cap 2 - el reto de la ciudad habitable y sostenible

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I ONSECUENCIAS DE LA URBANIZACIÓN SOBRE I I IERRITORIO. HUELLA Y ECOSISTEMA URBANO IIIIH < vidente que los problemas ambientales locales y globales pnsl industrial, son inherentes a las formas de vida, organi- • Ion , i i insumo de la sociedad actual. Hoy día el hemisferio norte nl .i el .'()% de la población más rica del mundo que consume Im idameiile el 80% de los recursos naturales del planeta y pro- lu • ' n i ontaminacíón global equivalente. El desarrollo de unos se llH Imi.lni .1 i usía del subdesarrollo de otros. (PNUD, 1998). i i • dudados hasta la Revolución Industrial tenían un control más Im liln sobro sus recursos, materiales y energías, entre otras cosas inli i i| >. i< id. id tecnológica de extraerlos en grandes cantidades y luynins alejados. Sin embargo, el punto de inflexión se ha producido 1 di h in .inah/ación de las ciudades. En la actualidad han apare- I i impi II laníos disfuncíonalidades que han hecho necesario nuevos i i mli nmiimlos, entre los que se encuentra el reto del desarrollo urba- lli i tu i '.liinible II AN i II USO SOSTENIBLE DE LA ENERGIA Y DE PREVENCION DEL CAMBIO i l IM ATICO EN LA CIUDAD DE MADRID. (2008) Ayuntamiento de Madrid. ' uloi del petróleo y gas natural suponen más del 70% del consumo de energía de la ciudad de Mmli iil M «actor residencial, comercial y de servicios consume el 5 0 % de la energía total. El segundo i i unidor de le ciudad es el sector transportes que alcanzan el 35,5% de la demanda Manca Enar»á«co C i udad de Madrid ¡en '/.) i iriII,Hli•! t>.iliin r riii'iiirlK ii rn H IIHIIIK i| Ir Madrid en porcentaje (%). (Fuente: Ayuntamiento de Madrid). Fotografía 3

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Cap 2 - El Reto de La Ciudad Habitable y Sostenible

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I ONSECUENCIAS DE LA URBANIZACIÓN S O B R E I I IERRITORIO. HUELLA Y ECOSISTEMA URBANO

IIIIH < vidente que los problemas ambientales locales y globales pnsl industrial, son inherentes a las formas de vida, organi-

• Ion , i i insumo de la sociedad actual. Hoy día el hemisferio norte nl.i el . '()% de la población más rica del mundo que consume

Im idameiile el 80% de los recursos naturales del planeta y pro-lu • ' n i ontaminacíón global equivalente. El desarrollo de unos se

llH Imi.lni .1 i usía del subdesarrollo de otros. (PNUD, 1998). i i • dudados hasta la Revolución Industrial tenían un control más Im liln sobro sus recursos, materiales y energías, entre otras cosas

inli i • i| >. i< id. id tecnológica de extraerlos en grandes cantidades y luynins alejados. Sin embargo, el punto de inflexión se ha producido

1 di h in .inah/ación de las ciudades. En la actualidad han apare-I i impi II laníos disfuncíonalidades que han hecho necesario nuevos

i i mli nmiimlos, entre los que se encuentra el reto del desarrollo urba-lli i tu i'.liinible

II AN i II USO SOSTENIBLE DE LA ENERGIA Y DE PREVENCION DEL CAMBIO i l IM ATICO EN LA CIUDAD DE MADRID. (2008) Ayuntamiento de Madrid.

' uloi del petróleo y gas natural suponen más del 70% del consumo de energía de la ciudad de Mmli iil M «actor residencial, comercial y de servicios consume el 5 0 % de la energía total. El segundo

i i unidor de le ciudad es el sector transportes que alcanzan el 35,5% de la demanda

Manca Enar»á«co Ciudad de Madrid ¡en '/.)

i iriII,Hli•! t>.iliin r riii'iiirlK ii rn H IIHIIIK i| Ir Madrid en porcentaje (%). (Fuente: Ayuntamiento de

Madrid).

Fotografía 3

EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

En Madrid, los transportes aportan el 47% de atmósfera,

55% corresponde a vehículos privados,

11% a la aviación

5% al ferrocarril.

La combustión del sector residencial, comercial e institucional aporta un 33% de la contaminación.

Distribución sectorial de las emisiones directas de C02eq en 2004. Fuente: Ayuntamiento de Madrkl.

La suma de las repercusiones de ambos sistemas alcanza 8 0 %

Distribuí ion sectorial de las emcgones totates (directas e indirectas) de C02eq año 20M. Fuente: Ayuntamiento de Madrid y elaboración propia.

Fotografía 4

Las consecuencias de la industralización fueron puestas de mani­fiesto en la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro (1992). En ella apa­reció la relación directa entre el grado de industrialización la contami­nación del planeta, y entre la contaminación y los graves problemas medioambientales globales como son el efecto invernadero y el calen­tamiento del planeta. Hoy día las consecuencias negativas del efecto invernadero ya son conocidas por la mayor parte de la población. Sin embargo, todavía no ha habido un consenso mundial sobre cómo re­ducir la contaminación, sobre todo de los gases del efecto invernadero. Los gases contemplados en el protocolo de Kyoto no son todos los que provocan el efecto invernadero sino que son los más representativos y están formados por cuatro gases, C 0 2 , CH 4 , N 2 0 y SF 6 y dos familias de gases perfluorocarbonos e hidrofluorocarbonos. 4 Entre ellos es el

4 D e s d e la Con fe renc ia de Río de Jane i ro en 1992 , la p reocupac ión in ternac iona l ha s ido c rec ien te y p o c o a poco las b u e n a s in tenc iones se mater ia l i zan en c o m p r o ­m isos de ob l igado cump l im ien to . En Río se acep tó el c a m b i o c l imát ico c o m o una rea l idad d e m o s t r a d a c ien t í f i camente , y se e m p e z a r o n a e s b o z a r a l gunas so luc io ­nes . En la C u m b r e de Kioto, d i c i embre 1997, se ap robó un pro toco lo des t i nado a l imitar las e m i s i o n e s en los pa íses indust r ia l i zados de se is gases ( C 0 2 , C H 4 , N 2 0 , H F C s , P F C s y S F 6 ) q u e son los pr inc ipa les causan tes del e fec to invernadero . La un ión Eu ropea se c o m p r o m e t i ó a reduc i r en un 8 % la em is ión d e es tos se is gases repar t ida la reducc ión p ropo rc i ona lmen te en t re los 15 pa íses m i e m b r o s que la in tegran para el 2 0 1 0 . El cump l im ien to d e es tos c o m p r o m i s o s es tá l leno d e incer-t i dumbres ya q u e ser ia necesar io mat i za r los c o n s i d e r a n d o las á reas super f ic ia les , la pob lac ión o el desar ro l lo e c o n ó m i c o d i ferenc ia l de cada país ; y hoy por hoy cas i

24

l)N i n i l N i IASDI I A HUMANIZACIÓN SOBRE EL TERRITORIO HUELLA Y

q u t está mas estrechamente relacionado con la ciudad, y el Ii ni i>i| II n Ii i i II I >. n II i

I.I ciudad de Madrid, los transportes aportan el 47% lie ( ¡0* , • le atmósfera, de los cuales el 55% corresponde a vehículos

" i ' i'l I 1% a la aviación y el 5% al ferrocarril. Las emisiones de r i ' v 1 1 1 laiubión son altas en los vehículos privados con un 80%

Ii plomo, 74% de CO y 54% de NO. La emisión de S 0 2 media es de 62 di m i ilc la gran cantidad de emisiones de gases contaminan-

i i' • i i rn >l>lema de la inexistencia de sumideros de C 0 2 , es decir, tu l que sean capaces de eliminarlos definitivamente. Tan solo

ii * * I los .libeles, que los incorporan a sus elementos de desa-liiil lu mi tallo y hojas, pero su posibilidad de asimilación es limitada y por i mi os solídente ante el volumen de gases existentes actualmente

i il sli(ra. Algunos expertos han manifestado que si tuviéramos i () de hoy en adelante, se tardarían 300 años en asimilar el

II tii.il existente en la atmósfera.

i i pioocupación por estas cuestiones de alcance global y ante las iisii incioiialidades ambientales planetarias, hace que los ciu-

i " i mus i l r in, inden a políticos y profesionales respuestas adecuadas IIIH ni I.I oí ni nento y el territorio donde se asientan. Este es el objetivo

In i In libio, ayudar a los profesionales del urbanismo y de la ordena-• ni dol i ' i i i i i a diseñar una nueva ciudad equilibrada con su medio i,iMI identidad y calidad de vida suficientes para sus ciudadanos.

.• Pr incipales problemas del crecimiento actual .

I n soi n il.id post-industrial ha generado unas relaciones y cam-i ' , en muchos sentidos que es necesario conocer y evaluar. Relativo i i i i naturia y a los productos manufacturados, es importante resaltar

leu aportaciones realizadas por Castells (2001), en las que afirma que ' " , la de la deslocalización de actividades, que repercute en

nnlii ., modos de vida, transporte, etc, alterando las economías de il i , mudos de vida de todo el globo." Esta realidad repercute direc-

i II ni inte en la ordenación del territorio y de las áreas urbanas.

Aunque se pueden realizar exhaustivas relaciones de problemas de "Hlldad urbanística actual, se van a relacionar las principales que

• • tan directamente relacionadas con los problemas de sostenibilidad y

In i l im los pa íses o b ien lo h a n incump l ido , o b ien ni s iqu iera lo han f i rmado ( c o m o IIUU). | Inventar lo d e Emis i ones de l A y u n t a m i e n t o de Madr id para el año 2 0 0 3 í C l i t s l l s M y Borja L. Local y global. Taurus 1999 y en La era de la información, Moonomla, sociedad y cultura. Tomo I. A l ianza Edi tor ia l . 2 0 0 1 .

y.,

EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

ambientales que aborda este libro.

El primer problema es la disolución de la ciudad. Desde el siglo XX ha aparecido una disolución espacial de los conjuntos residenciales, in­dustriales, de ocio, y comerciales, debido a múltiples factores de deslo­calización, de precio de suelo, de movilidad rodada, etc. La dispersión de los suburbios residenciales que se extienden en grandes zonas ani­quila el valor del suelo peri-urbano y lo fragmenta; los centros de ocio y comercio se organizan en torno a nodos de transporte de autovía y condicionan la forma de vivir, comprar y relacionarse de gran parte de la población actual. Se pasa de una huella ecológica 7 crecientemente estable y mantenida durante unos diecinueve siglos, a un aumento de la huella por habitante de tal magnitud que ésta se expande a otros territo­rios, afectando a la escala global del planeta.

Desde 1950, se ha producido en todo el planeta una extraordinaria expansión de la urbanización sobre el territorio, siguiendo un modelo de urbanización disperso que consume muchos recursos y que trae im­portantes consecuencias negativas. Como ejemplo en el libro Ecología o" una ciutat, de Jaune Terradas \e muestra la evolución de la po­blación de Barcelona a lo largo de los años, en cantidad y en el espa­cio ocupado. Se mantuvo muy estable hasta 1850 fecha en la que tras su industrialización, supuso un aumento exponencial de su población. Sin embargo, sorprende todavía más la ocupación en el espacio, que muestra ahora una mancha urbanizada de gran magnitud, en etapas en las que el crecimiento poblacional ha dejado de ser tan grande. Se ha cambiado el modelo de ocupación del territorio, de la ciudad com­pacta mediterránea a la ciudad más difusa de raíces sajonas. Es pre­ciso planificar con densidades más altas, buscando la compacidad de las ordenaciones (S. RUEDA 2006) y reconduciendo los valores de la ciudad tradicional a las exigencias del nuevo siglo.

(Ver fotografía 5)

7 El c o n c e p t o de huel la eco lóg ica in t roduc ido por W a c k e r n a g e l y R e e s (1996) W a c k e r n a g e l M y R e e s W, 1996 Our Ecológica! Footprint. Reducing human im-pact on Earth. Grabiola Island, New Society Publishers, se amp l ia e n el cap i tu lo s igu ien te . 8 Edi ta Ayun tam ien to de Barce lona 1987

A;

N( HAS DE LA URBANIZACIÓN SOBRE EL TERRITORIO. HUELLA Y

I ( ) ' . I 'KOBI I MAS DI I A C I U D A D ACTUAL

i i i • l RAI H'l i l N A R I O C O N S U M O DE SUELO U R B A N I Z A D O

i L a e x t r a o r d i n a r i a i ><tnslón d e l a

<•• i> m i / , t e l ó n s o b r e e l territorio. IM i l i I.i UrvoliK ion Industr ial , • l i . in . i i i i ' . inu i l ( Ir ••líelo. i 11 n i l r l,i | i i)hl, i i ion de i i , ImI,I .i ID I.HCJO de los

ni. intuvo muy estable i, i i i n i ' , i i , ,i | i , i i i i i de • i i i n i I I r \i l i . i n s f o r m a c i ó n ha

l i l i i m i l , I I i i i l l l l . l l 1,1.

• I'1 <<-,,., ,1,1 lilxn I, i>A,</u<í im.i til

Fotografía 5

I I ,11111111. < i i . i i i problema es la segregación de los usos urbanos, i l i n i i i y u I nublen territoriales. Desde el zonning propuesto en la Carta

Un n i pin I e Corbusier, se ha corroborado que una segregación llevo ;i un mayor consumo energético provocado por los

lesplazamíentos derivados de la separación de funcio-i i i i i i i . n l , i n l o s congestiones en los lugares de destino, así como

• urbano en las personas y mayor contaminación. Se necesita ion de usos, en áreas mixtas, dentro de edificios polifunciona-

i i relación de proximidad con los usos cotidianos de los i i l i . i i l r - , (pala n andando).

i I I . - n ' - i pioblema es el energético. La ciudad del siglo XX se mueve n a g i a i i a s , i energías no renovables, finitas, costosas y sobre

| 1 ontamlnantes. El continuo incremento de contaminantes al aire, i 1 y al agua procedentes del proceso urbanizador, restan calidad

i d a a todos. El creciente consumo de recursos es extraordinario i i i i n v o l u c i ó n Industrial, más allá de la capacidad de regenera-

i m i I n concreto, el consumo de gasolina es extraordinario y 1 1 'uníante ponerlo en relación con respecto a diferentes ciudades

i l n l m u n d o 1 a s ciudades americanas tienen muy bajas densidades y ' oimumo de petróleo, que evidencian su gran ineficacia energética.

I «»» ciudades europeas tienen un equilibrio moderado entre densidad y ni nulo, Actualmente la que menos consume es Hong-Kong, debido a

| i i i i i mayor parte de sus desplazamientos son a píe o en bicicleta. El

27

EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

reto de la ciudad sostenible pasa por las formas urbanas compactas y la energía renovable en la ciudad.

(Ver fotografía 4 y 6)

LOS PROBLEMAS DE LA CIUDAD ACTUAL EL DESPILFARRO ENERGÉTICO

a ) El crec iente consumo de recursos . Relación entre la población y el consumo de gasol ina . Las ciudades americanas t ienen muy bajas densidades y alto consumo de petróleo. Las ciudades europeas t ienen un equilibrio entre densidad y consumo. Actualmente la que menos consume es Hong-Kong, ¿hasta cuando?

Consumo de petróleo y densidad de las principales ciudades

irs roo rrs «o r's roo

Fotografía 6

En Madrid, la combustión del sector residencial, comercial e institu­cional aportaba un 33% de la contaminación sobre la ciudad en 2003. La suma de las repercusiones de ambos sistemas alcanza 80% de la presencia de C 0 2 , en la atmósfera madri leña. 9

(Ver fotografía 3) Ante la presencia de una energía barata, la ciudad se ha ido confor­

mando por una tecnología cuyos fines son estrictamente económicos en lugar de incorporar los sociales o medioambientales. Se necesita un nuevo planteamiento energético de la ciudad del siglo XXI; con mayor eficiencia en todas las escalas (territorial, de distrito, de barrios y de edi­ficaciones), y generación de energías limpias y renovables a gran esca­la y en microescala.

El cuarto gran problema es nuestra forma de vida, donde el consumo aparece como elemento clave del desarrollo desligado de los ciclos na­turales. En el libro Naturaleza y Ciudad de Michael Hough. 1999, pone el siguiente ejemplo: para tener una pradera verde de 20 m 2 , frente a nues­tra vivienda podemos tomar dos caminos el ambiental o el consumista;

9 P lan de reducc ión de em is i ones d e C 0 2 del A y u n t a m i e n t o de Mad r i d , j un io

2 0 0 8 .

A\

' 1 Ul Ni IA'.DI I A HUMANIZACIÓN SI ÍMNI I I II UHIIOHIO HUI I I A Y

1 nsumlsta, consiste en plantar césped, abonarlo, regarlo, se-•1 mil | >lagas etc., que implican un continuo gasto energético, de re-

/ •imbiontal, ya que nuestro objetivo está desligado de • 1 i i l i ü . i I o l i o camino consistiría en plantar alfalfa, y dejarla

'mínente, y soltar un conejo, (que la segaría y abonaría regular-1 1 'i iin.ii i Minémoslo. Aunque el ejemplo es extremo, nos da idea

I1 l l e n a m o s nuestro espacio y nuestros recursos, sin tener en icios y las repercusiones ambientales. El principio de mejora

"'ibitintal de las ciudades es llevar a los sistemas naturales a un l u d o di iiini e c o l ó g i c a , de restablecimiento de la biodíversidad y de

i ni d e adaptación. (Hough, 1998)

LOS PROBLEMAS DE LA CIUDAD ACTUAL LOS HABITOS DE CONSUMO

• Ii) I .is n e c e s i d a d e s de l a sociedad a c t u a l y s u i osle . i m b i e n t a l . M u d ó l o s de v i d a .

• I'.H.I i i i i i ' i iiii.i verde de 20 ii unto a nuestra vivienda

I ttit ten ni'.

• I " plantar césped, abonarlo, i • i|,uli'. M'i|.iilo, et(.

• .'" I.I.IMI.II .ilf.ill.i, soltar un conejo y n oíoslo.

• i'i ii.il llene mi-noi (osle rimbiental?

ni.i.. Nallli •»./« y I liiilml dg Michael Hough. 1999.

Fotografía 7

I' Itlmo, destaco la homogeneidad del espacio urbano y de las loOturas actuales. Nunca fue mejor bautizado un estilo arquitectó-Ida el del "Estilo Internacional" que ha hecho que las ordenacio-

lOlldenclales sean semejantes en cualquier parte del planeta, sin ili miar a su clima, su idiosincrasia, se ha perdido la identidad local y

linii i | . nocido nuevos problemas de identidad y de empatia de las i 1 n a l con su lugar, además de las disfuncionalidades térmicas y el ili 1 insumo de energético de las edificaciones al obtener un clima de mili»rl mlorlor desligado de las condiciones de su entorno. Ante este

i • i " ina , la diversidad es requisito necesario para "Hacer ciudad", y im " lo urbanización; además de un conocimiento previo del entorno

lima para adecuar los desarrollos urbanos a su localización geo-i ••i'iulendo las directrices de la arquitectura y del urbanismo bio-

. I ln i . t l i i 11

EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

[email protected]

Fotografía 8

.- E l desarrol lo sostenib le

Hoy el desarrollo sostenible se ha convertido en el eje clave para la ordenación territorial, la política y la gestión de los recursos y del es­pacio urbano. El término tiene la ventaja de establecer rápidamente un consenso de partida para todos, pero esta primera ventaja, enseguida se vuelve desventaja, ya que son muy diferentes las vías para lograr un desarrollo sostenible entre grupos sociales, políticos, profesionales y de expertos. Naredo expone que "desarrollo sostenible es un oxímo­ron" (Naredo 1996, Rueda 2005) 1 0 ya que son vocablos contradictorios, dado que la palabra sostenibilidad está ligada a la idea de reducir la presión sobre los sistemas del soporte y el desarrollo implica precisa­mente lo contrario. Sus aportaciones de denominarlo "ecodesarrollo" no han fructificado.

De las variadas y numerosas definiciones del termino, la que mejor recoge la concesión global del termino, a mi entender, es la propuesta

10 NAREDO, J.M., 1996 Sobre el origen, el Uso y el Contenido del Término Sostenible Ciudades para un futuro más sostenible. Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente.

•M)

OONSI CUI NCIAS DI I A URBANIZACION SODRI II 11 RRII ( )RI() IIIII I I A Y

nllzíidíi c;n 1994 por ICLEI", que dico:

/ .i sostenibilidad supone la mejora del nivel do vida conforme a la i opacidad de carga del medio ambiento natural y urbano. La sosia labilidad implica que el consumo de recursos no supere la capacidad da l.i naturaleza para reemplazados. Aborda el mantenimiento da la im 'diversidad, la salud y la calidad de vida en el futuro. La sostenibi-lulad as un equilibrio dinámico, y un camino en el cual las metas S6 van articulando a medio y largo plazo, en base a los condicionantes Hiiiínsecos de cada localidad. (ICLEI, 1994).

I portíllente destacar, en esta definición el concepto globalizador del medio, en el cual se abarcan cuestiones del sistema natural (medio 1 v ciclos ecológicos), el sistema construido (las edificaciones y las

1 nos, del hombre) y los sociales (cuestiones de la forma de vida Mil MI i.i y de la complejidad social urbana); y además relaciona la capa-i id.id de desarrollarse en base a la capacidad de carga del medio don­de so va a producir este desarrollo. Cuestión teórica clave, que será i loloii iunada prácticamente con los cálculos de huella ecológica o de i iipii< id. id de carga. Además aparece claramente que la sostenibilidad im e s una variable unidimensional, sino que implicará acciones de me-|ni ' ambiental, urbana y social en la escala global y en el largo plazo, pnia que las generaciones venideras puedan mantener y soportar su i ululad de vida Necesariamente la sostenibilidad urbana requirá que tni los desairol los residenciales exista :

I" onlrol de su huella ecológica

2 o un cierre de los ciclos de materia y energía del ecosistema urbano

3 o una apuesta por la singularidad de los desarrollos urbanos, adap­tados a su clima y medio, como han planteado los recientes Ecoba-rrlos, o siguiendo los principios del urbanismo bioclimático.

I s los van a ser algunos de los instrumentos explicados y desarrolla­dos en e s l e texto para que sirvan de verdadera herramienta de diserio a aiquilei los y urbanistas.

H u e l l a e c o l ó g i c a

Siempre ha existido un interés por conocer con exactitud, las reper-ii iones de la ciudad sobre su territorio. Mas aún, desde la Cumbre

da Rio de Janeiro (1992) donde se establecieron los principios para el desarrollo sostenible como único camino ante los graves problemas imbieii lales que sufre el planeta Tierra. Diversos autores han intenta-

*/ AAVV. IC.II I :>()()() Guia p.u.i I.i rl.ihoi.icion do Agendas ?1

31

EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

do acotar esta ¡dea, buscando los indicadores más apropiados. El mas consensuado actualmente es la Huella Ecológica que es un calculo que sirve para conocer las repercusiones de la urbanización sobre el territorio, atendiendo a una determinada forma de vida. Sin embargo dadas las características de la ciudad actual, las repercusiones urba­nas alcanzan cada vez territorios mas alejados, hasta casi una escala planetaria en las grandes megalópolis, y por tanto su calculo preciso resulta una operación bastante compleja y son muchos también los que manifiestas que solo es procedente hablar de huellas planetarias, que las locales no tienen sentido.

Antes de la Huella Ecológica, han existido precedentes como el cal­culo de la HANPP: {The human appropiation of net primary production 1988), ésta se define como el porcentaje del producto de la fotosíntesis total del que se apropia el hombre mediante la agricultura, la ganadería y otras actividades para usarlo directa o indirectamente en su activi­dad diaria. (VITOUSEK 1988' 2 y GARI 1998). Este indicador pone en relación la energía renovable infinita producto de la fotosíntesis con el aprovechamiento necesario para sustentar la actividad urbana. Debido a que son las plantas los únicos seres vivos capaces de transformar la energía del sol en nutrientes y sustancias elaboradas gracias a la fotosíntesis, el indicador pone en relación esta entrada con las nece­sidades urbanas para todas sus actividades. Los cálculos realizados por Gari, los estimaba en un 40% de las superficies continentales en 1998. Existen importantes inconvenientes en este indicador, ya que en las ciudades compactas apenas existe zona verde de aporte fotosintéti-co, por lo que su aporte es prácticamente irrelevante, circunstancia que pasa en la mayor parte de las ciudades europeas, y sin embargo, la ciudad compacta es garante de mayor sostenibilidad en unas determi­nadas condiciones que los crecimientos en urbanización dispersa.

Otros estudios relevantes han calculando las cuencas hidrográficas necesarias para el sustento de la población urbana. Sin embargo, la globalización tiende a hacer crecer estas zonas de influencia a territo­rios cada vez más lejanos, e incluso con los trasvases, los territorios de influencia se amplían considerablemente, y no sirve de ámbito geo­gráfico de referencia en la actualidad (aunque GEDDES si manifestó la idea de la región natural como unidad fisiográfica de referencia que estaba estrechamente relacionada con la cuenca hidrográfica de un te-

i 12 V i tousek Human appropiation of the producís of photosynthesis B iossc ienca 1988 . pag inas 368 -373 . Gar i The human appropiation of net primary production ( H A N P P ) Tesis de Mas te r en Eco log ía d e la Un ive rs idad A u t ó n o m a de Ba rce lona , Bel la ter ra , U A B . 1988 .

32

CONSECUENCIAS DE LA URBANIZACIÓN SOBRE EL TERRITORIO. HUELLA Y ...

ilo). William Rees desarrolló el concepto en 1994 como parte de su ln'.is doctoral prosentada en la universidad de Vancouver (Canadá) y

Iinalmente se denominaba "appropriated carrying capacity". El nom­bra de Huella Ecológica aparece en 1992 en el articulo "Ecológica! foo-í/ 'inits and appropiated carrying capacity".

I ni.rímente, Wackernagel y Rees en 1996' ; definieron la Huella i 11 ilógica como "el suelo bioproductivo terrestre necesario del cual la

lod depende para su funcionamiento (es decir para mantener su i onsumo y eliminar sus desechos de una población determinada, en i iinlquiei lugar del planeta)", en la publicación "Our ecológica! footprint: itnliit.iiHi Human Impact on the Earth".

Ln huella, por tanto, es un indicador reciente, que sirve para visuali­za! las consecuencias directas del desarrollo urbano en un determina­do territorio, su unidad son las hectáreas; y generalmente se expresa t n hectáreas de celo por habitante.

E l funcionamiento de la ciudad, se traduce en la necesidad de sue­lo leguorido tanto para el suministro de materiales y energía como el piei iso para la eliminación de los residuos que generan las actividades iniii lanas de un área urbana. Sin embargo para calcularla huella ecoló-i|n a de una ciudad no es una tarea sencilla y los propios autores plan-tonn algunas estrategias para llegar a un buen término estos cálculos:

1 o es posible seguir la pista de la mayor parte de los recursos con­sumidos y residuos generados por la población urbana

2° es muy fácil trasladar estos flujos de recursos y desechos y cuan-tificarlos en un área biológicamente productiva para su manteni­miento

3 o la demanda humana expresada como Huella ecológica, puede ser comparada directamente con la oferta natural del territorio, con su biocapacidad efectiva, ya que las dos unidades de medidas son las Ha.

4 o el área demandada puede exceder del área real; esto significa que el ecosistema supera su capacidad regenerativa

La huella ecológica se compone de 8 partes:

1. huella de cultivos

2. huella de tierras ganaderas

3. huella forestal (madera y derivados)

I I Wackernagel M y Rees W, 1996 Our ecológica! footprint. Reducing human Impact on Earth. Gab io la Is land. N e w Soc ie ty Pub l i shers .

EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

4. huella forestal (biomasa)

5. huella de pesca

6. huella de carbono (o energética)

7. huella nuclear

8. huella de tierra construida

Al igual que pasa con otros indicadores, también existen factores de equivalencia . Por ejemplo el factor de productividad basado en la con­versión de un tipo de unidad de tierra (como los cultivos o bosques) en un área productiva universal o hectárea global aparece un factor de co­rrección; los cultivos tienen un factor de 2.21 mientras que en los pastiza­les solo es de 0,48

La huella ecológica, es un concepto más complejo que el de capa­cidad de carga, que proviene de la biología; ya que en lugar de utili­zar los recursos de una habitat para determinar sus limites, cuantifíca las actividades de una especie para establecer su impacto la condición es clara : nuestra forma de vivir y la industrialización ha sobrepasado enormemente el metabolismo biológico natural del sistema donde nos asentamos.

Huella ecológica

H Girardet calculó la huella ecológica de Londres:

Rees considera que la HE de Londres se extiende 125 veces su superficie

Superficie de Londres = 159.000 Ha Huella ecológica:20. millones de Ha

Londres con el 12% de la población de Gran Bretaña necesita el equivalente a toda la tierra productiva de Gran Bretaña para su sustento. En realidad su huella ecológica se extiende por todo el mundo.

Datos de Londres:

Población 7.000.000 habitantes

Área superficie 158.000 Ha

Suelo alimentos 1,2 Ha /persona

Suelo bosque 0,11 Ha/persona

Suelo retención carbono 1,5 Ha/persona

Suelo construido 0,19 Ha/persona

Total 3 Ha /Persona

Girardet, H, 2001. Ciudades sostenibles. Colección Gorgona Valencia.

Girardet H. Getting London in Shape for 2000. London First 1996.

Fotografía 9

Siendo la Tierra un planeta finito, las consecuencias actuales que tiene la urbanización sobre el territorio se fijaron en 5,5 Ha por habitante en 1996, y 1,8 Ha en 2008 l 4 .

14 In forme sob re el desar ro l lo H u m a n o 1999. M u n d i P rensa . W a c k e r n a g e l M y

SECUENCIAS DE LA URBANIZACIÓN SOBRE EL TERRITORIO. HUELLA Y

mu se observa, la huella está en continua disminución, dado que i" 'bli iclón no deja de aumentar, y además los consumos y residuos

1 i ii i. II s e incrementan progresivamente con la industrialización de iliu i . u s e s en vías de desarrollo. Si en 1996 multiplicamos 5,5 Ha por

io de habitantes, la huella de los ciudadanos sobre el plante era tli u n í : i0%, esto significa que se ha superado en un tercio la biocapaci-i id total, ¿cómo es esto posible sin que hayamos entrado en colapso?,

II lilamente debido a los grandes desequilibrios existentes entre las lunillas de los países industrializados, los en vías de desarrollo, los del i. n in o los del cuarto mundo. Así mientras un estadounidense tenía una i n II II. 11 le <),6 Ha, la de un español es 3.8 y la de un etíope es de 0.7 en IIMMI 1

I s in hecho diferencial conlleva a que la sostenibilidad pase en el IMIIUO con nuevos conceptos de EQUIDAD Y EQUILIBRIO, tanto entre

luientes, como entre países o personas, evidencia que era conoci­da, peni que gracias a este concepto se ha podido materializar y con-i mi.II con mayor exactitud.

El éxito del concepto de huella ecológica está en una denominación bastante acertada, que ayuda a comprender que el funcionamiento de Una metrópoli está ligado con un territorio de influencia del que precisa para la extracción de alimentos, agua, oxigeno, materiales manufactu-i i idus, ele, asi como el suelo necesario para asimilar sus residuos soli­des y líquidos.

Antes de existir la huella ecológica era realmente difícil aproximarse ,i los aspec tos económicos, ecológicos, políticos y sociales de carácter dlobal con imparcialidad y obtener resultados que puedan ser compa-n II los entre unas ciudades y otras. A partir de 1996, se ha avanzado • ensiiloiabléntente y han aparecido a su vez, nuevos indicadores como la huella energética urbana, la del carbono, la de la pesca y se esta de-s.mel lando la de la biodiversidad (Loh et alt 2005).

Además gracias a la huella existe en concepto de déficit ecológico, i aya definición establece la existencia de países acreedores y países deudores, con respecto a su biocapacidad y desarrollo. Siguiendo las apoitaciones de Rees, la huella que sobrepasa la capacidad regenera-tlva del planeta es la del carbono, (o energética), ya que ella refleja las

Rees W, 1996 Our Ecológica! Footprint. Reducing human impact on Earth. G r a -Imil.i Is l . ind, New Soc ie ty Pub l ishers . 15 En E s p a ñ a d e s t a c a n los es tud ios de N a r e d o y Frías q u e en 1998 pub l i ca ron Flujos de energía, agua, materiales e información en la Comunidad de Madrid, elaborado pa ra la Conse je r ía de E c o n o m í a , y t amb ién el de An ton io Es tevan y A l ­tenlo Sanz Hac ia La reconversión ecológica del transporte en España. Los l ibros de la Ca ta ra ta e n 1996.

EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

emisiones de C 0 2 provenientes de fuentes primarias y secundarias de energía; la huella energética en 2008, equivale a la mitad de la Huella Ecológica Total.

La huella ecológica ha generado a su vez, importantes voces criti­cas, entre las que destaco:

1 o aquellos que manifiestan que la huella ecológica no reserva bio-capacídad para el resto de las especies animales y vegetales exis­tentes sobre el planeta (aproximadamente unas 10 millones de es­pecies con las que compartimos tierra, mar y aire)

2 o la abstracción del geoide terrestre a una superficie plana, supone importantes deformaciones, ya que se utiliza el sistema UTM, donde las zonas polares quedan distorsionadas, y además no se considera la superficie destinada a océanos (mayor que la parte terrestre).

3 o en la huella energética se quedan fuera del cálculo todos los océanos, los ecosistemas protegidos, otras toxinas altamente con­taminantes, y no aparece la tasa de reciclaje, por lo que esa alejada de la cuantificación real de una ciudad

4 o el cálculo de las huellas requiere una serie de abstracciones y convencionalismos, que lo debilitan sustancialmente; por ejemplo ¿dónde acaba la contaminación de una ciudad como Madrid?; ¿qué pasa con la población turística, donde tienen su huella?; ¿cómo se traduce a hectáreas los suministros tecnológicos, la información, etc? Generalmente cuando la administración local aborda el reto del cálculo de su huella ecológica, es su ámbito administrativo y censal el que viene a determinar todos los cálculos, circunstancia que no es real.

5 o la revisión de 2.0 Eco-Footprint intenta resolver estos inconve­nientes pero aparecen otros nuevos: no se pueden cuantificar los procesos indirectos; tampoco se pueden medir los recursos explota­dos por diferentes sistemas (como el petróleo); o incluso las interac­ciones entre actividades en suelos con excedentes de producción. Además no se mide la erosión, como fenómeno que resta biocapa-cidad progresivamente o la contaminación ambiental. Al final, sus resultados son menos precisos que la herramienta original

6 o pero quizás la mayor critica estriba en que las mediciones de hue­llas son aisladas, e incluso la biocapacidad está sujeta a continuos cambios. La incorporación de la base de datos COMTRADE de las Naciones Unidas ha permitido seguir la pista a unos 600 productos, lo que ha supuesto una mayor concreción

16 C O M T R A D E 2 0 0 8 , Un i ted Nat ions C o m m o d i t y T rade Stat ist ícs Da tábase , recoge da tos d e s d e 1962.

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N8ECUENCIAS DE LA URBANIZACIÓN SOBRE EL TERRITORIO. HUELLA Y

7 o otra controversia estriba en considerar que la industria silvícola, ,K|i ic(i l . i y ganadera son eficientes y sostenibles con sus parámetros actuales.

I I " tampoco deja camino abierto para los avances tecnológicos d e e l ncia o productividad, si bien ya manifestaban sus autores (luc­ia heiramienta sirve para conocer lo que ha pasado y no para pre­decir los cambios futuros.

I inalinonte expresar el ecosistema en unidades superficiales n o d e | , i d e s e i u n a limitación significativa. Esta biocapacidad así definida, ol i d a i domentos de la atmósfera y litosfera (mantos freáticos, corteza oí n á n i c a , e l e ) de inestimable valor presente y futuro. Algunos autores ii i i i i i i l ieslan que seria más apropiado hablar de m 3 , d e h u e l l a e s p a c i a l pl . tnr t . i l I.I completamente determinante en la contaminación urbana, p o i ujomplo. Esta consideración abre otra vez, multitud de frentes y pini isit mes metodológicas que es preciso concretar, y en la que ya es-i MI i i . i k t | a n d o grupos de investigadores.

Al margen de todas estas especificaciones, desde la planificación m i l . n ía con criterios de sostenibilidad y de cara al reto de mejorar la • ImIJid del siglo X X I , los urbanistas pueden reducir la huella ecológica d t i u n a c i u d a d , con las siguientes estrategias generales:

I " (.ontrolar y limitar la expansión del suelo urbano. El suelo edifica-ili i también viene a sumar huella ecológica de una población, y por tan-i m p , ti a n d o una ciudad como Londres o Los Ángeles con una pobla-

i similar, el caso de Los Ángeles tiene una huella tres veces mayor, y a q u e (,u organización espacial es extensiva y tiene una grandísima ' i i i p o i l i o i o d e suelo urbano. Desde el concepto de huella, la ciudad com-pin l a s e manifiesta como más aconsejable que la ciudad difusa.

. ' " K e c i c l a r al máximo toda la materia, para usarla como matera pri­m a s e c u n d a r i a de otros procesos industriales o constructivos. Es decir, convertir el residuo en materia prima de otro proceso secundario, ¡n-i l i i s l i i . i l o constructivo. De esta forma, desde la huella ecológica se ob­t i ene u n a d o b l e ventaja: por un lado entra menos materia que reduce la h u e l l a e n suministros, y por otro desaparece los residuos, que reduce I.i h u e l l a e n desechos.

(Ver fotografía 10)

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EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

Objetivo : Reducción de la huella ecológica urbana de los asentamientos

I o . Controlar y limitar la expansión del suelo urbano . 2 o . Reciclar al máximo toda la materia, para usarla como matera

prima secundaria de otros procesos industriales o constructivos 3 o . Cerrar los ciclos del agua, con separación de aguas blancas,

grises y negras y su adecuada gestión y depuración. 4 o Uso de energías renovables, para el transporte público, los

sistemas de alumbrado de calles, el calentamiento de agua caliente sanitaria en las edificaciones, el consumo de electricidad, etc.

5 o . Compostaje de todo el residuo vegetal, para abonar parques y jardines (públicos o en espacios mancomunados)

Fotografía 10

3 o . Cerrar los ciclos del agua, con separación de aguas blancas, gri­ses y negras y su adecuada gestión y depuración, al objeto de reducir las necesidades de agua limpia y depurada para todos los usos urba­nos, y de esta forma reducir la presión sobre este ciclo que ejercen las zonas urbanizadas. Ya existen numerosos ejemplos de ordenaciones, barrios y conjuntos residenciales, que reutilizan el agua y establecen una calidad diferenciada para cada uso, al objeto de reducir los m3 to­tales extraídos del medio natural. A su vez, la reutilización de las aguas grises, reduce el impacto de aguas sucias y la huella ecológica.

4 o Uso de energías renovables, para el transporte público, los sis­temas de alumbrado de calles, el calentamiento de agua caliente sa­nitaria en las edificaciones, el consumo de electricidad, etc. En efecto, el consumo de energías no renovables agota la energía almacenada y aumenta la huella ecológica de una ciudad. También desde la huella, las energías renovables son la mejor respuesta para el funcionamiento energético.

5 o . Compostaje de todo el residuo vegetal, para abonar parques y jardines (públicos o en espacios mancomunados); también con un do­ble efecto de eliminar residuo que va al vertedero convencional y por otro lado, usar fertilizantes naturales. Ambos caminos reducirán la hue­lla urbana.

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.- E l e c o s i s t e m a de las c i u d a d e s

La idea de considerar a la ciudad como un sistema vivo no es nueva. Desde Munford (1938) a Geddes (1904), pasando por Piccinato (1988),

i ()NI LCUENCIAS DE LA URBANIZACIÓN SOBRE EL TERRITORIO. HUELLA Y

M i l u numerosos los autores que han hablado del ecosistema de la Idad Ya en 1978, "El ecosistema urbano" era el título de un libro de

i H' olettl ; pero la importancia del análisis del ecosistema ciudad fue re-" incida internacionalmente desde 1973 dentro del programa Man and

oio de la UNESCO, que lanzó un proyecto de estudio, referido 'i i' ma de la ciudad como ecosistema artificial. Hoy día es un término

M i n s u a d o por expertos que ayuda sobre todo a vislumbrar las solu-i l e n e s que se han manifestado en las zonas urbanas desde el siglo XIX.

l in ecos is tema cualquiera del planeta, se puede describir por los flu-i" de materia y energía que discurren por él. La materia circula entre le rieres vivos y el medio formando un circulo cerrado (renovándose ' " i i l inuamente de forma cíclica). En cambio la energía, en aplicación • Ii i segundo principio de la Termodinámica, lo hace en forma de un flu-i" q u e s e degrada continuamente. Los seres vivos necesitan degradar " i i e i q i a y materiales para mantenerse vivos (el metabolismo es cero

i id i con la muerte), y la única manera de regenerar esta energía entró-l'n a e n l e s sistemas abiertos terrestres es la utilización de la energía del

•i que fijada a través de la fotosíntesis es utilizada después por otros s e n - , vivos en la cadena alimenticia, por todos conocida. Luego aun e . i s i i e n d e una fuente externa, que es el sol, el ecosistema permanece • i' In miente en funcionamiento a lo largo de los siglos, si no hay facto-i e s externos que los sobrecarguen.

El ecosistema urbano

Un ecosistema es un entramado de relaciones entre seres vivos y elementos Incites, que forma un conjunto de complej idad superior a la mera suma de •us partes.

I i osislem.i natural Ecosistema urbano

t materia energía información

Frente a la traslación vertical propia de los ecosistemas naturales (como por ejemplo los árboles), la ciudad produce un transporte de materiales en hoi i /ont . i l .

Fotografía 11

EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

En la ciudad aparece un medio urbanizado y una serie de seres vi­vos, con sus interacciones y relaciones, donde el ser humano es par­te principal del mismo. Aparece una la actividad interna urbana, y un funcionamiento a base de intercambios de materia, energía e informa­ción. En este sentido estas características son asimilables a las de un ecosistema natural 17 siendo el hombre y sus sociedades subsistemas del mismo. Sin embargo la ciudad incumple los dos de los requisitos determinantes de la definición de un ecosistema natural. Primero, no posee un metabolismo de ciclo cerrado (o circular), y en segundo lugar no tiene una fuente de energía inagotable (como el Sol), que garantice indefinidamente su funcionamiento.

En efecto, en la ciudad del mundo desarrollado, su principal particu­laridad reside en los grandes recorridos horizontales de los recursos de agua, alimentos, electricidad y combustibles que genera, capaces de ex­plotar otros ecosistemas lejanos y provocar importantes desequilibrios territoriales a escala planetaria. Esto se ha definido como que la ciudad tiene un metabolismo lineal. La sostenibilidad de los sistemas agrarios ha marcado tradicionalmente la sostenibilidad local de los asentamien­tos, hasta que la Revolución Industrial introdujo un cambio en la escala territorial de los sistemas urbanos estableciendo redes que facilitaban el transporte horizontal de abastecimientos y residuos. Por tanto, su me­tabolismo lineal es doble, tanto para suministros como para residuos o excedentes (huella ecológica 1996).

Por otro lado, las ciudades constituyen organizaciones muy comple­jas, sin parangón con ninguna otra estructura existente y sus conexio­nes se extienden sobre todo el planeta influyendo en espacios lejanos gracias a la tecnología y a las nuevas redes de transporte. La principal particularidad del ecosistema urbano, por tanto, reside en los grandes recorridos horizontales de los recursos de agua, alimentos, electricidad y combustibles que genera, capaces de explotar otros ecosistemas le­janos y provocar importantes desequilibrios territoriales como se ha vis­ta en la huella ecológica.

(Ver fotografía 12)

i 17 Ecos i s t ema : Re lac ión mul t i var iada en t re o r g a n i s m o s y m e d i o a m b i e n t e e n un espac io d e t e r m i n a d o , l l egando a lograr una cons tanc ia e n e s e m e d i o amb ien te . M A R G A L E F , R. 1986

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INIII CUI NCIAS DE LA URBANIZACIÓN SOBRE EL T E R R I T O R I O HUELLA Y

i i i l l r in. i t iv. i al m e t a b o l i s m i • ••••-»i i i'l metabolismo circula (U ln i i i l r l , l'i'i'l) que comprendí iDiilill/telÓn de los recurso • nú...lucidos al ecosistema urbano

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fisura 4.1 Ri estudio de loe fimos materiales y energéticos del eco. líteme urbano penen, relacionar muchos aspeóles vinculados con el medio amúlente, pero que van desde lu linlimi.. a lo social, desde ¡a demografía a la ordenación del territorio o la organuaolúii social Al Míticas de las principales entradas y salidas del ecosistema urbano, relacionadas 001 diversos problemas ambientales Bl Problemáticas ambientales del ecosistema urbano a Interior de la ciudad y en lee relaciones con los entornos periféricos mas o menos alejados (Según Pares el él.)1

Fotografía 12

l n segundo lugar, el funcionamiento de la ciudad está basado en II | ias secundarias (no primarias), como la electricidad, el petróleo, 0 el gas. El consumo masivo de energía secundaria es lo que permite ni i lucimiento y mantenimiento de las ciudades a base de transportar i m u i s o s d e s d e cualquier punto del planeta y trasladando sus dese-1 b u s a z o n a s circundantes. Su principal particularidad, por tanto, resi­da en los grandes recorridos horizontales también de la energía y de los recursos de agua, de alimentos, de electricidad y de combustibles que genera, capaces de explotar otros ecosistemas lejanos y provo-• .II importantes desequilibrios territoriales.

La Idea de analizar la ciudad como un ecosistema no tiene solo inte­rés cultural o científico. Es útil también para aportar soluciones de me-ni ii e s c a l a propios del funcionamiento interno de la ciudad, por ejemplo, para establecer qué limitaciones se pondrán al tráfico y al estaciona­miento de los vehículos, dónde se situará la actividad productiva, qué

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EL RETO DE LA CIUDAD HABITABLE SOSTENIBLE

combustible se pueden usar para las calefacciones, qué servicios co­lectivos van a potenciarse, qué tasas deben pagar los usuarios, cómo disminuir los costes de mantenimiento, etc. Cualquier decisión parcial, tiene unas repercusiones directas e indirectas sobre otros sistemas ur­banos, por tanto es la solución ecosistémica la única solución válida ante problemas actuales. Es por tanto en las soluciones al problema de la insostenibilidad urbana, donde verdaderamente es oportuno plantear enfoques ecosistémicos. 18

Los principales ciclos del ecosistema urbano son cuatro: el ciclo at­mosférico; el ciclo hidrológico; el de la materia orgánica y los residuos y por último el ciclo energético. Las soluciones ecosistemas en cada uno de ellos pasa necesariamente por:

En el Ciclo atmosférico: el objetivo es doble:

a) DISMINUIR LA CONTAMINACIÓN ATMOSFERICA:

. transporte privado y público no contaminante

. calefacciones no contaminantes y acondicionamiento pasivo

. control emisiones industriales

b) DISMINUIR EL EFECTO DE ISLA TERMICA

. aumentar zonas verdes en áreas centrales

. colores claros en pavimentos y fachadas

. evitar las emisiones de calor por equipos

. evitar las emisiones de calor por equipos

En el ciclo hidrológico, el objetivo es : Reducir la escorrentía super­ficial; reserva y reuso del agua de lluvia reciclado de las aguas grises con uso apropiado; reducción del consumo de agua potable; y control del regadío de las zonas verdes

En el Ciclo de la materia orgánica y los residuos, el objetivo es : el reciclado y la separación de los residuos y el reciclado del residuo or­gánico para su tratamiento y gestión (compostaje, biogás)

En el ciclo energético: el objetivo es el uso energías renovables y no contaminantes para todas las actividades urbanas

(Ver fotografía 13)

18 Bet t in i , lo exp l i ca c l a ramen te en el cap i tu lo de su l ibro t i tu lado "Lo q u e no es un e c o s i s t e m a urbano" , en el cua l por exc lus ión p lan tea a c e r t a d a m e n t e el a l cance de las so luc iones ecos ís témicas q u e son opo r t unas e n la c i udad . Elementos de ecología urbana. V. Bett in i y o t ros . Edi tor ia l T ro ta .

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Fotografía 13

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