carpo: fracturas y luxaciones

10
CARPO: FRACTURAS Y LUXACIONES Las lesiones carpianas se producen en la zona vulnerable o arcos mayor y menor de la muñeca (1). El nombre se debe a que la mayoría de fracturas-luxaciones y luxaciones del carpo ocurren ahí. El arco mayor lo forman el escafoides, el trapecio y la base del primer metacarpiano, y es el de las fracturas-luxaciones, mientras que el arco menor se sitúa alrededor del semilunar y es el área de las luxaciones. Fracturas de los huesos del carpo Fracturas del escafoides Son las segundas de la extremidad superior después de las del EDR y las más frecuentes del carpo (85%) (2). El mecanismo de lesión es una caída sobre la palma de la mano con dorsiflexión articular, y suelen ocurrir en jóvenes entre 15 y 30 años. Clasificación. Si bien se clasifican según la localización, la dirección de la fractura y el grado de estabilidad de los fragmentos, la primera forma la más práctica de cara al diagnóstico. Se dividen en fracturas de la cintura (70%), del tercio proximal (20%), del polo distal (5%-10%) y del tubérculo (5%-10%) (3) (figura 1). Las del polo distal y las del tubérculo (extraarticulares) se producen por traumatismo directo, salvo en los niños que son fracturas por arrancamiento. El 70% son no conminutas (3). Figura 1. Fracturas de escafoides. Tipos según la localización.

Upload: uaeh

Post on 13-May-2023

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

CARPO: FRACTURAS Y LUXACIONES Las lesiones carpianas se producen en la zona vulnerable o arcos

mayor y menor de la muñeca (1). El nombre se debe a que la mayoría de

fracturas-luxaciones y luxaciones del carpo ocurren ahí. El arco mayor lo

forman el escafoides, el trapecio y la base del primer metacarpiano, y es el

de las fracturas-luxaciones, mientras que el arco menor se sitúa alrededor

del semilunar y es el área de las luxaciones.

Son las segundas d

más frecuentes del

sobre la palma de

jóvenes entre 15 y

Clasificación. Si b

fractura y el grado

más práctica de ca

(70%), del tercio p

(5%-10%) (3) (f

(extraarticulares) s

que son fracturas p

localización.

Fracturas de los huesos del carpo

Fracturas del escafoides

e la extremidad superior después de las del EDR y las

carpo (85%) (2). El mecanismo de lesión es una caída

la mano con dorsiflexión articular, y suelen ocurrir en

30 años.

ien se clasifican según la localización, la dirección de la

de estabilidad de los fragmentos, la primera forma la

ra al diagnóstico. Se dividen en fracturas de la cintura

roximal (20%), del polo distal (5%-10%) y del tubérculo

igura 1). Las del polo distal y las del tubérculo

e producen por traumatismo directo, salvo en los niños

or arrancamiento. El 70% son no conminutas (3).

Figura 1. Fracturas de escafoides. Tipos según la

Diagnóstico. El dolor a la presión en la tabaquera anatómica es un buen

signo orientativo, pero no es necesario que esté presente. La serie

radiológica completa incluye proyecciones PA, lateral, oblicua externa y PA

en desviación cubital. La fractura se ve como una línea transversa o

ligeramente oblicua, y raramente vertical (figura 2). El desplazamiento o

borramiento de la línea grasa escafoidea por hemorragia está presente en la

primera hora tras el traumatismo. Si las radiografías son normales y

persisten los síntomas se debe escayolar al paciente y repetirlas en dos

semanas. A veces son necesarias otras técnicas, como la TC o la RM.

a

b

Figura 2. Fractura de escafoides. En la proyección PA (figura a) se ve una fractura del

cuerpo del escafoides, que se hace mucho más evidente en la proyección de Schneck (figura

b).

Complicaciones. La seudoartrosis, la osteonecrosis y la artrosis

postraumática son consecuencia de un retraso en el diagnóstico (4). Para

entender la fisiopatología de las complicaciones conviene saber que las

ramas dorsal y palmar de la arteria radial entran por el polo distal del

escafoides y ascienden a través de su cintura. Esto explica que la

localización y la orientación de la fractura influye en la cicatrización y en el

desarrollo posterior de una necrosis avascular (5). Las fracturas del

tubérculo y el 90% de las fracturas de la cintura no desplazadas o estables

rara vez causan problemas. Las fracturas del polo proximal no consolidan

casi en el 100% de los casos, y sólo lo hacen la mitad de las desplazadas de

cintura (6). La seudoartrosis es una complicación del 5%-10% de las

fracturas de escafoides. En la radiografía se divide en tres estadios (tabla 1)

(figuras 3 y 4). La seudoartrosis requiere tratamiento quirúrgico (injerto

óseo). Si fracasa se extirpa el escafoides y se coloca una prótesis. La

inestabilidad es una secuela frecuente.

Tabla 1. Seudoartrosis de escafoides.

Estadios en la radiografía simple Tratamiento

I Reabsorción con ensanchamiento de la línea

de fractura

Reposo

II Formación de quistes Cirugía

III Esclerosis de los fragmentos Cirugía

Tomado de García-Valtuille (4)

Figura 3. Seudoartrosis escafoidea estadio

estadio I. Persistencia y ensanchamiento de la línea de fractura (flecha) con esclerosis del

fragmento distal adyacente a la fractura.

a

b

Figura 4. Seudoartrosis de escafoides estadio II. Persistencia de la línea de fractura

(flecha blanca) con reabsorción quística (flechas negras). A este paciente se le realizó una

carpectomía proximal (b).

Fracturas del piramidal

Son las segundas del carpo tras las de escafoides (3-4%), aunque su

frecuencia está subestimada porque suelen pasar desapercibidas (7). Son

fracturas dorsales por arrancamiento del ligamento cubitopiramidal (figura

5). Es frecuente que sólo se vean en proyecciones que muestran la

superficie dorsal del piramidal, como la lateral y la oblicua en semipronación

de 40º-45º (1). Se sospecha si hay edema en el dorso de la muñeca o un

fragmento óseo dorsal en la fila proximal.

Figura 5. Fractura del piramidal. En la PA hay un aumento de partes blandas en la superficie

medial de la mano (flechas blancas), y persistencia de un fractura del hueso grande con

esclerosis a ambos lados (flechas negras) por un traumatismo antiguo (seudoartrosis del

grande). En la lateral se aprecia un pequeño fragmento óseo dorsal al piramidal por una

fractura aguda (flecha roja).

Fracturas del semilunar

Son infrecuentes (8). Las fracturas de los cuernos se producen por

arrancamiento y es más común que se fracture el posterior. Las del cuerpo

ocurren por compresión del semilunar entre el radio y el grande. En fases

avanzadas de la enfermedad de Kienböck se producen fracturas patológicas.

En las proyecciones estándar el diagnóstico es extremadamente difícil si la

fractura se orienta en el plano coronal, y sólo se ven en la TC.

Fracturas del ganchoso

Las más frecuentes son las del gancho. La mayoría son por golpe directo en

la cara palmar de la muñeca (eminencia hipotenar). Son frecuentes en

deportistas profesionales (jugadores de béisbol, golf o tensitas) que

balancean mucho el palo con efecto de palanca del mango sobre el gancho.

El diagnóstico es difícil y se necesitan proyecciones especiales como la del

túnel del carpo. En la PA hay que buscar, en vez de la apófisis unciforme

redondeada habitual, una ovalada por la inclinación del fragmento óseo (9).

En la fase aguda la pérdida de la densidad del hamulus puede ser el único

signo. En todos los casos es útil una radiografía comparativa del miembro

contralateral.

Fracturas del grande

Se producen por una caída sobre la mano extendida e hiperdorsiflexión,

golpeando directamente el grande contra el borde dorsal del radio. Suelen

ser fracturas del cuello, a través del cual se extiende los vasos de forma

similar al escafoides, razón por la que el polo proximal es susceptible de

necrosis avascular. Se asocian a la luxación perisemilunar o a fracturas de

escafoides, conociéndose esta última asociación como fractura de Fenton o

síndrome escafogrande (7). La fractura casi siempre es horizontal (figura

5) y el fragmento proximal rota 90 º o 180º al no tener fijaciones

ligamentosas, mirando hacia abajo la superficie articular superior

redondeada del grande en la PA y en la lateral. A veces la única alteración

que debe alertar al radiólogo es la hiperradiodensidad ósea por impactación

trabecular de la esponjosa. En el síndrome escafogrande la fractura pasa

desapercibida porque el radiólogo se detiene en el escafoides.

Fracturas del pisiforme

Son raras (7). Ocurren por un golpe directo al caerse sobre la mano o por

traumatismos de repetición, como cuando se usa la mano directamente de

martillo. A veces se producen por contracción brusca del tendón del cubital

anterior que se inserta en el hamulus, asociándose a fracturas de éste. Son

útiles la proyección oblicua en supinación de 30º y la del túnel del carpo. La

artrosis de la articulación pisipiramidal y la lesión del nervio cubital son

algunas de las complicaciones.

Fracturas del trapecio

Son fracturas aisladas (figura 6) o asociadas a otras, como a la de

escafoides, a la fractura-luxación de Benett, a la del ganchoso o a la

luxación de la articulación carpometacarpiana. La proyección del túnel del

carpo y la oblicua en semipronación son útiles si hay sospecha.

a

b

Figura 6. Fractura del trapecio. Proyecciones PA (a) y oblicua en semipronación (b).

Fractura aislada del trapecio con afectación de su cara articular con el primer

metacarpiano (fractura intraarticular).

Fracturas del trapezoide

Es el hueso del carpo que se fractura con menos frecuencia (10). El

fragmento óseo no se ha de confundir con el os styloideum o noveno hueso

del carpo. Debido a la superposición con el trapecio sólo se ven en la TC.

Luxaciones de los huesos del carpo

Para comprender la terminología tan compleja conviene saber que el prefijo

“peri” antes del nombre de un hueso indica que éste está en su sitio y que

el resto de los huesos del carpo están luxados. El prefijo “trans” quiere decir

que ese hueso está roto. Las luxaciones más frecuentes son la

escafosemilunar, la perisemilunar, la transescafoperisemilunar, la

mediocarpiana y la del semilunar, y son secundarias a traumatismos

severos (1). La luxación aislada de un solo hueso es rara. Son

fundamentales las radiografías PA y lateral.

Las lesiones del arco menor se producen de forma secuencial en

cuatro fases de menor a mayor gravedad descritas por Mayfield (11) (tabla

2 y figura 7).

Tabla 2. Inestabilidad progresiva de la muñeca. Estadios.

I Disociación escafosemilunar o subluxación rotatoria del escafoides

II Luxación del grande (perisemilunar)

III Luxación del piramidal (mediocarpiana o disociación semilunopiramidal)

III Luxación palmar del semilunar

Tomado de Mayfield (11)

Figura 7. Inestabilidad

progresiva de la muñeca. Esquema de los diferentes estadios. Véase que en la

luxación anterior del semilunar (estadio IV) el grande y el radio se han alineado de

nuevo.

Disociación escafosemilunar (DES) o subluxación rotatoria del

escafoides. Es la causa más frecuente de inestabilidad carpiana. El

escafoides rota hacia la palma, se horizontaliza, y se separa del semilunar

(figura 8). En la PA se sospecha si espacio escafosemilunar es mayor de

2mm, conocido como signo de Terry-Thomas por el actor británico que tenía

los incisivos muy separados.

Figura 8. Disociación escafosemilunar. A. Secuencia GE 3D plano coronal.

Aumento de la distancia entre el escafodes y el semilunar. B: Imagen en el plano

sagital SE T1. Signos de inestabilidad dorsal del carpo (DISI), con desplazamiento

dorsal del semilunar respecto al grande y al radio. Músculo pronador cuadrado (pc).

Luxación perisemilunar dorsal. Constituye el 40% de las luxaciones

carpianas (11). En la PA se superponen ambas filas carpianas e interrumpen

los arcos II y III en el grande. En la lateral es patognomónica la pérdida de

la alineación de los ejes longitudinales del tercer metacarpiano-grande-

semilunar-radio.

Luxación mediocarpiana. El semilunar permanece en su sitio aunque está

subluxado e inclinado hacia palmar, mientras que el grande y el resto de los

huesos del carpo se luxan hacia dorsal.

Luxación palmar del semilunar. Si las fuerzas de hiperextensión se

mantienen el grande se realinea con el EDR y desplaza el semilunar hacia

delante, convirtiéndose la luxación perisemilunar en una luxación palmar del

semilunar. En la PA la morfología triangular del semilunar en lugar de la

forma romboidea habitual es virtualmente patognomónico de luxación. Otro

hallazgo es la interrupción del arco II de Gilula.

a b

Figura 9. Luxación palmar del semilunar. En la PA (a) se ve el semilunar (s)

de forma triangular. Véase la fractura asociada del escafoides (flecha).

Otras luxaciones. Las luxaciones del escafoides (figura 10) o la del

ganchoso son excepcionales. La luxación de la articulación

carpometacarpiana (ACMC) común tampoco es frecuente (figura 11).

Figura 10. Luxación pura de escafoides.

Figura 11. Luxación de la articulación carpometacarpiana común. Véase la

luxación de la base del quinto metacarpiano respecto a su articulación con el

ganchoso.

BIBLIOGRAFÍA

1. Greenspan A. Orthopedic radiology. A practical approach. 3rd ed.,

Lippincott-RV. Philadelphia, 2000; 151-195.

2. Kerr R. Diagnostic imaging of upper extremity trauma. Radiol Clin

North Am, 1989; 27:891-908.

3. Chew FS. Skeletal radiology. The bare bones, 2nd ed.,

Williams&Wilkins. Baltimore, 1997; 41-60.

4. García-Valtuille R. RM de la muñeca y la mano. En: Cerezal L,

García-Valtuille R, Abascal F et al. Resonancia magnética del sistema

músculo-esquelético. Instituto radiológico cántabro S.L. y Grupo 3 A

Recoletas SL. 2000; 67-86.

5. Chemla N. Fracturas del escafoides. En: Chevrot A. Diagnóstico por

imagen de la muñeca y de la mano. Masson. Barcelona, 2000; 97-

106.

6. Gilbert TJ, Cohen M. Imaging of acute injuries to the wrist and hand.

Radiol Clin North Am, 1997; 35:701-725.

7. Sarazin I. Fracturas y luxaciones del carpo (escafoides excluido). En:

Chevrot A. Diagnóstico por imagen de la muñeca y de la mano.

Masson. Barcelona, 2000; 107-118.

8. Resnick D, Kang HS. Internal derangements of joints. Emphasys on MR

imaging. W.B. Saunders Co. Philadelphia, 1997; 387-472.

9. Parlorio E, Moreno MJ . Muñeca y mano. En: Pedrosa C, Casanova R.

Diagnóstico por imagen (volumen III). 2nd ed., McGraw-Hill. Madrid,

2004; 499-570.

10. Stoller DW, Brody GA. The wrist and hand. En: Stoller DW. Magnetic

resonance imaging in orthopeadics and sports medicine. 2nd ed.,

Lippincott-RV. Philadelphia, 1997; 851-993.

11. Mayfield JK, Johnson RP, Kilcoyne RK. Carpal dislocations:

pathomechanics and progressive perilunar instability. J Hand Surg

(Am), 1980; 5:226-241.