la creencia en la belleza del mundo y la cuestion de la fealdad

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La creencia en la belleza del mundo y la cuestión de la fealdad Otra de las ideas básicas de San Agustín y de toda la estética medieval fue la creencia en la belleza del mundo. Siguiendo a los filósofos de la Antigüedad, San Agustín explicó que el mundo es hermoso porque en él reina la medida y la proporción. Sin embargo, esta idea conocida adquiere en el pensamiento religioso de San Agustín una justificación y un sentido diferentes: el mundo es hermoso porque lo ha creado Dios; el mundo tiene su medida porque Dios se la dio. Existe, por tanto, una diferencia esencial con respecto al pensamiento griego, en el que se tendía a pensar que el mundo había existido siempre. Por el contrario, San Agustín, como todos los filósofos cristianos, mantiene que Dios creó el mundo de la nada. La creación del mundo es un dogma de la religión cristiana. ¿Cómo concilió San Agustín este dogma con el pensamiento filosófico? San Agustín mantenía que, antes de crear el mundo, las "Ideas" existían en los pensamientos de Dios. Seguía considerando las Ideas como las esencias universales, inmutables y eternas de las cosas pero creía que estaban contenidas en los pensamientos de un Dios personal. De esta manera incorporó y salvó el pensamiento platónico de las ideas eternas, haciendo un esfuerzo por unificar el pensamiento griego con la religión cristiana y su creencia en un Dios creador. Vemos, por tanto, cómo al remitir todos los valores a Dios, la estética medieval formula una nueva doctrina, aunque las principales ideas estéticas tuvieran su origen en la Antigüedad. Pero, a pesar de que San Agustín cree en la belleza del mundo, no niega que en él exista también fealdad. Por estar unidos a problemas teológicos, la cuestión de la fealdad adquirió una importancia que no había tenido en la Antigüedad. San Agustín se planteó la pregunta de cómo puede haber fealdad en un mundo creado por Dios. Para contestarla, utilizó varios argumentos que le permitieron alabar la belleza del mundo sin negar la existencia de lo feo y que fueron retomados varias veces muchos siglos después. Para San Agustín, algunas partes del mundo, tomadas por separado, pueden resultar feas. Pero esta fealdad es el resultado de no contemplar el mundo en su totalidad: "Del mismo modo que nadie puede advertir la belleza de un poema si no lo conoce íntegramente, nadie ve la belleza que reside en el orden del universo si no lo contempla en su totalidad". Por otra parte, San Agustín desarrolló una concepción particular de la fealdad considerándola simplemente como ausencia de lo bello. La fealdad, desde este punto de vista, no es nada positivo, nada concreto. Si la belleza es orden, unidad y armonía, la fealdad es solamente su ausencia, la falta de orden, unidad y armonía. Además, la fealdad es sólo parcial: no existe la fealdad total. Pensaba que las cosas no pueden estar totalmente

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La creencia en la belleza del mundo y la cuestión de la fealdad

Otra de las ideas básicas de San Agustín y de toda la estética medieval fue la creencia en la belleza del mundo. Siguiendo a los filósofos de la Antigüedad, San Agustín explicó que el mundo es hermoso porque en él reina la medida y la proporción. Sin embargo, esta idea conocida adquiere en el pensamiento religioso de San Agustínuna justificación y un sentido diferentes: el mundo es hermoso porque lo ha creado Dios; el mundo tiene su medida porque Dios se la dio. Existe, por tanto, una diferencia esencial con respecto al pensamientogriego, en el que se tendía a pensar que el mundo había existido siempre. Por el contrario, San Agustín, como todos los filósofos cristianos, mantiene que Dios creó el mundo de la nada. La creación del mundo es un dogma de la religión cristiana.

¿Cómo concilió San Agustín este dogma con el pensamiento filosófico? San Agustín mantenía que, antes de crear el mundo, las "Ideas" existían en los pensamientos de Dios. Seguía considerando las Ideas como las esencias universales, inmutables y eternas de las cosas pero creía que estaban contenidas en los pensamientos de un Dios personal. De esta manera incorporó y salvó el pensamiento platónico de las ideaseternas, haciendo un esfuerzo por unificar el pensamiento griego con la religión cristiana y su creencia en un Dios creador. Vemos, por tanto, cómo al remitir todos los valores a Dios, la estética medieval formula una nueva doctrina, aunque las principales ideas estéticas tuvieran su origen en la Antigüedad.

Pero, a pesar de que San Agustín cree en la belleza del mundo, no niega que en él exista también fealdad. Por estar unidos a problemas teológicos, la cuestión de la fealdad adquirió una importancia que no había tenido en la Antigüedad. San Agustín se planteó la pregunta de cómo puede haber fealdad en un mundo creado por Dios.

Para contestarla, utilizó varios argumentos que le permitieron alabar la belleza del mundo sin negar la existencia de lo feo y que fueron retomados varias veces muchos siglos después. Para San Agustín, algunas partes del mundo, tomadas por separado, pueden resultar feas. Pero esta fealdad es el resultado de no contemplar el mundo en su totalidad: "Del mismo modo que nadie puede advertir la belleza de un poema si no lo conoce íntegramente, nadie ve la belleza que reside en el orden del universo si no lo contempla en su totalidad". Por otra parte, San Agustín desarrolló una concepción particular de la fealdad considerándola simplemente como ausencia de lo bello. La fealdad, desde este punto de vista, no es nada positivo, nada concreto. Si la belleza es orden, unidad y armonía, la fealdad es solamente su ausencia, la falta de orden, unidad y armonía. Además, la fealdad es sólo parcial: no existe la fealdad total. Pensaba que las cosas no pueden estar totalmente

desprovistas de orden ni de armonía. Afirmó, por tanto, que las "huellas" de la belleza se encuentran en cada cosa, incluso en aquellas que tenemos por feas. A estas huellas o vestigios de la belleza se refiere cuando afirma (Texto 2): "¿Qué observador avisado no ve que no existe forma ni absolutamente cuerpo alguno que carezca de cierto vestigio de unidad,y que ni el cuerpo más hermoso, aunque tenga sus miembros repartidos adecuadamente en intervalos de lugar, puede lograr la unidad a que aspira?".

Para acabar de entender esta cita, hay que hacer referencia a la tercera idea fundamental de la teoría de la belleza de San Agustín, que diferencia entre la belleza del mundo y la belleza de Dios.

 a pesar de que San Agustín cree en la belleza del mundo, no niega queen él exista también fealdad. Por estar unidos a problemas teológicos,la cuestión de la fealdad adquirió una importancia que no había tenidoen la Antigüedad. San Agustín se planteó la pregunta de cómo puede haber fealdad en un mundo creado por Dios.

Para contestarla, utilizó varios argumentos que le permitieron alabar la belleza del mundo sin negar la existencia de lo feo y que fueron retomados varias veces muchos siglos después. Para San Agustín, algunas partes del mundo, tomadas por separado, pueden resultar feas. Pero esta fealdad es el resultado de no contemplar el mundo en su totalidad: "Del mismo modo que nadie puede advertir la belleza de un poema si no lo conoce íntegramente, nadie ve la belleza que reside en el orden del universo si no lo contempla en su totalidad". Por otra parte, San Agustín desarrolló una concepción particular de la fealdad considerándola simplemente como ausencia de lo bello. La fealdad, desde este punto de vista, no es nada positivo, nada concreto. Si la belleza es orden, unidad y armonía, la fealdad es solamente su ausencia, la falta de orden, unidad y armonía. Además, la fealdad es sólo parcial: no existe la fealdad total. Pensaba que las cosas no pueden estar totalmente desprovistas de orden ni de armonía. Afirmó, por tanto, que las "huellas" de la belleza se encuentran en cada cosa, incluso en aquellas que tenemos por feas. A estas huellas o vestigios de la belleza se refiere cuando afirma (Texto 2): "¿Qué observador avisado no ve que no existe forma ni absolutamente cuerpo alguno que carezca de cierto vestigio de unidad,y que ni el cuerpo más hermoso, aunque tenga sus miembros repartidos adecuadamente en intervalos de lugar, puede lograr la unidad a que aspira?".

Por una parte, es una teoría derivada de la estética antigua que transmite a la Edad Media el concepto de belleza como armonía y trata de explicar lo entrelazadas que están en el mundo la belleza y la fealdad.

La belleza y la fealdad del mundoOtra de las convicciones mantenidas desde comienzos de la estética cristiana fue la creencia de la belleza del mundo. Esta tesis recogía el pensamiento de la Antigüedad, pero también estaba basada en la Biblia. Como ya vimos al tratar la estética de San Agustín, se creía que el mundo era bello porque lo había creado Dios. Sin embargo, los pensadores cristianos no creían que todos los elementos del mundo fueran bellos. Se planteó de nuevo la pregunta de cómo podía existir la fealdad en un mundo creado por Dios. Para solucionar el problema dela fealdad, retomaron los argumentos de San Agustín. Por una parte, mantuvieron que el mundo no debe contemplarse por separado, sino en sutotalidad. Por otra, consideraron que la fealdad no tenía realidad, que era simplemente la ausencia de la belleza.

Sócrates pensaba que todo lo que es bello y bueno es a la vez útil, seadaptaba a su fin. La idea de belleza, adaptación al fin y la identificación de la belleza con el bien se resume en la última frase del texto: "Todas las cosas son buenas y hermosas para lo que vayan bien y malas y feas para los que vayan mal". A este tipo de belleza la llamó Armótton, palabra que tiene la misma raíz que armonía.

día a día trae consigo juicios de valor en los que se le otorga alobjeto juzgado la propiedad de ser bello o, por lo contrario, de ser feo. La idea de la fealdad nace necesariamente como oposición a la manifestación de la belleza, complementa su significado y refuerza su sentido. Esta categoría estética suele relacionarse con la imagen de lo moralmente vergonzoso o torpe (1). A lo largo de la historia se han utilizado distintos términos para referirse a lo feo, palabras que lo situaban en los límites de lo odioso o la deformidad. Fue Burke quién unificó la postura ante el significado real de la fealdad al darle el nombre de ugliness, queprocede del inglés medio uggen (2) (lo que produce miedo) y le proporciona a lo feo rasgos similares a los que se encuentran en el rango de lo sublime. El mismo autor escribió en su célebre Indagación acerca de la relación entre ambas ideas: “No insinuaría bajo ningún pretexto que la fealdad por sí misma es unaidea sublime, a menos que estuviera unida a cualidades como las que excitan un fuerte terror” (3). De nuevo aparece el concepto del horror, esta vez ligado a la desproporción y la deformidad de aquello retratado

 La belleza y la fealdad constituyen experiencias exclusivas para cadasujeto. Lo que para una persona es bello, no necesariamente lo es paraotra, y si alguien coincide con éste o con aquél, es sólo en el lenguaje, en el momento en que enuncian la sensación de belleza que han experimentado ante determinado objeto. Sin embargo, ninguno es capaz de determinar qué grado de belleza han experimentado. Quizás su sensación de belleza esté en función de las opciones con que cuenten en el momento de hacer la valoración, esto es: El valor estético no está ni en el objeto, ni en el sujeto; éste es sólo un instante exclusivo de una relación sujeto-objeto, pero es a través del sujeto que nos enteramos en sí de su experiencia contemplativa; el sujeto es quien lo construye, pero necesita la relación con el objeto para producir la construcción. De modo, que aunque el objeto tiene características propias, en tanto que posee un lugar en el espacio -y

lo ocupa en relación a lo que es en término objetivo-, y tiene posibilidad estética, necesita de un sujeto a quien esas características lo afecten de manera individual tocando su sensibilidad. De esta manera, el sujeto experimenta el valor estético,y se lo atribuye al objeto contemplado. 

El aquelarre, Goya

El Rapto de Ganimedes, Rembrandt

Duqueza de Alba y la Beata, Goya

El tío Paquete – Goya

Francisco de Goya y Lucientes.

"Jesús llevando la cruz", El Bosco [Jeroen Anthoniszoon van Aeken] 1515-1516

Francisco de Goya, uno de los artistas que mejor ha sabido expresar enel rostro humano la imagen del sufrimiento y la imagen de la fealdad descarnada.

Goya - Caprichos –

‘El entierro de la sardina’ de Goya

Renaissance from Goya

Goya y Lucientes, Francisco de Saturno devorando a un hijo

Nebuchadnezzar, by William Blake, Romantic Age.

  Partly a reaction to the Industrial Revolution,[1] it was also arevolt against the aristocratic social and political norms of the Age of Enlightenment and a reaction against the scientific rationalization of nature.[2] It was embodied most strongly in the visual arts, music, and literature, but had a major impact on historiography,[3] education[4] and the natural sciences

El Polyforum Siqueiros