 2000 se comenzóun diálogo con las autoridades ejecutivas dePuerto Deseado con el fin de poner en comúnlas inquietudes que se habían relevado. Enun principio, si bien parecía haber buenavoluntad, la existencia del espacio de dialo-go no se tradujo en acciones concretas. Al

año siguiente las discusiones continuaron conun nuevo interlocutor, la entonces Directorade Turismo, Prof. Nora Babruskis quien apoyólas ideas y propuso aplicar estas iniciativascon un grupo de alumnos de segundo añodel Polimodal (educación secundaria) de laEscuela Comercial 4 de Puerto Deseado, con-formado por jóvenes de distintas edades, conproblemáticas comprometidas e inclusoalgunos, padres adolescentes. La escuela secaracteriza por tener una matrícula quecuenta, en parte, con franjas sociales deescasos a bajos recursos económicos conproblemas sociales significativos.

El primer paso, entonces, fue solicitar elpermiso a las autoridades del Colegio quienesaceptaron la propuesta, y luego se hicieronlas presentaciones con el grupo. La primeraimpresión fue difícil, los jóvenes parecían sermuy conflictivos, y el diálogo no fue fluido.Los adolescentes impusieron una distanciasignificativa al principio con actitudes rebel-des, desinteresadas, acusando desagrado,descrédito o improcedencia. Esa distancia serompió luego, cuando el tema de conversacióncambió utilizando su mismo lenguaje u obje-tos de conversación de su interés. Evidente-mente las herramientas de comunicaciónfueron un inconveniente inicial que se subsanórecurriendo a artilugios, a veces, poco orto-doxos. Éste, también fue uno de los aspec-tos importantes de esta cuestión.

Las actividades fueron propuestas acontraturno, sobre la base de un compromisoindividual, dependiendo de los intereseslúdicos de cada uno. En tal sentido, el trabajose planteó como extracurricular y a voluntad.

Sobre un total de 30 alumnos, un grupode alrededor de diez alumnos se integrarona la experiencia, de los cuales dos tuvieronque abandonar el trabajo por cuestionespersonales, quedando, hasta el final de laexperiencia, un grupo firme de ocho alumnos.

El proyecto comenzó con una breveintroducción teórica, dando algunas nocionessobre la arqueología en general, la prehistoriay el trabajo del arqueólogo. Luego secomenzó a realizar la experiencia en el sitioCarsa (fig. 2). Este sitio se denominó de esa

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1312

13

Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.

Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli

forma debido a que se encuentra cercano alas instalaciones de la empresa que lleva esenombre. Se encuentra en las afueras delpueblo, de manera que el acceso se podíarealizar a pie, hecho que no les ocasionabagastos a los alumnos. Esas razones, es decirla viabilidad económica del proyecto o de laactividad para todos los actores involucradosestaban contempladas como condición pre-via a la realización de la actividad.

La segunda etapa se realizó puntualmenteen el sitio arqueológico, donde se enseñaronalgunas de las herramientas básicas del ar-

queólogo en el trabajo de campo: como lamedición, la prospección, el relevamiento, ladefinición de las cuadrículas, la excavación y,sobretodo, poder “mirar el entorno”acercándose a entender la naturaleza. Cadapaso fue problematizado, buscando susten-tar las razones de cada acción y decisión.

Luego de los primeros encuentros deacercamiento al campo, los alumnoscontinuaron el trabajo con la prof. NoraBrabuskis. De esta forma, el contacto semantuvo mayormente vía mail, con algunasvisitas espaciadas.

Figura 2. Imagen satelital de la ciudad de Puerto Deseado. En la parte derecha se observa el sitioCarsa. Obsérvese su vinculación espacial con el casco urbano de la ciudad.

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1313

14

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

A pesar de que el seguimiento era me-nor del que se hubiese requerido, el entusi-asmo de los jóvenes no mermó. Se trabajabatoda la semana, incluso los sábados y losdomingos. Ni siquiera cuando sufrieron elrobo y la destrucción de algunas cuadriculaslos desanimó ni los llevó a abandonar eltrabajo, más bien los movilizó a pedir unespacio en la radio y los noticieros localespara denunciar el hecho, y solicitar ladonación de material para continuar eltrabajo.

La última etapa se dio cuando losalumnos ya habían avanzado en la excavación.En conjunto se planteo una última cuadrículay se reconoció que habían hecho. Luego deseis meses de excavación y cinco encuentroscon el equipo de investigación, se dio porconcluida esta etapa.

El trabajo continuó con las colecciones:huesos y artefactos líticos. Se hizo unaexperiencia de laboratorio para explicarlescomo se convertía el objeto en información.Esta etapa fue imprescindible porquematerializaba los planteos referidos a laimportancia de no recolectar y no destruir,pues se pierde información. Se implementaronformas simples de análisis y clasificación, elobjetivo era acceder a niveles poco complejosaunque suficientes para que se pudieran re-alizar algunas interpretaciones.

El proyecto, finalmente, se vio coronadoen una Feria de Ciencias en ComodoroRivadavia (Provincia de Chubut), donde elgrupo de alumnos presentó la experiencia,la cual posteriormente se desarrollo enPuerto Deseado, donde se tuvo la oportunidadde observar cómo ese grupo consideradoconflictivo se desenvolvía con soltura y entu-siasmo, con una gran adecuación y precisiónde vocabulario.

La idea inicial era poder dar continuidadal proyecto intentando que la escuela sus-tente la actividad con cierta legitimacióninstitucional y curricular, de manera que losalumnos que participaran del proyectopuedan articular la experiencia con lasmaterias que cursan, o bien se les reconozcael trabajo como un espacio de aprendizaje.

Sin embargo, la escuela no dio eseacompañamiento y los profesores tampocose mostraron con interés de continuar elproyecto.

Primer análisis de la experiencia en sí

La denominada Experiencia del sitioCarsa surgió, en principio, como antesala aldesarrollo de un proyecto de extensión demayor envergadura. Sin embargo, es a par-tir del proceso y de las reflexiones posterio-res desde donde se pueden rastrearconsideraciones y representaciones queponen en crisis algunas nociones y categoríaspero, sobre todo, ciertos preconceptosnaturalizados que llevan a repensar lasintervenciones y las prácticas del grupo deinvestigación.

Es fundamental, entonces, reflexionarsobre el prejuicio – no ligado siempre a lavaloración negativa, sino más bien a unavaloración previa de cualquier tipo- sobre lossentidos comunes y prácticos que, encarna-dos en el inconsciente, por distintastradiciones, prácticas, discursos y valores decarácter hegemónicos se revitalizan en elcotidiano sin cuestionamientos. Considerar laintervención concreta desde esta clave puedeponer en crisis, o al menos evidenciar, al sen-tido de Bourdie (1992), el habitus de lapráctica profesional del arqueólogo.

Así, por ejemplo, el hecho que en unprimer momento la intervención se halla de-nominado Experiencia del sitio Carsa ponesobre relieve muchos de esos preconceptos,que se mencionaban, y algunos interrogantes.

¿Por qué la intervención se nombró bajoese rótulo? La experiencia es nombrada através del sitio donde se trabaja, sin embar-go el eje de la práctica no se trataba del sitiosino sobre el hecho de trabajar, con un gru-po de jóvenes, ciertas cuestiones relativas ala práctica arqueológica.

A su vez, amerita tener en cuenta que elsitio denominado Carsa tiene un valor arque-ológico relativo debido a que, por su cercaníaa la zona urbana e industrial – Carsa es el

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1314

15

Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.

Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli

nombre de la empresa más cercana al sitio-se encuentra devastado. Entonces, cuandoel equipo de investigación se cuestionó so-bre la nomenclatura del proyecto no pudoencontrar sustento sobre el énfasis implícitoque el nombre elegido otorgaba.

¿Desde donde interpretar estas prácticas?¿Qué rol ocupan los sujetos bajo esadenominación? Las prácticas se nombran des-de los discursos y es desde allí desde dondese validan, se valoran, se posicionan. En estecaso, es el sitio lo único que se hace visible,es decir es el objeto el que se posiciona en unprimer plano y no los sujetos, de los cualesno se habla, y se encuentran invisibilizados.

El sociólogo francés Pierre Bourdieu, apartir de los cuestionamientos sobre lareproducción de la unidad de clase, sin lautilización de políticas explicitas y a pesar dela fuerte resistencia discursiva, desarrolló lacategoría de habitus la cual la definió comoun sistema de disposiciones duraderas ytransferibles, estructuras estructuradaspredispuestas para funcionar como estructurasestructurantes, es decir, como principiosgeneradores y organizadores de prácticas yrepresentaciones que pueden estar objeti-vamente adaptadas a su fin sin suponer labúsqueda conciente de fines y el dominionecesario de las operaciones para alcanzarlos(Bourdieu, 1992).

De esta manera, el habitus, ligado a undiscurso hegemónico se fortalece en el in-consciente como un lugar de apoyoincuestionable y naturalizado que se revitalizay reproduce en las practicas cotidianas y asíes como también se reproduce.

La comunidad académica y científica y,en este caso particular, la comunidad cientí-fica arqueológica se encuentra cargada detradiciones, prácticas, intelectuales yconceptos, que conforman un campo de po-der hegemónico, que a su vez construye unhabitus del “ser” arqueólogo. Un deber serlegitimado y condicionado por esos límitesdiscursivos y prácticos que a su vezcondicionan las nuevas formas.

Bourdieu define también los conceptosde campo de poder y de campo intelectual,

los cuales los explica haciendo una analogíaa los campos magnéticos, que es un estadoconstituido por un sistema de fuerzasindividuales que al juntarse se oponen y seagregan. Para que funcione un campo depoder, es necesario que haya algo en juego,y gente que luche por eso que esta en juego,además la gente debe compartir un habitus,que implica el conocimiento y aceptación delas leyes del juego (Bourdieu 2003). Losjugadores mantienen un acuerdo implícito einformal, a pesar de sus diferencias, quesostiene los intereses del propio campo depoder, con el cual regulan las reglas y la for-ma de participación e ingreso.

La arqueología como campo de poder ycomo campo intelectual, legitíma y limitaacciones, discursos, prácticas, textos, auto-res y objetos de estudio. Este marco posiblede acción, funcionando como una serie dedispositivos de disciplinamiento, tiene suconformación explicita y material que serefleja en parte en las instituciones einstituidos, pero sobre todo en el terreno delo cotidiano, lo implícito y lo naturalizado.

La denominación de La experiencia delsitio Carsa, entonces puede ser interpretadadesde esta clave de pensamiento, en la queel grupo de investigación a pesar de decirsey pensarse, desde su propuesta de extensión,bajo una perspectiva en la cual cada sujetoes un actor más en el proceso del saber y, enconsecuencia, la producción de conocimientoes un trabajo compartido entre el investiga-dor y la sociedad, a la hora de nombrar suproyecto recurre a nociones que secontraponen a ese discurso.

Cambios en las subjetividades

Siguiendo las posturas planteadas porRossana Guber, las descr ipc iones yafirmaciones sobre la realidad no soloinforman sobre ella, sino que la constituyen.En tal sentido, los miembros de unacomunidad por medio de la reflexión de susacciones y practicas también puedenproducir y modificar su realidad. A esto se

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1315

16

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

denomina reflexividad del mundo social, elcual tiene varios efectos en la investigaciónsocial, entre ellos admitir que la única for-ma de conocer o interpretar una realidades participando en situaciones de interacción,a través de las cuales el investigador podrásumarse a dichas situaciones, siempre ycuando no crea que su presencia es total-mente exterior (Guber 2001).

Continuando esta línea de pensamiento,la autora afirma que en una intervención detipo etnográfico se produce la articulaciónde tres tipos de reflexividades: a) la del in-vestigador en tanto que investigador, contoda la investidura, habitus académicos,categorías, tradiciones y simbolismos queacarrea; b) la de los sujetos investigadosen tanto representantes de su cultura; y c)la del investigador también como represen-tante de su cultura.

Guber dice entonces que el desafío estransitar de la reflexividad propia, a la delinvestigado, donde se produce el conocimientoy las transformaciones subjetivas. Lareflexividad inherente al trabajo de campoes el proceso de interacción, diferenciacióny reciprocidad entre la reflexividad delsujeto cognoscente – sentido común, teoría,modelos explicativos – y la de los actoreso sujetos / objetos de investigación (Guber2001). De esta forma, en La Experienciadel sitio Carsa se pueden rastrear maticesy lecturas en las que se develan las distin-tas reflexividades y, a su vez, los recorri-dos y trasformaciones subjetivas quecomienzan a darse con el reconocimientomutuo. En principio, se evidenció como lasprimeras impresiones tanto de los investi-gadores como de los jóvenes fueron nega-tivas; los primeros, considerando que losotros eran conf l ict ivos, descreídos yburlones; los segundos, ligando la arqueologíaal academicismo, lo anticuado y lo aburrido.Este primer encuentro, según Guber (2001),es una primera reacción de perplejidad anteesta interacción de carácter novedoso y quepueden expresarse en rotundas negativas,gestos de desconfianza y postergación deencuentros.

Luego, si se comienza a transitar esecamino de reconocer los lugares y reflexividadesque ocupan unos y otros, los sujetos podríanestablecer una relación que da lugar a laconstrucción de una realidad y de unconocimiento que no tiene que ver con unamera suma de los saberes de las partes, sinocomo una síntesis que produce un conocimientodistinto.

El encuentro de los sujetos en laexperiencia marca una transformación de lassubjetividades en tanto y en cuanto exista unreconocimiento del otro. Este reconocimientosignifica conceder cierta igualdad de honoral otro, reconocer al otro, más allá deconocerlo, es decir, considerarlo capaz dejugar en el “juego” que se plantea desde elcampo de poder, que puede ser activo y pro-tagonista. Es decir, esto implica un postula-do de reciprocidad (Bourdieu en Huergo 2003)

¿Es permisible entender esta mutuatrasformación subjetiva en términos educativos?Para poder analizar este tipo de prácticasdesde un sentido educativo, es necesarioconvenir que lo educativo transciende lasparedes de las instituciones escolares,existiendo así una innumerable cantidad desituaciones de enseñanza/aprendizaje nocircunscriptas a uno o varios espacios, sinoligadas a procesos comunicativos y a lasprácticas culturales.

Siguiendo a Buenfil Burgos, creemos quelo educativo consiste en que a partir de unapráctica de interpelación, un agente seconstituye en sujeto de educación activo in-corporando, de dicha interpelación, algúnnuevo contenido valorativo, conductual,conceptual, etc., que modifique su prácticacotidiana en términos de una transformacióno en términos de una reafirmación más fun-damentada (Buenfil Burgos, 1993).

Entonces, en este transito o encuentrode las reflexividades que partía necesariamentede un reconocimiento y devenía en unproceso de modificación subjetiva, esplausible también interpretar procesos for-madores de sujetos en términos de procesoseducativos que implican una interpelación yreconocimiento desde distintos conjuntos

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1316

17

Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.

Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli

textuales que podrían simplificarse desde undiscurso del ser arqueólogo, y otro del serjoven en un determinado momento.

Algunas breves consideraciones sobrela producción de conocimientos, lacomunidad académica y rol social delinvestigador

En 1973 el pedagogo brasileño PauloFreire producía un trabajo en el quecuestionaría fuertemente los usos de termi-no extensión y las prácticas que bajo esanomina se realizan. En principio, Freire haceun análisis semántico de la palabra extensiónreconociendo los anudamientos de significa-dos que, en términos generales, se encuentranlimitados fuertemente a la idea de transmisiónde saberes desde un lugar superior a otroinferior (Freire 1973).

En ese sentido el autor considera que, laextensión, así entendida tiene más que vercon la domesticación, con la imposición ysustitución de una forma de conocimiento porotra. A esta concepción de la idea y la prácticade la extensión, Freire contrapone el diálogocomo una constante problematización delpropio conocimiento en relación a los otros.

En la actualidad, la extensión universitariasigue, en muchos casos, siendo entendidacomo la transmisión de los conocimientosacadémicos convalidados a la sociedad. Setrata de hacer intervenciones de divulgaciónen el sentido constitutivo de la palabra, hacerpúblico el conocimiento al vulgo, bajo ese ró-tulo simplificador y homogeneizador del “pú-blico en general”. Si bien la carga simbólicaes fuerte, también lo son la prácticas y lastradiciones. María Cristina Mata señala queen el ámbito universitario es usual reconocerla complementariedad de la investigación, laextensión y la enseñanza, aunque en gene-ral, ellas suelen transitar sendas paralelas(Mata 2005). Mas adelante desarrolla unanálisis en el que no sólo reconoce la faltade relación de las partes, sino que a su vezdistingue el rol de inferioridad que tradicio-nalmente la universidad le ha otorgado a la

extensión como actividad académica y,sobretodo, en los procesos de producción deconocimientos3.

La consecuencia de las tradiciones sereflejan en el sistema universitario que, asu vez, es donde se reproduce estasituación. Es por ello que, entre otras co-sas, mientras que para desarrollar tareasde docencia e investigación existen un con-junto de requisitos “acreditables” noocurre lo mismo en e l campo de laextensión. Aún cuando actualmente enmuchas universidades se hayan ido espe-cificando el tipo de antecedentes requeri-dos para desarrollarlas, a nadie se leocurriría categorizar a los docentes parapoder dirigir proyectos en esta área. Enella podemos actuar porque nuestros an-tecedentes han sido validados en los doscampos mayores de la universidad y por-que de algún modo, todo lo que hacemosen esos proyectos es dirigir estudiantes quese vinculan con la sociedad llevando haciaella lo que ya hemos producido y se ha con-validado académicamente (Mata 2005).

La extensión, entonces, no es conside-rada como una instancia en la que se puedaproducir un conocimiento legitimo que puedaaportar a las disciplinas, sino como una meraexperiencia de informar a quienes no poseenesa información.

Institucionalmente, la universidadtampoco prepara para estas actividades en-tendidas como espacios de producción deconocimientos, quedando este tipo detendencia como iniciativas de compromisoindividual o grupal.

Mata (2005), por otro lado, reconocecambios desde los años 90 en el enfoque dela extens ión y adv ier te que hay un

(3) A pesar que, en muchos discursos se revaloriza la

socialización del conocimiento, en la practica estasactividades no solían tener peso curricular, como enel caso de un encuentro de discusión con actoressociales de Caleta Olivia (Santa Cruz) sobrepatrimonio; entre otras actividades desarrolladas poruno de los autores (A. C.).

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1317

18

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

desplazamiento en el que se fue pasando enuna tendencia extensionista ligada a unaasistencia técnica para asentarse en una ló-gica de ventas de servicios a privados, que asu vez es entendida como una mejora en lasrelaciones entre el sector científico y elproductivo.

En ese sentido, los cambios económicosdisfrazaron la búsqueda de recursos (enalgunos casos) con servicios a terceros;trabajos de extensión mezclándose concuestiones totalmente diferentes donde sedesdibujan los sentidos de producción desaberes y el conocimiento público.

Bajo esta tendencia, la extensión tomapreponderancia, y comienza a ser regida,como una salida económica alternativa queno va más allá de acciones aplicadas quesostienen una línea en el que el rol de laextensión es tecnicista y de transmisión dealgunos conocimientos.

Este tipo de prácticas, sin embargo nocorren de escena la importancia de repen-sar y, sobretodo, planificar y gestionar larelación de la sociedad con la universidad yla posible articulación de los conocimientosde ambas en un aprovechamiento mutuo.

Para que la universidad se encuentre losactores inmersos debe reconocer el diálo-go de saberes como una estrategia deproducción de conocimientos. Este haceposible partir de la realidad concreta, dialo-gar desde la experiencia, compartir losaprendizajes que se producen en el hacer,ahondar los vínculos y trascender las disci-plinas (Arrua 2006).

Hay aspectos importantes que tiene quever con los marcos institucionales queviabilizan, permiten o factibilizan el diálogo.Una nueva institucionalización es fundamen-tal para darle un marco ordenador a estascuestiones: las universidades, el estado y lasociedad deben generar los lazos dearticulación en ese caso y para nosotrosentonces el ámbito científico debe sertraspasado en su práctica. La falta deencuadre institucional solo genera iniciativaspersonales con escasa expectativa de vida yde reproducción.

Algunas reflexiones sobre la experienciadel Sitio Carsa y el conocimiento

¿Puede, entonces, una intervención comolo fue La experiencia del sitio Carsa ser tenidaen cuenta como un objeto de investigaciónarqueológica? Al preguntarnos por lapertinencia o no de un objeto de estudio,estamos poniendo en crisis los limites de ladisciplina y su posicionamiento en lasociedad.

Entendemos que la Arqueología es la dis-ciplina que estudia la organización de lassociedades del pasado hoy extintas, sus for-mas de vida, su evolución, su cambio etc.Estudia en ultima instancia la cultura, nuestropasado histórico, a través de los restosmateriales artefactuales y ecofactuales, quea la postre constituyen nuestro patrimoniomaterial e ideológico heredado.

Pero el conocimiento de nuestra historiaregional, de las comunidades que habitaronel territorio que ocupamos hoy nosotros,también forma parte de nuestra herencia, esnuestro patrimonio y en muchos casos es elcamino a nuestra identidad americana, aúncuando no compartamos los lazos de sangrepero esta identificación y pertenencia se dapor vivir u ocupar los mismos espacios geo-gráficos.

El pasado como historia, es de todos.Todos aun hoy somos de alguna manerapartícipes, como parte de un proceso, desociedades distintas que interactúan, asícomo parte de un proceso de alteración delregistro de esa historia pasada, que es re-movido, reinterpretado y que pretendemoshacer propio.

Sin pertenecer en origen a esas comuni-dades pasadas, el investigador comparte conellas el proceso generado en la tierra dondeviven, siendo todos parte de un mismo conti-nuo social.

Creemos que se ponen en juego dosconceptos, uno es la arqueología social queimplicaría un marco filosófico de construcciónde un conocimiento desde los interesesmotivaciones e interpretaciones de quienesserian los descendientes directos de los gru-

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1318

19

Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.

Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli

pos que pretendemos estudiar. El otro es elde arqueología pública, que implicaría elcuestionar el por qué, para qué y para quiénse genera el conocimiento.

Ahora debemos discutir nuevamente dosaspectos la arqueología publica y la arqueologíasocial, la primera implicaría para nosotrosun compromiso de compartir los saberes ohacerlos públicos o hacer publico el conocimientoconstruirlo conjuntamente y compartirlo, perono dejando de reconocer las diferencias dequienes realizamos la investigación y nos for-mamos para ellos y reconocer la necesidadde definir experiencias que la practica per-mita cambiar las conductas afectivo-motoras-valorativas. La pregunta en este contexto esla Arqueología, para qué y para quién.

Partimos de la base o el principio, quela Arqueología y nuestra práctica es laproducción de conocimientos pero nuncadisociados de los saberes de la sociedad sinoarticulados, lo que ya implica un compromisosocial. Creemos que la Arqueología en laproducción de conocimiento histórico sobreel pasado que debería en alguna instanciao aspectos construirse entre toda lacomunidad sin desconocer los aspectos es-pecíficos privativos de quienes ejercen lapractica científica y poseen la formación parahacerlo.

Finalmente, promover el diálogo es fun-damental para el desarrollo de la Arqueología,ya que implica promover conceptos como lanoción de historia de pasado, de patrimonio,de identidad y conservación del recurso cul-tural como materializador de historiasheredadas.

Hay un aspecto importante que tiene quever con los marcos institucionales queviabilizan, permiten o factibilizan hacer elconocimiento público, generarlo o compartirlo.En el caso Carsa debemos repensar el roljugado por dos instituciones: la escuela y elmunicipio; y poner en contraposición las res-ponsabilidades o iniciativas individuales. Enun mundo institucionalmente organizado lafalta de encuadre institucional solo generainiciativas personales con escasa expectati-va de vida y de reproducción.

Conclusiones

Pretendemos, entonces, una arqueologíapública, un saber compartido y un compromisosocial donde indirectamente la arqueologíasirva como herramienta para generaracciones dentro de la sociedad actual y puedacontribuir, aún en pequeña escala, en elmejoramiento de condiciones desventajosasde vida. Y que éste compartir nos permitacontribuir a construir los conceptos depatrimonio, valor y conservación del recursocultural como materializador de historiasheredadas. Por eso esta discusión tambiéntiene que ver con otras problemáticas quese han discutido en el marco de los quealgunos han denominado manejo de recur-sos culturales (Berberian 1992, Endere 2000,Knudson 1999).

Alcanzar los objetivos de una prácticapública de la arqueología exige discutir o pla-nificar algunos pasos: a) motivaciones parti-culares o personales. Cuál es el valor de loque queremos compartir; b) ideas clarassobre compromiso en la transmisión deconocimiento y la construcción del saber; c)motivaciones de las instituciones; d) hacerun d iagnost i co adecuado de dondeinsertaremos las acciones; e) analizar sinuestra practica admite un trabajo social; f)comunicar y relacionarnos a través de for-mas en que realmente lleguemos a lacomunidad.

Esta experiencia nos ha brindado unaoportunidad de rever nuestras acciones enel marco de las posturas políticas socialesque sostiene una ciencia social y pública.

Intentamos hacer un análisis crítico deeste mecanismo, de hacer público cual fuenuestro rol, pues seguimos construyendounilateralmente y trasmitiendo en unarelación asimétrica, activa por parte nuestra,y pasiva por parte del que recibe. En estetrabajo, intentamos hacer un análisis críticode nuestra práctica, y aportar así ciertasreflexiones a las discusiones sobre laarticulación de las universidades y los inves-tigadores con la sociedad. A este respectocoincidimos con Gloria Rincón Cubides,

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1319

20

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Abstract: It is presented an archaeological experience done at PuertoDeseado city (Santa Cruz, Argentinean Patagonia) with two objectives , toallow the students to reach the knowledge of Archaeology as science, thevalue of archaeological remains as cultural goods and the idea of patrimony,also to promote a change of conducts at school. We will discuss the action,results of this pretended practice. And We will take this experience todiscuss critically the Public and Social Archaeology.

Keywords: Public and Social Archaeology, shared praxis, communication

Bibliografía

ARRUA, V.2006 “El rol de las Universidades en las

estrategias de Comunicación / Desarrollo”.Tram[p]as de la comunicación y la cultura,50, La Plata.

BERBERÍAN, E.1992 La protección jurídica del patrimonio ar-

queológico de la República Argentina.Córdoba.

BOURDIEU P.1992 El sentido práctico. Editorial Taurus.

Madrid.2003 Campo de poder, campo intelectual.

Itinerario de un concepto. EditorialQuadrata. Buenos Aires.

BUENFIL BURGOS, R. N.1993 Análisis de discurso y educación. DIE.

México. 1993.CASTRO, A., E. MORENO, M. ANDOLFO, R. GIMENEZ,C. PEÑA, L. MAZZITELLI, M. ZUBIMENDI Y P.AMBRÚSTOLO

2003 Análisis distribucionales en la costa de

Santa Cruz (Patagonia Argentina): al-cances y resultados. Anales del Institu-to de la Patagonia, Serie Ciencias Hu-manas, 31: 69-94.

CASTRO, A.; MORENO, E.; ZUBIMENDI, M. A.;ANDOLFO, M.; VIDELA, B.; MAZZITELLI, L. Y S. BOGAN.

2007 Cronología de la ocupación humana en laCosta Norte de Santa Cruz: Actualizaciónde datos radiocarbónicos. En: Actas delas VI Jornadas de Arqueología Patagonia,Punta Arenas, Chile.

ELKIN, D.; ARGÜESO, A.; GROSSO, M.; MURRAY, C.;VAINSTUB, D.; BASTIDA, R. Y V. DELLINO-MUSGRAVE.

2007 Archaeological research on HMS Swift:a British Sloop-of-War lost off Patagonia,Southern Argent ina, in 1770. TheInternational Journal of Nautical Archaeology,36 (1): 32:58.

ENDERE, M. L. (ED.)2000 Arqueología y Legislación en Argentina:

Cómo proteger el patrimonio arqueológico.Serie Monográfica 1. INCUAPA, Olavarría.

vicerrectora académica de la UniversidadCentral de Bogotá, quien ha planteado que“concebir la extensión como ‘interacción so-cial’ es una propuesta que intenta abrirsepaso para vincular de manera orgánica el tipode trabajo universitario –trabajo con elpensamiento-, y el mundo de la vida, de talmanera que de esa relación salgan enriquecidaslas dos órbitas de acción. Se trata de unarelación en la cual la universidad no se limitaa extender un saber legitimado ni a proyectarsu capacidad de investigar, sino más bien,

del quiebre de una diferenciación artificiosa,a través del cual se le devuelva a launiversidad la posibilidad de considerar losacontecimientos que se registran en el mun-do de la vida y de asumir la tarea deconvertirlos en objetos válidos de trabajoacadémico, con dos propósitos: construir unsaber que contribuya a la transformaciónefectiva de las condiciones del mundo de lavida y generar una experiencia formativa quefacilite la problematización” (Rincón Cubides2003:252).

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1320

21

Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.

Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli

FREIRE, P.1973 ¿Extensión o comunicación? La concientización

en el medio rural. Tierra Nueva. Siglo XXI.Buenos Aires.

GUBER, R.2001 Etnografía. Método, campo y reflexividad.

Buenos Aires. Editorial Norma.HUERGO, J.

2003 El reconocimiento del “universo vocabular”y la prealimentación de las acciones es-tratégicas. Centro de Comunicación/Educación, La Plata.

KNUDSON, R.1999 Cultural Resource Management in Context.

Archives and Museum Informatics, 13 (3-4): 359-381.

MATA, M. C.2005 “Reuniendo quehaceres y saberes” en

Anuario de Investigación y Extensión

2004/05, Escuela de Ciencias de laInformación, Córdoba.

MORENO, J. E.2003 El uso indígena de la Costa Patagonica

Central en el Periodo Tardío. Facultadde C ienc ias Natura les y Museo ,Universidad Nacional de La Plata, LaPlata.

RINCÓN CUBIDES, G.2003 De la relación universidad sociedad a

la universidad como un tiempo y un rit-mo de vida de la sociedad. Nómadas,19 , Un ive rs idad Cent ra l , Bogotá ,Colombia.

ZUBIMENDI, M. A.; CASTRO, A. Y E. MORENO2004 Hacia la definición de modelos de uso

de la Costa Norte de Santa Cruz.Magallania, 32, 85-98. Punta Arenas,Chile.

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1321

22

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Castro et al.pmd 26/9/2007, 10:1322

23

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 23-32.

“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA:EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURAL NO SÉCULO XXI”.*

Elizabete Tamanini**Zilma Isabel Peixer***

Resumo: Nesse artigo, procura-se delinear as interfaces entre educação,educação popular e educação patrimonial, consubstanciado pelas pesquisasem desenvolvimento sobre cultura material e imaterial na Serra Catarinense.Essas reflexões tecem um quadro ainda novo na construção de conhecimentoe nos debates na área de Educação procurando demonstrar a importânciados espaços de memória, entre eles o museu na construção da pertinência edas identidades coletivas nos movimentos sociais e nas esferas da educaçãopopular. Os fios que buscamos delinear percorrem os caminhos dos modosde vida, do qual existem poucos registros, daqueles que pouco ou nada apa-recem na documentação escrita e na representação da cultura material “ofi-cial”. Nossos fios buscam as relações, as tensões, as teias coletivas entreindivíduos, apontando para algumas questões inusitadas que o estudo dacultura material e o trabalho com educação popular podem nos propiciar.

Palavras chave: Educação patrimonial, Cultura material e imaterial, SerraCatarinense.

* Trabalho apresentado no V Congresso Internacio-nal de educação 20 a 22 de agosto 2007. Unisinos** Dra. Em Educação – UNICAMP/SP. Professora noMestrado em Educação – Uniplac/SC. Pesquisadoracomvidada do Núcleo de Estudos Estratégicos / NEE/UNICAMP.*** Dra. Em Ciências Sociais – PUC/SP. Professorano Mestrado em Educação – Uniplac/SC. Pesquisado-ra/Centro Vianei de Educação Popular.

Introdução:“Água mole em pedra dura...”

“Um claro sentido da oportunidadehistórica, oportunidade que não existe forade nós próprios, á espera que vamos aseu encalço, mas nas relações entre nós

e o tempo mesmo na intimidade dos acon-tecimentos, no jogo das contradições. His-tória que nos castiga quando não a apro-veitamos a oportunidade ou quando sim-plesmente a inventamos na nossa cabe-ça, sem nenhuma fundamentação nas tra-mas sociais (Paulo Freire).

As escolhas que fazemos de nosso obje-to de trabalho ou de pesquisa nunca são de-sinteressadas, estão de alguma forma liga-das a nossa história de vida, a valores e prin-cípios ideológicos que se definem ao longode nossas vidas. A epigrafe do inicio do tex-to contextualizado pelo educador PauloFreire, incita o pesquisador, a pesquisadoraa tomar posição diante da história e assumi-la como processo dialético em intimidade

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3023

24

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

constante com as tramas sócio-culturais. Oexercício para o reconhecimento das contra-dições não significa legitimá-las. Daí a ne-cessidade de interrogá-las continuamentetendo em vista as heranças sociais as quaisforam construídas à história e do mesmomodo, o passado não pode ser utilizado comoobjeto de dominação para o presente(Benjamim, 1994), assim a reflexão e a açãoalimentam-se reciprocamente.

Trabalhamos há algum tempo, quase vin-te anos com questões pertinentes ao ato depreservar o patrimônio cultural, relacionan-do esta problemática à Educação e a Cultu-ra. Nesta escolha esbarramos com linhas eáreas da Educação, bem marcadas por suatrajetória conceitual tendo a educação for-mal como parte significativa de seus estu-dos. Práticas e reflexões acerca da educa-ção não formal no Brasil passaram a ter al-gum destaque na academia, a partir do finalda década de 80 do século XX. Assim, pen-sar cultura material, museu, patrimônio cul-tural, participação comunitária e Educaçãosignificou lidar com a complexidade da Edu-cação como área de conhecimento e ao mes-mo tempo tendo uma série de problemáti-cas de ordem conceitual e multidisciplinarpara construir.

Nosso objet ivo maior passa peloaprofundamento das abordagens e interfacesentre educação e movimentos sociais, edu-cação popular e educação, educação emuseologia, sociedade e cultura. Todavia aproblemática tem sido como transformar ummuseu em um espaço interativo, democráti-co e pedagógico? Como disponibilizar infor-mações acerca de acervos, saberes, fazerese conhecimentos para diferentes realidadessociais para diferentes públicos pertencen-tes ou não pertencentes ao ensino formal,sem os rótulos e os estereótipos herdadossecularmente por instituições da cultura e daeducação? Houve sempre uma política deconservação que preservou a casa-grande,as igrejas barrocas, os fortes militares, ascâmaras e cadeias como as referências paraa construção de nossa identidade histórica ecultural e que relegou ao esquecimento as

senzalas, as favelas, os bairros operários,as pequenas comunidades rurais (Funari,2006). Para tal desafio nos ancoramos nasaprendizagens e experiências vividas comorganizações comunitárias, com o movimen-to social e a educação popular.

O repensar maduro desse processo teveespaço quando no mestrado e no desenvol-vimento do doutorado e a partir das experi-ências educativas já realizadas passou-se aestabelecer novas possibilidades teórico-metodológicas. As ligações entre projetosdos movimentos sociais e dos projetos aca-dêmicos constituem-se em referenciais con-cretos, permitindo assim, a análise e a sis-tematização da práxis. Passamos a compre-ender o significado social da instituiçãomuseológica ao longo dos séculos, o sentidoe o significado do patrimônio cultural, a his-tória da educação, as hegemonias criadas apartir dos conteúdos programáticos e planosde ensino e do mesmo modo, aprofundou-se a problemática do patrimônio cultural nainterface com a educação e a participaçãoda sociedade.

“...Tanto bate até que fura:Educação, cultura e herança cultural”

Como se observa, a temática é abrangentee inesgotável, tanto na discussão, como empolêmica, quanto em pesquisa. E muito háainda, a se fazer nesta trajetória, já que estaproblemática vinculada à educação populare herança cultural compõe um espaço poucoteorizado no Brasil. Conforme Marly Rodrigues(2001) somos uma sociedade baseada naescravidão, desde o inicio houve sempre doisgrupos de pessoas no país, os poderosos comsua cultura material esplendorosa, cuja me-mória e monumentos são dignos de reve-rência e preservação. E os vestígios esquáli-dos dos subalternos, dignos de desdém edesprezo.

A Educação é sobremaneira responsá-vel pelo processo cultural, e ainda, pela con-tinuidade ou descontinuidade das estruturassociais. A Educação está neste caso sendo

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3024

25

“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURALNO SÉCULO XXI”

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer

concebida como um processo socioculturalque carrega em sua gênese um conjunto depráticas, (heranças cognitivas e cognoscitivas)e representações ideológicas. Aqui se pre-coniza os diálogos e interações entre Cultu-ra e Educação - diálogo difícil, mas extrema-mente necessário, considerando os conflitose percepções libertadoras e limitadoras deambos os lados. Aspecto esse que não pre-cisamos ir muito longe, somente verificar aestrutura dos poderes públicos municipais noBrasil, nos organogramas institucionais ondeficam a Cultura e a Educação? O desafio ésair do casulo reducionista e cômodo de cadadimensão e observar as interfaces, os pon-tos de comunicabilidade. Afinal cultura não ésomente organização de festas e educaçãonão é somente reprodução de conteúdos emsala de aula.

Para as nossas investigações, tal proble-mática exige também que se inclua a culturamaterial como elemento indispensável paraas releituras e reflexões contextuais, ondepassado e presente se mesclam na tentativade elaborarmos discursos de apropriaçãodesses passados e dos significados para aeducação. Situamos a reflexão conjugandoconceitos de cultura material, memória, mu-seu, educação, herança cultural e cidadania,apontando assim, a complexidade especial-mente da Instituição museológica na produ-ção de imagens e, sobretudo, a mitificaçãoda memória, que ao se materializar-se emcenários passa a desempenhar um papelestratégico e político. Nesse embate compre-ende-se com mais intensidade que os mu-seus são locais perigosos! Cada objeto éportador de múltiplos significados. “O mu-seu suprime o tempo e a presença de agen-tes da história” (Funari, 1995, Tamanini,1998). E que a cultura material de uma soci-edade constitui em si, resíduos do passado ecomo tal é fonte de relevantes gamas de in-formações, capaz de oferecer novos e ou-tros tipos de levantamentos e análises dosvários elementos que a integram. Contudo,é através da cultura material e ou damaterialidade humana e das narrativas quese concentra a passagem do tempo, assim à

leitura é feita a partir das experiências acu-muladas que se desdobram na memória, di-ante da imagem do presente.

Os passados são sempre construções.Revisitá-los exige compreensão e complexi-dade. A educação pode contribuir na cons-trução de diálogos, rupturas e confrontos. Acomunidade de um dado território não é ho-mogênea, pois é constituída de classes soci-ais e setores, tais como trabalhadores, tra-balhadoras (campo e cidade), como tambémexistem atritos entre os diferentes segmen-tos (integrados, marginalizados e excluídos).Daí a importância da participação da socie-dade nestes processos de leitura e releiturado mundo, na decodificação de seu patrimônio;porque estes elementos reforçariam o seudireito de ser residente, pertencente nestaou naquela região, neste ou naquele país,com tradições, identidades e culturas distin-tas e permeiam também a escolha e cons-trução das possibilidades.

A seleção dos bens preservados quasesempre tem sido efetivada dando-se ênfaseaos bens culturais produzidos pelas elites.Em particular, as classes dominantes deci-dem o que deve ser lembrado e esquecidode acordo com seus desejos e interessespolíticos e econômicos, não de acordo com arealidade histórica de cada grupo que cons-titui a sociedade. Especialmente os museusainda guardam e preservam formas saudo-sistas, românticas, elitistas e exóticas denarrar á memória social. Expõe-se, preser-va-se algo que está relacionado a um passa-do distante, não há interface com o presen-te, sendo o cidadão, excluído do processo deseleção e da preservação.

A concepção de instituição museológicapreservacionista que traduz novos paradigmasde uma sociedade democrática, estaenraizada e é resultado de um processo his-tórico, político e social. Ao longo dos séculosos museus vêem passando por inúmerasmudanças. Atualmente tem-se como paradigmaque uma das funções mais importante de ummuseu é a educativa. Estando aberto ou fe-chado ele comunica, portanto é uma institui-ção que produz informações, constrói valo-

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3025

26

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

res e ideologias e a educação como área deconhecimento entraria como ferramenta pro-dutora de diálogos dos saberes e fazeresherdados, acumulados e ressignificados pelasociedade. O caráter social do conhecimen-to para Freire sustenta-se na premissa quea construção é um esforço coletivo, portantodeve ser apropriado criticamente permitindoos usos para a transformação social.

Tais reflexões e experiências acirraramas contradições provocando ruídos em ins-tâncias estruturais e teóricas. É nesse con-texto que as provocações formuladas porFreire e Benjamim especialmente quandodiscutem o conceito de história e experiên-cia, que compreende-se as peculiaridadesdentro de um contexto de totalidade, recu-perando a dimensão política da preservaçãoe a participação popular. Assim nossas pre-missas básicas para os projetos voltados amuseus e centro de memórias convergempara a construção de diálogos emancipatórios.Nesse sentido as ações passam a ser pensa-das em contextos e processos permanentestentando não cair nas armadilhas dos arran-jos metodológicos construídos pela educa-ção formal de cunho neoliberal. Até porqueessas instituições atuam com educação, masnão pertence à categoria do ensino formal,tampouco pode se transformar em um labo-ratório da escola. Para Lopes a contribuiçãodos museus à educação “não deveria ser tra-tada prioritariamente apenas do ponto e vis-ta de enriquecer, complementar currículoilustrar conhecimentos teóricos, tampouco apartir de propostas de intervenção direta noprocesso educacional formal, que dificilmentese comprometeriam com o “desempenho”das seqüências longas e rotineiras da apren-dizagem escolar (apud Tamanini, 1998:205).Os museus ainda sobrevivem em conseqü-ência do número de estudantes que os visi-tam. A relação pedagógica em grande partese dá na perspectiva de uma “visita”, semcomprometimentos processuais acadêmicospara as instituições envolvidas – Escola eMuseu. “Os objetos não falam por si só”. Sóos codifica quem tem os códigos e os signospara os faze-los.

Assim criamos programas de educaçãoem museus no final da década de 90, séculoXXI, onde a problemática reside na forma-ção de professores, formação de público eparticipação comunitária. As ações contem-plam linguagens educativas singulares amuseu, a centro de cultura e memória e aocampo teórico da educação popular inspira-da na pedagogia de Paulo Freire. Nesse pe-ríodo final da década de 0itenta grande par-te das instituições de cultura e educação nopaís, se negavam a pensar em educaçãopopular, ou assumirem as inspiraçõesFreirianas de Educação. Muitos secretáriose secretárias de educação ou cultura menci-onavam e citavam sua influência pedagógi-ca, mas tampouco, enquanto representan-tes das políticas públicas assumiam comoproposta político-pedagógica. Segundo Fleury(2002: 57):

Numa sociedade capitalista, a edu-cação popular, propriamente dita, opõe-se às diferentes formas de intervençãoeducativa realizadas pelas agências daclasse dominante junto às camadas po-pulares. Constitui-se como o conjunto deprocessos educativos desenvolvidos pe-las classes populares em suas lutas pelaconstrução de sua hegemonia e de suaresistência à exploração e a dominaçãocapitalista.

Tratando-se da cultura o afastamento eraainda maior. Observa-se fortemente essedistanciamento quando no final da décadade 60 e inicio de 70, o Programa Nacional deMuseus passa a adotar como linha de açãoos pressupostos teóricos da Educação per-manente definidos pelo UNESCO. “Os proje-tos de educação de adultos, patrocinados pelaUNESCO (United Nations Education Social AndCultural Organization) a partir da década de40 em diante, servem como instrumento paraa burocratização dos trabalhos anteriores deeducação junto ao povo, centralizando-os,ampliando-os e rotinizando-os sob o contro-le do Estado (Fleury, 2002:55). No caso doBrasil, os museus e centros culturais nãoassumiram as propostas de Educação Popu-

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3026

27

“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURALNO SÉCULO XXI”

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer

lar. Estiveram ausentes, não participaramativamente dos movimentos de educação ecultura deflagrados na década de setenta.Preferiram adotar as concepções de Educa-ção Permanente e de Educação patrimonial,“importadas” para o país, o que reduziu asprát icas educat ivas em museus àcomplementariedade da Escola.

“...Tanto bate até que fura: Educação,herança cultural e parti-cipação comunitária”

Quando afirmamos que nossa atuaçãofrente ao mundo não é desinteressada etampouco o conhecimento é disciplinar,contextualizamos estas reflexões tendo comopressuposto a nossa experiência profissio-nal e acadêmica ao longo desses anos atu-ando com educação. Nessa construção pas-samos a observar fortemente o quanto noBrasil às pequenas comunidades, aquelasmais afastadas dos centros urbanos são des-providas das condições elementares à quali-dade de vida. Afora as desigualdades sociaismais prementes, parte das memórias, dashistórias de vida, e da cultura material viva epresente nessas comunidades estão deposi-tados e “tombados” em muitos museus jáestudados em nossas pesquisas como acer-vos antigos, coisas do passado.

Novamente refletimos o quanto os mu-seus negligenciam a cultura como um fenô-meno social dinâmico, tratam do passadopensando nos objetos, nas “coisas velhas”.A sociedade, o ser humano, os saberes, osfazeres, as identidades, a vida estão ausen-tes da produção e do significado da cultura,seja ela material ou imaterial – passado epresente – não são passíveis de contextualização.Nesse momento nossa intervenção profissi-onal passa a ser no Programa de Mestradoem Educação da Universidade do PlanaltoCatarinense/UNIPLAC/LAGES/SC, como pro-fessoras/pesquisadoras. Juntamos nossosobjetos de pesquisa: Educação Popular, So-ciedade e Cultura. A docência, a pesquisa ea orientação das dissertações têm caminha-

do nesta perspectiva conceitual. Nas traje-tórias construídas e das temáticas estuda-das, como patrimônio, memória, educaçãoe herança cultural, dos espaços sagrados eprotegidos da Escola e do Museu nosso olhartem percorrido o “sertão”, o “sertão da serracatarinense, os lugares afastados e ausen-tes das infra-estruturas públicas onde emalgumas situações o ir significa fazer a trilhaa pé ou em lombo de cavalo. Segundo Peixer(2002) com as mudanças sócio-culturais ocor-ridas nas últimas décadas nessa região, demodo substancial com o êxodo rural, “há quese considerar, que a vinda para cidade nãosignifica a ruptura completa com o modo devida anterior e com a cultura política engen-drada nas relações entre fazendeiros, peõese agregados, isto tem repercussões nos pro-cessos de organização dos grupos locais esua efetiva participação em movimentos so-ciais.” um processo de resignificação dosantigos valores, em que as relaçõespaternal istas com os fazendeiros sereelaboraram em postura eivadas declientelismo com o poder público local”.Moraes Pessoa (2005:51) contribui com aanálise quando contextualiza que estas rela-ções, de identidades e posturas diante domundo não desaparecem por conta de mu-danças territoriais, segundo esse autor, “te-mos uma intersecção entre campo e cidade,em diversas manifestações e formas. O quemarca as ruralidades é a relação com a ter-ra, com o plantar. Isso faz parte, está pre-sente em nossos processos de construçãode identidades. Há muitas pessoas que mo-rando em médias e grandes cidades elabo-ram sua compreensão de mundo, com asreferências do mundo rural”.

Assim a reflexão fundamenta-se nas pe-quenas comunidades rurais, no inventário dasidentidades culturais, sociais e políticas, ten-do a, memória e a cultura material e imaterialpresente como tema gerador e a educaçãopopular como paradigma de mediação e di-álogos. As antigas igrejas, as antigas esco-las isoladas, os salões paroquiais, os sabe-res e os fazeres das comunidades serão detodo modo escavados, e quiçá escovados a

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3027

28

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

“contrapelo da história como diz WalterBenjamim”.

A investigação caminha para a produçãoacadêmica mais recente no Brasil sobre estátemática. O significado social da educaçãoem pequenas comunidades rurais, o papeldas referências patrimoniais identitárias naconstrução e desconstrução de conhecimen-tos e saberes comunitários, as identidades,a dinâmica social produzida pelo sentido daescola, da igreja, dos lugares de memóriacomo ressalta LE Goff e Nora, (1979: 13):

(...) “trata-se no sentido preciso dotermo em que uma sociedade qualquerque ela seja, uma nação, uma família,uma etnia, ou um partido, encerram vo-luntariamente as suas recordações e asreencontram como parte necessária dasua personalidade: os lugares topográfi-cos, como os arquivos, bibliotecas e mu-seus; os lugares monumentais como ce-mitérios, ou o patrimônio construído, oslugares simbólicos, como as comemora-ções, as peregrinações, os aniversáriosou emblemas; os lugares funcionais,como os manuais, as autobiografias ouassociações. Mas fazer história conduz amudar o sentido da própria palavra, pas-sando da memória dos lugares aos ver-dadeiros lugares da memória.”

Sabemos que faz sentido neste momen-to incluirmos este tema para uma releiturasobre os caminhos da educação popular edo significado da preservação da herançacultural para as pequenas comunidades ru-rais. Paulo Freire, (1996: 100) afirma que “aPedagogia é uma reflexão crítica sobre osquefazeres humanos. Para melhor realizar-se, estes quefazeres buscam a compreen-são científica do mundo. A Pedagogia preci-sa das ciências e, através destas, acontececomo reflexão crítica (...) uma ciência é umcampo de conhecimentos e procedimentosque tem autonomia epistemológica. Tem,também, uma certa autonomia classificatória(taxonômica) em seus procedimentos e nasua conceituação. Ela é autônoma, emborarelacionada com outras ciências”.

Temos estudado e acompanhado umasérie de pesquisas e experiências fundamen-tadas nos princípios da educação popular egrande parte dos enfoques estão voltadospara as áreas mais convencionais da educa-ção e da cultura. Segundo STRECK (2006:272)“Dois fatos contribuíram para definir os ru-mos da educação popular nestas últimasdécadas: foram à ida de Paulo Freire à Se-cretaria de Educação na cidade de São Pau-lo de 1989 a 1991 e a conquista do poderlocal por governos que assumiram uma pro-posta de educação popular”. “A educaçãopopular passou, assim a aproximar-se dolugar onde se gera o discurso pedagógicohegemônico, com todas as vantagens e ris-cos”.

Nesse sentido, nossas investigações pas-sam pelo viés da herança cultural, conceitoe significado de extrema relevância para aemancipação da classe trabalhadora. O queé preservado? O que se solidifica? O que sedestaca e é alçado ao papel de baluarte damemória e da história. E que ao mesmo tem-po pode servir de espaços de pertencimentode identidade, e também de espaços demudança, ou seja, que propiciem a reflexãocritica sobre o ser humano e sua comunida-de. Mas neste caso, o que é premente é oproblema das relações entre os homens. Emtoda resposta que o homem dá existe a pre-sença das experiências anteriores, a ação damemória. Toda ação humana é uma açãocom carga de memória e se não houvessememória, a cultura não seria possível. “Comoo indivíduo universal, o cidadão do mundopoderia orientar-se na cidade, no campo,quando sua geografia está presa à memó-ria? Isto é, quando devemos recordar que aRua da Fonte não possui nenhuma fonte etermina na rua das flores, as quais, por suavez faz tempo que não exalam cheiro”.(Lovisolo, 1989:19). Além de a memória co-letiva se apresentar como tradição, ela seestrutura internamente como uma partituramusical, o que nos possibilita aprendê-lacomo um sistema estruturado em que os ato-res sociais ocupam determinadas posições edesempenham determinados papéis.

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3028

29

“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURALNO SÉCULO XXI”

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer

Ao trabalharmos como a memória bus-cando reencontrar a herança cultural no pró-prio seio das comunidades históricas, asmaneiras como elas “viveram e vivem o seupassado, como constituem sua memória co-letiva e como esta lhe permite fazer em facedos acontecimentos presentes, percebemosque ela não é somente uma conquista, mastambém um instrumento e um objeto de po-der” (Khoury, 1991: 81). O sistema capitalis-ta vê essas questões como algo sem impor-tância, alicerçado no paradigma do proces-so produtivo do campo em decadência, ex-cluindo as comunidades de qualquer possi-bilidade de resistência ou sobrevivência so-cial e cultural.

Historicamente, com o desenvolvi-mento do capitalismo, o camponês écondenado ao desaparecimento, àproletarização, à transformação em ope-rário. Na relação com o camponês, o queo capital faz é tentar separá-lo dos mei-os de produção, convertê-lo em força detrabalho para o capital. (Martins, 2002:83-84).

Vale ressaltar que a valorização e esti-mulo à participação da sociedade na dis-cussão sobre a preservação da herança cul-tural não exime a responsabilidade do Es-tado. Não deixar se trair pelos ventos doneoliberalismo da participação esvaziada,significa rever constantemente o complexoprocesso histórico e econômico em que oBrasil está inserido.

O meio rural especialmente no século XXpassou a ser considerado e visto com áreamarginalizada, uma vez que o discurso clás-sico da “modernidade” apoiou-se no modeloindustrial, privilegiando a cidade como idealde desenvo lv imento, num processohierarquizador desses lugares, onde, por umlado, o campo passou a exercer o papel desaneador das necessidades urbanas (forne-cimento de matéria-prima, alimentos, águapotável, reservas de valores, especulaçãoimobiliária, entre outros exemplos). Tal es-tratégia resultou no retardamento – e emalguns casos, até mesmo na atrofia - do

movimento na construção e promoção dodesenvolvimento social e da conquista deuma melhor qualidade de vida. Segundo Bosi,(1994:11). “As palavras cultura, culto e co-lonização derivam do mesmo verbo latinocolo, cujo particípio passado é cultus e o par-ticípio futuro é cultus. Colo significou, na lín-gua de Roma, eu moro, eu ocupo a terra e,por extensão, eu trabalho, eu cultivo o cam-po. Cola é a matriz da colônia enquanto es-paço que esta ocupando, terra ou povo quese pode trabalhar e sujeitar”. Ao campo foireservado, no processo capitalista, primeiroà função de colonizar e agora consumir osserviços e produtos oriundos das cidades,num comportamento eminente passivo diantedo projeto neoliberal. Porém, a realizaçãode dimensões da essência humana é possi-bilitada, entre outras coisas, pelos artefatoscriados pelo trabalho humano, do homempara o homem, numa escala cada vez maishistórica.

Não só no Brasil, como em muitos ou-tros países este modelo que com nuancesdiferentes de urbanização provocou o esva-ziamento das áreas rurais resultando não sóem graves problemas sociais e culturais parao meio rural como também para a cidade.Ao viverem um momento de transição, ostrabalhadores acabavam por não usufruir de“novos direitos” nem eram desobrigados de“deveres antigos”. O campo passou a depen-der cada vez do Estado/governo para podermanter-se produtivo. Todavia os recursospara manter as atividades da agricultura fa-miliar são insuficientes para assegurar a pro-dução e a qualidade de vida da população docampo que vivencia ao longo dos tempos,dolorosas escassez dos mais elementaresrecursos de subsistência. Segundo Martins(1986:146):

Na verdade, o que os grandes esta-belecimentos estão claramente produzin-do, ao manter, especulativamente, ter-ras incultas em alta proporção, é rendafundiária e não lucro nem riqueza oumaior valor de produção. Estão interes-sados na elevação especulativa do pre-

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3029

30

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

ço da terra e na renda fundiária que daíresulta sem necessidade de maiores in-vestimentos de capital. (...) A explicaçãonão é completa nem correta se deixar-mos de lado o fato de que a grande pro-dução na agricultura, assim como a pe-quena, envolve a renda fundiária e a con-tradição que a renda apresenta na pro-dução capitalista.

Assim, as comunidades rurais no Brasilvêem sofrendo processos de desestruturaçãonas diferentes dimensões. Nas últimas dé-cadas, os apelos, para as ditas mudançassócio-culturais, foram forjadas à luz do mo-delo econômico neoliberal que abstrai dasexperiências comunitárias a idéia de que ossujeitos são algo em si, quando identificadosao consumo extremo. As Escolas, a partir deseus Programas de Ensino, acabam por legi-timar esse modelo, que nega a possibilidadede resistir a violência do mercado. Tal legiti-midade e/ou tal autonomia “é produzida nomomento em que se faz uma separação en-tre indivíduos que dominam e as idéias quedominam, de tal modo que a dominação dehomens sobre homens não seja percebidaporque aparece como dominação das idéiassobre todos os homens (Chaui,1981: 106).Ressaltamos o papel da Escola porque paraos pequenos lugares, pequenas comunida-des a Escola exerce um papel essencial naconstrução de relações societárias, eidentitárias interagindo com diferentes gru-pos sociais.

Não podemos falar só daqueles que fre-qüentam a educação formal, mas tambémnos que vão se educando informalmente juntoda sua família, constituindo, por vezes, a suamemória coletiva, com as memórias dos ou-tros, inventando, criando um imaginário queos equilibra face ao desenraizamento que so-frem. Todavia o que se observa a partir depesquisas sobre currículo e conteúdoprogramático para as escolas do campo edas inúmeras escolas rurais, igrejas e ou-tros elementos de identificação abandonadosno Brasil (cultura material – patrimônio cultu-ral das comunidades), é que a referência, e o

modelo ideológico de sociedade fundamenta-se num imaginário urbano-capitalista.

A moeda da cidadania, da inclusão pas-sou a ser o cartão de crédito, porém, cida-dania é vivida por aquele que mora na cida-de. Quem vive nas áreas rurais ou vive docampo, pouco pode ter acesso aos bens pro-duzidos e ofertados na polis, portanto a ci-dadania é restrita. A problemática fundamen-ta-se não na acessibilidade, mas nas ideolo-gias de apropriação e valoração destes pro-cessos. Para Ortiz (1996), a sociedade bra-sileira, passa nesse momento também, poruma reorganização na esfera da cultura. “So-bretudo com a consolidação, nos anos 60 e70, das indústrias culturais” As diferençasentre o que se ensina para as comunidadesrurais e as comunidades urbanas, nestemodelo, referem-se ainda um projetodesenvolvimentista ancorado em estereóti-pos. O fazer e o saber das comunidades ru-rais podem se transformar em algo impor-tante ou exótico (falamos das experiênciasde turismo no espaço rural) quando o “mo-delo” se apropria destas singularidades parao consumo urbano.

As teorias críticas têm contribuído paraaumentar nossa compreensão sobre as ínti-mas e estreitas relações entre conhecimen-to, poder e identidade social e, portanto, so-bre as múltiplas formas pelas quais os co-nhecimentos e saberes estão centralmenteenvolvidos na produção do social. As teoriasda reprodução social, por exemplo, nos mos-tram como as distribuições desiguais de co-nhecimentos, através do currículo, da esco-la, e dos museus constituem mecanismoscentrais do processo de produção e repro-dução de desigualdade social. A Educação,em um quadro mais estrutural, tem sido efe-tivada a partir da seleção autoritária buro-crática inadequada e imposta dos saberes.

A Educação, a partir da interface com aEscola detém responsabilidades tanto demanutenção deste modelo, como poderá serprodutora de rupturas no campo do fortale-cimento das identidades e das diferenças,tendo a produção humana como convergên-cia entre identidades, comunidades e sabe-

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3030

31

“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURALNO SÉCULO XXI”

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer

res. Todavia, como um modo de existênciaímpar, como um referencial capaz de “juntarfragmentos” e forjar a “identidade mestra”(Hall, 2003).

E essa é uma rede de diversos pontosnodais, em busca do entendimento dessesprocessos e atuação articulada, que possamcontribuir para a autonomia das sociedades,que em síntese é que o Paulo Freire tantodestacou a “luta contra todos os obstáculosa humanização [do individuo]”. E esse é umponto chave, construir um presente e umfuturo melhor de forma igualitária, mes-mo porque estamos na eminência dainsustentabilidade humana.

E aí chegamos a outro grande impasse,percebemos que a cultura se transforma tam-bém no grande apanágio, tanto para justifi-car a permanência e imutabilidade das con-dições e estruturas sociais, como para, ser-vir de vetor para essas mesmas mudanças.È só observarmos os discursos sobre desen-volvimento e sustentabilidade social. Isso nosremete a pontos que gostaríamos de abor-dar que é sobre os elementos de permanên-cia cultural, e aqui considerando em doisaspectos: de dominação e de resistência/autonomia.

Memórias, subjetividades, identidades,heranças culturais formação do sujeito indi-vidual e coletivo submersos na dimensãocultural. Muitas vezes não entendemos os li-ames e os fios que formam essa trama, e odiscurso da cultura tanto pode servir paracamuflar e justificar como para desvelar eromper. Memórias e heranças culturais es-condidas e camufladas, mas que formamparte significativa do território cognitivo deatuação social.

Assim, lembramo-nos das práticas docoronelismo, que enquanto sistema político,já foi superado, mas enquanto prática políti-ca cotidiana está muito vivo nas práticas po-líticas e relação entre grupos sociais e Esta-do, onde espaços e instrumentos de relaçõesdemocráticos, como: eleições diretas,informatizadas ou audiências pública sãorearticuladas nas práticas de mandonismolocal, onde o momento em si (eleição, as-

sembléia) e seus coadjuvantes o churrasco,a camiseta, o boné, a cesta básica, a cane-ta, formam uma intrincada rede de submis-são e reafirmação do sistema autoritário ehierárquico local. E que reafirmam tambéma relação de dependência/clientelismo paracom o Estado. Aspecto que continua contri-buindo para as estruturas desiguais da soci-edade. Referencias culturais como esses,dimensionam tempos e movimentos, e cons-tituem-se em referenciais das práticas soci-ais, especialmente em pequenas comunida-des rurais. A escola vai funcionar e a igrejaficará onde está se “eles os donos do po-der”, se assim os desejarem.

Saber as formas de vida as quais exis-tam poucos registros, saber como os silenci-osos, aqueles que pouco ou nada aparecemna documentação escrita e na representa-ção da cultura material “oficial” – museus,centros de memórias e territórios de refe-rências - saber como encarar sua existênciadiante das modificações tão rápidas em cur-so, buscar as relações, as tensões, as teiascoletivas entre indivíduos num grupo numacamada social em épocas distantes e tam-bém agora, de pessoas que experimentammudanças, segundo valores já preestabelecidos,de normas e comportamentos que aceitamou rejeitam, são algumas questões inusita-das que o estudo da cultura material e otrabalho com educação popular pode nospropiciar.

Vale dizer que memória e identidade eherança cultural podem perfeitamente sernegociadas, e não são fenômenos que de-vam ser compreendidos como essências deuma pessoa ou de um grupo. Se é possível oconfronto entre memória individual e a me-mória dos outros, isso mostra que a memó-ria e a identidade são valores disputados emconflitos sociais e intergrupais, e particular-mente em conflitos que opõem grupos políti-cos diversos.

Por fim nossa metáfora parte de um di-tado popular, “Água mole em pedra dura tantobate até que fura”, retomando desse modo àcontradição, o desagravo e a resistência àscondições históricas cravadas pelo tempo,

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3031

32

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

neste caso negando a idéia de que ele é omelhor “remédio”, pois o tempo também érelativo e pode ser cristalizado, revisitado,revisado e (re)construído. É Por esses cami-nhos que trilham as pesquisas sobre Educa-ção, Cultura, Memória e Patrimônio e tam-

Bibliografía

BENJAMIM, W.1994 Sobre o conceito de História. In: Magia e

Técnica, Arte e Política: ensaios sobre li-teratura e cultura. São Paulo: Brasiliense.

BOSI, ALFREDO.1994 Dialética da colonização. São Paulo: Cia

das Letras.CHAUI, M.

1981 O que é ideologia. São Paulo: Brasiliense.FALKEMBACH, E. M. F.

2006 Socialização e Individuação. Ijui: Frontei-ras da Educação/UNIJUI.

FERNANDES, J.R.1993 Educação Patrimonial e Cidadania: uma

proposta alternativa para o ensino de His-tória. Revista Brasileira de História, 13.

FREIRE, P.1997 Pedagogia da esperança: um encontro

com a pedagogia do oprimido. 3. ed. SãoPaulo: Paz e Terra.

1983 Educação e mudança. Rio de Janeiro: Paze Terra.

FUNARI, P. P. A. ORSER,C. E. JR, SCHIAVETTO, S.N. O. (ORGS.) .

2005 Identidades, discurso e poder: estudos daArqueologia contemporânea. 1. ed. SãoPaulo: Annablume.

FUNARI, P. (ORG.)1998 Cultura material e arqueologia histórica.

Campinas: São Paulo, UNICAMP. F.C.H.,317 p. (Coleção Idéias).

FUNARI, P.1995 O papel da cultural material urbana na cons-

trução de uma memória histórica. In: Ci-dade e Memória. Porto Alegre: PrefeituraMunicipal.

HALL, S.2003 Da Diáspora: identidades e mediações cul-

turais. In: Liv Sovik (Org) Belo Horizonte:EdUFMG, Brasília, UNESCO.

LE GOFF, JAQUES; NORA, PIERRE.1979 História novos problemas. São Paulo:

Francisco Alves.

LOVISOLO, HUGO.1989 A memória e a formação dos homens.

In: Estudos históricos. Rio de Janeiro:Vértice.

MARTINS, J.S.2002 A sociedade vista do abismo: novos estu-

dos sobre exclusão, pobreza e classes so-ciais. Petrópolis: Vozes.

1986 A reforma agrária e os limites da demo-cracia na “Nova República”. São Paulo:Hucitec.

ORTIZ, R. A.1996 Mundialização e Cultura. São Paulo:

Brasiliense.KROURY, Y. A.

1991 Documentos orais e visuais: organizaçãoe usos coletivos. In: REVISTA DO ARQUI-VO MUNICIPAL. Memória e ação cultural.São Paulo: Departamento do PatrimônioHistórico.

PEIXER, Z. I.2002 A cidade e seus tempos: o processo de

constituição do espaço urbano em Lages.Lages: Ed. UNIPLAC.

PESSOA MORAIS, J.2006 Saberes em Festa. Goiania: Kelps/UCG.

RODRIGUES, M.2001 Preservar e Consumir: o patrimônio histó-

rico e o turismo. In: Turismo e PatrimônioCultural, P.P.A. Funari& J. Pinsky (Orgs),São Paulo Contexto.

TAMANINI, ELIZABETE.1998 Museu Arqueologia e o Público. In:

FUNARI, P.(Org.) Cultura material e ar-queologia histórica. Campinas: São Pau-lo, UNICAMP. F.C.H., 317 p. (ColeçãoIdéias).

2000 Vidas transplantadas: museu, educação ea cultura material na (re)construção dopassado. Tese de Doutorado. Universida-de Estadual de Campinas/SP: Faculdadede Educação.

bém estruturam-se as ações nesse campode luta, não mais restrito a uma esfera autô-noma da sociedade, mas que é agora a pró-pria sociedade. E a luta contra todas as for-mas de dominação e submissão se intensifi-ca. E nós estamos nesse processo.

Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26/9/2007, 12:3032

33

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 33-44.

“LIDANDO COM AS COISAS QUEBRADAS DA HISTÓRIA”

José Alberione dos Reis*

Resumo: Juntar as coisa quebradas do passado. Pode ser feito pelo mes-mo, de forma quadrada, encerrada nos ditames acadêmicos e científicos.Sem autoria e sem compromisso social. Pode ser feito através do outro,de forma elíptica, inclusiva, reflexiva, com autoria explícita, com compro-misso social e político e, também, empregando teorias e métodos do ci-entífico e do acadêmico. São fazeres diferentes, portanto.

Palavras-chave: arqueologia;arqueologia pública;compromisso social

* Universidade de Caxias do Sul/Depto. de História eGeografia, [email protected](1) Este texto, aqui com algumas alterações, foi apre-

“A opinião dos meninos assemelhava-se à dela [Baleia]. Agora olhavam as lojas, astoldas a mesa de leilão. E conferenciavam pasmados. Tinham percebido que havia muitaspessoas no mundo. Ocupavam-se em descobrir uma enorme quantidade de objetos. Co-municaram baixinho um ao outro as surpresas que os enchiam. Impossível imaginar tantasmaravilhas juntas. O menino mais novo teve uma dúvida e apresentou-a timidamente aoirmão. Seria que aquilo tinha sido feito por gente? O menino mais velho hesitou, espiou aslojas, as toldas iluminadas, as moças bem vestidas. Encolheu os ombros. Talvez aquilotivesse sido feito por gente. Nova dificuldade chegou-se ao espírito, soprou-a ao ouvido doirmão. Provavelmente aquelas coisas tinham nomes. O menino mais novo interrogou-ocom os olhos. Sim, com certeza as preciosidades que se exibiam nos altares da igreja enas prateleiras das lojas tinham nomes. Puseram-se a discutir a questão intrincada. Comopodiam os homens guardar tantas palavras? Era impossível, ninguém conservava tão grandesoma de conhecimentos. Livre dos nomes, as coisas ficavam distantes, misteriosas. Nãotinham sido feitas por gente. E os indivíduos que mexiam nelas cometiam imprudência.Vistas de longe, eram bonitas. Admirados e medrosos, falavam baixo para não desencade-ar as forças estranhas que elas porventura encerrassem”. (Graciliano Ramos, Vidas secas)

cara de verão. Diferente da de vocês, por aí,amazônica. Pois vou escrever motivado pelas lem-branças daquelas nossas boas e longas conver-sas, lá em Maquiné, quando chovia muito e nãopodíamos ir trabalhar nos ensopados milharais.

Rio Grande, 21 de novembro de 20061

Queridos amigosInicio minha prosa dizendo que nossa pri-

mavera, por aqui, está muito esquisita. Já com

sentado no V° Encontro da Regional SAB-SUL, emnovembro de 2006, na cidade de Rio Grande/RS.

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2133

34

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Alguns prolegômenos

Lembro-me, principalmente, daquelatrapalhada, quando fomos conversar como sr. John Gambi. Ele nos afirmava queaquelas lascas de pedra tinham sido fei-tas pelos seus netos e que era tudo brin-quedo de criança. “Vocês nada mais têmde fazer naquele lugar e o melhor era quevocês vão embora”, dizia ele. Ora, vocêsjá tinham não só identificado as tais las-cas como material arqueológico e, alémdisso, também registrado devidamente olocal como sítio arqueológico. Porém, fi-camos surpresos com a reação do sr. JohnGambi. Voltamos para casa. Ficamos tro-cando idéias sobre como teriam sido ostrabalhos de campo se fossem precedidosou incluído neles, atividades que esclare-cessem o que ali fazíamos e que teriamenvolvido a pesquisa arqueológica numâmbito de compromisso social. Como istonão foi feito, tal reação era normal e nãode surpresa, lembram.

Pois é com estas conversas e com estacena na cabeça, desde aquele dia quente enublado, que hoje escrevo para prosear comvocês sobre este tal de compromisso socialda Arqueologia.

No mês passado, estive trabalhandonuma escavação sob a coordenação do ar-queólogo Paulo Alexandre, em Ivoti. É o cam-po do projeto de doutorado dele. Trata detemática que se relaciona com a imigraçãoalemã. Pois, durante os trabalhos de campo,que se intercalaram, num mesmo dia, comtemperaturas que variavam de 6° a 32°graus, crianças de várias idades e tamanhosvisitavam o sítio. Acompanhados das profes-soras, lindas! Numa das visitas, com agurizada louca pra se atirar dentro das qua-drículas, uma professora indagou: “O que elesestão fazendo aí dentro destes buracos?”Rápido silêncio. Muitas respostas gritadas.Uma menina, de uns seis anos, assim res-pondeu: “Ora, professora, eles estão traba-lhando com as coisas quebradas da Histó-ria”. Confesso que me emocionei com estaresposta.

Quais parâmetros devemos clarear eestabelecer visando firmar compromisso so-cial da Arqueologia brasileira com as pesso-as que desejam e querem saber sobre ospassados? (Bezerra de Almeida 2003)2

Antes de mais nada acho que é bomlogo esclarecer o que posso entender porcompromisso. Talvez até buscando outrapalavra fora de moda, engajamento.Vocês são mocidade nova. Eu faço partede uma geração que até botou a própriavida em jogo quando desafiada diante doengajamento, de assumir compromisso.Isto é, ato de obrigação assumido, empe-nhado, pactuado e de exposição ao riscoque sustenta idéias e ações em relação aum fazer social, no nosso caso, chamadode Arqueologia. Pois como ainda estoufora das modas, mais do que compromis-so social, gosto mais do engajamento so-cial. Consiste na “participação ativa emassuntos e circunstâncias de relevância po-lítica e social, passível de ocorrer por meiode manifestação intelectual pública, denatureza teórica, artística (...), ou em ati-vidade prática no interior de grupos orga-nizados, movimentos, associações, etc.”Fui buscar este conceito no Houaiss(2001).

Ora, para dar um rumo a esta prosa,amigos, já lhes digo que ‘participação ativa’em termos de compromisso e de engajamentosocial da Arqueologia, para mim, não pas-sa por nenhum “re” Não acredito em ne-nhum prefixo “re” se assumimos um querercompromissado socialmente nos nossos fa-zeres arqueológicos. Isto é, refazer, reor-ganizar, reconstruir e os outros tantos “re”na nossa produção discursiva. Somos aque-

(2) “A Arqueologia Pública, tal como a compreende-mos, engloba um conjunto de ações e reflexões queobjetiva saber a quem interessa o conhecimento pro-duzido pela Arqueologia; de forma nossas pesquisasafetam a sociedade; como estão sendo apresenta-das ao público, ou seja, mais do que uma linha depesquisa da disciplina, a Arqueologia Pública é ine-rente ao exercício da profissão” Bezerra de Almeida,2003: 276).

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2134

35

“Lidando com as coisas quebradas da História”José Alberione dos Reis

les que fazem, organizam, constroem e atéinventam o passado.3 Os passados que cons-truímos se presentificam nos textos que pro-duzimos. Estes entranhados com sentidosde interpretação e inseridos em influênciassocioculturais, históricas e ideológicas(Orlandi 2000). Não é nas pontas de projétile nem na pesada tecnotipologia de lascamentobifacial que engendramos passados. Res-pectivamente, estes tiveram lugar na Tra-dição Umbu e na Tradição Humaitá. Tive-ram. Hoje, em novas formações discursivas,já se questiona se estas tradições existiram,assim, separadamente ou se correspondema duas maneiras de fazer de um mesmogrupo humano. Neste movimento, às ve-zes, estes passados escapam pelas portasdos fundos da academia e ganham vidaquando denominados de os Umbu e osHumaitá.

Bueno, vamos mudar o rumo desta prosa!Vocês têm me contado as vicissitudes que

estão passando por aí, em Calçoene, em fun-ção dos desafios que a multivocalidade(Gnecco 2001) tem cercado a pesquisa queestão realizando. Principalmente, advinda daspessoas que estão diretamente envolvidaspor estarem morando e vivendo junto e pró-ximo ao sítio. Dito de outro modo, fazer umaarqueologia quadrada, cientificamente am-parada e encerrada apenas nos parâmetrosacadêmicos, é fácil. Difícil é fazer uma ar-queologia redonda, aberta e suscetível amultivocalidade advinda de pessoas simples,iletradas, do povo e que também querem falare serem ouvidas em relação ao que a vozciência da Arqueologia alarde como deten-tora da reconstrução do passado.

Juntar as coisas quebradas dos passa-dos. Pode ser feito pelo mesmo, de formaquadrada, encerrada nos ditames acadêmi-cos e científicos. Sem autoria e sem com-

promisso social. Pode ser feito através dooutro, de forma espiralada, labiríntica, inclu-siva, reflexiva. Explicitamente com autoria,com compromisso social e político e, tam-bém, com teorias e métodos do âmbito cien-tífico e acadêmico. São fazeres diferentes,portanto.

Assuntando sobre o Mesmo esobre o Outro

Digo labiríntica e quadrada, parafrase-ando o que Thomas (1995: 355 e 358) sereferiu como Arqueologia do Outro e Arque-ologia do Mesmo, respectivamente. Adiscursividade arqueológica do Mesmo éaquela que carrega o perigo de nos conven-cer de que o passado foi justamente comosempre foi. Assenta-se na única fala dos fa-zeres técnicos e numa epistemologiacartesiana (Mrozowski 1999). É a suprema-cia da escavação. Os sujeitos discursivosestão ausentes ou escondidos. As teoriassorrateiras no implícito. As evidências damaterialidade pesquisada são apresentadascomo objetivas e universais em suas expli-cações. Especialistas são convocados a falarcomo respeitadas autoridades na geléia ge-ral de esdrúxulas interdisciplinaridades. Aouniverso do empírico é dada total prioridadecalando o potencial arriscado das interpre-tações explicitamente teóricas. A Arqueolo-gia do Mesmo afirma e sustenta lugares depoder (Foucault 1998) do pesquisador oupesquisadora e das instituições produtorasdas pesquisas.

Aqui volto a lembrar das nossas outrastantas conversas, à noite, depois dos banhosno rio Maquiné e de ter lavada tanta e toda alouça. Devorados pelos mosquitos famintos,tomávamos chimarrão e cachaça. Discutía-mos sobre como escapar da tentadora ma-lha fina e fácil do Mesmo para incluirengajamento com as coisas, lugares e pes-soas (Cabral 2005) dentro do que nos pro-púnhamos fazer enquanto Arqueologia.

Abraçamos a Arqueologia do Outro quan-do estamos interpretando os passados sem

(3) “Construir: criar (algo), juntando materiais varia-dos em determinada forma, seguindo determinadoprojeto; fazer um trabalho de criação mental”.Reconstruir: formar novamente; devolver formatoanterior a” (Houaiss, 2001).

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2135

36

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

procurar apenas possíveis identificações decomo eles foram produzidos. Trata-se deconsiderar seus efeitos nas interpretaçõessobre eles feitas e sobre os usos queretornam contemporaneamente sobre estespassados. Acredito peremptoriamente que,quaisquer que sejam os passados, será sem-pre trabalho discursivo contemporâneo,contextualizado no presente e do presente(Fiorin 2004). Por isso, pluralizo. O potencialperigo dos passados enquanto Outro é quepodem desestabilizar ou deslegitimar o pre-sente produzido pelo Mesmo. A Arqueologiado Outro convoca e inclui alteridades, dife-renças, identidades – a multivocalidade daspessoas engajadas na construção dos pas-sados, inclusive a dos cientistas da Arqueo-logia. Aqui, a subjetividade explícita é desa-fiada a sair da toca e correr riscos de se ex-por. Interpretações teoricamente explícitas econceitualmente clareadas se imbricam pordentro e através do universo empírico traba-lhado. É a tal da ‘atitude’ que salienta Shanks(Pearson and Shanks 2001:08).

Quem somos nós enquanto pesquisado-res e pesquisadoras? O que estamos que-rendo com nossos estudos? Por que e paraquem construímos passados? Estas questõessão insistentemente salientadas na Arqueo-logia do Outro.4 Apontam para os tipos deArqueologia que praticamos, os lugares denossos engajamentos sociais e políticos, nos-sos afetos e nossas narrativas (Gilchrist 2005)em relação às diversas conexões das práti-cas arqueológicas. Estas, quando o Outro estáem cena nas artesanias de passados, atuamna elucidação e interpretação sobre etnicidadese identidades; narrativas arqueológicas aserviço do Estado; patrimônio e nacionalis-mo (López Aguilar 2002); colonialismo, pós-colonialismo e exploração no âmbito de umaarqueologia do capitalismo (Lima 2002). Éclaro, ressaltando sempre que é na e a par-tir da materialidade que age a Arqueologia.

Materialidade e imaterialidade estão sempreem diálogo e trocas quando se trata da Ar-queologia do Outro. É uma práxis arqueoló-gica que instiga uma vívida experiência deidentidade social e de amplo engajamentopolítico. “Vincula fluxos de poder e de dife-rença, seja isto nacional, racial, étnico, reli-gioso, sexual, de gênero, de classe ou doque mais for” (Meskell 2002:293).

E o nosso público? (McManamon 2000)Não me refiro ao de origem acadêmica. Vocêsaí, neste extremo da Amazônia, têm até so-ciedade secreta-exotérica criticando o fatode vocês ainda não saberem que fenícios eceltas já por estes lugares viveram. Que tal!Nosso público: é o sr. John Gambi, lá deMaquiné; são as crianças de Ivoti; são osgrupos de pessoas que visitam a Arqueolo-gia da Praça, em Porto Alegre, na Feira doLivro; são as educações patrimoniais; nos-sos alunos de licenciaturas que serão pro-fessores e formadores de futuros outrospúblicos; são aqueles que assistem osdocumentários exóticos e aventurescos doDiscovery; são aquelas tantas pessoas quese aproximam, sestrosas e cabreiras, que-rendo saber quanto ouro já achamos e es-condemos e o quanto ainda vamos ensacarnos nossos saquinhos numerados e o quan-to que ainda será medido e identificado pe-los aparelhos. Não tem como fugir da raia,ou troteia ou sai da estrada! “Ser um arque-ólogo [arqueóloga] é, em outras palavras,um ato social” (Matthews 2004:1). Quem estáa fim de fazer e de produzir enquanto Ar-queologia do Outro só tem que escolher emque maior ou menor dimensão vai se envol-ver num engajamento social e político. Opúblico só está nos cutucando!

Neste sentido, gostei da pergunta que fezNajjar (2002): diante dos grupos sociais comquem trabalhamos e convivemos nas nossaspesquisas, são nossos parceiros ou nossosrivais? Seja para estabelecer laços de par-ceria ou atar rivalidades o caminho é sem-pre difícil. São atos sociais, inexoravelmente.Pois, tanto os tais grupos sociais quanto nós,cientistas da Arqueologia, estamos, ao mes-mo tempo, interessados e apoderados em

(4) Semelhantes questionamentos também já fazemparte da Antropologia (Descola, 2005).

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2136

37

“Lidando com as coisas quebradas da História”José Alberione dos Reis

relação às interpretações e utilizações queserão feitas com os vestígios arqueológicosoriundos dos passados que construímos.

O que se infiltra entre parceria ou rivali-dade é o clamor cada vez mais intenso dosgrupos sociais para terem sua mutivocalidadeincluída, incorporada e reconhecida na cons-trução dos passados pelos fazeres arqueo-lógicos. É o que Hodder (2003:56) denominade forçar a Arqueologia no sentido dareflexividade. Isto significa que “a Arqueolo-gia deve agora ser definida não como o es-tudo dos vestígios materiais do passado, mascomo um particular modo de indagar sobrea relação entre as pessoas e seus passados”(Hodder 2003:62).

E quanto ao futuro? Respondendo, Wood(2002) afirmativamente acentua o caráterpolítico da produção do conhecimento ar-queológico. Apresentando e discorrendosobre as pesquisas efetuadas pela autora esua equipe em um projeto denominadoColorado Coal Field War Archaeology Project,Wood (2002:91) acentua o que entende porum engajamento político da pesquisa arque-ológica: “Não há uma visão ou argumentoque poderia ser certo ou errado. Para mim,uma engajada e transformadora arqueolo-gia emerge desde um entendimento críticoe histórico do mundo. Desde nossa partici-pação na construção de relações democrá-ticas dentro de nossas salas de aula, dossítios-escola e de nossos lugares de traba-lho, ainda que nosso ativo engajamento emgrupos de ações sócio-políticas esteja forada academia”.

Bueno! Parei um pouco para esquentara água para o mate. Esta minha prosa estáficando comprida e pensar muito dói. Fi-quei precisado de umas cuias de chimar-rão para aliviar os pensamentos. Mas, vouem frente!

Enfim, amigos, termino por aqui estasachegas que se imiscuem nestas arqueolo-gias. Quem sabe mais adiante nos encontra-remos de novo para trocarmos opiniões so-bre estes diferentes lugares discursivos. Parafechar, volto ao Thomas (1995:358) que alertapara o seguinte: “... é preciso estar atento

para escrever em dois diferentes tropos: anormalização e objetificação da Arqueologiado Mesmo ou a fragmentação e ruptura daArqueologia do Outro”.

Eu sou pela Arqueologia do Outro.Elaboro, no prosseguimento, uma cone-

xão entre o que antes disse sobre esta Ar-queologia do Outro e o que tempos atráspesquisei. Quero agora recordar para vocês- já que leram, mas esqueceram - dois tópi-cos da pesquisa que fiz para a confecção datese5 (Reis 2004) e que estão bem relacio-nados com esta prosa. Trata-se de algumasconsiderações sobre autoria e subjetividadeno discurso arqueológico e sobre a inserçãodesta discursividade na realidade brasileira.

Autoria e subjetividade nodiscurso arqueológico

Em relação a este tópico obtive dadosesclarecedores sobre qual é a tradição douso da pessoa na redação dos textospesquisados. O que aqui apresento vem deencontro a uma das propostas da Arqueolo-gia Pós-Processual. O destaque e a presen-ça marcante do arqueólogo enquanto autor

(5) A proposta desta tese ancora-se empiricamenteem um levantamento o mais exaustivo possível dasteses e dissertações produzidas nos três centros for-madores de profissionais em nível de pós-gradua-ção, com área de concentração em Arqueologia, His-tória e ou Pré-História. Estão localizados na PontifíciaUniversidade Católica do Rio Grande do Sul (PUC/RS), Museu de Arqueologia e Etnologia (MAE/USP) ena Universidade Federal de Pernambuco (UFPE). Oslocais da pesquisa foram as bibliotecas das respecti-vas instituições. Cada tese e dissertação seleciona-da nesta fase da pesquisa foram identificadas emfichamento específico. Num levantamento geral, quenão tem a pretensão de ser completo e total, localizei225 textos que englobam o conjunto das produçõesacadêmicas das três instituições, num período com-preendido entre 1970 e 2001.Também foram arroladas outras teses e dissertaçõesproduzidas nestas instituições. Porém, oriundas de ou-tros departamentos ou institutos e em outras ciências,tais como História, Antropologia, Geografia e Biologia,que tenham contemplado temas da Arqueologia.

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2137

38

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

de textos. Salienta a subjetividade6 destaautoria que se presentifica nas mais diver-sas produções discursivas.

Nestas, sobre autor e sujeito, acom-panho algumas reflexões de Orlandi (2000).No discurso, a categoria sujeito e, no tex-to, a presença do autor implicando disci-plina, organização e unidade. “Podemosentão dizer que a autoria é uma função dosujeito” (Orlandi 2000: 74). Para autora,esta função-autor do sujeito é discursiva,produtora de textos, de linguagem. Dá vi-sibilidade ao autor. Este “... é o sujeito que,tendo o domínio de certos mecanismosdiscursivos, representa, pela linguagem,esse papel na ordem em que está inscrito,na posição em que se constitui, assumindoa responsabilidade pelo que diz, como diz,etc.” (Orlandi 2000: 76).

Para além da subjetividade, também épossível se buscar pela marcante presençada emoção nos discursos arqueológicos so-bre os passados (Tarlow 2000). Shanks eTilley (1989) destacam que a discursividadearqueológica está fortemente marcada pe-las individualidades dos arqueólogos. Mani-festam uma subjetividade que atua do e nomundo, agindo no presente “... através deuma experiência autobiográfica...” (Shankse Tilley 1989: 44). Um dos caminhos paraelucidar tal subjetividade está no uso da pes-soa na redação dos textos acadêmicos.

Num estudo sobre a pessoa no discursocientífico, Coracini (1991) destaca o fato deque um autor tenta, no mais das vezes, as-sumir uma postura de quem observa à dis-

tância seu objeto de observação. Esta ten-tativa visa ausentar explicitamente a subje-tividade do autor na pesquisa. No entanto,como ressalta Coracini (1991:105), nemsempre isto acontece: “Algumas vezes, ospronomes pessoais explicitam o sujeitoenunciador: prova de que ele não conseguese esconder totalmente por detrás dosenunciados que profere”. Pode não se es-conder, mas a depender da tradição do usoda pessoa no discurso, estará indeterminada.Tal situação vem demonstrada nos quadrosseguintes. Nos textos oriundos da PUC e daUFPE predomina o emprego da terceira pes-soa do singular e nos da USP o da primeirapessoa do plural.

(6) “Característica do sujeito; aquilo que é pessoal,individual, que pertence ao sujeito e apenas a ele(...)” (Japiassu e Marcondes, 1996:254).Tomando como referência a Análise do Discurso, su-jeito é: “Resultado da relação com a linguagem e ahistória. O sujeito do discurso não é totalmente livre,nem totalmente determinado por mecanismos exteri-ores. O sujeito é constituído a partir da relação como outro (...). (...). Assim, a incompletude é uma pro-priedade do sujeito e a afirmação de sua identidaderesultará da constante necessidade de completude”(Ferreira, 2001:22).

USP

Pronome Pessoal Quantidade

1° Pessoa do Plural3° Pessoa do Singular1° Pessoa do Singular

2116 6

UFPE

Pronome Pessoal Quantidade

3° Pessoa do Singular1° Pessoa do Plural1° Pessoa do Singular

851

PUC

Pronome Pessoal Quantidade

3° Pessoa do Singular1° Pessoa do Plural1° Pessoa do Singular

842

O uso da terceira pessoa do singular, nosquadros referentes à PUC e a UFPE, apontapara enunciados de alguém ou algo, não sereferindo, porém, a uma determinada pes-soa. Pode estar falando de infinitos sujeitosou de nenhum. “A terceira pessoa é, em vir-tude da sua própria estrutura, a forma nãopessoal da flexão verbal” (Benveniste1995:252).

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2138

39

“Lidando com as coisas quebradas da História”José Alberione dos Reis

Indursky (1997) caracteriza a terceirapessoa que o sujeito do discurso emprega,como sendo uma ‘quarta-pessoa discursiva’,aquela que “... produz a impessoalizaçãodesse sujeito: ele abdica de dizer eu, ceden-do espaço para o acontecimento do discur-so” (Indursky 1997:76). Esta quarta-pessoasimulará a ausência do sujeito na materialidadediscursiva ao se representar por ‘ele’ ou peloemprego do ‘se’. É produzida uma ilusão quedesvincula a produção do sujeito do discursoem relação aos respectivos acontecimentosdiscursivos. Isto é, estes acontecimentos vãosendo apresentados na discursividade comosendo independentes da ação produtora dossujeitos. Assim, o uso da terceira pessoa, noque pode ser entendido neste conceito de‘quarta-pessoa’, representa um modo deindeterminação da pessoa. “Ou seja, a quartapessoa discursiva permite que o sujeito falede si mesmo como se falasse de um outro,(...)” (Indursky 1997:87).

No quadro referente aos textos da USP,se destaca, em primeiro lugar, o uso da pri-meira pessoa do plural. “... são tradicionaisem português enunciações com nós comoforma de distanciamento do locutor (do eu).É o caso do nós no discurso científico que seconstrói na primeira pessoa do plural”(Orlandi et all.1989:51). Por este uso da pri-meira pessoa do plural, o autor se represen-ta através de enunciados universais e seudiscurso pode ser considerado seu, de todosou de qualquer um.

O uso do ‘nós’ indetermina o agente.Refere-se a um grupo de pessoas, dentreelas a do próprio autor. Através do ‘nós’, oautor emprega os mais variados referentes,o que leva a ambíguos e descompromissadosdizeres. Benveniste (1995) demonstrou que‘nós’ não é propriamente um plural. Trata-se de um ‘eu’ ampliado que, nos seus ditos,abarca diversos enunciadores. “... “nós” nãoé uma multiplicidade de objetos idênticos masuma junção entre o “eu” e o “não-eu”, sejaqual for o conteúdo desse “não-eu”. (...) “Nós”se diz de u’a maneira para ‘eu + vós’ e deoutra para ‘eu + eles’” (Benveniste 1995:256).O ‘nós’ é trânsito por fronteiras móveis,

descompromissadas, indefinidas. Permitereferenciais indeterminados, implícitos.“Dado que nós designa conjuntos lexicalmentenão-nomeados, nós os entendemos comouma não-pessoa-discursiva” (Indursky1997:66). De acordo com a autora, o ‘nós’enquanto ‘não-pessoa’, consistiria de umaassociação entre o ‘eu’ e um referente lexicalnão-especificado.

Bem, pelo acima apresentado, há umatradição discursiva nos textos pesquisadosque acentua uma indeterminação dos auto-res nas suas discursividades. É uma tradiçãode fronteiras flutuantes e ambíguas. Podejustificar ou comprovar uma deliberada ati-tude de descompromisso dos arqueólogosbrasileiros ao assumirem implicitamente seuslugares subjetivos em suas produçõesdiscursivas. Isto é, os lugares do ‘nós’ e do‘se’ são os preferidos da Arqueologia doMesmo.

Apontando para uma ultrapassagem esedimentação desta fluidez descompromissadaem indeterminações, diz Ribeiro (2003:98):

Se nossa linguagem é tão próximada natural (sem impedir, porém, que cer-tos textos sejam herméticos e de difícilcompreensão ao leigo), é porque estána essência mesma das ciências do ho-mem a passagem do discurso-sobre aodiscurso-com e por vezes ao discurso-de. Em outras palavras, o sentido essen-cial de nossas ciências é o de efetuar atranslação da terceira pessoa do discur-so, [ou as indeterminações da pessoa]no qual ela opera inicialmente (falandodos homens como “eles”), para uma lin-guagem dialogada e, finalmente, parauma primeira pessoa.

A partir de dados sobre os principais usosda terceira pessoa do singular e da primeirapessoa do plural, na tradição discursivapesquisada, fica elucidado uma confirmaçãode uma subjetividade implícita. O empregodestas pessoas sustenta um ‘nós’ e um ‘ele’de indeterminação, impessoalidade e univer-salidade que exime o sujeito autor e produ-tor da pesquisa arqueológica de compromis-

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2139

40

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

sos subjetivos e ou políticos na construçãode passados.

Inserção desta discursividade na realidade brasileira

Dentre as principais reivindicações paracom as pesquisas arqueológicas propugnadaspela Arqueologia Pós-Processual, está o com-prometimento político do arqueólogo enquan-to subjetividade envolvida na construção dospassados e enquanto estabelecimento de umarelação pessoal, social e política com o tem-po. Por esta verve, concordo com o que dizTilley (1995:106): “Como a Arqueologia é umrelacionamento entre passado e presentemediado por indivíduos, grupos e instituições,isto tem uma relevância contemporânea. Ine-vitavelmente toma um caráter político e ide-ológico”. Este caráter vem sendo acentuadono âmbito da denominada Arqueologia Pú-blica.7 Provoca um assumir cada vez maiorpara com as responsabilidades sociais e po-líticas da pesquisa arqueológica (Funari2002a; 2002b; Oliveira,2002).

É neste âmbito que incluo o que aquidenomino de contextualização da pesquisaarqueológica na realidade brasileira. O queentendo por realidade brasileira? Tudo o quepode ser estudado, pensado e produzido so-bre a problemática do ser brasileiro, a partirda análise e interpretação de aspectos soci-ais, econômicos, políticos, ideológicos e cul-turais. Um destaque é dado à questão da ci-dadan ia no Bras i l . São enfocadas ,prioritariamente, as possibilidades, limites edesafios da prática democrática em um país

marcado, historicamente, pela escravidão,pela exclusão social e cultural e pela desigual-dade social. Tal enfoque visa perceber quaisfatores são desencadeadores e estão impli-cados num discurso de negação da participa-ção política na sociedade, de um lado e, deoutro, interesse pela vida política nacional.Contextualizar pesquisas - a arqueológica tam-bém - é fornecer elementos analíticos quepermitam pensar a cidadania, a democracia,o Estado e a sociedade no Brasil atual levan-do em conta os aspectos acima enfocados.

A pesquisa arqueológica tem algumacoisa a ver com isto tudo? Trabalhar comarqueologia histórica e ou arqueologia pré-histórica juntando com cidadania no Brasilatual? Pode? Quem assim pergunta está naverve da Arqueologia do Mesmo. Não só podecomo deve. Afirma a Arqueologia do Outro.Diz respeito ao que vem sendo conjugado noâmbito da Arqueologia Pública, da EducaçãoPatrimonial e junto ao que é possível afirmarcomo compromissos sociais e políticos daArqueologia. Tudo isto tem a ver. Afinal, paraquem, qual e porque Arqueologia? Quais sãoe a quem pertence os patrimônios culturais(Funari e Pelegrini 2006) que se envolve etrabalha sempre a pesquisa arqueológica,atuando como ciência social na produção doconhecimento sobre os passados de umanação, sejam estes no campo da arqueolo-gia pré-histórica ou histórica? Aliás, não éuma questão de sobrenome da Arqueologiatal. Isto é, existiria uma arqueologia pré-his-tórica apolítica? A resposta é um solene não.Sobre isto, claros exemplos são apresenta-dos em Ucko (1995) e em Shennan (1994).Enfim, é uma ação de engajamento, ou não,em termos de uma pesquisa que se envolvapoliticamente (Sandlin and Bey 2006; Hall,M. 2001; Salazar Peralta 2002).

Bem, no que pesquisei, Arqueologia epolítica ainda não se afinam. Buscava a iden-tificação de aportes que contemplassem, dealguma maneira, contextualização da pesqui-sa arqueológica em relação à realidade bra-sileira. Dos 71 trabalhados pesquisados, 64em nada se referiram e 7 apresentaram al-guns tênues comentários.

(7) Recentemente – outubro/2006 - foi lançada noBrasil uma revista que contempla temáticas da Ar-queologia Pública. Tendo Pedro Paulo Funari e ErikaMarion Robrahn-González como editores a RevistaArqueologia Pública afirma que a Arqueologia Públicadeve ser “entendida como ação com o povo, (...),permite que tenhamos uma ciência aplicada em bene-fício das comunidades e segmentos sociais. A novarevista está aberta a todos” (Funari e Robrahn-González, 2006:3).

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2140

41

“Lidando com as coisas quebradas da História”José Alberione dos Reis

Será que a realidade social e política bra-sileira está em silêncio e não está desafian-do o ato social de ser arqueólogo/arqueólo-ga no Brasil contemporâneo? Em silêncio éque não está. Situações de desafio é que nãofaltam. Recentemente, aqui no Estado, emPorto Alegre, a Arqueologia foi solicitada adar conta de demandas oriundas de uma cir-cunstância, ainda não resolvida, que envolveum grupo de Kaingang que insistem emancestralidade que legitimaria a ocupação,por eles, do Morro do Osso.8

Outros causos. Aí, bem na frente ondevocês estão morando e trabalhando, na ilhade Marajó. Schaan (2006) nos consta sobreo caso da cultura marajoara. Fala de umpúblico que reconhece a autoridade e a legi-timidade da pesquisa científica realizada nailha. Salienta, desse modo, que “... inconsci-entemente ou não, o público absorve e vei-cula a informação científica de acordo comsuas necessidades e expectativas. (...) o pú-blico apodera-se da reconstituição deste pas-sado agregando sua própria interpretação”(Schaan 2006:23).

Neves (2006) relata sobre o que ele de-nomina de problema ainda não resolvido, emManaus. Numa praça do centro histórico destacidade foram escavadas urnas funerárias. Talsituação instigou intenso debate envolvendoíndios, arqueólogos e o poder público no sen-tido de definir com quem ficaria a guardadefinitiva destas urnas. Segundo Neves(2006:74):”...embora não haja evidências deconexão histórica direta entre os índios queocupavam a região de Manaus há cerca de

1300 anos e os mais de 20.000 índios quehoje ali vivem, o próprio surgimento de umdebate sobre o tema é mais uma evidênciado início de nova época no relacionamentoentre índios e arqueólogos”.

Em Minas Gerais, professores indígenasestão marcando um possível fazer arqueoló-gico próprio e a partir de princípios por elesapontados. “... obviamente muito diferentesdos que regem os acadêmicos formados pelasociedade dominante”, nos relata Prous(2006:12).

Recentemente circulou pela internet umtexto que Robrahn-González intitulou de “Notade Esclarecimento” (Robrahn-González2006). Esta extensa nota foi escrita com afinalidade fornecer esclarecimentos sobreequívocos e acusações inconsistentes oriun-das de um antropólogo contra um trabalhode arqueologia contratada que vem sendorealizado no vale do rio Culuene, no estadodo Mato Grosso. No final da nota, dizRobrahn-González (2006:29):”Nossa postu-ra não é a da fragmentação da ciência (An-tropologia versus Arqueologia?), tampoucoo aumento da distância entre “ciência de con-trato” e “ciência acadêmica”. Lidamos, inevi-tavelmente, com conflitos políticos intrínse-cos à prática contemporânea das CiênciasSociais”.

Pois, então, amigos agora amazônicos,estes são alguns causos que demonstram quede parte do social e do político, na realidadebrasileira contemporânea, não faltam desa-fios para o engajamento de uma Arqueolo-gia socialmente comprometida. Resta ape-nas dirigir o leme para os rumos do Mesmoou do Outro de acordo com o gosto dos cien-tistas da Arqueologia. Ficar na bubuia, não émais possível.

Bem, queridos amigos. Esta carta já estálonga demais. Vou ficando por aqui. Só maisum finalmente. Saibam vocês que na basede tudo o que aqui lhes escrevi está um de-safio que se apresenta para mim. Como jálhes contei, em outra carta, a Universidadede Caxias do Sul, de parte do Gabinete doReitor, me intimou a colocar a Arqueologiaem movimento e com projetos ambiciosos.

(8) Circula, por agora, via internet, um abaixo-assi-nado intitulado “SETE VEZES NÃO a ocupação do Morrodo Osso!”. No primeiro parágrafo deste documentoconsta o seguinte: “Há mais de dois anos arqueólo-gos e advogados não conseguem seque uma peque-na prova de que o Parque Natural do Morro do Ossotenha sido realmente um cemitério indígena. Nenhu-ma prova foi apresentada de que os Kainganguesestariam ligados a correntes migratórias que se ins-talaram na bacia do Guaíba em nossa pré-história”.(www.dpi.com.br/morrodoosso/ - consultado em14.11.2006).

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2141

42

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Abstract: Putting together broken things from the past. It can be done bythe same, square fashion, locked into academic and scientific sayings. Noauthorship, no social commitment. It can be done through the other, elipticfashion, inclusive, reflexive, explicit authorship, social and politicalcommitment and, also, applying theories and methods of the scientificand of the academic. Different makings, therefore.

Keywords: archaeology; public archaeology; social commitment

Bibliografia

BENVENISTE, E.1995 Problemas de lingüística geral I. Campi-

nas, Pontes.BEZERRA DE ALMEIDA, MÁRCIA

2003 O público e o patrimônio arqueológico: refle-xões para a Arqueologia Pública no Brasil.Goiânia, Habitus, v.1, n.2, jul/dez: 275-295.

CABRAL, MARIANA PETRY.2005 Sobre coisas, lugares e pessoas: uma prá-

tica de caçadores coletores do Sul do Bra-sil. Porto Alegre, PUCRS. (dissertação demestrado)

CORACINI, MARIA J.1991 Um fazer persuasivo: o discurso subjetivo

da ciência. Campinas, Pontes.DESCOLA, P.

2005 On anthropological knowledge. In: SocialAnthropology, 13 (1): 65- 73.

HOUAISS, A. ET AL.2001 Dicionário Houaiss da Língua Portuguesa.

Rio de Janeiro, Objetiva.

FERREIRA, MARIA C. L. (COORD.).2001 Glossário de Termos do Discurso - Análise

do Discurso. Porto Alegre, UFRGS/Insti-tuto de Letras.

FIORIN, JOSÉ L.2004 Bakthin e a concepção dialógica da lingua-

gem. In: Abdala Junior, B. (org.). Margensda cultura: mestiçagem, hibridismo & ou-tras misturas. São Paulo, Boitempo.

FOUCAULT, M.1998 A ordem do discurso. São Paulo, Loyola.

FUNARI, PEDRO PAULO A.2002a A Arqueologia pública na América Lati-

na e seu contexto mundial. In: Frontei-ras - Revista de História, Campo Gran-de, UFMS/PPG em História, vol. 6, nº11: 87-96.

2002b Arqueología latinoamericana y su contex-to histórico: la Arqueología pública y lastareas del quehacer arqueológico. Comu-nicação apresentada na IIIª Reunión In-

Ambição não é minha praia. Muito menosdentro da academia, com seus mandarinatosinstitucionais assentados e com seus sátrapasde plantão disputando lugares de poder. Omovimento me atrai. Ainda estou nas doresde elaboração de futuro projeto que contem-plara temática relacionada com a imigraçãoitaliana na Serra Gaúcha. Mas, quero dizer avocês, que esta longa carta é como uma ex-posição de motivos para estar alerta em nãome enlamear nos movediços da Arqueologiado Mesmo. Estou aberto e confiante em re-lação às provocações e incitações advindas

de uma Arqueologia do Outro e que estejaenleada num engajamento social e políticonos fazeres que me aguardam.

Queridos João e Mariana, fico por aqui.Logo mais, conforme vocês anunciaram, po-deremos estar juntos novamente, nas proxi-midades de nossos corpos, cheiros e olharespara nossas saborosas conversas. Regadas achimarrão e a cachaça, evidentemente.

Beijos e abraços, deste bugre velhomacunaímico aqui do sul,

José Alberione dos Reis.

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2242

43

“Lidando com as coisas quebradas da História”José Alberione dos Reis

ternacional de Teoría Arqueológica emSudamérica, Colômbia. (webtexto)

FUNARI, P.P. E PELEGRINI, S.C.A.2006 Patrimônio histórico e cultural. Rio de Ja-

neiro, Jorge Zahar.FUNARI, P.P. E ROBRHAN-GONZÁLEZ, E.

2006 Editorial. Revista Arqueologia Pública. SãoPaulo, n°1: 3.

GILCHRIST, ROBERTA.2005 Introduction: scales and voices in world

historical archaeology. In: World Archaeology,37 (3): 329-336.

GNECCO, C.2001 La arqueología como discurso regulador.

Comunicação apresentada na XIª ReuniãoCientífica da SAB. Rio de Janeiro (publica-ção no prelo).

HALL, MARTIN.2001 Social archaeology and the theatres of

memory. In: Journal of Social Archaeology,vol 1 (1):50-61.

HODDER, IAN.2003 Archaeological Reflexivity and the “Local”

Voice. In: Anthropological Quarterly. Vol.76, n° 1: 55 a 69.

INDURSKY, FREDA.1997 A fala dos quartéis e as outras vozes.

Campinas, Ed. UNICAMP.JAPIASSÚ, H. E MARCONDES, D.

1996 Dicionário básico de Filosofia. 3a. edição re-vista e ampliada. Rio de Janeiro, Jorge Zahar.

LIMA, TANIA ANDRADE.2002 Os marcos teóricos da Arqueologia histó-

rica, suas possibilidades e limites. In: Es-tudos Ibero-Americanos. PUCRS, v.XXVIII, n° 2: 07-23.

LÓPEZ-AGUILAR, FERNANDO.2002 La noción de patrimonio entre lo local y lo

global, una Mirada al patrimonio culturalarqueológico. In: Revista de ArqueologiaAmericana. 21: 155-169.

MATTHEWS, C.N.2004 Pub l i c S ign i f i cance and Imagined

Archeologists: Authoring Pasts in Context.In: International Journal of HistoricalArchaeology. Vol. 8, n° 1, 01 a 25.

MCMANAMON, FRANCIS P.2000 Archaeological messages and messengers.

Public Archaeology, v.1: 5-20.MESKELL, LYNN.

2002 The Intersections of identity and Politicsin Archaeology. In: Annu. Rev. Anthropol.31: 279-301.

MROZOWSKI, S. A.1999 Colonization and the Commodification of

Nature. In: International Journal ofHistorical Archaeology, vol. 3, n° 3: 153-166.

NAJJAR, R.2002 Arqueólogos e comunidade: parceiros ou

rivais? In: Revista de Arqueologia Ameri-cana. N° 21, 173 a 190.

NEVES, EDUARDO GÓES.2006 Arqueologia da Amazônia. Rio de Janeiro,

Jorge Zahar.OLIVEIRA, JORGE EREMITES.

2002 Arqueologia pública, universidade públicae cidadania. In: Fronteiras - Revista deHistória, Univ. Fed. de Mato Grosso doSul, vol. 06, nº 11: 41-58.

ORLANDI, ENI.2000 Análise de Discurso - princípios & procedi-

mentos. Campinas, Pontes.ORLANDI, ENI P. ET ALL.

1989 Vozes e contravozes - discurso na Cidadee no Campo. São Paulo, Cortez.

PEARSON, M. AND SHANKS, M.2001 Theatre/Archaeology. London, Routledge

PROUS, ANDRÉ.2006 O Brasil antes dos brasileiros: a pré-histó-

ria do nosso país. Rio de Janeiro, JorgeZahar.

RIBEIRO, RENATO J.2003 A universidade e a vida atual - Fellini não

via filmes. Rio de Janeiro, Campus.ROBRHAN-GONZÁLEZ, E.

2006 Nota de esclarecimento – Programa de di-agnóstico antropológico e de patrimôniocultural da PCH Parantinga II. Documentodivulgado pela internet, através de e-mail:[email protected]. (consultado em04.10.2006).

SALAZAR PERALTA, ANA M.2002 El uso social del patrimônio cultural: el dile-

ma de la ciuidadanizacion. In: Revista deArqueologia Americana, n° 21: 107-121.

SANDLIN, J. AND BEY, G.J.2006 Trowels, trenches and transformation – a

case study of archaeologists learning amore critical practice of archaeology. In:Journal of Social Archaeology, vol. 6 (2):255-276.

SCHAAN, D.P.2006 Arqueologia, público e comodificação da

herança cultural: o caso da culturamarajoara. In: Revista Arqueologia Públi-ca. São Paulo, n° 1: 31-48.

SHANKS, M. AND TILLEY, C.1989 Questions rather than answers: reply to

comments on Archaeology into the 1990s.In: Norwegian Archaeological Review, 22(1): 42-54.

SHENNAN, S.J. (ED.).1994 Archaeological approaches to cultural

identity. London, Routledge.

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2243

44

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

TARLOW, SARAH.2000 Emotion in Archaeology. In: Current

Anthropology, vol. 41, nº 5: 713-746.THOMAS, J.

1995 Where are we now? - Archaeology theoryin the 1990’s. In: Ucko, P. (ed.) Theory inarchaeology - a world perspective.London, Routledge: 343-362.

TILLEY, CHRISTOPHER.1995 Archaeology as socio-political action in

the present. In: Pinsky, V. and Wylie, A.Cr i t ical tradit ions in contemporary

archaeology – essays in the philosophy,history and socio-politics of archaeology.Albuquerque, Univ. of New Mexico Pres:104-116.

UCKO, PETER(ED.).1995 Theory in archaeology - a world perspective.

London, Routledge.WOOD, MARGARET C.

2002 Mov ing towards t ransformat ivedemocratic action through archaeology.In: International Journal of HistoricalArchaeology. 6 (3): 187-198.

Jose Alberione dos Reis.pmd 26/9/2007, 11:2244

45

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 45-56.

MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DEHISTORIAS REGIONALES.*

Mónica Berón**Marina Guastavino***

Resumen: Desde el año 2002 se esta desarrollando un Plan de Manejode Recursos Culturales (MCR) en el marco de un convenio interinstitucionalen el sur de la provincia de La Pampa (República Argentina). El mismo selleva a cabo en la localidad de Puelches y tiene como objetivos principalesel uso racional, rentable y sustentable de los recursos culturales (APN2000). El patrimonio, conformado por estos recursos, es la base funda-mental de la identidad de un pueblo. En este mismo sentido se orientanlos resultados de la investigación básica del pasado prehispánico del área.Recientemente un proyecto turístico impulsado por el gobierno central deLa Pampa ha dado un giro a distintos aspectos del proyecto, queproponemos discutir en este trabajo.

Palabras clave: Manejo de Recursos Culturales; museo de la localidad;museo de sitio; Villa Casa de Piedra; Grandes Obras.

* Trabajo presentado en la IV Reunión Internacional deTeoría Arqueológica en América del Sur, Inter-Congresodel WAC (World Archaeological Congress – CongresoArqueológico Mundial), Catamarca, Argentina, julio 2007.** Conicet, Museo Etnográfico, UBA, Incuapa,UNCPBA. [email protected]. Moreno 350,(1091) Ciudad de Buenos Aires, Argentina*** Museo Etnográfico, UBA. [email protected]

Introducción

Desde el año 2002 se está desarrollandoun Plan de Manejo de Recursos Culturalesen el marco de un convenio interinstitucionalen el sur de la provincia de La Pampa (Re-pública Argentina). El mismo tiene comocentro de actividades la local idad de

Puelches y como objetivos principales el usoracional, rentable y sustentable de los sitiosculturales (APN 2000, Figura 1). Se haasumido la existencia de una interrelacióndinámica entre patrimonio, identidad yconservación (Molinari et al. 2000). Elpatrimonio, conformado por estos recursos,es la base fundamental de la identidad deun pueblo. Una condición necesaria paracualquier estrategia orientada al usosustentable de la biodiversidad y a larevalorización de los recursos naturales yculturales sería en este entendimiento, ladefinición y reconstrucción de su identidad.En este mismo sentido se orientan los re-sultados de la investigación básica delpasado prehispánico del área, que sin em-bargo es una zona marginal para losintereses del gobierno provincial.

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3845

46

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Recientemente un proyecto turístico delgobierno central de La Pampa ha puesto en elcentro de las discusiones algunos de los ob-jetivos del plan de manejo referido, lo que hadado un giro a distintos aspectos del proyecto,que proponemos discutir en el marco de este

simposio. El presente trabajo tiene como obje-tivo problematizar las acciones implementadasen el marco del Proyecto “Gestión dePatrimonio Cultural y Natural en la Comunidadde Puelches, Provincia de La Pampa:Conservación y Desarrollo”.

Fig. 1 - Ubicación de Puelches y de algunos puntos de localización de patrimonio arqueológico del área.

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3846

47

MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALESMónica Berón y Marina Guastavino

La localidad de Puelches. Realidades yaspiraciones

La localidad de Puelches dista 280 kmsde Santa Rosa, la capital provincial. Estáubicada en pleno semidesierto pampeano,área también conocida como “la travesía” enlos registros históricos. Tiene 400 habitan-tes distribuidos entre el ejido urbano y el árearural. Su emplazamiento responde a ladisponibilidad de fuentes de agua superfici-al, como las cuencas de los ríos Curacó yChadileuvú y el sistema lagunas constituidopor Urrelauquen, La Dulce y La Amarga. Sinembargo, aunque en distinta medida, todosestos cuerpos de agua presentan altos nive-les de salinidad, por lo cual no son potables.La localidad recibe el agua potable a travésde un acueducto que se extiende desdePuelén hasta Puelches y recorre más de 150km. Hasta hace pocos años dicha localidadresultaba un punto aislado en la travesíahacia el Alto Valle de Río Negro, ya que laruta N° 152 se hallaba en malas condicionesy ninguna línea de transporte de pasajerospasaba por allí sino solamente por la Rutadel Desierto.

A partir de mejoras en la Ruta Nro. 152se produjo un tránsito mayor de aquellos queviajan desde y hacia la Patagonia y pasanpor la localidad de Puelches, que se ubica aambos lados de dicha ruta. Se consideró queestas mejoras permitirían el desarrollo de lacomunidad. Se instaló una estación deservicio y algunos paradores, a instancias deemprendimientos de pobladores locales.Paralelamente algunos pobladores han pla-nificado la instalación de un balneario en lalaguna La Dulce, con un lugar de recreación,que aún no logra concretarse.

El MRC en el marco de proyectos dedesarrollo regional

El Manejo de Recursos Culturales (MRC)es una estrategia que se pone en prácticapara el cuidado del Patrimonio Cultural. Estepatrimonio es el que engloba el conjunto de

los recursos culturales, que entendemos enlos términos de R. Molinari (1998) comoaquellas evidencias materiales de lasactividades de los hombres a lo largo de lahistoria, en la interacción entre ellos y con elmedio que los rodea. Asimismo, dichos com-ponentes del patrimonio son las evidenciaspor las cuales una comunidad se reconoce así misma y es reconocida por los demás(Molinari 1998).

Entendemos, además, que cuidar elpatrimonio implica realizar una serie deacciones que se encuentran interrelacionadas,como investigación, conservación y puesta envalor. Ahora bien, la conservación de los re-cursos culturales de una comunidad no im-plica una preservación absoluta, sin laparticipación de los involucrados, sino el “usoracional, rentable y sustentable”, tendienteal desarrollo y al mejoramiento de la calidadde vida de dicha comunidad.

De esta forma, poner en valor un recur-so cultural es conservarlo en la acepción an-tes descripta. Lo mencionado anteriormentedebe llevarse a cabo en el marco de untrabajo participativo. Por eso, se hacenecesario plantear espacios en los que elintercambio horizontal de conocimientos yopiniones, faciliten la toma de decisión delos distintos actores de una comunidad.

Si bien existe en la provincia de LaPampa, una intención de fortalecer laidentidad de la zona del oeste y/o deldesierto, que se refleja en el cancionero, enla poética, en la literatura y en algunasacciones políticas puntuales, no existe unapolítica integral tendiente al desarrollo socio-productivo que, entre otras cosas, contribuyaa disminuir el éxodo rural.

Recientemente, se lanzó el Proyecto dela Villa Casa de Piedra que, aparentemente,contribuiría al desarrollo mencionado en elpárrafo anterior.

Proyecto Villa Casa de Piedra

En el año 2004 el gobierno de la Pcia. deLa Pampa presentó el Plan Director del Ente

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3847

48

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Comunal Casa de Piedra. La creación de estanueva comuna, oficiada por Ley Nº 2112 del08/07/2004, tiene como eje la creación deun “Polo productivo - turístico con toda lainfraestructura y los servicios necesariospara el desarrollo de un lugar estratégico enla Patagonia Argentina”. La nueva villa seubica a 396 km al suroeste de la capitalpampeana; sobre las márgenes del RíoColorado, a orillas de un lago artificial de36.000 hectáreas de superficie. A la mismase accede por Ruta Nacional Nº 152 o RutaProvincial Nº 34. Es un ambiente desemidesierto, de tipo patagónico, con bardasy terrazas fluviales con escasa vegetaciónxerófila (Figura 2).

El proyecto se está desarrollando en eta-pas; la primera ya está en marcha y consisteen el establecimiento de un Área PrioritariaUrbana que brinda la infraestructura

necesaria: grupo de viviendas, caminos,energía, comunicación, alumbrado, aguapotable, riego, forestación, parquización ybajada para lanchas.

En la Figura 3 pueden observarse loscambios en la fisonomía del ambiente a par-tir de la implementación del riego paraforestar. La intencionalidad en este caso noes mostrar y conservar el ambiente naturalsino recrear un paisaje artificial.

En la segunda etapa, el sector privadocomenzará a realizar sus inversiones en losservicios planificados según el proyecto:hoteles, canchas y zonas deportivas, un clubnáutico, venta de productos y comidasregionales, estación de servicio, parador decamiones y micros, restaurante, área comer-cial, camping, etc. La inversión pública in-cluirá además un balneario, miradores, cen-tro de salud, destacamento policial, escuela

Fig. 2 - Bardas y terrazas sobre el Río Colorado.

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3848

49

MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALESMónica Berón y Marina Guastavino

y viviendas. Además, se proyecta laconstrucción del “Museo del HombrePampeano” en el cual se exhibirán lascolecciones recuperadas en el área durantelas tareas de evaluación de impacto arqueo-lógico realizadas entre 1978 y 1986, en elmarco del proyecto Presa Embalse Casa dePiedra, por Gradín y colaboradores. Supremisa es “contribuir con la construcción dela identidad pampeana a través de la difusiónde los primeros momentos de su historia,considerando que forma parte de losmúltiples procesos, hitos y actores queconfluyen y se suceden en el devenir históri-co para conformar la realidad en quevivimos” (Becerra, M. L. Pera y M. I. Poduje2004).

El Ente Comunal Casa de Piedra estáconformado por seis zonas donde sedesarrollan distintos usos (Figura 4).

Cabe destacar que la Secretaría de Tu-rismo de la Provincia de La Pampa, presentael proyecto de la siguiente manera:

Fig. 3 - Parquización en el entorno de la Villa.

Mientras desde la esfera oficial delgobierno provincial se alienta a todos lossectores a formar parte de un exitosoproyecto en el cual “habrá trabajo para to-

“VILLA TURÍSTICA “CASA DE PIEDRA”

DESPUES DE 76 AÑOS UN NUEVO PUEBLONACE EN LA PAMPA…

El verde de la esperanza y el agua de lavida se instalaron definitivamente en Casade Piedra; el paisaje es una invitación aquedarse y pertenecer al lugar.”

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3849

50

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

dos (sic)”, tal como fue presentado en la 32ºFeria del Libro en Buenos Aires (pampavirtual15/3/2006), en medios nacionales como eldiario La Nación se referenció al proyectocomo “Las Vegas del subdesarrollo” (LaNación, 1/12/2006). Entre los proyectos fi-gura la instalación de un casino y un hotel 5estrellas, que seguramente no están desti-nados a los pobladores locales, ni pensadospara el desarrollo del Oeste pampeano, queregistra una densidad poblacional menor quela de los mayores desiertos del mundo y enconstante retroceso.

Totalidad vs. Fragmentación

Consideramos que un proyecto que tienecomo finalidad mejorar la calidad de vida de

las poblaciones, debería partir de considerarla realidad como totalidad. Encontramos quelas nociones que pr iman son las defragmentación, donde la realidad es segmen-tada en fragmentos, considerando la sumade ellos como la totalidad. La consideraciónde forma separada de esos fragmentos, tantopor la ciencia como por la política, laeconomía, etc., ha llevado a obtener una seriede resultados negativos. Es cierto que dividirtemas y trabajos ha permitido tratar con larealidad, reduciendo problemas a proporci-ones manejables. No obstante ello, debemostender hacia “modos de contemplar el mun-do como un todo (…) más que como“conocimiento absolutamente verdadero decómo son las cosas” (Bohm 1998:24-25). Esdecir, debemos ser conscientes que lo quees real es la totalidad y que la fragmentación

Fig. 4 - Villa Casa de Piedra. Referencias:· Sector 1a -1b: Desarrollo de un Área Prioritaria Urbana para el Desarrollo del Turismo, Deporte yRecreación. Proyecto de Riego y Forestación.

· Sector II: Desarrollo de un Área de Producción Agrícola-Ganadera.· Sector III: Reserva: Área Protegida.· Sector IV: Portal de Acceso a Casa de Piedra y Puesto de Control de Fauna y Flora.· Sector V: Aguas Abajo de la Presa. Forestación paisajista y riego.· Sector VI: Costa del Río Colorado: Mirador; Estación de Piscicultura.

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3850

51

MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALESMónica Berón y Marina Guastavino

es la estrategia que el hombre despliega,dada su tendencia a pensar el mundo en for-ma fragmentaria.

Asimismo, consideramos la realidad con-formada por totalidades menores que se vancombinando entre sí y que a su vez sonincluidas en y forman parte de una totalidadmás grande. Al emprender acciones sobreuna de esas totalidades menores, no sole-mos tener en cuenta que estamos trabajandosobre una más grande y que esas accionesvan a afectarla subsecuentemente. (Savoryy Butterfield, 1999). Entonces, deberíamosempezar tratando de entender esa totalidadmayor que posee características que no po-demos observar en las totalidades menoresque la conforman. Esta perspectiva holística,permitiría acercarnos más eficientementesobre las totalidades menores sobre las quese ha decidido implementar determinadasacciones. Partiendo de la noción de que eltodo es la realidad, “el todo debe ser defini-do, teniendo en mente que siempre ha influ-enciado y fue influenciado por las totalida-des mayores y menores, y que tuvimos queconocer qué queríamos hacer con él: quenecesitábamos una toda-abarcadora metaholística”. (Savory y Butterfield, 1999:9).

La gestión del patrimonio cultural – es-tado actual

En el año 2002 se firmó un conveniointerinstitucional para llevar adelante unproyecto en la localidad de Puelches, en laprovincia de La Pampa, República Argentina.El Proyecto “Gestión de Patrimonio Cultural yNatural en la Comunidad de Puelches, Pcia.de La Pampa: Conservación y Desarrollo”responde a un compromiso entre laAdministración de Parques Nacionales (APN)–Consejo Nacional de Investigaciones Cien-tíficas y Técnicas (CONICET) – Programa deInvestigaciones Arqueológicas del CuaternarioPampeano (INCUAPA) – Asociación ALIHUEN– Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria(INTA)-Subsecretaria de Cultura de laProvincia de La Pampa-Municipalidad de

Puelches-Subsecretaría de Turismo- Institu-to de Estudios Sociohistóricos de la Facultadde Ciencias Humanas, Universidad Nacionalde La Pampa (UNLPam.).

El objetivo del presente proyecto consisteen términos generales, en establecer el ma-nejo participativo de los recursos culturales ynaturales de la localidad de Puelches,atendiendo al desarrollo socio-económico dela zona. En ese marco se concretaron diver-sos emprendimientos que surgieron a partirde las necesidades planteadas por los partici-pantes de los talleres de evaluación, que serealizan en la localidad, aproximadamente tresveces al año. Hasta el momento se han reali-zado 11 talleres (Figura 5).

Desde los inicios en el año 2002, elproyecto fue sufriendo diferentes ajustes comoasí también la incorporación de nuevasinstituciones a su desarrollo. Paralelamente,se produjeron cambios en la coyuntura políti-co-social a nivel provincial y local que hanincidido en mayor o menor medida en eldesarrollo de las acciones propias del proyecto.

Los avances obtenidos hasta el momen-to, consisten en:

1. Traslado y acondicionamientodel taller de artesanas e inicio decomercialización de la producción (Figu-ras 6 y 7).

2. Impresión y distribución defolletos turísticos

3. Inicio de la Actividad de laHistoria Oral, con el fin de fortalecer yrecuperar la identidad a través deldesarrollo de actividades que permitaninterrelacionar la memoria individual conla historia colectiva recuperando yactualizando los conocimientos sobre elmedio cultural, natural y social.

4. Relevamiento de documentaciónpara la edición de un libro de historia dela comunidad (a cargo del Instituto deEstudios Sociohistóricos, Facultad deCiencias Humanas, UNLPam.)

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3851

52

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

5. Acondicionamiento de la antiguacapilla para instalación de un museo dela localidad:

Desde los primeros contactos con lospobladores en el marco de los trabajosde investigación arqueológica se percibióen algunos miembros de la comunidadsu deseo de rescatar la historia local através de la instalación de un Museo dela Localidad.

De esta manera ha sido una de laspropuestas del vigente proyecto deinvestigación: estudiar, reconstruir yrevitalizar la historia del proceso decolonización de fines del Siglo XIX ypoblamiento del Siglo XX de las áreasinvolucradas en este proyecto, rescatandoel conjunto de tradiciones y actividades

Fig. 5 - Talleres de Evaluación

Fig. 6 - Artesana tejiendo en telar vertical.

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3852

53

MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALESMónica Berón y Marina Guastavino

Fig. 7 - A la izquierda, local del Museo de la localidad, a la derecha, taller de artesanos.

económicas y sociales que caracterizó aesa época, desde los primeros coloniza-dores. Se pretende rescatar el conocimientode los antiguos pobladores del área ruraly/o de sus descendientes, así como el sis-tema de ideas y valores recreado en tornoa los sitios prehispánicos. Entre los objeti-vos se incluye comparar la información ar-queológica del proceso de colonización conlos datos contenidos en los documentos his-tóricos, crónicas y registros de la época yrescatar la historia regional a partir deentrevistas a las viejas familias y pobladoresde la zona. Con este propósito se ha incor-porado al equipo de investigación unestudiante avanzado de Antropología So-cial y por otra parte se ha conformado ungrupo de investigación de la historia locala instancia del Instituto de EstudiosSociohistóricos de Facultad de Ciencias

Humanas (UNLPam), que convocaron dospasantes a cargo de los cuales se halla elrelevamiento de documentación para larecuperación de la historia regional. Para-lelamente se ha avanzado en la redaccióndel guión del Museo y se ha compradoequipamiento para su montaje (PCmultimedia, vitrinas), a través de un sub-sidio de la Secretaría de Cultura de laNación. También se ha lanzado un concur-so para la elección del nombre del Museo,entre los pobladores locales.

Plan de manejo del Parque Nacional LihuéCalel, Provincia de La Pampa, Argentina

Desde el año 1998 se están realizandoinvestigaciones arqueológicas sistemáticas,que han arrojado información de gran

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3853

54

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

relevancia acerca de los grupos cazadores-recolectores que habitaron dicha región(Berón et al 2002, 2006).

El principal sitio arqueológico investigadose denomina Chenque I, un cementerio indí-gena prehispánico de cazadores-recolectores(Figura 8). Se ubica sobre una lomada baja,en un lugar destacado del paisaje, circunda-do por cerros altos y lomadas menores. Has-ta el momento, se presenta como uno de loscementerios más grandes de cazadores-recolectores de pampa-patagonia. El sitiopresenta un rango temporal de utilización queva del 1050 AP al 320 años A.P.

Tiene una superf ic ie de 210 m2,demarcada por rocas que conforman unaestructura subcircular. Se ha excavado untotal de 49 m2, lo que constituye el 23% deltotal. El número mínimo de individuos recu-perados se ha calculado en 158 individuos,por lo cual se estima que varios cientos de

personas fueron enterradas allí a lo largo de700 años de uso.

Otra perspectiva contemplada en elproyecto de MRC es la puesta en valor delsitio Chenque I y la transferencia de resulta-dos, por medio del montaje de un Museo deSitio. A través del mismo, se pretende dar aconocer al público la dimensión biológica delpasado cultural de la región, a partir de larecreación de las costumbres funerarias y dela caracterización bioarqueológica de losindividuos enterrados en este cementerio.Dos premisas guiarán los contenidos de lamuestra: recrear y respetar la sacralidad delsitio y poner en un plano de relevancia losmodos de vida de los antiguos pobladoresdel desierto pampeano.

En la ‘puesta en valor’ interpretativa delos recursos culturales de Lihué Calel seapuntará a crear un acercamiento interactivoy comprensible del pasado, utilizando lacombinación de aspectos naturales yculturales del ambiente (paisaje) en elespacio del museo de sitio seleccionado.Metodológicamente se ha planteado sostenerun manejo adaptativo que fuera capaz deminimizar los riesgos de deterioro, poderanticipar consecuencias previstas y no pre-vistas que sucedan a la aplicación deintervenciones sobre los recursos culturales,y avanzar en el manejo, incorporando a sure-planificación la información de los resul-tados parciales (Molinari 1998).

Consideraciones finales

Los efectos de las Grandes Obras tienenun impacto no sólo local sino regional yademás se prolongan en el tiempo (Radovich2003). Un proyecto de desarrollo de granmagnitud como el mencionado en Casa dePiedra, debería plantearse indicadores deimpacto que permitan evaluar las consecuencias(tanto negativas como positivas) que resultende esas acciones. En este sentido, creemosnecesaria la definición de indicadores de im-pacto para las localidades vecinas a la VillaCasa de Piedra y, en este caso particular,Fig. 8 - Enterratorios del sitio Chenque I.

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3854

55

MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALESMónica Berón y Marina Guastavino

para la localidad de Puelches. Como ante-cedente se debe mencionar la evaluación deimpacto arqueológico y antropológico llevadoa cabo en los inicios del proyecto deconstrucción de la Presa Embalse, a solicituddel Ente Ejecutivo tripartito Casa de Piedra.La evaluación de impacto arqueológico sedesarrollo entre 1978 y 1986 y estuvo a car-go del Prof. Carlos J. Gradin y un amplio gru-po de colaboradores, entre ellos una de lasautoras (MB) (Gradin et al 1984). El impactoantropológico se desarrolló entre 1986 y1988 y estuvo a cargo de un grupo degeógrafos encabezados por la Dra. N. Medus(Medus et al. 1988).

Entre los postulados del actual proyectose incluye “impulsar un nuevo polo turísticoy productivo en un lugar de óptimas distanci-as con importantes capitales del país y sitioestratégico para el paso a los destinosvacacionales del resto de la Patagonia (RutaNacional Nº 152). Además se integra al cir-cuito turístico del cercano Parque NacionalLihué Calel y, más lejana, la Reserva Provin-cial Parque Luro.”

Esta frase sintetiza el marco de las ex-pectativas que este nuevo mega- proyectoregional ha generado en los pobladores yautoridades locales, particularmente enPuelches. Esas expectativas no van de lamano del acompañamiento de nuestroproyecto de MRC, que lo precede en el tiempopero que no logra la concreción de laspequeñas etapas y mini-inversiones que laIntendencia local se compromete a efectuarrespecto al Museo de la localidad y Taller deArtesanos. (rejas de seguridad, alarma,personal a cargo). Sin embargo se impulsóvivamente la construcción de un polideportivode grandes dimensiones, junto a la ruta 152,

para cuya inauguración estuvo presente elgobernador de la provincia. También se hainiciado la construcción de un tambo caprino,con un crédito de promoción productiva des-tinado al propietario de las instalaciones. Enpalabras del Intendente de Puelches, conmotivo de la inauguración: “Hoy estamosinaugurando el primer tambo experimentaldemostrativo de secano en la provincia deLa Pampa (…) Podemos decir que unproducto autóctono del oeste pampeanocomo es la producción caprina, ha cumplidoel sueño de pasar a ser una producciónsustentable y generadora de mano de obra,permitirá que más productores caprinerospuedan agregarle valor a su producción2”.

En este punto se considera necesarioestablecer indicadores que midan el impactode cada uno de estos emprendimientos, enescala multidimensional, sobre la calidad devida de los pobladores (económicos, socialesy ambientales), a fin de lograr esa visión dela realidad total e integradora en la que elpatrimonio cultural se constituya como unrecurso de desarrollo.

Como dice Endere (2001), dar participacióna la población local en la administración delpatrimonio constituye un desafío perotambién una tarea que parece depender cadavez más del voluntariado y la sensibilidad dela sociedad civil, y nos obliga a los arqueólo-gos a asumir un papel más activo, mediandoentre los distintos grupos de interés. Enmedio de todo este panorama, ¿cómo seinserta la mirada hacia el pasado? Mientrasun sector clama por la recuperación de lamemoria y el rescate de los ancestros, otrossólo están pendientes de la gran obra deinversión hacia un futuro que no estáasegurado.

(2) En: “Noticias Oficiales” http:noticias.lapampa.gov.ar

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3855

56

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Abstract: Cultural Research Management Program (CRM) is beingdeveloped since 2002 in the south of La Pampa province (Argentina) framedin an inter-institutional agreement. This program is being developed inPuelches locality and the first objectives are the rational, income- producingand maintainable use of cultural resources (APN 2000). The heritage,composed by these resourcesis the base of a population identity. In thesame way are considered the results of prehispanic past research carriedout in the area. Recently, a tourist project impelled by the central governmetof La Pampa province has redirected different aspects of our CRM program,which we discuss in this paper.

Key words: Cultural Research management, locality museum, sitemuseum, Casa de Piedra village, Big Dams.

Bibliografia

BECERRA, M., L. PERA Y M. I. PODUJE2004 Proyecto Museo Provincia “Carlos J.

Gradin”. Departamento InvestigacionesCulturales, Subsecretaría de Cultura,Ministerio de Cultura y Educación, Gobiernode La Pampa,

BERÓN, M., I. BAFFI, R. MOLINARI, C. ARANDA, L.LUNA, A. CIMINO

2002 El chenque de Lihue Calel. Una estructurafuneraria en las Sierras de la Vida. En DelMar a los Salitrales. 10.000 de HistoriaPampeana en el Umbral del Tercer Milenio:87-106. Mazzanti, D., M. Berón y F. OlivaEds. Universidad Nacional de Mar del Plata.Facultad de Humanidades. Laboratorio deArqueología. Mar del Plata. Código deISBN: 987- 544- 052- 3.

BERÓN M., L. LUNA Y R. CURTONI2006 Serranías Pampeanas Meridionales.

Investigaciones arqueológicas en el áreade Lihué Calel. En Incuapa, 10 años. G.Politis Ed. FACSO Olavarría

BOHM, D.1998 La totalidad y el orden implicado. Cap.1:

Fragmentación y totalidad. 3a. EdiciónKairós. Barcelona

ENDERE, M.L.2001 Patrimonio arqueológico en Argentina. Pa-

norama actual y perspectivas futuras. Re-vista de Arqueología Americana20:143-158.

GRADÍN, C., C. VAYÁ, M. QUINTANA, H. NAMI, A.SALVINO, M. BERÓN Y A. AGUERRE

1984 Investigaciones Arqueológicas en Casa dePiedra. Pcia. de La Pampa. Dirección Ge-neral de Cultura y Ente Ejecutivo Casa dePiedra.

MEDUS, N. L. MORETE Y G. TOURN1988 Presa Embalse Casa de Piedra. Relocalización

de Población. Informe Final. Santa Rosa,La Pampa; M/S:

MOLINARI, R.; L. FERRARO; H. A. PARADELA Y A.CASTAÑO.

2001 Odisea del Manejo: Conservación delPatrimonio Arqueológico y PerspectivaHolística. 2do. Congreso Virtual de Antro-pología y Arqueología. www.naya.org.ar

RADOVICH J.C2003 Impacto social de grandes aprovechamientos

hidroenergéticos sobre comunidadesrurales de Norpatagonia. Tesis Doctoralno publicada. Facultad de Filosofía y Le-tras. UBA.

SAVORY, A. Y J. BUTTERFIELD1999 Holistic Management: a New Framework

for Decision Making. Island Press.2ndEdition. Washington

Monica Beron Marina Guastavino.pmd 26/9/2007, 11:3856

57

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 57-71.

*Escuela de Arqueología, Universidad Nacional deCatamarca y CONICET - [email protected]**Escuela de Arqueología, Universidad Nacional deCatamarca y CONICET - [email protected]***Museo de Antropología, Universidad Nacional deCórdoba y CONICET - [email protected]

NARRATIVAS ARQUEOLÓGICASPÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.

Marcos Quesada*Enrique Moreno **

Marcos Gastaldi***

Resumen: Nos interesa explorar aquí el rol que juegan las narrativas arqueo-lógicas en la conformación del imaginario de lo indígena y su historia en laprovincia de Catamarca, Argentina. Por medio de un análisis espacial y discursivode la exhibición del “Museo Arqueológico Adán Quiroga”, sostendremos queestas narrativas relegan lo indígena al pasado prehispánico, al tiempo queafirman su desaparición durante los primeros tiempos de la colonia. Estas nar-rativas no sólo podrían erosionar las posibilidades de autoafirmación identitariapor parte de los mismos indígenas, sino que crean dudas en cuanto a la legitimidadde tales identidades y los derechos que le asisten.

Palabras clave: narrativas, arqueología pública, identidades, indígenas, museo

El avance de la lógica de producción capi-talista sobre tierras que habían permanecidobajo el usufructo de comunidades campesinas,ha cobrado un nuevo impulso en la última dé-cada en la provincia de Catamarca. Laapropiación de estos espacios, que en generalse trata de los llamados “campos comuneros”,se debe a una variedad de procesos económicossegún el lugar de la provincia donde se produce.La instalación de empresas agroindustrialesque aprovechan las políticas estatales dediferimiento impositivo, el auge de la mineríaen gran escala, ciertos proyectos de

conformación de parques nacionales o áreasprotegidas, son sólo algunos de ellos. Losconflictos que se generaron alrededor de estosprocesos dieron lugar, en algunos casos, a laorganización de acciones colectivas orientadasa impedir la enajenación (por ejemplo Pizarro2000, Pizarro y Moreno 2003). Sin embargo, adiferencia de lo que sucedió en otras provincias,muy pocas de estas movilizaciones campesinasllevaron a su conformación como comunida-des indígenas, aún cuando la reforma consti-tucional del año 1994 incluyó una serie deamparos y garantías para quienes sereconocieran como tales. Las causas de talfenómeno deben ser múltiples, complejas yconcurrentes. En este trabajo nos interesa ex-plorar el probable rol que juegan las narrati-vas arqueológicas dirigidas al gran público enla conformación del imaginario de lo indígenay su historia en Catamarca. Por medio de unanálisis espacial de la exhibición del museo

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4357

58

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

arqueológico Adán Quiroga, sostendremos queestas narrativas relegan lo indígena al pasadoprehispánico, al tiempo que afirman sudesaparición durante los primeros tiempos dela colonia. Estas narrativas no sólo podríanerosionar, al menos en alguna medida, lasposibilidades de autoafirmación identitaria porparte de los mismos indígenas,

1

sino que creandudas en cuanto a la legitimidad de tales iden-tidades y los derechos que les asisten.

En un trabajo reciente, Haber (1999)empleó el término ruptura metafísica parahacer referencia a la separación de los cam-pos objetuales de la arqueología y la historia,es decir la distinción entre lo arqueológico y lohistórico. Esta demarcación disciplinaria, cuyoorigen fue rastreado por el autor hasta la obrade S. Debenedetti a comienzos de la décadade 1920, marcó a lo largo de casi un siglo laproducción de narrativas históricas en la Ar-gentina. La ruptura metafísica, sustentada enla supuesta discontinuidad cultural de latradición aborigen tras la conquista española,no sólo supuso una separación del objeto, sinotambién una demarcación del sujeto. De estamanera se constituyó una división entre lo his-tórico representando un pasado hispánico ymás cercano al nosotros criollo y republicano yuna arqueología representando un pasado máslejano, de otros, definido por el pasado indíge-na que queda como un fenómeno atrasado enel tiempo y exótico a partir de la conquistaespañola (Funari 2006, Galloway 2006, Hall ySilliman 2006). Por ello, sus consecuenciasfueron de importancia no sólo en el ámbitoacadémico, como claramente lo señala Haber(1999), sino también en las narrativas públi-cas acerca de la historia que los arqueólogosproducimos y por ende en la construcción delimaginario colectivo de la Nación.

Podría parecer extraño que en Catamarca,donde el pasado prehispánico es movilizadofrecuentemente en los discursos y actos pú-

blicos, los arqueólogos nunca nos caracteri-zamos por nuestro afán de difundir los re-sultados de las investigaciones fuera de losámbitos académicos. Es en los museos don-de el público puede penetrar en los misterio-sos saberes que, de otro modo, quedan con-finados en el hermetismo de nuestro campodisciplinar. De los museos arqueológicos deCatamarca, el más importante en cuanto aantigüedad y valor de la colección es el AdánQuiroga, en la ciudad Capital. Este tiene suorigen en el interés coleccionista de Salva-dor Narváez, sacerdote franciscano que enla década de 1930 comenzó a reunir las nu-merosas piezas que integran el patrimoniodel museo. En 1975, mediante un conveniorealizado entre la orden religiosa y laMunicipalidad de la ciudad Capital, el museoquedó bajo la custodia y administración deesta última. Probablemente la organizaciónespacial de la muestra y su guión museológicodaten de esta fecha. Los autores de este textono recordamos modificaciones significativasen los últimos 15 años. El edificio que alber-ga el Museo fue construido en 1943 como uncomplejo cultural provisto, aparte del museo,de una sala de conferencias, biblioteca y otrasdependencias. Al Museo le corresponden tressalones donde se organiza la exhibición. Elmás amplio de ellos es el salón de arqueología(Fig. 1), luego la sala Colonial (Fig. 2) y fi-nalmente la sala Fray Mamerto Esquiú (Fig.3). Lo que nos interesa aquí es analizar elrelato acerca de la historia que organiza ladistribución espacial de la exhibición.

El principal criterio para la organizaciónde la muestra es cronológico. La ordenacióncronológica de la muestra no es ingenuamen-te seguida, sino que se relaciona con la ideade progreso que ha dominado buena partedel desarrollo de la arqueología que continu-ando lo propuesto en el siglo XVIII por eliluminismo, se centraba en la idea de unacontinuidad desde lo simple hacia locomplejo, con un parámetro tecnológico comofundamento explicativo, siguiendo unacomplejidad acumulativa y medida a partirde parámetros tecnológicos (Mc Guire 1983,1996; Shanks y Tilley 1987).

(1) Está claro que no del todo, puesto querecientemente, en Catamarca, dos comunidades in-dígenas iniciaron procesos de reconocimiento y otrasestán comenzando a recorrer esa senda.

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4358

59

NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi

Fig. 1. Vista general de la sala de arqueología del Museo Adán Quiroga

Fig. 2. Vista general de la sala de historia colonial

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4359

60

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Fig. 3. Vista general de la sala Fray Mamerto Esquiú.

Este se estructura en dos niveles, porun lado se ordena en la secuencia de salas(arqueológico – colonial/religioso) y porotro lado ordena la distribución en el am-pl io salón de arqueología. Vamos acomenzar por este último nivel. Las vitri-nas que contienen las piezas arqueológi-cas están dispuestas una junto a otra for-mando pasillos que prescriben y proscribenrígidamente la circulación. Esta suerte delaberinto conduce al visitante a lo largo del“hilo de la historia”. La experiencia es lasiguiente: al ingresar al salón uno seencuentra con la primera barrera (Fig. 4).Una fila de vitrinas impide el avance y dejalibres dos direcciones posibles, derecha oizquierda. Pero antes de tomar una decisióndebe uno dirigirse al escritorio ubicado justofrente a la puerta de acceso donde elempleado municipal realiza el cobro de laentrada e inmediatamente indica que ladirección “correcta” es hacia la izquierda.Al girar en la esquina se arriba a un sectordemarcado con un car te l que d ice

“Precerámico”.2 Ya estamos en el inicio delrelato. A partir de allí circulamos entre piezasque representan aquello que, se supone, ca-racteriza cada período. Lo precerámico, en-cerrado en una única vitrina, está representa-do por herramientas de piedra y hueso (Fig.6). Algunas de ellas, como las “muyunas”, laazada de piedra y los morteros, bien podríancorresponder a períodos posteriores (Fig. 7).

(2) En la Figura 5 se observa el cuadro cronológicodel Noroeste Argentino, confeccionado según losdatos obtenidos por Alberto Rex González para elValle de Hualfín (Departamento Belén, Provincia deCatamarca) y que es el que reproduce el Museo AdánQuiroga. El mismo divide el tiempo prehispánico delNoroeste Argentino en dos grandes períodos:precerámico y agroalfarero. El agralfarero a su vezestá dividido en formativo temprano, medio y tardío.El precerámico estaría caracterizado por ocupacionesde cazadores-recolectores, que responden a unaorganización social muy simple. El período agroalfareroestaría conformado por grupos cada vez másdesarrollados, con conjuntos cerámicos y desarrollode la producción agrícola y el pastoreo de camélidos.

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4360

61

NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi

A continuación, nos adentramos al períodotemprano indicado por su respectivo cartel. Locaracterístico aquí son las cerámicas de losestilos correspondientes a las llamadas cultu-ras Ciénaga, Condorhuasi y Candelaria, que,si bien separadas en las vitrinas, aparecen, sesabe, mezcladas en los sitios arqueológicos.3

Así se arriba al fondo del salón. Allí laatención del visitante es capturada, primero,por unas vitrinas que contienen ceramios conforma de animalitos de culturas del períodotemprano e inmediatamente a continuación,ya regresando a la entrada, por tres vitrinasadyacentes que contienen el cuerpo disecado

Fig. 4. Plano de circulación en la sala de arqueología.

(3) Estas culturas fueron definidas, por la arqueologíaargentina, como si fueran pueblos o grupos étnicosdistintos, cada uno con diferencias claras en todoslos ámbitos de la vida cotidiana, separados, sobretodo, temporal y espacialmente unos de otros. Lasvinculaciones entre estilo cerámico y cultura, y sucorrelación con la idea de pueblo o grupo étnico, seexplica en virtud de que la arqueología, como asítambién la antropología, tendieron a representar, a

sus objetos de investigación, como “totalidades”. Asíla cultura como totalidad uniforme, portada por ungrupo de personas se expresaba materialmente enlos objetos realizados por estos. De esta forma lasculturas quedaban amaradas con pueblos particula-res, grupos étnicos, tribus y/o razas; y la culturamaterial se transformaba en significante de aquellos(Jones 1996, 1997; Trigger 1989).

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4361

62

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Fig. 5. Secuencia cronológica-cultural del noroeste argentino según Kriscautzky(1999). Es similar a la que se expone en el acceso a la sala de arqueología.

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4362

63

NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi

Fig. 7. Materiales exhibidos en la vitrina del período Precerámico.

Fig. 6. Vista de la vitrina con material precerámico, sobre ella, el cartel indicador del período.

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4363

64

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

de un adulto la primera, de un niño la segun-da y finalmente, un esqueleto de adulto latercera (Fig. 8). Nos encontramos en el cen-tro el salón. La circulación es luego dirigidapor la posición de una serie de paneles confotografías de arte rupestre y vitrinas quealbergan piezas reunidas por categoría fun-cional (morteros y fuentes) o materia prima(objetos de piedra) (Fig. 9) y otra que contienenumerosos cráneos. El ordenamiento crono-lógico que fuera reemplazado en la hileracentral de vitrinas, la que nos trajo nuevamentea la entrada pero ahora del otro lado delescritorio, por exhibiciones temáticas, es re-tomado en adelante, con rigurosidad. El ex-tremo de la tercera hilera de vitrinas máspróximo al visitante comienza con unaexhibición de objetos de la cultura de La Agua-da, que representa al período Medio. Luego,dirigiéndonos nuevamente al fondo del salón,circulamos entre objetos de los períodosTardío o de Desarrollos Regionales (cerámicasconocidas como Santa María, Sanagasta,

Yokavil, discos y otros objetos de metal, etc.)e Inka (cerámica inka). Finalmente, ya en elfondo del salón, una vitrina contiene unospocos ejemplares de vasijas conocidas comoCaspinchango, que corresponden a lacerámica indígena característica de losprimeros siglos de la conquista española (Fig.10). Aquí, en el período Hispano-indígena,se completa el recorrido de la muestra ar-queológica.

Cada uno de los períodos (Precerámico,Temprano, Medio, Tardío, Inka e Hispano-indígena) está señalado con el correspondientecartel que no sólo indica el lugar de la historiaen que uno se encuentra, sino que, por estarescritos de un sólo lado, señalan la formacorrecta en que la historia debe ser recorri-da y aprehendida reforzando textualmentela coreografía que el ordenamiento de lasvitrinas impone materialmente. El recorridohistórico que acabamos de sintetizar, quizáen exceso, da cuenta de una historiaprehispánica continua. La adyacencia de las

Fig. 8. Vitrinas con cuerpos momificados en el centro del salón de arqueología

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4364

65

NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi

Fig. 10. Vasijas del período hispano-indígena (colonial) exhibidas en la sala de arqueología.

Fig. 9. Ejemplo de materiales de piedra de diferentes períodos juntos en una misma vitrina.

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4365

66

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

vitrinas y, sobre todo, la posibilidad de reu-nir en una sola de ellas, objetos de diferen-tes períodos (por ejemplo “objetos de me-tal” o “collares de cuentas”) parece indicarque las rupturas, si las hubo, no alcanzarona marcar una discontinuidad de importanciaen el flujo histórico, al menos no uno quedeba incidir en el flujo de la circulación. Uncorte más marcado, en cambio, puede serexperimentado cuando uno pretende ingresara la historia colonial. Esto es, en principio,porque la muestra está montada en otra sala,pero más importante aún, por los objetos quecaracterizan a este período (Fig. 11). Vamosa desarrollar esto más detenidamente paraver la naturaleza del corte.

Sabido es que todo corte en la historiaresulta, por fuerza, arbitrario. Esto dice enprimera instancia que podría haber sido encualquier otro momento, por ejemplo tras laexpansión incaica o las guerras de laindependencia, pero también nos obliga apreguntar por el motivo de la elección. Po-

demos acercarnos a una respuesta sianalizamos los objetos presentes y los au-sentes en cada sala. Para ingresar a la salacolonial se debe transponer una puerta quese ubica a un costado del salón arqueológi-co, como indica el cartel montado sobre undintel. Esto implica, por lo tanto, que lo ar-queológico quedó atrás en el espacio y en eltiempo. Entre los objetos exhibidos en la salacolonial se destacan un pesado carruaje dela década de 1850 donado por los descendientesde un gobernador (Fig. 12), el sable y mandilde la montura del Teniente Coronel EstanislaoMaldones (1854-1934) (Fig. 13), máquinasde escribir, una colección de armas de fuegodel siglo XIX y comienzos del XX, planchasde hierro (para planchar ropa), moldes develas, mates (para tomar mate), estribos demadera, entre otros. Ninguno de los objetosexpuestos en la sala colonial corresponde,de acuerdo a su cronología, al período colo-nial, sino al republicano. No es que el museoAdán Quiroga no posea objetos del período

Fig. 11. Vista del acceso a la sala colonial desde la sala de arqueología.

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4366

67

NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi

colonial, sino que estos no están en la salacolonial. ¿Donde están entonces? Los obje-tos que sin duda corresponden a momentosdel coloniaje español son la cerámicaCaspinchango y un collar de cuentas de vidrioque están expuestos en el salón de arqueología.También hay allí unos tupus (alfileres parasujetar la ropa) que podrían ser de épocacolonial. ¿Por qué los objetos coloniales noestán en la sala colonial y en cambio si seexpusieron allí otros de épocas más recientes?Se nos ocurre un solo motivo: porque losobjetos coloniales que posee el museo AdánQuiroga fueron hechos o usados por losindios, es decir, son indígenas. De este modopodemos entender también el motivo por elcual es la sala de arqueología la que albergael arco, las flechas y el textil vegetal, todosellos de reciente confección por algún grupoindígena chaqueño, textiles de lana de origen

Fig. 12. Carreta exhibida en la sala colonial (ca. 1850)

Fig. 13. Sables y mandíl pertenecientes al TenienteCoronel Estanislao Maldones (1854-1934).

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4367

68

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

también reciente o incluso los trajes de lacomparsa “Indios Diaguitas y Calchaquíes” deMutquín donados hace sólo un par de añospor quienes los confeccionaron (Fig. 14). Nadaen la sala colonial representa a los indíge-nas.4 Se trata, en cambio de objetos queremiten más a una idea de lo “criollo” (losmates, las espuelas, los moldes de velas) ya la administración estatal (los objetos mili-tares, la máquina de escribir “planillera”,etc.). Como un acto de prestidigitación, laubicación espacial de los objetos asimiló loindígena a lo arqueológico, lo relegó alpasado remoto al tiempo que lo excluyó dela historia reciente y del presente. Como unaburla del destino, en la sala colonial pode-mos ver el sable del Teniente CoronelMaldones al tiempo que permanecen invisibleslos indios que fueron muertos por éste enlas genocidas conquistas del desierto y delChaco donde participó y alcanzó su gradomilitar. La exhibición del Museo Adán Quirogaes, entonces el alegato de la extinción de lospueblos indígenas.

El público que visita el Museo AdánQuiroga marca picos de hasta 2000 visitan-tes en el mes de julio. Sin embargo, lo rele-vante es que la mayoría de ellos son alumnosde los niveles EGB y Polimodal que asistenbajo la tutela de los docentes de historia yciencias sociales. Por lo tanto, una gran par-te de los jóvenes de la ciudad de Catamarcarecorrieron alguna vez su exhibición y por lotanto aprehendieron su narrativa.

Creemos que son importantes lasdificultades que podrían tener los estudiantes,y en general todo visitante, para articular unacrítica al discurso histórico del museo. Enprimer lugar, porque la visita es parte de la

enseñanza impartida por sus maestros; ensegundo lugar, porque el relato cuenta conel aval del museo como institución (Alvaradoet al. 2003, Funari 2001, Endere y Curtoni2003, Podgorny 1999), pero lo más impor-tante quizás, sea el hecho de que se trata deun relato que no está enunciado. De hecho,no es aprehendido como una forma discursiva,sino que lo es por medio de la experienciacorporal que resulta del transitar entre losobjetos. Este transcurrir por pasillos y salasque delimitan espacio-temporalmente la for-ma en que debe ser reconocida y narrada lahistoria de Catamarca, no sólo demarca unaforma de aprender la narrativa, sino tambiénde vivirla, y de esta manera, queda impresaen los cuerpos de aquellos que experimentanla visita. Esto que es aprendido por el cuerpo“...no es algo que se posee, como un saberque uno puede mantener delante de sí, sinoalgo que se es. [En este sentido, este sabernunca está] separado del cuerpo que lo por-ta, sólo puede ser restituido [hecho discur-so] al precio de una especie de gimnasiadestinada a evocarlo...” (Bourdieu 1991: 124-125). Cuando sucede esto, las posibilidadesde objetivación de estos saberes y porconsiguiente su sometimiento a crítica, entraya en conflicto no sólo, como ya menciona-mos, con la enseñanza formal discursiva dela escuela y la legitimidad institucional delmuseo, sino que también encuentra unaresistencia que proviene del cuerpo mismodel individuo, de esa memoria corporalaprehendida durante la visita al museo. Deesta manera el museo re-estructura elpasado, definiendo la manera en la que secuenta la historia a través de la presentaciónde los objetos. Es decir que estos objetosson colocados en el museo de una maneratal que constituyen un sistema estético quecrea y fija los significados (Shanks y Tilley1987).

Las narrativas arqueológicas que seconstituyen en discursos públicos acerca delo indígena y su historia dejan un mensajeclaro: los indígenas, cuya existencia escientíficamente contrastable en el pasado, nohan llegado al presente. Se entiende,

(4) Esto no implica que los objetos del período repu-blicano que se hallan en las vitrinas no fueran utiliza-dos por indígenas, sin embargo, la selección ydisposición de los objetos expuestos en la sala colo-nial, mas que remitirnos a los distintos usos de estosobjetos por diferentes sujetos sociales entre ellos losindígenas, se vinculan a mostrar el proceso deconsolidación del estado nación argentino.

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4368

69

NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi

Fig. 14. Disfraces de la comparsa “Indios diaguitas y calchaquíes” de Mutquín,de reciente confección, exhibidos junto a vasijas prehispánicas y coloniales en lasala de arqueología.

entonces, por qué para muchos los indíge-nas están de más en el futuro. Esta narrativaen el contexto histórico-político particular enque vivimos, donde la presión sobre lastierras de comunidad se ha incrementado,produce que las posibilidades de condensacióno sutura de una identidad indígena quedenestrechamente limitadas. Esta limitación esdoble: por un lado, la enseñanza formal dela escuela, tanto en los centros urbanos comoen las mismas comunidades campesinas,narra una historia de aniquilación de lo indí-gena, reafirmada frecuentemente por lostextos arqueológicos, mientras que, por otrolado, esta narrativa es materializada y asífijada en los museos a manera de monumen-tos de una memoria ‘inmemorial’. Esta doblelimitación promueve el no auto-reconocimientoy en aquellos casos en los que éste seproduce, promueve la deslegitimación delmismo por parte de los otros no indíge-nas, apareciendo en el repertorio de

(5) Suele usarse el término “trucho” para designaralgo que es falso, pero que tiene pretensiones depasar por auténtico.

estigmatizaciones sobre el indio, el sino del“indio trucho”.5

No pretendemos en este trabajo haberdescubierto “el mensaje oculto” del MuseoAdán Quiroga pues no existe tal cosa. En susugerente teoría de la desnudez arqueológi-ca Gnecco advirtió sobre la futilidad de in-tentar semejante tarea. Indicó que “todas lasrelaciones están en la superficie y que no esposible develarlas, puesto que nunca hanestado ocultas, sino solamente describirlas”(Gnecco 2003:7). El desafío, entonces, con-siste en cambiar la mirada de modo que re-sulte visible aquello que nunca hemos mira-do y que, sin embargo, siempre fue eviden-te. Nos preguntamos de un modo más con-creto ¿cómo poner en crisis el mensaje del

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4369

70

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Abstract: We are interested here in exploring the role that plays thearchaeological narratives in the construction or the image of indigenouspeople and their history in the province of Catamarca, Argentine. By aspatial and discursive analysis of the exhibition of the “Museo Arqueológi-co Adán Quiroga”, we will sustain that this narratives relegates theindigenous to the pre-Spanish past, at the time that affirm their extinctionduring the first moments of the colony. This narratives could not onlydamage the possibilities of self identity affirmation by the indigenous people,but their create doubts in the legitimacy of those identities and the wrightsthat assist them.

Keywords: narratives, public archaeology, identities, indigenous, museum

Bibliografía

ALVARADO, J., J. MALDONADO Y A. SERNA2003 Formas públicas de la arqueología y discur-

sos escolares: poder, memoria y pedagogíaa través de las representaciones del pasado.

En Arqueología al desnudo. Reflexiones so-bre la práctica disciplinaria, editado por C.Gnecco y E. Piazzini, pp. 223-265. EditorialUniversidad del Cauca, Popayán.

museo? Lo primero que se le viene a uno ala cabeza es la necesidad de modificar ladisposición de la muestra de manera queese corte tajante en la narrativa históricaresulte, al menos, atenuado. Sin embargo,implicaría considerar que se trata de un“error” en el relato. Esto, a su vez,significaría que existe un relato correcto dela historia uno que, subsanados los errores,resulta verdadero. Por ese camino, sin em-bargo, sólo terminaríamos consagrando unanueva narrativa hegemónica con sus propioscortes, omisiones y negaciones cuando, enrealidad, lo que deberíamos hacer es mos-trar al público que visita el Museo lamultiplicidad de interpretaciones posiblesacerca de la historia. El contraste de losrelatos no sólo pondría en foco la situacionalidadde cada unos de el los, s ino tambiénhabilitaría la reflexión sobre su sentido po-lítico. Esto, claro, implica la creación denuevas formas de exhibición que permitanexperimentar distintas narrativas y sin duda

que allí deberían participar distintos actoressociales, pero en especial las comunidadesindígenas cuya historia es narrada por elMuseo pero que nunca son, sin embargo, elsujeto que las enuncia.

Aunque en Catamarca son aún tenues,hay evidencias de que esta situación se estárevirtiendo. En los últimos años otras voceshan comenzado a disputarle a la arqueologíay a la historia el lugar privilegiado deenunciación de discursos históricos del cualgozaron durante mucho tiempo (Funari2001, Gnecco 1999, Segobye 2006a y b).Las comunidades indígenas haciendo frenteal prolongado despojo al que fueronsometidas, se niegan a desaparecer. En estepunto los arqueólogos no podemos evitartomar posición. La encrucijada define doscaminos posibles: continuar relatando laextinción de los pueblos originarios, cuyasvoces resuenan cada vez más fuerte, ocomenzar a desandar la senda de aquellaruptura metafísica.

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4370

71

NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi

BOURDIEU, P.1991 El sentido práctico. Madrid: Taurus.

ENDERE, M. L. Y R. CURTONI2003 Patrimonio, arqueología y participación:

acerca de la noción de paisaje arqueológi-co. En Análisis, interpretación y gestiónen la arqueología de Sudamérica, editadopor R. Curtoni y M. L. Endere, pp. 277-296. INCUAPA, UNICEN, Olavaria.

FUNARI. P. P.2001 Public Archaeology from a Latin American

Perspective. En Public Archaeology 1 (4):239-243.

FUNARI, P. P.2006 Conquistadors, plantations and Quilombo:

Latin America in Historical Archaeologicalcontext. En Hall, M y Silliman, S (eds.)Historical Archaeology. pp: 209 – 229.Blackwell Publishing, Oxford.

GALLOWAY, P.2006 Material culture and text: Exploring the

spaces within and between. En Hall, M ySilliman, S (eds.) Historical Archaeology.pp: 42 – 64. Blackwel l Publ ishing,Oxford.

GNECCO, C.1999 Multivocalidad histórica: hacia una cartografía

postcolonial de la arqueología. Universidadde los Andes, Bogotá.

GNECCO, C.2003 El erotismo de la desnudez arqueológica.

En Arqueología al desnudo. Reflexionessobre la práctica disciplinaria, editado porC. Gnecco y E. Piazzini, pp. 5-24. EditorialUniversidad del Cauca, Popayán.

HABER, A.1999 Caspinchango, la ruptura metafísica y

la cuestión colonial en la arqueologíasuramericana. El caso del noroeste ar-gentino. En Revista do Museu de Ar-queologia e etnologia. Suplemento3:129-141.

HALL, M Y S. SILLIMAN (EDS.)2006 Historical Archaeology. Blackwell Publishing,

OxfordJONES, S.

1996 Discourses of identity in the interpretationof the past. En Graves-Brown, P., S. Jonesy C. Gamble (eds). Cultural identity andarchaeology. The construction of Europeancommunities. pp: 62 – 80. Routledge,Londres.

JONES, S.1997 The Archaeology of Ethnicity: Constructing

Identit ies in the Past and Present.Routledge. Londres-New York

KRISCAUTZKY, N.1999 Arqueología de Catamarca desde su

poblamiento hasta la conquista española.CENEDIT, Univers idad Nacional deCatamarca. Catamarca.

MC GUIRE, R.1983 Breaking down complexity. Inequality and

heterogeneity. En Advances inArchaeological Method and Theory Vol. 6:91 – 142. Nueva York. Academic Press.

MC GUIRE, R.1996 Why Complexity is Too Simple. En D. Meyer

y P. Dawson (eds.). Debating Complexity.Department of Archaeology, University ofCalgary, Calgary.

PIZARRO, C.2000 La política cultural de las movilizaciones

campesinas en Catamarca. Las narrativassobre un conflicto por la tierra en unalocalidad rural de Catamarca. CENEDIT,Universidad Nacional de Catamarca.Catamarca.

PIZARRO, C. Y E. MORENO2003 ¿Cómo construimos el paisaje de la Puna

Catamarqueña, República Argentina?:Desde el pasado al presente. Trabajopresentado al 51 Congreso Internacionalde Americanistas. Santiago, Chile.

PODGORNY, I.1999 Arqueología de la educación. Textos,

indicios, monumentos. La imagen del indioen el mundo escolar. Sociedad Argentinade Antropología, Buenos Aires.

SEGOBYE, A.2006a Divided Commons: The Political Economy of

Southern Africa’s Cultural HeritageLandscapes – Observations of the CentralKalahari Game Reserve, Botswana. EnArchaeologies. Journal of the WorldArchaeological Congress vol. 2 Nº 1: 52 – 72.

SEGOBYE, A.2006b Historias estratificadas e identidades en

el desarrollo de la arqueología pública enel Sur de África (traducción de C. Gnecco).En Arqueología Suramericana/ArqueologíaSul Americana Vol 2 Nº 1: 93 – 118.

SHANKS, M. Y C. TILLEY1987 Re-Constructing Archaeology. Cambridge

University Press, Cambridge.TRIGGER, B.

1994 Historia del pensamiento en arqueología.Crítica. Barcelona

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4371

72

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Quesada Moreno e Gastaldi.pmd 26/9/2007, 11:4372

73

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 73-88.

DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LARECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES

MARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAYUNA EXPERIENCIA PILOTO

María Carlota Sempé*Susana Alicia Salceda*

Susana Martínez**

Resumen: El proyecto propone lograr el conocimiento integral de lahistoria, situación socio-cultural-económica y biológica de una población:Azampay, elegida como Localidad Piloto para elaborar una metodologíade intervención dentro del campo de la investigación-acción, propio de laantropología, que permitirá su posterior aplicación a otras localidades desimilares características donde se reitera la asociación de pequeñaspoblaciones rurales, no partícipes del PBI, asociadas a importantes ruinasarqueológicas aptas para su inserción dentro de planes turísticos.

Palabras clave: antropología - investigación/acción - turismo arqueológico

*CONICET-UNLP**UNCA- FCEyN

Introduccion

Este Proyecto de Investigación en Cienciay Tecnología Orientado fue presentado yaprobado por la FONCYT, se desarrollará enla Facultad de Ciencias Exactas y Naturalesde la Universidad Nacional de Catamarca, susáreas temáticas son Ciencias Humanas,Tecnologías del medio Ambiente, Agrarias yForestales y se enmarca en la categoríaDesarrollo de técnicas innovativas paraactividades científicas, turísticas y culturales.

Azampay (Belén. Catamarca) es una tí-pica población rural serrana cercana a los

300 habitantes. Su economía de subsistenciala caracteriza como marginal, ya que suescasa producción (vides y nogales) nocontribuye al PBI provincial. Los estudios an-tropológicos realizados (Maffia et al, 2001;Sempé, Salceda y Maffia, 2005) muestranun intenso proceso de migración juvenil a loscentros urbanos regionales (Belén) y a lacapital provincial, para ocupaciones comotrabajo doméstico o changas. La poblaciónestable está constituida por adultos mayoresy niños en crianza o edad escolar quepresentan un marcado grado de malnutriciónproteico–energética (Padula et al., 2005).Hay abandono de estilos de vida tradicionalescomo: producción artesanal (artesanías encuero, alfarería, tejidos, entre otros) ypastoreo de camélidos. La agricultura es fa-miliar: producción de zapallo, choclo, algún

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5173

74

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

nogal y pequeñas vides, restringida a la pe-riferia de las casas. Hay manejo inadecuadoe insuficiente de riego por inundación y cuposen las horas de agua, que perjudican a losnutrientes del suelo.

El poblado esta implantado sobre un ex-tenso sitio arqueológico constituido por unpueblo con fortaleza amurallada (Pucará)sobre un cerro, andenes de cultivo al pie,recintos de vivienda y profusión de estructurashidráulicas; boca tomas de agua, represasde almacenaje y canales de riego de unaenvergadura notoriamente contrastante conla situación actual.

Azampay ejemplifica al promedio de laspoblaciones rurales catamarqueñas de altu-ra, con similares problemáticas y marginaciónsociocultural; estas condiciones diagnosticadassobre los resultados de la investigaciónmultidisciplinar desarrollada durante los úl-timos diez años nos permiten tomarla comouna localidad piloto de estudio.

En las reuniones científ icas sobredesarrollo rural se ha resaltado la necesidadde buscar “nuevos enfoques” a las proble-máticas que plantea la “sustentabilidad soci-al y ambiental y la participación de losactores” y por ende “las interacciones sociales,políticas, económicas e institucionales”(Manzanal, Neiman y Lattuada Comp.,2006).Consideramos que puede lograrse undesarrollo socioeconómico, sin abandono delas formas de vida tradicionales, a través dela aplicación de un nuevo concepto de técni-cas de gestión ecológico-cultural sostenibles.Por sostenible entendemos la aplicación dela tecnología y el conocimiento del grupo lo-cal para sostener su desarrollo. En tanto que,como sustentable consideramos la capacidadecológica propia del medio

Por sus características geográficas,ambientales y arqueológicas la localidad deAzampay es un laboratorio ideal paracomprender las imbricaciones y sutilidadesdel desarrollo de la ocupación humana en elNOA. La caracterización de la biodiversidady la identificación de los recursos disponiblesservirán como punto de partida para ampliarlas capacidades económicas de la población

local y revalorizar las ruinas indígenas, queno pueden separarse de su paisaje.

El objetivo del proyecto es Elaborar unmodelo que permita implementar técnicasde gestión ambiental sostenibles por partede la sociedad actualmente implantada enel lugar, que asegure el logro de una mayorcalidad de vida y que genere un íntimocompromiso con el medio en su sentido másamplio, recuperando el patrimonio naturaly cultural tangible e intangible de lacomunidad.

Enfoque teorico metodológico y discusionde la problematica:

En esta experiencia piloto, las líneas deacción toman la potencialidad sustentadoraregional y la capacidad demostrada por losgrupos humanos a través del proceso dedesarrollo cultural local para proponer dife-rentes alternativas en el aprovechamiento delos recursos. La población actual se asientasobre un espacio natural con un rico pasadocul tura l , que se ha ido perd iendoprogresivamente. Poner en valor estepatrimonio y demostrar su viabilidad prácticaactua l const i tuye un proyecto deinvestigación-acción que la provincia podrállevar adelante en la búsqueda de una mayorequidad social.

Hoy la comunidad es de menor enverga-dura en cuanto a número y requerimiento y,en función de la falta de desarrollo yactualización tecnológica, ha constreñido susposibilidades de crecimiento. En cambio, elmodelo cultural precolombino muestra unacomunidad asentada y sostenida en esemedio con una población de mayor densidad,mayores requerimientos y redistributivarespecto a otras localidades cercanas.

Las acciones proyectadas sobre lapoblación actual tienen por finalidad elabo-rar un programa de mejoramiento de lacalidad de vida, recuperar las tecnologíastradicionales y finalizar las tareas arqueoló-gicas necesarias para la puesta en valor delpatrimonio arqueológico.

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5174

75

DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONESMARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO

María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez

El problema será abordado a partir de lanecesaria caracterización del medio naturaly su aprovechamiento sostenido y del estudioy diagnóstico biocultural y social de lacomunidad realizado (Sempé, Salceda yMaffia, 2005), que ha puesto en evidencialas problemáticas que afectan a la poblaciónque vive en un nivel de subsistencia socio-económica, en una situación de marginalidadrespecto del PBI provincial y, en relación alpasado regional, ha reducido su tecnologíaagro pastori l y telera pauperizándoserespecto al recurso agua, su manejo ysuperficie de suelo explotada.

En este proyecto, que busca desarrollarun modelo productivo para la recuperaciónsociocultural de poblaciones marginales dela provincia de Catamarca, se tomará elconcepto de capital social para visibilizar “lasrelaciones de integración intracomunitaria”y la capacidad de los actores para “relacionarsecon grupos extracomunitarios” (Moyano Es-trada, 2006), que hemos analizado en la etapadiagnóstica (Maffia et al., 2002).

Se ha cuestionado e incluso debatido lafactibilidad de lograr un desarrollo rural queelimine la pobreza en el marco de las políti-cas sectoriales y macroeconómicas, que secaracterizan por su negatividad o neutralidaden cuanto al sector rural y que estimulan losagro negocios (Lattuada et al., 2006) y eldesarrollo en detrimento de la agriculturafamiliar. Las formas de compensar lasasimetrías generadas son promovidas porprogramas de contención social a sectorespobres y marginados (planes trabajar) de lared económica nacional o provincial, no so-lucionando los problemas de desnutrición yatención primaria de la salud como los quehemos detectado en nuestro trabajo previode investigación (Padula et al. 2005; Storinoet al. 2005).

Con la aplicación de tecnologías degestión de recursos de base antropo-tecno-ecológicas, se espera que, a partir delaprovechamiento de recursos locales queotorgan ventajas comparativas, la poblaciónlogre un posicionamiento positivo en eldesarrollo socioeconómico y cultural.

Son ventajas el agua, la agricultura y laganadería, que mejorarán la calidad de viday el estado de salud de la comunidad,revirtiendo el proceso de empobrecimiento ydesnutrición a que está sometida. En parti-cular, el patrimonio arqueológico local es con-siderado una ventaja comparativa primordi-al para desarrollar una nueva línea productivabasada en el conocimiento de su historia yen el aprendizaje básico y capacitación engestión turística.

Los nuevos enfoques en desarrollo ruralterritorial, han remarcado que “los territoriosdeben ser estudiados desde la noción de cam-pos de Pierre Bourdieu” (Abramovay, 2006).Lo que coincide con nuestro supuesto inicialque las formas de asentamiento y explotaciónde recursos poseen una articulación interna,que se ha ido adecuando a los cambiosambientales ocurridos durante los últimos XXIsiglos, resultando en un paisaje construido.

La hipótesis es que el paisaje resultanteen cada momento histórico explica lasvariaciones demográficas y los procesosdiacrónicos de disminución/aumento depoblación del valle ya que las formas deproducción dependen de las normas socialesen una “determinada situación histórica ysocial” (Bourdieu, 1999: 27). Ello permitirádilucidar las formas históricas de articulacióndel hombre con su medio en la localidad y,en su proyección, elaborar una prospectivade acciones para mejorar la condición actualde la población.

Las hipótesis subsidiarias son: (a) elpatrimonio arqueológico puesto en valormodificará el paisaje actualmente construi-do funcionando como un nuevo recurso parala población local y (b) la puesta enfuncionamiento del sistema hidráulico arque-ológico provocará un mejor uso del agua,suelo y tecnología agro-pastoril que sereflejará en el incremento del nivel actual deproducción de la comunidad.

Así, la gestión ambiental como conjuntode actividades de administración de los re-cursos existentes y propuesta de nuevas al-ternativas para el desarrollo regional,posibilita la planificación de estrategias de

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5175

76

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

abordaje y aplicación de técnicas particula-res en cada una de las líneas identificadascomo principales para la región.

Diseño de investigacion

Para completar el análisis de la comunidadhumana, tanto presente como pasada, y so-bre la base del diagnóstico preliminar reali-zado y del estado de avance del trabajo decampo, se llevarán a cabo las siguientesacciones:

A nivel arqueológico se completará laexcavación de los recintos de habitación enLa Loma de Los Antiguos y en Carrizal. Seaplicarán técnicas tradicionales de excavaciónestratigráfica a fin de recavar informaciónsobre modos de vida. La excavación de tum-bas se hará con la finalidad de establecercostumbres e ideologías imperantes en laesfera de la funebria. Se realizarán fecha-dos radimétricos para ajustar las secuenciasculturales y establecer la adscripción crono-lógica de los materiales obtenidos. Se haránanálisis tipológicos y de frecuencia yfuncionalidad en base a los contenidos de losrecintos y tumbas.

A nivel biocultural se completará ytesteará el relevamiento antropométrico ensubadultos, se relevarán enfermedades pre-dominantes identificando los modelos deatención a la salud disponibles, los factoresque determinan la elección y acceso a cadauno de ellos y sus respuestas terapéuticas.Se obtendrán muestras no sanguíneas (indi-cadores), previo consentimiento informado,para estudios moleculares. Se evaluará elestado nutricional de la población local y seanalizará la adecuación entre los marcadoresbiológicos y culturales de ancestría. Las téc-nicas a aplicar en cada registro de datos, asícomo los procedimientos para el procesamientode la información, serán los convenidos yrecomendados internacionalmente.

A nivel ecológico se aplicarán técni-cas de recolección de información hidrológica,pedológica, zoológica y botánica. Seclasificarán las aguas para riego y uso agrí-

cola aplicando índice de Relación deAdsorción de Sodio (RAS). Se analizará lacalidad del agua (presencia de algas, análisisfisicoquímicos, biológicos, bacteriológicos ypresencia de metales pesados) para establecersu potabilidad. Se incluirá el análisis deinvertebrados acuáticos por su capacidad debioindicadores de calidad.

Se estudiará la composición faunísticay florística local, su abundancia y riqueza ysu valor como bioindicadores de cambios cli-máticos y ambientales. El análisis de ladinámica de los ambientes naturales permi-tirá conocer la historia del uso de los recur-sos en el área y el impacto de los agentes deperturbación –como explotación de rocas deaplicación, extracción de sedimentos degranulometría arena para su venta enactividades constructivas extralocales,extracción de leña y cría de caprinos- en elinicio de procesos erosivos como alteraciónde suelos, lavado de nutrientes, erosiónlaminar y remoción de partículas, formaciónde cárcavas, remoción en masa, desbalancehídrico, calidad del agua y alteración de cur-sos de agua mediante boca tomas, canalesde riego y otras obras agrícolas.

La localidad será dividida en sectorespara su análisis estacional a fin de relevarcomposición y riqueza de especies presen-tes, evaluación de sus hábitat y micro hábitaty el rol desempeñado como bioindicadoresambientales, ecológicos y climáticos a fin depredecir impactos y diseñar proyectos demonitoreo ambiental a mediano y largo plazo,que darán base a los procesos de restauracióna efectuarse en el área, como la reintroducciónde camélidos y especies de explotación agrí-cola, en extensiones medianas a grandes,para el sustento alimenticio y económico dela población.

Actualmente, en cuanto a la producciónde alimentos, debido a la degradación delsuelo, se observa una disminución notablede caprinos, con pérdida de masa corporal,valor nutritivo y producción de leche a causade la endogamia. Se planifica (monitoreandoel impacto sobre flora y fauna local) fomen-tar la cría y reproducción caprina, para utili-

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5176

77

DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONESMARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO

María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez

zar carne, cuero y productos lácteos, de altovalor nutritivo.

Dada la degradación ambiental y lasobrepoblación de roedores por eliminaciónde predadores, se propone revalorizarCtenomys como alimento -antigua fuente deproteínas comprobada a nivel arqueológicopara pobladores prehispánicos- a fin de neu-tralizar su sobrepoblación y la degradacióndel suelo y comunidades vegetales.

A nivel alimentos se utilizarán los mé-todos convencionales, determinación de pro-teínas, vitaminas, fibra bruta, cenizas,hidratos de carbono, materia grasa o extractoetéreo, acidez, PH y alcohol. En laboratoriose harán determinaciones de algunosoligoelementos presentes en alimentosdesecados y análisis microbiológicos yparasitológicos de acuerdo a las caracterís-ticas del producto, ajustado a la normativavigente en calidad y genuinidad, utilizandoinstrumental estandarizado. Se analizaránpropiedades inocuas para la salud desustancias químicas tintóreas y estabilizantesde vegetales, útiles como aditivos, conocidaspor la población local (aprovechamiento desaberes tradicionales).

Además, por su aporte energético-vitamínico, cobran importancia los cultivosregionales de maíz, poroto, quínoa, papa yotros vegetales. En este sentido, se realiza-rá una campaña asociada al fomento de laagricultura “a modo de educación no formal”incorporando buenas prácticas de cosecha ymanufactura para presentar productos fabrica-dos artesanalmente, generando una potencialactividad comercial. Para la elaboración dealimentos se implementará el aprovechamientode energía solar en cocción y conservaciónde los mismos.

A nivel hidrológico, se analizarán as-pectos físicos, bióticos y socio-económicospara determinar la capacidad natural y lascondiciones de sostenibilidad locales.

Se caracterizará la geología, geomorfología,climatología, hidrología y suelos de lalocalidad para evaluar impactos positivos ynegativos de las actividades programadas,estableciendo, en tiempo y forma, las

mitigaciones necesarias que darán lugar aproducc iones eco- ingenier i les y desostenibilidad en el tiempo. Para su logro seráfundamental la recopilación de: imágenessatelitales, fotos aéreas, cartas IGM, carta –imagen provinciales, cartas geológicas y desuelos, que facilitarán la fotointerpretación ydeterminación de características geológicas,sistemas de drenaje y presencia depaleocauces. Se referirá esta información aantecedentes de áreas próximas -casocuenca Belén- lo que posibil itará unacorrelación general y su aplicación en base alos recursos hídricos de la región y de la zonaque nos ocupa.

Se definirán las geoformas generales,principales minerales constitutivos de la zona,presencia de fallas, diaclasamientos,potenciales sectores de erosión, determinaciónde zonas de riesgo geológico y presencia deelementos estructurales que permitan deter-minar el movimiento de aguas superficialesy subterráneas. Se realizarán tareas de cam-po con toma de muestras para establecercomposición mineralógica a través de técni-cas de cortes delgados. La información geo-lógica y geomorfológica, será volcada enmapas temáticos para caracterizar el área ysus potenciales afectaciones por incorporaciónde infraestructura.

Se instalará una estación meteorológicapara la determinación de parámetros bási-cos: precipitación, temperatura, viento,heliofanía y evaporación, aplicando lareglamentación del Servicio MeteorológicoNacional. Los parámetros recopilados y losobtenidos por la medición serán estadísticamentecalificados, ordenados y procesados y seestablecerán condiciones extremas median-te leyes probabilísticas. La información segraficará para diferentes períodos y parámetros.Las precipitaciones se analizarán con un pro-grama específico, determinando curvas deltipo Intensidad – Duración – Frecuencia.

Se caracterizarán los recursos hídricossuperficiales, definiendo condiciones de má-xima/mínima y valores de módulos para iden-tificar aprovechamiento y protección frentea eventos extremos. Para determinación de

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5177

78

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

condiciones medias se utilizarán técnicas decorrelación hidrológica, dada la escasez dedatos regionales. Se completarán análisis decaracterísticas fisiográficas, hídricas y climá-ticas de la cuenca correspondiente, apoyandoel proceso de correlación. Para determinarmáxima y mínima se utilizarán modelizacionesmatemáticas -en base a las característicasfisiográfica de la zona, las curvas Intensidad– Duración – Frecuencia- para la determinaciónde hidrogramas de crecidas de las diferen-tes recurrencias asumidas para los eventos.El programa previsto es el HEC-HMS. Enrelación a períodos de caudal mínimo se re-alizará el balance hídrico del área, definiendoperíodos críticos y condiciones extremas atener en cuenta en re lac ión con suproductividad.

En aguas subterráneas se registrarán:puntos de surgencia, esquemas de infiltracióny determinación de condiciones de suelos ycobertura, cantidad de agua infiltrada y ca-racterísticas del proceso. Se trazarán perfi-les geoeléctricos para determinar capacida-des de acuíferos y presencia de aguassubterráneas. Para caracterizar el recursoagua, propiamente dicho, se procederá alaforo de la corriente instalando una estaciónlimnimétrica en una sección adecuadamentediseñada. Respecto a su calidad se realizaránmonitoreos, en diferentes épocas del año,de características físicoquímicas (componen-tes y cantidad en dilución, metales pesados.);biológicas y bacteriológicas (establecimientode parámetros OD, DBO5, DQO, coliformestotales y fecales) con toma de muestras ensecciones previamente planificadas para de-tectar problemas puntuales y su variación entiempo y espacio. Conjuntamente se relevaráncaudales, ya que la relación caudal-presen-cia de determinados componentes estáíntimamente relacionada, completando lainformación con determinaciones in-situ,tales como pH, conductividad, OD, tempera-tura del agua y del aire.

Especial atención se dará a la infraestructurahídrica de época prehispánica que permitióla generación de andenes de cultivo y suaprovechamiento para la producción

alimenticia. Se procederá a su relevamientocon técnicas de ingeniería hidráulica, regis-trando las estructuras existentes como obrasde toma, conducción y abastecimiento.Comprendiendo en la actividad: pendientes,tipos de revestimientos, secciones deconducción, características del sistema deriego, relevamiento de las zonas de cultivosdeterminando la superficie y el tipo de suelopresentes, capacidad de la obra de toma ydeterminación de cotas de dominancia.

Se elaborarán planos de las estructurasrelevadas y se completarán los sistemas alos efectos del análisis de las tecnologíasaplicadas durante periodos precolombinos,ya que la distribución y manejo del recursoagua, constituyó la base de la selección delemplazamiento poblacional y sus sectores deproducción. El conocimiento de dichastecnologías permitirá establecer específicamenteforma y disposición de recursos naturalesbásicos: agua y suelo, y las técnicas quedieron lugar a su aprovechamiento ysostenimiento.

En cobertura actual, se harán campañaspara completar mapeos, que junto a los ti-pos de suelos darán base para determinarcondiciones de infiltración en los diferentessectores de la cuenca de aporte, completan-do con determinaciones de humedad naturaly condiciones de infiltración, medianteensayos de doble anillo, para lo que secuenta con equipamiento en la Universidad.

En biodiversidad, a nivel faunístico seanalizará y determinará la composición demamíferos presente en el área, el grado deestacionalidad ambiental de la localidad(relevamientos estacionales de 15 días deduración entre otoño-verano en un año), conmuestreos aleatorios y sistemáticos en basea capturas, registro de caracteres morfológicosy liberación. Se calculará abundancia relati-va de mamíferos terrestres pequeños, apli-cando Índice de Densidad Relativa, Indica-dores de Riqueza e Índice de Sorensen(similitud). El registro de mamíferos media-nos y grandes se hará por búsqueda activaaleatoria y sistemática mediante documentaciónfotográfica. En verano se aplicarán técnicas

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5178

79

DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONESMARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO

María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez

de conteo de individuos y censos de puntosfijos de observación, desde el bajo hasta lasladeras orientales de las serranías del filodel Condorhuasi. Se aplicarán índices defrecuencias de individuos y prevalencia me-diante proporción Davis-Winstead (1980). Secaracterizarán parámetros ecológicos dedinámica de poblaciones en especiessensibles a los cambios ambientales. Paraasignaciones específicas se seguirá a Wilsony Reeder (1993) y en distribuciones a Redfordy Eisenbereg (1992).

A nivel florístico se analizarán las co-berturas arbórea, arbustiva y herbácea(gramíneas y no gramíneas) en verano, pri-mavera, otoño e invierno. Se realizarántransectas Este-Oeste, desde el bajo a laladera, y Norte-Sur para recolección demuestras. El objetivo del relevamiento de flo-ra es conocer la composición y riqueza deespecies en la localidad. Se hará composiciónnumérica de poblaciones, caracterización derecursos veraniegos de “dieta para fauna”mediante observación de consumo en cam-po, análisis microhistológico de heces ensitios de observación y encuestas a lugareños.La localidad se dividirá en sectores paraanálisis estacionales sectoriales, composicióncualitativa de recursos tróficos de microfaunay macrofauna.

La comunidad biótica se estudiarámidiendo parámetros de diversidad, rique-za, abundancia y modelos de distribución(Lavilla y González, 1999) Los indicadoresbiológicos a nivel población-especies sedefinirán a través de sensibilidad a cambiosambientales, amplitud distr ibucional,evaluación continua de un ambiente sujeto aestrés, teniendo en cuenta la necesidad dediferenciar cambios naturales y culturalespara establecer su relevancia en cuanto aevaluación de cambios ecológicos significati-vos. Estas evaluaciones son básicas paradiseñar los procesos de restauración aefectuarse en el área tales como: incentivaciónde la ganadería caprina, reintroducción decamélidos y nuevas especies cultivables nopresentes en la actualidad pero sí en elpasado precolombino. Se analizarán las

modificaciones fenológicas del hábitat y suimpacto en la disponibilidad de recursosalimentarios de los gremios tróficos (Bolettaet al, 1995).

A nivel de la población actual seráimprescindible su análisis en relación aproducción y potencialidad, implementandoprocesos educativos cuyo objetivo sea supe-rar la condición de marginalidad y concientizarsobre las ventajas comparativas existentes,como el valor patrimonial de la zona y de laproducción local para el mercado interno enproductos naturales y artesanías, requeridasen forma creciente. En base a las condicionessocio – económicas actuales de la población(marginal) se establecerá su potencialidadpara la búsqueda de mercados y/o necesidadesplanteadas por estos. Se establecerán lascondiciones de producción y su posibleubicación para lograr un proceso genuino dedesarrollo regional, que parta de estapoblación como modelo y, a través de susresultados, pueda extenderse al territorio. Seincorporarán dentro de estos estudios aspec-tos relacionados con la infraestructura vial ysu disponibilidad actual, lo que permitirá fa-cilitar la comercialización. En el marco regi-onal, se considerarán las poblacionesvecinas, su condición de crecimiento, susaspectos económicos y productivos y los pro-gramas institucionales en ejecución. Se ela-borará un modelo de situación con fijaciónde parámetros de comparación para contro-lar, mediante la aplicación de nuevastecnologías, las condiciones de crecimientoy los resultados transferibles a localidadesde similares características de la provincia.

Implementación de modelos productivos:

La definición de líneas de base en elestudio de los recursos naturales actualesserá el punto de partida para determinar sucapacidad, principalmente agua y suelo,además de la general del ambiente para larecepción de nuevas tecnologías en relacióncon la implantación de modelos de produccióny reimplantación de especies.

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5179

80

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

A partir de ese conocimiento del medionatural y socio – económico, así como de lascapacidades ofrecidas por los recursos, seráposible implementar modelos de producción,que serán analizados y posteriormente apli-cados a escala piloto, para su monitoreo,adecuación y puesta en marcha en mayoresextensiones de producción y transferencia.

En primer lugar es fundamental estudiardesde el punto de vista climático e hídricolos requerimientos de diferentes cultivos, enconcordancia con un mercado realmentecompetitivo a nivel microproductivo. Paraposibilitar este análisis se harán determinacionesde evapotranspiración natural y posterior-mente requerimientos. En este caso seemplearán modelos implementados porNaciones Unidas a través de FAO, mediantelos cuales pueden definirse con precisión:

1. Requerimientos de agua mensual paralos diferentes modelos puestos bajo estudio.

2. Determinación de eventuales esque-mas de cultivos de carácter mixto, para unóptimo aprovechamiento de los recursosnaturales presentes.

Para los modelos de producción, secompletarán análisis de comercialización einversión, implementando determinacionesde Valor Actual Neto (VAN) y Tasa Interna deRetorno (TIR). A través de estos parámetrosserá posible seleccionar el “modelo óptimo”,al que deberá incorporarse la variable sociala tener en cuenta para las tasas. Estogarantizará su evaluación concreta ya que alestar tratando con una población marginal,la posibi l idad de l levar adelante lasmodelizaciones a implementar, implica tenercomo principales componentes los recursosnaturales y el hombre, dependiendo laaceptación del modelo de la capacidad derecepción y adaptación de este último. Poresta razón, la concientización de la poblacióny la búsqueda de un modelo común con unobjetivo claro, permitirán llevar adelante elproceso de cambio, donde el hombre mar-ca, sin lugar a dudas, el principal hito y ele-mento de análisis que definirá el éxito de lamisión emprendida. Por lo tanto, la búsquedade una metodología que permita la incorporación

de estas variables, es el objetivo de base quedeberá encontrar a su vez una forma demonitoreo hacia el futuro para permitir ladeterminación concreta de crecimientollevado adelante.

En los modelos de producción deberánincorporarse escenarios mixtos que tenganen cuenta producción agro-ganadera yactividades derivadas, tal el caso de laactividad textil, que en producción de materiaprima, debe ser autenticada para lograr unacomercialización de excelencia.

Los modelos de producción contemplaránlos resultados de los siguientes proyectos:a) Aprovechamiento de la infraestructurahídrica, b) Aprovechamiento de andenes decultivo, con las adecuadas tecnologías deriego y producción, c) Reimplantación decamélidos en el área, d) Estudios alimentarioscon base en la producción a ser implantada ye) Proyección de especies de tipo terapéuticosy de aprovechamiento industrial.

La metodología y tecnologías a ser apli-cadas se resumen a continuación:

1) Sobre la infraestructura se planificarála reposición del sistema en su totalidad,determinando las obras a ser ejecutadas ylas metodologías para realizar las mismas,materiales, diseño y cálculo. En todos loscasos los materiales a ser utilizados seránsimilares a los ya existentes y con aplicaciónde recursos locales.

2) En aprovechamiento de andenes decultivo, y sobre la base de los suelos exis-tentes, se planificara a nivel de modeloreducido un esquema que permita optimizarel sistema de riego que, sobre la base delprimitivo, posibilite la incorporación de sis-temas actualmente en uso llegando a unaoptimización general. Se implementará so-bre el esquema precolombino la aplicaciónde surcos tecnificados, que elevará elrendimiento de agua minimizando pérdidasinnecesarias. La producción se implementaráen base a los resultados del modelo dedesarrollo llevado adelante, para lo cual serealizarán pruebas piloto de diferentes tiposde cultivos, bajo andenes de diferentesubicaciones, que permiten insolaciones es-

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5180

81

DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONESMARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO

María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez

pecíficas y que pueden llevar a una optimizaciónde producción.

3) Para reimplantación de camélidosteniendo en cuenta andenes a reponer, biotay ecosistema, se implementará una pruebapiloto, estableciendo monitoreos paraverificación de resultados. Teniendo encuenta la flora y fauna nativa se procederá averificar la posibilidad de incrementar la cría yreproducción caprina, para el aprovechamientode carnes, cuero y leche.

4) A partir de los modelos productivosimplementados, el área de alimentación pro-cederá al estudio de valores de poder nutri-tivo, complementación de alimentación,análisis de aportes energéticos y vitamínicos,tanto en cultivos propios de la región -quefueran allí domesticados- como de nuevosproductos ya implementados en otras áreasde la provincia (vid de altura, durazno ymanzana) con un enfoque de proceso agrí-cola con educación no formal, que incorporenuevas prácticas de cosecha y elaboraciónde productos artesanales relevantes, con-templando cultivos de tipo terapéutico e in-dustrial (tintes naturales para lanas).

Se elaborará un Plan de Manejo deprueba para su implementación a nivel de lapoblación local y su ulterior transferencia apoblaciones de similares características. Paralo cual el plan específicamente desarrolladoserá presentado ante autoridades provincialesa los efectos de su aplicación.

El proyecto será llevado adelante en unmodelo a escala reducida, lo que permitirála permanente evaluación de resultados a losefectos de proceder a su ajuste y validación.La part ic ipación de la comunidad esimprescindible, así como la educación conti-nua “no convencional” y la búsqueda del ob-jetivo común.

Relevancia del problema

El estudio de sectores del país, enproceso de pérdida patrimonial cultural, ca-racterizados por un estado de marginaciónsociocultural y económica estructural, es de

vital importancia. Sus resultados sonnecesarios para realizar posteriormente undiagnóstico de situación que permita elabo-rar las bases para el desarrollo de políticasfactibles, aceptables y aplicables queposibiliten modificar la situación de dichossectores de población.

En este sentido, el proyecto se proponelograr el conocimiento integral de la historia,situación socio-cultural-económica y biológi-ca de una población: Azampay, elegida comoProyecto Piloto para elaborar una metodologíade intervención dentro del campo de lainvestigación-acción, propio de la antropología,que permitirá su posterior aplicación a otraslocalidades de similares características don-de se reitera la asociación de pequeñaspoblaciones rurales, no partícipes del PBI,asociadas a importantes ruinas arqueológi-cas aptas para su inserción dentro de planesturísticos.

A nivel de la historia ocupacional local,los estudios arqueológicos realizados y losfechados radiocarbónicos (ubicados entre2400+60 y 220 +60 A.P), obtenidos durantela excavación de unidades constructivas, for-talezas, recintos habitacionales, andenes decultivo y tumbas indican un largo y exitosoproceso de ocupación de la zona.

Se ha constatado la existencia de unagran complejidad social para las comunida-des allí asentadas desde un período TempranoInicial (Sempé, Salceda y Desántolo, 2005)cuya adscripción cultural corresponde a lafase Río Diablo de la Cultura Condorhuasi,sucedida temporalmente con una muy extensaocupación Ciénaga (Temprano propiamentedicho), con organización social compleja,asentada primordialmente en los bosques engalería del fondo de valle (Sempé, 2005) ycon una importante secuencia de desarrolloen tres fases (González y Cowgill, 1975). Fi-nalizado este primer lapso cultural (799 AC -540 DC) el Período Medio (540 DC – 950 DC)se inicia con una primera fase Barrealito deAzampay (Sempé y Baldini, 2002, 2005) decarácter multiétnico y gran complejidad so-cial, con grupos alóctonos ingresando al valle,asentándose y dominando a los Ciénaga

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5181

82

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

locales. En trabajos recientes (Salceda ySempé, 2002; 2003), y con la finalidad deobtener el perfil paleodemográfico del valle,se han comparado inhumaciones actuales delos cementerios de Azampay y La Ciénaga,con las arqueológicas excavadas por Weisseren la década del veinte. Si bien el estudio depoblaciones precolombinas se ha realizadogeneralmente sobre sitios de habitación, elanálisis comparativo de estos cementeriosbrinda evidencias estimativas sobre el tamañode la población a partir de los datos deindividuos inhumados, permitiendo asíesbozar algunas tendencias a través deltiempo (Salceda y Sempé, 2005).

La unidad doméstica de actividadesmúltiples con paredes de piedra en Barrealito,muestra a pequeños grupos agro pastorilesdiseminados a lo largo del valle del Hualfínentre 540 y 700 DC (fechado LATYR).

Para el Tardío (950 DC – 1480 DC) elvalle del Hualfín fue el núcleo de accióngeopolítica de la cultura Belén, a partir delcual se produce la expansión hacia zonaslimítrofes con distinto grado de intensidad deocupación o contacto, que señalan interaccionessociales diferentes (Sempé, 2005b). Las evi-dencias indican al proceso de organizaciónsociopolítica del Hualfín como un señorío do-minando al valle de Tinogasta. La continuaciónde las excavaciones y exploraciones de sitiosarqueológicos, ha permitido trazar el esque-ma de la jerarquía de sitios de ocupación dela Cultura Belén definir y aislar sitios decementerio.

Para analizar la problemática sobre laorganización sociopolítica alcanzada por lacultura Belén es necesario tener en cuentaque, desde el punto de vista arqueológico, esdifíci l diferenciar, por las estructurasremanentes, cuando se está frente a una tribuo ante Jefaturas o Señoríos que tienen siste-mas más centralizados de control y dedistribución de bienes. Service (1975) desdeel marco teórico evolutivo marcó lasvariaciones existentes entre distintos grupos.El Señorío es una categoría de difícil definición,Steward y Faron (1957) señalaron la grancantidad de variantes dentro de la misma.

Indicios de complejidad en la organizaciónsociopolítica están marcados por la existenciade construcciones a gran escala que implicanmovilización de grandes grupos de personasy la larga ocupación de los sitios arqueológi-cos, hecho demostrado en el fechado del1100 D.C. para el Cerro Colorado de LaCiénaga de Abajo (Departamento Belén) yotros mas tardíos, como los procedentes dela Loma de los Antiguos y Carrizal.

Como rasgos asociados a las jefaturasFiedel (1996) ha señalado la existencia deuna comunidad más grande que el resto,generalmente con un lugar ceremonial. Elsitio de Molino de Puerta de Corral Quemadocon sus 110 recintos habitacionales es el másgrande conocido para Belén y durante lasexcavaciones de 1969 se constató el carácterceremonial de una de sus estructuras. En elsitio Cerrito Colorado, frente a La Ciénagade arriba, González (1953) excavó unaestructura con rampas, perteneciente a lacultura Belén, que interpretó como decarácter ceremonial. Sólo otros dos sitios sonde gran tamaño: el Eje de Hualfín con 80recintos y Azampay con 45. Otro rasgoindicativo de diferencias de jerarquía entresitios es que la mayoría de la población resi-de en pequeñas aldeas, el tamaño promediode los cuarenta sitios Belén, amurallados ono, es de veinte viviendas. Estos rasgos nospermitirían plantear no sólo la existencia deuna jerarquía de sitios sino también la devariabilidad de lugares ceremoniales.

González (1979), señala la importanciade la concentración de riqueza y la existenciade límites y espacios geográficos bien defi-nidos. La distribución del material cerámicoBelén nos habilita para sostener la existenciade límites claramente definidos para lo quepudo haber sido un señorío preincaico, queabarcaría los valles de Hualfín y Abaucán his-tóricos, desde la fortaleza de Famabalastoen el Departamento Santa María hasta el ríoColorado-Bermejo-Abaucán en el límite conLa Rioja. En cuanto a la organización políticason varias las citas en la documentación his-tórica que aluden a la existencia de un caci-que principal y otros dos secundarios en la

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5182

83

DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONESMARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO

María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez

región Valliserrana y que al menos ocho par-cialidades estaban sujetas a ellos (Montes,1958).

Fried Morton (1975) ha señalado lajerarquización como una consecuencia delcrecimiento de la población y de la apariciónde una economía redistributiva, rasgos queestán muy definidos dentro de la cultura Belén.En especial si tenemos en cuenta el espacioocupado por los andenes de cultivo en lalocalidad de Azampay, que superan los 10 Km²y las obras hidráulicas asociadas (Sempé,1999), cuya producción consideramos debióser redistribuida a otros sitios del valle.

Según Athens (1980) la agricultura y lacomplejidad cultural tienen una relación cau-sal inmediata. Considera a la agricultura enel rango de un ecosistema artificial, cuyosostenimiento en ambientes áridos implicaun esfuerzo de gran magnitud a través de lairrigación “las formas mas intensivas deproducción agrícola no se desarrollarán o seadoptarán a menos que haya una razón quelos compela a hacerlo” (1980:375). Esteautor y Boserup (1984) coinciden en que larazón suficiente del gran esfuerzo demantenimiento requerido para los sistemasagrícolas se relacionaría con el desequilibrioentre población y suplemento alimentariodisponible. En los ambientes áridos ytemplados la producción agrícola anual varíaconsiderablemente a causa de la escasez degranos, clima u otros factores. Esto incenti-va la necesidad de estabilizar la producciónaumentando los sistemas de irrigación nive-lando terrenos, acciones que implican unfuerte aumento de trabajo y necesidad demano de obra. Bajo estas condiciones latendencia hacia la complejidad social esfuerte y el incremento del territorio es unaforma de ayudar a conjurar las crisis surgidaspor los cambios climáticos u otros desastres,cambios que ocurrieron hacia el 1100 D.C.

Existe una relación estructural entreorganización terr itorial, patrones deasentamiento y complejidad sociocultural queen las sociedades tardías valliserranas delNOA se evidencia por la naturaleza de losasentamientos, rasgo que fue señalado cla-

ramente por Tarragó y Nastri (1999). Laexpansión territorial de los estilos cerámicosy los patrones de asentamiento característi-cos permiten plantear la existencia dedominios y fronteras, que algunos autoreshan denominado como Señoríos o tradicionessocioculturales. Estas características son unemergente de la complejidad sociopolítica enun momento histórico y social específico.

Resalta la diferencia de escala en los ti-pos de asentamiento Belén, tanto por sutamaño como por sus características (Sempé,1999), en especial cuando existen lugaresfortificados asociados a sitios dispersos,como sucede en la localidad de Azampay.Otro rasgo de complejidad es la ubicaciónrelativa de los asentamientos en relación ala geomorfología del territorio y de los sitiosentre si, cuestiones que estarían relaciona-das con el costo en la toma de decisionessobre el manejo de los recursos de producción,el movimiento de bienes y el almacenamiento.De esta manera el enfoque arqueológico so-bre la complejidad cultural implica la mediciónde la variabilidad en tamaño del sitio y suforma, siempre comparando entre sitioscontemporáneos (Wenke, 1985). Los incasdominaron una estructura sociopolíticapreexistente y exacerbaron sus característi-cas productivas y redistributivas, hasta elpunto que el sistema debió colapsar antesde la penetración hispánica. Al parecer sólopermitieron la permanencia de grupos o co-munidades Belén muy dispersas, que entraronen un intenso proceso de transculturación haciala cultura incaica y sus tradiciones asociadas.

De acuerdo a las entrevistas realizadasa los actuales propietarios con hijuelascoloniales y a la carencia de documentacióncolonial, existe un hiato de información parael momento del contacto hispano-indígena.La población actual es de instalaciónreciente, en ella se observan una serie derasgos en las modalidades de asentamientoy explotación de recursos que se asemejana los del pasado prehispánico (Maffia et al,2002), en la búsqueda de formas mas efici-entes de producción y que responden a lasrestricciones de un medio ambiente árido.

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5183

84

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Como lo ha señalado Isla (2002), si bienel Estado es una presencia permanente paralas comunidades rurales del NOA, conside-ramos que son las propias capacidades de lacomunidad local actual las que permitiránalcanzar la autosuficiencia económica, des-pegando del nivel subsistencial para lograruna inserción activa en el esquema productivoprovincial a través de la incorporación delrecurso turístico, auspiciado particularmen-te por la provincia de Catamarca.

La elección de la problemática y elenfoque dado se basan en estudios deinvest igac ión bás ica arqueológ ica,bioantropológica y sociocultural realizadosdurante los últimos diez años en la localidad(Sempé, Salceda y Maffia, Eds 2005) conapoyo económico de la SECyT, CONICET yUNLP y con la debida autorización de laDirección de Antropología provincial.

Al proyecto se integran docentes investi-gadores de la UNLP y de UNCa y Dirección deAntropolog ía prov inc ia l con fuerteespecialización en arqueología, gestión debienes cu l tura les, b ioantropolog ía yantropología social y una amplia experienciaen áreas que permitirán desarrollar enprofundidad los temas relacionados almedioambiente y aprovechamiento alimentarioy energético de los recursos, estos últimos,cuentan con importantes estudios sobrediversidad vegetal; agroalimentos, especi-almente quínoa; producción apícola en elvalle central y su relación con el compo-nente f lor íst ico local; f lora y faunaregionales; suelos, nutrientes y minerales.Han real izado además trabajos deevaluación y manejo de recursos naturales;gestión de agua y suelo; análisis hidrológicode cuencas, manejo del recurso hídrico eimpacto sobre los mismos, en transferenciade servicios a terceros por encargo delgobierno provincial y de otras institucionesTambién se ha hecho énfasis sobrecomportamiento animal especialmente decamélidos. En el área de alimentos hanejecutado proyectos en la facultad deCiencias Exactas y Naturales acreditados enla UNCa.

El grupo de trabajo está conformado porResponsables: Sempé, María Carlota(Director); Salceda, Susana Alicia; Nazar,Domingo Carlos.

Integrantes: Calandra, Horacio Adolfo;De La Fuente, Guillermo Adrián; Delfino,Daniel Darío; Filippín, Ana Julia; LizarraldeDe Grosso, Mercedes Sara; Lomaglio, DeliaBeatriz; March, Juan Manuel; Martínez, NoraBeatriz; Martínez, Susana Elisa; Perea, Ma-rio del Valle; Pozzi, María Teresa; Quevedo,Gloria del Valle; Quiroga, Alejandro; Ratto,Norma Rosa; Salas, Liliana Beatriz; Zagorodny,Nora Inés

Becarios de posgrado: Ramallo,Virginia; Strasser, Georgina; Vilches, FatimaEdith; Zubrzycki, Bernarda

Reflexion final

En los últimos años, se han difundido lascorrientes que apoyan el desarrollo sustentabley sostenible, definido como aquel que es ca-paz de satisfacer las necesidades del pre-sente sin comprometer las del futuro, el cualse ha posicionado hoy como la alternativaválida frente a los modelos de desarrollopuramente económicos, que por años hanignorado al ambiente y al desarrollo depequeñas comunidades, desencadenandoprocesos de destrucción y agotamiento delos recursos naturales y de los bienesculturales.

Este es un proyecto de desarrollo quebasa su f i losof ía de t rabajo en e lreconocimiento de una complementariedadesencial entre investigación básica einvestigación aplicada incluyendo a distin-tas disciplinas antropológicas e integrandootras en el marco de las Ciencias Naturalesy Tecnológicas. Procura, en definitiva, res-ponder al ideal de desarrollar y transferirconocimientos desde la universidad a lasociedad, a los organismos de gestión y alsector privado para contribuir así alafianzamiento idóneo del mercado detrabajo vinculado al Patrimonio Cultural yNatural.

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5184

85

DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONESMARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO

María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez

Se plantea que “la recuperación de lastecnologías tradicionales y la puesta en va-lor del patrimonio arqueológico producirá unmejoramiento en la calidad de vida de lapoblación rural local mediante un aumentodel nivel actual de producción de la comunidadderivado de un mejor uso del agua y del sueloe incorporando tecnología para el manejoagro pastoril”. Del mismo modo la puesta envalor del patrimonio cultural arqueológico yambiental en el conciente comunitario y lacapacitación de los pobladores en técnicasde gestión ambiental y patrimonial permitiránsacar del aislamiento y marginación a lapoblación local

Concretar los objetivos del proyecto im-plica desarrollar acciones en torno a laReinserción Productiva de la ComunidadActual. En estas actividades se contemplarantodos aquellos estudios que hacen a laidentificación y evaluación de los problemas,para su posterior intervención, que devienende las actividades económicas tradicionalesperdidas, el pleno y sustentable manejo delmedio natural, el estudio de tecnologías quehagan más eficientes los procesos dedesarrollo productivo -fundamentalmente agropastoril- apoyando la recuperación de los sitiosarqueológicos involucrados. El proceso deberápermitir la puesta en valor del patrimonio cul-tural local a través de la concreción de unparque arqueológico y museo de sitio, asícomo la materialización de un centro deinterpretación para tareas de extensión a la

comunidad local, regional y, en general, parael visitante. Toda esta actividad se plantearácomo un proceso sistémico, ya que eldesarrollo de una actividad necesariamenteconlleva al logro del objetivo.

La construcción de un Modelo Productivoy de Desarrollo aplicable a localidades de si-milares características, permitirá la inserciónde las comunidades en planes turísticosprovinciales y nacionales y la capacitación derecursos humanos locales que hagan posibleesta aplicación, como así también lavaloración de resultados para definirbeneficios y establecer mejoras continuas enlo que hace a una inserción laboral idónea.Dentro de estas tareas se consideraránestudios que hacen a mercado y comercializaciónde productos para el desarrollo comunitarioconcreto. Así se habrá logrado una recuperaciónde ident idad, un aprovechamiento ysustentabilidad del medio y un desarrollo dela comunidad con un adecuado nivel decalidad de vida.

Los investigadores en su totalidad asumenun compromiso profundo tal cual es llevaradelante un nuevo proceso contando para ellocon una población allí presente, siendo el prin-cipal desafío el incorporar al hombre dentrodel proceso y tratar en forma conjunta deestablecer la recuperación y cambio que llevena concretar el objetivo, cual es el mejoramientode la calidad de vida de los habitantes de estapoblación y de aquellas en las que será posiblesu implementación a futuro.

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5185

86

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Fiesta en la escuela

Andenes arqueológicos y Recinto en elPucará de Azampay

Poblado de Azampay. Belén. Catamarca

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5186

87

DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONESMARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO

María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez

Bibliografia

ABRAMOVAY R.,2006 Para una teoría de los estudios territoriales.

En Desarrollo rural. Organizaciones,instituciones y territorios. Manzanal,Neiman y Lattuada (Comp.): 51. Ciccus

ATHENS J.,1980 El proceso evolutivo en las sociedades

complejas y la ocupación del período TardíoCara en los andes septentrionales delEcuador. Inst. Otalaveño de Antropología.

BOLETTA P., R. VIDES ALMONACID, E. FIGUEROA YM. FERNÁNDEZ,

1995 Cambios Fenológicos de la Selva Basal de lasYungas en Sierra de San Javier (Tucumán,Argentina) y su relación con la OrganizaciónEstacional de las Comunidades de Aves. EnInvestigación, Conservación y Desarrollo enSelvas Subtropicales de Montaña. Brown,A.D. y Grau, H.R. Editores. Proyecto deDesarrollo Agroforestal. L.I.E.Y. Pp. 103-114.

BOSERUP E,1984 Población y Cambio tecnológico. Crítica.

BOURDIEU P.1999 La distinción. Ed. Taurus.

DAVIS D.E. Y R. WINSTEAD1980 Manual de técnicas de gestión de vida sil-

vestre. Wildlife Society, Maryland.FIEDEL S.J.

1996 Prehistoria de América. Crítica, Barcelo-na.

FRIED MORTON H.1975 Sobre la evolución de la estratificación

social y del estado. En Antropología políti-ca. Llovera (Ed.). Barcelona, Anagrama.

GONZÁLEZ A.R.1954 La casa pozo en el NO Argentino. Revista

del Museo de Ciencias Naturales de Mardel Plata, 1. Buenos Aires.

1979 Las exequias de Painé Guor. Relacionesde la Sociedad Argentina de Antropología(Nueva Serie), XIII: 13-161. Buenos Aires.

GONZÁLEZ A.R. Y G. COWGILL1975 Cronología Arqueológica del Valle del

Hualfín obtenida mediante el uso de com-putadoras. Actas Primer Congreso deArqueología Argentina. Rosario.

ISLA A.2002 Los usos políticos de la identidad: indigenismo

y estado. FLACSO. Ed. de las Ciencias,CONICET, Buenos Aires.

LATTUADA M., J.M. RENOLD, L BINOLFI Y A. DE BIASI2006 Limitantes al desarrollo territorial rural en

contextos de políticas sectoriales neutraso negat ivas . En Desarro l lo rura l .Organizaciones, instituciones y territorios.Manzanal, Neiman y Lattuada (Comp.):153. Ciccus.

LAVILLA E Y J. GONZÁLEZ (EDS)1999 Biodiversidad de Agua Rica. Catamarca

Argentina. Ed. Fundación M.Lillo-BHP.MAFFIA M., M.C. SEMPÉ, B. ZUBRZYCKI Y L.BASUALDO

2002 Continuidad y cambio en los asentamientosde Azampay (Belén, Catamarca. Argenti-na) Revista de Arqueología Americana, 20:291-314, Instituto Panamericano deGeografía e Historia. México

MANZANAL M., G. NEIMAN Y M. LATTUADA (COMP.)2006 Desarrollo rural. Organizaciones, instituciones

y territorios. Ed Ciccus.MONTES A..

1959 El Gran Alzamiento Diaguita. Revista delInstituto de Antropología I. Rosario.

MOYANO ESTRADA E.2006 Capital social y desarrollo en zonas rurales.

En Desarrollo rural. Organizaciones,

Abstract: The aim of this project is to attain the comprehensive knowledgeof the history and socio-cultural-economic and biological situation ofAzampay’s population -the Pilot Locality- to elaborate an interventionmethodology within the research-action field characteristic of anthropology.This will enable its later application to other localities with similarcharacteristics which present a repeated pattern of associated small ruralpopulations outside GDP and related to important archaeological ruins whichcould be considered in future tourist plans

Key words: anthropology- research/action- archeological tourism

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5187

88

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

instituciones y territorios. Manzanal,Neiman y Lattuada (Comp.): 103. Ciccus.

PADULA G., A. TOBISCH, S. SALCEDA2005 Crecimiento y nutrición en la población

infanto adolescente de Azampay. EnAzampay Presente y Pasado de unpueblito catamarqueño. Ed. Al Margen –UNLP. La Plata.

REDFORD K. Y J. EISENBERG1992 Mammals of the Neotropics. The Southern

Cone. Vol 2. Chicago Univ. Press.SALCEDA S. Y M.C. SEMPÉ

2005 Cronología y paleodemografía en el valledel Hualfín. En Azampay Presente yPasado de un pueblito catamarqueño. Ed.Al Margen – UNLP. La Plata

SEMPÉ M.C.1999 La Cultura Belén. Actas XII Congreso Na-

cional de Arqueología Argentina. Tomo II.La Plata.

2005a La cultura de La Ciénaga y el períodoTemprano. En Azampay Presente yPasado de un pueblito catamarqueño. Ed.Al Margen – UNLP. La Plata.

2005b El período Tardío en Azampay: El señoríoBelén y su modelo geopolítico. En AzampayPresente y Pasado de un puebl i tocatamarqueño. Ed. Al Margen – UNLP. LaPlata.

SEMPÉ, M.C. Y M.I. BALDINI2002 Contextos temáticos y ordenamientos

funerarios en el cementerio Aguada OrillaNorte. En Relaciones de la Sociedad Ar-gentina de Antropología. Tomo 27. pp247—270. Buenos Aires.

2005 La Aguada en el val le del Hualf ín:comportamiento funerario y sectoressociales. En Azampay Presente y Pasadode un pueblito catamarqueño Ed. AlMargen–UNLP. La Plata.

SEMPÉ M.C. Y S. SALCEDA2005 Sacrificios humanos de fundación en la

cultura Aguada. En Azampay Presente yPasado de un pueblito catamarqueño Ed.Al Margen – UNLP. La Plata.

SEMPÉ M.C., S. SALCEDA Y B. DESÁNTOLO2005 El período Temprano Inicial en Azampay.

En Azampay Presente y Pasado de unpueblito catamarqueño Ed. Al Margen –UNLP. La Plata.

SEMPÉ M.C., S. SALCEDA Y M. MAFFIA (EDS)2005 En Azampay. Presente y Pasado de un

pueblito catamarqueño. Ediciones AlMargen – UNLP. La Plata.

SERVICE E.1975 El surgimiento del estado y la civilización.

Alianza. Barcelona.STEWARD J.H. Y L.C. FARON

1957 Native peoples of South America. McGrawHill, New York.

STORINO R., M. MAFFIA, M.I. URRUTIA, M.BASALDÚA, M. FORA, B. ZUBRZYCKI, A. VALERO

2005 Estudio inicial Antropológico epidemiológicosobre la enfermedad de Chagas en lalocalidad de Azampay. En Azampay. Presen-te y Pasado de un pueblito catamarqueño.Ediciones Al Margen – UNLP. La Plata.

TARRAGÓ M. Y J. NASTRI1999 Dimens iones de la comple j idad

santamariana. Actas XII Congreso Na-cional de Arqueología Argentina, II LaPlata. UNLP.

WENKE, R.J.1985 Patterns in Prehistory: Humankind’s First

Three Million Years. New York: OxfordUniversity.

WILSON D. Y D. REEDER1993 Mammal species of the World: a taxonomic

and geographic reference. 2ª. Ed.Smithsonian Institution Press.

Sempe Salceda e Martinez.pmd 26/9/2007, 11:5188

89

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 89-98.

GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRACOLONIZACIÓN: LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA

Lourdes S. Domínguez*

Resumen: El artículo trata de la experiencia indígena de Guanabacoa,Cuba, asentamiento de principios de la colonización ibérica en el Caribe.Las cuestiones de la etnicidad y de la participación de la comunidad en lainterpretación arqueológica muestran como una mirada a partir de laArqueología Pública puede ser original y constructiva.

Palabras-clave: indígenas; Guanabacoa; colonización.

Introducción

Cuba fue la primera de las Islas de lasAntil las Mayores en descubrirse, perotambién la última en ser colonizada; cuandolos españoles llegaron a nuestras costashabían experimentado, en gran medida, di-ferentes métodos de colonización, tanto enlas tierras reconquistadas en el sur de Españacomo en las Islas Canarias. (Colectivo auto-ral, 1994.)

De la Factoría pensada por Colón se pasócon rapidez a la Colonia por poblamiento,organizándose de esta manera a los gruposautóctonos para el trabajo en una forma queal inicio se llamó “encomienda”, este siste-ma concebido en la Metrópoli pudo sermedianamente ideal en un primer momen-to, y en apariencias era humano y necesario,por el cual sólo se pedía a los aborígenesque se catequizaran. En realidad fue unarepartición de hombres para con ellosestablecer una esclavitud encubierta.

Este método de aplicación dual se escudóen el mecanismo de la cristianización,mostrándolo como objetivo principal,recuérdese que España en ese momento erala campeona de la cristiandad, pero enverdad la única aspiración era organizar lapoblación indígena para con ella abordarnuevos modos de laboreo, dándosele unaapariencia legal a una cruel y despiadadaexplotación de su fuerza de trabajo.

Entre 1524 y 1555 se lleva a cabo lafase continental de la conquista y colonizaciónde América, pero dentro de este período, en1542, se dictan las Leyes Nuevas y con ellas laabolición de las encomiendas, manifestándosela Corona sobre la misma, como obsoleta ycontradictoria. Esto fue el resultado de laspresiones ejercidas en la Corte a tal efecto,por esta razón España determinó ensayarotros procedimientos con resultados simila-res; surgió así el Plan de la Experiencia, y seescogió a Cuba para su primera puesta enescena.

Se adoptaron nuevas fórmulas para lacreación de núcleos indígenas, ejemplificadasen los casos del Caney en Santiago de Cubay de Guanabacoa en La Habana, para evitar

*Oficina del Historiador, Havana, Cuba,[email protected]

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5489

90

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

su deambular por estas prominentesciudades que a la sazón se disputaban laprimacía de la Isla.

Lo acontecido en este proceso de con-quista y colonización, a partir de los siste-mas experimentados y aplicados, altera lasnormas y el equilibrio territorial e hizo bas-tante difícil el afán de reconcentrar demanera obligatoria a estos indios “vacos” o“vacantes” en reductos muy distintos a susverdaderos pueblos (Ramos, 1992).

Para adentrarnos en el estudio delproceso de colonización en la Cuba del sigloXVI, la vía documental y bibliográfica dejaen verdad muchas lagunas en la información,por eso consideramos como uno de los im-perativos de la investigación arqueológicamoderna, crear la estructura y la estrategiaapropiada para la interpretación de estoseventos a partir de las evidencias materiales,logrando así definir con más claridad loocurrido con estos pueblos en ese momentohistórico concreto.

De esta forma, y a partir de los conceptosde la Arqueología Histórica y de la ArqueologíaPública (Funari 2001), es que debemos en-frentar la investigación en la actualidad. Elestudio de este período de contacto ytransculturación indohispánica a partir de loselementos de ambas culturas: aborigen(Robrahn-González 2000) y europea, es lalínea conducente, pues los mismos pervivenen dicho proceso a partir de criterios muyobjetivos (Rives, Domínguez, Pérez, 1991).

Encomiendas y experiencias

El tratamiento hacia los indígenas deAmérica fue para la política Real españolade ese momento una actuación indecisa, losescrúpulos de tipo moral chocaban con losintereses económicos y se interrelacionabancon el proceso colonizador, al final vencieronlos económicos.

A partir de 1503 se autoriza a todos loshombres que viajan al Nuevo Mundo, en víasde conquista y colonización, capturar a losindios cuando hiciesen resistencia, pero acto

seguido se recuerda su carácter de “hombreslibres por condición”. La ambigüedad nutrela documentación y la realidad se manifiestade una forma distinta. Son constantes lasmenciones a la “guerra justa” o a la “guerrabuena” (Pichardo, 1984), y de hecho no existeuna línea consecuente para tratar el asunto.

Así es realmente esclavizada la poblaciónautóctona, de una forma directa al principioy encubierta después, con la aplicación desistemas como la encomienda.

Esta llamada encomienda se desarrollóen las Indias y fue concebida como unpatronato de favor Real sobre una parte es-pecífica de los naturales de estas tierras, noera para todos los indios, ni se aplicaba atodos los concentrados en establecimientoscercanos a las posesiones del encomenderoo a los centros urbanos incipientes, las fa-mosas Villas.

Existía obligatoriedad por parte delencomendero español de instruir a los indiosentregados en la religión cristiana yenseñarles los rudimentos esenciales, de lallamada vida civilizada al fiel de los europeossalidos del medioevo, así como defenderlosen sus personas y propiedades, a cambio sedemandaba tributo en forma de trabajo, porconsiderarse privilegios las cosas que se lesofrecían (Franco, 1985).

En la práctica “… los encomendados eranalgo así como siervos de los encomenderos”,(Portuondo, 1953), pero en la realidad lasencomiendas constituían una instituciónexplotadora hasta límites insospechados deltrabajo indígena, estos hombres fueronsometidos a un proceso de rápida descultu-rización. Las Leyes de Burgos son el principalsoporte de este mecanismo diabólico.

En Cuba, en 1513 y mediante CédulaReal, el conquistador don Diego Velázquezde Cuéllar inició los repartimientos de indiospara ejecutar las encomiendas. La experienciaacumulada en La Española, le permitió pro-piciar una política de entrega de indios a partirde familias, pueblos o comunidades aborí-genes completas, pues de esta manera nose desarraigaban y se lograban mayoresrendimientos productivos.

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5490

91

GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA COLONIZACIÓN: LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA

Lourdes S. Domínguez

Entre 1516 y 1519, fracasadas las tenta-tivas hechas con las encomiendas, se proponepor los frailes Jerónimos y en especial porRodrigo de Figueroa en La Española, efectuarlos famosos “experimentos” que pretendíandeterminar la capacidad intelectual y políticade los indios para valorar por sí mismos, perosiempre a la manera española, la forma devida más adecuada.

Este es un antecedente de las llamadas“experiencias indias” puestas en práctica enCuba décadas más tarde y las cualesresultaron una manera inconsecuente utili-zada por la Monarquía Española para inten-tar recuperar la productividad diezmada delas masas autóctonas.

El historiador L. Hanke (1950) definió alas “experiencias” como “… el último actoen el drama de los experimentos para libe-rar a los indios”. El período de su implantaciónfue del 1525 al 1535, basándose siempre enla concentración de los aborígenes sinubicación ni trabajo, llamados “vacos” o “va-cantes”, en pueblos artificiales donde siemprehubiere clérigos para “adoctrinarlos” y guiarlosen sus labores, de esta forma los tendrían cer-ca y a mano para cualquier menester.

Las autoridades de la isla de Cuba seniegan a aceptar este nuevo procedimiento,prohibiéndoselo a Pedro Mexía Trille, desig-nado por el Rey a tal efecto.

Con posterioridad este hombre lepropuso a la Corona que encargara al Obispola conducción de la “experiencia” y así sefundó el primer pueblo de indios en Bayamo,al oriente de Cuba. Esta prueba resultó unfracaso, el Rey ordenó un segundo intento ypara ello designó al teniente gobernador donManuel de Rojas, quien en carta al Monarcale dice que al tratar de poner en práctica suorden cree: “…Ha de hacer poco fruto segúnla enemistad que esta gente tiene con la gen-te española, por el mal tratamiento que letienen hecho, tanto por sus culpas como porlas nuestras”. (Chacón y Calvo, 1934.)

Se trató de hacer otro ensayo en SanJuan de Puerto Rico en 1520 pero se infiereel fracaso al no existir referencia alguna(Chacón y Calvo, 1934). El éxito mediatizado

de la proclamación de la libertad de losnaturales a partir de las Leyes Nuevas en 1542fue el segundo revés, porque estas jamásfueron aplicadas como estaban escritas y muyen especial por el rechazo de los colonos.Hasta 1553 no se pueden poner en prácticaalgunas soluciones que parafrasean estassusodichas leyes (Pichardo, 1984).

Con toda la práctica acumulada por lastentativas y frustraciones se piensa comosolución al problema de estos indios sindueño, trabajo ni ubicación, merodeadorespor las ciudades y creadores de grandesdisturbios, la idea de reconcentrarlos toman-do algunas de las estipulaciones promulga-das por las Leyes Nuevas, fue una salida yde aquí renace el caso de Guanabacoa, estaregión se comienza a organizar a partir de1555, emplazándose en la cercanía de LaHabana, en esa época la capital de Cuba.

Estrategias de la Arqueología Pública

La Arqueología Histórica permite abor-dar nuevas líneas de trabajo, así como pen-sar en nuevas propuestas fuera de losplanteamientos clásicos para el estudio de estossitios de transculturación. La estructuraciónde las diferentes estrategias de clasificaciónde evidencias materiales, tiene su referenciaen los objetos exhumados que presentansimultáneamente rasgos indígenas hispanosen su morfología, ello requiere de trabajosde campo concebidos dentro de un enfoquemucho más ágil.

Los escasos documentos de esta épocaabogan también por una labor interdisciplinariaque agrupe etnólogos, arqueólogos e histo-riadores en la cual, el rol jugado por las evi-dencias materiales debe corresponder a lametódica arqueológica y al papel rector deestas investigaciones.

Tenemos como ejemplo clásico el sitioEl Yayal como representante de la etapa decontacto y transculturación en Cuba, cuyoanálisis y enfoque metodológico permitióconsiderarlo como un interesante estudio decaso. (Domínguez, 1984.)

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5491

92

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Para realizar este trabajo es imprescindiblela definición de estrategias arqueológicasconcretas a partir de dos versiones del evento:

a) Que el período de contacto estárelacionado con la conquista y colonizacióny se puede considerar hasta mediadosdel siglo XVI.

b) Que el período de transculturaciónse puede efectuar desde el inicio del sigloXVI y en épocas posteriores de acuerdocon el desarrollo del proceso histórico decada pueblo.

Para este primer momento, es válido uti-lizar el enfoque siguiente, sobre todo a la horade analizar las evidencias. (Domínguez, 1980.)

a) Materiales en superficie que nopresentan variación intrínseca ni huellasde uso y reuso.

b) Materiales de niveles estratigráficosdefinidos, con cambios intrínsecos ytienen evidencias de uso y rehúso.

c) Un producto nuevo, la creaciónhecha por estos grupos mediante lasimbiosis cultural.

Puede ocurrir todo lo contrario en elenfoque del evento. Entendido a partirde1550, las evidencias en este período reflejancada vez menos los rasgos indohispánicoshallados y se pueden analizar de esta forma:

Objetos de procedencia europea.Objetos de procedencia criolla bien

definidos.Objetos de procedencia aborigen.A medida que pasa el tiempo los objetos

indígenas serán cada vez más vestigiales,como ocurre con el ejemplo de Guanabacoa(Domínguez, 1989).

El paso de la inferencia directa obtenidaa partir de los restos arqueológicos detecta-dos hace posible su contrastación con loshechos históricos, hipotéticos o comprobadospor documentos. Estas son las característi-cas fundamentales de las evidencias que seconsideran imponderables en esta etapa detransculturación.

(Robrahn-González 2001). Por ejemplo, lapresencia en los contextos arqueológicos decerámica indígena o de mayólica novohispana,identifican respectivamente a un grupoaborigen agroalfarero y a un sitio colonial,quizás del siglo XVII, estas muestras resultanválidas para la contrastación del evento his-tórico específico, pero es preciso ser cuida-doso, pues no permiten ir mucho más allá, ano ser que se examinen los materiales a par-tir de asociaciones significativas, y estaspermitan reconstruir hechos y cronologar conseguridad.

Grandes grupos de hallazgos de proce-dencia europea o de manufactura arahuacaantillana, ya sean de metal, loza, porcelana,cerámica o vidrio, presentes en un sitio ar-queológico, pueden constituir de igual maneralas huellas de un enclave europeo, de aborí-genes españolizados, o de cimarrones, yaque en estos casos los objetos pudieron seradquiridos de diversas formas, en el merca-do, por robo, por trueque, etc. lo cual seríamuy difícil de comprobar si no es a través delas relaciones significativas de las muestrasentre sí y con otros elementos del contexto,o una posible existencia de documentaciónprobatoria del evento.

Otros aspectos de la investigación, comoson los rasgos valorativos, la proporción delos materiales en general y en específico dela cerámica y teniendo en cuenta las carac-terísticas del residuario, permitirán tener unaidea concreta, de si es un lugar de vivienda,un comercio urbano o campesino, palenques,cementerios, u otro. Estos parámetros debenfijarse con preferencia en el hallazgo o en elestud io de la muestra que denotetransculturación.

Las características particulares de lasevidencias no deben ser criterios rectores querijan la investigación arqueológica sino elintercambio con la documentación, si existe,o cualquier otro análisis como lo plantea laArqueología Histórica, y sobre todo que per-mita la reconstrucción del evento, objetivoen sí de la investigación.

En cuanto a los métodos de excavación yrescate en estos contextos, debe realizarse

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5492

93

GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA COLONIZACIÓN: LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA

Lourdes S. Domínguez

preferente con estratigrafía natural, teniendoespecial cuidado en el espesor de la capaantropogénica, la cual se infiere debe serexigua, por lo general en Cuba esta capa fértilno rebasa los 0.25 m, y matemáticamentenos da unos 5 mm por año suponiendo queel asentamiento sea de cincuenta años.

La excavación en estratos naturales eneste tipo de sitios es bien difícil y exige granatención y cuidado en la colecta de superficie,la que se cumplimentará por medio del sis-tema de cuadrículas, y aportará despuésmayores posibilidades para el procesamientode los datos, teniendo en cuenta el aumentode la extensión del área para poder ver enplanta la expansión del fenómeno y poderloentender mucho más integralmente. En estoscasos las excavaciones reducidas sólopermiten apreciar una pequeña parte de laverdad.

Estudio de caso: Guanabacoa y sus usospúblicos

Las Actas Capitulares del Cabildo deLa Habana acreditan la creación de unpoblado de indios fomentado el 12 dejunio de 1554 en un paraje l lamadoGuanabacoa y dice así: “…que en armoníacon lo tratado con los dichos indios se lehagan un poblado, por que estando asíjuntos se podrá tener en cuenta y razónde ellos” (Vidal Cirera, 1887).

El afamado historiador Gerardo Castellanos(1948) plantea al respecto: “…ante la evi-dente situación decadente, degenerada másbien, y trashumante de los indios de estaregión, se propusieron recoger a los mansoscomo a los rebeldes o jíbaros y concentrarlosdonde ellos pudieran fomentar poblados, cul-tivar la tierra, establecer industria y vivir asu manera a condición de ciertas medidas uenseñanzas cristianas …”, lo que hizo que seconvirtieran al tiempo, estos poblados en“… zonas de reducciones cual similares acorrales o presidios donde no hubo jamáspropósito de enseñanza cristiana y nadamás” (Castellanos, 1948).

Aunque el historiador Pezuela aseguraque este pueblo de indios de Guanabacoa nolo será como tal hasta 1576, cuando seestablece por documento y se alza en él unaiglesia servida por la orden de San Francisco(Pezuela, 1868), hay referencias de que yaen 1530 los indios de esta zona sonobligados a hacer “... sus conucos ygranjerías” (Archivo Nacional de Cuba (ANC):Fondo Academia de la Historia (Donativo deNéstor Carbonell) AH – S – 715 – C - 441) yconcentrarse para poder ser ubicados conmayor premura y certeza (Gómez, Rodríguez,1991). Paralelo a esto va ocurriendo elfenómeno llamado desculturación (Ortiz, 1965)en las costumbres y prácticas tradicionalespropias, consecuencia de la imposición denuevas formas de comportamiento.

Es lógico que esto se refleje en la vidamaterial como se deduce del siguiente docu-mento donde se habla de los bastimentos quedebe llevar un grupo “... un par de rallos decobre e algún burén de cobre pequeños ecebucanes...” (ANC AH - S - 298 - C - 31)donde se puede comprobar un cambiosustancial en la práctica ancestral deproducción de casabe, con el uso del metalen un artefacto que siempre fue de barro.

Otra modificación aún más significativaen la experiencia india de Bayamo se cons-tata cuando se habla de los gastos de “...Doze pesos en oro en azadones y hachas parasu labor” (ANC AH - S - 234 - C - 29), estoconfirma la utilización de instrumentos detrabajo de hierro en la agricultura; válida esla referencia al hacha petaloide de hierroforjado aparecida en el sitio El Yayal, Holguín

(Domínguez, 1984). También podemosver esta situación en el uso de armas como“…ballestas, lanzas y espadas”, factibles deencontrar en los residuarios, al igual queherraduras, cadenas de estribo, estribos,cuchillos, y otros.

En lo concerniente al material cerámico,se confeccionan enseres utilitarios llamadosde forma equívoca “cerámica negroide”cuando en realidad es un tipo de cerámicatransicional o transculturada muy abundanteen los sitios coloniales, hecha de una greda

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5493

94

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

muy parecida a la utilizada por los aboríge-nes, algunas veces levantada a torno, otrasa partir del “coiling” o levantado a mano yquemada en hornos cerrados de mayorintensidad, o simplemente en hornos abiertos.

A estos ceramios se les ha conocido pordiferentes acepciones, entre ellas ColonoWare (Deagan, 1987), criolla (Rivera, 1992)y de transculturación (Domínguez, 1980).

Su presencia en los sitios habaneros escuantiosa, en casi todas las excavacioneshechas en esta región resulta abundante,como ocurrió en Calvo de la Puerta (Domínguez1980); incluso en Nicaragua, en el sitio LeónViejo, hay una simbiosis que da posibilidadal surgimiento de una cerámica la cual puedellamarse de transculturación.

La documentación afirma la confecciónde este tipo de cerámica utilitaria en elsitio de Guanabacoa, donde hay referenciasde su fábrica entrado el siglo XIX (Bremer,1980).

Hay discrepancias entre los historiado-res guanabacoenses acerca de las fechas defundación de este poblado de indios ytambién se discute el hecho de que no habíaningún enclave aborigen en el lugar conanterioridad, estos aspectos han sido muydebatidos pero al respecto no se ha dicho laúltima palabra (Gómez, Rodríguez, 1991) yse contraponen planteamientos simplescomo la información surgida cuando el ata-que de Jacques de Sores en 1555, en quelos habaneros se refugiaron de las iras delcorsario francés en el poblado de Guanabacoa(Eguren, 1986; Acosta, 1988).

De acuerdo a lo expuesto de manera sis-temática sobre la inexistencia de un pobladoaborigen en Guanabacoa, pero con la certe-za de que el lugar fue una “experiencia indiao un pueblo de indios”, decidimos excavar enella, pues esta localidad fue concebida detodas formas en el siglo XVI, y de una formau otra, siempre para indios y por indios. Lahipótesis de su posible enclave inicialaborigen fue uno de nuestros objetivos, laestrategia trazada, partiendo de estahipótesis anterior, propició y dio base a esteestudio de caso.

Al retomar el análisis historiográfico deGuanabacoa se nos ofreció un panorama muyfavorable según los planos realizados por elhistoriador Pedro Herrera (c.p. 1986), cons-truidos con su vasta información y dondeconcibe y plasma la ubicación en todo esteterreno de dos posibles focos de asentamientoindígena.

Estos lugares son La Loma del Indio —en la actualidad calle Estrada Palma—, peroque antes tenía el nombre de Calle de losIndios, al noreste de Guanabacoa, al sur, juntoal arroyo del mismo nombre, tenemos el áreade Tarraco, asociada a las calles Corralfalsoy Cruz Verde, conocidas hasta la actualidad.En ambos lugares la toponimia nos animabaa preestablecer la posibilidad de encontrarlo buscado (Domínguez, 1989).

Cuando la logística estuvo a punto, nosdimos a la tarea de realizar la primera fasede la investigación arqueológica: la prospecciónde las áreas de posible productividad, lasmismas estaban urbanizadas y no existíaningún precedente de trabajo arqueológicosistematizado en la región, al inicio el rastreonos llevó a situaciones muy complicadas, alestar tan utilizado el terreno la posibilidadde excavaciones eran bien escasas. En el in-tento, encontramos en las áreas escogidasnumerosos inmuebles de bastante antigüedad,provistos de traspatios o patios aledaños,en los cuales por tradición oral familiar sedecía que nunca se había construido y sepodían considerar terrenos vírgenes.

Se realizó una nueva consulta de ladocumentación con la ayuda de Herrera ydecidimos escoger los dos primeros sitios,uno en cada área preestablecida, tratandode contrastarlos entre sí y siguiendo lospreceptos marcados por Pichardo Moya, enlos asientos aborígenes de la loma y el río, yal efecto resultaron Guanabacoa 2 (Loma delIndio) y Guanabacoa 3 (Tarraco - Cruz Ver-de, que es un arroyo).

Durante los meses de mayo y junio de1987 y de acuerdo a los pronósticos deltiempo (el suelo guanabacoense es muypropicio a la acumulación de agua por suactivo manto freático) se comenzaron los

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5494

95

GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA COLONIZACIÓN: LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA

Lourdes S. Domínguez

movimientos de tierra, con el objetivo pri-mordial de encontrar enclaves aborígenes yelementos de posible transculturación. Otrode los objetivos era calcular, con losmateriales exhumados, el tiempo de estanciay el probable desarrollo socioeconómico delgrupo o grupos humanos emplazados allí.

Se excavó sistemáticamente en amboslugares y en los dos cortes se llegó al sustratoestéril, moviendo unos 20 m3 de tierraantropogénica. Las exhumaciones resultaronfértiles en todas sus capas y fueron contro-ladas con rigor para su posterior estudio delaboratorio.

Los cortes se planearon en escaques de2.50 m x 2.50 m, divididos en cuatrosecciones cada uno. En Guanabacoa 2 seplanearon cinco escaques pero sólo seexcavaron tres, y en Guanabacoa 3 secortaron los dos previstos. El sistemametodológico utilizado al inicio y dadas lascircunstancias de revoltura del terreno fuela estratigrafía artificial, en capas de 5 cm. Apartir de los perfiles se hizo una prueba decortes por capas naturales, las cualesestaban hasta cierto punto bien definidas,este sistema lo habíamos puesto en prácticaen Nicaragua, en el sitio León Viejo en 1982y nos había dado muy buen resultado.(Domínguez, 1993.)

El trabajo arqueológico con capasartificiales primero y naturales despuéspermitió un estudio de frecuencia en el propiocampo, que brindó información para tomardecisiones en la orientación de los cortes. Laprofundidad osciló en todos los casos entrelos 0.00 y 1.00 m. Las evidencias secomportaron con bastante abundancia. To-dos los cortes resultaron ser polivalentes,debido a la densidad y variedad de evidenci-as de la vida material de los hombres, queen el decursar del tiempo, se asentaron enella y sus inmediaciones.

Terminado el trabajo de campo en estasjornadas, se pasó a la investigación delaboratorio, cuyo resultado demostró que nohabíamos encontrado los enclaves aboríge-nes iniciales, aunque si pudimos observar enel sustrato antropogénico huellas fehacientes

de la presenc ia ind ígena de gruposagroalfareros, ellos debieron asentarse enestas áreas y por lógica, no se debía descar-tar una posibilidad de estancia prefundacióncomo pueblo de indios, esto puede seracuñado por la frecuencia de cerámicaaborigen en sus formas comunes de ollas yburenes (Domínguez, en Gómez y Rodríguez,1991).

Nuestro objetivo, como hemos dicho, erabuscar los primeros asentamientos aboríge-nes, pero en realidad debemos consignar, quesin querer, encontramos innumerables ele-mentos de la cultura africana unidos alsustrato inicial de este pueblo, con hallazgoscomo cuentas de collares, azabaches, etc.,relacionados en su gran mayoría, de algunamanera, con el desarrollo de sus creenciasreligiosas y la parafernalia usada por losCabildos y otras instituciones de los cultosafrocubanos.

Quedó bien esclarecido, a partir de losartefactos hallados, que estábamos ante unsitio donde el proceso de transculturación sehabía desarrollado, fueron exhumados ins-trumentos líticos realizados en el rehúso depiedras de fusil o pedernal (Rives, Febles,Domínguez, 1989) y también en una láminagruesa de cristal blanco, posiblemente de unvaso del siglo XIX, trabajada con una tipologíade tallado muy similar a las encontradas en1986 en el sitio Laguna de Algodones, en laciudad de Trinidad, al sur de Cuba (Febles,Domínguez, 1987). Estos objetos, de tan im-portante factura, fueron encontrados en elsitio G - 3 (Calle Cruz Verde) junto a otroselementos también valiosos, ello permitió laplanificación de una cuarta excavación en lascercanías de esta calle y que será objeto deestudios posteriores.

La cerámica con su capacidad diagnóstica,se presentó en ambos cortes, las muestrasse ubicaron cronológicamente en una am-plia línea de tiempo, por ejemplo encontra-mos tiestos de los siglos XVI y XVII conceramios torneados como botijuelas,cazuelas, así como pastas porosas vidriadascon estaño y plomo, sin lugar a dudasmayólicas. Se presenta muy abundante la

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5495

96

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

cerámica roja burda con o sin barniz deplomo, siempre en vajillas utilitarias o decocina, lo que suele llamarse Morro Ware(Deagan, 1987).

En cuanto a la gama de porcelanas ysemiporcelanas aparecen restos en unafrecuencia limitada, muy fragmentados y conpoca posibilidad de reconstruir las formas,aunque permiten apreciar la existencia dediferentes tipologías que van desde la por-celana china de los siglos XVI y XVII hasta lainglesa del XIX.

Debemos hacer notar la aparición de di-ferentes objetos rehechos a partir dedesperdicios de otros materiales, un ejemploson las fichas para jugar y sumergidores deredes hechos de la cerámica mayólica, reali-zados en este material por su docilidad, si-milares se han encontrado en algunasexcavaciones de la Habana Vieja, especial-mente en el sit io Calvo de la Puerta(Domínguez, 1984) y en Puerto Rico, en lasexcavaciones efectuadas en el antiguoCuartel de Ballajá, en el viejo San Juan(Rivera, 1992).

También el vidrio se consideró uno delos materiales más abundantes, sobre todobotellas de vino u otras bebidas pertenecientesal siglo XIX, así como vasos y copas. Tambiénhay gran cantidad de enseres de hueso y unabuena muestra de restos de dieta.

Nuestra hipótesis de trabajo señala laposibilidad de que en este lugar hubiera exis-tido un asiento inicial aborigen, es posiblede la etnia arahuaca, esto no pudo confirmarsecabalmente, pero en cambio muchos de losartefactos encontrados en ambos cortesindican con certeza el desarrollo en losmismos del evento de la transculturación,permitiendo esclarecer algunas de las in-cógnitas manejadas, así mismo estainvestigación posibilitó el acopio de elemen-tos para el estudio de la etapa sociológicade la transculturación en un nuevo lugar deCuba, y sobre todo esclarecer puntos sobrelos pueblos de indios, como el que estamosseguros existió en Guanabacoa.

Agradecimientos

Soy muy agradecida al apoyo de la Funda-ção de Apoio à Pesquisa do Estado de São Pau-lo, FAPESP, pues fue gracias al esa apoyo quehe desarrollado esta investigación, desarrolladaen el Núcleo de Estudos Estratégicos (NEE),Universidade Estadual de Campinas, Brasil, asícomo de la Oficina del Historiador de LaHabana, Cuba y de la Academia de Ciencias deCuba. Como profesora invitada, he trabajadocon el profesor Pedro Paulo A Funari, a quiénsoy agradecida especialmente.

Abstract: the paper studies the experience of Native indigenous peoplesat Guanabacoa, Cuba, an early Iberian colonial settlement in the Caribbean.Issues relating to ethnicity and the participation of local peopla in thearchaeological interpretation show that a public archaeological approachmay be innovative and forward looking.

Key-words: natives; Guanabacoa; colonization.

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5496

97

GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA COLONIZACIÓN: LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA

Lourdes S. Domínguez

Bibliografía

ACOSTA, A.1988 “La v i l la que jamás se fundó”, en

Gramma, La Habana, mes de diciembre,p. 4 [s.o.d.].

BREMER, F.1980 Cartas desde Cuba, Editorial Arte y Lite-

ratura, La Habana.CASTELLANOS, G.

1948 Relicario histórico. Frutos coloniales de lavieja Guanabacoa, Editorial LibreríaSelecta, La Habana.

CHACÓN Y CALVO, J. M.1934 La “experiencia del Indio” [s. n.], Madrid.

COLECTIVO AUTORAL1994 Historia de Cuba. La colonia. Evolución

socioeconómica y formación nacional, des-de los orígenes hasta 1867, Instituto deHistoria de Cuba, Editora Política, t. I, LaHabana.

DEAGAN, K.1987 Artifacts of Spanish Colonies of Florida and

the Caribbean, 1500-1800, SmithsonianInstitution Press, vol. I, Washington. DC.

DOMÍNGUEZ, L.1980 “Cerámica transcultural en el sitio Colonial

Casa de la Obrapía”, en Cuba Arqueológi-ca II, Editorial Oriente, Santiago de Cuba.

1984 Arqueología Colonial de Cuba: dos estudios,Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.

1987 “Arqueología de Guanabacoa”, en CartaInformativa, no. 96, II época, Centro deAntropología, La Habana.

1989 “Guanabacoa: raíces indígenas”, ponenciaen Primer Coloquio de HistoriadoresLocales Guanabacoa en la Historia, cele-brado en el Municipal de Cultura deGuanabacoa, La Habana (inédito).

1993 Prospecciones sistemáticas en León Viejo.León Viejo: Pompeya de América, Institu-to Nicaragüense de Cultura, UNESCO,Managua.

EGUREN, G.1986 La fidelísima Habana, Editorial Letras Cu-

banas, La Habana.FEBLES, J. Y L. DOMÍNGUEZ

1987 “Herramientas de vidrio en un sitio arque-ológico agroalfareros tardío en la Provinciade Sancti Spíritus”, Reporte de Investigación,no. 7, Instituto de Ciencias Sociales, Edi-torial Academia, ACC, La Habana.

FRANCO, J. L.1985 Apuntes para una historia de la legislación

y administración colonial en Cuba. (1511-1800), Editorial de Ciencias Sociales, LaHabana.

FUNARI, P. P. A.2001 Public archaeology from a Latin American

perspective. Public Archaeology, Londres,v. 1, p. 239-243,

GÓMEZ, M. Y M. RODRÍGUEZ1991 La fundación de Guanabacoa, noticias his-

tóricas, Boletín del Museo Municipal deGuanabacoa, La Habana.

HANKE, L.1950 “Los primeros experimentos sociales en

América”, en Revista Bimestre Cubana,Vol. LXV, La Habana

ORTIZ, F.1965 Contrapunteo cubano del tabaco y el

azúcar, Consejo Nacional de Cultura, LaHabana.

PEZUELA, J. DE LA1868 Historia de la Isla de Cuba, Editorial Carlos

Bailly - Baillere, t. I, Madrid.PICHARDO, H.

1984 Las ordenanzas antiguas para los indios.Las leyes de Burgos de 1512, Editorial deCiencias Sociales, La Habana

PORTUONDO, F.1953 Historia de Cuba, Editorial Minerva, La

Habana.RAMOS, L. J.

1992 “El ‘libro copiador’ de Cristóbal Colón comofuente para el conocimiento de las relaci-ones mantenidas entre españoles y taínosen la Navidad entre diciembre 1492 anoviembre de 1943", en Memorias delCongreso de Historia del Descubrimiento,t. I, Santo Domingo.

RIVERA, V.1992 “Proyecto Ballajá”, Informe depositado en

Instituto de Cultura Puertorriqueña, SanJuan (inédito).

RIVES, A., J. FEBLES Y L. DOMÍNGUEZ1989 “Artefactos de piedra tallada en el pueblo

indio de Guanabacoa en los siglos XVI yXVII”, Simposio de la Cultura de la Ciudadde La Habana, La Habana (folleto).

RIVES, A., L. DOMÍNGUEZ Y M. PÉREZ1991 “Los documentos históricos sobre las

Encomiendas y la Experiencia indias deCuba, y las evidencias arqueológicas delproceso indohispánico”, en Estudios Ar-queológicos, Editorial Academia, LaHabana.

ROBRAHN-GONZÁLEZ, E. M.2000 Reflexionen ueber den Gedrauch der

historischen Analogie in Brasilien.. A.Gramsch (ed.) Vergleichen als archaelogischeMethode. Analogien in den Archaelogien,

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5497

98

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

BAR International Series, arbeitsgemeinschaftTheorie (T-AG).

ROBRAHN-GONZÁLEZ, E. M.2001 El uso de la Analogia en la Etnoarqueologia

Brasileña. Anais da II Reunión Internacio-nal de Teoria Arqueológica en América delSur.

VIDAL CIRERA, F.1887 Historia de la vil la de Guanabacoa,

Imprenta Universal, La Habana.

Entrevistas

HERRERA, P.1986 Comunicación personal. Historia de

Guanabacoa.

Fuentes primarias

ANC: Fondo Academia de la Historia, donativoNéstor Carbonell.

AH - S - 715 - C - 441AH - S - 298 - C - 31AH - S - 234 - C - 29

Lourdes S Dominguez.pmd 26/9/2007, 11:5498

99

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

REVISTA “ARQUEOLOGIA PÚBLICA”

A revista “Arqueologia Pública” é uma iniciativa do Núcleo de EstudosEstratégicos em Arqueologia Pública/UNICAMP. Com periodicidade anual,objetiva constituir um fórum de debate sobre o caráter público da dis-ciplina e sua importância social na atuação e manejo do patrimôniocultural. Tem como prioridade a publicação de trabalhos inéditos eoriginais, embora poderão ser aceitos, excepcionalmente, trabalhospara republicação em português. Os autores da revista têm o prazerde convidá-lo(a) a participar desta empreitada, encaminhando traba-lhos e fornecendo comentários/ sugestões que permitam aprimorar apublicação.

Instruções aos colaboradores

1. Forma de apresentação

Os autores devem encaminhar à reda-ção uma cópia impressa do trabalho com-pleto, acompanhada por disquete ou CD. Odisquete ou CD deve estar identificado como nome do autor principal e com o nomedo programa processador de texto, quedeve ser compatível com softwares tipo MS-Word, sistema IBM PC. Deverá trazer indi-cação do tipo de contribuição a que se re-fere (artigo, nota, resumo de tese etc.).Depois de recebido o aceite do ConselhoEditorial e do(s) parecerista(s), o autor serásolicitado a enviar à redação os originaisdas ilustrações, em meio digital. Os auto-res devem manter em seu poder cópias dostrabalhos e ilustrações, pois o material nãoserá devolvido. Todos os trabalhos serãoapreciados por pelo menos um membro doConselho Editorial. Antes de serem aceitospara publicação passarão ainda pela aná-lise de pelo menos um parecerista. Os no-

mes dos pareceristas serão mantidos emsigilo, assim como dos autores dos traba-lhos que estiverem sendo avaliados.

2. Idioma

Os trabalhos devem ser escritos em por-tuguês, espanhol ou inglês. No caso de con-tribuições em português ou espanhol, a se-gunda língua utilizada no título, palavras-cha-ve e resumo deverá ser o inglês. No caso decontribuições em inglês, a segunda línguautilizada no título, palavras-chave e resumodeverá ser o português.

3. Tipos de contribuição

Artigos: Resultados de Programas emArqueologia Pública, reflexões teórico-metodológicas, análises científicas, revisõescríticas (máximo total 30 páginas com ilus-trações, bibliografia, notas de rodapé e ou-tros). Deverá conter 5 palavras-chave e re-sumo de no máximo 100 palavras.

Normas editoriais.pmd 26/9/2007, 11:5799

100

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

Notas: Resultados parciais ou prelimi-nares de pesquisas em andamento (máximototal 10 páginas com ilustrações, bibliogra-fia, notas de rodapé e outros). Deverá con-ter 5 palavras-chave e resumo de no máxi-mo 100 palavras.

Resumos de teses: Resumos de tesese dissertações com abordagem em Arqueo-logia Pública, defendidas nos últimos doisanos (máximo total 5 páginas com ilustra-ções, bibliografia, notas de rodapé e outros).Deverá conter 5 palavras-chave e resumo deno máximo 100 palavras.

Resenhas: Resumo crítico de livros quepermitam atualização na área de Arqueolo-gia Pública (máximo total 1 página).

4. Preparação dos originais

Configuração:Os trabalhos deverão ter o número má-

ximo de páginas especificado para cada tipode contribuição, de tamanho A4, fonte Arial,corpo 12, espaço duplo. A margem inferior ea superior devem ser de 2,5 cm, esquerda edireita de 3,0 cm, não justificada.

Paginação: as páginas devem ser nu-meradas consecutivamente e não deve ha-ver anexo.

Primeira página: deve conter o títulodo trabalho, o(s) nome(s) do(s) autor(es)sem qualificações ou títulos, mas comafiliação e, se houver interesse, endereçoeletrônico, sendo necessário escrever clara-mente se deseja que seu endereço eletrôni-co seja publicado. Deve ainda ser incluídoum endereço postal completo, número detelefone (e/ou fax) e endereço eletrônico doautor para quem a correspondência deva serenviada.

Segunda página: deve conter 5 pa-lavras-chave e um resumo de no máximo100 palavras, onde devem estar claramen-

te indicadas as linhas gerais e conclusõesdo trabalho. O resumo deverá estar emduas línguas, de acordo com as normasespecificadas no item 2 (Idioma).

Tabelas e gráficos: devem ser apre-sentados em folha separada no final do tra-balho, com identificação e nome do autorprincipal.

Notas de rodapé: devem ser numera-das automaticamente em algarismos arábi-cos e aparecer ao final do texto.

Ilustrações: devem ser apresentadasem folha separada no final do trabalho eidentificadas como Fig. 1, Fig. 2 etc.,seqüencialmente de acordo com a ordem emque aparecem no texto, e devem estar pron-tas para reprodução. Se precisar, deve-se dei-xar clara a orientação da ilustração. Certifi-que-se de que as ilustrações ainda serão le-gíveis após uma redução de 50%. Se tive-rem sido feitas em computador, deve-se tam-bém enviá-las em disquete ou CD, devida-mente identificados com o nome do autorprincipal e o programa utilizado. As fotogra-fias devem ser em preto e branco.

Referências bibliográficas:

a) no texto: (Baldus 1944), (Prous 2003:44), (Baldus 1944, Prous 2003), (Kneip et al.1995) e (Neves & Blum 1998).

b) na lista de referências: só deve serlistada a bibliografia citada. Ela deve estarem ordem alfabética pelo sobrenome do au-tor citado em primeiro lugar.

ROOSEVELT, A.C.1991 Moundbuilders of the amazon. Geophysical

archaeology on Marajo Island, Brazil. NewYork: Academic Press Inc. Binford, L.

1962 Archaeology as Anthropology. In:American Antiquity, 28 (2): 217-225.

FUNARI, P.P.A.1991 Archaeology in Brazi l: Pol it ics and

Scholarship at a Crossroads. In: WorldArchaeological Bulletin, 5: 123-132.

Normas editoriais.pmd 26/9/2007, 11:57100

101

Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.

5. Exemplares do autor

Será enviado ao autor principal 5 exem-plares do número em que sua contribuiçãoestiver publicada.

6. Direitos de propriedade

A simples remessa de originais à revistaimplica a autorização para sua publicação.Não serão pagos direitos autorais. É de in-teira responsabilidade do(s) autor(es) decada trabalho coletar as permissões e agra-decimentos necessários para sua publicação.Os conceitos emitidos nos textos publicadosserão de responsabilidade exclusiva dos au-

tores, não refletindo obrigatoriamente a opi-nião da Comissão Editorial.

7. Endereço

Os trabalhos devem ser enviados para:[email protected]

8. Cronograma

A publicação do primeiro número da Re-vista Arqueologia Pública está prevista parajulho/06. Para tanto, os trabalhos devem serencaminhados até no máximo 31.01.06.Aqueles que chegarem depois disto deverãoser reservados para o próximo número.

Normas editoriais.pmd 26/9/2007, 11:57101