conducta antisocial juvenil

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L a delincuencia juvenil y las conductas antisociales en menores son problemas complejos que atraen la atención de la sociedad por sus manifestaciones cada vez más frecuentes y violentas. En México fueron arrestados 58,720 menores en el año de 1997 y 56,448 en 1998 (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI, 1998). Estos indicadores representan únicamente los de los meno- res que fueron internados en los centros de atención por algún delito grave, pero el número de menores denunciados por alguna infracción es mucho mayor que el de los interna- dos (únicamente entre el 10% al 15% son internados). Por ejemplo en la ciudad de Hermosillo, en el estado norteño de Sonora, de 300 denuncias que se recibieron en la policía en el mes de enero del 2000, únicamente 50 fueron turnadas al Consejo Tutelar para Menores. De éstos únicamente 31 fueron detenidos; el resto de los menores fue amonestado o fueron entregados en custodia familiar. Esto demuestra que los datos del INEGI no constituyen una aproximación real a la magnitud del problema, ya que la institución procesa únicamente la información proveniente de los menores que fueron arrestados o detenidos en algún Consejo o tribunal. De acuerdo con las estadísticas del gobierno, en el esta- do de Sonora en 1996 se arrestaron 14, 355 jóvenes entre los 11 y los 18 años, quienes fueron consignados en los tribunales para menores. Estos representan el 6% de la población total de jóvenes en esa entidad (Gobierno del Estado de Sonora, 1998). En el año de 1997 se atendieron 13,833 menores en las delegaciones y/o representaciones del Consejo Tutelar para Menores (Gobierno del Estado de Sonora, 1998). En cuanto a la atención externa, se dio servicio a 22,491 menores en 1997 Predictores de la conducta antisocial juvenil: un modelo ecológico 1 Martha Frías-Armenta, Amelia Eréndida López-Escobar, Sylvia Guadalupe Díaz-Méndez Universidad de Sonora, México Resumen Este estudio pone a prueba un modelo ecológico como marco teórico explicativo de la antisocialidad juvenil. 204 jóvenes mexicanos que cursaban la educación secundaria o preparatoria contestaron un cuestionario con preguntas acerca de la violencia intrafamiliar, su conducta antisocial, la ingesta de alcohol de sus madres, los problemas de conducta escolar, algunas características del ambiente familiar, escolar y del barrio y las actitudes acerca de la violencia. Los datos fueron analizados a través de un modelo estructural en el cual las variables investigadas constituyeron factores e índices que representaban a los niveles de la teoría ecológica. Los resultados mostraron que el microsistema tuvo un efecto directo en la conducta antisocial de los menores, el exosistema mostró un efecto también directo en el microsistema y por lo tanto uno indirecto en la conducta antisocial de los menores, y el macrosistema tuvo un efecto directo en el exosistema y uno indirecto en la antisocialidad de los jóvenes. Lo anterior parece respaldar el modelo ecológico, como explicación coherente de la conducta antisocial en los menores. Palabras clave: conducta antisocial, jóvenes, modelo ecológico, ecuaciones estructurales. Abstract The aim of this research was to test an ecological model as explanation of juvenile delinquency. 204 Mexican students of junior and high school answered a questionnaire containing questions about family violence, antisocial behavior, child abuse, mother and father alcohol consumption, as well as some family, school, and neighborhood environmental characteristics. Observed variables constituted factors and indexes that represented the ecological theory. Structural equation modeling was used to analyze data. Results showed that the microsystem had a direct effect on antisocial behavior of youths, the exosystem had also a direct effect on the microsystem and an indirect effect on antisocial behavior, while the macrosystem had a direct effect on the exosystem and an indirect effect on antisocial behavior. These results seem to support the ecological model as an appropriate explanation of juvenile antisocial behavior. Key words: antisocial behavior, juveniles, ecological model, structural equations. Estudos de Psicologia 2003, 8(1), 15-24

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Psicologia Social

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    La delincuencia juvenil y las conductas antisociales enmenores son problemas complejos que atraen laatencin de la sociedad por sus manifestaciones cadavez ms frecuentes y violentas. En Mxico fueron arrestados58,720 menores en el ao de 1997 y 56,448 en 1998 (InstitutoNacional de Estadstica, Geografa e Informtica, INEGI, 1998).Estos indicadores representan nicamente los de los meno-res que fueron internados en los centros de atencin poralgn delito grave, pero el nmero de menores denunciadospor alguna infraccin es mucho mayor que el de los interna-dos (nicamente entre el 10% al 15% son internados). Porejemplo en la ciudad de Hermosillo, en el estado norteo deSonora, de 300 denuncias que se recibieron en la polica en elmes de enero del 2000, nicamente 50 fueron turnadas alConsejo Tutelar para Menores. De stos nicamente 31 fueron

    detenidos; el resto de los menores fue amonestado o fueronentregados en custodia familiar. Esto demuestra que los datosdel INEGI no constituyen una aproximacin real a la magnituddel problema, ya que la institucin procesa nicamente lainformacin proveniente de los menores que fueronarrestados o detenidos en algn Consejo o tribunal.

    De acuerdo con las estadsticas del gobierno, en el esta-do de Sonora en 1996 se arrestaron 14, 355 jvenes entre los11 y los 18 aos, quienes fueron consignados en los tribunalespara menores. Estos representan el 6% de la poblacin totalde jvenes en esa entidad (Gobierno del Estado de Sonora,1998). En el ao de 1997 se atendieron 13,833 menores en lasdelegaciones y/o representaciones del Consejo Tutelar paraMenores (Gobierno del Estado de Sonora, 1998). En cuanto ala atencin externa, se dio servicio a 22,491 menores en 1997

    Predictores de la conducta antisocial juvenil: un modelo ecolgico1

    Martha Fras-Armenta, Amelia Erndida Lpez-Escobar, Sylvia Guadalupe Daz-MndezUniversidad de Sonora, Mxico

    ResumenEste estudio pone a prueba un modelo ecolgico como marco terico explicativo de la antisocialidad juvenil.204 jvenes mexicanos que cursaban la educacin secundaria o preparatoria contestaron un cuestionario conpreguntas acerca de la violencia intrafamiliar, su conducta antisocial, la ingesta de alcohol de sus madres, losproblemas de conducta escolar, algunas caractersticas del ambiente familiar, escolar y del barrio y las actitudesacerca de la violencia. Los datos fueron analizados a travs de un modelo estructural en el cual las variablesinvestigadas constituyeron factores e ndices que representaban a los niveles de la teora ecolgica. Losresultados mostraron que el microsistema tuvo un efecto directo en la conducta antisocial de los menores, elexosistema mostr un efecto tambin directo en el microsistema y por lo tanto uno indirecto en la conductaantisocial de los menores, y el macrosistema tuvo un efecto directo en el exosistema y uno indirecto en laantisocialidad de los jvenes. Lo anterior parece respaldar el modelo ecolgico, como explicacin coherente dela conducta antisocial en los menores.

    Palabras clave: conducta antisocial, jvenes, modelo ecolgico, ecuaciones estructurales.

    AbstractThe aim of this research was to test an ecological model as explanation of juvenile delinquency. 204 Mexicanstudents of junior and high school answered a questionnaire containing questions about family violence,antisocial behavior, child abuse, mother and father alcohol consumption, as well as some family, school, andneighborhood environmental characteristics. Observed variables constituted factors and indexes that representedthe ecological theory. Structural equation modeling was used to analyze data. Results showed that themicrosystem had a direct effect on antisocial behavior of youths, the exosystem had also a direct effect on themicrosystem and an indirect effect on antisocial behavior, while the macrosystem had a direct effect on theexosystem and an indirect effect on antisocial behavior. These results seem to support the ecological modelas an appropriate explanation of juvenile antisocial behavior.

    Key words: antisocial behavior, juveniles, ecological model, structural equations.

    Estudos de Psicologia 2003, 8(1), 15-24

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    (Gobierno del Estado de Sonora, 1998). En total fueron aten-didos 36,321 menores, los que conforman el 15% de lapoblacin total de stos. Los datos no consideran a los me-nores que fueron denunciados y entregados a sus padresdespus de recibir una amonestacin, quienes constituyen lamayor parte de los jvenes infractores. Lo anterior mostraraque un gran porcentaje de la poblacin juvenil (quiz entre el15% y el 30%) en Mxico se involucra en actividadescriminales y esto constituye una preocupacin que requierela comprensin de los determinantes de la antisocialidad ju-venil.

    Teoras explicativasDiversas teoras se han cuestionado el origen de la

    violencia en los humanos. Los filsofos y los investigadoresdebaten acerca de la naturaleza noble o salvaje de laspersonas (Freud, 1930; Lorenz, 1966). Freud y otrospsicoanalistas aseguran que la agresin es el producto de unprimitivo y poderoso deseo por la muerte al cual ellos llamanTnatos. Lorenz (1966) argumenta que la violencia es instin-tiva. Sin embargo, los estudios cientficos actuales reportanque las causas de la violencia son mltiples y stas incluyenfactores biolgicos, fisiolgicos, conductuales, sociales,econmicos y polticos (American PsychologicalAssociations Comission on Youth Violence, 1993; NationalResearch Council, 1993; Ollendick, 1996).

    Lerner y Galambos (1998) plantean que, de manera con-sistente con las condiciones individuales y las contextuales,existen factores centrales bsicos en la gnesis y en eldesarrollo de las conductas de riesgo de la criminalidad, so-bre las cuales se puede trabajar en prevencin. Estoscomprenden tres factores individuales y tres contextuales: 1)la edad (la iniciacin temprana en una conducta de riesgo enla adolescencia); 2) las expectativas respecto de la escuela yde las calificaciones escolares; 3) conducta(s) general(es),tales como acciones inapropiadas; 4) observar influenciasantisociales, ya que muchas veces ms all de los factoresindividuales los factores contextuales son los que conducena la generacin de conductas de riesgo; 5) las influencias delos padres, particularmente sus estilos autoritarios opermisivos; y 6) las influencias del vecindario.

    El modelo ecolgicoBronfenbrenner (1987) propone una perspectiva ecol-

    gica del desarrollo de la conducta humana. Esta perspectivaconcibe al ambiente ecolgico como un conjunto deestructuras seriadas y estructuradas en diferentes niveles,en donde cada uno de esos niveles contiene al otro.Bronfenbrenner denomina a esos niveles el microsistema, elmesosistema, el exosistema y el macrosistema. El microsistemaconstituye el nivel ms inmediato en el que se desarrolla elindividuo (usualmente la familia); el mesosistema comprendelas interrelaciones de dos o ms entornos en los que la personaen desarrollo participa activamente; al exosistema lo integrancontextos ms amplios que no incluyen a la persona comosujeto activo; finalmente, al macrosistema lo configuran lacultura y la subcultura en la que se desenvuelve la persona y

    todos los individuos de su sociedad. Bronfenbrenner (1987)argumenta que la capacidad de formacin de un sistema de-pende de la existencia de las interconexiones sociales entreese sistema y otros. Todos los niveles del modelo ecolgicopropuesto dependen unos de otros y, por lo tanto, se requierede una participacin conjunta de los diferentes contextos yde una comunicacin entre ellos.

    Bronfenbrenner y Ceci (1994) han modificado su teoraoriginal y plantean una nueva concepcin del desarrollo hu-mano en su teora bio-ecolgica. Dentro de esta teora, eldesarrollo es concebido como un fenmeno de continuidad ycambio de las caractersticas bio-psicolgicas de los sereshumanos, tanto de los grupos como de los individuos. Elelemento crtico de este modelo es la experiencia que incluyeno slo las propiedades objetivas sino tambin las que sonsubjetivamente experimentadas por las personas que vivenen ese ambiente. Bronfenbrenner y Ceci (1994) argumentanque, en el transcurso de la vida, el desarrollo toma lugar atravs de procesos cada vez ms complejos en un activoorganismo bio-psicolgico. Por lo tanto el desarrollo es unproceso que deriva de las caractersticas de las personas(incluyendo las genticas) y del ambiente, tanto el inmediatocomo el remoto y dentro de una continuidad de cambios queocurren en ste a travs del tiempo. El modelo terico esreferido como un modelo Proceso-Persona-Contexto-Tiempo(PPCT).

    Belsky (1980) retom el modelo original deBronfenbrenner y lo aplic al abuso infantil. En la aplicacinde Belsky, la familia representaba al microsistema; y el autorargumentaba que en este nivel ms interno del modelo selocaliza el entorno ms inmediato y reducido al que tieneacceso el individuo. El microsistema refiere las relaciones msprximas de la persona y la familia, es el escenario que con-forma este contexto inmediato. ste puede funcionar comoun contexto efectivo y positivo de desarrollo humano o puededesempear un papel destructivo o disruptor de estedesarrollo (Bronfenbrenner, 1987). El mundo de trabajo, elvecindario, las relaciones sociales informales y los serviciosconstituran al exosistema, y los valores culturales y los sis-temas de creencias se incorporaran en el macrosistema. Comolo mencionbamos, para Belsky (1980) el exosistema es elsegundo nivel y est compuesto por la comunidad ms prxi-ma despus del grupo familiar. sta incluye las institucionesmediadoras entre los niveles de la cultura y el individual: laescuela, la iglesia, los medios de comunicacin, lasinstituciones recreativas y los organismos de seguridad. Laescuela constituye un lugar preponderante en el ambiente delos jvenes; ellos permanecen una gran parte de su tiempo eneste lugar, el que contribuye a su desarrollo intelectual, emo-cional y social. El macrosistema comprende el ambiente eco-lgico que abarca mucho ms all de la situacin inmediataque afecta a la persona. Es el contexto ms amplio y remite alas formas de organizacin social, los sistemas de creencias ylos estilos de vida que prevalecen en una cultura o subcultura(Belsky, 1980; Bronfenbrenner, 1987). En este nivel se consi-dera que la persona se ve afectada profundamente por hechosen los que la persona ni siquiera est presente. La integracin

    M.Frias-Armenta et al.

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    en la sociedad es parte de la aculturacin de los individuos alas instituciones convencionales, las normas y las costumbres(Angenent & Man, 1996).

    Emery y Laumann-Billings (1998) utilizaron el modeloecolgico para analizar las causas y las consecuencias de lasrelaciones familiares abusivas y establecieron a la familia comoel contexto ms inmediato. El contexto ecolgico ms ampliolo constituyeron las cualidades de la comunidad en las queest inmersa la familia, tales como la pobreza, la ausencia deservicios, la violencia, la desorganizacin social, la carenciade identidad dentro de sus miembros, y la falta de cohesinen ella. Por su parte, el contexto sociocultural estuvo forma-do por los valores y las creencias culturales.

    En el presente estudio retomamos el modelo ecolgicoaplicado por Belsky (1980) al abuso infantil. En este modelo,Belsky propone los mismos sistemas que Bronfenbrenner,pero los define de manera diferente. Segun Belsky (1980) lasrelaciones dentro de la familia constituyen el vnculo msprximo y el sistema ms inmediato en el que se desenvuelvenlos nios, al que denomina microsistema. El barrio y la escuelason contextos importantes para los menores, pero constituyenotro nivel de interaccin, al cual llama el exosistema y porltimo, Belsky considera que la cultura constituye elmacrosistema.

    Determinantes de la antisocialidad y de ladelincuencia juvenil

    En Criminologa, la inestabilidad, la desintegracin y ladisrupcin familiar constituyen una parte central en laexplicacin del desarrollo de la delincuencia (Wells & Rankin,1991). Los conflictos familiares, la prdida de los padres y lafalta de habilidades de crianza son los factores que pudieranintervenir en el desarrollo de la antisocialidad y de ladelincuencia (Morrison & Cherlin, 1995; Widom & Ames,1994). McCord (2001) plantea que los padres o cuidadoresforjan criminales a travs de las prcticas de crianza en tresformas: 1) por la trasmisin de valores a travs de sus propiasacciones y las acciones que ellos aprueban, 2) en el desarrollo,por la falta de ligas con y entre los miembros de la familia, y 3)estableciendo la legitimidad de las acciones antisociales, atravs de los mtodos que ellos utilizan para lograr sus deseosen sus hijos/as. Los nios/as aprenden lo que es valoradodentro del ambiente familiar, sea esto bueno o malo para elresto de la sociedad (McCord, 1996).

    Juby y Farrington (2001), en un estudio para identificar larelacin entre la desintegracin familiar y la delincuencia,encontraron que la delincuencia de los jvenes secorrelacionaba con la desintegracin y el conflicto familiar,concluyendo que es el conflicto que antecede a los divorciosy no la separacin de los padres lo que pudiera llevar a losjvenes a delinquir. La violencia en el hogar, tanto el maltratodirigido hacia los nios como el maltrato hacia las madres destos, resulta en un empobrecimiento del ambiente familiar.Dicho empobrecimiento causa que los nios presenten pro-blemas en su desarrollo, manifestndose en la escuela cuandostos ingresan a ella. Por otro lado, la violencia puede tenerconsecuencias devastadoras en los menores, las que pueden

    manifestarse como conducta antisocial o autodestructiva enlos nios (Straus, 1991). Los nios que son castigadosfsicamente estn en ms riesgo de mostrar conducta antisocial(Straus, Sugarman & Giles-Sims, 1997). As mismo, se ha en-contrado en la familia disfuncional una de las bases para eldesarrollo de la delincuencia (Wells & Rankin, 1991; Juby &Farrington, 2001).

    La escuela es el lugar en donde los jvenes adquierenconocimientos, pero tambin es el escenario en donde seentrenan para las relaciones sociales y en donde se exponena las variadas normas sociales, reglas y costumbres de sucomunidad (Angenent & Man, 1996). La forma en la que laescuela ejerce influencia en los estudiantes es a travs de suspolticas, las cuales se ven reflejadas en el establecimiento dereglas y las maneras con las que se hacen cumplir las mismas.Existe una relacin entre los ambientes escolares y ladelincuencia; un ambiente escolar positivo permite relacio-nes prosociales entre estudiantes y profesores, y entre losestudiantes (Angenent & Man, 1996; Vazsonyi & Flannery,1997). Es probable que en la escuela ocurra tambin un patrnde aprendizaje de acciones antisociales y delictivos y quealgunos estmulos del contexto escolar promuevan ms queotros la aparicin y el mantenimiento de esas acciones nega-tivas. El ambiente escolar es uno de los contextos ms impor-tantes de convivencia de los adolescentes con suscompaeros y es tambin el escenario en el que reciben msinfluencia de ellos. Un ambiente escolar negativo puedeconducir a los escolares a comportarse antisocialmente, comolo muestran Lotz y Lee (1999). De la misma manera, Gaustad(1992) seala evidencias de que hay ms confrontacin entrelos alumnos en las escuelas en las que existen reglas que noson claras, o reglas arbitrarias e injustas. Lo mismo ocurrecuando las conductas desviadas de los menores son ignora-das y cuando las escuelas carecen de recursos suficientespara la enseanza.

    Los vecindarios son parte de la vida diaria de los meno-res (Bursik, 2001). Abrahamson (1996) encontr que losvecindarios jugaban un rol importante en la asimilacin delos grupos a las instituciones sociales. Ese mismo autor re-porta que los menores que viven en barrios violentosmanifiestan ms conducta antisocial o agresiva. Ladelincuencia juvenil se agrupa en algunos sectores de lasciudades o regiones. En las reas en donde hay delincuenciatambin existen otras formas de conducta desviada oantisocial y otros problemas sociales (Taylor, 1997), y en lasciudades la delincuencia se concentra en ciertas reas(Peterson & Krivo, 1993; Sampson, 1997).

    Por otro lado, la delincuencia juvenil se encuentra enlugares en donde existe oportunidad para cometer delitos: enreas comerciales, lugares de entretenimiento y en vecindariossocialmente problemticos. Estos vecindarios problemticospor lo general presentan condiciones de mucha pobreza enlos hogares, poco mantenimiento de las casas, y poca genteque vive en stas es propietaria de las mismas (Sampson,Raudenbush & Earls, 1997). Existen espacios abiertos, casasy edificios abandonados y pocos lugares de recreo y reasde servicio (Angenent & Man, 1996; Sampson et al., 1997).

    Conducta antisocial juvenil

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    Peterson, Krivo y Harris (2000), en un estudio llevado a caboen comunidades en desventaja, encontraron que losvecindarios podan reducir la delincuencia con el desarrollode ciertos tipos de instituciones locales (centros de recreo,escuelas, etctera). Es probable que las condiciones de po-breza no sean directamente las que ocasionen la delincuencia,sino la carencia de servicios o de instituciones para eldesarrollo de los menores.

    Algunos autores proponen que los jvenes, por sunaturaleza, no estn muy dispuestos a la integracin social, yms bien buscan independencia y su propia identidad. Losjvenes son crticos de la sociedad y sealan sus problemas;sin embargo, por lo general ellos siguen las reglas impuestas.La integracin de los jvenes en la sociedad depende de lasnormas a las que ellos personalmente se adhieren (Brook &Newcomb, 1995; Hagan, Hefler, Classen, Boehnke & Merkens,1998).

    Las actitudes sociales favorables a la agresinconstituyen uno de los factores sealados como anteceden-tes de la delincuencia juvenil. Loeber y Hay (1997), en unarevisin de la literatura, examinaron la relacin entre actitudesfavorables a la violencia, agresiones menores y crmenes vio-lentos en adolescentes y preadolescentes, encontrando quelas actitudes favorables a la violencia predecan la conductadelictiva de los menores (Loeber, Keenan & Zhang, 1997).

    El modelo ecolgico del desarrollo representa un marcoterico para el estudio de la antisocialidad, debido a quecomprende todos los entornos en los que se desenvuelve elmenor. Estos escenarios, tal como los plantean Bronfenbrenner(1987) y Belsky (1980) pudieran contribuir al desarrollo de laconducta prosocial del individuo, si stos son positivos. Sinembargo, un ambiente familiar adverso, un vecindarioconflictivo, con venta de drogas, una escuela concondiscpulos antisociales, con un ambiente fsico descuida-do y una cultura de no respeto a las leyes, y la impunidad,pudieran generar conducta antisocial y delictiva en los me-nores.

    El propsito del presente trabajo es el de modelar, medi-ante el auxilio de las ecuaciones estructurales, el esquema dela teora ecolgica, como marco explicativo de la gnesis ymantenimiento de la conducta antisocial en jvenes. Aunque

    este estudio se desarroll con menores mexicanos, lassimilitudes de las condiciones sociales y culturales de lamayora de las comunidades latinoamericanas podra permitirgeneralizar sus resultados a este mbito mayor.

    MtodoParticipantes

    Se entrevistaron 204 jvenes que cursaban la educacinsecundaria y preparatoria en escuelas de una poblacin mexi-cana. Los sujetos estudiados presentaron una media de edadde 15 aos. El promedio escolar de los estudiantes fue de 64(en una escala del 0 al 100), con una desviacin estndar de33. La misma proporcin de los sujetos correspondi al sexomasculino y al femenino (50% y 50% cada uno). La Tabla 1nos muestra las principales caractersticas demogrficas dela muestra.

    Las escuelas se seleccionaron tomando en cuenta losparmetros del Instituto Nacional de Geografa e Informtica(INEGI, 1998). El INEGI organiza el sistema estadstico nacio-nal en reas geogrficas a tres niveles o reas: reaGeoestadstica Estatal (AGEE), rea Geoestadstica Munici-pal (AGEM), y rea Geoestadstica Bsica (AGEB). Los AGEBconstituyen la unidad fundamental del marco geoestadsticonacional y conforman una seleccin de los principalesconceptos de la temtica censal en la cual es plausible calcu-lar indicadores especficos, y en general, realizar operacionespara obtener estadsticas derivadas (INEGI, 1998).

    Para el estudio, se seleccion un AGEB que fuera repre-sentativo de los tres estratos socioeconmicos (alto, medio,y bajo) de la ciudad y despus se seleccionaron las escuelasque representaran ese AGEB. Una vez determinadas lasescuelas se entrevist a un grupo de cada grado; en la escuelasecundaria se entrevist a un grupo de primero, a uno desegundo, y a uno de tercero. En la escuela preparatoria seentrevist a un grupo de primer semestre, a uno de tercero ya uno de quinto.

    InstrumentosSe aplic una batera de pruebas consistente en 17 esca-

    las, 9 de las cuales fueron elaboradas en los Estados Unidos,

    Tabla 1Medias de variables demogrficas

    M.Frias-Armenta et al.

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    traducidas al espaol y piloteadas con anterioridad al pre-sente estudio. Las otras 4 escalas fueron elaboradasexpresamente para esta investigacin. Las escalas sedescriben a continuacin:

    Conducta antisocial y delictiva. Est constituida por 17items que miden el nmero de veces que el nio ha cometidoun acto o conducta antisocial o delictiva especificada en elinstrumento, durante los 12 meses anteriores a la entrevista,en donde: 0= nunca, 1= una o dos veces, 2= de tres a cincoveces, 3= de seis a diez veces, 4= de once a veinte veces y 5=ms de veinte veces. Las acciones reflejan el nmero de vecesque los menores reportaron haber golpeado a alguien, robadocosas, o hecho daos en propiedad ajena en el ltimo ao. Enun estudio anterior se report un alfa de Cronbach de .75 paraesta escala (Fras, Ramrez, Soto, Castell & Corral, 2000).

    Maltrato y castigo del padre y de la madre. Esta escalacontiene diez tems que fueron tomados de la Escala deTcticas de Conflicto de Straus (1979; 1990) y fue administra-da a todos los nios de la muestra. Estos reactivos miden lafrecuencia de la violencia fsica y emocional del padre y de lamadre hacia sus hijos, en una escala de cero a cinco, 0 =nunca, 1 = una vez, 2 = dos veces, 3 = de tres a cinco veces, 4= seis a diez veces, 5 = once a veinte veces, 6 = ms de veinteveces. Straus (1979) report un alfa de Cronbach de 0.72 paralos trece tems utilizados.

    Violencia entre los padres. Se utilizaron 12 items de laescala de Violencia Intramarital de Straus (1980). sta se con-testa empleando valores que van de 0 a 6, en donde 0=nunca... 6=ms de veinte veces. Al igual que en la escala de losnios, se obtuvo un alfa de .91 para los items utilizados.

    Uso de alcohol de la madre y del padre. El uso de alcoholy drogas fue medido con preguntas obtenidas del Inventariode Diagnstico de Alcohol para Padres (Reich & Herjanic,1989). Se utilizaron tres items de ese inventario, los cualesmedan la frecuencia y la cantidad de alcohol que ingera lamadre por semana. La frecuencia se midi en una escala de 6puntos (0= nunca ... 5= todos los das de la semana) y lacantidad en una escala de 5 puntos (0=nada ... 4=ms de seisbebidas en cada ocasin).

    Ambiente familiar. Esta escala fue elaborada especial-mente para el presente estudio y mide la percepcin de lossujetos acerca del ambiente fsico familiar. Los entrevistadosreportaron acerca de lo fro, caliente, iluminada, insegura, rui-dosa y deteriorada que perciban su casa, en una escala de 0al 10, en donde 0= nada y 10= demasiado. Se obtuvo unaconsistencia interna de la escala de alfa= .82.

    Ambiente en la colonia. Se elaboraron nueve reactivospara medir la percepcin que tenan los participantes acercade su colonia (barrio). Los sujetos calificaron, en una escalaque iba de 0 a 10, qu tan peligrosa, ruidosa, sucia, y oscurasentan su colonia. Adems, los estudiantes reportaron lafrecuencia de la venta de drogas en su barrio y la cantidad devagos y personas embriagadas que vean en el mismo, ascomo la heterogeneidad de la composicin social del barrio.El alfa que se obtuvo de la escala, para este estudio, fue de .85.

    Problemas escolares. Los problemas escolares fueronmedidos en una escala elaborada por Fras, Corral, Moreno y

    Rodrguez (2000). En la misma, los nios indicaron el nmerode veces que manifestaron una conducta inapropiada(indisciplina) en la escuela, considerando 6 puntos posiblesde respuesta, en donde 0= nunca, 1= una o dos veces ... y 5=ms de 20 veces.

    Ambiente escolar. Esta escala fue elaborada especial-mente para el presente estudio y mide la percepcin que tienenlos estudiantes de su ambiente escolar. Los sujetos reportaronla ocurrencia de peleas en la escuela, la venta de drogas, lapresencia de vagos, la suciedad y el descuido de la escuela,en una escala del 0 al 10, en donde 0= nada y 10= demasiado.Se obtuvo un alfa de .80 para esta escala.

    Actitudes. Las actitudes acerca de la ley, la justicia, elgobierno, la venganza por propia mano, y la impunidad fueronmedidas en una escala tipo likert de 5 puntos (0= ests encompleto desacuerdo, 1= ligeramente de acuerdo, 2= ni deacuerdo ni en desacuerdo, 3= ligeramente de acuerdo, y 4=completamente de acuerdo). Con sus respuestas, el jovenmanifestaba su grado de acuerdo con lo adecuado decomportamientos como mentir, obrar mal, no seguir reglas,actuar impunemente, y el tomar riesgos, entre otros.

    ProcedimientoLos alumnos contestaron el cuestionario en el aula en

    donde reciban clases. Dos psiclogas clnicas estuvieronaclarando sus dudas y dando las instrucciones dentro delaula. A los alumnos se les inform que su participacin eratotalmente voluntaria y que podan dejar de contestar elcuestionario en cualquier momento. De la misma manera seles asegur total confidencialidad de la informacin que seobtuviera.

    Anlisis de datosLos datos fueron analizados en el programa estadstico

    SAS, de donde se obtuvieron estadsticas univariadas comolas frecuencias de las variables categricas, las medias y lasdesviaciones estndar de las variables continuas y las alfasde Cronbach de las escalas utilizadas. Los promedios de lasescalas constituyeron ndices que representaron a lasvariables a relacionar. Con estos ndices se elabor la matrizde correlaciones para probar el modelo propuesto. Esta pruebadel modelo se logr utilizando ecuaciones estructurales, me-diante el paquete EQS (Bentler, 1995). El modelo de ecuacionesestructurales contempla dos pasos importantes: el modelode medicin y el modelo estructural. El modelo de medicines un anlisis factorial confirmatorio, mientras que el anlisisestructural estima las relaciones entre los factores obtenidosen el modelo de medicin. La ventaja de este sistema analticoes que permite medir al mismo tiempo los efectos directos eindirectos que tiene una variable latente u observada sobreotra(s) variables (Corral-Verdugo, 2002).

    El modelo de medicin de esta investigacin consistien la correlacin (pesos factoriales) entre los factoresexosistema y microsistema con sus correspondientes indica-dores. Se presumi que el exosistema estara formado por elambiente de la colonia y el contexto escolar adverso y por uncomportamiento escolar problemtico. El microsistema lo

    Conducta antisocial juvenil

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    formaran el abuso infantil materno y paterno, la violenciapaterna, el abuso de alcohol por parte de la madre y el ambi-ente fsico desfavorable. El macrosistema estara conformadopor un ndice, que fue la suma de variables acerca de creenciasy actitudes hacia la ley. Esto significa que el macrosistemafue tratado, en el modelo, como una variable manifiesta.

    El modelo estructural consisti en la medicin de losefectos (coeficientes estructurales) del factor microsistemaen la conducta antisocial, del exosistema en el microsistema ydel macrosistema en el exosistema. Se esperaban coeficientesaltos y significativos (p < .05) en todas las relacionesespecificadas.

    Para determinar si los datos respaldan el modelo tericobajo prueba se establecen indicadores de bondad de ajuste.En el caso del EQS, se establece un indicador de bondad deajuste estadstico que es la chi cuadrada (P2), y los indicado-res prcticos que controlan el efecto del nmero de sujetos(N) sobre la significatividad de la prueba de P2. Estos indica-dores prcticos son el Indice Bentler-Bonett de AjusteNormado (IBAN), el ndice Bentler-Bonett de Ajuste NoNormado (IBANN) y el ndice de Ajuste Comparativo (IAC).Dado que estamos probando si el modelo terico est respal-dado por los datos, es decir, que el modelo propuesto no essignificativamente diferente de las correlaciones entre todaslas variables, entonces esperaramos que el valor de P2, queestima esa relacin, sea bajo y no significativo, es decir, quesu probabilidad asociada sea mayor a .05. Para los indicado-res prcticos se requiere que su valor se acerque a 1.0 y quesea, al menos, superior a .90, como evidencia de que el mode-lo alcanz bondad de ajuste (Bentler, 1995). Tambin seconsider el indicador de la Raz Cuadrada del CuadradoMedio del Error de Aproximacin (RMSEA, por sus siglas eningls) cuyo valor deber ser menor a .05, como evidencia debondad de ajuste (Browne & Cudeck, 1993).

    ResultadosAnlisis univariados y confiabilidad de las escalas. La

    Tabla 2 muestra los anlisis de confiabilidad, medias ydesviaciones estndar, as como los puntajes mnimos y m-ximos que produjeron las variables que constituyeron lasescalas en el estudio. Puede observarse que las alfa fueron almenos de .60 para todas las escalas, lo cual es un indicadorde su confiabilidad (Nunally & Bernstein, 1994).

    La Figura 1 muestra los resultados del modelo estructural.Primeramente se prob la validez de constructo de las dosvariables latentes (exosistema y microsistema). Todos lospesos factoriales del exosistema con sus correspondientesvariables indexadas (ambiente de la colonia, conducta esco-lar y ambiente escolar) fueron significativas (p < .05). El ndi-ce de ambiente de la colonia obtuvo un peso factorial de.53, mientras que el de ambiente de colonia tuvo uno de .48y el de ambiente escolar mostr un peso factorial de .50. Dela misma manera, el microsistema parece constituirse comoun factor coherente, ya que todos los ndices que lo formanprodujeron valores altos y significativos para sus cargasfactoriales. El abuso materno produjo un peso factorial de .44

    con su factor de microsistema, el peso factorial de abusopaterno fue de .51, el de la violencia paterna fue de .43, el delalcohol materno fue de .24 y el del ambiente de la casa fue de.22. Se tomaron todos esos indicadores factoriales comoindicios de validez de constructo de las dos variables latentes.

    Al considerar el modelo estructural, se estim el efectodel microsistema en la delincuencia, resultando un coeficien-te estructural de .73. El efecto del exosistema en el microsistemase mostr como un coeficiente estructural de .74, mientrasque la influencia del macrosistema en el exosistema se reflej enun coeficiente de .50. El modelo produjo una R2 (coeficiente dedeterminacin mltiple) de .56 en la estimacin de la variabledependiente, lo que significa que el mismo explica el 56 porciento de la variabilidad en la conducta antisocial de los jvenes.

    Los indicadores de bondad de ajuste fueron favorables.La chi cuadrada de este modelo fue de 53.39 (30 g.l., de diezvariables manifiestas y dos factores) a la que se le asoci unap= .005 y los valores de IANN e IAC fueron mayores a .90.(IANN= .90, IAC= .93) y el resultado de RMSEA = .04. Estosignifica que el modelo y sus interrelaciones se ajustan biena los datos.

    ConclusionesNuestros datos parecen demostrar que el modelo ecol-

    gico propuesto por Bronfenbrenner (1987) y adaptado porBelsky (1980) constituye una representacin adecuada (evi-denciada en su bondad de ajuste) de la generacin ymantenimiento de la conducta antisocial en jvenes. En estemodelo, el microsistema explica directamente un 56% de lavarianza en la conducta antisocial, la cual es tambin afectadade manera indirecta por el exo y el macrosistema. Como seanticipaba, los contextos ms amplios afectan a los ms pr-ximos en trmino de desarrollo de la conducta antisocial. Enel modelo, el macrosistema tuvo un efecto positivo en elexosistema y ste en el microsistema, y finalmente este ltimoafect positivamente a la conducta antisocial. Lo anterior sig-nifica que el contexto cultural afect la forma en la que losindividuos se relacionaban entre s dentro del contexto esco-lar y en el del barrio. El ambiente del barrio influy en lasrelaciones familiares y stas en la conducta antisocial delmenor. De la misma manera, el efecto del macrosistema en elexosistema, significara que la existencia de un sistema decreencias y actitudes ejerce influencia en la forma en la que lagente se comporta dentro de su contexto social. Los estilosde vida, la cultura y la subcultura, y la integracin en lasociedad son partes de la aculturacin de los individuos a lasinstituciones convencionales, las normas y las costumbres(Angenent & Man, 1996).

    El efecto del exosistema en el microsistema expresa quelas relaciones familiares estn permeadas por el ambiente, eneste caso, de violencia o inestabilidad que se vive en el con-texto ms prximo que es el vecindario. Las condiciones fsi-cas y sociales del barrio propician la violencia en el mismo. Enlos barrios pobres se presentan condiciones de carencia ma-terial en los hogares, las casas no reciben mantenimiento,existen pocos lugares de recreacin y de servicio (como las

    M.Frias-Armenta et al.

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    Tabla 2Medias y confiabilidad de escalas

    Conducta antisocial juvenil

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    escuelas, y las que existen se encuentran en malascondiciones), se presenta venta de drogas y licor y estopudiera originar un ambiente de descuido, propicio para laviolencia (Abrahamson, 1996; Bursik, 2001).

    Los resultados de nuestro estudio tambin mostraron elefecto positivo de un ambiente familiar inadecuado en laconducta antisocial de los menores. Tal como lo mencionaBronfenbrenner (1987), la familia puede funcionar como uncontexto efectivo de desarrollo del nio. Sin embargo, losconflictos familiares, la prdida de los padres, y la falta dehabilidades de crianza son los factores que pudieran intervenir

    en el desarrollo de la delincuencia o de la conducta antisocialen los menores (Juby & Farrington, 2001; Wells & Rankin,1991). La delincuencia juvenil segn algunos autores, es unade las consecuencias negativas predecibles de condicionesfamiliares inadecuadas como ocurre en el caso de la violenciafamiliar. Algunos estudios indican que, los nios/as que sontestigos de la violencia o que reciben el maltrato directamentepudieran desarrollar conducta antisocial o delictiva (McCord,2001; Morrison & Cherlin, 1995; Widom & Ames, 1994).

    Nuestros datos parecen mostrar una visin ms comple-ta del desarrollo de la delincuencia juvenil, en comparacin

    Tabla 2Continuacin

    M.Frias-Armenta et al.

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    con los derivados de esquemas ms especficos (marcosexplicativos no ecolgicos). Estos datos indicaran que ladelincuencia o la conducta antisocial juvenil son fenmenosque reciben influencias no slo multifactoriales sinomulticontextuales tambin. La teora ecolgica presenta unaalternativa para modelar los efectos de estos factores. De lamisma manera este modelo terico nos proporciona una pau-ta para la propuesta de sistemas de intervencin. Siguiendoeste esquema se propone que los programas de intervencinconsideren mecanismos que impacten en todos los contex-tos, si se esperan resultados efectivos para enfrentar los pro-blemas abordados. Las intervenciones a nivel individual nosern efectivas si no se toman en cuenta todos los escenariosen los que se desarrollan los jvenes en nuestras sociedades.

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    Figura 1. Modelo ecolgico de predictores de la conducta antisocial. Todos los pesos factoriales y los coeficientes estructuralesson significativos (p

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    Recebido em 26.09.01Revisado em 20.06.02

    Aceito em 04.11.02

    1 Esta investigacin se desarroll gracias al apoyo del Consejo Nacional de Ciencia Y Tecnologa (CONACYT)de Mxico (Proyecto 35166-H).

    Martha Fras-Armenta, Doutora em Psicologia pela University of Arizona (Tucson, EUA), ProfessoraInvestigadora no Departamento de Direito da Universidad de Sonora, Hermosillo, Mxico.Amelia Erndida Lpez-Escobar e Sylvia Guadalupe Daz-Mndez so Licenciadas en Psicologa da Universidadde Sonora, Mxico.Endereo para correspondncia: Martha Fras Armenta, Sevilla 6, Fracc. Casa Grande - Seccin III, Hermosillo,Sonora, 83240, Mxico. E-mail: [email protected].

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    Nota

    M.Frias-Armenta et al.