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Por Félix Arredondo

Nadie imaginó un discurso así. Nadie ante un auditorio pasmado frente a la crítica. Nadie previó el juicio agudo, certero, plagado de nombres y apellidos.

Y es que ninguno de los legisladores que organi-zaron o asistieron al foro México ante la crisis: ¿Qué hacer para crecer? anticipó el discurso de apoteo-sis de Denise Dresser, una de las analistas políticas mexicanas más lúcidas y celebradas.

Hace algunos meses, durante el Foro para la Refor-

ma Petrolera, Dresser fue vetada. Muchos temían al filo de su pluma y a la agudeza punzocortante de su palabra. Pero este jueves 29 de enero fue distinto.

Sus palabras podrían sintetizarse en este plan-teamiento: “México no crece por la forma en la cual se usa y se ejerce y se comparte el poder, ni más ni menos. Por las reglas discrecionales y politizadas que rigen a la república mafiosa, a la economía ‘de cua-tes’. Por la supervivencia de las estructuras corporati-vas que el gobierno creó y sigue financiando”.

La audiencia legislativa explotó en aplausos cuan-do Denise dijo: “¿Y la concentración de la riqueza y el

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poder económico en esos jugadores dominantes en qué se traduce?... En ventajas injustas, en capturas regulatorias, en políticas públicas que favorecen inte-reses particulares.

“Pero peor aún, convierte a los representantes del interés público, a muchos de los diputados y de los senadores sentados aquí, en empleados de los intere-ses atrincherados”.

Apenas habían transcurrido ocho minutos de su intervención cuando concluyó lo que los aplausos habían interrumpido: que la concentración de la rique-za y el poder económico convierte “al gobierno en empleado de las personas más poderosas del país”.

Aquello parecía haber llegado al clímax de un impecable performance intelectual que, desde el principio, y poco a poco, había ido despertando la emoción de los presentes.

Era la voz de una mujer valiente, la única invita-da a esa jornada del foro, la que parecía interpretar fielmente, uno a uno, los nuevos “sentimientos de la nación” del siglo 21.

Sólo Manlio Fabio Beltrones se resistía a aplaudir. Tal vez pensó que hacerlo era convertirse en un cíni-co. O tal vez no estaba de acuerdo con Dresser.

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Es difícil saberlo, porque su rostro no expresaba emoción alguna. En todo caso, parecía tan impasible como la esfinge.

El discurso de Denise Dresser no era uno más, como los de los cuatro oradores que la precedieron. Ciertamente, algunos de ellos expresaron concep-tos valiosos. Pero también es cierto que ninguno fue capaz de arrancar aplausos como lo hizo la analista con su elocuencia.

Y es que las palabras de Denise, dichas así, y dichas ahí, seguramente podrían haber sido suscritas por millones y millones de mexicanos y mexicanas.

Lo que ocurría era insólito, inédito, increíble. Hasta parecía imposible. Los aplausos volvieron a interrumpir a la oradora cuando preguntó: ¿Quién gobierna México?

¿La Secretaría de Educación o Elba Esther Gor-dillo? ¿La Secretaría de Comunicaciones o Car-los Slim? ¿Pemex o Carlos Romero de Deschamps? ¿Ustedes (los senadores y diputados) o una serie de intereses que no logran contener?

¿Aquello era real? ¿Cómo era posible que la investi-gadora del ITAM estuviera ahí, frente a la clase políti-ca, cuestionando directamente sus conciencias?

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La doctora Dresser remató su manifiesto senten-ciando:

“México no crece por la forma en la cual se usa y se ejerce y se comparte el poder. Ni más ni menos.

“Por las reglas discrecionales y politizadas que rigen a la república mafiosa, a la economía ‘de cua-tes’.

“Por la supervivencia de las estructuras corporati-vas que el gobierno creó y sigue financiando.

“Por un modelo económico que canaliza las rentas del petróleo a demasiadas clientelas.

“Por un sistema político que funciona muy bien para sus partidos pero muy mal para sus ciudada-nos. Un sistema de ‘extracción sin representación’.

“Creando así un país poblado por personas obliga-das a diluir la esperanza; a encoger las expectativas; a cruzar la frontera al paso de 400 mil personas al año en busca de la movilidad social que no encuen-tran aquí; a vivir con la palma extendida esperando la próxima dádiva del próximo político; a marchar en las calles porque piensan que nadie en el gobierno los escucha; a desconfiar de las instituciones; a pre-senciar la muerte común de los sueños porque Méxi-co no avanza a la velocidad que podría y debería”.

Todos los presentes, absolutamente todos, se levantaron a aplaudir emocionados… excepto dos: el priista Manlio Fabio Beltrones y el perredista Carlos Navarrete.

Tal vez ellos no compartían el contenido de aquel discurso que casi todos los mexicanos habrían queri-do pronunciar.

Denise Dresser se atrevió a hacerlo.

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México es un país privilegiado. Tiene una ubicación geográfi-ca extraordinaria y cuenta con

grandes riquezas naturales. Está pobla-do por millones de personas talentosas y trabajadoras.

Pero a pesar de ello, la pregunta peren-ne sigue siendo: ¿por qué no crece a la velocidad que podría y debería? ¿Por qué seguimos discutiendo este tema año tras año, foro tras foro?

Aventuro algunas respuestas, y les pe-diría que me acompañaran en un ejerci-cio intelectual, recordando aquel famoso libro de Madame Calderón de la Barca llamado “La Vida en México”, escrito en el siglo XVII, en el cual intenta describir las principales características del país.

Si Madame Calderón de la Barca escri-

Capitalismode Cuates

Presentación en el Foro “México ante la crisis:¿Qué hacer para crecer? Cámara de Diputados

Denise Dresser 29 de enero de 2009

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biera su famoso libro hoy, tendría que cambiarle el título a “Oligopolilandia”. Porque desde el primer momento en el que pisara el país, se enfrentaría a los sín-tomas de una economía política disfun-cional, con problemas que la crisis tan sólo agrava.

Aterrizaría en uno de los aeropuertos más caros del mundo; se vería asediada por maleteros que controlan el servicio; tomaría un taxi de una compañía que se ha autodecretado un aumento de 30 por ciento en las tarifas, y si tuviera que car-gar gasolina, lo haría sólo en Pemex.

En el hotel habría 75 por ciento de pro-babilidades de que consumiera una tor-tilla vendida por un solo distribuidor, y si se enfermara del estómago y necesitara ir a una farmacia, descubriría que las medi-cinas allí cuestan más que en otros luga-res que ha visitado.

Si le hablara de larga distancia a su esposo para quejarse de esta situación, pagaría una de las tarifas más elevadas de la OCDE. Y si prendiera la televisión para distraerse ante el mal rato, descubri-ría que sólo existen dos cadenas.

Para entender la situación en la que se encuentra, tendría que recordar lo que

dijo Guillermo Ortiz hace unos días: no hemos creado las condiciones para que los recursos se usen de manera eficien-te; o tendría que leer el libro “Good Capi-talism/Bad Capitalism”, que explica por qué algunos países prosperan y otros se estancan; por qué algunos países pro-mueven la equidad y otros no logran ase-gurarla.

La respuesta se encuentra en la mezcla correcta de Estado y mercado, de regu-lación e innovación. La clave del éxito –o del fracaso– se halla en el modelo econó-mico: en la decisión de promover el capi-talismo de Estado o el capitalismo oli-gárquico o el capitalismo de las grandes empresas o el capitalismo democrático.

Hoy México es un ejemplo clásico de lo que el Nobel de Economía Joseph Stiglitz denomina crony capitalism: el capitalis-mo de cuates, el capitalismo de cómpli-ces, el capitalismo que no se basa en la competencia sino en su obstaculización.

Ese andamiaje de privilegios y “posi-ciones dominantes” y nudos sindicales en sectores cruciales –telecomunicacio-nes, servicios financieros, transporte, energía– que aprisiona a la economía y la vuelve ineficiente. Una mezcla de capita-

Hoy México es un ejemplo clásico de lo que el Nobel de Economía Joseph Stiglitz denominacrony capitalism:el capitalismo de

cuates, el capitalismo de cómplices,

el capitalismoque no se basa

en la competenciasino en su

obstaculización.

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proveen mejores productos a precios más baratos para los consumidores. Para los ciudadanos.

Hoy, México carga con los resultados de esfuerzos fallidos por modernizar su economía durante los últimos 20 años. Las reformas de los 80 y 90 entrañaron la privatización, la liberalización comercial.

Pero esas reformas no produjeron una economía de mercado dinámica debido a la ausencia de una regulación guberna-mental eficaz, capaz de crear mercados funcionales, competitivos.

En vez de transparencia y reglas cla-ras, prevaleció la discrecionalidad entre los empresarios que se beneficiaron de las privatizaciones y los funcionarios del gobierno encargados de regularlos.

Las declaraciones de Agustín Cars-tens el martes pasado, en torno a la necesidad de combatir los monopolios en telefonía, son bienvenidas. Lamenta-blemente, se dan 18 años tarde. Y allí están los resultados de reformas quizás bien intencionadas, pero mal instru-mentadas: una economía que no crece lo suficiente, una élite empresarial que no compite lo suficiente, un modelo económico que concentra la riqueza y distribuye mal la que hay.

lismo de Estado y capitalismo oligárqui-co.

Hoy, México –inmerso en la crisis– está aún lejos de acceder al capitalismo dinámico donde el Estado no protege pri-vilegios, defiende cotos, elige ganadores y permite la perpetuación de un peque-ño grupo de oligarcas con el poder para vetar reformas que los perjudican.

Al capitalismo en el cual las autorida-des crean condiciones para los mercados abiertos, competitivos, innovadores, que

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Hoy, México está atrapado por una red intrincada de privilegios y vetos empresariales y “posicio-

nes dominantes” en el mercado que inhiben un terreno nivelado de juego.

Una red descrita en el famoso artí-culo de la economista Anne Krueger: “The Political Economy of the Rent-See-king Society” (“La Economía Política de la Sociedad Rentista”).

Una red que opera a base de favo-res, concesiones y protección regulato-ria que el gobierno ofrece y miembros de la cúpula empresarial exigen como condición para invertir.

¿Quién? Alguien como el dueño de una distribuidora de maíz o el conce-sionario de una carretera privada o el

¿QuiéngobiernaméxiCo?

México está atrapado por una red intrincadade privilegios y vetos empresariales y “posiciones dominantes”.

comprador de un banco rescatado con el Fobaproa o el principal accionista de Telmex o el operador de una Afore.

Estos actores capturan rentas a tra-vés de la explotación o manipulación del entorno económico en lugar de generar ganancias legítimas a través de la innovación o la creación de riqueza.

Y los consumidores de México con-tribuyen a la fortuna de los rentistas

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La concentración de la riqueza y del poder económico entre esos “jugadores dominantes” con frecuencia se tradu-ce en ventajas injustas, captura regula-toria y políticas públicas que favorecen intereses particulares.

Peor aún, convierte a representan-tes del interés público –muchos de los diputados y senadores sentados aquí– en empleados de los intereses atrinche-rados. Convierte al gobierno en emplea-do de las personas más poderosas del país.

Y lleva a las siguientes preguntas: ¿Quién gobierna en México? ¿El Senado o Ricardo Salinas Pliego cuando logra controlar los vericuetos del proceso legislativo? ¿La Secretaría de Comu-nicaciones y Transportes o Unefon?

Para extraer rentas, los “jugadores dominantes” han erigido altas barreras de entrada a nuevos jugadores, creandoasí cuellos de botella que inhiben la innovacióny, por ende, el aumento de la productividad.

cada vez que pagan la cuenta telefóni-ca. La conexión a Internet. La cuota en la carretera. La tortilla con un precio fijo. La comisión de las Afores. La comi-sión por la tarjeta de crédito. Ejemplo tras ejemplo de rentas extraídas a tra-vés de la manipulación del mercado.

Y el rentismo acentúa la desigual-dad, produce costos sociales, dilata el desarrollo, disminuye la productividad, aumenta los costos de transacción en una economía que –ante el imperativo de la competitividad– necesita dismi-nuirlos.

Para extraer rentas, los “jugadores dominantes” han erigido altas barreras de entrada a nuevos jugadores, crean-do así cuellos de botella que inhiben la innovación y, por ende, el aumento de la productividad.

Estos cuellos de botella inhiben el crecimiento de México en un mundo cada vez más globalizado y competiti-vo, y son una razón clave detrás de la persistente desigualdad social, como lo sugiere el reporte del Banco Mundial sobre México titulado: “Más Allá de la Polarización Social y la Captura del Estado”.

¿La Comisión Nacional Bancaria o los bancos que se rehúsan a cumplir con las obligaciones de transparencia que la ley les exige? ¿La Secretaría de Edu-cación Pública o Elba Esther Gordillo? ¿La Comisión Federal de Competencia o Carlos Slim? ¿Pemex o Carlos Rome-ro Deschamps? ¿Ustedes o una serie de intereses que no logran contener?

Porque ante los vacíos de autoridad, la captura regulatoria y las decisiones de política pública que favorecen a una minoría, la respuesta parece obvia.

México hoy padece lo que algunos llaman “Estados dentro del Esta-do”, o lo que otros denominan “una economía sin un gobierno capaz de regularla de manera eficaz”. Eso –y no la caída de la producción petro-

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lera– es lo que condena a México al subdesempeño crónico.

Una y otra vez, el debate sobre cómo promover el crecimiento, cómo fomen-tar la inversión y cómo generar el empleo se encuentra fuera de foco.

El gobierno cree que para lograr estos objetivos, basta con tenderle la mano al sector privado para que invierta bajo cualquier condición. Y el sector privado, por su parte, piensa que la panacea es que se le permita participar en el sector petrolero, por dar un ejemplo.

Pero ésa es sólo una solución parcial a un problema más profundo. El meo-llo detrás de la mediocridad de Méxi-co se encuentra en su estructura eco-nómica y en las reglas del juego que la apuntalan.

Una estructura demasiado top heavy

o pesada en la punta de la pirámide; una estructura oligopolizada donde unos cuantos se dedican a la extracción de rentas; una estructura de complici-dades y colusiones que el gobierno per-mite y de la cual también se beneficia.

Claro, muchos de los miembros del gobierno de Felipe Calderón, y muchos de los presentes en este foro, hablarán del crecimiento como una prioridad central.

Pero más bien lo perciben como una variable residual. Más bien parecería que buscan –y duele como ciudadana reconocerlo– asegurar un grado míni-mo de avance para mantener la paz social, pero sin alterar la correlación de fuerzas existente. Sin cambiar la estructura económica de una manera fundamental.

El meollo detrás de la mediocridad de Méxicose encuentra en su estructura económicay en las reglas del juego que la apuntalan.

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Y el problema surge cuando ese mo-delo comienza a generar mons-truos; cuando ese apoyo guberna-

mental a ciertas personas produce mono-polios, duopolios y oligopolios que ya no

las Criaturas del estado

En México, el incrementalismode la política pública puede

ser atribuido a élites tradicionales que usan su poder para bloquear reformas

que afectan sus intereses,o asegurar iniciativas que protejan

su situación privilegiada.

pueden ser controlados; cuando las “cria-turas del Estado” –como las llama Moisés Naim– amenazan con devorarlo.

Sólo así se entiende la devolución gu-bernamental de 550 millones de dóla-res a Ricardo Salinas Pliego, por intere-ses supuestamente mal cobrados, un día antes del fin del sexenio de Vicente Fox.

Sólo así se entiende el comunicado lamentable de la Secretaría de Comuni-caciones y Transportes hace un año cele-brando la alianza entre Telemundo y Tele-visa, cuando en realidad revela una claudi-cación gubernamental ante la posibilidad

de una tercera cadena. Sólo así se comprende que nadie levan-

te un dedo para sancionar a TV Azteca cuando viola la ley al rehusarse a transmi-tir los spots del IFE o se apropia del Cerro del Chiquihuite.

Sólo así se entiende la aprobación de la llamada “Ley Televisa” por la Cámara de Diputados y la de Senadores en 2006.

Sólo así se entiende la posposición ad infinítum en el Senado de una nueva ley de medios para promover la competencia en el sector.

Sólo así se comprende que la reforma de

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Pemex deje sin tocar el asunto del sindicato. Sólo así se entiende la posibilidad de

dar entrada a Carlos Slim a la televisión sin obligarlo a cumplir con las condiciones de su concesión original.

Síntomas de un gobierno ineficaz. Se-ñales de un gobierno doblegado. Muestras de un gobierno coludido.

Con efectos cada vez más onerosos y cada vez más obvios que la crisis pone en evidencia, porque no logramos reformar-nos a tiempo.

Mucha riqueza, pocos beneficiarios. Crecimiento estancado, país aletargado. Intereses atrincherados, reformas dilui-das. Poca competencia, baja competiti-vidad. Poder concentrado, democracia puesta en jaque. Un gobierno que en lugar de domesticar a las criaturas que ha concebido, ahora vive aterrorizado por ellas.

¿Cuáles son las consecuencias del mal capitalismo mexicano? Donde las élites tradicionales son fuertes, la gobernabili-dad democrática es poco eficaz, los parti-dos políticos tienden a estar capturados, las reformas tienden a ser minimalistas.

En México, el incrementalismo de la política pública puede ser atribuido a éli-

Mucha riqueza, pocos beneficiarios.

Crecimiento estancado, país

aletargado.

tes tradicionales que usan su poder para bloquear reformas que afectan sus intere-ses, o asegurar iniciativas que protejan su situación privilegiada.

Si ustedes verdaderamente quieren que México crezca, tendrán que crear la capa-cidad de regular y reformar en nombre del interés público.

Tendrán que mandar señales inequí-vocas de cómo van a desactivar esos “cen-tros de veto” que están bloqueando el cre-cimiento económico y la consolidación democrática: los monopolistas abusivos, los sindicatos rapaces, las televisoras chan-tajistas, los empresarios privilegiados y sus aliados en el gobierno.

Si ustedes verdaderamente quieren que México prospere, tendrán que tomar decisiones que desaten el dinamismo económico, que fortalezcan la capacidad regulatoria del Estado y contribuyan a construir mercados, que promuevan la competencia y, gracias a ello, aumenten la competitividad.

En pocas palabras, usar la capacidad del Estado para contener a aquellos con más poder que el gobierno, con más peso que el electorado, con más intereses que el interés público.

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¿Qué hacer? Los conmino a leer textos tan influyentes como “The Growth Report” y “The Power of

Productivity”. A estar conscientes de lo que todo

país interesado en crecer y competir debe hacer para lograrlo.

A saber que ello requiere una econo-mía capaz de producir bienes y servicios de tal manera que los trabajadores pue-dan ganar más y más.

A entender que ello se basa en la expansión rápida del conocimiento y la innovación; en nuevas formas de hacer las cosas y mejorarlas; en técnicas que aumentan la productividad de manera constante.

A reconocer que las economías diná-micas suelen ser aquellas capaces de promover la competencia y reducir las

Hombres invisibles,mujeres sin rostro

En lugar de ser motores del crecimiento, las empresas protegidas y/o monopólicas

terminan estrangulándolo.

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barreras de entrada a nuevos jugadores en el mercado.

A entender que es tarea del gobier-no –a través de la regulación adecua-da– crear un entorno en el cual las empresas se vean presionadas por sus competidores para innovar y reducir precios, y pasar esos beneficios a los consumidores.

A comprender que si eso no ocurre, nadie tiene incentivos para innovar. En lugar de ser motores del crecimiento, las empresas protegidas y/o monopólicas terminan estrangulándolo.

En pocas palabras, la competitivi-dad –factor indispensable para atraer la inversión y con ella remontar la crisis,

como sugería Sanguinetti– está vincula-da a la competencia.

El crecimiento económico está liga-do a la competencia. La innovación y, por ende, el dinamismo y la creación de empleos se desprenden de la com-petencia.

La inversión que se canaliza hacia nuevos mercados y nuevas oportunida-des es producto de la competencia. No es una condición suficiente, pero sí es una condición necesaria. No bastará por sí misma para desatar el crecimiento, pero sin ella jamás ocurrirá, por más dine-ro público que se inyecte a la economía mediante políticas contracíclicas.

Y, ¿cómo empezar a empujar eso? Con

una tercera cadena de televisión; con el fomento de la competencia en banda ancha a través de la red de la Comisión Federal de Electricidad; con el fortaleci-miento de los órganos regulatorios; con la sanción a quienes violen los términos de su concesión; con la creación de mer-cados funcionales, como ya se logró con las aerolíneas de bajo costo; con medi-das que empiecen a desmantelar cuellos de botella y a domesticar a esas “criatu-ras del Estado”.

La respuesta, como lo sugería Ricardo Lagos, en el fondo es política, no econó-mica.

Tiene que ver con la inauguración de un nuevo tipo de relación entre el Esta-

El crecimiento económico está ligado a la competencia. La innovación y, por ende, el dinamismo y la creaciónde empleos se desprenden de la competencia.

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Si la clase política de este país no logra construir los cimientos del capitalismo democrático, condenará a México al subdesempeño crónico. Lo condenará a seguir siendo un terreno fértil para los movimientos populares contra las instituciones; un país que cojea permanentemente.

do, el mercado y la sociedad. Porque si la clase política de este

país no logra construir los cimientos del capitalismo democrático, condena-rá a México al subdesempeño crónico. Lo condenará a seguir siendo un terre-no fértil para los movimientos popu-lares contra las instituciones; un país que cojea permanentemente debido a las instituciones políticas que no logra remodelar; los monopolios públicos y privados que no logra desmantelar; las estructuras corporativas que no logra democratizar.

Será lo que Felipe Calderón llama “un país de ganadores” donde siempre ganan los mismos.

Un lugar donde muchas de las gran-des fortunas empresariales se constru-yen a partir de la protección política, y no de la innovación empresarial.

Un lugar donde el crecimiento de los últimos años ha sido menor que en el resto de América Latina debido a los cue-llos de botella que los oligopolios han diseñado, y que sus amigos en el gobier-no les ayudan a defender.

Un lugar donde las penurias que Ma-dame Calderón de la Barca enfrentó con

los aeropuertos, los maleteros, los taxis, las gasolineras, la telefonía y la televisión son las mismas que padecen millones de mexicanos más.

Ese consumidor sin voz, sin alternati-va, sin protección. Ese hombre invisible. Esa mujer sin rostro.

Esa persona que paga –mes tras mes– tarifas telefónicas más altas que en casi cualquier parte del mundo.

Ese estudiante que paga –mes tras mes– una cuenta de Internet superior a la de sus contrapartes en Estados Uni-dos.

Esa compañía que paga –mes con mes– servicios de telecomunicaciones que elevan sus gastos de operación y reducen sus ganancias.

Miles de personas con comisiones por servicios financieros que no logran entender, con cobros inusitados que nadie puede explicar, parados en la cola de los bancos. Allí varados. Allí desprote-gidos. Allí sin opciones. Allí afuera.

Víctimas de un sistema económico disfuncional, institucionalizado por una clase política que aplaude la aprobación de reformas que no atacan el corazón del problema.

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Presidentes, secretarios de Esta-do, diputados, senadores y em-presarios que celebran el con-

senso para no cambiar. Aunque se agradece que este foro

finalmente acepte la magnitud de la crisis, si de aquí no surgen medidas concretas para mirar más allá de la coyuntura, revelará nuevamente nues-tra incapacidad para encarar honesta-mente los problemas que México vie-ne arrastrando desde hace décadas. Revelará la propensión de los senta-dos aquí a proponer reformas aisla-das, a anunciar medidas cortoplacis-tas, a eludir las distorsiones del siste-ma económico, a instrumentar políti-cas públicas a pedacitos, para llegar a acuerdos que sólo perpetúan el statu quo.

la repúbliCamafiosa

La realidad acecha a golpes de 327 mil despedidos, crecimiento negativo, el lugar 60 de 134 en el Índice Global de Competitividad.

Mientras tanto, la realidad acecha a golpes de 327 mil despedidos, creci-miento negativo, el lugar 60 de 134 en el Índice Global de Competitividad y una nación que dice reformarse mien-tras evita hacerlo.

México no crece por la forma en la cual se usa y se ejerce y se comparte el poder. Ni más ni menos.

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Por las reglas discrecionales y poli-tizadas que rigen a la república mafio-sa, a la economía “de cuates”.

Por la supervivencia de las estruc-turas corporativas que el gobierno creó y sigue financiando.

Por un modelo económico que canaliza las rentas del petróleo a demasiadas clientelas.

Por un sistema político que funcio-na muy bien para sus partidos pero muy mal para sus ciudadanos. Un sis-tema de “extracción sin representa-ción”.

Creando así un país poblado por personas obligadas a diluir la espe-ranza; a encoger las expectativas; a cruzar la frontera al paso de 400 mil personas al año en busca de la movi-lidad social que no encuentran aquí; a vivir con la palma extendida espe-rando la próxima dádiva del próximo político; a marchar en las calles por-que piensan que nadie en el gobier-no los escucha; a desconfiar de las instituciones; a presenciar la muerte común de los sueños porque México no avanza a la velocidad que podría y debería.

Un país poblado por personas obligadas a diluir la esperanza; a encoger las expectativas; a cruzar la frontera al paso de 400 mil personas al año.

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El 29 de diciembre de 2008, policías federales encañonaron al convoy de Miguel Ángel Mancera,

procurador del D.F. Los interceptados pensaron que se trataba de un “levantón”. El hecho obligó a

Genaro García Luna a ofrecer una disculpa.

Usted discUlpe,

procUrador Mancera

Por Icela lagunas

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repetían a gritos: “¡Abajo, abajo, abajo!”. Un grupo de 15 hombres, algunos con uniformes de la Policía Federal Preventiva y otros vestidos de civil, apuntaba con armas de grueso

calibre a la camioneta blindada en la que viajaba Miguel Ángel Mancera Espinosa.

Los escoltas del procurador capitalino pensaron que eran víctimas de “un atenta-do o un levantón” en el Periférico. De inme-diato empuñaron sus pistolas de cargo.

Policías federales y judiciales del D.F. se apuntaban mutuamente. Unos a otros se exigían las identificaciones correspondien-tes. Los primeros, con sus R15, pedían a gritos que bajaran todos los ocupantes de la camioneta. Los segundos, con sus 9 milí-metros, se acreditaban con sus troqueles.

“A punto estuvimos de las balas”, relata a reporte Índigo uno de los involucrados.

‘PENSAMOS LO PEOR’El 29 de diciembre, una camioneta negra cerró el paso al convoy del procurador Man-cera, quien minutos antes había estado en TV Azteca. En pleno día, hombres unifor-mados y otros vestidos de civil, todos arma-dos, pidieron que bajaran los ocupantes del vehículo del funcionario capitalino.

De manera simultánea, otros uniforma-

dos, quienes viajaban en dos camionetas con leyendas de la Policía Federal, se apostaron a los costados de la unidad de Mancera.

“Pensamos lo peor pues, aunque traían uniformes, eso no era garantía de que fueran policías reales”, dice el funcionario.

Mientras el procurador y su comitiva tenían bloqueado el paso, otra camioneta blindada, en la que presuntamente iba el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, se alejó del lugar. Sus escoltas habían cerrado la circulación de los tres carriles del Peri-férico para indagar, con una prepotencia que rayó en intimidación, quiénes viajaban en las unidades.

AL FINAL, LOS DEJAN IREse lunes 29, el procurador de Justicia del Distrito Federal había sali-do de sus oficinas en la Colonia Doctores a bordo de una de las tres camionetas en las que usualmente se desplaza.

Se dirigió a las instalaciones de la televisora del Ajusco, donde le harían una serie de entrevistas. Al volante iba su chofer; el copiloto era uno de sus escoltas. Mancera estaba en el asiento trasero revisan-do documentos y atendiendo llamadas telefónicas.

Atrás, en otra camioneta, viajaban cuatro policías judiciales de su equipo de seguridad. Y en un tercer vehículo iba la subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito, Dilcia Samanta García Espinosa, custodiada por dos agentes.

Unas semanas antes, el gobierno del D.F. había asestado un golpe más a la Banda de La Flor. El 8 de diciembre, sin aviso, las autorida-des capitalinas trasladaron a algunos integrantes de ese grupo delic-tivo a penales ubicados en los estados de Nayarit y Morelos.

Sólo la ex agente federal Lorena González Hernández, la coman-dante Lore, cuya presunta participación en el secuestro del joven Fer-nando Martí provocó un roce entre funcionarios federales y locales,

“pensaMos lo peor pUes,

aUnqUe traían

UniforMes, eso no era

garantía de qUe fUeran

policías reales”.

Page 22: Denisse Dresser

permaneció recluida en la penitenciaría de Santa Martha Acatitla.En su edición 111, reporte Índigo documentó que “El Apá”, la

comandante Lore y “El Colín” operaban junto con “La Flor” como una banda de secuestradores bien organizada que presuntamente contaba con el aval del secretario de Seguridad Pública Federal.

De ahí el temor de los escoltas del procurador Miguel Ángel Man-cera, quienes aseguran que nunca supieron cuáles eran las intencio-nes de los policías federales que los interceptaron.

Para entender el desconcierto, sólo hay que recordar que Mancera Espinosa confrontó a los cuerpos de seguridad del gobierno fede-ral al señalar que Lorena González, ex subdirectora de la Dirección General de Secuestros y Robos de la Policía Federal Preventiva (PFP), había encabezado el falso retén de elementos de la AFI que secuestró a Fernando Martí el 4 de junio de 2008.

El día en que fue interceptado el convoy del procurador, su jefe de escoltas, el comandante Héctor Valdovinos Lara, gritaba: “¡Poli-cía judicial, policía judicial!”, al tiempo que mostraba su troquel. Los demás escoltas lo secundaron. Mancera permanecía agazapado den-tro de su vehículo.

Al cabo de unos minutos de tenso silencio, todos bajaron sus armas lentamente. Luego vino un “usted disculpe”. Los federales abrieron paso. La camioneta negra cerrada, las dos pick up de la poli-cía federal y los dos motociclistas se fueron.

“La subprocuradora Dilcia siguió su camino, el jefe (Mancera) se metió al edificio de la PFP que está sobre Periférico. Al parecer ahí se arregló el asunto”, cuenta un testigo.

Pero ahí no pararon las cosas. El procurador del D.F. habló con García Luna, quien se disculpó por las acciones de sus muchachos.

“Cómo no reaccionar así, cómo no dudar de si eran o no policías, si todos los días escuchamos hablar de ataques contra funcionarios

encargados de la seguridad pública… está muy de moda hablar de los falsos retenes. De hecho, el gobierno local los había sus-pendido a raíz de que supuestos policías con uniformes de la AFI habían levantado en un retén al niño Martí… cómo no estar nerviosos”, dijo uno de los involucrados en los hechos de diciembre.

Quienes estuvieron ahí relatan que las camionetas de los federales los seguían desde que salieron de las instalaciones de TV Azteca y tomaron el Periférico. Incluso uno de los escoltas de Mancera alertó de la presencia de los federales, pero dicen que jamás esperaron esa reacción.

Al desviarse por la calle Jardines de la Montaña para retomar el Periférico con dirección al norte, las dos pick up se empa-rejaron a la camioneta del procurador.

“A nada estuvimos de disparar cuando ellos insistían en que todos debían bajar de la camioneta, incluyendo al procura-dor. Nunca mencionaron nombres, no sé si sabían que él iba ahí, pero es muy fácil iden-tificar un convoy oficial. Además, la motoci-cleta que también viajaba con nosotros por-taba una placa que decía claramente: Poli-cía Judicial”, relata una fuente policiaca.

Lo curioso es que este hecho no fue noti-cia, ningún medio lo difundió.

genaro garcía lUna

se discUlpó por las

acciones de sUs

MUchachos.

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los discursos EN crisis

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DesDe la sobreMesaPor Ángel Dehesa

A partir de este domingo, antonio navalón, Carlos Monsiváis y Javier aranda luna comentaránsobre los desafíos iberoamericanos de cara al bicentenario, desde un nuevo programa de televisión.La producción, que estará a cargo de TV UnaM y américa 2010, se transmitirá por Sky y Cablevisión.

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El e-2009Las campañas electorales mexicanas de ahora son diferentes. Deben ser creativas e innovadoras y aprovechar las nuevas tecnologías. Pedro Salicrup, de la Escuela

de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana,habla del Congreso de Marketing Político que se llevará a cabo el 9 y 10 de febrero.

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Políticos iluminadosEl voto es la única luz que debe guiar a los políticos. Los mexicanos

tienen que encenderla para ver un cambio real y duradero.por TaTiana ClouThier

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Si nueSTroS políTiCoS no Son iluminadoS a Tiempo, viviremoS un año muy difíCil.

Platiqué con un priista de larga trayectoria que hace algunos días creyó –porque lo invitaron– que sería candidato a una diputación federal.

Sin embargo, me confirmó que ya no va. Pero lo más importante es la forma en que se ente-

ró de que había quedado fuera de la carrera electoral de 2009.

Me comentó que otro amigo suyo, todavía despachan-do como alcalde, despertó una mañana porque lo deslum-bró una intensa luz que entró por la ventana de su cuarto. Cuando se asomó, vio este mensaje: “Tu destino está en el Congreso local”.

El priista de mi historia me dijo que lo mismo le había sucedido a él, pero la leyenda era muy distinta: “Tu desti-no ya no está en el Congreso”.

Esta anécdota obliga a hacer un análisis. Pero tal vez sea mejor que unamos nuestras fortalezas, las de todos, para pedir que esa luz llegue hasta donde están Germán Martínez, Jesús Ortega y Beatriz Paredes, y que les diga: “Su destino es buscar el bien de México”.

Si nuestros políticos no son iluminados a tiempo, vivi-remos un año muy difícil. Quienes están incrustados en las estructuras de poder deben estar conscientes de la rele-vancia de estos comicios. Pero lo más importante es que aprendan a anteponer el interés de la nación al personal.

México corre el riesgo de ser con-trolado por la mafia a través de sus diversas actividades. Estamos al borde del abismo y sólo tenemos dos opciones: despegar o desmoronar-nos. Todo depende de la luz que ilu-mine a nuestros políticos.

Entiendo que cada partido tenga una agenda propia, pero todas debe-rían confluir en un objetivo común: forjar un México más próspero que cobije y brinde paz a tod@s.

Sin embargo, los políticos siguen pensando que todavía hay tiempo. No han querido ver que la población está a punto de llevar a la práctica una nueva estrategia: ejercer el voto en blanco.

Muchos ya están al tanto de la propuesta que está circulando por diversos medios para invitar a la ciu-dadanía a votar en blanco. La idea es hacer que los partidos entiendan que las reglas del juego tienen que cam-biar.

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El problema es que la ley no con-templa ni cuenta ese voto. Por lo tanto, no serviría de mucho. Aun así, los líderes de la campaña consideran que en algún momento podrán tener el sartén por el mango. Entonces, podrán hacer sus planteamientos desde otra perspectiva.

Quienes apoyan el voto en blanco piensan que el cambio de rumbo es posible. Y, personalmente, me resis-to a pensar que no tienen razón.

No sé si pecan de candidez o de estupidez, pero creo que un milagro está por suceder en este país y que esa nueva luz aparecerá en el corazón de cada mexicano.

Sólo podremos estar seguros de la presencia de esa luz cuando todos estemos de acuerdo en que debe-mos pensar en el país, que debemos construir más allá de los colores, que debemos desarrollar y buscar opcio-nes para hacer la diferencia y evitar el colapso de la sociedad mexicana.

Estados Unidos ya dio el primer paso en el Congreso de Kansas, donde se pronunció un discurso que rompió todos los esquemas y generó un movimiento que algunos quieren hacer mundial. Comparto una parte del mensaje:

"Señor, venimos delante de Ti este día para pedirte perdón y para pedir tu dirección. Sabemos que tu Palabra dice: 'Maldición a aquellos que llaman bien lo que está mal', y es exactamen-te lo que hemos hecho… Hemos explo-tado al pobre y hemos llamado a eso 'suerte'. Hemos recompensado la pere-za y la hemos llamado 'ayuda social'… Hemos abusado del poder y hemos lla-mado a eso: 'política …”.

[email protected]

Creo que un milagro eSTá por SuCeder

en eSTe paíS y que una nueva luz

apareCerá en el Corazón

de Cada mexiCano.

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Para que la economía reviva, Barack oBama tendrá que atacar desde tres frentes.

Nancy Pelosi dejó entrever la posibilidad de una nacionalización bancaria, aunque prefiere evadir esa terminología.

Por roBert J. samuelson

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tres crisis en una

un término maldito

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Los rostros de La ruinaPor Gustavo aréchiGa

la tragedia sin final. Así se refiere a la crisis un asesor financiero de la firma Clearbrook Financial LLC, quien afir-

ma que el colapso tiene sus propios villanos. Son los personajes de la farándula económi-ca. Los malos del cuento. Los supuestos res-ponsables del quebranto global.

Desde junio del año pasado, el FBI y el Departamento de Justicia de Estados Unidos emprendieron una cacería contra los culpa-bles anónimos.

Al menos 406 personas ligadas a la quiebra del mercado tienen en su contra cargos criminales. Y 300 más fueron acu-sadas de fraude.

¿Alguien calculó el monto de la malversa-ción? Las autoridades han hablado de un per-juicio de unos mil millones de dólares. Quién sabe cuántos más se habrán acumulado.

Por sus cargos y su importancia pública, ellos han sido señalados como los autores de la crisis planetaria.Medios, analistas y expertos que antes los elogiaban, ahora los critican.

AlAn GreenspAnEx presidente

de la Reserva Federal de EU

Dick FulD Director ejecutivode Lehman Brothers

Bill clintonEx presidente

de EU (1993-2001)

rAlph cioFFi y MAtthew tAnninBanqueros de Bear Stearns

GorDon BrownPrimer ministro del RU

lewis rAnieriEl “padre” de los créditos hipotecarios

GeorGe w. Bush Ex presidente

de EU (2001-2009)

chArles “chuck”princeEx director de Citigroup

ABBy cohenDirectora estratégica

de Goldman Sachs

Geir hAArDeEx primer ministrode Islandia

kAthleen corBet Ex directora de Standard

& Poor’s

“hAnk” GreenBerGEx director de AIG

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La Cuesta de enero

en La banCa en Las boLsas en eL empLeo

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El panorama económico internacional sigue deprimido. A cuatro meses de la implementación de los paquetes de rescate, los indicadores no levantan. Haz click en los botones para saber más.

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Por roBert J. samuelson

todos queremos que el presidente Barack Oba-ma triunfe en sus esfuerzos por revitalizar la economía, pero eso no debe nublar nuestra visión sobre las adversidades que enfrentará.

Necesitamos reconocer que estamos luchando contra tres crisis que, a pesar de estar entrelazadas, son muy distintas entre sí. La solución de cualquiera de ellas no resucitará a la economía automáticamen-te si las otras dos permanecen sin tratamiento y sin cambios.

aquí están las tres

Primera: El colapso del consumo. En Estados Unidos, los consumidores representan 70 por ciento de la economía. Con el miedo que ha provocado el desplome del valor de las viviendas y de las acciones –que ha hecho desaparecer al menos 7 mil millones de dólares en riqueza personal–,

la gente ha optado por frenar el gasto y aumentar el aho-rro. Esto generó despidos. En diciembre, la venta de vehí-culos se ubicó 36 por ciento abajo de los niveles alcanza-dos el año previo.

seGunda: La crisis financiera. Menos préstamos privan a la economía de créditos para financiar negocios, casas y compras de artículos caros, como automóviles y enseres domésticos.

Los recortes más profundos involucran la venta de bonos (“securitization”). Los inversionistas se han ido a la huelga. En 2008, la emisión de bonos que respal-dan los préstamos a tarjetas de crédito cayeron 41 por ciento, y los que respaldan préstamos para autos, baja-ron 51 por ciento.

tercera: La crisis del comercio. El gasto global y los patro-nes de ahorro están terriblemente sesgados. Los países asiáticos que acostumbran ahorrar han dependido del crecimiento que estimula la exportación, que a su vez

tres crisis en una

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requiere de consumidores estadounidenses que gasten gran parte de sus ingresos.

Los desbalances han derivado en déficits para EU y superávits para Asia. Pero a medida que los estadounidenses recortan el gasto, este patrón deja de ser sostenible. Por eso, Asia está cayendo en re-cesión.

Superar cualquiera de estas crisis sería intimidante. Juntas son el equivalente económico de combinar un triatlón Ironman y el Tour de Francia.

Consideremos el gasto del consumidor. El remedio propuesto es el plan de “estímulo económico”. Si el gobierno no compensa el declive del gasto del consu-midor y del sector privado, la economía podría caer en espiral durante varios años.

La semana pasada, comités de la Cámara de Repre-sentantes estudiaron un paquete de 825 mil millones de dólares dividido en dos partidas: 550 mil millones para gasto adicional y 275 mil millones para recortes de impuestos.

Pero en la práctica, este estímulo podría ser decep-cionante. Algunos rubros del paquete de la Cámara parecen un gigantesco fondo para fines corruptos con dinero regado en docenas de programas.

Hay 50 millones de dólares para el National Endow-ment for the Arts, 200 millones para el Teacher Incen-tive Fund y 15.6 mil millones para aumentar el Pell Grants, que es un programa federal para estudian-tes universitarios de bajos ingresos. Algunas de estas propuestas, sin importar su mérito, no generarán empleos.

Otro problema: el gasto en construcción –escuelas, clínicas, carreteras– podría empezar tan lentamente, que el estímulo económico será muy leve en el corto plazo. La Oficina de Presupuesto del Congreso exami-nó propuestas de gasto por un valor de 356 mil millo-nes de dólares y concluyó que sólo 7 por ciento de esa cantidad se gastará en 2009; 31 por ciento será aplica-do en 2010.

Asumamos, sin embargo, que el estímulo resul-ta tener un éxito extraordinario. Amortigua la rece-sión. El desempleo, que está en 7.2 por ciento, deja de aumentar cuando llega a 8 por ciento, en vez de 10 por ciento. Aun así, un estímulo temporal no puede impul-sar una recuperación permanente. Para ello se requie-re un sistema financiero fuerte que provea el crédi-to que necesita una economía en expansión. No está claro cómo vamos a obtener eso.

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Los pilares del sistema financiero exitoso –habi-lidad para evaluar el riesgo, capital suficiente para absorber pérdidas y confianza entre bancos, inver-sionistas y comerciantes– se han desmoronado. Y debajo de estos males subyace la constante subesti-mación de las pérdidas.

Economistas de Goldman Sachs estiman que las pérdidas mundiales en hipotecas, bonos y préstamos a consumidores y empresas suman 2.1 billones de dóla-res. En marzo, pasado, esa misma firma financiera había calculado la mitad de esa cifra.

Todos los nuevos programas de crédito –el Troubled Asset Relief Program (TARP) de la Teso-rería y varias opciones de préstamo de la Reserva Federal– buscan contrarrestar los problemas men-cionados al proveer dinero y garantías guberna-mentales.

Es probable que Obama expanda estos esfuerzos a pesar de algunos problemas obvios: si la supervisión del gobierno se vuelve demasiado punitiva, podría des-alentar la necesaria inyección de capital privado en los bancos. De nuevo, asumamos que las políticas del presidente tienen éxito. Entonces, el flujo del crédito aumentará.

Pero incluso así, no tenemos la seguridad de lo-

grar una recuperación vigorosa porque la crisis eco-nómica es global. Los viejos patrones de intercam-bio no funcionarán más. Si China y otras naciones asiáticas intentan exportar para escapar de sus pro-blemas, es muy probable que se decepcionen. Cual-quier aumento de importaciones por parte de EU debilitaría la incipiente recuperación de este país y dispararía una reacción proteccionista. Por ahí va el nacionalismo económico del toma y daca que podría perjudicar a todos.

Si el resto del mundo no le compra a EU, su recu-peración podría ser débil. Se necesitan políticas que corrijan el gasto y el ahorro. Mientras los estadouni-denses ahorran una mayor proporción de su ingreso, los asiáticos deberían ahorrar menos y gastar más para crecer produciendo para sí mismos, en vez de depender de las exportaciones a EU. Así se reducirían las grandes discrepancias del comercio.

Pero este tipo de transformación demanda cam-bios políticos vitales. Y aún no está claro si China y otras sociedades de Asia lo pueden lograr. Las impli-caciones son muy serias. Obama no puede garanti-zar el éxito de sus políticas, no está en sus manos.

©. The Washington Post Writer’s Group

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Cada minuto, cada segundo, y en cualquier lugar del planeta, su vida corre peligro. Se ha convertido en el blanco del crimen organizado de Italia, y ya se acostumbró a vivir

así. Es Roberto Saviano. Una sombra omnipresente lo persigue.

No importa a dónde vaya. Nunca está solo. Puede ser en la Ciudad de México o Esto-colmo. Puede ser en una conferencia en Los Ángeles o en un avión con destino a París.

Es el castigo por haber revelado el oscu-ro mundo de La Camorra en “Gomorra”, un libro que sigue cimbrando a la socie-dad italiana porque expone las complejas redes de la mafia napolitana: nombres, negocios, relaciones políticas y flujos de dinero.

Saviano, de apenas 29 años, es seguido noche y día por cuatro guardaespaldas. Todos con chalecos antibalas. Vive al mar-gen. Escondido. Se comunica mediante un blog, y cuando lo invitan a una entrevista en vivo, se despliegan medidas de seguri-dad extremas. Si su presencia es inadverti-da, mucho mejor.

En noviembre pasado presentaría “Gomorra” en la Feria Internacional del

Libro de Guadalajara. Pero no llegó. O quizá estuvo ahí, pero nadie lo vio. Quién sabe. Alguien dijo que ya estaba en Méxi-co, pero que no saldría al encuentro con el público. Días después, un diario de Berlín reportaba que estaba en Alemania. Pero nadie lo podía asegurar porque nadie lo había visto.

La única manera de charlar con Rober-to es la que ha propuesto su casa editorial, Random House Mondadori, vía correo electrónico mediante un cuestionario que Saviano respondería si tenía tiempo.

¿Por qué pesa sobre este joven escritor un hostigamiento de tal magnitud? Por-que su palabra es un arma letal, al menos para la mafia.

Por eso el escritor Salman Rushdie –también amenazado de muerte por escri-bir “Los Versos Satánicos”– le ha aconse-jado que se acostumbre a su nueva vida. Que vaya a fiestas y que tenga amigas, por-que la muerte lo perseguirá por el resto de sus días.

“Como todas las organizaciones crimi-nales”, dijo Saviano al diario El País el año pasado, “La Camorra se despreocupa de quienes se limitan a reproducir documen-tos judiciales. Lo de ‘Gomorra’ fue anóma-

CRÓNICA DESDE EL FONDO

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lo. Atrajo la atención del público porque cuenta La Camorra desde el punto de vista del poder y de la estructura económica, no por las acciones puramente violentas. Eso pudo molestar a los capos”.

Cuando su libro alcanzó éxito editorial, entre 2006 y 2007, La Camorra lo amenazó. El 14 de octubre del año pasado, un perió-dico reveló que su verdugo declarado era Giuseppe Setola, de 38 años, incluido en la lista de los 30 criminales más buscados en Italia y brazo armado del clan los Casalesi.

A raíz de estas amenazas, algunos líderes internacionales exi-gieron al gobierno italiano que ofreciera protección al escritor.

Muchos firmaron la carta, como Mijail Gorbachov, el drama-turgo Dario Fo, Günter Grass, el Nobel de Literatura Orhan Pamuk, el arzobispo africano Desmond Tutu, el escritor portugués josé Saramago y la política francocolombiana Ingrid betancourt, ex rehén de las FARC.

REDES INFINITASEl poder sin límites de la estructura económica de la mafia napo-litana mueve una buena parte de los capitales de la Unión Euro-pea.

Saviano entró al sistema de la mafia como cargador de mer-cancía en el puerto de Nápoles, y poco a poco se fue infiltrando, aquí y allá. Así empezó a recabar datos y nombres, el origen de los apodos de los capos y la radiografía de sus negocios.

“Toda la moda de las pasarelas, toda la luz de las galas más mundanas procede de aquí. De Nápoles y de Salento. Los centros principales de la industria textil clandestina. De aquí parte. De este agujero”, narra Saviano en su libro.

En 2004, un operativo coordinado por la policía italiana puso al

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VIDA EN PELIGRO

Mijail Gorbachov, Dario Fo, Günter Grass, entre otras figuras in-ternaciona-les, exigen al gobierno italiano protección al escritor. Fo

tos:

AP

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NÁPOLES, MAR DE SANGRESegún Saviano, ésta es la lista de muertos para comprender cómo ha evolucionado la economía de La Camorra. “Son la huella más visible y la que consigue hacer razonar con el estómago de forma inmediata”.

1979 1983 1988 19981992 20021981 1986 19961990 20001994 20041980 1984 1989 19991993 20031982 1987 19971991 20011995 2005

descubierto las redes de La Camorra en la industria del vestido. La red de la moda se extendía como la cabeza de medusa de Armani, por toda Europa.

Alemania, Inglaterra, Barcelona, Madrid, Austria, Holanda, Dina-marca, Arabia, Estados Unidos, Canadá y países de Latinoamérica… Todos consumían prendas de grandes marcas italianas, con la dife-rencia de que eran copias exactas de las originales.

Como si fuera poco el negocio de la moda, incluso más reditua-ble que el de la droga, La Camorra comenzó a controlar la ciudad de Nápoles y las regiones cercanas.

La compra de políticos se convirtió en una práctica común. Fue así como este grupo del crimen organizado pudo adquirir terre-nos para edificar centros comerciales y torres de lujo. También entró al negocio del transporte y del manejo de desechos.

“Los clanes de La Camorra acceden al poder gracias a la influen-cia de sus negocios. Y eso es condición suficiente para entrar a todo lo demás”, dice Saviano.

Tan sólo en Italia, el crimen organizado mueve 7 por ciento del Producto Interno bruto, unos 127 mil millones de dólares en 2007, según estudios económicos.

LOS CRIMINALES ‘BIEN’Como consecuencia de la diversidad empresarial, la mafia actual se ha refina-do. Es la burguesía del exceso. Sus miem-bros cada vez son más jóvenes, incluso niños.

Quizá por eso el oro sucio que llega a sus manos es convertido en arte restaura-do, compra de bares, cafeterías, discote-cas, centros turísticos, acereras, empresas lecheras, cementeras y constructoras.

En la pirámide superior del sistema, los capos napolitanos de La Camorra se enlodan en tierra que primero lim-piaron escrupulosamente. Encarnan la fascinación de un mito. Y los más viejos leen y disertan con propiedad. Les gusta la buena vida: comen y beben bien. Se rodean de bibliotecas enormes y son gente de palabra.

El crimen organizado en Italia representa 7 por ciento de su Producto Interno Bruto.

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Un ejemplo es Augusto La Torre, capo casado con una mujer albanesa y propie-tario de negocios en Inglaterra y Escocia. Dice Saviano que le gusta citar de memo-ria al psicoanalista Lacan, a Freud y a jung.

Hay otro, Giuseppe Misso, quien ahora es testigo protegido desde la cárcel y era un buen escritor. También está el jefe supremo que controla el Clan Vollaro desde 1970, Luigi “El Califa”, quien está obsesionado por las pinturas de botticelli y las porcelanas chinas.

Y qué decir del buen lector Frances-co “Sandokan” Schiavone, dueño de una biblioteca enorme de obras sobre Napo-león.

Gennaro Licciardi, un capo que murió a los 38 años en la cárcel, era famoso por-que consideraba se creía un emperador romano, pensaba que el mundo era de su propiedad. Fue él quien llevó a la periferia de Nápoles la vida urbana de clase media mediante la distribución de droga y la inversión en obra pública.

Algunos clanes camorristas convirtie-ron peluquerías y centros de bronceado en negocios minoristas de cocaína. Y con las ganancias que redituaba la droga, se com-

praban al por mayor departamentos, hoteles, empresas de servi-cios, colegios privados y galerías de arte.

Pero La Camorra también tiene su lado femenino, y tal vez la más representativa es Anna Mazza, quien catapultó los ingresos de la droga al imperio de la construcción en Italia. Es el nuevo estereotipo de mujer-capo: eficiente, administrada, empresaria y sin voluntad de conflicto.

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“Gomorra”, el trailer

Entrevista a Roberto Saviano

La mafia napolitana se ha refinado y regenerado. jóvenes e incluso niños

forman parte de La Camorra.

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: AP

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La osadía de BanxicoPoR saLVadoR KaLiFa

La decisión de reducir las tasas de interés es prematura y podría propiciar una devaluación mayor de nuestra moneda. Esto acabaría por atizar la hoguera de la inflación, que se ubicó en 6.53 por ciento en 2008.

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Segundo piso EspEranzas infundadasHaz click para leer

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La responsabilidad prioritaria del Banco de México (Banxico), de acuerdo a su mandato, es alcanzar y mantener la estabilidad de precios. Su meta, que estableció desde el año 2003, es lograr un 3 por ciento de inflación anual, lo

cual no ha sucedido. De hecho, desde 2005 se revirtió la trayectoria descen-

dente del crecimiento de los precios que caracterizó a los primeros años de esta década. La inflación ha mantenido una tendencia al alza y cerró en 6.53 por ciento en 2008, la más alta desde 2000.

Mientras eso sucedía, Banxico fue tímido en la aplica-ción de la política monetaria, con incrementos de tasas de interés relativamente pequeñas e insuficientes para frenar el aumento de los precios.

Su esperanza, infundada hasta ahora, era que esa tra-yectoria se revirtiera cuando cayeran los precios interna-cionales de los energéticos, los alimentos y otras materias primas.

Los precios de esos productos sí bajaron durante la segunda mitad del año pasado, pero eso no detuvo la ten-dencia alcista de la inflación en México, que hasta cierto punto se exacerbó con la depreciación del peso en los últi-mos meses de 2008.

Hace un par de semanas, sin embargo, el banco central

disminuyó en medio punto porcen-tual su tasa de interés de referencia, dejando entrever que continuaría con esa tendencia en los meses por venir.

Con esa medida, finalmente cedió a las presiones que durante meses recibió del presi-dente Felipe Cal-derón y del secre-tario de Hacienda, Agustín Carstens, así como de nume-rosos legisladores y empresarios.

Esta decisión se debe a que nuestras autoridades monetarias confían en que la conge-lación del precio de la gasolina, así como el descenso de los precios inter-nacionales de los energéticos, los ali-mentos y otras materias primas, junto con el debilitamiento previsto para nuestra economía este año, contribui-rán a una baja sostenida y significati-va de las presiones inflacionarias.

Banxico cedió a las presiones que durante meses recibió del presidente Felipe Calderón y del secretario de Hacienda, Agustín Carstens.

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En consecuencia, Banxico apro-vechó un respiro en la tendencia alcista del crecimiento de los precios durante la primera quincena de este mes, como si una golondrina hicie-ra el verano, para concluir que es el comienzo de una caída pronunciada de la inflación, que estima se ubique por debajo de 4 por ciento al cierre de

2009.Esta historia

ya la hemos escu-chado muchas veces. Y en todos los casos, las autoridades han modificado con el tiempo sus esti-

maciones alegres, acompañándolas de una letanía de razones de por qué la realidad resultó muy distinta de sus expectativas.

Me parece que no será diferente en esta ocasión. La disminución de tasas es una decisión prematura y

muy arriesgada porque hará muy poco, si es que algo, para estimular la actividad económica. Además, claramente subestima los fuertes vientos que soplan contra nuestra moneda y que pudieran exacerbar las presiones inflacio-narias futuras.

Este relajamiento de la política monetaria se conjuga con la estrategia contracíclica del gobierno federal, que aumentará considerablemente el gasto público en 2009.

A fin de cuentas, el propósito es amortiguar los efectos más nocivos de la recesión estadounidense sobre la eco-nomía mexicana, a pesar de que nuestras autoridades no cuentan con el margen de maniobra suficiente para ser tan osadas.

Sin embargo, no es la primera vez que nuestro país intenta ir a contracorriente con respecto a lo que ocurre en Estados Unidos (EU). Me vienen a la mente un par de ocasiones en que nuestro gobierno hizo algo similar, y los resultados fueron funestos. Me refiero, en particular, a las recesiones estadounidenses de 1974-75 y 1980-81.

No olvidemos, como parecen hacerlo nuestras autori-dades, que hay una importante depreciación de nuestra moneda, y que será aún mayor cuando nuestras cuentas externas queden descobijadas ante el desplome de los ingresos petroleros, sobre todo en 2010 y 2011.

En dicho contexto, cualquier mejoría que se logre con

No es la primera vez que nuestro país intenta ir a contracorriente con

respecto a lo que ocurre en Estados Unidos.

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la política contracíclica actual será sólo de corto plazo y a costa de complicar nuestra realidad económica en los próximos años.

Es cierto que la recesión atenuará temporalmente el efecto de la depreciación del peso sobre el crecimiento de los precios internos, pero también es verdad que esto no será eterno.

Las empresas trasladarán a los precios el efecto de la depreciación tan pronto como puedan, y a ello puede ayu-dar el empeño del gobierno en aplicar una política contra-cíclica interna.

Me parece que la esperanza de nuestras autoridades tiene pies de barro, y cuando se desmorone, el boquete financiero del sector público y de nuestras cuentas exter-nas podría provocar una prolongación de la recesión inter-na, aun después de que comience el repunte de la activi-dad económica en EU.

En síntesis, la inflación no da todavía señal alguna de ir hacia la meta oficial de 3 por ciento, y no espero que se ubique por debajo de 4 por ciento al final de 2009.

Considero, por tanto, que la decisión de Banxico de redu-cir las tasas de interés es prematura y pudiera propiciar una depreciación mayor de nuestra moneda, lo que acabaría por exacerbar las presiones inflacionarias en 2010.

Si ello sucede, no sólo quedaríamos lejos de la meta ofi-

cial de inflación, sino que se pondría en duda la independencia y credibili-dad de Banxico.

Me preguntarán, y con razón, que si me opongo a lo que hace el gobier-no, qué propondría en su lugar. Por lo que concierne a la política contra-cíclica, la dejaría en manos de las autoridades esta-d o u n i d e n s e s , como apropia-damente hizo la administración de Vicente Fox ante la recesión de 2001.

Por lo demás, la política mone-taria debe concentrarse en vigi-lar la evolución de los precios para no correr riesgos innecesarios que pudieran atizar la hoguera de la inflación.

[email protected]

La esperanza de nuestras autoridades tiene pies de barro, y cuando se desmo-rone, podría prolongarse la recesión interna.

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Por Alberto encinAs

Conoce qué piensan los mariscales quetendrán el control de Pittsburgh y Arizonaeste fin de semana en el súper tazón Xliii.

el cerebrode los líderes

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Ben Roethlisberger‘ME VOY A SACAR LA ESPINA’“En 2004, cuando tenía 23 años, me con-vertí en el mariscal de campo más joven en ganar un Súper Tazón. Pero ese triunfo no fue gracias a mí: jugué pésimo, com-pleté 9 pases de 21. Sólo acumulé 123 yar-das. No tuve pase de anotación y me inter-ceptaron dos veces. La gente dice que será nuestra defensiva la clave para ganar, pero este domingo yo voy a hacer las cosas bien para que se dé el resultado”.

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Kurt Warner‘¿QUIÉN ES EL MÁS VALIOSO?’“Llevé a una franquicia históricamente perdedora a su primer título divisional desde 1975 y aún así sólo recibí un voto para el premio de Jugador Más Valioso. ¿Quién es el más valioso ahora? Payton Manning ganó el premio con 32 votos, ¿qué estará haciendo Manning en este momento?”.

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Por el siX-PAckPittsburgh podría convertirse en el primer equipo

en conquistar seis súper tazones. Por ello sus fansviven al máximo este momento.

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Haz click en las fotos

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Hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad”.

Platón (427 AC-347 AC) FilósoFo griego.