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ASOCIACIONES PÚBLICO PRIVADAS EN COLOMBIA: ¿LA CALMA DESPUÉS DE LA TORMENTA? Trabajo de Grado DIRECTORA: CAROLINA MORENO VELÁSQUEZ PRESENTADO POR: GUILLERMO POVEDA CUBILLOS Noviembre, 2015

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ASOCIACIONES PÚBLICO PRIVADAS EN COLOMBIA: ¿LA CALMA DESPUÉS

DE LA TORMENTA?

Trabajo de Grado

DIRECTORA:

CAROLINA MORENO VELÁSQUEZ

PRESENTADO POR:

GUILLERMO POVEDA CUBILLOS

Noviembre, 2015

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1

TABLA DE CONTENIDO

1. Introducción………………………………………………………………………………...2

2. Palabras claves……………………………………………………………………………..3

3. Antecedentes normativos de la figura en el régimen colombiano de contratación

pública………………………………………………………………………………………3

3.1 Orígenes internacionales de las Asociaciones Público Privadas…………………….4

3.2 Precedentes dentro del régimen colombiano de contratación estatal………………6

4. Asociaciones Público Privadas: nociones básicas y aproximaciones doctrinales,

legislativas y jurisprudenciales ....…………………………………………………….....10

4.1 Nociones y definiciones básicas………………………………………………………10

4.2 Acercamientos legales al modelo contractual……………………………………… 11

4.3 Aproximaciones doctrinales a la figura ……………………………………... .……13

5. Acercamientos críticos: posible existencia de vacíos normativos en su regulación .....14

6. Elementos problemáticos: planeación operativa y presupuestal y sistema de

asignación de riesgos ...…………………………………………………………………...19

6.1 Problemas en materia de planeación presupuestal ………………………………...19

6.2 Inconvenientes de planeación operativa ………………………………………….…22

6.3 Sistema de asignación de riesgos ………………………………………………….…24

7. Análisis puntual: eficacia y conveniencia de las Asociaciones Público Privadas para el

régimen colombiano de contratación estatal …………………………………………...27

7.1 Propuestas …………………………………………………………………………….35

8. Conclusiones ……………………………………………………………………………...37

9. Referencias bibliográficas ……………………………………………………………….40

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2

1. Introducción

Las Asociaciones Público Privadas (en adelante “APP”) son un instrumento de vinculación

de capital privado para proveer estructuras públicas a partir de la necesidad del Estado de

brindar bienes y servicios en beneficio de la comunidad. Dicha herramienta fue introducida

en nuestro sistema legal con la Ley 1508 de 2012 (en adelante “Ley 1508”), a partir de la

cual se vino a configurar otro tipo de relación contractual, además de las ya existentes,

entre privados y el Estado.

En este escrito analizaré la eficacia y conveniencia que ha reportado para el régimen

colombiano de contratación estatal la introducción de las APP en dicho sistema en los

últimos tres años,1 así como en qué medida tales aspectos positivos se han visto afectados

por los problemas y desafíos que la figura ha enfrentado. Mi hipótesis afirmará

tentativamente que las APP presentan vacíos normativos en su regulación, así como

problemas de planeación operativa y presupuestal e imperfecciones en asignación de

riesgos, por lo que la eficacia y conveniencia de esta figura podrían verse seriamente

comprometidas.

Como metodología, comenzaré por mencionar los antecedentes normativos de la figura

tanto a nivel internacional como en el régimen colombiano de contratación pública.

Después, plantearé algunas nociones básicas sobre el concepto de APP, evidenciando

también los principales acercamientos normativos y doctrinales a dicha figura.

Posteriormente, señalaré algunos pronunciamientos críticos sobre las APP en lo referente a

posibles vacíos normativos en su regulación, incluyendo el análisis de eventuales elementos

problemáticos, como una indebida planeación operativa, presupuestal y de sistema de

asignación de riesgos. Precisamente en este punto radicará el elemento fuerte de análisis

dentro de este escrito, pues es aquí donde determinaré, puntualmente, qué tan eficaz y

conveniente ha sido la introducción de las APP en el régimen colombiano de contratación

estatal. Terminaré esbozando algunas conclusiones sobre el particular, basadas en un

1 Período desde el cual vino a regir la mencionada ley.

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3

análisis concreto sobre la eficacia y conveniencia de esta herramienta contractual que dé

lugar a una serie de propuestas que buscarán contribuir a la solución de las problemáticas

que aquí se describan.

Ahora bien, en cuanto a la relevancia social del presente trabajo, debe resaltarse que mi

investigación recae sobre una herramienta que cuenta con cerca de tres años de vigencia en

todo el territorio nacional, por lo que las situaciones aquí analizadas han afectado y

afectarán a millones de ciudadanos en Colombia. Más aun considerando que las APP se

encargan de la construcción de infraestructura pública, con la que se verán involucrados

muchísimos colombianos que diariamente harán uso de las grandes obras para las que está

destinado dicho modelo.

Además, no debe perderse de vista que en la actualidad no se cuenta con un sustento teórico

y doctrinal que dé cuenta de forma completa y detallada de los principales problemas y

desafíos que han enfrentado las APP en sus tres años de existencia en nuestro país. Por

ende, esta y otras investigaciones podrían complementar y desarrollar aun más el tema en

comento, de la mano de la normatividad que ya regula esta materia y de los precedentes

jurisprudenciales que a la fecha se han sentado sobre el particular.

2. Palabras claves

APP – contratación pública – capital privado – infraestructura pública – contratistas –

asignación de riesgos – planeación operativa – prórrogas – adiciones presupuestales

3. Antecedentes normativos de la figura a nivel global y en el régimen colombiano de

contratación pública

En primer lugar, buscaré evidenciar cuáles fueron los intentos anteriores por alcanzar los

objetivos que se pretende lograr con la figura de las APP, así como las modalidades de

contratación estatal que le sirven de sustento. Busco entonces precisar que no se está

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4

analizando un modelo sin antecedente alguno, sino que por el contrario se trata de una

figura que para el momento de su creación contaba ya con serias y sustentadas bases, a

nivel internacional y dentro del régimen colombiano de contratación pública.

3.1 Orígenes internacionales de las Asociaciones Público Privadas

La figura de las APP tiene un origen principalmente inglés y alemán, debido a la existencia

de modelos muy similares que vienen aplicándose desde hace 20 años en varios países del

mundo. En efecto, tal como lo expone el doctrinante Samuel Yong Serrano:

"Los contratos de Asociación Público- Privada (APP),

también denominados en otras latitudes de Colaboración

Público Privado (CPP), tiene como antecedente el modelo PFI

(Private Finance Iniciative), aplicado desde el año de 1992,

como parte de un programa de reformas promovido por el

gobierno británico liderado por John Major, cuya finalidad era

modernizar las infraestructuras públicas apelando a la

financiación del sector privado (...), modelo utilizado en

Alemania bajo el nombre de "Bertreibermodell" (...)"2.

Así mismo, de acuerdo con lo expuesto por el catedrático Gaspar Ariño Ortiz, una figura

contractual conocida como las “Public Private Partnership” (PPP) se instauró en el Reino

Unido durante los gobiernos de Margaret Thatcher, como una tercera vía entre

nacionalización y privatizaciones. La PPP se creó entonces como una forma de

colaboración contractual entre los sectores público y privado, en la que ambos actúan

conjuntamente para el logro de los fines del Estado en materia de construcción de

infraestructura pública.

2 YONG SERRANO, Samuel. El contrato estatal en el contexto de la nueva legislación. Bogotá, Colombia: Grupo

Editorial Ibáñez, 2013.

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5

Según concuerda la doctrina, tal transformación se dio como producto de la crisis de las

empresas públicas, que a su vez iba acompañada de otros fenómenos como la altísima

inflación y la caída del producto interno bruto. Por su parte, esto generó en el imaginario

colectivo y en la práctica administrativa la idea de que el sector privado utilizaba mejor los

recursos económicos y era más eficiente que el sector público en la gestión empresarial3.

Incluso, sobre el contexto internacional en que se introdujeron las APP en Latinoamérica,

el informe Asociaciones público-privadas para la prestación de servicios: Una visión

hacia el futuro del Banco Interamericano de Desarrollo del año 2011, señala que a partir de

dos décadas exitosas de experiencia con APP en regiones como Asia y Europa, América

Latina empezó a interesarse por sus ventajas para la provisión de infraestructura y servicios

públicos de manera integral.

Dicho documento también indicó que en virtud de la incorporación del sector privado, la

región ha podido poner en marcha novedosos modelos financieros, cuyo diseño, operación

y mantenimiento han arrojado resultados positivos para las economías. También precisó

que si bien la participación del sector privado en proyectos públicos no es nueva, el modelo

de APP sí propone novedades y ambiciosas metas para la dinámica público-privada

tradicional, y la lleva a un campo más amplio, participativo y efectivo para la provisión de

infraestructura y servicios públicos.

De igual manera, a nivel global las APP han sido concebidas como un mecanismo de

altísimo crecimiento industrial y un amplio desarrollo en materia de infraestructura. Así lo

dejan ver autores como Moguillansky y Devlin, al considerar que los antecedentes de las

APP en otros países corresponden notablemente a una verdadera política de

industrialización mundial a mediano y largo plazo. Además, se ha considerado que estas

iniciativas tienen el fin de promover procesos de inversión, financiados principalmente con

3 ARIÑO ORTIZ, Gaspar. El contrato de colaboración público privada. En: DE VIVERO ARCINIEGAS, Felipe.

Reforma al régimen de contratación estatal. Bogotá: Ediciones Uniandes, 2010, p. 203.

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6

recursos privados, lo que ha sido recomendado por expertos para el desarrollo no sólo de

América Latina sino de otras latitudes4.

Vemos así que la figura de las APP ha tenido amplios y antiguos antecedentes a nivel

internacional y regional, dotando de nuevos elementos a una noción ya desarrollada en el

mundo: la alianza entre el sector privado y el público con fines productivos.

3.2 Precedentes dentro del régimen colombiano de contratación estatal

Por otra parte, antes de ser introducida en nuestro régimen de contratación pública, esta

herramienta contaba con suficiente sustento constitucional a partir de la promulgación de

la Carta Política de 1991, la cual amplió en forma considerable el campo de acción de las

iniciativas privadas en el sector público. Así lo deja ver doctrina especializada sobre la

materia, al establecer que:

“En Colombia es de conocimiento general los avances

que trajo de la mano la Constitución Política promulgada en

1991, en atención a los nuevos espacios de participación

privada que fueron abiertos, lo cual fue coherente con la

racionalización de la participación del Estado en la economía,

conforme lo establecido en el artículo 334”5.

De igual forma, las APP tuvieron algunos antecedentes dentro del mismo ordenamiento

jurídico colombiano que buscaban alcanzar fines muy similares a los perseguidos por tal

modelo. Podría decirse en términos generales que el precedente natural de las APP son las

concesiones, mecanismo bajo el cual el Estado otorga a un tercero la posibilidad de realizar

4 MOGUILLANSKY, Graciela y DEVLIN, Roberto. Alianzas público privadas. Para una nueva visión estratégica del

desarrollo. Naciones Unidas, Comisión Económica para América Latina y el Caribe: Cepal, 2009 5 GONZÁLEZ SERNA, Carlos. De los avances legislativos en asociaciones público-privadas: los retos en estructuración

de proyectos de iniciativa privada. En: Revista Justicia Juris. Vol. X No. 1 (Enero-Junio, 2014); p. 23.

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7

construcciones en beneficio de la comunidad en general. Así lo estableció la Ley 80 de

1993 (en adelante “Ley 80”), en su artículo 32 numeral 4, al consagrar que:

“Son contratos de concesión los que celebran las

entidades estatales con el objeto de otorgar a una persona

llamada concesionario la prestación, operación explotación,

organización o gestión, total o parcial, de un servicio público,

o la construcción, explotación o conservación total o parcial,

de una obra o bien destinados al servicio o uso público…”

(subrayas y negrillas fuera del texto original).

Como resulta apenas evidente, la construcción de infraestructura destinada al servicio y uso

público constituye una de las finalidades de la concesión, coincidiendo así con el objetivo

principal de las APP, tal como se expondrá en el capítulo siguiente.

Así mismo, la propia jurisprudencia de la jurisdicción contencioso administrativa reconoce

que el contrato de concesión está íntimamente ligado al concepto de asociación público

privada. Tan es así, que en sentencia del 23 de agosto de 2013 el Consejo de Estado, Sala

de Consulta y Servicio Civil aporta importantes precisiones sobre las APP, al señalar que el

contrato de concesión, anteriormente regulado en la Ley 80, pasó a estar englobado dentro

del concepto de asociación público privada.

De igual forma, autores como Matías Londoño han concretado las semejanzas entre una y

otra figura al afirmar:

“…el modelo que más se asemeja al de las APP es el

de las concesiones, ya que ambas figuras, en principio,

autorizan el usufructo de una obra por parte de un particular

en contraprestación por la construcción, manejo y

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8

mantenimiento de esta”6 (subrayas y negrillas fuera del texto

original).

Aunque desde ya se puede advertir que el contrato de concesión se erige como la fórmula

típica para la ejecución de una APP, debe precisarse que dicho modelo contractual es

apenas uno de los contratos a través del cual se podría desarrollar esta herramienta7 .

Efectivamente, el contrato de obra pública también se constituye como un antecedente de

las APP, en la medida en que su objeto, la construcción, es un presupuesto fundamental

para desarrollarlas.8 Así, algunas características de las APP ya eran elementos clave para

otro tipo de modelos contractuales previos, lo que hace que esta figura haya encontrado

sustento en unas concretas bases normativas antes de aparecer en nuestro régimen de

contratación pública.

Sin perjuicio de lo anterior, sea de mencionar que si bien estos antecedentes buscaban

satisfacer necesidades en términos de construcción de infraestructura, no han sido pocos los

problemas que se han presentado en la práctica haciendo uso de estas figuras contractuales.

Sobre el particular, el caso Commsa, entre otros, es una experiencia bastante diciente. Se

trata de un consorcio de empresas colombianas y españolas que en 1997, a partir de una

concesión en la que se hizo adjudicatario de un contrato de obra pública, inició la

construcción de la troncal del Magdalena Medio, por un valor de 425 millones de dólares.

Sin embargo, lejos de dar cabal cumplimiento a sus obligaciones, el proyecto a construir se

quedó sin financiación y fue totalmente imposible ejecutar el objeto del contrato, debido a

un cuestionable manejo de anticipos y a la forma en que se asignaron los riesgos inherentes

6 LONDOÑO VALLEJO, Matías. Asociaciones público privadas, modelo de desarrollo de infraestructura productiva y

social en Colombia y el mundo: marco histórico, conceptual y crítico de la Ley 1508 de 2012. En: Revista de Derecho

Público. No. 33 (Julio-Diciembre, 2014), p. 11. 7 Ibíd., p. 22. 8 En su artículo 32 numeral 1, la Ley 80 define al contrato de obra de esta forma: “Son contratos de obra los que celebren

las entidades estatales para la construcción, mantenimiento, instalación y, en general, para la realización de cualquier

otro trabajo material sobre bienes inmuebles, cualquiera que sea la modalidad de ejecución y pago” (subrayas y

negrillas fuera del texto original).

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9

a este tipo de proyectos, todo lo cual fue catalogado por muchos como una “vagabundería

sin precedentes”9.

Es evidente que desde entonces se hacía clara la necesidad de implementar novedosas

figuras contractuales para solucionar este tipo de inconvenientes, que traían como

consecuencia la causación de graves perjuicios a la comunidad en general. El caso

comentado resulta relevante para el presente análisis, además, porque desde aquella época

se hacía más que obvia la necesidad de corregir problemas de asignación de riesgos y

planeación presupuestal, criterios principales para evaluar la eficacia y conveniencia de las

APP en esta ocasión.

Por otro lado, no puede perderse de vista que la promulgación de la Ley 1508 obedece a un

claro intento por parte del Gobierno de mejorar los niveles de construcción de

infraestructura pública en el país. En los últimos años, la inversión en este rubro alcanzaba

apenas un 0,03% del PIB colombiano, contrastando con lo ocurrido en otras naciones de la

región como Brasil y Chile, cuya inversión en dicha materia llegaba a un 0,15% y 0,14%,

respectivamente10.

Así, luego de haber estudiado los antecedentes de la figura en comento tanto a nivel

internacional como a nivel local, y tras haber evidenciado los principales problemas que

enfrentaron modelos contractuales similares, se pasará a evidenciar los acercamientos

conceptuales, legales y doctrinales de las APP.

9 SEMANA. Commsa para ‘dummies’. En: Semana.com. (2006). [consultado 22 oct. 2015]. Disponible en

<http://www.semana.com/economia/articulo/commsa-para-dummies/77415-3> 10 COLOMBIA. OBSERVATORIO LEGISLATIVO COLOMBIANO. Asociaciones público privadas Ley 1508 de 2012.

Bogotá: Instituto de Ciencia Política, 2012. Boletín No. 197, p. 2.

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10

4. Asociaciones Público Privadas: nociones básicas y aproximaciones doctrinales,

legislativas y jurisprudenciales

En segundo lugar, es importante presentar varias definiciones acerca del concepto de

‘asociación público privada’, así como los principales pronunciamientos normativos y

doctrinales sobre el particular, con el fin de dotar de un sustento teórico sólido a los análisis

que se realizarán posteriormente.

4.1 Nociones y definiciones básicas

El Fondo Multilateral de Inversiones define someramente a esta figura como un esquema

de colaboración de largo plazo entre una autoridad pública y el sector privado para la

provisión de un servicio público11. Por su parte, la misma Ley 1508 establece que:

“Las Asociaciones Público Privadas son un

instrumento de vinculación de capital privado, que se

materializan en un contrato entre una entidad estatal y una

persona natural o jurídica de derecho privado, para la

provisión de bienes públicos y de sus servicios relacionados,

que involucra la retención y transferencia de riesgos entre las

partes y mecanismos de pago, relacionados con la

disponibilidad y el nivel de servicio de la infraestructura y/o

servicio.”

En concordancia con esta definición, desde el año 2004 la Comisión de la Unión Europea

concebía a las APP como “Formas de cooperación entre organismos públicos y empresas

11 BLOOMGARDEN, David y MARUYAMA, Asako. Retrospectives Infrastructure and Public-Private Partnerships in

Latin America and the Caribbean. Washington, D.C.: Fomin, 2008, p. 4.

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11

privadas para el financiamiento, construcción, rehabilitación, operación o mantenimiento

de una infraestructura o la prestación de un servicio”12.

Debe señalarse que tanto el concepto introducido por la Ley 1508 como el que se viene de

mencionar ofrecen importantes ventajas en términos conceptuales, pues en teoría admiten

cualquier forma de cooperación entre organismos públicos y el sector privado, siempre que

sea para el financiamiento, construcción, rehabilitación, operación o mantenimiento de una

infraestructura o la prestación de un servicio. Así, acogen la noción de APP en su sentido

más amplio, sin excluir ninguna forma de alianza13.

4.2 Acercamientos legales al modelo contractual

Ahora bien, en cuanto a las aproximaciones normativas a las APP, resalta lo expuesto por la

Ley 1508 al describir desde una serie de principios rectores de la contratación estatal hasta

el trámite y contenido que debe caracterizar a un proyecto de esta naturaleza. En efecto,

dicha ley señala en su artículo 4 que a los esquemas de APP les son aplicables los

principios de la función administrativa, de contratación y los criterios de sostenibilidad

fiscal. Así mismo, la ley describe cómo funcionan los procesos de selección de contratistas

cuando el proyecto a desarrollar es de iniciativa privada o cuando el mismo es de iniciativa

pública.

De igual forma, en su artículo 3 dicha ley define claramente el ámbito de aplicación del

cuerpo normativo allí contenido, precisando lo siguiente:

“La presente ley es aplicable a todos aquellos

contratos en los cuales las entidades estatales encarguen a un

inversionista privado el diseño y construcción de una

12 BÉLGICA. COMISIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA. Libro verde de A.P.P. Bruselas: Comisión de la Unión Europea,

2004, p. 11. 13 SEPÚLVEDA FIGUEROA, Blanca. Las asociaciones público privadas y el contrato de concesión: Regulación parcial

en la Ley 1508 de 2012. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia, 2014, p. 54.

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12

infraestructura y sus servicios asociados, o su construcción,

reparación, mejoramiento o equipamiento, actividades todas

estas que deberán involucrar la operación y mantenimiento de

dicha infraestructura.

También podrán versar sobre infraestructura para la

prestación de servicios públicos”.

Igualmente, la Ley 1508 establece una serie de disposiciones comunes a los proyectos de

APP independientemente de si se trata de iniciativas de naturaleza pública o privada. Hace

entonces extensivas una serie de cláusulas de los contratos administrativos a los esquemas

de APP, disponiendo que las cláusulas excepcionales propias de la contratación pública

tales como la de caducidad, terminación unilateral y las demás establecidas en la ley sean

aplicables a la figura aquí analizada.

Por su parte, el Decreto 1610 de 2013 desarrolló una serie de materias que se trataban de

manera escueta en la Ley 1508 al delimitar en su artículo 2, por ejemplo, la cuantía máxima

anual por la cual se podrán otorgar autorizaciones para comprometer vigencias futuras en la

ejecución de proyectos de APP. Estableció que el Consejo Nacional de Política Económica

y Social, previo concepto del Consejo Superior de Política Fiscal, definirá el límite anual

utilizado para tales efectos, en concordancia con el plazo máximo de 30 años, incluidas

prórrogas, para los contratos de ejecución de proyectos de APP.

En formas como la anterior, se lograron importantes avances en un área que hasta el

momento no había sido completamente regulada por la Ley 1508, por lo que podría

pensarse que en principio el cuerpo normativo llamado a regular las APP es lo

suficientemente completo y detallado.

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13

4.3 Aproximaciones doctrinales a la figura

Por otro lado, desde un enfoque doctrinal, resalta el texto De los avances legislativos en

asociaciones público-privadas: los retos en estructuración de proyectos de iniciativa

privada del autor Carlos González Serna,14 pues representa un análisis juicioso de los

elementos transformadores que en materia de contratación pública trae la Ley 1508.

Efectivamente, aunque el autor observa con cautela y escepticismo la entrada en vigencia

del régimen legal de las APP, considera que la introducción de esta figura trae

consecuencias positivas a nuestro sistema de contratación estatal, al afirmar:

“[esta] nueva herramienta (…) de gestión contractual

(…) no implica (…) la fórmula milagrosa esperada en materia

de contratación pública y desarrollo social, pero sí resulta

evidente el paso que hemos dado hacia la consolidación del

principio de eficiencia administrativa,15 en atención a que el

modelo APP está diseñado para que sólo se acuda al mismo,

cuando se demuestre técnica y previamente su mayor y mejor

valor, frente a las restantes fórmulas ya conocidas de

contratación pública”16 (subrayas y negrillas fuera del texto

original).

Así mismo, evidencia la inserción de novedosos ingredientes dentro de nuestro régimen de

contratación pública, al advertir que las APP presentan un cambio fundamental en el

modelo de contratación existente en Colombia al constituir un instrumento de gestión

singular y de aplicación excepcional, principalmente para el caso de iniciativas privadas17.

Acto seguido, el mismo autor formula importantes precisiones sobre la naturaleza jurídica

14 Abogado especialista en derecho Administrativo. Candidato a Doctor en Derecho Universidad Carlos III de Madrid. 15 Principio relacionado con la elección de los medios más adecuados para el cumplimiento de los objetivos públicos. 16 GONZÁLEZ SERNA, Op. cit., p. 22. 17 Ibíd., p. 23.

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14

de las APP, al afirmar que tal mecanismo no corresponde a una nueva tipología contractual,

sino a un marco legal dentro del cual podrán desarrollarse diversas especies contractuales.

Concluye así que se puede hablar entonces de las APP como un género o modelo marco

dentro del cual caben varias figuras contractuales concretas, pero con características

esenciales que representan una verdadera novedad legislativa18.

Por otra parte, este texto evidencia el nuevo rol del Estado en la estructuración y

financiación de proyectos de iniciativa privada, al igual que resalta la transferencia de

riesgos implementada por esta ley, que trae consigo cambios fundamentales en materia de

gestión pública19.

5. Acercamientos críticos: posible existencia de vacíos normativos en su regulación

En tercer lugar, el texto Las asociaciones público privadas y el contrato de concesión:

Regulación parcial en la Ley 1508 de 2012, de la autora Blanca Sepúlveda Figueroa, aporta

importantes criterios y elementos de análisis en materia de vacíos normativos. Por una

parte, la autora señala que a su juicio, el alcance real de las disposiciones de la Ley 1508

resulta altamente cuestionable, en tanto éstas no establecen un régimen jurídico integral o

completo para todas las formas de APP contempladas desde la Constitución Política.

Efectivamente, indica la existencia de evidentes vacíos normativos en la Ley 1508, en la

medida en que se refiere únicamente a APP de carácter contractual y deja de lado los casos

en que este tipo de alianzas se producen en un marco institucional, optando así por una

concepción restrictiva de esta figura. En efecto, desde su artículo 3 la ley se ocupa de las

APP surgidas a raíz de contratos de concesión, pero nada establece respecto de las

sociedades de economía mixta en las que se desarrollen este tipo de asociaciones.

18 Ibídem. 19 Ibíd., p. 28

Page 16: DIRECTORA - Uniandes

15

Para el autor José Vicente Blanco, lo anterior se traduce en una inaceptable restricción, toda

vez que desde el mismo articulado de la Ley 1508 se excluyen explícitamente otras

variedades de APP diferentes al contrato de concesión. Así lo manifiesta el doctrinante:

“En mi concepto la ley 1508 de 2012 se ocupó

exclusivamente de las APP contractuales y no de las

institucionales pues de acuerdo con el artículo 3, la finalidad

del contrato es el encargo a un inversionista privado del

diseño y construcción de la infraestructura, lo que excluye las

modalidades societarias pues en estos no hay un encargo a un

tercero sino la ejecución conjunta a través de una nueva

sociedad”20 (subrayas y negrillas fuera del texto original).

Así, variada doctrina denuncia la existencia de vacíos normativos en la ley mencionada,

para encontrar que dicho cuerpo normativo regula de manera parcial todos los mecanismos

de colaboración contemplados en la Ley 489 de 199821 y se limita a concebir a las APP

como una nueva generación de concesiones, obviando todas estas herramientas o modelos

de participación abrigados por la Constitución Política de 199122.

Por mencionar un ejemplo, resalta el caso de las sociedades de economía mixta, que pese a

haber sido explícitamente introducidas en nuestro ordenamiento legal por medio del

artículo 97 de la precitada Ley 489, fueron desconocidas por la Ley 1508 como una forma

legítima y aceptada de APP de carácter institucional23. La gravedad de esta falencia se hace

20 BLANCO, José Vicente. ¿Existen mecanismos de asociación público privada por fuera de la ley 1508 de 2012? (2012).

[consultado 20 oct. 2015]. Disponible en: <http://contratacionestatal.blogspot.com/2012/05/existen-mecanismos-de-

asociacion.html> 21 Ley 489 del 29 de diciembre de 1998, “Por la cual se dictan normas sobre la organización y funcionamiento de las

entidades del orden nacional, se expiden las disposiciones, principios y reglas generales para el ejercicio de las

atribuciones previstas en los numerales 15 y 16 del artículo 189 de la Constitución Política y se dictan otras

disposiciones.” 22 SEPÚLVEDA FIGUEROA, Op. cit., p. 49. 23 Máxime cuando el parágrafo del artículo 8 de la misma Ley 1508 de 2012 establece que: “Se entenderán excluidos del

ámbito de aplicación establecido en la presente ley, las Sociedades de Economía Mixta en las que el Estado tenga

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16

aun más clara si se tienen en cuenta las características propias de este tipo de sociedades,

las cuales traerían sin duda importantes ventajas a nuestro actual régimen de APP. Sobre el

particular, el autor Roberto Fernández Llera nos recuerda que una asociación entre públicos

y privados institucionalizada “…exige un mayor grado de formalización, ya que implica

la creación de una entidad instrumental ad hoc, en la cual participa conjuntamente el

socio público y el privado”24 (subrayas y negrillas fuera del texto original).

En el mismo sentido, el documento Metodología para la correcta Estructuración de

asociaciones público-privadas, elaborado en el año 2012 por la Alcaldía Mayor de Bogotá,

precisó que en las APP institucionales, los recursos son administrados y ejecutados a través

de una persona jurídica diferente a la entidad pública y el agente privado, mediante la

creación de un Vehículo de Propósito Especial (SPV)25.

Respecto de las bondades de este tipo de herramientas, la autora Camila Quintero

Leguízamo explica que esta forma societaria se caracteriza por canalizar la propiedad de los

activos en un solo ente jurídico, siendo creada para la ejecución del proyecto de

infraestructura especifico, por lo que, por regla general, no desarrolla actividades

comerciales diferentes y todos sus esfuerzos están encaminados a cumplir cabalmente con

su propósito especial26.

participación inferior al cincuenta por ciento (50%), sus filiales y las Sociedades entre Entidades Públicas con

participación del Estado inferior al cincuenta por ciento (50%), las Empresas de Servicios Públicos Domiciliarios y las

Empresas Industriales y Comerciales del Estado cuando desarrollen actividades comerciales en competencia con el

sector privado y/o público…” 24 FERNÁNDEZ LLERA, Roberto. Colaboración público-privada como elusión de la estabilidad presupuestaria. En:

Revista De Estudios Regionales. Vol. VIII No. 86 (2009); p. 337-350. 25 COLOMBIA. ALCALDÍA DE BOGOTÁ. Metodología para la correcta Estructuración de asociaciones público-

privadas. (2012). [consultado 22 oct. 2015] Disponible en

<http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/adminverblobawa?tabla=T_NORMA_ARCHIVO&p_NORMFIL_ID=2956&f_

NORMFIL_FILE=X&inputfileext=NORMFIL_FILENAME>, p. 22. 26 QUINTERO LEGUÍZAMO, Camila. Sociedades de propósito especial en financiaciones de proyectos. (2014).

[consultado 22 oct. 2015]. Disponible en <http://www.prietocarrizosa.com/es/noticias/sociedades-de-prop%C3%B3sito-

especial-en-financiaciones-de-proyectos>

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17

Así mismo, en el precitado documento de la Administración Distrital de Bogotá se señaló

textualmente lo siguiente:

“La Ley 1508 de 2012 (…) presenta serios retos para

su adecuada implementación a la hora de estructurar una idea

de negocio, pues en dicho cuerpo normativo no se especificó

cuáles son los instrumentos de vinculación de capital privado

para la generación de infraestructura aplicables con éxito en

Colombia, tampoco se detallaron específicamente los

elementos técnicos y los pasos a seguir en la correcta

estructuración y elaboración de una oferta de iniciativa

público/privada” 27 (subrayas y negrillas fuera del texto

original).

Además de estas omisiones, la Ley 1508 dejó de precisar con claridad si la restricción que

establecía en su artículo 8 también se hacía aplicable a las sociedades de economía mixta,

donde el aporte del Estado sea igual o superior al 90% del capital social. Esto, en la medida

en que al tenor del artículo 97 de la Ley 489 de 1998, este tipo de entidades estarán

sometidas al régimen de las empresas industriales y comerciales del Estado. De cualquier

forma, en caso de que la respuesta sea afirmativa, las restricciones establecidas por la Ley

1508 serían aún mayores a las que se señalaron expresamente en su articulado y, en

consecuencia, menores serían las posibilidades de ejecutar APP mediante mecanismos

diferentes a los contratos de concesión.

En el mismo sentido, algunos otros doctrinantes consideran que la Ley 1508 restringe los

mecanismos de vinculación de capital privado a algunos proyectos públicos en particular,

dejando por fuera otros que resultan de importancia mayúscula, sin abarcar por completo el

27 De lo anterior puede dar cuenta la página 09 de este documento, elaborado en Bogotá D.C. en el año 2012.

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18

concepto de APP 28. El autor Juan Carlos Covilla se refiere al límite de los 6.000 smlmv

para cualquier proyecto que se pretenda adelantar mediante una APP, señalando a su vez

que las necesidades de provisión de infraestructura pública en el país varían dependiendo

del lugar donde se vaya a desarrollar el proyecto29. Como consecuencia de lo anterior,

Covilla acusa que en municipios con recursos limitados, una obra de infraestructura o

servicios públicos que se acerque a un valor de $3.866.110.000 sería de suma relevancia,

aun cuando a ojos de la Ley 1508 sea considerado como un proyecto de cuantía poco

importante. A juicio del autor, a pesar de que miles de ciudadanos podrían verse

beneficiados por proyectos de esta envergadura, éstos se hallan actualmente privados de

todos los beneficios de tales iniciativas, por cuenta de esta restricción y vacío normativo30.

El mismo autor señala como otra limitación y vacío en la ley estudiada, el hecho de que su

artículo 3 sólo permita concesiones mediante contratos, impidiendo que se haga uso de otro

tipo de instrumentos permitidos en el derecho administrativo, tales como los actos

administrativos. Afirma Covilla que si la excusa para esta restricción es mantener la

posibilidad de restablecer el equilibrio económico del contrato, lo propio podría hacerse en

caso de concesiones surgidas a partir de actos administrativos, pues “…en una decisión

unilateral puede definirse una forma de garantía para los particulares de mantener su

inversión sin someterse a las posibles variables que se den en la ejecución de la

infraestructura”31.

Como resultado de lo anterior, todo el potencial de este tipo de figuras podría verse

desperdiciado, por lo que a su vez, la eficacia y conveniencia de la introducción de este

modelo en el régimen colombiano de contratación pública podría estar seriamente

comprometida, tal como se analizará en líneas posteriores.

28 BENAVIDES, José. Estudios sobre el régimen jurídico de las asociaciones público privadas. Bogotá, Colombia:

Universidad Externado de Colombia, 2014, p. 78. 29 Ibíd., p. 95.

30 Ibídem. 31 Ibíd., p. 97.

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19

6. Elementos problemáticos: planeación operativa y presupuestal y sistema de

asignación de riesgos

En cuarto lugar, se utilizarán estos tres elementos como criterios de análisis para determinar

qué tan comprometida se ha visto la eficacia y conveniencia de introducir las APP dentro

de nuestro régimen de contratación pública, de acuerdo con el correcto o incorrecto

funcionamiento de estos factores.

6.1 Problemas en materia de planeación presupuestal

En este punto, debe resaltarse que una correcta proyección presupuestal resulta de cardinal

importancia para el buen desarrollo de una APP, tal como la doctrina lo ha reconocido en

varias ocasiones. Efectivamente, la debida administración de los recursos económicos a

utilizar en el respectivo proyecto ha sido considerada como “el tema central o principal

para que una APP sea viable (…) teniendo en cuenta que el APP es el mecanismo para

instrumentalizar jurídicamente un negocio financiero a largo plazo”32.

Así mismo, una correcta planeación presupuestal resulta completamente relevante con

miras a evitar serias afectaciones al erario y, por supuesto, al interés y bienestar generales.

Ejemplo de esto es el reconocido ‘caso Nule’, grave escándalo de corrupción descubierto en

desarrollo de uno de los mayores contratos de construcción de obra pública para reparar la

malla vial de Bogotá. En esa ocasión, un grupo de empresarios y contratistas desfalcaron en

gigantescas proporciones los recursos públicos, por cuenta de los grandes anticipos que les

eran atribuidos por el Estado sin ningún tipo de control o garantía que asegurara la

adecuada inversión de dichos recursos. Todo lo anterior ocasionó lo que se considera el

mayor escándalo corporativo en Colombia en los últimos 25 años33.

32 Ibíd., p. 25. 33 SEMANA. La caída del grupo Nule. En: Semana.com. (2010). [consultado 22 oct. 2015]. Disponible en

<http://www.semana.com/nacion/articulo/la-caida-del-grupo-nule/121790-3>

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20

Así las cosas, resalta el texto Vacíos normativos encontrados en la ley 1508 de 2012 que

pueden incidir en la estructuración de proyectos de concesión de las autoras Adriana Pérez

y Ximena Vallejo34, pues identifica las más agudas deficiencias de planeación presupuestal

que puedan afectar el buen desarrollo de una APP. El texto encuentra que en materia de

prórrogas y adiciones futuras a los contratos, la Ley 1508 y sus decretos reglamentarios

guardan silencio respecto de la forma de tasar ciertos requisitos presupuestales que el

contratista debe asumir, si busca ser beneficiario de una prórroga o adición al contrato. Si

bien la anterior situación constituye un vacío normativo, se traduce concretamente en una

importante deficiencia en materia de planeación presupuestal.

Efectivamente, al no existir criterios claros para el otorgamiento de este tipo de beneficios,

se dejaría abierta en forma inevitable la puerta a la causación de importantes sobrecostos en

la ejecución del contrato. Lo anterior, ya que en estos casos se hace realmente difícil

incurrir en proyecciones económicas acertadas sobre el costo del proyecto a realizar, al no

poderse determinar con exactitud si los cálculos presupuestales deberán abarcar el tiempo

de duración original del contrato, o si por el contrario deberán también tener en cuenta

determinados períodos por concepto de eventuales prórrogas o adiciones contractuales.

De igual forma, también se identifica como un problema de planeación presupuestal la

restricción que trae la misma Ley 1508 en su artículo 3 parágrafo 1, en el que determina

que sólo se podrán realizar proyectos de APP cuyo monto de inversión sea superior a 6.000

smlmv. En efecto, si bien se entiende que la norma busca dar cabida a iniciativas a gran

escala, no se explica la razón por la que desde un comienzo se descarta todo proyecto cuya

planeación presupuestal resulte en un monto menor al establecido legalmente. Las

consecuencias de esta delimitación son evidentes, pues inevitablemente se restringirán

valiosos emprendimientos por parte de privados respecto de proyectos de grande o mediana

34 PÉREZ RIAÑO, Adriana y VALLEJO GUZMÁN, Ximena. Vacíos normativos encontrados en la Ley 1508 de 2012

que pueden incidir en la estructuración de proyectos de concesión. Bogotá, 2012, 38 p. Tesis (Especialización en Finanzas

y Administración Pública). Universidad Militar Nueva Granada. Facultad de Ciencias Económicas, p. 32.

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21

escala, dejando así en desventaja a contratistas con amplio conocimiento técnico y alta

capacidad financiera35.

Por otra parte, el texto del Observatorio Legislativo Colombiano sobre Asociaciones

Público Privadas del año 2012, redactado por Pablo Convers, nuevamente evidencia la

existencia de vacíos normativos que generan inconvenientes de planeación presupuestal en

desarrollo de una APP. En efecto, Convers expone al abuso sobre adiciones presupuestales

a los contratos de obra pública como una problemática que si bien venía presentándose años

atrás, no fue resuelta por la Ley 1508. El autor precisa que esta situación se generaba por

falta de estudios precisos y serios que determinaran el costo real de los proyectos a

desarrollar, falencia que no fue solucionada por dicha ley36. Como consecuencia principal,

se siguieron ocasionando sobrecostos escandalosos que afectaron seriamente el presupuesto

de las entidades públicas37.

En sentido similar, también se han generado críticas por la supuesta incongruencia entre lo

dispuesto por la Ley 1508 y lo que ocurre en la práctica respecto de los límites de inversión

que la norma establece para el sector público. Su artículo 17 señala que en los casos de APP

de iniciativa privada con inversión pública, el tope de los aportes de dicho sector al

proyecto no podrá ser mayor al 20% del presupuesto estimado de inversión. Sin embargo,

en la práctica el Estado incurre en retribuciones y repagos a favor del contratista cuando la

obra ya está concluida y, al no existir claridad sobre si dichos montos se toman como

presupuestos de inversión y deben por tanto incluirse dentro del 20% de aportes públicos

permitido por ley, no se puede determinar con precisión si dicho tope ha sido excedido y se

ha violado la disposición normativa que lo establece38.

35 Ibíd., p. 33. 36 COLOMBIA. OBSERVATORIO LEGISLATIVO COLOMBIANO Op. cit., p. 4.

37 Ibídem. 38 LONDOÑO VALLEJO, Op. cit., p. 17.

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22

En consecuencia, se alteran inevitablemente los cálculos y planeaciones presupuestales

originalmente establecidos para el proyecto, lo cual podría ser tenido en cuenta como un

sobrecosto en la ejecución de la obra y alteraría así las proyecciones económicas

originalmente calculadas para el proyecto respectivo.

6.2 Inconvenientes de planeación operativa

Ahora bien, en materia de planeación operativa, debe comenzarse por resaltar una de las

principales modificaciones introducidas por la Ley 1508 al incluir un criterio claro y certero

para determinar qué tan adecuado resulta el manejo de recursos públicos no económicos en

desarrollo de una APP. Se trata del criterio de disponibilidad de la infraestructura y

cumplimiento de estándares de calidad y servicio, el cual se erige como condición

indispensable para la remuneración del contratista, requisito estrechamente asociado a la

satisfacción de los usuarios, siendo éste el deber y objetivo público perseguido39.

Así, la planeación operativa que se trace en ejecución de un proyecto de APP debe

propender por la auto explotación del proyecto mismo, tal como la doctrina lo ha expuesto:

“Para el caso de iniciativa privada, el proyecto debe

ser rentable con su propia explotación, es decir, pagos

derivados del uso o de servicios paralelos; es así que el

inversionista recibe a cambio el denominado por el Legislador

como “derecho a la explotación”40.

Por ende, al igual que como ocurre en materia de planeación presupuestal, las proyecciones

operativas en una iniciativa de APP gozan también de absoluta relevancia. Máxime si se

39 GONZÁLEZ SERNA, Op. cit., p. 26. 40 Ibíd., p. 27.

Page 24: DIRECTORA - Uniandes

23

tiene en cuenta que, tal como lo señala el doctrinante E. R. Yescombe41, bajo el modelo de

las APP la responsabilidad de los privados aumenta y, en consecuencia, éstos deben

desarrollar estrictos análisis de todo tipo de operaciones a adelantar, así como de las

posibles contingencias en las que el proyecto puede incurrir a raíz de éstas.

Así mismo, a juicio de algunos doctrinantes el exceso de requisitos impuestos por ley al

contratista en sede de prefactibilidad podría entorpecer una correcta y completa planeación

operativa del proyecto a desarrollar. Esto, ya que al tenor del artículo 14 de la Ley 1508, en

dicha etapa el originador de la propuesta deberá señalar claramente la descripción completa

del proyecto, incluyendo el diseño mínimo, construcción, operación, mantenimiento,

organización, explotación, alcance, estudios de demanda, especificaciones, costo estimado

y fuente de financiación del proyecto.

Para algunos sectores, todas estas condiciones constituyen una carga supremamente pesada

para los particulares, pues la realización de todos los estudios supone un gasto económico

gigante para los posibles proponentes y dificulta una adecuada planeación operativa del

proyecto respectivo. Más aun si se tiene en cuenta que la administración puede o no

aceptar la propuesta que se haga con base en los estudios antes efectuados, por lo que el

particular corre un riesgo altísimo de perder la inversión realizada, ya que la

administración no está obligada a reconocerla económicamente42.

Igualmente, también se ha considerado que los grandes proyectos de construcción de

infraestructura vial en el país sufrirán serias deficiencias de planeación operativa, por

presentar un denominado ‘cruce de proyectos’ entre las iniciativas de APP a emprender y

los tramos viales que ya fueron adjudicados mediante concesión43. Se habla concretamente,

por ejemplo, de la ruta del Pacífico 1, 2 y 3 y de la vía Cartagena–Barranquilla, obras en

las cuales se causarán inevitablemente conflictos por motivos técnicos de construcción, ya

41 YESCOMBE, E. R. Public-Private Partnership: Principles of Policy and Finance. Londres, Inglaterra: Butterworth-

Heinemann, Elsevier Ltd. Publications, 2011, p. 24. 42 LONDOÑO VALLEJO, Op cit., p. 19. 43 Ibíd., p. 21.

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24

que no está claro quién tiene derechos para intervenir los tramos donde hay cruces de

concesiones ni bajo qué parámetros, existiendo así una evidente tensión de derechos entre

concesionarios anteriores y nuevos adjudicatarios de autopistas de cuarta generación44.

De igual forma, en su texto Asociaciones público privadas para el desarrollo de

infraestructura social en Bogotá D.C., la autora Alba Cristina Melo45 considera que la Ley

1508 no define adecuadamente la operatividad de las APP al omitir la determinación de

reglas macro de operación entre el sector privado y público para el desarrollo de proyectos

de infraestructura. Como consecuencia, se deja a completa discreción del privado la forma

en la que se propondrán las minutas y el clausulado contractual para el desarrollo de la

operación.

6.3 Sistema de asignación de riesgos

Por último, en materia de asignación de riesgos debe recordarse que una de las grandes

particularidades de las APP es lo que la doctrina extranjera ha denominado “Risk Transfer”

o “transferencia de riesgos”46, considerada ésta como uno de los elementos fundamentales

para el éxito de un proyecto de APP47. Incluso, la asignación de riesgos también se ha

estimado como factor relevante para el buen funcionamiento de las APP en el ámbito

internacional. Así lo deja ver el documento de 2011 del Banco Interamericano de

Desarrollo, el cual señaló que la principal característica de una APP es el esquema de

asignación y mitigación de riesgos entre cada una de las partes. En igual sentido, según la

definición aportada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos

(OCDE), las APP constituyen un:

44 Ibídem.

45 MELO GÓMEZ, Alba Cristina. Asociaciones público privadas para el desarrollo de infraestructura social en Bogotá

D.C. Bogotá, Colombia: Ediciones Uniandes, 2014, p. 45. 46 GONZÁLEZ GARCÍA, Julio. Colaboración público-privada e infraestructuras de transporte. Entre el contrato de

colaboración entre el sector público y el sector privado y la atipicidad de la gestión patrimonial. Madrid, España: Marcial

Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales, 2010, p. 27. 47 Ibíd., p. 28.

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25

“acuerdo entre el gobierno y uno o más socios privados

(que puede incluir operadores y financiadores) bajo el cual los

socios privados proveen un servicio de manera tal que los

objetivos de provisión de servicios del gobierno se encuentren

alineados con los objetivos de obtención de utilidad del sector

privado y donde la efectividad depende de una adecuada

transferencia de riesgos del sector privado” 48 (subrayas y

negrillas fuera del texto original).

Así las cosas, sea de advertir en primer lugar que de acuerdo con una idea generalizada,

quien deberá asumir los riesgos en desarrollo de la relación contractual surgida a raíz de

una APP será el sector privado, al menos en escenarios de iniciativa privada49. Lo anterior,

ya que es el contratista privado quien propone el negocio conforme a estudios técnicos,

jurídicos, económicos y financieros sustentados por él mismo, y además es quien soporta la

inversión, no existiendo entonces los riesgos del destino y uso de los anticipos50.

Sin embargo, esta distribución de riesgos no debe generar desincentivos a los privados

interesados en invertir, por lo que la misma Ley 1508 en su artículo 4 inciso 2 deja en claro

que los riesgos se asignarán buscando en todo momento evitar cualquier afectación al

proyecto de APP que pueda involucrar el interés y bienestar generales. Lo hace de la

siguiente manera:

“Estos instrumentos deberán contar con una eficiente

asignación de riesgos, atribuyendo cada uno de ellos a la

parte que esté en mejor capacidad de administrarlos,

buscando mitigar el impacto que la ocurrencia de los mismos

pueda generar sobre la disponibilidad de la infraestructura y

48 FRANCIA. ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICOS (OCDE).

Dedicated Public Partnership Units. A Survey of Institutional and Governance Structures. París: 2010. 49 GONZÁLEZ GARCÍA, Op. cit., p. 25. 50 Ibíd., p. 28.

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26

la calidad del servicio” (subrayas y negrillas fuera del texto

original).

Sin perjuicio de lo anterior, no puede perderse de vista que de acuerdo con doctrina reciente

sobre la materia, existe una imposibilidad práctica por prever todos los riesgos que se

puedan presentar en desarrollo de una APP, lo que hace que exista un mínimo de riesgos

subyacentes desconocidos por todas las partes que no podrían negociarse en forma óptima.

Es por esto que todo proyecto surgido a partir de una APP podrá resultar oneroso para el

inversionista privado, hasta tanto la jurisprudencia no intente equilibrar este estado de

cosas51.

Ahora bien, en cuanto a la asignación de riesgos de construcción, disponibilidad y demanda

en cabeza del sector privado, la doctrina advierte que ésta no será efectiva ni eficiente en

tanto no se haga partícipe de modo sustancial al contratista privado sobre las

responsabilidades inherentes a la proyección y dirección de las obras. Sin embargo, lo

anterior implicaría romper con el paradigma según el cual la dirección de la obra debe estar

en cabeza de la entidad pública respectiva, dotándose por el contrario al sector privado de

herramientas funcionales en la ejecución y desarrollo de los proyectos52.

De igual manera, el texto Asociaciones público privadas como mecanismo para combatir la

corrupción en Colombia de la autora Nancy Hernández Anaya, resalta la eficacia de esta

figura como herramienta para superar la corrupción en el ámbito de la contratación pública.

Lo que llama la atención es que a juicio de Hernández, los procesos de contratación entre

sector público y sector privado son ahora más transparentes y se evitan así prácticas

corruptas, por el sistema de asignación de riesgos contenido en dicho modelo contractual.

En efecto, la autora considera que:

51 Ibíd., p. 29 52 Ibídem.

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27

“Una APP bien estructurada constituye por sí misma

una herramienta anticorrupción efectiva ya que clarifica los

riesgos que corre cada parte del acuerdo, establece las formas

y los plazos de trabajo para los contratistas y conlleva la

manera correcta en la que se debe desenvolver la relación

entre el contratante y el contratista”53 (subrayas y negrillas

fuera del texto original).

A partir de todo lo anterior, se encuentra que en principio la Ley 1508 introduciría un

adecuado sistema de asignación de riesgos, regido bajo la lógica general según la cual éstos

deben recaer en quien esté en mejor capacidad de soportarlos, especialmente aplicable a los

casos de APP de iniciativa privada, en los que en teoría es este mismo privado el actor

mejor preparado para asumir tales riesgos.

7. Análisis puntual: eficacia y conveniencia de las Asociaciones Público Privadas

para el régimen colombiano de contratación estatal

Ahora bien, previo a plantear cualquier análisis sobre el particular, es necesario definir los

criterios que se usarán para calificar la introducción de las APP en nuestro régimen de

contratación pública. Para este efecto, entiéndase a la eficacia como la “capacidad de

lograr el efecto que se desea o se espera”54. Así mismo, compréndase a la conveniencia

como la “utilidad o provecho que puede sacarse de determinado objeto o situación”55. Así

las cosas, en esta sección se intentará determinar, por un lado, qué tanta capacidad han

tenido las APP de lograr los efectos esperados con su inclusión dentro del sistema

colombiano de contratación estatal, siendo éstos el “incentivar la participación del sector

privado en la modernización, construcción, operación y/o mantenimiento de la

53 HERNÁNDEZ ANAYA, Nancy. Asociaciones público privadas como mecanismo para combatir la corrupción en

Colombia. Bogotá, Colombia: Ediciones Uniandes, 2011, p. 80. 54 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española. 55 Ibídem.

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28

infraestructura pública del país en términos eficientes” 56 . Por otro lado, se buscará

determinar qué tanta ha sido la utilidad o provecho que ha podido obtenerse de la

introducción de las APP en nuestro ordenamiento jurídico a partir de los efectos u objetivos

arriba aludidos.

Respecto de las bondades de las APP, no sobra resaltar lo ya expuesto en este escrito, de

acuerdo con lo cual este modelo plasma “jurídicamente un instrumento que tiene el

objetivo fundamental de cerrar la brecha de financiamiento a través de la atracción de

capital privado”57. Máxime teniendo en cuenta que según lo reconocen autores como

Alexandra Baquero, al igual que en los demás países latinoamericanos, se presenta en

Colombia un déficit en el desarrollo de la infraestructura, el cual no puede ser superado

solamente con recursos públicos58. A su vez, dicha deficiencia ha sido explicada a partir de

los inconvenientes de los Estados en materia de política fiscal, gobernabilidad y experticia

para la provisión de bienes y servicios59.

Por otra parte, algunos otros elementos permitirían presuponer la eficacia y conveniencia de

las APP para nuestro régimen de contratación pública. En primer lugar, de acuerdo con la

misma Ley 1508, se dará aplicación a las APP con plena observancia al principio de

eficiencia administrativa, que consiste en la elección de los medios más adecuados para el

cumplimiento de los objetivos públicos y constituye así el criterio principal de escogencia

de una APP por sobre otro tipo de figura contractual. Tal aplicación tiene entonces un

carácter meramente excepcional, para cuando se demuestre la mayor eficiencia de las APP

frente a otros modelos de contratación por medio de la “Metodología del Comparador

Público Privado”60. Esta herramienta evaluará la adecuación de las APP para cada caso y

justificará o no el uso de este modelo, en la medida en que se demuestre su mayor Valor

56 De acuerdo con el Proyecto de Ley 160 de 2011 y la exposición de motivos contenida en la Gaceta del Congreso No.

823 de 2011 57 BENAVIDES, Op. cit., p. 20. 58 Ibídem. 59 Ibíd., p. 78.

60 Mecanismo incluido en la Resolución No. 3656 de 2012, expedida por el Departamento Nacional de Planeación.

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29

por Dinero (VPD), es decir, que resulta más barato para la entidad pública acudir a dicha

modalidad para la prestación del servicio público o construcción de infraestructura pública

que celebrar, por ejemplo, un contrato de obra pública61.

Así, a través de este mecanismo de valoración cuantitativa se demuestra matemáticamente

dicho mayor valor con el fin de volver objetivas las decisiones de la administración y evitar

así la discrecionalidad62, que en teoría no tendría cabida dentro del proceso de decisión.

Pero más que todo, esta particularidad permite suponer que en principio, la aplicación de

una APP es el resultado de un juicioso estudio en el que se concluya que utilizarlas traerá

mayores beneficios al régimen colombiano de contratación pública, presumiéndose así en

una alta medida su eficacia y conveniencia.

En segundo lugar, sea de recordar un importante elemento con que cuentan las APP desde

su regulación primigenia. Se trata del mecanismo del Patrimonio Autónomo, regulado por

el artículo 24 de la Ley 1508 en estos términos:

“Los recursos públicos y todos los recursos que se

manejen en el proyecto deberán ser administrados a través de

un patrimonio autónomo constituido por el contratista,

integrado por todos los activos y pasivos presentes y futuros

vinculados al proyecto. La entidad estatal tendrá la potestad

de exigir la información que estime necesaria, la cual le

deberá ser entregada directamente a la solicitante por el

administrador del patrimonio autónomo, en los plazos y

términos que se establezca en el contrato. Los rendimientos de

recursos privados en el patrimonio autónomo pertenecen al

proyecto.

61 GONZÁLEZ SERNA, Op. cit., p. 27. 62 Ibídem.

Page 31: DIRECTORA - Uniandes

30

Parágrafo. Constituido el patrimonio autónomo, dentro

de los tres (3) días hábiles siguientes, la fiduciaria deberá

reportar a la Unidad de Información y Análisis Financiero

“UIAF” el nombre del fideicomitente, del beneficiario, el

valor de los recursos administrados a través del patrimonio

autónomo constituido por el contratista…” (subrayas y

negrillas fuera del texto original).

Se evidencia así con claridad la rigurosidad con que se asume la administración del

patrimonio autónomo constituido, con el fin de proteger el uso adecuado y eficiente de los

recursos por parte del contratista. Así mismo, esta herramienta facilita el financiamiento del

proyecto de APP al generar mayor transparencia en la administración y manejo de los

recursos63, buscando así asegurar una debida planeación presupuestal del mismo64. Por

estas razones, se rescata la existencia de esta figura para el buen funcionamiento de las

iniciativas de APP, sin perjuicio de las falencias en materia presupuestal que el mismo

modelo enfrenta y que ya fueron descritas en líneas anteriores.

En tercer lugar, respecto de las precitadas críticas al parágrafo del artículo 8 de la Ley 1508

por supuestos vacíos o exclusiones, la sentencia de la Corte Constitucional C-050 de 2015,

M.P. Luis Ernesto Vargas Silva, estudió cargos de inconstitucionalidad contra dicha norma

en el mismo sentido. La acusaban de vulnerar los principios de libre concurrencia y

competencia, igualdad y asociación al establecer un régimen de excepción que

supuestamente excluye a ciertas entidades de adelantar APP. En esta ocasión, la Corte

esbozó las siguientes consideraciones:

“la Sala evidencia que la norma se refiere a una

limitación prevista por la disposición objetada respecto de la

63 Ibídem.

64 COLOMBIA. DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN. Dirección de Infraestructura y Energía Sostenible

– GEINF. Consulta E-120227 del 1 de marzo de 2012.

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31

posibilidad de que las entidades excluidas sean contratantes

en calidad de entidades estatales, sujetas al régimen de

contratación pública, más no a la posibilidad de que sean

contratistas, en calidad de entidades privadas, sometidas al

derecho privado, entendimiento que se deriva del tenor literal

de la norma y de su interpretación sistemática con el resto del

contenido normativo del artículo 8 objetado…” (subrayas y

negrillas fuera del texto original).

Por tanto, concluye la Corte que a partir de una lectura cuidadosa del parágrafo acusado, se

evidencia que éste no establece un régimen de excepción que excluye absolutamente a las

entidades estatales de adelantar proyectos de APP, pues de hecho la norma permite que

dichas entidades actúen en calidad de contratistas privados en este tipo de iniciativas. Por

ende, la Corte estima que el parágrafo en mención no contiene los vacíos o exclusiones

alegadas y en consecuencia, no vulnera el derecho de asociación ni mucho menos el

régimen de servicios públicos.

Ahora, sin perjuicio de todo lo anterior, no pueden pasarse por alto los evidentes vacíos que

presenta la Ley 1508 en su intento por regular las APP. Llama la atención la exclusión ya

mencionada en cuanto a APP de carácter institucional, con la que dicha ley restringe la

posibilidad de que sociedades de economía mixta emprendan este tipo de iniciativas. Sin

duda, esta decisión del legislador privó a nuestro régimen de contratación pública de una

valiosísima posibilidad de llevar a cabo proyectos de infraestructura y servicios públicos

con un origen distinto a una relación contractual.

Más aun teniendo en cuenta que, como ya se señaló, las APP de carácter institucional

habrían constituido una valiosa herramienta para adelantar los fines perseguidos por este

tipo de alianzas. Esto, ya que los recursos a utilizar serían administrados y ejecutados a

través de una persona jurídica diferente a la entidad pública y el agente privado,

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32

canalizándose así la propiedad de los activos en un solo ente jurídico, cuyos esfuerzos

estarían total e inequívocamente encaminados a cumplir con su propósito especial.

Lo propio debe señalarse sobre el vacío normativo respecto de iniciativas de APP con un

presupuesto menor a los 6.000 smlmv, omisión que desconoció las necesidades de los

cientos de municipios de Colombia en los que cobrarían considerable importancia

proyectos de APP de mediana y pequeña escala. Aun cuando la pertinencia de regular el

procedimiento y funcionamiento de este tipo de iniciativas salta a la vista, la ley en cuestión

obvió totalmente la reglamentación de esta materia y condicionó el desarrollo de APP a

supuestos presupuestales alejados de la realidad de muchas zonas del país necesitadas de

infraestructura.

Por otro lado, no se puede dejar de advertir que la Ley 1508 incurre nuevamente en

relevantes omisiones y vacíos, al permitir que los proyectos de APP se desarrollen

únicamente en forma contractual, obviando una regulación sobre las concesiones surgidas a

partir de actos administrativos. Incluso cuando mediante este tipo de actos también se

podría proteger y restablecer el equilibrio de la ecuación contractual, sin justificación

alguna la ley restringió aun más la posibilidad de emprender APP mediante varios tipos de

herramientas, diferentes a la típica relación contractual bilateral.

A partir de los vacíos normativos en la Ley 1508 que se acaban de denunciar, se haría

difícil pensar que la introducción de las APP en nuestro régimen de contratación pública

podría gozar de plena eficacia y conveniencia. Como ya se demostró, por un lado se han

restringido en forma significativa los incentivos a la participación del sector privado en la

modernización, construcción, operación y/o mantenimiento de la infraestructura pública del

país en términos eficientes. Por otro lado, se ha desaprovechado toda la utilidad o provecho

que podría obtenerse de esta figura en términos de bienestar e interés generales, en caso de

que no se presentaran estos vacíos normativos.

Page 34: DIRECTORA - Uniandes

33

Por otra parte, deben resaltarse los serios inconvenientes que la misma Ley 1508 presenta

en términos de planeación presupuestal, que también comprometen la eficacia y

conveniencia de la entrada en operación de las APP en nuestro ordenamiento jurídico.

Como se viene de indicar, dicha ley desechó injustificadamente iniciativas con

proyecciones económicas menores a los 6.000 smlmv, impidiendo que se lleven a cabo

valiosos proyectos con una planeación presupuestal por un monto menor a este límite.

De igual forma, en materia de prórrogas y adiciones futuras a los contratos, la Ley 1508 no

es nada clara sobre la forma de tasar ciertos requisitos presupuestales que el contratista

debe asumir si busca ser beneficiario de tales figuras. Como ya se señaló, esto crea un

inminente riesgo para el buen funcionamiento del proyecto de APP y, concretamente, un

peligro considerable de incurrir en importantes sobrecostos en la ejecución del objeto

contractual.

Todo lo anterior entorpece y dificulta la finalidad de incentivar la participación del sector

privado en la construcción y mejoramiento de la infraestructura pública en el país. Sin

duda, las restricciones establecidas en materia de planeación presupuestal y los riesgos de

sobrecostos derivados de la falta de claridad sobre cuándo hay lugar a generarse prórrogas y

adiciones futuras a los contratos hacen poco llamativo para actores privados el tomar parte

en una iniciativa de APP. Por ende, todo esto impide que se saque provecho de todos los

beneficios que traen consigo las APP y por consiguiente, pone en entredicho su eficacia y

conveniencia dentro de nuestro actual régimen de contratación estatal.

Sin perjuicio de lo anterior, la precitada crítica por la supuesta falencia en materia de

planeación presupuestal a raíz de la falta de claridad sobre qué retribuciones o pagos

constituyen aportes públicos y deben ser contados dentro del límite legal de 20%, esto

representa una discusión zanjada por el mismo Decreto 1467 de 2012. Dicha disposición

estableció con claridad meridiana que durante el periodo de explotación del proyecto, los

dineros provenientes del Presupuesto General de la Nación, del presupuesto de las

entidades territoriales, entidades descentralizadas o de otros fondos públicos, no se pueden

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asumir como aportes para el desarrollo del proyecto. Por esta razón, no existe tal

inconsistencia normativa y por ende, no se puede acusar que tal situación impida una

debida planeación presupuestal en proyectos de APP.

Así mismo, sobre el sistema de asignación de riesgos contenido en la Ley 1508, se

encuentra que en términos generales éste resulta adecuado a los propósitos y objetivos que

trajo consigo dicha normatividad, por lo que se garantizaría en principio la eficacia y

conveniencia de la introducción de las APP dentro de nuestro actual régimen de

contratación pública.

Si bien según una idea generalizada, al menos en casos de APP de iniciativa privada el

sector privado debe asumir los riesgos que se generen en la ejecución del proyecto, el

artículo 4 de esta ley busca evitar cualquier desincentivo que en este sentido se pueda

causar a los actores privados. Para tal efecto, define un criterio general y principal para

asignar los riesgos, según el cual deberá asumirlos quien esté en mejor capacidad de

administrarlos. Así, la norma opta acertadamente por una forma objetiva de asignar tales

riesgos, evitando caer en la apreciación subjetiva de que por el simple hecho de tratarse de

un contratista privado, éste deberá necesariamente acarrear con ellos.

De igual forma, existen ciertos problemas de planeación operativa, que aunque escasos,

representan una amenaza para la eficacia y conveniencia de la entrada en vigencia de las

APP en el ordenamiento jurídico colombiano. Por un lado, deben resaltarse una vez más los

inconvenientes de planeación operativa que enfrentarán los grandes proyectos de

infraestructura vial por cuenta de inevitables ‘cruces de proyectos’ entre las iniciativas de

APP a desarrollar y los tramos viales que ya fueron adjudicados mediante concesión. Pero

además, al no existir claridad sobre quién y bajo qué parámetros deberá construir los tramos

viales en los que concurran ambos actores, se crearán conflictos meramente técnicos que

impedirían materializar una adecuada planeación operativa del proyecto a desarrollar. Sin

duda, esto desestimulará la intervención de actores privados en iniciativas de APP, cuyo

futuro técnico y operativo pueda resultar confuso e incluso caótico.

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35

Por otro lado, la ya denunciada ausencia de reglas macro de operación en la Ley 1508

inevitablemente traerá consecuencias en materia de planeación operativa, al no existir

acuerdos mínimos entre el privado y la entidad contratante sobre la forma y contenido de

las minutas y del clausulado contractual. En consecuencia, no existen unas bases o

presupuestos operativos desde los cuales se proyecte la iniciativa en cuestión, que brinden

alguna certeza o seguridad sobre el desarrollo y resultado del proyecto en términos

operativos.

Igualmente, el ya mencionado exceso de requisitos impuestos por ley al contratista en sede

de prefactibilidad definitivamente impediría una correcta y completa planeación operativa

del proyecto a desarrollar. Esto, ya que de acuerdo con el artículo 14 de la Ley 1508, en

dicha etapa el originador de la propuesta deberá asumir una gran variedad de cargas y

condiciones supremamente pesadas, que suponen un altísimo gasto económico para los

posibles proponentes e impiden que concentre sus esfuerzos en realizar una adecuada

planeación operativa del proyecto respectivo.

Si bien las anteriores situaciones podrían traducirse en un verdadero desincentivo para la

participación del sector privado en el desarrollo de la infraestructura pública en el país, en

el acápite siguiente se propondrán una serie de alternativas para corregir este estado de

cosas, de manera que se saque todo el provecho y utilidad posible de las APP y no se

ponga en riesgo su eficacia y conveniencia dentro del régimen colombiano de contratación

estatal.

7.1 Propuestas

Ahora bien, con miras a hacer de éste un escrito propositivo y no un trabajo simplemente

descriptivo, se plantean las siguientes propuestas sobre temas que se consideran

problemáticos para el buen funcionamiento de las APP. Respecto del exceso de requisitos

en sede de prefactibilidad que se viene de mencionar, se propone que al menos para

proyectos de APP de iniciativa pública, la entidad contratante asuma todos los gastos de

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prefactibilidad —estudios, evaluación de costos, justificación, etc.— requeridos para abrir

el proceso de selección de contratistas. Lo anterior resultaría más beneficioso para el

particular al permitirle presentarse como oferente sin soportar esta carga, por lo cual

contaría con mayores recursos económicos y logísticos para elaborar proyecciones

operativas completas y precisas.

De igual forma, sobre los inconvenientes de planeación operativa en construcción de

infraestructura vial por causa de los cruces de proyectos ya denunciados, se podría prever

que en procura de la uniformidad técnica en la construcción de las nuevas vías, se le

conceda a los nuevos adjudicatarios el derecho para intervenir los cruces viales. Máxime

teniendo en cuenta que en virtud del principio de eficiencia administrativa, los

adjudicatarios cuentan en teoría con mejores herramientas y recursos para llevar a cabo la

obra de infraestructura vial, pues la adjudicación respectiva estuvo precedida por estudios y

análisis rigurosos que podrían avalar al nuevo contratista como el mejor capacitado para

continuar con la construcción65.

Así mismo, en cuanto a la ausencia de reglas macro de operación predefinidas por medio de

minutas o de un clausulado contractual en concreto, se propone la creación de planes

básicos de operatividad para las iniciativas de APP, independiente de las particularidades

que se presenten en cada proyecto. Sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera el Decreto

1467 de 2012 vino a suplir esta falencia, y que en la actualidad se sigue presentando este

inconveniente en términos operativos.

Por otra parte, si bien se encontró que en general el sistema de asignación de riesgos resulta

pertinente para los fines perseguidos por la Ley 1508, no sobra recalcar sobre la

recomendación de hacer partícipe en forma real y efectiva al contratista privado en cuanto a

las responsabilidades inherentes a la proyección y dirección de las obras dentro del

proyecto de APP. Lo anterior, de tal forma que esté correcta y completamente preparado

para la asignación de riesgos en materia de construcción, disponibilidad y demanda que

65 LONDOÑO VALLEJO, Op. cit., p. 21.

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eventualmente recaerían en cabeza suya y así, se asegure la eficacia y conveniencia de tal

modelo para nuestro régimen de contratación estatal.

8. Conclusiones

En último lugar, sea de precisar que la entrada en vigencia de las APP no puede

considerarse como totalmente eficaz y conveniente para nuestro régimen de contratación

pública. Aunque se encontró un tratamiento adecuado a la asignación de riesgos por parte

de la Ley 1508, se hicieron evidentes otra serie de inconvenientes en cuanto a vacíos

normativos y problemas de planeación operativa y presupuestal presentes al interior de

dicha ley.

En cuanto a vacíos normativos, se encontró que la Ley 1508 dejó de regular todo lo atinente

a APP de carácter institucional, como por ejemplo los proyectos surgidos con sociedades de

economía mixta. Además de esta exclusión, también se obvió toda posibilidad de que una

APP de origen contractual surgiera unilateralmente a través de un acto administrativo,

dejando así como única forma permitida de emprender una alianza entre los sectores

público y privado al típico contrato de concesión. Necesariamente, este contrato deberá

acarrear una inversión superior a los 6.000 smlmv, sin tenerse en cuenta todas las valiosas

opciones de APP para desarrollar proyectos de mediana y pequeña escala.

En materia de planeación presupuestal, se evidenció que no existe claridad en la Ley 1508

sobre qué requisitos presupuestales deben cumplirse para hacer aplicables las prórrogas o

adiciones futuras a los contratos de APP, lo cual podría ocasionar importantes sobrecostos

en la ejecución de los proyectos respectivos. No obstante, al mismo tiempo se descartó una

supuesta falencia sobre planeación presupuestal contenida en la Ley 1508, respecto de los

límites de inversión del 20% en cabeza del sector público para iniciativas de APP. Se aclaró

que de acuerdo con el Decreto 1467 de 2012, todo aporte que no tenga carácter oficial

deberá ser excluido de este tope máximo establecido en la norma.

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38

Sobre la planeación operativa en proyectos de APP, se encontró que la Ley 1508 contiene

tres elementos problemáticos principales. En primer lugar, establece requisitos y

condiciones excesivas para el contratista privado en sede de prefactibilidad, por lo cual éste

debe incurrir en un considerable desgaste logístico y sobre todo económico que le

dificultará elaborar una adecuada planeación operativa de la iniciativa a desarrollar.

En segundo lugar, la ley no anticipa la inevitable concurrencia de proyectos entre nuevos

adjudicatarios de APP y antiguos concesionarios de grandes obras de infraestructura vial, lo

que acarreará conflictos técnicos que impedirán la materialización de una adecuada

planeación operativa de los proyectos. En tercer lugar, se evidenció que la marcada

ausencia de reglas macro en la Ley 1508 impide que desde un comienzo se proyecte una

adecuada planeación operativa de las iniciativas respectivas, al dejarse a total discreción del

contratista los términos en que se elaborarán las minutas y, en general, el clausulado

contractual del proyecto.

Frente a todas estas situaciones, se propone que al menos en proyectos de iniciativa pública,

se deje en cabeza de la entidad contratante la obligación de incurrir en todos los gastos y

esfuerzos que deben desplegarse en sede de prefactibilidad. Lo anterior, a fin de que el

contratista vea aliviada su carga y pueda concentrarse en una adecuada planeación

operativa del proyecto a desarrollar. Así mismo, sobre el ‘cruce de iniciativas’ entre

antiguos concesionarios y nuevos adjudicatarios de APP, se propone que en procura del

mejoramiento vial del país y la uniformidad técnica de las nuevas vías, se conceda a los

nuevos adjudicatarios el derecho a intervenir los cruces viales, eliminándose así los

conflictos técnicos que en la actualidad se vienen causando. Igualmente, se propone la

creación de planes básicos de operatividad para las iniciativas de APP, independiente de las

particularidades que se presenten en cada proyecto, con la finalidad de suplir la ausencia de

reglas macro de operación que actualmente se presenta.

Todo lo anterior, con el objetivo de que la destacable intención del legislador de introducir

en nuestro sistema de contratación estatal una herramienta que ya ha demostrado éxito en

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otras latitudes, no se vea malograda por cuenta de inexactitudes, vacíos u otras falencias

que puedan comprometer la eficacia y conveniencia de las APP y, concretamente, el

cumplimiento del propósito para el que fueron creadas: la satisfacción de las necesidades de

infraestructura pública que todos los colombianos presentamos.

Pero más que todo, lo que se busca es aportar al mejoramiento de un instrumento que si

bien puede todavía perfeccionarse, cuenta ya con unas bondades y propósitos tan

rescatables como el de garantizar el bienestar e interés generales, por medio de la eficiente

prestación de servicios públicos a los que todos tenemos derecho y con la valiosa

colaboración de un sector privado cada vez más comprometido con las iniciativas sociales.

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40

9. Referencias bibliográficas

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