economía y conflicto: urgencias actuales y lecciones de la historia

10
Cuadernos de Economía (2014) 37, 159---168 Cuadernos de economía www.elsevier.es/cesjef ARTÍCULO Economía y conflicto: urgencias del presente y lecciones del pasado Nadia Fernández-de-Pinedo y Félix-Fernando Mu˜ noz Departamento de Análisis Económico: Teoría Económica e Historia Económica, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, Espa˜ na Recibido el 22 de septiembre de 2014; aceptado el 24 de septiembre de 2014 Disponible en Internet el 22 de octubre de 2014 CÓDIGOS JEL F11; F51; H87; N10 PALABRAS CLAVE Economía y conflicto; Hegemon; Bienes públicos globales; Economía política Resumen La Historia muestra procesos de convergencia y divergencia en los que los conflictos desempe˜ nan un papel destacado. Si bien el análisis económico de los conflictos ha estado presente siempre en la literatura económica, no ha ocupado un lugar central ni orgánico en el corpus teórico principal. La urgencia y complejidad de los retos globales actuales exige tener en consideración enfoques multidisciplinares en el que se inserten el estudio de los riesgos sistémicos así como la capacidad de respuesta institucional a nivel internacional. Esto supone revisar y superar los planteamientos actuales y dar cabida al conflicto en el análisis. Este breve ensayo plantea y reivindica tales necesidades. © 2014 Asociación Cuadernos de Economía. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados. JEL CLASSIFICATION F11; F51; H87; N10 KEYWORDS Economics of conflict; Hegemony; Global public goods; Political economy Economy and conflict: Present emergencies and lessons from the past Abstract History shows processes of convergence and divergence within which conflicts play a prominent role. While the economic analysis of conflicts has always been present in the economic literature, it has not occupied a central or. The urgency and complexity of the current global challenges requires taking multidisciplinary approaches, in which the study of systemic risks is included, as well as institutional responsiveness at international level. This involves reviewing and overcoming current approaches and accommodate conflict within the analysis. This short essay raises and revindicates such needs. © 2014 Asociación Cuadernos de Economía. Published by Elsevier España, S.L.U. All rights reserved. Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (F.-F. Mu˜ noz). http://dx.doi.org/10.1016/j.cesjef.2014.09.002 0210-0266/© 2014 Asociación Cuadernos de Economía. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

Upload: uam

Post on 20-Feb-2023

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Documento des

Cuadernos de Economía (2014) 37, 159---168

Cuadernos de economía

www.elsevier.es/cesjef

ARTÍCULO

Economía y conflicto: urgencias del presente ylecciones del pasado

Nadia Fernández-de-Pinedo y Félix-Fernando Munoz ∗

Departamento de Análisis Económico: Teoría Económica e Historia Económica, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, Espana

Recibido el 22 de septiembre de 2014; aceptado el 24 de septiembre de 2014Disponible en Internet el 22 de octubre de 2014

CÓDIGOS JELF11;F51;H87;N10

PALABRAS CLAVEEconomía y conflicto;Hegemon;Bienes públicosglobales;Economía política

Resumen La Historia muestra procesos de convergencia y divergencia en los que los conflictosdesempenan un papel destacado. Si bien el análisis económico de los conflictos ha estadopresente siempre en la literatura económica, no ha ocupado un lugar central ni orgánico en elcorpus teórico principal. La urgencia y complejidad de los retos globales actuales exige teneren consideración enfoques multidisciplinares en el que se inserten el estudio de los riesgossistémicos así como la capacidad de respuesta institucional a nivel internacional. Esto suponerevisar y superar los planteamientos actuales y dar cabida al conflicto en el análisis. Este breveensayo plantea y reivindica tales necesidades.© 2014 Asociación Cuadernos de Economía. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos losderechos reservados.

JEL CLASSIFICATIONF11;F51;H87;N10

KEYWORDS

Economy and conflict: Present emergencies and lessons from the past

Abstract History shows processes of convergence and divergence within which conflicts playa prominent role. While the economic analysis of conflicts has always been present in theeconomic literature, it has not occupied a central or. The urgency and complexity of the currentglobal challenges requires taking multidisciplinary approaches, in which the study of systemicrisks is included, as well as institutional responsiveness at international level. This involves

cargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

Economics of conflict;Hegemony;

reviewing and overcoming current approaches and accommodate conflict within the analysis.This short essay raises and revindicates such needs.

nos d

Global public goods; © 2014 Asociación Cuader Political economy reserved.

∗ Autor para correspondencia.Correo electrónico: [email protected] (F.-F. Munoz).

http://dx.doi.org/10.1016/j.cesjef.2014.09.0020210-0266/© 2014 Asociación Cuadernos de Economía. Publicado por Els

e Economía. Published by Elsevier España, S.L.U. All rights

evier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.

1

1

Epcceccesiscn

rmgyqlpectetAalcEstemg

la(rilrdccar

cS

(BqF

puutqlEdr

dccnlfl

2

2

LsedgtuóasddtHotdcec(ecaecl

Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

60

. Introducción

n las últimas décadas se ha visto el resurgir de la economíaolítica internacional y del análisis económico de losonflictos1. Disciplinas que se muestran necesarias ante losambios en el modelo económico actual y que permitenxaminar los problemas generados en un entorno de granompetencia económica, con rupturas, alianzas y coali-iones. Aunque los economistas han tendido a no prestarspecial atención a la guerra, la violencia y al conflicto ení, al considerarlos como distorsiones del sistema, y se hannstalado en el análisis de entornos pacíficos habitados poreres racionales que perseguirán el crecimiento económicoomo forma de perpetuar la paz2, la Historia y la realidados muestran un panorama bien distinto.

Los filósofos según Coulomb (2004, p. 2) fueron los prime-os en relacionar los «asuntos económicos y los conflictos»,ientras la economía tardó mucho más tiempo en inte-

rarlos. Adam Smith creía en la conexión entre comercio paz (un tema recurrente después en Kant), entendiendoue los beneficios económicos que reportaba la paz frente aos costes de la guerra inclinaban la balanza en favor de larimera (McKenzie, 2013, p. 1). La prosperidad económicara garante de paz, un elemento pacificador. Pareto (1992)riticaba el militarismo y rechazaba la guerra por represen-ar una lucha por la distribución de la producción y por losfectos negativos sobre la economía al igual que argumen-aría Keynes (1971 [1919]) tras la Primera Guerra Mundial.simismo Pigou (1921) dedicó una parte de su estudio alnálisis de la gestión de una economía de guerra, mientrasa relación entre capitalismo, guerra y socialismo fue temaentral en las investigaciones de Schumpeter (1996 [1943]).s cierto que en los siglos xx y xxi otros muchos economistase han aproximado al conflicto pero han tendido a hacerlo aravés de métodos cuantitativos o excesivamente formales,specialmente para analizar la carrera armamentística, losodelos de conflicto, así como sus costes, aplicando por lo

eneral resultados y modelizaciones de la teoría de juegos.Lo que planteamos en este artículo es la necesidad ine-

udible de introducir en el análisis económico enfoques másmplios que contemplen la economía política del conflictoviolencia organizada) y la gobernanza (entendida como laelación entre las diversas instituciones y actores del ámbitonternacional). Estos temas no deberían ser periféricos ena agenda de los economistas ni en su formación. La prolife-ación de estudios multidisciplinares y comparativos desdeiversas áreas de conocimiento de las ciencias sociales,omo la historia económica, la geopolítica, la geoeconomía,iencia política, inteligencia económica. . ., enriquecerían ellcance del análisis económico en la ensenanza universita-ia.

La Historia muestra procesos de convergencia y divergen-ia en los que los conflictos desempenan un papel destacado.i bien el análisis económico de los conflictos ha estado

1 Véanse, por ejemplo, los recientes trabajos de Acemoglu et al.2011), Acemoglu y Wolitzky (2014), Gilpin (2001), Yared (2010), yraddon y Hartley (2011). También es muy importante el interésue estas temáticas han suscitado en instituciones como el Santae Institute.2 «Economic issues and conflicts» (Coulomb, 2004, p. 4).

sctsc

e

t

N. Fernández-de-Pinedo, F.-F. Munoz

resente siempre en la literatura económica, no ha ocupadon lugar central ni orgánico en el corpus teórico principal. Largencia y complejidad de los retos globales actuales exigeener en consideración enfoques multidisciplinares en losue se inserte el estudio de los riesgos sistémicos así comoa capacidad de respuesta institucional a nivel internacional.sto supone revisar y superar los planteamientos actuales yar cabida al conflicto en el análisis. Este ensayo plantea yeivindica tales necesidades.

En la siguiente sección se presenta sucintamente el papele los bienes públicos globales; la sección 3 propone la apli-ación del diacronismo histórico para extraer los elementosomunes vinculados al conflicto y la gestión de estos bie-es; el siguiente apartado ofrece un breve panorama sobreos retos de un futuro inminente a los que habrá que hacerrente; y terminamos con unas breves consideraciones fina-es.

. Los bienes públicos globales en perspectiva

.1. La necesidad de una gobernanza global

os agentes económicos (individuos y organizaciones) nece-itan tanto bienes privados como públicos ---seguridad, salud,ducación, etc. Entendemos por bien público aquel que estáisponible a todos y del cual el uso por un agente en unrupo no excluye de una manera eficaz su uso por otros den-ro de ese grupo (Olson, 1965, p. 16) y que generalmenten individuo no puede adquirir o procurarse en la cantidadptima por sí mismo. Afecta a un conjunto de individuos, no

uno solo, pudiendo beneficiarse todo el colectivo sin nece-idad de haber tenido que asumir un coste por la generaciónel mismo3. Samuelson (1954) y luego Olson (1965) pusierone relieve los problemas generados por la acción colec-iva y la provisión de bienes públicos. A estos les siguieronardin (1968), Kindleberger (1986), Kaul et al. (1999) entretros, entendiendo que el proceso de globalización requeríaambién de bienes públicos en el ámbito internacional: losenominados bienes públicos globales. Los ejemplos clási-os de los bienes públicos son comunicaciones, transporte,ducación y defensa, que requieren de la acción colectivaonjunta de iniciativas privadas y estatales para su provisiónKaul, 2005, p. 5). En el ámbito internacional, para asegurarl buen funcionamiento de los mercados financieros y el libreomercio es necesario también que exista una estructura ydecuada provisión de bienes públicos globales sustentadan la cooperación y la reciprocidad que redunde en benefi-io de los ciudadanos (Kaul et al., 1999, p. 35) y evite, ena medida de lo posible, crisis futuras4.

La experiencia histórica muestra formas de gestión diver-as con heterogéneos resultados. En general, cuanto másompleja es una sociedad mayores costes de transacción

endrá (Williamson, 1981; Coase, 1960). A medida que eler humano ha ido progresando, ya sea como consecuen-ia del crecimiento demográfico, la tecnología, ya sea por

3 Es el caso, por ejemplo, del medioambiente, paz, seguridad,tc. (Kaul et al., 1999).4 En origen esa es la función de las United Nations Global Trus-eeship Council (G-20).

l pas

ggnjreleis

cEhyntlpfa

2h

Dlhvede(ydsmente durante los periodos de cambio, de transición entreun poder imperial a otro, de un sistema económico a otro9,cuando más frágil es todo el sistema mundial ya que es el

7 Este modelo en realidad está tomado de Tilly (1984), para elcual al menos en Europa, la gestación del estado moderno y de lasnaciones fue sin duda causa directa de la gestión de la violenciaorganizada. Se cede el monopolio de la violencia a cambio de dere-chos civiles y poder político. Sin embargo, la pregunta que se nosplantea es por qué entonces no hay más estados democráticos o porqué seguimos viendo estados fallidos.

8 El término imperio tiene un origen político-militar en la antiguaRoma, que se sustenta en la capacidad y la autoridad para poder

Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

Economía y conflicto: urgencias del presente y lecciones de

ampliación de territorio, ha tenido que gestionar y solven-tar un número creciente de problemas y por lo tanto asumirmayores costes en forma de energía, mano de obra, tiempoy capital. Sin embargo, la gestión de los recursos disponiblesgenera tensiones, de manera que todas las sociedades hantenido y tienen que convivir con el conflicto con mayor omenor intensidad.

Los bienes públicos globales tradicionales, vinculados conla política exterior, fueron gestionados, o bien por medio dela confrontación, conquista y guerra, o bien a través de lostratados internacionales que garantizaban la navegación enalta mar y el acceso a las rutas comerciales (Harrison, 2012).A medida que los avances en materia de transporte se fue-ron sucediendo, los acuerdos internacionales también. Fuenecesario regular el tendido de los cables submarinos, losbuques correo, la aviación o las telecomunicaciones. Estosacuerdos multilaterales, de ámbito planetario, constituyensin duda un bien público global ya que generan un marcocomún del que se benefician todos los individuos participeno no activamente en la generación de los mismos.

En el periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial laspolíticas nacionales y la diplomacia eran las encargadas develar por los bienes públicos a través de la política exterior.No se requería del consenso de todas las naciones. La globa-lización tenía aún sus límites, aunque se puede hablar de laexistencia de miniglobalizaciones por bloques o alianzas. Sinembargo, la disrupción de los intercambios comerciales, delos movimientos de capital y migratorios que acompanaronlas guerras mundiales afianzaron la idea de establecer unaserie de «prioridades globales compartidas» (Kaul, 2000). Asíla creación de las Naciones Unidas se sustentó sobre la basede esta nueva perspectiva o necesidad de velar por el buenfuncionamiento de ciertas reglas a nivel internacional.

En el actual contexto se hace imperante un mayor equi-librio en el ámbito global entre lo privado y lo público5. Unareglamentación laxa en un país puede producir externali-dades negativas en forma de costes sociales, económicosy ecológicos que se transmiten a la comunidad internacio-nal. Hoy día se requieren algo más que simples acuerdos deprincipios que garanticen la libre circulación de mercancías:es necesario armonizar y coordinar las políticas nacionales ylas globales. No es tarea sencilla ya que la globalización estágenerando, cuando menos agudizando, la volatilidad de losmercados financieros, la desigualdad, el cambio climático,el poder creciente de sectores privados y empresas transna-cionales, de la propia sociedad civil y ONG6. Todos ellos soncapaces de ejercer una enorme presión sobre los gobiernos,logrando influir en las normas que son comunes a las nacio-nes. La soberanía nacional militar, política y cultural estáen este sentido en entredicho (Rodrik, 2012), lo que llevaría

implícito de alguna forma el fin del Estado-nación (Hardt yNegri, 2001) tal y como lo conocemos. Turchin et al. (2013)sostienen que los organismos o instituciones, ya sea una reli-

5 Así, por ejemplo, los brotes de Ébola desencadenados en elverano 2014 en África generaron una alerta internacional res-tringiendo los viajes en avión, aplicando cordones sanitarios ycuarentenas y movilizando a la comunidad científica para tratar debuscar una vacuna eficaz que limitase los estragos de la enfermedady evitase su propagación.

6 Véanse, por ejemplo, De la Dehesa (2003) y Stiglitz (2002).

mdpgPiucny(

(

ado 161

ión, ya sea un gobierno de burócratas profesionales, queeneran lo que denomina normas ultrasociales (ultrasocialorms), permiten a un gran número de poblaciones traba-ar conjuntamente. Hoy día esas instituciones y normas soneconocidas como derechos del ciudadano y estados. Perosas normas o reglas son difíciles de consolidar y desarrollar,a razón principal para que se acepten y establezcan ha sidon no pocas ocasiones a través de la fuerza. Es decir, que lasnstituciones evolucionarían gracias a la competencia entreociedades, gracias al conflicto7.

Sin embargo, se ha tendido a pasar por alto la importan-ia de la violencia organizada en el proceso de globalización.s por esta razón por la que las urgencias del presenteacen imperativo tener que buscar análisis más profundos

para ello utilizar un número amplio de herramientas auestro alcance. Un breve excurso por el pasado nos permi-irá entender cuán importante y compleja es la gestión deos bienes públicos globales. En este sentido la Historia nosermite extraer ensenanzas del pasado y plantear preguntasundamentales a las que habría de dar cumplida cuenta elnálisis económico.

.2. La gestión global a través de imperios y poderegemónicos

esde una perspectiva histórica, el mundo es producto dea concatenación de muy dispares y diversos imperios y/oegemones8 que se han ido superponiendo. Su origen estáinculado a la gestión o creación de bienes públicos globalesn su área de influencia, para lo cual es necesaria la gestióne la violencia, asociada intrínsecamente a la defensa desos bienes públicos (propiedad, rutas comerciales. . .). Tilly1992) sostiene que la violencia ha llevado a la globalización

que la propia globalización implica violencia. En escalase tiempo diversas, todos han acabado sucumbiendo y hanido reemplazados por otros (Diamond, 2011). Es precisa-

ovilizar recursos militares. Impone de forma asimétrica su poder,e un estado a otro, y sin embargo, es una forma de organizaciónolítica duradera en la que se encuentran sociedades y culturasobernadas por un centro o metrópoli bajo formas heterogéneas.or su parte, la hegemonía es el poder dominante en el sistemanternacional o regional que por lo general surge tras el cese den gran conflicto del que se sale vencedor gracias a la superioridadomercial, financiera y productiva. Consiste en una jerarquía orde-ada donde los estados tienen posiciones de subordinación definidas

en las que existen intereses comunes y cierto consenso ideológicoBurbank y Copper, 2012).9 Sería el caso de la desintegración de las economías socialistas

Unión de Repúblicas Soviéticas y los países del Este) y su paso a

1

mscptt

rcd11TaqInessddtefbnfslitsnenatp

girLpqciocmltil

et

1l

trdlechuqdcquynytehLeMmarleclonzdl

stybal tienden a agudizarse ya que asegurar la provisión detodos los bienes se está volviendo cada vez más complejoal multiplicarse los centros de poder. La multipolaridad está

11 La escuela realista, en principio centra su atención en el estado-nación y se subdivide a su vez en 2 corrientes. Por un lado, lateoría de la estabilidad hegemónica (Gilpin, 2002; Kindelberger,1973; Krasner, 1976) y, por otro, la teoría de la transición del poder(Organski, 1958 y Organski y Kugler, 1980). La segunda gran escuelaes la denominada sistémica, cuyo centro de estudio es el conjuntode la economía mundial. Esta se subdivide igualmente en 2 gran-des teorías. La teoría del sistema-mundo de Wallerstein (1979) y

Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

62

omento en el que se manifiestan un número mayor de ten-iones. Sin duda la primera mitad del siglo xxi es un momentorucial de cambio y disrupciones crecientes. Una preguntaertinente es si somos capaces de integrar los instrumen-os analíticos que nos permitan entender y gestionar esasensiones crecientes.

La razón por la que en el pasado han sucumbido los impe-ios se puede resumir en problemas de gestión relacionadoson cuestiones medioambientales (Diamond, 2011), rivali-ades con los vecinos, sobredimensionamiento (Kennedy,989) y complejidad de las sociedades y/o imperios (Tainter,990). La gestión de sus recursos naturales por parte de laercera Dinastía Ur (2100-2000 A.C.) en Mesopotamia llevó

este imperio a descubrir los problemas en el largo plazoue acarrea la expansión de la irrigación. Por su parte, elmperio Romano al no haberse circunscrito al Mediterrá-eo, fácilmente defendible por mar, llevado por su políticaxpansionista, creció a costa de una mayor complejidad deu aparato administrativo y militar. En el momento en el quee adentró en el continente, su defensa y capacidad recau-atoria se tornó mucho más compleja. Multiplicó el númeroe soldados y de burócratas, lo que resultó caro y poco efec-ivo (Tainter, 1990; Burbank y Cooper, 2012). Mismo caso esl del imperio espanol o francés10 cuya expansión hizo queuese difícil mantener los territorios ultramarinos no soloien conectados sino abastecidos y protegidos de incursio-es rivales, principalmente inglesas. En el siglo xvi Espanaue capaz de movilizar suficientes recursos para manteneru imperio en Europa y en América. La monarquía hispánicaogró transformar la deuda a corto plazo en deuda a plazondefinido pero fue incapaz de hacer frente no ya a la amor-ización, sino al pago de intereses, y a lo largo del siglo xvii

e vio envuelta en varias bancarrotas (Bernal, 2000). Mante-er un ejército con grandes efectivos y unas posesiones tanxtensas acabó arruinando al país. Las invasiones napoleó-icas fueron aprovechadas por sus colonias en el continentemericano, sabiendo que era imposible proteger todos loserritorios del imperio con igual efectividad y rapidez, pararoclamar su independencia.

Pero también se puede sucumbir no por un problema deestión interna sino por tener que hacer frente a rivales adntra y ad extra. La imposición por la fuerza es una caracte-ística de los imperios, y tiene elevados costos crecientes.a expansión implica un creciente número de detractoresotenciales y la resistencia tiende a intensificarse, con loue el coste del control y dominio también crece exponen-ialmente. Al final se llega a situaciones insostenibles y losmperios implosionan. El imperio romano, el bizantino o eltomano tuvieron siempre que hacer frente a sus vecinos yada uno de ellos gestionó de forma diferente los proble-as que acarrea una frontera móvil (Tainter, 1990). Por otro

ado, los conflictos internos en el seno de los imperios suelen

ornarse en tentativas de salirse del orden imperial, comolustra el caso de las revoluciones europeas y americanas deos siglos xviii y xix (Burbank y Cooper, 2008).

conomías de mercado. Esta transición todavía no ha finalizado delodo.10 Hoffman y Rosenthal (1997) calculan que Francia entre 1628 y768 gastó en el ejército, en asuntos exteriores y en el servicio dea deuda entre un 71 y un 95% del total del gasto del estado.

BrltTl

iy

h

N. Fernández-de-Pinedo, F.-F. Munoz

El fin del sistema imperial clásico dio lugar a un nuevoipo de liderazgo, que a diferencia del este supervisa laselaciones entre sociedades independientes desde el puntoe vista político. Es a partir del siglo xx cuando surge frente aa de imperio, la idea de un poder hegemónico cuyo peso enl mundo es de tal envergadura que la caída de esta poten-ia dominante llevaría a la inestabilidad global. El poderegemónico de una nación (o hegemon) estaría basado enn liderazgo por consentimiento. Existen varias corrientesue aglutinan las teorías relacionados con este orden mun-ial asociado a un poder hegemónico11. Los elementos enomún de todas estas corrientes se pueden resumir en loue Gilpin (2008) considera como las dos cualidades quen poder hegemónico debe tener: la eficiencia económica

política y, el poder militar. Por eso un poder hegemó-ico tratará de crear un sistema de libre comercio liberala que el aumento de intercambios entre países siempre seorna positivo para quien más y mejor produzca12. Redundan beneficio del propio hegemon. Se puede considera quean existido 2 grandes hegemones: Gran Bretana y EE. UU.a transición de uno a otro se produjo en el periodo dentreguerras y se consolida tras la Segunda Guerra Mundial.ientras en el caso del primero no pudo evitar el adveni-iento de 2 guerras mundiales, el segundo ha mantenido,

l menos de momento, una cierta estabilidad y ha asegu-ado la provisión de bienes públicos globales tras el fin dea Guerra Fría y el mundo bipolar. El número de conflictosn los que participa una gran potencia y el de fallecidos enonflictos armados ha disminuido desde 1989 pero su natura-eza es bien distinta. Predominan las guerras intraestatales

civiles (Collier, 2010), de carácter étnico-religiosas, peroo se circunscriben al ámbito local ya que se internacionali-an. Otra diferencia es el incremento de muertes violentase civiles, colectivo que ha pasado de representar el 5% deos heridos y fallecidos al 90%13.

Sin embargo, esa hegemonía del coloso americano estáiendo contestada por lo que estaríamos en un momento deransición, en un mundo multipolar con tensiones latentes

conflictos en ciernes. Los problemas de gobernanza glo-

raudel, 1982 [1949]. Según Wallerstein (1979), para acceder a losespectivos ciclos de hegemonía mundial se desataron fuertes y pro-ongados conflictos bélicos mundiales (guerra mundial). La segundaeoría, la teoría de los ciclos largos (Modelski, 1978; Modelski yhompson, 1996) sostiene que desde 1430 se han ido sucediendo

as potencias hegemónicas.12 Está implícito el control de la navegación marítima mediante unamportante flota naval y bases estratégicas, o la influencia cultural

política sobre los demás países.13 Se circunscriben a Medio Oriente, Asia occidental y África. Stock-olm International Peace Research Institute (http://first.sipri.org)

l pas

2fABdssishLcCmcnsfiEpclleEdbn«f

pylclpliddese

4

La visión pacifista de Fukuyama, tras el fin de la Guerra Fría,plasmada en su ensayo publicado en 1989, El fin de la histo-ria, anunciaba el advenimiento de un mundo sin conflictos

14 Philipp S. Golub, Les Etats-Unis face au traumatisme de la finde l’Empire, Le Monde Diplomatique, octubre 2007.15 Ian Buruma, America’s Late Imperial Dilemma, Project Syndi-cate, June, 6th of 2014.16 En los Balcanes, con el pretexto de conceder a cada nación suestado, se han llevado a cabo masacres étnicas, primero en 1870,

Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

Economía y conflicto: urgencias del presente y lecciones de

comprometiendo la gestión global. De lo que no cabe dudaes de que el análisis económico tiene que dejar de estable-cer la paz como norma y la guerra como excepción, y dejarde entender la economía únicamente como un elementopacífico y optimista.

3. Diacronía histórica

¿Qué características comunes entre imperio y poder hege-mónico se pueden extraer que puedan aportarnos elementosde análisis para el futuro? En primer lugar, que tanto unocomo el otro integran áreas separadas dentro de un mismoespacio y orden económico bajo la denominada Pax a travésdel comercio y la especialización. Esa área o espacio comúnfomenta la prosperidad que es protegida defensivamentefrente a terceros y establece unas reglas y un orden interno.Se genera por lo tanto una miniglobalización interna. La PaxRomana, la Pax Mongólica o Pax Britannica sirven de ejem-plo para ilustrar este aspecto pero también la Guerra Fríay el mundo bipolar. Dos sistemas internamente estables yenfrentados entre sí. La geografía aquí adquiere un valoranadido (Lacoste, 1976 [2013], Kaplan, 2012), las barrerasnaturales para poder contener a posibles invasores suponenuna protección suplementaria.

La segunda característica es la brevedad creciente delas fases de estabilidad. Los imperios han sabido movilizarla mano de obra y los recursos pero han creado socieda-des que han sufrido largos periodos de crecimiento políticoseguidos de estancamiento económico, han sido conquis-tados por otros estados o han colapsado. Tras la PrimeraGuerra Mundial Spengler, (1991) en su obra La decadencia deOccidente, ponía de manifiesto cómo todas las civilizacionespasaban inexorablemente por una serie de fases: creación,crecimiento, apogeo, declive y desaparición. Chase-Dunn yHall (1997) coinciden también en la existencia de etapas deexpansión/contracción en las que primero se experimentaun rápido crecimiento al que le sigue una fase más lentay finalmente llega la regresión. En general, los investiga-dores (Pollins, 1996) convienen en la existencia de ciclos,destacando el dinamismo de los sistemas ante todo (Turchiny Hall, 2003). Muchos investigadores establecen sus propiasetapas atendiendo a una vasta variedad de factores, peroindependientemente de los ciclos internos que se proponganse observa una disminución en la duración de los mismos. Enla antigüedad los imperios podían prolongarse más de 2.000anos, como en el caso de la civilización egipcia (hasta 900el Imperio Romano), y sin embargo, ese periodo de hege-monía o dominio se ha ido reduciendo desde el siglo xix

considerablemente. Es un hecho que los ciclos se acortan. Silos periodos de Pax o estabilidad se atenúan, las transicio-nes se multiplican así como las posibilidades de fricciones yfracturas.

La tercera característica es que se produce una tran-sición entre imperios y hegemones. Transición que suelenir acompanada de conflictos. El periodo de entreguerras esun claro ejemplo de esa dolorosa transición entre la hege-monía de Gran Bretana y la de EE. UU. Tras el congreso

de Viena en 1819, y el fin de las guerras napoleónicas, seorquestó un orden mundial basado en un poder multipo-lar, un concierto de naciones, a cuya cabeza estaba GranBretana. Sin embargo, tras haber logrado mantener durante

ed9t

ado 163

siglos el orden en su imperio y no tener rival en Europa,alló estrepitosamente en prevenir por 2 veces el auge delemania como hegemon. Este error minó el poder de Granretana como líder mundial. El gran desacierto fue tratare desempenar el papel de mediador, regulador de Europa,in querer pertenecer a ella según Kaplan (2014). Antepusou imperio al continente europeo, donde por otro lado erancapaz de desplazar suficientes efectivos14. Pero las tran-iciones no son solo problemáticas de imperio a imperio uegemon sino al desintegrarse ese poder unificador, central.a paradoja del imperio15 es como reducir la dependen-ia de la metrópoli sin causar mayor violencia y tiranía.uanto más tiempo está sujeta la colonia a su metrópoli,enos preparada está para adquirir su independencia al

arecer de los medios para poder gestionar autónomamenteo solo su territorio y su economía sino su defensa. A estaituación se le suma un problema anadido que son las uni-caciones y surgir de estados por decisiones «imperiales».l tránsito de colonia a una nación ha sido muy dolorosoara muchas regiones. El sur de Europa y los Balcanes son unlaro ejemplo16. África y Próximo Oriente ocupan también unugar destacado y, de hecho, sufriendo las consecuencias deas decisiones tomadas en el Tratado de Versalles. Turquía,stado tapón con 75 millones de habitantes a caballo entreuropa y Asia es un ejemplo de esas tensiones. En su intentoe huir de los desórdenes del mundo árabe trata de estarajo el amparo de Europa pero la Unión Europea ve en estaación un elemento distorsionador de su ya de por sí débilimperio europeo occidental» que parece ir encaminado araccionarse al menos en 2.

La ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en 1993arecía querer a toda costa favorecer la identidad regional

propuso a cada república el derecho a optar por su propiaengua oficial aunque definiendo al ruso como la lengua delonjunto de la Federación Rusa. Trató además de preservara multiculturalidad. Lo más llamativo es que Vladimir Putinarece revivir las prácticas patrimoniales de los zares,azos del gobierno con magnates industriales, control denstituciones religiosas, control de la prensa, adaptaciónel proceso electoral al servicio de un único partido, augeel nacionalismo ruso, activación de conflictos territorialesn los confines de sus fronteras: Burbank y Copper (2012)e preguntan si ha resurgido el Imperio Ruso en la escenaurasiática.

. La urgencia de los retos globales

n 1912-13, tras la primera guerra mundial y el desmantelamientoe los imperios vencidos, tras la segunda guerra mundial, y en los0 cuando el estado creado saltó por los aires y un nuevo genocidiouvo lugar.

1

gdfltndnAdlhS

mvefieltlepLelOebdac

ss2cesedmAcdl2e

dssamu

car

eddc2esslt(une2ntUndc

cedcmpEgded(thq

clldhrqe

Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

64

racias al triunfo de occidente y por ende de la consoli-ación de la democracia liberal y del mercado como únicaorma de gobierno. Esta idea será ampliada en 1992 en elibro El fin de la historia y el último hombre, en cuyo capí-ulo segundo, «El último hombre en una botella», defendíao solo la ausencia de otra alternativa realista sino queemostraba tener una fe ciega en la ciencia y en la tec-ología como la solución a todos los males de la humanidad.firmaba que al cabo de 2 generaciones «habremos abolidoefinitivamente la Historia Humana porque habremos abo-ido a los seres humanos como tales. Y entonces una nuevaistoria post-humana comenzará» (Fukuyama, 1992, 1995).in embargo, la realidad ha sido y es bien distinta.

La inestabilidad se puede convertir en endémica si tene-os en cuenta los crecientes problemas a los que el mundo

a a tener que hacer frente y gestionar. El primero de elloss de carácter demográfico. Aunque la transición demográ-ca hace tiempo que concluyó en los países desarrollados,specialmente en la Europa Occidental (con tasas de ferti-idad inferiores a 2 hijos por mujer) otras regiones sigueneniendo una tasa global de fertilidad elevada. La desace-eración de las tasas de natalidad se está generalizando, sinmbargo, la población todavía sigue aumentado, si bien esrobable que se estanque a mediados del siglo17. En Américaatina a pesar del descenso de la natalidad, especialmenten zonas urbanas, su esperanza de vida va en aumento poro que la población sigue creciendo. En el sudeste asiático yriente Próximo las tasas de fecundidad se sitúan, excepton el caso de China, entre 3 y 4 hijos por mujer. África tam-ién está experimentando un rápido descenso en sus tasase fertilidad, aunque en términos globales se estima quelcanzará en 2050 los 2 billones, cuando en 1850 contabaon tan solo 110 millones de personas.

Una mayor presión demográfica sobre los escasos recur-os disponibles para la inmensa parte de la población de porí pobre y hambrienta en ciertas regiones tendrá al menos

graves consecuencias: auge de la violencia y emigra-ión masiva. Aunque dentro del amplio continente africanoxisten realidades muy diferentes desde el punto vistaocioeconómico, la inmensa mayoría de sus naciones tienenn común una estructura demográfica muy similar, pirámi-es de población con base ancha, o lo que es lo mismo, laayor parte de su población por debajo de los 40 anos18.quellos países con menos recursos, que ni siquiera seanapaces de garantizar la subsistencia y con seudogobiernose corte dictatorial o militar tenderán a expulsar población,

os conflictos se multiplicarán y las guerras civiles (Collier,009) no desaparecerán. Las consecuencias devastadorasn Ruanda, Mauritania, Chad, Sudán o Somalia evidencian

17 Según Gonzalo et al. (2013). No obstante, incluso en el casoel estancamiento de la población mundial, esto no supondría ení mismo un alivio a los problemas demográficos más acuciantes,ino la transformación de los mismos. Nos referimos, claro está,l cambio en la estructura demográfica (una población creciente-ente envejecida), los desajustes en su distribución (aumento del

rbanismo y megalópolis, presiones demográficas), etc.18 Se está produciendo una atomización de las pirámides de pobla-ión de base ancha en los países en vías de desarrollo y de cimancha en los países desarrollados. Los flujos migratorios debieraneequilibrar estas disparidades.

etdaty

t

drd((

N. Fernández-de-Pinedo, F.-F. Munoz

sto. El Norte de África y Oriente Próximo sufren igualmenteesde 2011 las consecuencias de la inestabilidad resultantee combinar población mayoritariamente joven, sin empleo,on incremento de las desigualdades económicas (Turchin,012). Estas últimas favorecidas por los cambios en lasstructuras sociales a medida que aumentan los ingresos deus élites19 que además controlan el poder político. Comoenalan Felton y Graham (2013) y Frank (2005), entre otros,os individuos se preocupan por su nivel de ingresos peroambién por la posición que ocupan en la jerarquía socialMilanovic, 2006, p. 51). Ferguson anade a esta combinaciónnos precios elevados de productos básicos y un orden inter-acional débil para afirmar que las revoluciones y las guerrasn estos casos son la consecuencia más factible (Ferguson,013, pp. 175-176). Las desigualdades internas en las nacio-es ponen en riesgo la estabilidad política, multiplican lasensiones y la violencia y acaban como hemos visto en la exnión Soviética o en las revueltas árabes con la estabilidadacional, llegando incluso a provocar el desmembramientoe territorios y, por efecto contagio, afectando a los paísesolindantes (Milanovic, 2012).

Por otro lado, los estados africanos en mejores condi-iones económicas tenderán a cerrar sus fronteras a estosmigrantes forzosos y pobres20, por lo que se favorecerá,e forma directa o indirecta, la segunda de las consecuen-ias que atane a todo el área mediterránea, la emigraciónasiva hacia el continente europeo. La libre circulación deersonas se torna una quimera en este contexto. La Uniónuropea tendrá que tomar medidas para controlar esta emi-ración masiva. Los teóricos efectos positivos desde el puntoe vista macroeconómico, de redistribución y convergenciantre naciones, que conllevaron las migraciones de finalesel siglo xix y comienzos del xx han dejado de producirseGozzini, 2006, p. 341). Las migraciones ilegales represen-an la mitad de todos los flujos migratorios internacionales,echo que favorece a las mafias y organizaciones criminalesue trafican con miles de seres humanos.

El segundo gran problema agrupado bajo el paraguas delambio climático incluye los desastres medioambientales yas pandemias. La mala gestión de los bienes públicos globa-es naturales puede desembocar en un cambio climático deifícil reverso que afecte a la propia supervivencia del serumano. Por un lado, la multiplicación de catástrofes natu-ales como tifones, huracanes, tsunamis, inundaciones. . .

ue suelen como consecuencia indirecta llevar aparejadasnfermedades (disentería, cólera. . .), y por otro lado, larosión del suelo, descenso de las capas freáticas, deser-ización, deforestación y deshielo de glaciares afectaránirectamente a la capacidad de la agricultura para poder

limentar a la población (Brown, 2012). Estos hechos acen-uarán los flujos migratorios desde la costa hacia el interior

desde zonas áridas hacia otras más húmedas y fértiles.

19 Élites que invierten en la educación superior de sus hijos. Es laeoría de la Elite overproduction de Turchin (2012, p. 581).20 Según datos del Banco Mundial, según los datos de brechae pobreza a US$ 2 por día (PPA), Asia meridional se situa-ía en un 23,5%, y África del sur del Sahara en un 35,7%,estacando por encima de la media Nigeria (50,2%) y Zambia56,8%). http://datos.bancomundial.org/indicador/SI.POV.GAP2/consultado el 5 de octubre 2013).

l pas

Axpe

Eqpcmrecscmeyhep(dcvcsallicCfVlmctp

Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

Economía y conflicto: urgencias del presente y lecciones de

Veremos a un nuevo tipo de refugiado, el refugiado climático(Orsenna, 2008, p. 165). Esas migraciones tenderán a inten-sificarse, presionando aún más los recursos (tierra y agua)y conllevarán una gran inestabilidad social. El problemaanadido es que con toda probabilidad, acompanando a lashambrunas, podrían irrumpir posibles pandemias como con-secuencia de la deforestación, desertización y rendimientosdecrecientes que incidirán en una peor alimentación, des-nutrición y una menor resistencia a los infecciones21. Lasinvestigaciones que tratan de medir el impacto del aumentode la temperatura auguran un ascenso de las guerras civilesen África, en torno a un 54% de conflictos más (Burke et al.,2009).

Acompanando a las migraciones, especialmente lasmigraciones campo-ciudad, están los problemas de urba-nización y la proliferación de megalópolis. El proceso deurbanización, indicador para medir el crecimiento econó-mico de una economía ha experimentado un considerableaumento en las últimas décadas. Más del 45% de las perso-nas viven en la actualidad en urbes22. Las ciudades absorbenuna población creciente, pero si ese proceso es demasiadorápido pueden proliferar urbes, especialmente en el mundoen desarrollo, con graves problemas de abastecimiento,agua potable, hacinamiento, salubridad, contaminación,transporte e inseguridad.

La gestión de los recursos naturales disponibles no soloserá crucial sino que ya se ha convertido en una cuestión deseguridad nacional23. Brown (1977, p. 41) en la década de los70 aventuraba que la clave de la seguridad nacional sería lasostenibilidad. En la actualidad más que nunca esa seguridadestá siendo contestada por los efectos del cambio climático.Los ríos y afluentes que dependen de los glaciares del Hima-laya aportan agua a más del 40% de la población mundial yaque abastecen a 9 países. Si los glaciares se funden, casi lamitad del planeta sufrirá hambre y sed (Orsenna, 2008, pp.227-233). Gran Bretana, las islas del Caribe, Japón entreotras ínsulas y archipiélagos, así como los países a orillasdel Mediterráneo sufrirán sin duda graves problemas por elascenso del nivel del mar, pero países como China no estánen mejores posiciones. Esa previsión futura de escasez ya

está teniendo efectos. El nuevo colonialismo por parte de laIndia o de China en tierras africanas deja entrever las crisisfuturas24. Las enormes desigualdades regionales dentro de

21 La gripe, cada ano, nos recuerda cuán mortíferas puede llegar aser. En 1918 la gripe americana (mal llamada gripe espanola) causómás de 50 millones de muertes (Johnson y Mueller, 2002). Aunquelas siguientes pandemias han sido menos letales ---la gripe asiáticade 1957-58 causaría 4 millones de víctimas y la más reciente, la pan-demia de gripe de 2009, tan solo 18.000 fallecidos--- no debemos,a pesar de los avances en el campo de la medicina, menospre-ciar las posibles pandemias como efectos colaterales del impactomedioambiental de nuestra actividad sobre el planeta.22 Datos del Banco Mundial. http://www.worldbank.org/depweb/spanish/modules/social/pgr/print.html, (consultado el 5 de octu-bre de 2013)23 «[C]limate change may come to represent as great or a grea-ter foreign policy and national security challenge than any problemfrom this list. And, almost certainly, overarching global climatechange will complicate many of these other issues» (Campbell et al.,2007, p. 111).24 Documentos TV «El planeta en venta» (en http://www.rtve.es).

ub

ilcod

edec1

sl«fi(

ado 165

sia favorecerán las migraciones hacia Rusia, Mongolia, Pró-imo Oriente. . . (Hung y Tsai, 2012, p. 108), reaparecerán losroblemas étnicos y las tensiones acabarán previsiblementen brotes xenófobos e incremento de la violencia.

La emergencia de los BRIC también anade nuevos retos.n el caso de la República Popular China, si este paísuiere asumir un papel de liderazgo a nivel mundial deberáriorizar las consecuencias medioambientales de su rápidorecimiento económico. La presión internacional puedeellar su autonomía nacional y provocar cambios inespe-

ados a nivel social y político. El gran reto de China enstos momentos es cómo ser capaz de mantener las tasas derecimiento económico, la modernización de su economía yociedad, asegurar los recursos básicos para su población25 yombinar al mismo tiempo acciones que eviten el deterioroedioambiental. Conviene recordar que el 70% del consumo

nergético de China se lleva a cabo gracias al carbón mineral que ha sobrepasado a EE. UU. en emisiones de CO2. Chinaa pasado de un consumo de 1,5 millones de barriles por dían el ano 2000 a 5 millones en 2010 (aumento del 330%) y serevé que para 2035 alcance 11,6 millones de barriles diariosKlare, 2001). Es decir, que para 2040 igualaría el consumoe EE. UU. La diferencia es que mientras EE. UU. es capaz deubrir las dos terceras partes de su consumo con sus reser-as y las de su vecino canadiense, en el caso de China soloubriría un tercio de sus necesidades con sus propios recur-os. De ahí los intereses de sus inversiones en el continentefricano, América del Sur y países de la ex-URSS. En generalos problemas energéticos sirven de ejemplo para el resto deos sectores en China. Su demanda de todo tipo de recursosrá en aumento, por lo que tiene que ir reforzando sus lazoson los suministradores internacionales de materias primas.rea companías estatales para explotar yacimientos petrolí-eros en el extranjero; así se asocia con companías locales enenezuela, Angola o invierte en companías mineras. Facilitaínea de crédito a países africanos como Angola, o apoyoilitar a Sudán y Zimbawe. Sin embargo, esta estrategia

ontribuye de nuevo a enriquecer a las élites locales mien-ras la población autóctona vive por debajo del umbral de laobreza. Es cierto que el xii plan quinquenal (2011-15) ponen gran énfasis en energías renovables, nuevos materiales,iotecnología, etc., pero están por ver los resultados.

Los problemas medioambientales, especialmente elmpacto del cambio climático26, liderarán la agenda dea política mundial y la seguridad nacional. Las divergen-

ias entre naciones se deberán a la capacidad de unas ytras para afrontar los efectos de esas transformaciones. Esecir, que la actualidad distribución desigual de la renta se

25 Tal vez esa sea la razón por la que en agosto de 2011 China fletól primer portaviones y está invirtiendo en su flota naval. Ser capaze defender su territorio y sus intereses en otros lugares como Áfricastá sin duda tras estas inversiones en defensa. Véase China’s air-raft carrier. Name & purpose to be determined, en The Economist,3 de agosto de 2011.

26 Según el sociólogo suizo Raznig Keucheyan, el capitalismo haido capaz de encontrar soluciones, por otro lado nada origina-es, a las crisis ecológicas, y por ende económicas: la guerra yfinanciarisation» a través de la especulación en los mercadosnancieros con el calentamiento global y otros desastres naturalesderivados climáticos y obligaciones catástrofe) (Keucheyan, 2014).

1

amthcy(

dtpdApL(dof(spnlitpds

5

Dcspdqbaecsmmadngic

ldptapuNs

meeetspn

F

EMy

B

A

A

B

B

B

B

B

B

B

B

B

B

B

C

C

C

C

C

Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

66

centuará aún más si no se pone remedio (Piketty, 2013). Elercado crea desigualdades entre grupos sociales diferen-

es y eso contribuye a generar conflictos (Chua, 2004). Deecho, es posible que veamos cómo se multiplica la violen-ia intraestatal, llegando a producirse escisiones, fracturas

una nueva configuración del mapa político en regionesMilanovic, 2012).

Esta lista, en modo alguno exhaustiva, refuerza la ideae la necesidad y urgencia de incorporar de forma sustan-iva en el análisis económico el conflicto. No en vano, hanroliferado en las últimas décadas, al margen del ámbitoe la defensa nacional, estudios superiores y centros comomerican Center for Democracy, Institute for conflict, coo-eration and security, o el Center for Conflict Resolution,’école de Guerre Économique ubicados en Europa y EE. UU.Harbulot, 1992). En estas instituciones se imparten estudiose posgrado que relacionan economía, conflicto, violenciarganizada y globalización, con la finalidad de formar pro-esionales, procedentes de diversos ámbitos y formaciónEconomía, Humanidades, Telecomunicaciones. . .), a los quee les brinda un amplio abanico de herramientas analíticasara poder detectar, analizar y, eventualmente, manejaruevos conflictos. Es cierto que el interés está muy foca-izado en el mundo de la empresa y la gestión de riesgos enformación, pero permiten abrir nuevas perspectivas. Esteipo de estudios al menos en el caso de Espana no tienen uneso específico en las facultades de economía, aunque para-ójicamente importantes resultados de la teoría económicae han aplicado a estos temas.

. Consideraciones finales

esde distintas disciplinas parece existir cuando menos unonsenso respecto a la necesidad de replantear el actualistema económico desde nuevas perspectivas que den cum-lida cuenta de los temas arriba planteados. Existe, sinuda, una cierta concienciación global que explicaría porué aquellos libros que denuncian el mercado global, la glo-alización, la pobreza y desigualdad se han convertido enuténticos éxitos de ventas (Budgen, 2000, p. 149). Parecexistir un amplio acuerdo en que estamos en un momentorucial, de transición entre poderes hegemónicos, sin quee sepa cuál sería el nuevo hegemon. Mientras los más pesi-istas como Kaplan (2012) sostienen que estamos en unomento de transición hacia un nuevo orden mundial que

cabará en desorden y caos, o auguran una ausencia totale liderazgo (Bremmer, 2012), otros ven posible un mante-imiento de la paz si se refuerza el papel de la gobernanzalobal a través de, por ejemplo, instituciones financierasnternacionales capaces de hacer frente a las crisis finan-ieras recurrentes (Lal, 2004).

Se ha prestado gran atención desde la academia y en laiteratura especializada a los acuciantes problemas asocia-os a la grave crisis financiera y económica internacional,romoviéndose el debate intelectual y la revisión de las polí-icas monetarias y fiscales y sus fundamentos. Sin embargo,ún existe, nos parece, una insuficiente presencia de los

rincipales problemas de fondo aquí presentados o inclusona carencia en los curricula de los futuros economistas.o puede negarse, en cualquier caso, los esfuerzos quee han hecho por integrar los conflictos, las cuestiones

C

C

N. Fernández-de-Pinedo, F.-F. Munoz

edioambientales, etc. en el corpus neoclásico. Sinmbargo, entendemos que la complejidad de los temasxige un marco analítico de referencia más amplio. Es porllo necesario recuperar la centralidad de la economía polí-ica, fomentar enfoques multidisciplinares en las cienciasociales que sean integradores, recuperar la historia delensamiento económico (Blaug, 2001) y de la historia eco-ómica.

inanciación

ste trabajo ha sido posible gracias a la financiación delinisterio de Ciencia e Innovación (ref. HAR 2012-35965/His)

de Grupos consolidados del Gobierno Vasco (Ref. IT807-13).

ibliografía

cemoglu, D., Golosov, M., Tsyvinski, A., 2011. Power fluctua-tions and political economy. Journal of Economic Theory 146,1009---1041.

cemoglu, D., Wolitzky, A., 2014. Cycles of conflict: An economicmodel. American Economic Review 104, 1350---1367.

ernal, A.M., 2000. Dinero, Moneda y Crédito en la Monarquía His-pánica. Marcial Pons, Madrid.

laug, M., 2001. No history of ideas, please, ee’re econo-mists. The Journal of Economic Perspectives 15, 145---164,http://dx.doi.org/10.2307/2696545.

raddon, D.L., Hartley, K. (Eds.), 2011. Handbook on Economics ofConflict. Edward Elgar, Cheltenham UK and Northampton MA.

raudel, F., 1982. La Mediterranée et le Monde Mediterranée al’Époque de Philippe II. Armand Colin, Paris.

remmer, I., 2012. Every Nation for Itself: Winners and Losers in aG-Zero World. Penguin UK, London.

rown, L.R., 1977. Redefining National Security. Worldwatch Paper14 October. Disponible en: http://eric.ed.gov/?id=ED147229

rown, L.R., 2012. Para prevenir una nueva crisis alimentaria. Polí-tica Exterior 26, 176---184.

udgen, S., 2000. A new Spirit of Capitalism. New Left Review 1(February), 149---156.

urbank, J., Cooper, F., 2012. Imperios: Una Nueva Visión de laHistoria Universal. Crítica, Barcelona.

urbank, J., Cooper, F., 2008. Empire, droits et citoyenneté, de212 à 1946. Annales. Histoire, Sciences Sociales 63e année (3):495-531.

urke, M.B., Miguel, E., Satyanath, S., Dykema, J.A., Lobell,D.B., 2009. Warming increases the risk of civil war in Africa.Proceedings of the National Academy of Sciences 106, 1---5,http://dx.doi.org/10.1073/pnas.1014879107.

ampbell, K.M., Gulledge, J., McNeill, J.R., Podesta, J., Ogden,P., Fuerth, L., et al., 2007. The age of consequences: Theforeign policy and national security implications of global cli-mate change. Center for a New American Security.

hase-Dunn, C.K., Hall, T.D., 1997. Rise and Demise. ComparingWorld - Systems’ Boulder. Westview Press, Colorado.

hua, A., 2004. World on Fire: How Exporting Free Market Demo-cracy Breeds Ethnic Hatred and Global Instability. Arrow,London.

oase, R.H., 1960. The problem of social cost. Journal of Law andEconomics 3, 1---44.

ollier, P., 2009. Guerra en el Club de la Miseria: la Democracia enLugares Peligrosos. Turner, Madrid.

ollier, P., 2010. Wars, Guns and Votes: Democracy in DangerousPlaces. Vintage, London.

oulomb, F., 2004. Economic Theories of Peace and War. Routledge,London; New York.

l pas

K

K

K

K

K

K

L

L

M

M

M

M

M

O

OO

O

PP

P

R

S

S

S

ST

T

T

Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

Economía y conflicto: urgencias del presente y lecciones de

De la Dehesa, G., 2003. Globalización, Desigualdad y Pobreza.Alianza Editorial, Madrid.

Diamond, J., 2011. Collapse: How Societies Choose to Fail or Sur-vive. Penguin, London.

Felton, A., Graham, C., 2013. Does Inequality Matter to Indivi-dual Welfare? An Initial Exploration Based on Happiness Surveysfrom Latin America. The Brookings Institution. (acceso 13Oct) [consultado 13 Oct 2013]. Disponible en: http://www.brookings.edu/research/reports/2005/01/01poverty-graham

Ferguson, N., 2013. La Gran Degeneración. Debate, Madrid.Frank, R.H., 2005. Positional externalities cause large and preven-

table welfare losses. American Economic Review 95, 137---141,http://dx.doi.org/10.1257/000282805774670392.

Fukuyama, F., 1992. The End of History and the Last Man. Free Press,New York.

Fukuyama, F., 1995. El Fin de la Historia y el Último Hombre.Planeta-Agostini Barcelona.

Gilpin, R., 2001. Global Political Economy: Understanding the Inter-national Economic Order. Princeton University Press, Princeton.

Gilpin, R., 2002. The Rise of American Hegemony. En: PatrickO’Brian, Armand Clesse (Eds.), Two Hegemonies: Britain 1846-1914 and the United States 1941-2001. Ashgate Publishing,Aldershot, pp. 165---182.

Gonzalo, J.A., Munoz, F.-F., Santos, D.J., 2013. Using arate equations approach to model world population trends.Simulation-Transactions of the Society for Modeling and Simu-lation International 89, 192---198, http://dx.doi.org/10.1177/0037549712463736.

Gozzini, G., 2006. The global system of international migra-tions, 1900 and 2000: A comparative approach. Journalof Global History 1, 321---341, http://dx.doi.org/10.1017/S1740022806003020.

Harbulot, C., 1992. La Machine de Guerre Économique. Economica,Paris.

Hardin, G., 1968. The tragedy of the commons. Science, New Series162, 1243---1248, N3859.

Hardt, M., Negri, A., 2001. Empire. Harvard University Press, Har-vard.

Harrison, M., 2012. Contagion: How Commerce Has Spread Disease.Yale University Press, New Haven.

Hoffman, P., Rosenthal, J.L., 1997. The political economy of war-fare and taxation in early modern Europe: historical lessons foreconomic development. The Frontiers of the New InstitutionalEconomics, 31---55.

Hung, M.-T., Tsai, T.C., 2012. Dilemma of choice: China’sresponse to climate change. Revista Brasileira de Polí-tica Internacional 55(SPE):, 104---124, http://dx.doi.org/10.1590/S0034-73292012000300007.

Johnson, N.P.A.S., Mueller, J., 2002. Updating the accounts: Glo-bal mortality of the 1918-1920 ‘Spanish’ influenza pandemic.Bulletin of the History of Medicine 76, 105---115.

Kaplan, R.D., 2012. The Revenge of Geography: What the Map TellsUs About Coming Conflicts and the Battle Against Fate. RandomHouse Publishing Group, London.

Kaplan, R.D., 2014. In Defense of Empire. The Atlantic. Dis-ponible en: http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2014/04/in-defense-of-empire/358645/

Kaul, I., 2000. Biens publics globaux, un concept révolutionnaire.Le Monde Diplomatique.

Kaul, I., 2005. Global public goods: A key to achieving the millen-nium development goals. Office of Development Studies, UNDP.

Kaul, I., Grunberg, I., Stern, M., 1999. Global Public Goods: Interna-tional Cooperation in the 21st Century. Oxford University Press,New York.

Kennedy, P.M., 1989. The Rise and Fall of the Great Powers: Eco-nomic Change and Military Conflict from 1500-2000. Fontana,London.

T

ado 167

eucheyan, R., 2014. La Nature est un Champ de Bataille. EssaiD’écologie Politique. Zones, Paris.

eynes, J.M., 1971 [1919]. The economic consequences of the peace(Vol. The collected writings of John Maynard Keynes V. 3). Lon-don: Macmillan for the Royal Economic Society.

indelberger, C.P., 1973. The World in Depression 1929-1939. Uni-versity of California Press, Berkeley.

indleberger, C.P., 1986. International public goods without inter-national government. American Economic Review 76, 1---13,http://dx.doi.org/10.2307/1804123.

lare, M., 2001. Resource Wars: The New Landscape of Global Con-flict. Macmillan, London.

rasner, S., 1976. State power and the structure of internationaltrade. World Politics 28, 317---347.

acoste, Y., 2013. La géographie, Ca Sert, D’abord, à Faire LaGuerre. La Découverte, Paris.

al, D., 2004. In Praise of Empires: Globalization and Order. PalgraveMacmillan, New York.

cKenzie, F., 2013. Introduction: The Intersection of Tradeand Conflict since 1500. In A Global History of Trade andConflict since 1500. Palgrave Macmillan, London-New York,pp. 1---19.

ilanovic, B., 2006. La desigualdad mundial de la renta: Qué es ypor qué es importante. Principios: Estudios de Economía Política,35---54.

ilanovic, B., 2012. Los Que Tienen y Los Que No Tienen: Breve yParticular Historia de la Desigualdad Global. Alianza Editorial,Madrid.

odelski, G., 1978. The long cycle of global politics and thenation-state. Comparative Studies in Society and History 20,214---235.

odelski, G., Thompson, W.R., 1996. Leading Sectors and WorldPowers: The Co-evolution of Global Economics and Politics. Uni-versity of South Carolina Press, Columbia.

lson, M., 1965. The Logic of Collective Action: Public Goods andthe Theory of Groups. Schocken Books, New York.

rganski, A.F.K., 1958. World Politics. Alfred A. Knopf, New York.rganski, A.F.K., Kugler, J., 1980. The War Ledge. University of

Chicago Press, Chicago.rsenna, E., 2008. L’Avenir de l’eau, Petit précis de Mondialisation

II. Le livre de Poche. Fayard, Paris.igou, A.C., 1921. The Political Economy of War. Macmillan, London.iketty, T., 2013. Le Capital au XXIe Siècle. Social Science. Seuil,

Paris.ollins, B.M., 1996. Global political order, economic change, and

armed conflict: Coevolving systems and the use of Force. Ame-rican Political Science Review 90, 103---117.

odrik, D., 2012. La Paradoja de la Globalización. Antoni Bosch,Barcelona.

amuelson, P.A., 1954. The pure theory of public expenditure. TheReview of Economics and Statistics 36, 387---389.

chumpeter, J.A., 1996. Capitalism, Socialism and Democracy. Rou-tledge, London.

pengler, O., 1991. Der Untergang des Abendlandes --- Umrisse einerMorphologie der Weltgeschichte. Wien: Braumüller, 1918 (Band1: Gestalt und Wirklichkeit) & München: C. H. Beck, 1922.(Band2: Welthistorische Perspektiven).

tiglitz, J.E., 2002. El Malestar en la Globalización. Taurus, Madrid.ainter, J.A., 1990. The Collapse of Complex Societies. Cambridge

University Press, New York.illy, C., 1984. Big structures, large processes, huge comparisons.

Russell Sage Foundation.illy, C., 1992. Coercion, Capital and European States: AD 900-1992.

Wiley-Blackwell, Cambridge MA.

urchin, P., 2012. Dynamics of political instability in the United

States, 1780-2010. Journal of Peace Research 49, 577---591,http://dx.doi.org/10.1177/0022343312442078.

1

T

T

W

Williamson, O.E., 1981. The economics of organization: The transac-

Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/03/2015. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.

68

urchin, P., Currie, T.E., Turner, E.A.L., Gavrilets, S., 2013. War,space, and the evolution of old world complex societies.Proceedings of the National Academy of Sciences 110,

16384---16389, http://dx.doi.org/10.1073/pnas.1308825110.

urchin, P., Hall, T.D., 2003. Spatial synchrony among and wit-hin world-systems: Insights from theoretical ecology. Journal ofWorld-Systems Research 9, 37---64.

Y

N. Fernández-de-Pinedo, F.-F. Munoz

allerstein, I., 1979. The capitalist world-economy: Essays. Cam-bridge University Press, Cambridge.

tion cost approach. American Journal of Sociology 87, 548---577.ared, P., 2010. A dynamic theory of war and peace. Journal of

Economic Theory 145, 1921---1950.