cuento de la cigarra y la hormiga

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CUENTO DE LA CIGARRA Y LA HORMIGA La cigarra y la hormiga, en la que la cigarra en el verano se dedicaba a cantar y no trabajaba nada. No recogía alimentos para el invierno como lo hacía la hormiguita, que llenaba las despensas de comida. Si tenían una buena previsión de comida podrían pasar el frío y duro invierno sin ninguna preocupación. Cuando llegó el invierno, la cigarra fue a pedir a la hormiga que la diera algo de comer, ya que no tenía nada; y la hormiga le contestó: - Tendrías que haber trabajado en verano, ¡te lo dije! Hay que recolectar comida para el invierno. Pero como la hormiga era tan buena le dio bastante comida a la cigarra, para que pasara el invierno tranquilamente. Este gesto que tuvo la hormiga y los consejos que la había dado penetraron mucho en ella, le hizo recapacitar y pensar. Por eso al llegar el siguiente verano la cigarra se dedicó todo el tiempo a recoger grano de trigo. Llenó su cueva hasta el punto que casi no podía ni entrar en ella. La hormiguita como todos los años no hacía nada más que trabajar y trabajar, hasta que llenó su agujero también de grano. Pero al llegar de nuevo el invierno, hubo una gran tormenta e inundó todo el valle, arrastrando todo lo que tenía de comida la pobre hormiguita. Ella como pudo se subió a un árbol y se salvó. Al quedarse desamparada no dudó en ir a pedir ayuda a su amiga la cigarra y le dijo: - ¿Amiga, me puedes dar algo de comida para pasar el invierno? Pues he tenido una gran desgracia, una riada ha pasado por mi agujero y me he quedado sin nada de comida y sin cobijo. La cigarra desde que la hormiguita le había ayudado en el invierno pasado y en los consejos que había recibido, dijo: - Hormiguita, claro que te doy comida, pues te ofrezco también mi cueva y mi amistad, porque los consejos que me distes me han hecho comprender todo, tenías razón en que tenía que trabajar en el verano, para sí en el invierno que pudiéramos tener de todo. A partir de ese momento la cigarra y la hormiga siempre vivieron juntas muy felices. Se hicieron buenas amigas y se querían cada día más y más.

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CUENTO CIGARRA Y LA HORMIGA

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Page 1: Cuento de La Cigarra y La Hormiga

CUENTO DE LA CIGARRA Y LA HORMIGA

La cigarra y la hormiga, en la que la cigarra en el verano se dedicaba a cantar y no trabajaba nada. No recogía alimentos para el invierno como lo hacía la hormiguita, que llenaba las despensas de comida.

Si tenían una buena previsión de comida podrían pasar el frío y duro invierno sin ninguna preocupación.

Cuando llegó el invierno, la cigarra fue a pedir a la hormiga que la diera algo de comer, ya que no tenía nada; y la hormiga le contestó:

- Tendrías que haber trabajado en verano, ¡te lo dije!  Hay que recolectar comida para el invierno.

Pero como la hormiga era tan buena le dio bastante comida a la cigarra, para que pasara el invierno tranquilamente.

Este gesto que tuvo la hormiga y los consejos que la había dado penetraron mucho en ella, le hizo recapacitar y pensar. Por eso al llegar el siguiente verano la cigarra se dedicó todo el tiempo a recoger grano de trigo. Llenó su cueva hasta el punto que casi no podía ni entrar en ella.

La hormiguita como todos los años no hacía nada más que trabajar y trabajar, hasta que llenó su agujero también de grano.

Pero al llegar de nuevo el invierno, hubo una gran tormenta e inundó todo el valle, arrastrando todo lo que tenía de comida la pobre hormiguita. Ella como pudo se subió a un árbol y se salvó.

Al quedarse desamparada no dudó en ir a pedir ayuda a su amiga la cigarra y le dijo:

- ¿Amiga, me puedes dar algo de comida para pasar el invierno? Pues he tenido una gran desgracia, una riada ha pasado por mi agujero y me he quedado sin nada de comida y sin cobijo.

La cigarra desde que la hormiguita le había ayudado en el invierno pasado y en los consejos que había recibido, dijo:

- Hormiguita, claro que te doy comida, pues te ofrezco también mi cueva y mi amistad, porque los consejos que me distes me han hecho comprender todo, tenías razón en que tenía que trabajar en el verano, para sí en el invierno que pudiéramos tener de todo.

A partir de ese momento la cigarra y la hormiga siempre vivieron juntas muy felices. Se hicieron buenas amigas y se querían cada día más y más.

La hormiga ayudó a la cigarra,la cigarra ayudó a la hormiga

y nunca les faltó de nadaporque fueron buenas amigas.

FIN

Moraleja:Si ayudas a los demás

siempre tendrás recompensay te podrán ayudar.

Page 2: Cuento de La Cigarra y La Hormiga

EL GIGANTE Y SU HIJO

Había una vez un gigante que tenía un hijito llamado Lucas, ellos dos vivían solos y nunca hablaban con nadie. En ese mismo barrio vivían unos niños muy traviesos que iban siempre a jugar a la casa del gigante.

Un día el gigante y su hijo decidieron salir a su jardín, los niños estaban jugando y no tardaron en darse cuenta. Entonces se escondieron para que el gigante no les viera, pero se veía un pie arriba de un árbol, era de uno de los niños.  El gigante lo vio y dijo:

- Quien está en mi casa!!

Los niños salieron de su escondite para explicar al gigante que solamente iban allí para jugar porque les gustaba mucho, que lo sentían y esperaban que no les molestase. El Gigante al principio no le gustó que estuvieran allí sin permiso, pero al pasar las horas los perdonó y los niños todos los días iban a jugar con el gigante y su hijo.

Así que nunca más estuvieron solos, tenían unos grandes amigos con los que reír, jugar y compartir sus vivencias.

Vivieron felices por siempre.

Fin

Moraleja del cuento: Nunca debes entrar o hacer algo sin permiso. Hay que jugar pero sin hacer travesuras.

Page 3: Cuento de La Cigarra y La Hormiga

EL NIÑO DE PLASTILINA

Había una vez en una escuelita muy lejana, una casa de juguetes. Ahí vivía Esteban, un niño de plastilina. Esteban tenía muchos amigos, pero en cierta ocasión los niños de la escuela hicieron una exposición de monstruos en plastilina.

Aquella casita que era alegre y tranquila, se volvió una locura. Los monstruos corrían para asustarlos, les quitaban sus camitas, los chocolates y dulces que les dejaban los niños y hasta los dejaban colgando del techo.

Por las mañanas, los juguetes eran felices al oír las risas de los pequeños que llegaban a la escuela. Con ellos estaban seguros… bueno…casi, pues eran bastante traviesos.

Una noche Esteban estaba jugando a las canicas en el patio de la escuela, cuando vio pasar a Turbión con Triny, la muñeca que no tenía piernas. Triny gritaba ¡auxilio, auxilio! mientras era lanzada a una honda pileta. Esteban trató de ayudarla, pero apenas podía desplazarse porque sus pies de plastilina se pegaban al piso. Turbión se burlaba de Esteban y le lanzaba semillas de maíz para que se le incrustaran en los pies.

Ruperto, el muñeco plástico comenzó a correr tan rápido como sus patines lo llevaban, de un manotazo lanzó a Turbión al piso y le lanzó una patineta a Esteban para que se subiera en ella. Los dos niños fueron a rescatar a Triny, quien estaba tiritando de frío. La llevaron a la enfermería donde una doctora la abrigó.

Turbión estaba molesto y prometió que lanzaría a Esteban y al niño plástico a la pileta en cuanto tuviera la oportunidad.

Al día siguiente, la maestra pidió que los niños hicieran serpientes de plastilina. ¡Qué horror!, dijeron los juguetes, ¡veremos cuántos juguetes sobreviven! Si nos destruyen, los niños no tendrán con quien jugar y estarán tristes.

Uno de los niños vio a Esteban y lo atrapó, fue amasándolo entre sus manitas, mientras el niño de plastilina rodaba una lágrima pensando que muy pronto no sería más un niño sino ¡una venenosa serpiente!… ¡Nunca más volvería a ver a jugar con sus amigos!

Con una mirada triste, se despidió de Ruperto quien lo veía desde una cunita donde una niña jugaba alegremente con él.

En un instante…ya no estaba Esteban. ¿Cómo que no estaba Esteban? el niño había convertido a Esteban en un héroe de plastilina,  le colocó unos zapatos que lo llevaban a todas partes a gran velocidad. Con su imaginación, el niño le dio muchos poderes a Esteban. Mientras tanto, los otros niños habían hecho las serpientes y montaban una exposición en el aula.

Page 4: Cuento de La Cigarra y La Hormiga

Esa noche, las serpientes se subieron a los árboles a comerse toda la fruta, los monstruos andaban sueltos volando por el techo y todos los juguetes estaban escondidos en los lugares que creían más seguros.

Turbión amarró a Esteban y lo lanzó al patio donde estaban las serpientes más feroces, para que lo destruyeran. Pero pronto, Esteban usó sus zapatos para aplastarlas, giró sobre si para romper sus ataduras y confinó en un escaparate a todos los monstruos y serpientes.

Todos los juguetes aplaudieron la valentía de Esteban. Los monstruos y las serpientes se comprometieron a no hacerle daño a nadie y vivir en paz. Turbión fue el jefe de los monstruos y velaba porque el acuerdo se cumpliera. La doctora le hizo a Triny unas piernas de plastilina para que volviera a caminar.

Esteban estaba muy contento y fue nombrado “Guardián de la casa de juguetes”. A partir de ese día, todos vivieron contentos e hicieron muy felices a los niños de la escuela pues les ayudaban con las tareas que los maestros les asignaban.

FIN

Moraleja: Todos unidos podemos vencer al mal y vivir en paz.

Page 5: Cuento de La Cigarra y La Hormiga

LA PRINCESA DE ALAS ENCANTADAS

Había una vez una linda princesa hada, ella dirigía el reino en que vivía junto a su padre el rey y su madre la reina.

Todos ahí volaban sin dificultad menos ella y su familia, pues un malvado hechicero les había dejado caer una maldición o un encanto y ese encanto solo lo podía deshacer una bruja buena y de buen corazón, con sentimientos, pero desgraciadamente la del reino había fallecido.

Ella se dijo a si misma:

- No me rendiré  y buscare a una bruja buena que pueda deshacer el encanto.

Pero ella sabía que sus padres nunca la  dejarían en ir en busca de ella.

Un día a media noche se vistió como una doncella y logro salir del castillo. Al amanecer sus padres la mandaron a buscar pero su sorpresa fue al no encontrarla.

La princesa buscó en una cueva abandonada y encontró un libro de hechizos, buscó y buscó cerca de ahí para ver si un mago lo había olvidado, pero no encontró  nada y decidió volver al castillo. Al llegar allí le esperaba un fuerte castigo por haberse escapado.

Entró a su habitación e instantáneamente recordó el libro, lo busco entre sus maletas y lo vio página por página y encontró muchos hechizos, uno para nadar, otro para surfear, pero  ninguno le servía. Hasta que en medio del libro encontró una nota que decía:

- Quien encuentre este libro y lo lea será la próxima o el próximo brujo bueno del reino y podrá vencer cualquier hechizo.

Y de pronto un rayo de luz entró por su  ventana  y llegó hasta ella, muy sorprendida la princesa intento hacer el hechizo y cuando intento volar lo pudo hacer rompiendo el hechizo y poder convertirse en una bruja buena.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado