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CIEN ANOS viviendo el carisma amigoniano
Colegio. Sagrada Familia
Terciarias Capuchinas. Masamagrell1885-1985 3 ---------· - --------
:, Colegro de la Sagrada 1-JmiliJ PlaLa de la Con-;ri rución, 11 Telt>rono~ !96J 144 OY 59 - 144 17 12 Mas.unagr!"ll !Valencia)
Di~eño:
P. Torn.ís Koca Chusr. T. C.
Equipo realizador: Anc1 M. •' Vail<'jO, C.H111e n MichitorenJ justa Olia
/"v\aquet.:~ y íorocomrmici<'m: Fototipo. /\. Machélcio, 42. 4. •. Tt>l. (96! 1 IH 47 .56. Patt>rna (Val<:>nci,l )
lmpre;ión: Martín impr!"~ores. Pintor Jover. l . Tel. (%) !73 08 82. 4601 3 Val<'ncia
f)!"J10~i ro lt>gal: V- l :i79-1985
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Sumario
El Centenario del Colegio de la Sagrada Familia. Masamagrell 1885-1985 7
Actos conmemorativos del Centenario 8
jasé M. a Izquierdo Soro, Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Masamagrell 9
Juan Celda, Cura Párroco, Delegado Nacional de Pastoral de Turismo _ 1 O
Cardenal Vicente Enrique y Tarancón 12
Día de Fraternidad 13
Las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia 14
Interpretación de un Centenario 15
Permanece su espíritu 16
Ocaso apacible 17
Recordando al Padre Fundador 19
Madre Genoveva María de Valencia 21
Antología poética 22
Cinco años de edad 24
Padre Fundador 25
Efemérides 26
Luis Amigó vive 32
Habitaciones del P. Luis 33
Actuales Comunidades del Colegio de Masamagrell 34
Unos datos sobre la epidemia del cólera en Valencia 37
La fundación de las Terciarias Capuchinas en Masamagrell (1885) 39
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B cordaos de los hechos que vuestros antepasados hicieron a través de las ge- neraciones, y recibiréis gran gloria y nombre sempiterno (LIBRO 1 DE LOS MACABEOS, CAP.II, V. 51)
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EL CENTENARIO DEL COLEGIO
DE LA SAGRADA FAMILIA MASAMAGRELL 1885-1985
11 or tratarse de la Casa Madre de nuestra Congregación, se ha de
cidido solemnizar la conmemoración del Centenario entre octubre de 1985 y el mismo mes del año 1986.
Sabido es que la Casa se fundó -como en las páginas que siguen se cuenta- el día 9 de agosto de 1885. Por tanto, era el 9 de agosto del presente año, 1985, la adecuada para inic iar los actos conmemorativos. Pero teniendo en cuenta la dispersión veraniega, se ha creído más conveniente dar comienzo
a los actos del Centenario en octubre, según el programa que insertamos a continuación. .....
Este folleto, a modo de pregón de los actos del Centenario, tendrá una segunda parte, si Dios es servido y nuestros planes no fallan, con objeto de dar a conocer la historia de esta Casa de Masamagrell, de tanta relevancia en el nacimiento y desarrollo de la Congregación de Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia.
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ACTOS CONMEMORATIVOS DEL CENTENARIO
MES DE OCTUBRE
DIA 16 • PREGON: D. Juan Celda. • Actuación de la Coral «Virgen de
Montiel", de Benaguacil, a las 21 horas. Patronato Parroquial.
• Presentación, por el P. Tomás Roca Chust, T. C., del libro «Cien años viviendo el cari sma amigoniano». Patronato Parroquial.
DIA 17 • CONFERENCIA: «La educación en
los momentos actuales". Cardenal D. Vicente Enrique y Taraneón, a las 20 h. Patronato Parroquial.
OlA 18 • CONFERENCIA: «Luis Amigó, testi
monio válido para el creyente de hoy. Pt~dre T. Cruz Goñi Paternain, Superior Provincial , T. C., a las 20 h. Patronato Parroquial.
DIA 20 • OlA FRATERNO:
11 horas: Visita al Cementerio. 13 horas: Descubrimiento de lápida conmemorati va. 14 horas: Convivencia Hermanas. 17 horas: Paraliturgia.
DIA 25 • BENDICION DEL BUSTO DEL P.
LUIS en el patio del colegio, a las 18 h. • Vino de honor. Traca. Música.
OlA 26 • CONCELEBRACION EUCAR/STICA
en la Parroquia S. Juan Evangelista, a las 19 horas.
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DURANTE LOS MESES DE NOVIEMBRE-DICIEMBRE ACTIVIDADES DEPORTIVAS
Competiciones de:
• Baloncesto (femenino). - lniantiles (8. o EGB-1. o BUP). - Alevines (6. 0 y 7. o EGBl.
• Voleibol (5. 0 EGB).
• Atletismo. -Saltos. - Lanzamientos. - Carrera s.
ACTIVIDADES ARTISTICAS Y CULTURALES
Lema: <<MASAMAGRELL 1885-1985». Luis Amigó: Ayer ... Hoy ... Mañana.
Festival de la canción
Concurso de canciones (originales -letra y música-) sobre e l «Padre Luis».
Concursos:
Literatura: • Prosa. • Poesía.
Dibujo y pintura: Participación de todos los alumnos.
Tra bajos manuales: • 1\t\aquetJ del Colegio: 6.'''-7.0
' EGB .
Fotografía: Instantáneas de la vida del Colegio y
del pueblo de Masamagrell (BUPProfesional).
JOSE M. a IZQUIERDO SORO ALCALDE PRESIDENTE DEL
EXCMO. AYUNTAMIENTO DE MASAMAGRELL
llesde que las Terciarias Capuchinas acudieron a Masama
grell, a instancias de su máxima autoridad civil , en 1885, para unir nuestros esfuerzos a los suyos en la gravísima situación de emergencia creada por la epidemia del cólera morbo, y posteriormente en la elevación cultural y espiritual del pueblo, jamás hubo fisura alguna en la colaboración surgida entre ambas institucione? ante un quehacer común . Hoy, con el fausto motivo de la conmemoración del Primer Centenario del Colegio Sagrada Familia, centro que, además de una realidad social, es símbolo de esta cordial colaboración, nos complacemos en resaltar, en estas páginas conmemorativas del acontecimiento, la armonía de tan ejemplares relaciones de ciudadanía, desde siempre enfocadas
en beneficio de Masamagrell y principalmente de su juventud, esperanza del futuro.
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JUAN CELDA CURA PARROCO. DELEGADO NACIONAl DE PASTORAL DE TURISMO
MASAMAGRELL, PUEBLO PROVIDENCIAL
ID ay hombres que han nacido para volar alto, tanto en lo humano co
mo en lo divino, cual águilas reales, a lo San Juan.
Son aquellos que saben relativizar lo que no es trascendente, como a la vez, ver en las circunstancias y acontecimientos humanos, hechos providenciales ordenados por la mano de Dios. Sólo asf se puede ser grande, llegar lejos en la virtud y convertirse en modelo.
Entre esa constelación podemos contar con la egregia figura del Padre Luis Amigó.
Nace providencialmente en Masamagrell el 1 7 de octubre de 1854 y sería bautizado en la Parroquia de San Juan y en la pila que milagrosamente se conserva y es visitada por los fieles. Este sencillo y humilde fraile, que sin perder nunca, ni aun siendo Obispo, el ritmo de la humildad franciscana, hizo que su pueblo se paseara y fuera conocido en casi todo el mundo.
El Padre Luis amó tiernamente a su pueblo y lo demostró con palabras y hechos que ahora seria prolijo enumerar.
En 1885, en el Convento de la Magdale-
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na de Masarnagrell del que a la sazón era Guardián y en una humilde celda franciscana que aún se conserva y es visitada, plasmó las líneas maestras de servicio a la Iglesia con carisma propio; las Constituciones de las dos grandes familias, Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores y Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, que dieron y están dando en el momento presente una gran y efectiva respuesta a la sociedad y a la Iglesia.
Ambas en sus comienzos gustaron especialmente de todas aquellas cruces y amarguras que la Providencia depara siempre a los escogidos, y sin embargo, el Padre Luis, al sufrimiento humano. unía aquella alegría que irradiaba confianza por estar seguro que todo ello era la firma del buen Dios que patentaba la Obra que él mismo le había inspirado.
En todo veía la mano de la providencia y sólo asf con este programa se sentía satisfecho y real izado.
Un 11 de mayo de 1885, en un promontorio de Benaguacil y ante la mirada de la Virgen de Monticl, la Congregación de las
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Terciarias Capuchinas, recién aprobada, marcaban su fecha fundacional. «Qué simbólico ... Desde un monte; yo dirfa que desde el Tabor de la Obra.
Pero Dios parece que tenía prisa de sancionar esa Obra, de estrenar aprisa el fin de la misma: beber el cálíz, cargar con la cruz, morí r, y resucitar; este sería el protocolo divino con firma y sello, es decir redentor y por ello pascual.
Esta rúbrica, la Providencia se la deparó al Padre Luis Amigó, su fundador, en un lugar que para él no podía ser más querido, su propio pueblo; Masamagrell.
A tres meses cortos de la Fundación una epidemia mortal, el cólera, devastaba familias y pueblos alcanzando de lleno esta mortífera peste a Masamagrell, uno de los pueblos más afectados, llegando incluso las familias a abandonar a sus propios deudos en tales circunstancias. Huérfanos, dolor, desolación y lágrimas eran el resultado.
El pueblo, por medio de sus autoridades, pide auxilio al Padre Luis, a su recién estrenada Congregación que aún está gustando las mieles de la fundación. El Padre Luis Amigó considera la gravedad de la petición pero al mi~mo tiempo ve en ello la mano de Dios: no se atreve a pedir este sacrificio a sus hijas; sólo expone el problema, la petición: ellas han aprendido pronto el talante de su Padre Fundador y se ofrecen todas, aunque todas sabfan que iban a cargar con la cruz, a la muerte.
De las cuatro religiosas que llegan aMasamagrell para atender a coléricos sólo la mayor, la Madre se salvaría, las otras tres más jóvenes morirfan heroicamente, mártires del amor y del servicio a sus hermanos, en una palabra a Masamagrell.
¿Un duro golpe éste que haría tambalear la Obra en sus comienzos? No. Es la reafirmación; la Obra está ya bautizada con sangre, la familia Terciaria ha empezado a ser eficaz, a ser redentora. Se fundarla inmediatamente en el pueblo el primer asilo para recoger a los huérfanos abandonados.
La misión había ya comenzado: la fecha, un 9 de agosto de 1885.
Masamagrell ya no serfa sólo el pueblo del Padre Luis, serfa la cuna, el calvario, la
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cruz, pero sobre todo, la Pascua de su Obra.
Los hombres señalaron a Montiel para la erección canónica de la fundación, pero Dios deparó el lugar de su consagración, de la efusión de su Espíritu; la firma y el sello de que la Obra del Padre Luis de Masamagrell era de su agrado, de que era su propia Obra.
Masamagrell sería, en adelante, la Casa Matriz, la Casa Madre donde el Padre Luis se sentía feliz, tanto, que determinarfa personalmente que, después de cumplir su misión en la tierra, su cuerpo reposara en la Capilla de dicha Casa de su pueblo; de Masamagrell.
Desde esta Santa Casa brotarían las nuevas ramas tiernas que serían plantadas en otros tantos lugares de nuestra patria.
Desde Masamagrel l saldrfan quienes con ansias misioneras, cruzando los mares y las fronteras, llevarían a los indígenas la palabra y el amor de un Dios Padre.
Hoy en Hispanoamérica especialmente y en otros lugares del orbe, la Obra del Padre Luis ha cuajado y ha dado fruto con nombre y carisma propio.
Aquf y allá, colegios, dínicas, reformatorios, misiones, asilos de niños y anc ianos y tantos servicios de promoción callados y eficaces.
Hoy, hasta aquf, llegan las personas y los ecos de una Misión que partió de aquí, hecha blasón de amor a la Iglesia.
Hace cien años nada la Congregación de Terciarias Capuchinas en Montiel.
Hace cien años esa misma Congrega<:ión se confirmaba, se santificaba y la hacfa eficaz el mismo Dios como Obra suya en Masamagrell.
Masamagrell es, sin duda, un pueblo tocado por el dedo de Dios.
Masamagrell, cuna, patria y descanso del Padre Luis, el más ilustre de sus hijos.
¡Qué grande es Masamagrell! pero, cuánta es la deuda de gratitud y amor que tienes_ contraída con el Padre Luis Amigó, con la Congregación de Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia.
Señor, ayúdanos a ser agradecidos; a pagar esa deuda.
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rJIII ueremos
l;lt dejar
constanciJ1 en estJ
publicación
conmemorativa, de
nuestro
agradecimiento al
cardenal Vicente
Enrique y Tarancón, por su
participación en el
Centenario.
Además del
aprecio que
siempre nos ha
mostrado, tiene en
comú n con nuestro
padre Fundador su
valencianía y el
hecho dr haber
sido titulares de IJ
diócesis de Solsond
en los com ienzos
de su episcopado.
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DIA DE FRATERNIDAD .. parte de lo., acto~ de conviven
- cid entre la :- ,1lumna-. , sus familias, los bienhechores, con l<!s H~'rrna
nas, éstd'> celebrarán su propio ilia d('/ Centenario, que ~c r,~ el Día de la Fraternidad.
No en vano l'St,1 C1., ,1 ha ~irlo lc1 cu-
11il de l,1 Congregdu ón, despué::. del S,mtuario de ¡v\ontil'l , por lo.:; l<.1rgm a r"1o~ c¡ut> hd s1clo Novici,1do prinnpcJI y lin ico del ln.,titul o.
b m u y conocid,1 la vida de la ~ ierm,lncl ('ll sus altivici ,HJes de ,1poo.,tolctdo,
docent<"' y heneiic1 ~ . Y ,1 no es t,m conucirl,1 la v ida de l,1 HPIInan<1 en Conwnicbd . Y e" dlií ¡_JfP(I)dmente donde haiiJ lc1 fuer7a qwe ncct"sita pJra no dt"s-
fallecer en su vocación. En j¿¡ c,1pilla,
en la sala de rerreac ión , Pn el comedo r,
en e l paseo comunitario, la HcrmJna se
encuentr,1 con la HermrHIJ, y se cmiman
amuc1s en PI mantenimiento de ~u ide,1l.
El Día de la Fraternidad o,erá un día d e i nten~<l convivencia comuni taria; pero, sobre todo, -;er¿1 un honwn.1je a l,1s hermr111c1) que no~ h,111 precedido cn tre
g,wdo ~ u vida entc r,1 ~~ l.1 Congregar íón dt' Terci,1rias Capuchin,1s a lo largo y a
lo ,111eho de los muchos <11ios de• .:;u vicb.
Y ~ er,í tambiL'Il un<! i nv itac ión a ímilclrl<'l~ en ~ u e ntrega,\ la v1ven ci<1 del ca
r i ~mi.l amigon í<lno lllhPricordlo'>O
rcd entor.
¡QUE BUENO ES IVIR LOS HERMANOS UNIDOS!
LAS TERCIARIAS CAPUCHINAS DE LA SAGRADA FAMILIA
se expandieron desde esta Casa de Masamagrell . . por vanas nac1ones.
Guatemala
Venezuela ·; / Colombia
Suiza
"' ,.
~r~.,.J,.,..,..I-...J 1 ...:U"±WI:HII!!~LI!'if'±W~~
China------
Argentina
Filipinas PMaguay
1 tal i a
~ Bélgica. ---------Ecuador
Bolivia
m oy, esta expansión, en ritmo creciente, tiene su centro en Rorna, sede de la cric;t iandad, y en el adjunto grabado se consignan las naciones en lc1s que
desarrollan su apmtolado misericordimo-redentor.
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lllegados al remanso de los 1 00 años del Colegio de la
Sagrada FamiliJ, de Masamagrell , es hora de lanzar una mirada rápida y general a ese largo camino recorrido desde aquel lejano 9 de agosto de 1885.
Dios ha bendecido la obra, no en vano cimentada sobre el sacrificio y la total entrega de las tres abnegadas Hermanas nuestras que ofrendaron su vida, en aras de su ideal, en este bello rincón de la huerta valenciana, Masamagrell.
En el devenir de los años, las Hermanas Terciarias Capuchinas dcdic.:~ron su esfuerzo, su vida y sus ilusiones a la hermos.:~ tarea de educar cristianamente a la niñez y Zl la juventud de MasZtmagrell, contribuyendo así al crecimiento del Cuerpo Místico de Cristo, a la vez que realizaban el más fin<? y provechoso servicio a la comunidCid humana.
En torno a la escuel,'l, a la catequesis, al culto divino, y al servicio a la cornunidZtd vecinal, giró la vida de nuestras abnegadas Hermanas, y aquí, en estCI Casa de ¡\1\asamagre/1 , centenares de ellas iniciaron su consagr.:~c ión al id l'al dmigoniano misericordioso-redentor.
INTERPRETACION DE UN
CENTENARIO
Aquí residió durante largos años el Consejo General de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, y de aquí partió el movimiento espiritualizador de clara raigambre amigoniana y iranciscana que iluminaría con su apostolado a más de veinte naciones.
Esas Hermanas, suscitadas por Dios en la Iglesia, para hacer vivo y permanente el ideal que incendiara e iluminara el alma de Luis Amigó y Ferrer, hijo de Masamagrel_l -cuyos sagrados restos, en esta Casa conservados, la constituyen en relicario de la Congregación- testimonian por todo el mundo que la semilla aquí depositada hCl íructiiicado.
SUPERIOR;\ PRO VINCIAL PvciJ. SagradJ Famil ia
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PERMANECE SU ESPIRITU
.. us re'>to~ mort,1le) de.;cilll'>dn .H.¡ui, y no.;ot ra~. '>U~ hijas e~piri tua les, tenemo~
.. la dicha de ser las custod ia~ de los venerables despojos del amado pJdre Fundador. mientras su e<;píri tu pen11Jnece vivo en sus dos Congregacione~.
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Ultimos días de nuestro padre Fundador
• a preciosa salud del venerable Padre estaba seriamente que
brantada, y, atendiendo las indicaciones de sus Terciarios y Tercia'rias, decidió nuestro Fundador abandonar la sede episcopal de Segorbe y trasladarse a Masamagrell , con sus hijas las Terciarias, lo que realizó el día 20 de agosto de 1934.
Pero los exquisitos cuidados de sus hijas espirituales no consiguieron reanimar aquel gastado organismo, consumido en afanes apostólicos, por lo que el padre Laureano M. a de Burriana consiguió fuera trasladado a nuestra Casa de Godella, para que, si esa era la voluntad de Dios, en ella exhalara el últi mo suspiro, ya que el padre Fundador, en su testamento, había decidido que sus restos mortales fueran inhumados en la Casa Madre de nuestras Hermanas Terciarias, en Masamagrell. A las cinco de la tarde del día 6 de septiembre llegaba el venerable enfermo a Godella.
El benemérito doctor Va lis asistía dos veces al día al padre Luis Amigó como
si se tratara de su propio padre, dice un testigo presencial. Pero la ciencia humana no podía reanimar aquel cuerpo gastado por exhaustivas empresas de celo y los rigores de la penitencia. Así que el 23 de septiembre po( la tarde llegaba su confesor de Segorbe para preparar la partida definitiva a aquella alma escogida. Et 25 recibe el Viático de manos de su gran amigo, el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Lauzurica, hoy arzobispo de Oviedo. Fue emocionantísimo el acto, porque el padre Fundador quiso ponerse de rodillas, aunque no pudo, pero pidió humildísimamente perdón a todos por sus malos ejemplos, acción que impactó profundamente a quienes presenciaban aquel subido ejemplo de humildad. 29 de septiémbre, del arzobispo de Valencia, monseñor Mela, nuestro padre Fundador entraba en periodo agónico, y el día 1 de octubre, rodeado de sus hijos, los Terciarios y las Terciarias, entregaba su alma a Dios. La escena traía reminiscencias del tránsito del Seráfico Padre San Francisco. Todo era allí sencillo y sublimemente franciscano.
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AUREOLA DE SANTIDAD. JUICIOS DE LA PRENSA Y DE LOS SACERDOTES DE SU DIOCESIS DE SEGORBE
Inmediatamente de conocida la muerte del Siervo de Dios acudieron las gentes, ansiosas de visitar los restos mortales del que tenían como a santo, disputándose las flores que adornaban el féretro y pasando rosarios y otros objetos piadosos por el cadáver.
La Prensa, que había informado minuciosamente del desarrollo de la enfermedad, publi có extensas biografías del finado. En sus números del 2 de octubre y días siguientes, se podían leer elogios como estos: <<El padre Amigó es de los varones llamados a ser recordados perpetuamente, y su paso por este mundo será de imperecedera memoria» (El Tradicionalista). «Con la muerte de fray Luis Amigó pierde la Iglesia una de sus más preciadas glorias y la patria una de sus más nobles -tan noble como poco conocida- figuras» (La Voz de Valencia). «Por su dulzura, natural finura y elegancia espiritual, merecía catalogarse como un aprovechado discípulo del aristócrata de la virtud, San Francisco de Sales. No ha querido sobrevivir ante las amarguras de la Iglesia y desventuras de la patria•• (El Diario de Valencia). De modo semejante se expresaron Las Provincias, La Nación, con otros periódicos nacionales, y las revistas Florecillas de San Francisco, El Adalid Seráfico, y Adolescens, surge. The Universe, de Londres, dio la noticia en su número del 12 de octubre de 1934.
De gran número de cartas de sacerdotes diocesanos llegadas al Palacio Episcopal de Segorbe, entresacamos los siguientes párrafos: «Dios Nuestro Señor habrá acogido en su seno aquella alma tan copiosa de virtudes y méritos,
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que rogará por su clero querido y en su diócesis amada, como lo hacía en este mundo; y nosotros elevaremos al cielo nuestras preces todos los d ías de nuestra vida por el que fue nuestro queridísimo Pastor>•. «Estoy seguro que gozará de Nuestro Señor, pues de su irreprensible y bondadosa vida no puede esperarse otra cosa. Yo le tengo por un santo». «No por esperado dejó de causarme profundo sentimiento, que en las actuales circunstancias necesita la Iglesia de Pastores ce losísimos como era el ilustre finado». «Siempre será nuestro ejemplar y digno de imitación. Pad re y Pastor, de cuya santa mansedumbre, justiciera bondad y misericordiosa justicia guardaremos perdurable ,memoria».
HONRAS FUNEBRES
Resultaron solemnísimas las celebradas en Madrid (con asistencia del N uncia), Godella, Masamagrell , Segorbe y Torrente, así como las que tuvieron lugar en todas las Casas de Terciarios y Terciarias. Fueron hermosfsimas las oraciones fúnebres pronunciadas por don
· Carlos Jiménez lemaur, en Madrid; el padre Santonja, en Torrente; padre Joaquín Guillén, en Galatone (Italia) y don Miguel Juliá, deán del Cabildo, en Segorbe.
El 4 de octubre de 1934 quedaban depositados en la tumba, de años antes preparada, los restos mortales del padre Fundador, hasta 1el 9 de abril de 1983, en que fueron exhumados ante las autoridades eclesiásticas, las de las Congregaciones amigonianas y el Tribunal de la Causa de Beatificación. El cadáver mostraba la serena placidez que distinguió siempre a nuestro Padre.
Nuestro Padre, en el eterno recuerdo
G ustosamente reproducimos algunos de los recuerdos
• • am1gon1anos, escritos por nuestra Hermana Dominica Porcar en los últimos años de su ejemplar vida.
• En e! año 1918, recién entra
da en !a Congregación, siendo todavía postulante en Altura, y en una de las frecuentes visitas que nuestro Padre Fundador hacía a! noviciado, rne presentaron a él junto con las demás novicias, que éramos alrededor de unas treinta . En la visita fui interrogada por nuestro Padre a qué me había dedicado hasta entonces y qué era lo que sabía. Dije: un poco de todo, pero por ser huérfana de madre, a la fuerza tenía que dedicarme al servicio de mi padre y tres hermanos varones que quedaban en casa. Luego me hic ieron cantar; co-
mo no sabia, le canté un Introito en gr~ goriano, lo cual había terminado de estudiar los métodos de dicho canto. Tanto gustó a nuestro Padre, que en las fiestas de misas solemnes era yo la encargada del Introito. Si alguna vez estaba presente nuestro Padre, al bajar al coro no me faltaba su especial fe licitación. Con mucha frecuencia nos recomendaba can t{\ramos siempre el gregoriano («Motu Proprio», de San Pío X). Así se deduce que nuestro Padre fue siempre con el espíritu de la Iglesia, manifestando en todo ser su verdadero hijo.
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B En sus visitas de Segorbe al no- viciado de Altura, al salir las novicias para saludarle, si coincidía en domingo siempre me felicitaba, diciéndome que todos los domingos era mi santo. También nos insinuaba tuviéramos gran devoción al Padre Santo Domingo de Guzmán por las relaciones que tuvo este santo en su tiempo con nuestro Padre San Francisco.
• No sé a quién de nuestros her
manos Terciarios oí decir que en una reunión de varias personas ilustres en visita con el Rey Alfonso XIII, éste se fijó en nuestro Padre, murmurando entre los suyos: «Qué porte de santo tiene este obispo». Asf decían todos los que le veían y tenfan la dicha de tratarle: tanto cautivaba su modestia, finos y delicados modales, su ecuanimidad junto con su ardiente caridad invitaba a exclamar como a nuestro Rey: «¡Qué santo es este obispo! ...
11 Estando yo de Superiora en Paterna (Valencia), le invitamos a
celebrar con nmotras una comida; aceptó y vino una tarde; en la merienda, no sé quién dijo que yo había organizado entre las alumnas del colegio y fuera de él un grupo de jóvenes con reglamento de una vida de mayor perfección cristiana llamado jardfn de Santa Teresita. Entonces, nuestro Padre, dirigiéndose a mí, me dijo: <(Pues prepárate, hija, para sufrimiento». Eso indica lo mucho que él pudo sufrir con la fundación de dos Congregaciones.
11 Siendo yo novicia e>n Altura coincidió que al enseñarle la
Madre Maestra (M. Cruz) unos trabajos
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de escultura y pintura que había hecho, el Padre Fundador dijo: «Búsquenle un profesor para que siga el arten. No se verificó por circunstancias que no sabemos, pero sí sacamos que nuestro Padre tuvo un gran amor al arte, pues en su palacio montó un hermoso museo digno de ver.
.. En los últimos días de su vida, llllsiendo yo maestra de novicias en Masamagrell, las Madres le trajeron a su pueblo natal por ver si mejoraba de sus continuos achaques. Un día lo entraron en el departamento del noviciado y rodeado de las novicias habló de Santa Marra Magdalena, cuya fiesta se celebraba ese día. Sus palabras fueron unirse a la santa penitente. Después habló del gran amor que la Santísima Virgen nos ha manifestado en todas las advocaciones y títulos, nombrando a cada uno en particular, pero al llegar al amor doloroso de la Virgen en el misterio de la Cruz, prorrumpió en un sentido y doloroso llanto. Ante este espectáculo, las Madres Rosario y Serafina (mártires) trataron de distraerle -¡Padre, Padre!- desviando la conversación. De aquí podemos sacar cómo nuestro Padre Fundador estuvo toda su vida compenetrado en el amor y dolor que la Santísima Virgen nos demostró al pie de la cruz. Sigamos, hermanas, sus huellas, que bien señaladas las tenemos. Terminó, por fin, su última visita al noviciado exhortándonos a la fidelidad y perseverancia en la vocación y despidiéndose para siempre nos dio su paternal bendición.
Recordemos con amor de> hijos a nuestro Padre Fundador.
t Hermana Dominica Porcar Terciaria Capuchina
MADRE CENOVEVA MARIA
DE VALENCIA
• 1 limitado espacio del presente programa conmemorativo del
Centenario no nos permite, como sería nuestro deseo, dedicar un recuerdo en estas páginas a las Hermanas de mayor relevancia en la Congregación. Si nuestras previsiones se cumplen, lo haremos extensamente al concluir el año conmemorativo.
Pero en esta ocasión no queremos dejar de recoger en estas páginas la biografía, aunque brevemente, de la Madre Genoveva de Valencia, figura ex-
celsa de nuestro Instituto, por ser la terciaria capuchina que encarnó, entre otras insignes rel igiosas, el ideal amigoniano de nuestra Congregación.
María Planelles -así se llamaba antes de ingresar en el Instituto-- nació en Valencia el 1 O de noviembre de 1884, siendo bautizada en la Parroquia de Nazaret el 13 siguiente. Ingresó en nuestra Congregación, en esta Casa de Masamagrell, el dfa 30 de octubre de 1899, en la que profesó el 3 de marzo de 1902, emitiendo los votos perpetuos, en manos del padre Fundador, en Montiel, el 5 de julio de 1907.
Bien dotada intelectualmente, real izó los estudios de Magisterio, y por su afición a los idiomas consiguió dom inar el inglés y el francés.
Ante su gran dinamismo y su entusiasmo por la expansión del ideal amigoniano, en octubre de 191 O fue destinada a Colombia y posteriormente a Venezuela.
Ya había desempeñado el cargo de Comisaria, desde 1923, cuando fue elegida superiora general de la Congregación en 1926 y reelegida en 1932, desempeñando el cargo hasta 1946, rebasando ampliamente su último sexenio a causa de las anormales circunstancias creadas por la guerra civil española . Aún participó en el gobierno de la Congregación, hasta 1951 , y dirigió algunas Casas, entre ellas la de Meliana, hasta 1955, en que a los 71 años de su edad, se retiró a esta Casa de Masamagrell, donde nos edificó con su sabiduría, su ejemplo y su amor a la Congregación, falleciendo santamente el 29 de junio de 1978.
El padre Fundador tenía a la madre Genoveva en altísimo concepto, y ella supo corresponderle siempre con entrañable amor de hija.
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Al Colegio de la Sagrada Familia .. olegio venerado en cuyo nido .. mi mente, ave de luz, abrió
[las alas hoy vuelvo a tu regazo tan querido para ataviarte con mis pobres galas.
Augusto templo do jesús impera, donde se liba el néctar de la ciencia y en el crisol de la disciplina austera se forma de las nii'ias la conciencia.
Sobre tu escudo de laurel cer1ido nuevo florón hoy colocar quisiera, y que mi canto a los demás unido de vuestros servicios digno fuera.
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Enarbolando sin miedo los pendones de Cristo, de la Patria y del honor y en juveniles y puros corazones prendiendo llamas de divino amor.
Para escanciar el vino de la ciencia en ánforas divinas, nuestras mentes: y regular de las niñas la conciencia con direcciones sabias y prudentes.
Sagrada Familia, hoy lo juramos: seremos siempre a tu memoria fieles: Hermanas Terciarias Capuchinas, os
[brindamos de eterna gratitud las mieles.
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g or las c<tllejuelas de Jerusa lén
a esús Niño, María y José .
Rubiedad más pura ya nadie ha de ver, ni nieve m~is b lanca que su fina piel.
)Conocéis los astros al amanecer?
¿Conocé is la dicha d e ver y no ve r?
Así son los ojos del Dios de Belén , y así las profundos mi radas de El. Mejillas de fresas y labios de miel, de nubes las manos, de nardos 1<.1 tez.
¡Ay, sus piececillos! ¡Ay, sus lindos pies! ¡Son de luna y nilcar! y de rosicler.
Salió para verlo de la mar el pez, las flores más dulces se abrieron para Él.
El sol se d etuvo y el mundo a su vez. Y el mar y la ti erra, y el cielo también, cantaron a coros «¡He aquí a nuestro Rey!»
Le dice· a la Vi rgen y al Santo José: «¡Ya nunca, Dios mío, yo m e he de perder, y al que me llame le responde ré !»
La Virgen sonríe, sonríe José.
Un lucero brilla, .~erfurna un laure l , tañe una campana con hondo tañer.
¡El mundo está i nmóvi l a los pies de El!
A la Sagrada Familia
Una antigua alumna Todavía mi niiiez juega eri el patio
del colegio, o corre por los pasillos, o escucha en el silencio de un aula, el buen consejo de una de las hermanas Terciarias Capuchinas. Yo sólo era un terrón de arci lla roja con forma humana y, en tre la casa y el colegio, me fui moldeando, fui adquiriendo personal idad y fe. Conocía a Dios, el buen amigo que vive.siempre conmigo y, a veces llorando, la mayorfa sonriendo, llegué a ser lo que soy ahora.
He sido feliz, y mi felicidad aún sabe a caramelo, a Padre Luis, a hábito de religiosa, a la risa inocente de un niño.
l. R.
23
Cómo le recuerda uno de nuestros hermanos
•
ste niño de mirada candorosa e ingenua es José 1'vlaría Am igó Ferrer,
con el tiempo padre Luis de Masamagrell , capuchino; de~pués, monser'lor Luis Amigó y Ferrer, obispo ~uce~ivamente de Solsona y Segorbe; fundador de las Terciarías Capuchinas de la SagradJ Familia y de los Terciarios Capuchino~ de Nuestra Ser1ora de los Dolore~.
No hemos podido sacar mejor partido, amigos lectores, de esta reliquia que es par a nosotros esta pequt>ñ<1 íotografía, amarillenta y desvaída, que apenas nos permite adivinar la belleza interior, la belleza de su alma hermosa, de e~ te niño de cinco años.
Pero la mirada de este niño, llamado a tan altos destinos, es la misma. Es la misma que vemos en la fotografía de su primera comunión; la misma de sus retratos de capuchino; la misma de sus retratos de obispo.
Estoy pensando, al con templar esta pequeña fotografía, en el momento en que recibí la primera comun ión de manos del Padre Fundador, ya muy anciano él. Sus ojos tenían una dulzura indescriptible. Caí más en ello cuando, al terminar la misa, me entregó la estampa-recuerdo que entonces se acostumbraba a dar a los neocomulgantes, al tiempo que me dirigía unas palabras con acento cari r'loso y sa ludaba a mis padres.
24
CINCO
Aún tendría yo otr<l ocasión singular de senti r directamente "obre mí la mirada serena y bondado~a de nuestro Padre. Fue unos díus después. E::.t<ibamos varios chicos jugando a la pelota en el patio centrll l de nuestro colegio de Monte-Sión. Fallé en el saque, y la pelota fue a p.1rar al balcón de las habitllciones del padre Amigó. Esto no~ pac;aba con alguna frecuencia, y cuando ocurría, el que perd ía el tanto debía subir rápidamente por la escalera de la Comunidad y recuper,1r la pe lota, previo pago de algún tirón de orejas del primer barbudo Terciario Capuchino que salía ,JI paso, y el que tardara en bajar pagaba doble tanto. No siempre estaba el Padre Fundador en sus habitaciones, pues residía, naturalmente, en Segorbe, en ~u palacio episcopal. Pero aquel día estaba, y no sólo me libré del tirón de orejas, sino que bajé con la pelota y con un montón de caramelo~ de l o~ bue~ nos, de los que entonces se denominaban uadoqui nes».
Como tard é en bajar, rn is compañeros me cobraron doble tanto, pero yo est<1ba sobreabundantemente re)arc:ido con la bondadosa acogida del padre Amigó y con es.J ~u mirada dulce, honda, que hoy revivo al contemplar la fotograiía de este niño de cinco años.
Tomás Roca, T. C.
D ened gr dnde estim~l, queridos
hijm e hijas, de vuestra rna
dre la Congreg~Kión , en la que tJn
vasto Glmpo os presentJ el Señor
para trabajar por su gloria en la edu
cación de IJ juventud, haciendo que
conozcan c1l Sef1or, para que, cono
ciéndole, le amen y le sirvan, e in
iundit'ndoles el temor santo de Dios, principio de IJ sabiduriJ y freno que
contenga sus desordcnc~dclS pa~io
nes. Y si acontece que, dando oídos
JI espíritu infernal, se apartdn del re
dil del Buen P<1stor, también voso
tros, mis arllados hijos e hijas, a quienes El hn constituido zagale~ de
su rebaiio, sois los que h.:1béis de ir
en pos dt" la ovejd c.lcsecuriada, h<lstd volverlr1 di clprisco dcl Rucn PtiStor. Y no lcm;1is perecer en los des
peñ,1deros y precipicios en que mu
chcls veces os habréis de poner, paftl scdvar IJ ovejrl perdida; ni os
c1rredr<'n los ZJrLd)es '/ emhoSCJddS con que tr<'\tJr,i dE' envolveros el Pncmigo, pues pod{> is est,lr seguros
de que, si logr¿~is st1lvar un tllma, con
ello predestináis l,1 vuestra .
. PADRE FUNDADOR 25
La casa natalicia del P. Fundador en Masamagrell durante uno de los actos del Centenario de su nacimiento.
Pila bautismal del P. Luis Amigó y copia del acta de su bautismo (1854).
26
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Miles y miles de fieles desfilaron ante el féretro del finado, disputándose, cual preciadas reliquias, las flores que envolvían la caja.
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A hombros de sus hijos los Terciarios Capuchinos, visiblemente emocionados, con la concurrencia de las autoridades y el pueblo en masa se trasladaron los restos del P. Luis, de la Parroquia de Masamagrell al Noviciado de las Terciarias Capuchinas de dicha ciudad.
27
El señor Alcalde de Masamagrell dirige la palabra al pueblo en el homenaje que éste tributó al P. Fundador en el año 1974.
Ofrenda floral de las Hnas. a su Fundador. Año 1974.
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Apertura del sepulcro con motivo de la exhumación de sus restos. Año 1983.
Exhumación de los restos: traslado del féretro a las habitaciones que el P. luis usara en vida.
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NST.Ur'ICNTUr'l •e:cor.NiT IONIS CDWPOals St:a'l\ O(.\ AI.OISU .-...lr.d FUaE. EP. EX O. F . ..,. CAl'.
file 1/tcET COiti"US .SI:ItVi DC:i AL.O\SU AMii.Ci FltUE.a ~I'!G..F.If.CAI'! ANNO HIU.[SiMO NOLENTESh_,D .. DlíiTUAHSIHO Trltrlo DIE vc:•o 1~ .-.~NSIS A f'IU \.\S
lfECOILNITiONf rERACTA
Pergamino introducido en el féretro del P. Luis con firmas de algunos testigos del acto de exhumación.
Clausura del Proceso Informativo Apostólico del P. Luis. 9 de octubre de 1982.
30
Monumento al P. Luis en la Plaza de los Mártires, costeado por el pueblo, en el centenario de su natalicio. Año 1954.
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LUIS AMIGO VIVE
Crucifijo ante el que oraba el P. Fundador.
Aquí le vemos, muy joven todavla, con el crucifijo de misionero en el pecho, Su celo por la conquista de di· ma~ le llevú m.í; ldrde .:1 fund.:~r dos Congregaciones que tuvieron wmu fin ~~P~"<-'Ídl el ~.:Jiv.:Jr y regenerar las m.is nt<cesitadas: las de lo~ niños exlr.wi.:~dos.
Cuadro que representa la coronación de la Virgen de Montiel por el P. Fundador.
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HABITACIONES DEL P. LUIS Despacho del P. Luis Amigó.
:r
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Habitación del P. Luis Amigó.
33
U nos datos sobre la
EPIDEMIA DEL COLERA en Valencia
• n 1885 Esp_ar1a sufriú una nueva epidernia de cdlcra morbo asiático, que atectó aproximadamente a los dos tercios de la geogra
fía hispana, quedando menos invad ida la parte occidental que la oriental, dado que fue el área levantina la más dañada por el azote epidémico.
C omo o, u propi,l denominaci <">n ind i< d , e l cólera morbo c1~iáti<O ~e uriginó Cll PI Orit>ntc !vl t:>di o y los viaíc'ro:; portugue>C5 d t:> l siglo XVI hicieron r<'ierenci.=! cJI 111ismo. Dur,wtc la guerra < o loni.1l anglo-i rance>.J en 1,\ lndi.1, a rnPdi,1do~ dc'l 700, también se produ jo un brote epidémico quP oca~io
IHÍ mél~ de' 60.000 v íc tim<Js. PNo iue !:'n e l ~igln XIX cudndo Id <'Xpdrhión del cóler.1 perwtró t:'l l l'l conl incnte r•tnopeo. desdP lél tona c.wcjsic.J y mPditerrc'lnea; en la déldda d P los .1110, t reintd del siglo pJsado, 1,1 ep1 de m ia .Ji(:ctó J id m.woría de IJs naciorH-'s europeas, originando cientos de mile' de tnul'rte~. ,,.,.¡ en E'>par'ia que SP vio .lÍectad¿¡ en lo, ario~ de 1.1 guerra c ivi 1, Hl 34-1FH), repitiendo su apc1rición en I d~
dé< adas siguientes, con rn.1yor o menor inIL'nsiclad. como, po r ejemplo, t:>n loe, .1ños l () 54-55, quP fue, al parect>r, la rn,i~ mo rt íier<J parCI bparia. U n nur'vo brote se produ jo en 1865, .1tectando a la' ; unas I<->Vill1-
tinél, dnd.:~ l uz cl y algo delu:ntro. r-\l llegar la décad.1 de l o~ ochenl.t volviú d reélparPccr en el ámbito med itr: rrárwo que iuP ~ u predilecto, <.ic'ndo grave ~u i nc idt>rtcia en 1883 en F~ipto.
TOQUE DE ALERTA EN HHJ4
Al produci r~t>. en el verJ rlo de 1 Bl\4, algunos cusoc, coléricos en lo, puerro-, íranceses de ·¡ olc'Jn y ¡\l\,1 rseii.J, todos lrh Esta·
dos vt:>c ino~ ~e prPpr.lraron par.1 h,Ker irenlt> él la epiclemic1, rec<~bando información puntual de 'u evolución y tomando prewnciones adPc:uad.l~ <1 l ca.,o. En E<-p,1ria la DirPcción Ceneral de !3eneiicencia y S,1nidJd
inic i<i una 'l:> rie de instrun: iones y recabó del Gobic'rno un mil lón de pesetas para actu.-lr con tif'rnpo en los controlec, .,,1n itarim.
Fue en r•ste Jrio cuando Rorwrt Koch descubrió el "vibrión colt-:•rico", cDusante de l.1 enfermedad, lo cu.d desató una polémica científica en tocld ' p,1r·tes. r\'í en E~p,1ñ a. rP< orderno-, lo :; entrc.•ntamiPntos entre CcJjal y el doctor Ferr;in, act u,mtes .-lmbos en la zo rM levantina de rn<1yor incidenci<J epidémica.
LA EPIDEMIA D E 1885
A pr irnPros de sE'ptiembre de 111()4 ap,ln:cieron vlguno:. casos J islados de có lera en Nnwlda y A lic,1nte, que ;;em braron el p."lll ico de t,J i fo rmél que Alion~o XII <.uspend ió un v idjl' por Calicia y regre.:;ó v Madrid inmediat,1mentt:>. En PI me<; de iebrero de
1885 se dio o tro caso en Valenc ia que no fue mortal. pero al me~ sigu iente, y en el m i,mo lug.H, hubo ya 15'> invadidos y J(, v íctirnas rnortale<-, que .!Umentaron a 61 2 c<1 sos y 174 muertes en el me~ ele abril , y tamhit>n en Vd lt>ncia. t"mico íoco por en tonce~ de la epiclerní.J, que e lt'vó el número de invadido~ a 2.774, siPndo m.i~ de l mi-
37
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!far los fall ecidos. Al llegar el mes de junio de 1885 el mal se había extendido a 14 provincias españolas, registrándose 25.000 invadidos por el cólera, de los cuales m u rieron 11.406.
Masamagrell sería uno de los puntos más afectados de la epidemia, y a! siguiente art iculo del padre Tomás Roca remitimos al lector para ei seguimiento de la misma en esta población.
Cuando el padre Fundador escribió al doctor Ferrán la carta que reproducimos seguidamente, las Terciarias Capuchinas, recién fundadas, aún seguían en el Santuario de Montiel.
Esta es la carta que escribió el padre Fundador al doctor Jaime Ferrán cuando la epidemia del cólera empezaba a dañar seriamente:
Sr. don Jaime Ferrán: Muy señor mío y de mi consideración
más distinguida: Con gran satisfacción he visto los agradables resultados de la inoculación anti--<:ólera que para bien de la humanidad ha descubierto usted, por lo cual no puedo menos de feli citarle con toda mi alma sabiendo, además, que los caritativos sentimientos que a usted le animan le han inducido a ofrecerse generosamente a inocular en los asilos y casas de caridad, no vacilo en llamar a las p uertas de su gene-
roso corazón para suplicarle se digne usted hacer extensivo a esta Comunidad e l noble ofrecimiento que tanto le honra.
Somos unos 60 pobres religiosos Capuchinos que vivimos de limosna, al iguai que nuestro P. San Francisco, y no podemos ofrecer a usted otra cosa que una gra titud sincera y lo que valgan delante de Dios nuestras pobres oraciones. La epidemia ha hecho algunos estragos en este Convento, }' nuestro roce indispensable con los pueblos contagiados nos pone en con tinuo peligro. Me persuado, pues, que usted tendrá en cuenta nuestra situación y se dignará por sí o por persona de su confianza inocularnos, bien que para ello tenga que personarse en esta casa, porque de un lado nos hallamos acordonados y de otro ofrece graves dificultades el tener que trasladar una Comunidad tan numerosa, compuesta de religiosos de todas las edades. La molestia no deia de ser grande, y wmbil2n nuestra petición, pero mucho puede hacerse por el amor de Dios, y mucho hacen siempre en pro de la humanidad sus ínclitos bienhechores.
Con este motivo tengo el honor de ofrecer a usted mis humildes respt'tos y estima, S. 5. q. s. m. b.
Fr. luís de Masamagrell, De( Prov.
la epidemia de cólera en las provincias de levante en 1885 permitió a Ferrán dar a conocer sus experiencias. Aquí está practicando la vacunación.
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NOTA.S I-IISTORIC~S
Tomás Roca, Terciario Capuchino
FUENTES: • Autobiografía del P. Luis Ami~IÍ, 2. ·' edición. V<~IPncia. t'l44, pági na 36. Sigl,t: APf. • Datos de Jos principios de la Congregación de Religiosas Terciarias C.lpuc:hinas de la Sagrada Familia por la R"da. Madre Isabel de Bcnisa . Copi;o mecanografiada. Sigla: DPTC. • Trabajo sin iirma publicado en el folleto La Congregac:ión de Religiosas Terciarias Co\puchi nas de la Sagrada Familia en el cincuenta aniver5ario de ~u iundación. 1885-1 <n 5. Topo~rafia. Prim~do Rcog, '!. Valencia, 19.15, págind 16. Citdmos e;;tc trabajo con IJ sigla OHC.
• El premio al sufrimiento y a la oración
Aquel joven capuchino de Sayona, que apenas había reparJclo en IJs proféti cas paiJbras del padre Ambrosio, después de resid ir en el Convento de Antequcra y en el de M ontehJno de Escal ante, en el que recibió la ordenación SJcerdotal el día 29 de marzo de 1879; de desempeñar un meritísimo apo ~to
lado en los pueblos aledarios a Montehano, y de ser trasladado a Masamagrell
el 1 de agosto de 188.1; desde el 20 de octubre de dicho año era ComisJrio de la TercerJ Orden, pon iéndola en poco tiempo tJn fl orecien te que la multitud que acudía a IJ Magdalena para asi stir al ejercicio del cuarto domingo de mes «se Jsemejabil a una verdaderil peregrin<tción» (1) , en senti r de/ propio padre Luis, que no otro era el joven capuchino al que aludimos.
Reanimó tan vigorosamen te el espí-
(11 APF, p,iginC~ 63 del cap. IV, parte 11.
39 ·- -- -- . -- - - - - - - - -----
ritu de los Terciar ios esparcidos por el reino de Valencia, sujetos a su juri sd icción por no haber entonces otro Convento Capuchino que ei de la Magdalena de Masamagrell, que en la magna peregrinación organizada por el pad:e Luis y reunida a las plantas de la VIrgen del Puig, patrona del Reino, el día 22 de mayo de 1884, se congregaron miles de Hermanos de la Tercera Orden, repartiéndose cerca de cinco mil comuniones.
Cuenta el padre Luis en su Autobiografía (2) que «era tal el fervor y el entusiasmo de los Terciarios, que secundando muchos de ellos mi deseo de que vistiesen en las fun ciones el hábi~ to completo, o sea túnica y cordón, llegaron a ser ya un número cons iderable de Hermanos y Herm anas los que lo usaban en sus ejercicios}}.
(2) loe. cit.
40
Recordemos la relación de la madre Isabel de Benisa, que escribe así (3): <<En premio a tantas oraciones y penitencias, D ios ie deparó un varón santo y sabio que tomó a su cargo ia Congregación, y en verdaci fue el verdadero fundador» .
• El encuentro con el padre Luis Amigó
El encuentro con e! padre Luis Am ioó se realizó en Masamagrell , en oca-o .. sión señalada para las futu ras TerCianas, pues encontrándose dos de las Capuchinas de Montiel , la madre Angela de Pego y Sor Francisca de las Llagas de Alcalá, pidiendo limosna en Albalat deis Sorells, decidieron acercarse ai Convento de la Magdalena y entraron en la iglesia para visitar a Jesús Sacramentado. <<Hallábase en el coro un religioso -escribe la madre Isabel de Benisa (4)-, quien al verlas le llamó mucho la atención y salió a saludarlas}>. Añade (5): «Era el padre Luis Amigó Ferrer, natural de MasamagreiJ .,,
(3) DPTC, pagina S. (4) loe. cit. (5) !bid.
Digamos que el padre Luis se encontraba en ese momento dominado por una idea fundacional. «El progreso, siempre creciente -escribe en su Autobiografía (6)-, de la Tercera Orden seglar y el deseo de mayor perfección de algunas almas que querían consagrarse a Dios, me impulsaban ya mucho tiempo a intentar la fundación de una Congregación de Religiosas Terciarias Capuchinas, y creyendo ser voluntad de Dios, empecé a escribir a este fin unas Constituciones, implorando para ello el auxilio divino.»
Continuemos con el feliz encuentro como lo narra la madre Isabel (7): «Después de la entrevista que las dos religiosas tuvieron con el padre Luis, quien se ofreció para dirigirlas si las Madres aceptaban, regresaron al Convento de Montiel con la felicidad que se puede suponer y dieron cuenta a su superiora de tan feliz hallazgo.»
Completa la citada narración (8): «Comprendiendo !as Madres que ésta era una gran providencia que el Señor les deparaba no despreciaron el mo-
(6) APF, cap. V, parte 11. página 70. (7) OPTC. página 5. (RJ loe. cit.
mento y se dirigieron cuanto antes a Valencia las madres Carmen de Alboraya, María de Montiel de Benaguacil y Angela de Pego en busca del padre Luis que a la sazón se encontraba en casa de sus hermanas en visita famil iar.»
Sigamos ahora la narración del importantísimo hecho en la Autobiografía del padre Luis Amigó, que escribe así (9): « .. . hallándome un día en Valencia en casa de mis hermanas se me presentaron las madres Sor María de Montiel de Benaguacil, Sor Carmen de Alboraya y Sor Angela de Pego, acompañadas de don Ignacio Guillén, beneficiado de la Parroquia de los Santos juanes, y arrodillándose a mis pies me dijeron: «Sabemos que V. R. está escribiendo unas Constituciones para la fundación de una Congregación de Religiosas Terciarias Capuchinas, y como nosotras somos de las fundadas por el Rvdo. P. Ambrosio de Benaguacil en el Convento de Montiel, y no tenemos vida legal, ni Regla, ni Constituciones que nos rijan, venimos a suplicar a V. R. nos tome bajo su protección y seamos nosotras la base y fundamento de la Congregación que intenta fundar.»
(9) Pág. 71, cap. V, parte 11.
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..__.....__,
Chiquet; tú t'encarregarás de les meues monchetes
Recordó entonces el padre Fundador el cargo profético del padre Ambrosio. «Al oír esta súplica -escribe (1 0)- recordé al momento las palabras que estando en Bayona me dijo el Rvdo. P. Ambrosio: Chiquet, tú t'encarregarás de les meues monchetes, y admirando los ocultos decretos de la divina Providencia, les ofrecí que, desde luego, me serviría de ellas para la fundación de la Congregación que proyectaba.»
Escribe la madre Isabel ( 11 ): «Aceptadas que fueron por el padre Luis, regresaron a su Convento.))
El padre Luis en Montiel
El padre Luis Amigó, terminadas de escribir las Constituciones, se trasladó a Montiel. Así lo cuenta la madre Isabel de Benisa (12): «Pocos días después el reverendo padre Luis, acompañado de su hermano don julio Amigó, se presentó en el Santuario de Montielllevando las Constituciones que él había es-
(1 0) Loe. cit. (11) DPTC, página 6. (12) Loe. cit.
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crito, las que leídas a la Comunidad fueron aceptadas unánime mente, con gran entusiasmo y fervor, y luego las presen·taron al cardenal Monescillo, arzobispo de Valencia, para su aprobación.)) Hizo la instancia el padre Amigó «a nombre --escribe éste (13) -de la Superiora de Montiel, en 1 7 de marzo de 1885, y fueron aprobadas por dicho Prelado a los 27 de abril del mismo año)).
Ya estaba la nueva Congregación en marcha hacia el fin propuesto por su Fundador. Muy bellamente comenta este momento el padre Mariano Ramo, Terciario Capuchino, en su biografía del P. Amigó (14): «Fundada la nueva Congregación en el espíritu capuchino, y destinada a seguir las huellas del humilde Serafín de Asís, había de serie semejante en origen y distintivo. la pobreza, la oscuridad y el sacrificio serán su timbre de gloria, y con esta insignia habrá de crecer y extenderse por los ámbitos del mundo.» Añade: ,,Tan semejante quería el Señor que fuese con el espíritu de la Orden de San Francisco que así como a éste le deparó la Porciúncula para que, ayudado por la Reina del Universo, pudiera llevar a cabo su obra, del mismo modo eligió un pequeño y modesto Santuario -el de Montiel- para que sirviera de cáliz a la exuberante flor cuyo aroma habría de esparcirse más tarde, perfumando la vida del pobre, del huérfano, de la humanidad doliente.»
Como cantó el poeta: «De aquel Montiel, arcano y misterioso, brotó una fuente, que presto fue un torrente impetuoso." Entonan lores al Padre sus hijas Ter-
(13) APF, página 73 , cap. V, parte JI. (14) Su personalidad, virtudes y fama de
santidad. Madrid, 1950. Gráficas Excelsior, página 70.
ciarias: «Al Padre, cuyo espíritu de santa , caridad y entrega, es semilla que planta: es manantial que riega: es siembra que la Gracia al surco echa: y el sacrificio del Amor cosecha•• (15).
Las religiosas de Montiel ya no estaban huérfanas. Luis Amigó era su Padre y Fundador.
11 Bajo la dirección del padre Amigó
Entraron las Terciarias dentro de la d irección del padre Luis. Uno de sus mejores biógrafos, el mencionado padre Mariano Ramo (16), escribe: «Con un cariño paternal fue el padre Luí !> el guía y sostén de sus religiosas, a las cuales aleccionaba con sus consejos, pláticas espirituales y, sobre todo, con el ejemplo de su vida, que era dechado de virtudes.••
Conseguida la aprobación del arzobispo de Valencia, como señ~lamos anteriormente, se activaron los preparativos para la institución canónica de la Congregación y reforma del hábito de las religiosas «que había de ser en color y forma relacionado con la sencillez capuchina>> (17) .
Con objeto de que las tres antiguas religiosas estuviesen ya profesas en el día de la institución canónica, el padre Fundador les dio la profesión de votos perpetuos en el Convento de la Magdalena el dra 1 de mayo de 1885, asistiendo a la ceremonia la Comunidad de Capuchinos y numerosos miembros de la Venerable Orden Tercera (18), an te
( 15) Bodas de Oro. Albalat de la RibNa. Terc iarias Cc~puchinas. 1916-1966. La Gracia fue semilla ... Por José Zahonero Vivó.
(16) Obra ci tad¡¡ en la nota 14 , págin<1 73. < 1 7) OHC, p<\gtr1il 24. ( 1 Bl Unimo51os tres relatos, que se romple·
tan, a sabe r: Autobiograifa. pagina 73 y sgte .: DPTC. página 6; y OHC, p.lgma 25 y ~gte .
los cuales, y actuando de oficiante el padre Luis Amigó, emitieron sus votos las madres Carmen de Alboraya, María Montiel de Benaguaci l y Angela de Pego.
Llegó, por fin, el dra 11 de mayo de 1885, y en ceremonia solemnísima, en el Santuario de Montiel, con Misa cantada y sermón, que predicó el padreAntonio de Orihuela, el padre Fundador recibió la profesión primera de las novicias que habían vestido el hábito en 1881 , Sor Verónica de Benimaclet, Sor Bernarda de Valencia . Sor Francisca de las Llagas de Alcalá y Sor Serafina de Benaguacil ; y la de las que lo habfan vestido en 1884, Sor Isabel de Benisa, Sor Inés de Manises, Sor Clara del Grao y Sor Concepción de Benaguacil.
Vistieron el hábito en tan señalada ocasión Sor Patroc inio de Benisa, Sor Desamparados de Sueras, Sor Marfa Luisa de Valencia y Sor Margarita de Masamagrell, «terminando el solemne acto con el Te Deum en acción de gracias al Todopoderoso por los beneficios que les dispensaba, quedando asr erigida la Congregación de Religiosas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, de cuyo gobierno quedó encargada la madre Maria de Montiel» (19).
Ahora, «gustando las suaves dulzuras de aquel 11 de mayo, de inmortales re-
(19) OHC página 25.
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cuerdos, lleno de armonía y esperanzas, quedaron nuestras religiosas en el Santuario de Montiel. Allí formaban su espíritu entregadas a la oración y a la penitencia. Fundadas para vida mixta, y teniendo que salir de aquel lugar bendito, preparaban sus almas, al igual que los Apóstoles en el Cenáculo, para que, descendiendo a ellas el divino Espfritu, pudieran más tarde llevar a las almas el pan vivo de la gracia y el cuidado material que sostiene y vivifica los cuerpos» (20).
[1 El cólera morbo
Se acercaba la hora de la prueba. Tomemos el relato de quienes vivieron dquellos momentos difíciles. «Cosa probada en la vida humana es que ni la alegrfa ni el dolor son permanentes en ella, siendo cierto que la divina Providencia suele mezclar las gracias y favores que nos otorga con las penas y tribulaciones, a fin de que ni las unas nos engrfan ni las otras nos .:~batan o enerven» (21).
Había paz y tranquilidad en Montiel. celas nuevas religiosas, saturadas del bienestar del que ve realizada su primera aspiración, no entreveían quizá el periodo de amargura que habían de atravesar. La obra de la fundación marchaba viento en popa sin la menor contrariedad ni oposición; pero no podían ni debían faltar éstas, por ser ellas las que caracterizan las obras de Dios.» (22)
La prueba iba a servir para desmostrar que aquella obra era obra de Dios. ccllegaron, pues, los dia de prueba, y tan dolorosos que bien se puede afirmar
t20J OHC. página 26. (21) Loe. cit. (22) lbid.
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fueron purificadas las religiosas fundadoras en proporción directa a la misión que más tarde habían de desempeñar. Mas el ardor seráfico que inflamaba a aquellos corazones las impulsaba al seguimiento del divino Nazareno, no teniendo más aspi raciones que cumplir los designios divinos, aunque fuera en continuo sacrificio e inmolación» (23).
Un conato de persecución solapada por parte de seglares y hasta de sacerdotes, aconsejando a las religiosas abandonasen la Congregación (24), vino a unirse a cda extrema penuria que en sus principios padecían, fundadas como fueron en tanta pobreza, (25}, siendo c<motivos suficientes para haberse destruido la Congregación si ésta hubiese sido tan sólo obra humana; pero así como el oro es purificado en el crisol, así estas almas encendían más y más su caridad ardiente, cobraban más vida divina en las cruces y tribulaciones, sin que los ardides del demonio hicieran en ellas otra mella, trayendo como galardón a esta entereza el que todos pudieran convencerse era obra de Dios la
(23) Jbid. (24) lbid. !25! OHC página 2/.
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Congregación de Religiosas Terciarias Capuchinas» (26).
Aún había de probar más el Señor a sus fieles hijas ... Pero todavía -leemos (2 7)- habían de ser probadas con más duros golpes y en extremo dolorosos: fue la pérdida de tres religiosas en los albores del Instituto.»
Sigamos al pie de la letra el relato que nos hace la madre Isabel de Benisa, testigo de excepción, que escribe as( (28): «Seguían nuestras religiosas la vida común según les trazara el reverendo padre Luis en las Constituciones, dedicándose a ejercer la caridad unas veces, y otras santamente entretenidas en la oración y contemplación, cuando en junio de 1885 apareció la terrible epidemia del cólera morbo en la capital , Valencia, y en los pueblos comarcanos. Nuestras religiosas, ardiendo en amor al sacrificio, se ofrecieron espontáneamente a auxiliar a los apestados de la villa de Benaguacil. Antes de emprender tan ardua tarea, por insinuación del capellán, don Francisco Martínez, hicieron tres días de retiro pidiendo al Señor las aceptara como víctimas, si era su voluntad, después de haber asistido a todos los enfermos."
Continúa la madre Isabel su relato (29): <<Terminado el retiro se presentó un joven pidiendo auxilio para sus ancianos padres, que eran atacados de la peste y se encontraban solos por haber sa lido su familia al campo huyendo del peligro y a donde ellos también quisieron ir pero les atacó la peste antes de salir.»
Bajaron inmediatamente a Benaguacial Sor Isabel de Benisa -autora del
(26) loe. cit. (27) lbid. (28) DPTC, p<igina 6. (29) loe. cit.
relato que trascribimos- y Sor María Luisa de Valencia, que aún era novicia. para atender este primer caso. los enfermos no duraron sino horas, y <<a las doce de la noche, después de haber entregado los cadáveres y arreglado la casa, siguieron al Hospital a reun irse con las dos Hermanas que estaban de semana)) (30).
la peste se iba propagando, por lo que «hubo necesidad -escribe la madre Isabel de Benisa (3 1 )- de desalojar el Hospital de enfermos no atacados para recoger las víctimas del cóleran (32), y añade: «A medida que aumentaban los enfermos, aumentaban también las religiosas enfermeras, entre ellas cuatro novicias: Sor Patrocinio de Benisa, Sor Consuelo de Sueras, Sor María Luisa de Valencia y Sor Juana de Cullera1> (33).
Víctimas de ardiente caridad
El Señor se llevó la primera víctima. Así nos lo cuenta la madre Isabel (34): <<El 29 de junio atacó la peste a Sor Consuelo, y después de rudo combate con
(30) lbid. U IJ DPTC, página 7. (32) loe. cit. (33) !bid. (34) lbid.
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la enfermedad murió en el Señor el 16 de julio, siendo la primera mártir de la caridad. Esta misma enfermedad atacó a Sor María Luisa de Valencia, la que después de muchos cuidados, milagrosamente se salvó.))
En su Autobiografía, el padre Luis Amigó alude a la epidemia del cólera y escribe así (35): «En esta epidemia colérica prestaron ya mis religiosas Terciarias muy buenos servicios a los coléricos de Benaguacil; y el Ayuntamiento de Masamagrell me pidió también, con grande empeño, les enviase religiosas que atendiesen a los enfermos de la peste, porque hasta los mismos de la familia les abandonaban por miedo al contagio. Por ser este un acto heroico me limité a exponer a las religiosas la petición del Ayuntamiento, y decirles que si alguna se veía con ánimos para ejercer ese acto de caridad me lo dijese por carta; y como todas ellas estaban animadas de tan buen espíritu, no hubo alguna que no se ofreciera al sacrificio. Se designaron, pues, cuatro que viniesen a Masamagrell con el fin indicado,
(35) Cap. VIl, pane 11, página 82.
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y fueron la madre Angela de Pego, ésta como superiora; Sor Francisca de las Llagas de Alcalá, Sor Serafina de Benaguacil y Sor Clara del Grao de Valencia.n
Añade el padre Amigó (36): «De esta última, me dijo su confesor, cura entonces del Grao y religioso franciscano luego, llamado padre Francisco Payá, que era el alma más extraordinaria que él había dirigido. Al ir, pues, de Benaguacil a Masamagrell , quiso pasar por el Grao para ver a su confesor, y al presentársele en el confesionario, le dijo: Padre, vengo a confesarme con usted por última vez, pues voy a Masamagrell para asistir a los coléricos y allí moriré. ·como sucedió, porque a poco de llegar las rel igiosas, todas, las cuatro, fueron atacadas de cólera y murieron las tres más jóvenes, quedando tan sólo la superiora, aunque de más edad.)>
En sus Datos (37), la madre Isabel nos da algún detalle nuevo, coincidiendo, no obstante, con el relato del padre Fundador, pero que nos parece conveniente recoger: ceA[ llegar a Masamagrell, las religiosas se hospedaron en casa de unas piadosas señoritas, quienes les habían preparado unas habitaciones para ir de allí a donde fueran llamadas. Llenas de abnegación, comenzaron a ejercer la caridad con los apestados, acudiendo con presteza adonde reclamaban su auxilio. Mas Nuestro Señor había aceptado el sacrificio que con tanto amor le habían ofrecido, y a los ocho días de llegadas fue ron atacadas de la peste tres de ellas y en pocos días murieron». Añade (38): «Quedó, pues, sola la madre Angela de Pego, triste por haber visto desaparecer a sus tres hijas,
(36) Ob. cit.. página 83. (37) Página 7. (38) Loe. cit.
cuando he aquí que también ella es atacada de la terrible enfermedad. Quedó en manos de la caridad pública y providencialmente sobrevivió.
Bl La fundación
La fundación de Masamagrell se asentó sobre el sacrificio de estas víctimas escogidas. Escribe el padre Luis (39): ••Por esta nueva tribulación quiso el Señor que yo pasase para que bebiese hasta las heces el cáliz de la amargura. ¡Sea bendito por todo! Pero, sin duda, en sus altos designios, eran estas víctimas las piedras preciosas y firmes sobre las que quería levantar luego la obra del Asilo de Masamagrell. Porque, en efecto, pasada la epidemia (40) se vio que quedaban muchos niños sin amparo por haber muerto sus padres, y movido yo a compasión pensé en que podríamos recogerlos; y al efecto, pregunté a lamadre Angela, que aún se hallaba la pobre muy débil, si se veía con ánimos para cuidar aquellos niños si los recogíamos en una casa; y llena ella de celo y movida de caridad, se ofreció a ello muy gustosa. Consulté el asunto a las juntas de la Tercera Orden, que lo aprobaron muy gustosos; y sin pérdida de tiempo alquilamos en Masamagrell la casa llamada del castillo para convertirla en Asilo donde recoger los niños huérfanos. Salimos luego por la población a recoger algunos muebles que nos ofrecieron, y con varias limosnas que me dieron compramos algunos jergones, sábanas, mantas y otros utensilios, y sin contar con más recursos, pero con-
(39) Cap. VIl, parte 11, página 83. (40) •A fines de julio terminó la epidemiau,
escribe la madre Isabel de Benisa en sus Datos.
fiados en la divina Providencia que mantiene hasta las aves del cielo, abrimos el Asilo el día 9 del mes de agosto del mismo año 1885.»
Hubo que adelantar la profesión de algunas novicias para que pudiesen ayudar a la madre Angela de Pego. «Pero como el trabajo de la pobre madre Angela era insoportable -escribe el padre Amigó (41 )-, pues ni aún de noche podía descansar en el cuidado de los niños asilados, y no habiendo personal suficiente de profesas en Montiel para atender a las dos casas, consulté el asunto, y competentemente autorizado, di la profesión a las novicias Sor Patrocinio de Benisa, Sor María Luisa de Valencia y Sor Margarita de Masamagrell, que llevaban tres meses de novi-
(4 Tl APF, cap. VIl, parte 11, página 84.
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ciado, con cuyo refuerzo pudo ya quedar atendido el Asilo. ))
Con indecibles sacrificios pudieron adquirir en propiedad la casa que tenlan arrendada, llamada hasta entonces del castillo; y con una casita contigua que les cedió el entonces vicario de Masamagrell, don José Moliner, al hacerse Terciario Capuchino con el nombre de padre Francisco de Sueras, más algunas tierras colindantes que le compró su padre a Sor Margarita de Masamagrell, vino a resultar la base y solar de la edificación existente y de su hermoso huerto.
Concluyamos este relato reproduciendo las bellas palabras del folleto tantas veces citado (42): «¡Benditas muertes que así sellaron los primeros trabajos emprendidos por la gloria del Señor! Ellas mostraron a las que más tarde habían de seguirlas, el camino del sacrificio que habían de recorrer sin arredrarse ante las privaciones ni la muerte, ya que las fundadoras las precedían con el ejemplo.))
Con este elevado espíritu superarían las pruebas que aún les esperaban para afirmar y asegurar, pues tenían la bendición del cielo, el futuro de la Congregación.
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(42J OHC, página 28.
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