discurso sobre la derrota del fascismo*

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Pablo González Cosanova Discurso sobre la derrota del fascismo* .4 fines de abril de 1975 un soldado izó la bandera en el palacio de gobierno. Alguien le preguntó cómo se llamaba y el respondió: ¿Qué importa mi nom bre? Es el pueblo de Vietnam el que está izando la bandera. Treinta años antes, a principios de mayo de 1945, un soldado izó la bandera soviética en el antiguo Rcischtag. ¿Que importa recordar su nombre? —nos diría él mismo. Fue el pueblo soviético el que tomó la capital del nazismo. Venimos aquí a recordar y e.xaltar el triunfo de los pueblos sobre cualquier forma de fascismo. 1' también a recordar el carácter invencible de los pue blos. Nada impidió y nada impedirá el triunfo final de nuestros pueblos. Se les puede detener en su avance incontenible, se puede retrasar por un periodo largo y doloroso su victoria final, como ocurrió entonces en España y hoy ocurre en Chile. Pero a la postre los pueblos triunfan, y cada vez triunfan más y cada vez triunfan más aprisa, en oleadas incontenibles, en crecientes que rompen cualquier dique, como fenómenos de la naturaleza humana, ideológicos y morales, históricos y revolucionarios. Venimos a recordar y anunciar, como hecho ine.xorable, el triunfo sobre el fascismo. Porque asi como los pueblos triunfaron contra ese proyecto inhu mano y bestial en 1945, y apenas ayer, en Vietnam, en 1975, asi habrán de triunfar, sin que haya fuerza capaz de evitarlo, sobre todos los proyectos de fascismo que hoy levantan su necia y criminal amenaza de torturas, tierras arrasadas, campos de concentración, e.xpulsiones masivas y genocidios. La seguridad de la victoria no sólo es producto de la fe en las posibilidades del hombre, ni sólo producto de la experiencia histórica, sino de la reflexión más seria, más perspicaz, y de la claridad ideológica más sincera. Por eso aquí, aparte de recordar, afmrte de exaltar el triunfo de los pueblos contra el fascismo en 1945, querríamos aclararnos un poco más por qué nos ame naza nuevamente el fascismo en 1975 y por qué estamos seguros de su inmi nente derrota, y cómo pensamos, por ciertas evidencias históricas claras, que va a ser la nueva derrota del neofascismo. ^El fascismo es un tipo de dictadura que aparece cuando los grandes monopolios llevan la economía capitalista a una situación de crisis, en que el dcsnnblco, la inflación y el subconsumo afectan a millones de hombres que no tienen ya ni qué llevar a sus casas, y que empiezan naturalmente a * Pronunciado en el XXX Aniversario de la Victoria contra el nazi-fascismo.

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Page 1: Discurso sobre la derrota del fascismo*

Pablo González Cosanova

Discurso sobre la derrota del fascismo*

.4 fines de abril de 1975 un soldado izó la bandera en el palacio de gobierno.Alguien le preguntó cómo se llamaba y el respondió: ¿Qué importa mi nombre? Es el pueblo de Vietnam el que está izando la bandera. Treinta añosantes, a principios de mayo de 1945, un soldado izó la bandera soviética enel antiguo Rcischtag. ¿Que importa recordar su nombre? —nos diría él mismo.Fue el pueblo soviético el que tomó la capital del nazismo.

Venimos aquí a recordar y e.xaltar el triunfo de los pueblos sobre cualquierforma de fascismo. 1' también a recordar el carácter invencible de los pueblos. Nada impidió y nada impedirá el triunfo final de nuestros pueblos. Seles puede detener en su avance incontenible, se puede retrasar por un periodolargo y doloroso su victoria final, como ocurrió entonces en España y hoyocurre en Chile. Pero a la postre los pueblos triunfan, y cada vez triunfanmás y cada vez triunfan más aprisa, en oleadas incontenibles, en crecientesque rompen cualquier dique, como fenómenos de la naturaleza humana,ideológicos y morales, históricos y revolucionarios.

Venimos a recordar y anunciar, como hecho ine.xorable, el triunfo sobre elfascismo. Porque asi como los pueblos triunfaron contra ese proyecto inhumano y bestial en 1945, y apenas ayer, en Vietnam, en 1975, asi habrán detriunfar, sin que haya fuerza capaz de evitarlo, sobre todos los proyectosde fascismo que hoy levantan su necia y criminal amenaza de torturas, tierrasarrasadas, campos de concentración, e.xpulsiones masivas y genocidios.La seguridad de la victoria no sólo es producto de la fe en las posibilidades

del hombre, ni sólo producto de la experiencia histórica, sino de la reflexiónmás seria, más perspicaz, y de la claridad ideológica más sincera. Por esoaquí, aparte de recordar, afmrte de exaltar el triunfo de los pueblos contrael fascismo en 1945, querríamos aclararnos un poco más por qué nos amenaza nuevamente el fascismo en 1975 y por qué estamos seguros de su inminente derrota, y cómo pensamos, por ciertas evidencias históricas claras, queva a ser la nueva derrota del neofascismo.

^El fascismo es un tipo de dictadura que aparece cuando los grandesmonopolios llevan la economía capitalista a una situación de crisis, en queel dcsnnblco, la inflación y el subconsumo afectan a millones de hombresque no tienen ya ni qué llevar a sus casas, y que empiezan naturalmente a

* Pronunciado en el XXX Aniversario de la Victoria contra el nazi-fascismo.

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protestar contra esa situación cada vez más injusta, y en sus protestas usanlas conquistas democráticas que han logrado en muchos años de lucha, susasociaciones, sus sindicatos, sus partidos. Y entonces los gobiernos, aliadosy lacayos del capital monopólico, usan, por su parte, la fuerza de que disponenpara emplearla contra los pueblos, usan la fuerza militar y paramilitar,policial y para-policial para perseguir, torturar y exterminar a la fuerza detrabajo desechada para que los monopolios sigan obteniendo jugosas utilidades, a los hombres que protestan contra los monopolios y proponen medidasreformistas que los afecten, o cambios revolucionarios. El fascismo acabacon los derechos adquiridos por los pueblos, acaba por la fuerza y el terror conlas instituciones populares y democráticas —por leves que sean— y ejerceuna violencia física intensa y general, que combina con una gran violenciaideológica; esto es, con campañas de grandes mentiras y mitos con los quepretende justificar el terror, y aumentar el miedo psicológico que causanla persecución, la tortura y el exterminio de los núcleos del pueblo, innece-sarios y rebeldes.,Por innecesarios y por rebeldes ante las flagrantes injusticias, porque no

quieren darles trabajo y porque protestan en uso de sus derechos, el fascismoles arrebata a los hombres el derecho a la vida, después de haberles quitadoel derecho al trabajo, después de haber aumentado los precios de todo paraespecular, después de haber reprimido con grupos de choque a los sindicatos,a los trabajadores, a las asociaciones de vecinos, a los partidos, a los ciudadanos, y a cuanta organización popular prevalezca. Y para eso usa fuerzasmercenarias, fuerzas pagadas, fuerzas represivas: se mete al ejército, se metea la policía, deformando y desfigurando a sus hombres para convertirlos encalculadores de la burla, en torturadores, en engreídos de prepotencia instintiva, en mórbidos de sadismo: los compromete, los enferma y los vuelve contra sus pueblos, obligándolos a cometer los peores crímenes, y a mirar lalucha contra su propio pueblo como algo propio de su oficio, que les celebracon distintas formas de honor al crimen. Eso es el fascismo en términosgenerales. Eso es lo que hace con Pinochet en Chile. Asi es el fascismo dondequiera que aparece.

Pero si el fascismo es siempre igual, el mundo en que aparece ha cambiado.El fascismo italiano y nazi actuaba en un medio social distinto al de hoypor varios conceptos. El fascismo italiano yjiazi llegó, contó con mucha genteque creyó en sus mentiras y en sus mitos. lEÍ fascismd~y el nazismo se dieronen algunos países donde el capital monopólico era más débil que en otros. Elfascismo y el nazismo se dieron cuando el único país socialista que existíaen el mundo era la Unión Soviética. Estas características del fascismo, queempezó por los años 20 y que fue vencido en 1945, no son las mismas delfascismo de nuestros días.Las diferencias son fáciles de comprobar. Hoy los hombres que creen en

los mitos fascistas corresponden a grupos muy reducidos. Im mayor partede los fascistas de hoy no creen en las mentiras del fascismo, no tienen fe enlos engaños del fascismo, tío reverencian a los líderes fascistas. l/>s fascistas

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de hoy suplen la jaita de ilusión en el fascismo por un simple miedo ai pueblo,por su desprecio al pueblo, por su cretinismo represivo y tecnocrático, por suespíritu mercenario de cinismo moral; pero ni engañan ni se engañan así mismos. No creen que vayan a resolver los problemas del su per-hombre:implantan por la fuerza un fascismo que creen que va a resolver los problemasde ellos como bestias acosadas por la historia; piensan que los problemas delhombre no tienen más solución que la fuerza bruta, que los grupos de choque,las torturas, los asesinatos, los campos de concentración, y la implantaciónde un régimen de terror por las "clases privilegiadas" contra las clases trabajadoras y contra todas aquellas fuerzas que luchan en detrimento de susprivilegios y se enfrentan a sus desórdenes y a sus agresiones. Miedo al puebloy odio al pueblo y a los líderes del pueblo trabajador es lo que caracteriza alneofascismo.

Frente a los mitos falsos del antiguo fascismo este nuevo no tiene ni mitos,no se ilusiona con que va a resolver los problemas de un pueblo o de unaraza. Es un fascismo que no puede mentir con que resolverá ni siquiera losproblemas de una raza frente a las demás razas, o de un pueblo frente alos demás pueblos. Odia porque tiene miedo' y no engaña porque ya nadie lecree. Es un fascismo que sólo quiere resolver los problemas de los gruposprivilegiados de cada nación, y que en cada nación está dispuesto a eliminara sus propios pueblos —blancos o negros, árabes o judíos— por excesivos opor insubordinados, por demasiados, o porque le presentan problemas; todo,prácticamente, con la lógica del cinismo. Nada más.Fascismo sin proyecto nacional y fascismo mercenario es fascismo aver

gonzado de llamarse fascismo, y es un fascismo más débil que el anterior,porque una de las armas con que contó en el pasado la política fascista fueronlos mitos mentirosos. Y hoy ya no puede usarlos para enardecer a las masas.El fascismo de hoy es un fascismo mucho menos poderoso en el terreno ideológico, porque no cree ni en sus propias falsedades, ni hay pueblo en el mundo que las crea.Hay otra diferencia entre el fascismo de hoy y el de hace treinta años. El

peligro de fascismo no se da ahora, sólo en los países imperialistas más débiles,sino en el país imperialista más fuerte. El peligro de fascismo existe en lospropios Estados Unidos de Norteamérica que es el país más poderoso dominado f)or los monopolios privados. Esta circunstancia hace que la lucha contra el fascismo se identifique mucho más que en el pasado a la lucha contrael imperialismo. Capital monopólico en crisis, política imperialista y políticafascista forman una misma unidad, una estrecha asociación, a la que seenfrentan, a la vez, las fuerzas antimonopólicas, las fuerzas antimperialistasy las fuerzas antifascistas dentro y fuera de los Estados Unidos. Y estas fuerzasestán alerta, están presionando, creciendo, cobrando conciencia en el mundoentero.

El peligro de fascismo existe también en las antiguas grandes potenciascoloniales —en Inglaterra, Francia, Alemania, Italia—, pero, sin duda alguna, el peligro de fascismo es menor en esos países que en los Estados Unidos

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de Norteamérica. ¿Y por qué es menor, si efos países están dominados también por los monopolios privados, y se enfrentün también a grandes problemasmonetarios, de inflación, de desempleo, de sobreproducción y subconsumo?Entre otras razones porque sus pueblos están muy alertas frente al peligro, ymuy decididos a luchar contra un nuevo peligro de fascismo en Europa, y estocuenta decisivamente. Como lo han mostrado el pueblo y el ejército de Portugal, unidos en clara lucha contra el fascismo, la colonización, la dictadura,los monopolios privados y el imperialismo.Pero hay algo más significativo aún entre el fascismo de ayer y el de hoy.

El socialismo es la gran diferencia. El socialismo: desde Cuba, pasando porEuropa Central y la Unión Soviética y China, hasta Cambodia y la últimapunta del glorioso pueblo de Vietnam. Desde el punto de vista territorialrepresenta una enorme extensión en la que los tnonopolios privados tienenuna incapacidad históricamente absoluta de implantar el fascisnu). Y estainuposibilidad fascista en el mundo socialista no sólo se debe a su tamaño,ni al número de sus habitantes, ni al valor, la moral y el coraje de que handado pruebas sus pueblos —recuérdese que la URSS perdió 20 millones dehombres antes que dejarse vencer por Hitler—, ni se debe sólo a la cantidadde bombas nucleares, cohetes o submarinos que poseen, sino a que estos paíseslogran cada vez más libertad y más felicidad para más hombres. Y de estehecho elemental, como el pan y el techo y los zapatos, y el trabajo y la paz,no sólo están conscientes los habitantes del extendido mundo socialista, sinolos del cada vez más reducido, empobrecido, explotado y reprimido mundodominado por los monopolios privados, por las empresas trasnacionalcs, por elimperialismo, con su cara cada vez menos democrática y cada vez más fascista, y con la resistencia cada vez más firme de los pueblos.Luego hay muchas diferencias entre el fascismo que fue vencido en 1945

y el fascismo que están implantando los monopolios en 1975, y que pretendenextender desde sus colonias fascistas hasta sus sedes imperialistas. Estas diferencias son muy significativas para la lucha, en dos sentidos: en primer lugar,para considerar cómo se está luchando contra el fascismo en micstros días paraorganizar mejor esa lucha, y, en segundo lugar, prca que pensemos con firmeza que si los pueblos ganaron contra el fascismo cuando los monopoliosprivados eran más fuertes en el mundo, cuando el imperialismo, urgido deguerras y saqueos por su naturaleza misma: lucrativa y expoliadora, era másfuerte en el mundo, con más razón tienen augurada la victoria, de antemano,los pueblos, por doloroso que sea la lucha contra la estupidez que se creeinfalible.¿Y cómo puede ser esta lucha? ¿Qué queremos decir cuando afirmamos

que es necesario luchar contra el fascismo? ¿Qué podemos hacer de efectivo,de práctico, para luchar contra el fascismo en cada uno de nuestros f)ahes?Esto dependerá sin duda del país en que nos encontremos y de las características concretas que revista la lucha nacional y la lucha social; la luchapopular dr las grandes masas trabajadoras y ciudadanas en el mundo dominado por los monopolios. Pero, en general, las grandes fuerzas democráticas

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y revolucionarias del mundo han precisado dos lineas fundamentales de lucha: una, que se da en aquellos países que conservan ciertos vestigios deformas democráticas, y otra, erC aquéllos países que son dictaduras fascistas,dictaduras explotadoras, descarnadas y simples.

En ambos casos se necesitan frentes antifascistas que abarquen al mayornúmero de grupos y colectividades, con todas las ideologías democráticas,laicas y religiosas, liberales, radicales, nacionalistas— revolucionarias, socialistas,comunistas, católicas, protestantes. En ambos casos se necesita dar prioridad,cfl 'medio de las diferencias ideológicas de esas fuerzas, a impedir la dictadurafascista donde esta no se haya instalado, o a derrocar la dictadura fascista.En ambos casos se necesita impedir las divisiones de las fuerzas antifas

cistas, de las fuerzas democráticas y socialistas. Para ello lo que se requierees dar una gran batalla ideológica y darla en una forma concreta. Asi, concretamente, en México, tenemos que dar esa batalla, y para que esa batallasea concreta lo primero que debemos decirnos es esto: son muchas las fuerzasen nuestro país que han declarado estar contra el fascismo, y que, efectivamente, no quieren que haya fascismo. Pero, ¿qué se necesita hacer en Mé.xicopara que no haya fascismo? ¿Cómo se debe plantear prácticamente la luchacontra el fascismo?Pensamos que hay dos respuestas a esta pregunta. Apoyándonos en la ex

periencia histórica, creemos que el pueblo mexicano va a dar dos respuestas.El pueblo mexicano —y en particular la clase obrera, cuya responsabilidadpolítica será creciente y a la postre definitiva—, y con la clase obrera, loscampesinos, las capas medias, los estudiantes, los intelectuales y todas las fuerzas democráticas genuinas, firmes, incluso los soldados democráticos y revolucionarios, van a dar dos respuestas al fascismo, una, que puede tenerprobabilidades de perder, pero que si triunfa hará menos doloroso el porvenirinmediato. Y otra, que, en caso de que falle la anterior, tiene todas las probabilidades de triunfar por doloroso y prolongada que sea.La primera consistirá en que varias colectividades van a buscar unir sus

fuerzas, en forma predominante, para una lucha legal y pacífica contra elfascismo. Varias colectividades, con sus masas, con sus líderes y sus ideólogosprofundizarán, cada vez más, en los problemas políticos, económicos, militares e ideológicos de una lucha que impida el fascismo en México. Variascolectividades se preguntarán cómo pueden fortalecer la alianza antifascista,qué medidas son necesarias para resolver los problemas del desempleo, lainflación, el endeudamiento externo; cómo aumentar el sector público dela economía; cómo quitarle fuerza realmente a las compañías multinacionales y a los monopolios lucrativos del hambre, de las enfermedades, y lamiseria; cómo comprometer ideológica y prácticamente a las fuerzas nacionalessurgidas de una revolución popular y nacional con un programa antifascista;cómo lograr una movilidad del pueblo con una gran discifdina; cómo orientaral pueblo con consignas exactas y con informaciones precisas. Esta respuesta alfascismo —pacífica, legal— se está dando y se va a dar; las colectividadesdemocráticas y antifascistas hallarán la respuesta con la maxima profundidad

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y disciplina que les permita su experiencia política y su pasión, democrática,patriótica y revolucionaria.Si esta respuesta del pueblo y de las clases trabajadoras pierde —como es

posible— el pueblo será objeto de las persecuciones más brutales, de las represiones más salvajes. Si tal fuera el caso, no lo dudemos: el pueblo se defenderá con todos los medios a su alcance contra la política fascista, contra elcrimen, contra el genocidio. De sus masas saldrán otros líderes y otras armas,otra conciencia de los problemas prácticos de la lucha y otras expresionesde la lucha; el pueblo mexicano, este pueblo valiente y heroico volverá atriunfar sobre los déspotas y los tiranos, y luchará en oleajes incontenibleshasta la victoria. Entonces establecerá el socialismo, como el sistema invulnerable al fascismo, desde Stalingrado hasta Hanoi, pasando por Playa Girón.AJéxico buscará en el socialismo las nuevas formas de la libertad y del pan,del respeto al trabajador, y de la escuela y el agua, y el hospital, y el libro,y los zapatos, y el trabajo; surgirá una nación diferente, más auténtica ymás nuestra.

Asi va a ser la historia concreta. Preparémonos para ella y preparemos anuestro pueblo —en cada rincón de México y de América— para luchar contodas las armas a su alcance contra cualquier genocidio que se intente porel fascismo y el imperialismo. ¿Y quiénes más que nosotros querríamos quelos pueblos ganen por su propia fuerza y sin recurso a la violencia? Pero si lospersiguen, también vencerán. Si los humillan, también vencerán. ¡Que lo sepan los fascistas en la intimidad de su cerebro! Los pueblos vencerán. De hoyen adelante vencerán. Vencerán cada vez más aprisa. Vencerán.

Nosotros, los me.xicanos, queremos vencer por las buenas. Pero, ¿cómodecírselos para que lo entiendan? Nosotros los mexicanos, por las buenas opor las malas, venceremos. Nosotros los latinoamericanos, por las buenas o porlas malas, venceremos. Los trabajadores, venceremos; los campesinos, venceremos; los estudiantes y los profesores, venceremos; las mujeres, los jóvenes,los niños, venceremos. Y si algunos perdemos y si algunos caemos, otros se levantarán para gritar; ¡Hasta la victoria siempre! ¡Venceremos!