¡cuidado que llega el invierno! preparación del...

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28 Zona TES • Número 1-2013 VEHÍCULOS Y EQUIPAMIENTOS ¡Cuidado que llega el invierno! Preparación del vehículo Enric Torres Cortina Técnico en Emergencias Sanitarias. SUM (Servei Urgent Mèdic). SAAS (Servei Andorrà d’Atenció Sanitària). Principat d’Andorra. E n nuestro trabajo podemos encontrar muchos factores que dificultan la tarea diaria, ya de por sí estresante. Nos surgen preguntas del tipo ¿llegaremos a tiempo?, ¿podremos ayudar a la/s víctima/s? Tenemos el corazón en un puño hasta que no llegamos al lugar del suceso y podemos valorar la gravedad de la situación. Entre todos estos factores hay uno, la situación meteorológica, que puede no sernos fa- vorable: puede hacer frío, haber lluvia, niebla, nieve, lo cual nos complica mucho más nuestro trabajo. Además las carreteras pueden no ser óptimas, estar mojadas, nevadas, heladas, etc. Llegar al lugar del servicio requerido con seguridad y rapidez depende, en parte, en tener el vehículo en óptimas condiciones de funcionamiento y de equipamiento. Es de vital importancia prestar mucha atención a nuestro vehículo y tenerlo siempre en muy buenas condiciones, porque él también sufre con el frío. Así, pueden surgir algunos problemas en nuestra unidad a cau- sa de las bajas temperaturas y que podrían inutilizarla, como son: que la batería de arranque no tenga la capacidad suficiente para poner el motor en marcha. que cueste arrancar el motor por problemas de calentadores. que el agua se haya congelado en el circuito de refrigeración. Recomendaciones de mantenimiento preventivo y preparación del vehículo para afrontar el invierno Los vehículos deben estar siempre en perfecto estado mecáni- co. No tenerlos en buenas condiciones puede provocar que du- rante un servicio tengamos algún percance, avería o accidente, y así poner en peligro la vida del paciente, de otros usuarios, del equipo sanitario y también la nuestra. Cuando empezamos una guardia, hacemos las revisiones pertinentes de todo el equipo que llevamos, tanto en el habi- táculo sanitario, como en el habitáculo del conductor. También hay que revisar el vehículo: el aceite del motor, el líquido refri- gerante, el líquido limpiaparabrisas, comprobar el estado de las escobillas del limpiaparabrisas y de los neumáticos. Aceite del motor En caso de que sea el momento de llevar el vehículo a la revi- sión periódica, conviene comprobar que la viscosidad del acei- te es la adecuada, ya que el frío tiende a volverlo más denso; si ese fuera el caso, habría que cambiar el aceite por uno con una viscosidad baja de 5w30 o 5w40. Batería Cuando llega el invierno hay que revisar la batería y comprobar su estado de carga. Con temperaturas bajas la batería pierde capacidad de arranque, sobre todo si tiene más de 3 años de funcionamiento. También se tendrían que revisar los bornes y, una vez limpios, para evitar que se forme sulfato sobre ellos, untarlos con grasa especial. Limpiaparabrisas En invierno los limpiaparabrisas se utilizan mucho más que en verano, es conveniente cambiarlos si hacen ruido o dejan sur- cos. No hay que olvidar rellenar el depósito del lavaparabrisas con detergente, al que puede añadirse un poco de anticonge- lante rebajado. PUNTOS CLAVE Es de vital importancia que prestemos mucha atención a nuestro vehículo, y hay que tenerlo siempre en muy buenas condiciones, ya que él también sufre por el frío. Por debajo de 7 ºC, la goma de un neumático de verano se endurece, lo cual provoca una pérdida de eficacia en la adherencia. Es recomendable, por no decir imperativo, que las unidades estén equipadas con dispositivos de calefacción independientes para la cabina asistencial. Los vehículos adecuados para zonas con riesgo de nevadas son los vehículos 4×4 o 4WD, los cuales aportan mucha más tracción, mejor adherencia y, por lo tanto, más seguridad. La palabra que resume nuestra conducción es suavidad. Conocer muy bien las zonas donde trabajamos y las diferentes carreteras por donde circulamos.

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28 Zona TES • Número 1-2013

VEHÍCULOS Y EQUIPAMIENTOS

¡Cuidado que llega el invierno! Preparación del vehículoEnric Torres CortinaTécnico en Emergencias Sanitarias. SUM (Servei Urgent Mèdic). SAAS (Servei Andorrà d’Atenció Sanitària). Principat d’Andorra.

E n nuestro trabajo podemos encontrar muchos factores que dificultan la tarea diaria, ya de por sí estresante. Nos surgen preguntas del tipo ¿llegaremos a tiempo?,

¿podremos ayudar a la/s víctima/s? Tenemos el corazón en un puño hasta que no llegamos al lugar del suceso y podemos valorar la gravedad de la situación. Entre todos estos factores hay uno, la situación meteorológica, que puede no sernos fa-vorable: puede hacer frío, haber lluvia, niebla, nieve, lo cual nos complica mucho más nuestro trabajo. Además las carreteras pueden no ser óptimas, estar mojadas, nevadas, heladas, etc.

Llegar al lugar del servicio requerido con seguridad y rapidez depende, en parte, en tener el vehículo en óptimas condiciones de funcionamiento y de equipamiento. Es de vital importancia prestar mucha atención a nuestro vehículo y tenerlo siempre en muy buenas condiciones, porque él también sufre con el frío.

Así, pueden surgir algunos problemas en nuestra unidad a cau-sa de las bajas temperaturas y que podrían inutilizarla, como son:

• que la batería de arranque no tenga la capacidad suficiente para poner el motor en marcha.

• que cueste arrancar el motor por problemas de calentadores.• que el agua se haya congelado en el circuito de refrigeración.

Recomendaciones de mantenimiento preventivo y preparación del vehículo para afrontar el invierno

Los vehículos deben estar siempre en perfecto estado mecáni-co. No tenerlos en buenas condiciones puede provocar que du-rante un servicio tengamos algún percance, avería o accidente, y así poner en peligro la vida del paciente, de otros usuarios, del equipo sanitario y también la nuestra.

Cuando empezamos una guardia, hacemos las revisiones pertinentes de todo el equipo que llevamos, tanto en el habi-táculo sanitario, como en el habitáculo del conductor. También hay que revisar el vehículo: el aceite del motor, el líquido refri-gerante, el líquido limpiaparabrisas, comprobar el estado de las escobillas del limpiaparabrisas y de los neumáticos.

Aceite del motor

En caso de que sea el momento de llevar el vehículo a la revi-sión periódica, conviene comprobar que la viscosidad del acei-

te es la adecuada, ya que el frío tiende a volverlo más denso; si ese fuera el caso, habría que cambiar el aceite por uno con una viscosidad baja de 5w30 o 5w40.

Batería

Cuando llega el invierno hay que revisar la batería y comprobar su estado de carga. Con temperaturas bajas la batería pierde capacidad de arranque, sobre todo si tiene más de 3 años de funcionamiento. También se tendrían que revisar los bornes y, una vez limpios, para evitar que se forme sulfato sobre ellos, untarlos con grasa especial.

Limpiaparabrisas

En invierno los limpiaparabrisas se utilizan mucho más que en verano, es conveniente cambiarlos si hacen ruido o dejan sur-cos. No hay que olvidar rellenar el depósito del lavaparabrisas con detergente, al que puede añadirse un poco de anticonge-lante rebajado.

PUNTOS CLAVE• Es de vital importancia que prestemos

mucha atención a nuestro vehículo, y hay que tenerlo siempre en muy buenas condiciones, ya que él también sufre por el frío.

• Por debajo de 7 ºC, la goma de un neumático de verano se endurece, lo cual provoca una pérdida de eficacia en la adherencia.

• Es recomendable, por no decir imperativo, que las unidades estén equipadas con dispositivos de calefacción independientes para la cabina asistencial.

• Los vehículos adecuados para zonas con riesgo de nevadas son los vehículos 4×4 o 4WD, los cuales aportan mucha más tracción, mejor adherencia y, por lo tanto, más seguridad.

• La palabra que resume nuestra conducción es suavidad.

• Conocer muy bien las zonas donde trabajamos y las diferentes carreteras por donde circulamos.

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¡Cuidado que llega el invierno! Preparación del vehículo

Zona TES • Número 1-2013 29

Calentadores

Para facilitar el arranque en frío, sobre todo con temperaturas ba-jas, los motores diesel utilizan calentadores. Si al vehículo le cuesta mucho arrancar en los meses más fríos del año, habrá que revisar si los calentadores del motor funcionan de forma correcta.

Líquido refrigerante

Hoy día todos los vehículos llevan líquido de refrigeración, que de por sí ya es anticongelante (fig. 1). De todos modos, cuando lle-gan los meses más fríos, es recomendable que en el taller mecá-nico se revise que dicho líquido tenga una graduación adecuada. A veces, al revisar si falta líquido al sistema de refrigeración, se le añade agua y esto provoca que la graduación del líquido refrige-rante descienda de forma considerable. Además, el agua puede congelarse en el circuito; si se congela, aumenta de volumen y revienta los conductos internos, lo cual produce graves averías en el motor (rotura de manguitos, rotura del radiador, bloque de motor) y puede llegar a inutilizar la unidad (fig. 2).

Modificaciones en el vehículo sanitario

La normativa europea EN-1789, en su apartado 4.5.5, contem-pla que los vehículos adaptados para transporte sanitario lle-ven una calefacción independiente y autónoma regulable. La temperatura debe ser de 22 ºC en el habitáculo asistencial, y permitir una variación de +/- 5 ºC. Hay diferentes sistemas de calefacción en el mercado.

Figura 1. Depósito líquido.

Figura 2. Manguitos de agua.

Figura 3. Precalentador instalado en el compartimento del motor.

Sistema de calefacción por agua o precalentador de motor

La calefacción por agua se integra en el compartimento del motor (fig.3) y calienta el propio circuito de refrigeración. El mo-tor precalentado arranca con más facilidad, consume menos combustible, emite menos contaminantes y, sobre todo, tendrá más durabilidad. Además, el hecho de tener el motor caliente permite utilizar de inmediato la calefacción del vehículo en el habitáculo conductor y en el asistencial.

Calefacciones de aire independientes y autónomas para el habitáculo asistencial

Las calefacciones de aire están diseñadas para calentar de for-ma rápida y económica la cabina asistencial (fig.4) y permiten que, aunque el vehículo esté con el motor parado en la base, podamos mantener una temperatura adecuada en el interior.

Esta calefacción puede programarse en el interior del habi-táculo asistencial para adaptarla a nuestras necesidades.

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Enric Torres Cortina

30 Zona TES • Número 1-2013

Legislación española

El Reglamento General de Vehículos basado en el Real Decreto 2822/1998 establece que, cuando sea obligatorio o recomen-dado el uso de cadenas u otros dispositivos antideslizantes autorizados, se deberán colocar sobre, al menos, el eje de las ruedas motrices, o bien utilizar neumáticos especiales.

Se entiende por neumáticos especiales aquéllos que entre otros elementos presentan el marcaje M+S (del inglés mud and snow, ‘barro y nieve’) (fig. 6).

Envejecimiento y caducidad

Actualmente, no hay ninguna normativa en el ámbito europeo que regule la caducidad de los neumáticos. En otros países, como Alemania, no se permite pasar la Inspección Técnica de Vehículos a un vehículo con neumáticos de más de 6 años de antigüedad.

Todos los neumáticos llevan en el flanco un pequeño graba-do con 4 dígitos que indican la fecha de su fabricación. Los dos primeros números indican la semana del año y los dos siguien-tes, el año de fabricación. El número que vemos en la figura 7 es el 2812: esto significa que el neumático fue fabricado en la semana 28 del año 2012.

En caso de no disponer este tipo de neumáticos, es reco-mendable (obligatorio en zonas de nieve) llevar cadenas.

Podemos encontrar diferentes tipos de cadenas: las más uti-lizadas son las cadenas de acero (fig. 8); este tipo de cadenas producen mucha vibración en el vehículo, y en consecuencia, en el habitáculo sanitario, con perjuicio para el paciente y el equipo asistencial. Por ello es más recomendable llevar las de tela (fig. 9).

Figura 4. Calefacción independiente instalada en el futuro habitáculo asistencial.

Figura 6. Neumáticos especiales (M+S).

Figura 7. Fecha de fabricación del neumático.

Figura 5. Neumáticos de nieve.

¿Por qué han de utilizarse neumáticos de invierno (o de contacto)?Uno de los equipamientos más importantes en el vehículo sa-nitario son los neumáticos. Hay que recordar que lo único que une a nuestro vehículo con el asfalto son los neumáticos y de-ben estar siempre en muy buenas condiciones, sean neumáti-cos de verano o de invierno.

La profundidad mínima del dibujo debe ser de 1,6 mm para el neumático de verano y de 3 mm para el de invierno.

Un nivel de presión inadecuado de un neumático afectará a su durabilidad. Una presión baja hará que se desgaste por los costados, mientras que una presión demasiado alta desgastará la parte central. La presión del neumático también influirá en su adherencia y, en consecuencia, en la seguridad. Se recomienda revisar la presión a menudo (de modo semanal).

Por debajo de los 7 ºC –situación que se produce duran-te los meses de invierno en muchas regiones de España–, la goma (caucho) de un neumático de verano se endurece, lo cual provoca una pérdida de eficacia en la adherencia. Los neumáticos de nieve o de contacto tienen como particulari-dad que la goma del neumático es más blanda; además, pre-senta un grabado (dibujo) con tacos cortados en láminas que permite una mejor adherencia a bajas temperaturas, con llu-via, barro, nieve, etc., un mejor control direccional y una mejor frenada (fig. 5).

El efecto de la nieve en el neumático es muy similar al del barro. En ambos casos, el neumático debe penetrar en la parte blanda para encontrar una superficie dura debajo. Cuanto más anchos sean los neumáticos de nuestro vehículo, menor super-ficie de contacto con el asfalto tendremos y, por lo tanto, peor será la adherencia.

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¡Cuidado que llega el invierno! Preparación del vehículo

Zona TES • Número 1-2013 31

Vehículos para zonas de nieve

Los vehículos adecuados para zonas con riesgo de nevadas son los vehículos 4×4 o 4WD, ya que aportan mucha más trac-ción, mejor adherencia y, por lo tanto, más seguridad.

Hoy día en el mercado hay varios modelos de furgonetas adaptables para ser carrozadas en ambulancia con el sistema 4×4, sean del tipo A, B o C.

Equipamiento en el habitáculo asistencialLa hipotermia puede agravar de forma drástica la situación, ya de por sí crítica, de un paciente politraumatizado grave, y al que en un principio asistimos en la calle quizás a temperatu-ras negativas. Si luego lo atendemos en un habitáculo que no está a una temperatura adecuada, de unos 20 ºC, tendremos dificultades para realizar una toma correcta de las constantes vitales, presión arterial, saturación de oxígeno, electrocardio-grama, temperatura, etc., así como para realizar determinadas

técnicas invasivas, por los temblores y la vasoconstricción pe-riférica del paciente.

Los equipos electrónicos, ubicados en el habitáculo asisten-cial, no soportan bien las temperaturas extremas y los medica-mentos también pueden ver alterada su acción por efecto de la temperatura.

Por lo tanto, es recomendable, por no decir imperativo, que las unidades estén equipadas con dispositivos de calefacción independientes para cabina asistencial: mantas térmicas, ca-lentador de sueros, sábanas para poner entre el paciente y el colchón de vacío, mantas convencionales, etc. Hay diferentes modelos de calentadores de suero, como la bolsa conectada a 12 voltios (fig. 10), o bien el calentador tipo nevera empotrado en el carrozado (fig. 11).

Figura 8. Cadenas de acero.

Figura 9. Ruedas de tela.

Figura 10. Calentador de sueros de tipo bolsa de 12 voltios.

Figura 11. Calentador de sueros empotrado en el carrozado junto con la nevera.