"las piezas de plata y las joyas" [de la virgen de la caridad de illescas, toledo]

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ORGANIZACIÓN ACTOS CONMEMORATIVOS

FUNDACIÓN HOSPITAL NTRA. SRA. DELA CARIDAD MEMORIA BENÉFICA DE VEGA

Patronato Presidente: José Manuel Tofiño Pérez Patrono: Pablo Maestre GirónPatrono: Ángel Alonso HernándezPatrono: Ramón Pérez HerreroPatrono: Pedro Garvía ArrogantePatrono: Javier Larrea Ugena Secretario: Miguel Maestre RuizCapellán: Eugenio Isabel Molero

PARROQUIA DE SANTA MARÍA DE ILLESCAS

Párroco: Eugenio Isabel MoleroVic. Párroco: Mariano Navarro RamírezVic. Párroco: Francisco Sánchez-Brunete ChavesVic. Párroco: Ramón Jiménez SáezCapellán: José María Díaz Alejo

HERMANDAD DE NTRA. SRA. DE LA CARIDADPresidente: Francisco Romo

COORDINACIÓNEvocarte

ISBN: Depósito Legal: M-40419-2005

EXPOSICIÓN: LA CARIDAD REINA

Comisariado Pilar Gordillo Isaza

CoordinaciónEvocarte

Secretaría TécnicaMª Carmen Díaz-Maroto PrivadoRebeca Esteban VelascoYolanda González Juzgado

DiseñoEstudio de arquitectura Aurora Herrera

MontajeCuadrifolioEstudio de Arquitectura Aurora HerreraFrancisco De Vega del PozoRaquel Gutiérrez Colmenarejo

Restauración Pintura y EsculturaDirección: Canto González PelayoCarolina Striano BatallerAna Duque CondeAraceli Aragonés CerezoEncarnación Olano Cruz-GuzmánPatricia Gutiérrez ArandaLydia Varela MuñozJavier Ghiglione García

Restauración TextilesLidia Santaelices Perandones. Kronos, Servicios de Restauración, S.L.Mónica Enamorado Martínez. Kronos, Servicios de Restauración, S.L.

LIBRO CONMEMORATIVO

Autores de los textosRosa M. Martín i Ros. Museo Textil y de Indumentaria, BarcelonaMargarita Pérez Grande. Escuela de Arte y Antigüedades, MadridMargarita Estella. CSIC, Madrid José Álvarez Lopera. Museo Nacional del Prado, Madrid Pilar Gordillo Isaza. Escuela de Arte de Toledo, ToledoFélix Ochaíta Piñeiro. Seminario diocesano de Sigüenza (Guadalajara)Eugenio Isabel Molero, Parroquia de Santa María de Illescas (Toledo)

DiseñoManuel Reboiro. Iberconsulting Publicidad, S.L.

ImpresiónFiselfraf

FotografíaMiguel Merino Arias. Av Smart Concepts

“Tu Hijo, que voluntariamente se rebajó hasta la muerte de cruz, resplandece de gloria eterna y está sentado a tu derecha como Rey de reyes y Señor de señores; y la Virgen, que quiso llamarse tu esclava, fue elegida Madre del Redentor y verdadera madre de los que viven, y ahora, exaltada sobre los coros de los ángeles, reina gloriosamente con su Hijo, intercediendo por todos los hombres como Abogada de la Gracia y Reina de Misericordia...

Haz que siguiendo su ejemplo, te consagren su vida y, cumpliendo la ley del amor, se sirvan mutuamente con diligencia; que se nieguen a sí mismos y con entrega generosa ganen para ti a sus hermanos; que buscando la humildad en la tierra, sean un día elevados a las alturas del cielo, donde tú mismo pones sobre la cabeza de tus fieles la corona de la vida”.

(Rito para la coronación de las imágenes de la Beata Virgen María, 1981)

Constituye un gozo inmenso para vuestro Arzobispo poder unirse a los eventos y publicaciones que con motivo del 50 aniversario de la Coronación canónica de la Virgen de la Caridad, se van a desarrollar en Illescas.

¿Cómo no ver en esto un nuevo cumplimiento de aquellas palabras de Juan Pablo II, cuando llamó a España, “Tierra de María”? Porque La Caridad traza, junto con las imágenes del Sagrario de Toledo, del Prado de Talavera de la Reina, y la de Guadalupe en Extremadura, una hermosa constelación de estrellas marianas que guía nuestra querida Diócesis de Toledo.

Era de justicia que La Caridad recibiera el más grande título con que una imagen mariana puede ser honrada por la autoridad eclesiástica. Nuestro ilustre predecesor, el Cardenal Enrique Plá i Deniel, no tuvo sino que seguir el impulso con que el Pueblo cristiano venía ya reconociendo la decisiva influencia de esta advocación para gran parte de Toledo y de Madrid. La Coronación constituyó, así, el reconocimiento oficial del sentido de fe del pueblo, nacido de los beneficios de todo tipo que muchos habían obtenido por su medio.

Pero es que en ella convergían dos aspectos peculiares que convienen a la Iglesia en su conjunto: la atención a los pobres y desvalidos en forma de hospitalidad cristiana, y el anuncio del Evangelio. ¿No fue acaso María el corazón de la Iglesia naciente, donde no había pobres y todos se dedicaban a la oración y al testimonio en común?

Encaja por eso perfectamente el que fuera la Virgen de la Caridad quien impulsase y acompañase a la Evangelización transoceánica y sea hoy venerada como patrona de la isla de Cuba, tan necesitada entonces como hoy de valores cristianos. Bajo ese manto que el Greco supo tan bien reflejar, queremos poner nosotros todas las labores apostólicas de este curso, providencialmente llamado “Año de la Misión”.

Que María, la Virgen de la Caridad, acompañe y fortalezca nuestros impulsos misioneros y caritativos para que, hoy como ayer, pueda reconocerse en toda la Sagra y en toda la Diócesis, parafraseando a San Pablo, apóstol de los gentiles, que La Caridad “todo lo puede”.

Con todo mi afecto, imparto mi bendición sobre todos los illescanos y sobre toda la comarca de la Sagra.

Antonio Cañizares LloveraARZOBISPO DE TOLEDO. PRIMADO DE ESPAÑA

Hace 50 años D. Lope, párroco de esta villa, tenía el inmenso honor de asistir a la coronación canónica de la Virgen de la Caridad de Illescas. Culminaba así un proceso en el que se exaltaba la figura de la patrona de esta villa que no albergaba por entonces más de 3000 habitantes y que hoy supera ya los 16000. Legítimo honor el suyo, porque suponía la visibilización del fruto de la devoción y cariño seculares a la patrona de Illescas. La Virgen de la Caridad recibía la máxima distinción que ofrece la Iglesia a una imagen mariana, su “Coronación” oficial. Detrás se escondían tantos trabajos, tantos esfuerzos, tantas oraciones, tantos secretos que sólo conocía Ella, la Madre de todos.

Cincuenta años después me cabe también ese honor de impulsar la conmemoración de tan magno acontecimiento: 50 años coronada, La Caridad Reina. También en esta ocasión, muchos trabajos, muchos afanes, la recogida de un fruto que otros han sembrado, tantos sacerdotes, vicarios parroquiales que han venido alimentado la devoción a la Virgen. De modo particular es de agradecer el trabajo de D. Gregorio Sánchez Escobar, al que sucedo en el cargo, y que durante treinta y tantos años ha mantenido en la parroquia la devoción a la Virgen de la Caridad y ha contribuido a su mayor exaltación.

No podíamos dejar pasar inadvertidamente esta conmemoración. La coronación canónica supone que una imagen recibe por parte de los fieles una especial devoción, que ha mostrado de manera excepcional sus favores por medio de unos milagros reconocidos y que históricamente se le reconoce el culto. Esta conmemoración del cincuenta aniversario, no hace otra cosa que volver a reconocerlo, diciendo a las claras, lo que ocultamente sucede todos los días. Seguimos recibiendo tantos favores de la Virgen de la Caridad, seguimos mostrándola nuestra devoción, no sólo en nuestro pueblo, sino en toda la comarca y más allá de los mares, y esto sigue siendo así medio siglo después, cientos de años después de que el primer illescano pusiera ante los pies de nuestra patrona el homenaje de un ramo de flores unido a una oración.

La importancia del culto a la Virgen de la Caridad no se ha reflejado sólo en el culto público y en la devoción privada, también se ha plasmado y hecho cultura e historia, especialmente singularmente mediante la belleza de las obras de arte que adornan el santuario y la parroquia. Se ha hecho arte y cultura, gloria del Misterio de la Fe ortodoxa. Pues este 50 aniversario de la coronación debía sacar fuera toda esa cultura y arte que es también “catequesis viva”, esplendor del Evangelio. Por eso hay que felicitar al Patronato “Memoria Benéfica Manuel de Vega”, por el esfuerzo que han hecho para mostrar todo esto de manera especial con la Exposición permanente que en estos días se inaugura.

Como un pequeño muestrario se pone en vuestras manos este libro, que Dios quiera que sea

anticipo de otros, que expongan la calidad de la cultura y de la fe que custodian los muros de nuestro Santuario, donde se encuentra el mayor tesoro: la imagen morena de la Virgen de la Caridad.

Feliz aniversario de la Coronación Canónica, y que la Virgen de la Caridad a la que amamos y honramos con nuestras oraciones bendiga nuestras vidas:

Eugenio Isabel MoleroPÁRROCO DE ILLESCAS

Queridos amigos y amigas de Illescas y todos cuantos compartís el amor por nuestra Virgen de la Caridad:

El próximo día 12 de octubre celebramos el quincuagésimo aniversario de la coronación canónica de la Virgen de la Caridad, de nuestra Virgen de la Caridad.

Han pasado 50 años desde aquel 12 de octubre de 1955 en el que el señor Cardenal de Toledo procediera a la imposición canónica de la Corona (“inapreciable joya del siglo XVI” se especificaba en el programa que para tal acto se redactó) a la imagen de la Virgen de la Caridad.

Por aquellas fechas era Alcalde de Illescas D. Francisco Parra y Cura Párroco D. Lope Chirón.

Es para mí un honor y una satisfacción asistir como vecino y como Alcalde de Illescas a la conmemoración de este acto solemne que tanto representa para los illescanos e illescanas y para muchas otras personas que sienten una gran devoción por nuestra Virgen. Porque si hay algo que no admite discusión en nuestro pueblo es el lugar preeminente que la Virgen ocupa. Ella nos hace superar cualquier diferencia para ponernos a su servicio sin condición alguna.

Y es que cuando los sentimientos son profundos y arraigados, cuando el corazón siente de verdad, todo lo demás se convierte en accesorio, en secundario. Esos sentimientos que presiden nuestras relaciones familiares son los mismos que guían, aumentados por la trascendencia que cobran al estar presente la Madre de todos, nuestra relación con nuestra Virgen.

Cualquier momento es bueno para acercarnos a visitar a la Virgen, pero hay momentos que merecen ser destacados. Este año, celebración del aniversario número 50 de la coronación, es uno de ellos. Trascendemos la cotidianidad y salimos de nuestro pueblo. Se unen a nuestra alegría los obispados de Toledo y Getafe que nos honran con su presencia y colaboración.

Como Alcalde os invito a que asistáis a los actos que se han programado para celebrar este aniversario tan significado y que culminarán con la celebración de la Sagrada Eucaristía y la solemne procesión el día 12 de octubre, presididas, como hace 50 años, por el Señor Arzobispo Primado.

Un saludo a todos y que la Virgen nos bendiga.

José Manuel Tofiño PérezALCALDE DE ILLESCAS

El 12 de octubre de 1955, la Virgen de la Caridad de Illescas era coronada canónicamente por el arzobispo de Toledo, cardenal Pla y Deniel. La Venerada Imagen cumplía con creces con los tres atributos necesarios para poder solicitar y ser concedida la autorización Pontificia para la Coronación de una Imagen: Antigüedad de la misma, Milagros realizados por su intercesión y Veneración que se le ha prestado.

Hoy, cincuenta años después, Illescas se viste de gala para conmemorar el Cincuenta Aniversario de la Coronación Canónica de su Patrona, la Santísima Virgen de la Caridad. Desde este Patronato se ha trabajado intensamente para celebrar del modo apropiado tan Solemne Acto, intentando dar el relieve y esplendor que realmente merece.

Durante todo el mes de octubre, se llevarán a cabo una serie de actos de índole religioso y cultural, cuyo punto álgido lo constituirá la celebración eucarística del día 12 de Octubre en la Plaza de los Infanzones, popularmente conocida como de las Cadenas, que será presidida por su Emmo. Sr. Arzobispo de Toledo, D. Antonio Cañizares, Primado de España. A continuación de la Eucaristía, tendrá lugar una Solemne Procesión por las calles de Illescas, tal y como se realizase el día de la Coronación.

Queremos transmitiros toda la ilusión que nos abarca la celebración de tan magnífica ceremonia; por ello, os inv itamos a todos los ciudadanos de la Imperial Villa de Illescas, y a todos aquellos bajo la influencia y la devoción a la Virgen de la Caridad, a que acudan a Honrar con devoción a la Santísima Madre, y a que participen activamente en los actos religiosos y culturales que se han organizado en su honor. Hagamos de esta celebración un acontecimiento inolvidable, que perdure en nuestra memoria para el resto de nuestras vidas. Rememoremos todos juntos un día tan especial como fue el ocurrido en Illescas hace ya cincuenta años, tanto los que ya lo viviesen en primera persona, como los que aún no habían nacido.

Que la Virgen María nos proteja bajo su manto, y nos proporcione toda la paz y felicidad necesarias para conmemorar tal acontecimiento.

Feliz Cincuenta Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Caridad de Illescas.

Un saludo para todos

Junta de PatronosFUNDACIÓN HOSPITAL NTRA. SRA. DE LA CARIDAD MEMORIA BENÉFICA DE VEGA

Queridos amigos:

Supone para mi y para la Junta Rectora de esta Hermandad motivo de enorme alegría dirigiros estas líneas con ocasión tan señalada como es la conmemoración del Cincuenta Aniversario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora la Santísima Virgen de la Caridad.

En esta celebración se aúnan dos elementos determinantes, primero el recuerdo de aquel jubiloso 12 de octubre de 1955 en que Illescas y toda la comarca de la Sagra vivieron y gozaron la Coronación de Nuestra Excelsa Patrona, y después la renovación del compromiso que todos sus hijos tenemos para mantener y perpetuar el fervor y la devoción por Nuestra Señora de la Caridad. Este libro pretende ser testigo fiel de ambas realidades, fruto de la fe y el sentimiento profundo de un pueblo que, generación tras generación, desde tiempo inmemorial ha venerado a la Madre de Dios bajo la preciosa advocación de Virgen de la Caridad.

Nuestro Señor Jesucristo, Dios hecho hombre, en su infinita bondad y misericordia nos concedió por madre a su Madre, a la Virgen María, para que por su mediación e intercesión nosotros sus hijos obtengamos el gozo de la salvación. Y aquí, en Illescas, en este rincón castellano cabecera de la comarca de la Sagra, aclamamos a esa Madre del Cielo como Madre de la Caridad, es decir Madre del Amor, porque la caridad es la máxima expresión del amor. Amor debido a Dios y a nuestros hermanos.

Por eso, con ocasión tan señalada como es el Cincuentenario de su Coronación Canónica, os invitamos a todos a volver la mirada hacia la Virgen, admirarla, tomarla como modelo, seguir su ejemplo, y seguro que de nuestros corazones surgirá un amor inmenso, un amor comprometido, un amor servicial que nos convertirá en auténticos hijos de la caridad.

Tengamos siempre presente a la Virgen de la Caridad, en su cercanía obtendremos bondad, descanso, consuelo, alegría, esperanza, dulzura y tantas y tantas mercedes que Ella sabe que necesitamos; y esa cercanía, ese fervor, esa devoción, enseñémosla a los que no la conocen para compartir el gozo de ser hijos de Dios y de María de la Caridad.

Deseamos que la celebración de este Cincuentenario sea motivo de gran alegría para todos y rogamos a Nuestra Señora la Santísima Virgen de la Caridad que interceda por nosotros, nos conceda paz, salud, nos proteja y nos bendiga.

Julián Oporto GarcíaEL PRESIDENTE DE LA HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DE LA CARIDAD DE ILLESCAS

CORONACIÓN

El 12 de octubre de 1955 era coronada canónicamente la Virgen de la Caridad de Illescas por el arzobispo

de Toledo, cardenal Enrique Pla y Deniel.

Sin duda, se cumplían con creces las tres condiciones requeridas: antigüedad de la imagen, avalada por

una larga historia que se remonta a los orígenes del cristianismo en la Península, milagros e intervenciones

milagrosas a favor de los fieles realizados por su intercesión, algunos de ellos famosos en toda España, y

devoción y veneración profunda de los fieles, piedad bien documentada en las donaciones, regalos y favores

de tantos creyentes a lo largo de los siglos.

UNA IMAGEN CON HISTORIA

En Illescas encontramos la antigua tradición que afirma ser la imagen obra de san Lucas, traída a la Península por san Pedro en uno de sus dos viajes a Hispania. San Lucas, atestiguado como médico en la Biblia se va a convertir en el pintor de la Virgen, dada la necesidad de la cristiandad de conservar la belleza del rostro de María para las generaciones posteriores. Sería san Lucas, por el largo tiempo que vivirá junto a María, permitiéndole conocer de su boca los episodios de la infancia de Cristo, el personaje más indicado para tales labores artísticas.

Idéntica tradición aparece recogida en torno al icono de Santa María de Aracoeli en Roma, a la imagen de Santa María la Mayor de Roma, a la Virgen del Sagrario de Toledo, Virgen de Atocha en Madrid, etc...

1Álvarez Lopera, J., 1993, El Greco. La obra esencial, Madrid, pp. 211-212

“En el San Ildefonso, pintado hacia 1600, El Greco creó un nuevo tipo iconográfico, y a la vez sentó un precedente para la larga serie de santos en su escritorio de la pintura del XVII español. Hasta entonces San Ildefonso había sido representado habitualmente en el momento en que la Virgen le impuso la casulla al aparecérsele por segunda vez durante la celebración en la Catedral de la fiesta de la Asunción. El cretense, atendiendo al lugar al que iba destinado el lienzo y a la significación de los escritos del santo en defensa de la virginidad de María, lo figuró en su escritorio, con la pluma suspendida sobre el libro que está escribiendo (quizá su célebre De virginitate Sanctae Mariae contra tres infideles) y la mirada levantada, buscando inspiración hacia la Virgen de la Caridad que había sido suya y para la que se había erigido el templo de Illescas. Habituado a representar caballeros y rogantes estáticos, el pintor lo ha dotado de una fuerte individualidad, figurándolo como un anciano bondadoso, de gestos pausados y lleno de vida interior. Su rostro enflaquecido delata al asceta; el descuido de su barba, el abandono del que vive entregado a su misión. Para llenar la lección de eficacia, subrayando su intemporalidad, El Greco lo ha trasladado a su propia época. No sólo le ha prestado toda las características del retrato sino que le hace aparecer en un interior de 1600, sentado en un sillón con remates de bronce y escribiendo en una mesa cubierta por un tapete de terciopelo encarnado con adornos de oro y sobre la que aparecen dispuestas, casi preludiando el gusto español por los bodegones simples y de intención simbólica, un tintero, una campanilla, libros… El juego de los dorados y carmines, los contrates de negros y blancos, las cenicientas carnaciones del santo, dan lugar a un cromatismo severo y profundo, como corresponde al carácter de la escena. Ésta es una imagen íntima, casi doméstica. Y sin embargo, aparece tocada por el hálito de lo inefable.”1

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El Greco, San Ildefonso, óleo sobre lienzo, 1603

La talla más antigua conocida, conservada hoy en el interior de la actual imagen, es de origen medieval y responde a la estética románica de Virgen negra o morena. Su estilo corresponde al románico.

NEGRA SOY , PERO HERMOSA

¿Por qué María es representada con un tono de piel tan oscuro?

Los teólogos medievales sin duda encontraron en este rasgo un signo más de su humildad. Este era el aspecto de las mujeres pobres y humildes que trabajaban al sol en el campo. Por otra parte, desde el siglo XII los exegetas de la Sagrada Escritura vieron en la novia del Cantar de los Cantares que afirma: Negra soy pero hermosa (Ct. 1, 5), la imagen de la Iglesia, el alma o María en relación a Cristo. Para San Agustín la iglesia era negra en tanto estaba compuesta de pecadores pero hermosa por iluminación de la gracia. El alma del cristiano sería negra por el pecado original pero hermosa por la salvación que Cristo le proporciona. Para el monje cisterciense Tomás en el siglo XII, María había sido negra en tanto que soportó el dolor bajo la cruz. El sol de justicia que es Cristo, agonizante, habría quemado el rostro de María. Antes Cristo había coloreado a María en su concepción, la había hecho palidecer en la Pasión y le habría devuelto el color perdido con su Resurrección y Ascensión3.

La talla medieval de la Virgen con el niño que tuvo el santuario en origen fue reformada a comienzos del siglo XVI cuando procedente de Grecia y Egipto llegó a España la costumbre de vestir las imágenes2. Los brazos tuvieron que ser despegados del tronco y el respaldo del trono junto al que había sido tallada la imagen como trono de la sabiduría, eliminado. Al volumen de la cabeza y tronco se agregó una armadura en forma de cono truncado forrada de tela. El niño de mayor tamaño que el actual siguió situado en el centro del regazo de la Madre, pero como un volumen independiente, de tal forma que pudiera vestir sus propias vestiduras.

2Según Aguilar Carmena, A., Illescas. Notas histórico-artísticas, Madrid. Citado por Romo de Arce, F., 1995, Historia de Illescas, Illescas (Toledo), pág.197.

3Thoma Cisterciensis, “Commentarii in Cantica Canticorum”, Migne PL 206, columna 79.

Antigua imagen de la Virgen de la Caridad y el Niño.

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Imagen actual de la Virgen de la Caridad

Hasta bien entrado el siglo XVIII la imagen debió seguir siendo la Virgen morena del románico. En 1766 hay documentada una intervención sobre la imagen que nadie especifica en qué consistió. Si sabemos que en 1807 se cita a un escultor, Pedro Hermoso, que se titula escultor de Cámara, quien junto a su discípulo Juan Tordesillas, va a intervenir en las caras de la Virgen y el niño. Es el principio de una historia de modificaciones, retoques y restauraciones que van a sucederse durante todo el siglo XIX. No sabemos si la actuación de 1807 fue del todo satisfactoria, puesto que de nuevo en 1827 recibe el mismo escultor Hermoso, el encargo de restaurar las imágenes ya intervenidas. Probablemente se trataría de repintar los rostros con el fin de aclarar el tono de la piel y acercarse a la estética más acorde con el gusto de la época. Alberto de Aguilar aporta un dato que ningún otro investigador ha podido documentar declarando que “Más modernamente, y ya casi en nuestros tiempos, su cara morena, cual la correspondía, fué sustituida por la blanca y sonrosada que hoy ostenta4”. Francisco Romo declara que Aguilar en su obra manifiesta que la actual imagen es obra de Salvador Páramo, autor de la carroza de la Virgen, del siglo XIX5. Insatisfechos con el modelo anterior, ya deteriorado y alejado de los cánones de belleza imperantes, se trataría de acercarse a la estética predominante de rasgos más suaves y perfilados con unos rostros más pequeños y redondeados y unas carnaciones blancas y sonrosadas.

Hasta entonces, los mantos de la Virgen se acompañaban por una pieza anterior llamada saya o delantal, sobre la que venía el peto o cuerpo al que se agregaban dos mangas para los brazos de la Virgen que sujetaba al niño en el centro también vestido. Ahora el niño mucho más pequeño en tamaño pasa a situarse en el lado izquierdo. Sus vestidos son reformados acortándose la tela. Las mangas de la Virgen serán prendas que nunca volverán a usarse.

Glorificación de la Virgen de la Caridad y procesión de la imagen junto al santuario.Detalle del estandarte pintado por Alejandro Ferrant, óleo sobre seda, hacia 1890

4De Aguilar, A., 1927, Illescas Notas Histórico-Artísticas, Madrid, pág.26.5Romo de Arce, F., 1995, Historia de Illescas, Illescas (Toledo), pág.197.

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Virgen de la Caridad en su tronoAlma de madera, plata y plata dorada, forjada, fundida, cincelada y grabadaEsmaltes translucidos y cristal de roca

“No hay pobre que se llegue a él que no halle acogida; ni peregrino que no encuentre albergue; ni enfermo que no halle

medicina; ni hambriento que no halle hartura; ni desnudo que no halle con que arroparse; ni el que muere que no halle

honrosa sepultura y cumplidas exequias.”

Fray Antonio Navarro, Abecedario virginal de las excelencias del nombre de María, 1604.

EL HOSPITAL DE CISNEROS

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Alejandro Ferrant, Obras del Hospital y Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, óleo sobre lienzo, 1892

A San Ildefonso se atribuye en el año 636 la fundación de un primer monasterio de la orden benedictina, llamado Deibense (debido a Dios), popularmente llamado Dubiense. Puesto bajo la advocación de la Virgen María, estaba formado por ermita, dependencias monásticas y pequeño hospital. En él colocó una de las dos imágenes de la Virgen que la tradición consideraba obra de San Lucas, con el nombre de Virgen de Illescas. La otra imagen permaneció en Toledo bajo el nombre de Virgen del Sagrario.

El Cardenal Cisneros, alrededor del año 1500 quiso fundar un convento de religiosas franciscanas y pidió al concejo de Illescas la cesión de los terrenos e inmuebles del antiguo monasterio de benedictinas. Obtuvo licencia a condición de situar el monasterio en lugar intramuros con un hospital mayor. Así, siguiendo las trazas de Pedro Gumiel se construyó el edificio que hoy contemplamos junto a una pequeña ermita en el lugar que hoy se sitúa la capilla de las reliquias.

HISTORIA DEL SANTUARIO: LA SANTA CASA

Antiguo Hospital mandado construir por Cisneros

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Será a finales del siglo XVI cuando el pueblo de Illescas decidió levantar un nuevo templo grandioso digno de la Virgen que tantos milagros había realizado hasta entonces desde la famosa curación de la inválida Francisca de la Cruz el 11 de marzo de 1562. En 1592 el arzobispo de Toledo, cardenal Quiroga concedía licencia para la construcción del nuevo santuario cuya dirección correría a cargo del arquitecto Nicolás de Vergara, el Mozo.

El año 1600 era inaugurado el nuevo templo y colocada con toda solemnidad la imagen de la Virgen. Inmediatamente el Patronato presidido por el Rector, cargo ocupado por un ilustre sacerdote, iniciaría las acciones pertinentes para el adorno y decoración del edificio, entre las que se destaca el encargo hecho al Greco de cuatro pinturas y dos tallas para el retablo mayor.

Santuario de Ntra. Sra. de la Caridad trazado por el arquitecto Nicolás de Vergara el Mozo en 1588

Interior del santuario con la Reja, obra de Santos Díaz, colocada en 1632

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Juan Pantoja de la Cruz, Retrato deD. Fernando Pacheco de Toledo, 1595

Bernardino Madridano, Las Virtudes Teologales, Camarín de la Vigen de la Caridad, 1712

La capilla de las reliquias se levanta a expensas de Fernando Pacheco, Señor de Gargantalaolla, Comendador de Auñón y Berrinches y caballero de la orden de Calatrava, quien siendo embajador de España en la Santa Sede, reunió una destacada colección de reliquias, unas 262, que fueron certificadas por el Papa Clemente VIII (bula de 1604) y por Paulo V, y posteriormente donadas en su testamento de 1612 al Santuario de la Virgen de la Caridad junto con la fundación de dos capellanías y su colección de obras de arte.

El camarín se creó para la adoración más íntima y personal hacia la Virgen, con el impulso de Mateo de la Plaza Victoria, presbítero de la parroquia de Santa María y fue decorado con pinturas al fresco obra de Bernardino Madridano en 1712. Las pinturas representan la alegoría de las tres virtudes teologales y algunos pasajes de la infancia de Cristo (casi perdidos a causa del deterioro que sufrió la estancia por encontrarse durante años a la intemperie.) La fe vestida de blanco con los ojos vendados como imagen de la fe ciega, porta una custodia como emblema de la Eucaristía, el misterio de la fe católica por excelencia, y en la mano izquierda lleva a modo de báculo la cruz de la Resurrección. La esperanza adornada con el color verde, signo de la regeneración y la vida se acompaña del ancla, en recuerdo de las palabras de San Pablo: “En ella (la esperanza) tenemos nosotros como un ancla firme y segura de nuestra alma” (Hb 6,19). La caridad, virtud por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios, se representa con una mujer que acoge y abraza junto a sí a un grupo de niños. Las tres virtudes están siendo coronadas por ángeles que descienden del cielo. Podríamos afirmar que el pintor Madridano expone y afirma la victoria de la fe, la esperanza y la caridad sobre las demás realidades. Virtudes que reinan, que prevalecen, que vencen al mal.

En 1861 la Reina Isabel II donaba el órgano, obra del maestro organero de Palacio: Antonio Domínguez. En 1881 se situaban a los lados de la imagen de la Virgen dos pinturas obra de Alejandro Ferrant representando a san Joaquín y santa Ana, los padres de María. Este mismo pintor realizó también trabajos de restauración en el Camarín y otros lienzos deteriorados del Santuario, así como el inventario de las piezas existentes.

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EL DON DE LOS MILAGROSEn marzo de 1562 llegaba al Santuario Francisca de la Cruz, una mujer enferma con las extremidades

atrofiadas, desahuciada de todos los hospitales de la zona y que rezando piadosamente ante la imagen de la Virgen de la Caridad, quedó sanada de por vida. Este es “el Milagro” por excelencia, que inicia una historia de hechos milagrosos, que han convertido a la Virgen de la Caridad en una de las más afamadas advocaciones más allá de las tierras illescanas.

El Libro de los Milagros recoge detalladamente numerosas intervenciones sobrenaturales de la Virgen, sanando a vecinos y forasteros, a chicos y a grandes, frente a todo tipo de dolencias: recién nacidos, mujeres convalecientes tras el parto, tullidos, apuñalados, soldados con herida de arcabuz en el frente de Orán, locos y dementes, atropellados por carros, ahogados en pozos... La Virgen de la Caridad ha intervenido sanando y salvando en muy diferentes lugares: la villa de Illescas, pueblos de los alrededores de Toledo como Escalona, Ocaña, Orgaz, Villacañas.. el ámbito de la corte en el Escorial, las costas africanas y hasta el mar donde unos frailes, fueron milagrosamente salvados de una tempestad.

Diego Rómulo, Milagro de Francisca de la Cruz, óleo sobre lienzo, 1601En la inscripción: “FRANCISCA DE LA CRUZ VINO A ESTA SANTA CASA TULLIDA ENTRE DOS COSTALES, DE MANERA QUE TENIA LOS CARCAÑALES PEGADOS A LOS MUSLOS, ENTRANDO EN LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD SANA EN 11 DE MARÇO DE 1562 AÑOS”

El amor a la Virgen de la Caridad ha crecido en el transcurso del tiempo como lo prueban los regalos innumerables que devotos de distintos lugares del mundo y de todas las condiciones sociales han venido haciendo a su Madre benefactora.

La colección de mantos de la Virgen es una prueba palpable de esta presencia agradecida, empezando por el más valioso y destacado: el manto de plata regalo de Margarita de Austria, mujer de Felipe III, tras haber curado de grave enfermedad por intercesión de la Virgen, tras el parto de la princesa Ana el 7 de octubre de 1602.

DEVOCIÓN Y ADORACIÓN

Manto de tejido llamado “ de las furias”Tejido de fondo de damasco base raso de cinco, labrado con hilos de seda, de oro y plata entorchado y anillado. Dibujo de flores exóticas. Pasamanería de hilo de plata entorchadoToledo, inicio del siglo XVIII

Manto de “ moiré”Tejido de fondo de tafetán acanalado de seda azul, labrado con seda azul en raso de cinco y acabado de “moiré”. Decoración de ramas curvas con ramos de flores y franjas de imitación de encaje. Encaje de punto de España, de bolillos, de hilo de plataToledo, 1760-80

Manto de la reina Margarita de AustriaBase de tafetán de seda con trama suplementaria de lámina de plata Bordado de hilo de plata entorchado en relieve con relleno interior, lámina, caracolillo y cordoncillo de plata. Tiene bordado el anagrama “M” y “A” de la reina. Encaje de punto de España, de bolillos de hilo de plata entorchado Fines del siglo XVI Procede de un vestido de la reina Margarita de Austria, dado a la Virgen en 1602-03

LOS MANTOS DE LA VIRGEN DE LA CARIDAD

La Virgen de la Caridad de Illescas posee en la actualidad veintiuno mantos que abarcan cronológicamente desde fines del siglo XVI hasta 1985.

Cuando hablamos de mantos lo hacemos en conjunto de las distintas piezas que forman las vestiduras de la Virgen y el Niño Jesús que lleva en sus brazos, una de las cuales, la más espectacular, es el manto propiamente dicho. Cada uno de los veintiuno conjuntos está realizado con el mismo tejido y, en el caso de los que son bordados, adornado con el mismo bordado.

Las piezas que forman cada conjunto son: el cuerpo, el faldón, las mangas y el manto para la Virgen y la túnica para el Niño Jesús. La tipología es prácticamente siempre la misma. Deriva de las primeras vestiduras que se hicieron a la imagen con vestidos usados y dados por damas de la familia real.

El conjunto más antiguo conservado actualmente nos da la tipología de las vestiduras de la imagen. Se hizo con una saya entera de la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, dada por la reina a la Virgen de la Caridad, entre 1602 y 1603, en agradecimiento a su recuperación tras un parto. El cuerpo era del tipo de saya baja, con la pechera delantera de escote recto, ligeramente bajo en los laterales, acabada en gran triángulo en la parte baja y con el interior con ballenas, usadas para ajustar el vestido al cuerpo femenino y hacer la cintura muy estrecha. Esta pechera fue utilizada para hacer el cuerpo de las vestiduras de la Virgen. Las mangas redondas, que colgaban lateralmente y tenían una abertura central para pasar el brazo, fueron colocadas de esta guisa a la Virgen. El faldón, de forma trapezoidal, y el manto, de forma semicircular, fueron confeccionados con la falda de la saya. El vestido del Niño Jesús se hizo con la espalda del cuerpo de la saya.

Las mismas piezas y formas se encuentran en todos las vestiduras de la Virgen. Solamente han cambiado las mangas. Las largas y anchas sólo se mantuvieron en los dos conjuntos que siguen en antigüedad al de la reina Margarita, uno es el llamado Manto del Milagro. El paso de la forma de las mangas, de anchas a estrechas y ajustadas, tiene su origen también en la donación de vestidos femeninos para hacer las vestiduras de la Virgen. A partir del siglo XVIII, los cuerpos de los vestidos tenían las mangas largas hasta el codo y muy estrechas y adaptadas al brazo, y, al reutilizar los vestidos para hacer las vestiduras de la Virgen, se usaron las mangas que seguían las nuevas formas de la moda. Y de forma estrecha se han continuado haciendo en las vestiduras de la Virgen. Las formas de cada una de las partes que forman las vestiduras de la Virgen y del Niño, a excepción de las de las mangas, no han cambiado desde el vestido de la reina Margarita de Austria hasta el Manto del pueblo de Illescas, de 1985, el más reciente. Sólo hay la excepción de dos conjuntos, de 1916, regalados por Don Mariano del Valle, en los que el cuerpo y el faldón forman una sola pieza.

Manto regalado por Don Mariano del Valle,Terciopelo negro y damasco de seda negra, bordados de lentejuelas, mostacilla y canutillos, 1916

De los veintiuno conjuntos de indumentos de la Virgen de la Caridad seis proceden con toda seguridad de vestidos femeninos por conservar la confección con ballenas del cuerpo, donados con la finalidad que ya anteriormente se ha dicho. El resto se han confeccionado siguiendo fielmente el esquema de las formas de cada una de las piezas, como si se tratara también de fragmentos de un vestido femenino.

La decoración de los conjuntos de las vestiduras de la Virgen de la Caridad está hecha con dos técnicas distintas: la de tejidos labrados, o sea decorados en el momento de tejer, y la del bordado sobre un tejido realizado anteriormente.

En el primer grupo están nueve conjuntos de vestiduras, hechas con tejidos de seda labrados, fabricados en Toledo en el siglo XVIII. Los tejidos pueden ser de fondo liso, acanalado, de tisú con lámina de oro o plata, de damasco o tener pequeños labrados en forma de rombos. Las decoraciones son labradas con tramas de hilos de distintos colores y también con láminas de oro y plata y con hilos de oro y plata entorchados envolviendo un alma de seda, sólo uno tiene además una decoración por el sistema de acabado de moiré. El tipo de decoración es vegetal, con influencia oriental en uno de los tejidos que pertenece al grupo de los llamados “tejidos de las furias”. El resto de los tejidos tiene decoración vegetal naturalista estilizada, con granadas y ramas onduladas; con medallones formados por ramas curvadas en cuyo interior hay flores y jarrones con flores; con amplias ramas curvas paralelas de las cuales salen ramos de flores, algunas de las flores tienen distintos matices de un mismo color; con líneas sinuosas o rectas que imitan un encaje y los llamados “tejidos de verduras” con grandes flores y frutos; y finalmente la decoración formando aguas de distintas intensidades por el acabado de moiré.

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Manto llamado “del Milagro”Base raso de cinco de seda roja. Bordado de sedas policromas a punto de matiz amplio y de hilo de oro entorchado a punto llano, cordoncillo y caracolillo de oro. Encaje de punto de España, de bolillos, de hilo de oro, con aplicación de lentejuelas de oro. Dibujos de pájaros de influencia chinaIllescas, fines del siglo XVII

Los conjuntos bordados son once. Los bordados son de sedas policromas aplicadas a punto de matiz; hilo entorchado de oro y plata a punto llano, anillado o en cordoncillo y lámina de estos mismos metales; lentejuelas, placas pequeñas, doradas o de colores y cristales aplicados. Merecen especial mención algunos de los conjuntos adornados con bordados. El más antiguo es el regalado por la reina Margarita de Austria, totalmente bordado con hilo de plata formando retochas en relieve, con decoración de inspiración vegetal, las iniciales de la reina bajo una corona y una margarita, símbolo de su nombre. El llamado del Milagro, de fines del siglo XVII, está bordado con flores de gran tamaño y pájaros, de inspiración oriental.

Los conjuntos bordados son once. Los bordados son de sedas policromas aplicadas a punto de matiz; hilo entorchado de oro y plata a punto llano, anillado o en cordoncillo y lámina de estos mismos metales; lentejuelas, placas pequeñas, doradas o de colores y cristales aplicados. Merecen especial mención algunos de los conjuntos adornados con bordados. El más antiguo es el regalado por la reina Margarita de Austria, totalmente bordado con hilo de plata formando retochas en relieve, con decoración de inspiración vegetal, las iniciales de la reina bajo una corona y una margarita, símbolo de su nombre. El llamado del Milagro, de fines del siglo XVII, está bordado con flores de gran tamaño y pájaros, de inspiración oriental. Del siglo XVIII, concretamente del inicio, es un conjunto de raso de seda color crudo, bordado con temas florales, con sedas policromas e hilo de oro, formando enrejados. Del siglo XIX destacan dos conjuntos de raso de seda color crudo, prácticamente iguales, bordados con hilo metálico, lentejuelas, placas de distintos colores y espejos. Del siglo XX cabe mencionar uno de los dos conjuntos regalados en marzo de 1916 por Don Mariano del Valle, es en parte de terciopelo negro, en parte de damasco de seda negra del vestido de novia de su esposa; está bordado con fragmentos de los adornos del vestido de novia y de un vestido de noche aplicados, son bordados de lentejuelas, mostacilla y canutillos, con dibujos del estilo de la década de 1910, del paso del Modernismo al Art Deco. El otro conjunto a destacar es el Manto del pueblo de Illescas, regalado por Illescas a la Virgen en 1985, bordado por la hermana Carmen, monja de la Orden de la Merced del Convento de la Caridad de Illescas; es de fondo de terciopelo chiffon bordado con hilo, caracolillo y pequeñas láminas de oro, cristales y perlas, el dibujo son los anagramas de la Virgen y Jesús.

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Vestido de Niño Jesús.Tafetán de seda blanco pintado. Decoración de flores y frutos. Encaje de bolillos de hilo de pita. Estaba destinado a un Niño Jesús tipo Salvador del mundo, desaparecido. Tejido, China, siglo XVIII. Encaje, Illescas, siglo XVIII. Pasamanería posterior

Vestido de Niño Jesús.Tafetán de seda amarilla pintada. Decoración de dragón y utensilios de dibujo y escritura china. Estaba destinado a un Niño Jesús tipo Salvador del mundo, desaparecido. Forma parte del conjunto del Manto chino.China, siglo XIX

Manto del pueblo de IllescasTerciopelo chiffon bordado con hilo, caracolillo y oro, cristales y perlas. Illescas, 1985

Manto “tejido de verduras”Tejido de seda labrado, Toledo, siglo XVIII

Otra de las técnicas de decoración encontradas en las vestiduras de la Virgen de la Caridad es la de la pintura sobre tela. El Manto chino es de tafetán de seda amarilla con pinturas de flores, cestos con flores, jarrones, mariposas, pájaros, dragones. Fue fabricado en China en el siglo XIX.

Alrededor de las piezas de cada uno de los conjuntos hay encaje de técnica de bolillos de hilo de oro o de plata; el tipo de encaje que se conoce como puntos de España. Algunos tienen, en lugar de encajes, franjas de pasamanería de hilo de oro o plata.

Dos conjuntos tienen además del vestido del Niño Jesús que la Virgen lleva en brazos, otro vestido para un Niño de mayor tamaño, del tipo Salvador del Mundo, actualmente perdido. Los conjuntos son el Manto del “tejido de las Furias” y el Manto chino. Se conservan, otros dos vestidos del Niño Jesús perdido, ambos del siglo XVIII. Uno es de seda rosa labrada. El segundo es de tela de tafetán de seda con flores y frutos exóticos pintados, fabricada en China.

El conjunto de las vestiduras de la Virgen de la Caridad de Illescas es un tesoro de gran valor, no sólo por su carácter religioso y de devoción, sino también desde el punto de vista textil, tanto por los tejidos con que han sido confeccionados, como por los ricos y perfectos bordados que los adornan.

Rosa M. Martín i Ros

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La devoción a la Virgen de la Caridad de Illescas se extendió, en ocasiones por devoción de los propios illescanos, a otros lugares de España y América. En algunos como Requena (Valencia) o Tinajas (Cuenca), apenas queda huella del culto a la Virgen de Illescas. En Calatayud, sí está bien documentada la ermita que existió hasta el siglo XIX, edificada por mercaderes illescanos en agradecimiento por la protección de la Virgen frente a unos asaltantes. Allí la Hermandad de los Carpinteros, custodiaba hasta hace pocos años la imagen de la llamada “Virgen de Yescas”.

Sin duda es en Sanlúcar de Barrameda donde encontramos más extendida la fama de santidad de la Virgen de la Caridad de Illescas. Fue un militar malagueño, Pedro de Rivera Sarmiento quien siendo devoto cofrade de la Virgen en Illescas decidió encargar una copia de la imagen para llevarla a Cartagena de Indias, su próximo destino. En el camino, en Sanlúcar de Barrameda experimentó el milagro de la curación de una grave herida, hecho que propició una veneración desbordada de la imagen por parte de los vecinos. La fama de milagroso del aceite que desprendía la lámpara frente a la imagen se contrastó produciéndose numerosas curaciones entre ellas la del duque de Medina Sidonia, Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, quien pidió el traslado de la imagen a la iglesia primero de San Pedro, para después levantar un suntuoso santuario bajo la advocación de Santa Ana. El cabildo de la ciudad el año 1618 nombraría a la Virgen de la Caridad, patrona de Sanlúcar de Barrameda. Su imagen fue coronada canónicamente el 15 de agosto de 1965.

A la isla de Cuba, fue trasladada una copia de la imagen por el capitán de artillería, Francisco Sánchez de Moya, vecino de Illescas quien por orden de Felipe II debía dirigir las minas de cobre cercanas a Santiago de Cuba y construir allí una pequeña iglesia para atender espiritualmente a colonos y naturales. Pasados los siglos cuando ésta sufría graves deterioros se trasladó la imagen a un nuevo santuario en las estribaciones de la Sierra del Cobre en 1929. Ya en 1916 el Papa Benedicto XV había nombrado a la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba.

Anónimo, Remate de cetro con la Virgen del Rosario, Madrid o Toledo, hacia 1670-1700Plata fundida, forjada y cincelada

Anónimo, Remate de cetro con resucitado, Madrid o Toledo, segunda mitad del siglo XVIIIPlata fundida, forjada y cincelada

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El conjunto de objetos de platería que se conserva actualmente en el santuario de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas, se reparte de forma casi equitativa entre los que están destinados al culto y ornato del santuario, y los que están asociados directamente a la propia imagen de la Virgen, desde el trono que le sirve de asiento hasta las joyas que la adornan.

Su número supera las noventa piezas, realizadas en un periodo cronológico que abarca desde la segunda mitad del siglo XVI hasta el siglo XX. Conviene precisar, no obstante, que aunque es propio del arte de la platería el uso preferente de los metales preciosos, fue común en las distintas épocas que sobre todo por razones económicas, más ocasionalmente por una cuestión de gusto, los artífices se vieran obligados a utilizar otros materiales alternativos como el bronce o el cobre, preferentemente dorados para que al menos su apariencia externa semejara mayor riqueza. El desarrollo del proceso de industrialización en este campo de las artes suntuarias, introdujo nuevas posibilidades que, por su precio más económico, se prestaban mejor a una producción de mayor envergadura, sustentada sobre todo por la nueva clase media, pero con atracción igualmente para la clientela tradicional de este género de objetos.

Lo mismo cabe decir respecto a otro de los materiales empleados con frecuencia para su ornato, como son las piedras. El uso de imitaciones obtenidas sobre todo a partir de pasta vítrea, tintada ella misma o engastada con talcos coloreados, parece haber sido común en todo momento según lo conservado. En los objetos de platería porque, de hecho, existía en el ámbito hispano una autorización expresa desde el siglo XVII que permitía utilizar piedras falsas en las piezas relacionadas con el culto religioso, aunque el objeto se hubiera realizado en oro o plata. Sin embargo, también las joyas conservadas de esa centuria y la siguiente revelan el uso corriente de este tipo de materiales sucedáneos. De nuevo la época industrial acentuaría también en este campo el interés por la experimentación, a fin de conseguir simulacros cada vez más parecidos al original. Al mismo tiempo, los diseñadores de vanguardia se empeñaron en imponer una valoración de la joya por la originalidad de su diseño, promoviendo en sus obras la mezcla de materiales sin tener en cuenta las diferencias de valor económico.

Por esta razón, a la hora de evaluar el conjunto de objetos relacionados con este arte que se conserva en el santuario de Illescas, se han considerado también todas aquellas piezas realizadas con este tipo de materiales, pues así puede medirse de forma más correcta la situación real de la producción de cada época, evitando la perspectiva parcial –históricamente hablando– que ofrecería la única contemplación siempre atrayente de las piezas más valiosas en lo material, de las que sin duda hay en su tesoro ejemplos notables.

LAS PIEZAS DE PLATA Y LAS JOYAS

PLACAS DEL ALTAR DE LA VIRGEN (Madrid, hacia 1686/93. Anónimo)Plata, repujada y estampada. Marcas parcialmente perdidas: Corte de Madrid, y Jvº./DOREA. Donació�

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Se ha podido determinar la procedencia al menos de una parte de estos objetos, gracias a las inscripciones que la propia pieza incluye en algún caso, y también a los datos que constan en la documentación conservada en el archivo, cuyo análisis pormenorizado permitirá en el futuro ampliar la información sobre éste y otros aspectos relativos a las obras de platería que hubo, o todavía existen, en el santuario. Así, algunos se deben a la iniciativa de los patronos que han administrado en cada momento los bienes del santuario, a menudo contando con limosnas entregadas por los devotos de la Virgen. Otros fueron regalados precisamente por particulares que, en la medida de sus posibilidades, tuvieron la generosidad de acrecentar el ajuar de la iglesia.

La mayoría de los objetos donados que ahora se conservan se dieron en el siglo XVII. Entre ellos están la lámpara regalada por los condes de los Arcos en 1608, que pende actualmente en el lado de la Epístola, aunque no es la original pues debió ser renovada a instancias de la propia familia en 1770 (cat. nº 32). El cáliz donado en 1612 por Juan de Espinosa, que se declara pastelero del rey Felipe III. La lámpara que pende en el lado del Evangelio, ofrecida esta vez en 1641 por el conde de Chinchón, don Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, que llegaría a ser virrey del Perú. Otro cáliz donado en 1662 por doña Mariana Abarca. El ornato de chapería de plata que se encuentra repartido actualmente entre la mesa del altar mayor y el frontal, gradas y paramento del altar de la Virgen, que fue realizado hacia 1686/93 –al parecer con plata procedente de las minas mexicanas de Zacatecas–, a expensas de don Diego Orejón, secretario del Ayuntamiento de Madrid. Además, hay también un copón bendecido por el papa León XIII en 1889, e incluso un juego de insignias que perteneció al juez del Tribunal Supremo, don Ildefonso Bellón Gómez, que su familia regaló a la Virgen en el siglo XX.

1. CÁLIZ (¿Toledo?, hacia 1550/60. Anónimo)Plata, dorada en el interior de la copa, forjada y repujada

2. CÁLIZ (Madrid, fines del siglo XIX–XX. Meneses)Metal plateado y dorado en la copa, forjado, torneado y grabado

3. CÁLIZ (Toledo o Madrid, primera mitad del siglo XVII. Anónimo) Plata, dorada en el interior de la copa, forjada y torneada

4. CÁLIZ (¿Toledo o Madrid?, comienzos del siglo XVII. Anónimo)Plata, dorada en el interior de la copa, forjada, cincelada, grabada y estampada

5. COPÓN (Córdoba, 1888. J. Castillo)Plata, dorada en el interior de copa y tapa, forjada, torneada, fundida y repujadaInscripción: EL PAPA LEÓN XIII REGALÓ ESTE COPÓN À LA VIRGEN DE LA CARIDAD DE ILLESCAS EL AÑO DE 1889

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A ello se añade el originalísimo conjunto de reliquias (más de doscientas) que don Fernando Pacheco, embajador de la curia romana y comendador de Calatrava, reunió en la capilla que fundó en el santuario. Están expuestas en las repisas de las tres alacenas que mandó construir a tal fin, imitando modestamente las que en el monasterio de El Escorial reunían las reliquias atesoradas por Felipe II. Aunque sólo una parte de las que pertenecieron a Pacheco están alojadas en relicarios de metal (bronce o latón y cobre, en ocasiones dorados), mientras el resto se dispone en arquetas y estuches o soportes de madera dorada o pintada, que imitan en algún caso modelos de estructura propios de las piezas de platería contemporáneas. La originalidad de sus diseños dota de un interés propio a este grupo de piezas.

Respecto a la procedencia de los objetos y a la identidad de sus autores. Por el momento, y a falta del futuro análisis de la documentación, sólo es posible determinar el origen si están firmados o bien, en el caso de los que están realizados en metal precioso, si llevan el marcaje oficial que era preceptivo. Sólo una pequeña parte de las piezas (dieciséis) incluye alguno de estos aspectos. La mayoría se hizo en Madrid o en Toledo, pero hay también dos piezas de Córdoba, una de Barcelona, otra de Valencia, e incluso una solitaria patena de México, seguramente del siglo XVII, que habría llegado con un cáliz de la misma procedencia no conservado.

En general, se ha podido determinar también la identidad de los artífices en la mayor parte de estos casos. Aunque en algunas piezas no puede confirmarse con seguridad, pues sólo llevan la marca personal del marcador, y en otras sólo aparece la de localidad. No se ha podido identificar, en cambio, al platero que realizó la pieza de Barcelona, pues su marca es inédita y presenta algunos aspectos confusos.

6. CÁLIZ (Toledo o Madrid, último tercio del siglo XVI. Anónimo)Plata dorada mediante electrolisis, forjada, cincelada y grabada

7. CÁLIZ (¿Madrid?, 1612. Anónimo)Bronce y plata dorados, en fundición, torneado, forjado y grabado; esmaltes translúcidos sobre plata excavadaInscripción: ESTE CALIZ DIO JVAN DE ESPINOSA PASTELERO DEL REI [I] MARIA DE ARIBAS A NVUESTRA SA DE ILLESCAS AÑO 1612

8. CÁLIZ (Toledo o Madrid, fines del siglo XVI. Anónimo)Bronce y plata dorados, en fundición, torneado, forjado, cincelado y grabado

9.CÁLIZ (Madrid, 1662. Andrés Sevillano)Plata dorada, forjada y torneadaInscripción: ESTE CALIZ I PATENA DIO A NRA SRA DE ILLESCASPOR SV DEVOCION DA MARIANA ABARCA AÑO 1662

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Tampoco al autor valenciano de uno de los aderezos de joyas, ni a otro madrileño que realizó la cruz de San Raimundo que perteneció a don Ildefonso Bellón, pues ambas piezas presentan las marcas vigentes a partir de la legislación de 1934, y en ellas no consta el nombre del platero.

Entre los que sí se han identificado, se encuentran los madrileños Onofre de Espinosa (a. 1617–1650) y José de Alarcón (a. 1740–1788), autores respectivos de las lámparas de plata que penden en el crucero del santuario, donadas por el conde de Chinchón y los condes de los Arcos (cat. núms. 31–32). Según los datos publicados por Cruz Valdovinos, Espinosa es autor de dos cálices conservados en la iglesia de Santa Cruz de Madrid y en el Museo catedralicio de Tuy. Alarcón fue platero real, y entre las obras que se conocen de su mano se cuentan los cálices de Berzosa de Lozoya y San Ginés de Madrid, la serie de limosneros reales del periodo 1767–83, y un conjunto de piezas religiosas encargadas por los duques de Medinaceli que se conservan en la iglesia de San Francisco Solano de Montilla (Córdoba).

Entre los avecindados en Toledo, dos de ellos fueron plateros de la catedral durante la primera mitad del siglo XVIII: Juan Antonio Domínguez (a. 1702–1749) y Manuel de Bargas Machuca (a. 1722–64). El primero hizo para Illescas el remate de un cetro con la imagen de la Inmaculada, que no se conserva completo (cat. nº 24); el segundo una de las coronas que tuvo la Virgen de la Caridad, de la que sólo han sobrevivido dos imperiales (cat. nº 37). Domínguez tuvo a su cargo el dorado de los bronces del Transparente, y es autor de la lámpara de plata diseñada por el propio Narciso Tomé que pende actualmente ante este monumento. La obra más conocida de Bargas Machuca es la peana con ángeles de bronce y plata sobre la que va asentada la custodia de Enrique de Arfe.

Destaca también en Toledo la figura de Alonso o Alfonso García (a. 1599–1640), que firma orgullosamente la espléndida corona que luce la Virgen en las grandes celebraciones (cat. nº 34). Aunque es probable que hiciera también la que lleva de forma habitual la imagen dentro del santuario. Era platero de oro, fue marcador de la ciudad de Toledo y realizó casi a la vez que la de Illescas otra corona para la Virgen de Ajofrín (Museo de Santa Cruz, Toledo). También ocuparon el cargo de marcador en Toledo Antonio Pérez de Montalto (1654–1685) y Juan Martín de Torredeneyra (1711–1730), que marcan en solitario el trono de la Virgen de la Caridad (cat. nº 30) y un incensario (cat. nº 16), respectivamente. Andrés Sevillano (1662–1669) y Juan de Orea (1677–1693) fueron marcadores de Corte de Madrid. El primero marca el cáliz donado por doña Mariana Abarca (cat. nº 3), del que seguramente es autor pues la estampa dos veces en la misma zona. Orea marca a su vez la chapería de plata que adorna el altar mayor y el de la Virgen (cat. nº 28). A excepción del caso citado de Sevillano, de ninguno de ellos se puede asegurar que sean los artífices que realizaron las piezas citadas.

PECTORAL (España, segunda mitad del siglo XVIII. Anónimo)Filigrana de oro con sartas de perlas blancas de dos tamaños; granates y piedras de vidrio con talcos de diferente color

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Otros nombres, inéditos hasta ahora, son los del madrileño Espinosa, que realizó en 1881 la custodia de plata que tiene el santuario. Quizá fuera pariente de otro platero de prestigio, Celestino Espinosa (a. 1805–1830), que fue regente de la Real Fábrica de Platería Martínez y tasador de las obras reales. Tampoco se tenía noticia del cordobés J. Castillo, autor del copón regalado por el papa León XIII (cat. nº 10). No ocurre lo mismo con otro platero de Córdoba como Francisco de Paula Martos (a. 1814–1840), autor de un pequeño hostiario (cat. nº 15), pues se conocen otras piezas suyas conservadas en distintos lugares. O con Miguel Antonio Lizasoain (a. 1753–1779), probable autor del rostrillo de plata (cat. nº 25), de cuya actividad en Madrid se tiene sobre todo noticia documental. Por último, hay que mencionar también la existencia en el ajuar de Illescas de un cáliz realizado por la platería Meneses (cat. nº 8): es de metal blanco, un material sucedáneo que esta firma, activa desde 1840, popularizó a finales del siglo XIX.

En lo que a la tipología de los objetos se refiere, entre los que sirven en las funciones litúrgicas se contabilizan ocho cálices, dos custodias, un copón, un hostiario, un par de vinajeras, probablemente a juego con una salvilla de pie bajo, un incensario, una naveta, una veintena de relicarios –contando los de metal de la capilla de Pacheco–, tres cetros incompletos y una cruz de sobremesa. Ya se han citado la chapería de plata que adorna los altares mayor y de la Virgen, y las dos lámparas del mismo metal que hay en su ámbito (además de otras dos modernas de metal plateado). En el ornato de la imagen de la Virgen, se distinguen de una parte el conjunto de su trono que forman la peana, el resplandor y los dos pares de ángeles que sobrevuelan en torno a ella. De otra quedan las joyas que componen su tesoro, empezando por las coronas de la Virgen (tres completas) y del Niño (dos), dos rostrillos –además del textil adornado con pedrería que la imagen lleva en el santuario–, y las diversas joyas que se prenden sobre su vestido y que han de ser fruto en todos los casos de donaciones devotas: pendientes, sueltos o formando parte de medios aderezos que incluyen broche o sortija, petos y diferentes tipos de broches de pecho, pulseras y colgantes. Además de otro importante objeto: el collar de veintiuna piezas que luce de forma habitual la imagen, aunque me parece más bien parte de una cinta de caderas o de una cadena pectoral, donada quizá por la reina Margarita de Austria en 1602. Hay además otras piezas de diferente tenor realizadas en los siglos XIX y XX, entre las que se incluyen dos grandes rosarios con cuentas de ámbar y azabache, diversas piezas de bisutería y una medalla con la imagen de la Virgen de la Caridad.

Respecto a la cronología de este conjunto de objetos, hay cuatro piezas de la segunda mitad del siglo XVI, más de cuarenta son del XVII, apenas veinte del XVIII, unas quince son del XIX, y al menos siete debieron realizarse ya después de 1934.

ROSTRILLO (España, finales del siglo XVII–inicio del XVIII. Anónimo)Oro forjado, esmeraldas, rubíes, diamantes y perlas; tejido

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Desde el punto de vista artístico la época mejor representada es sin duda la de los siglos XVI–XVII, con ejemplos que van desde la fantasía del manierismo decorativo al sobrio y estilizado clasicismo de la época de Felipe II. Este último serviría de punto de partida, a su vez, de la tendencia que al iniciarse el siglo XVII se difundió desde la Corte madrileña al resto de los reinos hispanos y a las colonias americanas. La precisa definición de las características de este estilo hizo que se convirtiera en una seña de diferenciación de lo español, frente a la deriva que desde 1630 iría decantando la platería europea hacia la exhuberancia formal y decorativa del barroco. Son significativos para seguir esta evolución los cálices que se hicieron dentro este periodo. El más antiguo (cat. nº 6), realizado hacia 1550/60 seguramente por un artífice toledano –a juzgar por su coincidencia en algunos aspectos con el que hizo Juan Rodríguez de Babia para el Ayuntamiento de Toledo–, mantiene todavía en la estructura abalaustrada del vástago el viejo nudo de manzana del Renacimiento, pero se adorna con motivos manieristas como draperies, caras veladas y jarrones con frutos. En cambio, los cálices del último tercio del siglo XVI (cat. núms. 5, 7) revelan la drástica transformación que se produjo en esos años, mostrando una clara tendencia en lo estructural a la geometría y a la simplificación del número de elementos que integran su conjunto, la preferencia por el nudo ovoide, los pies escalonados, y la abstracción ornamental que imponen las ferroneries u otros motivos abstractos que se harían comunes en los objetos de la época: óvalos, “puntas de diamante” o su versión plana en forma de rombos de lados cóncavos, placas reasaltadas o delineadas, costillas, cartelas y asillas de “cartones” esquematizados, placas esmaltadas y sutiles labores de “picado de lustre”.

Su validez se mantendría íntegramente dentro del clasicismo del siglo XVII, como demuestran el originalísimo relicario del lignum crucis y los demás de metal (cat. núms. 19–20) que forman parte del legado de Pacheco; el primero, por cierto, con una excepcional y refinada decoración de pájaros en “picado de lustre”. También el cáliz donado por el pastelero Juan de Espinosa (cat. nº 4), la naveta (cat. nº 17) y las coronas de la Virgen y del Niño (cat. núms. 34, 36, 38, 39) de esta época, el trono de la Virgen (cat. nº 30) y la lámpara donada por el conde de Chinchón (cat. nº 31). Además, el resto de los cálices del siglo XVII (cat. núms. 1–3) revela incluso la versión más sencilla –también más barata– del estilo, repitiendo con escasas variaciones el mismo modelo de estructura con nudo en forma de vaso rematado en un grueso toro. Igual que la pareja de vinajeras (cat. nº 11), también sin decoración, pues parece que sus comitentes prefirieron en estos casos dotar a la pieza de un buen peso de plata, al que se añade a veces el de su dorado.

A pesar de que los ecos de este estilo y sus modelos formales se mantuvieron vigentes en una parte de la producción española hasta los primeros años del siglo XVIII (el incensario realizado hacia 1711/30 es un buen ejemplo de ello), la entrada del barroco europeo se hizo a la postre irreversible. Su plenitud no se revelaría de forma efectiva sin embargo hasta el último cuarto del siglo XVII. La custodia de cobre dorado (cat. nº 13), las placas de adorno de los altares (cat. nº 28) y los remates de los cetros (cat. núms. 22–24), son buen ejemplo del protagonismo ornamental de los motivos vegetales de aspecto naturalista y dinámico, que tienden a adquirir en general un volumen denso, de perfiles romos, hinchados, semejantes a los que acabarían por triunfar también en las estructuras de las piezas. Quedaba superada así la radicalidad de la antigua geometría, para favorecer en adelante el dominio de la curva –y con el tiempo de la sinuosidad–, que revelaría tempranamente la naturalización de las antiguas tornapuntas, y ya durante el XVIII la suavidad de las finas molduras que sustituyeron a los antiguos filetes en arista viva. Son detalles significativos al respecto la forma del sol de la custodia citada, la pera invertida de su nudo y también el contorno mixtilíneo que adopta en el pie. Igual que las columnas salomónicas que sostienen el arco de uno de los remates de cetro de esta época, o los acantos y ramilleteros del adorno de los altares.

La situación en el caso de las joyas es similar: las piezas del collar (cat. nº 49) de la Virgen con un diseño de “cartones” y de ferroneries esmaltados, y grandes engastes cúbicos o poligonales con piedras talladas en facetas, se corresponden con modelos propios del manierismo geométrico, repetidos en las piezas que forman parte del aderezo

ADEREZO DE PENDIENTES, BROCHES ROSAS, LAZOS, CRUCES Y PETOS (España, s.XVII - s. XIX. Anónimo) Plata, oro, esmalte, esmeraldas, diamantes, topacios, rubies, amatistas, granates, piedras de cristal, aljófar blanco y perlas

que lucen en sus retratos las damas de la Corte española de la época de Felipe II y Felipe III. Al iniciarse el siglo XVII, se impondrían los diseños abstractos basados a menudo en simples labores de engastería, que otorgaban a la piedra –en general tallada en facetas– un protagonismo absoluto en detrimento de la labor metálica, al basarse en la simple reunión de engastes individuales o en un diseño combinado con festones. Esta opción se mantendría vigente hasta comienzos del siglo XVIII. No obstante, se advierte ya desde 1640 aproximadamente, cómo los festones se fueron haciendo más sinuosos, cómo les salieron brotes en el perfil insinuando su vocación de convertirse en tallos vegetales; incluso las cápsulas prismáticas se vieron alteradas en su contorno de forma parecida, formando desde muy pronto siluetas de tulipán. Las dos rosas de pecho (cat. núms. 48, 52), el rostrillo de oro de la Virgen (cat. nº 40), dos de los lazos (cat. núms. 46–47) y los dos colgantes en forma de cruz (cat. núms. 50–51) son piezas representativas a este respecto. Ya en el siglo XVIII se generalizarían los diseños de acantos frondosos labrados en metal y cuajados de piedras embutidas, combinados con flores, que se manifiestan también en el adorno grabado o de esmalte pintado que a menudo llevan las traseras, como en el peto articulado (cat. nº 44) o las cruces citadas. Lo mismo sucede con las labores de filigrana “al aire” como la que conforma el pectoral de oro de la Virgen (cat. nº 41). Los otros dos petos (cat. núms. 42–43), realizados respectivamente en la segunda mitad del siglo XVIII y en el XIX–XX, son reveladores de la pervivencia de los modelos más repetidos. Siempre quedarían no obstante versiones más escuetas, como la del lazo que lleva encrespados y pequeños engastes (cat. nº 45), según un modelo casi intemporal ampliamente difundido en España y Portugal.

No hay en el ajuar de Illescas objetos que puedan ilustrarnos acerca de la continuación natural del barroco hacia el rococó. La lámpara de los condes de los Arcos renovada en 1770 (cat. nº 32), y el rostrillo de plata de la Virgen de 1773 (cat. nº 25), nos sitúan precisamente en el momento de transición desde este estilo –del que apenas hay nada ya en el rostrillo– hacia el neoclásico con el que se cerraría el siglo: si los perfiles de la lámpara aún conservan parte del dinamismo y la sinuosidad que los había caracterizado, la nueva ornamentación de láureas, guillocas, coronas de hojas contrapeadas y cajeados mixtilíneos con celosías, cambiaría definitivamente la apariencia de los objetos. Sólo el pequeño hostiario cordobés (cat. nº 15) nos muestra la depuración del estilo que, tanto en la producción española como en la del resto de los centros occidentales, impusieron sobre todo los modelos de la platería inglesa: amplias superficies vacías jalonadas de cenefas ornamentales estampadas a ruleta, y modelos de estructura derivados de la urna. Estas características se prestaban a la producción seriada y favorecían así el despegue industrial. La custodia de 1881 (cat. nº 14) y el cáliz de Meneses (cat. nº 8), son ejemplo por el contrario del eclecticismo de raíz historicista que caracterizó la mayor parte de la producción de la platería europea del siglo XIX.

En el campo de las joyas, destacan algunas piezas de diferente diseño y tipología: de una parte hay un medio aderezo de broche y pendientes (cat. nº 54) que debe estar realizado a fines del siglo XVIII: elige para los tres elementos la forma de una flor de doble corola y pétalos lanceolados, sobre una base de plata con piedras falsas de color rosado en talla navette. De la misma época o de comienzos del siglo XIX son las piezas de un broche de capa (cat. nº 53) con el mismo tipo de materiales, las piedras en concreto de cristal de estrás. Ya de la primera mitad del siglo XIX es otro medio aderezo (cat. nº 55) con brillantes montados en plata chapada en oro por la trasera, como fue corriente hasta que a finales de esta centuria empezó a generalizarse el uso del platino: los pendientes derivan de las antiguas girandole del XVIII, pero con el nuevo perfil triangular característico del momento, guirnaldas laterales exentas y una ese en el broquel; el broche de pecho en forma de ramillete deriva también de los petos dieciochescos. Hay, por otra parte, dos pares de pendientes (cat. núms. 57–58) en finísima filigrana de oro “al aire” y aljófar menudo, que parecen emular labores textiles. Merecen mención por último un par de broches de la segunda mitad del siglo XIX (cat. núms. 61–62), que mezclan el metal precioso con otros metales de aleación, en diseños de fantasía influenciados por las obras de Froment–Meurice y de la joyería Arts & Crafts.

Margarita Pérez Grande

LA VIRGEN DE LA CARIDAD DE ILLESCAS CORONADA

“Vamos a coronar a una Virgen secular, con una corona también secular. Y la coronamos porque es Reina,

como la llamamos en la Salve, porque ella es Madre de Jesús, Rey de los siglos.”

Cardenal Pla y Deniel.

Homilía del día de la Coronación de la Virgen de la Caridad de Illescas

LA CORONACIÓN CANÓNICA DE IMAGENES DE LA VIRGEN

María porta la corona porque es Reina. Desde antiguo, quizás desde la temprana Edad Media, el uso de adornar con coronas las imágenes de María se asociaba a determinadas fiestas de Nuestra Señora dentro del Año litúrgico.

Con la reforma protestante, en el siglo XVI se puso en cuestión por parte de algunos la veneración de las imágenes de María y con ello también la coronación de las mismas. Por parte católica, con la Contrarreforma, se defendió la legitimidad del culto y también de la coronación de imágenes. La costumbre de coronar Imágenes se extendió hasta el punto de que la Santa Sede se sintió en la obligación de señalar algunas normas y condiciones.

En el siglo XVII se confió al Cabildo de la Basílica de San Pedro del Vaticano la regulación y justificación del rito de coronación de imágenes. Se estableció como criterio para legitimar la coronación de una imagen: que había de tratarse de una imagen venerada desde antiguo y reconocida de algún modo como milagrosa por el Obispo del lugar. En 1897 la Congregación de Ritos promulgó las normas que debían respetarse en toda la Iglesia y que han estado vigentes hasta el año 1981 que el Papa Juan Pablo II aprobó un Nuevo Orden o Rito de coronación de imágenes de María.

CORONA DE LA VIRGEN DE LA CARIDAD (Toledo, 1633/35. Alfonso García)Plata dorada y oro, forjados y fundidos; esmaltes translúcidos y opacos sobre excavado; esmeraldas, granates, topacios, amatistas, cristales de roca, perlas (algunas piedras y la totalidad de las perlas han sido renovadas recientemente)Inscripción grabada en el pedestal de la bola de remate: ILDEPHONSVS GARZIA ME FEZIT EN T [OLEDO]

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MARÍA ES REINA DE TODO LO CREADO

La Iglesia proclama en el quinto misterio glorioso del Rosario que María es coronada como Reina y Señora de todo lo creado. Se trata de un hecho dogmático, que expresa con otros términos el misterio de la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo. Lo mismo que Cristo resucitó, subió a los cielos, está a la derecha del Padre y reina por los siglos de los siglos, de un modo semejante María, desde su condición humana, es glorificada y participa del reino y servicio de su Hijo, el Redentor del hombre y del mundo. Junto a Cristo Rey y Señor del universo está su Madre como Reina y Señora.

Cuando se habla de la “Coronación” de María, damos por supuesto que María es Reina. Utilizamos un lenguaje tomado del uso profano y atribuimos a Dios mismo el acto de coronar a la Virgen. El término “Reina” es equivalente a “Señora”, al igual que en el caso de Cristo, reconocerle como Rey es lo mismo que reconocerle como Señor.

El pueblo cristiano elevó desde antiguo suplicantes oraciones e himnos de alabanza y piedad a la Reina del cielo, llamándola Reina, Señora, Dominadora. San Efrén, San Pedro Crisólogo, San Andrés de Creta, San Germán, San Juan Damasceno, San Ildefonso de Toledo invocaron a María con estos títulos: “!Oh Señora mía!, Tú eres mi Dueña... ¡Oh soberana mía!, Madre de mi Señor..., Señora entre las siervas, reina entre las hermanas” (San Ildefonso en De perpetua Virginitate).

En el famoso himno oriental Akáthistos (s. V/VI) se invoca a María con estos términos: “¡Oh Señora!, nuestra lengua es incapaz de alabarte dignamente, pues Tú, que engendraste a Cristo Rey has sido elevada sobre los serafines... Salve, Reina del mundo; salve, María, Señora de todos nosotros”.

En occidente plegarias como la Salve Regina, la Ave Regina coelorum, o la más reciente Regina coeli, laetare, invocan a la Virgen como reina. En las Letanías lauretanas las últimas invocaciones se dirigen a la Virgen como Reina de los ángeles, de los patriarcas, de los profetas... todos los santos, o Reina con expresiones teológicas de su ser e identidad como Madre de Dios: Reina concebida sin pecado original..., Reina de la paz.

CORONA DEL NIÑO JESÚS (Madrid o Toledo, segunda mitad del siglo XVII. Anónimo)

Plata dorada forjada y cincelada, rubíes, esmeraldas, diamantes y perlas (renovadas recientemente).

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Las Letanías Lauretanas nacen en el siglo XVI en torno al Santuario de Loreto. En ellas se reconoce la relación de la Virgen con la Santísima Trinidad, su elección y santidad, sus virtudes, sus títulos, su mediación maternal y su realeza.

María es Reina porque es la Madre de Cristo Rey. La primera razón de la Realeza de María es su Maternidad divina. María es Reina porque el Hijo, que ella concebirá y dará a luz “será llamado hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David su padre, y reinará en la casa de Jacob eternamente y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 32-33). Además María es proclamada por Isabel como “madre de mi Señor” (Lc 1, 43). La tradición antigua y la Liturgia se apoyan en estos textos, que aluden al carácter regio del Mesías. Se sigue lógicamente de ello –afirma Pío XII que ella es Reina “pues ha dado la vida a un Hijo que, ya en el instante mismo de su concepción, aún como hombre, era Rey y Señor de todas las cosas, por la unión hipostática de la naturaleza humana con el Verbo” (n. 13).

Jesús Nazareno es Rey de los judíos y de todos los hombres, como reza la inscripción de la Cruz, cuyo sentido de gloria deriva de la Resurrección. Cristo reina desde la Cruz. ¿Qué ocurre con la Madre de Jesús? Ella está junto a la Cruz de su Hijo, el Redentor (cfr Jn 19, 25), no sólo como Madre, sino como Asociada. Junto a Cristo, el Nuevo Adán, está María, como Nueva Eva. En palabras del Papa “María ha de ser proclamada Reina no sólo por su maternidad divina, sino también por la parte singular que tuvo, por voluntad de Dios, en la obra de nuestra salvación eterna (n. 14). María es Reina en cuanto Asociada al Redento

También María es Reina por su gracia y virtudes. En razón de su maternidad y de su asociación al Redentor María supera en excelencia a los demás seres creados. La fe en su Concepción Inmaculada nos enseña que esta dignidad la posee desde el primer instante de su existencia por su predestinación a ser la Madre del Dios Redentor. María participa del poder regio de Cristo para dispensar los tesoros del Reino de Dios y muestra una eficacia permanente en su maternal intercesión por los hombres con el Hijo y ante el Padre y el Espíritu. Esta sublime dignidad coloca a la sierva del Señor por encima de las demás criaturas, aún angélicas, y le otorga la primacía sobre ellas, después de su Hijo.

CORONA DE LA VIRGEN DE LA CARIDAD (Madrid o Toledo, comienzos siglo XVIII. Anónimo)Plata dorada recortada, forjada y cincelada; metal; piedras de vidrio con almáciga coloreada en la base del engaste

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Virgen de la Caridad del Greco, 1605María participa del poder regio de su hijo y es la intercesora ante la Trinidad

El Greco recibió el encargo de pintar la Caridad, que presidiría el retablo mayor flanqueada por las imágenes esculpidas de la fe y la esperanza. Se trataba claramente de la virtud teologal que tradicionalmente se viene representando con la alegoría de una mujer rodeada de niños a los que abraza, acoge y en algunos casos, amamanta. El Greco, pintor cretense de iconos, buen conocedor de la iconografía oriental, estaba más familiarizado con el asunto de la Virgen de la Misericordia: María como madre protectora despliega su manto para acoger bajo su sombra a todos los suplicantes: devotos fieles, órdenes religiosas, ciudades enteras… y librarlos de la peste, de todo peligro o de todo pecado. Por ello prefirió aportar una interpretación personal de la Caridad ofreciendo una imagen de la Virgen de la Misericordia que vendría a denominarse como Nuestra Señora de la Caridad6.

El motivo del manto protector se encuentra en los ritos de adopción y matrimonio más antiguos en oriente y hasta en el propio pueblo judío. En el arte, durante la edad media comienzan a aparecer escenas en las que claramente se emplea el motivo del manto protector. Así encontramos que Dios Padre acoge bajo su manto a Adán y Eva, la alegoría de la Sabiduría acoge a las siete virtudes, santos como santa Úrsula aparecen abrigando bajo su manto a sus compañeras vírgenes o el propio Santiago a los peregrinos. Ya en época bizantina se veneraba el velo de María en una iglesia de Constantinopla. Allí un monje había tenido una visión en la que María abría el velo que llevaba sobre su cabeza, para cubrir con él a todo el pueblo. Esta devoción se extendió en Rusia con el nombre de la Virgen de Pokrov.

REINA DE LA CARIDAD, MADRE DE LA MISERICORDIA

6Así aparece denominada en el Libro Inventario L31/002 fol.245

7Álvarez Lopera, J., 1993, El Greco. La obra esencial, Madrid, pp. 209-210

“El lienzo de la Virgen de la Caridad que primitivamente se hallaba en el ático del retablo mayor fue trasladado en 1902 al altar lateral de la Epístola añadiéndosele entonces en su parte superior una tira de treinta centímetros de altura para amoldarlo a su nuevo marco. Al parecer, la intención de los patronos era que se representara allí una imagen de la virtud –no de la Virgen- de la Caridad, pero El Greco recurrió a un viejo tipo iconográfico de raigambre medieval (el de la Virgen de la Misericordia acogiendo bajo su manto a los fieles) que tenía el mismo significado y contribuiría a reforzar el programa de glorificación de María que entrañaba todo el retablo. Con su estructura piramidal y su reducción a los elementos básicos de la representación, éste es un lienzo simple, esencialista, como todos los de la Capilla Mayor. La Virgen, vestida con una refulgente túnica rosa y manto azul, aparece majestuosa, recortándose ante un celaje con densos nubarrones. Su gigantesca corporeidad, la violenta intrusión de sus piernas en primer plano y la forma ahusada de su cuerpo, que concluye en una minúscula cabeza, se explican mejor si se tiene en cuenta la situación original del lienzo, pensado para ser visto desde abajo. Da la impresión de que El Greco haya querido captar el revoloteo del manto introduciendo así una nota de inestabilidad que contrasta con la actitud estática y el rostro ensimismado de María. Entre los caballeros a los que cobija se hallan, como ya se vio, Jorge Manuel (probablemente el situado más a la derecha, de perfil, haciendo un gesto de fe) y “otra personas conocidas” de Toledo, formando un grupo que recuerda por sus rostros extáticos y el juego de las manos al friso de caballeros del Entierro del Conde de Orgaz.”7

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En su vida terrena María ya fue Reina desde su actitud de Sierva y de Madre dolorosa... No se parecía externamente en nada a la imagen de las Reinas o Señoras del mundo. No tenía palacios, ni coronas de oro, ni damas de honor. Pero era Reina y Señora por su plenitud de gracia, que Ella poseía, como ningún otro ser humano, fuera de Cristo, tuvo o puede tener. Era la reina por la corona de sus virtudes y la riqueza de sus méritos.

Ahora es Reina del Cielo. ¿Cómo es y dónde está su trono? Busquémosla entre los coros de las Vírgenes, que cantan el himno de la pureza y total disponibilidad para Dios y los hombres. ¿Está María entre ellas? Ella fue, sí, la más pura entre todas las Vírgenes, pero no la encontramos aquí.

Sigamos buscándola entre las filas de los Confesores, hombres y mujeres, que dieron testimonio del Nombre de Cristo sin miedo a los hombres. ¿Está María en sus filas? Ella es la Reina de todos ellos, pero no la encontramos aquí.

¿Dónde se encuentra la Reina del Cielo? Contemplemos los Apóstoles, a los Patriarcas, a los Profetas, a los mismos Ángeles y Arcángeles..., todos los cuales la saludan y veneran como a su Reina. Pero el trono de María no está entre ellos... Todos –y nosotros con ellos- dirigimos la mirada hacia la Santa Trinidad. Allí, sí, allí, muy cerca de la Santa Trinidad se levanta el trono de la Reina del cielo. María es Reina y Señora de todo aquello, que no es Dios. Pero Ella es y se siente la Sierva del Señor, a quien servir es reinar. Padre, Hijo y Espíritu Santo le imponen la corona, que corresponde a su vocación y misión. Ella es la Hija predilecta del Padre, es la Madre verdadera del Hijo Redentor del hombre, es el Templo vivo del Espíritu Santo.

Junto con el Padre y el Espíritu Santo, el Hijo en unión trinitaria coronará a su Santísima Madre como Reina de los Cielos.

“…ENALTECE A LOS HUMILDES” (MAGNIFICAT. LC 1, 52)

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LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN

“La Coronación de la Vigen, la más

bella y profunda que jamás pintara el artista, supone la elaboración final

de un tema que había tratado ya en diversas ocasiones sin

introducir variaciones significativas. Ahora

y debido al formato oval del lienzo y a su colocación en la bóveda, ha eliminado el grupo de apóstoles y santos que en las otras versiones a p a r e c í a n presenciando el acontecimiento y ha reforzado el enfoque “di sotto in su”8 . A lo largo

del eje medial ha situado al Espíritu

Santo, la corona y el rostro de la Virgen

(que ya no se vuelve como antes hacia el Hijo sino que

adoptando una actitud similar a la del Pentecostés del Colegio

de doña María de Aragón, eleva su mirada. Dos diagonales se entrecruzan

en la rodilla derecha de María, atraviesan este eje central rigiendo el plegado de los paños del

Padre y el Hijo y determinando la composición mientras que el trono de nubes, salpicado de querubines y ángeles

niños, se adapta a la curvatura del óvalo. Hay en esta Coronación una flexibilidad corporal y una bella profundidad psicológica que faltaba en las

anteriores. Las figuras rezuman plenitud. La composición se ha hecho más trabada y la factura más suelta. Ráfagas de luz recorren el lienzo poniendo de manifiesto las abismales honduras de los cielos. Las nubes cobran la coloración de los paños de los personajes sagrados que se asientan sobre ellas y éstos –azul y rojo los de la Virgen, blancos los del Padre y verde y carmín los del Hijo- resplandecen bajo la luz, dando lugar a una hermosa sinfonía.”9

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“Di sotto in su” ( italianismo) : “de abajo a arriba”

7Álvarez Lopera, J., 1993, El Greco. La obra esencial, Madrid, pp. 210-211

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Asunción de la Virgen, obra de Alonso del Arco (Parroquia de Santa María de Illescas)

LA GLORIFICACIÓN DE MARIA

La coronación de María como Reina y Señora de los Cielos es el acontecimiento inmediatamente posterior a la Asunción de María a los cielos tras su Tránsito o Dormición. La creencia de que María, como verdadera Madre de Dios, había sido asunta o elevada al cielo en cuerpo y alma se remonta a los primeros siglos del cristianismo. Sin embargo el dogma fue declarado por el Papa Pío XII, el año santo de 1950.

La iconografía representó a María elevándose hacia el cielo rodeada de ángeles, en clara expresión de la intervención de Dios Padre en el misterio. Por influencia de las Letanías de Loreto, la Virgen de la Asunción que asciende al cielo, comienza a incorporar elementos propios de la Inmaculada Concepción, que refleja el alma de María en su descenso hacia la tierra. Así la Virgen está representada de pie, sobre el creciente lunar, y coronada de doce estrellas, como la mujer del Apocalipsis. No cabe duda que la mujer vestida de sol, coronada de doce estrellas descrita en el capítulo 12 del Apocalipsis era el prototipo más cercano a la reina de los cielos. Sin embargo libros de espiritualidad como el Speculum Humanae Salvationis, no tardaron en aportar su versión del citado tema: la mujer apocalíptica que escapa del dragón es la Virgen elevada al cielo; la luna que pisa es símbolo del mundo cambiante y las doce estrellas recuerdan a los doce apóstoles reunidos en torno a su lecho de muerte.

La coronación de la Virgen en el cielo es un acontecimiento de la vida celestial de María, que sigue inmediatamente a su Ascensión. El asunto de la coronación de la Virgen, tan popular en el arte cristiano, pero al que no se refieren las Sagradas Escrituras, debe su origen a la creencia popular de exaltación de la Virgen por la Trinidad, recogida por primera vez en un relato apócrifo de Melitón de Sardes (siglo II), popularizado en el siglo VI por Gregorio de Tours y en el siglo XII por Santiago de la Vorágine en su Leyenda Dorada. Será el arte medieval francés el primero que comience a representar a la Virgen coronada en el cielo sentada a la derecha de Cristo que la bendice, o bien coronada por un ángel primero, por Cristo después, hasta llegar a ser admitida en el seno de la Trinidad, siendo coronada por ésta.

La Asunción y Coronación serán dos asuntos íntimamente unidos, que se superponen hasta fundirse en el arte cristiano.

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LA CORONACIÓN CANÓNICA EN 1955

En 1950 el Papa Pío XII había definido solemnemente la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo. Cuatro años después publicaba la encíclica Ad coeli Reginam, refiéndose de modo explícito a la realeza de María. Ese año de 1954, Centenario de la definición de la Inmaculada Concepción, se declaró Año Mariano. Fue precisamente el ambiente creado en estas circunstancias lo que propició la petición del Arzobispo de Toledo, Cardenal D. Enrique Pla y Deniel para coronar canónicamente la imagen de la Virgen de la Caridad de Illescas.

La iniciativa había partido del obispo auxiliar Francisco Miranda Vicente, con la aprobación del Patronato de la Fundación del Hospital de la Caridad, Memoria Benéfica de Vega, y con el entusiasta respaldo de todo el pueblo. Ya en el acta del 22 de junio de 1951 se recoge una moción verbal de Victoriano Rodríguez, patrón de esta fundación, proponiendo se inicie expediente para impetrar de su Santidad el Papa Pío XII, conceda la gracia correspondiente para la Coronación de la Santísima virgen de la Caridad.

Concluidas las fiestas del Milagro del año 1955, el 15 de marzo se reúnen los Patronos y acuerdan constituir una Junta para solicitar de las Jerarquías Eclesiásticas Superiores la concesión de la gracia de la Coronación.

Con el fin de difundir el acto a nivel comarcal se decide invitar a todos los illescanos a participar en los preparativos del evento, en especial se cita al Cura Párroco, al Arcipreste de la Sagra, al Juez de Primera Instancia, al Notario de la villa y a representantes de los infanzones de Nuestra Señora de la Caridad.

La junta o Comisión pro coronación se constituye el 1 de abril con los siguientes miembros: Sr. Alcalde, D. Francisco Parra García, Sr. Cura Párroco, D. Lope Chirón, D. Francisco Esquivias Ugena, D. Octavio Rodríguez García y el Patrono D. Emilio Carrasco Rodríguez. El 25 de julio son invitados a formar parte como miembros honoríficos los Señores: Cardenal Arzobispo de Toledo, el Gobernador Civil de la Provincia y el Gobernador Militar de la misma.

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BREVE DEL EMMO. SR. CARDENAL PREFECTO DE LA BASÍLICA VATICANA CONCEDIENDO LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA CARIDAD

FRIDERICUS, MISERATIONE DIVINA EPISCOPUS TUSCULANUS, SANCTAE ROMANAE ECCLESIAE CARDINALIS TEDESCHINI, SS. PATRIARCHALIS BASILICAE PRINCIPIS APOSTOLORUM DE URBE ARCHIPRESBYTER, SACRAE CONGREGATIONIS REV. FABRICAE PRAEFECTUS

Emo. ac Revmo. Card. HENRICO PLA Y DENIEL, Toletanae Archidioecesis Archiepiscopo, plurimam in Domino salutem.

Cum Tuas, optime exaratas, Eme. Princeps, quas Capitulo Nostro Vaticano, privilegio pollenti sacras clarasque arte cultuque Deiparentis Effigies canonice coronandi, mittendas curasti cum nuper acceperimus litteras, liberter novimus intra praeclarae Toletanae Archidioeceseos Tuae fines, prope imperialem Villam “Illescas” nuncupatam, vetustum exstare Sanctuarium, in quo, a XIII fere saeculo, magna piacularique veneratione percolitur perpulchra, a Sancto Luca depicta, Deiparae Imago, sub populari advocatione “Bmae. Virginis de la Caridad”, quam, ob plurima obtenta prodigia, suam semper Reges, Principes, Nobiles viri ac cives celestem Patronam advocarunt, ad cuiusque pedes non tantum locorum, sed etiem finitimarum regionum fideles, sive ad nova petenda auxilia, sive ad devote agendas gratias, affluenter accedere solent. Cum maximum igitur erga dictam Deiparae Effigiem fidelium cultum, atque Tui, Cleri, Civilium Potestatum populique ardentissimum intelexerimus esse desiderium Eamdem dovitioso decorandi diademate, Nos, votis istis annuentes, die XXI mensis augusti labentis aevi, in Capitulari aula rite congregati, documentisque perpensis, libentissime decrevimus ac mandavimus istud venerandum Deiparae Simulacrum, sub titulo “Nuestra Señora de la Caridad” nomine Capituli huius Vaticani, pretiosa ex auro corona canonice edimiri posse. Istius autem coronationis peragendae munus Tu ipse, Eme. Princeps, vel per alium, si Tibi placuerit, et quo volueris die, solemniori ritu ut conficere velis rogamos.

Datum Romae, apud S. Petrum, nono Kal. Septembris, Pontificatus Domini Nostri papae Pii XII, a. XVII, Anno. Rep. S. MCMLV.

JULIUS, CAN. ROSSI, ab actis. THOMAS MORELL, f. Cancellarius

FEDERICO, POR LA MISERICORDIA DIVINA OBISPO DE TÚSCULO, DE LA SANTA IGLESIA ROMANA CARDENAL TEDESCHINI, ARCIPRESTE DE LA SANTA BASÍLICA PATRIARCAL DEL PRÍNCIPE DE LOS APÓSTOLES, PREFECTO DE LA SAGRADA CONGREGACIÓN DE LA REV. FÁBRICA.

Al Emmo. Y Rvdmo. Cardenal ENRIQUE PLA Y DENIEL, Arzobispo de la Archidiócesis de Toledo, salud en el Señor:

Habiendo recientemente recibido, Eminentísimo Príncipe, tus letras, óptimamente redactadas, que cuidaste dirigir a Nuestro Cabildo Vaticano, que tiene el privilegio de coronar canónicamente las imágenes de la Madre de Dios, veneradas y preclaras por su arte y por su culto, gustosamente nos enteramos de que en los límites de esa Tu esclarecida Archidiócesis de Toledo, en la Imperial Villa llamad Illescas, existe un antiquísimo Santuario en el que casi desde el siglo XIII recibe culto con grande y piadosa veneración una hermosísima imagen de la Madre de Dios, pintada por San Lucas, bajo la popular advocación de la “Santísima Virgen de la Caridad”, a la que por los muchos prodigios conseguidos, los Reyes, Príncipes, Nobles y ciudadanos la eligieron siempre por celestial Patrona y a cuyos pies suelen acudir en gran número los fieles, no sólo del lugar, sino también de toda la región vecina, bien para suplicar nuevos favores, bien para rendir devotas gracias. Habiendo conocido el esplendoroso culto que se tributa a esta Imagen de la Madre de Dios y el ardentísimo deseo Tuyo, del Clero, de las Autoridades Civiles y del pueblo de ceñirla con riquísima corona, Nos, accediendo a estos deseos, reunidos en la Sala Capitular el día 21 de agosto del año en curso y examinados los documentos, decretamos muy gustosamente y mandamos que esta veneranda imagen de la Madre de Dios, bajo la advocación de “Nuestra Señora de la Caridad”, en nombre de este Cabildo Vaticano, pudiese ser canónicamente coronada con preciosa corona de oro. Te rogamos, Eminentísimo Príncipe, que lleves a efecto esta coronación Tú mismo, o por otro, si Te agradare, con rito solemnísimo y en el día que eligieres.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 24 de agosto, el año XVII del Pontificado de Nuestro Señor el Papa

Pío XII, año de la Redención 1955.

JULIO, CAN. ROSSI, Secretario. TOMÁS MORELL, Canciller

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Desde hace mucho tiempo se viene acariciando la feliz idea de proceder a la Coronación Canónica de la Sagrada Imagen de Nuestra Señora la Santísima Virgen de la Caridad, de esta Villa, ceremonia que inexplicablemente, se ha ido demorando, hasta estos momentos en que dicha idea parece ser ha cristalizado, y con el beneplácito de nuestro amadísimo Prelado, el Emmo. Sr. Cardenal Primado, está dispuesta esta Imperial Villa de Illescas a llevar a cabo, previa concesión Apostólica, tan magnífica ceremonia; pero para dar al acto el mayor relieve y esplendor, ya que la devoción a esta Imagen nunca se ha circunscrito al ámbito local, sino que rebasando éste se ha extendido por todos los pueblos de la comarca y por tierras incluso allende los mares, como lo prueba los innumerables datos y escritos que a través de los siglos han llegado a nuestros días, se ha pensado en hacer partícipes de tan altísimo honor, como es el que supone intervenir en los preparativos honrosos de esta solemnidad mariana y en la ceremonia misma, a todos los pueblos que guardan, según los datos que poseemos, alguna relación con la tan repetida Imagen, y a este efecto y para que sea más conocida la influencia de la Santísima Virgen bajo dicha advocación, los milagros que por su intercesión han ocurrido a través de los tiempos y la veneración que durante siglos y hasta nuestros días, por propios y extraños siempre se le ha tributado, se ha dispuesto la publicación de esta hoja divulgadora, que aunque en forma extractada y pobremente concebida, pueda dar una pequeña idea de todo ello.

Tres atributos son necesarios para poder solicitar y ser concedida la autorización Pontificia para la Coronación Canónica de una Imagen: Antigüedad de la misma, Milagros realizados por su intercesión y Veneración que se le ha prestado.

Pues bien, estos atributos los posee de manera generosa la que nos ocupa y ampliamente están demostrados en un hermoso libro, con gran fortuna escrito por el Padre Fray Gaspar de Jesús y María, de esta naturaleza, perteneciente a la Orden Carmelitana, y dedicado al Excelentísimo Sr. D. Juan Manuel Fernández Pacheco Cabrera y Bobadilla, Marqués de Villena y de Moya, Duque de Escalona, y que se imprimió en Madrid el año 1709, intitulado Sacro Paladión del Antiguo Lacio en Castilla la Nueva, y de él sabemos lo siguiente:

1º Antigüedad: Según dicho documento, la Sagrada Imagen de la Virgen de la Caridad que nos ocupa, fue hecha por el glorioso Evangelista San Lucas, que según Metafreste y Nicéforo Calixto, fue el primero que empezó a construir en cera y madera imágenes de Cristo Nuestro Señor y de su Santísima Madre, aún en vida de ésta. Se supone en dicho documento, sin lugar a duda, que la Imagen fue mandada a España por su constructor por medio de los Apóstoles San Pedro, San Pablo y Santiago el Mayor, los que la entregaron a San Elpidio, primer Obispo de Toledo, quien estableció su culto en la tercera Iglesia dedicada a la Virgen, y así, tras muchas vicisitudes, fue traída a Illescas por el Arzobispo San Ildefonso al fundar en esta Villa el Monasterio Duviense en el año de Cristo 636, que fue destruido por la invasión morisca en el 717. El día 4 de junio del año 1600, fue traslada la Imagen, con gran alegría del pueblo, al templo que ocupa, acudiendo de los pueblos inmediatos y de la Corte un concurso inmenso.

2º Milagros: Desde el día 11 de marzo de 1562, en que se dio el primero en la persona de la tullida Francisca de la Cruz, que todo el mundo bien conoce, y cuya conmemoración se ha venido y viene celebrando anualmente en la fecha indicada, se han proseguido obrando consecutivamente hasta el año 1686 en distintas

personas de todas las edades, edades, estado y condición social hasta el número de 74, que aparecen reseñadas en un catálogo existente en los Archivos con todo género de datos y señales (y que no es posible el reseñar en el breve espacio de esta hoja por lo prolijo de su número y detalles), en vecinos de todos los pueblos del contorno y de otras provincias, y aún de residentes en América. Hacemos una extractada exposición de los más salientes: Dejando aparte, por harto conocido, el anteriormente citado de Francisca de la Cruz, podemos enumerar el obrado con un niño de Juncos el 25 de abril de 1562, manco de brazos y piernas, que sanó ante la Virgen al untarle su madre (Carolina Gutiérrez) con aceite de la lámpara que había encendido Francisca de la Cruz. Otro, de Isabel Delgado, de Magán, esposa de Juan Toledo, que tenía las piernas encogidas, sin poder andar nada más que con muletas y a trajeron ante la Virgen, sanando en el acto. Otro, de Gaspar Treviño, residente en Cartagena, Perú (América), el cual hallándose enfermo, desahuciado de los médicos el día 11 de marzo de 1580, a la hora en que se celebraba la procesión de la Santísima Virgen de Illescas, se encomendó a ella, y apareciéndosele la Imagen, con un manto colorado que aquel día estrenaba, sanó por completo ante el asombro de los presentes. Así se lo escribió a su padre residente en esta villa.Y de esta forma se fueron obrando milagros y milagros, premio a la acendrada fe a Nuestra Señora en aquella época, en vecinos de los pueblos de Azaña, Juncos, El Llano, Ugena, Magán, Valmojado, Valdemoro, Retamosa, Torre de Esteban Hambrán, Casarrubuelos, Ciempozuelos, Añover de Tajo, Torrejón de Velasco, Villaluenga, Layos, Briviesca, Colmenar de Oreja, Seseña, Parla, Chozas, Mascaraque, Toledo, Paracuellos, Alcalá de Henares, Estremera, Torrelaguna, Lominchar, Yuncler, Camuñas, Argamasilla, Tarancón Villanueva de Alcardete, Belinchón, Ocaña, Villa del Prado, Villacañas, Pastrana, Las Navas, Leganés, Madrid, y otros muchos, todos los cuales aparecen reseñados, como antes se indica, con todo género de detalles y aprobados por el Consejo de la Gobernación de Toledo.

3º Veneración: Tan antigua como la Imagen es sin duda la fe y veneración sentida por la misma en todas las clases sociales. Tenemos a San Ildefonso que la poseyó, como su predilecta, inspirándose en ella para escribir su famoso y piadoso libro, escena perpetuada en uno de los más famosos lienzos de El Greco, existentes en el Santuario. Tenemos a los grandes magnates recurriendo a ella en sus tribulaciones, como el Rey D. Felipe II que la visitaba con mucha frecuencia y que por el amor que por ella sentía donó a su Iglesia un riquísimo terno de Tisú.Tenemos a la hija de este Monarca, la Infanta Dª Clara Eugenia, que, por los favores recibidos por su mediación, la hizo presente de un vestido de brocado blanco, con pedrería y bordado por sí misma. Felipe II, quien, estando herido en la cabeza por una caída del caballo y desahuciado por los médicos, se encomendó a la Virgen con todo fervor y sanando, en prueba de gratitud donó al Templo una cabeza de plata maciza; a Felipe III y su esposa Dª Margarita, que en prueba de veneración a la Imagen la regalaron un riquísimo collar de oro y dos magníficos vestidos (uno el de sus desposorios).

En mayo, a la espera de la concesión apostólica, obtenido el apoyo y beneplácito del Cardenal Primado, la Comisión pro coronación manifiesta su deseo de obtener licencia para proceder a dicha Coronación.

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También el Archiduque y el Príncipe D. Alberto, dio pruebas de su amor a la Virgen con el obsequio de una magnífica lámpara construida con la primera plata que vino de las Indias. La Princesa Dª Juana de Portugal, hija del ínclito y desgraciado Rey D. Sebastián, encontrándose en trance de muerte se puso en sus manos y recuperó la salud, y para demostrar su veneración y gratitud envió un Embajador a Illescas con la ofrenda de dos tablas de plata, una con su retrato y otra en la que se hacía constar el suceso acaecido en forma de milagro.Más recientemente, por grandes de España, tales como los Excmos. Sres. Duques de Osuna y Uceda, de Veragua; Marqueses de Fuensalida y de las Navas; Condes de Lemus y de Puebla Montalbán; Sres. De Cedillo y de Luna, y Legión de Títulos y grandes señores que rivalizaron, llevados de su gran fe, en prestar reverencia y acatamiento a la Imagen Lucense, ofreciéndola innúmeros donativos y obsequios. También en Madrid, ya por aquellos años de 1265 (era de 1313), se tenía una gran fe en ella, como lo demuestra el hecho de que acuciando una gran sequía general fue llevada la Imagen a dicha Ciudad para, en unión de la Virgen de Atocha y del cuerpo de San Isidro, organizar unas rogativas públicas por las calles de la Corte, que trajeron como consecuencia una generalización de las lluvias por todo el País, salvando con ello tan apurada situación. Así ha seguido demostrándose la veneración, culto y cariño a esta Señora, al paso de las generaciones, hasta nuestros días, en que su fama sigue indemne, sino acrecentada pese al correr de los siglos, como recientemente se ha demostrado con los actos celebrados tan maravillosamente a lo largo del anterior Año Mariano, en que no sólo este Arciprestazgo sin también algunos de la Diócesis de Madrid y Colegios y Asociaciones Religiosas, la han escogido como norte de sus peregrinaciones, impulsados los fieles, por sus piadosos sentimientos, hacia ella.

Esto es cuanto queremos exponer en esta pobre hoja que, quizá algo pesada, más que por su extensión, por su falta de forma literaria y amena, pueda servir para el somero conocimiento de unos y el refresco de más a fondo que otros tengan de la Historia y Glorias de esta Imagen, que un día de este año (ya, Dios mediante, se anunciará la fecha), es deseo de todos los fieles de esta Imperial Villa de Illescas se proceda a su Coronación, para cuyo sublime acto no dudamos en solicitar el valiosísimo concurso de nuestros paisanos, que esperamos sin regateos, teniendo ya de antemano concedida la ayuda espiritual de nuestro insigne Prelado.

Illescas, Mayo de 1955.

Por la Comisión

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“Acto seguido, se expuso por el Sr. Alcalde, que como todos sabían estaba preparado por la Junta Pro-Coronación, de la Sagrada Imagen de Ntra. Sra. La Santísima Virgen de la Caridad, la celebración del acto de Coronación de tan Sacra Imagen, para el día 12 de octubre próximo, festividad del Pilar, y de la Hispanidad, y que como era consiguiente, por la Corporación Municipal, debía tomarse un acuerdo asociándose al acto, y por lo tanto, también el Ayuntamiento debía contribuir con alguna cantidad a los gastos de organización y ejecución de tan sublime ceremonia, pues si bien es cierto, que la Junta de Patronos, que administra los bienes de la Fundación de Manuel de Vega, propiedad de la Virgen, dispone de medios económicos sobrados para ello, también lo es que la Corporación, en representación del pueblo que rige, debe estar obligada a contribuir con alguna cantidad a la honra de su Imagen, por lo que a su juicio debía votarse una cantidad a tal fin, que en sí en el presupuesto actual por los muchos gastos que se llevan verificados en el presente año no puede tener cabida, se incluya en el presupuesto a formar para el próximo año de 1956.- Bien enterados los reunidos de la propuesta de su Presidente, después de la amplia deliberación y estudio del particular, por unanimidad se tomaron los siguientes acuerdos, 1º.-Aceptar íntegra la propuesta del Sr. Presidente, asociando, al Ayuntamiento a los actos preparados por la Junta Pro-Coronación, asistiendo en Corporación a todos ellos. 2ª.-Contribuir con la cantidad en metálico necesaria para los gastos que se verifiquen con motivo de los fuegos artificiales y otros de arreglo de local etc., que hayan de ocasionarse en actos y festejos profanos con excepción del Banquete que la Junta tiene proyectado en honor de las autoridades superiores asistentes y hacer entrega a la indicada Junta para subvencionar al Patronato con otra cantidad de TRES MIL PESETAS para ayuda de los gastos generales que se le originen. 3ª.- Que para el pago de estas cantidades que provisionalmente serán adelantadas por el referido Patronato, se consigne la cantidad suficiente, como órdito reconocido en el Presupuesto de 1956 que inmediatamente ha de ser formado por la Corporación con de obligación, por parte de ella de satisfacerla en el primer trimestre de dicho año, y 4ª.- Que para la ejecución de todos estos acuerdos queda facultado el Sr. Alcalde por los asistentes.”

Este es un todo conforme con el original a que me remito.Y para que conste, expido la presente en Illescas a seis de octubre de mil novecientos cincuenta y cinco.

Vº Bº El Alcalde Presidente

Todos los estamentos sociales desean unirse a dicho acontecimiento que sobrepasa cualquier otro evento vivido en la localidad, prueba de ello es un documento preparado para su firma por autoridades y vecinos con el fin de dejar constancia de su entusiasta adhesión a la fiesta.

Los que suscriben, Autoridades y vecindario de todas las clases sociales de esta localidad, de acuerdo y en completa compenetración con la Villa de Illescas en cuanto se refiere al tomado por sus Autoridades y genuinos representantes de la misma en relación del proyectado homenaje de Coronación Canónica de la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de la Santísima Virgen de la Caridad, puesto que conocemos su añeja y Milagrosa Historia a través de los tiempos y, como en los demás pueblos de la comarca, se la tiene en éste especial veneración, somos gustosos y anhelamos, el que se nos tenga como parte en la solicitud del superior permiso para la realización de tal excelso homenaje a Nuestra Señora y nos adherimos a cuantos actos se celebre con tal motivo.

El Alcalde El Cura Párroco

El Juez MunicipalEl Fiscal Municipal

El Jefe Local de la FalangeEl Presidente de la Hermandad Sindical del Campo

VECINOSEn los meses siguientes se inician los preparativos llevándose a cabo la restauración de la carroza y púlpito

dañados en la Guerra Civil, y encargando la ejecución de medallas de oro conmemorativas. Acuerdan socorrer con 50 pesetas a las 31 personas más pobres de la localidad. También comienzan a comunicar el evento por medio de la prensa local y la Radio Nacional y a enviar invitaciones a autoridades y personalidades de toda la comarca, de la provincia y en contadas ocasiones del país.

La concesión para la Coronación Canónica de la imagen de Nuestra Señora de la Caridad llega de Roma firmada por el Cardenal Monseñor Tedeschini.

La concesión para la Coronación Canónica de la imagen de Nuestra Señora de la Caridad se produce el 24 de agosto de 1955 en Roma, firmada por el Cardenal Monseñor Tedeschini.

El 28 de septiembre, en vísperas de la Coronación, el Ayuntamiento celebra un Pleno en el que acuerda colaborar económicamente subvencionando alguno de los actos, en concreto la quema de fuegos artificiales, y aportar una suma de 3.000 pesetas para sufragar gastos de la organización.

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PROGRAMA DE LAS FIESTAS DE LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN DE LA CARIDADHOY COMIENZA EN ILLESCAS EL SOLEMNE NOVENARIO PREPARATORIO

3 DE OCTUBRE 1955

EL GOBERNADOR CIVIL Y LA CONDESA DE ESPOZ Y MINA SERÁN LOS PADRINOS DE LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN DE LA CARIDAD

8 DE OCTUBRE 1955

Se ha hecho público el programa oficial de las fiestas de la Coronación de la Virgen de la Caridad, Patrona de Illescas. Ilustra la portada una foto en color de la Torre mudéjar de la villa, “la Giralda de la Sagra”, que dijo Navarro Ledesma. También inserta un fotograma de la Virgen, la vista general de la población y una plegaria poética a Nuestra Señora.

He aquí el texto del programa:-Día 3: A las 7 de la tarde dará comienzo la novena en

honor de la Virgen.-Día 11: A las 5 de la tarde recorrerán las principales

calles de la población y al son del tamboril, los gigantes y cabezudos. A las 7 de la tarde, acto final del novenario, con exposición mayor, en el que, a toda orquesta, serán ejecutadas composiciones religiosas y será cantada una solemne Salve, ocupando la cátedra Sagrada el párroco, don Lope Chirón. A las 11 de la noche, quema de una colección de fuegos de artificio con motivos alegóricos al acto.

-Día 12: A las 7 de la mañana, repique de campanas de todas las iglesias. A las 8 de la mañana, recepción de su eminencia reverendísima el señor cardenal primado y demás autoridades nacionales, provinciales y del partido. A las 11 misa de pontifical, oficiada por el eminentísimo y reverendísimo señor cardenal primado. A las 12, en el evocador marco de la hermosa plaza de las Cadenas, se procederá por el señor cardenal arzobispo primado de las Españas a la imposición canónica de la corona (inapreciable

joya del siglo XVI) a la sagrada imagen, realizándose en ese momento, mientras que la banda de música de la Academia de infantería, galantemente cedida por su coronel-director, señor Otaolaurruchi, interpretará los himnos nacionales y eucarístico. Seguidamente, grandiosa procesión, con asistencia de todas las autoridades, representaciones y fieles, para trasladar la imagen a su famoso santuario, museo de piedad y arte, debido al cardenal Jiménez de Cisneros. Allí se verificará un piadoso acto de despedida de la Virgen, impartiendo la bendición apostólica el señor cardenal. A las 14, el almuerzo en honor y prueba de afecto y cariño hacia el señor cardenal y autoridades asistentes. A las 17, despedida de las autoridades.

Durante todo el día 12 podrán visitar los forasteros la colección de cuadros de El Greco y otros autores en el Santuario de la Caridad, la iglesia parroquial de Santa María (monumento arquitectónico nacional) y demás monumentos artísticos.

En Madrid, Toledo, La Sagra y otros puntos de la provincia toledana se ha distribuido profusamente una hoja de la Junta Pro Coronación invitando a los illescanos, sagreños y toledanos todos al acto de la coronación de la Virgen de la Caridad y a visitar el tesoro artístico de la villa.

Hay en Illescas y en toda la Sagra una gran animación para la solemnidad y se esperan numerosos visitantes de Madrid y Toledo, así como muchos vecinos de los pueblos sagreños.

ASISTIRÁ A LA SOLEMNIDAD EL CAPÍTULO DE INFANZONES DE ILLESCAS. SERÁ IMPUESTA LA VALIOSA E HISTÓRICA CORONA DEL SIGLO XV, CONSEVADA EN ELTESORO DE LA VIRGEN. MANIFESTACIONES DEL ALCALDE D. FRANCISO PARRA.

Illescas.- Con motivo de la próxima Coronación Canónica de la Virgen de la Caridad, nos hemos entrevistado con el alcalde y presidente del Patronato que administra el patrimonio de la imagen, don Francisco Parra García.

- ¿Cómo surgió la idea de la Coronación de la Virgen de la Caridad?

- Desde tiempo inmemorial tiene contraída este pueblo una deuda de gratitud y cariño hacia su Virgen, que tantos favores y beneficios indudables viene otorgando constantemente, y no solo a los illescano, sino a muchos otros. Y siempre se pensó en saldar esta deuda con un acto como el que nos proponemos efectuar el próximo día 12. Con respecto a la idea, no puedo decirle concretamente de donde haya podido partir: ¿de sus patronos? ¿de las autoridades? ¿del pueblo en general? ¡qué sé yo! Quizá del mismo ambiente de amor y cariño de estos fieles a su amantísima Madre, que poco a poco ha ido tomando cuerpo hasta cristalizar en la organización de todo lo que va a realizarse.

- Se habla, señor alcalde, del gran ambiente que existe sobre el particular.

- En el orden espiritual, base de todo, hemos tenido la inmensa satisfacción de contar con la ayuda del cardenal primado, que ha conseguido, en brevísimo plazo, la bula pontificia de su Santidad el Papa, autorizando la ceremonia, y nos ha prometido no sólo su presencia en los actos, sino constituirse, asistido del obispo auxiliar y cabildo catedralicio,

en oficiante de la ceremonia. En el orden material, no han existido problema alguno, puesto que los medio económicos del Patronato, cuyos fondos están destinados, por mandato reglamentario, principalmente a fines benéficos y culto a la Virgen, han bastado, con una pequeña ayuda del Ayuntamiento, para sufragar todos los gastos que se originen, ya que la corona (cuyo coste sería la parte más importante de los gastos) no es nueva; será impuesta una que, como joya inapreciable por su inmenso valor material, artístico e histórico, con factura del siglo XVI, se conserva en el tesoro de la imagen.

- ¿Asistirán muchas personalidades?- Sí, contamos con la asistencia no solo de altas dignidades

eclesiásticas antedichas, sino con la del gobernador civil y señora De Mosso Goizueta, a quienes les han sido ofrecido el padrinazgo de la ceremonia; el gobernador militar y director de la Academia de Infantería y señor Otaolauchurri,et. Respecto a la provincia de ella y de Madrid también se espera la asistencia de altas personalidades representativas. Asimismo contaremos con la asistencia del Capítulo de la Real Hermandad de Infanzones de la Caridad de Illescas, que tan ligada está a la Santa efigie.

- ¿Alguna cosa más señor alcalde?- Solamente rogarle que haga patente, por medio de

EL ALCAZAR, mi mayor reconocimiento a cuantos han colaborado en el estudio y preparación de la solemnidad, y en especial a todos los pueblos de este partido y comarca, así como otros de distintas provincias, que, con su decidida adhesión, han ayudado al logro de nuestro anhelo. Sepan que tienen abiertos, autoridades y público, los brazos de este vecindario para acogerles en su villa en fastuosa fecha, con cariño de humanos e hijos de una misma Santa Madre.- Corresponsal

El 12 de octubre es el día señalado. Durante los días previos del mes de octubre se prepara un programa completo de festejos en los que no faltan actos religiosos y otros culturales y populares…

Programa original Cartel anunciador

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Los días 4, 7, 8 y 10 de octubre, el periódico El Alcázar publica distintas noticias en las que se hace eco del evento informando de los preparativos, las visitas de la Junta a personalidades en Madrid y Toledo para invitarles personalmente al acto y el ambiente que comienza a vivirse en un pueblo engalanado y entusiasta con la fiesta que se avecina. Particularmente conmovedor resulta el artículo escrito por una illescana, Aurora Ugena Carrillo, amante de la Virgen y de su pueblo como se deduce de sus entusiastas y emocionadas palabras: “Con honda emoción y ferviente deseo esperan los hijos de esta famosa villa, que en otro tiempo fue regia mansión, el solemne y loable acto, que pondrán de manifiesto, una vez más, la arraigada devoción, inmensa gratitud y acendrado cariño que tantas almas sentimos hacia tan venerada imagen” .

El 8 de octubre el portavoz que nos transmite la crónica de lo vivido es el Alcalde y Presidente del Patronato, don Francisco Parra García, entrevistado en este mismo medio, desde el que lanza su más hospitalaria invitación a todos los lectores: “Sepan que tienen abiertos, autoridades y público, los brazos de este vecindario para acogerles en su villa en fastuosa fecha, con cariño de humanos e hijos de una misma Santa Madre.”

ANTE LA CORONACIÓN DE LA PATRONA DE ILLESCAS

4 DE OCTUBRE 1955

VARIOS PRELADOS ASISTIRÁN A LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN DE LA

CARIDAD

7 DE OCTUBRE 1955

Va a ser coronada canónicamente la Santísima Virgen de la Caridad, de la noble y legendaria villa de Illescas. Con honda emoción y ferviente deseo esperan los hijo de esta famosa villa, que en otro tiempo fue regia mansión, el solemne y loable acto, que pondrán de manifiesto, una vez más, la arraigada devoción, inmensa gratitud y acendrado cariño que tantas almas sentimos hacia tan venerada imagen.

No es preciso citar concesiones milagrosas que persuadan de lo justo y merecido de esta coronación pontificia, porque considero suficientemente concedida por todos los que hayan tenido o tengan más o menos contacto con Illescas la espléndida generosidad con que siempre prodigó nuestra Virgen sus innumerables milagros, los cuales, traspasando las fronteras, atrajeron la atención de propios y extraños, encendiendo con su influjo la fe de muchos.

Asimismo, no deja constantemente de favorecer con sus gracias a quienes de Ella las solicitan con fe viva, que si bien no alcanzan la categoría de milagros, en nosotros no cabe la duda de que todos los beneficios obtenidos provienen de sus dadivosas manos. ¿Quién no tiene un motivo particular de gratitud hacia la excelsa Señora? Ella presidió nuestro pasado, unas veces de alegrías, otras de tristezas, que nos hubieran de hacer más meritorios ante los ojos de su Divino Hijo. Es dueña de nuestro presente y luz de nuestro provenir.

Por su egregia dignidad y por la gran misericordia que para todos tiene, se hace acreedora a una correspondencia material, ya que en lo espiritual bien podríamos decir, a imitación de San Francisco Javier: “No me mueve, Señora, para quererte, el cielo que puedes alcanzarme, ni me mueve el Infierno tan temido, para dejar, por eso de ofenderte; ,muéveme sólo Tu amor, Tu bondad, Tu generosidad, Tu solicitud…, cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, procuraría no disgustarte nunca”

Todos los que pasaron por Illescas, y tuvieron la oportunidad de conocer y admirar la preciosa y reverenciada imagen, quedaron impresionados por su celestial atracción.

El magnífico acto de Coronación revestirá de solemnidad características de las fiestas religiosas de esta villa. Se esperan altas personalidades y gran número de devotos de la Santísima Virgen, tanto hijos de la villa, como de estos contornos y de varios puntos distantes de Illescas, con el fin de prestar su colaboración para el mayor esplendor festivo al día y, especial, para hacer más patente de su amor mariano, uniendo sus sentimientos al sentir común de los que aquí residen y haciendo los honores debidos a la Madre de Dios, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Caridad.

Está en el ánimo de todos que sea un día de júbilo para todos los asistentes al acto y, sobre todo, será muy del agrado de la santísima Virgen, que con prodigalidad derramará bendiciones sobre sus amorosos hijos.

Illescas Aurora Ugena Carrillo

Illescas- Una representación de la Junta Pro Coronación de la Virgen de la Caridad ha visitado en Toledo a todas las primeras autoridades provinciales para invitarles al acto de la coronación, que, como se sabe, tendrá lugar el 12 de las corrientes, fiesta del Pilar.

Después, en Madrid, han visitado con el mismo objeto a las altas jerarquías, habiéndoles ofrecido su asistencia todos los visitados.

Igualmente se han remitido invitaciones a todos los pueblos del partido y otros muchos de la provincia y de otras de España y aún de América, que, en forma más o menos directa, tienen alguna relación con la historia y milagros de la Virgen.

Se espera la asistencia de todos los señores obispos de la provincia eclesiástica, o sea Cuenca, Sigüenza, Ciudad Real, Coria, Plasencia y el auxiliar de Madrid-Alcalá.

Tanto Radio España y Radio Toledo, han prestado y están prestando su decidida colaboración a la propaganda del acto, que, por los auspicios, promete ser un grandioso acontecimiento.-Corresponsal.

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El 12 de octubre de 1955 a las once de la mañana se verificó el recibimiento del Excmo. Y Rvdmo. Cardenal Plá y Deniel obispo de Toledo y demás autoridades. Fue él quien ofició la misa Pontificial, acompañado por el clero catedralicio, sacerdotes y capellanes de Illescas y del arciprestazgo. Además de las personalidades eclesiásticas, numerosas e importantes autoridades civiles fueron invitadas dando al acto la solemnidad e importancia que el momento requería. La Plaza de las Cadenas de Illescas se encontraba a rebosar de fieles, venidos no sólo de Illescas sino de toda la comarca.

Tras la eucaristía, se leyó el Reescrito que concedía la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas, firmado por Monseñor Tedeschini. A continuación tuvo lugar el acto de la coronación en sí: El Cardenal, seguido de los padrinos que portaban las bandejas con las coronas se acercó hasta la imagen y coronando primero al Niño y después a la Virgen, mientras sonaba el Himno Nacional interpretado por la banda de música de la Academia de Infantería de Toledo. En este momento se soltaron palomas blancas, los fieles agitaron entusiasmados y emocionados pañuelos blancos y vitorearon a la Virgen de la Caridad. Seguidamente tuvo lugar una respetuosa procesión por las calles de Illescas.

ILLESCAS ENGALANADO. GRAN ENTUSIASMO EN VÍSPERAS DE LA CORONACIÓN.

10 DE OCTUBRE 1955

Illescas ha comenzado a engalanar calles y plazas ante la inmediata Coronación Pontificia de la Virgen de la Caridad. El día 12 colgarán sus balcones con colchas y mantones todos los vecinos. El novenario preparatorio a la Patrona se desarrolla con gran concurrencia de los fieles y mucho fervor. Mañana se verificarán solemnes vísperas y festejos populares.

A medida que llega la magna fiesta, crece el entusiasmo de los illescanos. Han anunciado su llegada numerosos forasteros, y todos los alojamientos están comprometidos, aparte los visitantes que se acomodarán en domicilios particulares.

Se prepara un solemne recibimiento al arzobispo, cardenal

Pla y Deniel, que efectuará la coronación, así como al obispo auxiliar, doctor Miranda Vicente y al gobernador civil y a la condesa de Espoz y Mina, padrinos de la ceremonia, y a las demás autoridades de Toledo y Madrid.

La banda de música de la Academia de Infantería llegará a primera hora para actuar en la fiesta. Es muy agradecido el rasgo del director de dicho centro, coronel Otaolaurruchi, cediendo el conjunto musical de la Academia. El coronel y su esposa, que no hace mucho visitaron el santuario de la Virgen de la Caridad, han sido especialmente invitados al acto por las autoridades de Illescas.

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En la actualidad, algunos illescanos que tuvieron el privilegio de asistir a la solemne ceremonia, recuerdan con entrañable afecto sus vivencias de tan especial jornada:

JOSÉ GARVÍA ALONSO y EMILIO CARRASCO RODRÍGUEZ eran Patronos de la Fundación cuando se coronó canónicamente a la Virgen de la Caridad. Nacieron en Illescas y en el año 55 rondaban los treinta. Hoy están los dos jubilados pero en aquellos días José trabajaba como veterinario y Emilio era oficial de notario:

“La coronación se propuso como una muestra de gratitud hacia la Virgen. La Junta de Patronos fue la que se encargó de realizar el acto, pero además se constituyó una Junta Pro-coronación de la que formaban parte muchas otras personas del pueblo: antiguos patronos, el párroco de Illescas, representantes de la Hermandad, de los Infanzones... Con ayuda de esta Junta Pro-Coronación pusimos en marcha los preparativos para que todo saliera perfecto. Coronar una Virgen no es algo fácil, son muchos los documentos que tuvimos que enviar al arzobispado de Toledo y desde allí al Vaticano, para demostrar que esta imagen de la Caridad cumplía con los requisitos necesarios para coronarla. La Virgen de la Caridad de Illescas superaba con creces estos requisitos: Antigüedad de la imagen, milagros realizados por su intercesión y veneración. Es la más famosa y antigua de toda la comarca de la Sagra. Venerada y visitada por muchos fieles de toda España, tal vez por su fama de imagen milagrera.

Los días previos a la Coronación fueron días de mucha agitación y nervios, queríamos que el acto se celebrara de la forma más solemne, pero sobre todo, que el pueblo disfrutara con este acontecimiento tan importante para nuestra Patrona. Por eso, se celebraron novenas en honor a la Virgen los días antes de la coronación y la noche de la víspera se lanzaron fuegos artificiales. Todo se preparó como un gran festejo popular.

El día 12 de octubre a primera hora se celebró Misa de Comunión, se recibieron a las autoridades y a las once de la mañana el cardenal, arzobispo primado de Toledo, ofició la misa Pontifical, después acompañado por los padrinos del acto, los condes de Espoz y Mina, procedieron a la Coronación de la Virgen y el Niño. Para cerrar el acto hubo una Procesión a la que acudieron las autoridades y toda la multitud que se había congregado en la Plaza de las Cadenas. El recorrido de la Procesión era más corto que el actual. Fue un día muy especial, habíamos conseguido coronar a nuestra Virgen de la Caridad y eso es lo más grande a lo que podía aspirar nuestra imagen. Todo el pueblo se echó a la calle y fueron muchos los forasteros que se acercaron para presenciar la Coronación. Esta afluencia de gente llenó de orgullo a todos los illescanos que vivieron la Coronación como una fiesta más en honor a la Virgen, pero con mayor emoción.

Estamos orgullosos de haber podido participar de una manera tan activa en la celebración de aquel solemne acto, y ahora nos ilusiona pensar que vamos a poder compartir juntos la conmemoración del 50 aniversario”.

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ANTONIA GÓMEZ ARIAS, HERMÓGENES GÓMEZ ARIAS y ALFONSA RODRÍGUEZ CONDE, nacidas en Illescas, en el año de la Coronación tenían entre 24 y 29 años y trabajaban como modistas:

“Nos enteramos de que iban a Coronar a la Virgen en la iglesia. El Párroco de entonces, D. Lope Chirón, meses antes de la Coronación fue anunciando en sus sermones los actos que se habían programado para aquella celebración. Aunque no tomamos parte de ningún preparativo en especial, sí que vivimos el acto con muchísima emoción, incluso hoy en día cuando recordamos aquel momento es algo muy especial y emotivo. No fue tarea fácil la de Coronar a la Virgen, pero ayudó mucho el Cardenal Primado de entonces y sobre todo el Obispo Auxiliar D. Francisco Miranda Vicente.

Aquel 12 de octubre de 1955 amaneció soleado y la gente se agolpaba en la plaza de las Cadenas. Fueron muchas las personas que acudieron, no solamente Illescas, sino todos los pueblos de alrededor, gentes de Ugena, Carranque, Esquivias,… Todo estaba preparado para que fuera un día único, especial. Nos impactó la presencia del Cardenal Pla y Deniel, una personalidad que llamó la atención de la multitud. El pueblo de Illescas se sentía orgulloso de ver “su” Virgen coronada, porque es una de las pocas imágenes de la zona que ha recibido el regalo de la Coronación. Sentimos un orgullo, como el que vivimos el año anterior cuando acompañamos a la Virgen de la Caridad a Toledo con motivo de la Concentración Mariana que allí se celebró. Se hizo una fiesta como las que se hacían para el 31 de agosto, pero con mayor emoción y muchas más ganas. Un día de fiesta grande, éramos conscientes de que aquel acontecimiento sólo iba a suceder una vez en la vida y nos sentíamos afortunadas por haber podido ser testigos. Fue un día muy emocionante, tal vez esa emoción es la que no nos permite recordar con claridad todos los detalles. En nuestros recuerdos de aquel día brilla con mucha fuerza la imagen de la Virgen. Estaba preciosa, muy bella, es una Virgen única y muy querida para todos.”

FRANCISCO ROMO DE ARCE TORREJÓN contaba por aquel entonces con treinta y dos años, trabajaba en el Registro de la Propiedad y hoy es el único miembro vivo de la Junta Pro-Coronación que se constituyó para organizar los actos:

“La idea de Coronar a la Virgen no había surgido ese mismo año, sino que llevaba tiempo barajándose la posibilidad de celebrara un acto como aquel. Yo era uno de los miembros de la Junta Pro-Coronación, que se creó para ayudar a los Patronos en la preparación del acto. Pero en realidad, aquella Junta no tuvo mucha intervención, sólo se reunieron un día. Los que realmente se encargaron de preparar el evento fueron los Patronos con la gran ayuda del Obispo Auxiliar D. Francisco Miranda Vicente, de quien surgió la iniciativa y quien además colaboró activamente para que todo saliera perfecto aquel día. Fue un hombre comprometido con la causa, el alma de la Coronación.

Recuerdo aquel día como si fuera ayer. Nació un día soleado. Colocaron el altar en la puerta del Santuario. De Toledo vinieron unos cincuenta o sesenta seminaristas ataviados para la ocasión, cosa que le llamó mucho la atención. Nunca en mi vida había visto la plaza de las Cadenas como aquel día. Todo el pueblo de Illescas estaba allí acompañando a la Virgen de la Caridad en su gran día, muchas personalidades y gente de todos los pueblos de la comarca acudieron a acompañar a los vecinos de Illescas. Todo salió como se había programado. Lo viví como un acto memorable, único, irrepetible, aunque no tenía mucha noción de lo que aquello significaba en realidad. Por eso hoy es tan grande la ilusión que siento al poder participar en el 50 Aniversario de aquella Coronación Canónica. Fueron muchas emociones juntas, alegría, orgullo, satisfacción, gozo, agrado… recuerdos que no se borran nunca de la memoria.”

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Ante el Notario Don Pedro Morgado Rosado se levanta Acta de Requerimiento para hacer constar la Coronación Canónica, otorgada por requerimiento de Don Francisco Parra García (Año 1955/ Núm. 383).

Siendo las once horas del día de hoy, me he trasladado a la Plaza de las Cadenas de esta villa, lugar de la solemnidad Religiosa.

En el atrio de la Iglesia de la Caridad y sobre hermosa Carroza, está la Santísima Virgen de la Caridad de Illescas, bellamente vestida y adornada de sus mejores joyas. Delante de la Santísima Virgen, se ha levantado un altar, y a la derecha de este, en el lado de la Epístola y sobre dos bandejas de plata, están depositadas las Coronas del siglo XVI de gran belleza artística y extraordinario valor, de la Santísima Virgen y del Niño Jesús que ella sostiene en su regazo.

Oficia la Coronación, el Emmo. y Rvdmo. Arzobispo de Toledo, Don Enrique Plá y Deniel, Cardenal Primado de las Españas.

Son padrinos de la Santa Ceremonia, el Excmo. Señor Gobernador Civil de la provincia de Toledo, Don Juan Mosso Goizueta y su señora, la Excma. Doña María del Carmen Pérez Salazar, Condes de Espoz y Mina.

Asisten al acto el Excmo. Señor Obispo Auxiliar de Toledo Don Francisco Miranda Vicente; el Excmo. Señor Subsecretario de Justicia Don Ricardo Oreja Elósegui; el Excmo. Señor Gobernador Militar de Toledo, Don José María Otaolaurruchi Tobia; el Excmo. Señor Presidente de la Audiencia de Toledo, Don Luis Veloso; el Excmo. Sr. Presidente de la Diputación de Toledo, Don Tomás Rodríguez; el Excmo. Señor Alcalde de Toledo, Don José Conde Alonso; el Excmo. Señor Delegado de Hacienda de Toledo, Señor Muñiz; el Delegado de Trabajo, Don Ángel Salas; el Deán del Cabildo de la Catedral de Toledo, Don Gerardo Sánchez Pascual; Real Hermandad de Infanzones de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas; y otras insignes autoridades y Jerarquías Provinciales y de esta villa, en unión de una gran multitud efervorizada que llena totalmente la hermosa Plaza.

El Señor Cardenal bendice las Coronas que tienen sobre las bandejas los Padrinos, depositándose estas nuevamente en el lugar que tenían en el Altar.

A continuación empieza la Misa de Pontificial.Terminada la Misa, se lee Reescrito concediendo la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Caridad de

Illescas, firmado por Monseñor Tedeschini.A continuación, el Señor Cardenal seguido de los Padrinos, que en bandejas portan las Coronas, suben por

unas escaleras a unos estrados a la altura de la Santísima Virgen, a las doce horas y cuarenta minutos, y el Cardenal corona al Niño Jesús y a continuación a la Santísima Virgen. El momento es solemne y emocionante; la música toca el Himno Nacional; la multitud agita pañuelos y aclama a la Santísima Virgen. Baja el Señor Cardenal con los Padrinos, se entona el Himno Eucarístico, y después se canta un Tedeum, terminando así la solemne Coronación de la Santísima Virgen.

Leo esta acta a su Eminencia Reverendísima Cardenal Doctor Plá y Deniel; a los Excmos. Padrinos; al señor requirente; al Señor Cura Párroco de esta villa, Don Lope Chirón Gómez y a los testigos que firman también esta acta asistentes al acto y anteriormente citados

En Illescas a doce de Octubre de mil novecientos cincuenta y cinco. Día de la Raza.

Yo, PEDRO MORGADO ROSADO, Notario del Ilustre Colegio de Madrid, con residencia en el lugar de la fecha,

DOY FE: De que por DON FRANCISCO PARRA GARCÍA, mayor de edad, casado, Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de esta villa, y como Presidente del Patronato de la Memoria Benéfica de Don Manuel de Vega y López y del Hospital Santuario de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas, he sido requerido, a fin de hacer constar en acta, la Coronación Canónica de la Santísima Virgen de la Caridad de Illescas, por el Emmo. y Rvdmo. Señor Cardenal, Arzobispo de Toledo, Don Enrique Plá y Deniel, Primado de las Españas.

Considero con interés legítimo al requirente, a quien conozco y doy fe del carácter que ostenta, y gozoso, daré cumplimiento al mismo.

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EL 50 ANIVERSARIO DE LA CORONACIÓN CANÓNICA EN EL AÑO 2005

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EXPOSICIÓN LA CARIDAD REINA

María es Reina y Señora de todo aquello, que no es Dios. Pero Ella es y se siente la Sierva del Señor, a quien

servir es reinar. Padre, Hijo y Espíritu Santo le imponen la corona, que corresponde a su vocación y misión.

Ella es la Hija predilecta del Padre, es la Madre verdadera del Hijo Redentor del hombre, es el Templo vivo

del Espíritu Santo.

María es la Virgen de la Caridad, porque es todo amor y misericordia con sus hijos. Jesucristo, el Amor

verdadero se encarnó en su seno. María siendo sierva ha participado como ninguna otra criatura en el proyecto

de salvación de Dios, por eso es Reina.

EL VERBO SE HIZO CARNE Y EL MUNDO CONOCIÓ LA CARIDAD

CARITAS CHRISTI

EL AMOR HUMANO

TESTIGOS DE LA CARIDAD

CARITAS CHRISTI

EL AMOR HUMANO

TESTIGOS DE LA CARIDAD

Y EL VERBO SE HIZO CARNE Y EL MUNDO CONOCIÓ LA CARIDAD

Las profecías de las sibilas se cumplen:

“Ya aparece la que es Virgen”“¡Oh feliz aquella madre!”“Saldrá del útero de una Virgen” “Yacerá en el heno” “La salvación se realiza en el seno de una Virgen” “Sin coito de la madre” “De una Virgen hebrea” “De la estirpe de los judíos” “Nacerá de la más pobre” “Será guardado en el seno de una Virgen”“De una madre (nace) Dios”

SIBILASLos misteriosos personajes de las sibilas se refieren a las mujeres profetisas de la Antigüedad que vaticinaron

el advenimiento del Mesías a los paganos. Al igual que los profetas del Antiguo Testamento anunciaron la llegada del Enmanuel a los judíos de su raza, también la gentilidad habría recibido la promesa de un Salvador por parte de estas sacerdotisas. Ya Lactancio, poeta cristiano del siglo VI había recogido en su obra Institutiones divinae, la existencia de diez sibilas cuyas predicciones anunciaban la llegada del Redentor, su muerte y resurrección.

Durante la Edad Media sólo se representó en el arte una sibila asociada a una santa. En el siglo XIII surge la leyenda de la sibila de Tibur, nacida en las cascadas de Tívoli cerca de Roma, quien indica al emperador Augusto que existirá un rey aún más grande que él, señalando una aparición en la que una Virgen bellísima lleva un niño en su vientre al tiempo que una voz celeste declara: “Este es el altar del cielo”. Esta tradición que explicaba la antigüedad de la iglesia de Ara Caeli, en Roma, se extendió por toda Europa a través de los Mirabilia Urbis Romae, la Leyenda Dorada, el Speculum Humanae Salvationis, y el Teatro de los Misterios. La sibila tiburtina, por tanto se hizo famosa en el arte italiano y francés de la baja edad media, asociada siempre a las escenas de la Anunciación o de la Adoración de los Magos.

El número de sibilas fue ampliado hasta diez y doce personajes. De ahí que durante la Baja Edad Media formasen pareja con los 12 profetas menores

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“SIBILA EVROPA” “EGREDIETUR DEVTERO VIRGINIS”Sibila de Europa: “ Saldrá del útero de una Virgen”

Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILA DELFICA” “SINE MATRIS COITO” Sibila de Delfos: “Sin coito de la madre” Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

de una Virgen”

“SIBILLA PERSICA” “FITSALUSIN GREMIO VIRGINIS” Sibila de Persia: “La salvación se realiza en el seno de una

Virgen” Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILA FRIGIA” “ANNVNCIABITVUR VIRGO” Sibila de Frigia (Asia Menor): “Una Virgen será anunciada”

Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILA EGITIA” “ DE MATRE DEVS” Sibila de Egipto: “De una madre (nace) Dios”

Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILA LIBICA” “TENEBITVUR IN GREMIO VIRGINIS”Sibila de Libia: “Será guardado en el seno de una Virgen”

Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILA CVMEA” “DESTIRPE IVDEOR” Sibila Cimeria (del Bósforo Cimerio):

“De la estirpe de los judíos” Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILA CVMANA” “IANREDITET VIRGO”Sibila de Cumas: “Ya aparece la que es Virgen”

Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILA ERITREA” “IACEBIT INFENO” Sibila de Eritrea (Troya): “Yacerá en el heno”

Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILLA SAMIA” “NASCETVR D PAVPERCVLA”Sibila de Samos (Grecia): “Nacerá de la más pobre”

Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILLA TIBVRTINA” “OFELEXILA MATER” Sibila de Tibur (Italia): “¡Oh feliz aquella madre!”

Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

“SIBILA ELESPONTICA” “DE VIRGINE HEBREA” Sibila de Helesponto : “De una Virgen hebrea”

Óleo sobre lienzo, finales del siglo XVI

La serie de doce retratos femeninos de gran calidad en sus rostros pero de peor fortuna técnica en sus vestidos y joyas, fue donada al Santuario por Fernando Pacheco a principios del siglo XVII. Las profecías de esta serie, sorprendentemente, se refieren únicamente a María, como madre del Salvador, Virgen, mujer judía y pobre.

LA ANUNCIACIÓN

“La Anunciación es una reelaboración, esencializada e invertida, de la que Dominico pintara años antes para el Colegio de doña María de Aragón. El arcángel, con los brazos cruzados sobre el pecho y adaptando su vuelo al formato circular del lienzo, procede directamente del ángel que a la izquierda del Bautismo del Prado aparece adorando a Dios Padre y a la Virgen exhibe idéntica gestualidad que en la Anunciación procedente del mismo retablo. Debido al formato El Greco ha trasladado el reclinatorio al centro de la composición, cerrando la profundidad, y ha colocado ante él un jarrón con azucenas como símbolo de la pureza de María. El pintor ha avanzado sin embargo en su expresionismo. Estas figuras son más llameantes y agitadas que las del Colegio y su inquietud interior, más evidente.”10

10

Álvarez Lopera, J., 1993, El Greco. La obra esencial, Madrid, pp. 209-210

El CICLO DE PINTURA DEL GRECO

GLORIFICACIÓN DE LA VIRGEN

El 18 de junio de 1603 se firma el contrato con el Greco para la ejecución de “un retablo para el altar de Nuestra Señora de Illescas en el hospital de su santa casa”, con las tallas de Simeón e Isaías, con la pinturas de la Caridad coronando el retablo y los tres lienzos de la Coronación, Anunciación y Natividad para adosar a la bóveda superior del presbiterio. En estos dos últimos, que presentan forma circular, el Greco hace un alarde compositivo, adaptando las sinuosas y versátiles figuras al marco en unos escenarios limpios de todo elemento secundario. La cascada de luz que emerge de la paloma del Espíritu Santo conecta las figuras de María y el ángel comunicadas ya por el juego de miradas y gestos y en la Natividad un luminoso niño es descubierto por María intercesora ante el asombro de José y el atrevido movimiento de cabeza del buey. El lienzo de la Coronación de forma oval presenta a una Virgen frontal con la mirada puesta en la corona que la Trinidad al completo está depositando sobre su cabeza. En los tres lienzos el efecto perspectívico de abajo a arriba para ser vistos desde abajo en su emplazamiento original, supone un novedoso planteamiento lleno de belleza.

María, es anunciada y el Verbo eterno se hace carne.

Es alumbrado por María en el pesebre de Belén y su carne,

alumbra a la humanidad que camina en tinieblas y en sombras de muerte.

Con sus hijos de la tierra ejercerá una especial protección bajo su manto,

fruto de su misericordia.

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LA NATIVIDAD“También la Natividad procede de uno de los cuadros del Colegio de doña María de Aragón, en

este caso de la Adoración de los pastores que hoy se encuentra en Bucarest. La Virgen y el Niño son versiones casi literales de las figuras del cuadro del Colegio y San José

una adaptación de la figura del pastor que allí aparecía a la derecha. Es éste un tema que El Greco (más amante de la Adoración de los pastores) trató aquí

por primera y única vez en su vida. El eje central del cuadro, en el que se disponen el pilar de madera del establo, el Niño y el buey, aparece

resaltado con mayor claridad que en la Anunciación. A ambos lados de él se disponen, adaptando sus cuerpos a la curvatura del

lienzo, la Virgen y San José. Aquella, serena y ensimismada, éste, inestable, casi acrobático, recorrido por un ramalazo de

admiración. La semipenumbra del establo se ve sacudida por la albura increíble del pañal y la luz incandescente que emana del Niño que crean una atmósfera de magia. Particularmente bello resulta el juego de rojos, blancos y amarillos. La intrusión del buey en primer plano (el mulo queda semioculto tras la Virgen) con uno de los cuernos alzándose enhiesto ha llamado siempre la atención por el atrevimiento compositivo que supone y se explica, una vez más y en última instancia, por la colocación primitiva del lienzo, también pensado para ser visto desde abajo.”11

11Álvarez Lopera, J., 1993, El Greco. La obra esencial, Madrid, pp. 210

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Luis de Morales “El Divino”, Ecce Homo, óleo sobre lienzo, mediados del siglo XVI

CARITAS CHRISTI

Ecce homo, Ecce Caritas.

He aquí el Hombre, he aquí lo que es la Caridad.

El amor de Dios encarnado en Cristo se ha manifestado en su Pasión, Muerte y Resurrección.

Mirando la Cruz descubrimos en qué consiste el amor, cuál es la Caridad total.

Cristo levantado y traspasado, dando su vida por la salvación del mundo entero.

El Siervo doliente muere amando y perdonando al enemigo.

Este amor es la verdadera Caridad

Su victoria sobre la muerte es el regalo de la inmortalidad para todo hombre.

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Esta gran cruz de madera aparece recubierta en su totalidad por placas de madreperla con figuras y escenas pintadas en negro sobre la superficie nacarada. Los remates de los largueros trilobulados presentan un medallón central con motivos florales y pequeñas cruces de distinto formato incrustadas, placas de nácar que se han perdido en parte. En la intersección de los brazos se añade en sus cuatro ángulos una especie de medias estrellas decoradas con cabezas de ángeles en tanto que sus reversos aparecen motivos florales. El INRI simula los pliegues del cartucho con dos piezas rectangulares adosadas a la cruz. Los brazos del anverso, los más dañados, presentan en las placas centrales del larguero vertical la figura de Cristo en tanto que en su parte inferior se representan pequeños motivos que aluden a la Pasión. A los lados de esta parte inferior se añaden dos cilindros pequeños con sus bases al frente con plaquetas incrustadas de nácar con motivos florales.

En su reverso, mejor conservado, las placas nacaradas de la intersección de los brazos representan una cruz grande con pequeñas crucecitas a un lado y otro de los extremos de sus brazos e incluida en un marco con cenefa decorada con motivos florales. No es exactamente la representación de la Cruz de Jerusalén, que añade cuatro pequeñas cruces en los ángulos de la intersección de sus brazos, pero las pequeñas crucecitas representadas en los extremos de sus brazos parecen aludir a aquellas. Sobre este motivo aparece la sigla del anagrama de Cristo: JHS.

La cruz asienta sobre una base en forma de pirámide truncada con sus bordes laterales mixtilíneos y asentada sobre tres pequeños cilindros que como los del larguero de la cruz presentan sus bases circulares al frente con sus placas de motivos florales. ¿Arte del Próximo Oriente?, Cruz de altar, alma de madera recubierta de placas de

nácar con escenas grabadas en negro, antes de 1740

LA CARIDAD SE MANIFIESTA AL MUNDO EN LA CRUZ

También presenta tres pequeños cilindros de este tipo a cada uno de sus lados. En su anverso las placas nacaradas representan al frente de las figuras de San Juan y de la Virgen con el Sol y La Luna en su parte superior y al fondo las murallas que representan las arquitecturas de Jerusalén. Al dorso, sobre una puertecilla que cubre un hueco aparece la imagen fragmentada de San Juan Bautista niño vestido con pieles de camello y apoyado en el cayado que resulta ser la cruz, abrazando al Cordero, sin duda, alegoría del Agnus Dei. Sobre esta puertecilla, en una inscripción en letras capitales se lee: Dª ANA GOMEZ, la donante natural de la villa de Illescas como reza en la inscripción de un relicario de plata donado a la desaparecida parroquia del Salvador en 1762.

Esta cruz, embellecida y donada por “Sª Ána Gómez” conserva un privilegio especial concedido por el Comisario General de Tierra Santa en 1740: las mismas indulgencias que las cruces y coronas de Jerusalén (según Breve del Papa Inocencio XI en 1688 “a las cruces, coronas y rosarios que se hayan tocado a los lugares sagrados de Tierra Santa y a las Sagradas reliquias que hay allí.”). Este documento sin duda acerca su cronología a una fecha anterior al año 1740.

La iconografía responde a las clásicas representaciones pasionistas que acompañan en general a este tipo de cruces, muy abundantes. El nombre de la inscripción se refiere sin duda a la donante y proporciona un dato sobre su posible procedencia. El hueco que esconde la puertecilla del anverso de la base debió estar destinado a depósito de reliquias, como también es común en este tipo de cruces.

La clasificación de este tipo de Cruces, de las que existen numerosos ejemplares, es difícil pues los datos que sobre ellas se tienen abarcan una cronología muy extensa, desde el siglo XVI al siglo XX, y las noticias sobre su procedencia son también dispares. Los datos obtenidos con cierta base documental apoyan la propuesta más aceptada sobre su procedencia de los Santos Lugares o de conventos franciscanos del Próximo Oriente. No obstante parece que el material decorativo empleado, el nácar o madreperla que las recubre, se obtenía en las pesquerías del molusco llamado chanquo en las costas de Gujarate, la malabar o la de Bengala bajo el control de Portugal. Dicho material era empleado en muchas ocasiones en objetos de arte indoportugués, como ha estudiado Meco y Jordao12 .

En general son piezas del siglo XVII al XVIII como la cruz conservada en el Museo de San Roque de Lisboa, descrita en 1695 como obra trabajada en madera del Monte de los Olivos, con reliquias de los Santos Lugares aunque en la clasificación propuesta por los autores del Catálogo de la Exposición en la que se exhibió la presentan como obra de talleres del Próximo Oriente de la segunda mitad del siglo XVII13 . No obstante, en la Catedral de Segovia se conserva otra pieza, muy similar a la que ahora se estudia, que representa en su base el grabado en negro de una Piedad entre dos franciscanos y al dorso el nombre de ANTONIUS OTEYZA, Burg… y la fecha 153514 . Si es correcta la lectura, esta pieza proporciona una cronología muy temprana en la producción de este tipo de Cruces, que en principio puede aceptarse pues se conoce un documento fechado en 1545 sobre el control oficial que Portugal ejercía sobre las pesquerías del chanquo15 .

Resumiendo puede decirse que este tipo de cruces, fuese el que fuese su lugar de producción, tuvo una gran aceptación como objeto de devoción en todo el mundo cristiano, y muy preferentemente en el mundo colonial español y portugués pues en general se localizan junto a pequeñas colecciones de objetos de arte hispano-filipino o de arte indo-portugués y además Mª Paz Aguiló, en un trabajo en prensa, documenta el envío a Filipinas en 1833 de objetos procedentes de los Santos Lugares y la llegada a España del mismo tipo de objetos que incluía “cruces de nácar de relieve sin manchas”16 . Todo ello justifica además los nombres españoles de sus posibles donantes que aparecen en ellas tanto en la toledana que se estudia como en el interesante ejemplar citado de la Catedral de Segovia.

Los modelos de las escenas y figuras representadas en negro sobre el nácar hablan de fuentes europeas, en realidad las mismas empleadas en todo el arte colonial.

Margarita Estella

LA CARIDAD SE MANIFIESTA AL MUNDO EN LA CRUZ

12MECO, José “Artes decorativas”, O Renacimiento e o Marienismo (1500-1620). Vol 3 de Historia da arte em Portugal. Coord. Vitor SERRAO, Lisboa, 2002.- JORDAO FELGUEIRAS, José “Objetos preciosos de Guzarate”, A

Herança de Rauluchantim. Museo de Sâo Roque. Lisboa, 1996, 128-156. 13

No caminho do Japao. Arte Oriental nas colecçoes da Santa María da Misericordia de Lisboa. Coor. Nuno VASALHO E SILVA. Lisboa, Museu de S. Roque, julio-outubro 1993. Nº Cát. 8.

14T.C.H. (M. Teresa CORTÖN DE LAS HERAS) “Cruz de Altar” El Árbol de la Vida. Edades de Hombre. Catedral de Segovia. Mayo-noviembre 2005, 204, cat 22.

15

JORDAO, 1996, cit. en p. 149 16

AGUILÓ, Mª Paz: En un trabajo en prensa en el que se ocupa de diferentes objetos decorados con placas de nácar o similares.87|

EL TIEMPO SE HA DETENIDO

Han sacado a Cristo fuera de las murallas de Jerusalén, como al cordero el día de la Expiación. Al fondo las arquitecturas de la ciudad entre las que destaca la Rotonda de la Anástasis o Basílica del Santo Sepulcro. María a la derecha de la cruz, envuelta en su manto alza la cabeza para mirar a su Hijo, San Juan en actitud de caminar la observa. Ella es la mujer fuerte, al pie de la cruz, que no se desmaya como recordaba la endecha franciscana: “Stabat mater dolorosa”.

Cristo ha expirado, el sol se ha oscurecido y las tinieblas cubre la tierra (Mt 27,45; Mc 15,33 y Lc 23,44). La profecía de Amós se cumple: “Aquel día, dice el Señor Yavéh, haré que se ponga el sol a mediodía, y en plena luz del día cubriré la tierra de tinieblas.”

Es el día de Yavéh, prefigura del Juicio Final cuando ya no habrá necesidad de sol ni de luna que marquen los tiempos porque se habrá acabado el tiempo. Entonces, la lámpara que alumbrará será el cordero (Ap. 21, 23). Por eso acuden el sol y la luna, testigos llorosos de la conmoción de toda la tierra.

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Mirando el leño de la cruz se encuentra el sentido del sufrimiento redentor.

La resurrección es la victoria de la caridad sobre la muerte.

Un amor resucitado por el Padre que permanece entre nosotros en la Eucaristía:

Cuerpo y Sangre de Cristo.

Fuente de la que beber para obtener, disfrutar y donar esta Caridad.

CUSTODIA DE SOL (¿Madrid?, finales del siglo XVII – comienzos del XVIII. Anónimo)Alma de madera, cobre y plata dorados, en forjado, cincelado y grabado; cristal; vidrios tintados y con espejuelos.

CUSTODIA DE SOL (Madrid, 1881. Espinosa)Plata y plata dorada, forjada, fundida y cincelada; cristalInscripción: Nª Sª de la Caridad de Illescas.

RELICARIO DEL LIGNUM CRUCIS (¿Madrid?, comienzos del siglo XVII. Anónimo)Bronce dorado, cobre, plata y plata dorada, en fundición, forjado, cincelado y grabado; esmaltes translúcidos sobre excavado; vidrio

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EL AMOR HUMANO

El amor humano en sus múltiples formas es posible porque Cristo ha donado su Espíritu de Caridad.

El matrimonio en el orden natural: hombre y mujer en una sola carne, amándose toda la vida. El amor

filial y fraternal. El amor al prójimo, al desconocido, al pobre.

Dios ha creado al hombre por amor y lo llama al amor, dándole la fuerza y la gracia para ello. Así,

todo cristiano que vive un amor esponsal hacia Cristo, puede y desea amar a su prójimo. Y ama a su

esposa, y a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, y a las personas de su entorno, a los que conoce y a los

que nunca ha visto, al más menesteroso. Y desea que todos conozcan al que es el Amor verdadero, y

que lo amen para encontrar la auténtica felicidad.

Anónimo, San José con el Niño, óleo sobre lienzo, siglo XVII

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Anónimo, Los Desposorios de José y María, óleo sobre lienzo, mediados del siglo XVII

En esta escena de los Desposorios, José que lleva la vara florecida desposa a la Virgen María. Los evangelios apócrifos (no canónicos) y la Leyenda Dorada del dominico Santiago de la Vorágine del siglo XIII, cuentan que cuando María alcanzó la edad de 14 años, el sumo sacerdote del Templo quiso darle un esposo para cumplir así con la ley de Moisés. Convocó a los varones solteros y viudos, descendientes de David y colocó sus varas o bastones frente al Arca de la Alianza, pidiendo a Yavéh una señal para conocer su elección. La vara de almendro de José milagrosamente floreció y al recogerla, la paloma del Espíritu Santo se posó sobre ella, confirmando la voluntad divina.

La ceremonia se representa con la imposición por parte de José del anillo nupcial en el dedo de la Virgen. El sumo sacerdote es testigo con su mano derecha bendice el enlace. Su presencia no era imprescindible entre los judíos para quienes el matrimonio no se celebraba con un rito litúrgico en el templo. De ahí que en el arte francés los novios se dan simplemente la mano en un gesto simbólico de unión conyugal, denominado por el derecho romano: Dextrarum junctio o Conjunctio manuum. Sin embargo en Italia, donde se custodiaba la reliquia del anillo de bodas de la Virgen (Peruggia), tallado en una piedra ónix o amatista, la es�

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Anónimo, Relicario de San Juan Bautista,madera policromada, finales del siglo XVI

Este amor no acaba nunca, porque el Amor es Dios.

La caridad es eterna.

La historia de la Iglesia es la historia del amor de Cristo encarnado en cada generación,

en los cristianos que han dado su sangre y su vida amando hasta el extremo.

Forman la verdadera corona de la Virgen: hijos enamorados del Hijo,

gracias a la presencia amorosa de la Madre.

María, madre de la Caridad,

sigue intercediendo por sus hijos para que sean ardientes en el Amor.

TESTIGOS DE LA CARIDAD

Anónimo, Relicario de San Antonio, madera policromada, finales del siglo XVI

Anónimo, Relicario de San Lorenzo, madera policromada, finales del siglo XVI

“La culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos.”

(S. Agustín, ep. Jo. 10, 4)

¡Virgen de la Caridad, Patrona de Illescas!

¡Dios te salve, María, llena de gracia! Tú eres la Hija amada del Padre,

la Madre de Cristo, nuestro Dios, el Templo vivo del Espíritu Santo.

Llevas en tu nombre, Virgen de la Caridad, la memoria del Dios que es Amor,

el recuerdo del mandamiento nuevo de Jesús, la evocación del Espíritu Santo:

amor derramado en nuestros corazones, fuego de caridad enviado en Pentecostés sobre la Iglesia,

don de la plena libertad de los hijos de Dios. ¡Bendita tú entre las mujeres

y bendito el fruto de tu vientre, Jesús!

Has venido a visitar nuestro pueblo y has querido quedarte con nosotros,

en tu Santuario, como Madre y Señora de Illescas, a lo largo de su peregrinar

por los caminos de la historia. Tu nombre y tu imagen están esculpidos

en la mente y en el corazón de todos los illescanos, como signo de esperanza y centro de comunión fraterna.

¡Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra!

Ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo, intercede por nosotros con tu corazón maternal,

inundado de la caridad del Espíritu. Acrecienta nuestra fe, aviva la esperanza, aumenta y fortalece en nosotros el amor.

Ampara nuestras familias, protege a los jóvenes y a los niños,

consuela a los que sufren.

Sé Madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia, modelo y estrella de la nueva evangelización.

¡Madre de la reconciliación! ¡Virgen coronada de Illescas!

Reúne a todos tus hijos en una misma mesa de amor. Haz de nuestro pueblo y de nuestra patria

un hogar de hermanos y hermanas para que abramos de par en par

nuestra mente, nuestro corazón y nuestra vida a Cristo, único Salvador y Redentor,

que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Amén.(Adaptación de la oración pronunciada por Juan Pablo II

en Enero de 1998 en la coronación de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba)

ORACIÓN

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ÍNDICE

CORONACIÓN 19

UNA IMAGEN CON HISTORIA 20EL HOSPITAL DE CISNEROS 26 Historia del Santuario: La Santa Casa 28

EL DON DE LOS MILAGROS 32 DEVOCIÓN Y ADORACIÓN 34 Los mantos de la Virgen de la Caridad 36 Las piezas de plata y las joyas 41

LA VIRGEN DE LA CARIDAD DE ILLESCAS CORONADA 49

LA CORONACIÓN CANÓNICA DE IMÁGENES DE LA VIRGEN 50

MARÍA ES REINA DE TODO LO CREADO 52Reina de la Caridad, Madre de misericordia 55Enaltece a los humildes 56La Glorificación de María 58

LA CORONACIÓN CANÓNICA EN 1955 60EL 50 ANIVERSARIO DE LA CORONACIÓN CANONICA EN EL AÑO 2005 73

EXPOSICIÓN: LA CARIDAD REINA 75

Y EL VERBO SE HIZO CARNE Y EL MUNDO CONOCIÓ LA CARIDAD 77 CARITAS CHRISTI 84

EL AMOR HUMANO 90 TESTIGOS DE LA CARIDAD 92

ORACIÓN 95

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