andersen en sus 200 aÑos

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HANS CHRISTIAN ANDERSEN EN SUS 200 AÑOS (Dinamarca. Nace en Odense el 2 de abril de 1805 y muere en Copenhague el 4 de agosto de 1875) . Escribió más de 150 cuentos, publicó su primer librillo de cuento “Cuentos de hadas contados para niños”, 1835 ; su obra autobiográficas, “el libro de la vida”, 1833, “El cuento de Hadas de mi vida sin ficcioness” 1847, “El cuento de Hadas de mi vida”, 1858; uno de sus mejores libros de viaje “ el bazar de un poeta”, 1842, otros, “Visita en Portugal” 1866, “En Suecia”, 185, “En españa”, 1862-631 “ , 1842 escribió pocas novelas entre ellas está su primera novela “ El imprivisador”, 1835, “Tan solo un ministril”, 1837, “Solo un músico” 1837, , “Las dos baronesas” , “Ser o no ser”, 1857 “Pedro el Afortunado” 1870 ; Aparecen sus últimos cuentos entre ellos “La llave del portal, y “La tía dolores de muela”, 1872 . A partir de 1858 adquirió la costumbre de narrar de su propia voz los cuentos que lo volvieron famoso. Sus cuentos y autobiografías han sido traducidos a casi todos los idiomas, llevados al escenario del cine y del teatro. Su voz se hizo universo de la infancia, cambió los códigos de la literatura infantil, hizo los propios. Murió en la casa llamada Rolighed quinta de sus amigos Melchior, cerca de Copenhague donde está enterrado. UN ACERCAMIENTO AL INMORTAL ANDERSEN I Hace 200 años nace el hombre que reconcilia la magia con la realidad: su fantasía, esplendor del decir; cuento y poesía en el tocador de los labios de la palabra habitante de la imaginación. La orfandad en su pubertad no eliminó el campo de sus sueños aún a pesar de que siempre sintió un algo carecía. Eso no disminuyó ni un ápice su mente creadora. Muere su padre en 1816, este había sido enfermizo, lo había engendrado cuando tenía 22 años y su madre algunos años más que su marido. Apenas Hans Christian tiene once años ante esta primera pérdida, quedando inconcluso sus estudios, luego su madre lavandera, que “sabía hacer las cosas”, que era alcohólica y supersticiosa según los biógrafos esto

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HANS CHRISTIAN ANDERSEN EN SUS 200 AÑOS

(Dinamarca. Nace en Odense el 2 de abril de 1805 y muere enCopenhague el 4 de agosto de 1875) . Escribió más de 150cuentos, publicó su primer librillo de cuento “Cuentos de hadas contados para niños”, 1835 ; su obra autobiográficas, “el libro de la vida”, 1833, “El cuento de Hadas de mi vida sin ficcioness” 1847,“El cuento de Hadas de mi vida”, 1858; uno de sus mejores libros de viaje “ el bazar de un poeta”, 1842, otros, “Visita en Portugal” 1866, “En Suecia”, 185, “En españa”, 1862-631 “ , 1842 escribió pocas novelas entre ellas está su primera novela “ El imprivisador”, 1835, “Tan solo un ministril”, 1837, “Solo un músico” 1837, , “Las dos baronesas” , “Ser o no ser”, 1857 “Pedro el Afortunado” 1870 ; Aparecen sus últimos cuentos entre ellos “La llave del portal, y “La tía dolores de muela”, 1872 . A partir de 1858 adquirió la costumbre de narrar de su propia voz los cuentos que lo volvieron famoso. Sus cuentosy autobiografías han sido traducidos a casi todos losidiomas, llevados al escenario del cine y del teatro. Suvoz se hizo universo de la infancia, cambió los códigos dela literatura infantil, hizo los propios. Murió en la casallamada Rolighed quinta de sus amigos Melchior, cerca deCopenhague donde está enterrado.

UN ACERCAMIENTO AL INMORTAL ANDERSENIHace 200 años nace el hombre que reconcilia la magia con larealidad: su fantasía, esplendor del decir; cuento y poesíaen el tocador de los labios de la palabra habitante de laimaginación. La orfandad en su pubertad no eliminó el campode sus sueños aún a pesar de que siempre sintió un algocarecía. Eso no disminuyó ni un ápice su mente creadora.

Muere su padre en 1816, este había sido enfermizo, lo habíaengendrado cuando tenía 22 años y su madre algunos años másque su marido. Apenas Hans Christian tiene once años anteesta primera pérdida, quedando inconcluso sus estudios,luego su madre lavandera, que “sabía hacer las cosas”, queera alcohólica y supersticiosa según los biógrafos esto

último influyó en el “nerviosismo” del escritor, se hace decompromiso en 1819, Hans Christian se separa o huye de sulado y se lanza a un encuentro propio. Ya a sus catorce añosapenas toma un giro su historia, el jovencillo se va aprobar suerte en Copenhague.

El hijo del zapatero remendón será el invitado de la vida.Es importante resaltar que su imaginación fue alentada porla indulgencia y tolerancia de sus progenitores, se hizoteatros y marionetas, representaba a sus autores favoritos,en el trayecto de su sendero quiso ser cantante de ópera,danzante, pero el camino no estaba por allí. Fueautodidacta, lector de Goethe, Schiller y Hoffmann sobretodo, ambiciona triunfar como dramaturgo, tampoco los éxitosestaban por ahí. Eso no desanima su aventura y su propiabúsqueda, pasa 3 años (1819 a1822) vagabundeando einvestigando y boceteando sus propósitos y formaciones. Deanotación entre anotaciones va entretejiendo y sacando susproducciones poéticas, epigramas, sus tonos interiores, susimpresiones de su ser itinerante.

El viajero se reporta así mismo, se autobiografía paso apaso.

En sus andares conoce a Jonas Collin que le ayuda para laobtención de una beca para sus estudios aunque esto no leatraía, igual concluye la escuela y termina el bachiller conla promesa de no escribir literatura mientras dura aquellaformación, esto dura 6 años (l822 a 1830).

Entre 1833 a 1834 se lanza a su primer viaje al extranjero,y está recorriendo, Francia, Suiza, Alemania, Austria yprincipalmente Italia, en Roma es avisado de la muerte de sumadre. Punto aparte. Duelo, distancia y silencio.

IIOtro prólogo prepara para su nuevo nacimiento.

Dibuja y describe, boceto y reporte, ilustra y escribe.Viaja, se impregna, se empapa, hace cartas, diario, se hacesu propio cronista. Su fantasía crea y elabora sus propiospensamientos. Sus modelos literarios se rompen en suspropias experiencias, innova. Su libertad de peregrino, defigurero, de experimentador, de contador, de dibujante le vadando formas propias, va delineando su estilo, incursionasu retrato interior y su representación y reconocimiento dela vida en el escrito donde cuenta otra vez, una vez, había.Su composición es una contraposición entre sentidos yperspectivas. Su voz ordena una sintaxis, crea unaortografía propia de hechos que se velan y desvelan entretrazos, plumas, carboncillos y manuscritos. Pudores yrubores de arte, relatos y vidas sintiéndolas cerca ydistantes como un paisaje entre bocetos, señales y otrospuntos de resplandores y fulgor.

Y entre eso, un tú esquivo y silencioso del romántico apenasdelineado sin llegar a ser ni estar en el lienzo, pero quese permutan y transforman en hadas, princesas y otros rolesen la escena de la letra legible del Danes.

Se anticipa lo que va a llegar a ser, todavía no se daba aconocer como el escritor que iba a irrumpir, más en 1835se da en serio al público con la novela “el improvisador” ycuentos de hadas para niños que contenía “La caja de yesca“ y “la princesa y el guisante”, y algunas piezas teatrales,va apuntalando la verdadera historia de su vida. En sumemoria y psique queda una impresión sobre el hogar: “unamelancólica soledad”, poblada de inquietudes.

Emigra como ave a las invitaciones de las estaciones que loabrigaban y aquietaban por rato como “apreciado huésped”.Cual visitante inquieto de una felicidad añorada varecorriendo y transitando entre vistazos, anotaciones yreflexiones los caminos que explora. Se hizo amigo de otrogrande de su época Charles Dickens, el realismo de esteasentó precedente en las bases mentales del joven escritorHans Christian, le crea un hilo interior que desmadeja el

nudo pendiente entre cabos sueltos, inclinaciones y líneasde equilibrios y desequilibrios.

Conduce sobre los rieles que conllevan su fantasía y propiasrealidades.

Su estilo como escritor era parte de su agudo sentido depercepción, era inmutable e indolora su descripción, era unobservador innato, tenía un espíritu artístico. Se divertíade todo lo que creaba, parecía no sufrir con su imaginación,estaba impregnado de génesis.

Cuentan que hizo numerosos dibujos para divertir a lospequeños de sus amigos, es así como en el museo Andersen sepueden ver dibujos a lápices que representan figuras sacadasde la libre fantasía y escenas con figurillas que pareenporvenir de sueños. Su perspectiva era un espacio ocularque unía los sentidos, dejándolos salir sin represión nicensura. En la creación no pensaba, sus ideas actuaban enel papel y en sus cuentos orales que contaba en lasreuniones con sus amigos. El pensamiento y la fantasía eranuno, a la vez y simultáneamente eran apresados en laexpresión que era el espacio creativo, esto era el estilo decontar del ser del escritor. Su talento era un pleno desiluetas, plumillas, relatos y palabras describiéndose asímismas. “Impresión gráfica”, gesto y ritmo de líneas,diseños sensoriales y sensitivos, firmeza y fuerza en elpulso, certeza y confianza, exuberancia y color que sedesplaza entre dibujo y palabras.

Anderson recortaba imagen sacada de su creatividad,ilustraba sus relatos, el mismo hacía sus dibujos. Era eldios, padre nuestro de sus figurillas de papel, bueno en esaépoca el arte de la silueta era un uso corriente y a diario.Hacía figuras, trazos, bocetos de sus fantasía yobservaciones poéticas, retrataba e imprimía a suspersonajes en el teatro de sus fecundaciones. Ilustraba ydibujaba sus impresiones directamente recibidas por sussentidos en tiempo presente, las tomaba con su flashperceptivo y directamente las pasaba al escrito hecho a manoo con crayón. Estos dibujos, apuntes, descripciones eranreferentes para sus escritos. Sus diarios, sus reportesdejan constancia del viajero que fue. “Todos sus escritosfueron el revivir lo antes visto”. Su relación natural con

la vida libre de oficio y oficialidad deja sentir el impactode su nexo con lo natural y la condición humana.

Nos deja un impacto, impresión y cortocircuito entre suescrito y la vida, luego entre el lector y la obra.Handersen con su alma de poeta nos toca. La obra acabadaera su obra escrita, el dibujo una realidad y fantasíaatrapada e impresa en el instante original de un tiempodonde fusiona eso de vivir la imagen y la palabra como unaen uno.

El viajero, paisajista y noticiero deja saber en sus cuentoTía dolor de muelas que “a menudo yendo por las calles de laciudad, me parece como si anduviese por el interior de unagran biblioteca, las casa son estanterías de los libros ycada piso es un anaquel. Aquí hay una historia cotidiana,allá una buena comedia, ...acullá literatura buena o depacotilla. Y puedo fantasear y filosofar sobre todos esoslibros” El hijo del zapatero remendón, es el invitado de la vida. Nofue hijo de “cuna” noble, tampoco necesitó este detallesocial para tener luz propia. Él cultivó su talento, susméritos los ganó con el sudor de su frente.

Fue su padre, Hans Andersen, culto, ateo, liberal pensadorreducido a la pobreza, quién sabe por qué, se sabe se hizode oficio de zapatero sin importarle el que dirán, era partedel gremio en su pueblo de artesanos, la necesidad ysupervivencia van de la mano, entre cosida, aguja y piola,al pequeño Hans le leía cuentos de las mil y una noche, estecontar le alimentaba la imaginación, y también se dio tiempopara hacerle un teatro mecánico a su único hijo, elchiquilín tenía de juguete un títere al que leconfeccionaba diferentes vestuarios con sus propios manitas,y le armaba historias van y vienen.

Su madre Anne Marie Andersdatter, fue limosnera en suinfancia, sin estudios, después, dedicada al oficio delavandera de las familias del pueblo, siempre de tarea entarea, tenía que trabajar para el sustento, dicen tuvo unahija antes que Hans que la criaba la abuela materna, ¡hum!.Era fanática religiosa que lindaba con la superstición, laexpiación, escondía en el alcohol su trajín, desde tempranaedad luchó la vida para que no se le vaya del cuerpo, habíasido demasiado real y duro. Quizás ella le transmitió aAndersen, que la virtud y la inmortalidad es un don dado porDios, y que si llevaba un camino decente la divinaprovidencia le tendría “planes determinados”. De ese árbolgenealógico de esta familia se tiene pocos datos, es posibleque en la tierra madre del escritor se tenga másinformación.

Los tres vivían y dormían en un espacio muy reducido de unapequeña habitación. Cuando Hans nace su madre tiene algunostantos años más que su marido y su padre tiene apenas 22años y según recopiladores de restos de rumores y escarbadashan encontrado que en el inicio del hogar incipiente la cunapara el recién llegado fue hecha por su joven padre de lassobras del túmulo de un féretro. A los 33 años fallece suprogenitor, el púber estaba con 1l años y tuvo que dejar deasistir a la escuela, antes las urgencias del sustento,entra a trabajar a una fábrica, pero inexperto, inhábil, sinfuerza física, debilucho, ensoñador, pensando en cómo

convertir lo aparente en real y cómo a lo real darle unarealidad que pareciera y diera impresiones creíblementeincreíbles. No daba más de lo exigido a los obreros.Asimismo, fue convenciéndose que era lo que no era, en ese“ser o no ser”.

Será y no será.

Esta meditación y reflexión de paseante interno fue un hablaque le iba revelando quién era. La misma que le puso adesandar y andar las reglas filiales y sociales, los legadostransmitidos por sus progenitores los depurará, discutirácon Dios, sensualizará el paraíso, hizo añicos el espejopara que cada uno lleve enterrada la mirada en eldesencuentro con lo inmortal, contradictorio, juega con elalma, la frota en su cerebro, la corona con soledad,deshollina la tristeza como ofreciendo fósforos encendidos ala sombra para acompañarla.

Deshilvana lo justo e injusto, Corona el vacío. Cuando secreía feliz “quería apretar a Dios contra su corazón”.Cuando carecía de alma como Ariel despeñaba la conquista:desvanecer lo mortal como la espuma, a menos que“conquisten el amor de un ser humano”…

“Su vida eterna depende del poder del otro”

Hizo para sí, un creador sin tiranía, sin corona, sinestado, se apoyó en el maestro Jesús, lo hizo a su modo sumodelo, los clavos y los silicios, son sutiles incones quedejan ver los orificios de la miseria en la esclavitud deuna corona que aprieta hasta hacer sangrar el deseo, estávetada la codicia, la semejanza, está prohibido soñar. Laopción: la muerte, el vía crucis o la mutilación paraliberarse de la tentación o de la opresión del rechazo.Léase, “Los zapatitos rojos”, “La sirena”, “La pequeñavendedora de los Fósforos”.

La vida un sueño imposible menos en la imaginación ni en laresurrección del personaje.

La creación nos devuelve del había una vez, a un hubiesesido, a un es posible todavía otra cosa, ya que el misteriode la muerte nos pone a raja tabla a tocar la vida conpasión y compasión a pesar de la descompensación.

Actúa como guiador de los niños que los deja acercarse, y lanaturaleza era la iglesia de todos. Por lo tanto no tuvoque ahuyentarse de su propia vida. Él traduce fuerza y podercomo uno solo. Saca de su debilidad la fortaleza. Se expía,comulga con la fantasía, el infierno arde en sus escritosque no se hacen cenizas: sus confesiones.

Saca a la luz el paraíso y el infierno dentro de la imagen.Juega al soldado sin matar, sin ir a la guerra. Describe eljuego cruel del humano con la naturaleza y las especies.

Hace entrar al ave fénix al paraíso, Desnuda el espíritupagano del ser, los desnuda, lo hace ver su incumplimiento:promete lo que no cumple. El paraíso está cargado desensualidad: sin remordimiento y vacilación lo humano segoza divinamente. La caída: no hay salvación para la

codicia eterna y mundana. La marca del placer sujeta a lamuerte: el acto prohibido, llama eterna.

Avanzar es vivir, caer es morir.

El verdadero poder no es humano, es divino, y el que usanlos mortales es innoble por sus abusos, este poder derrumbala creación, será acaso esto la tesis, la teoría, lafilosofía y la ciencia del alma del poeta narrador.

El rompecabezas de la eternidad: la razón que crea. Lomortal goza el cuerpo que ansía inventarse una vida propia.Dentro del silencio de la vida también el de la muerte.

IIIEn sus inicios de muchacho trabajador todavía niño, distraíaa los compañeros con sus comentarios y se convertía en hazmereír; su fantasía se imponía y su inconformidad a la rutinalo distraían. Se escabullía de la pobreza desalmada y sin“esperanza”. Su modo de ser será quién edifique su “naturalmodo de andar ante la vida” Entrando a su adolescencia seconstruye un pequeño teatro de marionetas y se dedica arepresentar las obras que pudiese conseguir, tales como deLudving Holberg, Shakespeare.

Soñaba en el tablado y las tarimas, capítulos y epílogos.El camino lo va haciendo sin todavía enterrarse exactamente.Su madre vuelve a casarse, en 1819, casi desolado yabandonado así mismo. Y qué ocurre cuando su madre se hacede segundas nupcias, algo se hace incompatible entre losdos. Hay otro que no es sangre de su sangre, hay una nuevasituación que no aguanta, que lo envía a que no permanezca asu lado y huye, a sus 14 años decide probar suerte, tomarumbo y se dirige a Copenhague. Allí conocerá al queocupará un sitial importante en su sendero, cuando se haceamigo de Collins le da un lugar especial casi de padresustituto, se deja guiar.

En su imperativo interior lo atosigaba: el teatro, serdirector, actor, cantante de ópera, danzante. Teniadelante sus narices el porvenir pero se buscaba al otrolado del espejo porque todavía no podía verse. Quería algodiferente, portaba el misterio a develarse en su ser andantey viajante. Era un curioso, todo le llamaba la atención.Esto no aminora su audacia de lanzarse al ruedo de su propiavida. Se marcha con una recomendación para ser bailarín delTeatro Real, conoce músicos, se hace de amigos que le vanabriendo pistas y contactos, busca oficio y no le va bien.

En el andar conoce al Poeta Guldber: le recomendó estudiargramática, cabe señalar que la ortografía eran puntosdébiles en sus escritos, un cortejo de faltas, rosariosrotos de palabras inentendibles y deberes nunca hechos, yuna pereza para las planas aburridas del aprendizaje derepite, copia y lee, y sigue. Tenía aversión a los estudios,fueron momentos amargos y sombríos pero ni modo, necesariose indispensables. Lo autodidacto era insuficiente. Teníaque probar a los letrados e intelectuales su saber. Cuentansus biografías e investigadores que “su sistema nervioso fuealtamente sensible durante toda su vida, tenía aflicciones,flojedad, dolores de cabeza, mareos, depresiones, y seimpresionaba con facilidad. Su fuerza mental imperiosa noespera lo lanza, lo agota, lo reenvía a no cesar. Tenía que

competir consigo mismo. entretelones, sube y baja lacortina, otra función, se abren las puertas.

Siempre tiene que haber un suceso parecido al milagro,conoce al Director del Teatro Real, Jonas Collins, “suautentico benefactor”, lo apoya para que estudie en elColegio Slagelseé, tenía 19 años y sus compañeros de cursol0, esto de ser un grandulón, reflaco, desgarbado, conapariencia de feo y facha de pobre es una experiencia delas más duras. Pero el que la sigue la consigue, cumplióconsigo y la promesa De no distraerse escribiendo poesía ycuento a su filántropo y amigo, pero eso queda en elreservorio de sus tesoros guardados, y de los escuchasimaginarios o desperdigados en la realidad. Los niños puedenser terriblemente crueles con sus burlas, qué no más habrápasado en esas aulas, es posible que el para controlar esemundito en efervescencia de los otros y el propio sededicaba a llamar la atención como si nada contando relatos,su palabra, era su arma e instrumento y carta depresentación, domaba al espejo con su humor impíamentedivino.

Luego Collins lo introduce en la “elite cultural” deCopenhague, entra a la universidad en 1928 y publica suprimer libro el 1930 a los 25 años, ya era para entonces unpoeta resonado, publicado varios cuentos, lo que no dejaráde hacer en su vida.

A veces su exceso de vivacidad e ingenio era sospechoso, depronto era el velo de sus ratos de abandono total, de duda yconfrontación con su nada y vacío “estoy a punto deabandonarte a Ti, a quien debiera agarrarme con la fe de unniño” o esto otro “es extraño que en momentos de angustia ysufrimiento no me sea posible a Dios”, rebeldía, falta dehumildad y desasosiego, e incluso la desaparición del cuerpoante la muerte lo ve como una infelicidad, no dejarse morires la apuesta con la vida que cada ser humano se la juega,el truco está, con qué artificio se sostiene este “talón deAquiles”.

IVEn el Danés el humor, la “fina ironía” y lo excéntrico de suser, es un modus vivendus, tenía que hacerle quite a eseremezón y vértigo depositado en alguna parte, que de vez encuando supuraba. Siempre tenía anécdotas y algo divertidoque contar. Le gustaba viajar, recorrió Europa, es Italiala que le hace engendrar su primera novela “Elimprovisador”, que aparece en 1835, con pocas ventas, peromucha producción y publicaciones. Viajar era un placer aunen condiciones difíciles, otro largo trayecto fue de 1840 a1841, entre mar y tierra se cosecha el libro de viaje másaplaudido “el bazar de un poeta”, en el que narra suexperiencia. Ya es un consolidado escritor, un personajenacional e internacional de la escritura, aspirabaconvertirse en novelista y dramaturgo.

Su literatura infantil, tenía humor, caos, ironía y dosisde una mil unas noches. A la moral le quitó la máscara, suprosa leve y popular llegaba directa, sus temas eransingularmente universales. La leyenda, lo popular, losmitos, viajes y autobiografía eran sus referentes. AndersenJr. Nunca repudió, ni negó sus orígenes, tuvo orgullo desu sangre, no sintió vergüenza del oficio “humilde” de suspadres, ni del apellido que portaba, no se lo cambió. Másclaro, no necesitó cuna de oro ni moneda constante y sonantepara ser alguien y hacer algo. Sus méritos son sus escudosde honor y triunfo. La nobleza, para Andersen era “la bondad

de la naturaleza humana” y este es el rasgo que deberescatar el poeta”.

La naturaleza y las vivencias eran su arte y su géneromasculino y femenino graficando la voz narrativa y poética.Y como resultado la escritura oral, su trinidad, tú , ellay yo, o imagen, palabra y ella en mí. Esto es como decirque en su creación el principio fue la imagen lecho delverbo, hecho uno en el cuerpo de ella: la escritura, dentrode la voz de Andersen. Era ateo por gracia divina, sin aveconcebida, sin hágase tu voluntad, sin he aquí la esclavadel señor.

El poder de la palabra de un hijo sin descendencia y sinmisterio concebido.

Contraposición de los sucesos del cuento y de las escenas.Relatar la historia no es lo mismo que contar la historia, yésta última hacerla un cuento de vida y obra a saber lavida, de un cuento con hadas y de vidas sin mujeres en ese“cuento de hadas de hadas de mi vida sin ficciones” que elescritor refiere.

No se dejó morir en su alma cargada de fantasías, ella: nidode gracia y de creación.

Su hogar un sitio anhelado, más tarde será “una melancólicasoledad” poblada de inquietudes, que lo hace emigrar comoave a las invitaciones de las estaciones para que loabriguen y aquieten por rato como “apreciado huésped”. Elespectador excepcional, el hombre de ventura, alargó la vidasacándola del anonimato, creó una compañía de carne y huesoen la memoria. Su puesto como escritor una acción inagotablede ocurrencias y de genialidad. Andersen torneó su propialeyenda y mito, le puso suela de palabras a los andares dellenguaje.

Calzó el tiempo con magia, dibujos, historias, poesías yvirtudes. El no fue hijo de la apariencia, él siguió y anotóla huella del nudo filial y social. Trabajó su pedazo decurtiembre, la cosió en la idea para no olvidar su origen.Esa herencia, la cosió no como un remiendo ni añadido, sinoque lo llevó al inventó y reponer la falta con creación yarte. Su propia carencia fue el motor de su génesis mental.Entresacaba los argumentos, perfiles de otras huellas ypisadas propias, se apropiaba de un lado y otro lado de lostejidos sociales. No desperdiciaba ni un trocito del cuerotransmitido en la memoria. Su escritura superó al oficio desus padres, el remendón y la lavandera fueron suspersonajes hecho uno. Les dio un espacio y lugar en eltiempo.

En su cráneo dio volteretas a la razón, a los hechos, alargóla vida antes de que se conviertan en olvidos. Suscompañías, público, y director compartieron las venturas ydesventuras. Todos juntos fueron su mundo y el de losotros, no los redujo a un oficio, ni función, cada unocuenta por contar. Cada historia es importante, son breves,se hilvanan al antojo y según le parece al dios de lapalabra. Su requisito para la actuación eran los defectos yvirtudes ya que todo enseña y llega a ser algo, hasta lacosa aparentemente más insignificante.

V

La condición de la fortaleza humana es su poder de uso, sudon y sabiduría que no tiene nada que ver con lapedantería, sobradas y falsos orgullos, ni siquiera contítulos, oficios, profesiones enmarcados. Tiene que ver estacondición con lo simple y sencillo de una “graciaconcedida”. Los actuantes dejan ver en su deseo al Dios y ala bestia que portan, sus caminos envueltos y a desenrollar,dan cuenta de la mascarada y el disfraz, ponen aldescubierto la miseria y la felicidad del vecino. Son losprotagonistas principales junto con otros actoresinterpretando sus propias vidas y representando el porvenirdesoculto, original versus “una copia extraña del propioyo”, donde el animal que habita en cada uno sale como “unafigura orgullosa” con el peso de la vanidad a cuesta quepoco a poco se hace polvo.

En su cuento del “Humor” dice cuando “alguno de mis amigos ode mis no amigos se pasan de la raya conmigo, me voy allí, -hace referencia al cementerio- busco un buen trozo de céspedy se lo consagro a él o a ella, a quien sea que quieroenterrar y lo entierro enseguida...” Al fin y al cabo es unasola vida la que se carga, y si hay que aliviarle o quitarlepeso hay que tener licencia propia para desmontar de lamemoria la estupidez humana y continuar. O esto otro en sucuento “El último día” “lo que de bueno hice en el mundo lohice porque no supe hacerlo de otro modo, pero lo malo...esosí que fue cosa mía”.

Y, no obstante, la gracia llega como sorpresa inesperada aquién se concede un espacio sin tensión dentro de la hogueradel espejo. La claridad de lo bienaventurado es inagotable,¿trabajamos por ella? Eso nos los da a conocer nuestrasacciones que lee y recibe mi desemejante. Al mundo queinmortalizó lo indagó, lo extrajo de la miseria humana, delo bello; da a conocer sus modos de habitar y contradecir laexistencia, los independizó de la marginalidad, y del vicio,los pone de igual a igual con los otros, el príncipeexperimenta ser un porquerizo para ser amado; la princesatiene que probar ser princesa sin saberlo; la sirenita quese enamora del humano y solo por saberse en ese otro cuerpoel de una mujer, género sin complemento hasta su vida la daen esa ley de la gravedad de la desigualdad humana, y siprecisamos el reconocimiento a ese lugar femenino caberecordar que en la época que vivió Anderson se proclamó laigualdad de la mujer frente al hombre. Sus héroes yheroínas son libres pensadores no derrotados, y se juegan supapeles frágiles o fuertes, cada uno tienen algo que decir,vivir, contar. A su pueblo natal los hizo cruzar al campoliterario, ahí la frontera no era límite, allí reyes,emperadores, lacayos, plebeyos, burgueses y objetos sonanimados por sus diferencias, aberraciones, ambiciones,desprecios, incluida sus lealtades y deslealtades, y tambiénsus gracias, desgracias y ternuras en ese decir del “dolorpoético”, de ilusiones y desilusiones, de adivinaciones ydivinamente concebida la palabra precisa concedida “como unamelodía que uno conoce sin acertar a recordar de dondeprocede”. A los personajes, cual patriotas de la tierrainmortal iniciada en la palabra imperecedera de la vivacidadlos hizo cruzar al escrito desde un relato con exposiciónoral, para que no sean un muerto sin historia, sin cuentosin moraleja, sin leyenda. Les hizo que hablen por ellosmismos. Su campo de acción es la palabra y el verbo, puroprincipio de fuego y gravedad, prendía las ideas, agitaba suchispa con la espiral de su “humor innato”, sin rodeos ysin pelos en la lengua, con su rapidez mental, con su aromanatural de impregnar su representación y presentación de lavida.

VIHace que el lector y la obra de él se hagan uno en otro, sindejar de ser, pero algo cambia, conmueve, genera transforma.Su estilo, la forma de concebir el personaje, la situación,el lugar, su descripción, el argumento, el sentido de losconceptos que intervienen depende de las “trajes” visibles einvisibles del escritor. Se expresa en la estación de suvivencia e invento, la experiencia propia, la vida diaria,los mitos incorporados, las leyendas populares, relatosorales. Sus realidades, paisajes, y su ser viajero son losverbos de sus argumentos, ficciones y relatos. Se hizopersona, animal, cosa, lo que sea, dio magia, imágenespoéticas, sabiduría, anécdota, espíritu y animación a suspersonajes y hechos. También, Dios, la oración y elmisterio de la vida y de la muerte eran sus referentes.

El semejante y desemejante debe aprender a confiar, a vecesla muerte es un alivio para la desesperación, a veces unaoración es una calma para la soledad del alma, a veces lapropia voluntad es una determinante para no quedarse inmóvilen el propio cuerpo. Dios y la muerte mutan, transmutan, ypermutan entre vacío y eternidades sin identidad.Desmitifica el misterio, conversa con el silencio, siemprehay algo o alguien invisible que hace la voz de laconciencia en el alma incrédula, por falta de fe a si misma.

¿Qué es un ángel? Sino una infancia creyente y omnisciente,todopoderosa que cree y crea su propio milagro: deja que lavida vaya sin alejarse nunca, más tarde, una forma deamortiguar la soledad o los miedos inexplicables en unadulce compañía que ruegue por uno de noche y de día hastasiempre, claro si tu quieres, y no te vuelves ateo de timismo. En el escenario de su creación no duda, actúa,refleja el espíritu humano, mundano y desnudo. Los viciosson virtudes que enseñan, todo es aprovechado por su radarsensible, está atento a las minucias de las luchas de lasfuerzas que contradicen, contrarían y se conllevan.

Andersen es el liberador del silencio, hizo de los remiendosun pueblo y un gremio, en su propia persona revelaba quiénera y al que llevaba dentro de sí, él y su pueblo depaisanos, compatriotas y personajes advenían desde ese habíauna vez de otras veces sin una vez pero que no dejaba seruna vez a contarse desde una “voz noble” la vida sin dejarsevencer, sin dejarse distorsionar, sin dejarse volver unahistoria sin hechos. De lo ordinario y extraordinario nacealgo y alguien que llegó a ser contado, impreso, convertidoen secreto y en papel, en registro de propiedad, en un acta.En lo que tú quieras. Él en una de sus cartas deagradecimiento dice “Todo hombre tiene su completa libertadde expresar sus propios pensamientos”, eso es en definitivala verdadera de tarea de todo escritor.

Se hace un destino a través de su obra. Se siente como elagua todo lo conmueve, refiriéndose así mismo dice “todo seretrata en mi”, casi como un periodista sin quererlo,expresa de una manera rápida y sucinta la impresiónrecibida. Tiene una visión total a base de detalles. Lasvirtudes hablan sin consejos y sin moral que enseñe. Esosdiálogos naturales sin estereotipos, sin poses, sinpretensión de inteligentes lo hacen ocupar el sitio de laeternidad, esta es, la sencillez de su maestría en eseescribir, dialogar, describir, contar y decir. Ese cómollega al otro, al lector, y como estar consigo mismo, comoescritor, autor y ser ordinario como todos, aún siendo

extraordinario, de estar siendo tocado por el reconocimientoy los efectos de saberse otro cerca y lejos de sí y de losdemás, y a la vez sin dejar de ser el actuante, actor,narrador y trovador de la vida y de la imaginación sinactuarla, sino viviéndola, escenificándola yrepresentándola. Las peripecias del mundo se cuentan asímismo.

VIINació en el taller de un zapatero y reivindica esta tarea,al fin y al cabo esto es humano. Su vida no fue historietade almanaque. Andersen torneó su propia memoria, le pusosuela de palabras a los andares del lenguaje. Calzó eltiempo con magia, dibujos, historias, poesías y virtudes. Elno fue hijo de la apariencia, él siguió y anotó la huelladel nudo filial y social. Trabajó su pedazo de curtiembrela cosió en la idea para no olvidar su origen. Esa herencia,la hilvanó no como un remiendo ni añadido, sino que lo llevóal inventó y reponer la falta con creación y arte. Su propiacarencia fue el motor de su génesis mental. Entresacaba losargumentos, perfiles de otras huellas y pisadas propia, seapropiaba de un lado y otro lado de los tejidos sociales.No desperdiciaba ni un trocito del cuero transmitido en lamemoria.

Su escritura superó al oficio de sus padres, el remendón yla lavandera fueron sus personajes hecho uno. Les dio unespacio y lugar en el tiempo. Fueron su mundo y el de losotros, no los redujo a un oficio, eran la virtud y el habla.Sus personajes protagonistas principales junto con otrosactores actuando sus propias obras y representando a otroscon porvenir desoculto. Los inmortalizó, los extrajo de lamiseria para dar a conocer sus modos de habitar ycontradecir la existencia, los independizó de lamarginalidad, los pone de igual a igual con los otros. Sirevisamos a vuelo de pájaro algunos cuentos tenemos que, elpríncipe se disfraza de porquerizo para experimentar seramado como otro sabiendo que anhelaba ser aceptado como loque era.

En el cuento la princesa y el guisante, ella tiene queprobar ser princesa sin saber que está siendo puesta aprueba su lugar de origen. En cambio en la sirenita cuandose enamora del humano y solo por saberse en ese otro cuerpoel de una mujer, para ser aceptada se arriesga, setransmuta, pasa al género sin complemento, hasta su vida lada en esa ley de la gravedad de la desigualdad humana,rechaza ser lo que era y solo le espera la muerte. Siprecisamos el reconocimiento a ese lugar femenino caberecordar que en la época que vivió Anderson se proclamó laigualdad de la mujer frente al hombre. Entonces sus héroesy heroínas son libre pensadores no derrotados, donde cadauno tienen algo que decir, vivir, contar. A su pueblo natallos hizo cruzar al campo literario, los hizo cruzar alescrito para que no sean un muerto sin historia, sin cuentosin moraleja, sin leyenda. Les hizo que hablen por ellosmismos.

Andersen es el liberador del silencio, hizo de los remiendosun pueblo y un gremio de artesanos donde había una vez deotras veces sin una vez pero que no dejaba ser una vez acontarse desde una “voz noble” la vida de los plebeyos. Élen una de sus cartas de agradecimiento dice “Todo hombretiene su completa libertad de expresar sus propios

pensamientos”, eso es en definitiva la verdadera tarea detodo escritor.

Él empezó casi de la nada monetaria, más su remolino defantasía bullía despaciosamente en el vórtice de su propialeyenda que se hacía; una vez quedado sin hogar constituido,desecho para él, se arriesgó a posicionarse y darse un lugarque no ubicaba pero que precisaba en el invento. Ni lafrustración, ni el fracaso, ni la orfandad, ni la mismapobreza fueron obstáculos para la visión de lo que quería,siguió su propia pista, y se dejó apoyar, en su vida, JonásCollin, que se hace inseparable y amigo de toda su vida sevuelve su ángel guardián y tutor, aparece en el momentojusto y preciso, y supo darle la mano a Handersen, claroestá, que no debemos pasar por alto su infancia a lado desus padres, donde estos lo dejaron ser libre pensador yfantaseador, no lo censuraron, le acolitaron el juego con laimaginación, ese fue su pilar y su base, fue ese hogar quetuvo, que lo sostuvo fantásticamente. La imaginación serápara siempre el condimento de su existencia.

Su aliento estaba investido de personajes y dibujosanimados, que supo escuchar, allí, su voz interior nunca lefalló, lo admitió siempre, no se dejó morir. En el desiertode la pobreza había el mendrugo faltante, pero sus sueños lehicieron rebatir la misma hambre, y eso que faltaba comoalgo más, era tarea de él, y de nadie más.

Él sostuvo el esbozo de su fantasía en ese improvisar ypermanecer en diario, libretos, más tarde librosimperecederos. El se tuvo paciencia, no desesperó ante lafalta de reconocimiento a pesar de que le llegó pronto, comoigual las críticas, en todos los tiempos eso es un sucesoinfaltable en el contexto de los letrados e iletradosintelectuales.

VIIILa literatura: su pasión que lo envolvió para siempre en lallama de la letra.

Entre deseos sensuales, angustia, dolor y batallas desentimientos la intimidad del genio. Andersen se enfrentó alespejo, lo hizo triza, evitó alguna partícula le llegara asu corazón para que el poder de este no se le burlara, pusosu imagen en su sitio, y al reflejo le hizo intimidarse ensu propio destello. Casi todo le llegó, menos el amor quelo dejó pasar, lo resguardó como un tesoro escondido en susescritos y silencios. Es así como al final de su vida dejauna “constancia inédita”, esa fundita de cuero con unhilillo colgada a su cuello y dentro de ella su mayorconfidencia, su orgullo sin respuesta, luego retomaré estemisterio para develar el nombre de la dueña de esa carta,por ahora hago puntos suspensivos, y bueno, ese detalle nocualquiera a la hora de la hora sólo le concierne a él y aquién quería dejarle saber lo que quedó entre los dos, y anosotros nos envía a su obra maestra, otra cosa es que meponga como psicóloga y eso implica tocar el ombligo de HansChristian y saber más sobre su metáfora filial, pero hay quecontinuar.

Sigamos, escribió por el placer de contar, su voz un cuentobello. El lector desnuda al escritor, así como el niño quedice lo que ve tal cual le llega sin disfraz y sinprejuicios. Andersen era ese niño que veía lo que el otrono quería ver, ese es otro fundamento de su obra, ve lo queestá allí. La acción de sus obras, sea diario, cuento,dibujo, novela, deja escenificado el movimiento que llegó y

no llegó a suceder pero que lo vivió él en su fantasía,imaginación y escritos, testimonia todo aquello que no llegóa ocurrir a pesar de que hubiese sido y no fue, o de quehubiera valido la pena de que fuese.

En su imagen lleva una cicatriz producida por una mirada sinpiedad que lo fija en la huella sin retorno, en el recuerdoel aguijón, allí lo que sintió, “una sensualidad apasionada,que resiste”, que lo pone furioso, que lo hace desearabrazar, besar qué no, hasta declararse y escoger y pedirser recibido, escribir cartas confusas, donde deja notar sududa sin “ofrecimientos” claros, o mejor dicho de defendersu puesto, el que desea ocupar, el de novio y futuro marido,pero no sabe qué hacer para irse contra la apariencia decómo se ve a cómo lo ven, a cómo lo quieren, o qué quiere élcomo hombre de una mujer. Suya o de nadie, una fraseromántica, el destino, época de mujeres con derecho deigualdad frente al hombre pero frente a las tradiciones ypoderes patriarcales, la ley escrita es una, la de la acciónes otra, irse contra la voluntad del nombre del padre, esdrama y tragedia, ya lo dicen Romeo y Julieta.

Él metamorfoseado en un cisne majestuoso, al inicio de suvida bohemio, andante, romántico, solitario, tristón,sensible, enfermizo, no congraciado con su imagen, miedosointrépido, ni amable, ni agradecido, ni lleno de paz,necesitado de presencias y hospitalidad, fue aclamado ycelebrado su triunfo literario, pero...

“Siempre sufrió la falta de una mujer a su lado”. Su sangreansiaba amor tanto como lo hace su corazón, escribió yalguna le contestó, otra ni se inmutó, igual las señales desus trazos u rutas dejan resto de esas correspondencia, unade esas letras de la remitente fue encontrado en una bolsitade cuero colgada en el cuello de Andersen el día que loencontraron muerto, dentro había una larga carta de juventudde Riborg Voigt, su gran amor de juventud. ¿Por qué dejó esaprenda a la vista de todos?

Lo no vivido y anhelado se mostraba igual que la muerte, yano tenía que ocultarse de su secreto guardado, “su fidelidada lo perdido” se volvía una evidencia irrefutable de suanhelo de lo que debía haber sucedido y no fue. Solo tuvola compañía de si mismo en el tiempo que se acortaba, alfinal de su vida se las arregló solo como siempre. Pero nosqueda sus diarios, sus restos de cartas, de que el hombrese enamoró, sintió, declinó, pero eso de vivir su propio“hogar implicaba una mujer dentro de él y una familia quesostener y un presupuesto que redondeaba toda una decisión,aquello fue postergándolo hasta convertirse en un solterónLa falta de un hogar y de una mujer que lo ame fueron susufrimiento constante. Podría decirse que se encontró entredeseos sensuales, angustia, dolor, rehusar a la tentación,temor a flaquear, intercambios de dejos, silencios y miradasesperadas, de “sensualidad apasionada” contenida, debatallas de sentimientos que debaten la intimidad del genioAndersen se enfrentó contra el amor que se reduce acenizas. Lo anheló pero lo resistió, más lo volvió sublime:su creación una criatura afortunada donde habla con ella sinavergonzarse de la mirada, sin temor a mirar de frente y sertocado por la pupila sin ser rechazado, sin tener quepreguntarle al espejo si es o no el “patito feo”, ya que larespuesta está en ese cisne que es su nombre: él mismo.

IXMás en su espacio interior una falta eterna: lo amado y laamada una intimidad no colmada. Acaso ese cántaro vacío creó

un vicio: la escritura sin sucesora, sin rival sin amante,sin nadie. Al final de su existencia, un remate, un cáncerhepático confabula dentro de él, se apropia de su cuerpo,esto le fue doloroso, agitado, entresacó fuerzas de sudebilidad, algo de calma, su memoria se refugió en momentosalegres, hasta que no pudo hacerle quite a la sombra que loinvadía, tenía 70 años el día de su muerte. Fue por uninstante duelo en la palabra, quizás todos sus personajes enese momento salieron a recibirlo y lo envolvieron en lafábula del contador donde el se dejó encantar para dormir ydescansar en el relato que no deja se deja escribir ni salirpor la voz más hermosa para no perturbar el silencio deldios de la infancia. Su vanidad infantil, su sentido dehumor, “suave y feraz”, su lucidez, su fantasía desbordantelo protegieron como ser humano y escritor instalado en suspersonajes de papel extraídos de la realidad.

La vida pasa de prisa, su hogar desecho de la infancia quedóatrás del telón de la literatura, la realidad de su historiaentre invento y tinta, el escritor: huésped e invitado; ycomo hombre sus sentimientos eran un todo incompleto,fragmentos y suspensos de una “castidad erótica” desbordadaen angustia, fragilidades y añoranzas repartidas en cuentosy conversaciones sin ediciones.

Acaso podemos decir que la realidad de su mundo es unahistoria incompleta , de retazos de belleza y melancolíadentro del secreto que guarda su corazón, esto es ladebilidad de su deseo frente a lo femenino, su yo vulnerablehabitante de la pasión, su eros se deslumbra del rubor.Busca una mujer natural para que acompañe su vidainteligible.

La idea del amor en Andersen es un sueño con un hogarposible de cohabitarse, casi como un cuento de hadas en lavida para que le calme su vida agitada e inigualable y sobretodo nada que ver que con la rutina del tiempo marcado conritos, costumbres y exigencias que s e le hacían difícilescumplirlas, había cierta comodidad y pereza frente al ordendel deber, también había una incomprensión o dificultad paraasumir el arte de ser esposo, padre y escritor a la vez,como que no se puede ser todo a la vez, ese temor de fallar,de faltar, de no cumplir, de fracasar.

No olvidemos que su hogar se acabó a la muerte de su padrey vueltas nupcias de su madre, podemos decir que unadesgracia trajo una dicha para la humanidad, que hubiesesido la otra vía como opción para Andersen, dejemos ahí esaelucubración, no viene al caso ni es ocasión para excavar.Aquel viajero nada común de la fantasía y de la angustia eraun incansable entusiasta del cuento de la vida en otrasvidas, todas, cada una, recuerdo y relatos de dichas y nodichas sentidas, de declaraciones sin contestar, de variosrechazos, de pensamientos que hablan y de cuentos donde laheroína muere, canta, y todo contado con originalidad ysimplicidad, casi como las relaciones de amigo que permitíacontinuar con las mujeres de sus fantasías. Ellas tomanpapeles protagónicos, relevantes, son las actorasprincipales de los cuentos, se juegan hasta papel desalvadoras, también deja entrever su denuncia einconformidad frente a la injusticia y pobreza, así tenemosel cuento de la pequeña vendedora de fósforo, nos describedetalladamente el escenario de la miseria y de la ilusión.

Salvar al personaje es hacerlo morir soñando un encuentrofeliz en ese desenlace.

X¿Qué decir de sus amores? Él define a Eros como un niñotravieso que hiere el corazón, y aconseja que hay estar “enguardia contra las tretas del amor” ya que siempre va detrásde la gente. Los amores impublicables en su piel ledolieron en su mundo inédito, no los imprimió en la vidareal, quizás, que quedaron como textos sin remitente y sindestinatario. Quizás los metamorfoseo en sus “personajas”inconmovibles al sentir…

Riborg Voigt, su primer amor de juventud, le dice NO. No lequeda más que convertirla en Hada, su objeto de honor, faltay orgullo, la convierte en su amiga para siempre, le dio sualma y pensamientos en su autobiografía “El cuento de hadasde mi vida”. Ella se transforma en el Ave fénix dentro desu alma. Se enfrentó contra el amor que se reduce acenizas. Lo anheló pero lo resistió, más lo volvió sublime:su creación una criatura afortunada donde habla con ella sinavergonzarse de la mirada, sin temor a mirar de frente y sertocado por la pupila sin ser rechazado, sin tener quepreguntarle al espejo si es o no el “patito feo”, ya que larespuesta está en ese cisne que es su nombre: él mismo.

Esas hadas que se retratan en su ser, y en las confidenciasde aquel viajero de la vida se quedan en el camino como undibujo de siluetas en ese abrazo que tanto él anhelaba ydeseaba sentir. En fin solo tenemos sus cuentos paradeleitarnos con sus personajes femeninos y ese resto realque devela su secreto, una carta de Riborg dentro de unabolsita de cuero descansando sobre su pecho. Pidió serquemada la carta, pero esto no se cumplió, en el fondo y lasuperficie de su piel su deseo íntimo fue la contrario, sesepa, y esta mujer y hada a la vez se inmortaliza en esalealtad consigo y “fidelidad a lo perdido”.

¿Qué hubiera sido de Andersen si consumaba la realización desus anhelos?.

Como lectores nos hacemos egoístas, nos quedamos con elcuento maravilloso de su obra y continuamos el ensayo de lacreación y el génesis inacabado en el éxodo del cuerpo ydel rubor del paraíso. Y aquí hay que hacer un apéndicefrente aquel rumor de folletín donde otras lenguas cuestionala opción sexual e identidad de Andersen, al decir que susamores no eran ellas si no ellos, los hermanos.

Será acaso esto una calumnia, una difamación, una sospecha,una falsa pista, si nos vamos a su infancia, y según losdatos recogidos él tenía un nexo de fascinación con supadre, hubo magia, complicidad, invento y cercanía afectiva,hasta era un padre joven para un niño talentoso, avivado porla frescura de ese progenitor para atender y saciar lafantasía. Por lo que podemos afirmar es que hubocorrespondencia con su progenitor en la infancia y de adultono tuvo lo mismo con las mujeres que se ilusionaba, hubo undesajuste de afectos. Acaso los hermanos de aquellas eran unpaño de lágrima mudo, un amigo para estar cerca de ellas,solo ellos lo saben y lo que deja escrito en sus diarios yde lo que podemos entresacar en “intríngulis” como él mismolo dijo.

A este repasar del contador sobre su vida íntima, nopodemos hacerla un chisme, ni un cuchicheo, ni un noticiero,ni una comidilla su vida personal. Fue criado como hijoúnico, estudió con compañeros menores a él, a veces parecíaun bufón, comediante, un solitario deseoso de compañía.¿Quién puede juzgar los amores consumados o no?

Entonces, el amor que sintió por Riborg, Louse, Sophie,Jenny se tradujeron en bellos cuentos de hadas y novelasllenas de ternuras y una dosis de amargura en la mariposaque no podía decidirse por ninguna de las flores hasta quefue demasiado tarde. No hay discriminación, ni desigualdad,ni debilidad femenina en sus personajes mujeres, pero si,hay una dosis de ironía frente al qué hacer de la mujer ensu rol, tarea y función, hay situaciones donde elpersonaje tiene que liberarse de su dominio egocéntrico.O salvarse de las manos de su autor si es que puede…

Encontrarle sentido a la inutilidad del oficio y del objetoreducido a cumplir “oficios” o tardes de tertulias, o dar aconocer la rutina de la pobreza en ese “saber hacer lascosas” y qué más.

Entonces ¿Qué decir de sus amores? Quizás, que fueronimpublicables, porque no los imprimió en la vida real,quizás, que quedaron como textos inéditos sin remitente ysin destinatario.

Esas hadas o brujas, mujer a pesar de no ser el destino deldeseo del hombre que traspasó la barrera del deseo:inmortalizarse en la vida de la historia de la creación.Ellas se retrataron en su ser, y en sus confidencias conaquel viajero de la vida se quedaban en el camino como undibujo de siluetas en ese abrazo que tanto el anhelaba ydeseaba sentir. En fin solo tenemos sus cuentos paradeleitarnos y sorprendernos con sus personajes femeninos entodos los roles que hablan y describen no sólo el desamorsino la realidad de la palabra femenina y masculina sometidaal silencio de una libertad sin compensación.

Desmadeja el cuerpo femenino de sus encantos para dar aconocer su regodeo y fortalezas en el mundo de los opuestos,hombres y mujeres con sus propios sometimientos a la horade elegir al otro.

Si retomo el suspenso al inicio de este ensayo, y voy al díade su muerte lo veo solo, agonizando, quizás tocando, labolsita de cuero con la carta dentro, sin poder decirle a ladueña de esas letras ni un adiós, sin poder llamarla parahacerle saber su último secreto, sin poder abrazarse aella, para que lo haga sentirse acompañado, para que lesostenga la ilusión de una imagen de dos, y sin embargo dejaesa evidencia de su deseo más profundo, de lo que pudo habersido y no fue, de su propia expulsión, soledad, sinesperanza, ni porvenir para la tarea del amor. Y quiénsumó a todas, de quién era la carta, quién la única detodas, solo ella, su nombre es Riborg Voigt, el amor de sujuventud, a ella se le declaró, ella el puntal y espino desu amor inalcanzable, ella habitó el hogar de su alma comoun sueño e ideal, aún dándole un no ella está con él porsiempre en su pecho hecho un aliento de ansias de amor,quiso decir, lo dijo, ya no tenía nada que perder.

Su suerte y destino estaba hecho, no había más. Solo nosqueda respetar su última decisión, y admirar su valentía, deno avergonzarse de sus sentimientos y de hacerlo saber, sinesperar nada a cambio. Todo lo había dado, más la cariciadel amor queda como el misterio que se llevó a la tumba.

Han pasado 200 años y él está ahí radiante e imperecedero.Continuemos y aprovechemos a paso firme en sus aportes.

XIEn cambio a la/su madre en el personaje de la lavandera delcuento “no servía para nada” se la siente mas ligada alprincipio de la realidad, de las necesidades, decir delfanatismo religioso es exagerado, eso era lo que se imponíapara el control de la conciencia, velo, juicio y misa con

devoción, también era aferramiento ante la desesperanza deun destino sin salida, haciendo las cosas, trabajando encasas ajenas y en la propia, cansada, quizás hasta brusca enciertos momentos, pero eso no quita que le dio tiempo yternura al chico. El contacto estuvo más entre padre e hijo,eso se siente en la expresión de dicha al mencionar concierta libertad o que aprendió cuando lo deja como acta dereconocimiento en el cuento “Buen humor” “mi padre me dejóen herencia el mejor bien que se pueda imaginar: el buenhumor”.

La facilidad de intimidar y no dejarse azotar por el látigode la lengua humana estuvo del lado paterno. Con la madreuna relación cercana y lejana, untada por retazos yzurcidos, remendadas y dale la vuelta al cuello para que nose note el agujero, mudas oliendo a aseo, prendas limpiaspara el niño amamantado con gorjeos de cantos, esperas yarrullos del duérmete mi niño, del ya vengo, de come hoy, yavoy, no quiero que tengas esta vida, lo mejor para ti,risas de esconde y dónde estás, y otras emocionescondicionada por la dinámica familiar, era alcohólica, quésignifica esto para un niño, para ella, y para el contextodel pueblo... una borracha pueblerina que bebía de pucho enpucho cuartillos de licor barato que se mandaba parareforzar la fuerza que se iba como nada. No es unajustificación, pero es un chelín con una dosis desufrimiento encerrado en una botella que se vacía y serepone mientras la hermosura se desvanece en el cuerporepleto de deseo y descanso, que sentía la vida “como unacuchillada en el corazón” desolado por los infortunios entreel crédito y descrédito de una cruz que no redime.

Dios tiene que ser algo más que misericordia, resignación, ypiedad.

Abramos las puertas de las letras y dejemos entrar a lalavandera del cuento “no era buena para nada”, podemos ver auna mujer, ¿-Anna-?, con una vecina, ambas, lavando,combatiendo el agua fría entre horas y horas de refriego, laprimera, calentado el cuerpo con trago puro, para aguantarel agua fría, con fatiga quejándose dentro de sí “trabajotanto, que la sangre casi se me sale por las uñas”.Conversando y compadeciéndose entre una y otra, y a la vezmirando al horizonte para aminorar el bulto de ropa que laespera y animándose en este esfuerzo, con un “pero noimporta, con tal que pueda criarte y hacer de ti un hombrehonrado, hijo mío”, y remoja otro bulto y sigue dale quedale. Quién puede decir que esta “madre no vale para nada”.Esto tiene que haber producido escenas tristes, puntos deevasión, desencuentros con la felicidad en la vida de todos

y en especial de un infante armando su historia. Que quieredecir el cantante, “la vida no vale nada sino es paramerecerla”, y quién es quién para juzgar, esta vida vale yesta no. Cada uno se la merece, y esta chulla vida no tieneprecio. Quien diga lo contrario es un desnaturalizado sinnada que vivir ni dar. Y el que la quiere comprar es unperverso. Y el que cree que la de otros es un desecho, hayque desecharlo. Cada humano rinde cuentas, otra cosa es quela merezca o no la merezca, de eso se encarga él mismo, eljuicio final está en el comienzo de cada nacimiento. Jesúsfue juzgado por el poder de unos cuantos tirados atodopoderosos en la vanagloria de la omnipotencia: laprepotencia aplastante. Andersen lo reflexiona así, “laexpulsión de Dios fuera del cristianismo por parte de unnuevo buen Dios”.

La tormenta de la doctrina y del adoctrinamiento sobre elcuerpo físico y el espíritu humano.

Estalla el poder sobre la codiciada paz: la muerte sinremedio en una mente “sin aclararse” o demasiada clara paraejecutar. La “voluntad inmutable”, dentro de “un pecador,frágil y vano” sufre la adversidad de los designios, “queDios no puede cambiar”: “No llego a soportarme a mí mismo”.

La voz de la madre se deja escuchar en su monólogo cuandoes atravesado por la pena de no acostumbrarse así mismo,entre lo que intenta hacer y no intenta hacer, de eseesperar y no esperar del futuro, y como un niño “mal criadose queja ¿quién me escucha? ¡Nadie! ¡Nadie!. Dios no leresponde, el se responde “bien sé, que como un niño, tengoque pedir su perdón, ya que me está castigando; ten bondadoh Dios, perdóname ya, pero no quiero pedir imposibles. Sébien que en el curso del tiempo debo de sucumbir”, estolo escribe un 14 de noviembre de 1860, para entonces tenía45 años.

XIISu infierno era su reino de salvación literaria pero su vidaera como un pecado inconfeso amordazada entre la castidad,sus deseos sexuales, entusiasmos amorosos, enamoramientos ypasiones desperdigadas en un erotismo de pasiones consumadasentre fantasías, diarios, observaciones y cuerpos intocados.Casi como el personaje de la lavandera y el amor prohibido,callado sin confesar, sostenido en el sufrimiento de unplacer cargado de silicios para cumplir el veto de la norealización. Ella le comparte a su amiga lo que cree que laotra no sabe y le dice “yo era joven, alborotada y fogosapero honrada, eso si que puedo afirmarlo ante Dios, Elmozo era alegre y animado y muy bien parecido...Era hijo dela casa y yo sólo una criada, pero nos prometimos fidelidad,siempre dentro de la honradez. Un beso no es pecado cuandodos se quieren de verdad. El le confesó a su madre: para élrepresentaba a Dios en la tierra y la señora era taninteligente, tan tierna y amorosa...Antes de irse me puso enel dedo su anillo de oro. Cuando hubo partido, la señora mellamó... Me habló con seriedad y no obstante con dulzura,como sólo el bondadoso Dios hubiera podido hacerlo, y mehizo ver la distancia que mediaba entre su hijo y yo, eninteligencia y educación, y ahí está el obstáculo.

Yo respeto a los pobres –prosiguió-; ante Dios muchos deellos ocuparán un lugar superior al de los ricos, pero aquíen la tierra no hay que desviarse del camino, si se quiere

avanzar...” por la condición social, de pertenecer a otraclase, más la lavandera sigue contando a su amiga y le dice“yo me he matado trabajando, he luchado y sufrido por estehijo, he fregado escaleras y lavado ropa, basta o fina,pero, Dios ha querido que llevase esta cruz. El me redimiráy cuidará del pequeño...”

El creó un campo vasto de originalidad y escritos, pero nopudo sembrar el amor en el cuerpo de una mujer ni hacergerminar el dominio del árbol del bien y del mal. Se impusoel artista, el hombre enamorado se quedó indeterminado, cómodeseaba ser amado Andersen, unos dicen “que deseabaigualmente ser amado como se ama a Dios y la salvacióneterna”; en cambio en el amor de la lavandera del cuento “noera buena para nada”, marca la distinción “ él era hijo de lacasa y yo solo una criada”, un beso y un anillo de oro dejaal marcharse el enamorado impotente de salir de los cánones,ella lo “llevaba pendiente del cuello, sobre el corazónaquel anillo.. de día no podía ponérmelo en el dedo, pero lohice en la noche al acostarme, besándolo tan fuertemente quela sangre me salió de los labios. Después lo entregué a laseñora”.

Lo cierto dónde está, hay que ceder y renunciar, luchar sinpoder ganar.

Domina la clase, la posición y la condición, más lasingularidad de un amor quedó en un anillo devuelto, sincompromiso, sin petición de mano, sin bodas, sin sueños. Enese terreno a la madre y al hijo los une los trapos suciosque se lavaron en casa, el hijo de la lavandera no podíasolicitar la mano de una dama, el origen humilde camufladoen un imposible amor, lo deja sollozando y haciendo cálculosde cuanto debe ganar para entrar a un honrado hogar ysolicitar la mano de la amada. Dios no estuvo de su lado,las madres de sus pretendientes y las amadas mismas fueroncomo la dama –madre del joven- del cuento, veían como undesatino el encuentro de Andersen con la prometida anhelada.Se dieron No sucesivos. Victima y victimario empalidecíanpero no perdían la compostura, la amistad se imponía comoúnica alternativa, aunque “la cuchillada en el corazón”estaba en el poeta Danés.

XIIIY se consolaba el solterón con cierta desaprobación yresignación de un “no hubiera sido bueno para ella. Ahoraya no me casaré nunca. Ninguna jovencita crece ya parallegar a ser mía”. ¿Dinero y amor para ser feliz? Pareceque no hay amor que calce anillo al dedo. Hagamos unescenario para el anillo y la carta dentro de la fundita decuero, -acto y única escena-, se unen entre la ficción y larealidad. –ella besa el anillo, y él besa la carta-La lavanderadevuelve la joya que en prenda del amor le había dejado eljoven rico y se lo devuelve a la madre, y el escritordevuelve una carta que la dama le había dado, a los dosestas cosas reales no les pertenece, cada uno en su sitio,juntos desde la carencia y lo no realizado.

Madre e hijo, dos angustias saldando cuentas: La situación:dos joyas muertas y paralizadas como resto de algo enalguien: de un amor no correspondido. Entre alegoría yrealidad el cuento del desamor y la memoria del dolor,dominan como “el terrible sentir el vacío de este mundo dela aristocracia. Escuchar como en todo atropellan la ley de

un modo decisivo y sin vacilar, con ignorancia y estupidez”y réditos para los elegidos entre si.

El dibujo de un joyero de lo femenino y lo masculino amedia y medio acabado. Un decir dentro de aquel y aquella,un “no sé nada de nada”, como expulsados del paraísoentran a formar parte del mito de un éxodo sin tierraprometida, ellos hablan de ello, la evidencia se desdibujacomo alucinación. El delirio no acude al eclipse, otro huboque evitó la defunción del porvenir- padre, Hans- madreAnna- hijo Hans Jr.- Todos sin opciones.

Lo sincero triunfa sobre todo las cosas, y qué es esto desincero, una verdad a media perfilándose a “imagen ysemejanza del creador”, cercar de una prójima en el tocadorde sus escritos, eso, otra realidad no realizada del anhelodel hombre. Sufrimiento y gozo sobre la razón y un posiblepero imposible romance, quiere compañía, esposa, familia,pero eso era la vida real, al otro lado de la hoja, atrásdel espejo no llega, la cita no se concreta. Solo en sudeseo el más famoso de todos sobrellevando estoicamenteante el mundo sin dejar notar el desencanto.

Ellas le decían no a su pedido de enamorado, y él continuabasin “rencor”, manteniéndose cercano a las damas de susansias quizás para no perderlas de vista para siempre,quizás como una forma de no dejarse olvidar, quizás como unaforma de mostrarse con dignidad, quizás como una forma deprotestar sin sentirse apabullado por la desazón delrechazo.

Una palabra de aquellas elegidas, no bastaba, se nota en susdiarios ese revuelo de sus ansias por toda su sangre yletra. Queda en los manuscritos las evidencias del deseoerótico y de ternura sin la presencia esperada. Sin primiciay sin anfitriona los ensayos de amor del principiante. Suangustia parece una oración sin esperanzas en el papel sinningún recuerdo cómplice que lo haga decir sólo mía.

Solo suya era la vida animada que la calzaba como anillo aldedo, hasta la misma perfección y secuencia. Evoca,pormenoriza,, compara, sitúa, describe, hace y escribe lahistoria; existencia, fábula y final juntos, lo sospechado einsospechado se ven y no se ven, no se dan cuenta, se dancuenta y caen en cuenta, qué gratifica y qué no, conformismoe inconformismo.

La felicidad no está tienes que hacerla.

Y hay algo más en el universo de la vida, el traje quellevamos es un momento para el estreno, pero eso otro, loincómodo, lo que nos pone fuera de sí, lo que nos hacesentir el rechazo. La no aceptación, es como un dolor sinubicación aunque obvio es ese sentir indescifrable que estáen alguna parte con la imagen que nos conmueve, lo inmóvilse desprende, el espejo se rompe y lo podemos reponer, peroa cada uno de nosotros no lo podemos desintegrar porque nolo podemos reemplazar, eso de ser único es la ley de lagravedad. Convivir conmigo o el uno que se porta eshabitarse sin hábitos ni apariencias, pero no cabe duda quesiempre podemos mirar más allá de nuestra narices y llegar

más lejos que nuestra mirada; parece que esa es una lecciónque nos deja nuestro querido Andersen. Ama la naturaleza, laretrata puramente, no se deja aburrir por la banalidad, esdrástico con el vicio y el exceso, las increíbles aventurasfluctúan entre el bien y el mal, como decir no todo se terealiza, pero todo exceso tiene su precio, esto es, el quete juegas en esa demanda.

La dicción, la maldición y el mal decir son contrapuntos yocasiones para lo maravillosamente fabuloso. El poder queno desaparece, el poder que transgrede, el poder de lapalabra misma fuera del registro de la especulación y delmanoseo. En su vida nada común, un vagabundo y paria sepierde en el tumulto que le incomoda por lasimpertinencias frente a lo aparente, lo real y los detallesestorban e incomodan cuando no son necesarios nombrarlos.

Su punto de partida es su imaginación en marcha queaprovecha los recursos del ambiente, lo cotidiana, loshechos, su drama no es moralizante, son emociones veladas,entramadas en el alma del personaje, el narrador no secomplace en el sufrimiento ni en la maldad.

Más bien hay perseverancia y ánimo de salir, concluir ollegar algún lado, ha veces hasta soluciones drásticas, comoel cuento de la niña con los zapatillas rojas que le esimposible sacárselos, y decide para terminar con ese andarque no era de ella y la tiene extenuada decide ir a ver alverdugo para cortarse los pies, menos mal que al fin y alcabo es un cuento o a lo mejor es su forma de desquite sutilfrente a esos no que recibió en su vida, quien sabe,Evocación, fascinación, resonancia su obra y su vida. Élmismo era un sujeto que no podía pasar sin despertarcuriosidad, no podía pasar desapercibido, llamaba laatención quiéralo o no.

Quería ser respetado en lo que él consideraba digno de él.

Era objeto de mofa, de burla, y ser blanco de esos lanzashumanas no le gusta a nadie, peor a Andersen hipersensible ytenía que protegerse de la vulgaridad, desprecio y soberbiahumana. Quizás la soledad era su escondite y refugio de esamirada de desaprobación, esto no quita que tuvo sus espaciosdonde disfrutaba sin sentirse en la mira que lo perturbe oincomode.

XIVArrea el tiempo como cochero yendo delante de la muerte sinsu consentimiento, sin su aclaración, sin su merecimiento,sin su reproche, cumplir como una tarea sin sentirla, comoun cuerpo sin cofre para guardar el sueño. El rastro de lahuella donde hubo algo, ¿dónde está?.

¿Quién no deja algo que no puede llevarse hasta la muerte?:lo que el otro no puede entregar, ni quiso recibir.Simplemente ese deseo no pertenece aunque perdure en eltiempo como lo “amado inmóvil”. Romper el encanto esdoloroso, la desilusión es una opción, atraparse en lamelancolía es cerrar el túnel en el morbo de un afecto noconsumado, es aniquilarse. Hay senderos, hay que hacer elcamino andando, como lo dice el poeta Machado.

La tesis, antítesis, y la hipótesis sin síntesis deAndersen: “no quisisteis ni lo mejor ni loca si mejor quehabía en mí y tampoco aquello que todos pueden imitar”

la madre: está del lado de Dios, creyente, realista sintiempo para soñar, su oficio: la pulcritud, cargando la tinaal río, reparación ropas, zurciendo medias, recogiendoretazos; su debilidad, rodearse de supersticiones; sufortaleza, quiere su hijo sea redimido por lo divino paraque no pase lo que ella pasó; enseñó al hijo coser lostrajes de su único títere; su herencia: saber hacer lascosas bien y dejarlo experimentar su curiosidad. La miradaescudriñadora del ojo ajeno: no era buena para nada por sualcoholismo para muchos; su antítesis: dejó un genio quecobijó su mundo y el de los otros.

El padre: está al otro lado de Dios, ateo, de pensamientoliberal, reparando el desgaste, remendando la ficción de lapróxima pisada, creativo: con desecho de un ataúd hace lacuna para su único vástago, con entusiasmo construye elteatrín para la fantasía del titiritero, deletrea y repasael abecedario con el pequeño Hans mientras este escapa a lanaturaleza de la fantasía y del paisaje, lee o cuentapacientemente las mil y una noche mientras cubre el orificodel zapato, se asoma al humor como noticiero en“intríngulis” y ocurrencias cómplices; da remaches, cosidasy pegadas de suelas para asegurar la pisada; su identidad:un noble culto pobre desvergonzado del pueblo orgulloso desu oficio de zapatero remendón.

El hijo: su antítesis: ateo por gracia divinamente concebida,desafía y cuestiona dogmas y lo absoluto. De su padre ymadre lleva impresa en su memoria el aliento de laimaginación. Atravesó el horizonte con ficción, realidad yfantasía. Su debilidad: no era fuerte en ortografía niresúmenes. Su tesis: no seguir modas ni moldes; suhipótesis: la única nobleza que reconoce es: “la bondad dela naturaleza humana”; su síntesis: no la tuvo, el paseantey huésped de la realidad no se resumió, ni se preocupó deponer en cuadros sinópticos, esto de esquematizar el mundono iba con él. No tuvo hogar fijo. Su don: su voz creadoraen los escritos. Su mayor atributo: su verdad y nobleza. Sulegado: su obra maestra: su literatura y su vida misma quecolman, calman y envisten al poder del arte a no dejarsederrotar por la orfandad del espejo ni por la opresión de laimagen en un yo sin excusa ante el riesgo del amor y deldesamor. El vacío es creador, por lo que no hay que tenerlemiedo cuando se destapa para dejarse saber y sentir. Quiense aleja teme, quién se acerca confía.

Quien toma espacio es prudente para no caer dentro.

De una vez por todas hay que tomar distancia del fantasmapara que el caos no se pierda en evasiones, ni enprecipitosas caídas. Tener claro que la carencia no tiene

respuesta. Hay que aprender a partir y alejarse de esesentimiento de inferioridad atrincherado en el ser del noser. Anderson es uno en su vida y obra.

XVSus padres mueren jóvenes, Anderson tiene la dicha de llegara los 70 realizándose a pesar de él. No tuvo un final decuento feliz en el amor, no tuvo una muerte en paz aunque elreposo anhelado va llegando. Es irónico, su madrealcohólica y a él lo sorprende un cáncer hepático, ¿de quéhace síntoma? ¿cuándo el virus lo toca? su capacidad paraser inmune a la célula cicatricial, el tejido de su cuerposufre los estragos de la vulnerabilidad, algo atravesó labarrera de su vejez, algo no razonable hizo un tejidodesordenado y torpe. Sin piedad, sin misericordia sinimporta qué, lo inmóvil se múltiplo, casi como el No tajanteque recibió y dieron a su petición de enamorado, ahora unavelada desconocida se suscita sin opción, el virus sepropaga como ese afecto cargado del sin sabor delbienquerer, esa emoción ebria de soledad, de desamor, einamovible como una estatua petrificada entre el rechazo yel dolor aún pegado al tejido de “dos ojos” que nodevolvieron reciprocidad.

Es como que Andersen hubiese estado llamando un final que noera capaz de dárselo él mismo, o que no lo localizaba en suspensamientos, esta ocupado en el tiempo del viajero, deldescanso y del aislamiento, al final de su vida salía menosy pasaba con su `propia compañía. El mundo podíaarreglárselas sin él.

Su destino se jugó antes de nacer, el que iba a ser fue

No se dejó morir. Su deseo se impuso desde el mismovientre materno. ¡Que bueno! Intimidó al virus y no lepermitió se acerque, el geniecillo todo un embrión locongeló con su presencia, que bueno que se detuvo y noatravesó la barrera feto placentaria, que bueno el neonatose permitió cumplir los ciclos del enigma: gatear, caminar,ayudarse con su propia vida, luego morir, no sin anteshaber sido útil y dejado algo para alguien. En eso su padrey aún su misma madre les dejó que creara y creciera con suarma con qué combatir al a la realidad, al fantasma y a lamuerte: el humor y la imaginación que no lo abandonaronjamás por más enfado y ánimos tristes que lo atosigaren.

El escritor, el autor, el hombre vivió lo suficiente paracontar.

Los temas de su literatura afrontan al ser en su avatar dela realidad sin equilibrio exacto. Su creación, es unabalanza justa cargada de referentes reales, fantasías,escenarios, mitologías. En definitiva este giganteescritor es el jardinero de las voces de un mundo subjetivo,que según sus propias palabras estas voces “nunca puedenllegar a ser un defecto en un poeta, puesto que ello en síexpresa la totalidad de poesía que este poeta lleva dentrode sí”. Este solterón, compañía de sí mismo rechazaba tododogma. Confronta razón y sentimientos. Es difícil elegirentre lo uno o lo otro, van juntos, o a veces uno tras elotro, casi imposible fundidos, pero es inevitable sentir esadinámica a saberse.

Malgastamos el tiempo en ese avatar de los idilios, deltriunfo y del desprecio, otras veces pretendemos sinacercarnos, otras renunciamos sin arriesgarnos, otras sepierde la razón, y otras alguna vez un final feliz, perosiempre este avatar es de dos o más de uno, según el asuntoy el cuento echado a contar o a perderse o a no podervivirlo ni escribirlo. En otras historias contrapone lanobleza de sangre con la nobleza de intelecto, deja ver ladesnudez con toda su impudicia, con toda su estafa, con todasu vergüenza.

Llegar hasta el final es un desafío, realizar deseos yambiciones son metas, por qué no, la elección es un impulso,vocación y meta, una misión con uno mismo. Reparar y seguirsin reparos. Enmendar en la continuidad y darse un lugar,no importa dónde es el sitial, siempre es uno, otra forma deno rehuir al uno que somos. Acaso la misión es dejar unahuella, esta alcanza su distancia de acuerdo a la fuerza conque la marchemos.

Cumplir el deseo exacto es una imposibilidad, pero en loscuentos de Anderson esto parece fácil, casi sin obstáculos,hay un placer de realización sin preguntarse que implica oque consecuencias conlleva, el fin es un medio de la tramadel cuento, la moraleja y el mensaje es tarea para ellector.

La felicidad no está en la corona, ni en el triunfo, ni enel amor, ni en el alma eterna, está allí donde no suponemos,y el cuento da a saber sus detalles en cada historia ycircunstancias del personaje. También la felicidad de saberel secreto puede ser mortífera, pero en el escenario delpapel el narrador se arriesga, nada pierde, de eso se trata,crear el suspenso, meterse hasta el tuétano y salir indemne,al fin y al cabo es un cuento, y solo quién sabe hacerlopuede sostener el placer de eso inexplicable que solo selogra en la acción sublime del misterio. El director de suobra sale invicto junto con el lector, los personajes en susescenas esperan al próximo visitante a que abra la página.

XVIPoco a poco el declinar de un cuerpo se anticipa lentamente.En 1860, el 4 de septiembre, Anderson dice en sus diarios “amenudo tengo el deseo de una muerte repentina”, el día 5 delmismo mes, “mi mente no quiere aclararse, el 28 de octubreescribe “soy un pecador, un ser frágil y vano. Me hansido concedidos demasiados dones preciosos, y ahora debosufrir la adversidad”, luchaba con la voluntad inmutable quele adjudicaba a Dios, esto le hacía no soportarse así mismo,se debatía entre angustia y tristeza y sufrimiento, ánimosque le acortaban la línea del futuro, en estas fechas estácon sus 55 años.

Aún le quedaban 15 fructíferos pasos de vida de viajes, depublicaciones y de reconocimientos. La llave aún abre elmisterio, allí el virus no se atrevió. Su voz se hace unacuenta de cuentos, diarios, novelas, y repartos. Vidapropia. El escritor libera la evidencia, sobre el objetoperdido adviene nuevas creencias, crea sobre la cosa misma:la causa de una infancia deja una generación sinprecedentes. Empujó al hombre a su propio riesgo. Elaliento a la imaginación hizo el horizonte, el soplo filialllegó como libre conversación entre eternidad e historiaconfigurando el deseo ajeno y propio.

Su vida la obra y los otros. Presencia: ausencia de loamado; Ausencia: lo no sucedido; Falta: El y ella; Presente:falla, retorno y repetición; Ideal: amor imposible; Síntoma:sufrimiento, sustituto y sin razón; Cura, cuento yexpectativa: no será igual a ella, no será igual a él, serácomo el otro: bienaventurado seas.

Arriesgó a ser: Uno para siempre en su contar único.

El objeto perdido en su trance juega a reportero yprotagonista en la palabra divina. Hágase tu voluntad, nose haga tu voluntad. Lo que se quiso que sea no fue. Lo queno fue quiso que sea.

La causa se convierte en el debut de un estilo seguro de larealidad, de la ficción y de la fantasía: su sede de lossucesos a confabularse y contarse. Lo inexistente existe.Lo que existe es inexistente. Darle movimiento a loinmóvil. Al movimiento ponerlo inmóvil. Conoce laortografía. Desconoce la ortografía.

La gramática de su vida: “déjeseme seguir mi propio modo deser”: huésped del hogar.

El concepto, el precepto, el contenido, los significantes yel argumento de la ficción y la realidad de desvanece, sepermuta, se muta, se anima, se hace así mismo, más allá yacá de lo real y de lo todo fue dicho. Queda de esetronco filial Andersen- Andersdatter, un hijo, un Hombre, unescritor, un amante de la vida.

Andersen y sus personajes habitan la imaginación, esta elhogar de su vida y del mundo. Patrimonio para la infanciaeterna. Su obra, Cuento de hadas de la vida. El residióen el olimpo de su “poder creativo”, el mismo que lo sacó delo desconocido y del puesto del hijo del zapatero remendón.Este hogar de inventos le hizo pasar a la imagen eterna delincreíble y fantástico escritor, Este lumbre fue una dulcecompañía que le hizo sentirse menos solo, que le impidiósucumbir entre lo adverso e insoportable del temporal de sualma, donde refleja su angustia y tristeza que le llevanhasta aguas profundas, en las que se pregunta ¿podré alzarmesobre ellas o me hundiré?”.

Pero como él sabía llegar a su propio fondo también sabiasalir con historia y vida propia. Él era su propio semejanteal que tenía que asistir y contarle cuentos con magas yhadillas Y no solo esto, él se oponía a “trotar” con unamisma moda. No estaba de acuerdo en seguir modismos oestilos de su época, le gustaba su propia moldura, nonecesitaba romper el molde porque ya estaba roto, solo teníaque hacer la forma a su manera.

Haciendo uso de su ironía, fama, y lugar ganado en el mundode la cultura y social, se atreve a afirma tajantemente “queel gremio de los zapateros remendones es el más famoso detodos, pues yo soy el hijo de un zapatero remendón”. Norenegó su historia.

Él se oponía a “trotar” con una misma moda. No estaba deacuerdo en seguir modismos o estilos de su época, le gustabasu propia moldura, no necesitaba romper el molde porque yaestaba roto, solo tenía que hacer la forma a su manera.

Durante su vida lo único que interesó a Andersen fue elEspíritu creador, Él mismo, que representa todas las vidasreales de sus personajes. Como todo mortal deseó afecto,celebridad, y que la gente expresara estima a su obra. Suvanidad infantil, su sentido de humor, “suave y feraz”, sufantasía desbordante lo protegieron como ser humano yescritor instalado en sus personajes de papel extraídos dela realidad. Los temas de su literatura afrontan al ser ensu avatar de la realidad sin equilibrio exacto. Sucreación, es una balanza justa cargada de referentes reales,fantasías, escenarios, mitologías. En definitiva, estegigante escritor es el jardinero de las voces de un mundosubjetivo, que según sus propias palabras, estas voces“nunca pueden llegar a ser un defecto en un poeta, puestoque ello en sí expresa la totalidad de poesía que este poetalleva dentro de sí”. Andersen fue y es: ese seguir de su“propio modo de ser”.

El reconocimiento que ha alcanzado es como un sueño que“nunca hubiera podido soñar” así lo deja asentado en susdiarios íntimos. Andersen fue y es: ese seguir de su “propiomodo de ser”.

BIBLIOGRAFÍA

-INFORMACIONES DANESAS, PUBLICADO EN OCASIÓN ESPECIAL DEL 1ER CENTENARIO DE LA MUERTE DE HANSCHRISTIAN ANDERSEN EL 4 DE AGOSTO DE 1875. REVISTA DE DINAMARCA, PUBLICADA POR EL REAL MINISTERIO DERELACIONES EXTERIORES, DIRECTORES, ANDERS GEORGartículos consultados

1.- Hizo vibrar cuerdas, cuyos tonos llegaron a lo más profundo del hombre, por BoGronbech2.- ¿ Ese Andersen cómo era? Por Elías Bredsdorff3.- Solterón que se declara por Lise Sorensen4.- Los trajes distintos del emperador por Erik Dal5.- Un gran periodista que no quería serlo por Jens Kruuse6.- Dios padre podía contar historietas, también sabíarecortar siluetas y hacer dibujos,por Jan Sibrandtsen7.- La casa de Hans Christian Andersen por Niels Oxenvad