curso de criminología contemporánea para peruanos -
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Módulo dictado para la capacitación de promotores legales en cárceles, Comisión Episcopal de Acción Social - Lima, Abril del 2011. Introducción: aspectos filosóficos y generales de la criminología.Parte I: Criminología Psicológica. Parte II: Sociología del crimen, la desviacion, la pena y la administración de justicia penal.TRANSCRIPT
CRIMINOLOGÍA
Curso de 3 h 15¨
Por Lucía Nuñovero Cisneros
CEAS - 2011
Introducción: Cuestiones epistemológicas y metodológicas en Criminología
La criminología es un campo de saber interdisciplinario para el estudio del crimen. Vamos
a explicar esta afirmación junto a la siguiente: que el crimen (aunque sea por etimología) es
algo que todos hacemos. Empecemos por lo último para llegar a lo primero.
La etimología de la palabra crimen viene del griego kreimen que en griego significaba
separado. Su traspaso al latín crimen se asoció al hecho de separar para analizar, juzgar o
tomar una decisión judicial, por lo que pasó a designar la acusación o la condena judicial.
De ahí también que la raíz se encuentre en las palabras “cribar” que significa separar en dos
y “discriminar” que significa distinguir. Mantengamos entonces su sentido original pues
como veremos, en criminología contemporánea, el crimen es una construcción social sobre
la cual podemos reflexionar y recrear sentidos.
Para comprender dicha afirmación hemos de situarnos dentro de un paradigma
epistemológico post-moderno. La epistemología (teoría de la ciencia) post-moderna o constructivista se contrapone a la positivista en la medida en que el objeto de estudio no es
visto como algo esencial (cartesiano), sino como algo susceptible de ser percibido de
diferentes maneras de acuerdo al método o al sujeto que lo estudia. En criminología esto
significa que el crimen no es algo esencial, algo que existe en la realidad per se, sino algo
que construye notablemente el Estado con sus instancias represivas, los legisladores
penales, la policía, las cortes penales y las prisiones, pero también la sociedad al etiquetar
negativamente ciertos actos como crímenes o desviaciones. Incluso el investigador al
estudiar irreflexivamente ciertos actos puede contribuir a encasillarlos y estigmatizarlos
como criminales o delictivos y a limitarse al estudio de estos. Quizás esta idea se pueda
ilustrar con una de las frases de Monseñor Irizar, quien ha sido uno de los mayores
propulsores de la labor en cárceles y de la lucha anticorrupción en el Perú. Recuerdo que
este les decía a los jóvenes recluidos en Sarita Colonia algo así como: “Todos somos
criminales sólo que algunos terminamos aquí”. En efecto, en criminología contemporánea
hablamos de criminalización o descriminalización de ciertos comportamientos o de
procesos más que de objeto y de persona que ha comentado tal delito o privada de su
libertad o mejor de tal joven o persona por su nombre antes de criminal, delincuente,
pandillero o agresor sexual.
Más allá de esto, ha de quedar claro que el objeto de estudio de la Criminología es el
crimen como fenómeno humano y de la realidad, pero también el criminal, la desviación
son objetos de estudios conexos, válidos. Así también, que la metodología de la
criminología es algo muy importante, porque de ella depende la construcción de dicho
objeto. Una metodología estrictamente cuantitativa por ejemplo basada en estadísticas
explicará un aspecto objetivo del fenómeno, una tasa de criminalidad por ejemplo o una
incidencia delictiva en una población correlacionada con ciertos fenómenos
cuantitativamente también determinados, por ejemplo una alza demográfica en los ingresos,
en el sentimiento de inseguridad. No así una metodología cualitativa, basada en
herramientas de las ciencias humanas, entrevistas a profundidad, historias de vida,
introspección, etnografía, permite comprender aspectos como el paso al acto criminal o las
dimensiones intersubjetivas (relación con la cultura, familia, los pares, etc.) e
intrasubjetivas (esquemas mentales, discurso interior etc.) asociadas al crimen. Como los
desarrollos científicos se han polarizado en las décadas pasadas y varían de escuela en
escuela, todavía es difícil encontrar perspectivas que combinen metodologías en la
verdadera interdisciplinareidad que permite este campo, ojo no disciplina, de estudios.
Para terminar esta primera parte hagamos un pequeño recuento histórico de pensadores y estudiosos que informan este campo del saber. Debuyst, criminólogo de la Escuela de
Lovaina, distingue una época pre-científica entre el sigo XIII hasta la primera mitad del
siglo VIII, en el que se hacen trabajos muy generales acerca del ser humano, en épocas pre-
democráticas la frecuencia de los encarcelamientos políticos evitaba que el crimen se asocie
con pobreza o inhumanidad. Estamos hablando de los pensamientos de Rousseau,
Mendeville, Diderot, Condillac, Sade, Montesquieu, Helvetius, D’Alembert, La Mettrie. La
época científica desde mediados del siglo XVIII está marcada por la racionalidad penal
moderna, de un crimen asociado a la pena, al derecho penal, la dignidad humana y la
función retribucionista o utilitarista de estos. Autores destacados son Beccaria, Kant. Según
Debuyst luego de un período de criminología psiquiátrico (Siglo XIX) en que se analizó la
locura criminal, manía, paso al acto y tratamiento criminal con autores como Pinel,
Esquirol, se abrió paso el positivismo criminológico italiano, con la teoría de la
degeneración, y la asociación entre evolucionismo, fisionomismo y psicologismo. Los
autores destacados son Lombroso, Ferri y Garófalo. Finalmente, la criminología
contemporánea para Debuyst, se centra en la criminalidad, estadística de problema moral
(vicio, patología) y posteriormente básicamente social así también se centra en la prisión y
delincuencia juvenil problemas sociales contemporáneos.
Parte I: Criminología Psicológica
En esta primera parte vamos a revisar algunas de las teorías que sirven a la criminología
psicológica para entender el crimen. Cabe mencionar que todas estas dialogan entre sí
aunque para la presentación podemos distinguirlas. El hilo conductor de está primera parte
será la etimología de delinquir, el cual viene del latín linquere que significa dejar, romper,
abandonar. Quizás la raíz se conserva mejor en el inglés “linger”. A esta se le añade el
sufijo aumentativo de que significa atrás o abajo. Como veremos el tema del abandono, no
fáctico sino como un sentimiento tiene un rol esencial en el comportamiento criminal.
Pro ello empezamos por Las teorías del apego y el desapego. Estas se refieren a la pulsión de contacto o la necesidad de contacto que tiene el ser humano especialmente en sus
primeros meses y años. Los estudios se dirigen a estudiar cómo afecta en nuestra
socialización la relación maternal de los primeros meses de vida y más aún la privación de
dichas necesidades afectivas. Bolwy por ejemplo se oponía al hospitalismo, es decir a toda
esta institucionalización de bebes y niños en riesgos, después de haber comprobado el
comportamiento reactivo y luego depresivo (falta de apetito, llanto, silencio) de los niños.
Autores como Spitz y Freud describieron en sujetos privados en su infancia del cuidador
primordial durante seis meses, incapacidad de estrechar lazos, falta de espíritu crítico e
intelectualización, insensibilidad afectiva e incidencia de comportamiento delictivo. Harlow
estudió efectos negativos de la lactancia artificial en monos mientras que Lorenz estudió en
aves la identificación y apego con el cuidador.
Así hoy en día, si ahondamos en la descripción psicológica de muchos de los jóvenes que
incurren en comportamientos delictivos encontraremos en su historia un cuidador o
cuidadores que abdican/abandonan como puede ser la madre a favor de la abuela, las
hermanas, o cuidadores y substitutos que no llegan a cumplir el rol suficientemente bien.
Producto de dichas carencias se evidencian incapacidad de relaciones afectivas con los
seres humanos así como de desarrollarlas en balance a la estima personal y del otro
(reciprocidad, intercambio) así también la relación con personas en tanto que objetos,
ansiosas, superficiales, inestables, de transición, prueban una dinámica de apego o
desapego a trabajar (Winnicot). Las huidas de casa de niños hacia la calle son también
muestras de una dinámica de apego desapego problemática y la desconfianza e
insensibilidad que se instala en la manera de tender lazos estos sujetos exige un trabajo
especial de parte de las casas de acogida, a riesgo de verse utilizadas o instrumentalizadas
por niños que llegan, huyen, vuelven, sin evolucionar a un comportamiento relacional
estable.
Otro gran camino de reflexión acerca de la problemática criminal es el análisis de los
Conflictos de instancias intrapsíquicas. Este se inaugura con el ensayo de Freud de 1906 titulado “los criminales por sentimiento de culpa”. Como sabemos, Freud fue el primero en
estudiar el “alma” de manera científica y clínica, a la cual llamó psiquis. Su teoría
distinguió entonces tres instancias: el ego, el ello y el superyo. La personalidad se
estructura según Freud en la relación acaecida entre nuestro yo, las pulsiones que intentan
dominarlo y las normas y valores superiores que censuran y encaminan dichas pulsiones
(superyo). Y en este proceso el yo se consolida en base a ciertas renuncias, como son el
incesto y la muerte que según Freud pertenecen a estados primitivos de la personalidad y de
la sociedad civilizada y que no son sino ilimitados ejercicios de la pulsión erótica y
tanática. Este desarrollo de personalidad involucra, ser gobernado ya no por un principio de
placer sino por uno de la realidad, la identificación al progenitor opuesto, la aceptación de
las normas y simbologías del padre, un dejar atrás de toda omnipotencia infantil y una
evolución a lazos de intercambios ya mencionados.
¿Qué sucede si no se llega a dicha madurez de personalidad? El sujeto es preso en primer
lugar de los impulsos más primitivos, la relación inmadura con la madre y a través de ella
con la realidad, de la cual toma las cosas como un niño o un bebé. Este funcionamiento es
evidente en la delincuencia común de delitos patrimoniales (hurtos, robos) quienes actúan
como si para ellos la ley y la realidad no existiera, no solamente por la omisión a las
normas, sino por el poco valor que confieren al botín. Veremos entonces en muchos sujetos
que delinquen, aves de paso, grandes consumidores y pródigos con la familia, la
comunidad, recordemos a Pablo Escobar o a Robin Hood. Así también veremos una
relación con la madre fusional pseudo incestuosa (cuantos destinan su botín a la viejita) y
que cumple un rol primitivo engreidor más que contenedor y la ausencia del padre o un
padre distante o excesivamente rígido, incapaz de permitir el desarrollo de una estructura
normativa y de los límites de la personalidad. El súper yo en ellos emerge como un
sentimiento de culpa neurótica, excesiva y compulsiva que aumenta a medida que la
represión social alivia temporalmente, no así en una culpa vigía, estructuradora, de una
personalidad madura.
Otro aspecto de dicha personalidad inmadura y de la privación afectiva es el duelo (renuncia) mal acabado de aquel mundo de placeres primitivo, y que comporta una
depresión y abandonismo constante, el cual solo es revertido con estimulaciones y
excitaciones abruptas. Si examinamos así la vida de una persona habituada a la
delincuencia encontraremos una vida de aletargamiento, abandono tanto en prisión como
en el desempleo, y períodos cortos de intensa emoción, como son los actos delictivos, las
fiestas, grescas, etc.
Otros conceptos interesantes y muy útiles para trabajar rehabilitación de personas con
comportamientos delictivos son:
El sentimiento de poca valía o de identificación a una imagen negativa del yo en el cual incide el trabajo de Mailloux como una las consecuencias de una dinámica apego y
estructuración de la personalidad, mal acabadas. El pedagogo/psicólogo busca comprender
el lazo relacional que tendieron los padres con el joven. ¿Qué deseos, aspiraciones,
referencias, antipatías, miedos, proyectos tuvieron para ofrecerle? ¿Que margen de
maniobra se le dio para desarrollar sus propios proyectos? Negárselos y encasillarlo en un
rol de “joven problema” y en una imagen negativa, sin valor, desilusionante, decepcionante
genera en el joven angustia, conflictos y reacciones.
El paso al acto y la palabra es un concepto desarrollado por Lacan quien entienden que el principal legado de la relación con el padre en el desarrollo de la personalidad no solamente
es la adecuación a la norma sino el de la capacidad de palabra. En efecto, en el seno de la
psicología humana se desarrollan múltiples conflictos y la capacidad de enunciarlos,
comprenderlos, elaborarlos, narrarlos, escucharlos, ofrece la mejor vía para su recreación
positiva. Sin embargo el paso al acto, es decir la acción concreta llena de significado,
incluso el acto criminal también son una expresión, que se puede tratar de comprender y
leer en sujetos cuyas represiones, angustias, culpas no les permiten la palabra efectiva. Así
la puesta en escena de un homicidio o de un crimen sexual refleja escenarios de los
conflictos del individuo que la escucha no directiva no juzgante ayuda a redirigir.
La crimino génesis, de Degreff y Debuyst, describe el proceso de génesis del acto criminal, en el cual se combinan 1) sentimientos de interiorización muy cercanos a la
imagen decepcionante del yo aparejado de una compensación y personalidad ficticia (son
frecuentes los alardes y delirios de grandeza) 2) sentimientos de injusticia sufrida que
mantiene abierta toda herida del sujeto (abandono, pobreza, marginación, rechazo, falta de
estudios) 3) falta de compromiso y 4) sensibilidad. Es común encontrar estos cuatro
procesos en el discurso de la vida/carrera criminal de un interno.
Parte II: Sociología del crimen, de la desviación, de la penalidad y de la Administración de justicia penal. La sociología estudia los fenómenos sociales, no solamente desde el punto de vista
descriptivo (socio gráfico) sino buscando explicarlos, interpretarlos y descubrir su lógica
interna. Algunas de los más importantes temáticas relacionadas al crimen son:
Naturalmente el crimen, que engloba tres tipos inquietudes de estudio: 1) El Crimen, como
Acto, como hecho social bruto, su etiología (su porqué?), su epidemiología (distribución en
una sociedad) y su tratamiento o remedio. 2) El Crimen como Reacción social, es decir la definición del acto que se realiza a través de la criminalización primaria (la creación de
leyes) y la criminalización secundaria (la aplicación de leyes que hacen la policía, cortes y
otros órganos represores). 3) La escuela francesa particularmente estudia la relación entre
los anteriores, la construcción del crimen de la cual participamos, los individuos que
delinquen, las entidades represoras, los medios de comunicación, los investigadores, etc.
Por ejemplo: El tráfico de drogas como acto es el comercio que realiza una persona que
manufactura o comercializa los derivados de la hoja de coca. Sin embargo como Reacción
Social, el tráfico de drogas es aquella reacción del Estado y la Sociedad frente a dicho
supuesto. En el Perú, no es un acto ilegal, pues la venta a industrias farmacéuticas y a Coca
Cola se registra en ENACO. Su criminalización se inició en el Perú en 1920 mediante
legislaciones aún imprecisas y administrativas y se enmarca hoy en día dentro de los
Artículos 296 y ss. del Código Penal Peruano. Dichas sanciones penales son aplicadas por
la DIRANDRO, las Fiscalías antidrogas y las Cortes Judiciales. La reacción del Estado
también es un fenómeno cambiante: la DIRANDRO fue creada en 1991, las Fiscalías
antidrogas poco después, las leyes se han multiplicado exponencialmente desde los 90’s y
recién la década pasada hemos visto la creación de una Sala Penal dedicada al narcotráfico.
Finalmente en cuanto a la relación entre el tráfico de drogas como acto y como represión,
existen variables sociales - la cifra negra, la visibilidad, reportabilidad de los actos, los
mecanismos alternativos, el reenvío interno - así como fenómenos relacionados - el
comportamiento de la prensa, la corrupción de los gobiernos y hasta las políticas y
actividades de transporte y portuarias - que merecen ser estudiados.
Otro gran capítulo de la sociología aplicada al crimen es aquel que estudia los factores sociales que generan el crimen y la criminalidad. Este fue desarrollado en la Primera
Escuela de Chicago. Sociólogos como Thomas y Szanniecky empezaron a estudiar el caso
del inmigrante polaco describiendo una desorganización social en las comunidades
norteamericanas que recibían cantidades masivas de inmigrantes no solamente polacos sino
alemanes, irlandeses, italianos luego africanos, los cuales sin embargo procedían de
sociedades bastante organizadas y tradicionales. Explicaron entonces la existencia de
actitudes, pertenencias, percepciones y definiciones de situaciones que adoptan los
diferentes individuos de las diferentes comunidades. Park y Burgess iniciaron el estudio de
la ecología urbana. ¿Cómo los diferentes grupos se apropian del territorio y logran
satisfacer sus necesidades? ¿En qué medida la ciudad metaboliza la transformación? Las
ciudades tienen diferentes zonas, el centro (privilegiado por las primeras generaciones de
inmigrantes), las zonas industrializadas, las periferias a las cuales se van mudando los
residentes de mejor status, etc., zona intersticial que cambia de industrial a comercial, zonas
guetto de alta tasa de prostitución, desempleo y deserción escolar, inmigrantes, degradación
física, diferentes normas, lenguas y delincuencia.
La delincuencia no se estableció en correlación a alguna inmigración, más bien como una
carrera para aquellos jóvenes que dejan la escuela y andan en grupos buscando dinero,
aventura y reconocimiento, socialización alternativa que se solidifica al conocer más
personas con comportamientos desviados en reformatorios y al salir de estos. Los
sociólogos de Chicago proponían trabajar a la escala comunitaria, desde las agencias de
socialización estableciendo coordinadores en la escuela, club, iglesia, sindicatos, con
programas de aventura o campos de verano y desplazamientos a otras zonas de la ciudad.
Por ejemplo: Un hombre afro-americano encuentra a otro en la calle de Chicago y tan sólo
por una actitud (percepción de gesto, mirada, apariencia) la otra persona llama a la policía,
la cual lo detiene previniendo la agresión. ¿Cómo definen la situación diferentemente los
actores? ¿Esta escena se puede jugar en ciertas zonas de Lima? ¿Contamos con Guettos?
¿Cuál es la capacidad de metabolismo de la migración de nuestra capital? ¿La carrera
delincuencial se aplica a nuestra sociedad? ¿Nuestras instituciones de menores y cárceles?
El funcionalismo entiende al crimen como provisto de una función o utilidad para el
cuerpo social, función que la sociología revela. La sociedad ha de funcionar como un
organismo para que la vida social se mantenga y todo fenómeno, inclusive el crimen o la
desviación, satisfacen ciertas necesidades, es decir cumple cierta misión. Por ejemplo los
beneficios penitenciarios equilibran una población penitenciaria excesiva en determinada
sociedad, en ese sentido son indistintos la liberación condicional o la semi-libertad. Para
Durkheim el crimen era todo acto contrario a los estados fuertes de una sociedad, los cuales
se adaptan de acuerdo al contexto, por ejemplo al tiempo de paz o de guerra. Pero una tasa
de criminalidad siempre existe en una sociedad para reafirmar la frontera moral del grupo.
Así como el chivo expiatorio permiten existir al grupo.
También Durkheim habló de la jerarquía social en base a necesidades de la sociedad,
jerarquía social que recluta individuos y les confiere un estatus, salario, etc. Merton retomó
esta teoría para explicar que las necesidades de la sociedad americana o aquello que esta
valora era el éxito en la vida y la disponibilidad de los medios más que la calidad de estos o
su conformidad a las normas – estructura anómica. Aquello que iba en contra de los estados
fuertes americanos era el abandonar el dream. Además, la distribución desigual de los
medios legítimos y la disponibilidad de los ilegítimos (socialización) dejan como opciones
a las clases populares, el retiro (vagabundismo), el conformismo (pequeño funcionario) o la
innovación dentro de la cual se encuentra la carrera criminal.
Finalmente hay dos puntos sobre los cuales todo criminólogo ha de interesarse hoy en día:
Primero la Sociología de la Prisión. Esta no trata solamente de la Penología en el sentido de ciencia del buen penar, o del conseguir con eficacia la prevención general y especial,
sino de la crítica a la misma que ha seguido los estudios de Foucault en “Vigilar y castigar”
acerca de la historia de la prisión en el siglo XIX (cuerpos disciplinados y modelos de
prisión) y de Martinson sobre las políticas públicas norteamericanas (“What Works?”
Nothing works).
Hoy hablamos de Nueva Penología, siguiendo a Simon y Feeley. Constatamos que en el
mundo se desarrolla la profesión de asistente de justicia, agente penitenciario, policía,
médico forense mientras que como política la administración de poblaciones se impone al
abandonado ideal de rehabilitación. La patología hoy en día es individual, se habla de
peligrosidad y de riesgo, las nuevas técnicas son el perfil criminal, la justicia actuarial y el
tratamiento clínico. Dentro de dicha lógica la inmunización de los individuos peligrosos
implica penas más largas y genera el crecimiento de las poblaciones penitenciarias,
evidente durante los noventas en Estados Unidos, la mayoría de países de Europa y el Perú.
La sobrepoblación exige nuevos mecanismos como la vigilancia electrónica (cámaras en
lugares públicos) y los brazaletes electrónicos para arresto domiciliario. Sin embargo, la
selectividad del aparato penal hacia ciertas poblaciones y zonas criminalizadas aumenta con
las técnicas actuariales generando resultados estadísticos más no sustanciales.
Ejemplo: la estadísticas de droga en el Perú desde los 80’s muestran a la opinión pública
(prensa) altas tasas de detención de personas, la incautación de droga, la eliminación de
plantaciones, población en cárcel. Durante los 90s sin embargo estas altas tasas se
encuentran conformadas principalmente en el primer caso por consumidores o micro
comercializadores, burriers, perfiles que aseguran exitosas operaciones, pero fáciles de
reemplazar en la organización criminal, para la incautación de droga recién en el 2005 se
focaliza en la incautación de clorhidrato de cocaína (no otras drogas, insumos), mientras
que las técnicas para medir los cultivos se modifican a nivel internacional y según las
agencias (ONUCD Vs DEA). En el Perú el énfasis en la persecución de metas estadísticas
más que disminuir el crimen contribuye a la sobrepoblación de cárceles.
Una palabra acerca de la Sociología de la Administración de Justicia Penal. Se trata del
estudio de este gran embudo que empieza en la policía, continúa en los fiscales y en las
cortes hasta la prisión. Estudia el comportamiento de estos actores fiscales, policías,
embajadas, jueces, magistrados, las posibilidades de salidas en diferentes momentos (no
acusación, archivo, absolución, beneficios) y de reenvío de este flujo de personas
Cuadro 32 : Clorhidrato de cocaína y otras drogas incautadas por la PNP 1979-20061
0
20000
40000
60000
80000
100000
120000
140000
160000
180000
1979 1981 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005
Pâte base de cocaïne PBC Clorhydrate Cocaïne CC Marihuana
1 Fuentes 1979-1983: PG, elaboración: INEI, Estadísticas de Criminalidad, 1983 – 1991: PT, elaboración:
INEI, Estadísticas de criminalidad, 1991-2006, INEI, Compendio Estadístico 2006.
Cuadro 29 : Intervenciones por delito de tráfico de drogas 1968-20062
19
68
19
70
19
72
19
74
19
76
19
78
19
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19
82
19
84
19
86
19
88
19
90
19
92
19
94
19
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00
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02
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20
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Interventions TID 1/
0
2000
4000
6000
8000
10000
12000
14000
Interventions
TID 1/
Interventions
TID- PT 2/
Interventions
TID - PS 3/
Interventions
TID - PG 4/
Cuadro 38 : Personas arrestadas por tráfico y consumo a nivel nacional, por tráfico propiamente dicho y por tráfico propiamente dicho en el aeropuerto 1994-2006
3
Tabla 8: Población penitenciaria por TID en 1998, 2000 y 2005 1
Enero Feb. Marz Abril Mayo Junio Julio Agos. Sept. Octub. Nov. Dic.
1998 5,871 5,885 5,981 6,341 6,094 6,044 6,152 6,268 6,311 6,273 6,213 6,253
2000 6,537 6,572 6,125 6,654 6,637 6,754 6,802 6,770 6,794 6,799 6,671 6,740
2005 7,204 7,374 7,509 7,724 7,772 7,828 7,853 7,890 7,905 7,923 7,980 7,996
2 1/ INEI, Compendio Estadístico 2006 et INEI, Estadísticas de Seguridad y violencia 1998; 2, 3 et 4/ INEI,
Estadísticas de Criminalidad, 1963-1991 3 Source: Ministerio del Interior. Oficina General de Planificación. Elaboratión : INEI, Compendio Estadístico
2006
1994 1996
1998 2000
2002 2004
2006
0
5 000
10 000
15 000
20 000
pour trafic à l'aéroport pour trafic proprement dit pour traffic, consommation et micro TID
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