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AÑO III / EDICIÓN 026 / PUBLICACIÓN MENSUAL / ABRIL 2014 / SUR DEL VALLE DE ABURRÁ / CIRCULACIÓN GRATUITA. ¡Invadidos! Las construcciones nuevas de El Esmeraldal fueron cercando a una comunidad centenaria: caminos, servi- dumbres y nacimientos fueron clausurados. Mientras que la comunidad interpone una acción popular, la Alcaldía de Envigado dice que pobladores tienen razón en sus reclamos. Pag 6 y 7. Foto: Alejandro Calle Cardona

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Edición 26 abril 2014 del periódico CIUDAD SUR (Medellín y sur del Valle de Aburrá)

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Año iii / Edición 026 / PublicAción mEnsuAl / AbRil 2014 / suR dEl vAllE dE AbuRRá / ciRculAción gRAtuitA.

¡Invadidos!

Las construcciones nuevas de El Esmeraldal fueron cercando a una comunidad centenaria: caminos, servi-dumbres y nacimientos fueron clausurados. Mientras

que la comunidad interpone una acción popular, la Alcaldía de Envigado dice que pobladores tienen razón

en sus reclamos.Pag 6 y 7.

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Ciudad Sur22 Editorial

Director: Alejandro Calle Cardona/ Periodistas: Octavio Gómez V, Alejandra Santacruz Arenas, Alejandro Calle Cardona, Carlos Mario Cano, Tatiana Balvín, Juliana Rendòn / Fotografía: Alejandro Calle Cardona / Diseño: 5 Sentidos Comunicaciones/

Mercadeo y ventas Carolina Giraldo Rúa, 3164678385 - 3165300807 CIUDAD SUR, ITAGÜÍ-ANTIOQUIA Periódico Ciudad Sur@prensaciudadsur

CIUDAD SUR es un medio alternativo de comunicación independiente, con circulación mensual de 10.000 ejemplares.

La decisión del pasado 11 de abril del Tribunal Administrativo de Antioquia que dejó sin li-cencia ambiental las obras del tramo 2b de Metroplús en Envigado, el cual afectaba de

manera considerable el llamado Túnel Verde, es evi-dentemente un triunfo de la ciudadanía que defen-dió sus derechos colectivos y medioambientales, pese a las consecuencias que esto pudiera traer.

Consecuencias porque en reiteradas ocasiones tanto la empresa de transporte como la Adminis-tración Municipal advirtieron que los causantes de los sobrecostos por cuenta de la parálisis de los trabajos, tendrían que asumir los mismos, haciendo referencia al colectivo Túnel Verde y promotores de la acción popular.

El comité ciudadano no renunció a su propósito e instaló un campamento en la carrera 43ª sobre la canalización de la quebrada Zuñiga, promovió masi-vas movilizaciones y recogió cerca de 30 mil firmas, las cuales respaldaron la acción popular que evitó la tala de 172 árboles ubicados en los 0.9 kilómetros del tramo, el cual es considera como pulmón verde en medio de la congestionada ciudad y patrimonio cultural.

El fallo es histórico porque valida y respalda la participación ciudadana en proyectos de obra pú-blica, luego de la que comunidad reclamara que el proyecto fuera concertado con la ciudadanía y no

limitarse a la socialización del mismo por parte de Metroplús y la Alcaldía, las cuales tendrán que mo-dificar la forma de proyectar, diseñar y ejecutar las obras.

Precisamente una de las propuestas del colecti-vo Túnel Verde es que el sistema fuera a través de carril compartido, mientras que el otro para ve-hículos particulares y servicio público, evitando así la ampliación de la vía a tres carriles y la tala de las unidades arbóreas. Aunque ambas entidades descartaron esta posibilidad al argumentar que con esto no se mejoraría la movilidad, dicha propuesta adquiere sentido puesto que el sistema pretende desestimular el uso de vehículo particular y llevar a sus usuarios al sistema integrado de transporte.

Esta opción se ajusta plenamente a lo discutido en el reciente Foro Urbano Mundial que evidenció que uno de los grandes retos para las ciudades con-temporáneas es lograr una movilidad sostenible, eficiente y humana. Por ello el fallo ordenó a Co-rantioquia realizar un nuevo concepto técnico en el que “se cumplan todas las normas y autorice talar el menor número posible de árboles, “revisando in-cluso de ser necesario el trazado de la obra.

Aunque la sentencia del Tribunal Administrati-vo de Antioquia será sometida a consideración del Consejo de Estado, ya este un gran logro para las organizaciones ciudadanas, las cuales han aclarado

que no se oponen al desarrollo del sistema de Me-troplús, siempre y cuando preserve los recursos naturales.

El alcalde de Envigado Héctor Londoño hizo un llamado a las partes implicadas a concertar porque las obras podrían tener un retraso de hasta 13 años a la espera del fallo y advirtió que el tramo 2b podría no tener estaciones, afectando el sentido del sistema.

Ahora la comunidad de Envigado emprende una nueva lucha. Esta vez los habitantes del sector El Esmeraldal quieren hacer respetar sus derechos, las normas, los recursos ambientales e incluso sus vidas y de quienes están llegando producto de la masiva construcción en esta zona declarada como de riesgo medio-alto.

Nuevamente la ciudadanía pide concertación en los proyectos que se realicen en su entorno y más cuando estos son de carácter privado y atenten contra el patrimonio de un sector poblacional. El Con-cejo Municipal de Envigado deberá escuchar y debatir esta problemática que parece agravarse con el tiempo y encontrar una oportuna y viable solución.

El mecanismo de la acción popular aparece como el último recurso de la ciudadanía y la manera más efectiva de proteger sus derechos colectivos. Por ello las entidades gubernamentales tendrán que re-plantear la forma como se conciben las obras públi-cas para que estas garanticen el beneficio colectivo.

Victoria ciudadana

Angélica María Vélez M. Psicóloga social

Por estos días de foros, en-cuentros internacionales, de edificios que se vienen

abajo y de grandes maquinas construyendo por toda la ciu-dad, por estos días en que las casas que tienen historia y tra-dición son cambiadas por altos edificios “modernos” y las bo-nitas ventanas de madera pinta-das en colores se remplazan por amplios ventanales, días en que defender el “espacio público” se traduce en limitar el espacio al público, días en que el diseño tiene más valor que la estructura, días dónde los lugares y los en-cuentros son fugaces y la estética vale más que la cultura; me pre-gunto en medio de tanta innova-ción dónde queda la ecuación de lo humano.

Decía mi profesor y con mu-cha razón, que la innovación no pasa por lo humano, y yo creo que si bien los diseños de las ciudades actuales han inten-tado generar cambios sociales que sean estructurales, no son cambios efectivos, porque son parques, colegios, bibliotecas y calles, que se olvidan del verde, de lo natural y de tener espacios que efectivamente convoquen a encontrarse y reconocerse con el otro, son lugares hechos de cemento y concreto que se sostienen pero que no se habi-

tan, espacios en los que no cre-cen las dinámicas sociales, que son las que realmente dan vida y hacen que los lugares se con-viertan en territorios. Lugares amplios, bonitos y tecnológicos o innovadores y sostenibles que suena mejor, o más a la moda, pero por los que la gente pasa indiferente, y van escuchando su música o leyendo su libro, cada uno en su espacio, en su pensamiento, en su individuali-dad, cada uno de paso.

Y si decimos que ciudad y ciudadanía son expresiones de un mismo sentido, las ciuda-des de cemento y plástico van creando también sujetos du-ros, de sentimientos efímeros, que tienen más desconfianza que solidaridad y que por eso prefie-ren mira por el amplio ventanal en vez de recorrer las calles.

Así, muchos municipios en Antioquia están llenos de telas verdes, de maquinas remodelan-do, y de gente observando como cambia la historia, como el desa-rrollo trae oportunidades y deja nostalgia del pasado, ciudadanos que vemos como la población en las laderas de las capitales siguen creciendo y como los campesi-nos se alejan más de las zonas urbanas porque escasea la histo-ria que los vincule y el kiosco del parque en el que todos se encon-traban a contar sus historias, las historias que hacen que un lugar cobre sentido.

Ciudades de cemento

En las últimas semanas algunos medios de información han venido generan-do análisis y cuestionamientos frente

al ordenamiento territorial en Medellín. Las dudas sobre el modelo de ciudad hoy em-piezan a tener mayor eco, en especial, en áreas de gran inestabilidad y riesgo como el Poblado. Coyunturas como la del edificio Space y Continental Towers nos lleva a cues-tionar ¿Qué ciudad estamos habitando, pla-neando y construyendo?

Tres condiciones que deberían estar co-nectadas entre sí pero que hoy no es claro su nivel de articulación. La fauna y flora silvestres del Valle de Aburrá se ha extinguido en un 90%. Medellín es una de las veinte ciudades más contaminadas de Latinoamérica, con explotaciones de minería a cie-lo abierto y un desplazamiento anual (intermunici-pal y urbano) cercano a 30.000 personas.

Entre los años 1950 y 1980 nuestra población se triplicó generando consecuencias como el aumen-to de la contaminación, problemas de movilidad, la ocupación de las laderas y amenazas de riesgo. Pos-teriormente, la preocupación por detener los altos niveles de violencia, pobreza, mejorar la movilidad y solucionar el gran atraso en infraestructura, permi-tió, a través de grandes obras, pensar en soluciones para los principales problemas de la ciudad.

De esta forma, el cemento pasó a ser un actor protagónico en la construcción de Medellín. Este proceso que se conoció como “urbanismo so-cial” y ahora ha sido renombrado como urbanis-mo cívico-pedagógico, no es más que un modelo de intervención que ha priorizado la estética y magnificencia a la participación y la efectiva. De esta forma, hemos generado una transforma-ción que no está soportada en lo que somos, de dónde venimos y que territorio ocupamos, sino en la ilusión de un futuro más esperanzador ¿Será

este el modelo de ciudad que resuelve nuestras necesidades?

La ladera oriental de Medellín es de una roca plutónica llamada dunita, piedra de baja capacidad de resisten-cia. Adicional, la existencia de Karst o pequeñas cuevas donde el agua corre de manera subterránea en el valle de San Nicolás y con desembocadura en esta misma ladera, hacen del suelo de este costado de la ciudad, un terreno débil e inestable.

Esta realidad explica porque nuestras princi-pales tragedias naturales se han presentado en el sector oriental del valle, la Gabriela con cerca de 100 muertos, Villatina con cerca de 500 muertos y Space con 12, son sólo algunas de estas tragedias anunciadas. Es improrrogable la construcción de una ciudad con mayores espacios públicos, gran-des zonas verdes y áreas de conservación.

Promover el desarrollo de la movilidad alter-nativa, que el rio vuelva a ser el centro y el de-sarrollo retorne a las zonas planas. Un cinturón para las laderas que sea un gran jardín botánico que recupere la fauna y flora nativas y, no otro monumento de cemento difícil de sostener. La discusión frente al nuevo Plan de Ordenamiento Territorial POT apenas comienza.

Constructores, academia, sectores sociales y la administración deben de generar espacios para el debate y la inclusión. Es necesario garan-tizar la construcción de una ciudad que durante los próximos 12 años responda a las necesidades que tenemos como sociedad y no a los intereses de unos pocos. La participación activa de todos y conocer el lugar que habitamos, es la única clave para garantizar que no sigamos construyendo una ciudad en contravía de nuestro bienestar y nuestras necesidades.

Medellín, entre la ciudad que nos vendieron y la que necesitamos

Santiago ArroyavePolitólogo

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Ciudad Sur 3

meses después de lo estimado y casi 3 años luego de haberse entre-gado el primer tramo,

la Alcaldía de Sabaneta terminará los 300 metros que restan de la amplia-ción de la Avenida Las Vegas. Se espera que en la segunda semana de mayo se firme el acta de inicio de obras y seis meses después, finalicen las mismas.

El pasado 13 de diciembre de 2011 el entonces alcalde de Sabaneta, Gui-llermo León Montoya, hacía oficial la entrega de 1,5 kilómetros de la tan es-perada ampliación de la Avenida Las Vegas, en el tramo que le corresponde a este municipio entre el centro co-mercial Mayorca y la calle 77 sur.

Los 300 metros restantes debían ser entregados en julio de 2012, pero dificul-tades en la adquisición de predios provo-có que el plazo se ampliara un año más.

Y aunque por cuenta de otro retraso, las autoridades estimaban que para el tri-mestre de este año los sabaneteños dis-frutarían de la totalidad de esta importan-te vía, dicho proceso finalizó hace algunas semanas, por lo que solo hasta noviem-bre de este año la obra llegará a su fin.

“Faltaban doce predios por adquirir, ya afortunadamente esto se hizo y se demolieron las edificaciones, por lo que esta semana se firmarían los contra-

tos de obra pública y el de interventoría y una semana después iniciarían los traba-jos”, explicó Oscar Osorio, secretario de Obras Públicas de Sabaneta.

Pese a que la alcaldesa Luz Estela Gi-raldo, aseguró que no se presentaron retrasos y todo se debe a los tiempos en la gestión de recursos y los tiempos en los procesos contractuales, el fun-cionario explicó que las negociaciones tardaron más de lo estimado, provo-cando la demora.

Se estima que los 36 predios que se tuvieron que adquirir y la construc-ción de este tramo final costarán cerca de 7.000 millones de pesos, de los cua-les el Área Metropolitana desembolsó 3.000 millones, mientras que la Alcal-día aportará lo restante.

“Esperamos que por fin terminen esta vía porque llevan mucho tiempo y no se ven trabajadores y ya los tranco-nes son insoportables en horas pico”, manifestó Carolina Montoya, habitan-te de Sabaneta.

Ante esto, el Secretario de Obras Públicas, quien advirtió algunas con-gestiones debido a los trabajos, enfati-zó que una vez se reinicien los mismos, estos se harán a toda marcha para cumplir con el nuevo plazo y evitar que se tenga que esperar más por la am-pliación de la Avenida Las Vegas.

Avenida Las Vegas: la eterna obra

*

Envigado

Avenida El Poblado

Canalización Aburra

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Sabana Centro Ejecutivo

Urbanización Saltamonte

Urbanización Contémpora

Bodegas Promisión

Urbanización Gualí

Sabaneta

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Ciudad Sur4 Medellín

Mg. Marta Elena Correa*[email protected]

En Medellín el fenómeno del habitante en situa-ción de calle ha aumentado y se ha visibilizado cada vez más.

El cierre de las “ollas” (lugares de consumo de drogas) los exhibió ante la sociedad, exhibición que está li-gada a los hechos inadmisibles que han sucedido en los úl-timos días contra esta población. El asesinato de seis habi-tantes de calle en menos de dos semanas es consecuencia de esta problemática. Por eso es un deber ético plantear algunas reflexiones en torno a lo que está sucediendo en Medellín.

El fenómeno de la población habitante de calle se ha con-vertido en un flagelo social y en un “dolor de cabeza” para las Administraciones Municipales. Este problema se incrementa diariamente por la desarticulación de la sociedad colombia-na, donde se evidencia la desigualdad y la inequidad en la dis-tribución de la riqueza, con sus consecuencias de violencia y pobreza.

Esta situación no solo afecta a los más pobres, sino tam-bién a otros grupos poblacionales que ven perjudicados sus intereses y estilos de vida por la presencia del habi-tante de calle. Las personas que viven en la calle tienen un profundo sentido de marginalidad, de abandono, de no pertenecer a nada. Son como extraños en su propia tierra; perciben que lo establecido no es para ellos, sienten infe-rioridad y desvalorización personal.

Ellos constituyen una cristalización de las tensiones, encrucijadas y ansiedades que atraviesan a los hombres de hoy. Son la expresión de una crisis de sentido que nos plantea la modernidad, pero también constituyen la mani-festación de una separación cultural o una resistencia, un

retraimiento ante una sociedad que genera desencanto por la globalización, la masificación y la pérdida de lazos afectivos que caracteriza la vida en el mundo contempo-ráneo, donde todo se valora en función del éxito personal y el consumismo.

La sociedad y el Estado no pueden ser indiferentes a su situación. Así se los exige el deber de solidaridad (Corte Constitucional, 2006) que consiste en promover las con-diciones para que la igualdad social sea real y efectiva, que llevan a adoptar medidas en favor de grupos discrimina-dos o marginados (Corte Constitucional, 1993).

La Corte Constitucional en su jurisprudencia define a los habitantes de la calle como un grupo de personas que care-cen de capacidad económica para sobrellevar una subsisten-cia mínima, y por razones físicas o de salud les resulta impo-sible procurarse tales medios (Corte Constitucional, 2004).

En consecuencia, los asume como población en situa-ción de debilidad manifiesta y hace explícito que los de-rechos de las personas en condición de indigencia se en-cuentran protegidos por la Constitución. El Estado está obligado a promover políticas de asistencia social dirigidas a mejorar sus condiciones (Corte Constitucional, 1993) y a brindar al habitante de la calle la atención especializada de protección que requiera.

La situación de habitar la calle tiene hondas raíces en la estructura económica. En Colombia, el fenómeno se ha visto agudizado por factores que nos atraviesan como so-ciedad: el desplazamiento, el conflicto armado, la violencia intrafamiliar, el desempleo y el incremento del consumo y distribución minorista de sustancias psicoactivas son fac-tores que han hecho más explosivo este fenómeno.

El habitante de calle representa una manera de vivir la ciudad a todas luces diferente a la del ciudadano común; ante esto, las administraciones perciben que sus estra-

tegias de manejo del problema resultan ineficientes. No existen recursos adecuados para dar salida a tanto desa-rraigo y para abordar tanta complejidad de problemas si-multáneos como los que se evidencian en esta población.

Esta también es una reflexión necesaria para todo cris-tiano, como lo señala la Conferencia del Episcopado Lati-noamericano en su documento de Aparecida (2007). Allí se plantea la preocupación por un nuevo fenómeno social peor que la opresión y la explotación: la exclusión social. Esta afec-ta la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está afuera. Los excluidos –añaden– no son solamente “explotados”, sino “sobrantes” y “desechables”.

Es necesario que en Medellín recuperemos la perspec-tiva de la dignidad humana, entendiéndola como una inte-gralidad que supone a cada persona la autonomía o la po-sibilidad de diseñar un plan vital y de determinarse según las propias características (vivir como quiera), sumado a la garantía de ciertas condiciones materiales concretas de existencia (vivir bien). A estos deben añadirse el reco-nocimiento y respeto a la intangibilidad de los bienes no patrimoniales, a la integridad física y a la integridad moral (vivir sin humillaciones).

Si en esta sociedad logramos vivir bien, vivir como que-remos y vivir sin humillaciones se habrá logrado la reivin-dicación de los derechos, habrá primado el interés general sobre el particular y cada vez menos ciudadanos se verán en condiciones de pobreza extrema, de alternativas dra-máticas de supervivencia y de elegir la calle como su hábi-tat permanente.

* Docente de la Universidad Pontificia Bolivariana, investigadora por más de 10 años de la problemática de los habitantes de calle.

Habitantes de calle en Medellín: más solidaridad y menos violencia

Foto: Cortesía

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Ciudad Sur6 Mi barrio

Alejandro Calle [email protected]

“El balso, las guaduas, las tres palmas me convidan a comprar finca en Envigado. Soy tan joven ahora, que los deseos me hacen cosquillas dolorosas. Casi todo el día lo gasto engañando los deseos. Vamos a ver fincas, le digo a Margarita... Un día

me dije, para engañarme, que todo era mío, porque en todas partes podía orinar, y pensar echado en de-cúbito dorsal”, así contaba Fernando González en su poema “A mi tumba” su fascinación por la vida cam-pestre de su municipio.

Pero tal vez si el filósofo retomara aquellos cami-nos de servidumbre que solía recorrer en El Esme-raldal, de seguro no llegaría a su destino y quedaría envuelto en medio de las construcciones que allí se

Del viejo Esmeraldal no de Fernando

levantan. La misma suerte correría el médico Fran-cisco Restrepo Molina y quizá los pacientes que vi-sitaba a lomo de su caballo, no serían atendidos a tiempo.

De las cuatro antiguas rutas que comunicaban hace medio siglo años las escasas diez fincas asentadas en esta zona campestre con la cabecera del municipio, tres desaparecieron por cuenta de las licencias de construcción y la aparición de las edificaciones. El único camino de servidumbre que queda fue modi-ficado por una de las constructoras, tras una acción popular de la comunidad para evitar su extinción, la primera interpuesta para defender sus derechos co-lectivos.

Para llegar a la casa de Alejandro Sierra, habitante nativo de El Esmeraldal, hay que recorrer aquel ca-mino de piedra que data de del siglo XIX, sumergirse en un pequeño bosque, cruzar un guadual con seña-

les de poda indiscriminada y uno de los pocos naci-mientos que aún sobreviven; para luego subir casi un centenar de empinadas escalas bordeadas por un gran telón verde. El oxígeno adquirido en la parte baja se va agotando con cada escalón.

Allí sentado en su silla mecedora, Alejandro de 50 años, relata que su familia, los Sierra Muñoz, junto a los Castrillón y los Calle, eran los únicos que habita-ban en El Esmeraldal. “Eran cinco casitas en medio de una gran manga donde cultivábamos café, pláta-no, fríjol, pomas. Mi papá era agricultor y mamá lava-ba ropa en la quebrada La Zuñiga, la que ahora llaman Mina honda, hasta que llegaron los ricos y empeza-ron a construir”, cuenta mientras mira de reojo el retrato de su abuela Rita Julia Sierra, una de las fun-dadoras del barrio.

Recuerda Alejandro que para conseguir agua le to-caba cargar baldes y recoger el líquido de los aljibes

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Ciudad Sur 7Mi barrio

quedan ni los caminos Gonzálezubicados en la parte alta (los mismos que fueron ta-pados), mientras que confiesa que la energía la con-trabandeaba su papá, “pero ahora todo ya es legal”, aclara entre risas. Pero de eso queda poco. “Ya esto dejó de ser rural para ser urbano, apareció la gente con plata, empezaron a comprar, a construir y a per-derse la tranquilidad. Ya instalan cámaras de seguri-dad por todas partes como si fuéramos delincuentes y los carros no dejan caminar tranquilo”, lamenta.

Detrás de la vieja construcción donde habita Ale-jandro y su familia, se levanta uno de los 15 proyec-tos de vivienda que se ejecutan dentro de la “Milla de El Esmeralda”, como fue bautizada esta zona, tras la modificación en 2011 del Plan de Ordenamiento Te-rritorial, en la administración del exalcalde José Die-go Gallo y que aumentó la densidad poblacional de 40 a 170 casas por hectárea.

Acción popularPaloma González Villafañe, quien llegó al mundo en El Esmeraldal hace 36 años, también recuerda con nostalgia su infancia campestre. En su casa finca ubicada en la calle 27sur y en medio de una gran jardinera y acompañada de sus dos perros y un gato, lamenta que ya nada queda de lo que disfrutó en su niñez.

“Vivíamos en una gran arboleda, habían pomas, guamas, barranqueras, vacas, tomábamos leche ordeñada, pescábamos corronchos en la quebra-das en la Mina onda. Y ahora ni corronchos ni gua-mos ni pomas. Ya no se ven los búhos ni las guaca-mayas y las ardillas se están yendo”, cuenta Paloma, quien incluso confiesa que extraña las chuchas que caminaban por los tejados y que ahora fueron reem-plazadas por las ratas producto de la remoción de tierra.

La principal preocupación de los cerca de mil habi-tantes de este sector de Envigado es que las nuevas construcciones han intervenido el medio ambiente sin respetar las normas establecidas. “La primera unidad que se construyó fue hace 20 años y con ella llegó la primera pelea porque intervinieron una que-brada con un box coulvert; luego interpusimos una acción popular porque estaban acabando con los caminos de servidumbre que nos sirven para comu-nicarnos entre vecinos y llegar al parque principal ca-minando”, explica Paloma.

En mayo de 2103 decenas de habitantes marcharon hacia la Alcaldía Municipal para reclamar acciones urgentes de la Administración y su alcalde Héctor Londoño y detener lo que ellos consideran la cons-trucción desmedida en esta zona, puesto que de edi-ficios de cinco pisos, pasaron a edificaciones de 20 y 25 plantas. Un año después y al no recibir respuestas concretas decidieron interponer una acción popular.

“Nosotros no nos oponemos al desarrollo pero sí exigimos que se respeten los nacimientos de agua, los retiros de las quebradas que deben ser de 30 metros y no de 20 ó 10 como lo hacen; que no sigan podando árboles de manera indiscriminada, porque todo esto está acabando con la flora y la fauna. Inclu-so ya mucha gente está vendiendo y se va, tal vez eso es lo que están buscando, aburrirnos, pero de aquí no nos vamos”, enfatiza una de las promotoras de la protesta.

Ya varias casas han sufrido fallas en su estructura, desprendimiento de taludes como en ‘El Cielo’, llu-via de cemento como la sufrida en ‘Palo de la Loma’ debido a que la mayoría de construcciones no se instalan aranes. Las escasas y estrechas vías ahora soportan el incremento de vehículos y la movilidad colapsa en horas pico, al punto que el propio alcalde Londoño asegura que “los habitantes tienen razón

en sus protestas. Y aunque estamos ampliando algu-nas vías, eso no va a solucionar el problema de mane-ra definitiva”.

Pese a ello, Paloma, Alejandro y demás habitantes aseguran que sus reclamos no han sido atendidos, por lo que su única esperanza está en la acción popu-lar interpuesta y evitar que los nuevos 4 mil habitan-tes que llegarán en los próximo años también estén en riesgo. “El POT establece a El Esmeraldal como de riesgo medio-alto porque esta es una zona de ri-queza acuífera, pero eso lo están ignorando. Ojalá no tengamos que lamentar una tragedia”, enfatiza Paloma.

“Una casa, un prado, un huerto, dos mastines, una

vaca y un Maestro. Todo en un alto, para contemplar el espacio por donde llegarán mis pensamientos. ¡Esa mi casa! Y los mastines serán dos cipreses grá-vidos de silencio... Cipreses oscuros, quietos, hierá-ticos mastines... ¡Esa mi casa! ¡Y todo en Envigado!”, continuaba en su escrito Fernando González.

Aquellos espacios a los que acudía el pensador envigadeño para encontrar motivos para sus es-critos se han ido desvaneciendo con el tiempo y el cemento. Solo la memoria y resistencia ciudadana preservan la ilusión de que dichos espacios algún día sean recuperados y con ello el patrimonio his-tórico que poco a poco se desvanece en nombre del desarrollo.

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Ciudad Sur8 Medellín

JESSICA [email protected]

Los rostros del ForoCinco continentes,

130 países, 34 idiomas, 20.000

asistentes, negros, blancos, indíge-nas, mestizos, orientales. Du-rante seis días Pla-za Mayor se con-virtió en territorio ONU para albergar el séptimo Foro Ur-bano Mundial, en el que se discutieron las

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Ciudad Sur 9Medellín

JESSICA [email protected]

Los rostros del Forodiferentes problemáticas

que aquejan las ciudades del mundo, tal y como

el calentamiento glo-bal, la sobrepobla-ción, la movilidad sostenible y el de-sarrollo urbano.Además de discu-siones y ponen-cias, el FUM sirvió

como un espacio de intercambio cul-

tural: moda, tradicio-nes, historias y rostros.

Periódico Ciudad Sur@prensaciudadsur

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Ciudad Sur10 Región

Redacción CIUDAD [email protected]

Hace más de un mes se dieron inicio oficial a las obras del in-tercambio de la 77 sur, en inme-

diaciones del complejo residencial Sur-américa, y que unirá a los municipios de Itagüí, La Estrella y Sabaneta. Al finalizar este megaproyecto vial la autopista Sur quedará en un solo sentido, con lo que se espera que los eternos trancones sean cosa del pasado.

Llegar al municipio de La Estrella cru-zando la autopista Sur por Itagüí puede tardar hasta 70 minutos en horas pico. Todo un calvario que finalizará en menos de 17 meses cuando culminen las obras del intercambio que costará 135 mil mi-llones de pesos, de los cuales 80 mil millones fueron asignados por el Área Metropolitana, 16 mil millones por los municipios del valle de Aburrá por con-cepto de regalías, mientras que los 35 mil millones restantes fueron donados en lotes por parte de los tres Municipios involucrados.

El Intercambio irá desde la glorieta del sector Suramérica, en límites entre Ita-güí y La Estrella, atravesará la autopista Sur, el río Medellín, y las avenidas Regio-nal y Las Vegas, para finalizar en Sabane-ta en el sector del Hospital Venancio Díaz Díaz, en la calle 77 sur, la cual también será ampliada en de dos años.

El puente contará con dos tableros, cada uno de tres carriles de 3,5 metros, andenes, dos carriles en cada uno de sus conectores y como novedad, carriles para ciclorutas en ambos sentidos. Al fi-nalizar la construcción, la autopista Sur quedará solo en sentido norte-sur entre Itagüí y Ancón, mientras que la Avenida Regional soportará el tráfico en sentido sur-norte.

Pese a la importancia del intercambio de la 77 sur, el director del Área Metro-politana, Carlos Mario Montoya, aseguró que no encontró eco en los gobiernos departamental y nacional para financiar

El intercambio que unirá la ‘ciudad sur’

la obra, lo que dificultó en parte el inicio de la misma.

“No hemos podido conseguir el apo-yo de la Gobernación de Antioquia y el Gobierno Nacional para este proyecto y otros en el valle de Aburrá y así impedir que nuestra región se convierta en un cuello de botella cuando entren en fun-cionamiento las Autopistas de la Prospe-ridad”, lamentó el funcionario.

Sin embargo, los mandatarios de La Estrella, Sabaneta e Itagüí, resaltaron el interés de las tres municipalidades y del Ente regional en solucionar de manera conjunta los problemas de movilidad en esta zona y afectan además a Caldas y el suroeste antioqueño.

“Es la obra más importante y un ejem-plo de integración de los municipios del

Periódico Ciudad Sur@prensaciudadsur

Aburrá Sur porque que ya no estamos pensando aislados, sino de manera con-junta. El intercambio beneficia el ingre-so y salida de los ciudadanos porque en hora pico ya es casi imposible la movili-dad”, explico Juan Diego Echavarría, al-calde de La Estrella.

Por su parte el alcalde de Itagüí, Carlos Andrés Trujillo, aseguró que “gracias a la Vía Chorritos el flujo vehicular de San Antonio de Prado y sus 120 mil habitan-tes, cruzarán por la vía Los Yarumos y co-nectará con el intercambio de la 77 sur, es decir, la movilidad de nuestro muni-cipio mejorará de manera significativa”.

Entre tanto Luz Estela Giraldo, alcalde-sa de Sabaneta, explicó que ya se están adquiriendo los predios para lograr la ampliación de la calle 77 sur y se espera

que en menos de dos años se tenga lista esta obra.

Para evitar retrasos en la construc-ción, a cargo de Conconcreto, el Direc-tor del Área Metropolitana exigió incluir en el cronograma las dificultades por condiciones climáticas y acelerar los tra-bajos para tener en agosto de 2015 listo el intercambio de la 77 sur, la obra que re-fleja la integración de los municipios del Aburrá Sur, de la Ciudad Sur.

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Ciudad Sur 11Envigado

Periódico Ciudad Sur@prensaciudadsur

Alejandro Calle [email protected]

CIUDAD SUR: Luego de las protestas en Medellín, Bello e Itagüí por cuenta del im-puesto predial ¿Por qué no se pudo preve-nir la misma situación en Envigado?

HÉCTOR LONDOÑO: El problema de los nuevos avalúos obedece a la Ley 1450 de 2011 “Plan de Desarrollo Nacional”, en la que contempla parámetros de ava-lúo catastral que primero eran hasta del 40% del avalúo comercial y ahora es en-tre el 60% y 100%. Es un problema que se presenta en todos los municipios del país y los avalúos se han disparado de una manera impresionante, hasta en 2, 4 y 6

Las protestas en contra de LondoñoEn menos de 30 meses de

gobierno (el cuarto), el alcalde de Envigado, Héctor Londoño, ha tenido que soportar más de

ocho protestas ciudadanas: Túnel Verde, parquímetros,

impuesto predial, El Emeraldal y defensores de la tradición de

globos. Para líderes sociales, dichas protestas son evidencia

de una desconexión entre la Administración Municipal y la

ciudadanía. Para el Alcalde, los problemas han sido heredados

y utilizados políticamente, aunque advierte que se han

buscado soluciones. CIUDAD SUR habló con Londoño para

conocer su punto de vista sobre lo que pasa con su municipio.

veces. Obviamente esto es un golpe para las personas, principalmente las que son pensionadas. ¿Por eso pidió cita y le envió carta al Go-bierno Nacional?

Sí. El único que puede reconsiderar esta situación es el Ministerio de Hacien-da que presenta un proyecto de ley. El problema es del Gobierno Nacional, esa Ley es perversa; sin embargo en diciem-bre presenté un proyecto de acuerdo al Concejo Municipal donde bajamos tari-fas para que a nadie le aumentara más del 15% del valor a pagar al Municipio con

respecto al año anterior, pero el pánico de la gente es qué pasará los otros años, Por eso nosotros nos comprometimos a que en 2015 el incremento será del 2%, los demás años corresponderá a la deci-sión de los próximos alcaldes.Es decir, ¿Los envigadeños sí tienen razo-nes para protestar o sí hay intereses polí-ticos como usted lo ha asegurado?

La comunidad está organizada por-que está siendo muy afectada por los avalúos, ahora no tienen tintes políticos, aunque al principio fue impulsada por un diputado mal intencionado. Pero esta no ha sido la única protesta que usted ha tenido que enfrentar. Tam-bién la del túnel verde, los parquímetros y los habitantes de El Esmeraldal ¿Por qué tantas protestas en Envigado?

Obedece a varias cosas. En 2011 se apro-bó un nuevo POT y le cambiaron las den-sidades de construcción a algunas zonas de Envigado y se las aumentaron, como en el caso de El Esmeraldal, que era una zona campestre en medio del área urbana. Esto permitió que pasaran de 70 casas por hectárea a 140 por hectárea, el valor de la tierra se aumentó y se volvió muy atractivo para los constructores. El problema es que la vía no está ampliada y ya hay dificultades de movilidad y eso que no han terminado todas las construcciones. ¿Qué hacer entonces en ese punto?

El alto flujo vehicular está formando un cuello de botella en La Frontera, por eso estamos haciendo algunas obras como ampliación de vías, pero que no van a solucionar el problema de manera total. Los residentes tienen toda la razón en sus protestas.¿Y en el caso de los parquímetros?

Los parquímetros es una forma de or-ganizar el municipio porque todo mundo estaba parqueando su carro todo el día en

la vía pública. Con los comerciantes hemos venido conversando y dicen que la medida es muy buena. Hay un pequeño malestar en las calles 38 A sur y 39 sur, por lo que es-tamos analizando el impacto de los parquí-metros y se tomarán medidas.Quizá la protesta más grande ha sido la de la defensa del túnel verde, afectado por las obras de Metroplús, ¿Cómo ana-lizan el fallo del Tribunal Administrativo de Antioquia que deja sin licencia am-biental las obras?

La obra lleva muchos años de diseño, pero apareció la Mesa Ambiental de El Poblado, levantó la comunidad y nació este movimiento con las consecuencias que ya sabemos. Nosotros estábamos muy esperanzados en ganar el fallo y se-guir las obras de Metroplús en un corre-dor vial tan importante, ahora lo que es necesario es concertar salidas entre la empresa y el colectivo para evitar que las obras tengan retrasos hasta de 13 años a la espera de un pronunciamiento del Consejo de Estado. Lo cierto es que las propuestas de la ciudadanía son invia-bles porque tal y como proponen no so-lucionan el problema de movilidad. Es decir Alcalde, según usted, todas las protestas han sido por problemas here-dados…

Efectivamente heredamos muchos de estos problemas, además hay algunos lí-deres negativos y levantan la comunidad en contra del alcalde cuando no tenemos la responsabilidad. Por otra parte ya na-die quiere que se tale un árbol ni que se construya un edificio frente a su casa, y así es muy complicado gobernar.

OPINIÓN

“Los municipios están tomando decisiones en sus oficinas sin importar los intereses de los ciudadanos y cuando salen a ejecutarlas se estrellan con la gente por falta de concertación. Desde el colectivo Túnel Verde no hay inte-reses políticos, sino de movilidad y ambiental, y lo mismo sucede con los ciu-dadanos indignados con el incremento del impuesto predial”, Fabio Mauricio Martínez, colectivo Túnel Verde.

Cortesía La Piedra

Foto: Archivo

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Para que Gabo no muera por segunda vez

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Ciudad Sur 13Homenaje

Periódico Ciudad Sur@prensaciudadsur

Octavio Gómez [email protected]

Cuesta trabajo, en las socie-dades contemporáneas tan dadas a instrumenta-lizar los signos y sus sím-bolos, entender que el va-

lor real de la obra de Gabriel García Márquez está en ser solo pala-bras. Tan vacuas, tan pobres en

sí mismas frente a la acumulación de datos, cifras y estadísticas con las

cuales se pretende llenar lo que quedó hueco de sentido.

Pero, por paradójico que parezca, la fundación de la patria que hizo Gabo (perdóne la confianza, pero el editor apenas me regaló 500 palabras para este homenaje modesto), hecha solo en sus relatos delirantes es más dura-dera que los millones de métros cúbi-cos de cemento con que muchos pre-tenden hacer patria.

La razón es simple: el país que nos fundó Gabo está hecho de todos, por fin, de nuestro pasado, de la historia (advenediza a ratos en los textos oficia-les) que no se olvidó, de la historia que

se inventó, de la transmutó en cuento infantil, de la histo-

ria que llevamos las ge-neraciones sin segundas

oportunidades en la tierra.Esa historia que fundó el cata-

quero es la de los hombres y mujeres y niños de los pueblos perdidos en la selva americana y en su desierto y en su montaña porque América Latina es una sola selva y un solo desierto y una sola larga montaña como una espina dorsal que va desde el sur desconocido hasta el norte falseado.

Esta historia contada así nos descu-brió de guerra en guerra, de tirano en tirano, de plaga en plaga, de catre en catre, de camino en camino, porque

así nos hicimos. Lo que hizo el escritor nacional costeño (esa claridad hay que man-

tenerla aquí en la tierra de los antioqueños que solemos

mirar con cierto desdén la dife-rencia cultural) fue darle a todos

nuestros hilos, un nuevo tejido. A nuestros ojos les dio nueva mirada,

a la piel una sensación renovada, una forma de sentir que no conocíamos.

Eso es lo que el crítico literario llamó «realismo mágico»: nuestra capacidad de hacer y vivir por encima de la racio-nalidad y ver a un cristo en una tasa de chocolate, volar al cielo envueltos en sábanas (o huir en un viejo camión ha-cia la libertad del sexo sin frenos y con total impudicia).

Entonces, como la obra de Gabo nos re-descubre en nuestra riqueza y en nuestra miseria (la descripción que hace de las castas capitalinas que go-biernan un país desde la frialdad del páramo, es demasiado lastre para ser aceptada sin más), se vuelve peligrosa, a la vez panfletaria y filosófica, a la vez diatriba y elegía. No tiene ditirambos con el poder sino reclamos.

Vista la muerte del único premio No-bel que tiene Colombia (alguien dijo que tendremos uno más cuando la Academia Sueca premie la hijueputez), queda la perplejidad que trae consigo siempre una noticia de estas. Vemos morir y matar cotidianamente pero no nos resignamos a la idea de la muerte (he aquí cuando regresa la idea de que dios espera al otro lado del viaje, con una suerte de premio eterno, pero eso es nada más que un consuelo autoin-flingido).

Queda la sensación de que nos priva-ron de algo superior, mejor que todo lo que teníamos, más ilustre (el secreto de mago que tienen los que saben con-tar historias, embrujo prehistórico que salta en los genes de la humanidad). Queda la sensación de que se fue el hombre que sabía el arcano de nuestra existencia.

Pero, qué va: no va a pasar. Otro vendrá que ocupe un lugar distinto para contarnos, un trovador de nue-vas coplas que nos desmenuce los amores y nos endilgue los odios. Eso no preocupa.

Lo que ahora me asusta, a mi, pobre pasajero de los días, es que vayamos olvidando poco a poco al juglar de Ara-cataca, que enterremos día con día, sus palabras maravillosas, que echemos en el cuarto de los trebejos inútiles a las generaciones maravillosas de los Buendía, su coronel pobre y su gallo hambriento, sus mujeres olorosas a santidad y a celo. En ese momento, asis-tiremos a la segunda muerte de Gabo.

El escritor colombiano tenía el poder del brujo para convocar los espíritus que pueblan nuestra historia. El riesgo es perder sus conjuros y enterrar en el monumento del olvido sus palabras.

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Ciudad Sur14 Cultura

DBAM: 15 años de puro reggae mestizo

nes. Tal vez eso, en medio de una marea de músicas sin sentido, hace que los amantes del rea-gge sigan en aumento.

“Nosotros hacemos canciones de lo que nos con-mueve y a muchas personas le conmueve lo mismo que a nosotros y nos unimos alrededor de este senti-miento, del cual mucha gente se motiva por mejorar su entorno”.

El concierto terminó, pero la fiesta continúa. De Bruces a Mí seguirá mezclando ritmos colombianos con los caribeños y africanos. Cantando las realida-des de sus barrios y replicando el mensaje de unidad y respeto por el otro. “Seguiremos disfrutando de ha-cer lo que más nos gusta, enviar siempre un mensaje positivo, de revolución espiritual”, enfatizó Mauricio.

Aunque nunca pretendieron convertir-se en lo que son ahora, De Bruces a Mí -DBAM-, 15 años después del nacimiento, es una de las bandas más influyentes del Reggae en la ciudad y el país. Esta agru-

pación nació en 1999 en el municipio de Sabaneta y su nombre se debe a un sueño de su vocalista Mauricio Osorio en su adolescencia.

Ya son cuatro trabajos discográficos: “De Bruces a Mí” en 2003, “Real” en 2006, “El Poder de tu Alma”, y “Elemento Sorpresa” en 2012, en los que se ha eviden-ciado su evolución musical, con fusiones de R&B, Skap y música colombiana. “El sonido ha evolucionado mu-cho, ya que la evolución hace parte de nuestro objeti-vo como banda y cada vez intentamos sonar mucho mejor y con un sonido más característico. De Bruces a Mi suena a Reggae mestizo”, cuenta Mauricio.

Actualmente preparan su nueva producción musi-cal que irán dando conocer poco a poco a través de las redes sociales y los diferentes conciertos y festivales a los que son invitados.

Y es que para esta agrupación, su interés no es ven-der música, por lo que siempre ha permitido que sus seguidores la adquieran de manera libre, y aseguran que si no fuera por Internet, no fueran reconocidos en todo Colombia y en algunos países del continente. “Las grandes disqueras ni las emisoras apoyan este

tipo de género, por lo que You Tube se convirtió en nuestra gran plataforma”.

Pero su trabajo no se queda en la tarima ni estudios. Gracias a sus letras de impacto social, como “Soy una roca”, ‘De Bruces’ participó en el Foro Internacional Anti-corrupción en Kenia tras ser seleccionada entre 240 ban-das de todo el mundo. “Fue algo extraordinario. Inter-cambiar conocimientos con otras agrupaciones y dar a conocer nuestra música en el continente que influyó este género, no hay palabras para describir esa experiencia”, indicó el vocalista.

15 años de buena vibraNo era una noche cualquiera ni un concierto de tantos, de hecho, ninguno lo es. Las filas se hicieron largas y la silletería del Teatro Pabló Tobón Uribe se llenó. Por lo menos 800 personas llegaron al teatro para celebrar los 15 años de vida de De Bruces, corear sus letras y bailar sus ritmos caribeños y autóctonos.

Tan masiva asistencia ni la euforia eran gratuitas. “Contamos con un grandioso público que nos sigue en nuestras presentaciones y canta las canciones de for-ma muy emotiva, sentimos su cariño todo el tiempo. Por ellos vamos a cantar hasta que podamos, así como los Rolling Stone”, confesó Mauricio.

Sus mayores seguidores son jóvenes entre los 17 y 28 años. Sus letras hablan del amor, la vida y sus pro-blemas. De resistencia, protestas, luchas y conviccio- Periódico Ciudad Sur@prensaciudadsur

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Ciudad Sur 15Itagüí

Visita elcentro comercial

a cielo abierto másgrande del país

Alejandro Calle [email protected]

En su maleta llevaban la bande-ra colombiana y la de Itagüí, su proyecto Pólux y la ilusión de ganar el título mundial de ro-

bótica. Ocho estudiantes de 9°, 10° y 11° de la institución educativa Juan N Cada-vid de Itagüí, junto a dos de sus docentes, viajaron a los Estados Unidos para par-ticipar en el Vex Robotics World Cham-pionship High School.

Al final de la competencia, el pasa-do 26 de abril, los jóvenes estudiantes ganaron el premio de los jueces en la División Ciencias. “El Mundial tiene 4 categorías: VEX IQ, VEX MIDDLE, VEX HIGH y VEX U. Cada categoría tiene sus divisiones, nosotros ganamos en una de ellas. Aunque no ganamos el título de campeones mundiales, nos senti-mos como tal”, aseguró con euforia Anderson Clavijo, uno de los docentes del proyecto.

Y es que tras arrasar en noviembre el campeonato Nacional de Robótica 2013, ganaron el cupo para competir con 450 equipos de todo el mundo con la espe-ranza de traerse el título para el país, luego de la experiencia sumada del año anterior en este mismo torneo.

“Para este mundial nos hemos prepa-rado más, nos hemos capacitado, hemos mejorado el desempeño de nuestro ro-bot, con el objetivo de tener un excelen-te desempeño y estar cerca de cumplir nuestro sueño de ser campeones mun-diales, además, somos conscientes que representamos a nuestro país”, le contó a CIUDAD SUR antes de tomar el vuelo Valentina Nieves, quien a sus 16 años es capitana del equipo.

Para esta, la competencia más impor-tante de Robótica del mundo, los estu-diantes de la Juan N entrenados por sus docentes Paula Rivadeneira y Anderson Clavijo se prepararon durante los últi-mos cinco meses, pero con mucha más intensidad en las dos semanas antes del torneo.

“En Semana Santa no descansamos. Trabajamos en las mañana, en las tardes y en las noches para mejorar el funcio-namiento y la programación de nuestro prototipo y así ganar los partidos”, ex-presa esta joven habitante de Villa Paula.

Allí también presentaron ante exi-gentes jurados su proyecto insignia el Vibrasor, una manilla tipo reloj, dis-positivo electrónico que convierte las ondas sonoras en vibraciones y señales luminosas, las cuales le permite a las personas con déficit de escucha re-accionar en tiempo real a los sonidos de advertencia y peligro emitidos por cualquier automotor en las calles de su ciudad.

Dada que esta es la segunda partici-pación de estos estudiantes, según la profesora Paula, el Mundial de Robótica “es una visión diferente para adquirir conocimiento y poner en práctica todo lo aprendido en matemáticas, física, in-glés; además una oportunidad para que

Itagüiseños, campeones en Mundial de Robótica

ellos conozcan gente y culturas de todo el mundo. Y para nosotros como docen-tes es muy importante porque luego de 4 años de investigación y trabajo vemos los resultados”.

La ‘profe’ Paula resaltó el compromi-so durante todo el proceso, así como el financiamiento económico para el

viaje por parte de la Secretaría de Edu-cación de Itagüí a través del Plan Digi-tal TESO, el cual desarrollan en asocio con la Universidad EAFIT. Ya el grupo de investigación Pólux ha había obte-nido el cuarto puesto en el INTEL SEF, con sede en Arizona, Estados Unidos, en mayo de 2013, por lo que el Concejo

Municipal de Itagüí los condecoró con la Medalla al Mérito.

Estos resultados le permiten soñar a la Institución Educativa con su propio laboratorio de robótica, puesto que los estudiantes continúan a la espera de que allí se desarrolle la media técnica en esta área. ¡Felicitaciones campeones!

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