catalogo imago mundi - sobre la concepción del mundo en la edad media

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  • 7/27/2019 Catalogo Imago Mundi - Sobre la concepcin del mundo en la Edad Media

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    UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    Carlos Berzosa Alonso-MartnezRector

    Juan Manuel lvarez JuncoVicerrector de Cultura y Deporte

    Luis Enrique Otero CarvajalDecano de la Facultad de Geografa e Historia

    Jos Antonio Magn WalsDirector de la Biblioteca Complutense

    Marta Torres Santo DomingoDirectora de la Biblioteca Histrica Marqus de Valdecilla

    Agradecimientos:A todo el personal de la Biblioteca Histrica Marqus de Valdecilla

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    IMAGO MUNDI. MAPAS E IMPRENTA

    EXPOSICIN

    Comisario:

    Mariano Cuesta Domingo

    Comisario adjunto:

    Miguel Luque Talavn

    Coordinador:

    Juan Manuel Lizarraga Echaide

    Diseo:

    PeiPe, s.l.

    Montaje:

    PeiPe, s.l.

    CATLOGO

    Editores y coordinadores cientficos:

    Mariano Cuesta DomingoMiguel Luque Talavn

    Autores de los textos:

    Francisco Javier Antn BurgosJoaqun Bosque Maurel

    Pilar Cabaas MorenoAntonio Crespo SanzJos Cruz AlmeidaMariano Cuesta DomingoHerbert Gonzlez ZymlaAlmudena Hernndez RuigmezFrancisco Luis Jimnez AbolladoMiguel Luque TalavnCarmen Martnez MartnLuis Eugenio Togores SnchezIsabel Vicente Maroto

    Las fichas de este catlogo han sido elaboradas por:

    Jess de Benito Pascual [JBP]Isabel Corulln Paredes [ICP]Mariano Cuesta Domingo [MCD]M Pilar Cuesta Domingo [MPCD]Mara Aurora Dez Baos [MADB]Herbert Gonzlez Zymla [HGZ]Francisco Luis Jimnez Abollado [FLJA]Jos Andrs Jimnez Garcs [JAJG]Juan Manuel Lizarraga Echaide [JMLE]Miguel Luque Talavn [MLT]

    Miguel Martn Onrubia [MMO]Carmen Martnez Martn [CMM]Pilar Moreno Garca [PMG]Gonzalo M. Quintero Saravia [GMQS]Mario Ruiz Morales [MRM]Jos Jacobo Storch de Gracia y Asensio [JJSGA]Marta Torres Santo Domingo [MTSD]Chet Van Duzer [CVD]

    Coordinador tcnico:

    Juan Manuel Lizarraga Echaide

    Fotografa:

    Pablo Lines VinuellesBiblioteca Histrica Marqus de Valdecilla

    De los textos sus autores, 2010 Biblioteca Histrica Marqus de Valdecilla

    EDITA: Universidad Complutense de Madrid.Servicio de Publicaciones

    Impresin:

    Icono

    Encuadernacin:

    Ramos

    ISBN: 978-84-96701-42-7Depsito Legal: M-47544-2010Impreso en Espaa

    Imagen de portada: Detalle del Mapa de la Provincia y Missiones de la Compaa de Jess del Nuevo Reino de Granada, de Jos GUMILLA (1745). Cat. 3.8.

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    Madrid, Biblioteca Histrica Marqus de Valdecilla, 2010

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    aBiblioteca Histrica constituye uno de los mayores tesoros de la UniversidadComplutense de Madrid, y ao tras ao, va mostrando sus joyas, no slo a losinvestigadores y especialistas sino a todos los interesados en la ciencia, en lahistoria y en el desarrollo del pensamiento humano. As es como hemos disfrutadoen sucesivas exposiciones de la belleza y rareza de valiosos libros de astronoma,arquitectura y economa, de planos arquitectnicos, de libros de artista, de cartasy poemas de Rubn Daro, de tesoros del biblifilo Francisco Guerra...

    Estas exposiciones tienen como objetivo difundir la gran riqueza bibliogrficade las colecciones que alberga la Biblioteca de la Universidad Complutense. Perosobre todo, quieren acercar la Universidad a la sociedad en la que est inmersa,estableciendo un dilogo vivo entre la comunidad universitaria complutense y losciudadanos, con los que queremos compartir un pasado comn de arte y cienciay una riqueza que es de todos y para todos.

    En esta ocasin, la muestra es especialmente atractiva pues est dedicadaa unos materiales, los mapas, que van ms all de la ciencia, o de la tcnica paraconvertirse en objetos artsticos. Imago Mundi. Mapas e imprentanos lleva alanzarnos a aventuras ms all de los mares, a explorar territorios desconocidos,a navegar por costas exticas, a adentrarnos en desiertos o a escalar montaas

    nunca pisadas. Universo, tierra, geografa, globos, planos, mapas, cartas, sonpalabras de un lenguaje universal que, desde los inicios de la historia, han sidoimprescindibles para conocer nuestro mundo cercano e ir ms all, ampliandoconocimientos.

    Un cuidado proyecto cientfico, dirigido por el profesor Mariano CuestaDomingo, ha tenido como resultado el programa expositivo del que en estos mesesvamos a disfrutar. A l, y a todo el equipo de profesores y bibliotecarios que hanestudiado este fondo cartogrfico y colaborado en la organizacin de la exposicin,nuestro agradecimiento por su esfuerzo y nuestro nimo para continuar su laborinvestigadora entre los tesoros que hoy custodiamos.

    Para terminar, como rector de la Universidad Complutense de Madrid es

    para m motivo de orgullo presentar a la comunidad universitaria, a los ciudadanosmadrileos y a todos los que visitan con asiduidad la Biblioteca Histrica, laexposicin Imago Mundi. A todos les invitamos a disfrutar de los mapas reunidos ennuestros libros antiguos.

    CARLOS BERZOSA ALONSO-MARTNEZRector de la Universidad Complutense de Madrid

    Presentacin

    L

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    NDICE

    Un idioma complejo, un lenguaje simpleMariano Cuesta Domingo ........................................................................................................................ 13

    Un mundo en construccinDel pergamino al papel. Lo real, lo verosmil, lo imposibleMariano Cuesta Domingo ................................................................................................................... 25

    Con los ojos en el cielo y los pies en la Tierra.Transmisin de la experiencia y de la cienciaMariano Cuesta Domingo ................................................................................................................... 47

    La imagen de los finis terrae en los libros de cronistas e historiadoresMariano Cuesta Domingo ................................................................................................................... 73

    Europa. Territorio inmediatoConformacin de Europa y su plasmacin cartogrficaFrancisco Javier Antn Burgos .......................................................................................................... 93

    En la proa de Europa. La PennsulaJoaqun Bosque Maurel .................................................................................................................... 113

    Los escenarios prximos. El gran teatro del MundoUn espacio prximo. De civitatesAntonio Crespo Sanz ......................................................................................................................... 137

    El gran teatro del mundo. Theatrum Orbis TerrarumM Isabel Vicente Maroto ................................................................................................................. 159

    Tierra Santa y el Lejano Oriente. Fe y lujoLa fe sita montaas, ros y reinosHerbert Gonzlez Zymla ................................................................................................................... 187En ruta hacia el este o en busca del lujo orientalPilar Cabaas Moreno ....................................................................................................................... 207

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    Iberoasia y los Mares del SurIberoasia y el Pacfico espaol. Su imagen a travs de los siglosMiguel Luque Talavn ....................................................................................................................... 239

    Se le toman las medidas al mundo. Expediciones colosales y grandes viajesJos Cruz Almeida ............................................................................................................................... 269

    Amrica. Un mundo en crecimientoLos primeros centros en el Nuevo Mundo. Su periferia.Cartografa del Virreinato de la Nueva EspaaFrancisco L. Jimnez Abollado ........................................................................................................ 295

    Mapas del mundo hispnico. SudamricaCarmen Martnez Martn ................................................................................................................. 317

    Una tierra de promisin y la conquista del Oeste norteamericanoAlmudena Hernndez Ruigmez .................................................................................................. 341

    frica. Un mundo por conocerExotismo permanenteLuis Eugenio Togores Snchez ....................................................................................................... 363

    MapasEl cartgrafo en su gabinete. Nuestros mapasMariano Cuesta Domingo ............................................................................................................... 407

    Bibliografa....................................................................................................................................

    424

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    Un idioma complejo,

    un lenguaje simpleMARIANOCUESTADOMINGO

    *

    lmapa antiguo es un objeto historiogrfico, bibliogrfico, artstico que ha con-citado el inters general del observador, del curioso y del experto. Un mapa en lamano da seguridad; da la sensacin de que el portador domina el territorio allrepresentado. La imagen del Pantocrtor con el globo terrestre y su esquema deT en O, los exploradores imponiendo una toponimia plagada de exnimos y deadaptaciones lingsticas de los nativos transmiten ese sentimiento1; las escuelas,estados mayores o grupos de trabajo entorno a la cartografa dan esa impresino sensacin. Hasta tal punto alcanz la cartografa un aprecio general que lleg aser considerada como ciencia de los prncipes2. En todos los grandes palacios se

    hallan salas de mapas; en pergamino o papel, en tapices, en pinturas al fresco ElEscorial y el Vaticano no son ms que dos ejemplos caractersticos.Es cierto que tanto en la Antigedad como en tiempos modernos los mapas

    gozan de un atractivo particular; mueven juntamente con los libros de viajes a pen-sar en aventuras sin cuento desde el saln de la propia casa. Y esto, que sigue sien-do cierto en connivencia con documentales cinematogrficos, era absolutamente irre-futable hasta avanzado el siglo XX; los mapas permiten comprender la Historia, facilitanla programacin de acciones de diversa ndole; la imagen cartogrfica es omnipre-sente en los mapas con documentacin manuscrita y tanto ms en los libros anti-guos (sea cual fuere la precisin tcnica dada al trmino). Textos y mapas estaban in-disolublemente unidos; con los mapas grabados, exentos o formando carpetas se

    hallan, generalmente, expedientes complementarios fundamentales.Se ha deslindado con frecuencia entre libros de mapas y libros con mapas;tambin se ha mencionado que los segundos son de cartografa secundaria mien-tras que los primeros son considerados como mapas ortodoxos. Puede ser as. Sinembargo unos y otros juegan su propio papel; como se acaba de afirmar los ma-pas en los libros permiten la comprensin del texto. O es que pueden publicarselibros sobre los viajes del Preste Juan, Marco Polo, Mungo Park, Cook, John Smith,

    E1 CUESTADOMINGO, Mariano; Ma-

    nuel MURIEL.Atlas toponmico extre-meo-americano. [3 edicin].Madrid:Instituto de Cultura Hispnica,1992. [1 edicin en Badajoz,1885].CUESTADOMINGO, Mariano. Gua-dalupe en la toponimia americana,en GARCAJ. (editor). Guadalupe deExtremadura: dimensin hispnica y pro-

    yeccin en el Nuevo Mundo. Guadalu-

    pe:[s.n.], 1993, pp. 505-576.CUES-TADOMINGO, Mariano. Presenciade Espaa en Norteamrica.Pano-rama toponmico. Boletn de la RealSociedad Geogrfica (Madrid).CXXII(1989), pp. 93-108. CUESTADOMIN-GO, Mariano. Imagen cartogrficade Filipinas y su entorno. Testimo-nio toponmico, en VV.AA. El Le-

    jano Oriente espao l. Filipinas (si glo

    XIX). Actas de las VII Jornadas Nacio-

    nales de Historia Militar, Sevilla, 5-9

    de mayo de 1997. Sevilla:Ctedra Ge-neral Castaos, Regin Militar Sur,1997, pp. 2-38. CUESTADOMINGO,

    Mariano. The long route of San-tiago. Influence of the Apostle Jamesin the Americas, en MARTN EZRUIZ, Enr ique; Magdalena dePazzis PI CORRALES (coordinadores).Scandinavia, Saint Brigitta and the

    * Universidad Complutense de Madrid.

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    etc. sin acompaar imgenes cartogrficas oportunas? Acaso era factible orga-nizar, preparar, ejecutar y comprender cuanto se estudia o se expone en la Histo-

    ria sin la visin de un mapa? (se hace a pesar de todo). Parece como si se preten-diera priorizar la cartografa entre mapas en tanto que herramientas y arma frentea otros en cuanto a simple ilustracin. Est bien pero, quiz, habra que clasificarestos materiales mediante el criterio de calidad. No cabe duda que la profesiona-lizacin del experto, del tcnico, dotar a la obra cartogrfica de cualidades dignasde ser tomadas en cuenta. Llevar al sabio (apasionado por el saber) a la culmina-cin de su conocimiento; en locucin popular se dira mediante sendas expresio-nes, admirativa: sabe lo que est en los libros!; o exclamativa: sabe lo que no es-t en los libros!, o sea ms.

    UN LENGUAJE SIMPLE

    A lo largo de la Historia, como tantas otras, la cartografa evolucion desde el con-cepto de arteal de cienciapara cerrarse el crculo en el nivel de tcnica, en un pro-ceso de perfeccionamiento aparentemente descendente. Una tcnica que se ha in-troducido en cualquier aspecto de la cultura dando lugar al cartografiado de ideaso de poltica, de industrias diversas, de materias tan heterogneas como la medici-na o las elecciones o actividades delictivas Pero la cartografa por antonomasiaes la referente al Universo, a la Tierra, a la Geografa. Ciertamente puede dar lugara valoraciones de diversa ndole desde la ms ingenua geografa que sera la lite-raria de Saint-Exupery3 o la no ms real pero s ms utpica de Borges4 sin excluir

    la evocadora de Roa Bastos

    5

    ; la fotografa area actual es otra tcnica complemen-taria o, al menos, ajena a nuestro inters aqu y ahora.La imagen puede adoptar perfiles de Globo(cuando la forma dominante

    es la esfrica aunque, frecuentemente, se reproduzca sobre superficie plana) o dePlano (por razn del espacio representado); de Mapa(estipulado para extensio-nes grandes, por razones de proporcionalidad pequeas) o de Carta(generalmen-te reservado para espacios predominantemente nuticos). En todos ellos dominaun elemento espacial; en todos ellos se precisa de otro mecanismo imprescindiblepara su comprensin; es el de comparacin entre el espacio representado en el ma-pa y la imagen que ofrece al lector. Es la escala. Con la imagen y la escala no solose pareca la forma sino que, adems, se conoce la magnitud. La ausencia de es-

    cala no permite la lectura del mapa en primera instancia; fuerza a efectuar relacio-nes de semejanza con otros conocimientos previos; pero faltaron, en ocasiones.Los rudimentos cartogrficos aparecen con el hombre; su desarrollo ha pro-

    gresado con los adelantos de la cultura. Consecuentemente, su elenco ha sufridogran cantidad de prdidas pero quedan interesantes evidencias, ejemplos singula-res, testimonios mltiples; suficientes para trazar la Historia de la Cartografa. Unconjunto cartogrfico testimonial de los ms seductores y gratos es el recogido

    ImagoMundi.Mapase

    imprenta

    14

    Pilgrimage Route to Santiago de Com-

    postela. Proceedings of the VIII Spa in

    and Sweden Encounters throughout His-

    tory, Santiago de Compostela, October,

    18-20, 2000 / El mundo escandinavo,

    Santa Brgida y el Camino de Santia-

    go. Actas d el VIII Encuentro Histrico

    Espaa-Suecia, Santiago de Compos-

    tela, 18-20 de octubre de 2000. San-tiago de Compostela: Servicio de Pu-blicacin e Intercambio Cientfico,Universidade de Santiago de Com-

    postela, 2002.2 En expresin de George Adams,cos-

    mgrafo de Jorge III de Inglaterra(ver DOMINGUES, Francisco C. Car-tografa portuguesa, dos primrdios representao do Indico, en CUES-TADOMINGO, Mariano;Adolfo SU-RROCA(direccin y edicin). Carto-

    grafa hispnica. Imagen de un mundo

    en crecimiento, 1503-1810. Madrid:Ministerio de Defensa, 2010, pp.277-294, y p. 286.

    3 SAINT-EXUPRY, Antoine de.Le petitprince, captulo XV -hay numerosas

    ediciones, tambin en espaol-.4 En aquel Imperio, el Arte de la Car-

    tografa logr tal Perfeccin que elmapa de una sola Provincia ocupa-ba toda una Ciudad, y el mapa delimperio, toda una Provincia.Con eltiempo, esos Mapas Desmesuradosno satisfacieron y los Colegios deCartgrafos levantaron un Mapa delImperio, que tena el tamao del Im-perio y coincida puntualmente conl; el resultado fue calamitoso(BORGES, Jorge Luis. Del rigor en laciencia -Buenos Aires,1974-).

    5

    Esos bichos [polillas] agujerearonlas Cdulas Reales. Se comieron lasdemarcaciones primitivas, la lneade hitos, el uti possidetis, se bebieronlos ros.Todo.Ahora nadie entien-de nada. Ni nuestros doctores en l-mites. (ROABASTOS, Augusto.Hijode hombre. Madrid: Espasa Calpe,1993, VII, III).

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    por la imprenta, el que se ha conservado y transmitido en libros por ms que estosejemplos sean siempre ilustrativos. El hecho de presentarse en un contexto litera-

    rio amplio dota esos mapas de una explicacin suplementaria del que carece el ejem-plar exento a no ser que junto a l se halle todo un expediente archivstico. Irreba-tiblemente ellos dotan al texto de un valioso auxiliar para su mutua comprensin.

    La cualidad fundamental del mapa es su carcter de lenguaje franco universal6,como las matemticas, la msica o las artes plsticas. Como todos ellos compli-cado por las dificultades que plantea, por el simbolismo que exige, y, sin embargodemanda una expresin simple, un idioma tan sencillo que su lectura y, corriente-mente, su interpretacin al menos parcial pero suficiente queda al alcance decualquiera a nivel elemental; una superior explicacin, solamente al alcance de ex-pertos. Como todos los lenguajes.

    La ms lejana antigedad ha legado imgenes caracterizadas por su univer-

    salidad o por su proximidad. Vetustos libros muestran iconografas globulares delUniverso o de la Tierra; es la muestra grfica de sus concepciones cosmognicas,cosmolgicas, cosmogrficas. Es la evidencia del carcter especulativo de sus sis-temas de conocimiento. Asimismo dejaron algunos ejemplos de planos que prue-ban el carcter experimental del discernimiento del medio en que se desenvolvan.Calificar a estos mapas de errneos, cuando han transcurrido siglos y hasta mile-nios, no deja de ser improcedente sino pueril. No obstante, lo ms frecuente es laausencia de escala; innecesaria en todo caso para los autores y coetneos, para eldiscurso que ofrecen.

    Un progreso apreciable vino dado por el desarrollo de las comunicacionesy transportes, particularmente por mar. Lo experimental se hizo presente con toda

    su carga de ensayo, errores, reiteracin, rectificacin y aciertos; sin abandonar loespeculativo que pervivi en los libros, como no poda ser de otro modo. Un inicioque puede parecer retrico7que se incrementa con el valor aadido de errores, ma-nipulaciones y deformaciones, meditados o no intencionados, para dar al trminoun valor ambiguo dual al menos que le caracteriza y que es perceptible en losmapas. As el mapa rene esas caractersticas retricas en tanto que arte de biendecir, de embellecer la expresin de los conceptos, de dar al lenguaje escrito o ha-blado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover; puede ser arte y esherramienta. No obstante, como la retrica, tambin puede mostrarse como usoimpropio intempestivo de esta arte, como razn que no es del caso, sofistera porcuanto puede ser utilizado como razn o argumento con que se quiere defender

    o persuadir lo que es falso.Si se pretende seguir la trayectoria cartogrfica de la Historia Universal des-de una ptica tan heterodoxa quiz puede lograrse que quepa en el espacio de unaspocas pginas sin caer en la tentacin de exponer una interminable sucesin deimgenes o una prolija lista onomstica, pero tampoco pueden hurtarse las perti-nentes, pues si bien es cierto que una imagen equivale a mil palabras es asimismoverosmil que una inflacin, proliferacin o abuso de imgenes puede conducir a

    6JUARISTI, Jon.Cartografa y lengua-je, en CUESTADOMINGO, Mariano;Alfredo SURROCA(coordinadores).Cartografa hispnica. Imagen de un

    mundo en crecimiento. Madrid:Minis-terio de Defensa, 2010, pp. 477-491;FERNNDEZ PALACIOS, Jos Antonio.La cartografa, lenguaje franco uni-versal,en CUESTADOMINGO,Mariano;

    Alfredo SURROCACARRASCOSA(coor-dinadores). Cartografa medieval hisp-nica. Imagen de un mundo en construccin.Madrid:Real Sociedad Geogrfica :Real Liga Naval Espaola, 2009,pp. 19-31.

    7

    CUESTADOMINGO, Mariano. El ob-servador ante el mapa:cartografa yretrica, en VALENZU ELA RUBIO,Manuel (coordinador editorial). Unmundo por descubrir en el sigloXXI. [Ci-clo de Conferencias de la Real Socie-dad Geogrfica, noviembre-diciem-bre 2002]. Madrid: Real SociedadGeogrfica,2003,pp.69-108.

    1

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    una exposicin de cromos, a una ausencia de palabras, a cierto grado de autismo.Aunque tornando a la contraposicin, en principio hay que considerar cartografa

    como trmino que designa la totalidad de la serie de procesos que intervienenen la elaboracin de los mapas, desde topografiar el terreno hasta imprimir elmapa o, tambin, en sentido limitado, el dibujo de un mapa.

    Pero a qu se denomina mapa. Tomemos en cuenta que, de forma elemen-tal, se considera mapa a la representacin, a escala, de lasuperficie terrestre o deunasuperficie de la Tierra sobre una espacio plano; tambin sobre la esfrica de-be considerarse como una forma de mapa8 aunque aqu y ahora importe ms loprimero: las cartas o mapas propiamente dichos en tanto que testimonio histri-co y en cuanto fuente historiogrfica.

    Por consiguiente el mapa puede ser realizado sobre cualquier superficie, seaarena, arcilla, pergamino, papel u otro material, realizado por el hombre (cartgrafo) a

    mano o bien grabado o impreso, hasta llegar a sistemas tan avanzados como el GIS.Por consiguiente, latu sensu, cartgrafo puede ser cualquiera, un aficionado, un artis-ta, un tcnico, un cientfico de cualquier especialidad; toda persona ha dibujado unmapa en alguna o en muchas ocasiones, los hombres primitivos tambin. Cosa muydistinta es la calidad o valor de la obra resultante. Sin ir ms lejos, la primera descrip-cin cartogrfica aparece en el Gnesis(I, 2)9; en alguna cartografa posterior, hastaavanzado el siglo XV, pueden apreciarse esta imagen bellamente dibujada.

    En tiempos histricos, posteriores a la Creacin, el establecimiento de lindesentre campos de diferentes familias o grupos o etnias poda ser fijados por el ca-beza de grupo ms o menos extensa o por el chamn o por el jefe de banda decazadores; y seran suficientemente ilustrativas para que su gente comprendiera la

    explicacin o para alcanzar acuerdos o difundir conocimientos. El hecho debi re-petirse con frecuencia, especialmente en territorios que no conservaban los lmitestras vicisitudes cclicas, como los frtiles llanos o terrazas fluviales, inundables,del mismo modo que hicieran algunos frailes en Amrica durante el siglo XVI .Hasta aquellas fechas y de manera, que se nos antoja rudimentaria, debieron ha-cerse innumerables mapas, con posterioridad infinitos. Respecto a ellos cabe afir-mar que no seran extraordinariamente superiores el primer mapa croquis deterritorio americano realizado nada menos que por el Almirante de la Mar Ocano(c. 1492) y de ndole anloga pueden considerarse los mapas o planos posterioresde numerosos marinos y de algunos frailes (Vlez de Escalante, Jacinto de Carva-jal, Agero, Sobreviela,)10. Asimismo pueden quedar muy bien incluidos las im-

    genes cartogrficas de cdices indgenas mesoamericanos

    11

    o los correspondien-tes andinos de la obra de Huamn Poma12. Hay ejemplos incluso en el siglo XIX y XX.Es el origen propiamente dicho de la cartografa; sus inicios intuitivos, a im-

    pulsos de una necesidad individual o colectiva, realizados espontneamente y ador-nados por unas cualidades idneas: utilidad, concisin, claridad, imprecisin e in-genuidad; un tipo de diseo que ha perdurado indefinidamente. Su escala, no expresa,suele ser grande, el espacio territorial representado pequeo.

    8 RUIZ MORALES, Mario.Inicios de lacartografa globular: aparicin del

    Nuevo Mundo,en CUESTADOMIN-GO; SURROCA, 2009,pp.275-311; RUIZMORALES, Mario. Imgenes esfricasdel cielo y de la tierra,en CUESTADO-MINGO; SURROCA, 2010, pp. 105-132.

    9 Plant luego Yav Dios un jardnen Edn, al oriente Sala de Ednun ro que regaba el jardn y de allse parta en cuatro brazos.El prime-ro se llamaba Pisn, y es el que ro-dea toda la tierra de Evila, dondeabunda el oro, un oro muy fino, ya ms tambin bedelio y gata; y elsegundo se llama Guijn, y es el que

    rodea toda la tierra de Cus; el terce-ro se llama Tigris y corre al orientede Asiria; el cuarto es el Eufrates.

    10 CUESTADOMINGO; SURROCA, 2010.11 Como el Coauhtlinchan 4, el de

    Coatlichan, el Lienzo de Tlaxca-lay el Mapa Aforrado, etc (RO-JAS [YGUTIRREZ DE GANDARILLA],Jos Luis de. Otro estilo cartogr-fico: los mapas de los indios meso-americanos, en CUESTADOMINGO;SURROCA, 2009, pp. 175-192; ROJAS[YGUTIRREZ DE GANDARILLA], Jo-s Luis de. Un paisaje, diversas re-presentaciones: los mapas de las Re-laciones geogrficas de la NuevaEspaa,en CUESTADOMINGO; SU-RROCA, 2010, pp. 377-387;CUESTADOMINGO, Mariano; Carlos SIXIREIPAREDES (direccin e comisariado).Cdices americanos. Catalogo da Mos-

    tra. [Gallaecia Fulget.V Centenarioda Universidade de Santiago deCompostela (1495-1995)]. Madrid:Museo do Pobo Galego :Universi-dade de Santiago de Compostela,1995).

    12 LPEZYSEBASTIN, Lorenzo E.Laiconografa imaginaria de las ciuda-

    des andinas en la Nueva Cornicay Buen Gobierno de Felipe Gua-mn Poma de Ayala, en SOLANO[PREZ-LILA], Francisco de; Fermndel PINO (editores).Amrica y la Es-

    paa del sigloXVI. Madrid: ConsejoSuperior de Investigaciones Cient-ficas,1983, volumen II,pp. 213-230+ 43 lminas fuera de texto.

    ImagoMundi.Mapase

    imprenta

    16

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    Volviendo a la observacin de la carta o mapa bajo la atencin dual del ini-cio, se hizo un primer ensayo bajo la expresin arte u oficio13; lo mismo podra

    efectuarse mediante las formulaciones interrogatorias ms o menos oratorias acer-ca de la cartografa como algo espontneo o normalizado, necesario o accesorio,til u ornamental, imprescindible o superfluo, experimental o especulativo, obje-tivo o subjetivo, relativo o absoluto, riguroso o aproximado, tcnica o arte, arte-sana o ingeniera, En todo caso, ante la carta o mapa, siempre hay que ejercerun proceso de restituciny de interpretacinen conceptos de plena vigenciacientfica.

    En consonancia con los trminos que acaban de ser mencionados puedeapreciarse unas variables en la autora de las obras realizadas llegando a sucesi-vas oposiciones entre la autora de un filsofo o un telogo, llevadas a cabo por unexplorador o gegrafo, impulsado por comerciantes o banqueros, presentado por

    navegantes o por militares, utilizado por consejos de administracin o por esta-dos mayores. En todos los casos la realizacin de la carta y su interpretacin estsujeta a la crtica interna del documento ms all de otros criterios con que pue-da ser contemplada.

    Esta dualidad u oposicin de trminos es susceptible de aplicacin a cadaobra; este aparente caos, necesita alguna precisin que debe estar en trminos tem-porales y que ha sido ya mencionada; una cronologa que sin encorsetar el proce-so pueda hacerlo abarcable, como puntos de referencia y sin intentar una precisinde lmites inabarcables. As pues, tenemos alguna respuesta al qude la cartogra-fa pero cabe formularse otras para conocer la cuestin que se plantea y explicarsu inters, su importancia, su utilidad, su atractivo en todos los tiempos. Se trata

    de responder a las preguntas elementales que son consustanciales en cualquier es-tudio, por quin, para qu, dnde, cmo, cundo, Por su obviedad, el para qu de la cartografa parecera una pregunta mu-

    cho ms retrica si cabe. Los mapas se hallan por encima de la necesidad, son sen-cillamente imprescindibles para la actividad del hombre, del Estado, de la Humani-dad si queremos ser ms precisos. Economa y proselitismo, vanidad y avaricia,miedo y ambicin suelen mencionarse como impulsores del proceso de conocimien-to de la superficie de la Tierra y de la puesta en contacto de las etnias que lo pue-blan; conocer el espacio, controlar el territorio, por un negocio o un grupo huma-no, explotar recursos mediante una actividad comercial convencional o a travs deun monopolio, fijar cargas fiscales y verificar su pertinencia y ejecucin, establecer

    lindes, fronteras y lmites, acordar paces perpetuas, expandir escalas de valores omodos de vida, etc. Sea como argumento propaganda o arma se constituye en unaherramienta fundamental; con toda la precisin, ambigedad y hasta deformacinque se quiera y pueda apreciarse en los documentos existentes. Con todo el rigorposible y con todos las equivocaciones asumibles y errores voluntarios. Con todoslos riegos que supone su presentacin al ser considerada como una imagen per-fecta de la Tierra14. De hecho se ha planteado, insistimos, la existencia de una

    13 CUESTADOMINGO, Mariano. Car-tografa, arte y oficio. Descubri-mientos e imago mundi, en MAR-TN ACOSTA, Emelina (editora).Coln en la Casa del Cordn de Burgos.Burgos: Caja de Burgos. rea deCultura, 1998, pp. 29-54.

    14 Ciertamente tambin existe la posi-bilidad de que la carta se conviertaen un signo de riqueza,en un tes-

    timonio de poder, en una declara-cin de dominio.Algo ms que unpuro ornamento que canta el nivelcultural del anfitrin y evidencia lamagnitud de su empresa o la aspi-racin maximalista de su reino, lapretensin frente a un competidor,la propuesta ante un contenciosou obsequio ante un egregio perso-naje.Salas especiales de los Museos

    Vaticanos, de palacios reales, cuadroscolgados en despachos heterogneoso, simplemente, atesorados en losfondos de las cartotecas, custodianimportantes ejemplares.No hay du-

    da acerca de su belleza, de su arte,de su sentido esttico u ornamental.Puede haber fundadas notas de de-formacin en alguna de las imge-nes que se representan;hasta es po-sible que la imagen personificadaparezca no tener relacin alguna conel espacio all sintetizado,pero es in-discutible su atractivo.

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    cartografa con mayores dotes de arte que de oficio. Enseguida se percibe que unoy otro son consustanciales con el mapa en cualquier tiempo; quiz pueda llegarse

    a una conclusin generalizadora, y por tanto con no pocas excepciones, de que pre-valece el arte sobre el oficio en razn inversamente proporcional a su antigedad;a mayor dosis de antigedad mayor valor artstico, un precio superior en el merca-do; se puede parafrasear a Petronio en su afirmacin: el amor al arte nunca enri-queci a nadie, su comercio s. En sntesis se estara ante una obra que puede serinscrita entre las que llevan el sugerente y eufnico nombre de arte aplicada yoficio artstico.

    UN IDIOMA COMPLEJO

    Un lenguaje sencillo pero un idioma complejo cuyos elementos son heterogneos:la escala, el sistema de proyeccin, las coordenadas y el punto, la toponimia y lossmbolos, los vacos en el mapa como testimonio fehaciente contrapuesto a po-cas de horror al vaco, los grabados, las alegoras la representacin del relieveEl mapa, en fin, como arte, ciencia y tcnica. Y, sin embargo, tal complejidad se ex-presa mediante un lenguaje simple; sobre manuscritos y pergaminos, en incunablesy numerosos libros impresos. Donde hacen acto de aparicin autores diversos conmentalidades, ideas y formas de expresin anlogas aunque con una evolucin in-terpretativa polimrfica: Indicopleustes, Alfonso X, San Isidoro, Zacuto, Alfragano,Al Idris, Benjamn de Tudela, Marco Polo, Peutinguer, Orosio, Beatos, Cresques

    Y volvemos al libro como forma de transmisin de la sapiencia y de la expe-

    riencia; como testimonio de etnocentrismo como autoafirmacin frente a otros, co-mo expresin de formas de pensamiento y de actitudes; como expresin de capaci-dad cientfica y tcnica. Como sntesis de un mundo en construccin y como explicacinde un mundo en crecimiento. Como fruto de la observacin astronmica, de especu-laciones, de experimentacin; con los ojos en el cielo. Pero tambin con los pies en laTierra, en el suelo, en la cubierta del barco para mediante la experimentacin legarpor el manuscrito, primero, y por el impreso, despus, todo los saberes adquiridos ylas aplicaciones para las que son susceptibles de aprovechamiento.

    La invencin de la imprenta y la multiplicacin de obras salidas de sus talle-res dieron lugar a numerosos libros con grabados impresos. As hicieron acto deaparicin imgenes urbanas y de grandes escenarios, ilustraciones de crnicas e

    historias y, sobre todo, ese proceso de ampliacin de horizontes geogrficos efec-tuado merced a la accin incesante de descubridores y exploradores por todos loscontinentes, hacia el oriente prometedor, costeando todos los litorales y confor-mando el orden de las tierras y los mares.

    Esos mapas ilustradores son de una sencillez caracterstica y de una clari-dad proverbial. Algunos ejemplos testimoniales llenan estas vitrinas; muchos sonatesorados en los depsitos de esta Biblioteca; son nuestros mapas.

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    LOS MAPAS EN LOS LIBROS ANTIGUOS

    De todas esas posibilidades se hallan ejemplares en la Biblioteca Histrica Marqusde Valdecilla de la Universidad Complutense. En varias exposiciones organizadasen sus salas han sido admirados elementos diversos de la ciencia acumulada pro-cedente de las diversas Facultades de la propia Universidad. En esta ocasin seexhiben NUESTROS MAPAS en los libros de fondo antiguo. No todos (no es posible conel espacio disponible habida cuenta la magnitud de los fondos) y ni siquiera los me-jores (los que se muestran son excelentes) pero si todos son muy buenos y los in-teresados tienen recursos suficientes para ampliar su bsqueda y hallazgo. El cri-terio ha sido primar la representacin de territorios diversos, en distintas pocas.Los bloques temticos tienen un carcter especializado, selectivo, pero puestos enrelacin unos con otros se percibe una diversidad y a la vez una relacin que difi-

    cultara un intento de separacin en compartimentos estancos; algunos librospodran estar en otra vitrina.Hemos optado, con toda lgica, por la eleccin de hablar de Los mapas en

    los libros. Con un primer acercamiento a lo que titulamos, sin caer en una aparen-te contradiccin en Un idioma complejo, un lenguaje simple. Para de inmediato en-trar en el tema central bajo el epgrafe: Del pergamino al papel. Lo real, lo verosmil,lo imposible. Con nfasis en el Mediterrneo, nosotros los ciudadanos, lo real.Lo verosmil fijando la atencin en los Finis Terrae; los otros, los brbaros. Msall, lo imposible; ellos, los salvajes.

    Otro bloque viene marcado por el impreso o la transmisin de experienciabajo epgrafes tales como Con los ojos en el cielo y los pies en la tierra. Y, La imagen

    de los finis terrae.Inmediatamente se tratan los espacios y territorios, prximos o no, ms o

    menos grandes; espectaculares siempre, grandiosos a veces: El gran teatro del Mun-do y los escenarios grandiosos; La imprenta retrata la ciudad. Tambin con unaintencionalidad regional desde lo ms prximo, la Pennsula Ibrica y Europa a loms lejano, viajes grandiosos, colosales expediciones, Asia, el Extremo Oriente y elPacfico incluyendo los mbitos ms prximos y no por ello de conocimiento mstemprano; Oriente Prximo, Mxico, Centroamrica y el Caribe; Sudamrica, Am-rica del Norte y frica. Para concluir en una recapitulacin global sobre el mapa ynuestros mapas complutenses.

    No ha sido fcil la labor; las opciones eran mltiples y las opiniones tam-

    bin. Es pues momento de gratitudes. Globalmente a los profesores de la Universi-dad Complutense, de la Universidad de Valladolid, de la Real Sociedad Geogrficay, particularmente, del Grupo de Investigacin Complutense Expansin Europea,que han redactado los textos. De forma individual, citamos a los profesores Fran-cisco Javier Antn Burgos (Universidad Complutense de Madrid), Joaqun BosqueMaurel (Real Sociedad Geogrfica), Pilar Cabaas Moreno (Universidad Compluten-se de Madrid), Antonio Crespo Sanz (Universidad de Valladolid), Jos Cruz Almeida

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    (Real Sociedad Geogrfica), Herbert Gonzlez Zymla (Universidad Complutense deMadrid), Almudena Hernndez Ruigmez (Universidad Complutense de Madrid),

    Francisco L. Jimnez Abollado (Universidad Autnoma del Estado de Hidalgo.Mxico), Miguel Luque Talavn (Universidad Complutense de Madrid), CarmenMartnez Martn (Univers idad Complutense de Madrid), Luis Eugenio TogoresSnchez (Universidad San Pablo-CEU), y M. Isabel Vicente Maroto (Universidad deValladolid), cuya dedicacin ha sido fundamental.

    Asimismo la de los dieciocho investigadores que firman las fichas catalogr-ficas explicativas de algunos mapas y obras, entre los que adems de algunos delos autores arriba mencionados figuran: Jess de Benito Pascual (historiador),Isabel Corulln Paredes (Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense deMadrid), M. Pilar Cuesta Domingo (Bibliotecaria, Ministerio de Cultura), MaraAurora Dez Baos (Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense de Madrid),

    Jos Andrs Jimnez Garcs (Universidad de Alcal de Henares, Madrid), JuanManuel Lizarraga Echaide (Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense deMadrid), Miguel Martn Onrubia (Asociacin Espaola de Estudios del Pacfico),Pilar Moreno Garca (Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense de Ma-drid), Gonzalo M. Quintero Saravia (Embajador de Espaa en la Repblica Islmicade Pakistn), Mario Ruiz Morales (Universidad de Granada), Jos Jacobo Storchde Gracia y Asensio (Universidad Complutense de Madrid), Marta Torres SantoDomingo (Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense de Madrid), y Chet VanDuzer (historiador).

    Unos y otros han sido ms generosos con su tiempo y sabidura que el co-misario de la exposicin con ellos.

    Todo ha sido posible en breve tiempo gracias a la labor de larga duracin delpersonal de la Biblioteca anfitriona y de todo su personal, desde el ltimo becarioa su Directora pasando por los funcionarios de competencias diversas. Algunosnombres propios deben ser pronunciados con nuestra gratitud por su profesiona-lidad y, tambin, por su paciencia: Marta Torres Santo Domingo, Pilar Moreno Garcay Juan Manuel Lizarraga Echaide.

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    * En la presente obra se han realizado fichas catalogrficas tanto de obras expuestas como de otras que,

    por razones de conservacin/espacio, no han podido ser exhibidas pero que son igualmente impor-tantes y se conservan en los ricos fondos de la Biblioteca Histrica de la Universidad Complutensede Madrid.

    * En la descripcin bibliogrfica de las obras fichadas, se sigue el sistema catalogrfico empleado porla Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense de Madrid.

    * Las obras catalogadas no se recogen en la relacin bibliogrfica final.* Todas las obras reproducidas en el presente catlogo pertenecen a los fondos de la Biblioteca Histrica

    de la Universidad Complutense de Madrid.Su signatura es indicada entre corchetes.

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    Un mundoen construccin

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    Del pergamino al papel.

    Lo real, lo verosmil, lo imposibleMARIANO CUESTA DOMINGO*

    ubouna etapa en que los mapas lo fueron ms ilustracin u ornato que represen-tacin fidedigna de la Tierra. Fue una pseudocartografa producto de autores ycopistas que hacan lo que saban, pero ignoraban, consciente o deliberadamente,el conocimiento de quienes les precedieron en cuanto a Geografa y cartografa,tanto en lo experimental como en lo especulativo; estaban encerrados en su pe-queo mundo y supeditaban todo a su cosmovisin. En aquella ilustracin carto-grfica primaba el arte; el oficio era la artesana annima, del iluminador, ilustra-dor, dibujante, copista, con una peculiar preparacin tcnica y con su caractersticaformacin ideolgica. Un cartgrafo annimo que ofrece un producto miniado,

    de dibujo o de copia, polcromo, sobre pergamino, ilustrando textos religiosos yofreciendo una idea del mundo un tanto ingenua pero reflejo de una ideologarepresentativa. Es de estilo romnico o gtico temprano que ms que mostrar im-genes cartogrficas pretenden plasmar nociones pasadas por el tamiz de lo teol-gico, con concepciones cosmolgicas y geogrficas razonables en sus medios. Enellas se perciben las ausencias ms clamorosas y las carencias ms llamativas y, sinembargo, tambin cumplan la misin que se les atribua y hasta puede explicarsesu contribucin.

    No extraa por tanto apreciar su cosmovisin en esa mezcla de cosmolo-ga y mapamundi presidida por el Todopoderoso, el Creador omnipresente,smbolo de la unidad y el orden por encima de la necesidad de escala o dems pre-

    cisiones donde basta alguna posicin relativa en mbitos bien conocidos que estaaparente cartografa no desterr a las aportaciones de la Antigedad. La Tierra ensu extica imagen de T en O, con un esquematismo sublime, se muestra como cen-tro del universo que est en su derredor formando esferas concntricas de la mis-ma forma que, con variantes, pervivir hasta avanzado el siglo XVI y an en aosposteriores1. Un esquema cartogrfico con la ideas dominantes cuyo esquematis-mo y rigor ideolgico hace que sean prioritarias la posicin y jerarquizacin de

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    * Universidad Complutense de Madrid.

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    los lugares sagrados y de algunos mares y la distribucin de los hijos de No ensu dispersin por el Mundo. Existen numerossimas imgenes con el mismo esque-ma, ms o menos complicadas, sinpticas o estticas pero siempre cuidadosamen-te realizadas con su orientacin al Este en la parte superior, situacin del Medite-rrneo en vertical, segn la posicin en que se observan los mapas actualmente, entanto que las otras barras de la T estn formadas por los mares Rojo y Adriticocon el Negro. Una jerarquizacin urbana hace que predominen las ciudades deJerusaln, Babilonia, Roma, Cartago o La Meca2.

    Adems de este esquema hubo otros, cuadrado u oval, con mayores dosis dearte, con un sentido esttico muy desarrollado, con las mismas ideas religiosas do-minantes que llega al paroxismo con el comerciante y viajero del sigloVI y despus

    fraile, Constantino de Antioqua o Cosmas Indicopleustesque actualizando las ideasde Solino, cuatro siglos antes, difundi una imagen de la Tierra en su TopographiaCristiana. Segn la cual, la imagen de la tierra, la habitual entonces, se hallabametida en un modo de arca de la Alianza en la que adems de demostrar la noredondez de la Tierra, plasmaba la imposibilidad de antpodas y algunas otras linde-zas geogrfico-cosmogrficas como el nacimiento de los cuatro grandes ros en elpropio Paraso, etc. Sin llegar a ese extremo existen otros testimonios bellsimos en

    1 En el comienzo de la Suma de Cos-mographia de Pedro de Medina selee:TODA LA MACHINAO REDONDEZdel Mundo se divide en dos parteses a saber en regin celestial y en re-gin elemental. La regin celestil,muy luziente,apartada y libre de ca-da variacin, alteracin y corrup-cin. Esta se divide en onze ielos;

    diez mobibles y uno estable. Estosestn ordenados en esta manera,Siete de las planetas que son: El pri-mero de la Luna,ms allegado a nosque ningno de los otros. El segun-do de Mercurio. El tercero de Ve-nus. Quarto del Sol. Quinto deMars. Sesto de Ipiter. Sptimo deSaturno. Octavo el Firmamento

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    Fig. 1. Portadilla del Libro IIII del Ar-te de Navegarde Pedro de Medina.[BH FG 535]

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    que puede no ser reconocible ni siquiera el mar Mediterrneo o la presencia en elmapa del Paraso con Adn y Eva y la serpiente, como por ejemplo de la poca al-

    tomedieval sucede en el Apocalipsisde Silos, Osma, Valcavados o Libana. Ilustra-cin en que poda resultar irreconocible incluso gran parte del Mediterrneo que,por ejemplo, alcanza longitudes mucho ms al oriente del propio ro Ganges que,nacido en frica desemboca, como el Nilo, en el mar Rubrum (Rojo). Pero donde elarte, la esttica, alcanza su paroxismo es en los bellsimos y polcromos Beatos conun diseo preciosista de montaas, ciudades y, sobre todo, del Paraiso Terrenal.

    En esta cartografa altomedieval se mostraba la imagen del Paraso Terrenalen el oriente asitico en que el demonio puede adquirir figura antropomorfa as co-mo los primeros padres y hasta el paraso de los bienaventurados. Eso s, separa-do de los humanos por una barrera de fuego o una muralla; asimismo emergenfiguras mticas y legendarias con profusin: un fauno antropfago, montes de oro,

    rboles del Sol y de la Luna, especias y piedras preciosas y seres monstruosos devariada morfologa imposible. Posteriormente los mapamundis fueron evolucio-nando dentro de su esquema rudimentario y fueron apareciendo ngeles protec-tores junto a otros seres decorativos como reyes y caravanas junto a dragonesvoladores, sirenas de doble cola, figuras siamesas, hombres sin cabeza y con el rostroen el pecho, los Reyes Magos. Son un conjunto de leyendas recogidas por John deMandeville (siglo XIV) en su Libro de las maravillas, basndose en las compiladas porSolino3 (siglo II), en su Polyhistor, a las que agreg otras y lleg a adquirir un granpredicamento en siglos posteriores; un ejemplo caracterstico es la portada de unlibro sobre las Guayanas de finales del siglo XVI.

    Sus imgenes principales se apoyan en la esfericidad y geocentrismo; el Pa-

    raso en la parte superior y de l nacen los cuatro grandes ros

    4

    (Ganges, Nilo, Ti-gris y ufrates); Gog y Magog pueblos invasores de la tierra (que recoge Roger Bacon);o el Preste Juan (desde el XII a retaguardia de sarracenos y mogoles y que lleg aimpulsar viajes a Asia); y que fue situado por Ortelio en su mapa de 1573. Mezcl

    donde estn las estrellas fijas. No-veno el cristalino. Dcimo el primermbil. Undcimo el ympreo. Esta

    regin celestial llaman los philsop-hos quinta esencia. De forma an-loga se hace en otros libros de cos-mografa y nutica hasta avanzadoel siglo XVII.

    2 Disponiendo Sem en Asia,Kam enfrica y Jafet en Europa; de tal mo-do puede apreciarse en las Etimolo-

    ga s de San Isidoro o en una re-copilacin casi exhaustiva que esperceptible en elAtlas del Viscom-te de Santarem (Universidad Com-plutense de Madrid).

    3 Caius Julius Solinus, por su parte, lo

    tom de laHistoria Naturalde Plinioel Viejo, e incorpor otras nuevas.4Coln pensaba que el Orinoco era

    uno de aquellos grandes ros queprovenan del Paraso.

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    Fig. 2. Detalle de la portada de la obrade Sir Walter Raleight. [BH FG 2731]

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    al Preste Juan con islas igualmente imaginarias (Antilla, San Borondn, Man, etc.).Son nociones propias de espacios de brbaros o ms alejadas, donde podan exis-

    tir salvajes, hombres fabulosos, maravillas y hasta monstruos; el cmulo demitos y leyendas embellecen la cartografa con sus diseos, colores y contrapun-tos, con el fino trabajo de su miniatura de una decoracin preciosista que dota almapa de un valor artstico que para nada desmerece el cientfico, tcnico, del buenoficio, del cartogrfico.

    Entre las figuras ms sobresalientes de estas concepciones estn las figurasantropomorfas con carencias apreciables (sin cabeza, sin ojos, nariz, boca, articu-laciones), con hipertrofias (de un nico pie, del sexo, labio inferior tan desarrolla-dos que poda servirles de plato o que solo podan caminar andando hacia atrs,cclopes, demonios rodeados de oro y plata, etc.), malformaciones (dos cabezas, va-rias extremidades, etc.), gigantismo o enanismo. Figuras zoomorfas (grifos, monos

    con cabeza de perro, pjaros brillantes en la oscuridad, serpientes que se amaman-taban de las vacas, linces con orn que se transformaba por congelacin en unapiedra de propiedad curativa, hienas que dejaban mudos a los perros, sirenas, co-codrilos con patas traseras para correr y delanteras transformadas aletas paranadar, grandes hormigas guardianes, pjaro roc, ave fnix, etc. Asimismo existanfiguras hbridas: de hombre y vegetal, de hombre y animal (fauno, esfinge, centauro,etc.) y otros temas inslitos (antropofagia, cuerpo cubierto de pelo, etc.). Pero, in-sistimos, entre la ornamentacin ms vistosa de la cartografa se hallan los grupos:caravanas, combatientes, reyes y la figura notable y ya mencionada del Preste Juan,una de cuyas carta misiva, en latn, fue traducida a lenguas vulgares5 (de la Euro-pa central). La influencia de su lectura produjo un impacto en la literatura que re-

    percuti en la ampliacin de horizontes geogrficos y en la cartografa; en Am-rica hasta tiempos muy avanzados y con pervivencia en la toponimia.La primera etapa a considerar constituye en s misma un ciclo, largo, de ms

    de un milenio, que se abre y cierra con el sabio alejandrino. Se inicia con la carto-grafa, cosmografa y cosmologa de la Antigedad, compilada, sintetizada y expli-cada por Claudio Ptolomeo y concluye cuando la invencin de la imprenta permi-te el renacimiento y difusin de los conocimientos ptolemaicos llegando incluso acimentar ideas importantes del proyecto colombino.

    Un largo perodo (siglos II a XIV) que lo es en demasa para seguir una derro-ta constante en su avance; se vio sometido a las incertidumbres de sucesivas sin-gladuras. Del pragmtico orden mundial romano se pas a la dificultosa fragmen-

    tacin medieval, para volver a un mundo ms experimental en lo geogrfico cuyosfrutos alcanzaron una difusin nunca antes lograda merced al invento de Gutenberg.De la imagen del mundo universal, sinttica del siglo II se pas a las imgenes tpi-cas medievales cartogrficamente, al menos, irreales, para, a continuacin, emer-ger una cartografa regional mediterrnea de ntida imagen costera junto al rena-cimiento de la cosmologa, cosmografa, geografa y cartografa de aspiracinuniversal.

    5 Somos muy ricos gracias a Dios.Siqueris conocer las tierras que posee-mos,sabed que yo,Preste Juan,soy elms opulento prncipe del mundo ytengo setenta y dos reyes a mis rde-nes. Soy cristiano y todos los cristia-nos que llegan a mis tierras son soco-rridos por mis limosnas.... El Prestemanifestaba su deseo de reconquistarlos Santos Lugares y la torre de Babel

    y aada:tenemos muchos anima-les extraos: elefantes,dromedarios,camellos,hipoptamos,cocodrilos yms de mil especies diversas que nosabra nombrar. En Asia estn lospigmeos que luchan con las grullas,los ms grandes solo tienen pie y me-

    dio de alto; leones enormes,unos blan-cos y otros amarillos;pjaros extraos,mirlos blancos y grifos y sagitarios;gentes salvajes y cornudas de flechasinevitables. En este pas hay gigantesde cuarenta codos de altura y ferocescclopes, negros,que slo poseen unojo en el centro de la frente, como unespejo... el ave Fnix,animal nico enel Mundo...La leche y la miel correncomo ros por nuestra tierra. Posee-mos una comarca donde no existe ani-mal venenoso,ni sapo, ni serpiente,niescorpin. All est la fuente Idonne[Indo] que procede del Paraso...se en-

    cuentran en sus orillas joyas sin n-mero, ricas y maravillosas piedras: es-meraldas, jaspe, carbunclo, topacio,nice,amatista,etc.hay una hierba as-sidios, rara medicina; el que trae con-sigo la raz no debe temer a los fantas-mas y males espritus. Describe elcultivo de la pimienta,las propiedadesde una piedra cuyo poseedor es ama-do por todos y obtiene sus deseos,unmar de arena [Gobi],un gran ro y grancantidad de piedras preciosas. Ms allnadie puede vivir por el fuego. Dice nohaber ladrones ni mentirosos ni arte-ros,que habitan el palacio construido

    para el apstol Toms,hecho de made-ra de cethym,techo de bano, dos glo-bos de oro rematan el edificio y sobrecada uno sendos carbunclos que bri-llan de da y de noche,puertas de pie-dras duras,ventanas de cristal esmalta-do,mesas de oro y amatistas; hay unasala de duelos y los luchadores se venfortalecidos por las paredes de nice,

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    DEL PERGAMINO AL PAPEL

    Como se ha visto en el apartado precedente, la cartografa ms experimental tantocomo la de mayor grado de especulacin dieron lugar a mapas muy atractivos; fue-ron confeccionados siempre y son particularmente vistosos los realizados en el Me-diterrneo occidental desde el siglo XIII. Fue un gran avance; era una cartografa re-gional; son las cartas portulanas (por su abundante localizacin de los puertos, loslugares ms importantes en lo mercantil y para la seguridad) o arrumbadas (por

    ser construidas a base de rumbos y distancias) que daban lugar a un clculo del pun-to en una solucin ingeniosa que fue definida con un trmino que dice lo que es yes lo que dice punto de fantasa. La escuela de Mallorca tuvo una etapa estelar; lascartas de Dulcert, Vallseca, Medicis, Dalorto y otras, como el mapamundi Borgia(de comienzos del siglo XIV) son magnficas y la del judo mallorqun Cresques en13756 culmina por su precisin del mundo conocido, lo real, por el inters por unmundo verosmil y por el atractivo de la representacin de lo imposible.

    nuestra habitacin es de oro,nice ypiedras preciosas,el lecho de zafiro...Sesientan a la mesa, cada da,30.000....

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    Se halla en la Biblioteca Nacionalde Pars. Su atractivo artstico y sullamativa esttica hace que sea unode los mapas ms conocidos delMundo; hay varias reproduccionesfacsmiles de las cuales una, parti-cularmente bella, se localiza en laBiblioteca de Humanidades de laUniversidad Complutense de Madrid.

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    Fig. 3. Mapa de Hispania en la Cos-mographiade Ptolomeo (Ulmae,Johannes Reger, 1486). [BH INC FL-5]

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    En los denominados portulanos7se manifiesta la perfeccin en el trazado dela costa del Mediterrneo y es evidente la riqueza esttica de la tradicin, por lo que a

    partir de este momento se hace imprescindible deslindar entre los elementos estruc-turales y los accesorios; aunque no sea tarea simple, se efectuar con un nico inte-rs didctico. Todos estos elementos son fundamentales y se conjugan en una unidad,el portulano. Son la delineacin (imagen del mar y de la tierra continental), la toponi-mia y la orientacin y, en cuanto a accesorios quedaran, en su caso, el soporte, fun-damentalmente, el pergamino, el marco, la representacin de accidentes geogrficosy de elementos de geografa humana, vientos e ilustraciones o iluminaciones diversas.

    El procedimiento ms fcil y rpido usado ha sido mediante el procedimien-to de copia; es un mtodo que se cimenta sobre una vieja tendencia a aceptar el ele-mento tcnico til y no modificarlo o sustituirlo hasta una completa seguridad deotro mejor; la innovacin se impone a fuerza de experiencia. Ningn ejemplo ms

    prximo, aunque de fechas tardas, que el conocido como Portulano de Valladolid8

    o el de Joan Martines9. El soporte es el pergamino resultante de tratar la piel de bo-vino u ovino de procedencia, a la que se deja la forma del cuerpo del animal. La de-lineacin del perfil costero del Mediterrneo aparece dibujado en color negro (cuan-do esta tcnica se usa tardamente imagen de frica o Amrica la lnea litoral puedetener otro color); es un dibujo minucioso de los accidentes costeros como son vis-tos desde el punto de observacin del marinero en la nave. Puede afirmarse, algo pre-cipitadamente, que son unos mapas en que predomina lo lineal, una sola dimensin;este estilo, aportulanado, permanecer en los mapas durante varios siglos.

    La toponimia es profusa y est escrita de forma perpendicular a la costa, al-ternando el color rojo (puertos importantes) y negro; las islas en color rojo, oro u

    otros. La orientacin queda establecida a travs del uso de rosas de los vientos y lasdistancias mediante la utilizacin de troncos de leguas de suficiente fidelidad. Porotra parte, elementos relativamente accesorios dotan al mapa de su particular be-lleza; entre ellos podemos citar el soporte (pergamino) y el propio marco, policromo,que realza la obra cartogrfica. Asimismo complementaria suele ser considerada larepresentacin de accidentes geogrficos del interior continental; presentan esque-mas convencionales, geomtricos, que tratan de ilustrar sobre la magnitud, longi-tud y direccin de los ros as como dotar de una tercera dimensin, del volumen, alas palmeadas montaas, sobre una superficie plana, en que no existe relieve algunoni sugerencia sobre la altura relativa sobre el nivel del mar.

    La distribucin de la hidrografa y orografa sigue unas pautas ornamenta-

    les en cuanto representan espacios no litorales; ideas estticas a las que se su-man elementos propios de geografa humana (dibujo de ciudades, reinos, etc.) eilustraciones o iluminaciones diversas (reyes, leyendas, mitos, etc.). Entre los ele-mentos ms caractersticos se hallan de existencia de finis terrae; el cabo Nun, elms famoso del continente africano, marcaba el lmite de la autonoma nutica, dela seguridad de los tripulantes. Y, en el interior continental, ignoto o de ideas con-fusas, mucho ms en espacios alejados.

    7SENZ-LPEZ PREZ, Sandra.Ima-gen y conocimiento del mundo en la Edad

    Media a travs de la cartografa hispa-

    na. [Tesis doctoral].Madrid:Univer-sidad Complutense de Madrid,2007.

    8 CUESTA DOMINGO, Mariano; JessVARELAMARCOS. El portulano de Va-lladolid. [Incluye edicin facsimilardel mapa]. Valladolid:Ayuntamien-to de Valladolid, 1996.

    9 De Luis Gimnez Lorente, deposi-tado en el Museo Naval de Madrid

    y en edicin facsimilar por J.Boronat(Valencia, 1994).

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    LOS PRIMEROS TIEMPOS

    Los pueblos de la Antigedad clsica pusieron las columnas de la sabidura occi-dental, sembraron el germen de la expansin mas all de su permetro habitual ybasndose en la experiencia acumulada, en informantes ms o menos fiables y suspropias observaciones del cosmos, dieron a conocer la imagen del Mundo y del Or-be que perdur durante siglos, hasta ms all del Renacimiento. La mayora detodo este elenco, en que la cartografa apareca como un elemento destacado,sufri las vicisitudes normales pero con el nacimiento de la imprenta todas las obrassalvadas de la destruccin o prdida fueron divulgadas. Muchas de las que perma-necan en pergamino pasaron a papel y el nmero de copias pudo multiplicarse confacilidad, con relativa rapidez, hasta alcanzar todas las ciudades universitarias, por-tuarias y cortes o seoros.

    Representacin cartogrfica decamos entre lo real y lo imposible connotas de verosimilitud como puede percibirse sinttica y globalmente en el famosomapamundi de Cresques (1375). All se hallan, en terminologa romana, el territoriodominado por los ciudadanosy el que se hallaba en posesin de los brbaros eincluso el mbito terrorfico que estaba en poder de los salvajes.

    Por citar algunos ejemplos famosos y de obligado recuerdo, presentes en lasmejores bibliotecas, podra comenzarse por el propio Homero, Hecateo, Herodoto,Eratstenes, Estrabn, Pomponio Mela, Marino de Tiro, Ptolomeo, Plinio, Macrobio;la imago mundituvo su peculiar aportacin en la Baja Edad Media (Isidoro de Se-villa) con pervivencia de la tradicin merced a las traducciones y contribucionesmusulmanas (Alfragano, Al Idris, ); por fin, merced a la salida fuera de sus pro-

    pios lmites de viajeros intrpidos (religiosos o no) tras leyendas (Preste Juan), mi-tos (John de Mandeville) y realidades incuestionables el progreso del conocimientode nuevos territorios y otros mundos fue posible; darlo a conocer a travs de librosresult espectacular. Distintas concepciones cosmogrficas de la Tierra fueronfijadas por el proceso descubridor y explorador; sucesivas imgenes del Mundo ibansiendo dadas a conocer por los libros de teologa y cosmologa; por los librosimpresos, de papel.

    A finales del siglo XV la cartografa era la ptolomaica que, revitalizada yactualizada se percibe en la imaginada reconstruida de Toscanelli, en el mapamundide Martellus, en el globo de Martn Behaim (bsicamente concordantes) y lassupuestas cartas del mundo de los Coln, con toda su carga de tradicin. Pero

    entre la exposicin de las ideas de Marino de Tiro y Ptolomeo, la difusin bajo-medieval y vigencia de las mismas en los inicios de la Modernidad hay un largoperiodo en que el predominio fue el del arte sobre el oficio, hasta que a partir delsiglo XIII se estableciera una superacin del oficio cartogrfico aunque sobre re-presentaciones de una magnitud regional (el mundo Mediterrneo). Posterior-mente, con el nuevo diseo universal se logr un equilibrio entre ambas facetas,tcnica y esttica.

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    Durante esta etapa la cartografa es ntida respecto a la imagen del Medite-rrneo en tanto que la precisin se difumina conforme el objetivo se aleja ms y

    ms del centro de ejecucin de la obra. El oficio se halla en el dibujo del perfil delMare Nostrum, el arte en todo lo dems: en la descripcin de las regiones septen-trionales y meridionales, en el diseo del ocano Indico, la India, Ceiln y ExtremoOriente, en la existencia de un solo ocano, en la forma de materializar los vientos,en la inexistencia incluso en la imposibilidad, de otras tierras habitables que no fue-ran las del Viejo Mundo con la figura y extensin consagradas por criterios de au-toridad no establecidas sobre bases experimentales.

    Finalmente surge el mapamundi de influencia ptolemaica, algunos de cuyosrasgos an pervivieron en el siglo XVI; entre los ms famosos se hallan los que tienenuna clara semejanza con el esquema de los mapamundi tardos del segundo grupoy una representacin del mundo del Mediterrneo igual a la cartografa portulana.

    Una forma cartogrfica que es producto de la evolucin del arte a ciencia y que, co-mo hemos dicho, con Juan de la Cosa quedan unidos el producto del arte con eltrabajo del oficio, sin menosprecio de las categoras de tcnica y ciencia.

    En este grupo surgieron las ediciones de Ptolomeo, uno de los ejemplaresms bellos puede apreciarse en la edicin de Ulm (1482) y cuyo valor esttico prin-cipal estriba en la incorporacin de los doce vientos principales bajo la forma dengeles soplones. Otros mapas que siguen su esquema, pero que incorporan el es-fuerzo expansivo de Portugal a la conquista del Este, son los ya mencionados y atri-buidos a Martellus Germanus, Toscanelli, Cristbal Coln y, en forma de globo y conparticular belleza, el de Martn Behaim.

    EL DESCUBRIMIENTO

    Desde 1492, descubridores y exploradores fueron diseando nuevos mundos. Co-mo no poda ser de otro modo, lo hicieron conforme a tcnicas tradicionales, deacuerdo con ideas fruto de su mundo, Viejo. Es obvio que junto a realidades geo-grficas incuestionables para ellos, que haban tenido ocasin de percibir a ojos vista,se hallaban otras de cuya existencia tenan noticias ms o menos vagas y quedabanespacios totalmente ignorados. La situacin era similar a la que se haba originadoantiguamente en el Ecmene; y la solucin cartogrfica dada fue asimismo anloga:el llenado por mitos de espacios alejados, de conocimiento deficiente, la sustitucin

    de la realidad ignorada por leyendas. Los hechos dieron lugar a una geografa im-precisa, imaginaria, que, paulatinamente, iba enriquecindose y perfeccionndosecon el conocimiento de la realidad, con la observacin directa, con el abandonode informantes deformadores movidos por el inters del protagonista de la expansinterritorial o ampliador de horizontes geogrficos.

    El primer agente geogrfico-cartogrfico fue, es evidente, el propio Almirante10.Su idea sobre el descubrimiento del Oriente asitico fue objeto de verificacin en los

    10VARELAMARCOS, Jess. La carto-

    grafa del segundo viaje de Colny su decisiva influencia en el Tra-tado de Tordesillas, en VARELAMARCOS , Jess (coordinador). Eltratado de Tordesillas en la cartogra-

    fa histrica: Valladolid:Sociedad VCentenario del Tratado de Torde-sillas, 1994, pp. 85-Ss.

    11 En el manuscrito Zorzi (ColeccinAberico, Florencia),Nuova RaccoltaColombiana. Roma: Instituto Poli-grfico e Zecca dello Stato.

    12 SANZ, Carlos. Ciento noventa mapasantiguos del mundo de los siglos Ial

    XVIIIque forman parte del proceso car-togrfico universal. Madrid:Real So-ciedad Geogrfica, 1970; COR-TESO, Armando;Avelino TEIXEIRADAMOTA.Portugaliae monumenta car-tographica. [Ediao patrocinada pe-la Companhia Portuguesa RadioMarconi].Lisboa: Imprenta Nacio-nal-Casa da Moeda, 1987.

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    viajes descubridores y en la historiografa resultante; los mapas atribuidos a su her-mano Bartolom Coln11 reflejan la concepcin geogrfica colombina al respecto:

    la situacin, al otro lado del ocano que haba cruzado, del Cipango, de la India, etc.Es esta una cartografa imperfecta pero situada en una lnea absolutamente progre-sista en relacin con la actualizada pero arcaica imagen ptolemaica.

    Un progreso que despega desde imgenes del mundo con importantes ci-mientos antiguos. Las cartas de Juan de la Cosa (1500), castellana, y tambin lade Cantino (1502), portuguesa, son los ejemplares ms sobresalientes. La escasadiferencia de fechas es, sin embargo, muy notable por la velocidad a que se suce-den los acontecimientos. El Viejo Mundo fue realizado en el mapa al estilo delos portulanos, tanto en la forma de escribir la toponimia como en la imagen delmundo mediterrneo y africano, tambin en el llenado de espacios mediante fi-guras ornamentales; el de 1502 presenta un avance en el dibujo del NE asitico. Es-

    te espacio africano y euroasitico es, fundamentalmente, fruto del oficio, de uncopista que traslada a otro soporte lo que tiene en otro ejemplar; un oficio en elque la presencia del arte es manifiesta. La representacin del Nuevo Mundo esfruto de la mano de un cartgrafo, de un tcnico al que tampoco le ha faltadoel apoyo del arte. Pergamino y papel en convivencia.

    Otros cartgrafos fueron perfeccionado la imago mundihabitualmente mos-trando rasgos de mapas precedentes. El ejemplo de Waldseemller es famoso, elde Henrique Martnez no deja de ser interesante, como lo es el de Gryneus. Impor-tan especialmente los que trabajaron en la Casa de la Contratacin de Sevilla o enLisboa12. El progreso en el oficio cartogrfico y la pervivencia del arte se hallan enrazn inversamente proporcional y, como en toda generalizacin, las excepcio-

    nes no son pocas. El objeto central de aquella cartografa fue Amrica y su entor-no. La obra histrico cartogrfica espaola y portuguesa alcanz un grado de per-feccin tcnica extraordinario a partir de 1521. Su alta cualificacin cientfica soloestuvo lastrada por ineludibles deficiencias tcnicas (clculo de la longitud) ypor condicionamientos polticos que llegaron a pesar sobre los mapas hasta ha-cerlos objeto de alguna manipulacin interesada13, tambin fueron soporte de al-gunos errores notables14y vacos considerables, unas ausencias que realzan el va-lor cientfico de los mismos mapas15. El oficio, pues, alcanza niveles de alto niveltcnico y hasta cientfico y, sin embargo, el arte no deja de estar presente16; la car-tografa aparece ya en cuadros de gnero, como elemento de la composicin, oson motivo de tapicera17o sirven de base a composiciones alegricas. Cartogra-

    fa poltica de autoafirmacin nacionalista, de autosatisfaccin o de intimidacin,segn los casos, que alcanzaron algn grado de originalidad; como ejemplos elLeo Belgicus o la de Sebastin Mnster (Espaa, el Mediterrneo y Europa) o ladieciochesca alegora simblica de Vicente Memije Espaa y el Nuevo Mundo(Manila, 1761).

    La calidad del oficio en la cartografa es incuestionable en su progreso;de ello da buena cuenta la nmina de funcionarios expertos de la Casa de la

    13Vase el trazado de la lnea de Tor-desillas en el planisferio portugusde Lopo Homem (1554); casi in-cluye hasta el estrecho de Magalla-nes en la parte de Portugal.

    14Sobre todo en el Extremo Orientecomo consecuencia de los fallos enel clculo de las longitudes cuandose disputaba por la propiedad y per-tenencia de las islas Molucas.

    15Vanse los vacos en el diseo dellitoral pacfico suramericano en la

    cartografa de Diego Ribero; vac-os que ilustran sobre lo an nodescubierto por los espaoles.

    16 Unas veces con carcter puramen-te ornamental (portadas de las D-cadas de Antonio de Herrera o losfrescos del Palacio Farnese de Ca-prarola Italia) otros estrictamen-te cartogrficos: Vaz Dourado,Te-xeira,Hommem,Santa Cruz, etc...

    17Tapiz flamenco del Monasterio deSan Lorenzo el Real de El Escorial.

    18 Que Jos Pulido Rubio incorporal final de su obra y que por su in-

    ters incorporamos aqu, hasta fi-nales del siglo XVII:Pilotos mayores:Vespucio, Sols, Cotos, Caboto, A.Chaves,Zamorano,Garca de Cs-pedes, Ramrez de Arellano,More-no, Ruesta, de la Cruz, Bacas, Or-be. Cosmgrafos de fabricar cartas einstrumentos de navegacin: Juan dela Cosa,Morales, Garca Toreno, J.

    Vespucio, Ribero, A. Chaves, Gu-tirrez, Santa Cruz, S. Gutirrez,Ruiz, Zamorano, Villaroel, Martnde Pradillo, Moreno, Herrera de

    Aguilar, Ruesta, Suero, Salvador Ba-rreto. Catedrticos del arte de mavegar

    y cosmgrafa: G. Chaves, S. Guti-rrez, Ruiz, Zamorano, Moreno,Guilln, Zamorano de Oceta,Rues-ta, Saavedra, Bacas, Orbe (PULIDORUBIO, Jos.El piloto mayor de la Ca-

    sa de la Contratacin de Sevilla. Pilo-

    tos mayores del sigloXVI(datos biogr-

    ficos). Sevilla: Escuela de EstudiosHispanoamericanos, 1950).

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    Contratacin de Sevilla18. En cuanto al arte basta con observar las cartas correspon-dientes, bien conocidas y en las que no nos es posible hacer ahora el nfasis que

    desearamos y merecen. En la representacin de nuevos mundos surgen las nove-dades y permanecieron vigentes las tradiciones. Nombres geogrficos de resonan-cia aurea (Ofir y Tarsis, Salomn, isla Rica de Oro y de Plata, y otras leyendas griegasy medievales) se encarnaron en los mapas que incorporaban los descubrimientos. Sonunos nombres mticos cuya localizacin ha ido mutando conforme se aproximabansus buscadores; su inexistencia ms que un freno constituy, debido a su existenciavirtual, un acicate continuo y, consecuentemente, una ampliacin del conocimientode la Tierra hasta quedar localizadas en lugares diversos.

    La realidad americana, en tanto que obstculo hizo que la antigua Trapo-bana ptolemaica y la Especiera (objetivo de la expansin ibrica), islas ricas en oro,plata, piedras preciosas, especias y dems riquezas y lujos fueran iluminando el Ex-

    tremo Oriente cartogrfico, contribuyendo al descubrimiento del mar del Sur eiluminando, con su atractivo, los mapas del primer tercio del siglo XVI. En el mardel Norte (Atlntico), la vieja isla Antillase transform en las islas Antillas aun-que no fuera encontrada la residencia del obispo cristiano que haba huido, conmedia docena de monjes, de los enemigos de la Fe (en ella debieron haber funda-do siete ciudades19 llenas de riqueza que, fueron buscadas en otras latitudes nor-teamericanas). Entre otras islas de esa ndole se hallaba la del Brasil, mvil, comola de San Borondn o Barandrn20. Bastara recordar la toponimia para verificarla existencia de tales leyendas y su localizacin: Islas Afortunadas, Puerto Rico, Cas-tilla del Oro, Costa Rica, el Dorado, la Especiera, islas de los Reyes (Magos), islasSalomn (del Rey), California, Siete Ciudades, Brasil, Ro de la Plata, Cerro de la

    Plata, etc.; como en otro tiempo lo haban tenido costa del Oro, de los Esclavos,de la Malagueta, etc.

    Particular inters tiene la isla de Bmini con su fuente de la eterna juventud;el mito ms atractivo. Su nacimiento se halla en el Paraiso Terrenal, el agua de sufuente otorgaba una juventud eterna. De ella habla Herodoto, los griegos la busca-ron y Ulises fue tentado por Calipso con su conocimiento; tambin pudo verse enla carta de Walsperger (1459) islas de Jpiter o de la Inmortalidad, y Ponce deLen persigui su hallazgo en La Florida.

    Asimismo podra citarse la California21, Quivira y Cbola22. Tampoco puedeolvidarse la presencia de los gigantes (patagones), la ciudad de los Csares y elcerro de la plata y el estrecho de Anin, etc

    Una cartografa general, en fin, que durante los siglos XVI y XVII fue cons-truida a partir de adiciones de mapas parciales en que se muestra la realidad ma-nifiesta con los consiguientes aditamentos ornamentales, imaginarios o legenda-rios. Mapas universales que, grabados en los Pases Bajos alcanzaron una ampliarepercusin y un mercado excelente en Europa y, particularmente, en Espaa don-de, precisamente, se encontraban las principales fuentes sin minusvalorar las pro-pias de los otros pases europeos.

    19 Siete ciudades fundadas por sieteobispos dirigidos por el de Oporto

    que, tras batalla de Guadalete hu-yeron de la Pennsula. Fueron ini-cialmente localizadas en las islasMadera, Azores, Canarias.Ver losmapas de Benincasa y Behaim.

    20Ver los mapas de fra Mauro de1457, Benincasa (1480), Mercator(1569), Thevet (1576), Ortelio, etc

    21Isla rica de oro y plata, prxima alPa-raso Terrenal(de las Sergas de Esplan-din) cuya reina, Calafia, auxili aConstantinopla frente al asedio delos paganos.

    22 Difundidas por Cabeza de Vaca

    (1536). Relata las maravillas vistasen su extraordinario viaje. FrayMarcos de Niza buscaba las SieteCiudades de Cbola y el reino deQuivira y trajo noticias de gentesde cultura compleja, frtiles tierras

    y riquezas sin cuento; fue el origende la infructuosa expedicin deFrancisco Vzquez Coronado.

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    Fig. 4. Frontispicio con el mapa deBlgica en forma de len rampan-te perteneciente a la obra de Fa-miano Strada (S.I.), De Bello Belgi-co (Antuerpiae, typis IoannisCnobbari, 1635). [BH FLL 10191]

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    36 [1.1] ISIDORO, SANTO, ARZOBISPO DE SEVILLA, 560-636Etymologiae; De summo bono.Venetiis : Petrus Loeslein, 1483.

    [BH INC FL-45]

    Exposiciones: Madrid, 2001-A; Mxico, D.F., 2005; Madrid, 2008.

    Los estudios histricos nos demuestranque la visin que identifica a los pueblosgermnicos brbaros como pueblos des-tructores es un tpico que no se ajustadel todo a la realidad. Algunos pueblosindogermnicos tuvieron una muy ricavida cultural con aportaciones verdade-ramente singulares. Tal es el caso de los

    Visigodos, que mantuvieron importantesescuelas y bibliotecas. Entre los intelec-tuales que vivieron a caballo entre los si-glos VI y VII, el ms destacado fue SanIsidoro, nacido en Cartagena en la dca-da del 560. Hermano de San Leandro,San Fulgencio y Santa Florentina -juntoa los cuales es habitual encontrarle re-presentado en miniaturas, pinturas y re-lieves-, en el ao 601 sucedi a su her-mano San Leandro en el episcopado deSevilla, desde donde desarroll una in-tensa labor cultural y una continua in-fluencia sobre los monarcas visigodos.Sus opiniones, expuestas en los conci-lios, fueron tomadas como oro de ley

    por los reyes, a quienes advirti clara-mente la posicin de la iglesia en losasuntos de estado: Rex eris, si recte fa-cias, una idea poltica muy avanzadapara su tiempo, heredera del principio deoptimus princeps del mundo latino yen lnea con la admiracin hacia Trajano.

    De todos los escritos atribuidos aSan Isidoro, el ms importante y el quems impacto tuvo, fueron las Etimologas,conocido tambin como Sobre los or-genes. Escrito en un esmerado latn, fue

    uno de los primeros intentos de explicarel saber partiendo del significado de laspalabras, ordenadas alfabticamente, ala manera de los diccionarios modernos.En sus XX libros San Isidoro resumi y

    compil todo el saber de su tiempo. Loms valioso de las Etimologases que nose limitan a explicar el origen de una pa-labra, sino que las definiciones integranfragmentos de obras de otros autores,algunas conservadas y otras perdidas yconocidas slo gracias a l. No siemprese ha valorado en su justa medida la ha-bilidad recopiladora de San Isidoro y sucapacidad transmisora hacia el futuro dela alta cultura clsica y visigoda, perobaste sealar que durante toda la EdadMedia y durante buena parte de la EdadModerna, las Etimologasfueron la enci-clopedia de uso ms habitual en las uni-versidades por su capacidad de sntesisy, desde luego, uno de los pocos manua-les de consulta.

    Las ideas geogrficas expuestas porSan Isidoro en las Etimologas, son su-mamente claras. Segn San Isidoro exis-ten tres continentes conocidos: Europa,frica y Asia y una parte no conocida ala que se denomina terra incognita. Se

    asocia a cada uno de los tres continen-tes con cada uno de los hijos de Noe quelos poblaron tras el diluvio: Jafet, Cam ySem, de ah que los africanos sean cami-tas y los asiticos semitas. Representa-das estas ideas en el plano, dan origen almapa en T, conocido tambin comomapa Isidoriano, ajustado a una plan-ta circular rodeada de agua, en la que elnorte figura a la izquierda y el sur a laderecha, de modo tal que el vstago ver-tical de la Tes el mar Mediterrneo que

    separa Europa, representada en el cua-drante inferior izquierdo, de frica, en elcuadrante inferior derecho. Asia est fi-gurada en el semicrculo superior, se se-para de Europa y de frica por el vstago

    horizontal de la Tcompuesto por la ca-dena de los ros Volga y Don, por el marde Azov, el Mediterrneo oriental y elmar Rojo.

    Jerusaln ocupa la posicin centraldel crculo, de modo que el mapa isido-riano debe considerarse un plano en elque se priorizan los valores espirituales.Dependiendo de las pocas, pueden si-tuarse algunas grandes ciudades comoAlejandra, Constantinopla, Damasco,Babilonia, Roma, Pars, Toledo, etc. e in-clusive, los pueblos de la utredad. Elmapa isidoriano ms antiguo que se co-noce data del sigloVII y se conserva en laBiblioteca del Monasterio de San Loren-zo el Real de El Escorial (cdice RII18,fol. 24), siendo habitual su representa-cin en manuscritos mozrabes, como elbeato de Burgo de Osma, y a lo largo detoda la Edad Media como ilustracin delGnesis.

    En el siglo XV, pese al incipiente de-sarrollo de la cartografa, el mapa isido-

    riano y las ideas espirituales teocntricasque refleja, seguan siendo un espaciointelectual comn. As lo demuestran unmapa del mundo, perdido y slo conoci-do por referencias escritas, que pint Janvan Eyck para el duque Felipe el Buenode Borgoa, derivado del mapa de Ebs-torf; y las numerosas ediciones de lasEtimologasen diversas imprentas en lasdcadas de 1480 y 1490. El fondo hist-rico de la Universidad Complutense con-serva una de las ms antiguas ediciones

    de las Etymologiae; de summo bono, im-presa en Venecia, en 1483, en la impren-ta de Pedro Loeslein.

    [HGZ]

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    [1.3] PTOLOMEO, CLAUDIO

    Geographiae Claudij Ptolemaei ... libri VIII partim a Bilibaldo Pirckheymero translati ... ;partim ... emendati ... his accesserunt Scholia ... Indices ... Conradi Lycosthenis ...;Tabulae nouae ... per Sebastianum Munsterum ...Basileae : ex Officina Henrichi Petri, 1552.

    [BH FOA 416(2)]ImagoMundi.Mapase

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    38 [1.2] PTOLOMEO, CLAUDIOCosmographia [latine]; interprete Jacobo Angelo. De locis ac mirabilibus mundi Ulmae : Johannes Reger : impens. Justi de Albano, 21 julio, 1486.

    [BH INC FL-5]

    Exposiciones: Madrid, 2001-A; Madrid, 2003; Madrid, 2004; Valladolid, 2006.

    Entre los libros de Cartografa que la Bi-blioteca Histrica atesora no poda faltaruna de las obras ms difundidas de la An-tigedad en los primeros tiempos de laimprenta y que mayor influencia ha ejer-cido en el desarrollo de la geografa en lostiempos modernos. La invencin de la im-prenta lanz la obra de Ptolomeo a lafama, convirtindola en un autntico xitoeditorial de la que se conocen cerca de unadecena de ediciones incunables y numero-sas ediciones impresas ya en el siglo XVI. Elxito estaba asegurado por la demanda,en plena poca de los descubrimientosgeogrficos, de la obra de un clsico queen cada edicin conoca nuevas versiones;

    los grandes gegrafos y cartgrafos ini-ciaban sus trabajos con una reedicin ocomentario de Ptolomeo, con sus mapasas como otras Tabulae Novae. En diversasediciones, los mapas eran coloreados amano, dando lugar a obras de gran belle-za y colorido y con personalidad, pues en-tre ejemplares de una misma edicin sepueden apreciar acabados desiguales y degran valor en ocasiones.

    Tras largos avatares a lo largo de laEdad Media, la obra ms conocida de Clau-

    dio Ptolomeo (Ptolemaida Hermiou, 85-100/ Alejandra, 168-178), su Cosmografa en

    ocho volmenes, se tradujo al rabe en1465 a partir de un original griego, porGeorgios Amirutzes de Trebisonda para elsultn otomano Mehmet II. Ejemplar quequizs sea el ms conocido de Ptolomeoen esa lengua1. En 1482, en Florencia apa-reci la versin de Francesco Berlinghieri,la primera con su texto en italiano, yacompaada de cuatro nuevos mapas (loque se conocer a partir de ahora como lasTabulae Novae, ampliaciones de cada edi-tor a los mapas que se pueden trazar apartir de las listas de nombres suministra-das por Ptolomeo). En el mismo ao de1482, se hizo la primera impresin de laGeografa de Ptolomeo al norte de los Al-

    pes, en la ciudad alemana de Ulm. All, Jo-hannes de Armssheim realiz una de lasms conocidas ediciones de la obra, a par-tir de la versin latina que rehizo por com-pleto una veintena de aos antes el fraileDonis Nicolaus Germanus a partir del tex-to de Jacopo Angelo, y que fue copiado va-rias veces en ediciones ricamente ilumina-das con mapas hechos a mano.

    El primer ejemplar aqu expuesto esuna reedicin de esa versin de la obracon pinturas manuscritas y de la que se

    conservan varios ejemplares, entre losque destacan los custodiados en la Bi-

    blioteca Apostlica del Vaticano, en laUniversidad de Valencia, en el Museo delLouvre, en la Biblioteca de Npoles o enla Biblioteca Nacional de Polonia, esteltimo con tres nuevas lminas para ac-tualizar los mapas de Ptolomeo (Hispa-nia, Italia y Norte de Europa, en conso-nancia con la importancia poltica de es-tas naciones a fines del siglo XV). A estasediciones corresponden las conocidasimgenes que muestran, en sendas le-tras capitales, al propio Ptolomeo o a Nico-laus Germanus entregando su traduccinal Papa Paulo II 2.

    Del segundo volumen expuesto de laobra de Ptolomeo, cabe destacar que las

    Tabulae Novae son obra de SebastinMnster y la edicin del texto latino hasido realizada por Bilibald Pirckheimer,del que una anotacin manuscrita enlas primeras pginas de este ejemplar,procedente de la Biblioteca del ColegioMenor de la Compaa de Jess en Alca-l de Henares, nos avisa que era autorperseguido y que se haba incluido en elndice, si bien otra anotacin avisa queel libro est conforme al expurgatoriode 1707.

    [JJSGA]

    1 Para obtener una perspectiva sobre la intrincada pista de los diferentes manuscritos de esta obra, vase: STORCH DE GRACIA[YASENSIO], Jos Ja-cobo. Ptolomeo en su tiempo, ltima imago mundi inicial,en CUESTADOMINGO, Mariano; Alfredo SURROCACARRASCOSA(coordinadores). Car-tografa medieval hispnica. Imagen de un mundo en construccin. Madrid: Real Sociedad Geogrfica : Real Liga Naval Espaola, 2009, pp. 31-60.

    2 En http://alfama.sim.ucm.es/dioscorides/consulta_libro.asp?ref=B19113493&idioma=0 se puede visualizar la edicin digital completa deeste tomo.

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    4[1.4] MELA, POMPONIOPomponius Mela De totius orbis descriptione [per Torinum Bituricum diligentiss. recognitum].Parrhisijs : impressu[m] est hoc opus per Egidiu[n] Gormu[n]tium ..., 1507, 10 die ianuarij.

    [BH DER 1818(1)]

    Exposiciones: Madrid, 2001-A.

    La importancia de la obra geogrfica dePomponio Mela (Algeciras, ? - Roma, c. 45)se puede ver reflejada en la gran cantidadde ejemplares, cerca de la treintena, queposee la Biblioteca Histrica de la Univer-sidad Complutense y editada por distintosautores, desde el suizo Joaqun Vadiano(Basilea, 1522) o Francisco Santo Brocen-se (Salamanca, 1587) hasta las edicionesen castellano de Luis de Tribaldos de Tole-do (Madrid, 1642) o de Antonio de Sancha(Madrid, 1780); pasando por otras mu-chas ediciones, entre las que destacan s-tas, realizadas por Godofredo Torino1 laprimera, en 1507, y por Pedro Juan Oliva-res Valentino la segunda. Obra de la cualse realizaron diferentes ediciones, anterio-res y sucesivas2, con ejemplares conserva-dos igualmente en la Biblioteca Histrica.El editor apoya la obra con un abundantetexto comentando los distintos puntoscrticos del texto de Mela y reconoce serdeudor de la obra editada por Vadianouna veintena de aos antes.

    El texto de Mela, bajo el ttulo De Ch-rorographia, se escribi hacia el ao 43de nuestra Era, en tiempos del emperadorClaudio y alcanz un gran prestigio ya enla misma Antigedad, pues Plinio en suNaturalis Historiaalude a ella con el res-peto de una autoridad. Adems, fue elprimer texto geogrfico escrito en latn, loque continuara el propio Plinio, mientras

    que los restantes auto-res del mundo antiguo,antes y despus, elegi-ran el griego para re-dactar sus obras. Su in-fluencia se mantuvo atravs de la Edad Mediay su vida impresa co-menz en 1471, en quese edit en Miln porvez primera. En Espaa,la primera versin fuerealizada por FranciscoNez de la Yerba e im-presa en los talleres delentorno de Antonio deNebrija en 1498 y ree-ditada sucesivas veceshasta el siglo XVIII3.