huacas paqariscas y mitos: el viaje de los muertos grabados antropo-esqueléticos y fardos...

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HUACAS PAQARISCAS Y MITOS: EL VIAJE DE LOS MUERTOS Grabados antropo-esqueléticos y fardos antropomorfos en el valle de Arequipa Lic. Augusto Cardona Rosas 1 El presente trabajo recoge información del registro sistemático de sitios sobre una extensa área ubicada en el valle de Arequipa (Valle formado por el río Chili y afluentes ubicados en la cuenca media). Del universo se filtran grabados para observar su distribución espacial y relaciones, se describen y asocian con informaciones publicadas para valles cercanos y se propone la existencia de vínculos con la información de las huacas paqariscas, y mitos andinos referidos al viaje que emprendían los difuntos hacia el hurin pacha. Antecedentes En 1998 realizamos la prospección arqueológica entre los valles de Quiswarani, Mollebaya Chico y Uchumayo, ubicando petroglifos y sitios compuestos por múltiples bloques grabados asociados con caseríos, aldeas y caminos. La prospección intensiva se extendió hasta el año 2001, alcanzo un área muy amplia, tomándose las dos bandas o lados del río Chili, entre las localidades de Quiswarani por el oeste y Sogay por el este, distando entre uno y otro punto 40 km, lo que permite establecer comparaciones para un espacio que tradicional e históricamente es conocido como “la chimba” (lado oeste sobre la barranca del río Chili) y el colesuyo (lado este teniendo como eje separador al río Chili). En la época Inca el lado este tomo el nombre de Collasuyo. Las publicaciones arqueológicas para Uchumayo son escasas, algunas de data temprana como la de Mariano de Rivero y Ustaris sobre los petroglifos de la Caldera o Corralones publicado en “Memorias Sobre los Grabados y Masas de Granito del Alto La Caldera” publicado en 1928 2 , y que posteriormente aparecería en “Antigüedades Peruanas” en 1851. Subsiguientemente vendrán otros investigadores como Mendosa del Solar en 1918 y Linares Málaga (1992), quien fue el primero en informar sobre los sitios con arte rupestre de Culebrillas, 1 Centro de Investigaciones Arqueológicas de Arequipa - CIARQ 2 Esta publicación fue una parte de la colección de “Memorias Científicas, Agrícolas e Industriales”, publicado en Bruselas, Bélgica, 1828 (citado por Linares 1974: II).

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HUACAS PAQARISCAS Y MITOS: EL VIAJE DE LOS MUERTOS

Grabados antropo-esqueléticos y fardos antropomorfos en el valle de

Arequipa

Lic. Augusto Cardona Rosas1

El presente trabajo recoge información del registro sistemático de sitios

sobre una extensa área ubicada en el valle de Arequipa (Valle formado por el río

Chili y afluentes ubicados en la cuenca media). Del universo se filtran grabados

para observar su distribución espacial y relaciones, se describen y asocian con

informaciones publicadas para valles cercanos y se propone la existencia de

vínculos con la información de las huacas paqariscas, y mitos andinos referidos al

viaje que emprendían los difuntos hacia el hurin pacha.

Antecedentes

En 1998 realizamos la prospección arqueológica entre los valles de

Quiswarani, Mollebaya Chico y Uchumayo, ubicando petroglifos y sitios

compuestos por múltiples bloques grabados asociados con caseríos, aldeas y

caminos.

La prospección intensiva se extendió hasta el año 2001, alcanzo un área muy

amplia, tomándose las dos bandas o lados del río Chili, entre las localidades de

Quiswarani por el oeste y Sogay por el este, distando entre uno y otro punto 40

km, lo que permite establecer comparaciones para un espacio que tradicional e

históricamente es conocido como “la chimba” (lado oeste sobre la barranca del río

Chili) y el colesuyo (lado este teniendo como eje separador al río Chili). En la

época Inca el lado este tomo el nombre de Collasuyo.

Las publicaciones arqueológicas para Uchumayo son escasas, algunas de data

temprana como la de Mariano de Rivero y Ustaris sobre los petroglifos de la

Caldera o Corralones publicado en “Memorias Sobre los Grabados y Masas de

Granito del Alto La Caldera” publicado en 19282, y que posteriormente aparecería

en “Antigüedades Peruanas” en 1851. Subsiguientemente vendrán otros

investigadores como Mendosa del Solar en 1918 y Linares Málaga (1992), quien

fue el primero en informar sobre los sitios con arte rupestre de Culebrillas,

1 Centro de Investigaciones Arqueológicas de Arequipa - CIARQ 2 Esta publicación fue una parte de la colección de “Memorias Científicas, Agrícolas e Industriales”, publicado en Bruselas, Bélgica, 1828 (citado por Linares 1974: II).

Charanque y Mollebaya Chico, ubicados en la jurisdicción del Distrito de

Uchumayo en Arequipa.

Imagen Google earth

Linares M. en 1974 sustenta su tesis doctoral titulada “Arte Rupestre: El arte

rupestre en el sur del Perú, introducción al estudio de los petroglifos de Toro

Muerto”3, donde sugiere probables vínculos de algunos grabados con

representaciones de cadáveres. Linares posiblemente fue inspirado por el

arqueólogo alemán Gurgen Golte, con quien compartió salidas de campo, como

hace notar en el trabajo citado. En fechas recientes, Maarten van Hoek4 publica un

trabajo donde hace referencia sobre grabados que representan cadáveres y

encuentra conexión con el volcán Coropuna. Este autor señala que Erich Von

Däniken en 1970 fue el primero en indicar la existencia de un petroglifo de Toro

Muerto5 que representa a un personaje con la caja torácica expuesta. Como dato

adicional van Hoek hace referencia sobre la existencia de petroglifos antropo-

esqueléticos en el sitio de Culebrillas.

Ubicación.

Políticamente corresponde a la provincia de Arequipa, distrito de

Uchumayo, anexos de Mollebaya Chico, Grande y Quiswarani. Uchumayo dista

de la ciudad de Arequipa 17 km, siguiendo la carretera que se dirige hacia la 3 Tomo I y II. Tesis Doctoral. Arequipa, 1974. Universidad Nacional San Agustín de Arequipa 4 van Hoek, Maarten. The Caracancha and the Apu. Rock art in the Death Valley of the Andes. En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/carcancha.html 5 (Marten van Hoek señala que este petroglifo se encuentra en Pitis)

intercepción con la Panamericana Sur. Desde la ciudad a 2500 msnm, se

desciende rápidamente hasta los 2000 msnm, y de allí, 10 km más, siguiendo

hacia el Oeste por rutas prehispánicas, nos sitúan rápidamente en el valle yunga

de Vitor.

El área de estudio se sitúa en un área desértica atravesada por el río Chili, el cual

profundizado forma pequeños valles irrigados. Las quebradas que desaguan en el

río por el lado norte, producen manantiales de agua dulce, conformando nichos de

bosque rivereño bastante denso, donde aún se desarrollan peces pequeños. La

altitud oscilante entre los 2000 y 1800 msnm posibilita el cultivo6 de ají, algodón,

maní, frejoles, y frutales como el guayabo y pacae.

Imagen Google earth

El Registro Arqueológico.

El registro arqueológico en el valle de Arequipa dio como resultado un total

de 172 sitios arqueológicos y desparramo de materiales, de ellos 62 sitios

contienen petroglifos y 13 corresponden a petroglifos aislados. De este universo

solo 5 sitios contienen grabados antropo-esqueléticos y tres de ellos diseños de

fardos antropomorfos.

6 Cultivos registrados en las excavaciones del sitio A20. Cardona 2002.

Como observamos en la imagen la concentración de sitios con petroglifos

antropo-esqueléticos y fardos antropomorfos se concentra en el lado oeste del

valle, sobre los sectores de Uchumayo, Mollebaya Grande y Chico, y Quiswarani;

además, los sitios que los contienen se asocian a caminos, quebradas y laderas

de valle. Un camino principal de probable data anterior a la Inca recorre de oeste a

este el área y varios senderos se desprenden para posibilitar el acceso hacia el

valle y los sitios allí ubicados.

A10 - Mollebaya Grande - Pacallane Este.

Se encuentra en una ladera pronunciada que se forma entre la banda norte

de la quebrada del Chili y el desagüe de la quebrada Las Apachetas. El sitio se

extiende desde el borde superior hasta unos 30 m por encima del borde de los

campos agrícolas.

Dieciséis petroglifos se encuentran en una pronunciada ladera que desciende

hacia el valle de Mollebaya Grande, han sido grabados en sillar (ignimbrita

dacítica), está conformado por bloques de diversos tamaños que se han

desprendido de la parte superior o cornisa. Este es el soporte de color

blanquecino tiene una dureza entre 3 y 4 conforme a la escala de Mohs, donde se

han grabado los diseños que conforman los distintos petroglifos que se encuentran

en este sitio y otros de que se encuentran en Uchumayo.

Un sendero zigzagueante desprendido del camino principal que procede de

Quiswarani desciende hacia el valle de Mollebaya Grande sorteando el roquedal

entre los petroglifos. Aquí el sendero se usa continuamente ya que es la única

manera de llegar a este sector del valle. Pocos fragmentos de cerámica de estilo

Socabaya se encuentran desparramados a lo largo del camino y petroglifos.

Los petroglifos contienen diseños antropomorfos, cruces andinas, camélidos,

venados, diseños simbólicos y geométricos.

De todos los petroglifos, facetas y diseños, para nuestro trabajo aislamos los

siguientes: A10-P1, A10 – P4, A10 – P5a, A10 – P5b. Los grabados seleccionados

conforman dos grupos con rasgos comunes entre ellos.

A10-P1: corresponde a dos diseños

antropomorfos que tienen las piernas paralelas

al cuerpo y los pies hacia los lados; el cuerpo

tiende a la figura cuadrada en cuyo interior se

inserta una “x”, que podría corresponder a una

simplificación de los amarres de un fardo u

envoltorio funerario, esta esquematización es

similar para ambos grabados antropomorfos.

Los brazos se curvan hacia abajo dando la

impresión de estar apoyados en la cintura.

No presentan cuellos, pero sobresalen dos

apéndices laterales y una de las cabezas

ostenta un tercer apéndice vertical, los ojos son dos hoyos circulares y la boca es

solo una línea recta horizontal. La segunda figura aunque es similar a la primera

ha sido alterada por la superposición de una cruz andina. Ambos diseños

antropomorfos fueron ejecutados mediante la técnica del delineado de contorno y

picado de surcos.

A10 – P4: Corresponde a un panel

orientado al Oeste, observándose

dos grabados antropo-esqueléticos

con cierto grado de

esquematización. Ambas grabados

muestran movimiento, en especial

uno de ellos que pareciera diseñado

caminando. Un brazo se alza en

posición que podemos describir

como de “despedida”, mientras el

otro semiflexionado cuelga hacia

abajo. En ambos casos la cabeza

tiene forma triangular invertida, no

hay nariz ni boca y los ojos son

simples hoyos circulares. El torso expone los huesos planos marcados como

bandas más o menos horizontales gruesas y sobre ambas cabezas se observa el

diseño en arco. Entre los dos grabados antropomorfos se observan dos líneas

verticales que sugieren la intensión frustrada de ejecutar una tercera figura.

Los diseños se ejecutaron mediante la técnica del delineado de contorno y picado

de surcos.

P10 – P5a; P5b: Este petroglifo presenta dos

caras, una de ellas (P5a) contiene un solo

diseño, que es antropo-esquelético orientado

al oeste. El torso se encuentra segmentado

en bandas paralelas verticales, mientras el

brazo derecho se alza flexionado hacia lo alto

y tiene solo cuatro dedos. El izquierdo tiene la

misma forma pero está invertido hacia abajo

y presenta tres dedos. Las piernas se abren

hacia los costados en posición no anatómica.

Varios apéndices sobresalen de la cabeza a

manera de pelos y en la cara se encuentran

dos horadaciones para los ojos y un pequeño

surco para la boca. No presenta sexo y de las

orejas solo se insinúa la izquierda ubicada a

la altura de la nariz, en proporción y relación a las medidas anatómicas humanas.

P5a,b: Se orienta al sur, hacia el valle y río, contiene varios diseños algunos de

ellos complicados. El panel principal presenta dos diseños antropo-esqueléticos

que en el torso muestran la representación de las costillas y de la columna

vertebral. No se muestra el sexo, pero en la zona púbica cuelgan cuatro líneas

verticales que semejan un taparrabos. Las piernas descienden y flexionan

fuertemente hacia los lados y los dedos de los pies están bien detallados. El brazo

derecho se flexiona y asciende a manera de “despedida”, mientras el izquierdo

presenta la misma posición que el derecho, pero se encuentra invertido. Los

dedos de las manos están bien definidos. Las cabezas presentan rasgos

esqueléticos, los ojos están formados por dos líneas curvas, y el P5a presenta

pestañas; la nariz y la boca tienen rasgos cadavéricos. Las orejas se proyectan

como semicírculos y dan la impresión de tratarse de un oso.

Alrededor de estos grabados antropo-esqueléticos, se encuentran diseños de

múltiples animales, felinos (gato andino?) destacados por su cuerpo moteado (2),

perros, algunos de ellos solo delineados, un grupo de venados que marcha en fila

hasta encontrar otro más grande que mira en la dirección contraria, entre ellos se

observa una cruz andina. Las líneas de contorno de un ave de rapiña, otros

venados con igual técnica y algunos mamíferos no identificados completan la

escena.

A12 – Culebrillas.

Se ubica en la Quebrada Culebrillas a 3 km de su desembocadura en el río

Chili. La quebrada se profundiza progresivamente. En la desembocadura la

diferencia de nivel con la planicie superior tiene aproximadamente 100 m, mientras

en el sitio arqueológico oscila entre 2 a 15 m. Las paredes de la quebrada

exponen una matriz de lava compacta, cuya erosión formó paredes de lava casi

verticales y de curso sinuoso. En estas paredes se exponen numerosas facetas o

caras planas aprovechadas para ejecutar gran número de petroglifos.

Nuestro registro agrupó trece conjuntos o grupos, identificándolos primeramente

con una letra P seguida de un dígito correlativo y una letra que identifica al panel.

Los grupos se distribuyen a lo largo del eje del camino prehispánico que atraviesa

la quebrada, y otros que han sido ubicados fuera del camino, son visibles desde

algún punto de la vía. Cada conjunto agrupa grupos de paneles, sumando un total

de 41, desde simples a complejos. Los paneles se distribuyen desde la base de la

quebrada hasta la parte superior a varios metros de altura, para llegar a ellos hace

falta descender mediante cordaje o línea de vida y muchas veces las superficies

para sostenerse son pequeñas y peligrosas. Por lo tanto, varios de los paneles

que se encuentran en las partes altas de difícil acceso han sido registrados

mediante fotografía y sus escalas son aproximadas.

En general, los diseños son diversos, hay superposición de diseños que se sitúan

cronológicamente desde el periodo prehispánico, colonial y contemporáneo.

Fragmentos de cerámica dispersa en el camino señalan uso desde el Formativo

Tardío local (Socabaya), por lo que varios de los diseños podrían corresponder a

este periodo. Empero, las excavaciones en espacios domésticos realizados en el

sitio Wari Millo 2, en el cercano valle de Vitor, registra asociaciones de cerámica

local, ollas sin cuello y otras vasijas que permite establecer relaciones entre dos

estilos, Socabaya-La Ramada, asociados a cerámica Wari de estilo Chakipampa.

En general, la superficie de la piedra patinada ha adquirido un color amarillento, y

el picado y raspado de la superficie oxidada expone el color blanco de la

ignimbrita.

Los paneles se disponen a los lados del eje del camino, también en las partes

altas de la quebrada Culebrillas siendo observables desde el camino. En el lado

sur del sitio se encuentran unos pequeños abrigos formados en la matriz de lava

volcánica, donde se han encontrado nódulos y martillos de basalto, posiblemente

empleados para ejecutar los grabados.

De total de conjuntos y paneles se han segregado para este artículo: P5f; P10d,

P10g, P13.

P5f: Se ubica en lo alto de la quebrada en un espacio de difícil acceso,

aproximadamente a 7 m de altura. Se observan dos diseños principales, uno

corresponde a un mamífero (a mi parecer no define la especie representada,

posiblemente un camélido) trabajado con técnica mixta, el contorno ha sido picado

y raspado, produciendo un surco, el interior del cuerpo con la excepción de la

cabeza, ha sido percutido hasta lograr “rellenar” toda el área. La cabeza solo ha

sido delimitada observándose los ojos y el hocico. En este grabado se observan

dos momentos de ejecución, el primero corresponde al trabajo delineado o de

contorno del diseño, y un segundo momento, posiblemente una alteración, que

corresponde al relleno del cuerpo del grabado.

El segundo diseño

corresponde a una figura

antropomorfa esquelética

de tamaño grande (el

panel tiene una dimensión

aproximada de 1.50 x 2 m

de lado), cuya ejecución

se advierte mediante el

picado y raspado de la

superficie de ignimbrita.

Las piernas corresponden

a líneas simples

semiverticales, terminadas

en tres y dos dedos

respectivamente. El

cuerpo tendiente al

cuadrado, expone en el

interior líneas diagonales que confluyen en una línea central vertical

representando las costillas y columna vertebral. La cabeza redondeada no

presenta muchos detalles, salvo los ojos trabajados como dos simples rayas

horizontales. El brazo derecho se alza flexionado hacia arriba, mientras el

izquierdo en oposición lo hace hacia abajo. Como remate, sobre la cabeza expone

dos apéndices segmentados a maneras de tocado, grandes y curvadas hacia

abajo.

P10c y d: Se ubican en la parte superior de la quebrada en un espacio de difícil

acceso y a varios metros de altura, aparentemente se puede llegar por la parte

superior, pero no sin riesgos. P10d encuentra inmediato al P10c que se halla en

una faceta lateral por lo tanto, puede “leerse” en conjunto.

El P10c: está conformado por varios grabados de animales poco visibles,

salvo el diseño de un camélido que se encuentra de perfil orientado hacia la

izquierda, se notan claramente las patas, el cuello, la cabeza, ojos e incluso

una oreja lo cual lo hace definir como un camélido. Al interior del cuerpo se

pueden ver líneas verticales paralelas que representarían el esqueleto.

El P10d: Contiene varios

grabados, el más simple

corresponde a una línea

ondulada trazada en forma

diagonal. La otra corresponde a

una figura antropo-esquelética

con algunos rasgos animales7;

está parado de frente, con el

brazo derecho hacia arriba,

rematado en una mano de

cuatro dedos, el brazo izquierdo

esta doblado hacia abajo con la

mano que parece apoyada en

la cintura. Los codos presentan

un semicírculo externo, que

representa los huesos de la

articulación. Con claridad se

puede distinguir la pierna

derecha la cual cae recta y

termina en cuatro dedos

alargados como garras. El

cuerpo está conformado por

dos líneas verticales que lo delimitan y hasta cuatro líneas horizontales que

lo rellenan. Llama la atención la cabeza de forma redondeada, donde la

posición y forma de la nariz, ojos y orejas recuerdan a los osos. Debajo del

brazo derecho se encuentra un diseño compuesto por una línea curva

(forma de u), unida a una línea recta rematada en la parte inferior por un

círculo. Completa el panel el diseño de un ave vista de frente, tiene el cuello

alargado y la cabeza orientada al sur, el cuerpo es ovoide y las alas y patas

son poco distinguibles, aparecen como espacios punteados no bien

definidos.

El tamaño total del diseño es de 0.80 x 2.00 m. Técnica de ejecución es el raspado

y picado de la superficie de ignimbrita. Orientación noroeste.

7 En la bibliografía existen registros sobre el oso en los mitos y cuentos (Juan Oso) andinos y de la selva (relaciones diversas entre ellas las comerciales entre la sierra y la floresta – el concepto mágico del poder del Oso y el confundirse con los humanos. La lucha entre los salvajes de la selva y los serranos), aunque para algunos autores corresponde a una influencia española. Sin embargo, la referencia más temprana sobre el Oso en la cultura andina corresponde a CABELLO BALBOA quien lo registra entre 1586/1951 en su Miscelánea antártica: una historia del Perú antiguo, poniendo en duda el supuesto origen hispano.

P10g: Se trata de un panel muy complejo con superposición de diseños o

alteración de los mismos. Se ubica a la derecha del panel f, a un metro

aproximadamente, pero en otra roca. Ambos petroglifos parecen estar

relacionados por la presencia de grabados de aves. Este petroglifos tiene la

misma ventaja de accesibilidad, pero es muy complejo debido a la gran cantidad

de representaciones, es como un gran panel cuadrado, de más de un metro de

largo por lado.

En el panel destacan los grabados antropo-esqueléticos, venados y aves. La

mayor de las aves (1) está ubicada en la parte central y superior del panel, se

observa claramente la cabeza, cuello y cuerpo, este último presenta líneas

diagonales que dan la impresión de que el ave estuviera con las alas plegadas.

Los otros cinco grabados de aves (2) son más pequeños y están ubicadas a lo

largo de la parte inferior, pareciera que estuvieran en vuelo, dos hacia la izquierda

y tres a la derecha. En la parte inferior izquierda aparece un animal cuadrúpedo

(3) con cabeza pequeña, ojo grande, cuello corto, cuerpo alargado y no se puede

saber si tiene cola o no. Sobre la cabeza se alzan varias líneas verticales,

simulando posiblemente las astas de un venado. El cuerpo ha sido rellenado por

pequeñas líneas verticales y por círculos en el lado del lomo, podrían tratarse de

las manchas de algún tipo de felino, este grabado podría haber sido alterado,

dándolo características de uno u otro animal. Una línea gruesa que se superpone

a otros grabados (4) doblada en varias partes a manera de serpiente, está ubicada

debajo del ave principal, No define una cabeza, sin embargo se superpone a una

figura antropo-esquelética (6) y a la de un astado (venado) (5), mostrando

claramente la alteración efectuada al petroglifo en el periodo prehispánico. Esta

figura serpentiforme ha sido picada y raspada en la totalidad del diseño. Los

astados (5) corresponden a dos venados enfrentados cara a cara, uno de ellos, el

de la izquierda no es muy distinguible por la superposición y alteración del diseño,

pero son notorios las astas, la cabeza, el cuello y una de las extremidades

delanteras. La otra figura está completa, notándose todos los atributos de un

venado, además, se observan las líneas verticales y una horizontal que a manera

de esqueleto rellenan el cuerpo. Una estrella andina se ubica a la altura del pecho

de ambos astados y dos pequeños astados ubicados a la izquierda dan la

apariencia de seguir a los dos grandes enfrentados.

La figura antropomorfa esquelética de mayor tamaño (6) se encuentra en el lado

derecho del panel, ha sido alterada parcialmente por la figura serpentiforme (4)

haciendo imposible distinguir todos los detalles. Sin embargo, puede observarse el

brazo derecho alzado hacia arriba y el izquierdo apoyado en la cintura; la cabeza

tiene forma globular ligeramente achatada, orejas semicirculares proyectadas

hacia los lados, ojos redondeados, nariz formada por dos hoyos pequeños y boca.

Parcialmente se observa el cuerpo intocado, y es allí donde destacan líneas

semiverticales que lo rellenan, tratándose de la representación de huesos planos.

Las piernas dirigidas verticalmente destacan por presentar los pies proyectados

hacia los lados, con cuatro y seis dedos cada uno.

Dos grabados geométricos (7a-7b) de similar forma se encuentran en el panel,

una de ellas (7a) ocupa el espacio entre las grabados 6 y 11, y la siguiente (7b) se

ubica en el extremo inferior izquierdo, sobre la figura 3. Están conformadas por

dos pares de líneas verticales y onduladas opuestas que están separadas por tres

líneas rectas verticales. La figura antropomorfa 11 fue parcialmente alterada

aunque aún mantiene rasgos estilísticos similares a las descritas, no se puede

observan los detalles de la cabeza. Los brazos se dirigen flexionados hacia abajo,

apoyándose ambos en la cintura. Las piernas se proyectan rectas hacia abajo con

los pies hacia los costados, llama la atención que el cuerpo no está cerrado, y no

presenta sexo al igual que otras grabados humanas. El interior del cuerpo ha sido

“decorado” con dos líneas oblicuas que se entrecruzan formando una “x”, de ellas

sobre salen otras líneas más pequeñas a manera de flecos. Sobre esta figura y las

los diseños 1 y 6 se encuentra el grabado parcial de un cuadrúpedo,

observándose parte del cuerpo y las patas traseras; las patas delanteras, el cuello

y cabeza parecen no haber sido trabajados. El cuerpo como relleno presenta

líneas paralelas horizontales y círculos consecutivos. El trazo externo que delimita

el cuerpo se ha efectuado mediante líneas individuales, que son similares a las

que presenta el diseño de un venado ubicado un poco a la izquierda (13), pero

cuyo cuerpo fue rellenado por percusión.

La figura antropomorfa 8 parece aislada en el extremo izquierdo, tiene cuerpo

cuadrado sin detalles internos; la cabeza presenta detalles como ojos y boca,

externamente se observa una oreja proyectada a la izquierda. El trazo se ha

ejecutado mediante picado y raspado de la superficie de ignimbrita. En general el

trabajo parece incompleto.

La figura 12 presenta un alineamiento de círculos colocados en forma vertical

encerrados en dos óvalos concéntricos; esta figura parece ser similar a 10 que

estaría incompleta o no acabada. Finalmente, el diseño 9 parece una figura de la

misma temporalidad que la 4, es bastante descuidada pudiendo tratarse de un

espino.

P13: Se encuentra ubicado dentro del curso de la quebrada, a una altura entre 12

y 15 m en un lugar inaccesible sin medios de escalada. Corresponde a una

escena compuesta por dos camélidos que se dirigen en fila hacia una figura

antropomorfa esquelética ubicada a la derecha, ambos fueron trabajados por el

raspado de líneas de contorno, uno de ellos con círculos rellenando el cuerpo y

ojos grandes.

El grabado antropomorfo presenta el torso de forma globular, destacando las

costillas y columna vertebral, en el cuello se observan la representación de las

vértebras cervicales. La extremidad superior izquierda se alza hacia flexionada

hacia arriba, a la altura del codo presenta un circulo que representa los huesos de

la articulación. El brazo derecho esta flexionado hacia abajo. La extremidad

inferior derecha se proyecta ligeramente curvada hacia abajo, hacia afuera se

extiende el pie. La

extremidad izquierda no

está muy definida por

erosión. La cabeza globular

achatada presenta los ojos

grandes y globulares, boca

grande y nariz conformada

por líneas simples. Las

orejas de tamaño

considerable en relación a la figura se proyectan hacia los lados. Sobre los

camélidos se encuentra una línea curvada alargada que cubre todo el espacio que

ocupan los camélidos y debajo de ellas se han colocado seis cruces andinas (las

pléyades?). Una figura geométrica no definida completa el conjunto. La distancia

no permite definir con precisión la técnica trabajada, empero la fotografía posibilita

visualizar espacios picados y delineado mediante raspado.

PA15.- Se trata de un petroglifo aislado ubicado en pared rocosa de la barranca

que cae sobre Mollebaya Grande y el río Chili. La pendiente es superior a 50, sin

embargo un estrecho sendero corre entre la base de la Quebrada Culebrillas

avanzando por la pared vertical y asciende por la barranca. La apertura de una

trocha permite aproximarse al petroglifo que se encuentra cercano a una curva y a

2,5 m de altura. El diseño corresponde a una figura antropo-esquelética de lados

bastante rectos, presenta el brazo derecho alzado y flexionado, no hay detalles de

la mano. El brazo izquierdo se flexiona hacia abajo, en oposición al brazo derecho.

El torso tendiente al cuadrado presenta una sucesión de rayas horizontales que

representan los huesos planos. Los miembros inferiores caen casi rectos y están

rematados por tres dedos cada uno. El grabado tiene una dimensión aproximada

de 0.60 de alto por 0.50 m de ancho. La ejecución se ha efectuado mediante

raspado del contorno; el picado se aplicó solo para rellenar espacios de los ojos,

piernas y brazos.

A17 Mollebaya Chico.- Se trata de uno de los sitios más conocidos e

importantes. Se ubica en el sector del valle conocido como Mollebaya Chico. Está

conformado por dos sectores, el sector A que se encuentra en el fondo del valle,

sobre una terraza aluvial rodeada por el río Chili. El sitio presenta numerosos

bloques de ignimbrita de diverso tamaño que se han desprendido de la parte

superior. Ocupa un área 1.44 ha (160m de largo x 90 m de ancho) donde se han

ejecutado un total de 62 petroglifos. Restos de tiestos de cerámica de estilo

Socabaya, dispersas hileras de piedras redondeadas y restos orgánicos se

exponen en superficie, y señalan que el sitio fue también de habitación. El sector

B se encuentra a media altura en la ladera que desciende hacia el valle, es más

pequeño que el primero y los grabados son más simples y con menores

dimensiones que A. un estrecho sendero comunica ambos sectores y desde la

cornisa prosigue hacia el sitio Wari de Pampa de La Estrella o Corralones. El

sector 2 se encuentra en la mitad de la ladera arenosa que asciende a la planicie

superior. La cantidad de petroglifos que se encuentran aquí suman un total 14.

Aunque el sitio es extenso y complejo, los petroglifos antropo-esqueléticos no

alcanzan la importancia registrada en sitios señalados previamente, tienen trazos

simples, tamaño pequeño tendiendo a la esquematización y número reducido.

De la totalidad de petroglifos señalados en el sector A y B, se han filtrado los

siguientes grabados que consideramos están relacionados con fardos

antropomorfos y antropo-esqueléticos.

A17-P21. Está conformado por un bloque de ignimbrita de tamaño bastante

grande, presenta cinco caras o facetas, en las facetas a y d, se encuentran los

diseños de nuestro interés en este artículo.

P21a.- De ejecución bastante simple y con cierto grado de

esquematización. Representa una figura antropo-esquelética de cuerpo

alargado, rayas simples representan los huesos largos. La cabeza

corresponde a un círculo dentro del cual destacan los ojos. El brazo

derecho se muestra extendido, mientras el izquierdo de gran tamaño forma

una línea sinuosa. Las piernas son cortas rematadas con tres dedos. No se

observa sexo.

P21d.- Dos diseños simples y esquemáticos de fardos antropomorfizados.

Los cuerpos globulares muestran líneas que se entrecruzan a manera de

redes, representando las ataduras de los envoltorios mortuorios. En ambos

casos el miembro superior derecho se alza flexionado hacia arriba, pero en

uno de ellos remata el extremo con una línea sinuosa. El brazo izquierdo

esta flexionado hacia abajo, en uno de ellos se simboliza mediantes dos

rayas los dedos. Los miembros inferiores son más cortos que los miembros

superiores, en un caso se abren hacia afuera y señalan la presencia de

pies. En el otro caso un pie muestra dos dedos.

A17-P32.- Un petroglifo de ejecución simple, mediante el raspado de la superficie

de Ignimbrita y trazo poco profundo. El conjunto presenta cinco diseños, uno de

ellos representa una figura solar con dos líneas cruzadas al interior, una greca

vertical de lados

rectos, una figura

serpentiforme y dos

diseños

antropomorfos. Uno

de los grabados

antropomorfos

presenta el cuerpo

globular alargado,

viste un unko

notándose la

abertura del cuello,

los brazos cortos se extienden a los lados, las piernas también son cortas y

presenta un tocado con dos apéndices, posiblemente un gorro. Este diseño a

diferencia de otros parece representar un personaje vivo. La otra figura

correspondería a un fardo antropomorfizado. El diseño y el trazo son simples,

tendiendo al esquema, los brazos mantienen las posiciones clásicas, uno

flexionado hacia arriba y el otro doblado hacia abajo, cuerpo oblongo alargado y

dos líneas cruzadas que simulan los amarres que sujetan los fardos funerarios.

Las piernas son cortas y no hay representación del sexo.

A19 - La Estrella Baja.- En la ladera extendida ubicada entre Pampa de la

Estrella y el cañón que forma el río Chili. El sitio está compuesto por una pequeña

estructura cuadrangular de muros pircados con bloques de ignimbrita de forma

irregular. El recinto se ubica al costado de un sendero que desciende de Pampa

La Estrella. Formando parte de y como parte de los muros y en torno al trazo del

sendero se encuentran 27 petroglifos.

Al interior y fuera de la estructura se encuentran fragmentos de cerámica llana,

entre ellos ollas sin cuello de estilo Socabaya, lascas de basalto de un tamaño de

3, 5 cm que pueden asociarse al trabajo de ejecución de petroglifos.

Varios petroglifos que se encuentran en este sitio tienen carácter simbólico,

algunos de ellos forman escenas complejas. También se hallan aves de cuerpos

geométricos (rombos) concéntricos. El menor número y los más sencillos diseños

corresponden a un grupo de cuatro diseños antropomorfos que pueden asociarse

a los antropo-esqueléticos y fardo antropomorfizados. Presentan ejecución simple,

mediante raspado de la superficie, tamaño

pequeño, hasta cierto límite han sido

esquematizados. Tres de ellos presentan en el

cuerpo rayas horizontales, probablemente

señalando los huesos planos y solo uno tiene

una “x” en el interior en representación de las

cuerdas que atan los fardos funerarios. Las

cabezas son simples arcos sin detalles

interiores ni externos. No se ha representado el

sexo.

Otros sitios.

Eloy Linares Málaga8 (1974) introduce la idea, posiblemente influido por el

arqueólogo alemán Gurgen Golte, sobre la existencia en Toro Muerto y Pitis,

8 Arte Rupestre: El arte rupestre en el sur del Perú, introducción al estudio de los petroglifos de Toro Muerto. Tomo II.

Tesis Doctoral. Arequipa, 1974. Universidad Nacional San Agustín de Arequipa

ambos en Majes, de algunos petroglifos que están vinculados con la muerte,

encontrando en su tesis doctoral presentada en 1974, los siguientes grabados y

descripciones que así lo demuestran:

Toro Muerto:

Petroglifo 36

Cara A - Sector E

Clave: Página 200 - Figura nro. 36 (Vol. 1).

Simbólica.- Figura mítica, ¿hechicero?, ¿fardo funerario? O ¿enmascarado?.

Esta figura esta anexa varias veces en tesis.

“…Llama la atención el cuerpo y piernas

formando por polígonos de lados rectos que

han sido delimitados por una línea oblonga.

Los brazos o lo que parecen serlo, se

proyectan igualmente como líneas

quebradas, mientras la cabeza de forma

cuadrangular parece tener una especie de

tocado o montera. El rostro muestra dos

ojos circulares, uno de ellos delimitado y el

otro una oquedad completa, según Linares,

se trata de un ojo abierto y otro cerrado. La

nariz esta insinuada por medio de una línea

curva en forma de U, y la boca consiste en

una línea horizontal, de esta se desprenden

de la mitad para abajo, siete líneas

verticales…”

Los detalles de la cabeza recuerdan las etapas de descomposición cadavérica

señaladas9 como Fermentación butírica. El cadáver comienza a secarse y el olor

que se percibe es un olor láctico (leche o queso) que se conoce como putrefacción

caseica o Estado seco. Únicamente quedan restos de piel, cabellos, uñas y

huesos.

9 http://criminis.blogcindario.com/2012/02/00101-etapas-de-descomposicion-cadaverica.html

Petroglifo N°. 4

Clave: Ar.5.xiii.1.4 (Vol. I)

Cara A

Página 235 – Figura 11

Antropomorfa.- Cuerpo Esquelético.

Cara B

Página 240 – Figura. 7.

Antropomorfa.- Fardo Funerario con máscara.

Página 241 – Figura 10. Varios.- “Mascara que se ubica

entre las grabados: 9, 11, 12 y 7; representa una calavera

con ojos oquedades y la boca abierta donde se pueden ver

los dientes...”. (Podría tratarse igualmente de una figura

antropo-esquelética no finalizada)

Petroglifo Nro. 11.

Clave: Ar.5.XIII.1.11 (Vol. I).

Página 267 – Figura 10. Antropomorfa.- “Hombre en actitud de

movimiento que se ubica en el sector derecho de esta cara, entre

las grabados 5, 8, 9, 6 y 11. El hombre tiene el cuerpo de perfil y

la cara de frente; está corriendo hacia la norma lateral derecha,

la cara da la impresión de una máscara de rictus cadavérico, por

la expresión de los ojos y la boca…".

Las referencias señalan que tanto en Pitis como en Toro Muerto se encuentran

petroglifos con grabados similares a los presentados en este documento.

Lámina 49 C. Petroglifo antropomorfo de Socor,

Siguas.

Lámina 80. Petroglifo de Soccospampa, en la provincia y

distrito de Caraveli

El grabado publicado por Antonio Núñez Jiménez10 procedente de Toro Muerto

representa un antropo-esquelético con características de diseño similares a las

presentadas en este documento, y a las registradas por Linares (1974). En los

miembros inferiores destacan

los huesos de las

articulaciones. No presenta

sexo pero se representan dos

apéndices (taparrabo?). El torso

expone los huesos planos,

mientras el rostro presenta

aspecto cadavérico.

Se asocia con un ave de rapiña,

10 “El Libro de Piedras de Toro Muerto” (1986). Figura 2158, página 363.

Marten van Hoek11 público varios grabados que corresponden a antropo-

esqueléticos, posteriormente12 presentó un artículo específico sobre el tema; en

esta última publicación encuentra además, la que vendría a ser la más antigua

información que vincula petroglifos con la muerte. Se trata de Erich Von Däniken

quien ilustra una publicación con un petroglifo que señala se encuentra en Toro

Muerto. Van Hoek encuentra que el petroglifo en realidad se encuentra en Alto

Pitis. En todo caso, Von Däniken sugirió que se trataba de una operación de caja

torácica abierta para la extracción del corazón (citado por Van Hoek). Más

adelante reporta para Alto Pitis 28 “esqueleto-antropomorfos” y 17 posibles

ejemplos reportados para 29 cantos rodados en Alto de Pitis, produciendo en total

45 ejemplos. Señala además que en Alto Pitis registra nada menos que el 66% de

los 68 “esqueleto-antropomorfos” reportados en todo el Perú (el norte de Perú

tiene sólo 2 ejemplos). Finalmente, van Hoek enfoca a Pitis como un cementerio

de piedra, un cementerio iconográfico relacionado con ciertos puntos geográficos

clave, como son las orientaciones visuales hacia puntos rojos y el Coropuna, el

cual es un apu de máxima importancia ritual, que es el lugar de los muertos y un

camino ritual al que van los mismos.

Ejemplos de petroglifos antropo-esqueléticos publicados por van Hoek. En el extremo derecho el

petroglifo publicado por Von Däniken y la comparación adjunta.

11 VAN HOEK, Maarten. 2006 - Toro Muerto, Perú. Posibles alteraciones prehistóricas en detalles de petroglifos. En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/toromuerto.html 12 The Caracancha and the Apu. Rock art in the Death Valley of the Andes. En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/carcancha.html

Al remitirnos al trabajo publicado por Paul Álvarez13 encontramos dos petroglifos

antropo-esqueléticos que registra para Cantas, dos para Pitis y uno para La

Mesana (este petroglifo contiene dos grabados antropo-esqueléticos)

Petroglifos de Cantas

Izquierda: Figura Vista del dibujo de panel nº 3, Roca C-s2-10 Derecha: Figura Parcial panel nº 1, parte superior, Roca C-s2-11

Petroglifos de Pitis

Izquierda: Figura Correspondiente al P-ps2

Derecha: Figura De panel nº 1 de P-ps8

Petroglifo de La Mesana

Figura De panel nº 1, M-S1-16

13

Petroglifos de Cantas, Pitis, La Mezana y La Laja: Valle de Majes, Arequipa. En: http://www.arqueologiadelperu.com.ar/majes/LOS%20PETROGLIFOS.html

Los grabados antropo-esqueléticos están presenten en varios repositorios de

petroglifos, conforme a la información revisada, serían más frecuentes en los

valles ubicados hacia el oeste, en este caso el de Majes, Siguas y Caraveli Por el

contrario, hacia el este el límite actual seria el sector de Uchumayo en el Valle de

Arequipa. Se encuentra recurrencia de ubicación en quebradas y laderas de valle.

Huacas paqariscas y mitos: el viaje de los muertos

Marten van Hoek14 interpreta a Pitis como un cementerio de piedra, un

cementerio iconográfico relacionados visualmente con puntos clave

geográficamente destacados, que corresponden a formaciones geológicas de

color rojo, como Punta Colorada en Majes y el volcán Coropuna. También señala

que el Coropuna como el apu de máxima importancia ritual en la zona, que es el

lugar de los muertos y un camino ritual al que van los mismos.

Sin dudarlo el Coropuna fue un apu de gran importancia durante la época

prehispánica, Cieza de León que es la fuente más temprana, indica era una

huaca paqarisca, un oráculo y un templo muy importante que era visitado por los

reyes Inca haciendo ofrendas y capaqocha:

“…Sin estos templos se tuvo otro por tan estimado y frecuentado como

ellos, y más, que había por nombre la Coropuna, que es en la provincia de

Condesuyo, en un cerro muy grande cubierto a la continua de nieve que de

invierno y de verán no se quita jamás. Y los reyes del Perú con los más

principales del visitaban es templo haciendo presentes y ofrendas como a

los ya dichos; y tienese por muy cierto que, de los dones y capacocha que

este templo se le hizo, había muchas cargas de oro y plata y pedrería

enterrado en partes que dello no se sabe, y los indios escondieron otra

suma grande que estaba para servicio del ídolo y de los sacerdotes y

mamaconas, que también tenía muchos el templo; y como haya tan

grandes nieves, no suben a lo alto ni saben atinar a donde están tan

grandes tesoros. Mucho ganado tenía este templo y chácaras y servicio de

indios y mamaconas. Siempre había en el gente de muchas partes y el

Demonio hablaba aquí más sueltamente que en los oráculos dichos, porque

a la continua daba mil respuestas, y no a tiempos, como los otros. Y aún

agora en este tiempo, por algún secreto de Dios, se dice que andan por

aquella parte diablos visiblemente, que los indios los ven y dellos reciben

grande temor. […] Algunas veces sacrificaban mucho en este oráculo, y así

14 The Caracancha and the Apu. Rock art in the Death Valley of the Andes

mataban muchos ganados y aves y algunos hombres y mujeres». (Cieza

1967: 97-98, cap. XXVIII).

Huaman Poma15 en el capítulo dedicado a los ídolos y huacas del Inca, ilustra al Sol, Huanacauri, Tambotoco, los ídolos-huacas de los Condesuyos, Chinchaysuyos, Andesuyos, Collasuyo. En la ilustración de los Condesuyos referida a los entierros, pregunta “Anamayakan utapnaka “Kauwiru mantha, mallqu” (“¿A dónde iras señor cacique?”). Cieza en la primera parte de la Crónica del Perú16 refiere que en varias partes de

los Andes se creía que las ánimas salían de los cuerpos y que no morían, por eso

mandaban echar a sus mujeres, servidores, perros que acompañaban al muerto

en su viaje, comida y demás enceres.

Ziokowski17 menciona que las huacas paqariscas eran los lugares donde van los muertos, y García18 citando a Arguedas (1987), señala que “…en Puquio se opinaba que los muertos iban hacia las cimas de las montañas, a la cima de Qoropuna”. Según Bouysse-Cassagne19 la cordilla volcánica de los Andes Occidentales era parte del calendario religioso establecido, al cual se realizan ceremonias y sacrificios (capacocha). Estas actividades propiciaban la comunicación entre el mundo de abajo y el de los humanos, eran los lugares de origen de los hombres y otras formas de vida, pero en oposición también era el lugar donde se reunían los muertos, donde sufren frio, el hambre y el fuego.

“…Así Coropuna se supone que es la puerta de los muertos, que le dio para ser un gran centro de culto. Se creía, en efecto, que los muertos iban hacia Puquina Pampa y Coropuna…” (La traducción es mía).

El trabajo efectuado por García (2009) resulta sumamente importante, dando cuenta como se entendía “…la vida post morten” en los Andes prehispánicos, en el hurin pacha. Los muertos iniciaban un viaje hacia inframundo en sentido contrario al del nacimiento. García en Huamán Poma de Ayala encuentra “…que a los cinco días de muerto el difunto, las almas de éstos en la región de Chinchaysuyu y Andesuyu se dirigían hacia Caray Pampa, mientras que las almas de los Collasuyu y Condesuyu se dirigían hacia Caro puna y Puquina pampa”. Para efectuar este viaje por el hurin pacha, se ingresaba por las quebradas, ríos, lagos, cuevas, eran los lugares por donde “la Madre Tierra parió a los diferentes

15 Las Ilustraciones de Huaman Poma (Huacas Conquista – Encomenderos, Pág. 39. Editorial Comentarios. Segunda edición, 2003 16 Capitulo LXII, Pág. 161-166. 17 (2005) 18 (2009) 19 (2006)

ayllus", entonces, como menciona García, se entraba por donde se salía. Las circunstancias del viaje a la ciudad de los muertos, a Coropuna o Puquina pampa, eran difíciles, habiendo de cruzar lugares peligrosos como lagos y ríos, donde los animales domésticos como el perro y otros salvajes como los lobos marinos, arañas o caymanes (según la distribución geográfica de la especie) jugaban un rol importante al ayudar a cruzar a los muertos a la otra orilla, donde los esperaría guenpillan, el dios de los muertos. En la otra orilla iniciarían otra vida. Casaverde20 compila en la localidad de Haquira, Abancay en 1999 un “Canto, enlace con la naturaleza…”, en el cual narran el viaje a la “ciudad eterna de los muertos”, al Ccoropuna ayudados por animales muertos también tienen sus propios pueblos, cuando los humanos muertos pasan por ellos, los animales los acompañan, pueden también ser agredidos si fueron malos con ellos en vida. No señala los lugares de acceso, pero coincide con datos obtenidos por García en Huaman Poma:

"...el alma del viajero una vez que abandona la sepultura, emprenderá el viaje por el camino real de los muertos; este camino cruza las ciudades de los animales muertos y de las plantas, en quechua, alccocúnag llágtan, michicucúnag llágtan, Sachhacúnag llágtan,etc…".

Comentarios finales: ¿A dónde iras señor cacique?

Estas anotaciones nos llevan a reflexionar sobre el concepto o visión cosmogónica Andina, pero especialmente sobre la relación entre los grabados de fardos antropomorfos y antropo-esqueléticos y sus vinculaciones con espacios geográficos específicos sobre los que se encuentra recurrencia, y “espacios otros” en el concepto de Michel Foucault21, donde lo físico y geográfico adquiere una dimensión metafísica así entendida por los actores y nos acerca a la creación intelectual, etérea y significativa de los mismos. La dispersión de material cerámico en torno a caminos y sitios arqueológicos como Mollebaya Chico, estrechan el espacio cronológico entre el periodo Formativo tardío y el Horizonte Medio, estilísticamente entre Socabaya-La Ramada y Wari (600 – 1000 d.C).

Empero, varios paneles muestran asociaciones de grabados antropo-esqueléticos con animales identificados por sus rasgos como felinos (gatos silvestres), cérvidos, perros, aves y camélidos, los cuales se trata de dilucidar como los acompañantes en el viaje a inframundo, por el Hurin pacha, hacia la “ciudad eterna de los muertos” en el Coropuna. Aquí también, Coropuna deja de ser la mole nevada para, el cerro inmenso, el referente geográfico, para adquirir propiedades de un espacio etéreo, metafísico, un “espacio otro”, el hurin pacha.

20 (2000) 21 (1967)

A la fecha, el registro de este tipo de grabados está distribuido, en el valle de Arequipa, únicamente en terrenos que corresponden al distrito de Uchumayo, y la información que se maneja, señala que el tipo se encuentra también en Majes, Siguas y Caraveli, es decir hacia la Sub Región Norte de los Andes Centro Sur.

Izquierda: Nótese la forma del fardo y la red que envuelve el fardo funerario (Tomado de: Luis

Felipe Villacorta (2004); Arqueología de la Costa Central del Perú en los Periodos Tardíos: Los

palacios en la costa central durante los periodos tardíos: de Pachacamac al Inca.

Derecha: Vasija Wari del valle de Majes. Nótese la insinuación a una forma de fardo y la máscara

que cubre el rostro (Colección Raúl Soto G.+).

Referencias bibliográficas ALVARES ZEVALLOS, P. SD - “Petroglifos de Cantas, Pitis, La Mezana y La Laja: Valle de Majes, Arequipa”. En: http://www.arqueologiadelperu.com.ar/majes/LOS%20PETROGLIFOS.html

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(M. Curatola Petrocchi y M. S Ziókowski editores), Fondo Editorial, Pontificia

Universidad Católica del Perú, Lima,121-159

Agradecimientos: A Guido Casaverde Ríos, Maritza Rodríguez Cerrón, Erika

Simborth y María Eugenia Tomasio Bourocle por su paciencia, comentarios y

apoyo bibliográfico.